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1.

El amor como el arte


Los seres humanos están sedientos de amor; para la mayoría de la gente, el
problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar,
para alcanzar ese objetivo, siguen varios caminos, para algunos hombres es
tener éxito, ser poderoso y tener buena posición social, en cuanto a las
mujeres se trata de ser atractivas cuidando su apariencia. Lo que para la
mayoría de la gente cierta cultura equivale a digno de ser amado es, en
esencia, una mezcla de popularidad y atractivo es la suposición de que el
problema del amor es el de un objeto y no de una facultad.
El primer paso por dar es tomar conciencia de que el amor es un arte,
debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos
aprender cualquier otro arte. El proceso de puede dividirse en dos partes: la
primera es dominar la teoría; la otra, dominio de la práctica. Esta última es un
factor necesario para llegar a señorear cualquier materia por estudiar. Como el
arte, nada en el mundo debe ser más importante que esta, no obstante, el
profundo anhelo del amor, casi todo lo demás tiene más importancia que el
amor: éxito, prestigio, el buen nombre, atracción, dinero, poder, etc.

2. La teoría del amor


Para poder hablar del amor y las teorías que le rodean se debe de hablar
acerca de la existencia humana y lo básico en esto es el hecho de que ha
surgido del reino animal. El hombre sólo puede ir hacia delante desarrollando
su razón, hallando una nueva armonía humana en reemplazo de la prehumana
que está irremediablemente perdida. El hombre está dotado de razón, tiene
conciencia de sí mismo, de sus semejantes, de su pasado y de las
posibilidades de su futuro y de su breve lapso de vida, de su soledad y su
separatidad (capacidad de separarse), de su desamparo frente a las fuerzas
naturales y sociales, todo ello hace de su existencia separada y aparta una
insoportable prisión. Se volvería loco si no pudiera liberarse de esta y extender
la mano para integrarse en una forma u otra con los demás hombres o con el
mundo exterior.
La vivencia de la capacidad o posibilidad de separarse es la fuente de toda
angustia produciendo vergüenza y culpa. Cuanto más se libera el ser humano
de los vínculos primarios, más intensa se torna la necesidad de encontrar
nuevas formas de escapar del estado de separación y los sentimientos que
acarrea tal experiencia. Una forma de alcanzar tal objetivo consiste en
diferente clases de estados de desenfreno que tienen tres características:
niveles de intensidad altos que pueden ser violentos, abarcan la totalidad se la
personalidad, mente y cuerpo, son transitorios y periódicos.
Existe forma de lograr la unión y se encuentra en la actividad creadora como
la que sucede en el arte, sin embargo, solo es válido para el trabajo productivo,
para la tarea que se planea, produce, el resultado de su labor, el trabajador se
convierte en un aprendiz de la maquina dejando de ser él, y por eso mismo no
se produce ninguna unión aparte de la que se logra por medio de la
conformidad. La solución plena en el logro de la unión interpersonal, la fusión
con otra persona, en el amor, ese deseo de fusión interpersonal es el impulso
más poderoso que existe en el hombre. La incapacidad para lograrlo significa
destrucción de sí mismo o de los demás. Es que sin amor la humanidad no
puede existir, si se le llama amor al logro de la unión interpersonal se está en
serias dificultades ya que se debe conocer a qué clase de unión se hace
referencia cuando se habla de amor.
Vinculación Sana (el buen amor)
• Si las necesidades de afecto, aprobación y seguridad son satisfechas
(infancia) se genera una percepción realista de sí mismo
• Relaciones basadas en la confianza y el disfrute
• Alguien con esas tres habilidades tendrán más posibilidades de entablar
relaciones sanas (horizontales)
Inadecuada vinculación (El mal amor)
• Cuando no se satisfacen adecuadamente las necesidades emocionales, se
instaura en la persona una necesidad de búsqueda de afecto (aprobación
que no tuvo en la infancia)
• La relación de pareja se basa en demandas (inconscientes)
• No están en el vínculo por una cuestión de disfrute, sino para satisfacer
demandas emocionales que tienen origen en otras necesidades que no
fueron resueltas

a. El amor, la respuesta al problema de la existencia humana


El amor maduro significa unión a condición de preservar la propia integridad, la
propia individualidad. El amor es un poder activo en el ser humano, es decir, una
acción que, mediante un gasto de energía, produce un cambio en la situación
existente, así una persona es activa si trabaja, se instruye, practica algún deporte,
sin tomar en cuenta que esto lo podría estar haciendo por una profunda sensación
de inseguridad o por ambición ya que la verdadera actividad del alma solo es
posible bajo la condición de libertad e independencia interiores. Spinoza formulo
con suma claridad el segundo concepto de actividad afirmando que el poder y la
virtud son una misma cosa y así el amor es una actividad, no un afecto pasivo
afirmando que el amor es fundamentalmente dar, no recibir sin que esto signifique
privarse de algo, porque hay personas que hacen del dar una virtud creyendo que
la virtud de dar en el acto mismo de aceptación del sacrificio pero no es así ya que
dar produce más felicidad que el recibir, no porque sea una privación, sino porque
en el acto de dar está la expresión de la propia vitalidad. En otras palabras, el
amor implica dos elementos que son el dar y recibir, estas características son
comunes a todas las formas del amor y requiere de diferentes elementos
integrados a la dinámica que le complementan y armonizan. Esos elementos son
cuidados, responsabilidad, respeto y conocimiento para que el amor sea el interés
principal y activo de la vida y el crecimiento de lo que se ama. Cuando falta esta
preocupación activa no hay amor, se ama aquello por lo que trabaja y se trabaja
por lo que se ama.
b. El amor entre padres e hijos
Al nacer el bebe no siente miedo de morir, no tiene conciencia de lo que
le angustia, no reconoce objetos por completo ni conoce la diferencia
entre el mundo y su propia existencia. Para el bebe la madre es calor,
es alimento, es la expresión de satisfacción y seguridad, solo es real lo
que está adentro; lo exterior solo es real en función de sus necesidades.
Cuando el niño crece y se desarrolla, se vuelve capaz de percibir las
cosas como son, empieza a darles nombres, reconoce las diferencias,
aprende a maniobrar objetos, a las personas y todas esas experiencias
se moldean o integran en la experiencia: el niño ama y más
esencialmente lo aman por quien es, el amor de madre es incondicional,
significa paz, dicha, no hace falta perseguirlo, ni merecerlo. La
característica incondicional del amor materno tiene también un aspecto
negativo ya que no es posible de conseguirlo en otra persona,
producirlo, manipularlo o controlarlo. Para la mayoría de los niños entre
los ocho y diez años el problema consiste en ser amado por lo que es,
antes de esa edad el niño no ama; responde con gratitud y alegría al
amor que se le brinda, a esa altura del desarrollo infantil el niño piensa
en dar algo a sus padres, en producir algo, por primera vez en la vida de
un niño, la idea del amor se transforma de ser amado en amar. En tanto,
cuando el niño se transforma en un adolescente, ha superado su
egocentrismo, entiende que la otra persona ya no es un medio para
satisfacer sus propias necesidades; dar es más satisfactorio que recibir.
El mismo razonamiento lo traslada al amor.
El amor infantil sigue el principio “amo porque me aman”, el amor
maduro obedece al principio “me aman porque amo”, el amor inmaduro
dice “te amo porque te necesito” y el amor maduro dice “te necesito
porque te amo”. En los primeros meses y años de vida, la relación más
estrecha del niño es la que tiene con la madre, su nacimiento modifica la
situación en algunos aspectos, todavía depende por completo de la
madre, pero día a día se hace más independiente, la relación con la
madre pierde algo de su significación vital, la relación con el padre se
torna cada vez más importante.
La persona madura se ha liberado de las figuras exteriores de la madre
y del padre, y las ha integrado en su interior, ha elaborado una
conciencia materna sobre su propia capacidad de amar, y una
conciencia paterna fundada en su razón y su discernimiento. En esta
integración se encuentra la base de la salud mental y el logro de la
madurez. El fracaso de dicho desarrollo constituye la causa básica de la
neurosis.
c. Los objetos amorosos
i. Amor fraternal
Es básico en todos los tipos de amor, por él se advierte el
sentido de la responsabilidad, cuidado, respeto y
conocimiento con respecto a cualquier otro ser humano, el
deseo de promover su vida, este se le entrega a todo ser
humano; se caracteriza por su falta de exclusividad.
ii. Amor materno
Es una afirmación incondicional de la vida del niño y sus
necesidades, la afirmación de la vida de un niño presenta dos
aspectos, el cuidado y la responsabilidad absolutamente
necesarios para la conservación de la vida de un niño y su
crecimiento. El otro aspecto va más allá de la conservación.
Es la actitud que instruye en el niño el amor a la vida, que
crea en él el sentimiento de “es bueno estar vivo, es bueno
ser una criatura, es bueno estar en la tierra”.
iii. Amor erótico
Aquí se presenta el anhelo de una completa y única unión con
otra persona más es la forma más engañosa del amor que
existe. Se confunde fácilmente con la experiencia de
enamorarse, pero para la mayoría de la gente la intimidad se
establece principalmente a través del contacto sexual. Puesto
que experimentan la separatidad de la otra persona como algo
físico, la unión significa superar esto y puede explicar la
atracción pervertida que sienten los integrantes de muchos
matrimonios que solo parecen íntimos cuando están en la
cama o cuando dan rienda suelta a su odio y a su rabia
recíprocas. El deseo sexual puede ser estimulado por la
angustia de la soledad, por el deseo de conquistar o de ser
conquistado, por la vanidad, por el deseo de herir y aun de
destruir, tanto como por el amor, como la mayoría de la gente
une el deseo sexual a la idea a la idea del amor. Las personas
comúnmente creen erróneamente que se ama cuando se
desea físicamente, pero si el deseo de la unión física no está
estimulado por el amor, si el amor erótico no es a la vez
fraterno, jamás conduce a la unión y se convierte en algo
temporal.

En el amor erótico si hay exclusividad se tiende a pensar que


es una relación posesiva y es y solo ocurre cuando puede
unirse de forma intensa a la otra persona. La base del amor
erótico es amar desde la esencia del ser y experimentar a la
otra persona desde su esencia. El amor debe ser un acto de
voluntad, de decisión, de dedicar la vida a la de la otra
persona, es ese el razonamiento que sustenta la idea de la
indisolubilidad del matrimonio en la que ninguna de las partes
elige a la otra si no que alguien las elige por ellas, a pesar de
lo cual se espera que se amen mutuamente. La característica
importante del amor erótico es el de la voluntad, ya que es
una decisión, un juicio, una promesa, porque si el amor no
fuese más que un sentimiento, no existiesen bases para
jurarse amor eterno.
iv. Amor a si mismo
El común denominador es que el amar a los demás es una
virtud y amarse a sí mismo es un pecado, incluso se ha
calificado como peste el amor a sí mismo. Freud dice que este
tipo de amor tiene que ver con el narcicismo parte de la
primera etapa del desarrollo humano, y la persona que en la
vida adulta regresa a su etapa narcisista, es incapaz de amar;
en los casos extremos, carece de sanidad.
El amor genuino constituye una expresión de la productividad,
e implica cuidado, respeto, responsabilidad y conocimiento, de
ello se entiende que la persona deba ser objeto del mismo
amor al igual que la otra persona. Si una persona es capaz de
amar debería de amarse a sí misma; si sólo ama a los demás,
no puede amar en absoluto. El egoísmo y el amor a sí mismo,
lejos de ser idénticos, son realmente opuestos. Quien es
egoísta es alguien que no es capaz de producir y esta
incapacidad le hace sentir vacío y falto de amor. No pueden
amarse a si mismas y por lo tanto no pueden amar a los
demás.

v. Amor a Dios
Se entiende que, en el sistema religioso occidental
predominante, el amor a Dios es básicamente lo mismo que la
fe en Dios, en su existencia, en su justicia, en su amor es una
experiencia mental. Aquí se entiende que el amor de Dios no
puede separarse del amor de los padres. La naturaleza de su
amor al hombre, y, además, la verdadera cualidad de su amor
a Dios y al hombre es con frecuencia inconsciente, encubierta
y racionalizada por una idea más madura de lo que su amor
es.

3. El amor y su desintegración en la sociedad occidental contemporánea


En las sociedades occidentales el amor-fraterno, materno y erótico-es un
fenómeno relativamente raro y que en su lugar hay cierto número de formas de
amor, que son otras formas distorsionadas e irracionales del amor.
Las formas frecuentes de amor irracional es la idolatría. Aquí se proyecta lo
propio en la persona amada, se priva de toda sensación de fuerza, en lugar de
integrarse, la persona se pierde en el ser amado. En lugar de encontrarse, lo
característico de este amor es lo intenso. Comúnmente se describirse como el
verdadero y gran amor mas solo demuestra el vacío y la desesperación del
idólatra.
Otra forma de amor neurótico se basa en proyecciones para evitar los propios
problemas y enfocarse en los de la persona que se ama. Esto es en ambas
vías y esto no les permite solucionar sus conflictos y tampoco pueden
continuar creciendo y madurando en la relación.

En cuando a los padres que indican que no pueden deshacer la unión familiar
a pesar de los conflictos que se vuelven obvios ante los demás, esta situación
es más nociva para los hijos debido a la tensión e infelicidad dentro del núcleo.
La separación de los padres de forma madura enseña a los hijos que pueden
existir rupturas francas y una situación poco tolerable debe llegar a su fin por
medio de decisiones valientes
El amar es una experiencia personal que sólo podemos tener por y para
nosotros mismos. Nadie está exento de esta experiencia en cualquiera de sus
formas, ya sea desde el nacimiento o bien en la adultez. El arte de amar
implica disciplina y practica constante, como en cualquier otra materia o
especialidad. Aquel que se priva de amar no se da la oportunidad de
evolucionar de forma individual y con el objeto amado. El amar requiere
dedicarse, informarse, practicar lo aprendido y continuar con el ciclo durante
todas las etapas de nuestra vida.

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