Está en la página 1de 6

LA CULEBRA Y LA ZORRA

FABULA

Un campesino encontró una tarde, de regreso a su casa, un grueso tronco

de árbol aplastado a una serpiente.

Era hermosa la culebra, con grandes manchas negras sobre la piel

amarilla. Sus ojitos brillaban en la ancha cabeza abatida.

Compadecido el hombre, levantó el tronco, después de grandes esfuerzos,

y que libre la serpiente. El reptil se recogió, se hizo un ovillo y le dijo:

- ¡Que hambre tengo! Te voy a comer.

- No puede ser, repuso el labriego, pagas un bien con un mal. Busquemos un

juez que decida esto.

Acepto la culebra y caminando hallaron un perro flaco. Lo pusieron en autos

y falló:

- Muy bien pensando, culebra; yo, de joven, cuidaba la chacra y tenía buena

comida; ahora que soy viejo, me han echado de la casa y tengo que vagar por

los campos. Es decir, que me han pagado un bien con un mal.

- Busquemos otro juez, dijo el pobre hombre.

- Bien, contestó la serpiente, pero será el último.


Se caminaron a Machay y allí encontraron a la zorra. Fue informada de todo.
Mientras le contaban, escucho sentada sobre sus patas traseras. Cuando
terminaron de hablar, dijo:

- Bien; mas yo necesito, para fallar en justicia, reconstruir los hechos, debemos
ir al sitio donde sucedió todo.

- Y, sobre el terreno, conforme a lo estipulado, se colocó la serpiente en actitud


y el hombre puso sobre ella el pasado tronco.

- En efecto, así estaba, dijo la serpiente. ¿Qué fallas?

- La zorra miró largamente al campesino y le dijo:

- Y si la tienes de nuevo allí presa, ¿en qué piensas?

PARABOLA

Era un niño que soñaba un caballo de cartón. Abrió los ojos el niño y el
caballito no vio.

Con un caballito blanco el niño volvió a soñar, y por la crin lo cogió....!


Ahora no te escaparás!

Apenas lo hubo cogido, el niño se despertó. Tenia el puño cerrado. ¡El


caballito voló!

Quedase el niño muy serio pensando que no es verdad un caballito


soñando. Y ya no volvió a soñar.

Pero el niño se hizo mozo y el mozo tuvo un amor, y a su amada decía:

Cuando el mozo se hizo viejo pensaba: todo es soñar, caballito soñado.

Y el caballito de verdad.

ANTONIO MACHADO
EL YACURUNA

CUENTO

El indio Fabián Sangama, en altas hora de una noche de tormenta, regresaba con
su hijo de nueve años de edad, de Yurimaguas al fundo Santa Rosa, donde vivía.

Bajaban lentamente en su canoíta por el río Huallaga, cuando de repente,


Sangama se dio cuenta que una mujer desnuda y hermosa estaba agarrada a la
proa de su canoa.

La canoa empezó a sumergirse, e instantáneamente sus ocupantes se


vieron dentro de una casa, en el fondo del río.

El techo de la casa era de arena. Los horcones, vigas y demás maderaje


eran víboras de diferentes tamaños y grosores, y los bancos para sentase era
charapas (tortugas de río).

Muchas mujeres desnudas y de deslumbrante belleza estaba en la casa, y


acostadas en un lecho de caracolillos, un viejo.

El hijo de Sangama iba a sentare sobre una charapa, pero ésta, al darse
cuenta sé la de la intención del chico, corrió velozmente.

El niño se asustó y lanzó un grito. El viejo, al oír el grito y ver nuevo


huéspedes, se dirigió y exclamó, sentencioso: “ Micusharé” (comeré). Una de las
mujeres le hizo incorporare en su lecho.

El niño lloraba inconsolabremente y Sangama mascaba y mascaba tabaco.

De pronto, y sin saber cómo, Sangama y su hijo se encontraron


nuevamente en su embarcación, sin haber perdido nada de su equipaje.

La canoa se hallaba seca y siguieron rumbo a Santa Rosa, como si nada


les hubiera sucedido, no obstante haber sido, por breves y fantástico momentos,
huéspedes del Yacuruna.
LAS ISLAS DE PACHACAMAC

LEYENDA

La leyenda sobre el origen de las islas Pachacamac dice así:

Había dos curacas que se odiaban, cada uno de ellos tenía sus hijos, hijo
de un curaca de enamoro de una hija del otro curaca.

El padre de la joven, al darse cuenta de estos amores, la encontró en su


palacio para que no la pudiera ver el hijo de otro curaca. Este joven, para poder
penetrar al castillo, se convirtió en un pájaro hermoso.

Un día, cuando ella estaba en su jardín con sus doncellas, se presentó el


pájaro. La niña, al verlo tan hermoso, lo quiso aprisionar; pero viendo que no
podía, llamó a su doncella para que la ayudasen. Y así pudieron cogerlo.

La niña encerró al pájaro en su jaula y lo puso en su cuarto. Pasaron días y


el pájaro se convirtió en el hijo del curaca: volvió a su verdadero ser.

El padre después de varios meses, se dio cuenta que su hija iba a ser
madre. Entonces le preguntó cómo había sido esto. Ella le contestó que un día
soñó que el pájaro que tenía en su cuarto, se había convertido en gente

En padre, al darse cuenta que su hija había sido víctima de un ardid,


mando que la matasen. Mas ella huyó y al voltear la cara, vio con sorpresa, que
la estaba persiguiendo el mismo pájaro, pero en forma repugnante.

Entonces. Para no ser alcanzada, se arrojó al mar junto con su hijo. Al


caer al mar, el niño se convirtió en una isla pequeña y ella, en una isla grande.

Así es como se formaron las islas de Pachacamac.

LA TORTUGA QUE SE BURLA DEL VENADO

MITO

Había una vez un venado que siempre caminaba por la selva con el deseo
de encontrarse con una tortuga. Pasaba ya un mes y el venado no encontraba a
ninguna tortuga.
El venado estaba un día muy cansado de tanto caminar por el bosque
buscando a la tortuga y se echo a dormir. Estaba tan agotado que se durmió
profundamente y no sentía nada.

Una tortuga caminando y caminando pronto se topó con el venado que


estaba bien dormido. Y la tortuga le dice:

- Amigo venado, yo he sabido que tú me andas buscando ¿Qué cosa quieres


conmigo?

Pero el venado no le escuchaba porque estaba completamente dormido.

Entonces la tortuga comenzó a echar abundantemente tierra sobre el venado


dormido y después lo dejó siguiendo su camino.

El venado al poco rato se despertó y al verse lleno de tierra exclamó:

- ¿Quién ha sido ese desgraciado que me ha echado tierra encima


ensuciándome? ¡Dónde le encuentre, ahí mismo lo mato!

Y la tortuga que estaba escuchando lo que hablaba molesto el venado pasó


por encima del hueco sin darse cuenta. Y el venado de tanto buscar y buscar a la
tortuga acabó muriéndose. En vano buscaba. La tortuga mientras tanto se reía y
se reía.

BIOGRAFIA

Don Miguel. Grau, nació en Piura el 27 de julio de 1834. Desde los 10


años de edad inició su vida de marino, al emprender un viaje a Panamá en una
goleta particular que naufragó. A los años empezó a trabajar en la marina
mercante. Aprendió su profesión en la vida, antes que los libros. No tuvo la
infancia de los niños mimados, porque desde temprano edad se entregó al
trabajo, aprendiendo el oficio del hombre de mar.

En 1854 ingresó a la escuela Naval, iniciando su vida profesional al


servicio. De diversas embarcaciones, logrando sus ascensos en forma
progresiva. De Inglaterra regresó al mando de la corbeta unión.
Participó en el combate de Abtao contra los Españoles.

AUTO BIOGRAFIA

Yo Julio Cesar Nuñez Llecllish, nací en la localidad de Utupampa el 20 de


Julio de 1976, durante la niñez pasé jugando en mismo lugar hasta llegar la edad
escolar que fue hasta los 7 años desde allí empecé estudiar en ese mismo lugar,
hasta culminar los estudios primarios, luego pasé en la colegio “San Juan
Bautista la Salle” de Tingua, donde he culminado mis estudios secundarios.
Despues de terminar postulé en el Instituto Superior Pedagógico de Yungay, en
donde ingresé para continuar mis estudios superiores que ahora estoy por
egresar en la especialidad de Biología y Química, Promoción 1999.

DECIR LA VERDAD

(Anécdota)

A un niño le regalaron un hacha. Como no sabía que hacer con ella, quiso
podar un árbol y lo destrozó. Llegó el padre y, no sabiendo quién había hecho el
daño, culpo a uno de los peones. Pero el niño confesó su falta:

- Fui yo quién destrozó el árbol.

- ¿Y por qué lo dices?

- Porque no sé mentir.

Este niño que no sabía mentir se llamó Jorge Washington. Fue el libertador
de los estados Unidos de Norte Americano.

También podría gustarte