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FONÉTICA

ALFABETO, PRONUNCIACIÓN Y ORTOGRAFÍA DEL LATÍN

ALFABETO

-El alfabeto es el primer análisis fonético que el hablante realiza sobre su lengua. No recoge
el modo de hablar, pero sí se aproxima.
-El alfabeto latino constaba de 21 letras; al final de la República se añadieron dos, “y” y
“z”, quedando fijado en 23 letras.

ABCDEFGHIKLMNOPQRSTVXYZ

-Según la tesis clásica, el alfabeto latino procedía directamente de un alfabeto griego


occidental, concretamente, del calcídico de Cumas. Sin embargo, una serie de hechos
lingüísticos –sobre todo, el sistema de las velares latinas-, apoyados por descubrimientos
arqueológicos, como la tumba etrusca de Marsiliana d’Albegna (siglos VIII-VII) 1, con el
alfabeto etrusco más antiguo que conocemos, atestiguan que el alfabeto griego occidental
llegó a Roma filtrado a través de los etruscos. Es, por tanto, una síntesis de los rasgos
esenciales de dos culturas, la griega y la etrusca.

-Que el alfabeto latino procede de uno griego occidental se confirma por lo siguiente:

-Conservación de la digamma (F), aunque solo en su forma y no en su contenido.


(En jónico-ático la digamma desaparece, pero no en los dialectos griegos
occidentales).
-Conservación de la koppa (Ϙ), que se reconvierte para la anotación de la labiovelar
Q.
-Ausencia de la omega (Ω).
-Uso de la eta (H) como signo de aspiración y no como “e” larga, puesto que los
alfabetos occidentales no diferenciaban gráficamente la cantidad de la e ni de la o.
-Coinciden también en el valor del signo X, que suena “CS” (velar + silbante) y no
“CH” (velar aspirada en jónico ático). Para la aspiración CH (velar aspirada) los
alfabetos occidentales se servían de la psi (Ψ), renunciando a representar con un
solo signo el grupo PS.

-Pero la influencia de la civilización griega sobre el Lacio y, en general, sobre la Italia


central y septentrional se desarrolló a través del filtro de la civilización etrusca. Durante
la última parte del s. VII y principios del VI se produce la gran expansión de los etruscos.

-La influencia etrusca es indispensable para explicar el sistema de las velares


latinas.
La C latina (derivada de la gamma griega Γ, inclinada < ), tenía al principio doble
valor: C (velar sorda) y G (velar sonora); de ahí que encontremos en latín, por ejemplo,
1
En 1921 se halla una tumba etrusca datada en los ss. VII-VI a.C.; en ella se encontraba grabado en una
tablilla el alfabeto etrusco más antiguo y completo que conocemos.

1
Gaius con la abreviatura C., y Gneus con Cn. Este empleo de la letra C solo puede deberse
al influjo de una lengua como el etrusco, cuyo sistema consonántico no distinguía entre
oclusivas sordas y sonoras.
Por influjo del etrusco hay en el latín primitivo tres signos para la velar sorda: C, K,
Q. Su uso se somete a unas reglas fijas:
La K se emplea ante “a” y consonante.
La C ante “e”/”i”
La Q ante “o”/”u”
Los tres signos tienen el mismo valor fonético /k/.
En la Lapis Niger del Foro (s. VI a.C.) aparecen formas como: SAKROS,
KALATOREM, RECEI, QUOI.
Pronto surgen confusiones en esa distribución; así surgen dificultades en una misma
palabra según el caso. Ej. Locus, loqus, loka. Es muy poco rentable el uso de tres signos
para un mismo valor fónico. Este sistema se sustituye.
La C quedó como velar sorda (equivalente a la kappa griega, K); de este modo, la K
se hizo inútil y solo se conservó en las siglas K(alendae) y K(aeso); la Q, otra velar sorda,
se reservó para el grupo Kw (ej. quis, quattuor). [Más adelante, a comienzos del s. III a.C.
la C se modificó en G para recoger el sonido sonoro].

-El etrusco tiene, por otra parte, un sonido fricativo labiodental sordo que existía también
en latín y que los etruscos lo representaron mediante un dígrafo: FH (la digamma + la
aspiración). Los romanos lo adoptaron, como lo “atestigua” FHEFHAKED (en la Fíbula de
Preneste). Posteriormente, las dos lenguas simplificaron este signo para ese sonido; el
etrusco opta por la H y el latín por la F.
La Fíbula de Preneste es el único testimonio que se aportaba para asegurar que en latín
primitivo se adoptaba FH.
MANIOS MED FHEFHAKED NUMASIOI.
-Al influjo etrusco sucedería el griego. Cuando decae el influjo etrusco (V a.C.), comienza
a hacerse patente el influjo griego.
-Nada sabemos con relación al alfabeto durante los siglos V y IV.
-Ya tenemos datos en el s. IV a.C.:
-Papisius Crassus, dictador en el 340, intenta armonizar grafía y pronunciación,
introduciendo por primera vez en su nombre el signo R, en lugar de la S intervocálica, que
ya había sufrido el proceso de rotación (S> *Z> R: rotacismo). (Cic. Fam. 9, 21, 2: Cicerón
nos dice que Papirio Craso fue el primero en hacerse llamar Papirius en lugar de Papisius).
-Posteriormente Apio Claudio el Ciego, censor en 312 a.C., generalizó este proceso
y lo implantó.
-Spurio Carvilio introduce en el s. III a.C. el signo G, es decir, una C diferenciada
con un trazo vertical para notar la velar sonora.
-La Z, existente en el primitivo alfabeto latino, debió tomar el valor de s sonora
intervocálica. Cuando se produjo la rotación de esta, siendo sustituida por la R, el signo Z
perdió su utilidad y se eliminó del alfabeto. Dos siglos más tarde, en el s. I a.C., volvería a
ser utilizado.
En el s. III a.C. el alfabeto latino tenía, por consiguiente, 21 letras, de la A a la X.

2
-Los signos de las aspiradas griegas, al no tener carácter de tales en latín, fueron
utilizados como signos numéricos:
Θ > C (por influencia de la inicial Centum) con valor de 100.
Φ> M (por influencia de la inicial de Mille) con valor de 1000.
La mitad de Φ > D, con valor de 500.
Ψ> L, con valor de 50.

Estas 21 letras fueron siempre consideradas como el alfabeto nacional, y así dice
Cicerón: “Vnius et viginti formae litterarum” (nat. deor. 2, 93) y Quintiliano habla de “X
nostrarum ultima” (1, 4, 9).

La influencia cultural griega introducía continuamente en Roma nuevas palabras en


las que aparecían sonidos y grafías extrañas en latín. Las aspiradas se confundieron con las
sordas, sin ningún rasgo diferenciador hasta finales del s. III. Las transcripciones plautinas
como Amphitruo son formas modernizadas.

Posteriormente se impuso la restauración de la aspirada griega, sin recurrir a nuevos


signos, mediante la adición de la “h” a la sorda correspondiente. En una inscripción de 146
se encuentra ya ACHAIA junto a CORINTOS. Por otra parte, la moda helenizante de la
aspiración contagió a palabras de origen latino.

Otro problema fue la transcripción de la “υ” y de la “ζ” griegas, que carecían de


paralelos en latín. Hasta finales del s. I a.C. se transcribían aproximadamente con las grafías
latinas “u” y “s” (inicial)/”ss” (interior). Por ejemplo, Cumae (de Κυμε). Por otro lado, el
helenizante Virgilio utiliza la “y” como transliteración del griego y escribe, por ejemplo,
“cyparissus”.

La Z aparece en formas como “Setus”, del griego Ζήθος, transcrita como s, y como
ss en formas como “massa” del griego, y en toda la serie de verbos plautinos en –isso,
derivados de las formas griegas en –ίζω.

En el s. I a.C. se fue haciendo uso general de estos dos signos, Y y Z. Pero siempre
fueron consideradas extranjerismos.

El alfabeto se transmitió de esta forma a los pueblos occidentales y dio origen a


varios alfabetos nacionales.

*A principios de la civilización moderna, el humanista francés Pierre La Ramée (s.


XVI) introdujo el signo “j” para la i consonántica (quedando “i” para la i vocal y
semivocal). Por otra parte, existían las grafías u (minúscula) y V (mayúscula) para todos los
valores. También este humanista introdujo v (minúscula) y U (mayúscula).

PRONUNCIACIÓN

3
-Siguiendo a P. Quetglas2, son tres las formas de pronunciación del latín:

1) Pronunciación nacional: aquella que traduce los elementos del alfabeto latino a los
términos propios de la lengua actual. Por tanto, puede haber tantas pronunciaciones
nacionales del latín como lenguas. De este modo, una misma palabra puede llegar a
pronunciarse de maneras muy diversas. Ej. Cicero (pronunciación castellana [‘iero],
francesa [sise’ro], etc.).
2) Pronunciación eclesiástica: la adoptada por la Iglesia católica; coincide a grandes
rasgos con la pronunciación nacional italiana. Es el tipo de pronunciación que se aplica en
los textos medievales.
3) Pronunciación clásica (o restituida): es la reconstrucción aproximada de la forma en
que se pronunciaba el latín en el s. I a.C. por la clase culta de Roma. Es esta la que debe
adoptar preferentemente todo filólogo (pero sin olvidar que nunca ha existido una
pronunciación única del latín, sino múltiple a través del espacio y el tiempo).
Respecto a esta pronunciación reconstituida, surge la cuestión de cómo se ha podido
llegar a determinar que es esta y no otra la forma de pronunciar de los romanos. Por esta
razón, se habla de reconstrucción “aproximada”, pues existen ciertos inconvenientes para
llegar a la pronunciación “ideal”:
a) por ejemplo, los hablantes de lenguas románicas no distinguen entre vocales
largas y breves o los hablantes germánicos articulan con dificultad la [r].
b) el acento: los lingüistas todavía no están de acuerdo sobre cuál era la naturaleza
del acento latino, si musical o de intensidad; por tanto, cualquier reconstrucción de la
pronunciación será falsa.

Pero al margen de estas cuestiones sin resolver, hay muchos puntos en los que hay
acuerdo sobre la pronunciación clásica. Las fuentes de las que se parte para esta
reconstrucción son:

a) Gramáticos romanos: al corregir en sus tratados los vicios de pronunciación,


nos suministran junto a la pronunciación errónea la que ellos consideran
“correcta”3. Por ejemplo, el gramático Pompeyo (V d.C.) previene contra la
pronunciación “misere” en lugar de “miserae”; de este modo, nos ofrece dos
datos: en su época la pronunciación vulgar era ya monoptongada (-e), y en época
clásica se consideraba correcta la pronunciación diptongada (-ae).
b) Transcripción de palabras latinas al griego y viceversa: por ejemplo, la
transcripción griega “Teréntios” por Terentius, nos indica que el grupo “ti +
vocal” se pronunciaba [ti] y no [tsi].
c) Palabras latinas que en época antigua pasaron a otras lenguas como préstamo.
Por ejemplo, la palabra “keller”, que es una adaptación alemana de “cellarium”,
nos ilustra sobre la pronunciación que debía tener la grafía “c” delante de “e” o
de “i”, que era la de [k].
d) Descuidos de los lapicidas: que recogen una escritura fonética. Por ejemplo, la
inscripción reproducida en CIL IV, 31, 21, donde encontramos la grafía “ingnis”
en un intento de aclarar la articulación nasal de la grafía g [].

2
Elementos básicos de filología y lingüística latinas, Barcelona 1985: 147ss.
3
“Correcta” desde el punto de vista de su normativa.

4
e) Testimonios directos de los escritores a través de recursos estilísticos. Por
ejemplo, la pronunciación de la grafía “c” en el siguiente verso de Virgilio:
Verg. Georg. III, 328: Ubi cantu querulae rumpent arbusta cicadea
f) Fonética comparada de las lenguas románicas: las formas románicas
derivadas del numeral quinque [kwikwe], cast. cinco, cat. cinc, etc. exigen un
estadio intermedio producto de la disimilación de labiovelares.

Signos del alfabeto y pronunciación4


GRAFÍAS PRONUNCIACIÓN
SIMPLES
a [a]
b [b]
c [k] ante cualquier vocal. Ej. cellarium
d [d]
e [e]
f [f]
g [g] ante cualquier vocal Ej. angelus (no la “g” de
“ángel”, sino de “garganta”).
h [h] signo de aspiración. Se daba preferentemente en
clases aristocráticas.
i [i] como vocal: filius [filius]
[i] como semivocal: Numasioi: [numasioi]
(i, 2º elemento de diptongo )
[j] como semiconsonante: iacio [jakio]
(i seguida de vocal)
k [k] limitado a Kalendae.
l [l]
m [m]
n [n]
o [o]
p [p]
q [kw]
r [r]
s [s]
t [t] en todos los casos. También en “ti + vocal” (que
en pronunciación eclesiástica es [tsi]
u [u] como vocal: currus [kurus]
[u] como semivocal: plaudo [plaudo]
(u, 2º elemento de diptongo)
[w] como semiconsonante: uideo [wideo]
(u ante vocal)
x [ks]
y [y]. Representación latina del griego “υ”. Sirve
exclusivamente para transcripción de palabras

4
Quetglas, pp. 150ss.

5
griegas.
z [dz]. Sirve para transcribir la “ζ” griega. Parece que
al principio representaba la s sonora intervocálica;
cuando la s intervocálica se convirtió en r, esta
notación quedó sin sentido.
GRAFÍAS PRONUNCIACIÓN
DOBLES
ae [ae]
au [au]
ei [ei]
eu [eu]
oe [oe]
ch [kh]. Oclusiva velar sorda aspirada.
gn [ηn]
ll [ll]
mm [mm]
nn [nn]
ns [ns]. A pesar de que este grupo se redujo pronto a s,
posteriormente una reacción purista lo reintrodujo en
la escritura.
ph [ph]. Oclusiva bilabial sorda aspirada, y no [f],
fricativa labiodental sorda, como se pronuncia en
España.
qu [kw]
rr [rr]
ss [ss]
th [th]. Oclusiva dental sorda aspirada, y no [θ],
oclusiva interdental sorda.

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