Está en la página 1de 14

Introducción

La evaluación la podemos catalogar de diferentes maneras, todo esto depende de las


necesidades, los objetivos de la institución educativa, tales como: el control y la medición, el
procedimiento de la validez del objetivo, la rendición de cuentas, por citar algunos propósitos.
Desde esta perspectiva se puede determinar en qué situaciones educativas es pertinente realizar
una valoración, una medición o la combinación de ambas concepciones.

Es necesario identificar las teorías que abarca la evaluación de programas


curriculares y algunos de sus más destacados autores que desde su investigación
y punto de vista nos sirven para apoyarnos a la hora de tomar proponer y tomar
decisiones dentro de la institución y así al realizar la evaluación podemos
confrontar si el objetivo propuesto se ha realizado de forma correcta, no se ha
llevado a cabo con lo que se busca o simplemente el enfoque no es el más
apropiado para lo que se busca

Teniendo e cuenta el direccionamiento propuesto se comprende que la evaluación


ha evolucionado y también durante su línea de tiempo ha buscado crear e
implementar procesos con conductos, basándose en diferentes teorías de
evaluación, con el fin de poder valorar lo que sucede y así poderlo analizar y
actuar frente a lo que se debe mejorar.

Por lo tanto la evaluación de programas es un instrumento de gestión que se


aplica dentro de la institución para así determinar y valorar de manera sistemática
y objetiva la pertinencia, el rendimiento y el éxito de los programas y proyectos
concluidos y en curso.
OBJETIVOS.

Objetivo General: Conocer, comprender e implementar los componentes de las


teorías evaluativas institucionales y de programas educativos, apoyándose de la
bibliografía.

 Objetivos Específicos: 

Analizar las características de las teorías de los programas educativos para


aplicarlas en la institución. 

Especificar los elementos más importantes de las teorías evaluativas


institucionales para la educación en general.
Desarrollo.

Comprendemos que la evaluación educativa es el proceso por medio


del cual aplicamos un juicio sobre unos elementos para determinar si se ha
alcanzado aquello que se había propuesto en los objetivos de aprendizaje y sirve
para mantener el mismo rumbo o cambiarlo de acuerdo a las necesidades del
programa de curso.

La evaluación debe ser entendida como un apoyo imprescindible a la toma de


decisiones, como un aprendizaje continuo de los errores y aciertos que servirá
para modificar actuaciones y conductas futuras. En este sentido, todo proceso de
evaluación debe ser asumido por los propios gestores del programa como algo
fundamental de su trabajo diario, no como una obligación que viene impuesta e
inevitable. Tampoco deberá ser abordada desde un punto de vista de control o
fiscalizador, sino como una etapa más del proceso de planificación, que de
garantías de que lo que se va a hacer, lo que se está haciendo, o lo que ya se ha
terminado, ha cumplido los objetivos que se habían marcado.

La evaluación de programas educativos, son instrumentos curriculares donde se


organizan las actividades de aprendizaje- enseñanza, que permiten orientar al
docente en su práctica educativa. La Evaluación de Programas Educativos,
también es un conjunto de destrezas y habilidades orientadas a determinar si los
servicios prestados son necesarios, si se utilizan y se dan en los términos
planificados, si se encuentran dentro de un costo razonable o sí incuso, provocan
efectos no deseados.

Hay diferentes características que se emplean a la hora de evaluar los programas


educativos, como lo es el seguimiento que se realiza al programa para conocer si
este es eficaz o en lo contrario se debe hacer un ajuste o eliminarlo, identificar
proyectos y problemas, desarrollar programas pilotos para mejorar la eficacia,
identificar efectos diferenciales en diferentes poblaciones, para determinar la
relevancia y la valides de los principios del programa.

Modelos de evaluación.

- Modelo de objetivos y comportamiento Enfoque de Tyler Bloom, 1929 y el


1938: La evaluación se encarga de definir los resultados y los objetivos del
programa, de manera que la tarea del evaluadora, consiste en ver hasta
qué punto esos objetivos fueron alcanzados. Este modelo de evaluación
utiliza objetivos mesurables como parámetro comparativo para lo cual utiliza
diseños experimentales.
- Toma de decisiones Stufflebeam/Patton: Este modelo, también
denominado CIPP (porque considera las variables Contexto, Imput,
Proceso, Producto), se caracteriza por estar orientado a la toma de
decisiones. Así, la evaluación se estructura en función de la decisiones que
deben tomarse.

- Enfoque libre de objetivos Scriven: El evaluador no debe conocer los


objetivos para evitar un determinado perfil en el estudio de los resultados.
El evaluador debe ser un experto capaz de evitar un perfil determinado
debido a sí mismo, como a factores externos para determinar causalidades
en condiciones no experimentales. Scriven pone énfasis en las
consecuencias reales y totales que produce la intervención social tomando
como criterio de evaluación las necesidades de los usuarios/consumidores
y desarrolla un modelo basado en los siguientes puntos:
- Antecedentes, contextos, recursos y función del programa/servicio a
evaluar, El sistema de distribución del programa/intervención, descripción
de los usuarios o población objeto de la intervención, necesidades y valores
de los afectados por la intervención, existencia o no de normas/criterios
previos para la evaluación, el proceso de intervención social, los resultados
y costos de la misma, la comparación con programas/servicios alternativos.
- Pérez Juste define la evaluación como un proceso sistemático de recogida
de información rigurosa, valiosa, válida y fiable, orientado a valorar la
calidad y los logros de un programa para la toma de decisiones de mejora
del programa, del personal implicado y del cuerpo social en el que se
encuentra inrnerso. Utiliza metodologías cuantitativas y cualitativas. Su
informe es descriptivo, basado en los datos y en los juicios. La
generalización, aquella que permite el diseño, y su utilidad para la mejora
del personal, del programa y de la comunidad.

Teorías que sustentan la evaluación de los programas educativos

Existe una gran cantidad de modelos en el ámbito de la evaluación educativa


que dan a conocer el amplio rango de posiciones epistemológicas e ideológicas
que existen entre los teóricos sobre la naturaleza de la evaluación, la forma de
conducirla y la manera de presentar y utilizar los resultados.

Tenemos que la teoría del cambio es un modelo conceptual, muchas veces


en forma de dibujo, diagrama o mapa, que pretende explicar cómo
funciona una intervención; deben poder identificarse sus diferentes
componentes y cómo cada elemento se vincula con otro. Como mínimo
tiene que incluir los objetivos generales de un programa o intervención,
los resultados y los procesos intermedios a través de los que es posible
lograr el cambio que con la intervención se pretende, y las diferentes
actividades que se quiere llevar a cabo o que se estén implementando.

La teoría del cambio puede verse tanto como una herramienta de


planificación como un método de recopilación de datos en un contexto de
una investigación evaluativa sobre un determinado programa o
intervención comunitaria, para ayudar a la persona investigadora a
comprender dicho programa y especificar el enfoque del proyecto de
evaluación que se va a realizar.

Figura 1. Modelo simplificado para una teoría del cambio en la fase de evaluación.
La teoría del cambio explica cómo se entiende que las actividades produzcan una serie de
resultados que contribuyen a lograr los impactos finales previstos. Existen diversos modos de
desarrollar y representar una teoría del cambio. En una evaluación del impacto, debería
examinarse y revisarse la teoría del cambio existente, si procede, para orientar la recopilación, el
análisis y la divulgación de datos.

La teoría del cambio es un pilar fundamental de las evaluaciones de impacto y debería emplearse,
de una u otra forma, en todas ellas. Resulta especialmente útil cuando las conclusiones de una
evaluación del impacto llevada a cabo en un determinado lugar se pretenden aplicar en otro
emplazamiento. Al planificar una evaluación de impacto y elaborar los términos de referencia,
debería revisarse toda teoría del cambio existente sobre el programa o la política correspondiente,
a fin de comprobar su idoneidad, exhaustividad y exactitud, y modificarse si fuera necesario. Esa
labor de revisión debe tener continuidad a lo largo de la evaluación si la propia intervención o el
entendimiento de su funcionamiento —real o teórico— cambian.

Fuente: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Supplementary Programme Note on the Theory of Change, sesión del Grupo de Examen entre
Pares, 11 de marzo de 2014, UNICEF, Nueva York, 2014
Comúnmente, la Teoría del Cambio es referida como la “lógica del programa” o también como “el
modelo lógico” lo cual conlleva casi siempre un esfuerzo de diagramación. Sin embargo, para
algunas autoras como Funnel & Rogers (2011) y para el Centro de Excelencia para la Evaluación
(2012) la Teoría del Cambio va más allá, en tanto que explicita los mecanismos del cambio, así
como los supuestos, riesgos y contexto que apoya las relaciones causales existentes entre los
productos y los efectos e impactos de la intervención. De esta manera, la Teoría del Cambio puede
ser utilizada para probar mediante evidencias lo que ocurre en la cadena de resultados,
chequeando cada uno de los vínculos y supuestos. Al respecto, Funnell y Rogers (2011) señalan la
importancia de elaborar una Teoría del Cambio lo suficientemente explícita para una evaluación
de calidad: es usual por ejemplo, ver un modelo lógico que explique que un programa para
cambiar hábitos de salud sea entendido como la entrega de información a la gente sobre las
consecuencias que tienen en la salud sus distintas elecciones en materia de dieta, ejercicio y
fumado.

La correcta definición del resultado de un programa es un requisito básico para una evaluación
adecuada, pues es posible que un programa presente malos resultados en el logro de su objetivos,
no por que sea un mal programa, sino por que estuvo mal identificado su objetivo. Por otra parte,
puede que un programa presente una bueva evaluación de su objetivo, por que este no fue
definido como un cambio real, sino que fue determinado en términos poco ambiciosos y logrables
a priori.

La cadena de resultados constituye un recurso heurístico, se comportan como recursos


organizativos del proceso de resolución, que contribuyen en particular a determinar
la vía de solución de la situación abordada, de singular valor y utilidad, dado que la Teoría
del Programa trata de desentrañar y explicar los supuestos e hipótesis que se ubican en cada uno
de los intersticios de la cadena de resultados,
Una cadena de resultados da una definición lógica y plausible de cómo una secuencia de insumos,
actividades y productos relacionados directamente con el proyecto interactúan y establecen las
vías por las que se logran los impactos, refiere a los aspectos que puede supervisar directamente
el organismo ejecutor para medir el desempeño del programa.

Al evaluar el diseño del programa se quiere analizar si están claramente identificados el problema
que busca atacar, la justificación del tipo de intervención y las herramientas a utilizar (señalar qué
antecedentes o bajo qué teorías se espera que reviertan), los objetivos y metas que se proponen,
y si este conjunto de elementos guarda una coherencia lógica entre sí.

La evaluación de la implementación se focaliza en determinar si el programa tiene todas sus


partes, si las partes son funcionales al programa y si el programa está operando como se supone
que debería hacerlo. En un inicio permite clarificar “qué es el programa” en la realidad, para poder
luego avanzar hacia la pregunta más compleja de si realmente funciona (Patton, 2008: 308 y 309).
Por otra parte, la evaluación de implementación permitiría identificar y comparar las discrepancias
entre el diseño y la implementación real, pero también las discrepancias entre distintas unidades
de implementación (como aulas, escuelas, localidades).

Tipo de evaluación de implementación

1) Evaluación de esfuerzos. La evaluación de esfuerzos, insumos y acceso se centra en la


documentación de la cantidad y la calidad de las actividades que tienen lugar y los recursos
disponibles para las actividades del programa, así como en la determinación de si la población
objetivo verdaderamente está recibiendo el servicio.

2) Monitoreo de programas. La rutina de información de la gestión es un proceso típicamente


interno a los programas, muchas veces apoyado en un software específico, y en contraste con
ciertos parámetros establecidos que permitan determinar el progreso de la implementación.
3) Evaluación de procesos. Esta evaluación se focaliza en las dinámicas internas y las operaciones
actuales de un programa en un intento de entender las fortalezas y debilidades. La mira está en
cómo se produce un resultado más que el resultado en sí mismo.

Una evaluación de proceso puede brindar una retroalimentación muy útil en la etapa de desarrollo
del programa, así como posteriormente en la difusión y diseminación de un programa efectivo.

4) Evaluación de componentes. Implica una valoración formal de cada parte del programa, es
decir, cada esfuerzo operacional separado, así como los vínculos entre ellas.

Lo que cambia es la unidad de análisis y esta es una de sus principales ventajas, ya que aumenta
las posibilidades de generalización de los resultados y de comparación con otros programas. 5)
Especificaciones del tratamiento. Supone identificar y medir precisamente qué hay en un
programa que se supone tiene un efecto. Las especificaciones del tratamiento revelan los
supuestos causales que apuntalan las actividades del programa, por tanto, está intrínsecamente
vinculada con la teoría. Especificar el tratamiento implica ir más allá de la etiqueta o título que
lleve el programa.

La evaluación operacional analiza cuán efectivamente están siendo implementados los programas
y si hay brechas entre lo planificado y lo realizado. Generalmente refiere a una evaluación
retrospectiva sobre la base de los objetivos iniciales del proyecto, los indicadores y los objetivos
del marco de monitoreo y evaluación (Khandker, Koolwal y Hussain, 2010: 16).

La evaluación cualitativa es ágil, más inmediata, y, a pesar de ser subjetiva, ha


demostrado eficacia en la gestión de riesgos moderna. La evaluación cuantitativa es, sin
embargo, un método complementario que permite confirmar, profundizar y obtener
información detallada para la toma de decisiones.
Actualmente, la evaluación es un concentrado de evidencias que permiten obtener
información valiosa del desempeño de los alumnos en relación a los objetivos
planteados. Asimismo, la evaluación como parte del trabajo docente, muestra una
secuencia construida a lo largo de un tiempo determinado, es decir, por bimestre,
por semestre, o anual. 

La relación enseñanza y evaluación se presenta como una unidad en el proceso


educativo que se nutre de lo diverso del conocimiento, del “mostrar” para que el “otro”
tenga posibilidades de “mostrar” sobre lo aprendido como expresión de su
autoconciencia.

La importancia de la evaluación en el proceso educativo radica en “suministrar


resultados interpretables y útiles para los diferentes actores” y en que “los resultados
permiten la toma de decisiones que ayudan a enfrentar los problemas; facilitan la
comunicación y ayudan a mejorar el ambiente escolar”.
CONCLUSIONES

La evaluación ofrece posibilidades para fortalecer y consolidar los aprendizajes,


así como los logros de los objetivos o propósitos en cualquier campo de estudio.
La evaluación permite evidenciar cuáles son las necesidades prioritarias que se
deben de atender y —desde la perspectiva educativa— debe mostrar congruencia
entre saber y desempeño, esta fórmula es la que puede encausar a la educación
hacia la llamada calidad. 

La Evaluación deberá formar parte integral del programa, desde el diagnóstico, durante su
ejecución y hasta la culminación del mismo. La Evaluación debe ser una actividad que todo
miembro del equipo pueda realizar, y de hecho la realice y sea accesible en concepto, metodología
y recursos.

la noción de Teoría del Cambio ha cobrado fuerza en los años recientes y en general se asocia con
los enfoques participativos de evaluación de programas y proyectos, señalándose como una
condición que facilita el aprendizaje y la comprensión colectiva del cambio.

La Teoría del Cambio permite tanto el diseño como la gestión y la evaluación de las intervenciones
de desarrollo. De allí que la cuestión de la validez de la Teoría del Cambio sea un tema que ocupa
un lugar privilegiado entre quienes abordan la temática desde el ámbito académico. Al respecto,
abundan comprobaciones de carácter experimental y cuasi-experimental, así como otras
experiencias metodológicas que utilizan análisis estadístico y enfoques correlacionales, todos ellos
con una buena carga de pros y contras.

En si podemos concluir que la  teoría de la evaluación de programas, es fundamental en cada


proceso de toda disciplina científica, que está basada en la orientación de la elaboración de los
programas educativos, que logra establecer los procesos y las metas de la evaluación, además
permite comprobar su realización práctica y tambien los resultados, conseguimos la mejora de los
programas y contribuye, en definitiva, a la construcción del conocimiento.

1. eorías que sustentan la evaluación de los programas educativos


o Teoría del cambio
o Cadena de resultados
o Evaluación basada en teoría
o Otros
2. Vinculación entre la teoría y el modelo de evaluación del programa
educativo
Bibliografía.

Teoría del Programa y Teoría del Cambio en la Evaluación para el Desarrollo: Una revisión teórico-
práctica, José Luis Alvarez-Rojas1 María Luisa Preinfalk-Fernández2, Vol 38, N° 56, (1-16), EISSN:
2215-2997, enero - junio, 2018.

Evaluación De Planes De Estudio En Instituciones De Educación Superior: Un Problema Central De


La Investigación Educativa Olga Pisani B.* , Marcela Tovar G.**

La teoría de la evaluación de programas, Catalina Martínez Mediano Departamento de Métodos


de Investigación y Diagnóstico en Educación.

Guía metodológica de evaluación de programas educativos, INEEd (2016), Montevideo, Urugay.

También podría gustarte