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Los criterios de clasificación se basan principalmente en las características morfológicas de las

estructuras involucradas en la reproducción sexual. 

Actualmente, bajo criterios del tipo de reproducción sexual, dentro del reino Fungi, se conocen
cuatro filos: 

 Zygomycota 
 Ascomycota
 Basidiomycota
 Quitridiomycota 
 Deuteromycota

Que a su vez se subdividen en diferentes clases, ordenes, familias y géneros, hasta llegar al nivel
básico de la clasificación, que es la especie. 

Relaciones simbióticas de los hongos... 

Los LÍQUENES... son asociaciones simbióticas entre un hongo específico, llamado micobionte,
y un alga verde o una cianobacteria denominada ficobionte. 

En la naturaleza se encuentran en regiones áridas, crecen sobre suelos desnudos, troncos de los
árboles, sobre rocas, etc. Los líquenes no necesitan de ninguna fuente de alimento orgánico,
pueden permanecer vivos aunque se desequen. Sólo requieren de luz, aire y algunos minerales. 
Minerales que absorben del sustrato. 

El liquen puede estar formado por varias capas, dónde el micobionte cubre por debajo y por
arriba al alga o cianobacteria. 

Su reproducción es por simple fragmentación o por la formación de propágulos que contienen


hifas fúngicas como células fotosintéticas. 

Actividad: 

Busca información y refiérete a la asociación simbiótica de las MICORRIZAS. 

Micorrizas

Se trata de órganos que se generan debido a la combinación simbiótica entre la raíz de una
planta y los micelios de un hongo. Las micorrizas trabajan como un sistema de absorción que
se extiende por el suelo, con el fin de tomar el agua y nutrientes que la planta necesita
(nitrógeno y fósforo, principalmente).

Las micorrizas son importantes asociaciones simbióticas entre hongos y raíces de


plantas. Se sabe de más de 5000 especies de hongos micorrícicos (que incluyen representantes
de todos los grupos de hongos principales) que crecen en asociación íntima con alrededor del 80
por ciento de todas las plantas con raíces, incluyendo la mayoría de los árboles. Las hifas de los
hongos micorrícicos rodean la raíz de la planta e invaden sus células.

Las micorrizas o simbiontes


micorrizales (myco = hongo; rhiza = raíz) son importantes para el crecimiento de las plantas.
Hay dos tipos principales de micorrizas; endomicorrizas, conocidas también como micorrizas
vesiculares-arbusculares, y ectomicorrizas. Ambos tipos funcionan como los pelos de la raíz en
las plantas, es decir que extienden la superficie de absorción de nutrientes, sobre todo del
fósforo, que no es muy móvil en el suelo. Las micorrizas vesiculares-arbusculares forman
grandes esporas que se pueden aislar con facilidad del suelo por filtración. Las hifas de estas
esporas en germinación penetran en la raíz de la planta y forman dos tipos de estructuras:
vesículas y arbúsculos. Las vesículas son cuerpos lisos ovalados cuya función es de
almacenamiento. Los arbúsculos son estructuras diminutas similares a arbustos que se forman
dentro de las células vegetales (fig. 27.1a). Los nutrientes del suelo llegan a los arbúsculos a
través de las hifas del hongo. Los arbúsculos se degradan y liberan los nutrientes a la planta en
forma gradual. La presencia de estos hongos es casi universal en el reino vegetal; la mayor parte
del césped y otras plantas dependen de estos hongos para crecer en forma adecuada.

Las ectomicorrizas infectan árboles como el pino y el roble. El hongo forma un manto
de micelio sobre las raíces más pequeñas del árbol (fig. 27.1b). Las ectomicorrizas no forman
vesículas ni arbúsculos. En las plantaciones comerciales de pinos se debe asegurar la
inoculación de las semillas con tierra que contenga micorrizas efectivas (fig. 27.2a). Las trufas,
que se consideran un alimento exquisito, son ectomicorrizas, por lo general de árboles de roble
(fig. 27.2b). En Europa se utilizan cerdos o perros entrenados que las reconocen por el olfato
para desenterrarlas. El olor de la trufa produce atracción sexual en la hembra porcina pues es
similar al olor del macho. Sin embargo, si bien la saliva del cerdo macho contiene esta hormona
(que también se encuentra en las secreciones axilares del hombre), no es la que produce la
atracción. El componente más importante de la trufa que atrae al cerdo, hembra o macho, es
dimetilsulfuro, responsable también del olor del repollo. En la naturaleza, el hongo prolifera
gracias a la intervención del animal, que lo ingiere y distribuye las esporas no digeridas en
nuevos sitios. En la actualidad se ha comenzado a cultivar trufas. Los robles se plantan en
arboledas que se inoculan en forma artificial con esporas del hongo cultivadas en el laboratorio
o extraídas de trufas maduras.

Las micorrizas ayudan a las plantas a


alimentarse.

La asociación entre plantas y hongos beneficia a ambos socios. Los hongos


micorrícicos reciben moléculas de azúcar ricas en energía que las plantas producen por
fotosíntesis y que pasan de sus raíces al hongo. En cambio, el hongo digiere y absorbe minerales
y nutrimentos orgánicos del suelo, y pasa algunos de ellos directamente a las células de la raíz.
Los experimentos demuestran que el fósforo y el nitrógeno, nutrimentos fundamentales para el
crecimiento vegetal, están entre las moléculas que las micorrizas llevan del suelo a las raíces.
Estos hongos también absorben agua y la transfieren a la planta, lo cual constituye una ventaja
para ésta en los suelos arenosos secos. La vida común entre las micorrizas y las plantas tiene
una contribución esencial para la vitalidad de las plantas terrestres. Las plantas que carecen de
micorrizas suelen ser más pequeñas y más débiles que las plantas con hongos micorrícicos. De
manera que la presencia de micorrizas incrementa la productividad general de las comunidades
vegetales en la Tierra y, por ende, aumenta la capacidad para sustentar animales y otros
organismos que dependen de las plantas.

Las micorrizas ayudan a las plantas a probar la tierra

Algunos científicos piensan que las asociaciones micorrícicas pudieron haber sido
importantes en la invasión de la tierra por las plantas hace más de 400 millones de años. Una
relación así entre un hongo acuático y un alga verde (antepasado de las plantas terrestres) quizás
haya ayudado al alga a adquirir el agua y los nutrimentos minerales que necesitaba para
sobrevivir fuera del agua. El registro de fósiles es congruente con la hipótesis de que las
micorrizas jugaron un papel importante en la colonización de la tierra por parte de las plantas.
El fósil más antiguo de los hongos terrestres tiene aproximadamente 460 millones de años de
antigüedad, casi la misma edad que los fósiles más viejos de las plantas terrestres. Tales
hallazgos sugieren que los hongos y las plantas invadieron la tierra al mismo tiempo y quizá
juntos. Además, los fósiles vegetales que se formaron poco después de dicha invasión muestran
estructuras de raíces distintivas, parecidas a aquellas que se forman actualmente como respuesta
ante la presencia de micorrizas. Esos fósiles muestran que micorrizas totalmente desarrolladas
estuvieron presentes muy al principio de la evolución de las plantas terrestres y sugieren que
una asociación planta-hongo más sencilla quizás ocurrió incluso antes.

Las micorrizas de los hongos ayudan a las plantas a obtener minerales

La mayoría de las plantas terrestres establecen relaciones simbióticas con hongos para
producir complejos raíz-hongo llamados micorrizas, que ayudan a la planta a extraer y absorber
minerales del suelo. Los hongos microscópicos permanecen entrelazados entre las células de la
raíz y se extienden hacia el suelo (FIGURA 42-19). El hongo hace que ciertos nutrimentos,
como el fósforo, sean más accesibles y fáciles de absorber para las raíces, quizá convirtiendo los
minerales unidos a las rocas en compuestos más simples y solubles, de manera que las
membranas plasmáticas de las células los puedan transportar. A cambio, el hongo recibe
azúcares, aminoácidos y vitaminas de la planta. Así, tanto el hongo como la planta pueden
crecer en lugares en los que ninguno podría sobrevivir por sí solo, incluyendo desiertos y suelos
rocosos ubicados a gran altura y con bajo contenido de nutrimentos. La investigación ha
revelado que en algunos bosques, las micorrizas forman una extensa red subterránea que vincula
los árboles, incluso de diferentes especies. Esta red de hongos transfiere compuestos de carbono
producidos por fotosíntesis de un árbol a otro, haciendo que aquellos con acceso a abundante
luz solar contribuyan a sustentar a sus vecinos de zonas sombreadas. De esta forma, como un
Robin Hood que actúa bajo tierra, las micorrizas transfieren productos fotosintéticos de los ricos
a los pobres. Los investigadores piensan que la transferencia de nutrimentos entre los árboles
por medio de las micorrizas podría ser un factor importante en la salud general del bosque.

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