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Teoría y Práctica de la Traducción II – ESLE – UDA

Tratamiento de las referencias culturales en la


traducción de Talking Heads

Artículo de María Calzada Pérez, publicado en El Lenguaraz (Num. 4. pp. 13-29, 2003)

Resumen
Alan Bennett es uno de los dramaturgos británicos de mayor prestigio del
pasado siglo XX. Su éxito en el mundo anglosajón se debe, en parte, a una serie
de monólogos —Talking Heads— mediante los que retrata su propia cultura con
precisión magistral, de forma que su público se identifica de inmediato con los
personajes y situaciones que describe. La traducción al español de los
monólogos se enfrenta a un claro problema: la acertada traslación de referencias
culturales en nuestro mundo hispano. En este artículo, aplico la clasificación que
Nida (1964) propone del constructo de cultura (ecológica, material, religiosa,
social y lingüística) durante el proceso traductor de tres monólogos bennettianos:
“Bed among the Lentils”, “A Chip in the Sugar" y "A Cream Cracker under the
Settee".

Abstract
Alan Bennett is one Britain's most successful 20th century playwrights. His
fame is partly due to a set of monologues —Talking Heads— in which he portrays
British culture in such a way that his audience immediately identifies themselves
with the characters and settings of the stories. Translators face a major problem
when rendering the monologues into other languages such as Spanish:
conveying cultural references so that they are fully understood in the target
environment. In this paper, I resort to Nida's (1964) classification of culture as
ecological, material, religious, social, and linguistic in other to delve into the
translation of Bennett's “Bed among the Lentils”, “A Chip in the Sugar” and “A
Cream Cracker under the Settee".

Palabras Clave:
Alan Bennett - Talking Heads - monólogos - referencias culturales inglesas -
Eugene Nida - Cultura ecológica - Cultura material - Cultura religiosa - Cultura
social - Cultura lingüística - nombres, adjetivos, pronombres – expresiones
deícticas - aspectos

Introducción
Alan Bennett es uno de los dramaturgos más representativos de la cultura
británica de las tres últimas décadas (Turner, 1999). En 1987, Bennett estrenó
Talking Heads1, una serie de seis monólogos de entre 30 y 50 minutos de

1
A partir de ahora utilizaré las siglas TH para Talking Heads, ACS para A Chip in the Sugar, BAL
para Bed Among the Lentils, y ACCUS para A Cream Cracker Under the Settee.
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duración —A Chip in the Sugar, Bed Among the Lentils, A Cream Cracker Under
the Settee, Her Big Chance, A Lady of Letters, Soldiering On— en los que los
protagonistas hablan en solitario ante las cámaras de BBC-TV. En 1988, estos
monólogos obtuvieron el premio Hawthornden y nada menos que 12 premios
BAFTA. Frank Rich (1992:13) los describe como first-person accounts of lower-
middle-class lives in Northern England that feature dislocation, loneliness, and
isolation. Se ha escrito reiteradamente que el tema de esta serie es el pequeño
drama que se esconde en las vidas de personajes cotidianos y anodinos,
carentes del menor interés personal, social o artístico. Como dirá uno de ellos: I
wouldn't want you to think this is a tragic story... I am not that type (TH 79). Pero
esto es cierto sólo a medias, porque la temática de los monólogos va a girar en
torno a cuestiones tan trascendentales como la pérdida de seres queridos, la
falta de realización personal, la ancianidad, las obsesiones, las diferencias
sociales, la familia, la religión, la soledad y el sexo. Sin embargo, estas historias,
tamizadas por la ironía de Bennett, no son los dramones que hubieran podido
salir de otras manos sino más bien understated dramas of anguish leavened by
humour (Wolfe, 199:19).
Desde entonces, su obra no ha dejado de ser aplaudida y premiada tanto por
la prensa como por el público y alcanzaron su momento culminante en 1995,
cuando The Madness of King George, consiguió finalmente el oscar a la mejor
dirección artística. Fue esta película, sin duda, la que lo hizo famoso por todo el
mundo y, particularmente, en Estados Unidos, donde hasta entonces había sido
un completo desconocido.
La crítica especializada, que le ha sido favorable desde sus comienzos, ha
dicho de él que es one of the funniest and most fastidious writers working in
England today (Ratcliffe, 1986:23); que con Tom Stoppard es the most elegant
of British dramatists (Brantley, 1995:13); y que es probably our greatest living
dramatist (Nokes, 1992:18).
Debido a las restricciones de espacio, el presente artículo se va a centrar
solamente en los problemas culturales que me planteó, en su momento, la
traducción de tres monólogos de Talking Heads: A Chip in the Sugar, Bed Among
Lentils and A Cream Cracker Under the Settee. Su traducción al español —
inédita hasta ahora— supuso para mí un reto personal más que una simple
traducción. En otras palabras, fue un intento por comprobar si era capaz de
expresar en castellano la riqueza lingüística y cultural de este genial dramaturgo
contemporáneo, cuyas obras han llegado a ser espejos que reflejan la sociedad
británica actual, sus bromas, su humor amargo y su sufrimiento oculto.

1. Las referencias culturales en Talking Heads

La tarea que me resultó más frustrante al traducir estos monólogos fue,


posiblemente, la de lograr transmitir las referencias culturales inglesas2 de tal
manera que resultaran inteligibles para la audiencia española.

2 Aprovecho para explicitar aquí que Bennett escribe sobre la realidad, más concreta, de
Inglaterra y no sobre la más amplia del Reino Unido.
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Uno de los motivos del éxito de Bennett es que refleja, con todo detalle, la
cultura británica, por lo que su audiencia se identifica inmediatamente con los
personajes de sus monólogos: las damas anglicanas, los "yuppies eclesiásticos”,
el paquistaní vendedor de periódicos, la esposa frustrada —incapaz de liberarse
de su entramado social—, o la anciana cuya vida está en manos de los servicios
sociales; y esa identificación se hace también extensiva a las instituciones tales
como los grupos terapéuticos, la Asociación de Alcohólicos Anónimos, las
residencias de ancianos, etc.
En términos generales, el problema de la traducción provenía del hecho
contradictorio de que yo no podía omitir las referencias culturales pero a menudo
resultaba imposible trasvasarlas literalmente al castellano. Si lo hacía así, el
electo sería contraproducente. En otras palabras, alejaría a los espectadores del
significado del monólogo en lugar de hacérselo más comprensible y familiar.
Finalmente decidí realizar concesiones a ambas posturas. Respetaría el texto
todo lo que me fuera posible pero sin comprometer su comprensión por parte de
los espectadores. Era consciente, sin embargo, de que esta decisión podía hacer
del resultado final una chocante mezcla de inglés y castellano. Así pues, decidí
evitar este riesgo recurriendo a equivalentes neutros algo más de lo que me
hubiera gustado.
Para abordar el tratamiento de dichas referencias culturales de la forma más
rigurosa, me inspiré en Eugene Nida (1964), para el cual la cultura no es una
entidad homogénea sino un compuesto de cinco categorías:
1.1. Cultura ecológica.
1.2. Cultura material.
1.3. Cultura religiosa.
1.4. Cultura social.
1.5. Cultura lingüística.
Voy a pasar a analizar detenidamente cada una de ellas (véase Calzada
Pérez, en prensa) analizando los problemas que se me plantearon ante las
mismas.

1.1 Cultura ecológica

Nida (1964) entiende por cultura ecológica el conjunto de rasgos geográficos


que aparecen en una obra literaria. En estos tres monólogos se alude
constantemente a lugares como Leeds, Yark, Ripon, Bradford o Stevenage, bien
conocidos por el espectador inglés pero no por la mayoría de los españoles ni
del resto de los posibles receptores de habla hispana. Como traductora
procedente de la península ibérica, yo sólo tenía dos opciones con respecto a la
cultura ecológica. Por un lado, podría traducir estas ciudades recurriendo a
nombres de otras españolas similares a las inglesas3. Por otro lado, podría dejar

3
Por desgracia, mi insuficiente conocimiento de otras realidades hispanas reducía mi capacidad de trasvase al ámbito
español. Ni mucho menos considero ideal esta situación, pero —en palabras de Ortega y Gasset— los traductores
también somos nuestras “circunstancias”. En definitiva, con este comentario quiero resaltar el enriquecimiento que
supondrían otras versiones de estos monólogos escritas desde distintos rincones de habla hispana, sobre todo para
traductores y lectores españoles que, a menudo, incurrimos (¿inconscientemente?) en un etnocentrismo reduccionista.
En cualquier caso, no fue éste el talante que alentó mi proyecto traductor.
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los nombres ingleses aunque esto afectase a la comprensión de los destinatarios


del texto traducido.
Escogí la segunda opción porque conservaba el ambiente inglés, fundamental
en las obras de Bennett. Además, me di cuenta de que, si bien la audiencia
española no localizaría exactamente el lugar donde se desarrollaban los
monólogos, sí que sería capaz de situarlos en algún punto de Inglaterra. De
manera que podrían no identificarse tanto con los personajes como los
espectadores ingleses pero por lo menos serían capaces de ubicarlos
espacialmente, aunque de manera, eso sí, algo difusa.

"Fifty-two. Filey. 1934.” She said, “Sea-Crest." He said, (ACS 17).


"Cincuenta y dos", dijo él. “Filey. 1934." Ella dice, “Hotel Sea-Crest”.

Pero otras veces no quedó más remedio que sustituir la referencia geográfica
—que poco o nada le diría al público español— por su función:

They go on trips to Wharfedale ( ACCUTS).


Os llevan de excursión a la playa.

I'll be in Stafford Hous... (ACCUS 84)


"Yo estaré en la Residencia de Ancianos..."

1.2. Cultura material

Esta categoría comprende aquellos objetos —o utensilios— materiales propios


de cada cultura; en este caso, de la cultura inglesa. En esta oportunidad, las
opciones que se me plantearon fueron seis:
1.2.1. Traducir literalmente o incluso mantener el término inglés.
1.2.2. Encontrar un término español equivalente al británico, aunque ambos
no coincidieran plenamente.
1.2.3. Matizar el término inglés a fin de que resultase menos específico en la
lengua de llegada y así no tener que introducir expresiones españolas con
connotaciones distorsionantes.
1.2.4. “Inventarme” (o crear) nuevos términos para hacer la referencia
comprensible.
1.2.5. Recurrir a una paráfrasis neutra.
1.2.6. Suprimir las referencias.

Decidí aplicar un criterio flexible, lo que significa que hice uso de las cinco
opciones.
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1.2.1. Mantuve las referencias británicas cuando me pareció que eran


importantes para conservar el matiz cultural del texto inglés. A veces, sin
embargo, me vi obligada a compensar, con adiciones, posibles carencias del
lector español:

He's been had up for exposing himself in Sainsbury's doorway. As mother said,
"Tesco, you could understand it". (ACS 24)

“Hasta lo han llevado a juicio por enseñar sus partes a la puerta del
supermercado Sainsbury's. Como dice mamá, 'todavía si hubiese sido a la puerta
de Tesco, que es un sitio de clase baja, se comprendería.”

1.2.2. Sustituí las referencias británicas por objetos que algunos teóricos
considerarían plenamente equivalentes (con la dificultad que dicho concepto
entraña):

At the thought of celebrating the Lord's Supper in Benylin Geoffrey now has a
complete nervous breakdown... (BAL 38)

“Nada más que de pensar que tiene que celebrar la Última Cena con Bisolvón
a Geoffrey le da un ataque de nervios...”

En este caso, la sustitución de Benilyn por “Bisolvón" resultaba (y resulta)


especialmente afortunada: ambos objetos materiales son jarabes para la tos, con
el mismo color, sabor parecido y una historia igualmente larga tanto en Inglaterra
como en España.

1.2.3. Sin embargo, con frecuencia me incliné por matizar el término inglés.
Mantener la referencia original a ultranza hubiera resultado un obstáculo para la
comprensión por parte de la audiencia meta y no hubiese contribuido a
comunicar la idiosincrasia inglesa de Bennett.

...who teaches Flowers in Felt and Fabric at my day centre. (ACS 17)
“...que enseña a hacer flores de fieltro y tela en el ambulatorio.”

1.2.4. En ocasiones hube de "inventarme" (o crear) la denominación de ciertos


objetos tras un proceso de documentación que me llevó a visitar ciertos grandes
almacenes españoles bien conocidos:

That's all she can knit, tea cosies and bed socks. (ACS 17)
"Cubreteteras y calcetines de dormir eso es todo lo que sabe calcetar."
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1.2.5. Finalmente, a veces me pareció que la referencia, literalmente


traducida, no tenía significado alguno, pero no pude encontrar un equivalente
español ya que las connotaciones resultaban inadecuadas. Entonces recurrí a
una paráfrasis neutral que, por lo demás, a veces alargaba el texto de manera
considerable:

I smell curry on my Woman's Own (ACS 20):


"La revista que compro todas las semanas huele a curry".

Carnation Milk "leche condensada". (BAL 32):


The Ewbank: "el aspirador" (ACCRUS 82).

También introduje vocablos españoles que definieran los objetos materiales


de forma más explícita:

Grand carpet sale... (ACCUS 88)


“Venta de alfombras persas”

1.2.6. Hubo un único objeto (una prenda de ropa para más señas), que suprimí
porque su supuesto equivalente en español ha caído casi por completo en
desuso: gaiters = “polainas”.

...still when I get a dishcloth and sponge off his gaiters (BAL 2)
“Cuando termino de limpiarlo con un paño de la cocina y una esponja...”

En resumen, traté de respetar las diferencias materiales siempre y cuando


dicha actitud no supusiera un obstáculo para la comprensión por parte de los
destinatarios. Cuando esto sucedía, recurrí a procedimientos compensatorios o
neutralicé por completo tales peculiaridades.

1.3. Cultura religiosa

En cuanto a las referencias religiosas, éstas aparecen principalmente en Bed


Among the Lentils. Y es que, dado que la protagonista de dicho monólogo
(Susan) es la esposa de un vicario, es lógico que éste se encuentre lleno de
alusiones religiosas. La disparidad en este sentido es clara entre Inglaterra y
España por la diferencia entre sus iglesias oficiales respectivas: sus ritos y
ceremonias pueden ser, como mucho, parecidos pero nunca exactamente
iguales. Aquí la decisión era obvia: como en ambos países vivimos experiencias
diferentes tuve que parafrasear:
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Holy Communion (BAL 30):


"Era una misa de domingo en toda regla".

Evensong (BAL 31):


"misa vespertina"

O cambiar algunos objetos por otros existentes en ambas culturas:

...and end up hanging my head on the Communion rail.


“y termino golpeándome la cabeza en un reclinatorio.”

Por cierto que en los tres monólogos que estoy examinando aquí, he preferido
traducir Jesus por “Jesucristo” y no “Jesús”, nombre habitual en la geografía
española. De modo que, al utilizar, “Jesucristo” facilitaba a la audiencia la
comprensión inmediata de quién se estaba hablando y evitaba potenciales
malentendidos.

Shouting about Jesus and leaving gates open (ACCUS 86)


“Gritando acerca de Jesucristo y dejando las puertas abiertas"

1.4. Cultura social

A Chip in the Sugar plantea ciertas contradicciones sociales presentes en la


sociedad británica, especialmente a través de los personajes de Graham y el
señor Turnbull: vestidos, sabores y una interpretación distinta de los términos
classy y common reflejan diferentes modos de entender la vida. Esto, sin
embargo, puede transferirse al texto traducido porque las diferencias sociales
están también a la orden del día en la sociedad española. En realidad, flares are
anatema (ACS 19) o red is a common colour (ACS 18) tanto en Inglaterra como
en España, por lo que la tensión social que el texto encierra se comprenderá
igualmente por el público meta al que va dirigida la traducción.
Lo mismo ocurre con las actitudes discriminatorias inglesas. Así, las
referencias específicas a los paquistaníes no serán fácilmente captadas en
España, porque aquí no abundan inmigrantes de la península del Indostán que
vendan mangos in our post office (ACS 20). Pero sí que existen actitudes
vejatorias muy parecidas con respecto a poblaciones de otros lugares; por lo que
los lectores del texto traducido percibirán la existencia de una actitud xenófoba,
que es lo que realmente importa.
Otro ejemplo de prácticas sociales que se repiten, con sus diferencias, en
ambos países sería el funcionamiento de grupos de psicoterapia. Si bien, en
principio, podría pensarse que éstos plantearían problemas a los traductores, sin
embargo en España también existen tales reuniones psicoterapéuticas, por lo
que realmente no ofrecen dilemas irresolubles.
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Aun así, me encontré con una serie de servicios sociales que obligadamente
tuve que traducir por sus homólogos españoles, como vienen a ilustrar los
siguientes ejemplos de A Cream Cracker Under the Settee:

Unemployment Exchange (ACCUS 84):


Oficina de Desempleo.

The Welfare (ACCUS 82):


Servicios Sociales.

The Parks Department (ACCUS 84):


Servicios de Jardinería.

Home Help (ACCUS 82):


El servicio de ayuda domiciliaria.

En este mismo monólogo, Doris, una anciana viuda que vive sola, obsesiva
de la limpieza y con un enorme temor a que se la recluya en una residencia de
ancianos, acierta a expresar, mediante los diferentes registros del habla,
diferencias sociolingüísticas relativas a su edad, educación y clase social, que sí
que colocan al traductor en situaciones comprometidas. Así Doris, por su edad,
sólo dice una palabra malsonante, que se ha de traducir con especial cuidado
para que ni escandalice al lector por su dureza (impropia del personaje) ni lo deje
indiferente en un momento que es clave para la anciana:

Oh hell:
Puñeta.

O se expresa mediante eufemismos característicos de una señora inglesa de


edad como:

Spend the penny, (ACCUS 84):


Ir al baño (hacer pis).

Su discurso, asimismo, reproduce peculiaridades lingüísticas típicas de la


clase trabajadora, que algunos —portavoces de la pureza de idiomas y
comportamientos— tachan, con insolencia de incorrecciones gramaticales y cuya
traducción no es precisamente fácil. Véase, a modelo de ejemplo, el siguiente
uso pronominal tan alejado de la norma (de clase media) inglesa, que queda
neutralizada en español:
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Them's her leaves (ACCUS 83):


“Las hojas son suyas”.

O la doble negativa, que pasa desapercibida en castellano:

I never saw no list (ACCUS 83):


Nunca he visto ninguna lista.

O incluso vulgarismos que aquí sí he logrado mantener como tales:

Braying on the door (TH 86):


"Aporreando la puerta".

1.4. Cultura lingüística

Es en el plano lingüístico donde en los tres monólogos se dan estructuras


gramaticales muy similares e incluso idéntico vocabulario, repitiendo palabras
como upright chair o modismos como to kick off. Sin embargo, existen como es
lógico casos concretos que debo tratar aquí, referente a nombres, adjetivos,
pronombres y expresiones deícticas y otros aspectos más.

1.4.1. Nombres

El principal problema que encontré fue la traducción de los nombres propios y


de sus respectivos tratamientos. Los nombres de los personajes de Bennett no
están elegidos al azar, sino después de una cuidadosa reflexión: en su prólogo
a The Writer in Disguise, el propio Bennett admite one can spend a whole
morning, like this one, just trying to think of a name. (1985:17) Es, por lo general,
totalmente imposible reproducir, en una traducción, el efecto evocativo de toda
una cultura. En este caso, nombres como Vera, Steve, Jackie, Doris e incluso
Graham resultaban perfectamente adecuados a sus respectivos personajes. Y,
cuando una audiencia británica oye Dr. Chaudhury, enseguida entiende que se
trata de un personaje de origen foráneo, posiblemente un paquistaní. A los
españoles este matiz se les escaparía por completo, pero poco puede hacerse
para trasladar todas estas connotaciones nominativas de Bennett sin extirpar el
texto de su hábitat natural de partida. Así pues, mantuve los nombres británicos
y los escribí en inglés, aunque el nombre existiera en castellano. Tal es el caso
de Verónica, que en castellano lleva acento en la "o" y que dejé en su forma
inglesa, sin tilde.
Hay otros problemas en la traducción de los nombres propios. Los ingleses se
refieren, a veces, a sus conciudadanos con las iniciales de nombres o apellidos,
como Mrs So Mrs B. Esto no sucede en castellano donde lo que pasa a veces
es que el nombre o apellido van precedidos por el artículo definido: La Shrubsole,
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la Belcher. A Susan (BAL), por su parte, tanto el obispo como el señor Ramesh
(personajes que ella nos presenta en su monólogo) la llaman Mrs Vicar. Después
de una reflexión en la que tomé el contexto como factor clave, decidí traducir
este apelativo por “la Vicaria”, usando la forma lingüística popular y del mismo
modo que Leopoldo Alas Clarín, llamó "La Regenta" a la protagonista de su
novela más famosa.
Los nombres de lugares públicos y entidades también planteaban dificultades.
Podía transcribir el nombre inglés, usar el equivalente en castellano o hacer una
mezcla, que es lo que habitualmente preferí en tales casos:

St John Ambulance Brigade (TH 36):


“La brigada de ambulancias de St John".

Sin embargo, cambié de táctica en:

the altar of St Michael and All the Angels (TH 35)


traducido como: “el altar de San Miguel y Todos los Ángeles”.

En este caso St Michael and All the Angels no da nombre al altar sino que
especifica para quién fue erigido. Además, como la referencia era idéntica en
ambos idiomas, podía traducir en lugar de transcribir en inglés y eso hice.
Las denominaciones lingüísticas de objetos materiales me plantearon
situaciones curiosas, como el caso del Victoria sponge (BAL 34) que tiene un
equivalente perfecto en castellano: “bizcocho genovés”.
En otros casos (los más habituales), tuve que hacer un esfuerzo de concreción
lingüística en español:

I wish I was ready for bed.... and the bottle in (ACCUS 90):
“Ojalá estuviera lista para acostarme y con la bolsa de agua caliente ya en la
cama".

A veces los personajes utilizaban apelativos cariñosos al hablar entre sí.


Cuando esto sucedía, procuré reproducir un intercambio comunicativo creíble en
un entorno hispanohablante, antes que mantener una traducción literal, que
resultara chocante y distanciadora:

He wasn't dirty, little thing. (ACCUS 88):


No estaba sucio, angelito.

En algunas ocasiones, el inglés parecía ser más preciso que el castellano:


A cream cracker under the settee (ACCUS 81): "Una galleta debajo del sofá".
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O incluso más compacto. En tales casos recurría a una paráfrasis:


“A detail”, he says. (TH 18):
“Un detalle sin importancia”.

En otras ocasiones tuve que decidir ante palabras inglesas virtualmente


vacías:
The stuff is all home-made (ACS 18): “Todo lo que sirven es casero”.

Y no rechacé, muy al principio, el uso de términos extranjeros cuando eran ya


de uso corriente en castellano, aunque el diccionario de la Real Academia
Española (DRAE) no los recogiera en aquel momento. Estimé que aportaban
naturalidad al monólogo:

a sidecar (ACS 22);


un sidecar.

Prueba de que esta decisión no fue, en absoluto, desacertada la encontramos


en que, en la actualidad, el DRAE ya admite, sin complejos, la palabra “sidecar”,
junto a tantos otros vocablos que han ido incorporándose a través de un uso
popular, que en su día la Academia consideraba “punible”.
Por supuesto y como siempre, hube de tener cuidado con los “falsos amigos”
como Infirmary, conference y vicarage (que traduje por "hospital”, “congreso",
“nuestra casa").
Finalmente, en una ocasión modifiqué ligeramente el significado original:

green trilby hat (ACS 17):


“sombrero tirolés verde” (en lugar de “sombrero flexible verde").

La opción literal no significaría nada para un oyente español. Además, el


término "tirolés" otorgaba cierta apariencia ridícula al señor Turnbull, acorde con
la imagen que Bennett construye en su texto original.
También merece aquí mención el cambio "naturalizador" de símiles que, de
haberse traducido de forma literal, habrían, cuando menos, desconcertado al
lector meta:

Garden. It's only the size of a tablecloth (ACCUS 84):


“El jardín cabe en un pañuelo”

Hay otros dos casos que cabe comentar, por último. De un lado, Alan Bennett
(o más bien Susan en BAL) inventa una palabra: Hazslor (i.e. hazard + floral).
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Me sentí, pues, autorizada a crear mi propia versión en castellano, con tal de que
no desentonase con el contexto lingüístico y situacional en el que aparecía dicha
expresión:
This is not a flower arrangement (...). It is a HAZFLOR (BAL 36):
“Pues vaya un arreglo floral (...) De hecho (...) debería llamarse PELIGRO
FLORAL".

1.4.2. Adjetivos

Los adjetivos que encontramos en los monólogos de Bennett plantean tres


problemas al traductor.

a. Adjetivos vacíos.
b. Adjetivos desconocidos.
c. Condensaciones adjetivales.

En el primer caso, la dificultad radica en que el significado original es


demasiado amplio o vago, y los traductores han de precisar los límites o matizar
el significado de los mismos:

Lovat green is a nice shade. (ACS19):


“El verde botella es un tono bonito".

En cuanto a los adjetivos desconocidos, me tropecé con algunos que me


causaron serias dificultades. El ejemplo más claro es lovat (green). No aparecía
en ningún diccionario de los que consulté en un principio; la mayoría de los
informantes ingleses a quienes pregunté tampoco sabían qué clase de tonalidad
de verde era. Por último, la última edición (de 1998) del New Oxford English
Dictionary (NOED) incorporaba la definición siguiente:

A muted green colour used especially in tweed and wollen garments

Pero ésta no era tan ilustrativa como podría parecer, puesto que el tono exacto
de verde al que se estaba refiriendo Bennett tan sólo quedaría claro con la
visualización real de dicho pigmento. Sólo conseguí traducir esta expresión
adjetival (como "verde botella") gracias a la colaboración de un importante
académico de la Universidad de Cambridge4, que me facilitó una muestra real
de dicho color. Este escollo demuestra que los traductores no son simples
lectores; éstos últimos no necesitan saber qué significa exactamente lovat
(green) para seguir leyendo mientras que a los traductores sí que les resulta

4
Agradezco aquí la colaboración del profesor de la Universidad de Cambridge, Germán Berrios,
especialista en el campo de la Psiquiatría de la Universidad de Cambridge.
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imprescindible la comprensión (y visualización) absoluta de los rasgos culturales


del original.
En el tercer caso —las condensaciones adjetivales— con frecuencia hube de
ampliar las expresiones inglesas mediante paráfrasis. De este modo:

She says, "You are colourful" (TH 21):


“Ella dice, iqué colores tan vivos llevas!”

Finalmente y para zanjar este apartado, no hemos de olvidar que el texto


traducido contiene derivados, aumentativos, diminutivos y despectivos que
evitan la pérdida de los matices originales e incluso enriquecen el estilo
lingüístico del monólogo traducido:

And here is this little fellow saying... (ACS 17):


“...y aquí tenemos a este pequeñajo preguntándole...”

1.4.3. Artículos, pronombres y demás expresiones deícticas

En lo referente a los artículos, la decisión más difícil se presentaba cuando


tenía que especificar el género de ciertos nombres mediante esta categoría
morfológica, cosa que el inglés no hace necesario. El contexto, sin embargo,
ayudaba normalmente a decidir:

The fans, of course, never dreaming that their prayers would be answered, are
furious (BAL 40)
“Las fans, que por supuesto nunca soñaron que sus oraciones serían
escuchadas, están que se suben por las paredes".

No resulta, en general extraño, como ya indican, entre otros, López Guix y


Minett- Wilkinson (1997: 97-101) que, a veces, cuando el inglés usa un artículo
indefinido, el castellano opta por el definido o incluso omite por completo dicho
artículo:

Then I'd better pretend you have a headache (BAL 31):


“Entonces será mejor que diga que tienes dolor de cabeza.”

A caballo entre, artículos y pronombres, también concordamos con López


Guix y Minett-Wilkinson (1997: 112) en que hay demostrativos deícticos que se
traducen mejor por artículos definidos:
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gifted with all this sex (BAL 30):


“con todas las relaciones sexuales que le estábamos ofreciendo.”

Con relación a los pronombres, es interesante señalar la forma en que los


protagonistas de ACS, Graham y la señora Whittaker, aluden a su relación de
hijo y madre a lo largo del monólogo (ACS). Mientras que el primero no puede
entender su posición en el mundo sin su madre, ésta sí distingue claramente
entre ella y su hijo. Tal circunstancia se pone de manifiesto mediante los
pronombres personales que emplean los personajes: Graham siempre usa la
primera persona del plural, mediante la que se fusiona con la madre, en tanto
que ella explicita la diferencia de ambos:

(Mrs Whittaker) Well, we know better, our Graham and me. (ACS 16):
"Bueno, nosotros, mi Graham y yo sabemos lo que es mejor."

Finalmente, a veces en inglés se usan los pronombres para subrayar o


enfatizar ciertos aspectos del discurso, acentuándolos especialmente en la frase.
En castellano puede reproducirse tal énfasis siguiendo el procedimiento inglés:

So, (...), when we put our money in the plate it is a symbol of everything in our
lives we are offering to God and that includes sex (ACS 30):
“Así que nuestros donativos en misa representan todo lo que se refiere a
nuestras vidas, incluida nuestra relación sexual."

O bien recurriendo a otros métodos, como el siguiente, —que Vinay y


Darbelnet (1958) llamarían "transposición":

I thought I was doing the altar (BAL 34):


"Creía que el altar me tocaba a mí."

Por lo que se refiere al sistema de pronombres (demostrativos) deícticos,


introduje las modificaciones que me parecieron oportunas para reforzar la
naturalidad del texto traducido:

I knew what had brought it on. (ACS 16):


“Yo sabía, por supuesto, a qué venía todo aquello.”

Por cierto, otras expresiones deícticas (en el siguiente ejemplo un adverbio) a


veces no se tradujeron y se prescindió de ellas en el texto castellano:
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I overslept this morning, flung on a cardigan and got there just as everybody
was standing up. (ACS 30):
“Esta mañana se me pegaron las sábanas. Aprisa y corriendo cogí una
chaqueta y entraba por la puerta de la parroquia..."

Conclusiones

El texto de Alan Bennett no tiene fácil correspondencia en español. Su éxito


se basa en dos elementos —las referencias culturales y la naturalidad de las
situaciones y del habla— que acaban fundiéndose. En términos generales, puede
decirse que todas las referencias ecológicas, materiales, religiosas, sociales y
lingüísticas acercan el texto a los espectadores ingleses y les hacen el obsequio
de situaciones para ellos cotidianas. En castellano, sin embargo, las referencias
culturales y la naturalidad divergen en numerosas ocasiones, y el traductor se ve
obligado a escoger.
Como puede deducirse por las decisiones que tomé en la traducción de los
tres monólogos, opté por la “naturalidad". No obstante, no consideré "natural"
que el monólogo pareciese español cuando estaba ubicado en Inglaterra y sus
personajes eran ingleses. En este caso, la “naturalidad” consistía en hacer
comprensibles las referencias culturales a la vez que se evitaban connotaciones
españolas inadecuadas. Como hemos visto a lo largo del presente estudio, esto
supuso decisiones que no siempre optaban por los mismos procesos
traductores, pero que pueden justificarse en tanto y en cuanto todos ellos
pretendían refrendar la "naturalidad" perseguida. La primera conclusión que
podemos, por tanto, extraer de esta experiencia real de traducción es que
actitudes traductoras tomadas de forma aislada pueden, en principio, parecer
contradecirse. Sin embargo, en el contexto más amplio del proyecto traductor
resultan no sólo comprensibles sino a veces hasta inevitables.
En lo referente a la cultura lingüística, también me decidí por la "naturalidad".
En este caso, me marqué el objetivo de evitar un lenguaje literario y de, por el
contrario, reproducir un habla común que no tuviera, sin embargo, expresiones
localistas (dialectos como el andaluz, por ejemplo). Dicho de otro modo, recurrí
a un castellano neutro de la calle. Procuré evitar, asimismo, tanto los calcos
lingüísticos como el uso de un “tercer lenguaje”, que se demostrara incapaz de
insuflar vida a conversaciones factibles. El trasvase de la cultura lingüística,
además viene a confirmar las numerosas divergencias morfológicas que
apuntan, entre otros López Guix y Minett-Wilkinson (1997), y ante las que todo
traductor ha de estar preparado.
Las decisiones traductoras que se han examinado tienen quizá el
inconveniente de que el texto meta pierde ciertos aspectos de ese “código
secreto” que Bennett comparte, de forma implícita, con la audiencia inglesa. No
obstante, también tienen la ventaja de que dan credibilidad a los monólogos en
español. En fin, como yo quería preservar la naturaleza típicamente inglesa del
texto original, me pareció que esta táctica era la menos incongruente para
traducir al castellano un monólogo profundamente inglés.

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