SUR

AÑO I - N° 001 / FEB 2023

SEMANARIO DE POLÍTICA Y CULTURA

ESTA
DEMOCRACIA
YA NO
ES DEMOCRACIA
 SUR EDITORIAL

Sumario:
COLUMNA
El miedo de los “polos

Nuestra editorial
blancos”
Rudy Roca Rozas Pag. 03

INFORME
Los invisibilizados entran
a disputar el poder y abren
un escenario para el país Comité Editorial
Wilson Chilo Luna Pag. 04 – 05 Revista SUR

“TINTA ROJA LO JUSTO”

La situación de los
movimientos sociales en la

E
crisis l Semanario Sur nace en medio
Justo Chilo Luna Pag. 06 – 07 de la crisis política, social y de
violencia que se ha desencade-
ENTREVISTA nado con el ascenso de Dina Boluar-
Paolo Sosa: te al gobierno, ante esta situación
“La coalición del gobierno vemos la necesidad de tener un es-
pacio para recoger principalmente
es bastante precaria” las voces del sur, que por años han
Rosmery Roca Rozas Pag. 08 – 09
sido históricamente traicionadas y
que hoy -una vez más- están en las
OPINIÓN calles disputando el poder.
¿Cómo cambié de opinión Por eso es necesario tener es-
sobre la asamblea pacios que permitan cuestionar
constituyente? aquellos relatos hegemónicos
de la concentración de medios,
Luis Nieto Degregori Pag. 10
que son el soporte de la repúbli-
ca empresarial que por años se ha
COLUMNA mantenido en un ejercicio del po-
Terrorismo de estado der marcado por el racismo, el
Lucia Santos Peralta Pag. 11 autoritarismo y la explotación.
Pero además el Semanario Sur
COLUMNA quiere ser una herramienta de re-
flexión e investigación, en donde
No se trata de solidaridad, las diversas voces, de este proceso
se trata de la supervivencia histórico vean reflejadas en nues-
de la desigualdad tras páginas sus preocupaciones,
Daniel Guevara Rodríguez Pag. 12 sueños, anhelos y sus proyectos de
país. Nos ponemos al servicio de ese
COLUMNA afán colectivo, desde nuestra mira-
Nosotrxos nos cuidamos da crítica y nuestra experiencia acu-
mulada.
Claudia Farfán Valer Pag. 13
Nuestro objetivo es incentivar el
debate público sobre este momento
CULTURA
Voces del arte
comprometidas con su
pueblo
Pablo Quispe Sallo Pag. 14 - 15
extraordinario y sobre los procesos
que transitamos para llegar a este
estallido social, que consideramos
es la punta de un iceberg doloroso.
Pero al que debemos volver una
y otra vez, para que nada perma-
nezca oculto, obviado y en última
instancia, estigmatizado, léase “te-
rruqueado” por los medios de comu-
nicación tradicional limeños.
Y junto a eso empujar a la aca-
demia peruana a debatir de mane-
ra más libre, abierta y horizontal,
sin mirar la producción de saberes
que se hacen en territorios fuera de
Lima por encima del hombro. Nues-
tros informes, entrevistas y conteni-
dos buscan articular y dialogar.
Somos parte de un tejido social
y cultural complejo que venimos de
una larga tradición política, que ha
acompañado -no sin errores- a la
gente, al pueblo, a las clases popula-
res en la conquista y ampliación de
sus derechos. Hoy esta convicción
nos lleva a poner nuestros esfuer-
zos al plano comunicativo y cultural.
Te invitamos a ser parte de este pro-
yecto y lo puedes hacer de diferen-
tes formas, con tus críticas, inves-
tigaciones y experiencia; también
ayudando con la difusión de nues-
tros contenidos.

RESEÑA
SUR te recomienda
Pag. 15

POESIA
Decreto ley
Johanna F. Casafranca Pag. 16
autogestionada, COLABORANOS
Esta es una publicación

2
COLUMNA
El miedo de
los “polos blancos”
E
n noviembre de 1962 una ma-
siva movilización campesina
tomó la plaza de Armas del
Cusco demandando a las autori-
dades la realización de la reforma
agraria. Llegaron con sus ponchos,
y ojotas y sus chullos, hablando
abiertamente en quechua. Esta
actitud desafiante de los campe-
sinos, escandalizó a las clases do-
minantes cusqueñas, temerosas
e indignadas por la presencia de
campesinos, en un espacio que
consideraban a ellos no les corres-
pondía.
Una década después en noviem-
bre de 1972, ya con Velasco y los
militares en el poder, en el deno-
minado Gobierno Revolucionario
de las Fuerzas Armadas (GRFA),
se realizó en Cusco el festival
Hatariy, que reunió a una diver-
sidad de artesanos provenientes
de las comunidades campesinas,
distritos y provincias de toda la
región para ofrecer sus productos
directamente a los consumido-
“Ya no son
gamonales, son
una minoría que
apedrea y golpea
a manifestantes, y
han decidido ser la
fuerza de choque del
régimen de la muerte
comandado por Dina
Boluarte”.
res. Esta movilización campesina
de nuevo fue vista como un acto
desestabilizador y desafiante
para el orden señorial de aquel
Cusco terrateniente. Estos apun-
tes históricos son relatados por
el sociólogo Raúl Álvarez Espino-
za en una investigación muy no-
vedosa sobre la plástica popular
integrada en el libro “Un Grito A
La Tierra. Arte Y Revolución En
Chaski (Cusco, 1972-1974)”, pu-
blicado bajo el sello editorial del
Instituto de Estudios Peruanos.
En el 62 el miedo de las clases do-
minantes cusqueñas, era un miedo
a perder sus privilegios, sus ha-
ciendas y a la ocupación física y
simbólica de una ciudad que sen-
tían les pertenecía. En el 72 era el
miedo a ya no perderlo todo y una
añoranza al orden gamonal, herido
de muerte por las luchas campesi-
nas que empujaron a los militares
en el poder a liquidar aquel orden.
Y podemos ver que ese miedo
histórico que contenía racismo y
clasismo, nunca se fue y siempre
estuvo ahí, fermentando. Es por
eso que frente a la irrupción del
SEMANARIO DE POLÍTICA Y CULTURA
El Rincón Plebeyo
por Rudy Roca Rozas
Max Uhle
Published: Nov 18, 2021
by Gustavhistory
movimiento campesino, indíge-
na y popular más grande de las
últimas décadas y que ha vuelto
como siempre para radicalizar
la democracia. Los herederos de
aquel miedo histórico, hoy como
antaño, están horrorizados, pe-
gan el grito al cielo cuando ven
pasar camiones llenos de dignidad
por sus barrios clasemedieros. Ya
no son gamonales, algunos son
empresarios ligados al sector tu-
rismo y al rubro servicios, otros
abogados de conocida militancia
fujiaprista, son una minoría que
apedrea y golpea a manifestan-
tes, y han decidido ser la fuerza de
choque del régimen de la muerte
comandado por Dina Boluarte.
Lo más “preclaros” también se han
comido el cuento de que las movili-
zaciones permanentes que se vie-
nen sucediendo desde hace casi
dos meses ya, son una “asonada
comunista”. Y junto a sus epítetos
racistas, eso de “indios vuelvan a
sus chacras”, piden también mano
dura para “estos comunistas” “te-
rroristas”, léase más muertes de
peruanos a manos de la policía.
Se escudan en sus polos blancos,
en sus denominadas “marchas por
la paz” y dicen estar preocupados
por la economía de la ciudad, ese
espíritu en apariencia solidario
no se condice con todo el accio-
nar relatado líneas arriba. Es más,
ni siquiera el Cusco está tenien-
do el grado de movilizaciones
que tienen otras regiones como
Puno o Madre de Dios. Tanto
así que dirigentes del movimien-
to popular muestran su moles-
tia por la falta de determinación
de nuestra ciudad para ser más
contundentes en sus medidas de
lucha, es por eso que prefieren
irse a Lima para hacer retumbar
aquella capital conservadora.
¿Pero cuál es el miedo de los “po-
los blancos” locales? Es claro que
no proviene de su preocupación
por pérdidas económicas a cau-
sa de los bloqueos, pues si fuese
así tendrían mayor conciencia de
que un paso para desescalar esta
crisis es con la renuncia de Dina
Boluarte. Vamos sí hasta la aboga-
da derechista Rosa María Palacios
lo dice. Pero no es así, su miedo
proviene una vez más del sentirse
amenazados y desestabilizados en
su orden como clase dominante.
Pero además se mienten así mis-
mos, pues hace décadas, ya no do-
minan y han perdido su capacidad
de influencia en la sociedad.
Por eso una imagen impactante,
que resume bien todo lo que digo,
es que el mismo día que salieron a
apedrear manifestantes por blo-
quear pistas, salieron por la noche,
a aplaudir a miembros de la policía
que bloqueaban pistas en un des-
file intimidatorio. Solo les queda
pedir y aplaudir ese orden, el de
las balas y la muerte, añoran el pa-
sado gamonal y quieren un Cusco
sin indios que reclamen. Pero para
su pesar la tortilla ya se volteó,
solo que no lo quieren aceptar.
3
 SUR INFORME

Los invisibilizados entran a disputar el

poder y abren un escenario para el país
por:
Wilson Chilo Luna

“Mientras el día se vaya del Perú

con el hocico lleno de sangre,
y la vida acorralada
suba como locas las paredes,
no puedo perdonar.
¡He de llorar hasta que digan
que estoy sentado al fondo del mar!

Fragmento de “Patria Diamantina” de Manuel Scorza

D
espués de estos dos últimos
meses el país nunca será el
mismo y su devenir se torna en
una incertidumbre. Lo que es per-
tinente afirmar, es que es un mo-
mento extraordinario en donde
los invisibilizados y excluidos en la
construcción de una nación llama-
da Perú, hoy están movilizándose
para retomar su derecho de ser
actores políticos y disputar poder.
La columna vertebral de este
movimiento social que exige la
renuncia de Dina Boluarte, el
cierre del Congreso y una nueva
Constitución, son las comuni-
dades campesinas e indígenas,
quienes por su tradición de lu-
cha y cultura rompen las fronte-
ras imaginarias y se convierten
en comunidad. Ahí donde existe
la empatía y la solidaridad como
principios y forma de vida; en
donde no se olvida la muerte, el
dolor y la búsqueda de justicia.
En este momento es clave enten-
der a este actor histórico y a los Movilización en
que se resisten a perder sus pri- Cusco - Enero del
2023, fotografia
vilegios, caracterizar al gobierno
de Wilson Chilo
de turno y visualizar los posibles
escenarios que ya se han abierto.
Para dar esas pinceladas hemos generar agotamiento, desmora- res?”, es la pregunta que se hace va continuar hasta que la señora
conversado con Paulo Vilca, po- lización y desgaste; sin embargo, Paulo Vilca, además de afirmar Boluarte este fuera de Palacio de
litólogo, abogado y director del ante cualquier predicción, todos que lo más probable es que ocurra Gobierno”, afirma Javier Torres.
Observatorio Regional del Gru- los días hay acciones de protesta en lo que son expertos los políti-
po Análisis Político 50+1, él ante contra este gobierno. cos peruanos, cometer errores y Tenemos un gobierno
todo, un investigador puneño. En En este momento ya existen difi- ver si ocurre la siguiente semana. cívico militar, débil y sin
ese mismo sentido hemos conver- cultades a nivel económico, hay Ante esa incertidumbre, Javier legitimidad en el sur
sado con Javier Torres, antropó- una afectación a los grandes ac- Torres a contra corriente de las
logo y director NoticiasSer, plata- tores económicos formales, en el predicciones limeñas, no cree que Para visualizar mejor esta crisis, es
forma que por años observa el sur caso del sur, las mineras, las líneas la gente se vaya a cansar o que la necesario ponerle nombre y ape-
del país y le da vocería. aéreas, los monopolios del turis- protesta se vaya a desgastar y que, llido a uno de los actores de este
mo, ellos tienen sus propias preo- como si no hubiera pasado nada, la proceso, el gobierno. Qué caracte-
Momento de cupaciones y niveles de presión al gente vuelva a sus casas. rísticas tiene y cómo las decisiones
incertidumbre, ¿quién gobierno. Este freno a la economía “Tenemos 60 muertos que no se que esta tomando van a afectar,
resiste más? es transversal, desde la clase me- van a borrar de un plumazo, ni de acá para adelante, a la política
dia hasta los ciudadanos que se por el cansancio de la gente o la peruana y a su institucionalidad.
Ante la movilización ciudadana, el vienen movilizando. propaganda que pueda hacer el A “50 DÍAS DE REPRESIÓN EN
gobierno ha optado por la perse- “Es una lucha de resistencia, ¿cuán- gobierno o los medios de la pren- PERÚ”, es el informe que ha ela-
cución, el terruqueo, la represión y to podrá Dina Boluarte resistir la sa concentrada. Puede haber al- borado la Coordinadora Nacional
la muerte, todo con el objetivo de presión política y todos los acto- tas y bajas, pero la movilización de Derechos Humanos (CNDD-

4
INFORME
HH) y describe en 15 puntos el
actuar de un gobierno que tiene
lineamientos de una política de
estado para vulnerar los dere-
chos humanos de los ciudada-
nos que se vienen movilizando.
“La respuesta del Estado peruano
frente a las movilizaciones, ha sido
de una brutalidad sin precedentes
en la historia de la democracia en
el país, en el presente siglo. Masa-
cres perpetradas en tres ciudades,
junto con ejecuciones extrajudi-
ciales, más acotadas en otros luga-
res”, menciona dicho informe.
Para Javier Torres, este es un go-
bierno cívico militar y un gobierno
de esta característica puede ser
tan autoritario cómo una dicta-
dura. “Tiene formas dictatoriales
sí, es una alianza de civiles con
militares, ambas fuerzas están
cogobernando. Esto es tan grave
como si fuera una dictadura, el ca-
lificativo no le quita, ni aumenta la
gravedad. Estamos en un gobierno
que se ha alejado de la ley y quie-
re imponer, a sangre y fuego, su
presencia”, enfatiza el director de
NoticiasSer.
Ante ese uso de la fuerza, para el
investigador Paulo Vilca, este es
un es gobierno débil que tiene un
escaso nivel de aprobación de la
ciudadanía, apenas 17% según la
última encuesta del IEP, es un go-
bierno en donde la población ma-
nifiesta que debe irse, más del 70%
de la población exige una salida
de Dina y adelanto de elecciones.
“Es un gobierno que puede imple-
mentar mano dura sobre todo en
Lima y la costa, no tiene las mis-
mas capacidades, ni posibilidades
de hacerlo en el sur del país, que
es precisamente el territorio de
la resistencia, acá en Lima tiene el
suficiente aparato de la policía, de
inteligencia, de recursos para in-
currir en todas las arbitrariedades
y abusos que hemos visto estas se-
manas”, explica Paulo.
Que Dina Boluarte y sus ministros
no puedan viajar por el país por el
nivel de rechazo y que solo tenga
su margen de acción en la capital,
se convierte en un “gobierno de
Lima y la costa” porque no tiene
la capacidad de control territorial
en la mayor parte del sur del país.
El movimiento campesino
y la nueva Constitución
Luis E. Valcárcel, autor de “Tem-
pestad en los Andes” se refería a
ellos como los hombres de la mon-
taña y de la planicie, de la hondo-
nada y de la cumbre, “Estalla la
protesta, y el grito unánime re-
suena de cumbre en cumbre hasta
convertirse en el vocerío cósmico
de los Andes”.
Es una voz que ha intentado ser
silenciada en diferentes momen-
tos de nuestra historia y que
cuando clama ser escuchada
pone en cuestión el poder de los
dominantes, hoy las comunida-
des campesinas han tomado las
ciudades y la capital, su presen-
cia como actor político marca un
nuevo quiebre y no hay vuelta
atrás. “No debe ser casualidad
que este territorio de resisten-
“En este momento
es clave entender a
este actor histórico
y a los que se
resisten a perder
sus privilegios,
caracterizar al
gobierno de turno
y visualizar los
posibles escenarios
que ya se han
abierto”.
SEMANARIO DE POLÍTICA Y CULTURA
cia sea más o menos el mismo
que sostuvo la rebelión de Túpac
Amaru, provincias altas de Cusco
y el altiplano”, resalta Paulo Vilca.
Por su parte, el antropólogo Javier
Torres exalta, “una movilización
como la que estamos teniendo,
con un despliegue del sector cam-
pesino, no la vemos en el Perú
desde las épocas de las tomas de
tierra y lo que fue después la re-
forma agraria, en ese sentido son
históricas estas movilizaciones”.
Esta movilización tiene unas ca-
racterísticas particulares porque
por primera vez en muchos años
estamos viendo a ciudadanos y
ciudadanas del Perú reclamando
por elecciones y también por una
nueva Constitución, para Javier
Torres estas dos demandas, “son
absolutamente democráticas, no
son demandas separatistas como
dicen algunos en Lima, encajan
perfectamente en un sistema de-
mocrático liberal”.
Estamos en un momento en donde
no solo la corrupción o el deterio-
ro de la clase política, sino también
la pandemia, mostró los límites del
estado neoliberal, de cómo funcio-
na el estado peruano en general y
en donde sigue existiendo exclui-
dos e invisibilizados.
“Ante eso la gente pide que haya
cambios en esa estructura. La in-
tuición de la gente, es que esto se
hace por una asamblea constitu-
yente, ¿Se puede llegar a ella? La
demanda no se va ir, la demanda
se va mantener y tarde y tempra-
no, por una vía u otra, vamos a ter-
minar teniendo una nueva consti-
tución”, afirma Javier Torres.
Para complementar Paulo Vilca
agrega que la asamblea constitu-
yente ya entró al debate político
nacional y probablemente sea
uno de los ejes que se discuta en
la siguiente campaña electoral, los
candidatos van a tener que fijar
una posición clara sobre este tema.
En el Perú siempre hay que hablar
de escenarios y una de las preocu-
paciones de Paulo, viendo las mo-
vilizaciones de los últimos años, es
que este movimiento y el tema de
la constituyente se diluya.
“Más en esta situación, si bien el
protagonismo es de estos secto-
res, tampoco es que se distinguen
liderazgos muy claros, hay voceros
campesinos, pero no se observan
lideres o lideresas que asuman los
niveles de representación que uno
puede ver en otros casos, es difícil
saber hacia dónde se va canalizar
este levantamiento”, advierte Pau-
lo Vilca.
Polarización y crisis
política
Esta crisis también ha empujado a
una situación de enfrentamiento y
polarización en la ciudadanía, pe-
queños sectores se han unido a la
policía para golpear y terruquear a
las delegaciones de comunidades
campesinas, “no solo es incentiva-
do por los grandes medios, cuando
tú ves la nota de prensa del MI-
NINTER invitando a la ciudadanía
que denuncien vía correo electró-
nico apología al terrorismo en las
redes, lo que se está haciendo de
nuevo es una lógica de persecución
y de confrontación de ciudadano a
ciudadano”, alerta Javier Torres.
Para el investigador Paulo Vilca
esto viene de mucho más atrás, “el
Perú los últimos años ha venido
polarizándose, cada vez más po-
blación se ubica en los extremos de
la política, tanto en el lado de la iz-
quierda, como de derecha, eso ex-
plica en buena medida los resulta-
dos electorales del 2021”, refiere.
Un escenario como el que vivimos
en la actualidad lo que hace es
incrementar las posibilidades de
candidatos que se ubiquen en esos
extremos, “por un lado, desde la
izquierda habrán candidatos que
enarbolen discursos más radica-
les, el anti stablisment, asamblea
constituyente. También vamos a
ver candidatos desde la derecha
que enarbolen una propuesta de
poner el orden a cualquier costo,
se debilitan las opciones de los
que están más en el centro”, ade-
lanta Paulo Vilca.
Movilización en
Cusco - Enero del
2023, fotografia
de Wilson Chilo
5
 SUR
La situación de los movimientos
sociales en la crisis
por:
Justo Chilo Luna
L
as organizaciones sociales en
el Cusco, un mes antes de que
comiencen las protestas contra
Dina Boluarte, habían llamado a
un paro regional resaltando agen-
das concretas, como la segunda
reforma agraria que Pedro Castillo
6
nunca terminó de cumplir. En ese
momento se conformó un espacio
amplio de coordinación en el que
participaban organizaciones tra-
dicionales, sectores antifujimoris-
tas y aquellas organizaciones que
surgieron en época de pandemia,
como el Frente de Organizaciones
Sociales del Cusco. Así se hizo el
esfuerzo para que esta articula-
ción entre el movimiento social
pueda conectar con las deman-
das de la gente, en donde además
LA CHISPA
Llegada de
delegaciones de
provincias altas
a la Ciudad del
Cusco - Enero del
2023. Fotografia:
Justo Chilo.
“…Existen liderazgos, existía muy poca participación de
partidos políticos. En este devenir,
pero no unificadores, por supuesto, no podemos quitar
los ojos de lo que ha significado
la resistencia de los movimientos
ni liderazgos que sociales en las provincias altas que
articulaban sus demandas en con-
ayuden a consensuar, tra de las economías extractivas
contra la minería.
eso es un poco triste, Desde este semanario hemos
querido conversar con alguien
que vive el día a día del proce-
debo reconocerlo.” so organizacional, alguien que
LA CHISPA
pasa largas horas de asambleas
para recoger los sentires de las
personas a las que representa,
y siente el palpitar de las calles
en las protestas, en esta ocasión
conversamos con Leonela Labra
Panocca, presidenta de la Fede-
ración Universitaria del Cusco.
- Leonela, hace menos de un
mes que se despedían en la pla-
za Túpac Amaru, recuerdo que
me dijiste entre broma y valen-
tía que nos sacáramos una foto
porque quizás iba a ser la última.
Si pudieras definir con algunas
palabras la expresión de los mo-
vimientos sociales hoy, ¿Cuáles
serían?
- Está un poco difícil, serían
solidaridad y justicia, es lo que po-
dría caracterizar a los movimien-
tos sociales, es en todo caso, lo que
ha convocado a las organizaciones
sociales, lo vuelvo a decir, es lo que
ha rebasado a los dirigentes, por-
que la justicia y la solidaridad se
han puesto por encima de todo y
sobre todo el respeto a la vida.
- ¿Cuáles son aquellas deman-
das que crees que el gobierno no
cumple?
- El gobierno está atentando
contra los derechos humanos y se
está sosteniendo a punta de balas.
- ¿Y podemos hablar de la
existencia de liderazgos?
- Yo creo que sí, existen lideraz-
gos, pero no unificadores, ni lide-
razgos que ayuden a consensuar,
eso es un poco triste, debo reco-
nocerlo. Por ejemplo, en nuestra
región del Cusco hemos tratado
de formar una mesa, que pueda
unificar las fuerzas de los trabaja-
dores, estudiantes y de diferentes
sectores; pero, en tal caso lo que
existe es un liderazgo que queda
en una coordinación, no va más
allá. Tampoco ha podido consoli-
dar el liderazgo por regiones, por
macro regiones a nivel nacional y
eso no ha sucedido, por ejemplo,
había regiones que tenían pronun-
ciamientos con 6 puntos de agen-
da y otras regiones con 4 puntos.
Por otro lado hay liderazgos anti-
guos y que nuevamente han vuel-
to a la lucha y en el camino se es-
“Las anteriores
generaciones, han
vivido lo mismo o
incluso ha sido peor.
Nos han implantado
tanto miedo, diciéndote
que si eres dirigente te
va peor, quizás esa sea
una razón más para la
inexistencia de líderes
en este momento”.
SEMANARIO DE POLÍTICA Y CULTURA
tán formando otros, pero no se ha
consolidado una nacional. Quizá
porque las masas, al momento de
pedir una movilización, han sobre-
pasado a sus dirigentes, yo lo he
vivido porque mientras nosotros
estábamos preocupados en lo
que pasaba en la Universidad, in-
miscuidos en una agenda interna,
sentimos que teníamos la labor y
el compromiso de llamar a movili-
zarnos ante tanta injusticia.
Esto que pasa es algo muy particu-
lar, a pesar de que algunos dirigen-
tes han tratado tener posiciones
más neutras en este contexto, el
pueblo finalmente ha conformado
sus comités de lucha, sus comités
regionales, sus comités provincia-
les, han determinado muchísimas
actividades que han sobrepasado
a los dirigentes.
- ¿Y cuál es el rol de los diri-
gentes y dirigentas?
- Nosotros obedecemos a la
búsqueda de la justicia, nosotros
que somos parte de los gremios,
ya sea como presidente o secre-
tario general, en los comités de
lucha, en los comités de movili-
zación, etcétera, respondemos a
las personas que representamos,
cumplimos con llevar su voz y sus
acciones.
- ¿Qué sigue a nivel organiza-
tivo?
- Aprender de esta lección, te-
ner un liderazgo a nivel nacional,
liderazgos en el sector estudiantil,
en la juventud, en las regiones y en
todos los sectores posibles, para
tener la legitimidad y hacer una
convocatoria nacional. Algo que
por ejemplo no ha hecho la direc-
ción de Federación de Estudiantes
del Perú a quienes criticó mucho,
pues si tuvieran representación
nacional, por lo menos harían una
convocatoria para salir a marchar
a 8 o 9 regiones, o una toma para-
lela de universidades.
- ¿Por qué no se ve a los parti-
dos políticos acompañando a las
movilizaciones?
- Los partidos políticos han
perdido bastante prestigio, con-
sidero que han abandonado sus
principios, sus ideales, ya no es
como antes que tenían simpati-
zantes y congregaban una pobla-
ción determinada, a lo largo de los
años se ha visto que cuando llegan
al poder actúan sin recordar a sus
votantes. Esto ha impactado en
los ciudadanos, en los colectivos,
en las organizaciones, hemos per-
dido fe porque de pronto hubo un
partido que era fuerte, que pro-
metía, que convocaba o que podía
ofrecer personas como buenos
candidatos, a mi parecer han per-
dido el espíritu con el que comen-
zaron a construirse. El Congreso
y el Ejecutivo es el reflejo de ello,
se venden por puestos de trabajo,
se negocian leyes, se dan lobbies,
eso ha creado desconfianza en la
ciudadanía.
- Para terminar, ¿cómo te
sientes personalmente con la
violencia política de Dina Bo-
luarte?
- Miedo. Tener esa sensibilidad
de preocupación, de no poder ser
libre y salir, soy una persona que
ha vivido sola casi toda mi vida, he
viajado a muchos lugares y nun-
ca he sentido tanto miedo como
el día de hoy. La persecución de
la PNP, que de pronto te piden
tu DNI mientras compras algo,
o como cuando viajamos a Lima,
nos han revisado tres veces las
mochilas, entre otras cosas. Pero
tengo más miedo por quienes me
rodean, por mi familia, yo puedo
sobrellevar ese miedo porque
he asumido una responsabilidad
como dirigenta. Soy estudiante
de historia y sé que años atrás, las
anteriores generaciones, han vivi-
do lo mismo o incluso ha sido peor.
Nos han implantado tanto miedo,
diciéndote que si eres dirigente te
va peor, quizás esa sea una razón
más para la inexistencia de líderes
en este momento.
Leonela Labra Panocca, actual presidenta
de la Federación Universitaria del Cusco.
Fotografia: SEMANARIO SUR.
7
 SUR ENTREVISTA

“La coalición del gobierno es

bastante precaria”
por:
Rosmery Roca Rozas

C
onversación con el cusqueño
Paolo Sosa, politólogo, inves-
tigador y candidato a doctor
en el Departamento de Ciencia
Política de la University of British
Columbia (UBC).

- ¿Cómo podrías definir polí-

ticamente a Dina Boluarte?
- Yo creo que el personaje de
Dina Boluarte, como tal, va a me-
recer muchísimos más estudios,
en el sentido que como dice es
un personaje desconocido, una
cosa es ver un actor político y sa-
bes que esperar, por ejemplo, con
Keiko Fujimori tú sabes cuál es su
repertorio cuáles son sus ideas, su
círculo de confianza, etc., y pue-
des entender hasta cierto punto
las decisiones, en el caso de Dina
Boluarte es un personaje opaco
del que sabemos muy poco. Es un
actor precario, sin capital político
propio, que se ve de pronto en la
situación de asumir un cargo de tal
magnitud como la presidencia de
un país en un momento de crisis.
Son dos características que yo
diría que son nefastas en el senti-
do de pensar el manejo democrá-
tico de un país:
La opacidad, o sea el poco conoci-
miento y la poca experiencia po-
lítica que nos habla además de la
poca muñeca política que tiene la
presidenta.
Y por otro lado la debilidad y la
precariedad de no tener un par-
tido, una bancada, una coalición
establecida ni tampoco tener un
capital social y político propio. En-
tonces esas dos condiciones nos
hacen recordar a personajes que Conferencia de prensa en Palacio de
ya hemos visto antes; Fujimori es Gobierno - Febrero de 2023. Fotografia:
más o menos lo mismo, un presi- Presidencia de la Repúbñica
dente bastante débil, el primer
outsider en la escena nacional y
ese tipo de gobiernos son los más
peligrosos porque necesitan di-
versas estrategias para sostener-
se dentro de su precariedad. Hay mente quienes tienen mayor voz. encontrado muchas coinciden-
personajes como Boluarte que
descansan toda su estabilidad en
- Se ha estado hablando de
una crisis interna dentro de esta “Me reafirmo en la cias iniciales. En el sentido de
responsabilizar de la crisis al go-
una coalición bastante autorita- coalición. ¿Cómo se ve ese esce- bierno de Castillo, de criminalizar
ria, es decir, una coalición en el
que hay un sector de la oposición
nario desde tu perspectiva?
- Es una coalición muy fuerte,
idea de que si no se la protesta e implementar medi-
das de mano dura; pero al mismo
muy radicalizada que ha desco-
nocido la legalidad del presiden-
muy poderosa, pero muy preca-
ria también. Muy fuerte porque
garantiza el derecho tiempo es hechiza, porque la mis-
ma coalición con la que tiene una
te anterior, entonces te habla del
poco compromiso democrático
vincula varios sentidos comunes,
tiene la capacidad de influir en a la protesta no hay relación casi de hermandad, pues
hace unos meses la terruqueaban.
que tienen y unas fuerzas del or-
den crecientemente politizadas
la opinión pública, sobre todo en
los medios de comunicación del democracia” Entonces no es pues Alan García
construyendo una coalición con-
que en este momento son precisa- mainstream y además que han servadora con el fujimorismo y

8
ENTREVISTA
el Apra detrás; sino más bien, un
entendimiento bastante precario
entre figuras como Otárola y figu-
ras dentro del congreso.
Hoy en día, por distintos mo-
tivos, empieza a resquebrajarse
esta coalición, porque sienten que
lo que va a pasar inmediatamente
terminado este gobierno es que
empezarán a haber juicios por las
violaciones de derechos humanos
y obviamente hay que empezar a
marcar distancia de esto, creo que
la presidenta y el primer ministro
tienen conocimiento que el día
que dejen de ser autoridades van
a enfrentarse a cargos judiciales.
Por otro lado, hay una coalición
radicalizada que considera que
lo que está haciendo el gobierno
es insuficiente, que debería ser
muchísimo más agresivo, más re-
presivo, sacar a los militares a las
calles, entonces en ese sentido esa
coalición se ha apegado a un sec-
tor cuya radicalidad la excede.
Entonces para redondear,
esta es una coalición cuyos efec-
tos pueden ser muy nocivos para
la democracia, los derechos hu-
manos y en general para la ins-
titucionalidad del país, pero al
mismo tiempo no terminan de
operar de manera completamen-
te coordinada y cohesionada;
sino que es bastante precaria y
esta es una de las razones por la
que eventualmente puedan caer.
- ¿Cómo estás viendo el rol
del Congreso dentro de esta cri-
sis?
- Bueno, lo que pasa con el
Congreso en general es que, dada
la baja calidad de la representa-
ción política en el país, que tiene
que ver con muchas cosas que
ya hemos repetido en los últimos
veinte años, como la falta de par-
tidos, la falta de experiencia políti-
ca, la falta de responsabilidad en el
sentido de responder a las deman-
das de los ciudadanos, porque in-
cluso ahora que no hay reelección
pues hay menos incentivos para
que los políticos respondan a las
demandas de la gente.
Junto a eso hay que sumarle
algo que no habíamos visto en su
máxima expresión sino hasta este
Congreso, que es la polarización
ideológica de algunos sectores y
con esto repito, hay una oposición
“Hoy en día, por distintos
motivos, empieza a
resquebrajarse esta
coalición, porque
sienten que lo que va a
pasar inmediatamente
terminado este gobierno
es que empezarán a
haber juicios por las
violaciones de derechos
humanos”
que no es una oposición, incluso
el fujimorismo, en su etapa más
obstruccionista, era una oposición
que tenía claramente un objetivo
de corto plazo que era remover al
presidente. Los objetivos de estos
sectores radicalizados de la opo-
sición no es solamente remover
presidentes, sino es instaurar una
suerte de gobierno restaurador,
dentro del imaginario colectivo de
estos sectores lo que hubo con los
caviares, con la democracia, etc.,
SEMANARIO DE POLÍTICA Y CULTURA
ha sido un desbande supuesta-
mente de la izquierda y por lo tanto
esto debe ser contenido y hay que
restaurar el orden anterior en el
que Alberto Fujimori y la dictadu-
ra fujimorista tenían al país a raya.
Con Castillo esto se radicaliza
muchísimo más, porque Castillo
representa todas las cuestiones
que supuestamente tendrían que
evitarse, no solamente una ideo-
logía de izquierda, sino además un
sindicalista, es decir no solo es una
cuestión ideológica sino también
es una persona cuyo rol en la po-
lítica es básicamente generar pro-
testas sociales, nuevamente en la
lógica de estos sectores. Pero ade-
más es rural y ahí hay una cuestión
étnica y racializada de las relacio-
nes, que hace que estos sectores
se radicalicen al punto de que
niegan las elecciones, intentan eli-
minar votos del sur a través de ar-
gumentos como el fraude, que no
tienen ningún sentido, y una vez
en el congreso hacen que sea im-
posible una convivencia, porque
lo que están buscando no es sola-
mente remover al presidente, sino
restaurar el espacio en el cual este
tipo de cosas no pasaban.
- Parte de esta suerte de “cru-
zada restauradora” tiene que ver
con utilizar las fuerzas represi-
vas para generar “orden” ¿Qué
Paolo Sosa,
politólogo,
investigador
y candidato
a doctor en el
Departamento
de Ciencia
Política de la
University of
British Columbia
(UBC).
significa esto para la política pe-
ruana?
- Lo de las fuerzas armadas
creo que tienen que ver con esto
que estamos discutiendo, parte
de esa “cruzada restauradora”
tiene la idea de que las fuerzas
armadas han sido vilipendiadas y
vejadas durante la transición de-
mocrática por los juicios que han
tenido que atravesar por viola-
ción de derechos humanos y en-
tonces hay que defenderlas para
que no suceda algo similar, en-
tonces, yo creo solo así se puede
entender la forma como desde el
discurso civil se apaña esta inter-
vención política de los militares.
Y por otro lado, creo que esa es
una discusión más larga de la cual
yo no soy especialista, pero creo
que es importante entender que
las fuerzas del orden en el Perú
tienen una serie de problemas
con sus propios intereses , tan-
to institucionales, que buscan la
preservación de algunas agencias
para seguir manteniendo los pre-
supuestos y por otro lado también
hay muchas acusaciones e indicios
de que las fuerzas armadas como
policiales participan dentro de
economías ilegales, entonces tam-
bién hay ahí algo que no se está
observando en el corto plazo pero
que habría que ver de manera más
exhaustiva.
- Mencionaste en un tuit que
si no se garantizaba el derecho a
la protesta no podríamos decir
que estamos viviendo en una de-
mocracia ¿Cómo defines a este
gobierno?
- Me reafirmo en la idea de que
si no se garantiza el derecho a la
protesta no hay democracia, es-
pecialmente cuando no es el único
problema, sino que también no
existe un contrapeso al poder que
está ejerciendo esta coalición, el
único contrapeso que existe para
eso es la calle y si la calle está sien-
do reprimida entonces no existe
un contra peso al poder y eso es el
fin de un régimen democrático.
La contra pregunta de quienes
defienden o son dudosos de lo que
está pasando con el régimen es si
esto es una dictadura. Y no nece-
sariamente, digamos una dictadu-
ra como tal efectivamente requie-
re de personajes y una coalición
muchísimo más fuerte que la que
estamos viendo, como te decía la
coalición de gobierno es todavía
muy precaria, nociva pero preca-
ria y entonces denominar a eso
una dictadura me parece un ex-
ceso conceptual. Entonces es una
falsa dicotomía intentar definir si
es una democracia o es una dicta-
dura, creo que el problema es que
hay mucho gris en medio y que el
régimen peruano ya paso varios lí-
mites en términos de garantías de
libertades, derechos fundamen-
tales y respeto de la institucio-
nalidad que hace que hoy en día
estemos muchísimo más cerca de
un autoritarismo que de una de-
mocracia.
Ahora eso es una discusión
conceptual, finalmente lo más
importante también es el uso po-
lítico que se le da y la academia
no es quién para decirle al pueblo
que protesta de si esto es un au-
toritarismo o una dictadura. Par-
te del sentido de quienes están
siendo reprimidos por las fuerzas
del orden es que hay una dictadu-
ra alrededor del gobierno de Dina
Boluarte, y están en todo el dere-
cho de reclamar ese concepto y la
forma con la que quieren nombrar
al gobierno con el que se están en-
frentando.
La entrevista continuará en la si-
guiente edición…
9
 SUR
¿Cómo cambié de opinión sobre
la Asamblea Constituyente?
por:
Luis Nieto Degregori
E
n las elecciones del 2021 fue-
ron varias las agrupaciones de
izquierda que levantaban la
bandera de una asamblea consti-
tuyente. De hecho, Perú Libre, el
partido que ganó la segunda vuel-
ta, planteaba esta demanda como
central en su programa. A mí, per-
sonalmente, era una propuesta
que me dejaba indiferente. Sabía,
por un lado, que PL no contaba con
los votos necesarios en el congre-
so para avanzar un ápice en esta
propuesta y, por otro, soy en ge-
neral un descreído en el poder de
las leyes para cambiar la realidad,
así se trate de una constitución.
Esta es la razón por la cual desde el
7 de diciembre, cuando Dina Bo-
luarte asume la presidencia, lo que
menos se me ocurría era que había
llegado el momento de reclamar
una Constituyente. Tenía claro
que se trataba de un gobierno de
transición, me acomodaban inclu-
so las elecciones en abril del 2024
cuando empezaron las protestas y
primeros fallecimientos, era par-
tidario además de reformas míni-
mas antes de las elecciones, pero
seguía sin concederle importancia
al tema constituyente.
Esta mi manera de apreciar las
urgencias del día de hoy fue cam-
biando gradualmente. Un primer
hecho que hizo tambalear mis
convicciones fue la represión in-
discriminada y desproporciona-
da que mostró que estábamos
ante una alianza de gobierno en-
tre el ejecutivo, el congreso, las
fuerzas policiales y armadas, así
como los poderes económicos
y mediáticos que sostienen tal
alianza. Sin embargo, lo que ter-
minó de abrirme los ojos fue las
características de las movilizacio-
nes que se dan en Cusco desde
el inicio mismo de las protestas.
Estas marchas son muy distintas
de las que se dieron para forzar
la renuncia de Merino el 2020.
Esas movilizaciones, con una con-
vocatoria más nutrida, fueron
protagonizadas por jóvenes de
todos los estratos sociales y en
general por la población urbana
10
Ciudadanos en
cada movilización
demandan Nueva
Constitución -
Enero del 2023.
Fotografía: Wilson
Chilo.
del Cusco. Se trató de moviliza-
ciones que respondían –ahora
lo considero así– a un estado de
ánimo, a un rechazo a un congre-
so que, como el actual, prioriza-
ba sus apetitos políticos sobre
la dramática emergencia que se
vivía con la pandemia del COVID.
Las marchas de las últimas sema-
nas, en cambio, tienen un claro
protagonismo de las poblaciones
campesinas de las distintas pro-
vincias y distritos de la región, así
como de los sectores populares de
la ciudad de Cusco y de las ciuda-
des medianas y pequeñas, como
Sicuani, Calca, Quillabamba por
“Estamos ante una lucha,
legítima por donde se
la mire, que lleva a
pensar que vivimos un
momento histórico que
más temprano que tarde
desembocará en una
asamblea constituyente”.
citar solo algunas. La dinámica de
estas movilizaciones es, por otro
lado, novedosa pues se trata de
grupos, por lo general bastante
numerosos, que llegan a la ciudad,
marchan por sus calles y plazas y
luego regresan a sus lugares de
origen. Esto, como se comprende-
rá, implica que detrás de tales gru-
pos está el apoyo de poblaciones
enteras que recolectan el dinero
para pagar la movilidad en unida-
des medianas de transporte públi-
co y camiones.
Todo este despliegue, que implica
grandes sacrificios y una enorme
voluntad, es para plantear básica-
mente cuatro demandas: renuncia
de Dina Boluarte, cierre del con-
greso, elecciones anticipadas y
asamblea constituyente. Se trata
de demandas estrictamente polí-
ticas y en cierto modo no negocia-
bles, sobre todo las tres primeras,
esto debido al más de medio cen-
tenar de muertes con que carga el
gobierno.
La cuarta demanda, la que motiva
estas líneas, es en cambio la que
puede ser leída de diversas mane-
ras, todas seguramente comple-
mentarias. Personalmente, tras
esta consigna mil veces repetida
en pancartas y cartulinas veo, de
OPINIÓN
parte de las poblaciones indígenas
o de raíces indígenas de las zonas
rurales y urbanas de la región, un
reclamo de representación polí-
tica y, sobre todo, de refundación
del estado. Como alguien dijo y
Dina Boluarte y Otárola se niegan
a entender, una abrumadora ma-
yoría de los sectores populares ha
puesto en discusión no el precio
del tomate o la zanahoria, sino un
estado que los considere; es decir,
un estado pluricultural.
Esta lucha política por el poder
y una ciudadanía real y no decla-
rativa se está dando también en
otras regiones del sur y del cen-
tro del país y se ha trasladado a
Lima a partir de la nueva marcha
de los cuatro suyos del 19 de ene-
ro, con delegaciones que a diario
participan en las movilizaciones.
Estamos ante una lucha, legítima
por donde se la mire, que lleva a
pensar que vivimos un momento
histórico que más temprano que
tarde desembocará en una asam-
blea constituyente. El esfuerzo al
que como sociedad civil debería-
mos abocarnos es el de empezar
a llenar de contenido, mediante el
debate y aportes en los más distin-
tos espacios y foros, este plantea-
miento de una nueva constitución.
COLUMNA SEMANARIO DE POLÍTICA Y CULTURA

Kachqanirakmi
por Lucia Santos Peralta

Terrorismo de
Estado
T
érminos tan importantes
para la justicia social como
“paz” y “democracia” hoy pa-
recen palabras insípidas y vacías
de contenido. A juzgar de lo que oí-
mos cada día a través de los medios
de comunicación tradicionales,
“paz” no parece ser otra cosa que
un grito de justicia ahogado a la
fuerza por el Estado Policial y “de-
mocracia”, el eco de su narrativa.
Han pasado dos meses desde que
Dina Boluarte llegó a Palacio de
Gobierno. Dos meses llenos de
imágenes dolorosas y aterradoras
que nos recuerdan los años más
oscuros de nuestra historia con-
temporánea. La imagen de John
Encino desplomándose luego de
que una bala lo alcanzará mientras
observaba las protestas desde lo
alto de un cerro. La de Edgar Pra-
do siendo asesinado por la policía
mientras intentaba auxiliar a una
persona herida en la puerta de su
casa. La de Remo Candia aferrán-
dose inútilmente a la vida en una

“El terrorismo nos

desgarró, desintegró
y diseminó. Nos
obligó a vivir con
la cabeza abajo y a sonriendo para las cámaras que muestra que la sociedad peruana Represión policial a movilización

desertar de espacios cubrían la sesión del Acuerdo Na-

de articulación
política por temor a
la persecución“.
vereda de la avenida La Paz. La de
Marco Samillan siendo trasladado
por sus compañeros de la brigada
humanitaria tras recibir un balazo
en el pecho mientras atendía a los
heridos. La de los manifestantes y
vecinos del Cercado de Lima guar-
dando vigilia alrededor del charco
de sangre, rezago del asesinato de
Víctor Santisteban, en un intento
por evitar que la policía elimine
la evidencia. La de Dina Boluarte
cional el mismo día que 18 perso-
nas fueron asesinadas en Puno.
La clase política, la prensa concen-
trada y el empresariado han mos-
trado su peor rostro a lo largo de
estos dos meses de persecución y
represión policial. No sólo se han
encargado de anudar la línea de
vida de una gobernante carente de
legitimidad, de proyecto político y
de bases sociales, sino que se han
encargado de imprimir en todo
espacio de discusión los mismos
discursos de odio que costaron
decenas de miles de vidas en los
territorios del sur. Esa narrativa
de la extrema derecha que equi-
para ser sureño, campesino, diri-
gente estudiantil o manifestante
con ser terrorista y que justifica
el asesinato de quienes ejercen su
derecho legítimo a la protesta, de-
nunca se liberó de las taras de la
dictadura fujimorista.
El sur conoce muy bien el signifi-
cado de la palabra “terrorismo”.
Esta tierra sabe muy bien que el
terrorismo significó la destruc-
ción violenta del tejido social que
nos unía. El terrorismo nos des-
garró, desintegró y diseminó. Nos
obligó a vivir con la cabeza abajo
y a desertar de espacios de articu-
lación política por temor a la per-
secución. Por eso, el proceso que
vivimos no puede ser más opuesto
a lo que significó el “terrorismo”.
Hoy nos atrevemos a mirar las
heridas que nos dejó la época del
terrorismo y apostamos por sa-
narlas. Hoy nos reagrupamos para
servir mejor a las necesidades de
la lucha. Hoy nos reencontramos
en las calles con nuestros paisanos
que migraron a Lima para exigir
ciudadana en el Cusco, en la Av. 28 de
julio - Enero del 2023.
Fotografia: Wilson Chilo.
que las instituciones tomen accio-
nes para atender la crisis en la que
nos encontramos inmersos. Hoy
no nos da miedo mirar a los ojos a
aquellos que nos deshumanizan y
nos niegan agencia.
No debemos permitir que alteren
el significado de palabras tan im-
portantes para nuestra sociedad.
La “paz” no preconiza el mono-
polio estatal de la violencia por
encima de los justos reclamos de
la ciudadanía. La “democracia” no
jura lealtad a autoridades ilegíti-
mas, corruptas y asesinas. “Terro-
ristas” son aquellos que buscan
mantenerse en el poder masa-
crando al pueblo.

11
 SUR
No se trata de solidaridad,
se trata de la supervivencia de la
desigualdad.
D
esde el 7 de diciembre del
año 2022, vivimos un clima
enrarecido, una especie de
sueño, más bien una pesadilla,
o una distopía, donde parecie-
ra que lo falso es verdadero, el
diálogo y el entendimiento son
remplazados por la represión y
la violencia, donde un supuesto
tránsito democrático es realmen-
te la deriva autoritaria acelera-
da hacia un régimen dictatorial.
Esta alucinación distópica, para
algunos muchos, inició con la im-
plementación del relato de que
las elecciones ganadas por Pedro
Castillo fueron resultados de un
“Se puede caer en
una simplificación
de la actual
movilización social,
e incluso se puede
llegar a encubrir
y distorsionar la
propia dinámica,
para finalmente
reproducir y
fortalecer discursos
e imaginarios
racistas”.
fraude, que era parte de un plan
mayor de establecer una dictadu-
ra comunista, chavista, y todos los
adjetivos utilizados para reforzar
una supuesta injerencia “extranje-
ra” y “extremista”.
Uno de los focos de irradiación de
estas ideas, y así como la creación
de una épica de enfrentamiento al
“autoritarismo castillista”, fue el
colectivo Integridad, promovido
por Jorge Lazarte, que en un tex-
to de diciembre de 2022 hace un
12
llamado de unidad del empresa-
riado para oponerse, con “uñas y
dientes”, para “enfrentar el autori-
tarismo” del gobierno de Castillo.
Este texto fue promocionado en
sus redes sociales acompañado de
la elocuente frase que da título a
esta columna.
Quizá la metáfora de la distopía y
la pesadilla, no alcance a dar cuen-
ta de la magnitud de los hechos
violentos que venimos atravesan-
do, después de más de 60 muer-
tos, y nos toque enfrentar, la cruda
realidad de violencia estructural
en la cual se sostiene la coyuntu-
ra de convulsión social y política.
Nuevamente, un hecho vinculado
a Lazarte y su plataforma Integri-
dad, que desde la agudización de
la violencia promueva la iniciativa
“Estoy contigo”, para dar apoyo
económico y logístico a la policía,
puedan graficar esta situación,
ya que, en una entrevista en un
medio limeño, aseguraba que las
personas muertas estaban “bien
muertas” porque seguramente
habían cometiendo crímenes.
Este hecho sucedió de forma pa-
Se dicen cosas
por Daniel Guevara Rodríguez
Ilustración publicada en la plataforma
“La Factoria“.
ralela a la viralización de un video
donde una persona que se encon-
traba manifestándose frente a un
contingente policial –se trataba
Aida Aroni Chillce, quien fue de-
tenida este último 4 y liberada el
6 de febrero– era increpada por
un joven transeúnte, con la in-
fame frase “métele bala webón”.
El video fue ampliamente com-
partido, y permitió identificar
al joven, el cual finalmente res-
pondió por medio de otro video
para disculparse, reprochándose
y exudándose por encontrar-
se bajo los “efectos del alcohol”.
Jorge Frisancho presenta una inte-
resante reflexión del hecho, el cual
da cuenta de un imaginario social
discriminatorio y excluyente, que
permite la naturalización de va-
loraciones racistas y clasistas que
son claves en para poder enten-
der la actual movilización social.
También considero necesario eva-
luar la manera en la cual se confi-
gura una estrategia, muchas veces
mediática y virtual, para exigir
rendir cuentas sobre hechos si-
milares, donde se logra afectar a
COLUMNA
unas personas y a otras no. En este
caso específico, es clave revisar
nuevamente la estructura de vio-
lencia que permite que exista el
privilegio de tener “exabruptos” y
“excesos”, y quedar impune el caso
de Lazarte, mientras que en el otro
se exigen consecuencias. Aquí es
ineludible mencionar que Lazarte,
fue parte del conglomerado em-
presarial Intercorp, y aún es parte
de un segmento poblacional, que,
por la propia estructura de segre-
gación y discriminación, tiende a
naturalizar la acumulación de re-
cursos y poder, como una “nobleza
de estado”, y no el resultado del
desigual acceso a estos.
Algo similar sucedió con los actos
de violencia ocurridos durante el
desarrollo de la denominada “Mar-
cha por la paz” y la viralización de
un video donde una joven insulta-
ba a los manifestantes rurales con
epítetos racistas. Siendo obligada
pronunciarse y disculparse, sos-
teniendo que no supo bien como
expresarse. Este castigo y escar-
miento, virtual y personalizado,
no llevó a ver inmediatamente
como estas marchas también son
una expresión, en el ámbito local,
de cómo se replica la acumulación
de poder y recursos a partir de
una estructura de segregación y
discriminación.
Es clave insistir en esto último, ya
que sin incorporar esta reflexión
de una histórica situación de
marginación y permanente vul-
neración de derechos, con mucha
facilidad, se puede caer en una
simplificación de la actual movi-
lización social, e incluso se puede
llegar a encubrir y distorsionar la
propia dinámica, para finalmente
reproducir y fortalecer discursos
e imaginarios racistas, en donde
los manifestantes se enfrentan
a “ciudadanos”, excluyéndolos
de una característica central de
igualdad general que da cuerpo
a una República, siendo peor la
estigmatización de “ignorantes y
manipulados”, que como bien dice
el título, no se sostendrá jamás
en la solidaridad y empatía, sino
únicamente de un expresión de
egoísmo y desesperación por la
supervivencia de la desigualdad y
muchos privilegios.
COLUMNA
Nosotrxs nos
cuidamos
por:
Claudia Farfán Valer
V
an más de dos meses desde las
protestas que iniciaron este
estallido social. Estamos fren-
te a un proceso de protesta dife-
rente, el más largo de las últimas
décadas, con un epicentro fue-
ra de Lima y que ha involucrado
hasta a 18 regiones del país. Lxs
manifestantes se mueven como
olas, rurales, urbano marginales,
quechuas, aymaras, campesinos,
estudiantes. Las protestas pa-
recen erráticas. Y lo son porque
responden, entre otras cosas, a las
declaraciones de un ejecutivo que
no podría ser más errático e im-
predecible. Y porque las protestas
existen en diálogo con represión
desproporcionada.
Retumba una pregunta: ¿cómo se
sostiene una protesta social que
dura más de dos meses e involucra
a miles de personas movilizándose
hasta treinta horas desde sus loca-
lidades hasta Lima para protestar?
Desde el gobierno, la sorpresa se
volvió tozudez. No querer com-
prender cómo se sostiene esta
protesta, y más bien querer des-
legitimarla: el narcotráfico, la mi-
nería ilegal, el contrabando y los
azuzadores políticos fueron seña-
lados por Dina Boluarte como las
manos negras que las promueven
y mantienen. Pero nunca presen-
tó evidencia para probarlo. “No
tenemos ninguna evidencia” fue
exactamente lo que dijo la can-
ciller Ana María Gervasi al New
York Times, pero de todas formas
el ejecutivo lo repite en cada con-
ferencia de prensa.
Lo que ellos no ven, o no quieren
ver o simplemente quieren ocul-
tar, es que también hay un diálogo
entre la barbarie de la represión y
la solidaridad. La represión, que ha
ocasionado 60 muertos y centena-
res de heridos, desgasta. Atemo-
riza. Pero también alimenta una
indignación legítima y sentimien-
tos muy primarios de solidaridad.
En la ciudad de Cusco, una de las
reacciones solidarias más tempra-
nas fue la de la Federación Univer-
sitaria del Cusco, quienes convo-
caron a hacer una olla común para
todos los “hermanos de provincia”.
Primero, en la puerta de la univer-
sidad, y después en la Plaza Tupac
Amaru, a donde se movieron las
ollas, las colectas, y la concentra-
ción para las marchas. Esta pla-
“Frente a la brutal
represión policial y
militar, surgió un acto
solidario que permite
sostener una apuesta
política de resistencia
desde el cuidado”.
SEMANARIO DE POLÍTICA Y CULTURA
Ciudadanos y ciudadanas colaborando
en la preparación de alimentos , en las
ollas comunes de la plaza Túpac Amaru -
Enero del 2023.
Fotorgrafia: SEMANARIO SUR
za se llenó de personas de toda
la región, con comida para ellos.
¿Qué significa alimentar a estas
personas? ¿Qué significa “alimen-
tar” la protesta?
Estamos acostumbrados a un cui-
dado íntimo, familiar y, aunque
valorado, pocas veces es algo cen-
tral. Normalmente, el cuidado par-
te de una mamá que dedica años
de su vida al cuidado de su fami-
lia, debido a una distribución muy
desigual de esta carga laboral. De
hecho, la distribución desigual de
los cuidados es central en las re-
flexiones feministas.
Pero en las ollas, los cuidados se
descolocan. Primero, la alimen-
tación se desfamiliarizó, y se vol-
vió colectiva. Segundo, salió de
la esfera de lo doméstico para
ponerse en el espacio público.
Y tercero, aunque la división de
género siempre estuvo presen-
te, los roles para las mujeres fue-
ron un poco más permeables.
Alimentar al otro es una muestra
esencial de cuidado, y esta forma
“diferente” de cuidado da pie a
pensar otros modos de relacionar-
nos y organizarnos como sociedad.
Por ejemplo, ¿qué está pasando
realmente en los espacios comuna-
les? ¿No se supone que los años de
neoliberalismo los había fragmen-
tado hasta casi desaparecerlos?
En momentos de crisis, nos vemos
confrontados con la inevitabilidad
de que somos interdependien-
tes. Todos somos parte de esto. Y,
frente a la brutal represión policial
y militar, surgió un acto solidario
que permite sostener una apues-
ta política de resistencia desde el
cuidado. Los cuidados permitieron
que las y los manifestantes se “en-
treguen” por dos meses y viajen
de las provincias hasta Lima, para
tomar la capital.
Solo cabe aclarar algo funda-
mental: en las ollas no cocinan en
silencio. Por un lado, saben que
cuidar a los otros es fundamen-
tal. “Esta comida nos va a dar las
fuerzas para luchar” escuché decir
a alguien. “Hay que estar fuertes,
porque se vienen las luchas más
fuertes”. Se sabe también que
estas interdependencias no son
gestadas en condiciones de sime-
tría e igualdad, sino generalmente
lo contrario. El espacio de cocina
dejó de ser chiquito, oculto o si-
lencioso, para ser más bien un es-
pacio donde pensar distintos tipos
de opresiones.
Como decía Joan Tronto, el tra-
bajo de cuidado destaca por su
distribución desigual y la desva-
lorización de la cual es objeto. Eso
nos recuerda que las necesidades
de cuidado cambian según las cla-
ses sociales: hay una “irresponsa-
bilidad de los privilegiados”, pues
ellos pueden evitar asumir los
cuidados. Por eso, la superioridad
y el racismo están latentes en la
conversación en las ollas, quie-
nes cuidan de lxs manifestantes
y quienes los agreden. Esto, de
cierta forma, se viene aclarando
en este estallido social: no recla-
man solo por demandas insatisfe-
chas, no quieren más bonos, pro-
yectos sociales, ni que destinen
presupuestos más grandes a sus
provincias. Quieren un cambio
del orden de las cosas. No ser los
otros. Tener una voz y que se les
entienda. Quieren nuevas for-
mas de cuidado y, de alguna for-
ma u otra, romper con el pasado.
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 SUR CULTURA
Telelton en
la ciudad de
Azangaro, en favor
de la movilización
en contra de
Dina Boluarte, y
para las víctimas.
Fotografía: Redes
Sociales.

Voces del arte comprometidas

con su pueblo
E
por: n tanto y en cuanto el Perú de
Pablo Quispe Sallo nuestros días sufre y llora la
muerte que nos ha traído este
oscuro momento, en el que la vo-
luntad democrática parece haber
dejado de ser funcional y se impo-
ne la mano dura que sostiene el ré-
gimen que se instaló a partir de la
década de los noventa. La oralidad
y el arte, con todas sus contradic-
ciones vuelve a saltar a la escena,
en su esfuerzo de ser aliento, tan
necesario estos días en los que la
solidaridad de los de abajo parece
ser la última isla desde la cual se
pueda refundar esta tierra nuestra.
Así entonces, de la mano de toda
expresión artística comprometi-
da, con un claro contenido y pen-
samiento, nuestro país ha sido el
espacio en el que sus ciudadanos,
expresando su cotidiano vivir, han
logrado reconstruir su propia his-
toria, tal y como nos lo recuerda
José María Arguedas, al hablarnos
de nuestro entrañable Wayno y lo
mismo podría aplicarse hoy a las
nuevas expresiones que van sur-
giendo en las distintas partes de
nuestro país. Ciertamente esto no
es para nada la panacea, puesto
que como todo en la vida es una
negociación permanente y al final
estas expresiones pueden ser “el
vehículo del conservadurismo”,
así como también, y es el caso de
varios de los artistas comprome-
tidos, existen muchos intersticios
dentro de la industria musical des-

14
CULTURA SEMANARIO DE POLÍTICA Y CULTURA
de los cuales va surgiendo una in- y fuga le canta al dolor de nuestro

teresante crítica social y una res-
puesta clara al momento actual.
Esto último es el caso del him-
no más sonado en las protestas:
“Dina asesina”, una adaptación de
la tradicional morenada puneña
que es la voz de los que exigen
justicia para los caídos por las
protestas. O Los Qaris de Huan-
cavelica, quienes al ritmo de los
carnavales de la zona centro y sur
de nuestro país, en “Usurpado-
ra” desconocen la designación de
Dina Boluarte como presidenta y
condenan toda la estigmatización
que se ha hecho a los manifestan-
tes y la consecuente violencia que
se ha ejercido en contra de la gen-
te. También tenemos a Gualberto
Apaza, quien en su “Llakiy Taki”
(Triste Cantar) al ritmo de huayno
“Un gran número de
SUR te recomienda
pueblo ante tanta violencia avala-
da por la desidia de nuestra clase
gobernante, a quienes se les hace
la clara exigencia de que es tiem-
po de que se vayan y es también el
caso de Virginia Reymundo, joven
cantante auto identificada como
parte de la nación chopcca, quien
hace poco fuera entrevistada por
el medio Huanca York a propósito
de su participación en las luchas y
una producción musical para sus
conciudadanos que el jueves vein-
tiséis de enero tomaron la carre-
tera Central: “En el cerro de Ticlio
/ están mis hermanos de la nación
chopcca / durmiendo en su camita
de ichu / y su frazada de lluvia”.
Y junto a ellos un gran número de
artistas de diversas regiones han
respaldado y sostenido el conjunto
de manifestaciones, en respuesta
al sentir de gratitud con nuestros
hermanos e identificación con las

artistas de diversas
regiones han respaldado
y sostenido el conjunto
de manifestaciones,
en respuesta al
sentir de gratitud con
nuestros hermanos e
identificación con las
demandas por el respeto
a la voluntad de la
ciudadanía”.
H
demandas por el respeto a la vo-
luntad de la ciudadanía, destacan-
do así Marisol Cavero, Illari del
Cusco, Rosita de Espinar, Jheyson
Meza, Richard Douglas y el “Cholo
Juanito”, Yobana Hancco, Robert
Pacheco, Dinaldo Campos, Her-
manos Curi, Raúl Arquinico, Ali-
cia de Acomayo, Yeritza Corazón,
quienes vienen desarrollando o ya
han anunciado espectáculos con
los que buscan apoyar a los fami-
liares de los caídos y apoyar a los
que siguen en las calles.
En resumen, hoy hay una inicia-
tiva cultural artística arraigada a
la vida cotidiana de nuestro país,
que comprometidamente viene
acompañando a todo un pueblo en
su lucha para que las promesas de
un futuro mejor sean una realidad.
Concierto de
recaudación
de fondos en
favor de las
movilizaciones
contra Boluarte
- Enero del
2023.
Fotografía:
SEMANARIO
SUR.
acia fines del año pasado el Instituto de Es-
tudios Peruanos (IEP) anunciaba la publi-
cación del libro Un Grito A La Tierra. Arte Y
Revolución En Chaski (Cusco, 1972-1974). Un
conjunto de investigaciones sobre la dimensión
cultural del velasquismo, a partir del análisis de
Chaski, Semanario de los Pueblos Jóvenes que
fue un medio de difusión impresa de la séptima
Oficina Regional de Apoyo a la Movilización So-
cial (ORAMS VII) que cubría Apurímac, Cusco y
Madre de Dios. Un organismo descentralizado
del Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización
Social (SINAMOS).
El libro está compuesto por tres novedosas in-
vestigaciones llevadas a cabo por los sociólo-
gos Manuel Barrós y Raúl Álvarez Espinoza y el
antropólogo Mijail Mitrovic. Y que en conjunto
muestran una nueva entrada a los estudios so-
bre el denominado Gobierno Revolucionario de
las Fuerzas Armadas (GRFA) que permiten ver
la complejidad del proyecto político velasquis-
ta desplegado a nivel territorial. Sus intentos
de movilizar sensibilidades y construir una base
política a través del arte. Cabe mencionar aquí
el prólogo del historiador siempre crítico Anto-
nio Zapata, quién aporta un invaluable análisis
histórico sobre la política cusqueña en los años
del GRFA y el epílogo de la historiadora británica
Anna Cant quién ayuda a ampliar la mirada des-
centralista sobre los estudios del velasquismo
que es al fin de cuentas el espíritu que recorre
todo el libro.
En ese sentido el análisis de Chaski, Semanario
de los Pueblos Jóvenes, realizado por los autores
permite también tener un panorama ampliado
de la ebullición política del Cusco en los años 70,
que ya experimentaba una densidad organizacio-
nal a todo nivel, aunque se expresaban ya algu-
nas divisiones en ese ámbito. Todo esto montado
sobre lo ya existente, es decir el sindicalismo ur-
bano y campesino, las tradiciones políticas como
la del Cusco Rojo, la incesante politización de la
Universidad San Antonio Abad y las nacientes
formaciones de organizaciones a raíz de la fun-
dación de los denominados Pueblos Jóvenes.
Este escenario fue aprovechado por la burocra-
cia velasquista local para poder llevar a cabo su
proyecto político, con cierta e inquietante inde-
pendencia de la burocracia centralizada en Lima.
Pero además sin ser rupturistas del discurso
revolucionario de izquierdas de procesos ante-
riores, una suerte de continuidad de la tradición
socialista del Cusco y del sur.
Y concluimos aquí, esto no pretende ser una re-
seña del libro, más bien es es una invitación a que
puedan leerlo con detenimiento, para así abrir el
debate sobre uno de los procesos que marcó un
antes y un después en nuestra historia como país.

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 SUR CULTURA

Decreto ley
Mi país Mi país no es nada de eso.
no es un charco de sangre
que puedas derramar para sembrar Mi país es el origen del multiverso
dictadura vórtex del Tahuantinsuyo y tantos
con balas atravesando cuerpos otros paraísos
gases devorando el aire de apus picchando coca
tanques militares embistiendo el comadres tomando chicha
pensamiento Inti alabado besando la chacra
porras delirantes repartidas a man- brillando en los ojos del colibrí.
salva. Mi país son
les comuneros
Mi país ronderos
no es un terna Yarita Lizeth
no es un infiltrado la primera línea
no es una zanja para enterrar dere- las ollas populares
chos humanos. les brigadistas
les que desactivan bombas
Mi país las Tamboras resistencia
nunca será una mina prostituida a y Kabro noticias.
tajo abierto Mi país
ni ríos de sangre bajando por los hecho de rito y ayni
Andes de choclo
o una fracción de lágrimas sin justi- de algodón
cia de panca y piedra
fuente del terruqueo fácil espejo de la vía láctea
boca a boca bosque nativo
de la tele manipulando la ficción de madreselva Pachamama.
una patria
escenario conveniente para el Nue- Mi país
vo Orden de alma valiente
poner corazón ancho y puños arriba
al pueblo contra el pueblo cubierto por una bandera multi-
pitucos contra el pueblo colores
policías contra el pueblo Legado de naciones
la traidora contra el pueblo. Chankas
Aymaras
Mi país Quechuas
nunca será una fractura Amazónicas
un ejemplo en el manual del diseño Moches
de la guerra Ychma
o campo vejado exento de memoria Wankas
cubierto de bombas Y no retrocederá
silenciado a plomo Queda decretado.
ni historia quemada
para baratearla al peor postor
por ser
tierra bendita Por: Johanna F. Casafranca
repleta
de
Agua
Oro
Cobre
Litio
Cocaína

SUR
Comité Editorial: Editor:
Wilson Chilo Luna Wilson Chilo Luna
Rudy Roca Rozas Diseño y
SEMANARIO DE POLÍTICA Y CULTURA Justo Chilo Luna diagramación:
Rosmery Roca Rozas Pablo Quispe Sallo
Pablo Quispe Sallo
Esta es una iniciativa colectiva desde el sur y es de acceso libre y gratuito.

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