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“Hágase tu voluntad”

Monición: Bienvenidos todos a esta Hora Santa en la que tendremos unos momentos de
Adoración al Santísimo Sacramento, agradecidos por su amor y en reparación de las
ofensas cometidas, entrando en su presencia con humildad y devoción en oración personal
y comunitaria, para que nuestra Iglesia sea verdaderamente una comunión de fe y
fraternidad. Nos ponemos de rodillas.
Canto de Entrada y exposición del Santísimo.
Guía: Señor Jesús te adoramos aquí presente en esta Hostia Santa. Te bendecimos y te
damos gracias por tu presencia hoy aquí entre nosotros. Tú que has dicho: «Este es mi
cuerpo que se ofrece por ustedes», llena nuestros corazones con tu Espíritu Divino para que
podamos adorarte, junto a tu Madre Santísima, con fe y esperanza en esta hora.
Primera estación: Señor, hemos venido a adorarte y agradecerte por tu constante oración al
Padre. Te damos gracias por la decisión que tomaste la noche de tu entrega mientras
sudabas sangre, tú le dijiste al Padre: ... «No se haga mi voluntad, sino la tuya». Ayúdanos
a cumplir tu voluntad con amor sobre todo en los momentos difíciles.
Padre nuestro, Dios te salve, Gloria.
Segunda estación: Señor, Tu santísima Madre, en el momento de la anunciación, sin llegar
a comprender plenamente tus planes, dijo: «Hágase en mí, según tu palabra», que es lo
mismo que decir «Hágase en mí según tu voluntad», ayúdanos para que por su intercesión
sepamos confiar y servirte como ella, que fue siempre fiel al cumplimiento de tu voluntad.
Padre nuestro, Dios te salve, Gloria.
Tercera estación: Señor Jesús, te pedimos que nos enseñes a decir siempre: «Padre que se
haga tu voluntad». Queremos decirlo en todas las circunstancias de nuestras vidas, sobre
todo cuando nos resistimos a aceptar lo que nos pasa y también en todas las situaciones
futuras donde seremos tentados a no aceptar la voluntad del Padre, permítenos mantenernos
fieles a Su voluntad.
Padre nuestro, Dios te salve, Gloria.
Se reza la liturgia de las horas.
Evangelio: Mt 12,46-50.
Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se
presentaron fuera y trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «¡Oye! ahí fuera están tu
madre y tus hermanos que desean hablarte.» Pero él respondió al que se lo decía: «¿Quién
es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos,
dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi
Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».
Reflexión o silencio.
Preces
Demos gracias a Cristo, que nos ha dado la luz del día, y supliquémosle diciendo:
Padre, enséñanos a cumplir tu voluntad.
-Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados, acepta los deseos y proyectos de
este día. Oremos.
-Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean, para que logremos
así ser imágenes de tu bondad. Oremos.
-Manda, Señor, trabajadores a tu mies, para que tu nombre sea conocido en el mundo.
Oremos.
-Tú que supiste cumplir la voluntad del Padre, ayúdanos en nuestro proceso formativo, a
cumplir su voluntad aun cuando tengamos que sacrificar la nuestra. Oremos.
-Tú que tuviste por madre a María, siempre dócil a tu palabra, encamina hoy nuestros
pasos, para que obremos también, como ella, según tu voluntad. Oremos.
Te pedimos, Señor, que la claridad de la resurrección de tu Hijo ilumine las dificultades de
nuestra vida; que no temamos ante la oscuridad de la muerte y podamos llegar un día a la
luz que no tiene fin. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición y reserva.

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