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Paisajes de la psicoterapia - Héctor Fernández y Álvarez

Es importante en los estadios iniciales del entrenamiento enfocarse primero en sí mismos y su


desarrollo personal como agentes de ayuda en lugar de centrarse en las cuestiones de los pacientes.

Hay tres áreas centrales para un entrenamiento eficiente en psicoterapia:

1) Aprender la teoría de la psicoterapia:

Una sólida formación es indispensable y debe abarcar los tres componentes de cualquier
modelo:
- Una teoría de la mente, que es cuenta del funcionamiento de la actividad psíquica.

- Un modelo de psicopatología, que abarca la manera que se conceptualizan los


procesos disfuncionales y explica las razones por las que las personas parecen un
trastorno.

- Un programa de cambios, que permite identificar las condiciones que facilitan los
cambios, así como las fuerzas de la resistencia que se contraponen a ello. Orienta
acerca de los cambios que habrá que operar para resolver o mejorar el problema y
se apoya en un conjunto de herramientas o técnicas consistentes con el modelo
psicopatológico.

Preguntas que sirven de guía en el accionar del terapeuta:


-¿Qué viene a buscar la persona que tengo enfrente?
-¿Qué espera de mí?
-¿Cómo habrá llegado a está situación?
-¿De qué procedimiento dispongo para ofrecerle ayuda?

Algunas terapias son mejores que otras para determinadas situaciones clínicas. Se va
haciendo necesario encontrar puntos en común que permitan articular y potenciar
mutuamente esas opciones.

2) Entrenarse en la práctica clínica:

La psicoterapia es una actividad práctica, del hacer, de allí la importancia para el


entrenamiento de tener una buena experiencia clínica. La práctica consiste no solamente en
el ejercicio del rol, sino que se entrelaza con la retroalimentación. Las habilidades parecen
simples hasta que uno intenta practicarlas.

Para llevar a cabo estos procedimientos, el aprendizaje se ampliará con el entrenamiento


en:

- Destrezas en la comunicación: las competencias interpersonales, son un


componente central, también el contacto no verbal, la expresión facial, la postura y
gesticulación, la posición que ocupa en el espacio, volumen y tono de voz, fluidez de
expresión, etc.

- Procedimientos de intervención: se trata de un conjunto muy diverso y extenso,


procedimientos verbales, dramáticos, comportamentales, gráficos, expresivos,
lúdicos, corporales, meditativas, de la imaginación, etc.

La formación contempla acceder al conocimiento de procedimientos básicos:

-técnicas orientadas al insight


-técnicas experienciales y vivenciales
-técnicas orientadas al cambio de conducta
-técnicas dirigidas al cambio interacción

- Sistemas de evaluación: un terapeuta es un operador de cambios, alguien


interesado en promover ciertas modificaciones en la situación de un paciente.

Los fines para los que se la utiliza se agrupan en tres categorías:

-vinculadas al diseño terapéutico: que sirven para la toma de decisiones

-diseñadas para conocer los cambios que produce la psicoterapia: evaluaciones de proceso
y de resultados

-dirigidas a estimar la eficiencia de la terapia y los beneficios potenciales que produce

3) Trabajar sobre sí mismo:

El terapeuta deberá aprender aprender sobre si mismo y encontrar caminos apropiados


para la autoreflexión, no solo para potenciar su trabajo sino para asegurar su cuidado
personal, para eso cuenta con tres valiosos pilares:

a) Cultivo de competencias y cualidades en la vida cotidiana:


- Tolerancia frente a la debilidad: supone que el terapeuta sea una persona libre de
prejuicios y logré la mayor plasticidad posible en relación con las creencias y sistema
de valores.
- Máximo desarrollo del repertorio comunicacional: mediante el empleo de un lenguaje
apropiado y de comportamientos no verbales. La psicoterapia es un proceso de
desarrollo narrativo, un relato compartido.
- Capacidad para hacer un balance del momento en que se encuentre su labor: los
terapeutas más eficientes son los que se involucran más y tienen más compromiso.
Según las circunstancias requieren una atención particular para evitar una actuación
negativa sobre el paciente.

b) Terapia personal: la investigación realizada hasta el momento indica que puede


influenciar positivamente el proceso terapéutico, se asocia a la necesidad de
procesar los conflictos personales propensos a ser una fuente de dificultad al
afrontar el trabajo y la necesidad de incrementar el nivel de autoconciencia del
terapeuta. El terapeuta debe atender a su cuidado personal para alcanzar el
bienestar emocional y el equilibrio psíquico necesario para realizar su tarea.

-mejora el funcionamiento emocional y mental del terapeuta


-alivia el estrés y la carga inherente a la profesión
-sirve como una experiencia profundamente socializadora
-pone al terapeuta en el lugar de paciente
-mejora el manejo de los problemas
-aumenta la sensibilidad y el respeto por las dificultades del paciente

c) Supervisión: para completar el profesor adecuado de formación. Se trata de exponer


lo que pasa en el trabajo cotidiano a la observación de otros. El objetivo central es
ampliar la capacidad de observación, generar otros puntos de vista. Cada
supervisión puede proveer una perspectiva ligeramente diferente aunque
complementaria acerca de los fenómenos clínicos. Es recomendable que se lleve a
cabo no solo con expertos, sino también con grupo de pares.

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