La moral del mercado: los derechos humanos y el auge del neoliberalismo.

Por Jessica
Whyte. Londres: Verso. 2019. 278pp. £19.99. isbn 978 1 78663 311 8. Disponible como
libro electrónico.

El mundo y todas las relaciones sociales, políticas y productivas que contiene han
cambiado drásticamente con el auge del neoliberalismo. La velocidad del cambio
aumenta a un ritmo vertiginoso, mientras somos testigos de cómo lo que antes se
consideraba inverosímil se convierte en realidad: el Brexit; las revueltas en Francia,
Líbano y Chile; la mayor pandemia hasta la fecha; y, más recientemente, las protestas
mundiales provocadas por la muerte de George Floyd en Estados Unidos. En estos
procesos políticos subyace la tensión no resuelta entre el deber moral de garantizar los
derechos humanos y la dignidad, y las máximas económicas que avanzan el
neoliberalismo y el crecimiento sin fin. Jessica Whyte desentraña esta tensión crucial
en un estudio convincente, riguroso, profundo y apasionado de la moral que sustenta
los derechos humanos y los mercados neoliberales, aportando ideas extremadamente
relevantes para estudiantes, científicos sociales y el público en general. El libro está
dividido en siete secciones, que comprenden una introducción, cinco capítulos y un
epílogo. Su principal premisa es clara: frente a los relatos desinfectantes que
presentan el neoliberalismo como un puro argumento económico, Whyte demuestra
que se ha construido sobre un andamiaje moral e institucional (similar al del
cristianismo), destinado a hacer que la gente se someta al orden del libre mercado.
Para ello, explica, fue fundamental el auge de los derechos humanos tras la Segunda
Guerra Mundial. Una rica descripción histórica de la creación de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos (DUDH) y el neoliberalismo proporciona pruebas
sólidas para apoyar dicha relación. Además, el uso por parte de Whyte de citas directas
de los primeros neoliberales y de los redactores de la DUDH permite a los lectores
comprender bien cómo se influyó en la DUDH para consagrar un conjunto de derechos
humanos adaptados a la promoción del neoliberalismo.

La moral, considerada tanto como "sentimientos sobre la acción correcta e incorrecta"

como un "sistema de reglas informales de conducta que guían las acciones
individuales" (p. 11), era fundamental para los primeros neoliberales. Para ellos, sólo lo
que Hayek llamaba "la moral del mercado" podía hacer que la civilización avanzara
hacia una sociedad de mercado libre y pacífica. Esta moral comprendía un conjunto de
valores altamente individualistas y desestimaba otros dirigidos a la consecución de
objetivos compartidos. Para apuntalar esta visión, los neoliberales describían los
escenarios políticos como espacios de violencia, coerción y conflicto interminables. Por
el contrario, al mercado se le atribuyeron una serie de virtudes antipolíticas y se llegó a
considerar que promovía la cooperación horizontal, la paz y la libertad y los derechos
individuales. De este modo, se pretendía separar lo político de lo económico,
reduciendo la participación política y fomentando también la "domesticación del
Estado" (p. 29). En la utopía neoliberal propuesta, el Estado "golpea hasta la sumisión"
a cualquiera que amenace el orden del mercado (p. 24).
Whyte explica cómo esta moral influyó en los derechos humanos, en un contexto en el
que los valores de la civilización occidental se consideraban amenazados por el
surgimiento de Estados poscoloniales con poder. Cuando las antiguas colonias y las
naciones del Sur Global se levantaron contra la dominación, desafiaron el orden
internacional asimétrico y las relaciones políticas heredadas del pasado. Así, la
redacción de la DUDH se transformó en un tira y afloja en el que antiguos
colonizadores y colonizados luchaban por garantizar las libertades individuales de
mercado "civilizadas" y los derechos socioeconómicos y políticos universales
"atrasados/salvajes". Estas ideas neoliberales resonaron en las naciones capitalistas
ricas, que presionaron a favor de unos derechos humanos más individualistas como
facilitadores del comercio internacional y del acceso a los recursos naturales, mientras
que los representantes del Sur Global y los Estados poscoloniales abogaron por
asegurar la soberanía política y de recursos (p. 147).
La lista de derechos humanos acordada, según Whyte, refleja en última instancia una
victoria neoliberal. Los derechos humanos más individualistas se utilizaron para
establecer marcos insti- tucionales legales que aseguraran la propiedad privada, la
inversión extranjera y la "libertad de mercado" de actuar sin poner en peligro el orden
del mercado. Junto con la moral del mercado, estas nuevas instituciones legales
funcionan como la segunda hoja de la tijera neoliberal, creada para cortar la conexión
entre la sociedad civil y la participación política. Asimismo, el libro detalla cómo el auge
del neoliberalismo se produjo en paralelo a la proliferación de las ONG de derechos
humanos. Utilizando la infame dictadura neoliberal chilena como ejemplo, Whyte
describe cómo esas ONGs sesgaron la visión de las horrendas violaciones de los
derechos humanos a través de la lente de los ataques individuales a los cuerpos de las
personas, ocultando las causas estructurales socioeconómicas y políticas de las
torturas, los asesinatos y las injusticias que siguen ocurriendo hasta hoy. El libro se
cierra con un breve epílogo, en el que se subraya que sólo a través de la lucha política
"por los fines" (p. 242) puede la sociedad superar las marcadas desigualdades del
mundo neoliberalizado actual. Ante los sombríos desafíos sanitarios, socioeconómicos
y medioambientales, algunos pueden afirmar que es más fácil decirlo que hacerlo,
mientras que los neoliberales ortodoxos ven los procesos de repolitización en curso
como signos de involución hacia el salvajismo y el caos. El libro nunca afirma que ese
cambio sea fácil, sólo que es posible y urgente. Interrumpir el legado del
neoliberalismo contra la participación de las masas en la política por la justicia
socioeconómica global, concluye Whyte, significa romper completamente "con la
moral del mercado" (p. 242). Traducido con www.DeepL.com/Translator (versión
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