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EL POBRE AMBICIOSO

Había una pareja muy joven que vivía a orillas del rio Huallaga, cerca de la
ciudad de Juanjuí, rodeado de muchos árboles y una gran fauna silvestre.
Fruto de su trabajo alcanzó a tener una gran economía por lo que a su
mando tenia muchos hombres y mujeres trabajando sus tierras
lógicamente, obtenía grandes ingresos económicos; pero la ambición era
tal que soñaba con ser el millonario mas grande de san Martín.

Pero tal fue la idea que una mañana bajaba a pastar sus ganados y de
pronto un hombrecito de talla baja, de pies raros, cojeando, cojeando, le
saludó y le hizo una propuesta:
- ¡Hola amigo, siempre te paraba buscando y no podía encontrarte!, creo
que la suerte te acompaña, porque, te tengo una gran propuesta. Te haré
más rico y más feliz de lo que alguna vez fuiste, sin embargo, me debes
dar lo mejor que tengas en tu casa.
-Acepto su propuesta.
Exclamó el hombre.
Cerraron el trato, sin más el hombre se propuso volver a casa. Al llegar ahí,
se dio con la sorpresa de que una nueva vida había llegado, su heredero
había nacido. Sin embargo, su alegría no era tanta, ya que supo deducir a
que se refería el diminuto hombre.

La preocupación crecía cada vez más en el ambicioso ya que los ganados


se reproducían, las chacras daban mejores frutos, más de lo
normal…Pasaron los años, su primogénito estaba creciendo hábilmente,
niño experto, que junto a la fauna y la flora se divertía he incluso tuvo
grandes amigos como; el oso, el tigre, la boa, entre otros. También se hizo
famoso cuando joven se enamoró de una bella mujer llamada
Maricarmen, chica de talla alta, con ojos celestes, completaba la belleza
de una bella flor. Cuando ya joven salió de caza al bosque y de repente se
cruzó por su camino el hombrecillo con gran poder o, mejor dicho, el
popular chullachaqui quien inició su cobranza luchando cuerpo a cuerpo
hasta el punto de sumergirlo en las aguas de una temerosa laguna. Sus
amigos naturales “la boa”, “el tigre, “el león”, salieron en su defensa y a
pesar de su sacrificio, no pudieron salvar al experto cazador.
El padre del cazador seguía pensando en el dinero, al anochecer, se acostó
a dormir orando con el fin de que algún día pueda rescatar a su hijo,
empezó a soñar, donde desde el infinito le decía una voz masculina:
-Anda a la orilla del lago, ahí mismo donde cometiste el error de haber
aceptado esa propuesta. Ve y sumérgete hacia el fondo y coge las piedras
que puedas y cuando llegues a tierra, todas las piedras que has podido
sacar se transformarán en oro, utiliza tu poderío social para transportar
dicho mineral precioso hacia tu casa.
El hombre, antes que amanezca, se armó de machetes y armas de fuego y
se dirigió alegremente al lugar que le habían indicado. Dicho sueño se
estaba haciendo realidad, realizó las acciones que tuvo como revelación al
dormir, sacó miles de piedras durante el día y cuando ya estaba cansado
optó por llamar a su mujer, la misma que quedó impresionada al ver que
junto a la laguna existía montones de oro, sonrió la pareja, se abrazaron
fuertemente repitiendo con bulliciosamente voz:
- ¡Sí, somos millonarios!”
La gente del pueblo, al escuchar los gritos, se asombraron, al ver lo que
pasaba, centenares de hombres ayudaban a transportar el precioso metal,
por la noche hubo una gran fiesta, la gente bebían licores que nunca antes
habían tomado, la alegría fue tal que hasta el hombrecito sacò su pareja y
bailaba como grande pero, que se observaba muy raro ante la multitud,
todos querían su amistad hasta el punto que se notó muy ebrio e hizo
poner en silencio a la multitud y les dijo que el dinero no basta para ser
felices y soltando un grito muy fuerte pidió perdón por lo que hizo e hizo
ingresar al gran cazador que algún tiempo vivía en lugares exóticos muy
cerca al chullachaqui.
El hombre pronto comprendió que la voz masculina de sus sueños, era la
voz del mismo chullachaqui, el pequeño hombre solo buscaba que las
ambiciones que él tenía, se fueran, y que no sea capaz de intercambiar lo
que ya tenía por lo material.
Este cuento culmina con el abrazo de padre e hijo. El padre por fin pudo
comprender que lo material no se comparaba con el amor que él podía
recibir de sus seres queridos y, la dicha que era tenerlos a su lado.

FIN
Moraleja: Cuidado con los tratos que haces, no dejes que tus ambiciones
te consuman.

Muñoz Idrogo Kimberly (2008) Juanjuí 2022

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