Malnutrición: La falta de alimentos adecuados y suficientes puede llevar a una deficiencia de

vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales en el cuerpo, lo que a su vez puede

provocar una serie de problemas de salud, como anemia, debilidad muscular, problemas de
crecimiento y desarrollo y problemas de la piel y el cabello.

Enfermedades: El hambre y la malnutrición debilitan el sistema inmunológico del cuerpo, lo

que aumenta el riesgo de contraer enfermedades infecciosas y otras enfermedades
crónicas como la diabetes y la hipertensión.

Retraso en el desarrollo: La falta de una nutrición adecuada puede afectar el desarrollo

cognitivo y físico de los niños, lo que puede tener efectos a largo plazo en su capacidad
para aprender, trabajar y contribuir a la sociedad.

Problemas psicológicos: El hambre y la malnutrición pueden tener un impacto negativo en la

salud mental, lo que puede llevar a la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud
mental.

Pobreza: La falta de acceso a alimentos adecuados y suficientes a menudo se asocia con la

pobreza y la desigualdad social, lo que puede perpetuar un ciclo de pobreza y hambre.

Inseguridad alimentaria: La inseguridad alimentaria es un problema global que afecta a

millones de personas en todo el mundo. La inseguridad alimentaria puede tener
consecuencias graves en la salud y el bienestar de las personas, así como en el desarrollo
económico y social de las comunidades y los países.

El hambre es un problema global que afecta a millones de personas en todo el mundo, pero
algunos países son particularmente vulnerables a este problema debido a factores como la
pobreza, la falta de acceso a recursos y la inestabilidad política. Según el Informe Global
sobre Crisis Alimentarias 2021 publicado por la Red Global contra las Crisis Alimentarias,
los diez países con la mayor proporción de población en situación de crisis alimentaria o
emergencia son:

Yemen
Afganistán
Sudán del Sur
Siria
República Democrática del Congo
Etiopía
Somalia
Venezuela
Nigeria
Haití
Cabe mencionar que este ranking puede cambiar dependiendo de los factores que se
tomen en cuenta y los datos específicos que se utilicen para medir la situación de hambre y
malnutrición en cada país.