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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Nacional Experimental “Francisco de Miranda”
Área Ciencias de la Salud
Medicina, extensión Barinas

MECANISMOS DE DEFENSA FRENTE A


HONGOS PATÓGENOS.

Bachilleres: Dra. Yarelis Chirinos

-Costero Jherlyn CI 29841164

-Desantiago Yaslenny CI 28361817

-Mejjías Fraydielis CI 30221490

-Molina Karlenys CI 29522261

-Moreno Yojainnis CI 26928177

-Pineda María CI 30221384

-Zamora Dulce CI 31012674

-Edwin Valero CI 28226974

Julio,2022.
Introducción.

Los hongos no son plantas ni animales. Antaño eran considerados plantas, pero hoy
día están clasificados como un reino propio. Algunos hongos causan infecciones en las
personas.

Como las esporas de los hongos suelen estar presentes en el aire o en el suelo, las
infecciones por hongos (infecciones fúngicas, micosis) suelen empezar en los pulmones
o en la piel. Las micosis rara vez son graves, salvo que el sistema inmunitario esté
debilitado, cosa que suele ocurrir a causa del consumo de fármacos o trastornos
médicos.

Por lo general, las infecciones por hongos evolucionan lentamente. Los antifúngicos
(antimicóticos) pueden aplicarse directamente en la zona afectada o, si la infección es
grave, administrarse por vía oral o inyectarse.

Las infecciones fúngicas pueden causar un gran número de manifestaciones


clínicas que dependerán del lugar de la infección y de la respuesta inmunitaria del
paciente. Su diagnóstico se establece sobre la base y sospecha clínica y los datos del
laboratorio microbiológico.

El Laboratorio Clínico es una herramienta primordial para el área médica, ya que por
medio de este se diagnostican diferentes patologías y además se realizan estudios para
establecer el tipo de tratamiento que se debe administrar al paciente, al igual que el
seguimiento del mismo.
Describir la respuesta inmunitaria frente a la infecciones por hongos:

Hay entre 1.5 y 5 millones de especies de hongos con la capacidad de crecer en casi


cualquier lugar, cómo el océano, el suelo, las plantas y los animales. Algunas forman
esporas, que inhalamos diariamente (por ej., especies de Aspergillus), y otras viven
como organismos comensales humanos (por ej., especies de Candida). A pesar del
estrecho contacto que tenemos con ellos, la forma en que nuestro sistema inmunitario
los reconoce y nos protege frente a las especies patógenas, no se comprende tan bien si
lo comparamos con el caso de bacterias y virus.

Aunque hay una gran cantidad de hongos en el mundo, solo un pequeño número de
éstos pueden causar enfermedades. Estos últimos son en su mayoría patógenos
oportunistas, lo que significa que sólo causan enfermedades en ciertas circunstancias,
como cuando el sistema inmunitario se debilita. Por ejemplo, la quimioterapia,
los medicamentos inmunosupresores y la infección por VIH, provocan el deterioro del
sistema inmunitario, lo que facilita las infecciones fúngicas en pacientes vulnerables. El
uso cada vez más frecuente de este tipo de medicamentos, junto con el aumento de
infecciones por el VIH, ha provocado que la incidencia de infecciones por hongos haya
aumentado mucho en las últimas décadas.

Los hongos pueden causar muchos tipos diferentes de infecciones. Éstas pueden ir
desde infecciones comunes de la piel o las mucosas, hasta una sepsis grave y un fallo
orgánico. En ambos casos, hay pocos tratamientos, y no hay vacunas disponibles.

Especies fúngicas Tipos de Infección

Candidiasis vulvovaginal, candidiaisis oral

Candida albicans (infección de la boca),

candidiasis diseminada (sepsis)

Aspergilosis pulmonar invasiva (infección


Aspergillus fumigatus
pulmonar)

Pneumocystis carinii Neumonía (infección pulmonar)

Cryptococcus neoformans Criptococosis (infección pulmonar, meningitis)


Tipos de respuestas inmunitarias:

Inmunidad innata y adaptativa

La defensa contra los microbios está mediada por las respuestas secuenciales y
coordinadas que se denominan inmunidad innata y adaptativa. La  inmunidad
innata (también llamada inmunidad natural o nativa ) es esencial para defender contra
los microbios en las primeras horas o días siguientes a la infección, antes de que se
desarrollen las respuestas inmunitarias adaptativas. Al contrario que la inmunidad
innata, hay otras respuestas inmunitarias estimuladas por la exposición a
microorganismos infecciosos que aumentan en magnitud y capacidades defensivas con
cada exposición sucesiva a un microbio en particular. Debido a que esta forma de
inmunidad surge como respuesta a la infección y se adapta a ella, se
denomina inmunidad adaptativa (también llamada  inmunidad específica o inmunidad
adquirida).

Propiedades

La respuesta inmunitaria adaptativa está mediada por células llamadas linfocitos y sus
productos. Los linfocitos expresan receptores muy diversos capaces de reconocer un
enorme número de antígenos. Hay dos poblaciones principales de linfocitos,
llamados  linfocitos B  y  linfocitos T , que median diferentes tipos de respuestas
inmunitarias adaptativas. Primero resumiremos las propiedades importantes del sistema
inmunitario adaptativo y después volveremos a los diferentes tipos de respuestas
inmunitarias.

Características principales de las respuestas inmunitarias adaptativas:

Las propiedades fundamentales del sistema inmunitario adaptativo reflejan las


características de los linfocitos que median estas respuestas.
• Especificidad y diversidad. Las respuestas inmunitarias son específi cas frente
a los distintos antígenos y a menudo de diferentes porciones de un solo complejo
proteínico, de un polisacárido o de cualquier otra macromolécula.
• Memoria. La exposición del sistema inmunitario a un antígeno extraño favorece
su capacidad para responder de nuevo a ese mismo antígeno. Las respuestas a
esta segunda exposición y a las sucesivas, llamadas respuestas inmunitarias
secundarias, suelen ser más rápidas, de mayor magnitud y más amplias que la
primera respuesta inmunitaria a ese antígeno, o primaria, y a menudo son
cualitativamente diferentes.
• Falta de reactividad frente a lo propio (tolerancia de lo propio). Una de las
propiedades más destacadas del sistema inmunitario del sujeto normal es su
capacidad para reconocer muchos antígenos extraños (ajenos), responder a ellos
y eliminarlos sin reaccionar contra las sustancias antigénicas del mismo
individuo (propias). La insensibilidad inmunitaria también se denomina
tolerancia

Inmunidad humoral y celular

Existen dos tipos de respuestas inmunitarias adaptativas, llamadas inmunidad


humoral e inmunidad celular, en las que intervienen componentes diferentes del sistema
inmunitario y que sirven para eliminar microbios de distintos tipos.

La  inmunidad humoral cuenta con unas moléculas presentes en la sangre y en las


secreciones mucosas, que reciben el nombre de  anticuerpos,  producidas por
los linfocitos B. Los anticuerpos reconocen los antígenos microbianos, neutralizan la
infecciosidad de los microorganismos y los marcan para su eliminación por los
fagocitos y el sistema del complemento. La inmunidad humoral es el principal
mecanismo de defensa contra los microbios extracelulares y sus toxinas (p. ej., en las
luces de los sistemas digestivo y respiratorio y en la sangre) debido a que los
anticuerpos secretados pueden unirse a ellos y contribuir a su destrucción.
Por su parte, la  inmunidad celular queda a cargo de los  linfocitos T. Muchos
microbios son ingeridos por los fagocitos y sobreviven en su interior, y algunos
microbios, sobre todo los virus, infectan a varias células del hospedador y se replican en
ellas. En estos lugares los microbios son inaccesibles a los anticuerpos circulantes. La
defensa contra estas infecciones corresponde a la inmunidad celular, que fomenta la
destrucción de los microorganismos residentes en los fagocitos o la eliminación de las
células infectadas para suprimir los reservorios de la infección.

Barreras anatómicas y físicas

Barreras anatómicas (superficies corporales): 

Algunos microorganismos han desarrollado estructuras para invadir el cuerpo del


hospedador a partir de las mucosas. Por ejemplo, el virus de la gripe posee una molécula
que le capacita para unirse firmemente a las células de la membrana mucosa y así
escapar al efecto de las células ciliadas. Muchas bacterias patógenas logran adherirse a
las mucosas a través de sus fimbrias, que se unen con ciertas glucoproteínas o
glucolípidos de los epitelios de tejidos determinados.

Función del pH

Por ejemplo, en el estómago, el pH bajo (alrededor de pH 2) impide que lo atraviese


la mayoría de microorganismos, excepto algunos patógenos (p. ej., Salmonella, Vibrio
cholerae, etc.).

pH ligeramente ácido de la piel y de la vagina.

Función de la temperatura

Muchas especies no son susceptibles a ciertos microorganismos sencillamente porque


su temperatura corporal inhibe el crecimiento de éstos. Así, los pollos presentan
inmunidad innata al ántrax debido a que su temperatura es demasiado alta para que el
patógeno pueda crecer.

Sustancias antimicrobianas del organismo

-La lisozima aparece en muchas secreciones (nasofaringe, lágrimas, sudor, sangre,


pulmones, tracto genitourinario...).

-beta-lisina, producida por las plaquetas.


-Espermina en el semen.

Secuestro de hierro

Que hace que el Fe libre en el organismo sea muy escaso (del orden de 10-8M). En las
células, el Fe está "secuestrado" formando complejos con moléculas como
hemoglobina, mioglobina, citocromos, ferritina, etc. En la sangre, el Fe está unido a la
transferrina. Sin embargo, algunos patógenos han evolucionado mecanismos para
obtener Fe a partir de algunas de estas proteínas: se trata de un tipo de moléculas
llamadas sideróforos, que pueden captar Fe a partir de la transferrina. Como ejemplo,
la enterobactina de miembros de la familia Enterobacteriáceas.

Protección de la microbiota normal

La microbiota normal del organismo evita la colonización del hospedador por


microorganismos exógenos.

Esa es la razón por la que una limpieza exagerada de la piel y de la vagina puede ser
causa de infecciones por microbios exógenos. Recuérdese el papel de protección que
confiere la bacteria Lactobacillus acidophilus en el hábitat de la vagina. Por otro lado,
un abuso de antibióticos suministrados por vía oral puede llegar a alterar el equilibrio
ecológico de la microflora intestinal.

Componentes celulares del sistema inmunitario:

Neutrófilos: Estos glóbulos blancos están entre las primeras células que llegan al lugar
de una infección. Pueden ingerir los microorganismos invasores y, a la vez, liberar
proteínas especiales llamadas enzimas, que ayudan a destruirlos.

Monocitos y macrófagos: Los monocitos son glóbulos blancos que se forman en la


médula ósea y luego viajan por el torrente sanguíneo hasta diferentes tejidos y órganos.
En su destino se convierten en macrófagos, leucocitos que pueden rodear y devorar
células no deseadas. Los monocitos y los macrófagos también pueden contener
antígenos de estas células no deseadas en su superficie para que los linfocitos del cuerpo
puedan detectarlos e iniciar una respuesta inmunitaria específica. Por esta capacidad, los
monocitos y los macrófagos también se denominan células presentadoras de antígenos.

Células dendríticas: Las células dendríticas se encuentran en el torrente sanguíneo, la


piel y otros tejidos. Estas son células presentadoras de antígenos poderosas, que pueden
encontrar invasores externos en el cuerpo, devorarlos y luego “presentar” los antígenos
de estas células no deseadas en sus superficies. Las células dendríticas ingresan a las
áreas donde se concentran los linfocitos, como los ganglios linfáticos y el bazo, y los
activan para iniciar una respuesta inmunitaria específica contra estos antígenos.

Los linfocitos son los glóbulos blancos a cargo de una respuesta inmunitaria más
dirigida. Por ejemplo:

Células B: Las células B se forman en la médula ósea y, después, se agrupan en los


ganglios linfáticos y otras áreas de tejido linfático del cuerpo. No pueden destruir
materiales no deseados por sí mismas; en su lugar, producen los anticuerpos que
reconocen antígenos específicos y se acoplan a ellos. Estos anticuerpos destruyen los
antígenos o dan instrucciones para que lo hagan otras células inmunitarias, como las
células T.

Células T: Las células T también se forman en la médula ósea, pero luego se mueven al
timo, una glándula detrás del esternón, para madurar. Se reúnen en los ganglios
linfáticos y el bazo, donde pueden reconocer virus específicos y otras células no
deseadas, y reaccionar a ellos de manera similar a los anticuerpos. Algunas células T
son responsables de manejar la respuesta inmunitaria en general y no atacan a sustancias
nocivas por sí mismas.

Existen tres tipos principales de células T:

Las células T citotóxicas destruyen materiales no deseados. Cuando encuentran


antígenos unidos a invasores nocivos, matan a los invasores. Algunos ejemplos son
virus y células que están pasando por cambios precancerosos, pero que no son
propiamente cancerosas aún.

Las células T auxiliares producen sustancias que facilitan el trabajo de las células B y
las células T citotóxicas, pero no destruyen invasores nocivos por sí mismas.
Las células T reguladoras (inhibidoras) evitan que el sistema inmunitario reaccione
desproporcionadamente y ataque tejidos sanos en todo el cuerpo.

Células citotóxicas naturales o NK: Las células citotóxicas naturales contienen


proteínas denominadas “enzimas” que pueden acabar con materiales posiblemente
nocivos. No discriminan tan bien como las células T, ya que no necesitan antígenos
específicos para activarse. Por lo tanto, están dirigidas hacia un rango más amplio de
sustancias externas.

Componentes moleculares del sistema inmunitario

Reactantes de la fase aguda

Los reactantes de fase aguda son proteínas plasmáticas cuyos niveles aumentan
drásticamente (llamado reactantes de fase aguda positivos) o, en algunos casos,
disminuyen (llamados reactantes de fase aguda negativa) en respuesta a las
concentraciones circulantes elevadas de interleucina IL-1 e IL-6 que se producen
cuando ocurre infección o daño tisular. Los que más aumentan son:

• Proteína C reactiva (CRP)

• Amiloide sérico A

Otros reactantes de fase aguda incluyen:

• Lectina de unión a manosa

• Componente de suero amiloide P

• Glucoproteína alfa-1-ácida

• Fibrinógeno

La proteína C reactiva, la lectina de unión a manosa y el componente amiloide P


sérico activan el complemento y actúan como opsoninas. La amiloide A sérica y la
glucoproteína ácida alfa-1 son proteínas de transporte, y el fibrinógeno es un factor de
coagulación. Las concentraciones elevadas de proteína C reactiva son indicadores
inespecíficos de infección o inflamación. El aumento de los niveles de fibrinógeno es
la razón principal por la cual la velocidad de sedimentación globular (VSG) está
elevada en la inflamación aguda.

Muchos reactantes de la fase aguda se sintetizan en el hígado. En conjunto, ayudan


a limitar la lesión tisular, aumentan la resistencia del huésped frente a la infección y
favorecen la reparación tisular y la resolución de la inflamación.

Anticuerpos

Los anticuerpos (Ac) actúan como el receptor del antígeno (Ag) sobre la superficie
de las células B y, en respuesta al Ag, son posteriormente secretados por las células
plasmáticas. Los anticuerpos reconocen configuraciones específicas (epítopos, o
determinantes antigénicos) sobre las superficies de antígenos (p. ej., proteínas,
polisacáridos, ácidos nucleicos). Los anticuerpos y los antígenos se ajustan
fuertemente debido a que sus formas y otras propiedades de superfcie (p. ej., carga)
son complementarias. La misma molécula de anticuerpos puede reaccionar de forma
cruzada con antígenos relacionados si sus epítopos son lo suficientemente similares al
antígeno original.

Citocinas

Las citocinas son polipéptidos secretados por las células inmunitarias y otros tipos
celulares que interactúan con un antígeno específico, con moléculas asociadas a
patógenos como la endotoxina, o con otras citocinas. Las principales categorías son

• Quimiocinas

• Factores estimulantes de colonias

• Interleucinas (IL)

• Interferones (IFN-alfa, IFN-beta, IFN-gamma)

• Factores del crecimiento transformantes (TGF)


• Facores de necrosis tumoral (TNF-alfa, linfotoxina-alfa, linfotoxina-beta)

Aunque la interacción con un antígeno específico desencadena la secreción de


citocinas, las propias citocinas no son específicas del antígeno; de este modo, suponen
un puente entre la inmunidad innata y la adquirida y en general influyen en la
magnitud de la respuesta inflamatoria o inmunitaria. Actúan de forma secuencial,
sinérgica o antagónica. Pueden actuar de manera autocrina o paracrina.

Las citocinas envian sus señales a través de receptores de superficie. Por ejemplo, el
receptor para la IL-2 está compuesto por 3 cadenas: alfa (α), beta (β) y gamma (γ). La
afinidad del receptor para la IL-2 es
• Alta si se expresan las 3 cadenas

• Intermedio si solo se expresan las cadenas beta y gamma

• Baja si se expresa solo la cadena alfa

Las mutaciones o deleciones de la cadena gamma es la base para


la inmunodeficiencia combinada grave  ligada al X.

Quimiocinas
Las quimiocinas inducen la quimiotaxis y la migración de lecucitos. Hay 4
subconjuntos (C, CC, CXC, CX3C), definidos por el número y el espaciamiento de
sus residuos de cisteína amino terminales. Los receptores de quimiocinas (CCR5 o los
linfocitos T de memoria, monocitos/macrófagos y células dendríticas; CXCR4 en
linfocitos T) actúan como correceptores para la entrada del HIV a las células.

Las principales características del sistema inmune son:

La capacidad para diferenciar lo propio de lo ajeno

El sistema inmune tiene la capacidad para diferenciar lo propio de lo ajeno,


reaccionando contra todo lo extraño para él (antígenos). El sistema inmune tiene una
capacidad extraordinaria de reaccionar frente a cualquier molécula distinta de su
propia estructura por pequeña que esta sea. Sin embargo, no reacciona frente a sus
propios componentes. Esta característica de diferenciar lo propio de lo ajeno, es una
de las bases más importantes de la inmunología. En la fase embrionaria los linfocitos
que pueden reaccionar con las moléculas propias del animal son eliminadas mediante
un mecanismo de apoptosis (muerte celular programada). Al sistema circulatorio
solamente pasarán los clones celulares capaces de reaccionar contra antígenos
extraños, siempre que estén asociados a su mismo SLA, así como los clones tolerantes
a sus propias estructuras. En esta selección juegan un papel muy importante los
antígenos de histocompatibilidad (SLA).

Fallas del sistema inmunitario

A veces pueden ocurrir errores en el sistema inmune para diferenciar lo propio de lo


extraño. Así, puede ocurrir que el sistema inmune no responda a alguna partícula
extraña. Este fenómeno se denomina tolerancia. Por el contrario, en algunas
circunstancias, el sistema inmune puede reaccionar frente a sus propias estructuras.
Estas reacciones se denominan autoinmunidad.

Como toda maquinaria intrincada y mecanismo biológico, el sistema inmunitario no


está exento de error. Lo importante es que, en la mayoría de las ocasiones, actúa a
nuestro favor y nos cuida ante perjuicios externos y propios. Sin él, la vida tal y como
la conocemos a día de hoy sería imposible, sobre todo con los estándares de salud a
los que estamos acostumbrados.

La especificidad del sistema inmune

Se debe a que tanto los anticuerpos como los linfocitos sólo reconocen a un único
epitope o determinante antigénico. El sistema inmune puede reconocer miles de
millones de antígenos diferentes, pero para cada determinante se inducirá un linfocito
específico. Existen tantos linfocitos estimulados, como determinantes formen el
antígeno.
La memoria

Cuando un antígeno, se presenta por vez primera, al sistema inmune se produce una
respuesta primaria, quedando un linfocito memoria por cada uno de los epitopes del
antígeno. Cuando ese antígeno vuelva a estar en contacto con el sistema inmune
(respuesta secundaria), el linfocito memoria se estimulará para producir cuantos
clones de linfocitos específicos sean necesarios,(frente a ese determinado epitope) de
una manera más rápida y efectiva que en la respuesta primaria.

¿Qué quiere decir respuesta inmunitaria?


Mecanismo de defensa del cuerpo contra sustancias que considera dañinas o extrañas.
Durante esta respuesta el sistema inmunitario reconoce y ataca los antígenos
superficiales (por lo general, proteínas) de sustancias o microorganismos, como
bacterias o virus, de manera que los ataca y en ocasiones los destruye.

Respuesta inmune específica


La respuesta inmune específica se caracteriza porque es efectiva ante aquellos
antígenos frente a los cuales se ha iniciado y desarrollado. Este tipo de respuesta es
mediada por los linfocitos. Los linfocitos son de dos tipos: linfocitos B y linfocitos T.
Los linfocitos T, a su vez, pueden ser linfocitos T colaboradores (Th), linfocitos T
citotóxicos (Tc) y por algunos autores también se proponen los linfocitos T
supresores/reguladores (Ts).
La respuesta inmune específica, se considera que puede ser de dos tipos: humoral y
celular. Aunque la separación de ambos tipos de respuesta es más de tipo didáctico que
real, en general se considera que cuando el elemento efector final son las
inmunoglobulinas formadas por los linfocitos B se trata de una respuesta tipo humoral,
mientras que cuando participan los linfocitos T tanto colaboradores (Th) como
citotóxicos (Tc), se trata de una respuesta tipo celular.
Para que se inicie una u otra respuesta inmune se requiere el reconocimiento del
antígeno y activación de los linfocitos. Los linfocitos B reconocen los antígenos
mediante inmunoglobulinas de membrana (Igs) mientras que los linfocitos T lo
reconocen mediante una estructura especializada a tal fin conocida como receptor de
linfocitos T (TcR). Para que los linfocitos se activen, se requiere además del
reconocimiento del antígeno por los receptores T, la participación de otras moléculas
como son las moléculas accesorias y las interleucinas. Si participa solo el RcT se
produce una anergia (no respuesta). Rct : También se llama receptor de célula T

Es un sistema de defensa que constituye la tercera línea de defensa del organismo,


esta inmunidad se ve representada por dos tipos de células:
 Por linfocitos T en el caso de la inmunidad celular.
 Por linfocitos B en el caso de la inmunidad humoral.

Los tipos de inmunidad.


Dependiendo de qué tipos de mecanismos desencadenan y consiguen la memoria
inmunológica se habla de inmunidad natural y artificial. Tradicionalmente, dependiendo
de si es el organismo el que sintetiza sus propios anticuerpos o bien los recibe de otro,
se habla también de inmunidad activa o pasiva, respectivamente.
a) Inmunidad natural activa. Obtenida por los propios mecanismos del individuo,
tal como se ha descrito anteriormente, cuando de forma ocasional penetra un
germen en su organismo.
b) Inmunidad natural pasiva. Se da cuando los anticuerpos son recibidos en
estado embrionario a través de la placenta. Se ha comprobado también que, en la
mayoría de los mamíferos, la primera leche materna, llamada calostro, es rica en
inmunoglobulinas que actúan hasta que el bebé va desarrollando sus
mecanismos inmunológicos.
c) Inmunidad artificial activa. Es la vacunación. Consiste en la introducción de
gérmenes muertos o atenuados, incapaces de desarrollar la enfermedad, pero que
son portadores de los antígenos específicos que desencadenas la respuesta
inmune, confiriendo la memoria inmunológica al organismo. Es un método
preventivo.
d) Inmunidad artificial pasiva. Es la sueroterapia. Consiste en inyectar al
individuo que sufre una infección los anticuerpos específicos del germen
causante sin que haya que esperar la respuesta de inmunidad el individuo. Los
anticuerpos se logran vacunando con dicho germen a un animal, para que este
ponga en marcha su respuesta inmune. En su sangre estarán posteriormente las
globulinas específicas. Tras la extracción de la sangre del animal, se aíslan y
purifican los anticuerpos que van a ser inyectados en la persona infectada. hasta
ahora el animal de laboratorio empleado en la obtención de suero y anticuerpos
ha sido el caballo, debido a su gran volumen sanguíneo. La acción del suero es
terapéutica, es decir, curativa.

Fases de la respuesta inmunitaria


La respuesta inmune adaptativa presenta diversas etapas que pueden ser
sistematizadas como inducción (a), activación y cooperación celular (b), expansión
clonal (c) y respuesta efectora (d). En la mayoría de los casos, se generan células de
memoria (e) responsables de respuestas secundarias ante un segundo o posterior
contacto con el mismo antígeno (memoria inmunológica).
Durante la inducción de la respuesta inmune (a), los linfocitos reconocen
específicamente a los determinantes antigénicos o epitopos que son presentados a ellos
en el contexto de moléculas codificadas por el complejo mayor de histocompatibilidad
MHC clase I o II o bien directamente. En la segunda etapa (b), los linfocitos que se han
activado a raíz del reconocimiento del antígeno y que han recibido el estímulo de la
interleuquina 1 (IL-1) secretada por la célula presentadora de antígeno (CPA), liberan
interleuquina 2 (IL-2). Esta citoquina interactúa con receptores específicos que han
surgido en la membrana de ese u otros linfocitos activados. El hecho de que los
receptores para IL-2 se expresen sólo en aquellos linfocitos que han sido estimulados
por antígeno, evita una proliferación desmedida de linfocitos por acción de este
poderoso factor de crecimiento. De esta manera, se asegura que la expansión clonal se
limite sólo a linfocitos que están respondiendo a un estímulo antigénico.
A raíz de esta cooperación se produce la expansión de los clones linfocitarios
específicos para el o los antígenos que originaron la respuesta (c). Durante esta etapa los
linfocitos proliferan activamente y posteriormente se diferencian a células efectoras. Las
respuestas efectoras (d) presentan básicamente tres modalidades las que se producen
generalmente en forma simultánea con predominio de una u otra. La respuesta humoral
(1) está a cargo de inmunoglobulinas o anticuerpos y tiene como mecanismo
amplificador principal al sistema del complemento, y a través de él, a una reacción
inflamatoria exudativa. La respuesta celular tipo hipersensibilidad retardada (2) está
mediada por linfoquinas secretadas por linfocitos T CD4+ o TDTH que interactúan con
macrófagos y otras células originando inflamaciones productivas. Finalmente, los
linfocitos T CD8+ o TC (3) ejercen citotoxicidad directa sobre células nucleadas
alteradas.

Activación linfocitaria
Una vez que reconoce al antígeno, la célula se activa, madura y crea un clon. Todo
esto depende de tres señales específicas:
 Interacción de TcR y péptido antigénico.
 Segunda señal dependiente de moléculas co-estimuladoras.
 Tercera señal que depende de citosinas secretada por células media.
La activación linfocitaria pone en marcha una serie de procesos:

Transducción de señales que llega al núcleo y activan la expresión de determinados


genes que codifican proteínas, cambio de isotipo, anticuerpos…

Proliferación celular: estimula el crecimiento de la célula (expansión clonal) y del clon


de células al que da lugar.
Diferenciación de células efectoras y de memoria: es un elemento central en las
respuestas de tipo adaptativo sobre todo para la llegada de antígenos posteriores.

Homeostasis: cuando el sistema inmunitario se activa y consigue la destrucción de los


microorganismos, inmediatamente pone en marcha otros mecanismos de regulación
para asegurarse de que el sistema inmunitario vuelve a su estado inicial de reposo
(situación de homeostasis).
Es decir, tiene la capacidad de activar sistemas que le permiten volver al homeostasis,
lo que facilita que el sistema inmunitario se preare ante nuevos antígenos. Solo se
activaría de nuevo si se mantiene el antígeno o si viene un segundo antígeno.
Esta situación de homeostasis es la situación específica para no consumir energía de
más. Es cuando esperamos a un segundo antígeno. Por ejemplo: cuando se activa los
linfocitos T, al cabo de un tiempo expresan en membrana moléculas como CTLA 4 que
tienen un efecto contrario a las anteriores, es decir, es un sistema que permite que un
linfocito T no esté siempre activado durante el tiempo que vive.

Fase efectora

Eliminación de los antígenos. Consiste en la activación de cualquier tipo de célula que


sea necesaria y especifica en cada caso, dependiendo del patógeno (la respuesta será una
u otra en función del patógeno). Intervienen linfocitos Th (células productoras de
citocinas), Tc y Ac (los Ac que pertenecen a la inmunidad adaptativa tienen capacidad
para activar células de la inmunidad innata al igual que las Th).

Tipos de inmunidad especifica


La inmunidad celular y humoral tiene como función efectora especifica de modo que
se estudian de forma separada, pero en realidad suelen actuar de forma conjunta

La inmunidad celular mediada por linfocitos T (los que actuaran contra las células
infectadas) por otro lado tenemos a la inmunidad humoral mediada por anticuerpos que
se vuelcan a la sangre para actuar contra los agentes patógenos, estos anticuerpos son
solubles en plasma .por lo tanto se denomina inmunidad humoral

Inmunidad celular

Se denomina inmunidad celular porque son células, en particular linfocitos T, las


encargadas de directas en luchar contra las infecciones estas son de carácter
intracelular ,siendo principalmente los virus los causante de estas infecciones ,pero
también podemos encontrar bacterias, hongos, protozoos, capaces de infectar la célula.

Linfocitos T: los linfocitos T provienen de la medula ósea, pero maduran es en el timo


donde los linfocitos T vírgenes que salen son capaces de reconocer casi ilimitadas
morfologías antigénicas.

Estos linfocitos T pueden ser efectores los conocidos CD8+ y los cooperadores o
CD4+, ambos expresan receptores específicos TCR que son diferente entre ambos.
En el caso de los linfocitos T efectores, una vez reconozcan el antígeno por medio de
sus receptores, derivaran en el desarrollo de una expresión clonal de linfocitos T
capaces de reconocer dicho antígeno que destruirá las células infectadas ,migrando a los
lugares donde se encuentre la infección
Por otro lado, esta los linfocitos T cooperadores .los encontramos en los órganos
segundarios linfoides segundarios, donde junto con linfocitos B en la producción de
anticuerpos, principales moléculas que intervienen en la inmunidad humoral.

Los linfocitos T, una vez activada la respuesta inmune van a darle lugar a los
linfocitos T de memoria, de forma que futuras infecciones con el mismo
microorganismo podrá reconocerlo y actuar de forma eficaz y rápida. para reconocer la
célula infectada los linfocitos T deben de reconocer el CMH clase1 presentado en
superficie por la célula infectada.

Principales Líneas de defensa del hospedador contra los hongos patógenos:

Línea de defensa del hospedador:

Innata o inespecífica: es un sistema de defensas con el cual usted nació y que lo


protege contra los antígenos, la inmunidad innata consiste en barreras que impiden que
los materiales dañinos ingresen en el cuerpo .estas barreras forman parte la primera
línea de defensa en la respuesta inmunitaria, ejemplo inmunidad innata abarcan

.El reflejo de la tos

.Las enzimas de las lágrimas y los aceites de la piel

.La piel

.El acido gástrico

La inmunidad innata también viene en forma de químico proteínico ,llamado


inmunidad humoral innata ,los ejemplos abarcan :el sistema de complemento del cuerpo
y sustancias llamadas Interfieren e Interleucina 1 (que causa la fiebre)

Si un antígeno traspasa estas barreras, es atacado y destruido por otras partes del
sistema inmunitario
Adquirida: es la inmunidad que se desarrolla con la exposición a diversos antígenos. el
sistema inmunitario de la persona constituye una defensa contra ese antígeno especifico.

SON 3 LINEAS DE DEFENSA:

Primera (inespefica)

Mecanismo físico

Epitelios de revestimiento

Epitelio ciliado

Mecanismo químico

Secreciones

Enzimas

Sustancias acidas

Defensinas

Pepidos antibacterianos

Mecanismo microbiológico

Flora bacteriana normal

Segunda (inespecifica)

Fagocitosis y sistema del complemento

Contra a patógenos extracelulares

Macrófagos

Contra bacterias intracelulares

Contra bacterias intracelulares células NK e interperiforme

Contra células infectadas por virus

Tercera (especifica)

Linfocitos Mecanismo específicos y adoptivos que deja memoria inmunológica


Mecanismo de evasión de los hongos:

Las micosis invasivas causadas por hongos filamentosos afectan principalmente a


pacientes que presentan alteraciones de la inmunidad. Está revisión se centra en la
patogenia de tales micosis causadas por los principales hongos filamentosos productores
de infecciones fúngicas invasivas en el ser humano (mucorales y especies de
Aspergillus, Fusarium y Scedosporium). Para ello se detallan procesos clave como el
contacto inicial entre el huésped y el hongo, la interacción del hongo con las mucosas,
la activación del sistema inmune innato y adaptativo, el papel de los receptores más
importantes de la respuesta inmune, los factores genéticos del huésped y otros como los
determinantes de virulencia de las diferentes especies fúngicas.

Cambios en la pared celular:

La pared celular de los hongos es una estructura con gran plasticidad que protégé a la
célula de diferentes tipos de estrés ambiental, entre los que destacan los cambios
osmóticos. Además, la pared celular permite la interacción con el medio externo ya que
algunas de sus proteínas son adhesinas y receptores.

Formación de la matriz extracelular:

Sus matrices extracelulares, varían en el tipo y en la cantidad de las moléculas que las
componen. Esto es cierto para los tejidos animales y para los tejidos vegetales. Se
considera a la pared celular como una matriz extracelular muy especializada, aunque no
todos los autores la consideran como tal puesto que es radicalmente diferente a la que
nos encontramos en los tejidos animales.

Formación de la cápsula:

La cápsula se puede definir como una estructura superficial que presentan muchas
bacterias en sus ambientes naturales, consistente en acumulación de material mucoso o
viscoso, situado externamente respecto de la pared celular (o, en su caso, respecto de la
capa S y de la vaina). Las cápsulas se pueden describir en función de:

-su grado de asociación con la superficie celular subyacente (sobre todo pared).
-su consistencia y sus límites externos.

Biosíntesis de melanina:

Las melaninas han sido consideradas como el escudo de los hongos (32) por su
capacidad de proteger el microorganismo contra un amplio rango de agresiones tóxicas,
tanto de tipo ambiental como producto de la respuesta inmune del huésped durante la
infección.

Producción de toxinas:

Las toxinas de los hongos son conocidas como micotoxinas, y son producidas
principalmente por mohos. Las micotoxinas se encuentran entre los contaminantes de
alimentos más importantes que deben ser controlados con el objetivo de proteger la
salud pública en todo el mundo.

Inmunomodulacion:

El efecto inmunomodulador de los betaglucanos de los hongos se manifiesta en la


mejoría de la inmunidad innata (primera línea defensiva celular, no específica) y de la
inmunidad adaptativa o adquirida (línea defensiva celular de respuesta más específica);
ya que se produce un incremento del número de macrófagos y de linfocitos T y un
aumento de su funcionalidad, que se manifiesta en un aumento de la producción de
citoquinas. Se han llevado a cabo varios estudios científicos para valorar el efecto
inmunomodulador de los betaglucanos del hongo Pleurotus ostreatus en pacientes con
infecciones respiratorias de repetición y valorar si puede utilizarse como tratamiento
preventivo en estos casos.
DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO DE LAS MICOSIS

Las infecciones fúngicas pueden causar un gran número de manifestaciones clínicas


que dependerán del lugar de la infección y de la respuesta inmunitaria del paciente. Su
diagnóstico se establece sobre la base y sospecha clínica y los datos del laboratorio
microbiológico. Sin duda, el diagnóstico microbiológico es esencial y cada vez se están
desarrollando técnicas para un rápido diagnóstico. El problema más frecuente es el
elevado porcentaje de resultados negativos de las muestras, debido a factores tales como
la inapropiada preparación del paciente, extracción inadecuada del material de las
lesiones, fallas en su transporte y procesamiento, falta de experiencia del personal que
realiza el examen micológico o la identificación e interpretación de los mismos. De ahí
la importancia de establecer protocolos institucionales para el correcto uso de los
métodos diagnósticos en micología y capacitar al personal de salud en estos aspectos. A
continuación se hará énfasis en los aspectos más relevantes para mejorar el diagnóstico
microbiológico de las micosis y se expondrán los métodos más utilizados con sus
características y avances actuales. Entre las recomendaciones que debe darse al
paciente están: suspender los medicamentos sistémicos o tópicos con acción
antimicótica 15 días antes de la toma de la muestra y cinco días antes debe evitarse la
aplicación de cremas o polvos sobre la piel a estudiar.

En general, la mayor parte de métodos definitivos para confirmar el diagnóstico de


infección micótica son el cultivo del microorganismo, el examen microscópico, la
detección de DNA micótico específico de especie la serología y las reacciones
inmunologicas. Dado que tales métodos tienen disponibilidad, especificidad,
sensibilidad, técnicas y tiempo de restablecimiento variable, conviene utilizar
estrategias diagnósticas diversas.

- Muestras: Las muestras clínicas obtenidas por microscopia y cultivo se determinan


por los lugares de infección y la afección del paciente. Todas las muestras deben
obtenerse con técnica aséptica, en especial con muestras de sitios por lo general
estériles, por ejemplo sangre, biopsias de tejido, líquido cefalorraquídeo (LCR) y así de
manera sucesiva. Las muestras de lugares corporales no estériles incluyen piel y
lesiones subcutáneas, muestras nasofaríngeas o genitales obtenidas con hisopos, líquido
de lavado broncoalveolar, orina y heridas. Para minimizar el crecimiento bacteriano, las
muestras deben transportarse al laboratorio de diagnóstico antes de 2 horas. Siempre
que se sospeche infección micótica, el laboratorio debe alertarse debido a que se han
desarrollado cepas especiales y medios de cultivo para la detección de hongos que
causan enfermedad.

-Examen microscópico: Una o dos gotas de una muestra acuosa o serosa, por ejemplo
esputo, orina, líquido raquídeo o aspirado, deben colocarse sobre un portaobjetos en una
gota de hidróxido potásico (KOH, potassium hydroxide) al 10 a 20%; después de
aplicar un cubreobjetos, se examina el portaobjetos bajo el microscopio con objetivos de
potencia baja y alta (450x). El KOH disuelve cualquier tipo de tejido; las paredes
celulares micóticas, resistentes, muy insensibles, se tornan más visibles.

Este procedimiento asimismo puede utilizarse para examinar muestras de tejido


raspado o picado. La sensibilidad de la solución de KOH mejora con adición de
calcoflúor blanco, que es una tinción de la pared celular del hongo no específi ca,
visible con un microscopio de fluorescencia. La detección de hongos en pus, exudados
viscosos y tejido picado también se puede examinar con preparaciones de KOH
mediante calentamiento suave del portaobjetos para disolver los residuos de tejido
excesivo y células inflamatorias. Los hongos también pueden observarse en frotis de
sangre, LCR y otras preparaciones tratadas con tinción de Gram o Wright.

En muestras de biopsia fijada con formalina, los hongos pueden detectarse con
tinción histopatológica de hematoxilina y eosina (H&E) corriente. Sin embargo, son
más sensibles las tinciones especializadas de pared celular de hongos. Las dos tinciones
más comunes son la de plata de metenamina de Gomori (GMS, gomori-methenamine
silver) y ácido periódico y colorante de Schiff (PAS, periodic acid-Schiff), las cuales
tiñen las paredes celulares de negro o rojo, de forma respectiva. Otras tinciones
especializadas, por ejemplo las tinciones de cápsula para Cryptococcus.

-Cultivo: En la mayor parte de los casos, el cultivo es más sensible que el examen
directo; debe cultivarse una porción del material obtenido para microscopia. El medio
micológico tradicional, el agar dextrosa de Sabouraud (SDA, Sabouraud’s dextrose
agar), contiene glucosa y peptona modifi cada (pH 7.0), soporta el crecimiento de
hongos y restringe el crecimiento bacteriano.
-Reacciones inmunológicas: Dependen de algunos hongos patógenos y pueden ayudar
al diagnóstico. Se dividen en pruebas de sensibilidad cutánea y reacciones serológicas.

-Pruebas de sensibilidad cutánea: Con estas pruebas, o intradermorreacciones, se


investiga la inmunidad celular. Se llevan a cabo con la aplicación intradérmica de
antígenos obtenidos de filtrados de cultivos o extractos de polisacáridos (fase
filamentosa o levaduriforme) de los hongos, de micosis tanto superficiales como
profundas. Se inyecta 0.1 ml de la solución en la cara anterior del antebrazo o en la
región interescapulovertebral; la lectura se efectúa en 24 a 48 h. La intensidad de la
reacción se mide por el tamaño de la induración, no del eritema. Una reacción positiva
mide 5 mm de diámetro, una dudosa menos de 5 mm y, si no se presenta induración, es
negativa.

Estas pruebas son auxiliares en el diagnóstico, el pronóstico o la valoración del estado


inmunitario del huésped. Por ejemplo, una candidina positiva indica contacto previo con
el hongo; la tricofitina es útil en dermatofitosis inflamatorias y profundas; una
esporotricina positiva en presencia de lesiones clínicas es diagnóstica; la coccidioidina
es una intradermorreacción muy específica, una respuesta positiva indica infección; si
existen lesiones importantes y es positiva, indica buen pronóstico pero si es negativa y
acompaña a títulos altos de anticuerpos fijadores de complemento, el pronóstico es
malo. Algunas, como la histoplasmina y la paracoccidioidina, generan reacciones
cruzadas entre sí.

-Serodiagnóstico y detección de antígenos: El primero pone de manifiesto la presencia


de anticuerpos. No ha habido gran perfeccionamiento de técnicas de diagnóstico
serológico en micosis endémicas. En la detección de anticuerpos, se han usado mezclas
crudas de antígenos que dan reactividad cruzada y no se han estandarizado; en la
búsqueda de antígenos se han usado técnicas recombinantes. El estándar es el cultivo,
por ejemplo en histoplasmosis, aunque puede tardar varias semanas o ser negativo.

Las reacciones serológicas más conocidas son las de anticuerpos precipitantes o


reacciones de precipitación. Emplean antígenos celulares (somáticos) y metabólicos,
según provengan de machacados de cultivos o de filtrado de los mismos. Una de las
técnicas utilizadas es la doble difusión en agar, la cual se practica en cajas de Petri que
contienen gelosa (agar); en un lado se deposita el suero del paciente y, en el otro, el
antígeno; la reacción antígeno- anticuerpo se manifiesta por líneas opacas de
precipitación.

En la técnica de Ouchterlony, el suero por probar se coloca en un reservorio central, y


los antígenos, de modo radiado y a la misma distancia.

En la técnica de gradiente, el suero se ubica en un surco central, y los antígenos, en


depósitos laterales a diferente distancia.

Otra reacción serológica es la de anticuerpos aglutinantes de partículas de látex o


colodión sensibilizadas con antígenos respectivos; se usan en Candida y Cryptococcus.
Los anticuerpos fijadores de complemento en general causan títulos débiles; en algunas
micosis, como las coccidioidomicosis, son muy útiles para establecer el pronóstico; los
títulos altos indican pronóstico ominoso, y los bajos, buen pronóstico. Las pruebas de
inmunofluorescencia indirecta se utilizan sobre todo en investigación; consisten en
poner en contacto el suero del paciente y el antígeno en presencia de una sustancia
fluorescente. Si existen anticuerpos especificos presentarán fluorescencia al
microscopio de luz ultravioleta; tal hecho permite cuantificar títulos más altos de
anticuerpos que con fijación de complemento.El diagnóstico de las micosis constituye
un problema clínico y terapéutico de interés actual debido al incremento y gravedad de
las infecciones diseminadas. Por esta razón, en los últimos años se ha priorizado la
búsqueda de nuevos métodos para el diagnóstico rápido y preciso. En la actualidad
contamos con métodos tradicionales como KOH, cultivo, histopatología y serología, y,
de forma más reciente, con métodos moleculares que permiten mayor rapidez y
sensibilidad. En esta revisión se hace énfasis en la importancia de los métodos de
diagnóstico micológico para la dermatología y la medicina general, ya que debido al
desconocimiento en este campo, la preparación del paciente no es la adecuada y, por
otro lado, la dificultad en la interpretación de los resultados lleva a confusión y
tratamientos incorrectos.
Importancia de las pruebas de laboratorio en el diagnostico de las micosis

El Laboratorio Clínico es una herramienta primordial para el área médica, ya que por
medio de este se diagnostican diferentes patologías y además se realizan estudios para
establecer el tipo de tratamiento que se debe administrar al paciente, al igual que el
seguimiento del mismo.

El paciente o usuario llega al Laboratorio para realizarse sus exámenes clínicos, del
bioanalista y del Auxiliar depende que este usuario reciba el servicio adecuado en todo
sentido, ya sea científico o humano, el profesional de la salud debe estar en condiciones
de proporcionar una ayuda integral. Un diagnóstico médico depende en Muchas
ocasiones de análisis clínicos de calidad, pues con base en la precisión y confiabilidad
de sus resultados, un especialista decide qué es lo mejor para tratar tal o cual
enfermedad, así como lo más conveniente para el paciente, de acuerdo con sus
características personales.

Fundamentos de la prueba de inmunodifusion doble (IDD)

La inmunodifusión doble es un método inmunológico sencillo y rutinariamente usado


en el laboratorio clínico para la detección de antígenos o anticuerpos en una muestra
biológica. Es considerado el proceso estándar para la detección de Antígenos Nucleares
Extraíbles
Procedimiento: Sobre una placa con gel se corta una serie de hoyos con atención a la
geometría entre un hoyo y los demás. Se coloca un extracto de células humanas
(extraídas de tejido de las amígdalas) en el pocillo del centro. Este extracto contiene un
cóctel de antígenos humanos naturales que se quiere obtener. El suero sanguíneo del
paciente es colocado luego en uno de los pocillos exteriores y la placa se deja por 48
horas para su revelado. Durante este tiempo, los antígenos de las amígdalas y los
anticuerpos en el pocillo del suero migrarán de manera radial hacia afuera de sus
respectivos pocillos. Al encontrarse ambos a mitad de camino y, de haber anticuerpos
en contra de los antígenos tonsilares, se unirán en una red de enlaces llamado complejo
inmune, el cual precipita en el gel revelando una línea blanquecina.

Principio: La precipitación ocurre con la mayoría de los antígenos, debido a que éstos
tienden a ser multivalente, es decir, tienen varios determinantes antigénicos por
molécula, al que los anticuerpos pueden enlazarse. Cada anticuerpo, a su vez, tiene por
lo menos dos sitios de unión para los antígenos, de modo que se entrecruzan formando
una gran matriz de agregados
Experimentalmente, una cantidad de antígeno se añade de manera incrementada a una
cantidad constante de anticuerpo en solución. Inicialmente, a una baja concentración,
todo el antígeno participa en el precipitado, lo cual se conoce como una zona de exceso
de anticuerpo o fenómeno de prozona.

A medida que se añade más antígeno, la cantidad de proteína que precipita, aumenta
hasta que las moléculas de antígeno: anticuerpo alcanzan una proporción óptima,
llamada zona de equivalencia.
La zona de exceso se logra cuando la concentración del antígeno excede a la de los
anticuerpos, y la cantidad de precipitación disminuye
Usos:
Evaluación inmunidad celular
1) Prueba de hipersensibilidad tardia: Intradermoreaccion
2) Histoplasmina
3) Paracocciodiodina
4) Coccidiodina
5) Candidina
6) Esporotriquina

Utilidad:
1) Estudios epidemiológicos
2) Orientación diagnostica
3) Seguimiento de la evaluación de micosis
4) Determinación de estados de energía enfermedad diseminada
5) Evaluación de terapia

Interpretación: El precipitado que se forma al combinarse el antígeno con los


anticuerpos pueden forman una línea continua llamada identidad completa, una línea
continua con un espolón en un lado llamado línea de identidad parcial, o bien dos líneas
que se entrecruzan llamadas líneas de no-identidad. El tipo de línea que se forma dictará
si el paciente tiene alguna forma del anticuerpo que puede estar asociado a un proceso
de enfermedad.
Conclusión.

Los hongos pueden causar muchos tipos diferentes de infecciones. Éstas pueden ir
desde infecciones comunes de la piel o las mucosas, hasta una sepsis grave y un fallo
orgánico. En ambos casos, hay pocos tratamientos, y no hay vacunas disponibles. Estos
microorganismos son estudiados en el laboratorio, puede ser con diferentes técnicas, ya
sea en un medio de cultivo, pruebas de sensibilidad cutánea y por supuesto examen
microscópico.

La defensa contra los microbios está mediada por las respuestas secuenciales y
coordinadas que se denominan inmunidad innata y adaptativa. La  inmunidad
innata (también llamada inmunidad natural o nativa) es esencial para defender contra los
microbios en las primeras horas o días siguientes a la infección, antes de que se
desarrollen las respuestas inmunitarias adaptativas. Al contrario que la inmunidad
innata, hay otras respuestas inmunitarias estimuladas por la exposición a
microorganismos infecciosos que aumentan en magnitud y capacidades defensivas con
cada exposición sucesiva a un microbio en particular. Debido a que esta forma de
inmunidad surge como respuesta a la infección y se adapta a ella, se
denomina inmunidad adaptativa (también llamada  inmunidad específica o inmunidad
adquirida).

A todo esto ocurre la respuesta inmunitaria, siendo el mecanismo de defensa del


cuerpo contra sustancias que considera dañinas o extrañas. Durante esta respuesta el
sistema inmunitario reconoce y ataca los antígenos superficiales (por lo general,
proteínas) de sustancias o microorganismos, como bacterias o virus, de manera que los
ataca y en ocasiones los destruye.

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