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Laura Gisela Herrera Mendoza

3-A

Estudios del arte y gestión cultural

“Memoria, historia y archivo”

Archivos y catálogos

Caliope Martínez
La memoria da sentido de continuidad a nuestra vida, de nada sirve la información de un
hecho si no hay quien lo recuerde.

Hay eventos que no vivimos o experienciamos de primera mano, sin embargo, los
recordamos, existen en nuestra memoria. Aquí radica la importancia de nombrar y recordar.
De no dejar en el olvido estas vivencias, que parecieran ajenas, pero son más cercanas a
nosotrxs de lo que creemos.

Los recuerdos pueden permanecer como pasivos, hasta que no les otorguemos un fin o un
sentido. Recordar duele, es por ello que unx no siempre desea recordar estos acontecimientos
que nos han marcado. Sin embargo, al tener una motivación para recordar comenzamos a
generar memorias, memorias dignas de ser resignificadas y nombradas en voz alta.

El pasado en su definición más estricta son los hechos que ocurrieron, algo que ya sucedió y
cronológicamente quedó atrás. Empero para la memoria el pasado vive en cada fuente
primaria, vive en cada unx de nosotrxs y nuestras experiencias, tanto colectivas como
individuales. Habitamos el presente con las heridas del pasado abiertas, heridas que
únicamente podrán ser sanadas a partir de rehabitar los recuerdos. Darle voz a eso que no se
pudo nombrar en su momento.

Para rehabitar las memorias debemos ir más allá de reconstruir los hechos, ya que de esto se
encarga la historia. La memoria se encarga de revisitar los hechos con una perspectiva en el
presente. Cuando se viven acontecimientos de impacto es difícil procesar lo vivido. Es
realmente complicado dimensionar la influencia de lo sucedido en nuestras vidas, como esos
eventos nos marcaron y cambiaron nuestros rumbos para siempre. Esto no quiere decir que a
futuro se vuelva sencillo revisitar esas emociones vividas, permanece complicado, pero es
bastante necesario para poder recordar con objetividad ese sufrimiento, para así poder
nombrarlo en toda su extensión.

Al objetivar estas memorias no buscamos precisamente reconstruir la historia, se busca


modificar la narrativa de esta historia existente. Esa misma historia ya escrita puede tener
distintas lecturas. Cuando identificamos las carencias en la historia ya escrita, o las formas
violentas de negación que hay en esta, estamos obteniendo herramientas para que el presente
utilice al pasado y resignifique al presente mismo.
Hablar del “yo” habiendo temas más trascendentales es absurdo para la academia. Sim
embargo, agradezco infinitamente a Carol Hanisch por defender la idea de que lo personal es
político, porque vaya que lo es. Yo podría pensar que mi historia por ser única no puede
compartir memorias con otras historias que también son de carácter único, pero no es así.

Como habitantes del mismo territorio, nuestras familias comparten costumbres y modos
bastante similares dentro de su singularidad. Por lo que muchxs personxs de mi generación o
generaciones afines compartimos dolores parecidos. Dolores que nacen de recuerdos que a
veces quisiéramos no tener presente, pero que si no los traemos de vuelta para darles sentido
podemos caer en repetir patrones de nuestra historia.

La memoria nos da la oportunidad de cuestionarnos el significado emocional que estamos


dando a hechos del pasado.

Como mencionaba con anterioridad, el revisitar los hechos y verlos desde el presente no nos
va a hacer restructurar o cambiar la historia. Esta va a permanecer tal cual fue, es imposible
modificar nuestras historias de vida por más que queramos. Lo que podemos hacer darnos
cuenta de que son historias entrecruzadas, que son recuerdos colectivos también, que no
estamos solxs en esto.

Somos hijxs de la crisis, la inflación, la guerra y el maltrato. Crecimos con una generación de
padres que en su mayoría no creen en la terapia y mucho menos en la psiquiatría. Padres
quienes en sus memorias también llevan guerra y abuso, sin embargo, deciden distorsionar el
recuerdo. La memoria también puede ser alterada si no se le reconoce por lo que fue. Esta
puede ser modificada, ampliada o tergiversada. Hay que tener fuerza y valor para asomarse a
la herida aún abierta, y saber observarla sin distorsiones o inferencias.

La historia funciona como novela, nos proporciona una narración con inicio, desarrollo y
desenlace. Rara vez existirá una sola historia de una serie de acontecimientos. La historia es
de quien la cuenta. Supongamos que decidimos entrevistar a distintos miembrxs de una
familia para intentar estructurar su historia. Cada miembrx nos va a relatar su versión de los
hechos, su interpretación de las memorias. Así como en este ejemplo, pasa también en los
hechos históricos relevantes en el mundo. Hay que hacer una recopilación de fuentes para
poder articular una sola historia.
Construir una historia es identificar la conexión entre varios acontecimientos, las personas
que habitan estas narrativas y sus estructuras. Para generar cambios en la historia a futuro,
hay que detenerse a observar desde donde se ha perpetuado la continuidad. Saber reconocer
al tiempo y al espacio, ya que el tiempo atraviesa a este espacio que es donde ocurre la
historia, y si el tiempo no atravesara este espacio no podría haber historia.

Así como las memorias pueden ser distorsionadas, también puede hacerse con la historia. En
el gobierno pasa que, al ser la entidad de mayor poder en el Estado o Nación, este puede
decidir compartir solo las partes convenientes de la historia para reafirmase. Siguiendo la
línea del discurso de lo personal, ejemplifico esto en los núcleos familiares. Estos pueden
elegir compartirnos solamente una versión de los hechos, por lo que unx como sujetx activo
debe atreverse a indagar e investigar. A generar esas conexiones entre historias y sujetos para
poder conocer realmente qué fue lo que ocurrió.

Algunos sujetxs van a decidir compartirnos una historia, y otrxs tal vez decidan compartir
otra versión, por lo que unx debe estar siempre atentx, siempre analizando similitudes y
diferencias.

El contar la historia múltiples veces pudiera parecer redundante, ya que como hemos
mencionado esta no cambia. Sin embargo, existe un motivo para hacerlo y es que estas
historias no queden en el olvido. La palabra tiene un peso enorme, por lo que recordar y
nombrar la historia es parte de mantenerla viva, de volver tangible lo intangible a través de la
fonética.

Armar una historia requiere de varios elementos, no solamente del relato. Aquí es donde
aparece el archivo. En su mínima expresión el archivo es un item, una unidad. Un conjunto
de items ordenados y estructurados nos dan un archivo.

El item o unidad actualmente puede entenderse desde distintos medios, como la fotografía,
audios, videos, textos, memes, gifs, stickers, entre otros más.
Los archivos salvaguardan la memoria, es por eso que cuando hay historias de las que no
quieren que se tenga conocimiento, se intenta borrar todo rastro o registro.

La historia que estemos tratando de abordar tiene testigxs, ellxs serán fuentes primarias de
información. Por lo que el testigx es el archivo vivo. Sus memorias serán codificadas en
archivos para poder trascender.

En el sentido más estricto y formal, el archivo se organiza de la siguiente manera:

- Colección ¿De quién es? ¿A dónde pertenece?


- Subapartados, secciones o serie
- Fecha
- Número de expedientes
- Nombre del expediente

Es de suma importancia que se encuentre bien estructurado el archivo, ya que se podrían


perder registros lo cual borraría rastros importantes para la construcción de una historia.

En conclusión, a este tema tan fuerte y poderoso: memoria, historia y archivo. Concluyo
reafirmando mi idea de que lo que dejo importa. Soy fuente primaria histórica. Y debemos
generar conciencia sobre la manera en que cuidamos las memorias que generamos,
cuestionarnos la importancia de registrar estas memorias que van a narrar nuestras historias.

Hay que dejar huella por todos lados, que quede registro de que estuvimos aquí e hicimos
cosas importantes. Porque hasta las acciones que parecieran menos relevantes ante el ojo
ajeno importan. Acciones como labores domésticas, la forma en que nos relacionamos con
lxs otrxs, el autocuidado, nuestras expresiones artísticas.
Como individuxs hay que dejar rastro, ya que como lo he mencionado nuestras historias no
son ajenas, y si todxs alzamos la voz podremos encontrar eco en la empatía. Ahí radica la
importancia de escuchar procesos similares.

Recordar parece un acto mundano, pero también es importante aprender a hacerlo. Aprender
a observar la resiliencia que hemos generado a través del recorrido que hemos trazado desde
que nacimos.

Hay que dar relatos dotados de nuestras propias peculiaridades, para así poder enriquecer la
historia.

“Yo pienso que todas, todes y todos tenemos el derecho y/o la responsabilidad y/o el placer
de narrar nuestras propias historias” Mónica Mayer 2022.
Bibliografía:

https://www.redalyc.org/pdf/3381/338131531002.pdf

https://aulavirtual.uaa.mx/pluginfile.php/259382/mod_resource/content/1/Traverso-Historia-
y-memoria.pdf

Historia y Memoria

http://elsolardelasartes.com.ar/pdf/658.pdf

http://www.diariofemenino.com.ar/documentos/lo-personal-es-politico_final.pdf

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