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Principio Pro Persona

Este principio nos enseña la obligación que tienen todos los jueces del sistema
jurídico mexicano, de analizar e interpretar los derechos humanos contemplando
el Derecho Internacional en materia de Derechos Humanos derivado de tratados
internacionales en los que México formé parte, y en ese tenor debe acudirse a la
norma más amplia o a la interpretación más extensiva cuando se trata de
reconocer los derechos protegidos de las personas. Luego entonces, al analizar y
elegir cual será la norma aplicable debe atenderse a los criterios que mejor
favorezcan al individuo, esto siempre que se encuentre contemplados en la
Constitución o en un tratado del que México sea parte, prevaleciendo la norma
que represente mayor protección a la persona. De este modo, el objetivo inicial y
final del Principio Pro-Persona es otorgar un sentido protector a favor de la
persona Humana, pues reiteramos, ante la existencia de varias posibilidades de
solución a un mismo problema, existe la obligación de optar por la interpretación
que protege al individuo en términos más amplios.
Dicho de otro modo, el Principio Pro-Persona es la obligación que tiene todo juez
de privilegiar el criterio o interpretación de la norma que más favorezca al ser
humano, sin importar la jerarquía de la norma o si ésta es del derecho interno
mexicano o del Derecho Internacional derivada de los tratados internacionales de
los que México sea parte. En consecuencia, el catálogo de derechos Humanos no
está limitado a los reconocidos por nuestra Constitución Política Mexicana, sino
que incluye a todos aquellos Derechos Humanos que figuran en los tratados
internacionales de los que México forma parte, por tanto, al presentarse varias
posibilidades de solución a un mismo problema, el Principio Pro-Persona obliga al
juzgador a optar por aquella que protege en los términos más amplios.
El fundamento legal del Principio Pro-Persona también conocido como Pro
Homine, se encuentra establecido en el párrafo segundo del artículo 1°
constitucional donde se señala que las normas relativas a los derechos humanos
deben interpretarse de conformidad con la propia constitución y con los tratados
internacionales de la materia y siempre del modo más favorable a la persona de
modo que le represente la protección más amplia.
Art. 29 de la Convención Americana sobre Derechos. Esta norma constituye un
reconocimiento explícito de la existencia de derechos implícitos, los cuales no
pueden ser desconocidos por el solo hecho de no estar establecidos en una
norma positiva.
Art.1 Párrafo Segundo Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el
cual sostiene que todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen
la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos
de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad.
Art. 30 de la Declaración Universal de Derechos Humano que nos dice que nada
en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho
alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar
actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los
derechos y libertades proclamados en esta Declaración.
Art. 5.1 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales dice
que Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este
derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su
desarrollo económico, social y cultural.
Un ejemplo es: Un ciudadano llega y pide un servicio, el que sea, al servidor
público que sea. Para atender ese servicio se tiene que integrar ciertos
documentos. Atendiendo al Principio Pro Persona, el servidor público primero tiene
que averiguar dentro de toda su estructura orgánica si esos documentos que le
faltan al ciudadano se encuentran en poder de ese sujeto, si se encuentran por vía
interna tiene que pedir copia simple y/o certificada de esos documentos, para no
hacer que de vueltas en vano, el ciudadano tiene que dar una sola vuelta. Dicho
sujeto llega tiene que presentarte los documentos y el servidor público tiene que
hacer todo lo humanamente posible para que ese trámite se complete. Ahora bien,
el ciudadano no cuenta con los documentos requeridos no se le puede desechar,
por lo que se le debe informar al ciudadano el o los documentos faltantes para
después darle un plazo según la interpretación más amplia, si existe un plazo que
se marca en la ley de dos días, pero aparte hay otro de cinco, la interpretación
tiene que ser siempre orientada al plazo de cinco. La ley se interpreta en el
máximo beneficio del ciudadano entonces siguiendo esa retórica tiene que hacer
todo lo posible para que el ciudadano alcance su objetivo y que consiga lo que
busca ya que ese es el principio pro persona.

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