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EL ARTE
DE LA DEFENSA
EN AJEDREZ

Andrew Soltis
Gran Maestro Internacional

EDITORIAL
PAIDOTRIBO
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España México
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parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos
la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella
mediante alquiler o préstamo públicos.

Título original: The art of defense in chess

Esta traducción se ha publicado con acuerdo, de Random House Group, una división de
Random House, Inc.

Traducción: Antonio Gude

Revisión técnica: Yago Gallach

Diseño cubierta: David Carretero

© 2005, Andrew Soltis

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Primera edición:
ISBN: 84-8019-878-8
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Impreso en España por A & M Gràfic
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ÍNDICE

Introducción. Qué es la defensa........................................................ 5

1. El espíritu de la defensa ................................................................. 17

2. Armas y temas defensivos.............................................................. 43

3. Amenazas y restricción................................................................... 79

4. El contrajuego ................................................................................. 111

5. El sacrificio....................................................................................... 139

6. Otras cuestiones acerca del material ............................................ 167

7. Cómo evitar la derrota ................................................................... 197

Soluciones a los ejercicios para estudio ........................................... 221


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INTRODUCCIÓN

Qué es la defensa
“El ajedrez es antes que nada un arte”. –Mijaíl Tal.
“El ajedrez es una lucha”. –Emanuel Lasker.

No se requiere mucho tiempo

V
eamos una partida rela-
tivamente oscura de un para llegar a la conclusión de que
torneo relativamente os- las blancas tienen un ataque muy
curo: fuerte. Han desarrollado casi to-
das sus piezas, mientras que las
Kljavin – Zhdanov. Campeo- negras sólo han desarrollado una,
nato de Letonia de 1961. 1 e4 c6 2 el alfil de rey, que se estrella con-
¤c3 d5 3 ¤f3 g6 4 d4 ¥g7 5 h3 tra un muro. El flanco de dama
a6?! 6 ¥f4 ¤f6?! 7 e5 ¤g8 8 £d2 negro está lleno de agujeros en
b5 9 ¥e2 h6 10 0-0-0 e6. las casillas oscuras y el alfil de da-
ma está encerrado. Podría vatici-
narse un rápido ataque de mate,
8
diría usted. Y, desde luego, ten-
7 dría razón:
6 11 g4 ¤d7 12 ¥g3 ¥f8! 13
5 ¦df1 ¤b6 14 ¤d1 a5 15 ¤e1 b4
4
16 ¤d3 ¤c4 17 £e1 £b6 18 b3
£xd4 19 bxc4 £a1+ 20 ¢d2 dxc4
3
21 ¤f4 £xa2 22 ¢e3 ¥b7 23 £d2
2
g5 24 ¤h5 c3 25 £d3 ¦d8 26 £e4
1 ¥c5+ 27 ¢f3 ¦d4 28 £e3 £d5+,
a b c d e f g h y sigue mate.

5
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6 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Sin embargo, fueron las negras dores no saben por qué han per-
las que dieron mate. Y en menos dido una determinada partida. Lo
de 20 jugadas a partir de la posi- normal es que nos quejemos de
ción del diagrama. Lo cierto es una omisión, una jugada sorpren-
que con una buena comprensión dente, una concepción errónea,
del juego defensivo, el resultado cuando la razón no se halla en
de la partida no debe sorprender una sola jugada, sino en toda una
en absoluto. Pero esa compren- serie de errores: errores de acti-
sión es el conocimiento más difí- tud, errores de estrategia y erro-
cil de adquirir en ajedrez. res tácticos. Pero lo curioso es
Considere por un momento que la mayoría de los libros de
los libros de aprendizaje que ha ajedrez se escriben para ayudar al
leído. Unos cuantos le dicen có- potencial vencedor a entender
mo lograr la iniciativa en la aper- por qué ha ganado.
tura. Otros explican cómo con- El objetivo de este libro es po-
vertir la iniciativa en una ventaja ner de relieve las tácticas y princi-
sólida durante el medio juego. pios defensivos, y explorar su po-
Los libros sobre el final se ocu- sible aplicación a situaciones
pan de la última fase de la partida típicas de partida. Podríamos defi-
y describen cómo la ventaja tan- nir la defensa como la protección
gible se transforma en un margen de las debilidades, que puede sig-
decisivo que fuerza el mate o la nificar, por ejemplo, rechazar el
rendición del adversario. ataque a la desesperada de un ri-
El problema tiene dos caras: val estratégicamente vencido.
1) Por cada jugador que tiene la Puede significar proteger debili-
iniciativa, el ataque o ventaja ma- dades crónicas tanto y tan tenaz-
terial, hay otro jugador –su rival– mente que una posición “desespe-
que trata de reducir esa ventaja y rada” acabe por sostenerse. Puede
de cambiar las tornas, y 2) la ma- significar distraer la atención del
yoría de las partidas de ajedrez rival de sus debilidades, mediante
no se ganan: se pierden. Es decir, la creación de contrajuego en una
que con un juego preciso hasta posición equilibrada.
posiciones muy malas pueden lle- La defensa es impopular por-
gar a salvarse. Se requieren varios que atacar es más divertido. No
errores para perder. obstante, mejorar la capacidad
Hay muy poca literatura aje- defensiva mejorará todo su juego
drecística que le explique al juga- mucho más que asimilar una nue-
dor en progresión cómo puede va apertura o algunos trucos en
moderar la ventaja de su opositor un final de torres y peones. Siem-
y eludir la derrota. Muchos juga- pre habrá posiciones en las que
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QUÉ ES LA DEFENSA 7

tendrá usted que defenderse. No Moscú (Rusia), 1933, las blancas


se puede atacar todo el tiempo. luchan desesperadamente contra
Los grandes maestros del ataque un déficit de dos peones y, a pe-
–Alekhine, Tal, Spielmann y sar de la aparente actividad de
Marshall– también sabían de- sus piezas, son el bando defensor.
fenderse bien, y por eso se en- El peón de d negro inmoviliza
cuentran entre los más grandes una pieza pesada enemiga. Pero,
jugadores de todos los tiempos. pese a todo, las blancas contraa-
Por otro lado, los grandes maes- tacan con 76 ¦f1!! d1£ 77 £e6+.
tros de la defensa –Steinitz, Las- Si las negras toman la dama
ker, Capablanca, Botvínnik y Pe- (quedando así con dos damas de
trosián– fueron campeones del ventaja), reciben mate con ¦f8+
mundo durante 80 de los últimos y ¦h8++. Es forzado 77 ... ¢h7,
110 años. pero entonces sigue 78 ¤f8+ (no
En primer lugar, despachemos 78 £xe8, por 78 ... £xh5+ y 79 ...
algunos mitos. £xg6) 78 ... £xf8 79 £g6+! ¢g8
80 £e6+, y tablas por jaque
1) La defensa es propia de espí- perpetuo.
ritus apocados. La defensa, como O tomemos la partida Julius
el ajedrez en conjunto, es 90% Perlis – Frank James Marshall;
táctica. En realidad, puede decir- Karolvy Vary (República Checa),
se que la ausencia de principios 1911, que comenzó así:
generales que aplicar en el juego 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 a6 4
defensivo supone un mayor énfa- ¥a4 ¤f6 5 £e2 ¥c5 6 d3 d6 7 c3
sis táctico para el defensor que 0-0 8 0-0 ¥g4 9 ¥e3 b5 10 ¥b3
para el atacante. £d7 11 ¤bd2 ¢h8 12 h3 ¥h5 13
¢h2 ¦ad8 14 ¥g5 ¤e7 15 ¥xf6?
8 gxf6 16 g4? ¥xg4! 17 hxg4 £xg4
7
18 ¦g1 £h5+ 19 ¢g2 ¤g6! 20
¢f1 ¤f4.
6

5 8

4 7

3 6

2 5

1 4

a b c d e f g h 3

2
En esta posición, de la partida 1
Nikolái Riumin – Borís Verlinski; a b c d e f g h
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8 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

La posición blanca parece es- 2) La defensa es monolítica.


tar perdida, puesto que a 21 £d1 La afirmación de que el juego de-
sigue 21 ... ¤xd3, o incluso 21 ... fensivo es mecánico, carente de
£h3+ y las protecciones del rey imaginación y con poca variedad
blanco se vienen abajo. Sin em- carece de fundamento. Hay va-
bargo, Perlis encontró una defen- rios tipos de acción que llamamos
sa inspirada: defensiva. Para ilustrarlo, veamos
21 d4!! exd4 22 cxd4 ¤xe2 23 qué sucede en una apertura típica
¢xe2 ¥xd4 24 ¦h1 cuando se pone en práctica una
La idea es expulsar a la dama idea de ataque: 1 e4 c5 2 ¤f3 d6 3
negra del flanco de rey para se- d4 cxd4 4 ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 e6 6
guir con ¦xh7+! y dar jaque g4.
perpetuo con la otra torre. Por
ejemplo, si las negras hubiesen to- 8
mado la dama de inmediato, en la
7
jugada 21ª, entonces, después de
6
22 ¢xe2 exd4, las blancas podrían
seguir con 23 ¦h1 £g4 24 ¦ag1 5

£d7 (24 ... £f4 25 ¦h4) 25 4


¦xh7+!!, y el rey negro no puede 3
escapar de los jaques en las co- 2
lumnas h y g. Si el rey sube hasta
1
‘g4’, recibe mate con ¦h4.
a b c d e f g h
El juego siguió así: 24 ... £c5
25 ¦ac1, y las negras se vieron
obligadas a devolver la dama, a Con su última jugada, las blan-
fin de conservar posibilidades de cas inician un ataque a la bayone-
victoria. (Obsérvese que con 25 ta en el flanco de rey. La inten-
¤xd4 £xd4 26 ¦xh7+ no se fuer- ción es jugar g5, seguido de f4 y/o
zan las tablas, debido a 26 ... h4. De esta forma se expulsará a
¢xh7 27 ¦h1+ ¢g6 28 ¦g1+ una pieza defensiva (el caballo de
¢h5 29 ¦h1+ ¢g4 30 ¦g1+ ¢f4, rey negro) y las blancas podrán
como señaló Vidmar en el libro abrir líneas en torno al rey negro,
del torneo). Las blancas consi- con ‘f5’ y ‘g6’. Las negras tienen
guieron hacer tablas después de aquí una amplia elección:
25 ... ¥xb2 26 ¦xc5 dxc5 27 ¥d5 a) Pueden golpear en el centro
c4 28 ¤f1 ¦d6? 29 ¤e3 ¥e5 30 con 6 ... d5 ó 6 ... e5. Ésta sería
¤f5 ¦b6 31 ¤h6 ¢g7 32 ¤f5+ la reacción tradicional. La idea
¢h8 33 ¤h6, con repetición de es que, al abrir el centro, el
jugadas. flanco de rey blanco se con-
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QUÉ ES LA DEFENSA 9

vierta más en un sector débil mejor desarrolladas y contraa-


que fuerte. Pero en este caso la tacar en el flanco de rey, con
acción es prematura: 6 ... d5 7 ...h6, o en su ámbito natural, el
exd5 ¤xd5 8 ¥b5+ ¥d7 9 flanco de dama.
¤xd5 exd5 10 £e2+ £e7 11 e) Finalmente, pueden buscar un
¥e3, las negras quedan con sus contrajuego inmediato en el
piezas descoordinadas y un pe- ala opuesta. Con 6 ... a6 las ne-
ón débil en ‘d6’, mientras que gras preparan ...b5-b4, ...¥b7
si 6 ... e5, con 7 ¥b5+, seguido y ...¦c8. Si las blancas no to-
de ¤f5, las blancas obtienen man precauciones en el flanco
un fuerte control estratégico de dama, su ataque en el de
en el centro y flanco de rey. rey puede llegar a un punto
b) Pueden cambiar las potenciales muerto.
piezas atacantes, que es una sa-
bia política en muchas situa- Todas estas opciones tienen su
ciones, pero aquí 6 ... ¤c6 7 g5 razón de ser. En muchas posicio-
¤xd4? 8 £xd4 ¤d7 9 ¥e3 nes una política de cambios pue-
(impide cambios posteriores de ser más conveniente que una
con ...£b6) deja a las blancas de contrajuego. Pero lo importan-
con un control férreo del cen- te es que las negras disponen de
tro. diversas alternativas. Se trata de
c) Pueden contener el avance un ejemplo típico en el que el de-
blanco. La jugada 6 ... h6 es fensor debe afrontar un plan
muy razonable, si bien no impi- ofensivo. Consideremos ahora las
de que las blancas jueguen 7 alternativas cuando las negras se
‘g5’, que abre líneas en el ala enfrentan a una amenaza directa
de rey. En tal caso, el primer ju- y peligrosa. Por ejemplo: 1 e4 e6 2
gador puede beneficiarse de la d4 d5 3 ¤c3 ¥b4 4 e5 c5 5 a3
columna g semiabierta, pero ¥xc3+ 6 bxc3 £c7 7 £g4.
también se arriesga a perder su
peón de h. Por otro lado, el ca- 8
ballo de ‘f6’ puede permanecer 7
en su puesto.
6
d) Pueden desdeñar la amenaza y
5
proseguir el desarrollo. Por
ejemplo: 6 ... ¤c6 y, después de 4

7 g5 ¤d7, llevar el caballo de 3


rey a un buen puesto, como 2
‘c5’ ó ‘e5’. Pocas jugadas más 1
tarde, las negras pueden estar a b c d e f g h
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10 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Ésta es otra apertura de doble y crear sus propias amenazas


filo de considerable importancia después de 8 £xg7 ¦g8 9 £xh7
analítica. Nos centraremos en el cxd4. Ahora, las blancas se en-
método con que las negras pien- frentan a las amenazas 10 ...
san neutralizar la amenaza contra £xc3+ y 10 ... £xe5+.
el peón de ‘g7’, que ganaría no só- d) Defensa y contraataque central.
lo un peón, sino también la torre 7 ... f6! se considera actualmen-
de rey. Las distintas opciones son: te la mejor respuesta, porque
protege ‘g7’ y mina el centro
a) Protección inmediata. Las ne-
blanco. Aunque no es tan im-
gras pueden responder a la
petuosa como 7 ... f5, esta juga-
amenaza de dos formas senci-
da crea problemas a las blan-
llas, 7 ... g6 y 7 ... ¢f8. Ambas,
cas, pues, con la dama en el
sin embargo, tienen inconve-
flanco de rey, no están bien
nientes. El avance de peón crea
preparadas para luchar en el
grandes agujeros en el flanco
centro.
de rey (‘f6’ y ‘h6’). Con la juga-
da de rey las negras pierden el
Hemos visto, de nuevo, que
derecho a enrocar. La intro-
hay una amplia elección, como
ducción de Wilhelm Steinitz a
suele ser el caso cada vez que un
la teoría de la defensa econó-
jugador plantea una amenaza.
mica ha servido para erradicar
tales jugadas. ¿Hay una forma 3) La defensa no es gratifican-
más efectiva de contrarrestar te. Este cargo sugiere que lo me-
la amenaza? En otras palabras, jor que puede esperarse con una
¿existe alguna defensa que defensa eficaz es hacer tablas y,
permita evitar tales concesio- por tanto, el jugador lleva a cabo
nes? una dura tarea en el tablero, a
b) Defensa con ganancia de tiem- cambio de la cual sólo obtiene
po. Con 7 ... f5 las negras des- una retribución mínima.
cubren la séptima fila, prote- La respuesta es que, en primer
gen el peón con su dama y, al lugar, uno no elige defenderse.
mismo tiempo, atacan la dama Algunas posiciones así lo requie-
enemiga, de modo que las ren. Aparte de unos pocos contra-
blancas deberán perder un gambitos, no se puede aspirar a
tiempo en responder a esa asumir la iniciativa en la primera
amenaza. fase del juego cuando se llevan
c) Contraamenaza. Con 7 ... ¤e7 las piezas negras. En segundo lu-
las negras sacrifican un peón, gar, la defensa vale la pena, por-
con idea de asumir la iniciativa que es difícil de dominar. Ema-
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QUÉ ES LA DEFENSA 11

nuel Lasker observó en su día retirada, quedan así con un insufi-


que el defensor alerta, que está ciente control del centro. Las ne-
continuamente buscando réplicas gras han renunciado al enroque,
difíciles a las amenazas de mate, a pero su recompensa será un vigo-
menudo suele frustrar al alocado roso contraataque en las próxi-
atacante, cuyas jugadas son fáci- mas jugadas:
les de encontrar. En tercer lugar, 9 ... ¦h7!! 10 ¤e1 ¤d4 11 ¥d1
hay situaciones en las que con g5! 12 £g3 e5 13 h4? ¤e6 14 ¤c2
frecuencia el bando defensor se ¥xc3 15 bxc3 ¤f4 16 d4 ¦g7 17
impone partiendo de una posi- £h2 ¤xe4 18 ¥f3 ¤xc3 19 dxe5
ción muy mala. La razón es que el dxe5 20 ¥b2 g4 21 ¥d5 ¤ce2+ 22
atacante despliega alegremente ¢h1 g3! 23 fxg3 ¤xg3+ 24 ¢g1
sus efectivos y presiona intensa- ¤fe2+ 25 ¢f2 £f6+, y las blancas
mente en una posición que no se rindieron.
justifica esa táctica. Después de 4 £g4, las negras
He aquí otro caso con la ame- no estaban en disposición de ha-
naza £g4 de las blancas: cer otra cosa que defender su de-
bilidad de ‘g7’ en la jugada si-
Lajos Portisch – Mark Taimá- guiente. Pero una vez cubierta esa
nov; 3ª partida del 2º tablero del debilidad, pudieron empezar a
duelo Budapest – San petersbur- pensar en el contraataque, un con-
go, 1959. 1 c4 e6 2 ¤c3 ¥b4 3 e4 traataque, por cierto, mejor funda-
c5 4 £g4?! ¢f8! 5 ¤f3 ¤f6 6 £h4 do que el prematuro ataque de las
d6 7 ¥e2 ¤c6 8 0-0 h6 9 h3? blancas. Veamos un caso similar.

Rudolf Rezso Charousek –


8
Geza Maroczy; 1897. 1 e4 e6 2 d4
7
d5 3 ¤c3 ¤f6 4 ¥g5 ¥e7 5 ¥xf6
6 ¥xf6 6 e5 ¥e7 7 £g4 0-0 8 ¥d3
5 c5 9 £h3 g6 10 dxc5 ¤c6! 11 f4
4 ¥xc5 12 ¤f3.
3 (D)
2
El juego blanco en el ala de
1
rey ha forzado el avance ...g6 de
a b c d e f g h
las negras, una concesión desa-
gradable, pero en modo alguno
El ataque de las blancas es crítica. Las negras, sin embargo,
prematuro y cometen el error de se han adelantado en desarrollo y
no darle a su dama un pasillo de cuentan con la ventaja de la pare-
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12 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 el éxito de su forma personal de


7
jugar:
“Emanuel Lasker dijo en una
6
ocasión que, cuando en el tablero
5
hay una posición igualada, el jue-
4 go rara vez tiene mucho conteni-
3 do y la partida suele finalizar en
2 tablas. El jugador al que no le
1 gustan las tablas –y yo me en-
a b c d e f g h cuentro entre los jugadores de
ese tipo– debe tratar de alterar de
algún modo el equilibrio existen-
ja de alfiles, que ahora explotarán te. [La elección] es bien sacrificar
abriendo la posición en el sector algo y asumir de ese modo la ini-
del tablero en que están teórica- ciativa, bien permitir a tu propio
mente inferiores: rival que ataque...
12 ... f6! 13 £h6 ¦f7 14 exf6 ”A mí no me gusta atacar el
£xf6 15 g3 ¥a3! 16 ¤d1 ¥f8 17 primero, ni sacrificar piezas y pe-
£h4 ¤d4 18 ¤xd4 £xd4 19 £g5 ones. Prefiero darle a mi adversa-
¥d7 20 h4? ¥e7 21 £h6 e5! 22 h5 rio la oportunidad de emprender
g5! 23 ¥g6 ¦g7! 24 c3 £b6 25 un ataque, que debilite sus peo-
fxg5 £d8! 26 ¥c2 ¥c8!, y las nes y que sacrifique algo y, llega-
blancas se rindieron. Un curioso do el momento, le devuelvo lo
final de partida: la dama blanca que ha sacrificado”.
está cazada. Korchnói ha ido modelando
su estilo hasta convertirlo en lo
Puesto que defensa puede que podríamos llamar un ajedrez
significar tantas cosas distintas provocador. Siempre está dis-
(contraataque, neutralización de puesto a asumir la defensa si cree
amenazas, restricción, sacrificio, que su posición puede resistir el
fortificación), no es infrecuente ataque. En 1969 comenzó una
que un virtuoso de la defensa partida de torneo de esta forma:
gane, de forma regular, asumien- 1 d4 ¤f6 2 c4 c5 3 d5 e5 4 ¤c3
do el bando más incómodo en d6 5 e4 ¥e7 6 g3 0-0 7 ¥g2 ¤bd7
posiciones de doble filo. Con las 8 £e2 a6 9 a4 b6 10 ¢d1!?
piezas negras, ¿de qué otro mo-
(D)
do puede aspirarse a ganar?
Viktor Korchnói, el maestro Aparte de la posibilidad de
más destacado del mundo en el que, por haber tocado el rey, las
dominio del contrajuego, explica blancas se hubiesen visto obliga-
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QUÉ ES LA DEFENSA 13

8 Nuestra partida ilustrativa de


7
este capítulo es:
6
Ígor Zaitsev – Leonid Sham-
5
kovich. Semifinal del Campeona-
4 to Soviético, 1958
3

2 1 e4 c5 2 ¤f3 e6 3 d4 cxd4 4
1
¤xd4 a6 5 ¤c3 £c7 6 ¥d3 ¤c6 7
a b c d e f g h
¥e3 ¤f6 8 0-0 ¤xd4 9 ¥xd4 ¥c5
10 ¥xc5 £xc5 11 £e2 d6 12 a4?!
¥d7 13 ¢h1 e5! 14 f4 ¦c8 15
das a jugarlo, en virtud de la regla ¦ae1 0-0 16 f5 ¥c6 17 ¦f3!
“pieza tocada, pieza jugada”, la
única explicación para 10 ¢d1 es
8
que induce a las negras a un con-
7
traataque precipitado con ...f5.
Eso es precisamente lo que hizo el 6

joven opositor checo de Korchnói: 5


10 ... ¤e8 11 f4 f5? 12 exf5 4
exf4 13 ¥xf4 ¤e5 14 g4! b5 15 3
¥xe5 dxe5 16 axb5 ¤d6 17 ¤f3
2
¥b7 18 ¢c2 axb5 19 cxb5 e4 (de-
1
sesperación) 20 ¤d2 ¦xa1 21
a b c d e f g h
¦xa1 e3 22 £xe3 ¥g5 23 £xc5
¥xd2 24 ¢xd2 £g5+ 25 ¢c2 £f4
26 ¦e1 ¤c4 27 ¦e2 £xg4 28 d6! La octava y novena jugadas de
¥xg2 29 d7! ¤d6 30 £xd6 £xf5+ las negras responden a ideas de
31 ¢b3 £f7+ 32 ¢b4! Las negras eliminación con intención de faci-
se rindieron. litar la tarea defensiva. En cone-
xión con ...e5, le permiten a las
El argumento final en apoyo negras disputar un medio juego
de la defensa es éste: el único lo- en el que su alfil es mejor que el
gro equiparable, en satisfacción blanco. Por otra parte, las blancas
personal, a un brillante ataque tienen un ataque en ciernes a ba-
combinatorio ante un adversario se de ¦g3 y £d2, seguido de
fuerte es una bien concebida vic- ¦xg7+, o £g5 (ó £h6). ¿Por qué
toria, basada en variados recursos es peligroso para las negras un
defensivos contra ese mismo ju- ataque así? Porque se han des-
gador. prendido del defensor más efecti-
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14 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

vo de ‘g7’ en la décima jugada. ... g6 20 ¤d1, con una defensa


Ese mismo cambio les ha permiti- “más costosa”.
do, por otro lado, un control fuer-
te de las casillas oscuras en el cen- 19 ¦h3! d5!
tro y flanco de dama.
Las negras necesitan esta rup-
17 ... £b4! tura central para asegurarse la su-
pervivencia. A la natural 19 ...
Las negras tienen excelentes £xb2, las blancas responderían
perspectivas y deberían conser- 20 ¦xh6!! Por ejemplo: 20 ... gxh6
var la dama. A 17 ... ¦fe8, seguiría 21 £xh6 (amenazando tablas, co-
18 £e3!, o aun 17 ... b5 18 axb5 mo mínimo, con jaques de la da-
axb5 19 ¥xb5 ¥xb5 20 £xb5, ma) 21 ... ¤h7 22 f6. Las negras
cuando las negras tienen buen pueden impedir el sacrificio en
juego, pero menores posibilida- ‘h6’ con 19 ... ¢h7, pero entonces
des de ganar. Primero, las negras 20 g4! d5 21 g5 es más fuerte, ya
atacan un punto débil del contra- que a 21 ... ¤xe4, 22 ¤xe4 gana
rio. pieza.
Pero tras 19 ... d5, las blancas
18 £d2 h6! no tienen tiempo para jugar 20
¦xh6, pues las negras pueden
La máxima que proclama que tranquilamente hacer caso omiso
el defensor “no debe mover nun- del sacrificio: 20 ... dxe4! 21 ¦xf6
ca sus peones del enroque” re- exd3 22 £g5 £f4, y deben ganar
quiere una frase complementaria: el final. En b4 la dama negra está
“a menos que haya una buena ra- perfectamente situada para pre-
zón”. El principio de economía sionar en el flanco de dama, vigi-
de Steinitz requiere que las ne- lar el centro y la cuarta fila.
gras busquen el método menos
perjudicial de contestar a la ame- 20 exd5 ¤xd5
naza en ‘g7’. (“Como un gran pú-
gil que, en el momento oportuno, Las blancas siguen sin poder
esquiva el golpe en un movimien- sacrificar 21 ¦xh6 debido a la in-
to casi imperceptible”, como ano- tercepción de líneas que se produ-
tó Lasker). ce tras 21 ... ¤f4, que amenaza
Aquí las negras se preparan ‘g2’ y corta la comunicación entre
para responder a 19 ¦g3 con 19 ... la dama y la torre blancas. En ca-
¢h7, seguido de 20 ... £xb2 ó 20 so de 21 ¦xe5, la tarea de las ne-
... d5. La inmediata 18 ... £xb2 gras se vería facilitada con 21 ...
permitiría 19 ¦g3 ¤e8 20 f6, o 19 £xb2, el movimiento con que han
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 15

QUÉ ES LA DEFENSA 15

estado amenazando desde hace Otra magnífica jugada que sir-


cuatro turnos, pero que sólo aho- ve para varios fines: 1) anula la
ra pueden jugar. Tras la captura amenaza 24 ¦xg7+!; 2) mantiene
del peón ‘b2’, las negras estarán las amenazas en la primera fila
atacando el caballo blanco de (por ejemplo: si 24 ¦xh6, 24 ...
‘c3’, a lo que se suman las amena- ¤e3!), y 3) produce una intercep-
zas sobre la primera fila con la ción en la casilla ‘e4’. Después de
ayuda de clavadas. 24 ¦xg7+ £xg7 25 ¦g3, las negras
ganan con 25 ... exd3 26 £xh6
21 ¦e4! £xb2 £xg3 27 hxg3 ¦fe8.
22 ¤d1 £a1!
24 ¥xe4 ...
8
Las blancas deben capturar en
7
‘e4’, y en caso de hacerlo con la
6 torre, alejan una pieza atacante
5 clave y dan a las negras tiempo
4 para jugar 24 ... ¤c3!
3

2
24 ... ¦fe8!
1
Las negras se apoderan de lí-
a b c d e f g h
neas abiertas a la par que le dan al
rey una casilla de escape. Que es-
Esta jugada restrictiva man- to es vital para la victoria lo pone
tiene inmovilizados a dama y de manifiesto una variante indi-
caballo blancos, por lo que de- cada por el analista soviético
fiende indirectamente el punto Fridshtein: 25 ¦3g3!, y ahora 25 ...
‘g7’. La conexión de ideas de- ¢f8! 26 ¦xg7 ¦xe4 27 ¦g8+ ¢e7
fensivas no es infrecuente en 28 ¦xc8 £c1!!, sobrecarga la da-
una partida compleja. La jugada ma blanca, debido a la amenaza
de dama es necesaria porque, a de mate en la primera fila.
pesar del excelente juego des-
plegado hasta aquí por las ne- 25 c3 ...
gras, podrían haberlo estropea-
do todo con 22 ... £b6, a lo que Esta jugada tramposa cierra el
seguiría 23 £xh6!! gxh6 24 camino de la dama negra al flan-
¦g4+ ¢h7 25 f6+ y mate. co de rey, y amenaza de nuevo 26
¦xg7+. ¿Cómo deben defenderse
23 ¦g4! e4! las negras?
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 16

16 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 Ciertamente peligrosa, pues


7
las blancas dan mate en caso de
26 ... ¤xh3 27 ¦xg7+ ¢f8 28
6
£d6+, o de 26 ... ¦cd8 27 ¥h7+!
5
¢h8 28 fxg7+ ¢xh7 29 ¦xh6+!
4 ¢xh6 30 £xf4+, o, por último, de
3 26 ... g6 27 ¦xf4 ¥xe4 28 ¦xh6
2 ¦cd8 29 ¦h8+! ¢xh8 30 ¦h4+
1
¢g8 31 ¦h8+ ¢xh8 32 £h6+. Es-
a b c d e f g h
tas hermosas variantes suelen se-
ñalarse cuando gana el atacante.
Sin embargo aquí...
25 ... ¤f4!
26 ... g5!
Otra intercepción o bloqueo
de líneas que decide la partida. Este avance resuelve todos los
Las negras amenazan ... ¤xh3 y ... problemas gracias a la disposición
¦cd8, pero las blancas no pueden de las piezas defensivas. Por
capturar el caballo de dama, y a ejemplo: 27 ¦xh6 ¥xe4 28 ¦xg5+
26 ¦xf4, la respuesta sería 26 ... ¥g6!
¥xe4, seguido de ...¦cd8. Por fin, El resto de la partida es fácil:
si 26 ¥xc6 ¦cd8, ó 26 ¦xg7+ 27 ¥h7+ ¢xh7 28 ¦xg5 ¦g8
¢xg7 29 £d4+ f6, la situación de 29 £c2+ ¦g6 30 ¦xg6 fxg6 31 ¦e3
las blancas sería desesperada. Só- ¦d8 32 ¦e1 ¤xg2 33 ¦e7+ ¢h8.
lo queda una última tentativa... Las blancas se rindieron. Una
victoria muy gratificante.
26 f6! ...
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 17

CAPÍTULO 1

El espíritu de la defensa

Lasker, quien más que ningún

U
na de las razones por las
que la defensa es el as- otro maestro trató de descubrir
pecto peor entendido los resquicios en los principios ge-
del ajedrez es la ausencia de prin- nerales del ataque, apenas nos de-
cipios generales que puedan jó legado teórico alguno al res-
guiar al estudiante. Como es sabi- pecto. Pero sí nos legó un espíritu
do, existen reglas de oro institui- y una filosofía de la defensa.
das para casi todas las demás si- Antes de detenernos en los
tuaciones de la partida (“en el motivos tácticos y temas estraté-
final, los peones pasados deben gicos de la defensa, es importante
avanzarse”, “evite perder tiempo hacer balance de las actitudes
en la apertura”, “el atacante ne- mentales que pueden ocupar el
cesita líneas abiertas”, y así suce- lugar de los principios generales.
sivamente), pero los grandes de- Para una buena defensa, la acti-
fensores nos han dejado muy tud es tan esencial como cual-
pocos preceptos técnicos que quier otro elemento. Algunos ju-
puedan orientarnos. gadores quedan derrotados desde
Steinitz y Lasker, a pesar de su el momento en que pierden la ini-
atención sobre la naturaleza elás- ciativa: se desaniman cuando
tica de las posiciones defensivas, comprueban que ya no pueden
mostraron principalmente, como seguir atacando. Otros sobresalen
instructores, su preocupación por en la defensa porque se la toman
la explotación de las debilidades. como un reto personal, que inclu-

17
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 18

18 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

ye buenas dosis de aventura y 8


tanta exigencia como la que se re- 7
quiere para llevar a cabo un ata-
6
que de mate. Pero de costumbre,
5
como David Bronstein sugiere:
“El jugador que sacrifica peones 4

se siente inspirado, mientras que 3


el jugador obligado a aceptar un 2
sacrificio se siente invariablemen- 1
te incómodo”. a b c d e f g h
¿Cómo debe usted actuar en el
papel de defensor? Debería adop-
tar una actitud intermedia entre
un “pesimismo animado” y el “es-
cepticismo creativo” que Fred en la ventaja en desarrollo y a la
Reinfeld le atribuía a Lasker. Pue- debilidad de las negras en el cen-
de que tenga usted una posición tro y flanco de dama. Sin embar-
inferior, pero eso no significa, en go, el desarrollo es un valor va-
modo alguno, que tenga que per- riable, que guarda relación con el
der. La carga es tan pesada para el carácter abierto o cerrado de
atacante como para usted. No im- una posición. Si en la era de
porta lo pobres que parezcan sus Morphy –con el absoluto predo-
perspectivas (excluidos, natural- minio de las partidas abiertas, 1
mente, los casos de un mate forza- e4 e5– el desarrollo tenía gran
do o de pérdida de material), no importancia, era debido a que
tiene por qué perder, a menos que cada posición estaba repleta de
cometa nuevos errores. líneas abiertas. Pero en el diagra-
ma tenemos una posición cerra-
da, sin líneas abiertas y con va-
DEBILIDAD EXPLOTABLE rias diagonales bloqueadas.
E INSERVIBLE Ambos jugadores deben mo-
ver sus piezas a nuevas casillas,
Regresemos a aquella curiosa porque el desarrollo inicial no
partida de la Introducción entre encaja con la estructura de peo-
jugadores letones. ¿Quién está re- nes en este medio juego. Las ne-
almente mejor? gras, que se preparan para mover
el alfil de rey de ‘g7’ a ‘f8’, donde
(D) dispondrá de un excelente pano-
La tendencia a responder “las rama, ¡están perfectamente en
blancas” con seguridad se basa cuanto al desarrollo se refiere!
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 19

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 19

Más importante es la naturale- menores resulten operativas. Ne-


za de las debilidades en ambos cesitan jugar ‘f4’ y ‘g4’, en prepa-
sectores del tablero. Las negras ración de la ruptura f5, antes de
tienen “agujeros” en las casillas que puedan liberar la energía
debilitadas de su color, tales como latente de sus piezas.
‘d6’, ‘c5’, ‘f6’ y ‘b6’. Son débiles Ahora bien, ¿es esto justo pa-
porque han perdido la protección ra las blancas, que no han cometi-
total o parcial de peones. Recuer- do un solo error, mientras que las
de que en la Introducción hemos negras han perdido tiempo y van
definido la defensa como protec- retirando las piezas detrás de sus
ción de debilidades. Con la natura- debilidades? Las blancas han co-
leza cerrada de la posición y el mal metido, en realidad un error, uno
emplazamiento de las piezas me- grave: 10 0-0-0?? De haber enro-
nores blancas, no se puede parar cado corto y comenzado a explo-
partido alguno estas debilidades. tar la situación contraria en el
Es cierto que si las blancas pu- flanco de dama con ‘a4’, todos los
dieran llevar la dama a ‘d6’, o triunfos estarían en su mano. Esta
abrir la columna e, o trasladar un sencilla diferencia –además de la
caballo a ‘c5’, dispondrían de un serie de jugadas de ataque sin
juego terrífico. Pero, tal y como sentido que siguió– es la razón
están las cosas, se requerirán mu- por la cual les costó la partida a
chas jugadas para explotar las las blancas.
evidentes debilidades enemigas. Este principio de explotación
Ahora echemos un vistazo a la frente a debilidades inexplotables
posición desde la silla de las ne- es la lección más importante que
gras. Las blancas no tienen debili- se debe aprender de la defensa.
dades de peones en el flanco de Con frecuencia, el defensor re-
dama, donde se ha instalado su quiere restringir o impedir el
rey, y ninguna de sus casillas cen- avance del atacante y para ello re-
trales o del flanco de rey carecen aliza jugadas que parecen debili-
de protección de peones. Sus pie- tantes. Es cuestión de evaluación
zas parecen estar bien situadas. decidir si vale o no la pena hacer
Pero, en realidad, el ala de dama tales jugadas. Tomemos, por ejem-
blanca se puede atacar fácilmen- plo, una partida de 1959 entre Sve-
te, por ejemplo con la maniobra tozar Gligoric y Vassili Smíslov.
...¤d7-b6-c4, y si este caballo se 1 d4 ¤f6 2 c4 g6 3 ¤c3 d5 4
cambia, se captura con el peón de cxd5 ¤xd5 5 e4 ¤xc3 6 bxc3 ¥g7
b. Entretanto, las blancas tienen 7 ¥c4 c5 8 ¤e2 0-0 9 0-0 ¤c6 10
que tomar algunas medidas pre- ¥e3 £c7 11 ¦c1 ¦d8 12 h3 b6 13
paratorias para que sus piezas f4.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 20

20 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 ¤c6! 19 g4 ¤e7 20 ¢h2 £c6 21


7
¤g3 b5, y las negras asumieron la
iniciativa en ambos sectores del
6
tablero.
5
La lección de las debilidades
4 explotables es común a muchos
3 sistemas modernos de apertura.
2 Así, las negras asumen un peón
1 de d retrasado en la Variante Naj-
a b c d e f g h dorf de la Siciliana (1 e4 c5 2 ¤f3
d6 3 d4 cxd4 4 ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3
a6 6 ¥e2 e5) o un peón central
Las blancas amenazan el aislado en la Defensa Tarrasch
avance f5, que abre paso al alfil del Gambito de Dama (1 d4 d5 2
dama, seguido de la apertura de c4 e6 3 ¤c3 c5 4 cxd5 exd5 5 ¤f3
la columna f, con peligrosa inicia- ¤c6 6 g3, seguido de d4xc5) sin
tiva. Las negras pueden impedir mayores aspavientos, porque la
este plan con un bloqueo de peo- experiencia ha demostrado que
nes, pero que “airearía” la posi- las negras obtienen a cambio mu-
ción del rey. Con todo, si el flanco cho contrajuego antes de que las
de rey negro se vuelve poroso, blancas puedan esperar explotar,
también es cierto que las blancas de forma realista, la debilidad del
no están en condiciones de explo- peón de d aislado.
tarlo de inmediato. Por esta ra- La debilidad, por consiguien-
zón, siguió: 13 ... e6! 14 £e1 ¥b7 te, no es estática, sino que está re-
15 £f2 ¤a5 16 ¥d3 f5!, que es lacionada con los valores tradi-
una maniobra muy fuerte porque cionales de fuerza y tiempo. Con
de esta forma se ataja el peligro tiempo suficiente, casi cada posi-
inmediato y se frena la iniciativa ción puede reforzarse. Por otro
del contrario, lo que es más im- lado, si un atacante es continua-
portante que las debilidades en mente distraído con algún tipo de
que se ha incurrido y por las que, amenazas, no tendrá tiempo para
más tarde, podrían infiltrarse las explotar las debilidades más acu-
piezas enemigas. sadas.
En esta partida las blancas si- Consideremos la siguiente po-
guieron el conocido principio ata- sición:
cante de cerrar el centro con ob-
(D)
jeto de poder progresar en el
flanco, una estrategia muy pobre Es fácil percibir los puntos dé-
en este punto: 17 e5?? c4! 18 ¥c2 biles en el flanco de rey negro:
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 21

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 21

8 su adversario. Con el tiempo, su


7
rival podrá presionar el eslabón
más débil de su cadena defensiva.
6
Ésta es la razón por la que el
5
contraataque es la forma de de-
4 fensa prioritaria, incluso a expen-
3 sas de otros valores, como la se-
2 guridad del rey, la estructura de
1
peones, el material y el desarro-
a b c d e f g h
llo. Esto se estudia con más dete-
nimiento en el capítulo 4, pero
aquí queremos mostrar la conve-
‘f6’ y ‘h6’. Naturalmente, estas niencia del contraataque. Siguien-
debilidades podrán explotarse do una rígida obediencia a las
siempre y cuando haya una dama exigencias de seguridad, lo más
blanca en el tablero. Por otra par- que puede esperarse en una par-
te, el flanco de rey blanco tam- tida es el empate. Proteger la pro-
bién tiene sus propias debili- pia posición no es la forma de ga-
dades en las casillas claras. Si las nar partidas.
negras sólo tienen un alfil de ca-
8
sillas oscuras durante un medio
juego complejo, las blancas esta- 7

rán relativamente a salvo. Una 6


posición ampliamente abierta, 5
con debilidades, se explota mejor 4
con torres sobre el tablero, y una
3
posición cerrada se explota me-
2
jor con caballos.
1
a b c d e f g h
JUEGO DINÁMICO
FRENTE A SEGURIDAD Tigrán Petrosián lleva las pie-
zas negras en la posición del dia-
Una de las muchas circunstan- grama, que corresponde a una
cias que pueden producirse en partida de la Olimpiada de 1962,
una partida de ajedrez es ésta: si contra Andreas Dueckstein, de
sus piezas están todas bien situa- Austria. La Defensa Caro-Kann le
das para proteger sus propias de- ha dado a Petrosián posibilidades
bilidades, es muy probable que de ataque en la columna h, y el
sean incapaces de explotar las de plan inmediato puede ser ...¥e7,
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 22

22 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

...¦h6 y ...¦dh8. Pero las blancas 8


pueden, en la práctica, contrarres- 7
tar ese peligro con ¦ad1 y ¦xd8, o
6
¦fe1 y ¥e5. Como es sabido, cam-
5
biar piezas es el método defensivo
más antiguo del ajedrez. 4

Petrosián evaluó los peligros 3

de la posición y jugó 18 ... a5!! Sí, 2


las negras proponen la destruc- 1
ción de la cobertura de peones de a b c d e f g h
su rey. Pero juzgaron que obten-
drán a cambio suficiente juego di-
námico para mantener ocupadas En este momento las negras
a las blancas, y que la seguridad jugaron 9 ... 0-0! Es temerario en-
del rey no entrará en considera- rocar de esta forma, se permite
ción durante algunas jugadas. Es un ataque natural, pensará usted.
decir, la seguridad del rey negro. Puede verse fácilmente que las
Si, por ejemplo, 19 bxa5 ¥xc5 20 blancas tienen la dama, los dos al-
¦ab1, las negras darían mate con files y una ruptura (h4) listas con
20 ... ¦xh2! 21 ¢xh2 ¦h8+ 22 el mate como objetivo.
¢g1 ¤xg3. Sin embargo, el enroque sirve
Las blancas buscaron cambios, para varios fines importantes pa-
pero después de 19 ¦ad1 ¦xd1 20 ra las negras. Aparta el rey de la
¦xd1 ¦h4! 21 bxa5 ¥xc5 22 a6?! columna e y prepara una manio-
b6 23 ¦e1 ¢a7, las negras ganaron bra de minado del centro con
con un estilo fenomenal: llevaron ...exd5 y ...¦e8. También activa la
el rey hasta la tercera fila con las torre de rey, sin invertir un tiem-
damas sobre el tablero. La fractu- po en la torpe ...¦g8 o la debili-
ra de los peones del flanco de da- tante ...f6. La pregunta crítica es
ma fue parte del porqué de la de- ¿pueden las negras obtener los
rrota de las blancas. principales beneficios de enrocar
Otro ejemplo sorprendente de antes de que las blancas desplie-
dinamismo que se antepone a la guen un ataque decisivo?
seguridad lo tenemos en la parti- Un método de ataque es 10
da Carlos Guimard – Wolfgang £h5!, pero 10 ... d6! parece una
Unzicker; Buenos Aires (Argen- respuesta adecuada. Por ejemplo:
tina), 1960: 11 £xh6 dxe5! 12 ¥d3 exd5 13
1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4 cxd5 ¥f5, u 11 ¥d3 ¤xc3 12
¥g5 h6 5 ¥h4 c5 6 d5 b5 7 e4 g5!? £xh6 ¤e4+! 13 ¢e2 dxe5 14
8 ¥g3 ¤xe4 9 ¥e5. ¥xe4 f5, y las blancas deben refu-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 23

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 23

giarse en un jaque perpetuo, an- de su rey o un avance general de


tes de que la ventaja material de la barrera protectora de peones.
las negras haga su efecto. La lección más significativa aquí
En la partida, las blancas juga- es que el defensor debe estar dis-
ron 10 ¥d3, y las negras podían puesto a recoger el guante.
haber traspuesto a la variante an-
terior con 10 ... ¤xc3. Sin embar-
8
go, optaron por la arriesgada 10 ...
7
exd5, para responder a 11 cxd5
con 11 ... ¦e8. Siguió 11 ¥xe4 6

dxe4 12 £d5 ¤c6 13 ¥d6, y las 5


blancas fueron aplastadas des- 4
pués de 13 ... ¥xc3+ 14 bxc3 3
£f6!, las negras ganaron once ju- 2
gadas más tarde.
1
a b c d e f g h

JUGADAS VALIENTES
Y JUGADAS FEAS Esta posición se produjo en
una partida yugoslava disputada
Puesto que nos encontramos en 1970, en la que se planteó una
estudiando el tema de la actitud variante muy teórica de la Sicilia-
mental adecuada, uno de los ele- na Dragón: 1 e4 c5 2 ¤f3 d6 3 d4
mentos más importantes que de- cxd4 4 ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 g6 6 ¥e3
ben integrar esa actitud es la dis- ¥g7 7 f3 ¤c6 8 £d2 0-0 9 ¥c4
posición a efectuar jugadas que £a5 10 ¥b3 ¥d7 11 0-0-0 ¤e5 12
parezcan feas, si no suicidas. La ¢b1 ¦fc8 13 h4 b5 14 ¥h6 ¥xh6
tentación que siempre acecha es 15 £xh6 ¦xc3 16 bxc3 £xc3 17
jugar seguro mediante jugadas ¤e2 £c5 18 ¤f4 a5 19 h5 a4 20
que a la vista sean más tranquilas ¤xg6 ¤xg6 21 ¦d5 £a3 22 hxg6.
y menos etéreas. Pero las jugadas La primera impresión es que
“feas” de doble filo a menudo son las negras pueden hacer caso
las mejores –y, a veces, incluso las omiso tranquilamente a la crisis
únicas– en una posición dada. Los del flanco de rey con 22 ... axb3, y
requerimientos tácticos de la po- si las blancas juegan 23 gxh7+, el
sición –aquellos que constituyen rey negro puede ocultarse en ‘h8’.
excepciones a las reglas generales Pero, tras una inspección más
de seguridad– pueden dictar una detenida, las negras descubrieron
rápida retirada de piezas bien de- el bonito mate forzado 23 gxh7+
sarrolladas, o una marcha forzada ¢h8 24 £g7+!! ¢xg7 25 h8£+!
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 24

24 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

¦xh8 26 ¦g5+ y 27 ¦xh8+. La po- ciertos puestos avanzados duran-


sición de las negras es crítica, te varias jugadas a fin de contener
pues ni siquiera disponen de al- el avance enemigo. Pero la retira-
guna jugada intermedia que obs- da voluntaria también tiene sus
taculice la amenaza. Tampoco méritos, de los cuales no es el me-
pueden cambiar piezas a tiempo nor el hecho de que esa jugada
y si capturan el peón de ‘g6’, o re- puede ser la más inesperada en
ciben mate en una o permiten un una posición. La lógica de la reti-
descubierto mortal. rada es ésta: su opositor ha com-
En este punto el defensor pue- prometido sus piezas en función
de razonar a lo Sherlock Holmes. de una determinada estructura de
Si todas las defensas posibles peones. Al reagrupar usted sus
(“razonables”) fallan, deben in- piezas, expone a las de éste a una
tentar lo imposible. En conse- disposición posiblemente mala.
cuencia, las negras jugaron 22 ... Esto significa que, a veces, retro-
fxg6!! ceder puede ser muy provechoso.
No hay mucho donde elegir. Ennio Contedini – Max Euwe;
Las alternativas son: a) esperar Olimpiada de Leipzig (Alema-
que a las blancas (conducidas, por nia), 1960.
cierto, por un gran maestro) se les 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥c4 ¥c5
escape el sacrificio de dama, y b) 4 c3 ¥b6 (una retirada que se an-
rendirse. Pero resulta que las ne- ticipa al avance d2-d4) 5 d4 £e7 6
gras tienen una posición increi- 0-0 d6 7 h3 ¤f6 8 ¦e1 0-0 9 a4 a6
blemente segura, porque no hay 10 ¤a3.
mejor jaque descubierto que 23
¦g5+. La partida siguió: 23 ... 8
axb3 24 ¦xg6+ ¢f7! (24 ... hxg6?? 7
25 £xg6+ ¢f8 26 ¦h8++) 25
6
£g7+! ¢e6 26 ¦xf6+ exf6 27
5
£g4+ ¢e5! 28 £g3+ ¢e6 29
£g4+, y se acordaron las tablas. 4

De optar por las complicaciones, 3


las blancas se habrían arriesgado 2
a perder: 25 ¦xf6+? exf6 26 1
£xh7+ ¢f8!, y el rey negro esca- a b c d e f g h
paría.
Se requiere otro tipo de fuerza Las blancas amenazan ¥g5 así
de voluntad para retirarse. A me- como trasladar este caballo al
nudo, al defenderse en una mala fuerte puesto avanzado de ‘d5’,
posición, es esencial conservar vía c2-e3, lo que anularía los es-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 25

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 25

fuerzos de las negras por mante- xander Alekhine; Baden-Baden


ner un punto fuerte en e5. En esta (Alemania), 1925:
situación, el ex campeón mundial 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥c4 ¥c5
inicia una conocida pero sorpren- 4 c3 ¥b6 5 d4 £e7 6 0-0 ¤f6 7
dente serie de jugadas de reagru- ¦e1 d6 8 a4 a6 9 h3 0-0 10 ¥g5 h6
pamiento, que se anticipa a las 11 ¥e3 £d8! 12 ¥d3 ¦e8 13
amenazas de las blancas y prepa- ¤bd2 ¥a7! 14 £c2 exd4 (fuerte,
ra el contraataque en el flanco de porque 15 cxd4 permite contra-
rey: juego con 15 ... ¤b4) 15 ¤xd4
10 ... ¢h8! 11 ¤c2 ¤g8 (para ¤e5 16 ¥f1 d5! 17 ¦ad1 c5 18
reforzar el peón de ‘e5’ con ...f6) ¤4b3 £c7 19 ¥f4 ¤f3+ 20 ¤xf3
12 ¤e3 ¥a7 (se adelanta a ¤d5) £xf4 21 exd5? ¥f5!, y las negras
13 ¤d5 £d8 14 ¥e3 f6 15 b4 ganaron rápidamente: 22 ¥d3
¤ce7! 16 dxe5? ¤xd5 17 ¥xd5 ¥xh3 23 gxh3 £xf3 24 ¦xe8+
¥xe3 18 ¦xe3 fxe5. ¦xe8 25 ¥f1 ¦e5 26 c4 ¦g5+ 27
¢h2 ¤g4+ 28 hxg4 ¦xg4. Las
8 blancas se rinden.
7 Otro ejemplo más, Emanuel
Schiffers – Wilhelm Steinitz; En-
6
frentamiento, Rostov del Don
5
(Rusia), 1896:
4 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 ¥c5
3 4 0-0 £f6 5 c3 ¤ge7 6 d4 exd4 7
2 ¥g5 £g6 8 ¥xe7 ¥xe7 9 cxd4 0-0
1 10 ¤c3 d6 11 ¤d5.
a b c d e f g h
8

Las negras están ya mejor de- 7

bido a su contrajuego temático 6


por la columna f (por ejemplo, 5
con el plan ...£f6, ...¤e7-g6-f4). 4
Ahora algunos errores de las
3
blancas decidieron la lucha: 19
¥b3 £f6 20 c4 ¤e7 21 c5 dxc5 22 2

bxc5 ¤g6 23 £d5? ¥xh3! 24 gxh3 1

¤h4! 25 ¤xh4 £xf2+ 26 ¢h1 a b c d e f g h


£xe3 27 ¤f5? £xh3+ 28 ¢g1
¦f6. Las blancas se rindieron. La disposición defensiva de
Hay un ejemplo similar en la las negras es engañosa, cada reti-
partida Siergbert Tarrasch – Ale- rada de pieza contiene el germen
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 26

26 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

del contraataque. La partida con- 8


tinuó así: 11 ... ¥d8 12 £d3 ¤b8!, 7
amenaza ...c6, y aunque en tal ca-
6
so el peón de ‘d6’ será débil, no
5
resultará fácil de atacar.
Tras un reagrupamiento de 4

efectivos, 13 ¥c4 c6 14 ¤f4 £h6 3


15 ¤e2 ¤d7 16 ¤g3 ¤b6 17 ¥b3 2
¥c7 18 ¦ac1 ¥d7, las blancas co- 1
metieron el error de tratar de for- a b c d e f g h
zar acontecimientos con 19 d5
(en lugar del desarrollo correcto,
19 ¤d2), y Steinitz aprovechó la
oportunidad con 19 ... c5 20 ¤d4? Las blancas quieren forzar
g6 21 f4? ¦ac8!, y las negras gana- nuevas debilidades en el flanco
ron poco después: 22 ¤de2 c4 23 de rey (...g4) que más tarde po-
¥xc4 ¤xc4 24 ¦xc4 ¥b5! drían explotar. Las negras tienen
Aún menos digerible que la que afrontar la amenaza 12 hxg5,
retirada es el movimiento del rey y lo hacen con la asombrosa 11 ...
cuando no se trata del enroque. ¢d7!!, que establece comunica-
En la época dorada del Romanti- ción entre la dama y la torre de
cismo, Morphy y sus imitadores a ‘h8’. También amenaza 12 ... ¤e4,
menudo enrocaban rápidamente seguido de ...¤xg3 ó ...¥c5.
para incorporar las torres al jue- Además de tomar la decisión
go y proteger el rey. Pero el rey valiente de mover su rey tan tem-
no siempre está bien situado en prano, Richter tenía que calcular
un rincón, como Steinitz demos- que a 12 ¥e5 podía contestar con
tró más tarde, y las torres no 12 ... ¥c5 13 ¥xf6 ¥xd4 14 ¥xd8
siempre participan en las luchas ¦axd8, con un excelente final.
del medio juego. Hay jugadas de Keres lo vio y también descartó
rey que pueden ser poderosas si 12 f3 y 13 ¥f2, la continuación
el defensor sabe superar la re- conservadora para consolidar la
pugnancia instintiva a realizarlas. posición. Optó, en cambio, por 12
Veamos la partida Paul Keres – ¦d1 con la amenaza 13 c5. Sin
Kurt Richter; Múnich (Alema- embargo, después de 12 ... ¤e4
nia), 1944: 13 £e5, las negras respondieron
1 c4 e5 2 ¤c3 ¤f6 3 ¤f3 ¤c6 4 13 ... ¥xc3+ 14 bxc3 ¤xg3 15
d4 exd4 5 ¤xd4 ¥b4 6 ¥g5 h6 7 fxg3 ¥g6, y obtuvieron una posi-
¥h4 g5?! 8 ¥g3 d6 9 ¦c1 ¤xd4 ción mucho más segura que la es-
10 £xd4 ¥f5 11 h4. pacialmente superior de su rival,
Muntatge 001-223 22/2/06 09:56 Página 27

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 27

y acabaron ganando un largo fi- va. Si 25 ¢e2, las negras ganan to-
nal. mando, simplemente, la torre de
A veces, en situaciones deses- ‘e1’. De modo que las blancas ju-
peradas, la mejor posibilidad garon la provocadora 25 ¢d3!?
práctica puede ser tratar de con- Las negras recogieron el guan-
fundir a nuestro rival de turno con te mediante 25 ... ¤b4+ 26 ¢c4
un avance de rey. Nuestro adver- ¥g7!, con amenaza de jaques en
sario, que puede ganar de varias ‘b5’ y ‘c3’. Si las blancas capturan
maneras sencillas, trata entonces el caballo con el rey, reciben mate
de buscar el bonito mate que de- con ...£c3+ y ...£a5++. Siguió: 27
be existir por algún lado. El de- ¤d4 ¤d5! 28 ¦xe6+! ¥xe6 29
fensor está utilizando, en tal caso, ¤xe6 ¤e3+ 30 ¢c5.
un arma psicológica: el deseo de El juego de las negras ha sido
todo ajedrecista de jugar partidas soberbio, y ahora sólo tienen que
bonitas. Lo cierto es que, aun en atender al peligro de £g6+ y d7+.
el caso de que el mate existiera, el Desde el punto de vista de las
atacante debe descubrirlo. blancas, la posición es tan deses-
perada que su incursión de rey es
tan válida como cualquier otra
8
posibilidad. El remate “normal”
7 de la partida debería haber sido
6 30 ... £e5+ y 31 ... £xe6, después
5 de lo cual las blancas tendrían
4
dos piezas menos y se encontrarí-
an amenazadas de mate.
3
Sin embargo, en apuros de
2
tiempo, Barden seguía buscando
1 un mate bonito, así que jugó 30 ...
a b c d e f g h £c3+?? 31 ¢b6 ¤xd1, omitiendo
la réplica 32 ¤xg7+ ¢d7 33
Esta posición se produjo en la ¤e8+!, y después de 33 ... ¢e6 34
partida John Eric Littlewood – £e7+ ¢d5 35 ¤c7+ ¢d4 36
Leonhard William Barden; 4ª par- £g7+ ¢e4 37 £xf8, las blancas
tida del Torneo de Hastings (In- recuperaron la torre y su rival só-
glaterra), 1961-1962, y las cosas lo consiguió postergar lo inevita-
no pueden ser más feas para las ble con unos cuantos jaques. La
blancas, que han sacrificado pieza derrota de las negras sólo es im-
por un ataque comerciante. Pero putable a la confusión creada por
un sacrificio de calidad ha dado a las blancas con la marcha de su
las negras una tremenda iniciati- rey.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 28

28 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Si este ejemplo no fuese lo 19 ¦h3 a6 20 £g5 h6? 21 £e3! e5


bastante sorprendente, le propon- 22 ¢xd3 ¥f4 23 £g1 0-0-0 24 ¢c2
go la siguiente posición. ¥xc1 25 ¦xc1! £xa2 26 ¦h2, las
blancas sobrevivieron e incluso
ganaron la partida.
8 Otro elemento poco atractivo
7 de la defensa, aunque a menudo
6 gratificante, es el avance del pro-
5
pio escudo protector de peones.
Su instinto le dice a todo buen
4
defensor que los peones que cu-
3
bren al rey no deberían tocarse.
2 No obstante, la defensa es el arte
1 de descubrir excepciones a las re-
a b c d e f g h glas del ataque. Naturalmente, el
avance de peones protectores es
algo que debe calcularse muy
¿Quién podría creer que las bien, pues un mal paso puede
blancas pueden ganar? marcar la diferencia entre anular
Se trata de la partida Anatoli la fuerza atacante y el suicidio.
Kárpov – Alexánder Zaitsev;
URSS, 1970, que comenzó así: 1
8
e4 c6 2 d4 d5 3 ¤c3 dxe4 4 ¤xe4
¤d7 5 ¤f3 ¤gf6 6 ¤xf6+ ¤xf6 7 7

¤e5 ¥f5 8 c3 e6 9 g4 ¥g6 10 h4 6


¥d6! 11 £e2 c5 12 h5? ¥e4 13 f3 5
cxd4 14 £b5+ ¤d7 15 ¤xf7 ¥g3+ 4
16 ¢e2 d3+ 17 ¢e3! £f6 18 ¢xe4.
3
Después de 18 ... £xf7 quedó
2
restablecido el equilibrio material,
pero el rey blanco se encuentra en 1

el centro del tablero. Lo que im- a b c d e f g h

porta, sin embargo, es el control


territorial. A las negras no les re- A la posición del diagrama an-
sulta fácil cuestionar seriamente la terior se llegó en una partida de
presencia del monarca enemigo cuando Mijaíl Tal era joven, des-
en e4, de modo que la posición del pués de 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥c4
rey blanco puede considerarse lo ¥c5 4 b4 ¥xb4 5 c3 ¥a5 6 d4 d6 7
que llamamos una debilidad que ¥g5 ¤ge7 8 d5 ¤b8 9 ¥xe7
no se puede explotar. Después de ¢xe7! 10 £c1 ¤d7 11 0-0 ¦e8 12
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 29

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 29

¤h4 ¢f8 13 ¤f5 ¤c5 14 ¤g3 Las blancas intentaron 27 gxh5,


¤d7 15 ¤d2 ¥b6 16 ¤f3 ¢g8 17 y después de 27 ... g4! 28 ¤3h4
¦e1 ¤f8 18 ¥b5 ¥d7 19 ¥xd7 ¤xh5 29 £d3 ¤f4 30 £g3 ¤h3+
£xd7 20 £g5. 31 ¢f1 ¥xf2! 32 £xg4 ¥xe1! 33
Al guarecer al rey –por el pro- ¤g6+ ¢g8 34 ¤fe7+ ¢f7, las ne-
cedimiento conocido como “en- gras emergen vencedoras.
roque artificial”–, Tal ha sobrevi- Un caso de este efecto en mi-
vido a la primera situación crítica niatura lo tenemos en la partida
de la lucha conservando intacto Jan Hendrik Timman – Svetozar
su peón de ventaja. Ahora se en- Gligoric; Ámsterdam (Países Ba-
frenta a un nuevo peligro: la in- jos), 1971: 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3
trusión de la dama y los caballos ¥b5 a6 4 ¥xc6 dxc6 5 0-0 f6 6 d4
blancos, que amenazan, por ejem- exd4 7 ¤xd4 ¥d6 8 £h5+ g6 9
plo, ¤h5 y ¤h4-f5. £h4? Esto es inferior a la retirada
La defensa negra comienza 9 £f3. Las negras jugaron aquí 9
con 20 ... f6!, con lo que bien el ... h5!, cuya amenaza es encerrar
caballo se activa con ganancia de la dama blanca con 10 ... g5. Las
tiempo, bien expulsa a la dama blancas tomaron fuertes medidas
blanca de la zona de peligro. Las al respecto: 10 e5! fxe5 11 ¥g5
blancas decidieron permanecer ¥e7 12 ¤f3 ¥xg5 13 ¤xg5 ¥f5 14
en el entorno con 21 £h5 ¤g6 22 ¤c3 ¤h6, y esas medidas resulta-
¤f5 ¤f4 23 £h4, y tras 23 ... ¢h8 ron lo bastante efectivas para
las negras prepararon una sorpre- mantener el equilibrio. En la par-
sa que su rival debía haber pre- tida en cuestión, sin embargo, las
visto: 24 g3 ¤d3 (24 ... g5 25 £h6) negras pronto asumieron el man-
25 ¦e2, pero las blancas sólo vie- do tras 15 £g3 ¤f7 16 ¤ce4 ¤xg5
ron la amenaza ...¤d3 y jugaron 17 ¤xg5 £f6 18 f4? e4 19 ¦ad1
24 ¦ad1. £xb2!, y ganaron en 31 jugadas.
Entonces las negras jugaron
24 ... h5!?, una especie de bomba
que, sin embargo, las blancas hu- TÓMESE SU TIEMPO PARA
bieran hecho bien en desdeñar. LAS COSAS IMPORTANTES
Comprendieron que 25 g3?? g5
26 ¤xg5 fxg5 27 £xg5 ¤h3+ les La tentación natural para el
costaría la partida. De modo que defensor es enrocar, desarrollar
jugaron 25 g4?, cuya réplica fue rápidamente las piezas y crear
25 ... g5! 26 £g3 £h7, y si 27 h4, amenazas. Sin embargo, eso no es
las negras podrían abrir la colum- tan fácil por varios motivos. La
na mortal con 27 ... hxg4 28 £xg4 movilización rápida de las fuerzas
¦g8. y la situación del rey pueden esti-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 30

30 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

mular al bando contrario en cuan- Las negras se han visto obli-


to a precisar el objetivo de ataque. gadas a retirarse y las blancas es-
Eso es exactamente lo que hizo tán dispuestas a efectuar un rea-
Kljavin en la partida letona citada grupamiento de piezas, con idea
en la introducción. Por otra parte, de lanzar un fuerte ataque en el
el desarrollo sencillo de piezas y flanco de rey, a base de f4, ¤f3,
el enroque no es tan fácil de reali- ¤g3 y ¥d3. Pero antes contienen
zar en las aperturas modernas y la ruptura liberadora ...c5, que es
sofisticadas, alejadas a años luz la principal fuente de contrajue-
del Giuoco Piano o el Gambito de go de las negras en estos esque-
Rey. (Wilhelm Steinitz, por ejem- mas. Se trata de la famosa agre-
plo, necesitó 32 jugadas para en- sión a la base de la cadena de
rocar en una partida contra Zu- peones, cuyo precursor fue Nim-
kertort en el duelo de 1886). zovich en el primer cuarto del si-
El defensor experimentado glo XX.
sabe que en ciertas circunstancias Cabe destacar dos puntos en
–como con un centro cerrado– relación con 10 b4. Es una jugada
puede tomarse su tiempo al efec- muy ambiciosa que debería tener
tuar jugadas de desarrollo. Puede éxito si las negras jugasen de for-
alterar el orden de sus priorida- ma rutinaria, 10 ... ¥e7 y 11 ... 0-0.
des mediante mejoras y tareas de Pero decidieron que podían dife-
refuerzo o parcheado antes de rir el enroque en tanto las blancas
coordinar las piezas. He aquí un se mantuviesen ocupadas y no pu-
buen ejemplo del Campeonato diesen realizar el avance f4-f5, el
Soviético de 1934. ataque a la base de la cadena ne-
Leonid Savitski – Gavril Veré- gra de peones. El segundo punto
sov. 1 e4 c6 2 ¤c3 d5 3 ¤f3 ¤f6?! tiene que ver con una cuestión ló-
4 e5 ¤e4 5 ¤e2 ¥g4 6 ¤fg1! ¤c5 gica: ¿Por qué se considera muy
7 f3 ¥d7 8 d4 ¤ca6 9 c3 e6 10 b4?! ambicioso que las blancas se ha-
yan tomado su tiempo para jugar
8 b4 y no, sin embargo, la siguiente
7
serie de jugadas de las negras? La
respuesta parcial a esa pregunta es
6
que las negras actúan en el sector
5
del tablero en el que están fuertes.
4 Pero las blancas están en inferiori-
3 dad en el flanco de dama y la ten-
2 tativa de anticiparse a la ruptura
1
...c5, antes de completar el desa-
a b c d e f g h
rrollo, está condenada a fracasar.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 31

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 31

La partida prosiguió así: 10 ... ¥f2 £xc3 28 £f4 ¥c6 29 ¦d1


b6! 11 ¤g3 c5 12 a3 ¤c7 13 ¥d3 £a5 30 £g3 d4 31 f4 d3 32
a5! La apertura de líneas en un ¥xd3!? cxd3 33 ¦xd3 ¥c5 (pri-
flanco es beneficiosa en nueve ca- mera jugada de esta pieza) 34
sos de cada diez para el bando ¥xc5 £xc5+ 35 £f2 £c1+ 36 £f1
que está más fuerte en ese flanco. £xf1+ 37 ¢xf1 ¥b5, y las blancas
Las negras siguen postergando se rindieron.
...¥e7 y ...0-0. 14 bxa5 bxa5 15 Steinitz fue el maestro que in-
¤1e2 ¤c6 16 0-0 £b8!, con idea trodujo el concepto de tomarse
de intensificar la presión contra el tiempo para ejecutar ideas estra-
peón de ‘d4’, con ...£a7. tégicas antes de completar el de-
Tal vez las blancas no vislum- sarrollo. Expuso el principio de
braron los planes a largo plazo de que las mejoras estructurales po-
las negras. Intentaron 17 ¥e3 dían llevarse a cabo siempre y
£a7 18 £d2 c4! 19 ¥c2 a4! 20 cuando el centro estuviese cerra-
¥f2, y entonces 20 ... ¤a5 21 ¤h5 do. Así, una pérdida de tiempo
0-0-0! puso de manifiesto que las con vistas a un reagrupamiento o
negras tenían ventaja. En este una determinada maniobra no
momento se disponen a bloquear tiene la misma repercusión que
la columna b con ...¤b3, y luego en una partida abierta.
planean ocuparse de los peones
débiles ‘a3’ y ‘c3’. Johannes Hermann Zukertot
– Wilhelm Steinitz; 5ª partida del
8 duelo de Londres (Inglaterra),
7
1872. 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 a6
4 ¥a4 ¤f6 5 d3 d6 6 ¥xc6+ bxc6
6
7 h3? g6 8 ¤c3 ¥g7 9 ¥e3? (9
5 d4!) 9 ... c5! 10 £d2 h6 11 ¦b1
4 ¤g8! 12 ¤h2 ¤e7 13 f4 exf4 14
3 ¥xf4 g5! 15 ¥e3 f5 16 0-0 f4, y las
2 negras tienen la partida estratégi-
1
camente ganada, lo que han con-
seguido en sus cinco últimas juga-
a b c d e f g h
das. Las blancas decidieron abrir
la posición en el flanco de dama,
Ante la ausencia de contrajue- con la esperanza de conseguir
go en el flanco de rey, las blancas contrajuego: 17 ¥f2 ¤c6 18 ¤d5
pronto se vinieron abajo: 22 ¥h4 0-0 19 b4 cxb4 20 ¤xb4 ¤xb4 21
¦e8 23 £f4 ¤b3 24 ¦a2 ¤b5 25 ¦xb4 ¥e6 22 ¥d4 ¥xd4+ 23
£xf7 ¤xc3 26 ¤xc3 £xd4+ 27 ¦xd4 c5 24 ¦a4 £b6 25 c4 a5 26
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32 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

¦a3 a4! 27 ¦c3 ¦fb8 28 ¦c2 £c7 teoría al menos, disfrutar de algún
29 ¦b2 a3! 30 ¦bb1 £g7! 31 tipo de ventaja en la posición que
¦xb8+ ¦xb8 32 £a5 £d4+ 33 justifique el ataque. Esa ventaja
¢h1 £xd3 34 £c7 ¦b1 35 £d8+ puede ser debilidad en el flanco de
¢f7, y las blancas se rindieron. rey en campo enemigo, ventaja
de espacio o ventaja de desarrollo
en algún sector. Por supuesto, esta
SANGRE FRÍA justificación no garantiza por sí so-
EN LA BATALLA la el éxito del ataque, pero es una
premisa necesaria para cualquier
También fue Steinitz el primer ataque fundado.
gran jugador que vivió la transi- Por consiguiente, el defensor
ción de joven maestro del ataque puede decirse a sí mismo que si
a maduro maestro de la defensa. su rival ataca, en una posición en
Puesto que era, además, uno de la que no tiene superioridad al-
los grandes pensadores del aje- guna, ese ataque está condenado
drez, se preguntó a sí mismo qué al fracaso ante una defensa pre-
era lo que hacia que un ataque cisa. “Quiere ganarme con un
tuviese éxito. No se trataba sólo ataque falso”, puede decirse us-
del genio de un jugador en la eje- ted para sí, sabiendo que puede
cución del ataque o de falta de refutar sus amenazas con res-
habilidad por parte del defensor. puestas exactas.
Incluso contra la mejor defensa He aquí un ejemplo del propio
muchos ataques logran grandes Steinitz en el que aplica su regla
ventajas. de oro –depositando, por tanto,
En consecuencia, Steinitz con- una fe absoluta en que su posi-
cluyó que debía haber alguna for- ción es defendible– contra Zu-
ma de superioridad en manos del kertort, en su enfrentamiento de
atacante antes de efectuar la pri- 1886.
mera jugada de ataque. Un ata-
que contra la posición sólida de 8

un rival no podía tener éxito. Un 7


ataque eficaz no era, pues, otra 6
cosa que la correcta explotación 5
de las debilidades (explotables).
4
Lo que esto significó para el ju-
3
gador práctico tiene más que ver
con la fe que con la ciencia. Cuan- 2

do un jugador despliega sus piezas 1

para proceder al asalto, debe, en a b c d e f g h


Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 33

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 33

Las blancas gozan de una ven- que disponen en esta posición:


taja espacial evidente y tienen un 25 ¦h3.
caballo excelente. Pero la com- Aquí Steinitz podía tomar el
pensación de las negras radica en caballo y soportar un largo ata-
la presión contra los peones cen- que. Por ejemplo: 25 ... fxe5 26
trales colgantes y la posibilidad £xh7+ ¢f8 27 ¦f3+ ¥f7 28 £h8+
de expulsar al caballo enemigo ¢e7 29 £xg7 ¦f8 30 ¦b1, o aun
con ...f6. Llegado el momento, las 27 ¦g3 ¥f7 28 ¦xg7 ¦c7 29 c5!
blancas podrían obtener un fuer- Pero había un camino más senci-
te control estratégico con ¦ed1, llo hacia la victoria: 25 ... h6!
£b3, c5 y ¤c4-d6. Pero las negras Ahora las blancas tienen que
pueden anticiparse a esa amena- mover el caballo, y ¤f3 no es me-
za estratégica con ...b6, seguido jor que antes. Las jugadas interca-
de alinear las torres en la colum- ladas ¦h3 y ...h6 permiten 26
na c y ...f6. La posición, como sue- ¤g6, pero Zukertort lo descartó,
len decir los analistas, está teóri- debido a 26 ... ¥xg6 27 £xg6
camente igualada, lo que dista ¦xc4! 28 ¦xh6 £xd4! Por ejem-
considerablemente de ser una po- plo: 29 £h7+ ¢f8 30 £h8+ ¢f7
sición de tablas. 31 £xd8 £xd8!
Zukertort jugó 23 ¦e3?, con la Lo que realmente sucedió fue
creencia errónea de que un ata- 26 ¤g4, y las negras se dedicaron
que al flanco de rey podría tener a confundir a las piezas blancas
éxito. Steinitz “sabía” que no po- en la fase final del juego: 26 ...
día tenerlo, incluso antes de cal- £f4! 27 ¤e3 ¥a4 28 ¦f3 £d6 29
cular sus posibilidades defensi- ¦d2 ¥c6 (aún es mejor 29 ... b5)
vas: tenía fe en su posición. 30 ¦g3 f5 31 ¦g6 ¥e4 32 £b3
Las negras respondieron 23 ... ¢h7. La partida termina con las
£d6, para contestar a 24 ¦h3 piezas negras dominando todo el
con la simple 24 ... h6, y si 25 tablero: 33 c5 ¦xc5 34 ¦xe6 ¦c1+
¦d1, 25 ... f6, que rechaza las pie- 35 ¤d1 £f4 36 £b2 ¦b1 37 £c3
zas blancas. Así pues, las blancas ¦c8 38 ¦xe4 £xe4, y las blancas
defendieron el peón de d4 con 24 se rindieron.
¦d1, y se vieron molestadas con Una situación muy diferente
24 ... f6. El caballo puede retirar- se produce cuando un jugador
se a ‘f3’, pero entonces seguiría piensa para sus adentros: “Haz lo
25 ... £a6! 26 ¤d2 e5, o 26 £b3 que quieras ahora, pues con cual-
¦xc4 27 ¤d2 ¦cxd4 28 ¦xe6 quier cosa estás perdido”. Aquí el
¥f7, que sería muy malo para la defensor no tiene fe en su posi-
causa blanca. De modo que op- ción. Admite, en su fuero interno,
taron por la única amenaza de que está perdido. Sin embargo,
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 34

34 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

tiene sentido calcular cada va- ¦e1!, una excelente jugada sim-
riante posible. El defensor asume plificadora que se puede evitar si
que puede tratar de hacer la me- otorgar a las blancas un mejor
jor jugada en cada turno: sólo una juego defensivo. Por ejemplo: 31
cada vez. ... ¦b8 32 £d1 ¤g4 33 £f3.
La posición siguiente corres- Matanovic jugó la precisa 31 ...
ponde a la partida Robert James ¦xe1+ 32 ¥xe1 ¥c5, y Fischer tu-
Fischer – Aleksandar Matanovic; vo que asumir la pérdida de su
Bled (Eslovenia), 1961. Además importante peón protector de g,
del peligro evidente que para las A 33 £xc4 siguió 33 ... £xg3+ 34
blancas supone las activas piezas ¢f1 £h3+ 35 ¢e2 £h5+ 36 ¢f1
negras, existía la presión adicio- £h1+ 37 ¢e2 £h5+ 38 ¢f1 y, fi-
nal de que Fischer encabezaba nalmente, 38 ... ¥f8. Las negras
uno de sus primeros torneos ver- siguen teniendo una partida ga-
daderamente fuertes. nada, aunque en la secuencia an-
terior disponían de mejores ja-
8 ques de dama. Pero después de 39
7 £xa6!, Matanovic omitió 39 ...
6 £f3! (por ejemplo: 40 ¢g1 £g4+
5
41 ¢f1 ¤h5) y permitió una nue-
va simplificación, 39 ... ¤xd5 40
4
¤xd5 £xd5 41 a4, y el peón pasa-
3
do blanco adquirió gran fuerza.
2 Desde este momento, es de supo-
1 ner que las blancas viesen que su
a b c d e f g h rey podía ser jaqueado hasta el
día del Juicio Final, pero que eso
Pero, aun con blancas, estaba no mejoraría las perspectivas de
siendo superado, lo que se puso victoria de las negras.
de evidencia después de 30 ... La secuencia crítica llegó tras
£xh3!, que invalida 31 £xb4, a 41 ... f5 42 ¥c3 f4 43 £f6 £h1+ 44
causa de 31 ... ¤g4. ¢e2 £e4+ 45 ¢d2 f3 46 £h8+
De repente, las blancas tienen ¢f7, y ahora no 47 £xh7+?? ¢e8,
un peón menos, en una posición después de lo cual es decisiva la
muy dispersa, y pueden contar amenaza de un jaque de dama en
con ser despachadas en una doce- ‘e2’, sino 47 £f6+! ¢e8 48 £e5+!!,
na de jugadas. Pero una partida que consigue las tablas: 48 ... £xe5
sólo se puede perder una vez. Si 49 ¥xe5 ¥c5 50 ¢d3! g5 (o 50 ...
está perdida, no hay nada que ha- ¥xf2 51 ¢e4!, y se elimina el peón
cer. Fischer jugó fríamente 31 de ‘f3’) 51 ¢e4 g4 52 ¥g3 h5 (de
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 35

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 35

otro modo, 53 ¢f5 h5 54 ¢g5, y el existencia de una gracia táctica


rey captura los peones negros) 53 salvadora. Por parafrasear un an-
a5 ¢d7 54 ¢d5! ¥a7 55 ¢e4 ¢c8 tiguo argumento a favor de creer
56 ¢f5! ¥b8 57 ¢g5!, seguido de en la existencia de Dios, creer en
la recolección de peones. la supervivencia de su posición
El hombre sentenciado puede, es una apuesta fundada. Si no
sencillamente, elegir su camino. existe posibilidad alguna de sal-
Puede descartar los caminos que varla, no habrá perdido nada. Pe-
conducen al mate o a la pérdida ro si cree que aparecerán posibi-
decisiva de material. Saber que tu lidades tácticas en una fase
posición está objetivamente per- ulterior y que esas posibilidades
dida, a menudo te permite una realmente existen, estará usted
descarga psicológica, lo que resul- en mejor disposición de ánimo
ta bastante irónico. Lo único que para aprovecharlas que el juga-
tenemos que decidir es disponer- dor que está convencido de que
nos a luchar en una partida ar- se encuentra irremisiblemente
dua. A menudo ésta es la mejor perdido.
forma de confundir al opositor y El problema es que la mayoría
de salvar una partida perdida. Al de los defensores se dejan des-
enfrentarse a una mala posición lumbrar por la combinación bri-
en su primer gran torneo, José llante de su rival y rápidamente
Raúl Capablanca permitió una se desmoralizan. Esto les hace re-
variante evidente con sacrificio, signarse y se reprochan su propio
en la que su rey tuvo que hacer fallo por no haber previsto la
malabarismos por todo el tablero. combinación. Pero lo que a me-
“En realidad”, escribió, “yo había nudo deberían reprocharse es no
visto ya lo que iba a pasar, pero haber respondido certeramente a
sentía que mi única posibilidad la brillantez de su rival.
era capear el temporal”. Lo cierto
es que ganó la partida y también
el torneo. 8

6
LA GRACIA SALVADORA 5

4
Los jugadores de ajedrez no
3
tienen la reputación de creer en
la salvación divina. Pero ante el 2

tablero, un defensor eficiente 1

puede beneficiarse de la fe en la a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 36

36 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

El diagrama muestra la posi- Basta con hojear en una co-


ción de una famosa partida amis- lección de partidas famosas y
tosa protagonizada por el vetera- examinar una docena de ataques
no jugador de café, y ocasional con sacrificios. Casi en cada caso
ganador de torneos internaciona- los comentaristas han descubier-
les, Richard Teichmann. La combi- to que el defensor podía haber
nación final de las blancas se cita, resistido mucho más (y que, en
con frecuencia, por los instructo- algunos casos, ni siquiera debía
res de ajedrez como un modelo de haber perdido). Comoquiera que
genio táctico. Teichmann jugó: 1 sea, en la inmensa mayoría de ta-
¦xh6!!, que amenaza mate en ‘h8’. les partidas, el defensor suele ha-
Después de 1 ... ¤xh6, siguió con 2 ber omitido sus mejores posibili-
£g5, que amenaza jaque en ‘d8’ y dades.
a 2 ... ¤f7, Teichmann continuó Mijaíl Tal llegó a proclamarse
con 3 £d8+!! ¤xd8 4 h6!, y las ne- campeón del mundo tras haber
gras se rindieron ante la imparable ganado muchas partidas así. En
5 h7+. ocasiones, sin embargo, se estre-
Es reconfortante pensar que llaba contra algún maestro menor
toda una serie de sacrificios fuer- que refutaba su ataque. Pero Tal
zan el abandono a causa de un ja- compensaba esos traspiés oca-
que imparable de peón. Sí, el aje- sionles ganando cinco o seis parti-
drez puede ser una partida das más, que de otro modo hubie-
hermosa, pensará. Pero no es una ran sido tablas.
buena actitud para el defensor.
Millones de jugadores se han ma-
ravillado con la combinación de 8
Teichmann, pero hace sólo unos 7
años que un desconocido analista 6
ruso descubrió que las negras no
5
estaban perdidas en absoluto. Las
4
negras, según señaló, pueden ju-
gar 4 ... £f8!! 5 h7+ ¢f7!, después 3

de lo cual las blancas emergen 2


con una dama extra, pero las ne- 1
gras cuentan con suficiente mate- a b c d e f g h
rial compensatorio. Con todo, la
tendencia psicológica a favor del
ataque hizo que esta gracia salva- En este caso, Tal (con las pie-
dora pasase desapercibida duran- zas blancas) ha caído en una posi-
te más de medio siglo. ción inferior frente al Dr. Miros-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 37

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 37

lav Filip, en el Torneo Interzonal garse tan increíble que nunca de-
de 1958. Puede que la natural 28 ja de asombrarnos. Consideremos
¥e3 permitiese resistir en el final la siguiente posición de Tal:
tras un doble cambio de torres.
Pero Tal jugó 28 ¥xh6!? gxh6 29
8
£xe5, una opción objetivamente
inferior, pero tal vez la mejor ten- 7

tativa práctica. 6
Su rival siguió 29 ... ¥e7 30 5
¦d4! ¦xd4 31 cxd4 ¢h7, y Tal res- 4
pondió 32 ¦d1, pero si Filip hu-
3
biese profundizado más, habría
2
descubierto no sólo una defensa
salvadora, ¡sino ganadora!: 32 ... 1

£g7!!, que impide 33 £xe7, pues a b c d e f g h

con 33 ... ¦g8 las negras dan mate,


y a 33 ¦g1 cazan la dama blanca El gran maestro letón llevaba
con 33 ... ¥d6!! Es razonable asu- blancas contra su colega, el islan-
mir que Filip omitió esta posibili- dés Friorik Olafsson, en el torneo
dad defensiva porque no la esta- de Bled de 1961. La partida, una
ba buscando. Es decir, porque no Defensa Siciliana, evolucionó así:
sospechaba que pudiese recurrir 1 e4 c5 2 ¤f3 ¤c6 3 d4 cxd4 4
a medios tácticos para consolidar ¤xd4 e6 5 ¤c3 £c7 6 ¥e3 a6 7 a3
su posición. ¤f6 8 f4 d6 9 £f3 ¥e7 10 ¥d3 0-0
Max Pavey, un norteamerica- 11 0-0 ¥d7 12 ¦ae1 b5 13 £g3
no nacido en Escocia, que ascen- ¢h8!? 14 ¤xc6 ¥xc6 15 e5 ¤g8
dió a las cimas del mundo del aje- 16 £h3 ¤h6 17 f5! ¤xf5 18 ¦xf5
drez y del bridge en los años exf5 19 ¥xf5 g6 20 ¥d4.
cincuenta, formuló una teoría Las negras podían haberse fa-
(más tarde abrazada y perfeccio- cilitado antes la tarea, con 11 ...
nada por el gran maestro Larry ¤xd4 y 12 ... e5. Con sus jugadas
Evans), según la cual no importa 13ª y 15ª construyeron una forma-
lo mala que sea tu posición –a ción defensiva en el flanco de rey
menos que exista una derrota for- popularizada por Miguel Najdorf
zada o un zugzwang–, porque en los años cuarenta y cincuenta.
siempre tendrás la oportunidad Pero lo que aquí nos interesa es la
de eludir la derrota. Esto puede habilidad defensiva de las negras
parecer excesivamente rebusca- para sobrevivir a un asalto apa-
do, pero las posiciones de ajedrez rentemente demoledor, nada me-
muestran una resistencia a doble- nos que a cargo de Tal.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 38

38 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Olafsson jugó 20 ... ¢g8? y 8


perdió poco después, tras 21 e6! 7
¥g5 22 exf7+ ¦xf7 23 ¥xg6! ¦g7
6
24 £e6+ ¢h8 25 ¥e8!!
5
Los recursos mágicos de la de-
fensa se habrían manifestado des- 4

pués de 20 ... £d8!!, que permite 3


neutralizar el jaque en la gran 2
diagonal interponiendo el alfil en 1
f6. La primera posibilidad crítica a b c d e f g h
es 21 e6+ ¥f6 22 £h4!, con la
amenaza e7. Después de 22 ... entre Israel Albert Horowitz y
fxe6 23 ¦xe6, las negras no pue- Orest Popovych, en el Campeo-
den jugar ni 23 ... ¥xd4+ 24 nato de EE.UU. de 1972. A lo lar-
£xd4+ ¢g8 25 ¦xd6, ni 23 ... ¢g7 go del medio juego, las blancas
24 ¦xf6 ¦xf6 25 ¥e4!!, pero sí 23 estuvieron machacando la posi-
... ¥e5!!, y matan el ataque. ¡Eso ción negra, primero con amena-
habría estado muy bien! zas en el flanco de rey, luego con
¿Qué pasa si 21 exd6+ ¥f6 22 una aguda táctica en el flanco de
£h4, la segunda tentativa? De dama, a continuación con un par
nuevo se refutaría 22 ... ¢g7, esta de sacrificios y, por último, con un
vez con la ingeniosa 23 ¥d7!! ataque de mate. Aquí las blancas
(amenaza ¥xc6 y ¦e7) 23 ... jugaron 32 £e5+ ¢f7 33 ¦xe4
¥xd7 24 ¤d5! ¥xd4+ 25 £xd4+ fxe4 34 ¥c4 £c6 35 ¦f1+, y des-
f6 26 ¦e7+, o 25 ... ¢h6 26 ¦e4 f6 pués de 35 ... ¢g6 36 £xe4+ ¢h6
27 ¦e7. Pero otra vez existe una 37 ¥e3+, las negras perdieron
defensa: 22 ... ¥g7!! por tiempo.
Esta partida es un ejemplo de Es verdaderamente curioso
cómo un cálculo exhaustivo hu- que tanto blancas como negras
biera podido salvar a las negras. –seguramente convencidas de lo
Pero a menudo, percibir o no una inevitable de la victoria blanca–
sola jugada intermedia o un sen- omitiesen 33 ... ¦he8!, una jugada
cillo contraataque marca la dife- intermedia que convierte una po-
rencia. Parafraseando a Tartako- sición perdida en una auténtica
wer, los golpes defensivos están lucha, después de 34 ¥c4 ¦xe5 35
ahí, esperando ser descubiertos. ¦xe5 £c6 y ...¢g6. Naturalmente,
(D) 32 £e5+ era malo, y las blancas
podían haber obtenido el mismo
La posición del diagrama an- resultado con 32 ¦xe4+ y 33
terior se produjo en la partida £e5+. Pero así es la naturaleza
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 39

EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 39

del optimismo –y, en el caso de las 11 ¥b4!! sacuda el espíritu a cual-


negras, del pesimismo–, que se quiera. De todos modos, ni si-
apodera de la mente de los juga- quiera una serie de jugadas des-
dores durante un ataque difícil. lumbrantes basta para ganarle a
un decidido defensor. Salo Flohr,
un veterano curtido en numero-
PARTIDAS ILUSTRATIVAS sas competiciones y víctima de
muchos premios de belleza, nun-
Leonid Stein – Salo Flohr; ca pierde su voluntad de supervi-
Campeonato de Ucrania, 1957 vencia en esta partida.

1 e4 c6 2 d4 d5 3 ¤c3 dxe4 4 11 ... c5


¤xe4 ¤d7 5 ¥c4 ¤gf6 6 ¤g5 e6 12 dxc5 bxc5
7 £e2 £e7? 8 ¥d2 b6 9 0-0-0 13 ¥xc5!? ...
¥b7 10 ¤gf3 h6.
La consecuencia más enérgica
de la 11ª jugada. Las negras de-
8
ben capturar con el caballo, des-
7
pués de lo cual ¤e5 amenaza
6 ¥b5+. Las blancas consiguen dos
5 peones y una duradera iniciativa
4 por la pieza.
3

2
13 ... ¤xc5
14 ¤e5 ¤fd7
1
15 ¤gxf7 ¤xe5
a b c d e f g h
16 ¤xe5 £g5+
17 f4! ...

11 ¥b4! ... Abre, sin pérdida de tiempo, la


columna f, logrando el control de
Esta especie de bomba crea a ‘h5’ para un jaque de dama. Has-
las negras numerosas dificultades. ta ahora, todo ha ido sobre rue-
No pueden tomar el alfil, debido das para las blancas.
a 12 ¤xf7! Por ejemplo: 12 ...
¢xf7 13 £xe6+ ¢g6 14 ¥d3+ y 17 ... £xf4+
mate, o 12 ... ¦h7 13 £xe6+ £e7 18 ¢b1 ¥e4!
14 £f5 £b4 15 ¦he1+ y 16 £e6.
Lo mejor es 12 ... £xc4!, pero es Hasta en las posiciones más
fácil que un golpe táctico como críticas hay buenas jugadas, y ésta
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40 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

sirve para: 1) impedir ¤g6; 2) dis- En apariencia, una jugada de-


minuir el efecto de £h5+, y (3) cisiva debido a la doble amenaza
amenazar el caballo blanco de £xa8 y ¦hf1. Pero el ataque pue-
‘e5’. de ser tan difícil de interpretar
como la defensa si el atacante só-
19 £h5+ g6 lo dispone de opciones forzadas.
20 ¥b5+ ¢e7 Aquí las blancas podían y debían
21 ¤xg6+ ¥xg6 haber buscado otras alternativas,
22 £xc5+ ... como 23 £c3 ¢g8 24 ¦hf1 £g4
25 ¥d7.
Un panegírico a Stein, des-
pués de su muerte prematura, se 23 ... £e4!
abría con este comentario: “Aho-
ra era el momento de pasar del Una jugada salvadora, es de-
Romanticismo al cálculo sobrio, cir, una jugada que impide que la
y jugar la ‘tranquila’ 22 £xg6”. posición se derrumbe de inme-
Esa jugada amenazaría ¦hf1 y diato. Es interesante observar
les permitiría a las blancas con- que ahora las blancas, en una po-
testar a las propuestas de cambio sición que sigue siendo muy pro-
de damas con sus propias amena- metedora, comienzan a realizar
zas. Por ejemplo: 22 ... £e4 23 malas jugadas. Esto nos permite
¦d7+!, o 22 ... £f5 (22 ... £f6 ó 22 percibir el efecto psicológico so-
... £f7) 23 £g3. Pero el comenta- bre ambos jugadores. Las negras
rista ruso no mencionaba 22 ... mantienen un “alegre pesimis-
£g5! mo”, incluso después de 11 ¥b4 y
13 ¥xc5, pero las blancas pronto
se vienen abajo tras 23 ... £e4.
8

7 24 £d7+ ¢g8
6 25 ¥d3 £g4
5 26 h3 £g5
4 27 £xe6+? ...
3
“El amor al jaque” es aquí
2
condenable. 27 ¦hf1! ofrecía muy
1 buenas perspectivas a las blancas:
a b c d e f g h 27 ... ¦h7? 28 £xe6+, o bien 27 ...
¥g7 28 £xe6+ ¢h7 29 h4.
22 ... ¢f7
23 £c6 ... 27 ... ¥f7
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EL ESPÍRITU DE LA DEFENSA 41

28 £c6 ¦b8 31 ¦hf1 ¦f6


29 £c7 ¦b6 32 ¦xf6 £xf6
30 ¥c4? ... 33 ¦f1?? £xf1+

De nuevo habría sido fuerte Las blancas se rindieron, debi-


30 ¦hf1. Por ejemplo: 30 ... ¦f6 31 do a 34 ¥xf1 ¥xa2+ y 35 ... ¦xc7.
¦xf6 £xf6 32 ¦f1 £e6 33 b3! (no Vale la pena hacer notar que ya
33 ¦xf7, por 33 ... £e1++) 33 ... en 1957 Leonid Stein era un aje-
£e7 34 £c8 (ó 34 £f4). drecista peligroso. Pero, como di-
jo Tarrasch, no basta con ser un
30 ... ¦h7 buen jugador; también hay que
jugar bien.
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CAPÍTULO 2

Armas y temas defensivos

6) Desorden de las piezas contra-

L
as armas del ataque, tales
como el sacrificio, la rup- rias.
tura de peones para abrir 7) Maniobra y reagrupamiento.
líneas, la clavada y el ataque do- 8) Rotura del frente de ataque.
ble, son bien conocidas. Cada ma- 9) Establecimiento de un punto
nual de iniciación explica, al me- fuerte en el centro.
nos, algunas de ellas. Las armas
de la defensa, sin embargo, han
tenido siempre una mala prensa. LÍNEAS ABIERTAS
El defensor dispone de un buen
número de bazas a su favor, pero Las líneas abiertas son los ca-
resultan mucho menos familiares nales del ataque. Si el jugador con
que las del atacante. En este capí- la iniciativa tiene un acceso in-
tulo examinaremos las siguientes: cuestionable a esas avenidas, pue-
de trazar su propio plan. “El ata-
1) Conservación de las líneas de que se juega solo”, como suelen
ataque cerradas o bajo control. decir los comentaristas. La táctica
2) Refuerzo de debilidades. para el éxito se sugiere por sí mis-
3) Cambio de piezas para forzar ma. El defensor debería, por tan-
un final. to, tratar de hacer una de estas
4) Eliminación de la pieza ata- tres cosas: a) bloquear, b) dispu-
cante más fuerte. tar, c) paliar el efecto de las líneas
5) Alivio de la presión. abiertas del atacante. Una cuarta

43
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 44

44 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

posibilidad es hacer caso omiso deroso y un par de torres magní-


por completo a esas líneas y tra- ficamente situadas. Podríamos
tar de conseguir contrajuego en vislumbrar que sólo se requiere
otro sector del tablero. Pero el incorporar la dama a la acción
contrajuego no siempre se en- para darle un giro decisivo a la lu-
cuentra disponible, y si el otro cha. Sin embargo, lo cierto es que,
bando ejerce el control de las lí- con 22 ... g6!, las negras mantie-
neas abiertas clave, puede que su nen la iniciativa.
puesta en práctica se retrase. Esa jugada tuvo el inmediato
Recordando, una vez más, la efecto de acortar la columna g.
partida letona de la Introducción, También tiene el efecto adicional
podemos ver que las negras se de amenazar ...f5, con contrajue-
hubieran encontrado en serios go contra el centro blanco. De re-
aprietos si sólo una de las colum- pente, parece como si las torres
nas principales estuviese abierta blancas fuesen inútiles en una co-
tras una docena de jugadas. Si en lumna bloqueada, y que el alfil
la columna e, por ejemplo, no hu- podría prestar un servicio mejor
biese peones, no es difícil imagi- en cualquier otra parte.
nar que las negras pronto habrían En realidad, la siguiente juga-
recibido mate. da de las blancas fue 23 ¥d3, para
Evaluemos ahora esta posi- impedir 23 ... f5. Lasker tenía pre-
ción del duelo David Markelo- parada 23 ... ¦e7 24 c4 ¤g7! 25 c3
wicz Janowski – Emanuel Lasker (25 £xf4 £xf4 26 ¦xf4 ¤e6 recu-
de 1909, por el campeonato mun- pera el peón con excelente final
dial. de caballo contra alfil) 25 ... ¤e6,
y las blancas fueron presa del pá-
nico, ante la amenaza 26 ... ¤g5 y
8
la eventual continuación ...f5 y
7 ...g5-g4. La que parecía una posi-
6 ción prometedora para las blan-
5 cas se vino abajo en pocas juga-
4
das: 26 ¥f1 f5 27 ¦4g2 ¦f6! 28
¥d3 g5 29 ¦h1 (parando la ame-
3
naza 29 ... £xh3+! y 30 ... ¦h6++)
2
29 ... g4! 30 ¥e2 ¤g5 31 fxg4 f3 32
1 ¦g3 fxe2, y las blancas se rindie-
a b c d e f g h ron.
Al reconstruir el derribo de la
Un vistazo rápido nos revela posición, a partir del diagrama,
que las blancas tienen un alfil po- podemos ver que las torres blan-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 45

ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 45

cas sólo son efectivas en la medi- Las blancas acaban de jugar


da en que presionan toda la co- 17 g5 (después de 1 e4 c5 2 ¤f3
lumna g o uno de sus extremos ¤c6 3 d4 cxd4 4 ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3
(‘g7’). Cuando ese extremo es d6 6 ¥g5 e6 7 £d2 ¥e7 8 0-0-0
acortado en una casilla, y ésta se ¤xd4 9 £xd4 0-0 10 f4 £a5 11
convierte en un punto fuerte, la ¢b1 h6 12 h4! ¦d8 13 g4 e5! 14
actividad de las torres se resiente. £g1 exf4 15 ¥xf6 ¥xf6 16 ¤d5
Por otro lado, el hecho de que las ¥e5). De buscar inmediato con-
blancas dispongan de una bonita trajuego, las negras podrían nin-
y despejada línea de juego para el gunear el flanco de rey por el mo-
alfil no basta en una posición con mento, y jugar 17 ... ¥e6 (y a 18
tantas piezas pesadas. Al acortar gxh6, 18 ... ¥xd5 19 exd5 £b5, ó
la columna g –reduciendo así el 19 ... £b6), en cuyo caso tendrían
efecto del control de las piezas buenas posibilidades de supervi-
blancas en ella–, las negras les vencia, gracias al fuerte alfil de
dieron un golpe de timón al me- casillas negras.
dio juego e inclinaron las posibili- Pero las negras (Taimánov) ju-
dades a su favor. garon 17 ... h5!, y su rival (Bivs-
Las líneas abiertas, por sí so- hev), omitió la continuación co-
las, no bastan al atacante. Pero rrecta: 18 g6 (por ejemplo: 18 ...
normalmente al defensor le con- ¥e6 19 ¥c4 £c5 20 gxf7+), que,
viene minar esas líneas (por al menos, abre la columna para
ejemplo, la columna g, en el caso sus piezas mayores. Las blancas
anterior), de paso que utiliza jugaron 18 ¥c4?, y después de 18
aquellas que domina (columnas e ... g6! las negras sellaron el flanco
y f en el mismo ejemplo). He aquí de rey hasta un futuro lejano. El
un ejemplo de cierre de líneas to- ataque rápidamente pasó a ma-
mado del XX Campeonato So- nos de las negras, que ganaron de
viético. forma progresiva, después de 19
¦d3 ¥e6 20 ¦b3 ¦ab8 21 ¦h2
8 £c5 22 £f1 ¢g7 23 ¦d2 ¦dc8 24
7
¥e2 a6, seguido de ...b5. Las casi-
llas negras del flanco de rey fue-
6
ron debilidades inservibles, en
5
tanto Taimánov conservase el al-
4 fil de rey para protegerlas.
3 Lo que vale para una colum-
2 na, vale para una diagonal. En
1
otro Campeonato Soviético, cele-
a b c d e f g h
brado dos años más tarde, Borís
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 46

46 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Spasski estaba siendo fuertemen- sita anticiparse a la apertura for-


te presionado por las negras en zada de líneas. En muchos casos
esta posición: eso significa anticiparse a las posi-
bles rupturas de peones. Algunas
son inevitables y no pueden impe-
8 dirse. La solución, en tales casos,
7 es disminuir su efecto. Un inte-
6 resante ejemplo de apertura de
5
líneas en dos sectores del tablero
se vio en la partida Robert James
4
Fischer – Bent Larsen; 9ª partida
3
del Torneo Interzonal de Palma
2 de Mallorca (España), 1970:
1 1 e4 c5 2 ¤f3 d6 3 d4 cxd4 4
a b c d e f g h ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 ¤c6 6 ¥c4 e6 7
¥b3 ¥e7 8 ¥e3 0-0 9 £e2 a6 10
0-0-0 £c7 11 g4 ¤d7 12 h4? ¤c5
Las negras tienen obstruido el 13 g5 b5 14 f3 ¥d7 15 £g2 b4 16
alfil en la gran diagonal de casi- ¤ce2 ¤xb3+ 17 axb3 a5.
llas blancas tras la jugada anterior
de Spasski, d5! Ahora, antes de 8
que las blancas tengan tiempo de 7
jugar ¦ab1, las negras trataron de
6
abrir la diagonal, con 23 ... exd5,
5
pero las blancas jugaron 24 c5!, y
la mantuvieron cerrada, a la espe- 4

ra de variantes como 24 ... ¤g5 25 3


cxb6 £xb6 26 £xb6 y 27 a4, para 2
jugar el final. 1
Las negras conservaron sus es- a b c d e f g h
peranzas con 24 ... ¢h8, sacando
al rey de la clavada que impide el
avance del peón de d. Pero des- Los problemas de las blancas
pués de 25 cxb6 £d6 26 ¦c7 ¥a6 nacieron en la duodécima jugada.
27 b7 ¦g8 28 b8£ ¥xd3 29 g3! Han elegido una variante de ata-
¤xf2+ 30 ¢g2 ¥c4 31 ¦c8 £xb8 que muy aguda en una apertura
32 £xb8, las negras tuvieron que que también lo es y un simple pa-
rendirse. so en falso puede resultar muy
Otra lección que conviene dañino, cuando no fatal. La deci-
aprender es que el defensor nece- sión tomada por Fischer en la ju-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 47

ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 47

gada 12ª fue lanzar un ataque a la ... gxh5 20 ¦xh5. Pero Larsen optó
bayoneta en regla en el flanco de inteligentemente por 19 ... ¤xd4
rey, lo que significa que debía ju- 20 ¤xd4 g5!! 21 ¥xg5 ¥xg5 22
gar g5 y h5, para abrir líneas con £xg5 h6 23 £g4 ¦f7, después de
g6 ó h6. En realidad, muchas lo cual su flanco de rey quedó fir-
otras partidas han demostrado me como la roca. Las blancas ya
que es mejor para las blancas ju- no pudieron impedir el avance
gar 12 g5!, seguido de un ataque ...a4 y su posición pronto se vino
directo de piezas, como ¦hg1-g3- abajo: 24 ¦hg1 a4! 25 bxa4 e5 26
h3 y £h5. En este caso, un ataque ¤e6 £c4, y ganaron pieza.
de piezas es más preciso que una Un último ejemplo sobre el te-
avalancha de peones. ma de anticipación a la apertura
En el diagrama vemos que las de líneas es la partida Marvin Pal-
negras jugarán ...a5-a4, abrirán mer – Samuel Herman Res-
irremisiblemente la columna a a hevsky; Detroit (EE. UU), 1933,
su favor. Las blancas podían evi- que comenzó así:
tar este peligro concreto reto- 1 d4 ¤f6 2 c4 g6 3 ¤c3 ¥g7 4
mando, en la jugada 17ª, con el ca- e4 d6 5 ¤f3 0-0 6 h3 ¤fd7?! 7
ballo. Pero también en ese caso ¥e3 c5 8 £d2 ¤c6? 9 d5 ¤ce5 10
las negras continuarían ...a5-a4, ¤xe5 ¤xe5 11 ¥h6 f6! 12 ¥e2
con un tiempo por delante del ¥d7 13 h4 £c8 14 f3 a6 15 g4?!
ataque blanco en el flanco de rey, b5 16 ¢f2? bxc4 17 ¥xg7 ¢xg7
aunque ambas formaciones de 18 ¦ag1.
peones serían muy similares.
Fischer admitiría que 18 h5 es 8
demasiado lento. Por ejemplo: 18
7
... a4 19 bxa4 ¦xa4. Si las blancas,
6
eventualmente, juegan g6, las ne-
gras podrían obviarlo, porque tras 5

gxh7+ ¢h8, las blancas seguirían 4


sin tener amenazas serias, pues el 3
peón bloquearía sus propias pie- 2
zas. Por consiguiente, las blancas
1
jugaron 18 g6!?, y ganaron un
a b c d e f g h
tiempo respecto a 18 h5, después
de 18 ... fxg6 19 h5.
Este sacrificio de peón ha teni- A partir de una apertura defi-
do éxito en muchos otros ejem- ciente, las negras comenzaron,
plos, puesto que las blancas abren con su 11ª jugada, a restringir la
dos columnas de un golpe tras 19 ruptura e5 y se prepararon para
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 48

48 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

responder a h5 ó f5 con ...g5 con enemigas o bloquearlas. Siguen


objeto de mantener la posición dos ejemplos:
cerrada. Ahora, tras haber amino- a) Mijaíl Tal – Lev Aronin;
rado injustificadamente la mar- Campeonato de la URSS por
cha del ataque en el flanco de rey, equipos, Riga (Letonia), 1954. 1
las blancas amenazan 19 g5, y si e4 c6 2 ¤c3 d5 3 ¤f3 dxe4 4 ¤xe4
19 ... f5, entonces 20 h5, abriendo ¤f6 5 ¤xf6+ gxf6 6 ¥c4 £c7 7
la columna h. También se amena- 0-0 ¥g4 8 d4 e6 9 ¦e1 ¤d7 10 h3
za 19 h5. ¥h5 11 ¥xe6?! fxe6 12 ¦xe6+
Aunque esto no es decisivo, re- ¢f7! 13 ¤g5+ fxg5 14 £xh5+
sulta una desagradable amenaza. ¢xe6 15 ¥xg5, y ahora la amena-
De modo que las negras decidie- za 16 ¦e1+ parece decisiva. Pero
ron jugar 18 ... h6!, que: a) les per- las negras bloquearon momentá-
mite responder a 19 g5 con 19 ... neamente la columna con 15 ...
fxg5 20 hxg5 h5!, y se mantiene ce- ¤e5! 16 ¦e1 £g7! Esta maniobra
rrada la columna más peligrosa, y permite la escapatoria del rey y
b) también les permite bloquear el las negras pudieron imponer rá-
flanco de rey después de 19 h5 g5! pidamente su torre extra. 17
Las blancas necesitaban tiem- £g4+ ¢d6 18 dxe5+ ¢c7 19 e6
po para preparar la tercera idea ¦g8 20 ¥f4+ ¥d6 21 ¥xd6+
de ruptura, 19 f4, y optaron por ¢xd6 22 ¦d1+ ¢c7 23 £f4+ ¢c8.
19 ¤d1. Siguió: 19 ... ¦b8 20 ¤e3 b) Mark Taimánov – Yuri Sa-
£b7 21 f4. En este momento, las járov; XXXI Campeonato de la
negras se encontraron en condi- URSS, 1963. 1 c4 e5 2 ¤c3 ¤f6 3
ciones de realizar un fuerte sacri- e3 ¤c6 4 ¤f3 ¥b4 5 ¤d5 e4 6
ficio con 21 ... £xb2! 22 £xb2 ¤xb4 exf3 7 ¤d5 fxg2 8 ¥xg2
¦xb2 23 fxe5 fxe5+ 24 ¢e1 ¦f4. ¤e5 9 £e2 d6 10 d4 ¤g6 11 h4!
Las torres negras barrieron el ta- ¤xd5 12 ¥xd5 c6 13 ¥e4 0-0 14
blero y en seis jugadas más se ha- h5, y ahora las negras hallaron
bían alzado con la victoria. Pero con una idea interesante para
es la jugada 18ª de las negras, y no controlar las líneas del flanco de
el sacrificio de caballo, lo que tie- rey, que de no ser así habrían pa-
ne mayor mérito, porque permi- sado a manos de las blancas. Las
tió el contrajuego subsecuente. negras jugaron 14 ... ¤h4! 15 ¥d2
Hasta ahora nos hemos con- d5 16 cxd5 cxd5 17 ¥d3 (17 ¥xd5
centrado en rupturas de peones. ¥f5 18 e4 ¦e8 no sería desagra-
A veces el defensor debe lanzar dable para las negras) 17 ... £f6
sus piezas al asalto enemigo, o si- 18 0-0-0 ¤f3! Este caballo, apun-
tuarlas de forma tal que puedan talado por el bloqueo en las casi-
crear confusión entre las piezas llas blancas que va a producirse,
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ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 49

ejerce un efecto inhibidor en la pasaron la lucha a un final con su


posición que reduce las perspecti- peón extra después de 18 ... £g4
vas del ataque contrario. La parti- 19 ¤d2 £g6 20 ¤f3 ¥g4 21 £g5!
da prosiguió así: 19 ¥c3 ¥g4 20 Teniendo en cuenta la imposi-
¥c2 £e6 21 £d3 f5 22 h6 g6, y las bilidad de volver atrás los peones
negras quedaron bien. avanzados, así como la incorpora-
ción de nuevos peones al tablero,
los defensores tienen que lidiar
REFUERZO DE DEBILIDADES con sus debilidades de la forma
convencional, es decir, situando
8 piezas en las casillas correctas pa-
7
ra reforzar esas debilidades. Otra
versión de este tema puede pro-
6
ducirse en la Apertura Escandi-
5
nava: 1 e4 d5 2 exd5 £xd5 3 ¤c3
4 £a5 4 d4 ¤f6 5 ¥d3. Suponga-
3 mos que las negras se ponen ner-
2 viosas porque les preocupa la dia-
1
gonal de ataque que va desde el
a b c d e f g h
alfil blanco hasta ‘h7’. Suponga-
mos que el jugador con negras ha
Consideremos la posición sufrido en sus propias carnes el
blanca en este esquema típico del clásico sacrificio de alfil ¥xh7+
Gambito Marshall en la Ruy Ló- una vez que ha enrocado.
pez. El primer jugador ha so- Una forma de erradicar ese
brevivido al asalto inicial, pero a peligro y, al mismo tiempo, desa-
costa de realizar el avance g3, que rrollar una pieza es 5 ... ¥g4! 6 f3
puede ser explotado por las ne- ¥h5, seguido de ¥g6, para anular
gras con el alfil de casillas blancas la presión en la diagonal. Por
(...¥b7 ó ¥g4-f3). A las blancas ejemplo: 7 ¤e2 c6 8 0-0 e6 9 ¤e4
les gustaría reparar el flanco de ¤bd7 10 ¥f4 ¤xe4 y 11 ... ¥g6!,
rey retrocediendo una casilla su con excelente juego (Schiffers –
peón de g. Pero como eso es ile- Tarrasch, Leipzig, 1894).
gal, tienen otra forma de hacerlo: Estos casos tienen que ver con
16 ¥d5! ¥f5 17 £e3 ¦ad8 18 la reparación de debilidades por
¥g2! De repente, las blancas tie- medio de un reagrupamiento de
nen un alfil flanqueado y un flan- piezas. A menudo se lleva a cabo
co de rey sólido. En una partida con alfiles, pero también puede
de Tal de 1959, las blancas se con- conseguirse con otras piezas. La
solidaron, y, tras algunos cambios, especial cualidad de un alfil es
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 50

50 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

que puede servir como un “peón Tal y como fueron las cosas,
grande” en su nueva función. Zukertort trató de poner en mar-
Puede ser una pieza fuerte por sí cha un ataque con 18 ¥a2? ¤e7!
misma y además servir para re- 19 £d2 (con la potencial amena-
mendar casillas que han sido de- za 20 ¤d5) 19 ... £a6 20 ¥g5 ¤f5
bilitadas por el avance de un pe- 21 g4?, pero las negras lograron
ón. La pieza reparadora no debe una posición ganadora después
malgastarse, como recomienda de 21 ... ¤xd4! 22 ¤xd4 e5 23
nuestra regla de economía. ¤d5 ¦xc1 24 £xc1 exd4 25 ¦xd4
Sigue un nuevo ejemplo, que ¤xd5 26 ¦xd5 ¦xd5 27 ¥xd5
procede de la victoria más famosa £e2!
de Steinitz en el Campeonato
Mundial (contra Zukertort, San
Luis, 1886). Después de 1 d4 d5 2 EL CAMBIO
c4 e6 3 ¤c3 ¤f6 4 e3 c5 5 ¤f3
¤c6 6 a3 dxc4 7 ¥xc4 cxd4 8 exd4 Cambiar piezas es el recurso
¥e7 9 0-0 0-0 10 ¥e3 ¥d7 11 defensivo más evidente y conoci-
£d3, Zukertort está iniciando una do. Con menos piezas sobre el ta-
formación familiar de ataque de- blero –y, sobre todo, con menos
trás del péon de d aislado. La for- peones– se alivia la tarea del de-
mación normalmente comprende fensor, porque se atenúa la pre-
las jugadas ¥g5, ¤e5 y ¥a2-b1, sión en sus debilidades.
con las torres dispuestas en ‘c1’ y Con un cambio forzado pue-
‘e1’. Las negras respondieron pre- den erradicarse a menudo todos
sionando al peón de d y al flanco los peligros de la posición.
de dama: 11 ... ¦c8 12 ¦ac1 £a5
13 ¥a2 ¦fd8 14 ¦fe1 ¥e8. 8
Ahora las blancas dirigieron 7
su atención hacia el punto ‘h7’
6
con 15 ¥b1. Steinitz podía habér-
5
selo pensado dos veces, antes de
debilitar sus casillas negras, pero 4

lo cierto es que jugó 15 ... g6. Re- 3


alizó esta jugada con seguridad y 2
la partida continuó así: 16 £e2 1
¥f8! 17 ¦ed1 ¥g7. El flanco de a b c d e f g h
rey negro ha sido debilitado y re-
parado en tres jugadas, y como
consecuencia de ello, la posición Si las negras dispusieran de
negra ha mejorado claramente. tiempo, con ...¥c8-g4 ó h3 podrí-
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ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 51

an contrarrestar las ventajas de la 8


posición de las blancas, crearían 7
amenazas tácticas que habría que
6
atender con sumo cuidado. En es-
5
ta partida de cuando Botvínnik
era joven, las blancas optaron por 4

22 £f5!, y forzaron el cambio de 3

damas (22 ... £xf5? 23 ¤e7+ y 24 2


¤xf5 gana un peón). En pocos 1
movimientos se puso de manifies- a b c d e f g h
to que las piezas atacantes negras
estaban mal situadas en el final:
22 ... £h5 23 £xh5 ¤xh5 24 f4!
¦e8 (24 ... exf4 25 g4!) 25 ¦ae1, A primera vista, parece que
etc. las blancas tienen buen juego. Pe-
Con frecuencia, el peligro no ro un examen más detenido reve-
radica sólo en un ataque al flan- la que no pueden explotar el pun-
co de rey –que puede ser anula- to débil de e6, mientras que sus
do con el cambio de una pieza propias debilidades (peones de
importante–, sino en la presión ‘d5’ y ‘b2’) sí son explotables. El
estratégica en todo un sector del peón de ‘d5’ está prácticamente
tablero. En tal caso, lo que pro- aislado, es decir, no puede ser
cede es cambiar las piezas pesa- protegido con otro peón (e2-e4)
das, siempre y cuando: 1) no por el control que las negras ejer-
cambie usted sus piezas más úti- cen en esa casilla (...fxe4).
les y activas por piezas pasivas Aunque hay otros métodos
contrarias, y 2) como consecuen- para defender la posición, algu-
cia de los cambios, no le conceda nos de los cuales le ofrecen a las
tiempo a su rival para desplegar blancas posibilidades de ganar,
la iniciativa. Bondarevski buscó la seguridad
Detengámonos en esta partida del final. Comenzó con 15 b4
del Campeonato Soviético de cxb4 16 ¥e3! £b8 17 ¦xb4! Esta
1963. maniobra forzó la liquidación de
Ígor Bondarevski – Viatches- los peones del ala de dama, lo que
lav Osnos. 1 d4 f5 2 ¤f3 ¤f6 3 c4 casi siempre es bueno para la de-
g6 4 ¤c3 ¥g7 5 £c2?! c5! 6 d5 fensa, porque en muchas partidas
¤a6 7 a3?! d6 8 g3 ¤c7 9 ¥g2 las mejores posibilidades de ta-
¦b8 10 0-0 b5! 11 cxb5 ¤xb5 12 blas se logran a base de eliminar
¤xb5 ¦xb5 13 ¤g5 0-0 14 ¦b1 todos los peones del centro y
£b6. flanco de dama... aun a costa de
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52 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

un peón en el otro flanco. La ra- La resistencia de una posición


zón de por qué esto es correcto es defensiva, una vez que se cam-
que la mayoría de los finales de bian piezas, es más que notable.
torres con, por ejemplo, dos peo- El cambio no es, sin embargo, el
nes contra tres en el flanco de rey, único procedimiento para conse-
suelen ser tablas, si los reyes se guir las tablas. A medida que las
encuentran en su flanco. Puesto piezas van desapareciendo del ta-
que los finales de torres son, con blero, el espacio libre del bando
diferencia, el tipo más frecuente atacante puede ser un factor
de final, este tema se produce en esencial.
la práctica de forma recurrente.
El mismo principio es de aplica- 8
ción a otros finales. Sin embargo,
7
si ambos bandos tienen, por
6
ejemplo, tres peones en el flanco
de rey y las negras cuentan con 5

un peón extra en el flanco de da- 4

ma, el juego se inclina claramente 3


a favor de las negras. Puede que 2
ese final logre salvarse, pero la in- 1
clusión de un peón pasado distan- a b c d e f g h
te le concede clara ventaja a un
bando.
Volvamos a la partida Bon- El diagrama refleja la posición
darevski – Osnos: 17 ... ¦xb4 18 de una partida entre Alexander
axb4 ¤g4! (una decisión inteli- Alekhine y Piotr Romanovski,
gente: conservar peones en el originada después de 1 d4 d5 2
flanco de dama) 19 ¥d2 ¥d7 20 ¤f3 c5 3 c4 e6 4 e3 ¤c6 5 ¤c3
¦c1 (la amenaza £c7, con ven- ¤f6 6 ¥d3 ¥e7 7 0-0 0-0 8 b3
taja en el final, fuerza nuevos cxd4 9 exd4 b6 10 ¥b2 ¥a6 11
cambios) 20 ... ¦c8 21 £d1 £b6 ¦e1 dxc4 12 bxc4 ¦c8 13 ¤b5?!
22 ¦xc8+ ¥xc8. Las blancas si- ¥xb5 14 cxb5 ¤b4 15 ¤e5 ¤d7
guen teniendo algunos proble- 16 ¦e3! Las blancas amenazan
mas con sus peones, pero resol- con un ataque relámpago, a base
vieron sus dificultades en el de ¥xh7+, seguido de £h5+ y
centro y el flanco de dama con ¦h3. Las negras lo impiden con
23 e3 £a6 24 ¥f1 £a2 25 £c1 una serie de cambios que le con-
¥b7 26 ¥c4, y tras 26 ... £a1 27 ceden a las blancas un amplio do-
¤e6!, entablaron con cierta co- minio espacial. La cuestión es
modidad. ¿son malos los cambios?
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ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 53

Las negras jugaron: 16 ... ¤xd3 ELIMINACIÓN


17 ¦xd3 ¤xe5 18 dxe5 £e8! 19 DE LA PIEZA ATACANTE
£b3 ¦d8 20 ¦ad1 ¦xd3 21 ¦xd3,
y después de 21 ... ¥c5 quedó De acuerdo, supongamos que
claro que las negras habían prote- cambiarlo todo es contraprodu-
gido todas las casillas que necesi- cente o imposible debido a la na-
taban para actuar contra las debi- turaleza bloqueada de la posi-
lidades enemigas (en el flanco de ción. Lo que sí podemos hacer es
dama y ‘e5’). Los cambios parecen eliminar, mediante un cambio, la
haber dejado a las blancas con un pieza enemiga más peligrosa. Es
control de territorio fuerte, pero decir, siempre y cuando la pieza
es una impresión ilusoria. que usted cambie no sea vital pa-
El juego prosiguió con 22 g3 ra sus intereses.
h6 23 a4 £a8! 24 ¥d4 ¦c8! 25 f3 He aquí una posición del XX
£b8! 26 f4 £c7! 27 ¥xc5 £xc5+, Campeonato de la URSS, partida
y las negras estuvieron a punto de Lev Aronin – Vladímir Simaguin:
ganar tras 28 ¢g2 £c1 29 £d1 1 e4 c5 2 ¤f3 d6 3 d4 cxd4 4
¦c2+ 30 ¢f3 £b2 31 ¦d8+ ¢h7 ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 a6 6 f4 ¤c6? 7
32 ¢g4! ¦xh2? (32 ... h5+ 33 ¤xc6 bxc6 8 e5 ¤d7 9 ¥c4 £b6
¢xh5 ¦xh2+ 34 ¢g4 £g2, gana) 10 exd6? (10 e6!) 10 ... exd6 11
33 £d3+ g6 34 ¦d7 £g2 35 £e2+ ¥e7 12 ¥b3 ¤f6 13 ¥e3
¦xf7+, cuando sigue 36 £d8+!, £c7 14 0-0 0-0 15 f5! a5 16 £f3 d5
con tablas por perpetuo. 17 ¥d4 ¦b8 18 a3.
Habiendo dicho que el cambio
de piezas es bueno, debe com-
8
prenderse que cambiar piezas en
7
cada caso que se presente es una
táctica perniciosa, porque el cam- 6

bio infundado de piezas a menu- 5


do puede reforzar el dominio del 4
tablero del adversario. Por ejem- 3
plo: 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 d4 exd4 4
2
¤xd4, y ahora 4 ... ¤xd4? 5 £xd4
1
es malo, porque no es nada fácil
a b c d e f g h
expulsar la dama blanca de su
privilegiada atalaya. Como suce-
de con cada buena arma, el pro- Las blancas amenazan g4-g5,
cedimiento del cambio sólo debe con fuerte dominio en el flanco
utilizarse en el momento y el con- de rey. La respuesta natural en el
texto apropiados. centro sería ...c5, pero falla por
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 54

54 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

¥xf6, seguido de la captura del menudo cambian el buen alfil de


peón de ‘d5’. Así que las negras rey de las blancas. Por ejemplo: 1
buscan otro método de contra- e4 e6 2 d4 d5 3 ¤c3 ¥b4 4 e5
rrestar la amenaza. ¤e7 5 a3 ¥xc3+ 6 bxc3 b6, para
¿Cuáles son las piezas más seguir con ...¥a6, o 3 e5 c5 4 c3
peligrosas de las blancas? Bue- £b6 5 ¥d3 ¥d7, con idea de
no, el principal problema lo ...¥b5.
constituye el alfil de ‘d4’. Las Otra versión de esta idea se
otras dos piezas menores están produjo en la partida S. Múdrov –
objetivamente alejadas del tea- Mijaíl Botvínnik (Ucrania), Ode-
tro de la acción, contenidas por sa, 1929: 1 d4 ¤f6 2 e3 e6 3 ¥d3
los peones centrales negros. Por ¥e7 4 f4 c5 5 c3 b6 6 ¤f3 0-0 7 0-0
consiguiente, lo indicado es 18 ... ¥a6! 8 ¥xa6 ¤xa6 9 £e2 £c8.
¤d7! 19 ¦ae1 ¥f6! La idea es Aquí la retirada del tablero de la
eliminar el molesto alfil enemigo pieza blanca buena (el alfil de ca-
de casillas negras, con lo cual el sillas claras) puede representar
ataque blanco perderá casi todo un lastre para el primer jugador
el veneno. Siguió: 20 ¥xf6 ¤xf6 durante toda la partida, puesto
21 g4. Las blancas parecen ha- que se queda con un alfil malo y
berse propuesto dar mate con la debilidades en las casillas blancas.
dama y dos peones, algo difícil, El primer jugador trató de obviar
aunque no imposible. sus problemas estratégicos con 10
La eliminación del alfil de ca- e4 £b7 11 ¤bd2 cxd4 12 e5 ¤d5
sillas negras también ha mejora- 13 ¤xd4 (si se captura con peón,
do las perspectivas de contrajue- sigue 13 ... ¤xf4) 13 ... f5!
go de Simaguin en el flanco de De esta forma, las negras se-
dama, y este maestro no las desa- llaron el flanco de rey y queda-
provecha: 21 ... a4! 22 ¤xa4 ¥a6 ron con ventaja estratégica. Las
23 ¦f2 ¦fe8! 24 ¦xe8+ ¦xe8 25 blancas persistieron: 14 ¦f3?
¤c5 £b6 26 ¤xa6 £xa6, después ¤c5 15 ¤f1 ¤e4 16 ¦h3 g6 17
de lo cual, el control de la colum- g4? ¢h8 18 ¤g3 ¤xg3 19 hxg3
na abierta por parte de las negras ¥c5 20 ¥e3 fxg4 21 ¦h4 h5 22
y una mejor pieza ligera constitu- ¤c2 ¤xe3 23 ¤xe3 £e4 (domi-
yeron compensación suficiente nio central) 24 ¢f2 ¦xf4+, y las
por el peón. Las negras quedaron negras se impusieron poco des-
mejor. pués.
Eliminar las potenciales pie- Al hablar de una pieza atacan-
zas atacantes es una idea habi- te molesta, debemos tener pre-
tual en ciertas aperturas. Así, en sente que un simple peón puede
la Defensa Francesa las negras a ser la mayor de las molestias.
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ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 55

8 tablas con 30 ¦xf7 £xf7 31 ¤xf7


7
¢xf7 32 fxg4 ¢xf6 33 ¦d7 ¦b6.
Por último, conviene tomar no-
6
ta de que cuando desaparecen del
5
tablero las piezas más agresivas,
4 suelen quedar en entredicho las
3 propias debilidades del bando
2 atacante. La supervivencia de al-
1
gunos sistemas de apertura, por
a b c d e f g h
ejemplo, depende de la interac-
ción entre las piezas menores.
Cuando esas piezas menores des-
Este temprano caso no puede aparecen, la estructura de peones
considerarse anunciador del ge- no resulta adecuada para el plan-
nio de Tal. No lo es porque, con teamiento general. Me vienen a la
una defensa fría, las negras forza- mente algunas variantes de la De-
ron las tablas. Pero se diría que, fensa Siciliana, como la que sigue:
en la posición del diagrama, las 1 e4 c5 2 ¤f3 ¤c6 3 d4 cxd4 4
negras se encuentran ante dificul- ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 d6 6 ¥c4 e6 7
tades graves, debido a la sutil ¥b3 ¥e7 8 0-0 0-0 9 ¢h1?! ¤a5!
amenaza 29 f3!!. El alfil atacado 10 f4 b6 11 e5 ¤e8! 12 ¦f3.
podría entonces retirarse a h5
–para bloquear la columna h–, o 8

por la otra diagonal, por ejemplo 7


a ‘e6’, lo que permite la maniobra 6
¦d1-h1!!, y todo eso a pesar de la 5
enorme ventaja material de las
4
negras.
3
Lev Aronin (negras) se figuró
cuál era el verdadero problema 2

de la posición y decidió eliminar- 1


lo: 28 ... ¦c8! 29 f3 ¦c6!, con la evi- a b c d e f g h
dente intención de capturar el pe-
ón de ‘f6’, pues este soldado es la Las negras querrían jugar 12 ...
clave en que basan las blancas to- ¥b7, seguido de ...¤xb3, pero
da su ofensiva. Ahora las blancas después de 13 ¦h3 ¤xb3 14 £h5!
perderían si capturasen el alfil, h6 15 ¤xb3 tendrían problemas
debido a 30 ... ¦xf6 31 ¦dh3 ¦f2+ con su rey (por ejemplo, ante la
y 32 ... £d6, de modo que se vie- amenaza f5 y ¥xh6). Así, en la
ron obligadas a forzar un final de partida Oleg Neikirkh – Mijaíl
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56 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Botvínnik (Olimpiada de Leipzig, sición en la que está siendo cons-


1960) siguió 12 ... ¤xb3 13 ¤c6 tantemente presionado. La pre-
(incómodo, pero no fatal) 13 ... sión puede ser un asalto masivo
£d7 14 ¤xe7+ £xe7 15 axb3, y de piezas pesadas en el flanco de
ahora 15 ... f6! dama o en el centro, o puede ser
Curiosamente, las negras se una penosa clavada en una fila o
disponen a abrir el juego, algo columna vital. Las clavadas, en
que hubiera resultado muy peli- particular, son elementos de pre-
groso unas jugadas antes, con dos sión que le cuestan poco al ata-
pares de piezas adicionales en ac- cante y que para el defensor son
ción. Pero ahora sí es apropiado difíciles de deshacer.
para las negras, porque sus piezas Todos sabemos, por ejemplo,
menores supervivientes son me- lo comprometido que es romper
jores que las blancas, cuya estruc- una clavada en el flanco de rey
tura de peones, por otra parte, (el alfil contrario en ‘g4’ clava el
obliga a la pérdida de tiempo, an- caballo de ‘f3’), con h3 y g4. Se
te la descoordinación de sus pie- trata de un caso especial de elimi-
zas. (Esto no sería así de estar si- nación de la pieza atacante, que
tuados los peones blancos, por vulnera nuestro principio de eco-
ejemplo, en ‘e4’ y ‘f3’ antes que en nomía, al incurrir en graves debi-
‘e5’ y ‘f4’, pero ése ha sido el pre- litamientos de peón.
cio del ataque).
La evolución de la lucha fue
8
gradual: 16 exd6 ¤xd6 17 ¦d3
¤f5 18 ¦a4! £e8! 19 ¤e4! b5 20 7

¦a5 ¥b7 21 ¤d6 (21 ¤b5 6


¥xg2+!) 21 ... ¤xd6 22 ¦xd6 ¦d8 5
23 £d2 ¦xd6 24 £xd6 £d8!! 25 4
£xe6+ ¦f7 26 £e1 ¦e7, y en vista
3
de ...¦xe1+ y ...£d1+ (ó 27 £d2
2
¦d7), las blancas abandonaron,
pues sus piezas estaban totalmen- 1

te descoordinadas. a b c d e f g h

La posición del diagrama se


ALIVIO DE LA PRESIÓN produjo en la partida Borís Spass-
Y CLAVADAS ki – Bent Larsen; 3ª partida del
Duelo del Siglo, Belgrado (Serbia
Una de las peores tareas del y Montenegro), 1970, después de
defensor es sobrevivir en una po- 1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤f3 b6 4 ¤c3
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 57

ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 57

¥b7 5 ¥g5 ¥e7 6 e3 0-0 (aquí era Así, con un inteligente recur-
posible desembarazarse de inme- so, 13 ... ¤e8!, el juego de las ne-
diato de la clavada, con 6 ... ¤e4, gras se aviva considerablemente.
pero las negras buscan un juego En la partida, las blancas jugaron
más agudo) 7 ¥d3 c5 8 0-0 ¤c6?! 14 £e7!?, y después de 14 ...
9 d5! ¤b4 10 d6 ¥xd6 11 ¥xh7+ £xe7 15 ¥xe7 ¦g8, sólo queda-
¢xh7 12 £xd6 ¥xf3 13 gxf3. ron con una ligera ventaja.
La última secuencia de juga- Otra versión del tema de la
das parece haber ayudado a las desclavada se produce en la Aper-
blancas, que pueden presionar ya tura Cuatro Caballos: 1 e4 e5 2
el peón retrasado de ‘d7’. Esta ¤f3 ¤c6 3 ¤c3 ¤f6 4 ¥b5 ¥b4 5
presión es más acuciante por la 0-0 0-0 6 d3 ¥xc3 7 bxc3 £e7 8
clavada del alfil de ‘g5’, que las ¦e1 d6 9 ¥g5 ¤d8! 10 d4 ¤e6 11
negras no pueden expulsar, con ¥c1. Ésta es la variante conocida
...h6, porque este peón ya no exis- como desclavada de Metger, que
te. De modo que si no hacen algo trata de expulsar el alfil de dama
inmediato, pueden verse forzadas blanco de la diagonal ‘h4’-‘d8’,
a una permanente pasividad des- con una maniobra del caballo ne-
pués de 14 ¦ad1. gro. Obsérvese que si 11 ¥h4, las
En consecuencia, Larsen bus- negras vuelven a desclavarse con
có y descubrió una solución tácti- 11 ... ¤f4 y 12 ... ¤g6.
ca que resolviese su problema: 13 Esta apertura vivió una época
... ¤e8! Una de las claves de esta de popularidad, a causa de que
jugada es que tanto si 14 £g3, co- las blancas quedaban con la pare-
mo si 14 £f4, las negras pueden ja de alfiles. Sin embargo, a co-
rechazar el alfil con 14 ... f6. Esto mienzos del siglo XX, empezó a
lleva a considerar dos sacrificios considerarse dudoso que los dos
de calidad planteados con la reti- alfiles superasen el dominio de
rada del caballo. Después de 14 las negras en las casillas centrales.
£xf8 £xg5+ 15 ¢h1 £h5 16 ¦g1 Resulta interesante, a nuestros fi-
£xf3+ 17 ¦g2 g6 y ...¤d3, las pie- nes, seguir el desarrollo de la par-
zas negras son muy activas en el tida en 1941 entre los grandes
medio juego, y, por otra parte, des- maestros Bondarevski y Lilient-
pués de 14 ¥xd8 ¤xd6 15 ¥e7 hal, que demuestra lo que sucede
¤xc4 16 ¥xf8 ¦xf8, las negras cuando, en virtud de un juego de-
tienen buenas perspectivas en el ficiente por parte de las negras,
final, con un peón por la calidad y las blancas establecen una clava-
un centro fuerte. La conclusión es da fuerte en el flanco de rey:
que en estas dos variantes las po- 11 ... c5! 12 ¥f1 (12 dxe5 dxe5
sibilidades tienden a equilibrarse. 13 ¤xe5 ¤c7!) 12 ... ¦d8? 13 g3
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58 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

£c7? 14 d5! ¤f8 15 ¤h4 ¤g6 16 en el punto fuerte de ‘e5’. Pero las
¥g5 ¤xh4 17 ¥xh4 £e7 18 f4 h6 blancas optaron por la inespera-
19 ¥g2. da 22 e5!, que originó un medio
juego muy difícil después de 22 ...
8 ¤xe5 23 £h5 hxg5 24 ¥xg5 f6 25
7
¥h4 £g7 26 ¥g3 ¥g4 27 £h4
¢f7! (amenaza ...¦h8), pero que
6
rápidamente se decantó a favor
5
de las negras.
4 Estos ejemplos demuestran
3 que hay métodos tácticos y mecá-
2 nicos para desclavar piezas y ali-
1
viar así la presión. Las clavadas,
a b c d e f g h
por supuesto, no son el único tipo
de presión que el defensor trata
de aliviar, pero se encuentran en-
Es evidente la ventaja de las tre los mecanismos más fáciles de
blancas, que se disponen a incre- entender. Además de la clavada,
mentar la presión doblando torres el defensor debe preocuparse por
en la columna f, con el caballo de un adversario que emplee la ven-
‘f6’ como objetivo, convertido en taja de espacio para exprimir la
un punto débil gracias a la clava- posición o, como diría Arthur Bis-
da. Afortunadamente, las negras guier, para “dar un buen masaje”
habían preparado una interesante a su rival. Pero, una vez más, el
respuesta táctica: 19 ... exf4 20 defensor puede consolarse con la
gxf4 g5! La idea es invertir la cla- idea de que lo normal es que el
vada después de 21 fxg5 ¤g4!, se- agresor pague un precio por ese
guido de ...¤e5-g6. Lo mejor para tipo de presión.
las blancas era, en realidad, 21 En el Torneo de Candidatos
¥g3, a fin de poder explotar sus de 1953, Miguel Najdorf logró
opciones en el flanco de rey tras presionar el flanco de dama, en
21 ... gxf4 22 ¥xf4 ¤g4 23 h3 £f6 su partida contra Yuri Averbaj,
24 ¦f1 ¤e5 25 £h5. con una idea nueva de apertura,
Bondarevski, sin embargo, ju- aunque de doble filo: 1 c4 ¤f6 2
gó 21 fxg5 y después de 21 ... ¤g4 ¤f3 e6 3 g3 b6 4 ¥g2 ¥b7 5 0-0
pudo convencerse de que las ne- ¥e7 6 d4 0-0 7 ¤c3 ¤e4 8 £c2
gras podían librarse de la clavada ¤xc3 9 bxc3?! ¤c6 10 ¤e5. La
con ...¤e5-g6. En la posición re- idea de la infrecuente novena ju-
sultante las negras quedarían me- gada blanca es reforzar el centro
jor, debido a la fuerza del caballo con un peón extra, aun a costa de
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 59

ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 59

crearse un par de peones do- fácilmente de esa molestia con 14


blados. ¤xe7+, pero entonces toda la
presión se habría desvanecido y
las negras se apoderarían de la
8
iniciativa con ...£e8, seguido de
7 ...c5, ...¤a5 y ...¦ac8, para asesi-
6 nar el flanco de dama contrario.
5 Najdorf lo vio y trató de des-
4
prenderse de sus peones débiles
antes de que se convirtiesen en
3
un problema: 13 ¤d3 ¤a5 14 c5,
2
pero después de 14 ... £e8! 15
1 £xe8 ¦fxe8 16 ¦b1 ¦ec8! 17 h4
a b c d e f g h d5 18 ¥f4 h6, y, eventualmente,
...¤c4, las negras consiguieron
un final ganado. La presión que
El primer beneficio de las las blancas obtuvieron con 9
blancas –de la inusual novena ju- bxc3?! no fue suficiente y en de-
gada– es una clavada en la gran finitiva le costó a Najdorf la par-
diagonal ‘h1’-‘a8’. Para aliviar esa tida.
presión, las negras deben efectuar Otra situación del mismo tor-
algunos juicios críticos en torno a neo puso de relieve el problema
su centro. Y lo hicieron: 10 ... de aliviar la presión central. Se
¤a5! 11 ¥xb7 ¤xb7, y entonces trata de la partida Guéler – Ke-
tuvieron que resolver el proble- res, y comenzó con 1 d4 ¤f6 2 c4
ma del ataque a su peón ‘d7’ tras e6 3 ¤c3 d5 4 ¤f3 c5 5 cxd5 cxd4
12 £a4. 6 £xd4 exd5 7 e4! ¤c6 8 ¥b5
Podían haberlo hecho forman- ¤xe4?! 9 0-0.
do un esquema tipo “erizo”, es Aquí las blancas se hicieron
decir, avanzando sus peones a la con una iniciativa tremenda por
sexta fila, con 12 ... c6, seguido de un peón. Las negras vieron que 9
13 ... f6 para expulsar el caballo, y ... ¤xc3 10 £xc3 ó 10 bxc3 las de-
luego 14 ... d6 y ...c5. Una forma- jaban con problemas graves para
ción sólida, aunque un poco len- completar el desarrollo. Keres eli-
ta. Averbaj concluyó que podía gió, en su lugar, la modesta retira-
olvidarse de la casilla ‘c6’ y movió da 9 ... ¤f6!, que es lo mejor,
12 ... d6! Si las blancas jugasen dadas las circunstancias.
ahora 13 ¤c6, se encontrarían En este momento las blancas
clavadas con 13 ... £d7, aunque, fueron muy optimistas y pensa-
por supuesto, podrían liberarse ron que podían detener el juego
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60 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

de las piezas negras con 10 ¦e1+ ¤xc3 25 ¥d7 ¦d8 26 ¥f5 g6 27


(es mejor 10 ¤e5) 10 ... ¥e7 11 ¥d3 ¤d1, y las blancas se rindie-
£e5, porque consideraron que ron.
sólo era viable 11 ... ¥e6 12 ¤d4!
Pero las negras se escabulleron
con 11 ... 0-0! (pues si 12 ¥xc6, si- CONFUNDIR LAS
gue 12 ... ¥d6!). La partida se en- PIEZAS CONTRARIAS
caminó hacia una segunda crisis
después de 12 £e2 ¦e8! 13 ¥g5 Confundir no significa aquí
¥g4 14 ¦ad1 h6 15 ¥h4. complicar la posición hasta un
grado tal que su opositor no en-
tienda la situación y cometa erro-
8
res a causa del desconcierto. La
7 confusión que debe tratar de cre-
6 arse tiene que ver con alterar el
5 concierto armonioso de las pie-
4 zas enemigas, tratar de entorpe-
3
cer la comunicación entre ellas,
de tal forma que acaben ocupan-
2
do malas casillas, en cuyo caso el
1
atacante pierde el control de un
a b c d e f g h
valioso territorio: la máquina es-
tá bien engrasada, pero sus en-
Las blancas conservan una granajes se encuentran desajusta-
cierta presión contra la posición dos.
central enemiga, pero Keres supo Un ejemplo sencillo sobre este
trasladar la lucha, por medios tác- tema lo tenemos en la partida de
ticos, a un final favorable, sólo Samuel Herman Reshevsky (ne-
con algunos cambios: 15 ... ¤e4!, gras) contra Weaver Warren
y ahora 16 ¥g3 (sería malo 16 Adams (Campeonato de EEUU,
¥xe7 ¤xc3 17 bxc3 ¦xe7, o 16 1936):
¦xd5? ¤xc3, o aun 16 ¤xd5? 1 e4 e6 2 d4 d5 3 ¤c3 ¥b4 4
¥xh4!) 16 ... ¤xc3 17 bxc3 ¥f6 18 ¥d3 dxe4 5 ¥xe4 ¤f6 6 ¥g5 h6 7
£xe8+ £xe8 19 ¦xe8+ ¦xe8 20 ¥xf6 £xf6 8 ¤f3 0-0 9 0-0 ¤d7
¦xd5 ¦c8! La posición es ahora 10 ¤e2? ¥d6 11 c4 c5 12 ¦c1
tan favorable a las negras que cxd4 13 ¤exd4.
unas cuantas jugadas inferiores
(D)
de Guéler le costaron rápidamen-
te la partida: 21 ¦d3? ¤b4! 22 A pesar de haber cedido la pa-
¦e3 ¤xa2 23 h3 ¥xf3 24 gxf3 reja de alfiles, las blancas cuentan
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ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 61

8 £b2 (si 21 ¦xb7, sería muy fuer-


7
te 21 ... ¥c6) 21 ... ¥c6 22 ¦d1
£e7!, y las negras ganaron en la
6
jugada 31ª.
5
Lo importante aquí es que las
4 piezas blancas fueron desorde-
3 nadas, por ataques directos con-
2 tra ellas, en una posición en que
1
no estaban preparadas para
a b c d e f g h
afrontar ese problema. En oca-
siones, llegará un momento en la
partida en el que su rival le per-
mitirá hostigar sus piezas con
con varios triunfos en la posición una serie de amenazas. Al des-
del diagrama: piezas centradas, viar esas piezas, haciendo que
mayoría de peones en el ala de dejen de protegerse unas a otras,
dama y perspectivas de ataque en la defensa ganará tiempo y, en al-
el flanco de rey. Las negras pue- gunos casos, un importante con-
den caer fácilmente en un medio trajuego.
juego inferior si no descubren sus Otra versión de este tema se
posibilidades. encuentra en una partida en con-
Reshevsky comenzó a repri- sulta disputada por Alexander
mir las perspectivas de las blan- Alekhine en 1932:
cas con 13 ... a6 14 a3 ¤c5 15 1 d4 ¤f6 2 ¤f3 b6 3 e3 ¥b7 4
¥b1 ¥f4! En pocas jugadas, ha ¥d3 e6 5 ¤bd2 c5 6 0-0 ¤c6 7 c4
impedido que un caballo blanco ¥e7 8 b3 cxd4 9 exd4 d5 10 ¥b2
llegase a ‘b5’ y ha logrado que ¤b4 11 ¥b1 0-0 12 ¦e1 ¦c8 13
las piezas blancas deambulen de ¤e5 ¤c6 14 ¤df3.
un lado para otro. El alfil de rey
y la torre de dama empeorarán
momentáneamente sus posicio- 8

nes y eso ayuda a las negras a 7

crear amenazas en el centro: 16 6


¦c3 ¦d8! 17 £c2 g6 (17 ... ¦xd4 5
18 ¤xd4 £xd4 19 ¦d1, seguido 4
de 20 £h7+ ó 20 ¦d8+ sería
3
muy fuerte) 18 b4 e5! Otras tres
jugadas más y la superioridad 2

de las negras resultará evidente: 1

19 bxc5 exd4 20 ¦b3 ¥d7! 21 a b c d e f g h


Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 62

62 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

La posición de las blancas no sia), 1955, 1 c4 e6 2 ¤f3 d5 3 b3 d4


parece, desde luego, pasiva. Los 4 e3 c5 5 b4!? dxe3 6 fxe3 cxb4 7
alfiles apuntan al enroque enemi- d4 ¤f6 8 ¥d3 ¤c6 9 ¤bd2 g6 10
go y los caballos están bien situa- ¥b2 ¥g7 11 £e2 ¤d7 12 h4? h6
dos. Su centro es sólido. El único 13 ¤e4 0-0 14 h5 f5! 15 ¤d6?
problema es que la posición no
está preparada para responder al
8
golpe táctico 14 ... ¥b4! El primer
jugador puede optar por 15 ¤xc6, 7

seguido de ¦e2 ó ¦e3, pero las 6


negras quedan bien en cualquier 5
caso. Los aliados (con blancas) 4
prefirieron 15 ¦e3, y después de
3
15 ... ¤e7! tuvieron que afrontar
2
la amenaza ...¤f5. Siguió: 16 ¤g5
h6, pero antes de que jugasen 17 1

¦h3, se dieron cuenta de que 17 a b c d e f g h

... ¤f5! sería un modo muy senci-


llo de evitar las complicaciones
de aceptar el sacrificio de caballo El dudoso gambito de las blan-
y obtener buen juego. cas encajaba mejor en la conti-
Por esa razón, las blancas juga- nuación conservadora 12 0-0 y e4.
ron 17 ¤h3, y tras 17 ... ¥d6 18 Cierto que aquí conservan cierta
£e2 ¤f5 19 ¥xf5 exf5 20 ¦c1 ¦c7 compensación, pero ahora las ne-
21 f3 £c8 22 ¦ec3 ¦e8 23 cxd5 gras se lanzan a una incursión
¤xd5 24 ¦xc7 ¥xc7, las piezas aventurera, basada tanto en los
negras quedaron mucho mejor saltos del caballo de rey como en
coordinadas y forzaron la rendi- que salvar ese caballo será impo-
ción contraria en la jugada 36ª. sible: 15 ... ¤f6! 16 ¤xc8 ¤xh5!.
Crear confusión entre las pie- Ahora se amenaza 17 ... ¤g3, y si
zas enemigas no se limita, por su- 17 ¦xh5 gxh5, las blancas perde-
puesto, a atacar las torres con pie- rán también el caballo de ‘c8’.
zas menores. Puede hostigarse Mikenas jugó 17 ¦g1, y la par-
todo el campo contrario, a veces tida siguió con 17 ... ¤g3 18 £f2
con una sola pieza. Un divertido (mejor era 18 £c2) 18 ... ¤e4! 19
comando con esa misión lo llevó £c2 b3! 20 axb3 ¤b4 21 £b1
a cabo con éxito un solo caballo, ¤xd3+ 22 £xd3 £xc8 23 g4 g5.
en la partida Vladas Mikenas – Con el peón extra y las piezas
Gueorgui Borisenko; XXII Cam- mucho mejor situadas, las negras
peonato de la URSS, Moscú (Ru- ganaron rápidamente, gracias en
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ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 63

gran parte a la labor de confusión MANIOBRAS Y


creada por el caballo. REAGRUPAMIENTO
El elemento importante en ca-
da campaña de confusión es la Las maniobras son la guerra
naturaleza forzada de las amena- de trincheras del ajedrez. En tér-
zas. La jugada más forzosa es, por minos sencillos, significa el movi-
supuesto, el jaque, como quedará miento de piezas desarrolladas a
ilustrado en nuestro último ejem- distintas casillas, presumiblemen-
plo de esta sección, Max Euwe – te mejores, dentro de las líneas
Samuel Herman Reshevsky; Tor- del propio campo. El principal
neo AVRO (Países Bajos), 1938: 1 efecto de la maniobra (o, al me-
d4 ¤f6 2 c4 g6 3 f3 d5 4 cxd5 nos, eso se espera) es optimar la
¤xd5 5 e4 ¤b6 6 ¤c3 ¥g7 7 ¥e3 fuerza y actividad de las piezas
0-0 8 f4?! ¤c6 9 d5 ¤b8 10 ¤f3 c6 propias. Una pieza reagrupada
11 £b3 cxd5 12 ¤xd5 ¤xd5 13 puede cambiar drásticamente la
exd5 ¤d7 14 ¥e2. En este mo- naturaleza de la partida, como
mento, la jugada 14 ... £a5+ les ponen en evidencia muchas parti-
daba a las blancas la posibilidad das de maestros y estudios. Exclu-
de dejar mal situada una de tres yendo la aparición de líneas
piezas. Prefirieron no jugar 15 abiertas, las maniobras son la cla-
¤d2 ¤b6, ni 15 ¢f2 ¤f6!, en fa- ve en los planes de muchos me-
vor de 15 ¥d2. Las negras res- dios juegos. Aunque el reagrupa-
pondieron 15 ... £b6, proponien- miento se estudia en otros
do un final en el que el peón de capítulos, aquí nos detendremos
‘d5’ quedaría perdido. Siguió en- en algunos aspectos.
tonces 16 ¥c3 ¥xc3+ 17 bxc3 Una pieza reagrupada puede
(para defender el peón de ‘d5’ hacer maravillas. Consideremos,
con otro peón), y después de 17 ... por ejemplo, la siguiente partida
£e3!, la dama negra interfirió en del XXII Campeonato Soviético:
el juego normal de las blancas en 1 d4 ¤f6 2 c4 g6 3 ¤c3 ¥g7 4
el flanco de rey y Euwe tuvo que e4 d6 5 f3 e5 6 d5 ¤h5 7 ¥e3 f5 8
entregar un peón: 18 c4 £xf4 19 ¤ge2 0-0 9 £d2 ¤d7 10 0-0-0
0-0 £c7 20 ¢h1 ¤f6 21 £e3, des- ¤c5 11 ¢b1 fxe4 12 fxe4 ¤f6 13
pués de lo cual las negras elimina- ¥xc5 dxc5 14 h3.
ron la única pieza peligrosa de
(D)
ataque y alcanzaron una posición
ganadora. 21 ... ¥g4 22 £h6 Al no contar con el alfil de ca-
¥xf3! 23 ¦xf3 b5! 24 cxb5 £e5 25 sillas negras, se diría que las blan-
¦e1 ¤xd5, etc. Confunde, divide cas no tienen verdaderas perspec-
y vencerás. tivas de ataque en el flanco de
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64 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 ¤f3 ¤f7! 17 ¥d3 ¥h6 18 £f2 b6


7
19 ¦df1 £f6, y las negras han igua-
lado el juego de piezas. Pronto
6
acordaron tablas, pero las negras
5
podían haber aspirado a más.
4 La maniobra puede ser tam-
3 bién un método defensivo para
2 provocar nuevas debilidades en la
1
estructura de peones contraria.
a b c d e f g h
Detengámonos en la partida Paul
Keres – Max Euwe; Zandvoort
(Países Bajos), 1936: 1 e4 e6 2 d4
rey. Nuestra teoría de la debilidad d5 3 e5 c5 4 ¤f3 cxd4 5 £xd4 ¤c6
que no se puede explotar propo- 6 £f4 f5 7 ¥d3 ¤ge7 8 0-0 ¤g6 9
ne que las casillas negras del flan- £g3 ¥e7 10 ¦e1 0-0 11 a3. Aquí
co de rey no son alcanzables para las negras iniciaron una maniobra
las blancas. Pero sí pueden tratar de caballo beneficiosa, con 11 ...
de explotar las casillas blancas. Si ¤b8!, que tiene por destino ‘e4’,
se cambiasen los alfiles de ese co- vía ‘a6’ y ‘c5’.
lor, las negras tendrían problemas Para evitar esto, las blancas ju-
para defender el punto ‘e6’, que garon 12 ¤bd2 a5 13 ¤b3, pero
sería un objetivo del caballo ene- entonces, para mantener las pie-
migo. Por otro lado, el otro alfil zas en sus puestos, tuvieron que
(‘g7’) sería un alfil malo, e incluso hacer concesiones en el flanco de
habrían posibilidades de mate dama: 13 ... ¤a6 14 a4 ¤b4 15
con el avance h4-h5. ¤bd4 ¥d7 16 ¥b5 ¤c6 17 c4? A
En la partida en cuestión, Kan estas alturas, las negras disponían
– Borisenko, las negras realizaron de una posición muy buena y es-
una sencilla maniobra, 14 ... ¤e8!, taban preparadas para hacerse
con idea de emplazar el caballo con la iniciativa: 17 ... ¤xd4 18
en ‘d6’, seguido, tal vez, de ...¤f7, ¤xd4 ¥c5 19 £d3 ¥xb5 20 ¤xb5
para proteger varias casillas im- £h4 21 £f1 ¦ad8, seguido del
portantes. Desde allí, por ejemplo, avance del peón de d. Las negras
el caballo negro ayudaría a que el ganaron una partida brillante.
alfil de ‘g7’ cobrase vida por ‘h6’. Una tercera forma de manio-
Pero las blancas no se durmie- bra es el reagrupamiento general
ron en los laureles y jugaron 15 de las piezas para el contrajuego.
¤g1!, otra buena maniobra, con Un excelente ejemplo de esto lo
idea de controlar ‘g5’ desde ‘f3’. La tenemos en la partida Wolfgang
partida prosiguió con 15 ... ¤d6 16 Unzicker – Mark Taimánov; Tor-
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ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 65

neo Interzonal de Estocolmo ¦fc8 19 ¤h2 ¤d7 20 ¤hf1 ¤dc5,


(Suecia), 1952: la bancarrota de su estrategia re-
1 e4 c5 2 ¤f3 ¤c6 3 d4 cxd4 4 sultó evidente. Las negras podían
¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 d6 6 ¥e2 e5 7 jugar pensando en la ruptura cen-
¤f3 h6 8 0-0 ¥e7 9 ¦e1 0-0 10 h3 tral ...d5, mientras que las blancas
a6 11 ¥f1 b5 12 a3 ¥b7 13 b3 ¦c8 no tenían otra alternativa que
14 ¥b2. mantenerse a la espera.
La continuación resultó muy
8 significativa. Las blancas conti-
7 nuaron trasladando piezas de un
6 lado a otro, y pronto se vieron
5
ahogadas: 21 ¤g3 g6 22 ¤e2 ¥g5
23 ¤c3 ¤d4 24 ¤cb1 d5! 25 exd5
4
¤xd3 26 cxd3 ¦xc1 27 ¥xc1
3 ¥xd5 28 f3 ¦c2! 29 a4 b4 30 ¢h1
2 £c6, y las blancas se rindieron.
1
a b c d e f g h
RUPTURA DEL
Hasta ahora, todas las jugadas FRENTE DE ATAQUE
han sido razonables por ambas
partes, aunque hay que decir que Una táctica más especializada
las blancas podían haber jugado para concluir este capítulo es el
con más agresividad. Las negras avance de peones para romper o
siguieron ahora una lección de limitar el frente de ataque (y para
Richard Reti y maniobraron con- establecer un punto fuerte en el
tra el centro desde un flanco: 14 ... centro). Ésta puede ser la forma
¦c7!, con idea de seguir con de arma defensiva más sutil, y
...£a8 y ...¦fc8. puede producirse en plena aper-
Las blancas también concibie- tura o a comienzos del final y en
ron una maniobra, pero su elec- cualquier sector del tablero (el
ción, 15 ¤b1?, fue demasido lenta centro y ambos flancos).
en comparación con la más natu- Hemos visto muchos ejemplos
ral 13 ¤d5. Las blancas no com- de cómo un defensor deja fuera
prendieron la dimensión de sus de juego a las piezas enemigas
problemas y pensaron que podrí- con una jugada de peón. En mu-
an resolverlos protegiendo algu- chos casos ésta es otra forma de
nos puntos débiles, como e4 y c2. controlar columnas abiertas. Un
Pero después de 15 ... £a8! 16 claro caso lo tenemos en la De-
¤bd2 ¤d8 17 ¥d3 ¤e6 18 ¦c1 fensa Francesa cuando las negras
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 66

66 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

juegan ...f5 para restringir la línea acto cuando Kotov jugó 17 ...
de acción del alfil blanco. Por ¤a5! Pero también 17 £b3 ¥xh4
ejemplo: 1 e4 e6 2 d4 d5 3 ¤c3 18 £xd5+ ¢h8 hubiera sido muy
¤f6 4 ¥g5 ¥e7 5 ¥xf6 ¥xf6 6 e5 malo para él, porque si 19 £xc5,
¥e7 7 £g4 0-0 8 ¥d3, y ahora 8 ... las negras darían mate con 19 ...
f5! obliga a las blancas a abrir la ¥h5, 20 ... ¦ae8 y ...¦f6-g6.
posición, lo que facilita el desa- Por ruptura del frente de ata-
rrollo del rival (que conserva la que entendemos la dislocación de
pareja de alfiles) con 9 exf6, o ga- la formación de peones enemiga
rantiza contrajuego con 9 £h3 c5 antes de que ésta entre en contac-
10 dxc5 ¤d7! 11 f4 ¤xc5 (12 0-0- to con las propias líneas defensi-
0 b5!?). El alfil de rey blanco ya vas. Esta idea estratégica puede
no ataca el flanco de rey. resultar muy sutil si ambos ban-
Otro método es dislocar la cu- dos aprecian el peligro. El incen-
ña de peones por medios tácticos. tivo, en muchas partidas moder-
Me viene a la memoria la partida nas, es para el jugador que ataca
entre Tigrán Petrosián y Alexán- en el sector en que tiene prepon-
der Kotov, de un torneo soviético, derancia material y la ventaja que
en 1956. Comenzó así: 1 e4 c5 2 le confiere la estructura de peo-
¤f3 d6 3 c3 ¤f6 4 ¥d3 ¤c6 5 nes. Para conseguir esto, el juga-
¥c2 ¥g4 6 d3 e6 7 ¤bd2 ¥e7 8 dor debe avanzar algunos de sus
h3 ¥h5 9 £e2 d5 10 a3 £c7 11 0- peones. Pero si lo hace, puede
0 0-0 12 g4!? ¥g6 13 ¤h4, y ahora verse abocado al tipo de ruptura
las negras han encontrado un de- que se produjo en esta partida del
talle táctico en la última jugada Torneo de Candidatos de 1968:
blanca: 13 ... ¤xg4!! 14 £xg4 f5, y 1 e4 c5 2 ¤c3 d6 3 g3 g6 4 ¥g2
las negras recuperan la pieza con ¥g7 5 d3 ¤c6 6 f4 e6 7 ¤f3 ¤ge7
ventaja, pues incluso en la mejor 8 0-0 0-0 9 ¥d2 ¦b8, y ahora am-
variante, 15 £g3 f4 16 £g4 ¤e5 bos bandos se disponen a em-
17 £xe6+ ¥f7 18 £f5 ¥xh4 19 prender acciones en el ala de da-
£xf4 £e7, el frente de peones ma. 10 ¦b1 b5 11 a3.
blanco del ala de rey ha quedado
(D)
demolido y es vulnerable a un
ataque fuerte. Las negras (Larsen) pueden
Petrosián jugó 15 exf5? exf5 haber concluido que las blancas
16 £a4 ¥e8 17 ¤hf3?, creyendo (Spasski) se preparaban para mi-
que podría sacrificar su dama a nar el flanco de dama con 12 b4.
cambio de buena compensación, Precisamente con esta idea había
por ejemplo, tras 17 ... ¤d4 18 ganado Vasili Smíslov, dos déca-
cxd4. Sin embargo, se rindió en el das atrás, numerosas partidas. A
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 67

ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 67

8 ¤xa4, seguido de b3), o avanzar,


7
como finalmente hizo, 12 ... b4.
Las blancas continuaron con
6
13 ¤b5, y ahora 13 ... d5 (o 13 ...
5
¥a6 14 c4, que anula todo el jue-
4 go en el flanco de dama) 14 c4!
3 bxc3 15 bxc3, y a pesar de 15 ...
2 c4!, que les dio a las negras algu-
1
nas posibilidades de contrajuego,
a b c d e f g h
Spasski quedó mucho mejor des-
pués de 16 ¥e3! cxd3 17 e5!
Una versión comparable de
formación de peones dislocada se
Larsen le hubiera gustado impe- encuentra en la partida Tigrán
dir eso con ...b4, pero tal avance Petrosián – Vlastimil Hort; Cam-
conduce, tras 12 axb4 cxb4 13 peonato de Europa por equipos,
¤e2, a una excelente posición pa- Oberhausen (Alemania), 1961:
ra las blancas, que pueden hacer 1 c4 e5 2 ¤c3 ¤c6 3 g3 f5 4
caso omiso por cierto tiempo los ¥g2 ¤f6 5 d3 g6 6 ¦b1 ¥g7 7 b4
acontecimientos en el flanco de d6 8 b5 ¤d4 9 ¤h3! 0-0 10 0-0 h6
dama y preparar su propio asalto 11 f4! ¢h7 12 a4 ¦b8 13 ¤f2 ¥d7
en el centro con c3 y d4. 14 £d2 ¤h5 15 e3 ¤e6 16 ¥b2 g5.
Las negras, por tanto, quieren
jugar ...a5, con el doble propósito
de restringir b4 y preparar su pro- 8

pio avance a la misma casilla, 12 7


... b4 13 axb4 axb4!, lo que les per- 6
mitiría penetrar por la columna a. 5
Con esta importante diferencia,
4
el juego prosiguió 11 ... a5, y aho-
3
ra 12 a4!!.
Esta jugada sencilla sólo es 2

efectiva gracias a la última de las 1


negras, que no pueden defender a b c d e f g h
la casilla ‘b5’ con un peón al ha-
ber avanzado el peón de a. Así,
Larsen tuvo que elegir entre dis- La contención de las blancas
locar sus peones, y permitir que en el flanco de rey ha sido muy
las blancas se consoliden en el instructiva. En particular, la ma-
flanco de dama (12 ... bxa4 13 niobra de caballo ¤h3-f2 prote-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 68

68 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

ge las casillas ‘e4’ y ‘g4’, además CREACIÓN DE UN PUNTO


de permitir el avance f4, que im- FUERTE EN EL CENTRO
pide ...f4 del rival, la ruptura típi-
ca de cualquier agresión negra Hasta el jugador que acaba de
en el sector. Puesto que el éxito familiarizarse con los fundamen-
de esta variante de apertura de- tos del juego sabe que un ataque
pende de que el ataque blanco de flanco requiere ser contrarres-
en el ala de dama llegue antes tado por una acción en el centro.
que las amenazas de mate de las Normalmente eso se consigue
negras, esta pequeña precaución mediante un avance de peón que
es esencial. obstaculizará el control del rival
Ahora, sin embargo, las ne- en el centro o facilitará el contra-
gras sitúan a su rival ante la ine- ataque propio. Un motivo algo di-
vitable apertura de algunas líne- ferente es el avance de peón que
as en el flanco de rey. Las sencillamente gana un valioso es-
blancas no pueden mantener in- pacio antes de lanzar un ataque de
definidamente el peón en ‘f4’. flanco.
Pero Petrosián dispone de una Esta acción central puede ser-
poderosa réplica: 17 fxe5 dxe5 18 vir para muchos fines. Considere-
g4!!, disloca la falange de peones mos, en primer lugar, el avance de
negros. Con esta útil jugada ga- peón que priva al adversario de
na, además, la casilla ‘e4’ para casillas para sus piezas. Veamos,
sus piezas, lo que le permitirá por ejemplo, esta posición de la
continuar con el bloqueo de las Defensa India de Rey:
columnas y diagonales peligrosas 1 d4 ¤f6 2 c4 g6 3 ¤c3 ¥g7 4
para su rey. e4 d6 5 f4 c5 6 d5 0-0 7 ¥d3 e6 8
La única esperanza de las ne- ¤ge2 exd5 9 exd5.
gras reside en las complicaciones
derivadas de 18 ... fxg4 19 ¤xg4
¤ef4, a lo que las blancas res- 8
pondieron con 20 ¥e4+ ¢h8 21 7
exf4 ¥xg4 22 fxg5 ¤f4 (22 ... 6
hxg5 23 ¦xf8+ y 24 ¤d5, con un
5
medio juego en el que las blan-
4
cas dominan el centro y el flanco
de dama, sin tener nada de que 3

preocuparse en el flanco de rey) 2


23 gxh6 ¥xh6 24 ¢h1 £h4 25 1
£e1, seguido de £g3, con una a b c d e f g h
partida ganada.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 69

ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 69

La disposición de los caballos 8


indica la intención de las blancas: 7
atacar en el flanco de rey con
6
¤g3 y f5, seguido de la utilización
5
de la casilla ‘e4’ y las columnas e y
f. Aunque hay varios planes para 4

oponerse al anterior, el más efec- 3

tivo es 9 ... ¤h5! (amenaza debili- 2


tar el flanco de rey blanco con un 1
jaque en ‘h4’) 10 0-0 f5! a b c d e f g h
Este avance de peón frena
mecánicamente f5 y g4, y priva,
además, a las blancas de la casilla Esto es una sorpresa porque
‘e4’. Por otra parte, las negras las blancas parecen tener posibili-
pueden pensar ahora en el flanco dades de instalar un caballo en
de dama y en la columna e, ya ‘e6’. Pero antes de que puedan ex-
que tienen ahí tantas posibilida- plotar esa debilidad con 13 ¤d4,
des como las blancas. las negras pueden luchar por la
La pieza del centro que el peón casilla con 13 ... ¤c5 y 14 ... ¥f6, o
avanzado controla puede consti- 13 ... ¤e5. La partida siguió con 13
tuir en sí misma una recompensa. ¦e1 ¥f6 14 ¥e3, y ahora 14 ...
Aporta un refugio para contrajue- ¤e5 15 ¤xe5 dxe5 no es tan fuer-
go a la vez que le resta espacio al te porque las blancas replicarían
opositor. Recuerdo una partida 16 f4!, y controlarían muy bien la
por correspondencia de Chigorin: masa de peones centrales.
1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 c3 ¤f6 4 d4 Chigorin jugó 14 ... g5!, un
¤xe4 5 d5 ¤b8 6 ¥d3 ¤c5 7 avance justificado por la actual
¤xe5 ¤xd3+ 8 £xd3 ¥e7 9 0-0 d6 fortaleza de las negras en el cen-
10 ¤f3 0-0 11 c4 ¤d7 12 ¤c3. tro. El argumento táctico oculto
Las negras tienen un juego ex- es: 15 £xf5 ¥xc3 16 £e6+ ¢g7
celente debido a la ventaja del 17 bxc3 ¤f6! 18 ¤xg5 ¢g6!! Las
par de alfiles y a unas buenas ca- negras pronto obtuvieron una po-
sillas centrales como ‘e5’. Podrí- sición abrumadora en el flanco de
an, por ejemplo, iniciar sus accio- rey: 15 ¥d4 g4 16 ¤d2 ¥e5 17
nes de medio juego restringiendo ¤e2 f4 18 f3 ¥xd4+ 19 £xd4
a las blancas en el flanco de dama ¤e5! Este ataque relámpago sólo
con 12 ... ¤c5 13 £c2 ¥f6 14 ¦b1 fue posible, sin embargo, gracias
a5. Pero Chigorin puede permitir- al control central que ejercen pie-
se jugar con mayor agresividad: zas y peones negros desde la ju-
12 ... f5! gada 12ª.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 70

70 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Una versión más sencilla de menores. El hecho de que su peón


cómo apoderarse de un punto de d quede aislado es insignifican-
fuerte en el centro es el tema ...e5 te, por curioso que parezca. En
en la Defensa Siciliana. Por ejem- muchos casos se trata de una de-
plo, después de 1 e4 c5 2 ¤f3 ¤c6 bilidad que no se puede explotar.
3 d4 cxd4 4 ¤xd4 e6 5 ¤c3 £c7 6
¥e2 a6 7 a3 ¤f6 8 ¥e3 ¥e7 9 0-0
8
0-0 10 f4 d6 11 £e1, y ahora las
negras pueden igualar con 11 ... 7

¤xd4 12 ¥xd4 e5! 13 fxe5 dxe5 6


14 £g3 ¥c5! 15 ¥xc5 £xc5+. 5
Las negras no han conseguido 4
poco con el avance 12 ... e5. Con
3
el peón de ‘e4’ bloqueado, las pie-
2
zas menores restantes de las blan-
cas no tienen el mismo grado de 1

actividad. Una pieza atacante pe- a b c d e f g h

ligrosa, el alfil de dama, ha sido


cambiado y las negras están tan La posición del diagrama an-
bien que después de 16 ¢h1 terior corresponde a una partida
¢h8!, la mejor posibilidad de las del autor en el torneo de Reggio-
blancas para evitar caer en des- Emilia de 1971-1972. Las blancas
ventaja es 17 ¦xf6! gxf6 18 £h4 tienen una ventaja amplia de es-
¦g8 19 ¤d5 (ó 19 £xf6+), con ta- pacio, además de la pareja de alfi-
blas probables. Si las blancas no les. Las negras han perdido varios
sacrifican la calidad, entonces las tiempos en la última fase de la
negras pueden sostener su posi- apertura y ahora deberán jugar
ción con ...¥e6, seguido de ...¤g8 con suma precaución. Optaron
o ...¤d7 y ...f6. Por ejemplo, la por 20 ... ¤c6, una jugada de apa-
partida Octavio Troianescu – Mi- riencia inocua, a la que las blan-
lan Matulovic; Venecia (Italia), cas respondieron con 21 £d2,
1969, prosiguió así: 17 £h4? ¤g8 para impedir 21 ... ¥b2. Sin em-
18 ¥d3 ¤e7 19 ¦ae1 ¥e6 20 bargo, con la sencilla 21 ¦cd1! la
£f2? £xf2 21 ¦xf2 f6 22 ¢g1 superioridad blanca se manten-
¦fd8, y las negras pronto logra- dría intacta. La textual, en cam-
ron un final ganador. bio, permitió 21 ... e5!
Cuando las negras juegan ...e5 Las blancas podían haberla
en una situación de este tipo tie- desestimado, mediante 22 f5, pero
nen en mente seguir con ...exf4, a entonces 22 ... ¤d4 les aseguraría
fin de habilitar ‘e5’ para sus piezas a las negras un buen juego de pie-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 71

ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 71

zas. Las blancas asumieron que 21 rendición de su rival en un muy


... e5 era una mala jugada, porque poco tiempo: 24 ¦d1 ¦h8 25 ¤d4
les permitía presionar en ‘d6’ y ¦h3 26 ¦g1 ¦xc3 27 ¥g2 ¢c7 28
‘f7’. El juego siguió así: 22 ¥g4 ¤xc6 ¢xc6 29 ¥f1 ¢c5 30 ¥d3
¦a8 23 £f2 exf4! 24 £xf4 ¤e5! ¤xd3+ 31 ¢d2 ¢d4 32 ¦g3 ¤c5!,
Ahora las debilidades de las ne- y la blancas abandonaron. Las
gras quedan compensadas por el piezas negras cobraron vida des-
punto fuerte de ‘e5’. La posición pués de 17 ... e5.
se sostiene, tácticamente, con va-
riantes como 25 £xf6 £xf6 26
¦xf6 ¤xg4. Lo mejor que pueden PARTIDAS ILUSTRATIVAS
hacer las blancas es 25 ¥e2 ¥g7
26 ¦cd1 £c7, aunque las negras Alexéi Suetin – Litvínov;
se han asegurado una posición Campeonato de Bielorrusia, 1959
defendible. Pero las blancas juga-
ron alegremente 25 ¦cd1?, y per- 1 e4 c5 2 ¤f3 e6 3 d4 cxd4 4
dieron un peón tras 25 ... ¤xc4 26 ¤xd4 a6 5 ¤c3 £c7 6 ¥d3 ¤c6 7
¥c5 £e7 27 ¥e2? ¥e5. Las ne- ¥e3 ¤f6 8 0-0 ¤e5 9 ¥f4 ¥c5 10
gras, con el tiempo, acabaron ga- ¤b3 ¥a7 11 £e2 d6 12 ¢h1 b5
nando. 13 a4?! b4 14 ¤b1 0-0 15 ¤1d2
Nuestro ejemplo final es Vasi- ¥b7 16 ¥g5.
le Georgescu – Leonid Stein; Bu-
carest (Rumania), 1960: 1 e4 c5 2
8
¤f3 d6 3 d4 cxd4 4 ¤xd4 ¤f6 5
7
¤c3 a6 6 ¥g5 e6 7 f4 ¥e7 8 £f3
£c7 9 0-0-0 h6 10 ¥xf6?! ¥xf6 11 6

g4 ¤c6 12 ¤b3 ¥d7 13 ¥g2 0-0- 5


0!? 14 h4 g6 15 g5 ¥g7 16 £d3, y 4
ahora el juego es difícil para las 3
negras a causa del peón retrasado 2
de ‘d6’.
1
Sin embargo, Stein continuó
a b c d e f g h
con 16 ... ¥xc3! 17 £xc3 e5!, y lo-
gró un final superior después de
18 fxe5 ¤xe5 19 ¦xd6 £xc3 20
bxc3 hxg5 21 ¦d5 (21 hxg5 ¦xh1+ Ambos bandos han incurrido
y 22 ... ¦h8 también es malo para en ciertos riesgos. El emplaza-
las blancas) 21 ... ¦de8 22 hxg5 miento del alfil de rey negro en
¦xh1+ 23 ¥xh1 ¥c6. No mucho ‘a7’, en lugar de su más útil pues-
después, las negras forzaron la to defensivo en ‘e7’, podía haber
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 72

72 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

sido castigado con un anterior 20 ¥h4 ¦fe8


¥g5 y f4. Pero las blancas prefi-
rieron provocar debilidades en Obsérvese la poca armonía
el flanco de dama hasta que las que reina entre las piezas atacan-
negras hubiesen enrocado. Aho- tes de las blancas. El alfil de ‘h4’
ra la posición negra parece críti- bloquea la columna h y sólo sirve
ca, debido a las amenazas ¥xf6 y para pequeñas tareas tácticas (21
f4. Si las negras juegan ...¤xd3, ¦g3 ¤f8? 22 ¥xf6). Las negras
abren la columna c para las blan- planean cubrir todas sus debili-
cas, y si no lo hacen, las blancas dades del flanco de rey con
tendrán la dama, la torre de ‘f1’ ...¤f8, ...e5 y ...¦e7.
y tres piezas menores disponi-
bles para el ataque en el flanco 21 ¦g3 ¦e7
de rey. 22 ¤f3 e5

16 ... ¤fd7! El alfil de rey blanco ha que-


dado encerrado antes de que su
Mejor que 16 ... ¤ed7 17 f4, bando pueda crear un ataque
después de lo cual el ataque blan- contra h7 con ¦h3, ¥f2 y e5. Des-
co progresa sin mayores obstácu- pués de 22 ... e5, las negras pien-
los. Las negras se disponen a cre- san jugar 23 ... exf4 y 24 ... ¤de5,
ar un punto fuerte en el centro, con un magnífico juego central.
con ...f6 y ...e5, justo en el mo-
mento en que las blancas jueguen 23 f5 ¤d4!
f4. El dominio que las negras
ejercen en sus líneas interiores, Las negras quieren cambiar
como la séptima fila, les servirá algunas piezas menores para que
de protección. el contrajuego en el flanco de
dama no encuentre oposición.
17 f4 ¤c6 Después de 24 ¤bxd4 ¥xd4 25
18 £g4 ... ¤xd4 exd4, las negras amenaza-
rían 26 ... ¤e5 y 27 ... g6!, para
Tal vez fuese mejor 18 f5 f6 19 abrir la columna e de manera in-
fxe6 fxg5 20 exd7 £xd7 21 ¤c4, directa.
aunque ahora tanto 21 ... ¦f4 co-
mo 21 ... ¤e5 son buenas para las 24 ¤bxd4 ¥xd4
negras. 25 ¦h3 ¥xb2
26 ¦b1 ¥c3
18 ... ¢h8 27 ¥f2 ¤f8
19 ¦f3 f6! 28 ¤h4 ...
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ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 73

Por fin otra amenaza (29 1 f4 d5 2 ¤f3 g6 3 e3 ¥g7 4


¤g6+) de las blancas, cuyas pie- ¥e2 ¤f6 5 0-0 0-0 6 £e1 c5 7 d3
zas permanecían en tinieblas, co- ¤c6 8 c3 ¥g4!?
mo consecuencia de la modifica-
ción sufrida por la estructura de
8
peones. Las negras están prepara-
das para entrar en la fase final, 7

con la ruptura central ...d5 en 6


mente, una vez rechazadas las 5
amenazas inmediatas. 4

3
28 ... ¢g8
2
29 £e2 ...
1

Amenaza el jaque en ‘c4’. Las a b c d e f g h

blancas perderían toda una torre


en caso de 29 ¤g6 hxg6 30 fxg6
Una idea lógica. Las negras
¥c8, sin conseguir a cambio ni
quieren jugar ...e5, y antes deben
una sola amenaza.
eliminar el caballo de ‘f3’ para re-
ducir la presión en dicha casilla.
29 ... d5!
Más significativo es el cambio de
30 ¦d1 ¦d7
una potencial pieza atacante. La
31 exd5 ¥xd5
disposición de piezas de las blan-
cas a menudo conduce a un ata-
Las negras devuelven el peón
que de mate, con £h4 y ¤g5. Pe-
(32 ¥xa6 ¦ad8 33 ¥d3 b3) a fin
ro sin el caballo, el ataque blanco
de coordinar sus piezas para la
sencillamente no existe.
maniobra decisiva.
9 ¤bd2 £c7
32 ¤g6!? £c6
10 ¤b3!? b6
33 ¤xf8 ¥xg2+
11 d4 cxd4
34 ¢g1 ¥xh3
12 exd4 ¤e4
Las blancas se rindieron.
Las blancas han evitado ...e5,
trasponiendo a una formación de
muro de piedra (‘f4’ y ‘d4’). El in-
Vasili Smíslov – Georgui Ili-
conveniente de esta formación es
vitski; XXII Campeonato de la
la toma de ‘e4’ con un caballo,
URSS, Moscú, 1955
que puede reforzarse con ...f5.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 74

74 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

13 ¥e3 ¥xf3! ta forma, queda anulado el ata-


14 ¦xf3 f5 que contra la casilla más débil del
flanco de rey (‘h7’). Pero con la
Las negras han igualado el jugada de rey las negras preparan
juego de piezas y sólo tienen que la maniobra ...¤g8-f6 para refor-
rechazar un ataque en el flanco zar el caballo del puesto avanza-
de rey (por ejemplo, con ¦h3 y do. En esta posición las negras no
£h4) para empezar a pensar en tienen motivos para temer el
su ventaja. Pueden consolidar el avance c4, porque las blancas han
centro con ...e6 y la maniobra alejado dos piezas valiosas del
...¤e7-c8-d6, y a continuación centro.
pueden lanzar el llamado ataque
“de las minorías” en el flanco de 18 ¤d2 ¤xd2
dama, a base de ...b5-b4, para de- 19 ¥xd2 ¤g8
bilitar los peones enemigos de c y 20 c4! ...
d. Las blancas deberían renunciar
a sus planes de ataque en favor Las negras quedarían con ven-
de 15 ¦c1. taja en el centro y el flanco de rey
después de 20 £xh7 ¤f6 21 £h4
15 ¦h3?! e6 ¦h8 22 £g3 ¤e4 y 23 ... ¦xh3.
16 ¦c1 ¤e7 También quedarían mucho mejor
17 £h4 ¢f7! en la mayoría de los finales, debi-
do al mal alfil contrario de casi-
llas negras. La jugada textual de
8 las blancas es una tentativa aguda
7 por explotar la posición de la da-
6
ma y el rey negros: 20 ... ¥xd4+
21 ¢h1 ¥xb2 22 £xh7+ ¥g7 23
5
¥c3 ¤f6 24 ¥xf6 ¢xf6 25 ¦g3
4
£f7 26 £h4+.
3

2 20 ... ¦ac8!
1 21 cxd5? £xc1+!
a b c d e f g h
Las negras logran bastante
más que una simple compensa-
Esta jugada con tanta clase ción material por la dama y la vic-
obedece a dos fines. El primero es toria es mecánica:
que si 18 £xh7, las blancas perde- 22 ¥xc1 ¦xc1+ 23 ¢f2 ¥xd4+
rían la dama con 18 ... ¦h8. De es- 24 ¢f3 exd5 25 £xh7+ ¥g7 26
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 75

ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 75

¦g3 ¤e7 27 ¦xg6 (de otro modo, 34 £xf5 ¤e7 35 £h7+ ¢f8 36 g4
27 ... ¦h8!) 27 ... ¤xg6 28 £h5 ¥g7 37 ¢f2 d4 38 g5 ¢e8 39 ¥e2
¥xb2 29 ¥d3 ¢g7 30 g3 ¦c3 31 ¦c5 40 h5 ¦f5 41 h6 ¦xf4+ 42
¢e2 ¦c6 32 h4 ¦e8+ 33 ¢f1 ¦e3 ¢e1 ¥e5 43 ¢d1, y las blancas se
rindieron.

EJERCICIOS PARA ESTUDIO


(Soluciones en la página 221)

1. Las blancas amenazan mate 8


a lo largo de la columna h en po-
7
cas jugadas. ¿Cómo pueden res-
6
ponder las negras a esa amenaza?
5

1
a b c d e f g h

2. Las negras ejercen una pre- 8

sión considerable en los peones 7


blancos del ala de dama (por 6
ejemplo: si 1 bxa4, 1 ... £a6 y 5
...¥c6). ¿Cómo pueden las blan-
4
cas atenuar la presión?
3

1
a b c d e f g h
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76 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

3. Las blancas arruinaron par- 8


te del enroque enemigo con 1 h5 7
gxh5, y luego siguieron con 2
6
¤d1. ¿Cómo deben continuar las
5
negras?
4

1
a b c d e f g h

4. ¿Están amenazando las 8


blancas 1 ¥xh6? Si fuera su tur- 7
no, ¿cuál sería la continuación 6
más lógica para las negras?
5

1
a b c d e f g h

5. Las negras tienen proble- 8


mas en el flanco de rey, pues las 7
blancas amenazan ¦e3 y ¤h5.
6
¿Cuál es el mejor reagrupamien-
5
to de las negras para reparar la
posición? 4

1
a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 77

ARMAS Y TEMAS DEFENSIVOS 77

6. ¿Qué hace que la posición 8


blanca sea viable y qué pueden 7
hacer las negras al respecto?
6

1
a b c d e f g h

7. Las negras necesitan contra- 8


juego y el flanco de rey parece el 7
lugar idóneo para ello. Pero ¿có- 6
mo pueden sofocar las acciones
5
inminentes en el flanco de dama?
4

1
a b c d e f g h

8. Las negras podrían aliviar 8


su posición mediante cambios. La 7
cuestión es ¿cuáles?
6

1
a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 78

78 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

9. ¿Qué puede hacerse para 8


detener el rodillo de piezas y peo- 7
nes negros en formación de ata-
6
que?
5

1
a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 79

CAPÍTULO 3

Amenazas y restricción

Las amenazas, desde el punto

L
as amenazas son los ladri-
llos con que se construye de vista del atacante, pueden di-
todo ataque. Ya sean sutil- ferenciarse según la debilidad
mente estratégicas y dirigidas al que éste trata de explotar (ame-
flanco de dama, ya puramente tác- nazas de mate, de ocupar casillas
ticas y con el propósito exclusivo débiles, de debilitar la estructura
de asestar mate, las intenciones de peones, etc.). Pero desde el
agresivas de un jugador se hacen punto de vista del defensor, el
reales al plasmarse en amenazas. punto de partida es la proximi-
En palabras de Lasker, una dad de que la amenaza se consu-
amenaza es “un proyecto de com- me. ¿Cuál es el período de gesta-
binación” que “se convierte en ción, en número de jugadas, entre
ataque, a menos que la parte un giro táctico como idea vaga en
amenazada pare, defienda, pre- el cerebro de nuestro rival y el
venga o refute la intención que punto en que el truco hace trizas
contiene”. Esto abarca gran cosa su posición?
e incluiría, por ejemplo, el pro- Nos referimos a una amena-
yecto de una combinación inco- za inminente, cuando nuestro
rrecta que, sin embargo, puede adversario mueve un caballo a
parecerle fundada al atacante. Pe- ‘d5’ que amenaza nuestra dama
ro, para nuestros propósitos, una en ‘e7’. El período de gestación
amenaza es una tentativa de ex- es de una jugada, y si no somos
plotar una debilidad. capaces de eludirla, nuestra da-

79
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 80

80 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

ma desaparecerá del tablero. Al 8


mismo tiempo, la jugada ¤d5 7
puede haber iniciado un plan
6
para llevar un peón a ‘g5’ y apo-
5
yar así la jugada ¤f6+, que pon-
dría en un grave aprieto nuestro 4

enroque. Esto puede conside- 3


rarse como una amenaza inter- 2
media. En tercer lugar, la jugada 1
de caballo puede encajar en una a b c d e f g h
secuencia que comprende diez
jugadas. Por ejemplo: nuestro ri-
val espera cambiar las piezas
menores con ¤d5 y forzar así pez, en la que las blancas optaron
un final favorable de piezas ma- por la Variante del Cambio (4
yores, por razones de superiori- ¥xc6). Como consecuencia, se ha
dad material o mejor estructura producido una estructura de peo-
de peones. Tal amenaza sería, nes típica. En teoría, los dos alfi-
por tanto, una amenaza a largo les compensan a las negras su de-
plazo. teriorada estructura de peones,
Lo primero que hay que ha- aunque se trata de una cuestión
cer, cuando se produce un cam- difícil de demostrar en la prácti-
bio en la posición –y es un buen ca.
hábito hacerlo en cada jugada– Las negras (Botvínnik) se di-
es preguntarse a uno mismo: cen para sí: ¿hay alguna amena-
¿hay alguna amenaza? Si es así, za? Sí, la hay y guarda relación
¿de qué tipo?: ¿inmediata, a cor- con el peón de ‘c5’. Las blancas se
to plazo o a largo plazo? Si hay disponen a jugar £f2 y ¤a4, para
una amenaza inmediata, tendrá ganar ese peón. (Una de las cuali-
que responder a ella en su próxi- dades desafortunadas de los “dos
ma jugada. Pero si hay un peli- alfiles” es que no pueden emple-
gro más intrincado, que planea arse para defender la misma casi-
sobre el futuro próximo, tam- lla, en este caso, ‘c5’). No existe la
bién tendrá que prestarle aten- amenaza inmediata de capturar
ción. el peón, pero podemos ver que
las intenciones blancas crean una
(D)
amenaza a corto plazo. Por otro
Ésta es una partida de Botvín- lado, hay un plan más distante de
nik en 1943, en la que las negras cambiar torres y damas en la co-
se han defendido en una Ruy Ló- lumna d con el propósito de al-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 81

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 81

canzar un final de piezas meno- go plazo tienden a confundirse.


res. Aparentemente, las negras Por ejemplo, conviene observar
sólo pueden conservar las piezas que el sacrificio de calidad de las
pesadas si las retiran de la única negras sólo resultó fundado por-
columna abierta del tablero. que lograron conservar la segun-
Una vez que las negras com- da torre sobre el tablero. (Una
prenden los peligros que les ace- buena regla práctica es que, cuan-
chan, pueden emprender una ac- do pierda o sacrifique la calidad,
ción “desesperada” con la certeza trate de conservar la otra torre,
de que es lo que la posición re- pues de no ser así, no podrá com-
quiere. Botvínnik jugó 25 ... ¦d4!! petir en condiciones por filas o
Este movimiento responde a la columnas.) Por consiguiente, po-
amenaza a corto plazo de ataque dríamos decir que las blancas
al peón débil. También resuelve el planteaban la amenaza inmediata
problema de cambiar varias pie- 26 ¦xd8, con lo que hubieran qui-
zas pesadas, pues si ahora 26 tado mucho hierro a la ulterior
¦xd4?, 26 ... cxd4 corregiría per- ...¦d4, que sería bastante menos
fectamente la formación de peo- efectiva. En cualquier caso, es im-
nes. Al sacrificar la calidad, las ne- portante saber qué amenazas
gras convertirán su peón más existen en la posición y si éstas se
débil en el más fuerte: un peón ciernen sobre un futuro inmedia-
pasado y protegido. Por otra par- to o sobre uno lejano.
te, la naturaleza cerrada de la
posición reduce el efecto de las
torres blancas y, en este caso AMENAZAS INMEDIATAS
concreto, se activan los alfiles ne-
gros. En esencia, sólo pueden ha-
Las blancas aceptaron el sa- cerse tres cosas con las amenazas
crificio, con 26 ¤e2 (mejor captu- inmediatas: 1) impedir físicamen-
rar con el caballo que con el alfil) te que lleguen a plantearse (por
26 ... ¥c8 27 ¤xd4 cxd4 28 ¥f2, ejemplo, cambiar la pieza amena-
pero quedó claro que las negras zadora, bloquear la columna cla-
habían logrado algo más que ve, ocupar la casilla en cuestión);
igualar cuando actuaron en el 2) distraer la atención del oposi-
flanco de rey: 28 ... c5 29 ¦f1 f5 30 tor hacia otro sector del tablero
¥g3 ¥d7 31 ¦ad1 f4 32 ¥f2 g5, y (véase jugada intermedia, capítu-
las negras ganaron en la jugada lo cinco), y 3) reducir los efectos
53ª. de la amenaza al ser ésta realiza-
Estas distinciones entre ame- da. Se trata de detener, postergar
nazas inmediatas, a corto y a lar- o quitar veneno a la amenaza.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 82

82 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

En cada caso, sin embargo, el 8


defensor debe determinar si el re- 7
medio es (o no) peor que la en-
6
fermedad: “Estoy incurriendo en
5
un riesgo demasiado grande para
prevenir algo con lo que podría 4

convivir perfectamente”. La vieja 3

historia de que la amenaza es más 2


fuerte que su ejecución ha costa- 1
do a los defensores cientos (si no a b c d e f g h
millares) de partidas.
Las mejores guías son los prin-
cipios familiares de economía y
de la debilidad explotable. ¿Puede URSS de 1952) y optó por 11 ...
la amenaza ser contrarrestada a h5!? Siguió: 12 ¤e1 g6 (no 12 ...
bajo coste o con una concesión h4 13 ¤h5 g6 14 ¤f4, seguido de
que no puede explotarse? Si es £g4 y ¤f3, que gana el peón de
usted capaz de responder correc- h).
tamente a esta pregunta, puede Las debilidades del flanco de
estar seguro de que se eleva al ni- rey negro eran estáticas y, por
vel de la verdadera maestría, pues tanto, no fácilmente reparables.
es la más difícil de todas las habili- Pero las piezas blancas estaban
dades defensivas. cortadas de la acción. El mejor
Veamos, por ejemplo, una po- plan para las blancas era cambiar
sición típica de la Defensa Fran- el alfil contrario de casillas ne-
cesa: gras. Las negras trataron de difi-
1 e4 e6 2 d4 d5 3 ¤d2 ¤f6 4 e5 cultar esta idea al tiempo que po-
¤fd7 5 ¥d3 c5 6 c3 b6!? 7 ¤e2 nían en marcha su propio plan de
¥a6 8 ¥xa6 ¤xa6 9 0-0 ¤c7 10 contrajuego: 13 ¤d3 £c8 14 ¥e3
¤g3 ¥e7 11 ¤f3 c4 15 ¤f4 b5 16 ¤h3! £d8! 17
(D) £d2 a5 18 a3 ¤b8!, y con 19 ¥g5
¤c6, seguido de ...¤e7-f5, tras el
Si las negras, como es natural, cambio de alfiles, las negras que-
enrocan, deberán soportar algo daron con una posición perfecta-
de presión en el flanco de rey tras mente digna de ser jugada.
12 ¤h5! ¿Hasta qué punto puede Pero las blancas tenían mejor
considerarse esta jugada una juego. El campeón del mundo es-
amenaza? Botvínnik se encontró tuvo afortunado al hacer tablas y
una vez en esta posición (contra la culpa se achaca al experimento
Tolush en el Campeonato de la de avanzar los peones del flanco
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 83

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 83

de rey. Después de todo, la ame- an la línea de juego de uno o am-


naza ¤h5 no era tan peligrosa, al bos alfiles. Por ejemplo: 11 ... b5
menos comparada con el coste de 12 £g3 ¥b7 13 e5 dxe5 14 fxe5
las maniobras de prevención. ¤d7 15 ¥h6, o aun 13 ... ¤d7 14
Además del problema “ame- ¤e4! Las negras podrían impedir
naza-más-fuerte-que-su-ejecu- este avance físicamente con 11 ...
ción”, hay un corolario de las ame- e5, pero entonces sería molesto
nazas secundarias. Un defensor 12 ¤d5! Lo mejor es 11 ... ¤b4,
puede estar tan preocupado con la que suaviza la amenaza gracias a
avalancha que se le viene encima la eliminación del fuerte alfil ata-
en el flanco de rey que se olvida cante de ‘d3’.
de proteger el centro. Toma tantas Pero las negras optaron por 11
precauciones para evitar un desas- ... ¤d7? 12 £g3 ¦d8? Una idea de
tre táctico que inadvertidamente reagrupamiento que hace difícil,
fomenta ese desastre en otro sec- si no imposible, el avance e5. El
tor. inconveniente, sin embargo, es
Esto sucedió, por ejemplo, en que permite 13 f5! Esta ruptura
la partida Guenadi Kuzmin – Mi- de ataque suele ser casi tan efecti-
jaíl Kuzmin; XL Campeonato de va como e5, pero en este caso lo
la URSS, Bakú (Azerbayán), es más porque las negras han ale-
1972: jado dos piezas de la defensa del
1 e4 c5 2 ¤f3 d6 3 d4 cxd4 4 rey. Ahora falla 13 ... ¤de5, por
¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 a6 6 f4 e6 7 ¥d3 ¤xe5 y f6. De modo que las ne-
£c7 8 0-0 ¥e7 9 ¤f3 ¤c6 10 £e1 gras intentaron 13 ... ¥f8, pero
0-0 11 ¢h1. después de 14 fxe6 fxe6 15 e5! (de
todos modos) 15 ... ¤dxe5 16
8 ¥xh7+! ¢xh7 17 ¤g5+ ¢g8 18
7
£h4 g6 19 ¤ce4 tuvieron que ren-
dirse. La prevención del avance e5
6
sólo sirvió para fortalecer f5.
5
El método más sencillo de
4 afrontar una amenaza inmediata
3 es impedirla físicamente. Esto
2 puede implicar la utilización de
1
medios tácticos.
a b c d e f g h (D)
La posición del diagrama se
Las blancas preparan la ruptu- produjo en la partida Fridrik
ra central e5, con lo que liberarí- Olafsson – Tigrán Petrosián; Los
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 84

84 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 simplificación con 26 £h6, debi-


7
do a que 26 ... ¤g8 27 £h3 ¤f4!
pierde el peón de d. En realidad,
6
Olafsson aceptó aquí unas tablas,
5
tal vez sorprendido por la fuerza
4 de 25 ... g5!
3 Otro método para neutralizar
2 tales amenazas es plantear con-
1
traamenazas tácticas. En las aper-
a b c d e f g h
turas modernas de doble filo, co-
mo la Defensa Siciliana o la
Ángeles (EE. UU), 1963, durante Defensa Pirc, vemos con frecuen-
el primer torneo Piatigorsky. Las cia que el jugador con blancas se
blancas plantean una amenaza dispone a desplazar el caballo ne-
diabólica con 24 ¦f3, a saber: 25 gro del flanco de rey con el avan-
¥xd5 exd5 26 ¤g6+, o 25 ... ¤xd5 ce e5. Pero, justo a tiempo, las ne-
26 ¤g6+! Las negras cubrieron la gras efectúan ...b4, que ataca
primera amenaza con 24 ... ¦d8, simultáneamente el caballo blan-
acorazan la casilla ‘d5’ y se prepa- co de ‘c3’. Si se produce una mu-
ran para capturar con la torre. tua captura de caballos, normal-
Pero las blancas jugaron 25 g4, mente son las blancas quienes
con la devastadora amenaza de pierden más en el trueque; y si las
seguir avanzando el peón a la blancas desplazan su caballo, pue-
quinta fila: el caballo no podría den, en algunos casos, ceder la ini-
moverse porque se perdería el ciativa (y, a menudo, permitir que
peón de ‘f7’. Tampoco 25 ... h6 im- el caballo negro se “retire” a la
pide el avance en absoluto. No casilla gloriosa de ‘d5’).
obstante, las negras disponen de El mecanismo es tan familiar
una sencilla defensa, y es un buen que puede permitirle a un don
ejercicio detenernos aquí y tratar nadie derrotar a un futuro cam-
de descubrirla. peón del mundo:
La respuesta de Petrosián fue Robert James Fischer – César
25 ... g5!, que impide físicamente Muñoz; Olimpiada de Leipzig
g5 y se basa en la variante 26 (Alemania), 1960. 1 e4 c5 2 ¤f3
£xg5 ¦g8 27 £h6 ¤xg4 28 ¤xg4 d6 3 d4 cxd4 4 ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3
¦xg4+, o 27 £h4 ¤xg4! 28 ¤xf7+ g6 6 ¥e3 ¥g7 7 f3 0-0 8 £d2 ¤c6
£xf7 29 ¦xf7 ¦xf7 30 ¢f1 ¦xf2+, 9 ¥c4 a6 10 ¥b3 £a5 11 0-0-0
con una ventaja, sólo mínima, pa- ¥d7 12 ¢b1!? ¦ac8 13 g4? ¤e5
ra las blancas. Por otro lado, las 14 ¥h6 ¤c4 15 ¥xc4 ¦xc4 16
blancas no pueden rechazar la ¤b3 £e5 17 h4 ¦fc8 18 ¥f4 £e6
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AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 85

19 h5 b5 20 hxg6 fxg6 21 ¥h6 las negras después de 22 e5. Así,


¥h8! perderían rápidamente en caso
de 22 ... dxe5 23 g5 y también tras
8
22 ... £xe5 23 ¦he1. Pero las ne-
gras disponen del tiempo justo
7
para jugar 22 ... b4! Dado que el
6 caballo blanco no puede mover
5 sin que se produzca un desastre
4 en ‘c2’ las blancas optaron por 23
3 exf6 bxc3 24 £h2 £xf6 25 ¥g5
2
£f7 26 £e2 cxb2 27 £xe7 £xe7
28 ¥xe7, y perdieron rápidamen-
1
te tras 28 ... ¦xc2 29 ¦xd6 ¥a4!
a b c d e f g h
Además del contraataque des-
de otro sector del tablero, hay
La apertura ha sido muy in- respuestas tácticas por descubrir
tensa, pero como las blancas no cuando ambos bandos han acu-
han sabido sacar provecho de las mulado fuerza en el centro. El si-
sutilezas de la posición, ésta se ha guiente ejemplo, del torneo de
inclinado a favor de las negras. Karolvy vary de 1911, es digno de
Obsérvese que 12 ¢b1 sólo es estudio.
buena en combinación con 13 Sinon Alapin – Alexander
¤xc6! y 14 ¤d5!, que amenaza Alekhine. 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤f6 3
£xa5 y, al mismo tiempo, la juga- ¤c3 ¥b4 4 ¤xe5 £e7 5 ¤d3
da intermedia 15 ¤xe7+. Más tar- ¥xc3 6 dxc3 ¤xe4 7 ¥e2 d5 8 0-0
de, las negras encierran volunta- 0-0 9 ¤f4 c6 10 c4 dxc4 11 ¥xc4
riamente su dama, pero tenían ¥f5 12 £e2 ¦e8 13 ¦e1 £d7 14
previsto responder a 17 f4 £e6 18 ¥e3 b5 15 ¦ad1 £c7 16 ¥d3 ¤d7
¤d4 con 18 ... ¤xe4!, así como 17 f3 ¤d6 18 g4? ¥xd3! 19 £xd3.
plantear un sacrificio inteligente
en la variante 17 f4 £e6 18 f5 8

£e5 19 ¥f4 £xc3!!, y 20 ... ¤xe4. 7


Por último, obsérvese que las ne- 6
gras han ganado suficiente tiem- 5
po para su contrajuego, en ‘g6’ 4
con el peón de f, mantener así se-
3
micerrada la columna h y evitar
el cambio del alfil de rey. 2

Dicho esto, la posición del dia- 1


grama sigue siendo crítica para a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 86

86 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

El avance 18 g4 se basaba en En efecto, las ideas evidentes


la idea de que si 18 ... ¥xd3, las son 35 ¤f5+ y 35 ¦xf7+. Mien-
negras perderían pieza, por la cla- tras las negras maniobraron con
vada en la columna d, y en que la sus torres por la columna abier-
retirada 18 ... ¥e6 llevaba, tras 19 ta, olvidaron escudar al rey. Sin
£d2, al mismo efecto. Las negras embargo, Yates, un maestro de
necesitaban crear una amenaza y alto vuelo, era consciente del pe-
debían tener alguna en mente al ligro y jugó 34 ... ¤xc3!!, táctica-
jugar 16 ... ¤d7. La respuesta sal- mente justificada, como puede
vadora es 19 ... ¤e5!!, que gana, verse en la variante 35 ¤f5+ ¢f8
como mínimo, un peón, pues 20 36 ¤xe7 ¦xf1+ 37 ¦xf1 (37 ¢xf1
£xd6 £xd6 21 ¦xd6 ¤xf3+ y 22 permitiría el mate) 37 ... ¤e2+
... ¤xe1 cuesta una calidad más. 38 ¢f2 ¤xg3 y 39 ... ¢xe7, ya
La partida siguió así: 20 £f1 que los peones negros deben ga-
¤ec4 21 ¥c1 £a5! 22 ¦e2 £xa2, nar. Caso de 35 ¦xf7+, las negras
y las negras hicieron caja cuaren- responderían, sencillamente, 35
ta jugadas después. ... £xf7.
Un ejemplo aún más especta- Esta constatación enfureció
cular de juego basado en amena- de tal modo a las blancas que
zas a la contra, ante amenazas pri- empeoraron las cosas con 35 £g4
marias, lo tenemos en la partida h5 36 £c8? (mejor es 36 £f3) 36
Milan Vidmar – Frederick Yates; ... ¤e2+!, y puesto que 37 ¦xe2
San Remo (Italia), 1930, a partir £h4 38 g3 £xd4+ 39 ¢g2 ¦xf1
de la posición del diagrama. 40 ¢xf1 ¦a1+ 41 ¢g2 £g1+ 42
¢h3 £f1+ 43 ¦g2 ¦a2 pierde an-
8 te un cambio de damas y el subsi-
7
guiente avance del peón de c, y
38 ¦f2 ¦xf1+ 39 ¦xf1 £xd4+ 40
6
¢h1 ¦a1 es una invitación al ma-
5
te, las blancas tuvieron que asu-
4 mir un mal medio juego con 37
3 ¢h1, que finalmente acabaron
2 perdiendo.
1 Estos ejemplos muestran al
a b c d e f g h
defensor respondiendo con fue-
gos artificiales. La verdadera difi-
cultad consiste en preparar las
La jugada 34 ¤d6 plantea ideas tácticas disponibles en tales
una doble amenaza que tiene to- posiciones. Eso requiere perspi-
do el aspecto de ser concluyente. cacia y capacidad de cálculo. Pero
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 87

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 87

ambas habilidades pueden desa- tar el mate en ‘h7’ con 15 ... g6 ó


rrollarse con el estudio y la dispu- 15 ... h6, pero estas jugadas son
ta de partidas de competición. demasiado debilitantes y, por tan-
Las jugadas de los maestros a to, demasiado “caras”.
menudo son inexplicables para el La idea natural, si tenemos en
ojo inexperto. Por ejemplo: ¿para cuenta nuestra sección sobre la
qué puede servir, en la posición creación y ocupación de un punto
del diagrama, la jugada 15 ... fuerte en el centro, es 15 ... e5; pe-
¦bd8? ro esto dejaría a las blancas las
manos libres para seguir actuan-
8 do: 16 fxe5 dxe5 17 ¥g5, con idea
7
de ¤d5 ó £h4, seguido de la ma-
niobra ¦e3-h3. Tampoco está na-
6
da claro que 15 ... a5 16 e5 b4? dé
5
resultado.
4 La belleza de la jugada 15 ...
3 ¦bd8! está contenida en la posi-
2 ble alternativa de juego 16 e5
1 dxe5 17 fxe5 £xe5, cuando 18
a b c d e f g h ¥b6 gana la calidad, pero conce-
de a las negras un excelente juego
después de 18 ... £g5 19 ¥xd8
La partida Arkadi Novopas- ¦xd8. Por ejemplo: 20 ¦e3?
hin – Víktor Korchnói; XXXI ¥xg2+, o también 20 ¤e4 ¤xe4
Campeonato de la URSS, 1963, 21 ¥xe4 ¥xe4 22 ¦xe4 £f6!
tuvo este desarrollo: 1 e4 c5 2 ¤f3 La segunda e importante clave
a6 3 ¤c3 e6 4 d4 cxd4 5 ¤xd4 de 15 ... ¦bd8! se pone de mani-
£c7 6 ¥d3 ¤f6 7 0-0 ¤c6 8 ¥e3 fiesto en la continuación de la
¥e7 9 ¢h1 d6 10 f4 0-0 11 £f3 partida: 16 ¥d4 e5! 17 fxe5 dxe5
¥d7 12 ¦ae1 b5 13 a3 ¦ab8 14 18 ¤d5! ¥xd5 19 ¥xe5 £xe5 20
¤xc6 ¥xc6 15 £h3! ¦bd8! exd5 £xb2, y ahora 21 ¦xf6 g6!
La segunda jugada negra con 22 ¦xa6 ¦xd5 23 £f3 ¦e5. Tablas.
la torre de dama aparta a esta pie- Un tercer aspecto, que no apa-
za de una columna en la que po- reció en la partida ni en sus prin-
dría crear contrajuego con ...b4, y cipales variantes, era la posibili-
la sitúa detrás de un peón prote- dad de que las negras contestasen
gido. La clave de Korchnói, sin a e5, en algún momento, con
embargo, es que existía la amena- ...dxe5 y ...¦xd3, un interesante
za fuerte 16 e5 dxe5 17 fxe5 £xe5 sacrificio de calidad que reduciría
18 ¦xf6. Las negras podrían evi- a la nada el ataque blanco a ‘h7’.
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88 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Esto difícilmente agota el nú- así, en que el atacante necesita


mero de respuestas posibles a las una nueva ruta. Prepara una rup-
amenazas inmediatas. Pero sugie- tura, relacionada con el avance de
re la naturaleza del juego táctico un peón a una casilla, donde for-
que el defensor está obligado a zará el cambio de peones y la
dominar. Un importante error apertura de líneas. La ruptura de
que puede cometer un estudiante peones no le reportará ninguna
de ajedrez es creer que sólo los ventaja material ni estratégica, de
jugadores de ataque son tácticos modo que no puede calificarse de
y que los jugadores defensivos só- amenaza inmediata. Pero la rup-
lo son estratégicos. Una sugeren- tura le concederá el control de
cia es que estudie partidas co- una diagonal o una columna cla-
mentadas por Samuel Reshevsky, ve y habrá eliminado un obstácu-
por ejemplo, podrá ver cómo cen- lo. La explotación de este control
tenares de pequeños detalles tác- es el paso siguiente y puede re-
ticos salpican el juego de este ve- querir varios movimientos. Pero
terano gran maestro, considerado no es algo que el defensor quiera
como el jugador estratégico más prever. Por consiguiente, el de-
destacado de Norteamérica. fensor debería anticiparse y eva-
luar las consecuencias de la rup-
tura que el atacante plantea.
AMENAZAS A CORTO PLAZO De nuevo, tenemos que elegir
entre erradicar la amenaza, dis-
Por amenaza a corto plazo po- traer la atención del atacante o
demos entender dos significados. disminuir el efecto de la amena-
Uno se refiere a una amenaza za. Prevención y restricción son
que requiere dos, tres o más juga- los conceptos esenciales que debe
das (pero menos de, digamos, asimilar el estudiante.
diez) para ser ejecutada. Otro sig-
nificado, y quizás el más impor-
tante, se refiere a amenazas que 8
pueden ser ejecutadas en uno o 7
dos movimientos, pero cuyos
6
efectos sólo podrán verse varias
5
jugadas más tarde. El segundo ca-
so puede ilustrarse con una rup- 4

tura de peones en el medio juego. 3


Imaginemos que hemos llega- 2
do a un punto, después de la pri- 1
mera docena de jugadas o algo a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 89

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 89

Nimzovich consideraba la po- Un ejemplo clásico de restric-


sición del diagrama un caso ex- ción fluida lo aporta Viacheslav
cepcionalmente instructivo. Pro- Ragozin, con su victoria contra
cede de la partida Abraham Andréi Lilienthal, en el torneo in-
Kupchik – José Raul Capablanca ternacional de Moscú de 1935. La
y Graupera; Lago Hopatcong apertura rápidamente creó un de-
(EE. UU), 1926. bate táctico sobre si las blancas
Las negras deben de tener un podrían llevar a cabo el avance
excelente juego gracias a que sus e4.
alfiles son mejores y a sus pers- 1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4
pectivas en el flanco de dama con a3 ¥xc3+ 5 bxc3 c5 6 f3 d5 7 e3
...a6, ...b5 y ...b4. Pero antes de es- (es mejor 7 cxd5 de inmediato) 7
to, les preocupa el plan ¦g1 (y ... 0-0 8 cxd5 exd5 9 ¥d3 ¤c6 10
¦h3) para apoyar el avance g4. ¤e2 ¦e8 11 0-0 a6 12 £e1 b5 13
Esto les daría a las blancas un £f2.
buen contraataque que, junto con
¥e1-h4, podría resultar molesto. 8
Capablanca optó por un plan 7
de restricción férrea: 19 ... h5! 20
6
¦ef1 ¦h6!, y las blancas vieron
5
abortados sus planes, pues ni si-
quiera pudieron jugar h3 y g4. Sin 4

rupturas en el flanco de rey, las 3


blancas trataron de forzar aconte- 2
cimientos prescindiendo de ellas, 1
pero pronto tuvieron que situarse a b c d e f g h
a la defensiva en el flanco opues-
to: 21 ¥e1 g6 22 ¥h4 ¢f7 23 £e1
a6 24 ¥a4 b5 25 ¥d1 ¥c6 26 ¦h3
a5 27 ¥g5 ¦hh8 28 £h4 b4, etc. Las jugadas sexta y séptima de
Capablanca tuvo que decidir, las blancas, así como las dos últi-
antes de jugar 19 ... h5 que podía mas, están relacionadas con el
permitirse las debilidades en el plan de avance e3-e4, que activa
flanco de rey (porque, en otras el segundo alfil y amenaza con se-
palabras, no se pueden explotar) guir avanzando el peón a ‘e5’, en
y que podría llevar a cabo una cuyo caso formará una cabeza de
avalancha de peones contra el ex- puente. Desde la cuarta jugada, el
plotable flanco de dama blanco, alfil de dama blanco es la clave
aunque difícilmente se perciba en del éxito, puesto que no tiene ri-
el diagrama. val. Las negras, por otra parte, po-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 90

90 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

dían haber jugado con mayor li- De manera que, las blancas bus-
bertad: 8 ... ¤xd5 9 ¥d2 ¤c6 10 caron otros objetivos; esta fasci-
¥d3 cxd4 11 cxd4 e5!, como hizo nante partida continuó como si-
Botvínnik en el mismo torneo. gue: 16 ¦fb1! ¦ae7! 17 a4 c4 18
Pero prefirieron concentrarse en ¥c2 ¥c8 19 ¤g3 h5.
la restricción de e4, y por eso ju- La última jugada de las negras
garon ...exd5 y ...¦e8. también tiene por objeto preve-
Lilienthal amenaza e4 de in- nir el avance e4, en cuyo caso res-
mediato, porque si las negras to- ponderían ...h4. La estructura fija
masen tres veces en ese escaque, del flanco de dama les garantiza a
quedarían demolidas en la colum- las negras un peón pasado distan-
na f. Así pues, las negras jugaron te, y las blancas tratan de conte-
13 ... ¥e6!, que impide 14 e4 por ner esa formación con sus torres
medios tácticos, pues seguiría 14 al tiempo que buscan contrajuego
... dxe4 15 fxe4 ¤g4 16 £g3 cxd4 en el flanco de rey con la dama:
17 cxd4 ¤xd4 18 ¥b2 ¤xe2+ 19 20 ¤e2 ¤d8 21 ¦a2 ¥d7 22 axb5
¥xe2 £d2! 20 ¥xg4 £xb2. axb5 23 ¦ba1 ¥c8 24 ¦b2 ¥d7 25
Las blancas anularon la idea £h4! ¤e6 26 ¢h1.
...¤g4 con 14 h3, y de nuevo ame-
nazaban con el avance e4. Y una
8
vez más, Ragozin lo impidió con
7
14 ... ¦a7!, que protege la séptima
fila lateralmente, de modo que a 6

15 e4 puede jugar 15 ... dxe4 16 5

fxe4 cxd4 17 cxd4 ¥c4! 18 ¥xc4 4


bxc4 19 e5 ¤d5 y ...f6, ya que el 3
caballo bloqueador y la ausencia 2
de debilidades harían preferible
1
la posición negra.
a b c d e f g h
Ahora, después de 15 ¥d2
£b6, las blancas tuvieron otra
oportunidad de jugar e4, pero es-
ta vez aun hubiera sido menos Como pronto veremos, era
efectivo que antes, puesto que las mejor 26 ¢f2 para proteger ‘e3’.
negras podrían jugar ...¤e4!, en Obsérvese que, una vez más, no
lugar de ...¤d5, en la variante an- daba resultado e4 (26 e4 dxe4 27
tes citada. La conclusión de todo fxe4 ¤f8 28 e5 ¦xe5, o aun 28
esto es que las negras habían ga- ¤g3 ¤g6 29 £g5 h4 30 ¤h5
nado tiempo suficiente para im- ¤xe4). Siguió: 26 ... ¤f8 27 ¤g3
pedir e4 durante el medio juego. ¦xe3!! 28 ¥xe3 ¦xe3 29 ¤xh5
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 91

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 91

¤xh5 30 £xh5 ¥c6 31 £g5 8


¦xc3!! 32 £d2 ¦xc2 33 ¦xc2 ¤e6. 7
En el final, los peones pasados
6
negros resultaron ser más fuertes
5
que las torres: 34 ¦d1 b4 35 ¦b2
b3 36 £c3 ¤c7 37 ¦e2 £a7 38 4

£b4 ¤b5 39 ¦e7 £a3 40 £e1! c3! 3

41 ¦e8+ (con la esperanza de con- 2


seguir un jaque perpetuo) 41 ... 1
¥xe8 42 £xe8+ ¢h7 43 £xf7 (43 a b c d e f g h
£xb5 c2 y las negras ganan) 43 ...
£a8 44 ¦e1 ¤d6 45 £c7 c2! 46 joven de 17 años. Alekhine trató
£xd6 b2 47 £f4 £c6, y las blancas de forzar las cosas con una acción
se rindieron. Una de las mejores central poco justificada: 12 £d3
partidas defensivas de todos los ¥g4 13 ¤g3 0-0 14 f3 ¥c8 15 d5?
tiempos, una obra maestra de res- £g6 16 ¤f5? ¥xf5 17 exf5 £g7
tricción fluida por medios tácticos. 18 £e4 f6 19 g3 a5 20 ¢h1 b6! 21
En general, el defensor no de- f4 ¤b7 22 fxe5 fxe5 23 ¥e2 ¤c5,
be preocuparse por la creación de con una gran ventaja estratégica
nuevas debilidades en su campo para las negras.
si considera que resultarán difíci- Profundizando algo más en es-
les de explotar. Me viene a la te tema, hay que decir que las ju-
mente una partida de Alekhine gadas restrictivas no se limitan
cuando era joven: 1 e4 e5 2 ¤c3 sólo a las rupturas de peones.
¤f6 3 ¥c4 ¤c6 4 d3 ¥b4 5 ¥g5 También pueden constituir, en sí
h6 6 ¥xf6 ¥xc3+ 7 bxc3 £xf6 8 mismas, una fuente legítima de
¤e2 d6 9 d4 ¥d7 10 ¦b1 ¤d8 11 contraataque.
0-0, y ahora las negras decidieron Carl Schlechter – Aaron Nim-
que podían permitirse impedir 12 zovich; Karolvy Vary (República
f4 con 11 ... g5! Checa), 1907:
1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 a6 4
(D)
¥a4 ¤f6 5 ¤c3 ¥b4?! 6 ¤d5
Las blancas no están en condi- ¥e7 7 0-0 0-0 8 ¦e1 d6 9 ¤xf6+
ciones de cuestionar la objeción ¥xf6 10 c3 h6 11 h3 ¤e7 12 d4
planteada por las negras (con g3 ¤g6 13 ¥e3 ¢h7 14 £d2 ¥e6 15
y f4), porque en tal caso la posi- ¥c2 £e7 16 d5! ¥d7 17 ¢h2?!
ción de su rey sería mucho más
(D)
vulnerable. Por otra parte, la fuer-
za de 11 ... g5 tuvo, además, un La jugada 16ª de las blancas
efecto psicológico adicional en un es el método correcto de cerrar
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 92

92 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 Les gustaría jugar ...f5, pero


7
eso sería difícil de llevar a cabo
teniendo en cuenta lo débiles que
6
son sus casillas blancas. El ataque
5
debería ser casi decisivo antes de
4 ponerse en marcha. Lo que hizo
3 Nimzovich fue responder a 24
2 ¦h1 con 24 ... £e8!, con el doble
1
efecto de preparar ...f5 y frenar la
a b c d e f g h
última idea en el flanco de rey, h4,
cuando la dama llegue a ‘c8’.
Schlechter jugó 25 h4?, y des-
el centro para emprender un pués de 25 ... £c8 26 ¥d3 ¥g4 27
ataque de flanco. Pero con la ju- £g2, fue cazado en un fino re-
gada siguiente, Schlechter pone mate táctico: 27 ... gxh4 28 f3 h3
de manifiesto que piensa lanzar 29 £f1 f5! 30 fxg4 fxe4 31 £xh3
ese ataque en el flanco erróneo. exd3 32 ¥xh6 ¦h8!!, y las blan-
Nimzovich concluyó correcta- cas se rindieron (ante ...¢g8). En
mente que las blancas se dispo- conjunto, las negras tuvieron que
nían a jugar f4-f5 y un ataque a restringir tres rupturas de peón:
la bayoneta en el flanco de rey f4, b4-b5 (ó c4-c5) y h4, y en cada
en lugar del plan apropiado, a caso, a su prevención siguió el
base de a4-a5, b4 y c4, seguido correspondiente contrajuego.
de ruptura en ‘b5’ ó ‘c5’. Tenía Además de la restricción, hay
razón, porque después de 17 ... todo un capítulo acerca de la ex-
¤h8!?, Schlechter jugó 18 ¤g1. plotación de rupturas deficientes.
Las negras plantearon una res- De nuevo, tomaremos el caso tí-
tricción férrea con 18 ... g5! 19 pico de un jugador que trata de
g3 ¤g6 20 £d1 ¥g7. efectuar el avance f4 en una aper-
Pero eso no fue todo. Nimzo- tura abierta (1 e4 e5). Pero vea-
vich también se preocupó de qui- mos lo que sucede si el otro ban-
tarle hierro al plan B, los avances do lo permite, a fin de aprovechar
en el flanco de dama: 21 £f3 a5! las ventajas derivadas de la aper-
22 ¤e2 ¥b5! 23 a4 ¥d7. Ahora tura de líneas y de las casillas de
las blancas comprenden que f4 es bloqueo. En un caso así, f4 puede
imposible de realizar y que tam- ser la única ruptura en el flanco
poco es posible ya el plan b4-b5. de rey, pero puede que no sea
Las negras, por tanto, pueden em- buena en absoluto. Veamos una
pezar a pensar en un contraata- partida de Tal cuando éste era jo-
que peligroso. ven:
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 93

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 93

1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 a6 4 ... fxg5 24 ¤xg5 ¥xg5! 25 £xg5


¥a4 ¤f6 5 £e2 b5 6 ¥b3 ¥e7 7 ¤e5 dio a las negras una ventaja
c3 0-0 8 0-0 d6 9 h3 ¤a5 10 ¥c2 tangible. El rival letón de Tal se
c5 11 d4 £c7 12 d5 ¥d7 13 ¤h2 vino abajo de inmediato: 26 ¥xe5
c4 14 g4 ¤b7 15 f4? dxe5 27 ¦xf8+ ¦xf8 28 £xe5?
£h6 29 £h2 ¥xh3 30 ¤f3 £h5
31 ¤g1? ¥g2+!, y ganó la dama.
8
He aquí otros casos simalares
7
de explotación de la misma rup-
6 tura:
5
1) Siergbert Tarrasch – Mijaíl
4
Chigorin; Enfrentamiento, San
3 Petersburgo (Rusia), 1893. 1 e4
2 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 ¤f6 4 0-0
1 d6 5 d4 ¤d7 6 ¤c3 ¥e7 7 ¤e2
a b c d e f g h 0-0 8 c3 ¥f6 (inicia un extraño
reagrupamiento insatisfactorio,
pero que demuestra lo que se
El problema con f4 es que el puede obtener con él) 9 ¤g3
peón de ‘e4’ se convierte en débil ¤db8 10 h3 a6 11 ¥c4 ¤d7 12
y que las negras obtienen una ca- ¥e3 ¤e7 13 £d2 ¤g6! 14
silla espléndida en ‘e5’. Pero an- ¦ad1 £e8 15 ¢h2 ¢h8 16 ¥b3
tes de explotar estas ventajas, las ¥e7 17 ¥a4 b5 18 ¥c2 ¤f6 19
negras deben impedir la ruptura ¤e1 ¤g8! 20 f4?! exf4 21 ¥xf4
e5. Así, su principal tarea es una ¤xf4 22 £xf4 (no 22 ¦xf4
restricción adicional para tratar ¥g5), y aquí las negras no pue-
de reducir los efectos de la prime- den restringir e5 por razones
ra ruptura: 15 exf4 16 ¥xf4 ¤c5 tácticas. 22 ... ¤h6 23 ¤f3 f6 24
17 ¤d2 ¢h8 18 ¦ae1 ¦ae8 19 e5! ¥e6! (si 24 ... fxe5, sería
£g2 £b6! 20 ¢h1 ¥c8! fuerte 25 £e4; ahora las blan-
Aquí se plantea un truco tácti- cas resuelven la tensión dema-
co: si 21 e5, 21 ... ¤xd5! 22 £xd5? siado pronto y obtienen una
¥b7. Estos trucos no son simples posición pobre) 25 exf6? ¥xf6
notas a pie de página, sino adver- 26 £e4 ¥g8 27 £d3 £d7 28
tencias para el jugador que está a ¦de1 g6! 29 £d2 ¥g7 30 b3
punto de suicidarse abriendo aún ¤f7. Las negras tienen una po-
más la posición de su rey. No obs- sición segura y están algo me-
tante, las blancas siguieron ade- jor debido a sus dos alfiles.
lante con sus planes: 21 ¤hf3 Acabaron ganando en la juga-
¤fd7 22 £g3 f6! 23 g5, y ahora 23 da 62ª.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 94

94 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

2) Saviely Tartakower – Emanuel Una tercera posibilidad, ade-


Lasker; Nueva York (EE. UU), más de restricción y explotación,
1924. 1 c4 e5 2 a3 ¤f6 3 e3 ¥e7 es reducir los efectos de una ame-
4 £c2 0-0 5 ¤c3 d6 6 ¤f3 ¦e8 naza que no puede impedirse. Si
7 ¥e2 ¥f8 8 0-0 ¤c6 9 d4 ¥g4 no puedes pararla o explotarla,
10 d5 ¤e7 11 h3 ¥d7 12 ¤h2 tal vez puedas maquinar alguna
£c8 13 e4 ¤g6! 14 f4? exf4 15 escapatoria.
¥xf4 ¤xf4 16 ¦xf4 ¥e7 17 Disminuir a menudo significa
¦af1 ¦f8! 18 £d3 ¥e8 19 £g3 bloquear, cambiar, descubrir nue-
£d8 (las negras han reparado vos objetivos, distraer la atención
la casilla ‘f7’ y se disponen a lu- del contrario, etc. Casi todo lo
char por las casillas de su co- que hemos considerado antes un
lor) 20 ¤d1 ¤d7 21 ¤e3 ¥g5! arma defensiva puede usarse pa-
22 ¦g4 f6 23 £f2? h5 24 ¦g3 ra aprovechar una ruptura de pe-
h4 25 ¦g4 ¥h5, gana la calidad ón, así como cualquier otro tipo
y, con el tiempo, la partida. de amenaza. Ésta puede que sea
una de las tareas verdaderamente
3) Robert Huebner – Vasili Smís- hercúleas de la defensa.
lov; Torneo Interzonal de Pal-
ma de Mallorca (España),
8
1970. 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5
7
a6 4 ¥a4 ¤f6 5 0-0 ¥e7 6
¥xc6 dxc6 7 d3 ¤d7 8 ¤bd2 0- 6

0 9 ¤c4 f6 10 ¤h4 ¤c5 11 f4?!, 5


y ahora 11 ... exf4 12 ¦xf4 g6! 4
asegura un mejor juego para 3
las negras, algo que no logra 12
2
... g5? por 13 ¤f5 gxf4 14
1
£g4+. Después de 12 ... g6! 13
a b c d e f g h
¥e3 ¤e6, las blancas descarta-
ron 14 ¦f1 f5! 15 exf5 ¥xh4 16
fxe6 ¥xe6, que es mejor para
las negras, y jugaron 14 ¦g4? Aquí tenemos a Flohr (ne-
¤g7!, que gana la partida. Des- gras), contra Keres, en una parti-
pués de 15 ¦g3 f5 16 ¤f3 f4 o da del Campeonato Soviético de
15 ¦f4 g5, las negras ganan pie- 1957, cuyo comienzo fue: 1 d4 d5
za, así que las blancas optaron 2 ¤f3 ¤f6 3 c4 dxc4 4 e3 c5 5
por 15 ¤xg6 ¥xg4 16 ¤xe7+ ¥xc4 e6 6 0-0 cxd4?! 7 exd4 ¤c6
£xe7 17 £xg4, y perdieron 8 ¤c3 a6 9 ¥e3 ¥e7 10 a3 0-0 11
tras 17 ... f5! 18 £g5 £xg5. ¤e5 £c7 12 ¤xc6 £xc6 13 ¥a2.
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AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 95

No hay duda de que las blancas firmaron las tablas en la jugada


tienen intención de jugar d5, una 37ª.
ruptura que cumple con varios Este caso, sin embargo, empa-
propósitos, entre ellos el de expo- lidece si lo comparamos con la
ner la dama negra a ataques pos- agonía de las negras para salvar
teriores y el de abrir la columna e la posición siguiente:
y la diagonal ‘a2’-‘g8’. De ese mo-
do, las blancas se desprenderían 8
también de su única debilidad es-
7
tática: el peón central aislado.
6
A las negras les resulta impo-
sible impedir el avance d5 me- 5

diante procedimientos de restric- 4


ción pura o con alguna maniobra 3
táctica. Tampoco pueden explotar 2
nuevas debilidades en la posición.
1
Lo que hicieron fue coordinar sus
a b c d e f g h
piezas en función de la posición
que iba a producirse tras ese
avance: 13 ... ¦d8 14 ¦c1 £d6! 15 Se trata de la partida Konstan-
£f3 ¥d7! De esta forma han so- tin Klaman – Víktor Korchnói;
brevivido a la primera crisis. Las XXIV Campeonato de la URSS,
blancas no pueden tomar el peón Moscú (Rusia), 1957, y se llegó a
de ‘b7’ sin que la ventaja pase a la posición del diagrama después
manos de las negras (16 £xb7 de 1 d4 ¤f6 2 ¤f3 c5 3 d5 g6 4
¦ab8 17 £f3 ¦xb2). ¤c3 d6 5 e4 ¥g7 6 ¥g5 0-0 7 ¤d2
Keres continuó con 16 d5, y ¤bd7 8 ¥e2 ¦b8 9 0-0 ¤e8 10 a4
Flohr inició labores de bloqueo y a6 11 a5! ¤c7 12 ¤c4 £e8? 13
cambio: 16 ... e5! 17 h3 ¦ac8 18 ¤a4 ¤a8 14 c3 ¤e5?! 15 ¤xe5
¦fe1 h6 19 ¥d2 ¦e8 20 ¤e2 ¦xc1 ¥xe5 16 ¥h6 ¥g7 17 ¥xg7 ¢xg7
21 ¦xc1 ¦c8 22 ¦xc8+ ¥xc8. La 18 b4! cxb4 19 £d4+ f6 20 cxb4
columna y la diagonal peligrosas ¥d7 21 ¤c3.
se han mantenido cerradas con el ¿Qué amenazan las blancas?
bloqueo del peón de ‘d5’. Las Busquemos una amenaza. La
blancas tenían algunas opciones idea más clara, con posibilidades
en el final, pero las negras se ganadoras, es el plan f4 y e5, aun-
mantuvieron alerta: 23 ¤g3 £d7! que también tendrían muy bue-
24 ¥c3 ¥d6 (un bloqueador más nas perspectivas si aliviasen las
efectivo) 25 ¥b1 £c7 26 ¥f5 torres en la columna c, o si trata-
¥d7, y, tras algunas emociones, se sen de explotar las casillas débiles
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96 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

de las negras en el flanco de rey 26 e5, y como las negras no podrí-


con f4-f5-fxg6 y £g3. Pero el plan an sobrevivir mucho tiempo con
a base de e5 permite abrir el cen- un peón en ‘e6’ bloqueando a su
tro, hace vulnerables los peones alfil, jugaron 26 ... fxe5 27 fxe5
débiles de las negras y también su ¥f5!
rey. Aquí las blancas cometieron
Posiciones como ésta requie- un pequeño desliz. Puede que lo
ren una habilidad sutil que inclu- mejor fuese 28 ¥xf5 y 29 e6, pero
ye jugadas de anticipación, de lo que se jugó fue 28 ¥c4 ¦c7 29
cambio y, sobre todo, de espera, g4, un movimiento que parece
de paso que se completa un buen fuerte. Mas las negras lo contra-
desarrollo. El contrajuego sería rrestaron con 29 ... £c8!, un golpe
muy deseable, pero no existe en táctico salvador, que plantea un
absoluto. No hay cambios inme- ataque doble (contra alfil y ‘g4’).
diatos en la columna abierta por- Esto forzó una nueva liquidación,
que las blancas pueden bloquear- que las negras procuraron exten-
la con el caballo. Las negras der hasta que no quedase casi na-
tienen una posición lo bastante da con que luchar: 30 ¤e4 ¥xe4
débil como para soñar con ruptu- 31 ¦xe4 £b8 32 ¦ce1 (de otro
ras del tipo ...f5 ó ...e6. modo, se cambiarán torres) 32 ...
Korchnói se dispuso, por tan- b5! 33 axb6 £xb6 34 £xb6 ¤xb6
to, a efectuar un cambio de ubica- 35 ¥xa6 dxe5 36 ¦xe5 ¦f4 37 g5
ción de su pieza más poderosa ¦xb4 38 ¥f1 ¦g4+ 39 ¢h1 ¦f4 40
para llevarla a una casilla desde la ¥h3! (última tentativa) 40 ... ¢f8
que pudiese influir en los aconte- 41 ¦b1 ¤c4 42 ¥e6 ¢g7 43 ¦e2
cimientos: 21 ... ¦c8 22 ¦ac1 £d8! ¤d6! 44 ¦be1 ¤f7 45 ¥xf7 ¢xf7
23 f4 £c7 24 ¥d3 £b8! Después 46 ¦e5 ¦d7 47 ¦d1. Tablas.
de 25 ¦fe1, apartó su pieza más Para que las negras puedan
vulnerable (el rey) de una línea a defender una posición así, llena
punto de abrirse: 25 ... ¢g8. de debilidades estáticas irrepara-
Las blancas podrían haber se- bles, se requiere saber descubrir
guido preparando e5, pero las ne- jugadas excelentes de antici-
gras hubieran podido obtener al- pación, una vigilancia constante y
gún tipo de contrajuego confuso alguna ayuda por parte del rival.
en el caso de que se hubiese retra- Hay que concederle a Korchnói
sado la ruptura. Por ejemplo, si las los méritos que tiene salvarla,
blancas doblan las torres en la co- pues la forma en que lo hizo re-
lumna e, las negras pueden jugar sulta altamente instructiva.
...£c7 en algún momento. Por He aquí otro ejemplo de cómo
consiguiente, las blancas jugaron reducir el peligro de un avance de
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 97

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 97

peón, que también, por cierto, se peligrosa, o la acumulación gra-


realiza en ‘e5’ y pertenece al mis- dual de presión, puede buscar ju-
mo Campeonato de la URSS de gadas flexibles que le permitan
1957. mantener planes fluidos. En otras
Bujuti Gurguenidze – Alexán- palabras, el defensor dispone de
der Tolush. 1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤f3 más tiempo para llevar sus piezas
c5 4 d5 exd5 5 cxd5 d6 6 ¤c3 ¥e7 a buenas casillas que para buscar
7 g3 0-0 8 ¥g2 ¤e8 9 0-0 ¤d7 10 una secuencia exacta de jugadas
¤d2 ¥f6? 11 ¤de4 ¥e7 12 f4 cuando trata de responder a peli-
¤df6 13 ¤f2 ¤g4 14 ¤xg4 ¥xg4 gros inmediatos.
15 h3 ¥d7 16 e4 ¥f6 17 ¦e1 Por amenazas a largo plazo
¥d4+ 18 ¢h2 ¤c7 19 ¤e2 ¥f6 20 entendemos también aquéllas
¤g1!? ¦e8 21 ¤f3, y ahora las ne- que uno aún no ha visto, aunque
gras encontraron una forma inte- sospechemos que existen. Capa-
ligente de provocar, y luego de- blanca tenía una capacidad insu-
sintoxicar, una ruptura natural perable para olfatear el peligro,
que parecía fuerte: 21 ... ¥b5 22 con entre 10 y 15 jugadas de anti-
e5? ¥e7! (amenaza el peón de cipación, lo que le permitía elimi-
‘d5’ con ...¥c4, o sencillamente nar sus elementos vitales, incluso
con ...dxe5) 23 b3 dxe5 24 ¤xe5 antes de que el atacante fuese
(forzado) 24 ... f6! 25 ¤c4 ¥xc4 consciente de esas posibilidades
26 bxc4 ¥d6 27 ¥e4 f5! 28 ¥d3 de ataque.
(28 ¥xf5 pierde pieza por 28 ... El ex campeón mundial Petro-
£f6) 28 ... £f6 29 ¦b1 ¦xe1 30 sián era otro maestro en el domi-
£xe1 ¦e8, y las blancas solicita- nio de esta estrategia. Veamos su
ron la paz en pocas jugadas. partida con el gran maestro espa-
ñol Pomar (blancas), de la Olim-
piada de Siegen de 1970: 1 d4 g6 2
AMENAZAS A LARGO PLAZO c4 ¥g7 3 ¤c3 d6 4 ¤f3 ¥g4 5 g3
£c8 6 ¥g2 ¤h6? 7 h3 ¥d7 8 e4 f6
El defensor tiene un panora- (de otro modo, tras ¥e3 y £d2
ma amplio para considerar cuan- las blancas obligarían al caballo
do las amenazas sólo pueden rea- negro a regresar a ‘g8’) 9 ¥e3
lizarse a largo plazo. No tiene por ¤f7 10 £d2 c5 11 dxc5 dxc5 12 0-
qué buscar sólo esquemas de con- 0-0 ¤c6 13 ¢b1? (lo mejor para
trajuego inmediato, sino que pue- ambos bandos era 13 ¥xc5 ¤ce5
de imaginar qué es capaz de ha- 14 ¤xe5 ¤xe5 15 f4 £xc5! 16
cer aparecer. Si no dispone de un fxe5 0-0-0 17 ¤d5!, con una ligera
camino fácil para restringir una ventaja de las blancas) 13 ... b6 14
ruptura de peón potencialmente g4.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 98

98 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 porque la torre de ‘b7’ protege el


7
alfil de ‘d7’) 18 ¤d5 ¤xg5 19
¥xg5 ¥e8! 20 ¥h6 e6 21 ¥xg7
6
¦xg7 (armonía en la segunda fila)
5
22 ¤c3 ¤d4!, y la partida quedó
4 sentenciada a efectos prácticos.
3 Las blancas resistieron, antes de
2 caer en una posición desespera-
1 da: 23 ¦xe5 ¦gf7 24 ¤e4? £c7 25
a b c d e f g h ¦g5 ¦f4! 26 £d3 (26 b4 e5) 26 ...
h6 27 ¤d6 hxg5 28 ¤xe8 ¦xe8 29
Las antenas de Petrosián están £xg6+ ¢f8 30 £xg5 £h7+.
encendidas y captan signos que le La protección de la fila por
alertan acerca de un avance gene- parte de Petrosián es un tema
ral de peones en el flanco de rey efectivo en amenazas a largo pla-
con ¤h4 y f4, o un avance similar zo. Permite a las piezas menores
en el centro. A partir de ahora, no sólo operar eficazmente, sino
prevé, con una anticipación de va- que también les concede espacio
rias jugadas, que su segunda fila para que puedan moverse y dejar
será vulnerable, en especial la ca- que las torres actúen cuando lle-
silla ‘e7’. Además, sigue teniendo gue el momento. La necesidad de
el problema del rey en el centro, proteger una fila clave es algo
que debe defender el alfil de ‘d7’. que puede preverse y que permi-
Petrosián eligió una profunda te una anticipación a largo plazo.
jugada de seguridad que le per- Veamos dos ejemplos con dos
mitía cubrir numerosas casillas: partidas de Borís Spasski.
14 ... ¦b8! 15 ¦he1 ¦b7! Busque Antonio Ángel Medina Gar-
ahora una amenaza inmediata cía – Borís Spasski; Torneo Inter-
contra la segunda fila de las ne- zonal de Gotemburgo (Suecia),
gras y, desde luego, no la encon- 1955. 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 a6
trará. Pero las negras están pen- 4 ¥a4 ¤f6 5 0-0 ¥e7 6 ¦e1 b5 7
sando en el futuro próximo. ¥b3 d6 8 c3 0-0 9 h3 ¤b8 10 d3
La apertura de las negras, que ¤bd7 11 ¤bd2 ¥b7 12 ¤f1 ¤c5
podríamos considerar una espe- 13 ¥c2 ¦e8 14 ¤g3 ¥f8 15 ¤h2?!
cie de ajedrez provocador, fue de- d5 16 £f3 g6 17 ¥g5 ¥e7! 18 h4.
masiado para Pomar, que trató de
(D)
lograr un derrumbe inmediato, en
lugar de preparar su ofensiva con La jugada 17ª de las negras es
¤h4 y f4. La partida continuó así: mejor que 17 ... ¥g7, porque ésta
16 e5? fxe5 17 ¤g5 0-0 (posible les permitiría a las blancas mante-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 99

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 99

8 La jugada 24 ... ¦a6!! fue una


7
anticipación extraordinariamen-
te perceptiva, porque quitó el
6
veneno a todos los posibles sa-
5
crificios en el flanco de rey an-
4 tes de que Tal los hubiese plan-
3 teado. La protección que esta
2 torre asume de la sexta fila per-
1
mitió a las negras rechazar con
a b c d e f g h
éxito la última embestida de su
rival: 25 ¤xh6 gxh6 26 ¤f5 £a8!
ner una clavada. Aun así, las blan- 27 ¤xh6 ¥xh6 28 £f5+ ¢h8 29
cas tienen presionan en ‘f6’, mas ¥xh6 ¦g8, y luego consolidar la
Spasski encontró una forma efec- posición hasta lograr un medio
tiva de neutralizarla: 18 ... a5! 19 juego fácilmente ganado: 30
h5 ¦a6! ¥g5 £e8, seguido de ...¤h7 y
Tras algunos errores mutuos, ...¦ag6.
20 ¥h6 d4 21 cxd4 ¤e6? (mejor Sigue otro excelente ejemplo
es, sencillamente, 21 ... exd4) 22 de anticipación, en una posición
hxg6 hxg6 23 dxe5 ¤d4 24 £d1 difícil, producida en el Campeo-
¤d7 25 ¤g4? (25 ¤e2), las ne- nato de EEUU de 1974.
gras ganaron rápidamente: 25 ... Kim Commons – Larry
¥b4 26 ¦e3? £h4! 27 ¥b3 ¤xe5 Melvyn Evans. 1 e4 c5 2 ¤f3 d6 3
28 ¤xe5 ¦xe5 29 ¦f3 £xh6 30 d4 cxd4 4 ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 e6 6
¦xf7 ¤xb3 31 ¦xc7 ¤xa1 32 ¥e2 a6 7 0-0 ¥e7 8 f4 0-0 9 ¥e3
¦xb7 ¦c6, y las blancas se rindie- ¤c6 10 £e1 ¤xd4 11 ¥xd4 b5 12
ron. a3 ¥b7 13 £g3 g6? 14 ¥d3 d5 15
Diez años más tarde, en su e5 ¤e4 16 £e3! ¤xc3 17 ¥xc3.
duelo de Candidatos contra Mija-
íl Tal, ambos bandos repitieron
las jugadas de la partida con Me- 8

dina hasta que Tal se desvió con 7


15 b4 ¤cd7 16 ¥b3 a5! 17 a3 6
axb4 18 cxb4 h6 19 ¤f5 d5 20 5
¤3h4 c5 (este contrajuego cen-
4
tral es mejor que aceptar el sacri-
3
ficio 20 ... ¥xb4 21 axb4 ¦xa1 22
¤xg7, o incluso 21 ¤xg7 ¥xe1 22 2

¤gf5) 21 ¦e3 c4 22 ¦g3! ¢h7 23 1


¥c2 d4 24 £f3. a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 100

100 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Las blancas tienen una posi- f5 (de otro modo se vislumbra el


ción abrumadora y su mayor pro- mate) 22 exf6 ¥xf6 23 g3 ¥xd4
blema es tener que elegir entre 24 £xd4 £b6! 25 ¢f2? £xd4+ 26
buscar el ataque de mate en el cxd4 ¦fc8 27 ¢e3 ¦b6 28 ¦ff1 b4!
flanco de rey o un plan de ruptu- 29 axb4 ¦xb4 30 ¦f2? ¦b3, des-
ra en el flanco de dama con a4. pués de lo cual las negras acaba-
Fue precisamente para evitar el ron ganando.
mate (comenzando por f5) por lo Estos ejemplos de maniobras
que las negras jugaron 14 ... d5, de torre no constituyen la última
después de una 13ª jugada lamen- palabra en amenazas a largo pla-
table. zo, pero sí son un tema frecuente.
¿Qué deben hacer las negras? La tarea más importante es loca-
Parece sencillo una vez que las lizar la amenaza y saber que exis-
negras identifiquen sus dificulta- te antes de que resulte imparable.
des. Para evitar el mate tendrán
que procurarse espacio y contra-
juego en el flanco de rey con ...f6. PARTIDAS ILUSTRATIVAS
Para evitar la pérdida de un peón
en el ala de dama, o el control de Alexánder Cherepkov – Vík-
líneas clave en ese sector del ta- tor Korchnói; Spartakiada de San
blero, tendrán que situar sus pie- petersburgo, 1963
zas en casillas protectoras. Ambas
ideas de anticipación pueden 1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4
amalgamarse con el mismo rea- e3 c5 5 ¥d3 0-0 6 a3 ¥xc3+ 7
grupamiento: 17 ... ¦c8 18 ¥d4 bxc3 ¤c6 8 ¤e2 b6 9 e4 d6?!
¦c6!! 19 c3 ¥c8! 20 ¦ae1 ¥d7.
Ahora, el peón negro de ‘e6’ 8
quedara sólidamente protegido
7
después de ...f6 y exf6. Por otro la-
6
do, las negras podrán proteger me-
jor el peón de b con el alfil en ‘d7’ 5

si las blancas atacan en el sector 4


con ‘b4’ y ‘a4’. Las negras siguen 3
estando en inferioridad, pero sus 2
posibilidades de supervivencia
1
han aumentado.
a b c d e f g h
En la partida las blancas so-
brestimaron sus posibilidades en
un final de torre+alfil y cometie- Desde la partida Johner – Ca-
ron varias imprecisiones: 21 ¦f3 pablanca, Karolvy vary, 1929, la
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 101

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 101

continuación recomendada por la Las negras quieren sellar el


teoría a 9 e4 es 9 ... ¤e8!, seguido flanco de rey situando peones en
de ...f5 en respuesta a f4. La reti- ‘e5’, ‘f6’ y ‘g5’, para restringir cual-
rada del caballo cumple dos obje- quier ruptura que las blancas pre-
tivos: detener el avance del peón tendan realizar en el sector. La
de f blanco en territorio negro e textual es una buena jugada pre-
impedir la clavada ¥g5 que tanto paratoria, pero permite el sacrifi-
puede irritar al segundo jugador. cio 14 f4! exf4 15 ¤xf4 gxf4 16
¥xf4, seguido de £d2 ó £f3, con
10 ¥g5! h6 mucho juego por la pieza. 13 ...
11 ¥h4 e5 ¤h5 serviría para el mismo propó-
sito, pero sin el riesgo de la tex-
La estrategia de las negras es tual. Sin embargo, las blancas tam-
fijar la masa de peones blancos en bién omiten la idea de sacrificio.
casillas oscuras, justificada ante la
desaparición de su alfil de rey. Las 14 f3? £e8
blancas necesitan efectuar una 15 ¥f2 ¤h5
ruptura y la única efectiva es f4.
Pero las negras la han impedido Si no se jugase esto aquí, las
con sus dos últimas jugadas por- blancas seguirían con ¤g3 y lue-
que, por ejemplo, 12 f4 conduce a go £d2, ¥e3 y h4.
12 ... exf4 13 ¤xf4 g5.
Una tentativa más lenta de
romper en el flanco de rey con
8
g4-g5 es dudosa: 12 f3 ¤a5 13 g4
¥a6, y no sirven ni 14 ¤g3 g5, ni 7

14 g5 ¤h7. 6

5
12 0-0 g5!? 4

3
Bastante arriesgado, pero ne-
2
cesario si hay que impedir f4. Si
las negras siguen con jugadas na- 1

turales, como 12 ... ¥a6, las blan- a b c d e f g h

cas podrían intentar 13 f4! exf4 14


¤xf4 (o 14 ¥xf6 antes) 14 ... g5? Las blancas deberían efectuar
15 ¤h5 ¤xh5 16 £xh5 gxh4 17 un balance en este punto y decidir:
£xh4, con amenazas de mate me- a) que el plan h4xg5 conduce a un
diante e5 y ¦f4. suicidio en la columna h; b) que f4
es demasiado difícil de llevar a ca-
13 ¥g3 ¢g7? bo a causa de las maniobras de las
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 102

102 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

negras; y c) que, por consiguiente, 20 d5 ¦h8


deberían pensar en alguna acción 21 £e1 £g6
defensiva en el flanco de dama.
Podrían jugar, por ejemplo, 16 Una casilla efectiva para la da-
¤c1, con idea de contestar a la ma. Las negras plantean su pri-
amenaza contra el peón de ‘c4’, 16 mera amenaza real en la partida:
... ¤a5, con 17 ¤b3. Si las negras 22 ... ¤xc4 23 ¥xc4 £xe4, y ga-
juegan 16 ... cxd4, las blancas sacri- nan dos peones.
ficarían, con gusto, un peón con 17
¤e2! para abrir el centro. 22 ¥c1 ¥h3
Pero las blancas se obstinan 23 ¦f2 ¤xc4!
en el avance f4. 24 ¥xc4 £xe4
25 ¥a2 ¤xg3!
16 g3?! ¤a5
17 f4? ¥g4! Una magnífica combinación,
con la que las negras dan mate o
Y no 17 ... exf4 18 gxf4 gxf4, ganan la dama.
debido a 19 ¥h4, que le daría a
las blancas excelentes perspecti- 26 hxg3 ¥f1!!
vas de ataque en el flanco de rey.
Las negras restringen los peones Ahora, ni 27 ¦xf1 ¦h1+ y 28 ...
del flanco de rey, a fin de apode- ¦h2+, ni 27 ¦h2 ¦xh2 paran el
rarse de la iniciativa en el de da- mate. La partida concluyó rápida-
ma si las blancas aminoran el pa- mente.
so (por ejemplo: 18 f5 ¤f6 19 £c2
b5! 20 cxb5 c4!). 27 ¢xf1 ¦h1+
28 ¤g1 ¦xg1+
18 ¥e3 f6 29 ¢xg1 £xe1+
19 fxg5 hxg5! 30 ¢g2 ¦h8

Las negras tienen motivos pa- Las blancas se rindieron.


ra ser optimistas acerca de sus
propias posibilidades de ataque y,
en consecuencia, evitan los cam- Efim Bogoljubov – Richard
bios en la columna f que se pro- Reti; Karolvy Vary (República
ducirían en caso de 19 fxg5. Ob- Checa), 1923
sérvese que las negras tienen
varias casillas y peones débiles, 1 d4 d5 2 c4 e6 3 ¤c3 ¤f6 4
pero ninguno de ellos puede ser ¤f3 ¥e7 5 ¥g5 ¤bd7 6 e3 0-0 7
atacado por las piezas blancas. ¦c1 c6 8 a3 a6 9 £c2 ¦e8 10 ¥d3
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 103

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 103

dxc4 11 ¥xc4 b5 12 ¥a2 c5 13 17 ¥b1 h6!!


dxc5 ¤xc5 14 0-0 ¥b7 15 ¤d4
¦c8. Las negras llegan a la conclu-
sión de que la amenaza de su con-
8 trario no lo es en absoluto. Podrí-
7 an anular fácilmente la idea, con
6 17 ... g6, pero Reti quiere quedar-
5
se con la ventaja de los dos alfiles.
La amenaza £h7+, dice, no es
4
una amenaza.
3

2 18 ¥xf6 ¥xf6
1 19 £h7+ ¢f8
a b c d e f g h
Curiosamente, la dama blanca
La apertura ha girado en torno corre tanto peligro en su aventu-
a una conocida lucha por el tiem- rada situación como el rey negro.
po. Desde la séptima jugada, las Las blancas no tienen tiempo de
blancas han tratado de encontrar jugar 20 ¤e4 porque perderían
jugadas de desarrollo para mejo- un peón en ‘d4’.
rar la posición, aparte de ¥d3. No
querían jugar el alfil de rey porque 20 ¦cd1 ¦ed8
de hacerlo las negras responderí- 21 ¢h1 ¢e7!
an ...dxc4, y las blancas querían
capturar en ‘c4’ en un solo movi- Ahora 22 ¤e4 era una amena-
miento. Pero las negras también za, pero la que plantean las ne-
pueden esperar (8 ... a6, 9 ... ¦e8). gras (22 ... ¦h8!) sería más impor-
Las negras tienen un excelen- tante. Las blancas deben retirar la
te juego debido a la actividad en dama y empezar a preocuparse
el flanco de dama. Pero las blan- por el flanco de dama.
cas plantean una amenaza a me-
dio plazo. Se trata de la habitual 22 ¤ce2 ¦h8
maniobra ¥b1, seguido de ¥xf6 y 23 £c2 a5
£xh7+. Las negras actúan prime- 24 b4!? ...
ro al plantear su propia amenaza,
16 ... ¤ce4, antes de que las blan- Las blancas aprecian que ...b4
cas puedan soñar con alcanzar el y ...¥a6 es una amenaza seria
punto ‘h7’. contra su flanco de dama, de mo-
do que organizan un contraata-
16 f3 £b6 que contra el peón de b negro.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 104

104 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

24 ... axb4 33 ... ¦a2!


25 axb4 ¤a4 34 £h4+ ¢f8!
26 £d2 ¦hd8
27 ¥d3 g6 Jugada única. Si, por ejemplo,
Ahora las negras amenazan 34 ... ¢e8, seguiría 35 ¥b5+ ¢f8
...e5 que, de permitirse, ganaría 36 ¤xe6+!, que fuerza las tablas
material. Para impedir ese avance con jaques de dama; y si 34 ...
las blancas deben entregar la casi- ¢d7, 35 ¥b5+ ¢c8 36 ¥f1, segui-
lla ‘e4’ y la gran diagonal. Ade- do de b5, y las blancas tienen po-
más, se deciden por un sacrificio sibilidades de resistir.
de calidad.
35 £xh6+ ¢g8!
28 f4 ¥d5!
29 ¥xb5 ¥xd4 El rey negro está a salvo por-
30 ¤xd4 ¤c3 que después de 36 ¥xg6 fxg6 37
31 ¥d3 ¤xd1 £xg6+ no hay perpetuo: 37 ... ¢f8
32 ¦xd1 ¦a8 38 £f6+ ¢e8, y 38 ¤xe6+ £xe6
33 £e1 ... 39 £xe6 falla por 39 ... ¥xg2+. La
partida concluyó así:
8

7
36 ¦g1 ¥xg2+!
37 ¦xg2 ¦a1+
6
38 ¦g1 £b7+
5
39 e4 ¦xg1+
4

3 Las blancas se rindieron.


2

1
a b c d e f g h
Vladímir Alatorzev – Vasili
Pánov; Moscú (Rusia), 1937

1 d4 c5 2 d5 e5 3 e4 d6 4 ¤e2
La última posibilidad de las ¤f6 5 f3 ¥e7! 6 c4 0-0 7 ¥e3 ¤e8
blancas es explotar las debili- 8 £d2 ¤a6 9 ¤bc3 ¤ac7 10 g4?!
dades del flanco de rey negro re-
gresando a la zona con su dama. (D)
La ironía del caso es que el rey El viejo Sistema Benoni es ex-
negro también puede hacer un cepcionalmente efectivo contra la
viaje de retorno en respuesta a disposición de piezas que las
las amenazas. blancas han adoptado. Una expli-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 105

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 105

8 13 0-0 ...
7
Una triste, pero necesaria con-
6
cesión. Después de 13 0-0-0 a6, ó
5
13 ... b5 de inmediato, el rey blan-
4 co correría mucho más peligro
3 que el negro.
2

1
13 ... ¤g7
a b c d e f g h
Ahora da comienzo una nueva
cación es que en el planteamiento e interesante fase, en la que las
normal de la India de Rey –con el blancas tratan de restringir ...f5 y
alfil de rey negro en ‘g7’ y el peón las negras dejan escapar oportuni-
de esa columna en ‘g6’– las blan- dades de atacar en el flanco de da-
cas pueden poner en marcha un ma con ...a6 y ...b5. Obsérvese que
ataque relámpago con h4-h5 an- 14 ¥h6 (para impedir ...f5) condu-
tes de que las negras estén prepa- ciría al cambio de alfiles de casillas
radas para actuar en el flanco de negras después de 14 ... f6! y 15 ...
dama. Pero aquí el ataque a la ba- ¥g5. Un cambio, por cierto, que le
yoneta en el flanco de rey no tie- concedería al juego negro el status
ne nada de atractivo. de “posición ganada”.

10 ... ¥h4+! 14 ¢h1! b6?!


15 ¦g1! £e7
Sobre todo después de esta 16 ¦g2 ¢h8
prevención física del avance h4. 17 ¦ag1 a6
En muchos casos, las blancas es- 18 a4 ¦b8
tarían dispuestas a sacrificar el 19 b3 f6?!
peón de h para obtener presión
en ‘h7’. Pero ahora la posición 8
blanca parece poco saludable y 7
Alatorzev debe completar rápi- 6
damente el desarrollo antes de
5
ser aplastado por ...f5 ó ...b5, las
dos fuentes temáticas del contra- 4

juego negro. 3

2
11 ¤g3 ¥d7 1
12 ¥d3 g6 a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 106

106 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Las negras comienzan a ver c4 ¤f6 2 ¤c3 e6 3 d4 ¥b4 4 e3 c5


fantasmas. El salto Benoni (¤f5) 5 ¥d3 0-0 6 a3 ¥a5 7 ¤e2 cxd4 8
no da resultado mientras las ne- exd4 d5 9 0-0 dxc4 10 ¥xc4 h6 11
gras puedan cubrir ‘g7’ con una ¥f4 ¥c7 12 ¥xc7 £xc7 13 ¥a2
torre en ‘g8’. Por otro lado, sería ¦d8 14 ¦c1 ¤c6 15 b4 £b8 16
favorable a su causa la ruptura 20 £c2 a6 17 ¦fd1 ¤e7 18 ¤e4
f4 exf4, o también 20 g5 f6, por- ¤xe4 19 £xe4 ¥d7 20 ¤g3 ¥a4
que las negras tienen mejor dis- 21 ¦e1 ¥c6 22 £g4 £d6 23 ¦cd1,
posición de piezas a pesar de las las negras vieron que había una
torres blancas dobladas. Entre- amenaza sobre g7, de modo que
tanto, las negras han diferido ...b5 jugaron 23 ... ¢h8! 24 ¤h5 ¦g8.
durante tanto tiempo que las Más tarde, después de 25 ¤f4 a5
blancas han podido consolidar su 26 ¥b1 axb4 27 axb4 £xb4 28
flanco de dama y pueden respon- ¤d3 £d6 29 ¤e5, percibieron la
der a ese avance con axb5, y vol- amenaza sobre f7, así que la pro-
ver entonces su atención a otra tegieron con 29 ... ¦gf8! 30 h4
parte, en cuyo caso las negras ten- ¢g8. Las negras se defendieron
drían que luchar por el dominio hábilmente y ganaron después de
de la columna abierta a. 31 ¦e3 f5 32 £e2 ¤d5 33 ¦g3
¤f4 34 £d2 ¤h5 35 ¦g6 ¥e8 36
20 ¤ge2 b5 g4 ¥xg6 37 ¤xg6 fxg4 38 ¤xf8
21 axb5 axb5 ¦xf8).
22 f4 b4
23 ¤d1 exf4 25 £e2 ¦a8
24 ¤xf4 ¢g8! 26 ¥c1 ¥g5
27 ¦f1 ¥c8!
Puesto que ahora ...f5 no se
puede ejecutar, las negras anulan Las negras pretenden situar
algunas ideas tácticas relaciona- un caballo en ‘e5’ y la casilla de
das con e5 y ¥xg6. También tie- traslado es ‘d7’. Sólo tienen que
nen la posibilidad de trasladar el asegurarse de cerrar el flanco de
rey al flanco de dama con ...¢f7- rey para ganar, pues el dominio
e7, etc. El hecho de que hayan ju- de la columna a es suficiente para
gado ...¢h8 antes no significa que imponerse en el flanco de dama.
‘h8’ sea la casilla perfecta para el
rey, una vez que se ha modificado 28 ¥b2 ¤a6
la disposición de las piezas. 29 £f2 ¤b8
(Como ilustración, en la parti- 30 h4 ¥xf4
da Jasin – Tolush, 24º Campeona- 31 £xf4 ¤d7
to de la URSS, 1957, después de 1 32 ¥b1 ¤e5
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 107

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 107

33 ¤e3 ¥d7 37 ¥c1 ¦a1!


34 ¦gf2 ¦f7
35 £g3 ... De forma que ante 38 ¥d2
pueden simplificar ventajosamen-
te con 38 ... ¦xb1 39 ¦xb1 ¤d3 40
8 £f3 ¤xf2+ 41 £xf2 £xe4+, como
7 señala Pánov en sus memorias.
6

5
38 ¦b2 h5!
4
Ahora se abre el flanco de rey
3
para las piezas negras. Pánov no
2 tiene por qué temer 39 ¤c2 ¦a7
1 40 £h6+ ¢g8.
a b c d e f g h
39 gxh5 ¤xh5
40 £f2 ¢g8!
La última jugada blanca es 41 ¥c2 ¦h7
una tentativa inteligente de se- 42 ¦b1 ¦xb1
guir con 36 h5 g5 37 h6! (de otro 43 ¥xb1 g5!
modo, 37 ... h6), y alterar así el
equilibrio en el flanco de rey. Este avance derrumba las últi-
mas defensas blancas. Por ejem-
35 ... h6! plo: 44 ¤f5 ¥xf5 45 exf5 ¤f4 46
36 £f4 ¢h7 ¥xf4 ¦xh4+ 47 ¥h2 ¤g4. Las ne-
gras remataron la lucha con buen
Las negras juegan esto a sa- estilo:
biendas de que el peón de ‘h6’
no puede ser fácilmente protegi- 44 ¦g1 ¤g7
do por otras piezas. Con la si- 45 ¤g2 ¤g4
guiente jugada, las blancas crean 46 £b2 ¤h5
la posibilidad ¤f5!?, seguido de 47 ¦e1 gxh4
£xh6+, gxf5 y doblar torres en la 48 e5 h3!
columna g. Las negras deben ac-
tuar a tiempo. Las blancas se rindieron.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 108

108 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

EJERCICIOS PARA ESTUDIO


(soluciones en la página 222)

1. Las blancas acaban de jugar 8

1 ¥f4, atacando una torre. Si la 7


torre se desplaza de la columna, o 6
si se juega 1 ... ¦xe1+ y 2 ... £xf4, 5
las blancas dan mate en ‘h8’.
4
¿Qué deben hacer las negras?
3

1
a b c d e f g h

8
2. ¿Qué tipo de amenaza tie-
nen las negras en el flanco de rey 7

y cuál es el punto amenazado? 6

Por último, ¿cómo protegería us- 5


ted ese punto (además de neutra- 4
lizar ...¥xc5)? 3

1
a b c d e f g h

3. Las blancas amenazan mate. 8


¿Cuál es la respuesta? 7

1
a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 109

AMENAZAS Y RESTRICCIÓN 109

4. ¿Cuál es la principal amena- 8


za de las blancas en el flanco de 7
rey y cuál es la mejor forma de
6
atajarla?
5

1
a b c d e f g h

5. ¿Qué amenazan las blancas, 8


en qué plazo y qué pueden hacer
7
las negras al respecto?
6

1
a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 110
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 111

CAPÍTULO 4

El contrajuego

en un sector del tablero, o manio-

E
l contrajuego es el filo más
cortante de la defensa. Sin brar con las piezas desde un tea-
posibilidades de contra- tro de operaciones a otro. La nue-
juego (es decir, sin amenazas a las va posición, ahora abierta, puede
debilidades contrarias), el defen- exponer objetivos del defensor a
sor tiene que asumir la tarea in- una gran presión y la retirada de
grata de parar continuas amena- fuerzas defensivas de una a otra
zas contra su posición. Su papel es, zona, que puede poner en peligro
entonces, absolutamente pasivo, y, aquélla. El contrajuego implica
su mejor recompensa, lograr un costes no siempre evidentes y, co-
respiro ante nuevas amenazas. Pe- mo de costumbre, es el jugador
ro con el contrajuego esa recom- quien debe determinar si una
pensa es el cambio de tornas, asu- continuación concreta vale o no
mir la iniciativa que, una vez en la pena de ponerse en práctica.
manos del defensor, es la clave de Una sencilla ilustración de lo
cada victoria de la defensa. que acabamos de decir puede
Dicho esto, a saber, que el con- verse en la siguiente miniatura,
trajuego es muy deseable, tene- René Letelier Martner – Miguel
mos que señalar que vale la pena Najdorf; Buenos Aires (Argenti-
y en qué circunstancias podemos na), 1964:
incurrir en riesgos para lograrlo. 1 c4 ¤f6 2 ¤c3 e6 3 e4 c5 4
La búsqueda de contrajuego a ¤f3 ¤c6 5 d4 cxd4 6 ¤xd4 ¥b4 7
menudo significa abrir la posición ¤xc6 bxc6 8 ¥d3 e5?! (8 ... d5) 9
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 112

112 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

0-0 0-0 10 f4 ¥c5+ 11 ¢h1 d6 12 decidirse en favor del contrajue-


f5 h6 13 g4! go central, las negras deben cal-
cular las variantes con suma pre-
cisión.
8
Pero las negras no lo hicieron.
7 Jugaron 13 ... d5? 14 g5 dxc4?,
6 cuando lo mejor que tenían a su
5 disposición era 14 ... hxg5 15
4
¥xg5 dxc4 16 ¥xf6 £xf6 17
¥xc4. Así que Najdorf fue rápi-
3
damente aplastado con 15 gxf6
2
£xd3 16 fxg7 ¢xg7 17 £g4+ ¢h7
1 18 ¥xh6!, y las negras se rindie-
a b c d e f g h ron (18 ... ¢xh6 19 £h4+ y 20
¦g1+ con mate). Con todo, 13 ...
¤h7! podría haber sostenido la
La posición de las negras es posición.
segura en el centro, pero inesta- Lo que le hizo perder la parti-
ble en el flanco de rey. Ahora de- da a las negras fue la suma de un
berán elegir entre restringir la contrajuego falto de fuerza y la ra-
amenaza inmediata (abrir la co- pidez del ataque de mate blanco.
lumna g con 14 g5) o buscar con- Si ...d5 hubiese tenido algo más de
trajuego rápido en el centro. En apoyo o el ataque al flanco de rey
otras palabras, se trata de las ju- pudiese ser defendido, entonces la
gadas 13 ... ¤h7 ó 13 ... d5. Ambas evaluación de la jugada 13ª de las
ideas son válidas en situaciones negras sería bien distinta.
similares, pero en este caso optar La resistencia de algunas posi-
por una de ellas resulta una deci- ciones es asombrosa. En una po-
sión crítica. sición relativamente cerrada, un
Con 13 ... ¤h7 las negras re- jugador puede ningunear el desa-
nuncian temporalmente a la reac- rrollo o los agresivos ataques de
ción ...d5, pero controlan la casilla mate mientras elabora su propio
‘g5’ por algún tiempo. Las blancas contrajuego. La protección natu-
tendrían entonces que jugar £f3- ral de sus piezas se encarga del
g3 y h4, para preparar el avance resto.
g5, momento en que las negras Hay un ejemplo entretenido
aún podrían seguir restringiendo de lo que acabamos de decir. Se
esa ruptura con ...f6. Por otra par- trata de una partida en consulta
te, el inconveniente de 13 ... d5 es de 1952 entre los grandes maes-
que permite el avance g5. Para tros rusos Yuri Averbaj, Efim
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 113

EL CONTRAJUEGO 113

Guéler, Tigrán Petrosián y Mark gras estimaron que no debían pre-


Taimánov (con las piezas blan- ocuparse por 12 ¥xf6 gxf6, pues
cas); y Paul Keres, Alexánder Ko- siempre podrían enrocar largo. De
tov, Alexánder Tolush e Isaak Bo- modo que el cuarteto blanco con-
leslavski en el bando opuesto. La tinuó con la jugada más natural de
partida comenzó así: agresión, 12 f4, y la partida siguió
1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4 así: 12 ... £c6! 13 d5 £a4 14 e5
a3 ¥xc3+ 5 bxc3 ¤c6 6 f3 b6 7 e4 £b3! ¡Ésta es la dama que, cinco
¥a6 8 ¥g5 h6 9 ¥h4. jugadas antes, estaba tranquila-
mente situada en su casilla de ori-
gen! Las negras desdeñan el ata-
8
que blanco a su caballo (15 exf6
7
£xc3+ 16 ¢f2 g5!, porque sería fa-
6 vorable a su causa, por ejemplo: 17
5 ¤f3 gxh4 18 dxe6 dxe6 19 ¤e5 0-
4 0-0), tras dictaminar que su con-
3
trajuego tenía más peso específico.
Ahora, los conductores de las
2
blancas descartaron 15 £d2 ¤g8 y
1
15 ¦c1 £xa3, y prefirieron 15 ¢f2
a b c d e f g h
£xc3 16 ¤f3 ¤xd5! 17 ¦hc1, pero
después de 17 ... £b3 18 ¢g3
Las negras podrían tratar de ¤xf4! 19 ¢xf4 g5+, las negras lo-
resolver el asunto del flanco de graron una posición ganadora.
rey con 9 ... ¤a5 10 e5 g5!?, pero Una vez más, se trató, en esta
el cuarteto de grandes maestros partida, de un caso de ventajas ex-
optó por una idea muy original. plotables contra ventajas que no
Consideraron que el flanco de puedan ser explotadas. Más con-
rey era lo bastante seguro y que cretamente, de la posibilidad de
no había nada que hacer en el explotar las debilidades del flanco
centro (9 ... e5 10 dxe5! ¤xe5 11 de dama blanco frente a la impo-
f4 sería favorable a las blancas). sibilidad de hacer lo mismo en el
Se enfrentaban, no obstante, a la flanco de rey negro. El contrajue-
amenaza e5. Así que decidieron go, como tantas otras cosas en aje-
enviar la dama en una misión drez, es una cuestión de tiempo.
aventurera a su flanco. Con algunos tiempos extra, las
9 ... £c8 10 ¥d3 ¤a5 11 £e2 blancas habrían demolido con su
£b7!, con idea de llevar la dama a ataque la posición negra.
‘c6’ para ganar el peón ‘c4’. Los La exigencia de contrajuego a
cuatro grandes maestros con ne- menudo excede el deseo de con-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 114

114 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

tar con una formación sana de del lamentable aspecto de los peo-
peones. Ésta es una de las leccio- nes del flanco de dama, las negras
nes aprendidas que distinguen a tienen contrajuego en la columna
los maestros de los fuertes juga- b que compensa esa deficiencia
dores de club. El maestro sabe, di- estructural. Las blancas sólo pue-
gamos, que en una Defensa Fran- den explotar los peones débiles
cesa típica, con el flanco de dama negros de la columna a en el final.
bloqueado, las negras deben rom- Pero podrían dar mate a las ne-
per en el flanco de rey (con ...f6) gras en el medio juego si éstas no
para crear algo de contrajuego. crean algún tipo de contrajuego.
Por ejemplo: 1 e4 e6 2 d4 d5 3 En cierto sentido, ésta es la
¤c3 ¥b4 4 e5 c5 5 a3 ¥xc3+ 6 paradoja del contrajuego. Para
bxc3 ¤e7 7 a4 ¤bc6 8 ¤f3 £a5 9 rechazar el ataque contra alguna
¥d2 ¥d7 10 ¥e2 c4 11 0-0 f6! 12 de tus debilidades, tienes que cre-
exf6 gxf6, y 13 ... 0-0-0, con juego arte otras nuevas. Las decisiones
excelente. más difíciles para un defensor
Una partida famosa en Smís- son las ocasiones en que tiene
lov – Botvínnik (Campeonato que elegir entre una protección
de la URSS, 1944) siguió: 9 ... c4 sólida y un contrajuego activo de
10 ¤g5 h6 11 ¤h3 ¤g6 12 £f3 doble filo. Hay que añadir que, si
¥d7 13 ¤f4 ¤xf4 14 £xf4 ¤e7 bien existen las opciones que po-
15 h4! ¥xa4 16 h5 £b5 17 ¢d1 dríamos considerar teóricamente
¦c8 18 ¥c1 ¦c6! 19 ¥e2 ¦a6 20 “correctas”, el jugador práctico
¢d2 0-0?! 21 g4, y las negras se con frecuencia debe tener en
vieron en realidad obligadas a cuenta cosas como el estilo de
jugar 21 ... f6 22 exf6 ¦xf6, pero juego de su adversario y la posi-
el peón débil de ‘e6’ fue, tal vez, bilidad de inducirlo a cometer un
el aspecto menos significativo error.
de una posición plagada de La partida David Bronstein –
amenazas y contrajuego. Vladímir Baguírov; XXXI Cam-
Otra versión de esto mismo: 1 peonato de la URSS, San Peters-
e4 c5 2 ¤f3 d6 3 d4 cxd4 4 ¤xd4 burgo (Rusia), 1963, es un ejem-
¤f6 5 ¤c3 a6 6 f4 £b6 7 ¥e2 (7 plo de primera magnitud:
e5!) 7 ... ¤c6 8 ¤b3 e6 9 ¥f3 ¥e7 1 e4 ¤f6 2 e5 ¤d5 3 d4 d6 4 c4
10 £e2 0-0 11 ¥e3 £c7 12 a4 b6 ¤b6 5 exd6 cxd6 6 ¥e3 g6 7 ¤f3
13 0-0 ¦b8 14 ¢h1? (14 g4 es más ¥g7 8 ¥e2 ¥g4 9 ¤bd2 0-0 10
activo y preciso), y en esta posi- 0-0 ¤c6 11 d5 ¤e5 12 ¤xe5 ¥xe2
ción, tomada de una partida sovié- 13 £xe2 ¥xe5 14 ¤f3 ¥g7 15
tica de 1962, el plan correcto es 14 ¦ad1 ¤d7 16 b3 ¦e8 17 ¤d4 a6
... ¤a5! 15 ¤xa5 bxa5, y a pesar 18 f4.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 115

EL CONTRAJUEGO 115

8 las blancas de sus intenciones


7
agresivas en el flanco de rey.
¿Qué sucede con ...e6 ó ...e5?
6
Las blancas cambiarán el peón de
5
d por el de e contrario y dejarán a
4 las negras con dos peones débiles
3 en la sexta fila y en columnas se-
2 miabiertas. Pero también libera-
1
ría la dama y las torres negras pa-
a b c d e f g h
ra impedir f5. ¿Vale la pena
realizar uno de estos avances?
Baguírov consideró que sí y jugó
La última jugada blanca impi- 18 ... e5?! 19 dxe6 fxe6 20 ¤f3
de ...¤e5 y prepara el avance f5- ¤f6 21 ¤g5 b5!
fxg6, que abre una buena colum- El peón de ‘b5’ está indirecta-
na. La dominante posición central mente protegido, pues una doble
les concede buenas posibilidades captura en ‘b5’ dejaría indefenso
de llevar a cabo un ataque, aunque el peón de ‘a2’. Pero lo importan-
f5 podría no ser un peligro inme- te es que, con esta ruptura, las ne-
diato, debido a que ...¤e5 reforza- gras, en una posición difícil, crean
ría la defensa de las negras. Las contrajuego en el flanco de dama,
blancas pueden también poner en pues tenían que actuar con rapi-
marcha su ataque con ¦f3-g3, o dez so pena de ser aplastadas en
con ¢h1, ¤f3 y ¥d4. Por consi- el centro. La partida siguió así: 22
guiente, podemos considerar el ¥d4! bxc4 23 £xc4, y ahora, para
avance f5 como una amenaza eliminar la presión central y tam-
fuerte a largo plazo. bién una peligrosa pieza, las ne-
La táctica de espera no es mala gras jugaron 23 ... d5 24 £d3
en sí misma (véase Capítulo 7), ¤h5! 25 ¥xg7 ¢xg7.
pero las negras deberían buscar al-
guna acción más enérgica. Podrían 8

batallar, por ejemplo, por la co- 7


lumna f, ...¦f8, ...¤f6 y ...£d7. O 6
podrían pensar en un contrajuego 5
a base de ...b5 ó ...e6. El problema
4
del avance ...b5 es que entregaría
3
la casilla ‘c6’, que podría convertir-
se en un puesto avanzado para el 2

caballo blanco, y que no es tan 1


apremiante para que distraiga a a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 116

116 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Lo positivo es que las negras flanco), contrajuego en el flanco


tienen una posición mucho más opuesto y contrajuego en el mis-
libre que en el diagrama anterior. mo sector del tablero. Pero antes
Y lo negativo es que deben de- procede realizar algunas precisio-
fender un centro de peones está- nes.
tico que puede ser magníficamen- Hasta ahora nos hemos ocu-
te bloqueado por la dama blanca pado de obtener contrajuego de
en ‘d4’ y el caballo blanco en ‘e5’. forma similar al ataque del adver-
Las negras pueden presionar el sario: llevar piezas al sector del
peón blanco de ‘f4’ y también tra- tablero en cuestión y luego forzar
tar de llevar el caballo a ‘e4’. una ruptura de peón. Pero hasta
En conjunto, podemos con- en la posición defensiva menos
cluir que las negras debían haber prometedora, sin rupturas dispo-
contemporizado en su jugada 18ª. nibles, puede inyectarse una dosis
Pero Bronstein premió la intensi- de vitalidad mediante una manio-
dad de Baguírov mediante 26 bra diestra o un traslado de efec-
¦de1?? ¤xf4! 27 £c3+ (27 £d4+ tivos. La conciencia de estas
e5, o aun 27 ¦xf4 £xg5) 27 ... d4 oportunidades, cuando se presen-
28 £g3 e5 29 h4 d3, y las negras tan, es una de las cualidades que
ganaron. Esto plantea otra cues- distingue a los mejores ajedrecis-
tión insoluble: dado que era im- tas del resto.
pensable asumir que las blancas Detengámonos en esta posi-
iban a cometer un error burdo y ción de doble filo del Campeona-
por ello perdieran –teniendo en to Soviético de 1963:
cuenta que las negras podían ha- Víktor Korchnói – Leonid
ber jugado 18 ... £c7 ó 18 ... ¦f8– Stein. 1 d4 ¤f6 2 c4 g6 3 ¤c3 ¥g7
¿estaba justificado el contrajuego 4 e4 d6 5 f3 0-0 6 ¥e3 ¤c6 7
con 18 ... e5? ¿Qué habría pasado ¤ge2 a6 8 a3!? ¥d7 9 b4 e5 10 d5
si las blancas hubiesen jugado ¤e7 11 g4 ¤e8 12 ¤c1 f5 13 ¤b3
con más precisión en la jugada c6! 14 g5! cxd5 15 cxd5.
26ª, con 26 g3 ó 26 £d4+, y luego
(D)
hubiesen obtenido ventaja decisi-
va? Teóricamente, 18 ... e5 es una Amparadas en un centro blo-
jugada dudosa, pero en la prácti- queado, las blancas han montado
ca tiene indudables méritos. un ataque de flanco doble y tie-
Por conveniencia metodológi- nen una fuerte posición. Por otro
ca, consideraremos las diversas lado, las negras ya han efectuado
formas de contrajuego, dividién- las dos rupturas temáticas libera-
dolas en: contrajuego en el centro doras (...f5 y ...c6) en este tipo de
(como reacción a un ataque de estructura, pero sus piezas siguen
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 117

EL CONTRAJUEGO 117

8 ción anodina. Esto siempre re-


7
quiere un cálculo exacto de las
variantes clave y saber sopesar las
6
consecuencias. Un caso a propósi-
5
to lo tenemos en una de las parti-
4 das del Campeonato del Mundo
3 de 1963 entre Tigrán Petrosián y
2 Mijaíl Botvínnik:
1
1 c4 c5 2 ¤f3 ¤f6 3 ¤c3 e6 4
a b c d e f g h
e3 d5 5 d4 ¤c6 6 cxd5 exd5 7 ¥b5
¥d6 8 dxc5 ¥xc5 9 0-0 0-0 10 b3
¥e6 11 ¥b2 £e7 12 ¤e2 ¦ac8 13
sin tener buenas casillas, de modo a3 ¦fd8 14 ¤ed4 ¥g4 15 ¥e2
que deben hacer algo rápidamen- ¤e4 16 £d3 ¥d6 17 g3 ¤c5 18
te, pues de no ser así las blancas £b1 ¤e4 19 £d3 ¤c5 20 £d1
podrán elegir entre un ataque en ¤e6 21 ¦e1 ¥c5 22 ¤xc6 bxc6 23
el flanco de rey (con h4-h5) o en b4 ¥b6 24 £a4.
el flanco de dama (doblando to-
rres, por ejemplo, en la columna
8
c), con efectos decisivos en ambos
7
casos.
Las negras encontraron un re- 6

agrupamiento ingenioso de pie- 5


zas: 15 ... ¥h8! 16 £d2 ¤g7 17 4
0-0-0 ¤c8! 18 ¦g1 ¤b6 19 ¢b1 3
¤h5 20 ¤a5! ¦b8 21 ¦c1 ¤f4, y
2
en este punto casi habían iguala-
1
do las posibilidades. Los caballos
a b c d e f g h
son las piezas estrella en una po-
sición bloqueada y las negras han
sacado buen partido de ellos. La
partida siguió con más manio- Las blancas tienen un juego
bras: 22 h4 ¦f7 23 ¢a2 ¥g7 24 fácil. Atacarán los peones centra-
¢b3 ¥e8 25 ¦h1 ¤c8 26 ¦h2 ¦c7 les colgantes con las torres. El
27 ¢b2 ¢h8 28 ¤b3 b5 29 ¤a5 procedimiento normal para las
fxe4 30 fxe4 ¤b6, y se acordaron negras es orquestar una iniciativa
las tablas en la jugada 41ª. en el flanco de rey o disolver el
Con sólo unas jugadas preca- par de peones débiles. Pero la se-
vidas, puede desplegarse un nue- gunda opción no está aquí dispo-
vo ataque de flanco en una posi- nible, porque tras ... c5 ó ... d4, las
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 118

118 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

blancas seguirán pudiendo bom- está, por definición, restando o


bardear al peón débil supervi- distrayendo efectivos del centro.
viente. Por lo tanto, si el defensor puede
En cuanto a la acción en el realizar una agresión eficaz con-
flanco de rey, las negras no pare- tra el centro, el ataque de su rival
cen disponer de las piezas ade- está condenado al fracaso.
cuadas para explotar las debili- Hay que tener presente que
dades en torno al rey blanco. Sin hasta el centro en apariencia más
embargo, Botvínnik se las arregló sólido es susceptible de convertir-
para disponerlas eficazmente en se, por medios tácticos, en una vía
un reagrupamiento de sólo tres de contraataque. Veamos, por
jugadas: 24 ... £e8! 25 ¦ad1 f6! 26 ejemplo, lo que ocurrió en la par-
¦d2 £h5. Con la intención apa- tida Sinon Alapin – Amos Burn;
rente de acorazar el peón de ‘c6’, Karolvy Vary (República Checa),
Botvínnik inició, en la jugada 24ª, 1911:
un traslado de dama que le dio un 1 d4 d5 2 c3 e6 3 ¥f4 c5 4 e3
juego excelente tras 27 £d1 c5, ¤c6 5 ¤d2 ¤f6 6 ¥d3 £b6 7 ¦b1
porque ahora 28 bxc5 fallaría, por ¥d7 8 ¥g3!? ¥e7 9 f4 0-0 10 ¥f2
28 ... ¥a5. Petrosián determinó ¦ac8 11 £f3 ¦fd8 12 ¤e2 ¥d6 13
correctamente la dimensión del ¥h4 ¥e7 14 ¥f2 ¥d6 15 ¥h4
peligro y jugó 28 ¤d4!, cambian- ¥e7 16 ¥f2 ¥d6 17 h3 ¦e8 18
do piezas, lo que, en definitiva, g4?
condujo a un acuerdo pacífico en
41 jugadas. 8

6
CENTRO CONTRA FLANCO, 5
FLANCO CONTRA CENTRO
4

3
Una de las máximas más repe-
tidas del ajedrez es “la mejor re- 2

acción a un ataque de flanco es 1


una ruptura en el centro”. Un co- a b c d e f g h
rolario de esta afirmación es que
un centro cerrado es muy desea- Las blancas rehusaron la ofer-
ble para el jugador que desea lan- ta tácita de tablas por repetición
zar un ataque de flanco. Es lógico de jugadas al optar por 17 h3, en
que si el atacante está empleando lugar de 17 ¥h4, y, una vez des-
sus fuerzas en una dirección (por cartado el empate, deciden lanzar
ejemplo, hacia el flanco de rey), un ataque de flanco basándose en
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 119

EL CONTRAJUEGO 119

la premisa de que, en el flanco de Una situación típica en la Sici-


rey, las negras sólo pueden opo- liana es la reacción ...d5 de las ne-
ner el caballo de ‘f6’ a las fuerzas gras en respuesta al avance g4.
agresoras. Esto es más o menos Cuando las blancas avanzan dos
cierto. Pero no es suficiente para casillas el peón de g, están decla-
lograr que el ataque tenga éxito. rando abiertamente sus intencio-
Las blancas tenían que asegurar nes. Pero el contragolpe ...d5 en el
también el flanco de dama (que momento oportuno puede expo-
ya es seguro), además del centro, nerlas al fuego cruzado de las
que no lo es. Lo que sucedió fue: fuerzas del flanco de dama contra
18 ... e5!! 19 dxe5 ¦xe5! 20 g5 el centro. Tomemos, por ejemplo,
¤e8 21 fxe5 ¤xe5 22 ¥xh7+ esta partida de 1936, entre Bot-
¢xh7 23 £h5+ ¢g8. vínnik y Ragozin:
De repente, el centro está 1 e4 c5 2 ¤f3 e6 3 d4 cxd4 4
abierto y lo dominan las piezas ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 d6 6 ¥e2 a6 7
negras a costa de la calidad. Burn ¥e3 £c7 8 a4 b6 9 f4 ¥b7 10 ¥f3
se ocupó de 24 ¤f4 con 24 ... ¥f5 ¤bd7 11 £e2 ¥e7 12 0-0 0-0 13
25 £d1 ¤d3+! 26 ¤xd3 ¥xd3 27 g4.
¤f3 c4, y ganó brillantemente en
la jugada 41ª. 8
El tema del ataque al centro,
7
para contrarrestar un ataque en
6
el flanco de rey, es habitual en la
Defensa Siciliana cuando las 5

blancas inician un ataque a la ba- 4


yoneta contra el rey enemigo. Co- 3
mo regla general, las avalanchas 2
de peones requieren algo más
1
que restricción. A la larga, una
a b c d e f g h
ruptura tendrá éxito para el ata-
cante si no se produce contrajue-
go. Esto diferencia el ataque a la La reacción de las negras de-
bayoneta del ataque con piezas. pende de evaluar la ruptura ...d5.
Este último puede ser neutraliza- Si resulta que no es satisfactoria,
do con el cambio de piezas meno- entonces deberán permitir g5,
res. Pero tras un ejército de peo- que hará retroceder el caballo de
nes, el atacante tiene mayores ‘f6’. (Obsérvese que 13 ... h6 tiene
posibilidades de trasladar sus el inconveniente de permitir que
fuerzas a la zona vital de agre- las blancas abran, tarde o tempra-
sión. no, una columna vital, con h4 y
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120 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

g5). Una vez que las blancas se Otro caso sobre el mismo te-
apoderen de la casilla ‘g5’, dis- ma se vio en la partida James Ed-
pondrán de varias maniobras, co- ward Tarjan – Florin Gheorghiu;
mo £g2-h3 ó h4-h5. La elección Los Ángeles (EE. UU), 1974: 1 e4
de Ragozin eligió 13 ... d5! 14 e5 c5 2 ¤f3 e6 3 d4 cxd4 4 ¤xd4 a6 5
¤e4! ¤c3 £c7 6 g3 ¥b4 7 ¤e2 ¤f6 8
Es cierto que las negras han ¥g2 ¥e7 9 0-0 0-0 10 h3 ¤c6 11
empeorado su estructura de peo- f4 b5 12 ¥e3 ¥b7 13 g4?, y ahora,
nes, lo que puede considerarse con 13 ... d5!, las negras propusie-
una especie de sacrificio estraté- ron una entrega fuerte para ex-
gico. Pero a las blancas ya no les plotar la naturaleza permeable
resulta posible continuar con un del flanco de dama blanco y la
ataque rutinario en el flanco de confusión de las piezas blancas en
rey, porque entonces las negras el centro. Después de 14 exd5
pueden anularlo con ...f6 o aline- exd5 15 ¤xd5 ¤xd5 16 ¥xd5
ando las torres en la columna c. ¦ad8, ó 16 £xd5 ¦ad8 (o incluso
Botvínnik cambió la orientación 16 ... ¤a5), las negras obtendrían
de su juego, con idea de explotar un excelente juego por el peón.
la aparente debilidad del centro Las blancas prefirieron 14 e5
negro. 15 ¤xe4 dxe4 16 ¥g2 ¥d5 ¤d7 15 ¤d4, pero después de 15
17 ¦fc1 ¦ac8 18 ¥f2 (18 £xa6 se- ... ¤xd4 16 ¥xd4 b4! 17 ¤e2 a5,
ría malo por 18 ... ¥c4 19 ¤b5 quedaron con una versión infe-
£c6 y 20 ... ¦a8) 18 ... ¤c5 19 b4. rior de la estructura de peones
Las blancas podrían haber ju- que suele producirse en la Defen-
gado 19 ¦e1 £d7 20 b3, pero su sa Francesa. Antes de que las
inferioridad se hubiese puesto de blancas puedan volver a soñar
manifiesto con 20 ... f6. La jugada con el mate, verán demolido su
19 b4 parece ganar el peón de flanco de dama. La partida siguió
‘e4’, pero las negras lanzaron un así: 18 ¤c1 ¦fc8 19 ¦f2 ¤c5 20
contraataque tremendo con 19 ... ¤d3 ¤e4 21 ¦e2 a4 22 ¦c1 £c4
¤d3!! 20 cxd3 £xc1+ 21 ¦xc1 23 c3 ¥a6, y las blancas pronto
¦xc1+ 22 ¥f1 ¦fc8, después de lo quedaron perdidas.
cual las blancas no pudieron con- Además de la ruptura central,
tener ambas amenazas ...¥c4 o la el defensor puede, a veces, aprove-
eliminación de las torres en la pri- char las líneas abiertas por el ata-
mera y segunda filas. El remate cante. La siguiente avalancha de
no se hizo esperar: 23 £b2 exd3 peones es una buena demostra-
24 b5 axb5 25 axb5 ¦d1! 26 ¤c6 ción: 1 e4 c5 2 ¤f3 e6 3 d4 cxd4 4
¥f8 27 ¥xb6 d2! 28 £c2 ¥f3, y ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 d6 6 g3 a6 7 ¥g2
las blancas se rindieron. ¥e7 8 0-0 £c7 9 f4 0-0 10 g4! ¤c6
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EL CONTRAJUEGO 121

11 ¤xc6 (de otro modo, seguiría con el avance del peón de d, las
11 ... ¤xd4!, que desviaría la dama negras acortan la diagonal del al-
del ataque blanco en el ala de rey) fil de rey contrario y quitan al ca-
11 ... bxc6 12 g5 ¤d7 13 f5. ballo de la casilla ‘e4’.
La verdadera prueba de fuego
8 para la defensa radica en las va-
7 riantes específicas. Ante 15 f6 las
6 negras pueden jugar 15 ... ¥c5+
5
16 ¢h1 g6, a fin de responder a 17
£e1 ¥b7 18 £h4 con 18 ... ¦fe8
4
19 £h6 ¥f8, y obtener mejor jue-
3
go. Y contra 15 ¢h1 ¥d6 16 £h5,
2 pueden jugar 16 ... ¦e8 17 f6 g6 18
1 £h4 ¤c5, también con un juego
a b c d e f g h excelente. Una tercera idea es 15
g6. Por ejemplo: 15 ... hxg6 16 fxg6
El plan de las blancas es jugar 17 ¤xd5!, pero las negras conser-
f6 ó g6 para forzar la apertura de van una buena posición con 17 ...
líneas en la vecindad del rey ne- ¤f6!
gro. Aquí mantener simplemente El reverso de la moneda es un
las líneas cerradas no es suficien- ataque de flanco en respuesta al
te para las negras. En la partida dominio del rival en el centro. Es,
Robert James Fischer – Svetozar por supuesto, muy deseable ejer-
Gligoric; Olimpiada de Varna cer un mayor control central que
(Bulgaria), 1962, las negras juga- su rival, pero eso no siempre es
ron 13 ... ¦e8 14 ¢h1 ¥f8, para posible. El ataque de ala contra el
responder a 15 fxe6 con 15 ... centro es muy efectivo cuando
¦xe6 y ...¤e5, cuando quedarían expulsa piezas y peones contra-
cubiertas todas las casillas de su rios que defienden puntos clave
flanco de rey. Pero después de 15 del centro.
¥f4 ¤e5 16 f6 g6, las blancas pue- Quizás el caso más famoso de
den mejorar el juego de Fischer este tema sea la partida Milan
(17 h4?) con 17 ¥xe5!, seguido de Vidmar – Aaron Nimzovich; Nue-
un ataque rápido en la columna h va York (EE. UU), 1927, en cuya
sin temor al contrajuego del rival. partida las blancas parecían tener
La idea correcta es 13 ... exf5! el control de las casillas centrales
14 exf5 d5, para explotar la co- después de 1 d4 ¤f6 2 ¤f3 e6 3 c4
lumna e y dar a las piezas meno- ¥b4+ 4 ¥d2 £e7 5 ¤c3 0-0 6 e3
res (sobre todo el alfil de dama) d6 7 ¥e2 b6 8 0-0 ¥b7 9 £c2
un futuro mejor. Por otra parte, ¤bd7 10 ¦ad1?! ¥xc3 11 ¥xc3
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122 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

¤e4 12 ¥e1 f5 13 £b3 c5 14 ¤d2 A diferencia del ejemplo ante-


¤xd2 15 ¦xd2 e5 16 dxe5 dxe5 17 rior de la Defensa Siciliana, esta
f3. partida demuestra que un ataque
de flanco puede desplegarse rápi-
8
damente si el contrajuego central
es mal ejecutado. El ataque de las
7
negras tuvo éxito en parte porque
6
lograron el control de la casilla
5 ‘e4’; y hay que concluir que gana-
4 ron la batalla del centro atacando
3 desde el centro. Con una mejor
2 preparación, como 22 ¥e1! (por
1
ejemplo: 22 ... e4 23 ¥c3!, o 22 ...
a b c d e f g h
g4 23 fxg4 ¤xg4 24 ¥xg4 £xg4 25
£c2), los efectos del ataque po-
drían haberse reducido.

Las blancas pueden lograr un


control absoluto de la columna d FLANCO CONTRA FLANCO
con ¥f2 y ¦fd1. Con su última ju-
gada, también han recuperado el Probablemente el tipo más
control de la casilla ‘e4’. Su juego común de contrajuego sea aquel
parece muy prometedor hasta en que el defensor emprende ac-
que vea usted las siguientes juga- ciones en el flanco opuesto con la
das: 17 ... g5!! 18 ¥f2 ¤f6 19 ¦fd1 esperanza de crear amenazas de-
¦ae8 20 £a4 ¥a8 21 ¦d6 £g7! cisivas antes de que su rival logre
A pesar del dominio de la co- imponerse en el otro sector del
lumna abierta y de la pareja de tablero. Si las blancas atacan en
alfiles, las blancas se encuentran el flanco de rey, las negras lo ha-
en graves aprietos, debido al in- cen en el de dama. O viceversa.
minente ataque enemigo en el Aunque algunas acciones de
flanco de rey, que empezará con peones son habituales en estos
las amenazas ...g4 ó ...e4. Las ejemplos, el contrajuego en el
blancas debieron intentar 22 flanco opuesto también suele
¥e1, con una posición tal vez de- producirse con estructuras estáti-
fendible, pero optaron por 22 cas de peones. Veamos el siguien-
¥f1, y perdieron después de 22 ... te caso:
e4 23 ¥e1?! exf3 24 ¥c3 £e7! 25 Euguene Znosko-Borovski –
¦6d3 fxg2 26 ¥xg2 ¥xg2 27 ¥xf6 Alexander Alekhine; San Peters-
£e4! 28 ¦1d2 ¥h3 29 ¥c3 £g4+. burgo (Rusia), 1913: 1 e4 e5 2 ¤f3
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EL CONTRAJUEGO 123

¤c6 3 ¥b5 a6 4 ¥a4 d6 5 d4 ¥g4 centro mediante la penetración


6 ¥xc6+ bxc6 7 dxe5 dxe5 8 £e2 en el flanco de dama.
¥d6 9 ¥e3 ¤e7 10 h3 ¥h5 11 Pero la mayoría de los contra-
¤bd2 0-0 12 g4!? ¥g6 13 h4 f6 14 juegos de flanco se originan con
h5 ¥f7 15 ¤h4. la acción combinada de piezas y
rupturas de peón. Cuando el ata-
cante depende de las piezas me-
8
nores para el éxito, el defensor
7 puede confiar en la táctica cono-
6 cida de eliminar la pieza peligro-
5 sa, cambiar piezas y presionar en
4 los puntos débiles.
3
Fiódor Ivánovich Dus Joti-
mirski – Efim Bogoljubov; Moscú
2
(Rusia), 1925. 1 ¤f3 ¤f6 2 d4 e6 3
1
e3 c5 4 ¥d3 d5 5 c3 ¤bd7 6 ¤bd2
a b c d e f g h ¥d6 7 0-0 0-0 8 ¦e1 £c7 9 e4
cxd4 10 cxd4 dxe4 11 ¤xe4 ¤d5
12 ¤xd6 £xd6 13 ¤g5 ¤7f6 14
El ataque blanco parece fluir £f3, y ahora las negras orienta-
fácilmente con ¤f5 seguido de g5 ron su juego hacia el flanco de
(o gxf5, caso de ser capturado el dama antes de que las blancas pu-
caballo). El objetivo es ‘g7’, una diesen progresar en el de rey: 14
casilla que no puede ser fácilmen- ... £b4! 15 ¦d1 ¥d7 16 £g3 ¦fc8
te protegida por las negras. Luego 17 £h4 h6 18 ¤f3 a6 19 g4 ¥b5!
se requiere contrajuego. ¿Pero Las negras ganaron poco después
dónde? La columna d está bloque- de 20 g5 hxg5 21 ¥xg5 ¥xd3 22
ada. La columna b es de las ne- ¦xd3 £xb2 23 ¦e1 ¦c3!
gras, pero no servirá de gran cosa Cuando el agresor lanza un
una vez que las blancas jueguen ataque a la bayoneta, el defensor
‘b3’. Además, las piezas menores sabe que su contraataque puede
negras no son lo bastante ágiles permitirse algunos tiempos adicio-
para crear amenazas inmediatas. nales en su preparación, pero tam-
Alekhine logró su propósito bién que el mero cambio de piezas
con madera más pesada: 15 ... no lentificará la ofensiva. Es esen-
£b8! 16 b3 £b4! 17 f3 ¦fd8 18 cial que el contrajuego sea oportu-
¢f2 ¥c5! Después de 19 ¤f1 ¦d6 no y enérgico. Pero no se trata de
20 ¥xc5 £xc5+ 21 ¤e3 ¦ad8 22 conseguirlo “con la mayor rapidez
¦hd1 £c3!, las negras desplega- posible”. También hay tiempo pa-
ron una iniciativa poderosa en el ra una dosis de profilaxis, aunque
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124 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

los defensores rara vez lo tienen ataque a otros puntos de la cade-


para aplicar una cura. na blanca de peones: las casillas
Por ejemplo, en esta posición ‘f3’ y ‘g2’. Con la 13ª jugada dejan
aguda de la Defensa India de de atender la casilla ‘c5’, pero ya
Rey, popular en la década de los no podían restringir el avance c5.
años cincuenta: Si jugasen ...b6, las blancas segui-
1 d4 ¤f6 2 c4 g6 3 ¤c3 ¥g7 4 rían con b4 con buenas perspecti-
e4 d6 5 ¤f3 0-0 6 ¥e2 e5 7 0-0 vas de abrir dos columnas en el
¤c6 8 d5 ¤e7 9 ¤e1. flanco de dama. Lo mismo puede
decirse para un eventual h3 de las
blancas: sólo conseguiría hacer
8 inevitable la apertura del flanco
7 de rey.
6 Durante muchos años se pen-
5
saba que la acción de las blancas
en el ala de dama era más rápida
4
que el ataque de mate que pre-
3
tenden llevar a cabo las negras.
2 Pero en el Torneo de Candidatos
1 de 1953, Najdorf se anotó una
a b c d e f g h asombrosa victoria sobre Taimá-
nov después de 15 ... ¦f7! 16 ¦c2
¥f8! 17 cxd6 cxd6 18 £d2 g4 19
Las negras deben buscar con- ¦fc1 g3! 20 hxg3 hxg3 21 ¥xg3
trajuego en el flanco de rey, a me- ¤h5 22 ¥h2 ¥e7 23 ¤b1 ¥d7 24
nos que las blancas cometan un £e1 ¥g5 25 ¤d2 ¥e3+ 26 ¢h1
desliz grave en el de dama. Esto £g5, y una serie de amenazas de-
significa que debe atacarse la base cisivas forzaron la rendición poco
de la cadena de peones con ...f5. después.
Entretanto, las blancas estarán La preparación instructiva del
atacando la base negra con c4-c5. avance ...g3 se adelantó al juego
Con esto en mente, las negras jue- de las blancas en el flanco de da-
gan 9 ... ¤d7 en lugar de 9 ... ¤e8, ma. Conviene tomar nota de que
porque la primera de estas juga- 15 ... ¦f7 y 16 ... ¥f8 no sólo per-
das restringe mejor el avance c5. miten que la torre negra se trasla-
Entonces, después de 10 ¥e3, de a la columna g, sino que, ade-
prosigue el contrajuego de flanco: más, cubren las debilidades de su
10 ... f5 11 f3 f4! 12 ¥f2 g5 13 ¤d3 campo en ‘c7’ y ‘d6’.
¤f6 14 c5 ¤g6 15 ¦c1. Obsérvese Pasemos ahora al procedi-
que las negras han trasladado el miento mixto de restricción y
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EL CONTRAJUEGO 125

contrajuego en el otro sector del sión natural de las negras en el


tablero. Nuestro modelo de estu- ala de dama, ...b5-b4.
dio es la partida Arthur Bernard Pero a4 también crea debili-
Bisguier – Svetozar Gligoric; dades en el flanco de dama blan-
Bled (Eslovenia), 1961: co, que las negras esperan explo-
1 e4 c5 2 ¤f3 d6 3 d4 cxd4 4 tar mientras vigilan la casilla g5.
¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 a6 6 ¥e2 e6 7 0- Jugaron 17 ... £b8 con idea de 18
0 £c7 8 f4 ¤bd7 9 ¥f3 ¥e7 10 ... b5, y las blancas continuaron
¢h1 ¤f8?! 11 g4! h6 12 f5 e5 13 con 18 a5 £c7 19 b4!? para se-
¤de2 ¥d7 14 a4 ¥c6 15 ¥e3 guir con b5 en algún momento.
¤8d7 16 ¤g3 ¦c8 17 £e2. Como amenaza inmediata, 20 b5
axb5 21 ¤xb5 ¥xb5 22 £xb5, ó
8
21 ... £b8 22 c4, sería fuerte ya.
De modo que las negras volvie-
7
ron a jugar 19 ... £b8, para res-
6
ponder a 20 b5 con 20 ... axb5 21
5 ¤xb5 d5!, y abrir el centro.
4 La siguiente fase es delicada.
3 Las negras se anticipan a la
2
construcción blanca en el ala de
rey, protegen al monarca, aun-
1
que no enrocan. Después de 20
a b c d e f g h
¦f2 ¤h7 21 ¤h5, las negras ju-
garon 21 ... ¢f8!, que les permite
La extravagante maniobra del mantener en la proximidad la
caballo negro en la 10ª jugada era torre de ‘h8’ al tiempo que espe-
una idea popular de Petrosián, ran contener el avance g5. Si-
cuyo fin es establecer un punto guió: 22 ¦d1 ¥g5 23 ¥xg5 ¤xg5
fuerte en el centro. El gran maes- 24 ¥g2? (mejor es 24 h4!) 24 ...
tro armenio la había empleado ¤h7!
antes, en el torneo de Bled, y no Las negras retroceden con el
tuvo problemas para igualar (11 caballo para responder a 25 £d2
£e1 ¤g6 12 ¥e3 0-0 13 ¦d1 e5! con 25 ... ¤hf6 26 £xd6+ £xd6
14 fxe5 dxe5 15 ¤f5 ¥b4 16 ¦d3 27 ¦xd6 ¤xg4 28 ¦fd2 ¤df6 29
¥xf5 17 exf5 e4 18 ¥xe4 ¤xe4 19 ¦d8+ ¢e7. Las blancas jugaron
¤d5 ¥xe1 20 ¤xc7 ¦ac8). Pero de forma coherente, 25 h4, pero
la jugada 11 g4! sitúa a las negras entonces 25 ... ¤df6! 26 ¤g3 (si
a la defensiva en el flanco de rey 26 ¤xf6 ¤xf6 27 ¢g1 h5!, las
debido a la amenaza g5; 14 a4 era blancas tienen problemas en el
necesario para impedir la expan- flanco de rey) 26 ... ¥d7 dio a las
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126 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

negras un contrajuego excelente 8


en el flanco de dama. Las blancas 7
tenían débiles las casillas ‘c3’ y
6
‘c4’, y ahora que b5 ha perdido su
5
carácter de amenaza inmediata,
tienen que protegerlas. 4

Antes que 27 ¦d3 ¦c4, las 3

blancas siguieron con 27 ¤d5 2


¤xd5 28 exd5?, que resultó peor: 1
28 ... ¥b5 29 £f3 ¤f6 30 ¥f1 a b c d e f g h
¥xf1 31 ¤xf1 ¦c4! 32 ¤e3 ¦xb4
33 c4 £a7! 34 ¢g1 ¦b3 35 ¦e1
£d4, y las negras ganaron poco
después. Las negras necesitan movilizar
A pesar de que no creasen peones y deben elegir entre una
contrajuego en el flanco de dama reacción central (...d5) o lateral
y de la evidente amenaza blanca (...b5). La derrota de Gligoric fue
g5, una combinación oportunista criticada y se atribuyó a su pre-
de restricción y contraamenazas ferencia por el juego en el centro.
(además de la imprecisa 24 Pero esas críticas no son justas.
¥g2?) les permitió a las negras Podría haber obtenido buen jue-
volver las tornas. go de inmediato con 9 ... d5!? Por
Hay casos en que un ataque de ejemplo: 10 cxd5 exd5 11 exd5
flanco puede ser más deseable que ¤xg4! 12 ¥xg4 £h4+, o también
una ruptura central. La sensacio- 10 cxd5 exd5 11 e5 ¤xg4 12
nal partida de 1969 entre el joven £xd5+ £xd5 13 ¤xd5 ¤c6, o aun
maestro italiano Mariotti y el ve- 10 exd5 exd5 11 g5 ¤e4.
terano gran maestro Gligoric sirve Las negras jugaron 9 ... ¤c6 10
de ilustración en este sentido: h4 ¤d4, aunque con 10 ... d5! hu-
1 d4 ¤f6 2 c4 g6 3 ¤c3 ¥g7 4 bieran podido abrir satisfactoria-
e4 d6 5 f4 c5 6 d5 0-0 7 ¥e2 e6 8 mente la posición. Pero el error
dxe6!? fxe6 9 g4. decisivo de Gligoric fue respon-
(D) der a 11 h5 con 11 ... d5?, que per-
mitió a las blancas lanzar un ata-
Está claro que las blancas bus- que imparable: 12 e5 ¤e4 13 hxg6
can un mate rápido a partir de un hxg6 14 £d3! b5 15 ¤xe4 bxc4 16
ataque a la bayoneta. Como de £h3! dxe4 17 £h7+ ¢f7 18 f5!
costumbre, una avalancha de pe- exf5 19 ¦h6!, y las blancas gana-
ones no puede contrarrestarse ron. Es cierto que las negras podí-
con un juego de piezas simple. an haber tomado mayores pre-
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EL CONTRAJUEGO 127

cauciones, cambiando piezas y vierte a veces en una batalla por


evacuando la zona de peligro, con el espacio. El defensor puede
14 ... ¤xc3 15 bxc3 ¤xe2 16 ¤xe2 concederle terreno a su adversa-
¢f7, pero aun así su posición se- rio, pero sólo si está seguro de
guiría siendo inferior. que puede crear una línea inex-
El plan correcto para las ne- pugnable de resistencia.
gras, una vez situado su caballo en En la posición del diagrama si-
‘d4’, era 11 ... b5!, con idea de sa- guiente, que se produjo en la par-
crificar peones para apoderarse tida Vasili Smíslov – Yuri Averbaj;
de la iniciativa. A 12 hxg6, las ne- XXII Campeonato de la URSS,
gras siguen con 12 ... b4! 13 gxh7+ Moscú (Rusia), 1955, después de
¢h8, con un grado de seguridad 1 ¤f3 ¤f6 2 g3 g6 3 ¥g2 ¥g7 4 0-
aceptable para su rey: ganan el 0 0-0 5 d4 d5 6 c4 c6 7 ¤a3 e6? 8
peón de ‘e4’ y, a continuación, si- ¥f4 b6 9 £c1! ¥b7 10 ¥h6 ¤bd7
túan su alfil de dama en la gran 11 ¥xg7 ¢xg7 12 b3 ¦c8 13 £b2
diagonal ‘h1’-‘a8’. Si las blancas £e7 14 ¦ac1 ¢g8, las negras que-
optan por 12 cxb5 ¥b7 13 ¥d3, daron sin juego en el flanco de
las negras pueden entonces jugar rey y tampoco tenían fuerzas sufi-
13 ... d5 14 e5 ¤e4, cuando a la da- cientes para realizar el avance
ma blanca no le resulta fácil acer- ...e5 o cualquier otro juego cen-
carse al rey contrario. (Una parti- tral.
da de 1974, entre dos escolares
británicos, siguió así: 15 ¤f3 g5! 16 8
¥xe4 dxe4 17 ¤xg5 h6 18 ¤xe6 7
¤xe6 19 £b3 £d3 20 £xe6+ ¢h8 6
21 ¤e2 ¥d5 22 £a6 ¥c4 23 ¦h2
5
¦ad8 24 £a4 ¥xe5 25 ¥e3 ¥xb2
4
26 ¦d1 ¥c3+ 27 ¤xc3 £f1++. Las
negras aún hubieran dispuesto de 3

mejores posibilidades con 17 ... 2


¥xe5! 18 fxe5 e3 19 ¤ge4 e2!). 1
a b c d e f g h

CONTRAJUEGO Si, por ejemplo, 14 ... dxc4 15


EN EL MISMO FLANCO ¤xc4 c5 16 £a3, la posición es in-
cómoda para las negras. De modo
Cuando el defensor elige (o se que esperan a que las blancas
ve obligado a elegir) luchar en el muestren sus planes para el me-
mismo sector del tablero en que dio juego. Un defensor alerta a
actúa el atacante, el juego se con- menudo puede optar por jugadas
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128 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

de consolidación (por ejemplo, 14 £xb2 20 ¦xb2 ¦fc8. En el final


...¢g8, para sacar el rey de una resultante, las negras protegieron
diagonal que puede abrirse más su punto débil de ‘b6’ e hicieron
tarde) para obligar a su rival a to- tablas después de 21 ¦bc2 ¦xc2
mar una decisión difícil. Ante 15 22 ¦xc2 ¦c8 23 ¦xc8+ ¥xc8 24
¤c2 ó 15 ¤b1, para reciclar el ca- ¤d2 ¢f8 25 ¤ab1 ¢e7 26 ¤c3
ballo, las negras pueden seguir ¤e8 27 f3 ¥b7 28 ¢f2 ¤d6, y
con 15 ... dxc4 16 bxc4 ¦fe8 y nueve jugadas más.
...e5, sin los problemas habituales. La clave para obtener contra-
En caso de 15 ¦fd1, 15 ... ¦fe8 ó juego en el mismo flanco del ata-
15 ... ¦fd8 mantiene en reserva que es saber cazar al agresor en el
una decisión. momento justo en que no está
Smíslov jugó 15 b4 con el doble preparado para ello. Como ilus-
propósito de ganar espacio en el tración, hay un tema común de
flanco de dama (detiene ...£b4 y juego en el flanco de rey cuando
...c5 en algunos casos) y amenazar las blancas realizan el avance g4 y
c5 ó b5 tras la correspondiente las negras responden ...h5! Si las
preparación. Las blancas tienen blancas siguen con g5, permiten a
una considerable ventaja porque las negras la elección entre abrir
sus piezas ligeras son mejores. Así más tarde el flanco de rey con
que sólo necesitan que también lo ...f6, y si gxh5, las blancas habrán
sean las piezas mayores más terre- dislocado la estructura de peones
no y apertura de líneas para impo- en el flanco por el beneficio dudo-
ner esas ventajas. so de una columna semiabierta.
Las negras jugaron sutilmente El que sigue es un caso típico
15 ... ¦b8!, cuya amenaza es 16 ... en la Variante Saemisch de la De-
c5, para aprovechar la situación fensa India de Rey: 1 d4 ¤f6 2 c4
de la dama blanca en la columna g6 3 ¤c3 ¥g7 4 e4 d6 5 f3 0-0 6
b. Ahora 16 c5 bxc5 17 bxc5 ¥a6 ¥e3 e5 7 d5 c6 8 ¤ge2 cxd5 9
habría sido excelente para las ne- cxd5 a6, y ahora, después de 10
gras, y 16 ¦c2 c5! 17 bxc5 bxc5 18 g4, las negras disponen de la ré-
£c1 ¦fc8 daría un juego iguala- plica 10 ... h5!
do. Las blancas prefirieron 16
(D)
cxd5 cxd5 17 ¦c2.
De nuevo, las negras tenían Esta acción de las negras frena
que jugar activamente, so pena de el ataque natural (h4-h5, ¥h6), al
ser aplastadas con ¦fc1. Averbaj tiempo que amenaza ...hxg4. Si 11
optó por 17 ... a5! y, para evitar la g5 ¤h7, las negras tienen muy
apertura de la columna, las blan- buen juego en ambos sectores del
cas jugaron 18 b5 £b4! 19 ¦fc1 tablero. De momento, han deteni-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 129

EL CONTRAJUEGO 129

8 un ataque demoledor (17 ¥xa8


7
£xa8 18 £g3 hxg4). Las blancas
rehusaron la oferta con 17 g5, pe-
6
ro perdieron rápidamente, tras 17
5
... ¦a7.
4

2 CENTRO PASIVO
1
CONTRA CENTRO ACTIVO
a b c d e f g h
He aquí una situación típica
de medio juego en un Gambito
do el asalto blanco en el ala de de Dama Rehusado: 1 d4 d5 2 c4
rey. Por otro lado, la alternativa c6 3 ¤f3 ¤f6 4 e3 e6 5 ¥d3 ¤bd7
11 gxh5 ¤xh5, seguido de ...f5, es 6 ¤bd2 ¥d6 7 0-0 0-0 8 e4 dxe4 9
aún peor para las blancas. ¤xe4 ¤xe4 10 ¥xe4 ¤f6 11 ¥c2
La mejor opción de las blan- h6 12 £e2 b6 13 b3 ¥b7 14 ¥b2
cas es 11 h3 para mantener la ten- £e7 15 ¦ad1 ¦ad8 16 ¥b1.
sión. Pero con el flanco de rey en
equilibrio, las negras pueden apo- 8
derarse de la iniciativa en el flan- 7
co opuesto con 11 ... b5! Por
6
ejemplo: 12 ¥g2 ¤bd7 13 ¥g5
5
£a5, y ...b4.
La debilidad del avance ...h5 4

es mucho menor que g4, un avan- 3


ce que a Tarrasch le gustaba lla- 2
mar “la jugada del harakiri”. Una 1
divertida explotación de este a b c d e f g h
avance sucedió en la partida Sh-
teinberg – Tukmákov, URSS,
1966: 1 c4 c5 2 ¤c3 ¤c6 3 g3 g6 4 Es fácil imaginar que las ne-
¥g2 ¥g7 5 ¤f3 e6 6 0-0 ¤ge7 7 gras reciban mate rápidamente,
d4?! ¤xd4 8 ¤xd4 cxd4 9 ¤b5 digamos en una docena de juga-
¤f5 10 g4 a6! 11 £a4 ¤h4 12 das. Por ejemplo: 16 ... £c7 17
¤d6+ ¢f8 13 ¤xc8? £xc8! 14 ¤e5 ¤d7 18 f4 ¦fe8 19 £g4 ¤f8
£b4+ ¢g8 15 ¥xb7 £b8 16 £b3, 20 ¦f3, con el oportuno avance d5
y las negras plantearon un exce- ó f5. Pero las negras, a partir del
lente sacrificio con 16 ... h5!, que diagrama, tienen una posición
de aceptarse habría conducido a perfectamente viable. La razón
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 130

130 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

por la que podrían perder rápida- Otro caso lo tenemos en la si-


mente es que su posición requie- guiente partida del IX Campeo-
re contrajuego. La única forma de nato de la URSS, 1934.
obtenerlo es transformar su for- Alexánder Ilyin-Jenevski – Ni-
mación central pasiva en activa. kolái Riumin. 1 e4 c6 2 d4 d5 3
En esta situación, familiar en ¤c3 dxe4 4 ¤xe4 ¤d7 5 ¤f3
partidas con el Gambito de Da- ¤gf6 6 ¤g3 e6 7 ¥e2?! ¥d6 8 0-0
ma o la Defensa Caro-Kann, las 0-0 9 b3 £c7 10 ¥b2.
negras necesitan jugar bien ...e5,
bien ...c5, para liberar sus piezas. 8
Esto fue, precisamente, lo que su- 7
cedió en la partida Oldrich Duras 6
– Alexander Alekhine; Karolvy
5
Vary (República Checa), 1911,
4
después de 16 ... c5! 17 ¦fe1 cxd4
18 ¤xd4 ¥b4! 19 ¦f1 ¦fe8. 3

De repente, los alfiles negros 2


son tan amenazadores como los 1
blancos, y Alekhine estaba prepa- a b c d e f g h
rado para crear nuevas amenazas
con ...£c5 ó ...e5, o incluso ...b5. Si las negras no rompen en el
El juego flojo de las blancas pre- centro, sus piezas menores nunca
cipitó su caída: 20 ¢h1 £c5 21 f3 cobrarán vida. Podrían preparar
£g5 22 ¤b5 ¤h5! 23 ¥e5? f6 24 la ruptura con ...b6 y ...¥b7, y lue-
¥c7 ¦xd1 25 ¦xd1 a6 26 ¤d4 e5 go situar las torres en ‘e8’ y ‘d8’, o
27 ¤f5 g6 28 ¤e3 ¥c5 29 ¤f1 en ‘d8’ y ‘c8’, según quieran jugar
¤f4 30 £b2 ¥xf3!, y las negras ...c5 ó ...e5. O podrían jugar ...c5
ganaron. de inmediato.
Volviendo al diagrama, podría- Pero Riumin jugó 10 ... e5!,
mos criticar la ruptura ...c5 por va- que es lo más efectivo, porque
rias razones. Por ejemplo: concede plantea su propia amenaza (...e4)
a las blancas mayoría de peones y asegura casillas de desarrollo
en el flanco de dama. Además, para el alfil y el caballo de dama.
abre la gran diagonal de casillas No teme 11 ¤f5, por 11 ... e4 12
negras. Pero estas consideraciones ¤xd6 exf3! 13 ¤xc8 fxe2 14
palidecen ante la exigencia de un ¤e7+ ¢h8 15 £xe2 ¦ae8, y el ca-
juego dinámico de piezas. Las ne- ballo de ‘e7’ cae.
gras, sencillamente, están obliga- Las blancas no consiguen na-
das a reaccionar en el centro si no da con 11 dxe5 ¤xe5 12 ¤xe5
quieren ser barridas del tablero. ¥xe5 13 ¥xe5 £xe5, si no es un
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 131

EL CONTRAJUEGO 131

juego ligeramente inferior. Lo las negras ganaron gracias a la


mejor que pueden hacer es 11 superioridad central y la mayo-
dxe5 ¤xe5 12 ¦e1, pero entonces ría del flanco de dama.
12 ... ¦e8 da la igualdad a las ne- 2) Borislav Ivkov – Borís Spasski;
gras. En la partida se jugó 11 c4 Santa Mónica (EE. UU), 27 de
e4 12 ¤d2 ¦e8 13 c5, y perdieron julio de 1966. 1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3
la iniciativa después de 13 ... ¥f4 ¤f3 b6 4 g3 ¥b7 5 ¥g2 ¥e7 6
14 ¤c4 b5 15 cxb6 axb6 16 ¥c1 0-0 0-0 7 ¤c3 ¤e4 8 ¤xe4
¥xc1 17 £xc1 ¥a6. ¥xe4 9 ¤e1 ¥xg2 10 ¤xg2 d6
Las blancas se lanzaron enton- 11 e4 ¤d7 12 ¥e3 £c8 13 ¤f4
ces a un ataque desesperado con- c6 14 ¦c1 ¦e8 15 ¤d3. Las
tra el enroque enemigo con 18 blancas han maniobrado con
£g5, pero su posición se vino sus piezas para impedir ...d5, y
abajo después de 18 ... h6 19 £h4 las negras se han anticipado al
¤f8 20 ¤f5 ¤g6 21 ¤xh6+? ¢f8 avance d5, que sería contestado
22 £g3 ¤f4! (no 22 ... £xg3 23 con ...exd5 y ...c5. Pero la dispo-
fxg3) 23 ¥d1 gxh6 24 ¤e5 ¤6d5 sición de piezas ha dejado a las
25 ¦e1 f6 26 ¦xe4 fxe5. blancas débiles en otro sector:
Un centro fuerte, aunque sea 15 ... c5 16 f3 £a6 17 a4? ¥f6
restringido y dispuesto para la de- 18 ¤f2? (puede que lo mejor
fensa, puede convertirse en un sea 18 dxc5) 18 ... cxd4 19 ¥xd4
centro activo con unos cuantos ¥xd4 20 £xd4 ¤c5 21 £xd6
toques diestros si el defensor está £xa4, con un final ganado.
alerta. Por ejemplo:
1) Kurt Moll – Richard Teich- JUEGO EN AMBOS FLANCOS
mann; 11ª ronda del Torneo de
Berlín (Alemania), 1907. 1 e4 En aquellas raras ocasiones en
e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¤c3 ¤f6 4 ¥b5 que las posibilidades son tan
¥b4 5 0-0 0-0 6 d3 d6 7 ¥g5 complejas que puede actuar en
¤e7 8 ¤h4 ¥xc3 9 bxc3 ¤e8! ambos flancos al mismo tiempo,
10 d4 f6 11 ¥c1 ¥e6 12 g3 c5 el defensor debe considerarse
13 ¥e2 ¤c7 14 ¥e3 b6, y aho- afortunado. Normalmente, cuan-
ra, después de 15 f4?, las ne- do un jugador observa ambos
gras finalizaron el bloqueo en flancos es porque trata de calcu-
las casillas de su color para ex- lar si puede romper en uno antes
plotar las debilidades de las ca- de recibir mate en el otro. Pero
sillas blancas: 15 ... exd4! 16 puede significar también que el
cxd4 f5 17 ¥f3 fxe4 18 ¥xe4 defensor está apuntando a dos
¥d5 19 ¥d3 c4 20 ¥e2 ¤g6!, y flancos en expansión.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 132

132 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Ratmir Jólmov – Viacheslar es 27 axb6 £xb6 28 c5! £xb4 29


Ragozin; XXI Campeonato de la £xb4 ¦xb4 30 c6 ¥c8 31 g4, aun-
URSS, Kiev (Rusia), 1954. 1 c4 que, como indicó Ragozin en sus
¤f6 2 ¤c3 d6 3 g3 g6 4 ¥g2 ¥g7 notas, las negras tendrían buenas
5 e3 0-0 6 ¤ge2 c5 7 0-0 ¤c6 8 b3 posibilidades con 31 ... e6.
¥f5 9 d4 cxd4 10 ¤xd4 ¤xd4 11 La idea combinada de atacar
exd4 £d7 12 ¦e1 ¦fe8 13 ¥b2 el flanco de dama blanco en su
¦ab8 14 £d2 ¥h3 15 ¥h1 h5 16 base y el flanco de rey en ‘g3’ es
d5 ¥f5 17 ¦e2 a6 18 a4 £c7 19 muy original. Las negras vieron
¤d1 £b6 20 b4 ¥g4! 21 ¥d4 £c7 recompensada su creatividad
22 f3 ¥d7 23 ¤e3. cuando su opositor jugó 27 ¦b2?,
omitiendo 27 ... bxa5 28 ¦xa5
8 ¦xb4!, después de lo cual siguió
7 29 ¦xa6 (29 ¦xb4 £xa5) 29 ...
6
¦xb2 30 £xb2 ¦b8 31 £d4 ¦b1+
32 ¤f1 ¤f5, y las negras se hicie-
5
ron con la iniciativa. Ahora los
4
peones blancos caen como fruta
3 madura: 33 ¦a8+ ¥c8 34 £f2
2 £xc4 35 ¥g2 ¢g7 36 g4 ¥b7! 37
1 ¦a2 ¤d4 38 ¦d2 ¤b3 39 ¦e2
a b c d e f g h ¥xd5 40 ¦xe7 ¤d4 41 h3 ¥e6 42
£e3 ¤e2+ 43 ¢f2 ¤f4 44 ¤d2
Está claro que las blancas tie- ¤d3+, y las blancas se rindieron.
nen la porción del pastel en el
centro y un fuerte juego en el
flanco de dama. El plan, por PARTIDAS ILUSTRATIVAS
ejemplo, a base de a5, £b2, ¦c1 y
c5 sería prácticamente ganador. Arthur Bernard Bisguier – Ti-
El contrajuego de las negras po- grán Petrosián; Enfrentamiento
dría organizarse con ...e5, pero EE.UU. – URSS, 4ª partida, Nue-
Ragozin encontró una interesan- va York (EE.UU.), 1954
te alternativa: 23 ... h4! 24 a5 ¤h5
(elimina la pieza más fuerte) 25 1 d4 ¤f6 2 c4 c5 3 ¤f3 cxd4 4
¥xg7 ¤xg7 26 £d4 b6! ¤xd4 ¤c6 5 ¤c3 e6 6 g3 ¥c5 7
La idea de las negras es cam- ¤b3 ¥e7 8 ¥g2 0-0 9 0-0 d6.
biar peones, jugar luego ...£c5 y
ocupar la columna con las torres. Las blancas tienen una peque-
El sacrificio del peón de h vale la ña ventaja estratégica debido a su
pena. El mejor plan de las blancas mayor dominio espacial. La mo-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 133

EL CONTRAJUEGO 133

desta disposición de las piezas ne- ón de b (15 ... ¤a7 16 e5), y no les
gras indica que jugarán contra el conviene 15 ... bxc4 16 ¤xc4, se-
peón de ‘c4’ como en una Defen- guido de ¦ac1.
sa Siciliana. Puesto que ésa es la
posibilidad principal de contra- 15 ... b4!
juego de las negras, las blancas
deberían continuar con 10 ¤d4 y Decisión excelente que, a pri-
11 b3, o algo por el estilo. mera vista, parece renunciar a la
actividad en el flanco de dama
10 e4?! ¤e5 iniciada con ...b5. Pero las negras
11 £e2 £c7 dirigen su atención a la columna
12 ¤d2 a6 a, que se proponen abrir con el
13 b3? b5! nuevo avance ...a5-a4. En conjun-
ción con la maniobra ...¤d7-c5,
Esto les asegura un juego acti- las negras pueden plantear serios
vo a las negras puesto que si 14 f4 problemas a las blancas en el ala
¤c6 15 cxb5, las blancas perderí- de dama. Si las blancas optan por
an pieza con 15 ... ¤d4 y 16 ... suprimir radicalmente la ruptura,
£xc3! con 16 ¤a4, entonces las negras
juegan ...¤d7-c5, y se beneficia-
14 f4 ¤c6 rán de la apertura de la columna
15 ¥b2 ... d en caso de ¤xc5.

8
16 ¤d1 a5
17 ¤e3?! a4
7
18 ¦ab1 axb3
6
19 axb3 ¦a2
5

4 Las negras tienen un juego


3 magnífico gracias al dominio de la
2
columna a. Para desalojar la torre
negra, las blancas tendrían que
1
llevar un caballo a d3, vía f2, cuan-
a b c d e f g h
do, con ¦a1 ó ¤c1, la torre sería
expulsada, como señaló Hans
Las negras han ganado una Kmoch. En lugar de esto, las blan-
pequeña batalla táctica, al haber cas se lanzan en una tentativa de
podido realizar el avance ...b5, forzar el mate. Esta partida nos
pero ahora se enfrentan a un pro- trae reminiscencias de otra pro-
blema. No pueden sostener su pe- ducción magistral de Petrosián:
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 134

134 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Donald Byrne – Tigrán Petro- ahora se disponen a efectuar un


sián;Torneo de Palma de Mallorca contragolpe en el centro para
(España), 1968. 1 c4 g6 2 ¤c3 ¥g7 abrir líneas decisivas. De ahora
3 g3 ¤f6 4 ¥g2 0-0 5 e4 d6 6 ¤ge2 en adelante, nunca cederán la ini-
c6 7 0-0 a6 8 d4 ¤bd7 9 h3 ¦b8 10 ciativa.
d5 c5 11 a4 ¤e8 12 f4 ¤c7 13 £d3
¤f6 14 ¥d2 ¥d7 15 a5 b6 16 axb6 25 ¦g3 e5!
¦xb6 17 £c2 £b8 18 ¤d1 ¤fe8 19 26 f5 ¤d4!
¥c3 ¥xc3 20 ¤exc3 ¦b4 21 £e2
e5 22 f5 ¤f6 23 ¦f2 ¢h8 24 ¢h2 Además del ataque a la dama,
g5! 25 ¤e3 ¦g8 26 ¥f3 ¦b6 27 existe la amenaza de invasión en
¢h1 ¢g7! 28 h4 h6 29 ¦g1 ¢f8 30 ‘d3’. Por otro lado, después de 27
¤g4 ¤xg4 31 ¥xg4 ¤e8 32 f6 ¥xd4 exd4, las blancas pierden
¥xg4 33 £xg4 ¦g6 34 ¦gf1 gxh4 uno o dos peones (cuando el ca-
35 £xh4 ¦xb2 36 g4 ¦xf2 37 ¦xf2 ballo mueva, sigue ...¥xf5).
£b3 38 ¦f3 ¢g8! 39 g5 hxg5 40
£g4 ¤xf6. Las blancas abando- 27 £f1 ¤dxb3
nan. 28 ¤xb3 ¤xb3
29 £e1 ¤c5!
Siguiendo con la partida ante-
rior: Otra jugada estelar: las negras
ganan tiempo para presionar ‘e4’ y
20 g4 ¤d7! explotar la descoordinación de las
21 g5 ¦e8 piezas blancas en ambos flancos.
22 ¢h1 ¤c5
23 h4 £d8 30 £xb4 ¥b7
24 ¦f3 ¥f8 31 ¤d5 ¦a4
8
32 £d2 ¥xd5
7
Las negras suprimen radical-
6
mente la última posibilidad de las
5 blancas: 33 ¤f6+ gxf6 34 gxf6+.
4

3 33 £xd5 ¦b4!
2
Las negras ganan ahora una
1
pieza gracias a la clavada en la
a b c d e f g h
columna b. El juego de Petrosián
Las negras han cubierto ade- en posiciones cerradas o restrin-
cuadamente el flanco de rey y gidas era un modelo de agudeza
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 135

EL CONTRAJUEGO 135

y de lucidez. La partida finalizó nas líneas y casillas para sus pie-


así: zas menores. Curiosamente, aún
tienen que seguir jugando con su-
34 ¥f3 £a8 ma precisión para poder igualar.
35 £d2 £b7 Su problema es dotar a sus piezas,
36 ¦g2 ¦b8 sobre todo a la dama y a las to-
37 ¥d1 £xe4 rres, de un juego activo. Hay un
38 ¥c2 £xc4 cierto embotellamiento central y
39 g6 ¦xb2 deberán evitar los posibles trucos
40 gxh7+ ¢h8 de las blancas, relacionados con
41 ¦bg1 £xh4+ ¤e5 y d5. Por ejemplo: 12 ... ¤e4
42 ¦h2 £f4 13 ¤e5 ¤xc3 14 ¤xc6, o aun 12 ...
¤e8 13 e4 ¤d6 14 £d3.
Las blancas se rindieron.
12 ... £d6!

Grigori Ravinski – Vasili Smís- Esto alivia mucho el juego de


lov; XIII Campeonato de la las negras, porque un cambio de
URSS, Moscú (Rusia), 1944 damas (con ...£b4) les permitiría
atacar de inmediato el centro
1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 g3 d5 4 ¥g2 enemigo. De esta forma, también
dxc4 5 £a4+ ¥d7 6 £xc4 ¥c6 7 habilitan las jugadas ...¦fd8 y
¤f3 ¥e7 8 ¤c3 0-0 9 0-0 ¤bd7 10 ...¥e8, para seguir con ...b6 y ...c5.
¥g5 h6 11 ¥xf6 ¤xf6 12 ¦ad1. Esta última ruptura es la clave del
contrajuego negro, pero requiere
8 suma cautela en su ejecución.
Una partida modelo es Junge –
7
Alekhine, Múnich, 1942, aunque
6
se desvió de ésta en plena apertu-
5
ra:
4

3 13 £d3 £b4
2 14 £c2 £a5
1
15 e4 ¦fd8
a b c d e f g h
Ahora las blancas pueden ju-
gar ¤e5 sin cambiar el fuerte alfil
de fianchetto. Con su última juga-
Las negras han logrado la pa- da, las negras permiten la retirada
reja de alfiles y cuentan con bue- eventual del alfil de dama a ‘e8’
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 136

136 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

sin encerrar una torre. Smíslov 8


comenta que a las negras no les 7
disgustaría la variante 16 ¤e5
6
¥e8 17 ¤c4 £a6 18 b3 c6, debido
5
a que disponen de amenazas con-
tra el centro, a base de ...b5 y 4

...£b6. 3

2
16 ¦fe1! ¥e8! 1
a b c d e f g h
De este modo las negras se an-
ticipan al avance 17 d5, que ahora queña iniciativa. Los problemas
podrían replicar con 17 ... exd5 18 blancos están vinculados con
exd5 ¥b4 19 ¤d4 ¥d7, seguido ‘e4’. Si este peón estuviese situa-
de ...¥xc3 y ...¦e8 ó ...¥g4, en cu- do en ‘e3’, entonces el peón de
yo caso el peón de ‘d5’ constitui- ‘f2’ no sería fácilmente atacable,
ría una debilidad seria para las el peón de e podría defenderse
blancas. sin dificultades, y, en consecuen-
En la siguiente fase, las blan- cia, el juego desembocaría en
cas aprovechan la posición de la unas tablas.
dama negra para establecer lo
que parece un control férreo del 22 dxc5 ¥xa4
avance ...c5. Esta cuestión es pre- 23 £xa4 bxc5
cisamente la clave de la lucha, 24 ¥f1 £b6
porque si las negras consiguen re- 25 b5! ...
alizar esa ruptura, determinarán
el curso de la partida. Una buena jugada defensiva
relacionada con la idea de blo-
17 a3 c6 queo ¥c4.
18 ¤a4 ¦ac8
19 b4!? £c7 25 ... c4!
20 £b3 b6
21 ¦c1 c5! Pero la diagonal ‘g1’-‘a7’ bien
vale un peón para las negras. Por
(D)
ejemplo: 26 ¥xc4 ¤g4 27 ¦e2
La ruptura es eficaz, en virtud ¦d3!, o 26 ¦xc4 ¤g4 27 £c2 ¦xc4
de que, en la posición simplifica- 28 ¥xc4 ¤xf2! Lo mejor para las
da que se producirá, el alfil ne- blancas es 26 ¦xc4 ¤g4 27 ¦e2
gro y la utilización de la columna ¦xc4 28 £xc4 ¥c5 29 £c2 £xb5
d garantizan a las negras una pe- 30 h3.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 137

EL CONTRAJUEGO 137

26 h3? c3 las blancas en sus tres primeras fi-


27 £b3 ¥c5 las: 29 ¦xd2 cxd2 30 ¦e2 ¥xf2+!
28 ¦c2 ¦d2! 31 ¢g2 ¦c3 32 £d1 ¥e3 33 ¤xd2
£d4 34 £e1 ¤xe4 35 ¤xe4
Ahora, en caso de 29 ¤xd2, se £xe4+ 36 ¢h2 £d4 37 ¦g2 ¦c1
produciría una bonita variante: 29 38 £e2 £a1 39 £xe3 ¦xf1 40 g4
... ¥xf2+ 30 ¢g2 ¥xe1 31 ¤f3 ¦e1, y las blancas se rindieron,
£e3 32 ¦e2 £xe2+ y 33 ... c2. Las ante las amenazas a su rey y a los
negras sencillamente arrollan a peones del flanco de dama.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 138
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 139

CAPÍTULO 5

El sacrificio

el defensor. No puede hacerse

U
n sacrificio brillante, dijo
en una ocasión el hom- gran cosa acerca del seudosacrifi-
bre sabio, sólo demues- cio antes mencionado, porque su
tra que alguien se ha equivocado. posición posiblemente fuese, en
Lo que Savielly Tartakower quiso cualquier caso, desesperada. Pero
decir es que las entregas de damas el sacrificio no concluyente u op-
y torres deslumbrantes sólo pue- timista requiere una gran aten-
den ser correctas si quien las reali- ción.
za cuenta en su haber con una se- ¿Debo capturar el material
rie de ventajas estratégicas. que se me ofrece? ¿Puedo rehu-
Entonces, una vez acumulada una sarlo? Desde un punto de vista
superioridad manifiesta, puede práctico, ¿rehusar el sacrificio
coronar el medio juego con un sa- confundirá más a mi adversario
crificio espectacular y conservar que su aceptación? Si lo acepto,
la planilla para su posterior publi- ¿podré defenderme contra las
cación en las antologías del juego. amenazas inmediatas? ¿Qué pa-
Este tipo de sacrificio “prácti- sará con las amenazas a largo
co” o seudosacrificio es fácil de plazo como consecuencia de la
entender. En cambio, el sacrificio aceptación? ¿Cuánto material
no concluyente, que no fuerza la necesito para ganar? ¿Cuándo
rendición en la continuación in- debo devolver el material sacrifi-
mediata, es el auténtico reto para cado? ¿Por cuánto material vale
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 140

140 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

la pena correr el riesgo? Éstas Desde el punto de vista del


sólo son algunas de las preguntas defensor, sin embargo, tales dis-
a los problemas planteados. tinciones son secundarias. La pri-
En este capítulo pasaremos re- mera división que el defensor tra-
vista a algunas de las principales za es entre sacrificios forzosos y
cuestiones relacionadas con los sa- no forzosos. En otras palabras, la
crificios. Desde un punto de vista pregunta que se plantea es: ¿De-
práctico, no hay mucha diferencia bo aceptar este sacrificio o puedo
entre: a) un sacrificio deliberada- rehusarlo?
mente planeado por el rival, b) la Miguel Najdorf recordaba
pérdida de material omitida por el otro tartakowerismo cuando se
adversario, y c) que usted haya anotó su primera partida, contra
provocado su sacrificio, haciendo Wolfgang Unzicker, en el Torneo
que cualquier alternativa se tra- Piatigorsky de 1966. La posición a
duzca en una posición inferior. En que llegaron ambos grandes ma-
todos los casos se gana y se pierde estros era un producto típico de
material y los méritos del cambio la Defensa Nimzoindia:
de material a menudo tienen poco 1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4
que ver con la motivación. Pero a e3 0-0 5 ¥d3 d5 6 ¤f3 c5 7 0-0
efectos de nuestro estudio, dejare- ¤c6 8 a3 ¥xc3 9 bxc3 dxc4 10
mos la provocación y la recolecta ¥xc4 £c7 11 ¥d3 e5 12 £c2 ¦e8
de peones para el capítulo siguien- 13 dxe5 ¤xe5 14 ¤xe5 £xe5 15
te. f3 ¥e6!? 16 ¦e1? ¦ad8 17 ¦b1
£d5! 18 ¥f1 ¥f5 19 e4.

¿ACEPTAR O REHUSAR?
8
Existen numerosas y excelen- 7
tes monografías escritas desde el
6
punto de vista del jugador que re-
5
aliza el sacrificio. En esas obras,
los autores, como Spielmann, Vu- 4

kovic o Shamkovich, se toman la 3


molestia de distinguir entre las 2
funciones que realizan los dife- 1
rentes sacrificios. Algunos se eje- a b c d e f g h
cutan para abrir líneas, otros para
asegurarse a tiempo una ventaja,
otros para desmantelar el enro- Ahora se puso de manifiesto
que enemigo, etc. la idea de las negras en la jugada
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 141

EL SACRIFICIO 141

18ª: 19 ... ¤xe4!, una idea de sacri- dir a más de un jugador, incluidos
ficio más o menos transparente los más fuertes maestros. El juga-
que les hubiera concedido una dor que sacrifica ha preparado su
posición ganadora tras 20 fxe4 posición para ese momento y ha
¦xe4! 21 ¦xe4 ¥xe4 22 £b2 calculado todas las variantes que
¥xb1 23 £xb1 £d1, seguido de hacen de la aceptación del sacrifi-
...£e1 y ...¦d1. cio. Pero ¿ha considerado con la
“Por fortuna, no perdí la cabe- atención debida el rechazo del és-
za y me acordé de una máxima de te? Una manifestación aguda de
mi viejo maestro Tartakower”, es- este caso se produjo en una parti-
cribió Najdorf en el libro del tor- da del Campeonato de la URSS
neo, “según la cual ‘para perder por equipos de 1963, entre Borís
no basta con cometer sólo un Spasski y Alexéi Suetin:
error’”. 1 d4 d5 2 c4 dxc4 3 ¤f3 ¤f6 4
Para complicar las cosas, las e3 e6 5 ¥xc4 c5 6 0-0 a6 7 £e2 b5
blancas jugaron 20 £b3!!, un re- 8 ¥b3 ¥b7 9 ¦d1 £c7 10 ¤c3
chazo inesperadamente fuerte ¤bd7 11 e4 cxd4 12 e5!? bxc3 13
del sacrificio. Si las negras cam- exf6 ¤xf6 14 ¤e5 ¥c5! 15 ¥f4
biasen ahora material para pre- £b6 16 ¤xf7.
servar el peón de ventaja, se en-
contrarían en un final inferior: 20
8
... £xb3 21 ¦xb3 ¤d6 22 ¦xe8+
7
¦xe8 23 ¥f4, o bien 22 ... ¤xe8 23
¦xb7 ¦d1 24 ¦b8 ¢f8 25 ¥e3! 6

Unzicker decidió ganar un 5


segundo peón, con 20 ... ¤xc3, 4
pero después de esto, las blancas 3
se aseguraron el empate gracias
2
a la actividad de sus piezas. La
1
partida concluyó rápidamente
con 21 ¦xe8+ ¦xe8 22 £xd5 a b c d e f g h

¤xd5 23 ¦xb7 ¢f8 24 ¢f2 ¦e7


25 ¦b8+ ¦e8 26 ¦b7 ¦e7. Ta-
blas. Najdorf se recuperó justo a Las negras podrían tratar de
tiempo, antes de cometer el se- defenderse con 16 ... ¢xf7, pero
gundo error, como hubiera suce- Suetin comprendió que hubiera
dido en caso de aceptar el sacri- sido imposible sobrevivir a 17
ficio de Unzicker. ¦d6!!, que Spasski le tenía prepa-
El simple acto de rehusar un rado. Pero, aunque esta jugada no
sacrificio ha bastado para confun- fuese convincente, era preferible
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 142

142 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

optar por la segura 16 ... 0-0!!, co- mate en 11 jugadas, se empezó


mo jugó Suetin. por 11 ¤g5+ ¢g6 12 ¤df3 e5 13
Sí, es perfectamente regla- ¤h4+ ¢f6 14 ¤h7+.
mentario enrocar corto en esta Pero quizás el ejemplo más
posición. Pero Spasski sin duda lo notorio de esta fidelidad dudosa
había omitido en sus cálculos, a los principios se encuentre en
cuando estudió las complicacio- una partida de Karl Schlechter en
nes con 12 e5. Ahora, el futuro su victoria de torneo más brillan-
campeón mundial debía haber ju- te. Tenía blancas contra Georg
gado 17 ¤d6, pero, tal vez sacudi- Salwe, en San Petersburgo, 1909:
do por la inesperada réplica de su 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 a6 4
rival, quedó fuera de onda y per- ¥a4 ¤f6 5 0-0 ¥e7 6 ¦e1 b5 7
dió en pocas jugadas, después de ¥b3 d6 8 c3 ¤a5 9 ¥c2 c5 10 d3
17 ¤g5? cxb2 18 ¦ab1 ¦ae8 19 ¤c6 11 ¤bd2 0-0 12 ¤f1 £c7 13
¦xb2 £c6 20 ¤f3 ¤e4! ¥g5 ¤e8 14 ¤e3 ¥xg5 15 ¤xg5
Una de las razones por la que ¤e7 16 a4 ¦b8 17 axb5 axb5 18
los sacrificios oportunistas tienen £d2 h6 19 ¤f3 ¥e6 20 d4 ¤f6 21
éxito tan a menudo es que los de- ¦a6 ¦a8.
fensores tienden a creer en el an-
tiguo aforismo “la mejor forma 8
de refutar un sacrificio es acep- 7
tarlo”. Amos Burn, que fue du- 6
rante muchos años el más fuerte
5
jugador inglés más fuerte, era es-
4
pecialmente vulnerable a esa sen-
tencia, y los aceptaba todos “por 3

principio”. Un notable ejemplo 2

de ello fue su derrota ante Frank 1


Marshall (blancas) en Ostende en a b c d e f g h
1907. El americano comenzó con
1 d4 ¤f6 2 ¤f3 d6 3 ¥f4 ¤bd7 4 Aquí Schlechter jugó 22
e3 g6 5 ¥d3 ¥g7 6 ¤bd2 0-0 7 dxe5!?, un sacrificio que, como
h4?! ¦e8 8 h5 ¤xh5 9 ¦xh5? gxh5 observó el campeón mundial
10 ¥xh7+. Aquí la sencilla 10 ... Emanuel Lasker, era ventajoso,
¢f8! hubiera puesto punto final ya fuese aceptado o rehusado. A
al ataque de Marshall, antes de 22 ... dxe5 23 ¦ea1 ¦xa6 24 ¦xa6
éste hubiese comenzado, y las ne- ¥c8, las blancas tenían tiempo de
gras podrían asumir la iniciativa jugar 25 £d6!, con una gran ven-
con ...e5. Pero, fiel a sí mismo, taja en el final, y si 24 ... ¦d8, las
Burn jugó 10 ... ¢xh7??, y recibió blancas jugarían 25 £c1, para do-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 143

EL SACRIFICIO 143

blar en la columna a, la superiori- 8


dad sería incuestionable. 7
Por consiguiente, Salwe eligió
6
22 ... ¦xa6 23 exf6 gxf6 24 ¤d5!
5
¥xd5 25 exd5 ¢g7 26 ¤h4, con
una posición perdida, que las 4

blancas ganaron al estilo clásico: 3

26 ... ¦e8 27 h3 £d8 28 ¦e3 ¤g6 2


29 ¤f5+ ¢f8 30 ¦e6!! 1
Después de que la partida ga- a b c d e f g h
nase el premio de belleza y de
que Lasker la alabase en el libro
del torneo, se descubrió que el sa- tulo 3. Las negras acaban de jugar
crificio se habría refutado senci- 24 ... ¦e4!, con la intención de si-
llamente con 22 ... ¤xe4!, ya que tuar el caballo en ‘d5’ después de
si 23 ¥xe4, sigue 23 ... ¦xa6 y el 25 ¥xe4 dxe4. Luego, con la peli-
enroque negro es sólido como la grosa columna e cerrada, pueden
roca. respirar más fácilmente. Desde el
punto de vista material, la situa-
ción estaría casi igualada, debido
PROBLEMAS Y al peón extra ganado en la aper-
VENTAJAS DE REHUSAR tura.
Las blancas, sin embargo, no
Lo que permite que estos sa- están obligadas a capturar. En re-
crificios se puedan rehusar es que alidad, Smíslov simplemente me-
no tienen un carácter forzoso. joró su posición con una penetra-
Una cosa es que cuando su oposi- ción de dama, pues de todos
tor tome un caballo con una to- modos la oferta de la calidad no
rre, usted deba retomar si no iba a escaparse. El juego siguió
quiere quedarse con pieza de me- así: 25 £g3! ¦g8 26 £g5! ¥e7 27
nos, y algo muy distinto cuando, £h6 ¥f6 28 £h7 ¦g7 29 £h8+
por ejemplo, sitúa una torre en ¤c8, y ahora 30 ¥xe4 dxe4 31
medio del tablero, como en la £f8. El caballo ya no puede lle-
partida Vasili Smíslov – Vladímir gar tan fácilmente a ‘d5’ y las pie-
Makogónov; XIII Campeonato zas negras están mucho peor co-
de la URSS, Moscú (Rusia), 1944: ordinadas. No sólo el sacrificio de
las negras no era forzoso, sino que
(D)
tampoco estaba condicionado por
Esta posición nos recuerda a el tiempo. Las blancas acabaron
la partida de Botvínnik del capí- ganando en una dura lucha.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 144

144 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

¿Cuán apremiante es forzoso? 8


Cuando hablamos de un sacrifi- 7
cio forzoso, queremos decir que
6
las concesiones que realizaría el
5
defensor, caso de rehusarlo, serí-
an demasiado grandes. A menudo 4

este tema es cuestión de apre- 3


ciación: “Si no tomo ahora su ca- 2
ballo, lo apartará en la jugada si- 1
guiente, y quedará con un peón a b c d e f g h
de ventaja. ¿Vale la pena que
pierda un peón?”. De todos mo-
dos, es más una cuestión de cálcu- cuanto que no veía de qué modo
lo que de evaluación. podrían ganar las blancas”. Re-
Tal fue el caso en la partida trospectivamente, sin embargo,
crítica del Torneo de Candidatos debe aplaudirse su decisión de
de 1953. Paul Keres, que se en- rehusar la entrega de la torre,
contraba a un punto del joven porque los análisis posteriores
David Bronstein, buscó el mate a demostraron que las blancas dis-
toda costa en una de las últimas ponían de un ataque devastador
rondas.1 después de 19 ... gxh5 20 £xh5
Keres – Smíslov. 1 c4 ¤f6 2 ¦e8 21 a4!! (para jugar ¥a3) 21
¤c3 e6 3 ¤f3 c5 4 e3 ¥e7 5 b3 0-0 ... £d6 22 c5! Por otra parte, lo
6 ¥b2 b6 7 d4 cxd4 8 exd4 d5 9 justo hubiera sido plantearle
¥d3 ¤c6 10 0-0 ¥b7 11 ¦c1 ¦c8 también a Keres la pregunta de
12 ¦e1 ¤b4! 13 ¥f1 ¤e4! 14 a3 si había descubierto el método
¤xc3 15 ¦xc3 ¤c6 16 ¤e5 ¤xe5 ganador.
17 ¦xe5!? ¥f6 18 ¦h5 g6 19 Pero las negras conservaron la
¦ch3!!? sangre fría, tras la asombrosa ju-
(D) gada 19ª de su rival. Por supuesto,
la alineación de torres contra el
Como escribió Bronstein en peón de ‘h7’ significa que las pie-
su libro del torneo, Smíslov esta- zas blancas penetrarán en el en-
ba predispuesto a aceptar el sa- roque. ¿Hasta qué punto es eso
crificio de la torre, “tanto más peligroso? Analizando un poco

1
El autor no contrastó sus recuerdos, y conviene situar esta importantísima partida en el contexto
preciso. Cuando se disputó, en la 24ª ronda, a falta de seis para el final, Smíslov y Reshevsky mar-
chaban en cabeza, con 13,5 puntos, seguidos de Keres y Bronstein, con 13. Smíslov tenía, además,
una partida menos, por lo que el encuentro era, ciertamente, decisivo para Keres. N. del T.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 145

EL SACRIFICIO 145

más, Smíslov se convenció de que ra de peones, y otras, significa en-


podía rehusar la oferta con 19 ... tregar una pieza o peón tempo-
dxc4!! ralmente, o incluso de forma defi-
La primera razón de por qué nitiva.
es fuerte esta jugada es que las He aquí la partida del Campe-
blancas no pueden capturar con onato Soviético de 1952, entre
la rutinaria 20 bxc4, porque en- Korchnói (negras) y Goldénov.
tonces las negras toman la torre y Las negras han defendido hábil-
rechazan el ataque mediante el mente su flanco de rey y se dispo-
traslado de su alfil de dama a ‘e4’. nen a asumir la iniciativa con 27
La segunda razón es que las blan- ... ¦e2. El problema de las blan-
cas se encuentran ahora en el cas es que si 27 ¦e3, 27 ... ¥f4!, y
punto de mira. Tienen que encon- si 27 £g5, 27 ... f6! 28 ¥xf6 h6 29
trar una réplica igualmente fuerte £g6 £e6!
entre las diversas jugadas candi-
datas, como 20 ¦h6, 20 £g4 y 20 8
¦xh7. Someter al contrario al
7
problema de elegir es una magní-
6
fica arma defensiva.
La última posibilidad, 20 ¦xh7, 5

era crítica, porque también res- 4


pondía a la cuestión de si la juga- 3
da 19ª de las blancas suponía o no 2
un sacrificio forzoso. Keres jugó
1
20 ¦xh7 c3 21 £c1!, con idea de
a b c d e f g h
llevar la dama a ‘h6’. Smíslov, sin
embargo, había calculado de an-
temano que podía incorporar su
dama a la defensa con 21 ... Ante estas variantes, Goldé-
£xd4!, cubre ‘g7’ y ‘h8’. Esta ju- nov buscó refugio en la honora-
gada resultó demoledora y la par- ble tentativa de un jaque perpe-
tida finalizó así: 22 £h6 ¦fd8 23 tuo tras 27 ¥xg7, con idea de dar
¥c1 ¥g7 24 £g5 £f6 25 £g4 c2 jaques interminables en ‘f6’, ‘g5’ y
26 ¥e2 ¦d4 27 f4 ¦d1+ 28 ¥xd1 ‘h6’. ¿Es un sacrificio de obligada
£d4+, y las blancas se rindieron. captura?, se preguntó Korchnói.
Cuando el defensor se dice a sí Las blancas amenazan 28 ¥f6 ó
mismo: “Puedo permitirme rehu- 28 £g5 si las negras juegan otra
sar el sacrificio”, también está re- cosa que 27 ... ¢xg7.
alizando un sacrificio. A veces, Pero las negras encontraron
eso significa sacrificar la estructu- 27 ... £f5!, que tiene la doble fun-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 146

146 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

ción de tomar el alfil (ahora que 8


el perpetuo es imposible), y tam- 7
bién de apoyar un poderoso con-
6
trajuego a base de ...¦e2 y ...¥f4.
5
Para impedir esta última idea, las
blancas jugaron 28 ¥h6, pero en- 4

tonces siguió 28 ... ¦e2! 29 £g5+ 3

£xg5 30 ¥xg5 ¥e5!, con un final 2


superior para las negras; por cier- 1
to, resulta interesante la forma en a b c d e f g h
que Korchnói explotó su ventaja:
31 ¦d1 ¥xb2 32 ¢f1 ¦c2 33 ¦d2? f5), su posición sigue siendo infe-
¦c1+ 34 ¢f2 ¥c3! 35 ¦e2 ¥e1+! rior. En realidad, hay varias posi-
36 ¦xe1 (36 ¢f1 ¥d2+, seguido bles mejoras para las blancas en
de 37 ... ¦xe2+ y 38 ... ¥xg5) 36 ... el juego precedente. Aquí, sin em-
¦cxe1, ganan. bargo, las negras tienen poca
Las negras corrieron un riesgo elección, pues si 21 ... h6, 22 ¥a3,
al responder al sacrificio de alfil seguido de £g6 ó f5, sería muy
con 27 ... £f5!, pues consideraron fuerte para las blancas.
que su contraataque valía más En consecuencia, las negras
que el peón. Otra ilustración de optaron por un ingenioso sacrifi-
este enfoque la tenemos en la cio de peón, devolvieron el gana-
partida clave Fridrik Olafsson – do en la apertura: 21 ... g6! 22
Mijaíl Tal; 11ª ronda del Torneo ¥xg6, y ahora no 22 ... hxg6 23
de Candidatos, Bled, Zagreb, Bel- £xg6+ ¢h8 24 ¤f5!, seguido de
grado, 24 de septiembre de 1959. ¦f3-h3, sino 22 ... £e7!
1 e4 c5 2 ¤f3 e6 3 d4 cxd4 4 Examinemos ahora la posi-
¤xd4 a6 5 c4 ¤f6 6 ¤c3 ¥b4 7 ción. Las blancas sólo pueden re-
¥d3 ¤c6 8 ¤e2 £c7 9 0-0 ¤e5? novar el ataque a ‘h7’ y a otros
10 f4! ¤xc4 11 ¢h1! ¥e7 12 b3 objetivos del flanco de rey con
¤b6 13 e5 ¤fd5 14 ¤e4 f5! 15 grandes dificultades. El mayor
exf6 ¤xf6 16 ¤2g3 ¤bd5 17 ¥b2 problema es resolver el de sus
0-0 18 ¦c1 £d8 19 £e2 b5 20 piezas amenazadas de captura o
¤xf6+ ¥xf6 21 £h5. cambio. Para coordinar las piezas,
deberán perder tiempo, y es pre-
(D)
cisamente la ganancia de tiempo
Las negras han aceptado un lo que salva a las negras.
sacrificio dudoso de peón, y a pe- Lo que sucedió fue esto: 23
sar del buen intento por controlar ¥xf6 ¤xf6 24 £f3 ¦b8 25 ¥d3
espacio en el flanco de rey (14 ... ¥b7 26 £e2 ¢h8 27 ¦ce1 ¦be8, y
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 147

EL SACRIFICIO 147

aquí las blancas deberían haber Flohr introdujo una defensa exce-
buscado las simplificaciones con lente contra Reshevsky, 13 ... £c7!
28 ¤e4. Pero se equivocaron: 28 Las negras asumen un débil pe-
¤f5? £b4 29 £b2 ¦c8 30 ¤g3 ón de e después de 14 dxe6 fxe6,
£c3 31 £e2 ¦g8 32 ¤e4 £d4, y porque entonces 15 e4 se neutrali-
quedó claro que la iniciativa ha- za con 15 ... b4. Las negras pueden
bía pasado a manos de las negras. continuar con ...¥e7 ó ...¥d6, ...0-0
Mijaíl Tal ganó poco después. y ...¦ad8. El peón de ‘e6’ de nuevo
Rehusar un sacrificio también es, en este caso, una debilidad de la
puede hacerse planteando otro sa- que no se puede sacar partido en
crificio basado en valores no mate- un medio juego complicado.
riales, como la solidez de la propia De modo que, en la partida ci-
estructura de peones, la actividad tada, las blancas prosiguieron con
de las piezas, etc. Un ejemplo típi- 14 e4, en lugar de 14 dxe6, y esto
co se da en una variante del Gam- permitió 14 ... e5!, que mantiene
bito de Dama, que era el azote a el centro cerrado. Las negras que-
mediados de los años treinta: daron bien después de 15 ¥g5
1 d4 d5 2 c4 dxc4 3 ¤f3 ¤f6 4 ¤d7, e incluso algo mejor, debido
e3 e6 5 ¥xc4 c5 6 0-0 ¤c6 7 £e2 a la mayoría en el flanco de da-
a6 8 ¦d1 b5 9 ¥b3 c4!? 10 ¥c2 mas y a la pareja de alfiles.
¤b4 11 ¤c3 ¤xc2 12 £xc2 ¥b7 Por último, hay que hacer no-
13 d5!? tar que un sacrificio no forzoso
puede tener un precio alto, aun-
8
que el defensor no pueda acep-
7 tarlo ni lanzar un inmediato con-
6 traataque. El atacante puede
5 haber recortado también sus pro-
4
pias opciones al efectuarlo. Por
ejemplo, en un duelo entre Naj-
3
dorf y Reshevsky, en 1952, el gran
2
maestro argentino jugó:
1 1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4
a b c d e f g h £c2 c5 5 dxc5 0-0 6 a3 ¥xc5 7
Las blancas se anotaron varias ¤f3 ¤c6 8 b4 ¥e7 9 e3 d6 10 ¥b2
victorias espectaculares después a5! 11 b5 ¤b8 12 ¤g5 ¤bd7 13
de 13 ... exd5 14 e4!, ya que el cen- ¥e2 h6 14 h4.
tro se ha abierto y las negras trata- (D)
ron de aferrarse al material a cam-
bio de un desarrollo inferior. Pero El debutante puede perder va-
en Nottingham en 1936, Salo rias partidas ante jugadores que
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 148

148 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 llo de ‘g5’ tal vez podría capturar-


7
se. La idea misma de ataque fra-
casó después de 16 ¤g3 ¦d8 17
6
¦c1 ¤f8 18 ¤5e4 ¥e6 19 ¤f5
5
¦ac8 20 ¤xe7+ £xe7 21 ¤xf6+
4 £xf6 22 £e4 (para impedir ...d5)
3 22 ... b6 23 h5 ¤d7 24 f4 ¥f5 25
2 £f3 ¤c5! 26 fxe5 dxe5 27 0-0
1
¥d3!, y, pocas jugadas más tarde,
a b c d e f g h
las blancas perdieron por tiempo
en una posición desesperada.

no retiran sus piezas cuando las


atacan con ...h6 y, en lugar de ello, JUGADA INTERMEDIA
responden h4. El debutante toma Y SACRIFICIO A LA CONTRA
la pieza y recibe mate en pocas
jugadas en la recién abierta co- Hay algunos casos (aunque,
lumna h. curiosamente, ocurren con cierta
Pero éste es uno de los más frecuencia) relacionados con la
antiguos sacrificios no forzosos. jugada intermedia y los sacrificios
Las negras no están ansiosas por a la contra antes y después de la
jugar 14 ... hxg5? 15 hxg5 ¤e8?? aceptación de un sacrificio.
16 £h7++. Pero si no es obligada La palabra Zwischenzug –pa-
la captura ...hxg5, entonces h4 es labra alemana para designar la
una jugada ingenua. No sólo inge- jugada intermedia– denota la in-
nua, sino también costosa, porque terrupción de la secuencia nor-
las blancas se han privado de la mal de los acontecimientos con
posibilidad de disputar un medio una jugada inesperada. Esta juga-
juego estratégico tranquilo con la da es de naturaleza tan apremian-
opción de enrocar corto. Su seu- te que el otro bando debe aten-
dosacrificio es rehusado, pero la derla antes de reanudar la
pérdida de la opción de juego es- variante del sacrificio. La jugada
tratégico es irrecuperable. intermedia introduce un nuevo
Las negras respondieron 14 ... escenario de circunstancias que
£c7 15 ¤ce4 e5!, que anula así la cuestionan la validez o corrección
amenaza ¤xf6+ y ¥xf6 con idea del sacrificio.
de desarrollar las piezas para la Una partida de Alekhine
reacción central ...d5, de modo cuando era joven contra Olland,
que las piezas blancas estarían en Scheveningen en 1913, consti-
dispersas y mal situadas y el caba- tuye un excelente ejemplo:
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 149

EL SACRIFICIO 149

1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 ¤d4 gante: 19 ... ¥xf3! 20 ¤xf3 ¦g8!


4 ¥e2? ¤xe2 5 £xe2 d6 6 c3 c6 7 Esto equivale al sacrificio de un
d4 £c7 8 ¥e3 ¤f6 9 ¤bd2 ¥e7 peón, porque las blancas podrían
10 h3 b6 11 0-0 a5 12 c4 c5! 13 d5 retirar ahora el alfil de ‘c5’. Sin
h6 14 a3 g5! 15 b4 g4 16 hxg4 embargo, el sacrificio planteado
¥xg4 17 bxc5 bxc5 18 £d3 £d7. por las negras no puede ser acep-
tado, a causa de una amenaza
brutal: 21 ¥e3 ¦xg2+! 22 ¢xg2
8 £g4+ 23 ¢h2 £xf3, seguido de
7 la poderosa entrada del caballo
negro en ‘g4’ y de una torre en
6
‘g8’.
5
La partida tenía, por supuesto,
4 más contenido. Las blancas com-
3 prendieron el peligro y jugaron
2 21 ¤xe5! dxe5 22 ¥xe7, de forma
1 que capturaran en el supuesto de
a b c d e f g h
que las negras capturasen en ‘e7’,
podrían consolidar la posición del
enroque con f3 y ¦f2. En tal caso,
Olland (blancas) comprendió tendrían algunas posibilidades en
que estaba quedándose sin juego el medio juego, con dos peones
y que su posición podía venirse a pasados y unidos en el flanco de
pique sólo con un asalto en la co- dama, listos para avanzar.
lumna g. Así que tomó las medi- Pero de nuevo las negras en-
das oportunas para que eso no contraron una jugada intermedia
sucediera, y comenzó con 19 fuerte: 22 ... £g4!, que les permi-
¥xc5!, para responder a 19 ... tió conservar la pieza extra y la
dxc5 con 20 ¤xe5 y f3-f4, con un iniciativa en el flanco de rey co-
poderoso centro de peones a mo contrapeso a los peones cen-
cambio de un sacrificio de mate- trales blancos.
rial relativamente pequeño. En La partida continuó así: 23 g3
tal caso, los problemas de las ¢xe7 24 d6+ ¢f8 25 ¦fe1 h5 26
blancas en el flanco de rey serían ¦ad1 ¦d8 27 c5 h4 28 ¦e3 hxg3,
menos significativos, y mayor es, seguido de ...¤h5, con ventaja de-
en cambio, los del retraso en de- cisiva para las negras. Un juego
sarrollo de las negras. muy distinto del que se habría
Pero no hay prisa por aceptar producido después de 19 ... dxc5.
la pieza. Alekhine calculó una Otro ejemplo de la confusión
serie de jugadas intermedias ele- que crea una jugada intermedia
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 150

150 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

puede verse en las sub variantes El análisis post ludum reveló


de un ataque combinatorio, en que también las negras podían
una variante controvertida de la mejorar su juego. No con 14 ...
Siciliana Najdorf, que comienza ¤xe6, debido a 15 ¥xf6, con la
con: amenaza mortal £d7. Pero consi-
1 e4 c5 2 ¤f3 d6 3 d4 cxd4 4 deremos la jugada intermedia 14
¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 a6 6 ¥g5 ¤bd7 ... b4! La clave de esta jugada ra-
7 ¥c4 £a5 8 £d2 e6 9 0-0-0 b5 10 dica en que queda atacada otra
¥b3 ¥b7 11 ¦he1 ¤c5? 12 e5! pieza blanca. El caballo de ‘c3’ no
dxe5 13 ¥xe6! fxe6 14 ¤xe6! dispone de un salto cómodo, pero
además el avance 14... b4 pone a
la dama negra en contacto indi-
8
recto con el peón de ‘e5’. Esto
7 puede hacerse notar, por ejem-
6 plo, en la variante 15 ¦xe5 ¤d3+!
5 16 £xd3 £xe5, o aun 15 ¤xc5
4
bxc3 16 ¦xe5+ ¢f7. Puesto que
¦xe5 no puede jugarse de inme-
3
diato y que luego no resultaría
2
mortal, la jugada 14 ... b4 es una
1 mejora sustancial.
a b c d e f g h La aparición de estas ideas de
jugadas intermedias no sólo se
ven en variantes forzadas, sino
Hay formas mucho más segu- también en sacrificios oportunis-
ras de jugar posiciones derivadas tas. Como ejemplo, recordamos
de 6 ... ¤bd7 (por ejemplo, 11 ... 0- otra partida de Alekhine, esta vez
0-0). La posición del diagrama es con el futuro campeón mundial
muy interesante en sí misma. Se en el lado perdedor. Se trata de
produjo en el gran torneo de Bled su partida contra Teichmann, en
en 1961, en la partida entre Boris- Karolvy vary en 1911: 1 e4 e5 2
lav Ivkov y Tigrán Petrosián. Iv- ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 a6 4 ¥a4 ¤f6 5
kov empleó más de dos horas en d4 exd4 6 0-0 ¥e7 7 e5 ¤e4 8
sus primeras 14 jugadas, y después ¤xd4 0-0 9 c4 ¤c5.
de 14 ... ¤bd7 15 ¥xf6 ¤xf6, Aquí las blancas optaron por
aceptó la propuesta de tablas de el sacrificio oportunista de su pe-
Petrosián, a causa de sus apuros ón de ‘e5’, a fin de preservar el al-
de tiempo. Más tarde se sugirió fil de rey: 10 ¥c2?! ¤xe5 11 £h5
que hubiera sido muy fuerte 16 ¤g6 12 f4. Obviamente, las blan-
¦xe5 ¢f7 17 £f4 (ó 17 £e3). cas disponen de la fuerte amena-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 151

EL SACRIFICIO 151

za 13 f5 ¤e5 14 f6 (amenaza mate 14 £c2 c5 15 exd5. La clave es


en ‘h7’) 14 ... g6 15 fxe7, que gana que a 15 ... cxd4 16 ¥xd4, las
pieza. La defensa natural sería 12 blancas obtienen una excelente
... ¦e8 13 f5 ¤f8, y esto es satis- compensación en forma de dos
factorio sólo porque a 14 f6, las fuertes peones centrales. Una
negras pueden tomar el peón de partida de entonces siguió así: 16
alfil: 14 ... ¥xf6 15 £xc5 £e7 16 ... ¦d8 17 ¦fd1 ¥f5 18 £d2 ¤e8
£d5 c6, recupera pieza. 19 g4! ¥xd4 20 £xd4 ¥d7 21 c5
Teichmann encontró una de- ¤c8 22 d6 ¥c6 23 ¤e4, con posi-
fensa todavía más simple: 12 ... d6 ción ganadora.
13 f5 ¥f6!, con la amenaza inter- Sin embargo, la evaluación ha-
media ...¥xd4+. Pero el elemento bía sido precipitada y el descubri-
añadido de esta jugada (que hace miento del sacrificio intermedio
viable 12 ... d6) es que ahora la 15 ... ¤fxd5! demostró que las ne-
casilla ‘f6’ está ocupada, y el gras lograban ventaja en todas las
avance f6 es físicamente imposi- variantes: 16 ¤xd5 ¤xd5 17 cxd5
ble. Después de 14 ¥e3 ¤e5, la cxd4, seguido del control de la co-
posición de las negras era perfec- lumna c, o aun 16 ¤b5 ¤xe3, etc.
tamente segura y, en realidad, in-
cluso pudieron añadir un nuevo
peón al que ya tenían de ventaja EL SACRIFICIO
en pocas jugadas más: 15 ¤d2 QUE DEBE ACEPTAR
¦e8 16 ¢h1 ¤ed3! 17 ¤e6 ¥xe6
18 fxe6 ¦xe6 19 ¥xc5 g6 20 £f3 El sacrificio forzoso le quita al
¤xc5, y ganaron fácilmente el fi- defensor una de las opciones:
nal. rehusar su aceptación, y es, por
Un nuevo ejemplo demuestra tanto, un “animal” más peligroso.
cómo un sacrificio a la contra La prioridad del defensor es estar
puede ser una forma de jugada alerta ante todas las posibilidades
intermedia que invalide el tema de sacrificio que existen en tal o
del sacrificio: 1 d4 ¤f6 2 c4 g6 3 cual posición de medio juego. En
g3 ¥g7 4 ¥g2 0-0 5 ¤f3 d6 6 0-0 una Defensa Francesa, por ejem-
¤bd7 7 ¤c3 e5 8 e4 c6 9 h3 £a5 plo, con negras debe usted reco-
10 ¥e3 exd4 11 ¤xd4 ¤b6!? 12 nocer la presencia de un alfil
£d3 £a6 13 b3 d5, y ahora, para blanco en la diagonal ‘b1’-‘h7’
impedir que la clavada en la da- junto con un peón en ‘e5’, ya que
ma blanca les conceda a las ne- crean el peligro del sacrificio clá-
gras una peligrosa iniciativa, los sico ¥xh7+, ¤g5+, £h5. También
analistas de aperturas de comien- con negras, en la Defensa Sicilia-
zos de los sesenta recomendaban na, hay que mantenerse alerta an-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 152

152 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

te las posibilidades de sacrificio algunos ejemplos como el si-


de pieza en ‘b5’ y ‘e6’. Estas posi- guiente pueden resultarles tonifi-
bilidades no se producen en todas cantes.
las partidas, pero el defensor de- Fiódor Dus-Jotimirski – Gri-
be saber que existen y que podrí- gori Levenfish; Karolvy Vary
an llegar a plantearse. Lo único (República Checa), 1911.
que se requiere es un pequeño 1 d4 d5 2 ¤f3 ¤f6 3 e3 c5 4
desliz para que el sacrificio se dxc5 e6 5 a3 ¥xc5 6 b4 ¥e7 7
vuelva real. ¥b2 a5 8 b5 ¤bd7 9 ¥d3 b6 10
Aquí debemos establecer una ¤e5 ¤xe5 11 ¥xe5 0-0 12 0-0
nueva distinción entre sacrificios ¤d7 13 ¥d4 ¥b7 14 f4 ¤c5
de material pesado, con escasa re-
cuperación material inmediata 8
(alfil por peón, torre por dos peo-
7
nes, dama por dos piezas) y los sa-
crificios que pueden considerarse, 6

según la expresión de Spielmann, 5

una especie de transacción co- 4


mercial (alfil por dos o tres peo- 3
nes). En el primer caso, el defen- 2
sor se enfrenta a una serie de
1
amenazas que el atacante consi-
a b c d e f g h
dera indefendibles. El defensor
puede consolarse con la idea de
que si sobrevive a la crisis, en po- Las negras podían bloquear
cas jugadas, acabará ganando gra- también la línea de ataque ‘b1’-
cias a su ventaja material. En el ‘h7’, con 14 ... f5, y luego rebajar la
último caso, las amenazas suelen presión en la diagonal ‘a1’-‘h8’
ser menos inmediatas, pero la di- con ...¥f6 (véase capítulo 2, Líne-
ferencia material es menor. as abiertas). Pero la textual es una
Un lector aficionado a las an- jugada correcta, porque aquí el
tologías de partidas puede llegar sacrificio de los dos alfiles no da
a la conclusión de que ciertos sa- resultado. La idea de sacrificar los
crificios ganan siempre, ya que, dos alfiles fue popularizada, iróni-
después de todo, cada vez que ha camente, por una de las grandes
visto plantearse determinado sa- mentes defensivas, Emanuel Las-
crificio, éste desemboca en el ma- ker. Pero las blancas pensaron
te. Sin embargo, y por alguna ex- que la combinación funcionaba y
traña razón, cuando él lo plantea, jugaron 15 ¥xh7+ ¢xh7 16 £h5+
nunca gana. Para esos jugadores, ¢g8 17 ¥xg7. El mecanismo habi-
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EL SACRIFICIO 153

tual sigue con ...¢xg7, jaque de £xh4 23 ¤d2 ¤f4+ 24 ¢d1 ¥b7,
dama en la columna g para obli- y las blancas abandonaron.
gar al rey negro a situarse en la En estos casos en que se sa-
columna h, y la decisiva subida de crifica una cantidad de material
torre ¦f3 para seguir con ¦h3++. considerable para crear amena-
Por desgracia para él, Duz Joti- zas directas, los amigos del de-
mirsky se encontró con que se ha- fensor son los mismos elementos
bía quedado con pieza de menos, tácticos antes comentados (con-
después de las siguientes jugadas: traamenazas, cambios, jugadas
17 ... ¢xg7 18 £g4+ ¥g5! 19 fxg5 intermedias, eliminación de las
¤e4 20 h4 £c7! 21 ¤d2 £g3. piezas atacantes más peligrosas y
He aquí otro caso apropiado: refuerzo de debilidades). Un
un festín de sacrificios entre dos amigo adicional es el retorno de
rusos desconocidos varias déca- material mediante sacrificios. Es-
das atrás: 1 e4 c5 2 c3 ¤f6 3 e5 to puede significar devolver
¤d5 4 d4 ¤c6 5 dxc5 e6 6 ¤f3 exactamente el mismo material
¥xc5 7 ¤bd2 £c7 8 ¤c4 0-0 9 sacrificado, a fin de romper el
¥d3 b5. Ahora las blancas tienen ataque y obtener una ventaja es-
su posición en orden, pero las ne- tratégica en el medio juego re-
gras les inducen a sacrificar: 10 sultante con material igualado. O
¥xh7+ ¢xh7 11 ¤g5+ ¢g6 (no puede significar crear un dese-
11 ... ¢g8?? 12 £h5 y mate) 12 quilibrio material, devolviendo
£d3+ f5 13 £g3. Como en innu- otras piezas, por ejemplo para
merables partidas publicadas, las debilitar el efecto de un sacrifi-
blancas han sacrificado el alfil en cio de dama por torre, el sacrifi-
‘h7’ y ahora se disponen a ejecu- cio de calidad para poner térmi-
tar un tremendo descubierto so- no al ataque iniciado con su
bre el rey negro. sacrificio, etc.
Pero las cosas no siempre su- He aquí un ejemplo clásico de
ceden como uno quiere, y esta cómo devolver material de forma
vez fueron las negras las que se provechosa:
cubrieron de gloria: 13 ... f4! 14 Carl Oscar Ahues – Carl Jo-
¥xf4 ¥xf2+! 15 ¢xf2 ¦xf4+ 16 han Margot Carls; Hamburgo
¢e1 ¢h6. El rey negro está a sal- (Alemania), 1921. 1 e4 c6 2 d4 d5
vo en esta casilla una vez que el 3 exd5 cxd5 4 c3 ¤c6 5 ¥d3 e6 6
alfil enemigo de casillas negras ha ¤f3 ¥d6 7 0-0 ¤ge7 8 £e2 ¤g6 9
desaparecido del tablero. La par- ¤g5 ¤ce7 10 f4 0-0!, y las blancas
tida finalizó así: 17 £h3+ ¢xg5! han sido inducidas a un seductor
18 £h7 ¤xe5 19 £xg7+ ¤g6 20 seudosacrificio: 11 £h5 h6 12
h4+ ¦xh4 21 ¦xh4 £g3+ 22 ¢e2 ¤xf7 ¢xf7! 13 g4.
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154 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 sencillo es: 1 e4 e6 2 d4 d5 3 ¤c3


7
¤f6 4 ¥g5 ¥e7 5 e5 ¤fd7 6 ¥xe7
£xe7 7 £g4 0-0 8 ¤f3 c5 9 ¥d3
6
cxd4 10 ¥xh7+ ¢xh7 11 £h5+
5
¢g8 12 ¤g5, y ahora la única for-
4 ma de impedir el mate es 12 ...
3 £xg5!, una solución perfecta-
2 mente satisfactoria después de 13
1
£xg5 dxc3. Las negras tienen tres
a b c d e f g h
piezas menores y excelentes pers-
pectivas en la columna c y contra
el peón de e5. El ataque blanco
ha llegado a un punto muerto, y
Las blancas amenazan f5 para una vez que las piezas negras es-
recuperar el caballo. Las negras tén coordinadas, las blancas debe-
poco pueden hacer para sacar el rán situarse a la defensiva.
rey de la clavada y se diría que es- Los sacrificios a la contra for-
ta primera escaramuza ha favore- man uno de los temas más exi-
cido a las blancas, pues el flanco gentes del ajedrez, y entre los
de rey negro está expuesto. Sin más emocionantes citaremos al-
embargo, las negras demostraron gunos ejemplos:
que son las blancas las que están
en apuros una vez que el equili- 1) Karl Robatsch – Mijaíl Tal; 5ª
brio material se restablezca: ronda de la Olimpiada de
13 ... £e8! 14 f5 exf5 15 gxf5 Leipzig (Alemania), 1960. 1 e4
¥xf5! 16 ¥xf5 ¢g8! 17 ¥d3 c5 2 ¤f3 d6 3 d4 cxd4 4 ¤xd4
¦xf1+ 18 ¢xf1 £f7+ 19 ¢g1 ¦f8. ¤f6 5 ¤c3 a6 6 ¥c4 e6 7 a3
En pocas jugadas, las negras se ¥e7 8 ¥a2 0-0 9 0-0 b5 10 f4
han apoderado de las líneas ¤bd7 11 ¦f3! ¥b7 12 ¦h3 ¦c8
abiertas del flanco de rey y de la 13 ¥e3 £c7. Las blancas tie-
iniciativa, y ahora reducirán a ce- nen aquí un poderoso ataque
nizas las esperanzas de su rival empezando por 14 ¤xe6! fxe6
con unos cuantos golpes efecti- 15 ¥xe6+ ¢h8 16 ¥d4 ¥d8,
vos: 20 ¥e3 ¥f4! 21 £e2 £f6 22 pero omitieron la fuerte conti-
¢h1 £g5 23 ¥g1 ¥c1!! 24 ¥xg6 nuación 17 ¥f5! La fuerza del
¤xg6, y las blancas se rindieron asalto blanco en la apertura es
ante la amenaza ...¤f4. tal que en partidas posteriores
Consideremos ahora el dese- las negras postergaron el enro-
quilibrio material resultante de que hasta haber conseguido un
un sacrificio a la contra. Un caso contrajuego considerable en el
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EL SACRIFICIO 155

flanco de dama. Las blancas no Pachman aprovechó la oca-


estaban entonces tan bien pre- sión de neutralizar las amena-
paradas para abrir el centro zas ...¤f5xe3 y ...e4, con un ex-
como en esta partida para celente sacrificio: 22 ¤c7! ¤f5
abrir el flanco de rey. 23 ¤e6! ¦f6 24 ¤xg7 ¤xe3 25
Pero la partida continuó así: 17 fxe3! ¦xf1+ 26 £xf1 ¥xf1 27
£e2? £c6 18 ¢h1 ¥b6 19 ¦xf1, y después de 27 ... ¢xg7,
¥xd7!, y las negras no pudie- las blancas dieron jaque
ron preservar su pieza extra, perpetuo en la columna f.
pues si 19 ... ¤xd7, las blancas
ganan con 20 £h5. Pero Tal en- 3) Efim Guéler – Max Euwe; 2ª
contró un ingenioso sacrificio: ronda del Torneo de Candida-
19 ... £xd7 20 ¥xb6 ¦c4! 21 b3 tos, Zúrich (Suiza), 1953. 1 d4
£xh3!! 22 gxh3 ¦xc3 23 ¢g1 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4 e3 c5
¥xe4, que no sólo sirvió para 5 a3 ¥xc3+ 6 bxc3 b6 7 ¥d3
rechazar el ataque blanco, sino ¥b7 8 f3 ¤c6 9 ¤e2 0-0 10 0-0
que casi gana la partida. Las ta- ¤a5 11 e4 ¤e8! 12 ¤g3 cxd4
blas fueron el justo resultado 13 cxd4 ¦c8 14 f4! ¤xc4 15 f5
de esta lucha intensa. f6! (para impedir f6 y mantener
cerrada la diagonal ‘b1’-‘h7’) 16
2) Ludek Pachman – Robert Ja- ¦f4? b5! 17 ¦h4 £b6 18 e5!
mes Fischer; 13ª ronda del Tor- ¤xe5 19 fxe6 ¤xd3 20 £xd3
neo de Bled (Eslovenia), 1961. £xe6! 21 £xh7+ ¢f7 22 ¥h6.
1 c4 ¤f6 2 ¤f3 g6 3 g3 ¥g7 4 El ataque blanco no debe su-
¥g2 0-0 5 0-0 d6 6 ¤c3 ¤c6 7 bestimarse. El sacrificio a la
d4 e5 8 dxe5 dxe5 9 ¤d5 ¥e6 contra elegido por Euwe ejer-
10 ¤g5 ¥f5 11 h3 h6 12 g4?! ció un gran efecto, porque de-
¥c8! 13 ¤xf6+ £xf6 14 ¤e4 sequilibró psicológicamente a
£h4 15 ¤c3 f5 16 ¤d5 fxg4!? las blancas, que ahora debían
La decisión de las negras de sa- pasar del ataque a la defensa,
crificar la torre de ‘a8’ está ple- y de inmediato dejaron esca-
namente justificada en razón par su mejor oportunidad. La
de los agujeros del enroque partida continuó así: 22 ...
blanco. Fischer dejó escapar sus ¦h8!! 23 £xh8 ¦c2! 24 ¦c1??
mejores posibilidades en el jue- ¦xg2+ 25 ¢f1 £b3! 26 ¢e1
go resultante, pero incluso des- £f3, y las blancas se rindieron.
pués de 17 ¤xc7 gxh3 18 ¥d5+
¢h7 19 ¤xa8 ¤e7? 20 ¥e3 ¿Cómo deberían haberse de-
h2+ 21 ¢h1 ¥h3, parece seguir fendido las blancas del ataque fi-
teniendo la posición ganada. nal? La idea adecuada era parar
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156 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

el mate inmediato con 24 d5!!, derse es que no debe aspirarse a la


que obliga a las negras a capturar virtud absoluta, como se pensó
en d5 con una de las dos piezas. Si una vez. La teoría del siglo XIX
lo hace el alfil, la dama no puede enseñaba que los gambitos eran
penetrar fácilmente en ‘b3’. Si lo correctos porque se consideraba
hace la dama, entonces las blan- que la ganancia de algunos tiem-
cas pueden bloquear la gran dia- pos de juego compensaba el sacri-
gonal con caballo o ¦e4. ficio de un peón. Pero hoy en día
Estos ejemplos deberían indi- sabemos que tales gambitos son
car la amplitud de posibilidades perfectamente viables para las ne-
de un sacrificio a la contra, a ve- gras, aunque se retrasen en desa-
ces para impedir el mate, a veces rrollo. Por ejemplo, la Variante
para asegurar el jaque perpetuo, y Gotemburgo (o del peón envene-
en otras ocasiones para iniciar nado) en la Siciliana: 1 e4 c5 2 ¤f3
nuestro propio ataque de mate. d6 3 d4 cxd4 4 ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 a6
6 ¥g5 e6 7 f4 £b6 8 £d2 £xb2.
Más importante en la lista de
SACRIFICIOS DE PEÓN prioridades del defensor es el cui-
dado y refuerzo de los puntos dé-
Cuando el atacante no se juega biles y la coordinación de piezas.
el todo por el todo, sino que busca El defensor debe ser muy pacien-
sus opciones sacrificando un peón te al movilizar sus piezas.
o algún otro tipo de material míni- Detengámonos, por ejemplo,
mo, se requiere una nueva actitud en la partida Alfred Brinckmann –
por parte del defensor. Cierto que Aaron Nimzovich; Berlín (Alema-
éste debe seguir procurando el nia), 1927: 1 e4 ¤c6 2 d4 d5 3 exd5
cambio de material, neutralizar las £xd5 4 ¥e3 e6 5 ¥e2!? £xg2! 6
piezas enemigas peligrosas y cues- ¥f3 £g6 7 ¤e2. Hay muchas ide-
tionar la iniciativa del rival. Pero as defensivas evidentes, por ejem-
el sacrificio a la contra no siempre plo, el desarrollo de más piezas, ya
tiene éxito por el hecho de que la que, después de todo, las negras
inversión material del contrario están luchando sólo con dama y
haya sido mínima, y todos los fina- caballo.
les no están automáticamente ga-
(D)
nados.
El sacrificio oportunista de un Las blancas parecen tener una
peón para lanzar un ataque en el compensación excelente en tér-
flanco de rey es un caso típico y un minos de tiempo y espacio, y se
buen punto de partida. Una im- diría que pueden explotar ambos
portante lección que debe apren- elementos insistiendo con el ata-
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EL SACRIFICIO 157

8 sin mayores peligros. Entonces, y


7
sólo entonces, se dispuso Nimzo-
vich a completar el desarrollo, y
6
lo hizo de forma gradual, con 11
5
£d2 ¤gf6 12 ¤e5 c6 13 0-0!?
4 ¥d6, y acabó ganando en 35 juga-
3 das.
2 Tomarse el tiempo para las co-
1
sas importantes es una considera-
a b c d e f g h
ción vital. En una partida rusa de
1960 (Vasili Bivshev – Liavdans-
ki), las blancas propusieron un
gambito irregular: 1 e4 c5 2 ¤f3
que a la dama contraria. Luego, ¤f6 3 e5 ¤d5 4 ¤c3 e6 5 ¤e4
una vez que hayan enrocado lar- ¤c6 6 c4 ¤db4 7 a3 ¤a6 8 d4
go, pueden romper en el centro £a5+! 9 b4!? cxb4 10 c5, y des-
con el avance d5. pués de 10 ... bxa3+ 11 ¥d2 ¤ab4
Las negras, sin embargo, apro- 12 ¥e2, lograron cierta compen-
vechan la ocasión de aliviar sus sación gracias al control de algu-
problemas en el flanco de dama, nas importantes casillas centrales.
con 7 ... ¤b4! 8 ¤a3 ¤d5. Por el La tentación para las negras es
momento se ha bloqueado el quedarse con el botín mediante
avance d5, y el caballo negro está ...£d8, ...¤d5, ...¥e7 y enroque.
prestando valiosos servicios, y de El cambio de ritmo, pasando
este modo las negras han acorta- al desarrollo simple y directo, tie-
do la peligrosa gran diagonal de ne sus virtudes, pero eso dejaría
casillas blancas al alfil enemigo. impune el dominio central de las
El análisis subsiguiente de- blancas, además de exponer el rey
mostró que lo mejor que podían negro a un ataque. Naturalmente,
haber hecho las blancas era 9 las negras pueden enrocar corto,
¤b5! c6 10 ¤f4! ¤xf4 11 ¤c7+ pero no hay prisa por conceder
¢d7 12 ¤xa8, después de lo cual un objetivo a las blancas. Así que,
12 ... ¤g2+ conduce a una posi- en lugar de ello, decidieron cues-
ción de aproximado equilibrio tionar el control de su rival: 12 ...
material. En la partida citada las b6! (13 ¤d6+ ¥xd6 14 cxd6 £d5,
blancas prefirieron conservar su con idea de ...¥b7 y, tal vez, ...a5,
ventaja en desarrollo con 9 ¤c4, y la tarea de las negras se habría
pero después de 9 ... £f6! 10 ¤g3 aliviado considerablemente). Si
£d8, las negras habían reparado las blancas diesen el jaque de ca-
la mala disposición de sus piezas ballo, disminuiría el control cen-
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158 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

tral y las negras podrían desen- d4! 25 ¤xd4 ¤xd4 26 ¦xd4 £g5!
tenderse del juego en el centro. 27 £d1 h5! (las dos últimas juga-
Por esta razón, el primer jugador das negras impiden ¦g4). Sólo
optó por un segundo sacrificio de después de 28 h4 £c5 29 £a1, op-
peón: 13 0-0 bxc5 14 dxc5 ¥xc5 taron por consolidar con 29 ... 0-
15 £c1 ¥e7 16 ¦xa3 £d8 17 0! Enrocar en la jugada 29ª no
¤eg5. contituye marca alguna. El anua-
De nuevo las negras estuvie- rio soviético recuerda, por ejem-
ron tentadas de seguir de forma plo, la partida Yates – Alekhine,
mecánica, 17 ... h6 y 18 ... 0-0, pero San Remo, 1930, en la que el cam-
esto sólo sirve para estimular 19 peón del mundo fue postergando
¥xh6, el tipo de combinación que esa medida hasta la jugada 36ª.
habían estado buscado las blan- En la partida que nos ocupa no
cas. De modo que las negras se fue preciso llegar tan lejos. El jue-
tomaron su tiempo para poner en go terminó así: 30 ¦d1 ¦e8 31
orden los asuntos del flanco de ¥f1 ¦e6! 32 ¥xg7 £f5 33 ¦d3
dama: 17 ... ¦b8 18 ¦d1 a5 19 ¦a4 ¥c6 34 ¦g3 ¦g6 35 ¦xg6 £xg6 36
h6 20 ¤e4 ¥b7 21 ¥c3 ¤d5! Ob- ¥b2 ¦b4 37 ¥c3 ¦b1 38 £xa5
sérvese que, por ahora, las blan- £xg2++.
cas están privadas de cualquier ti- Otro excelente ejemplo lo te-
po de objetivos a los que dirigir nemos en una partida del Campe-
sus piezas pesadas. Eso es lo que onato Mundial de 1963, y se pro-
hace posible la acción de las ne- dujo después de 1 d4 d5 2 c4 dxc4
gras en el flanco de dama. 3 ¤f3 ¤f6 4 e3 e6 5 ¥xc4 c5 6 0-0
La tercera fase de la partida a6 7 a4 ¤c6 8 £e2 ¥e7 9 dxc5
comienza con un intento desespe- ¥xc5 10 e4! ¤g4 (para impedir la
rado de las blancas por penetrar peligrosa formación ofensiva 11
en la posición enemiga: 22 ¦xd5!? e5 y ¤d2-e4) 11 e5 ¤d4 12 ¤xd4
exd5 23 ¤d6+ ¥xd6 24 exd6. £xd4 13 ¤a3!
Una vez más, en la situación pro-
ducida tras el sacrificio de cali- 8
dad, las negras se ven tentadas a 7
seguir con jugadas naturales de
6
desarrollo, como 24 ... 0-0. Pero,
5
también de nuevo, esa decisión
sería un error, porque caerían en 4

manos de las blancas después de 3


25 ¦g4 f6 26 £xh6 ¦f7 27 ¥d3! 2
Las negras desbarataron tran- 1
quilamente el peligro con 24 ... a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 159

EL SACRIFICIO 159

La última jugada blanca supo- fensiva, que se anticipa a ¥b2 y


ne el sacrificio del peón de ‘e5’, se dispone a seguir con ...¤xc4,
muy agudo y peligroso. La jugada ...¥d7 y ...0-0-0. Antes tuvo que
textual de caballo sirve para dos tener en cuenta 16 b4!? £xc4 17
propósitos: proteger el alfil de ‘c4’ £xe5 0-0 18 ¦c3, y llegar a la con-
y amenazar 14 h3 ¤xe5 15 ¦d1, clusión de que 18 ... f6! sería lo
además de plantear la amenaza bastante sólido y correcto.
directa 14 ¤c2 para obligar a la Botvínnik jugó entonces la en-
dama negra a perder la comuni- gañosa 16 ¦a2!, de forma que a 16
cación con su caballo de ‘g4’. La ... ¤xc4 17 bxc4 ¥d7, pudiese con-
característica más importante es tinuar con 18 ¥a3 £f5 19 ¦d2! En
que a la captura inmediata del estas posiciones el ataque es tan
peón, 13 ... ¤xe5, seguiría 14 difícil de jugar como la defensa,
¥e3! £d6 15 ¦fd1 £e7 16 ¥xc5 pero el plan correcto de las blan-
y 17 ¦ac1, y las blancas tendrían cas se puede prever 19 ... ¥xa4 20
sus torres conectadas y se dispon- ¦d5, o bien 19 ... 0-0-0 20 ¥e7!
drían a ejercer una tremenda pre- ¦de8 21 ¥d6, con buenas perspec-
sión en el flanco de dama. Tigrán tivas de penetrar en las defensas
Petrosián consideró que no valía negras con las piezas pesadas.
la pena correr el riesgo. Petrosián planeó muy sutil-
En consecuencia, jugó 13 ... mente sus próximas jugadas. Su
¥xa3 14 ¦xa3 ¤xe5, que le plan- rey está retenido en el centro, pe-
teó a las blancas el mayor proble- ro aunque tenga que devolver el
ma. Como sabemos, las tareas peón extra para ponerlo a cubier-
más difíciles del medio juego no to, su posición es superior debido
radican en el cálculo, sino en la a una mejor estructura de peones
toma de decisiones. Botvínnik en el final. El problema inmedia-
pensó durante 40 minutos y aca- to es la amenaza ¦d5 y ¦fd1. La
bó descartando una de las alter- solución fue 19 ... ¥c6 20 ¦e1 h5!
nativas más seductoras, pero ine- 21 £e3! f6! (mejor que 21 ... ¦h6
xacta: 15 ¦d1 £g4 (no 15 ... £xc4 ó 21 ... h4, debido a 22 ¦d5! y
16 £xe5 0-0 17 ¥h6 f6 18 £g3) £c5). Las blancas vieron que el
16 f3 £f5, o aun 16 £d2 0-0. rey negro podría escapar por ‘f7’
Las blancas se decidieron por y que las torres negras se comuni-
15 b3!, resolvieron el problema carían. Entonces Petrosián no
de la protección del alfil y crea- tendría problemas para proteger
ron la posibilidad ¥b2. Una nue- sus casillas negras y podría luchar
va crisis se le planteó a las negras. por la columna d. Por consiguien-
Petrosián se decidió por 15 ... te, las blancas jugaron 22 £xe6+ y
£c5!, otra excelente jugada de- entraron en un final inferior. Ex-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 160

160 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

celente, paciente y precisa con- Bien, su opositor ha sacrificado


ducción de un difícil gambito. pieza y usted, tras una buena dosis
de cálculo, se ha convencido a sí
mismo de que las amenazas inme-
SACRIFICIO OPORTUNISTA diatas no son terminales. (Recuer-
DE PIEZAS de, naturalmente, que debe buscar
sus amenazas en cada jugada). De-
Los jugadores no sólo sacrifi- bería apreciar que su rival puede
can peones. A menudo entregan disponer de una gran flexibilidad
madera más pesada. El sacrificio para elaborar amenazas a largo
oportunista de una pieza menor plazo. Por consiguiente, sus priori-
por uno, dos o tres peones resulta dades deben ser determinar cuáles
especialmente difícil para el de- son los peligros previsibles en el
fensor porque su adversario está futuro inmediato y proteger los
logrando algo tangible a cambio puntos más vulnerables contra un
de su oferta. En muchas ocasio- asedio prolongado.
nes hemos visto cómo algún ma- Un ejemplo a propósito:
estro menor aceptaba el sacrificio Mijaíl Tal – Paul Keres; Cam-
de caballo de un Tal o un Alekhi- peonato por equipos de la URSS,
ne, rechazaba las amenazas inme- Moscú (Rusia), 1959. 1 e4 c6 2 d4
diatas y descubría entonces, con d5 3 ¤c3 dxe4 4 ¤xe4 ¥f5 5 ¤g3
horror, que el final resultante es- ¥g6 6 ¤f3 ¤d7 7 h4 h6 8 ¥d3
tába perdido a causa de los peo- ¥xd3 9 £xd3 ¤gf6 10 ¥f4 £a5+
nes pasados del atacante. 11 c3 e6 12 0-0 ¥e7 13 ¦fe1 0-0
Es casi imposible, en la mayo- 14 ¤f5 ¦fe8 15 ¤xg7!?
ría de las variantes de apertura
modernas, prevenir un sacrificio 8
oportunista de pieza, que le ga- 7
rantiza al atacante algunos peo-
6
nes y la iniciativa. Existen dema-
5
siadas posibilidades. Pero la
mayoría de ellas son incorrectas. 4

La dificultad radica en que por 3


“incorrecto” entendemos aquel 2
sacrificio que debe fracasar con- 1
tra una defensa apropiada. Contra a b c d e f g h
una defensa de segundo orden, el
sacrificio no sólo puede dar resul- No hay más remedio que
tado, sino que hasta puede resul- aceptar el sacrificio y esperar los
tar brillante. acontecimientos. 15 ... ¢xg7 16
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 161

EL SACRIFICIO 161

¤e5. Éste es el momento en que queda temporalmente alejada del


las negras deben proceder a un juego en el centro, pues se emplea
dictamen de la posición. ¿Existe para defender las debilidades
una amenaza inmediata? Sí, 17 principales del flanco de rey, ‘f7’ y
£g3+ haría mucho daño. Las ne- ‘h6’. Luego, con una torre en ‘h7’,
gras asumen que esa amenaza se las negras llevarán su caballo de
podrá neutralizar, por ello han to- dama a ‘f8’ desde donde cubrirá
mado un caballo a cambio de un las casillas ‘e6’ y ‘g6’. Este reagru-
peón. Puede que también pierdan pamiento cubre todo el complejo
el peón de ‘f7’ ó el de ‘h6’ en las de casillas débiles en el flanco de
próximas jugadas, pero aun así se- rey.
guirían contando con ventaja ma- La partida continuó así: 17
terial. Pero es difícil imaginar que £h3 (con la amenaza 18 ¤xf7) 17
las negras pierdan un segundo ... ¦h7! 18 c4 ¤f8 19 ¦ad1 ¦d8 20
peón en el entorno de su rey sin ¥d2 £b6 21 ¥c3 ¢g8, se comple-
conceder a las blancas importan- ta el reagrupamiento final. La si-
tes posibilidades tácticas. guiente fase tiene por objeto ex-
No hay duda de que las negras pulsar la única pieza realmente
estuvieron considerando el cam- molesta: 22 ¦e3 ¤e8! 23 ¦g3+
bio 16 ... ¤xe5, pero lo descarta- ¤g7 24 ¦dd3 f6! 25 ¤g6 ¤xg6 26
ron porque los inconvenientes su- ¦xg6, ahora, con 26 ... ¢f7, a las
peraban a las ventajas. Así se negras sólo les quedaron por re-
eliminaría una pieza atacante pe- solver algunos problemas técni-
ligrosa, cierto, pero las negras se cos, y Tal se rindió en la jugada
desprenderían de una pieza de- 46ª, porque su ataque fue diluyén-
fensiva muy valiosa, lo que facili- dose.
taría la penetración de otra pieza Más allá de las amenazas in-
atacante (la torre o el alfil de da- mediatas, existe el peligro a largo
ma, según la pieza con que captu- plazo de que el atacante incorpo-
ren las blancas, 17 ¦xe5 ó 17 re más y más piezas desarrolladas
¥xe5) en el teatro de la acción. a la zona de peligro. La partida
Por otro lado, puesto que 16 ... anterior podría haber tenido un
¤f8 17 £e3! ¤g8 18 £g3+, o bien distinto desenlace si las blancas
17 ... h5 18 ¥h6+ ¢g8 19 £g5+ no hubiesen tenido tantas dificul-
son innecesariamente desagrada- tades para movilizar una fuerza
bles, las negras jugaron 16 ... ¦h8! conjunta de agresión. La defensa
Aunque esta jugada conduce a sólo tuvo que construir un refu-
la incomunicación entre torres, gio seguro para su rey, y pudo ha-
sintoniza perfectamente con el cerlo varias jugadas antes de que
principio de economía. Esta torre estuviese seriamente amenazado.
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162 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

En otra partida, disputada en En realidad, el instinto de


el duelo por el Campeonato Botvínnik le guió acertadamente,
Mundial de 1960, Mijaíl Tal reali- aunque la secuencia de juego fue
zó un sacrificio similar, esta vez errónea. Además de 12 ... £c7 13
por dos peones: ¦e1 ¤bd7, como se jugó, las blan-
Tal – Botvínnik. 1 e4 c6 2 d4 cas debían haber reforzado la po-
d5 3 ¤c3 dxe4 4 ¤xe4 ¥f5 5 ¤g3 sición de su buen alfil, con 13
¥g6 6 ¤1e2 ¤f6 7 h4 h6 8 ¤f4 ¤h5 ¢f8 14 f4! y f5. Pero 12 ...
¥h7 9 ¥c4 e6 10 0-0 ¥d6 11 ¤bd7, la jugada precisa, traspon-
¤xe6!? fxe6 12 ¥xe6. dría a la secuencia de la partida
después de 13 ¦e1 £c7! Lo que
8
parece que Botvínnik calculó en
7
esta posición fue los posibles ja-
6 ques descubiertos. Es curioso que
5 las blancas no dispongan de nin-
4 guno verdaderamente fuerte, pe-
3
ro Tal optó por 14 ¥g8+ ¢f8 15
¥xh7 ¦xh7 16 ¤f5.
2
Esta nueva situación demues-
1
tra que Botvínnik había capeado
a b c d e f g h
la primera oleada del ataque, pe-
ro ahora debe anticiparse a la in-
Lo que pasaba por la mente de corporación de fuerzas de reserva
ambos contrincantes indica los di- por parte de las blancas, dama y
ferentes planteamientos entre ata- torre de dama, por ejemplo. Así,
cantes y defensores instintivos. Mi- las negras optaron por el sacrifi-
jaíl Tal, el calculador prodigioso, cio constructivo de un tercer pe-
analizaba variantes complejas co- ón tras concluir que el objetivo
mo 12 ... ¥xg3 13 fxg3 ¥g8 (para más importante, además de dis-
cubrir ‘e6’) 14 £e1! £e7 15 ¥c8!, poner un refugio para el rey, era
y llegó a la conclusión de que tenía la comunicación entre sus piezas,
muy buenas posibilidades. El so- cosa que lograron con 16 ... g6! 17
brio campeón vigente, Botvínnik, ¥xh6+ ¢g8 18 ¤xd6 £xd6 19
no se concentró en variantes for- ¥g5 ¦e7.
zadas. En lugar de ello, se esforzó A cambio del peón de h, la to-
por imaginar variantes en las que rre negra ha salido de su aisla-
sus piezas quedasen bien coordi- miento y las negras están ahora
nadas y su rey a cubierto. Exami- en condiciones de apoderarse de
nó, por ejemplo, ...¤bd7 y ...£c7, la columna abierta e. La pieza
seguido de ...¢f8 y ...¦e8. más activa de las blancas (el caba-
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EL SACRIFICIO 163

llo de ‘f5’) ha desaparecido del ta- ma y el caballo blancos tendrían


blero, y el rey negro puede refu- muchas posibilidades (10 ... ¢f8?
giarse en ‘g7’. La posición de Bot- 11 ¤e6+). Eso deja a las blancas
vínnik es ideal para un medio con dos peones y una difícil elec-
juego combativo (aunque Tal op- ción en cuanto a cómo desplegar
tó por un final inferior, con 20 la iniciativa. Podrían ganar, por
£d3 ¢g7 21 £g3?). La victoria ejemplo, un tercer peón con 11
de las negras se produjo en un fi- £b3+ ¢e8 12 ¤e6. Sin embargo,
nal de caballo contra peones en el esta maniobra le permitiría a las
que Botvínnik siempre tuvo las negras consolidar su posición más
de ganar. fácilmente, 12 ... £d7 13 ¤xg7+
Un tercer ejemplo muestra la ¢d8 y ...¢c8, con lo que tendrían
importancia de contrarrestar, en excelentes posibilidades de arre-
el medio juego, las amenazas del batarles la iniciativa a las blancas,
rival antes de que éstas lleguen a peor desarrolladas. Una partida
producirse. Esta partida comien- por correspondencia (Czernia-
za con el sacrificio de un alfil por kow – Batik, 1955-1956) siguió
dos peones. con 14 ¤e6+ ¢c8 15 ¥d2 ¤c6!
William James Lombardy – 16 ¤f4 ¤a5 17 £c2 £c6 y las ne-
Paul Keres; 7ª ronda del Torneo de gras acabaron ganando.
Mar del Plata (Argentina), 1957. Lombardy prefirió 11 e4!, con
1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4 el plan fuerte de emplear la falan-
e3 b6 5 ¤e2 ¥a6 6 a3 ¥e7 7 ¤f4 ge de peones centrales para pre-
d5 8 cxd5 ¥xf1 9 dxe6!? ¥a6 10 parar el terreno a sus piezas. Si
exf7+ ¢xf7. pueden jugar e5 y £b3+, las ne-
gras tendrán problemas. Las blan-
8 cas podrían también fortalecer
7
sencillamente el centro con ¥e3
y bien ¦ad1, bien ¦fe1, antes de
6
que las negras sean capaces de
5
consolidar con ...¦f8 y ¢g8.
4 El comentario de Keres aquí
3 es muy perspicaz. Señala que las
2 negras deben presionar de inme-
1 diato los peones blancos, pues de
a b c d e f g h
otro modo el centro tendría ma-
yor peso específico que una ven-
taja material relativamente corta.
Las negras deben retomar el En consecuencia, las negras juga-
peón, pues de lo contrario la da- ron 11 ... c5!
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 164

164 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

La primera clave es que a 12 fuente es Eugueni Vasiukov – Bo-


e5, las negras pueden contestar rís Spasski; XVI Campeonato de
con 12 ... £xd4!, devolviendo el la URSS, Tiflis (Georgia), en
material con ventaja. La segunda 1959:
es que tanto 12 d5 ¤bd7 13 d6 1 e4 ¤f6 2 e5 ¤d5 3 c4 ¤b6 4
¥f8, como 13 ¤e6 £b8 14 f4 ¦e8 c5 ¤d5 5 ¥c4 e6 6 ¤c3 d6!? 7
conducen a posiciones en las que ¤xd5 exd5 8 ¥xd5 c6! 9 ¥xf7+!
las blancas sólo pueden progresar (de otro modo, las negras no tie-
en apariencia. Las negras están nen problemas: 9 ¥b3 dxe5 10
dispuestas a devolver la pieza por £h5 £e7) 9 ... ¢xf7 10 cxd6.
dos peones, pero a cambio de un
medio juego superior. Las piezas
8
negras pueden volverse más acti-
7
vas con mayor facilidad que las
blancas en tal caso. 6

Lo que siguió fue: 12 ¥e3 ¤c6 5


13 £b3+, que forzó la respuesta 4
13 ... c4 (pues de otro modo, 14 3
£a4 hace daño). Después de 14
2
£d1, las blancas han convertido
1
e5 en una fuerte amenaza y resol-
a b c d e f g h
vieron el asalto a su centro inicia-
do con 11 ... c5.
Pero Keres respondió ahora Obviamente, las intenciones
14 ... ¥d6!, después de lo cual las de las blancas son avanzar sus pe-
blancas no pudieron evitar el sa- ones a base de 0-0 y f4-f5, o algu-
crificio de pieza preparado por na otra disposición similar. El ob-
las negras ante la amenaza 15 ... jetivo de las negras es, como es
¥xf4. El juego siguió así: 15 e5 natural, detenerlos. Pero eso no
¤xe5 16 dxe5 ¥xe5 17 ¤fd5 ¦e8 es fácil. Por ejemplo: 10 ... ¥e6 11
18 ¤xf6 £xf6, las negras queda- ¤h3!, seguido de ¤g5+ o ¤f4. La
ron ya en una posición superior, y tarea de las negras consiste en
acabaron ganando un final largo. afrontar el plan de las blancas de
Un ejemplo final, de pieza una de estas dos formas: 1) por
contra peones, plantea algunas medios tácticos, distraer la aten-
cuestiones acerca de cómo afron- ción de las blancas y mantenerlas
tar una masa de peones contra- ocupadas hasta que estén en con-
rios. Las cuestiones están plantea- diciones de devolver la pieza; 2)
das por una variante de la plantear un bloqueo férreo. El
Defensa Alekhine, y la partida tercer método de afrontar las
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EL SACRIFICIO 165

amenazas –objeto de estudio en dura. En este caso la elección se


el capítulo tres–, reducir su efec- reduce, de nuevo, a dos opciones.
to, no parece aquí aplicable. La idea táctica es 14 ... £g6 15 0-0
La jugada 10 ... £e8! fue un ¦e8, o 15 ... ¥d5. Esta última ju-
buen comienzo porque creó una gada tiene algunas virtudes, como
clavada en la columna e (amena- 16 ¤g3 h5 17 f5 £e8 18 d4 h4 19
za ...¥xd6) y le causó a las blan- ¤e2 ¥xd6! 20 exd6 £xe3+ 21
cas algunos problemas tácticos. A ¥xe3 ¦e8 22 ¢f2 ¦h5, una va-
11 £e2, por ejemplo, las negras riante propuesta por el gran ma-
pueden continuar con 11 ... ¥e6 y estro soviético Jólmov, con exce-
...¥d5, o con 11 ... c5 12 ¤f3 lente juego. Sin embargo, no es
¥xd6! (13 exd6 £xe2+ y 14 ... tan atractiva para las negras des-
¦e8+ es excelente para las ne- pués de 18 e6! ¥xd6 19 exd7
gras). £xd7 20 d3! ¦e8 21 ¤e4.
Las blancas descubrieron una En cuanto a la variante 14 ...
sutileza: 11 £f3+ ¢g8 12 £e3, £g6 15 0-0 ¦e8, se producen
que para el sacrificio a la contra y grandes complicaciones a raíz de
obliga a las negras a concentrarse 16 ¤g3 ¥xd6 17 f5 (17 exd6
en el bloqueo. La partida prosi- ¥c4!) 17 ... ¥xf5 18 ¤xf5 ¥c5 19
guió con 12 ... ¥e6 13 ¤e2 ¤d7, d4, o 16 ¤g3 ¥d5 17 f5 £g5 18 e6
llega el momento para tomar una ¤f6 19 e7 ¥xe7 20 dxe7 ¢f7, y el
decisión crítica. Vasiukov se deci- método de la defensa se justifica
dió por 14 0-0, una jugada natural aquí como la búsqueda de un ca-
que, sin embargo, se encuentra mino más sencillo hacia la super-
con una réplica inesperada: 14 ... vivencia en el final.
¤xe5! 15 £xe5 ¥c4! 16 £xe8 La respuesta a la cuestión es el
¦xe8, y las blancas debieron lu- bloqueo: 14 ... g6! 15 0-0 ¥g7 16
char en un final para conseguir d4 ¤b6 17 ¤c3 ¤d5! 18 ¤xd5
tablas después de 17 d3 ¥xd3 18 ¥xd5 19 ¥d2 £e6 20 a4 h5 y 21
¦d1! ¥xe2 19 d7 ¦d8 20 ¥g5! ... ¢h7, como se jugó en una par-
¥xd1 21 ¦xd1 ¥e7! 22 ¥xe7 ¢f7 tida rusa posterior.
23 ¥xd8 ¦xd8. Antes de pasar a otros temas,
Más delicado es el tema de bajo el denominador común del
qué sucede si las blancas se to- sacrificio y ganancia de material,
man su tiempo para impedir la deberíamos recordar otro tarta-
amenaza de las negras con 14 d4 kowerismo: “Es mejor sacrificar
ó 14 f4. La primera de estas juga- las piezas del rival”.
das no es válida, porque tras 14
d4 ¥c4, es difícil evitar la fuerte
15 ... ¥xd6! Pero 14 f4!? parece
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CAPÍTULO 6

Otras cuestiones
acerca del material

do!”. Cierto que deja abierta una

C
omo suele suceder, la con-
notación de ciertas frases ventanilla a la excepción: “Un pe-
y palabras relacionadas ón central siempre debería captu-
con ganancia y pérdida de mate- rarse si su captura no implica de-
rial están sesgadas a favor del ata- masiado peligro”. Hoy sabemos
cante. “Sacrificio” sugiere riesgo, que hasta capturando el peón de
emoción y atrevimiento. Pero b con nuestra dama –una práctica
“captura de peón” sugiere teme- proscrita en virtualmente cada
ridad, codicia y pérdida de tiem- manual– puede el defensor so-
po. En nuestro subconsciente to- brevivir y, a menudo, alcanzar con
dos nos inclinamos por el éxito el final.
sacrificador y desdeñamos al ju- En su tiempo, Steinitz estaba
gador que, haciendo gala del mis- bastante satisfecho al exponer sus
mo coraje, captura material ene- propias evaluaciones acerca de
migo y luego tiene la habilidad de cuánto riesgo era aceptable asu-
rechazar las amenazas. mir durante una partida. Perdió
Hasta Nimzovich, el paladín buen número de partidas con los
de la defensa heroica, dice, en las gambitos inverso1 de su propia co-
primeras páginas de Mi Sistema: secha, tales como 1 e4 e5 2 ¤f3
“¡Nunca trate de ganar un peón si ¤c6 3 d4 exd4 4 ¤xd4 £h4! (5
su desarrollo no está completa- ¤b5 £xe4+, o bien 5 ... ¥b4+ pri-

1
Como nos explica Glen Petersenn –Editor de la revista de ajedrez de la Federación de los Esta-
dos Unidos Chess Life–: “El gambito inverso [negative-gambit] es probablemente la forma en
que Soltis justifica la predilección de Steinitz por jugar variantes inferiores una y otra vez.Sin em-
bargo, se trataba de sus análisis y se sentía obligado a defender sus teorías jugando siempre esas
variantes, sin importarle el número de partidas perdidas. Al conceder a sus rivales una ventaja

167
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168 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

mero, y luego 6 ... ¢d8, para cubrir 8


‘c7’). Pero la consistencia de sus 7
ideas es hoy ampliamente recono-
6
cida por los analistas actuales.
5
No existe una regla infalible
para guiar a un jugador indeciso 4

entre capturar o no determinado 3


peón. Se trata, una vez más, de 2
una cuestión de enjuiciamiento 1
estratégico, esa mal definida zona a b c d e f g h
del conocimiento ajedrecístico,
que parece adquirirse sólo a tra- mente, es muy mala, puesto que
vés de la experiencia. Podemos las negras tendrán que tomar me-
sugerir, sin embargo, que es me- didas extremas para neutralizar la
jor tomar un peón cuando, de no amenaza 22 g4 y ¦g3-h3, o incluso
hacerlo, quedaría usted en una 22 ¥f6 y ¤g5. La segunda deci-
posición inferior o cuando, de esa sión está relacionada con las con-
forma, puede rechazar las amena- secuencias de 21 ... h6 22 ¥xh6.
zas inmediatas del contrario. In- Taimánov llegó a la conclusión de
cluso es inteligente provocar un que podía tolerar el sacrificio y
sacrificio, cuando la alternativa a que era preferible ser atacado a
esa provocación es una resignada cambio de una pieza extra, que
sumisión al ataque enemigo. ser atacado a cambio de nada.
Tal fue el caso en la partida En la partida se jugó 21 ... h6
Mora – Mark Taimánov; Lyón 22 ¥xh6 gxh6, pero entonces las
(Francia), 1955, que comenzó así: blancas se equivocaron con 23
1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 a6 4 ¤g5?, una jugada atractiva, pero
¥a4 b5 5 ¥b3 ¤a5 6 ¤xe5 ¤xb3 que le permite a las negras poner-
7 axb3 £e7 8 d4 d6 9 ¤f3 £xe4+ se a cubierto y conservar la venta-
10 ¥e3 ¥b7 11 £e2 ¥e7 12 ¤c3 ja material. Siguió: 23 ... ¥g7 24
£g4 13 ¦g1 ¤f6 14 0-0-0 0-0? (14 ¦xh6 £d7! 25 £h7+ (25 ¦h8+
... b4! 15 ¤a2 ¤d5) 15 d5! ¦fe8 16 ¥xh8 26 £h7+ ¢f8 27 £xh8+
¦d4 £c8 17 £d3! ¦b8 18 ¤e4 a5 ¢e7 28 £h4 ¢d8!!, y las negras
19 ¥g5 ¤xe4 20 ¦xe4 ¥f8 21 ¦h4. ganan, porque el doble descubier-
Las negras deben tomar aquí to no es decisivo) 25 ... ¢f8 26
dos decisiones. La primera es defi- ¤e6+ fxe6 27 ¦f6+ ¥xf6 (ahora
nir hasta qué punto es mala 21 ... 27 ... ¢e7 28 £xg7+ ¢d8 es hari-
g6. La respuesta es que, cierta- na de otro costal, después de 29

conocida de antemano (algo que nunca le agradecieron), Steinitz solía caer en una posición infe-
rior o perdida desde una fase temprana de la partida. Creo que a esto podríamos denominarlo
gambito inverso. Considérelo una forma graciosa de explicarnos su terquedad y su enorme ego”.
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OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 169

¦f7 ¦e7 30 £g8+) 28 £xd7 ¥xd5 querrían presionar con sus piezas
29 £xc7 ¦fd8 30 ¢b1 a4!, y las pesadas contra el débil peón de
negras lograron un ataque de ma- ‘e6’ y asaltarlo luego con ¥h3 y
te contra el enroque gracias a su ¤g5 en el momento oportuno.
superioridad material. Pero para ello tendrían que resol-
¿Qué habría sucedido, en caso ver la tensión de la casilla ‘d4’. La
de haberse jugado la más fuerte 23 idea evidente es 16 dxc5, pero eso
g4!, podemos preguntarnos? La permitiría 16 ... ¤xb2 (no 16 ... b4
amenaza g5 puede neutralizarse 17 ¤a4) 17 ¢xb2 b4, recupera la
con 23 ... ¥xd5! 24 £xd5 £e6 25 pieza tras haber abierto la posi-
£d2 £e2, que fuerza el cambio de ción del rey blanco.
damas. La decisión de Taimánov Pero Rubinstein efectuó un
fue, obviamente, la correcta. mejor dictamen de la posición y
Las virtudes de la provocación jugó 16 dxc5! ¤xb2 17 ¢xb2 b4
también se ponen de manifiesto 18 ¤d4!, y a 18 ... bxc3+, respon-
cuando el defensor puede reali- dió 19 ¢a1! La consecuencia de
zar una mejora posicional. las últimas jugadas es que el pro-
Akiba Rubinstein – Grigori blema de las blancas con ‘d4’ está
Levenfish; Karolvy Vary (Repú- resuelto y su rey se encuentra se-
blica Checa), 1911. guro. Sin el peón de ‘c3’ (un peón
1 d4 e6 2 e4 d5 3 ¤c3 ¤f6 4 que puede ser capturado en cual-
¥g5 ¥e7 5 e5 ¤fd7 6 ¥xe7 £xe7 quier final), las negras estarían
7 £d2 0-0 8 f4 c5 9 ¤f3 f6 10 exf6 mejor, porque tendrían una cla-
£xf6?! 11 g3 ¤c6 12 0-0-0 a6 13 vada contra el rey en la gran dia-
¥g2 ¤b6 14 ¦he1 ¤c4 15 £f2 b5. gonal. Pero tal y como son las
cosas, las negras carecen práctica-
8
mente de ataque, y su posición se
7 derrumbó después de 19 ... ¤xd4
6 20 £xd4 ¦b8 21 ¦e3 g5 22 ¦xc3!
5 gxf4 23 gxf4 ¥d7 24 c6 £xd4 25
4
¦xd4 ¥e8 26 ¥h3 ¦f6 27 c7 ¦c8
28 ¦xd5! ¦xc7 29 ¥xe6+, y las
3
negras se rindieron. La provoca-
2
ción, más un sacrificio a la contra,
1 más evaluación condujeron a
a b c d e f g h ventaja estratégica.
No es fácil para las blancas Una vez más podemos decir
progresar en el medio juego debi- que es mejor aceptar un sacrificio
do a la demostración enemiga en de peón cuando no aceptarlo
el flanco de dama. Las blancas equivaldría a una posición relati-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 170

170 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

vamente más peligrosa que la que ... fxg4 porque con cualquier otra
se produce si se acepta. Un caso a jugada las blancas obtendrían
propósito es la partida Smíslov – gratis un fuerte ataque. Por ejem-
Botvínnik de su duelo por el plo: 9 ... ¤h6 10 g5 ¤f7 11 exf5
Campeonato Mundial, en 1954. gxf5 12 ¤g3, seguido del despla-
1 e4 c5 2 ¤c3 ¤c6 3 g3 g6 4 zamiento de dama o caballo a
¥g2 ¥g7 5 d3 b6 6 ¤ge2 d6 7 0-0 ‘h5’, o también 9 ... £d7 10 gxf5
¥b7 8 f4 f5! 9 g4?! gxf5 11 ¤g3, después de lo cual
las blancas deben penetrar en el
8
flanco de rey.
Después de 10 f5 £d7 11 ¤f4
7
(puede que fuese más exacto 11
6 ¤d5, aunque después de 11 ...
5 ¤d4, la posición negra es muy só-
4 lida), las negras encontraron un
3 método fuerte para contrarrestar
2
los planes blancos de ¤d5 y ¤e6.
Jugaron 11 ... gxf5 12 exf5 ¥d4+!
1
13 ¢h1 ¥xc3! 14 bxc3 ¤e5. La
a b c d e f g h
clave de la 11ª y 12ª jugadas ne-
gras es que ahora la gran diago-
nal del alfil de dama lleva hasta el
La última jugada negra lucha rey blanco. La razón de la 13ª ju-
por una cuota adicional del cen- gada es impedir el salto ¤cd5. La
tro e impide el avance f4-f5. Para pérdida de la pareja de alfiles es
forzar una ruptura, las blancas una concesión relativamente me-
han entregado un peón. Si 9 ... nor, porque ninguno de los alfiles
fxg4, seguirán con 10 f5, con el blancos es especialmente fuerte
proyecto de situar los caballos en en la formación de peones resul-
‘d5’ y, tal vez, en ‘e6’. No hay un tante.
método sencillo para anular esas Las blancas no tuvieron nada
amenazas, lo que significa que las mejor que 15 £e2 ¤f6 16 ¥xb7,
negras deben tomar una decisión entraron en un final inferior (que
crítica. perdieron, después de 16 ...
La decisión de las negras de £xb7+ 17 £g2 £xg2+ 18 ¢xg2
tomar el peón puede haberse ba- c4!), porque ni 15 c4 ¥xg2+ 16
sado en un minucioso análisis de ¢xg2 £b7+, ni 15 £e2 ¤f6 16
las posibilidades tácticas. Pero, ¤e6 ¥f3 (ó 16 d4 ¤f3) eran al-
considerando el estilo de Botvín- ternativas dignas. Las negras ga-
nik, podemos concluir que jugó 9 naron rápidamente.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 171

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 171

LA ALEGRÍA DE La decisión en cuanto a tomar


CAZAR PEONES o no un peón enemigo es una de
las más habituales en ajedrez. A
Es sorprendente la reticencia veces olvidamos la frecuencia con
que hasta los jugadores más que ocurre, porque creemos que
fuertes exhiben a menudo en en determinadas situaciones fa-
gastar uno o dos tiempos para miliares, tal o cual peón suele es-
capturar un peón débil. La excu- tar envenenado y, por tanto, su-
sa normalmente es “siempre primimos la posibilidad de
puedo hacerlo en el final”, o bien captura de todos nuestros pensa-
“no quería alejar mis piezas del mientos.
flanco de rey”, o alguna otra por A veces descartamos una cap-
el estilo. tura de peón porque asumimos,
En su libro sobre el gran tor- de forma mecánica, que nuestro
neo de Nueva York de 1927, Ale- rival debilitará nuestra forma-
xander Alekhine se quedó sin pa- ción de peones, o encerrará un
labras al tratar de explicar la caballo, o conseguirá la pareja de
siguiente partida: alfiles, o situará una torre en sép-
Marshall – Vidmar. 1 e4 e5 2 tima, etc. En otras palabras, por-
¤f3 ¤c6 3 ¤c3 ¤f6 4 ¥b5 ¥b4 5 que asumimos que debe obtener
0-0 0-0 6 d3 ¥xc3 7 bxc3 d6 8 ¥g5 compensación a cambio. Pero eso
£e7 9 ¥xc6? bxc6 10 ¦b1 h6 11 no siempre es cierto. Por otra
¥xf6 £xf6 12 £e2 £e6! 13 parte, cohibirse ante el posible
¤h4!? £f6? 14 ¤f3 £e6 15 ¤h4 barrido de peones del tablero no
£f6? 16 ¤f3 £e6. Tablas. consiste en que nuestro adversa-
¿Por qué, se preguntaba Alek- rio tenga compensación adecua-
hine, no pueden las negras tomar da, sino que la cuestión es que
el peón de ‘a2’ en su jugada 13ª ó tenga una compensación más que
15ª (y, de haber continuado la adecuada.
partida, seguramente en la 17ª, Bent Larsen a menudo se ha
19ª, 21ª, etc.)? Sugería, después de encontrado en su carrera a ambos
13 ... £xa2, 14 c4, para bloquear lados de la cuestión de la captura
la retirada de la dama negra, pero de peones, y citaremos aquí su
entonces 14 ... £a5 15 f4 exf4 16 partida con Smíslov (blancas) del
¦xf4 £g5 (16 ... g5 17 ¤f5) 17 torneo de Moscú de 1959:
¦af1 a5!, y las blancas difícilmen- 1 e4 c5 2 ¤f3 ¤c6 3 d4 cxd4 4
te tienen compensación suficiente ¤xd4 e6 5 ¤c3 ¥b4?! 6 ¤b5 a6?
por el peón. Marshall no tuvo res- (6 ... ¤f6!) 7 ¤d6+ ¢e7 8 ¥f4!
puesta a este argumento, ni tam- ¤f6 9 ¥c4 £a5 10 0-0 ¤e5 11
poco Vidmar. ¤xc8+? ¦axc8 12 ¥b3.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 172

172 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 17 ... ¤d4. Los problemas de las


7
negras no han terminado a pesar
de el rey está mas seguro. Las
6
blancas pueden elegir entre do-
5
blar torres en la columna d (pro-
4 bablemente, la mejor opción) y
3 atacar en el flanco de rey, cuya
2 idea está relacionada con el avan-
1
ce f4.
a b c d e f g h
Smíslov eligió el segundo
plan: 17 ¢h1 b5 18 ¥g5 ¤g6 19
¥d2 £c7 20 f4 ¢g8 21 ¦f1. Las
negras se prepararon ahora para
¿Deben las negras ganar un adoptar a uno de nuestros amigos
peón con 12 ... ¥xc3 13 bxc3 defensivos del capítulo 2, a saber:
£xc3? ¿Cuáles son los inconve- establecer un punto fuerte en el
nientes que pueden derivarse de centro. Jugaron 21 ... £c6, para
dicha captura? Las blancas obtie- responder a 22 ¦de1 con 22 ... d5!
nen dos buenos alfiles en una po- Las blancas jugaron 22 ¥a5,
sición en la que pueden desempe- pero tras 22 ... ¦e8 23 ¦d4, las ne-
ñar un papel principal. El rey gras efectuaron otro avance en el
negro está en el centro y cuando centro: 23 ... e5! 24 fxe5 dxe5 25
enroque artificialmente, dejará de ¦b4 ¤f4, seguido de la maniobra
proteger el peón débil de d. ...¤e6-d4 (ó c5), y quedaron con
Por otro lado, las piezas pesa- una posición ganadora (si bien la
das negras ocuparían casillas que estropearon más tarde y debieron
controlan varias líneas importan- conformarse con tablas). Obsér-
tes en un futuro previsible. Otro vese que las blancas podían haber
factor es que las blancas no po- jugado con más solidez y lograr
drán incorporar fácilmente su da- compensación doblando torres
ma a la acción con la dama negra en la columna d, pero, en cual-
en ‘c3’. quier caso, la decisión de las ne-
Las negras tomaron el peón y gras al tomar el peón de ‘c3’ fue
luego consolidaron su posición la correcta.
rápidamente para entrar en un Lo que hace que la decisión de
medio juego normal: 12 ... ¥xc3 capturar un peón sea tan difícil es
13 bxc3 £xc3 14 ¦e1 d6 15 £e2 que normalmente existen otros
¦fd8 16 ¦ad1 ¢f8. Obsérvese métodos de lograr buen juego,
que 16 a4 (para impedir ...b5) que implican menos riesgo, aun-
puede contestarse con 16 ... ¤c6 y que también, como es lógico, la
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 173

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 173

recompensa sea menor. Repitien- 16 ... ¤f5, para cubrir la debilidad


do un comentario anterior, una de ‘d6’.
de las cualidades más difíciles de Queda una última idea: 15 ...
adquirir es la de realizar buenas ¥a6 16 ¤e4 ¤a5!?, que obligaría
elecciones entre varias alternati- a las blancas a perder un peón en
vas razonables. el ala de dama, so pena de perpe-
He aquí un caso, tomado de la tuar la clavada del caballo de da-
partida de Bled de 1961 entre ma. Las blancas no pueden evitar
Udovcic y Bisguier: el sacrificio con 17 ¤xc5, debido
1 c4 ¤f6 2 g3 e6 3 ¥g2 d5 4 a 17 ... ¥xc4! 18 bxc4 ¤xc4. ¿Pero
¤f3 ¥e7 5 0-0 0-0 6 b3 c5 7 cxd5 es éste un buen sacrificio digno
¤xd5 8 ¥b2 ¤c6 9 ¤a3 b6 10 de provocar? Aquí la decisión de-
¤c4 ¥b7 11 d4 ¦c8 12 e4 ¤f6 13 be partir del cálculo y de la eva-
e5 ¤d5 14 dxc5 ¥xc5 15 ¤fd2!? luación estratégica. Bisguier si-
guió adelante y tomó el peón.
8 En la partida, las blancas juga-
7
ron 17 ¦c1 ¥e7 18 £g4, con la
idea táctica ¤f6+ en mente. De
6
este modo, se disponían también
5
a desclavar el caballo situando la
4 torre en ‘d1’. En este punto, las
3 negras podían abstenerse de ga-
2 nar un peón, pero 18 ... ¢h8 19
1
¤ed6 y 18 ... ¤xc4 19 bxc4 ¤b4
a b c d e f g h
20 ¦fd1 no eran platos de gusto.
Las negras jugaron 18 ... ¤xc4!
La idea de las blancas es jugar 19 bxc4 ¦xc4 20 ¦xc4 ¥xc4, y
¤e4, y ocupar con un caballo ‘d6’ ahora 21 ¤f6+ ¢h8 las deja per-
seguidamente. A las negras les fectamente seguras. Esta posición
gustaría oponerse a este plan con tenía que haber sido prevista y
15 ... b5, pero esto no impediría, minuciosamente evaluada antes
en realidad, 16 ¤e4! Sin embar- de tomar el peón, pero las negras
go, las negras disponen de una decidieron que su posición era fia-
opción defensiva sólida, con 15 ... ble. Con 22 £xc4 gxf6, las blancas
¥e7 16 ¤e4 ¦c7, de forma que a no pueden intentar la evidente 23
17 ¤ed6, podrían responder 17 ... ¦d1, a causa de 23 ... ¤e3! 24
¥a6, con idea de ...b5, y a 17 ¦xd8 ¤xc4, ni tampoco 23 ... exf6
¤cd6, también 17 ... ¥a6, pero ¥xf6 24 ¥a3 ¦g8, ni 23 ¥xd5!
para seguir con ...f5! Aún hay £xd5 (23 ... exd5 24 exf6! ¥xf6 25
otra idea, 15 ... ¤ce7, seguido de ¥xf6+ y 26 £xe6 también es via-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 174

174 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

ble) 24 £xd5 exd5 25 exf6 ¥c5 8


parecen reportar ventaja alguna a 7
las blancas. Pero la última posibi-
6
lidad les concede, al menos, un
5
juego satisfactorio.
Las blancas llevaron demasia- 4

do lejos sus expectativas: 22 £h4? 3


¥d3! 23 ¦d1 ¥g6, y pronto que- 2
daron perdidas: 24 £g5 (24 ¥xd5 1
exd5 25 ¦xd5 £xd5) 24 ... gxf6 25 a b c d e f g h
exf6 ¥c5 26 h4 ¦g8! 27 ¥xd5
¥c2! 28 £h6 ¦xg3+ 29 ¢h2 ¦g6 lentes recursos. Ante 9 £g4, por
30 ¥e4 ¥d6+ 31 ¥e5 ¥xd1, y en ejemplo, las negras pueden soste-
este momento su banderita cayó ner su posición con 9 ... f5! 10
piadosamente. £h5+ g6 11 £h6 ¤f8 12 ¤f4 c6
Al tomar peones, el defensor (para impedir sacrificios en d5), y
debe recordar que... ¡es un defen- las blancas deben demostrar que
sor! Es decir, que debe compren- su gambito tiene fundamento.
der que tiene ventaja material y La jugada más natural es 9
que no necesita obligatoriamente ¤f4, después de la cual normal-
contrajuego. Puede contentarse mente se juega 9 ... a6, para impe-
con cambios y liquidaciones. Por- dir 10 ¤b5. El cazador de peones
que con demasiada frecuencia el novato jugaría 9 ... c5?, y se en-
cazador de peones actúa como si contraría en problemas tras 10
quisiera igualar el juego de piezas ¤b5, o podría intentar 9 ... a6 10
y obtener tanto espacio como el £g4 ¢f8 11 £f3! ¢g8 12 ¥d3 c5?
atacante, de paso que conserva un (con lo que perdería, por 13
material extra. Eso rara vez da re- ¥xh7+! ¦xh7 14 ¦xh7 ¢xh7 15
sultado. 0-0-0!, con un violento ataque en
Consideremos la situación en la columna h), con la presunción
que las negras aceptan el gambito de que las negras deben jugar
de peón, en el Ataque Chatard- igual que siempre: atacar la base
Alekhine de la Defensa Francesa: de la cadena de peones blancos.
1 e4 e6 2 d4 d5 3 ¤c3 ¤f6 4 ¥g5 Pero cuando las negras tienen
¥e7 5 e5 ¤fd7 6 h4!? ¥xg5 7 un peón de ventaja, es innegable
hxg5 £xg5!? 8 ¤h3 £e7. que pueden jugar de modo más
conservador. Incluso hay que con-
(D)
siderar 9 ... g6!? Por ejemplo: 10
El gambito casi siempre se elu- ¥d3 ¤f8 11 £d2 £g5!, para atar
de en la época actual, a pesar de algunas piezas, o 10 £g4 ¤c6 11
que las negras disponen de exce- 0-0-0 ¤b6, seguido de ...¥d7 y
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OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 175

...0-0-0. Las debilidades estáticas ventaja? Desde luego, no quiere


de peones normalmente compen- que el ataque contrario se reavi-
san un peón de desventaja. ve, pero tampoco quiere que la
Hasta en las variantes teóricas partida acabe en tablas después
principales 9 ¤f4 a6 10 £g4, las de todo lo que ha pasado. Un
negras tienen buen juego con 10 rompecabezas similar representa
... g6 11 0-0-0 ¤b6 12 ¥d3 ¤8d7 el sacrificio a la contra.
13 ¦h6 (13 ¥xg6 fxg6 14 ¤xg6 Un ejemplo dramático de esta
¦g8) 13 ... ¤f8 14 ¦dh1 ¥d7, o situación ocurrió en una partida
bien 11 £g3 ¤b6, pero no des- de principios del siglo pasado,
pués de 11 £g3 c5?, por 12 entre los campeones norteameri-
¤cxd5!, con ataque ganador. canos Marshall y Pillsbury.
Las negras tienen un medio
8
juego seguro en estas variantes
mientras controlen las ideas de sa- 7

crificio en ‘d5’ y ‘g6’. Pero el caza- 6


dor de peones debe recordar que 5
no necesita contrajuego inmedia- 4
to (...c5) además del material.
3

2
¿CUÁNTO ES BASTANTE? 1
a b c d e f g h
Cuando su iniciativa comienza
a diluirse, el atacante puede hacer Tras un medio juego con posi-
una de estas dos cosas: bien reple- bilidades para uno y otro bando,
gar las velas y tratar de salvarse las negras (Pillsbury) tienen una
en el final; bien continuar el ata- torre de ventaja. Podían haber
que echando más leña al fuego. consolidado mejor, pero ahora es-
En el último caso, no importa la tán a punto de lograr una simplifi-
cantidad de peones menos, pues cación decisiva. Mas tienen una
cualquier final estaría, de todas espina clavada en el flanco de da-
formas, perdido. ma, a saber, la amenaza dxc6+, y
Eso plantea un nuevo quebra- si, por ejemplo, 31 ... cxd5, sigue 32
dero de cabeza a la defensa. Aho- £xd5+, o incluso 32 ¤b5.
ra que la partida parecía marchar Lamentablemente, Pillsbury
conforme a sus deseos, puede que trató de aferrarse al material y ju-
usted quiera cerciorarse de que gó 31 ... ¦f8??. Después de 32
tiene material suficiente para ga- dxc6+ ¢a8 33 cxd7, era su turno
nar. Pero, ¿y si hay otro peón que de atacar, cosa que hizo con 33 ...
puede ganarse para asegurar la ¦f2+ 34 ¢b3 £xb2+ 35 ¢a4, y de
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 176

176 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

repente las negras se rindieron, 8


debido a que si 35 ... b5+ 36 ¢a5 7
£xc3+ 37 ¢a6, las blancas se ha-
6
brían quedado sin jaques y su rey,
5
punto de recibir mate.
En sus notas, Marshall cita los 4

análisis de un aficionado vienés: 3

31 ... ¤c5!! 32 £xd8 (o 32 £xc6+ 2


¢b8 33 ¤b5 ¦c8) 32 ... £f1!! 33 1
dxc6+ ¢xc6, y ahora, a pesar del a b c d e f g h
equilibrio material, las negras ga-
nan gracias a sus peones pasados tante bueno como para ganar el
del flanco de rey. Por ejemplo: 34 final de peones resultante de 40
£d5+ ¢c7 35 £e5+ ¢b7, elude el ¦xa5 £f2! 41 ¦e5 ¦xe5 42 fxe5
jaque perpetuo, o 34 ¤b1 g3 35 h4!, o de 40 ¦e5 ¦xe5 41 fxe5
¤d2 (35 £d5+ ¢c7 36 £e5+ ¢b7 £f2! 42 h4 g6 43 ¢h3 ¢f8. Tal vez
37 £xg3 pierde, por 37 ... £e2+ debido a los apuros de tiempo,
38 ¤d2 £xd2+!) 35 ... g2 36 £c8+ Bronstein no eligió esta línea di-
¢b5, y las negras ganan. recta y simplificadora, aunque un
La ironía de que las negras pier- tanto incierta.
dan, al tratar de conservar su mate- En lugar de ello, optó por la
rial de ventaja, mientras que ganan atractiva promoción de su peón
en un final con material igualado, de e: 38 ... e2 39 ¦xg5 e1£. Las
no es desconocido para los grandes blancas sólo tienen una última
maestros. Saben que no necesitan tentativa: 40 ¦xg7+ ¢h8 41 £g5,
más que una cierta cantidad de ma- con las amenazas 42 £h6++ y 42
terial para ganar una posición y ¦xf7, seguido de 43 £g7++. Si las
que el resto es superfluo. negras no hubiesen previsto esta
En la siguiente posición, co- posibilidad, se habrían encontra-
rrespondiente a la partida Wolf- do en serios aprietos, pues no hay
gang Unzicker – David Brons- una forma sencilla de rechazar el
tein; 2ª ronda del Torneo peligro creado in extremis por las
Interzonal de Gotemburgo (Sue- blancas. Pero Bronstein no se ha-
cia), 1955, las negras pueden ele- bía olvidado de cuánto material
gir entre la simplificación o la ga- necesitaba para ganar, de modo
nancia de más material. que jugó 41 ... £xg2+! 42 £xg2
(42 ¢xg2 ¦e2+ y mate) 42 ... ¦e2,
(D)
y las blancas se rindieron, puesto
Las negras podrían jugar 38 ... que el rey negro escapa de los ja-
£xb3 39 ¦xg5 £b2, que es lo bas- ques de torre por ‘h6’.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 177

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 177

Ya hemos dicho que la decisión Las blancas siguieron con 15


de capturar peones u otro mate- fxe6 ¥xe6 16 ¤d4, pero se vieron
rial siempre es difícil. También lo confundidas con 16 ... ¥g5!, que
es decidir cuándo hay que parar. impide 17 £f2 £xc3 18 ¤xe6, de-
Veamos la partida Aivars Gipslis – bido a 18 ... ¥e3. El juego continuó
Víktor Korchnói; Semifinal del con 17 £d3 ¥c4 18 £h3. ¿Qué de-
Campeonato de la URSS, Tash- ben hacer ahora las negras?
kent (Uzbekistán), 1958: Antes de tomar la calidad en
1 e4 c5 2 ¤f3 d6 3 d4 cxd4 4 ‘f1’, deberían considerar las con-
¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 a6 6 ¥g5 e6 7 f4 secuencias de 19 £c8+. Si no de-
h6 8 ¥h4 £b6 9 £d2 £xb2 10 ben permitir este jaque, entonces
¤b3 £a3 11 ¥d3 ¥e7 12 0-0 tendrían que jugar 18 ... 0-0!, que
¤xe4! (hasta aquí se jugó tam- pone su rey a cubierto y amenaza
bién la 7ª partida del duelo Spass- 19 ... ¥xf1 sin peligro. Después de
ki – Fischer) 13 ¥xe4! ¥xh4 14 f5. 18 ... 0-0, las negras tendrían un
juego fácil en caso de que las
8
blancas opten por 19 ¦ab1 £c5, o
19 £f5 g6. La jugada crítica es 19
7
¦f5, amenaza ¦xg5, pero enton-
6
ces sería fuerte 19 ... £b6! (ame-
5 naza a su vez ...£xd4+ y ...¥e6).
4 Por ejemplo: 20 ¦xg5 £xd4+ 21
3 ¢h1 ¦e8! 22 ¦d1 £f6 (o 22 ...
2
¦xe4).
Esta política habría sido la
1
acertada, pero parece que a
a b c d e f g h
Korchnói se le escapó 20 ¤e6!
después de jugar 18 ... ¥xf1? 19
La captura de alfil (en lugar £c8+ ¥d8 20 ¤e6! El caballo es
de caballo) en ‘e4’ tiene sus razo- inmune, debido a la variante 20 ...
nes. Por ejemplo: 14 ... e5 15 ¤d5 fxe6 21 £xe6+ ¥e7 22 £c8+ ¥d8
¥d8 16 f6, o aun 14 ... 0-0 15 f6 23 ¥g6+. Aunque en la partida las
¥xf6 16 ¦xf6!, o también 14 ... d5 negras consolidaron hábilmente
15 fxe6!? dxe4 16 £f4 ¥f6 17 su posición con 20 ... £b6+ 21
¤d5. Korchnói encontró una res- ¢xf1 ¤c6! 22 ¤xg7+ ¢f8 23 £xa8
puesta satisfactoria: 14 ... £b4!, ¢xg7 24 ¦b1 £d4, las blancas po-
ata la dama blanca al caballo de drían haber complicado mucho
‘c3’ y protege, de paso, el punto más la lucha con 21 ¢h1! (a fin de
‘b7’, lo que le permite desarrollar conservar abierta la columna f).
el alfil de ‘c8’. En esta alternativa, obsérvese que
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 178

178 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

21 ... ¤c6 22 ¤xg7+ ¢f8 23 ¤e6+ ¦d8? (14 ... ¤a7) 15 £e1! ¥g4 16
fxe6 24 ¦xf1+ ¢g7 25 £xa8? ¥f6! ¥b3 £f4 17 dxc6 ¥xf3 18 £xe7
pierde, pero con 25 £d7+! y 26 ¥xc6. Ahora, gracias a la pieza
£xe6, las blancas ganan. extra, las blancas deben ganar. La
consolidación más sencilla debe
ser ¤e2-g3, pero las blancas juga-
CONSOLIDACIÓN ron 19 h4?, y quedaron perdidas
Y VIGILANCIA tras 19 ... ¦d2 20 ¦f1?? ¦e8! 21
£g5 ¦xf2! 22 ¥xf7+ ¢h8! 23 ¦d1
Una vez que la crisis inicial £xf7 24 ¦d2 h6 25 ¦xf2 ¦e1+ 26
planteada por el sacrificio ha fina- ¢h2 £xf2 27 £g4 ¥xg2, y las
lizado, la tarea del defensor cam- blancas se rindieron.
bia. Ya no tiene que seguir recha- También un gran maestro ma-
zando las amenazas del ataque, duro puede ser derrotado en lo
sino que ha de consolidar la venta- psicológico, como sucedió en la
ja material y coordinar sus fuerzas. curiosa partida Tal – Guéler, del
Su mayor peligro es el exceso de XXV Campeonato de la URSS.
confianza que le acecha tras haber Tras un espectacular sacrificio de
superado una presión considera- calidad, se llegó a la posición del
ble en las jugadas precedentes. diagrama:
Los jugadores jóvenes son es-
pecialmente propensos a incurrir
8
en errores de ese tipo tras haber
sorteado bien los peligros del ata- 7

que enemigo. Alexander Alekhi- 6


ne demostró que, a sus 22 años, 5
era uno de los jugadores más 4
fuertes del mundo en el torneo de
3
San Petersburgo de 1914; pero
2
ese mismo año y en la misma ciu-
dad, sufrió un castigo tremendo 1

ante otra estrella en alza. a b c d e f g h

Alexander Alekhine – Efim


Bogoljubov; San Petersburgo
(Rusia), 1913. Aquí las negras respondieron
1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 ¥c5 a 25 ¥xf6 con 25 ... gxf6??, que
4 c3 ¤ge7 5 d4 exd4 6 cxd4 ¥b4+ perdió por 26 ¦e7, ya que a 26 ...
7 ¥d2 ¥xd2+ 8 £xd2 a6 9 ¥a4 £xe7 sigue un jaque de dama en
d5 10 exd5 £xd5 11 ¤c3 £e6+ 12 ‘g4’. ¿Qué le había sucedido a
¢f1! £c4+ 13 ¢g1 0-0 14 d5 Guéler? Ésta fue su explicación:
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 179

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 179

“Después de la, para mí, aven- 8


turera 12ª jugada de mi rival, me 7
sentí obligado a castigarlo... Aho-
6
ra tenía calidad de ventaja, las
5
amenazas directas a mi rey habían
sido rechazadas y sentía que la 4

victoria estaba cerca. Un sencillo 3


análisis de la natural 25 ... £xf6 2
me demostró que ya no podía ga- 1
nar. ¡Y tenía que ganar! El juego a b c d e f g h
‘incorrecto’ de mi rival debía ser
castigado, y puesto que 25 ... £xf6
no ganaba, opté por la otra opción La jugada 20 £c2! fue un paso
sin pensármelo dos veces”. importante en la activación de las
Al consolidar su posición, el piezas blancas, en especial del ca-
defensor debe convencerse a sí ballo, que ahora podrá llegar a
mismo de que está satisfecho con ‘d5’ vía ‘c3’. Las blancas observa-
su posición, y que ésta se encuen- ron que 20 ... b5 21 ¤c3 bxc4 22
tra bien protegida contra las ame- £a4 haría las cosas fáciles para su
nazas. Entonces es cuando puede causa. El juego siguió así: 20 ... h5
empezar a pensar en optimar la 21 £a4 ¦d2 22 ¤c3 ¥c8, y ahora
actividad de sus piezas. Su aliado 23 ¦d1! situó a las negras ante la
más importante es la amenaza de difícil decisión de cambiar torres
cambiar material y pasar a un fi- o ceder la columna abierta.
nal ganado. Después de 23 ... ¦xb2 24
Un buen ejemplo de esta téc- ¤d5, las negras tenían suficiente
nica lo tenemos en la partida Bot- compensación por la dama en el
vínnik – Stein, jugada en el Cam- aspecto material. Pero sus piezas
peonato Soviético por equipos de sencillamente no se podían equi-
1964, en la que Stein realizó un parar a las blancas que, por cierto,
sacrificio oportunista de dama amenazan encerrar la torre ene-
por torre y alfil. miga con 25 £a3 ¦c2 26 £b3 ¦e2
1 c4 g6 2 ¤c3 ¥g7 3 d4 ¤f6 4 27 ¢f1. Las negras realizaron una
e4 0-0 5 ¥e3 d6 6 f3 b6 7 ¥d3 tentativa valiente con 24 ... ¥e6!,
¥b7 8 ¤ge2 c5 9 0-0 ¤c6 10 a la espera de 25 £a3 ¥xd5 26
¥c2?! e5! 11 dxe5 dxe5 12 ¥g5 £xb2 ¥xc4.
h6 13 ¥h4 ¤d4 14 ¤d5 ¤xd5?! Pero las blancas no le dieron
15 ¥xd8 ¤e3 16 £d3 ¦axd8 (16 el menor respiro a su rival: 25
... ¤dxc2 17 ¥h4) 17 £xe3 ¤xc2 £xa7! ¥xd5 26 exd5 b5 27 d6!
18 £c3 ¤xa1 19 ¦xa1 ¥a6. bxc4 28 d7 c3 29 £xc5! c2 30 ¦c1
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 180

180 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

¦d8 31 ¦xc2 ¥f8 32 £c8 ¦b8 33 Las blancas recuperaron como


£xb8!, y las negras se rindieron. pudieron la compostura y juga-
La simplificación debe ayudar ron 24 ¦fe1. A partir de este mo-
al defensor y por esa razón el pro- mento, las negras se concentraron
ceso de consolidación puede ser en esquivar las trampas plantea-
lento. Proponiendo constantes das por su rival y apoderarse de
cambios, el defensor desvía las pie- la iniciativa mediante propuestas
zas atacantes una y otra vez. Un de cambios. En consecuencia, ju-
caso a propósito es el siguiente: garon 24 ... ¥f7!, para explotar la
Mijaíl Tal – Edwin Bhend; Zú- clavada de la torre blanca. Obsér-
rich (Suiza), 1959. vese que 24 ... ¥g8 les hubiera da-
1 d4 c5 2 d5 d6 3 e4 g6 4 ¤f3 do a las blancas un juego conside-
¥g7 5 ¥e2 ¤a6 6 0-0 ¤c7 7 ¤c3 rable, después de 25 £h5, debido
f5!? 8 ¥d3 fxe4 9 ¤xe4 ¤h6 10 a la amenaza 26 ¦e8 ¦xe8 27
¥f4 0-0 11 £d2 ¤f7 12 c4 b5 13 ¦xe8 £c7 28 £xh7++.
¦ae1 ¦b8 14 b3 e6 15 ¤fg5 ¤xg5 Siguió: 25 ¥c2 ¦b7!! 26 h4
16 ¥xg5 £d7 17 ¤c3 b4 18 dxe6 ¦xe7 27 ¦xe7 h6 28 £f5 ¥g8 29
¤xe6 19 ¤d5 ¥b7 20 ¥e4 ¤xg5 £e4 d5! 30 exd5 £xd5. Mientras
21 £xg5 ¢h8. a las negras les quede un solo pe-
ón en el flanco de dama, pueden
8 ganar los finales derivados de un
7 cambio de damas. Así pues, Tal se
6
ve obligado a retroceder: 31 £g6
£d4! 32 £g3 ¦f7 33 ¦e4 £b2 34
5
¥d3 ¥d4 35 ¦e2 £c1+ 36 ¢h2
4
£f4 37 ¦e8 £xg3+ 38 fxg3 ¢g7
3 39 ¥c4 ¦f8 40 ¦e7+ ¢f6 41 ¦xa7
2 ¥xc4 42 bxc4 ¢f5 43 ¦e7 ¦a8 44
1 ¦e2 ¦a3 45 ¢h3 h5, y las blancas
a b c d e f g h se rindieron.

Mijaíl Tal jugó ahora 22


¥xg6?!, con idea de responder a PARTIDAS ILUSTRATIVAS
22 ... hxg6 con 23 ¤e7, con las
fuertes amenazas ¤xg6+ y £h4+. David Bronstein – Paul Keres;
Después de 22 ... ¥xd5, las blan- Torneo de Candidatos, 12ª ronda,
cas jugaron 23 ¦e7. Bhend retiró Zúrich (Suiza), 1953
su dama, 23 ... £d8, y Tal descu-
brió que 24 £h5 podía contestar- 1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4
se con 24 ... ¥g8! e3 c5 5 ¥d3 d5 6 ¤f3 0-0 7 0-0
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 181

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 181

¤c6 8 a3 ¥xc3 9 bxc3 dxc4 10 Un fácil camino hacia la igual-


¥xc4 £c7 11 ¥d3 e5 12 £c2 dad era 13 ... c4, con lo que se
Antes de continuar el desarro- fuerza un final teóricamente
llo de esta extensamente analiza- equilibrado: 14 ¥xc4 exd4 15
da apertura, le damos la palabra a cxd4 ¤a5 16 ¥d3 £xc2 17 ¥xc2
David Bronstein, que escribió lo ¤xe4, y 18 ... ¥f5. La elección de
siguiente en la introducción a la Euwe es mucho más aguda, por-
partida en su famoso libro sobre que el centro blanco resultará
el torneo: más vulnerable en el medio juego
«Casi siempre tiene sentido un que en el final.
sacrificio de peón, a veces incluso
de pieza, para mantener al rey 14 cxd4 ¥g4
enemigo en el centro, donde pue- 15 £xc5 ...
de ser atacado con las piezas pe-
sadas. Pero debemos distinguir
entre dos tipos de ataque: 1) el 8
rey se halla en la primera fila ro- 7
deado de sus propias piezas y pe- 6
ones; 2) el rey avanza hasta la ter-
5
cera o cuarta filas, en busca de
4
refugio en uno de los flancos.
«En esta partida puede verse 3

un ejemplo del segundo tipo: mi 2


rival utiliza al máximo el mejor 1
recurso del defensor, la sangre a b c d e f g h
fría. En un momento dado, me vi
obligado a olvidarme de todas
las variantes calculadas para Las blancas renuncian a un
preguntarme quién atacaba a interesante reto: 15 e5 forzaría
quién». la variante 15 ... ¥xf3 16 exf6
La posición de apertura nos re- ¤xd4 17 ¥xh7+ ¢h8 18 fxg7+
sulta familiar. Las blancas quieren ¢xg7 19 ¥b2, y ahora 19 ...
realizar el avance e4 y expandirse ¦ad8 ó 19 ... £f4. A pesar de la
en el flanco de rey con sus piezas y airada situación de su rey, las
peones. Las negras presionan el negras tienen buenas piezas en
centro enemigo y tratan de conte- juego por las amenazas ...¥e2 y
ner los alfiles blancos. ...¦h8. Tras 19 ... £f4, por ejem-
plo, 20 gxf3 ¦e5! 21 ¥xd4 cxd4,
12 ... ¦e8 las blancas se encontrarían con
13 e4 exd4!? el agua al cuello, ante las ame-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 182

182 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

nazas ...¦g5+ ó ...¦h8. Las blan- 17 ... ¦e7!


cas podrían entrar en dos finales 18 £c2 g6
con 20 £f5 £xf5 21 ¥xf5 ¥c6, ó 19 ¤e4 ¥f5!
20 £xc5 ¢xh7 21 £xd4 £xd4
22 ¥xd4, pero las negras conta- Esto explica por qué las ne-
rían con excelentes posibilida- gras prefirieron la debilitante 18
des de tablas en ambos casos. ... g6 a 18 ... f5. Está claro que in-
Retrospectivamente, puede tentaban provocar un sacrificio
que este plan fuese el mejor pa- peligroso, porque las blancas no
ra las blancas. Sin embargo, tienen otro modo de afrontar las
Bronstein prefirió una variante amenazas de caballo y al peón de
igualmente complicada, que pa- ‘d4’.
rece superior a primera vista.
(Veinte años más tarde se descu- 20 ¤f6+! ¢g7
brió que 15 ... ¥xf3! 16 gxf3 21 £d2! ¢xf6
£d7, que amenaza el peón de d
y ...¤xe4, con jaque perpetuo,
8
era lo más fuerte para las ne-
7
gras).
6

15 ... ¤xe4 5

16 ¥xe4 ¦xe4 4
17 ¤g5! ... 3

2
Una excelente idea de ata-
1
que, que incita a las negras a eli-
a b c d e f g h
minar el peón de ‘d4’ para acti-
var el alfil en la gran diagonal.
Por ejemplo: 17 ... ¦xd4 18 ¥b2
¦d7 19 £c2 g6 20 ¤e4 es tan «En este momento me sentía
fuerte que lo mejor que pueden muy satisfecho con mi posición»,
hacer las negras es contraatacar escribió Bronstein. «El rey negro
con 18 ... £f4. Por cierto que la no puede regresar a ‘g7’, y al per-
rapidez con que el ataque puede manecer en el centro quedará ex-
cambiar de mano se pone de puesto al ataque combinado de
manifiesto en la variante 17 d5 dama, torre y alfil y, quizá, de al-
(para ganar el caballo clavado) gunos peones. A pesar de ello, mi
17 ... ¥xf3 18 gxf3 ¦h4 19 f4 adversario no mostraba el menor
£d7!, se desclavan y amenazan signo de desesperación: un buen
20 ... £g4+. ejemplo para los jugadores jóve-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 183

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 183

nes, que suelen alterarse tan 25 ... ¦xd5


pronto como entran en posicio- 26 fxe5+ ¢e6
nes difíciles, especialmente cuan-
do se ven amenazados con un No 26 ... ¢g7 27 £g5, que
ataque de mate, por lo que redu- amenaza ¦xf5 y e6+. Aquí Brons-
cen sus propias posibilidades de tein comenta que, a pesar de ha-
defenderse con éxito». ber recuperado la pieza, «el ata-
Con la siguiente jugada las que de las blancas tropieza con
blancas crean tres amenazas muy dificultades estratégicas. El rey
poderosas: la horquilla en ‘d6’, el negro está rodeado de piezas que
jaque natural ¥b2 y la supresión muestran una cierta inclinación al
sutil de la retirada del rey con contraataque a la primera oca-
£h6. sión. El rey tiene, además, muchas
casillas de escape, más de hecho
22 d5 ¦d8!! que cuando se hallaba enrocado.
Por otra parte, con el rey en ‘h1’,
Una réplica tremenda. Un la primera fila es vulnerable».
simple vistazo basta para conven-
cerse de que 22 ... £d6 23 £h6! 27 £g5 ¢d7
£xd5 24 ¥g5+ y 25 ¦fe1+ es una 28 ¦ac1? ...
secuencia mortal. Pero la jugada
textual amenaza con responder a Las blancas dejan escapar su
23 £h6 con 23 ... ¦xd5. También oportunidad de lograr una gran
detiene el avance d6 y crea una ventaja con 28 a4, seguido de 29
base firme para devolver la pieza ¥a3, cuando podrían penetrar
extra. por casillas negras o ganar la cali-
dad en una situación más favora-
23 ¥b2+ ¤e5 ble que en la nota a la jugada 25ª.
24 f4 £c5+
25 ¢h1 ... 28 ... £b6
29 ¥c3 ¦e8
Ahora se revela otra virtud de 30 ¥b4 ¦exe5
la jugada 22 ... ¦d8. Si 25 ¥d4, 25
... ¦xd5! 26 ¥xc5 ¦xd2 27 ¥xe7+ Las negras tienen un segundo
¢xe7 28 fxe5 ¥e4; o aun 26 fxe5+ peón para consolarse, y no tiene
¢e6 27 ¥xc5 ¦xd2 28 ¥xe7 que preocuparles 31 ¦xf5, debido
¢xe7, y las negras deberían hacer a 31 ... gxf5! 32 £g8 ¢e6!, con ta-
tablas, a pesar de la calidad de blas como mínimo. En muchas de
menos. las variantes que podrían produ-
cirse en las jugadas siguientes, las
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 184

184 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

blancas descartan ideas porque dama fuera del tablero, las negras
sólo conducen al jaque perpetuo. pueden poner su rey a cubierto,
Pero eso parece confirmar que, tras sus peones del flanco de rey,
hagan lo que hagan, las tablas es sin el peligro de que la pieza más
todo lo que la posición puede fuerte enemiga penetre en su
ofrecerles. campo. La alternativa, 35 ... gxf5
36 ¦c7+ ¢e8 37 ¦c8+, sólo con-
31 £h4 a5 duce a tablas, a menos que las
32 ¥e1 h5 blancas quieran afrontar la se-
33 ¥f2 £a6 cuencia 37 ... ¢d7 38 £d8+ ¢e6
34 ¥g3 ¦e4 39 £e8+ ¢f6 40 £h8+ y otra me-
dia docena de jaques. ¿No es más
8 sencillo tomar la dama?
7
36 ¦xd5+ ¢e6
6
37 ¦cd1 ...
5

4 Bronstein se dio cuenta justo a


3 tiempo de que 37 ¦e5+?? ¢f6 38
2 ¦f1+ permitía mate en una. El
1
resto es muy fácil.
a b c d e f g h
37 ... £c4!
Aunque lleva ya varias juga- 38 ¦d6+ ¢e7
das en la sexta o séptima fila, el 39 ¦d7+ ¢f6
rey negro está seguro. Protegido 40 ¥xh4+ £xh4
por sus piezas pesadas, las negras 41 ¦f1+ ¢g5
no temen seguir deambulando
con su pieza más valiosa. Por Tablas ante 42 ¦d5+! y 43
ejemplo: 35 £g5 ¢e6! Ambos ju- ¦xa5 que elimina la última posi-
gadores se encontraban a punto bilidad de victoria de las negras.
de perder por tiempo, pero pese a
todo las blancas lanzan su última
tentativa de doble filo. John Eric Littlewood – Mijaíl
Botvínnik; Torneo de Hastings
35 ¦xf5!?! ¦xh4 (Inglaterra) de 1961-1962, 2ª ron-
da:
Puede que sea seguro capturar
la torre, pero instintivamente es 1 e4 c5 2 ¤f3 d6 3 d4 cxd4 4
mejor eliminar la dama. Con la ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 g6 6 ¥e3 ¥g7 7
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 185

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 185

f3 a6!? 8 ¥c4 b5 9 ¥b3 ¥b7 10 ¥h6!, que obliga a tomar una de-
£d2 ¤bd7. cisión en el flanco de rey. Las ne-
gras pueden renunciar al enro-
Las blancas han elegido la for- que, con 11 ... ¥xh6 12 £xh6
mación de ataque más popular y ¤c5, pero entonces el desarrollo
más efectiva contra la Variante blanco es muy simple, mientras
del Dragón planteada por las ne- que el negro es problemático. Por
gras. Con la novedad 7 ... a6, las ejemplo: 13 0-0-0 ¤xb3+ 14 cxb3!
negras asumen la iniciativa en el £b6 15 ¢b1 0-0-0 16 b4! y 17
flanco de dama antes de haber ¤b3, como en una partida poste-
enrocado, y dejan el rey como un rior de Botvínnik. La alternativa
objetivo inmóvil. Las blancas po- es 11 ... 0-0, la jugada que las ne-
dían haberse anticipado a este gras trataban de diferir. Las blan-
plan con 8 £d2 para responder a cas seguirían entonces con su ata-
8 ... b5 con 9 a4!, una jugada que que: 12 h4 ¤c5 13 h5 ¤xb3 14
crea debilidades en todo el flanco axb3 b4 (de otro modo, 15 hxg6
de dama negro, ya jueguen 9 ... hxg6 16 ¥xg7 y mate) 15 ¤d5!
bxa4, ya 9 ... b4. Las blancas siem- ¥xd5 (15 ... ¤xd5 significaría
pre podrían enrocar corto más prescindir de una importante pie-
tarde. Pero las negras también za defensora del enroque) 16
pueden acomodarse. Por ejemplo: exd5, seguido de hxg6 ó 17 ¤c6, o
8 ... ¤bd7 y 9 ... £c7, antes de rea- incluso 17 ¥xg7. Las negras nun-
lizar el avance ...b5. ca pueden jugar realmente
...¤xh5, debido a g4 y al subse-
8 cuente mate en la columna h.
7
11 ... ¤c5
6

5
Las negras pueden eliminar un
4 atacante peligroso en cualquier
3 momento con ...¤xb3+. Una de
2 las razones por las que es tan po-
1
pular la formación blanca es que,
a b c d e f g h
en ‘b3’, el alfil es también una pie-
za defensiva excelente. Incluso si
se cambia por un caballo negro, la
11 0-0-0? ... posición del rey blanco sigue sien-
do relativamente segura.
Para entender por qué es esto
un error, debemos examinar 11 12 ¢b1 ¤xb3
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 186

186 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

13 cxb3!? ... 14 ¥h6 ¥xh6!


15 £xh6 b4!
Siete jugadas después, este mo-
vimiento podrá ser duramente cri-
8
ticado. La razón de esta inusual
7
captura –inusual porque existe un
principio cierto y probado según 6

el cual debe retomarse con peón 5


hacia el centro– es que tiene una 4
base defensiva y otra ofensiva. La 3
idea defensiva es que tras un pos-
2
terior ...b4 el punto ‘c2’ no será tan
1
vulnerable. También porque las
a b c d e f g h
negras no podrán abrir del todo la
columna a con el avance ...a5- Las negras caminan al borde
a4xb3. La idea ofensiva reside en del abismo y deben actuar rápida-
el uso futuro de la columna c, con mente. Sólo en ciertas condiciones
¦c1, y en la explotación de las ca- da resultado la captura en ‘h6’; pe-
sillas negras débiles, con b4 y ¤b3. ro no pueden darles jugadas a las
Aunque válida en muchas blancas, porque les bastarían para
otras posiciones similares, esta ju- dar mate después de h4-h5. La da-
gada es inferior aquí, por razones ma blanca no puede ser expulsada
tácticas, casi imposibles de prever de ‘h6’. En otros casos, las blancas
en esta posición. obtendrían un ataque decisivo
(por ejemplo: 15 ... ¦c8? 16 e5!, o
13 ... 0-0 aun 15 ... £b6 16 h4 ¢h8 17 h5
¦g8 18 hxg6 ¦xg6 19 £h2, segui-
Ahora las negras han realiza- do de ¤f5 ó g4), o una gran venta-
do todo el trabajo preparatorio ja estratégica (15 ... e5 16 ¤c2!, se-
posible en el flanco de dama sin el guido de ¤e3-d5).
empleo de las piezas pesadas co-
mo la torre de rey. El enroque es 16 e5? ...
seguro. Obsérvese que si las blan-
cas toman precauciones en el A pesar de su fuerza aparente,
flanco de dama, con 14 b4, permi- ésta es la jugada perdedora. Si las
tirían ...¦c8-c4! Quizás lo mejor blancas juegan el caballo de da-
sea 14 ¦c1 y 15 ¦hd1, aunque se- ma, están asumiendo la pérdida
ría admitir que el ataque de mate de la iniciativa. Sin embargo, a)
tradicional, con h4-h5, no puede 16 ¤d5 puede contestarse tanto
llevarse a cabo. con 16 ... ¥xd5 17 exd5 £d7, se-
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OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 187

guido de ...¦c8-c5, ó ...e5, como para el mate les concede a las


con 16 ... ¤xd5 17 exd5 ¥xd5 18 blancas buenas posibilidades
¤f5! gxf5 19 ¦xd5 f6! (no 19 ... e6 prácticas después de 21 exd6. Las
20 ¦xd6! £xd6 21 £g5+, con ja- blancas no tienen tiempo de jugar
que perpetuo) 20 ¦xf6 £e8 y aquí 19 bxc3, porque 19 ... exd4 20
...£f7 ó ...£g6; las negras están hxg6 ¤f6, ó 20 ¦xd4 £a5 anulan
mejor en casi cada final, porque el ataque.
tienen peones pasados en el cen-
tro y las blancas no pueden crear 19 hxg6 ...
fácilmente uno pasado en el ala
de dama; b) 16 ¤ce2 puede con-
8
testarse con 16 ... e5 17 ¤c2 a5,
con un ataque más rápido que el 7

de las blancas, o con 16 ... e6 17 h4 6

£e7 18 h5 a5 19 hxg6 fxg6. 5

4
16 ... ¤d7! 3

2
Un recurso fino que obliga a
1
las blancas a atacar a la desespera-
da. La clave de 16 ... ¤d7 es res- a b c d e f g h

ponder a 17 exd6 con 17 ... e5!


(aunque 17 ... bxc3 18 ¤f5 gxf5 19 19 ... ¤f6!
£g5+ ¢h8 20 dxe7 no es peligro-
so, debido a 20 ... c2+!, seguido de Sólo aquí descubrieron las
jaque de dama y ...¦g8). blancas que la jugada en que con-
Las blancas probablemente fiaban (20 ¤f5) falla por 20 ...
esperaban 16 ... bxc3 17 exf6 exf6, c2+! y ...£c8+, seguido de la cap-
que favorece a las blancas por su tura del caballo. Sin la suma del
mejor estructura de peones des- caballo, el ataque blanco queda
pués de 18 bxc3. El uso que las muerto porque el caballo negro
negras hacen en esta partida de la cubre perfectamente la posición
jugada intermedia es divertido y, de su rey. El resto fue una labor
al mismo tiempo, instructivo. de limpieza:

17 h4 bxc3 20 bxc3 exd4 21 gxh7+ ¢h8 22


18 h5 dxe5! ¦xd4 £a5 23 £e3 ¤d5 24 £d2
¤xc3+ 25 ¢a1 ¦ad8 26 ¦c1
Sí, mejor así, porque 18 ... c2+ £xa2+ (lo más sencillo: las negras
19 ¤xc2 g5 20 £xg5+ ¢h8, que sólo necesitan una pieza extra) 27
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 188

188 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

£xa2 ¤xa2 28 ¦xd8 ¦xd8, y las 8


blancas se rindieron. 7

5
Rashid Nezhmetdínov – Ale-
xánder Chistiákov; Semifinal del 4

Campeonato de la URSS, Tiflis 3

(Georgia), 4ª ronda, 1949 2

1
1 e4 e6 2 d4 d5 3 ¤c3 ¤f6 4 a b c d e f g h
¥g5 dxe4 5 ¤xe4 ¥e7 6 ¤g3!? b6
7 ¥b5+ c6 8 ¥e2 ¥b7 9 ¤f3
¤bd7 10 0-0 h6 11 ¥xf6 gxf6?! Las blancas recogen el guante
y responden con el sacrificio
Esta partida representa un sa- oportunista de un peón basado
crificio de liberación de líneas de en la evacuación de la casilla ‘d4’
un peón por el cual las blancas para el caballo. Aunque eso difí-
buscan bombardear al rey negro, cilmente puede parecer suficien-
oculto tras la protección de un te, podemos prever algunas juga-
muro de peones. Aunque los peo- das para vaticinar una formación
nes ofrecen una barrera apa- de ataque con un caballo en ‘d4’,
rentemente infranqueable, ésta un alfil en ‘h5’, torres en ‘d1’ y ‘e1’
no siempre puede contener los y la dama en algún punto agresi-
trucos tácticos del atacante. vo. Las blancas amenazarán en-
Las negras han provocado, con tonces con sacrificios en ‘e6’ y
su 11ª jugada, un medio juego de ‘f7’, así como con la apertura de
doble filo. No retomaron en ‘f6’ líneas a base de c4. Ahora bien,
con pieza debido a la presión que disponer las piezas de esta mane-
habría seguido a 11 ... ¤xf6 12 ra sin el sacrificio de peón resul-
¤e5 y 13 ¥f3, o a 11 ... ¥xf6 12 taría imposible (¿desde qué otro
¤h5. En lugar de la tranquilidad lugar, si no es ‘d4’, podría la acti-
relativa que habrían conseguido vidad del caballo tener el mismo
con 10 ... 0-0 ó 10 ... £c7 y 11 ... 0-0- efecto?). Retrospectivamente, po-
0, las negras quieren un medio jue- demos decir que era mejor jugar
go con los dos alfiles y con posibili- 12 ¦e1 ó 12 ¤h5, pero si estuvié-
dades de ataque en la columna g. ramos sentados ante el tablero,
el sacrificio sin duda nos resulta-
(D) ría atractivo.

12 d5?! ... 12 ... cxd5


Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 189

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 189

Las negras no tienen mucha excusa válida para hacer perme-


elección. No pueden rehusar la able una estructura sólida de pe-
oferta sin incurrir en mayores ones.
concesiones (12 ... e5 13 dxc6
¥xc6 14 ¤f5, o 12 ... £c7 13 dxe6 14 ¥h5 ¥xd4
fxe6 14 ¤d4), y no pueden tomar 15 £xd4 ¢f8!
de peón de e porque entonces las
blancas minarían la columna e Se diría que los peones centra-
con ¦e1 y ¤f5. les negros constituyen suficiente
protección para las piezas de ma-
13 ¤d4 ¥c5! yor rango, pero veamos, por
ejemplo: 15 ... £e7? 16 ¤f5! exf5
Una decisión sabia: las negras 17 ¦fe1 ¤e5 18 f4 £c5 19 ¦ad1!,
piensan eliminar la pieza atacante seguido de la recuperación de la
más fuerte. Está claro que las ne- pieza y una tremenda presión so-
gras no podrán enrocar largo de- bre el centro.
bido a las amenazas de las blan-
cas en ‘f7’ y ‘e6’ (15 ... £c7 16 16 ¦fe1 ¦c8
¥h5 ¤c5 17 b4, o 15 ... ¤c5 16 17 £b4+ ...
¥h5 £d7 17 f4). El rey negro está
mucho más seguro en el centro, El problema de las blancas es
aunque en algunos casos tenga que carecen de objetivos. Si se de-
que moverse a ‘f8’. tienen a defender el peón de c, las
Al desprenderse de su alfil de negras pueden iniciar sus contra-
casillas negras, Chistiakov no es- golpes con 17 ... £c7 ó 17 ... ¦c4.
tá realizando concesión alguna, El jaque blanco plantea algunas
porque las blancas ya se han trampas: 17 ... ¦c5 sitúa una pieza
desprendido del suyo y no pue- en una casilla torpe y hace más
den explotar impunemente las fácil el avance ‘c4’ después de 18
casillas oscuras. Las negras de- ¦ad1; 17 ... £e7 entra de cabeza
ciden oponer una formación de- en la variante 18 £xe7+! ¢xe7 19
fensiva con su rey en ‘f8’ para ¤f5+ ¢f8 20 ¤d6, por ejemplo:
cubrir ‘g7’. El resto de sus piezas 20 ... ¦c7 21 ¤xf7 ¦g8 22 ¤d8
pueden apuntar a las blancas (Chistiakov).
desde casillas más o menos natu-
rales (la torre de dama, por 17 ... ¤c5
ejemplo, desde ‘c8’). También 18 ¦ad1 £c7
deciden no avanzar sus peones 19 £h4 ...
centrales, a menos que haya una
razón de peso para ello. No hay (D)
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 190

190 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 se una mezcla de confusión de las


7
piezas atacantes, propuesta de
cambio y consolidación.
6

5
20 c4! ...
4

3 La idea es 21 cxd5 ¥xd5 22


2 ¤xf5. El propósito, muy distinto a
1
la amenaza inmediata, es utilizar
a b c d e f g h
la columna d en conexión con
£f6.

20 ... dxc4!
Ahora las blancas tienen su
objetivo. Ya no les interesa la pre- Pero las negras han preparado
sión contra ‘c4’ porque eso abriría un limpio sacrificio: 21 £f6 ¦h7
la columna a las piezas pesadas 22 ¤xf5 exf5 23 ¥xf7 £xf7! 24
negras y la gran diagonal al alfil. ¦d8+ ¦xd8 25 £xd8+ ¢g7 26
Sería efectivo después de 19 ... ¦e7 ¢g6, con tres piezas por la
£d8 20 c4! Por cierto, ¿cómo de- dama y una posición fácilmente
ben proteger las negras el peón ganada.
de f6? A 19 ... £e7 las blancas
pueden responder 20 ¤f5, y a 19 21 £xc4 ¦g8
... ¢g7, pueden seguir 20 £g4+
¢h7 21 £h4, en busca de una re- Las negras tienen el contraa-
petición de movimientos. Sólo taque a punto y fuerzan una serie
quedan, por tanto, 19 ... f5, que in- de simplificaciones con amena-
vita a la invasión de dama por zas. La primera es 22 ... f4.
‘f6’, y 19 ... ¤d7, que corta la co-
municación en la séptima fila e 22 f4 £e7!
invita al sacrificio 20 ¥xf7 ¢xf7
21 £h5+ y ¤f5 ó ¦xe6. Prepara la amenaza 23 ...
¤e4 y también planea trasladar
19 ... f5! la dama a ‘h4’. Si, ahora, 23
¤xf5, entonces 23 ... ¦xg2+ 24
Las negras han calculado esta ¢f1 £f6.
secuencia: 20 £f6 ¦h7 21 ¥g6
¤d7! 22 £h4 fxg6 23 ¦xe6 £d8! 23 £d4 ¤e4
24 £b4+ ¢f7 25 ¦de1 ¤c5. Una 24 ¥f3 ¤xg3
maniobra que puede considerar- 25 ¥xb7 £xb7
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 191

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 191

26 hxg3 ... ¦cxg2+ 36 ¢h1 ¢h4 37 ¦d1 ¦xa2


38 ¦xf7 ¢h3 39 ¦d3+ ¦g3 (Chis-
8 tiakov). El resto fue sencillo, por-
7 que las blancas podrían evitar la
pérdida de más peones o la pene-
6
tración de las torres enemigas, pe-
5
ro no ambas cosas:
4

3 33 ¦xa7 ¦d8! 34 ¢h2 ¦dd2 35


2 ¦g1 ¦e2 36 ¦a4 b5 37 ¦a7 ¦xe5
1 38 a4 b4 39 a5 ¦a2 40 a6 ¦ea5 41
a b c d e f g h
¦b7 ¦xa6 42 ¦xb4 h5, y las blan-
cas se rindieron.
Las blancas comienzan a pen-
sar en defenderse. Pero siguen
tendiendo trampas. Por ejemplo: Robert James Fischer – Vasili
26 ... ¦xg3 sería caer en una de Smíslov; Torneo de Candidatos,
ellas tras 27 £h8+ ¢e7 (27 ... ¦g8 Bled, Zagreb, Belgrado, 21ª ron-
28 £xh6+ ¢e7 29 ¦xe6+!, o 28 ... da, 13 de octubre de 1959
¦g7 29 £h8+, o incluso 28 ... ¢e8
29 ¦xe6+! fxe6 30 £xe6+ ¢f8 31 1 e4 c5 2 ¤f3 e6 3 d4 cxd4 4
£xf5+ ¢e8 32 ¦e1+ ¢d8 33 ¤xd4 ¤f6 5 ¤c3 d6 6 ¥c4 ¥e7 7
£f6+ ¢c7 34 £e5+! y mate) 28 0-0 a6 8 ¥b3 b5 9 f4 0-0 10 f5?
¦xe6+!!, con mate o ganancia de
dama. ¡Vigilancia! 8

7
26 ... ¦c2! 6
27 £d6+ £e7 5
28 £b8+ ¢g7
4
29 £e5+ £f6
3
30 ¦d7 £xe5
31 fxe5 ¦xb2 2

32 ¦c1 ¢g6! 1
a b c d e f g h
El conductor de las negras se
mantiene despierto hasta el final.
Ahora se dispone a contestar a 33 Con la décima jugada, las
¦cc7 con 33 ... ¢h5, con lo cual su blancas inician una campaña es-
rey estará a salvo de las amenazas peculativa, una campaña que exi-
del perpetuo: 34 ¢h2 f4! 35 gxf4 ge de las negras una vigilancia
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 192

192 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

constante, a pesar de la naturale- que las negras pueden ganar


za a veces abrumadora de su po- tiempo con una jugada de desa-
sición. En varios momentos pare- rrollo. El peón de ‘e4’ no va a es-
ce que la ventaja negra es capar. Pero de todos modos, 11 ...
absoluta, pero entonces las blan- ¤xe4 12 ¥d5 ¥b7! es una buena
cas se sacan de la manga nuevas línea.
ideas que complican la lucha.
A efectos teóricos, 10 f5 es una 13 ¤g3 ¤xe4!
buena idea estratégica, si el pri-
mer jugador tuviese tiempo de Ahora esta captura es sólida y
plantearla. En el mismo torneo y correcta, aunque las negras tam-
por inversión de jugadas Fischer bién podían obtener un medio
alcanzó una posición perdida juego cómodo con 13 ... ¤bd7, se-
contra Tal después de 7 ¥b3 a6 8 guido de ...¤c5 ó ...a5. Pero un
f4 0-0 9 £f3 £c7 10 0-0?! b5 11 peón es un peón...
f5? b4 12 ¤a4 e5 13 ¤e2 ¥b7 14
¤g3 ¤bd7 15 ¥e3 ¥c6! 16 ¥f2 14 ¤xe4 ¥xe4
£b7 17 ¦fe1 d5! El contrajuego 15 £e1 ¥xf3
de las negras es, sencillamente,
demasiado rápido. De nuevo, existía la tenta-
ción de entrar en un medio jue-
10 ... b4! go igualado, con 13 ... ¥c6 14
£xb4 d5, pero el peón extra
Este avance crea confusión en bien merece soportar algunas
la líneas enemigas y provoca el dificultades, sobre todo tenien-
sacrificio 11 fxe6?! bxc3 12 exf7+ do en cuenta que las negras ga-
¢h8 13 £f3, que se refuta fácil- nan tiempo con sus próximas ju-
mente con 13 ... ¤c6! 14 ¤xc6 gadas.
£b6+ 15 ¢h1 £xc6 16 ¥g5 cxb2
17 ¦ae1 ¥g4! 18 £f4 ¥h5, como 16 ¦xf3 ¤c6
en la partida Jansa – Polugáievski, 17 £e4 ¤d4
Kapfenberg, 1970, que fue rápida- 18 ¦h3! ...
mente ganada por las negras.
La primera de una serie de pe-
11 ¤ce2 e5 queñas trampas: 18 ... ¤xb3??
12 ¤f3 ¥b7 pierde por 19 f6 (amenaza mate
en ‘h7’) 19 ... g6 20 £h4 h5 21
No había razón para jugar 11 fxe7. Debido a esta amenaza, las
... ¤xe4 (12 ¥d5 £b6+ 13 ¢h1 blancas recuperan la iniciativa
¤f2+ 14 ¦xf2, gana pieza), dado durante unos movimientos.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 193

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 193

18 ... ¥f6 contraamenaza contra el peón de


19 ¥d5 ¦c8 ‘f5’, además de “tocar” el punto
20 c3 bxc3 fuerte de ‘e4’ con un magnífico
21 bxc3 ¤b5 centrado. 26 ¥xd5 pierde por 26
... e4.
Casilla única para el caballo,
pero lo bastante buena como pa-
8
ra iniciar el ataque contra el peón
7
débil de ‘c3’. La idea secundaria
de las negras es deshacer el blo- 6

queo del alfil blanco de ‘d5’, lo 5


que permitiría ...d5 y ...¤d6-e4, o 4
incluso ...d4. La tercera amenaza, 3
como de costumbre, es el cambio
2
de piezas para pasar a un final ga-
1
nado.
a b c d e f g h

22 ¥d2 ¦c5!

Sólo porque las negras tengan 26 ¦f1 ¤e4


un peón de ventaja no significa 27 £h5 h6
que las cosas sean fáciles. Su juga- 28 ¥xh6 gxh6
da añade fuerza a sus dos amena-
zas principales, y además contie- Este sacrificio no puede rehu-
ne su propia celada: 23 ... £b6 24 sarse debido a la amenaza 29
¥e3 ¤xc3!. La jugada de torre ¥xg7. Las negras habían previsto
prepara ...¤c7 y ...d5-d4, que pro- un buen método defensivo, des-
duciría una posición ganada antes pués de 29 £xh6: 29 ... ¦b8 30
de que las blancas pudiesen crear ¥c2 ¥g7! 31 £h7+ ¢f8 32 ¥xe4
nuevas amenazas. dxe4 33 f6 ¥xf6 34 ¦xf6 ¦b1+.
Pero no 29 ... ¤g5? 30 ¦g3 £e7
23 ¢h1 £d7 31 h4.
24 ¥b3! d5
25 £f3 ¤d6! 29 ¥c2!? ...

Se requiere precaución, ya No es suficiente para salvar la


que las blancas amenazan 26 £h5 partida, pero sí lo bastante intimi-
h6 27 ¥xh6, que daría resultado datorio como para preocupar a
después de, por ejemplo, 25 ... d4? un experimentado defensor como
La maniobra del caballo crea una Smíslov, que había visto un cami-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 194

194 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

no hacia la victoria tras 29 £xh6. este caso, la primera fila). La tex-


La jugada elegida por Fischer ga- tual le permite a Smíslov pasar a
na un tiempo significativo en al- un final tan claramente ganado
gunas variantes. Por ejemplo: 29 como si tuviese una torre de ven-
... ¦b8 30 ¥xe4 dxe4 31 £xh6 taja.
¥g7 32 ¦g3 f6 33 £xf6, con algu-
nas posibilidades (33 ... ¦c6 34 33 ¢g1 £g6!
¦xg7+, o 33 ... ¦f8 34 £g5 ¦c6 35 34 £e2 ¦c6!
h4). En lo psicológico, es una bue- 35 h4 ¦xf6
na alternativa. 36 ¦xf6 £xf6
37 £h5 ...
29 ... ¥g5
30 f6 ¦b8 Después de 37 £xe4 £f4! 38
31 ¥xe4 dxe4 £xf4 exf4 39 ¦g4 f5, el sacrificio
32 ¦g3 ... de pieza sería permanente. La
clave de esta posición es que a 37
¿Cómo se defenderán las ne- hxg5 las negras responderían 37
gras de la doble amenaza h4 y ... £f4! 38 £g4 h5, no 37 ... hxg5,
£xh6? Ésta era una prueba de por 38 £h5. Ahora las negras se
fuego para las negras. imponen sin mayores dificulta-
des:
32 ... £f5! 37 ... £f4 38 ¢h2 ¢g7 39 hxg5
hxg5 40 £xg5+ £xg5 41 ¦xg5+
Por supuesto. El buen defen- ¢f6 42 ¦h5 ¦b1 43 ¢g3 ¦f1! 44
sor siempre sabe hallar las debi- ¦h4 ¢f5 45 ¦h5+ ¢e6 46 ¦h6+ f6
lidades, tanto en el campo pro- 47 ¦h4 e3 48 ¦e4 f5!, y las blancas
pio, como en campo enemigo (en se rindieron.

EJERCICIOS PARA ESTUDIO


(soluciones en la pág. 223) 8

7
1. Las blancas tienen una torre 6
menos, pero cuentan con las ame-
5
nazas 1 ¤f6+ y 1 ¥f6. ¿Qué haría
4
usted con negras?
3

1
a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 195

OTRAS CUESTIONES ACERCA DEL MATERIAL 195

2. Si las blancas juegan 1 ¦xf6 8


y 2 ¥g5, ¿qué pueden hacer las 7
negras?
6

1
a b c d e f g h

8
3. Las blancas juegan 1 ¤f5.
7
¿Cómo deben defenderse las ne-
6
gras?
5

1
a b c d e f g h

4. Por el momento las negras 8


tienen una pieza de ventaja, pero 7
¿qué deben jugar en esta posi-
6
ción?
5

1
a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 196

196 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

5. La última jugada de las 8


blancas ha sido 1 f5!? ¿Qué res- 7
pondería usted?
6

1
a b c d e f g h
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 197

CAPÍTULO 7

Cómo evitar la derrota

¿ Qué significa “evitar la de-


rrota”? ¿No hemos visto ya
todo lo que tiene que ver
con el tema de la defensa? Sí, pe-
perdido para él. O cuando el de-
fensor, en lugar de abrirse paso
hacia el final, sin ceder ni un ápi-
ce, decide emprender una tenta-
ro nos hemos concentrado en la tiva desesperada en busca de
fase de una partida en la que el complicaciones que destruye sus
defensor se ve enfrentado a deci- contornos defensivos en pocas ju-
siones capitales que, si son acerta- gadas.
das, pueden llevar a un satisfac- El buen defensor debe ser de-
torio medio juego. Pero si la rrotado varias veces en una mis-
Primera Crisis es mal tratada, en- ma partida. Un error de apertura,
tonces el defensor tendrá motivos la pérdida negligente de un peón,
para preocuparse. Detengámonos el fracaso de su iniciativa, una es-
ahora en las crisis posteriores. tructura de peones dislocado: to-
La esencia de una buena de- do eso son cosas que puede acep-
fensa es crear las mayores dificul- tar y seguir ofreciendo, pese a
tades posibles al opositor. Esto ello, una dura resistencia.
parece evidente, pero no lo es en Echemos un vistazo a una co-
modo alguno. Cientos de millares nocida trampa teórica en la De-
de partidas se han perdido cuan- fensa India de Dama: 1 d4 ¤f6 2
do el defensor liquida una mala c4 e6 3 ¤f3 b6 4 ¥g5 h6 5 ¥h4
posición de medio juego para pa- ¥b7 6 e3 ¥b4+ 7 ¤bd2??, y aho-
sar a un final desesperadamente ra 7 ... g5 8 ¥g3 g4 gana pieza a

197
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 198

198 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

causa de la amenaza ...¤e4 si se ¦f8 14 ¤g6! fxg6 15 £xg6+ ¦f7


mueve el caballo de ‘f3’. Esta po- 16 £g8+ ¦f8 17 £g6+. Tablas.
sición se ha producido dos veces
en torneos internacionales, y en Recuerde que hay que come-
ambos casos movían las piezas ter varios errores para perder una
blancas fuertes grandes maestros. partida. Una mala posición no es
Algunos jugadores se rendirían lo mismo que una partida perdi-
de inmediato para salvar la cara. da. Sólo nuevos errores pueden
Pero ninguno de los dos grandes significar la transición de mala
maestros se rindió... ¡y ninguno posición a posición perdida.
de ellos perdió! Para una defensa eficaz, el ju-
gador debe saber dos cosas: 1)
8 que se encuentra en dificultades,
7 y 2) por qué está en dificultades.
6
Sólo cuando el defensor sepa que
tiene que defenderse, podrá opo-
5
ner una dura resistencia. Sólo
4
cuando entienda qué aspectos de
3 su posición son debilidades y cuá-
2 les son puntos fuertes, sabrá qué
1 debe preservar y qué debe cam-
a b c d e f g h biar.

Efim Bogoljubov – Siegbert


Tarrasch; Gotemburgo (Suecia), 8
1920. 7
9 a3 gxf3 10 axb4 fxg2 11 ¥xg2 6
¥xg2 12 ¦g1 ¥b7 13 ¥h4 d6 14
5
e4 ¤bd7 15 £f3 £e7 16 ¦g4 e5
4
17 d5 0-0-0 18 ¢e2 ¦dg8 19 ¦ag1
¦xg4 20 ¦xg4 h5 21 ¦g3 ¢b8 22 3

£f5 ¥c8 23 ¥g5 h4 24 ¦f3 £f8 2


25 ¥xf6 ¤xf6 26 £xf6 ¥g4 27 h3 1
£h6?? 28 hxg4, y las negras se a b c d e f g h
rindieron.
Wolfgang Uhlmann – Ove
Kinmark; Halle del Saale (Ale- A la posición del diagrama se
mania), 1963. llegó en la partida Abraham Spe-
9 ¤e5 ¤e4 10 £xg4 ¥xd2+ 11 yer – Carl Schlechter; San Peters-
¢e2 ¥b4? 12 ¥h4 ¥e7 13 £g7 burgo (Rusia), 1909, después de 1
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 199

CÓMO EVITAR LA DERROTA 199

e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 a6 4 ¥a4 ahora las negras tenían un nuevo


¤f6 5 0-0 ¥e7 6 ¦e1 b5 7 ¥b3 d6 objetivo en el flanco de rey, y lo
8 c3 ¥g4 9 d3 0-0 10 a4 b4 11 explotaron hábilmente: 25 ... h5
¤bd2 ¦b8 12 ¥c4 £c8 13 ¤f1? 26 f3 ¤h7! 27 ¦xb7 ¦xb7 28 ¦b1
¤a5 14 ¥a2 bxc3 15 bxc3 ¥e6! ¥g5 29 ¤ef1 ¤f8! 30 ¦xb7 £xb7
16 ¤e3? ¤b3 17 ¥xb3 ¥xb3 18 31 ¥c1 ¥d7. Ante las amenazas
£d2 ¥e6 19 ¥a3 £d7. ...£b4 y ...¤e6-d4, las blancas
Un juego desaliñado de aper- perdieron un peón después de 32
tura ha dejado a las blancas con ¤b1 ¥xa4, y pronto la partida.
un flanco débil de dama, y antes No reconocer los peligros que
de que sea invadido por las piezas contiene la posición y jugar de
negras, deberán buscar contrajue- forma vacilante fueron los culpa-
go en el centro con 20 ¤c2 y 21 bles de la derrota blanca en la
d4, o proteger aquel flanco a base partida anterior. Un error igual-
de c4, £a5 y ¦eb1. mente común es malinterpretar
Sin embargo, las blancas no los aspectos positivos y negativos
comprendieron los peligros de la de una posición.
posición y siguieron con un juego
indeciso: 20 h3 ¦fe8 21 c4 c5!, y
8
ahora 22 g4?. Si Speyer hubiese
7
entendido la situación, habría tra-
tado de cubrir todas sus debili- 6

dades del flanco de dama, £c2, 5


¤d2 y ¦eb1. Otra posibilidad, se- 4
ñalada por Lasker, era 22 ¤d5, 3
seguido de exd5, y la preparación
2
de f4, al ser cambiado el caballo
1
en ‘d5’. Pero la jugada 22 g4 inicia
a b c d e f g h
un ataque a la bayoneta en un
momento en que el tiempo es
esencial. Como hemos sugerido Tenemos aquí un medio juego
en la sección sobre el contrajue- avanzado propio del Torneo de
go, una avalancha de peones pue- Candidatos de 1953. Los peones
de ser el procedimiento preciso blancos son muy malos, pero las
en ciertos casos, pero siempre es piezas de ese bando son activas y
lenta. pueden ofrecer una defensa tenaz
Schlechter siguió con 22 ... con 36 ¦df6! ¦xe3 37 ¥d5! La
¦b3, y sólo ahora se situaron las pérdida del peón no es decisiva
blancas a la defensiva: 23 £c2 en tanto las blancas puedan plan-
¦eb8 24 ¤d2 ¦3b7 25 ¦eb1. Pero tear amenazas en el flanco de rey.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 200

200 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

Pero Najdorf (blancas) jugó Este ejemplo instructivo se ju-


36 £xe7??, “un increíble error gó en el Campeonato de Estados
conceptual”, como él mismo diría Unidos de 1974, entre Ken Ro-
más tarde. En el final, el flanco de goff (blancas) y Bernard Zucker-
rey de su rival no está amenazado man:
y Guéler (negras) ganó de forma 1 c4 ¤f6 2 ¤f3 g6 3 g3 ¥g7 4
expeditiva: 36 ... ¦xe7 37 ¥d5 ¥g2 0-0 5 0-0 c5 6 d4 cxd4 7 ¤xd4
¦xe3 38 ¦d8+ ¢g7 39 ¦c8 ¤d3 ¤c6 8 ¤c3 ¤xd4 9 £xd4 d6 10
40 ¦a8 ¦e2+ 41 ¢g1 ¦d2 42 ¦aa1 £d3 a6 11 ¥d2 ¥f5 12 e4 ¥e6 13
¤b4, y las blancas se rindieron. b3 ¦b8?! 14 ¦ac1 ¤d7 15 £e2
¤c5 16 ¤d5 a5 17 ¦fd1 b6.

¿QUÉ TIPO DE DEBILIDAD?


8
La naturaleza de la debilidad 7
que hace mala su posición deter- 6
mina el tipo de defensa apropia-
5
da. Si, por ejemplo, tiene usted
4
debilidades estáticas (es decir,
puntos vulnerables que no pue- 3

den ser fácilmente reforzados), 2


deberá determinar cómo pueden 1
ser atacadas. Si la respuesta es a b c d e f g h
“fácilmente”, entonces tendrá
que golpear rápido. Si la respues-
ta es “difícilmente”, entonces Las blancas han ganado la ba-
puede adoptar una táctica de es- talla de la apertura al dificultar a
pera. De modo similar, si su pro- las negras las rupturas ...b5 y ...f5.
blema es una pérdida de material, Con sus dos últimas jugadas, las
tiene que decidir cuán fácilmente negras han pasado de una bús-
puede su adversario consolidar queda contrajuego a una táctica
esa ventaja. Si es previsible una de prevención del progreso blan-
serie de cambios que conducen a co (impedir b4 y c5). Aunque las
un final perdido, debe usted bus- blancas tienen una clara ventaja,
car contrajuego. Pero si los cam- queda un largo camino hasta la
bios son difíciles de forzar, o si victoria. El primer movimiento
puede crear una fortaleza inex- de medio juego fue 18 h4 para de-
pugnable en el final, entonces la bilitar el flanco de rey enemigo
táctica de espera es, una vez más, con h5xg6. Este cambio no modi-
lo aconsejable. ficará la naturaleza básica de la
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 201

CÓMO EVITAR LA DERROTA 201

posición, pero les concederá a las presión contra el peón de ‘e7’.


blancas posibilidades de explotar Después de 20 exd5 ¦e8 21 ¥h3,
el flanco de rey en el futuro. las blancas habían progresado sin
Siguió 18 ... h5 19 ¥g5! El alfil el menor riesgo. Ahora, en lugar
blanco ya no puede ser expulsado de un avance en el flanco de da-
con ...h6. En este punto las negras ma, las blancas pueden preparar
cometieron una serie de errores g4, que pondrá en peligro al rey
cruciales. Pueden defender el pe- negro, pues la única pieza que lo
ón con 19 ... ¦e8 y dejar que las defiende es el alfil.
blancas asuman la iniciativa en el Las negras apreciaron el peli-
medio juego, pues no es fácil ver gro y sus siguientes jugadas fue-
cómo podrían progresar. No pue- ron precisas: 21 ... ¥f6! 22 ¥e3
den presionar adicionalmente los ¢g7! Las blancas no quisieron
puntos débiles ‘e7’ y ‘b6’. Tal vez cambiar un par de alfiles, sobre
podrían intentar una idea táctica: todo porque 22 ¥xf6 exf6 entre-
20 e5 ¥xe5 21 ¤xe7+ ¦xe7 22 garía a las negras la columna
£xe5 dxe5 23 ¦xd8+ ¦xd8 24 abierta. Por otra parte, las dos úl-
¥xe7, pero, después de toda esta timas jugadas negras han anula-
brillantez, las negras quedan bien do la posibilidad del avance g4
con 24 ... ¦d2. por tiempo indefinido. Por ejem-
¿Qué otras posibilidades hay? plo: 23 g4 hxg4 24 £xg4 ¦h8,
Las blancas pueden tratar de pondría de manifiesto que el
avanzar en el flanco de dama con flanco de rey blanco es más débil
£c2, a3 y b4. Esta idea parece que el negro.
prometedora, pero las negras tie-
nen buenas perspectivas de poder 8
neutralizarla. Por ejemplo: 20
7
£c2 £d7 21 a3 a4 22 bxa4 (22 b4
6
¤b3 y ...¤d4) 22 ... ¥xd5 23 exd5
£xa4. Este último aspecto es re- 5

velador. Las negras pueden per- 4


mitirse el cambio ...¥xd5 cuando 3
las blancas se hayan creado debili- 2
dades, y, por lo que parece, las
1
blancas no pueden progresar sin
a b c d e f g h
incurrir en debilidades. Por consi-
guiente, era obligada una táctica
de espera con 19 ... ¦e8!.
Sin embargo, las negras juga- Las blancas de nuevo tienen el
ron 19 ... ¥xd5? que facilita la problema de convertir su ventaja
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 202

202 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

en algo tangible, pues las negras posibilidades. Después de 33 ...


han cubierto bien sus debilidades. ¦f8, el final era fácil para las
Si las blancas regresaran al pro- blancas y tras 34 f4 ¥f6 35 £xd6,
yecto anterior de efectuar el ganaron en la jugada 44ª.
avance b4, permitirían el contra- Las debilidades de las negras
juego que las negras han estado en este caso eran estáticas, pero
buscando. Zuckerman ocuparía no fáciles de explotar.
la columna a y presionaría a los Una situación diferente queda
peones blancos del ala de dama. ilustrada por la partida Andor Li-
Rogoff canceló el proyecto en lienthal – Vasili Smíslov; Campeo-
cuestión y comenzó a maniobrar nato Absoluto de la URSS, 1941:
tranquilamente: 23 ¦c2 £c7 24 1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4
¢h2. £c2 d6 5 g3 c5?! 6 dxc5 dxc5 7
Aquí volvieron a cometer las ¥g2 ¤c6? 8 ¥xc6+! bxc6 9 ¤f3
negras un error crucial. No hay 0-0 10 0-0 ¦e8 11 ¥g5! ¥xc3 12
un plan ganador evidente para las £xc3 ¤e4 13 £e3 ¤xg5 14 ¤xg5
blancas, como indican sus dos úl- e5 15 ¤e4?
timas jugadas. Las negras, por
tanto, deberían amoldarse y espe-
8
rar acontecimientos. Pero, en lu-
7
gar de eso, jugaron 24 ... e6? con
la idea de obtener juego en la co- 6

lumna e. El inconveniente, por su- 5


puesto, es que esa ruptura simpli- 4
ficó en gran medida la tarea de 3
las blancas, les dio el objetivo que
2
habían estado buscando.
1
Después de 25 dxe6 ¤xe6 26
¦cd2 ¦bd8 27 ¥g2 ¤c5 28 ¦d5 a b c d e f g h

¦e5 29 £f3 ¦xd5 30 £xd5, las


blancas ejercieron una presión Con su juego de apertura las
enorme contra el peón de d y blancas han creado una deficien-
contra ambos flancos. Una nueva te estructura de peones en el
provocación de las negras no hizo campo enemigo y se disponen a
sino aumentar la ventaja: 30 ... capturar el peón de ‘c5’. Sin em-
¥e5?! 31 ¥g5! f6 32 ¥e3 f5 33 bargo, era mejor jugar antes 15
¥g5!, y las negras cometieron su ¦fd1. Las negras tienen debili-
último error, 33 ... ¦f8, en lugar dades estáticas explotables, de
de 33 ... ¦e8 34 f4 ¥c3 35 £xd6 modo que una táctica de espera
£xd6 36 ¦xd6 ¦e2, con algunas sería desesperada para ellas. En
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 203

CÓMO EVITAR LA DERROTA 203

consecuencia, las negras decidie- lidades determina el tipo de de-


ron actuar enérgicamente con 15 fensa necesaria. A veces activa, a
... £d4! 16 b3 ¥g4! Esto es mejor veces pasiva. Esto puede aplicar-
que 16 ... £xe3, porque los peo- se tanto a desventajas materiales
nes doblados blancos podrían de- como a estratégicas.
fenderse fácilmente, mientras Serguéi Freiman – Milan Vid-
que ése no es el caso de los ne- mar; San Petersburgo (Rusia),
gros. Ahora, a 17 ¦fe1 puede 1909.
contestarse 17 ... ¦ad8 18 ¤xc5 1 d4 d5 2 c4 e6 3 ¤c3 c5 4 e3
¥xe2! Por ejemplo: 19 ¦xe2 ¤f6 5 ¤f3 ¤c6 6 a3 ¥d6 7 dxc5
£xa1+, o bien 19 £xe2 £xc5. Es- ¥xc5 8 b4 ¥d6 9 ¥b2 0-0 10 ¥d3
te truco táctico que las negras su- a5 11 b5 ¤e5 12 ¤xe5 ¥xe5 13
perasen la primera crisis del me- £e2 b6? 14 0-0 ¥b7 15 ¦fd1 £e7
dio juego: 17 ¤c3 e4! 18 ¦ad1 16 ¤a4 ¥xb2 17 £xb2 ¤d7 18
£e5. cxd5 exd5 19 ¥f5 ¦ad8 20 ¥xd7
Las blancas omitieron aquí la ¦xd7 21 ¤xb6.
efectiva 19 ¤a4, y optaron por 19
8
¦d2, que permitió a las negras
proponer un sacrificio brillante 7

de peón que debió haber sido 6


rehusado: 19 ... ¦ad8! 20 ¦xd8?! 5
¦xd8 21 ¤xe4 f5 22 ¤c3 £xe3 23 4
fxe3 ¦d2. Las negras resistieron 3
en el final resultante, gracias a la
2
política de activar sus piezas, aun
1
a costa de un precio: 24 ¦d1! ¦c2!
25 ¦d3 ¥xe2 26 ¦d8+ ¢f7 27 a b c d e f g h

¤xe2 ¦xe2 28 ¦d7+ ¢e6! 29


¦xa7 (29 ¦xg7 ¦xa2 30 ¦xh7 ¦b2
31 ¦b7 a5 es tablas, según Botvín- Las debilidades del flanco de
nik) 29 ... g5 30 ¦xh7 ¦xa2 31 dama les ha costado a las negras
¦h6+ ¢e5 32 ¦xc6 ¢e4 33 ¦xc5 un peón, cuya captura ha creado
f4! 34 exf4 ¢f3 (ahora se ve la un peligroso peón pasado en la
idea del avance anterior: el rey columna b. Es fácil imaginar que
negro no podrá ser expulsado de las blancas transformen esa ven-
esta casilla) 35 h3 ¦a1+. Tablas. taja, puesto que es un peón pasa-
Las blancas no pueden eludir el do distante y puede defenderse
jaque perpetuo. fácilmente. Por lo tanto, las ne-
Permítame el lector que me gras no pueden confiar en sus po-
repita. La naturaleza de sus debi- sibilidades de bloquear el peón e
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 204

204 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

impedir su avance. Así pues, tie- ¤g7 14 ¤g2 ¥h3 15 ¦b1 £d7 16
nen que complicar las cosas. ¦f2 ¥xg2 17 ¦xg2 ¤g6 18 £b3
Vidmar se convenció de ello y ¦b8 19 £b5 ¢e7 20 ¦gb2 £c8 21
el juego evolucionó así: 21 ... ¦d6 £a4! a6 22 ¦b6.
22 ¤a4 ¦h6, con la amenaza 23 ...
£h4 24 h3 £xa4. Las blancas pa-
8
raron la amenaza con 23 ¦d4, pe-
7
ro después de 23 ... £c7! 24 h3
¦c8!, las negras consiguieron difi- 6

cultar al máximo la victoria con- 5


traria gracias a la actividad de sus 4
piezas y al control de la única co- 3
lumna abierta. La transformación
2
del juego negro es notable.
1
En la continuación, las blancas
a b c d e f g h
tuvieron problemas para consoli-
dar su ventaja: 25 ¦ad1 ¦g6 26
¦4d3 (permite la fuerte 26 ... d4!, Tras un medio juego animado
que las negras omiten) 26 ... h6 27 y de mucha maniobra, las blancas
¦d4 (no 27 ¦c3, por 27 ... ¦xg2+ están a punto de hacer caja con
28 ¢xg2 d4+) 27 ... ¢h7 28 ¦1d3 23 £b3 y 24 ¦xb7+.
£e5 29 £d2 ¦c4! 30 ¤c3 £g5. Obsérvese que las negras no
Las complicaciones resultaron podían preservar la integridad del
efectivas y las blancas cometieron flanco de dama con 20 ... £c7, de-
un error burdo con 31 f4 £g3 32 bido a 21 £xb7! Las negras no
¤xd5?? ¦c1+, y sigue mate. Pero pueden aportar protección adi-
en cualquier caso, la posición ne- cional a ‘b7’ en las dos jugadas si-
gra era ya lo bastante buena co- guientes, lo que significa que de-
mo para poder oponer una defen- ben perder un peón.
sa resistente. Enfrentándose a lo inevitable,
La otra cara de la moneda po- Portisch debe responder a la mis-
demos encontrarla en la partida ma pregunta que Vidmar en el
Arthur Bernard Bisguier – Lajos ejemplo anterior. Pero la situa-
Portisch; 12ª ronda del Torneo de ción aquí es muy distinta. Las ne-
Bled (Eslovenia), 1961. gras no pueden complicar la par-
tida lo suficiente como para
1 d4 e6 2 c4 ¤f6 3 ¤c3 ¥b4 4 distraer a las blancas de consoli-
¤f3 c5 5 e3 ¤c6 6 ¥d3 ¥xc3+ 7 dar su peón extra. Pero sí pueden
bxc3 d6 8 e4 e5 9 d5 ¤e7 10 0-0 dificultar el uso de ese peón, cosa
h6 11 ¤e1 g5?! 12 f3 ¤h5 13 g3! que hicieron así:
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CÓMO EVITAR LA DERROTA 205

22 ... ¤f8! 23 £b3 ¤d7 24 OBSTRUCCIÓN


¦xb7 ¦xb7 25 £xb7 £xb7 26
¦xb7 ¦b8!! La dicotomía entre defensa
La genialidad de esta jugada pasiva y activa es uno de los pro-
defensiva radica en la dificultad blemas peor entendidos de la téc-
que tendrán las blancas para ga- nica ajedrecística. En lugar de de-
nar un final con dos alfiles y pe- terminar la estrategia apropiada,
ón de ventaja contra dos caba- muchos defensores hacen lo que
llos. El peón extra de las blancas conviene a su estilo antes que
se encuentra en ‘c3’ y parece vir- adaptarse a las exigencias de la
tualmente imposible hacerlo va- posición, y como es mucho más
ler tras el cambio 27 ¦xb8. Por agradable optar por continuacio-
consiguiente, las blancas jugaron nes forzadas y provocar compli-
27 ¦a7! ¦b6 28 h4. En caso de caciones, la estrategia de obstruc-
28 ... f6, la jugada natural, las ne- ción es la más desatendida de las
gras tendrían problemas des- demostraciones técnicas.
pués de 29 ¥c2 que amenaza 30 La obstrucción no tiene muy
¥a4. La séptima fila se habría buena prensa porque es esencial-
debilitado con ...f6, y ya no po- mente una técnica negativa y pa-
drían realizar la maniobra de- siva. La idea central es sostener
fensiva ...¤e8-f6. una variante defensiva, no hacer
Teniendo esto en cuenta, las ninguna concesión al rival. Pero el
negras optaron por 28 ... ¤e8!, y defensor tiene la ventaja psicoló-
el juego siguió así: 29 hxg5 hxg5 gica de haber trazado las reglas
30 ¥xg5+ f6 31 ¥h4 ¢d8, con básicas de la estrategia, que le
idea de ...¤c7 y ...¢c8-b8, ence- permitirán reconocer cualquier
rrando la torre blanca. Bisguier desliz, por pequeño que sea, en el
jugó 32 ¦a8+ y después de 32 ... juego del agresor y provocar com-
¤b8 33 ¥c2 ¢c8 34 ¦a7 ¤d7, op- plicaciones en su caso. El peso re-
tó por las tablas por repetición de cae sobre el atacante si quiere for-
jugadas con 35 ¦a8+ ¤b8. Si 35 zar la posición. A menudo, esto
¥a4 ¤c7 36 ¥xd7+ ¢xd7 37 significa que el agresor se las inge-
¥xf6, las negras ganarían con 37 nia para cavar su propia tumba.
... ¢c8 38 g4 (38 f4!) 38 ... ¢b8 39
(D)
¦xc7 ¢xc7 40 g5 ¢d7 41 g6 ¢e8.
Una sorprendente ilustración de El diagrama refleja una posi-
los obstáculos que el defensor ción de la partida Bent Larsen –
puede interponer en el camino de Paul Keres; San Antonio (EE.
su rival hacia una victoria en apa- UU), 1972. Las negras tienen su
riencia inevitable. debilidad más importante en ‘d5’,
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 206

206 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 Hasta ahora, las blancas no


7
han logrado ningún progreso. Las
piezas negras se han mantenido
6
activas protegiendo a su rey y
5
amenazando jaque perpetuo.
4 Ahora las blancas cometen un
3 pequeño error, que hubiera debi-
2 do sellar las tablas: 42 e4? £c3!,
1
que fuerza la desaparición de las
a b c d e f g h
torres del tablero. Aquí podría
haberse bajado el telón, pero las
atacada por las tres piezas mayo- blancas continuaron la lucha: 43
res enemigas. Keres toma ahora exf5 £xd2 44 £b7 ¢g8 45 f6
una decisión interesante. Antes £d8! 46 £c6 ¢h7 47 £c3 £d5+
que aferrarse a la defensa del pe- 48 f3 £a2+ 49 ¢h3 £b1 50 ¢g2
ón de d, lo sacrifica a fin de entrar £a2+ 51 ¢f1 £a6+ 52 ¢e1 £e6+
en un final en el que sólo queden 53 ¢f2 £a2+ 54 ¢g1 £b1+ 55
peones en el flanco de rey. Ya he- ¢g2 £a2+ 56 ¢h3 £b1. Si ahora
mos comentado antes que los fi- 57 ¢g2 £a2+, sería tablas por tri-
nales de este tipo tienen una acu- ple repetición de posiciones. Lo
sada tendencia a tablas, mucho que hace que este ejemplo tenga
mayor, en cualquier caso, que con un elemento de suspense es que
peones en ambos flancos. las blancas realizaron una última
Keres jugó 27 ... ¦b6, y siguió tentativa por ganar... ¡y acabaron
28 ¦xd5 ¦xb5 29 ¦xe5! ¦xe5 (29 perdiendo!: 57 g4 £h1+ 58 ¢g3
... £xe5 30 ¦d8+ y 31 £xf7) 30 £g1+ 59 ¢f4? £h2+ 60 ¢g5??
£xb7 ¦c5. Las negras pretenden £g3! 61 £e3 hxg4 62 £f4 £xf3
cambiar un par de piezas pesadas 63 £xg4 £e3+. Ahora las negras
(31 ... £c6+) porque eso certifica- ganan el peón de ‘f6’ después de
ría prácticamente las tablas. Las 64 £f4 £e2! 65 £g3 £b5+ 66
blancas, por su parte, deben tratar ¢f4 £f5+, y las blancas se rindie-
de evitar los cambios y el jaque ron en la jugada 91ª.
perpetuo para tratar de imponer Los defensores pacientes han
su peón de ventaja. La partida sabido ganar muchas buenas par-
prosiguió así: 31 ¦d6 g6 32 ¦d7 tidas gracias a un juego consisten-
£e6 33 ¦d8+ ¢g7 34 £b4 £c4 35 te y preciso contra adversarios
£b2+ £c3 36 £b7 (36 £b8 que, con sus ansias por ganar, han
£e5!) 36 ... ¦f5 37 £e7 £b2 38 corrido demasiados riesgos. Re-
£f8+ ¢h7 39 £g8+ ¢h6 40 ¦d2 cordemos que la carga siempre
£g7! 41 £a8 ¢h7. recae sobre los hombros del juga-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 207

CÓMO EVITAR LA DERROTA 207

dor que tiene ventaja. Hasta una ¤h6 19 ¤f5) 17 ¤c4 ¢g7! (17 ...
partida patéticamente perdida ¤f7 18 ¤cxe5! fxe5 19 £c4 ¤h6
puede llegar a salvarse si el de- 20 ¤xe5 es demasiado fuerte) 18
fensor no se lo pone fácil a su ri- a4 ¤f7 19 ¤xb6 axb6 20 ¥xf7
val. ¢xf7 21 ¤xe5+ ¢g7! (no 21 ...
fxe5 22 f4). Pero las blancas han
recuperado su peón y ganarán
8
otro con 22 ¤c4.
7
Steinitz continuó jugando te-
6 nazmente con 22 ... b5 23 axb5
5 (23 ¤b6 permitiría a las negras
4 desembarazarse del alfil inútil,
3
tras 23 ... ¦a6) 23 ... £a7! 24 b6
£a4 25 £c5 ¦e8. Las negras
2
han conseguido dos cosas: sacar
1
a la dama de su encierro y poner
a b c d e f g h
su rey relativamente a cubierto.
El “único” problema que ahora
Esta posición se produjo en tienen, además del déficit mate-
una partida del Campeonato rial, es la camisa de fuerza que
Mundial de 1889 entre Chigorin las blancas han creado en el
(blancas) y Steinitz. El hecho de centro, que hace imposible que
que las negras no perdiesen en el alfil de dama pueda entrar en
pocas jugadas es sorprendente. juego.
Pero que no perdiesen de algún Siguieron más maniobras has-
modo resulta casi incomprensi- ta que las negras lograron prote-
ble... ¡y lo cierto es que estuvieron ger su flanco de rey: 26 f3 £c2 27
a punto de ganar! ¤e3 £b3 28 ¦b1 £f7 29 ¤c4 ¦a4
Veamos el desarrollo del jue- 30 ¦b4 ¦a6. Las negras han con-
go hasta llegar al diagrama: 1 e4 seguido milagrosamente que su
e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥c4 ¥c5 4 b4 posición no se haya derrumbado
¥xb4 5 c3 ¥a5 6 0-0 £f6? 7 d4 aún. Obsérvese cómo le han qui-
¤ge7 8 d5! ¤d8 9 £a4 ¥b6 10 tado el veneno al avance ‘e5’ y le
¥g5 £d6?! 11 ¤a3 c6 12 ¦ad1 han hecho difícil la penetración a
£b8 13 ¥xe7 ¢xe7 14 d6+ ¢f8 las blancas por la columna a cap-
15 £b4 f6 16 ¥b3. taron la idea correcta: 31 £d4
Las negras jugaron bien a par- ¢g8 32 ¤e3 ¦a3 33 ¦a4! ¦b3 34
tir de esta posición extremada- ¦fa1!! ¢g7 35 ¦a8 ¦b5!
mente desagradable: 16 ... g6 (no Steinitz concibió la idea de
16 ... ¤f7 17 ¤h4 ¥d8 18 £c4 dificultar la inevitable victoria
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 208

208 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

blanca tras alinear las torres en A menudo esto se logra si-


la octava fila. Se trata de jugar guiendo los principios generales
...c5 y ...¦xb6. Aunque esto no del buen ajedrez. Pero todo juga-
baste, después de 36 ¦b8! c5! 37 dor experimentado sabe que, con
£d5 ¦xb6, las blancas deberían frecuencia, la jugada objetiva-
haber ganado con 38 £xf7+! mente mejor en una posición da-
¢xf7 39 ¦aa8 ¦c6 40 ¤d5 y ¤e7 da puede ser una que simplifique
ó ¤c7, pero cometieron dos las cosas, de forma tal que ayude
errores: 38 ¦aa8? £f8 39 ¤c4 al contrincante.
¦c6 40 f4? b5!, y de repente las La mejor jugada en términos
negras quedaron mejor. Más tar- prácticos es una que puede ser
de, las negras se equivocaron y mala estratégicamente y que, co-
sólo hicieron tablas, pero des- rrectamente respondida, podría
pués de 41 ¦xb5 ¥a6 42 ¦xe8 perder antes que con el plan teó-
£xe8 43 ¦xc5 ¦xc5 44 £xc5 ricamente “correcto”. Pero tal ju-
£xe4, incluso tenían más posibi- gada tiene un valor pragmático
lidades de ganar. que obliga a nuestro adversario a
¿Cómo sobrevivieron las ne- tomar decisiones y resolver pro-
gras? Digamos que fue una com- blemas que pueden ser una posi-
ble fuente de errores.
binación de factores: anticipación
cuidadosa de las amenazas (16 ...
g6 y 17 ... ¢g7); activación de sus 8
piezas (22 ... b5 y 23 ... £a7); y la 7
obstrucción continua de los pla-
6
nes ganadores de las blancas
5
(...£a4-c2-b3-f7, ...¦b5, ...c5 y, por
4
último, ...b5). Al plantear tantos
problemas a las blancas, Steinitz 3

frustró de tal modo a su adversa- 2


rio que casi consigue ganar la 1
partida. Naturalmente, para ello a b c d e f g h
se requirió también una pequeña
ayuda por parte de las blancas.
Esta posición corresponde a
una partida en la que un joven
OBJETIVIDAD Y Mijaíl Botvínnik había sido supe-
SENTIDO PRÁCTICO rado por Vladímir Alatorzev
(blancas), en un torneo de 1933,
Crear problemas al rival es la cuyo desarrollo hasta ese mo-
clave para dificultar la victoria. mento había sido:
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 209

CÓMO EVITAR LA DERROTA 209

1 d4 ¤f6 2 c4 e6 3 ¤c3 ¥b4 4 después de 24 e4 c2 25 d5? ¦b8


¤f3 b6 5 e3 ¥b7 6 ¥d3 0-0 7 0-0 26 g3 £c8. La consecuencia de
d5 8 cxd5 exd5 9 a3 ¥d6 10 b4 todo esto fue que las negras gana-
¤bd7 11 ¤b5 ¥e7 12 ¤e5 a6 13 ron una partida dura tras 27 £g5
¤c3 c5 14 bxc5 bxc5 15 ¦b1 £c4 28 f3 ¦b3 29 £d2 ¦d3 30
£c7?? 16 ¤xd7 ¤xd7 17 £b3! £e2 ¤e5 31 ¢g2 ¦d1 32 £xc4
¦ab8 18 ¤xd5 ¥xd5 19 £xd5 ¤xc4 33 d6 ¢f8 34 a4 ¢e8 35 ¢f2
¦xb1 20 ¥xb1. ¤d2! 36 ¦e1 ¤xf3!
El plan correcto, de acuerdo
con los principios generales, sería
20 ... cxd4 21 exd4 ¤f6 y 22 ... ¦d8, DEMANDA DE
como señaló Ragozin. Pero tam- CONTRAJUEGO
bién comentó que la jugada de
Botvínnik, 20 ... c4!?, era la mejor Una pieza mala, dice la máxi-
opción práctica en esta posición. ma, equivale a una mala posición.
Esto es cierto, porque ahora las En las malas posiciones la priori-
blancas tienen que preocuparse dad esencial consiste en luchar
por un peón pasado enemigo y por la actividad de las piezas, aun
deben considerar si les interesa o a costa de material.
no ganar un segundo peón con
¥xh7+. Claro que después de 21 8
£e4! ¤f6 22 £c2, seguido del 7
avance de los peones centrales 6
blancos, las negras quedarían muy
5
malparadas. Sus posibilidades de
4
supervivencia serían, en tal caso,
peores que si hubiesen jugado 20 3

... cxd4. No obstante, las jugadas 2


21 £e4 y 22 £c2 forman un plan 1
difícil de encontrar. a b c d e f g h
Alatorzev jugó 21 ¥xh7+?
¢xh7 22 £e4+ ¢g8 23 £xe7, pe- En esta partida del IX Campe-
ro después de 23 ... c3!, los dos pe- onato de la URSS, el principal
ones de ventaja no le ahorraron problema de las negras no son sus
sufrimientos. Si llevan el alfil a peones débiles del flanco de da-
‘a3’, con 24 a4 c2 25 ¥a3, las ne- ma o la posibilidad de un ataque
gras tendrán un juego cómodo: 25 de mate, sino la falta de juego co-
... ¦b8 26 ¦c1 £c6 27 h3 £xa4. ordinado entre sus piezas, subra-
Tal como siguió la partida, Bot- yado por la situación pésima del
vínnik logró una fuerte posición, alfil de dama en ‘a8’. Sin embar-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 210

210 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

go, resolvieron el problema con 8


28 ... c5! 29 dxc5 ¤e4!, y liquida- 7
ron hábilmente la posición: 30
6
¦e3 ¤xc5 31 h4 ¥d5! 32 ¥xd5
5
exd5 33 ¦xd5 ¤xb3 34 ¦e4 £b7
35 £d3 ¦fc8 36 ¦e1 (36 ¦d7 4

¤c5!) 36 ... ¤c5 37 £d1 ¤e6 38 3

¦d7 ¦c7 39 ¦d6 ¦bc8 40 ¤g5 2


¦c1 41 £xc1 ¦xc1 42 ¦xc1 ¤f4! 1
43 ¦cc6 £b1+ 44 ¢h2 £f1 45 a b c d e f g h
¢g3! ¤e2+ 46 ¢f3 ¤g1+, y tablas
por jaque perpetuo.
Un ejemplo más reciente es la El problema central de las ne-
partida Yuri Averbaj – Anatoli gras son sus peones débiles y el
Kárpov; 11ª ronda del XXXIII alfil malo, pero se las arreglaron
Campeonato de la URSS, Riga para hacer tablas sin mejorar nin-
(Letonia), 1970: 1 c4 c5 2 ¤f3 ¤f6 guno de estos factores: 35 ... c5!,
3 ¤c3 d5 4 cxd5 ¤xd5 5 e3 e6 6 con idea de ocupar la columna c
d4 ¤c6 7 ¥d3 ¥e7 8 0-0 0-0 9 a3 una vez que las blancas capturen
¤f6 10 dxc5 ¥xc5 11 b4 ¥d6 12 el peón. Las blancas debían haber
¤e4! ¤xe4 13 ¥xe4 £e7 14 ¥b2 jugado 36 £d2, con la amenaza
f5? 15 ¥xc6 bxc6 16 ¥e5! ¥xe5 37 ¦xe6! ¦xe6 38 ¥d5 £b6 39
17 ¤xe5, y ahora las negras se en- £a2, como dijo luego Capablan-
cuentran a una sola jugada de la ca.
parálisis total con 18 ¦c1. Pero ju- Pero ante el tablero el ex cam-
garon 17 ... c5!, y después de 18 peón mundial jugó 36 £xc5?, a lo
¦c1 cxb4 19 ¤c6 £f6 20 axb4 que siguió 36 ... ¦ec8 37 £b6?
¥a6 21 ¦e1 ¥b5! 22 £d6! ¥xc6 (mejor 37 £d4), y las negras ob-
23 ¦xc6 ¦ae8 24 g3 £e7 25 ¦d1 tuvieron unas posibilidades exce-
¦f7 26 £c5 £xc5 27 bxc5 ¦b7 28 lentes de tablas con 37 ... ¦ab8 38
¦a6 ¦c8 29 c6 ¦bc7 30 ¦d7 £xb3 ¥xb3, porque 39 ¦xa5 lle-
¦xd7! 31 cxd7 ¦d8 32 ¦xa7 ¢f7, va, con 39 ... ¦c1+ 40 ¢f2 ¦c2+ 41
y las negras hicieron tablas en la ¢f1? ¥c4+, a un jaque perpetuo.
jugada 52ª. Las blancas se decidieron por 39
Un tercer ejemplo, con la mis- ¥c6!, pero con 39 ... a4 las negras
ma jugada liberadora, aunque en ofrecieron un segundo peón para
una posición de distinto tipo, se forzar una posición de tablas (40
produjo en la partida José Raúl ¥xa4 ¥xa4 41 ¦xa4 ¦c1+ 42 ¢g2
Capablanca y Granpera – Mijaíl ¦b2+ 43 ¢h3 ¦h1). Capablanca
Botvínnik; Moscú (Rusia), 1936. jugó 40 g4, pero tras 40 ... fxg4 41
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 211

CÓMO EVITAR LA DERROTA 211

¢f2 ¢f8 42 ¢g3, aceptó las ta- 8


blas, una vez aplazada la partida, 7
ante la variante 42 ... ¦b6 43 ¥e4
6
¦xd6 44 exd6 ¦d8.
5
En estos tres casos los proble-
mas de las negras sólo parecían 4

estar centrados en el peón débil 3

de c. Pero lo cierto es que la debi- 2


lidad verdadera era la ausencia 1
de contrajuego. Cuando se abrió a b c d e f g h
la columna c, tras la liquidación
del peón retrasado, el juego negro ser evidentes después de una sola
floreció. jugada. Cuando los observadores,
Además de las cuestiones de desesperados, le pedían la solu-
actitud y estrategia, que hemos ción a Ljubojevic, éste reveló el
examinado hasta ahora, existen misterio: 1 ¤h6!!
ideas tácticas específicas que pue- Esta diabólica jugada protege
den beneficiar al defensor en su las casillas de la columna g que an-
lucha por evitar la derrota: el ja- tes no estaban protegidas. La clave
que perpetuo, las secuencias a la es que ahora las blancas amena-
desesperada, alfiles de distinto zan jaque perpetuo con la torre,
color y la defensa del perímetro. arriba y abajo, a lo largo de la co-
lumna. Las negras sólo pueden
evitar el jaque perpetuo si pasan a
EL JAQUE PERPETUO un final de torres que es tablas.
El jaque perpetuo es el último
En la Olimpiada de Skopie de refugio de un defensor desespe-
1972, el joven yugoslavo Liubo- rado. No es, como muchos ejem-
mir Liuboievic se divirtió mos- plos pretenden, simplemente algo
trando la siguiente posición a que sucede cuando el atacante no
grandes maestros veteranos y los consigue dar mate y sólo puede
desafió a encontrar la única juga- repetir posiciones. El defensor, si
da con que las blancas pueden está alerta, puede descubrir mul-
forzar tablas. titud de oportunidades de jaque
perpetuo en sus partidas.
(D)
(D)
Algunos de los mejores maes-
tros de la época se vieron supera- Esta posición es de una parti-
dos por el problema dudaron da de 1947, entre los maestros so-
acerca de que las tablas pudiesen viéticos Simaguin y Aronin. Las
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 212

212 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

8 £d4 £g4+ 22 ¢h1 £f3+ 23 ¢g1


7
£g4+, y tablas.
6

5
JUGADAS DESESPERADAS
4

3 Las jugadas a la desesperada


2 son un recurso táctico en el que la
1 pieza condenada puede usarse
a b c d e f g h para capturar todo el material
posible antes de sucumbir.
Una sencilla ilustración de lo
blancas tienen dos peones menos, expuesto lo tenemos en la varian-
pero juegan la espectacular y te de la Apertura Escocesa 1 e4 e5
aparentemente demoledora 22 2 ¤f3 ¤c6 3 d4 exd4 4 ¤xd4 ¤f6
¦xb7!!?, que amenaza 23 ¥g6++, 5 ¤c3 ¤xe4. El mejor método de
además de 23 £xa4. La posición contestar a esta captura es 6 ¤xe4
parece desesperada para las ne- £e7 7 f3 d5 8 ¥b5, seguido de 0-0
gras; pero consiguen salvar medio y ¦e1. Pero nuestro interés se
punto gracias a 22 ... e4!!, que blo- centra en lo que sucede después
quea la diagonal del alfil ejecutor de 6 ¤xc6. En tal caso, después de
y abre otra diagonal para el suyo 6 ... ¤xc3!, ambos bandos deben
de ‘d6’. Las blancas deben jugar continuar realizando capturas con
23 £xa4 y aceptar las tablas que sus caballos trotones. Si las blan-
resultan de 23 ... ¥xh2+ 24 ¢h1 cas jugasen 7 bxc3, quedarían con
¥g3+ 25 ¢g1 ¥h2+. un peón menos tras 7 ... bxc6. Por
Otro ejemplo magnífico lo consiguiente, la variante de juego
constituye la partida Emanuel lógica es 7 ¤xd8 ¤xd1 8 ¤xf7
Lasker – Alexander Alekhine; ¤xf2 9 ¤xh8 ¤xh1, y por el mo-
San Petersburgo (Rusia), 1914: 1 mento, las negras siguen con un
e4 d5 2 exd5 ¤f6 3 d4 ¤xd5 4 peón de ventaja.
¤f3 ¥g4 5 c4 ¤b6 6 ¤c3 e5! 7 c5 Un ejemplo espectacular de
exd4 8 ¤e4 ¤6d7 9 £xd4 £e7 10 continuación a la desesperada se
¥b5! ¤c6 (10 ... c6 ó 10 ... c5 se produjo en la partida Eliot San-
contesta con 11 0-0! y ¦e1) 11 ford Hearst – Larry Melvin
¥xc6 bxc6 12 0-0 ¥xf3 13 gxf3 Evans; EEUU, 1950:
0-0-0 14 £a4 ¤e5 15 ¢g2 £e6! 1 c4 ¤f6 2 ¤c3 g6 3 d4 d6 4 e4
16 £xa7 £f5 17 £a8+ ¢d7 18 ¤bd7 5 g3 ¥g7 6 ¥g2 e5 7 ¤ge2
¦d1+? (18 £a3) 18 ... ¢e6! 19 0-0 8 0-0 c6 9 h3 exd4 10 ¤xd4
£xd8 £xf3+ 20 ¢g1 ¥e7! 21 ¤b6 11 b3 d5 12 exd5 cxd5 13
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 213

CÓMO EVITAR LA DERROTA 213

¥a3 ¦e8 14 c5 ¤e4 15 £d3? ¤d7 para ellas, las negras lograron una
16 ¤a4 ¤e5 17 £c2 ¥d7! 18 posición ganadora con 21 ...
¦ad1 £c8 19 ¢h2 ¥xa4, y ahora ¥xb5! 22 bxc4 ¥xc4 23 ¥d3 b5!
20 ¥xe4. 24 £b1 £a6, y las blancas deja-
ron escapar sus mejores opciones
8
con 25 ¥xc4 dxc4 26 ¦d6.
Un ejemplo posterior de juego
7
a la desesperada se produjo en la
6
partida Tal – Keres, Torneo de
5 Candidatos, 1962: 1 e4 e5 2 ¤f3
4 ¤c6 3 ¥b5 a6 4 ¥a4 ¤f6 5 0-0
3 ¥e7 6 ¦e1 b5 7 ¥b3 0-0 8 c3 d6 9
2
h3 ¤a5 10 ¥c2 c5 11 d4 ¤d7 12
¤bd2 cxd4 13 cxd4 ¤c6 14 a3
1
exd4 15 ¤b3 ¤de5 16 ¤fxd4 ¥f6
a b c d e f g h
17 ¥d2? ¤xd4 18 ¤xd4 ¤d3! 19
¤c6? ¤xf2! 20 £f3? ¤xh3+! 21
¢h2 (21 £xh3 £b6+) 21 ...
La captura intermedia de las ¥e5+! 22 ¤xe5 dxe5 23 ¦fd1
blancas tiene por objeto evitar 20 ¤f4!, y las negras ganaron.
bxa4 ¤c4, que le concedería al
caballo negro una posición domi-
nante. Pero las negras llegan, pese ALFILES DE DISTINTO COLOR
a todo, a la ansiada casilla: 20 ...
¤c4!!, que parece decidir las co- La sutileza de explotar el tema
sas ante la doble amenaza 21 ... de los alfiles de distinto color pa-
¦xe4 y 21 ... ¤xa3. Dos piezas es- ra hacer tablas parece una tram-
tán atacadas y una de ellas debe pa sucia. Después de todo, si un
perderse. jugador ha ganado un peón –o in-
Pero las blancas aprovecharon cluso dos– tras un considerable
la ocasión para jugar 21 ¤b5!!, esfuerzo, no parece justo que su
que protege el alfil de dama y les rival pueda hacer tablas sólo por-
permite responder a 21 ... ¥xb5 que los alfiles respectivos no pue-
con 22 bxc4, y tener posibilidades dan controlar las mismas casillas.
de supervivencia. La otra opción Pero el ajedrez también puede
difícil sería 21 ... ¦xe4 22 bxa4 a6 ser injusto.
23 ¦xd5! axb5 24 £xe4 ¤xa3 25 Consideremos una aguda par-
¦fd1, con suficientes complica- tida del XXIV Campeonato de la
ciones para que las blancas sigan URSS, entre Efim Stolyar y Mija-
en la partida. Lamentablemente íl Tal:
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 214

214 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

1 e4 c5 2 ¤f3 e6 3 d4 cxd4 4 f5 4 ¤c3 ¤f6 5 exf5 ¤d4 6 ¤xe5


¤xd4 a6 5 c4 ¤f6 6 ¤c3 ¥b4 7 ¥c5 7 0-0 0-0 8 ¤f3! c6 9 ¤xd4
¥d2 0-0?! 8 e5! ¤e8 9 ¤c2 ¥e7 ¥xd4 10 ¥d3 (10 ¥a4! d5 11 ¤e2
10 ¥d3 ¤bc6 11 £e2 £c7 12 f4 f6 les permite a las blancas consoli-
13 exf6 ¤xf6 14 0-0 b6 15 ¤e4! dar con mucha mayor facilidad)
b5! 16 cxb5 axb5 17 ¢h1 ¥b7 18 10 ... d5 11 ¤e2 ¥e5 12 ¤g3, y
a3 ¤a5 19 ¤d4 £b6 20 ¤f3 ¤c4! ahora 12 ... ¤e4! simplifica para
21 ¤xf6+ ¥xf6 22 ¥b4 ¦fd8 23 crear una posición de tablas des-
¤e5. pués de 13 ¥xe4 (13 ¤xe4 dxe4
14 ¥xe4 £h4!) 13 ... dxe4 14 d3
8 exd3 15 £xd3 £xd3 16 cxd3
7
¥xg3! 17 hxg3 ¥xf5.
Las blancas siguen teniendo
6
un peón de ventaja, pero es una
5
ventaja puramente formal en fi-
4 nales de este tipo. La partida si-
3 guió así: 18 d4 ¦ad8 19 ¥e3 ¦d5
2 20 ¦fc1 ¦b5 21 b3 ¦d8 22 ¦c4
1
¦dd5 23 ¦ac1 ¢f7 24 ¦a4 a6 25
a b c d e f g h
¦c5 ¥d3 26 ¦a3 ¦bxc5 27 dxc5
¥b5 28 b4 ¦d1+ 29 ¢h2 ¥c4 30
¥f4 ¦f1 31 ¥e3, y se pactó el
Los problemas de las negras empate. El peón extra de las
en el flanco de rey siguen siendo blancas en el flanco de rey care-
críticos si nos atenemos a las ce de significación y no permite
amenazas £h5 y ¤xc4. Mijaíl Tal albergar la menor idea de victo-
jugó 23 ... ¤e3 para forzar 24 ria.
¦g1, después de lo cual pudo se-
guir con 24 ... ¤f5! 25 £h5 £d4!,
que le quitó mordiente al ataque LA DEFENSA
a costa de un peón. La partida DEL PERÍMETRO
continuó así: 26 ¥xf5 exf5 27
£xf5 £e4! 28 £xe4 ¥xe4 29 ¥d6 Es un caso estratégico espe-
(de otro modo sigue 29 ... d6) 29 cial en el que el defensor puede
... ¦ac8 30 ¦ge1 ¥b7 31 ¦ac1 presentar una línea de protección
¥xe5, y pronto se acordaron las infranqueable en torno a sus pie-
tablas. zas. No hay una ruptura posible
Del mismo torneo también es que pueda trastocar la asistencia
un buen ejemplo la partida Tal – mutua entre las fuerzas defenso-
Spasski: 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 ras.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 215

CÓMO EVITAR LA DERROTA 215

Un caso excepcional de defen- cadena de peones. Aún intenta-


sa del perímetro se produjo en un ron 47 h4, antes de que se jugase
torneo juvenil en Bélgica en 1970. ...h4, pero después de 47 ... gxh4
48 £d2 h3! 49 gxh3 h4, las tablas
8 eran evidentes.
7
Muchos jugadores pueden
considerar este caso como una si-
6
tuación extrema, pero lo cierto es
5 que la idea no es tan infrecuente.
4 En el encuentro de Candidatos
3 de 1971 entre Huebner y Petro-
2 sián, el joven gran maestro ale-
1
mán cayó en una difícil posición,
con las piezas blancas, después de
a b c d e f g h
1 e4 c5 2 ¤f3 e6 3 d4 cxd4 4 ¤xd4
¤f6 5 ¤c3 d6 6 ¥c4 ¥e7 7 ¥e3
0-0 8 f4? d5! 9 ¥d3 dxe4 10 ¤xe4
La última jugada de las blan- ¤d5 11 £f3 ¤xe3 12 £xe3 £b6
cas, 45 £b2, prepara el avance 46 13 0-0-0 ¦d8 14 c3 ¤c6 15 ¤g5
b6, una ruptura que conduciría al ¥xg5 16 fxg5 ¤xd4 17 cxd4 e5?!
cambio de damas y la consiguien- (17 ... ¥d7!) 18 £xe5 ¥e6 19 ¢b1
te batalla entre un caballo fuerte ¦d5 20 £e4 g6.
y un alfil penosamente restringi- Las blancas llegaron a la con-
do por sus propios peones. Para clusión de que estaban a punto de
impedir esa idea, las negras juga- quedarse en posición perdida
ron 45 ... £b6!! puesto que no podían impedir,
Esta ingeniosa idea de blo- por medios normales, la pérdida
queo no debería haber salvado, peón de d. De modo que elabora-
sin embargo, a las negras, pues las ron un sacrificio de dama que
blancas pueden maniobrar con el condujo a una disposición de pie-
caballo para llevarlo a ‘b3’, y lue- zas totalmente invulnerable: 21
go situar su rey en ‘a4’ y ganar el ¥c4!! ¥f5 22 ¥xd5 ¥xe4+ 23
peón de ‘a5’. Pero ¿por qué gastar ¥xe4 ¦d8 24 h4 ¦xd4 25 ¦xd4
varias jugadas para ganar un pe- £xd4 26 ¥xb7 ¢f8 27 ¥f3 £f2
ón, cuando puede ganarse la da- 28 ¢a1!, ¡y tablas! Las blancas
ma de inmediato? Las blancas ju- pueden limitarse a mover el alfil a
garon 46 ¤xb6+? cxb6, y luego lo largo de la gran diagonal, y si
descubrieron que no había forma las negras juegan ...a5-a4, enton-
de penetrar en la posición negra, ces frenan este peón con a3. Si las
debido al bloqueo absoluto de la negras cambian peones en el flan-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 216

216 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

co de rey, ...f6 y luego ...g5, las PARTIDAS ILUSTRATIVAS


blancas toman en ambos casos.
No hay modo alguno de penetrar Isaak Boleslavski – Paul Ke-
en la posición blanca. res; XX Campeonato de la URSS,
Un tercer ejemplo ilustrativo Moscú (Rusia), 1952:
lo tenemos, una vez más, en el
Torneo de Candidatos de 1953. 1 e4 e5 2 ¤f3 ¤c6 3 ¥b5 a6 4
¥a4 ¤f6 5 0-0 ¥e7 6 ¦e1 d6 7
¥xc6+ bxc6 8 d4 ¤d7 9 ¤bd2 0-0
8
10 ¤c4 exd4? 11 ¤xd4 ¤b8 12
7 £f3 ¥f6 13 ¥e3 ¥d7 14 ¦ad1
6 ¦e8 15 ¤f5 ¥xf5 16 exf5.
5

4 8

3 7

2 6

1 5

a b c d e f g h 4

Boleslavski (blancas) tiene 1


una posición abrumadora, y aho- a b c d e f g h
ra debería haber ganado con la
exacta 36 ¥xd6 (elimina una Una variante de apertura du-
pieza defensora fuerte) 36 ... dosa, con prematuro abandono
£xd6 37 g5 y ¦g2. Pero prefirió del centro (10 ... f6!), les ha dado
36 ¥g2? ¤de4 37 ¦f3 ¤d7 38 a las negras un medio juego bas-
¤g6 ¤df6 39 ¤e5 ¤d7 40 ¢g1? tante triste. ¿Cómo podrán desa-
¤xe5 41 fxe5, y en esta posición rrollar sus piezas del flanco de da-
crítica, las negras jugaron 41 ... ma?
¤g5!!
Entonces las blancas siguieron 16 ... d5?!
con 42 ¦f8+ ¦xf8, y las negras
propusieron tablas, que fueron Un método valiente, pero no
aceptadas, porque tras 43 ¦xf8+ del todo correcto. Las negras hu-
£xf8 44 ¥xf8 ¢xf8, el segundo bieran debido jugar 16 ... a5, se-
jugador habría creado una forta- guido de ...£d7 y ...¤a6-b4. La
leza inexpugnable con posibilida- jugada elegida está pidiendo una
des incluso de victoria. liquidación central con ¤a5 y c4.
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 217

CÓMO EVITAR LA DERROTA 217

17 ¤a5 ¥xb2! rrollo, en caso necesario, con


...¦a7-b7. Las blancas, por su par-
Puesto que deben perder un te, deberían intentar 23 £e4, se-
peón en el flanco de dama, las ne- guido de f4, con la doble idea
gras mantienen el equilibrio ma- ¤e5 y g4-g5.
terial. No amenazan, realmente,
...¥c3 porque las blancas podrían 23 £d3 h6!
responder ¥g5! atacando la da-
ma negra y la octava fila. El razo- La perspectiva del mate en la
namiento de Keres al tomar el última fila ha estado planeando
peón es correcto. Si no pueden en las últimas jugadas, así que las
desarrollarse tranquilamente, negras se conceden una casilla de
¿por qué no obligar a las blancas escape, lo que siempre es una
a hacer algo? Así que al primer buena idea cuando no hay ame-
jugador le corresponde ahora de- nazas inmediatas por parte del
mostrar que tiene compensación adversario. La última jugada de
suficiente por el peón. las blancas indica que no tienen
un plan efectivo, lo que anima a
18 c4! £c8 las negras a poner su casa en or-
den antes de desarrollar las últi-
Ahora la amenaza ...¥c3 sí mas piezas. Recuerde que hay
existe. Las blancas deberían mo- que tomarse el tiempo necesario
ver el alfil a una de estas atracti- para las cosas importantes.
vas casillas: ‘c5’, ‘f4’ ó ‘d2’. Lo me-
jor es 19 ¥f4!, de forma que si las 24 ¤e3 c5!
negras optan por la misma conti-
nuación que en la partida, las 8
blancas podrían responder 22
7
¥xc7! ¤d7 23 £xc6, con una pre-
6
visible victoria.
5

19 ¥d2?! dxc4 4

20 ¦xe8+ £xe8 3
21 ¤xc4 ¥f6 2
22 ¥a5 £c8 1
a b c d e f g h
La posición de las negras es
mala, pero no está perdida. Aho-
ra se preparan para defender las La amenaza era, sencillamen-
debilidades y completar el desa- te, 25 ¤g4 ¥e7 26 f6! para dislo-
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 218

218 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

car los peones del enroque en un No, por supuesto, 31 ... ¦xd5
momento en que las piezas ne- 32 £xd5. El verdadero truco de la
gras no pueden acudir en ayuda posición es 32 ¤b6 ¥d4! 33 £xc6
de su rey. Si, en esa variante, 25 ¥xf2+ y ...¥xb6. Lo cierto es que
... ¥g5, las blancas podrían jugar sólo pueden descubrirse estas po-
g3, para apoyar el avance h4. Pe- sibilidades si se buscan con ahín-
ro Keres sacrifica un peón para co. ¿Quién podría pensar que las
movilizar sus piezas inactivas. In- negras tienen posibilidades tácti-
cluso está dispuesto a asumir la cas en esta posición?
estructura deteriorada de su
flanco de rey en caso de 25 ¤d5 32 ¤xf6+ ¤xf6
¤c6! 26 ¤xf6+ gxf6 27 ¥c3 33 £xc6 ¦d1+!!
¤d4! 34 ¢h2 £b8+
35 £c7? ...
25 £d5 c6
26 £xc5 ¤d7 El final de damas, con 35 ¥c7
27 £d6 ¦a7 ¦xc1 36 £xc1 £c8 37 g4! ¤d5 38
28 ¦c1 ¤e5! ¥f4, ofrecía a las blancas su últi-
ma esperanza de ganar.
Otra jugada excelente que ac-
tiva las piezas negras. A 29 f4, la 35 ... £xc7+
idea es responder 29 ... ¦d7 30 36 ¦xc7 ¦d5
£c5 ¤d3 31 £xc6 £xc6 32 ¦xc6 37 ¥b6 ¦b5!
¥d4 y ...¦e7. Keres sabe que
mientras mantenga igualado el Precisión hasta el fin. Las ne-
número de peones en el flanco de gras podrían perder, en caso de
dama, tendrá buenas posibilida- 35 ... ¦xf5 36 ¦a7, porque el peón
des de tablas. Con una mayoría pasado y distante de la columna a
en el flanco de rey, las blancas no correría rápido hacia la meta.
tienen porqué ganar.
38 ¦c8+ ¢h7
29 ¤d5 ¤g4 39 ¦c6 ¤d5

Ahora el final con 30 £xc6 De nuevo podían las negras


£xf5 31 £c8+ £xc8 32 ¦xc8+ caer en la tentación de tomar el
¢h7 debe poder defenderse des- peón de ‘f5’, a lo que seguiría 40
pués de 33 h3 ¦d7! ¥d8! ¦xf2 41 ¦xa6, con posibili-
dades de victoria para las blancas.
30 h3 ¦d7!
31 £c5! £b7! 40 ¥d4 ¤b4!
Muntatge 001-223 22/2/06 09:57 Página 219

CÓMO EVITAR LA DERROTA 219

41 ¦c7 ... amenaza 12 ... £a5+. Las blancas


Tablas. pueden aceptar el sacrificio de
peón más tranquilamente, con 10
¥xb5+ axb5 11 ¤xb5, pero en tal
Aaron Nimzovich – Saviely caso, 11 ... ¥b4+ 12 ¥d2 £h4+, o
Tartakower; San Remo (Italia), 12 ¤c3 ¦a5!, y la tarea de las ne-
1930 gras se ha aliviado de forma con-
siderable.
1 d4 d5 2 c4 ¤c6 3 ¤c3 e5? 4
cxd5 ¤xd4 5 e3 ¤f5 6 e4 ¤d6 7 f4 9 ¥d3 ¤e7
exf4? 8 ¥xf4. 10 ¥g3 ¤g6
11 £h5! £d7!
8

7
No 11 ... f6 12 e5! Con la textual
6 las negras amenazan con resolver
5 la mayoría de sus problemas del
4 medio juego mediante 12 ... £g4.
3

2
12 h3 ¤b5
13 ¤f3 ¥c5
1
14 ¤e5! £e7!
a b c d e f g h

Con su excéntrico juego de Otro movimiento bien calcula-


apertura, las negras han quedado do, elude los problemas a los que
muy malparadas. Las blancas se enfrentarían, en el flanco de rey,
amenazan e5, seguido de ¥b5+ y después de 14 ... ¤xe5 15 ¥xe5 0-0
e6, con un rápido ataque de mate. 16 ¦f1, o incluso 16 ¥f6!? Los es-
Para oponerse a esto, nuevas con- fuerzos de las negras por lograr
cesiones, como 8 ... f6, no impedi- contrajuego son notables.
rían que las blancas obtuviesen
una posición muy dominante tras 15 ¤xb5 axb5
9 ¤f3 y e5. 16 ¤xg6 ...

8 ... a6! 16 ¥xb5+ ¢d8!, y las negras


tienen buenas posibilidades de
Una jugada asombrosamente contrajuego. Por ejemplo: 17
buena en una posición tan depri- ¤xg6 £xe4+, o también 17 ¢d1
mente. Las negras se anticipan a 9 ¥d6 18 ¤xg6 fxg6 19 ¥xd6 cxd6
e5, a lo que seguiría 9 ... ¤b5 10 20 £e2 ¦f8, una variante indica-
¤xb5 axb5 11 ¥x65+ c6!, con la da por Alekhine.
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220 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

16 ... fxg6 su color, a fin de poder bloquear


17 £e5! ... el peón pasado en ‘d6’ con el rey.

Ahora 17 ¥xb5+ c6! 18 dxc6 25 ¥d6 ¢g8


0-0 podía resultar peligroso para 26 ¥b4 ¦c8
las blancas. No podían evitarse 27 ¦e1 ¥c5!
los cambios que siguen que man-
tienen la superioridad de las blan- Las blancas deben permitir el
cas. cambio debido a la amenaza 28
...¦f8+. Las negras no tienen difi-
17 ... c6 cultades en bloquear el peón pasa-
18 ¦f1 ¦f8 do, que constituye la única posibi-
19 a3 ¦xf1+ lidad ganadora de su rival, después
20 ¢xf1 ¥d7 de 28 ¦c1 ¥xb4 29 ¦xc8+ ¥xc8,
21 ¦c1 ¥b6 seguido de ...¢f8-e7-d6.
22 ¦d1 £xe5
23 ¥xe5 cxd5 28 ¥xc5 ¦xc5
24 exd5 ¢f7 29 ¥e4 ¢f8
30 ¢f2 b4!

De esta forma, las negras pue-


8
den apoderarse de la columna b
7 después de 31 axb4 ¦c4 y ...¦b4.
6 Pero Tartakower aún tuvo que
5 combatir contra otra tentativa
4
más emprendedora: 31 ¢e3 bxa3
32 ¢d4! ¦a5 33 bxa3 ¦xa3 34
3
¢c5 ¦a6 35 ¥f3 ¦f6 (para poder
2
jugar ...b6+) 36 ¦b1 b5 37 ¥e2
1 ¦f2 38 ¦f1 (38 ¥f3 ¥xh3) 38 ...
a b c d e f g h ¦xf1 39 ¥xf1 ¢e7 40 ¥xb5 ¥c8
41 ¥d3 ¥d7 42 ¥c2 ¥c8 43 ¢c6
¢d8 44 ¥d3 ¥d7+ 45 ¢d6 ¥c8, y
Las negras tienen peones dé- las blancas aceptaron la propues-
biles en ambos flancos, mientras ta de tablas 20 jugadas más tarde.
que las blancas disfrutan de un El control que las negras ejercen
excelente peón pasado en el cen- en la casilla de coronación del pe-
tro. El primer paso de las negras ón de dama detiene todos los in-
en este final es cambiar alfiles de tentos de victoria.
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Soluciones a los ejercicios


para estudio

CAPÍTULO 2

1. Las negras pueden jugar 1 ... g5!!, devuelven un peón para mantener
cerrada la peligrosa columna h. En una partida del Campeonato Mun-
dial de 1957, Botvínnik quedó mucho mejor después de 2 ¥xg5 £d6 3
¦h4 ¤f6! 4 ¥xf6 £xf6 5 ¦xg4+ ¢h8 6 ¢b1 ¦g8, porque puso en mar-
cha su propio ataque mientras su rey quedaba cubierto por el peón
enemigo de ‘h5’.
2. Las blancas mantuvieron compacto flanco de dama con un sacrificio: 1
bxa4 £a6 2 ¦b5! ¥c6 3 ¤d2! ¥xb5 4 axb5 £a3 5 ¤b1 £a5 6 a4 e6 7
¤c3 ¤e7 8 ¤e4 f5 9 £c3, en la partida Averbaj – Korchnói, XXXI
Campeonato de la URSS de 1963, que finalizó en tablas.
3. Las negras reforzaron su debilidad de ‘g6’ antes de que las blancas tu-
vieran tiempo de jugar b4, ¤f2-d3 y e5+. El juego siguió así: 2 ... ¥c6 3
£f3 ¥e8! 4 b4 ¥g6! 5 ¤f2 £d4 6 ¤h3 e5 7 ¤f2 ¦b2 8 ¢h2 £c4 9 ¦d1
¦b3 10 ¤d3 £xe4, y las blancas se rindieron. Uhlmann – Karpov, San
petersburgo, 1973.
4. La amenaza 1 ¥xh6 gxh6 2 ¦xh6 siempre puede contenerse con 2 ...
¥f6, pero es una buena idea eliminar ahora el alfil de dama blanco: 1
... ¥g5! 2 ¥xg5 £xg5 3 ¦h5 £g6, como sucedió en la partida Makogó-
nov – Pánov, San petersburgo, 1936, que siguió así: 4 ¤g3 ¤f6 5 ¤f5
¥xf5 6 exf5? £e8! 7 ¦xh6?! (en otro caso, seguiría 7 ... e4!) 7 ... gxh6 8

221
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222 EL ARTE DE LA DEFENSA EN AJEDREZ

¦xh6 e4 9 £e3 £e5+ 10 ¢c1 ¦a1 11 ¦g6+ ¢h8 12 g5 ¦fa8! 13 ¦h6+


¤h7 14 g6 ¦xb1+. Las blancas abandonaron.
5. En la partida Taimánov – Panno, Palma de Mallorca, 1970, las negras
quedaron bien después de 1 ... ¦f8! 2 ¤h5 ¤e8! (3 ¥xg7 £g5) 3 ¦e3
f6 4 ¥d4, y aquí se acordaron tablas.
6. El alfil es la mejor pieza de las blancas, y una vez cambiado se ponen
de manifiesto las debilidades de ese bando en casillas negras. La parti-
da Spielmann – Yates, San Remo, 1930, siguió así: 1 ... £b6 2 ¦d2 ¥f8!
3 ¦de2 ¥d6! 4 £c1 g5! 5 ¥xd6 £xd6 6 ¦f1 ¦f8 7 ¦ef2 ¥e8 8 ¤f3 ¦g7
9 £d2 h5!, con posición ganadora.
7. Las negras iniciaron su contrajuego con un reagrupamiento inteligen-
te: 1 ... ¢b8! 2 ¤f4 £c8! 3 ¤ce2 ¤cd8, a fin de poder jugar ...c5. La
partida Olafsson – Petrosián, Bled, 1961, continuó con 4 £b3? c6 5
¥d3 c5 6 dxc5 ¥xc5 7 ¤h3 ¤xe5! 8 ¥f4 ¤f7 9 ¥b5 ¢a8, y las negras
ganaron rápidamente.
8. Obviamente, sería una imprudencia 1 ... ¤xd5 2 ¤xd5 £b8, después
de lo cual las blancas dispondrían de varias continuaciones fuertes. Por
otro lado, 1 ... ¤b4 2 ¥c4 ¦xd1+ 3 ¦xd1 ¦d8 4 ¦xd8 £xd8 es malo,
debido a 5 e4!, con iniciativa para las blancas en el final. Sin embargo,
1 ... ¤d4! 2 ¤xd4 ¤xd5 3 ¤f5 ¤xc3 4 ¥xc3 f6 condujo a la igualdad,
Botvínnik – Keres, Campeonato Absoluto de la URSS de 1941.
9. En esta posición se jugó 1 ¥d6?, pero 1 e4! (seguido de 2 ¤h2 y ¤g4)
habría dislocado la falange de peones negros, lo que les habría dado
buenas posibilidades a las blancas.

CAPÍTULO 3

1. Las negras juegan 1 ... ¦xe1+ 2 ¦xe1 ¤e2+! 3 ¦xe2 ¥e6!, y las blan-
cas deben invertir un tiempo para defender su primera fila. En la par-
tida Grechkin – Guéler, Sverdlovsk, 1951, las blancas acabaron per-
diendo después de 4 g3 ¦d1+ 5 ¢g2 £c4 6 ¦xe6 £xe6 7 £c2 £d5+ 8
¢h3 g6!.
2. El único objetivo de las negras en el flanco de rey es ‘h2’, casilla que
amenazan con ...¥f8 y ...¦h5. Como ninguna de sus otras piezas puede
proteger ese punto, en la partida Petrosián – Gligoric, Zagreb, 1965, las
blancas jugaron 1 £g1!, y después de 1 ... ¥g4 2 ¦a5 ¥e2 3 ¤b3 ¥b4 4
¦a4 ¦b8 5 ¤e5 ¦bb5 6 ¦xc6 ¥d6 7 ¦c8+ ¢g7 8 ¦aa8 ¦xe5 9 dxe5
¥xe5 10 ¦c5, ganaron.
3. 1 ... £e1+! 2 ¦xe1 ¤f2+ 3 ¢g1 ¤xh3+ y 4 ... hxg6.
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SOLUCIONES A LOS EJERCICIOS PARA ESTUDIO 223

4. La amenaza es f6. Las negras podrían impedirla con 1 ... f6, pero en-
tonces las blancas podrían atacar la base con g4-g5. En la partida Kan
– Riumin, San petersburgo, 1934, las negras jugaron la aguda 1 ... ¥f6!,
que además de frenar el avance cambia una peligrosa pieza enemiga.
Los peones doblados fueron un inconveniente menor, dado que no re-
sulta fácil atacarlos. Después de 2 ¥xf6 gxf6 3 £h5 ¢h8 4 ¦f4 ¦g8 5
¦h4 ¦g7 6 ¤d4 £e7 (obsérvese que de haberse avanzado el peón de f,
las blancas situarían ahora su caballo en ‘e6’) 7 ¤e2 ¤d7 8 ¤f4 ¢g8, y
las negras resistieron.
5. Las blancas amenazan con doblar torres en la columna h, en las si-
guientes cinco jugadas, y luego jugar f4. Las negras jugaron 1 ... ¢g8! 2
¢g2 ¢f7 3 ¦h1 ¢e7 4 ¦h5 ¢d8 5 ¦bh1 ¢c8 6 ¤d1 ¦cf7 7 ¤e3 ¦g6 8
¤f5 ¢c7, y el rey negro se encontró perfectamente seguro en el flanco
de dama, donde no es posible ninguna ruptura de peones. Gúfeld –
Taimánov, Moscú, 1969.

CAPÍTULO 6

1. Lo mejor es simplificar, con 1 ... ¥g4! 2 £xg4 ¥xh2+! 3 ¢xh2 £xd5, y


las negras ganan (Perfiliev – Botvínnik, URSS, 1925) con la calidad ex-
tra: 4 ¥f6 (4 £g8+ ¢e7 5 £xa8 £h5+) 4 ... £c6 5 ¥h4 ¢f8 6 £g5 h6 7
£e5 ¢g8 8 ¦d5 ¦e8, etc.
2. No se consigue nada con 1 ¦xf6 gxf6 2 ¥g5. Ahora sigue 2 ... £g4! Por
ejemplo: 3 ¥xf6 c5 4 ¤c2 £g6 5 ¦f1 ¥e4 6 ¤e3 ¦ae8. Tal – Korchnói,
Torneo de Candidatos, 1962.
3. La partida Yates – Rubinstein, Hastings, 1922, siguió así: 1 ¤f5 ¥g5! 2
£g4 ¥xc1 3 ¦axc1 ¤g7 4 ¤xg7 ¢xg7, y las blancas se encuentran en
un final con un mal alfil contra un buen caballo. Las negras ganaron
poco después de 5 ¦b1 f5 6 £e2 £g5 7 a4 e4. Obsérvese que con 1 ...
gxf5? las negras perderían: 2 £xf5 ¤f6 3 ¥h6! ¢h8 4 ¥g5!
4. Las negras conservaron su pieza extra con 1 ... ¢f7! 2 ¥xe7 ¥xf3 3
gxf3 ¥a5 4 ¦d7 ¤b6! 5 ¦xc7 ¦hc8! 6 ¦xb7 ¥xc3 7 ¥a3+ ¢f6, y pron-
to se impusieron. Pollock – Chigorin, Hastings, 1895.
5. No hay crisis si las negras juegan tranquilamente 1 ... ¥b8!! Por ejem-
plo: 2 f6 £xf6, o bien 2 fxg6 ¤dxe5 3 gxf7+ £xf7 4 ¤g5 £f6 5 ¦f1?
¤g4 6 £f3 £xc3+, y gana, como en la partida Spielmann – Keres, No-
ordwijk, 1938.

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