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Inteligencia emocional[editar]

Salovey y Mayer (1990) definen la emoción como un conjunto de metahabilidades que


pueden ser aprendidas y estructuran el concepto en torno a cinco dimensiones básicas
referidas al conocimiento de las propias emociones, a la capacidad de autocontrol, a la
capacidad de automotivación, al reconocimiento de las emociones de los demás y al
control de las relaciones. La inteligencia emocional25 parece contribuir a aumentar la
competencia social, mediante la empatía y el control emocional, incrementando la
sensación de eficacia en las acciones que se acometen. 26
La combinación del cociente intelectual (CI) y el cociente emocional (CE) es la idea
básica de la denominada psicología positiva respecto al aprendizaje. En ella se
establece que la motivación tiene un carácter emocional. Por ello, el equilibrio
emocional incrementa el aprendizaje. Se resalta que es el equilibrio, y no su ausencia
o exceso emocional. Pues estados de ánimo bajo (depresión) o demasiados intensos
(ira) conducen a dificultar el aprendizaje. Esta es la base de la ley de Yerkes-
Dobson (1908), quienes demostraron matemáticamente la relación entre la emoción y
el aprendizaje representándola como una U invertida: a poca activación emocional,
poco aprendizaje. Muestra que, si la activación emocional se incrementa, se eleva el
aprendizaje hasta un punto óptimo a partir del cual, si se sigue aumentando, el
aprendizaje disminuye.

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