Está en la página 1de 4

Eduar Shellender Rodríguez Lechtig

VI Semestre de Medicina
Universidad El Bosque

¿What is social medicine? A genetic analysis of the concept.


Rosen G. Bulletin of the History of Medicine. Vol. 21 (1947)

En el año 1947, es publicado en el volumen número veintiuno de la revista


Bulletin of the History of Medicine, un artículo desarrollado por George Rosen
llamado ¿Qué es la medicina social? Un análisis genético del concepto. En él,
Rosen ofrece una breve introducción sobre la estrecha relación entre la
enfermedad, la salud y lo social, y sobre cómo esto ha sido así desde siempre,
aunque sólo hasta el siglo XVIII sea reconocido por primera vez. En el siglo XIX
es cuando esta idea da paso a la concepción de la medicina como una ciencia
social; idea que es promovida y defendida por tres principales exponentes:
Virchow, Neumann y Leubuscher.

El autor describe con destreza a un Virchow que se interesa de forma


exhaustiva en demostrar que la medicina es una ciencia social. Explica que
dicho interés está influenciado por la posición política del afamado patólogo,
que para 1848 hace parte de un movimiento revolucionario que tiene lugar en
Alemania, y da crédito a tal afirmación citando un fragmento de una carta en la
que Virchow explica a su padre que su credo médico coincide con su credo
político y social. En ese mismo año, Virchow funda con Leubuscher la “Reforma
Médica” (1), revista en la que expresa su preocupación por la falta de reformas
médicas en medio de todos los problemas sociales que están teniendo lugar (y
que sin duda atañen a la medicina). Dichos problemas derivan de la
industrialización, que trajo consigo la penuria, y con ella la muerte y la
enfermedad.

Rosen describe con simpleza, pero con precisión, tres principios fundamentales
que plantean Virchow y sus colaboradores. El primero de ellos es que la salud
del pueblo es un problema que concierne al Estado; este principio se basa
principalmente en postulaciones de Neumann y Virchow. El primero afirma que
es un deber del Estado proteger la salud de los ciudadanos, y el segundo
concluye que es por lo tanto responsabilidad del Estado disponer de los medios
necesarios para que esto sea posible.

El segundo principio que propone el autor es: “las condiciones sociales y


económicas tienen un efecto importante en la salud y en la enfermedad, y esas
relaciones deben estar sujetas a investigación científica”(1). Con este principio,
Rosen plantea de forma concreta (y ventajosa) lo que Virchow y Neumann
explicaron de forma no tan explícita. Neumann aseguraba que la enfermedad,
la muerte y el sufrimiento crónico, eran inseparables de la pobreza, la miseria y
el hambre. Por otra parte, Virchow afirmaba que las epidemias eran la
“manifestación del desajuste social y cultural”(1), ejemplizando esto con la
epidemia de tifus (a la que atribuyó causas biológicas, socio-económicas y
políticas). De acuerdo a esto, Virchow propuso que la salud pública debía
investigar las condiciones en que vivían los diversos grupos sociales y estudiar
los efectos de dichas condiciones en la salud.

En el momento en que describe la clasificación que hace Virchow de las


epidemias (naturales y artificiales, “según el grado en que los factores
culturales se interponían entre la naturaleza y el hombre”), Rosen coincide con
Virchow en que las epidemias artificiales no obedecen sólo a factores sociales
y culturales sino que son también “manifestaciones importantes de procesos
históricos” (1); esta concordancia es desde luego válida e irreprochable.

Como tercer principio fundamental, el autor expone: “si se reconoce que las
condiciones sociales y económicas tienen un efecto importante en la salud y en
la enfermedad, entonces es lógico que se den los pasos conducentes a
promover la salud y a combatir la enfermedad, y que las medidas que se
adopten sean tanto sociales como médicas”. Sin lugar a dudas, este
planteamiento sintetiza eficazmente lo que Virchow y sus colaboradores
proponían. Neumann, por ejemplo, hace un bosquejo para una Ley de Salud
Pública, en donde plantea que ésta debe velar tanto por la sociedad,
“considerando las condiciones generales físicas y sociales que puedan afectar
adversamente la salud”, así como por el individuo, “considerando las
condiciones que puedan atentar contra su salud” (como la pobreza y la
enfermedad) (1).

El autor justifica a plenitud la presentación de este tercer principio, al exponer


las propuestas que Virchow y otros médicos hicieron para que se ofrecieran
servicios médicos públicos a las clases sociales más desfavorecidas, y para
que de la mano de estos servicios se hiciera “profilaxis social” (1). Es así como
Virchow proclama el derecho del ciudadano al trabajo, pues el proletariado
industrial, además de ser blanco de las enfermedades, la miseria y la muerte,
era también blanco de la explotación (que llevaba a lo anterior). Leubuscher
propone un programa de higiene industrial, con el fin de hacer frente a los
mismos problemas.

Rosen califica como “muy importante” el reconocimiento que hacen Virchow y


sus colaboradores de que obtener estadísticas confiables era el camino para
establecer las relaciones causales entre las condiciones sociales y los
problemas médicos; por supuesto que fue muy importante, de lo contrario no se
habrían identificado las condiciones que con mayor urgencia se debían
intervenir.
El autor concluye su análisis aportando ciertos aspectos al concepto de
medicina social. A saber: que “la medicina social descansa por igual, tanto en
las ciencias sociales como en las ciencias médicas”; que “la medicina social
tiene dos grandes aspectos: descriptivo (investiga y analiza relaciones causales
entre condiciones sociales y médicas) y normativo (señala las medidas que
deberían ser tomadas)”; que “la medicina social se puede delimitar en términos
de tres aspectos sociológicos significativos: la salud en relación con la
comunidad, la salud como un valor social (¿cómo es ese valor para los
diversos grupos sociales? ¿qué deseos y esperanzas tienen respecto a ello?) y
la salud y la política social (investigaciones, normas y leyes)” (1).

Empleando un lenguaje sencillo, impecable, cuidadoso y preciso, George


Rosen logra en su análisis explicar el nacimiento histórico de la medicina social
como concepto (pues la medicina siempre ha sido social, aunque el hombre no
lo reconociera sino hasta ese momento). Nos remonta a las problemáticas
sociales, culturales y económicas de las que emergió el primer atisbo de esta
nueva concepción de la medicina, y describe con astuta habilidad la actuación
de Virchow, Neumann y Leubuscher en su génesis y moldeamiento. Culmina
finalmente esclareciendo ideas que pudieron haber quedado sueltas y
añadiendo nusevos aspectos que permiten al lector, tras culminar la lectura,
poseer una visión sólida frente a lo que es la medicina social y el surgimiento
de su concepción en un punto crítico de la historia. Se concluye, por lo tanto,
que esta obra es en extremo útil a todo aquél que perteneciendo al sistema de
salud, aún no vislumbra con claridad a la medicina como una ciencia social,
cuando esto es de hecho una verdad irrefutable.
Referencia bibliográfica

1. Rosen G. ¿What is social medicine? A genetic analysis of the concept.


Bulletin of the History of Medicine. Vol. 21 (1947): 674-733.

También podría gustarte