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EVALUACIÓN Y MODELOS DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE.

UNIDAD II.
El Sistema de Evaluación.

TEMA.
Ensayo
La evaluación desde la perspectiva
didáctica crítica en los planes y
programas de estudio.

Licenciada Reyna Elizabeth Hernández Ramírez.

MATRÍCULA. 2112M801078
La evaluación desde la perspectiva didáctica crítica en los
planes y programas de estudio.

En el presente trabajo se menciona la importancia de la evaluación en la


educación inclusiva, abordándolo de esta manera debido a que soy
maestra de educación especial y en el Plan y Programa no existe como tal
un apartado dirigido a esta área de apoyo, por lo que me surge la
necesidad de presentar de esta manera el ensayo y dar a conocer desde
mi perspectiva la funcionalidad de la evaluación en el proceso de
enseñanza aprendizaje de los alumnos en particular de los que presentan
Barreras para el Aprendizaje y la Participación con o sin Discapacidad.

La educación inclusiva pretende la existencia de un currículo flexible, que


se ajuste a todos los estudiantes y, por ello requiere minimizar las Barreras
para el Aprendizaje y la Participación. Las personas con BAP con o sin
discapacidad pueden encontrar en dicho currículo el apoyo necesario
para avanzar a su nivel, estilo y ritmo de aprendizaje.

La reforma educativa exige maestros capacitados para atender la


diversidad, demanda el desarrollo de competencias específicas para los
alumnos, pero de la misma manera los docentes deben cubrir con las
competencias necesarias para realizar su trabajo de forma eficaz y efectiva,
se requieren docentes competentes para planificar los procesos de
enseñanza y aprendizaje, poder seleccionar y presentar los contenidos
disciplinares, las competencias necesarias para manejar didácticamente las
nuevas tecnologías, gestionar las metodologías de trabajo didáctico y las
tareas de aprendizaje, reflexionar sobre la enseñanza y finalmente debe ser
competente para evaluar los aprendizajes y los procesos de los alumnos, de
manera que permitan un aprendizaje autónomo que desarrolle las
competencias de sus alumnos en el saber, saber ser, saber hacer y saber
convivir (García, 2018).

De la misma forma los docentes requieren tener en cuenta algunos factores


para la construcción de una escuela inclusiva según (Silva, 2018) la
necesidad de tener en cuenta y partir de la experiencia y los conocimientos
propios, convencimiento por parte de todos en avanzar hacia una
concepción inclusionista, establecer una estructura flexible donde la
colaboración entre el trabajo docente sea la manera de adaptarse a las
características y necesidades de todos y cada uno de sus alumnos,
entender la diversidad y heterogeneidad que existe entre el alumnos como
una oportunidad para responder con actividades educativas diversificadas
a través del trabajo cooperativo entre los alumnos y considerar el trabajo
colaborativo entre profesores como un instrumento eficaz para responder a
las necesidades de cada uno de los alumnos.

La evaluación para el aprendizaje es fundamental para ejercer una


práctica de la evaluación inclusiva, considerada como un proceso
cualitativo de evaluación, este tipo de evaluación alude a procesos
evaluadores que proporcionan información a los profesores sobre el proceso
de enseñanza de los alumnos y les guía en la planificación de este.

El propósito de la evaluación para el aprendizaje es favorecer el aprendizaje


mismo y rendir cuentas. Los objetivos de la evaluación es dar información de
los procesos de enseñanza y aprendizaje, orientándose hacia el desarrollo
de habilidades, mediante las tres modalidades de intervención accesoria,
orientación y acompañamiento con los agentes educativos involucrados,
(Booth & Ainscow, 2000) mencionan que representa un marco favorable
para asegurar la igualdad de oportunidades y la plena participación ,
fomentando la colaboración entre todos los miembros de la comunidad
escolar y construye un paso esencial para avanzar hacia sociedades más
inclusivas y democráticas.

En la actualidad el sistema educativo nos pide realizar necesariamente una


evaluación por competencias acorde con las ideas de (Sara Morales Lopéz,
2020) los cuales empatizan con la premisa que dicha evaluación que
permitirá estimar el nivel de desempeño y logro de los aprendizajes que
alcanzan los alumnos, de la misma forma permite identificar el nivel de
apoyo que requieren cada uno de ellos, así como analizar los causantes de
los aprendizajes no logrados, tomando las decisiones requeridas de manera
oportuna para guiar a cada niño en su proceso. Por ende, la evaluación
necesita de una recolección de datos, sistematizar y analizar la información
con el objeto de mejorar el aprendizaje de los alumnos, a la par de modificar
y/o fortalecer la práctica docente.

La evaluación por competencias requiere el uso de diversas técnicas e


instrumentos que consientan valorar el proceso de aprendizaje. La
evaluación requiere que el docente verifique el logro de los aprendizajes de
los alumnos y desarrolle las competencias de los alumnos de forma individual
y grupal.

Díaz Barriga y Hernández (2006), refieren que las estrategias de evaluación


son un conjunto de métodos, técnicas y recursos, de los cuales debe asirse
el docente para evaluar el aprendizaje de sus alumnos. Igualmente
consideran que los métodos son procesos que orientan la aplicación de
estrategias, las técnicas son actividades específicas y los recursos son
herramientas que permiten obtener información acerca del proceso de
enseñanza-aprendizaje. Se pueden utilizar diversos instrumentos para
estimular la autonomía de los alumnos, para monitorear el avance y las
interferencias en el aprendizaje, también para comprobar el nivel de
comprensión que están presentando, así como para identificar las
necesidades de cada uno.

Como ya se mencionó las técnicas de evaluación suscriben a obtener


información acerca del aprendizaje de los alumnos, debiendo adaptarse a
las características, capacidades y necesidades de cada uno de ellos.
Debido a la diversidad en el alumnado es necesario seleccionar
cuidadosamente las que permitan obtener la información que se desea, en
especial con los alumnos con Barreras para el Aprendizaje y la Participación
con o sin discapacidad sustentado por (Gracia, 2015).

En Educación Especial es de gran menester identificar a los alumnos con


Barreras para el Aprendizaje y la Participación, puesto que, con relación a
sus compañeros de grupo, tiene dificultades para desarrollar el aprendizaje
de los contenidos asignados en el currículo, requiriendo que se incorporen a
su proceso educativo mayores recursos y/o recursos diferentes para que
logre los fines y objetivos educativos, tanto en la metodología, contenidos,
recursos, así como en la evaluación, esto es mencionado por la Secretaria
de Educación Pública (2015), para que sea tomando en cuenta por los
maestros de educación básica.

Es indispensable conocer que las Barreras para el Aprendizaje y la


Participación son aquellas que dificultan o limitan el acceso a la educación
o al desarrollo educativo del alumnado, surgen de la interacción con las
personas, las instituciones, las políticas, las circunstancias sociales y
económicas; es decir, son obstáculos que impiden a cualquier estudiante,
en este caso un alumno con discapacidad, participe plenamente y acceda
al aprendizaje en un centro educativo; as barreras pueden ser físicas
(carencia de accesibilidad a la información y en las instalaciones de la
escuela: entrada, salones, baños, laboratorios, áreas comunes, entre otras),
actitudinales o sociales (prejuicios, sobreprotección, ignorancia,
discriminación, por mencionar algunos ejemplos) o curriculares
(metodologías y formas de evaluación rígidas y poco adaptables).

Por lo que es necesario un trabajo colaborativo entre equipo de Educación


Especial y docentes de grupo para el diseño y aplicación de las
adecuaciones curriculares las cuales se pueden definir como la respuesta
específica y adaptada a las necesidades educativas especiales de un
alumno que no quedan cubiertas por el currículo común. Constituyen lo que
se conoce como Propuesta Educativa Específica (PEE), la cual incluye la
planeación de los recursos profesionales, materiales, arquitectónicos o
curriculares que se ofrecen para que el alumno logre los propósitos
educativos, es un instrumento necesario para organizar, dar seguimiento al
trabajo de la escuela y los maestros de grupo y tomar decisiones respecto a
su promoción, igualmente se establece el tipo de evaluación con que se
custodiará al alumno (García, Escalante y Escandón, 2000).

Como docente de Educación Especial es fundamental conocer la guía


para una escuela inclusiva de (Mario Martínes Silva, 2017) donde nos
proporcionan algunas técnicas e instrumentos que podemos compartir con
los maestros de regular tal como la observación, utilizando una guía de
observación, un registro anecdótico, un diario de clases o una escala de
actitudes; el desempeño de los alumnos a través de las producciones y
cuadernos de los alumnos, así como organizadores gráficos y en el análisis
de desempeño se aplican rúbricas, portafolios y listas de cotejo. Haciendo
hincapié en que en educación especial es un trabajo hecho a mano, a la
medida de cada alumno, por ello se debe determinar de forma
interdisciplinaria la forma de evaluación de cada alumno.

A manera de conclusión la evaluación por competencias nos hace


reflexionar sobre la importancia de fortalecer competencias para la vida en
los alumnos. Es importante recapacitar sobre la necesidad de incorporar
propuestas de innovación desde la perspectiva de la evaluación auténtica
y competencial en materia de Educación Especial, el docente debe
planificar entornos de aprendizaje accesible y sin barreras en el aprendizaje,
de todos sus alumnos.

Un docente debe asumir su responsabilidad, atreverse a diseñar y regular


entornos armónicos de aprendizaje en contextos de diversidad, debe
alcanzar que sus alumnos autoreflexionen y se autoevalúen propiciando en
ellos el autoconocimiento de cómo y cuándo aprenden. Esto es importante
ya que la evaluación para el aprendizaje hace hincapié en la evaluación
como un proceso de metacognición.

La evaluación para el aprendizaje desde el enfoque inclusivo no debe


diferenciar la práctica entre los alumnos regulares, de los alumnos con
Barreras para el Aprendizaje y la Participación (BAP) con o sin discapacidad,
más bien diferenciar la práctica en el aula para atender las necesidades de
todos. Se requiere aplicar a todos los alumnos con o sin BAP con o sin
discapacidad los mismos principios en la evaluación para el aprendizaje. La
única diferencia en la evaluación para el aprendizaje reside en el tipo de
instrumentos y métodos de evaluación empleados. Así que es necesario el
trabajo constante para poder lograrlo.

Bibliografía

Booth, T., & Ainscow, M. (2000). Indice de Inclusión. Desarrollando el


aprendizaje y la participación en las Escuelas. Bristol: Center for
studies on inclusive.

Chomsky, N. (1965). Aspectos de la Teoría de la Sintaxis. Editorial Aguilar,


Madrid.

Díaz, A., Hernández, R. (2006). Estrategias docentes para un aprendizaje


significativo. Una interpretación constructivista. México. McGraw-Hill.

García, C. I. (2018). La educación Inclusiva en la Reforma Educativa.


Educación Inclusiva, 49-62.
García, I., Escalante, I., Escandón, M. C., Fernández, L. F., Mustri, A. y Puga,
A. (2000). La integración educativa en la escuela regular. Principios,
finalidades y estrategias. Fondo Mixto de Cooperación Técnica y Científica
México- España.
Gracia, M. A. (2015). Herramientas para mejorar las prácticas de evalución
formativa. Materiales para apoyar la práctica educativa. México:
INEE.
Martínes Silva Mario, S. F. (2017). Guía para una Escuela Inclusiva. México:
CRESUR.
Pública, S. d. (2012). El enfoque formativo de la evaluación. Serie de
herramientas para la evaluación en la educación básica. México.

Sara Morales Lopéz, R. H. (2020). Evaluación por competencias ¿Cómo se


hace? Revista de la Facultad de la UNAM.
Silva, M. M. (2018). Educación Incluiva en México. Avances, estudios, retos y
dilemas. Mexico: Universidad Intercultural de Chiapas.

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