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Qué sucede actualmente con el registro genético de

violadores
El gobierno Argentino se apresura a poner en funcionamiento el registro genético de
violadores. Se trata de una ley aprobada por el congreso en 2013, que no estaba
reglamentada. La así llamada “lista negra” incluirá a los delincuentes sexuales con
condena en firme y será accesible para funcionarios que tengan en sus manos causas
judiciales. Se creará una comisión tripartita con integrantes de los Ministerios de
Justicia, Seguridad y Ciencia y Tecnología para supervisar su funcionamiento, y
también se realizará el próximo jueves una reunión con los laboratorios forenses que
dependen del Ministerio Público Fiscal para decidir la forma en que extraerán y
conservarán muestras de ADN.

En 2013, varios casos resonantes motivaron la sanción de esta ley. Ese mismo año,
Ángeles Rawson de 16 años fue halladla sin vida en un basurero de Capital Federal,
aunque la decisión de reactivar esta ley surge en abril de este año, a partir del crimen
de Micaela García.

Micaela García, de 21 años, era una estudiante universitaria que apareció muerta en la
ciudad de Gualeguay. Su presunto asesino ya había sido condenado anteriormente
por dos violaciones. Según datos del ministerio de justicia, las condenas por delitos
sexuales aumentaron en un 33% entre los años 2012 y 2015. En Entre Ríos, provincia
donde murió esta joven, la ley que establecía el registro de violadores fue creada en
2006, pero nunca implementada. Si bien la provincia de Mendoza fue la primera en
aprobar un registro de violadores, en ese caso también faltó voluntad política para que
entrase en vigor. Aunque, en otros países, como Reino Unido, Francia, España y
Estados Unidos, ya se cuenta con bancos de ADN para la identificación de violadores.
Este método “no ha contribuido con el cumplimiento de su objetivo que como se
supone consiste en la disminución de casos y condenas, ni con la facilitación de los
mismos en los países que ya lo implementan”, según las estadísticas.

Una de las principales impulsoras del proyecto original en la Argentina es Isabel


Yaconis, integrante de la Asociación Civil “Madres del Dolor”, y madre de Lucila
Yaconis, quien fue asesinada en el año 2003 por resistirse a una violación cuando
cruzaba un túnel subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires. Isabel opina: “Con esto
no vamos a terminar con las violaciones, pero vamos a empezar a acorralar al
violador”.

La abogada integrante del colectivo “Ni Una Menos”, Silvina Cartabia, sostiene que el
registro por sí mismo es insuficiente para terminar con la violencia sexual porque “va a
identificar a un mínimo número de agresores” y deja sin consideración el hecho de que
la mayoría de mujeres “no denuncian y a las que denuncian no les creen”. Cartabia
también afirma que la mejor herramienta para prevenir este tipo de delitos es la
Educación Sexual Integral, conocida como ESI: “es lo que hace falta, porque si sabés
identificar lo que es abuso podés reaccionar a tiempo, ponerle freno y pedir ayuda”,
aunque se lamenta y denuncia que “el gobierno ha desarticulado el programa”.

Silvia Abigail García – Taller de producción en lenguajes, Actividad N°3.

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