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El teatro en relación con el arte público/El arte público y su relación con la sociedad/ El teatro y su impacto

en sociedad acompañado y comparado con otras artes.

En mi infancia las primeras artes con las que me relacioné casi de inmediato fueron la música, la danza y
el dibujo. De ninguna forma componía música o creaba grandes cuadros, pero a través del contexto,
exploraciones mías y la cultura en la que me fui formando fui identificado que aquellos tonos y melodías
mezcladas y sincronizadas en un cierto lapso de tiempo era a lo que los adultos le llamaban música, que
en todas las oportunidades en que esa música estuviera en mí, mi cuerpo se movía, el mi mis padres en
los bailes del pueblo, bodas o XV años, el de mis hermanos cuando en sus fiestas ponían Panteón Rococo,
tocaban Baila Monstruo o se detenían un momento en el género para bailar salsa, y que cuando me ponía
a dibujar fulanitos en el cuaderno y copiaba a los Lonney Tunes que encontraba en Google le llamaban
dibujo. Hasta que después en mi época de secundaria me compraban acuarelas, pinceles y pinturas
acrílicas. Unas cuantas veces tomé clases de dibujo con gises pastel. Así descubrí la pintura y el trazo en
algunas de sus muchas versiones. Después comencé mis primeras practicas de “artes plásticas” jugando
con la plastilina en la asignatura de artes en la escuela y poniendo en practica las enseñanzas del
poderosísimo Art Atac y viéndolas en cada monumento y estatuas que me encontraba en los espacios
públicos y museos. Desde la escuela nos enseñaban la compresión lectora a travez de cuentos en esos
libros que la Sep repartía a las escuelas, clásicos como la liebre y la tortuga, el Diablo y las nueces, después
en grados más altos Las batallas en el desierto, entre otras. El cine siempre estuvo presente en mi vida y
en todas partes. Cada que iba con mi mamá a Tepito comprábamos películas piratas y mal grabas de diez
pesos o tres por veinticinco, algunas sí salían de buena calidad, otras veces íbamos al cine o las pasaban
en el canal 5 de la TV donde salía Chespirito o retomaban a Cantinflas o a Tintan. Y qué decir de la
arquitectura, desde las casas de nuestra colonia medio planeadas, medio improvisadas al momento, hasta
los lujosos diseños que se encontraban al otro lado de la pared que dividía la Col. E. Zapata con Cuautitlán
Izcalli en el Lago de Guadalupe, uno podría quedarse un largo rato observándolas si no fuera porque los
dueños sospecharían de quien los vigila con tanto asombro, después están los museos y otras grandes
fachadas de la CDMX. Poco a poco estas artes fueron siendo parte de mi vida personal y social, a donde
sea que iba siempre estaban presentes y mi descubrimiento de ellas iba creciendo con forme yo lo hacía,
todas ellas tenían algo de mi y yo de ellas, y de la sociedad y de la evolución. Nos afectaban a todos, unas
mucho más que otras. Las que estaban más relacionadas con nosotros como sociedad son en mayor parte
la música, la arquitectura, la danza y después vemos poco de la pintura y la escultura, pero a veces están
ahí, en las plazas, en los murales, en las escuelas, en las oficinas… la literatura ya dependía mucho del
individuo y su selección. Su ausencia nunca es permanente. Y han sido parte del reflejo de nuestro ser
cultural, nacional e individual, nos han criado desde cierto aspecto, nos han movido, nos han
revolucionado desde su propio ejercicio artístico, pero… ¿Y el teatro?

Cuando descubrí el teatro fue por ahí de mi época preparatoriana donde un primo nuestro nos había
invitado a un musical de gran producción en el centro de la CDMX llamado “Mentiras”, entonces indagué
en los talleres de la escuela (principalmente para meterme a artes plásticas) y vi que existía el taller de
teatro. Abandoné la idea por la que me había metido a buscar talleres y por pura curiosidad decidí meterme
a Teatro, y comencé a practicarlo.

¿Dónde había estado el teatro todo ese tiempo? ¿Por qué nunca fue parte de mi ni de casi nadie de mi
circulo social y familiar (y créanme, familia tengo mucha en muchas partes) que parece casi inexistente?
Ni en el pueblo de donde somos, ni en mi municipio, colonia, ni en las comunidades de donde es mi papá
y su familia (Izcalli Chamapa, los cuartos, Toluca) y muchos otros lugares donde parece no existir?, hay
teatralidad en las tradiciones de esos lugares, pero no es teatro. ¿Por qué el teatro no tiene un impacto
anímico y/o una identificación social como el rock, el reggae, el rap, la danza de los abuelos, el baile
cholocumbiero, el folclore, el ángel de la independencia, los leones de Chapultepec, la catedral de morelia,
la estructura del museo Soumaya, la torre latinoamericana, La Tregua de Mario Benedetti, el Principito,
las obras de Frida Kahlo, ¿hasta Fabián Cháirez y su polémica pintura de Emiliano Zapata? ¿Dónde esta el
teatro y su cercanía ya no solo con el público, sino con la sociedad?

A partir de los años 60’s y 70’s el público dejó de asistir al teatro por que el ser mexicano se ha dejado de ver
reflejado en él. No hay tradición teatral. Desde entonces la mayor parte del teatro se a dedicado a hacer teatro
para el teatro, no hay un sentido comunitario que prepondere sus propósitos, no hay interés por la sociedad, solo
por ser visto, que no es lo mismo.

“Se producen muchas obras, pero no generan un movimiento. Es un teatro muy inmóvil, desarticulado, y debe
haber un cambio radical en la mentalidad con la que entendemos el papel del teatro en su relación con la sociedad”
-Luis de Tavira.

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