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C. I. N° 13.158.234
El prestigioso psicólogo John Dollard desarrollo hacia 1.939 una teoría de la
agresión consistente y coherente, en ella se considera conducta agresiva a
cualquier acto de la conducta humana que se orienta directamente a dañar a la
persona hacia la que se dirige esa conducta. No obstante, no queda suficientemente
claro si se consideran agresivos los comportamientos que son meramente
intencionales (intención de hacer daño), pero que no se llevan a cabo. Es indudable
que no es sencillo clarificar el termino agresión, por tal motivo sea intentado dar un
enfoque al problema desde dos puntos diferentes de referencia: de una parte
tendríamos la agresión hostil, definida como aquella que busca únicamente producir
daño y/o dolor a los demás, motivada por la ira, colera, venganza; etc, y de otra
parte, la agresión instrumental, que también busca dañar a los demás, pero solo
como medio para conseguir un fin concreto, dentro de esta categoría están los
secuestros, el terrorismo, las guerras; etc.
Uno de los medios más interesantes de llegar al fondo de la definición de la
agresión es en la búsqueda de su origen. Las teorías basadas en los instintos,
considerados estos como una conducta innata común a una misma especie,
muestran una explicación claramente biologicista que se apoya en la supervivencia.
Sintéticamente puede anunciarse de la siguiente manera: en los primeros
momentos de la evolución de la especie humana, una de las armas fundamentales
de la supervivencia de la especie era la agresión. La selección natural actúa como
filtro para que sobrevivan aquellos que son mas agresivos, y de esta forma se
mantiene esta conducta instintiva hasta nuestros días.
Los dos máximos exponentes de estas teorías son, Sigmund Freud y Konrad
Lorenz. La teoría de Freud es que todos los animales, humanos o no, nacemos con
un fuerte instinto agresivo el cual nos provoca una pulsión por cometer actos
agresivos, es decir, que necesitamos dar salida a nuestra agresividad de algún
modo para dejar de sentir su incomoda presión. Según el, la manera de poner freno
a la violencia es buscar formas no violentas de liberar nuestra agresividad. Freud
llamo “catarsis” al proceso para liberar la energía instintiva, según su teoría, la
sociedad debe fomentar la catarsis no violenta para evitar la violencia real. Tiempo
después Lorenz también sostuvo que la violencia es innata y absolutamente
necesaria para la supervivencia de los más aptos.
Albert Bandura y otros expertos defienden que el comportamiento humano
es fruto del aprendizaje social, piensan que somos agresivos porque se nos enseña
a serlo. Los psicólogos que defienden esta teoría, no creen, como decía Freud, que
necesitamos dar salida a nuestra energía agresiva con el fin de evitar que se vuelva
agresividad real.
La psicología social intenta abordar el comportamiento humano desde una
nueva perspectiva sociocultural; es decir, se plantea que para poder comprender
plenamente el comportamiento de una persona es preciso comprender los factores
socioculturales de su entorno. Al igual que algunos psicólogos defienden el
aprendizaje social para explicar nuestro comportamiento, el enfoque sociocultural
asegura que la personalidad y la actitud, se aprenden de una determinada cultura y
la cultura lo incluye todo, tanto el lenguaje como las creencias y valores, las
costumbres, alimentación o el criterio moral se transmite de generación en
generación.
El daño que causa la violencia va mucho más allá del daño físico. La violencia
provoca depresión, ansiedad y otros trastornos de salud mental. También
contribuye a la aparición de cánceres, enfermedades del corazón, accidentes
cerebrovasculares y VIH/sida, pues las víctimas de la violencia a menudo tratan de
hacer frente a sus experiencias traumáticas adoptando comportamientos de riesgo,
como consumir tabaco, alcohol y drogas, así como con prácticas sexuales de riesgo.
En ese sentido también, la violencia puede provocar una muerte temprana o mala
salud durante toda la vida.
Sin embargo, este vínculo también funciona en la otra dirección. Los factores
en la vida de las personas, las conexiones interpersonales y los factores físicos
pueden contribuir a las alteraciones de la salud mental. El cuidado de la salud
mental puede preservar la capacidad de una persona para disfrutar de la vida. Hacer
esto implica alcanzar un equilibrio entre las actividades de la vida, las
responsabilidades y los esfuerzos para lograr la estabilidad psicológica. Afecciones
como el estrés, la depresión y la ansiedad pueden afectar la salud mental y perturbar
la rutina de una persona. Aunque el término salud mental es de uso común, muchas
afecciones que los médicos reconocen como trastornos psicológicos tienen raíces
físicas.
Qué es la Violencia:
Violencia psicológica
Violencia física
Se refiere a toda forma de violencia que la que se usa la fuerza física, y que
causa dolor, daño, heridas y hasta la privación de la vida: empujar, golpear, halar el
cabello, quemar, torturar, mutilar, herir, etc.
Violencia sexual
Violencia simbólica
Se entiende por violencia institucional todos los actos cometidos por los
funcionarios públicos que, en representación del Estado, retrasan, dificultan e
interfieren con los derechos ciudadanos, especialmente cuando impiden el acceso
a la justicia, sea por negligencia, por corrupción, por prejuicios raciales y de género
o por clientelismo.
Violencia laboral
Violencia de género
Violencia racial
Bullying es una palabra que proviene del inglés bully, que significa
‘intimidación’. Se usa hoy en día para referir el acoso psicológico y físico que sufre
una persona en el ambiente estudiantil por parte de sus compañeros.
Se habla de ciberbullying cuando este acoso se hace por medio de las redes
sociales, en el que alcanza altos niveles de violencia psicológica potenciado por el
anonimato de internet.
La violencia contra mujeres y niñas acarrea costos –más allá del sufrimiento
no visible y del impacto en su calidad de vida y bienestar- que incluyen
aquellos costos que el sobreviviente y su familia deben asumir a nivel de salud
(física o mental), trabajo y finanzas, así como el efecto que ello tiene en los
niños. Se agrega a ello una selección de diez causas y factores de riesgo de
discapacidad y muerte para mujeres entre las edades de 15 y 44, la violación
y violencia doméstica consideradas con una incidencia superior al cáncer,
accidentes de tránsito, la guerra y la malaria (Banco Mundial, 1994). Como
ejemplos de tales costos y consecuencias tenemos: