Está en la página 1de 2

Ensayo “En tiempos de Covid-19“

Esta pandemia nos tomó a todos por sorpresa. Fue algo que nos forzó a
cambiar y ajustar nuestro estilo de vida ante la situación para vivir de una forma
sana. Pasamos de ser unas personas que constantemente salimos a espacios públicos
a unas que realizamos la mayor parte de nuestro día en nuestras casas, saliendo en
casos importantes como: Comprar alimentos, medicamentos o productos de higiene.
En este ensayo hablaré mis experiencias que tuve en esta cuarentena,
cubriendo temas como el “miedo, temor, ansiedad, frustración, estrés, adaptación”.
Primero definiré los siguientes términos y las aplicaré en cómo influyeron en
la cuarentena:
El miedo es una sensación básica y universal. Este nos genera grandes efectos
en nuestro cuerpo y que se ha encontrado en todas las culturas de las personas que
han sido estudiadas; el temor, en pocas palabras, es una presunción, una sospecha o
el recelo de un daño futuro; la ansiedad es un mecanismo defensivo que nos alerta
ante situaciones consideradas amenazantes. Su función es movilizar al organismo,
mantenerlo alerta y dispuesto para intervenir frente a los riesgos y amenazas, de
forma que no se produzcan o se minimicen sus consecuencias; la frustración es el
sentimiento que se genera en un individuo cuando no puede satisfacer un deseo
planeado; el estrés hace referencia a ciertos sucesos en los cuáles nos encontramos
con situaciones que implican demandas fuertes para la persona, que pueden agotar
sus recursos de afrontamiento; y la adaptación es el estado en el que la persona
establece una relación de equilibrio y carente de conflictos con su ambiente social.
En la teoría de Piaget es la construcción de representaciones mentales del mundo en
la interacción con él.
Al inicio de la cuarentena pude tener muchas sensaciones al mismo tiempo,
primero al saber de eso, me alegré ya que me considero una persona introvertida y
con ansiedad social y pensé que no hacía falta adaptarse porque no tendría
problemas en eso. Al principio, aproveché la situación para mejorar mi salud mental
y mi apariencia, ya para ese entonces estaba en terapia (a la fecha sigo asistiendo)
para ayudarme con mi fobia social. Todo iba bien, ya que no le hallaba necesidad de
aplicar lo que aprendí en terapia. En el transcurso de la terapia, gradualmente fui
mostrando interés en estar en lugares donde hay muchas personas, pero al pasar la
pandemia, me sentí frustrada porque estaba emocionada por aplicar lo que aprendí
y no se me permitió para cuidar mi salud física. Al estar frustrada, empecé a sentirme
resignada y pensar en que quizás la cuarentena se extenderá en más de un año, lo
que a esto fue sumando el temor, ya que, como vivo con mi familia, mis padres
constantemente corrían el riesgo de salir a comprar alimentos y productos de higiene
y fui pensando “¿Y si ellos contrajeron COVID y no se han percatado de ello?” de
forma constante, perturbando mi calidad de vida. El temor fue incrementando
llegando al punto de surgir la ansiedad, ya que me limitaba a no salir de mi casa, bajo
ningún motivo. Al preguntarme si quería salir a pasear, yo me negaba por el miedo
a contagiarme, y si lo llegaba a hacer, me llevaba puesto un cubrebocas, incluso si las
ventanas del vehículo estaban arriba. Al final, terminé pasando la mayor parte de mi
vida diaria en casa, incluso también apareció el estrés porque tenía que realizar más
cosas cotidianas de las que estaba acostumbrada, ya que sólo me limitaba a cuidar
de mi recamara, y eso me ocasionaba cansancio constante y falta de motivación para
realizar actividades sencillas, tales como comer, levantarme, entre otras cosas
esenciales. Incluso llegué a abandonar temporalmente la psicoterapia, pero la
retomé ya que me estaba percatando de que no estaba teniendo una mejor calidad
de vida. Al retomar la psicoterapia, empezamos a trabajar en la adaptación a la
situación que todos estamos viviendo, al principio las sesiones fueron en línea, pero
al notar que mi ansiedad social estuvo incrementando, se tomó la decisión de tener
mis sesiones de forma presencial para así retomar la práctica de mejorar la ansiedad
social. En el transcurso de este, se empezó a hacer una terapia grupal para el
desarrollo de habilidades sociales, por lo que tomé la decisión de acudir, aunque no
duró mucho tiempo. En el transcurso de esa terapia grupal, pude notar que empecé
a presentar síntomas de ansiedad, aunque iba una vez a la semana y ver a las mismas
personas.
A día de hoy, estoy mejorando en mi adaptación a esta situación, haciendo
que mi salud mental no se vea perjudicada, además que fue mejorando mi
desempeño en el hogar, siendo una persona productiva.
La cuarentena fue algo que de cierta forma nos afectó a todos, haciendo que
muchos crearan teorías conspirativas sobre el surgimiento de esta pandemia, otros
negaron la situación y continuaron con sus vidas de forma normal, acudiendo a
fiestas, bares, antros, o lugares cerrados con muchas personas, y otras personas que
prefirieron ajustar su vida diaria en cuanto a esta situación.
Es cierto que esta cuarentena ocasionó sentimientos como miedo, ansiedad,
temor, frustración y estrés, pero también nos permitió pasar más tiempo con
nuestras familias o con las personas con quien vivimos, escuchando, comprendernos
y mejorar lazos familiares; y otros aspectos que empezamos a tomar en cuenta es el
cuidado de la salud mental y la concientización de la presencia de la violencia de
género en sus hogares.

También podría gustarte