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ACTIVIDAD SEMANA 6

Keli Yohana Puerta Gil

LEGISLACION FINANCIERA

Americana
Realizar una investigación del impacto de las Políticas Macroeconómicas en el Sistema
Financiero Colombiano desde el 2015 al 2021

ncipal de la economía, puesto que el mejoramiento de las condiciones de vida de la población


es determinado en gran medida por el incremento del producto o renta. Es entonces lógico
que la relación entre el sistema financiero y el crecimiento económico haya sido ampliamente
estudiada en la literatura desde diversos puntos de vista: hay académicos que consideran que
el crecimiento genera un mayor desarrollo del sistema financiero; hay quienes, por el
contrario, afirman que un sistema financiero más desarrollado tiene un impacto positivo en el
crecimiento del ingreso de un país; y hay otros analistas que consideran que esta relación ha
sido sobrevalorada en la literatura económica. De esta forma, surge la pregunta en la que se
basa el presente trabajo: ¿Ha tenido el desarrollo del sistema financiero un impacto positivo
en el crecimiento económico de Colombia? Inicialmente el presente trabajo parte del punto de
vista de que un mayor desarrollo del sistema financiero tiene un impacto en la economía a
través de canales como la acumulación de capital y la productividad de los factores. La
profundización de las funciones del sistema financiero puede contribuir al crecimiento
económico, pues ellas afectan las decisiones que los agentes toman acerca de su ahorro e
inversión, los cuales influyen en el crecimiento económico de un país. Si el sistema financiero
tiene efectivamente un impacto en el crecimiento económico, se hace especialmente
necesario profundizar en el estudio de esta relación en un contexto económico actual como el
colombiano, en el que se ha observado una disminución del crecimiento económico de largo
plazo asociado al producto potencial o capacidad productiva de la economía. Por este motivo,
analizar las variables que puedan influir en el crecimiento es fundamental para idear
estrategias que contribuyan a mejorar las condiciones de vida de la población, previa
recuperación del crecimiento potencial pues, como se mencionó anteriormente, es claro que
el mejoramiento de las condiciones de vida del colectivo se encuentra determinado en gran
medida por el incremento del producto o renta y, más que esto, por su aumento en términos
per cápita, dado que este incremento permitirá a los diseñadores y ejecutores de las políticas
públicas su redistribución con criterios de mayor equidad.

Según la bolsa de valores de Colombia (2011) el COLCAP entró en funcionamiento el 15 de


enero de 2008 y su valor base fue de 1.000 puntos. La canasta del índice después del
rebalanceo siempre está compuesta por 20 emisores, pudiendo haber un número menor de
emisores entre rebalanceos en caso de que ocurriese un evento que involucrase la
desaparición de una de las acciones registradas en la canasta.

 circunstancias económicas que enfrenta el país, a raíz del fuerte choque en sus
términos de intercambio como resultado de la caída del precio del petróleo que
alcanzó el 60% entre finales de junio de 2014 y mediados de enero de 2015. Si como
la mayoría los analistas prevén, este choque tiene un alto grado de persistencia, será
imprescindible que la economía del país se ajuste a las nuevas circunstancias, para
prevenir futuros desequilibrios macroeconómicos. Las políticas monetaria y fiscal no
tienen el poder de eliminar totalmente los efectos negativos del choque. Por ello es
importante adquirir conciencia sobre la necesidad de adaptarse a esta nueva realidad
económica, para facilitar así los ajustes reque
La actividad económica de Colombia creció un 1,8% en 2017 (la cifra más baja desde 2009). El
crecimiento resultó afectado por el bajo dinamismo de la construcción, la industria y el sector
minero-energético. En contraste, presentaron un mejor ritmo de crecimiento los servicios
financieros, los servicios sociales y la agricultura. La demanda mostró un mejor desempeño del
consumo, mientras que la inversión total quedó estancada y las exportaciones se contrajeron.
La demanda interna se desaceleró por los efectos rezagados de la política monetaria
contractiva que tuvo lugar en 2016 y por la reforma tributaria que entró en vigor en 2017, con
nuevos gravámenes al consumo. El gobierno central redujo su déficit estructural, cumpliendo
los objetivos de sostenibilidad de la regla fiscal. Ello exigió fortalecer los ingresos fiscales
mediante mayores impuestos indirectos y recortar el gasto corriente y la inversión pública. El
compromiso con una senda de reducción del desbalance fiscal transmite confianza a los
mercados y reduce el costo del endeudamiento. La medida de inflación anual continuó su
tendencia decreciente y cayó 2,3 puntos porcentuales entre enero de 2017 y abril de 2018,
ubicándose en el rango meta (del 2% al 4%) y dando cumplimiento al objetivo de estabilización
de precios de las autoridades. Esto le ha permitido al Banco de la República continuar el ciclo
de reducción de las tasas de interés. Los pronósticos para 2018 y 2019 son favorables y se
evidencian en la mejor dinámica de los socios comerciales (los Estados Unidos, la zona del euro
y los países de América Latina) y en la tendencia positiva del indicador de seguimiento de la
economía y de los indicadores de confianza industrial, comercial y del consumidor. Con las
bajas tasas de interés y el descenso de la inflación se espera lograr una mayor confianza e
incentivos a la inversión, un mejor uso de los recursos productivos, la preservación del poder
adquisitivo de los hogares y una favorable dinámica del crédito, el consumo y la inversión. Para
2018 se proyecta que se acelere la actividad económica y se consolide la recuperación. La
economía crecería un 2,7%, impulsada por un mejor desempeño de la demanda interna y
externa. Se prevé un mayor crecimiento del consumo de los hogares y de la inversión, por la
menor carga tributaria empresarial a partir de 2018, y un mejor ritmo de ejecución de los
proyectos de infraestructura.

En el primer semestre de 2021 se confirma una recuperación sostenida con la tasa de


crecimiento anual del 8,8% del PIB, frente al mismo período del año anterior, impulsada por el
repunte del consumo de los hogares y por la dinámica de la inversión. El paro prolongado, los
bloqueos de vías y los problemas de orden público, así como la empinada tercera ola de la
pandemia, que solo comenzó a ceder en el mes de julio, perturbaron el crecimiento, pero no
lograron revertir el buen ritmo del primer trimestre del año. El mayor valor de las
exportaciones, por el impulso de la recuperación de la demanda externa y por los altos precios
del petróleo y el café, se sumó a este escenario favorable de crecimiento. La inflación en 2020
(1,6%) fue la más baja registrada en la historia reciente de Colombia, y se situó por debajo de
la meta de política del 3%, por la fuerte caída en la demanda agregada. En contraste, factores
externos e internos han impulsado la inflación en 2021. La variación anual de los precios en el
primer semestre de 2021 alcanzó el 3,63% y se prevé que termine el año por encima de la
meta.

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