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No se alcanza a ver más que una tumba inerte con esperanzas casi muertas,
vicios perpetuos de esta mansión subterránea. Las reglas sabidas, pero no dichas:
No confíes en nadie, y confía en todos, regla número uno para sobrevivir en este
mundo.
Regla número dos, no peques de inocente y muestres mucho lo que sientes, pues
será un factor abismal contra ti. Recuerda que los vicios disfrazados de virtud son
con quienes vives tu presente.
Regla número tres, observa desde lejos como acciona el otro y úsalo en su contra.
Regla número cuatro, siempre atento a quien busque destacar, pues el brillo
quema, y su luz te va a pesar.
Regla número cinco, manipula cuando tengas la oportunidad, eleva su ego, expón
su inseguridad, y después hazlo explotar como globo de circo. Todo desde la
comodidad de tu esquina. Y listo, espera que sean ellos los que quieran
abandonar este bunker.
A- La opción de usar las cadenas que encuentras en este bunker, son la elección
de un mismo.
K- Somos nosotros quien los ha utilizado como los peones que ejemplificas. ¿O ya
se te olvido que fue como nobleza con lo que fuiste creada? De eso ya no te
queda rastro, cada segundo veo la determinación con la que decides no hacer
absolutamente nada con estos humanos que han tomado nombre por vicios. De
cómo la crueldad se vuelve más la definición de ti misma. Solo observas como el
poco mundo que quedo se cae a pedazos, como todo lo que valía la pena rescatar
se disuelve ante ti, ante mí.
Karla, Alan: No confíes en nadie, y confía en todos, regla número uno para
sobrevivir en este mundo. Regla número uno para sobrevivir en este mundo.
CONTRAPOSICION DE VOLUNTADES