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a cantar un argumento; para mí la tierra es chica

Facultad de Periodismo y Comunicación Social UNLP como si soplara el viento y pudiera ser mayor;
hago tiritar los pastos. ni la víbora me pica
Taller de Comprensión Con oros, copas y bastos
juega allí mi pensamiento.
ni quema mi frente el Sol.

y Producción de Textos 2 Yo no soy cantor letrao


mas si me pongo a cantar
Nací como nace el peje
en el fondo de la mar;
no tengo cuándo acabar naides me puede quitar
El Ser Nacional y me envejezco cantando; aquéllo que Dios me dio.
las coplas me van brotando Lo que al mundo truje yo
como agua de manantial. del mundo lo he de llevar.
Josè Hernández
Con la guitarra en la mano Mi gloria es vivir tan libre
Martín Fierro (1872) ni las moscas se me arriman; como el pájaro del Cielo;
naides me pone el pie encima, no hago nido en este suelo
y, cuando el pecho se entona, ande hay tanto que sufrir;
hago gemir a la prima y naides me ha de seguir
I no las quieren sustentar;
y llorar a la bordona. cuando yo remonto el vuelo.
parece que sin largar
Aquí me pongo a cantar se cansaron en partidas.
Yo soy toro en mi rodeo Yo no tengo en el amor
al compás de la vigüela,
y torazo en rodeo ajeno; quien me venga con querellas;
que el hombre que lo desvela Mas ande otro criollo pasa
siempre me tuve por güeno como esas aves tan bellas
una pena estrordinaria, Martín Fierro ha de pasar;
y si me quieren probar que saltan de rama en rama.
como la ave solitaria nada lo hace recular,
salgan otros a cantar Yo hago en el trébol mi cama
con el cantar se consuela. ni las fantasmas lo espantan,
y veremos quién es menos. y me cubren las estrellas.
y dende que todos cantan
Pido a los Santos del Cielo yo también quiero cantar.
No me hago al lao de la güeya Y sepan cuantos escuchan
que ayuden mi pensamiento,
aunque vengan degollando; de mis penas el relato,
les pido en este momento Cantando me he de morir,
con los blandos yo soy blando que nunca peleo ni mato
que voy a cantar mi historia cantando me han de enterrar,
y soy duro con los duros, sino por necesidá;
me refresquen la memoria y cantando he de llegar
y ninguno, en un apuro y que a tanta alversidá
y aclaren mi entendimiento. al pie del Eterno Padre;
me ha visto andar tutubiando. sólo me arrojó el mal trato.
dende el vientre de mi madre
Vengan Santos milagrosos, vine a este mundo a cantar.
En el peligro ¡Qué Cristos! Y atiendan la relación que
vengan todos en mi ayuda,
el corazón se me enancha, hace un gaucho perseguido,
que la lengua se me añuda Que no se trabe mi lengua
pues toda la tierra es cancha, que fue buen padre y marido
y se me turba la vista; ni me falte la palabra;
y de esto naides se asombre; empeñoso y diligente,
pido a mi Dios que me asista el cantar mi gloria labra
el que se tiene por hombre y sin embargo la gente
en una ocasión tan ruda. y, poniéndomé a cantar,
ande quiera hace pata ancha. lo tiene por un bandido.
cantando me han de encontrar
Yo he visto muchos cantores, aunque la tierra se abra.
Soy gaucho, y entiéndalo II
con famas bien otenidas
como mi lengua lo esplica:
y que después de alquiridas Me siento en el plan de un bajo

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Ninguno me hable de penas, Y apenas el horizonte Y mientras domaban unos, más bien era una junción,
porque yo penando vivo; empezaba a coloriar, otros al campo salían, y después de un güen tirón
y naides se muestre altivo los pájaros a cantar y la hacienda recogían, en que uno se daba maña,
aunque en el estribo esté, y las gallinas a apiarse, las manadas repuntaban, pa darle un trago de caña
que suele quedarse a pie era cosa de largarse y ansí sin sentir pasaban solía llamarlo el patrón.
el gaucho más alvertido. cada cual a trabajar. entretenidos el día.
Pues vivía la mamajuana
Junta esperencia en la vida Éste se ata las espuelas Y verlos al cáir la noche siempre bajo la carreta,
hasta pa dar y prestar se sale el otro cantando, en la cocina riunidos, y aquél que no era chancleta
quien la tiene que pasar uno busca un pellón blando con el juego bien prendido en cuanto el goyete vía,
entre sufrimiento y llanto; éste un lazo, otro un rebenque, y mil cosas que contar, sin miedo se le prendía
porque nada enseña tanto y los pingos relinchando platicar muy divertidos como güérfano a la teta.
como el sufrir y el llorar. los llaman dende el palenque. hasta después de cenar.
Y con el buche bien lleno ¡Y qué jugadas se armaban
Viene el hombre ciego al mundo, El que era pion domador era cosa superior cuando estábamos riunidos!
cuartiándoló la esperanza, enderezaba al corral, irse en brazos del amor Siempre íbamos prevenidos,
y a poco andar ya lo alcanzan ande estaba el animal a dormir como la gente, pues en tales ocasiones
las desgracias a empujones; bufidos que se las pela… pa empezar al día siguiente a ayudarle a los piones
¡jue pucha, que trae liciones y más malo que su agüela las fainas del día anterior. caiban muchos comedidos.
el tiempo con sus mudanzas! se hacía astillas el bagual.
¡Ricuerdo…qué maravilla! Eran los días del apuro
Yo he conocido esta tierra Y allí el gaucho inteligente cómo andaba la gauchada, y alboroto pa el hembraje,
en que el paisano vivía, en cuanto el potro enriendó, siempre alegre y bien montada pa preparar los potajes
y su ranchito tenía los cueros le acomodó y dispuesta pa el trabajo… y osequiar bien a la gente,
y sus hijos y mujer... y se le sentó en seguida; Pero hoy en el día... ¡barajo! y ansí, pues, muy grandemente
Era una delicia el ver que el hombre muestra en la vida no se le ve de aporriada. pasaba siempre el gauchaje.
cómo pasaba sus días. la astucia que Dios le dio.
El gaucho más infeliz Venía la carne con cuero,
Entonces... cuando el lucero Y en las playas corcoviando tenía tropilla de un pelo, la sabrosa carbonada,
brillaba en el cielo santo, pedazos se hacía el sotreta no le faltaba un consuelo mazamorra bien pisada,
y los gallos con su canto mientras él por las paletas y andaba la gente lista... los pasteles y el güen vino…
nos decían que el día llegaba, le jugaba las lloronas, Tendiendo al campo la vista pero ha querido el destino
a la cocina rumbiaba y al ruido de las caronas vía sólo hacienda y cielo. que todo aquello acabara.
el gaucho... que era un encanto. salía haciéndose gambetas.
Cuando llegaban las yerras, Estaba el gaucho en su pago
Y sentao junto al jogón ¡Ah tiempos!... Si era un orgullo ¡cosa que daba calor! con toda siguridá;
a esperar que venga el día, ver jinetiar un paisano tanto gaucho pialador pero aura... ¡barbaridá!
al cimarrón se prendía Cuando era gaucho baquiano, y tironiador sin yel. la cosa anda tan fruncida,
hasta ponerse rechoncho, aunque el potro se voliase, ¡Ah tiempos!.. pero si en él que gasta el pobre la vida
mientras su china dormía no había uno que no parase se ha visto tanto primor. en juir de la autoridá.
tapadita con su poncho. con el cabresto en la mano.
Aquello no era trabajo, Pues si usté pisa en su rancho

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y si el alcalde lo sabe, Sosegao vivía en mi rancho de esa arriada de mi flor; jergas, poncho, cuanto había
lo caza lo mesmo que ave como el pájaro en su nido; fue acoyarao el cantor en casa, tuito lo alcé:
aunque su mujer aborte... allí mis hijos queridos con el gringo de la mona; a mi china la dejé
¡No hay tiempo que no se acabe iban creciendo a mi lao... a uno solo, por favor, media desnuda ese día.
ni tiento que no se corte! Sólo queda al desgraciao logró salvar la patrona.
lamentar el bien perdido. No me faltaba una guasca;
Y al punto dése por muerto Formaron un contingente esa ocasión eché el resto:
si el alcalde lo bolea, Mi gala en las pulperías con los que en el baile arriaron; bozal, maniador, cabresto,
pues ahi no más se le apea era, en habiendo más gente, con otros nos mesturaron lazo, bolas y manea...
con una felpa de palos. ponerme medio caliente, que habían agarrao también: ¡El que hoy tan pobre me vea
Y después dicen que es malo pues cuando puntiao me encuentro, las cosas que aquí se ven tal vez no crerá todo esto!
el gaucho, si los pelea. me salen coplas de adentro ni los diablos las pensaron.
como agua de la vertiente. Ansí en mi moro, escarciando,
Y el lomo le hinchan a golpes, A mí el Juez me tomó entre ojos: enderecé a la frontera.
y le rompen la cabeza, Cantando estaba una vez en la última votación ¡Aparcero! si usté viera
y luego con ligereza, en una gran diversión, me le había hecho el remolón lo que se llama Cantón...
ansí lastimao y todo, y aprovechó la ocasión y no me arrimé ese día, ¡Ni envidia tengo al ratón
lo amarran codo con codo como quiso el Juez de Paz... y él dijo que yo servía en aquella ratonera!
y pa el cepo lo enderiezan. Se presentó, y ahi no más a los de la esposición.
hizo una arriada en montón. Y ansí sufrí ese castigo De los pobres que allí había
Ahi comienzan sus desgracias, tal vez por culpas ajenas; a ninguno lo largaron;
ahi principia el pericón; Juyeron los más matreros que sean malas o sean güenas los más viejos rezongaron,
porque ya no hay salvación, y lograron escapar. las listas, siempre me escondo: pero a uno que se quejó
yque usté quiera o no quiera, Yo no quise disparar, yo soy un gaucho redondo en seguida lo estaquiaron
lo mandan a la frontera soy manso y no había por qué; y esas cosas no me enllenan. y la cosa se acabó.
o lo echan a un batallón. muy tranquilo me quedé
y ansí me dejé agarrar. Al mandarnos nos hicieron En la lista de la tarde
Ansí empezaron mis males más promesas que a un altar. el Jefe nos cantó el punto,
lo mesmo que los de tantos; Allí un gringo con un órgano El Juez nos jue a proclamar diciendo: “Quinientos juntos
si gustan... en otros cantos y una mona que bailaba, y nos dijo muchas veces: llevará el que se resierte;
les diré lo que he sufrido. haciéndonós ráir estaba “Muchachos, a los seis meses lo haremos pitar del juerte;
Después que uno está…perdido cuando le tocó el arreo. los van a ir a revelar.” más bien dése por dijunto”.
no lo salvan ni los santos. ¡Tan grande el gringo y tan feo!
lo viera cómo lloraba. Yo llevé un moro de número. A naides le dieron armas,
III ¡Sobresaliente el matucho! pues toditas las que había
Hasta un Inglés zanjiador Con él gané en Ayacucho el Coronel las tenía,
Tuve en mi pago en un tiempo que decía en la última guerra más plata que agua bendita: según dijo esa ocasión,
hijos, hacienda y mujer, que él era de Inca-la-perra siempre el gaucho necesita pa repartirlas el día
pero empecé a padecer, y que no quería servir, un pingo pa fiarle un pucho. en que hubiera una invasión.
me echaron a la frontera tuvo también que juir
¡y qué iba hallar al volver! a guarecerse en la Sierra. Y cargué sin dar mas güeltas Al principio nos dejaron
Tan sólo hallé la tapera. Ni los mirones salvaron con las prendas que tenía: de haraganes criando sebo,

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pero después…no me atrevo que estuviéramos alerta, al indio, pues donde dentra y nos contaban que a veces
a decir lo que pasaba. que andaba adentro la indiada; roba y mata cuanto encuentra les descarnaban los pieses
¡Barajo!... si nos trataban porque había una rastrillada y quema las poblaciones. a las pobrecitas, vivas.
como se trata a malevos. o estaba una yegua muerta.
No salvan de su juror ¡Ah! Si partía el corazón
Porque todo era jugarle Recién entonces salía ni los pobres angelitos; ver tantos males ¡canejo!
por los lomos, con la espada, la orden de hacer la riunión viejos, mozos y chiquitos Los perseguíamos de lejos
y, aunque usté no hiciera nada, y cáibamos al cantón los mata del mesmo modo; sin poder ni galopiar.
lo mesmito que en Palermo, en pelos y hasta enancaos, que el Indio lo arregla todo ¡Y qué habíamos de alcanzar
le daban cada cepiada sin armas, cuatro pelaos con la lanza y con los gritos. en unos bichocos viejos!
que lo dejaban enfermo. que íbamos a hacer jabón.
Tiemblan las carnes al verlo Nos volvíamos al cantón
¡Y qué Indios, ni qué servicio, Ahí empezaba el afán, volando al viento la cerda; a las dos o tres jornadas
no teníamos ni cuartel! se entiende, de puro vicio, la rienda en la mano izquierda sembrando las caballadas;
Nos mandaba el Coronel de enseñarle el ejercicio y la lanza en la derecha; y pa que alguno la venda,
a trabajar en sus chacras, a tanto gaucho recluta, ande enderieza abre brecha rejuntábamos la hacienda
y dejábamos las vacas con un estrutor qué...¡bruta! pues no hay lanzazo que pierda. que habían dejao rezagada.
que las llevara el infiel. que nunca sabía su oficio.
Hace trotiadas tremendas Una vez entre otras muchas,
Yo primero sembré trigo Daban entonces las armas dende el fondo del desierto; tanto salir al botón
y después hice un corral, pa defender los cantones, ansí llega medio muerto nos pegaron un malón
corté adobe pa un tapial, que eran lanzas y latones de hambre, de sé y de fatiga; los indios, y una lanciada,
hice un quincho, corté paja... con ataduras de tiento... pero el Indio es una hormiga que la gente acobardada
¡La pucha, que se trabaja Las de juego no las cuento, que día y noche está dispierto. quedó dende esa ocasión.
sin que le larguen ni un rial! porque no había municiones.
Y un sargento chamuscao Sabe manejar las bolas Habían estao escondidos
Y es lo pior de aquel enriedo me contó que las tenían, como naides las maneja; aguaitando atrás de un cerro…
quesiuno anda hinchando el lomo, pero que ellos las vendían cuanto el contrario se aleja ¡Lo viera a su amigo Fierro
se le apean como plomo... para cazar avestruces; manda una bola perdida aflojar como un blandito!
¡Quién aguanta aquel infierno! y ansí andaba noche y día y si lo alcanza, sin vida Salieron como máiz frito
y eso es servir al Gobierno, déle bala a los ñanduces. es siguro que lo deja. en cuanto sonó un cencerro.
a mí no me gusta el cómo.
Y cuando se iban los indios Y el Indio es como tortuga Al punto nos dispusimos
Más de un año nos tuvieron con lo que habían manotiao, de duro para espichar; aunque ellos eran bastantes;
en esos trabajos duros, salíamos muy apuraos si lo llega a destripar la formamos al istante
y los indios, le asiguro, a perseguirlos de atrás; ni siquiera se le encoge: nuestra gente, que era poca;
dentraban cuando querían: si no se llevaban más luego sus tripas recoge y golpiándosé en la boca
como no los perseguían es porque no habían hallao. y se agacha a disparar. hicieron fila adelante.
siempre andaban sin apuro.
Allí sí, se ven desgracias Hacían el robo a su gusto Se vinieron en tropel
A veces decía al volver y lágrimas, y afliciones: y después se iban de arriba; haciendo temblar la tierra.
del campo la descubierta, naides le pida perdones se llevaban las cautivas No soy manco pa la guerra

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pero tuve mi jabón, si me descuido... el maldito el que pueda hágasé cargo no soy lerdo... pero, hermano,
pues iba en un redomón me levanta de un lanzazo. cómo andaría de matrero, vino el Comendante un día
que había boliao en la Sierra. después de salvar el cuero diciendo que lo quería
Si me atribulo, o me encojo, de aquel trance tan amargo. “pa enseñarle a comer grano”.
¡Qué vocerío! ¡qué barullo, siguro que no me escapo;
¡qué apurar esa carrera! siempre he sido medio guapo Del sueldo nada les cuento, Afiguresé cualquiera
La Indiada todita entera pero en aquella ocasión, porque andaba disparando; la suerte de este su amigo,
dando alaridos cargó. me hacía buya el corazón nosotros, de cuando en cuando, a pie y mostrando el umbligo,
¡Jue pucha!... y ya nos sacó como la garganta al sapo. solíamos ladrar de pobres: estropiao, pobre y desnudo.
como yeguada matrera. nunca llegaban los cobres Ni por castigo se pudo
Dios le perdone al salvaje que se estaban aguardando. hacerse más mal conmigo.
Qué fletes traiban los bárbaros; las ganas que me tenía...
como una luz de ligeros. Desaté las tres marías Y andábamos de mugrientos Ansí pasaron los meses,
Hicieron el entrevero y lo engatusé a cabriolas… que el mirarnos daba horror; y vino el año siguiente,
y en aquella mezcolanza, ¡Pucha!... si no traigo bolas le juro que era un dolor y las cosas igualmente
éste quiero, éste no quiero, me achura el Indio ese día. ver esos hombres, ¡por Cristo! siguieron del mesmo modo:
nos escogían con la lanza. En mi perra vida he visto adrede parece todo
Era el hijo de un cacique una miseria mayor. para atormentar a la gente.
Al que le dan un chuzazo sigún yo lo avirigué;
dificultoso es que sane; la verdá del caso jue Yo no tenía ni camisa No teníamos más permiso,
en fin, para no echar panes, que me tuvo apuradazo, ni cosa que se parezca; ni otro alivio la gauchada,
salimos por esas lomas, hasta que, al fin, de un bolazo mis trapos, sólo pa yesca que salir de madrugada,
lo mesmo que las palomas del caballo lo bajé. me podían servir al fin... cuando no había Indio ninguno
al juir de los gavilanes. No hay plaga como un fortín campo ajuera a hacer boliadas
Ahi no más me tiré al suelo para que el hombre padezca. desocando los reyunos.
¡Es de almirar la destreza y lo pisé en las paletas;
con que la lanza manejan!! empezó a hacer morisquetas... Poncho, jergas, el apero, Y cáibamos al cantón
De perseguir nunca dejan, y a mezquinar la garganta... las prenditas, los botones, con los fletes aplastaos
y nos traiban apretaos… pero yo hice la obra santa todo, amigo, en los cantones pero a veces medio aviaos
Si queríamos, de apuraos, de hacerlo estirar la jeta. jue quedando poco a poco; con plumas y algunos cueros,
salirnos por las orejas. ya nos tenían medio loco que pronto con el pulpero
Y pa mejor de la fiesta Allí quedó de mojón la pobreza y los ratones. los teníamos negociaos.
en esta aflición tan suma, y en su caballo salté;
vino un indio echando espuma de la indiada disparé, Sólo una manta peluda Era un amigo del Jefe
y con la lanza en la mano pues si me alcanza me mata, era cuanto me quedaba; que con un boliche estaba;
gritando: “Acabáu, cristiano, y al fin me les escapé la había agenciao a la taba yerba y tabaco nos daba
metáu el lanza hasta el pluma.” con el hilo en una pata. y ella me tapaba el bulto; por la pluma de avestruz,
yaguané que allí ganaba y hasta le hacía ver la luz
Tendido en el costillar, IV no salía... ni con indulto. al que un cuero le llevaba.
cimbrando por sobre el brazo
una lanza como un lazo, Seguiré esta relación Y pa mejor hasta el moro Sólo tenía cuatro frascos
me atropeyó dando gritos: aunque pa chorizo es largo: se me jue de entre las manos; y unas barricas vacías,

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y a la gente le vendía estuve haciéndomé el poyo, con quien nos ha de mandar; aguardando una ocasión,
todo cuanto precisaba… a esperar que me llamaran y reculando pa trás que los indios un malón
Algunos creiban que estaba para recebir mi boyo. me le empecé a retirar. nos dieran, y entre el estrago
allí la proveduría. hacérmelés cimarrón
Pero ahi me pude quedar Supo todo el Comendante y volverme pa mi pago.
¡Ah! pulpero habilidoso. pegao pa siempre al horcón; y me llamó al otro día,
Nada le solía faltar, ya era casi la oración diciéndomé que quería Aquéllo no era servicio
¡aijuna! y para tragar y ninguno me llamaba; aviriguar bien las cosas; ni defender la frontera:
tenía un buche de ñandú. la cosa se me ñublaba que no era el tiempo de Rosas, aquéllo era ratonera
La gente le dio en llamar y me dentró comezón. que áura a naides se debía. en que sólo gana el más juerte:
“el boliche de virtú”. era jugar a la suerte
Pa sacarme el entripao Llamó al cabo y al sargento con una taba culera.
Aunque es justo que quien vende vi al Mayor, y lo fi a hablar. y empezó la indagación:
algún poquitito muerda, Yo me le empecé a atracar si había venido al cantón Allí tuito va al revés:
tiraba tanto la cuerda y, como con poca gana, en tal tiempo o en tal otro… los milicos se hacen piones,
que con sus cuatro limetas, le dije: “Tal vez mañana Y si había venido en potro, y andan por las poblaciones
él cargaba las carretas acabarán de pagar”. en reyuno o redomón. emprestaos pa trabajar;
de plumas, cueros y cerda. Ios rejuntan pa peliar
“Qué mañana ni otro día” Y todo era alborotar cuando entran Indios ladrones.
Nos tenía apuntaos a todos -al punto me contestó- al ñudo, y hacer papel:
con más cuentas que un rosario, “la paga ya se acabó, conocí que era pastel Yo he visto en esa milonga
cuando se anunció un salario siempre has de ser animal.” pa engordar con mi guayaca; muchos jefes con estancia,
que iban a dar, o un socorro, Me rai y le dije: “Yo... mas si voy al coronel y piones en abundancia,
pero sabe Dios qué zorro no he recebido ni un rial”. me hacen bramar en la estaca. y majadas y rodeos;
se lo comió al Comisario. he visto negocios feos
Se le pusieron los ojos ¡Ah hijos de una!... ¡La codicia a pesar de mi inorancia.
Pues nunca lo vi llegar, que se le querían salir, ojalá les ruempa el saco!
Y al cabo de muchos días y ahi no más volvió a decir Ni un pedazo de tabaco Y colijo que no quieren
en la mesma pulpería comiéndomé con la vista: le dan al pobre soldao, la barunda componer;
dieron una buena cuenta, “¿Y qué querés recebir y lo tienen, de delgao, para esto no ha de tener
que la gente muy contenta si no has dentrao en la lista?” más ligero que un guanaco. el Jefe, que esté de estable,
de tan pobre recebía. más que su poncho y su sable,
“Esto sí que es amolar” Pero qué iba a hacerles yo, su caballo y su deber.
Sacaron unos sus prendas -dije yo pa mis adentros- charabón en el desierto;
que las tenían empeñadas, “van dos años que me encuentro más bien me daba por muerto Ansina, pues, conociendo
por sus deudas atrasadas y hasta aura he visto ni un grullo; pa no verme más fundido que aquel mal no tiene cura,
dieron otros el dinero; dentro en todos los barullos y me les hacía el dormido que tal vez mi sepultura
al fin de fiesta el pulpero pero en las listas no dentro”. aunque soy medio dispierto. si me quedo iba a encontrar,
se quedó con la mascada. pensé en mandarme mudar
Yo me arrecosté a un horcón Vide el plaito mal parao V como cosa más sigura.
dando tiempo a que pagaran, y no quise aguardar más...
y poniendo güena cara Es güeno vivir en paz Yo andaba desesperao Y pa mejor, una noche

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¡qué estaquiada me pegaron! se alborotó el avispero; si usté no les da, no pitan Nos anunciaban que iríamos
Casi me descoyuntaron los oficiales salieron por no gastar en tabaco, sin carretas ni bagajes
por motivo de una gresca. y se empezó la junción: y cuando pescan un naco a golpiar a los salvajes
¡Aijuna, si me estiraron quedó en su puesto el nación unos a otros se lo quitan. en sus mesmas tolderías;
lo mesmo que guasca fresca! y yo fi al estaquiadero. que a la güelta pagarían
Entre cuatro bayonetas Cuando llueve se acoquinan licenciándolo al gauchaje.
Jamás me puedo olvidar me tendieron en el suelo. como el perro que oye truenos.
lo que esa vez me pasó: Vino el Mayor medio en pedo ¡Qué diablos! sólo son güenos Que en esta despedición
dentrando una noche yo y allí se puso a gritar: pa vivir entre maricas, tuviéramos la esperanza,
al fortín, un enganchao, “Pícaro, te he de enseñar y nunca se andan con chicas que iba a venir sin tardanza,
que estaba medio mamao, a andar declamando sueldos.” para alzar ponchos ajenos. sigún el jefe contó,
allí me desconoció. un menistro o qué sé yo...
De las manos y las patas Pa vichar son como ciegos, que lo llamaban Don Ganza.
Era un gringo tan bozal, me ataron cuatro cinchones. no hay ejemplo de que entiendan;
que nada se le entendía. Les aguanté los tirones ni hay uno solo que aprienda, Que iba a riunir el ejército
¡Quién sabe de ande sería! sin que ni un ¡ay! se me oyera al ver un bulto que cruza, y tuitos los batallones
Tal vez no juera cristiano, y al gringo la noche entera a saber si es avestruza, y que traiba unos cañones
pues lo único que decía lo harté con mis maldiciones. o si es jinete, o hacienda. con más rayas que un cotín.
es que era pa-po-litano. ¡Pucha!... Las conversaciones
Yo no sé por qué el Gobierno Si salen a perseguir por allá no tenían fin.
Estaba de centinela nos manda aquí a la frontera después de mucho aparato,
y, por causa del peludo, gringada que ni siquiera tuitos se pelan al rato Pero esas trampas no enriedan
verme más claro no pudo se sabe atracar a un pingo. y va quedando el tendal: a los zorros de mi laya;
y esa jue la culpa toda. ¡Si crerá al mandar un gringo esto es como en un nidal que esa ganza venga o vaya.
El bruto se asustó al ñudo que nos manda alguna fiera! echarle güevos a un gato. poco le importa a un matrero.
y fí el pavo de la boda. Yo también dejé las rayas...
No hacen más que dar trabajo VI en los libros del pulpero.
Cuanto me vido acercar pues no saben ni ensillar;
“¿Quen vivore?”, preguntó: no sirven ni pa carniar, Vamos dentrando recién Nunca jui gaucho dormido,
“Qué vivoras”, dije yo. y yo he visto muchas veces a la parte más sentida, siempre pronto, siempre listo,
“¡Hagarto!”, me pegó el grito. que ni voltiadas las reses aunque es todita mi vida yo soy un hombre ¡que Cristo!
Y yo dije despacito: se les querían arrimar. de males una cadena: que nada me ha acobardao.
“Más lagarto serás vos”. a cada alma dolorida y siempre salí parao
Y lo pasan sus mercedes le gusta cantar sus penas. en los trances que me he visto.
Ahí no más ¡Cristo me valga! lengüetiando pico a pico
rastrillar el jusil siento; hasta que viene un milico Se empezó en aquel entonces Dende chiquito gané
me agaché, y en el momento a servirles el asao... a rejuntar caballada la vida con mi trabajo,
el bruto me largó un chumbo; y eso sí, en lo delicaos y riunir la milicada y aunque siempre estuve abajo
mamao, me tiró sin rumbo parecen hijos de rico. teniéndolá en el cantón, y no sé lo que es subir,
que sinó, no cuento el cuento. para una despedición también el mucho sufrir
Si hay calor, ya no son gente, a sorprender a la indiada. suele cansarnos ¡barajo!
Por de contao, con el tiro si yela, todos tiritan;

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En medio de mi inorancia ¡Quién no sentirá lo mesmo Dios sabe cuánto sufrió! como se espanta a los perros,
conozco que nada valgo: cuando ansí padece tanto! Me dicen que se voló irán los hijos de Fierro
soy la liebre o soy el galgo Puedo asigurar que el llanto con no sé qué gavilán, con la cola entre las piernas,
asigún los tiempos andan; como una mujer largué. sin duda a buscar el pan a buscar almas más tiernas
pero también los que mandan ¡Ay mi Dios, si me quedé que no podía darle yo. o esconderse en algún cerro.
debieran cuidarnos algo. más triste que Jueves Santo!
No es raro que a uno le falte Mas también en este juego
Una noche que riunidos Sólo se oíban los aullidos lo que a algún otro le sobre; voy a pedir mi bolada;
estaban en la carpeta de un gato que se salvó; si no le quedó ni un cobre a naides le debo nada
empinando una limeta el pobre se guareció sino de hijos un enjambre, ni pido cuartel ni doy,
el jefe y el Juez de Paz, cerca, en una vizcachera; ¿qué más iba a hacer la pobre y ninguno dende hoy
yo no quise aguardar más venía como si supiera para no morirse de hambre? ha de llevarme en la armada.
y me hice humo en un sotreta. que estaba de güelta yo.
Al dirme dejé la hacienda Tal vez no te vuelva a ver, Yo he sido manso, primero,
Para mi el campo son flores que era todito mi haber; prenda de mi corazón: y seré gaucho matrero
dende que libre me veo; pronto debíamos volver, Dios te dé su protección en mi triste circustancia,
donde me lleva el deseo según el Juez prometía, ya que no me la dió a mí, aunque es mi mal tan projundo;
allí mis pasos dirijo y hasta entonces cuidaría y a mis hijos dende aquí nací y me he criao en estancia,
y hasta en las sombras, de fijo de los bienes la mujer. les echo mi bendición. pero ya conozco el mundo.
que adonde quiera rumbeo.
Después me contó un vecino Como hijitos de la cuna Ya le conozco sus mañas,
Entro y salgo del peligro que el campo se lo pidieron, andaban por áhi sin madre. le conozco sus cucañas,
sin que me espante el estrago; la hacienda se la vendieron Ya se quedaron sin padre sé cómo hacen la partida,
no aflojo al primer amago pa pagar arrendamientos, y ansí la suerte los deja, la enriedan y la manejan:
ni jamás fí gaucho lerdo: y qué sé yo cuántos cuentos; sin naides que los proteja deshaceré la madeja
soy pa rumbiar como el cerdo pero todo lo fundieron. y sin perro que los ladre. aunque me cueste la vida.
y pronto cái a mi pago.
Los pobrecitos muchachos Los pobrecitos tal vez Y aguante el que no se anime
Volvía al cabo de tres años entre tantas afliciones no tengan ande abrigarse, a meterse en tanto engorro,
de tanto sufrir al ñudo, se conchabaron de piones; ni ramada ande ganarse, o si no aprétesé el gorro
resertor, pobre y desnudo, ¡mas qué iban a trabajar, ni un rincón ande meterse, o para otra tierra emigre;
a procurar suerte nueva, si eran como los pichones ni camisa que ponerse, pero yo ando como el tigre
y lo mesmo que el peludo sin acabar de emplumar! ni poncho con que taparse. que le roban los cachorros.
enderecé pa mi cueva.
Por áhi andarán sufriendo Tal vez los verán sufrir Aunquemuchoscrenqueelgaucho
No hallé ni rastro del rancho; de nuestra suerte el rigor: sin tenerles compasión; tiene un alma de reyuno,
¡sólo estaba la tapera! me han contao que el mayor puede que alguna ocasión no se encontrará ninguno
¡Por Cristo, si aquéllo era nunca dejaba a su hermano; aunque los vean tiritando que no lo dueblen las penas;
pa enlutar el corazón: puede ser que algún cristiano los echen de algún jogón mas no debe aflojar uno
yo juré en esa ocasión los recoja por favor. pa que no estén estorbando. mientras hay sangre en las venas.
ser más malo que una fiera!
¡Y la pobre mi mujer Y al verse ansina espantaos

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VII La negra entendió la cosa y pelando el envenao Y ya me hizo relumbrar
y no tardó en contestarme me atropelló dando gritos. por los ojos el cuchillo,
De carta de más me vía mirándomé como a perro: alcanzando con la punta
sin saber adónde dirme; “más vaca será su madre”. Pegué un brinco y abrí cancha a cortarme en un carrillo.
mas dijieron que era vago diciéndolés: -”Caballeros,
y entraron a perseguirme. Y dentró al baile muy tiesa dejen venir ese toro; Me hirvió la sangre en las venas
con más cola que una zorra solo nací... solo muero.” y me le afirmé al moreno.
Nunca se achican los males, haciendo blanquiar los dientes dándole de punta y hacha
van poco a poco creciendo, lo mesmo que mazamorra. El negro después del golpe pa dejar un diablo menos.
y ansina me vide pronto se había el poncho refalao
obligao a andar juyendo. -”Negra linda”... dije yo, y dijo: -”Vas a saber Por fin en una topada
“me gusta... pa la carona”; si es solo o acompañao.” en el cuchillo lo alcé
No tenía mujer ni rancho, y me puse a champurriar y como un saco de güesos
y a más, era resertor; esta coplita fregona: Y mientras se arremangó contra el cerco lo largué.
no tenía una prenda güena yo me saqué las espuelas,
ni un peso en el tirador. “A los blancos hizo Dios, pues malicié que aquel tío Tiró unas cuantas patadas
a los mulatos San Pedro, no era de arriar con las riendas. y ya cantó pa el carnero.
A mis hijos infelices a los negros hizo el diablo Nunca me pude olvidar
pensé volverlos a hallar para tizón del infierno.” No hay cosa como el peligro de la agonía de aquel negro.
y andaba de un lao al otro pa refrescar un mamao;
sin tener ni qué pitar. Había estao juntando rabia hasta la vista se aclara En esto la negra vino,
el moreno dende ajuera; por mucho que haiga chupao. con los ojos como ají,
Supe una vez por desgracia en lo escuro le brillaban y empesó la pobre allí
que había un baile por allí, los ojos como linterna. El negro me atropelló a bramar como una loba.
y medio desesperao como a quererme comer; Yo quise darle una soba
a ver la milonga fuí. Lo conocí retobao, me hizo dos tiros seguidos a ver si la hacía callar;
me acerqué y le dije presto: y los dos le abarajé. mas pude reflesionar
Riunidos al pericón “Por... r…rudo... que un hombre sea que era malo en aquel punto,
tantos amigos hallé, nunca se enoja por esto.” Yo tenía un facón con S y por respeto al dijunto
que alegre de verme entre ellos que era de lima de acero; no la quise castigar.
esa noche me apedé. Corcovió el de los tamangos le hice un tiro, lo quitó
y creyéndose muy fijo: y vino ciego el moreno. Limpié el facón en los pastos,
Como nunca, en la ocasión -”Más porrudo serás vos, desaté mi redomón,
por peliar me dió la tranca, gaucho rotoso”, me dijo. Y en el medio de las aspas monté despacio y salí
y la emprendí con un negro un planazo le asenté al tranco pa el cañadón.
que trujo una negra en ancas. Y ya se me vino el humo que le largué culebriando
como a buscarme la hebra, lo mesmo que buscapié. Después supe que al finao
Al ver llegar la morena y un golpe le acomodé ni siquiera lo velaron
que no hacía caso de naides con el porrón de giñebra. Le coloriaron las motas y retobao en un cuero
le dije con la mamúa: con la sangre de la herida, sin rezarle lo enterraron.
“Va... ca... yendo gente al baile.” Ahi no más pegó el de hollín y volvió a venir furioso
más gruñidos que un chanchito, como una tigra parida. Y dicen que dende entonces

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cuando es la noche serena y me alargó un medio frasco nunca se acaba la broma; no hay un alma compasiva
suele verse una luz mala diciendo: “Beba, cuñao.” dende chico se parece que le rese una oración:
como de alma que anda en pena. “Por su hermana”, contesté, al arbolito que crece tal vez como cimarrón
“que por la mía no hay cuidao”. desamparao en la loma. en una cueva lo tiran.
Yo tengo intención a veces
para que no pene tanto, “¡Ah, gaucho!”, me respondió, Le echan la agua del bautismo El nada gana en la paz
de sacar de allí los güesos “¿de qué pago será criollo? aquél que nació en la selva, y es el primero en la guerra;
y echarlos al camposanto. Lo andará buscando el hoyo, “buscá madre que te envuelva”, no le perdonan si yerra,
deberá tener güen cuero; se dice el flaire y lo larga, que no saben perdonar,
VIII pero ande bala este toro y dentra a crusar el mundo porque el gaucho en esta tierra
no bala ningún ternero”. como burro con la carga. sólo sirve pa votar.
Otra vez en un boliche
estaba haciendo la tarde; Y ya salimos trensaos, Y se cría viviendo al viento Para él son los calabozos,
cayó un gaucho que hacía porque el hombre no era lerdo; como oveja sin trasquila para él las duras prisiones;
alarde de guapo y de peliador; mas como el tino no pierdo mientras su padre en las filas en su boca no hay razones
y soy medio ligerón, anda sirviendo al gobierno; aunque la razón le sobre;
A la llegada metió lo dejé mostrando el sebo aunque tirite en invierno, que son campanas de palo
el pingo hasta la ramada, de un revés con el facón. naides lo ampara ni asila. las razones de los pobres.
y yo sin decirle nada
me quedé en el mostrador. Y como con la justicia Le llaman “gaucho mamao” Si uno aguanta, es gaucho bruto;
no andaba bien por allí, si lo pillan divertido, si no aguanta, es gaucho malo.
Era un terne de aquel pago cuanto pataliar lo vi, y que es mal entretenido ¡Déle azote, déle palo
que naides lo reprendía, y el pulpero pegó el grito, si en un baile lo sorprienden; porque es lo que él necesita!
que sus enriedos tenía ya pa el palenque salí hace mal si se defiende De todo el que nació gaucho
con el señor Comendante. como haciéndomé el chiquito. y si no, se ve... fundido. ésta es la suerte maldita.
Y como era protegido,
andaba muy entonao Monté y me encomendé a Dios,rumbiando No tiene hijos, ni mujer, Vamos, suerte, vamos juntos
y a cualquiera desgraciao para otro pago; ni amigos, ni protetores, dende que juntos nacimos,
lo llevaba por delante. que el gaucho que llaman vago pues todos son sus señores y ya que juntos vivimos
no puede tener querencia, sin que ninguno lo ampare; sin podernos dividir,
¡Ah pobre, si él mismo creiba y ansí de estrago en estrago tiene la suerte del güey yo abriré con mi cuchillo
que la vida le sobraba! vive yorando la ausencia. ¿y dónde irá el güey que no are? el camino pa seguir.
ninguno diría que andaba
aguaitándoló la muerte; El anda siempre juyendo, Su casa es el pajonal, IX
siempre pobre y perseguido; su guarida es el desierto;
Pero ansí pasa en el mundo, no tiene cueva ni nido, y si de hambre medio muerto Matreriando lo pasaba
es así la triste vida: como si juera maldito; le echa el lazo a algún mamón, y a las casas no venía;
pa todos está escondida porque el ser gaucho... ¡barajo! lo persiguen como a plaito, solía arrimarme de día,
la güena o la mala suerte. el ser gaucho es un delito. porque es un “gaucho ladrón”. mas, lo mesmo que el carancho,
siempre estaba sobre el rancho
Se tiró al suelo; al dentrar Es como el patrio de posta: Y si de un golpe por áhi espiando a la polecía.
le dio un empeyón a un vasco lo larga éste, aquél lo toma, lo dan güelta panza arriba,

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Viva el gaucho que ande mal Sin punto ni rumbo fijo Me encontraba, como digo, Para tenerlo a la mano
como zorro perseguido, en aquella inmensidá, en aquella soledá, el flete en el pasto até,
hasta que al menor descuido entre tanta escuridá entre tanta escuridá, la cincha le acomodé,
se lo atarasquen los perros, anda el gaucho como duende; echando al viento mis quejas y en un trance como aquél,
pues nunca le falta un yerro allí jamás lo sorpriende cuando el grito del chajá haciendo espaldas en él
al hombre más alvertido. dormido, la autoridá. me hizo parar las orejas. quietito los aguardé.

Y en esa hora de la tarde Su esperanza es el coraje, Como lumbriz me pegué Cuanto cerca los sentí,
en que tuito se adormese, su guardia es la precaución, al suelo para escuchar; y que áhi no más se pararon,
que el mundo dentrar parece su pingo es la salvación, pronto sentí retumbar los pelos se me erizaron,
a vivir en pura calma, y pasa uno en su desvelo las pisadas de los fletes, y aunque nada vian mis ojos,
con las tristezas de su alma sin más amparo que el cielo y que eran muchos jinetes “No se han de morir de antojo”
al pajonal enderiese. ni otro amigo que el facón. conoci sin vacilar. les dije, cuando llegaron.

Bala el tierno corderito Ansí me hallaba una noche Cuando el hombre está en peligro Yo quise hacerles saber
al lao de la blanca oveja contemplando las estrellas, no debe tener confianza; que allí se hallaba un varón;
y a la vaca que se aleja que le parecen más bellas ansí, tendido de panza, les conocí la intención
llama el ternero amarrao; cuanto uno es más desgraciao puse toda mi atención y solamente por eso
pero el gaucho desgraciao y que Dios las haiga criao y ya escuché sin tardanza fue que les gané el tirón,
no tiene a quién dar su queja. para consolarse en ellas. como el ruido de un latón. sin aguardar voz de preso.

Ansí es que al venir la noche Les tiene el hombre cariño Se venían tan calladitos -”Vos sos un gaucho matrero”,
iba a buscar mi guarida, y siempre con alegría que yo me puse en cuidao; dijo uno, haciéndosé el güeno.
pues ande el tigre se anida ve salir las Tres Marías, tal vez me hubieran bombiao “Vos matastes un moreno
también el hombre lo pasa, que, si llueve, cuanto escampa y me venían a buscar; y otro en una pulpería,
y no quería que en las casas las estrellas son la guía mas no quise disparar, y aquí está la polecía
me rodiara la partida. que el gaucho tiene en la pampa. que eso es de gaucho morao. que viene a justar tus cuentas;
te va a alzar por las cuarenta
Pues aún cuando vengan ellos Aquí no valen dotores: Al punto me santigüé si te resistís hoy día.”
cumpliendo con sus deberes, sólo vale la esperencia; y eché de giñebra un taco,
yo tengo otros pareceres, aquí verían su inocencia lo mesmito que el mataco -”No me vengan, contesté,
y en esa conduta vivo: esos que todo lo saben, me arroyé con el porrón: con relación de dijuntos:
que no debe un gaucho altivo porque esto tiene otra llave “Si han de darme pa tabaco, esos son otros asuntos;
peliar entre las mujeres. y el gaucho tiene su cencia. dije, ésta es güena ocasión.” vean si me pueden llevar,
que yo no me he de entregar
Y al campo me iba solito, Es triste en medio del campo Me refalé las espuelas, aunque vengan todos juntos.”
más matrero que el venao, pasarse noches enteras para no peliar con grillos;
como perro abandonao, contemplando en sus carreras me arremangué el calzoncillo Pero no aguardaron más
a buscar una tapera, las estrellas que Dios cría, y me ajusté bien la faja y se apiaron en montón;
o en alguna vizcachera sin tener más compañía y en una mata de paja como a perro cimarrón
pasar la noche tirao. que su delito y las fieras. probé el filo del cuchillo. me rodiaron entre tantos;
yo me encomendé a los santos

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y eché mano a mi facón. y a la pun...ta disparó. Di para atrás unos pasos Dejamos amontonaos
Uno que en una tacuara hasta que pude hacer pie, a los pobres que murieron;
Y ya vide el fogonazo había atao una tijera, por delante me lo eché no sé si los recogieron,
de un tiro de garabina, se vino como si fuera de punta y tajos a un criollo; porque nos fuimos a un rancho,
mas quiso la suerte indina palenque de atar terneros, metió la pata en un oyo o si tal vez los caranchos
de aquel maula, que me errase pero en dos tiros certeros y yo al oyo lo mandé. áhi no más se los comieron.
y áhi no más lo levantase salió aullando campo ajuera.
lo mesmo que una sardina. Tal vez en el corazón Lo agarramos mano a mano
Por suerte en aquel momento lo tocó un santo bendito entre los dos al porrón;
A otro que estaba apurao venía coloriando el alba a un gaucho, que pegó el grito en semejante ocasión
acomodando una bola y yo dije: “Si me salva y dijo: “;Cruz no consiente un trago a cualquiera encanta,
le hice una dentrada sola la Virgen en este apuro, que se cometa el delito y Cruz no era remolón
y le hice sentir el fierro, en adelante le juro de matar ansí un valiente!” ni pijotiaba garganta.
y ya salió como el perro ser más güeno que una malva.”
cuando le pisan la cola. Y áhi no más se me aparió Calentamos los gargueros
Pegué un brinco y entre todos dentrándole a la partida: y nos largamos muy tiesos.
Era tanta la aflición sin miedo me entreveré; yo les hice otra embestida siguiendo siempre los besos
y la angurria que tenían, hecho ovillo me quedé pues entre dos era robo; al pichel y, por más señas,
que tuitos se me venían y ya me cargó una yunta, y el Cruz era como lobo íbamos como cigüeñas
donde yo los esperaba: y por el suelo la punta que defiende su guarida. estirando los pescuesos.
uno al otro se estorbaba de mi facón les jugué.
y con las ganas no vían. Uno despachó al infierno -”Yo me voy-le dije-, amigo,
El más engolosinao de dos que lo atropellaron, donde la suerte me lleve,
Dos de ellos, que traiban sables, se me apió con un hachazo; los demás remoliniaron, y si es que alguno se atreve
más garifos y resueltos, se lo quité con el brazo, pues íbamos a la fija, a ponerse en mi camino,
en las hilachas envueltos de no, me mata los piojos; y a poco andar dispararon yo seguiré mi destino,
enfrente se me pararon, y antes de que diera un paso lo mesmo que sabandija. que el hombre hace lo que debe.
y a un tiempo me atropellaron le eché tierra en los dos ojos.
lo mesmo que perros sueltos. Ahi quedaban largo a largo “Soy un gaucho desgraciado.
Y mientras se sacudía los que estiraron la jeta, no tengo dónde ampararme,
Me fui reculando en falso refregándosé la vista, otro iba como maleta ni un palo donde rascarme,
y el poncho adelante eché, yo me le fui como lista y Cruz, de atrás, les decía: ni un árbol que me cubije;
y en cuanto le puso el pie y áhi no más me le afirme “Que venga otra polecía pero ni aún esto me aflige
uno medio chapetón, diciéndolé: “Dios te asista” a llevarlos en carreta.” porque yo sé manejarme.
de pronto le di el tirón y de un revés lo voltié.
y de espaldas lo largué. Yo junté las osamentas, “Antes de cáir al servicio,
Pero en ese punto mesmo me hinqué y les recé un bendito; tenía familia y hacienda”
Al verse sin compañero sentí que por las costillas hice una cruz de un palito cuando volví, ni la prenda
el otro se sofrenó; un sable me hacía cosquillas y pedí a mi Dios clemente me la habían dejao ya:
entonces le dentré yo, y la sangre se me heló. me perdonara el delito Dios sabe en lo que vendrá
sin dejarlo resollar, Desde ese momento yo de haber muerto tanta gente. a parar esta contienda.”
pero ya empezó a aflojar me salí de mis casillas.

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X suele cáir como un chorlito: si no sale calavera aunque sin darme ni un cobre,
viene por un corderito es la mejor compañera me tenía de lao a lao
CRUZ y en la estaca deja el cuero. que el hombre puede tener. como encomienda de pobre.

Amigazo, pa sufrir Hoy tenemos que sufrir Si es güena, no lo abandona A cada rato, de chasque
han nacido los varones; males que no tienen nombre, cuando lo ve desgraciao, me hacía dir a gran distancia;
éstas son las ocasiones pero esto a naides le asombre lo asiste con su cuidao ya me mandaba a una estancia,
de mostrarse un hombre juerte, porque ansina es el pastel Y con afán cariñoso, ya al pueblo, ya a la frontera;
hasta que venga la muerte y tiene que dar el hombre Y usté tal vez ni un rebozo pero él en la comendancia
y lo agarre a coscorrones. más vueltas que un carretel. ni una pollera le ha dao. no ponía los pies siquiera.

El andar tan despilchao Yo nunca me he de entregar Grandemente lo pasaba Es triste a no poder más
ningún mérito me quita. a los brazos de la muerte; con aquella prenda mía el hombre en su padecer,
Sin ser una alma bendita arrastro mi triste suerte viviendo con alegría si no tiene una mujer
me duelo del mal ajeno: paso a paso y como pueda, como la mosca en la miel. que lo ampare y lo consuele;
soy un pastel con relleno que donde el débil se queda ¡Amigo, qué tiempo aquél! mas pa que otro se la pele
que parece torta frita. se suele escapar el juerte. ¡La pucha que la quería! lo mejor es no tener.

Tampoco me faltan males Y ricuerde cada cual Era la águila que a un árbol No me gusta que otro gallo
y desgracias, le prevengo; lo que cada cual sufrió, dende las nubes bajó, le cacaree a mi gallina.
también mis desdichas tengo, que lo que es, amigo, yo, era más linda que el alba Yo andaba ya con la espina,
aunque esto poco me aflige: hago ansí la cuenta mía: cuando va rayando el sol, hasta que en una ocasión
yo sé hacerme el chancho rengo ya lo pasado pasó, era la flor deliciosa lo pillé en el jogón
cuando la cosa lo esige. mañana será otro día. que entre el trebolar creció. abrazándomé a la china.

Y con algunos ardiles Yo también tuve una pilcha Pero, amigo, el comendante Tenía el viejito una cara
voy viviendo, aunque rotoso; que me enllenó el corazón, que mandaba la milicia, de ternero mal lamido,
a veces me hago el sarnoso y si en aquella ocasión como que no desperdicia y al verlo tan atrevido
y no tengo ni un granito, alguien me hubiera buscao, se fue refalando a casa: le dije: “Que le aproveche;
pero al chifle voy ganoso siguro que me había hallao yo le conocí en la traza que había sido pa el amor
como panzón al máiz frito. más prendido que un botón. que el hombre traiba malicia. como guacho pa la leche.”

A mi no me matan penas En la güella del querer El me daba voz de amigo, Peló la espada y se vino
mientras tenga el cuero sano, no hay animal que se pierda; pero no le tenía fe. como a quererme ensartar,
venga el sol en el verano las mujeres no son lerdas Era el jefe y, ya se ve, pero yo sin tutubiar
y la escarcha en el invierno. y todo gaucho es dotor no podía competir yo; le volví al punto a decir:
Si este mundo es un infierno si pa cantarle al amor en mi rancho se pegó -”Cuidao no te vas a pér...tigo,
¿por qué afligirse el cristiano? tiene que templar las cuerdas. lo mesmo que saguaipé. poné cuarta pa salir.”

Hagámoslé cara fiera ¡Quién es de una alma tan dura A poco andar conocí Un puntazo me largó
a los males, compañero, que no quiera una mujer! que ya me había desbancao, pero el cuerpo le saqué
porque el zorro más matrero Lo alivia en su padecer: y él siempre muy entonao y en cuanto se lo quité,

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para no matar un viejo, y me salí estornudando, cuando llego a abrir el pico me pusieron los talones
con cuidao, medio de lejo, y el viejo quedó olfatiando tenganló por cosa cierta: con crestas como los gallos;
un planazo le asenté. como chico con lumbrices. sale un verso y en la puerta ¡si viera mis afliciones
ya asoma el otro el hocico. pensando yo que eran callos!
Y como nunca al que manda Cuando la mula recula,
le falta algún adulón, señal que quiere cociar; Y empréstemé su atención, Con gato y con fandanguillo
uno que en esa ocasión ansí se suele portar me oirá relatar las penas había empezao el changango
se encontraba allí presente aunque ella lo disimula; de que traigo la alma llena, y para ver el fandango
vino apretando los dientes recula como la mula porque en toda circustancia me colé haciéndome bola;
como perrito mamón. la mujer, para olvidar. paga el gaucho su inorancia mas metió el diablo la cola
con la sangre de las venas. y todo se volvió pango.
Me hizo un tiro de revuélver Alcé mi poncho y mis prendas
que el hombre creyó siguro, y me largué a padecer Después de aquella desgracia Había sido el guitarrero
era confiao y le juro por culpa de una mujer me refugié en los pajales, un gaucho duro de boca.
que cerquita se arrimaba, que quiso engañar a dos. anduve entre los cardales Yo tengo pacencia poca
pero siempre en un apuro Al rancho le dije adiós, como bicho sin guarida; pa aguantar cuando no debo;
se desentumen mis tabas. para nunca más volver. pero, amigo, es esa vida a ninguno me le atrevo
Las mujeres dende entonces como vida de animales. pero me halla el que me toca.
El me siguió menudiando, conocí a todas en una.
mas sin poderme acertar, Ya no he de probar fortuna Y son tantas las miserias A bailar un pericón
y yo, déle culebriar, con carta tan conocida: en que me he sabido ver, con una moza salí,
hasta que al fin le dentré mujer y perra parida, que con tanto padecer y cuando me vido allí
y áhi no más lo despaché no se me acerca ninguna. y sufrir tanta aflición sin duda me conoció
sin dejarlo resollar. malicio que he de tener y estas coplitas cantó
XI un callo en el corazón. como por ráirse de mí:
Dentré a campiar en seguida
al viejito enamorao. A otros les brotan las coplas Ansí andaba como gaucho “Las mujeres son todas
El pobre se había ganao como agua de manantial; cuando pasa el temporal. como las mulas;
en un noque de lejía. pues a mí me pasa igual, Supe una vez, pa mi mal, yo no digo que todas,
¡Quién sabe cómo estaría aunque las mías nada valen de una milonga que había, pero hay algunas
del susto que había llevao! de la boca se me salen y ya pa la pulpería que a las aves que vuelan
como ovejas del corral. enderecé mi bagual. les sacan plumas.”
¡Es zonzo el cristiano macho
cuando el amor lo domina! Que en puertiando la primera, Era la casa del baile “Hay gauchos que presumen
El la miraba a la indina, ya la siguen las demás, un rancho de mala muerte de tener damas;
y una cosa tan jedionda y en montones las de atrás y se enllenó de tal suerte no digo que presumen,
sentí yo, que ni en la fonda contra los palos se estrellan, que andabamos a empujones: pero se alaban,
he visto tal jedentina. y saltan y se atropellan nunca faltan encontrones y a lo mejor los dejan
Y le dije:-”Pa su agüela sin que se corten jamás. cuando el pobre se divierte. tocando tablas.”
han de ser esas perdices.”
Y aunque yo por mi inorancia Yo tenía unas medias botas Se secretiaron las hembras
Yo me tapé las narices con gran trabajo me esplico, con tamaños verdugones; y yo ya me encocoré;

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volié la anca y le grité: como las nubes al viento, Le alvertiré que en mi pago Y cuando sin trapo alguno
“dejá de cantar... chicharra.” a vivir sin paradero; ya no va quedando un criollo: nos haiga el tiempo dejao
Y de un tajo a la guitarra que no tiene el que es matrero se los ha tragao el hoyo yo le pediré emprestao
tuitas las cuerdas corté. nido, ni rancho, ni asiento. o juido o muerto en la guerra, el cuero a cualquiera lobo
porque, amigo, en esta tierra y hago un poncho, si lo sobo,
Al grito salió de adentro No hay fuerza contra el destino nunca se acaba el embrollo. mejor que poncho engomao.
un gringo con un jusil; que le ha señalao el cielo
pero nunca he sido vil, y aunque no tenga consuelo Colijo que jue para eso Para mi la cola es pecho
poco el peligro me espanta: aguante el que está en trabajo: que me llamó el juez un día y el espinazo es cadera;
ya me refalé la manta ¡naides se rasca pa abajo y me dijo que quería hago mi nido ande quiera
y la eché sobre el candil. ni se lonjea contra el pelo! hacerme a su lao venir, y de lo que encuentre como;
pa que dentrase a servir me echo tierra sobre el lomo
Gané en seguida la puerta Con el gaucho desgraciao de soldao de polecía. y me apeo en cualquier tranquera.
gritando: “Naides me ataje”; no hay uno que no se entone;
y alborotao el hembraje la menor falta lo espone Y me largó una ploclama Y dejo rodar la bola
lo que todo quedó escuro, a andar con los avestruces: tratándomé de valiente, que algún día se ha de parar;
empezó a verse en apuro faltan otros con más luces que yo era un hombre decente, tiene el gaucho que aguantar
mesturao con el gauchaje. y siempre hay quien los perdone. y que dende aquel momento hasta que lo trague el hoyo
me nombraba de sargento o hasta que venga algún criollo
El primero que salió XII pa que mandara la gente. en esta tierra a mandar.
fue el cantor y se me vino,
pero yo no pierdo el tino Yo no sé qué tantos meses Ansí estuve en la partida Lo miran al pobre gaucho
aunque haiga tomao un trago, esta vida me duró; pero ¡qué había de mandar! como carne de cogote:
y hay algunos por mi pago a veces nos obligó Anoche al irlo a tomar lo tratan al estricote,
que me tienen por ladino. la miseria a comer potro: vide güena coyontura y si ansí las cosas andan
me había acompañao con otros y a mí no me gusta andar porque quieren los que mandan,
No ha de haber achocao otro; tan desgraciaos como yo. con la lata a la cintura. aguantemos los azotes.
le salió cara la broma;
a su amigo cuando toma Mas ¿para qué platicar Ya conoce, pues, quién soy; ¡Pucha, si usté los oyera
se le despeja el sentido, sobre esos males, canejo? tenga confianza conmigo; como yo en una ocasión
y el pobrecito había sido Nace el gaucho y se hace viejo Cruz le dio mano de amigo tuita la conversación
como carne de paloma. sin que mejore su suerte, y no lo ha de abandonar. que con otro tuvo el juez!
hasta que por áhi la muerte Juntos podemos buscar Le asiguro que esa vez
Para prestar sus socorros sale a cobrarle el pellejo. pa los dos un mesmo abrigo. se me achicó el corazón.
las mujeres no son lerdas:
antes que la sangre pierda Pero como no hay desgracia Andaremos de matreros Hablaban de hacerse ricos
lo arrimaron a unas pipas. que no acabe alguna vez, si es preciso pa salvar; con campos en la frontera;
Ahi lo dejé con las tripas me aconteció que después nunca nos ha de faltar de sacarla más ajuera
como pa que hicieran cuerdas. de sufrir tanto rigor ni un güen pingo para juir, donde había campos baldidos
un amigo por favor ni un pajal ande dormir, y llevar de los partidos
Monté y me largué a los campos me compuso con el juez. ni un matambre que ensartar. gente que la defendiera.
más libre que el pensamiento,

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Todo se güelven proyectos y usté anda del mesmo modo, que el hombre los precisaba, de los que uno necesita...
de colonias y carriles y yo, pa acabarlo todo pues los bienes igualaba gamas, matacos, mulitas,
y tirar la plata a miles a los indios me refalo. con las penas que le dio. avestruces y quirquinchos.
en los gringos enganchaos,
mientras al pobre soldao Pido perdón a mi Dios, Y yo empujao por las mías Cuando se anda en el disierto
le pelan la chaucha, ¡ah viles! que tantos bienes me hizo; quiero salir de este infierno: se come uno hasta las colas;
pero dende que es preciso ya no soy pichón muy tierno lo han cruzao mujeres solas
Pero si siguen las cosas que viva entre los infieles, y se manejar la lanza llegando al fin con salú,
como van hasta el presente yo seré cruel con los crueles: y hasta los indios no alcanza y ha de ser guacho el ñandú
puede ser que redepente ansí mi suerte lo quiso. la facultá del gobierno. que se escape de mis bolas.
veamos el campo disierto,
y blanquiando solamente Dios formó lindas las flores, Yo sé que allá los caciques Tampoco a la sé le temo,
los güesos de los que han muerto. delicadas como son, amparan a los cristianos, yo la aguanto muy contento,
les dio toda perfeción y que los tratan de “hermanos” busco agua olfatiando al viento,
Hace mucho que sufrimos y cuanto él era capaz, cuando se van por su gusto. y dende que no soy manco
la suerte reculativa: pero al hombre le dio más ¿A qué andar pasando sustos? ande hay duraznillo blanco
trabaja el gaucho y no arriba, cuando le dio el corazón. Alcemos el poncho y vamos. cavo y la saco al momento.
porque a lo mejor del caso
lo levantan de un sogazo Le dio claridá a la luz, En la cruzada hay peligros Allá habrá siguridá
sin dejarle ni saliva. juerza en su carrera al viento, pero no aun esto me aterra, ya que aquí no la tenemos,
le dio vida y movimiento yo ruedo sobre la tierra menos males pasaremos
De los males que sufrimos dende la águila al gusano, arrastrao por mi destino y ha de haber grande alegría
hablan mucho los puebleros, pero más le dio al cristiano y si erramos el camino... el día que nos descolguemos
pero hacen como los teros al darle el entendimiento. no es el primero que lo erra. en alguna toldería.
para esconder sus niditos:
en un lao pegan los gritos Y aunque a las aves les dio, Si hemos de salvar o no Fabricaremos un toldo,
y en otro tienen los güevos. con otras cosas que inoro, de esto naides nos responde. como lo hacen tantos otros,
esos piquitos como oro Derecho ande el sol se esconde con unos cueros de potro,
Y se hacen los que no aciertan y un plumaje como tabla, tierra adentro hay que tirar; que sea sala y sea cocina.
a dar con la coyontura; le dio al hombre más tesoro algún día hemos de llegar... ¡Tal vez no falte una china
mientras al gaucho lo apura al darle una lengua que habla. después sabremos adónde. que se apiade de nosotros!
con rigor la autoridá
ellos a la enfermedá Ydende que dio a las fieras No hemos de perder el rumbo, Allá no hay que trabajar,
le están errando la cura. esa juria tan inmensa, los dos somos güena yunta; vive uno como un señor;
que no hay poder que las venza el que es gaucho va ande apunta, de cuando en cuando un malón,
XIII ni nada que las asombre, aunque inore ande se encuentra; y si de él sale con vida
¿qué menos le daría al hombre pa el lao en que el sol se dentra lo pasa echao panza arriba
MARTIN FIERRO que el valor pa su defensa? dueblan los pastos la punta. mirando dar güelta el sol.
y ya que a juerza de golpes
Ya veo que somos los dos Pero tantos bienes juntos De hambre no pereceremos, la suerte nos dejó a flús,
astilla del mesmo palo: al darle, malicio yo pues sigún otros me han dicho puede que allá véamos luz
yo paso por gaucho malo que en sus adentros pensó en los campos se hallan bichos y se acaben nuestras penas.

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Todas las tierras son güenas: y pronto, sin ser sentidos,
vámosnós, amigo Cruz. por la frontera cruzaron.

El que maneja las bolas, Y cuando la habían pasao,


el que sabe echar un pial, una madrugada clara
o sentarse en un bagual le dijo Cruz que mirara
sin miedo de que lo baje, las últimas poblaciones;
entre los mesmos salvajes y a Fierro dos lagrimones
no puede pasarlo mal. le rodaron por la cara.

El amor como la guerra Y siguiendo el fiel del rumbo


lo hace el criollo con canciones; se entraron en el desierto.
a más de eso, en los malones No sé si los habrán muerto
podemos aviarnos de algo; en alguna correría,
en fin, amigo, yo salgo pero espero que algún día
de estas pelegrinaciones. sabré de ellos algo cierto.

En este punto el cantor Y ya con estas noticias


buscó un porrón pa consuelo, mi relación acabé;
echó un trago como un cielo, por ser ciertas las conté,
dando fin a su argumento, todas las desgracias dichas:
y de un golpe al istrumento es un telar de desdichas
lo hizo astillas contra el suelo. cada gaucho que usté ve.

“Ruempo-dijo-la guitarra, Pero ponga su esperanza


pa no volverme a tentar; en el Dios que lo formó;
ninguno la ha de tocar, y aquí me despido yo,
por siguro ténganló; que he relatao a mi modo
pues naides ha de cantar MALESQUECONOCENTODOS
cuando este gaucho cantó.” PERO QUE NAIDES CANTÓ.

Y daré fin a mis coplas


con aire de relación;
nunca falta un preguntón
más curioso que mujer,
y tal vez quiera saber
cómo fue la conclusión.

Cruz y Fierro, de una estancia


una tropilla se arriaron;
por delante se la echaron
como criollos entendidos

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