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EL SUEÑO DEL MINOTAURO

Escrito por Eduardo Vaslav

Dirección escénica:
Sixto Castro

El Minotauro y su eco han estado sentados al borde del muro más grande que los
encierra. Miran el horizonte de paredes que forman su laberinto. En su cabeza ronda la
pregunta sobre cómo se puede escapar del destino de los dioses. Piensa en su vida antes
del laberinto; cuando aún podía ir a los parques y disfrutar del mar que existe en la copa
de los árboles. Intenta recordar una vida que no sabe si paso. Se siente como aquel
príncipe encerrado en la torre viviendo la vida en un sueño ¿Cómo se puede escapar del
destino cuando se ha nacido bestia? Se mueve lento. Lleva su torso de Minotauro
desnudo. Camina la cornisa buscando aves, pero hace tres décadas que ninguna se
detiene en esos muros. Les ha querido robas las alas, por eso ya no llegan.

- Recuerda que la verdad no es la base estable, sino el movimiento incesante que destruye
todo lo que eres, todo lo que vez. Recuerda que la verdad también está en la guerra.
Nunca te detendrás antes de ser reconocido como un hombre que lleva en sí una
esperanza lo suficientemente grande como para exigir todos los sacrificios. Este recuerdo
te representará a ti ahora que ya no tienes paz que esperar de ti mismo.
Quien logra convertirse en una bestia de sí mismo se libra del dolor de ser humano.
La transgresión es un gesto que concierne al límite, es allí, en la delgadez de la línea,
donde se manifiesta el relámpago de su paso. El límite y la transgresión se deben entre sí
la densidad de su ser.

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