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María José Hernández García

Acercamientos Teóricos a la Literatura del Siglo XIX

Otoño 2022

09.11.2022

James Rice escribió un cuadro de costumbres y lo llamó Alice y la Mosca

Alice y la Mosca es una novela escrita por James Rice que fue publicada en el 2015.

Dentro de esta novela se nos habla de manera detallada sobre las fobias, el aislamiento y la

obsesión de nuestro protagonista: Greg. Te atrapa y te perturba a maneras iguales, haciendo uso

de un recurso importante: el cuadro de costumbres. En este trabajo hablaré del costumbrismo,

fenómeno literario que surgió en el siglo XVIII, así como también de la noción de cuadro de

costumbres, para posteriormente explicar por qué en esta novela utiliza este recurso para poder

relatar de una manera más específica y siniestra los hechos que ocurren en la vida de alguien

como Greg, la oveja negra de su propia familia.

Existen diferentes concepciones acerca de lo que es el costumbrismo, una de ellas siendo

la de Javier Herrero, que definió al costumbrismo español como un “movimiento, íntimamente

ligado al romanticismo, que domina una parte considerable de la literatura de la primera mitad

del siglo XIX [...]”; el costumbrismo surgió como un movimiento antagónico al romanticismo y

los ideales de este. Se proponía salir de lo que se tenía establecido, tratando de ilustrar con los

rasgos de la vida cotidiana de la sociedad. Este mismo dejó evidencia de los cambios que

surgieron en la sociedad después de las guerras napoleónicas, el sentimiento nacionalista y la

conmoción espiritual de las personas. Parece acertada la definición que hacen otros estudiosos

del costumbrismo: “breve representación literaria de costumbres, incidentes, instituciones,

personajes típicos y modos de vivir habitualmente contemporáneos” (Lozada 3).


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En España el costumbrismo como movimiento literario tuvo un elemento imprescindible:

el cuadro de costumbres. Según José Escobar Arronis, es el “género breve como el cuento,

constituye en España la contribución más abundante, muy significativa, de la prosa y a literatura

durante el período romántico.” También, se puede entender como la representación escrita de

una realidad que no es escrita, por medio de un narrador. De esta manera, la mímesis del

costumbrismo es una forma de representación imaginativa de los hechos que ocurren en la

percepción de la realidad de nuestro narrador.

Ahora bien, el cuadro de costumbres nos otorga la oportunidad de relatar la realidad

ajena, que no llegamos a conocer. La rutina y hábitos que no son propios de uno mismo, nos da

una noción de cómo puede ser (o fue) la realidad de otros, acto que se refleja en Alice y la

Mosca.

Esta novela nos comparte la historia de Greg, un adolescente retraído y solitario cuya

familia no tiene mínimo interés en su vida, y su principal gran problema es su particular fobia a

las arañas. Es el diario del protagonista en el que nos narra su día a día, y sus anotaciones van

dirigidas a una segunda persona, que es Alice: una chica pelirroja con la que comparte clase, y

con la que Greg está bastante obsesionado.

En este libro, la mayoría de los capítulos tienen fecha para que vaya de acuerdo con una

cronología bien ordenada. Como la entrada del primer capítulo, con fecha del 13 de noviembre:

“Era otra vez el conductor más viejo, el del bigote. Me lanzó esa sonrisa tan suya,

con el ceño un poco fruncido y un movimiento de cabeza tipo yo-sé-todo-de-ti.

Dejé caer el dinero del pasaje en la máquina y me dijo que mejor comparara un

pase semanal, que así era más barato. Arranqué mi boleto y mantuve la cabeza

baja.”
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Greg es un narrador preciso y meticuloso con los detalles, sin embargo, no se excede en

rasgos sentimentales. De acuerdo con Ramón Mesonero Romanos, el narrador de un género

como el cuadro de costumbres, debe estar dotado de “un genio observador, de una imaginación

viva, de una sutil penetración […] estilo fácil, erudición amena y sobre todo un estudio continuo

del mundo […]”. Es gracias a estos recursos que nos es posible inmiscuirnos en la trama de

manera más profunda. Un ejemplo sería la entrada con fecha del 27 de noviembre:

“Hoy tuve uno de mis días malos. Uno de esos en los que el cuello de la camisa

me raspa el cuello, se me eriza la piel, siento comezón como si me rozaran las

telarañas, y tiemblo. Uno de esos días en los que cada vez que cierro los ojos

(incluso cada vez que parpadeo), las veo a Ellas, a cientos de Ellas, cubriendo mi

cabeza.”

Como mencioné anteriormente, Greg tiene una peculiar fobia a las arañas, y por peculiar

quiero decir terrible. Tiene una psicosis frecuente en la que, en un radio de tres metros, siempre

habrá una araña cerca suyo. De igual forma, le es imposible decir la palabra en voz alta, por lo

que se refiere a las arañas como “Ellas”. Pero de no ser por la meticulosidad con la que se nos

narran los hechos, no tendríamos noción de estos detalles; de igual manera, el que sean narrados

por el mismo Greg es lo que nos hace meternos bajo su piel y adentrarnos en la historia. Lo que

convierte a nuestro protagonista en un narrador ideal para un cuadro de costumbres.

No obstante, el referente de un cuadro de costumbres es la realidad, sí, y de igual manera

también podría ser el sueño. Como sucede en el Romanticismo, esta idea de que dentro nuestro

hay otro “yo” que sueña (Beguin 12), y una distinción entre los sueños nocturnos y los sueños de

vigilia (los delulus que llegamos a vivir en nuestro día a día). Dentro del libro, hay entradas que

no tienen fecha, las cuales son capítulos verdaderamente extraños, que juegan con la mente de
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uno y no se tiene noción de si es un sueño o si es la realidad, sin embargo, son los detalles los

que provocan escalofríos.

“[…] y finalmente, cuando desgarro el plástico tus golpes se detienen tu piel

blanca como la nieve tu cabello congelado en rizos sólidos y mientras destrozo la

caja con mis dedos ardientes y ensangrentados todo lo que encuentro es a ELLAS

cientos de ELLAS miles de ELLAS saliendo de los fragmentos de plástico

retorciéndose entre mis dedos extendiéndose por el piso de mi recamara y”

De acuerdo con la idea de que el punto de referencia del cuadro de costumbres puede ser

un sueño, el uso constante de esta herramienta oscilando entre la realidad y el sueño, es lo que

causa intriga en la novela. Si bien, no hay demasiados capítulos o entradas del diario que no

tengan fecha y que sean igual de confusas que la cita anterior, la intervención de alguno de estos

capítulos a mitad de la trama sorprende al lector y lo saca de la línea que seguía, creando intriga.

¿Es algo que realmente está pasando? ¿Es un sueño? ¿Realmente mató a alguien y después vio

miles de arañas? No se sabe con exactitud.

No cabe duda que la obra de Rice es bastante peculiar, narrando la historia de este chico

obsesionado con una muchacha, a quien llegó a acosar de manera enfermiza, y cuya fobia lo

llevó a cometer hasta lo impensable. Sin embargo, el sentimiento de incomodidad, la sensación

de enfermedad que provoca, y lo perturbador que puede llegar a ser, no sería posible de ser si no

fuera el uso constante del cuadro de costumbres. Si bien, no todo el libro es un cuadro de

costumbres, el uso constante de este y otros elementos como el sueño, convierten a esta obra en

lo que es: “una novela sobre las fobias, el aislamiento y el lado oscuro de las personas.”
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Trabajos citados

Beguin, Albert. El alma Romántica y el Sueño. (pp 12-13). Fondo de Cultura Económica,

1994. PDF.

Escobar Arronis, José. Narración, descripción y mímesis en el «Cuadro de costumbres»:

Gertrudis Gómez de Avellaneda y Ramón Mesonero Romanos. Editorial del Cardo, 2010. Web.

11 de noviembre de 2022.

Losada, José Manuel. EL COSTUMBRISMO ESPAÑOL Y SUS CONEXIONES

EUROPEAS. ResearchGate. Web. 11 de noviembre de 2022.

Rice, James. Alice y la Mosca. Planeta, 2015. Impreso.

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