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LA BRÚJULA

PERSONAJES PRINCIPALES
•Duquesa de la fe
Mujer ingenua y sensible. Parece ya tener una edad avanzada pero a pesar de ello actúa como un
infante. Fantasea mucho, casi todo para ella se convierte en un divertido juego. Su origen y destinos
exactos son totalmente desconocidos y misteriosos.
• Banquero
Es la persona quien maneja las finanzas y el proceso económico del pueblo y los proyectos. Es muy
analítico, se dedica a estudiar y planear los sucesos a su conveniencia y a la de sus socios. Se
muestra neutral la mayor parte del tiempo.
• Ganadero
Es un personaje simple, mantiene su interés económico en el negocio. A pesar de todos los
conflictos con el alcalde no se muestra en contra de el como los otros dos de sus compañeros.
• Industrial
Un inversionista muy interesado y esta en contra de las decisiones del alcalde, además de que no
le tiene mucha confianza, puesto que le quita una gran parte de sus ganancias.
• Alcalde del pueblo
Es un hombre, al igual que los anteriores e incluso más, con un gran interés por su estatus social y
político. Principalmente es quien planea todo el proyecto de la Duquesa.
• Benito
La mano derecha del alcalde. Mantiene su interés disimuladamente y en todo lo que ve oportunidad
durante un tiempo hasta que se da cuenta de que ya no será un beneficiado, en ese momento es
cuando cambia a una actitud muy descontrolada y chillante.
• Rafael, Caruchita, Marianita.
Habitantes del pueblo, sencillos, solidarios y considerados.
SOBRE LA OBRA
La Duquesa llega confundida a una calle fuera del hotel, hace mucho sol. Ya muy cansada se postra en el
suelo, adolece en su desconocimiento de donde se encuentra y de cuanto ha estado caminado. Adormece
un momento cuando escucha a un caballo acercarse que la despierta aún más confundida. Se acerca
Rafael, sin que esta no se percate de su presencia, él escucha de ella que se encuentra perdida sin
posibilidad de hallar su palacio. Rafael se dispone a presentarse. La duquesa le pregunta sobre el sitio en
el que se encuentra, este le responde que está en Guáimaro y le cuestiona de dónde viene, ella no sabe.
Sorprendido el pueblerino se interesa en saber más, pero esta solo recuerda el interior de su castillo. Rafael
se comprometió a ayudarla preguntando por algún dato en el pueblo y queda sorprendido por su pronombre
como duquesa. Le pregunta si trae dinero para quedarse en el hotel y descansar. La duquesa busca en su
bolso en el que no allá nada, también se lamenta de su brújula perdida, puesto que era la única que podía
guiarle a casa. Él se anima a llevarla y convencer al dueño del hotel para que descanse, pero ella está muy
agotada. Han llegado Marianita y Caruchita a saludar a Rafael, este les pregunta si no han visto u oído
sobre un castillo y unos tales Duques de la Fe, ellas niegan. Entonces les habla de la Duquesa y su
situación, las muchachas desconfían ello y (después de que Rafael tuvo que despertarla a lo que comento
ella que estaba a punto de encontrar su hogar, comenzaron a interrogarla. Ella comenta no haber vivido
con ningún familiar en el palacio y que al salir de él) alguien más la acompañaba, mas por el agotamiento
que llega su mente se resigna a recordad más, el hombre le insiste en descansar en el hotel y entra en él
para habla con Federico (el dueño). Mientras, ellas continúan preguntándole a la Duquesa, quien duda de
la cantidad de dinero si sirvientes que posee. Entonces las chicas se ponen a pensar en su propio beneficio,
y en del pueblo a cambio de ayudar a la extraviada, comienzan a ver a Benito acercarse y le celan por un
momento, ya que se le puede ocurrir la misma idea, y cuando pregunta por ella estas le dan respuestas
falsas pero al final le cuentan la verdad. Rafael regresa con la noticia de que Federico se a resignado a
aceptarla sin dinero. Benito, al escuchar esto va al hotel a resolver el problema, después de un momento
Rafael le sigue. Marianita despierta nuevamente a la mujer para notificarle que se quedará en el hotel.
Regresa Benito muy satisfecho la lleva al lugar.
Llegan al hotel y reposan a la Duquesa en el sofá. Federico apresura a su empleado a preparar los bienes
para la señora, el resto se va ofreciendo para apoyarla en el que esta precise. Benito le pide a Rafael avisar
al alcalde y a nadie mas de este caso. Todos prevén que la visita de la duquesa sea beneficiosa para todos
en el pueblo. El alcalde entra agitado por la emoción, pide a Benito explicar el suceso acontecido por el
que lo ha llamado, este le habla de la situación de la Duquesa y lo que pueden hacer por ella a cambio de
“apoyo” económico hacia ellos. El alcalde se le ocurre al momento llevársela a su casa, pero al ver su
estado físico no insiste más. Llega en industrial acompañado por el ganadero y el banquero, saludan al
alcalde y captan rápidamente sus intenciones con para la Duquesa, este les pide no difundir la noticia y
comienzan a hacer un proceso de preparación de los días siguientes para ella. Las muchachas y Federico
la acompañan a su habitación. A Solas los hombres continúan hablando de como manipular los bienes de
la Duquesa para el bien común y el interés personal de ellos sin sacar un solo centavo de su bolsa.
Marianita sale y asegurando que Caruchita de queda cuidando de la señora se marcha, un momento
después aparece Federico con la misma seguridad y entonces el alcalde queda por marcharse e invita al
resto de los patronos hacer lo mismo.
Al día siguiente se encuentran el industrial, el banquero y el ganadero en la calle y analizan la situación
respecto a la Duquesa. El banquero es el que expone sus postulados, en uno piensa que la historia que
se dice es real y en el otro cree que todo es un juego del alcalde y Benito con el propósito de sacarles
dinero. El ganadero se va por el primero defendiendo al alcalde y el industrial por el segundo culpándolo
de quitarle la mayor parte del dinero que gana. A la sazón el banquero propone ir a la reunión que el alcalde
hará para explorar el tema y si cae algo en veneficio de ellos, quedarse. Los dos aceptan.
Más tarde los obreros y las mujeres rumorean sobre la mujer encerrada en el hotel. Una mujer y un obrero
proponen ir a verla pero los otros dos se encuentran pesimistas, además comentan que no se le permite
salir a todo el que entre.
En la alcaldía se reúnen los empresarios y el alcalde. Este les anuncia a cada uno un bello futuro resultado
de la plata que sacaran de la duquesa y se abre paso a la exposición de Benito que fue con la duquesa y
le hablo de todos el sufrimiento y agonía que padece el pueblo a causa de la pobreza extrema en la que
se encuentran, con lo cual, la duquesa se muestra empática y triste. Él le hablo de la ausencia de un
monumento y que de ser posible ella se vería muy bien plasmada justo en el centro de del parque, mas su
respuesta fue un rechazo al sol. El alcalde concluyo con la historia con la aceptación de la Duquesa, pues
lo que resolvía ese problema era un simple techo. Planea llevar a cabo la reunión con todos ellos y la
duquesa ese mismo día teniendo ya un proceso en el que poco a poco se le ira solicitando una suma
exuberante de dinero a cambio de encontrar su palacio.
Dentro del hotel se encuentra la Duquesa cargando en todo momento su bolso y alrededor suyo se
encuentran grupos de gente que murmuran esparcidos por toda la zona, afuera hay una muchedumbre de
la cual un obrero y una mujer le ganan al dueño y consiguen hablar con la Duquesa. Dicen no querer nada
de ella, que confundida por lo que acaba de oír los invita a pasar y continuar la conversación, continúan
hablando de la imposibilidad que tenían gracias a la prohibición que el alcalde decretó para todo el que
entre, ella concuerda, incluso, dice planear escaparse, pasear un rato y regresar, y pregunta de nuevo por
su brújula que se le ha extraviado, pero esta vez era una que le había obsequiado Rafael. Rafael le regala
a un ojo de buey para remplazarlo. La mujer cambia de tema cuestionando a la señora de no querer recibir
a nade del pueblo, cosa que había anunciado el alcalde, esta pregunta sobre quienes son la gente del
pueblo. La mujer responde haciendo una descripción de ellos y la situación por la que pasan, siendo
afectados por el industrial quien utiliza maquina en vez de trabajadores, el ganadero que solamente se
dedica a pastorear y poseer las tierras, el banquero que solo tiene a su familia trabajando con él y el cura
que se reprocha por la ausencia de visitas en la iglesia. Federico se exalta y comienza a correr a los
intrusos. Entra el alcalde con sus seguidores para la reunión, reprime a la mujer y al obrero, y tira el
obsequio que la duquesa acaba de recibir, esta exclama y se aflige, el alcalde se retracta y manda a buscar
el objeto. Continúa presentándole a sus socios (ella, distraída con el ojo no pone mucha atención) y procede
a solicitar una reunión para charlar con ella y su grupo. Ya aislados del resto el alcalde procede a exponerle
un plan de construcción, cosas que al obrero le caen en duda puesto que no mencionan nada que sea en
real Beneficencia directa para el pueblo, como casa u alimentos, entonces comienza a protestar, la
Duquesa lo escucha y después al alcalde quien dice ser puras habladurías y pone, ante todo esto, como
excusa la carencia de dinero que lo lleva a dirigirse a ella para solicitarle apoyo económico, a lo que ella
acepta sin pero alguno, aun cuando le comienzan a pedir las grande sumas de dinero. Entonces procede
a la entrega de dinero que, menciona ella, está depositado en diversos bancos, por lo que se hacen varios
cheques, los cuales ella firma con mucha facilidad hasta lo que quedan en blanco. Los obreros proponen
que el ganadero de sus tierras (pagadas con el dinero de la Duquesa) para que ellos siembren y trabajen.
Ella acepta juguetona. Al ganadero no parece el precio acordado pero el alcalde lo convence con lo
cheques ya firmados. Aprovechando todos inician una pedidera de apoyos en todos los aspectos y
celebran. El industrial y el ganadero firman el contrato.
Meses después. La Duquesa se ha unido a las actividades proclamadas en el pacto. Entra el campesino
con un solo plano y le notifica orgulloso los muchos cambios en beneficio de todos que se han hecho. El
alcalde entra para avisarle a la señora sobre la fiesta que se hizo en su honor. En ese momento entra un
obrero, pues ya a llegado más material de construcción y le pide a la Duquesa que sea la madrina de boda
de si hermana, ella se niega, pero él insiste en decirle que después de tanto tiempo de no ir a la iglesia
esta sería buena razón para que lo hiciera, esta desconfía. El alcalde cambia de tema asegurando que
pasaría más tarde por ella para la fiesta.
El banquero, el industrial y el ganadero se han reunido para empezar con el trámite de cheques y con la
repartición económica. Cuentan que todo el dinero utilizado ha salido de parte del banco, lo que sigue sería
cobrar los cheque en blanco de la Duquesa, entonces planean una estrategia de cobrar una cantidad ahora
y el resto cuando ella se vaya, hasta que tocan el tema del alcalde. Piensan que seria mejor sacarlo de la
repartición y que él mismo le pida directamente a la duquesa. El banquero manda a un muchacho a los
bancos con lo cheque y seguidamente se deciden a ir con el alcalde.
Mientras, el alcalde le pide a Benito de convencer a la Duquesa de irse, este le pregunta si los cheques ya
están cobrados, él lo desconoce. Benito se torna dubitativo y le pregunta sobre la parte que le tocaría a él.
El alcalde no muestra preocupación, entonces el chico le pregunta sobre la cantidad que le toca al este,
quien responde que nada, que todo ha quedado en manos del banquero. Benito sospecha que lo han
dejado fuera del trato, el alcalde le contesta de manera ofensiva. Se crea una riña y el muchacho trata de
huir con la amenaza de delatarlo con la duquesa cuando el alcalde intenta detenerlo. En el acto, el trio de
empresarios y descubren el conflicto. Al dejar en claro que al alcalde no le toca nada de la plata Benito
sale enfurecido. El alcalde les pregunta cómo van las cosas con el negocio, es en este momento cuando
se le revela que no habrá repartición convenciéndolo de que a la duquesa se le cobrará lo justo de las
construcciones. Este queda perplejo, airado les reclama, les critica y ahora es él quien los amenaza con
delatarlos con la Duquesa. Ellos, por falta de pruebas que pueda utilizar lo ignoran y se van.
En la alcaldía están la duquesa acompañada del alcalde, comienza a hablar sobre el engaño aplicado por
sus exsocios. En tanto, ella se entretiene con la brújula. El le habla sobre el dinero de más que se extraerá
de sus cuentas bancarias. En cambio esta desconoce de que es de lo que habla el alcalde, al igual que los
cheques firmados. El los saca (cosa con la que ahora recuerda) y afirma ser parte de un tramite en el que
sacaran dinero que ella posee en los bancos, sin embargo la duquesa confirma no saber si tiene dinero en
estos institutos, también menciona no rememorar haber mandado a hacer obras de construcción para el
pueblo. El alcalde desespera y asegura que ella había sido parte principal en las remodelaciones y le
pregunta si es verdad que no posee dinero. Esta responde no saberlo, pues nunca lo había visto. Llega
entonces el banquero agitado denunciando la carencia de valor en los cheques y la inexistencia de la firma
en los bancos.
En el mismo sitio, enfrente del hotel se encuentran el alcalde y los empresarios conversando pacíficamente,
aparece después un anciano colocándose en el lugar más alto de la entrada del hotel. El anciano anuncia
ser el árbitro de la lucha entre dos partes, queda sorprendido de la primera vez que contempla un lugar
donde el pueblo ha tomado el control de la economía y de como todo fue posible gracias a una mujer. El
alcalde, el ganadero, el banquero, y el industrial culpan al pueblo de ser víctimas de un robo en conjunto
con la Duquesa. Los del pueblo se defienden justificando que el dinero no fue robado, sino devuelto. El
anciano se dispone a marcharse puesto que no lo dejan hablar pero los demás lo detienen para que tome
una decisión, y en eso, sale la duquesa vestida como al inicio, lista para marcharse. El pueblo la celebra,
los empresarios la rechazan. Rafael le pregunta a donde se va, ella aún no lo sabe, pero debe hacerlo
ahora que tiene su brújula y se va. Ambos grupos se sorprenden. El árbitro finalmente le deja la decisión a
las próximas generaciones que vendrán. El pueblo celebra mientras que el resto sale airado del lugar. Los
pueblerinos salen también, pero en busca del palacio de la Duquesa.
MOMENTO CLIMÁTICO.
Considero que el clímax se encuentra cuando todos descubren que cuenta del banco de la duquesa y sus
miles en dinero no existen, es entonces cuando estalla el alcalde y los otros, sobre todo porque ellos ya
habían invertido su dinero en los proyectos y hasta planeado su propia traición.
OPINIÓN
Una obra que más que nada, para mí, demuestra una burla hacia el deseo obsesivo de estas figuras de
poder que, como ya sabemos, anhelan más de lo que ya tienen. Me gustó la forma en que el banquero, el
ganadero y el industrial reflejan estos masivos grupos controladores de la economía que se encuentran en
la misma sociedad hoy en día, solo que nosotros no contamos con la fortuna de que una duquesa ingenua
y con bienes inexistentes se nos aparezca de la nada. Se puede apreciar muy bien las señales en que el
destino del pueblo se va enderezando para bien, lo digo particularmente por las veces en que la Duquesa
estaba cada vez más cerca de su brújula: Al principio no la tenía, después Rafael le había conseguido una
que volvió a perder, pero que en vez de eso obtuvo un ojo de buey, y al final ya cuando la poseía en sus
manos, asegurando así su destino en su palacio y marchándose. Obviamente algo me dice que su palacio
no es meramente real, así como sus bienes económicos (y como ella tal vez) y descubro que la primera
señal de ello fue cuando al inicio, en el momento en que la despertaron, haya comentado que estuvo a
punto de encontrar su palacio. Al final podría decirse que la justicia cayo. Y finalmente concuerdo con que
la decisión si lo que se hizo en el pasado estuvo bien o mal queda en manos de las generaciones que
resultaron de ese proceso, pues solo ellas experimentan y viven de esas acciones.

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