El Pacificador

Una guía btblica a. la solución de

conflictos personales

Primera Edición

Ken Sande

RDM
Divisón de Misiones Foráneas de las Asa,bleas de Dios
Springfield, Missouri (,5804

'.
 @ 1991, 1997 por Kenneth Sande
A Corlette
RDM cuyo amor y estímulo me
Divisón de Misiones Foráneas de las Asambleas de Dios mantuvo escribiendo
1722 S. Glenstone¡ Suite163W
Springfield, Missouri 65804"; " ya Kris,
cuya perspicacia y buen sentido
Primera impresión en español, diciembre"2000 tanto contribuyó a este libro

Traducido por Guido Feliz

Impreso en los Estados Unidos de América

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser
"reproducida, almacenada en un sistema de recuperación, o transmiti-
da por cualquier forma o medios ~por ejemplo, electrónico, fotoco-
pia, grabación~ sin previo permiso escrito del editor. La única excep-
ción son breves citas para revistas de libro.

Las citas bíblicas provienen de la Santa Biblia, Revisión Reina- Valera,

1960.
 Contenido

Prefacio 9
Primera parte Glorifique a Dios
1 El conflicto provee oportunidades 19
2 Viva en paz 40 .
3 Confíe en el Señor y haga el bien 56
Segundaparte Saque la viga de su ojo
4 . ¿Vale la pena pelearse por esto? 74
5 Examínese a usted mismo 96
6 Libérese a usted mismo del pecado 113
Tercera parte Vaya y muestre al hermano su falta
7 Restaure amablemente al pecador 141
8 Hable la verdad en amor 156
9 LLeve consigo uno o dos testigos 179
Cuarta parte Vaya y reconcíliese
10 Perdone como Dios lo perdonó a usted 198
11 Considere también los intereses de los otros 218
12 Venza con el bien el mal 241
Conclusión: Compromiso del pacificador 251
Apéndice A: Lista de verificación del pacificador 254
Apéndice B: Formas alternativas de resolver disputas 261
Apéndice C: Principios de restitución 268

7
 •
Contenidos

Apéndice D: ¿Cuándo se debe ir al tribunal civil? 273

Apéndice E: Ministerios cristianos de conciliación 281

Notas 283
.Bibliografía 290
Índice de temas .292
Índice de personas 294
Índice de referencias bíblicas 295

Prefacio

'Mi interés en la pa<;:ificacióncreció conside.r.abl.emen-

te desde que me hice abogado. Cuando comencé
I 'mi carrera me sentía emocionado col! la expectati- .
'.1
,
;
va.de ayudar a la gente a resolver sus problemas y
a ponerse de acuerdo en sus disputas. Sin embargo, muy pronto
.... i
I
advertí que nuestros tribunales no están equipados para tratar
con el aspecto personal del confliCto . .El proceso de rivales está
diseñado para resolver conflictos legales, no para reconciliar a
, i
t
la gente o ayudarlas a cambiar de actitudes y de hábitos que
. i
i suscitan el conflicto. De hecho, las demandas legales aparta aun
. más a la gente y. a menudo arraiga en ellos las creencias y la
I conducta que dieron lugar a la controversia.
!
Deseando prevenir estos problemas y. ayudar a. la gente a .
hallar plenas soluciones' de sus conflictos, 'en 1982 comencé a
trabajar con Peq.cemaker Ministeries (ministerios del pacifica-
dor). Este ministerio ayuda a la gente a resolver sus disputas
fuera del tribunal en forma cooperativa en vez de antagónica
(véase el Apéndice E). El proceso de conciliación no sólo tiene el'
propósito de resolver asuntos legales sino también de promo-
ver paz genuina mediante la restauración de' las relaciones rotas
a
y por ayudar a la gente cambiar en formas constructivas.
Como conciliador, pronto descubrí que los aspectos per-

8 9
 Prefacio Prefacio

sonales del conflicto a menudo son más complicados que las rrollado una teología sisternática para la solución de conflictos
consideraciones legales. Interpretar un contrato puede ser de- que fácilmente puede ser aplicado en la vida diaria. Este modo
safiante, pero nada comparado a tratar con las actitudes yemo- de enfocar a la solución de conflictos puede resumirse en cuatro
ciones que llevan al conflicto y que emergen del conflicto. Ha- principios básicos:
llando poca ayuda en textos contemporáneos, me vi obligado a
Glorifique a Dios (1 Corintios 10:31). La pacificación bíblica
ahondar más en el libro que consecuentemente me proveyó con
está motivada y dirigida por el deseo de complacer y
una guía confiable: La Biblia. Cuando apliqué los principios del
honrar a Dios. Sus intereses, reputación, y mandamien-
pacificador expuestos en la Palabra de Dios, hallé que eran ex-
tos deben tener prioridad por encima de cualesquiera
traordinariamente efectivos en la compleja sociedad actual.
otras consideraciones. Este enfoque no sólo muestra
Como conciliador, he usado estos principios para resolver una
nuestro amor y respeto a Dios, sino que también nos pro-
amplia variedad de conflictos, incluyendo disputas sobre con-
tege de tomar decisiones impulsivas y egocéntricas que
tratos y asuntos laborales, divorcios, acciones que resultaron en
hacen aun peor los conflictos.
herida personal, desavenencia famiÜar, divisiones en la iglesia,
Saque la viga de su ojo (Mateo 7:5). La pacificación requiere
casos de malapráctica, desacuerdos entre el casero yel inquili-
encarar nuestras propias actitudes, faltas, y responsabi-
no, querellas en el vecindario, disputas de construcción, y con-
lidades antes de señalar al mal que han hecho otros. Pa-
troversias sobre bienes raÍCes.
sando por alto las pequeñas ofensas de los otros y hon-
Al mismo tiempo, aprendí que estos principios eran igual-
radamente admitiendo nuestras propias faltas, a menu-
mente efectivos en mi vida personal. Los mismos conceptos que
do estimulará respuestas semejantes de nuestros adver-
me capacitan para conciliar complicados asuntos legales me han
sarios y abrirá la vía a un diálogo franco, a la reconcilia-
ayudado a resolver desacuerdos con mi esposa, mis amigos, mis
ción, y a la negociación constructiva.
vecinos, y con contactos comerciales. He hallado que este es el
Vaya y muestre al hermano su falta (Mateo 18:15). A veces la
caso aun cuando estoy tratando con personas que no profesan
pacificación también requiere enfrentamiento construc-
ser cristianas. tivo. Cuando otros no aceptan responsabilidad por sus
Cuando compartí mis experiencias con John Hughes, íntimo
acciones, podría ser necesario que los encaremos en for-
amigo mío y miembro de mi junta de directores, él me animó a
ma amable pero firme. Si los tales rehúsan responder
escribir un libro que describiera estos principios y que explicara
debidamente, puede ser que necesitemos recurrir a ami-
cómo usarlos en los típicos conflictos de cada día. Al principio
gos honorables, a líderes de la iglesia, o a otros indivi-
me pregunté si tendría algo nuevo que decir al respecto. Pero
duos neutrales que puedan ayudar a restaurar la paz.
cuando en un caso tras otro vi la efectividad de estos principios,
Vaya y reconcíliese (Mateo 5:24). Finalmente, la pacificación
finalmente acordé en que sería conveniente ponerlos por escri-
implica uncompromiso a restaurar las relaciones rotas y
to en un libro. Sin embargo, yo no he hecho nada nuevo con este
a desarrollar acuerdos que son tanto justos como satis-
libro. Como escribiera C. S. Lewis, "la facultad de crear atribuida
factorios a las partes envueltas en el conflicto. El perdón
al ser humano me parece un término enteramente equívoco.
y la negociación de buena voluntad despeja el camino
Nosotros re-ordenamos los elementos que [Dios] ha provisto."l
de los escombros dejados por el conflicto y hacen posi-
Eso es lo que he hecho en este libro. He identificado, dispuesto,
ble la reconciliación y la verdadera paz.
explicado, e ilustrado los elementos esenciales de la pacifica-
ción que se hallan en la Palabra de Dios. En el trámite, he desa- Este libro muestra cómo estos principios pueden ser aplicados'

10 11
 •
Prefacio Prefacio

en el hogar, en el centro de trabajo, en la iglesia, yen el vecindario. se vieron envueltos en ellos.)

Entre otras cosas explica: Cuanto más usted estudie y aplique los principios divinos
del pacificador, tanto más verá cuán prácticos y poderosos Son.
Cómo usar el conflicto COInouna oportunidad de complacer Cuando se usan propianlente estos principios pueden despojar
y honrar a Dios. al conflicto de sus tendencias destructivas y convertirlo en una
Las dIferencias entre negociación, mediación, arbitraje, liti- oportunidad para hallar soluciones duraderas a serios proble'-
gio, y conciliación cristiana. mas, experimentar significante crecimiento personal, profundi-
Por qué usted puede confiar en que Dios. lo ayudará aun en zar las relaciones, y, lo mejor de todo, conocer a Dios y disfrutar
los conflictos más difíciles. . de Él en una forma nueva y vibrante. Es mi esperanza que este
Cuándo es apropiado simplemente pasar por alto una ofensa. libro aliente este proceso en su vida y le permita experimentar
Cuándo y cómo defender sus derechos. el gozo y la satisfacción que vienen de ser "unpacificador.
Cómo confesar honrada y efectivamente el mal que se ha
hecho. Ken Sande
Cuándo es necesario pagar restitución.
Cómo cambiar las actitudes y los hábitos que llevan al con-
flicto.
Cuándo es apropiado encarar a otros respecto a su conducta
pecaminosa.
Cómo hacer frente a otros en forma efectiva.
Cuándo y cómo pedir a otras personas o a los líderes de la
iglesia que intervengan en un conflicto.
Cuándo y cómo perdonar a otros y obtener una genuina re-
conciliación.
Cómo negociar arreglos justos y razonables.
Cómo tratar con personas que rehúsan ser razonables.
Conforme usted aprende a tratar con estos asuntos en la for-
ma bíblica, desarrolla un enfoque enteramente nuevo para re-
solver conflictos. En vez de reaccionar a las disputas de una
manera confusa, defensiva, o airada, usted puede aprender a
mallejar el conflicto con confianza y constructivamente. Estelibro
describe los principios que se requieren para un manejo efecti-
vo de los conflictos y provee numerosas ilustraciones de cómo
estos han sido empleados de manera eficaz en la solución de
disputas y demandas legales. (Las incidencias personales que
se refieren en este libro se basan en situaciones de la vida real,
pero los nombres de las personas y algunos hechos notables han
sido cambiados con el fin de proteger la privacidad de quienes

12 13
 ~ "MIl "r 'lillM~

PRIMERA PARTE

Glorifique a Dios
Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa,
hacedlo todo para la gloria de Dios.

1 Corintios 10:31

C
uando alguien se me opone o me maltrata, mi instin
tiva reacción es dedica,!"'toda mI,'energía a defender
me y a derrotar a mi adversario. Esta auto-absorben-
te actitud por lo general suscita más problemas. Cuan-
do sigo mis sentimientos, es probable que haga impulsivas deci-
siones que a menudo ofenden a mi oponente y empeoran las cosas.
He hallado que la mejor manera de contrarestar esta tenden-
cia es poner mis ojos fuera de mí mismo y enfocarlos en Dios.
Como se enseña en Colosenses 3:1,2, l/si, pues, habéis resucita-
do con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sen-
tado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba,
no en las de la tierra". Este enfoque es especialmente útil cuan-
do se trata con conflicto. Cuando doy la primera prioridad a los
intereses y mandamientos de Dios, irivariablemente veo las cosas
15
 Los Pacificadores
claras y respondo mucho más sabiamente a los problemas. Dos
de mis primeros clientes aprendieron lo mismo después de que
se vieran envueltos por meses en costosos litigios.
Deficiencias en la construcción de la nueva residencia de Es-
teban había resultado en una demanda legal, una con-
trademanda, meses de indagaciones legales, y miles de dólares
en honorarios de abogados. Durante una deposición, uno de los
abogados finalmente comprendió que había una contradicción:
dos prominentes hombres de negocio, ambos cristianos, aumenta-
ban cada vez más su enojo y hostilidad a medida que cada uno
trataba de justificar sus propias acciones y enfocar las faltas del
otro. La preocupación del abogado lo llevó a proponer que ambos
hombres sometieran su disputa a la con~iliación cristiana.
Aunque inicialmente el otro abogado de la contraparte se
mostró renuente a la sugerencia, Esteban y Guillermo (el cons-
tructor) eventualmente acordaron reunirse con un panel de con-
ciliadores cristianos, integrado por un constructor, un comer-
ciante, y un abogado. Al principio el progreso era lento; cada
hombre rechazó admitir gran responsabilidad personal en el caso
y culpó al otro de la mayoría de los problemas ..Los concilia~~-
res inspeccionaron la nueva vivienda y determIn~ron la l:glt~-
midad de algunas de las quejas de Esteban. Aun aSI ambos IndI-
viduos se mantuvieron a la defensiva y en desacuerdo en cuan-
to a cómo valorar el daño y hacer las reparaciones.
A despecho del desalentador progreso, los conciliador~s se
mantuvieron trabajando. Pidieron a cada hombre que dedIcara
tiempo a estudiar específicos pasajes de las Escrituras y a ora-
ción acerca de su responsabilidad por el problema. Cuando po-
cos días después Dios comenzó a obrar en sus corazones,
Guillermo comenzó a ver que su conducta no complacía ni hon-
raba al Señor. Reconoció además que estaba dando a su aboga-
do y a su propia familia un terrible, ejemplo de cóm?/ un cristi~-
no debe tratar con conflictos. Esta nueva comprensIon condujo
a un cambio de actitud y a un extraordinario e importante des-
cubrimiento en la próxima reunión.
Momentos después de comenzar la reunión, Guillermo pi-
dió permiso para hacer una declaración. Él admitió que había
defectos en la vivienda, y confesó que había agravado el proble-
16
Glorifique a Dios
ma por su displicencia ante las quejas de Esteban. Procedió lue-
go a explicar cómo le gustaría reparar el inmueble y mostrar a
Esteban la lista de verificación que había preparado para preve-
nir problemas similares en proyectos futuros.
La declaración de Guillermo tuvo un profundo efecto en Es-
teban. Suavizó su expresión y dijo: "Esto ha sido más falta mía
que tuya. Soy demasiado perfeccionista, y mi esfuerzo por co-
municarme contigo ha sido en realidad pésimo. Mi esposa pue-
de decirte cuán quisquilloso puedo ser. Pienso que necesito más
tu perdón que tú el mío." Al cabo de meses de hostil litigación y
semanas de frustrante mediación, cada uno estaba asombrado
del completo acuerdo a que las partes habían llegado. Esteban y
Guillermo se perdonaron viejas ofensas y comenzaron a elabo-
rar un plan para reparar la vivienda y compensar los gastos.
Uno de los conciliadores aun ofreció donar algunos de los ma-
teriales que se emplearían en la reparación del inmueble.
El asunto, sin embargo, no terminó allí. Guillermo se discul-
pó ante la esposa de Esteban por la inconveniencia y la tensión
que él le había causado. Ambos también se reconciliaron. Más
tarde, cuando ocurrieron imprevisibles demoras en las repara-
ciones y los conciliadores se proponían aconsejar a Guillermo a
trabajar más diligentemente, Esteban sorprendió a todos por salir
en defensa de Guillermo. En vez de criticar la tardanza como lo
había hecho al principio, Esteban explicó por qué la demora era
razonable y pidió a los conciliadores que no molestaran a Guillermo.
El cambio de actitud de Guillermo había también tenido un
poderoso efecto en su abogado. El día después de haberse re-
suelto la disputa, devolví algunos documentos a la oficina del
abogado. Viéndome él en la sala de espera, me pidió que entra-
ra a su oficina. Cuando me dijo que cerrara la puerta, pensé que
se quejaría por la manera en que el caso había terminado. En
vez de eso me dijo: "¿Qué pasó en la reunión de ayer? Por más
de un año he visto a esos dos hombres pelearse, y sé cuán
amargados estaban. Pero cuando Guillermo vino a hablar con-
migo esta mañana, su actitud había cambiado completamente.
Me dijo que Dios lo había ayudado a reconocer su falta en la
situación, y me explicó las reparaciones que se propone hacer. Cuan-
17
 Los Pacificadores

do le mostré lo malo que había hecho Esteban, Guillermo salió en

su defensa. ¡Nunca he visto cosa semejante a ésta!"
Cuando concedí razón a Guillermo por atribuir a: Dios los
cambios producidos, el abogado me dijo: "Bueno, presumo que
tenía que ser Dios; yo sé que ninguno de estos hombr.es hubiera
cedido al otro ni una pulgada en este asunto."
Al mostrar interés en los mandamientos y el buen nombre de
Dios, Guillermo y Esteban habían resuelto su disputa y restau-
rado importantes relaciones. Aun más, ellos habían dado honra
1
y gloria a Dios y mostrado al menos el uno al otro cuán bueno y
poderoso es el Señor.

El-conflicto provee
oportunidades

"Bien, buen siervo y fiel"

Mateo 25:21

n 1986 me hallaba excursionando con tres amigos. en

las montañas de Beartooth en el sur de Montana. Era
principio del verano, y las aguas corrientes estaban aun
henchidas de nieve derretida. Diez millas dentro de las
montañas llegamos a un río donde el puente había sido arrasa-
do. El agua era profunda y helada. Había un lugar por donde
podríamos haber cruzado por brincar de roca en roca, pero eso
habría significado correr el riesgo de caer en las chorreras.
Mientras permanecíamos allí tratando de decidir qué hacer,
se presentaron tres diferentes perspectivas. Uno vio la corriente
como un peligroso obstáculo. Temeroso de qU,euno de nosotros
cayera en la corriente y que fuera arrastrado por ella, propuso
devolverse y buscar otro carnina. Otro amigo vio la corriente

19
18

Glorifique a Dios
como un medio de mostrar cuán fuerte era. Quería cruzar por
'en medio del agua sin importarle que tuviera que permanecer
rnojad"o y frío por unas pocas horas. Pero dos de nosotros vimos
la corriente como un interesante desafío. Estudiamos las rocas
que llevaban al otro lado y determinamos dónde necesitaría-
mos puntos de apoyo adicional. Hallando un árbol caído en el
bosque, lo pusimos a lo largo del mayor "espacio entre las rocas.
En este punto, nuestros dos amigos comenzaron a cooperar
con nosotros. Trabajando juntos, nos las arreglamos para hacer
que uno pasara a la otra orilla. Entonc~s dos de nosotros perma-
necimos sobre rocas en medio de la corriente y los-paquetes fue-
ron pasados al otro lado. Uno por uno, brincamos de una roca a
la otra, siendo auxiliado por el que iba delante. No mucho des-
pués, todos nos hallábamos lejos en la otra" margen, perfecta:-
mente setos, y eufóricos por lo que habíamos hecho.
He advertido que la gente ve el conflicto en forma muy pare-
cida a como mis amigos y yo veíamos esa corriente acuática. "
Para algunos, el conflicto es algo que amenaza con arrancarlos
de sus pies y dejarlos magullados y heridos. Para otros, es un
obstáculo que deben conquistar rápida y firmemente. Pero unas
pocas personas han aprendido que el conflicto es una oportuni-
dad para resolver problemas comunes en forma tal que honre a
Dios y ofrezca beneficios a quienes se ven envueltos en él. Como
verá, el últi-mo punto de vista puede transformar la manera en
que usted responde al conflicto.
Resbaladiza loma del conflicto
~ Hay tres maneras básicas en que la gente responde al conflicto.
Estás respuestas pueden ilustrarse con una curva que semeje
una colina. En la ladera izquierda hallamos las respuestas de escape
del conflicto. En la derecha encontramos las respuestas de ataque. Y
en el centro hallamos las respuestas de conciliación del conflicto.
Imagine que esa colina está cubierta de hielo. Si usted va de-
"masiado rápido a la izquierda o a la derecha puede perder el
.equilibrio y resbalar por la pendiente. D~ manera similar, cuan-
do usted "entra en conflicto, es fácil que se convierta en defensi-
20
•
El co~icto provee oportunidades
",1
T[
va o antagonista. Ambas respuestas empeoran las cosas y pue-
de llevar a más extremas reacciones.
Afortunadamente, hay dos cosas que usted puede hacer para
permanecer en la cima de esta resbalosa colina: puede aprender a
resistir la natural inclinación al escape o al ataque cuando se en-
frenta al conflicto, y puede desarrollar la capacidad de usar la res-:-
puesta de conciliación que mejor cuadre a la solución de un parti-
cular conflicto. Veamos con más detalles todas las respuestas.
Respuesta de escape
Las tres respuestas" que se h~llan en el lado izquierdo de la
resba~adiza pendiente se denominan respuestas de escape. La
gente tiende a usar estas respuestas cuando tienen más interés
en prevenir ~l conflicto que en resolverlo. Esta actitud es común
en la iglesia porque muchos cristianos creen que todo conflicto
es malo o peligroso. Creyendo que los cristianos deben siempre
estar de acuerdo, o temiendo que ~l conflicto inevitablemente"
dañará las relaciones, estas personas por lo general hacen una
de tres cosas para escapar del conflicto:
" Negación. Una vía de escape del conflicto es pretender que este
no existe. Otra vía es rehusar hacer lo que se debe para resolver el "
conflicto propiamente. Estas respuestas producen sólo alivio tem-
poral y de ordinario empeoran las cosas (véase 1 SamueI2:22-25).
21

Glorifique a Dios
Escape. Otra vía de escape del conflicto es huir de él. Esto
puede significar poner fin a una amistad¡ dejar un empleo, plan-
tear una demanda de divorcio, o cambiar de iglesia. Escape pue-
de ser una legítima respuesta en extremas circunstancias cuan-
do es imposible resolver el conflicto en forma constructiva (véa-
se 1 Samuel19:9,10). Sin embargo, en la mayoría de los casos, la
huida sólo pospone una adecuada solución del problema (véa-
se Génesis 16:6-8).
Suicidio. Cuando la gente pierde toda esperanza de resolver
un conflicto, puede buscar un escape a la situación (o dar un
desesperado grito por ayuda) por intentar privarse de su pro-
pia vida (véase 1 Samuel 31:4). El suicidio nunca es la manera
debida de tratar con el conflicto. Trágicamente, sin embargo, en
los Estados Unidos el suicidio ha venido a ser la segunda entre
las causas principales de muerte entre los adolescentes, en par-
te porque nuestros hijos jamás han aprendido cómo tratar
constructivamente con el conflicto.
Respuestas de ataque
Las tres respuestas que se hallan a la derecha de la resbaladiza
colina se denominan respuestas de ataque. Estas respuestas son usa-
das por personas que están más interesadas en ganar el conflicto
que en preservar la relación. Esta actitud es vista en quienes,
consideran el conflicto como una competencia o una oportuni-
dad para afianzar sus derechos, controlar a otros, y tomar ven-
taja de su situación. Las respuestas de ataque no sólo son usa-
das por personas fuertes y confiadas, sino también por quienes
se sienten débiles, temerosos, inseguros, o vulnerables. Sea cual
fuere la causa, estas respuestas tienen el objeto directo de ejer-
cer sobre el adversario tanta presión como sea necesaria para
anular su reclamo y eliminar la oposición.
Litigación. Algunos conflictos pueden legítimamente ser lle-
vados ante un juez civil con elfin de buscarles solución (véase
Hechos 24:1-26:32; Romanos 13:1-5). Sin embargo, las deman-
das legales por lo general dañan las relaciones y a menudo no
prosperan en su objetivo de alcanzar plena justicia. Es, más, a
los cristianos se les exhorta a resolver sus diferencias en la igle-
22
El conflicto provee oportunidades
sia antes que en los tribunales (1 Corintios 6:1-8). En consecuen-
cia, es importante hacer todo esfuerzo por resolver una disputa
fuera del tribunal donde qu.iera que esto sea posible (Mateo
5:25,26).
Agresión. Algunos tratan de vencer a un oponente mediante el
empleo de varias formas de fuerza o intimidación como ataques
verbales (chisme y vulgaridad, inclusive), violencia física, o es-
forzándose por perjudicar económicamente o profesionalmente
a una persona (véase Hechos 6:8-15). Tal conducta empeora
siempre los conflictos.
Asesinato. En casos extremos, la gente puede estar tan desespe-
rada por ganar una disputa que tratará de matar a aquellos que se
le oponen (véase Hechos ,7:54-58).Mientras la mayoría de los cris-
tianos no matarían a nadie, jamás debiéramos olvidar que penna-
necemos culpables a los ojos de Dios cuando abrigamos enojo o
desprecio en nuestro corazón hacia otros (véase Mateo 5:21,22). •
Hay dos maneras en que la gente se mueve dentro dela zona de
ataque. Algunos recurren a una respuesta de ataque al minuto que
entran en conflicto. Otros se mueven dentro de esa zona después
que han tratado infructuosamente de escapar al conflicto. Cuando
no pueden más desdeñar el problema, encubrirlo, o huir de él, se
van al otro extremo y atacan a aquellos que se le oponen.
Respuestas de conciliación
Las seis respuestas halladas en la cima de la colina resbaladi-
za se denominan respuestas de conciliación. Estas respuestas
son específicamente ordenadas por Dios y tienen el propósito
básico de hallar justas soluciones a un conflicto que complazca
a,las partes por igual. Las primeras tres respuestas de concilia.,.
ción podrían describirse como "pacificación personal", porque
pueden resolver el conflicto en forma personal y privada, eso
es, sólo entre usted y la otra parte.
Pasar por alto la ofensa. Muchas disputas son tan insignificantes
que podrían resolverse por deliberadamente no hacer el menor caso
de una ofensa y por perdonar al ofensor. "La cordura del hombre
detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa" (Proverbios
19:11;véase 12:16; 17:14;Colosenses 3:13; 1 Pedro 4:8).
23
 Glorifique a Dios
Discusión. Si una ofensa personal es demasiado seria para hacer
~ Interesantes tendencias en la pendiente
caso omiso de ella, debe resolverse mediante confesión o amable
enfrentamiento. "Si... te acuerdas de que tu hermano tiene algo con-
tra ti... , anda, reconcíliate primero con tu hermano" (Mateo 5:23,24;
véase Proverbios 28:13). "Si tu hermano peca contra ti,véyreprénde-
le estando tú y él solos" (Mateo 18:15;véase Gálatas 6:1-3).
Negociación. Asuntos substanciales relacionados con dinero,
propiedad, u otros derechos, deben resolverse mediante un pro-
ceso de negociación por el cual las partes buscan llegar a un
acuerdo que satisfaga sus respectivas y legítimas necesidades.
"No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual tam-
bién por lo de los otros" (Filipenses 2:4).
Cuando una disputa no puede ser resuelta a través de una de
las respuestas de pacificación, usted debe usar una de las tres
"respuestas de asistencia". Estas requieren la participación en
ella de otras personas de la iglesia o de la comunidad.
Mediación. Sidos cristianos no pueden llegar a un acuerdo en
privado, deben pedir que una o dos personas más se reúnan
con ellos a fin de ayudarlos a comunicarse más efectivamente y
a explorar posibles soluciones. "Si no te oyere, toma aún contigo
a uno o dos'l (Mateo 18:16). Estos mediadores pueden hacer pre-
guntas y dar consejo, pero no pueden forzarlo a que acepte una
particular solución.
Arbitraje. Cuando usted y un oponente no pueden llegar vo-
luntariamente a un acuerdo sobre un asunto substanciat debe
nombrar uno o más árbitros que escuchen sus alegatos yofrez-
can una imparcial decisión para resolver el asunto. En 1 Corintios
6:1-8, Pablo indica que esta es la manera en que los cristianos
.deben mutuamente resolver aun sus conflictos legales. "Si, pues,
tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los
que son de menor estima en la iglesia?" (1 Corintios 6:4).
Disciplina eclesiástica. Si una persona que profesa ser cristiana
rechaza ser reconciliado y hacer lo que es recto, se debe pedir la
formal intervención de los líderes de su iglesia para instar al
arrepentimiento, a la justicia, y al perdón. l/Si no los oyere a ellos,
dilo a la iglesia" (Mateo 18:17).
24
El ccinflicto provee oportunidades
La colina resbaladiza revela varias interesantes tendencias res-
pecto de las diversas respu'estas a un conflicto. Cuando nos mo-
vemos de la pendiente izquierda a la derecha (a semejanza de
las manecillas del reloj), nuestras respuestas tienden a ir de lo
privado a lo público. Cuando no podemos resolver el asunto
mediante una respuesta privada, mayor número de. personas
deberán envolverse, sea que busquemos con ello la mediación,
el arbitraje, la disciplina eclesiástica, o aun litigación para resol-
ver una disputa.
Moverse de izquierda a derecha en la curva implica también un
movimiento de las soluciones consensuales a las coercitivas. En
todas las respuestas en el lado izquierdo de la curva, ~el suicidio a
la mediación, las partes deciden su propia solución. En el arbitraje.
yen las respuestas de ataque, otros imponen un resultado. Esto
usualmente es menos aceptable a las partes envueltas en un con-
flicto.
Además, las extremas respuestas a un conflicto resultan en
mayores pérdidas. Cada respuesta a un conflicto cuesta a usted
algo; usted deberá ceder alguna cosa para ganar otra. Las res-
puestas de pacificación personal generalmente producen el in-
tercambio más "rentable"; losbeneficios de su solución por lo
general son el tiempo y la energía que usted invierte en llegar a .
un acuerdo, especialmente desde el punto de vista espiritual.
Cuanto más se mueva usted de esta zona en cualquiera direc-
ción, tanto mayor serán sus pérdidas, sea de tiempo, dinero,
esfuerzo, relaciones, o limpia conciencia.
Hay también tres paralelos dignos de notarse entre los dos
lados de la colina resbaladiza. Ambos extremos del espectro lle-
van a la muerte, sea por suicidio o por asesinato, que son cre- .
cientes problemas en nuestra cultura. De idéntica manera, la
agresión y el escape a menudo vienen juntos en la clásiCa con-
ducta del IIdalfescapar", que en uno u otro caso evita que se
trate con las causas subyacentes del conflicto. Finalmente, la
litigación es a menudo nada más que "profesional asistencia de
negación". Cuando usted entra al sistema legal de los adversa-
25
 Glorifique él Dios
rios, se espera que su abogado lo presente a usted como inta-
chable y pinte en cambio a su oponente como enteramente res-
ponsable por el problema-que rara vez es el caso. . ción, aun pretendiendo que el conflicto no existía o rehusando
Hay además algunos interesantes contrastes entre las dIversas
respuestas a un conflicto. Primero, hay una diferencia de enfoque.
Cuando recurro a una respuesta de escape, generalmente estoy
enfocando en "1m mismo". Busco lo que es fácil, conveniente, o no
amenazante para mí. Cuando me valgo de una respuesta de ata-
que, generalmente estoy enfocándolo a "usted", culpándolo a us-
ted, y esperando que usted se rinda y resuelva el problema. Cuan-
do uso una respuesta de conciliación, mi enfoque está en "noso-
tros". Estoy consciente de los intereses de cada uno envuelto en la
disputa, especialmente los de Dios, y asumo.mi parte de respon:-
sabilidad 'en la solución del problema.
El asunto de las metas revela una segunda diferencia entre
las diversas respuestas. La gente que recurre a las r,espuestas de
. escape generalmente intentan hacer" falsas paces" o procuran.
que las cosas luzcan buenas aun cuando no lo son. (Esto es es~
pecialmente común en la iglesia, donde a menudo la gente esta
más interesada en la apariencia que en la realidad de la paz.)
Quienes recurren a las respuestas de ataque están prontos a rom-
per la paz. Están más que deseosos de sacri!icar la paz y la uni-
dad para obtener lo que quieren. Los que usan las respuestas de
conciliación en un conflicto están del todo resueltos a hallar la
"pacificación" por todo el tiempo que sea necesario para alcan-
zar verdadera justicia y genuina armonía con otros.
Finalmente, hay diferentes resultados. Cuando una persona
humildemente persigue las respuestas de conciliación a un con-
flicto, hay una mayor probabilidad de que eventualmente vea
la reconciliación. Por el contrario, tanto las respuestas de escape
como las de ataque en un conflicto casi inevitablemente resulta ~
en BDSR: bese y despida a su relación. . Conforme seguimos hablando de su relación, ellas comenza-
Las diferentes respuestas a un conflicto y sus dinámicas aso-
ciadas se me hicieron dramáticamente obvias en el primer con-
flicto de familia que concilié. Se me pidió que ayudara a siete
hermanos y hermanas adultos a resolver una disputa de
guardianía sobre si debían dejar a su anciana madre en su ho-
26
El conflicto provee oportunidéldl's
gar O internarla en un centro de retiro. Cinco de los hermanos
estaban haciendo todo lo que podían por escapar de la situa-
juntarse con los otros para hablar al respecto. Los otros dos se
atacaban intensa y frecuentemente, insultando sus respectivas
familias y 'amigos y peleando en el tribunal para obtener control
a través de la guardianía legal.
El primer paso para resolver la disputa fue ayudar a las par-
tes a cambiar la manera en que habían respondido a la situa-
ción ..Los cinco hermélnos que habían tratado de escapar al pro-
blema rápidamente vieron los beneficios de la mediación yacor-
daron reunirse. Las otras dos hermanas consintieron a
regañadientes en la mediación, pero contüiuaron atacándose mu-
tuamente durante nuestras reuniones, acusándose unos a los otros
de abrigar impropios motivos, y demandando soluciones opues-
tas. Nuestra inversión de tiempo y energía no estaba produciendo
buenos' resultados, y las relaciones se deterioraban cada vez más.
Finalmente pedí hablar en privado con las dos hermanas para
ayudarlas a discutir las ofensas personales que obviamente da-
~an pábulo a la pendencia. Poniendo a un lado por el momento
el asunto de la guardianía, las ayudé a examinar las actitudes y
conducta de una para con la otra. Conforme estudiábamos al-
gunos pertinentes pasajes de la Biblia, el Señor comenzó a obrar
en sus corazones. Después de unos treinta minutos, la real cau-
sa del conflicto finalmente afloró. Casi veinte años antes, una de
las mujeres había dicho algo que había herido profundamente a
la otra. La hermana ofendida había tratado de simular que no
había, sido herida, pero 'le era imposible evitar recurrir al insul-
to, y su actitud era constantemente ponzoñosa. En consecuen-
cia, se oponían una a la otra en cualquier cosa, aun si se tratara
del cuidado de su madre.
ron a tratar con honradez sus sentimientos y acciones. Recono-
cieron cómo habían estado deshonrando a Dios e hiriendo a otras
personas. Cuando Dios abrió sus corazones, ellas confesaron sus
pecados y se perdonaron también. Con llanto, se abrazaron por
primera vez en veinte años. Pronto se unieron a sus hermanos y
27
 4
.1
Glorifique él Dios
hermanas y les explicaron lo que había sucedido. En cinco mi-
nutos los siete hermanos acordaron que su madre se sentiría
feliz en su propio hogar, yen otros quince minutos negociaron tU1
programa para atenderla. Como usted puede imaginar, cuando esa
noche ellos dieron las nuevas a su madre, esta se sintió más gozosa
por la reconciliación de sus hijos que por el arreglo que habían he-
cho respecto de la atención que le darían mientras viviera.
Punto de vista bíblico del conflicto
Muchos de los problemas relacionados con las respuestas de
escape y de ataque al conflicto pueden ser prevenidas si usted apren-
de a verlo desde el punto de vista bíblico y a responder también a
él de esa manera. En su Palabra, Dios ha explicado cuál es la causa
de los conflictos y cómo debemos encararlos. Cuanto más com-
prendemos y obedecemos lo que Dios enseña al respecto, tanto
más efectivos seremos en la solución de nuestros desacuerdos con
otras personas. A continuación se ofrecen unos pocos principios
básicos implícitos en la perspectiva bíblica del conflicto.
Comencemos nuestra discusión definiendo el conflicto como
"una diferencia de opinión o de propósito que frustra las metas
o los deseos de alguno". Tal definición es bastante amplia como
para incluir en ella inocuas variaciones en el gusto, como sería
el deseo de un cónyuge de pasar las vacaciones en las montañas
y la preferencia del otro por pasarlas en la playa; así como dis-
cusiones hostiles que susciten pleitos, pendencias, demandas
legales, o divisiones en la iglesia.
La Biblia no enseña que todos los conflictos son malos; al con-
trario, ella enseña que algunas diferencias son naturales y bene-
ficiosas. Dado que Dios nos ha creado como individuos únicos,
los seres humanos a menudo tienen diferentes opiniones, con-
vicciones, deseos, perspectivas, y prioridades. Muchas de estas
diferencias no son buenas o malas en si, sino el resultado de la
diversidad y de las preferencias personales dadas P9r Dios.
Cuando se manejan propiamente, los desacuerdos en esas áreas
pueden propiciar el diálogo productivo, fomentar la creativi-
dad, promover un cambio útil, y generalmente hacer la vida
28
---1
~ _ ,1
El conflicto provee oportunidCldes
más interesante. En consecuencia, aunque debemos buscar la
unidad en nuestras relaciones, no debemos exigir la uniformidad
(véase Efesios 4:1-13). En vez de prevenir todos los conflictos' o
pretender que otros siempre acuerden con nosotros, debemos
gozarnos en la diversidad de la Creación de Dios y aprender a
aceptar a quienes simplemente ven las cosas en forma diferente
a como nosotros las percibimos, y a trabajar también con ellos
(véase Romanos 15:7;compárese además con Romanos 14:1-13).
Sin embargo, no todo conflicto es neutral o beneficioso. La
Biblia enseña que muchos desacuerdos son resultado directo de
motivos y conductas pecaminosos. Como leemos en Santiago
4:1,2, "¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre voso-
tros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vues-
tros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envi-
dia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo
que deseáis ... " Cuando un conflicto es el resultado de deseos y
acciones pecaminosos que son demasiado serios para pasarlos
por alto, debemos encararlo de una manera firme y resuelta. Es
por esto que Cristo dijo: "Si tu hermano peca contra ti, vé y re-
préndele estando tú y él solos" (Mateo 18:15). Un amoroso en-
frentamiento es a menudo la clave del arrepentimiento, lo que
puede desarraigar las causas del conflicto y despejar la vía ha-
cia la paz auténtica.
Más importante aun, la Biblia enseña que no debemos ver el
conflicto ni como una inconveniencia ni como una ocasión para
obtener una ganancia egoísta, sino más bien como una oportu-
nidad de mostrar la presencia yel poder de Dios. Esto es lo que
Pablo dijo a los cristianos en Corinto cuando las disputas de Índole
religiosa, legal, y dietética amenazaban con dividir la iglesia:
"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo
para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentí-
- les, ni a la iglesia de Dios; corno también yo en todas las cosas
agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de
muchos, para que sean salvos. Sed imitadores de mí, así corno
yo de Cristo" (1 Corintios 10:31-11:1).
Este pasaje presenta un radical punto de vista del conflicto;
nos estimula a ver el conflicto como una oportunidad de glorifi-
car a Dios, de servir a otros, y de crecer a la semejanza de Cristo.
29

Glorifique a Dios
A primera vista esta perspectiva podría parecer ingenua o simple,
especialmente a cualquiera que esté envuelto en un conflicto,
Sin embargo, como usted notará, este punto de vista puede ins-
pirar extraordinarias respuestas prácticas al conflicto. Estas res-
puestas serán descritas pormenoriza mente más adelante en este
libro, pero sería útil darles un vistazo ahora.
Glorifique a Dios
El conflicto siempre provee una oportunidad de glorificar a Dios,
eso es, honrarlo y alabarlo. En particular el conflicto da a usted la
oportunidad de mostrar a Dios que lo ama, lo respeta, y confía en
él. A la vez, le permite mostrar a otros que. Dios es generoso, sabio,
poderoso, y fiel. Usted puede hacer esto de varias maneras.
Primero, usted puede cOllfiar ell Dios. En vez de rendirse por
las presiones del conflicto y tratar de resolver las cosas según su
propio criterio, usted puede decidir descansar en la gracia de
Dios y depender de los principios que se enseñan en su Palabra
(Proverbios 3:5-7). En el capítulo tres examinaremos las bases
de esta confianza y veremos cómo a través de los siglos los cris-
tianos han demostrado su eficacia.
Segundo, usted puede obedecer n Dios. Una de las más poderosas
maneras de glorificar a Dios es hacer lo que Él manda (Mateo 5:16;
Juan 17:4).Como Cristo dijo, "en esto es glorificado mi Padre, en
que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos" auan 15:8).Este
principio se pone aun de manifiesto en el Padrenuestro, donde
Cristo indica que el nombre de Dios es "santificado" --eso es, gran-:
demente reverenciado-- cuando su "voluntad [es] hecha en la tie-
rra como en el cielo" (Mateo 6:9,10; compárese con el Salmo 23:3;
Filipenses 1:9,10). La obediencia de los mandamientos de Dios
muestra que usted lo ama y confía en él. Cristo ilustró en forma
draInática la relación que hay entre el amor y la obediencia. En la
cultura hebrea, una manera de enfatizar un punto era decirlo dos o
tres veces. Así, repetir algo cinco veces le daba gran peso. Esto fue
exactamente lo que Cristo hizo cuando dijo: "Si me amáis, guar-
dad mis mandamientos .... El que me ama, mi palabra guardará .... El
que no me ama, no guarda mi palabra~ ...Para que el mundo co-
nozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago"
(Juan 14:15-31; compárese con 1 Juan 5:3 y 2 Juan 5-6).
30
El conflicto provee oportunidades
Tercero, usted puede imitar a Dios. En vez de seguir los modelos
del mundo cuando se encara al conflicto, usted debe seguir la ex-
hort~ción de Pablo a ser "imitadores de Dios como hijos amados"
(EfeSIOS5:1;1Juan 2:6).Como veremos a través de este libro, cuan-
do se halle env~elto e~ un conflicto habrá muchas oportunidades
de que uste? sIga el eJemplo de Cristo de amar a sus enemigos,
orar por qUIenes lo ultrajan, y hacer bien a quienes lo persiguen
(véase Salmo 103:9,10; Lucas 6:27,28,35,36; 23:34).
Cada vez que usted se encuentre en un conflicto, tiene una
oportunidad ~e mostrar lo que realmente piensa de Dios. Si us-
ted confía en El, le obedece, e imita, mostrará que lo ama "con
todo su corazón, con toda su alma, y con toda su mente" (Mateo
22:37). Esto honra a Dios y muestra a otros cuán 'digno es Él de
su devoción. Este principio fue poderosamente ilustrado en la
vida del apóstol Pedro. Poco antes de ascender al cielo, Cristo
advirtió a Pedro que sería ejecutado por su fe. En Juan 21:19 se
nos dice que Jesús dijo eso "dando a entender con qué muerte
había [Pedro] de glorificar a Dios". ¿Cómo glorificaría Pedro a
D.ios por mor~r? Pues mostraría así que Dios es tan excelso y
?Igno ~e confIanza y sus caminos son tan perfectos que es me-
Jor monr que volverle la espalda o desobedecer sus mandamien-
tos (compárese con Daniel 3:1-30; 6:1-28: Hechos 5:17-42;6: 8-7:60).
P~dro estaba deseando pagar el más alto precio posible, su vida
ffilsma, para mostrar cuánto amaba él a Dios y confiaba en Él.
El glorificar a Dios lo beneficiará a usted también, especial-
men~e cuando está envuelto en un conflicto. Muchas disputas
C?mIenZan o empeoran porque una o ambas de las partes se
nnden a sus emociones y dicen o hacen cosas de las que más
tarde se lamentan. Cuando usted se conce'ntra en la confianza,
en la obediencia, y en la imitación de Dios, es menos propenso a
trop~zar en, el camino. Como se lee en el Salmo 37:31, "la ley de
su DIOSesta en su corazón; por tanto, sus pies no resbalarán".
El otro beneficio de un enf,oque centrado en Dios para resol-
ver un conflicto es que usted viene a ser menos dependiente de
los resultados. Aun si otros rehúsan responder positivamente a
sus esfuerzos para hacer la paz, usted halla consuelo y estímulo
en saber que Dios está complacido con su obediencia. Ese cono-
cimiento puede ayudarlo a perseverar en situaciones difíciles.
31
 Glorifique a Dios
Es importante comprender que si no "glorifica a Dios" cuan-
do usted está envuelto en un conflicto, inevitablemente glorifi-
cará a alguien o a alguna cosa más. Por sus acciones usted mos-
trará que tiene a un gran Dios o que tiene un gran ego y grandes
problemas. Para decirlo de otro modo, si usted no pone sus ojos
en Dios, indefectiblemente los pondrá en usted mismo y en su
voluntad, o en otras personas yen la amenaza de su voluntad.
Una de las mejores maneras de mantener su mira en el Señor
es hacerse de continuo esta pregunta: ¿Cómo puedo yo complacer
y honrar a Dios en esta situación? Este pensamiento rigió la vida y
el ministerio de Cristo. "Porque no busco mi voluntad, sino la
voluntad del que me envió" (Juan 5:30). "El que me envió, con-
migo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siem-
pre lo que le agrada" (Juan 8:29). El rey David se"sintió motivado
con el mismo deseo cuando escribió: "Sean gratos los dichos de
mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová,
roca mía, y redentor mío" (Salmo 19:14).
Cuando complacer a Dios es más importante que complacer-
.se a usted mismo, confiar en Él, obedecerle, e imitarlo se hace
cada vez más natural. Esta actitud y conducta glorifica a Dios y
crea la atmósfera para un acercamiento constructivo al conflicto.
Sirva a otros
Como Pablo recordó a los corintios, el conflicto provee tam-
bién la oportunidad de servir a otros. Desde la perspectiva mun-
dana esto suena a absurdo, pues el mundo dice "procura ser el
primero". Pero Cristo dice" amad a vuestros enemigos, haced
bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y
orad por los que os calumnian" (Lucas 6:27)~No se nos exime
del mandamiento de amar a nuestro prójimo como a nosotros
mismos ni aun cuando ese prójimo nos odie, nos maldiga, o nos
ultraje. En vez de reaccionar con dureza o buscar vengarnos,
Dios nos llama a ser misericordiosos con quienes nos ofenden,
como Él es misericordioso con nosotros (Lucas 6:36).
En algunas situaciones Dios puede valerse de usted para
ayudar a un oponente a hallar mejor solución a sus proble-
mas que las que él habría desarrollado solo. Si usted sigue
32
El conflicto provee oportunidades
los principios de negociación descritos en el capítulo 11, po-
drá a menudo desarrollar maneras creativas de satisfacer tanto
las necesidades suyas como las de su contrario. En vez de
dejar que un conflicto monte un pugilato entre usted y su
oponente, a veces usted puede obviar el asunto de modo que
ambos busquen juntos la solución de un problema común.
En otros casos, el Señor puede darle la oportunidad de sobrelle-
var las cargas de su adversario por proveer a las necesidades espi-
rituales, emocionales, o materiales de él o de ella (Gálatas 6:2,9,10).
Podría ser que su conflicto tenga poco que ver con reales dife-
rencias entre ustedes y mucho con respecto a problemas no resuel-
tos en la vida de su antagonista. A veces, cuando otros lo abofetean
a usted, es sintomático de otras frustraciones. (Esta conducta es
particularmente común en familias y amistades íntimas.) En vez
de reaccionar en forma defensiva, trate de discernir maneras en
que usted pueda ayudar a otros a encarar esos problemas. Esto
no significa que usted debe asumir las responsabilidades de ellos.
Al contrario, quiere decir que usted debe ayudarlos a sobrelle-
var aquellas cargas cuya solución esté más allá del poder de
ellos. Por lo menos, sus esfuerzos. mostrarán que usted es un
hijo de Dios (Lucas 6:29-36), que glorifica su Nombre. Como
verá en el último capítulo de este libro, hay también ocasiones
cuando su bondad eventualmente enternecerá el corazón de un
oponente y abrirá el camino a la reconciliación (vea Romanos 12:20).
El Señor puede también valerse de usted para ayudar a otros
a descubrir dónde han fallado y necesitan cambiar (Gálatas 6:1,2).
Comoy:eremos después, esto a veces requiere un enfrentamien-
to privado. Si no da buen resultado, Dios podría guiarlo a buscar
a otros que puedan ayudar a obtener los cambios necesarios.
Lo mejor de todo, el conflicto puede proveer una oportuni-
dad de alentar a otros a poner su confianza en Jesucristo. Cuan-
do usted está envuelto en un conflicto, su oponente y varios
espectadores fijarán los ojos en usted. Si usted se comportara en
forma mundana, daría a los inconversos otra excusa para mofarse
de los cristianos y rechazar a Cristo. Por otra parte, si usted se
cond uce de manera sabia y amorosa, quienes lo observan po-
drían interesarse en oír el evangelio (1 Pedro 3:15,16).
33
 Glorifique a Dios
Otra manera de servir a otros es enseñar y animar con el ejem-
plo. En muchas situaciones, otros cristianos estarán observan-
do cómo usted maneja un conflicto difícil. Si usted accede a las
emociones pecaminosas y fustiga a sus enemigos, quienes lo
observan se sentirán justificados a hacer lo mismo. Si usted res-
ponde con amor y dominio propio, otros serán estimulados a
ser también fieles a Dios (1 Corintios 4:12,13,16; 1 Timoteo 4:12;
Tito 2:7). Esto es particularmente importante.si usted es un padre
o un abuelo. Sus hijos observan de continuo cómo usted maneja un
conflicto. Si usted se muestra defensivo, crítico, poco ecuánime, e
impulsivo, es probable que ellos manejen sus problemas de la mis-
ma forma. Pero si usted maneja las disputas en una manera piado-
sa, sus hijos serán motivados a hacer lo.mismo. Lo que ellos apren-
dan acerca de usted respecto de la pacificación podría tener un pro-
fundo impacto en cómo manejen sus conflictos en la escuela, en el
centro de trabajo, yen sus propios matrimonios.1
Crezca a la semejanza de Cristo
. La mayoría de los conflictos proveen también la oportuni-
dad de ser más semejante a Cristo. Como Pablo urgió en su epís-
. tola a los corintios, "sed imitadores de mí, así como yo de Cris-
to" (1 Corintios 11:1). El.Apóstol abundó sobre esta oportuni-
dad cuando escribió a los cristianos en Roma: "Sabemos que a
los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a
los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que
antes conoció, también los predestinó para que fuesen hecho's
conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito
entre muchos hermanos" (Romano.s 8:28,29; énfasis añadido;
compare 2 Corintios 3:18).
Contrario a lo que pudiera haber oído, el supremo propósito
de Dios para usted no es hacerlo confortable, rico, y feliz. Si
pone su fe en Dios, Él tiene en mente algo muchísimo más ma-
ravilloso para usted: ¡conformarlo a la imagen misma de su Hijo!
Dios comenzó a cambiarlo desde el día en que usted dejó que lo
hiciera, y continuará este proceso a través de su vida. El conflic-
to es una de las muchas herramientas que Dios puede usar para
ayudarlo a desarrollar un carácter más semejante al de Cristo.
34
El conflicto provee oportunidades
Para comenzar, el Señor puede usar el conflicto como un recorda-
torio de sus vulnerabilidades y alentarlo a depender más de Él (2
Corintios 12:7-10). Cuanto más dependa usted de su gracia, sabi-
duría, y poder, tanto más imitará al Señor Jesús (Lucas 22:41-44).
Dios puede también usar el conflicto para revelar actitudes y
hábitos pecaminosos en su vida. El conflicto es especialmente efec-
tivo en desenmascarar las apariencias y poner al descubierto un
corazón altivo, cruel, rencoroso, o ~a .lengua viperina. Cuando
usted está inmerso en una controversia y emergen estas caracterís-
ticas pecaminosas, tendrá la oportunidad de admitir su existencia
y de pedir a Dios que lo ayude a vencerlas.
Ser como Cristo es más que simplemente admitir debilidades y
confesar el pecado. Para crecer en ese sentido, usted debe también
practicar nuevas actitudes y nuevos hábitos. Como el atleta que
desarrolla sus músculos mediante arduo entrenamiento, usted verá
un mayor crecimiento cuando repetidamente piensa y se conduce
en forma propia frente a desafiantes circunstancias. Por ejemplo,
cuando la gente lo provoca y lo frustra, practique el amor y el per-
dón. Cuando no son diligentes en el cumplimiento de su deber,
desarrolle paciencia. Cuando usted se siente tentado a abandonar
a alguien, ejercite fidelidad. El conflicto provee una rica mezcla de
tales pruebas, cada una de las cuales puede fortalecer y refinar su
carácter. Como ha señalado Chuck Swindoll: "Si usted oye a las
voces en su entorno, buscará un sustituto-rma vía de escape. Us-
ted menospreciaría el hecho de que cada uno de aquellos proble-
.mas es un instructor enviado por Dios, que está listo para probarlo,
.retado, y profundizar su andar con Él. Crecimiento y sabiduría lo
esperan en la solución de cada uno de sus problemas, a pesar del
dolor y la confusión."2
Dios usa los problemas que se hallan en un conflicto para cuida-
dosamente probarlo y desafiarlo a usted. A veces se refiere a este
proceso como" el ABC del crecimiento espiritual" -la adversidad
edifica el carácter. Mientras usted se queja menos de verse envuelto
en el conflicto, y se concentra más en el crecimient~ a través del
conflicto, acrecentará ese proceso y experimentará la incompara-
ble bendición de ser conformado a la semejanza de Jesucristo.
35
 Glorifique a Dios
Mayordomía del conflicto
Una perspectiva bíblica de conflicto establece el fundamento
para el más efectivo estilo de administración, a que yo me refiero
con el término "mayordomía". Este estilo da a la frase manejo de
conflicto un énfasis único. Cuando Cristo hablaba acerca del ma-
nejo o administración de algo, por lo general se refería a un sier-
vo cuyo señor le había confiado ciertos recursos y responsabi-
lidades (v.g., Lucas 12:42). La Biblia da a tal persona el nom-
bre de mayordomo. No se supone que un mayordomo maneje
las cosas a su antojo, conveniencia, o beneficio. Por el contra-
rio, se espera que siga las instrucciones de su señor y que procu-
re los intereses de éste, aun cuando hacerlo así entre en conflic-
to con sus deseos personales o su conveniencia (Juan 12:24..26).
El concepto de mayordomía es especialmente pertinente a la
pacificación. Dondequiera que usted está envuelto en un con-
flicto, Dios lo ha provisto con la oportunidad de agenciar. Él le
ha confiado naturales habilidades y recursos espirituales, y su
Palabra claramente explica cómo el Señor quiere que usted ma-
neje la situación. Cuanto más fielmente usted sigue sus directri-
ces, tanto más probable que vea una solución adecuada y una
genuina reconciliación. Aun más, una fiel mayordomía lo deja-
rá con una limpia conciencia ante Dios, sin reparar en lo que
otra gente haga. La Biblia provee una detallada descripción de
los rasgos de carácter necesarios para el manejo efectivo del con-
flicto. Muchas de esas cualidades serán analizadas después en
este libro, pero unas pocas de ellas merecen inmediata atención.
Si usted desea ser un eficiente mayordomo, necesita:
Estar iriformado. Como mayordomo, usted necesita entender
la voluntad de su Señor (vea Lucas 12:47). Esto no debe ser difí-
cil, porque Dios ha escrito ya sus instrucciones para usted. A
través de la Biblia Dios provee una guía clara y confiable res-
pecto de cómo quiere Él que usted trate con cada aspecto de la
vida. La Biblia no es meramente una colección de rituales reli-
giosos y plausibles ideales. Además de mostrarnos cómo cono-
cer a Dios personalmente, nos proporciona instrucciones deta-
lladas y prácticas de cómo encarar los problemas que surjan en
36
El conflicto provee oportunidades
la vida diaria (2Timoteo 3:16,17).Discernir la palabra de Dioses un
esencial componente de la sabiduría, que consiste a su vez en apli-
car la verdad divina a las complejidades de la existencia humana.
I Pero tener sabiduría no significa que usted entiende todos los
,1
caminos de Dios; quiere decir que usted responde a la vida en la
manera que Dios quiere (Deuteronomio 29:29). Cuanto mejor
.l'''
1 conozca usted la Biblia, tanto más sabio será, y más eficazmente
tratará con el conflicto.3
.,
Ser dependiente. Usted no está solo cuando maneja un conflic-
to: "Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para
.1 mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para
;'~
'con él" (2 Crónicas 16:9; d. 1 Corintios 10:13). Dios provee esta
"1
fortaleza a todos los cristianos a través del Espíritu Santo, quien
tiene un especial papel en la pacificación. Además de ayudarlo
a entender la voluntad de Dios (1 Corintios 2:9-15), el Espíritu
lo dotará con dones espirituales, con gracia, y con la fortaleza
que usted necesita para responder al conflicto en una manera
que honre a Cristo y edifique su iglesia (Gálatas 5:22,23; Efesios
3:16-21; 1 Pedro 4:10,11; 2 Timoteo 1:7). Esta ayuda está a dispo-
sición suya con sólo que usted la pida, lo que explica que la
oración sea enfatizada a través de este libro.4
Ser realista. A veces, el conflicto puede empujarlo más allá de
lo que usted es capaz de hacer. Usted podría pasar las de Caín
tratando de entender cómo hacer frente a una particular situa-
ción, o puede que se sienta tan desalentado que pierda la volun-
tad de hacer lo que sabe que debe. Cuando esto sucede, es sabio
ir a la iglesia y buscar cristianos espiritualmente maduros que lo
estimulen, le den consejos bíblicamente bien fundados, y que apo-
yen sus esfuerzos por ser fiel a Dios (Proverbios 12:15; 15:22; 1
Tesalonicenses 5:10,11;Hebreos 10:24,25).Usted no sería auxiliado
por gente que probablemente le dirán sólo lo que piensan que us-
ted desea oír (2 Timoteo 4:3).Por tanto, asegúrese de que se dirige
a gente que lo ama bastante hasta el punto de ser honrados con
usted. Por ser realista respecto a sus habilidades y necesidades, y
humilde para llamar oportunamente a otros cristianos, usted po-
1 drá resolver muchos conflictos que de otra manera lo vencerían.
Ser fiel. Quizá la más importante característica de la mayordo-
37
 Glorifique a Dios
mía sea la fidelidad. "Ahora bien, se requiere de los administrado-
res, que cada uno sea hallado fiel" (1Corintios 4:2).La fidelidad no
es un asunto de resultados; es un asunto de obediencia. Porque
Dios sabe que usted no puede controlar a otras personas, no lo
hará responsable de la final solución de un conflicto (Romanos
12:18). Lo que Dios tendrá en cuenta es si usted ha acatado o no
sus órdenes y si ha empleado sabiamente los recursos que le ha
dado. Si usted ha hecho lo mejor que puede por resolver un
conflicto en una forma amable y bíblica, no importa cuánto la
situación se le vaya de la mano, usted se habrá ganado ese ma-
ravilloso reconocimiento: "Bien, buen siervo y fiel" (Mateo 25:21).
Resumen y aplicación
El conflicto prove.e oportunidades de glorificar a Dios, de
servir a otros, y de crecer a la semejanza de Cristo. Esas oportu-
nidades, a veces descriptas como siendo' fiel a Dios,
misericordiosos con otros, y conduciéndose uno mismo ju~ta-
mente, se mencionan a través de toda la Biblia. En Miqueas 6: 8
leemos: "Oh hombre, él te ha declarado lo que 'es bueno, y qué
pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia,
y humillarte ante tu Dios." Cristo nos enseña a poner atención a
"lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe"
(Mateo 23:23). Cuando usted, con la ayuda de Dios, persigue
estas oportunidades; puede usar el conflicto como un peldaño
hacia una más profunda relación con Dios y una más'plena y
fructífera vida cristiana.
Si actualmente está envuelto en un conflicto, estas son pre-
guntas que lo ayudarán a aplicar a su situación los principios
presentados en este capítulo:
1. Resuma brevemente su disputa. Tanto como le sea posi-
ble disponga los hechos en orden cronológico. En parti-
cular, describa loque usted ha hecho para resolverla.
2. ¿Qué ha hecho usted que probablemente empeorara esta
disputa?
3. ¿Cuáles han sido sus primeros objetivos cuando ha
38
El conflicto provee oportunidades
tradado de resolver esta disputa?
4. ¿Cuál respuesta ha estado usando para resolver esta dis'-
puta? ¿De qué modo su respuesta ha alentado o estorba-
do el progreso hacia una significativa solución?
5. ¿Cómo puede usted glorificar a Dios, eso es, complacer-
lo y honrarlo a través de este conflicto?
6. ¿Cómo puede usted servir a otros mediante este conflicto?
7. ¿Cómo puede usted crecer más a la semejanza de Cristo
a través de este conflicto?
8. ¿Cuál ha sido la guía en que usted ha confiado en esta
situación: sus sentimientos y opiniones personales acer-
ca de lo que es.justo, o el cuidadoso estudio y aplicación
de lo que la Biblia enseña? ¿En qué se apoyará en-el fu-
turo?
9. ¿Con qué lucha más en este tiempo (v.g., los ataques de
su adversario, gobernando su lengua, temor de lo que
suceda, falta del apoyo de otros)?
10. ¿Cómo podría usted usar los recursos que Dios ha pro-
visto (la Biblia, el Espíritu Santo, otros cristianos) para
tratar con estas luchas?
11. Si Dios fu.era a evaluar este conflicto una vez haya ter-
minado, ¿cómo querría usted que Él completara estas
frases:
"Estoy satisfecho que tú no hiciste ... "?
"Me complace que tú ... "?
12. Déje constancia al Señor escribiendo una oración basa-
da en los principios enseñados en este capítulo.
39

Viva en paz
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, .
estad en paz con todos los hombres.
Romanos 12:18
amo se observó en el capítulo anterior, la pacificación
puede verse como un asunto de mayordomía. Don-
dequiera que usted esté envuelto en un conflicto, Dios
le ha dado una oportunidad de conducirse en un
modo que lo glorifique a Él, que beneficie a otros, y que posibi-
lite el desarrollo del carácter de usted. Cumplir con estas res-
ponsabilidades se hace más fácil si usted entiende por qué la
paz es tan importante para nuestro Padre celestial.
Las tres dimensiones de la paz
La Biblia enseña que Dios está profundamente interesado en
la paz. De Génesis a Apocalipsis, los profetas y los apóstoles
constantemente urgen a los hijos de Dios a buscar la paz.
Considere estos temas recurrentes:
.40
Glorifique a Dios
1. La paz es parte del carácter de Dios, pues las Escrituras
frecuentemente se refieren a Él como "el Dios de paz" (vea
Romanos 15:33; 2 Corintios 13:11; Filipenses 4:9; Hebreos
13:20; d. Jueces 6:24).
2. La paz es una de las grandes bendiciones que Dios dispen-
sa a aquellos que lo siguen (vea Levítico 26:6;Números 6:24-
26; Jueces 5:31; Salmo 29:11; 119:165: Proverbios 16:7;
Miqueas 4:1-4; Gálatas 6:16). ' .
3. Di?s repetidamente ordena a su pueblo a buscar y perse-
gUIr la paz (vea Salmo 34:14; Jeremías29:7; Romanos 14:19;
1 Corintios 7:15; 2 CorintiOs 13:11; Colosenses 3:15; 1
Tesalonicenses 5:13; Hebreos 12:14; Dios promete bendecir
a aquellos que acatan su mandato en ese sentido (vea Sal-
mo 37:37; Proverbios 12:20; Mateo 5:9; Santiago 3:18);
4. Dios describe su pacto en términos de paz (Números 25:12;
Isaías 54:10; Ezequiel 34:25; 37:26; Malaquías 2:5)~
5. Dios enseñó a su pueblo a usar la palabra paz (del hebreo
"shalom", y del griego "eirene"), como una forma usual de
saludar (Jueces 6:23; 1 Samuel16:5; Lucas 24:36) y también
como mutua expresión de buen deseo en el momento de
viajar (1 Samuel1:17; 2 Reyes 5:19; Lucas 7:50; 8:48). Casi
todas las epístolas del Nuevo Testamento comienzan o ter-
minan con una oración por la paz (Romanos 1:7; 15:13;
Gálatas 1:3; 2 Tesalonicenses 3:16).
Nada pone más vívidamente de relieve el interés de Dios por
la paz que su decisión de enviar a su amado Hijo "para encami-
nar n~es~r~s pies por camino de paz" (Lucas 1:79; d. IsaÍas 2:4).
De prInCIpIO a fin la misión de Cristo fue de pacificación. Mu-
cho ,~ntes, de que naciera, a Él se le dio el título de "Príncipe de
paz (Isalas 9:6). A través de su ministerio público Jesús cans-
o tantemente predicaba la paz y daba paz (Juan 14:27; Efesios 2:17).
Como el s~~remo Pacific~dor, sacrificó su vida a fin de que no-
sotros pudIeramos expenmentar la paz ahora y para siempre.
Hay tres dimensiones de la paz que el Señor nos ofrece a través
de Cristo: paz con Dios, paz de los unos con los otros, y paz dentro
de nosotros mismos. A muchos poco les importa su relación con
Dios y con los otros; todo lo que quieren es sentir paz en sí mismos.
Como verá, es imposible experimentar una genuina paz interna a
menos que usted persiga también la paz con Dios y con otros.
41
 Glorifique a Dios
Paz con Dios
La paz con Dios no viene automáticamente, ya que todos noso-
tros hemos pecado y nos hemos enajenado de Dios (Isaías 59:1,2).
En vez de vivir en la forma necesaria para disfrutar su comunión
(Mateo 5:48), cada uno de nosotros lleva en su propio ser la man-
cha del pecado (Romanos 3:23). Como resultado, merecemos la
separación eterna de Dios (Romanos 6:23). ¡Qué mala noticia!
Pero la buena noticia es esta: "De tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).
Por inmolarse en la cruz, Cristo ha hecho posible que tengamos
paz con Dios. El apóstol Pablo escribió al respecto:
Porque agradó al Padre que en él(Cristo) habitase toda pleni-
tud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas ... haciendo
la paz mediante la sangre de su cruz (Colosenses 1:19,20).
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien también tenemos en-
trada por la fe a esta gracia en la cual estamos fumes (Romanos 5:1,2).
Creer en Cristo significa más que ser bautizado, ir a la igle-
sia, otratar de ser una buena persona. Ninguna de estas activi-
dades puede borrar los pecados que usted ha cometido y segui-
rá cometiendo a través de su vida. Creer en Cristo significa, an-
tes que nada, admitir que usted es un pecador y reconocer que
usted no puede absolutamente ganar la justificación con Dios
lnediante sus buenas obras (Romanos 3:20; Efesios 2:8,9). En se-
gundo lugar, significa creer que cuando Cristo murió en la cruz
saldó plenamente la deuda por los pecados de usted (Isaías 53:1-
12; 1 Pedro 2:24,25). Dicho de otro modo, creer en Cristo signifi-
ca confiar que en el Calvario Él intercambió los expedientes con
usted; eso es, que el Señor se responsabilizó por las obras pecami-
nosas de usted y las pagó en pleno, y que a cambio puso en manos
suyas un limpio expediente que abre las puertas del camino a la
paz con Dios. Conforme usted aprende más de Dios y vive más
cerca de Él, esta paz puede llenar cada aspecto de su vida.
42
Viv<\ en paz
Paz con los otros
Además de dar a usted la paz con Dios, el sacrificio de Cristo
en la cruz le abrió la vía al disfrute de la.paz con otras personas
(Efesios 2:11-18). Esta paz, que la Biblia a menudo refiere como
"unidad" (Salmo 133:1) no es simplemente la falta de conflicto
y pendencias. La unidad es la presencia de auténtica armonía,
comprensión, y buena voluntad. Dios nos exige que hagamos
todo cuanto podamos para "estar en paz con todos los hom-
bres", sean o no cristianos (Romanos 12:18). Esta clase de paz es
resultado de obedecer el segundo gran mandamiento: "Ama a
tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39). Como usted vera,
tal unidad es parte esencial de un efectivo testimonio cristiano.
Paz interior
Mediante Cristo, usted también puede experimentar genui-
na paz en su propio corazón. La paz interior es un sentido de
integridad, satisfacción, tranquilidad, orden, descanso, y segu-
ridad. Aunque.casi todas las personas anhelan esta clase de paz,
esta elude a la mayoría. La verdadera paz interna no puede
obtenerse directamente; es un don divino que Dios sólo dispen-
sa a aquellos que creen en su Hijo y obedecen sus mandamien-
tos (1Juan 3:21-24). En otras palabras, lapaz interior es un subproducto
de la justicia. Esta verdad se revela a través de las Escrituras:
"Tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en
ti persevera; porque en ti ha confiado" (Isaías 26:3).
"Y el efecto de la justicia será la paz; y la labor de la justicia, reposo
y seguridad para siempre" (Isaías 32:17; d. Salmo 85:10; 119:165).
"¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu
paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar" (Isaías 48:18).
Estos pasajes de la Biblia muestran por qué es imposible ex-
perimentar paz interior si usted no busca antes la paz con Dios
y con los otros. La paz interna es consecuencia de obedecer los
mandamientos de Dios. "Y este es su mandamiento: Que crea-
mos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a
otros como nos lo ha mandado" (1 Juan 3:23).
43
 Glorifique a Dios Viva en paz

Las tres dimensiones de la paz están inseparablemente u~das
por designio de Dios. Como ha dic~o un a~tor, "la paz ~on DIOS:la
paz con otros, y la paz ~n nosotro~ rmsmos Vlene~en el n USlllOenv 01-
torio."}Por tanto, si qUIereexpenmentar la paz mtema, debe buscar
nnas relaciones armoniosas con Dios y con quienes lo rodean a usted.
La reputación de Cristo depende de la unidad
La unidad es más que una clave a la paz interior. Es también
un elemento esencial de su testimonio cristiano. Cuando la paz
y la unidad caracterizan sus relaciones con ~tras per.sonas, us-
ted muestra que Dios está presente en su VIda. Lo Inver~o es
también verdad; cuando su vida está llena de confl~ctos
irresueltos usted tendrá muy poca posibilidad de compartlr l~s
Buenas N~evas acerca de Jesucristo. Este principio se ensena
reiteradamente a través del Nuevo Testamento.
Una de las más enfá,ticas declaraciones acerca de la paz y la
unidad en la Biblia se halla en la oración que "Cristo hiciera~po~o
antes de ser arrestado y crucificado. Después de orar por SI~us-
mo y por la unidad entre sus discípulos (Juan 1~:1-19), CrIsto
oró por todos aquellos que algún día ~re~rían en El. Estas pala-
bras se aplican directamente a cada CrIstIano hoy:
res vivieran en paz unos con otros. Esto era tan importante para Él
que ató su buena reputación y la .credibilidad de su mensaje a
cuán bien sus seguidores mostraran su unidad y unicidad. Lea
este pasaje bíblico una vez más y piense cuán importante es la
unidad para Cristo. ¿Lo es igualmente para usted?
Palabras similares se registran en Juan 13:34,35, donde Cris-
to dice a sus discípulos que su testimonio público estaría muy
íntimamente relacionado con la manera en que ellos se trataran
unos a otros: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis
unos a otros; como yoos he amado, que también os améis unos
a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si
tuviereis amor los unos con los otros."
El amor que Cristo nos manda mostrar el uno al otro tiene
muy poco que hacer con cálidos sentimientos; de hecho, Él nos
ordena mostrar amor aun cuando eso sea lo último que quera-
mos hacer en el mundo (Lucas6:27,28). El amor que Cristo quiere
que mostremos unos a otros no deja lugar a conflictos irresueltos:
"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el
amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido,
no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la
injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta" (1 Corintios 13:4-7).

El tema de la pazy la unidad también ocupa una importante

"Mas no ruego solamente por éstos (mis discípulos), sino tam-
parte del Sermón del Monte de Cristo. Él dijo: "Bienaventura-
bién por los que han de creer en mí por la palabra de ello~, para
que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en tI, que dos los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios"
también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que (Mateo 5:9). Los pacificadores proveen un poderoso testimonio
tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, p~ra qu: a aquellos que observan sus esfuerzos. El mundo está tan satu-
sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tu en mI, rado de conflictos que aun los impíos alguna vez reconocen que
para que sean perfectos en unidad, para que el mun.~o con~zca que Dios mismo está obrando en aquellos que hacen la paz y a tra-
tú me em1iaste, y que los has amado a ellos como tamblen a mz me has vés de ellos (1 Pedro 2:12).
amado" (Juan 17:20-23. Énfasis añadido). Más adelante en su sermón, Cristo de nuevo urgió a sus se-
guidores a buscar la paz y la unidad. Conociendo que Dios se-
Cristo oró estas palabras durante las horas finales de ~u vida.
veramente juzgará a cada uno que condena a su hermano o abri-
Conforme la muerte se acercaba, el Señor se concentro en ~n
ga enojo contra él (Mateo 5:21,22), Cristo dio este mandamien-
único concepto que sabía habría de ~er de. suma im?ortanCla
to: "Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de
para todos aquellos que creerían en El. CrIsto no .oro que sus
que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante
seguidores fueran siempre felices, .que nu~ca s,ufrIeran, o 9ue
del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, yenton-
sus derechos fueran siempre defendIdos. Jesus oro que sus seguzdo-
ces ven y presenta tu ofrenda" (vv. 23,24).
44 45

Glorifique a Dios,
La paz y la unidad son tan importantes que Cristo nos man-
da buscar la reconciliación con un hermano aun antes de la ado-
ración. Este mandamiento muestra que nosotros no podemos
amar y adorar a Dios en la forma debida si estamos de punta
con otra persona y no hemos hecho todo lo humanamente posi-
ble por reconciliarnos con ella (1 Juan 4:19-21). También nos re-
cuerda que nuestro testimonio cristiano depende en gran medi-
da de nuestro compromiso a tratar fielmente con los conflictos
no resueltos.
El pastor de la iglesia a que asistía mientras estudiaba en la
universidad claramente entendía la importancia de buscar la
paz con un hermano distanciado. El demostró esto el domingo
en que por primera vez traje a la iglesia a una amiga llamada
Mariela. Había conocido a Mariela en la escuela y sabía que ella
tenía luchas en su vida espirituat en gran parte porque la igle-
sia a la que asistía proveía poca instrucción bíblica. Pensando
que ella podía hallar significante enseñanza y estímulo en mi
iglesia, la invité un domingo a adorar conmigo.
No estaba preparado para lo que sucedería poco después de
que Mariela y yo nos sentáramos, porque había olvidado que du-
rante el previo período semanal de la escuela dominical mi pastor
y un anciano se habían enfrascado en público una acalorada
discusión. El pastor Vásquez llamó la atención de la iglesia y
pidió al anciano con quien había tenido la discusión que se le
uniera en el púlpito. "Como la mayoría de ustedes saben", dijo
el ministro, "Epifanio y yo tuvimos una fuerte discusión duran-
te la escuela dominical de la semana pasada. Nuestras emocio-
nes se nos escaparon de la mano, y dijimos en público algunas
cosas que debían haberse discutido en privado."
Cuando pensaba en la primera impresión que Mariela po-
dría haber tenido, mi estómago se revolvía. "De todos los días
que uno trae a alguien a la iglesia -pensaba-, ¿por qué se es-
cogería este?" Estaba seguro que este incidente desalentaría a
Mariela para no volver de nuevo a mi iglesia.
El pastor Vásquez tendió su brazo alrededor de Epifanio y
prosiguió: "Queremos que ustedes sepan que nosotros nos re-
unimos la misma tarde del incidente para resolver nuestras di-
ferencias. Por la gracia de Dios, hemos venido a conocernos
46
Viva en paz
mejor el uno al otro, y nos hemos reconciliado plenamente. Pero
ne~esitamos decirles c~án apenados estamos por perturbar la
unI~ad ~e esta fraternIdad, y pedimos su perdón por el pobre
testImonIo que ambos dimos la semana pasada."
Los ojos de muchos se llenaron de lágrimas mientras el pas-
torV ásquez y Epifanio oraban juntos. Infortunadamente, yo
estaba tan preocupado por lo que Mariela podría estar pensan-
do que perdí por completo el sentido de lo que había sucedido.
Haciendo un tímido comentario a Mariela, abrí el himnario para
el primer canto y esperaba que ella olvidaría del todo el inci-
dente. Mucho antes de que llevara a mi amiga de regreso a su
casa, había prácticamente olvidado el resto del servicio. Con-
versé ligeramente por unos pocos minutos, pero eventualmen-
te Mariela se refirió a lo que había sucedido: "N o puedo aún
creer lo que tu pastor hizo esta mañana. Nunca he conocido un
ministro en mi iglesia que tuviera el denuedo y la humildad para
hacer lo que él hizo. Me agradaría venir de nuevo a tu iglesia."
Durante subsecuentes visitas, el respeto de Mariela por mi pas-
tor y por Epifanio siguió en aumento, y no mucho después ella
hizo de nuestra iglesia su hogar espiritual. Manela vio la real evi-
dencia de la presencia y del poder de Dios en aquellos dos hom-
bres. La humildad de ambos mostraba la fortaleza del Señor y ayu-
dó a Mariela a tomar a Cristo más seriamente. Como resultado, ella
se consagró a Él y comenzó a crecer en su fe. Cuando observo ese con-
tinuo crecimiento, aún doy gradas a Dios por aquellos dos hombres y
su voluntad de obedecer el llamado de Dios a la paz y la unidad.
El enemigo de la paz
Dado que la paz y unidad son esenciales para un efectivo
testimonio cristiano, usted puede estar seguro de que hay uno
que hará todo lo que pueda para provocar conflicto y división
dentro de la comunión de creyentes. No hay nada que Satanás¡
cuyo nombre significa "adversario", goce más que vernos de
punta el uno contra el otro. "Vuestro adversario, como león ru-
giente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pedro 5:8).
Satanás fomenta el conflicto de muchas maneras. Entre otras
cosas, él llena nuestro corazón de codicia y deshonor (Hechos
47
 ------~~-------------------------------_..,_1
Glorifique a Dios
. 5:3)., nos engaña en cuanto a lo que nos hace feliz (2 Timoteo
2:25,26), y se aprovecha de nuestro enojo no resuelto (Efesios
4:26,27). Peor de todo, Satanás usa falsos maestros para propa-
gar valores y filosofías que fomentan el egoísmo y atizan la con-
troversia (1 Timoteo 4:1-3). Vea a continuación algunas de las
expresiones que a menudo reflejan la influencia del diablo:
"Trata de ser el primero."
"Dios ayuda a quien se ayuda."
"Con toda seguridad que Dios no esperaría que yo estuviera
siempre en una triste situación."
"Te perdono, pero no lo olvido."
"No pierdas el juicio, sólo véngate."
"Merezco más que esto."
Satanás prefiere que no reconozcamos el papel que juega en
nuestros conflictos. Mientras veamos a otras personas como
nuestros adversarios y enfilemos nuestro ataque contra ellas, ni
nos pasará por la mente la necesidad que tenemos de defender-
nos de nuestro más peligroso enemigo. Tanto Santiago como
Pedro estaban advertidos de este peligro, y nos previenen a re-
sistir las estratagemas del diablo (Santiago 4:7; 1 Pedro 5:9). Pa-
blo da una advertencia similar al recordarnos que "no tenemos
lucha contra carne y sangre, sino contra principados, contra po-
testades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes"
(Efesios 6:12). El apóstol describe entonces las armas que son
necesarias para resistir el poder de Satanás: la verdad, la justi-
cia, el evangelio, la fe, las Escrituras, y la oración. (Me referiré
con frecuencia a estas armas a través de este libro.)
Por supuesto, sería un serio error culpar a Satanás por todo
conflicto. Necesitamos asumir responsabilidad por nuestros
pecados y animar a otros a hacer lo mismo. Debemos también
encarar los problemas prácticos que el conflicto suscita y desa-
rrollar soluciones concretas y efectivas. Al mismo tiempo, debe-
mos estar conscientes de los objetivos del diablo y estar en guar-
dia contra sus influencias. Por hacerlo así podemos evitar ser ex- .
traviados en nuestros esfuerzos por restaurar y mantener la paz.2
48
Viva en paz
Esfuércese como un gladiador
Los apóstoles comprendían la importancia de la pacificación, y
reconocían además que Satanás haría todo lo que pudiera para pro-
vocar conflicto. La profundidad de su preocupación en ese sentido
se revela en el hecho de que cada epístola en el Nuevo Testamento
contiene un mandato a vivir en paz unos con otros. Por ejemplo:
"Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre
vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unáni-
mes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo. Por tanto, recibías los unos a los otros, como también
Cristo nos recibió, para gloria de Dios" (Romanos 15:5-7).
"Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya
entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos
en una misma mente y en un mismo parecer" (1 Corintios 1:10).
"Y manifiestas son las obras de la carne, que
son: ... enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
envidias .... Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz" (Gálatas
5:19-22).
"Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si
alguno tuviere queja contra otro. ~..Y la paz de Dios gobierne en
vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un
solo cuerpo; y sed agradecidos" (Colosenses 3:13,15).
"Tened paz entre vosotros .... Mirad que ninguno pague a otro
mal por mal..." (1 Tesalonicenses 5:13,15).3
La mitad de la epístola de Pablo a los efesios se dedica a la
pacificación. Los primeros tres capítulos de esta carta proveen
una gloriosa descripción del plan de salvación hecho por Dios.
En el capítulo cuatro, Pablo comienza a explicar cómo debemos
responder a lo que Cristo ha hecho por nosotros. Note cuidado-
samente lo que Pablo P9ne en la parte superior de esta lista de
aplicaciones prácticas: "Yo pues, preso en el Señor, os ruego que
andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con pacien-
cia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad
del Espíritu en el vínculo de la paz" (Efesios 4:1-3). La palabra
griega traducida al español como "solícitos" en este pasaje sig-
49

Glorifique a Dios
nifica esforzarse en forma resuelta, con sinceridad, diligente-
mente. Es una palabra que el entrenador de::gladiadores en
Roma pudo haber usado cuando enviaba a uno de estos hom-
bres a luchar hasta la muerte en el Coliseo: "Haz hoy todo
cuanto puedas para sobrevivir." De igual manera también,
debe un cristiano agonizar por la paz y la unidad. Obviamen-
te, simulacros de esfuerzo y tibios intentos por alcanzar la
reconciliación quedan cortos de lo que Pablo tenía en mente.
Pablo también muestra que la unidad no significa unifor-
midad (Efesios 4:7-13), pues Dios ha bendecido ricamente a
sus hijos con todo don, talento, y vocación (1 Corintios 12:12-
31). Los cristianos maduros se regocijan en la diversidad que
el Señor ha dado a su pueblo, y comprenden que los creyen-
tes pueden legítimamente tener diferencias de "opinión"
(Romanos 14:1). Sin embargo, cuando las diferencias nos roban
la armonía y la paz, hay trabajo que hacer.
Más tarde en Efesios, Pablo usa un lenguaje aun más ~uerte
para enfatizar la importancia de las relaciones armónicas. El n~s
advierte que" contristamos al Espíritu Santo" cuando consenh-.
mas en hablar "palabras corrompidas" y a mostrar "amargura,
enojo, ira, gritería y maledicencia" (Efesios 4:29-31). Conocien-
do que tal conducta aflige a Dios y apaga la obra del espíritu en
nuestra vida, Pablo humildemente nos urge a ser "benignos unos
con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como
Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (v. 32).
Litigios entre creyentes
El interés de Dios por la paz y la unidad se subraya aun más en
las instrucciones que Él ha dado en cuanto a cómo resolver las de-
mandas legales. Cuando Pablo supo que los cristianos en Corinto
se estaban demandando unos a otros en los tribunales seculares,
quedó estupefacto. Porque sabía que tales demandas eran inconse-
cuentes con las enseñanzas de Cristo y que harían grave daño al
testimonio de la iglesia, él reprendió severamente a los corintios:
"¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a
juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?¿ O no
sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha
50
Viva en paz
de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy
pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?
¿Cuánto más las cosas de esta vida? Si~pues, tenéis juicios so-
bre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor
estima en la iglesia? Para avergonzaros lo digo: ¿Pues qué, no
hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre
sus hermanos, sino que el hermano con el hermano pleitea en
juicio, yesto ante los incrédulos? Así que, por cierto es ya una
falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por
qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien
el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio, y defrau-
dáis, y esto a los hermanos" (1 Corintios 6:1-8).
Cuando los cristianos no pueden resolver privadamente sus di-
ferencias, Dios manda que vayamos a la iglesia antes que a los tri-
bunales civiles. Infortunadamente, muchos cristianos no están cons-
cientes de este mandato o creen que hoy no tiene aplicación prác-
tica. Peor aun, muchas iglesias desdeñan este pasaje paulina y
no hacen nada para ayudar a los creyentes a resolver sus dispu-
tas en una forma bíblica. Este fracaso fue específicamente adverti-
do en 1982 por el juez principal Warren Burger.
Una de las razones de que nuestros tribunales han venido a
estar sobrecargados es que los norteamericanos acuden cada vez
más a aquellos en busca de alivio a una amplia gama de tensiones
y ansiedades personales. Remedios de malas obras que una vez
fueron considerados responsabilidad de instituciones distintas a
los tribunales, son ahora resueltamente defendidos como derecho
"acreditado". Se ha esperado que los tribunales llenen el vacío crea-
do por la decadencia de la iglesia, de la familia, y de la unidad del
vecindario.4
La negligencia de la iglesia en cumplir su tradicional responsa-
bilidad como pacificadora ha privado a los cristianos de una ayu-
da valiosa, ha hecho su parte en la congestión de nuestro sistema
de tribunales, y,lo peor de todo, ha dañado el testimonio de Cristo.
Afortunadamente, hay aún algunos cristianos que toman en serio
la reconvención de Pablo. Por ejemplo, Antonin Scalia, juez asocia-
do de la Corte Suprema, hizo esta observación:
Pienso que este pasaje (1 Corintios 6:1-8) tiene algo que decir
acerca de la correcta actitud cristiana hacia el litigio civil. Pablo
51
 Glorifique a Dios
está estableciendo dos puntos: primero, él dice que debe
recurrirse a la mediación de un mutuo amigo, como el sacerdo-
te de la parroquia, antes que las partes se encaminen a los tribu-
nales de justicia ...Creo que hoy estamos demasiado dispuestos
a buscar vindicación o venganza a través de procedimientos de
careo antes que la paz a través de la mediación ...Los buenos
cristianos, tardos como son en enojarse, deben serlo también en
demandar en el tribunal. 5
Gracias a Dios que un juez de la Corte Suprema de los Estados
Unidos tiene en tan alta estima las Escrituras. El juez Scalia nos
recuerda que las instrucciones de Pablo a los corintios son hoy tan
pertinentes como lo fueron hace dos ~l a~os. Más a u~, .estas ins-
trucciones son extremadamente practIcas y benefICIosas.
Cuando Pablo exhortó a los cristianos a resolver sus disputas en
la iglesia, tenía en mente un proceso específico. Cristo había ya es-
tablecido un formato que los cristianos deben seguir cuando están
tratando con pecado y conflicto (vea Mateo 18:15-20). Este proceso,
que será discutido con más ampli.tud en los ~ap~~os 7 al 9~en-
vuelve discusiones privadas, u~ tipo de medracIOn, yautondad
para hacer obligatoria una decisión. El acercarr;u:n~o es ta~ sabio y
efectivo que aun el sistema legal secular lo esta nrutando.
Hay muchos beneficios de resolver los conflictos en la iglesia
antes que en los tribunales. La litigación generalmente aumenta
las tensiones y a menudo destruye las relaciones. Por el contrario,
:¡ la iglesia puede activamente estimular el perdón y promover la
!¡, reconciliación, preservando de ese modo valiosas relaciones. Aun
:1 más, un proceso en el tribunal usualmente falla al no tratar con las
:1 causas subyacentes del conflicto. De hecho, el proceso de careo,
que lleva a la gente a pensar más en lo buen~ o e~ lo malo que han
hecho, a menudo deja las partes con un dIstorSIOnado punto de
vista de la realidad y puede en verdad hacer que arraiguen las im-
propias actitudes que primeramente dieran lugar al cor:flicto: .
Por el contrario, la iglesia puede ayudar a la gente a Identificar
la raíz de los problemas. Una vez los asuntos personales son re-
sueltos, a menudo los legales pueden ser solucionados con poco
esfuerzo adicional. Al mismo tiempo, la iglesia puede ayudar a la
gente a cambiar hábitos dañinos, de modo que experimenten me-
nos conflicto y gocen de unas relaciones más saludables en el futuro.
52
Viva en paz
La iglesia puede también desarrollar remedios más comple-
tos y efectivos que un tribunal. Un juez generalmente está limi-
tado a fallar que se compense económicamente los daños sufri-
dos por una de las partes, que se transfiera una propiedad a un
reclamante, o a que se cumpla con los términos de un contrato.
Cuando una disputa se resuelve dentro de la iglesia, las partes
son animadas a trabajar juntas en el desarrollo de soluciones
creativas que resuelvan tanto los asuntos sustantivos como los
de relación. Por ejemplo, cuando una iglesia ayudab? a varios
hermanos a resolver una disputa acerca de las operaciones de .
una granja, sugirió que los hombres y sus familias participaran
juntos en un almuerzo una vez al mes y que hablaran de todo
menos de granja. El consejo probó su eficacia. Como los víncu-
los entre varios miembros de las familias se fortificaron por un
mayor contacto regular, hubo menos desacuerdos respecto a la
operación de la hacienda familiar.
Los primeros beneficios de resolver las disputas con la me-
diación de la iglesia se manifiestan en que este proceso previene
que las desavenencias trasciendan al público y traigan por ello
deshonra a Cristo, y favorece soluciones bíblicas y una genuina
reconciliación. Estos resultados traen alabanza a Dios porque
hacen manifiestos su paz, su bondad y su poder. A la vez, mejo-
ramos nuestra habilidad para decir a otros cómo pueden ser
reconciliados con Dios mediante Jesucristo (vea 2 Corintios 5:18- .
20). Sólo por estas razones, debemos hacer todo esfuerzo por
resolver nuestras diferencias fuera de un tribunal.7
Resumen y aplicación
El mensaje dado por Cristo y los apóstoles es indiscutible-
mente daro: sea que nuestros conflictos envuelvan problemas
menores, o asuntos legales mayores, la paz y la unidad son de
extraordinaria importancia para Dios. En consecuencia, la paci-
ficación no es una actividad optativa para el creyente. Si usted
ha consagrado su vida a Cristo, Él lo manda a hacer de la paz y
la unidad la más alta prioridad en su vida. Esfuerzos simbólicos
no satisfarán este mandato; Dios quiere que se esfuerce seria-
mente, y que mantenga en todo tiempo unas relaciones armo-
53
 G ¡orifique a Dios Viva en paz

niosas con quienes están alrededor de usted. Su obediencia a
este llamado hará prosperar el y usted disfrutará la paz perso-
nal que Dios da a aquellos que fielmente le sirven.
Si usted está ahora mismo envuelto en un conflicto, estas pre-
guntas lo ayudarán a aplicar los principios expuestos en este
capítulo:
1. ¿Ha hecho usted la paz con Dios aceptando a Jesucristo
como su Salvador, Señor, y Rey? Si no la ha hecho, usted
puede hacerlo ahora mediante esta sincera oración:
Señor Jesús,
Yo sé que soy pecador, y comprendo que mis buenas
obras nunca me justificarán delante de Dios. Necesito tu
perdón. Creo que tú moriste por mis pecados, y quiero
abandonarlos. Creo ahora que eres mi Salvador, y pro-
meto seguirte como mi Señor y Rey, en la comunión de
tu iglesia.
7. ¿Por qué y cómo podría Satanás estar agravando esta
disputa?
8. En una escala de Oa 100 (cien como el "máximo esfuerzo
posible'~), ¿qué puntuación daría usted al esfuerzo que
ha hecho para restaurar la paz y resolver esta disputa?
¿Qué clase de esfuerzo complacería y honraría a Dios?
9. Lea Efesios 4:29-32. ¿Está usted pensando, hablando, o ac-
tuando en forma que pudiera contristar al Espíritu Santo?
10. ¿Está usted envuelto en una demanda legal? Si es así, ¿qué
ha hecho para seguir las instrucciones dadas en 1 Corintios
6:1-8?
11. Deje constancia al Señor escribiendo una oración basada
en los principios enseñados en este capítulo.

Si usted hizo esta oración, es esencial que busque el com-

pañerismo con otros cristianos en una iglesia donde se
enseñe y se aplique fielmente la Biblia. Esta fraternidad
lo ayudará a aprender más acerca de Dios y lo fortificará
en su fe.
2. ¿Está usted en paz con otras personas? Si no es así, ¿de
quién está usted separado? ¿Cuál es la causa de esa se-
paración?
1; ,
3. ¿Está usted experimentando la paz interna que desea?
Si no es así, ¿cuál es la causa?
4. ¿La paz y la unidad de la comunidad cristiana han sido
perturbadas debido a una disputa suya? Si es así, ¿cómo
su conflicto personal ha tenido ese efecto en la comu-
nión de los creyentes?
5. ¿Qué efecto podría estar teniendo ese conflicto en la bue-
na reputación de Cristo?
6. ¿Hay alguien que podría tener alguna queja contra us-
ted? ¿Cree usted que está en condiciones de adorar a
Dios, o necesita hacer otro esfuerzo para restaurar la \
unidad con esa persona?

54 55

Confíe en el Señor
y haga el bien
El que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
Salmo 32:10
uanto más usted confía en Dios, tanto más fácil es ha-
cer su voluntad. Esto es especialmente cierto cuando
usted está envuelto en un conflicto. Si usted cree que
Dios lo está mirando con perfecto amor e ilimitado
poder, podrá servirle £ie~mente como u~ pacificador a~n en la~
más difíciles circunstancIas. En este capItulo usted vera por que
~ios es digno de esta clase de confianza.
Dios es soberano
La Biblia provee muchos ejemplos de gente que confiaron en
Dios aun en medio de terribles pruebas y sufrimiento. Nuestro
primer ejemplo es Cristo; cuando se vio enfrentado con el ho-:-
56
Glorifique a Dios
rror de la cruz, Jesús respondió a sus temores humanos con es-
tas palabras: "Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin,
que yo la beba, hágase tu voluntad" (Mateo 26:42),y: "Padre, en
tus manos encomiendo mi espíritu" (Lucas 23:46;cf. 1 Pedro 2:23).
El apóstol Pablo respondió en similar forma a su prisión, su-
frimiento, y pendiente ejecución: "Por lo cual asimismo padez-
co esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído,
y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para
aquel día" (2 Timoteo 1:12).
Una razón de que Cristo y Pablo confiaran tan plenamente
en Dios era que ellos sabían que el Señor tenía dominio sobre
cada experiencia personal en su vida. Este perfecto gobierno
divino a menudo se lo menciona como lila soberanía de Dios".
Sería necesario escribir todo un libro para considerar las
implicaciones de la soberanía de Dios, y aun así muchos
interrogantes y misterios quedarían sin contestar y resolver. Una
comprensión fundamental de esta importante doctrina sería aun
de inestimable valor a quien quiera. servir como pacificador.
Ser soberano significa que se es supremo, sin límites, y del
todo independiente de cualquier influencia. Dios solo tiene
tal poder (Isaías 46:9,10). La Biblia enseña que el señorío de
Dios es tan grande que Él domina en lo absoluto todas las
cosas. Su soberanía abarca tanto la Creación como la preser-
vación (Salmo 135:6,7; Juan 1:3; Colosenses 1:16,17; Apoca-
lipsis 4:11). Dios rige sobre toda autoridad (Proverbios 21:1;
Daniel 2:20,21; 4:35). Él solo gobierna la vida y el destino de
cada individuo (Jeremías 18:6; Juan 6:39; Romanos 9:15,16;
15:32; Efesios 1:11,12; Santiago 4:15). A la vez, Dios está aten-
to a sucesos tan insignHicantes tomo la caída de una avecilla
desde un árbol (Mateo 10:29).
Como muestran estos y docenas de otros pasajes, Dios tiene
final do;minio sobre todo lo que sucede enceste mundo. Sin em-
bargo, El no ejerce este poder a distancia ni piensa en nosotros
como una masa de gente anónima. Al contrario, Dios se interesa
personalmente en los individuos y sabe los más pequeños detalles
de nuestra vida particular (Salmos 8:3,4; 139:1-18; Proverbios
16:1,9,33; 19:21; Mateo 10:30,31).Tal poder y atención están más
57
 Glorifique a Dios
allá de nuestra inteligencia. Cuando el rey David trató de entender
las maravillas del ú1timoenvolvimiento de Dios en su vida, no pudo
menos que exclamar: "Tal conocimiento es demasiado maravilloso
para mí; alto es, no lo puedo comprender" (Salmo 139:6).
La soberanía de Dios es tan completa que Él ejerce absoluto
control aun sobre sucesos penosos e injustos (Éxodo 4:10-12; Job
1:6-12;42:11;Salmo 71:20-22;Isaías45:5-7; Lamentaciones 3:~7,38;
Amós 3:6; 1 Pedro 3:17). A nosotros nos resulta difícil entender
esto y aceptarlo, porque tendemos' a "juzgar" las acciones de
Dios según nuestras nociones de lo que es recto. Consciente o
inconscientemente, nos decimos: "Si yo fuera Dios y pudiera
controlarlo todo en el mundo, no permitiría que nadie sufriera
o que fuera agredido." Tales pensamientos muestran cuán poco
entendemos y respetamos a Dios. Isaías advirtió: "Vuestra per-
versidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero.
¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me hizo? Dirá la vasija de
aquel que la ha formado: No entendió?" (Isaías 29:16).
Ciertamente, Dios no se complace en lo que perjudica
(Ezequiel 33:11), yÉl nunca es el ,autor del pecado (Santiago
1:13,14; 1 Juan 1:5). Sin embargo, para sus propósitos eternos,
Dios a veces permite el sufrimiento y pactos de injusticia perpe-
trados por hombres y mujeres a quienes Él decide no restringir
aun cuando tiene el poder para hacerlo. En ninguna parte se haée
esto más patente que cuando el apóstol Pedro describe el juicio y la
ejecución del Señor Jesús: "A este [Jesús], entregado por el determina-
do consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis
por manos de inicuos, crucificándole" (Hechos 2:23. Énfasis añadi-
do; d. Lucas 22:42; Hechos 4:27,28).Cristo no murió porque Dios
había perdido controlo porque se distrajera. Dios estaba en pleno
dominio todo el tiempo. Pero Él determinó no restringir las accio-
nes de los impíos a fin de que su propio plan de redención fuera
plenamente consumado por la muerte y la resurrección de Cristo
(Romanos 3:21-26).Como lo ha expresadoJohn Piper:
La gente levanta el puño de rebelión contra el Altísimo sólo
para descubrir que su rebeldía es un inconsciente servicio a los
maravillosos designios de Dios. Aun el pecado no puede frustrar
los propósitos del Todopoderoso. Él mismo no comete pecado, pero
58
Confíe en,el Sei\or y hago el bien
ha d~cretado que haya acciones que sean pecado--pues los actos
dePilato y Herodes fueron predestinados para el plan de Dios.!
. Aun cua~~o suceden cosas pecaminosas y penosas, Dios
SIempre esta ejerciendo un final control de todo y encaminando
las cos~s a_sus ~~enos. pr~pósitos. Más aun, en el tiempo opor-
tuno DIOSadmInIstra JustIcia y retribuye todas las obras malas.
Como se afirma en Proverbios 16:4,5, "todas las cosas ha hecho
Jehová para sí mismo, y aun el impío para el día malo. Abomi-
nación es a Jehová todo altivo de corazón; ciertamente no que-
dará impune" (d. Salmo 33:10,11; Romanos 12:19).
El que Dios tenga final control de todas las cosas no nos exi-
m~ .de re.sponsabilidad por nuestras acciones. Dios nos ha per-
mItI.d~ ejercer control inmediato de nosotros mismos, y Él nos
p~dHa plena cuenta por las decisiones que hayalnos hecho en la
VIda (Mateo 12:36; Romanos 14:12). Por tanto, jamás debiéra-
mos pensar de la soberanía de Dios como una excusa para nues-
tro pecado. Por el contrario, el conocimiento de la soberanía di-
vina debiera motivarnos a ser aun más responsables. Como lo
indican los pasajes antes citados, nada en nuestra vida sucede
por casualidad. Nosotros nunca sufriremos percanses o estare-
mos envueltos en disputas a menos que Dios lo permita. Dicho
de otro mod?, cada conflicto que viene a nuestra vida en alguna
m~nera ha SIdo ordenado por Dios. El conocimiento de que Dios
mIsmo ha trazado los sucesos de nuestra vida debe dramática-
mente afectar la manera en que respondemos a ellos.
Dios es bueno
Si tod~ lo que supiéramos es que Dios domina, podríamos
ten~r razon de temer. En realidad, si Dios usara su poder arbi-
tranamente, ,a veces para el bien, otras para el mal, estaríamos
en gran peligro. Pero no es este el caso. Dios es bueno-su po-
der está siempre sujeto con amor perfecto- "Una vez habló Dios;
dos veces he oído esto: que de Dios es el poder, y tuya, oh Señor,
es la misericordia" (Salmo 62:11,12).
Nuestra confianza en Dios se funda tanto en su poder como
en su amor. Dios no sólo está en control de nosotros: ¡Él está a
59
 Glorifique a Dios
favor de nosotros! En amor, nos da la vida, provee a nue.st~as
necesidades, y nunca quita sus ojos de nosotros. Como CrIstIa-
nos, podelnos decir con J. 1. Packer:
Dios me conoce como a un amigo, uno a quien Él an:a, y.no
ha momento en que su ojo no esté sobre mí, o en que. dIstraIga
su~tención de mí, ni ocasión por tanto en que su cUl~ado me
falte. Este es un conocimiento trascendental. Hay Inefabl~
consue 1o... en saber que Dios está .constantemente
. 2 atento de mI
en amor, y observándome para mI bIen ..
El hecho de que Dios es bueno no 9ui~r.e decir q;te nos ~rote-
d t do sufrimiento. Más bien SIgnIfIca que El estara c?n
~~so~ro~ en nuestro sufrimiento y que sacará bie~ de ello (Isalas
43:2,3). Hemos visto ya varias maneras en que DIOSpuede usar
las ruebas y las dificultades para bien. A menudo El usa estas
cos~s para traer gloria a sí mismo por hacer patente su bondad,
oder y fidelidad (v.g./Juan 9:1-5; 11:1-4; 1 Pedro 1:6/7). J. I Packer
~scribe: "Vemos que Dios nos deja en un mundo de pecado para
ser probados, zarandeados, apaleados por. los problemas que
amenazan con destrozarnos-todo con el fIn ?e. que podamos
lorificarlo por nuestra paciencia bajo el. sufnmIento, y co~ el
gro ósito de que Él pueda desplegar las nquezas de ~u gracIa y
~us~tar en nosotros nuevas alabanzas cuando contInuamente
nos sostiene y libera."3 _,
Dios también usa nuestras pruebas para. e~senarnos como
ministrar a otros en sus sufrimientos (2 COrIntIos 1:3-5). tra- p:
vés de nuestras pruebas, podemos dar un ejemplo que a~lme a
. en Dl'OSya cumplir siempre sus
otros a con flar ... mandamIentos
(2 Corintios 1:6-11). Al hacerlo así, estamos SIgUIendo el eJem-
plo que Cristo nos ha dado:
Si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente
es aprobado por Dios. Pues para esto fu~:teis llam~dos; porque
también Cristo padeció por nosotros, deJandono~ ejemplo, para
que sigáis sus pisadas .... Quien cuando le maldeclan, n? respon-
día con maldición; cuando padecía, no amenazaba, SInOenco-
mendaba la causa al que juzga justamente .... De .~odo que los
que padecen según la voluntad .de Dios, encomlen~e~ s~s al-
mas al fiel Creador, y hagan el bIen (1 Pedro 2:20,23, 4.19).
60
Confíe en el Seii.or y haga el bien
Por permitirnos sufrir vejám.enes, conflictos, y otras pruebas,
Dios nos enseña a depender más dé Él (2 Corintios 1:9;12:7-10).
Él también nos deja sufrir las desagradables consecuenciéls de
nuestros pecados de modo que veamos nuestra necesidad de
arrepentimiento (Salmo 119:67-71). Además, Dios usa las difi-
cultades para conformarnos a la semejanza de Cristo (Romanos
8:28,29). Las pruebas que Él nos da requiere que practiquemos
las cualidades de carácter quenas harán semejantes a nuestro
Señor. Los apóstoles reconocieron y aceptaron esta dinámica.
Pablo escribió que "nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo
que la tribulación produce paciencia; y la paciencia prueba; y la
prueba, esperanza" (Romanos 5:3,4). y Santiago lo corrobora al
añadir: "Hermanos míos/ tened por sumo gozo cuando os halléis
en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce
paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis
perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna" (Santiago 1:2-4).
Una razón de que estos hombres pudieran enfrentar proble-
mas con tal confianza era que ellos sabían que Dios nunca les
daría nada que no pudieran manejar. Ellos confiaban que cada
vez que el Señor los desafiara, también los proveería con la guía,
la fortaleza, y las habilidades necesarias para encararlo (d. Éxo-
do 4:11/12). Como Pablo asegurara a los corintios: "No os ha
sobrevenido ninguna tentación (o prueba) que no sea humana;
pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de 10 que
podéis, sino que dará también juntamente con la tentación la
salida, para que podáis soportar" (1 Corintios 10:13).
Como se promete en este pasaje, Dios siempre proveerá la
". fortaleza y la ayuda que necesitemos para enfrentar las dificul-
',!,
tades de la vida. De nosotros depende que aprovechemos ese
auxilio. Dios también promete proveer "una salida" a nuestros
problemas, y Él hará esto en una de dos maneras: a veces remo-
verá los problemas después que han cumplido su propósito en
nuestra vida (2 Corintios 1:3-11). Otras veces, Dios dejará los
problemas pero nos fortalecerá de tal modo que día tras día
podamos alcanzar la victoria sobre ellos (2 Corintios 12:7-10).
Aunque podemos estar seguros de que, arm a través de las prue-
bas y el sufrimiento, Dios está siempre obrando para nuestro bien
y el bien de otros, n.o siempre sabremos con exactitud,en qué
61

Glorifique a Dios
consiste ese bien. En muchos casos, los propósitos últimos de Dios
no se manifestarán por mucho tiempo. En otras situaciones, los
caminos y objetivos del Señor son demasiado pr~fundos para
comprenderlos, al menos hasta que lo veamos a El car.a a cara
(vea Romanos 11:33-36). Sin embargo, esto no debiera menguar
nuestra confianza en Dios o debilitar nuestra voluntad de obe-
decerle. Como se dice en Deuteronomio 29:29, "las cosas secre-
tas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para
nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumpla-
mos todas las palabras de estaley,"5 . '
Este pasaje provee la clave para tratar fielmente con SItuacIOnes
penosas e injustas. Puede que Di?s no nos diga todo lo que ~uere~
nzos saber acerca de la vida, pero El nos ha dicho lo que necesItamos
saber. En consecuencia, en vez de gastar tiempo y consumir ener-
gía tratando de imaginamos cómo serán las cosas que est~~ más
allá de nuestra inteligencia, debemos centrar nuestra atencIOn a ~a
información ya las instrucciones que Dios nos ha revelado a traves
de las Escrituras. La Biblia nos dice que Dios es tanto soberano
como bueno, de modo que podemos estar seguro de que sea cual
fuere lo que Él traiga a nuestra vida podrá ser usado para .gl~rificar
su Nombre, beneficiar a otros, y ayudarnos a crecer. La BIblIa tam-
bién provee instrucciones claras y prácticas en cuanto a ~ómo res-
ponder efectivamente a los desafíos de Dios a nuestra VIda. Con-
forme confiamos a Dios las "cosas secretas" y nos concretamos a
obedecer su voluntad revelada, experimentaremos más ~an~e p~z
en nosotros (Salmo 131; Isaías 26:3) y podremos servu a El mas
efectivamente como pacificadores (Proverbios 3:5-7)6
La senda ha sido marcada
Confiar en Dios no significa que nunca tendremos
interrogantes, dudas, o temores. No podemos simplemente des-
pojamos de los pensamientos y sentimientos naturales que sur~en
cuando enfrentamos circunstancias difíciles. Confiar en DIOS
quiere decir que a despecho de nuestros interrogant~s, dudas y
temores proseguimos desenvolviéndonos en su graCIa y creyen-
do que Dios es generoso, que Él domina, y que ~iempre ~bra
para nuestro bien. Tal confianza nos ayuda a c?ntlI~~a~ haClen-
do lo que es bueno y recto, aun en circunstanClas dlfIClles.
62
Confíe en el Sei\or y haga el bien
La Biblia está llena con ejemplos de personas que experimen-
taro~ toda clas~ de recelos y dudas y que no obstante siguieron
con~lando en/DIOS.Por ejemplo, cuando Job sufrió increíble prue-
ba, el e,xpreso muchas dudas y temores. Aun así, eventualmen-
te llego a esta conclusión: "Yo conozco que todo lo puedes
h' . ,y
que no ay pens~rm~nto que ~e esconda de ti. ¿Quién es el que
oscurece el co~seJo SIn entendImiento? Por tanto, yo hablaba lo
que no entendla; cosas demasiado maravillosas para mí que yo
no comprendía" (Job 42:2,3; vea 40:41; 41:34). '
.Uno de ~is personajes bíblicos favoritos, José, tuvo una si-
mIlar expenencia, descrita en Génesis 37-50. Debido a que era
el hij? preferido de su padre, sus hermanos lo envidiaban y lo
ver:dleron como esclavo a unos mercaderes de Egipto. Aunque
Jase ]?robablemente luchó en tiempos de duda y frustración, no
t~mo la~ cosas en su propia mano. Al contrario, continuó sir-
VIendo fIelmente a Dios (v.g. Génesis 39:9). Sin embargo, a des-
pecho ?e la honrad:z y diligencia de José, se levantaron falsas
acu:a~lo~:s c0n,tra el, y su señor lo arrojó en la cárcel. Aun allí,
Jase SlgUI0confiando en Dios y sirviendo con fidelidad a quie-
nes lo encarcelaron (Génesis 39:11-23).
, El Señor most~ó su bondad a José y lo dotó con gran sabidu-
na y poder para Interpretar sueños. Esto llevó al Faraón a ele-
var a José a primer min~stro de Egipto. En esa posición, José
pudo salvar a toda la naCIón egipcia, así como a su propia fami-
li~, de!a inanición debido a una hambruna que azotaba el Me-
~IOOnente. Sus hermanos eventualmente vinieron temerosos a
el en busca de perdón por el más grande mal que le habían he;-
cho. La respue~ta de José reveló extraordinaria humildad y una
profunda confIanza en ~asoberanía de Dios: "No temáis; ¿acaso
estoy yo en lugar de DIOS?Vosotros pensasteis mal contra mí
mas Dios lo en,caminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, par~
mantener en VIda a mucho pueblo. Ahora, pues, no tengáis mie-
do; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los conso-
ló, y les habló al cprazón" (Génesis 50:19-21).
I?e la misma manera y en su tiempo el rey David observó
que ,Dios permitía que ~os m~lignos prosperaran. Aunque no
POdl~ entender el porque, DaVId estaba convencido de que Dios
domInaba en todo y que todos sus caminos son buenos. Esta con-
63
 Glorifique a Dios
fianza inspiró a David a obedecer a Dios aun en medio de severa
persecución. Los sentimientos del rey y su discernimiento espiri--
tual se registran en el Salmo 37, el cual provee gran aliento a quie-
nes son objeto de oposición o maltratados por otros. Los siguientes
pensamientos son los seis primeros versículos de ese Salmo:
"No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas enVI-
dia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba verde se
secarán. Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra,
y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y
él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a
Jehová tu camino, y confía en él, y él hará. Exhibirá tu justicia
como la luz, y tu derecho como el mediodía."
Como José, el apóstol Pablo fue a menudo maltratado e in-
justamente encarcelado. A veces él también luchó con
interrogantes y temores. No obstante, siguió confiando en Dios
e hizo todo esfuerzo para obedecer su voluntad revelada. Esto
particularmente se evidencia en la oración dicha después que
Pedro y Juan fueran arrestados y amenazados por las autorida-
des judías: "Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y
la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay .... Porque verdadera-
mente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien
ungiste, Herodes y Poncio Pilato,lcon los gentiles y el pueblo de
Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes deter-
minado que sucediera. Y ahora, Señor, mira a sus amenazas, y con-
cede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra" (He-
chos 4:24,27-29). Cuando más tarde las amenazas de las autorida-
des se materializaron en azotes, Pedro y los otros apóstoles conti-
nuaron confiando en Dios, "gozosos de haber sido tenidos por dig-
nos de padecer afrenta por causa del Nombre" (Hechos 5:41).
El apóstol Pablo tenía la misma actitud de confiar en Dios sin
considerar las circunstancias. En Filipo, él y Silas fueron falsa-
mente acusados, severamente azotados, y echados en prisión. In-
creíblemente, en vez de hundirse en la duda y la desesperación,
ellos pasaban la noche "cantando himnos a Dios" (Hechos 16:25).
Dios mismo respondió mediante un temblor de tierra, tras el
cual se produciría la conversión del carcelero y de su familia, y
los funcionarios municipales se excusarían ante Pablo y Silas
por el maltrato de que estos habían sido objeto.
64
Confíe en el Seilor y haga el bien .
Confiar en Dios vino a ser la norma en la vida de Pablo. Aun
cuando el Señor no le .alivió de inmediato en sus sufrimientos
Pablo siguió viendo cada cosa por la que pasaba como la volun~
tad soberana de !Jios (2 Corintios 4:7-18). Eso no significa que
Pablo nunca tuvIera dudas o que jamás pidiera a Dios que lo
aliviara en su sufrimiento (2 Corintios 12:7,8). Pero cuando la
respuesta del Señor no se acoplaba al requerimiento de Pablo, él
se esforzó en creer que Dios tenía algo mejor en mente (vv. 9,10).
Esto se hizo ,especialmente manifiesto durante muchos de los
enca~celamientos de Pablo, que siempre los consideró parte del plan
de DIOSpara el progreso de su Reino (Efesios 4:1; Filipenses 1:12-
14; Colose:r;.ses4:3). Cuanto más anduvo Pablo con Dios, tanto más
confió en El. En consecuencia, Pablo no pasó todo el tiempo pen-
sando en cuándo sería puesto en libertad. En vez de pedir a quie-
nes lo apoyaban que oraran para que las puertas de la cárcel se
abrieran, Pablo los urgió a orar "para que el Señor nos abra puerta
para la palabra" o el evangelio (Colosenses 4:3,4, énfasis añadido; d.
Efesios 6:19,20). Sabiendo que independientemente de las circuns-
tancias est~b~ seguro en las manos de Dios, Pablo fue siempre libre.
Este .conocmuento lo salvó de vivir quejoso y le permitió responder
efectivamente a las oportunidades que Dios había puesto ante él.
Dios ha seguido mostrándonos ejemplos de la clase de confian-
~a que lo honra. Uno de los más profundos ejemplos en nuestros
tiempos ~.e dado por Jim y Elisabeth Elliot. En 1956, Jim y otros
cuatro ffilSIOneros fueron asesinados cuando trataban de llevar el
evangelio a los aucas, una aislada tribu de Ecuador, en Sudamérica.
Elisabeth se vio seriamente afectada por la pérdida de su esposo,
y tuvo que luchar a través de muchos interrogantes sin respues-
ta. Sin embargo, como lo revela este trozo de un subsecuente
libro suyo, ella siguió confiando en la soberanía de Dios: "Para
el mundo e~ ge~eral esta fue la inútil pérdida de cinco vidasjóve-
nes. Pero DIOStiene su plan y propósito en todas las cosas .... Las
o~aciones de las viudas mismas son por los aucas. Aguardamos el
dla cuando estos salvajes se nos unirán en la alabanza cristiana.
Pronto se hicieron planes para continuar la obra de los mártires."7
Las viudas llevaron adelante la obra que sus esposos habían
comenzado; tres años después de la muerte de ellos Dios con-
testó sus oraciones y comenzó a abrir al evangelio lo; corazones
65

Glorifique a Dios
de los aucas. Aun algunos de los hombres que habían matado a
los misioneros eventualmente aceptaron a Cristo. Aunque
Elisabeth alabó a Dios por las conversiones que Él había hecho
posible, reconoció que aquellas no eran la única medida del pro-
pósito de Dios en la muerte de su esposo. En 1981, Elisabeth
añadió un epílogo a su libro, que incluye estas palabras:
La historia de los aucas ... ha indicado una cosa: Dios es Dios. Si
él es Dios, él es digno de mi adoración y de mi servicio. No hallaré
descanso en ninguna parte excepto en su voluntad, y esa voluntad
está infinitamente, inmensurablemente, inefablemente más allá de
mis más exageradas imaginaciones de lo que está haciendo. Dios
es el Dios de la historia humana, y él obra continuamente, miste-
riosamente, para consumar sus eternos propósitos en nosotros, a
través de nosotros, por nosotros, y a despecho de nosotros .... Causa
j,' y efecto están en las manos de Dios. ¿No es parte de la fe simple-
mente dejarlos descansar allí? Dios es Dios. Yo lo destrono de mi
corazón si demando que él obre en formas que satisfagan mi idea
dela justicia .... Aquel que puso los fundamentos de la tierra y esta-
bleció sus dimensiones sabe donde están trazadas las líneas. Dios
8 en ~edlo de Increíble prueba o injusticia, creyeron. que Dios
nos da toda la luz que necesitamos para confiar y obedecer.
Similar confianza ha sido mostrada en la vida de Joni Eareckson
Tada. En 1967, Joni quedó paralítica de los hombros abajo como
resultado de un accidente sufrido mientras buceaba. Por un tiem-
po ella también luchó con muchos interrogantes y dudas. Sin em-
bargo, por la gracia de Dios no sucumbió al resentimiento y a la .
desesperanza. Al contrario, como el Señor aumentaba de continuo
su fe y conocimiento, ella aprendió a ver su situación como una
oportunidad de exaltar a Cristo y ministrar a los inválidos. Joni
ahora liderea una organización que ministra a centenares de miles
de personas a lo largo y ancho del mundo. Cuando escribe acerca
de la soberanía de Dios, dice:
.Nada es sorpresa para Dios; y nada está más allá de su gobier-
no. Su soberanía es absoluta. Todo lo que sucede es ordenado por
Dios de una manera única.
La soberanía es algo pesado para abscribir a la naturaleza y al
carácter de Dios. Pero si él no fuera soberano, no sería Dios. La
Biblia es clara cuando afirma que Dios tiene absoluto control de
todo lo que sucede.
66
Confíe en el Señor y haga el bien
C~~o Moisés aprendió, cuando Dios da una incapacidad, él
ta~blen provee los medios para tratar con ella (Éxodo 4:11,12).
Dl~S no se complace en nuestras aflicciones, pero cuando estas
estan en su voluntad para nosotros¡ él se deleita en hacer que
cada cosa. ob;-e para nuestro bien y para su gloria (Romanos
8:28)-qulte Ella aflicción o no.
Si el ex~men.~e la soberanía de Dios nos enseña algo, es que
la. reald sabsfacclOn no. viene de entender los motivos de D'lOS,
SillO e enten~er su carácter, de confiar en sus promesas, y de
apoyarnos en el y descansar en él como el Soberano que sabe lo
que hace y hace todo bien.9 . .
. Cada una de las personas mencionadas en esta sección expe-
nmen.taron t:roblemas extremadamente difí~iles y lucharon con
los ~Ismos In.t~~roga~tesy preocupaciones que nosotros hoy.
¿Que les p~rmItlo continuar a pesar de estos desafíos? Entre otras
c~s~s, t~vlero.n la humi.lda~ de reconocer la finitud de su pro-
p~a Inteh~enC1a y la ~ablduna p~~a rendirse a los eternos desig-
nIOSde.Dlos. A trav:es de la oraClOn, el estudio, y la experiencia,
aprendI~ron a. confIar plenamente en la soberanía divina. Aun
~obI~rna y que los amaba con amor eterno. Esa confianza los
hbero de la carga de los interrogantes sin respuesta, y los ayudó
a vencer los temores y dudas que naturalmente los desafiaban.
Esa co~fi~nza abrió sus corazones para recibir la gracia de Dios
y les dIO hbertad para continuar haciendo el bien conforme res-
pondÍan a los desafíos que el Señor traía a su vida.
Confiar es una decisión
Lo que usted piense respecto del carácter de Dios tendrá un pro-
f~do efecto en la manera en q~e con~e en Él. Si usted no cree que
~IOSes soberano y bueno, confIar en El será cosa elusiva, pues un
dIOS~ue ama. per~ no gobierna es simplemente l/un Papá Nicolás
~elestíal. .. q~~en tIene buenas inteciones, pero no siempre puede
lIbrar ~ sus hiJOSde problemas y sufrimiento".lO Tal dios ofrece poca
seg~ndad o esperanza frente a la aflicción y es incapaz de inspirar
confIanza u obediencia.
Por otra parte, si usted cree que Dios es soberano y bueno, po-
67
 Glorifique a Dios
drá confiar en Él y obedecerle aun en medio de circunstancias ~ifí-
ciles. Una mujer a la que hace varios años serví como cons~Jero
legal aprendió este principio cuando ella estaba a p:mto de dejar ~
su esposo. Su experiencia fue tan alentadora ~u.e mas tarde le pedI
que escribiera una carta anónima para benefICIO de o~o~ /que en-
frentaban problemas similares. He aquí lo que ella escnbIO:
Querido amigo: . / ,..
Si estás ahora en la oficina de Ken, qUlza te estes smtIendo
como yo. Estás diciendo que deseas.mejorar tu matri~onio, pero
lo que realmente quieres profundIzar en tu corazon escapa a
tus manos. No puedes ya seguir viviendo como hasta ahora, y
tú sólo deseas que tu esposo desapareciera y dejara tras sí mon-
tón de dinero.
. El primer día en que procuré los CCS, estaba lista p~ra inger~r
30 calmantes si no los conseguía. Estaba llena de enoJo, resentI-
miento y odio por lo que había llegado a ser mi vida. Había alcan-
zado eÍ punto donde no podía al.ill habla~ a ~~ esposo. No me
refiero a serias conversaciones-yo no podla nI SIqUIeracontestar
una simple pregunta con un sí o un no. Cuan~o él entra~a al apo-
sento, yo salía. Cuando me tocaba, me encogla. ~e sentIa atrapa-
da, y me iba a complejos habitacionales con la Ide~ ~e hallar un
lugar donde los niños y yo pudiéramos escapar'y VIVIr.
Esta situación había continuado por tanto tIempo que yo no
veía cómo alguna vez pudiera cambiar. Hablar con Ken se;-ía mi
último esfuerzo por cambiar las cosas, pero realmente sentIa que
el matrimonio no tenía esperanza, y dije a mi esposo que yo quería
marcharme.
Después de hablar con Ken, oré y oré acerca de los principios
bíblicos que él me había explicado. Yo~staba prof~damente mte-
resada respecto de ~i futu:o. C~mence a ver ;:Iue?IOS e;,sober~?,
y comprendí que mI matnmom~ no er~ un accIdente . ~amb~en
vi que yo no tenía derecho de dejar a mI esp?so. En un re~IroDIOS
me mostró por las Escrituras (DeuteronomIO 30:11~20;l~alo, por
favor) que en rea}idad mi compromiso, con el m~:nmomo e.ra lo
que Dios quería. El había puest? ante mI una ele.cclon:su cammo o
el mío. Si elegía mi propio cammo: estaba e~ mI derec~o:
Decidí confiar en Dios y segUIr su cammo. Acorde Ir con mI
esposo a un consejero cristiano que Ken me había recomendado. A
veces era realmente muy difícil. En ocasiones yo no podía ni aun
hablar, pero fuimos por unos meses a la consulta y las cosas co-
menzaron a mejorar.
68
Confíe en el Seilor y haga el bien
Comenzamos a "llevarnos bien", pero yo estaba profundamente
molesta porque no sentía amor por mi esposo. Ya no sentía enojo
ni odio hacia él, pero tampoco afecto. Aunque nuestra relación había
mejorado, yo sabía que el matrimonio tenía que ser algo más que
sólo "llevarse bien".
No creía que Dios nos hubiera permitido vivir juntos por tanto
tiempo sólo para dejamos en una relación tan vaCÍa.Yo quería se-
guir confiando en el Señor y hacer depender mi esperanza de él.
Cuando buscaba la palabra" esperanza" en mi concordancia bíbli-
ca, hallé este versículo: "y la esperanza no avergüenza; porque el
amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíri-
tu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5). Para mí este versiculo
significaba que si confiaba a Dios mi futuro yo no experimentaría
ninguna desilusión. Dios me daría amor por mi esposo. Podía de-
pender de Él. Estaba siguiendo su camino y por tanto podía espe-
rar que Él satisfaría mis necesidades.
¿Y sabes? Algunas cosas verdaderamente maravillosas suce-
dieron. Estoy enamorada de mi esposo. Me gozo estando en su
compañía. Aprecio su sentido del humor. Confío en él como un
amigo. Él es mi favorito cita de almuerzo, y me encanta abra-
zarlo y besarlo mientras él está viendo televisión.
El Señor ha cambiado mis sentimientos. Le doy gracias casi
cada día por no dejar que yo siguiera mi propio camino. Habría
arrojado tanto por la borda y jamás comprendería cómo Dios
puede obrar cuando dejo que lo haga. El cambio en nuestra fa-
milia es verdaderamente un milagro.
Un año después de haber escrito esa carta, llamé a la señora
para preguntarle cómo iban las cosas en su matrimonio. Me dijo
que su relación con su esposo "tenía a veces altibajos", y que ellos
continuaban trabajando con un consejero para tratar con las causas
subyacentes de sus problemas matrimoniales. Me dijo que los dos
estaban creciendo en su fe cristiana. Aun cuando ella estaba muy
frustrada con su esposo, rara vez luchaba con la desesperanza que
había plagado sus dos primeros años. También me dijo que ella
.
estaba segura de que Dios sabía lo que estaba haciendo en la vida
de ella, y que confiaba que las cosas seguirían mejorando mientras
el Señor continuaba obrando en la vida de ambos.
Entonces la señora me dijo algo que me tocó profundamente:
que ella y su esposo acababan de comprar un apartamento, y que
69
 Glorifique a Dios

ese día ella lo estaba pintando. Recordando los tiempos en que an-
daba por los alrededores en busca de un lugar donde escapar, co-
menzó a pensar en que habría significado vivir sola. Dijo que ella
tembló con solo pensar cuán vacía y solitaria sería su vida sin la
compañía de su esposo. "Estoy tan feliz", dijo, "que Dios no per-
mitiera que yo siguiera mi propio camino".l1

Resumen y aplicación SEGUNDA PARTE

Cuando usted está envuelto en un conflicto, debe también deci-
dir si confiará en Dios o no. Confiar en Dios no significa creer que
Él hará todo lo que usted desea, sino que hará todo lo que Él sabe
que es bueno. Si usted no confía en Dios, inevitablemente pondrá
su confianza en usted mismo o alguien más, lo que a la postre
acarrerá sufrimiento. Por otra parte, si usted cree que Dios es sobe-
Saque la viga
rano y que Él nunca dejará nada en su vida a menos que pueda ser
usado para bien, verá los conflictos no como accidentes sino como
asignaciones o deberes. Esta clase de confianza glorifica a Dios e
inspira la fidelidad necesaria para la efectiva pacificación.
de su ojo
Si usted se halla actualmente envuelto en un conflicto, estas pre-
guntas lo ayudarán a aplicar los principios expuestos en este capítulo:
1. ¿Ha estado usted viendo esta disputa como algo que suce-
"¡Hipócrita'. saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás
dió por casualidad, como algo hecho por usted o alguien bIen para sacar la paja del ojo de tu hermano."
más, o como algo que Dios ha permitido en su vida para
un propósito específico? Mateo 7:5
2. ¿Qué interrogantes, dudas, o temores tiene usted debido a
esta disputa?
amo vimos en la primera parte de este libro, la pacifi
3. Lea los Salmos 37 y 73. ¿Qué se advierte en ellos que usted
cación siempre comienza enfocando a Dios y sus in
no debe hacer? ¿Qué se le insfruye en ellos que haga? ¿Qué
tereses. Ahora usted deberá poner los ojos en usted
consoladoras promesas proveen?
mismo -no para autojustificarse y desarrollar un plan
4. ¿Cómo cambiarían sus sentimientos, actitudes, y conducta
que lo ponga a buen resguardo, sino para examinar su actitud y
si comenzara a ver esta disputa como nna asignación o de-
evaluar su faltas y responsabilidades en la situación. Esta ins~
ber de un Dios perfectamente amoroso y todopoderoso?
pección personal lo ayudará a ver las cosas más Claramente, a
5.. ¿Qué bien podría Dios sacar de ello si usted responde a
pasar por alto pequeñas ofensas, y a asumir responsabilidad por
este conflicto en una manera bíblica?
lo malo que hizo para dar lugar a la disputa. Muchas veces, esto
6. Deje constancia al Señor escribiendo una oración basada
hará que su adversario responda positivamente y que acelere la
en los principios enseñados en este capítulo.
71
70
 Los Pacificadores
solución del conflicto. Dos amigas mías aprendieron esta lec-
ción cuando estaban al borde de una demanda legal.
Isabel y Elena habían sido íntimas amigas desde que ambas
estudiaban en la secundaria. Habían trabajado en una diversi-
dad de empleos desde poco después de su graduación, y even-
tualmente Isabel pudo COlnenzar su propia tienda de ropas. Elena
buscaba algo nuevo que hacer, y no mucho tiempo después Isa-
bella contrató como gerente.
Al principio las cosas marchaban bien. Ambas mujeres eran
aplicadas trabajadoras, y la compañía creció. Más tarde, cuando
Isabel decidió que necesitaba pasar más tiempo con su familia,
gradualmente redujo el número de horas en el trabajo. Elena,
sin embargo, continuó al mismo ritmo, aun cuando Isabel la urgía
a tomar las cosas con calma. Aunque ella trabajaba muchas ho-
ras extra, estaba satisfecha con el modesto salario que devengaba
al mes, especialmente cuando Isabel la autorizó a adquirir un
automóvil y otros beneficios que no figuraban en las cláusulas
de su contrato original.
Conforme el tiempo pasaba la compañía prosperó, pero a la
vez surgieron problemas entre Isabel y su gerente. Elena era
audaz y no vacilaba en expresar en forma enérgica sus ideas
acerca del negocio. Isabel era más bien poco exigente y evitaba
tanto como le fuera posible los enfrentamientos con Elena, aun
cuando sus opiniones difirieran en asuntos importantes. Sin
significante comunicación, la frustración de ambas creció hasta
estallar en una acalorada discusión al fin de un día largo yar-
diente. Los genios se inflamaron, y pronto Isabel dijo: "jEsto se
acabó! Estoy cansada de que siempre me estés diciendo cómo
debo manejar mi compañía. Quedas despedida."
En las próximas semanas el resentimiento de Elena por ha-
ber sido despedida del empleo se profundizó, y pronto se fue
a hablar con un abogado para demandar a Isabel en el tribu-
nal y forzarla a pagarle $8.000 por trabajo extra durante los
tres años transcurridos. Afortunadamente, una amiga de
ambas se enteró de su riña y pudo persuadirlas a que some~
tieran su disputa a la conciliación cristiana. Un panel compuesto
de un abogado, un respetado amigo, y yo mismo nos reunimos
varias veces durante unas semanas con Elena e Isabel.
72
Saque la viga de su ojo
Durante las primeras reuniones ambas mujeres se mostra-
ron extremadamente defensivas. Cada una justificaba su con-
ducta y e~h~ba a la otra toda la culpa por el conflicto. Después
de vanas Infructuosas reuniones estábamos perdiendo lá espe-
ranza de que la disputa se resolvería. Pero acordamos reunir-
nos po~ última vez y pedimos a ambas mujeres que estudiaran
antes CIertos pasajes de la Biblia.
Dios usó aquellos pasajes para cambiar el corazón de Isabel.
La próxima vez que nos reunimos, ella tuvo un nuevo enfoque
de la situación. En vez de defenderse y buscar sus propios inte-
reses,'comenzó a admitir las cosas que había hecho y que dieron
lugar a la disputa. Confesó que el pasado año había desarrolla-
do una actitud crítica hacia Elena que hizo más tensa la rela-
ción. Además, ella reconoció que había hecho un pobre trabajo
de comunicación con Elena y que le había dado muchas incon-
secuentes instrucciones. Isabel también admitió que había deja-
do que la codicia controlara algunas de sus decisiones en el ne-
goc~o, y que no h~bía actuado correctamente al permitir que su
genIO estallara. FInalmente Isabel miró a Elena y le dijo: "Tú
sabes, no sólo he arruinado una buena amistad con esto, sino
que he perdido también a una gran gerente. Yono puedo hallar
a alguien que trabaje tan duro o que administre la tienda tan
bien como tú lo hiciste."
Al oír esto, los ojos de Elena se llenaron de lágrimas. "Tú no
sabes lo que eso significa para mí", dijo. "Nunca había sido des-
pedida de un empleo, y lo sucedido realmente destruyó mi con-
fianza." Hizo entonces una pausa y continuó: "Estos sucesos
me han obligado a ver algunos cambios que también necesito
~acer en mi, vida. Lo que has dicho me ayuda en efecto a creer
que los puedo hacer."
Dado que Elena había ya aceptado un nuevo empleo, no se
habló de volver al que tenía en la tienda de Isabel. Elena acordó
que Isabel no le debía ni un centavo, pero no obstante Isabel
decidió darle un generoso regalo para que saneara sus finanzas.
El~na aceptó agradecida el regalo. Por cambiar de actitud yasu-
mIr su responsabilidad por sus propias faltas, Isabel y Elena im-
pidieron una demanda legal y preservaron una valiosa amistad.
73
r
¿Vale la pena pelearse por esto?
La cordura del hombre detiene su furor,
y su homa es pasar por alto la ofensa.
Proverbios 19:11
esús tuvo mucho que decir acerca de la solución de conflic-
tos. Uno de sus más célebres mandamientos se registra en
Mateo 7:3-5:
"¿Ypor qué miras la paja que está en el ojo de tu herman?'l
no echas dever la viga que está entu propio ojo? ¿O Cómodnras
a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí l~ vi?a
en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propIO oJo, .
y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano."
Este pasaje se interpreta aveces corno una prohibición a en-
carar a otros por sus faltas. Sin embargo, si usted lee cuidadosa-
mente, verá que con él no se prohibe el enfrentamiento. Por el con-
trario, lo que se prohibe es hacerlo en forma prematura e irnprop~a.
Antes de que llame a otros la atención por sus faltas, necesIta
74
¿Vale la pena peÍeélrse por esto?
enfrentar las de usted. Una vez usted ha tratado conSLl parte nega-
tiva en el conflicto, puede encarar a otros respecto de la suya.
Cuando se halla envuelto en un conflicto usted tendrá que
tratar con dos clases de faltas. Primero, pudiera ser que usted
sea demasiado perceptivo del mal comportamiento de otros, por
lo cual los pecados de ellos les parezcan más serios de lo que en
efecto son. Segundo, puede.que usted haya dado lugar al con-
flicto por su conducta pecaminosa. En este capítulo trataremos
con el primer problema, y con el otro en los dos siguientes. Lue-
go, en laTercera Parte del libro, buscaremos formas en que usted
pueda ayudar a otros a enfrentar resueltamente su mal proceder.
Defina los.3sunt9s
Los conflictos generalmente implican dos clases de asuntos:
uno material y otro personal. Los asuntos materiales envuelven
cuestiones sustanciales que deben ser resueltas para poner fina
un desacuerdo. Estas cuestiones pueden expresarse de varias
maneras: ¿Dónde pasaremos nuestras vacaciones? ¿Debemos
construir un nuevo templo? ¿Incumplió Alicia el contrato?
¿Cuánto dinero debe Manuel a Ramona? ¿Qué podemos hacer
para vender esta propiedad? ¿Fue justo que Ruperto despidiera
a Sebastián de su empleo? (En el capítulo 11 se explicará cómo
resolver tales asuntos mediante negociación cooperativa.)
Los asuntos personales son aquellas cosas que se hallan en la
persona misma. o se manifiestan entre individuos. Estos asuntos
envuelven nuestras actitudes, nuestros sentimientos, y nuestros
motivos, así como tarrtbién nuestras palabras! nuestro proceder, y
el trato de uno para con el otro. Cuando una relación ha sido perju-
dicada. por palabras o acciones pecaminosas, la paz y la unidad
genuinas no serán restauradas hasta que los asuntos personales
sean resueltos mediante el arrepentimiento, la confesión, y el perdón.
Algunas disputas envuelven sólo asuntos personales Y otros
únicamente cuestiones materiales. Sin embargo; en la mayoría de
los conflictos están presentes ambas clases de problemas, en cuyo
caso los asuntos personales a menudo ejercen una fuerte influen-
cia en la manera en que hemos de tratar con los materiales.
Esta influencia se describe en Lucas 12:13-15. "Le dijo uno de la
75

Saque la viga de su ojo
multitud: Maestro, dí a mi hermano que parta conmigo la he-
rencia. Mas él [Jesús] le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre
vosolros COll10 juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de
toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abun-
dancia de los bienes que posee". El asunto material en este caso era
"¿cómo debe dividirse la herencia de la familia 7" El primer proble-
ma personal aquí era la codicia de los hermanos, que les impedía
resolver en forma cooperativa y generosa un asunto material.
Como este breve incidente ilustra, es generalmente sabio enca-
rar los asuntos materiales relacionados antes de intentar resolver
un conflicto. Una vez las personas se han arrepentido de sus actitu-
des/ motivos, y conducta pecaminosos, están en mejor posición de
tratar razonablemente con el deacuerdo específico que los divide.
Con todo, dado que la reconciliación personal puede ser obstruida
hasta que haya un progreso sustancial en los asuntos materiales, a
veces debe tratarse simultáneamente con ambos factores.
Una de las primeras cosas que debe hacer cuando está en-
vuelto en un conflicto es definir los asuntos personales y los
materiales y discernir la manera en que ambos se relacionan.
Una vez que usted tiene una clara comprensión de estas diná-
micas/ puede comenzar a decidir qué pasos debe dar para resol-
ver el problema. De ordinario es prudente empezar este trámite
preguntándose a usted mismo: "¿Vale la pena pelearse por esto 7"
Donde están envueltos significantes asuntos personales o mate-
riales/ la respuesta a esta pregunta será sí, y usted necesitará
seguir los pasos que se describen en los subsiguientes capítulos.
En muchos casos, sin embargo, si usted considera la situación
desde una perspectiva bíblica, la respuesta será no, lo cual sig-
nifica que usted debe resolver el asunto tan rápida y pacífica-
mente como sea posible. Más abajo hay algunos de los princi-
pios que lo ayudarán a contestar debidamente esta pregunta.
Pase por alto pequeñas ofensas
En muchas situaciones, la mejor manera de resolver un con-
flicto es simplemente no hacer caso a las ofensas de otros.
Este acercamiento es altamente recomendado a través de las
Escri tur as:
76
,
¿ Vale la pena pelearse por esto?
"La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar
por alto la ofensa" (Proverbios 19:11; d. 12:16; 15:18; 20:3).
'~Elque comien~ala discordia es como quien suelta las aguas;
deJa, pues, la contIenda, antes que se enrede" (Proverbios 17:14;
d.26:17).
"Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el
amor cubrirá multitud de pecados" (1 Pedro 4:8; d. Proverbios
10:12; 17:9).
. "C~n toda humildad y mansedumbre, soportándoos con pa-
CIenCIalos unos a los otros en amor" (Efesios 4:2).
"Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros, si
alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os
perdonó, así también hacedlo vosotros" (Colosenses 3:13; d.
Efesios 4:32).
.. ~uando no r~p~ramos en las faltas de otros en nuestro per-
JUICIO/estamos ImItando la extraordinaria compasión de Dios
ha.cia nosotros: "Misericordioso y clemente es Jehová; lento para
la Ira, y grande en misericordia. No contenderá para siempre, ni
para siempre guardará el enojo. No ha hecho con nosotros con-
forme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nues-
tros pecados" (Salmo 103:8-10).
Ya que Dios no nos trata con dureza cada vez que pecamos,
debemos estar dispuestos a tratar a otros en forma similar. Aun
cuando esto no significa que hemos de pasar por alto todo peca-
~o/ sí implica que debemos esforzarnos para no reparar en el
Inconsecuente comportamiento de otros. Esto último debe ma-
nifestarse bajo dos condiciones: primero, la ofensa no debiera
haber levantado una pared entre usted y la otra persona, ni he-
cho que usted sienta diferente respecto de ella más que por un
breve lapso. Segundo, La ofensa no.debió haber hecho serio daño
a la buena reputación de Dios, a otros, o al ofensor. (Analizare-
mos más plenamente estos criterios en el capítulo 7.)
Si usted decide pasar por alto una ofensa, no debiera en modo
alguno guardar el inciden te en su memoria para usarlo más tarde
contra la otra persona. Por el contrario, usted necesita perdonar
la ofensa en una forma bíblica: obligándose a no tratar más el
asunto ni a usarlo más tarde contra la otra persona. (En el capí-
tulo 10 se proveerá más detalles sobre el perdón.) Si usted no
puede pasar por alto la ofensa de esta manera, o si hacerlo así
77
 Saque la viga de su ojo
no sería bíblicamente apropiado, hable de ello a la otra persona
y hágalo en forma amable y constructiva.
Examine su actitud-y eámbiela
Cuando alguien loha perjudicado y usted se siente aún frus-
trado o herido, es difícil pasar por alto la ofensa. Es aun más
difícil si usted es supersensible a la mala conducta ajena y tien-
de a explayarse demasiado enlo malo que otros han hecho. Una
manera de guardarse contra este problema es examinar su acti-
tud a la luz de la palabra de Dios.
La epístola de Pablo a los filipenses contiene una excelente
fórmula de examinar las actitudes de uno durante un conflicto.
Aparentemente Pablo había oído que dos amigas suyas en Filipo
estaban enfrascadas en una disputa entre sí. Esta debió de ser
muy grave, porque la noticia había cruzado el mar y alcanzado
a Pablo en la prisión. En consecuencia, como parte de su carta
abierta a la iglesia de Filipo, Pablo tomó tiempo para urgir a
estas dos mujeres a buscar la paz:
"Ruego a Evodia ya Síntique, que sean de un mismo sentir en
el Señor. Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que
ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evan-
gelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos,
cuyos nombres están en el libro de la vida.
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor
está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vues-
tras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con ac-
ción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendi-
miento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos
en Cristo Jesús.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo
honesto, todo lo justo, todo lo amable, todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto
pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en
mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros" (Filipenses
4:2-9).
Todos los principios fundamentales de la pacificación que
.han sido considerados hasta aquí en este libro se reflejan en
78
¿Vale la pena pelearse por esto?
est~ epístola paulin~. Pablo iIllplícitamente recuerda a las
mUJeres. que su con!hcto provee unaoportunidad de glorifi-
ca~ a DIOS, de servu a otros, y de crecer a la semejanza de
Cnsto. Subraya también la importancia de la paz y la unidad
e~ el reino de Dios, y dice que Evadía y Síntique deben reci-
bu la ayuda de la iglesia si no pueden resolver privadamente
su disputa. Lo más importante, el Apóstol les recuerda a am-
bas que Dios está íntimamente envuelto en su situación y que
las puede ayudar a resolverla.
Pablo no explica cada paso que Evodia y Síntique necesitan
dar para resolver sus diferencias. Aparentemente ellas habían
ya recibido suficiente instrucción sobre el particular. Por el con-
trario, él enfoca los pasos que ambas mujeres deben tomar para
desarrollar una apropiada actitud hacia su situación y hacia ellas
mismas. Pablo ha dividido sus instrucciones en cinco principios
básicos, que usted, también, puede usar donde quiera que se
encuentre envuelto en un conflicto.
1. Gócese en el Sel1or'siempre. Como de costumbre" Pablo nos
urge a poner nuestra atención en Dios cuando nos acercamos
a dilucidar un conflicto. Más aun, é'l quiere que al centrarnos
en Dios sea en forma plenamente gozosa. Comprendiendo
que podemos pasar por alto este punto, Pablo repite:
"Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo:
¡Regocijaos!" ¿De qué cosa en el mundo se podrá uno gozar
cuando se está envuelto en una disputa? Para comenzar, us-'-
ted puede gozarse del hecho más asombroso de la vida: gozo
de haber recibido el perdón mediante Cristo. Cuanto más se goza
usted en el perdón, tanto más fácil le será perdonar a otros.'
Usted puede también gozarse en que Dios le ha dado la Bi-
blia, el Espíritu Santo, y la iglesia para guiarlo, fortificarlo, y
sustentarlo. (Si usted no se está gozando con estos recursos,
puede que sea negligente respecto a ellos.) Si su adversario es
creyente, estos recursos están también disponibles a él o a ella.
Como Dios obra en usted mediante estos canales, usted puede
recibir segura dirección, madurar en carácter, desarrollar solu~
ciones creativas, y ver el regreso de la paz auténtica.
. Finalmente, usted puede gozarse en el hecho de que su situa-'
ción no es accidental. Sabiendo que Dios es soberano y bueno,'
79
 Saque la viga de su ojo
usted puede confiar que en última instancia Él está obrando a
través de este conflicto para beneficio de usted. Con esta con-
fianza como su cimiento, usted puede evitar la ansiedad sin senti-
do y enfocar su atención en las oportunidades que su. discord~a
provee. La salvación, la motivación'y el poder d~ ~amblar, la gUla
efectiva a través de la palabra de DlOSy del Esplntu, los recursos
del cuerpo de Cristo, las oportt:~dades que ~iene~ por ~~~obera-
,nía divina-todo ellos son bendlclOnes que estan a dlSposlclOn suya
cuando usted está" en el Señor". ¡Cómo no gozarse en tantas cosas!
2.Deje que su amabilidad sea manifiesta en todo. El s~gundo p~so
para desarrollar una actitud propia hacia el confhcto es ~eJar
"que vuestra gentileza sea conocIda de todos los h~mbres (c~.
Gálatas 6:1,2). La palabra griega usada en este pasaje y traducI-
da al español por "gentileza" es rica en signifi~ado:"[~piache~]
quiere decir paciente, de amplio corazón, gentIl, cortes, conSI-
derado, generoso, indulgente, moderado. En resu~en, .co~ es.e
término se describe una cualidad que es lo contrano de lrntabl-
lidad, rudeza, y causticidad; describe una cualidad q~e haría ~
la persona simpática en vez de odiosa. Con ella se dIce que ~l
usted es cristiano, puede ser una persona amable.lEl ser gentIl
en medio del conflicto produce varios beneficios, especialmen-
te cuando esa gentileza es "conocida de todos". Tal actitud re-
fleja la presencia y el poder de Cristo en la vida de usted y lo
complace y honra a Él. La gentileza también lo guarda de hablar y
actuar groseramente, lo que sólo empeoraría las cosas. Fina!mente,
su gentileza podría hallar similar conducta en su adversano.
La gentileza es especialmente apropiada si la persona que le
hizo daño está experimentando inusual tensión. En tales casos,
el mal hecho a usted con frecuencia es sólo un síntoma de un
problema más profundo. Al responder en forma amable y com-
pasiva, a menudo puede ser de ?ran ayud~ a .la. otra person~.
Una vez observé una pareja practIcar este pnnClplO en su matn-
monio. El esposo había estado bajo muchísima tensión, y se irri-
taba más de lo usual. Como resultado, criticaba injustamertte a
su esposa y le dijo cosas duras en mi presencia. Ella tenía todo
el derecho de enfrentarlo por su pecado, pero Dios le dio la gra-
cia de ser gentil. En vez de reprenderlo, pasó por alto su ofensa,
respondió con palabras amables, y reconoció las dificultades que
80
¿Vale la pena pelearse por esto?
él estaba enfrentando. Después de hacer algunas preguntas para
saber más de la situación y de los sentimientos de su esposo,
ella se ofreció a ayudarlo en algunas maneras concretas. El hom-
bre fue tocado por la gentileza de su esposa y se excusó por la
forma en que la había tratado. Gracias a la amable respuesta de
esta dama, una situación que podría haberse tornado una gran
pendencia fue transformada en un tiempo de efectivo ministe-
rio y crecimiento.
3. Reemplace la ansiedad con oración. El tercer paso en el desa-
rrollo de una piadosa actitud hacia el conflicto es despojarse de
pensamientos de ansiedad. Pablo no se refiere a asuntos trivia-
les. Merimnao, la palabra griega traducida al español como "afa-
noso", significa lleno de cuidados y penas, presionado, apura-
do, cargado, tenso. Estos sentimientos tienden a multiplicarse
cuando estamos en medio de una disputa, especialmente si esta
envuelve una persona muy importante para nosotros o si están
en riesgo valiosos intereses.
Como Pablo sabía que los pensamientos de ansiedad pueden
infiltrarse en nuestra mente, independientemente de cuán duro
tratemos de desdeñarlos, él nos instruye a reemp~azar los la-
mentos con "toda oración Yruego, con acción de gracias". Cuan-
do usted está metido en una disputa, será natural que se extien-
da en sus difíciles circunstancias o en las cosas malas que la otra
persona le ha hecho o que le pueda hacer. La mejor manera de
vencer este pensamiento negativo es dar gracias a Dios por las
muchas cosas que Él ya ha hecho por usted en esta situación (y
en otras) y pedir su auxilio mientras usted encara sus actuales
desafíos (cf. Mateo 6:25-34).
Cuando evoca ...lafidelidad de Dios en el pasado y hace hoy
causa común con El, descubrirá que su ansiedad está firmemente
reemplazada con la confianza y la certeza (d. Isaías 26:3). De
hecho, haciendo memoria de la fidelidad de Dios yagradecién-
,,1 ¡
dole su liberación en el pasado fue una de las primeras formas
¡ en que los israelí tas vencieron sus temores cuando se vieron
enfrentando abrumadoras circunstancias (v.g. Salmos 18,46,68,
77, 78, lOS, 106, 107, 136; Nehemías 9:5-37).
,d Cuando usted pone la mira en Dios a través de la oración,
, \
I
, I
puede comenzar a experimentar algo que no parece lógico: la
j
81

Saque la viga de su ojo
hostilidad, la ansiedad, y el conflicto interior con que uste.d ha
estado tratando comenzará a ceder su lugar a una paz tan Ines-
perada que Pablo dice que" sobrepasa todo entendimiento".
Aunque esta paz puede ser sólo interio~al pri~cipio ("guardará
vuestros corazones y vuestros pensamIentos ), a menq,d,o/cre~
cerá en una paz externa -o reconciliación- que excedera aSI .
mismo toda la comprensión de aquellos que han estado atentos
al conflicto. Cuando Dios obra en su pueblo, comienzan a suce-
der cosas que no tienen sell;tido. Esto trae gloria a su N ~mbre.
4. Vea las cosas como en efecto son. Cuando usted sustItuye la
ansiedad con la oración, está listo para seguir la cuarta .instru~-
ción de Pablo, que consiste en desarrollar un punto de vIsta ~as
exacto o preciso de su oponente. Si usted responde al conflIcto
como la mayoría de la gente lo hace, tenderá a enfocar las carac-
terísticas negativas de la persona que está en desacuerdo con
usted, exagerando sus faltas y pasando por alto. sus virtude/s.
Cuanto más distorsionada venga él ser su perspectIva, tanto mas
probable que usted imagine lo peor de su adversar~o, lo que
puede llevarlo a mal juzgar del todo los valores, motIvos, y ~/c-
dones de él. Una perspectiva negativa a menudo ~leva t~mblen
a la amargura, a deplorar cada vez más su propia henda, y a
pensar cuán inmerecedor de ello es u~te~. . . vez que la oportunidad se le ofrece, asiste a los seminarios
La mejor forma de vencer esta peYJudlclal tendencIa es pen.
sar deliberadamente acerca de aspectos de su adversario que
son verdaderos, nobles, justos, puros, amables, admirables, e,~
resumen, algo en lo que "hay virtud o es digno de alabanza.
Pablo no está diciendo que sólo debiéramos pensar en la~buenas
cosas de los otros, pues claramente entiende la neceSIdad de
enfrentar el pecado y llamar al arrepenti:nient~ (Gálatas 6:1,2;
Colosenses 3:16). Más bien Pablo nos esta ensenando a contra-
balancear nuestra natural tendencia a enfocar sólo en lo que es
malo en aquellos que se nos oponen.. . nuevo a la casa, pero no para enfrentar a Corlette por lo que
En la mayoría de nosotros este cambIo ~o se produc~ natu-
ralmente. Requiere una firme decisión seguIda por pers.everan-
cia. Si usted fija la vista en cosas positivas, puede expenmentar
el principio que se describe en Proverbios 11:27: "El/que procu-
ra el bien buscará favor; mas el que busca el mal, este le ven-
82
¿Vale la pena pelearse por esto?
drá." Si usted busca algo malo en otra persona, generalmente lo
hallará. Dicho de otro modo, si usted busca lo que es bueno, es
probable que lo halle y que vez tras vez halle más cosas buenas.
Conforme obtenga una más balanceada opinión de la otra
persona, a menudo hallará más fácil pasar por alto pequeñas
ofensas. Muchas veces he experimentado este proceso en mi
matrimonio. Recuerdo un día cuando Corlette dijo algo que
verdaderamente me molestó. No recuerdo qué fue, pero sí
que unos minutos después salí al patio a rastrillar hojas. Por
cerca de quince minutos me compadecí de mí mismo, y cada
vez me convencía más de que debía entrar de nuevo a la casa
y decirle cuán ofendido me sentía. Pero entonces, por la gracia
de Dios, me vino a la mente Filipenses 4:8. "¡Ah!", me decía a
mí mismo, "¿qué hay de noble, justo, o amable en la forma en
que ella me está tratando?" Pero el Espíritu Santo no se rendi-
ría. En unos pocos momentos, admití a regañadientes que
Corlette es una buena cocinera. (Este proceso de contrabalan.:.
cear a menudo comienza lo básico.) Entonces admití que ella -
cuida un hermoso hogar y practica maravillosa hospitalidad. Y
sí, ella ha tenido muy buenos y cálidos pensamientos hacia mi
familia. Y ciertamente ella es pura y fiel-:-recuerdo cuánto me
ha apoyado a través sie tiempos difíciles en mi trabajo. Cada
donde enseño y se sienta allí sonriente y animando durante
horas de escuchar acerca de las mismas materias (diciendo
siempre que ha aprendido algo nuevo). Corlette es una ma-
ravillosa consejera y me ha ayudado a centenares de niños.
¿No lo hizo sólo porque me amaba? Comprendo que la lista
podría seguir ad injinitum.
En minutos mi actitud cambió dramáticamente y vi el ofensi-
vo comentario como lo que en efecto era: una falta momentánea
e insignificante en una persona de suyo maravillosa. Entré de
había dicho. Al contrario, sólo quería darle un abrazo y decirle
cuán contento estaba de haberme casado con ella.
Aun si el cambio de enfoque no le permite pasar por alto
cada ofensa, puede a menudo ayudarlo en dos formas. La pri-
83
 Saque la viga de su ojo
mera, por recordar lo .bueno de la otra persona, con frecuencia
comprenderá cuánto perderá si sus diferencias no se resuelven.
Muchos matrimonios, amistades, y relaciones comerciales son
dañados o destruidos cuando la gente enfoca exclusivamente
en un punto de desacuerdo y olvida todo aquello en que se han
gozado uno con otro. Recordar lo bueno de la otra persona pue-
de proveer la motivación necesaria para lidiar con dolorosas
diferencias que temporalmente separan a la gente.
La segunda, el proceso de pensar bien puede ser contagioso.
Cuanto más negativamente ve usted a sus adversarios, tanto
más inclinados se sentirán ellos a pensar de igual modo acerca
de usted. Y al revés, cuando más enfoca usted el lado bueno de
la otra persona y abiertamente reconoce esas cualidades, ellos
tal vez comenzarán a pensar de igual modo acerca de usted.
Conforme ustedes obtienen una más justa y recíproca aprecia-
ción. y aumenta la buena voluntad entre ambos, tendrán una
mayor libertad para tratar sus diferencias en forma más honra-
da y realista. Esto hará también que aumente su capacidad de
poner de lado problemas y ofensas producto de la imaginación,
y que den la debida atención a las áreas de real desacuerdo.
Cuando ambos ponen su atención y emplean su energía en po-
cos y bien definidos asuntos, es probable que hallen más efecti-
vas soluciones. Como se dijo antes, progresando en los intere-
ses personales que los divide generalmente hará más manejable
los asuntos materiales.
5.Practiqúe lo que usted ha aprendido. La instrucción final de
Pablo a Evodia y Síntique (ya nosotros) es tanto sencilla como
estimulante: fiLo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis
en mí~ esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros." Cuan-
do se trataba de conflicto Pablo sabía de lo que hablaba. Él ha-
bía tenido que enfrentar intenso conflicto y oposición durante
su permanencia con los cristianos en Filipo (vea Hechos 16:16-40),
así que ellos lo habían visto en acción. Él había enseñado y de-
mostrado cómo tratar con las disputas, pero entendía además
nuestra humana tendencia a ser oídores antes que hacedores de
la Palabra. Por tanto, exhortó a Evodia y a Síntique, y el resto de
la iglesia filipense puso su conocimiento en práctica. De otro
modo, toda su instrucción habría sido en vano.
84
¿Vale la pena pelearse por esto?
La instrucción de Pablo se aplicará con la misma eficacia a la
vida de usted. Cuando se halle separado de otra persona, espe-
cialmente cuando esa persona profesa ser discípulo de Cristo,
no basta con sólo estudiar la Biblia, pues el conocimiento, en
sentido bíblico, no lo es realmente a menos que usted lo ponga
en práctica. Cuando usted emplea los principios de Dios para
examinar su actitud y hacer algunos cambios, descubrirá cuán
mucho más fácil viene a ser pasar por alto ofensas menores. Aun
cuando sea necesario intensificar el diálogo o la acción, puede
ser sorprendentemente ptoductivo cuando usted practica los
principios de pacificación contenidos en la palabra de Dios. Sin
importar cualquier otra cosa que suceda, siempre que usted se
mantenga fiel a su Señor, podrá saber la verdad de la promesa
de Pablo: "El Dios de paz estará con vosotros".
Repare en el costo.
Otra razón de pasar por alto algunas ofensas y examinar su
acti tud hacia el ofensor es ponerse usted a buen resguardo de
dolor y distracción innecesarios. A menudo el conflicto esmu-
chísimo más costoso de lo que usted pueda imaginar. Además
de la mengua de sus finanzas personales, un litigio muy prolonga-
do puede consumir gran cantidad de tiempo y de energía, y dejar
al que lo sufre emocional y espiritualmente exhausto. Lo peor de
todo, mientras dura un conflicto sin resolver, hay más probabili-
dad de que la relación de las partes experimente más daño aun.
Esta es una de las razones de que Cristo mandara resolver las dis-
putas lo antes posible, aun las demandas legales: "Ponte de acuer-
do con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el cami-
no, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil,
y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí,
hasta que pagues el último cuadrante" (Mateo 5:25;26).
Un conflicto sin resolver puede arrastrar a varias clases de
"cárceles" y a una exacta variedad de precios. En algunos casos
usted puede perder dinero o propiedad si voluntariamente no
resuelve la disputa. En otras ocasiones usted podría perder su
buena reputación en su comunidad como resultado de la conti-
nua propagación de chismes o por la mala publicidad. Lo peor
85
 Saque la viga de su ojo
de todo, usted podría ser arrojado en la prisión de la amargura.
Como indican los versículos precedentes del pasaje citado (vv.
21~24),la continua hostilidad puede destruirlo interiormente y
enajenarlo de Dios (d. Salmo 73:21,22). Más aun, la ansiedad y
el pensamiento negativo generados por el conflicto pueden
propagarse y perjudicar a personas cercanas a usted, como su
familia y sus compañeros de trabajo.
En muy fácil desdeñar estos costos cuando estamos enfras-
cados en el fragor de una disputa. Es por esto que necesitamos
hacer un esfuerzo consciente para evaluar los verdaderos cos-
tos de un conflicto y compararlos 'con los beneficios de un arre-
glo deseado. Por ejemplo, una vez se me pidió 9-~e ayudara a
'cuatro socios a dividir los haberes de una companla. Uno de los
hombres quería mucho más de lo que deseaban darle los otros
'"
tres. Pronto se hizo obvio que uno de los socios no participaría
en un proceso de negociación; si no obtenía la parte que estaba
exigiendo y que creía que en justicia le pertenecía, plantearía
una demanda legal. Durante varias semanas los otros tres sO-,
cios habían firmemente rechazado acceder a las demandas del
primero. Cuando me reuní con los tres y les pregunté por qué
no hacían un arreglo, me dijeron: "No se trata sólo del dinero;
es el principio del asunto". "
En respuesta, les pregunté: "¿Cuánto les está costando este
principio? ¿Cuánto tiempo ha tomado ya esta disputa a su n~-
gocio, y cuánto tiempo le consumirá la demanda legal? Aun mas
importante, ¿qué efecto ha tenido este conflicto sobre usted ~ su
familia? ¿Han sido placenteros en su hogar, o se han sentIdo
más ansiosos e incómodos que lo normal?"
Hubo una larga pausa, y entonces uno de los socios echó mano
de su calculador. Después de un breve tecleo, dijo: "Diría que
ya hemos gastado alrededor de dos mil dólares en el tiempo de
pagar las facturas. Una demanda legal podría fácilmente C?S-
tarnos diez veces esa suma. Entonces uno de los otros SOCIOS
admitió que él no había podid~ dormir bien debido a las tensio-
nes generadas por el conflicto. También concedió ~~e su actitud
crítica había creado problemas con su esposa e hIJOS.El tercer
socio hizo un comentario similar.
Cuando estos tres eaballeros sumaron el real costo de su dis-
puta y lo compararon con el costo de llegar a un arreglo, con-
86
'T:"
¡,~'r
¿Vale la pena pelearse por esto?
cluyeron que lo más sabio sería llegar a uno a la mayor breve-
dad posible. Aunque era difícil para ellos hacerlo en el tiempo,
uno más tarde dijo que sólo dos Semanas después de ,llegarse a
un acuerdo él se hallaba completamente libre del asunto. "Cuan-
do miro hacia atrás", añadió, "me cuesta mucho entender por
qué desde el principio no llegamos a un acuerdo. En realidad
no valía la pena pelearse por esto."
¿ Qué respecto a los "derechos"?
Hay quien rehúsa pasar por alto las ofensas y perdonar a otros
arguyendo de esta manera: "Tengo mis derechos y no sería justo
dejar que él tan fácilinente me despoje de ellos". Siempre me
apena cuando oigo esta clase de comentario hecho por un cris-
tiano. ¿Dónde estaríamos nosotros si Dios nos aplicara una rígi-
da justicia? Ya habríamos sido condenados al infierno. Afortu-
nadamente, Dios no nos trata tal como nuestros pecados mere-
cen: para aquellos que han confiado en Cristo, Dios es compasi:..
va y misericordioso-y espera que nos tratemos de la misma
, manera. Cristo dijo:, "Sed, pues, misericordiosos, como también
vuestro Padre es misericordioso" (Lucas 6:36; d. Miqueas'6:8;
Mateo 5:7: Santiago 2:12,13).
La verdad del asunto es que podría ser injusto a los ojos de
Dios ejercer ciertos derechos legales. Mucho de lo que es legal
hoy no es "justo" cuando se lo ve desde la perspectiva bíblica.
Como lo expresara el honorable juez de la Corte Suprema
Antonin Scalia:
N o siempre lo legal es justo. Confundir los dos conceptos es
particularmente fácil para los de habla iglesa, porque usan la
palabra" derecho" para referirse tanto al derecho legal como a
, la rectitud moral. Decimos .... "Tengo derecho de acogerme a la
quinta enmienda", y rehusamos contenstar preguntas sobre acti-
vidades posiblemente criminales-aun cuando el ejerce ese" de-
recho". Pudiera causar que una persona inocente sea condena-
da. Ejercer tal "derecho" es ciertamente incorrecto.2
Muchos conflictos surgen y crecen porque la gente usa inco-
rrectamente sus derechos legales. Por ejemplo, algunas perso-
f~
87
"
 Saque la viga de su ojo
nas evaden cumplir con sus obligaciones morales u otros COffi-
prOlnisos por ampararse en el estatuto de fraudes o en el estatu-
to de limitaciones. Otros hacen su agosto con personas menos
poderosas por la rígida in1posición de ciertas ventajas comer-
ciales~Además, mucho de lo que empleados y empleadores pue-
den hacer hoy de conformidad con la ley, es en efecto inconse-
cuente con las enseñanzas bíblicas relacionadas con el centro de
trabajo.
Cuando el ejercicio de un "derecho" le permite evadir una
responsabilidad moral o en forma injusta aprovecharse de otros,
usted no ha actuado justamente, sea cual fuere la sentencia de
un tribunal. En consecuencia, usted debiera siempre esforzarse
en ejercer sólo aquellos derechos que pasan tanto la prueba le-
gal como la celestial. El principio básico que debe seguirse en
todo tiempo es "haz a otros lo que quieres que los otros te ha-
gan a ti" (Mateo 7:12). . do defender sus derechos y cuándo pasarlos por alto? La prÍlnera
Aun en el caso en que usted estaría legal y moralmente justi-
ficado a ejercer un derecho particular, podría ser mejor que no
lo hiciera. Un aspecto de la "misericordia" es mostrar simpatía,
bondad y compasión hacia alguien que está en necesidad de
ayuda, merézcalo o no (vea la parábola del Buen Samarit~no,
Lucas 10: 30-37). Una manera de hacer esto es abstenerse de
ejercer derechos legítimos y liberar así a otros de sus obligacio-
nes (vea la parábola del siervo malvado, Mateo 18:21-35). La
Biblia abunda en ejemplos de esta clase de misericordia.
Abraham renunció a sus derechos y dio a su sobrino Lot la
oportunidad de decidir primero dónde establecerse en Canaán
(Génesis 13:5-12). José no ejerció su derecho de enjuiciar a sus
hermanos por secuestrarIo y venderlo como esclavo (Génesis
50: 19-21). David no optó por castigar a Simei por mal decirlo ;cuan-
do el rey huía de Absalón (2 Samuel 16:5-12; 19:19-23; cí. Exodo
22:28). Pablo renunció a su derecho apostólico de recibir apoyo fi-
nanciero de la iglesia en Corinto (1 Corintios 9:3-15). Además, una
vez renunció su derecho a un juicio justo y consecuentemente fue
flagelado (Hechos 16:22-24). Cristo no ejerció su derecho a ser exo-
nerado del pago de impuesto del templo (Mateo 17:24-27), y decli-
nó llamar legiones de ángeles para que lo rescataran de los judíos
(Mateo 26:53,54). Muchísimo más importante, Cristo vollmtaria-
88
¿ Vale la pena pelearse por esto?
mente puso a un lado su derecho de justicia por dejar que lo cruci-
ficaran en substitución de hombres pecadores (1 Pedro 2:22-25).
Por otra parte, la Biblia enseña que a veces es apropiado ejer-
cer nuestros derechos, para enfrentar a otros, y hacerlos plena-
mente responsables de sus deberes y de su maja conducta. Por
ejemplo, después que Pablo fue azotado en Filipo, defendió sus
derechos e insistió en que las autoridades civiles se disculparan
por su conducta injusta (Hechos 16:35-39). En otras ocasiones
Pablo rápidamente defendió sus derechos como ciudadano ro-
mano, para evitar ser azotado y asegurar además una apelación
de su caso (Hechos 22:25-29; 25:11).
Como estos ejemplos indican, hay ocasiones en que es propio
defender los derechos de uno, así como otras en que debiéramos
voluntariamente ponerlos de lado. ¿Cómo podría usted saber cuán-
epístola de Pablo a los corintios provee un principio guía. En ese
escrito Pablo discute varios derechos en lasque los corintios esta-
ban interesados, los derechos legales inclusive (6:1-8), los derechos
conyugales (7:1-40) los derechos dietéticos (8:1-13; 10:23-33), y los
derechos de apóstol (9:1-18). Pablo concluye su discusión acerca de
los" derechos" con palabras que ya hemos considerado:
"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo
para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a genti-
les, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas
agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de
muchos, para que sean salvos. Sed imitadores de mí/así como
yo de C~istofl (1 Corintios 10:31-11:1).
Aquí de nuevo el concepto de mayordomía sirve como un
principio guía. Los derechos son simplemente privilegios que
Dios nos da, y quiere que usted los use para gloria de Él. Un
interés secundario debiera ser cómo el ejercicio de sus derechos
puede ser de beneficio él. otros, especialmente por ayudarlos a
conocer a Cristo. Co.mo mayordomo es igualmente apropiado
considerar sus necesidades y responsabilidades personales
(Filipenses 2:3A). Ast dondequiera que se plantee el asunto de
sus derechos, usted debe hacerse preguntas como éstas: '
89
 Saque la viga de su ojo
/1 Complacerá y honrará a Dios el ejercicio de mis derechos?/I
•
/1
¿
Ensanchara
~ el reino de Dios el ejercicio de mis derechos,
. .
o Él (1 Pedro 2:22-25; d. Isaías 53:1-7;Filipenses 2:5-11).3
sólo hará progresar, a expensas de su Reino, mIS propIOs
intereses?"
". Beneficiara a otros el ejercicio de mis derechos?"
~Es el ejercicio de mis derechos esencial a mi propio bienes-
/1
tar?"
Un breve repaso de los ejemplos antes mencionados muestra
cómo el principio de mayordomía fue practicado por mucha
gente en los tiempos de la Biblia. ~ablo ren~nci~, su derecho a
recibir apoyo financiero de la iglesIa en Connto p.or ~o poner
ningún obstáculo al evangelio de Cristo" (1 Connhos 9:12).
Cuando dejó que las autoridades filipenses lo a~otar~~ y enton-
ces insistió en que ellos se excusaran, los alarmo y VIvIdamente
les recordó su responsabilidad de administrar justicia en la for-
ma debida (Hechos 16:36-38). Esto probablemente hizo que ellos
actuaran más cuidadosamente en el futuro, lo que sería de be-
neficio a la inexperta iglesia en Filipo si otros intentaban perse-
guir a sus miembros (Hechos 19:35-41; 22:22-29). De .igual ma-
nera cuando Pablo defendió sus derechos como cIudadano
rom~no para evitar ser flagelado, para defenderse en el tri-
bunal, y para apelar su caso a César, él esta~a asegu~a~do la
oportunidad de llevar el evangelio a los gentIles y testIfIcar de
Cristo en Roma (Hechos 9:15,16; 22:25; 23:11; 25:11).
Asimismo, la deferencia de Abraham a Lot previno un con-
flicto que habría desonrado a Dios a ojos de ~uiene~ ~o~rodea-
ban (Génesis 13:5-10). La misericordia de JosereunlfIco la casa
de Israel e hizo que ésta aumentara considerable~e~te (~éne-
sis 50:19-21; Éxodo 1:6,7). Cuando David tuvo mIsencordla de
Simei, proveyó un poderoso ejemplo de perdón y :econciliació~
a un Israel despedazado por la guerra y desalento en sus se~uI-
dores el deseo de vengarse de otros (2 Samue119:22,23). Cnsto
renunció su derecho a ser exento del pago del impuesto del tem-
plo a fin de no ofender a los judíos y prevenir generar innecesa-
rias distracciones a su ministerio (Mateo 17:27). Aun mayor que
todos estos actos fue su rechazo a ejercer su derecho a justicia: po-
niendo de lado este derecho permitió a Cristo llevar a cabo su mi-
90
¿Vale la pena pelearse por esto?
sión salvadora y en efecto salvar a todos los que pusieron su fe en
Por ejercer o no sus derechos con el reino de Dios en mente,
todas esas personas dieron gloria a Él, el evangelio se extendió por
todo el mundo, y procuraron el bien de otros. Esto debe ser nuestra
meta también. En muchos casos renunciara nuestros derechos pre-
vendrá innecesarios conflictos que nos distraerían de nuestro pro-
pósito de servir diarialnente a Cristo y de propagar el evangelio.
En otros casos, sin embargo, la mejor manera de alcanzar estos re-
,sultados será proteger nuestros derechos. Por ejemplo, a veces la
defensa de nuestros derechos es la mejor manera de ayudar a otros
a aprender que son responsables por sus decisiones y que deben
"llevar la pena" por ello (Proverbios 19:19).Talresponsabilidad pue-
de ayudarlos a reconocer que un día tendrán que dar cuenta a Dios.
Uste.d necesita también ejercer ciertos derechos con el fin de pro-
veer a su familia o a otros que dependen de usted.
Cuando usted sopesa sus intereses personales y sus respon-
sabilidades, tenga cuidado de no tergiversar el concepto de ma-
yordomía als sacar ventaja a su favor. He visto a mucha gente
que cree que mayordomía significa preservar todo lo que tienen.
Por esto rehúsan renunciar a cualquier derecho o a sacrificar
cualquier propiedad en interés de la paz. Cristo condena esta
noción. Él no quiere que guardemos lo que nos ha dado sino
que invirtamos nuestros recursos y que consecuenterpente ob-
tengamos la mayor ganancia para su Reino (Mateo 25:24-27).
Esto, seguro; quiere decir proteger nuestros derechos y preve-
nirnos de inútiles sacrificios, pero también significa emplearlos
en empresas productivas. De la manera que la semilla debe ser
sacrificada a fin de producir una cosecha, debemos a veces con-
sagrar nuestros derechos y bienes materiales a la siembra del
evangelio y producir una cosecha espiritual (Juan 12:24-27).
El principio de la renuncia de nuestros derechos quedó ilus-.
trado en uno de mis primeros casos de conciliación. Teodoro
trabajaba en una agencia del gobierno. Como nuevo cristiano,
se sentía eufórico por su salvación y había tratado de hablar de
Cristo a sus compañeros de trabajo, pero ninguno de ellos había
.mostrado interés. Teodoro y Juana, su s1.,lpervisora, nunca se
91

Saque léI viga de su ojo
habían llevado bien, especialmente desde que él tratara siem- .
pre de decirle cómo ella debía administrar mejor el departamen-
to. El entusiasmo de Tea por Cristo hizo que Juana se incomo-
dara más con él. Conforme crecía su frustración con Tea, Juana
le asignaba trabajos particularmente difíciles, aun cuando ella
sabía que él sufría de la espalda. Eventualmente, Tea se lesionó
la espalda y tuvo que dejar el trabajo por varios meses. Aunque
recibió algunos beneficios por incapacidad, Tea perdió varios
miles de dólares en salarios y pago de servicio médico. Como
resultado, hizo una demanda legal contra Juana y la agencia.
Por el tiempo en' que Tea vino a verme, él había vuelto al
trabajo, y su caso en el tribunal se lnovía lentamente. Durante nues-
tra primera conversación, Tea y yo identificamos varias cosas
que habían dado lugar al conflicto con Juana. Viendo más clara-
mente su propia falta, Teo comenzó a considerar la posibilidad de
llegar a un arreglo por el que aceptaría los $5.000 que pocos días
antes le ofreciera la agencia oficial. Aunque sus perjuicios excedían
esa suma, su abogado lo aconsejó que aceptara el acuerdo propuesto.
Por otra parte, varios amigos de Tea lo instaban a que exigiera una
mayor cantidad de dinero o que continuara la litigación.
Pocos días después, Tea me llamó para decirme que no con-
tinuaría su demanda legal contra Juana y la agencia y que no
aceptaría tampoco la oferta de un arreglo fuera del tribunal.
Cuanto más reflexionaba acerca de su propia falta, tanto menos
cómodo se sentía con la idea de aceptar dinero de la agencia. Al
mismo tiempo, había concluido que renunciando a su derecho
sería una más efectiva forma de demostrar, la misericordia y el
perdón que él mismo había recibido de Dios. , ./
Ala mañana siguiente, Tea fue a hablar con Juana. El admitió
que había sido irrespetuoso, arrogante, y rudo con ella, y le pi-
dió que lo perdonara. Juana parecía sospechar de los motivos
de Tea y en consecuencia no le respondió nada. Tea siguió ex-
plicándole que él la había perdonado por mandarlo a mover
pesadas cajas y que él también había decidido no proseguir la
demanda legal. Finalmente, Tea dijo a Juana que esperaba que
ambos pudieran comenzar de nuevo sus relaciones y que apren-
dieran a trabajar juntos en el futuro.
92
•
¿Vale la penil pelearse por esto?
M~s sospechosa /qu'e nunca, Juana preguntó a Tea por qué
q~er.la hacer esto. El le contestó: "Hace un año que me hice
cr~stlano, y poco a poco Dios me está ayudando a enfrentar
mIS muc.has faltas, incluidas esas que dieron lugar al proble-
ma surgIdo entre nosotros dos. Dios también me ha mostra-
do que su amor y perdón para mí son absolutamente gratis y
que yo no puedo hacer nada para ganarlos o merecerlos. Ya
que Dios ~a hecho e~o por mí, decidí hacer lo mismo contigo."
MaravIllada por la respuesta de Tea, Juana dijo en segui-
da: "Oh, vamos a olvidar lo pasado. Gracias por venir."
Aunque la respuesta de Juana no fue exactamente lo que
Tea esperara que fuera, el resultado de su encuentro se supo
p~r todas partes. Al día siguiente un representante del sindi-
cato que había apoyado enérgicamente la demanda legal de
~eo.contra Juana, lo enfrentó para preguntarle si él había de-
:1
SIstld~ de ~eg~1Ír caso en el tribunal. Cuando Tea le dijo
que SI, el SIndICalIsta le preguntó: "¿Es cierto que lo hiciste
porque eres cristiano?" Tea le respondió de nuevo afirmati-
vamente, y el señudo rostro del hombre se tornó confuso.
~ientras salía del l~gar, Tea oyó decir a un espectador:
Bueno, esta es la pnmera vez que he visto que la fe de un
cristiano le ha costado algo".
Como onda en una charca, el efecto de la decisión de Tea clmdió
lentamente por todo el departamento. Pocos días después de Teo
abandonar su demanda legal; dos compañeros de trabajo le pidie-
ron que una vez a la semana se reunieran a la hora del almuerzo a
estudi~r la Biblia. Más tarde, otros dos compañeros de trabajo le
sometieron preguntas ?lcerca de la fe cristiana. Por primera vez
desde la conversión de Tea, sintió que realmente estaba ayudando
a la gente a aprender en cuanto al amor de Dios.
Aunque a veces Juana siguió tratándolo rudamente, Tea
aprendió a someterse a su autoridad ya usar las provocaciones
de ella como más oportunidades para mostrar la obra de Dios
en la vida de él. Cuando pocos meses después Juana fuera re-
em~laz~da, no h~bía dudaen la mente de Tea respecto de quién
habla h~ch.o posI~le que él tuviera ahora un supervisor con el
que se SIntIera mas complacido y cómodo.
93
 .'!~~~~
.
'.'.""'.•. <.1'....
Saque la viga de su ojo
Tres años más tarde, pregunté a Tea si lamentaba su decisión de
renunciar a un arreglo con Juana y la agencia oficial. "No", me dijo,
"esos fueron los cinco mil dólares que mejor gastara jamás. Dios
usó estas incidencias para traer varias personas a Cristo. Él tam-
bién me ayudó a vencer algunas flaquezas personales. Mi familia
me vio poner mi fe en práCtica, y nosotros todos crecimos en el
proceso. Si me enfrentara hoy con idéntica situación, la única cosa
que haría diferente sería tratar de restaurar la paz cuanto antes."
Resumen y aplicacñón
Hay muchos conflictos que sólo p.ueden ser propiamente re-
sueltos mediante el enfrentamiento, la confesión, el perdón, y la
negociación cooperativa. Pero hay cientos más que se pueden 6.
resolver en forma debida con sólo pasar por alto pequeñas ofen-
sas o por renunciar a los derechos por causa del reino de .Dios.
En consecuencia, antes de concentrarse en sus derechos, dé una
cuidadosa mirada a sus responsabilidades, y antes de ir a sacar
la paja del ojo de su hermano, pregúntese usted mismo: "¿Vale
realmente la pena pelearse por esto?"
Si actualmente se encuentra envuelto en un coflicto, estas pau-
tas lo ayudarán a aplicar los principios expuestos en este capítulo: 7..
'1;:.'
1. Defina los asuntos materiales en este conflicto.
2. Defina los asuntos personales en este conflicto.
3. ¿Por qué los asuntos personales están teniendo mayor
influencia en usted?
. 4. ¿Qué han hecho otras personas que le ofende a usted?
! ;
5. Revise su actitud:
:i: (a) ¿Por qué puede usted "gozarse en el Señor" en esta
situación? 8.
(b) ¿Se ha mostrado enojado, rudo, o cáustico en esta si-
¡ ,
tuación? Desde este punto, ¿dónde o cómo puede
usted hacer un esfuerzo especial para ser "perdona- 9.
dor, magnánimo, amable, cortés, considerado, gene-
roso, indulgente, o moderado"? ¿Cómo podría su 10.
gentileza ser más "evidente" a otros?
94
¿ Vale la pena pelearse por esto?
(e) ¿De qué se ha lamentado o por qué se ha sentido an-
sioso?, ¿De qué manera Dios ha sido amoroso, pode-
roso, y fiel para con usted en anteriores conflictos o
dificultades? ¿Qué quisiera que Dios hiciera por us-
ted u obtuviera a través de este conflicto?
(d) ¿Qué hay de bueno en la persona con quien está en
conflicto? ¿Qué hay de bueno en las preocupaciones
de ella? ¿Guarda usted alguna buena memoria de su
relación con ella? ¿Cómo lo ha ayudado Dios a tra-
vés de esa persona? .
(e) ¿Qué principios bíblicos son para usted más difícil de
poner enpráctica en esta situación? ¿Desea ustedapli-
car estos principios? ¿Cómo?
¿Qué efecto está teniendo oes probable que tenga esta
disputa en:
(a) Su familia?
(b) su ocupación?
(e) sus finanzas o en su propiedad?
(d) sus amistades?
(e) su relación con Dios?
(f) su servicio a su iglesia o a .su comunidad?
Considere sus derechos:
(a) ¿Qué derechos legales podría ejercer en esta situa-
ción? ¿Sería moralmente bueno hacerlo así?
(b) ¿Qué otros derechos podría usted ejercer? ¿Como el
ejercicio de estos derechos. glorificaría a Dios, exten-
dería el Reino, beneficiaría a otros y a usted mismo?
¿Cómo la renuncia de esos derechos traería gloria a
Dios, haría progresar su Reino, beneficiaría a otros y
a usted también?
¿Cuál de las ofensas descritas en el punto 4 puede ser
simplemente pasada por alto? ¿Cómo el hacerlo así com-
placería y honraría a Dios?
¿A cuál de los asuntos materiales descritos en el punto 1
se puede simplemente renunciar?
Deje constancia al Señor escribiendo una oración basa-
da en los principios enseñados en este capítulo.
95

Examínese a usted mismo
Escudriñemos nuestros caminos¡ y busquemos¡
y volvámonos a JEHOVA.
Lamentaciones 3:40
",n el capítulo anterior vimos que Cristo nos manda sa-
car la viga de nuestro propio ojo antes de tratar de
mostrar a otros dónde han fallado. El autoexamen es-
especialmente importante cuando estamos envueltos en
una disputa. Hasta que hayamos tratado con nuestras faltas¡ será
difícil ayudar a otros a ver cómo han dado lugar a una disputa.
Pero una vez hemos confesad~ nuestras malas acciones y repa-
rado cualquier daño que hayamos hecho, a menudo otros serán
alentados a seguir nuestro ejemplo y a escuchar nuestras pala-
bras. He aquí algunos de los pasos que podemos dar para co-
menzar este proceso:
Sea honrado .respecto al pecado
Después de muchos años de estar casado, puedo pensar de una
sola ocasión en que pude haber sido enteramente inocente de
96
Examínese' a llsted mismo
maldad cuando Corlette y yo tuvimos una discusión (y yo pro-
bablemente estoy equivocado respecto al incidente). En cada otra
ocasión en que hemos tenido un conflicto,]o causé o 10 empeoré
por palabras o acciones pecaminosas. Desde luego¡ cuando es-
toy enfrascado en el fragor de la batalla¡ la última cosa en que
naturalmente pienso es mi pecado. Pero después que el humo
se disipa siempre puedo ver algo que yo debía haber hecho de.
otra manera. Con la ayuda de Dios¡ estoy tratando de acelerar este
proceso de modo que pueda más a menudo prevenir reacciones
pecaminosas, o al menos enfrentarlas más rápidamente. ,
~ás tarde en este capítulo veremos algunas de las palabras,
aCCIones,actitudes¡ y deseos pecaminosos que conllevan al con-
flicto. Pero primero necesitamos comprender lo que en efecto es
el peca,do. Literalmente hablando, pecar significa "errar el blan-
co¡¡. Más específicamente, el pecado puede ser descrito como'
no hacer lo que Dios nos manda y hacer lo que Él nos prohibe (1
Juan .3:4). El pecado no es una acción contra un conjunto de re~
glas Impersonales. Más bien es la rebelión personal contra los
deseos y requerimientos de Dios. Esto es cierto aun cuando nues-
tros pensamientos¡ palabras, y acciones no sean conscientemen-
te d~rigidos contra Dios mismo. Aun acciones en apariencia pe-
quenas 'contra otras personas son serias a los ojos de Dios, por-
qu~ cada mala obra es una violación de la voluntad divina (Gé-
neSIS39:9; Números 5:6¡7; Salmo 51:3,4; Santiago 2:10)1).
De hecho) podemos pecar contra Dios por omisión, por no
hacer nada. Como se nos dice en Santiago 4:17¡ "al que sabe
hacer lo bueno¡ y no lo hace¡ le es pecado". En consecuenéia¡ si
estamos envueltos en un conflicto y descuidamos servir a otros
(mediante suaves respuestas, amable enfrentamiento, etc.), so-
mos culpables de pecado a la vista de Dios.
Dado que a la Inayoría de nosotros no nos agrada admitir
que hemos pecado, tendemos a encubrir, a negar, o a racionali-
zar nuestras malas acciones. Si no podemos encubrir por com-
pleto lo que hemos hecho, tratamos de minimizar nuestro mal
comportamiento diciendo que fue "un error" o un "mal cálcu-
lo". Otra manera de eludir responsabilidad por nuestros peca-
dos es culpar a otros, o decir que ellos nos provocaron a actuar
en la forma en que lo hicimos. Cuando nuestra mala conducta
97
 Saque la viga de su ojo
es demasiado obvia como para ignorarla¡ es fácil practicar lo
que yo llamo la regla 40160. Esta se manifiesta a veces de esta
manera: "Bueno¡ yo sé que no soyperfecto¡ y aun admito que
soy parcialmente culpable de este problema. Diría que 40% de
la falta es mía. Eso significa que el 60% de la falta es del otro. Ya
que el otro es 20% más culpable de lo que soy yo¡ es él quien
debe pedir perdón." Aunque en realidad nunca digo o pienso
así exactamente¡ es el caso que a veces me sorprendo a mí mis-
mo usando en sutiles maneras este concepto general. Por creer
que mis pecados han $ido más que cancelados por los pecados
de otros¡ puedo desviar la atención de lo que he hecho y eludir
el llamado al arrepentimiento y a la confesión. "Si alguna confe-
sión debe ser hecha¡' -me persuado a mí mismo-¡ "es el otro
quien debe comenzar". . me amaba bastante como para decirme la verdad. Me hizo unas
Por supuesto¡lo que hacemos es engañarnos a nosotros mis-
mos cuando tratamos de encubrir nuestros pecados. Como se
indica en 1 Juan 1:8¡ "si decimos que no tenemos pecado¡ nos
engañamos a nosotros mismos¡ y la verdad no está en nosotros/!
(d. Salmo 36:2). Siempre que rehusemos enfrentar nuestros pe-
cados¡ eventualmente pagaremos un ingrato precio por ello. Esto
fue lo que descubrió el rey David cuando no se arrepintió de
inmediato de sus pecados. El Salmo 32:3-5 describe la concien-
cia culpable¡ la perturbación emocionat y aun el efecto físico
que él experimentó hasta que confesó sus pecados a Dios: "Mien-
tras callé¡ se envejecieron mis huesos en mi geniir todo el día.
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió
mi verdor en sequedades de verano. Mi pecado te declaré¡ y no
encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a
Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado./!
Dicho simplemente¡ desdeñar el pecado nunca paga. Si le es
difícil identificar y confesar sus malas obras¡ hay dos cosas que
puede hacer. Primero, usted puede pedir a Dios que lo ayude a
identificar claramente su pecado y a arrepentirse de ello¡ sin
reparar en lo que otros puedan hacer. En circunstancias seme-
jantes¡ David oró: IIExamíname¡ oh Dios¡ y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino
de perversidad¡ y guíame en el camino eterno/! (Salmo 139:23¡24).
Una de las maneras en que Dios lo ayudará a ver su pecado es a
98
Examínese a usted mismo
través d.el :studio d~ su Palabra. Conforme usted pasa tiempo
con la BIblIa¡ aprendIendo lo que Dios tiene que decir acerca de
as/untos que usted enfrenta y lo que debe hacer¡ a menudo verá
donde ha quedado corto respecto de las normas divinas.
En. segundo h:gar¡ a .n:enudo conviene pedir orientación y
consejo de un amIgo espIrItualmente maduro (Proverbios 12:15;
19:20): ~sto probó ser de real beneficio para mí un día después
de reCIbIr una llamada telefónica de una señora que me recrimi-
nó por una declaración que yo había hecho acerca de una perso-
na que. ambos cono~íamos. Aunque yo gané/! la discusión que
11
S?stu~Imos por telefono¡ (al menos eso pensaba yot mi con-
CIenCIame molestaba después. Debido a ello describí la situa-
ción a un amigo y pedí su consejo. Afortunadamente¡ Terencio
pocas preguntas para clarificar la situación y poner sobre el ta-
pete algunos hechos que yo convenientemente habí? pasado por
alto. Entonces amable pero firmemente me dijo que a su juicio
yo estaba equivocado.
/ Esto no era lo que yo quería oír¡ pero cuando Terencio expli-
co lo que pensaba¡ reconocí que él tenía razón. Cinco minutos
más tarde¡ después que Dios me ayudó a vencer mi oro-ullo
llamé de nuevo a la señora y admití mi error. Ella generosabmen~
te agradeció mi confesión y me perdonó. Cuando colgué el telé-
fono, reconocí una vez más cuánta mayor libertad pudiéramos
experimentar si tan sólo trataramos con el pecado en la forma
e~ que Dios lo hace: 1I~1 que encubre sus pecados no prospera-
ra; mas el que los confIesa y se aparta alcanzará misericordia"
(Proverbios 28:13).
Controle su lengua
Antes de que podamos confesar y renunciar a nuestros peca-
dos¡ debemos identificarlos. A menudo es sabio comenzar este
proceso por examinar lo que hemos dicho a nuestros adversa-
. rio~ o acerca de ellos. Las Escrituras nos advierten: "He aqut
¡cuan grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es
un fuego¡ un mundo de maldad [que] está puesta entre nuestros
miembros¡ y contamina todo el cuerpo¡ e inflama la rueda de la
99
 Saque l~ viga de su ojo
creación [... les un mal que no puede ser refrenado, llena de
veneno mortal" (Santiago 3:5,6,8).
El habla pecaminosa adopta muchas formas. En muchos ca-
sos simplemente expresamos palabras irreflexivas. Cuando enfren-
tamos una ofensa o un desacuerdo, instintivamente soltamos
palabras que inflaman más que extinguen el conflicto. Muchas
desavenencias que pueden resolverse rápidamente, se agravan
en vez de distenderse, simplemente porque no refrenamos nues-
tra lengua ni somos más cuidadosos en las palabras que em-
pleamos.Una y otra vez la Biblia nos previene de este hábito:
"Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas
la lengua de los sabios es medicina" (Proverbios 12:18). "El que
guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus la-
bios tendrá calamidad" (Proverbios 13:3; d. 17:28; 21:23; 29:20).
Aunque rara vez tengamos la intención de perjudicar a otros
con nuestras palabras, a veces no nos esforzamos bastante para
evitarlo. Sencillamente decimos lo que nos venga a la mente sin
reparar en las consecuencias. En el proceso, podemos dañar y
ofender a otros, lo que no hace más que agravar el conflicto.
El rezongo y la queja en gran medida dan lugar a la discordia,
y es por ello que se nos advierte que debemos evitar tales hábi-
tos (Filipenses 2:14; Santiago 5:9). Hablar en forma negativa y
crítica ofende y deprime a otras personas, ya menudo las lleva
a refunfuñar y a quejarse también. Cuanto más ponemos los
ojos en lo que no tenemos o en lo que no nos gusta, tanto menos
notamos el bien que otros nos hacen ni damos gracias por ellas.
Cuando otros perciben que los criticamos y que no mostramos
agradecimiento por lo que hacen a nuestro favor, es sólo cues-
tión de tiempo antes de que estalle el conflicto.
Lafalsedad es otra clase de conversación que incita y agra-
va el conflicto. La falsedad implica algo más que mentir a
secas; incluye cualquier forma de tergiversación o de engaño
(Proverbios 24:28; 2 Corintios 4:(2).De manera que muchos de no-
sotros nos damos a propagar falso testimonio con más frecuencia
de lo que pensamos. Por ejemplo, podemos recurrir a la exagera-
ción con el fin de fortificar una débil posición. En otras ocasio-
nes hallamos conveniente decir solo parte de la verdad acerca de
una situación particular. O, si todo lo demás falla, ocasionalmente
100
Examírlese a usted mismo
~istorsionmnos la verdad para enfatizar hechos que nos favorecen, al
tiempo que minimizamos los que nos perjudican. Cada vez que
usamos palabras para dar una falsa impresión de la realidad, so-
mo~ culpa~les de practicar el fraude. Al hacerlo así, seguimos un
pelIgroso ejemplo, pues Satanás mismo es conocido como "padre
de mentira" (Juan 8:44; d. Génesis 3:13; Apocalipsis 12:9).
A menudo el chisme es a un tiempo la chispa y el combusti-
bl~ del conflicto. "El hombre perverso levanta contienda, y el
chIsmoso aparta a los mejores amigos" (Proverbios 16:28). "Sin
leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la con-
tienda" (Proverbios 26:20). Chismear significa revelar o ventilar
con indebido propósito hechos personales acerca de otro indi-
viduo; tal actitud a menudo traiciona la confianza; el chisme es
pecaminoso yun síntoma de inmadurez espiritual (2 Corintios
12:20; cf. Proverbios 11:13; 20:19; 1 Timoteo 5:13).
, La calumnia es otra área problemática para nosotros. Calum-
niar implic.a ~ablar palabras falsas y maliciosas contra otra per-
sona. La BIblIa una y otra vez nos advierte sobre la calumnia:
(v.g., Levítico 19:16; Tito 2:3) y aun nos manda "evitar" toda re-
lación con calumniadores que rehúsan arrepentirse (2 Timoteo
3:3) Una advertencia en particular nos desalentará cuando
Cl,uerramos calunu:iar a otros. La palabra griega diabolos, tradu-
CIda por "ca~ur:rlIuador" o "acusador", se usa treinta y cuatro
veces en la BIbha como un título para Satanás (v.g. Zacarías 3:1;
Mateo 4:1). Este doble uso nos advierte en cuanto a quién en efecto
imitamos y servimos cada vez que acusamos falsamente a otros.
. Qui~nes generalmente se abstienen de expresar palabras
IrreflexIvas, de falsedad, de chisme, y de calumnia, pudieran
ser a~~ cull:'ables de decir malas palabras, que a su vez pueden
tambIen atIzar el conflicto aun cuando no sea su intención
dañar a nadie con ellas. Dios ha establecido una muy alta nor-
ma que debe guardarse dondequiera que hablemos a otros o
acerca ?e otros: "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra
boca, SIno la que sea buena para la necesaria edificación, a fin
de dar gracia a los oyentes" (Efesios 4:29).
. L~ palabra .saposo., traducida al español por "corrompida",
SIgnIfIca en gnego "podrido e inservible". ¿Pero qué es exacta-
mente una palabra corrompida? Valiéndose de un contraste,
101
 Saque la viga de su ojo
Pablo responde esta pregunta en el pasaje.La voz griega oikodome
(construir), puede también traducirse como "edificar", que físi-
ca 6 materialmente hablando significa erigir o fortificar un edi-
ficio. La palabra se usa a través de todo el Nuevo Testamento
para describir el proceso de edificar a otros en su fe (v.g., Roma-
nos 14:19; 15:2; 1 Corintios 8:1; 10:23; 14:26; Efesios 4:12,16). La
palabra griega didomi ("beneficio") significa "ministrar o dar li-
bremente" (2 Corintios 8:1; 1 Juan 3:1). De modo que Pablo en-
seña que en vez de darnos a un habla indecente, debemos ex-
presar sólo aquellas cosas que fomenten el crecimiento espiri-
tual y que estimulen el desarrollo de un carácter piadoso en otros
creyentes. Dicho de otro modo, Pablo nos enseña a evitar decir
cualquier cosa que pudiera ser destructiva. . El habla pecaminosa en gran medida atiza el fuego del con-
En efecto, la "vana conversación" podría describir las seIS
categorías específicas de habla pecaminosa expuestas líneas arri-
ba, así como otras clases de lenguaje obviamente negativo, tales
como maldecir a otros, expresión soez, habla descortés y abusiva
(v.g., 1 Corintios 5: 11; Efesios 4:31; Colosenses 3:8; 2 Timoteo
3:2; 1 Pedro 3:9)1 Se incurre también en la expresión de malas
palabras en formas más sutiles. Por ejemplo, una forma de de-
nigrar a atto se presenta a veces so protexto de hacer sólo una
"crítica constructiva". Ya hemos visto que la Biblia favorece un
amable enfrentamiento que a veces requiere decir las cosas que
la gente no quiere oír. Pero en Efesi~s 4:29 se no~ p~ohibe en~~-
rar a otros en una forma que desahente el creCImIento espIn-
tual. Así pues, si creemos que lo que procede es un enfrenta-
miento, debemos guardarnos contra un espíritu de crítica, de
motivos egoístas, o de cualquier otra cosa que pueda difamar
antes que edificar a la otra persona.2
Otra forma de denigrar a una persona es hablar a su espalda
("chismorreo") y juzgar sin darIeuna oportunidad de explicar o
defender sus acciones. Esto a menudo sucede cuando pasamos
rumores o decires, o cuando discutimos las opiniones, las accio-
nes, o los problemas de otros. Puede también manifestarse cuan-
do buscamos consejo respecto a un amigo o compañero de tra-
bajo, o aun cuando compartimos una necesidad de orar. En cual-
quier caso que a los ojos de otros tal conversación afecte negati-
vamente la buena reputación de la otra persona y que no que
102
Examínese a usted mismo
sirva un propósito legítimo y constructivo, es una "vana con-
versación". Una más sutil manera de detractar a otros es espe-
cular acerca de sus pensamientos y motivos, cosa común du-
rante las disputas. Cuando alguien se opone a nosotros o nos
maltrata, es fácil presumir que está animado de motivos egoís-
tas, despreciables, o aun maliciosos. Pero la Biblia nos advierte
que solo Dios puede conocer el corazón de una persona (v.g., 1
Samuel 16:7; Proverbios 16:2; Jeremías 17:10; 1 Corintios 4:5; 2
Corintios 10:7). Cuando juzgamos o discutimos los motivos de
otros sin hechos concretos en que basarnos (como sería la admi-
sión o confesión de esa persona), podríamos ser culpables del
pecado de presunción (d. Santiago 4:11,12).
flicto. Aun más, nos destruye de dentro hacia afuera. Pablo pro-
vee l?sta advertencia: "Evita profanas y vanas palabrerías, por-
que conducirán más y más a la impiedad" (2 Timoteo 2:16). Si
usted se entrega a las malas conversaciones, a la falsedad, al
chisme, a la calumnia, o a cualquier otra forma de lenguaje co-
rrompido, su carácter será corroído y su relación con Dios sufri-
rá. En consecuencia, en ara de la paz y del crecimiento espiri-
tual, es importante frenar la lengua-renunciar a tal manera de
hablar y buscar la ayuda del Señor para vencerla.
Asuma sus responsabilidades
Nuestro país ha venido estar tan preocupado con los dere-
chos, que mucha gente a duras penas piensa en sus obligacio-
nes. Este descuido es a menudo la causa principal de conflicto.
Hay tres responsabilidades en particular que nuestra sociedad
parece desdeñar cada vez más.
Fidelidad a la palabra empeñada
Aunque no conservo memoria de mi abuelo materno, él ha
producido un poderoso impacto en mi vida. Cuando yo era jo-
ven y visitaba el pueblo de mi madre, ella a menudo me presen-
taba a personas que habían conocido a mi abuelo. Una y otra
vez, ellas me estrechaban la mano y me decían: "Tu abuelo era
103
 Saque la viga de su ojo
un hombre de palabra; una vez que se cOmprOlTLetíaa hacer algo,
usted podría apostar que lo haría." ¡Qué precioso ejemplo para
dejarlo como legndo a sus descendientes! Pero hoy tal fidelidad
no sólo es rara sino a menudo ridiculizada. Muchos de nuestros
más populares programas de televisión ven con complacencia
toda clase de informalidad y se mofan de quienes creen que es
importante ser fiel a la palabra empeñada.
Muchos conflictos son resultado directo de que alguien no
cumple con sus compromisos, sea.un contrato escrito, un voto
matrimonial, un juramento a Dios, o un simple sí o "no (Mateo
5:33-37; d. Números 30:2; Deuteronomio 23:23; Proverbios 2:17).
La gente por lo general justifica su falta de cumplimiento de sus
obligaciones diciendo que no sabían en qué consistían estas, que
las cosas tomaron un curso distinto del que esperaban, o que les
sería en extremo difícil cumplir lo prometido. La Biblia clara-
mente enseña que tales explicaciones no justifican faltar a la
palabra dada, sea por escrito o no. Dios espera que cumplamos
con lo prometido aun cuando esto sea consecuencia de un com-
promiso imprudente o impulsivo y tengamos que sufrir por ser
fieles (v.g., Josué 9:1-19; Eclesiastés 5:1-7). Dios manda que uno
cumpla con la palabra empeñada aun cuando se haya compro-
metido en perjuiCio propio (Salmo 15:4).
A la luz de estos principios de fidelidad, usted jamás debiera
comprometerse a la ligera, porque hay sólo unas pocas maneras
en que podría legítimamente librarse de ello. Si usted ingenua-
mente se ha comprometido a hacer algo, o surgen circunstan-
cias imprevistas, puede apelar a la misericordia de la otra perso-
na y rogarle (no exigirle) que lo libere de su responsabilidad
(Proverbios 6:1-5; d. Mateo 18:22-33). En algunos casos, usted
podría ser liberado de sus compromisos si la contraparte no
cumpliere una parte sustancial de sus obligaciones en lo acor-
dado (v.g., Mateo 19:9; 1 Corintios 7:15). Sin embargo, si usted
no puede ser eximido en una forma bíblica, no conciba formas
fraudulentas para salirse con la suya (v.g., recurriendo a tecni-
cismos legales; vea Mateo 15:3-9). Por el contrario, pida al Señor
que lo ayude a aprender de sus errores y a cumplir con sus de-
beres, y entonces esfuércese tanto y por tanto tiempo como sea
necesario para cumplir sus promesas.
104
Examínese a usted mismo
. Respeto de la autoridad
Otr.a común fuente de conflicto es el abuso de la autoridad
~ue DIOSha establecido en la iglesia, en el gobierno, en la fan1i-
ha, en el centro de trabajo, y su rebelión contra ella. Toda autori-
d~d. legítima ha sido establecida por Dios, primero con el pro-
POSlt.O~e pres~rvar la paz y el orden (Romanos 13:1-7). Dios ha
prOhI?Ido estnctamente a quienes están en el desempeño de la
auto.nd~~ aprovecharse de sus posiciones, y les ha mandado a
servI~ dIlIgentemente y procurar el bienestar de aquellos a quie-
nes ~Ienen la responsabilidad de dirigir (Marcos 10:42-45; d.
EfeSIOS~:25-3~; 6:4,9; 1 Pedro 3:7; 5:1-3). Cuando los que ejercen
la autondad vIolan la posición que Dios les ha dado, eventual"'
mente Dios. mismo les pedirá cuenta por su pecado
(DeuteronomIo 24:15; Job 31:13,14; Jeremías 22:13; Malaquías 3:5;
Colosenses 4:1; Santiago 5:4). '
A la vez, Dios nos manda someternos a la autoridad
bíblicamente. est~blecida, tanto por honra de esta cuanto por
n~estro propIO bIen (Efesios 5:21-24; 1 Tesalonicenses 5:12,13; 1
~I:noteo 6,:1,2;Tito 2:9,10; Hebreos 13:17). Debido a que la sumi-
SIon a la au~oridad no es un concepto popular en estos días, se
rec~r~~ a mIl y una excusas con el propósito se justificar la de-
poslcIOn de la estructura de la autoridad establecida por Dios.
Pero aquellos que se alzan contra la autoridad bíblicamente esta-
blec~da,,~erebelan c~ntra Di~s mismo (Romanos 13:2).R. C. Sproul
escnbe: Toda autondad esta supeditada a Cristo. Cuando des obe-
decemo~ las autoridades menores, somos culpables de desobede-
cer a.Cnst~. Usted no puede servir al rey y honrar su autoridad si
al ffilsmo tiempo se rebela contra los gobernadores que él ha nom-
brado. Pretender que se honra a Cristo y a la vez desobedecer la
estructura de la autoridad que Cristo mismo ha establecido no es
sólo ser culpable de hipocresía sino de una traición cósmica."3
El respeto a la autoridad es tan importante, que Cristo nos
manda someternos a aquellos que la ejercen sobre nosotros, aun
cuando ellos se conduzcan hipócritamente o con aspereza (Mateo
23:1-3; 1 Pedro 2:13-3:6). Dicho de otro modo, Dios nos manda
respetar las posiciones de aquellos que están en eminencia aun
cuando sus personalidades dejen mucho que desear. .
105
 Sélque la vigél de su ojo
Sin embargo, la autoridad misma tiene sus límites. Ya que
Dios. no ha dado a nadie la autoridad de ordenar a usted que
peque, es propio desobedecer cualquier orden que contradiga
la clara enseñanza de las Escrituras (Hechos 4:18,19; 5:29; d.
Daniel 3:9-18; 6:6'-10). Cüando alguien en autoridad le ordena
hacer algo que usted cree no prudente, injusto, o pecaminoso,
es apropiado apelar y respetuosamente procurar persuadir a
esa persona a que haga lo bueno y recto (Ester 7:1-6; Proverbios.
25:15; Hechos 4:5-17; 24:1-26:32). Cuando se hace así, es con-
veniente tratar de discernir cuál es el propósito o la meta de la
persona en autoridad y proponerle creativas opciones por las
que se alcance el mismo fin (presumiendo que este sea legíti-
'!
mo), pero en una forma propia y eficiente (v.g., 1 Samue125:1-
35; Daniel 1:6-16; 2:14-16; Eclesiastés 8:2-5).4Si esto no hace que
. Como Santiago nos advierte, no basta con sólo identificar las
,
;~
,1 ~
: la persona en autoridad cambie el curso qüe sigue, usted debe
obedecer cualquier orden que no viole las Escrituras, y confiar
~I'.
que Dios se cuidará de los resultados (1 Pedro 2:19-23).
Aplique la Regla de Oro
::-,. Una de las más efectivas maneras de determinar su responsabi-
lidad y por tanto descubrir si usted ha pecado o no, es recurrir al
principio establecido en Mateo 7:12: "Así que, todas las cosas que
queráis que los hombres hagan con vosotros, así tambié.n haced
¡
-1,".
vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas". Todo lo que
usted tiene que hacer es hacerse así mismo' estas preguntas:
"¿Desearía yo ser tratado por alguien en la forma en que yo lo
trato?"
"Si los papeles se invirtieran, ¿cómo me sentiría diciendo y ha-
ciendo lo que digo y hago?"
.. 1' "Si alguien incumple un contrato por las mismas razones que
lo estoy usando, ¿creería yo que eso está bien?"
. "Si fuera dueño de esta empresa, ¿querría que mis empleados
se comportaran en la forma en que yo mismo lo hago?"
Cada vez que reconozca que no le agradaría que alguien lo
tratara a usted en la forma en que está tratando a otros, necesita
reconsiderar lo que está haciendo. Puede muy bien ser que us-
106
Examínese él usted rnismo
ted esté involucrado en una condu.cta pecaminosa; hasta que se
arrepienta de ello, sus problemas sólo irán de mal en peor.
Reconozca injustos motivos
En Santiago 4:1-3 aprendemos que las palabras pecarrúnosas
y las acciones de ordinario relaCionadas con un conflicto mera-
mente son síntomas de problemas más profundos: "¿De dónde
vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vues-
tras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Co-
diciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis al-
canzar; combatís. y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, por-
que no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar
en vuestroS deleites."
obras y las acCiones pecaminosas y arrepentirse de ell'as. A fin
de mantener la paz y hacer cambios necesarios, usted debe tam-
bién tratar con las actitudes, los deseos, y los motivos que lo
arrastran a hacer lo que hace. Cristo enseñó que los pensamien-
tos, las palabras, y las acciones pecaminosos" del corazón sa-
len" (Mateo 15:19; d. Romanos 1:24). De hecho, el Señor compa-
ró el corazón a un árbol que produce fruto (Lucas 6:43-45). Ex-
plicó que el buen proceder proviene de un corazón bueno, y la
mala conducta de un corazón malo (Lucas 8:11-15; d. Prover-
bios 4:23). En consecuencia, para producir cambios duraderos
en la manera en que vivimos, debe haber antes un cambio efec-
tivo en nuestro corazón (vea Efesios 5:22-24).
En la Biblia. se usa la palabra corazón más que con el mero
propósito de describir sentimientos. A menudo se refiere a toda
. nuestra vida interior, incluidos los pensamientos y actitudes
. (Hebreos 4:12). Así, cuando la Biblia habla de cambiar nuestro
corazón, llama a cambiar nuestros sentimientos y deseos, nues-
tras creencias y expectaciones, nuestros pensamientos y actitu-
des. Cuando alguien acepta a Cristo como su Salvador, se pro-
duce en él una transformación sobrenatural, y entonces Dios
obra en esa persona para continuar el proceso de cambio. Dios
promete: "y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y
de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y
107
 Saque la viga de su ojo
pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré corazón de carne" (Ezequiel
36:25,26; d. Hebreos 8:10).
Como se indica en los pasajes antes citados, un aspecto de
obtener un corazón nuevo es la limpieza de nuestros ídolos. Un
ídolo no es simplemente una estatua de madera o de metal; es
cualquier cosa que amamos y procuramos en sustitución de Dios
(vea Filipenses 3:19), y se le puede llamar también "falso dios"
o "dios funcional". En términos bíblicos, un ídolo es algo o al-
guien que no siendo Dios esté entronado en nuestro corazón
(Lucas 12:29; 1 Corintios 10:6), que nos motiva (1 Corintios 4:5),
que nos domina o controla (Salmo 119:133), o a lo que nosotros
servimos (Mateo ~:24).
Aun verdaderos cristianos luchan con la idolatría. Aunque
creemos en Dios y decimos que deseamos servirle a Él solo, a
veces dejamos que otras influencias ejerzan dominio sobre no-
sotros. Permitimos que nuestra vida se desenvuelva en torno a
nuestros engañosos deseos antes que en la voluntad y los pro-
pósitos revelados del Señor. Más abajo se mencionan unos cuan-
tos' ídolos, o dioses funcionales, que penetran nuestra vida, nos
apartan del Señor, y nos incitan al conflicto.
1. Impropios deseos de plnceres carnales - deseos de la carne (1 '
Juan 2:15-17; d. Gálatas 5:16-21; Efesios 4:19). A menudo esta
clase de ídolo se caracteriza por una aversión a la disciplina de
la mente, del espíritu y del cuerpo. Los deseos de la carne pue-
de incluir infidelidad conyugal, juegos de azar, uso o abuso de
drogas o alcohol, que a su vez pueden causar problemas matri-
moniales y eh el centro de trabajo. La búsqueda afanosa del pla-
cer puede también llevar a la pereza, que a menudo resulta en
desastre financiero.
. 2. Orgullo y arrogmzcia. Es también idolátrico estar preocupa-
do con la sabiduría, los lauros, el poder, las capacidades, la bue-
na reputación o las posesiones de uno (Proverbios 8:13; 2
Corintios 5:12; Santiago 3:14; 1 Juan 2:15-17). El orgullo puede
hacernos renuentes a admitir nuestros pecados, lo que a su vez
nos induce a adoptar una actitud extremadamente defensiva y
a obsesionarnos con nuestra propia autojustificación. Esto pue-
de también dar lugar a que queramos siempre. llevar la voz
108
Examínese él usted mismo
c~~tante en toda discusión y aun a imponer nuestra propia opi-
nlon por creer que tenemos todas las respuestas. La gente orgu~
llosa por lo comú~ es reacia a buscar ()~ oír el consejo de otros y
aun puede resentIrse con solo proponérselo. Esta actitud puede
a su vez llevar a la toma de decisiones no prudentes ya la ten-
dencia de culpar a otros cuando surgen problemas.
3. Amor al dinero (o a cualquier otra posesión materia!) (1 Timoteo
6:10). La avaricia se vincula directamente con la idolatría (Efesios
5:5). Esta clase de falso dios apa.rececomo envidia, un excesivo deseo
de obtener seguridad financiera, jactancia por lo que se posee, o un
enfermizo del~ite en poseer algo (Mateo 6:24; Lucas 12:16-21;27-
31; Hechos 5:1-3). "El amor al dinero" puede hacemos mentir, rom-
per contratos, hacer trabajos de pacotilla, maltratar a nuestros em-
pl~ados, v~olar los derechos de autor, o compulsivamente perse-
gUIr cosas Inncesarias. Puede también hacer difícil perdonar deu-
das contraídas con nosotros y que mostremos misericordia.
4. Temor al hombre. Esto puede adoptar muchas formas. Pue-
de ser temor de lo que otros pudieran hacernos (Proverbios 29:25;
Lucas 12:4,5), pero más conmúnmente .estriba en una excesiva
inquietud por lo que otros piensen de nosotros. Esto puede lle-
va~a sentir preoc~.I;ación por la aceptación, aprobación, popu-
landad, comparaclon personal, auto-imagen, o por complacer a
otros (Juan 9:22; 12:42,43; Gálatas 1:10; 1 Tesalonicenses 2:4). Este
ídolo puede hacernos renuentes a enfrentar un serio pecado.
El constante deseo de recibir aprobación y ser aceptados puede
hacernos chismosos o privarnos de hablar acerca de asuntos
morales. Puede también dar lugar a que no hagamos las cosas
que sabemos son buenas, lo que eventualmente nos hace presa
de la culpa y del resentimiento. Aun más, si tememos lo que
otros puedan pensar acerca de nosotros, podemos también ser
renuentes a admitir nuestros propios pecados o a pedir ayuda,
lo que a menudo extiende el conflicto.
5. Las buenas cosas que tanto deseamos. Unos de los ídolos más
difíci~ de t:atar son los buenos deseos a los que damos categoría
de exzgencl{lS. Estos más sutiles ídolos incluyen el amor, la felici-
dad, la buena salud, el compañerismo, los hijos, el buen éxito, la
prosperidad, la recreación, la buena voluntad, la influencia, el
status, una buena imagen, o aun poder espiritual (Lucas 12:27;-
109
 Sélque lél vigél de su ojo EXélmínese él usted rnismo

34). Estas cosas, aun cuando en sí mismas son provechosas,
pueden convertirse en ídolos si las deseamos por razones no
buenas, si nuestros pensamientos y acciones giran en torno de
ellas, o si el no poder obtenerlas se convierte en una principal
fuente de descontento. Un obsesivo deseo de amor y felicidad
puede llevar al abandono de las obligaciones profesionales y
para con la familia. Al contrario, el deseo por una notable buena
reputación puede resultar en obsesión por el trabajo, que es el
ver dónde sus pasos no se conforman con los propósitos de Dios.
Esa comprensión es el primer paso hacia el arrepentimiento, que
abre el camino a la confesión, al cambio personal, y a la restau-
ración de la paz genuina.
Si actualmente se haya envuelto en un conflicto, las siguien-
tes preguntas lo ayudarán a aplicar los principios expuestos en
este capítulo.
I

1. Cuando usted ha hablado a otros o acerca de otros en i:

principal incitador de las disputas conyugales. ,',
Los ídolos -las cosas del mundo- pueden motivarnos o esta situación, ¿se ha sentido culpable de expresarse en
controlarnos. Influyen en aquello en que pensamos, en lo que cualquiera de las formas que se indican a continuación?
empleamos nuestro tiempo, cómo manejamos nuestros derechos Si su respuesta es .positiva, describa lo que usted dijo.
y recursos, y cómo tratamos con otras personas. Muchos de es- Palabras temerarias
tos ídolos son muy difícil de identificar porque su influencia es Rezongo y quejas
esporádica. Podemos seguir fielmente a Dios la mayor parte del Falsedad
día, y entonces, cuando momentánean1ente enfrentamos una Chismes
simple decisión, podemos servir a un ídolo antes que a Dios. Esto Vulgaridad
es especialmente así cuando estamos envueltos en un conflicto.Aun:- Palabras deshonestas
que podemos tener toda intención de conducirnos en forma pia- Palabras hirientes y destructivas
dosa, cuando en realidad nos hallamos frente a frente con nuestro Habla grosera y abusiva
adversario, súbitamente decimos o hacemos cosas que nunca ha- Crítica acerba
bíamos planeado. Este comportamiento a menudo indica que hay Murmuración
algunos ídolos que necesitamos desarraigar de nuestro corazón. Propagar rumores
(En el próximo capítulo veremos cómo puede hacerse esto.) Especular acerca de los motivos ajenos
2. En esta situación, ¿es usted culpable de los siguientes
pecados? Si así es, describa lo que usted hizo o lo que falló
Resumen y aplicación hacer.
Dondequiera que esté envuelto en un conflicto, es importan- Enojo incontrolable
te considerar si usted puede atizar el problema, sea de una ma- Amargura
nera directa o indirecta. En algunos casos, usted pudo haber Venganza
causado la controversia. En otros, pudo haber agravado la dis- Pensamientos malignos o maliciosos
puta por no responder en forma propia o cortés a la otra perso- Inmoralidad sexual
na. En consecuencia, antes de fijarse en lo malo que otros han Abuso de. drogas
hecho, es sabio examinar cuidadosamente la manera en que us- Pereza
ted ha estado pensando, hablando, y actuando. En particular, Actitud defensiva
usted debiera tratar de identificar los deseos y motivos (ídolos) Actitud autojustifiva
que lo están incitando a comportarse en la forma pecaminosa Testarudez
en que lo viene haciendo. Con la ayuda del Señor, usted puede
110 111
 Saque la viga de su ojo

Renuencia a aceptar el piadoso consejo de otro

Avaricia
Chapucería
Indisposición a la miseric'ordia y al perdón
Concesiones impropias
Conducta irreflexiva
Faltar a su palabra
Mal uso de la autoridad
Rebeldía contra la autoridad
3. ¿No ha respondido usted a las oportunidades de hacer 6
el bien a otros en esta situación? ¿Cómo?
4. En esta situación ¿ha influido en su conducta algunos
f

de los ídolos siguientes?

Deseos de la carne (lujuria)
Orgullo Libérese a usted mismo
Amor al dinero
Temor a otros (o excesiva preocupación respecto de del pecado
lo que otros piensen de usted) .
Buenas cosas que usted ansiosamente qUIere poseer ji:!i

(deseos elevados a la categoría de exigencias)

5. ¿Cómo su mala conducta han dado también lugar al con-
flicto? El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y
se aparta alcanzará misericordia.
6. -¿A quienes ha ofendido usted con sus pensamientos pa- f

labras y acciones pecaminosos? _ Proverbios 28:13

7. ;Qué se propone hacer respecto a sus pecados?
<., • / b
8. Deje constancia al Señor escribiendo una ~raC1on asa-
da en los principios enseñados en estecapltulo. na vez que usted comienza a ver la manera en que
sus propias maldades han incitado un conflicto es f

bueno saber que Dios ha provisto un medio de obte-

ner perdón despejar del todo el pasado y cambiar
f
f

los hábitos indeseables. Este proceso implica tres pasos básicos:

arrepentimientof confesión¡ y cambio personal.

Arrepentimiento es más que un mero sentimiento

El arrepentimiento es el primer paso para librarse del pecado.
Contrario a la creencia popular el arrepentimiento no es simple-
f

mente sentirse inquieto o apenado. Ni envuelve una mera excusa.

Arrepentimiento literalmente significa cambiar la manera engue
112
113
/

. ~.

Libérese a usted mismo elel pecado

Saque la viga de su ojo
cuencias por ello. Tal género de tristeza envuelve un "cambio
usted piensa. Así, a veces el arrepentimiento se describe como de corazón" -posible sólo cuando usted entiende que el pecado
"volviendo en sí" o en uno (Lucas 15:17; 2 Timoteo 2:25,26). es una ofensa personal contra Dios mismo (2.Crónicas 6:37-39; d.
Como esta expresión indica, reconocer el hecho de que usted se Jeremias 31:19). La tristeza según Dios no siempre será acompaña-
ha estado engañando y que sus ideas, actitudes, valores o sus da por intensos sentimientos, pero implica lm cambio en la manera
metas han sido impropios. Esta toma de conciencia nos con.du- de pensar, que debe conducir a cambios de conducta.
ce a un cambio mental que envuelve renuncia al pecado y vol- Cuando Pablo dijo que el arrepentimiento" es para salvación",
verse a Dios (Ezequiel 14:6; Hechos 3:19). Este proceso se des- no sólo se refería a la salvación eterna, sino al hecho de que el
cribe en Isaías 55:7,8: "Deje el impío su camino, y el hombre penitente es liberado de los patrones de hábitOs pecaminosos (2
inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de Corintios 7:10). El hecho de que el auténtico arrepentimiento debe
él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdo-
conducir al cambio de conducta se confirma aquí y allí por todas
nar. Porque mis pensamientos no "Sonvuestros pensamientos,
lI
las Escrituras. Por ejemplo, Juan el Bautista advirtió al pueblo que l.
ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
debía hacer "frutos dignos de arrepentimiento" (Mateo 3:8). De igual
Aunque a menudo el arrepentimiento va acompañado por la
manera, a través de sus viajes misioneros Pablo predicó que todos
pena, el mero hecho de sentirse mal no prueba que uno se ha arre-
los hombres debían" arrepentirse y volverse a Dios "0-aciendo obras
r:: . pentido. De hecho, hay un mundo de diferencia entre el mero r~-
dignas de arrepentimiento" (Hechos 26:20).
mordimiento y el genuino arrepentimiento. Como Pablo lo explI-
cara a los corintios:" Ahora me gozo ... , porque fuisteis contristados
para arrepentimiento .... Porque la tristeza que es según Dios pro- Siete pasos de Haconfesión
duce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepen- La confesión, el segundo paso en el trato con el pecado, es
tirse; pero la tristeza del mundo produce muerte" (2 Corintios
una de las accciones más liberadoras de la vida. Lamentable-
7:9)0). . .
mente, muchos no experimentan la libertad que se obtiene me-
La "tristeza del mundo" significa sentirse apenado porque
diante la confesión porque nunca han aprendido cómo confesar
usted ha sido sorprendido haciendo algo malo o porque usted
honradamente e incondicionalménte a otros su mal proceder.
debe sufrir las ingratas consecuencias de sus acciones, como
Una y otra vez he oído palapras como estas: liLa siento si te
pérdidas económicas, el rompimiento del matrimon~o, daños a
. ofendí". "Olvidemos el pasado". "Supongo que podría haber
su buena reputación, o por meramente aceptar remISO su pro-
hecho un mejor trabajo". "Sospecho que la culpa no es solo tuya".
pia culpabilidad. Cualquier persona normal se siente apesadum-
Estas confesiones simbólicas pueden por un tiempo pacificar a al-
brada cuando enfrenta circunstancias como estas. Sin embargo,
. guien que ha sido ofendido, pero rara vez fomentan el perdón ge-
no mucho después la tristeza mundanal se evapora y la mayo-
nuino y la reconciliación. Afortunadamente, la Biblia provee claras
ría de la gente comienza a comportarse en la misma forma en
y específicas pautas para una efectiva confesión. Considerémoslas:
que lo hacía antes. En vez de cambiar su manera de pensar y su
conducta, simplemente comienzan a redoblar sus esfuerzos para
1. Hable con cada persona involucrada
no ser atrapados de nuevo. Esta clase de ligero remordimiento
apenas lleva a un mayor dolor. . Como regla generat usted debe confesar sus pecados a toda per-
En contraste, la tristeza piadosa o "según Dios" significa sen- sona que ha sido directamente afectada por su mal comportami~nto.
tirse apenado por haber ofendido a Dios. Quiere decir que usted Ya que. todos los pecados ofenden a Dios por contrave~nIr su
sinceramente deplora el hecho de que lo que hizo era moralmente voluntad, todos los pecados deben confesarse primero a El (vea
malo , sin considerar si usted debe sufrir. o no ingratas conse-
115
114
 Saque la viga de su ojo
Salmo 32:5; 41:4). De hecho, hasta que se haya reconciliado con
Dios mediante la confesión, usted tendrá serias dificultades en
reconciliarse con los otros.
Si un pecado debe confesarse a otras personas C01110a Dios
dependerá de si se trata de un "pecado del corazón" o de un
"pecado social". Dado que un pecado del corazón se concibe
sólo en los pensamientos de la persona, no afecta directamente
a otros y debe ser confesado únicamente al Señor. Por ejemplo,
si usted ha sentido envidia o celo hacia un compañero de traba-
jo, pero no dejó que estas cosas se llevaran a vías de hecho, es
innecesario (y aun podría ser imprudente) decir a la otrél perso-
na lo que usted estaba pensando. Siempre y cuando sus pensa-
mientos no dieran lugar a acciones pecaminosas; no será nece-
sario hacer confesión a otros.
Sin embargo, la verdad es que los pecados del corazón a me-
nudo dan origen a pecados sociales que en realidad afectan a
otras personas. Algunos pecados sociales envuelven actos de co-
misión, como calumnia, robo, mentira. También implican actos de
omisión, como no ayudar a una persona en necesidad, menospre-
ciar a otros, volver la espalda, o rehusar perdonar. Los pecados
sociales deben ser confesados a quienes han sido afectados por ellos.
Si sus pecados han perjudicado a una sola persona, esta es la
única a quien usted debe confesarlos. Pero si varios individuos
han sido ofendidos por su mala conducta, :usted tiene la obligación
moral de confesar sus pecados a cada uno de ellos. Por lo general
es sabio hablar con cada persona privadamente, y? que esto per-
mite el intercambio y la discusión con ellas y abre la vía al perdón y
a la reconciliación. A veces, no obstante, es apropiado confesar el
pecado a todo el grupo al mismo tiempo (v.g. Lucas 19:8; Hechos
19:18). Sea cual fuere el caso, usted debe expresar su arrepentimiento
a cada persona que ha sentido el impacto de su mal proceder ..
2. Evite los "si", "pero/', "quizá"
La mejor manera de arruinar una confesión es usar palabras con
las que el ofensor se las ingenia para echar la culpa a otros o que
parecen minimizar o excusar su propia culpa. Por ejemplo, un
funcionario público en mi propio Estado fue forzado a renun-
116
Libérese a usted mismo del pecado
ciar porque aparentemente había mal usado de su autoridad
para asegurar un empleo a una mujer con la que estaba salien-
do. Cuando el incidente fue reportado por primera vez, el hom-
bre negó vehementen1ente que hubiese hecho naJa lnalo. Sin
embargo, la oficina del gobernador y los periodistas se mantu-
vieron indagando y eventualmente la evidencia contra el fun-
cionarioemergió en forma abrumadora. El hombre finalmente
hizo una" admisión" pública, pero las palabras que escogió para
hacerlo privó su confesión de todo sentido: "Es del todo posible
que yo haya enviado señales equivocadas. Si tal fue el caso, en-
tonces cometí un error. Lo siento." Él no debió de sorprenderse
de que su declaración no pudiera apaciguar a nadie. Pues ni
admitió que hubiera hecho algo malo ni se comprometió a con-
ducirse de manera diferente en el futuro. Como resultado, no
pudo obtener el perdón y perdió un cargo público que de otro ¡':;:
modo habría desempeñado por años.
Son muchísimas las personas que obran mal que pierden la
oportunidad de la reconciliación por recurrir a vaporosas con.,.
fesiones. He oído a docenas de personas que tratan de paliar un
conflicto por decir: "Lo siento si he hecho algo que te moleste".
Tal declaración hace poco para estimular el perdón. La palabra
si es particularmente dañina, porque implica que usted no sabe
si hizo o no mal. De ese modo el mensaje que usted comunica
significa: "Obviamente estás incómodo por algo. No tengo con-
ciencia de que yo haya hecho nada .malo, pero a fin de prevenir
tu ojeriza contra mí te daré en prenda mi excusa. A propósito,
ya que yo no sé si he hecho algo malo, ciertamente no sé que
haría distinto en el futuro. Por tanto, no esperes que yo cambie.
Es sólo cuestión de tiempo que haga lo mismo de nuevo."
Claramente, esa no es una confesión en lo absoluto. Se trata de
una declaración superficial cuyo objeto es evitar que alguien lo
moleste o lo responsabilice por romper una relación. N o es de ex-
trañar que en una confesión genuina rara vez se expresen tales pa-
labras. De idéntica manera, note cómo las siguientes así llamadas
confesiones son diluídas por las palabras que se destacan en itálicas:
Quizá yo estaba equivocado".
IJ
"Tal vez pude haber tratado con más ahinco".
117
 Saque la viga de su ojo
"Posiblemente debí haber esperado para oír tu propia
. versión de lo que sucedió".
"Sospecho que estuve equivocado cuando hablé tan mal
de ti".
"Lo hice, pero sólo porque tú me pusiste tan enojado".
"Es posible que estallara, pero estaba tan cansado".
Cada una de esas declaraciones tendría valor si las palabras
en versales hubieran sido dejadas fuera. Estas palabras neutra-
lizan el resto de la confesión y es poco probable que hagan algo
para suavizar el corazón de la persona ofendida.
La palabra pero es especialmente nociva porque tiene la ex-
traña habilidad de cancelar todas las palabras que le preceden:
"Siento que hiriera tus sentimientos, pero tú realmente
me enfadaste". , en su parábola del hijo pródigo. Cuando el hijo regresó a la casa,
"Debí mantener mi boca cerrada, pero fue ella la que
me preguntó al respecto".
"Reconozco que estaba equivocado, pero tú también lo es-
tabas".
Siempre que se hacen declaraciones como esas, las personas sos-
pechan que el que las hace cree más en las palabras que siguen a
"pero" que en las que le preceden. De modo que una confesión que
contiene un "pero" rara vez lleva a la reconciliación. Lo mismo es
cierto cuando usted usa la conjunción condicional" si", los modos
adverbiales "sin embargo" y "puede ser", o cualquier otra palabra
que indica renuencia a aceptar plena responsabilidad por lo que ha
hecho. En consecuencia, procure eliminar tales palabras de su vo-
cabulario cada vez que necesite hacer una confesión.
3. Admita específicamente
Cuanto más preciso sea usted al hacer una confesión, tanto
más probable será que reciba una respuesta positiva. Las
admisiones específicas ayudan para convencer a otros que usted
honradamente está dando la cara por lo que ha hecho, lo que
hace más fácil que ellos lo perdonen. Además, el ser específico
lo ayudará a identificar claramente la conducta que usted nece-
118
Libérese a usted mismo del pecado
sita cambiar. Por ejemplo, en vez de decir: "Sé que no soy m.ásque
un empleado", usted podría decir: "Reconozco que en meses re-
cientes he tenido una actitud negativa, lo que me ha llevado a criti-
car a los otros y a trastornar la operación de esta oficina. En parti-
cular, admito que yo estaba equivocado al criticar su trabajo ayer."
Cuando usted se esfuerza en ser específico, procure tratar tanto
con las actitudes como con las acciones. Como vimos en el capítulo
anterior, muchos conflictos surgen debido al orgullo, al egoísmo, a
la ingratitud, a la envidia, al celo, a la amargura, al resentimiento, a
la autojustificación, a la deslealtad, a la insensibilidad, y a la testa-
rudez. Si usted identifica específicamente sus malas actitudes, es
más probable que otros crean que usted se ha arrepentido de ve-
ras, y tendrá una mejor idea de lo que necesita cambiar.
A menudo es sabio admitir específicamente que lo que usted
hizo fue contra la voluntad de Dios. Cristo mostró esto último
la primera cosa que hizo fue confesar: "Padre, he pecado contra
el cielo y contra ti" (Lucas 15:21). Estas palabras muestran que
el hijo perdido se había enfrentado con las implicaciones mora-
les de lo que había hecho; él no trató de barnizar sus pecados
pretendiendo que eran pequeñas indiscreciones o falsos cálcu-
los. Por admitir que había actuado contra la voluntad de Dios,
mostró en forma efectiva su arrepentimiento e hizo claro que no
volvería a hacer lo mismo otra vez. Una de las más convincen-
tes maneras de mostrar que usted comprende que ha obrado
mal es identificar específicamente los principios bíblicos que ha
violado. Veamos algunos ejemplos de cómo puede hacerse esto:
"Mis críticas no sólo lo han herido a usted, sino que
han ofendido Dios también. He desobedecido su
mandamiento de no calumniar a otros."
"Finalmente he comprendido que he fallado por com-
pleto al no ser la clase de esposo que Dios quiere
que sea. En Efesios, Dios dice que yo debo amarte
como Cristo amó a la iglesia, pero estoy aún muy
lejos de satisfacer esa norma." .
"Anoche me apliqué enteramente a estudiar lo que la
Biblia dice acerca de las relaciones obrero-patrona-
119
.¡:
 Saque la viga de su ojo
les, y llegué a la conclusión de que no te he tratad?
en la forma que Dios quiere que lo haga. En partI- ,
cular, cuando te amenacé violé lo que se dice al res-
pecto en Efesios 6:9. 11
Tales declaraciones demuestran a la otra persona que usted
sabe que su conducta era impropia. Ellas también l? ayuda~ána
enfocar los principios que usted necesita tomar mas ~n seno en
el futuro, lo que a su vez lo ayudará a hacer los cambIos necesa-
,rios para prevenir conductas similares.
4. Excúsese
Si quiere que alguien respo~da positivamente a una confe-
sión suya procure excusarse por lo que ust:d. ha hecho. Una
excusa es una expresión de pesar o remordlffilento por haber
herido los sentimientos o perjudicado los intereses de otra per-
sona. Para que la excusa sea más efectiva, debe ~ostrar que us-
ted comprende cómo se sintió la persona ofendIda ~omo resul-
tado de sus palabras o acciones. Veamos algunos ejemplos de
cómo puede hacerse esto:
"Usted debió haberse sentido terriblemente avergon-
zado cuando yo dije esas cosas delante de todo
mundo. Me siento muy apenado por el mal que le
hice./!
"Puedo ver por qué usted se sentía frustrado cuando
no hice las entregas a tiempo. Lamento mucho que
yo no haya sido fiel a mi compromiso con usted./!
Usted puede primero preguntar a la otra persona c.ómo se
siente como consecuencia de su conducta. Esto es especIalmen-
te sabio cuando usted sospecha que la otra persona fue muy
perjudicada por su mala conducta pero ~~húsa deci:-lo a usted.
,Aunque no debe estimular la instrospecclon enfermlza, debe en
cambio permitir que las personas ofendidas por usted ~o~~artan
francamente sus sentimientos. Otra forma de hacer sIgnIfIcante
una confesión es describir una experiencia similar de su propia vida
y explicar cómo esta hizo que usted se sintiera. Por ejemplo:
120
Libérese a usted mismo del pecado
/!Puedo imaginar cómo usted se siente. Yo también fui
. falsamente acusado por un empleado, y esa fue una
delas peores experiencias de mi vida. Deploro que
yo le hiciera sufrir lo mismo a usted. JI
"Estoy seguro que usted se resintió por lo que hice. Re-
cuerdo cuando un cercano amigo mío no cumplió '~
su promesa de ayudarme con un negocio que yo.
estaba comenzando. Trabajé durante meses, pero sin
su ayuda la empresa no podía funcionar. Me sentí
realmente perjudicado por lo que él hizo. Lamento
que yo'me condujera en forma similar con usted./!
1,
Aunque no debiera extenderse demasiado sobre los senti- l'
mientos/es importante mostrar que usted comprende cómo se
siente la otra persona y expresar genuino p~sar por ofenderlas'
o perjudicarlas. Una vez que sus sentimientos han sido recono- 1::"
cidos y ellos ven que usted deplora lo que ha hecho, la mayoría 1::
de la gente deseará perdonar y olvidar lo sucedido. :;
11'1
5. Acepte las consecuencias
A veces es útil que usted acepte explícitamente las consecuen-
cias de sus acciones. De otra manera, la persona que ha perjudi-
cado puede presumir que usted simplemente está tratando de
ser liberado de sus responsabilidades. El hijo pródigo muestra
este principio. Después de reconocer que había pecado contra Dios
y su propio padre, decidió decir a éste: "Ya no soy digno de ser
llamado tu hijo; hazme como a unade tus jornaleros/! (Lucas 15:19).
De igual manera, si usted repetidamente falta a la confianza
de un empleador, puede que necesite decirle: "Usted tiene todo
el derecho de despedirme por lo que he hecho, y yo no lo culparía
si así lo hiciera. /!O si usted daña la propiedad, de alguien, podría
ser necesario que le dijera: "Me tomará algún tiempo ganar dinero
extra, pero veré que tu propiedad sea reparada o reemplazada tan
pronto como sea posible./! (Fue una confesión como esta que hizo,
la de Zaqueo algo tan increíble; vea Lucas 19:8.) O/ si usted parti-
cipó en la divulgación de falsa información acerca de alguien,
podría necesitar decirle: "Comenzando esta misma noche, lla-
121
 Saque la viga de su ojo
maré a cada persona con la que hablé del asunto y admitiré que
mis declaraciones no correspondían a.la verdad." Cuanto' más
se esfuerce usted por hacer restitución y reparar cualquier daño
que haya causado, tanto más fácil será para otros creer su confe-
sión y reconciliarse con usted. Más aun, su propia buena dispo- .
sición para aceptar las consecuencias de sus acciones podría es-
timular a otros a conducirse similarmente.]
6. Modifique su conducta
Otra manera de demostrar sincero arrepentimiento es expli-
car a la persona que ofendió cÓmo usted módificaiá su conduc-
ta en el futuro. Vi este fruto del arrepentimiento en un caso de
reconciliación en el que estaba envuelto un hombre que había
sido despedido de su empleo por tener pobres hábitos de traba-
jo y por insubordinación. Durante nuestra primera reunión de
conciliación la empleadora y el empleado comenzaron a ver
cómo uno y otro habían dado lugar al conflicto. Cuando nos
reunimos por segunda vez, la empleadora admitió que ella no
había provisto al empleado con órdenes razonables y consecuen-
tes, y que rara vez había hablado a él en forma edificante res-
pecto de sus deficiencias en el trabajo. Entonces mostró el borra-
dor de un manual que había escrito la noche anterior. Este contenía
una detallada descripción para cada puesto en su empresa y pau-
tas para la revisión de actuaciones en el trabajo. Por último, el ma-
.'
nual establecía un proceso para informar a los empleados acerca
. ~
de sus deficiencias y ayudarlos a mejorar su labor. Después de
mostrar a los mediadores y a su ex empleado lo que había escrito,
la empleadora dijo: "Si dos años antes hubiera dedicado tiempo a
escribir esto muchísimos e innecesarios conflictos podrían haber-
se prevenid~ y usted probabl€lnente estuviera aún trabajando para
nú. Si usted lo desea, me gustaría que volviera a su trabajo para
.que así ambos tengamos otra oportunidad de hacer las cosas bien." .
. La confesión de la empleadora tocó un punto vulnerable de
su antiguo empleado, pues este respondió admitiendo que su
pobres hábitos de trabajo y su crítica abierta a las decisiones de
su jefa habían justificado su despido de la compañía. Agrade"":
ciendo a la empleadora la oferta que le hacía, el hombre acordó
122
Libérese él usted mismo del pecado
regresar a su trabajo. Él se comprol11etió a servirle más fielmen-
te en el futuro y le propuso trabajar horas extra por el tiempo
que había desperdiciado durante los meses anteriores. Los cam-
bios que cada una de esas personas hizo produjo aun más fruto
en los meses siguientes~ Las nuevas pautas de la empleadora
beneficiaron a otros empleados, y el ejemplo del elnpleado res-
tablecido ayudó a crear una nueva atmósfera de respeto y co-
operación en toda la oficina. .
La explicación de la empleadora de cómo ella cambiaría su
conducta y políticas en el futuro añadió gran credibilidad a su
confesión. Cuando el empleado vio el tiempo y el esfuerzo que
ella había invertido en ese plan, reconoció que en verdad tenía
serio propósito de cambiar las prácticas que en el pasado había
causado tanta barahúnda. Por haber explicado lo que haría
diferentemente una vez volviera a su trabajo, las dudas de la
empleadora acerca de la sinceridad del hombre se redujeron en
gran medida. Ambos fueron capaz de reconciliarse más rápida-
.mente de lo que cualquiera podría haber soñado.
Un plan escrito para introducir cambios tiene otros benefi-
cios prácticos. Escuchar metas específicas y objetivos ayuda a
recordarle aquello a lo que usted se ha comprometido, y provee
l.:
~ una norma por la cual su progreso puede ser medido. A menu-
do es útil pedir a la persona que ha perjudicado que le diga
cómo usted puede cambiar. Anote sus sugerencias y revíselas
periódicamente en compañía de esa persona para ver si ella cree
que usted está cumpliendo con sus compromisos.
Haciéndolo ase usted podrá trazar su progreso más objeti-
J vamente, y sus acciones continuarán demostrando que su con-
;1 fesión fue sincera. .
7. Pida perdón y dé tiempo
Si usted sigue los seis pasos antes descritos, muchas personas
mostrarán buena disposición para perdonarlo. Sin elnbargo, si
la persona a la que usted le ha confesado no expresa su perdón,
usted puede preguntarle: ¿Por favor, quieres perdonanne?"
11
Esta pregunta es una muestra de que usted al confesar su falta
ha hecho todo lo que puede y que la responsabilidad por lo que
123
 Saque la viga de su ojo
sigue es de la otra persona:. Esto a menudo ayudará a la perso-
na ofendida a hacer y a expresar la decisión de perdonarlo.
(Los detalles del perdón serán discutidos en el capítulo 10.)
Sea cuid~doso, sin embargo, de no hacer esta pregunta como
un medio de presionar a alguien a tomar una decisión para la
que no está listo aún. Algunas personas pu~den perdonar una
. ofensa casi en el acto, mientras que otras necesitan algún tiem-
po para ocuparse ensus pensamientos y sentimientos. Mi espo-
sa es de esta clase de personas. A veces, cuando yo la he herido
profundamente y más tarde se lo confieso, ella necesita un poco
de tiempo para pensar y orar. Si la presiono para que rápida-
mente me diga "te perdono", añado a sus cargas por introducir
sentimientos de culpa, lo que puede dar lugar al resentimiento
ya la amargura. Por otra parte, si respeto su necesidad de algún
tiempo, ella generalmente viene pronto a mí y voluntariamente
expresa su perdón.
Si cree que la persona a quien confesó su falta simplemente no
está lista para perdonarlo, puede ser útil decir algo como esto:
"Sé que te he ofendido grandemente, y comprendo por qué
has tenido tanta dificultad en perdonarme. Sin embargo, espe-
ro que pronto puedas hacerlo, porque es mi mayor deseo que
nos reconciliemos. Mientras tanto, oraré por ti. También, tan
pronto como me sea posible y con la ayuda de Dios, repararé el
daño que te he causado, y me esforzaré en atemperar mi mal
genio. Si hay algo que puedo hacer para resolver esta situación,
por favor, házmelo saber."
El tiempo solo no siempre hará posible el perdón. En algu-
nos casos. el perdón es inhibido por una confesión inadecuada.
Por tanto, cuando el perdón se demora, puede que usted nece-
site volver al principio y revisar completamente los elementos
de la confesión. Por ejemplo, puede que usted no haya explica-
do cómo se propone reparar el daño que ha hecho. O podría ser
vez de verla como un medio para glorificar a Dios y servir a
que hubiera fallado en comprender y expresar su pesar por la
otras personas. Yo mismo me he visto a veces en la situación de
manera en que usted ofendió a la otra persona. Si usted se mues-
usar los siete pasos con el solo propósito de despojarme de la
tra sensible, podrá a menudo descubrir aquello que está obstru-
carga y minimizar las consecuencias de mi pecado. En el proce-
yendo el perdón y tratar entonces de obviarlo. Si aun así la per-
so/ he puesto cargas aun más pesadas en la otra persona a quien
sona ofendida no se siente dispuesta a perdonar, no obstante
había ya agraviado. (Dado que había "cumplido con mi obliga-
124
LibéreSfl a usted mismo del pecado
usted haber sido paciente y seguido estas recomendaciones de
la mejor manera posible, podría ser que necesite hablar de nue-
vo con la persona, y decirle algo como esto:
"Roberto, quiero que sepas que fui sincero contigo cuando
me excusé la semana pasada, y que me esfuerzo todo cuanto
puedo por hacer las cosas bien. No me parece que me has per-
donado/ y por eso me preocupa aún nuestra relación. Lamento
también que esto pueda ser un trago amargo para ti. Por tanto, f
i
ft
te pido que me perdones. Si hay algo en que pueda ayudarte 1;
,1
para hacer esto aun más fácil, por favor, déjamelo saber." r,
11
Si aun así no se le perdona, usted tiene unas pocas opciones. Si f:
se trata de un cristiano que no comprende lo que significa el per-
dón/ usted le puede ofrecer un folleto o un libro que versa sobre el
perdón (vea el capítulo 10). Otra posibilidad sería exhortar a esa
I
[1
¡:
persona a que hable del asunto con un pastor o un amigo cristiano 1I
maduro. Si después de un razonable período de tiempo ninguno 1:
de estos esfuerzos sirven a su propósito, puede ser que usted nece-
1I
site hablar con el pastor para que ayude a la reconciliación. Si estos
11
medios no están disponibles o no son eficaces, ore y los pasos que
se bosquejan en el capítulo 12 serán su. último recurso.
I
No toda confesión requerirá todos los siete pasos sugeridos.
Pequeñas ofensas a menudo pueden ser manejadas propiamen-
te con una simple declaración. Sin embargo, cuanto más seria
Sea la ofensa, tanto más sabio será hacer una completa confe-
sión/ usando los siete pasos que se han indica,do.
Antes de dejar el asunto de la confesión, debo hacer una im-
portante advertencia. Cada vez que usamosünafórmu1a (como
la de los siete pasos) podemos convertirla en un ritual sin senti-
do y perder de vista 10 que Dios quiere que hagamos (vea Mar-
cos 7:5-13; Lucas 11:42). Esto generalmente sucede cuando co-
menzamos a usar la fórmula para nuestro propio beneficio en
125
)
Saque la viga de su ojo
ción", la otra persona se sintió coaccionada a perdonarme, aun.
cuando creía que mi confesión había sido mecánica e insincera.)
Pida al Señor que lo libre de caer en este pecado. Cuando
usted va y confiesa su falta, recuerde que se encuentra allí para
servir a la otra persona y no para sentirse bien usted mismo.
Tenga el propósito de complacer a Dios y ministrar a la persona
que usted ha perjudicado. Y sin considerar cual pudiera ser la
respuesta del ofendido, esfuércese humildemente en cumplir
su compromiso, reparar cualqui~r daño hecho, y cambiar sus
elecciones en el futuro: Esta es la más rápida vía a la verdadera
paz y a la reconciliación.
Usted puede cambiar
El tercer paso al tratar cón el pecado es trabajar con Dios para
cambiar su futuro comportamiento. Esto requiere renunciar a acti-
tudes y conductas pecaminosas y abandonar cualquier cosa que sea
contraria a la voluntad de Dios (Proverbios 28:13; Ezequiel 14:6;
18:30;Daniel 4:27). Este proceso cumple la tercera oportunidad de
la pacificación, eso es, ser más semejante a Cristo.
El ser cada vez más semejante a Cristo no es optativo para el
cristiano, porque la Biblia repetidamente nos manda imitar a Cris-
to, no sólo en las cosas "religiosas", sino en las ordinarias activida-
des de cada día. "Sed, pues, imitadores de Dios como hijos ama-
dos. Yandad en amor, COTI10 también Cristo nos amó" (Efesios5:1,2).
"El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo" (1
Juan 2:6; d. Lucas 6:36; Efesios 4:32; 1 Pedro 1:15.)6).
El cambio a la semejanza de Dios es tan importante que los
escritores del Nuevo Testamento le dedican gran atención. Epís- .
tola tras epístola, los apóstoles describen las cualidades que Dios
quiere que desarrollemos, y ellos usan el más fuerte lenguaje
posible para urgirnos a hacerlo así. Uno de mis pasajes favori-
tos es 2 Pedro 1:4-8:
.... [Dios nos ha dado] preciosas y grandísimas promesas, para
que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina ...[por esto mismo, poned toda diligencia en añadir] a
vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento,
126
Libérese a usted mismo del pecado
dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia,
piedad; a la piedad, afecto fraternal; al afecto fraternat amor.
Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os deja-
rán estar ociosos y sin fruto en cuanto al conocimiento de nues-
tro Señor Jesucristo.
Est~ pasaje y muchos otros aclaran que el desarrollo del ca-
rácter piadoso es una parte vital de la vida del creyente.2 Dios
quiere que cada vez más reflejemos el carácter de Cristo en nues-
tra vida. Es por esto que Pablo exhorta a los tesalonicenses a
"agradar a Dios" y amar a los hermanos "más y más" (1
Tesalonicenses 4:1,10).
A veces el cambio será difícil, pero Diqs no nos manda hacer
cosas imposibles. Él siempre nos provee con la gracia y la guía
que necesitamos para llevar a cabo sus propósitos (Filipenses
2:13). Una de las más importantes observaciones que deseo ha-
cer es que la gente puede cambiar. La personalidad humana es
fluida. No importa con cuántos malos hábitos usted (¡O su ad-
versario!) esté luchando hoy. Por la gracia de Dios ello~ pueden
ser reemplazados con buenas cualidades. Con la ayuda de Dios,
usted puede cambiar y disfrutar una vida mucho mejor en los
días por venir (vea 1 Corintios 6:9-11; Colosenses 3:5-11). Los
cambios significativos no se producen simplemente por Ha ha-
. cer lo malo. El cambio real es positivo-requiere reemplazar
nuestra conducta pecaminosa con hábitos piadosos (Efesios 4:22-
32). Hay cuatro ingredientes básicos del cambio personal:
Oración
La oración es el punto de arranque de todo cambio significa-
. tivo.Las cualidades que Dios quiere que desarrollemos es nues-
tra vida a veces se mencionan como "el fruto del Espíritu"
(Gálatas 5:22,23). Un agricultor no puede cultivar manzanas o
nar,anjas sin la semilla, el sol, y el agua que Dios solo provee.
De igual manera, un cristiano no puede cultivar el fruto espiri-
tual sin el activo auxilio de Dios (Juan 15:4,5). La oración es el
medio por el cual buscamos esa asistencia divina (Salmo
139:23,24; Filipenses 1:9-11; Colosenses 1:9-12).
127
 Saque la viga de su ojo
Fijando la vista en el Señor
Como vimos en el capítulo anterior, las acciones pecamino-
sas salen de corazones pecaminosos. Por eso Santiago escribió:
"Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo,
purificad vuestros corazones" (Santi~go 4:8). La ~nica manera
de purificar su corazón es por despoJarse de sus Idolos. Pablo
enseña que este no es un proceso pasivo: "Por tanto, amados
míos, huíd de la idolatría" (1 Corintios 10:14)."Huye también de
de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz,
con los que de corazón limpio invocan al Señor" (2 Timoteo 2:22).
"Huye", "huíd", es una fuerte palabra. Significa escapar co-
rriendo. Es un llamado a una acción deliberada, esforzada, con-
tinua. Al usar esta palabra, Pablo nos está adviertiendo que no
podremos accidentalmente liberarnos a nosotros mismos de los
ídolos; ni que escaparemos de ellos con sólo desear a veces ser
mejores personas. Más aun, el Apóstol nos está pre~iniend~ de
que en realidad nunca podremos librarnos de un Idolo mIen-
tras pensemos que podemos volver a él y complacerse en él "sólo
por un rato". Un cristiano que flirtea con los ídolos es tan bobo
como el hombre que se mete en la cueva del león después de
haber escapado de ella.
¿Cómo, pues, escapa uno de un ídolo? Primero, a través de la
oración, el estudio de la palabra de Dios, y -con el consejo de
amigos cristianos espirituales, usted debe identificar l?s deseos
engañosos que lo motivan y lo gobiernan. Usted necesita ~onfe-
sar su idolatría a Dios y pedir su ayuda para vencerla. SI trata
con actitudes y deseos que particularmente ejercen un fuerte
dominio sobre usted, podría también necesitar ir en busca de la
ayuda pastoral para librarse de ellos.
Por último, usted debe consciente y deliberadamente cam-
biar el enfoque de sus afecciones y pensamientos. "Buscad las
cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra"
(Colosenses 3:1). Usted puede poner su corazón y mente en Je-
sús, por estudiar su Palabra, meditar en sus promesas, confiar
en Él, poner atención a sus advertencias, orar, y agrad~cerle por
todo lo que es y lo que hace; por servir a otros como Ello hIZO,
128
Libérese a usted mismo del pecado
adorar con otros creyentes y gozarse en su comunión. Canfor"'"
me usted invierte más de su tiempo, pensamientos, y energía en
el Sefior, el señoreará en su corazón más plenamente. Como Él
promete, "donde estuviere vuestro tesoro, allí estará también vues-
tro corazón" (Mateo 6:21).Cuanto más usted hace a Cristo el tesoro
de su corazón, tanto menos lugar habrá en su vida para los ídolos.
Cuando usted ponga la mira en Cristo, descubrirá que Él
verdaderamente puede proveer lo que los ídolos prometen pero
nunca cumplen. Solo Cristo da genuino gozo, paz, y felicidad (1
Pedro 1:8; d. Eclesiastés 2:26). Como su amigo, usted puede
poner a un lado el orgullo, admitir sin problemas sus limitacio-
nes, y hallar confianza en la sabiduría y el poder de Cristo (2
Corintios 12:9,10). Cuando usted pone su corazón en el reino
del Señor, Él le da todos los recursos materiales que necesite,
más satisfacción y gozo en ellos (Mateo 6:25-34; Filipenses
4:12,13). Si confía en que Cristo está satisfecho con usted, no
tendrá que preocuparse por lo que otros piensen de usted (1
Corintios 4:3,4). Más aun, cuando usted desea buenas cosas y
ora por ellas, podrá estar en paz, sabiendo que el Señor le dará o
no aquellas cosas de conformidad con su perfecto tiempo y plan
(Mateo 7:9-11; Lucas 1:5-25; 2 Corintios 12:7-10).
La promesa de Dios que lo satisfará por completo se halla
bellamente descrita en el Salmo 37:4: "Deléitate asimismo en
Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón". No se
trata de un juego de meros aspavientos que usted practica para
hacer que Dios satisfaga sus antojos. Por el contrario, cuando
usted pone sus ojos en el Señor y aprende a amarlo con toda su
mente, con todo su corazón, con toda su alma, y con todas sus
fuerzas, Él purifica su corazón y lo colma con deseos que Él'
mismo ansía satisfacer (Mateo 5:3-12). Y de ese nuevo corazón y
de esos puros deseos, Cristo producirá el fruto de un carácter
piadoso.
1
'1
Estudio
,¡
La Biblia frecuentemente enfatiza el íntimo consorcio entre
t el pensamiento transformado y el cambio personal (Romanos
l
{ 8:6-8; 12:1,2; 1 Corintios 2:9-16;Efesios 1:17-19;4:22-24;Filipenses
r~ ... 129
 Saque la viga de su ojo
1:9-11; Colosenses 1:9-12). La sabiduría, el conocimiento, y el
discernimiento-todo lo que envuelve nuestra mente-son im-
portantes pre-requisitos de la vida espiritual fructífera. Dios no
infunde misteriosamente en nuestra mente aquellas cualidades;
más bien, cuando diligentemente estudiamos su Palabra, Él nos
ayuda a entender sus principios y sus caminos de tal modo que
nuestra mente es verdaderamente "renovada".
El estudio de la Biblia es especialmente importante cuando
estamos tratando de desarrollar un carácter a la semejanza de
Cristo y encaramos los desafíos del conflicto. El tiempo regular
. que se emplea en la palabra de Dios ayuda a identificar los ído;'
los y los motivos mundanos que nos incitan a conducirnos en
formas destructivas, y nos permite además guardarnos de ellos.
En particular el estudio nos ayuda a reconocer y resistir las ideas
del mundo respecto a cómo tratar con aquellos que se nos opo-
nen, como: procura siempre ser el número uno. No te enfurez-
cas, véngate. Nunca olvides a un amigo, y jamás perdones a un.
enemigo. Sólo dale lo que se merece. Si admites que estás equi-
vocado, parecerás un bobo.
Las ideas no bíblicas se muestran especialmente interesantes
cuando surge un conflicto, pero de continuo minarán nuestro jui-
cio y carácter, a menos que trabajeinos para contrabalancearlas con
la verdades de la Biblia. El estudio de las Escrituras nos ayuda tam-
bién a aprender cuáles cualidades del carácter conducen a la paz y
provee consejo práctico sobre cómo desarrollarlas y aumentarlas.
El estudio necesario para producir un cambio efectivo del
carácter puede manifestarse en muchas maneras. La reflexión
sobre los pasajes de la Biblia citados en este libro podría ser un
provechoso comienzo. Una vez que ha identificado un particu-
lar fruto del Espíritu que desea desarrollar, usted puede apren-
der más de ello por el uso de una concordancia bíblica para ha-
llar otros pasajes en que se discute esa cualidad. Algunas de la
más provechosas instrucciones en esta área se encuentran en
historias vívidamente narradas en las que se describe cómo Cris-
to y la gente de la Biblia respondían a muchos de los mismos
problemas que nosotros enfrentamos hoy. La mejor manera de
exponerse usted mismo a estas narrativas es mediante un pro-
130
Libérese a usted mismo del pecado
grama regular de lectura bíblica. Cuanto más estudia la Biblia
y absorbe con cuidado ~oque aprende en ella, tanto más podrá
usted conformarse a la Imagen de Cristo.
Práctica
. La.oració.n, un nuevo corazón, y el estudio lo prepara para el
fInal IngredIente del cambio personal: "vestíos del nuevo hom-
bre" (Efesios 4:24). Esto significa que usted debe poner en prác-
tica lo que está aprendiendo (Filipenses 4:9). De una manera u
otra, cada situación en que Dios nos pone es una oportunidad
para practicar algo que vale la pena. Lamentablemente, muchos
de nosotros entramos al campo y ni siquiera nos damos cuenta
de que se está jugando en él. No extraña entonces que una y otra
vez el entrenador nos pida que salgamos del terreno de juego.
Porque Pablo sabía que sólo mediante la práctica aplicada
podemos llegar a ser "semejantes" a Cristo, comparó esa tarea
con el riguroso entrenamiento que un atleta griego necesitaba
para ganar en las competencias de las Olimpíadas (1 Corintios
9:24-27; Filipenses 3:14; 2 Timoteo 4:7). Esto nos enseña que las
deseadas cualidades del carácter se desarrollan en la misma for-
ma en que lo hacen otras habilidades-por la gracia de. Dios
practicamos una y otra vez la deseada acción hasta que vence-
mos nuestras debilidades, dominamos las técnicas adecuadas ,
y nos comportamos tanto en forma natural como automática.
Este no es un proceso casual. Pablo manda a Timoteo a "se-
guir la justicia, la fe, el amor y la paz" (2 Timoteo 2:22).Dioko, la
palabra griega traducida por "sigue" o "prosigue", es un térmi-
no fuerte. Significa esforzarse por, seguir hasta, o perseguir, y
podría usarse para describir la acción de un león que persigue
la presa. Pablo nos está diciendo que nuestros esfuerzos por al-
.canzar un nuevo carácter debe distinguirse por la persistencia,
la dedicación, y un serio esfuerzo.
La práctica debe ser tanto planeada como espontánea. Este
principio se ilustra en la historia de Glenn Cunningham. Las
piernas de Glenn fueron severamente quemadas cuando era un
muchacho. Aunque se le dijo que nunca caminaría de nuevo, él
desarrolló un riguroso programa de entrenamiento que incluía
131
 Saque la viga de su ojo
Libérese él usted mismo del pecado

ejercicios de estiramiento; caminata; y carrera; que siguió fiel-

plo; tan pronto como advierte que una disputa comienza a de-
mente a despecho del dolor constante y severo. Además, cuan-
sarrollarse, usted puede dar inmediata atención al control de su
do sus piernas se sanaron; Glenn comenzó a correr aun más. Si
lengua. Si usted está seguro de que tiene la razón; puede hacer
había necesidad de enviar una carta; él corría al correo. Si su
un esfuerzo especia! para ser bondadoso y paciente con la per-
madre necesitaba harina de trigo, corría al colmado. Si su padre
sona que está equivocada. Cuando sus deseos o necesidades
necesitaba clavos, Glenn corría a la ferretería. Tareas que otros
chocan con las de otro; usted puede recordar el ejemplo de Cris-
muchachos hacían con rezongo; eran vistas por Glenn como
. to y voluntariamente someterse. O; si usted ha sido ofendido;
oportunidades para reconstruir su cuerpo. Su duro trabajo dio
puede pedir la ~yuda de Dios para resistir el resentimiento y
su fruto. En 1934, Glenn estableció una nueva marca mundial perdonar como Ello ha perdonado a usted. .
por correr una milla. Mediante la combinación de planeado en-
Cuando usted practica; no deje que los fracasos y reveses lo
trenamiento y espontáneo ejercicio; Glenn venció las que pare-
desalienten. Recuerde, el desarrollo de un fruto espiritual es algo
cían ser imposibles' desventajas y alcanzó la meta que había
semejante al dominio de un deporte o de un instrumento musi-
puesto en su corazón.
cal. No importa cuántos fracasos usted experimente (como di-
Con la ayuda de Dios, usted puede usar el mismo procedi-
ciendo cosas hirientes o permitiendo que la amargura lo abru-
miento para cambiar su carácter y desarrollar el fruto del Espí-
me por un tiempo), recuérdese usted mismo que puede can1-
ritu. Primero, usted debe planear cómo trabajar para cambiar
biar; pida una vez más la ayuda de Dios, y trate de nuevo. Si .
específicas cualidades del carácter. De la misma manera en que
usted quiere de veras sacar el máximo provecho de las leccio-
cada mañana elige la ropa que se pondrá; usted puede regular y
nes que está aprendiendo; conserve un diario espiritual. Regis-
deliberadamente decidir ejercitar una particular cualidad del
tre en él lo que usted aprende tanto de sus errores como de su
carácter. Como dijera Pablo; "vestíos; pues; de entrañable mise-
progreso. Esta disciplina generalmente facilitará el desarrollo
ricordia, de benignidad; de humildad, de mansedumbre, de de un más piadoso carácter.
paciencia" (Colosenses 3:12).
Sea su meta la paciencia; la sabiduría, la mansedumbre, o
Muchas de las cualidades del carácter que usted puede desa-
el dominio propio; manténgase en ello, hasta que usted vea
rrollar en una forma planeada pueden ayudar a prevenir o a
los resultados. Esta es lafórmula que lleva a la gente a parti-
resolver el conflicto. Por ejemplo, usted puede decidir humi-
cipar en las Olimpíadas o al escenario del Carnagie Hall. El
llarse a sí mismo y confesar algo malo que hizo el día anterior.
entrenamiento es también la senda hacia la madurez espiri-
O, si usted ha creído importante pensar y decir cosas positivas,
tual (Hebreos 5:14). Con la ayuda de Dios y una constante
gratas, y estimulantes, podría planear en 10 adelante responder
práctica; usted puede desarrollar un carácter cristiano. que
en forma amable y paciente a un compañero de trabajo que in-
demostrará su arrepentimiento y que lo capacitará para dis-
variablemente lo molesta durante los diez minutos de receso frutar los beneficios de la paz.
del café. O podría cultivar la perseverancia por ir a hablar una
vez más con un pariente del que se haya enajenado. Si usted se
concentra en una o dos áreas y se mantiene trabajando en ellas
hasta que ve consecuentes resultados; con la ayuda de Dios us-
Para ser un pacificador eficaz; trate honradamente con sus
ted puede cambiar.
propias faltas. Como Pablo dijo a Timoteo: "Así que, si alguno
En segundo lugar; como Glenn Cunningham, usted puede
se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santifica-
acelerar su progreso si usa imprevistas oportunidades para ejer-
do; útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra" (2 Timoteo
citar espontáneamente un necesario fruto del Espíritu. Por ejem-
2:21). Este proceso de limpieza se hace realidad sólo a través del
132
133

~ . i
 Saque la viga de su ojo Libérese a usted mismo del pecado ,

arrepentimiento, la confesión, y el cambio personal. Cuanto más 5. Deje constancia al Señor escribiendo una oración basa-
fiel sigue usted estos pasos, tanto más útil será a su Maestro. Al da en !os principios enseñados en este capítulo.
mismo tiempo, después de sacarla viga de su propio ojo, usted
estará preparado para ayudar a otros.
Si usted está actualmente envuelto en un conflicto, estas pre-
guntas lo ayudarán a aplicar los principios expuestos en este
capítulo:
1. Cuando da una mirada retrospectiva a la manera en
que ha manejado este conflicto, ¿ve la necesidad de arre-
pentimiento?
2. Escriba un bosquejo para su confesión.
(a) Hable con cada persona involucrada. ¿A quién necesita
confesarle? .
(b) Evite los "si", "pero", "podría ser". ¿Qué excusas o cul-
pas necesita eludir?
(c) Admita específicamente. ¿Qué pecados ha cometido
usted? ¿Qué principios bíblicos ha transgredido?
(d) Excúsese. ¿Cómo podrían sentirse otros a consecuen-
cia de su pecado contra ellos?
(e) Acepte las consecuencias. ¿Qué consecuencias debe us-
ted aceptar? ¿Cómo puede usted revertir el daño que
ha causado?
(j) Modifique su conducta.¿ Cuáles cambios se propone us-
ted hacer, con la ayuda de Dios, en la manera en que
usted piense, hable, y se comporte en el futuro?
(g) Pida perdón. ¿Qué podría hacer que la persona a quien
usted ha ofendido se muestre renuente a perdonar-
lo? ¿Qué podría usted hacer para que a esa persona
le sea más fácil perdonarlo?
3. ¿De qué ídolos necesita escapar? ¿Cómo puede usted ha-
cer esto? En particular, ¿en qué cualidad de carácter o
promesa de Dios puede usted concentrarse para ayuda!-
se a vencer estos ídolos?
4. Escoja una cualidad de carácter que usted desea desa-
rrollar. Específicamente, ¿qué pasos dará usted para prac-
ticar esa cualidad? ¿Cómo puede usted practicar esa cua-
lidad aun mientras trabaja para resolver el conflicto?

134 135 .
 TERCERA PARTE

Vaya y muestre
al hermano su falta
"Si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos;
si te oyere, has ganado a tu hermano."

Mateo 18:15

na vez ha identificado los intereses de Dios y ha asu-

1 mido responsabilidad por la parte que usted tuvo en
el surgimiento de un conflicto, podría ser necesario
que hablara a otros acerca de las faltas de ellos. A
muchos no les gusta enfrentar a otros. Esto es especialmente
cierto en la sociedad moderna, donde la norma aceptada es
"métete en tus asuntos, que yo me ocuparé de los míos". Aun-
que debemos desear hacer caso omiso de pequeñas ofensas, hay
algunos problemas que sólo empeoran si no son encarados con
la debida energía. Janet, una amiga mía, una vez aprendió esta

137
..¡ Los Pacificadores
lección cuando una fricción con Lorenzo, un maestro compañe-.
ro suyo, se agravó más allá de lo esperado.
Lorenzo parecía irritar a casi cada persona en la escuela. De
continuo hacía chistes con otras personas, a menudo en forma
desconcertante. Era propenso a criticar a otros, pero se ofendía
fácilmente cuando alguien lo pescaba en falta. Por alguna ra-
zón, Lorenzo molestaba más a Janet que a ninguna otra perso-
na. Adonde quiera que ella iba por el salón de los maestros, él la
miraba y de inmediato le decía algo sarcástico o hacía algún
comentario alusivo a ella. Por esto, Janet trataba siempre de evi-
tar ir al salón donde en"señaba por temor a hallar a Lorenzo allí.
Janet, que había sido cristiana por varios años, se sentía es-
pecialmente confundida por el hecho de que Lorenzo abierta-
l~~:. mente alardeaba de ser también cristiano. Janet se sentía parti-
, , cularmente desalentada por el efecto que la conducta de Loren-
!l.'; ;
zo estaba teniendo en Carolina, una maestra a quien Janet por
más de un año había estado testificando de Cristo. Cuanto más
Carolina repugnaba el comportamiento de Lorenzo, tanto me-
nos abierta se mostraba para el evangelio. "Si eso es lo que sig-
nifica ser cristiano, no gracias", le dijo un día a otra maestra. "La
gente que yo encuentro en la cantina son más decentes que él".
Janet ya había enfrentado a Lorenzo en varias ocasiones res-
pecto de su conducta. Infortunadamente, dado que ella siempre
lo hacía irreflexivá e inmediatamente después de que él la ofen-
día, sus palabras por lo' general eran con enojo y sarcasmo. Lo
único que esto hacía era que Lorenzo se defendiera e iniciara
siempre una discusión tras la cual ambos se separaban furiosos.
.,;1'
Comprendiendo finalmente el daño que estaba haciendo por el
(: .
abierto conflicto entre 'ambos, Janet pidió 'mi consejo sobre cómo
tratar con el problema. Después de discutir maneras en que ella
podría agradar y honrar al Señor en esta situación, consideramos
en qué ella misma había faltado. Entonces planeanlos cuidadosa-
mente cómo ella podría hablar a Lorenzo en una forma más edifi-
cante. Oramos que el Señor le diera gracia a ella ya Lorenzo para
resolver sus diferencias en una forma que lo agradara y honrara a Él.
La mañana siguiente, Janet llegó a la escuela bastante tem-
prano para hablar con Lorenzo antes de que arribara alguno de
138
--l'~~t-
.... :;~~~~d.t~,¡"
Vaya y muest.re al hermano su falta
los alumnos de él. Después de decirle que ella estaba preocupa-
da por la discusión que ambos sostuvieron al principio de esa
semana, y le preguntó si él tendría tiempo en el curso del día
para hablar. Con cierta vacilación, Lorenzo acordó reunirse con
ella a las 3:30 de la tarde en una oficina desocupada.
Cuando ellos se reunieron en la oficina, Lorenzo estaba ob-
viamente nervioso y defensivo. Janet hizo que se sintiera cómo-
do explicándole lo que ella esperaba obtener de la reunión de
ambos. Janet admitió que ella también se había conducido en
forma indeseable y pidió a Lorenzo que la perdonara por dar
rienda suelta a su mal genio y por decirle cosas hirientes. Él
dijo, "está bien. Yo sé que a veces puedo ser cáustíco".
Eh vez de darse por satisfecha con este superficial arrepenti-
miento, Janet gentilmente prosiguió diciendo a Lorenzo que su
. conducta la estaba afectando, a otras personas, y a su testimo-
nio cristiano. Lorenzo volvió a adoptar una actitud defensiva y
trató de excusar su conducta. Habiendo ya planeado cómo res-
ponder a esa táctica, Janet fue preparada para darle ejemplos
específicos de pecaminosas palabras que él había dicho. Ella tam-
bién le llamó la atención respecto a su testimonio cristiano~ En
vez de mostrarse enojada o ag"resiva, Janet mantuvobaja su voz
y continuó expresando su preocupación por Lorenzo y su deseo
de hacer lo que agradara y honrara al Señor. Mientras hablaban;
ella oraba silenciosamente que Dios ayudara a Lorenzo a ver la
verdad en cuanto a sí mismo.
Después de cuarenta y cinco minutos de tensa conversación,.
Lorenzo comenzó a suavizarse. Admitió que su conducta era
.... '.
pecaminosa y acordó que él necesitaba cambiar. Dijo aun a Janet
que él había siempre tenido problema para llevarse bien con la
gente y que siendo sarcástico era la única manera que tenía de
llamar la até1ción. Janet respondió con comprensión y compar-
tió con é~algunas luchas similares en su propia vida. Entonces
discutió con él algunas maneras en que ambos podrían ayudar-
se para vencer algunos de sus patrones de malos hábitos. Acor-
daron también reunirse una vez por semana durante cinco mi-
M1fjj.. ',::.
:¡~1{rft;: . nutos para orar antes del inicidio de las clases y decidieron invi-
<W~~~', tar a otro maestro cristiano a que se les uniera.
:.'.~~):.~~l
: ::..: .
'~"''1~'''' ,
:~1~r.J.>\~\:
:. 139
••., ..
 Los Pacificadores

Finalmente, después de reconocer cómo su conducta había

afectado a Carolina, Lorenzo decidió que él necesitaba ir donde'
ella y pedir su perdón. Cuando hizo esto más tarde en el día,
Carolina estaba atónita. Su asombro creció durante las siguien-,
.tes semanas cuando ella vio cuán mucho mejor se llevaban Janet
y Lorenzo. Hasta el momento en que escribía este libro, Caroli-
na no se había convertido aún, pero su interés en hablar de Cristo
había aumentado considerablemente. La decisión de Janet de
enfrentar en amor a su hermano cristiano no sólo lo ganó a él
sino que también despejó el camino para que otros aprendieran
acerca de la paz que viene a través de Cristo.

Restaure amablemente
al pecador

Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que

sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre.

Gálatas 6:1

amo vimos en el capítulo 1, el conflicto a menudo pre-

senta oportunidades de servir a otros. Si mostramos
. genuino interés por el bienestar. de otros y usamos
.'-., nuestros recursos para -ayudarlos a satisfacer sus ne-
cesidades, nuestro Maestro nos considerará "buenos y fieles sier-
vos" (Mateo 24:45-51; d. Lucas 12:42-48).Por tanto, aun cuando
estemos en medio de un conflicto, debemos ser mayordomos.
en la forma en que procuramos servir a otros. Esto último pue-
de hacerse por ayudar a otros a resolver asuntos materiales, por
llevar las cargas que ellos no pueden cargar, por llevarlos al co-
nocimiento de Cristo, y por enseñarles y estimularlos con nues-
tro ejemplo.

140 141
 Vaya y muestre al hermano su falta
Necesitamos también abrirnos a la oportunidad de $ervir a
otros por ayudarlos a aprender dónde han obrado mal yen qué
deben cambiar. Aunque muchas ofensas pueden y deben ser
pasadas por alto, algunos problemas son tan serios que deben
ser encarados, o de lo contrario dañarán valiósas relaciones y
resultarán en innecesario perjuicio de otras personas. En este
capítulo consideraremos varios principios que lo ayudarán a
decidir si una ofensa debe ser pasada por alto o si debe ser en-
frentada. En el capítulo 8 discutiremos qué hacer si un enfrenta-
miento privado no resuelve un problema.
Cuando alguien tiene algo contra usted
Si se entera que alguien tiene algo contra usted, Dios quiere
que usted tome la iniciativa en busca de la paz, aun en el caso
de que crea que no ha hecho nada impropio. Si cree que las que-
jas de la otra persona contra usted no tienen fundamento, o que
la incomprensión es entera responsabilidad de la otra persona,
usted puede naturalmente concluir que no es obligación suya
dar los primeros pasos hacia la restauración de la paz. Esta es
una conclusión común pero falsa, pues es contraria a la específi-
ca enseñanza de Cristo en Mateo 5:23,24: "Por tanto, si traes tu
ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo
contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcí-
liate con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda."
Note que este mandato no se limita a situaciones en que la otra
persona tiene algww cosa justificable contra usted. Cristo dijo que
usted debe buscar la reconciliación si su hermano tiene algo con-
tra usted, implicando que la obligación existe independiente-
mente de que la queja sea legítima o no.
Hay varias razones de que usted está obligado a iniciar la
reconciliación aun si no cree que ha cometido ninguna falta.
La más importante de todas es que Cristo manda que usted
vaya. También, como se discutió previamente, la paz y la
unidad entre creyentes afecta significativamente la manera
en que otras personas reciben el mensaje del evangelio. Al bus-
car la paz con el hermano del que se halla separado, ensancha
142
Restaure amablemente al pecador
su testimonio cristiano, especialmente si aquel es el culpable de
la separación (Lucas 6:32-36).
Además, usted podría tener una mayor paz mental si ha en-
frentado con honestidad las quejas que alguno podría tener con-
tra usted. Por sólo escuchar atentamente a otros usted puede
descubrir pecados de los que no tenía conciencia, o ayudar a otros
a comprender que sus quejas no tienen asidero. En cualquier caso,
usted obtendrá una clara conciencia, que es un ingrediente esen-
cial de la paz interna, y una más íntima comunión con Dios.
Finalmente, usted debe iniciar la reconciliación por amor a
su hermano y porque se preocupa de su bienestar. Poco antes
de que Cristo mandara que se busque la reconciliación, Él ad-
virtió acerca del peligro de abrigar enojo en el corazón: "Oísteis
que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare
será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje
contra su hermano, será culpable de juicio; ... y cualquiera que le
diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego" (Mateo 5:21,22).
La amargura, el enojo, y la indisposición a perdonar son se-
rios pecados a los ojos de Dios. Si su hermano se complace en
tales sentimientos, estos lo apartarán de Dios y lo expondrán al
juicio (Efesios 4:30,31;d. IsaÍas 59:1,2). Además, estos sentimien-
tos pueden como un ácido carcomer el corazón de su hermano
y cauterizarlo espiritual, emocional, y físicamente (Salmo 32:1-
5;73:21,22; Proverbios14:30). Dado que este peligro puede exis-
tir aun cuando alguien esté equivocado por creer que usted ha
incurrido en una falta, por amor usted debe ir a esa persona y
hacer todo cuanto le sea posible por resolver el asunto. Esto
puede incluir su propia confesión de las cosas malas que ha he-
cho, o ayudar a la persona a comprender que no hay base algu-
na para su queja. Aunque no puede forzar a alguien a que cambie
su manera de pensar acerca de usted, haga cualquier esfuerzo para
"vivir en paz" aclarando los malentendidos y removiendo lo que
obstaculiza la reconciliación (Romanos 12:18; d. 14:13-19). Esto
podría requerir repetidos intentos y gran paciencia, pero el benefi-
cio que ambos obtienen por ello merece el esfuerzo.
Recuerdo un domingo cuando yo visi taba una pequeña co-
munidad de rancheros y prediqué un mensaje basado en
143
 Vaya y muestre al hermano su falta
Mateo 5:21-24. Después del culto un amigo me llevó a almozar.
I Restaure
Mientras almorzábamos, un hombre a quien había visto esa
mañana en la iglesia entró al restaurante. Cuando me vio, se
acercó a la mesa con una sonrisa de oreja a oreja.
"Tengo que decirle lo que acaba de suceder" -dijo. "Su ser-
món realmente me conmovió, porque tengo un vecino que des-
de hace dos años no me dirigía la palabra. Tuvimos una discu-
sión respecto al lugar en que debía estar una empalizada. Cuan-
do no removí la cerca del lugar donde según él debía haber sido
levantada, simplemente me volvió la espalda y se marchó furioso.
Como yo pensaba que tenía la razón, siempre supuse que era él a
quien correspondía hacer el primer movimiento hacia la restaura-
ción de la ainistad entre ambos. Esta mañana comprendí que el
Señor quiere que sea yo el único que busque la reconciliación, así
que inmediatamente después del servicio me dirigí a su casa a ha-
blar con él. Le dije que sentía haber sido tan;terco dos años atrás y
que deseaba que volviéramos a ser amigos. El casi se desmaya. Me
dijo que todo el tiempo'se sentía mal por haberse ido furioso tras la
discusión por la verja, pero que no sabía cómo venir a hablar con-
migo. ¡Oigame, y estaba tan feliz de que yo fuera a hablar con él!"
Cuando los pecados de alguno son demasiado
serios para pasarlos por alto
Otra ocasión en que usted debe ir a hablar con alguien acerca
de un conflicto es cuando los pecados de esa persona son tan
serios que no sería propio pasarlos por alto. Es por esto que Cristo
dijo: "Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se
arrepintiere, perdónale" (Lucas 17:3). A veces es difícil determi-
nar si un pecado es tan serio como para procurar un enfrenta-
miento con quien lo cometió. Más abajo se discuten unas pocas
situaciones que podrían requerir esta clase de atención.
¿Deshonra a Dios?
El pecado es demasiado serio para hacer caso omiso de él si trae
significativo deshonor a Dios (v.g.Mateo 21:12,13;Romanos 2:23,24).
Si, alguien que profesa ser cristiano se está conduciendo en tal
144
amablemente al pecador.
forma que es probable que otros piensen menos en Dios, en su
iglesia, o en su Palabra, podría ser necesario enfrentar a esa per-
sona y urgirla a cambiar su conducta. Esto no quiere decir que
debemos llamar la atención por cada pequeña ofensa, pues Dios
mismo es paciente e indulgente con mucho de lo que nosotros
hacemos mal. Pero cuando el pecado de alguno viene a ser bas-
tante descarado y es evidente que afecta significativamente el
testimonio cristiano, es necesario que sea encarado.
Por ejemplo, una vez hablé con un hombre llamado José que
creía que un comerciante de la localidad no había sido honrado
con él. Aunque José estaba tratando de pasar por alto la ofensa,
se sentía molesto porque Federico posaba ante la comunidad ~
como un cristiano. Comprendiendo que Federico podría estar
tratando a otros en la misma forma, hadéndolos que tuvieran
menor estima de los cristianos y por tanto de Cristo, Josépensa-
ba que podría ser necesario hablar con Federico acerca de sus
manejos comerciales. Estuve de acuerdo, y esa misma tarde José
fue a ver a Federico. Aunque al principio este se mostró defen-
sivo, eventualmente comenzó a escuchar las preocupaciones de
José e hizo un compromiso de cambiar en el futuro algunas de
sus prácticas comerciales. Una semana más tarde, José recibió
una nota de Federico que decía: J(Gracias por tomar tu tiempo
para habla,! conmigo. Estoy tratando de ser más cuidadoso de
la manera en que manejo mi negocio."
¿Daña su relación?
Como regla general, usted no debe pasar por al to una ofensa
queha dañado significativamente su relación con la otra perso-
na. Si usted es incapaz de perdonar una ofensa, eso es, si sus
sentimientos, pensamientos, palabras, o acciones hacia la otra
persona han sido alterados por más que un corto período de
tiempo, la ofensa es demasiado seria para pasarla por alto. Cual-
'quier cosa que ha perturbado la paz y la unidad entre dos cris-
tianos debe discutirse y hacerlo bien.
Aun una pequeña ofensa puede dañar la relación si el res-
ponsable reincide en ello. Aunque la falta puede ser fácilmente
perdonada dos o tres veces al principio, eventualmente podrían
145

Vaya y muestre al hermano su falta
surgir la frustración y el resentimiento. Cuando esto sucede, será
necesario traer el asunto a la atención de la otra persona de modo
que pueda romper el patrón ofensivo.
¿Está perjudicando a otros?
Una ofensa o desacuerdo es también asunto demasiado serio
para P<:tsarlo.por alto si resulta en significante daño a usted o a
otros. Esto puede suceder en varias maneras. El ofensor puede
estar perjudicando o poniendo en peligro a otros en una forma
directa (v.g. abuso de niño o conducir embriagado). La persona
puede también estar estableciendo un precedente que hará que
. otros cristianos se comporten de manera similar. Sabiendo que
"un poco de levadura leuda toda la masa", Pablo exhortó a los
cristianos a enfrentar rápida y firmemente un pecado serio y
abierto para prevenir que otros creyentes fueran extraviados (1
Corintios 5:1-13; d. 2 Timoteo 4:2-4; Proverbios 10:17). Una ofensa
puede también afectar. adversamente a otros si es hecha'en pú-
blico y otros cristianos se involucran en ello. Cuando la paz y la
unidad de una iglesia son amenazadas en esta forma, el proble-
ma subyacente debe ser enfrentado antes de que cause seda di-
visión (Tito 3:10). . Tesalonicenses 3:11; 1 Timoteo 5:13; 2 Timoteo 2:23; 1 Pedro 4:15).
¿Perjudica al ofensor?
Por último, el pecado debe ser enfrentado cuando está perju-
dicando seriamente al ofensor, sea en forma directa (v.g. abuso
de bebidas alcohólicas) o por una deteriorada relación con Dios
o con las personas. La búsqueda del bienestar de otros cristianos,
especialmente de los que son miembros de su propia familia o de
su congregación, es una seria responsabilidad. Infortundamente,
debido .aque muchos cristianos han adoptado el punto de vista
mundano de que a cada uno debe permitírsele "hacer lo que
quiera", algunos creyentes no harán nada, aun cuando vean a
su hermano o hermana en Cristo enredados en serio pecado.
Esta no es la clase de amor mostrado por Cristo, ni es tampoco
consecuenÚ~ con la clara enseñanza de las Escrituras:
"No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu
prójimo, para que no participes de su pecado" (Levítico 19:17):
146
Restaure amablemente al pecador
"Lib~a a los que son llevados ~ l~ muerte; salva a los que están
en peligro de muerte. Porque SIdIJeres: Ciertamente no lo supi-
m?s, ¿acaso no lo e~ntenderá el que pesa los corazones? El que
mIra por tu alma, el lo conocerá, y dará al hombre según sus
obras" (Proverbios 24:11,12).
"Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto. Fieles son
las heridas del que ama; pero importunos los besos del que abo-
rrece" (Proverbios 27:5,6; d. 9:8;19:25; 28:23). .
"Si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él
solos; si te oyere, has ganado a tu hermano" (Mateo 18:15).
"Hermanos, si alguno fuere soprendido en alguna falta, voso-
tros que sois espirituales, restauradle con espíritu de manse-
:~4
•¡f¡.
dumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas
tentado" (Gálatas '6:1).
}¿~ "Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviad'o de
la ven;lad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver
5'~1: al pecador del error de su camino, salvará un alma de muerte, y
cubrirá multitud de pecados" (Santiago 5:19,20).
ji, Estos versículos autorizan el enfrentamiento edificante, pero
•.A~l
no son una licencia para ser un entrometido. La Biblia repetidas
veces nos advierte que no debemos estarmuy ocupados en bus-
car oportunidades para señalar las faltas de los otros (v.g. 2
De hecho, cualquiera que esté ansioso por ir a mostrara un her-
.mano su pecado, probablemente esté descalificado para hacer
eso. Tal ansiedad es a menudo un signo de orgullo e inmadurez
espiritual, que nos incapacita para ministrar efectivamente a
otros (Gálatas 5:22-6:2). Los que mejor encaran a quien peca
abiertamente .son por lo general aquellos que preferirían no te-
ner que hablar a otros acerca de su pecado, pero que están cons-
treñidos a hacerlo así en obediencia a Dios y por alnor a otros.
En el otro extremo de los entrometidos están aquellos que se
::¥~('.".
,~-c
muestran renuentes a enfrentar el pecado bajo ninguna circuns-
fl
tancia. Ellos a .menudo citan Mateo 7:1: "No juzguéis, para que
no seáis juzgados", y dieen que la Biblia nos prohibe juzgar la
manera en que otros viven.' Sin embargo, cuando estudiamos a
'~~1'
.~~.~.,
la luz de los versículos antes citados, que específicamente nos
. )~f/;., .. ' dicen que evaluemos la conducta de otros y hablemos con ellos
.c:j¡.:" al respecto, Mateo 7:1-5 no puede .ser interpretado como una
,~~ . 147
.-..--'fl~~~::;:~"'--:--
~;J.II~J:~~(.:.:.
.~~
.• , ~.;.\'l,-!.:.-
",'1lJJ" ..,." '.
 Vaya y muestre al hermano su falta
Restaure amablemente al pecador

prohibición al enfrentamiento. Al contrario/ todo el pasaje ex-

amable enfrentamiento podemos ser utilizados por Dios para
plica cuando y cómo debe haber enfrentamiento. Cristo está di-
ayudarlos a ver dónde tienen un problema con el pecado.
ciendo que si usted sigue propiamente sus instrucciones/ "en-
La responsabilidad de un cristiano de ayudar a otros a tratar
tonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano"
con serios pecados puede ser entendida más claramente median-
(Mateo 7:5). Esto indiscutiblemente implica su aprobación al
te el estudio de dos particulares palabras usadas en Gálatas 6:1.
enfrentamiento propiamente hecho.
En este pasaje Pablo dice a los gálatas que restauren a un her-
Algunos rehúsan enfrentar a otros por el pasaje bíblico que
mano que ha sido "sorprendido en alguna falta". La palabra
lee: "No resistáis al que es malo; antes/ a cualquiera que te hiera
griega traducida al español como "sorprendido" (prolambmlO)
en la mejilla derecha/ vuélvele también la otra/J (Mateo 5:39).
significa estar desprevenido o descuidado. Así pues, el herma-
Este pasaje no prohibe el enfrentamiento personal. Antes bien/
no que necesita nuestra ayuda es aquel que ha sido sorprendi-
prohibe que la gente tome la ley en sus propias manos y que
do con la guardia baja. Es como un pescador que no ponía aten-
busque vengarse de aquellos que los ofenden.1 Este versículo
ción y quedó enredado en su red cuando esta salía por la borda
enseña que los cristianos deben tener la disposición de soportar
y ahora el hombre está en peligro de ahogarse. Tanto el pesca-
el perjuicio sin represalia cuando la ofensa es resultado directo
dor como la persona sorprendida en pecado tienen la misma
de testificar de Cristo a otros (d. 1 Pedro 1:6/7; 2:12-3:18; 4:12-
necesidad: sus problemas han venido a ser tan serios que no
19). Sin embargo/en los normales desacuerdos del diario vivir/ los
pueden salvarse por sí mismos. Necesitan a alguien más que
cristianos tienen la responsabilidad de enfrentar el pecado cuando
venga en su auxilio y corte las cuerdas que los atan. De la mis-
es grave/ especialmente cuando lo comete un hermano en Cristo.
ma manera que usted no quedaría con los brazos cruzados vien-
Otros rehúsan el enfrentamiento, diciendo: "¿quién soy yo
do al pescador que se ahoga enredado en su red, no debería ver
para decir a otro lo que debe hacer?/J Si bien es cierto que no
a su hermano cristiano siendo destruido por el pecado y que-
tenemos derecho de imponer a otros nuestras opiniones perso- darse allí sin hacer nada para salvarlo.
nales/ tenemos la responsabilidad de alentar a nuestros herma-
Esto ayuda también a entender lo que Pablo dijo a los gálatas
nos creyentes a ser fieles a las verdades de Dios que se hallan en
que hicieran con un hermano soprendido en pecado. En vez de
las Escrituras. Ast si usted cree que la Biblia contiene instruc-
desdeñarlo o echarlo de la iglesia, se les ordenó que lo "restau-
ción proveniente de Dios, y si usted tiene verdadero amor a Dios
raran con espíritu de mansedumbre/J. La palabra griega que se
y a su hermano/ no rehuirá su responsabilidad de enfrentar a
traduce "restaurar/J (katartiza) significa remendar, reparar/ equi-
ese hermano en la debida manera para ayudarlo a vivir de con-
par/ completar/ o preparar. Esta palabra se usa varia;; veces en el
formidad con los principios de Dios. (v.g. Romanos 15:14;
Nuevo Testamento para describir el remiendo y la preparación de
Colosenses 3:16; 2 Timoteo 2:22-24).
las redes del pescador (Mateo 4:21). Pablo suple aquello de que
Otra manera de rehuir el enfrentamiento es decir: "¿No es
carece la fe de los tesalonicenses (1 Tesalonicenses 3:10). Cristo
obra de Dios mostrar a otros en qué han faltado?/J Es cierto que
equipa a los creyentes con toda cosa buena para que hagan su
Dios-es el único que puede convencer a la gente de pecado y
voluntad (Hebreos 13:21)/ y Dios restaura a aquellos que han
cambiar sus corazones, lo cual hace mediante el poder del Espí-
sufrido y los "perfeciona, afirma/ fortalece, y establece/J (1 Pe-
ritu Santo. Pero Dios a menudo se vale de otra persona para que
dro 5:10). Cada una de estas actividades tiene la meta de hacer
diga lo que un pecador necesita oír y vea la necesidad de arre-
que algo o alguien sea útil en su determinado propósito. Por
pentirse (v. g., 2 Samuel 12:1-13; 2 Timoteo 2:24-26). No' pode-
ejemplo, así como las redes son fabricadas para que sirvan a la
mos cambiar la gente por nosotros mismos/ pero mediante el
gente en una manera específica, nosotros somos conformados

148
149
 Vaya y muestre al hermano su falta
para servir a Dios en un modo específico. De manera pues que
podemos ver que la meta de la katartizo como se usa en Gálatas
l
6:1 es renovar a aquellos que han sido quebrantados y restau-
rarlos para que sean útiles en el reino de Dios.
La comprensión de estas dos palabras lo ayudará a decir si
una ofensa es demasiado grave para ser pasada por alto. Prime-
rOl mantenga en mente el cuadro de ser I/sorprendidoll. Si no
parece que un pecado está haciendo serio daño a Un hermano
en Cristal podría ser mejor orar que vea su necesidad y que cam-
bie sin que requiera ser enfrentado. Por otra partel si el pecado
parece hundir a su ami gOl usted debe tratar de ayudarlo. En
segundo lugar, recuerde el principio de katartizo ¿El pecado de
la persona le ha causado gran daño a su salud espiritual y ha
reducido su utilidad a Dios (como un hoyo limitaría la utilidad
de la red del pescador)? Si es así, aHí podría haber la necesidad
de I/remendarl/, cosa que podría ser hecha mediante el amable
enfrentamiento. Para tener una idea de cómo hacer esto, lea otra
vez la historia que precede a este capítulo.
Consideraciones especiales
Enfrentando a los inconversos
Dado que los principios antes discutidos generalmente apli-
can tanto a inconversos como a cristianos (vea Romanos 12:18;
Gálatas 6:10), aun si una persona no confía en Cristo usted po-
dría necesitar enfrentarla respecto de su mala conducta. De he-
cho, un amable enfrentamiento podría ser el factor clave para
ayudar a esa persona a ver la preocupación que usted tiene, lo
que a su vez puede conducir a que el pecador reconozca su ne-
cesidad de Jesucristo. Aun"que usted tendrá que ajustar sus pa-
labras a la condición espiritual de la persona, y podría no ser
capaz de apelar abiertamente a las Escrituras o a cristianos pre-
ocupados, puede usar más de los principios descritos en este y
en otros capítulos en su esfuerzo por resolver un conflicto y ayu-
dar a un inconverso a ver en qué necesita cambiar.
Restaure amablemente al pecador
Enfrentando a una persona en autoridad
. Su derecho y responsabilidad a enfrentar a alguien sorpren-
dIdo en pecado no se desvanecen porque la persona esté en un
cargo de autoridad sobre usted (v.g. un empleador o un anciano
de la iglesia). Ya que estas personas son tan humanas comous-
ted, ellas t~mbién fecan (vea 1 Timoteo 5:19/20). Desde luego l
usted podna necesItar tener especial cuidado al elegir sus pala-
bras cuando enfrente a tal persona. Debe hablarle en forma res-
petuosa y hacer todo lo que usted pueda para afirmar su respe-
to a la persona en eminencia (v.g. Daniel 1:11-14).Al hacerlo así,
usted no sólo alentaría los cambios necesarios sino que aumentaría
el respeto de esa persona por usted (ef.1SamueI25:23-35) ..
Vaya tentativamente y repetidas veces
Es sabio recordar que muchas diferencias y así llamadas ofen-
sas son más el resultado de malentendidos que de maldad pro-
piamente dicho. Por tanto, cuando usted se acerca a la otra per-
sona, hágalo a manera de tanteo. A menos que usted tenga co-
nocimiento claro y de primera mano de que un mal ha sido he-
cho, dé a la otra persona el beneficio de la duda y muéstrese
abierto a la posibilidad de que usted no haya. considerado la
situación del modo debido. Usar de cautela y comportarse con
ecuanimidad generalmente creará una más relajada atmósfera y
fomentará un diálogo honrado antes que una defensiva refutación.
Esté preparado para el hecho de que su primera reunión" po-
dría no ser exitosa. Ya que la otra persona puede dudar de su
sinceridad o que no esté acostumbrada a tratar con diferencias
en una manera directa y honrada, su inicial intento de reconci-
liarse pudiera no hacer nada más que plantar semillas que ten-
drá que cultivar en los días subsiguientes. El verbo griego para
la palabra usada en Mateo 18:15 implica una acción continua. Si
usted no tiene buen éxito al principio, trate de discernir lo que
no hizo bien (quizá revisando porciónes de este libro)1 busque
cortsejo apropiado, o corrija errores. Dé tiempo a la otra persona
para que piense (y dé tiempo a Dios para que obre), entonces
vuelva a mostrar su falta a la persona. Usted debe continuar

Vaya y muestre al hermano su falta
buscando privadamente la solución del asunto hasta que la otra
persona decida con firmeza rehusar hablar más de ello. Sólo
entonces debería usted considerar si fuera sabio pasar del todo
por alto el problema. Si el hacerlo así es inapropiado, usted ne-
cesitará buscar ayuda de otros. En el capítulo 9 discutiremos
este aspecto del asunto.
Después que la viga está fuera de su ojo
Enfrentar a otros respecto de sus pecados puede ser difícil si
usted ha tenido que ver también con el surgimiento de un parti-
cular conflicto. Como vimos en la segunda parte, usted debe
confesar sus pecados antes de señalar con el índice a los que
otros han hecho mal. Su confesión puede estimular a la otra per-
sona a admitir francamente que ha pecado, pero no todos res-
ponderán de manera tan consecuente.
En algunos casos la otra persona reconocerá poca o ninguna
responsabilidad por el problema. Tal actitud lo pondrá a usted
en una posición engorrosa. Si pro<;ede a enfrentar a esa persona,
esta concluirá que su temprana confesión fue sólo "un mero
gesto" y que usted lo que en realidad quiere es culpar a otros
por el problema. Por otra parte, si usted no señala lo mal hecho,
esa persona no podrá enfrentarse resueltamente con su necesi-
dad de cambio. Entonces, ¿qué hará usted? Generalmente ha-
blando, hay cuatro posibles cursos de acción:
1. Usted podría simplemente pasar por alto la ofensa. Entonces
usted perdona al ofensor y prosigue su vida. Esta manera será
valiosa si el pecado de la otra persona no es grave y no ha afec-
tado notablemente la relación entre ambos, Tal actitud será tam-
bién apropiada si la propia falta suya porel problema es mayor
falta que la de la .otra persona, en cuyo caso usted debe prestar
consecuente atención a los cambios que necesita hacer antes que
decir nada acerca de la ofensa del otro.
2. Usted puede montar una confesión superficial. Su confesión
puede alentar a la otra persona a hacer alguna forma de
adminisión, aun si esta es incompleta o tibia. (Por ejemplo: "Creo
que yo también perdí un poco la paciencia". "Bueno, la culpa
no fue solo tuya". "Entiendo por qué te sentiste frustrado".) A
152
•
Restaure amablemente al pecador
vece~ es apropiado /retomar las palabras de la otra persona y
consIderarlas con mas detalles mIentras se habla con ella. A con-
tinuación se ofrecen algunos ejemplos de lo que usted podría
decir en tales casos:
"Aprecio que admitas que perdiste la paciencia, Roberto,
¿pero puedo explicarte cómo me sentí por ello?"
"Aprecio que digas eso. ¿Qué cosa piensas que hiciste mal?"
"¿Por qué piensas que yo me sentía frustrado?"
3. Puede ser que necesite enfrentar a la persona en seguida-o Esto
será apropiado cuando el conflicto es tan serio o la actitud y la
conducta de la otra persona tan mala que la situación debe en-
cararse de inmediato o de lo contrario esperar que haya más
problemas. Si usted procede a enfrentar a la otra persona, escoja
bien sus palabras a fin de reducir la probabilidad de que esta
cuestione sus motivos. Por ejemplo:
"Guillermo, yo aprecio tu perdón, y en el futuro te prometo
poner freno a mis palabras. De hecho, apreciaría si tú me llama-
ras la atención si alguna vez me oyeras expresar de nuevo en
esa forma. De igual modo, creo que hay algunas cosas que tú
podrías hacer de manera diferente en el futuro a fin de evitar
problemas similares. ¿Podría explicártelas?" .
"Linda, no hay dudas de que la forma poco amable en que
me expresé hizo que surgiera este problema. De veras me sien-
to apenado por el agravio que te causé. Al mismo tiempo, no
estoy seguro de que comprendas que tú también diste lugar al
problema. Aunque en verdad estaría dispuesto a no hablar más
del asunto, temo que diferencias similares puedan surgir entre
nosotros a menos que discutamos todos los aspectos de este pro-
blema. ¿Puedo explicarte cómo veo tu conducta en este asunto?"
4. Usted puede posponer el enfrentamiento. Esto será apropiado
si el asunto no es urgente y si no es probable que un inmediato
enfrentamiento sea productivo. Si usted de veras se arrepiente
de su mal proceder y sinceramente lucha por cambiar su acti-
tud y conducta, varias cosas pueden resultar de ello. Primero,
usted puede eventualmente decidir que las cosas malas hechas
por la otra persona eran en verdad insignificantes, en cuyo caso
usted nunca más necesitará mencionarlas. Segundo, el esfuerzo
153
 Vaya y muestre al hermano su falta
Restaure amablemente al pecador

que usted haga para cambiar y restaurar su relación con la otra 1. ¿Piensa que es razonable creer que alguien tiene algo con-
persona puede convencerla, en cuyo caso el ofensor podría más tra usted? Si es así, ¿por qué?
tarde acercarse a usted y admitir las cosas que hizo mal en el 2. En esta situación, ¿cómo ha pecado la otra persona?
pasado. Tercero, si esa persona comete más tarde la misma fal- 3. ¿Sería mejor pasar por alto la ofensa contra usted o ir y
ta, usted estará en mejor posición para enfrentar al ofensor si hablar al respecto a la otra persona? ¿Cuáles serían los
usted ha hecho obvio esfuerzo tratando con sus propias faltas. probables beneficios y desventajas de tal curso de ac-
Ya que su arrepentimiento y cambio de conducta hará más difí- ción?
cil para la otra persona rehuir la admisión de su propia culp~, 4. ¿Es el pecado de la otra persona tan serio como para pa-
podrá finalmente comenzar a encarar su mala conducta. sarlo por alto? Más específicamente:
Si usted sabe que necesita confesar el mal que ha hecho a otra ¿Ese pecado deshonra a Dios? ¿Cómo?
persona, ore y piense cuidadosamente de antemano si será sa- ¿Está perjudicando la relación-entre ambos? ¿Cómo?
bio ano enfrentar al ofensor durante la misma conversación. ¿Está causando mal a otros? ¿Cómo?
Aunque usted a menudo no podrá hacer una final decisión so- ¿Está dañando al mismo ofensor? ¿Cómo?
bre el asunto hasta que vea cómo responde a su confesión la ¿Está haciendo que esa persona sea menos útil al Señor?
otra persona, es aconsejable tener en mente un plan tentativo 5. ¿Cuál de los pecados de la otra persona debe usted en-
aun antes de que ustedes se reúnan. Esto lo ayudará a evitar frentar?
que usted hable descomedidamente, y que por el contrario res- 6. ¿Necesita usted confesar algún pecado antes de enfren-
ponda en forma edificante a lo que la otra persona dice. tar a la otra persona? Si así es, ¿qué haría usted si la otra
persona no confesara francamente sus pecados?
Resumen y aplicación 7. Deje constancia al Señor escribiendo una oración basa-
da en los principios enseñados en este capítulo.
Aunque a menudo es mejor simplemente pasar por alto los
pecados de los otros, habrá ocasiones cuando el hacerlo así sólo
prolongará la separación y moverá a los ofensores a continuar
actuando en forma perjudicial. Si sabe que alguien tiene algo
contra usted, vaya a esa persona y hable con ella antes de ir a
adorar a Dios. Más aun, si los pecados de la otra persona están
deshonrando a Dios, dañando la relación entre ambos, perjudi-
cando a otros, o haciendo mal a ella misma, unas de las cosas
más amables y útiles que usted puede hacer es mostrar.
gentilmente al pecador en qué cosa él necesita cambiar. Con la
ayuda de Dios y las debidas palabras (incluida su propia confe-
sión), tal conversación a menudo conduce a la restauración de
la paz y al reforzamiento de las relaciones entre las personas.
Si usted está actualmente involucrado en un conflicto, estas
preguntas lo ayudarán a aplicar los principios expuestos en este
capítulo.

154 155

8 nir este tipo de conversación es simplemente hablar menos acerca
Hable la verdad en amor
Siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en
aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.
Efesios 4:15
as palabras juegan un papel en casi cada conflicto. Cuan-
do se usan debidamente, las palabras promueven la
. comprensión y estimulan la armonía. Cuando se mal-
,..'emplean, generalmente agravan ofensas y llevan a una
mayor separación entre las personas. Si parece que sus pala-
bras hacen más daño que bien cuando ,se trata de resolver
conflictos, no se rinda. Con la ayuda de Dios usted puede
mejorar su habilidad de comunicarse en forma efectiva. En
este capítulo consideraremos lo que la Biblia dice acerca de
tres habilidades básicas de la comunicación y exploraremos
formas práCticas de usarlas, especialmente en medio de un
conflicto. . Otro pasaje que nos ayuda a orientar y filtrar nuestras pala-
156
Hable Ja verdad en amor
HabHesólo para edificar a otros
Como vimos en el capítulo 5/ hay varias clases de palabras
que causan o agravan un conflicto. En consecuencia, si usted
quiere ser un efectivo pacificador, haga un consciente esfuerzo
para evitar palabras irreflexivas, falsedades (v.g. rumores, espe-
culación/ exageración, media verdades); chismes, vulgaridades¡
y otras formas indignas de hablar. Una buena manera de preve-
de otros. Como enseña Proverbios 10:19: "En las muchas pala-
bras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente"
(d. Proverbios 10:10; 11:12).
Otra forma de evitar malas conversaciones es hacerse el há-
bito de hablar a las personas con quienes usted está teniendo un
problema en vez de hablar acerca de ellas. Esté usted mismo en
guardia para advertir si el tono de su conversación respecto de
un tercero ha tomado un curso negativo o crítico. A menos que
haya la probabilidad de que en el curso de la plática se hallarán
positivas soluciones a problemas específicos, podría ser sabio
terminarla. Un amigo hizo esto un día con sólo decir: "¿Qué pro-
vecho tendrá seguir hablando de esta manera? En vez de recalcar
en lo malo que está haciendo "José", vamos mejor a orar por él" La
misma declaración es efectiva si usted cambia el nombre de "José"
por el de una denominación, un político, o una compañía.
En el capítulo 6 se explicó que la mejor manera de librarse de
un mal hábito en la vida de uno es reemplazarlo con un buen
hábitq. Esto es especialmente cierto cuando se trata de la len-
gua-la mejor forma de despojarse de las malas conversaciones
es entrenarse usted mismo en decir sólo aquellas palabras que
ayudarán a edificar a otros. Una forma de comenzar este proce-
so es memorizar Efesios 4:29: "Ninguna palabra corrompida
salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria
edificación, a fin de dar gracia a los oyentes." Este mandamien-
to no prohibe el enfrentamiento, pero requiere que el enfrenta-
miento sea constructivo envez de perjudicial.
bras es Efesios 4:15/ donde Pablo nos instruye a hablar "la verdad
157
 Vaya y muestre al hermano su falta
en amor" ,una práctica tan propia para con los enemigos como
para con los amigos. Pedro escribió: "No devolviendo mal por
mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendi-
ciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis ben-
dición" (1 Pedro 3:9;d. Lucas 6:27,28;Romanos 12:14;1 Corintios
4:12,13). Bendecir (eulogeo) significa en griego "hablar bien de"
o "pedir que otra persona sea bendecida". Así, estos pasajes nos
mandan a decir cosas buenas acerca de otros y a orar que sean
objetos de bendiciones, aun si ellos se oponen a nosotros o nos
maltratan (v. g. Lucas 23:34; Hechos 7:59,60).
Es importante recordar que otras personas no pueden leer la
mente de usted. Por tanto, no sabrán que les está hablando "en
amor" a menos que usted haga un esfuerzo consciente para co-
municar un genuino interés por el bienestar de ellas. La mejor
! i ocasión para hacer esto es mucho antes de que elenfrentamien-
to devenga necesario. Usted puede hacer esto por hablar positi-
vamente a las personas con las que trata diariamente o por ha-
blar bien acerca de ellas. Agradézcales lo que hacen por usted,
reconociendo sus esfuerzos, y encomiando sus lauros o realiza-
ciones donde quiera que sea apropiado hacerlo. Si la mayoría
de las cosas que dice a otra persona son positivas y constructi-
vas, será menos probable que dude de los motivos de usted cuan-
do en alguna ocasión tenga algo crítico que decir de ella. Para
decirlo de otra manera, haga todo cuanto pueda para prevenir
que alguien diga: "¿Lo único que haces es criticarme?"
Cuando llegue el tiempo de enfrentar a alguien, usted puede
mostrar amor y humildad si habla con paciencia y gentileza,
li
cualidades que pueden añadir gran peso a sus palabras. "Con
larga paciencia se aplaca al príncipe, y la lengua blanda que-
branta los huesos" (Proverbios 25:15; cf. Gálatas 6:1). Si usted se
acerca a otros en una forma amable, expresando interés por ellos,
a menudo estarán más deseosos de escuchar lo que usted dice.
Por consiguiente, trate de usar declaraciones COTIla estas cuan-
do usted se acerque a alguien para enfrentarlo:
"Ramón, me preocupa la pared de separación que en estos días
parece crecer entré nosotros. Te amo y quiero que nuestro ma-
trimonio sea feliz. ¿Podríamos dedicar algún tiempo esta noche
a hablar acerca de esto?"
158
Hable la verdad.. en amor
"Alicia, he notado que últimamente no pareces l~star disfru-
tando de tu trabajo. Eres parte importante de este departamen-
to y echamos de menos tu apoyo incondicional. .Me gustaría
hablar contigo para ver cómo podría ayudarte a resolver cual-
quier problema que estés enfrentando."
Un acercamiento amable y gentil generalmente hará que sus
palabras sean más aceptables, yeso puede tener una influencia di-
recta en cómo los otros responden a usted. Los otros por lo común
lo tratan a usted como usted los trata a ellos. Si es agresivo y domi-
nante, no se sorprenda si choca con otros. Por otra parte, si espacien-
te y amable, otros generalmente responderán de manera similar.
Desde luego, hay ocasiones cuando usted debe hablar a otros
de manera firme y aun franca, particularmente si tales personas
han rehusado prestar atención a un amable acercamiento suyo
y persisten aún en su conducta pecaminosa. Aun así, es sabio
acercarse primero a la persona cortésmente y hablar en forma
más enérgica sólo si es necesario. Es más probab le que un len-
guaje fuerte haga que el otro adopte una actitud defensiva o
antagónica, y una vez la conversación toma ese curso es difícil
que se mueva a un plano amistoso.
La mejor manera de probar sus palabras es simplemente pre-
guntarse a usted mismo: " ¿Es probable que lo que digo o refiero
acerca de esa persona agrade y honre a Dios?" Si puede contes-
tar de manera afirmativa esa pregunta, entonceE usted podría
proceder confiadamente.
Sea pronto para oír
El segundo factor de una efectiva comunicación es la dispo-
sición a escuchar con cuidado lo que otros están diciendo a us-
ted. Probablemente porque esta actitud no es natural en la ma-
yoría de nosotros, Santiago advirtió a la iglesia primitiva: "Mis
amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardo para
hablar, tardo para airarse" (Santiago 1:19).
Esta idea es particularmente importante cuando se trata de
resolver un conflicto. El prestar atención a lo que se dice lo ca-
pacitará a usted a reunir más completa y confiable información,
lo que a su vez mejorará su inteligencia de un problema y posi-
159
 Vaya y muestre al hermano su falta
bilitará soluciones más adecuadas a los conflictos. Escuchar con
cuidado puede enviar importantes mensajes que las palabras
solas a menudo no pueden comunicar. Escuchar con paciencia
y sosiego puede demostrar genuina humildad; que usted com-
prende que no tiene todas las respuestas, e indicar a la otra per-
sona que aprecia sus pensamientos y opiniones. Dedicar su tiem-
po y completa atención a la otra persona es una de las formas
más poderosas que se conozcan de demostrar amor auténtico y
verdadera preocupación por el otro. Escuchar atentamente mues-
tra también sinceridad y buena fe. Aun cuando no pueda estar
de acuerdo en todo lo que un individuo dice, su buena disposi-
ción a escucharla indica que usted lo acepta como una persona
y que en modo alguno ni de manera instintiva desestima lo que
él ha expresado. Crear una atmósfera de respeto mutuo a menudo
permitirá que el diálogo continúe aun cuando haya desacuerdo. A
continuación se considerarán varias formas de escuchar bien que
usted puede desarrollar para hacer efectiva su comunicación.
Esperar
Uno de los elementos fundamentales para escuchar con aten-
ción es simplemente esperar con paciencia mientras la otra persona
habla. Esperar es a veces difícil tarea, especialmente cuando usted
tiene un tiempo limitado o está en total desacuerdo con lo que otros
están diciendo. Pero a menos que usted aprenda a esperar mien-
tras otros hablan, rara vez irá a la raíz de los problemas y es posible
que compli<:lue el asunto con reacciones inapropiadas. Como se
enseña' en Proverbios: "Al que responde pé}labra antes de oir, le es
fatuidad y oprobio" (18:13); "El corazón del justo piensa para res-
ponder; mas la boca de los impíos derrama malas cosas" (15:28).
Para mejorar su capacidad de esperar, enfoque su atención
en cuatro problemas comunes:
l:
1. Trate de no arribar a prematuras conclusiones. Aun si usted
piensa que sabe hacia dónde la otra persona se dirige con sus
palabras, no quiera llegar allí antes que ella. Si lo hace, usted
perderá mucho de lo que se está diciendo y leerá en las palabras
intenciones que su interlocutor no tiene.
2. Disciplínese en no interrumpir a otros mientras hablan. Esta es
160
Hable la verdad en amor
una aplicación básica de la enseñanza cristiana que nos insta
tratar a otros como queremos que otros nos traten. Aun cuando
alguien dice algo con lo que usted está fuertemente en desacuer-
do, refrénese y manténgase escuchando hasta que su interlocu-
tor ha expuesto plenamente su posición.
3. Aprenda a sentirse cómodo en el silencio. Si la otra persona
pausa por un momento para pensar, resista la tentación de lle-
nar el vaCÍo con sus palabras. Dé a la otra persona la oportuni-
dad de resumir, y si usted tiene alguna duda de que sea apro-
piado que exprese algo, puede decir: "¿Podría yo responder a
eso?", o "¿querrías decir algo más'?",
4. No ofrezca soluciones a cada problema que otro le exponga. Apren-
dí esta lección de la manera más ardua. A veces cuando Corlette
expresaba sus frustraciones o preocupaciones respecto de mí, y
antes de que ella hubiera terminado, yo le estaba diciendo cómo
resolver sus problemas. Después de eso, no podía entender por
qué ella no era más agradecida por toda la "ayuda" que le había
dado. Me tomó un poco de tiempo comprender que a menudo
Corlette sabía la solución de un paticular problema-que lo que
ella más quería de mí era mi entendimiento, compasión, y ter-
nura. Aun cuando quería respuestas, mi consejo no le significa-
ba mucho hasta que se convenCÍa de que en verdad me preocu-
paba por lo que ella estaba pasando. Entonces, para mí una de
las mejores maneras de ayudarla no era sugerir una solución
sino hacerle preguntas que estimularan su análisis de la situa-
ción y la ayudaran a hallar su propia solución del problema.
Esta no es la vía más rápida de poner potenciales soluciones so-
bre el tapete, pero a menudo produce resultados más satisfactorios
y duraderos, y es también la más amable manera de ayudar.
Atender
La mente humana puede pensar por lo menos cuatro veces más
rápido que una persona hablar. Aun cuando usted está oyendo a
alguien, a menudo su mente está buscando algo más que hacer. Si
usted permite que su mente vague, podría perder mucho de lo que
otros están diciendo. Más aun, otros pueden usualmente decir que
su distración los desalienta en su esfuerzo por comunicarse.
161
•
Vaya y muestre al hermano su falta
En vez de distraerse, usted debe mantener su mente fija y
concentrarse plenamente en lo que se dice cuando otros están ha-
blando. Los expertos en comunicación llaman a esto atender, lo que
para la mayoría de la gente requiere disciplina y práctica. La única
manera de desarrollar esta habilidad es concentrar su atención de-
liberada y persistentemente en las palabras de su interlocutor.
Aun cuando usted puede mantener sus pensamientos enuna
conversación, lucha con la tendencia a ensayar su respuesta
mientras otros están hablando. Esto, también, reducirá su capa-
cidad para en efecto oír y entender a otros. Más aun, ya que no
es difícil para otros percibir cuando usted ha estado meramente
monitorizando sus palabras en vez de escuchar bien, ensayar
las respuestas usualmente desalentará el diálogo abierto. Aquí
de nuevo la solución es obvia: cuando otros están hablando,
présteles plena atención y haga todo esfuerzo por entender lo
que dicen y sienten. Si usted necesita un momento para concen-
trar sus pensamientos cuando ellos hayan terminado, simple-
mente dígalo.
El atender también implica dejar que la otra persona sepa
que usted está prestando atención a lo que ella está diciendo.
Usted puede hacer eso tanto con sus palabras como cal! sus ac-
ciones. Mantenga regular contacto visual. Evite lenguaje corpo-
ral negativo, COU10 cruzar los brazos, golpear el pie, o mirar en
forma vaga alrededor. Tanto como sea posible evite las distrac-
ciones-apague el televisor, cierre una puerta para reducir el
ruido, y siéntese donde usted no se vea tentado a echar un vis-
tazo a cada rato. Aprenda a inclinarse ligeramente hacia delan-
te mostrando interés, ya expresarse cálida y sensiblemente con
el rostro. Ocasionalmente asienta con su cabeza para mostrar
que usted entiende lo que la otra persona está diciendo o sin-
, !' ' tiendo. Estas acciones podrían parecer sin importancia, pero los
expertos están de acuerdo en que poco más de la mitad de lo que
comunicamos lo hacemos mediante expresiones no verbales.
Usted puede también mostrar interés y entendimiento me-
diante varios signos verbales. Respuestas ocasionales como
"jummm", "ajá", "ya veo", y "oh" dicen a otros que a usted le
interesa mucho lo que están diciendo. Tales expresiones animan
162
Hable la verdad' en amor
a otros a seguir hablando, lo que a su vez permite a usted obte-
ner tanta información como sea posible antes de que le toque
responder más adelante.
Clarificar
Un tercer elemento clave del prestar atención a lo que se dice
cuando se procura solucionar un conflicto, es la clarificación, cuyo
objeto consiste en asegurarse de que usted entiende lo que la
otra persona está pensando. Esto requiere el uso de preguntas y
declaraciones como:
" ¿Está usted diciendo que ... ?"
"Dígame más al respecto".
"¿Podría darme un ejemplo?"
"Eso me,confunde".
"Déjeme ver si en verdad entiendo".
Palabras como esas muestran que usted está oyendo lo que
se está diciendo y reflexionando sobre ello. Como ellas también
muestran su interés en obtener más información, estimulan a la
otra persona a compartir más abiertamente sus emociones y
percepciones. Si la persona responde a esa invitación, usted a me-
nudo podrá ir más allá de los asuntos superficiales y discernir más
claramente intereses, motivos, y sentimientos subyacentes.
Cuando usteq. recurra a las preguntas, mantenga en mente
que las que de ellas requieren respuestas del tipo" sí/no" por lo'
general producen menos información que las preguntas de aper-
tura (v.g. " qué, quién, cuándo, cómo, dónde, por qué"). Recuerde
además que las preguntas deben hacerse para clarificar asun-
tos, no para avergonzar o sorprender a la otra persona. Este es
otro principio que aprendí de ardua manera. Como resultado
de mi entrenamiento legal, a veces "interrogaba" a mis amigos
cuando estaba en desacuerdo con ellos respecto de alguna cosa.
Consecuentemente, algunos de ellos adoptaron actitudes defen-
sivas y se mostraron renuentes a hablar cada vez que yo comen-
zaba a hacer preguntas, porque sentían que los estaba arrinco-
nando. Desde que me puse en guardia contra este hábito destruc-
tivo, la gente se ha mostrado más deseosa de hablar conmigo.
163
 Vaya y muestre al hermano su falta
Hable la verdad en amor

Reflexionar
vence de que usted está percibiendo el mensaje, disminuye la
Un cuarto elemento par~ mejorar la comunicación es reflexio- necesidad de repetir y de alzar la voz. La reflexión ayuda tam-
nar o "parafrasear". Esto incluye resumir los principales puntos bién a clarificar lo que la otra persona está diciendo y permite
de la persona con sus palabras y devolvérselas en una forma que usted enfoque la discusión en un punto específico en vez
edificante. La reflexión puede ser tanto respecto al contenido cuan- de tratar con varios asuntos al mismo tiempo. Más aun, eso pue-
to a los sentimientos asociados. Por ejemplo: . de reducir el paso de una conversación, lo que es especialmente
beneficioso cuando las emociones se desbordan y las palabras
"Usted cree que no tomé tiempo para escucharlo."
pueden expresarse con apresuramiento. Finalmente, el reflexio-
"Desde su perspectiva yo estaba equivocado cuando dije eso
J

acerca de usted. JI
nar acerca de lo que otros están diciendo puede hacer que ellos se
"Entonces la manera en que usted ve eso es ... " muestren más dispuestos a escuchar lo que usted quiere decir.
"Esta situación ha creado muchísimos problemas a usted y a La reflexión requiere deliberada concentración y la voluntad de
su familia. JI
ser paciente con su propia agenda. Para que sea efectiva, una de-
JIA usted le parece que yo no estaba siendo honrado acerca claración reflexiva debe ser breve y no distraer la atención del ha-
de ... " blante. Es también importante que estas paráfrasis sean comunica-
"Parece que usted valora mucho este proyectoJl. das en un tono apropiado de voz y estar acompañadas por un ade-
JlTengo la impresión de que lo he desalentado".
cuado lenguaje corporal. De otra manera estos parecerán insince-
JlUsted se sintió verdaderamente ofendido por el comentario
ros y maquinales. El confrontar sus respuestas con lo que otra per-
que hice acerca de usted frente a la clase."
sona dice toma trabajo extra, pero generalmente es un esfuerzo dig-
"Parece que no le gustó que yo empleara a Luis y no a usted. JI

no de hacerse: "El hombre se alegra con la respuesta de su boca: y

La reflexión no requiere que usted esté de acuerdo con lo que la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!JI (Proverbios 15:23).1
la otra persona dice; simplemente revela si usted comprende o
no el pensar y el sentir de la otra persona y de ese modo abre la Acordar
vía para continuar el diálogo más adelante aun cuando se man-
La quinta y con frecuencia más poderosa respuesta del que es-
tengan los desacuerdos. Las percepciones de la otra persona son
cucha es acordar con lo que la orra persona dice. Esto no significa
' reales aun en el caso de que no se funden en hechos. Por tanto
J
J
que usted debe abandonar sus creencias, sino más bien que debe
si alguien le dice: "A usted no le preocupa cómo esto me ha
reconocer lo que sabe que es cierto antes de abordar puntos de
afectado" poco bien se obtiene con responder: "Eso no es ver-
J

desacuerdo. Concordar con la persona que está hablando a menu-

dad". En vez de contestar de esa manera, aun si usted cree que
do la estimula a hablar francamente y a evitar innecesaria repitición.
las percepciones de su interlocutor son erróneas, tómelas seria-
Estar de acuerdo con la otra persona es especialmente im-
mente y respóndale en forma esclarecedora y ponderativa para
portante cuando usted ha sido el equivocado. Por ejemplo, res-
discernir mejor el asunto y mostrar así que usted está recibien-
puestas como estas pueden hacer la diferencia entre una acalo-
do el mensaje. Sólo entonces usted podrá tratar con la conducta
rada discusión y un diálogo edificante:
que llevó a las percepciones y cambiar las cosas radicalmente.
La reflexión, así como las otras habilidades para escuchar, "Tienes razón. Yo estaba equivocado cuando dije ... "
. sirve valiosos propósitos. Prueba que usted está prestanto aten- "Tú sabes mucho de lo que dices es verdad. Tengo que lidiar
J

ción y muestra que está tratando de entender lo que la otra per- con mi actitud."
sona piensa y siente. Tan pronto como su interlocutor se con- "Comprendo por qué estás enfadado conmigo porque llegué
tarde otra vez."
164
165
 Vaya y muestre al hermano su falta
No es fácil estar de acuerdo con otros, especialmente cuando
están señalando las faltas de usted, pero eso puede jugar un
papel crucial en la pacificación. Cuando usted está tratando con
otra persona, procure primero determinar la verdad, resistien-
do la tentación de defenderse a sí mismo, culpar a los otros, o
enfocar los puntos de desacuerdo. Pregúntese a usted mismo:
"¿Hay alguna verdad en lo que esta persona está diciendo?" Si
su respuesta es "sí", reconozca lo que es cierto e identifique aque-
llo en que están de común acuerdo antes de moverse hacia SUS"
diferencias. Hacerlo así es un signo de sabiduría y de madurez
;";\i;~",
espiritual. "Que el justo me castigue, será un favor, y que me
reprenda será un excelente bálsamo" (Salmo 141:5). "El oído que
escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará"
(Proverbios 15:31; d. 15:5; 17:10; 25:12). Por concordar con la
otra persona donde quiera que sea posible, usted puede resol~
ver rápidamente ciertos asuntos y entonces concentrarse en for-
ma provechosa en aquellos que merecen mayor discusión.
Una razón de que a veces seamos renuentes a admitir que esta-
mos equivocados sobre un asunto dado, es que tememos que pa-
rezca que estamos aceptando responsabilidad por todo el proble-
ma. La mejor manera de vencer este obstáculo es ponerse de acuer-
do con las otras personas en términos específicos. Por ejemplo:
i/. :
; nos que usted tenga bastante tiempo para discutirlo enteramente.
/1Ahora que te he escuchado, puedo ver que esa parte del
problema es realmente mi culpa. Fue inconsecuencia mía no cum-
~; . plir con mi parte del acuerdo, y el haber empeorado luego las co-
¡ sas cuando me quejé de otros. ¿Qué otra cosa piensas que hice mal?"
"¡
/1Acepto que yo estaba equivocado al no seguir cumpliendo
:1: mi compromiso, y que necesito ser más fiel" en el futuro. Sin
embargo, creo que hay más que eso en este problema. Sea como
fuere, antes de que hablemos acerca de lo que tú has hecho, quiero
¡! , oír todo lo que tengas que decir al respecto. ¿Te agrada la idea de
1 ; ser más específico en cuanto a cómo mis acciones te perjudican?/I
Esta clase de respuestas requiere genuina humildad y un cons-
ciente esfuerzo por evitar que las emociones se desborden. Pero
vale la pena tal actitud, pues una serena respuesta generalmente
hará más por la paz que una reacción emocional. Cuanto más
.l~,
'~~":
.~I~:.'•
pronto usted acuerda con lo que es verdad y acepta responsabi-
lidad por sus propias acciones, tanto más abierta podría ser la
.iJt1. :'". ".'l'.
166
--';~11:/'.--~'~
':~;,:-~(~"
Hable la verdad en amor
otra persona si usted dic.e más tarde: "Muy bien, estamos de
acuerdo sobre algunas cosas que hice mal. ¿De qué manera crees
que tú también diste lugar al problema? En la medida en que'
ambos de ustedes enfocan primeramente sus propias faltas, su
conversación puede moverse en una dirección edificante.
San.e con sabia comunicación
La tercera habilidad de la comunicación a menudo necesaria
para resolver un conflicto es la capacidad de enfrentar a otros
j ",1' en una mar\e.ra clara, constructiva, y persuasiva. Proverbios 12:18
es en particular pertinente para esta tarea: "Hay hombres cuyas
palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sa-
bios es medicina." Más abajo se exponen varias cosas que de-
ben hacerse antes. y durante un enfrentamiento.
Escoja el tiempo y el lugar adecuados.
La oportunidad es un esencial ingrediente de la efectiva comu-
nicación. Si es posible, no discuta problemas delicados con alguien
que esté cansado, quejoso respecto de otras cosas, o de mal humor.
Ni debe enfrentar a alguien acerca de un asunto importante a me-
Asimismo, dé cuidadosa atención al lugar donde usted ha-
blará,. Amenos que sea necesario, no enfrente a nadie ante otros.
Trate de hallar un lugar libre de distraciones tales como la tele-
visión, otras personas, y molestos ruidos. Si es probable que la
persona con quien necesita hablar se ponga nerviosa o recelosa,
podría ser sabio seleccionar un lugar donde se"sienta relativamen- "
te segura, quizás en casa. Por otra pa'rte, si se conoce que la persona
tiene mal genio, quizá usted quiera tener su conversación en un
restaurante, donde es menos probable que surja un incidente.
Crea lo mejor respecto de otros
Otra manera de realzar el enfrentamiento es creer lo mejor
acerca de las personas hasta que usted tenga los hechos que prue-
ben lo"contrario. La observación de Pablo de que "el amor todo
"
lo cree" (1 Corintios 13:7) no requiere que usted desdeñe hechos
167

Vaya y muestre al hermano su falta
desagradables, sino que no piense negativamente de las perso-
nas hasta que haya una real base para hacerlo así. Si usted no
pone en práctica este principio, la gente pensará que ya tiene su
propia idea acerca de ellos y que es un sinsentido hablar con usted.
Esto a duras penas conduce a un enfrentamiento productivo. Por
otra parte, es más probable que un enfrentamiento tenga buen éxi-
to si usted da a alguien el beneficio de la duda, pone las cosas en la
mejor luz posible, evita arrinconar a la persona, e indica que usted
realmente está dispuesto a oír Su propio lado de la historia.
Hable a la persona dondequera que sea. posible
. Como regla general, la comunicación es más efectiva si se
hace cara a cara que por teléfono, ya que así ambas personas
pueden ver. sus expresiones faciales y comunicarse tanto con
lenguaje corporal como con palabras. A diferencia de una carta,
.la comunicación oral le permite ver cómo la otra persona está to-
mando sus palabras, clarificar aspectos por los que puede surgir
algún malentendido, y tener una verdadera intercomunicación
antes de pasar a discutir otros asuntos. Estas ventajas pueden
prevenirlo de hacer impropias asunciones que lo inducirían a
escribir cosas que ofenden innecesariamente.
Por otra parte, hay ocasiones en .que son útiles otras formas
de comunicación. Por ejemplo, las personas en nuestra socie-
dad no están acostumbradas a que alguien se aparezca en su
hogar para una importante conversación sin avisar previamen-
te. En consecuencia,'-por lo general es sabio llamar por teléfono
para convenir sobre una conversación personal. Si hay implíci-
to asuntos delicados no se extienda en explicaciones por ese
medio. Mejor, exprese su deseo de reunirse tan pronto como sea
conveniente para la otra persona. . ceptIble, debe pensar por anticipado lo que dirá. En muchos
Las cartas pueden a veces servir un útil propósito. Si la otra
persona ha rehusado responder positivamente a llamadas tele-
fónicas o a conversaciones personales, una breve carta puede
ser la única manera de hacer que una persona reconsidere una
terca o inflexible posición. Si se ve en la necesidad de escribir
una carta, hágalo en forma tan personal y afectiva como le sea
posible. Generalmente evite hacer numerosas referencias bíbli-
168
~-'~
•
Hable la verdad en amor
cas O dará la impresión de que está sermoneando. También, al
menos durante las comunicaciones iniciales, usted por lo gene-
ral~debe tratar de e~plicar o justificar su conducta, porque po-
dna ser mal entendIdo. Si el tiempo lo permite, deje la carta a
un lado por uno o dos días. Es posible que al releerla halle en
ella palabras q~e harían más mal que bien. Podría ser prudente
pedIr a un armgo cercano que lea también la carta, porque Un
lector objetivo puede identificar cambios necesarios en ella. (Sin
embargo, si la carta contiene información personal o confiden-
cial acerca de alguien más, usted podría necesitar suprimirla
antes de permitir que otra persona la vea.)
. La ventaja de una carta es que puede ser leída y releída. Aun
SIa otras personas no les agradan Sus palabras al principio, po-
drían parecer más razonables <;uando se lee de nuevo la carta
más tarde. La desventaja de una carta es que no puede cambiar
en respuesta a la reacción de la otra persona que la recibe. Por
tanto, aunque las cartas a menudo son útiles, la conversación per..:
sonal es usualmente superior a ellas cuando se trata de reconciliar
a las personas y de resolver problemas.
Piense bien sus palabras
. No puedo enfatizar más la importancia de pensar bien lo que
~sted se propone .decir cuando sabe que debe enfrentar a al-
guien. En sit~acion~s delicadas, la cuidadosa planificación pue-
~e h~~er la dlferen~la entre la restauración de la paz y la intensi-
fIcaclon de la hostIlidad. La disciplina de planear se recomien-
da enfáticamente en las Escrituras: "Misericordia y.verdad al-
canzarán los que piensan el bien" (Proverbios 14:22). Cuando
uste~ está tratando con importantes asuntos o con gente sus-
casos será sabio bosquejar cosas como:
Los asuntos que usted cree que debe exponer. (Defina el pro-
blema tan .concisamente como le sea posible a fin de que
...•¡
pueda centrarse en los asuntos principales y no distraer-
se en detalles menores.)
Palabras y tópicos cuya sola mención podría ofender a la
:\f;~.
I ~¡•• ~ ~;
otra persona ..Incluir palabras que describen sus senti-
"¡j ...
.' ~. ~.••...
169
..
.;:...~:, ...,
.---- -
Vaya y muestre al hermano su falta
miento s (V.g. preocupado, frustrado, confuso, desalen-
tado).
Una descripción del efecto que el problema está teniendo en
usted y en otros.
Sus sugerencias y preferencias para una solución del proble-
ma.
Los beneficios que se obtendrían al cooperar para buscar una
solución.
Cuando reflexiona en lo que se propone decir, haga todo es-
fuerzo para emplear palabras que sean corteses, claras, y edifi-
cantes. Es útil anotar algunas de las palabras que usted usará
cuando se discutan asuntos sensibles o que probablemente den
lugar a fuertes diferencias de opinión. Aunque usted no puede
preparar un escrito de toda su conversación, la planificación de
algunos de sus comentarios iniciales puede contribuir a que la
discusión tenga un comienzo positivo. He aquí dos ejemplos de
cómo comenzar una conversación:
:¡~! ;
Llamada telefónica: "Jaime, te habla David. Siento mucho lo
que dije el pasado viernes. Sé que fue malo prescindir de ti. Si
tienes tiempo dentro de uno o dos días, me agradaría ir por tu
casa a fin de excusarme personalmente contigo y ver cómo te
gustaría terminar este proyecto. ¿No.ves inconveniente en ello?"
Cara a cara: "Gracias por disponer de tiempo para hablar
conmigo. Ultimamente he presentido que estás desencantado
con mi trabajo. Si he hecho algo malo o si hay formas específi-
cas en que yo pudiera mejorar mi labor, sinceramente me agra-
daría saberlas. ¿Podríamos reunirnos cuanto antes y hablar al
respecto?
Esta clase de declaraciones iniciales claramente indican que us-
ted no quiere continuar una desavenencia, sino que está buscando
un diálogo positivo. Recuerde que proponiendo una reunión es
menos de temer que decir a alguien que habrá una reunión. Esta
apertura normalmente estimulará a la otra persona a por lo menos
darle la oportunidad de que usted pueda expresarse.2
Además de pensar bien sus palabras de apertura en una con-
versación, a menudo es prudente considerar dos o tres maneras en
170
Hable la verdad en amor
que la otra persona podría responder, y entonces prever cómo
manejaría usted cada situación. Aun si el interlocutor dice algo que
usted no había previsto, su preparación generalmente hará más
fácil la respuesta. Por ejemplo, usted puede prever que la persona
con quien hablará podría irritarse. He aquí una posible respuesta:
"Genaro, puedo entender cuán frustrante debe ser tener tan-
ta presión económica. Puedo ver también por qué te ha enfada-
do tanto tener que pagar la reparación de tu automóvil poco
después de habértelo vendido. Estoy tratando de imaginar qué
pudiera yo hacer al respecto, y en ese propósito me ayudaría si
pudiera saber un poco más acerca del problema del motor. Sin
embargo, creo que podríamos entendernos mejor el uno con el
otro si habláramos en persona. ¿Podría ir a verte una de estas
noches en el curso de la semana?"
Al responder a una enojada reacción, recuerde que "la blanda
respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor"
(Proverbios 15:1). Responda gentilmente al enojo, con relajada pos-
tura y gestos moderados. Comunique en toda ocasión que usted
toma seriamente las expresiones dé enfado del otro y que quie-
re ayudar a resolver los problemas que las provocan. Considere
previamente cómo respondería a posibles objeciones y la manera
específica y razonable en que trataría con ellas.
Si cree que la otra persona podría rehusar reunirse con us-
ted, puede planear esta clase de respuesta:
"Genaro, necesito decirte que de conformidad con nuestro
contrato yo tengo el derecho legal de tomar de nuevo el auto-
móvil, retener tu depósito, y dejar que te lamentes de tener que
pagar su reparación. Yo no haría eso. Aún me gustaría poder
negociar este asunto en una forma satisfactoria para ambos.
¿Desearías por lo menos pensar acerca de lo que te estoy propo-
niendo y que te llame luego en un par de días?"
Una vez más, no dependa de la otra persona para seguir su
bosquejo. Usted necesitará ser flexible en respuesta a nuevos
giros del problema. Sin embargo, generalmente hablando, si
usted está preparado cuando empieza la conversación, se senti-
rá más confiado y podrá tratar en forma más constructiva con
estos nuevos aspectos. De hecho, si a usted le preocupa su capa-
171
 Vaya y muestre al hermano su falta
cidad para darse a entender, pida a un amigo cercano que haga
de interlocutor suyo, de modo que usted practique lo que pla-
nea decir en la reunión formal con la persona con quien tiene el
desacuerdo. Esto puede parecer inusual, pero a menudo rinde
grandes dividendos, especialmente a personas que se les difi-
culta pensar claramente en tensas situaciones.
Use declaciones del tipo "yo"
Unade las más útiles habilidades que Cor1ette me ha enseña-
do es cómo usar declaraciones del tipo "yo", por cuyo medio
provee información acerca de usted mismo antes que atacar a la
otra persona -como es el caso cuando usted hace declaracio-
nes como estas: "Eres tan insensible", o "eres un irresponsable".
Una típica fórmula de declaración del tipo "yo" es esta: ("Yo me
siento [ ] cuando.tú [ J, porque [ ]. Como resultado [ ]".)
Los ejemplos siguientes completan el espacio en blanco deja-
do en los paréntesis angulares: . apóyese en hechos dondequiera que pueda hacerlo.
"Me molesta cuando haces chistes de mí en frente de la gente,
,: {
i ¡:¡ porque eso hace que yo parezca estúpido o bobo. Como resulta-
,l. :.!1
;ji.", do, no me agrada la idea de ir contigo a ningún lugar en cuyo
:! . ~!
entorno puedan estar otras personas;"
"Me siento frustrado cuando no cumples tus compromisos,
porque juegas un papel clave en este departamento. Como resul-
tado, se me está haciendo difícil depender de ti o trabajar contigo."
"Me confunde que digas que nunca escucho, porque hace
sólo dos días me senté aquí por más de una hora mientras tú
compartías varios y serios asuntos conmigo. No sé realmente
qué otra cosa podría yo hacer."
Como estos ejemplos ilustran, las declaraciones del tipo "yo"
pueden hacer tres cosas: primero, dicen a la otra persona cómo
la conducta de ella está afectando a usted. Por introducirse us-
ted mismo en el cuadro puede reducir una actitud defensiva de
. su interlocutor y estimular interés en la persona a quien se diri-
ge. Segundo, una declaracieon del tipo "yo" identifica lo que .la
otra persona ha hecho que motiva la preocupación de usted. Por
definir el problema especfjicamente y no poner sobre el tapete asun-
172
Hable la verdad en amor
tos no relacionados con el problema, usted reduce aun más la opor-
tunidad de amenazar a la otra persona. Tercero, una declaración
del tipo "yo" puede explicar por qué este asunto es importante
para usted y por qué a usted le gustaría discutirlo. Cuanto más la _
otra persona comprende sus preocupaciones y el efecto que su con-
ducta está teniendo en usted (y posiblemente en otros). tanto más
motivada o deseosa estará de discutir o tratar el problema.
Sea objetivo
Cuando usted esté enfrentando a una persona, trate de man-
tener sus declaraciones tan objetivas como sea posible. Mien-
tras una expresión de personal percepción o sentimiento puede
ayudar a que alguien entienda enteramente un problema (vea
arriba), si usted enfatiza demasiado opiniones y juicios subjeti-
vos, es probable que a consecuencia de ello ambos adopten pos-
turas de autoprotección o de mutua condenación. Por tanto;
. En este mismo sentido, haga un esfuerzo de no exagerar cuan- .
do está enfrentando a alguien. Palabras como "tú siempre", "tú
nunca", y "cada vez" reducen la probabilidad de que otros to-
men en serio el resto de lo que usted dice. En seguida se expo-
nen algunas ilustraciones de este principio:
Diga: "En las últimas dos semanas has estado llegando
al trabajo con cinco minutos de retraso", en vez de:
l/Siempre llegas tarde al trabajo." .
Diga: "La calificación de Ruperto ha bajado en tres cla-
ses", en vez dé: "¿No ve ..usted que el trabajo de su
. hijo en la escuela es un desastre?" .
Diga: "El hecho es, que yo he llegado al punto en que prefie-
ro no trabajar en comités con usted", en vez de: "A nadie le
place trabajar con usted."
Use la Biblia cuidadosamente
A menudo es útil, si no necesario, referirse a la Biblia como
una fuente de verdad objetiva cuando usted tiene un desacuer-
173
 Vaya y muestre al hermano su falta
do con otro cristiano. Sin embargo, si esto no se hace con gran
cuidado, alejaría a las personas en vez de persuadirlas. A conti-
nuación se ofrecen unos cuantos principios básicos que usted
debe tener en cuenta cuando usa las Escrituras como parte de
una discusión:
Mantenga en mente Efesios 4:29. No cite la Biblia para
echar abajo a otras personas, sino sólo para edificar-
las en el Señor.
Asegúrese de que usa el pasaje bíblico de conformidad
con su expreso propósito. No extraiga un versículo
de su contexto ni trate de hacerlo decir otra cosa que
lo que su claro sentido indica.
Si es posible, anime a la otra persona a leer el pasaje de
la biblia de ella.
Pregúntele luego: "¿Qué piensa usted que eso signifi-
ca?" A menudo con esto se obtienen mejores resulta-
dos que imponiendo a otros las propias interpretacio-
nes de uno.
l' I Sepa cuándo parar. Si parece que la otra persona se está
.~! t;
irritando por sus referencias a la Biblia, podría ser
sabio dar reversa y conceder tiempo a su interlocu-
tor para que piense al respecto. (Dar marcha atrás no
sería apropiado si está en proceso la aplicación de
una formal disciplina eclesiástica y la persona clara-
mente está trata¡-{do de evitar expresas advertencias
y admoniciones bíblicas.y'
Busque receptividad
Cuando hable con otra persona, una de sus primeras metas
debe ser medir el impacto con el propósito. Dicho de otro modo,
usted desea asegurarse de que lo que ha querido decir ha sido
percibido clara y completamente por su interlocutor. Si al res-
ponder, la otra persona clarifica y reflexiona respecto de lo que
usted dice, y acuerda con ello, usted tendrá una magnífica idea
de si su interlocutor entendió o no su mensaje.
Sin embargo, en muchos casos, será difícil decir qué impacto
174
Hable la verdad en amor
están teniendo sus palabras en la otra persona. En consecuen-
cia, usted necesitará a veces pedir a su interlocutor que le dé
alguna muestra de cómo ha percibido su mensaJe. He aquí al-
gunas formas en que usted puede hacer esto:
"No estoy seguro de que he dicho esto clarmnente. ¿No
te importaría decirme lo que piensas que dije?"
"¿Te he confundido?"
"¿Me he explicado con bastante claridad?"
"¿Qué estás pensando acerca de la reunión?"
"¿Qué te he dicho con lo que estarías de acuerdo? ¿Con
qué no estarías de acuerdo?"
La formulación de preguntas promueve el diálogo y le da la
oportunidad de que usted mida cuán bien se está comunicando
y cómo la otra persona le está repondiendo. Cuando usted toma
en cuenta la información, puede clarificar donde sea necesario
y ajustar lo que dice para que se adapte al curso que sigue la
conversación. Como resultado, sus subsecuent~s palabras nor-
malmente serán más pertinentes y productivas.
Ofrezca soluciones e indique preferencias
Dado que la doble meta del enffentamiento es tanto ayudar a
que la gente cambie cuanto que resuelva sus problemas, esté
preparado para ofrecer soluciones a problemas específicos que
usted haya identificado. Si usted puede mostrar a la persona
una razonable manera de salir de un trance, esta podría sentirse
más inclinada a escucharlo. La esperanza es un ingrediente cla-
ve para fornentar el arrepentimientq y el cambio.
Al mismo tiempo, como seha indicado ya, no intente dar la
impresión de que usted tiene todas las respuestas. Haga claro
que sus sugerencias son sólo un punto de arranque y que se
ofrecen para discutir cualquier idea que la persona tenga. Pue-
de ser útil hablar a la otra persona acerca de sus preferencias y
estimular un cambio de preferencias. He aquí algunos ejemplos:
"Preferiría renegociar el contrato antes que dejarlo sin efecto,
pero estoy abierto a las sugerencias. ¿Qué preferiría usted?"
175
 Vaya y muestre al hermano su falta
"Mi primera elección sería juntar toda la familia para discutir
.en persona el testamento de papá. ¿Qué piensa usted?"
Repito, cuanto más fomente usted el diálogo y el pensamien-
to razonable, tanto menos probable será que las personas per-
manezcan atrincheradas en una sola posición. Si usted les pro-
vee formas creativas de tratar con una situación y se muestra
como ejemplo de persona que abiertamente pondera varias op-
ciones/ la discusión puede resultar en efectivo progreso.
Reconozca sus límites
Finalmente, dondequiera que enfrente a alguien, recuerde que
hay límites en cuanto a lo que usted puede hacer. Usted puede
despertar interés, sugerir soluciones, y estimular una razonable
manera de pensar, pero no puede forzar un cambio. Dios puede
usarlo como un portavoz para llamar la atención de otras per-
sonas sobre ciertos asuntos, pero solo el Señor puede en verdad
penetrar el corazón de la otra persona y hacer posible el arre-
pentimiento. Pablo claramente describe esta división de trabajo
en 2 Timoteo 2:24-26: "El siervo del Señor no debe ser contencio-
so/ sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; para
que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios
les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo
del diablo, en que están cautivos a voluntad de él." (Énfasis añadido).
Como hemos visto a través de este libro, preocúpese de la
fidelidad, no de los resultados. Si usted habla la verdad en amor
y hace todo lo que puede para enfrentar efectivamente a la otra
persona, alcanzará buen éxito a los ojos de Dios sin importar la
manera en que otros pudieran responder (vea Hechos 20:26/27).
Dios mismo cuidará del asunto y a su tiempo sus palabras pro-
ducirán exactamente los resultados que Él quiere.
Resumen y apllicación
Ron Kraybill, un respetable mediador cristiano, ha señalado
que "un efectivo enfrentamiento es como una airosa danza de
sustentación y agresividad y entonces retroceder de nuevo."4
Al principio este baile puede parecer torpe para aquellos que
. 176
Hable la verdad en amor
apenas comienzan a aprenderlo, pero la perseverancia da sus
frutos. Con la ayuda de Dios, usted puede aprender a hablar la
verdad en amor dicif'ndo sólo 10 que edifica a otros, E'scuchan-
do responsablemente lo que otros dicen, y usando principios de
sabiduría. Conforme usted practica estas habilidades y las hace
una parte normal de sus diarias conversaciones, estará bien pre-
parado para usarlas cuando surja un conflicto. Al desarrollar
estas destrezas de amoroso enfrentamiento, usted puede com-
probar por sí mismo que "la lengua de los sabios es medicina".
Si usted se halla ahora involucrado en un conflicto, estas pre,..
guntas lo ayudarán a aplicar los principios expuestos en este
capítulo.
1. Cuando usted habla a su oponente o acerca de él, ¿qué
podría verse tentado a decir que sería nocivo o indigno?
2. ¿Cómo puede usted con sus palabras bendecir y edificar
a su oponente?
3. ¿Qué puede usted decir que comunicaría claramente su
amor el interés por su oponente?
4. ¿Cómo puede usted mostrar humildad en esta situación?
5. ¿Cuál de estas habilidades para escuchar tiene usted en
situaciones difíciles: saber esperar, prestar atención, cla-
rificar/ reflexionar, o estar de acuerdo?
6. ¿Cuál es el mejor tiempo y lugar para hablar con su opo-
nente?
7. ¿Cómo puede demostrar a su oponente que usted tiene
el mejor concepto de él?
8. ¿Sería mejor comunicarse en persona con su oponente, me-
diante una llamada telefóni~a, o por una carta? ¿Por qué?
9. Escriba un breve bosquejo de lo que usted debe decir o
no previo a una conversación con un oponente, inclu-
yendo:
Los asuntos que usted cree deben ser planteados.
Las palabras y tópicos que deben anularse.
Las palabras que describen sus sentimientos.
Una descripción del efecto que la disputa está teniendo
en usted y en otros.
Sus sugerencias y preferencias para una solución.
177
 Vaya y muestre al hermano su falta

Los beneficios que producirá cooperar para hallar una

solución.
10. Estudie su declaración inicial. ¿En qué tres maneras po-
dría su oponente reaccionar a esta declaración? ¿Cómo
podría usted contestar constructivamente a cada una de
esas reacciones? '
11. Escriba algunas de las declaraciones del tipo "yo" que

12.
podría usar.,
¿Cómo puede usted mostrar que está tratando de ser ob- 9
jetivo?
13. ¿Cómo puede referirse a las Escrituras de una manera
provechosa?
14.
15.
¿Cómo pediría pruebas de receptividad a su oponente?
Deje constancia al Señor escribiendo una oración basa-
Lleve consigo
da en los principios enseñados en este capítulo.
uno o dos testigos

"Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos testigos, para que
en boca de dos o tres testigos conste toda palabra."

Mateo 18:16

i usted sigue los principios del pacificador expuestos en

la Biblia, podrá resolver la mayoría de los conflictos cuan
do hable en privado con su oponente. Sin embargo, cuan
do la paz no es restaurada a través de la pacificación perso-
nal, podría ser apropiado tomar en cuenta uno o más respetables'
amigos, líderes de iglesia¡ u otros individuos neutrales que puedan
ayudar a restaurar la paz. Cristo mismo nos manda buscar tal ayu-
da cuando no podemos resolver un c~nflicto en privado:

"Si tu hermano peca contra ti, vé y repréndelo estando tú y

él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere,
toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres
testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la
iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenlepor gentil y publicano.

179
178

Vaya y muestre al hermano su falta
"De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será ata-
do en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado
.en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren
de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren,
les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde
están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos" (Mateo 18:15-20).1
En este pasaje, Cristo nos e!lseña cómo ministrar a un her-
mano creyente sorprendido en pecado. Dado que el conflicto
no resuelto deshonra el llamado del Señor a buscar la paz y la
unidad, estos versÍCulos son también aplicables a la solución de
diferencias entre cristianos. (El apóstol Pablo probablemente
tuvo este trámite en mente cuando exhortó a los cristianos a
resolver sus disputas legales con .la ayuda de otros creyentes
antes que en un tribunal secular [vea 1 Corintios 6:1-8.]
Aunque este libro ha sido escrito con el propósito de que sir-
va de guía a la pacificación personal, trataré brevemente de ex-
plicarlos otros pasos que se describen en Mateo 18.2 .
Primer paso: no haga caso de ofensas menores
Antes de que hablemos de envolver a otros en un conflicto, es
sabio revisar los pasos que usted debe dar para resolver en privado
una disputa. Para comenzar, usted debe evaluar cuidadosamente
cómo puede usar la situación como una oportunidad de glorificar
a Dios, servir a .otros, y crecer a la semejanza de Jesucristo (vea
capítulos 1 al 3). Entonces debe considerar seriamente resolver la.
disputa de maner~ unilateral pasando por alto pequeñas ofensas y
cediendo ciertos derechos. personales (vea el.capítulo 4).
Segundo paso: hable en.privado
Si usted necesita confesar un pecado (vea los capítulos 5 y 6), si
el pecado de la otra persona es demasiado serio para pasarlo por
.fianza (1 Corintios 6:5; Gálatas 6:1). Si su disputa envuelve asun-
alto, o si los asuntos materiales son de mucha importancia para
.tos técnicos, es también útil si uno o más de los conciliadores
180
.,
Lleve consigo uno o dos testigos
dejarlos de lado, usted debe ir a la otra persona y procurar re-
solver el asunto mediante la discusión y la negociación. En tales
reuniones su propósito debe ser ganar a la otra persona, no "ga..:
narle" o vencerla (vea el capítulo 7). Por tanto, usted debe hacer
todo esfuerzo para comunicarse de una manera prudente y
amable (vea el capítulo 8). Si fallan sus repetidos esfuerzos por
resolver el problema, y si el asunto de que se trata es demasiado
gravé como para hacer caso omiso de él, puede entonces solici-
tar de una o dos personas la intervención en el caso.
Tercer paso: tome uno o dos con usted.
Si una disputa no se pued~ resolver en privado, Cristo nos
dice que pidamos a otras personas que intervengan en ella. "Mas
si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca
de dos o tres testigos conste toda palabra" (Mateo 18:16). Al prin-
cipio estas personas pueden servir simplemente como media-
dores, mejorando la comunicación y ofreciendo consejo. Si fuere
necesario, sin embargo, ellas pueden servir de árbitros y pro- .
veer una decisión que las partes se comprometen a aceptar como
solución del conflicto (vea 1 Corintios 6:1-8). Hay dos maneras
en que personas de fuera pueden envolverse en una disputa.
Por mutuo acuerdo. Si usted y su oponente no pueden resolver
en privado una disputa, usted puede sugerir que los dos pidan
a una o más personas neutrales que se reúnan con ambos en un
esfuerzo por facilitar un diálogo más productivo. Estas perso-
nas neutrales pueden ser amigos mutuos, líderes de la iglesia,
individuos de respeto en su comunidad, o aun expertos pacifi~
cadores, como los que hallaría en el Instituto de Reconciliación
Cristiána (uná división de Peacemaker Ministries). Para los pro-
pósitos de esta discusión, generalmente me referiré a tódas las
personas como conciliadores".
11 .
Los conciliadores no tienen que ser personas
profesionalmente entrenadas para servir a usted. De hecho se-
ría conveniente recurrir a la ayuda de cristianos prudentes y
espiritualmente maduros que son dignos de su respeto y con-
181 . !i
--.---- -- --- ---
Vaya y muestre al hermano su falta
tienen experiencia en esa área. Por ejemplo, si su disputa en-
vuelve alegados defectos de construcción en un edificio, un ex-
perimentado arquitecto o un maestro constructor podría servir
de conciliador. De igual forma, cuando están en riesgo asuntos
legales, es sabio incluir un abogado.
Algunos de los mejores conciliadores son individuos que es-
tán personalmente familiarizados con usted y su oponente, o
mejor aun, que los conocen perfectamente bien. Tal 'familiari-
dad no es aconsejable en una mediación secular por temor a
que dé lugar a la parcialidad. Pero si 'usted está tratando con
conciliadores espiritualmente maduros, este potencial prejuicio
. debe estar más que compensado por el compromiso que los con-
ciliadores tienen ante Dios de hacer sólo lo justo y bueno. De
hecho, mi experiencia me ha mostrado que alguien que conoce
bien a las personas involucradas en un conflicto tendrá libertad
para ser honrado y franco, yeso es precisamente loque usted'
necesita de un conciliador.
Si su oponente se resiste a su sugerencia de envolver a otras
personas, explique cuidadosamente por qué haciéndolo así se-
ría beneficioso. Si la persona es cristiana, usted puede referir a
Mateo 18 y 1 Corintios 6 corno las bases bíblicas de su sugeren-
cia. Sea que trate o no con un creyente en Cristo, usted puede
describir los beneficios prácticos que se obtienen por envolver a
otros en una disputa: ahorro de tiempo, dinero, y energía (cuan-
do se lo compara con un proceso más formal); evitar la publici-
dad; recibir el beneficio de' la experiencia y credibilidad de otros.
(En el Apéndice B se describe en detalles algunos de estos bene-
:1+
ficios.) Usted puede también compartir materiales producidos
por Peacemaker Ministi-ies o animar a su oponente que hable
l' personalmente con un conciliador cristiano. Si usted da sufi-
ciente información y bastante tiempo para pensar acerca de su
proposición, eventualmente la otra persona podría aceptar de
buena gana trabajar con los conciliadores.3
j.
A su propia iniciativa. Aunque siempre es preferible un mutuo
acuerdo entre las partes involucradas en un conflicto, no se requie-
re para ello que su oponente profese ser un cristiano. Mateo 18:16
indica que usted puede buscar ayuda de conciliadores aun si su
182
Lleve consigo uno o dos testigos
oponente no la quiere. Sin embargo, antes de que usted dé este
paso'es sabio y a menudo beneficioso advertir a su oponente de
lo que usted se propone hacer en ese sentido. Por ejemplo, us-
ted podría decirle: "Venancio, yo preferiría resolver este asunto
solo entre nosotros. Dado que esto no ha sucedido y que este
problema envuelve cosas que son demasiado importantes como
para dejarlas de lado, mi única opción es obedecer lo que la Bi-
blia manda, lo que significa pedir a algunas personas de nues-
tra iglesia que nos ayuden a resolverlo. Preferi!ía que fuéramos
juntos a buscar esta ayuda, pero si no deseas cooperar a ese pro-
pósito, tendré entonces que ir solo a pedirla."
He visto muchos casos en los que una declaración como esta:
ha ayudado a "Venancio" a cambiar de actitud. Si la persona
está consciente del hecho de que es en alguna medida o
substancialmente culpable del problema, podría no querer que
alguien de su iglesia se envuelva en el asunto; en consecuencia
es. posible que entonces se interese más en trabajar en privado
con usted. Por otra parte, su oponente puede al menos decidir
participar en la selección de los conciliadores, aunque no sea por
otra razón que evitar que usted obtenga alguna clase de ventaja.
Si su oponente cristiano rehúsa cooperar, usted puede solici-
tar la ayuda de los conciliadores en cualquiera de varias for- '
mas. Si puede conseguir la ayuda de alguien que su oponente
probablemente respetaría y en quien confiaría, usted y ese con-
ciliador pueden visitar a su oponente y pedirle que los tres ha-
blen del asunto. Si tiene buenas razones para creer que su opo-
nente se sentiría seriamente ofendido con el primer acercamien ..
to, puede pedir al conciliador que hable individualmente a la
otra parte en un esfuerzo por acordar una posterior reunión entre
usted y el conciliador. Usted puede ponerse en contacto con la
iglesia de su oponente y solicitar ayuda de uno de sus ancianos.
Dependiente de las circunstancias, un pastor o un anciano pue-
de ir con usted o hablar en forma privada con su oponente en
un esfuerzo por facilitar una reunión conjunta.
Independientemente de la forma en que usted busque la ayu-
da de los conciliadores con el fin de obtener la participación de
su oponente, haga todo esfuerzo para no dar a ellos innecesarios
183
 Vaya y muestre al hermano su falta
detalles acerca del conflicto. Simplemente explique que usted y
la otra persona tienen una disputa y que necesitan su ayuda. Si
entra en detalles con los conciliadores naturalmente la otra parte
f
podría concluir que ellos han sido ya prejuiciados en favor de
usted. Peor aun si usted lo hace así podría ser incitado a la difa-
f
mación y al chisme. Sólo cuando usted y la otra personá están
presentes debe dar detallada explicación de sus percepciones.
En algunas situaciones puede ser más sabio hacer su solicitud
f
de asistencia mediante una carta y enviar copia de esta a su opo-
nente afin de que sepa 10 que usted ha dicho y lo que no. Vea-
f
mos un ejemplo de este tipo de correspondencia:
Querido pastor Betanzos:
Estoy involucrado eh una disputa con Vinicio Pantaleón, a
mi entender un miembro de su iglesia. Vinicio y yo no hemos
podido resolver este asunto en privado. Por tanto, a la luz de 1
Corintios 6:1-8 y Mateo 18:15-20, apreciaría muchísimo si usted
u otro dirigente en su iglesia estuviera deseoso de coordinar
una reunión entre nosotros y ayudarnos a llegar a un acuerdo.
Para ser justo con Vinicio, no expondré en esta carta ningún
detalle sobre la disputa, excepto decirle que esta envuelve la
compra que él me hizo de un negocio. Esperaré hasta que Vinicio
y yo nos reunamos con usted, de modo que pueda oír de ambos y
al mismo tiempo nuestra particular perspectiva del problema.
Si usted o uno de los ancianos de su iglesia quisiera ayudar-
nos a resolver este asunto, Vinicio y yo .podríamos reunirnos
con ustedes una noche cualquiera en unas cuantas semanas. Uno
de los ancianos de mi iglesia estaría dispuesto a reunirse con
nosotros también.
Sé que usted tiene muchas otras cosas que hacer, y deploro
tener que cargarlo con esta solicitud. Sin embargo, en interés de
la paz y la unidad entre cristianos, no creo que pueda dejar sin
resolver diferencias entre Vinicio y yo. Mucho apreciaría su asis-
tencia. (A propósito, he enviado a Vinicio una copia de esta car-
ta a fin de que conozca lo que he comunicado a usted.)
Si los intentos iniciales de un arreglo resultan fallidos, los conci-
. Hadares deben hacer repetidos esfuerzos de hablar o escribir a su
184
Lleve consigo uno o dos testigos
oponente. No deben darse por vencidos hasta que el oponente
rechace de manera categórica escuchar. Si esto sucede, puede
que la iglesia tenga que moverse hacia u!).proceso más forméll
que discutiremos después en este capítulo;
¿Qué hacen los conciliadores? Ellos pueden desempeñar una
variedad de funciones en un conflicto. Su primer papel es ayu-
dar a usted y a su oponente a hacer las dycisiones que sean ne-
cesarias para restaurar la paz. Al principio los conciliadores
pueden simplemente facilitar la comunicación animando a am-
bas partes a escucharse con más cuidado uno al otro. Pueden
también contribuir a determinar los hechos por escuchar atenta-
mente ellos mismos, por hacer preguntas pertinentes, y por ayu-
dar a que usted y la otra persona obtengan hechos adicionales.
Como se implica en Mateo 18:17 y 1 Corintios 6:1-8 los con-
f
ciliadores pueden también aconsejar respecto a cómo tratar con
.el problema. Pueden exhortar al arrepentimiento y a la confe-
sión a una o ambas partes señalando cualquier conducta que
f
ha sido inconsecuente con lo que la Biblia enseña. Los concilia-
dores puede además facilitar las soluciones bíblicas de asuntos
materiales por llevarlo a usted a puntos pertinentes y a ejem-
plos que se hallen en las Escrituras. Por último, los conciliado-
res pueden recurrir a su propio conocimiento y experiencia para
proponer soluciones prácticas a problemas específicos.
Si usted y su oponente así lo quieren los conciliadores pue-
den también ayudarlos a resolver un punto muerto. Ambos
pueden pedirles que sugieran una apropiada solución del pro-
blema. (Sin embargo antes de dar una opinión consultiva, los
f
sabios conciliadóres se aseguran de que todo esfuerzo ha sido
hechopara alcanzar una voluntaria solución del problema.) De
hecho aun antes de que comience a discutir cualquier asunto
f
con los conciliadores usted y su oponente pueden acordar que
f
si ambos no pueden alcanzar un acuerdo en forma voluntaria,
se atendrían al consejo de los conciliadores en la suposición de
f
que al hacerlo así usted no violenta principios enseñados en léi
Biblia. Si lo desea usted puede hacer el acuerdo legalmente obli-
f
gatorio, lo que significa que los conciliadores servirán de árbitros y
tomarán una decisión que será ejecutada por un tribunal civil.
185
 Vaya y muestre al hermano su falta
Aunque las decisiones impuestas por otros son a menudo me-
nos satisfactorias que los acuerdos voluntarios, normalmente se
prefieren a la litigación, que puede prolongarse por meses o años a
gran precio financiero, emocional, yespiritua1.4
Finalmente, si usted o la otra persona rehúsa resolver asun-
tos materiales o ser reconciliado, los conciliadores podrían ser-
vir como "testigos" para informar a sus respectivas iglesias lo
que han observado durante los esfuerzos de reconciliación
!:
(Mateo 18:16). Esta información puede ayudar a una o ambas
iglesiasa discernir la razón del punto muerto y asistidos en la.
decisión que tomen en cuanto a cómo resolverán el conflicto.
El tercer paso puede darse aun cuando su oponente profese
ser cristiano pero no se comporte como tal. De hecho, este paso
está específicamente destiI).ado para ayudar a creyentes profesos
a que sus acciones sean consecuentes con sus palabras.
¿ Qué si mi oponente no es cristiano? Los principios básicos del
tercer paso pueden también aplicarse cuando la otra persoJ;l.a
no profesa ser cristiana. Por supuesto, podría ser necesario ha-
cer algunas modificaciones. No será posible el formal envolvi-
miento de la iglesia, y no podrá sujetar a la otra persona a las
normas bíblicas que usted sí debe seguir. Más aun, su oponente
debe consentir voluntariamente a la conciliación y es posible
que tenga que ser persuadido de que los conciliadores pueden
ofrecer consejo objetivo y útil. A despecho de estas limitaciones,
la conciliación puede aun ser beneficiosa y productiva, espe-
cialmente si usted mantiene en mente los principios que se han
discutido en otra parte en este libro.
Cuarto paso: Dígalo. a la iglesia (disciplina eclesiástica)
Si su oponente profesa ser cristiano y aun así rehúsa escu-
char el consejo de los conciliadores, y si el asunto es demasiado
serio como para pasarlo por alto, Cristo le manda: "Dilo a la
'0'"
iglesia" (Mateo 18:17). Esto no significa que usted se levante en
,; .!
medio de un servicio de adoración y transmita el conflicto a los
miembros de la iglesia y a las visitas que se hallen pre.sentes, ya
que una injustificada publicidad es del todo inco"nsecuente con
el tenor de Mateo 18. Por el contrario, usted debe informar del
E . 186
\1.
Lleve consigo uno o dos testigos
problema allideraz?.-o de la iglesia de la otra persona (probable-
mente la suya tambIen) y, de conformidad con 1 Corintios 6:1-8
requerir su asistencia en la solución del asunto.5 '
Los líderes de la iglesia pueden consultar con los conciliadores
y confirmar su consejo (especialmente si uno de los conciliadores
es miem~ro de esa ~glesia) o pueden iniciar una investigación ente-
ramente rndependIente y dar un consejo distinto. Corno en un ar-
bitraj.e se~ular, se entiende que la ?pinión de la iglesia obliga a su
propIO mIembro, le agrade a este o no. Como se enseña en Mateo
18:18-20, la iglesia habla con la autoridad de Cristo mismo cuando
16hace de conformidad con su mandato bíblico para tratar con el
pecado (d. Mateo 16:18; Hebreos 13:17). En 1 Corintios 6:1-8 se in-
~ica que ~~ta autoridad se extiende no sólo a asuntos personales
Silla tamblen a los materiales. La única vez que los cristianos tienen
el derecho de desobedecer a su iglesia es cuando las instrucciones
que esta imparte son contrarias a lo que las Escrituras mismas en-
señan (vea Mateo 23:1-3; Hechos 4:18-20; 5:27-32).
Si la igle~ia de la otra parte aconseja hacer algo con lo que
~st~d no esta de acuerdo, entonces su propia iglesia debe traba-
Jar Juntamente con la otra iglesia hasta que se obtenga una solu-
ción satisfactoria. Si usted o la otra parte categóricamente rehúsa
a~e~tar el consejo de una respectiva iglesia, podría ser necesa-
no Informar de una discreta y adecuada manera a otros miem-
bros de la iglesia, a fin de que exhorten a la parte inflexible a
enfrentar su pecado y a reconciliarse con su oponente. En vez.
de asociarse con un creyente testarudo aun cuando nada malo
hubiera en ello, los amigos cristianos deben amable pero firme-
men,te recordar a ese hermano que tiene la obligación de resol-
ver Importantes asuntos antes de que pueda adorar a Dios y
tomar parte en la comunión de los santos (2 Tesalonicenses 3:6,
1~,15; 1 Corintios 5:9-11). Si eso no re$uelve el problema, la igle-
SIa debe proceder con el quinto paso.6. .
Quinto paso: ténganlo como un inconverso
Como hemos visto a través de este libro, a los cristianos se les
~xige que actún justamente, que busquen la 'paz, y se reconci-
lIen unos con otros. Si un cristiano rechaza hacer esas cosas,
187
 Vaya y muestre al hermano su falta
T Lleve consigo uno o dos testigos
desobedece la voluntad de Dios. Si rehúsa escuchar la exhorta-
ción de su iglesia para que se arrepienta de este pecado, Cristo
dice que la iglesia debe tenerlo "por gentil y publicano" (Mdteo
18:17,énfasis añadido). Cristo usa estas palabras con su sentido
propio. Ya que solo Dios puede conocer el corazón de una per-
sona (1 Samuel16:7; Apocalipsis 2:23), la iglesia no tiene poder
de decidir si un individuo es un creyente. En cambio, la iglesia
sólo está llamada a hacer una decisión funcional: si un profesante
cristiano se conduce como lo haría un inconverso -principal-
mente por desconocer la autoridad de las Escrituras y de la igle-
sia de Cristo- debe ser tratado como un inconverso.
Tratar a alguien como un inconverso sirve tres importantes
propósitos: primero, por revocar a la persona los privilegios en
la iglesia, se protege el nombre del Señor de ser deshonrado por
alguien que se comporta en forma vergonzosa y rebelde y aún
mantiene su buena reputación en una iglesia cristiana (Roma-
nos 2:23,24).Segundo, se protege a otros creyentes de verse ten-
tados a seguir un mal ejemplo (Romanos 16: 17; 1 Corintios 5:1-
6). Tercero, puede ayudar al contumaz a comprender la serie-
dad de su pecado, arrepentirse de él, y ser restaurado por Dios.
A menudo se pasa por alto este objetivo. El tratar a otros como
inconversos no tiene el propósito de perjudicarlos, sino más bien
de ayudarlos a ver la verdad respecto de su pecado y su necesi-
dad de arrepentimiento. Cristo amaba bastante a los gentiles y
a los publicanos como para advertirlos de su pecaminosa con-:-
dición y sus consecuencias y urgirlos al arrepentimiento (v.g.
Marcos 2:17; Juan 4:1-18). La iglesia no debe hacer menos.7
Dicho de otro modo, la iglesia no debe pretender que todo
está bien con gente que rehúsa obedecer a Dios cuando Élhabla
en las Escrituras y a través de la iglesia. Tratar a personas impe-
nitentes como a inconversos es a veces la única forma de ayu-
darlas a comprender la seriedad de su pecado. Además y junta-
mente, se las priva de ciertos privilegios cristianos (como parti-
cipar en la comunión) y se las evangeliza cada vez que se pre-
sente la oportunidad. (Si la persona se está comportando en for-
ma que perturbe la paz de la congregación, puede ser también
excluida del templo o inmueble de la iglesia.) Este trato ha sido
188
autorizado por el Señor en la iglesia para traer convicción de
pecado a los rebeldes, con el propósito ulterior de que se vuel-
van de sus malos caminos y sean restaurados a la comunión con
Dios y con los creyentes. (Este parece haber sido el resultado de
la disciplina administrada en la iglesia de Corinto. Compare 1
Corintios 5:1-13 con 2 Corintios 2:5-11.)8
Muchos cristianos se burlan de esta enseñanza. Algunas igle-
sias desdeñan o rechazan poner en práctica Mateo 18:17, aun
cuando la Biblia enseña que Dios ve la disciplina tanto como un
acto de amor cuanto un importante medio de restaurar la oveja
extraviada y proteger a su pueblo de seguir malos ejemplos
(Hebreos 12:1-13;' 1 Corintios 5:6). Al pasar por alto esta ense-
ñanza, una iglesia no sólo está desobedeciendo mandatos espe-
cíficos de Cristo, sino dejando de enfrentarse a la seriedad del
pecado y sus consecuencias (vea Ezequiel 34:4,8-10).
Considere esta analogía. Cuando un paciente tiene cáncer,
no es fácil para el médico decírselo, porque esto es difícil de oír
y penoso de llevar. Aun así, cualquier médico que diagnosticara.
cáncer pero no lo comunicara a su paciente sería culpable de
malapráctica profesional. Después de todo, un paciente puede
ser propiamente tratado sólo después que la enfermedad ha sido
identificada. El pecado obra en la misma forma; si se lo deja sin
diagnosticar y sin tratamiento, produce creciente dolor y dete-
rioro espiritual (Proverbios 10:17; 13:18;29:1;Romanos 6:23). La
iglesia tiene tanto la responsabilidad de fomentar la paz y la
unidad cuanto de ayudar a los creyentes a prevenirse ellos mis-
mos del terrible efecto del pecado (Gálatas 6:1,2). La disciplina
eclesiástica es un paso serio y penoso,. pero es también un acto
de obediencia a Dios y un remedio de amor para la persona
sorprendida en pecado.
Esta verdad fue poderosamente ilustrada en uno de los pri-
meros casos en que serví de consejero. Un hombre había dicho a
su esposa que él se divorciaría y se mudaría con otra mujer. Cuan-
do la mujer no pudo disuadirlo, fue a su pastor en busca de
consejo. El pastor le dio varias sugerencias sobre cómo persua-
dir a su esposo de que no consumara lo que se proponía, o al me-
nos convencerlo de que fuera en busca de consejería matrimonial.
189
 . t1~"
'Yh ~r.:"~
. j::~~;.'t~.~..~ .
. :.¡.I.,
Vaya y muestre al hermano su falta ::~~'V;
•.~
-:
j •••• ~.:
Durante los próximos días nada de lo que ella dijo a SU, esposo
'pareció hacer ningún impacto, y él comenzó a empacar sus cosas.
~~t'~.
:';'.
Desesperada, la señora volvió a su pastor'y le pidió que ha- :~~:,~::
blara con el esposo de ella. Al principio, el pastor declinó tomar ..~~f~',
j ;~.i~
un papel tan activo, diciendo que él "no quería ahuyentarlo de ~ .J_~1 ~.~..,.;.;
la iglesia". La mujer preguntó al pastor cómo podía asuriúr po-
¡
sición semejante a la luz de Mateo 18:15-20, Gálatas 6:1,2, y
muchos otros pasajes bíblicos relativos. Después de una larga y }IW
ft ~ acalorada discusión, el pastor finalmente comprendió que esta-
1,
ba descuidando sus responsabilidades co?l<? tal.
Como resultado, esa noche fue a visitar al esposo de la seño-
ra y le ofreció ayudarlo a resolver sus problemas conyugales.
Cuando el esposo categóricamente rechazó cambiar el curso de
acc;ión que seguía, el pastor le suplicó que cambiara de inten-
ción y le ofreció todos los recursos de su iglesia para ayuarlo a
solucionar los problemas en su matrimonio. Cuando aun eso no
disuadió al hombre, el pastor dijo finalmente: "N o puedo impe-
dir que usted presente una demanda de divorcio, pero debo ase-
gurarl~ que tendrá que' enfrentar la disciplina de la iglesia si
deliberadamented~sobedece las Escrituras como planea hacer-
lo." Después de experimentar el primer impacto, el esposopre-
guntó al pastor qué significaba él por" disciplina eclesiástica". Cuan-
do el pastor le explicó, el hombre le preguntó: "¿Quiere usted decir
que yo sería expulsado de la iglesia si me divorcio de mi esposa?"
"Bajo estas circunstancias", le replico el pastor, "sí". Al oír
esto, el esposo se encolerizó y echó al ministro de su casa. Sin
embargo, temprano a la mañana siguiente, el pastor recibió una
llamada telefónica del esposo, expresando el deseo de hablar
con él de nuevo. Ambos se reunieron una hora más tarde, yal-
rededor de las 10: 00 a. m. ei hombre estaba llamando a "la otra
mujer" para decirle que él no se mudaría con ella. En la tar~e ,:.;:'?~~f~~:~~
del mismo día, el pastor comenzó a aconsejar a la pareja, y jun-
tos comenzaron a resolver los graves problemas que los había
arrastrado a esta crisis. Diez años después, los esposos siguen
juntos con su familia y agradecen a Dios por un pastor que se
preocupara tanto al punto de envolverse en el caso y hacer lo
que Cristo mandó.9 '
:>11
""'l.!¡
190 .~~~~
- _ .. ---':.¡';~'~'Iit'/l':'"
.J!;~l.~t~;
.•.•.:"'"
•.•...
'''~'~'.:,.
Lleve consigo uno o dos testigos
'o:' ,.
¿Es tiempo de ir al tribunal?
Cuando se sigue fielmente este proceso de resolución, una
de dos cosas deben suceder: Preferiblemente, usted y su opo-
~~~_~~I-rt'
nente escucharán el consejo de sus conciliadores o de los líderes
de su' iglesia y resolverán su disputa en una piadosa manera.
Alternativamente, si uno de ustedes rehúsa prestar atención a,
la iglesia, ésta debe obedecer el mandato de Cristo y responder
a esta rebelión tratando a la persona corrio un inconverso. Como
resultado, 1 Corint~q?, 6:1-6, que se aplica sólo a disputas entre
cristianos, no se aplicará más a su situación. Dicho de otro modo,
una vez usted ha agotado sus remedios a través de la iglesia,
puede tratar a su oponente como a cualquier otra persona, lo
que significa que puede considerar recurrir a los tribunales ci-
viles para resolver el conflicto. ID
Hay otras dos condiciones que usted debe satisfacer antes de
proceder con una demanda legal. Además de agotar los reme-
dios de su iglesia, debe asegurarse de que los derechos que us-
ted busca poner en vigor son bíblicamente legítimos. Co~o vi-
mos en el capítulo 4, algunos de los derechos "legales" y reme-
dios disponibles hoy ~ través de'los tribunales civiles, son con-
trarios a las Escrituras. Por ejemplo, algunas de las acciones a
que los empleados pueden legalmente recurrir contra sus
empleadores socavan la autoridad que Dios ha delegado a estos
últimos a través de las Escrituras. Y al revés, algunas de las co-
sas que los empleadores pueden legalmente hacer son
bíblicamente impropios. Como el juez Scalia ha notado, el ejer-
cicio de tales" derechos" es claramente injusto a los ojos de Dios.
Antes de proceder con una demanda legal contra alguien, debe,
asegurarse de que los derechos de que usted quiere hacerse va-
ler son consecuentes con las Escrituras.
La tercera condición para presentar una demanda legal es
asegurarse de que su acción tiene un justo propósito. Como he-
mos visto de nuestro estudio de 1 Corintios 10:31-11:1, nunca
ejerza sus derechos si al hacerlo así deshonra a Dios, perjudica a
otras personas, o lo aparta de Cristo e inutiliza parasu servicio.
En consecuencia, no presente una delnanda legal a menos que
t",f.,
191
 Vaya y muestre al hermano su falta
usted esté seguro de que en alguna medida (1) ensancha el rei-
nade Dios (v.g., fomentando la justicia o dando un positivo tes-
timonio cristiano a aquellos que observan la acción); (2) benefi-
cia a su oponente (v. g., por invocar el poder estatal para forzar-
lo a sufrir las consecuencias de su mala conducta, lo que podría
ayudarlo a conducirse más responsablemente en el futuro (Ro-
manos 13:1-7; y (3) aumentar su capacidad para conocer y ser-
vir a Cristo (v.g., por preservar los derechos y recursos
necesararios para ministrar a otros o para proveer a quienes
dependen de usted).
Cuando considera esta última condición, es importante com-
prender que la litigación a menudo exige un precio mucho más
alto que lo que la mayoría de la gente prevé. Las demandas de
tipo financiero, emocional, y espiritual de un litigio legal pue-
den ser enormes y exceder cualquier ganancia que se obtuviera
de un veredicto favorable. Fue por eso que hace un siglo
Abraham Lincoln aconsejó a una clase de estudiantes de Dere-
cho: "Desalienten la litigación. Siempre que puedan persuadan
a sus vecinos a transigir. Muéstrenles cómo un ganador nomi-
nal es a menudo un real perdedor en pago de honorarios, gas-
tos, y pérdida de tiempo."
Como esta advertencia indica, usted debe ser muy precavido
cuando se trate de presentar una demanda legal. Si las tres con-
diciones arriba descritas son satisfechas, sin embargo, usted
puede apelar a los tribunales civiles para resolver un conflicto.
Aunque esto no es la manera preferible de solucionar disputas,
es una de la que Dios puede valerse y se vale para restringrir a los
malhechores, para proteger al débil, y fomentar la justicia, todo lo
cual es necesario para la paz y la preservación de la sociedad.
Resumen y aplicación
Es importante enfatizar que cada paso de este proceso debe
ser hecho en el nombre de Cristo (Mateo 18:20). Esto significa
mucho más que simplemente decir cinco palabras. Significa que
uno hace todo en la forma que Cristo mismo lo haría. AsÍ, cada
paso debe ser acompañado por diligente, ~ración, cuidadosa
192
Lleve consigo uno o dos testigos
investigación, debida aplicación de las Escrituras, un bondado-
so interés por las otras personas, y sobre todo, un sincero deseo
de agradar y honrar a Dios. Yo he sido estimulado por ver que
la mayoría de los conflictos entre cristianos pueden ser resuel-
tos simplemente siguiendo los primeros dos pasos (Mateo
18:15,16). Como los jueces de la Corte Suprema, Burger y Scalia
han indicado, los jueces civiles se sentirían más que contentos si
vieran los cristianos resolver sus disputas en la iglesia antes que
en el tribunal. Mucho más importante, tales fidelidades honran
a Dios, fomentan justos acuerdos, y ayudan a preservar las rela-
ciones que no deben ser perdidas.
Si usted está ahora involucrado en un conflicto y no ha podi-
do resolverlo en privado, estas preguntas lo ayudarán a aplicar
los principios expuestos en este capítulo.
1. ¿Son demasiado serios los asuntos envueltos en este con-
flicto como para pasarlos por alto o dejarlos a un lado?
2. ¿Por qué cree usted que han fallado sus esfuerzos para
resolver esta disputa en privado? ¿Hay algo aún que
usted pudiera hacer para intentar resolverlo de esa ma-
nera?
3. Si usted cree necesario buscar ayuda de fuera para re-
solver esta disputa, ¿podrá recurrir a personas que pro-
bablemente gozarían de la confianza y del respeto de
usted y su oponente?
4. ¿Qué diría usted a su oponente a fin de alentarlo a acep-
tar que otra persona busque con los dos la solución de
esta disputa? En particular, ¿cómo describiría usted las
ventajas de procurar esa clase de ayuda?
5. Si su oponente rehúsa trabajar voluntariamente con otros,
¿sería mejor desistir de hacerlo así y pedir a la iglesia
que se envuelva en la búsqueda de una solución a la dis-
puta? ¿Por qué?
6. Si todos los otros medios de solución propuestos han
fallado para resolver este asunto y está considerando
presentar una demanda legal, ¿ha satisfecho usted estas
tres condiciones?:
193
 Vaya y muestre al hermano su falta

(a) ¿Ha agota~o todos los remedios de la iglesia? ¿Cómo?

(b) ¿Son bíblicamente legítimos los derechos que usted
procura ejercer? ¿Qué lo hace pensar qué lo son?
(e) ¿Hay un propósito justo para esta demanda? En par-
ticular, ¿qué bien para Dios, para su oponente, y para
usted mismo se obtendría de esta demanda? .
7. Deje constancia al Señor escribiendo una oración basa-
da en los principios enseñados en este capítulo.

L"

j .. :

:jo
Vaya y reconcíliese

"ReconCÍalate primero con tu hermano,

y entonces ven y presenta tu ofrenda."
Mateo 5:24

a reconciliación es el último paso en la solución de un

conflicto. Reconciliarse significa reemplazar la hostili-
dad y la separación con la paz y la amistad. Normal
mente, dos Cosas deben suceder para que haya recon-
ciliación. Primero, las ofensas personales .que separan a los
oponentes deben ser puestas a un "lado mediante la confesión y
el perdón. Segundo, los asuntos materiales del conflicto deben
ser resueltos por medio de la negociación de un acuerdo mu-
-q .. tuamente satisfactorio. A veces los asuntos materiales deben ser
substancialmente resueltos antes de que el perdón pueda ser
dado. En otras ocasiones el perdón precederá un acuerdo sobre
asuntos materiales. Esto permitirá que las negociaciones se
muevan más rápidamente. Esto fue 10 que pasó cuando cierta
pareja me pidió que mediara en una demanda de divorcio.

194 195
 Los Pacificadores
Vaya y reconcíliese

Cuando me reuní por primera vez con Elpidio y Julieta)' todo

probablemente no sea bueno estar tirando a su cara cosas pasa-
10 que ellos querían era resolver algunos asuntos legales y fina-
das", dijo, "sólo que no puedo perdonar todas las cosas que él
lizar su divorcio tan rápidamente como fuera posible. Sin em-
me ha hecho y que me han herido. Además, él nunca muestra
bargo)' antes de que yo discutiera esos asuntos)' quería saber por que quiere cambiar."
qué ellos habían decidido poner fin a su matrimonio. La super-
Dediqué unos pocos minutos a describirles el perdón bíbli-
ficialidad de la razón era obvia. Julieta había recién descubierto
co. Mostré a Elpidio y Julieta que cuando Dios nos perdona, él
que Elpidio había sido infiel. Aunque Julieta inicialmente había
promete no acordarse más de nuestros pecados. Una vez nos
deseado que ambos buscaran la ayuda de un consejero para sal-
arrepentimos, Dios nunca menciona de nuevo nuestras malda-
var su matrimonio)' su subsecuente conducta había convencido a
des. Les expliqué entonces que Dios quiere que nos perdone-
Elpidio de que no había esperanza de reparar el daño que él había
mos unos a otros en la misma forma y promete darnos el poder
hecho. Por tanto)' ambos decidieron proceder con el divorcio. para hacerlo así.
Pensando que podría haber más profundas razones en esta de-
Cuando terminé mi explicación, Elpidio y Julieta, quedaron
cisión)' seguí haciéndoles preguntas. Obviamente Elpidio estaba
pensativos. En respuesta a otras preguntas)' Elpidio confesó de
luchando con enormes sentimientos de culpabilidad. Él me admi-
nuevo que 10 que había hecho era malo)' y reiteró que se sentía
tió 10 que había hecho era un pecado y que había estado rogando a
apenado de haber herido a Julieta tan profundamente. Además)'
Dios que lo perdonara. Después de una extensa discusión)' me era
expresó su disposición a recibir consejo profesional a fin de
evidente que el arrepentimiento de Elpidio era sincero. De modo
aprender cómo prevenir pecados como este en el futuro. Final-
que abrí la Biblia para mostrarle las promesas de Dios respecto al
mente, se volvió a Julieta y le dijo: "¿Quieres, por favor, perdo-
perdón. Cuando Elpidio aprendió que Dios 10 había perdonado,
narme y dar a nuestro matrimonio otra oportunidad?"
era ostensible que un gran peso había caído de sus hombros.
Cuando miré a Julieta era obvio que ella estaba envuelta en
Viendo lo que me parecía un significativo cambio en la acti-
una tremenda lucha interna. Silenciosamente oré que Dios le
tud de Elpidio, le pregunté si desearía también ser perdonado
diera la gracia de entender el perdón divino y que hiciera 10 que
por Julieta. Para mi sorpresa, él dijo que no. Pensando que
era bueno. Finalmente ella dijo: "Ahora reconozco que nunca
Elpidio podría haber mal entendido mi pregunta, se la repetí,
perdoné a Elpidio en la forma que Dios lo hace. He martillado
pero él me dio la misma respuesta.
una y otra vez en las cosas malas que él ha hecho en el pasado
Cuando le pregunté por qué, Elpidio me dijo: "Me he confe-
porque quería herirlo o ganar la discusión entre ambos. Si Dios
sado con Julieta en el pasado, y ella dijo que me había perdona-
fuera a perdonarme en la manera en que he perdonado a Elpidio)'
do. Pero su perdón no significa nada. Aun cuando yo realmente
yo estaría metida en muy serios problemas."
trato de cambiar mi conducta, ella se mantiene arrojándome al
Volviéndose a Elpidio)' Julieta dijo: "Te perdono, y con la ayu-
rostro las cosas malas que hice en el pasado. Cuantas veces ella
da de Dios te prometo que nunca más te haré 10 mismo en el
no puede hacer 10 que le plazca o entra en una discusión conmi-
futuro." Ambos se levantaron, y Elpidio tomó a Julieta en sus
go, me recuerda algo malo que hice meses y aun años antes. Si
brazos. Ellos tenían aún un gran trabajo que realizar antes de
ella no me perdona esas cosas, no habría modo de que perdone
que su matrimonio fuera plenamente sanado, pero la promesa
esta otra. En verdad no puedo vivir con una persona que guar-
de perdón había abierto el camino para que resolvieran los otros
da un registro de cada cosa mala que yo alguna vez hice."
problemas de su matrimonio y que ambos fueran completamente
Miré a Julieta y le pregunté si esto era cierto. Después de un reconciliados.
breve mOlnento de reflexión, ella admitió que así era. "Sé que

196
197

10
Perdone como- Dios
lo perdonó a usted
Perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la
manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Colosenses 3:13
os cristianos representan el mayor número de perso-
nas que han sido perdonadas en el mundo. Consecuen-
temente, debiéramos ser también los que más perdo-
; nano Sin embargo, como la mayoría de nosotros sabe por
experiencia, a menudo es dificil perdonar a otros de manera since-
ra y completa. Con frecuencia nos hallamos a nosotros lTIÍsmosprac-
ticando formas de perdón que no son bíblicas ni sanadoras.
Por ejemplo, a veces oímos a alguien decir: "Lo perdono, pero
no quiero jamás tener nada que ver con él". Esta declaración
siempre me hace pensar en la parte de la Oración del Señor que
dice: "Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros per-
donamos a nuestros deudores" (Mateo 6:12)..En consecuencia, a
198
Perdone como Dios lo perdonó a usted
~enu~do respo~nd? a. esta clase de declaración preguntando:
¿Que sucedena SI DIOS lo perdonara a usted exactamente en la
forma que usted perdona a otros? O para decirlo de otro modo:
¿cómo se sentiría usted si habiendo confesado su pecado al Se-
ñor lo oyera decir: 'Te perdono, pero jamás quiero tener contigo
ninguna relación?' " La mayoría de la gente rápidamente admi-
te que en tal caso no se sentirían ni ligeramente perdonados.
Como cristianos, no podemos pasar por alto la directa rela-
ción entre el perdón de Dios y el nuestro: "Sed benignos unos
con otros, misericordiosos, perdonándonos unos a otros, como
Dios también os perdonó a vosqtros en Cristo" (Efesios 4:32).
"De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vo-
sotros" (Colosenses 3:13). Dios nos ha dado un supremo princi-
pio por el cual conducirnos cuando tengamos la oportunidad
de perdonar a alguien. Afortunadamente, Dios también nos da
la gracia y la guía que necesitamos para seguir su ejemplo per-
donando a otros como él nos ha perdonado a nosotros.
Ni! sentimiento, ni' oHvido,ni excusa
Para entender lo que significa el perdón, debelnos conside-
rar antes lo que no es. Primero, el perdón no es sentimiento. Es
un acto de la voluntad. El perdón implica la decisión de no pen-
sar o hablar acerca de lo malo que alguien ha hecho. Sin embar-
go, como usted verá luego en este capítulo, esa decisión condu-
cirá a extraordinarios cambios en nuestros sentimientos.
Segundo, el perdón no es olvido. Olvidar es un proceso pasi-
vo por el cual y con el paso del tiempo un asunto meramente se
desvanece de la memoria. El perdón es un proceso activo que
envuelve una elección consciente y un deliberado curso de ac-
ción. Dicho de otro modo: cuando Dios dice: "y no me acordaré
de tus pecados" (Isaías 43:25), no está diciendo con ello que él
no puede recordar nuestros pecados, sino prometiendo que no
querrá recordar nuestros pecados. Cuando Dios nos perdona, él
decide no mencionar nuestros. pecados, ni pensar en ellos, ni
tenerlos en cuenta jamás. De igual manera, cuando nosotros per-
donamos, debemos conscientemente decidir no pensar ni hablar
199

Vaya y reconcíliese
acerca de lo que otros han hecho para perjudicarnos. Esto po-
dda requerir muchísimo esfuerzo, especialmente cuando una
ofensa se mantiene aún fresca en la mente. Afortunadamente,
cuando decidimos perdonar a alguien y no pensar más en la
ofensa que se nos hizo, por lo general las penosas memorias
comienzan a desvanecerse.
Por último, el perdón no significa excusar. Quien excusa a
otro, dice: "Está bien", e implica: "Lo que hiciste no era en efec-
to malo". O: "Tú no podías hacer nada para prevenirlo". El per-
dón es lo opuesto de excusar a otro. El hecho mismo de que el
. perdón sea necesario y que se conceda indica que lo que alguien
hizo es malo e inexcusable. El perdón dice: "Ambos sabemos
que lo que hiciste es malo y sin excusa. Pero ya que Dios me ha
perdonado, yo también te perdono." Porque el perdón trata
honradamente con el pecado, trae una libertad que un montón
de excusas jamás podría esperar proveer.
Una vez oí un chiste que me recordó de una pareja descrita
en la introducción de este capítulo. Una mujer fue a su pastor
en busca de consejo para mejorar su matrimonio. Cuando el
pastor le preguntó cuál era su más grande queja, ella contestó:
"Cada vez que nos metemos en una pelea, mi esposo se vuelve
histórico". Cuando el ministro le dijo "usted querrá decir histé-
rico'// ella replicó: "Dije histórico yeso es exactamente lo que quie-
ro significar; él guarda un registro de cada cosa mala que he hecho,
y cada vez que se incomoda, recibo una histórica lección."
Trágicamente, esta historia es demasiado real en muchas si-
tuaciones. No habiendo aprendido nunca el verdadero signifi-
cado del perdón, mucha gente destruye importantes relaciones
por guardar un registro de las cosas malas de otros. Al mismo
tiempo ellos se privan de la paz y la libertad que viene median-
te el sincero perdón. . mo 130:3,4).
Perdonar a alguien significa eximirlo de responsabilidad por
hechos que de otro modo lo harían digno de sufrir las conse-
cuencias de ellos o ser castigado por ellos. Aphiemi, una palabra
griega generalmente traducida por "perdón", significa dejar ir,
.200
'r"1
•
Perdone como Dios lo perdonó a usted
liberar, o remitir. A menudo se refiere a deudas que han sido
total~ent~ pagadas o canceladas. (v.g., Mateo 6:12; 18:27, 32).
Charzzomaz, otra palabra griega para /'perdón"/ significa otorgar
J~ ,~. perdón libre e incondicionalmente. Esta palabra muestra que el
'}~ l~,;.
i~~:. ~
perdón es inmerecido y no puede ser ganado (Lucas 7:42,43;:2
~;;J<~1' Corintios 2:7-10; Efesios 4:32; Colosenses 3:13).
.f;~ ::';:.: Como estas palabras indican, el perdón puede ser una activi-
dad c?stosa. Cuando usted cancela una deuda, esta no desapa-
rece SImplemente, sino que usted absorbe una responsabilidad
p~r algo .que otro debía satisfacer. De idéntica manera, el per-
don reqUIere que usted absorba ciertos efectos de los pecados de
otra persona y que la exima del castigo que merece. Esto es precisa-
ment~ 1.0 que ..Cr~stohizo en ~l Calvario. Él aseguró nuestro perdón
al reCIbIren SIffilsmo el castigo por el cual canceló en pleno la deu-
da de nuestros pecados (Isaías 53:4-6; 1 Pedro 2:24,25).El recordar
lo que él hizo para obtener nuestro perdón debiera ser nuestro
mayor incentivo para eximir a otros del castigo que merecen .
.El castigo del ~uallibramos a aquellos que perdonamos es el
rmsmo del que DIOSnos exime cuando nos perdona. Isaías 59:2
advierte: "pero vuestras iniquidades han hecho división entre
vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar
de vosotros su rostro para no oir" (d. Romanos 6:23). Cuando
~os arrepentimos de nuestros pecados y Dios nos perdona, nos
lIbera del castigo de estar separados de él para siempre. Dios
~1h..' ,.,'. ~ .
nos promete. nunca más recordar nuestros pecados, ni tenerlos
en cuenta contra nosotros, ni permitir que se interpongan de
nuevo entre nosotros y él:
"Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más
de su pecado" (Jeremías 31:34; cf. Isaías 43:25). .
"Cuanto está lejos el oriente del occidente/ hizo alejar de noso-
tros nuestras rebeliones/f (Salmo 103:12).
"JAH/ si mirares a los pecados, ¿quién/ oh Señor, podrá man-
tenerse? Pero en ti hay perdón para que seas reverenciado/f (Sal-
"El amor ...no guarda rencor/f (1 Corintios 13:5).
Mediante el perdón Dios derriba las paredes que nuestros
pecados han levantado, y abre la vía a una renovada relación
con él. Esto es exactamente lo que debemos hacer si hemos de
201 .
 Vaya y reconcíliese
perdonar como el Señor nos ha perdonado; debemos eximir a
quien nos ha perjudicado del castigo de permanecer separado
de nosotros. No debemos mantener en registro los pecados de
otros, ni pensar en ellos, ni castigar a otros por ellos. Por tanto)'
el perdón puede ser descrito como la decisión de hacer cuatro
promesas:
"No pensaré más en este incidente."
"No reviviré de nuevo este incidente para usarlo con-
tra ti."
"No hablaré a otros acerca de este incidente."
"No permitiré que este incidente se interponga entre
nosotros u obstruya nuestra relación."
Por hacer y mantener estas promesas, derriba las paredes que
se levantan entre usted y su ofensor. Usted promete no insistir
más en el problema, no traerlo a colación cada vez que se pre-
sente la oportunidad de hacerlo ast ni castigar al ofensor man-
teniéndolo alejado de usted. Usted despeja el camino para que
la relación entre ambos se desarrolle sin el obstáculo de recor-
dar cosas malas del pasado. Esto es en efecto lo mismo que Dios
hace por nosotros, y es lo que él nos manda hacer por otros.
Dado que pocas personas comprenden que el perdón envuel-
ve tales maravillosas promesas, aun cuando oigan decir "te per-
dono", con frecuencia continúan luchando con sus sentimien-
. tos de culpa y alienación. En consecuencia, siempre que perdo-
ne a alguien que no puede entender lo que significa el perdón
bíblico, deténgase a explicarle las cuatro promesas que usted ha
hecho. Además de reiterar a esa persona cuáles son las inten-
ciones de usted respecto a ella, esta explicación puede ayudar
I i también alguien a qué por primera vez entienda lo que Dios
significa cuando dice "te perdono".
¿ Cuándo debe usted perdonar?
Idealmente, el arrepentimiento debe preceder al perdón
(Lucas 17:3). Sin embargo, como vimos en el capítulo 4)'las pe-
queñas ofensas deben ser pasadas por alto y debemos perdonar
al ofensor aun si expresamente no se ha arrepentido. La espon-
202
Perdone corno Dios lo perdonó a usted
taneidad de su perdón en estos casos puede poner la ofensa a
sus espaldas y una vez y para siempre prevenir a usted y a la
otra persona de innecesaria controversia.
Cuando una ofensa es demasiado seria como para pasarla
por al.to y el ofensor no se ha arrepentido aún, puede que usted
necesIte acercarse al perdón mediante un proceso de dos eta-
pas. La primera etapa podríamos llamar perdón de posición yel
segundo, perdón de transición. El perdón de posición es incondi-
cional y un compromiso que usted hace con Dios (vea Marcos
11:25; Lucas 6:28; Hechos 7:60). Usted promete esforzarse en
mantener u~a actitud de amor y misericordia hacia alguien que
lo ha ofendIdo. Es una decisión de hacer la primera promesa de
fer.dón)' lo 9ue significa que usted no reconstruirá un ingrato
InCIdente nI procurará vengarse o retribuir en pensamiento,
palabra, o acción. Por el contrario, y con la gracia de Dios, usted
se mantendrá en un "perdón de posición" en el cual ora por la
otra persona y está listo a buscar una completa reconciliación
tan pronto como el ofensor se arrepienta. Esta actitud lo prote-
gera a usted de amargura y resentimiento, aun en casos en que
la otra persona tome mucho tiempo para arrepentirse.
El perdón de transición se condiciona al arrepentimiento del
ofensor y tiene lugar entre usted y esa persona (Lucas 17:3-5).
Es un compromiso de hacer al ofensor las otras tres promesas
de perdón. Cuando hubiera una grave ofensa, sería impropio
hacer estas promesas hasta que el ofensor se haya arrepentido
(vea el capítulo 6), Hasta entonces, usted podría necesitar en-
frentar al ofensor o buscar la participación de otros en la bús-
queda de la solución del asunto (Mateo 18:16-20; vea los capítu-
los 9 y 7). Usted no pudiera hacer esto si hubiera hecho ya las
tres últimas promesas. Pero una vez que la otra persona se
arrepiente, usted debe completar el perdón de transición, y
cerrar el asunto para siempre, en la misma forma en que Dios
lo ha hecho con usted.
Ambas etapas de perdón fueron vÍvidamente demostradas
por Dios. Cuando Cristo murió en la cruz, él tomó la posición
del perdón, manteniendo una actitud de amor y misericordia
hacia aquellos que lo crucificaron. "Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen" (Lucas 23:34). En Pentecostés)' la res-
203
 Vaya y reconcíliese
puesta del Padre a la oración de Cristo fue revelada. Tre~ mil
personas oyeron el mensaje de Pedro a~erca del derra ..mamlento
del Espíritu Santo y fueron compungIdos de corazon cuando
comprendieron que ellos habían crucificado al Hijo de Dios.
Como se arrep in tieron de su pecado/el perdón de transición
fue completado y ellos fueron plenamente reconciliados con Dios
(Hechos 2:36-41). Este es exactamente el patrón o modelo que
usted debe seguir: "perdonándoos unos a otros~ como Dios tam-
bién os perdonó a vosotros en Cristo" (Efesios 4:32).
¿Qué de las consecuencias?
El perdón no libera automáticamente al malhechor de todas
las consecuencias del pecado. Aunque Dios perdonó a los israe-
litas que se rebelaron contra él en el desierto/ Dios decretó que
ellos morirían sin entrar,a la Tierra Prometida (Números 14:20-
23). Aun Moisés no quedó a salvo de esta consecuencia
(Deuteronomio 32:48-52). De igual manera/ aun cuando Dios
perdonó a David su adulterio y asesinato/ Dios no lo protegió
de todas las consecuencias que naturalmente emergieron de su
pecado (2 Samuel 12:11-14; 13:1-39; 16:21/22; 19:1-4). Esto n?
quiere decir que Dios es inclemente; él con presteza remueve. el
castigo de separación (2 Samuel12:13) ya menudo nos prevIe-
ne de muchas de las consecuencias de nuestros pecados. Cuan-
,do él permite que ciertas consecuencias se dejen sentir por un tiem-
po/ es siempre para enseñar a nosotros y otros a no pecar de nuevo.
Siguiendo el ejemplo de Dios/ debe remover cualquier pared
que se levante entre usted y un ofensor arrepentido. Podría tam-
bién ser propio librar a esa persona de por lo menos algunas de
las consecuencias de su pecado (Génesis 50:15-21; 2 SamueI16:5-
. 10; 19: 18-23). Por ejemplo/ si alguien daña por descuido una
propiedad suya y no pueda pagar su reparación/ usted debe
resolver asumir los cos'tos. Esta compasiva actitud es especial-
mente apropiada cuando el ofensor está sinceramente determi-
nado a no repetir ese pecado.
Por otra parte/ puede haber ocasiones cuando usted perdone
a alguien pero no puede absorber la consecuencia del perjuicio
que esa persona le ha causado. O aun cuando pudiendo absor-
204
Perdone como Dios lo perdonó a usted
berIa el hacerlo así no fuera lo más aconsejable o lo mejor para,
un ofensor/ especialmente cuando se trata de alguien sorpren-
dido en un patrón de irresponsabilidades o de mala conducta.
Como se advierte en,Proverbios 19:19: "El iracundo tendrá que
afrontar el castigo; el que intente disuadirlo aumentará su eno-
jo" (NVI). Así/ un tesorero que subrepticiamente roba de su igle-
sia puede beneficiarse de tener que pagar lo que sustrajo. De la
mi~ma forma/ un descuidado jovencito puede en el futuro ma-
nejar su vehículo con más cuidado si tuvo que pagar los daños
que causó. Yun empleado'que se ha hecho.el hábito de 'ser ne-
gligente en su trabajo podría necesitar perder su empleo para
que' aprenda las lecciones que merece.1
Lo importante de recordar es que una vez que el ofensor ha
expresado su arrepentimiento/ es responsabilidad de usted ha-
cer las cuatro promesas del perdón y remover el castigo de se-
paración personal. Más que eso/ usted debe imitar el amor y la ;¡
misericordia de Dios y hacer sólo lo que contribuya a edificar a .:1
la,otra persona. Dicho de otro modo/ "perdonar como el Señor
os perdonó a vosotros". í:I
~I
Ve1l1l.ciendo el rencor
Las promesas de perdón son a veces difícil de hacer y aun jil
más de cumplir. Afortunadamente/ Dios promete ayudarnos a 'ti'
perdonar a otros. Él nos da esta ayuda a través de la Biblia/ la
111
cual provee orientación práctica y muchos ejemplos de perdón.
Dios también nos fortalece a través del Espíritu Santo/ que nos lit
da poder y voluntad para perdonar a otros., Finalmente/ para
aquellas ocasiones cuando necesitamos ayuda extra/ Dios provee
consejo y estimulo a través de pastores y otros cristianos. A con-
tinuación se ofrecen unas pocas maneras en que usted puede
recurrir a esos recursos cuando está buscando vencer el rencor.
.
Confirme el arrepentimiento
Es difícil perdonar a una persona que no ha querido arrepen-
tirse y confesar clara y específicamente su pecado. Cuando us-
ted mismo se halla en esa situación/ podría ser sabio explicar a
205
 Vaya y reconcíliese
la persona que lo perjudicó por qué se le está haciendo difícil
perdonarla. Mi esposa tuvo que hacer esto conmigo poco des:"
pués que nos casamos.
Mientras asistíamos a una conferencia en Colorado, incurrí
en una crítica desconsiderada contra ella frente a otras perso-
nas. Cuando unos pocos minutos más nos hallábamos solos, ella
me hizo saber que estaba molesta por lo que yo había dicho.
Inmediatamente dije: "Lo siento; fue malo de mi parte hacer
eso. ¿Quieres perdonarme?" Ella dijo que sí, pero unas pocas
'horas más tarde era obvio que no nos habíamos reconciliado.
Finalmente, Corlette me dijo: "Se me hace muy difícil perdonar-
te; ¿podríamos hablar algo más acerca de esto?" Cuando acor-
dé, ella me dijo que no pensaba que yo había comprendido cuán
profundamente la había ofendido. Ella entonces explicó por qué
mis declaraciones habían sido tan engorrosas y penosas para
ella. Corlette tenía toda la razón; yo no había comprendido el
efecto que mis palabras habían tenido en ella. Después de oír su
explicación, finalmente me excusé en forma sincera y específica
por el efecto de mi pecado, y me comprometí a ser más sensiti-
vo hacia ella en el futuro. Una vez me arrepentí y confesé en la
debida forma, a Corlette le fue mucho más fácil perdonarme.
Si usted está teniendo dificultad en perdonar a alguien, pu-
diera ser que necesite hacer lo que hizo Corlette. Ella me ayudó
a ver en que forma mi confesión había sido deficiente (había
descuidado cuatro de las siete confesiones que se trataron en el
capítulo 6 de este libro) y ella me animó a que tomara más en
serio el arrepentimiento. Haciéndolo así, ella me hizo un servi-
"¡.'; "... cio y al mismo tiempo removió un mayor obstác~lo al perdón.
Ti
Renuncie a las actitudes y expectac~ones pecaminosa.s
¡ :
El perdón puede también ser obstruido por pecaminosas ac-
titudes e ilusas expectaciones. Por ejemplo, consCiente o incons-
cientemente, muchos de nosotros nos abstenemos de perdonar
porque creemos que el ofensor debe ganar o merecer nuestro
perdón, o porque queremos castigarlo y hacerlo sufrir. Pode-
mos también abstenernos de perdonar porque queremos una
garantía de que tal ofensa no se repetirá.
206
Perdone como Dios lo perdonó a usted
Estas actitudes y expectaciones Son del todo inconsecuentes
con el mandamiento que hemos recibido de perdonar como Dios
nos perdonó. No hay modo de que podamos ganar o merecer el
perdón de Dios, razón por la cual Dios lo concede gratuitamen-
te a los pecadores que se arrepienten (Romanos 6:23). Nosotros
debemos perdonar de la misma manera. De igual manera, Dios
no retiene el perdón para castigar a aquellos que se han arre-
pentido de sus pecados. Como se promete en 1 Juan 1:9, "si con-
fesamos nuestros pecados, [Dios] es fiel y justo para perdonar-
nos nuestros pecados" (cf. Salmo 103:9-12).
Aun más, así como Dios no nos exige garantía respecto de
'nuestra futura conducta, no tenemos derecho a hacer tal deman-
da a otros. Este hecho se pone claramente de manifiesto en el
mandamiento de Cristo en Lucas 17:3,4: "Si tu hermano pecare
contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete
veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti,
diciendo: Me arrepiento; perdónale." El perdón se basa en el
arrepentimiento, no en garantías. Por tanto, una vez alguien ha
expresado en forma activa su arrepentimiento, no tenemos de-
recho de permitir que nuestras aprensiones respecto al futuro
demoren el perdón.
Desde luego, si alguien ha expresado su arrepentimiento pero
continúa comportándose en forma perjudicial para otros, pue-
de ser, apropiado enfrentar al ofensor acerca de su actual con-
ducta. Puede ser que un patrón de conducta pecar:runosa nece-
site ser enfrentado varias veces antes de que sea del todo venci-
'do. Aun así, no tenemos derecho a demandar garantías y rete-
ner el perdón de la persona arrepentida. '
Considere la parle de responsabilidad que usted tiene
por el problema
En muchas situaciones, sus pecados pueden haber dado lu-
gar al conflicto. Aun si usted no comenzó la disputa, su falta de
comprensión, sus palabras descorteses, su impaciencia, o su for-
ma nada amable de responder al problema pudo haber agrava-
do la situación. Cuando esto sucede, es fácil conducirse conlO si
los pecados de la otra persona hubieran cancelado los suyos.
207
 Vaya y reconcíliese
Esto puede hacer que usted se sienta con la actitud del
autojustificado y que por ello demore el perdón. La mejor ma-
,nera de vencer esta tendencia es orar mientras examina su par-
ticipación en el conflicto y entonces anotar cada cosa que usted
ha hecho o que no ha hecho y que pudo haber sido un ~egativo
factor del problema. Cuando usted recuerda sus faltas usual-
mente se le hace más fácil perdonar las de otros.
Reconozca: que Dios está obrando para bien
Cuando alguien lo ha perjudicado, es también útil recordar
que Dios es soberano y amoroso. En consecuencia, cuando us-
ted está experimentando seria dificultad para perdonar a una
persona, tome tiempo para anotar la manera en que Dios puede
estar usando al ofensor para bien. ¿Es esta una inusual oportu-
nidad de glorificar a Dios? ¿Cómo podemos servir 'a otros y ayu-
darlos a crecer en su fe? ¿Qué pecados y flaquezas de usted se
están manifestando? ¿Qué cualidades de carácter está usted sien-
do retado a ejercitar? Cuando usted percibe que la persona que
lo ha perjudicado es utilizada como un instrumento en la'mano
de Dios para ayudarlo a madurar, a servir a otros, y a glorificar
al Señor, le puede ser más fácil perdonar.
Recuerde el perdón de Dios
Uno de los más importantes pasos para vencer su rencorosa
actitud es enfocar la atención en las muchas veces que Dios lo
ha perdonado a usted. La parábola del siervo implacable ilustra
vívidamente este principio (Mateo 18:21-35). En esa historia, un
siervo tenía contraída con el rey una enorme deuda. Cuando el
monarca amenazó con vender al siervo y a su familia para co-
brar la deuda, el hombre le rogó que tuviera compasión de él. El
rey entonces, "movido a misericordia, le soltó y le perdonó la
deuda" (v. 27). Poco después, el siervo vio un hombre que le
debía una pequeña suma. Cuando el siervo, tomando por el
cuello a su deudor, le exigía que le pagara los cien denarios que
le debía, el hombre le rogaba que le diera un poco de tiempo
para saldar la deuda. El siervo, rehusando hacerlo así, ufue y lo
.echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda" (v. 30). Cuando el
208
Perdone como Dios lo perdonó a usted
rey se enteró de lo que había pasado, llamó de nuevo al siervo y
le dijo: "Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, por-
que me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu
con siervo, como yo tuve misericordia de ti?" (vv.32-33)."Enton-
ces..., enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo
que le debía" (v. 34). Cristo concluye la parábola con estas pala-
bras: "Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no per-
donáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas" (v.35).
La parábola ilustra Uila actitud que es aún demasiado común
entre los cristianos. Nosotros damos por contado el perdón de
Dios mientras testarudamente retenemos el perdón a otros. En
efecto, nos comportamos como si los pecados de otros contra
nosotros fueran más serios que los nuestros contra Dios. Cristo
enseña que' esto es una cosa terriblemente pecaminosa-una
afrenta a Dios y su santidad y un menosprecio del perdón que
Cristo compró por nosotros en el Calvario. Hasta que nos arre-
pintamos de esta pecaminosa actitud, sufriremos jngratas con-
secuencias. Para 'comenzar, podríamos sentir que estamos sepa-
rados de Dios y de otros cristianos. Podríamos también experi-
mentar inusuales penalidades y perder bendiciones que de otra
manera serían nuestras (v. g., Salmo 32:1-5).2
Si usted está luchando con una actitud rencorosa, dé otra
mirada a la enorme deuda que Dios le ha perdonado. Leyendo
la Biblia y recordándose a usted mismo la santidad de Dios, lo
ayudará a ver más claramente la seriedad aun de sus más pe-
queños pecados (vea Isaías 6:1-5; Santiago 2:10,11). Haga una
lista de los pecados que Dios le ha perdonado. En particular,
pregúntese a usted mismo si alguna vez ha tratado a Dios y a
las personas en la misma forma en que usted ha sido tratado
por la otra persona a quien intenta perdonar. Deténgase a consi-
derar la lista y a recordarse a usted mismo lo que merece de
Dios a causa de sus pecados. Entonces gócese en la maravillosa
promesa del Salmo 103:8-11: "Misericordioso y clemente es
Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. No ha hecho
con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado
conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos
sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen."
209

Vaya y reconcíliese
Cuando más usted entienda y"aprecie el maravilloso perdón
de Dios, tanto más motivación tendrá para perdonar a otros.
Como Pat Morrison dice en s~ excelente folleto sobre el perdón, "
"no se nos exige que perdonemos a otros para ganar el amor de
Dios; por el contrario, habiendo experimentado el amor divino,
tenemos la base y el motivo para perdonar a otroS."3
"Provéase de la fortaleza de Dios
Por encima de todo, recuerde que el verdadero perdón de-
pende de la gracia de Dios. Si usted trata de perdonar a otros
valiéndose de su propio poder, estará por largo tiempo enfras-
cado en una frustrante batalla. Pero si continuamente pide la
fortaleza de Dios y se apoya en ella, usted puede perdonar aun
las más penosas ofensas. Dios nos da su gracia a través de las
Escrituras, del consejo bíblico de otros, y mediante el Espíritu
Santo. Esta gracia se puso poderosamente de manifiesto en la
vida de Corrie ten Boom, que había sido encarcelada con su fa-
llÚlia por los nazis por ayudar a los judíos durante la segunda
guerra mundial. Su padre y hermana, Betsie, murieron 'como re-
sultado del brutal tratamiento de que fueron objeto en los campos
de concentración. Corrie sobrevivió y después de la guerra ella viajó
por todo el mundo testificando del amor de Dios. Veamos lo que
escribió acerca de un extraordinario encuentro en Alemania:
Fue en un servicio de una iglesia en Munich que lo vi, el
antiguo miembro de la SS que había permanecido junto a la puer-
ta del cuarto de baño en el centro de procesamiento de
l"' : Ravensbruck. Era el primero de los carceleros que yo había vis-
::.'
to desde entonces. Y súbitamente todo vino a la memoria-el
1::: :
cuarto atestado de hombres burladores, las pilas de ropa, el
pálido y doliente rostro de Betsie. "
11
I,¡
Aquel hombre, radiante y reverente, se acercó a mí cuando
los feligreses salían de la iglesia. "jCu~n agradecido estoy por
su mensaje, Fraulein", dijo. "Pensar en eso, como usted dice,
¡que él ha lavado todos mis pecados!"
Extendió su mano para estrechar la mía. Y yo, que tan a me-
nudo había predicado a la gente de Bloemendall acerca de la
necesidad de perdonar, no correspondí al saludo. "
210
Perdone como Dios lo perdonó a usted
Mientras el enojo y los pensamientos de venganza hervían a
través de mí, vi el pecado de ellos. Jesucristo murió por este
hombre;/exigiría yo más? Señor Jesús, oré, perdóname y ayú-
dame a perdonarlo.
Traté de sonreír y luché para extenderle mi mano. No podía.
No sentía nada, ni la más ligera chispa de calor humano o cari-
dad. Y entonces de nuevo musité una oración. Señor Jesús, no
lo puedo perdonar. Dame tu perdón.
Cuando torné su mano la más increíble cosa sucedió. Desde
mi hombro a través de mi brazo y mi mano parecía que pasaba
"una corriente de mí hacia él, mientras en mi corazón fluía un
amor por este extraño que casi me abrumaba.
De este modo descubrí que no es más de nuestro perdón que
de nuestra bondad que la sanidad del mundo depende, sino del
perdón y de la bondad de Cristo. Cuando él nos dice que amé-
mas a nuestros enemigos, nos da, junto con el mandamiento, el
amor mismo.4
Reconciliación y el principio sustituto
Las cuatro promesas de perdón echan abajo la pared que se
levante entre usted y una persona que lo ha perjudicado. Sin
embargo, el perdón no termina ahí. Después de demoler la obs-
trucción, usualmente usted tendrá que quitar algunos escombros y
hacer algunas reparaciones. La Biblia llama a esto "reconciliación",
proceso que envuelve un cambio de actitud que conduce a su
vez a un cambio en la relación. Más específicamente, reconci-.
liarse significa reemplazar la hostilidad y la separación con la
paz y la amistad. Era esto lo que Cristo tenía en mente cuando
dijo: "anda, reconcíliate primero con tu hermano" (Mateo 5:24;:
d. 1 Corintios 7:11; 2 Corintios 5:18-20). .
Reconciliarse no significa que la persona ofensora debe con-
vertirse ahora en su amigo más cercano. Lo que eso quiere decir
es que la relación entre ambos será al menos tan buena como
era antes de la ofensa. Una vez eso sucede, una relación aun
mejor puede desarrollarse. Conforme Dios lo ayuda a usted y a
la otra persona a trabajar a través de sus diferencias, usted pue-
de desq.lbrir un creciente respeto y aprecio mutuos. Más aun,
211
 , .,
Vaya y reconcíliese
Perdone como Dios lo perdonó a usted

usted puede descubrirunas metas e intereses comunes que aña- Como ya lo había perdonado, traté de dejar de pensar en la ofen-
dirá a su amistad una más profunda y rica dimensión .. sa. Sin embargo, dentro de quince minutos, los mismos pensa-
La reconciliación requiere que usted dé a la persona arrepen- miEmtos volvieron a mi mente. Los puse a un lado una vez más,
tida una oportunidad de demostrar su arrepentimiento y reganar pero no mucho después ahí estaban de nuevo. Después de lu-
su confianza. Este puede ser un proceso lento y difícil, especial- char varias veces más con estos dolorosos pensamientos, com-
mente cuando la persona se ha conducido siempre en forma prendí que estaba enredado en las patas del caballo. Cuando pedí
perjudicial e irresponsable. Aunque usted puede proceder con a Dios que me ayudara a despojarme de estos pensamientos y sen-
cierta cautela, no debe sin embargo demandar garantías de buen tiriUentos, vinieron a mi mente. estos dos pasajes de la Biblia:
comportamiento a la persona que ha expresado su arrepenti-
miento: Si la persona vacila, puede entonces que sea necesario "Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros ene-
iniciar el proceso de amable enfrentamiento, de confesión, y de .migos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os
perdón (Lucas t7:3,4). A despecho de las contrariedades y de maldicen, y orad por los que os calumnian" (Lucas 6:27,28).
los desalientos, por causa del Señor el proceso de reconciliación "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo
debe continuar hasta que la relación entre la persona y usted ha honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que'
es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de ala-
sido plenamente restaurada.
banza, en esto pensad" (Filipenses 4:8).
Aunque a veces la reconciliación puede obtenerse con poco
esfuerzo o con ningún esfuerzo especial, en la mayoría de los "Está bien", oré, "pero necesitaré tu ayuda, Señor. No tengo
casos usted necesitará recordar el refrán que reza: "Si la monta- ganas de hacer nada de esto." Por la gracia de Dios, comencé a
ña no viene a Mahoma, Mahoma debe ir a la montaña." Dicho orar por Tolomeo, pidiendo a Dios que fuera con él y que bendi-
de otro modo, a menos que se haga un esfuerzo deliberado para . jera su día. Mis pensamientos se ocuparon entonces en otras
restaurar y fortalecer una relación, esta generalmente se dete- cosas. Cuando una hora más tarde me hallé de nuevo pensando
riorará. Esto es especialmente cierto cuando usted se está recu- en la ofensa, oré de nuevo por Tolomeo, esta vez dando gracias
perando de un intenso y extenso conflicto. Más aun, a menos a Dios por algunas especiales cualidades suyas. Este proceso se
que usted tome pasos definitivos para demostrar su perdón, la repitió muchas veces durante los próximos dos días, y entonces
otra persona puede dudar de su sinceridad y alejarse de usted. descubrí algo maravilloso. Cada vez que Tolomeo venía a mi
Estos problemas pueden ser significativamente reducidos si mente, mis pensamientos automáticamente eran positivos, y no
usted persigue la reconciliación en tres diferentes niveles: más gravitaron sobre la ofensa que él me había hecho.
Fue así como aprendí el principio sustituto. Es muy difícil
lEn.pensamiento simplemente parar de pensar acerca de una ingrata experien-
cia. En vez, debemos reemplazar los pensamientos y memorias
Aun cuando decimos "te perdonQ", muchos de nosotros te-
negativos con los positivos. Este principio es especialmente útil
nemos no poca dificultad pensando en 10 que otros han hecho
cuando tratamos de mantener la primera promesa del perdón.
para ofendernos. Tratando como podemos, las memorias de la
Cada vez que usted comienza a abrigar en su mente o a evocar
ofensa vuelven una y otra vez a nuestra mente, y nos hallamos a
el mal que alguien le hizo, pida la ayuda de Dios y deliberada-
nosotros mismos reviviendo toda clase de penosos sentimientos.
mente ore por esa persona o piense en algo del ofensor que es
Recuerdo una vez cuando esto me sucedió. Cuando me des-
"verdadero, honesto, justo, puro, amable, de buen nombre, vir-
perté una mañana, inmediatamente me recordé de lo que
tuoso, digno de alabanza". Al principio, puede que usted luche
Tolomeo (no es su real nombre) me había hecho el día anterior.
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¡ para traer a su mente aun un solo pensamiento positivo; pero
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213
1-.
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Vaya y reconcíliese
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después usted halla un buen pensamiento o un buen recuerdo,
y entonces usa pensamientos de gratitud acerca de Diosy de su
ohra en esta situación para sustituir con ellos las singratas me-
morias (vea Filipenses 4:4-7).
En palabra
Como se implica en Lucas 6:27,28, el principio sustituto se
aplica tanto a sus palabras como a sus pensamientos. Cuando
hable a otros acerca de la persona que lo ofendió, propóngase
hablar bien de ella. Exprese su aprecio por las cosas que esa
persona ha hecho y fije su atención en sus cualidades redento-
ras. Haga lo mismo cuando hable con el ofensor. Elógielo, ag:ra-
dézcale, o estimúlelo.
Las palabras de bondad son especialmente importantes si la
otra persona está luchando con sentimientos de culpa o si se
siente avergonzado. Cuando Pablo se enteró de que un miem-
bro de la iglesia en Corinto recién se había arrepentido de un'
grave pecado, mandó a los otros miembros de la congregación a
."pedonarlo y co.nsolarlo, para que no sea consumido de dema-
siada tristeza" (2 Corintios 2:7). Conforme usted reafirma verbal-
mente su amistad y sinceramente conforta a la otra persona, am-
bos deben experimentar más nobles actitudes y sentimientos.
En obra
'::1. ¡¡ .
Si usted realmente quiere reconciliarse con alguien, aplique
. i¡ también el principio sustituto a sus acciones (1 Juan 3:18). Como
C. S. Lewis escribió, "no pierda tiempo pensando en si usted
'ama' a su prójimo; actúe como si así fuera. Tan pronto como
nosotros hacemos esto descubrimos uno de los más grandes se-
cretos. Cuando se comporta como si usted amara a alguien, al
momento comienza a amarlo efectivamente."s
Cuando leí por primera vez la observación de Lewis, la juz-.
gué ingenua. Pero entonces experimenté exactamente 10 que él
. estaba describiendo. Corlette y yo habíamos tenido una desave-
nencia pox una tontería, y yo en verdad no la había perdonado.
Mi descontento se agravó cuando ella me pidió que corriera a la
214
Perdone como Dios lo perdonó a usted
'.; .•
tienda a "recoger unos pocos artículos". (Como puede imagi-
nar, me disgusta ir a comprar a una tienda de abarrotes.) Cuan-
do de mala gana rodaba el carrito en la tienda, noté una marca
especial de café que a Corlette le fascina tomar. Si ella no hubiera
sido tan ruda conmigo hoy, la habría sorprendido con eso. Aun cuan-
do pensaba estas palabras, otra parte de mí quería comprarle el
café. Por unos minutos luché con sentimientos en pugna y en-
tonces decidí tomar la lata, "sólo para ver el precio", me dije. En
el momento en que la toqué, mis sentimientos comenzaron a
cambiar. Mi resentimiento se desvaneció, y sentí el corazón lleno
de amor por mi esposa y con un deseo de ver su rostro ilurrúnado
cuando le diera este especial regalo. Ni qué decir. Poco después de
regresar de la tienda ambos nos reconciliamos completamente.
Las acciones amables pueden hacer mucho más que cambiar
sus sentimientos; pueden también comunicar en términos in-
confundibles la realidad de su perdón y su compromiso a la
reconciliación. Aparentemente Thomas Edison entendía este
principio. Cuando él y su personal estaban desarrollando la
bombilla de luz incandescente, tomaba cientos de horas manu-
facturar una sola. Un día, después de terminar una bombilla,
Edison lo entregó a un muchacho lnandadero para que lo lleva-
ra al cuarto de prueba. Cuando el joven comenzó a subir las
escaleras, tropezó y cayó, y la bombilla se hizo añicos en los es-
calones. En vez de regañar al muchacho, Edison lo tranquilizó y
entonces volvió a su personal para decirles' que había que co-
menzar de nuevo a fabricar otra bombilla. Cuando varios días
después la bombilla fue manufacturada, Edison demostró en la
más poderosa manera posible la realidad de su perdón. Llamó
de nuevo al mismo muchacho, le entregó la bombilla, y le .dijo:
"Por favor, lleva esto al cuarto de prueba". Imagínese cómo se
sentiría ese jovencito. Él sabía que no mereCÍa que se le confiara
de nuevo con esa responsabilidad. Sin embargo, se le dio de
nuevo como si nada hubiera pasado jamás. Nada habría podido
restaurar al equipo a este muchacho en forma .más clara, más
rápida, y más plenamente.
215
 ~

Vaya y reconcíliese Perdone como Dios lo perdonó a usted

Resumen. y aplicación (d) Lea Mateo 18:21-35.¿De qué trata este pasaje? ¿Cómo
se aplica a usted?
.En esto consiste la reconciliación. Por pensamiento, palabra, (e) ¿De qué manera estaría Dios obrando en esta situación?
y obra usted puede demostrar el perdón y reconstruir las rela- (1) ¿Qué le ha perdonado Dios a usted en el pasado?
ciones con personas que lo han ofendido. No importa cuán pe- ¿Cuán graves son los pecados de su oponente contra
nosa haya sido la ofensa, con la ayuda de Dios, usted puede usted cuando los compara con sus propios pecados
hacer cuatro promesas e imitar el perdón y la reconciliación que contra Dios? ¿Cómo puede mostrar a Dios que usted
fue demostrada en la Cruz. Por la gracia de Dios, usted puede aprecia su perdón? .
perdonar como el Señor lo perdonó a usted.
7. ¿Cómo puede usted demostrar el perdón o fomentar la
Si actualmente se haya involucrado en un conflicto y no ha reconciliación:
podido resolverlo en forma privada, estas preguntas lo ayuda-o En pensamiento?
rán a aplicar los principios expuestos en este capítulo. En palabras?
1. ¿Cómo ha pecado su oponente contra usted? En obras?
2. ¿Cuál de estos pecados ha confesado su oponente? 8. Deje constancia al Señor escribiendo una oración basa-
3. ¿Cuál de los pecados no confesados puede usted pasar da en los principios enseñados en este capítulo.
por alto y perdonar en este tiempo? (Los pecados que no
pueden ser pasados por alto tendrán que ser tratados
con la aplicación de los principios enseñados en los ca-
pítulos 7 al 9.)
4. Escriba las cuatro promesas que usted hará ahora a su
oponente para indicar que lo ha perdonado.
5. ¿Qué consecuencias del pecado de su oponente tomará
usted sobre usted mismo? ¿Qué consecuencias espera
usted que tome su oponente?
6. Si se le hace muy difícil perdonar a su oponente: ,
(a) ¿Es porque usted no está seguro efe que esa persona
se ha arrepentido? Si es ast ¿cómo podría usted alen-
tar la confirmación del arrepentimiento?
(b) ¿Cree usted que su oponente debe de alguna manera
ganar o merecer su perdón? ¿Está usted tratando de
castigarlo reteniendo el perdón? ¿Espera usted garan-
tía de que la ofensa no se repetirá? Si usted tiene cual-
quiera de estas actitudes o expectaciones, ¿qué nece-
sita hacer?
(e) ¿De qué manera sus propios pecados dieron lugar a
este problema? ¿Cuál de estos pecados Dios rehusará . l'
perdonar? ¿Cómo puede usted imitar su perdón?

216 217

11
Considere también
los intereses de otros
No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también
por lo de los otros.
Filipenses 2:4
asta ahora hemos enfocado primeramente cómo po-
demos resolver los asuntos personales que pueden
surgir durante un conflicto. Sin embargo, como to-
dos sabemos, un conflicto puede también envolver
intereses materiales. Dos personas podrían estar en desacuerdo
acerca del costo de la reparación de una propiedad, o dos hom-
bres de negocio pueden interpretar un contrato en formas ente-
ramente diferentes. Una pareja no se ponen de acuerdo respec-
to al lugar donde pasarían las vacaciones. Los vecinos pueden
diferir sobre si es necesario o no reemplazar una verja y a qué
costo. Hasta que estos asuntos sean resueltos, la reconciliación
será obstruida, aun si los asuntos personales ligados al conflicto
son plenamente solucionados.
218
Considere también los intereses de otros
Negociación cooperativa VSo Negocnación
competitiva
Muchas personas automáticamente recurren a un estilo com-
petitivo cuando se trata de negociar asuntos materiales. De ese
modo agresivamente persiguen los resultados que desean y de-
jan que sus oponentes resuelvan por ellos mismos.
Aunque este acercamiento puede ser apropiado cuando es
necesario buscar rápidos resultados, o cuando alguien está de-
fendiendo grandes principios morales, este método tiene tres
inherentes vulnerabilidades. Primero, un acercamiento compe-
titivo a menudo no produce la mejor solución posible de un pro-
blema. Cuando la gente trabaja una contra otra, tienden a enfo-
car asuntos superficiales y descuidan deseos y necesidades.
Como resultado, a menudo alcanzan soluciones inadecuadas.
Aun más, un acercamiento competitivo por lo general da por
sentado que una de las partes debe obtener más y la otra me-
nos. Esta actitud de querer para sí la mejor parte desalienta la
apertura y la flexibilidad necesarias para alcanzar soluciones
creativas y completas.
En segundo lugar, la negociación competitiva puede también
ser del todo ineficaz. Esta usualmente comienza con la adop-
ción de una específica posición por cada una de las partes en-
vueltas en la diferencia, y el progreso se alcanza por sucesivos
compromisos y concesiones. Dado que cada compromiso sub-
secuente es típicamente cerca de la mitad de la dimensión del
anterior y dos veces tan largo, el proceso puede consumir gran
cantidad de tiempo y generar significante frttstración.
Por último, la negociación competitiva puede dañar
significativamente las relaciones personales. Este acercamiento
tiende a enfocar asuntos materiales antes que precupaciones,
percepciones, y sentimientos personales. En el mejor de los ca-
sos, quienes están envueltos en el proceso se persuaden de que
esos asuntos carecen de importancia. En el peor, la competencia
inherente de las voluntades lleva a la intimidación, a la mani-
pulación, y a los ataques personales. Muchas relaciones son se-
riamente dañadas por este penoso proceso.
219
 ,
~.
Vaya y reconcíliese
Muchos de estos problemas pueden ser prevenidos median-
te la negociación cooperativa en vez de intentar hacerlo en una
forma competitiva. Las personas que practican la negociación
" .
cooperativa deliberadamente buscan soluciones que sean bene-
ficiosas a las partes envu~ltas en un conflicto. Al trabajar con
..'
~ "
nuestros oponentes en vez de hacerlo contra ellos, es más pró-
bable que se comuniquen y aprecien subyacentes necesidades e
intereses. Como resultado, somos capaz de desarrollar unas so-
luciones más sabias y completas. Cuando se lleva a cabo en la
forma debida, la negociación cooperativa es relativamente efi-
ciente porque se emplea en ella menos tiempo y energía de los
que se desperdician en la asunción de posturas defensivas. Lo
mejor de todo, porque fija la atención en las preocupaciones
personales, este estilo de negociación tiende a preservar o aun a
mejorar las relaciones.
En las Escrituras se recomienda especialmente la negociación
cooperativa. En ella una y otra vez se nos manda preocuparnos
activamente en las necesidades y en el bienestar de los otros:
11Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39).
"El amor no busca lo suyo" (1 Corintios 13:5).
"Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan
con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto
es la ley y los profetas" (Mateo 7:12).
"Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con
humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a
él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada
cual también por lo de los otros" (Filipenses 2:3,4; d. 1 Corintios
10:24). .
Ahora bien, tener una generosa preocupación por el bienes-
tar de otros no siempre significa acceder a sus demandas. Noso-
tros tenemos la responsabilidad de velar también por nuestros
intereses (Filipenses 2:4). Aun más, Cristo nos llama a ser "pru-
dentes como serpientes, y sencillos como palomas" (Mateo
1Q:16). La palabra griega phronimos, traducida al español ~n este
pasaje como prudente, significa "cauto, sensible, poseedor de una
sabiduría práctica".1 Una persona sabia no se rinde a los otros a
menos que haya una razón válida para hacerlo así. Después de
220
Considere también los intereses de otros
acopiar toda la información pertinente y de explorar todas las
opciones creativas, una persona sabia trabaja en la búsqueda de
soluciones que honren el nombre de Dios y provean duraderos
beneficios a tantas personas como sea posible. Aunque esto a
veces puede llevar a concesiones unilaterales, usualmente se
requiere que ambas partes contribuyan a una solución.
Como estos pasajes indican, la negociación cooperativa pue-
de describirse como una combinación de amor y sabiduría. He
hallado que ésta combinación generalmente implica cinco pa-
sos básicos que podemos resumir en esta simple norma: Cuando
usted necesite negociar, deténgase y considere. Cuanto más cuidado-
so sea en seguir estos pasos, tanto más probable será que alcance
acuerdos mutuamente beneficiosos en asuntos materiales.
':f.i
I',C¡
La preparación es uno de los más importantes elementos de i1!~
la negociación exitosa (Proverbios 14:8,22). Esto es especialmente
cierto cuando están envueltos significantivos asuntos o fuertes [11
sentimientos. He aquí algunas pocas cosas que uste'd puede ha- ltil!
cer a fin de prepararse para la negociación:
1r::1i
Ore.Conforme usted se prepara, pida a Dios humildad, dis-
cernimiento, y sabiduría.
Acopie los hechos.Lea cuidadosamente pertinentes documen- ~'!
tos (v.g., contratos, manuales del empleado, cartas). Hable ¡I~
con testigos clave. LLeve a cabo la necesaria investigación.
Identifique asuntos e intereses. Trate de discernir la real causa
del desacuerdo. Cuidadosamente enumere los asuntos en-
vueltos. Haga una lista de sus intereses también así como
de los intereses de los otros según usted los entiende.
Estudie la Biblia. Claramente identifique los principios bíbli-
cos implícitos y asegúrese de que usted sabe cómo po-
nerlos en práctica.
Desarrolle opciones. Conciba algunas ideas antes de hablar
con su oponente de modo que usted pueda proponer unas
pocas soluciones razonables al problema. Esté preparado
para explicar la manera en que cada opCión beneficiará a
su oponente.
221
 Vaya y reconcíliese
Prevea reacciones. Póngase usted mismo en los zapatos de su
oponente y trate de prever algunas probables reacciones
de él a sus propuestas. Elabore una respuesta para cada
una de esas reacciones.
Planee una alternativa a un acuerdo negociado. Decida por anti-
cipado qué haría si las negociaciones no son exitosas.
Seleccione un tiempo y lugar apropiados para la conversación. Con-
sidere las posibles preferencias de su oponente.
Prepare sus declaraciones iniciales. En particular, planee cómo
dar un tono positivo al comienzo de la reunión y cómo
animar a su oponente a participar en la discusión con una
mente abierta.
Busque consejo. Si usted duda acerca de cómo proceder con
las negociaciones, hable con personas que puedan darle
un consejo sabio y bíblicamente fundado.
El perro ladrador. A fin de hacer la discusión tan práctica como
sea posible, mostraré cómo el tipo de acercamiento a la negocia-
ción que acabamos de ver podría ser seguido en el actual con-
flicto. Aquí está la situación que seguiremos a través de todo
este capítulo:
Rubén y Cleotilde Arias viven en un predio de dos acres en las
afueras del pueblo. Sus más cercanos vecinos, Julio y Rosa Hernández,
tienen un área similar. Las dos casas están localizadas a unos cien pies
I : una de la otra en ángulos adyacentes de las propiedades. Los Hernández
crían collies por puro gusto y como un pequeño negocio. Unas sema-
nas antes ellos adquirieron un nuevo perro llamado "Piraña" que la-
dra esporádicamente varias veces a la semana. Los molestosos ladrigos
del perro han hecho que los Arias se despierten de noche y que sus hijos
se quejen de que se sienten cansados en la escuela. Para empeorar las
cosas, los Hernández recién comenzaron a ejercitar y a alimentar a
"pira ña" a las 5:00 de la mañana. El ruido resultante roba a los Arias
una hora más de sueño.
Hace aproximadamente una semana, Rubén notó que Rosa estaba tra-
bajando en su jardín, y se acercó a ella a preguntarle si podía hacer algo
respecto de los ladridos. Rosa se excusó, y por unos días se oyeron menos
ladridos. Sin embargo, una semana después estos comenzaron de nuevo y
cadavez eran peor que antes. Ayer otro vecino dijo a Rosa que Julio había
222
Considere también los intereses de otros
llamado a cada uno en la subdivisión para ver si el perro los estaba moles-
tando. En el proceso, el vecino dijo algunas cosasfuertes acerca de Julio.
Rosa ha hecho su propia investigación y ha hallado que sólo unos
pocos vecinos se sienten molestos por los ladridos de "Piraña". A dos
vecinos en particular les molesta bastante, pero otros de ellos viven en
casas de tierra que obstruyen la mayoría de los ruidos. Rosa entonces
consultó al fiscal de! condado y halló que se considera mala conducta
tener un perro que molesta a "una considerable cantidad de personas"
en un vecindario. Infortunadamente, e! funcionario no parece creer
que el perro ha molestado a bastante personas para justificar cargos
por mala conducta. Por tanto, Rubén y Cleotilde necesitarán negociar
una solución sin la ayuda de las autoridades.
Ya que no fue necesario resolver inmediatamente el proble-
ma del perro ladrador, Rubén y Cleotilde tomaron varios días
para preparar una negociación con los Hemández. Cad.a día ellos
oraban por esta pareja y pedían a Dios sabiduría y discernimien-
to. Ellos también pasaban algún tiempo discutiendo cómo apli-
car pertinentes principios bíblicos a esta situación.
Para verificar su queja e identificar significantes patrones, los
Arias comenzaron a anotar en una libreta las veces que "Piraña"
ladraba. Rubén leyó los convenios de la subdivisión para ver si
había algunas reglas contra los ladridos de perros, pero no halló
ninguna. Cleotilde fue a la biblioteca a dar un vistazo a varios
manuales sobre entrenamiento de perros. Ambos hicieron una
lista de las sugerencias que los expertos entrenadores daban res-
pecto a los ladridos de esos animales. .
Rubén y Cleotilde identificaron dos asuntos que era necesa-
rio considerar: (1) ¿Es razonable esperar que los Hernández ha-
gan algo acerca de los ladrigos de "Piraña"?(2) Si lo es, ¿cuál es
la mejor manera de moderar los ladridos del perro? Ambos hi-
cieron entonces una lista preliminar de los intereses envueltos.
Determinaron que ellos tenían los siguientes intereses: deseo de
paz y quietud, suficiente descanso para sus hijos, y una confortable
relación con los Hernández y con los otros vecinos. Infirieron que
los Hernández tenían estos intereses: un afecto por los perros,
necesidad de un ingreso adicional, y posiblemente cierto resen-
timiento por" decirles lo que tendrían que hacer". (Más adelan-
te en este capítulo añadiré a la lista nuevos intereses.)
223
 ~:
:'ji;.
:;: ;
1
Vaya y reconcíliese
Considere también, los intereses de otros

Los Arias prepararon una preliminar lista de opciones que

podrían resolver el problem~, incluidas: vender el perro, ense-
ñarle a no ladrar, ponerle un collar a control remoto, ponerle un
f bozat obtener ellos mismos tapones para taparse los oídos, y
.-1.
. ,~•.t.l.: ..~:,~~~
así por el estilo. Los Arias trataron de prever cómo los Hemández • ;1",:"
.. , ,'1: :;"f~
responderían a cada opción y anotaron los costos y beneficios
de los más viables.
Rubén y Cleotilde pasaron 'algún tiempo discutiendo qué
harían si los Hernández rehusaban hacer algo para remediar el
problem,a de los ladridos de "Piraña". Aunque se sintieron ten-
tados a tomar repesalias y hacer' la vida imposible a los
Hern~ndez, reconoCÍan que eso no agradaría ni honraría a Dios.
En consecuencia, decidieron que si no podían en buena forma
. parar los ladridos, simplemente harían mayores esfuerzos por
cuhivar una positiva relación con los dueños del animal. Se pro-
.pusieron hacerlo así invitándolos a almorzar, dedicando tiem-
po a conocer sus hijos, y buscando oportunidades para ayudar-
los o ser bondadosos con ellos.
Ya que los Hernández parecí£!n sentirse más libres de obliga-
ciones los sábados, Rubén y Cleotilde decidieron que ese sería
un buen tiempo para acercarse a ellos. Los Arias también deci-
dieron que sería sabio proponer a los Hernández hablar en su
propia casa, pues eso los haría sentirse más en su elemento. Pla-
nearon que Rubén fuera personalmente a proponerles una re-
unión y a decirles algo como esto: "Ultimamente Piraña está
ladrando más que nunca. Debido a ello nuestros hijos están te-
niendo ciertá dificultad en conciliar el sueño. Cleotilde y yo apre-
ciaríamos si ustedes ~esearan dedicar unos pocos minutos a
hablar con nosotros acerca de esta situación."
Rubén y Cleotilde discutieron además tres formas en que Ju-
lio y Rosa podrían reaccionar a este requerimiento, y planearon
respuestas adecuadas. Una vez que completaron su preparación,
estaban listos para acercarse a los Hernández.
Afirme sus relaciones
'/';"
-"/",',,
.1 C,{,;,)
t"~'l?
Un conflicto generalmente envuelve dos ingredientes bási-
cos: personas y un problema. Con demasiada frecuencia, des-
224
deñamos los sentimientos y los intereses de las personas y con-
centramos toda nuestra atención en los problemas que nos se-
paran. Este acercamiento a menudo causa más ofensa yenaje-
nación, lo que a su vez hace los conflictos más difícil de resol-
ver. Una manera de evitar estas innecesarias complicaciones es
afirmar su respeto e interés por su oponente a través de todo el
proceso de negociación. Por ejemplo, usted puede comenzar una
conversación con palabras como estas:
"Tú eres uno de mis más cercanos amigos. Nadie en el pueblo
me ha mostrado más bondad y sincera preocupación. Es por
eso que aprecio tanto nuestra amistad que desearía hallar una
permanente solución a este problema."
"Admiro cuán arduo has trabajado para pagar esta deuda .
Aprecio también tus esfuerzos por mantenerme informado acer-
ca de tu situación financiera. Ya que me has tratado con respeto,
me gustaría hacer todo lo que pueda para hallar un efectivo
plan de pago."
"Aprecio tu buena disposición para escuchar mis preocupa-
ciones por este proyecto. Antes de explicar en qué consisten,
quiero dejar en claro que respetaré tu autoridad para decidir
este asunto, y que haré todo lo que pueda para que este proyec-
to sea exitoso."
Obviamente, estas palabras de afirmación deben ser respal-
dadas con acciones pertinentes. Si no lo son, su oponente razo-
nablemente concluirá que usted es un zalamero y un hipócrita.
A continuación se ofrecen unas pocas maneras de demostrar
preocupación y respeto dur;3.nte el proceso de negociación:
Comuníquese enforma cortés. Escuche respetuosamente lo que'
otros tienen que decir. Use .palabras como "por favor",
"¿podría explicar?" "¿No tendría usted problema si. .. 7"
Y "No creo que expliqué claramente mis razones".
Emplee tiempo en asuntos personales. En vez de ir directamen-
te a asuntos materiales, trate de entender los intereses
personales de su oponente. Trate con las ofensas y frus-
tracjones personales tan pronto como sea posible.
Sométase a la autoridad. Ofrezca cIaro y razonable consejo, y
sea tan persuasivo como pueda, pero r~spete la autori.:.

,',~~r 225

,
 Vaya y reconcíliese
dad de los líderes y apoye sus decisiones con lo mejor de
su capacidad.
Trate sinceramente de comprender. Preste atención a lo que otros
están pensando y sintiendo. Haga sinceras preguntas.
Discuta sus percepciones.
Enfrente en forma amable. Si usted se ve en el deber de enfren-
tar a alguien, use las habilidades que se describen en el
capítulo 8 de este libro.
Sea indulgente. No ponga a otros contra la pared. Desarrolle
soluciones que sean consecuentes tanto con los valores
de otros como con los principios de Dios.
Agradezca y dé el parabién. Cuando alguien hace algo digno o
tul generoso gesto, reconózcalo y exprese su aprecio por ello.
Si sincera y consecuentemente afirma su interés y respeto por
su oponente, usted generalmente tendrá más libertad para ~is-
1..':"; cutir asuntos materiales en forma honrada y franca. Aun si us-
ted no está enteramente satisfecho con un acuerdo, es sabio afir-
mar su relación con la otra persona al fin del proceso de nego-
ciación. Esto protege su relación de daño residual y puede me-
jorar su capacidad para negociar subsecuentes asuntos en una
manera más satisfactoria.
El perro ladrador. Afirmando su relación con los Hernández
era una parte básica de la solicitud inicial hecha por los Arias
i:I,:
para una reunión con ellos. Al proponer en vez de exigir una
reunión con los Hernández, Rubén Arias mostró cortesía y res-
peto a sus vecinos. Este proceso continuó durante su primera
reunión con los Hernández al día siguiente. Rubén comenzó esa
reunión diciendo: "Cleotilde y yo realmente apreciamos su dis-
posición de hablar con nosotros. De hecho, estamos esperanza-
dos de que esta situación nos dará la oportunidad de conocer-
nos mejor y ser mejores vecinos que antes."
Después de permitir que Julio y Rosa respondieran, Cleotilde
les preguntó si no habría problema que ella explicara algunas
de las preocupaciones de los Arias. Cleotilde escogía sus pala-
bras cuidadosamente y usó tanto como pudo declaraciones del
tipo "yo" (o "nosotros"). Se cuidó mucho de no acusar a los
Hernández de deliberadamente molestar a nadie, e hizo claro a
226
Considere también los intereses de otros
la pareja que ella y Rubén tenían la mejor impresión acerca de
ellos. Cleotilde pidió entonces a Julio y Rosa que explicaran al-
gunos de sus sentimientos e intereses. Cuando lo hicieron así,
1 Rubén y Cleotilde hicieron oportunamente algunas preguntas,
l. y respondieron con declaraciones como estas: "ya veo", "no lo
I pude percibir así", "eso me ayuda a entender su situación". Aun-
I que al principio de la conversación los Hemández se mostraron un
1I tanto a la defensiva, eventualmente comenzaron a relajarse. Cuan-
do su relación con los Arias fue afirmada, mostraron mayor interés
-1 en hablar acerca del problema que los había reunido.
J
t. Entienda los intereses
-¡ ... El tercer paso en la estrategia es entender los intereses de aque-
llos que están envueltos en el desacuerdo. Sólo entonces podrá
1 usted responder propiamente al mandamiento de "no procurar
¡
sólo sus propios intereses, sino también los intereses de los
otros". A fin de identificar "intereses", es importante compren-
der cómo estos difieren de los" asuntos" y "posiciones".
Un asunto es una cuestión identificable y concreta que debe
ser considerada para llegar a un acuerdo. Por ejemplo: "¿Deben
los Hernández hacer algo para evitar los ladridos de "Piraña"?
J. O," ¿cómo pueden los Hernández hacer que "Piraña" no ladre?"
1
.j Una posición es una deseada consecuencia o una definible
t perspectiva respecto de un asunto o materia. Por ejemplo: "Si el
!
perro sigue ladrando, ¿debiera usted deshacerse de él, o adop-
1I
tar la actitud de "Piraña es mi perro y usted no tiene derecho de
'.1 decirme lo que debo hacer con él"?
Un interés es aquello que motiva a la gente. Es una preocupa-
ción, un deseo, una necesidad, una limitación, o algo que esa
persona valora. Los intereses proveen la base a las posiciones que
se adoptan. Algunos intereses son concretos y fácil de identificar.
Por ejemplo: "Disfruto la crianza y el entrenamiento de perros,
l'
y además necesito el ingreso extra". O, "mis chicos necesitan
I dormir". Otros intereses son abstractos, ocultos, difícil de medir.
Por ejemplo: "No quiero que mi familia piense que yo puedo ser
manejado al antojo de cualquiera"; o "esto es la única cosa que
alguna vez he hecho que me hace sentir una persona exitosa".
227
 <¡
r,
Vaya y reconcíliese
Como estos ejemplos demuestran, las posiciones son frecuen-
temente incompatibles; el deseo de una persona entra a menu-
do en conflicto con el deseado resultado de otra persona. Aun
cu~ndo los intereses pueden a veces chocar, en muchas situa-
ciones los primarios intereses de las partes son
sorprendentemente compatibles. (Por ejemplo, tanto los
Hernández como los Arias probablemente quieran que sus hi-
jos les encante vivir en el vecindario.) Por tanto, cuando la gen-
te enfoca en sus intereses antes que en las posiciones, por 16
general es .fácil desarrollar soluciones aceptables.
La Biblia está llena con historias que ilustran la sabiduría de
identificar y enfocar los intereses antes que las posiciones. Una
de mis favoritas historias de negociación es la que se describe
en 1 Samue125:1-44. La popularidad de David en el pueblo de
Israel había venido a ser tan grande que el rey Saúl se sintió
celoso y trató entonces de matarlo. David y varías centenares
de sus seguidores escaparon al desierto, donde vivían como
mercenarios. Durante este tiempo, David y sus hombres prote-
gieron de los merodeadores los rebaños y ganados de los mora-
dores del lugar. Uno de los que se habían beneficiado de la pro-
tección de David era un rico terrateniente llamado Nabal. Con-
secuentemente, cuando las provisiones de David se agotaron,
envió a diez jóvenes é\ Nabal para que le diera abasto. A despe-
cho del bien q~e David le había hecho, Nabal le negó las provi-
siones e insultó a los jóvenes que fueron por ellas. Cuando Da-
vid supo lo que había hecho el hacendado, se enfureció. Inme-
diatamente se puso en marcha con cuatrocientos hombres, de-
terminado a matar a Nabal y a todo el que tuviera con él.
En el ínterin Abigaíl, la esposa de Nabal, se enteró de lo que
éste había hecho. Viendo el peligro-en que Nabal estaba, rápida-
mente concibió negociar un acuerdo de paz con David. Lo pri-
mero que hizo Abigaíl fue cargar varios asnos con gran cantidad
de provisiones y ordenar a sus siervos que las llevaran a David.
(¡Qué sabia preparación!) Entonces montó en su propio asno y
salió al~ncuentro de David antes de que este lanzara su ataque.
Cuando Abigaíl se encontró con David al pie de las montañas,
'.;
se desmontó del animal y se postró a los pies de aquel. Enton-
ces, dirigiéndose a David, dijo:
. !
, '
228
Considere también los intereses de otros
"Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permi-
t~s que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu
SIerva .... Ahora pues, señor mío ... , Jehová te ha impedido el venir a '
derramar sangre y vengarte por tu propia munu .... Yo te ruego que
perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa
estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de
Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días .... Cuando Jehová
haga con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti,
y te establezca por príncipe sobre Israel, entonces, señor mío, no
tendrás motivo de remordimiento por haber derramado sangre sin cau-
sa, o por haberte vengado por ti mismo ... (vv. 24-31, énfasis añadi-
ti
do).
~bigaí~ claramente ~firmó su preocupación y respeto por,
DaVid. Mas importante aun, en vez de sermone arlo o de hablar
directamente de sus propias preocupaciones, Abigaíl enfocó el
primario interés de David en esta situación. Probablemente ella
había oído acerca de la reciente masacre en toda una aldea de
gente que inocentemente diera auxilio a David (1 SamueI22:6-
19). Aparentemente ella también sabía que David recién había
pasado por alto una oportunidad de matar a Saúl. (.1Samtiel
24:1-22). Debió haber visto la limpia conducta y la honorable
r~putación de David como algo de gran estima para él, espe-
Cialmente cuando se los comparaba con el sangriento itinerario
de Saúl. Abigaíl aparentemente comprendió que si David man-
chaba sus manos con sangre inocente, él perdería tanto la ben-
dición de Dios como el amor y el respeto del pueblo de Israel.
El furor de David lo habría cegado a sus propios intereses, pero
la brillante apelación de Abigaíllo hizo volver en sí:
"Y ~ijo David a Abigaíl: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que
te envIO para que hoy me encontrases. Y bendito sea tu razona-
miento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar
sa,ngre, y a vengarme por mi propia mano. Porque vive Jehová
DlO~ de Israel, q~e me ha defendido de hacerte mal, que si no te li
huble~as dado pnsa en venir a mi encuentro, de aquí a mañana no
le hubler~ quedado c?n vida a Nabal ni un varón. Sube en paz a'tu 1I
casa, y rrura que he Oldo tu voz, y te he tenido respeto'" (vv. 32-35). 1I
Este dramático incidente muestra que "mejor es la sabiduría que ,
la fuerza" (Eclesiastés 9:16). Ilustra también uno de los más im-
I
229
•
Vaya y reconcíliese
portantes principios de la negociación cooperativa: cuanto más ple-
namente usted comprende los intereses de su oponente, tanto más
persuasivo y efectivo podrá ser en la negociación de un acuerdo.
Antes de que intente comprender los intereses de otras per-
sonas, es sabio hacer una lista de sus propios intereses. Recor-
dando las tres oportunidades provistas para el conflicto, usted
debe comenzar enumerando los intereses por los cuales Dios es
glorificado, la gente servida, y usted crece a la semejanza de
Cristo. Esta parte de su lista es primeramente para su propio
. beneficio, y podría no ser apropiado revelar estos intereses a su
oponente, especialmente al principio de las negociaciones.
Usted debe también notar cualquier preocupación, deseo,
necesidad, o limitaciones que no se incluyen en una de las cate-
gorías arriba descritas. Su lista debe incluir todo lo que es de
valor para usted o que podría estar motivándolo en esta parti-
cular situación. Una vez esta lista haya sido propiamente com-
pletada, a menudo ayuda anotar cuáles de los intereses tienen
más grande prioridad. Esto lo ayudará a hacer sabias decisio-
nes si más tarde opta entre varios intereses.
Usted debe entonces tratar de discernir los intereses de su opo-
nente. Antes de que ambos se reúnan, usted puede analizar la in-
formación que ya tiene o hacer alguna discreta investigación para
elaborar una lista de posibles intereses. Cuando esté ya hablando
con su oponente, usted debe cuidadosamente notar cualquier cosa
que él diga y haga que revele la existencia de intereses ocultos.
Preguntando 11 ¿por qué?" ¿por qué no?" y ¿cómo?" en los mo-
11 11
mentos oportunos provee adicional inteligencia del problema.
A menudo es útil exponer de entrada los intereses de las partes.
Una forma de hacer esto es tomar una hoja de papel y anotar todos
).,:i
los intereses que han estado ya en la superficie. Explique a su
oponente lo que usted está haciendo, y lea los asuntos que ha
enumerado. Pregúntele entonces qué otros intereses, metas, y
preocupaciones tiene. Tanto como sea posible, reconózcalos
como razonables e importantes. Haga preguntas para clarificar
su comprensión del asunto. Establezca un tono positivo dirigiendo
su atención a similares intereses y aspectos del acuerdo.
Una vez usted comprende los intereses de cada uno, es a menu-
do útil redefinir y establecer prioridades de los asuntos que usted
230
Considere también los intereses de otros
necesita resolver para alcanzar un acuerdo. Ponga los asuntos más
fáciles al principio de su lista. Si usted trabaja con estos primero,
deberá ver pronto algunos positivos resultados. Esto hace posible
que haya más cooperación y que la negociación se acelere confor-
me ustedes pasan a considerar los asuntos de más ardua solución.
El perro ladrador. Por el tiempo en que se sentaron a hablar
con los Hernández, Rubén y Cleotilde habían elaborado una lista
más completa de los intereses que entendían estaban envueltos
en esta situación. La lista incluía los siguientes puntos:
I. Los intereses personales que por el momento eranconfi-
denciales
A. Glorificar a Dios
1. Confiar en él y obedecerlo.
2. Pasar por alto pequeñas ofensas.
3. Hacer todo lo que podemos para vivir en paz.
4. Hacer lo justo y recto.
5. Ser compasivos y misericordiosos.
6. Hablar la verdad en amor.
B. Servir a otros
1. Enseñar por el ejemplo a nuestros hijos lo que sig-
nifica ser cristiano.
2. Hacer bien a los, Hernández; tratar de ayudarlos
en formas concretas.
3. Demostrar, y si fuere posible describir, la diferen-
cia que Cristo ha hecho en nuestra vida, en la espe-
ranza de quelos Hernández puedan sentirse ani-
mados a ser también sus discípulos (en el caso de
que ellos no sean ya cristianos).
4. Ayudar a los Hernández para que vean en qué sen-
tido necesitan cambiar, y darles todo el estímulo y
. la ayuda que podamos.
C. Crecer a la semejanza de Cristo
1. Ver más claramente nuestras debilidades de modo
que aprendamos a depender de Dios en forma más
consciente y consecuente. ,
2. Ver más claramente nuestros pecados e ídolos de
modo que con la ayuda de Dios podamos arrepen-
tirnos y cambiar.
231

Vaya y reconcíliese
3. Practicar los rasgos o virtudes de carácter que ve-
mos en nuestro Señor, tales como el amor, el gozo,
la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la
fidelidad, la gentileza, el dominio propio, el dis~
cernimiento, la sabiduría, y la perseverancia.
n. Intereses personales que debemos revelar
A. Un deseo de paz y tranquilidad (que es la razón de
habernos mudado al campo)
B. Suficiente descanso para nosotros y nuestros hijos
C. Tener una confortable relación con los Hernández y
con otros vecinos
D. Mantener juntos a nuestros hijos de modo que pue-
dan tener buenos compañeros de juego en la cercanía
lII. Intereses que los Hernández podrían tener y a los cuaies
deberíamos ser sensibles pero no mencionar
A. Tensión en su matrimonio o en su familia que los hace
más irritables y que sean menos considerados con
otras personas
B. No tener suficiente dinero corno para procurarse co-
sas costosas o hacerse de ellas (v.g. la construcción de.
una nueva perrera) . sus perros, porque no habían hallado a nadie en quien
'c. Resentir que se les diga ulo que deben hacer"
IV. Intereses que los Hernández podrían tener y que pueden
ser mencionados cuando parezca apropiado hacerlo así
A. Su afecto a los perros'
'.
d
;
;
~ B. Necesidad de ingreso adicional
l'
¡ C. Tener una confortable relación con sus vecinos
i D. Dar a sus hijos la oportunidad de juntarse con otros
¡.
niños
. ;
PocOdespués de hablar con los Hemández, Rubén y Cleotilde
sugirieron que aquellos anotaran algunos de sus' intereses. Des-
pués que los Arias explicaron en qué consiste un interés y cómo.
este paso los ayudaría a entender, Julio y Rosa acordaron cooperar
en la elaboración de una lista. Rubén y Cleotilde explicaron unos
cuantos de sus intereses y entonces dejaron que los Hemández ex-
plicaran algunos de los suyos. Obviamente este era un proceso con
el que los Hemández no estaban familiarizados, pero ellos se hicie-
232
-~~.~.¡.:.~1;.1~.
....
-'";:"
Considere también los intereses de otros'
-l~ ron cada vez más receptivos. Cuando los Hemández hablaron
Rubén y Cleotilde comprendieron que su preliminar evaluació~
~e esa pareja había ~ido muy precisa, pero aún incompleta. Advir-
.. .~1
• r'••••
tieron que los Hernandez tenían intereses adicionales: .
'<i,n:
...•~,.,~.r
.• l ~~'-
,.
{:;:~,,~
..
':,~,
Julio y Rosa provenían de familias que amaban a los perros
e invertían en estos gran cantidad de tiempo y energía;
uPiraña" era descendiente de uno de los perros favoritos
del padre de Rosa.
Julio no se sentía muy exitoso en su ocupación de contable,
pero sentía una gran satisfacción y un sentido de realiza-
ción en el buen éxito que había obtenido en la crianza yel
.1" •!
entrenamiento de perros. .
Una de las principales razones de que Julio y Rosa tuvieran
en tan alta estima a sus perros era que por exhibirlos pro-
:eí~n una oportunidad a toda su familia de trabajar y via-
Jar Juntos; aun más, por hacer que sus hijos cuidaran de
los perros los estaban enseñando a ser responsables.
. Cu.ando ellos dejaban el pueblo para exhibir los perros o via-
Jar con la familia, Julio y. Rosa se sentían apenados por
pudieran confiar que cuidarían a esos animales con tanto
celo y dedicación.
Hacía algunos años que su casa había sido minada por la-
drones, y Rosa temía que eso sucediera de nuevo; Por tan-
to, el tener la molestia de un perro ladrador era muy tran-
quilizador para ella.
Cuando Rubén y Cleotilde consideraron estos intereses adi-
cionales, comprendieron que los Hernández indudablemente re-
husarían desasirse de uPiraña". La solución de este problema
tendría que pensarse cuidadosamente. . . .
El cuarto paso en la estrategia es buscar soluciones que satis-
fagan tantos intereses que como sea posible. Este proceso debe
comenzar con inve~ción espontánea. Cada uno debe ser anima-
233
 Vaya y reconcíliese
do a mencionar cualquier idea que le venga a la mente. La ima-
ginación y la creatividad deben estimularse, mientras que la
evaluación y la decisión deben posponerse. Conforme busca
posibles soluciones, evite suponer. ~ue hay~ s?lo ~na respuesta
única a su problema. La mejor soluClon pO~:la lmphca: una com-
binación de varias opciones. Por tanto, Slentase en hbertad de
usar partes de varias ideas para formar una variedad de elec-
ciones.
Durante esta etapa, haga un esfuerzo consciente de agotar
las posibilidades. Trate de traer intereses adicionale~ que po~
drían ser satisfechos como parte de su acuerdo. Por ejemplo, SI
el primer asunto objeto de negociación es si su vecino reempla-
zará su verja rota, usted podría ofrecerse a ayudarlo a re~over
algunos árboles enfermos que podrían caer sobr~ su garaje. Por
enfocar intereses compartidos y desarrollar 0pclOnes que pro-
vean mutuas ganancias, usted puede crear incentivos par~ ye-
gar a un acuerdo sobre los más di~í~iles pu~tos de co~tencl0n.
Cuando usted comienza a identifIcar pOSIbles soluclOnes que
le parecen sabias, debe hacer un es f uerzo para "d"ve~ er e~sas t
opciones a su oponente. Dicho de otro modo, exphque como
estas soluciones beneficiarían a su oponente.
El perro ladrador. Después de discutir sus intereses,. los Arias
y los Hernández comenzaron a alcanzar algunas creativas solu-
ciones a su problema. He aquí algunas de las ideas en que se
pusieron de acuerdo:
Enseñar a "Piraña" a no ladrar de noche poniendo en su
cuello un estimulador electrónico a control remoto que
le prevendría de hacerlo. ~ estaba ladrando a personas que caminaban a lo largo de la carrete-
Los Arias y sus hijos podrían usar tapones de .o~do, o co~-
prar una caja de "sonido blanco" (dispositIvo amorti-
guador de ruidos).
Levantar una cerca o poner una línea de árboles entre am-
bas casas para aminorar el ruido.
Ejercitar los perros un poco más tarde en la mañana.
Los Arias podrían cambiar la hora de dormir de modo que
no lo hicieran cuando normalmente "Piraña" ladra.
234
Considere también los intereses de otros
Obtener una alarma contra ladrones para instalarla en la casa
de los Hernández.
Hacer que los niños de los Arias durmieran en dormitorios
que se hallaran al otro lado de la vivienda de manera
que no pudieran oír tanto los ladridos de "Piraña".
En un punto de la discusión, Rosa sugirió que pensaran un
momento en cuales horas "Piraña" ladraba más. Cuando com-
pararon sus registros, descubrieron que la mayor parte de los
ladridos ocurrían cuando los Hernández salían del pueblo por
varios días y "Piraña" no había sido sacado de la perrera a ha-
cer ninguno de sus habituales ejercicios. (La persona que -en
ausencia de los Hernández cuidaba los perros de los Hernández
meramente venía a alimentarlos y a darles agua fresca.) Com-
prendiendo que "Piraña" simplemente se sentía cansado de es-
tar confinado, Cleotilde ofreció disponer que Florencia, su hija
mayor, alimentara y diera de beber a "Piraña" y que lo sacara a
caminar diariamente en ausencia de los Hernández. Rosa sabía
que Florencia era responsable y consciente, de modo que fue
receptiva a esa idea y aun dijo que ella y su esposo podrían pa-
gar el servicio a Florencia. Sin embargo, Julio dudaba que
Florencia pudiera manejar los perros, así que no se mostró de-
seoso de acordar con esta propuesta.
Tratando de cambiar el enfoque de la conversación, Rosa dijo
que "Piraña" ladraba a veces aun cuando ella y su esposo esta-
ban en su hogar. Rubén entonces preguntó: "¿Cree usted que
"Piraña" ladra de cualquier modo?" Varias posibilidades vinie-
ron a la mente. La que parecía más probable era que el animal
ra cercana. Rubén preguntó entonces si Julio desearía mudar la
perrera al otro lado de la casa donde "Piraña" no pudiera ver la
carretera. Julio rechazó la idea porque él no tenía tiempo para
hacer ese trabajo, y sería demasiado costoso contratar a alguien
que lo hiciera. "Además", agregó, "no estoy convencido de que
"Piraña" ladre a la gente que pasa por la carretera; de modo que
mover la perrera podría ser una completa pérdida de tiempo.
Más aun, de tarde no hay sombra en ese lado de la casa, y no
deseo que mis perros sean calcinados por el sol."
235

Vaya y reconcíliese
Después de discutir otras pocas posibilidades, Rubén perci-
bió que la paciencia de Julio estaba llegando al tope, así que
sugirió que dedicaran unos cuantos días a pensar acerca de la
situación y hablar de nuevo el miércoles por la noche. Los
Hernández aceptaron. Cuando se iban, Rubén y Cleotilde ex-
presaron cuidadosamente su aprecio por la disposición de los
Hernández para reunirse con ellos.
Evah.1l21Jr las opciones objetiva y razonablemente
El ultimo paso es evaluar objetiva y razonablemente posibles
soluciones~ de modo que pueda alcanzarse el mejor posible
acuerdo. Aun si los pasos previos han sido eficaces, usted po-
dría hallar significantes diferencias de opinión cuando entra en
esta etapa. Si usted deja que las negociaciones degeneren en una
lucha de voluntades, su trabajo anterior habrá sido en vano. Por
tanto, en vez de apoyarse en opiniones personales, insista en el
uso de criterios objetivos para evaluar las opiniones que tiene
ante usted. Si usted está tratando con cristianos, refiérase a per-
tinentes principios bíblicos. Cuando sea posible, introduzca he-
chos apropiados, reglas oficiales y regulaciones, o reportes pro-
fesionales. Además, usted podría buscar consejo de expertos o
de respetables consejeros.
El libro de Daniel contiene un extraordinario ejemplo de una
evaluación objetiva. Cuando Nabucodonosor atacó Jerusalén en
el 605 a. de C., capturó a muchos israelitas de la familia real y de
la nobleza. Ordenó al jefe de los funcionarios de su corte que
trajera a su presencia "muchachos en quienes no hubiese tacha
alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en
ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el pa-
lacio del rey" (Daniel 1:4). Entre esos jóvenes estaban Daniel,
Ananías, Misael, y Azarías.
Cuando Daniel se enteró de que a él y a sus compañeros se
les proveería con alimento y vino que eran ceremonialmente
impuros, pidió permiso al jefe de palacio para comer diferente
alimento (v. 8). Aunque el funcionario fue amable, rehusó la so-
licitud de Daniel, diciendo: "Temo a mi señor ... pues luego que
él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos
236
•
Considere también los intereses de otros
que son semejantes a vosotros, condenaréis para con el rey mi
.
j
¡
cabeza" (v. 10). Esta respuesta dejó a Daniel con algunas intere-
santes opciones. Él podría comer el aimento y contaminarse a sí
mismo, o rehusar comerlo y morirse de hambre o ,:jet'ejecutado
por desobediencia. En vez de eso, Daniel decidió hacer una pau-
sa. He aquí lo que hizo:
Entonces dijo Daniel a Melsar, que estaba puesto por el jefe
de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías: Te rue-
go que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nOs den
legumbres a comer, yagua a beber. Compara luego nuestros
rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración
de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas ..
Consintió, pues, con ellos en esto¡ y probó por diez días.
y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y
más robusto que el de los otros muchachos que comían de la
porción de la comida del rey. AsÍ, pues, Melsar se llevaba la por-
ción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les.
daba legumbres (Daniel 1:11-16).
Como usted puede ver, Daniel preparó su estrategia de ne-
gociación. Afirmó su respeto a aquellos que estaban en autori-
dad sobre él. Por la gracia de Dios, entendió los intereses de la
gente con la que estaba tratando. El rey quería trabajadores sa-
ludables y productivos. El eunuco en cargo quería preservar su
cabeza. En vez de enfocar exclusivamente sus propios intere-
ses, Daniel buscó una solución que satisfaciera los intereses aje-
nos tanto como los propios. Entonces, en vez de ofrecer sus per-
sonales opiniones, él sugirió una manera en que el eunuco del
rey pudiera evaluar objetivamente su propuesta. Cuando los
resultados de la prueba mostraron que la solución propuesta
por Daniel era válida y razonable, pronto se alcanzó un acuerdo
permanente.
Además de usar criterios objetivos, usted debe hacer todo
esfuerzo posible para negociar en una forma razonable. Escu-
che cuidadosamente las preocupaciones y sugerencias de su
oponente, mostrando respeto por sus valores e intereses. Trate
de discernir las razones ocultas detrás de las objeciones y posi-
ciones. Persista en ponerse a usted mismo en los zapatos de la
otra persona y trate de ver las cosas desde esa perspectiva. Cuan-
237
 Vaya y reconcíliese
do responda, considere detenidamente las ideas y palabras de
la otra persona. Invítelo a expresar alguna crítica específica, al-
ternativa, o algún consejo que tuviere en mente. Cuantas veces
su oponente trate de presionarlo, mueva la discusión hacia los
principios objetivos. A través de todas sus discusiones, trate a la
otra persona como le agradaría que lo trataran a usted.
Si sus evaluaciones dan por resultado un acuerdo, es a me-
nudo sabio ponerlo por escrito. Esto ayudará a prevenir
malentendidos y subsecuentes disputas sobre pormenores. A lo
menos, su acuerdo debe cubrir estos puntos:
Qué asuntos fueron resueltos
Cuáles acciones serán tomadas
Quién es responsable por cada acción
Fecha en que cada acción debe ser tomada
Cuándo y cómo los resultados del acuerdo serán revi-
sados
Si es incapaz de alcanzar un acuerdo, no se rinda demasiado
rápido. Puede ser que necesite volver a uno de los primeros pasos
para idetificar intereses pasados por alto o crear nuevas opcio-
nes. Por otra parte, podría ser sabio resumir lo que usted ha
hecho y lo que está aún por hacerse, y entonces dedicar unas
pocas horas o días a reflexionar sobre la materia. Si piensa que
sus futuras negociaciones privadas serán inefectivas, puede su-
gerir que los asuntos aún no resueltos lo sean con el auxilio de
uno o más consejeros objetivos (vea el capítulo 9).
El perro ladrador. Cuando Rubén y Cleotilde se fueron a casa
esa noche, se aseguraron de que sus ventanas estuvieran abier-
tas para poder oír el momento en que "Piraña" comenzaba a
ladrar. Sólo una hora más tarde el animal estaba ya en efecto
ladrando. Rubén corrió a fuera y vio un par de ciclistas que aca-
baban de pasar por allí. Él mantuvo un diario durante las dos
próximas noches y anotó otros tres incidentes en que se oyeron
ladridos de perro que coincidieron con el paso de peatones o
ciclistas por la carretera. Él y Cleotilde oraron y hablaron algo
más acerca de las posibles soluciones. Como resultado, cuando
se reunieron con los Hernández el miércoles por la noche, fue-
238
Considere también los intereses de otros
ron preparados para ofrecerles alguna información objetiva y'
algunas creativas propuestas. .
Primero; mostraron a Julio el diario que prepararon, indican-
do la relación entre los ladridos de "Piraña" y el paso de la gen-
te por la carretera. Julio reconoció que era probable que "Piraña"
estuviera ladrando a estas personas, pero repitió su preocupa-
ción por la falta de sombra en el lugar y su carencia de tiempo
para mudar la perrera al otro lado de su casa. Rubén aprovechó
para decirle: "He estado buscando la oportunidad de que mi
hijo obtenga alguna experiencia en trabajo de construcción. ¿Qué
tal si él y yo venimos el próximo sábado y te ayudamos a des-
mantelar y mudar tu perrera? Apostaría que eso apenas toma-
ría tres o cuatro horas. En cuanto a producir sombra, mi suegro
tiene docenas de árboles jóvenes en su finca al norte del pueblo.
Podríamos ir allí con tu' camioneta y traer todas las matas que
necesitemos para poner un gran cordón que sirva de cobijo al-
rededor de la perrera. Mi suegro ve así limpia su tierra, mi hijo
aprende algo de carpintería y trasplante de árboles, y tú tienes
una nueva perrera.
La propuesta de Rubén era tan razonable que Julio no podría
hallar manera de decir que no. Fue entonces cuando Cleotilde
añadió su sugerencia: "Tengo una idea acerca del problema que
se presenta cuando ustedes tienen que salir del pueblo. Yo ha-
blé con Florencia y ella dijo que le sería un placer cuidar de sus
perros. Puedo entender su resistencia a confiar sus animales a
. un extraño, así, ¿por qué no dejar que Florencia venga a su casa
cada día de la semana entrante para que los ayude con sus pe-
rros? Si demuestra que puede manejarlos, entonces podría ser
que ustedes se sientan más confortables confiando el cuidado
de los animales a ella. Si no, buscaríamos otra solución. Tam-
bién, debo decirles que si dejan que Florencia cuide de los perros,
ella preferiría no recibir en pago dinero en efectivo, sino sólo un
cachorro de una perra cubierta por "Piraña" el año que viene."
Una vez que la conversación se volvió al tema de los cacho-
rros, el corazón de Julio realmente se suavizó. Cuanto más pen-
saba en las sugerencias que Rubén y Cleotilde hacían, tanto más .
les gustaban. Tomó aún un poco de tiempo coordinar todos los
239
 •
. Vaya y reconcíliese

detalles, pero las próximas conversaciones se hicieron aun más fá-

ciles ~uando las dos familias aprendieron cada vez más a cooperar.

R.e~umeIDl y apUcación
La negociación no tiene que ser un penoso tira y afloja. Si se
aborda propiamente, muchas personas responden favorable-
mente a la negociación cooperativa, que le puede permitir ha-
llar soluciones mutuamente beneficiosas a problemas comunes.
A veces todo lo que se requiere para ello es buena voluntad para
12
"no [mirar] cada uno por lo suyo propio, sino cada cual tam-
bién por lo de los otros".2
Si actualmente usted está involucrado en un conflicto, estas
preguntas lo ayudarán a aplicar los principios expuestos en este
capítulo. .
Venza con el bien el mal
.1. ¿Qué tipo de negociación es el más apropiado enesta
situación: el competitivo o el cooperativo? ¿Por qué?
2. ¿Cómo puede usted preparse para negociar un acuerdo
razonable en esta situación? No seas vencido de lo maJo, sino vence con el bien el mal.
3. ¿Cómo pueede usted afirmar su preocupación y respeto
Romanos 12:21
por su oponente?
4. Entienda los intereses respondiendo a estas preguntas:
(a) ¿Qué asuntos materiales necesita resolver a fin de a mayoría de la gente responderá favorablemente a los
poner fin al conflicto? ¿Qué posiciones han tomado principios de la pacificación expuestos en las Escritu-
ya usted y su oponente sobre estos asuntos? ras. A veces, ~sinembargo, usted puede encontrar a al-
(b) ¿Cuáles son sus intereses en esta situación? . guien que simplemente rehúsa reconciliarse con usted.
(e) ¿Cuáles son los intereses de su oponente en esta si- Como resultado de la amargura, del orgullo, de la desconfian-
tuación? za, o de la codicia, algunas personas persistentemente desdeña- .
5. ¿Cuáles son algunas soluciones ti opciones creativas que rán arrepentirse, rechazarán el enfrentamiento, y resistirán la
satisfarían tantos intereses como fuere posible? negociación cooperativa. A veces también un individuo aun
6. ¿En qué maneras estas opciones podrían ser evaluadas persistirá deliberadamente en maltratarlo. La reacción natural
objetiva y razonablemente? a tal conducta es contrarrestarla, o al menos optar por no hacer
7. Deje constancia al Señor escribiendo una oración basa- nada bueno a esa persona. Sin embargo, como hemos visto a lo
da en los principios enseñados en este capítulo. largo de este libro, Cristo nos manda a seguir en tales circuns-
tancias un curso de acción extraordinariamente distinto: "Pero
a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, ha-
ced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen,

240 241
 Vaya y reconcíliese
y orad por los que os calumnian ... y será vuestro galardón gran-
de, y serés llamados hijos del Altísimo; porque él es benigno
para con los ingratos y malos" (Lucas 6:27,28, 35,36).
Desde una perspectiva mundanal, este alcance parece inge-
nuo y derro~ista, pero el apóstol Pablo tenía mejor comprensión
del asunto. El había aprendido que los caminos de Dios no son
los caminos del mundo. Comprendió también el profundo po-
der de los principios divinos. Cuando se vio sujeto a intenso y
repetidos ataques personales, describió su respuesta con estas
palabras: "Pues aunque andamos en la carne, no militamos se-
gún la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carna-
les, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a
la obediencia de Cristo" (2 Corintios 10:3-5).
Las armas divinas a las que Pablo se refería se describen en
sus epístolas. Ellas incluyen: las Escrituras, la oración, la ver-
dad, la justicia, el evangelio, la fe, el amor, el gozo, la paz, la
paciencia, la bondad, la fidelidad, la gentileza, y el dominio pro-
pio (Efesios 6:10-18; Gálatas 5:22,23). Para mucha gente estos
recursos y cualidades parecen flojos e inútiles cuando se enca-
ran "reales" problemas. Sin embargo, estas son las mismas ar-
mas que Cristo usó para atacar a Satanás y conquistar el mundo
(v.g., Mateo 4:1-11: 11:28-30; Juan 14:15-17). Dado que Cristo es-
cogió estas armas en vez de recurir a las armas mundanas, no-
sotros debemos hacer lo mismo.
Romanos 12:14-21 describe cómo debemos nosotros conducir-
nos cuando empuñamos estas armas espirituales, especialmente
cUélJ:i.dotratamos con gente que s~ nos opone o nos maltráta:
"Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unáni-
mes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humil-
des. No seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a
nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hom-
bres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino de-
jad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la vengan-
za, yo pagaré, dice el Señor. Así que si tu enemigo tuviere ham-
242
':enza con el bien el mal
bre, dale de comer; si tuviel'e sed, dale de beber; pues haciendo
esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas
vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal."
Este pas~je de las Escrituras muestra que Pablo entendía el
clásico pri!1cipio militar de que la mejor defensa es una efectiva
ofensiva. El no alentó una respuesta pasiva al mal. Al contrario,
enseñó que nosotros debemos lanzar la ofensiva-no para derro-
tar o destruir a nuestros oponetes, sino para ganarlos, para ayudar-
los a ver la verdad, y para traerlos a una recta relación con Dios.
Como este pasaje indica, hay cinco principios básicos que contri-
buy~n a una victoriosa ofensiva. En previos capítulos nos hemos
referido a la mayor parte de estos principios, pero es alentador ver
cuán pertinentes son aun en los más arduos conflictos.1
Controle su lengua
Cuanto más intensa viene a ser una disputa, tanto más im-
portante es que usted controle su lengua (Romanos 12:14). Cuan-
do usted está envuelto en un prolongado conflicto, puede ser
dolorosamente tentado a complacerse en chismes, murmuracio-
nes, y maligno lenguaje, especialmente si su oponente está di-
ciendo cosas censurables acerca de usted. Pero si usted reaccio-
nara con duras palabras o con chismes, lo único que haría sería
empeorar las cosas. Aun si su oponente habla maliciosamente
contra usted o a usted, no le responda de la misma manera. Al
contrario, haga todo esfuerzo posible por decir sólo lo que es
cierto y útil, y hable bien de su oponente en cualquier circuns-
tancia que sea posible y con palabras bondadosas y amables.
Como Pedro escribió: "no devolviendo mal por mal, ni maldi-
ción por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabien-
do que fuisteis llamados para que heredaseis bendición" (1 Pe-
dro 3:9; cf. 1 Corintios 4:12,13).
Además de prevenir más ofensas, el control de su lengua
puede ayudarlo a mantener una amable actitud y una adecuada
perspectiva de su situación (vea los capítulos 4, 5 Y8). Como resul-
tado, es probable que usted piense y se comporte más sabia y
constructivamente que si se entregaría a sí mismo a toda clase
243
 Vaya y reconcíliese
de maledicencia. En vez de socavar un mayor progreso, usted
estará preparado para aprovechar las nuevas oportunidades que
se presenten en cuanto al diálogo y la negociación.
BilllsquHe piadosos consejeros
Como Pablo dice, es difícil combatir solos el mal (Romanos
12:15,16). De ahí la importancia de desarrollar relaciones con per-
sonas que lo estimulen y le den consejo bíblicamente bien funda-
do. Estos amigos deben también desear corregirlo y amonestarlo
cuando vean que usted está equivocado (Proverbios 27:5,6).
Los piadosos consejeros son especialmente útiles cuando us-
ted está enfrascado en un conflicto y no ve los resultados que
desea. Si una falta de evidente progreso hace que usted dude de
los principios bíblicos que está siguiendo, puede ser tentado a
abandonar los caminos de Dios y a recurrir a las tácticas del
mundo. Una de las mejores maneras de evitar alejarse del Señor
es rodearse usted mismo con gente espiritualmente sabia y ma-
dura que lo estimularán a permanecer en el curso bíblico, aun
cuando sea duro hacerlo asÍ.
M~ullténgasre haciendo lo recto
Romanos 12:17 enfatiza la importancia de continuar hacien-
do lo que es bueno aun cuando parezca que su oponente nunca
cooperará. Pablo dice: "Procurad lo bueno delante de todos los
hombres". Con ello él no quiere decir que debemos ser esclavos
de las opiniones ajenas. La palabra griéga traducida al español
como "procurad" (pronoeo) significa que debemos pensar en el
futuro, planear por adelantado, o tomar cuidadosa precaución
(cf. 2 Corintios 8:20,21). Por tanto, lo que Pablo está diciendo es
que usted debe planear y actuar con tanto cuidado y tan propia-
mente que todo el que lo observe-incluidos sus oponentes-
eventualmente tendrán que admitir que lo que hizo era bueno.
Pedro enseñó el mismo principio cuando escribió:
244
Venza con el bien el mal
"Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los genti-
les; para que en lo que murmuran de vosotros como malhecho-
res, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar
vuestras buenas obras ...Porque esta es la voltmtad de Dios: que
haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de .los hombres
insensatos ...Estad siempre preparados para presentar defensa
con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena con-
ciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como malhe-
chores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena
conducta en Cristo" (1 Pedro 2: 12, 15; 3:15,16).
Este principio se ilustra dramáticamente en 1 Samuel 24:1-
22. Cuando el rey Saúl perseguía a David por el desierto con el
fin de matarlo, inadvertidamente entró a una cueva donde Da-
vid estaba escondido con sus hombres. Los hombres de David
lo urgían a que matara a Saúl, pero David rechazó, diciendo:
"N o extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido
de Jehová" (v. 10). Después que Saúl abandonó la cueva y pro-
siguió su camino, David salió y llamó al rey. Cuando Saúl com-
prendió que David podría haberlo matado, fue profundamente
convicto de su pecado, y dijo:
"Más justo eres tú que yo, que me has pagado con "bien,
habiéndote yo pagado con mal. Tú has mostrado hoy que has
hecho conmigo bien; pues no me has dado muerte, habiéndo-
me entregado Jehová en tu mano. Porque ¿quién hallará a su
enemigo, y lo dejará ir sano y salvo? Jehová te pague con bien
por lo que en este día has hecho conmigo .... Yo entiendo que tú
has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme
y estable" (vv. 17-20). 1,
Años más tarde, las predicciones de Saúl se cumplieron, y
David ascendió al trono de Israel. La determinación de David a
I
obedecer a Dios y de seguir haciendo lo que era recto lo ayudó a
evitar que dijera e hiciera cosas que más tarde deploraría. Como 1/
resultado, todos sus enemigos eventualmente fueron ganados o 11,
vencidos. Miles de años después la gente toma aún nota de la 1
11
justicia de David.
111
11
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245 ,1
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Venza con el bien el mal

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corresponde exclusivamente a Dios (Romanos 12:19). En Pro-
Cuando esté tratando con gente difícil, es también importan- verbios 20:22 se nos previene: "No digas: Yo me vengaré; espera
te que usted reconozca sus propios límites. Aun cuando siga a Jehová, y él te salvará" (d. 24:29). Dios tiene muchos instru-
;
.', ,
,. haciendo lo que es bueno, algunas personas rechazarán categó- I
mentos que puede usar para librarlo a usted de la gente inicua y
ricamente admitirlo así o no querrán vivir en paz con usted. Es de aplicar a estos la justicia. Entre otras cosa.s, Dios puede usar
la iglesia (Mateo 18:17-20), los tribunales civiles (Romanos 13:1-
por esto que Pablo escribió: "Si es posible, en cuanto dependa
de vosotros, estad en paz con todos los hombres" (Romanos 5), o aun Sataná~ mismo (1 Corintios 5:5; 1 Timóteo 1:20) para
tratar con los impenitentes.
12:18). Dicho de otro modo, haga todo cuanto pueda para reconci-
liarse con las otras personas, pero recuerde que usted no puede En vez de tomar la justicia en sus propias manos, respete a
Dios y coopere con los métodos de él en el trato de la gente que
forzar a otros a hacer lo recto. Una vez usted ha hecho todo lo que
~.:,
:~.
persiste en hacer lo malo. A veces esto puede envolver la discipli-
puede para resolver un conflicto, ha cumplido su responsabilidad
na eclesiástica, y en otros casos podría ser apropiado que usted
para con Dios. Si las circunstancias cambian y usted tiene nuevas
busque la litigación (vea el capítulo 9 y el Apéndice O). Sin embar-
oportunidades de buscar la paz con un oponente, ciertamente debe
go, en algunos casos todo lo que usted puede hacer es esperar que
tratar de hacerlo asÍ. Mientras tanto, no debe desperdiciar tiempo,
Dios mismo trate a la gente en la forma en que él sabe hacerlo (vea
energía, y recursos impacientándose por tratar con alguien que
obstinadamente rehúsa reconciliarse con usted. Salmos 37 y 73). Aunque los resultados de la acción de Dios pue-
den venir más lento$ que lo que usted desea, siempre serán mejo-
Es más fácil que usted acepte sus límites si tiene un punto de
res que cualquier cosa que usted podría hacer por sí mismo.
vista bíblico respecto del buen éxito. El mundo define el buen
éxito en términos de lo que una persona posee, controla, o reali-
za.Dios define el buen éxito en términos de fiel obediencia a su Use el arma fina!
:,;1 voluntad. El mundo pregunta: "¿Qué resultados ha obtenido
El final principio para responder a un obstinado oponente se
usted?" Dios pregunta: "¿Anduviste fielmente en mis caminos?"
,::fl' descfibe en Romanos 12:20,21: "Así que, si tu enemigo tuviere
Como vimos en el capítulo 3 de este libro, el Señor tiene domi-
hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues ha-
nio de la última c;:onsecuencia de todo lo que usted hace. Por
ciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sóbre su cabeza. No
:,;1.1 tanto, él sabe que no importa cuán arduo usted trate, no siem-
seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal." Aquí
pre podrá obtener los resultados.que desea. Es por eso que Dios
está el arma final: amor deliberado y dirigido (d. Lucas 6:27,28;
no 10 hace responsable por resultados específicos. En cambio, él
1 Corintios 13:4-7). En vez de reaccionar con encono contra aque-
pide de usted una sola cosa: obediencia a su voluntad revelada.
llos que lo maltratan, se le manda a discernir sus más profun-
"Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el
das necesidades ya hacer todo lo que pueda para satisfacer esas
todo del hombre" (Eclesiastés 12:13). Si usted ha hecho todo lo
necesidades. En ocasiones esto motivaría un amable enfrenta-
que puede pata reconciliarse con alguien, ha cumplido con su
miento. A veces puede haber una necesidad de misericordia, de
deber y es una persona exitosa a los ojos de Dios. Deje entonces
paciencia y compasión, y de palabras de aliento. Usted aun po-
que a partir dé ahí el Señor mismo se haga cargo del problema.
dría tener oportunidades de ofrecer ayuda material y asistencia
Un aspecto del reconocimiento de sus límites es rechazar la
financiera a quienes menos merecen o esperan eso de usted.
tentación de vengarse de alguien que está obrando mal. Pablo nos
La referencia de Pablo a "ascuas de fuego amontonadas en la
recuerda que el hacer justicia y castigar a quienes no se arrepienten
cabeza" indica el enorme poder de un amor deliberado y dirigido.

246 247

.~~J~~f
Vaya y reconcíliese
:.j
, I
Una de las más poderosas armas de los días del Apóstol era
conocida como" fuego griego", artificio compuesto por una lan-
za, azufre, y brasas de carbón. Ningún soldado podía resistir
esta arma por mucho tiempo; eventualmente esta vencería aun
al más determinado atacante. El amor tiene el mismo irresisti-
ble poder. Lo menos que amar a un enemigo haría por usted es '
protegerlo de ser espiritualmente derrotado por el enojo, la
amargura, y una sed de venganza. Y,en algunos casos, su amor
activo y determinado a su oponente puede ser usado por Dios
para traer a esa persona al arrepentimiento.
Este poder fue vívidamente demostrado durante la segunda
guerra mündial por un sacerdote católico llamado Hugh
O'Flaherty, quien sirvió en el Vaticano durante esa guerra. Cuan-
do se enteró de las actrocidades nazis, se ocupó activamente en
los esfuerzos que se haCÍan para proteger a los judíos y ocultar a
los pilotos aliados cuyos aviones eran derribados en Italia. El
coronel Kappler, comandante de la SS en Roma, eventualmente
supo de las actividades de Q'Flaherty y concibió un plan para
matarlo. Varios intentos de asesinatos fallaron, pero Kappler
pudo capturar a unos de los asociados con el sacerdote. Kappler
mismo ordenó la tortura y la ejecución de estos prisioneros, uno
de los cuales era el más íntimo amigo de O' Flaherty.
Cuando en 1944 los ejércitos aliados invadieron Italia y ro-
dearon Roma, el coronel Kappler fue capturado y sentenciado
a cadena perpetua por sus crímenes de guerra. A despecho de
todas las maldades de Kappler, O'Flaherty resistió la tentación
de goz;arse por la caída de su enemigo. En vez de eso, recordan-
do la enseñanza y el ejemplo de Cristo, O'Flaherty resolvió amar
a su enemigo, no sólo con palabras, sino con acciones también.
Cada mes, se dirigía a la Prisión de Gaeta para ver al hombre que
había intentado matarlo. Año tras año el sacerdote se informaba de
las necesidades de Kappler y hacía todo cuanto podía para satisfa-
cerlas. Por encima de todo, él también demostró a Kappler el amor,
la misericordia y el perdón de Dios. En marzo de 1959,después de
180visitas de O' Flaherty, Kappler finalmente confesó sus pecados
y oró con el sacerdote aceptando a Cristo éomo su, Salvador. El
hombre que había tratado tan duro de vencer a otros con el mal fue
248
'--~l
•
Venza con el bien el mal
ii
abrumadoramente vencido por las" ascuas de fuego" del amor
que Q'Flaherty había derramado sobre su cabeza.2
Resumen y aplicación
l¥i1~j~:
Los principios descritos en Romanos 12:14-21 son aplicables
,N~~- ,', '.'r~l','ft~_~ a cada etapa de un conflicto, y hacen eco a través de toda la
Biblia: ama a tu prójimo como a' ti mismo .... Haz a otros lo que
quieras que otros te hagan a ti .... Pasa por alto una ofensa .... Si
alguno es sorprendido en pecado, restáurelo con
bondad .... Habla la verdad con amor .... Procuren los intereses
de los otros .... Perdona como Dios te perdonó .... No seas venci-
do de lo malo, pero vence con el bien el mal. La aplicación de
estos principios puede ser difícil, pero son siempre dignos de
que se haga el esfuerzo de aplicarlos, porque Dios obra en nosó-
tras y a través de nosotros cuando le servimos como pacificado-
,.j"t~l';;;'. res. Pablo promete: "Así que, hermanos míos amados, estad fir-
mes y constantes, creciendo 'en la obra del Señor siempre, sa-
biendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano" (1Corintios
15:58). y
Como Cristo demostró, los principios del pacificador esta-
blecidos en las Escrituras proveen los más efectivos y podero-
sos medios ,que podríamos hallar para la solución d~ conflictos
y la restauración de las relaciones rotas. Cristo también demos-
tró que la pacificación no es un proceso pasivo. Como nuestro
Señor vino al mundo a comprar la paz para nosotros, debemos,
nosotrqs perseguir activa y fervientemente la paz con aquellos
, que senos oponen y maltratan. Jesús dijo: "Deja allí tu ofrenda
delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda" (Mateo 5:24). De este man-
dato podemos extraer una simple y a la vez profunda defini-
ción: Un pacificador es una persona que va.
Si usted se halla actualmente involucrado en un conflicto,
estas preguntas lo ayudarán a aplicar los principios expúestos
.(ff en este capítulo.
~}~ 1. ¿Qué armas mundanas ha estado usando, o se ha senti-
j~1:
- ','
do tentado a usar en este conflicto?
).
,i~1~
J, •••~~¡.. 249
__
<~~~~
_J:¡;;~,
 Vaya y reconcíliese

2. ¿Ha estado usted usando su lengua para bendecir a sus

oponentes o para censurarlos severamente? Al respecto,
.¿qué haría diferente en el futuro?
3. ¿A quién podría usted acudir en busca de piadoso y es-
timulante consejo?
4. ¿Qué cosa buena podría usted continuar haciendo en esta.
situación?
5. ¿Ha hecho algo que podía para vivir en paz con su opo-
nente? ¿Es apropiado ir a la iglesia o a las autoridades
civiles en busca de ayuda para la solución de esta dispu- CONCLUSIÓN
ta?
6. ¿Qué necesidades podría tener su oponente que Dios qui-
siera que usted tratara de satisfacer? Dicho de otro modo,
¿cómo puede usted amar a su oponente en una manera
deliberada ,y dirigida? Compromiso del pacificador
7. Deje constancia al Señor escribiendo una oración basa-
da en los principios enseñados en este capítulo.

amo usted ha aprendido, la pacificación podría reque-

rir muchos pasos y envolver una amplia variedad de
principios bíblicos. Aunque en algunos casos esto
puede resultar en un proceso en cierto modo compli-
cado, los elementos esenciales de la pacificación pueden
resumirse en cuatro principios extraídos directamente de las
Escrituras. Ya que cada cristiano debe comprometerse a seguir
estos principios, parece apropiado pensar de ellos como "El
Compromiso del Pacificador".

Compromiso del pacificador

Como personas reconciliadas con Dios por la muerte y la re-
surrección de Jesucristo, creemos que estamos llamados a res-
ponder al cónflicto en una manera notablemente distinta de la
forma en que el mundo trata con los conflictos (Mateo 5:9; Lucas
6:27-36; Gálatas 5: 19-26). Nosotros también creemos que el con-
flicto provee oportunidades de glorificar a Dios, servir a otras
250
251 f
¡
;.

~
 Conclusión
personas, y crecer a la semejanza de Cristo (Romanos .8:28,29; 1
Corintios 10:31-11:1; Santiago 1:2-4). En consecuenCIa, en res-
puesta al amor de Dios y dependientes de su gracia, nos com-
prometemos a responder al conflicto siguiendo los siguientes
principios:
J Glorificar a Dios
. i
En vez de concentrarnos en nuestros deseos o extendernos
en lo que otros pueden hacer, procuramos agradar a Dios y hon-
rarlo por depender de su sabiduría, poder, y amor; por fielme~-
te obedecer sus mandamientos; y por buscar mantener una acti-
tud' de bondad, misericordia, y perdón (Salmo 37:1-6; Marcos
11:25;Juan 14:15; Romanos 12:17-21; 1 Corintios 10:31; Filipenses
4:2-9; Colosenses 3:1-4; Santiago 3:17,18; 4:1-3; 1 Pedro'2:12).
Sacar la viga de nuestro propio ojo
En vez de atacar a otros o de fijarnos demasiado en lo malo
que otros hacen, asumimos responsabilidad por lo que nosotros
mismos hubiésemos hecho para dar lugar al conflicto: confesa-
mos nuestros pecados, pedimos la ayuda de Dios para cambiar
cualquier hábito o actitud que lleve al conflicto, y buscamos re-
parar cualquier daño que hayamos causado (Proverbios 28:13;
Mateo 7:3-5; Lucas 19:8; Colosenses 3:5-14; 1 Juan 1;8-9).
Ir y mostrar al hermano su falta
En lugar de pretender que el conflicto no existe o de hablar a
espaldas de otros/decidimos pasar por alto las ofensas menores
o hablar directa y amablemente con aquellos cuyas ofensas pa-
recen demasiado graves para desdeñarlas. Cuando un conflicto
con otro cristiano no puede ser resuelto en privado, pedimos a
otros en el cuerpo de Cristo que nos ayuden a solucionar el ~sun-
to en una manera bíblica (Proverbios 19:11; Mateo 18:15-20; 1
Corintios 6:1-8; Gálatas 6:1,2; Efesios 4:29; 2 Timoteo 2:24-26;
Santiago 5:9).
252
_ '
Compromiso del pacificador
Ir y reconciliarnos
En vez de aceptar un prematuro compromiso o de dejar que
las relaciones languidezcan, buscamos activamente la paz y la
reconciliación genuinas. Lo hacemos perdonando a otros como
Dios, a través de Cristo, nos ha perdonado, y buscando solucio-
nes a nuestras diferencias que sean justas y mutuamente benefi-
ciosas (Mateo 5:23,24; 6:12; 7:12;'Efesios 4:13,32; Filipenses 2:3,4).
Por la gracia de Dios, aplicaremos estos principios como asun-
to que corresponde a la mayordomía, en la inteligencia de que
el conflicto es una asignación, no un accidente. Recordaremos
I
"
que el buen éxito, a los ojos de Dios, no es asunto de resultados
i específicos sino de obediencia fiel e independiente. Y oraremos
j' ' que nuestro servicio como pacificadores traiga alabanza al Se-
I
¡ ñor y conduzca a otros al conocimiento de su infinito amor
1
(Mateo 25:14-21; Juan 13:34-35; Romanos 12:18; 1 Pedro 2:19;
.f, 4:19).
Espero y oro que usted usa,rá este compromiso del pacifica-
dor en tres maneras. Primero, úselo como como un compromi-
so personal y una guía para resolver conflictos que Dios permi-
te en su vida. Haciéndolo así, usted traerá gloria a Dios, servirá
a otras personas, y crecerá a la semejanza de Jesucristo.
I Segundo, use este compromiso como una herramienta de
enseñanza para ayudar a otros a entender y seguir los podero-
f
sos principios de la pacificación que Dios nos ha dado en las
t
1 Escrituras. Conforme las personas aprenden de usted, ellas po-
f drán también servir de modelo y enseñar estos principios, even-
1\ tualmente impactando a multitud de gente.
¡ Por último, use el compromiso del pacificador como una nor-
t ma para la solución de conflictos en su iglesia, ministerio, o ne-
gocio. Conforme más y más grupos de cristianos adopten este
compromiso, la iglesia como un todo podrá tratar con los con-
1- '
r
flictos en una forma más consecuente con las Escrituras. Tal ten-
¡ dencia ayudaría al restablecimiento de la iglesia como el efecti-
vo organismo pacificador que Dios quiso que fuera. Con toda
I
i seguridad que esto honraría a nuestro Señor Jesucristo, el más
I grande pacificador de todos.1
i.
I 253
I
I'~
\
L
 Lista de verificación del pacificador

Ir y reconciliarse
¿ Cómo puedo yo demostrar que he perdonado y estimular
una razonable solución de este conflicto?

La siguiente lista de verificación resume los principios ex-

puestos en este libro, cuyo objeto es ayudarlo acontestar estas
cuatro fundamentales preguntas.
APÉNDICE A
Glorificar a Dios
Con la ayuda de Dios, procuraré' glorificarlo a él:
O Esforzándome seria, diligente, y continuamente a vivir
Lista de verificación en paz con aquellos que me rodean.
O Recordando que la buena reputación de Cristo es afecta-
del pacificador da por la manera en que me llevo con otros.
O Guardándome contra las estratagemas y falsas enseñan-
zas de Satanás, cuyo propósito es promover el egoísmo
e incitar al conflicto.
O Confiando en que Dios tiene dominio de todo y que está
11 , n cualquier circunstancia en que se vea involucrado en , obrando para mi bien y para el bien de otros, aun cuan-
un conflicto, usted puede aplicar los cuatro principios do yo tenga que sufrir por ello.
básicos del pacificador por hacerse estas preguntas: O Alabando y agradeciendo a Dios su bondad y su ayuda.
D Obedeciendo los mandamientos de Dios, aun cuando ha-
Glorificar a Dios cerlo así sea difícil y requiera sacrificio.
O Usando el conflicto como una oportunidad de servir a
¿ Cómo puedo yo agradar y honrar al Señor en esta situación? otros: ayudándolos a hallar piadosas soluciones a sus
problemas; ayudándolos a llevar sus cargas emociona-
Sacar la viga del propio ojo les, espirituales, y materiaies; ayudándolos a ver en qué
han fallado y necesitan cambiar; estimulándolos a po-
¿ Qué parte de responsabilidad tengo por el surgimiento de ner su fe en el Señor Jesucristo; y enseñándolos y ani-
este conflicto, y qué debo hacer para ayudar a solucionarlo? mándolos por mi propio ejemplo.
O Cooperando con Dios cuando extirpa de mÍ' pecamino-
sas actitudes.
O Viéndome como un mayordomo que me administro a
¿Cómo puedo ayudar a otros a comprender que ellos también
mí mismo, que administro mis recursos y mi situación
han dado lugar a este conflicto?
en tal forma que Dios diga: "Bien, buen siervo y fiel".

254 255
 Apéndice A
Sacar la viga del propio ojo
Para decidir si algo es en efecto digno de luchar por ello, con
la ayuda de Dios:
O Definiré los asuntos (personales y materiales), decidiré
cómo se relacionan, y trataré sólo con aquellos que son
tan importantes que no pueden ser pasados por alto,
usualmente comenzando con los asuntos personales.
O No repararé en pequeñas ofensas.
O Cambiaré mi actitud: recordando la manera en que Dios
me ha perdonado; siendo amable con otros; sustituyen-
do la ansiedad con la oración y la confianza; deliberada-
mente pensando en lo que es bueno y recto en otros;
poniendo en práctica lo que Dios me ha enseñado a tra-
vés de la Biblia.
O Considerar cuidadosamente cuánto costará (emocional,
espiritual, y financieramente) continuar un conflicto en
vez de simplemente llegar a un arreglo.
D Usar mis derechos sólo si con ello promuevo el reino de
Dios, sirvo a otros, y aumento mi capacidad para servir
y cre~er a la semejanza de Cristo.
Antes de hablar a otros de su mal proceder, con la ayuda de
Dios, me preguntaré a mí mismo:
O ¿Soy culpable de decir palabras temerarias, de falsedad,
de chisme, de calumnia, o de cualquier otra forma de
hablar indigna?
O ¿He sido fiel a mi palabra y he cumplido todas mis obli-
gaciones?
O ¿He abusado de mi autoridad?
O ¿He respetado a quienes están en autoridad sobre mí?
O ¿He tratado a otros como me gustaría que me trataran
a mí?
O ¿Estoy siendo motivado por la lujuria, el orgullo, el amor
al dinero, el temor de otros, o por desear en exceso cosas
buenas?
256
Lista de verificación del pacificador
Cuando reconozca que he pecado, con la ayuda de Dios:
O Me arrepentiré, eso es, cambiaré la manera en que he
estado pensando de modo que abandone mi pecado y
me vuelva a Dios.
a Confesaré mis pecados usando los siete principios que
se mencionan en el capítulo 6 de este libro: dirigir la pa-
labra a cada una de las personas que yo he afectado; evi-
tar el uso de si, pero, quizá; admitir específicamentelo malo
que hice; excusarme por ofender a otros; aceptar las con-
secuencias de mis acciones; explicar cómo yo alteraré mis
actitudes y conducta en el futuro; y pedir perdón.
O Cambiar mis actitudes y conducta: orando por la ayuda
de Dios; poniendo los ojos en el Señor de modo que yo
pueda vencer mis ídolos personales; estudiando la Bi-
blia; y practicando las cualidades del carácter piadoso
en formas que sean tanto planeadas como espontáneas.
Ir y mostrar al hermano su falta
o Cuando sepa que alguien tiene algo contra mí, iré a esa
personá para hablar del asunto, aun cuando yo crea que
no he hecho nada malo.
Un pecado es demasiado grave para pasa'rse por alto si:
O Deshonra a Dios.
O Ha dañado nuestra relación.
O Si ha ofendido o podría perjudicar a otro persona.
D Perjudica al ofensor y disminuye la utilidad de este a
Dios.
Cuando necesite enfrentar a otros, con la ayuda de Dios:
O Escucharé responsable y pacientemente mientras otros
hablan, concentrándome en lo que dicen, clarificando sus
comentarios mediante apropiadas preguntas, reflejando
con respuestas parafraseadas sus sentimientos y preocu-
paciones, yacordando con ellos en todo lo que sea posible.
O Escogeré un tiempo y lugar adecuados en los que sea
posible sostener una productiva conversación.
257

Apéndice A
o Creer lo mejor acerca de otros hasta que tenga hechos
que prueben lo contrario.
D Hablar personalmente siempre que sea posible.
O Planear por anticipado lo que vaya decir y tratar de pre-
ver cómo otros podrían responderme.
O Cuando sea apropiado usar declaraciones del tipo "yo".
O Establecer hechos objetivos antes que opiniones perso-
nales.
O Usar la Biblia cuidadosa y discretamente.
O Cerciorarme con la otra persona de cómo he sido enten-
dido.
O Ofrecer soluciones y preferencias.
O Reconocer mis límites y dejar de hablar una vez que he
dicho lo que es razonable y apropiado.
Si no puedo resolver en privado una disputa, y si el asun.t? es
demasiado grave para pasarlo por alto, con la ayuda de Dios:
:.:.;,1, O Sugeriré que busquemos el auxilio de uno o más conse-
jeros maduros y espirituales que nos puedan ayudar a
ver las cosas objetivamente.
O Si es necesario, pediré a una o dos personas más que
hablen con nosotros.
O Si es necesario, buscaré la ayuda de nuestras respectivas
iglesias y respetaré su autoridad. .
O Iré al tribunal civil sólo si he agotado los remedios de mi
iglesia; si los derechos cuyo reconocimiento busco son
bíblicamente legítimos; y si a mi acción la motiva un
noble propósito.
Ir y reconciliarse
Cuando perdone a una persona, con la ayuda de Dios haré
estas promesas:
O No abundaré más sobre este incidente.
O No plantearé de nuevo este incidente ni lo usaré contra
esa persona.
D No permitiré que este incidente se interponga entre noso-
tros ni que obstruya nuestra relación personal.
258
Lista de verificación del pacificador
Cuando estoy experimentando dificultad para perdonar a
alguien, con la ayuda de Dios:
O Hablaré, si es necesario, con esa persona para conside-
rar cualquier asunto no resuelto y confirmar el arrepen-
timiento.
O Renunciaré al deseo de castigar a la otra persona, a ha-
cer que esa persona gane mi perdón, o a demandar ga-
rantías de que nunca seré perjudicado por ella.
O Admitiré lo que tenga de culpa por el problema.
O Reconoceré que Dios está usando la situación para bien.
O Recordaré cuánto Dios me ha perdonado, no sólo en esta
situación, sino también en el pasado.
O Procuraré la fortaleza de Dios a través de la oración, el
estudio bíblico, y si fuere necesario, de la consejería cris-
tiana.
Con la ayuda de Dios demostraré el perdón y practicaré el
principio sustituto por:
O Reemplazar dolorosos pensamientos y memorias con re-
cuerdos y pensamientos positivos. .
O Decir cosas positivas a la persona que he perdonado o
respecto de ella.
O Hacer cosas amables y constructivas a la persona que he
perdonado, o hacerlas por ella.
Cuando necesite negociar un acuerdo sobre asuntos materia-
les, con la ayuda de Dios, me detendré y consideraré los siguien-
tes puntos:
O Prepararme bien antes de iniciar las discusiones con la
otra persona.
D Afirmar mi respeto y preocupación por mi oponente.
O Comprender los intereses de mi oponente tanto como
los míos.
O Evaluar objetiva y razonablemente varias opciones.
Cuando otros continúen maltratándome u oponiéndoseme,
con la ayuda de Dios:
259
 Apéndice A

o Sujetaré mi lengua y persistiré' en decir sólo lo que es

útil y beneficioso para otros.
O Buscaré consejo, apoyo, y estímulo de consejeros madu-
ros y espirituales.
O Continuaré haciendo lo que es bueno sin importarme lo
que otros puedan hacerme.
O Reconoceré mis límites resistiendo la tentación a ven-
.garme y recordando que el buen éxito a la vista de Dios
depende de la fidelidad, no de los resultados.
O Seguiré amando a mi enemigo, esforzándome en discer- APÉNDICE B.
nir y satisfacer sus más profundas necesidades espiri-
tuales, emocionales, y materiales.

Formas alternativas
de resolver disputas

esde el decenio de 1,980, se ha puesto gran atención

al desarrollo de formas alternas de resolver conflic-
tos. En este apéndice, describiré y compararé varias
de los más comunes procesos de resolución de dis-.
putas, incluidos los de negociación, mediación, arbitraje,
litigación, y conciliación cristiana.

Negociación
La negociación es proceso personal de confrontación en el
cual las partes buscan alcanzar una solución de sus diferencias
mediante un acuerdo mutuamente aceptado. Aunque algunas
personas pueden negociar por sí mismas, muchas otras se valen
del servicio de abogados u otros profesionales que los aconse-
jen o que actúen en su nombre.
La negociación tiene varias. ventajas cúando se la compara
con los métodos formales de resolver disputas. Este medio es
260 261
 Apéndice B
generalmente más rápido, menos costoso en términos financie-'
ros, consume menos tiempó, y es más privado' y flexible que el
arbitraje y que la litigación. Porque es enteramente voluntaria,
la negociación también reduce la probabilidad de que una de
,1"
las partes pierda todo mientras la otra gana.
. !i La principal desventaja dela negociación es que a veces per-
mite que una persona más reconocida o poderosa saque ventaja
de una persona débil, lo que resulta en injusticia. Además, si
;!¡ hay abogados envueltos, la negociación puede aun costar cien-
.~¡,,;:'
tos o miles dólares. También, algunas partes pueden usar la ne-
gociación para resolver urgentes asuntos de dinero y propiedad
sin considerar los más profundos problemas personales que
pueden seguir causando conflicto y alienación.
Mediación
La mediación es similar, excepto que envuelve la adición de
uno o más mediadores neutrales que trabajan para facilitar la
comunicación y el entendimiento entre las partes. El mediador
~rI:.i::. . puede actuar inicialmente como un intermediario, pero la meta
final es usualmente arreglar una conferencia en la cual están
presentes todas las partes y el mediador. Un mediador ayuda a
las partes a explorar varias soluciones a sus diferencias, pero
las partes retienen control de los resultados y no están obliga-
das a seguir el consejo del mediador. Un mediador puede ser
un consejero profesional remunerado, un respetable individuo
de la comunidad, o una' persona que conoce bien a las partes y
que acuerda en ayudarlas sin cobrar por ello.
La presencia dé un mediador neutral tiende a reducir la posi-
bilidad de que una de las partes saque ventaj~ de la otra. La
, ',JI
mediación tiene varias otras ventajas cuando se la compara con
.. .,
tI! .•
el arbitraje y l~ litigación. Debido a su naturaleza informal, la
mediación es relativamente flexible, privada, no costo~a en tér-
:¡; .
minos económicos, y eficaz en el tiempo. La mediación facilita
además el entendimiento y permite qué las partes mantengan
su dignidad mientras tratan asuntos delicados. Consecuente-
mente, es menos probable que dañe una relación que si fu~ra
un proceso de careo. Como un proceso voluntario, es también
"
262
Formas alternativas de resolver disputas
probab~e que permita a l~s partes ganar en algunas de sus pre-
ocupaCIones y que se arnbe a Un acuerdo que ambos se sientan
inclinados a preservar.
Sin embargo, la mediación tiene varias desventajas. Cualquie-
ra de las partes puede rehusar participar en el proceso. La falta
de balance del poder puede aun afectar los resultados. El proce-
so puede llegar a un punto muerto o estancamiento, lo que a su
vez resultaría en la pérdida del dinero y del tiempo previamen-
te invertidos. También, los resultados de la mediación no son
legalmente obligatorios, a menos que las partes incorporen su
acuerdo en un contrato legal.
Arbitraje
En el árbitraje,las partes acuerdan presentar cada lado de su
disputa ante uno o más árbitros neutrales y, en la mayoría de
los casos, se obligan legalmente a aceptar la decisión del árbi-'
tr? ~ diferencia de los mediadores, los árbitros no tienen el pro-
pasIto de ayudar a las partes a comunicarse o de asistirlos para
que lleguen a un acuerdo; en vez de eso, como los jueces, ellos
reúnen la prueba y toman una decisión cuya aceptación es obli-
gatoria para ambas partes: La mayoría de los estadós tienen le-
yes que permiten a las partes nombrar sus propios árbitros; es-
tos pueden ser voluntarios no remunerados o profesionales de
organizaciones como la,American Arbitration Association (Aso-
ciación Norteamericana de Arbitraje).
La principal ventaja del arbitraje cuando se lo compara con la
negociación y la mediación es que siempre produce una resolución
a la disputa, aun si a una o a ambas partes no les agradara. En
contraste con la litigación, el arbitraje es relativamente privado e
informal y usualmente menos costoso. También, porque la mayo-
ría de las condiciones permiten sólo limitada base para apelar Una
decisión de arbitraje, este último puede producir un resultado final
y legalmente obligatorio más rápidamente que una litigación.
, Cuando se compara con la negociación y la mediación, la
principal desventaja del arbitraje es que no se tiene en cuenta
los problemas de la relación, lo que a menudo perpetúa o agra-
263
 Apéndice B Formas alternativas
va el alejamiento entre las partes. El arbitraje tiene desventajas
cuando se lo compara con la litigación. Es menos protegido por
normas de procedimiento. Debido a que muchos árbitros no tie-
nen formal entrenamiento legal, las decisiones de un arbitraje
son a veces menos consecuentes y previsibles que lo serían en el
tribunal. Asimismo, si una de las partes rehúsa atenerse a la
decisión de un árbitro, la otra parte podría aún necesitar recu-
rrir a los tribunales para hacerla cumplir.
Litigación
La litigación utiliza jueces, jurados, y normas de procedimien-
to del sistema de tribunal civil. Comparado con otros métodos
de resolver disputa, la ligitación tiene varias ventajas. Un tribu-
nal tiene la autoridad de requerir que todas las partes compa-
, rezcan y acaten sus decisiones. Con su fundamento de estatutos
y jurisprudencia, un tribunal puede también dictar más
predecibles decisiones sobre muchos asuntos. Además, las decisio-
nes de un tribunal son un asunto de registro público, reconocidas
en otras jurisdicciones y sujetas a apelación para su total revisión.
Sin embargo, la litigación tiene muchas desventajas. Además
de ser costosa y consumir tiempo, la litigación está restringida
por procedimientos formales, despierta la atención pública, ofre-
ce limitados remedios (usualmente dinero o mandatos), y a
menudo permite que una de las partes lo gane todo mientras
deja que la otra lo pierda todo. Los tecnicismos del tribunal
restrigen la comunicación y el entendimiento, lo que a menudo
tiene por resultado que las partes queden frustradas y enojadas.
Un tribunal está normalmente forzado a tratar con los síntomas
de un problema antes que con sus causas efectivas, y esto deja a
las partes en un continuo estado de antagonismo. Como resul-
tado de estos factores, la litigación probablemente aumenta la
amargura entre las partes y daña aun más cualquier previa rela-
ción personal que hubieran disfrutado. ' dos son infructuosos, las partes podrían someter su disputa a
Los efectos secundarios de la litigación, y a un menor grado,
de los otros métodos seculares de solución de conflictos son aun
~ás serios cuando son vistos desde una perspectiva espiritual.
264
de resolver disputas
Cuanto de más enfrentamiento en un proceso, tanto más proba-
ble que dé por resultado un pobre testimonio del amor y de la
obediencia cristianos. El proceso de confrontación agrava las
actitudes críticas y atiza las quejas y la autojustificación. Tal pro-
ceso obstruye la confesión y el arrepentimiento y prolonga así
los patrones de hábitos destructivos. Más aun, como el corazón
de las partes se endurece por estos factores, es probable que es-
tas experimenten más conflicto en el futuro. Es por esto que el
juez Antonin Scala, de la Corte Suprema de Estados Unidos,
dijo lo siguiente: "Los jueces pueden también testificar a usted
de hermanos y hermanas que viven permanentemente separa-
dos debido a la litigación de un testamento, o de personas que
'
una vez fueron amigables vecinos y que ahora viven en eterna
hostilidad a consecuencia del fin de una disputa que, en térmi-
nos financieros, es inconsecuente. Sean cuales fueren los aspectos
legales e ilegales de esos asuntos, sus resultados no valen la pena."l
'Como el juez Scala advierte, el costo espiritual, emocional,
financiero, y de tiempo empleado para resolver una disputa a
través del proceso'cie confrontación a menudo diluye cualquier
cosa que pudiera ganarse. Por tanto, siempre que sea posible,
un cristiano debe agotar los principios de solución de conflictos
establecidos en la Biblia antes de recurrir a otros medios.
Conciliación cristiana
La conciliación cristiana es un proceso de reconciliación de
personas y de solución de disputas fuera del tribunal y en una
manera bíblicamente fiel. 2 El proceso es de naturaleza concilia-
torio antes que de confrontación; eso es, fomenta la cooperación
honrada y razonable antes que la innecesaria contención y
'munipulación. '
La conciliación puede implicar tres pasos. El primero, una o
ambas partes pueden recibir consejería individual respecto a cómo
resolver en privado la disputa. Segundo, si los esfuerzos priva-
mediación, un proceso en el cual uno o más conciliadores cristia-
nos se reúnen con aquellas a fin de promover un diálogo cons-
tructivo y para alentar un arreglo voluntario y bíblicamente fiel
265
 II ; Apéndice B
de sus diferencias. Tercero, si la mediación no tuviese buen éxi-
to, las partes pueden proceder al arbitraje, lo que significa que
uno o más árbitros oirán su caso y dictarán una decisión que
bíblica y legalmente obliga el acatamiento de las partes.
1" La conciliación cristiana se orienta más hacia los valores que
la mayoría de las clases de mediación. Mientras los mediadores
seculares trabajarán para ayudar a que las partes lleguen vo-
luntariamente a un acuerdo, a menudo serán renuentes a ir más
,11 allá de esto, especialmente si haciéndolo así requeriría que ellos
evaluaran las actitudes y la conducta desde una perspectiva
moral. En contraste, los conciliadores cristianos se ocupan prin-
cipalmente de extraer las razones subyacentes de u.na disputa y
a las que a veces se refiere como u asuntos del corazón Creyen-
U
•
do que Dios ha establecido principios eternos de moral que los
ha registrado en las Escrituras y escrito en nuestro corazón, los
conciliadores cristianos llamarán la atención de las partes a las
actitudes, los motivos, o las acciones que parecen ser inconse-
cuentes con esas normas. 'Esto será especialmente cierto con
partes que profesan ser cristianos; cualquiera que pretenda ser
seguidor de Cristo será animado a obedecer los mandamientos de
Dios y a conducirse en una manera que agrade y honre al Señor.
Cuando se la compara con los medios seculares de resolver
disputas, la conciliación cristiana tiene muchas ventajas. Pro-
mueve los valores tradicionales, preserva las relaciones, fomen-
ta cambios significativos; evita la publicidad negativa, provee
un positivo testimonio cristiano, y es relativamente ,módico.
~t t.. .;1
)-',; Además, cuando se la compara con la litigación~ la conciliación
cristiana está menos restringida por rígidos procedimientos y
permite así remedios más creativos y más rápidos resultados.
Otro beneficio es que los conciliadores cristianos tienen mucha
más flexibilidad que los jueces civiles cuando se trata de oír un
/.:. "
testimonio o de revisar pruebas. De este modo, si una disputa en-
vuelve defectos de construccÍón en un edificio o la reparación de
un automóvil, un conciliador podrá personalmente inspeccio-
nar el inmueble o manejar el vehículo. Como resultado de esta
flexibilidad, las partes a menudo creen que los hechos y los asun-
tos reciben una más completa revisión que la que se le daría en
un tribunal de justicia.
266
. ~'i...:':.;l!-
; :.'
t :.~~:'.
Formas alternativas de resolver disputas
Aquellos que sinceramente quieren hacer lo recto y están
dispuestos a que se les muestre en qué han fallado, pueden reci-
bir grandes beheficios del proceso de conciliación. Los concilia-
dores podrán ayudarlos a identificar actitudes impropias o prác-
ticas imprudentes, para comprender más plenamente los efec-
tos de sus decisiones y normas, y hacer mejoras en su vida y
negocios que en el futuro los ayudará a prevenir innecesarios
conflictos.
Sin embargo, la conciliación cristiana tiene sus limitaciones.
Los conciliadores no tienen la misma autoridad que los jueces
'~iviles y por 10 tanto no pueden forzar a las partes' a cooperar
con la conciliación ni a acatar sus resultados. (Empero, en casos
de acuerdos firmados hechos a través de la mediación y del ar-
bitraje un tribunal civil podría obligar el pago de co:upensacio-
nes.) La conciliación puede ser menos predeCIble que la
litigación, porque cada caso tiene diferentes conciliadores y por-
que el proceso está menos restrin~i~o por proc~edimier:to.s, es-
tatutos,y casos precedentes. Por ultimo, hay ~olo un h.rru~a~o
lugar para apelar las decisiones de un arbitraje. Esto SIgnIfIca
que las partes tendrán poca oportunidad de que una más ~lta
autoridad revise un fallo no favorable. (Por otra parte, esto qUIere
decir que ellas serán eximidas de los gastos y demoras inheren-
tes al proceso de apelación.) .. . ~ ..
A despecho de estas limitaciones, la concI1IaClOnCrIstiana
usualmente provee ,soluciones más plenas y satisfactorias a un
conflicto que las que puede obtenerse a través de proceso~ secu-
lares. Como escribió una pareja después de ser resuelta su dIsputa:
Creo queja más valiosa cosa que hemos recibido de la [con-
ciliación cristiana] ha sido el eficaz consejo, condimentado con
la buena ética cristiana y la piadosa sabiduría. Realmente creo
que se obtUvo la correcta respuesta. Comprenda, por !avor, que
las re~puestas que usted dio no eran aquellas que f.U1a,buscar,
pero yo sabía que esto era lo propio y e~o se con~l!mo ~o~ ~a
pacificación de los vecinos. Usted no podnahaber SIdo m,as uhl.
;'-,
Lo único que deploramos es haber esperado tanto para Ir don-
de usted.
1d
;-1
267
,1
 i I

Apéndice B

Idealmente, la conciliación cristiana debe ser perseguida den-

tro de una iglesia local con la ayuda de cristianos maduros y
espirituales. Si no hubiese disponible esta clas~ de s~lución de
conflicto dentro una iglesia, debe buscarse la aSIstencIa de otras
personas piadosas que puedar; servir de e.sta n:anera. ~Cuando
sea necesario, las partes o los lIderes de la IglesIa podnan obte-
liler recursos escritos (tales como las Normas de Procedimientos
o varios modelos de formulario) y otra asistencia especializada
.de un conciliador cristiano local o de Peacemaker Ministries (vea
Apéndice E).
APÉNDICE e
.j.

Principios de restitución
,11

estituciónes un importante concepto bíblico. Cuando

una persona ha causado daño a otra, Dios dice que
I!~
aquella" confesará el pecado que cometió, y compen-
ará enteramente el daño" (Números 5:5.:.7). Esto fue
lo que hizo Zaqueo cuando el Señor Jesús lo llevó al arrepenti- /~
miento. Zaqueo no meramente pidió perdón y volvió a sus ne-
gocios. Por el contrario: puesto envie ante Jesús y las personas
él las que había perjudicado, dijo:
"He aquÍ, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si
IJ~
en algo he defraudado a alguno; se lo devuelvo cuadruplicado"
(Lucas 19:8). 1'1[(1

La restitución tiene varios efectos. Tanto como sea posible, . lilIl

restaura la parte perjudicada o su antigua posesión. La restitu-
Ción beneficia también a la sociedad haciendo de la conducta
destructiva un asunto no provechoso. Además, la restitución da Ii/ul

al ofensor la oportunidad de enmendar su pecado y demostrar

por acciones que desea ser .restaurado a la confianza de la per-
IJI.II
sona que ha perjudicado y de la sociedad en general.
I/ii

268 269 111

Ir:
..,-..
l'
Apéndice e Principios de restitución
Mucho de lo que la Bibia enseña acerca de la restitución se da
en forma de jurisprudencia. Dicho de otro modo, en vez de pre-
sentar una multitud de leyes específicas sobre cada concebible
situación, la Biblia provee unos pocos ejemplos de lo que puede
derivarse de principios generales que conducen a situaciones
similares. Por ejemplo, los principios que se enseñan en Éxodo
21:18-23 se aplican a toda clase de daños personales. Estos prin-
cipios se aplicarían también a daños que resulten de varias
formas de negligencia, como no instalar adecuadas barandas
en los balcones o verjas alrededor de piscinas (vea
Deuteronomio 22:8). De la misma manera, los principios que
aparecen en Éxodo 22:1~15 se aplican a toda clase de daño a
la propiedad, como robo o daño accidental a propiedad que
ha sido tomada prestada.
Según Éxodo 21:19, cuando una persona es deliberadamente
herida, el culpable es responsable por todos los daños ocasiona-
dos, es decir, por gastos médicos y por el tiempo que la víctima
ha permanecido sin trabajar a causa del incidente. Un ofensor
es también responsable por los daños que resultan de negligen-
cia (Éxodo 21:22~35; cf. vv. 28-29). Éxodo 21:22 implica que la
persona herida debe valorizar los daños y hacérselo saber al
ofensor. Si éste cree que la valorización de daños es demasiado
alta, el asunto debe someterse al arbitraje de autoridad compe-
tente (d. 1 Corintios 6:1-8). Aparentemente, la restitución debe-
rá hacerse sólo por daños reales. No parece haber fundamento
bíblico para la restitución por daños morales o sufrimiento o
por causar intencionalmente angustia emocional a otra perso-
na. El remedio bíblico para estos daños es la confesión, el arre-
pentimiento, y el perdón.
La Biblia dice que cuando una propiedad ha sido dañada
intencionalmente, el ofensor debe hacer "simple restitución",
eso es, reparar o reemplazar la propiedad (Éxodo 22:5,6). Si el
robo o el daño son intencionales, pero el ofensor verdaderamente
se ha arrepentido y ha resuelto hacer restitución aun antes de
que el daño fuera descubierto, deberá pagar por la propiedad
más una sanción o multa del 20% (Levítico 6:1-5; d. Números
5:5-10). Si el daño fue intencional y el ofensor es aprehendido
270
con la propie~ad no dañada, debe devolverla y pagar su valor
equivalente (Exodo 22:4). Si el ofensor es tomado después que
ha d~spuesto de la propiedad, deberá pagar cuatro veces su va-
lor (Exodo 22:1).1 Estas sanciones obviamente tienen por objeto
desalentar la práctica deliberada del mal y estimular un pronto
arrepentimiento y una rápida confesión.
Algunos arguyen que la restitución no es un concepto válido
en la dispensación del Nuevo Testamento. No estoy de acuerdo
con esa creencia. Nada en el Nuevo Testamento explícitamente
anula o abroga el concepto (vea Mateo 5:17-20). De hecho, la
restitución es implícitamente aprobada por Cristo en Lucas 19:1-
10). Más aun, la restitución es un signo de que una persona asu-
me la responsabilidad por sus acciones, y nada en la Biblia indi-
ca que Dios quiere que los creyentes sean menos responsables que
en este tiempo que lo eran antes del advenimiento de Cristo.
Mucho más, la restitución no es inconsecuente con el per-
dón. Los creyentes en tiempos del Antiguo Testamento tenían
la obligación de perdonar las ofensas de otros, pero estaban au-
torizados a recibir restitución (Números 5:5-8). Perdonar a otro
el perjuicio que ha causado significa que usted no insistirá en el
asunto, quena lo usará contra esa persona, ni lo referirá a un
tercero, ni permitirá que la ofensa se interponga entre usted y
su ofensor. Pero el hecho de ser perdonado no exime necesaria-
mente a la persona objeto del perdón de la responsabilidad de
pagar el daño. Ciertamente, la parte perjudicada puede tener
j misericordia del ofensor, y en algunos casos es bueno prescin-
.j dir del derecho a la restitución (Mateo 18:22-27). Pero en mu-
"1
chos casos el hacer restitución es beneficioso aun para el ofensor;
1
j pues al restituir demuestra remordimiento, sinceridad, y una
nueva actitud, lo cual puede ayudar a acelerar la reconciliación
1
j
I (Lucas 19:8,9). Al mismo tiempo, la restitución sirve para incul-
car lecciones que ayudarán al ofensor a evitar cometer perjuicios
I! similares en el futuro (vea Salmo 119:67,71; Proverbios 19:19).
Por tanto, si usted ha dañado la propiedad de otra persona o
j
J ha causado daño físico a otro, Dios espera que usted hará todo
¡ lo que pueda para compensarlo enteramente. Si el perjudicado
ii decide eximirlo de su responsabilidad, usted debe sentirse pro-
271
 •
ApéndiceC

fundamente agradecido por tal muestra de misericordia. Por otra

,parte, si ,usted ha sido perjudicado o su propiedad dañada, debe
en oración considerar con cuánta urgencia necesita que se le re-
tribuya, así como orar por ello, mantener en mente esa miseri-
cordia con justicia es una poderosa manera de restaurar la paz y
glorificar a Dios.

APÉNDICE D

¿Cuándo se,.debe ir
al tribunal civil?

rimera Corintios 6:1-8 específicamente limita la liber-

.tad de un cristiano para demandar a otro ante un tribu-
nal civil. Hay significativa confusión respecto del pro-
pósito de este pasaje y en cuanto a la extensión de sus
límites. En este apéndice enfocaré unos cuantos asuntos centra-
les en esta porción de las Escrituras.
I~
El alcance de 1 Corintios 6
Hay tres comunes puntos de vista de 1 Corintios 6:1-8 (a lo I[J

que me referiré como 1 Corintios 6). Uno de ellos sostiene que

III
este pasaje prohibe las demandas legales entre cristianos e
inconversos. Es difícil aceptar este punto de vista. El pasaje tra-
ta de un caso en que "un hermano que tiene algo contra otro ... y
esto ante los incrédulos" (vv. 1,6). En él se pregunta además si
"no hay entre vosotros sabio, ni aun uno( que pueda juzgar

272 273 r,
"-~-,,'ti,-"
'~

:"l
, l'
Apéndice D
entre sus hermanosll
(v. 5, énfasis añadido). Más aun, este pasaje
instruye a los cristianos a someterse al "juicio" de sus hermanos
creyentes en el contexto de la iglesia. Pablo a duras penas ha-
bría esperado que los inconversos se sometieran a la autoridad
de la iglesia. De hecho, en la primera parte de la misma epístola
él había específicamente advertido a la iglesia que no debía juz-
. gar a los incrédulos (1 Corintios 5:12). Por tanto, debe entenderse
que 1 Corintios 6 se aplica solamente a disputas entre cristianos.
Otro punto de vista de este pasaje es que en él se prohibe
todo y cada una de las demandas entre quienes profesan la fe
cristiana. Esta creencia no halla apoyo en el lenguaje que se usa
en el pasaje, ni es consecuente con el resto de las Escrituras. Es-
tas claramente 'indican que Dios ha establecido tribunales civi-
les y espera que su pueblo respete su autoridad y cooopere con
ellas en situaciones apropiadas (vea Romanos 13:1-7; 1 Pedro
2:13,14; d. Hechos 24:2-4;25:10,11).
El tercer punto de vista acerca de este pasaje es que prohibe a
los cristianos plantear demandas legales contra cristianos de buen tes-
timonio en una iglesia cristiana que es fiel a las Escrituras. Creo que
este es el más razonable punto de vista respecto de esta porción'
bíblica. Pablo estaba disgustado con los corintios porque ellos
se estaban demandando unos a otros en el tribunal secular en
vez de resolver sus disputas con la ayuda de la iglesia. Com-
prendiendo el horrible testimonio que se daba con tal práctica a
los inconversos (v. 6), Pablo dijo que sería mejor ser defraudado
o sufrir el agravio que demandar legalmente a una persona que
debe ser considerada parte de la iglesia, eso es, "uno de voso-
tros" (vv. 5, 7). Sin embargo, como se indica en 1 Corintios 5:1-
13, una persona no debe ser considerada parte de la iglesia si ha
sido privada de la comunión por funcionarios encargados de la
disciplina en la iglesia (vea Mateo 18:17). Aun si esa persona
pretende ser cristiana (1 Corintios 5:11), una vez ha sido remo-
vida de la protección de la iglesia (v. 5), podría no disfrutar más
del compañerismo y de los privilegios que pertenecen a los cre-
yentes (vv. 9,11). Eso significa, entre otras cosas, que el ofensor
no cualifica más como un "hermano" que está" entre vosotros".
En consecuencia, 1 Corintios 6 no aplica a esa persona, y a otros
274
Cuándo se debe b: al tribunal civil?
cristianos no se les prohibe necesariamente incoar una deman-
da legal contra ella ante untribllnal civil.
Agotando los remedios d.e la iglesia
Este punto de vista del alcance de 1 Corintios 6 da a la iglesia
un papel crucial en la solución de conflictos entre personas que
profesan ser cristianos. Si la iglesia obedece el mandato de Cris-
to de ayudar a resolver disputas entre cristianos (Mateo 18:15-
20), muchos conflictos serán resueltos en un tiempo muchísimo
más breve que el que se toma en la litigación. Si su oponente (o
usted) rehúsa escuchar a la iglesia, y si la iglesia obedece las
Escrituras y excomulga a tal persona, la disputa podría ser aun
resuelta propiamente en un tribunal civil, si fuere necesario.
Si la iglesia de su oponente no asume su responsabilidad bí-
blica, eso lo pondría a usted en una difícil posición, porque su
oponente se mantendrá entonces como miembro de buen testi-
monio en una iglesia. Cuando esto sucede, creo que usted tiene
al menos dos alternativas. Primero, usted podría desistir del
asunto y sufrir la pérdida (1 Corintios 6:7). Este curso de acción
sería apropiado si los asuntos no son muy importantes y si es
probable que una demanda legal haría que otros se interesen
menos en los cristianos y en Cristo. Segundo, usted podría pe-
dir a los líderes de su iglesia que se reunieran con los líderes de
la iglesia de su oponente en un intento de persuadidos a que
cumplan con su responsabilidad bíblica de ayudar a resolver
disputas. Si ellos responden a esa apelación, las dos iglesias
podrían cooperar nombrando un panel de pacificadores de
ambas congregaciones que cumplirían con las responsabilida-
des descritas en 1 Corintios 6. En este caso las dos iglesias acor-
darían que ellas apoyarán la decisión que tome el panel y, si
fuere necesario, la aplicación de la disciplina eclesiástica para
hacer cumplir el fallo de los pacificadores.
Si la iglesia de su oponente rechaza la apelación del liderazgo
I
de su propia iglesia, usted podría entonces considerar desistir i'
I
i
del asunto. Si tal cosa no fuere sabia, su iglesia podría declarar 1:
que en vista de que la iglesia de su oponente no está actuando i
Ir
275 1I
11
'1
1';
,;/
1,
11
 Apéndice D . Cuándo se debe ir al tribunal civil?
con fidelidad a las Escrituras, no. debe ser tratada como una ver-
dadera iglesia cristiana. Esto haría inaplicable 1 Corintios 6 y
perinitiría que usted procediera con la litigación si quedan sa-
tisfechas las otras dos condiciones que se discutieran en el capí-
tulo 9 de este libro.
Desde luego, su propia iglesia puede rehusar trabajar con
usted, declinar hacer la apelación a la iglesia de su oponente, así
como declarar que la iglesia no acata el mandato de las Escritu-
ras para tales casos. Si los líderes de su iglesia creen que usted
no tiene una base bíblica para buscar una acción <;:ontrasu opo-
nente, en general usted deberá respetar ese consejo yabando-
nar el'caso. Sin embargo, si su iglesia simplemente rechaza obe-
decer la enseñanza de Mateo 18:15-20 y 1 Corintios 6, usted'
debe considerar hacerse miembro de una iglesia que es fiel a
las Escrituras.
Cuando usted se ve obligado a permanecer en su iglesia por-
que en su comunidad no hay iglesias que creen en la Biblia de
las que pueda hacerse miembro, tendrá aun que decidir por us-
ted mismo si deberá tratar a su oponente como a un creyente y
proceder con una demanda legal. Esta conducta unilateral vio-
laría el espíritu de Mateo 18 y de 1 Corintios 6. En vez de hacer
. eso, usted debe buscar el consejo de varios cristianos maduros y
espirituales que puedan evaluar objetivamente su situación y
darle un consejo bíblico. Ellos podrían aun acercarse a su opo-
nente en un último esfuerzo de resolver bíblicamente el conflic-
to. Si su oponente se está comportando "como un incrédulo" y
su acción merece sancionarse usted podría proceder con limpia
conciencia a incoar la demanda legal.
Sin embargo, antes de que usted tome una acción legal, debe
considerar una vez más las otras dos condiciones para incoar
tal demanda, eso es, que usted está ejercitando derechos
bíblicamente fundados y que su acción tiene un noble propósi-
to (vea el capítulo 9). Si usted sinceramente cree que ha hecho
todo Jo que puede para resolver el asunto con la mediación de
la iglesia y que esas otras dos condiciones han sido satisfechas,
entonces y sólo entonces deberá proceder con una demanda ante
un tribunal civil.
276
---¡
¿Quién tiene jurisdicción?
En ciertas situaciones, podría ser apropiado que usted pro-
curara remedios legales al mismo tiempo que busca los de la
iglesia. Esto puede suceder en casos en que la iglesia y el Estado
tienen jurisdicción sobre un asunto y cuando demorar una ac-
ción legal pudiera producir un daño irreparable.
Dios ha dado a la iglesia jurisdicción sobre la manera en que
los cristianos responden a los mandatos de las Escrituras. ("Ju-
risdicción" significa el derecho o la autoridad para interpretar y
aplicar la ley.) Dicho de otro modo, las ofensas que son violacio-
nes a la voluntad revelada de Dios. Es por esto que la iglesia
tiene tanto la responsabilidad como la autoridad para en forma
considerada corregir a una persona que es culpable de pecado
(Mateo 18:17-20). Si una persona rehúsa responder a la correc-
ción de la iglesia, esta última puede imponer una variedad de
sanciones bíblicamente establecidas y de las cuales la más seve-
ra es excomulgar y tratar a tal persona como a un incrédulo.
Esta sanción esencialmente remueve a la persona de la jurisdic-
ción (y de la protección) de la iglesia y la expone afuri080s ata-
ques del diablo (1 Corintios 5:4,5; 1 Timoteo 1:20).
De igual manera, Dios ha dado al gobierno civil jurisdicción
sobre la forma en que las personas interactúan en la sociedad ..
El gobierno tiene jurisdicción sobre los hechos criminales, eso es, ofen-
s.as que violan las leyes de la sociedad (Romanos 13:1-7; 1 Pedro
2:13,14). (1) Es por esto que el gobierno tiene tanto la responsa-
bilidad como la autoridad de corregir a la persona que es culpa-
ble de conducta criminal. Esta corrección puede impliear una
varied~d de sanciones, incluidos multas, prisión, pérdida de
propiedad, o aun la pena capital.
Cuando una ofensa es un pecado pero no un delito (v.g., re-
husar ser reconciliado con otro) cae bajo la exclusiva jurisdic-
ción de la iglesiá. Cuando una ofensa es l.ln crimen (v.g. hurtar
en una tienda), es también un pecado si la ley violada tiene fun-
damento bíblico; en consecuencia, cae bajo la jurisdicción tanto
de la iglesia como del gobierno. Dicho de otro modo, hay cier-
tos actos sobre los cuales la iglesia y el gobierno comparten con-
currente o coincidente jurisdicción.
277
n
11
 .H;
. !
11'
Apéndice D
Primera de Corintios 6 indica que cuando una ofensa cae bajo
la jurisdicción de la iglesia y del gobierno, los involucrados de-
ben normalmente ir a la iglesia en busca de una solución, espe-
cialmente si hay la posibilidad de que la iglesia pueda resolver
Lt'~1 del todo el asunto. Si la iglesia no puede resolver el problema,
los involucrados podrían'entonces ir a un tribunal civil en bus-
ca de remedio. Por ejemplo, si Emenegildo roba artículos co-
mestibles de un supermercado de Mireya, esta podría posponer
acusar formalmente mientras procura la ayuda de la iglesia de
Emenegildo en un eE)fuerzo por resolver el asunto. Con la ayu-
da de la iglesia, Emenegildo puede ser llevado al arrepentimien-
. to, en cuyo caso no sería necesario envolver a las autoridades
civiles. Si Emenegildo rehúsa arrepentirse y hacer restitución
de lo hurtado, la iglesia debe tratarlo como a un incrédulo, en
cuyo caso termina la jurisdicción de la iglesia y podría invocarse
legítimamente la jurisdicción de los tribunales civiles. Entonces
Emenegildo tendría que enfrentar sanciones criminales.
Por otra parte, si una ofensa es un crimen peligroso y otros
podrían ser seriamente heridos si el ofensor-no es efectivamen-
te restringido, puede ser apropiado invocar simultáneamente la
jurisdicción de la iglesia y el gobierno civil. Mientras la iglesia
intenta tratar con la condición del corazón pecaminoso que dio
lugar al acto, las autoridades civiles pueden tratar con la con-
ducta misma e impedir que el ofensor perjudique a otras perso-
nas. Por ejemplo, en casos de abuso físico, podría ser apropiado
llamar al mismo tiempo a la iglesia y a la policía, especialmente
cuando hay indicación de que es probable que se produzca más
abuso a menos que haya una efectiva intervención que lo impida.
Debido a que nuestra sociedad ha cambiado en significantes
maneras desde la época en que Pablo escribió su epístola a los
:¡ .;
corintios, hay algunas situaciones que no encuadran fácilmente
:~ .' en el escenario de 1 Corintios 6. Cuando tal es el caso, sería ne-
cesario considerar cuidadosamente tanto el asunto de la juris-
dicción cuanto las tres condiciones del procedimiento de una'
demanda legal. Más que nada, será importante recordar que una
278
Cuándo se debe h: al tribunal civil?
de las mayores preocupaciones detrás de 1 Corintios 6 es que la
demanda legal de un cristiano contra otro represente un poten-
cial mal testimonio para los inconversos.
Por ejemplo, dado que la iglesia no tiene jurisdicción sobre el
gobierno civil o las organizaciones corporativas, no sería apro-
piado resolver disputas en el tribunal con estas clases de orga ..
nismos, en la inteligencia de que usted no puede llegar a una
solución mediante medios personales e informales. Lo mismo
sería cierto de disputas que envuelvan cober.tura de seguros. Ya
que la iglesia no tiene jurisdicción sobre compañías de seguro,
usted necesitará ir a los tribunales en busca de remedio si no
puede hacer un arreglo con su oponente. Aun así, si la persona
asegurada que lo perjudicó es cristiana, usted necesita hacer todo
lo posible para resolver de una manera bíblica cualquier animo-
. sidad personal. Más aun, probablemente no sería apropiado
buscar daños en exceso de ese individuo (v.g., daños que exce-
den la cobertura de la póliza) sin envolver a la iglesia.
También puede haber situaciones en .que el único asunto en
disputa €s la interpretación de un punto legal. Si en verdad no
hay animosidad entre usted y su oponente, y si ambos creen
que la otra persona está simplemente equivocada pero que no
actúa en forma pecaminosa, podría ser apropiado dejar que el
tribunal'civil resuelva las pertinentes cuestiones legales. Cuan-
do sigue esta ruta, usted y su oponente deben ponerse de acuer-
do en que aceptarán sin resentimiento la decisión de la corte.
Desde luego, si es posible, sería e.nmuchas formas preferible para
ambos someter el asunto legal aun respetable abogado o juez cris-
tiano que resolvería el problema más informalmente, quizá a tra-
vés de un arbitraje cuyo fallo obligue el acatamiento de las partes.
Las tres condiciones para incoar una' demanda legal se apli-
can de la misma manera en caso de que sea usted quien tenga
que defenderse de una demanda. Si es demandado ante un tri-
bunal por una persona que profesa ser cristiana, usted debe hacer
todo lo que esté a su alcance para que el caso sea presentado en
una iglesia. Si su oponente lo rechaza, usted debe seguir el pro-
279
 -.
Apéndice D

ceso de Mateo 18, como se ha descrito en el capítulo 9 de este

libro. Si usted agota ese proceso (como ha sido descrito antes en
este apéndice) y confía en que está defendiendo derechos
bíblicamente fundados y que tiene un noble propósito de de-
fenderse, usted puede continuar con limpia conciencia en el tri-
bunal. Sin embargo, si usted no satisface estas tres condiciones,
debe seguir el consejo dado en Mateo 5:25: "Ponte de acuerdo
con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el ca-
mino [al tribunal]."
APÉNDICE E
ResumeIrn
Dado que cada conflicto es en alguna medida único, es im-
posible enfocar cada asunto que pudiera surgir cuando la causa
se lleva a un tribunal para ventilarlo. Más aun, como Cristo Ministerios cristianos II;I!
advirtiera, es importante no dejarse sorprender por multitud
de reglas detalladas y legalistas. En vez de eso, usted debe pres- de reconciliación
tar atención a los principios básicos expuestos en las Escrituras III!I
y enfocar lo que nuestro Señor llamó "lo más importante de la
.11111
ley: la justicia, la misericordia y la fe" (Mateo 23:23; cf. Miqueas
6:8). Una manera de aplicar estos principios cuando trata de 111111

decidir si llevar el caso al tribunal o no, es recordar que usted es 111111

un mayordomo de Cristo y preguntarse a usted mismo: "¿Agra- 1 concepto de conciliación cristiana se originó con la
daré y honraré a mi Maestro si empleo mi tiempo y uso mis Christian Legal Society (sociedad de conciliación cris- lII:iI

recursos para llevar este asunto al tribunal?" tiana) en 1977, cuando varios abogados comenzaron a IJlr"r
,,1'(1

exponer las formas de aplicar los principios bíblicos de

IJ!!I/
pacificación a conflictos legales. Desde el establecimiento del
primer servicio de conciliación cristiana (Christian Conciliation H:111

Service)en 1979, a tiempo completo, la red de conciliación ha 1II1i1

crecido hasta incluir individuos y organizaciones localizadas a
[l'!iI
lo largo y ancho de los Estados Unidos y en otros varios países.
El principal propósito de la mayoría de los conciliadores es lIilll

ayudar a personas, iglesias, y otras organizaciones a resolver

sus diferencias en una manera que se corresponda con las Escri-
turas (para una descripción de cómo trabaja este proceso, vea la
última sección del Apéndice B). Los conciliadores proveenade- 1111:1

más consejo, apoyo, y asistencia alas líderes de iglesia, aboga-

¡ni[
dos, y otros que ayudan a los cristianos a resolver conflictos fuera
1:101

280 281
 Apéndice E

del tribunal civil. Algunos ministerios de conciliación ofrecen

entrenamiento cuyo objeto es estimular y capacitar a personas
cristianas y líderes de iglesia para que resuelvan sus conflictos
acorde con los principios bíblicos de conciliación.
En 1987 un grupo de organizaciones e individuos ocupados
en la conciliación formaron la Association of Christian
Conciliation Services, ACCS (asociación de servicios crisFianos
de conciliación), establecida para coordinar a escala nacional
actividades de promoción, educación, y conciliación. Dos años
después Peacemaker Mini,stries comenzó a servir como las ofi-
Notas
cinas centrales de ACCS, yen 1993 los dos ministerios se unie-
ron para formar una sola entidad. Para obtener más informa-
ción acerca de estos recursos o de la conciliación cristiana, sÍr-
Prefacio aun cuando siguen un curso pecaminoso,
vase comunicarse con el autor de este libro a Peacemaker simplemente porque están eludiendo
1. W. H. Lewis, Letters of C. S. Lewis,
Ministries, 1537 Avenue D, Suite 352, Billings, MT 59102 (New Yorky Londres: HarvestiHBJ, 1966), asumir serias responsabidades. Al revés,
(4061256-1583) . p.203. hacer lo recto a veces genera otros
sentimientos distintos que la paz,
especialmente cuando se nos requiere
Capítulo 1: El conflicto provee obedecer difíciles manda tos, matar
oportunidades nuestros propios deseos, o dar prioridad
. l.Mi esposa, Corlette, ha trabajado por a las necesidades de otros con preferencia
veinte años como una maestra de escuela a las nuestras. Dado que solo la Biblia
primaria y como consejera. Ella ha hallado provee orientación absolutamente
que los niños son muy receptivos a los confiable de parte de Dios, debe ser
,principios bíblicos de pacificación; en siempre nuestra suprema fuente de
consecuencia, ha desarrollado varios verdad y guía. Conforme el Espíritu obra
recursos que explican cómo enseñar a los para ayudarnos a entender y obedecér las
niños esos principios. Usted puede Escrituras, podemos gozarnos en la
obtener estos materiales si los solicita a confianza de que en verdad andamos en
Peacemaker Ministeries, 1537Avenue O, la voluntad de Dios, aun cuando no
Suite 352, Billings, MT 59102. percibamos un sentimiento de paz al
2. Charles R. Swindol, Crowing Strong respecto (Marcos 14:32-34; Lucas 22:43).
Para obtener más información en cuanto
in the Seasons oJ Lije (Portland:
Multnomath Press, 1983, pp. 85-86. a cómo Dios nos guía, vea el libro de Carry
Friesen DeCÍsion Making and the Will oJCod
3. He hallado que muchos cristianos se
(Portland: Multnomah Press, 1980).
fían más de sus propias ideas y senti-
4. Para una excelente descripción de
mientos que en la Biblia, especialmente
cómo el Espíritu Santo obra en nuestra
cuando las Escrituras los mandan a hacer
vida, vea el libro Keep in Step with the Spirit
cosas difíciles. Enparticular, mucha gente
(Old Tappan: Fleming H. Revell, 1984).
parece creer que ellos pueden estar
seguros de que están haciendo lo que es
bueno si oran y sienten "paz interior". En Capítu.lo 2: Viva en paz
ninguna parte la Biblia garantiza que 1. TimHansel, When I Relax 1Feel.Cuilty
sentir paz es un seguro signo de que uno (Elgin, Ill.: David C. Cook, 1979),p. 93.
está haciendo lo que debe. Muchos 2. Para una perspectiva verdadera-
experimentan un alivio ("paz interior") mente bíblica del conflicto espiritual,

282
283

Notas
enfáticamente recomiendo Reclaiming
Spiritual Wa rfa re, por David Powlison
(Grand Rapids: Baker Book House, 1995).
3. Vea tam1Jién Filipenses 4:2-9; 2
Tesalonicenses 3:11-15; 1 Timoteo 6:3-6; 2
Timoteo 2:23-26;Tito 3:1,2,9; Filemón 17-
18; Hebreos 12:14; Santiago 3:17,18; 1
Pedro 3:8,9).
4. Juez Warren Burger, "Annual Report
on the State of Judiciary", American Bar
Association Joumal (marzo 1982), p. 68.
S. JuezAntoninScalia, "TeachingAbout
the Law", Quaterly 7,no. 4 (Christian Legal
Society,otoño de 1987):8-9.
6. En años reciente ha habido un
dramático interés en la negociación,
mediación, y arbitraje seculares. El
Apéndice B describe estas opciones para
la solución de disputas y las compara con
lo que puede obtenerse a través de la
iglesia.
7. Hay unas pocas situaciones en que
la litigación puede ser necesaria y
apropiada para un cristiano. El capítulo 9
y el Apéndice D de este libro provee
pautas para decidir cuándo es
conveniente para un cristiano ventilar un
caso al tribunal civil.
Capítulo 3: Confíe en el Señor y
haga el bien
1. John Piper, Desiring God (Portland:
Multnomath Press, 1986), p. 26.
2. J. 1. Packer, Knowing God (Downers
Grove, DI.: Inter-Varsity, 1973), p. 37.
3.J. 1.Packer, Hot Tub Religion (Wheaton:
Tyndale, 1988),p. 35.
4. Primera de Pedro fue específica-
mente escrita para alentar a los cristianos
que estaban pasando por serias pruebas
y experimentando sufrimiento. Si usted
está involuCrado en un arduo conflicto, lo
exhorto a que lea la epístola de Pedro para
su estímulo y orientadón.
5.Este pasaje se refiere a dos dimen-
siones de la voluntad de Dios. Para
prevenir confusión, describiré breve-
mente las distinciones entre las dos. La
soberana voluntad de Dios (también
llamada voluntad decretiva) es la final
284
causa de todas las cosas, sea que Dios
quiera hacerlas efectiva y directamente, o
permitir que ocurran a través de las
acciones no restringidas de la gente. La
soberana voluntad divina no nos es
plenamente revelada, pero siempre será'
..~...~I.'~:1
cumplida (vea Isaías 46:9,10).La voluntad
revelada de Dios (también llamada
voluntad preceptiva o expresa) es el
conjunto de principios que nos mand~
obedecer a fin de glorificado y disfrutar
comunión con él. Esa voluntad expresa ha
sido plenamente revelada en las Escri-
turas, pero a men1,1does desobedecida.
6. Cuando más confiamos que Dios es
tanto soberano como bueno, tanto más
:;¡~fii
j'..:'.•..:.\~..;.:.'...;.;:
sumisos seremos. La mansedumbre es una
actitud hacia Dios que nos hace aceptar
como buenos todos los tratos de él con
nosotros, y que los recibamos sin
resistencia o resentimiento (Romanos
8:28). Una persona dócil vive contenta y
agradecida independientemente de las
circunstancias (Filipenses 4:12,13),porque
ve que Dios le ha dado ya todo lo que
1i~
necesita en Cristo (Mateo 5:5; Romanos
8:31,32). Así, en vez de pensar, "no me
tuvieron en cuenta"; eso no es justo", una
persona dócil piensa en dar gracias a Dios
por su bondad, misericordia, poder, y
provisión (Hechos 4:23-31; 5:40-42;
7:59,60; Juan 18:11). La mansedumbre
nada tiene que ver con la debilidad, pues
tanto a Moisés como a Jesucristo la Biblia
los describe como mansos (Números 12:3;
Mateo 11:29). De hecho, a veces se ha
descrito a la mansedumbre como "poder
bajo control". Esta cualidad es altamente
recomendada a través de las Escrituras
(Salmo 37:11; Mateo 5:5). La manse-
dumbre tiene un directo impacto en
nuestros sentimientos hacia otras
personas, especialmente en medio del
conflicto. Sabiendo que Dios obra para
bien en todas las' cosas, una persona
mansa puede soportar el maltrato de otros
con paciencia y sin resentimiento ni
amargura. (Dado que esta actitud no es
connatural en nosotros, necesitamos orar
que el Espíritu Santo obre continuamente
para ayudarnos a ser mansos.)
Notas
7. Elisabeth Elliot, Through Gates of
Splendor (Wheaton: Tyndale, 1981), pp.
252-54.
8. !bid., pp. 268-69, 273.
.. "';;': '1;/' 9. Joni Eareckson Tada, "ls Cod l{eal1yin
iJi
Control?" Goni y Friends, 1987),pp. 2, 3, 8.
10. Packer, Knowing God, p. 145. . sentirse quebrantados por un momento ..
11. Los conflictos conyugales son
particularmente penosos y plantean
muchas difíciles cuestiones. Si usted está
tratando de entender las opciones bíblicas
para encarar una dificultad matrimonial, lea
'.-.;.-'
..:..'.:.•. 1'.:;.
1.' ...'•:..•. :...:••.:.' .•...
el libro de Jay E. Adams, Marriage, Divorce,
and Remarriage, publicado por Grand
Rapids: Zondervan Publishing House, 1980.
Si está enfrentando una separación
conyugal, lea Rope for Separated , por Gary
Chapman (Chicago: Moody Press, 1982).
Capítulo 4: ¿ Vale la pena
pelearse por esto?
1. Wayne Mack, A Homework Manual for
Biblical Counseling, vol. 1 (Phillipsburg, N.
J.:Presbyterian and Reformed Publishing,
1979), p. 12.
2. Juez Antonin Scala, "Teaching About
the Law", QuarterIy 7, no. 4 (Christian
Legal Society, otoño de 1987); 9.
3. Para tres ejemplos adicionales de
cuándo es apropiado no ejercitar
plenamente sus derechos, vea Romanos
14:1-15:3; 1 Corintios 8:1-13; y Filemón.
Capítulo 5: Examínese a usted
mismo
1. Aunque la traducción de estos
pasajes a menudo usa la palabra
calumnia, la idea envue~ve otras palabras
y conceptos cuyos sentidos son en alguna
forma distintos. La palabra blasfemia
describe el lenguaje irreverente, abusivo,
o maligno (Efesios 4:31; Colosenses 3:8; 2
Timoteo 3:2; 2 Pedro 2:10,12). Loidoreo
significa someter a abuso verbal o
reconvenir en forma áspera e insolente (1
Corintios 5:11; 6:10).
~., .. 2. Una clase de "arrancar" (tearing
'-
down) es beneficiosa. La idea envuelve la
obra de la palabra de Dios y del Espíritu
285
;':.~¡
---.
Santo en nuestro corazón para
convencernos de nuestros pecados y
ayudarnos a reconocer la necesidad de
Dios y de cambio (Mateo 5:3;Hechos 2:37).
En consecuencia, cuando hablamos la
verdad en amor a la gente, podrían
Esto es beneficioso si resultare en
arrepentimiento.
3. R. C. Sproul, The Intimate Marriage
(Wheaton: Tyndale House, 1988),p. 32.
4. En el capítulo 11 de este libro
consideramos más detenidamente las
maneras de identificar los intereses de
otro y desarrollar acorde con la Biblia
formas creativas que ayuden a satisfacer
las necesidades y deseos de esa persona.
Capítulo 6: Libérese a usted
mismo del pecado
1. Vea el Apéndice C para más
específica información respecto de los
principios de la restitución. 11;
2. Sea también 2 Corintios 13:11;.Efesios
4:1,2,17; Colosenses 1:9-12; 3:5,12; 1 111
Timoteo 6:11;2 Timoteo 2:22.
111
Capítulo 7: Restaure
111
amablemente al pecador
1. Vea también Mateo 5:38. Recuerde
que el principio del" ojo por ojo" tenía que
ser aplicado por jueces, no por individuos
(vea, por ejemplo, Éxodo 21:22-24). Por :¡II
otra parte, el contexto de este pasaje es la
enseñanza de Cristo acerca de la 1111
disposición de sus seguidores a sufrir por
causa del evangelio (Mateo 5:11,12). 1111
1.. Como regla general, cuanto más
cercano esté usted a alguien, tanto más 111'
libertad deberá tener al mencionar sus
preocupaciones. Por ejemplo, si uno de lIil
mis más cercanos amigos me ve decir o
hacer algo que puede perjudicar mi
1111
matrimonio, irritar a otros, o hacerme de 11'1
alguna manera menos útil al Seii.or,yo
querría que él me lo seii.alara, aun cuando 1111
no sea un pecado eri extremo serio. Esta
clase de amable y edificante 11'1
enfrentamiento es uno de los privilegios
:/i¡
Ir
¡¡;¡
 Notas Notas
II
y bendiciones de ser parte del cuerpo de Escrituras. Infortundamente, usted podría redacción y el estilo de estas cláusulas perdida, que enfatiza la responsabilidad
Cristo (Salmo 141:5; Colosenses 3:16; ser acusado de "legalismo" aun cuando varían de un Estado a otro, así que usted de la iglesia de trabajar intensamente en
Hebreos 10:24,25). esté usando propiamente la Biblia. debe consultar un abogado antes de usar la búsqueda de cristianos" descarriados"
Respetar la Biblia no es legalismo. A tal cláusula. (vv. 10-14). Es también importante notar
nosotros se nos llama claramente no sólo 4. El Instituto de Conciliación Cristiana que este pasaje es inmediatamente seguido
¡;
Capítulo 8: Hable la verdad en
a obedecer los mandamientos de Dios, (1nstitute for Christian Conciliation) ha por una enseñanza acerca del perdón.
amor sino a exhortarnos y a estimularnos unos desarrollado un conjunto de formularios, 8. Beyond Forgiviness, de Don Baker
1. La reflexión es una valiosa habilidad a otros a hacerlo así (Mateo 18:15-20; pautas, y procedimientos que pueden ser (Portland: Multnomah Press, 1984) provee
para escuchar que puede substancial- Gálatas 6:1). Haciéndolo así con humil- usados por líderes de iglesia y otros un poderoso testimonio de cómo un
mente mejorar la comunicación. Lamen- dad, paciencia, gentileza, y amor no es cuando sirven como conciliadores o hombre culpable de un grave pecado fue
tablemente, si la reflexión no se hace con legalismo-Dios lo llama obediencia. árbitros. El ICC provee también entrena- ' enfrentado y restaurado a plena utilidad
4. Ron Kraybill, Conciliation Quarterly,
,_."'.
cuidado, podría dar la impresión de que
se aprueban ide~s no bíblicas y socavar la Mennonite Central Committee, verano de
miento para individuos
aumentar sus habilidades
que quisieran
para servir
mediante la fiel aplicación de la,disciplina
eclesiástica.
i
I
autoridad de las Escrituras. Mieritras a 1987, p. 7. como pacificadores. Para más información 9. Desearía poder decir que todas las
menudo es útil parafrasear las palabras de cómo obtener estos materiales vea el intervenciones tuvieron este resultado, ¡
¡!
de otra persona para mostrar que usted Capítulo 9: Lleve consigo uno o Apéndice E de este libro. pero obviamente no tal fue el caso. Aun -1

comprende sus preocupaciones, debe 5. Usted podría ya haber pedido ayuda así, sé que muchos matrimonios 1,
dos testigos a los líderes de su iglesia o de sus iglesias
I!
;1
cuidarse de no dar aprobación, aun permanecen hoy por esa intervención.
implícita, a actitudes y acciones que son 1. Algünos primitivos manuscritos no para que hagan de conciliadores como Más importante todavía, aun en esos casos
contrarias a la Biblia. Dicho de otro modo, contienen la palabra "contra ti" en la parte del paso 2, que hubiera tenido un en que una de las partes siguió un curso
}!.; :
una vez que usted ha mostrado que primera frase (v. 15). Así, este pasaje no proceso informal. Cuando usted les pide pecaminoso a despecho de la disciplina
entiende los pensamientos y sentimientos queda necesariamente restringido acaS9S que se envuelvan en el paso 3, se está eclesiástica, las iglesias al menos estaban
de alguien, debe hacer todo lo posible por de enfrentamiento de pecado cometido moviendo dentro de un proceso formal en conscientes de que habían sido fieles al
ayudar a esa persona a cambiar ideas no contra usted personalmente (d. Lucas 17:3). el que se invoca a las autoridades que Dios Señor. Tal fidelidad puede aumentar
bíblicas y a comportarse en una forma que 2. Para más detallada información ha dado a la iglesia para instruir a los considerablemente el respeto que los
agradaría y honraría al Señor. sobre el proceso de Mateo 18, vea creyentes en cuanto a la manera en que miembros de la iglesia tienen por sus
2. Preguntar durante una tensa conver- Managing Conflict in Your Church, un deben vivir. líderes y por las Escrituras. Al mismo
sación a menudo es también beneficioso. manual acerca del riesgo de la adminis- 6. Aunque algunas demandas legales tiempo se envía así un mensaje de que la
Las preguntas gene'ralmente evocan tración un manual para encarar los riesgos han sido incoadas contra iglesias respecto obstinación en el pecado no será
respuestas y fomentan más diálogo. Otros producido por Peacemaker Ministeries. a su ejercicio de la disciplina eclesiástica, indiferentemente pasada por alto, lo que
ejemplos incluyen expresiones como estas: -3. Una manera de asegurar que los los tribunales civiles generalmente han a su vez alentará a otros en la iglesia a
11¿Podría usted explicarme?" y "¿Le puedo conflictos relativos a contratos de relación sostenido el derecho de una iglesia a buscar solución a sus problemas en una
dar un ejemplo?" serán resueltos según la Biblia y no en el ejercer disciplina bíblica, una vez se manera que sea fiel a la Biblia.
3. Cuando usted se refiera a la palabra tribunal, es incluir una cláusula de pruebe que la iglesia no está actuando de 10. Lamentablemente, algunas iglesias
de Dios como la base de sus intereses, conciliación en el contrato mismo. El manera arbitraria, caprichosa, o maliciosa. no cumplirán sus responsablidades de
habrá algunos que podrían acusarlo de Instituto de Conciliación Cristiana' (The (Vea Church's Discipline and the Courts, resolver disputas e~ las que estén
legalista, término a menudo mal enten- lnstitute for Christian Conciliation) por Lynn Buzzard y Thomas Brandon involucrados sus miembros. El Apéndice
dido y mal usado. Ellegalismo es el abuso recomienda el uso de una cláusula como (Wheaton: Tyndale House, 1987). Aunque D explica cómo agotar los remedios de su
de la palabra de Dios, no el uso fiel de la esta: "Cualquier reclamo o disputa que una iglesia rara vez tendrá problemas iglesia en tales situaciones. En él también
palabra de Dios. Formas comunes de surja de un acuerdo o relacionado con él legales si ejerce la disciplina en una se' discuten conflictos no comunes, tales
legalismo incluye una excesiva meticulo- será resuelto por mediación y, si fuere maner~ razonable y consecuente, sería como problemas criminales y reclamos de
sidad con cada detalle de ciertas leyes necesario, por arbitraje de conformidad prudente comunicarse con un perito seguro.
para excluir "lo mas importante de la ley" con las Normas de Procedimiento de abogado, un servicio de conciliación
(Mateo 23:23; d. 5:21-48); estricta Conciliación Cristiana (Rules of cristiana, o la Christian Legal Society
Capítulo 10: Perdone como Dios
adherencia a tradiciones que no son Procedure Jor Christian Conciliation) del (703'642-1070) para información sobre qué
Instituto de ConciliaCión Cristiana salvaguardas podrían tomarse para lo perdonó
sancionadas por las Escrituras (Mateo
15:3-9); y la costumbre de exigir a otros (Institute Jor Christian Conciliation)¡ el prevenir problemas legales. 1. Vea el Apéndice C para una por-
que cumplan las más estrictas normas de juicio sobre un arbitraje por compen- 7. Note que a Mateo 18:15-20 menorizada discusión de la restitucIón.
moralidad, mientras ellos mismos sación puede ser pr~sentado en cualquier inmediatamente le sigue la severa 2. Algunos equivocadamente creen que
descuidan hacerlo así (Mateo 23:1-4). tribunal de jurisdicción competente". advertencia de Cristo a arrepentirse del el rencor o la falta tenaz de disposición a
Evite esas maneras de abusar de las Los requerimientos legales para pecado (vv: 7-9) Y su parábola de la oveja perdonar puede hacer que perdamos

286 287
 Notas
nuestra salvación. Esta creencia es a veces
el resultado de no comprender las
palabras ~e Cristo en pasajes como Mateo"
"6:14,1b,que dIcen: "Porque si pelJulldis
a los hombres sus ofensas, os perdonará
también a vosotros vuestro Padre celestial;
mas si no perdonáis a los hombres sus
ofensas, tampoco vuestro Padre os
perdonará vuestras ofensas" (Gf. Mateo
18:35;Marcos 11:25;Lucas 6: 36,37). Para
entender el verdadero significado de este
pasaje, debemos persuadirnos de que
Dios nos perdona en dos diferentes
maneras porque él se relaciona con
nosotros en dos diferentes formas. Dios
es ante todo nuestro juez. Cuando nos
arrepentimos de nuestros pecados y
aceptamos a Cristo como nuestro
Salvador y Señor, Dios nos perdona de
nuestros pecados y nos declara "no
culpables". Este proceso tiene lugar por
la gracia de Dios mediante la fe, y no
depende de nuestras obras (Efesios 2:8,9;
Romanos 3:24-30).Dado que nosotros no
somos salvados por nuestras obras, no
perderemos nuestra salvación por no
hacer ciertas obras. Dicho de otro modo:
el perdón judicial de Dios (y nuestra
salvación) no dependen de si perdonamos
a otros o no.
Dios también se relaciona con nosotros
como Padre, y su perdón paternal no
depende de nuestro perdón a otros.
Cuando nos convertirnos en cristianos,
Dios nos adopta en su familia y nos trata
como sus hijos. (Note que Mateo 6:14,15
y pasajes afines se dirigen todos a
creyentes porque se refieren a Dios cpmo
"Padre".) ¿Ycómo trata un buen padre a
un hijo desobediente? Él no echa al niño
de la familia. Talpadre puede recluir a un
niño desobediente en su dormitorio y
aislarlo del resto de la familia hasta que
cambie su conducta. En algunos casos, el
niño no arrepentido puede sufrir también
un castigo o verse privado de ciertos
favores. Dios nos trata en la misma forma.
Él no nos repudia o desconoce
quitándonos nuestra salvación, pero nos
disdplina. Así, cuando rehusamos
perdonar a otros, podemos sufrir
288
afliccion~s y sentir que no disfrutamos ya
una cercana y gozosa relación con Dios.
Como Mateo 6:1( 15 advierte, Dios
o
continuará disciplinánd(ll1ns" hastA rr;lP
nos arrepintamos de nuestro pecado y
perdonemos a otros como él nos ha
perdonado.
3. Patrick H. Morison, Forgive As the
Lord Forgive You (Phillipslmrg N. J.:
f
Presbyterian and Reformed Publishing,
1987),p. 7.
4. Corrie ten Boom, The Hiding Place
(New York: Bantam, 1974),p. 238.
5. C. S. Lewis, Mere Christianity (New
York: Macmillan, 1960), p. 116. Obrar
contrario a sus sentimientos no es
hipocresía. Si lo fuera, Lucas 6:27,28
esencialmente nos mandaría a ser
hipócritas. La hipocresía consiste más bien
en la pretensión de ser lo que no se es, o
hacer creer que se actúa motivado por
algo, cuando en realidad es otro el motivo
que lo inspira (Mateo 23:23-32;d. Gálatas
2:11-14). De modo que si usted tiene
sentimientos negativos hacia alguien,
sería hipócrita si actuara amablemente y
pretendiera que lo motiva un genuino
afecto por esa persona. En contraste, no
sería hipocresía conducirse en una forma
generosa y gentil, aun cuando crea que no
está de acuerdo, mientras reconoce por
sus palabras y accioúes que usted está
motivado por su amor a Dios (1 Pedro
2:13-25;d. Hechos 7:59,60).
Capítu.lo 11: Considere también
los intereses de los otros
1. W. E. Vine, An Expository Dictionary
of Biblical Words (Nashville: Thomas
Nelson, 1985),p. 679.
2. Para obtener una más completa
orientación acerca de la negociación
cooperativa, vea Fight to the Better End, por
G. Brian Jones y Linda Phillips-Jones
(Wheaton: Victor Books, 1989) y Getting
to Yes, por Roger Fisher y William Ury
(Bastan: Houghton Miffin, 1981).Ambas
obras proveen excelente guía y
sugerencias prácticas sobre cómo negociar
acuerdos.
Notas
Capítulo 12: Venza con el bien el
mal
1. Estos principios se discuten con
mayor detalle en la obra de Jay Adams
o
Hozo to Overcome Evil (Grand Rapids:
Baker Book House, 1979).
2. J. Gallagher, The Scarlet Pimpernel of
thí2 Vatican (N~w Yélrk: Ct:lwa-rd.MeCfifi1'l.,
1968),p. 18.
Conclusión
1. "El Compromiso del Pacificador""fue
desarrollado como parte del Programa
Compañeros en la Pacificación de
Peacemaker Ministries. Una de las
principales metas de este programa es
crear un consenso dentro de la comunidad
cristiana en cuanto a cómo los creyentes
deben responder al conflicto.El programa
provee también compañeros con mejor
acceso a los servicios de conciliación y
sugerencias para encarar los riesgos junto
con recursos sobre la conservación de
recursos educativos. Sírvase comunicarse
con el Instituto (vea el Apéndice E de este
libro) para obtener copias de "El
Compromiso del Pacificador" e 1.Como los escritores de la Declaración
información en cuanto cómo su iglesia,
ministerio, o negocio puede unirse al
Programa de Compañeros en la
Pacificación.
Apéndice B: Formas alternati-
vas de resolver disputas o
1.Juez Antonin Scalia,"TeachingAbout
the Law", Quarterly 7, no. 4 (Christian
Legal Service, otoño de 1987),p. 9.
2. La información de esta sección ha
sido tomada de Guidelines for Christian
Conciliation, un folleto publicado por
Peacemaker Ministries. Usado con
permiso.
289
Apéndice C: Principios de
restitución
1. Éxod022:1 es en cierto modo 'dÚídr
Je elllellJel. Creo que el di'fercntc
tratamiento de ovejas o bueyes rrniestra
la necesidad de sabiduría y flexibilidad
cuando se trata de determinar la
reatitudón. Ya que las ovejas sólo
necesitan pacer en un pasto para que
puedan producir lana, carne, y cría, son
relativamente fácil de ser reemplazadas.
En contraste, una gran cantidad de
entrenamiento debe ser invertida en un
buey antes de que pueda hacer
propiamente su trabajo. Por tanto, el
reemplazo envuelve más que
simplemente comprar un nuevo buey y
soltarlo en un pasto, como se haría con
una oveja.Así, Exodo 22:1parece implicar
que cuanto más difíciles reemplazar,tanto
más propio es pagar la restitución para
asegurar que el dueño ha sido
enteramente compenr;;ado.
Apéndice D: ¿Cuándo se debe ir
al tribunal civil?
de Independencia de los Estados Unidos
comprendieron, las leyes debe~ tener
como su propósito la protección de los
"derechos inalienables", eso es, aquellas
cosas de que una persona no puede ser
privada sin el debido proceso. Estas cosas
incluyen la vida (v.g., no ser objeto de
asalto, de golpiza, de estupro), la libertad
(v.g., no ser encarcelado injustamente, o
verse libre de intrusión en la crianza de
los propios hijos), y la búsqueda de la '
felicidad, que los escritores del
documento entendían que significa
principalmente el derecho a la propiedad
privada y al control de ella (v,g.,el derecho
a contratar, laprotección contra el robo, y
contra ciertos agravios).
ili
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291
290
 Indice de Temas

gentileza 80 pasando por alto las ofensas 23, 76, 77,

glorificar a Dios 30-32, 58, 252 152
paz
hijos 34, 283
con Dios 42
hipocresía 288
con los otros 43
identificación de intereses 227-233 importancia de la 40
ídolos 110, 128, 129 interior 43, 284
pecado 96-99
jurisdicción 277-278 perdón 195-197,198-215,287
planificación 169-172,221-224

Índice de temas lamentos 81, 82

litigación 22
con inconversos 273
principio de sustitución

quejas 100
211-215

contra organizaciones 278

costos de 264-265 reconciliación 183,184, 195-197,253
cuando es apropiada la 191-192,273 restitución 121-122,269-272,289
abuso físico 146,277-278 confesión 115-125,133-135 defendiéndose de 279 rezongo 100
agresión 23 confianza en Dios 30,56-70 entre creyentes 50-53,273.
Satanás 47-48
ansiedad 81, 82 conflicto lista de verificación 254-260
arbitraje 24, 187, 263 Servicio de Conciliación Cristiana 281
oportunidades de 28-30
siete pasos, los 115,256
arrepentimiento 113 mayordomía del 36-38 mansedumbre 284
sirva a otros 32-34
asesinato 23 estilos de manejo del 36-38 mayordomía
soberanía de Dios 56-59
Asociación de Servicios Cristianos de perspectiva del 19-23, 28-35 del conflicto 36-38
sufrimiento 60,285
Conciliación 282 control de la lengua 99-103,243 de posesiones 90
suicidio 22
Association of Christian Conciliation costo de conflicto 85-87, mediación 24, 262
sumisión 105
Services 282 creciendo a la semejanza de Cristo 34,
asunción de responsabilidades 103-107 35 negación 21
testimonio 44-47
autoexamen 96-112 declaraciones del tipo "yo" 172,173 negociación 219-'221,261-262
tribunal (vea litigación)
autoridad definición de los asuntos 75, 76, 227
abuso de 105 obedeciendo a Dios 30
demanda legal (vea litigación) unidad 29,44-47
enfrentando personasen 153 oportunidades del conflicto 27
derechos 87-94,285,289 ' uniformidad 29,49
respetando la 105 orientación, guía
desarrollo de opciones 233-236
de Dios 283 vana conversación 102,103
diablo (vea Satanás)
calumnia 101,285 de otros 36 venciendo el mal 241-250
disciplina eclesiástica 24,190,287
cambiando 121,126-133 discusión 24 venciendo el rencor 205-211
cambio de actitud 78-85 palabras irreflexivas 101
veracidad 101,158-178
cambio de corazón 107-110 enfrentamiento voluntad de Dios 284
carácter (vea cambiando) cuando es necesario el 153,285
chisme 102 delinconverso 140,141, ISO, 187
Christian Legal Society 281 excusas contra el 149, 150
cláusula de arbitraje 286 habilidades para el 159-178
cláusula de conciliación 286 personasen autoridad 151
cláusula de contrato 286 enojo :172
compañías de seguro 279 escape 21
Compromiso del Pacificador 251-253 escuchar 159
comunicación 156-178 Espíritu Santo 37,283
conciliación cristiana 265-268 evangelio 42,53,54,
conciliadores
responsabilidades de los 185, 186 falsedad 101
cuándo y cómo envolverse 181-186 fidelidad 37-38,103

292 293
 ,1'

Indice de personas Índice de referencias bíblicas

Adams, Jay E. 285,289 ~ack, Wayne 285
Baker, Don 287 Antiguo Testamento 5:5-8-271 25:1-44-228
~orison, Patrick 288 Génesis 5:5-10-270 25:23-35-151
Brandon, Tom 287 O'Flaherty, Hugh 248, 249 3:13~101 5:6,7-97 25:24-31-229
Burger, Warren 51,193,284 Packer, J. 1. 60, 284, 285 13:5-10-90 6:24-26-41 31:4-22
Buzzard, Lynn 287 Phillips-Jones, Linda 288 13:5-12-88 - 12:3-284
Champman, Gary 285 Piper, John 58, 284 2 SamueI
16:6-8-22 14:20-23-204
Elliot, Elisabeth 65,285 Powlison, David 284 12:1-13-148
37-50-63 25:12-41
Fisher, Roger 288 Scalia, Antonin 51,191,193,265,284,285, 12:11-14-204
39:9-63,97 30:2-104
Friesen, Garry .283 289 12:13-204
Gallagher, J. 289 39:11-23-63
SprouI, R. C. 105,285 Deuteronomio 13:1-39-204
HanseI, Tim 283 50:15-21-204
Swindoll, Charles 35, 283 22:8-270 16:5-10-204
Jones; G. Brian 288 50:19-21-63,88,90
Tada, Joni Eareckson 6-6,285 23:23-104 16:5-12-88
Kraybill, Ron 286,176 ten Boom, Corrie 210,288 Éxodo 24:15-105 16:21,22-204
Lewis, C. S. 10, 214, 288 U ry, William 288 1:6,7-90 29:29-37, 62 19:1-4-204
LIncoln, Abraham 192 Vine, W. E. 288 4:10-12-58 30:11-20-68 19:18-23-204
4:11,12-'61, 67 32:48-52-204 19:19-23-88
21:18-23-270 19:22,23-90
Josué
21:19-270
9:1-19-104 2 Reyes
21:22-270
21:22-24-285 Jueces 5:19-41
21:22-35-270 5:31-41
21:28,29-270 6:23-41 2 Crónicas
22:1-271,289 6:24-41 -6:37-39-115
22:1-15-270 16:9-37
1 Samuel
22:4-271 NehemÍas
1:17-41
22:5,6-270 9:5-37-81
2:22-25-21
22:28-88
16:5-41 Ester
Levítico 16:7-103,188 7:1-6-106
6:1-5-270 19:9,10-22
19:16-101 22:6-19-229 Job
19:17-146 24:1-22-229,245 1:6-12-58
26:6-41 24:10-245 31:13,14-105
24:17-20-245 40:41-63
Números 41:34-63
24:32-35-229
5:5-7-269 42:2,3-63
25:1-35-106

294 295

~ ____ o __ ._
 Indice de Referencias Biblicas Indice de Referencias Biblicas

42:11-58 139:1-18-57 20:3-77 Lamentaciones 5:9-41,45,251 18:20-192

44:11 139:6-58 20:19-101,105 3:37,38-58 5:11,12-285 18:21-35-88,208, 217
139:23,24-98 , 127 20:22-247 3:40-96 5:16-30 18:22-27-271
Salmo 21:1-57, 189 5:17-20-271 18:22-33-104
141:5-166,286 Ezequiel
8:3,4-57 21:23-100 5:21,22~23, 45, 143 18:27-208
15:4-104 Proverbios 14:6-114, 126
24:11,12-147 5:21-24-86, 144 . 18:27,32-201
18-81 2:17-104 18:30-126
24:28-100 5:21-48-286 18:30-208
19:14-32 3:5-7-30, 62 33:11-58
24:29-247 5:23,24-23, 45, 142,253 18:32-33-209
23:3-30 4:23-107 34:4-189
25:12-166 5:24-11, 195,211,249 18:34-209
29:11-41 6:1-5-104 34:8-10-189
25:15-106,158 5:25-280 18:35-209,288
32:1-5-143,209 8:13-108 34:25-41
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32:5-116 10:10-157 37:26-41
27:5,6-147,244 5:38-285 22:37-31
32:10-56 10:12-77 Daniel 5:39-148 22:39-43,220
28:13-99, 113, 126, 252
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36:2-98 11:12-157 29:20-,--100 1:8-236 6:12-198,201,253 23:23-38,280,286
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29:25-109
37:1-6-252 11:27,-82 1:11-14-151 6:21,-129 24:45-51-141 .
37:4-129 12:15-37, 99 Eclesiastés 1:11-16-237 6:24-108,109 25:14-21-253
37:11-284 12:16-23, 77 2:2{i-129 2:14-16-106 6:25-34-81, '129 25:21-19,38
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46-81 13:18-189 12:13-246 4:27-126 7:5-11,71, 148
51:3,4-97 14:8-221 Marcos
Isaías 4:35-57 7:9-11-129
62:11,12-59 14:22-169,221 2:17-188
2:4-41 6:1-28-31 7:12-88, 106, 220, 253
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9:6-41 10:29-57
73-70,247 15:5-166 Amós 11:25-203,252,288
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29:16-58 11:28-30.:.-242
77-81 15:22-37 11:29-284
32:17-43 Miqueas Lucas
78-81 15:23-165
43:2,3~0 4:1-4-41 12:36-58 1:5-25-129
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45:5-7-58 15:19-107 6:27,28-32, 45, 158, 213,
103:8-11-209 16:'1-57 Zacarías
46:9,10-57, 284 16:18-187 214,242,247,288
103:9,10-31 16:2-102 3:1-101
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103:9-12-207 16:4,5-59
53:1-7-91 Malaquías 17:27-90 6:28-203, 242
103:12-201 16:7-41
53:1-12-42 2:5-41 J8-180, 182, 186,276,280, . 6:29-36-33
105-81 16:9-57
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54:10-41 18:7-9-287 6:35,36-31, 242
.107-81 16:33-57
55:7,8-114 Nuevo Testamento 18:10-14-287 6:36-32, 87, 126
119:67-271 17:9-77
59:1,2-43, 143 18:15-11,24,29,137,149 6:36,37-288
119:67-71-61,271 17:10-166 Mateo
59:2-201 18:15,16-193 6:43-45-107
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119:133-108 17:28-100 Jeremías 4:1-101
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119:165-41, 43 18:13-160 17:10-103 4:1-11-242
18:16-24, 179, 181~186 8:t1-15-107
130:3,4-201 19:11-23,74,77,252 18:6-57 4:21-149
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, 135:6,7-57 19:21-57 31:19-115 5:5-284
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18:18-20-,--187 12:13-15-75

296 297
 Indice de Referencias Biblicas Indice de Referencias Biblicas

1- .'
¡, 12:16-21-109 2:36-41-204 6:23-42, 189, 201, 207 5:5-247,274 4:7-18-65 4:22-32-127
12:27-31-109 2:37-285 8:6-8-129 5:6-189 5:12-108 4:24-131
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12:29-108 4:5-17-106 8:28,29-34,61,252 5:11-102,274,285 7:9-10-114 4:29-102,157,174,252
12:42-36 4:18,19-106 8:31,32-284 5:12-274 7:10-115 4:29-31-50
12:42-48-141 4:18-20-187 9:15,16-57 6-182,273,275,278,279 8:1-102 4:29-32-50, 55
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19:1-10-271 5:27-32---:-187 12:17-21-252 6:7-,-275 13:11-41,285 5:21-24-105
19:8-116, 121, 252, 269 5:29-106 12:18-38,43,143,150,246, 6:9-11-127 5:22-24-107
Gálatas
19:8,9-271 5:41-64 253 6:10-285 5:25-33-105
1:3-41
22:41-44-35 5: 40-42-284 12:19-59, 247 7:1-40-89 6:1-3-22, 83
1:10-109
22:42-58 6:8-15-23 12:20-32 7:11-211 6:4-105
2:11-14-288
22:43-283 6:8-7:60-31 12:20,21-247 7:15-41, 104 6:9-105,120
5:16-21-108
23:34-31, 158,203 5:54-58-23 12:21-'-241 8:1-102 6:10-18-242
5:19-22-49
23:46-57 7:59,60-158, 284, 288 13:1-5-22, 247 8:1-13-89,285 6:12-48
5:19-26-251
24:36-41 7:60-203 13:1-7-105,192,274,277 9:1-18---:-89 6:19,20-65
5:22,23~37, 127, 242
9:15,16-90 13:2-105 9:3-15-88 5:22-6:2-147
Juan Filipenses
16:16-40-84 14:1-50, 285 9:11-274 6:1-33, 80, 141, 147, 149,
1:3-57 1:9,10-30
16:22-24-88 14:1-13-29 9:12-90 158,181,286
3:16-42 1:9-11-127,129
16:25-64 14:1....
15:3-285 9:24-27-131 6:1,2-80,82, 189, 190,252 1:12-14-65
4:1-18-188
16:35-39-89 14:12-59 10:6-108 6:1-3-24 2:3,4-89, 220, 253
5:30-32
16:36-38-90 14:13-19-143 10:13-,-37, 61 6:2-32,80 2:4-24, 218, 220
6:39-57
19:18-116 14:19-41, 102 10:14-128 6:9,10-33 2:5-11-91
8:29-32
19:35-41-90 15:2-102 10:23-,--102 6:10-150 2:13-127
8:44-101
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9:1-5-60
22:22-29-90 15:5-7-49 10:24-220 3:14-131
9:22-109 Efesios
22:25-90 15:7-29 10:31-11,15,252 3:19-108
11:1-4-60 1:11,12-57
22:25-29-89 15:13-41 10:31-11:1-29,89,191,252 4:2-9-78,252,284
12:24-27-36, 91 1:17-19-129
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24:1-26:32-22,106 15:32-57 12:12-31-50 4:8-83,213
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24:2-4-274 15:33-41 13:4-7-45, 247 4:9-41,131
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25:11-89, 90 13:6,7-103,167
14:15-31-30 1 Corintios 4:1-65 Colosenses
26:20-115 14:26-102
14:27-41 1:5-274 4:1,2-285 1:9-12-127, 130,285
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Romanos 1:10-49 4:1-3-49,253 1:16,17-57
15:8-30 1:7-41 2:9-15-37 2 Corintios 4:1-13-29 1:19,20-42
17:1-19-44 1:24-107 2:9-16-129 1:3-5-60 4:2-77 3:1,2-15, 128
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17:4-'-30 3:20-42 4:3,4-129 1:6-11-60 4:12-102 3:5-285
17:20-23-44 3:21-26-58 4:5-103,108 1:9-61 4:13-253 3:5-11-127
18:11-284 3:23-42 4:12,13-34, 158, 243 2:5-11-189 4:15-156, 157 3:5-14-252
21:19-31 3:24-30-288 4:16-34 2:7-214 4:16-103 3:8-102,285
5:1,2-42 5:1-6-188 2:7-10-201 4:17-285 3:12-132, 285
Hechos
5:3,4-61 5:1-13-,-146,189,274 3:18-34 4:19-108 3:12-15-41
2:23-58
5:5-69 5:4,5-277 4:2-100 4:22-24-107,129 3:13-23,77, 198, 199, 201

298 299

l,
 Indice de Referencias Bíblicas

Tito 2:13-25-288
3:13-49, 199
2:3-101 2:13-3:6-105
3:15-49
2:7-34 2:15-245
3:16-82, 148, 286
2:9,10-105 2:19-253
4:1-105
3:1,2-284 2:19-23-106
4:3-64
3:9-284 2:20-'60
4:3,4-65
3:10-146 2:22-25-89,91
1 Tesalonicenses 2:23-57,60
2:4-109 Filemón 2:24,25-42, 201
3:10-149 17-18-284 3:7-105
4:1-127
Hebreos
3:8,9-284 El abogado Ken Sande es director ejecutivo de Peacemakers@
4:10-127 3:9-102,158,243
. 5:10,11-37
4:12-107
3:15,16-33, 245
Ministries. Regularmente concilia disputas en empresas, fami-
5:14-133
5:12,13-105 3:17-58 lias, centro de trabajo, e iglesias, y sirve como consultante de
8:10-108
5:13-41 10:24,25-37, 286
4:8-23,77 pastores y abogados cuando se ocupan en la solución de dispu-
5:13-15-49 4:10,11-37
12:1-13-189
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tas fuera del tribunal civil. A través de los Estados Unidos Sande
,2 Tesalonicenses 12:14-41, 284
13:17-105, 187 4:15-147 conduce seminarios sobre la solución bíblica de los conflictos.
3:6-187
4:19-60, 253
3:11-147 13:20-41
5:1-3-105
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5:8-47
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Santiago 5:9-48
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1 Timoteo
1:13,14-58
1:20-247, 277 2 Pedro
1:19-159
4:1-3-48 1:4-8-126
2:10,11-97, 209
4:12-34 2:10-12-285
2:12,13-87
5:13-101,147
3:5,6,8-100 1Juan
5:19,20-151
3:9-243 1:5-58
6:1,2-105
6:3-6-284 3:14-108 1:8-98,252
3:17,18-252,284 1:9-207, 252
6:10-109
6:11-285 3:18-41 2:6-31,126
4:1,2-29 2:15-17-108 .
2 Timoteo 4:1-3-107,252 3:1-102
1:7-37 4:7-48 3:4-97
1:12-57 4:8-128 3:18-214
2:16-103 4:11,12-103 3:21-24-43
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2:23-26-284 5:19,20-147 2 Juan
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176,252 5-6-30
2:25,26-48, 114 1 Pedro
1:6,7-60, 148 Apocalipsis
3:2-102,285
1:8-129 2:23-188
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1:15,16-126 4:11-57
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