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Mi historia familiar

Para no olvidar de dónde venimos…

En San Sebastián el 20 de febrero de 1969

Antonio Sebastián Rabajille Diuana


Sarquis Zamar Rabú Yaquich Jure Massad
Pirque, Agosto -Diciembre de 2014
(revisado y ampliado en julio de 2020, sin tocar lo original y esencial…

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A mi querida esposa Cecilia, compañera de la mejor parte de mi vida
Dedicado con mucho cariño a mis hijos Antonio, Martín, Andrés y Jacinta
A mis padres Nadim y Nelly
A mis hermanos Rodrigo, Cecilia, Julio y sus respectivos hijos/as
A mis abuelos Antonio, Georgina, Abraham y Clorinda
A mis bisabuelos Jorge, Elena, José, María, Hanna, Hanom, Fares y Hanom
A mis desconocidos tatarabuelos y quienes los antecedieron…
A mis tías, tíos, primas, primos y sus descendencias…

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“El que se olvida de donde viene, no sabe a dónde va”
Arnis Ramos "El Pensador"

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Antonio Georgina

Nadim

Rabajille
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Abraham Clorinda

Nelly

Diuana

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El autor con súper pinta (y súper harto pelo)

Los cuatro hermanos Rabajille Diuana en febrero de 1971

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Mi historia familiar
LOS DIUANA

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Los Diuana (Abraham Diuana escrito en caracteres árabes)

Según la Guía Social de la Colonia Árabe en Chile (Siria-Libanesa-Palestina), Recopilación y Dirección por Ahmad Hassan Mattar publicada
en 1941 (Nelly mi mamá, aparece con 10 años, o sea los datos los recopilaron en 1940… (ojo, vivían en Ramírez 038, en la mitad de la casa
que aún pertenece a Nelly, el 036, claro que ahora se llama Nicasio Retamales):

* Según “Estado de conservación de la antroponimia de origen árabe en el español de Chile, por Sánchez y Millar, 2003
Mi abuelo Abraham nació en Homs, Siria en lo que llamamos medio-oriente, en el año 1887, finales del siglo XIX.
Hijo de Hanna Diuana o Diwana (que en árabe significa cancillería, oficina… ¿?) y su madre Hanom Yaquich. Hanna
trabajaba en piedra, era artesano en piedra, pudiendo haber sido tallador, escultor (ojalá lo hubiera sido) o quizás
simple picapedrero, la historia recogida por mi no lo consigna muy claro. El hecho es que en el año 1893 aparecen
en Buenos Aires, Argentina en la América: Hanna, Hanom, mi abuelo Abraham de 6 años y su única hermana,
Mariana de 4 años.

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Los motivos por los cuales se van de Homs no están claros, pero si vemos las historias de otros emigrantes sirios
(de los homsienses es lo que más he leido, pero también de palestinos), eran generalmente católicos del rito
ortodoxo como los Diuana, y las causas debieran ser comunes: la mala situación económica (incluso con
hambrunas) debido principalmente al asfixiante imperio Otomano (Turco) que siendo musulmanes oprimía con
impuestos, cargas y leyes injustas a la minoría católica. Esto motivó a la salida a muchas familias católicas
(arrancaron), otros mandaban a sus hijos jóvenes antes que los "cazara" el imperio y los obligara a enrolarse como
soldados a su servicio, el llamado "impuesto de sangre". Hay que imaginarse el tener que servir de carne de cañón
a esos, por ellos, odiados turcos.... Cualquiera de estas opciones es válida, de ninguna manera se vinieron a estas
tierras porque estuvieran en buena condición...Emigra quien necesita mejorar, cambiar, dejar atrás su destino,
alterar éste, forjarse uno nuevo.

Siguiendo con la historia, ya están los cuatro levantinos (El término Levante, del latín levare, comienza a ser
utilizado con el sentido de al este de Italia alrededor de 1497, y hasta el siglo XIX el término entonces incorporaba
todas las regiones bajo el Imperio otomano, incluida Grecia.); bueno, mis cuatro antepasados ubicados en el Hotel
de Inmigrantes en Buenos Aires, en 1893...Sin conocer el idioma, con poca plata (¿traerían algo?); una pareja
joven con dos hijos chicos de 4 y 6 años...¡Qué valentía! ¡Que determinación! ¿O que desesperación? Ni siquiera
existía el Hotel de Inmigrantes tal como lo recorrimos el 2005, con la Cecilia y los niños, en Puerto Madero, pues
se comenzó a construir en 1906; seguramente mi abuelo y bisabuelos igual tuvieron la suerte de gozar esa
prebenda fiscal argentina (de ser acogidos por 5 días gratuitamente mientras buscaban trabajo y eran informados
sobre el país, etc.) que motivó la maravilla multiétnica de nuestros vecinos (y que haya tanto italiano, y sean tan
buenos para el fútbol...) Ver Anexo 1 Hotel Inmigrantes

En Hotel Inmigrantes con la foto del comedor en la época que llegaron mis abuelos
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Escalera de subida a los dormitorios, mármol, un pasado lujoso, pero en estado regular
En algún momento aparecen viviendo en Rosario, en el centro-este argentino, provincia de Santa Fe, ¿les suena?
el rio Paraná, Bielsa, Sampaoli (Casilda), estos sí… Nada me han contado sobre lo ocurrido con Hanna Diuana esos
primeros años, pero lo más seguro es que haya sido buhonero, vendedor ambulante, o “falte”, pues sin conocer
el idioma… ¿a qué más se podría haber dedicado? ¿Las piedras? Estoy sacando conclusiones en el aire, la mayoría
de los paisanos recién llegados tomaban una canasta, la llenaban con chucherías y se iban a recorrer los campos
y aplicando simpatía, bajos precios y crédito, se hacían de clientes, “jaseros, jaseritas le tengo las cuatro B” (bueno,
bonito, barato y “bundante”)

Primera de las curiosidades familiares

En 1906 a la edad de 19 años (esto pudo ser a finales de año, pues se casó el año 1907), Abraham decide casarse
y aprovechando que en Rosario tiene un pariente lejano, un "primo lejano", (que desconozco como puede ser
primo lejano siendo Zamar): Juan Zamar, y ambos deciden viajar (volver) a Homs, ambos a buscar novia y casarse.
¿No habría suficientes "paisanas" en el Rosario de comienzos del siglo XX? ¿Poco agraciadas? ¿Afán de aventura?
Porque una cosa es salir buscando fortuna desde un medio-oriente azotado por guerras, opresión del Imperio,
vendettas religiosas, etc. y otra cosa es volver desde una nueva América en paz, primero a una Europa que ya
comenzaba a respirar los aires de la primera gran guerra (aunque esta se iniciaría formalmente recién en 1914) y
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luego a su pueblito sirio, aún bajo dominio turco….Si todavía estaban saliendo los homsienses, incluso salieron
casi hasta la primera mitad del siglo 20…

¿Volver sólo a buscar novia? Curioso...., porque volver POR una novia es más normal, más de novela, más
romántico...Hacer un viaje de un mes o más en barco y seguramente no en esos barcos que conocemos hoy....y
viajando en 3ª…textualmente en la 3ª bodega del barco…Para entender lo escabroso del viaje, para entender en
general el viaje de un emigrado de Siria finales del siglo XIX principios del XX nada mejor que buscar en mi
biblioteca y leerse “Memorias de un emigrante”, de Benedicto Chuaqui, homsiense como mis abuelos. ¡Qué
tremendo espíritu aventurero! Digo, el de mi abuelo para volver a una tierra que dejó de 6 años…O la curiosidad,
pues habrá pensado “tanto idealizan mis padres el Homs que dejaron, voy a volver a ver si era verdad tanta
maravilla”…Esto es absoluta elucubración o invención mía (como el 75% de este texto)

Nada sé del viaje de Abraham y Juan Zamar en esa vuelta a Homs, seguramente habrán sido recibidos por sus
familiares….Años después, Juan, hijo de Abraham y hermano de Nelly y Yolanda, por tanto tío Juan, Diuana
obviamente….(parece la descripción del Señor de los Anillos: Thorin hijo de Thráin II y nieto de Thrór…), decía que
años después este tío viajó a Homs y estuvo con los parientes Diuana que quedaban…por lo tanto en 1906, tan
sólo 13 años después de haber dejado su ul-blad, il-blad o el “blad” así como le escuché decir mil veces a mi papá,
el “blad”, la tierra…su tierra….¡qué linda palabra me parece a mí, evocadora de una tierra que uno considera
propia ‘el blad’ …suena exótico, soñador… Recapitulo: debió haber Diuanas en 1906 en Homs y ahí se debió quedar
mi abuelo Abraham con su primo. Pero la historia que me contaron es que sólo conocían en Homs a Fares Zamar…
(¿mmmhhh un Zamar y no-pariente?, ¿y el primo Juan?) Este Fares, futuro suegro de mi abuelo Abraham, era un
personaje; había sido misionero en África, en Accra, Ghana. Debió ser misionero cristiano, carismático quizás, y
no es curioso porque en Ghana, al oeste de África (la ‘costa de oro’ por la abundancia del metal) según el censo
del 2000, es católico un 66,8% de la población, con mucha influencia, una comunidad poderosa.

Entonces, de acuerdo a la costumbre de la época, seguramente mi abuelo y su primo no-primo Juan, que supongo
tampoco era pariente de don Fares, estuvieron invitados a tomarse un “cahue”, un café a la casa del misionero y
en una de esas se entusiasmaban con Zaquie y Sucrie (esta se pronuncia chucriie), las hijas solteras que le
quedaban al pastor… La 3ª hija, Malaqui, ya estaba casada con otro paisano, Jorge Cafrune y viviendo en la
Argentina, en Jujuy para mayor precisión; los hombres, los tíos Zamar de mi mamá son, eran: Enrique (papá del
tío Victor y Napoleón, nombraré a los más representativos o que yo conocí de uno y otro modo); Sadallah (nada
conozco de este pobre tío, ¿será porque tuvo sólo 4 hijas?); Ernesto (papá del tío Fares y este, papá de Ernesto
casado con mi prima Keny); la tía Sucrie es mamá de Fado (este es papá de César, casado ahora con la Pola Diuana)
y de Yody (papá de Oscar casado con mi prima Carolina Rabajille); la Malaqui (una especie de Miguelina…pues
Malek es Miguel) casada con Jorge Cafrune, padre de José Cafrune y este padre de Jorge Cafrune, folklorista,
Zamba de mi esperanza….etc., googlear Jorge Antonio Cafrune….)

Aquí viene una de los mitos fundacionales de la familia

Mi abuelo Abraham, al que no conocí, medía cerca de 1,90 mts; podría ser exagerado, pero al menos supongamos
que sobre 1,85. No lo conocí a él, pero una vez mi mamá me mostró un pantalón de su papá y era más alto que
yo….bueno, fue en 1964-65, tampoco yo era muy alto….Pero asumamos 1,85…y mi abuela era más baja que mi
mamá, claro, la conocí viejita y uno tiende a encorvarse, arrugarse, secarse, ¡stop!, pero, pero menos de 1,55, de
todas maneras, incluso esto podría ser 1,90 vs 1,50. El hecho que había una diferencia notable de alturas (dicen
que hay un lugar donde se igualan las diferencias….). Bueno el mito es que cuando les “presentan” a las hermanitas
Zamar Massad (la verdad es que eso de que les “presentan”, no es tan así según lo que me ha tocado leer y
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escuchar respecto a una de las formas de “matrimonio por acuerdo”). Seguramente ellas ofrecieron el café, o
cuando la futura suegra o suegro sirvió el café ellas se dejaron ver por ahí, como que no quiere la cosa; una mirada
poca, (no me hurguetee la mercadería ni con los ojos por favor señor Diuana!!) El hecho, y aquí viene el mito
fundacional Diuana, es que o a Abraham + primo lo tenían sentado en el suelo y las postulantes de pie….o mi
futura abuela estaba en una tarima y mi abuelo no captó que era chica, bien chica…. Asumir que era de una belleza
tal que Abraham se prendó, también está dentro del cálculo. Ojo, mi abuela no era nada de fea….pero en el mito
respecto de las alturas no cabe la belleza, sino que sólo perspectivas…

Otro de los mitos familiares


Mi abuela Zaquie no siempre fue Zaquie, más bien nunca lo fue para nosotros; ella era Clorinda (aunque
legalmente, en su carnet ella era Florinda…peor digo yo), la abuela Clorinda, la sette Clorinda (sette, se pronuncia
con las dos t medio suspendidas set-te) y era la forma en que nos referíamos a nuestras abuelas. Tal como yedduh
era abuelo, pero esta nunca la usamos pero la escuchamos mucho (el abuelo de los Tala, papá del tío Carmelo era
el yedduh del Lan, porque tenía un perro que se llamaba como la fábrica Land West… ¡imaginativo!) Bueno, el
mito dice que mi abuelo Abraham tenía una querida de nombre Clorinda, nombre muy poco árabe, así que debió
ser criolla (de haber sido mis papás hubieran puesto chilenille), pues cabe la gran posibilidad de haber sido la
causante de la rápida y curiosa “salida” de San Pedro, Argentina, de mi abuelo. Bueno, mi abuelo le habría
cambiado el nombre de Zaquie a Clorinda, para no confundirse, para no equivocarse… ¡Las patitas de ser cierto el
mito! Y Zaquie que es tan bonito como nombre (incluso significa cantora, su traducción, pues entiendo que es
Enriqueta…) lo perdimos a cambio de un nombre que desde siempre se asocia a una marca de cloro. ¿Mito?
¿Verdad?

Se nos casa Abraham


El hecho es que Abraham Diuana se casó con Zaquie Zamar el 30 de abril de 1907 (si damos crédito al testamento
de mi abuelo, o mejor dicho al expediente para obtener la posesión efectiva), dando origen a mi rama materna…
Del matrimonio no hay álbumes, ni una miserable foto, pero habría sido emocionante tener algún recuerdo, qué
comieron, qué se regalaron o quien dio la dote a quien… ¿fue un matrimonio doble? Dos hermanas con dos
primos… ¿participaron los del barrio, los amigos, todo Homs católico? ¿Fue un acontecimiento? los “paisanos-
americanos que vienen a llevarse a las hermanitas Zamar, a sacarlas de este mundo de sufrimiento y llevárselas a
las Américas, donde el oro está botado en las calles (donde es fácil “hacerse la América”) Esto que parece burla o
ironía no lo es tal, pues años después, cuando Zaquie era Clorinda, y ya era viuda de Diuana y mejor aún ya era mi
abuela, yo iba mucho a acompañarla a su casa, en Apoquindo 3039 (échense una vuelta por el barrio y a pesar
que no hayan conocido la casa….hasta hace poco era el sector con el mayor valor de UF/m2). Como comentario
anexo, para poder demostrar que los hijos de Abraham eran legítimos, provenientes de un matrimonio legítimo,
en el expediente que cité, aparecen como testigos Carmelo Atal Julian (abuelo de los Atal, de los autos) y Víctor
Atala Zacur…ambos bajo juramento declararon haber sido testigos de la boda en Homs, incluso el primero dijo:
“…y como era vecino de ellos, lo supe con anticipación, pues vivía a una cuadra de la casa de estos”. Esto puede
ser cierto o no, se prestaron como testigos…., de todos modos, vale para la historia

Bueno yo iba a quedarme a dormir con mi abuela, en su pieza en una cama pareada doble y conversaba mucho
con ella. No tenía la inquietud de haberme interesado como ahora, casi de historiador, menos tenía los
conocimientos, como para haberla interrogado respecto a tantos detalles que llenarían sabrosamente estas
páginas, completarían mi historia y complementarían lo que conozco de mi genética primigenia….sería tan bonito,
tan romántico, tan útil…pero no fue nomás…Siempre que hablábamos de su infancia, de Homs (ella decía Hims),
terminaba parándose, a punto de llorar, quebrándose y no podía continuar…. O le traía recuerdos de cosas graves

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(yo siempre lo atribuí a los malditos turcos, crueles, que cometieron actos bárbaros contra los sirios católicos, y
en la familia, la historia era que habían pasado hambre, incluso muertes por hambre… No tengo porqué dudar de
este hecho, considerando el genocidio armenio, que me toca tan de cerca (y luego de ver Expreso de
Medianoche…..peor aún, ¡malditos turcos!, y a pesar de eso, igual me muero de ganas de conocer Estambul, los
turcos renovados, el puente sobre el Bósforo, Santa Sofía, etc…). O quizás conversar sobre el pasado le traía a mi
abuela malos recuerdos, de tanto sufrimiento en su vida ulterior, como se verá pronto. Volveré sobre Apoquindo
3039, parte importante de mi vida…lo explicaré.

O sea, es cosa de imaginarse lo sabroso que pudo ser un matrimonio de dos hermanas con dos primos que llegan
de América (onda la película Reto al Destino, mi abuelo Abraham “Richard Gere” Diuana sacando a mi abuela
Zaquie “Debra Winger” Zamar de la fábrica (el barrio de Homs), y llevándosela a vivir una vida de novela…) al no
haber testimonios gráficos, va a quedar sólo en nuestra imaginación, y lo más seguro es que considerando el año
de matrimonio la fiesta haya sido austera (unos rellenitos, unos pocos baklawa y al “farchi”) Los hechos dicen que
volvió primero la Sucrie, directamente a Jujuy ahora, pues iba a ser acogida por su hermana Malaqui, que al decir
de sus sobrinas (Nelly y Yola) estaba casada con millonario, este tal Jorge Cafrune…dice el cuento que un pariente
se quedó con la fortuna…(casuística repetida en esta y todas las familias…: ¡al que le venga el sayo….!) Tiempo
después, no mucho más, vuelven Abraham y Zaquie pero a Rosario, y ya venía embarazada y pierde su primer hijo
en el barco (desgraciadamente no sería sino el primero de una serie de desgracias que habrían de sufrir mis
abuelos maternos).

Puras desgracias
En Rosario nacería el primogénito, Juan, el 10 de agosto de 1909, por esos días vivían en calle Rioja 1775, de ahí
el stud “El Rosarino”, y ese acento argentino que se le pegaba a este tío nomás contactar un “coterráneo”; luego
la familia se trasladó a San Pedro, donde Abraham trabajó de “falte”, seguramente de a pie en un principio, luego
se habría puesto a vender en un carro tirado por caballos; posteriormente habría de “motorizarse” (como lo
explica el artículo y foto publicada en El Mercurio, ver página subsiguiente). Comienzan a nacer los hijos y
comienzan las desgracias….Mariana muere de “impresión” pensando que su madre la iba a abandonar en un
hospital, a los 7 años, convaleciente de tifus (esta versión es absolutamente nueva para mi bitácora, pero la
transcribo tal cual me fue contada). Estas pérdidas, son tan dolorosas que nadie quiere explayarse, con justa razón,
y se cuenta así como en sordina, que pase rápido, ¡ay, no hablemos de esas cosas ya! Haydee, muere quemada a
los 5 años por “culpa” de Malek (nacido en 1916), quien jugando con un papel encendido pasa a llevar a su
hermana quien estaba vestida con un vestido de organza, una especie de material sintético, parecido a la seda y
muy inflamable. También muere Yolanda, la primera con ese nombre, quien a los 2 años se intoxica con una
mamadera mal preparada o en mal estado… El súmmum de la desgracia es cuando en un atropello, ya en Chile,
en enero de 1932, muere Malek, de dieciséis años, un joven muy buenmozo que iba en un monopatín de esos
antiguos, llevando a Nelly, mi mamá, de unos 2 años en la pisadera, episodio que nunca me ha sido claro, años
atrás la historia era que un camión lo había pasado a llevar y lo mata instantáneamente, pero después supimos
que a raíz de ese accidente mi madre habría estado inconsciente por un tiempo, grave, por lo tanto los deben
haber atropellado. Mientras mi abuela lloraba la pérdida de su hijo, varios murmuraban contra el que no haya
muerto la niña en vez del hijo…. ¿actitud machista…desesperación ante tanto dolor?…vaya uno a saber lo que
pasa por las mentes de las madres (sí que lo sabemos….). Sigo sin poder poner claramente qué pasó….mi madre
no gusta de hablar al respecto, dice que no se acuerda, y que si se acuerda prefiere olvidar. Es una situación
incómoda y dolorosa…lo dejaré ahí.

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Ay esta bisabuela….
Esto que voy a poner aquí es muy fuerte: la Hanom (y eso que en las fotos se ve como una adorable matrona, le
decía “seni” (gata en árabe) a mi abuela,…..¡¡porque se comía las crías!! (dando a entender que las mataba, cuando
era puro infortunio, pura desgracia…) Amorosa suegra (esto es ironía…ojo), y eso que uno de repente las critica,
por comentarios harto pavitos. No sé cómo pensar al respecto, si tanta crueldad producto de no haber querido a
su nuera o sencillamente consideremos a mi bisabuela como gente muy simple, muy prehistórica que no medía
sus palabras; o han cambiado mucho los tiempos y solemos ser más empáticos, más ponernos en el lugar del otro,
del sufrimiento del otro, por último alguien podrá pensar algo así como “que descuidada esta madre”, pero de ahí
a tratar a alguien (nuera, yerno, hijo) con esa crueldad……

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Hanna, Hanom, Malek y Mariana

EL MERCURIO REPORTAJES Cuerpo D página D7 domingo 16 de mayo de 2004

Álbum familiar de Chile

Investigación periodística: José Luis Granese. Para publicar una copia de fotografías de sus antepasados llame al Centro
Nacional del Patrimonio Fotográfico, que trabaja con el Patrocinio de la U. Diego Portales, al 676 2269 o escriba a
cenfoto@udp.cl

FALTE MOTORIZADO. - Nacido en 1887 en Homs, Siria, Abraham Diuana Yaquich arribó a principios del siglo
pasado a Buenos Aires y luego de una estadía en Rosario, Argentina, se estableció en Chile.
Vendiendo primero su mercadería en un carro tirado por caballos, amplió su negocio con la camioneta Ford que
se ve en la fotografía de 1932, en la que recorría los pueblos cercanos a Santiago como un "falte" ("traigo lo que
falte") motorizado. Derivó posteriormente al transporte colectivo llegando a ser propietario, junto con su hijo
Juan, de la línea Canal San Carlos.
Fallece en 1953 luego de haber formado una numerosa familia que lleva una cuarta generación nacida en nuestro
país.
En la foto, de izquierda a derecha: sus sobrinos Muse y Luis Yaquich; el empleado "Chute", y por último Abraham.
Atrás su fiel Ford con la mercadería desplegada.
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Esta imagen, en formato postal realizada por la reconocida Casa Fotográfica de Hans Frey, la envió su nieto
Antonio Rabajille Diuana.

Otra vez el mito…. (parece que este es cierto)


Luego de este triste párrafo con tanta muerte, tanto dolor, vuelvo a tratar de reconstruir la historia. Viviendo en
San Pedro, Abraham se habría involucrado con una mujer (muy típico entre los paisanos de esa época… ¿sólo de
esa época?) e incluso habría tenido un hijo con ella, y tuvo que “salir” de San Pedro, y deciden venirse a Chile con
Juan, Mariana, Haydee y mi abuela embarazada de Malek, o sea aproximadamente en 1915 (lo que coincide con
el libro “Guía social….” ya citado). Vivieron en el “exclusivo” barrio de calle Sotomayor Nº 69 (lo puse entre comillas
porque también es una ironía, el barrio es de lo peorcito, no se si alguna vez fue buen barrio…lo dudo); por lo
tanto Mariana, Haydee y Malek murieron en Chile, incluso para Malek, su fatal salida en monopatín fue en la
misma calle Sotomayor. Abraham siguió trabajando de falte motorizado, hasta que compró góndolas (antecesoras
de las micros) pero aún así siguió de falte.

Episodio dramático
Juan se casó en octubre de 1932 con Amalia Sarquis (hermana de mi abuela Georgina, madre de Nadim, y hermana
de Tuta, la mamá de los Hirane…, todas libanesas que vivían en el barrio Santa Isabel), matrimonio celebrado en
el garaje de calle Sotomayor. En plena fiesta entró mi abuela Zaquie gritando que cómo podían celebrar un
matrimonio cuando recién había muerto su hijo Malek. Debe haber sido un espectáculo desgarrador, una madre
destruida…Quizás cuántos días o meses después de la muerte fue, a lo mejor no se respetó un plazo mínimo….qué
se yo….consigno el episodio con mucha pena…. Aparte de esta referencia dolorosa, tampoco tengo detalles de
este matrimonio, salvo esta foto.

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Aquí abajo están la tía Nadima y mi papá. No está mi abuela… (lógicamente…)
Las góndolas
Adjunto fotos de góndolas, eran muy chicas, verdaderos chasis de camión con carrocería de madera. Tenían 4
puertas de entrada (y salida por tanto) y el chofer trabajaba con cobrador, el que se desplazaba de adelante a
atrás por una especie de pisadera que corría por fuera de la micro, un verdadero acróbata. Las mejores historias
de góndolas se las escuché a mi papá y su hermano Enrique, mi padrino, y cuando llegue al capítulo Rabajille las
consignaré. ¿Porqué partí con Diuana si mis apellidos son clarito Rabajille Diuana….? Porque se me ocurrió
entrevistar a mi mamá y tía Yola antes que paren las chalupas y se pierda la historia familiar (un poco asustado
por la reciente muerte de mi suegra que se llevó a la tumba los secretos de la familia Siraqyan, hasta que
encontremos el manuscrito que estaba escribiendo y que pienso descubrir/abrir). ¿Por qué esto de las góndolas?
Porque fueron de importancia en nuestra familia…los Diuana partieron en el rubro, luego los Rabajille (las historias
de mi papá chofer) …el garaje de Ramírez, somos autobuseros, de Santiago Morning, todos del Chaguito… Sí que
han sido importante las micros en nuestra vida como familia, merecen una mirada…

Foto de góndola entre las fotos de mi abuela (¿quiénes, qué góndola?: misterio…)

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Otras góndolas…sacadas de la web

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Casi puras chancletas
Bueno, en Sotomayor nacieron Yolanda, el 27 de agosto de 1926 y Nelly el 8 de mayo de 1930; y en 1934
compraron el terreno en Ramírez 036 y 038, en el sector Estación Central, a una cuadra de General Velásquez, con
la idea de ampliarse en el negocio del transporte colectivo (góndolas y micros), y en un principio se fueron a vivir
en la casa que tenía el garaje. En 1936, el padre (Abraham) y el hijo (Juan) construyeron las dos casas, que se
mantienen igual hasta el día de hoy y donde se desarrolló gran parte de la historia familiar, tanto Diuana como
Rabajille….Las dos casas eran pareadas y espejos, eran iguales y estaban unidas por el living. En el 036, pegada al
garaje de las micros vivía Juan con Amalia y sus hijos, y en el 038 vivía Abraham con Zaquie y sus hijas. El abuelo
Hanna con su señora Hanom vivían en el garaje pues, comenta la tía Yola, no le gustaba como cocinaba mi
abuela….era una suegra de temer….A propósito de la Hanom, ella había comprado una ristra de cuetes (cohetes)
o petardos, para celebrar el nacimiento del primer bisnieto (hombre, por cierto)…Nació la Haydee (estoy hablando
de los hijos de Juan y Amalia), la bisabuela guardó los cuetes, nació luego la Neddy, vuelta a guardarlos, cuando
nació la tercera, la tía Juana, se deshizo de los cuetes….y a lo mejor de tanta rabia se murió, en enero del año 37.
No alcanzó a conocer al primer Diuana (hombre) nacido en el nuevo mundo, Abraham (Abe, como pronunciando
las dos primeras letras del abecedario en inglés A (Ei) B (bi)) que nacía en marzo del 37.

Entramos por la puerta grande a la hípica


Este año 1937, muere la bisabuela, nace el nieto hombre, es también relevante porque se produjo el gran triunfo
de la yegua Rosarina en El Ensayo. He gozado con este diálogo (invento mío) con el que mi abuelo se habría iniciado
en la hípica.

Así me imaginé el diálogo entre padre e hijo y el comienzo de la aventura hípica en la familia (copy & paste de mi
libro…):

-¿sabes Juan?, aprovechando esta plata que habíamos ahorrado, acabo de comprar un par de caballos
-pero papá, si ya las carretas están pasando de moda, ahora están de moda los microbuses, “micros” que les llaman, incluso
pronto tendremos que deshacernos de nuestras queridas Brockways
-¿quién habló de carretones? Son caballos finos, de carrera…
-pero no le basta con ir todos los domingos a los hipódromos
-claro que no me basta, pero no me retes, que ya saqué colores y en tu honor le puse El Rosarino
-puchas papá, sabe que no me puedo enojar con Usted….El Rosarino, mmmhh suena bonito… ¿Y qué colores eligió?
-rojo, con una banda celeste que le cruza el pecho, celeste como los cielos de mi Homs querido
-¿y el rojo por qué?
-el rojo es la pasión, la fogosidad de nuestra sangre árabe
-sí, nuestra sangre árabe, los pura sangre…. como que calza, tiene sentido. Bien, veremos que resulta de esta nueva aventura
suya…

En 1937 inscribían sus colores como ganadores de la principal carrera de la hípica nacional, “El Ensayo” con la
yegua Rosarina, llamada así en homenaje a la ciudad trasandina que lo acogiera. Todo un mérito para un emigrante
levantino, el insertarse en un mundo normalmente reservado a familias tradicionales y de abolengo (“El deporte
de los reyes”). Al año siguiente iniciaría su primera aventura como criador, durando hasta 1944 con regular éxito,
bastón que habría de tomar posteriormente su hijo también con dispares resultados.

¡¡Puro invento de mi imaginación!!

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Rosarina gana El Ensayo 1937, dice bien clarito: su propietario el señor Abraham Diuana y su hijo
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Falte motorizado
Lo que no fue invento, pues es una historia contada mil veces en la familia, pero también la escuché en la hípica,
respecto a un ‘truco’ que se tiraba mi abuelo Abraham, antes de ser “falte motorizado” y es la siguiente:
Don Abraham era un verdadero personaje de la hípica, jugador como ninguno, y del cual se contaban sabrosas
historias, muchas de ellas eran verídicas, y otras no tanto. La más celebrada, narrada innumerables veces en los
corrillos hípicos es la siguiente. En una época en que las ofició de comerciante ambulante, un “falte”, actividad muy
común entre los primeros árabes o “paisanos” como ellos mismos se reconocían entre sí, o “turcos” como gustaban
de molestarlos la gente del pueblo, o “turquitos” si había algo mas de cariño, salía a los pueblos cercanos, en su
carro lleno de mercadería, ropa, menaje, chucherías y lo que se pudiera vender.
-Facundo, engancha en el carro la yegua alazana
-como diga don Abraham, imagino que vamos p’al lado de Lampa o Colina
-imaginai bien, pero no andes gritándolo por ahí
-¡que es vivaracho este patroncito!, yo soy tumba, voy a buscar una de mis huascas, la regalona….
La alazana, a pesar de su feo aspecto, pues había perdido parte de una oreja a causa de un mordisco, y que era
ex-profeso previamente embarrada hasta dejarla convertida en un monumento a la fealdad casi digna de lástima,
había sido una eximia velocista en la arena del Chile. Por su lado, Facundo el “ayudante”, era petiso, con cara de
poco avispado, piernas arqueadas y de andar achacoso, por culpa de años corriendo con regular suerte en los
hipódromos centrales. Sumado al metro noventa de estatura de don Abraham, esta troupe debió conformar lo que
llamaríamos un trío de miedo. Y aparecía en los lugares en que se desarrollaban estas populares carreras, se ponía
a vender su mercadería, y como quien no quiere la cosa, se metía en el tema de las carreras y empezaba el toreo y
los dimes y diretes.
-qué van a ser tan buenos estos caballos, corriendo con una pata amarrada me los gano
-miren al turco entrometido, vuelva a sus peinetas y percales…
-si no parecen caballos, parecen burros, si hasta me atrevería a correrles con esta yegüita….
-con esa…..supongo que el muy insolente no estará hablando en serio…si apenas arrastra las patas…
-a ver Facundo, te animai a correrles con la alazana…
-p’tas don Abraham, usted sabe que a la yegua le duele hasta el pelo…
-qué me salió cobarde el petiso…bájate y sácala de las varas
-ta’ bien ta’ bien…donde manda capitán…..
-le vamos a cerrar la boca al turco…
Esto tenía el efecto de un verdadero ají en el orgullo de los huasos y en pocos minutos estaba concertada la carrera.
La yegua al serle sacado los aperos, y el ayudante al bajarse del carro, sufrían una metamorfosis maravillosa, al
estilo de la calabaza y las ratas en La Cenicienta, transformándose en lo que realmente eran: una pareja de jinete y
yegua de carrera. Y no cualquier yegua, era de esas rápidas, de las de veintiuno en los cuatrocientos. El resultado
final era previsible, a cobrar don Abraham y a dejar pasar un poco de tiempo para repetir la gracia a otro pueblo.
Era avisado mi abuelo Abraham, al que no tuve el gusto de conocer, y le habría sacado el jugo con mi profesión
de veterinario especialista en caballos F.S. de C. , lástima que con el tío me fue mal, pero qué se puede hacer, ya
es historia antigua y nada hay que hacer pues esta no va a cambiar….Tal como tampoco se ha aquilatado el
triunfazo de Rosarina en El Ensayo de 1937, si recién en 1915 habían llegado a Chile, con una mano adelante y
otra atrás, supongo pues trabajando vendiendo peinetas y calzoncillos en los campos con un carretón no da como
para hacerse millonario…No se crea que Rosarina fue un batatazo, fue la mejor yegua de la generación, además
no eran los únicos caballos buenos que tuvieron: Fauno, Dalcahue entre 1937 y 1938 ganaron clásicos a destajo.

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Mi abuelo con Fauno y Dalcahue en el Club Hípico de Santiago, año 1937 o 38

La copa Jackson de Dalcahue


Dalcahue, se ganó la Copa Jackson en el Sporting, en la época que daban buenos premios, de hecho la copa es de
plata, la heredó mi mamá y yo me la quedé (¿mayorazgo que llaman?) Aparte de preciosa la copa, y del valor que
tiene, tiene otro valor aún mayor….en innumerables fiestas (las clásicas fiestas Diuana-Rabajille-Sarquis con un
montón de familiares, amigos, colados, patudos, etc. ) en la casa de Apoquindo, pues no creo que sacaran la copa
a otras fiestas en otras casas…., terminaban llenándola con vino, o a lo mejor era algo más fuerte, y pasándosela
al son de “tómese esa copa, esa copa de vino….ya se la tomó, ya se la tomó…, ahora le toca al vecino….” En un rito
medio orgiástico, gracias al buen Dalcahue…

Copa Jackson (Juan S. Jackson), ganada por Dalcahue el año 1938 en el Valparaíso Sporting Club
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Apoquindo 3039
Dije un poco más arriba que Apoquindo, el 3039 para mayor precisión, era de suma importancia para nuestra
familia, tanto materna, especialmente materna, los Diuana, como a mi lado paterno, Rabajille y Sarquis; esta casa
era el epicentro de la familia, las principales fiestas se hacían ahí, a saber pascua y año nuevo, en las cuales había
muchos (muchos) invitados. Gente que era pariente de un pariente se acuerda de las fiestas en Apoquindo. Para
nosotros era el golf; vamos al golf, nos encontramos en el golf. Nunca jugamos golf, pero por estar en el barrio de
El Golf, era la casa del golf. A pesar que los papeles pudieran decir otra cosa, de hecho dijeron otra cosa, esa casa
la construyeron Abraham y Juan, de modo de salir de Ramírez y seguir viviendo padre con señora e hijas (Abraham,
Zaquie, Yola y Nelly) con hijo casado y flia. (Juan, Amalia e hijos). Partieron construyendo la casa el año 1946 y
terminaron cambiándose el año 1949. En mi libro cuento que el piso de encina que tenía la casa de Apoquindo,
tuvo su origen en el bosque de encinas que había plantado ño Pedro en La Candelaria, y el cual (me lo inventé)
casi le provoca un soponcio cuando mi abuelo citó a Küpfer para convertir el bosque en parquet…la verdad es que
las que se lamentaban en el libro era mi mamá y su hermana… (licencias literarias…). Como contaba, yo
frecuentaba mucho esa casa, muchas veces para acompañar a mi abuela, otras veces para acompañar al tío los
viernes al fundo, a pagar o a informarse del devenir del campo, en estos casos íbamos un lote de primos: Juan
Pablo, Mario, Hernán, Rodi y yo…Eventualmente el Lipe o Checho (Hirane)…no me acuerdo de alguien más en
especial. También Apoquindo era el epicentro para ir los sábados al hipódromo con mi primo Juan Carlos,
especialmente si había algún caballo planeando una maldad con el dividendo….. Pero yo acompañaba a mi abuela,
le jugaba a las cartas: básica (es una especie de escoba modificada), al basra (un juego de cartas muy común en
medio oriente, se juega con naipe inglés) y al Telefunken o tele (mi abuela decía “teli”). Solo sé jugar a este último
(era el “deporte” familiar con mi papá) y los otros dos ya los olvidé. A veces le jugábamos (con Juan Pablo) con
plata a la abuela, y la “echábamos al medio”, la esquilmábamos, bien poco consecuentes, porque igual siempre
me daba plata (“para que tenga mijito”) y odiaba perder (no quería sentirse “tonta”) porque siempre comentaba:
“no es no saber jugar….no salen las cartas”, como dando una excusa por no ganarle al par de tahúres de corta
edad pero vivarachos, como buenos hípicos.

Mi abuela afuera de su pieza en Apoquindo, con su sobrino Alberto Zamar

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Diuanas en Apoquindo (mi madre arriba a la izquierda)

Preciosa mi madre, muy sesentera en la azotea de Apoquindo (El Golf)

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Familias Diuana Sarquis y Diuana Zamar en la escalera de Apoquindo

Incluidos Rabajilles, Sarquises y otros, el 3 de mayo de 1952 en el living de Apoquindo


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Apoquindo 3039 (continuación)
No solo le jugaba a las cartas, le conversaba, la acompañaba en su once, siempre labnie (una especie de ricota),
zattar (mezcla de semillas y especies…muy árabe), y aceite de oliva con pan, acompañado de mate…De Apoquindo,
tengo los mejores recuerdos, de partida era una casa llena de rincones, saloncitos…tenía 3 pianos uno de ellos de
cola… (uno de los tres era de mi mamá… ¿quién se lo habrá quedado? Yo tocaba la polca de los perros,
malitamente…mi mamá era seca…tocaba a dos manos). Arriba una pista de patinaje, abajo salón de juego con
barra de bar, mesa para cartas y otra que convertíamos en mesa de ping-pong. Piscina, patio con árboles:
granados, mandarinas, árboles escalables, escondibles… Muy lujoso, baños con mármol negro (¡¡¡no necesitaban
espejo!!!) Tremendo comedor, donde cabían muchos comensales….Nosotros cuando íbamos con mi mamá en
patota, teníamos prohibido aceptar cenar o tomar te….”no gracias, ya comimos” teníamos que decir…. Leseras de
mi mamá nomás. Mi abuela tenía un sector solo para ella, con una pieza grande de 2 camas pareadas como dije,
donde había vivido con mi abuelo Abraham, y ahí mismo había muerto…Tenía un walking-closet tremendo donde
noche a noche sucedía un hecho curioso: mi abuela guardaba un par de panes todas las noches en el closet…. ¿?
Tenía miedo de pasar hambre al otro día. ¡¡¡Y vivía en una casa con baños de mármol…!!! Curiosidades que dejan
las guerras, los genocidios (los verdaderos: los armenios, los judíos….no los que inventaron después para
desquitarse de los militares…etc., pero no es el tema de estos escritos….) Bueno, en la otra pieza, ambas se
conectaban con un tremendo baño, cada una por su puerta, estaba la pieza donde habían dormido mi mamá y la
tía Yola, de solteras… ¿Cómo podía no haber sido Apoquindo de Abraham y Juan?, ¿mi abuelo era “allegado”?

Dos versiones para una misma y única historia


La historia contada por el lado Juan Diuana e hijos, es que mi abuelo se arruinó y el “tata” (así le decían a Juan)
habría “salvado” a mi abuelo, su papá….. La historia escuchada a dos personas que me merecen mucha más
confianza (mis papás), no tan sólo por que sean mis progenitores, sino porque jamás demostraron ambición
alguna sobre los bienes que, a su parecer, injustamente, se habría adjudicado el hermano, mi tío Juan: las micros,
la casa de El Golf, el fundo de Quilicura. Por ejemplo: primero compró Santa Teresa, en Colina, luego La Candelaria
en Codegua para instalar su criadero por allá por 1938 y se vio obligado a vender por amenazas, etc. (adjunto el
capítulo de mi libro) y luego con la venta de este, habrían adquirido Quilicura con don Victoriano Cotera, fundo
que la reforma agraria del maldito Frei padre les dejó convertido en reserva de 80 hectáreas o algo así. Puede que
los papeles digan otra cosa pero si tenemos dos socios, padre e hijo que son partners en todo, y tienen fundo,
casa a medias…. ¿cómo podría ser todo de sólo un hijo? Lo correcto es que el hijo tenga la mitad, el padre la otra
mitad (de la cual el hijo también es correcto que herede su parte.. De hecho así sucedió con el garaje, al morir mi
abuela, que cobraba el arriendo (y andaba siempre “dulce” y no escatimaba la repartida….) se dividieron la
propiedad Juan, Yola y Nelly… ¡pura justicia! Pero el fundo era del “tata”, Apoquindo también, los caballos, las
micros…..Como que no calza….
Nada hay en mí de resentimiento con este asunto, nada considero que se nos deba; nunca en nuestra casa fue
tema, excepto bromas respecto a las tres micros-chatarra que habría recibido mi mamá como herencia, o a las
veces que tocaron el tema con su hermano y salieron llorando, o a este diálogo que ocurrió en el lecho de muerte
de nuestro abuelo Abraham:

“-Juan, vas a joder a tus hermanas


-cómo se le ocurre papá…
-Juan, no quiero que jodas a tus hermanas….
-quédese tranquilo papá, no las voy a joder….

Esta versión es la que más me cuadra


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Habrá sido cierto o no, pero yo crecí con esta historia, tal como me contó mi papá que el que se “abrió” del negocio
familiar fue el tío Juan, quiso independizarse, y se metió en otros asuntos y le habría ido mal, y tuvo que volver
arrastrando la cola a que lo recibiera mi abuelo de nuevo. La familia Diuana Sarquis tiene la historia contada a la
inversa….Nada sacamos con aclarar nada, yo creo la historia como me fue contada, y lo avala que nunca, nunca
mis papás tuvieron rencor alguno, gracias a que siempre tuvieron excelente pasar (mi papá era un gran trabajador,
muy inteligente y le dio como para sacar adelante a su familia de origen (hermanos, padres) como a su familia-
familia (nosotros), nunca tuvimos envidia pues nuestro pasar era muy bueno….. Hago este alcance por si algunos
de mis primos Diuana lee este escrito y se siente tocado…Nosotros, los Rabajille Diuana somos muy poco
rencorosos, nada de envidiosos…y hemos tenido motivos varios para sentirnos al menos “perjudicados” en varias
ocasiones…Algunas muy, muy graves, como cuando el caballo Principiante iba a ir a correr a Mendoza, en las
fiestas del dieciocho del año 1973….. O el episodio de mi yegua La Siamesa, que me da vergüenza ponerlo en el
papel….incluso saqué el capítulo de mi libro (a instancias de la Cecilia), de repente lo pongo aquí, mal que mal es
la historia tal como la he vivido, no va a cambiar si la consigno, y al que no le guste…..el que actuó mal no fui yo…..
(Ver Anexo 2 Episodio La Siamesa)

Lo prometido, el capítulo de La Candelaria (copy & paste desde mi libro):

La Candelaria (Ver Anexo 3)


Don Abraham incursionó en la crianza con poca fortuna. Se instaló inicialmente con su criadero en el fundo Santa
Teresa, a los pies del Cerro el León, en Colina, y luego instaló el criadero en Codegua, comprando La Candelaria,
una hacienda de añosa historia, pues el origen del caserío se remontaba incluso antes del siglo XVIII. En 1678,
Antonio de Barros dio La Candelaria en dote a su hija Catalina, al casarse con José Agüero. En 1750 María del
Carmen Agüero la amplió, y posteriormente las hijas de Josefa Santelices Agüero construyeron la iglesia. En 1903,
el fundo pertenecía a Juan Francisco Fresno y su mujer, Dolores Grez, de cuyos descendientes don Abraham
adquirió la propiedad.
-Yola, Nelly, ¿les gusta el lugar?
- Papá, es precioso, podemos traer los caballos del corral para andarlos acá.
- Justamente, hijas. Aquí estamos instalando nuestro criadero. Ya trajimos a la Rosarina, a Dalcahue y a Fauno. Vengan,
vamos a recorrer las pesebreras.
- Quiero subir al torreón…
- No subas, Nelly, dicen que andan murciélagos.
- Mejor, quiero uno de mascota…
- ¿Otra mascota más? ¿No les basta con los gatos, los perros, el cordero y hasta el chancho regalón?
- ¿De qué se queja papá? ¡Si es usted el que nos trae los animales! Ah, se le olvidaba el burrito…
- A propósito de burros, ¡¡David!! (gritó con su vozarrón)
- Dígame, don Abraham.
- ¿Qué andas flojeando por ahí?, mira cómo están estos cercos, manda una cuadrilla con grampas y alambre a repararlo.
- Sí, patrón.
- Estos huasos flojos…
- Ay, papá, no sea tan enojón….
- Y mándame a Juvenal al “gualpón” para que nos muestre los potrillos.
- Sí, patrón

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Entraron al galpón de grandes dimensiones donde, rústicamente pero en muy buenas condiciones, guardaban las
yeguas en distinto estado de preñez, algunas acompañadas por su cría, otras a punto de parir.
- Miren, niñitas, la regalona del lugar. Les presento a la ganadora de la carrera máxima de nuestro calendario.
- Papá, cómo no vamos a saber que es la Rosarina… trajo las fotos, tenemos un álbum con los recortes de los diarios, y aún
estamos enojadas porque no nos llevó al Club...
- Nelly, tenías siete años… y además los hipódromos no son para las niñas. Juvenal, deja de pajarear y toma la yegua para que
mis hijas se acerquen al potrillo.
- Como no, patrón
- Este alazán es El Rosarino, como nuestro criadero. Ojalá nos salga corredor como la madre.
- ¿Es hijo de Dalcahue?
- No, este es hijo de The Font, un potro de El Bosque.
- Yo quiero tomarlo primero.
- Bueno, Yola, tú primero…
- Oiga, patrón ¿cierto que casi se da un doblete en El Ensayo?
- Sí, papá, cuéntanos…
-Al otro año de Rosarina, encontrábamos fijo a Dalcahue. Ya nos habíamos repetido los espárragos con él, en el Nacional, y
para asegurar la carrera inscribimos a Fauno, para que hiciera el tren falso.
- ¿Y qué tienen que ver los trenes con los caballos, patrón?
- Serás bruto… Fauno tenía que salir a correr adelante y matar al favorito, de hecho se les vino hasta la curva final. ¡Echó los
bofes pa’ cumplir instrucciones!...
Don Abraham se quedó en silencio unos momentos, meditando, recordando esa carrera; las niñas lo sacaron
de su ensimismamiento:
- Siga papá…
- Cansado, al abrirse molestó la atropellada de Dalcahue y se nos coló Valeriano con Grimsby, que empataron la carrera…
primera vez que se dio un empate…
- ¿Al menos llegó tercero?
- Ni eso… se metió esa maldita potranca, Adraste, “ya jara el beit”… llegamos cuartos, y Fauno se nos mancó, nunca volvió a
ganar, ahí lo pueden ver cojeando al pobre.
- O sea, le falló la martingala, patrón…
- ¿Sabís que más, Juvenal? ¿Te fuiste a decirle a la Celinda que le sirva el almuerzo a las niñas?, porque se nos hizo tarde y
estoy esperando a un invitado de Santiago que viene a echarle una mirada al bosque de encinas; dile a David que si un tal Víctor
Küpfer pregunta por mí, que me salga a buscar…
- ¿Qué va a hacer con el bosque, papá?
- Vamos a transformarlo en el piso de nuestra casa de Apoquindo…,
- Se nos acabaron las escondidas
- Cuarto… ¡¡a menos de medio cuerpo!!
Don Abraham se quedó mirando en lontananza. De haber tenido una bola de cristal, habría visto nubes negras en
el horizonte de su futuro. Es que poco a poco fueron llegando yeguas hasta tener una veintena: Cordobesa,
Popelina, Selvática, Desamparada, Lotería, entre otras, pero la fórmula no se le dio. Los viajes al criadero con los
primos y las primas, las idas a las termas hacia la cordillera en Las Marcas, los paseos a caballo, las caminatas por
los potreros, las celebraciones para el día de la virgen que le daba el nombre a la hacienda, fueron finalmente la
única utilidad que les rendiría La Candelaria (junto con el parquet). A pesar de todos los planes, de toda la inversión
y toda la ilusión, no volvieron a tener ejemplares tan corredores como los que les impulsaron a la aventura de criar.
El campanazo final lo dio el carácter explosivo de don Abraham que trajo consigo la animadversión entre los
inquilinos; al principio fue una vaca que desapareció, luego encontraron carneada una de las yeguas de cría, hecho
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que se repitió unas semanas más tarde. Pero lo que rebasó la paciencia fue un rayado en uno de los muros de la
iglesia, que llevó a la familia a rogar la venta del campo. El rayado en cuestión decía: “Muerte al futre”.
Y así nomás fue… El campo fue adquirido por Gregorio Amunátegui, quien se adjudicó el potro L’Oriflamme y las
yeguas, mantuvo el Haras con el mismo nombre, y heredó la suerte negada a los dueños originales, puesto que se
convirtió en frecuente ganador de las pruebas más importantes del calendario hípico (El Ensayo con Babú en
1957, el triple coronado Empire, entre tantos otros) con los tradicionales colores “verde gorra negra, cocarda
blanca”. Sebastián habría de ver en innumerables ocasiones a este ya maduro Gregorio Amunátegui en el recinto
Socios del Club o Chile, con el gesto medio adusto y con cara de pocos amigos. Es interesante consignar que la casa
patronal del fundo, en la actualidad, es conocida como casa de la Candelaria y es parte de la Ruta Patrimonial
“Camino Real a la Frontera”. A pesar de los estragos causados por los terremotos de 1985 y 2010, la edificación aún
permite entrever, entre sus pasillos coloniales, la grandeza de su pasado.

En muchas fiestas a mi mamá le pedían que cantara la Zamba de La Candelaria (incluso en su celebración de los
50 años de casados); yo siempre pensé que era por el fundo que tuvieron…no es así, pues ya la cantaba cuando
iban a Santa Teresa…desilusión….igual copié en un anexo (Ver Anexo 4) la letra. Es un ‘must’ de mi familia.
Fotos de La Candelaria, en octubre de 2012…el “gualpón”, corredores, la Virgen en la capilla y finalmente una vista
aérea del campo.

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Declaración de intenciones, tardía…
Así con las historias…, pero me desvié un poco, esto no es una ‘reivindicación histórica de tierras’ es un intento de
dejar constancia de mi pasado, de donde provengo; historias que muchas familias parecen haber olvidado (me he
encontrado con respuestas como: “si, al parecer mi apellido es de origen árabe, pero no tengo mucha idea de
donde…” o sencillamente: “no tengo idea del origen de mi apellido”), patéticamente mortal… No saber de donde
uno viene impide el conocer qué somos, porqué, a dónde vamos…..Al menos así me parece a mí. Hay tanto de
genética en nuestros actos, en nuestro pararnos frente al mundo, que no saber de donde venimos, negar o
desconocer nuestro pasado hace que falte algo para entender nuestro presente. Fin de la tardía declaración de
intenciones.

Recuerdos en desorden
Apoquindo 3039….muchas historias vividas, yo tengo el recuerdo de haber ido al matrimonio de alguno; al bautizo
de otros Diuana de 2ª generación nacida en Chile. Ahí fue acogido Jorge Sarquis, el tío “Jito” que (según la historia
familiar de un solo lado, que hay que tomar with a pinch of salt, pues no siempre se ajusta a la verdad-verdad,
pero es la historia, de un lado, y es lo que yo escuché…) enloqueció cuando su señora, Rosa Sfeir Sfeir terminó
echándolo de su casa y su hermana Amalia lo recibió de brazos abiertos. Para nosotros, que lo habíamos conocido
en su local en Alameda con San Antonio (pequeño local eso sí, por Alameda…) nos daba miedo cuando andaba
cerca el tío, pues andaba “umbral”, te miraba sin mirar, y era como un zombie en esa tremenda casa (me
imaginaba al tío Lucas de los Locos Addams, igual de calvo y la mirada extraña…). La casa sirvió de mucho, incluso
en su final sirvió de garantía para préstamos (me reservo indulgentemente los detalles, los nombres, los montos,
las peleas y conciliábulos que esto causó) de familiares, incluso al momento de vender hubo que levantar prendas
o algo así…No era de nuestra incumbencia, salvo que el rumor igual nos llegó. Quizás como quien dice, lo que fue
habido de manera no tan sancta (ya expresé mi teoría del padre/hijo casa para ambas familias, etc.) tuvo un final
no tan feliz. De ahí Juan Diuana se fue a Polonia, a la calle Polonia con Renato Sánchez, cerca de la iglesia Santa
Elena, donde me casé con la Cecilia, no por la casa Diuana, sino porque la Cecilia vivía en Burgos, cerca de ahí. En
Santa Elena velamos a la tía Eliana y al tío Enrique, mis dos padrinos…No solo jolgorio hay en las iglesias….

Mi abuela en Las Condes 9430


En Polonia 212 murió mi abuela Clorinda, luego de haber vivido (sufrido) en nuestra casa de Las Condes, donde
nada funcionaba como en Apoquindo. Nunca teníamos empleada, el desorden no era preocupación para mi
mamá… ¡hay otras cosas más importantes hijo!, solía ocupar en su defensa. Mi abuela erraba por la casa (ya tenía
esa cierta edad en que uno se pone intolerante; yo no voy a tener ese problema, ya soy intolerante) mal
humorada, mascullando: “casa de mierda, gente de mierda…”, ella creía que no le escuchábamos, pero nunca nos
molestó que no estuviera a gusto, quizás la entendíamos que de un lugar donde tenía cocinera (la Berta) con 2
ayudantes, un par de niñas de mano (imagino que tenían buenas manos) que hacían las piezas, el aseo, etc., un
par de mozos: Oscar y el Zorrillo (a este no le conocíamos el nombre, lo identificábamos por el olor, el “riijaa”
como se dice en árabe); había una lavandera, mal agestada ella, todo el día en el 3er piso lavando y planchando…(¿
quién podía ser bien agestado con tanto que lavar y planchar?), Comparado con nuestra casa, la diferencia era
sideral, nosotros éramos desordenados, regalones, y casi nunca había empleada. “La” o “él” empleado, si mi
mamá apenas aguantaba una/o jamás hubo dos….Además que no contaba con su salón para ella, etc. etc. etc.
Pasó un tiempo corto con nosotros, ¿habrá sido un año o algo más? Y volvió donde Juan y allí pasó a decorar el
oriente eterno. Bueno, murió en la clínica Alemana, el 24 de mayo de 1978, donde también murió mi suegro
Jacobo, pero también nació mi hijo Andrés….para mantener los equilibrios. La abuela también vivió un tiempo en
Estados Unidos, en Eagle Pass con la tía Yola. Al parecer la idea era que “rotara” entre sus hijos. Tengo pocos
antecedentes de ese periplo nortino de Clorinda, excepto algunas fotos.
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En el hall de mi abuela, había tres grandes hitos “gráficos” para mí (hitos gráficos en el sentido que me basta con
cerrar los ojos, pensar en ellos o en el caso que esté cerca de esos objetos, con sólo mirarlos me transporto al hall
de mi abuela: uno es el cabinet (vitrina) de raíz de nogal (este fue casi regalo de matrimonio de mi mamá para mí
pues me ha acompañado desde el primer departamento que arrendamos en Poeta Ángel Cruchaga, de no muy
buenos recuerdos para nosotros), el otro es el cuadro de botes de pesca en una bahía, que se lo tengo pedido a
mi mamá, y el 3º es la foto que estaba en el hall, al lado de la vitrina, de Tasajo ganando una carrera para el stud
El Rosarino de mi abuelo, en la Argentina (esta foto desapareció…).

El cuadro actualmente en Tabancura 1050

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El día de mi graduación, el cuadro en Las Condes 9430

Cabinet en El Cruceral

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Este cuadro siempre fue de mi mamá, lo compró en un remate cuando tenía menos de 20 años, iba pasando por
uno de esos remates en el centro, entró, hizo una postura y se lo adjudicó en tres mil pesos, de la época, plata
que no debió de ser poca pues dejó una “seña” y llamó a mi abuelo para que “ayudara” con el pago. Quedó en
Apoquindo, no se lo llevó al casarse, y creo que lo llevó a Las Condes cuando desarmaron la casa del golf para
venderla, o cuando recibimos a mi abuela, no lo tengo claro. Ahí lo pusimos en el living y tengo fotos con el (de mi
graduación en 1979 por ejemplo, luego en la casa de Luis Pasteur y finalmente en el living de Tabancura, donde
también tengo fotos…Es un cuadro que me ha acompañado siempre, en espíritu me pertenece….

Esos espíritus
En Apoquindo murió mi abuelo Abraham, el 5 de mayo de 1953, a la edad de 66 años…¡joven!, en la misma cama
donde yo me quedaba a acompañar a la abuela; nunca sentí un peso ni que hubiera “malas vibraciones”, al parecer
mi abuelo era un espíritu bueno, Esto contradice la historia contada cuando mi abuelo habría penado en la casa
que compartían la Neddy Diuana/Hernán Halabí con Mario Rabajille/Juana Diuana en la calle El Bosque (¿o era en
Vecinal?), frente a la Avenue du Bois, en todo caso al lado de Napoleón donde habrían de vivir posteriormente (y
donde habría de morir mi querido primo Juan Pablo) La historia es que tocaban la puerta y no había nadie; en la
noche golpeaban un muro…nadie, golpeaban los cuatro muros a la vez…nadie. Llamaron a un cura, seguramente
el padre Lizana, de gran trayectoria en nuestra familia (cuando pase a Rabajille’s, contaré las mejores anécdotas
del cura), adelanto que casó a mis papás, a Rodrigo, entre tantos familiares. Declarado hijo ilustre de Curicó en
1975, entre otras flores…

Padre Gilberto Lizana Tablero de OUIJA

El hecho es que traen al cura para que “exorcise” la casa; believe it or not, era mi Abuelo Abraham que penaba
por que no le habrían hecho misa a su fallecido hijo Malek, y a él. Unas cuantas misas y el espíritu molestoso de
mi abuelo dejó a los pobres nietos y bisnietos en paz. Esto que suena a cuento, no lo es tanto porque en esa casa
vivía mi primo Juan Pablo (escribiré largo sobre él más adelante), quien desde este episodio agarró una
sensibilidad especial para ser hipnotizado, servir de medium en sesiones de espiritismo (yo participé muchas
veces) e innumerables veces nos sentamos con el tablero OUIJA a invocar espíritus. Tengo experiencias
escabrosas, y yo siempre fui medio cobardón al respecto, de hecho en Las Condes jamás hicimos Ouija en la casa,
nos ibamos al gallinero o a la bodega de vinos.
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Muere mi abuelo Abraham
Según mi mamá, mi abuelo Abraham murió ahogado…, bueno, en varias fotos se le ve fumando, así que sorpresa
no pudo ser. Claro que tuvo varios “avisos”, en un par de ocasiones lo sacaron los croupiers del casino en la misma
silla en que estaba sentado jugando, para que tomara aire fresco y pasara la ‘angina de pecho’ que estaba
sufriendo. Estas anginas no son ni más ni menos que pre infartos cardíacos, pues son obstrucciones de las arterias
coronarias, antes que se ‘infarte’ el músculo (se infarta o necrosa por falta de irrigación y cataplúm…) ¿A qué viene
tanto explayarse en anginas, cura Lizana y otros temas y/o personajes con poca relación con los hechos (más bien
con el título del escrito)? Es mi historia familiar, tal como yo la he vivido, y me reservo el derecho de poner,
ahondar, extractar, suprimir, modificar, alterar, e incluso inventar lo que se me ocurra para sentir que la tarea
está completa….El lector, suponiendo que alguien tenga el placer, o disgusto, de leerlo, tiene el mágico poder de
decidir si seguir o no (es uno de los derechos imprescriptibles del lector…, Daniel Pennac) Usted verá… Decía que
mi abuelo Abraham murió en esa cama, mi cama de Apoquindo 3039 pidiéndole a su hijo que no perjudicara a sus
hermanas, y se fue a decorar el oriente eterno sin saber en qué terminaría el asunto.
Yo tengo el testamento de mi abuelo, muy interesante de leer, salen a flote las pequeñeces y argucias que usan
las familias para acomodar la realidad a gusto y piacere (especialmente para evitar el impuesto de herencia), y
dejó a mi abuela más o menos bien parada, por suerte el garaje estaba a nombre de ella y recibió un pingüe
arriendo por muchos años, cuando se fue a acompañar a su marido y la chorrera de hijos prematuramente
desaparecidos, la propiedad fue expropiada por el Serviú para un proyecto que, mas de 30 años después, aún no
ejecutan y nuestra casa de Nicasio Retamales 036 ex Los Muermos ex Ramírez tiene de vecino un tremendo sitio
eriazo, que da a General Velásquez y que ha servido para que se instalen circos y otro tipo de espectáculos, nada
para lo que originalmente se planeó.

Abraham Diuana en El Mercurio (Ver Anexo 5)

Casa de La Pila
Ya abundaré en el barrio, para nosotros “La Pila”. Vamos a La Pila, nos juntamos en La Pila, es equivalente a vamos
al Golf…eran las casas clásicas donde ocurría nuestra vida. Muy distintas una de otra como se verá. En el capítulo
Rabajille contaré las peripecias (lo que se pueda contar) de este barrio, algunas aventurillas y trataré de describir
cómo era ir a La Pila. ¡Ah! debe su nombre a una escultura (la Pila del Ganso) que estaba en el bandejón central
de la Alameda, y tiene una tremenda historia, más llena de mitos que nada (para aquel interesado, Ver Anexo 6
con algo de esta historia…nada que no puedan googlear…). Respecto a la expropiación del garaje, la plata que
pagó el ministerio (una vez “arreglado” los términos con el funcionario encargado) se la dividieron los tres
hermanos. Tal como corresponde y no como creían las hermanas…Era harta plata y por no haber sido traspasada
o convertida en otra propiedad, se diluyó… Pero en lo que respecta a los Diuana viviendo en el barrio, tengo lo
que me ha contado mi mamá, por ejemplo que una vez entraron una chancha regalona al teatro Monumental,
que quedaba a la vuelta, por Alameda. Hay muchas historias de las dos familias viviendo al lado del garaje donde
se guardaban las micros, no sólo se guardaban, ahí se arreglaban, pintaban, limpiaban. Era el cuartel general de
la línea Canal San Carlos (esa es la que conocí yo), ya en manos del tío Juan. Al parecer también era el centro
operativo de las góndolas 33, 8, 4 y 1 que en la Guía social…. aparece como actividad de mi abuelo. Ya no me
acuerdo de los nombres de los distintos personajes que llenaron la vida de las niñas Diuana (tanto Diuana Zamar,
mi mamá y la tía Yola, como las Diuana Sarquis, mis primas). El maestro Silva le enseño a manejar a la tía Yola (a
mi mamá le enseñó Tomás, hermano del mozo de Apoquindo). Pelayo, uruguayo, era el garajero, especialista en
asados, etc….Debe haber sido entretenido vivir ambas familias en casas pareadas, con los abuelos/bisabuelos
Hanna y Hanom viviendo en el garaje al lado. Antes que el garaje se consumiera el patio trasero, tenían árboles
frutales (duraznos, damascos, mandarinas), gallinero, sembraban hortalizas (se acuerdan de los rabanitos),
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criaban los animales que les traía el papá: corderos, la chancha, cabritas (una se comió el durazno…). Una vez que
se inundaron, sacaron la artesa en que lavaban y navegaron en el mar de Ramírez. O recuerdan con mucho gusto
las idas a comprar al negocio de la señora Beatriz, a la vuelta, por Alameda, cocadas, o unos “ladrillos” de manjar
(eran más baratos) o las calugas “Baby” (estas costaban 10 centavos y a veces traían de ‘premio’, una moneda de
10 centavos (entre dos cartoncitos). Yo conocí el negocio, pero en manos de Pepe San Martín, y en mis tiempos
era una librería. Todo el barrio era de conocidos, el terreno del teatro Monumental se lo vendió mi abuelo a David
Taliesnik (puede que sea Yudelevich) quien instaló su teatro. Mi mamá era amiga de su hijo Jaime. En la esquina,
tenían expendio de vinos los Bau, quienes aún mantienen amistad con nuestra familia.

La Pila del Ganso, que daría el nombre a nuestra casa ancestral: la Pila

Vista actual (con el circo atrás) Así era en mi tiempo

Reivindicando a la Hanom
La bisabuela Hanom olvidé consignar que aunque no tenía profesión, ejercía como compositora (¿musical?), no,
de huesos, torceduras, esguinces…Preparaba unas pociones en una paila y la aplicaba a los clientes que solicitaban
sus servicios; no me queda claro si ejercía con remuneración o no….puesto que ella tenía una paquetería en la
calle Brasil con Alameda. No conozco el nombre de la tienda, pero a ella le decían “la turca bonita”, vamos al
negocio de la turca bonita….Las fotos que me ha tocado ver no la muestran muy bonita; quizás por lo gordita, y al
parecer tenía unos ojos muy lindos. Por otro lado la Zaquie (que se transformó en Clorinda como expliqué) tenía

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negocio en plena Alameda, ¿Dónde? En una esquina donde estaba la fábrica de dulces La Europea (no tengo la
exacta ubicación)

Fernando Yunes, Hanna Diuana, Abe en brazos


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Nelly en el 036, aún de su propiedad

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Fernando Yunes, Hanna Diuana, Juan Diuana y Fifí (reemplaza al Abe…) Fifí entendía algunas órdenes en árabe, y
cuando el bisabuelo le ordenaba: “abduh Fifí”…y este atacaba, sin que el atacado supiera….Simpático viejito…

Tía Yola en Ramírez-Los Muermos-Nicasio Retamales


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La tienda de la Zaquie tiene mucha importancia en el desarrollo de esta historia, de mi historia…, pero tal como
en párrafos anteriores, me referiré cuando llegue al capítulo Rabajille, pero antes de pasar por el capítulo de los
Zamar y a los Diuana allende Los Andes, me referiré a algunos recuerdos salpicados, que no dan cada uno para
una historia o párrafo completo.

Apoquindo, algunos episodios en desorden

Verdadero terror nos daba a veces tener que ir con mis hermanos, cuando teníamos 10, 9 años, a la casa de
Apoquindo, por dos motivos: tenían un perro pastor alemán, ya medio viejo, esos que cruzan las patas para
caminar, pero que aún mantenía los arrestos de bravo…y nuestros primos (Juan Carlos y Abe) gozaban haciendo
que nos atacara, más bien gozaban de nuestro sufrimiento, pues aunque teníamos perro desde siempre, era
intimidante que te echaran un perro a atacarte. Teníamos que correr y seguramente los “inteligentes” primos
sabían que el viejo Brooklyn no nos iba a pillar….¡¡súper simpáticos!! Estos mismos pailones tenían otro “as”
guardado para nosotros (eran parecidos a Kevin, el primo de Tommy en la ópera rock homónima, el cruel cousin
Kevin que torturaba al indefenso Tommy): cuando nos saludaban exigían un apretón de mano, y comenzaban a
triturar la pequeña mano nuestra, más y más fuerte…. ¡ya! de rodillas…….bésame los zapatos….o seguían
apretando. Qué ingeniosos….es curioso porque malos no eran, sencillamente se “entretenían” con nosotros
(mami, tía Yola: ¿a lo mejor se estaban desquitando de algo que le hacían ustedes?) Otro episodio es la paulonia
que estaba en la salida de la cocina, o la entrada de servicio si se quiere, que daba la sombra de la tarde a la
ventana del hall de mi abuela, donde se sentaba a jugar cartas. Tengo la foto mental que casi siempre tenía
colgando un saco tipo harinero que destilaba suero de leche; en su interior se estaba elaborando el labnie que
tanto gozaba comer con el zattar de mi abuela. Otro más, Oscar, el mayordomo (o mozo) sacándole el jugo a
muchas naranjas para el desayuno de la casa, con una máquina manual metálica que estaba en la ventana de la
cocina que daba a la paulonia. Esta imagen se complementa con la pasada acompañando al tío Juan a la Vega, en
el Mercedes y ver como le llenaban la maleta con naranjas, así a paladas…. Otra; preparan chukbarak (sombreritos
en laban) en la cocina y está todo el personal atareado, pero hay tiempo para que mi primo Juan Pablo diseñe sus
propios sombreros (los hace en forma de sombreros de cowboy…) y se los cocinan aparte… ¡no hay duda que era
el regalón! Otra; hay un bautizo de algún sobrino, no recuerdo cual, y el “padrino” está en un balcón del segundo
piso y todo el público abajo gritando: padrinito cacho, padrinito cacho…hasta que el mentado empieza a tirar
monedas (¿medio peligrosón o no?) y nosotros las recogemos como dulces de piñata. La penúltima; el placer que
me daba bajar al sótano (y que no me echaran) y quedarme viendo como jugaban cartas (Telefunken) los mayores:
mi papá (me ponía detrás de él, y gozaba cuando me mostraba seis cartas iguales que le habían salido de mano….
¿qué suerte?, no, un “paquete”, pues seguro a él mismo le había tocado repartir… Obviamente siempre morí en
la rueda, hasta ahora. Con el tiempo el me enseñó la triquiñuela, fue parte de las enseñanzas que estimaba debía
recibir…. Finalmente, consigno el pánico que me daba bajar al sótano si sabía que no había nadie abajo…esa
escalera curva….nada agradable para los miedosos como yo.

Abraham Diuana episodios


Crecí escuchando historias de mi abuelo, en la casa; en la casa de mis primos no se hablaba igual, aquí se idolatraba
a Juan, el tata Juan, con justa razón para ellos, excelente papá, y qué mejor abuelo…..en cambio como tío….claro
que depende del cristal…si uno le pregunta al Checho Hirane o al Feres Sarquis, sobrinos por el lado de
Amalia…hablan muy bien de Juan-tío; no es nuestro caso…, pero el tema es mi abuelo, luego en la hípica me tocó
escuchar un par de sus historias, hago copy/paste de una de ellas para favorecerme el tener que volver a
escribirla:

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Una vez, yendo en su carreta, y siempre acompañado de su antigua pero fiel carabina Lebel, pues en esa época los
caminos estaban llenos de maleantes listos para asaltar a quien pareciera incauto (hoy en día no es necesario ser
incauto para ser asaltado, desgraciadamente con la “vuelta de la democracia” resulta que tiene más derechos el
delincuente que las víctimas; me he permitido este paréntesis ciudadano) por descuido o impericia de quien llevaba
las riendas de la carreta, ésta cayó en un hoyo del camino rural, de manera que la carabina se accionó sola,
disparando un tiro que rozó la pierna de don Abraham, además de atravesarle una manga y el sombrero… un
perfecto accidente con consecuencias casi fatales del que don Abraham habría de sacar mucho provecho, alterando
un poco el suceso y llevándolo a un hecho heroico en el cual, supuestamente, había hecho frente a toda una banda
de maleantes. Merced a su arrojo de guerrero beduino logró conjurar el peligro no sin antes quedar gravemente
herido, lo cual podía comprobar, por si había algún escéptico, mostrando la herida en su pierna.
Celebrando un triunfo de un caballo en el corral de don Ernesto Pinochet, padre de Francisco y John, ambos
preparadores, don Ernesto, al saber que Sebastián era nieto de don Abraham, inmediatamente le dijo:
-Yo conocí a su abuelo, un hombre muy corajudo. ¿Sabía usted que su abuelo se enfrentó solo a una banda completa de asaltantes
de caminos que lo quisieron robar?
-Es que mi abuelo era muy valiente -atinó a decir Sebastián, aquella vez, conocedor de la verdadera historia de su
abuelo.

En todo caso como entenderán, Sebastián, en mi libro, es mi alter-ego; siguiendo con este pintoresco mi abuelo
Abraham, dicen que era muy querido, por los suyos, pero no tanto por el grueso de la humanidad, por un tono
medio despectivo que tenía en su trato. Si alguien lo saludaba, muy al estilo paisano con un ¿hola tío cómo está?,
el respondía, no muy simpático: yo no soy su tío, y le agregaría algo más pesado, imagino…¡¡Toda una simpatía!!
Otra más: mi papá tenía varios primos, de situación económica medrada (mala) y pasaban sus días acogidos por
los parientes más favorecidos….entre ellos los Rabael, el tío Lalo para más precisión (quien hasta su muerte trabajó
o estuvo al amparo de nuestra familia). El episodio es el siguiente, estaban en el fundo de Santa Teresa bajando
unos sacos de avena, trigo o lo que fuera, y mi abuelo para molestar a los empleados (no era tan en broma, ya
que él era así, medio acaballado, medio prepotente…al decir de sus propias hijas…) y se pone a decirles: “p’tas los
gallos pa’ flojos, llevando de a un saco…(mínimo 40 kilos), así nunca van a terminar…” , se escuchó así como en
sordina, sin que se pudiera identificar al que lo dijo: si es tan liviano porque no los carga él….Entonces mi abuelo
sale con : “mi sobrino Lalo (Eduardo, nuestro tío Lalo) les va a enseñar, tropa de haraganes, ¡Lalo! Échate dos
sacos y muéstrales a estos flojonazos cómo se hace….” Pánico por el lado de Lalo, se echa el par de sacos, casi cae
al suelo ipso facto, y sacando fuerzas de quizás donde, cumple lo solicitado, habrá repetido un par de veces el
pedido (mínimo 80 kilos, y no era tan maceteado, tampoco era un alfeñique….) y raudamente se aleja del “tío”
para que no le vuelva a pedir otra hazaña. Otra más: conté en mi libro (no, nada que hacer, no lo busquen en
librerías, la primera edición se agotó…..) el episodio de mi abuelo encerrado en un garito clandestino jugando todo
un fin de semana…..aquí lo consigno:
Un día pasó a buscar a otro de sus paisanos, Gustavo Melej, muy querido preparador que tiempo después sería
padre de dos conocidos preparadores de nuestros hipódromos. En aquella oportunidad don Abraham le dijo:
“Acompáñeme, Gustavito, a hacer una diligencia. No se preocupe, volvemos luego”. Este ingenuamente accedió y
terminó acompañándolo hasta una casa de donde don Abraham prácticamente desapareció. Para acortar el cuento,
don Abraham estuvo dos días completos, casi sin dormir, encerrado y jugando. Por supuesto, don Gustavo
abandonó el buque al cabo de unas pocas horas, muerto de aburrimiento y sorprendido por la actitud de su
compañero.

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Este episodio me lo contó el mismo don Gustavo, padre de mis amigos Pedro y Gabriel Melej, en una de las veces
que fui invitado a su casa, justo frente a la plaza de San Bernardo. A propósito de hípica, mi abuelo era muy jugador
(de todo) y en la hípica tenía una curiosidad: no veía las carreras, se quedaba sentado en su silla, estudiando las
carreras en el diario o en el programa, mientras escuchaba el relato por los altoparlantes. Habría gozado como
chino la época actual con la rapidez de las máquinas expendedoras, la cantidad de pantallas, las comodidades
para los apostadores (su bisnieto Rodrigo Bercovich, Yoyo, tiene un palco exclusivo para él en el recinto del Club
Hípico de Santiago), sin duda que vino adelantado a su tiempo, mi querido abuelo Abraham a quien repito por
enésima vez…no tuve el gusto y la suerte de conocer. Otro episodio narrado en mi libro, es cuando estaba
totalmente perdido en el Casino de Viña (quebrado), remató su auto al mejor postor, auto que habría de
“adjudicárselo” un amigo de su hijo Juan quien al día siguiente le “re-vendió” el auto al valor de lo rematado y no
hubo pérdida para la familia.

Mi abuelo era especial….bueno, podríamos decir que todos lo somos, pero tenía algunas salidas “de miedo”, como
esta. Estaban en la casa de calle Ramírez, sentadas a la mesa, las Rabajille, las Diuana, tías y sobrinas, tipo año ’47
o cercano, y el Abe estaba muy grave por una nefritis (enfermedad al riñón que hasta el día de hoy lo tiene
delicado), y mi abuelo con un tino sin par exclama al pasar por el comedor: “puchas, se podría haber enfermado
alguna de estas en vez de mi único nieto…” Las oyentes quedaron para adentro y sólo atinando a sonreír….es que
conocían al personaje…. En el episodio de Fauno respecto a su participación en El Ensayo 1938, que yo “reviví”
para mi libro y copié aquí, la fractura en carrera fue tan grave que los veterinarios del Club decidieron sacrificarlo,
pero mi abuelo se opuso y dijo que el se iba a encargar de mejorarlo. Lo llevó a Santa Teresa, y no a La Candelaria
como yo consigné, y mi madre tiene el vivo recuerdo del caballo bajando en 3 patas por la rampa del camión que
lo fletó, y ellas llorando desconsoladas por el penoso espectáculo. Uno de los huasos se ofreció a sanarlo y lo
entablilló, lo vendó, etc., y logró que al menos sirviera para reproductor….Don Abraham se habría ahorrado un
montón de plata con una sola bala…

Otro episodio, de un Abraham, pero del junior es el siguiente: andaba ufano el pequeño Abe con su reloj de pulsera
Mido (un lujo para un niño o joven de la época), además que era muy cachetón, y muy suertudo además (nosotros
le decíamos Glad consuerte, como el personaje de Disney, primo del fatal Donald). Bueno, Abicito ganaba
chocolates jugando en los juegos Diana o similares en la Alameda (se acuerda mi madre de unas sillas voladoras…),
especialmente a unas carreras de caballos. Los chocolates los guardaba en una maleta y era reacio al convite…Un
día en los juegos un pinganilla le dijo muy seriamente: niño, guárdate el reloj en el bolsillo, que te lo pueden
robar….Ingenuamente mi primo le hizo caso, para darse cuenta en muy poco tiempo más que del bolsillo,
seguramente el mismo “buen ciudadano”, se lo habían birlado….Mientras más lloraba el Abe, más se refocilaban
los otros, pues al parecer era uno de esos regalones no muy simpáticos…(Yo consigno el hecho nomás, a mí no
me culpen…)

Vuelvo a mi abuelo, una vez en un remate de caballos del Tattersall, molesto con el sol, se tapó la cara con un
diario….y le adjudicaron un par de caballos, pensando que era una postura seria…No tengo antecedentes del
resultado de esa aventura. Eso sí, respecto de Rosarina, cuando la compró, en remate, se llamaba Horta…feo
nombre, y el le puso Rosarina, en homenaje a la ciudad que lo acogiera…Después compraría a la madre, la Reina
de Castilla, intentando repetir la fórmula ganadora, pero, obvio, no se le dio… Seme acaba la página: una
curiosidad, la casa de Apoquindo la construyó Alberto Haddad, papá de Carlos casado con nuestra prima Amalín,
quien también le construyó a los Tacla y a los Hamuy (este era prestamista, y mi abuelo un cliente frecuente de
él, imaginamos que para “invertirlo” en casino, naipes, caballos lentos y mujeres rápidas).

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Copio un extracto del libro de José Salinas Castillo, “El turf en Chile” donde hace la referencia a la mentada yegua:

Y esto es lo que dice el mismo periodista respecto de los criaderos (Haras) desaparecidos a la fecha de aparición
del libro:

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Hanna Diuana, otro par de mitos
Este capítulo es medio sórdido, pero yo crecí con este mito y no puedo dejar de consignarlo, y alude a que Hanna,
mi bisabuelo, tenía una fuerza descomunal. De hecho en las fotografías se ve maceteado, poderoso, a pesar de la
edad; bueno, antes de llegar a América trabajaba en la piedra, y concluyo que debió ser picapedrero... Lo sórdido
es que para contarnos lo poderoso que era, hay un par de mitos: uno, que era capaz de tomarse un litro de vino
al seco y que no le afectaba en lo más mínimo y este otro: era capaz de partir una nuez con su miembro viril, con
el “zopp” como decían….Siempre lo escuchamos decir, siempre dijimos: ¡ya, segurito,…dudando! Y nunca hubo
un desmentido formal, al contrario, siempre era un: “es cierto, la partía”. Lo someto al juicio público…
Otro mito es su edad de muerte, pues nació en 1845 y tenía 95 años en 1940 (Guía social…), pero entiendo que
murió alrededor de 1942, por tanto de 97 años. Pero en su tumba, en el Cementerio General, dice que murió a
los 107 años…Según he escuchado, que estaba mal inscrito, que tenía esa edad….No me queda tan claro, ¿porqué
habrían de mentir al enterrarlo? Anyway, 97 años son muuuchos años igual, pero suena bonito tener un bisabuelo
que murió a los 107, nos da como más esperanzas de vida (¿o es muy tonto lo que digo?). Igual el abuelo de mi
madre era gruñón, muy poco cariñoso, cuenta ella que le iban a pedir 60 centavos para comprar El Peneca (revista
famosa en la juventud de los años 30-40) y no solo no les daba, sino que salía a espantarlas a bastonazos (era
como el viejito de Benny Hill…). O sea: cariñoso no era; excepto con Juan, su nieto regalón (único hombre
también…)

Y ahora lo prometido, un pequeño repaso por los familiares que a montones tenemos al otro lado de la cordillera,
muchos mas que los que tenemos acá

Los Diuana argentinos


Mariana, la única hermana de mi abuelo Abraham, que llegó con Hanna y Hanom al puerto de Buenos Aires en
1893 se quedó en la Argentina, incluso según la historia, mi abuelo no fue el primer Diuana en llegar a Chile pues
primero se habrían venido Hanna y Hanom; de hecho, en la Guía social….aparece llegando a Chile en 1910, ahí se
instalaron con la tienda en la calle Brasil (la turca linda, etc…) y luego lo habría seguido mi abuelo arrancando (en
la Guía social aparece que llegan a Chile en 1915), etc…Pero la única hermana quedose en Rosario y se casó con
Miguel Yunes e hizo familia allá. Siempre nos jactamos que nuestra familia es más grande en Argentina que acá…y
es cierto pues mi abuelo tuvo una sola hermana, pero esta tuvo siete hijos: Eduardo, Victoria, Fernando, Malek,
Enrique, Enriqueta y Antonio. A pesar de haber ido varias veces a Argentina, de esta familia solo conozco, y bien,
a Malek pues veraneaba en Viña, en el Atalaya, mismo edificio nuestro y compró desde el comienzo (año 1969).
Se venía con su señora, la tía Elena Salomón y su única hija Mariana, la Marianita, con quien siempre hice muy
buenas migas, conversábamos horas de horas… ¿de qué? Ya no recuerdo, pero de lo que conversan dos jóvenes,
de 13, 14 años…No conocí otros Yunes Diuana pues nunca fui a Rosario, y ellos no vinieron en la época que yo
pueda tener memoria. Lo más cercano que estuve de algún Yunes, en Argentina, es cuando con Rodrigo, en
Córdoba, estuvimos con el tío Ángel, este es Yunes Rabajille, por tanto hermano del tío Federico, papá de los
Yunes chilenos (casado con la tía Nadima Rabajille…sácate un enredo, o un imbreeding…) Vivía modestamente,
pero muy cariñoso y simpático (jugamos al truco toda una noche….

Contaré algo de ese tío Malek que veíamos todos los años en el verano en Viña. Siempre saludaba, pero nada más:
hola prima, ¿Cómo está prima? Nunca entró al departamento 15 a conversar, preguntarle por ella, en profundizar
algo con mi mamá, su prima hermana; a lo mejor no le caería bien, o a lo mejor era un poco machista, porque
pesado no era, tampoco un dechado de simpatía, era neutro. Era admirador de su primo Juan, seguramente con
él se explayaba. Cuando murió Juan, sufría en voz alta: mi primo de Chile, mi primo de Chile. A lo mejor Malek
alguna vez se dio cuenta que mi abuelo Abraham no le tenía muy buena…Según mi madre, se refería a ellos, a sus
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sobrinos Yunes Diuana, como “esos son burros con plata”, muy molesto pues no tenían ninguna de las “virtudes”
que mi abuelo apreciaba: fumar, la jarana, el juego, la hípica…Nada, no siendo jugadores caían en desgracia ante
los ojos de mi abuelo Abraham. Si algún pariente argentino lee este párrafo y se molesta, debe molestarse con mi
abuelo que era el que se refería en esos términos….yo soy sólo el que escribe la historia, y podría decirse que soy
tan inocente como el mensajero de las malas noticias. Los primos Yunes hicieron fortuna (algunos dicen que
inspirados en sus parientes chilenos) en el rubro transporte. Eran dueños de una línea de buses importante: la
General Urquiza rival de los Chevallier, que imagino que empezaron con transporte urbano, y luego siguió al inter-
urbano; como me tocó ver, una tremenda empresa. En una de mis idas a la Argentina, el verano de 1978 (mala
fecha para andar manejando auto chileno entre Mendoza, Mar del Plata, Balcarce y Buenos Aires, pues estuvimos
a punto de ir a la guerra con los ché, y nos hicieron pasar penurias junto a mi amigo y colega Nicolás Emden) falló
la práctica en el INTA de Balcarce porque nos dieron visa por 7 días (nos tomaron por espías chilenos) y volvimos
a Buenos Aires, a la casa de una familia amiga de Nicolás (que vivían un drama con una hija rebelde, pero de esas
rebeldes-rebeldes, aunque no viene al caso la historia) y a mi se me ocurrió visitar en Salta a mi prima Adriana
(hija del tío Victor) y andaba con una tarjeta del marido de Marianita (hija de Malek), Sebastián José Alegre que
trabajaba en la empresa. Lo llamo y le hablo del viaje….me dice inmediatamente que me vaya al terminal, que
hable con NN y me conseguí de inmediato un pasaje en uno de los buses Gral. Urquiza a visitar a mi prima.
Cualquier gentileza…A la vuelta el tío Victor me compró un pasaje en avión para volver a Bs As, no se si por
gentileza o para que me alejara de su hija (mentira, fue súper cariñoso conmigo; en ese viaje…)

Excelente situación tenían los Yunes Diuana, contado por todos los parientes chilenos que los conocieron en su
territorio. Penoso es saber que ahora no están en la misma abundancia. Antes de pasar a los Zamar, hay un Yunes
metido en mi lado Rabajille que complica absolutamente el panorama y el entendimiento. Choe Yunes se casa en
Argentina con Malaqui Rabajille Rabú, o sea la única hermana que se conoció (viva, pues Wadia habría muerto en
Homs) de mi abuelo Antonio; y de este matrimonio nacen Federico, Ernesto, Elvira, María Elena, Ángel, Neddy,
Chamsy y Rodolfo. Todos hicieron vida en Argentina salvo alguno en Estados Unidos y el caso especial es el de
Federico que se casó con Nadima, su prima hermana y se avecindó en Chile. Era mecánico, especialista en cajas
de cambio, muy apreciado a nivel empresas de micros (trabajaba con sus primos en Rosario y siguió haciendo lo
mismo acá en Chile). Murió muy joven de cáncer al páncreas, yo me acuerdo muy bien del día y el lugar en que
supe de su fallecimiento. Sólo conocimos a su hermano Ángel que ya conté que estuvimos con él en Córdoba.

Mi abuelo y su familia viajaban muy seguido a la Argentina y aunque llegaban mas a donde los primos Zamar,
también visitaban mucho a los Yunes Diuana, y viceversa. Cuando estaban en Rosario, Abraham pasaba los días
jugando al truco con los choferes de los Yunes, seguramente jugaban con plata…algo que nunca hicimos Rodrigo
y yo cuando aprendimos a jugar en nuestro viaje a Jujuy, en que nos entreteníamos mucho con el juego pues es
una mezcla de picardía, memoria, poesía (para declarar una ‘flor’ que es una combinación de cartas se usa, entre
otros, este cantito: Por el río Paraná venía navegando un piojo, con un hachazo en el ojo y una Flor en el ojal). Ya
olvidé el juego pero no las señas que se le hacen al compañero cuando uno le cuenta las cartas que tiene: cejas
arriba, el as de espadas; guiño de ojos: as de basto; me muerdo el labio inferior: un tres, y así casi una seña para
cada carta). En uno de esos viajes, uno bastante largo pues se fueron en diciembre de 1938 un poco después de
Pascua a la Argentina, Abraham, Zaquie, Yola y Nelly, mi madre tuvo su segundo encuentro con la muerte, saliendo
una vez más, victoriosa; si no esta historia no estaría siendo contada. Obviamente la primera fue el desgraciado
episodio que terminó con la vida de su hermano Malek.
Nelly escapa por segunda vez de las garras de la muerte
Como estaba narrando, estaban en un largo viaje de vacaciones por la Argentina, y milagrosamente estaban en
Buenos Aires, lo que a la postre sería lo que la salvó, y se enferma de difteria, en forma fulminante. Hasta ese
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momento sufrir de difteria era una muerte segura pues las pseudo-membranas producto de la bacteria (bacilo de
Klebs-Löffler) obstruyen las vías respiratorias e impiden el paso del aire, muriendo ahogado los pacientes. Corría
febrero de 1939 y mi mamá es llevada de urgencia a un hospital en la capital trasandina, y milagrosamente
disponían del suero antidiftérico que recién había sido desarrollado y una vez aplicado, tuvo una recuperación
casi inmediata. La anécdota principal es que el doctor que la atendió estaba doblemente feliz, pues no había
podido viajar a cooperar con las víctimas del mortal terremoto de Chillán, ocurrido el 24 de enero de 1939, y
declaró a mis abuelos: no pude ir en ayuda de los chilenos allá, y he tenido la fortuna de salvar una chilena acá….Mi
mamá, toda una highlander. Ver Anexo 7

Nelly chiquitita En su primera Comunión En su matrimonio

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Victoria Yunes, Nelly, Enrique Yunes y señora Abraham y familia de vuelta de Argentina en abril
de 1939 luego del episodio “difteria”, junto a la
familia de don Mario Fellini.

Malek Diuana Zamar Maria Suaina, Sucrie, Clorinda Toufika (señora de


Alberto Zamar), Alberto Zamar e hijo, chuicos varios

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Los Zamar argentinos

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Los Zamar argentinos
Los Zamar argentinos sí que son hartos, yo conocí un puñado, especialmente en Salta y en Jujuy. Para hacerlo fácil,
me voy a ir por los que no conocí del todo, o conocí muy someramente. Esa hermana de mi abuela, Malaqui casada
con Jorge Cafrune y padres de José, Juana, Malek, Ramsy, Lidia y Raúl. De esta línea, tal como había citado, José
el primero se casó con Matilde Herrera y produjo uno de los más importantes folcloristas argentinos, muy
comprometido con lo social….¡¡entero izquierdista!!, (ver Anexo 8) Otra hija de Malaqui, la tía Lidia Cafrune vivió
en Chile, se casó con Dardo Correa, un trasandino avecindado en Chile, quien por años administró el único quiosco
de revistas que había en el aeropuerto de Pudahuel (Arturo Merino Benítez) y era un personaje irreemplazable y
utilísimo cuando alguien viajaba y pensaba traer maletas llenas con lo que fuere: ropa para vender,
electrodomésticos en la época que estaba prohibido internarlos (sí, había una época en que no se podía importar
ni internar nada), o como en el caso mío con mi primo Esteban, cuando viajé a Estados Unidos traje 3 maletas
llenas de remedios para mi farmacia veterinaria, y los amigos de Dardo allanaron cualquier revisión, no pagué un
peso y pasé todo. Ellos tuvieron una sola hija (al parecer adoptada), Lily…nunca tuvimos mucho contacto con ellos,
como que se quebró el sistema cuando le arrendaban a mi mamá la casa de la Pila y bueno, las platas en discordia
nunca acerca a la gente… ¡Y era prima hermana de mi mamá! Eso es todo lo que conozco de los hijos de Malaqui.
Descarto inmediatamente a las hijas de Sadallah, nada he recopilado de esa línea.
De la Sucrie y su descendencia hay más antecedentes, pues aunque tuvo solo dos hijos: Fado y Yodi, han estado
muy unidos a nuestra familia, por aquí y por allá. Yodi tuvo 4 hijos, de los cuales Oscar, más bien Oscár, así con
acento, se casó con mi prima Carola Rabajille (hijos de primos en 2º grado), y viven aún en San Pedro en Jujuy.
Oscár tiene una salud muy delicada…el Vivi (su hijo menor) pasó un par de días con nosotros en Pirque. Otro de
los hijos de Yodi, Carlos, es político, peronista acérrimo y se quedó en la casa de Las Condes para el matrimonio
de la Carola, yo lo fui a buscar y dejar al aeropuerto y conversamos mucho de la vida, del folclor, etc. Un personaje
raro e interesante. Fado el otro hermano de Yodi es el hermano exitoso, a pesar que eran socios, tenía muchas
propiedades, negocios, etc. Este es el papá de César (nuestro gordo primo argentino) que en segundas “nauseas”
quise decir nupcias, se casó con mi prima Pola (hijos de primo-hermanos) y tuvieron al César y la Amalia. Con estos
primos hemos convivido más pues históricamente han venido más a Chile. Esteban, otro hijo de Fado estuvo
veraneando en nuestro departamento en Viña con nosotros, todo un mes, fue cuando se pololeó a nuestra prima
Claudia y parecía ir en serio la cosa, pero no resultó (hoy es todo un político de fuste, la última vez que vino a Chile
ni me saludó…y en la penúltima más precisamente en su luna de miel, lo paseé por todo Santiago…). No hay
problema dijo Alf, esto es así….
En el viaje que hicimos a Córdoba y Jujuy con Rodrigo, Esteban y Carlos Tala, nos quedamos principalmente en la
casa de Fares, en Ledesma (este es suegro de mi prima Keny como explicaré al llegar al capítulo Ernesto, otro hijo
de Fares y por tanto hermano de la Zaquie). El tío Fares, y su señora Galie vivían como príncipes árabes: autos
ultimo modelo, la casa llena de todos los adelantos… Nosotros fuimos atendidos a cuerpo de rey, casi un mes de
veraneo gozando de un hotel 5 estrellas que funcionaba a nuestro horario, etc. etc. En contraste el tío Fado, por
decirlo diplomáticamente, vivía más austero. Curiosamente la línea Fares era justicialista (Perón, más de izquierda,
etc.) y la línea Fado era lo contrario, eran radicales (Alfonsín por ejemplo), equivalente a alguien de derecha en
Chile, en contraposición a los peronistas que son de izquierda (Cristina, Menem, etc.). Bueno, en ese viaje
pasamos unos días en San Pedro, en la casa de Fado, y salimos a recorrer (pasear, carretear, etc.) con nuestro
primo Esteban, que así “pagó” su mes en Viña llevándonos a todas partes. Estuvimos en la Quebrada de
Humahuaca, justo para el final del carnaval, con el entierro del rey Momo, más bien la quema del rey. No puede
haber carnaval más típico (bueno, aparte del brasilero): “Llegando está el carnaval, quebradeña mi cholita, fiesta
de la quebrada humahuaqueña para bailar…erke, charango y bombo carnavalito para cantar” A mí me “fusilaron”,
te obligan a tomar un vaso de vino o qué se yo, al seco si te pillan bailando algo distinto del carnaval. Más bien si
te pillan “atracando”, pegadito, en vez de ir en fila, haciendo algo sincopado. Al parecer se me pasó la mano (se
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nos pasó, pues fusilan de a pareja) con la Cuiti, hermana de Esteban, que aunque mayor que yo, estaba bastante
pasable en esa época…y como dice el dicho: “a la prima se le arrima”. Algo que nuestra familia practica seguido,
especialmente con miembros del otro lado de la cordillera…y el que esté libre de pecado, que tire la primera
piedra, dijo Jesús.
Hubo varios episodios dignos de mencionar en ese viaje, capítulo San Pedro. El tío Fado era un poeta, un soñador,
y tenía frases para el bronce…A mí me incomodaba un poco, pues me daba especial atención, junto al Rodi, en
desmedro de Esteban y Carlos Tala, claro, nosotros éramos sus sobrinos directos, hijos de su prima Nelly, su
querida prima. Nos lleva a recorrer Humahuaca, nos habla de los cerros de siete colores, de la presencia divina,
etc. etc. y me dice que el aprecia en los hombres la “capacidad de asombro”.

Entendiendo como tal, la capacidad o la necesidad u obligación de no quedar impasible frente a la vida que va
pasando enfrente nuestro, ya sean hechos, ya sea un paisaje, una melodía, etc. Y ponía como ejemplo que uno no
puede sólo pasear por “este precioso lugar, con los cerros de siete colores”, uno debe asombrarse, debe tener la
capacidad de verlo…y me pareció muy acertada la visión del tío Fado, muy poética, muy profunda (tanto como a
más de 30 años de sucedido, me acuerde perfecto del lugar, sus palabras, mi reacción y lo que ocurrió a
continuación. Acto seguido, paramos en un puesto que vende artesanía, entre ellas unas botellas con tierra de
siete colores, “Recuerdo de la Quebrada de Humahuaca” y compra solo una botellita…. (no valían ni tanto….),
¡éramos cuatro viajeros, cuatro invitados!, una situación súper incómoda y sólo atribuible a una tacañería del tío
o a su poca capacidad de empatía. Y tan filósofo que era…

Esteban Zamar, Carlos Tala, Rodi arriba; yo y Esteban Yunes abajo, en el Monumento a los Héroes de la
Independencia, frente a la plaza principal en la Quebrada de Humahuaca

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Pero este episodio fue una pata de pollo al lado de otro “evento” que vivimos cuando estábamos invitados en la
casa del tío Fado; salimos una noche a carretear con Esteban Zamar y su primo hermano (nuestro primo) Carlos.
Partimos en una especie de fonda folclórica, lo típico: piso de tierra, vino en vasos baratos, y grupos cantando en
el escenario medio improvisado. A Carlos lo conocían todos, saludaba a medio mundo, flotaba en su
ambiente…Estuvimos un rato y los cuatro chilenos y Esteban decidimos irnos a buscar más “acción” y este último
conocía (después supimos que era más que conocido) un lugar para bailar, conocer chicas, ojo, chicas….y nos
fuimos, ya avanzada la noche a una especie de cabaret o night club. Las pibas estaban muy buenas, muy cariñosas,
pero….pero había que invitarles un trago. Y como nos fuimos quedando y quedando, y el cariño aumentaba y
aumentaba, los tragos invitados también. Incluso ya al final de nuestra visita al local, abrieron, con nuestro
estúpido consentimiento, una botella de Ananá Fizz (cómo será que me acuerdo clarito del nombre), que era como
el top súmmum del consumo (en $) y se felicitaban unas a otras…
Nosotros los pavitos, con muy poco conocimiento del rubro “copetineras” a todo decíamos que sí, la “promesa”
era auspiciosa. Luego del descorche del maldito Ananá Fizz, como que cambió la cosa, ya no había mucho interés
y fuimos invitados a pagar la cuenta, porque ya era tarde y tenían que cerrar, que los gendarmes, que la policía,
que los menores de edad, incluso ya no caíamos tan simpáticos, etc. Bueno, paguemos, si unos pocos tragos no
deben ser tan caros, dijimos, pensamos…pero nos equivocamos. La cuenta, monto que no recuerdo ni quiero
recordar, era astronómica, no llevábamos ni la mitad de la plata requerida…hicimos la vaca, cada uno quedó seco,
y Esteban desaparece con la administradora (regenta o cabrona, da lo mismo) y aparece a los minutos: ya
muchachos está arreglado, no se preocupen. Pensamos, equivocadamente, que era el fin de la historia.
Al otro día… al otro día despertamos en medio de una discusión solapada, el tío Fado indignado, Esteban se
defendía, el tío atacaba….cuento corto, el local donde funcionaba el night club era de propiedad de los Zamar, de
ellos y que como se le podía ocurrir en semejante gasto, que se lo iban a descontar del arriendo, y otras cosas que
alcanzábamos a escuchar a medias….en resumen nuestro querido primo Esteban Z se estaba comiendo una
guatona de esas….por culpa, entre otros, del Ananá Fizz.

El mentado Ananá Fizz, caro y que provocó Otra preciosa vista de los cerros de 7 colores….
tanta felicidad…en algunas…..

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Tontamente no quedaron fotos de aquel viaje, excepto esa de la Quebrada de Humahuaca; en compensación
pongo algunas antigüedades (para variar):

Matrimonio del tío Fado, están José Jure, ADZ, los novios Juan Zamar (papá de Fado), Sucrie, JDZ, Amalia
Sarquis, Zaquie Zamar y Toufika (esposa de Ernesto Z.)

Y aquí están los Zamar en pleno (el de sonrisa Pep es el tío Víctor)
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Los Zamar en Ledesma, fueron otra experiencia inolvidable, pues como decía antes, nos atendieron muy bien,
quizás considerando que venía entre el equipo de primos, Esteban (mi primo por el lado Rabajille), y se casaba su
hermana Keny con Ernesto mi primo (lado Zamar). Incluso mi mamá le había hecho el “gancho” en Viña. Aun así,
en todas partes las estrellas éramos Rodrigo y yo, los hijos de la Nelly…, la verdad es que más estrella que ambos,
eran los dedos “pochos” del Rodi, que estaba obligado a mostrar a cuanto Zamar nos llevaban a conocer. Estos
dedos pochos son una especial deformación, genética imagino pues lo tiene mi mamá, creo que la tía Yola, Rodi y
Julio. Consiste en la ausencia de coyunturas, al empuñar la mano, no hay durezas, solo una superficie plana…
(menos mal, pues con lo bueno para los combos mi hermano Rodi con coyunturas sería un arma mortal). A Julio
le faltan en dos de cuatro dedos, pero Rodi es el adalid con ninguna. Ya no recuerdo bien, pero nos llevaban a
conocer al tío o tía tal, estos son los hijos de la Nelly, y provocábamos sensación: yo con mi parecido a mi mamá,
y Rodi con sus deditos pochos. De todas partes salíamos con regalos, casi todos tenían tienda y eran acomodados
(al nivel provincia argentina).
El tío Fares, siempre sonriente y cariñoso, tenía un local de implementos deportivos, una tremenda tienda…y en
el segundo piso su casa, un departamento con todos los lujos, modernísimo…en contraste con lo que había afuera,
pues Ledesma es un pueblo más que una ciudad (estoy hablando de hace más de 30 años atrás….puede haber
cambiado mucho). Muy al estilo de los paisanos que recién llegaron, vivir en el mismo lugar en que trabajaban.
Ese verano fue inolvidable, íbamos todas las noches a carretear, a bailar a las discotecas, llegábamos tardísimo,
dormíamos hasta mediodía, nadie nos molestaba y nos levantábamos a desayunar y nos íbamos a jugar vóleibol
o baby fútbol a plena hora de la siesta, con todo el pueblo escondido en sus casas. Sudábamos como locos, y
estábamos en un estado físico pleno…teníamos 20? Incluso llegó a tanto nuestra fama, que nos entrevistaron para
la radio local, éramos rock stars… Nuestro compinche era Jorge Zamar, hermano menor de Ernesto, gran primo,
le decían “Nippur de Lanash”, por el personaje de los comics argentinos (El Tony, etc.) que es Nippur de Lagash,
pero por la buena situación que tenían (“lana” es plata en argentino…) cambiaron el Lagash por Lanash…

Jorge nos acompañaba a casi todo, porque no nos podía seguir el ritmo, nos presentó a sus amigos y amigas, yo
me prendé de una tal Wishe… Había un gordo muy carretero, creo era el gordo Kelly y teníamos fiesta todos los
días, salíamos en uno de los autos de nuestros primos. Ledesma vivía del Ingenio, no del ingenio, inteligencia o
picardía del hombre, sino que de una empresa que producía azúcar de caña, papel y alcohol, lo que le daba al
pueblo un olor característico. Igual cosa flotaba en el aire el “bagazo”, un carboncillo producto de las chimeneas
del Ingenio. La zona es semi-tropical, como si nada se viene una tormenta con truenos, relámpagos y lluvia…mucha
lluvia que hace que corra el agua por las calles, verdaderos ríos…Luego para; sale el sol y queda una rica humedad
y calorcillo asfixiante para algunos, exquisito para mi gusto.

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Nunca había visto tormentas como esas, tengo nítido en mi mente, una noche volviendo de amanecida de una
disco, haber mirado al cielo rayos en los 360º de mi visión, mientras explotaba el aire de truenos…¡¡precioso e
inolvidable!!
Aquí aprendimos a “coquear”, con hojas de coca, haciendo el acullico en la boca, que es formar una bola ordenada
con las hojas en la mejilla e ir sacándole el principio activo…cocaína… (hoy suena mal, muy mal…pero es una
costumbre de los coyas de la zona, y mis primos la tenían asimilada). En la mesa, cuando jugábamos truco había
siempre un platillo con hojas frescas y otro con bicarbonato para neutralizar la acidez de éstas. Nosotros lo
hacíamos de mono nomás, pues no nos producían gran efecto; al menos alucinógeno no, pero dormía la boca y
seguramente atenuaba nuestro cansancio, nada más.
Esta situación medio tropical de Jujuy, curiosamente a la misma altura de Antofagasta por el lado chileno, tan
seca, casi desértica, hacía que tuviera una vegetación exuberante, caña de azúcar por doquier, mangos, y otros
árboles por el estilo, enormes bambúes, de impresionante grosor. Como una de las hermanas de Ernesto, Olga,
estaba casada con Raúl Resúa (este era medio sordeque y hablaba a gritos, en especial cuando llamaba a su hijo
Lian…) que trabajaba para el Ingenio, pudimos recorrer el sector donde vivían los ingenieros, y el parque en que
se encontraba la casa patronal de los antiguos dueños de la hacienda… Me imaginaba la compañía frutera en
Macondo, en Cien años de soledad. No me acuerdo si fue Olga o Alicia, la mayor, la que nos sacó de la cárcel a
Rodrigo y yo, nos tuvieron retenidos por no me acuerdo qué, pero por un asunto de visa, no andar con carnet, o
algo así, no fue por faltas ni menos algo criminal. Lo que sí me acuerdo, es que retó a los gendarmes, tal como si
fuera la dueña del pueblo; los subió y los bajó, mientras nosotros estábamos totalmente compungidos.
Conocimos una pariente de nuestros primos, que había sufrido una decepción amorosa, pololeaba mucho tiempo
con un compañero del hospital, y cuando se iban a casar, descubrió que el joven era un chagoma….había tenido
Mal de Chagas, mal tropical sin vuelta atrás, y había tenido que echar atrás su matrimonio…
Otra cultura, otro mundo, otras experiencias.
Otro hermano de Ernesto, venía a almorzar todos los días con sus papás, y por tanto con
nosotros…Carlos…Nuestro primo doctor, que pesaba fácil unos 150 kilos, de él tengo el recuerdo que traspasé a
mis hijos que para no perder tiempo mientras comía, más bien engullía, hacía un gesto con la mano, pulgar hacia
abajo para que le rellenaran el vaso de Coca Cola…como no existía la light, el primo Carlos trasegaba cantidades
ingentes de azúcar que le hacían mantener esa figura impresionante. Igualmente, después de haber comido como
un guerrero vikingo, le decía a su mamá, la tía Galie: mamita, un plato de sopa…para enjuagar la boca, con una
simpatía de gigante bonachón, con la cara llena de risa…Su padre y madre lo miraban orgullosos; era el regalón.
El otro recuerdo lo llevo en mi mano derecha, dedo índice pues tenía una pequeña y rebelde verruga que ayudado
por su inexperiencia y su bisturí eléctrico, me transformó en una tremenda cicatriz muy poco estética…pero ya no
tengo la verruga….

Este mismo Carlos, su señora y su hijo, fueron huéspedes en nuestra casa de Las Condes, en ocasión del
matrimonio de Ernesto y la Keny, en que mi papá fue el padrino, con su hermana viuda. En uno de las cenas que
le preparó mi mamá, un banquete, de entrada preparó un plato clásico de mi madre, consistente en un pescado
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desmenuzado con mayonesa y cebolla picada finita, dispuesto en una tremenda bandeja, en forma de pescado,
obviamente. Cuando Carlos lo vio le dijo: pero tía, vos creés que me va a llenar esta mojarrita…Como si uno dijera
algo así como: esa sardina me cabe en una muela…Por años la frase la usamos para ironizar respecto de achicar
algo tremendo: ¡¡pero si es una mojarrita!! Esa vez nos desternillábamos de la risa, del ingenio y buen humor de
ese gordo simpático. Muy parecido a Porcel.

Julio, Nelly, Carlos Zamar y su señora en Las Condes, previo al matrimonio de la Keny

Y finalmente Ernesto Zamar (RIP), mi doble primo…: por el lado Zamar somos hijos de primo-hermanos, y por el
lado Rabajille, él estaba casado con una prima hermana mía. Entre ellos no tenían ni el más remoto parentesco, y
hago esta aclaración porque nuestra familia ha ocupado peligrosamente el imbreeding.

Keny, Adriana Z, Paula, Ernesto Z y la tía Hilda Sep. 1978 en Argentina


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Ernesto, previo a su matrimonio con la Keny, nos invitó, más bien invitó a su futuro cuñado Esteban a conocer su
familia mi familia) y nos colamos en ese viaje Rodi y Carlos Tala, viaje que he comentado más arriba. Partimos en
Córdoba donde nos alojamos en una casa que tenían para que estudiaran los hermanos Zamar Tuma; casa que
estaba a cargo de un ‘casero’ y su señora, que nos atendieron muy bien, muchos asaditos…Nos llevó a conocer las
famosas sierras de Córdoba, nada especial pues nosotros tenemos mucha cordillera, Farellones y el Cajón del
Maipo a minutos de Santiago, pero tengo en el recuerdo una tremenda represa que estaba recién llena, era aún
un paisaje árido. En google encuentro que es el Lago San Roque, pasamos por la famosa Villa Carlos Paz, y junto
con acordarme perfectamente del paisaje, es el lugar donde por primera vez me comí un choripán, en la calle,
algo típico que después se masificaría en Chile. Luego de unos días nos fuimos a Ledesma, de ahí Esteban y Carlos
viajaron a Rosario a conocer los parientes Yunes de Esteban y nosotros a nuestros parientes en San Pedro y San
Salvador. Volviendo a mi primo, era una especie de páter familia, a la vera del tío Fares, y llegó a ser ministro de
Economía de la provincia, pues Argentina es federada. Tocaba guitarra y cantaba bonito, y años después murió en
un accidente automovilístico en medio de algunas dudas respecto a su fidelidad, rumores de los cuales no me
hago cargo, pero los consigno. Adjunto una foto de la tía Galie cuando un poco antes, al parecer por motivos
médicos, viajó junto al tío Fares a EEUU y estuvo en la casa de la tía Yola. Ella habló maravillas de como la habían
atendido y es justo poner la foto.

Mi abuela y la tía Galie en EEUU en el año 1977


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Me había olvidado de un episodio que tendría repercusiones en mi vida, y en la vida de mis hijos también, años
después. Estando en San Pedro, con la familia del tío Fado, compartimos también con los otros hijos: me acuerdo
especialmente de una invitación a la casa de Raúl a comer y luego nos quedamos hasta altas horas guitarreando
canciones argentinas y chilenas…la música siempre me ha salvado. Pero el episodio es otro. César, que no estaba
tan gordo en esa época, era y es médico otorrino, y algunos días subía a la Mina El Aguilar, una mina de zinc,
plomo y plata que se ubica por la Quebrada de Humahuaca, subiendo y subiendo hacia Bolivia, por caminos de
tierra muy agrestes. Me pasó a buscar como a las cinco de la mañana y nos fuimos con otros doctores, especialistas
a cumplir una especie de operativo sanitario, en un colectivo. Fue muy accidentado, siempre lo es según me
contaba César pues bajan “huaicas”, derrumbes que arrasan los caminos y hay que ser chofer capo para no
desbarrancarte. Bueno, llegamos a casi 5.000 m.s.n.m. (El Aguilar tiene una altitud media de 4.895 m.s.n.m.), y
mientras mi primo se dedica a atender los casos que le tenían esperando, yo me quedé recorriendo el lugar,
mirando piedras, lo que nunca me ha complicado, y tuve la genial idea, para ver el efecto de la altura en mí… (mi
carácter científico…, de haber fabricado vacunas también me las habría inoculado…). Lo que hice fue pegarme un
pique, corriendo, de subida más o menos una cuadra…. ¡casi me muero!, me apuné y me tuvieron que dar un té
de coca para poder normalizarme. Esta misma estúpida idea, la repetí (lo juro que no fue en “desquite”) con mis
hijos en el año 1996 de viaje a Orlando con los niños presentes en esos días: Toñi de 10, Martín de 8 y Andy de 5,
y el estúpido avión del Lloyd Aéreo Boliviano (el pasaje más barato debió haber sido) hizo escala en La Paz y
tuvieron que reparar la chatarra en que íbamos, y tuvimos que quedarnos un par de horas retenidos. “Invité” a
los niños a correr, para que (¡Oh No!) vieran el efecto de los cuatro mil metros de altitud…Resultado: ellos con
oxígeno en la enfermería del aeropuerto, y yo con una jaqueca (maldito tiempos aquellos) que me duró
largamente hasta llegar a Miami…Debo confesar que no fue una idea inteligente, siendo indulgente conmigo…
Cosas que me ha tocado ver, hacer, en estos recorridos 58 años…Gracias a google puedo consignar unas pocas
fotos, pues no dejé testimonios gráficos de mi viaje.

Mina El Aguilar

Otro hecho curioso en Jujuy, uno de mis primos me pide lo acompañe a hacer un trámite a la capital, San Salvador,
y nos fuimos por un camino entre la sierra, sólo se veían las copas de los árboles, muchas curvas, como la subida
a Farellones, pero entremedio de una selva. De repente, en una subida, mi primo para el auto y me dice que estoy
a punto de vivir un episodio “parapsicológico” o magnético, no recuerdo bien las palabras que usó para
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entusiasmarme o asustarme. Bueno, íbamos subiendo, para el auto y me dice que espere…¡¡el auto empieza a
subir sólo!! La verdad es que el auto se movió un buen trecho, “subiendo” la cuesta. Nos bajamos del auto y
repetimos la prueba orinando, meando…El líquido subía….al menos lo vi subiendo… ¿Ilusión óptica, fenómeno
magnético? Esto ocurrió en la zona de Perico, Jujuy y lo pueden googlear, pues es un clásico en la zona.

Ingenio azucarero en Ledesma, con su chimenea botando “bagazo”

Pequeña casita de los Blaquier-Arrieta, dueños (¿ex – dueños?) del Ingenio

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Habría mucho más que contar de mi lado Diuana, quizás muchas historias que atesoran mis primos mayores, Abe,
Juan Carlos, José Ángel (sólo las historias de éste darían para un libro gordo…), mis primas también podrían aportar
(sonó un poco machista el comentario anterior). Tal vez nuevas largas conversaciones con mi mamá, o la tía Yola
servirían para llenar páginas con nuevas anécdotas y recuerdos, algo que podría ser de nunca terminar. De hecho,
en mi visita semanal a verlas, siempre les saco un párrafo nuevo, pero de esa forma jamás daría por terminada la
faena. Pero la idea era y es tratar de explicar el origen de esta parte de mi familia, la materna, del modo que yo la
viví, con la versión de los hechos que siempre escuché, conocí y tal como la entendí. En lo medular, la llegada de
mis abuelos, el cómo fueron surgiendo, el cómo se fueron integrando, cómo sentando las bases de lo que sería
nuestra familia, creo que la tarea está cumplida. Me quedan muchas fotos que podría agregar, pero esto se
transformaría en un documento muy voluminoso, y siento que es suficiente, antes de pasar a mi otra mitad, la
paterna; la cual curiosamente dejé como segunda parte, en el entendido que en la fusión de los materiales
genéticos de padre y madre, uno no es primero que el otro, hay una amalgama pareja entre la mitad contenida
en ambos gametos… (no puedo olvidar mi educación científica…).

Como introducción para pasar al capítulo siguiente, los Rabajille…

Mis dos abuelas en la playa: Georgina Sarquis y Zaquie Zamar; entremedio María Yaquich.
Amigas y compinches, comadres por lado y lado…

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Mi historia familiar
LOS RABAJILLE

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Los Rabajille (Antonio Rabajille escrito en caracteres árabes)

Según la Guía Social de la Colonia Árabe en Chile (Siria-Libanesa-Palestina), Recopilación y Dirección por Ahmad Hassan Mattar recopilada
en 1940, publicada en 1941 (Nadim mi papá, aparece con 18 años, calza con la fecha de nacimiento que siempre nos dijo, 1922 a pesar del
carnet que dice 1923); a la fecha, vivían en la calle Milán, casa desde donde me traje la puerta de entrada de nuestra casa en Pirque. Es
difícil imaginarse a las tías de 5, 7, 9 años… ¡Mi padrino de 11! …Ayy, como tener una máquina del tiempo….

Nota: Me llama mucho la atención la nula aparición en esta Guía Social de los hermanos (propios hermanos, para usar un término hípico)
de mi abuelo Antonio: Badit (Benito) y Celestino (Sade), quienes eran Rabají y Rabael, respectivamente….

* Según “Estado de conservación de la antroponimia de origen árabe en el español de Chile, por Sánchez y Millar, 2003

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Mi abuelo Antonio, también nació en Homs, Siria y los motivos que tuvo para migrar a las Américas, no distan en
lo sustancial de los que trajeron a mis antepasados Diuana, aunque la historia es más aventurera si se puede decir,
pero no quiero adelantarme o mejor dicho no quiero empezar a contar la historia antes de hacer un poco de
historia, y esta historia (mi historia familiar) ya comienza a repetir mucho el nombre de Homs (casi más que el
término “historia”). Como ha quedado meridianamente claro, al consignar el lugar de nacimiento de mi abuelo
paterno (habiendo empezado al verres de los cristianos...), tres de estos abuelos, de un posible total de cuatro, o
sea el 75% de mis abuelos nacieron en Homs, la destruida Homs, la milenaria Homs, la que quizás nunca tendré la
posibilidad de conocer Homs…
Ciudad que guarda parte significativa de mi historia…me parece de justicia partir este capítulo de mi historia
familiar haciendo una reseña del Homs que vio salir a mis abuelos, junto con intentar describir los convulsionados
tiempos que vive el Homs actual, pero antes, un poco del país.

Siria, un poco de su historia


La historia de Siria se remonta a 5000 A.C., cuando distintos pueblos provenientes de la Península Arábiga, y
también invasores arios, llegaron a esta región, entre ellos: sumerios, acadios, cananeos, fenicios, caldeos, asirios,
arameos, amorritas, nabateos, gasanitas, hititas, mitanios, palestinos y hurritas, ¿qué tal? Es sabido que la cultura
occidental se benefició de la civilización de oriente, entre otros legados podemos destacar la rueda (Sumerios,
4000 AC), el alfabeto (Ugarit, siglo XIV AC), las matemáticas (primer sistema sexagesimal, 2350 AC) y la medicina.
Durante el segundo milenio A.C., Siria estuvo ocupada sucesivamente por cananeos, fenicios y arameos. Los
hebreos finalmente se establecieron al sur de Damasco, en las áreas conocidas más tarde como Palestina, donde
convivían junto a los filisteos y cananeos. Los fenicios se establecieron a lo largo de la costa de estas áreas, así
como también en el oeste, en la zona ya conocida por sus cedros (Líbano), chiquillos: también venimos de estos,
esa es mi 4º abuelo (abuela), la libanesa, la brasileña, la penta-campeona de fútbol…

Mapa de Siria
Egipcios, sumerios, asirios, babilonios e hititas ocuparon variadamente el estratégico suelo de Siria durante este
periodo, mientras fuera una tierra de marcha entre sus variados imperios. Finalmente los persas tomaron el
manejo de Siria como parte de su control general del suroeste de Asia; este control se transfirió a los griegos tras
las conquistas de Alejandro Magno y de ahí a los romanos y a los bizantinos. En la época romana, Siria era el hogar
de Heliogábalo, un emperador romano de la dinastía Severa que reinó desde 218 hasta 222. La familia de
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Heliogábalo tuvo derechos hereditarios hacia el sacerdocio del dios del sol El-Gabal, de quien Heliogábalo era el
sumo sacerdote en Emesa (actual Homs) en Siria.

Imperio Bizantino hacia el año 650


La región de la Siria histórica fue cuna tanto del Cristianismo como del Islam. Antes de la expansión islámica desde
la Península Arábiga (siglo VII DC), toda Siria era cristiana. Antioquía (antigua capital de Siria), fue el primer lugar
donde los seguidores de Cristo fueron llamados cristianos. Allí fue donde Pablo fue convertido en el Camino a
Damasco y estableció la primera iglesia cristiana organizada en dicha ciudad de la antigua Siria. Esta última formó
parte del Imperio Bizantino (Imperio Romano de Oriente), y los Santos Padres de la Iglesia de Oriente, como San
Juan Crisóstomo, forjaron las bases del Cristianismo.
En el siglo VII, Siria fue conquistada por los árabes, y la cultura actual data de aquella conquista musulmana.
Secciones de la línea costera de Siria fueron tomadas brevemente por señores francos durante las Cruzadas en el
siglo XII. A pesar de la expansión y dominio de los árabes islámicos continuaron perviviendo las comunidades
cristianas. Esta convivencia pacífica fue dañada debido a las cruzadas de occidente hacia tierra Santa (Jerusalén).
Esto endureció el dominio árabe musulmán hacia los cristianos árabes. A pesar de ello la convivencia entre las
distintas comunidades religiosas fue y es una realidad.
En el siglo XIII, llegaron los primeros mongoles, destruyendo ciudades y canales de irrigación. A finales del siglo
XV, el descubrimiento de una ruta marítima desde Europa hasta el Lejano Oriente terminó con la necesidad de
una ruta comercial a través de Siria. Destruida por los mongoles, Siria fue parte del Imperio Otomano desde el
siglo XVI hasta el siglo XX.
Tras la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano se disolvió, y en 1922 la Liga de las Naciones repartió el
dominio de la antigua Siria entre dos países: el Reino Unido recibió Transjordania y Palestina, y Francia recibió a
las que se convertirían en las actuales Siria y Líbano.
Hasta aquí podría llegar la historia de Siria, para los propósitos de este escrito, nuestros abuelos salieron antes de
1920 (no tuvieron la paciencia para esperar la caída del Imperio Turco); tan solo para acrecentar nuestra cultura
general agrego lo que sigue: En 1920, se estableció un Reino Árabe de Siria independiente bajo el rey Faisal de la
familia hachemita, quien más tarde se convirtió en el rey de Irak. No obstante, su dominio sobre Siria finalizó tras
unos pocos meses, seguido del choque entre sus fuerzas sirio-árabes y las fuerzas regulares francesas en la batalla
de Maysalun. Las tropas francesas ocuparon Siria después aquel año, después de que la Liga de las Naciones
pusiera a Siria bajo mandato francés. Siria y Francia negociaron un tratado de independencia en septiembre de
1936, y Hashim al-Atassi, quien era primer ministro bajo el breve reinado del rey Faisal, fue el primer presidente
en ser elegido bajo una nueva constitución, efectivamente la primera encarnación de la moderna república de
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Siria. Sin embargo, Francia renegó el tratado y se rehusó a ratificarlo. Con la caída de Francia en 1940 durante la
Segunda Guerra Mundial, Siria se sometió al control del gobierno de Vichy hasta que los británicos y los franceses
libres ocuparon el país en julio de 1941. Siria proclamó su independencia nuevamente en 1941 pero no fue hasta
el 1 de enero de 1944 que fue reconocida como una república independiente. La continua presión de los grupos
nacionalistas sirios y la presión británica forzaron a los franceses a evacuar sus tropas en abril de 1946, dejando al
país en manos de un gobierno republicano que había sido formado durante el mandato.
Entre 1946 y 1956, Siria tuvo 20 gabinetes diferentes y redactó cuatro constituciones separadas. En 1948, Siria
estuvo involucrada en la guerra árabe-israelí. El ejército sirio fue sacado del área de Israel, pero fortificó sus
fortalezas en los Altos del Golán y logró mantener sus antiguos límites. Una serie de golpes militares, iniciados en
1949, minó al gobierno civil y condujo a la toma del poder del coronel de ejército Adib Shishakli en 1951. Tras el
derrocamiento del presidente Shishakli en un golpe de 1954, las continuas maniobras políticas apoyadas por
facciones competidoras en el ejército llevó finalmente elementos nacionalistas y socialistas árabes al poder.
Durante la crisis de Suez de 1956, tras la invasión de la península del Sinaí por tropas israelíes, y la intervención
de tropas británicas y francesas, se declaró ley marcial en Siria. Más tarde, tropas sirias e iraquíes fueron llevadas
a Jordania para prevenir una posible invasión israelita. Los ataques de noviembre de 1956 sobre oleoductos
iraquíes fueron en venganza por la aceptación de Irak dentro del Pacto de Bagdad.
En noviembre de 1956 Siria firmó un pacto con la Unión Soviética, proporcionando un asidero para la influencia
comunista dentro del gobierno a cambio de aviones, tanques, y otros equipos militares que eran enviados a Siria.
Este aumento en la fortaleza de la tecnología militar siria preocupaba a Turquía, pues temían que Siria pudiese
intentar retomar Iskenderun, una antigua ciudad siria que está ahora en Turquía. Por otro lado, Siria y la U.R.S.S.
acusaron a Turquía de masificar sus tropas en la frontera siria, y los comunistas ganaron más control sobre el
gobierno y ejército sirios.
La inestabilidad política de Siria durante los años después del golpe de 1954, y la atracción del liderazgo del
presidente egipcio Gamal Abdel Nasser en el amanecer de la crisis de Suez creó el apoyo en Siria para la unión con
Egipto. El 1 de febrero de 1958, Shukri al-Kuwatli, el presidente sirio y Nasser anunciaron la fusión de los dos
países, creando la República Árabe Unida, la RAU y todos los partidos políticos sirios, cesaron sus actividades
abiertas.

Gamal Abdel Nasser Shukri al-Kuwatli y Nasser

No obstante, la unión no fue un éxito. Seguido de un golpe militar el 28 de septiembre de 1961, Siria se separó,
restableciéndose a sí misma como la República Árabe Siria. Siguieron varios meses de inestabilidad culminando el
8 de marzo de 1963, con la instalación de los oficiales izquierdistas del ejército sirio del Consejo Nacional del
Comando Revolucionario (CNCR), al control de toda autoridad ejecutiva y legislativa. La toma de posesión fue
ingeniada por miembros del Partido de Resurrección Socialista Árabe (Partido Ba’ath), el cual había estado activo

74
en Siria y otros países árabes desde los últimos años de la década del 40. El nuevo gabinete estuvo dominado por
los miembros del Ba’ath.
La toma del Ba’ath en Siria siguió a un golpe de estado de un golpe del Ba’ath en Irak el mes anterior. El nuevo
gobierno sirio exploró la posibilidad de federación con Egipto e Irak controlado por el Ba’ath. Un acuerdo se
concluyó en El Cairo el 17 de abril de 1963, por un referéndum sobre la unidad en septiembre de 1963, pero
terminó por fracasar en noviembre de 1963, cuando el régimen Ba’ath en Irak fue derrocado. En mayo de 1964,
el presidente Amin Hafiz de la CNCR promulgó una constitución provisional, un consejo presidencial y un gabinete.
El 23 de febrero de 1966, un grupo de oficiales del ejército llevó a cabo un exitoso golpe intrapartidario y pusieron
en prisión al presidente Hafiz, disolvieron el gabinete y diseñaron un gobierno regionalista y civil del Ba’ath el 1
de marzo. Los líderes del golpe lo describieron como una “rectificación” de los principios del partido Ba’ath. Israel
invadió Siria en la guerra de junio de 1967 y capturó y ocupó los Altos del Golán. Esta invasión debilitó al régimen
socialista radical establecido por el golpe de 1966.

Altos del Golán mapa Altos del Golán


El conflicto se desarrolló entre un ala militar moderada y un ala civil más extremista del partido Ba’ath. La retirada
en 1970 de las fuerzas sirias enviadas para ayudar a la OLP durante las hostilidades del “Septiembre Negro” con
Jordania reflejaron este desacuerdo político dentro de la jefatura del partido Ba’ath. El 13 de noviembre de 1970,
el Ministro de Defensa Hafez-al-Assad efectuó un pacífico golpe militar, expulsando a la jefatura civil y asumiendo
el rol de primer ministro.
Luego de la lata anterior, consigno que al padre al-Assad le sucedió el hijo Bashar y de democracia pasamos casi a
monarquía…..y socialistas además….

Hafez Al-Assad el padre Bashar Al-Assad el hijo Bashar y Asma la señora siria-inglesa
75
Bueno, en un par de hojas hice una historia sucinta de Siria, más que de Homs, pero quedan claro algunos puntos
básicos: nuestra patria ancestral fue cuna de la civilización antes que muchos países que se denominan cultos o
civilizados y miran (miraban) en menos a los descendientes de árabes. Ya había desarrollo de cultura tres mil o
cinco mil años AC, cuando en estas tierras chilenas recién estaban llegando mongoles desde Bering…. ¡(a pesar
que esto es un error, pues Monte Verde, en Puerto Montt, tiene indicios datados por Carbono 14 de 14.800 años
atrás; pero puras piedritas medio simplotas, nada espectacular…). ¡Y trataban a nuestros abuelos de primitivos!
¿Habrase visto tamaña patudez? El problema es que nuestra Siria era un lugar de pasada al Mediterráneo, y sitio
de puras peleas, conquistas, matanzas…

Homs, un poco de su historia


Homs es la tercera ciudad de Siria, luego de Damasco la capital, y de Aleppo; en árabe se pronuncia Hims, y era la
antigua Emesa, o Hemesa, nombre cuyo origen tiene un par de teorías: una sería una composición de “Ham-Es”
donde el Es como homenaje al Dios del Sol (El-Gabal) o según un geógrafo e historiador griego Estrabón, como
cuenta en su obra “Geografía”, derivaría de los Emesani o Emesenoi, el nombre de una tribu árabe que vivía
alrededor del río Orontes. En la época de las Cruzadas, también le llamaron “La Chamelle” (la camella, ¿curioso?)
Igualmente los árabes lo redujeron a Homs o Hims…Nuestro pueblo de origen, independiente que tengo una
teoría que difiere un poco de esta historia mil veces escuchada (teoría que ya hice llegar a la familia, con video
incluido, y con pocos, muy pocos, la verdad: nada, de comentarios al respecto); y es la derivación Rabah…Pero
igual la reflexión es válida…
Homs está ubicada en el fértil valle del río Orontes (Naher-al-Aassi; Aassi significa rebelde, pues el río corre hacia
el norte…) relativamente al centro de Siria, a 162 kms al norte de Damasco y a 155 kms al noroeste de Palmira…qué
lindos nombres: Palmira, Damasco, ¡¡Homs!! La ciudad data desde el año 2.300 a. de C., y en la época romana
produjo dos emperadores (Elagabalus y Severus Alexande) y cuatro emperatrices (Julia Donna, Julia Maesa, Julia
Mammea y Julia Soemia…. ¡puras viejas Julia…!). La suerte de Emesa estaba muy unida a la de Palmira, por el
comercio, y cuando cayó la reina Zenobia de Palmira en el año 272 d. de C, Emesa declinó. Como remanente de
su época floreciente solamente quedan una muralla y un par de puertas (Bab Sham y Bab Palmira). Homs era la
tercera ciudad en el Camino de la Seda después de Doura Europos y Palmira (la Ruta o Camino de la Seda
transcurría entre los productores chinos en Chang'an, actualmente Xi'an quienes manejaban el secreto de los
gusanos productores de seda, y Europa, específicamente Constantinopla, por tanto Siria era el sitio de paso y
Homs una ciudad importante en ese comercio).

Ruinas de Palmira
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La cristiandad se estableció en Homs con el Imperio Bizantino, heredero del fenecido Imperio Romano, este
imperio tenia sede en Constantinopla, cuyo antiguo nombre era Bizancio. Bizancio puede ser definido como un
Imperio multiétnico que emergió como un Estado cristiano y terminó sus más de mil años de historia en 1453
como un Estado griego ortodoxo etc. etc. y Homs se mantuvo cristiana hasta la llegada de Khalid ibn al-Walid en
el año 637, luego de numerosas batallas muy sangrientas.

Mezquita en honor a Khalid ibn al-Walid, y que además guarda sus restos

Los musulmanes expulsaron a los bizantinos y comienza una serie de rebeliones (Homs es conocida hasta la
actualidad por ser sus habitantes de un carácter rebelde…). En el año 855 hubo una matanza de
cristianos…convirtieron todas las iglesias en mezquitas. En el siglo X los bizantinos reconquistaron la ciudad y
convirtieron las mezquitas en iglesias. Luego los selyúcidas, otros turcos peleadores, se tomaron la ciudad en 1090.
Ufff, déjennos tranquilos debieron decir nuestros tátara tátara abuelos…pero comienzan las Cruzadas, la primera
en 1096 recupera Homs para los bizantinos, luego vuelven los selyúcidas, etc. etc. Hay historia para regalar, tan
solo contar la del castillo feudal el “Crac de los Caballeros” conquistado por Saladino en el 1175 daría para varios

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capítulos. ´Bueno, luego la ciudad decae hacia el siglo XIII, por tanta lucha contra los mongoles, los cruzados, etc.
y en 1516 se incorpora al imperio Otomano, y a pesar de mantener la prosperidad en la agricultura y la ganadería,
cae en decadencia después de tantas batallas. Quizá ese sabor de derrota, de sentirse siempre bajo las órdenes
de actores externos, de no poder gobernarse a si mismos, los convierte en constantes insatisfechos y beligerantes
frente a los poderosos y se resisten; acercándonos ya hacia la actualidad, por ejemplo, la dinastía Muhammad Ali
no duda en destruir la ciudadela de Homs en represalia durante el siglo XIX, como también se resistieron al
mandato francés en el pasado siglo.
En resumen….Homs, ciudad de origen de tres de mis abuelos no es una ciudad cualquiera, dedicada a la
agricultura, con sus habitantes bucólicos, atrasados, campesinos ni nada de lo que alguna vez imaginamos (mejor
hablo por mí, imaginé), Homs y sus habitantes son portadores de la más pura historia del mundo, con sus guerras,
conquistas y reconquistas. Es una ciudad que estuvo en el centro de los acontecimientos por mil o miles de años,
y quienes llegaron a nuestra América, quizás derrotados por ese imperio turco implacable, pero no vencidos,
acumulaban en su pasado, en sus genes, puras ganas de revancha…

Homs en la actualidad, antes de la guerra


Ubicada en el fértil valle del rio Orontes, con un clima benigno, con casi 500 mm de precipitaciones anuales,
temperatura más bien fría, promedio de 11ºC con mínimas cercana a 3º en los meses de enero y febrero, y en
julio-agosto los meses más calurosos con alrededor de 20ºC; para nada desierto ni árido. Se produce todo tipo de
cultivos: caña de azúcar, algodón, viñas, trigo, etc. Todo tipo de vegetales y árboles frutales. Al este de Homs está
el desierto de Siria, y al suroeste, está el Lago Homs, lago artificial creado por una gran represa de origen romano.
Actualmente tiene una población (antes de los disturbios, la “Primavera siria”) de casi un millón de habitantes,
pero se calcula que solamente permanecen en la ciudad unos 300.000 habitantes. La población es de mayoría
musulmana principalmente pertenecientes a la ortodoxia suní, aunque también hay alawitas, chiíes, drusos e
ismaelitas; por otro lado, la minoría cristiana (menor a un 10%) también está presente en sus diferentes
confesiones (ortodoxos, siríacos, maronitas, católicos de rito armenio, etc.). Tenía una floreciente industria
pesada, con una fábrica de autos (capitales iraníes), planta de fosfatos, refinería de petróleo, refinería de azúcar
(capitales brasileros). Una ciudad en pleno avance a pesar de su gobernante socialista, Bashar al Asaad, del cual
he tenido que desdecirme de mi inquina, pues no entendía que no le diera más libertades a su pueblo, incluso
deploré su respuesta brutal a los “rebeldes” de Homs, donde partió esta seudo-revolución, en 2011, puesto que
ahora el enemigo de los cristianos es EI (Estado Islámico), unos locos extremistas que vienen desde Irak asolando
a quienes no se convencen que el Islam es el único camino…(mmhh, sectas intolerantes, en todas partes…). Ahora
resulta que Asaad es quien más conviene para que se respeten los derechos de la minoría católica. Vueltas de la
vida…

Lugares para visitar (no es una guía turística, pues quizás qué quede en pie, o en condiciones…): Iglesia de San
Elián (de tanto significado para nosotros….Maria Eliana mi madrina, Mario Elián nuestro tío….algo dice, ¿no?), la
tumba de Khalid Ibn al-Walid, el que metió el Islam en Siria….¡flaco favor a mi entender!, la Plaza del reloj antiguo,
la del reloj nuevo (ni que fuera Suiza…), la iglesia del sagrado Cinturón de María, por haber encontrado bajo el
altar un paño reliquia de la virgen…., el Monasterio de San Jorge (Mar Yuryus), en la ciudad de Meshtaye, cerca
de Homs; las mezquitas Al-Nouri, la citada Khalid Ibn al-Walid, y saliendo de Homs, el Crac de los Caballeros del
que adjunto un anexo, por ser interesante su historia…. Ver Anexo 9

¿y esta no?

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Entrada a Homs desde Damasco Calle Jarir

Iglesia Um-Al-Zinnar (Cinturón de la virgen) Plaza del reloj

Una calle cualquiera de Homs Estación de trenes (la moderna)

Mezquita de Khalid Ibn al-Walid Monasterio de San Jorge (mar Yuryus)


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Homs en 2013 – 2014, destruido…...sin más comentarios….

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Nada novedoso, nada más penoso, pero todo lo anterior, con buen acceso a Internet lo pueden obtener, en
cambio, lo que sigue:

Historia de mi abuelo homónimo


Una alternativa es contar los hechos, tal como los escuché o escuchamos los Rabajille, es una fácil manera de
acortar, citar algunas fuentes (mi papá, casi la única), otra forma sería mediante imágenes (copy paste), o
mediante música (aquí se me puso difícil…), y la otra, la forma que elegí, es contar el comienzo de nuestra historia
mediante un corto cuento…, más parecido a un micro-cuento; mezclando realidad con fantasía.
La realidad es tan plana, que algo de fantasía nunca está demás.
Aunque Antonio nació en 1890, me saltaré los primeros años de su vida, nada meritorio habrá ocurrido, porque
nada se ha contado al respecto; no debe haber sido muy distinto a los relatos de Chuaqui que vivió
contemporáneamente en el Homs de mi abuelo, así que a falta de información buenos son los textos
complementarios.
Estamos a comienzos del año 1904, echemos una mirada a la casa de los Rabahie Rabuh en el barrio católico de
Homs, actual ciudad vieja, al este del río Orontes, muy cerca de la Iglesia de San Elián, santo del cual es devota la
familia desde que los abuelos de Antonio, llegaran de Rabah buscando mejor destino. De hecho fue motivo de
discusiones si adscribir su devoción a Mar Yuryus o Mar Elián (haré solamente esta aclaración, pues usaré
indistintamente los nombres árabes o españolizados, pero Mar Yuryus es San Jorge y Mar Elian es San Elián),
decidiéndose la familia por asistir a los servicios que el motran Farcuh dispensaba en la venerada iglesia en honor
a Mar Elian. La Iglesia de Mar Elian se encuentra a lo largo de la calle Tarafa bin al-Abd, cerca de la Puerta de
Palmira. Toma su nombre de San Elián, natural de Homs, que fue martirizado por negarse a renunciar al
cristianismo en el 284 DC a manos de su padre, un oficial romano, Elián era médico de profesión y se le atribuyen
diversos milagros de curación. La iglesia en su honor fue fundada en el año 432 en el lugar de su muerte, y sus
restos colocados en un sarcófago en una pequeña capilla a la derecha de la cripta principal. La Fiesta de San Elián,
se celebra anualmente en la iglesia el 6 de febrero, atrayendo a un gran número de peregrinos cristianos.
La iglesia de Mar Elian les quedaba un poco más lejos de su casa, ubicada en al-Warsha, pues a pocas cuadras
tenían la iglesia de la Um-Al-Zenar (Iglesia del Sagrado Cinturón de María), la cual respetaban mucho, pero qué
diablos, no se puede ser devoto de dos santos como no se puede ser hincha de dos equipos de fútbol… De hecho
yo sólo soy devoto de San Sebastián, pudiéndolo ser o debiéndolo ser de San Antonio, y es así como soy del Chago
y no de la Chile, donde estudié.

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Fresco de la Iglesia de San Elián Iglesia de San Elián

Altar de la iglesia de San Elián San Elián

Pero me asomo un poco, y están en el comedor, más bien cocina-comedor Jorge y Elena, los padres, con sus cinco
hijos: Sade, Malaqui, Antún, Badit y Wadia…esta última está en el dormitorio de los niños, pues, delicada de salud
desde su nacimiento, a sus cortos 2 años se encuentra postrada, por un desconocido mal, que también afecta a
Jorge, el padre (mi bisabuelo), quien también está muy débil. La casa, de piedra y piso de tierra se ve modesta,
pero limpia y acogedora, está ubicada en un barrio donde la mayoría sigue el rito católico ortodoxo, pero cada día
se hace más difícil la vida de nuestros antepasados Rabahie, pues el imperio Otomano, aprieta a los no-
musulmanes como un torniquete con impuestos, como la jizia, un impuesto individual; o el jaray, un impuesto a
la tierra; leyes, que los hacía tener una posición inferior frente al súbdito musulmán, pues aunque el Islam les
reconocía su derecho a culto y les respetaba ciertas garantías, la gran mayoría de ellos eran marginados de los
beneficios sociales, económicos y/o políticos que, en cambio sí recibían los muslims. Por ejemplo, no podían
montar a caballo ni portar armas, se les exigía que vistieran de manera diferente, no podían construir nuevos
lugares de culto religioso o reparar los existentes sin autorización; obligación de prestar servicio militar al Imperio
(impuesto de sangre), del cual en principio se libraban los hombres casados, pero finalmente lo aplicaban como
“castigo” o tributo a cualquiera de los cristianos. Más aún cuando el imperio estaba enfrascado en una guerra
(Guerra de Trípoli o de Libia, en la cual Italia atacó a las fuerzas turcas en la Libia actual, entre 1911 y 1912) y
necesitaban contingente masculino… Eran una minoría, y por tanto no constituían una amenaza para el imperio,
incluso en algún momento, por ser considerados d’himmi, “gentes del libro”, el Corán mandaba respetarlos, pero
estaban insertos en una sociedad que los consideraba infieles, y ciudadanos de segunda clase.

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Pero me alejé de la pequeña casa en Al-Warsha….:
-Antún, otra vez vino a preguntar Addul-Rahman, si ya te aprendiste el adhan* para el salat**, acuérdate que
quieren que seas el mu'addin (almuecín o muecín) de Al-Nouri; lo mandó el propio imam…
Se yergue Antún y con voz solemne recita:
-allāhu akbar, allāhu akbar, ašhadu an lā ilāha illā-llāh, ašhadu ānna muhammadan rasūlu-llāh, hayya ‘alà s-salāt,
hayya ‘alà l-falāh, as-salātu jayrun min an-nawm , allāhu akbar, lā ilāha illā-llāh (Dios es más grande, Dios es más
grande, doy fe de que no hay más dios que Dios, doy fe de que Mahoma es el mensajero de Dios, acudid a la
oración, acudid a la salvación, la oración es mejor que el sueño, Dios es más grande, no hay más dios que Dios),
como ves, he memorizado mi parte, pero ¿le has preguntado al motrán*** si no estaré en pecado si llamo a los
muslims a su oración?
-querido hijo, no te das cuenta la delicada situación que vivimos los cristianos en nuestra tierra….. a nada nos
podemos negar, somos ciudadanos de segunda categoría...
Toma la palabra Badit:
-es que madre, ya no podemos ni siquiera cruzarnos en la calle con nuestros amigos musulmanes, ¿dije amigos?,
ayer venían Hassan y Fadi, los Moukarzel, nuestros vecinos de siempre, compañeros en nuestro colegio…y hemos
debido bajarnos con Sade de la calzada, por su actitud desafiante…
-tú lo has dicho hijo -intervino Jorge, el padre, con un débil hilo de voz- cada vez se nos hace más difícil la vida en
nuestro Homs querido, quizás no haya sido tan buena idea que mi padre se haya venido de Rabah, buscando mejor
suerte acá, estos son momentos en que no conviene hacer ningún problema, hay que pasar desapercibidos
-bien lo dice tu padre hijo mío, además es opinión de nuestro motrán que Dios estaría feliz que la potente y
armoniosa voz con que te dotó, junto a tu prodigiosa memoria, sirva para buscar un poco de armonía con quienes
nos hostilizan y oprimen…Además, ahora que tu padre no puede trabajar, hasta que recupere su salud, Dios y Mar
Elián así lo permitan, ese poco dinero que recibimos por tu trabajo, ha servido para que esta familia pueda seguir
subsistiendo…
-si ustedes, mis padres, me dicen que estoy haciendo lo correcto, pues entonces infórmenle a Addul-Rahman que
estoy listo para ser el nuevo muecín de Al-Nouri
Y así entonces, mi abuelo se convirtió a sus cortos 14 años en el mu’addin de la mezquita más importante de
Homs, gracias a su potente voz, a la desmedrada situación de los cristianos en la Siria dominada por un imperio
Turco ya en declinación, y a las necesidades de su familia; pero no serían sino otros los acontecimientos que harían
salir a estos Rabahieh de su país de origen. La alegría de la familia no duraría mucho, a finales de ese año 1904 o
a principios de 1905, Jorge y su hija Wadia, con muy pocos días de diferencia, mueren, sin que se haya consignado
el motivo; estamos hablando de más de cien años atrás, la medicina no estaba tan avanzada, y menos para los
ciudadanos de segundo orden de una ciudad pequeña del vasto Imperio Turco. Aparte del mazazo anímico, en la
economía doméstica nada influyó la partida del dueño de casa, pues ya estaba muy debilitado y poco era su aporte
al erario familiar. Además todos los hermanos trabajaban en diversas labores, nada muy diferente a la situación
de la mayoría de los homsis o homsienses, que de una u otra forma participaban en las cosechas agrícolas,
ayudando a hilar, como aprendices de artesanos, preparando los materiales para los maestros, u otras faenas
similares. Mi bisabuelo Jorge murió muy joven, a la edad de 34 años, y seguramente él y su pequeña hija sufrieran
algún mal pulmonar, pues mi abuelo Antonio, viviendo en Chile, siempre comentaba que “los Rabahieh somos
delicados del pecho…”
*adhan: llamada a la oración musulmana
**salat: es la oración de los musulmanes
***motrán: es el sacerdote ortodoxo

83
Mezquita de Al-Nouri

Interior de la mezquita de Al-Nouri

El golpe definitivo
Cuatro años después, a finales de 1909 o principios de 1910, un golpe mayor aún iba a sacudir a la familia
Rabahieh-Rabu, esta vez causando definitivamente que nosotros hayamos nacido en estas tierras americanas y
no estemos siendo crucificados por las milicias de EI en nuestra Homs originaria.
En un episodio que no está muy claro, nunca lo estuvo, ni siquiera para la época, mi abuelo terminó malherido,
pues fue atacado por desconocidos, volviendo a su casa una noche cualquiera. Antún, vivía a dos aguas, por un
lado era muy querido por la comunidad musulmana, pues el papel de muecín de la principal mezquita de Homs
era muy apreciado; por otro lado era mirado con resquemor por su propia comunidad, ya que los ánimos estaban
muy caldeados por la situación ya descrita. Los Rabahieh eran reconocidos miembros católicos, que seguían el
culto sagradamente en la iglesia de San Elián, (costumbre que habríamos de seguir los descendientes en Chile…)
no fueron estigmatizados por el trabajo de Antún, ya que para las familias cristianas era obligación aceptar los
designios de las autoridades políticas y/o religiosas turcas.
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Eran días de mucha tensión, y muchos sirios intentaban escapar de ese mundo revuelto e inestable. Entonces,
según le escuché decir a mi papá, el mundo se puso al revés….por un lado, ante la gravedad del ataque a mi abuelo
Antonio, ante su estado de gravedad, más bien, se produjo la curiosa situación que los propios cristianos deseaban
que muriera y así justificar una revuelta, y por otro lado los musulmanes querían que se recuperara para poder
seguir manteniendo esa falsa “paz”.
Así fue que la familia decidió que Antún debía marcharse de Homs, marcharse del país, y qué mejor que irse a
América, donde se podía sacar el oro de los ríos, y en corto tiempo hacerse millonario…(así decían, así pensaban…).
Como estaba en precario estado de salud, y temían por su seguridad, primero lo mandaron a Rabah, ciudad de
origen de nuestra familia y donde aún quedaban parientes que se encargaron de su cuidado. De Rabah viajó a
Talkalakh, acercándose a la costa y cuando ya pudo conectarse con la línea férrea pudo llegar a Tartous (Tartús),
a orillas del Mediterráneo, desde donde embarcaría en un pequeño lanchón destino a Trípoli, puerto principal en
la época y donde salían los barcos de línea que iban primero a Génova o Marsella y luego cruzaban el gran mar
para llegar a la Tierra Prometida. Ahí, como todos los levantinos migrantes, adquirió un pasaje en la 3ª clase con
destino al puerto de Buenos Aires, donde comenzaría una nueva vida, en una tierra libre, llena de oportunidades,
pero no se vendría solo, con el tiempo lo acompañarían su madre y hermanos, aunque en su primer viaje venía
con un recuerdo de su Siria natal: el tracoma que lo dejaría ciego a muy corta edad…..
Mi abuelo Antonio….todo un personaje.

Intermedio de Rabah
Rabah, ubicado a unos 30 kilómetros al oeste de Homs, es un precioso pueblo casi cordillerano con 764 mts s.n.m.
(como referencia el Cajón del Maipo comienza con 800 metros en La Obra), muy pequeño, en 2004 contaba con
una población de 2.340 habitantes… ¡un caserío!, cercana a localidades de nombres exóticos como Muklous,
Hawash, Zweeitina, Shin, al-Mahfurah, alQabu o Fahel….., ¡sáquense unos nombres…! y sus habitantes son
predominantemente cristianos del rito Griego ortodoxo. De aquí sí que venimos, y somos Rabajille porque éramos
Rabahieh en Homs… ¡Cómo poner el video que recibí de Salvador Alak, argentino que viene de Rabah, que estuvo
en Rabah y mantiene lazos con Rabah….! Conste que a todos se los envié…
Aquí algunos testimonios de argentinos originarios (nietos) de Rabah, por ejemplo esta entrevista a Victor Jorge
Elías: “Mis padres (Julio Elías y Bahilla Assaf) vinieron de Siria, casi en forma contemporánea, alrededor de 1914.
Ambos eran de la misma ciudad, Rabah, una villa chiquita, montañosa. Eran parientes, y a través de un tío mío,
que era el sacerdote de la Iglesia Ortodoxa en Tucumán, se pusieron de novios.” O este artículo de Olga Liliana
Asfoura (Árabes en Tucumán: relatos de abuelas) en el que entrevistó a varias descendientes de Rabah y que
dieron testimonios como este: “…En la casona de la ochava de Corrientes y Muñecas, se instaló don Elías cuando
llegó de Rabah en el año 1904. Allí recibía a los amigos y parientes que venían de Siria formando con todos, una
especie de cooperativa. Salía cada uno con su pesado atado de ambulante sobre sus espaldas a distintos lugares.
Al regreso, cenaban juntos. Para cocinar y limpiar la casa se turnaban. De charla en charla, nació la idea de fundar
una sociedad integrada por rabahíe (habitantes del Rabah-Siria) y se llamó “Nadih al arabi”. O este otro: “… Los
primeros que llegaron luego pusieron negocios y daban a los que recién llegaban mercaderías y estos salían como
ambulantes. Cuando vinieron los primeros de Rabah, le compraron mercadería a los libaneses que ya estaban
aquí...” O este último: “…...me casé a los 14 años. Tenía aquí (en Tucumán) muchos candidatos de Rabah. Algunos
me querían robar, pero yo estaba enamorada del que seria mi marido... El casamiento duró una semana. Se realizó
en la casa. Todavía no estaba edificada la Iglesia Ortodoxa. Bailaban en la calle y había una orquesta árabe...”
Testimonios de algunos Rabahieh argentinos; curiosamente a Chile sólo llegó nuestra familia, pero esa historia
continúa con sus curiosidades, un poco más adelante, mientras tanto volvamos al periplo de mi abuelo.
El viaje

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Nada me narró mi padre sobre el viaje de su padre, quizás aquí viene bien una explicación respecto de mi abuelo
Antonio, pues aunque fue mi único abuelo (aquí sí se aplica el género) que conocí, y tengo vivo su recuerdo en mi
retina, jamás “conversé” con él; cuando me tocó conocerlo ya pasaba su tiempo sentado en un sillón que mis tías
conservan, fumando narguile y a mi me llevaban, junto con mis hermanos, a saludar al yedduh… Me acuerdo que
le decían, seguramente alguna de mis tías: papá, este es Toñito, el hijo de Nadim, y nos acercábamos a este
caballero de sombrero, de barba como lija y él nos recorría el rostro con sus manos, me acuerdo de textura
ásperas, y murmuraba algo como un mes-salim o parecido y nos bendecía con palabras en árabe; luego se
inclinaba hacia alguna de sus cajas bajo la silla y sacaba un rollo de pitilla y una barrita de jabón “Flores de Pravia”,
de tamaño como los que ponen en algunos hoteles/moteles, siempre con su narguile prendido….Nunca me he
explicado, si es que tiene algún significado el par de regalos que recibíamos de parte de mi abuelo, siempre lo vi
como un gesto de cariño, alguien que te quiere, quizás no tenía los recursos para hacernos un regalo dispendioso,
pero yo apreciaba mucho visitarlo, y más aún ese rollito de pitilla…: ¡¡puro y simple cariño!! Era una época en que
nos contentábamos con poco, o más bien esos pocos eran mucho…

Como encabezo este párrafo, del viaje propiamente tal nada sé, excepto que fue en 1910, pero la verdad es que
mucho sé por haber leído mucho de tantos viajeros, que al igual que mi abuelo salieron de Trípoli o Beirut, puertos
de los cuales salían vapores a Europa, para aquellos que venían de Siria o el Líbano; los venidos de Palestina salían
de Haifa. Los primeros llegaban desde la nombrada Homs, u otras como Safita, Tanurin, Der-Atia, Yabrud, Somma,
Hamuda, Nabatia, Biskenti, Mademei, Rima, Maidin, Ahitit, Gwar-Alap, Zveitini, Mashtabats, Autan, Hab-Numra.
Por su parte, los palestinos llegaban de Beit-Yala, Belén, Taiba, Aka, Jerusalem, Tubas, Safad, Yuni, Beit-Sahur,
Husa, Tameria, Jaffa, Su-Bahir. Y los libaneses de Chekka, Badaran, Kousba-El-Cura, Duma, Kafrún, Kasruan,
Biskenta, Akar, Baruk, Marg-Eyun, Akura, Salima, El-Kola, Chuefat, Mazrat-Alchof, Araia, Guaya, Ramun, Bet-
Melat, Chuefat, Bet-El-Kiku, Beabda, Diar-Beker. Nombres curiosos, castellanizados, sacados de la “Guía social de
la Colonia Árabe en Chile”, ya vastamente citado. Los agrego para acrecentar nuestra cultura y no seguir pensando,
como creíamos años atrás, que los sirios sólo llegaban de Homs o que los palestinos sólo de Beit-Yala…La migración
fue desde muchos pueblos.

86
Trípoli, Líbano en el 1900

Puerto de Marsella
Todos los viajeros salían de los puertos mencionados y los barcos hacían escala en Europa; Génova o Marsella era
el primer contacto de los levantinos con Occidente, y el contraste era tremendo, de partida no vestían con la
túnica, chilaba y sandalias como solían ellos, el trato entre hombres y mujeres era directo, ellas les parecían
desenfadadas, casi pecaminosas; también la mezcla de idiomas, pues muchos de ellos sólo sabían hablar el árabe
natal, en cambio en esas ciudades portuarias, se escuchaba gente hablando en francés, italiano, inglés, dialectos
africanos, etc., un verdadero Babel habrá sido para nuestros abuelos…Sumado a los “prodigios” de la luz eléctrica,
el agua que brotaba con “sólo” abrir una llave, los primeros vehículos….¡Todo un mundo nuevo, y de un golpe…!

87
Por suerte al menos del viaje de mi abuelo sabemos que no sufrió grandes percances, como aquellos de los cuales
se burlaron, por ejemplo, vendiéndoles ropa completamente inusual: un frac con levita, como le ocurrió a un
pariente nuestro, Emilio Yaquich, primo de nuestro abuelo Abraham, traje que le vendieron unos franceses;
bromistas o pillos debieron ser, antes de subir al barco en Marsella, asegurándole que era la “última moda” e
instándolo a cambiarse inmediatamente la túnica que andaba usando. Ni que decir cómo se desternillaba la gente
en el barco cuando lo veían paseando por la tercera clase muy de frac y chalas…Este cuento me tocó leerlo en
algún otro libro, así que efectivamente debió ocurrirle a más de uno. O lo que le sucedió a Chucre Sapag, contado
en el libro de su hijo Reinaldo Sapag, al que unos marinos de juerga le quitaron en pleno puerto el tarbush o fez,
un gorrito característico árabe (como el que usamos los hombres en la “ceremonia tribal” en el matrimonio de
nuestro sobrino Felipe). El gorro tenía un valor sentimental tremendo para el joven Chucre, pues era parte del
atuendo que le había preparado su madre….el gorro cayó al mar, con gran dolor para el dueño, el que se vio
obligado a comprar un sombrero, pero nada parecido al tarbush; también fue motivo de burlas al usarlo con el
resto de las prendas arabescas…el nuevo sombrero desentonaba.
Si bien los adelantos tecnológicos les llamaron positivamente la atención, uno de los problemas graves del viaje
lo constituía la comida en el barco, aunque en la mayoría de los casos era abundante, era muy diferente a lo que
solían comer; y aunque muchos llevaban frutos secos y dulces para alimentarse, cuando estos se acababan,
estaban obligados a comer lo que les dieran. Algunos, como nos cuenta Benedicto Chuaqui en su “Memorias de
un Emigrante”, sencillamente la encontraron “…repulsiva, su olor causaba vascas (náuseas) y luego vómitos al
probarla. Como no podíamos tragar aquella abominable comida, vivíamos casi exclusivamente de pan…”, en
palabras del propio Benedicto. Él mismo, decía también que si la comida era intragable, peor era el tener que
dormir en ese sótano húmedo, infestados de piojos y cucarachas viscosas…. ¡Lindo panorama nos pinta Chuaqui!
Absolutamente creíble, pues hay que ponerse en el contexto de cien años atrás, con un boleto de 3ª clase, sin
saber el idioma, en un mundo completamente distinto a lo que conocían…¡¡Qué valentía nuestros abuelos!! Ilustra
mucho la situación si vieron la película Titanic, que por haberse hundido en 1912 es absolutamente
contemporáneo al viaje de nuestros parientes, y aunque muestra mucho jolgorio en los sectores económicos, está
claro que no era ni cercano de la idea que uno en la actualidad tiene de un viaje en barco.
Como puse un poco más arriba, nada he recabado del viaje de mi abuelo en el “vapor” que lo trajo desde Europa
a Buenos Aires, pero está suficientemente descrito en la escasa literatura disponible (incluyo una bibliografía al
final, de libros que poseo, o artículos que he bajado de Internet) y debe haber sido tremenda experiencia,
solamente tolerable si uno llevaba en la mente la necesidad de un cambio, la obligación de surgir, de triunfar…para
volver exitoso al Ilblad, sacar adelante a los familiares que quedaron…., proyectos que no siempre se cumplieron,
no por el hecho de no haber logrado mejorar su situación económica, sino que muchos jamás volvieron, salvo
para buscar novia, o a llevarse algún pariente. Es penoso decirlo, pero una vez que conocieron América, el
contraste con su país bajo la opresión del Imperio Otomano se les hacía abismal…. Pero me alejé de la idea de
poner en perspectiva lo que debió ser un viaje de al menos 30 hasta 60 días, que demoraba cruzar el Mediterráneo,
recalar en Europa, cruzar el Atlántico y llegar a costas americanas, la mayor de las veces directo a Buenos Aires,
pero a veces con escala en Rio de Janeiro. Los viajeros que iban a Chile, preferían bajarse en Argentina y hacer la
ruta terrestre a nuestro país, por un asunto de costo y tiempo (la vuelta por el estrecho de Magallanes, única ruta
antes de la construcción del Canal de Panamá, que se inauguró recién en 1914, aumentaba el precio del pasaje y
los días del viaje), No es por nada que Brasil, Argentina y Chile, tengan las colonias más grandes de emigrantes
árabes en América (y quizás las más grandes concentraciones, en el mundo, de árabes fuera de sus países de
origen). Vuelvo a la “perspectiva”: estrechas literas en lúgubres sótanos, cubiertos por delgadas y agujereadas
mantas, con escasas ocasiones de tomar aire fresco, acosados, en especial las mujeres, por tripulantes
inescrupulosos, sin conocer el idioma, mal alimentados, etc. etc.
Repito, sin temor a exagerar: ¡qué valientes nuestros abuelos…!
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América
Y ya está Antún Rabahie, en algún mes del año 1910 en el puerto de Buenos Aires, en el antiguo puerto, lo que
ahora es conocido como Puerto Madero; luego de hacer su trámite de inmigración ante un indolente funcionario
de Aduana que le timbra el pasaporte turco y le españoliza o castellaniza el apellido a nuestro actual Rabajille, tan
difícil al oído; para nosotros fácil de pronunciar, pero el que lo escucha por primera vez, casi no puede creerlo, y
viene el típico…Raba qué? O ¿Rabaji cuánto?...y ni pensar en que alguien lo escriba bien, pues lo hemos visto de
tantas maneras mal escrito: Rebajille, Rabajilla, Rabejilla, Rabejille, Rabanillo, Rabahille (este pensó que éramos
franceses…), más todas las derivadas anteriores usando la v en vez de la b, ej.: Ravajille; y para molestarnos:
Rabanito, Raba-gil, Rabadilla, incluso Rasca-bille, o para ensalzarnos: Raba-jote, Raba-mino, Raba-genio… Las
posibilidades con nuestro apellido son múltiples, y una vez que lo escuchan no se olvida, para bien o para mal….

Un vapor llegando

Se puede ver el mismo edificio que me tocó visitar, con los barcos (vapores) atracando casi en la misma puerta;
en las fotos siguientes sobrecoge mirarlas y pensar que algunas de las personas podrían perfectamente ser
nuestros abuelos….no había otra forma que llegaran a este sector de América….
Por considerarlo de sumo interés, agregué un anexo respecto al Hotel Inmigrantes…Ver Anexo 1

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Inmigrantes esperando en el vapor

Inmigrantes bajando

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Hotel Inmigrantes en Buenos Aires

El edificio

En el comedor
Mi abuelo sale de inmigración con su nuevo nombre occidental: Antonio Rabajille Rabú, pero hay buenas noticias
para él; hay una disposición del gobierno argentino, que los acoge por un tiempo en un recinto, llamado Hotel de
Inmigrantes, ubicado en el propio antiguo puerto, cerca del actual Puerto Madero, que tal como conté en mi
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episodio Diuana, tuve la emoción de conocer junto a la Cecilia y los niños…por lo tanto no abundaré sino que haré
la reflexión del buen ojo, buen criterio, humanitario criterio; o interesado o de mucha visión, del gobierno
argentino de fomentar la llegada de inmigrantes. Sangre nueva, hambrientos de surgir, dispuestos a todo, con
genes de recambio para remecer las viejas corrientes de sangre….Eso es visión de país…y así los inmigrantes
españoles, italianos, árabes, hicieron grande a nuestro país vecino…. bueno, el problema es que los mismos
argentinos se encargaron de echar a perder su propio país, pero eso no es tema acá. El complejo estaba
conformado por diversos pabellones destinados al desembarco, colocación, administración, atención médica,
servicios, alojamiento y traslado de los inmigrantes. El alojamiento, gratuito, era por cinco días. No obstante, la
reglamentación se extendía en los casos que hiciera falta, el tiempo necesario para su colocación, hasta que el
inmigrante conseguía trabajo. Mientras tanto, en sus instalaciones se los asesoraba sobre el país y los distintos
oficios que podía adoptar el migrante. El hotel también los ayudaba a encontrar trabajo, trasladándolos a los
lugares donde se precisaba mano de obra. Tenían que salir a buscar su suerte, algún conocido, compatriota,
pariente, o a buscar trabajo…Curiosamente ninguno de los libros sobre emigrantes o inmigrantes (emigra el que
sale de un país, inmigra quien llega de otro país, lugar o región) árabes, que creo me los he leído todos, dice algo
sobre este sistema de acogida, curioso… Mi abuelo, buen precursor del “estilo” que habría de pasar directamente
a nuestros genes, se “arregla” con el encargado del hotel para quedarse más días de los que prescribía la norma…
¡¡Grande mi abuelo, a los pocos días de llegado, más que entender cómo funcionaba el sistema en nuestro
continente, ya había sacado patente de profesor!!
Antonio, al igual que los demás inmigrantes salió a recorrer el Buenos Aires de cien años atrás, seguramente los
barrios donde se habían establecido mayormente compatriotas; en el año 1910 arribaron 15 mil sirio-libaneses a
la Argentina, 13 mil en 1911 y casi 20 mil en 1912 y 1913, así que “paisanos” había por doquier. Está muy estudiado
el fenómeno de “migración en cadena”, definido como que un primer individuo que migra, atrae al resto de
compatriotas al lugar donde está establecido, y no sólo incluye el que lleguen nuevos compatriotas, sino que la
cadena continúa, pues el que está ya instalado, ayuda al recién llegado, lo inicia en alguna actividad, lo instruye,
lo previene, lo ayuda…algunas veces también se producen abusos como están certificados en los libros (uno de
ellos le entrega la mercadería más difícil de vender, por ejemplo, o con márgenes en que es imposible surgir e
incluso pagar el préstamo al “filántropo”), pero la sanción social que conllevaba, hacía que en la mayoría de los
casos, hubiese una real ayuda y apoyo al recién llegado.
Mi abuelo empezó como todos, de comerciante ambulante, con su atado al hombro y con mercadería entregada
por un connacional en condiciones ventajosas para él: tenía 20 años, de acuerdo a mis cálculos, y a pesar de no
ser el mayor de la familia, pues le antecedían Sade, el primogénito y Malaqui, y le seguían Badit y Wadia; se sentía
con la obligación de enviar, lo antes posible, dinero a su madre viuda y hermanos en el Homs que había quedado
atrás, pero no olvidado. No me queda claro si en su mente estaba la idea de volver, ya en posesión de una buena
situación, o de traer a su familia apenas pudiera, pero el hecho es que fue esta última alternativa la que finalmente
primó. Con su trabajo de ambulante pronto se hizo de un capital, pero poco le cundía por su adicción al juego….
(y yo que pensaba que era una afición que nos venía solamente del lado Diuana….). De hecho, ya viviendo en
Chile, mi abuelo era aficionado a las apuestas hípicas, jugaba telefónicamente a un cartillero. Estos cartilleros eran
personajes que recibían apuestas en paralelo a los hipódromos (ilegalmente por supuesto) y pagaban un poco
menos que el dividendo oficial. Mi abuelo le jugaba a “don Jóse”, incluso la tía Hilda se recuerda que debía leerle
a su padre, mi abuelo Antonio, todos los miércoles, el diario Las Ultimas Noticias, que traía el programa de la
hípica…Y en una ocasión, instada por su papá a que escogiera un caballo, ella escogió una de nombre Vilanda, le
jugaron telefónicamente y el dividendo que repartió, pues ganó, fue tan grande que don Jóse (así era, acentuado
en la o) demoró cerca de un año en pagarle las ganancias (no tenía mucho respaldo don Jóse).
El viaje a Chile

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Bueno, el maldito juego hizo que mi abuelo nunca acumulara fortuna, e incluso podría ser la causa que tuviera
que salir de Argentina rumbo a nuestro país, por no estar claro en las fuentes disponibles (muy pocas, y jamás se
me ocurrió preguntarle a mi papá…), puedo suponer que tal como en el caso de mi abuelo Abraham, “poderosas
razones” motivaron a que en vez de ser argentinos, hayamos nacido en esta larga y angosta faja de tierra. El hecho
es que por motivos económicos más que de aventura, mi abuelo cruzó la cordillera a pie. Si, tal como lo escribo,
de a pie. La mayoría de los emigrantes, antes que hubiera Trasandino, lo hicieron a lomo de mula, desde la ciudad
de Mendoza, luego de llegar en tren desde Buenos Aires; otros giraron el estrecho de Magallanes y llegaron en
barco a algún puerto chileno. No sabemos cómo llegó el abuelo Antonio a Mendoza, pero sí sabemos que para
cruzar la cordillera de Los Andes, amarró un cuchillo a un palo, para usarlo de bastón, piolet y/o arma, y se vino
siguiendo la línea del tren, del Trasandino, que para suerte de él, se había inaugurado en 1911 y comunicaba la
ciudad de Mendoza con la ciudad de Los Andes, donde había que hacer transbordo desde el tren de trocha
angosta, de 1 mt., a un tren del Ferrocarril Central, con ancho normal de 1,6 mt. Debe haber tenido una situación
económica desmedrada para no poder (¿o no querer?) pagar un pasaje de tren Mendoza-Los Andes, o esa
condición de mínimo gasto o gastar solo lo indispensable para subsistir que traían en la mente los emigrantes, le
hizo elegir la caminata….O mi abuelo era un aventurero neto y quiso dejarnos como legado para la eternidad una
muestra de su espíritu en esa gesta heroica. Pues el frío hasta en verano es intenso; quien haya cruzado la
cordillera habrá sentido el viento helado, la falta de oxígeno a esos 3 mil metros s.n.m., y en la época de mi abuelo
no había parkas, ni Thinsulate, ni segunda piel…. Además, estaba lleno de facinerosos, guías chantas que
abandonaban a los viajeros, asaltantes, y una serie de peligros sumados al peligro natural de la geografía agreste,
que hacían del cruce, una aventura que sabemos sorteó con vida…si no este escrito no estaría en construcción…
Esta historia anterior, no la puedo considerar un mito de los de mi familia paterna, más adelante consignaré
algunos, pero el cruce a pie, lejos de ser un mito, es para nosotros motivo de orgullo, pues refleja la determinación
y fiereza mental de nuestra familia….no hay cordillera ni obstáculo alguno que nos detenga, somos Rabajille…..
Haciendo cálculos de acuerdo a algunas fechas que están consignadas, por ejemplo en la Guía Social…, aparece
que mi abuelo habría llegado a Chile en 1919, fecha que considero errada, a pesar que las fechas de la “sección
Diuana” calzan, esta no me calza en absoluto. Mi teoría es que mi abuelo llegó a Chile aproximadamente entre
1914 a 1917, considerando que se casó en 1920, su primera hija nació en 1921, Nadim en 1922, etc., siendo un
imposible que hubiera llegado el 1919 y casado al año siguiente…. ¿matrimonio express?

Ferrocarril Trasandino
Este que sigue, es un capítulo agregado a mediados de 2020, años después de dar por “terminado” este libro,
puse las comillas porque una historia familiar no tiene final, excepto un cataclismo, un desastroso evento climático
(Vesubio), político-social (nazismo, comunismo) o bélico (la IIIGM nuclear), pero que incluso así, abarque a toda,

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toda una familia….en ese caso la historia terminaría ahí. No es el caso….debo agradecer que esta historia, tal como
mi familia, sigue viva…..

Mi aventura cordillerana
En la página anterior narré la historia del cruce de la cordillera de mi abuelo, epopeya muy apreciada en nuestra
familia pues hablaba del temple, de nuestro temple familiar, semejante al de muchas familias emigrantes en que
hay casos de hazañas parecidas. En mi caso, siempre que escuchaba la historia, de ese Antonio Rabajille, mi
abuelo, me decía que alguna vez yo haría la travesía inversa, Chile-Argentina, para cerrar el círculo…. ¿qué circulo?
ni un círculo…me lo decía por emular la hazaña…lindo sería otro Antonio Rabajille haciendo la travesía del abuelo.
Ideas que a uno se le meten en la cabeza, con la casi certeza de que nunca podría suceder, yo no soy del tipo
montañista, ni aventurero, ni siquiera campista, la última vez que dormí en saco de dormir en una carpa fue hace
más de 30 años en un desgraciado viaje a San Pedro de Atacama, y nunca más….Por lo tanto era una de esas
quimeras, idealizaciones que no tendrían por qué materializarse.
Pero la vida es curiosa, y un día de mayo de 2019 aparece en nuestro colegio de Pirque, Jorge Frigerio, un
personaje que no veía desde el 2008, o sea 12 años atrás, en la graduación de mi hijo Andrés, pues uno de sus
hijos compartió curso con él. Venía a invitar a Orlando Cerda, profesor del colegio nuevamente a una aventura,
explico el nuevamente. Jorge es montañista histórico, dentro de un sinnúmero de actividades largo de enumerar
aquí, y uno de sus logros es el haber hecho caminando todos los cruces de la cordillera que hiciera el Ejercito
Libertador liderado por San Martin, su compatriota; los seis pasos (Comecaballos, Guana, Bermejo, Los Patos,
Piuquenes y Planchón). Orlando participó en tres de ellos, y venía a entusiasmarlo con otra gesta histórica. Esta
vez la aventura, miren la coincidencia de estar ahí en ese momento: caminar desde Los Andes a Mendoza, por las
vías del tren trasandino…..
¿Díganme si existen o no las sincronías?
Nunca hablé de este tema con nadie, era una idea muy loca para que alguien me tomara en serio, pensara en
acompañarme…..
Me hice el interesado, y me incorporaron al grupo, conmigo seríamos tres. Debo poner acá, aunque no me lo
dijeron, que estuve “a prueba”, dada mi poca, nula experiencia de montaña, a mi poca pinta de explorador, a mi
nulo curriculum al respecto, y principalmente a que no tengo miedo en confesar mis carencias, en vez de
agrandarme, me gusta ir de menos a más… tengo (tenía vértigo, malo para las alturas,
comprobado…..claustrofobia moderada….entre otras…..). El líder, Jorge, elaboró un detallado plan de
entrenamiento, con dificultades crecientes, incluyendo parques en los alrededores de Santiago, el Manquehue,
glaciar El Morado y Embalse El Yeso que fue el lugar más alto de las sesiones de acostumbramientos. No sé cómo
me dieron el “pase médico”, yo creo que por mi entusiasmo, por la historia que hay detrás de mí en esta aventura,
considerando mi penosa participación en el último de los eventos, al Embalse, donde con miserables 2.636 msnm
me descompuse, con vómitos dolor de cabeza intenso…mal, mal….. y eso que no pienso acordarme del costalazo
que me di bajando el Manquehue, donde me contrapesé y me rasmillé en una caída espectacular, a estadio
lleno…….
Yo asustado de fracasar y hacer fracasar a estos avezados montañistas, me comprometí con mi estado físico, solo
contra mí….y aumenté mis salidas a trotar, le incorporé trabajo de máquinas en nuestro gimnasio, llegando en el
mes de diciembre de 2019 a hacer casi 90 kilómetros, con salidas de 11, 12, hasta 14 kilómetros….a veces
repitiéndome al otro día e incluso los 3 días seguidos….pues el cruce o Travesía Trasandina iba a implicar 10 a 12
días de caminatas, sin descanso entre días, pues todos teníamos interés en “sacar luego la tarea”, y esto significaba
promediar 20 kilómetros diarios, para cubrir Los Andes-Cacheuta que es hasta donde se puede recorrer las vías
del antiguo Trasandino, arteria importante de unión entre los dos países, y ruta fundamental de llegada de los
inmigrantes al país…..que era en el punto donde a mí me entraba a interesar. Jorge tenía otras aspiraciones, esto
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es dejar un testimonio más de unión entre los dos pueblos. El, siendo argentino, tiene hijos de ambas
nacionalidades por un par de matrimonios en el cuerpo, y Orlando…..bueno, Orlando es animal de montaña. El
avis raris soy yo.
El plan, meticulosamente diseñado tuvo, como era de esperarse, numerosos cambios, dadas por las
circunstancias, imprevistos e incluso accidentes, pero cada uno de los contratiempos embelleció la faena. No es
la idea relatar aquí el viaje, pues para eso escribí la travesía en distintas versiones que van desde 350 a 400 páginas,
dependiendo de los anexos…..

Esta es la portada del libro, pues aunque no tiene el formato característico aun (los ejemplares están
anillados….), es el libro en el cual relato la travesía.
Como el relato está suficientemente desarrollado en el libro, pondré aquí que finalmente hicimos algunos tramos
en tren, caballo y balsa, y fue muy emocionante ir recorriendo las vías, pensando que por aquí pasó mi abuelo,
recogiendo trozos de madera que pudo pisar ese joven Antonio, de 27 o 28 años….y en las largas soledades, pues
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aunque íbamos tres, cada uno iba en su propio mundo, nos hablábamos al juntarnos a descansar, al pasar un
sector peligroso…..el viento, el calor, el cansancio, la concentración necesaria para no cometer un error hacía
necesario que fuéramos más pendientes del entorno que de los otros. Y en esas introspecciones, imposible no
pensar en mi abuelo, en lo que él habría ido pensando, en sus sueños, sus temores y angustias, en esa decisión de
haber abandonado su país de origen, luego un Buenos Aires que no se le dio… Pueden leer el libro los
interesados….
Este es el resumen de la travesía:

Pero cumplimos nuestro recorrido, y quiero dejar mi pensamiento en el último túnel, cuando ya las vías se
sumergen en el rio y desaparecen en el embalse Potrerillos, reflexiones de tarea cumplida: …..Mientras mis amigos
duermen, descansan, yo entro en el túnel, el último de nuestro recorrido, y se nota que por aquí pasaba el
tren….aunque no hay vías, estas se pierden hacia atrás en el agua… En la soledad de mis pensamientos, me pongo
a filosofar….pasando por el túnel me digo que por aquí debe haber pasado mi abuelo, por aquí pasó….en su largo
camino a Chile. Es un momento de gran emoción, de meta lograda….con diferente camino o medios, pero hoy
completamos 9 días off road, en tren, caminando, a caballo, en balsa….Muchos kilómetros con temperaturas de
36-37° a veces, comiendo sólo un Maruchan (sopa para uno) a la noche u otras veces mejor….

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Muchos de los paisajes eran así…..calor, soledad, sequedad…..y la espalda arqueada por los 18-20 kilos de peso
de esa mochila, la que hube de alivianar, o no llegaba……(saqué hasta la comida extra que portaba).
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Aquí, muy contento de cruzar un peligroso puente (otra de mis tantas Némesis), donde se aprecia lo bien equipado
que iba, buena ropa, buen calzado….bastante diferente de lo que debió sufrir mi abuelo…..pero, él de 28 y yo de
63….Treinta y cinco años de diferencia……¡¡me siento orgulloso de haberlo logrado!!
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En homenaje al viaje de mi abuelo, 105 años atrás, dejamos instalada una placa en uno de los puentes, el último
antes de Potrerillos, y en una emotiva ceremonia dije unas palabras que no quedaron grabadas por culpa del
viento.

Dice: Por aquí transitó el ferrocarril trasandino entre 1910 y 1984 transportando esperanza, aventuras, proyectos y
desarrollo entre ambas naciones.
Homenaje y agradecimiento a Don Antonio Rabajille Rabú quien desde el viejo mundo cruzó SArgentina y a pie ingresó a
Chile en 1915 siguiendo las vías del Ferrocarril Trasandino

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Vuelvo al relato, al pasado…..
Instalado en Chile
Siendo una tarea de adivinanza descubrir la fecha de entrada exacta a Chile del primer Rabajille, ex Rabahie, el
autor, o sea yo, le aplico el año 1915, a mi albedrío…Antes de iniciar la historia de nuestro abuelo, y el comienzo
de su saga, en tierras chilenas, hay otro eslabón de la cadena que no cierra, y es la desconocida relación entre los
Rabahieh y la familia Salomón, que a juicio de un par de fuentes, habría una relación de parentesco, lo que trajo
la consecuencia que la única hermana sobreviviente se haya quedado en la Argentina, y le fuera presentado un
pariente de la tía Elena Salomón, mejor dicho un pariente de su esposo, de la familia Yunes, Choe, ya nombrado
en el capítulo Diuana. Siguiendo las conjeturas, pudiera mi abuelo haber tenido parientes en la Argentina que lo
pudieran haber acogido a su llegada. Podría, quizás, a lo mejor….esta historia Rabajille me está saliendo menos
ajustada que la Diuana, quizás porque me faltó averiguar más cuando los personajes tenían más clara la
película….Pero en lo general espero no estar inventando mucho, más bien he tratado de apegarme absolutamente
a cómo escuché la historia, tratando de calzarla con los hechos comprobables, en fechas; cotejándola con lo que
he leído de escritores y escritos de otros homsienses o paisanos que hicieron periplos semejantes, y no creo
escapar demasiado con la forma que realmente ocurrió. Hecha la aclaración pertinente, vuelvo a mi abuelo, el
cual se encuentra instalado en Chile, trabajando en el sector del barrio Matadero, a pesar que no vive ahí, pero es
un ambulante, vendedor de ropa a crédito. Deambula por Franklin, San Diego, Santa Rosa, barrio Huemul, etc.,
ofreciendo su mercadería; camisetas, calzoncillos, calcetines, en cómodos y económicos cinco pagos, y que es
donde hacía la utilidad, pues en el plazo, en pequeñas cuotas, estaba la ganancia. Este sistema, que para mi abuelo
le alcanzó para vivir dignamente junto a su numerosa familia, en la actualidad ha hecho multimillonario al sector
del retail, pues se basa en vender a crédito, haciendo la ganancia en el plazo (también en el interés usurario o la
renegociación unilateral). Familia Solari: ¡¡copiones!!

Llegan los hermanos y el primer mito familiar


Considerando que la salida de mi abuelo desde su Siria natal, difiere un tanto de las historias que me ha tocado
leer y/o escuchar, por el componente directo de violencia que le incorporaron (¡que eufemismo he utilizado para
referirme a la paliza que le dieron a mi pobre abuelo!). Cómo si a uno no le pegaran, sino que le “incorporaran
violencia”… Bueno, mi abuelo se vio obligado a salir, y seguramente, como dije un poco más arriba, en un principio
quizás no tenía en la mente traerse a su madre, sus hermanos. A lo mejor su idea era que pasara un poco la
conmoción ante el ataque sufrido, que bajara la “temperatura ambiente”, junto con hacer un poco de fortuna
antes de volver…No tengo ninguna certeza ante estas preguntas, tan sólo conjeturas, refrendadas con la historia
tal como terminó…o comenzó, en el caso nuestro. Tampoco en esta parte de la historia están clara las cosas, ni
como se fundó el primer mito familiar; el hecho es que aparecen en algún momento en América los otros tres
hermanos Rabahie: Sade, Badit y Malaqui junto a su madre, mi bisabuela Elena. Para facilitar las cosas (o
enredarlas un poco más), Malaqui se queda en Argentina, específicamente en Rosario, seguramente acogida por
la familia Salomón, que como dije antes, teníamos parentesco; ahí conoce a Choe Yunes, primo de los Yunes,
emparentados con los Diuana a través del matrimonio de Mariana, la única hermana de Abraham, con quien
termina casándose… (con Choe Yunes,…qué feo nombre Choe, que me perdonen mis primos YR). Los otros dos
hermanos, Sade y Badit, junto a Elena la madre, viajan a Chile y harían su vida en nuestro país… ¿Y el mito cual es
señor autor? El mito que nosotros siempre escuchamos, es que los tres hermanos habrían llegado al país, y que
para no confundirse, uno se dejó el Rabahie, castellanizado a Rabajille (mi abuelo Antonio), el otro se quedó con
el Rabahi, transformado en Rabají (Badit, que se transformó en Benito…) y el último se “inventó” (o se lo inventó
el aduana, o significa algo que aún no he descubierto…) un Rabah-El, finalmente Rabael (Sade que pasó a ser
Celestino…). Cada uno dio fruto a una rama diferente pero todos sus hijos eran (fueron y son) primo-hermanos, y
todos los que siguen son (somos) primos, y todos venimos de los mismos Rabahieh-Rabú originales, Jorge y Elena…
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Este es un mito relativo, pues no llegaron juntos, y de haberlo hecho, habría primado el mayorazgo y el Rabajille
(apellido completo) le habría correspondido al mayor, a Sade, el futuro Celestino que terminó siendo Rabael…Mi
teoría por tanto, es que al llegar primero Antonio, quedó con el apellido como era conocido en el ilblad, luego
cuando hace venir a sus hermanos, se ponen de acuerdo en cambiar sus apellidos “para que no se confundan
nuestras familias” (esto sí que lo escuché repetidamente), lo cual es una curiosidad de marca mayor: misma familia
y apellidos distintos o parecidos, o quizás ni tanto; hay el ejemplo de los Jadue-Hadwa, Zaror-Zarour; Chahuán-
Shahwan; Nazar-Nasal; Obaid-Obeid, etc. Pero el mito se hizo realidad, tres hermanos con apellidos
diferentes….La hermana mantuvo el Rabajille natal (Rabahie) pues se quedó allende Los Andes. En todo caso, para
ilustrar un poco, Sade significa felicidad, dicha; Badit o Badie tiene la misma raíz que Badia, que significa
resplandeciente, maravilloso, pero significaría Felipe…; Antún es aquel “digno de alabanza”, en cambio Antonio
es aquel que se enfrenta a sus adversarios (¡¡que agresivo!!), Nadim/Nadima: arrepentido, según el trabajo
“Estado de conservación…., pero según Chuaqui, en su libro “Siria”, Nadim significa bufón….(la pega….);
finalmente Malaqui, si tiene el mismo origen que Malek, que significa rey, sería reina…Sólo para ilustrar un poco….

Buhonero árabe en Argentina Buhonero árabe en Argentina caricaturizado en Caras y Caretas (1908)

Vida en Chile
El abuelo Antonio, se dedicó al comercio ambulante, tal como lo hacía en Argentina, tal como lo hacía la mayoría
de los inmigrantes árabes…(¡qué tanto, los españoles ponían ferreterías o panaderías!, y los italianos: abarrotes…),
se especializó en el sector del barrio Matadero, cuando en Franklin, el Matadero funcionaba; el barrio era bravo,
los matarifes andaban con el cuchillo afilado al cinto…y mi abuelo vendía con un atado al hombro: camisetas,
calzoncillos largos y cortos, calcetines, y de un cuantuay del rubro… Me contaba mi papá, que al morir el abuelo,
en el hombro izquierdo (en la clavícula) tenía un surco que le dejó el peso de acarrear el saco día tras día llevando
su mercadería directamente a sus clientes.

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Fotos del antiguo Matadero en Franklin, con algunos distinguidos clientes de mi abuelo

Eso que mi abuelo era un personaje de gran fortaleza física, aunque un poco bajo, era maceteado…, muy parecido
en algunas fotos al actor Jaime Vadell; en esta que pongo a continuación, no se le parece, pero tiene un aire a
varios de nuestros primos, sin asemejarse a ninguno en especial... ¿o sí? (¿el Quique, el Micho, Tarek?)

Abuelos Antonio Rabajille y Georgina Sarquis


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Siempre le escuché a mi papá decir que su papá no aprendió a escribir ni leer en castellano o español; di por
entendido que en árabe sí, y que habrá encontrado inoficioso “perder tiempo” aprendiéndolo al llegar a las
américas, pues él venía a labrarse un futuro, y para comprar y vender, en esa época no le debió ser necesario; por
otro lado, un adulto de casi 30 años, en 1920 en Chile, ¿qué facilidades podría haber encontrado para
alfabetizarse? Mi abuelo tenía una libreta, escrita con puros símbolos, y cuando ya la vista lo había abandonado
(muy joven) y mi papá las oficiaba de lazarillo, o de “segundo a bordo”, lo mandaba al Matadero a cobrarles a los
clientes. Tomaba su libreta, donde él veía un nombre (el cliente), unas cifras (el valor de lo adeudado y los abonos),
mi papá veía un galimatías incomprensible… -vaya Nadim donde Hernández y cóbrele los dos pesos de la tercera
cuota, pues él paga los jueves….. Partía mi papá, obediente a cobrarle al cliente moroso. De la libreta no hay
rastros, sería un documento histórico, y lo más seguro es que escribiera en su idioma nativo, el árabe…
Tiempo atrás, mi primo Cristián Yunes, me regaló, para que yo lo guardara (y atesorara) un libro de mi abuelo
Antonio, del cual adjunto la foto de la tapa, aún con el elástico original con que mi abuelo lo protegía, y para
deleite familiar, escaneé una de las páginas interiores. Pagaré buenos maravedíes a quien lo tradujere….

Libro que atesoro de mi abuelo Antonio

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Son muchas páginas, sin una ilustración, no sé si está vuelto para arriba o está correcto, tan sólo sé que se lee de
atrás para adelante. Este libro también tiene una historia que me contó mi papá. Cuando vivían en la Pila, se
juntaban varios paisanos, y tenían sus “momentos culturales”, imagino no sería nada al estilo de un club de
lectores, pero la idea era reunirse, y leían de un libro (creo que es el que tengo y mostré en la página anterior) las
historias de Antar, una especie de Cid árabe, o un Quijote, pero que además de ser guerrero, era un poeta. Era de
piel negra…era negro…., su nombre completo era Antarah ibn Shaddad, es de la época preislámica (525 al
608…murió de 83 años), nació en Arabia Saudita, y fueron famosas sus aventuras en las guerras tribales junto a
su caballo Abjar y su sufrimiento por el amor con su bella prima Abla.

Antar Antar y Abla (nunca tan buenamoza….)

Intenté buscar en Internet algún poema para compartirlo, pero están en árabe, encontré esta historia: Érase una
vez, un hombre negro que se llamaba “Antar”. Era caballero. Tenía una prima blanca a la que amaba mucho que se llamaba
“Abla”. Ella también lo amaba. Querían casarse pero no podían porque el padre de ella no quería que su hija se casara con un
hombre negro. Al pueblo no le gustaba Antar. Pero entonces hubo una guerra de fuertes guerreros y Antar los derrotó. Después
de eso a la gente del pueblo le gustó, por eso él habló otra vez con el padre de su amor para casarse. Pero el padre le puso
condiciones imposibles. Le pidió que le pagara una dote de mil camellos rojos del Rey Numan. A pesar de las dificultades,
Antar le entregó los camellos, sin embargo el padre lo rechazó y dijo a los hombres que querían casarse con su hija que
mataran a Antar. Ellos trataban pero no podían. Al final Antar fue a hablar con el padre y dijo: “deja de atacarme, no voy a
casarme con tu hija”. También porque Abla dijo a Antar que ella iba a seguir amándolo y no quería que muriera. Entonces ella
se casó con otro hombre pero seguía amándolo. Antar y Abla nunca se casaron pero siempre se amaron.
Me entretuve un poco con Antar; debe haber sido importante en la familia pues a la fábrica de artículos de caucho
que hicieron los hermanos Rabajille (historia que no contaré, pero que no tuvo un final cordial…., tan sólo
certificaré que era una fábrica de todos los hermanos, esa era la idea) a la vera de la que tenía mi papá, le pusieron
Antar. Me recuerdo haber escuchado a mi papá que Antar era una especie de guerrero invencible, con hazañas
imposibles de superar, que desafiaban cualquier imaginación, incluso hasta irónicamente, al estilo de los cuentos
de Chuck Norris…., o del indio Patoruzú. Pero me volví a desviar, el hecho a contar acá es que en la casa de mi
abuelo se juntaban un grupo de paisanos a leer libros en árabe, entre ellos mi abuelo Antonio, José Yapur, el papá
de nuestro conocido Juan Yapur, Abu-Badie, como le decían a mi bisabuelo materno José Sarquis (padre de Felipe)
y un paisano conocido como Ul-la… (¿señor Ul-la, don Ul-la?). Hablaban en árabe, rememoraban sus día en sus
respectivos ilblad, Yapur y Sarquis son libaneses, el único sirio era mi abuelo, y a lo mejor don Ul-la. A mi abuelo
le leían, quizás por su incipiente ceguera, quizás porque no leía el árabe, en ese caso no era alfabetizado, pero
¿cómo pudo haber trabajado?, ¿cómo pudo haber sido muad’din?...Misterios…..
104
Antonio conoce a Georgina
Como dejé enunciado en el respectivo capítulo Diuana, mi abuela Zaquie o Clorinda tenía puras amigas libanesas,
entre ellas a María Jure, la mamá de los Sarquis, quienes vivían en el barrio Santa Isabel, vecinos de los Fantuzzi,
de Enrique Lafourcade (que incluso un día sacó a colación a las hermanas Sarquis en una de sus crónicas
dominicales en El Mercurio, las trató de bellas…), entre otras conspicuas familias, también emigrantes. Al parecer
de lo que me han contado, no tenían una situación económica boyante, más bien debo decirlo, tenían mala
situación…Tenían una verdulería que atendían el tío Jito (Jorge→Jorgito→Jito…, yo cuando chico pensaba que era
el tío Ojito…) y el tío Felipe; uno de ellos se ocupaba de las compras y el otro de atender, de cotona, el local. Mi
bisabuela María Jure, mamá de Georgina, ¿cómo decirlo sin que moleste?, ya, lo digo nomás, era buena para
tomar, pero de esas buenas-buenas para tomar, andaba siempre con una botella envuelta en un diario, ergo,
alcohólica (penoso, pero no tengo culpa…). Entonces, mi abuela Clorinda, para ayudar a su amiga, se llevó a la hija
Georgina (mi futura otra abuela) para que la ayudara en su negocio en la Alameda (cerca de la fábrica de dulces
“La Europea”, aún no ubico la dirección exacta, etc.), negocio que duró hasta cerca de 1918 o 1919. Incluso
Georgina se quedó por ese tiempo a vivir en Sotomayor con la familia Diuana Zamar; más que una “empleada” de
mi abuela, era una especie de “protegida” de ella, una amiga.
Por otro lado, el futuro consorte, mi abuelo Antonio, trabajaba con Abraham, en sus afanes de “falte”, pero ya
estaba empezándole a fallar la vista, y fue cosa de tiempo para que se prendara de mi abuela (ojo, no por que le
fallara la vista….), y al más puro estilo occidental, la solicitó en matrimonio, seguramente con una visita a don José
Sarquis en la avenida Italia, y las consabidas ceremonias de la cual todos hemos participado. Ninguna foto, ningún
recuerdo queda de la ceremonia celebrada en 1920, todos los sobrevivientes de la familia nacieron posterior a la
fecha. Según mi mamá, el motivo principal del matrimonio de mi abuela Georgina fue no volver con su familia y
seguir estando cerca de la Zaquie, a la cual quería entrañablemente. Tanto así que ambas se prometieron los
futuros hijos/as como ahijados/as, y de hecho Georgina fue la madrina de Yola y Nelly y la Zaquie madrina de los
ocho hijos Rabajille-Sarquis….¡¡curioso pero cierto!! También puede ser, ojalá así haya sido, que Georgina hubiera
estado locamente enamorada de Antonio…

Problemas en la pareja
Al parecer no es mito el mal genio de mi abuelo, traspasado genéticamente a alguno de sus hijos, no nombraré a
nadie pero todos tenemos un candidato en la mente, y luego a los nietos, no nombraré a nadie, pero me
incluyo….y voy a contar algo que no debiera dejar escrito, pero se ajusta a lo que a mí me relataron, y qué va…los
actores están fenecidos…así que…Resulta que mi abuela se habría negado a “consumar” su matrimonio en la
noche de bodas, y como mi abuelo, repito, era de “gatillo fácil”, la habría forzado, violentamente. Y según la fuente
que informó, a mi abuelo le habrían dado una paliza Juan Diuana junto a Antonio Yunes, por haberla “violado”….
(suena fuerte, así escrito…). No me consta y me cuesta creerlo pues mi abuelo, como dije antes, era poderoso
físicamente, pero a lo mejor no se resistió…. (a la paliza, digo). En fin, no es un hecho para vanagloriarse, pero las
historias llevan de todo; y ésta también.

Milán
Imagino que luego de un tiempo volvería todo a la normalidad, Antonio y Georgina compraron un terreno en
Milán (¿Italia, el centro de la moda? No, en el paradero 1 de Gran Avenida), una especie de quinta, cuyo patio
trasero daba al Zanjón de la Aguada, para más precisión: Milán 1415. Hace pocos días anduve por el barrio, el sitio
exacto de la casa de mis abuelos lo ocupa un galpón industrial que alguna vez fue de Dave Schneider, marido de
nuestra prima Marisol; hoy sigue el galpón, pero ni idea de quién es la propiedad…En todo caso el “gringo” le
compró el terreno a los hermanos, yo me llevé la puerta de entrada que es parte de mi casa en Pirque, y Dave se
llevó la palmera (entre otras cosas…). El resto del barrio es muy parecido a como debió ser en la época en que los
105
Rabajille, los Diuana y los Sarquis se sentaban en la Scala de Milán (en la escalera…) y vivían su niñez y juventud
en el barrio. Incluso la casa inmediatamente vecina está, habido el paso del tiempo, igual…mente destruida, las
veredas con las baldosas de antes…caminar por Milán en estos días es como volver (mirando algunas casas), atrás
en el tiempo. En esa casa nacieron los ocho hijos, incluido mi papá. Los recuerdos que tiene mi mamá de Milán,
de la casa de sus “casi primos”, porque yo diría que los Diuana y los Rabajille fueron más que amigos, se acercaban
mucho al concepto que tenemos de familia, sin serlo; no hasta 1955 cuando mi papá consigue lo que tanto había
prometido (casi amenazado) de casarse con mi mamá y sellar los apellidos para siempre. Los recuerdos de mi
mamá, decía, son de una casa muy acogedora, con comidas preparadas por mi abuela Georgina (según ella, las
mejores berenjenas fritas que ha probado en su vida, y mi mamá, de berenjenas fritas y comida árabe sabe…),
siempre las atendieron muy bien a ella y la tía Yola, al punto que rogaban ir a la casa de las Rabajille; tanto así que
las castigaban o amenazaban de castigarlas no dejándolas ir a la casa de Milán. Tiene que haber sido muy
entretenido, tantos jóvenes juntos, de edades parecidas, mi papá y la tía Nadima eran los mayores, pero todos
participaban de los juegos, se disfrazaban, hacían obras de teatro, muy recordado es “El show de Keka”, en el que
nuestra seria tía Queta se comía un plátano; de manera divertida debe haber sido, pues con sólo acordarse se
ponen a reír. Iban juntos a la parroquia de Santa Lucrecia donde se juntaban con otros vecinos, amigas y amigos.
La tía Yola era amiga de la tía Queta y la tía Lidia, en cambio mi mamá era íntima de la tía Eliana, tanto que me
entregó de ahijado (su primer hijo, a su mejor amiga), en cambio mi papá me escogió a su querido hermano
Enrique como padrino…le apuntaron medio a medio. Junto a otros primos, los Rabael, el tío Lalo (este era el
regalón de mi abuelo Abraham…), Camilo, Ana; también Rachid Rabají; se juntaban con otros amigos del barrio
como los Lasen, en fin, hacían un tremendo lote, entretenido. Jugaban al monte, en el cual mi papá se lucía no
dejando ganar a nadie, con buenas y malas artes, con esa manaza que tenía, daba unos tremendos palmetazos a
quien “osara” descubrir al Rey de Oros antes que él. Hacían guerra con plumillas, a las cuales, inteligentontamente,
le ponían alfileres en las puntas…. (y nosotros, a postonazos en el galpón del fundo, ¿seríamos inteligentes tal
vez?). Inventaban juegos, jugaban a las escondidas, tenían un club, “El cachirulo rebelde”, al que entraban sólo las
mayores, cuando ya habían superado la pubertad, si se me permite ponerlo de un modo elegante, en cambio las
menores estaban vetadas hasta que no les llegara la madurez. Tenían piscina adentro de la casa, esto no me lo
supieron explicar muy bien, pero me aseguran que era así; la propiedad era tremenda, dije que era una especie
de quinta (término que ya no se usa, es equivalente a una pequeña parcela de agrado, en medio de la plena
ciudad), con árboles frutales, cultivaban algunas cosas, especialmente se acordaba mi papá cuando tenía que
levantarse temprano, cuando todavía había rocío a cosechar el azafrán.
Milán 1415… ¡tanto escuchar los cuentos!, nunca le tomé mucha atención al detalle, me quedé siempre con la
sensación que tiene que haber sido muy parecido a cuando nosotros veraneábamos en San Sebastián, todos los
primos, con otros amigos, y lo pasábamos muy requeté contra bien. Para efectos de mi historia, en esas veladas
de juego, de escondidas, de conversaciones de primos (aunque ellos no lo eran….excepto por un rumor no
confirmado que dice que la bisabuela Hanom, madre de Abraham era prima de Elena Rabú, la mamá de Antonio
Rabajille, tan rumor como que los Salomón también serían parientes nuestros…), en ese compartirlo todo, mi papá
se fue prendando de mi mamá, y decía en broma (eso creían todos): yo me voy a casar con la Nelly….Según mi
madre, y debo creerle pues es una de esas personas exageradamente pechoña, que mi papá jamás tuvo un atisbo
de malicia con ella, siendo que era ocho años mayor. Se tenían mutuo cariño, gran respeto como podrían tenerlo
un par de primos, y fueron (y mi mamá sigue siéndolo) tan reservados, que jamás contaron los pormenores, los
prolegómenos de su conquista mutua. Entiendo que a mi mamá siempre le atrajo lo responsable, lo cariñoso, lo
aclanado, lo “winner” de mi papá, lo trabajador; seguramente escuchaba lo conquistador de mi padre, ese tipo
de personalidad atrae a una jovencita conservadora. Eso le hacía olvidar los “detalles” que tenía mi papá: lo
“abusador” que podía ser en los juegos infantiles entre ellos, lo bueno para salir….no abundaré en defectos de mi
padre, fue tan buen hombre que nada haré ni diré en su contra.
106
En Milán 1415 nació el romance que me permite estar escribiendo esta, Mi Historia Familiar…….

Georgina con los cinco primeros niños, aparecen Nadima, Nadim, Lidia, Enriqueta y Enrique…luego vendrían
Eliana, Mario e Hilda (Yo veo a la Paula, al Cristian, uno de los Rabajille G., una de las Tala….)
Tal como relaté anteriormente, Milán, la casa de Milán más precisamente, junto con ser el hogar de los Rabajille,
también fue lugar de acogida de los Diuana, o sea en esa casa convivieron mis dos padres, pues junto con la
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amistad que unía a mis abuelas, las que se visitaban, se juntaban a conversar…(me contó alguna vez José Lasen
que su mamá, la señora Lidia Alavi, se juntaba con mis dos abuelas, frente a un brasero, y ponían unas entrañas o
alguna presa de carne vacuna al fuego, y métale tomar mate, comer y conversar en árabe…, esto nunca lo
corroboré con mi papá, pero debió ser cierto, entre tanta invención de don José…). Curioso el apellido materno
Alavi, seguramente derivado de un Halabí como nuestros parientes, o Haleby como nuestros amigos y vecinos.
Más curioso es este amigo de la familia, googlearlo, inmediatamente aparece involucrado en internación de casi
500 kilos de cocaína….suave…. Decía que junto con la amistad de mis abuelas, existía también la amistad de mis
abuelos, pues Antonio junto con haber trabajado con/para mi abuelo Abraham, era muy apreciado por éste; tanto
así que gozaba con los cuentos y chistes que le contaba, en árabe, Antonio. Incluso cuando estuvo convaleciente
de sus anginas (pre-infartos), solicitaba la presencia de su amigo, para reírse de los chascarros que mi otro abuelo
le llevaba. Tanta amistad, la traspasaron incluso a los otros hermanos Rabael-Rabají, pues Abraham fue padrino
del primer hijo de Benito, Jorge, quien murió muy joven de tisis (TBC, o tuberculosis). Este joven, al parecer de mi
madre y tía, era muy buenmozo, moreno de mucha facha…, hay una foto más adelante…). Abraham también fue
padrino de Lalo, Camilo, Anita y Ángela Rabael….Otra curiosidad familiar… ¿no habían otros candidatos a padrino?
O realmente ser padrino/madrina tenía una connotación que no acabo de entender…en fin.
La amistad de los padres, mis abuelos/as, necesariamente tenía que traspasarse a los hijos, en este caso a las hijas;
y así mi mamá era entrañablemente amiga de Eliana, ambas nacidas en 1930, mi mamá en mayo, mi madrina en
noviembre…Fueron bautizadas juntas en la Iglesia de Santa Lucrecia, en la calle Placer, a muy pocas cuadras de
Milán, lugar de muchos eventos familiares, bautizos, primeras comuniones, etc… El hecho memorable consiste en
que ambas futuras comadres (gracias al autor) estaban muy enfermas, cada una con su respectivo mal, pero al
decir de la tía Yola, por ejemplo Eliana no mantenía ni siquiera erguida la cabeza, como moribunda, entonces
ambas fueron bautizadas, in extremis…(averigüen…) y milagrosamente luego de recibir el agua
sagrada….revivieron, se alentaron, mejoraron… En Santa Lucrecia, oficiaban misa el cura Frías (señor Frías le
decían y que llegó a ser monseñor), ayudado por el padre Delpiano, curioso personaje, éste, pues era de familia
muy acomodada, rico, y cada cierto tiempo llegaba su madre con ropa nueva, regalos, etc., para su hijo cura, y
yéndose su madre, el cura regalaba todo, mostrando absoluto desapego por las cosas materiales, cual budista….
¡Personajes que conocieron mis padres!

Sello de la fecha de fundación de la parroquia y foto fachada

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Parroquia Santa Lucrecia

Yola y Nelly iban seguido a la casa de Milán, a veces incluso la primera se iba en góndola, acompañada por la
Zaquie y Malek, a tanto llegaba las ganas de verse con sus amigas, mis tías… El barrio debió ser muy entretenido,
junto a los Lasen (Juan “Juanito”, Sofía y José eran los más amigos de mis tíos…), las hermanas Vega (Elba, Lala,
Ana…). Cuando la mamá de las Vega hacía picarones, que le quedaban exquisitos, moría alguien de nuestra familia
(no por comer picarones, sólo coincidencia…). También llegaban los primos: Camilo y Lalo vivían en una casa-
quinta en Lo Ovalle, casa que en un momento los Rabael vendieron (sería en un apuro…), y con el dinero obtenido
compraron joyas para iniciar un negocio ad-hoc, resultando todas de ellas falsas, eran fantasías, perdiendo el
capital… Curiosa suerte, o mal ojo o….definitivamente lo que he recabado de mi tío-abuelo Celestino, es que no
era de muchas luces, por ponerlo simpáticamente, incluso su matrimonio con Rita Torres, tiene una historia que
no pienso dejar escrita, pues este documento podría caer en manos de mis primos Rabael y causar un dolor o
molestia innecesaria…
Otro de los personajes que no puedo dejar de nombrar, es el mejor amigo de mi papá, Juan Palma, del cual me
contó innumerables historias, onda Tom Sawyer con Huckleberry Finn, los pícaros e inseparables amigos,
personajes de las novelas de Mark Twain. Innumerables aventuras de las cuales no recuerdo ninguna, pero no
significa que no las hayan tenido. Nosotros, de la amistad de Juan Palma (era calificado mecánico de aviación) con
mi papá, heredamos a su hermana, la tía Betty, quien muchas veces vino a Chile, especialmente en época de
verano, y que recibimos cariñosamente en San Sebastián, y en Viña, junto a su exquisita hija Betty Anne…Yo me
desquité…yendo de viaje a Macchu Picchu con Michel Mehech, pasamos a Lima donde nos atendieron regiamente
en su casa de San Isidro, nos pasearon, huaqueamos, carreteamos con sus hijos, especialmente Víctor Juan (el
maldito tenía una boa escondida en la casa, en el 3er piso, sin que la tía Betty supiera…); hasta intenté hacer surf
en las preciosas playas limeñas…Fue una tremenda vuelta de mano a tantas veces que la recibimos en nuestro
país…es que a veces (¿a veces?) cansaba con lo buena para hablar, pero nos quería entrañablemente…Herencia
de Milán….
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Algunas fotos de la familia Rabaji:

Badit (Benito) Rabají con su madre Elena (mi bisabuela), señora e hijos

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Los Rabají de paseo

Benito Rabají Rabú


111
Matrimonio del tío Rachid, mi papá fue el padrino (y Abe joven de honor, de impecable blanco)
112
Más recuerdos de Milán
La casa de Milán definitivamente tiene los “genes” que me dieron origen, si existiera la casa, toda mi historia
estaría guardada allí; la casa no existe, el barrio sí, pero yo atesoro (si, redundo con “atesorar”, tal como con el
libro de mi abuelo…) la puerta de la mampara de la casa de Milán, la preciosa puerta vidriada que está luego de
la puerta de calle, clásica en las construcciones antiguas; tal como la puerta en la casa de la Pila…

Pura historia en esta puerta……

La primera vez que vino la tía Nadima, para una Rabajilletón en mi casa, se quedó mirando extasiada la puerta y
me hizo el siguiente comentario: es tal como me acuerdo, me parece estar a un lado de la puerta, en Milán,
mirando a Nadim, que está al otro lado….y se emocionó… ¡Cómo un simple objeto (esta puerta no es tan simple),
nos puede transportar en un instante al pasado…!, un reloj que alguna vez tuvimos (el Seiko V que me regaló mi
papá como en séptimo, y que Eduardo Saver, un compañero cleptómano, hermano de Fernando, un gentleman,
me robó…).Hace unos pocos días, alguien me mostró un Seiko igual al que tuve, y fue: flash…retroceder en el
tiempo, instantáneamente. Entiendo perfectamente la emoción de la tía Nadima al encontrarse frente a frente
con la puerta de su niñez.

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A cualquiera de mis primos o tías que vea la foto siguiente, no es necesario explicarle nada más…., de inmediato
se transportan a… ¡San Sebastián!, nuestra casa de veraneo familiar…, esto es sólo un adelanto, ya viene más
adelante el capítulo correspondiente a esa Villa La Madonina.

Otro de los recuerdos que atesoro…, junto a las fotos familiares (soy el archivo…), piedras recogidas de muchos
lados, cartas, papeles, boletas, etc., etc., como no boto nada (una especie de Diógenes sin la basura asociada),
tengo muchos pasajes a los recuerdos…; pero me desvié del tema original. Sigo con Milán, a continuación copio
un croquis de la casa, elaborado con los recuerdos de mi mamá y la tía Yola, asiduas asistentes… Pero en verdad
el plano de Milán que consigno a continuación, se basa en los recuerdos de estas Diuana, modificados por los
datos entregados por el tío Mario, quien vivió en esa casa y me quedaré con esa versión.
Ellas siempre durmieron en la pieza de las mujeres (esto se encargaron de dejármelo específicamente aclarado,
inútilmente, pues conociendo a mis tías no habría cabido ninguna otra posibilidad…) y almorzaban o cenaban
todos juntos en el comedor, excepto mi abuelo, quien siempre lo hacía en solitario, en una mesa aparte; al menos
esos son los recuerdos de las niñas Diuana, al parecer mi abuelo estaba un poco “castigado” por su familia, por
actuaciones non-sanctas, que no viene al caso detallar, menos que queden escritas, que culminaron con una
hermana Rabajille que no “pasó por el martillo”, o sea fue gestada fuera del sagrado vínculo del matrimonio….lo
que le trajo una especie de “problemas” en su hogar. Consideremos que mi familia paterna, era y es
tremendamente conservadora en lo moral, y especialmente en lo religioso, pero debo decir en defensa de mi
abuelo, que su affaire era bastante común entre los paisanos de la época (¿mal de muchos….?), a mi abuelo le
cargaron, al papá de los Melej…etc., en el libro de Chuaqui hay varios casos…
El hecho es que mi papá nunca dejó de defender a su papá, no dejaba hablaran mal de él, tan sólo de rumor me
llegó en su oportunidad que habría interpelado a mi abuelo una vez que estaba maltratando a mi abuela,
desconozco los detalles precisos, pero le habría advertido para que no se le ocurriera tocar a su madre….Nombro
el episodio, pero me reservo de pensar si efectivamente ocurrió, nada me contó mi papá.

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Plano de la casa de Milán 1415
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Lo que efectivamente me contó, es que su papá salía muy temprano a trabajar, lo hacía durante todo el día, y
cuando llegaba a la casa, se sacaba el sombrero, y dentro tenía los billetes juntados durante el día, los cuales
doblaba de manera característica, una especie de origami árabe, y le entregaba todo el contenido a mi abuela….
¿Como una manera de ordenarse?, ¿De asegurar el sustento familiar? ¿Lo tenían en capilla? No lo sé, mi papá me
lo contaba con orgullo. Igualmente me contaba que su papá, cuando andaban juntos, por el centro, donde hubiera
mendigos pidiendo una monedita por favor, no dejaba de darle aunque fuera lo mínimo, a cada uno. Por ejemplo,
se acordaba que en las afueras de la iglesia San Francisco se ponían por la Alameda y daban la vuelta por San
Francisco un mendigo al lado del otro, y a cada uno le daba su moneda….¡¡grande mi abuelo!! Igualmente hay una
anécdota, que no sé si cae dentro de la ironía de mi abuelo o de una excentricidad: cuando había visitas en la casa
de Milán (mi mamá y la tía Yola por ejemplo), le decía a la tía Lidia: Lidia, por qué no le sirve un cafetiú a la Nili y a
la Yolia (así les decía)…, como haciéndose el pituco, o molestando a la tía Lidia…no me queda claro. Ah, a propósito
de la tía Lidia, olvidé mencionar que era catequista en Santa Lucrecia, ¿más ligados a la iglesia quiénes?
Creo que no tengo más recuerdos de Milán, que más bien son historias que me tocó escuchar, no me tocó vivirlas,
obviamente; incluso la vez que pude haber recorrido la casa, antes que fuera vendida por los hermanos, me junté
con la tía Hilda que estaba encargada de sacar lo que fuera útil, quien me hizo entrega de la puerta de la mampara,
de la que adjunté la foto un poco más arriba, y unas pocas puertas que no atiné a dejarme, y las perdí en algún
cambio. Incluso esta puerta la miré un poco de menos, pues estaba pintada, incluso pintado los vidrios, así que
nada hacía presagiar su belleza, de madera noble, de vidrios esmerilados, la preciosura que estaba escondida…
Bueno, en esa ocasión, estúpidamente me perdí la oportunidad de haberme dado un tour por la casa, haber
sacado fotos (que imagino nadie sacó…), haber recorrido con la mirada y el corazón los lugares que dieron origen
a tantas historias; haciendo abstracción de lo que en ese momento hubiera…varias otras manos habían pasado
por esa casa, y seguro no estaba igual a como la conocieron mis padres, ambos padres, pero me lo perdí. Tan sólo
tengo en la retina la palmera (me perdí haberle sacado unas semillas, unos dátiles y haber tenido “hijos” en mi
casa…), había una especie de fuente de agua, de ladrillos….y nada más, no me acuerdo de nada más, excepto que
recuerdo que costó desocupar a los inquilinos para poder venderle al Dave.
Eso sería lo que puedo contar de Milán; quizás una última pincelada a los primos, consignar que Benito tenía taxis,
y se casó con Ana Rozas, una señora muy dama, muy educada, pero siempre quejosa, porque el tío Benito era más
o menos bueno para el trago, y vivían en la Gran Avenida, tenían un buen pasar, no así los primos Rabael, que
junto a la mala suerte, muchas veces hicieron mala elección de sus parejas. Un “aporte” más al tío Benito (aquí se
me enoja la parentela Rabají….). Se acuerdan mi mamá y la tía Yola de un episodio tragi-cómico, hoy parece
cómico, en su momento fue trágico: muere la abuela Elena, la Om-Sade, la mamá de Sade, de Celestino, el mayor
(costumbre árabe de poner ese sobrenombre o pre-nombre, tanto a la madre como al padre…), mi bisabuela, y
autorizan a Benito Rabají, quien estaba preso, suponen por alguna infracción de manejo (ojalá haya sido sólo eso
y no un “crimen” mayor) a acudir a su funeral y lo llevaron engrillado, cual peligroso reo…causando gran pesar
entre los asistentes (esto es lo trágico); a tantos años de ocurrido, quizás más de 60 años, parece algo medio
chaplinesco, o de Buster Keaton, el hijo engrillado asistiendo al funeral de sus madre…Que el lector juzgue….
El recuerdo de mi mamá y la tía Yola, era el de Benito llorando desconsoladamente.
Esta Om-Sade, también recuerda mi mamá, era un poco mal genio, cuando la pequeña Nelly intentaba prestarle
ayuda en la cocina, le decía: Lá, lá (No, no…en árabe), no quería que se metieran….y también se cuenta que se
negó a comer en sus últimos días, pues se quería morir….(¿por lo de Benito?....tampoco está claro…..hay muy
pocas cosas claras en esta historia, tal como en todas las historias, pues se escriben después que las historias han
transcurrido…otro prisma, otra realidad, otra mirada….los recuerdos son febles….etc.).
A continuación, una de las cuatro fotos (de nuestra familia) que he mandado a El Mercurio, y que han publicado
en la página del Álbum Familiar (día domingo, cuerpo A…¡¡¡un record!!!):

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VIDA SOCIAL Domingo 7 de Junio de 2009

1931, Santiago
Primera Comunión

Antonio Rabajille Rabú, nacido en Siria y llegó a Chile en 1910. Empezó trabajando en el barrio Matadero
como "semanero", esto es, vendiendo prendas de vestir en cuotas semanales. En 1920 se casó con la
inmigrante libanesa Georgina Sarquis, con quien tuvo ocho hijos. Vivieron en las cercanías del Zanjón de
la Aguada en una amplia casa-quinta, y ortodoxos en su origen, educaron a su familia siguiendo los
sacramentos católicos.
Sus hijos mayores, Nadima y Nadim, realizaron su primera comunión en la Parroquia Santa Lucrecia,
donde finalizada la ceremonia, les tomaron esta fotografía mientras caminaban con su mamá y tías hacia
el legendario salón de té de la cadena Ramis Clar, en la Alameda, famoso por sus pasteles, ambientación
europea y orquesta.

Esta fotografía la envió el hijo de Nadim, Antonio Rabajille Diuana

Mi abuelo Antonio, arrancado del Túnel del Tiempo

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Mi abuelo era un personaje; en las páginas anteriores he dado algunos esbozos de lo curioso y especial de este
primer Antonio Rabajille que pisó tierras americanas (yo soy el segundo y mi hijo el tercero…), y no tan sólo por el
insólito origen de su salida de Homs, ni su insólita (más no exclusiva) llegada a tierras chilenas, sino por algunas
de sus actuaciones, más cercanas a las excentricidades….como pasaré a explicar.
Mi mamá, cuando mi papá nos contaba las curiosidades de su papá, mi abuelo Antonio, decía: tu abuelo era
escapado del Túnel del Tiempo, haciendo referencia a una serie de TV, años 68-69, en que con muy poco
despliegue tecnológico (para los estándares actuales: pa’ la risa…) un vórtice op art y ya estaban viajando en el
tiempo, y a veces escapaban algunos personajes que chocaban con la realidad contemporánea…. (La serie está
situada en 1968. El gobierno de Estados Unidos maneja un proyecto secreto denominado Tic-Toc que consiste en
construir una máquina del tiempo. La máquina, una especie de corredor de forma cilíndrica llamado túnel del
tiempo, se encuentra en un complejo subterráneo en Arizona).

Mi abuelo se había escapado del Túnel del Tiempo; para muestra algunos botones: cuando le nacían perros a la
perra de la casa, la Mascota, con una tijera media mellada, le cortaba a los cachorros la cola y las orejas, y se las
freía y se las daba a comer….según él era una receta beduina para que se pusieran bravos…¡lloraban al unísono
los cachorros, mi papá y sus hermanos! No me queda claro si la Mascota era brava o mansa….
No dejaba que se miraran al espejo, los hombres no necesitan un espejo para peinarse, decía, y una vez que le
sintió olor a colonia en la solapa, se la cortó de un tijeretazo…¡bravo para la tijera mi abuelo!
Era muy estricto con la hora de llegada, pero cada cual se cavaba su tumba…¿a qué hora va a llegar?, A las 11
papá….Y él estaba esperando, si el hijo llegaba antes de la hora planeada…no pasaba nada, pero a las 11:05 era
recibido con una sarta de palos…puro inculcar responsabilidad…..(a palos….). Esto le costó una paliza a mi papá
en el año 55, cuando estaban culminando la “Semana Rabajillana”, como se dio en llamar su laaarga despedida de
soltero; avisó llegada a una cierta hora y no cumplió…
Tenía algunos dichos que mi papá repetía, tratando de inculcanos el concepto a nosotros: entre cierre, salga
cierre….(referido a las puertas de una pieza, de la casa, etc.) se desesperaba cuando no le hacíamos caso…
Otro más: comen mierda y hablan por doctor, esto cuando el personaje aludido estaba diciendo algo totalmente
opuesto a lo que hacía, y no me queda tan claro si además lo decía cuando le sacaban la nata a la leche y el
apuntaba que era ilógico que comieran prietas (sangre) y despreciaran la leche (crema…).

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Tenía la costumbre de echar el pan, ya enmantequillado o con lo que fuera, directamente al tazón de café, té o
café con leche…ante el asombro de los contertulios que le reclamaban por el gesto, con un: ay papá, cómo hace
eso….; el respondía: si igual se revuelve en el estómago, qué tanto….
Y tenía otra práctica, la cual yo he seguido fielmente y le he enseñado a la Jacinta: los animales, perros y gatos,
jamás desdeñan comida que uno ha masticado, y que sacándosela de la boca uno les ofrece…por favor hagan la
prueba….
Otro más: cuando todos alababan un plato: mmhh, que está rico, que cosa mas exquisita, etc., mi abuelo con una
simpatía sin igual hacía la siguiente reflexión: “tiene crema, tiene mantequilla, tiene aliños…..¡¡hasta un zapato
cocinado quedaría rico…!!” Todo un caso mi abuelo….
Era reacio a salir, seguramente por efecto del tracoma, enfermedad que trajo desde el ilblad (El tracoma es una
inflamación de la conjuntiva causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, la cual es contagiosa y se transmite
por contacto directo con la persona infectada o por ciertas moscas que llegan a alimentarse de secreciones de
personas infectadas. Y es una de las causas principales de ceguera infecciosa mundial. Se calcula que apareció en
Egipto 1.500 años A.C. Documentos como el código de Hammurabi y el papiro Ebers hacen mención de la
enfermedad, y se asemeja al padecimiento que dejó ciego a Homero. Fue conocida como oftalmía egipcia y la
traía el diez a veinte por ciento de todos los inmigrantes sirios, otro motivo más que tuvieron para despreciar a
nuestros pobres abuelos….. Fin de la iluminación respecto al tracoma). Bueno, mi abuelo era tan reacio a salir,
que cuando lo invitaban a ir a algún lado decía: no me inviten, hagan cuenta que estoy muerto….; tan así era, que
mucho tiempo después que los hermanos construyeron la casa en San Sebastián, para veraneo de la familia, y de
tanto insistirle: papá, cuando va ir a conocer la casa….(ellos chochos…), cuándo va a ir…y nunca iba, déjeme
tranquilo mijito, haga cuenta que estoy muerto…. Hasta que un viernes logró llevarlo mi papá; don Antonio llegó
a San Sebastián, recorrió la casa, se disculpó que estaba cansado y se fue a dormir….Al otro día temprano, antes
que despertara nadie, mi abuelo tomó un bus y se volvió a Santiago… ¡Sorpresa!, se llevaron todos buscándolo en
la mañana….
Hablé de algunas excentricidades de mi abuelo, pero es injusto que no repita lo que consigné páginas arriba, que
era un abuelo muy cariñoso, pese a estar postrado en su sillón clásico en el comedor de la Pila, siempre tenía
gestos hacia nosotros….Esteban, nuestro primo mayor (aunque es Yunes…, el mayor Rabajille soy yo) me cuenta
que todas las noches subía el abuelo a su pieza, antes de acostarse, y le contaba chistes….Incluso los sábados
como no tenía clases, Esteban se levantaba temprano a prenderle los carbones para el narguile…le dejaba lista la
pipa, con las mangueras llenas de parches, hecha de puras piezas extrañas, absolutamente “hechiza”, nada que
ver con los narguiles ornamentados, casi obras de arte que ahora llegan incluso de la China (como todo nomás…),
bueno Esteban aprovechaba de pegar sus piteadas (siempre bolseando…, después ha seguido macheteando
puros…), y el abuelo, medio cieguito, pero con ese sentido del oído desarrollado de los no-videntes preguntaba:
quien es el sanvergüenza que anda por ahí….(medio enojado, pero absolutamente en broma, pues sabía que era
Esteban…), soy yo yedduh, prendiéndole el narguile…., ¡¡ah mire el sanvergüenza, en qué anda!!, le contestaba,
cariñoso. Pequeños gestos, seguramente dentro de su primitivismo de cariño, era lo máximo que podía entregar.
Mientras escribo esto, puedo, fácilmente, “sentir” el olor a brasero, mezclado con un tono dulzón que salía del
rincón del comedor donde se sentaba mi abuelo…
Tenía de todo en su sillón, bajo él, al lado, en tarros, en cajas; guardaba tornillos, alambres, hilos, de un cuantuay
(¿a quién salió el tío Enrique?, ¿y Bosnia?). En el sombrero tenía agujas, alfileres, etc. Costumbre que mi papá
heredó (en todas las vueltas de solapa de sus chaquetas y ternos, siempre, pero siempre tenía alfileres clavados….)
Yo soy digno hijo de mi abuelo, en mi banano no faltan alambre, instrumentos, trozos de lija, etc…. ¿Los genes?
No son para nada un invento de Mendel, son absoluta e implacablemente precisos…..
El abuelo le hacía el pedido de jabones Flores de Pravia a don Elías Nazar, vecino que arrendaba la casa vecina en
la Pila, que tenía tienda en Meiggs; el monto era mínimo, pero para mi abuelo, muy correcto y cumplidor en los
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negocios, el tema era de suma importancia, y don Elías así lo entendía y le retribuía ese carácter a mi abuelo…Aquí
está su pedido don Antonio.…Muchas gracias don Elías… ¡un caballero muy comprensivo don Elías!
Y el pedido de tabaco se lo hacía mi papá, que le traía de la Estación (de Meiggs o Salvador Sanfuentes) un saco
de tabaco (nacional nomás, nada de Amphora ni Captain Black, mi abuelo era nacionalista…), lo mezclaba con
arroz y azúcar para su narguile.

Nada que ver con el narguile de mi abuelo…..

Otro mito familiar, corroborado pero no completamente aclarado


Muchas veces me contó mi papá un episodio de mi abuelo Antonio, que describía la fortaleza, tenacidad y
excentricismo de mi abuelo homónimo…Según la versión original, estaba mi abuelo instalando unos durmientes
de ferrocarril al fondo de su casa-quinta, para proteger su huerto de las subidas del Zanjón de la Aguada, y como
era capaz y forzudo, estaba trabajando sin ayuda. Toma uno de los durmientes, abrazándolo, y comienza a
moverlo para enterrarlo o sacarlo, para el caso es la même chose, y pierde el equilibrio cayendo al zanjón, al
canal…Cualquiera en su sano juicio habría soltado el madero y buscado la orilla, pero aquí viene la “chispeza” de
mi abuelo: no lo soltó y fue arrastrado por las aguas. Alguien lo vio caer y comienza a gritarle: Don Antonio
suéltelo…., pero él no dejaba ir el durmiente…Le siguieron gritando, en corro los vecinos corriendo por la vera del
zanjón, y no lo soltó, hasta que lo rescataron, con el durmiente (Rabajille: ganancioso) al llegar a la calle San
Ignacio, buenas cuadras más allá de su casa.
Esta historia llenaba de orgullo a mi papá; este orgullo se nos transmitía como ejemplo, y nosotros también
admirábamos, al escucharla, a ese abuelo con hazañas supermánicas.
Lo no aclarado, es que hay una versión escuchada recientemente (tío Mario, otra vez) que no era un durmiente,
sino que mi abuelo estaba cortando un árbol que podía caer sobre el gallinero que había en el patio trasero, y
amarró el árbol con un cordel y se amarró él (al árbol), entonces al cortarlo, en vez de caer hacia adelante, cayó
al zanjón arrastrándolo. El resto de la historia termina igual, no lo soltó, lo rescataron con el árbol (para leña según
el tío…). Me quedo con la primera versión, siempre la escuché igual…
Pero antes de continuar con el capítulo siguiente, el paso de Milán a la Pila, donde sí me tocó vivir, compartir, un
intermedio con nuestros parientes por el lado Rabael y/o Jure.

Capítulo Rabael y algunos eslabones perdidos (desconocidos) de nuestra historia


Los Rabael, de los que hemos tenido muy poco contacto en los últimos 40 años o más quizás, fueron partícipes
activos de los primeros tiempos de esta primera generación de Rabajilles nacidos en América, obviamente, eran
primos hermanos con ellos y con los Rabají. Estos personajes, que para mí, mis primos y obviamente nuestros
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parientes mayores no son desconocidos; al contrario, convivimos mucho con ellos, fiestas, navidades, paseos, idas
a quedar a sus casas, almuerzos dominicales, etc., para las nuevas generaciones son absolutos desconocidos, de
hecho son absolutamente “desaparecidos”, todos marhum…muertos, pero les sobreviven sus hijos, nietos y cual
más cual menos, son nuestros parientes, en distintos grados de consanguinidad.
Como el título lo indica, y a modo de introducción, esta foto:

De izquierda a derecha: Elena Rabael, Selem Yapur Beick, Alicia Rabael, Nelly Jure, Mary Odde Jure, Afife Odde
Jure, Virginia Odde Jure (¿?), Rosa Jure y José Jure, año 1955

Un pequeño repaso, los Rabael son Rabajille modificados en el nombre; Jure es el apellido materno de Georgina
(y Amalia, tía Tuta, tío Jito, etc.)
Resulta que mi bisabuela María Jure, tenía un primo XX Jure, este padre de:
Moisés (Muse), Rosa, Juan, José y Jorge, todos Jure. Descartando a Juan quien fue soltero y Jorge que murió joven;
hay 3 ramas Jure emparentadas:
- Moisés Jure se casa con XX Thomas, tienen dos hijas
- Eliana casada con Jorge Ganem y tienen: Patricio, Eduardo, Eliana, Jorge, Alejandro y Ricardo
Estos Ganem, tenían y tienen mueblerías en el norte, hay 2 en Iquique, vivieron un tiempo en la Pila, compartimos
mucho con algunos de ellos, aún vive la mamá Eliana…
Hay un derivado Thomas aquí…Eliana es prima de Antonio Thomas, papá de Shaineh (muerto defendiendo a una
señora en un asalto), Sandrino (Nanino) muy amigo nuestro, en Viña, mi joyero particular hasta que se fue a vivir
a Fray Jorge….), Miguel mi joyero actual, y una hermana…todos estos, joyeros como el papá, menos Shaineh que
era ingeniero, y muy, muy clever….
Y la otra hija de Moisés:
-Nelly casada con Juan Yapur y tienen: Juan, Ana María, Roberto, Claudio, José Antonio, Alejandro y Patty
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Con los Yapur compartimos mucho más; muchas veces fuimos a su casa que quedaba en Toro Mazotte o Coronel
Souper, un poco más abajo de General Velásquez, al lado sur de la Alameda. Todos los Yapur, o casi todos, buenos
para el juego, comenzando por el papá, el tío Juan, “Juanito” Yapur, tan simpático, cariñoso. Muy yunta de mi
papá para jugar al tele, o se iban al Casino…puros buenos recuerdos de los Yapur… (aunque ninguno fue al entierro
de mi papá… ¡ellos se perdieron la oportunidad de vernos y demostrarnos cariño!)
-Rosa Jure, la tía Rosa…casada con Antonio Odde tuvo a: Afife, Mary (ambas solteras), Virginia (mamá de los
Patuelli, de las zapaterías Patuelli), José (que murió joven de TBC) y Miguel (pareja de Teresa Cabré)
Esta tía Rosa “amenazó” mil veces con invitar a su quinta en Linderos, no cumplió nunca…era invitada permanente
en la Pila…por fin dilucidé su parentesco. En cambio a sus hijas las visitamos, tenían tienda en la calle Rosas en el
centro; mi mamá le compraba telas, hilos, algo así…

Y el último Jure:
-José Jure casado con Olga Yapur, hijos: Salvador (Chagua, que murió joven y tiene mucha importancia para mí…),
Miguel, Mª Soledad, Virginia y Claudia
Estos vivían en los edificios de la Villa Portales, dentro de la Quinta Normal, y varias veces nos fuimos a quedar a
dormir a su departamento, todos hacinados, pero lo pasábamos muy bien….Éramos más amigos de Miguel, era
más palomilla que el Chagua…Miguel trabajaba con Dardo Correa en el aeropuerto Pudahuel, y era pieza clave
para entrar cualquier cosa, pues era amigo de los vistas de aduana…yo entré tres maletas de remedios en uno de
mis viajes a EEUU, con eso pagué lejos, el viaje. Pero más importante es el Chagua, muy cabezón, crack para las
matemáticas, se casó con una niña “high” y vivía en Américo Vespucio. Cuando yo estaba en cuarto medio, me
hizo clases particulares de matemáticas (me preparó para la PAA, actual PSU), junto a un compañero de Esteban,
Alejandro Young, el “chino” Young, quien sería embajador de Panamá en Chile…A ambos nos fue espectacular,
pues el Chagua era gran profesor, inteligente y muy preocupado y cariñoso. Su muerte fue un golpe para los que
lo queríamos….
Un cogollito a los Yapur, tres hermanos: Juan (casado con Nelly Jure), Olga (casada con José Jure), y el tercero,
nuestro conocido Selem Yapur, casado con Alicia Rabael Torres, prima hermana de mi papá…tuvieron a la Yaneth,
Mª Angélica, Marcela, Ricardo, Mauricio y Yasmín. En segundo matrimonio tuvo a Dusan y un par más que no
atino a recordar

El tío Selem trabajó con mi papá, fue su asistente-secretario por mucho tiempo, hasta que llegué a trabajar en la
fábrica; incluso estuve un buen tiempo mientras estaba aún el tío Selem. Un personaje, una especie de Canitrot,
bueno para llegar tarde, bueno para engrupir, pero una persona absolutamente de confianza, nunca un renuncio,
pero van aquí una de las anécdotas (de las que se pueden contar), del tío Selem…..)
Uno de los cuentos más divertidos, fue cuando el tío Selem, tuvo que ira entregar un pedido de unas gomas
especiales a una pesquera…el paquetito no pesaba más de 100 gramos, y por ponerle platas de hoy, 2014, la
factura era por un valor de doscientos mil pesos… ¡un robo!, se mataba de la risa…”Nadim, no me atreví a
mostrarles la factura…..la tiré por debajo de la puerta…. !!era un robo Nadim!!” O cuando llegaba tarde: estoy
enfermo, Nadim (mientras abría un sobre de polvos Volta, para la acidez, se le habría pasado un poco la mano…),
muy enfermo, Nadim, opérame con tus doctores…y le agarraba el brazo a mi papá, el que ante tal despliegue de
histrionismo, no se podía enojar, y luego de retarlo un poco (costumbre atávica de mi papá…), terminaba por
reírse junto a su “empleado estrella”. El tío Selem, lavaba estampillas del SSS, arreglaba libretas con los
inspectores, llenaba facturas de compra (Vasoflex Ltda., Plásticos Namur, etc.) “a pedido”, se tiraba todos los
saltos y trucos que le pedía mi papá…
Siempre alegre, nunca una mala cara…”Toñito, ¿un café….? (haciendo seña con la mano, como buen sordo que
era, igual que su hermano Juan…., apenas me veía entrar. Puros buenos recuerdos del tío Selem.
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De izquierda a derecha, de pie: Jeanette Yapur Rabael, Selem Yapur, Marcela Yapur Rabael, Yeny Salazar Daruich
(¿?), María Angélica Yapur y Camilo Rabael Torres. Sentados: Elena Rabael Torres, Fernando Salazar Daruich (¿?),
Adriana Toro Rabael, Laura Toro y Alicia Rabael Torres.

Celestino Rabael y Rita Torres, único testimonio gráfico que (hasta ahora) he podido conseguir…

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De Milán a Los Muermos
Un poco antes de casarse mi mamá, los Rabajille dejaron Milán, nunca supe con claridad el porqué; cambiándose
a la casa de Ramírez 036, en ese momento de propiedad de Juan Diuana, a quien le pagaban el arriendo. No sé si
ya se llamaba Los Muermos, pero gran parte de mi juventud la calle así se llamaba, y nosotros indistintamente
decíamos que íbamos a Los Muermos o a La Pila. Los Muermos, para mayor luces, es una localidad rural, una
comuna en Puerto Montt; que tuve el placer de conocer, menos de veinte mil habitantes, casi un caserío nomás….
En la época de los Diuana la calle era Ramírez, en honor quizás de qué Ramírez…luego cambió al citado Los
Muermos…, en la actualidad, y hace unos 30 años, la calle tiene el horrible nombre de Nicasio Retamales, en
homenaje a un diputado de los años ’30, del partido democrático, cuyos méritos no son de gran valía, y ni siquiera
pondré su foto…. (interesados buscarla en Google). Cuando murió mi abuelo, la casa le tocó en herencia a mi
mamá, quien aun es su dueña, y desde ese momento mi papá le dijo que él se encargaría de pagarle el arriendo a
mi mamá…..(sin comentarios…). Esto nunca fue tema en nuestra casa, excepto alguna broma por aquí y por allá.
La plata entre mis padres nunca fue tema.
Los Rabajille Sarquis estaban instalados en Los Muermos, cuando yo vine al mundo (claro que vivíamos en la calle
Jofré, entre Vicuña Mackenna y Ramón Carnicer) y esa casa fue por siempre, la casa de mi abuela, donde
pasábamos las pascuas, muchas veces ibamos a almorzar, e incluso viví el primer semestre del año 1974 de
domingo a viernes, pues en mi primer año de universidad, medicina veterinaria la impartían en la Quinta Normal
y nos quedaba a un paso (a Esteban y a mí).
Pero me estoy adelantando en la historia, ya estoy estudiando veterinaria y aún no “caso” a mis papás…, pre-
requisito indispensable antes de casarse: la Primera Comunión…aquí en la foto mi papá y la tía Nadima antes de
irse al Ramis Clar.

Mi papá (¿o Esteban?) y la tía Nadima de Primera Comunión


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Mis padres de solteros

A pesar que mi mamá zapateaba en otras fondas…..igual mi papá se la tenía prometida…..

Y aquí están, a la salida de la iglesia de Nuestra Señora de Los Angeles, el 29 de mayo de 1955, muy casados, con
sus respectivos padrinos: de mi mamá: el tío Juan y la tía Yola; de mi papá el doctor Alfredo Farrud y Amalia Sarquis
(atrás distingo al tío Mario, tío Nacer Nazir, José Chahud, Selem, Juan Carlos Diuana, tía Tuta, Amalín…
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Esta boda fue la culminación de unión entre las dos familias, luego habría de complementarla el matrimonio del
tío Mario con Juana Diuana, para enredar el asunto de apellidos; sus hijos son Rabajille Diuana Sarquis Sarquis,
nosotros somos Rabajille Diuana Sarquis Zamar…
Lo que comenzó en Homs, luego en Argentina, con capítulos desconocidos, siguió en Santiago de Chile, se fundía
un 29 de mayo hace ya buenos casi 60 años atrás.

Juana D., Neddy D., Yolanda D., Enriqueta R., Nelly D., Nadima R., Hilda R., Haydee D., Lidia R., atrás Eliana R.

Y en esta con Sarquises incorporadas (Amalia, Tuta, Lucía), la Zaquie y la tía Nana; y las Diuana faltantes
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Tengo fotos para tirar para arriba, pero sigo con el texto. Decía que casados mis padres, los Rabajille se habrían
de instalar en la Pila por muchos años; allí morirían Antonio y Georgina, a la viudez de la tía Nadima llegaron los
Yunes para completar el pasaje. Como esta historia tiene un cierto orden, omitiré por el momento a la pareja
Nadim y Nelly, para seguir la historia Rabajille Sarquis que transcurre en la Pila, volviendo después sobre mis
papás, que finalmente es mi historia, y motivo principal que me haya animado a escribirla.
Ya conté que la imagen que tengo de mi abuelo es la de un señor bajito, macizo, de barba áspera, sentada en un
sillón de cuero, fumando narguile, al que me llevaban a saludar; el me acariciaba con sus dedos de no-vidente,
musitaba algo en árabe, alguna bendición; sacaba un jabón Flores de Pravia, un rollito de pitilla y ya está… Era la
visita al abuelo Antonio, todos los recuerdos que tengo de él. Quizás me llamaba la atención que bajo el sillón
estuviera un paraíso para los cachureros, cajitas, tarros, bolsas, llenas de los más insólitos elementos
deseables…Debo aclarar que soy un insigne coleccionador del todo; sin mayores explicaciones, creo debérselo a
la genética, que dio un salto, pues mi padre no era sí, y ninguno de mis hijos es así. Estoy esperando la aparición
del nieto cachurero que herede mis cajas, mis colecciones de inutilidades y poder estar tranquilo que a mi muerte
no seré un montón de basura; ya mi cuerpo va a serlo, pero mis cosas espero le sean atractivas y útiles a alguien.
Aunque hay un error en el salto genético, pues mi tío y padrino Enrique, era de los nuestros (Abuelo-hijo-nieto).
Lo entretenido de la Pila era el barrio, pues nosotros vivíamos, desde que tengo uso de razón, en Las Condes, en
la misma avenida; primero en el 7968, casa que aún permanece casi igual a como la dejamos (era arrendada), y
luego nos fuimos a la propia en el 9430. Nunca hicimos amigos en el barrio (al contrario), encuentro que no había
barrio, era una calle, una avenida nomás. En cambio en Los Muermos-Nicasio Retamales-La Pila, de ahora en
adelante la Pila, había vecinos, había comercio, había muchas cosas: un garage lleno de micros al lado de la casa,
en la casa inmediatamente vecina vivían en principio los Nazar Naser, el nombrado don Elías, pater familia, papá
del Choche, muy amigo de Esteban y con el cual compartimos algunas aventurillas, el viaje a Mendoza, etc. Al
frente de la casa vivían los Arellano, descendientes de los Arellano del Colo Colo, en el garaje vivía el tío Camilo
Rabael con sus hijos, en la cuadra vivían un montón de vecinos de los cuales me acuerdo de algunas caras, ningún
nombre, pero hacíamos unas pichangas espectaculares en la calle, que era adoquinada, hasta que se acababa la
luz. A veces las hacíamos en el patio de la casa que tenía dos arcos….mentira, eran dos bancas de cemento que
estaban paralelas al largo del patio, o sea no se enfrentaban, pero daba lo mismo, jugábamos sin arquero.
Nosotros éramos los ‘palo grueso’ del barrio, nuestra familia era dueña de las micros que había al lado de nuestra
casa (digo nuestra, porque así la sentíamos,…y era nuestra, es aún…), en el garage se guardaban las micros canal
San Carlos, clásicas micros que hacían el recorrido desde la Estación Central hasta el barrio alto. Ese garage era un
universo, más aún para niños de nuestra edad, y porte reducido. Ahí se guardaban, mantenían y arreglaban casi
40 micros. Había un sector pintura, otro de mecánica, reparación de ruedas, etc. Nosotros teníamos prohibido
entrar al garage, por el peligro de atropello, pero…la prohibición no existía para nosotros, y nos metíamos por la
ventana del comedor que daba al garage. Revisabamos las “peseras” unas cajas de madera, forradas en cuero
donde guardaban los billetes y las monedas, pues los choferes de estas micros recibían la plata, cortaban el boleto
de un rollo y daban el vuelto a cada uno de los pasajeros…todo un espectáculo, más bien una hazaña. Como
ganaban por boleto cortado, no dejaban pasar pasajero sin que pagara, o a veces no daban los boletos, pero había
inspectores que pasaban pidiendo los boletos y cortaban un trozo con el número, para investigar la honradez del
conductor. Esto no tiene nada que ver con nosotros, que nos metíamos al garaje, veíamos qué micro estaba
abierta y entrábamos a revisar la pesera, a buscar monedas que se le hubiera quedado al chofer. O buscábamos
rodamientos desechados para sacarle las bolas de acero y ocuparlas como “tiritos” en el juego de las bolitas. O
rodamientos más chicos para hacernos carros con los que competíamos en la calle. O a hablar con el chico Pinto
(el pintor de las micros) para pedirle alguna paleteada. De hecho el table (backgammon) que tengo aún, me lo
pintó él. No recuerdo quien me lo fabricó..absolutamente hechizo.

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Vida más simple, vida distinta, no se puede decir que fue mejor ni peor, a pesar que uno diga que nos
entreteníamos con cosas más pavotas, más físicas, etc. También se puede decir que era más peligroso…. A mi
entender, estando cerca de cumplir la pornográfica edad de 60 años, entiendo que cada edad, cada época, tiene
su encanto propio; y sus problemas propios también. Un niño de ahora moriría de aburrimiento con las cosas que
nosotros nos entreteníamos…no hay comparación ni posibilidades de echar el tiempo atrás, así que vamos
aceptando cada época como la mejor de nuestras vidas. Estamos vivos, ya eso es motivo suficiente para estar
agradecidos.

Un dibujo de las micros Canal San Carlos, tan metidas en nuestro ADN familiar

Pero el garage no era lo único entretenido de la Pila; a la vuelta de la cuadra, en la Alameda estaba, si no me
equivoco, en la esquina la botillería que había sido de los Bou, familia española muy amiga de nuestra familia;
claro que para confundirnos, la María Luisa Bou se casó con Antonio Baus, de aquí salió el cura Antonio Baus Bou,
ex gasparino, y rector del Saint Gaspar que me instó a abuenar a mi curso (generación 73 B) con el colegio, cuando
cumplimos 30 años de egresado….pero esa es otra historia.

Usando sólo mi memoria, frágil, luego de la botillería estaba, quizás no en este orden, la casa del doctor Alfredo
Farrud, citado padrino de bodas de mi papá y emparentado con los Diuana pues era casado con Victoria Yunes
Diuana (prima hermana de mi mamá). El doctor murió en extraño acontecimiento, en al Parque Cousiño mientras
estaba en plena acción (¿laboral de doctor?, no…teniendo sexo con su amante en un auto….o algo así de sórdido).
Luego estaba la librería de José San Martín, “Pepe”, que muchas veces nos salvó cuando le comprábamos útiles
escolares de urgencia. Esta tenía unas vitrinas de vidrio, y en ellas, pegadas monedas desde dentro, entonces don
Pepe hacía la broma de dar vuelto dejando la moneda encima de la otra, retiraba la de encima y uno trataba de
llevarse el vuelto, sin fortuna…lo que le causaba risa, antes de entregarla definitivamente…¡¡chistosito!! A don
Pepe, la última vez que lo vi, fue en el funeral de mi abuela Georgina, y el contrató un taxi elegante para
asistir….¿Porqué me acuerdo de estos detalles? No lo sé, otros se acordarán de esos otros detalles y en la suma
de recuerdos se forja la memoria colectiva. En el funeral de mi abuela, también recuerdo que bajábamos por
Costanera, y en la curva justo antes de cruzar el puente de Pío Nono, aunque en esa ocasión no doblábamos ahí,
chocamos con un auto; más bien rozamos a otro auto, seguramente los nervios de mi papá, el cansancio por el
viaje (que ya contaré pues es una triste experiencia…no el funeral, sino que nuestro periplo…).

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Tal como adelanté en la página anterior, mi frágil memoria me llevó a confundir la ubicación de la casa del doctor
Farrud, la instalé al lado de la botillería Bou, pero me faltó la heladería de los Repetto, de Mario Repetto, aunque
siempre los recuerdos superan la realidad, debo decir que los helados que comíamos aquí, eran exquisitos.
Además uno veía como los fabricaban, pues al entrar, a mano derecha estaban las máquinas batidoras, tubulares,
muy de acero inoxidable con un vástago que subía y bajaba al mismo tiempo que giraba. Entonces uno preguntaba
qué sabores tenía, pues no era una oferta ilimitada como ahora en el Bravissimo o el Coppelia….esta heladería era
Repetto´s nomás…Generalmente había de bocado (actual de vainilla) y eran cremosos, en cucurucho de barquillo
(seguramente ya estaban los dulcono Roma), no costaban tan caros pues me acuerdo que con pocas monedas
salíamos felices. El local era fresquito (orientación sur) y siempre estaba alguno de los Repetto que nos conocían,
asi que la atención era personalizada.
A continuación sí estaba la casa del doctor, color amarillo claro, luego venía la librería de San Martín, una entrada
de automóviles, seguramente del Teatro Monumental que le seguía inmediatamente. El Teatro Monumental, no
tenía nada de monumental; era bastante modesto, por ser simpáticos…la verdad, era insalubre, con las sillas de
madera super duras e incómodas, mal olor, peligroso: al sentarse en el primer piso al alcance de la platea, era
arriesgarse a que a uno le cayera cualquier cosa desde arriba…¡cualquier cosa!, los baños eran tóxicos, pero tenía
dos grandes gracias: era rotativo, de 3 películas por vez. O sea uno entraba en cualquier momento y podía ver las
3 películas, una a continuación de la otra…Y la segunda gran ventaja es que no tenía censura…Bueno, a lo mejor
existía la censura pero no para nosotros, entramos a ver todas esas películas prohibidas: La hija del zapatero, Las
ardientes noches de Lady Hamilton, Tu cuerpo, mi placer, etc. Pero no era un cine porno, no; matizaba las de
cowboy, con rancheras, con estrenos (de 20 años atrás), y sí que me acuerdo haber visto El Padrino I, y de lo que
más recuerdo de esa película, es la triste muerte de la exquisita Simonetta Stefanelli, la Apollonia de Michael en
Sicilia. Era curioso el teatro, quizás no me crean pero uno podía entrar pagando con un par de tarros de duraznos
en conserva; y no era una “movida”, estaba perfectamente explicitado en un aviso….En ese teatro una vez a mi
mamá la siguió una chancha regalona que no quería salir, tuvieron que salir ellas y volverse a la casa (Ramírez 038
en esa época). A nosotros una vez nos siguió el tío Mario y nos sacó a chuletas del teatro, pues estimó que no
estábamos aptos para ver la maravilla del séptimo arte que habíamos elegido….era nuestra particular censura…
Otro evento que recuerdo fue un festival de canciones, seguramente a beneficio de alguien, algún vecino, o para
obras de la parroquiia, no lo sé. Sólo que nuestras tías participaban de la organización y trajeron a una tal María
Teresa, cantante de mediana fama por esos días….Ella cantaba una penosa canción que decía así: “Están clavadas
dos cruces, en el monte del Olvido, por dos amores que han muerto, que son el tuyo y el mío….”…¿qué tal mi
memoria de inutilidades? Juro que me acuerdo exactamente del momento que ella salió al escenario del
Monumental a cantar…y los “pelusas” a nuestro lado se la comían con la mirada…

Chao Teatro Monumental, imposible encontrar una miserable foto ni referencia alguna en la web, mejor paso al
siguiente local, un restaurant del que entré sólo una vez a buscar a una de las empleadas del tío Carmelo, la
Filomena, una gorda que debe haber pesado sobre los cien kilos mínimo, la cual acompañada de otra de las
empleadas (esta tenía tremendo cuero…) estaba pololeando con un par de atorrantes, comiendo un sábado por
la noche en ese restaurant. No recuerdo porqué nos envió la tía Queta a buscarlas, fue mi debut en el restaurant,
del que obviamente desconozco el nombre. A continuación venía el antro del vicio, los pooles de “la madrina”,
una anciana sacada de un cuento; seca para el garabato, no aguantaba ninguna insolencia y tenía un local de
revistas en la fachada y atrás un clandestino donde tenía una mesa de pool (debió ser poolina por el espacio)
donde los concurrentes eran lo peor del barrio….y nosotros. Venían estudiantes arrancados del colegio, venían los
que pedían plata en la otra esquina, varios eran lustrabotas (andaban con el lustrín…) y nosotros….que teníamos
un trato privilegiado de parte de la madrina. Tomaban, fumaban, había revistas de “chiquillas”: El Pingüino, Viejo
Verde, el NAT….que parecerían libritos de catecismo al lado del material disponible en la red, actualmente y con
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sólo un clic. Pero nosotros éramos niñitos “bien”, hijitos de papá y estábamos mal inscritos en ese lote, pero era
tan entretenido jugar a ser malos….peligroso eso sí, porque los “pelusas” del barrio eran mal genios, andaban con
quisca (cuchillo) y había que tratar de pasar desapercibidos. En eso, nuestro primo Esteban tenía más “calle, más
“barrio”, mal que mal vivía en el sector, sabía cómo moverse, qué o quien era peligroso. Como decía, la madrina
tenía con nosotros un trato preferente, ninguno de nosotros fumábamos, menos tomábamos, andábamos
impecablemente vestidos y además andábamos con plata en los bolsillos. No tanta porque llevábamos un tren de
vida bastante austero…..Frente a la madrina había un localcito donde vendían maní tostado, y confitado. El
confitado era un precursor de Nuts & Nuts o el negocio del “Conejo”, y todas las tardes el vejestorio del sucucho
prendía su paila y se ponía a confitar maní y/o cocos, y el olor impregnaba de lado a lado la Alameda; teniendo
alguna moneda en los bolsillos, era imposible no comprar. Insisto que no había gran oferta por esos días; ni la
cantidad de galletas, ni chocolates, ni dulces…Era todo más simple y por lo tanto mayormente apreciado.

Hago un alto en el recorrido por Alameda, acera norte, entre Los Muermos y General Velásquez,y regalo esta foto
de mi abuela con sus tres hijos varones, dos de ellos desaparecidos: mi papá a la izquierda con su horrible bigote
y sus manazas peludas (¡¡¡y qué cara de paisano por Dios!!!); a la derecha mi padrino con su bigote y antes de
“intervenirse” el naso (igualito al Micho), y atrás el tío Mario, el menor y único sobreviviente (año 2014). La foto
solamente viene al caso para matizar texto e imágenes, pues estamos en la época del homo videns (averigüen…).
Ya; qué tanto, aquí van algunas otras fotos del recuerdo, mientras pienso cómo seguir con el texto….

130
Bisabuela Elena, abuela Georgina, Nadim, Nadima y Lidia en brazos…(y ya cumplió 90….)

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En un paseo Rabajille-Diuana-Sarquis, al Río Clarillo (Pirque) con invitados “extranjeros” (a pesar que la mayoría
en la foto es “extranjero”): Mariana Diuana (la única hermana de mi abuelo Abraham) y Malaqui Rabajille(la única
hermana de los hermanos Rabajille-Rabael-Rabají), siendo la única foto de Malaqui que he logrado conseguir (ella,
abuela de nuestros primos Yunes). Y de haber estado Celestino (Sade), habrían estado los cuatro hermanos…
Igualmente están mis cuatro abuelos y tres de mis bisabuelos

De izquierda a derecha:
Arriba: Miguel Yaquich - Jorge Rabaji - Alfredo Farrud – señora NN - Nadima Rabajille - Enriqueta Yunes – Victoria
Yunes - Amelia Yaquich - Benito Rabaji
Segunda fila: Antonio Yaquich - Eva Serrano (¿quién en brazos?) - Anita Rabael - Enrique Yunes - Tuta Sarquis -
José Chahud-Angelina (amiga) - Chabela Farrud - Ana (Sra de Emilio Yaquich) - Georgina Sarquis tiene en brazos a
Mario Rabajille -Antonio Rabajille - Emilio Yaquich
Sentados: Zaquie Zamar – Abraham Diuana – Hanna Diuana – Hanom Yaquich – Mariana Diuana – Elena Rabu -
Malaqui Rabajille
Abajo: Eduardo “Lalo” Rabael - Nelly Diuana - Yolanda Diuana - Enrique Rabajille - Memo (hijo de María, la
empleada) - Eliana Rabajille – Lidia Rabajille – Enriqueta Rabajille - NN (borroso)

132
Aquí en Los Muermos 036, en la cancha de nuestras pichangas, compromiso de Enrique Yunes y Chabela Farrud

De izquierda a derecha:
Arriba: Emilio Yaquich – Enrique Atal (debajo) – NN al lado y NN arriba – Nadim Rabajille – Pedro Kamel – Maria
Yaquich (esposa del anterior) – Dr. José Aiquel – Juan Diuana
Parados: NN – Juan Nazar – Tuta Sarquis – NN Atal, marido de Elena Rabael –Elena Rabael – Elena Yaquich (esposa
de Carmelo Atal) – NN atrás – Sara Yaquich (¿?) – Adriana Sarmiento (sobrina de Nila, esposa de Luis Yaquich) –
Alfredo Farrud – Victoria Yunes – NN – Nila Sarmiento – Nadima y Enriqueta Rabajille – Luis Yaquich – NN mujer
– NN hombre – NN mujer – Lidia R. – Marta Díaz – Eva Serrano de Yaquich –Anita (señora de E. Yaquich) – un poco
más arriba Anita Rozas (esposa de Benito Rabají) – Sara Yaquich – atrás Benito Rabají – adelante marido de Sara
Yaquich – César Sarquis
Sentados: Malek Yunes – Mariana Diuana – Padre Gilberto Lizana – Enrique Yunes – Chabela Farrud – Amelia
Yaquich – Enriqueta Yunes – Canaán Apsé y su señora – dos NN mujer – José Sarquis – Georgina Sarquis
Abajo: Adolfo Numi – NN (amigo del Portal) – Yolanda Diuana – Mary Odde – Juana Diuana – abajo José Chahud -
Miriam Kamel – Haydée Diuana – abajo Wayid Sarquis - Nelly Diuana – Enrique Atal – Neddy Diuana – abajo Yunes
Sarquis – arriba Federico Yunes – abajo Fuad Sarquis – Hernán Kamel – Antonio Fajre

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En esta otra foto se puede ver lo unidas que eran las familias Rabajille-Diuana-Sarquis, puesto que cualquier
evento, como este compromiso de Alfredo Farrud (Alfredito para mis papás…) con Victoria Yunes (hermana de
Malek, prima-hermana de mi mamá) era objeto de reuniones masivas…Obviamente el círculo se fue agrandando
mucho y después se hicieron otros círculos con otros pater familia…¡¡Nada más que la vida misma!!

En el compromiso de Alfredo Farrud y Victoria Yunes en la casa de Emilio Yaquich (tío de Alfredo), igualmente
están mis cuatro abuelos…Arriba mi papá echando la talla (para variar), mis dos abuelos a la derecha, medios en
otra….
De izquierda a derecha:
Arriba: Juan Diuana - Jorge Sarquis - Nadim Rabajille - Tuta Sarquis - Lidia Cafrune - Catalina Bertolotto - Enriqueta
Rabajille - Adriana Sarmiento - Yolanda Diuana - Lidia Rabajille - Felipe Sarquis – amigo de JDZ – Nene Atal
Segunda fila: Amalia Sarquis -NN - Georgina Sarquis - Eva Serrano - Marta Diaz - Enrique Atal - Enriqueta Yunes –
Anita de Yaquich (Emilio) - Nila de Yaquich (Luis) - Eliana XX – NN (sobrina de Anita de Y.) - Federico Yunes – NN
(sobrina de Anita de Y.) - Carmelo Atal - Abraham Diuana - Antonio Rabajille
Tercera fila: Lucía Sarquis - Mariana Diuana - Enrique Yunes - Chabela Farrud - Amelia Yaquich - Zaquie Zamar -
Elena Yaquich - María Yaquich
Abajo: Antonio Yaquich - José Chahud - Nadima Rabajille - Victoria Yunes - Alfredo Farrud - Luis Yaquich - Eduardo
Atal - Pedro Kamel

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Dibujo de Los Muermos, la cuadra entre Los Muermos (actual Nicasio Retamales) entre la Alameda y General
Velásquez, de acuerdo a lo que me acuerdo y aporte de mi primo Esteban:

Faltan algunas casas, al frente había una casa al lado de la otra, en cada una de ellas vivían familias, y sus hijos
eran partícipes de las pichangas que hacíamos en la calle hasta que no había luz. No recuerdo nombres ni caras,
tambien me faltó el tramo que va hacia Ecuador, la calle paralela a la Alameda, hacia el sur; también había casas
en las que algo hicimos, por ejemplo a mitad de cuadra uno de los vecinos era miembro del partido, o el
representante para el barrio o algo así de Jorge Alessandri, ex-presidente (1958-1964) y candidato a la presidencia
en 1970 contra Allende. Nosotros ibamos a esa casa, más bien al segundo piso, a retirar stickers de la campaña
del “Paleta” como le decían, tipo mediados de 1969, y salíamos a pegarlos en los postes, y en los muros del barrio;
eran de color anaranjado… Para ser ecuánimes, también pegábamos stickers de Rafael Tarud, pre-candidato por
la UP (perdió la nominación ante Allende e incluso Neruda), pues en esa época era suegro de nuestro primo Abe,
y aún no se peleaba con la Minerva…, así que nosotros también le hacíamos campaña política al abuelo de
nuestros queridos primos. En ese mismo sector del barrio vivía un estudiante de ingenieria, no recuerdo si de la
U o de la UTE (actual USACh), que nos ayudó a construir una radio galena, en una caja de puros amarilla, que
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alguna vez captó emisoras nacionales. Esto de las radios galena suena a antigüedad e incluso estupidez
considerando lo que vale en la actualidad una estupenda radio AM/FM con entrada para USB, etc. Pero eso es “en
la actualidad” y no en la década ´60-’70. Poco más puedo recordar de Los Muermos hacia Ecuador, salvo que era
camino obligado para ir al sector de la Universidad Técnica y de ahí a la Quinta Normal, donde ya nombré que
teníamos a los primos Jure con su departamento en la Villa Portales, que era muy entretenido. Olvidé mencionar
que a Miguel, uno de los hermanos Jure, le decían “Tío Rico”, por el parentesco que tenía con los Rabajille-Diuana-
Hirane-Sarquis…seguramente los vecinos vieron llegar a alguno de mis tíos en sus regios autos (incluso pudo ser
mi papá) y lo motejaron ipso-facto.

Villa Portales en la Quinta Normal

También a la Quinta Normal nos llevó en alguna ocasión el tío Carmelo Tala (casado con mi tía Enriqueta) a remar
a la laguna, o fuimos al Museo de Historia Natural a ver a la famosa ballena o al perro Ulk del presidente Alessandri
(de Arturo, el papá de Jorge).

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Ballena del MHN y el perro Ulk (desde 1984 en el Museo Histórico Nacional)

En esa época caminabamos mucho, casi no teníamos otra opción, salvo cuando nos llevaban los choferes de la
Canal San Carlos que nos conocían, pero por lo general salíamos a pie. Llegábamos tan lejos como a la calle Meiggs,
donde rozábamos el peligro extasiados con lo charlatanes que embaucaban a la gente con la culebra que ya iba a
salir de su canasto, o con los “Pepito paga doble”, los vendedores de inventos que nunca resultaban, etc. Todo
ese sub-mundo de la Estación Central, con la calle Exposición llena de animales vivos en jaulas, sueltos, con huasos
llegando del sur con canastos tapados con paños blancos…Nosotros pasábamos por ahí tratando de ser invisibles;
nada teníamos que hacer ahí, no éramos compradores, no éramos vendedores, éramos observadores…Hacia
Matucana llegábamos tan lejos como hasta la Panadería San Camilo, en la esquina con San Pablo, lugar que aún
perdura, a pesar que ahora tiene locales en muchos lados, esa era la casa original. Tenían muy ricos pasteles:
conejos, berlines. No ibamos seguido, pero alguna vez fuimos.

Otra caminata era por la Alameda sur, hasta Jotabeche donde mantenían los caballos de la fabrica de leche
(claramente no era “fábrica” de leche) Delicias, en plena Alameda tenían un abrevadero.

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Este es un carro más pituco que los que me acuerdo visitaban la calle de Los Muermos, pero es lo que encontré.

Aparte de lo entretenido de ir a ver los caballos en la calle (para que se ubiquen los que no se ubican, las Delicias
estaba donde ahora está el terminal de Tur-Bus), otro de los recuerdos imborrables era cuando dejaban las
botellas de leche, unas guatonas verdes, con redonda tapa de cartón que al levantarla tenía pegada la crema
(nata) debajo. Tengo tambien en la memoria uno de los choferes de estos carros que estaba “prendado” de la
Keny, y se venía a Los Muermos a darnos paseos en el carro. La Keny, tal como nosotros, era chica, por lo tanto el
“prendado” era sin intención alguna, o si no mis tías lo habrían echado con viento fresco, tal como ahuyentaron a
un compañero de veterinaria de primer año de Esteban y yo, el pobre Iván Roa, quien era vecino del barrio, por
considerarlo “poca cosa” para mi prima. Iván se cambió a Medicina y seguramente tiene un buen pasar y pudo
haber sido un buen partido…claro que mejor fue Ernesto pero se llevó a la prima allende Los Andes.
Esto de las tías ahuyentando prospectos de pololas o pololos era clásico. Me acuerdo de una fiesta en no se qué
lugar, (Paine, Buin quizás dónde…) y quedamos entusiasmados con unas petisas buenasmozas pero de origen no
muy de alcurnia (es dificil hacer este tipo de comentarios en estos tiempos, son muy políticamente incorrectos),
el hecho es que nosotros comentábamos al otro día de estas niñas, que ibamos a salir….y de repente la tía Lidia
pone el grito en el cielo y ocupa un término que aún no olvido: ¿van a salir con esas “pachas”?, de ninguna
manera….Lo correcto habría sido pachachas, que tampoco es muy bonito, pero la tía usó “pachas”. Y nos siguió
dando, que las pachas aquí, que las pachas allá….tanto que terminamos detestando a las “pachas” y ni pensar en
llamarlas y menos invitarlas a salir. ¡Menos mal!, no habría sacado hijos cercanos al metro ochenta…..
Nuestras tías….dan para un capítulo aparte, seguramente que cuando entre en el tema “primos” haré un acápite
especial. Cuando hablo de tías, pienso también en tíos…
Los Muermos…
Mi papá, buen hermano, buen papá, buen esposo, buen amigo, era primero que todo: un muy buen hijo. Ya cité
que a pesar del genio, actitudes bizarras de mi abuelo, su papá, jamás habló una palabra mal de él; de igual modo
con su mamá era adoración. Trabajando en Einstein (desde 1955 hasta un año antes de su muerte, el 2008) iba a
almorzar de lunes a viernes a la casa de su mamá,hasta un poco antes de la muerte de la abuela Georgina,en
septiembre de 1968. Y aprovechaban de juntarse los hermanos en la mesa familiar, en el comedor de diario, el
que tenía la ventanita que daba al garage. Se sentaba en la cabecera de la mesa, de espalda al garage, y no
recuerdo la posición de los otros comensales. Igual tengo en la mente a mi papá en la mesa, a principios del año
’74, yo tenía 17 y estaba en el primer año de universidad, que como comenté lo hice viviendo el primer semestre
138
en la casa de mi abuela, yo lo miraba orgulloso como pater familia, luego lo acompañaba a su auto pues comía y
se volvía a la fábrica y siempre me preguntaba: ¿necesitas plata? Y mi respuesta no era siempre sí, en eso salí
austero como él… Tenía una rutina de salir un poco antes de la hora de cierre de los bancos, llegar al Banco
Sudamericano de San Pablo con Matucana, en diagonal a la San Camilo citada, hacía su trámite y se iba a Los
Muermos; almorzaba y se volvía a Einstein (dándole el tiempo justo para que su “hombre de confianza” del que
daré sólo las iniciales: Francisco Lazcano, “Panchito”, nos esquilmara sacando materias primas, productos
terminados, etc. Era un gran vendedor, pero cuando trabajaba para Francisco Lazcano Inc.. Con su cojera y
obsecuencia escondía su retorcido actuar. ¿Porqué citar a “Panchito el ladrón” aquí?…
Bueno, la mesa de Los Muermos estaba siempre plena; me recuerdo haber visto al Feres Sarquis, haciendo la
“magia del gitano” (echar un poco de te caliente en el azucarero y se formaba una bola de azúcar….una soberana
estupidez, pero nos encandilaba con su simpatía. Otros personajes, la Elba Vega, (iba a poner Elba Lazo), el ñato
Galaz, algunos Diuana que llegaban del lado, del garage a almorzar… Y ni hablar de la tarde, a la hora del té, con
las hallullas de La Bastaneza, que hacían historia. Hoy, si uno googlea la panadería, es famosa por unas
marraquetas gigantes, o por una paleta de 7 metros con el que sacan el pan de los hornos de 133 años(¡!), no era
cualquier panadería…ni cualquiera las hallullas de la tarde, para la once.

Me fui un poco del tema, hallullas,marraquetas, hornos; cómo si fuera la historia de una familia española…. Vuelvo
con un par de fotos, veraniegas, la primera tomada en Santa Teresa, el fundo de mi abuelo Abraham en el sector
de Colina, a los pies del Cerro El León, etc…Vez que ibamos al norte, mi mamá nos hacía mirar el cerro y darnos
cuenta que parecía un león echado,como la Esfinge egipcia. Pongo la foto para volver a resaltar lo unidas que eran
mis dos familias de origen, paterno-materna; iban de veraneo juntas, pero no al estilo nuestro, sino que iban a su
campo las Diuana, e invitaban a las Rabajille, tanto a Santa Teresa como a La Candelaria.

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Aquí en el año 1945, en Santa Teresa luego de un chapuzón, arriba: Yolanda Diuana, Nelly Diuana, Haydée Diuana;
al medio: Amanda Yaquich (hermana de Amelia Y., vivía en Uruguay), Amalia Sarquis, Enriqueta Yunes y Lidia
Rabajille al extremo derecho; abajo: Maria (hija de Amanda) y Enriqueta Rabajille (tía Queta).

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Aquí en Santa Teresa a la orilla de una piscina, que más bien era un estanque acumulador de agua para regar, la
que era llenada con una bomba muy sonajera según se acuerda mi mamá. Se vaciaba frecuentemente (era usada
en el riego), y se llenaba rápidamente pues salía un tremendo chorro de un agua muy rica. Por no estar mucho
tiempo expuesta al sol era bastante helada, y refrescante por tanto.
De izquierda a derecha:
Arriba: Emilín Yaquich (hijo de Emilio), Abe Diuana, Felipe Sarquis (hermano de mi abuela Georgina), Ramsy
Cafrune (hermano de Lidia Cafrune), Jorge “Jito” Sarquis (ídem Felipe), mi papá Nadim Rabajille.
Abajo: Yalile Sarquis (hija de Wayid y hermana de Feres, Yunes y Nadia), Juana Diuana, Neddy Diuana y Eliana
Rabajille

En Santa Teresa había una media cuadra de árboles frutales, con duraznos y otras frutas que hacía las delicias de
las “primas” Diuana-Rabajille-Sarquis e invitados/as. Tal como narré en el capítulo Diuana, mi abuelo tenía su
criadero de caballos, el Haras El Rosarino que era el rubro principal a lo que se dedicaba el fundo; la agricultura
era un extra y el paseo de los parientes un plus. Yo crecí escuchando los paseos que hacían al cerro, las cabalgatas,
el accidente, que pudo ser fatal, cuando a la tía Yola alardeando de su habilidad como jocketta se le arrancó la
Reina de Castilla (madre de Rosarina, ganadora de El Ensayo) quien luego de galopar desbocada paró al justo para
que la tía se “bajara” sin sufrir un rasguño, cuando los que salieron detrás de ella a pillarla, temían por lo peor.
Como dije, hay muchas más historias escuchadas pero no memorizadas y se van a perder irremediablemente.

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Olvidé mencionar o contar el orden en que fueron naciendo los Rabajille-Sarquis, mi papá y tíos/as, sus
hermanos/as. La primera en nacer fue la tía Nadima el 17 de febrero de 1921, habiéndose casado el año anterior
corrobora la versión de la noche de bodas….Luego al año siguiente nace Nadim mi papá, el 4 de septiembre de
1922, fecha en la cual se celebraban las elecciones antes del Gobierno Militar…(¡muy patriota mi padre!). A los
dos años, en 1924 nace Lidia un cinco de octubre, recien celebramos sus 90 bien tenidos años..y tambien dos años
despues nace Enriqueta, la tía Queta un 11 de junio. La tía Queta rompió la tendencia hombre-mujer, por suerte,
pues luego de Nadim-Nadima qué habría ocurrido con Lidia-Lidio??, se altera la tendencia a mujer hombre, cuando
nace mi padrino Enrique, el 1º de abril de 1928, Enriqueta-Enrique, sigue luego con mi queridísima madrina y
mentora Eliana, quien nace en 1930 (hasta en eso era amiga de mi mamá) el 27 de noviembre, y le sigue Mario el
8 de diciembre de 1934, volviendo al mujer-hombre: María Eliana-Mario Elián, y finalmente la menor, la tía Hilda
nacida un 29 de agosto de 1935, o sea, la “menor” de los Rabajille se apronta a cumplir el próximo año sus 80
peras….

Tan longevos los Rabajille-Sarquis, desmintiendo el mito o rompiendo la tendencia a la muerte anticipada que
tuvo la generación Sarquis, todos murieron de menos de 70 años Por ejemplo mi abuela Georgina murió de 67
años, Amalia de 66, Lucía de 68 y Tuta de 65; al igual que Jorge “Jito”…Wayid y Felipe los menores entre los
hombres también se fueron tempranamente a decorar el oriente eterno como dicen los masones. De Wayid me
acuerdo que perdió la laringe, seguramente fumador y cáncer consecuente, y cuando vivía en el garage en Buzo
Sobenes, antes que se creara la fábrica Antar de caucho, mi familia paterna tenía micros y/o liebres de locomoción
colectiva. Yo de chico pensaba que los Diuana eran dueños de la Canal San Carlos y los Rabajille de Los
Leones….iluso, pues tenían un puñado de micros y no todo el recorrido.
Los Sarquis eran diabéticos y morían por lo que nosotros conocíamos, de infarto cerebral….tranquilitos, en el
sueño (como mi abuela). La diabetes pasó directa a los hijos (especialmente y desgraciadamente a los Diuana).

Micro los Leones


142
En ese garage de Buzo Sobenes…¿Buzo Sobenes? ¿Quien era el buzo Sobenes? El buzo José Antonio Sobenes
Valdebenito (1832-1895), sirvió en la Escuadra Nacional de la Armada durante la Guerra del Pacífico, destacándose
por sus acciones de infiltración y trabajo con explosivos, por lo que se le puede considerar como el primer buzo
táctico y primer comando de la Infantería de Marina de Chile. Bueno, en ese garage vivía el tío Wayid, hermano
de mi abuela Georgina y papá del Feres, abuelo del Feres…..El tío cuidaba el recinto (así lo entiendo yo) y como
no tenía laringe, nos hablaba con una especie de vibrador que tenía que ponerse en la zona de la garganta y le
salía la voz como electrónica….nada para la risa…Para nada nos intimidaba cuando ibamos de visita al garage pues
era muy cariñoso…Antes que hubiera la fábrica, acompañabamos a mi papá, seguramente a recibir pago de la
empresa de las micros, y era muy entretenido merodear entre los fierros, los buses en pana, en reparación, ese
exquisito olor a grasa, aceite, etc. Mi alma de microbusero…

El chico Pinto, mi tío Enrique, yo, “chiquito Parada” y Mario Riquelme en el garage. Yo muy de pantalones blancos
(y al parecer me había pegado “el” estirón…). Me acuerdo que la foto la tomo un tal Pepe Bustos, que era “famoso”
amigo de mi tío y trabajaba para algún medio de prensa o algo así. Atrás una clásica “liebre”.
143
Buzo Sobenes 4650
Si no me equivoco era la dirección de Antar, la fábrica que formaron los hermanos para que la familia no pasara
penurias. Siempre entendí que los financistas habían sido mi papá y la tía Queta, que pusieron la plata para la
compra del terreno. El trabajo lo ponían el tío Enrique y el tío Mario.

Aquí mis dos tíos en la oficina cuando Antar ya era fábrica de caucho.

Esta historia no va por ahí, como dije en el episodio Diuana estos escritos no son reivindicatorios…de nada; en
esos primeros años de Antar nosotros, los primos, ibamos a “trabajar” a la fábrica (a nuestro entender);
seguramente para los tíos eramos una molestia. Me acuerdo perfectamente que ibamos Rody, el Pablo y
Nadim…Es posible que hayan ido Esteban y Mario, pero no puedo precisarlo. Era en los días previos a la Pascua y
lo más seguro es que haya sido para ganar algunos pesos…Lo que sí me acuerdo es qué hacíamos, en esos días,
por un detalle que daré un poco más adelante, podría definir que fue en los años 72 o 73. En Antar se fabricaban
enchufes de goma (absolutamente fuera de las normas actuales) y estos se hacían en matrices metálicas, como
todas las piezas moldeadas de goma, y por motivos de rapidez en la producción, la rebarba sobrante no la
recortaba el matricero sino que este sólo prensaba, sacaba la tarea en una sola pieza (varios enchufes), y la tiraban
a un canasto. Nosotros teníamos la tarea de sacarlos del canasto, ensartarlos en una especie de fierro, como un
anticucho, y lo pasábamos por un esmeril para dejar pulidos los cantos. Cero finura en la tarea, cero control de
calidad, cero calidad del producto, pero estamos hablando de la época de la UP, con la producción por los suelos
y lo que se fabricaba se vendía. Nos contaba mi papá que los zapateros esperaban en su fábrica y se llevaban las
planchas de goma (para tapillas y tacos) calientes, recién salidas de las prensas, ante la escasez de producción
(producto de la escasez de materias primas, producto de las trabas para importar, producto de la escasez y control

144
de las divisas, dólares, etc., pero esa es otra historia). La parte metálica de los enchufes, llegaba en unas láminas
de fierro con las “patas” troqueladas, quedando un remanente que eran una especie de planchas perforadas…¿a
qué viene este cuento?, a que esas planchas perforadas las usaron innumerables veces, cerca de innumerables
Pascuas, para reparar los autos a pedales que pasaban de un hermano mayor a uno menor. Otro diseño, otro
color….el mismo auto….(“economía es riqueza”, dice el dicho…)

Otra de nuestras tareas era, entre prensado y prensado, pincelar con una brocha un antiadherente a las matrices,
para que no se pegara la goma. En la actualidad se usa silicona, en esa época un jaboncillo artesanal. Entonces
uno de nosotros, al lado de la prensa, estaba atento y cuando el maestro abría la matriz, gritábamos: “jaboncillo…”
y pum, métale brochazo…Como había que tener el criterio de poner el producto sólo cuando fuera necesario, y el
criterio no lo teníamos…., a cada rato “jaboncillo”, hasta que empezaban a salir falladas los enchufes… y nos
comíamos los retos del tío. Pero nosotros no éramos técnicos calificados, íbamos a pasarla bien, y lo pasábamos
muy bien, nos pagaban poco eso sí, pero la idea era juntarnos los primos, aprender la pega de nuestros papás,
etc.
¿Porqué soy capaz de fijar estos eventos entre 1972 a 1973? Porque nuestros tíos no almorzaban, tenían la
educación espartana de nuestro abuelo, su padre, de desayunar, salir temprano y comer al llegar a sus casas; pero
la segunda generación éramos más “pitucos” y no perdonábamos las cuatro comidas diarias, debíamos almorzar.
Entonces el tío Mario sacaba una lata del nunca bien ponderado chancho chino, nosotros comprábamos el pan en
el negocio de la vuelta, y listo, el suculento almuerzo….

Esto es absoluta ironía, el chancho chino era asqueroso, pero era de las pocas cosas que se conseguía por esos
días, aciagos días debo decir. Era una especie de paté en molde (venía en ese tipo de envase como muestro en la
foto de arriba a la izquierda), medio grasoso medio baboso incluso, y de consistencia indefinida…Nosotros
adquirimos la austeridad traspasada de abuelo a hijo e hijos a nietos, y en la misma oficina con un plato común o
un par de platos y un cuchillo teníamos almuerzo. Más aún, cuando el chinese pork escaseaba, o no había; era
espectacular el almuerzo en el localcito de la vuelta, en Benedicto XV, donde comprábamos pan, marraquetas
calientitas y una Coca Cola familiar (sólo había de un litro), comunitaria para los primos. Una masticada de pan,
un trago de coca y así, otro “banquete” (el famoso Bread & Coke), y a seguir echando jaboncillo a destajo.

145
De los trabajadores de Antar, me recuerdo de uno en especial, Arriagada, quien siempre nos metía conversa, y
hablaba pestes del tío Mario con nosotros, que su mal genio, que era explotador, que la pega era mucha, siempre
en malos términos…pero aparecía el nombrado tío, y Arriagada se transformaba en cordero…Duró mucho
trabajando en Antar (no debe haber sido tan mal patrón mi tio). Incluso en la época que estuvo de moda Khomeini,
el deslenguado Arriagada se refería al tío Mario como “el ayatollah”.

Mario Riquelme
En cambio había un personaje, tan útil y cariñoso con nosotros, y tan fiel con nuestra familia que no puedo dejar
de nombrarlo, aunque no lleva(ba) nuestros apellidos ni nuestra sangre, pero convivió toda la vida con nosotros….
Me refiero a Mario Riquelme, quien aparece en la foto un poco más atrás, en la que estamos apoyado contra una
“liebre”. Gran mecánico, a pesar de haber perdido la mano derecha en una de las máquinas mezcladoras de
caucho de Antar; accidente dramático porque la máquina consiste en un par de cilindros de acero que giran en
sentido contrario, hacia dentro, “chupando” el material que uno le ponga encima, y a veces se “chupa” las manos
del operador. Mario no ha sido el único en probar la destructora fuerza de las mezcladoras…Me tocó llevar a un
maestro de la fábrica nuestra, Pedro Tabilo, al Traumatológico a los minutos en que uno de estos “monstruos
mecanizados” le arrancara la piel y varios dedos de una de sus manos…Le envolvimos el “chongo” en un paño
limpio y yo (cobardón) no me atrevía ni a mirar, en cambio Tabilo iba tranquilo, quizás choqueado… Al poco tiempo
volvió a la pega, y trabajó con nosotros hasta que cerramos Einstein. Otro que cayó atrapado por la mezcladora,
fue Mauricio Millas, también en Einstein, este de puro metido nomás pues no era su pega, pero esto fue un castigo
anticipado, al estilo Medio Oriente, donde a los ladrones les amputan una mano….¡huelga abundar en más
detalles!

En la foto, se ve como Mario Riquelme esconde su mano derecha detrás del “chiquito” Parada; pero la mano de
Mario no es el tema, hablaba de lo buen mecánico, con una voluntad de oro, siempre dispuesto, con la camiseta
puesta, y como tenía confianza con nosotros…nos retaba, aconsejaba, protegía. Por ejemplo, cuando mi papá me
regaló el Vega, auto nuevo en 1977, el mejor auto de toda la Escuela de Veterinaria de la U…, este tenía una maña
que sólo partía con el embrague apretado a fondo…Al mes quedé botado camino de la Escuela, y me fue a buscar
Mario Riquelme…me subió y me bajó, que cómo me había “echado” el embrague de un auto nuevo….¿quien te
enseñó a manejar?…. tu padrino no lo va a creer, creís que a tu papá le regalan la plata, etc. etc., me la iba
comiendo doble….,y no me soltó hasta que llegamos al garage, pero luego me empezó a aconsejar el cómo tenía
que hacerlo para no echármelo de nuevo…., mientras comenzaba a desarmar para arreglarlo.
Otro episodio, en los tijerales de la casa de Las Condes 9430, tipín 1968-69, Mario se agarró a combos con un
mapuche, parte del staff de maestros que estaba construyendo la casa, porque este nos faltó el respeto y no quiso
echar pie atrás….y Mario no le aguantó y le dio la zumba… Y así, no hay nadie de nuestra familia que no pueda
contar alguna historia con este personaje, gran amigo nuestro, quien siempre andaba engrasado, con olor a
garage, pero (tal como le escuché decir a una de nuestras tías Hirane), cuando se arreglaba, bañadito, bien vestido,
como en alguno de los matrimonios que estuvo invitado por ejemplo, tenía su buena pinta, rubiecito, ojos claros…,
parecía hijo de rico como habría dicho él mismo. Pero andaba siempre “maquillado” de mecánico… El origen de
Mario Riquelme no lo tengo muy claro, pero al parecer tenía parentesco con los Palma: Juan (el amigo entrañable
de mi papá y por tanto de su hermana Betty (la que vivía en Perú y ya he citado). Parte del mito es que descendería
del mismísimo guardiamarina Ernesto Riquelme, artillero de popa de nuestra gloriosa corbeta Esmeralda, quien
ese 21 de mayo de 1879, al momento final de su hundimiento y mostrando una bravura sin igual, disparó un
postrer cañonazo, sin utilidad alguna, más que hacerle un “huichipirichi” a los enemigos peruanos. Murió ahogado
¡¡Ojalá fuera cierto el parentesco!!

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La Pila…¡tantos recuerdos!, quizás no todos ocurrieron ahí, pero era el punto de partida de muchas aventuras,
esas que son parte de comenzar a vivir…, cuando el mundo es ancho y ajeno. Esta frase, título de un libro del
peruano Ciro Alegría, me gusta más como “El mundo es ancho y nuestro”…., que es como yo, e imagino que mis
primos, sentíamos el mundo a esa edad entre los 14 y los 20. Teníamos buena salud, buena pinta, buena situación,
buenas familias, y teníamos lo más importante: la juventud, divino tesoro (me he tirado como tres clisés…). Con
Esteban, instigados por su amigo Choche (siempre a mí me “instigaban” otros, yo era blanca paloma…, y no es
mentira…), íbamos al centro a hacer “perro muerto” al Paula o al café Santos…..¿Podrían creerlo? Arriesgarnos a
mucho por tan poco….sólo por el placer de burlar la ley. Y no era algo que hiciéramos tranquilos, nos matábamos
de susto…. O cuando la tía Eliana, mi querida madrina, le pedía a Esteban que le guardara el auto (un Simca 1000)
en el garage, o sea, era entrarlo desde la vereda al garage. Nosotros, sin carnet ni nada, nos ibamos con mi primo
hasta Las Rejas, dábamos la vuelta y recién llegábamos al garage como a los 10 minutos….¡puro riesgo!, como
cuando mi amigo Guillermo Martínez me iba a dejar desde su casa en Los Barbechos, en auto, sin carnet, en
octubre o noviembre de 1973 por plena Avenida Las Condes, pasando frente al Hospital de la FaCh, lleno de
militares emboscados en los rincones, con barreras en la calle, sin carnet…..¡puro riesgo! Es que a uno, a esa edad
está seguro que: jamás me va a pasar a mí… Y no nos pasó.
El ejercicio de evocar es más fácil cuando uno hace un “brain storm” entre varios, como le solicité a mis primos,
que nos juntáramos y recordáramos eventos y peripecias que nos fueron comunes a todos, cada cual aporta una
parte de la historia….he quedado esperando, pero yo intentaré plasmar lo que me tocó vivir.

En la casa de la abuela Georgina, pasábamos las navidades, tal como consigné anteriormente. Era un evento de
todos los Rabajille, excepto el tío Mario que se adscribía al clan Diuana según me acuerdo, y quizás, si pongo
voluntad, llegaba después a compartir. Pero tengo claro que mis navidades de mediana edad de los siete a los
catorce años, las pasábamos en la Pila. Ponían música: esta noche es nochebuena, y mañana es navidad, las
campanas van sonando con su alegre tararán…o algo parecido sonaba la cumbia. O una vez que tocamos y
tocamos el disco Adiós al Septimo de Linea de los Cuatro Cuartos….: ”los pilló la guerra a los puetas a los
puetas,….los equipó un sargento…al trote con bayonetas…” entre muchas canciones que me vienen a la memoria.
Lo clásico de las fiestas, los distintos platos típicos de nuestras fiestas: comida árabe, nosotros jugando con
nuestros primos y volvíamos a dormir a la casa pues el “milagro” del Viejo Pascuero ocurría en la noche, y el
despertar era el bonito, con el árbol coronado con los regalos. Jamás tantos regalos como le dispensamos a esa
edad a nuestros hijos, pero nunca salí disconforme; recuerdo con especial cariño un camión tolva a pilas, que
giraba su tolva, prendía luces y movía un material plástico que se iluminaba. O una plataforma que lanzaba
cohetes….Ambas demoré un par de días en desarmarla para ver “como funcionaban”. Utilicé la forma verbal del
pasado: funcionaban, pues nunca más los pude armar, y tampoco descubrí cómo funcionaban. Con el tiempo
desarrollé la habilidad de “armar”, lo que me permitió “reparar”, y me ha sido de mucha utilidad, especialmente
en lo que a prestigio se refiere. Un papá, o un tío que “todo lo puede arreglar”, es un bien escaso en los días que
corren. La habilidad de “desarmar” la tenemos innata los niños.

Me desvié del tema, pero junto a la Navidad, siempre viene aparejado para mí el pan de Pascua, y hecho por la tía
Lidia. A propósito, tengo en la mente el olor y el sabor, de cuando la tía preparaba el anisado (cómo me gustaría
poder apreciarlo, pero me declaro absolutamente abstemio…), el Arak, para sus hermanos (seguro que el cliente
principal era mi papá). Me acuerdo de las botellas guardadas en la pieza de la tía Nadima, y en esas fechas a mi
papá guardándolas en la maleta de su auto.

Salvo interrupciones en el último par de años, casi no ha habido Pascua en que no me llegue una hogaza (que
linda palabra esta, por Dios…) del rico pan hecho por mi tía Lidia…
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Antes de salir de la Pila, había una empleada “clásica” de mis tías, la Guillermina, la “Guille”….ya mas nombre de
empleada no puede ser….equivalente a una Eduviges, o Gladys; nombres que la GCU ya no utiliza en sus hijas. La
Guille era cocinera, nana, puertas adentro en esa casa. Tenía buen genio con nosotros, los hijos de Nadim,
seguramente su regalón, ¿por ser el hombre de la casa?, ¿el proveedor?, por ser cariñosa con ella? A este respecto,
me acuerdo que la Guille tenía un hijo, Javier, al que mi papá le regaló un triciclo de esos para trabajar, un modelo
muy parecido al que copio de la web…nunca tan elegante, pero era nuevo.

Javier debe haberlo usado para acarrear cosas: gas, en la feria, algo parecido, pues la Guille estaba muy agradecida
cuando mi papá le pasó la plata, emocionada, y en alguna ocasión Javier vino a mostrarnos el triciclo y me acuerdo
haber dado una vuelta en la plataforma…Recuerdo pavote, pero nada muy diferente de algunos de las 140 páginas
anteriores. La Guille siguió a mis tías cuando se cambiaron a Camino del Alba y en el tiempo le perdí la pista; nunca
supe su apellido, su historia, y en la memoria me queda su imagen: grandota, media rubia-media colorina (¿sería
teñida?) y en los últimos años con un tremendo cassete (placa dental) que le sobraba un poco…(puchas tía
Queta…)

Por defecto de profesión un par de palabras a los animales de la casa: el Dandy, perro de Esteban, raza quilterry,
blanquinegro, nos acompañó por años, al igual que el Rucio, gato histórico, muy regalón y duradero, me acuerdo
de él en la cocina de la casa. A propósito de cocina, en la página siguiente acompaño un par de fotos en la que
aparezco comiendo lentejas secas (‘em-yadrah, según le decimos en nuestro árabe familiar), uno de mis platos
preferidos hasta el día de hoy. Aparecen las cerámicas del muro que aún permanecen. Espro en alguno de estos
días, hacer un tour por la casa de Nicasio Retamales, con la anuencia de la señora Patricia Bravo, la arrendataria,
y sacar fotos de algunos lugares o puntos claves. Por ejemplo, el patio de baldosas, donde jugábamos al fútbol,
los “arcos”, la flor de la pluma que daba comienzo al patio trasero; al olivo que todos los años le sacaban ramitas
para los eventos de semana santa (olivos y palmas recibieron a Jesús en Jerusalem….¿o no han leído la Biblia? ¿Ni
siquiera vieron la película Jesuschrist Superstar?). Me encantaría volver a ver el muro donde delimitamos, en un
juego de cow-boys vs indios, a brochazos de pintura verde nuestro fuerte….”Ferte Apache” decía clarito y
absolutamente mal escrito. Cuando la abuela Georgina encontró la muralla pintada, se indignó, y nos pegó con el
reverso de un sartén. ¿Dije nos pegó? Le pegó al Esteban, a mí jamás me tocó, ni siquiera me retó jamás (¿hijo de
su primogénito? ¿primer Rabajille 2ª generación?). Esto era clásico, hacíamos las tremendas embarradas y el pato
lo pagaban solamente loslocales: los Yunes que vivían ahí, las “visitas” pasábamos piola. Yo era compinche con
Esteban y la Keny, pues éramos de edades parecidas, con ambos seguimos compartiendo por años, con Esteban
estudiamos juntos veterinaria(hasta que se quedó a “profundizar” algunos ramos) y la Keny nos acompañó varios
veraneos a Viña, o se quedaba en nuestra casa de Las Condes, así socializaba en el barrio alto (en el Estadio
Palestino, etc.). Los otros Yunes Rabajille eran muy chicos para nosotros, la Paula y el Cristian se adscribían al lote
que seguía. Voy a tratar de explicar la dinámica de los primos/as en un capítulo aparte, ahora quiero entrar en un
tema que podría ser polémico para el resto de la familia, pero el escrito es mío, así que lo pongo en mis términos
nomás.
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El muro de la cocina de la Pila, mi afición a las lentejas, y los derechos del autor a mostrarse….

En la Pila, a la izquierda la Keny; a la derecha Esteban muy de corbata; y en brazos de la abuela Georgina, el autor.
Atrás el muro con maderas, muy lindo y típico de nuestra casa familiar.
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Mi papá, y su importancia en la familia Rabajille
Podría parecer un título por error, pues obviamente en mi familia Rabajille, mi familia Rabajille-Diuana no existiría
sin la intervención de mi papá (ni de mi mamá, ni de la conjunción de factores que se dieron para que se
conocieran, se enamoraran, etc.), pero aquí estoy hablando de un tema que siempre me quedó dando vueltas,
especialmente cuando nos toca compartir o conocer la situación desmedrada de algunos de nuestros primos
Rabael, por ejemplo; que los hemos encontrado en algún funeral…(aunque no fueron al de mi papá…), lo que no
ocurre igual con los Rabají, a los que también me tocó verlos en el funeral del tío Rachid, su papá (aunque ellos
tampoco fueron al de mi papá…). Esa vez, en la ceremonia del saludo final, cuando ya el tío Rachid estaba bajo
tierra, cuando me despido de Arturo Rabají, el hijo más de mi edad, y le expreso mis sentimientos por la trágica
muerte de su papá….el me dice: “chutas, y pensar que nosotros no fuimos al funeral de tu papá….”, medio
avergonzado… Yo, en vez de ser conciliador y haber dicho algo clásico: a lo mejor no se enteraron, o la fecha no
era muy propicia (15 de septiembre, semana de feriado por Fiestas Patrias…), le dije textual: “ese no es problema
que yo pueda hacer algo; mi papá se habría indignado si no hubiéramos venido a acompañarlos en la muerte de
su primo más querido….”. Arturo no hizo el menor comentario, y yo igual quedé con un sabor amargo por no
haberme retenido, pero las circunstancias de la muerte del tío Rachid; toda la etapa previa…a lo mejor la consigno
más adelante, pero ahora el tema es otro.
Mi papá, con su esfuerzo, con su tesón y voluntad, fue el factor principal para que la familia Rabajille Sarquis goce
hoy de un buen pasar…muy distinto de aquel de sus primos.
No es un tema de revancha, o buscar reconocimiento para mi papá…., ni revolver sentimientos negativos, es sólo
el legítimo orgullo como su hijo, de poder poner, así con todas sus letras, en esta historia familiar que gracias a mi
papá, la familia Rabajille-Sarquis salió adelante, pese a que muchos elementos estaban en contra. Nada heredaron
los hermanos; del lado materno, Sarquis, nada recibieron, no había primos ni parientes con buena situación que
los hubieran apuntalado o dado una mano; los amigos/parientes (Diuana) estaban forjando su propia situación, y
nunca fueron muy devotos de la filantropía (por ponerlo en simpático).
El abuelo Antonio quedó tempranamente invalidado a causa de su ceguera, y fue mi papá a temprana edad, su
escudero, su mano derecha, y muy luego pasaría a ser sus “dos manos”.

Instituto Superior de Comercio, en Amunátegui 126, esquina con Moneda, donde estudió mi papá.
150
Sin abandonar los estudios pues terminó en el INSUCO (Instituto Superior de Comercio), que en la época de mi
papá estaba ubicado en Amunátegui 126, pleno centro de Santiago (ver foto en página anterior); actualmente el
edificio pertenece al Ministerio de Educación. Mi papá egresó de ahí con un título técnico en Administración o
Contabilidad, equivalente en la actualidad a un liceo técnico, donde salen de cuarto medio con una cierta
experticia técnica, nada muy profesional, como para mandos medios….tampoco le pongo mucho.. Pero mi papá
con su inteligencia, voluntad y fuerza interior, podría haber sido un profesional de primera, en cualquier ámbito
o rubro; menos en algo que hubiera requerido destreza manual porque puchas que era “maneado”…, incapaz
incluso de prender la cocina…..En otra circunstancia, con una familia como la que él forjó (la nuestra…), con buena
situación, mi papá habría tenido cualquier título: ingeniero, abogado, constructor….sin lugar a ninguna duda. En
lo que finalmente se quedó, como empresario, le fue bien, siempre que él llevara la batuta; cuando delegó en
amigos, socios, etc., siempre salió para atrás, se lo “cazuelearon” (Rafael Blanco, ladrón sinverguenza…, le robó
Baramet a mi papá, ahora es Blanco y Blanco en Departamental, en manos de su no menos sinverguenza hijo…).
Pero mi papá no pudo dedicar mucho tiempo a sí mismo, pues se empeñó en sacar adelante a su familia de origen,
y es así como se educaron sus hermanas/os, en un principio haciendo todo el peso él sólo, y luego acompañado
por su hermano Enrique, mi padrino…

Aquí mi papá, siempre elegante, bailando con su querida mamá, mi abuela Georgina

151
Y así, tal como conté, al principio como ayudante de su papá, cobrando las cuotas semanales en el Matadero y en
el barrio Franklin, luego compraron una góndola, pudo haber sido entre 1942-1943, dato que infiero por la historia
que innumerables veces me contó mi papá y que relato, para ilustrar ese tesón, inteligencia y viveza que le
caracterizaron.
Partió como chofer de góndolas, es muy posible que al alero o bajo la tutela de mi abuelo Abraham, amigo de su
papá Antonio, como relaté anteriormente; mi papá pudo haber sido empleado de mi abuelo, el hecho es que
comenzó a manejar góndolas a muy temprana edad, siempre escuché que a los 16 años, consiguiéndose un carnet
de manejar “movido” (clásico de mi padre….el primero y el último carnet de manejar lo sacó con “movidas”, el
primero por la edad, el último por el sicotécnico…por la edad…). O sea el año 1938 mi papá ya era chofer de
góndola ajena, para aparecer en 1942-43 en góndola propia. Por culpa de la guerra, la Segunda Guerra Mundial,
el presidente chileno de la época, Juan Antonio Ríos puso en marcha un plan de racionamiento de parafina,
bencina y petróleo, dándole preferencia en el uso a la locomoción colectiva y prácticamente paralizando aquellos
autos particulares, tanto así que era inútil tener un auto pues no había combustible para echarlo a andar. La
góndola, ya propia de mi papá (o en este caso, de la familia Rabajille) la tenían arreglada para que consumiera lo
mínimo, seguramente gracias al ingenio de mi padrino… y como la cuota de bencina que les daban era una
cantidad fija por vuelta o algo así, todos los días le quedaba un remanente de combustible que iba guardando en
una “chuica” (así textual, me contaba mi papá). Para ahorrar, en vez de llegar con la góndola hasta su casa, la
guardaba muy tarde en la noche, en la casa de su tío Benito, imagino que le quedaba en el circuito o recorrido que
le tocaba hacer, y caminaba las 20 cuadras a su casa en Milán. Al otro día se levantaba muy temprano (¡escoba!)
y caminaba las 20 cuadras de vuelta a tomar la góndola y empezar a cortar boletos y acarrear gente. Como no
había autos particulares circulando, el negocio o las utilidades debieron ser pingües (otra palabra recuperada y
curiosa, pingüe: copioso, cuantioso, abundante…, gracias…). Y mientras, se acumulaba bencina gracias al ingenio
y esfuerzo de mi papá (ayudado por su hermano y adlatere Enrique), hasta que la “chuica” estuvo llena. En ese
momento la cambió, mano a mano por su primer auto. Cuando me contó el cuento, me dijo modelo y año del
auto, datos que no me grabé, pero para el caso da igual. Era un auto con varios años de antigüedad, seguramente
no estaba flamante, pero lo consiguió gracias a su ingenio, esfuerzo y “chispeza”, que es lo destacable, y que lo
habría de caracterizar.

En el gimnasio de la Y (Guay, o YMCA) Enrique R., Juan Carlos Diuana, Mario R., mi papá y Feres Sarquis
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Hay muchas historias con la góndola, quizás la del dínamo sea la más entretenida (aunque mi padrino la acentuaba
distinto, pues decía el dinámo). Hubo un tiempo en que mi papá manejaba y mi padrino era el cobrador del
vehículo familiar. Ya conté que la función de cobrador era fundamental, especializada y arriesgada, por las cuatro
puertas que contaban las góndolas sumado a lo pillo del chileno (los Transantiago tienen apenas dos puertas y
una evasión del 30%...), requería un cobrador avispado, y en ese sentido hacían buena pareja los hermanos. La
historia dice que yendo por la Alameda, en una de las detenciones, mi padrino (que “trabajaba” por fuera de la
góndola, en la pisadera que tenía por el exterior) le dice:
-Nadim, para un poco, que me acabo de encontrar algo debajo de la micro
-¿qué encontraste Pipo?
-es un dinámo…casi nuevo…
-recógelo y súbete, sin que te vean…
Y el par de vivarachos, terminan de dar esa vuelta, y se dirigen de inmediato al local de don Giovanni, el italiano
que vendía repuestos nuevos y usados….
-don Giovanni, mire lo que le traemos….
-no “turquito”, no estoy comprando nada, está muy malo el “laburo”… y estas cosas no valen nada….
-pero dénos aunque sea treinta pesos por él
-si quieren quince pesos me lo dejo, pero ni un peso más…sólo para ayudarlos, si esta pieza no tiene salida…
-quince pesos serán….(puchas el “bachicha” para miserable….)
Vuelven a seguir dando las vueltas con la góndola, cuando a las pocas cuadras quedan “en pana”
-Pipo, no quiere partir esta chatarra
-déjame ver…..no quiere nada la batería, está totalmente descargada..
-chutas, no está el dinámo…, el que vendimos era el nuestro….
Y aquí mi padrino se comió la furia inmerecida, pero tan típica de mi papá: “pero como podís ser tan h……. de no
darte cuenta que era nuestro……, en qué estabas pensando, si lo encontraste debajo de nuestra micro…..”
Y mi pobre padrino aguantando el chaparrón (el mayorazgo en nuestra familia es irrebatible…)
Obviamente que quedó botada la góndola, pues el dínamo accionado por las correas del propio motor, iba
cargando la batería, necesaria para echar a andar, las luces, etc. Luego vendría el cambio operativo a alternador,
con cajas reguladoras, luces testigos que si carga o no, etc. Pero estamos hablando en la prehistoria de los
vehículos.
Siguiente escena, ambos en el local del italiano, tal como en el chiste del pavo…:
-don Giovanni, véndanos el dinámo
-puchas turquito, este es un repuesto muy escaso
-¡cómo! Don Giovanni, si hace menos de una hora se lo vendimos nosotros….
-por menos de cuarenta pesos no lo largo, si nuevo debe costar más de cien
-cuarenta serán don Giovanni (bachicha y la maldita que lo parió…)
Aquí el cuento, a solicitud del público (ya, pues cuéntennos la del dinámo….), narrado a parejas entre mi papá y el
tío Enrique, casi no podía continuar porque las risas los ahogaban, contagiándonos a todos, que nos poníamos en
la situación, además que se empezaban a culpar uno a otro. Esto terminaba pasando a otra historia, los paseos
familiares, ya con micro, pero no en muy buen estado, en que se tenían que bajar todos en las subidas
pronunciadas pues no era capaz estando llena, incluso los hacía empujar (a veces lo hacía de broma…), o los
innumerables viajes en que arrendaban la micro; ellos de choferes (“Se hacen viajes dentro y fuera de Santiago”,
decían los carteles puestos en las antiguas micros que yo conocí), cada uno de los paseos llevaba anexo una
aventura: la detención por Carabineros, el asado con los clientes… y otras aventuras que insinuaban pero no
contaban. Cabe decir que a la micro de mi papá (¿o a su auto?) le decían “la paila”: mina que subía estaba
“frita”….huelga explicación.
153
Mi papá trabajó muy intensamente para su familia de origen; no fue lo único que hacía, también tenía una intensa
vida social; era número puesto para despedidas, homenajes, reuniones de amigos, de asociaciones, el fútbol, etc.
De haber sido el personaje ‘Celedonio Menares’ que interpretaba Eduardo de Calixto en “Hogar, dulce hogar”, un
famoso programa radial, habría pasado en la ‘bomba´ pues era bombero, pero muy carretero. Su esfuerzo
permitió que la familia, junto con lograr el sustento diario, pues reemplazó a su papá como el proveedor, pudieran
terminar los estudios, y se recibieran aquellos que quisieron/pudieron…no me queda claro, pero entiendo que el
tío Enrique se dedicó a trabajar a parejas con mi papá, apenas pudo, luego la tía Queta se recibió de dentista en
la Chile; mi madrina Eliana, de técnico laboratorista. Ambas con destacadas carreras en su ámbito; no había quien,
en el barrio Estación Central que no conociera a la doctora, a la Quetita. Por otro lado mi madrina era adorada
entre los estudiantes de Ciencias, pues hacía los pasos prácticos, etc. Es cosa de googlear “Eliana Rabajille”.

Aquí aparece mi madrina en una foto “histórica” de la facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, cuando
funcionaba en Borgoño 1470, antes de trasladarse a Las Palmeras, en Ñuñoa…Aquí nos llevó a Esteban y a mí a
conocer a su famoso doctor Niemeyer, que era Hermann y no Hans, como el geólogo o el estúpido anarquista que
puso una bomba. Eliana es la primera desde la derecha hacia la izquierda, en la escalera. Hay otra foto muy buena
de ella en el laboratorio, no la puedo “bajar” de la web, pero mediante un pantallazo la copio a continuación.

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Ella trabajaba en temas muy cabezones: “Influencia de la Poliglutamilación de la Tubulina y de Calcio sobre la
Inestabilidad Dinámica de los Microtúbulos: Plegamiento y Relación Estructural” o este: “Localización y Estructura
de los Sitios de Unión de Metales Divalentes en la Tubulina”, o este otro: “Purificación de un Inhibidor de
Hexoquinasas dependiente de Fructosa-2,6-Bifosfato”, entre otros. Todos proyectos de Conicyt/Fondecyt en que
mi madrina participaba. Ver Anexo 10 ¿Qué tal…? y tan simplecita que se veía mi madrina….
Muy inteligente mi tía Eliana, muy querida, muy quitada de bulla, muy bajo perfil. Ella de todas maneras fue un
puntal para mi desarrollo intelectual; desde siempre me regalaba libros para mi cumpleaños o Navidades.
Recuerdo con especial cariño cuando me regaló el libro Corazón de Edmundo de Amicis, exactamente esta
portada, y debo tenerlo en mi biblioteca aún:

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Respecto a “Corazón”, yo lo leía y releía; sufría y gozaba con las desventuras y aventuras de Enrique, el personaje,
y sus amigos Garrón, Crossi, el jorobado Nelli, Betti, el hijo del carbonero…Personajes simples, historias medio
cebolleras, pero que me abrieron al mundo de la lectura, y gracias a mi madrina. La verdad es que fue mi mamá
quien me enseñó a leer, y ya a los cuatro años leía de corrido. Al parecer tenía una memoria privilegiada pues me
sabía el Himno de Yungay: “Cantemos la gloria del triunfo marcial, que el pueblo chileno obtuvo en Yungay…” y
todas las estrofas que siguen. Tengo el recuerdo que me hacían cantarla de muy pequeño ante los amigos de mis
papás, y seguramente se vanagloriaban de mi “inteligencia”….¿qué pasó después señor autor?.... al parecer me
pasmé, como decían antes. También me sabía canciones de Joselito, rancheras que me enseñaban las
empleadas…”De piedra ha de ser la cama, de piedra la cabecera…, la mujer que a mí me quiera…., ha de quererme
de veras…”.

Volviendo a mi madrina, esa visita al laboratorio de calle Borgoño, junto a Esteban, me marcó en la idea de estudiar
una carrera relacionada con ciencias….para bien o para mal, así fue. De hecho, pudiendo invitar solamente a tres
personas a mi graduación de la U, en el Aula Magna en la Casa Central (que pasa en toma, en los días que corren…),
yo invité a mis papás y a mi madrina, que orgullosos fueron testigos de mi premio al “Mejor Compañero”. ¡¡Tanto
autobombo!!, pero si es cierto, me lo dieron y qué….
Hay mucho más sobre mi madrina, lo amiga que era de mi mamá, lo afines que eran, las veces que salíamos y ella
era invitada….Yo hice unas sentidas palabras para su funeral, que pueden leerse en el Anexo 11.
De mi tía Queta no he encontrado fotos en la web, no era un personaje público como mi madrina, pero hay que
decir algo sobre ella: ser la dentista de un familión como el nuestro, sin cobrar ni un peso debió haber sido un
golpe al bolsillo de cualquier profesional. Y ella siempre nos atendió con tanto cariño, éramos sus regalones… Me
recuerdo el pánico de tener que ir a su consulta, y ella nos “engañaba”: déjame ver, si no te voy a hacer nada, sólo
te voy a ver..…y ¡plum! te sacaba un diente suelto….Técnica que yo habría de repetir con mis hijos hasta que se
dieron cuenta que era una trampa…y no abrían la boca ni para alegar.

Me alejé un poco del tema, esta sección era para resaltar el rol y la importancia, que a mi juicio, tuvo mi papá en
la familia Rabajille Sarquis…, al permitir que estudiaran sus hermanos; de hecho el tío Mario fue al colegio San
Agustín, en la Alameda, que era un muy buen colegio para su época; mejor que lo que se pudo brindar mi
papá…pero eso es lo que uno hace por su familia. De hecho a mi papá nunca le escuché quejarse, ni hacer
comentario alguno al respecto; yo creo que el asumió el papel con gusto, tuvo pocas posibilidades de rehusar ya
que era todo un hombre, bien puesto…¡¡tuvo y tiene toda mi admiración!! Como hijo siento que en estos escritos
debe quedar esta constancia, la compartan o no aquellos que los lean. Ahora, todo este sacrificio de mi papá
tampoco era un “apostolado”…Conozco pocas personas más buenas que él para las fiestas, para pasarlo bien
compartiendo, conversando, bailando, bueno para el trasnoche y la jarana. Pero siempre en sus horas de
“descanso”, muy responsable con su trabajo, no faltaba a sus obligaciones nunca, incluso cuando sufría sus úlceras
famosas, con hemorragias y todo…se tomaba su trago de Cenestol (Salicilato de Bismuto 7.5 g; Carbonato de
Calcio 7.5 g; Oxido de Magnesio 7.5 g; Belladona 0.5 g; Sal de Vichy 77.0 g; Bicarbonato de Sodio), y se iba a la
fábrica. Igualmente, jamás se tomó más que las tres semanas de vacaciones; nosotros veraneabamos casi los tres
meses y el llegaba en las últimas tres semanas de febrero, a San Sebastián (ya dedicaré un capítulo a estos
singulares veraneos) o posteriormente a Viña. Ni pensar en que se tomara alguna semana por ahí, ni siquiera un
happy friday…absolutamente descartado. Esta disciplina espartana a la que se sometió en su vida, y que nosotros
adoptamos como propia, me ha costado sacármela de encima, y he tenido que aprender a, estúpidamente, “vivir
con la culpa”, cuando me he tomado más de esas tres semanas de vacaciones (cuando arrendamos en
Florianópolis o cuando fuimos en nuestra única vez a Europa, por ejemplo)…herencias que a uno le van
quedando…
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Aquí un par de fotos con la intensa vida social de mi papá…

En el Omar Kayyam, en su honor, están sus dos hermanos, su primo Rachid, su dos cuñados Juan y Naser,
Selem…, el socio ladrón Rafael Blanco…., entre otros.

En esta otra están Antonio Fajre, Alfredo Farrud, Juan Diuana, Jorge Sarquis y Gustavo Melej, entre otros.
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Vida social que no habría de terminar con su matrimonio; a pesar de mi mamá, igual iban…, y nos llevaban

Estoy “matador” de humita, patas flacas y bototos…Rodi redondito y parecido al Yoyi…

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Compromiso de la tìa Nadima (familiares y algunas caras de San Sebastián)

Y esta preciosa foto en el matrimonio de la tía Nadima, tomada en Los Muermos (el muro característico detrás) y
en la que aparecen los ocho hermanos y mi abuela Georgina…Brilla por su ausencia mi abuelo Antonio,
seguramente les dijo que lo dieran por muerto… Tampoco aparece en foto alguna en el álbum de matrimonio de
mis papás.
De izquierda a derecha: Eliana, Queta, Mario, Enrique, Nadim, Lidia, Hilda; la novia Nadima y Georgina.
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Otra vez me fui de la historia, pero me encanta compartir las fotos que atesoro, en el entendido que no todos las
han visto, y que si no quedan en un escrito como este, irremediablemente se perderán; el típico caso que van
quedando guardadas en un cajón, mueren los que las custodiaban (¿trágico?...nadie sabe cuando llega el final, es
como el juego de la viroca…) y los herederos se encuentran con este montón de antigüedades y se empiezan a
preguntar: ¿y estos vejestorios quienes son?, o parece que este es el tío nosecuánto…parece….Y al poco tiempo
alguien se encarga de botar el cachito que acumula tierra, y chao memoria familiar…

Estaba con mis tíos, los hermanos de mi papá, seguía la tía Lidia de la cual siempre supe que era enfermera Cruz
Roja, incluso con orgullo contábamos que participó en la ayuda que envió Chile a Perú con motivo del terremoto
de mayo de 1970, en la zona de Ancash y Callejón de Huaylas, con ochenta mil muertos…Me acuerdo haberla visto
con uniforme militar…Pero también la tía trabajó en “del Porte”, tienda a la que después se habrían de asociar los
Diuana con escaso éxito, pero el trabajo mas recordado fue el que tenía en la agencia de viajes, Civit según me
acuerdo, y lo entretenido era que hacía paquetes de viajeros y los llevaba a Europa. Juntaba jóvenes de edades
parecidas, casi puros paisanos, y se iban en tour por tres semanas a dar una mirada rápida (de tour) a los países
mas meritorios del viejo continente. Yo no viajé, nunca me propusieron como prospecto, y yo jamás lo pedí; en
cambio la Chechi sí fue… Sí utilicé los servicios de la tía Lidia cuando me casé, en su agencia planeé mi luna de
miel.
No nombré la tía Nadima, pues también muy tempranamente salió a pelar el ajo, era profesora de corte y
confección; para los años que yo tengo recuerdo, ya viuda y a cargo de sus cuatro hijos (ayudado por sus
hermanas) tenía una micro, y pasaba peleando con los choferes, los mecánicos, etc.
No voy a poner detalles de la ayuda que sé que prestó mi papá a su familia, sería muy poco ético, a nada llevaría,
no enaltecería más su memoria…., baste decir que tengo la sensación que su acción no ha sido completamente
aquilatada y reconocida….Como no estoy pidiendo nada, es suficiente y lo dejo aquí.

Termino este capítulo con una foto de una “Rabajilletón” en mi casa en Pirque

En esta foto siete de los ocho hermanos, falta sólo el tío Mario, pero se agregaron el tío Carmelo, la tía Yola y la
tía Nana. Desde la izquierda: Eliana Rabajille, Carmelo Tala, Enriqueta Rabajille, Nelly Diuana, Yolanda Diuana,
Nadima Rabajille, Nadim Rabajille, Lidia Rabajille, Hilda Rabajille, Enrique Rabajille y Eliana González.

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Como es página par, para que no quede vacía, la relleno con algunas fotos ad-hoc al capítulo pasado:

Seis de los hermanos Rabajille Sarquis en la inauguración del restaurant de Feres en Villa La Madonina.
Desde la izquierda: Enrique, Mario, Nadim, Hilda (tapada), Lidia y Eliana (mi querida madrina)

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Lidia, Eliana y Nelly en Talcahuano, 1963 Mi papá en una celebración de la fábrica, medio “puestón”
Mis primos

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Di-Wal-Lah, en una de sus épocas gloriosas; Arriba: Rodolfo Poupin (patrón al medio…), Pedro Rabajille (mascota),
Abe Diuana (Mr. Pipa, el DT), Claudio Saide (siete pulmones), Michel Mehech (rey de la gambeta), Julio Auad (la
mosca), Rodi (impasable atrás), Nano Tala (¿que hace aquí?), Mario Rabajille (¡yo no lo toqué!), Julio Rabajille
(arquero estrella….), Esteban Yunes (cuchuflí…). Abajo: Yo, de “civil”, José Ángel Diuana (¿cuándo lo pusimos?),
Quique Rabajille (¡¡qué pinta negro!!), Carlos Tala (El correcaminos), Feres Sarquis (crack), Patricio Diuana (¿jugó?)

Aunque debiera haber sido mis primos/as, quise ajustarme absolutamente a la realidad, y el título correspodiente
es “mis primos”. Mucho tiempo que llevo dándole vuelta a este tema, especialmente cuando me doy cuenta la
escasa cantidad de amigos que poseo…Muchas veces le echo la culpa a mi idiotez innata, a lo poco que me gusta
salir (¿flojera? ¿devoto de la “Virgen del Puño”?...algo hay de esto), o que me encuentro muy a gusto quedándome
en mi casa, con mi música, mis libros, mis escritos, mi familia (last but not least). También hay algo o mucho de
esto, innegablemente, pero un factor principal por el que ya me quedé con pocos amigos (pues hay una edad o
época en que se hacen principalmente los amigos) es porque nunca necesité amigos….¿para qué si teníamos
primos? Y hartos…y buenos….Muchos y buenos, qué mejor combinación. Otro factor es que nuestra familia, los
tíos/tías hermanos entre ellos eran muy unidos, veraneaban juntos, festejaban juntos, sufrían juntos. Y como he
dejado meridianamente claro en las páginas anteriores, se dio el curioso pero no exclusivo caso, que en mi caso,
mis familias paterna y materna de origen eran y son muy unidas, amigas, una sola familia. Es como si yo hubiera
nacido en el seno de una comunidad, con muchos padres (tíos, primos mayores) cumpliendo los roles de imagen
paterna; muchas tías y primas vicariando a mi mamá en su papel. Dando el consejo (bueno y malo), el ejemplo
(bueno y malo), haciendo ese llamado de atención (con justa y sin razón a veces). Obviamente siempre hubo
predominio en mi formación de parte de mis papás, sin lugar a dudas, pero no se puede negar la influencia de una
familia unida, achoclonada, participativa, en nuestras personalidades, para bien o para mal, para ayudar a
contenernos cuando desbordábamos o para “castrarnos” a veces con sus regaloneos; o no dejándonos decidir por
nuestra cuenta. Yo no me quejo, fui muy regalón; al extremo que me motejaban “mamita” en el colegio, no por
la connotación gay que pudiera tener hoy (espero), sino porque mi mamá me afisxiaba de protección; entendible
163
por su propia historia personal, y yo estoy conforme con la vida que me tocó….no lo hicieron tan mal….nada de
mal (excepto en lo que a enseñarme modestia se refiere…)
Pero vuelvo a los primos; cuando me junto con mis compañeros de colegio, con los que egresé hace 41 años, ellos
tienen historias para derrochar, veraneos que pasaron juntos, viajes al sur, al norte, fuera de Chile….entre ellos.
Siempre pueden contar aventuras que vivieron en tal o cual verano, dos, tres o cuatro de ellos…Yo escuchaba
siempre meditativo; al principio me tostaba un poco, me auto-asignaba el papel de NN, loser o “recha”
(rechazado) en el curso, y me preguntaba porqué no participé de tal o cual evento…Es que mi mamá no me dejaba
¿? (es cierto también), pero con la sapiencia que dan los años descubrí lo obvio, mis amigos eran mis
primos….¿Como podía tener aventuras de verano con mis amigos si veraneabamos los tres meses con los primos?
Incluso en la universidad…ya veraneábamos en Viña, y a los primos Rabajille se le sumaban los Diuana, los Hirane,
con sus respectivos lotes de primos: los Mehech, Abdallah, entre otros. También está el factor “paisano”, ¡¡eh!!
Ojo…Nos juntábamos con puros paisanos…, éramos asiduos del Estadio Palestino (ni siquiera del Sirio) y
pololeabamos con paisanas, jugábamos vóleibol por el Estadio, jugábamos fútbol en el Estadio, éramos Esmar
(negros) o Di-Wal-lah (dicho familiar para demostrar incredulidad, o júramelo: dí Wallah, dí por Dios, porque no
te creo…), como familia versus el resto; en Reñaca en la única malla de vóleibol, que era nuestra, jugábamos
“contra” los otros, nuestro equipo era el Fa-Mi-La (por un programa de TV famoso en que competían familias vs
familias). Éramos nosotros contra los otros, y en el nosotros nos involucrábamos los primos.

Rodrigo (“Rodi”)
No hay duda, mis mejores amigos por siempre fueron mis primos, pero debo partir por Rodrigo mi hermano, quien
llevó la delantera hasta que nuestras diferencias de carácter nos alejaron, aunque nunca significaron que nos
hubiéramos peleado, eran diferencias de preferencias (no me gusta cazar, ni pescar; no tengo habilidad para los
bailes sincrónicos como el Dabke… por ejemplo), entonces fuimos dejando de hacer cosas en común. Por otro
lado Rodrigo se alejó de la hípica un tiempo, en cambio yo me acerqué tanto como para hacerla mi
profesión….Cosas como esas….Pero antes íbamos a todas partes juntos, a la hípica (en la época de la UP, casi
exclusivamente al Hipódromo Chile; como cuando amenazó con pegarle a Vichoco, hijo del doctor Goldzveig,
gerente general del hipódromo si no nos pagaba una plata que le habíamos prestado….). Al fútbol (Colo-Colo ’73,
que lo seguíamos en el Nacional….el Chagüito, cuando nos pasaba a buscar la tía Hilda a ambos e íbamos al estadio
de Ferroviarios, al Santa Laura con sus tribunas de madera medio podridas, a Quillota, a Rancagua, a Viña o
Valparaíso). Al Norte, cuando nos fuimos el año ’73 en bus a Arica, y por el paro generalizado de buses (maldita
UP), no podíamos volver; esa vez iba Nadim, Juan Pablo y yo llevé a un invitado que resultó ser “de piedra”:
Eduardo Zacarías, compañero de curso…No hay fotos de ese viaje, puros buenos recuerdos…
O nuestro viaje al Carnaval de Rio, con mi padrino Enrique, Pedro Salah y Checho (Hirane); aquí éramos Rodi y yo
contra el resto….No recuerdo qué sería, pero éramos tan unidos, que no podíamos dejar de hacer “grupo aparte”.
Luego vino una época en que mi hermano tomó otros rumbos, ambos tomamos otros rumbos, y se hizo amigo de
un lote en el que yo no congeniaba: Julio Iglesias, el “Buha”, algunos paisanos que no vienen al caso…y nos fuimos
alejando paulatinamente, sin dejar de querernos nada, absolutamente nada; pero la amistad hay que cultivarla,
no basta con decir que somos los mejores amigos, hay que compartir, vivir experiencias juntos, acompañarse en
las buenas y en las malas. Tocó el caso que yo dejé mi profesión y volví a la fábrica a trabajar con mis hermanos,
y retomamos en parte esa amistad, más por el contacto diario y el querer salir adelante juntos, que en la afinidad
de caracteres….

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Rodrigo, “seriecito” él, punteándose a mi padrino en el inicio del nombrado viaje al Carnaval de Brasil; entre Las
Cuevas y Mendoza…a la izquierda Pedro Salah, luego el Checho…atrás la Chevrolet 57….

Mi hermano Rodrigo, fue mi mejor amigo y nunca hemos tenido un sí o un no, siempre hemos coincidido en lo
profundo, sacamos adelante nuestras familias, trabajando codo a codo, nos mamamos los peores momentos
juntos: algunos problemas que a él le tocó vivir, la larga enfermedad de mi papá, en que nos tocó llorar juntos, de
alegría ahí en las afueras del Hospital Militar cuando le salió el PET negativo. Maldición esta de tener que saber lo
que significan palabras crípticas y tan indicadoras de problema como ese PET (Tomografía por Emisión de
Positrones…, suena a guerra nuclear….); la maldición es que uno sabe porque lo ha sufrido, en persona o cercano….
Muchas aventuras tengo con mi hermano Rodrigo, largas de poner acá, y no alcanzaría el tiempo para detallarlas,
y la faena no estaría nunca terminada pues seguimos estando en contacto, seguimos teniendo cosas en común, a
pesar de vivir distanciados en kilómetros. Pero no es un detalle exacto de mi experiencia con cada uno de mis
primos lo que quiero dejar constancia, aunque pretendo darle un cariñito a cada uno, así que a otra cosa mariposa,
y paso a uno de mis primos

Con Rodrigo en Las Cuevas en nuestro viaje a Rodi chico…qué cara de malo….
Buenos Aires, con aciago final… y era medio malo (travieso, digamos)
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Algunas fotos con/de mis hermanos para compartir:

San Sebastian 17 febrero de 1963 En el Salto del Laja

Chechi con cardenales Rodi (¿Yoyi?), Chechi y gato siamés en Las Condes 7968
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Julio volando en Famae, en abril de 1977 Julio frente al Atalaya con gato siamés

Chechi, Rodi y yo…(¿y Julio?) en Las Condes 7968 Cumpleaños Julio 1982
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Juan Pablo
Comienzo por los primos…, luego de mi hermano Rodrigo, a quien lo incluí en esta categoría, por los motivos antes
enunciados; en esos primeros años fue mi inseparable compañero de correrías, etc. etc., más que un hermano,
un amigo…tal como nuestros primos…más que primos…, amigos. Inmediatamente a continuación debe venir mi
querido primo Juan Pablo, prematuramente desaparecido y a quien tanto lloramos su partida.
¿Cómo empezar? Juan Pablo junto al Rodi, Mario y muchas veces Hernán conformamos el lote de primos hípicos,
con asistencias a veces clandestinas a los hipódromos, hasta que desembozadamente nos dejábamos caer al corral
de Aliro Sepúlveda en el “Chile”, en la calle Chillán, donde matábamos el tiempo viendo las faenas propias de la
hípica “tras bambalinas”, o en la mañana en los aprontes y trabajos en la pista. Yo me quedaba más bien en la
clínica, luego el buen desayuno en el casino donde iban los jinetes….Puro ambiente de caballos….Yo conté estas
peripecias en mi libro, incluyendo un partido de los primos contra los hípicos (jinetes, empleados del corral, etc.)
encabezados por el jinete oficial del corral y del stud El Rosarino, Jorge Castillo…en que nos dieron la paliza…. Ese
episodio, de una de las veces en que nos arrancamos a la hípica, esa vez Juan Pablo y yo, lo transcribo aquí por si
no lo leyeron en mi “best seller”:

Un quince de agosto, coincidiendo con el cumpleaños de uno de sus primos, en la cancha del Club corría
el caballo Preferente (hijo de Prepotente II) al que habían conocido de potrillo y que venía de una
seguidilla de tres triunfos al hilo con los colores del stud Mamoto de los Sumar.
- Sebastián, ¿vas a ir al cumpleaños de Esteban?
- Seguro, Juan Pablo, tengo partido de baseball en el Estadio Nacional a las tres y media y de ahí me
tengo que ir en micro a la casa de mis tías. Como todos los años, de ahí nos van a llevar al cine.
- Sí, ojalá que este año se rajen y nos lleven al de calle Bandera.
- ¿Al Metro?... no creo, es demasiado fino para nosotros, seguro que nos llevan al York o al Sao Paulo.
- Sebastián, ¿sabes quién corre hoy en el Club?
- Era que no, el crack hijo de Espargelina.
- ¿Vamos a verlo correr?
- Estás loco, si sabe mi papá me mata…
- Bien dijiste, “si sabe mi papá”… o mi papá, que es más bravo que el tuyo, ¿pero quién les va decir?,
¿quién va a saber? Mira, yo también me tengo que ir en micro, el miércoles tenemos entrenamiento, y
soy el único arquero, no puedo fallar y de ahí me voy al centro.
- Eso, nos juntamos frente a la casa García, y nos vamos caminando por la avenida España, así
ahorramos para los ganadores. Somos fijos... pero hay que morir en la rueda.
- ¿Hecho?
- Hecho, primo.
El plan era impecable, el único que no compartió la misma idea fue el protagonista principal, Preferente,
el cual, inmenso favorito con la monta de Carlitos Pezoa, cayó por medio cuerpo ante Que Pasa con
Carlos Sepúlveda. La sociedad quebró, debiendo caminar desde Blanco con Molina hasta General
Velásquez, llegando por supuesto atrasados y dando una excusa ridícula basada en haber sido
partícipes de un choque. Si alguien no les creyó, afortunadamente se hizo el leso.

Nota del autor (todo este texto es nota del autor): Sebastián es mi alter ego (soy yo), y el quince de agosto era y
es el cumpleaños de nuestro primo Esteban; y esta es sólo una de las tantas aventuras hípicas que vivimos juntos.
¿Cuántas veces nos mandaba Juan Carlos a comprarle un vale a los revendedores para que no lo pillaran? O la vez
que no le jugamos al caballo y que menos mal que no ganó (no me acuerdo si le devolvimos la plata….). La vez que
acertamos un vale de la triple en la primera etapa, luego lo cambiamos en la segunda etapa, lo acertamos también,
y en la tercera etapa, en vez de venderlo que ya era mucha plata, le jugamos el vale a una yegua del stud

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“Salvapatos” curioso y acertado nombre…Esta no ganó pero salió segunda y cobramos el valor respectivo. Era
tanta plata…(época de la UP, la plata no valía mucho…), me acuerdo, Billete de 50 escudos ¿?), unos verdes
grandotes…y nosotros no podíamos contar que estábamos jugando, así que yo tuve que guardar mi parte, en el
closet, y gastármela de a poco…. Las veces que íbamos a las oficinas de la Revista El Ensayo, que quedaba en la
Galería Suiza, en calle San Diego con Curicó. Pongo la foto, aún existe…:

A esas oficinas íbamos a buscar ejemplares atrasados de la revista, para completar nuestra colección…la idea era
que no estuviera el dueño, señor Echeverría, para arreglarnos los bigotes con Vicente Arriagada, el periodista que
nos vendía a precio reducido (a espaldas del dueño, obviamente) las revistas que nos faltaban. De esa época me
quedó el gusto por el barrio, porque en la galería un poco anterior estaban y aún están, los vendedores de libros
usados, el paraíso para el lector antes de internet. Otros eventos en la hípica: una vez que nos vendieron un vale
de la quíntuple (para Juan Carlos), adulterado….menos mal que tampoco ganó, nos habríamos metido en un lío.
La verdad es que era una “suerte” la mala suerte de Juan Carlos.
Con Juan Pablo veraneábamos en Viña, no coincidimos en San Sebastián porque las respectivas familias
ocupábamos la misma cabaña, afuera de la casa principal, así que íbamos nosotros o ellos, en la época que
empezamos a ir un mes a Sanse y otro a Viña, pero en Viña éramos compinches de salida en la noche, se nos
sumaba el Micho (Michel Mehech) y hacíamos un trío matador. El mismo trío matador como cuando le sacamos
el auto a la tía Maruja, el famoso Volvo, y sin carnet ninguno de nosotros, nos fuimos a buscar unas amigas a la
Gran Avenida (no eran muy “pituquitas”), y nos pillaron los funcionarios del Honorable Cuerpo de Carabineros de
Chile, los “pacos”; y nos metieron preso a un cuartel en la misma Gran Avenida con Salesianos (la Duodécima
Comisaría). Los verdes nos retaron hasta que les dio hipo, pero no fue nada con la “penca” que nos comimos de
parte de la tía Maruja, que nos retó más a nosotros que a su querido hijo Michel….Lo menos que nos dijo era que
éramos mala influencia….. Chis, ¡¡y sólo por sacarle el auto nomás!!
En Viña pasamos grandes episodios, como aquella vez que llevamos a nuestras pretendidas (nunca dio ni siquiera
para pololas…), Pablo con la Verónica Sumar (el tontito siempre acercándose a la “miel”) y yo con la prima, la
Solange Müller, más buenamoza, pero tenía como tres hermanos muy celosos, eran rivales eternos en los partidos
de vóleibol en Reñaca. Bueno, con Pablo las invitamos al Sporting, y ellas fueron muy de peto, ombliguito al aire,
y tenían tremendas pintas… ¡Dejamos la embarrada en el hipódromo! Los pelotudos nos seguían babosos, hasta
que se nos transformó en incómodo, llegando a peligroso…, y tuvimos que levar ancla. A la Solange la invité una
vez a salir en Santiago, pero no pasó mucho con ella, y después la mala pécora me hizo una chanchada para un
169
dieciocho en Viña, a medias con Gonzalito Lama…., pero no viene al caso contar mis fracasos, entremedio de tanto
triunfo.
Mi primo Pablo me acompañó a convencer al doctor Goldzveig que me recibiera como alumno en práctica en el
Sporting…; con mi primo Pablo estábamos haciendo espiritismo en el décimo del Atalaya, cuando en un trance
tan poderoso (ya se acercaba su final), levantó una mesa de vidrio/metal con sus vibraciones…, el par de amigas,
hoy desconocidas, quedaron choqueadas…Yo ni tanto, ya conocía al Pablo y sus estados de conexión. Como
aquella vez en nuestro viaje a Arica, cuando haciendo espiritismo en la pieza y Juan Pablo hablaba en lenguas
extrañas, resoplaba y resoplaba pues era un espíritu que había tenido una muerte horrible, y no me recuerdo si
fue el Rodi o Nadim que le hizo la pregunta: ¿y quién te mató?...Ahí el Pablo se volvió loco, y en su agitación apagó
la vela…..Nadie se atrevía a moverse…éramos siete machos, los cuatro primos y tres invitados, amigos de la hípica
en Santiago (“Huachalomo”, Hernán Avendaño y otro más, un futuro abogado de la plaza), todos paralizados de
susto, nadie se atrevía a moverse, ni siquiera a prender la luz…fueron minutos de horror…Ya ni me acuerdo como
solucionamos el impasse, el hecho es que después el Pablo no volvía en sí (ni en Re ni en Fa). Believe or not, los
hechos sucedieron de esa forma.
En Viña también le echábamos el ojo a las mismas niñas, y casi siempre lo elegían: ojitos verdes, buena pinta…,
pero nunca significó envidia ni complicaciones para mí…., era un agrado andar con un “partner” que levantara tan
fácil. Hay muchas anécdotas que contar, como cuando íbamos a comprar al kiosco de revistas que estaba en
Apoquindo con Tobalaba alguna revista de minas desnudas, Viejo Verde o Cosquillas….y todos tímidos nos
preguntábamos en voz alta, para que escuchara el kiosquero: “¿Cuál es la revista que nos encargó el tío Juan
Carlos?....”qué ingenuos, como si al hombre le hubiera preocupado siquiera… O aquella vez, cuando estaba
saliendo de las quimioterapias, y usaba una peluca, y estábamos de fiestuza con tres amigos más (amigos suyos,
del Grange) en una casa cerca del Stadio Italiano, con cuatro niñas una por nuca; y cuando la cosa estaba ardiendo
(las niñas eran cambo-warriors), en uno de los bailoteos, al Pablo se le cae la peluca y quedó el desparramo…, las
niñas se asustaron; cuando les contó se descompusieron (pena, preocupación, ignorancia…., todas las
anteriores…) y se acabó la fiesta. Ver Anexo 12

Aquí Juan Pablo, todo un “Gardel” en alguna fiesta en su colegio

Muchas más, las veces que le jugábamos cartas a mi abuela (episodio contado), las amigas que teníamos en el
sector Independencia (la Eva, la María Silvia, de las que me acuerdo), que llegaron con sus mejores pintas al
velatorio del Pablo (onda Palomita Blanca…) y mis tías las miraron de arriba a abajo…, pobres chiquillas
inocentes…, compañeras nuestras de tantas discoteques… Lo bueno que era para el fútbol, para el arco más
precisamente; siempre le bromeaban al Julio que de no haber sido por la prematura partida del Pablo, habría sido
suplente en el Di-Wal-Lah….En todo caso Julio era un arquero excepcional igual.
170
Un episodio muy triste, fue el alejamiento que tuvimos en los últimos meses de su larga y penosa enfermedad….
Resulta que por esos tiempos, mi papá se enojó a muerte con su hermano Mario, por culpa de la fábrica de todos
los hermanos, lo que le fue desconocido….(no voy a entrar en ese tema), el hecho es que nosotros nos alejamos
de nuestros primos, sin instrucción alguna ni nada por el estilo, y solamente volvimos cuando el desenlace parecía
inminente, lo cual tiene una doble lectura: la pena por no haberlo acompañado en sus últimos días como debió
ser, yo era su mejor amigo….Esto es lo negativo. Lo “positivo” es que no lo vi deteriorándose de la horrible forma
que ocurrió, y me llevo en la imagen al Pablo deportista, peleando el steeplechase en el Grange, jugando vóleibol
o una pichanga en la playa, levantando minas en la Avenida Perú, ganador….
Un corolario más triste aún…, cuando murió Juan Pablo, mi papá lloraba, culpándose de la “maldición” que le
había echado a su hermano, a consecuencia de esa “desconocida”. Esa vez mi papá le había dicho: “te vas a
arrepentir de lo que me estás haciendo”…con otras palabras eso sí…, y en ese momento se culpaba: “fue culpa
mía, pero jamás pensé….”. Con el tiempo limaron las asperezas (insisto en buscar palabras que suavicen las cosas,
considerando que cualquiera podrá leer este escrito, el que no es privado….) y cuando le tocó partir a mi papá, en
sus últimos años, el tío Mario lo acompañó fielmente, religiosamente todos los fines de semana (el sábado o el
domingo), tal como lo hiciera quien sólo se le adelantó, su hermano Enrique.

Aquí los primos en un aniversario de la fábrica, un 4 de julio en Einstein; Juan Pablo, Esteban, yo, Mario y Rodi.

Los primos en el jardin de San Sebastián…desde la izquierda: Paula, Cristián, Pablo, Keny, Rodi, Mario, yo, Julio y
la Chechi (posando por instrucción de Nelly..) Los primos hombres con los “carcaj” (tia Juana confection).
171
Esteban
A pesar de todas las que me hizo, y a pesar que junto con Juan Pablo, el Micho (Mehech, para diferenciarlo de
Michel Rabajille…) era el 3° en muchas de nuestras aventuras, especialmente cuando ya nos “separamos” con el
Rodi, en justicia Esteban sí es primo-primo, por la comunión de sangres… Bueno, hecho este preámbulo, diré que
con Esteban tuvimos muchas cosas en común, demasiadas quizás. Íbamos al mismo colegio…nada extraño pues
casi todos los primos fuimos al Saint Gaspar College; en algún momentos estábamos los tres Rabajille Diuana (yo,
Rodi, Julio), los cuatro Rabajille González (Nadim, Michel, Quique y Roberto, éste último no me queda tan claro),
los dos Tala (Carlos y Nano), los dos Yunes (Esteban y Cristian), además de los tres Hirane (Toño, Checho y Lipe),
un Diuana (el último, Pato), dos Sarquis (nuestro conocido Feres jr. y Eduardo, hijo del tio Jito….este Eduardo me
debe una: era mi padrino de confirmación y no llegó; hay una penosa foto de todos sentados, cada uno con su
padrino atrás, menos yo….Nunca me dio explicación alguna, y ahora vive en Concepción, el ex “chico Sárquis”
como le decían las Siraqyan) y nuestro primo Carlos Nazir…Así a la rápida, dieciocho primos en el mismo colegio,
colegio en que el papá de los Hirane, el tío Toño era personaje importante, participó (cooperó, o construyó, no
me queda claro) con la construcción del gimnasio, incluso poco tiempo atrás lo homenajearon post-mortem por
su aporte. También construyó las casas de los scouts, etc. A esos dieciocho primos se le suman un trío de no-
primos, que terminaron siendo primos; un par de ellos muy queridos…, por haberse casado con primas nuestras.
Rodolfo Poupin, quien encabeza la foto de este capítulo Los primos, en el glorioso Di-Wal-lah, por haberse casado
con la Pamela Hirane, y es un primo más…El otro es Eduardo Kattán, que casó con mi querida prima Karima Tala;
este era de mi generación, con el pequeño defecto que era de las “buenitas del A” y no de los machos indomables
del B como yo. Y el tercero es el Enzo Zacarías, casado con nuestra Andrea Haddad. ¡Veintiún gasparinos en la
familia!, no todos egresaron del colegio, bueno, algunos egresaron antes, por diversos motivos.
Vuelvo a Esteban, gran compañero en las aventuras del barrio La Pila, como he narrado anteriormente…aportaba
“la calle” que nosotros no teníamos, aportaba ese par de años más, que a esa edad hacen la diferencia, y aunque
su lote natural era Checho Hirane-Carlos Nazir y él, compartíamos cuando visitábamos a mis abuelos en su casa,
que era donde él vivía. Pero donde siempre estuvimos juntos era en los veraneos en San Sebastián, instalamos
una vez un negocio de venta de trigo tostado, un día nublado,y nuestras mejores clientas (las únicas) eran nuestras
tías. También les vendíamos collares de coquitos de eucaliptus, y otras leseras que reservo para el capítulo Sanse.
Con Esteban tuvimos una época de mucho contacto, un par de años, todo el año juntos, luego otro año menos
juntos, y después nos separamos. Fue cuando entramos a estudiar, en 1974 a la Escuela de Medicina Veterinaria.
En un principio las clases partieron donde históricamente se daba la carrera, en la Quinta Normal. Entonces
decidimos que por cercanía, yo me iba a vivir de lunes a viernes a la casa de mi abuela en Los Muermos, y casi
podíamos irnos caminando a la Escuela, y los fines de semana en mi casa en Las Condes. Un par de años antes, mi
papá nos había regalado un auto a Rodi y a mí, un Nissan, luego pasaron a llamarse Datsun, y en la actualidad
volvieron a ser Nissan. Era un Nissan del año 1968, si no me equivoco, un Bluebird.

Nissan Bluebird año 1968…igualito a mi primer auto


A pesar que cuando lo regaló, yo tenía 16 y Rodi 15 años, íbamos a todas partes sin carnet, era la desordenada
época de la UP, pero para ir a la universidad, la idea era que lo manejara Esteban, hasta que yo sacara carnet en
172
septiembre de 1974; era época de Gobierno Militar y los militares no tenían paciencia con lo ilegal…. Así que de
lunes a viernes en La Pila, y Esteban nos llevaba a la U, en ese auto llegamos el día de recepción mechona, y cuando
supieron que era el auto de un mechón, le tiraron pintura, una mezcla de huevo y asquerosidades que hicieron
tener que pintarlo de nuevo…y de su sobrio color rojo, Mario Jara (Majare), el pintoresco amigo de mi papá que
era principalmente karateca, pintor, incluso fue guardaespaldas de Manuel Antonio Noriega el dictador
panameño, instructor de fuerzas especiales y contador de miles de aventuras, ciertas o no, entre otras cosas; y
estafador de poca monta, pues le pidió plata a mi papá y jamás pagó…, aunque decía quererlo mucho…, lo pintó
color celeste mezclado con azul, y con una banda en degradée por ambos lados….Un homenaje a la no-sobriedad,
pero era inconfundible, no había auto igual, en el mundo… A pesar de ser el capítulo Esteban, como nombré a
Mario Jara, este nos llenaba la cabeza de sus múltiples aventuras, especialmente referida a peleas, campeonatos
de karate, etc., una vez llegó a la fábrica, venía en el Metro y pasó al Banco del Estado a sacar una plata que le
debía a mi papá (otro más…), y lo intentaron asaltar….ya abuelito entrégate el billete, y librai piola, le dijeron un
par de flaites….Majare les dijo: déjenme tranquilo dénse la vuelta, y me piden disculpa por lo de abuelito y aquí no
ha pasado nada….Como que no entendieron, y se le fueron encima….Los masacró…, literalmente, y como
testimonio nos mostró los nudillos de ambas manos rotos, y el delantal blanco (de pintor), lleno de sangre
fresca…..¡¡una matanza!! que gozamos (alguien que se desquite por lo menos…) Y sacó el par de cassatas de
helados y el paquete de galletas Oblea con que engatusaba a mi papá.
Esteban manejaba mi auto, y a veces me dejaba botado en la Escuela porque le daba “lata” esperarme hasta tarde,
si no coincidían nuestros horarios…¿habrase visto no? Pero yo era poco complicado al respecto, y era hasta
entretenido buscar cómo volverme, acostumbrado siempre a que me llevaran y trajeran en auto a todos
lados…niñito bien…
Ese primer año de universidad, luego de todos los estropicios que nos brindaron los de segundo año, cuando se
calmó la cosa, hicieron un show con distintos espectáculos, chistes, mimos, el “cortadito”, etc., y los mechones
presentamos lo nuestro… Esteban y yo tocamos para todo el público (harta gente, pues éramos 175 mechones,
mas todos lo de cursos superiores que quisieran ir, mas los profesores, etc.), bueno, en un escenario improvisado
presentamos “El caimán”….(“se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla…”), con distintos versos,
algunos pavotes, de doble sentido light como “una vieja patinando, patinando se cayó, y en el suelo se le vio….que
no sabía patinar, se va el caimán…” subiendo un poco el tono a “otra vieja estaba meando a la sombra de un
membrillo, pasó un viejito y le dijo, que buen choro pa´caldillo, se va el caimán…” llegando a otras como: “las putas
de San Bernardo, formaron un regimiento, y al pico como el más diablo, lo pusieron de sargento, se va el caimán,
se va el caimán, se va para Barranquilla…” Y seguimos subiendo, dejando la tendalada….(dignos sobrinos de mis
tías Rabajille que tocaban en cuanto evento hubiera, sumado a la “poesía popular” de mi padrino Enrique, con
cuatro garabatos en tres palabras…). Fuimos bautizados como las Urracas Parlanchinas, por lo morenos que
éramos, según escuchamos por ahí, y porque andábamos juntos para todos lados…

Tuco y Tico…por años nos motejaron como las Urracas Parlanchinas a Esteban y a mí, en la Escuela Veterinaria
Imposible acordarme de la Escuela de Veterinaria sin nombrar a Roberto Fenzo y Carlos Oyarzún:
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Fenzo en su moto, tipin 1978-79

Carlos con Tarim en nuestro fracasado emprendimiento hípico en el campo de su exsuegro en Rancagua

Este par no cae en la categoría primos, pero en el capítulo Esteban, deben ir incluidos, pues hicimos un cuarteto
que hizo historia en los anales de la Escuela. A comienzos de 1975, estando en 2° año de carrera, nos tocó el
“desquite” de la recepción mechona que nos habían brindado en marzo de 1974, cuando me sumergieron en un
tambor lleno de asquerosidades, incluyendo una cabeza de chancho; me lacearon, a otros les cortaron el pelo,
etc., etc. Lo “normal” en la Chile…Y nosotros estuvimos como dos semanas antes, acumulando huevos podridos y
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melones maduros para “corresponderle” a esa nueva horneada de veterinarios. ¡Un éxito!, excepto porque
“seleccionaron” a 16 de los culpables (éramos todos partícipes), y los (nos) sometieron a un sumario, con juez
instructor: Pedro Perrier, y nos tuvieron declarando, presentando descargos, y en ascuas hasta cuando estábamos
por egresar, cuano recién nos sobreseyeron. ¿Adivinen?, entre los 16 estábamos el cuarteto…. Compartíamos
auto: una semana Fenzo aportaba su citroneta, y la otra semana yo aportaba mi Vega ‘77, flamantemente regalado
en el mismo año 1977, chao Nissan y Fiat…

Aquí en la casa de Las Condes, con mi Chevrolet Vega naranja de tapiz rojo; y aunque parece un shop, estoy
tomándome una leche con plátano….(súper zanahoria…., por lo sano, no por el color…)

El cuarteto hizo algunas otras trapisondas, para contar una solamente: en una ocasión Carlos llevó polvo
lagrimógeno, que le pasó un primo que trabajaba en Fuerzas Especiales, y lo esparcimos en una fiesta de
Agronomía entremedio de las mesas del gran Casino, provocando el fin del evento….salían los agrónomos (ojalá
que no haya estado la Cecilia) buscando culpables para asesinarlos…, y nosotros con nuestras caras
angelicales….pasando piola. En desquite por los perros que nos robaban…
Sin Fenzo, pero agregando a nuestro primo Nadim, nos fuimos Carlos y Esteban, los cuatro en una aventura
veterinaria al sur de Chile, la que terminó mal-bien. Primera parada en El Oasis de Paine, un dia domingo cuando
aún se celebraba un matrimonio de la familia Rabají, debió ser el de Jorge, uno de los hijos del tío Rachid. Paramos
a instancias de Esteban, a “machetear” un almuerzo tardío, y a pesar que no teníamos itinerario fijo, la idea era
llegar al sur….y esta primera parada fue en Paine ¡! Segunda parada en Coya, ahí nomás, en Rancagua, donde
estuvimos un par de días en la casa de una compañera de la U, Rocío Cabañas, y yo me prendé de la Adriana
Segovia, la “Nani” (que enamoradizo que era…), futura cuñada y excuñada de nuestro amigo Claudio Saide.

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Aquí Nadim, Esteban y yo con el querido tío Rachid (extremo der.) y dos de sus hijos en la resaca del matrimonio

Yo, Adriana, Carlos, Paulina, Esteban y dos chicas NN abajo. Nosotros listos para irnos en el Fiat 125..
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Bueno, el viaje tuvo muchas peripecias, siguiente parada Cauquenes, bajamos a Peyuhue, dormimos en un
establo; de ahí a Pucón, donde acampamos en la playa, conocimos a un par de judíos (Alvo y Tchimino) que
acampaban a todo cachete, con los que hicimos un joint-venture: nosotros cocinamos y ellos nos prestaban
alojamiento en su carpa….(¿y quién dice que los árabes y judios no pueden vivir en paz…?). Hasta que la lluvia nos
hizo pedir alojamiento en el gimnasio municipal; luego seguimos camino a Lican Ray, donde nos “dejamos caer”
en la casa de la ¿Betty Jaar, hermana de Alfredo, el pintor (tan zurdo que se puso….), de ahí seguimos a otros lagos
por dentro, y quedamos en panne antes de llegar a Osorno. Primer auto que pasa (díganme que no existen las
coincidencias….): una camioneta de Cooprinsem, con técnicos en inseminación quienes nos llevaron a remolque,
nos acomodaron en las oficinas en Osorno y nos dijeron: “dejen el auto acá y los invitamos a inseminar mañana,
después ven como lo arreglan….” Dicho y hecho. De Osorno, nunca más pudimos sacar el auto arreglado, ni en un
taller autorizado Fiat, hasta la providencial llegada de mi padrino Enrique y sus latas salvadoras… Lo fui a buscar
al terminal de buses, mi padrino con un maletincito nomás, y en un dos por tres echó a andar el auto….¡¡Crack mi
padrino!!

Se merece esta foto mi padrino…aquí en Angelmó con su hijo Nadim, yo y mi polera regalona.

Ese viaje al Sur en 1976 fue una aventura total, acampando con una lona, y una cocinilla, no teníamos más….Fue
un punto de unión para el grupo, excepto por la deserción de Esteban, que al momento de quedarnos varados, se
viró…. (al varar se viró…..no rima pero le pega….). La intervención de Nadim la tocaré llegado el momento de
hablar de Nadim, no cabe contar más detalles, aunque el periplo daría para varias páginas: Cooprinsem, apenas
conté parte de esa historia; Bioleche; el Haras El Rincón del doctor José Mora Campos, aquí daba para harto: la
francesa a cargo del Haras, la dormida en las pesebreras, el doctor que había sido amante de la condesa Batthyany,
etc.; el cuento del “punch” y la Legión Extranjera en la casa del papá de los Jaar en Lican Ray; los nombrados Alvo
y Tchimino en Pucón, con el baño en pelotas en el lago, por donde bajó la lava….etc. etc.).

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Con Esteban también vivimos el mencionado viaje a Jujuy-Cordoba-Rosario, el que hicimos con Carlos Tala y
Rodrigo; también en nuestro primer viaje fuera de Chile de los primos, a Mendoza con el tío Enrique, pero ya es
suficiente; quizás contar que hay mucho más en estos 58 años con este primo, pero esta historia podría ser infinita
y la idea no es contar cada uno de mis viajes o aventuras, sino una pequeña resemblanza de mis primos más
cercanos, sólo para ilustrar lo importante que fuimos (somos) los primos para cada uno de nosotros, el porqué no
necesitamos los amigos y nos costó tanto hacer buenas migas con otros…..Claro que a lo mejor estoy equivocado
y esta es una percepción sólo mía….me encantaría que mis otros primos corroboraran o negaran esta versión…..y
llego hasta aquí, pues paso a mi siguiente primo; advierto que no están citados ni en orden de importancia, ni
alfabético, ni orden alguno, sino que sólo como van saliendo los recuerdos….desordenados.

Nadim
Nadim, el hijo mayor de mi tío Enrique, se adscribe más al lote de Rodrigo, de hecho eran compañeros de curso
en el Saint Gaspar, pero por anga o por manga, vivimos muchas aventuras, a pesar que Nadim no era
especialmente hípico, y tampoco practicaba fútbol con nosotros, aunque no me queda tan claro, el motivo pudo
ser consecuencia que saliendo del colegio se fue a vivir a México-EEUU, donde vivió un tiempo con la tía Yola, otro
tiempo con su Sherryl, la gringa que conoció en su época de intercambio en Iowa. A propósito de su intercambio
y de nuestro viaje al sur ese año 1976, que olvidé mencionar fue en un Fiat 125 rojo que mi papá le compró al tío
Nano Halabí, era exquisito, tenía 5ª cuando era una novedad, ahora todos los autos tienen un cambio de alivio.
Cuando recién lo manejé, en vez de pasar la 5ª yo pasaba la 3ª pensando que era para más pique….casi me mató
mi papá cuando supo, cuando yo le conté. Bueno, en ese viaje, Nadim era el fotógrafo, y a cada rato paraba o nos
hacía parar para tomar una foto y mandarle a sus “papás” de Iowa, no faltó mucho para que la broma fuera “very
tipycal for Iowa”, pero a pesar de lo repetido del chiste, no recuerdo que se haya enojado Nadim. No tuvimos ni
un sí ni un no, en esa época era dócil, como su papá, un agrado…Después con el tiempo se puso más Rabajille, y
se sulfuraba un poco. Tuvimos ocasión de compartir cuando trabajó en la casa de su suegro, la que después
nosotros le compramos (Einstein 479), pero quiero rememorar el viaje al Norte que hicimos los primos, en el cual
Nadim fue uno de los participantes, junto a Juan Pablo, Rodi, mi compañero de curso Eduardo Zacarías y yo, en
las vacaciones de invierno del año 1973, último año de la nefasta U.P. Todo comenzó mal, pues nos fuimos en
esos buses Andes Mar, que eran antiguallas a los que no se les reclinaba el asiento, eran calurosos de día y de
noche eran gélidos, especialmente para pasar el desierto de Atacama. Antes de ir, llevamos dos grandes items:
uno muy útil, un tremendo paquete de escalopas hechas por mi madre, que nos alimentaron los primeros días. El
otro, un estorbo, como íbamos hasta Arica, nuestro primo Juan Carlos Diuana nos “convenció” del buen negocio
de llevar dos grandes bolsas de cierres Lynsa, la fábrica de los Diuana, asi “van vendiendo y haciéndose una
utilidad”….no sé cómo nos convenció….eran dos bolsas gigantes, difíciles de llevar, inútiles de llevar. No vendimos
un cierre, y las tuvimos que acarrear de pensión en pensión, a pata siempre, el presupuesto no daba para taxi….
Llegamos a Arica, y llevábamos el dato de una pariente Rabael que tenía negocio para que nos orientara un poco,
pero no la encontramos, así que nos fuimos a una pensión barata. Los primeros días nos regaloneamos pues
llevábamos plata para ir a restoranes, lomo a lo pobre, pollo con papas, corte de pelo con afeitada con paños
calientes, etc., etc., ¡unos dandies! Como Arica era puerto libre había ¡hasta leche condensada! Íbamos a pescar
al muelle, a las carreras de caballos, a las peleas de gallos en Tacna…nos dimos la buena vida. Hasta que se acabó
la plata, y debíamos volver, pero….huelga general de buses, nos quedamos atrapados….No había la facilidad de
mandar dinero, ni sacar con tarjeta, y caimos en una situación de insolvencia.

Aquí viene el cuento principal con Nadim, independiente del espiritismo en la pieza, del peruano que me robó la
chaqueta Dagorret de cuero que me había regalado mi madrina (siempre me hizo el mejor regalo que recibiera
un ahijado…), o la celebración de la clasificación de la selección chilena de fútbol al Mundial de Alemania 1974, a
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costa de los peruanos en partido de definición (“cholo, cholito, chúpame el palito…..”, salimos a gritar
encaramados en una camioneta de un desconocido en una caravana de autos que dimos vueltas y vueltas por las
calles ariqueñas….), ni las idas nocturnas a los cabarets, ni las idas a la playa, ni el encuentro con los hípicos como
el papá del Coco Eltit, que nos llevó a Tacna, o con Hernán Avendaño, amigo de los Goldzveig del Chile que andaba
con el mentado ‘Huachalomo’, que era del Saint Gaspar, nada de eso como el episodio de la panera que relataré.
En algún momento levantaron la huelga, una semana después de lo previsto para volver y nosotros, de verdad,
estábamos sobreviviendo con una paila de huevos al día, racionando la comida como los 33 mineros, y en mi caso,
había bajado como seis kilos. Andábamos con hambre endémica….Volvíamos y estábamos en el cruce de Azapa,
había una aduana para que no pasaran productos prohibidos al “sur”, hacia Santiago. Y unos viejitos que traían
aceitunas se tuvieron que comer dos frascos, atiborrándose, apurados antes de botarlas; nosotros mirando
hambreados, alguien nos convidó unas tortas de higos secos (me costó veinte años volver a comerlos, me
hostigaron por haber comido tantos, y con tanta hambre). El hecho es que el bus hace una parada, para cenar (los
que tenían plata) y nosotros sin ni medio….y los personajes pedían cazuelas, porotos, asado con ensalada; era
corrernos el jugo por la boca, y nosotros sin ni uno. Nadim en una maniobra deseperada le pide a Juan Pablo el
poncho salteño que tenía (rojo con burlete negro).

Así mismito era el mentado poncho del cuento…


En una de las mesas, lista para recibir a varios comensales, había una panera colmada de panes, entonces Nadim
haciéndose el leso se acerca disimuladamente, tira el borde del poncho encima y manipulando bajo él (con las
manos, pues: “mani-pulando”) agarra los panes en un acto de desesperación hambrienta y se dispone a retirarse,
con tan mala suerte, para todos, que se enreda la panera en el maldito poncho salteño, y cae al suelo
estrepitosamente….drama….nosotros que estábamos esperando el resultado de la maniobra miramos
cobardemente para otro lado, y Nadim….La verdad es que no me acuerdo como terminó la historia, sucedió hace
41 años; salvo que no hubo “patada”, ni recuerdo haber comido los panes, lo que si me acuerdo es que muchas
veces nos reímos, al pasar los años, con la historia del poncho y los panes.
Seguro que hay otras historias con Nadim, muchas veces íbamos a su casa en la Villa El Dorado (¿Indiana 1222?),
curioso, desde siempre Nadim viviendo en EEUU, Iowa, Indiana y ahora en Texas… Jugábamos en la cancha que
tenía enfrente, o con sus amigos, unos que eran tres hermanos, los Von Martten, o las pasadas por la pandereta
a la casa del lado…historias que no caben en este recuento (por sórdidas), y tengo en la mente haber dormido
muchas veces en esa casa, regaloneado por todos: tía Nana, la abuela Rosa y mi padrino….La casa no era grande,
la familia era mucha y para colmo llegábamos de invitados….¡¡puro cariño nomás!!
Es de esperar que volvamos a ver a nuestro primo Nadim por estos lares, aunque es difícil, ya hizo vida en EEUU,
seguro que las niñas hacen familia por allá, y el “cabezón” se nos queda en gringolandia…Cada uno debe buscar
su lugar, y a veces es bueno tener primos repartidos por el mundo, uno nunca sabe…

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Ultima foto, episodio Nadim, en ese viaje al sur en 1976 con Carlos Oyarzún y este autor, en el Salto del Laja

¿Con quien puedo seguir?, estos eran los primos con los que más compartí en mi pasado lejano, excepto Micho
Mehech, al que ya clasifiqué en la categoría primo-no primo-amigo, y aquí en esta categoría cae el resto de mis
primos, Carlos y Nano Tala, Quique y menormente Michel, y casi nada Roberto; por otro lado están Mario y Pedro,
y finalmente Cristian. Esos serían mis primos por el lado Rabajille, pues mis primos Diuana eran desde mayores a
bastante mayores que yo. Ahora en los días que corren, las diferencias casi ni se notan, pero cuando uno tiene 13
y el otro tiene 25, son mundos diferentes…Hoy con mis 58 el “otro” tiene 70…casi no se nota. Debo nombrar a
Carlos Nazir, sólo un par de años mayor, y que aunque se adscribía al lote Esteban-Checho, como he descrito
antes, era el único primo lado Diuana con el que verdaderamente compartimos veraneos, idas a nuestras
respectivas casas, pero tempranamente se fueron a vivir a EEUU, más precisamente a Eagle Pass, Texas, y nos
perdimos muchos años de convivencia, sumado a algunos “pequeños problemillas familiares” que nos
alejaron….hace que en muchos casos tengamos poco mundo en común, excepto el pasado lejano, de nuestras
juntas en Maria Teresa, o los veraneos en común en Viña y/o Sanse…
No he incluido a mis primas a propósito en este capítulo “primos”, a pesar que con la Keny y la Patú fuimos un
tiempo inseparables, especialmente en la época del briscake, la toca, la laca, la Avenida Perú y “un verano
Naranja”…los de mi época entenderán. También a mis primas Tala, la Karima y la Alejandra, esta última causante
de haber podido conocer a mi espectacular Cecilia…, con la Paula tengo muy poca historia, no así con la Marisol y
la Maria Paz; incluso la primera de mis primas Rabajille González tiene una marca indeleble gracias a mí…..le partí
la cabeza con una pala (sin querer), maestreando una vez en Indiana 1222….¡cómo sería lo que me querían, que
no me dijeron ni pío….! Yo habría matado a quien fuera si le hacen algo parecido a la Jacinta….
Igualmente mis primas Rabajille Diuana Sarquis Sarquis….poco y nada he compartido con la Carola, Lula, Patty
José o Gina, excepto cuando me iba a quedar a la casa del Pablo, en Napoleón, donde siempre mi parada obligada
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era al Hucke que estaba donde después se instaló el Avenue du Bois en calle El Bosque, y compraba un paquete
de porotitos…La verdad es que era muy definido primos con primos y primas con primas…No hay un asunto de
cariño, ni desprecio, nada de eso…era nuestra costumbre no enredarnos con las primas. Algo que queda patente
hasta el día de hoy, en algún evento familiar (excepto matrimonio, en que nos sentamos c/u con su pareja). En
cualquier reunión familiar (cumpleaños, velorio, etc.) hacemos mesa o grupo aparte los hombres y las mujeres.
Yo que soy poco machista, lo encuentro muy entretenido, poder conversar cosas con mis primos que no
conversaría con mis primas, claro que se excluyen los temas muy profundos….generalmente hablamos de fútbol
(el Chagüito, la selección…), hípica (los caballos familiares, y de los otros), de política por suerte somos todos
acérrimos de derecha, herencia familiar, que para algunos de nosotros comenzó cuando las tías Rabajille, viajaron
tras la Cortina de Hierro, época de la Guerra Fría y volvieron hablando pestes del comunismo, de las paupérrimas
condiciones de los pueblos oprimidos por la bota rusa, las mujeres que lloraban por un rouge, o que les contaran
como era el paraíso occidental, etc. (lo mismo me tocó ver en Cuba 40 años después….). En mi caso la Reforma
Agraria y la maldita UP me marcaron…
Antes de cambiar de sintonía, un “cogollo” a mi primo Pancho…., las palabras que escribí para el día de su entierro
y que leí en la iglesia, muy emocionado…Ver Anexo 13
Así es la historia con mis primos…no debo ahondar más pues la idea con esta Mi Historia Familiar era un poco dar
infomación sobre mis orígenes primigenios, y no tanto mi historia particular

En mi Primera Comunión, arriba: Amalin Diuana, Nadima Rabajille, Pola Diuana, Patty Diuana, Esteban, Carlos
Nazir, Hilda Rabajille, adelante Rodi, Katty Hirane y mi madrina Eliana. Abajo: Keny Yunes, Juan Pablo y Mario
Rabajille, “la estrella del día”, la Chechi, Marisol Rabajille y Sergio “Checho” Hirane (¿con el sweater del Toño?).
181
Un par de fotos de los comentados e históricos partidos jugados en la cancha de Lynsa en diciembre del ’79 entre
los equipos de “Rabajille F.C. (con el Yuti como galleta), versus Resto del Mundo. Nótese quienes eran los cracks,
usando la gloriosa tricota del Santiago Morning….en cambio los rivales parecen unos desadaptados cualquiera…¿o
no? En todo caso…sendo partido,,,puros primos…¡¡ni un amigo!!

Arriba: Mario, Toño, Rodi; abajo: Pedro, Yuti y Julio

Arriba: Abe, Nano, el bigote y Esteban, Juan Sebastián; abajo: Cristian, Carlos, Quique.
182
Carlos Nazir
Puse el apellido, para diferenciarlo de mi primo Carlos Tala, que todos conocemos como Carlos Tala…..Bueno, con
Carlos vivimos muy en contacto hasta que se fue, a pesar que era un poco mayor a nosotros, compartimos mucho
por la cercanía entre nuestras mamás (hermanas), íbamos al mismo colegio, vivíamos relativamente cerca y
veraneamos juntos muchos años, cuando arrendaban las dos Diuana Zamar en Viña (hasta el ’68). Me acuerdo un
departamento en San Martín al llegar a 5 Norte, en un edificio que aun está, y tiene como adorno un pescado de
colores, grande en uno de sus muros. Ahí tengo patente el show que hacíamos los primos con las primas (Patú y
Keny) haciendo desfiles raros y no quedándonos nunca dormidos, para rabia de nuestras madres…O la casa en 5
Norte, que la arrendaron con todos los muebles y adornos (¡qué confianza!) y había una foto del antepasado del
dueño, don Plutarco Badilla….., puchas que nos burlamos de este pobre caballero y sus mostachos prehistóricos;
era la casa de la buhardilla, donde dormíamos todos los primos Nazir Diuana-Rabajille Diuana. Muchos arriendos
en Viña, en distintos lugares….también veraneamos juntos en Sanse…Carlos era un super buen primo, muy
inteligente pero un poco mal genio….Aplicaba estrictamente la ley no escrita entre los primos de la verticalidad.
La aplicaba el Abe y Juan Carlos con nosotros, y nosotros la aplicamos con los menores. No es crueldad, es así
nomás. Algunos hechos notables de mi historia con Carlos, son cuando compartíamos en su barrio de María Teresa
con Manquehue (un Manquehue con solo una pista de autos y el resto zarzamoras…), con los amigos que tenía al
frente que vendían arena y ripio, o cuando jugábamos al tombo con el hijo de la Leonor, que nos enseñó a
hacernos sombreros con los sacos de cemento (no habían tantos gorros y tan baratos como ahora), o cuando
aprendimos a hacer volantines, teníamos los pliegos de papel listos, los bambúes para cortar los largueros y
travesaños, etc., y a los Nazir se les ocurre hacer un viaje al Norte, hasta Tacna….El negocio se fue a la chuña, pero
trajeron melcocha y dulces D’Onofrio, que no existían, y aún no existen en el país, pues son peruanas puis…
O cuando nos enseñaron a meter piedras de carburo en un tarro hermético, le echábamos agua y
esperábamos….¡¡bum!!, tremenda explosión….Éramos inteligentontos también acá…
Aunque esta foto debiera ir en el capítulo Sanse, aquí está otra chorrera de primos, los grandes veraneos….

Arriba: Nadim, Carlos, Toño, Rodi, Esteban con Pancho; Abajo: Carlos Tala, Paula, Karima (abajo), Keny, Julio
(abajo), Patú, Chechi, Cristian.
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Otra historia muy simpática con Carlos, simpática para nosotros….fue una vez que estábamos frente a su casa, y
él pasaba en su bicicleta (nosotros no teníamos, no tuvimos….mi madre, sus temores…), y jugábamos a que Rodi
y yo le tirábamos esas semillas que parecen garbanzos (los árboles de esa calle eran de este tipo…), y era todo
risa, le tirábamos puñados y a veces le pegábamos y a veces no.., hasta que le tiramos un tremendo puñado y se
cayó a velocidad supersónica, se dio varias vueltas de campana, se rasmilló entero…se acabaron las risas y salió
persiguiendo para pegarnos….era medio abusador eso sí….Tengo el recuerdo que ya viviendo en Estados Unidos,
viajó un verano a compartir con nosotros en Sanse, y “mató” con su pelo largo (no había costumbre entre nuestra
familia…El de la farmacia del frente le gritaba cuando pasaba Carlos, con un cierto cantito: “Córtate el pelo
pelucón”, y Carlos sin ningún tapujo le contestaba con el mismo sonsonete: “No tengo plata maricón”, creo que
fue todo el verano así… A pesar que nunca fuimos invitados a ir a Eagle Pass, algunas veces la tía Yola nos mandaba
ropa del Carlos y la Patú, como eran mayores que nosotros, nos quedaba tiquitaca…Recuerdo con mucho cariño
una chaqueta de cuero tipo Davy Crockett, con flecos en el pecho y abajo….cafecita, suavecita….le saqué el jugo
a esa chaqueta….al igual que unos pantalones amarillitos con rayas verticales (ver foto en segunda página del
Anexo 2 La Siamesa, en los ejemplares de esta Historia que tenga el Anexo). Eran raros, medios llamativos, pero
me encantaban y lo de excéntrico o diferente nunca fue un impedimento para mí….

Este es el Davy Crockett de la TV, pero la chaqueta es casi igualita a la que nos mandaron y me quedé…

En otra de las venidas de Carlos, traía el bichito del running, cuando en Chile nadie salía a correr a las calles, en
esto también fuimos medio pioneros (igual que con las tablas para deslizarse en el agua, skimmers o skimboarding,
que fuimos los primeros en hacerlas en Chile; copiadas de argentinos que alojábamos de paleteados en nuestro
departamento en Viña…). Con Carlos, que se alojaba en nuestra casa de Las Condes hasta que….ya no se alojó
más…(hubo algunos pequeños inconvenientes…) salíamos por Las Condes, subíamos el Cerro Calán cuando ya era
tarde-noche, un agrado para trotar; también andaba fanático de los ejercicios, hacíamos flexiones, abdominales,
etc. Fueron buenos momentos, en que revivimos nuestra perdida amistad de primos por la separación.
A pesar que desde EEUU recibíamos pocas noticias de nuestros primos/as, los triunfos de Carlos eran recibidos
por nosotros como propios, cuando se graduó con honores en la Universidad Autónoma de Guadalajara, luego
cuando hizo la especialidad de urología en la Universidad de Miami, previo paso por New Jersey, una de las veces
que más gozamos, fue cuando le regalaron (sus papás) un Ford Mustang, no me acuerdo si era Mach 1 o Mach 2,
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de cualquier manera, para nosotros era como si uno de los primos tuviera una nave espacial…lo gozamos como
propio.

A la izquierda el Mach 1 y a la derecha el Mach 2… cualquiera de ellos en los años ’70 era top….(¿y ahora?)

Ninguno de nosotros, mis hermanos, que fuimos tan cercanos gozamos de la hospitalidad de Carlos cuando estuvo
en la cresta de la ola. Yo lo visité, de vuelta desde Philadelphia, en mi fallido intento por estudiar en la Universidad
de Pensylvania (ni tan fallido pues me probaron una semana y me aceptaron, pero esa es otra materia), y comparti
su departamento en la Brickell Ave., sus amigas cariñosas y un crucero por las Bahamas, en que las oficiaba de
doctor a bordo pero no hubo necesidad de intervenir. En esos días me prestó una Van media destartalada pero
muy útil para moverme en mis prácticas veterinarias en la clínica de los doctores Burch & Burch en Gulfstream
Park. La historia pudo cambiar pues George, el hijo Burch, me ofreció quedarme a trabajar con él como ayudante,
me solucionaba la visa, me pagaba bien, para partir, etc. Carlos también se entusiasmó con la idea de un primo
cerca….(como lo hizo después con Juan Carlos Diuana jr., que también desistió), pero yo estaba obstinado en
volver al New Bolton Center, historia que conté en mi libro antes mencionado. Muchos de nuestros primos Diuana
sí estuvieron con Carlos en su época dorada, gozaron de su atención y volvían regalados, pues este primo es
generoso y desprendido.
No quiere decir que no tengamos profundas diferencias de ver la vida; deapreciación de algunos hechos que,
involuntariamente, y a veces voluntariamente, nos involucraron. Pero como dije en el capítulo Diuana, nosotros
los Rabajille Diuana S.Z., somos nada rencorosos, y campeones para dejar la puerta cerrada atrás, y seguir
adelante.
De hecho fui el único de sus primos que estuve en su primer matrimonio, aquel en que todos pensamos, y
esperamos, sea el único; todos nos casamos con ese pensamiento….Se casaba con Isaura Sampaio, una brasilera
avecindada en Miami, y aparte del tío Naser y la tía Yola (creo que ni la Patú estaba; puedo equivocarme) viajamos
desde Chile el tío Juan con la tía Lidia y yo. Con este tío hicimos un joint venture, el aportaba el alojamiento (una
tremenda suite en el Marriot de Bay Byscaine) y yo el transporte, pues arrendé un autopara posterior a la boda
seguir hacia Kentucky a hacer otra práctica, esta vez en el Bluegrass Farm del magnate tejano Nelson Bunker Hunt,
recientemente fallecido. Del matrimonio jamás vi una foto, y me parece que fue en Coconut Grove o algo así, muy
entretenido…¿Alguna vez veré alguna foto? Salvo que las tenga la ex….De todas maneras con el tío Juan lo
pasamos muy bien, íbamos a la hípica, al barrio cubano a comprar puros y los fumábamos en el hipódromo (había
menos restricciones). Yo volví a viajar una vez más a EEUU mientras Carlos vivía allá, de viaje a Orlando con los
primeros tres niños y a pesar que intenté verlo, nos dejó plantado esperándolo en su clínica…; ya venía
185
aproblemado, y después se le vino peor… Dejo hasta acá el episodio Carlos, concluyendo que es mejor acordarse
de los muchos buenos momentos que vivimos, antes que hurgar en los malos…Esto como filosofía general de vida.
Antes de pasar al capítulo Sanse, quizás hacer una reflexión respecto de primos que con el tiempo se
transformaron en más cercanos, pues por edad se adscribían en otros lotes, y estos son Quique Rabajille, Carlos
Tala, Mario Rabajille y Hernán Halabí. En cambio con Michel Rabajille o Roberto Rabajille he tenido muy poco
contacto, como con Nano Tala (excepto en sus últimos años de lavandería…), Cristián Yunes y Pedro Luis Rabajille.
Excepto que en los últimos años, no hay esa diferencia inicial, pues ahora diez, doce o quince años no significan
nada…Todos somos del mismo lote…Igualmente con los primos Diuana de la edad, que son primos y sobrinos,
como Carlos Haddad Diuana, Juan Sebastián Diuana, Yuti Holtheuer Diuana, Feres Sarquis jr. o Juan Carlos Diuana
jr., hemos compartido muy poco, excepto con estos últimos tres, cuando coincidimos en el Di-Wal-lah. Con todos
ellos tengo excelente relación, pero no tenemos historia común; por edad, por que los primos Diuana tambien
tienen sus Diuanatón, sus viajes propios a Mendoza, etc., muy parecido a lo que ocurre con los Rabajille. De los
Diuana nosotros tomamos prestado al Hernán Halabí (aunque es pariente por los Sarquis), y nosotros les
prestamos a los Rabajille Diuana S.S. (Mario y Pedro), que aunque auténticos Rabajille, han hecho más historia en
el clan Diuana.
Carlos Tala, mi ahijado de confirmación (solo porque Esteban no podía, ignoro el motivo), gran jugador en el Di-
Wal-Lah, e incluso se probó en Palestino con la anécdota siguiente: fue justo en el año en que trajeron desde Brasil
a Elías Figueroa (“don Elías”, el mejor central del fútbol chileno…) para campeonar, y Carlos estaba a prueba en el
primer equipo. En un entrenamiento lleva la pelota y le sale Elías a cargarlo, Carlos le hace una finta y lo deja
botado….Próxima jugada, lleva Carlos la pelota, va a enfrentar a Elías y este muy rápidamente, antes que pudiera
pensar nuestro primo, le pone un codazo o un pechazo (¿quién le tomó la patente al camión?) lo deja aturdido, y
al hacer la parada como ayudándolo a levantarse le dice para callado: “conmigo no te vai a hacer famoso cabro
c……..”. Al menos Carlos puede contar a sus nietos que el crack chileno del Inter de Porto Alegre (“el gol
iluminado”), héroe del empate en Moscú para el Mundial de Alemania ’74, le aforró de picado… Clásica historia
que hace que no lleguen todos los que podrían llegar a jugar fútbol profesional.

Quique y Carlos Tala con el autor en medio….otros años muchachos, otras pintas…(¡escoba!)
Con el Quique, nos hemos acercado en los úlimos años, gracias a su avidez de crecimiento personal que lo ha
llevado a interiorizarse en temas que siempre han sido de mi interés, pero si echo a correr la memoria para atrás,
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no tengo siquiera un viaje con él, siempre fue con Nadim, pero me lleva a darme cuenta que ese “sello” que afirmo
tenemos, necesita poquito para expresarse, y pueden más las vivencias colectivas del grupo “primos” que las
individualidades. Es cosa de juntarnos y encontrarnos afines…., en pensamientos respecto de la vida, de la
sociedad, respecto a la familia, las parejas…., la política…Muy pocos de izquierda, quizás algunas ovejas
descarriadas en la tercera generación nacida en Chile (¿degenera la raza?.....es una broma fascista mía…). No
puedo contar ninguna aventura corrida con Quique, Carlos Tala, Mario, Nano ni con Julio mi hermano. Jamás salí
en rol conquista con ninguno de ellos, no hice viaje alguno con ellos, simplemente un asunto etario; hoy son las
personas con las que de una u otra forma me relaciono, aparte del par de amigos que he hecho en esta nueva y
antigua (ya casi 30 años), viviendo en Pirque.
Lo lamento muchachos, no dan para iniciar un capítulo propio….

Voleibolista, con la polera del Palestino….

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Michel Mehech
Este es el último de los primos a los que dedicaré espacio, y partiré aclarando que no nos une lazo sanguíneo
alguno, excepto el tener parientes en común. Para los anales, su relación con nuestra familia proviene de ser su
mamá, María Hirane (tía Maruja), hermana de Antonio Hirane, casado con María José Sarquis (tía Tuta), hermana
de mi abuela Georgina y por tanto sus hijos (Katty, Toño, Pamela, Checho y Lipe), primos hermanos de mi papá, y
primos hermanos de los Diuana (solo con los hijos de Juan y Amalia). Micho es primo hermano de los Hirane, y
arrastra otra cantidad de primos al “círculo mayor”, a los Abud, a los Abdallah, etc.
Como conté más arriba, el Micho era muy amigo del Pablo (eran más cercanos en edad que conmigo) y en algún
momento hicimos un trío estelar. Tuvimos algunas aventuras como el robo del Volvo de la tía, pero las aventuras
mayores fueron cuando ya el Pablo no estaba, y ahondé mi amistad con el Micho, y a veces incorporábamos al
Rodi, otras veces con Checho Hidalgo (este se hizo cuñado con Micho, a través de la Sandra) o con Arturo Abud.
Muchos partidos de baby futbol en medio de la semana, en el Jardin Infantil de la Ximena Castaño (ex de Toño
Hirane) ahí en plena Vitacura.

Izquierda: con Micho en Macchu Picchu, y a la derecha: Micho y una espectacular vista de Cuzco atrás…

En esos partidos, el arquero era Arturo Abud, a veces jugaba Ricardo Abdalah, muy pocas veces el Lipe (“Fragilito”),
normalmente era un lote de amigos de Micho, del Saint George, casi siempre el Rorro, uno que era imposible
quitarle la pelota; Fito Schulze, duro como piedra, Enrique Cueto (actual dueño de LAN), pesado como vaca en
brazos, Henry. Algunas veces jugamos en el gimnasio del colegio San Juan, en la cancha de Famae (esa vez fueron
los primos contra otros), en la cancha del Saint George, en la cancha de Lynsa, en un partido distinto de las fotos
que mostré. Esa vez casi hubo combos entre el Abe y el Micho, con insultos de grueso calibre dirigido a
parientes….mmhh, muy mal…. Jugábamos baby o fútbol cuando teníamos oportunidad, en cualquier cancha con
cualquier equipo, invitara quien fuera…No todo era deporte, una anécdota buena fue cuando fuimos a buscar con
Rodi y Micho, en el Mercedes del tío Michel (sin que supiera obvio, andaba de viaje) a tres vedettes que bailaban
en el Picaresque a la entrada de Recoleta (semejante al Bim Bam Bum, o al Humoresque, también fuimos a
estos….), el hecho es que eran unos bombones las tres, y andaban pintadas tal como salieron del escenario, sólo
se cambiaron las plumas y los bikinis, por algo más sobrio…(algo…), y nosotros primeros las llevamos a la Gelateria
que estaba en Los Leones al llegar a Providencia.
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Picaresque en Recoleta, aún existe el edificio

En esos años, la Gelateria estaba absolutamente de moda, todo estaba pasando ahí, era como el Coppelia de años
antes, y como ahora….no tengo idea a donde van ahora, podría ser como entrar al Tavelli de Las Condes para
tratar de dar un ejemplo; el hecho es que entramos con estas tres pinturitas y quedó la embarrada, como si
hubieramos entrado con 3 venusianas, jupiterianas…., se produjo un silencio y un comienzo de
murmullos….Nosotros como si oyéramos llover, tomamos helados, conversamos, preparamos la situación, pues
la idea era aprovechar el departamento de calle Antonio Bellet pues no estaban los tíos, pero (siempre hay un
pero en las historias), estaba la Sandra y la Juanita. Esta última, empleada antigua, que nos “sapeó”, nos empezó
a molestar, a retar; se puso a tocar la puerta a cada rato, comentando en voz alta….que nos iba a
acusar…(quedamos como ‘pollos’), y así, así quien puede…No entraré en más detalles.
Con el Micho vivimos grandes, grandes aventuras, quizás lo más destacado, nuestro viaje en carpa a Lima y
Macchu Picchu, pero en auto (¡bacanes!). Primera parada en La Serena, en esa época yo pololoeaba con la Soraya
Jacob….(después le hice el pase de taquito al Micho….), y nos recibieron en casa de los primos Jacob, luego de
unos días macheteando, seguimos a Bahía Inglesa, donde acampamos en el camping de la Corfo, luego
Antofagasta (en el camping Las Garumas), Pica (nos bañamos de noche en las cochas…), Arica, aquí tuvimos que
ir a una pensión. Luego Tacna, Nazca (donde me dio el vértigo en una torre de observación, para ver las líneas….)
y Lima, en que fuimos tan bien recibidos por la tía Betty Palma de Silva. Luego de unos diez días viviendo como
unos limeños más (acomodados, vivíamos en San Isidro ¿o Monterrico?) nos fuimos a Arequipa y de ahí en avión
a Cuzco….Macchu Picchu, etc. Un tremendo viaje, un mes entero juntos y nunca un problema.
Fuimos más que amigos, primos, casi hermanos…Luego la vida nos alejó, el se fue a estudiar medicina a Valdivia,
luego egresado se fue a Francia, y cada vez nos empezó a costar más vernos. Ahora, cada vez que coincidimos y
nos podemos juntar, es como si el tiempo no hubiera pasado, pero ya no podemos darnos el lujo de jugar table
en campeonatos vis a vis de 160 partidos seguidos, y luego salir a caminar por Providencia sin rumbo, sin plazos
fijos. No hay crítica ni nostalgia, los tiempos que corren o que nos corren, son así, y así hay que tomarlos.

Pudiendo escribir mucho más sobre Micho, otros primos, etc., veo que mi intención original de escribir sobre mi
origen primigenio ha ido variando sutilmente a una historia sobre mi vida, mis relaciones de amistad, el cómo y el
189
porqué de algunos eventos, quisiera terminar, pues la historia podría ser eterna. Mi vida pre-matrimonial, cuando
yo era el niño y mi familia eran mis papás y mis hermanos; el corto paso por la casa de General Jofré, Las Condes
7968, Las Condes 9430, mis clases de karate, los helados Bresler, mis pololeos, mi matrimonio… Mi matrimonio
daría para un libro pues traería la historia de mis hijos….Pero antes debería incluir mis veraneos en Viña, algunos
de mis otros viajes (Argentina a Mar del Plata, Balcarce, otra vez a Salta…., a Perú a correr el Latino con Negro de
Humo, mi viaje a EEUU con mi intento de estudiar en una universidad norteamericana, Cuba, México, Florianópolis
en auto con los Colvin, los Vergara, los Muñoz…., Europa….¡Europa durante más de un mes…!, etc., etc.), mi paso
por la facultad, mis trabajos: la farmacia, con la venta de caballos para polo, salto, etc…; María Pinto, los ajos; los
distintos emprendimientos, los zapatos de seguridad, la micro, las máquinas industriales, la ropa de mujer, las
panties…, las compras y las ventas de propiedades, Bahía Inglesa, etc., etc.
Sería de nunca acabar, pero lo prometido es deuda, y quiero terminar con un capítulo (quiero terminar y revisar,
y tratar de llevar a papel, dejar un documento de testimonio…), y me refiero a Sanse, a mis veraneos familiares en
San Sebastián, litoral central. A pesar que la mayoría de los recuerdos los plasmé en un escrito que puede ser leído
en el anexo correspondiente (ver Anexo 14)

San Sebastián

Una foto como para partir entusiasmandome; este era parte del lote de amigos que nos juntábamos….todos
nuestros padres eran amigos entre sí, y por añadidura nosotros también. Están las Alonso (de pelo escarmenado),
las Marañón (¿están?), los Carrera, las Donoso, entremedio de los Yunes, Rabajille y Tala…
San Sebastián…..¿cómo partir? Fácil, me gustaría compartir un pensamiento que nuestra amiga Carmen Gloria
Mayer….¿who? Antes la conocimos como Carola Marañón, quien me dijo en una reunión de sansebastianinos este
190
año 2014 en la casa de los Espina-Donoso que cuando ella pensaba que si se pudiera retroceder en el tiempo y
tuviera que escoger un momento de su vida al cual volver, ella siempre, sin dudar un segundo, optaría por volver
a pasar uno de esos veranos de las décadas del ’60 a los ’70, en compañía de sus padres (obviamente) y de los
amigos que pasábamos enero y febrero en San Sebastián. Para ella, y para muchos de nosotros, esos eran los
mejores días de su vida. En un lugar maravilloso, protegidos por nuestros padres, rodeados de amigos y sin otra
obligación que invertir todo nuestro tiempo y energía en pasarlo bien…., en ser felices.
¿Quién de los que veraneamos en Sanse puede pensar diferente? No es que haya sido el único lugar donde
fui(mos) feliz(ces), en mi caso he gozado mis tiempos en Viña, luego en mis veraneos como padre de familia en
Rupanco, Bahía Inglesa, Brasil, Costa Rica-Panamá, etc.; incluso ahora último en Puerto Velero, gran veraneo con
toda mi familia, incluidas pololas de mis hijos. Lo he pasado muy bien, pero…gran diferencia hace el estar a cargo,
ser el responsable, ser el mayor, que ser uno más de los hijos de esos veraneos con otros a cargo de uno; otros
encargados de la logística, otros preocupados de cuidarme, otros velando porla comida, la seguridad, la plata para
las compras, etc.
Tengo en la mente que unos pocos días después de Año Nuevo ya nos íbamos a Sanse, nosotros a nuestra cabaña
que quedaba anexa, pero aparte de la casa grande, y era muy sencilla: tenía la pieza de mis papás, un baño
entremedio y otra pieza con dos camarotes para nosotros los cuatro hermanos. Yo, como el mayor, tenía la cama
de arriba, pegada a la ventana. No tenía closet ni salita de estar; nada de lujos: paredes de internit, techo de zinc,
piso de flexit…la austeridad misma, pero nosotros nos sentíamos privilegiados pues era como aparte…curiosa
forma de verlo, pues la casa grande era mucho más cómoda, maciza. En esa pieza sólo íbamos a dormir, no me
recuerdo haber pasado algún otro momento ahí….excepto cuando me retiraba a leer mis revistas de monos
(Editorial Novaro, o de la serie Disney). Yo leía puras revistas, en esos días no creo haber leido libro alguno; además
que estaba la facilidad que uno podía tener unos pocos ejemplares, de hecho creo que teníamos cuatro o cinco,
e íbamos al kiosco del frente o al lado, no me queda claro ahora, a cambiar las revistas por muy poca plata. Por
tanto, teníamos muchas sin tener más que algunas…Ahora, durante el veraneo agotábamos el stock de revistas
de la “biblioteca cambiaria” y después nos teníamos que conformar (aquellos que éramos, y somos aún, lectores
impenitentes) con las revistas de las tías, o algún ejemplar de diarios que escaseaban en Sanse. Al parecer nadie
se quería informar de lo que pasaba en Santiago, Chile o el mundo, viviendo en la fantasía o paraíso del veraneo.
Y ni hablar de televisión…no existía como algo masivo sino desde el Mundial del ’62 (es una fiesta universal….), y
ni siquiera ahí, pues en nuestra casa en Las Condes 7968 se juntaban los vecinos a ver los partidos de Chile pues
éramos los únicos con tele en la cuadra….
Tal como he dicho hasta la saciedad, Chile, y seguramente el mundo, era mucho más simple, había menos; menos
de todo y uno se conformaba con ese menos, entonces cualquier cosa parecía mucho, y uno se llenaba con ese
poco. Hoy tengo una biblioteca con más de tres mil libros, tan solo en mi Kindle tengo 1.382 libros digitales…, y
en este notebook tengo acceso a miles de artículos, medios de información, etc., historia conocida…y en esa época
bastaban cuatro revistas y unas monedas para satisfacer nuestra curiosidad lectora….No se crea que por ser más
simple esos tiempos no tenían dificultades, ni era un mundo ideal….Había los mismos problemas que en la
actualidad, el mundo es perfectamente redondo y los ciclos se repiten: abusos, asaltos, jóvenes protestando,
disconformes, incomprendidos por sus padres…Ayer se llamaban coléricos, o hippies, hoy son generación X o Y, o
hipsters, o NiNi…., los pinguinos,…., pónganle el nombre que quieran. Nada ha cambiado ni nada cambiará.
Pero este no es un estudio sociológico, y desde los primeros días de enero hasta el 15 de marzo que entrábamos
a clases, nosotros pasábamos nuestros días esperando que que fuera un día soleado y hubiera bandera verde en
la playa para poder bañarnos, o si no nos llevaban al cerro a paseos entremedio de los eucaliptus. Pero el veraneo
comenzaba con esperar que empezaran a llegar nuestros amigos. Los primos no, pues al parecer llegábamos todos
juntos, en un mismo día, y partía la función de sacar las protecciones de la casa (me suena familiar….)

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Hago un paréntesis con un popurrí de portadas de revistas que yo leía en esa época

Nosotros nos bastábamos con los primos que llenábamos la casa y con eso era suficiente masa crítica para jugar,
inventar aventuras y pasarlo bien, pero era como entretenido cuando llegaban las otras familias y sumábamos
mas gente al lote. Especialmente cuando ya empezamos a mirar con ojos diferentes a las amigas. Algunos salieron
más adelantados, como Rodrigo, que según cuenta la leyenda, le robó un beso a la Soledad Alonso en los
columpios de El Rancho, hotel que quedaba enfrente de nuestra casa, Villa La Madonina, a muy corta edad. La
leyenda aumentó de valor cuando la Alonso se transformó en conocida actriz de teleseries….Pero nuestros amores
eran las Marañón y las teníamos muy repartidas. La Meli era “mía”, la Carola del Rodi y la Rirri del Julio….ellas no
sabían, pero daba lo mismo.

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San Sebastián era playa, era vóleibol…En un principio nosotros veíamos jugar a los grandes, ellos tenían un equipo
famoso: “Las Cucharas Rusas”, de las cuales aporto una de sus formaciones más clásicas, aquí en esta foto del 12
de febrero de 1962

No los reconozco a todos, pero Arriba: El Dr. Hazbún, Mariano Donoso (papá de la Hania, Malena y
Mariana….puras chancletas), Jaime Echeverría, Carlos Marañón (papá de la Meli, Carola y Rirri), Julio Ahumada y
“El viejo de las charchas”…. Abajo: JL

Competían con los más jóvenes, atrás se ve a Cabero y el Pirigua¿?, rivales del equipo de los viejos, pero Sanse
participaba en el Campeonato de Vóleibol de las Playas e ibamos en grupo a acompañar al team a practicamente
todos los balnearios de la zona central: Cartagena, El Quisco, Guaylandia, Guayápolis, Costa Azul…; hasta Viña
fuimos una vez, en que ocurrió un mentado episodio de Competencia de Gula. De memoria…..fuimos en caravana
de Sanse a Viña a jugar el partido, pasamos al Montecarlo a comprar empanadas, Julio Ahumada llevaba su
“crédito”, el sobrino. Cierto sobrino, ya pues sobrino, ese es mi sobrino, para arriba y abajo, nos tenía locos. No se
a quien se le ocurrió hacer la competencia de quien comía más empanadas….van quedando los competidores
atrás, los que llegaron a 10, a 15, no recuerdo bien, el hecho es que quedaron empatados con 20!!!, sí, con veinte
empanadas “el sobrino”, y nuestro primo Juan Pablo….y el maldito sobrino se comió media empanada más y ganó
la competencia…..A Juan Pablo lo habíamos visto devorar hasta cinco lomitos completos en la Fuente Alemana,
volviendo del fundo de Quilicura, pero no fue capi de comerse esa ½ empanada mas…Y aunque hubiera sido,
capaz que el maldito sobrino se hubiera comido una aceituna más. Era inganable, en la actualidad habría sido una
competencia tipo Man vs Food. Curiosamente y sin relación alguna, ambos, el sobrino y Juan Pablo, murieron
jóvenes….
Todo era vóleibol, durante enero jugábamos los jóvenes de lunes a viernes, los fines de semana llegaban los papás
y la malla era de ellos….En febrero se quedaba la mayoría de papás y ya jugábamos esporádicamente, hasta que
por edad fueron retirándose a cuarteles de invierno y entonces los partidos entretenidos los hacíamos nosotros.
193
Nombres al azar: el Choclo, Canberra, el Shozo, el chico Luis, Jaime Meneses, Jaime Donoso, el Pirigua, etc. A
tanto llegó el entusiasmo que instalamos una malla de vóleibol en el jardín de Villa La Madonina…(¿jardín?....en
el estacionamiento de atrás nomás….).
Si en el día era puro vóleibol, en las tardes éramos pura duna, cuando chicos eso sí, ya más grande éramos pura
disco….el Iskra, la Cabaña Marta, pero antes los bailables en El Rancho, hotel que ya dije quedaba al frente. A las
dunas nos llevaban las empleadas (mamá, qué descuidada…), y la función partía después de tomar once en que
nos afanábamos puliendo y encerando (¿envelando? pues era con una vela) nuestras tablas hechizas. Tiempo
después conocería las tablas especiales para la arena, sandboards; incluso en Brasil las arrendamos para que los
niños se tiraran de unas dunas gigantescas en Joaquina. Pero nuestras tablas eran hechas de…tablas….Tomábamos
un cajón de tomates, le sacábamos la tabla gruesa y se le ponía un pequeño trozo perpendicular para poner los
pies; este se clavaba de abajo hacia arriba. Luego comenzaba el trabajo de pulir a lija la parte que iba a ir hacia
abajo, en contacto con la arena, hasta que quedara como espejo y luego se enceraba a vela. Listo el “wood
sandboard”. Nos ibamos todos los primos, escoltados por las nanas, doblábamos en la esquina y caminábamos
por la paralela a la Avenida El Peral, la principal. Eran dos cuadras de puras casas de conocidos, casas bonitas con
techos como cascos nazis de la II Guerra (aún se pueden apreciar), luego pasábamos las lagunas, pillábamos
algunos sapitos para entretenernos, los devolvíamos a la poza, sacábamos greda, recogíamos piedritas, etc. y nos
dábamos la lata de subir las “tremendas dunas”. Ahora no parecen tan grandes, pero igual llegan hasta
Cartagena…La subida era lenta y cansadora, pero la bajada…..!!ahhh!! Si uno tenía la suerte de no sacarse la
mugre, agarraba velocidad supersónica, y en cosa de segundos estabas abajo…. La verdad que no era “sacarse la
mugre”, técnicamente era llenarse de arena, boca, ojos….¡ojos! Clásico era la empleada con un pañuelo empapado
en saliva (súper higiénico) limpiándole a uno los ojos rellenos de arena….Y vuelta a subir; era tan cansador la
subida que creo que la hacíamos dos o tres veces. Combino letras con imágenes y vuelvo con un episodio de las
dunas.

Los primos disfrazados de árabes, “cero producción”: puros baldes y toallas…Arriba: La Magdalena, prima de los
Tala; Rodi, Esteban y Toño; Al medio: Carlos Tala, Cristian y Julio; Abajo: Keny, Karima, Chechi y Paula…Después
cantaríamos “Cherie je t’aime”(siempre creí que era cheriyetemme, muy árabesca….naca la pirinaca…)
194
Resulta que Carlos Marañon, el popular Carlitos, padre de nuestras queridas amigas, era competitivo y no
aceptaba que le ganaran en nada: a tocar guitarra, en los partidos de vóleibol, el mejor auto, su casa en algún
momento fue la más moderna y pituca del balneario, etc. Un año se le ocurrió hacer con sus maestros (tenía
empresa constructora, de no muy buenos recuerdos para la familia Rabajille Diuana, mi familia….), un tobogán
espectacular para que sus niñitas bajaran las dunas y les mataran el punto a todos los demás, o sea a todos
nosotros. Estas son solo sospechas mias, nunca lo manifestó, pero….las cosas no resultaron como las planeó…casi
nunca resultan. El tobogán tiraba una pinta loca, era la Nimbus 2000 de Harry Potter, con líneas aerodinámicas,
maderas torneadas, brillosas….una maravilla. Ni que decir cuando la llevaron a las dunas, en camioneta, hubo que
bajarla entre dos y subirla entre cuatro. Suben a las niñas en lo alto de la duna al tobogán maravilloso, y…..y…..no
se movió de la cima, ni aunque los cuatro que lo subieron se pusieran a empujar….Nosotros con nuestras cacharras
(cajones tomateros metamorfoseados) le hicimos huichipirichi al Cadillac de Carlitos….era sin picarse en esa
época.
Si nosotros nos juntábamos, los grandes también se juntaban, y harto, en asados, guitarreos, fogatas, paseos
nocturnos, salidas a comer (donde La Reina era la más típica). Cuando tocaba el evento en nuestra casa, recuerdo
nos escondíamos para escuchar el “show” que hacía Jaimito Echeverría, tan afectado (¿gay?), tan pituco y tan,
pero tan simpático. Contaba chiste tras chiste, chascarros, se burlaba de uno y de otro y nostros fondeados por
ahí pues se suponía no debíamos escuchar nada….Lo mismo creo que habrán hecho mis hijos, y harán mis
nietos….(Circle of Life decían en el Rey León). Me acuerdo de los paseos a Caleta Abarca con canciones como La
mar astaba sarana, o Salí de La Habana un día…etc. (ver anexo citado) Otro evento clásico era el cumpleaños de
la tia Nadima, celebrado cada febrero en el Hotel Riviera… En esta foto, el 12 de febrero de 1964, la friolera de
más de 50 años atrás…

Aparecen las Shacktebeck, las cinco Rabajille, mi mamá (lejos la más espectacular…), la tia Nana, Iris Infanta (la
mamá de las Marañón…), entre otras que distingo.
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Los paseos al cerro, a la mina de cuarzo, la ida a las pocitas, el paseo anual a Santo Domingo, a tragar viento y frio,
jamás nos bañamos…una vez volviendo de Santo Domingo, en la Citroneta manejada por mi mamá, nos enganchó
un auto de parachoque a parachoque, aún no puedo explicarme como fue, el hecho es que nos arrastró varias
cuadras, pudiendo terminar en catástrofe. La citroneta…, como sufríamos cuando trataba de superar la subida al
final de la playa chica de Cartagena para seguir camino a San Antonio por ejemplo, muchas veces llegábamos a la
mitad y nos ibamos para atrás….¡súper peligroso!, menos mal que no había tanto auto circulando…

Esta es la famosa subida, ni tan empinada, pero a lo mejor para un citroneta tal vez todavía lo sea…En todo caso
la bajada, esa sí que era peligrosa; todos los años algún vehículo se estrellaba contra el muro de la pobre casa que
quedaba en línea recta con la bajada…
Creo que amerita presentar unas fotos del Sanse de ahora último; sin gente que es “más mejor”.
En la página siguiente: de arriba abajo y de izquierda a derecha: el Hotel Riviera, donde estaba el único teléfono
de todo el balneario; la iglesia donde campeaba el “padre Chocolito”; la preciosa playa….(¡qué angosta se ve!); el
Teatro San Sebastián, venido a menos….donde lloré cuando murió el “Capitan América” (Peter Fonda) en Busco
mi Destino; Villa La Madonina actualmente un restaurant de verano solamente….y finalmente nuestra cabaña,
con la ventana que da a mi cama….(desde donde se cayó una noche un primo….y donde Hernán Halabí
desenganchó un auto y chocó el muro….)
Puras historias, mi historia, nuestra historia……

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197
¿Qué más se puede escribir con respecto a Sanse, a nuestros veraneos en San Sebastián? Mucho, muchas
anécdotas como cuando un ladrón de poca monta premunido de un palo largo descolgó o intentó descolgar del
balcón del segundo piso de nuestra casa, que daba a las piezas de las tías, los trajes de baño de las mismas, y no
se como se dieron cuenta y salió todo el vecindario a perseguirlo….¿Solidaridad?, seguro que sí, como era una
comunidad pequeña, todos se conocían, todos se protegían y cuidaban….Si hoy le roban a mi vecino y no hago
nada, mañana me puede tocar a mi, y peor (¿o no Peter Parker?). O aquella vez que pasó un “afamado coiffeur”
por el sector y nuestras madres “cayeron” en su labia y que nos iba a dejar a todos como figuritas de la
TV….efectivamente, a todos nos dejó como figuras de la pantalla chica: quedamos todos iguales a Moe, el de Los
Tres Chiflados, pues fue como si nos hubiera puesto un casco en la cabeza, para recortar el sobrante…. Las idas al
cerro en los días nublados, el encuentro con el “guardabosques” o ese anfiteatro excavado en una ladera en que
volaba nuestra imaginación y se transformaba en castillo. Esa vez que (inconscientemente, sin saber el daño que
hacíamos), fuimos dejando un camino abierto de pequeños árboles de eucaliptus que ibamos doblando…..puro
perjuicio nomás…). El guardabosques nos salió persiguiendo escopeta en mano….O la vez en que premiaron la
buena conducta de nuestras primas y las llevaron a ellas, sólo a ellas a comer a un restaurant. No me acuerdo a
cual fue, pero pudo ser en el secto de Algarrobo, uno medio elegantito….Nosotros, los primos, pusimos el grito en
el cielo, alegamos que porqué a nosotros no, porqué a nosotros nunca, etc. La respuesta: si se portan bien les va
a tocar a ustedes también….Debemos haber hecho mérito, con mucho esfuerzo imagino, pues llegó el ansiado día
en que nos iban a llevar a nosotros a comer afuera……¡gran expectación! Al parecer no nos portamos muy bien,
pues el lugar escogido para nosotros fue “La Fritanga”, una especie de cocinería de las que estaban al comienzo
de San Antonio, donde estaban las pescaderías, etc. Lo entretenido es que uno de los puestos tenía un pingüino
como mascota… Para que les cuento que se burlaron de nosotros hasta el hartazgo, mejor dicho hasta que
nosotros mismos comenzamos a burlarnos de la situación….¡Manso premio, a “La Fritanga”! Y pa’ eso nos
portamos tan re bien….

La llegada de los viernes de nuestros padres; mi papá llegaba con palomos, mínimo 100 y hasta 200 palomos me
acuerdo que alguna vez llevó; los compraba fresquitos en la calle Ecuador en Santiago, y el bizcocho era blando,
el relleno de miel…hasta el azúcar flor tenía rico aroma…todo está en mi mente, como el olor a poleo….y me lleva
de vuelta a esos tiempos dichosos. Quizás los palomos no eran ni tan ricos, pero no existía la variedad de alfajores,
chocolates, bocaditos, galletitas, etc. que hay ahora…En esa época un palomo por nuca y dénse con una piedra en
el pecho… Todo era meticulosamente racionado, la cantidad de pan amasado del desayuno y de la once, no era
ad libitum y debo ser un agradecido de haberme acostumbrado a mi ración; lo hace a uno más austero (y con
menos tendencia a ser gordo…), los panes de huevo en la playa, no era llegar y pedir, sino habría sido una cuenta
sin fondo…., los duraznos, cuyo truco para esquilmarlos del mueble de mimbre cuento en el anexo respectivo….El
postre del almuerzo o comida….la sandía o melón era un trozo para cada uno, y no una bandeja donde pudiéramos
repetirnos porción….incluso la foto del veraneo era la foto, una foto por año, (con el pesar de Foto Morales casilla
4, Cartagena), por eso tenemos tan pocos testimonios visuales de la época.

Mucho más se puede escribir sobre Sanse, especialmente cuando comenzamos, algunos más tardíos que otros, a
salir en la noche, a las nombradas discoteques. Aquí el recuerdo debiera ser exclusivamente musical, y si este
fuera un archivo digital, pondría un link para escuchar en youtube…. Sleepwalking de The Shadows….u Oh darling!
de los Beatles….., Satisfaction de los Stones, y tratar de conseguir que alguna de las amigas que iban al Cabaña
Marta nos acepte sacarlas a bailar…o podríamos “bailar en la misma baldosa” en el patio de El Rancho, mientras
cantan Luis Dimas, Cecilia o Los Ramblers… Mucho más se puede escribir de tantos años veraneando en sus playas,
con esos entrañables amigos, con esos lindos recuerdos, pero daré por cerrado el capítulo San Sebastián y doy
paso a algo de mi historia más actual y una reflexión final.
198
Mi historia
ANTONIO SEBASTIÁN
RABAJILLE DIUANA

199
200
Introducción a mi vida, un esbozo de ella…
Sin interés de hacer un relato de mi vida, aunque ser el autor me daría esa potestad, la idea original era dejar un
testimonio de la historia de nuestra familia, escarbando en sus orígenes más primitivos, lo que logré fue llegar
solo hasta mis bisabuelos, es lo que hay…; familias de apellidos más comunes tienen la posibilidad de llegar
muchas generaciones atrás (para bien o para mal a veces…). Hice lo que pude… Antes de cerrar, y para interés
quizás solamente de mi grupo familiar acotado, lo que se podría llamar mi descendencia directa, haré un pequeño
esbozo de mi vida, con algunos detalles, pensamientos y reflexiones.

Mi vida, un esbozo
Al parecer, por lo que me han contado mis padres, yo era bastante inteligente de chico (¿qué te pasó?) al parecer
de muy chico yo era un memorión, era Thick as a brick como decía Jethro Tull en un álbum. Ya nombré en el
episodio de mi madrina que sabía canciones completas, etc., y por haber aprendido a leer tempranamente, no
hice kinder, menos jardin infantil y entré directo a primero básico en el colegio “familiar”, el Saint Gaspar. Incluso
en segundo básico debieron subirme de curso pero la Miss Davis no quiso. Para mi ego esto habría sido un
tremendo aliciente, habría salido del colegio de 16 años recién cumplidos…casi un record, inútil record. Mirándolo
con el prisma de mi edad actual, menos mal que no me adelantaron (¡gracias Miss Davis!); ya era el menor del
curso, lo que me trajo no pocas complicaciones, sumado a lo aprensiva de mi mamá, habría sido un infierno el
colegio.

Mi curso en 1967, con la Sister Maria Luisa….año en que la pasé muy mal, como cuento en la página siguiente.

201
El colegio….yo sufrí en el colegio, y no por la parte académica, sino en lo social…Me costó mucho integrarme, por
mi personalidad introvertida, por el hecho de ser descendiente de árabe….¡Sí! esto era un hándicap en contra. El
tratarnos de “turcos” a la primera era cosa diaria, a pesar que en mi propio curso habían dos Zaror (Edurado y
Gustavo) un Zacarías (Eduardo) y un Saleh (Eduardo)…, tres Eduardos….En el paralelo había dos Kattan (otro
Eduardo, primo nuestro ahora) un Apara, etc. El colegio estaba lleno de paisanos: Zarzar, Hasbún, Heresi, Sumar,
etc. junto a mis veinte primos…., desconozco si la pasaron así de mal. Para resistir las pullas y las burlas había que
ser fuertes, parar carros, ser bueno para los combos o al menos ser agresivos….¡nada de eso era yo!, tímido, medio
corto de vista, físico esmirriado…presa fácil de personajes como el chico Ulloa, que era uno de esos abusadores
de manual; seguramente abusado él mismo en su casa, se desquitaba con nosotros en el colegio. Y era una
porquería chica, pero muy maligno.
Algunos episodios; debo haber estado en segundo básico y comíamos en el comedor al frente del colegio, y mi
mamá me mandó m’yadrah con laban (lentejas secas con yogur)…fue cosa que mis compañeros me vieran sacar
el plato de la lonchera para que me empezaran a tratar de turco cochino, cómo puedes comer esa asquerosidad….
Menos mal que no me mandó ensalada de repollo con ajo, que tan bien acompaña el plato junto a unos buenos
kabab…. Hasta el día de hoy es uno de mis platos favoritos, al parecer el episodio no fue tan choqueante….pero
refleja un poco el ambiente que me tocó vivir.
Año 1967, el año de la foto con que acompaño el comienzo de este capítulo la Republica Arabe Unida, formada
por Egipto y Siria peleó con Israel lo que se dio en llamar la guerra de los Seis Días, y en ella los árabes perdieron
(perdimos) la Península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este (incluyendo la Ciudad Vieja) y las
Alturas del Golán. Fue desastroso para los países árabes, hasta hoy no se han recuperado esas tierras excepto
partes….Para nosotros los “turcos” del colegio fui igualmente desastroso….todos los días se burlaban: “un millón
de judíos le pegaron a 100 millones de árabes….”, “ustedes los turcos son harto cobardes ah…..” y otras flores
parecidas. Dos cosas positivas saqué del evento: puchas que eran instruidos mis compañeros de la situación
internacional, meritorio….y otra, menos mal que sólo duró seis días el conflicto….

Maldito Moshé Dayan comentabamos con mi papá, y el me contaba que el problema era el material ruso: aviones,
los tanques de mala calidad y la astucia israelí que derribó a la aviación egipcia antes que siquiera pudieran usar
las naves….(astucia sumada a la ayuda estadounidense…). Historia antigua, pero nos hicieron sufrir esos queridos
compañeros….
No la tuve fácil en el colegio…quizás el ser menor, tan sobreprotegido… Pero de a poco fui ganando prestigio, al
principio, ya en la media, empecé a destacar en deporte. Ni siquiera era en deporte, pues mi curso no hacía
202
deporte, ningún deporte. Correr. Dar el par de vueltas a la manzana del Saint Gaspar, yo los ganaba por lejos, lo
que no era ni una gracia pues yo no fumaba ni cigarros ni nada; no tomaba, no trasnochaba….tambien en la media
coincidió que nos fuimos a vivir a Las Condes 9430, tremenda casa, piscina, buena atención….Además me destapé
con el estudio, “genio” me decían (mal genio me decían en la casa), y además a pesar de ser quitado de bulla,
malo para lo que llaman ahora carrete, jamás me achiqué. Si se arrancaba el curso, yo me arrancaba. Si planeaban
alguna maldad, yo como buena oveja, seguía al grupo; aprendí a no destacarme del lote, a pasar inadvertido, y
aún así un año entero fui presidente de curso.
Igual yo considero que fui un personaje opaco en el colegio, dedicado a estudiar, y mi entretención máxima era
leer y la hípica. Más aún, leer sobre hípica: José Salinas Castillo con todos sus libros, manuales hípicos, programas
de carrera, junto a cualquier libro que pasara por mis manos: El valle de las muñecas, El Padrino, Papillon, La
impura, El informe de la Comisión Warren, Hotel, Aeropuerto, etc. best seller que compraban mis primas Diuana,
pasaban prestados a mi papá, luego los leía yo. Mi mundo ideal era un viernes leyendo….Como mis amigos no
contaban conmigo para fiestas ni tocatas ni ir al Normandie….(recuerdo sólo una vez haber ido a una fiesta y
tocaban ‘Los Escombros’ en el colegio….). El que intentaba llevarme al buen sendero de la normalidad adolescente
era el Micho, que incluso más de una vez me pasó a buscar con un par de amigas y como sabía que por teléfono
le iba a a inventar una mentira para no salir, se tiraba por arriba de la reja y me iba a tocar la ventana de mi pieza.
En esa época, cuando aún no manejaba, salía en micro a mis citas….no viene al caso nombrarlas acá, pero eran
puras paisanas como dije anteriormente.
Años 70 al 73, la media en el colegio y la UP en el gobierno; un desastre, no había locomoción, habían colas para
comprar y un despelote en el país que se traspasaba a nosotros, los estudiantes, Muchos días de paro, marchas
de las Feses, contramarchas de los estudiantes revolucionarios y yo me arrancaba al centro a “ver” más que a
participar. Un evento inolvidable fue en 1971 que para celebrar el primer año del triunfo de Salvador Allende,
invitaron a los colegios a un evento deportivo cultural en homenaje del “compañero presidente”. No se en qué
estaban los curas que aceptaron y nuestro profesor jefe y de educación física llevó a nuestro curso a competir en
handball a unas canchas que habían marcado en plena Alameda, a nosotros nos tocó frente al cerro Santa Lucía.
Unos minutos antes del partido nos explicó las reglas y que podíamos entrar al area pero volando….Nos tocó uno
de esos colegios de La Pintana o La Pincoya, nos hicieron zumbar, nosotros los dejábamos pasar…: ¡¡haga el gol
compañero!!, no les metimos ni uno….

Foto en un paseo de curso a Chimbarongo, al fundo de los Saa


203
Poco más del colegio excepto que en nuestra despedida se nos “pasó la mano” y produjimos algunos desmanes
en el colegio: tirarle azul con limón al Tilli, profe de música muy poco querido por nosotros (al parecer se
transforma en una tinta que no sale jamás); guerra de agua en los baños, muy pavote para nuestro ingenio;
tomamos la citrola del señor Romo y la encajamos entre dos postes de luz que había (¿hay aún?) en Suarez
Mujica….me rompieron las crucetas, las crucetas alegaba el profe; y como corolario nos fugamos a Chimbarongo,
a nuestro refugio, el fundo de los Saa….y lo que no nos perdonó el rector de ese momento, el “pulpo” Reyes (le
faltaba el brazo derecho) y era profesor jefe del otro cuarto medio (las “buenitas” del A), por tanto no nos quería
mucho, decía que lo que no nos perdonó y por lo que nos condenó, fue que desde San Fernando, desde la oficina
de Correos, le mandamos un telegrama del tenor: “estamos muy bien en el fundo los 33…..firman tus chiporritos”.
Chiporros fue el término que una vez usó, después de que nos “dio a comer una sustanciosa ensalada de pencas”
(nos retó hasta por sospechas) y terminó cariñoso diciéndonos que nos conocía de chicos, cuando éramos unos
chiporritos. Este telegrama lo sacó de quicio y nos suspendió la graduación, que en mi colegio era con capa y
birrete….Las buenitas del A tienen su foto todos “disfrazados”, nosotros no….
Nosotros conseguimos el Estadio Palestino e hicimos una comida con nuestros padres y la pasamos choriflai como
decía Papelucho. Igual al final de la cena llegó el Padre Ambrosio, quien sí nos quería de verdad y nos trajo de
regalo algo…pudo ser un llavero con la insignia del colegio, no lo sé, no lo guardé o lo perdí.

.
Aquí una foto en mi graduación en el Estadio Palestino y Pedro Pablo “Peli” Moura intenta que el pobre cura
Ambrosio se tome un combinado, que rechazó pero con la cara llena de risa…¿o ganas?

Yo empecé a cambiar mi personalidad apagada, low profile (low perfil decía un futbolista) desde los resultados en
la PAA (actual PSU), donde logré el mejor puntaje de mi curso y quizás del colegio: 772 en castellano y 773 en
matemáticas, lo que sumado a mi pobre 5,9 de promedio….(en mi colegio mezquinaban las notas, yo era de los
primeros del curso y apenas saqué lo que saqué….). Igual sirvió para entrar en el 2° lugar a Veterinaria, entre 175
otros aceptados. Nada mal. Y en la universidad yo cambié, me cambiaron, me ayudaron a cambiar…
Puedo decir entonces que en la universidad aprendí (volví a tomar) a jugar fútbol (junto a los partidos en el Estadio
Palestino, llegué a jugar hasta cinco o seis partidos semanales, mejoré sensiblemente mi ping pong, retomé el
vóleibol……Deporte, estudio, deporte y estudio, pero también comencé a ir a fiestas, mis amigos me presentaron
sus amigas, me despabilé y empecé a sentirme ganador; mi casa era la más grande, el año 1978 mi papá me regaló
el Vega, del año; el mejor auto de la Facultad, mejor que el de cualquier profesor, Master o PhD exitoso por todos
204
lados. Todos los años me tomaba un mes de práctica: al sur, a Balcarce en Argentina, la clínica del Sporting dos
años, y los dedicaba a aprender lo relacionado con mi carrera, a ampliar mi horizonte profesional, etc. y el otro
mes a descansar. Tenía una vida regalada, el estudio siempre me gustó y no me costaba nada destacar, en mi casa
mi familia funcionaba a la perfección, en mis cumpleaños mis amigos se quedaban “carreteando” con mi papá y
yo me iba a acostar temprano; me daba lo mismo, me sentía indestructiblemente feliz….

La Facultad
De partida ahí nadie me conocía, partía de cero, con el agregado que yo me sentía crack, era el número dos de
casi ciento ochenta (debiendo ser el número uno, pues la número uno había entrado con una ley que le bonificaba
su puntaje por ser de pueblo originario….mapuche, la señorita Mirta Cayul); luego era uno de los pocos que tenía
auto, aunque no lo podía manejar y me llevaba Esteban para todos lados, incluso me dejaba botado (le daba lata
esperarme….., yo muy let it be…). Luego, a pesar de ser uno de los menores (el dos o el tres) empecé a tener
mucho arrastre femenino….esto no es cachetoneo, es decir lo que yo sentía…; y académicamente me iba bien,
muy bien, a veces demasiado bien y rompía las escalas en las pruebas y me dejaban papeles intimidatorios en el
auto. Teníamos currículum fijo y los ramos contaban generalmente con tres pruebas grandes (30-30-40%) y yo
aseguraba en las dos primeras y luego me relajaba. Era pánico a repetir, nadie me lo imponía, mis papás jamás
me preguntaron y por tanto no sabían cómo me estaba yendo; nada…El hecho es que jamás repetí ramo alguno.
Otro hecho notable es que recuperé el deporte: seleccionado del equipo B de Veterinaria (en el A estaban
acabronados unos vejetes que estaban pegados en la carrera y no soltaban la camiseta),donde jugaba con varios
de mis mejores amigos de la Escuela, con los que además teníamos un equipo de baby que arrasaba en los
campeonatos internos (Mario Acuña o Nicolás “La loca” Emden al arco, atrás Sergio “El negro” Espinoza y Carlos
“Milico” Sepúlveda, adelante Juan David “Cortadito” Fernández y yo). Jugábamos los viernes en el Sucre, los
sábados en nuestra Señora de Luján, en la semana un partido en Veterinaria o Agronomía, más el partido de fútbol
en el campeonato B de la Universidad de Chile donde nos arrasaba el Físico, Agronomía B e Ingenieria B; nosotros
le ganábamos a los Forestales, Quimica y Farmacia y alguna de las Medicinas; en las canchas de Recoleta, o en
Antumapu o en el mismo Físico. Una vez que llevé a Rodrigo, a la cancha de la U en Recoleta (ahora es municipal)
y nos faltaba uno para completar los 8 y no nos pasaran Walk Over. Le prestaron zapatos, y equipo y mostramos
el carnet del chino Brocco…..Lo pusimos atrás y lo tuvieron gritadito: vamos chino, venga Brocco…No recuerdo el
resultado, pero por años mis amigos lo llamaban Brocco a Rodrigo. También integré el seleccionado de vóleibol
de veterinaria, entrenados por Oscar Ramírez, famoso porque formó el Ballet Antumapu que hasta bailó en el
Festival de Viña…Otro pasatiempo era jugar ping pong donde con Carlos Oyarzún hacíamos una dupla letal….
Deporte, estudio, deporte y estudio, pero comencé a ir a fiestas, mis amigos me presentaron sus amigas, me
despabilé y empecé a sentirme ganador; mi casa era la más grande, el año 1978 mi papá me regaló el Vega, del
año; el mejor auto de la Facultad, mejor que el de cualquier profesor, Master o PhD exitoso por todos lados. Todos
los años me tomaba un mes de práctica: al sur, a Balcarce en Argentina, la clínica del Sporting dos años, y los
dedicaba a aprender lo relacionado con mi carrera, a ampliar mi horizonte profesional, etc. y el otro mes a
descansar. Tenía una vida regalada, el estudio siempre me gustó y no me costaba nada destacar, en mi casa mi
familia funcionaba a la perfección, en mis cumpleaños mis amigos se quedaban “carreteando” con mi papá y yo
me iba a acostar temprano; me daba lo mismo, me sentía indestructiblemente feliz….

No abundaré mucho en los aspectos técnicos o de rendimiento de la carrera (sería mucho el autobombo), estoy
vaciando pensamientos de como evolucioné de ser un personaje opaco y olvidable en el colegio, por mi timidez,
mi menor edad, mi poco apego a las fiestas, por no fumar tabaco ni pitos, ni tomar, por mantener mi
virginidad…..mis primos me decían “El Virginiano”, por una serie de televisión. No entraré en detalles del como

205
me “saqué de encima” el apodo, ni ayudado por quién o quienes, pero en nuestra familia los primos nos inician
en todo….Saque cada cual su conclusión.

Esta era la serie, nada tiene que ver el personaje con mi carácter, excepto el apodo que me tenían mis primos…,
ponerlo aquí es un signo de mi absoluta madurez, pues el apodo me molestaba bastante (porque era cierto…)
En la Universidad me transformé en un personaje destacado, y la finalicé de acuerdo: puros sietes en la Tesis,
puros sietes en el Examen de Grado, la Fiesta de Graduación de mi generación (más de 100 compañeros con sus
respectivas parejas) se realizó en mi casa de Las Condes 9430. Fui elegido el “Mejor Compañero” de mi promoción
y las Vete-Lolas (puras compañeras) me dieron el diploma por ser el “Más Caballero”
Parecería vanidad, pero……¿se puede ser más exitoso?

Si como estudiante fui exitoso (debí haber seguido estudiando….estaba hecho para eso….un Master, un PhD,
profesor universitario….;sueldo aceptable, vida tranquila y feliz…), el éxito me siguió una vez egresado: incluso
antes de recibirme, mientras hacía la tesis, estaba trabajando, de veterinario residente en la Clínica del Club
Hípico. “Nochero” me decía el doctor Wilhelm Rudolph, quien junto con ser mi profesor Guía en la tesis, trabajaba
haciendo los exámenes clínicos en el CHS y también había sido “nochero” ahí mismo, en sus años mozos.
Un cogollo para el doctor Rudolph, era uno de los tres PhD con que contaba la Escuela en mi tiempo, todos de
Davis, California….capo absoluto en su tema, fue uno de los promotores en mi postulación al puesto, con una
encomiable carta que aún guardo…(huelga decir esto pues guardo todo); pero esto no es lo meritorio o destacable
del doctor (también me hicieron laudatorias cartas el doctor Goldzveig, jefe de la Clínica del Sporting, e incluso el
doctor Zurita que trabajaba en el Hipódromo Chile), para mi postulación al cargo ante el maldito doctor Canales,
jefe de la respectiva del Club. Lo meritorio y lo importante del doctor Rudolph fue la enseñanza que me dejó
respecto a la importancia de buscar la perfección en la redacción…, no parar hasta que uno encuentra las palabras
exactas, y luego de dejar dormir el texto y volver a revisarlo, se logra finalmente la perfección. Lo logró al revisar
concienzudamente mi tesis (Influenza equina: II variaciones post-vaccinales de las proteínas sanguíneas y su
relación con anticuerpos inhibidores de la hemaglutinación…. Al googlear mi nombre en la web, es una de las
pocas veces en que aparezco en un tema no-político contingente). Tan solo como ejemplo: Rudolph me devolvió
siete veces la Introducción, hasta que la encontró perfecta. Debo decir que él me inoculó el germen de la
corrección, que tantos dividendos me ha dado, ninguno económico pero sí de imagen, admiración a veces, y
profunda auto satisfacción siempre. He corregido por años los anuarios del Almenar, colegio de mis hijos, tesis de
los amigos de mis hijos, de mi sobrino Felipe, la revista de Oftalmología de Michel, discursos, presentaciones,
cartas (incluso una del Rey de los Gitanos), apelaciones, etc. Podría decir que enteramente debo este don
adquirido al doctor Rudolph, pero debo decir que la costumbre de corregir a quien habla mal (especialmente el
sal por sale, pon por pone, entre otras), comenzó con un “juego” que teníamos con mi papá, quien si yo decía
coloca él decía: ¿es colocar o poner?, y viceversa si yo ocupaba el poner en primer lugar. Juego o competencia que
por años trasladamos a la resolución de palabras cruzadas, específicamente con el de la Revista del Domingo de
206
El Mercurio; nunca me pudo superar, pero yo tenía acceso a internet, aunque nunca se lo dije hasta que uno de
mis hijos le contó, y me desprestigié para siempre.
El doctor Rudolph murió hace un año más o menos, y unos meses antes, conocedor de su estado delicado de
salud, me conseguí la dirección de su casa, llegué a verlo con un regalo y a contarle exactamente la influencia que
él había tenido en mí, como persona, y agradecerle la paciencia que tuvo en enseñarme, algo que iba más allá de
lo necesario en su papel de guía de mi árido y críptico tema de tesis.
Me volé en otras cosas…, vuelvo a la historia, postulé a la clínica del Club y quedé entre cinco postulantes, seguía
mi éxito rotundo, duré casi el año y desilusionado por el bajo sueldo, las pocas ganas de enseñar algo de los tres
veterinarios a cargo (Canales, Alert y Fuchslocher, malas personas….., malas…) junto a la presión de mi padre para
que me fuera a trabajar con él; le faltó paciencia, me faltó paciencia, qué se yo…. Me llevó a la fábrica, duré un
año y me obligué a volver a la profesión, al menos intentar…Aquí reapareció mi primo Esteban, flamantemente
recibido también de veterinario, y por su veta de comerciante (huevos, camisas de bambula, seguros, y lo que se
pudiera comprar y vender) me instó a instalar una farmacia veterinaria en el sector Club Hípico. La primera
atendida por veterinarios (Veterinaria Centro Hípica…”en el centro de la hípica”) en avenida Club Hípico 1216, la
primera instalada en plena avenida Club Hípico, entremedio de los corrales, al frente del mismo hipódromo. Las
peripecias que viví a cargo de la farmacia no las contaré aquí, las cuenta "Sebastián" en mi libro ya citado, solo
decir que me permitió volver a la actividad, atenciones freelance en los corrales, y luego el salto a atender el Haras
María Pinto de los Hirmas, en la comuna del mismo nombre. Al poco tiempo ya me había ido a vivir al campo,
como administrador del mismo, como “ministro”. Pero cosas más importantes me habían pasado, lo más
importante de mi vida y lo cuento en el capítulo siguiente, luego de otra página de fotos.

A esta maravilla me refiero, la Cecilia…aquí en La Dehesa, cuando era nuestro lugar para pasear a la Amy…

207
En mi graduación, en la Casa Central de la Universidad de Chile en la Alameda con mis orgullosos padres y a la
derecha recibiendo el premio al “Mejor Compañero”

Un partido de futbol de veterinarios en la cancha del “Huasito” Puig, y a la derecha el día en que recibí mi título,
mi papá muy contento y Carlos Oyarzún…., bueno, con un vaso en la mano…

Los cuatro hermanos en el departamento de Tabancura y a la derecha el staff de Einstein 465


208
De como conocí a la Cecilia
Podría haber titulado este capítulo como “How I met your mother”, si estos escritos hubieran estado dirigidos
sólo a mis hijos, pero la idea es abrirlo a mi familia, a todos aquellos cuyos apellidos Rabajille y/o Diuana no le son
ajenos. Pero me adentro en el tema…, partiendo por una confesión: fui muy pololo desde que salí del colegio, ya
conté que mientras fui gasparino nada pasó conmigo, excepto amores platónicos con algunas, pasadas de
películas con otras, imaginaciones mías, etc., nada concreto con ninguna que recuerde, y aunque recordara, en
este capítulo no habrá nombres, ni descripciones, nada….Aunque pertenece a mi prehistoria personal (mi historia
parte con la Cecilia…) debo volver a decir que fui muy pololo, tuve muchas pololas, salí con muchas, no siempre
llegué a algo con todas, con algunas no hubo química, y con varias de las que hubo algo, yo no estaba listo, no
sentía que estaba preparado, o más románticamente, me estaba reservando para la precisa. Estaba aprendiendo
para cuando llegara la escogida, the chosen one….(suena como medio presumido), o mejor digo la que la sabia
vida me tenía destinada.
Hecho este preámbulo, que quizás no me prestigie por lo casquivano, diré que un domingo, el 25 de julio de 1982
para mayor precisión, me encontraba saliendo de una desilusión amorosa más, y llevaba como una semana sin
pololear (esto siempre lo cuento cuando cuento este cuento….y casi me parece que es cierto….) y bajoneado me
dejo caer por la casa de mis primos Tala, en esa época en Manquehue Norte, a un par de cuadras de Apoquindo.
Converso un rato con mis primas, les comento que andaba solo, que me cargaba estar solo, etc. y la Alejandra me
dice: “una compañera mia, bien amiga, la Carolina Siraqyan, tiene una hermana que estoy seguro te podría
gustar…..es rubia de ojos claros, muy buena moza….y además está soltera…” Eso fue exactamente lo que dijo;
con el tiempo yo le agregué lo que sigue, de distintas maneras, todas de mi imaginación: y está completamente
botada, acaba de terminar y está destrozada, está justo en un momento de fragilidad, etc….. esto jamás lo dijo la
Ale…. Puchas, dije yo, ¿y cómo lo podría hacer…., tienes el teléfono?
Me dan el número, llamo, y se produce el diálogo siguiente:
-alo, con Cecilia por favor…
-¿de parte de quien?
-de Antonio, un primo de Alejandra, amiga de Carolina….. (Uffff, se complica)
-momentito por favor
Unos minutos….muy largos….
-alo, ¿con quién?
-¿Cecilia?, tú hablas con Antonio, yo soy primo de la Ale Tala, compañera de tu hermana Carolina….
-yaahh
-y te estaba llamando para invitarte a salir, no sé….
-no, disculpa, yo no te conozco, y no salgo con desconocidos…
-……
-adiós….
-…..
Silencio absoluto en la pieza de mis primas…..se sentían culpables, yo me sentí rechazado, medio fracasado, pero
al mal tiempo buena cara y nunca perdedor: bueno, ella nomás se lo pierde… y cambiamos de tema….

Lunes, comienza la semana de trabajo, yo camino al Haras María Pinto…., pensando, qué tanto…., habiendo otras
mujeres…., total ni tan buenamoza debe ser para andar sola a los 25…., El miércoles de nuevo en la Ruta 68, esta
vez más agresivo. Qué se habrá imaginado, si ni siquiera se dio la chance de conocerme…., que se vaya a la punta
del cerro, la muy parada…..; llega el viernes 30 de julio, y en la soledad de mi pieza de soltero, esta vez más
proactivo e ingenioso….¡Qué tanto, la voy a llamar!, total, ¿qué pierdo?
La llamo….
209
-aló, ¿Cecilia?
-sí, ¿con quién?
-mira, hablas con Antonio, primo de la Alejandra, amiga de la Carolina, tu hermana…
-…..
-entiendo que no hablas ni sales con desconocidos…, yo soy el que te llamé el domingo pasado, por tanto ya me
conoces….
-….. (Nada dijo, imaginé un ¡plop! Por mi ingenio y desfachatez….)
-te propongo lo siguiente: tengo un par de entradas para una obra de teatro, dan “El hombre de La Mancha” en el
Teatro Teletón mañana sábado… Te invito a ir…
-es qué….
-sin compromiso, te paso a buscar, vemos la obra,....no hay riesgo, no hay oscuridad, no hay baile, si no hay
feeling…. me dices que estás con jaqueca y te voy a dejar…nada que perder…..una salida más….
No fueron las palabras exactas, pero esa fue la idea….
-…..
-¿mañana como a las cinco?
-bueno, a las cinco….. (con esta respuesta se fraguó mi destino, nuestro destino…..)
Como dije anteriormente, en este capítulo final no entraré en el detalle de los detalles, sólo diré que ese sábado
31 de julio de 1982, toco el timbre en Burgos 416, pregunto por Cecilia y me dejan esperando, un buen
rato….(como preludio de lo que vendría en los próximos 32 años: yo esperando a que la Cecilia esté lista…) y
aparece la mujer más linda que yo haya visto jamás…., estupenda, regia, elegante con su abrigo de piel de
conejo….y media achispada pues se había estado dando “ánimo” con sus copetes en compañía de su amiga Viviana
Schurch (la “gringa”, amiga hasta hoy…).
Fuimos al teatro, luego la invité a un pub, en el Anfiteatro Lo Castillo, y la fui a dejar a su casa, muy tarde….al otro
día la invité a almorzar al Club Hípico, no podía ser que jamás hubiera ido a la hípica…..Así empezó nuestra historia,
no dejamos de vernos casi ni un día en estos más de 32 años que llevamos juntos. Fue como un vicio, todos los
días yo me iba del trabajo a verla, a su casa, inventando cosas para hacer, panoramas, salidas, a conciertos, a
bailar, etc. Si existen los “flechazos” famosos de que hablan, este fue uno heavy, fue flechazo instantáneo y
perpetuo….veraneos juntos, en Viña, en Rapel, me acompañaba a mi trabajo en el Haras, yo la acompañaba a la
Escuela de Agronomía mientras ella hacía su tesis, los clásicos almuerzos sabatinos en mi casa de Las Condes y la
contraparte dominical en Burgos, ella me presentó sus amigos y yo le presenté mis primos…., Pascua, Año Nuevo
juntos (en la medida de lo posible, a veces yo la iba a buscar después de la cena), etc. etc., hasta el inevitable y
deseado final: nos casamos un 23 de marzo de 1985, en la Iglesia Santa Elena, en la calle Polonia con Crescente
Errázuriz, a veinte días del terremoto del 3 de marzo, con la fiesta en el Sheraton, de toque a toque…, nos fuimos
de luna de miel a Brasil…y comenzó nuestra historia como pareja con todas las leyes, humanas y divinas…. Luego
vendrían los hijos: Toñi en 1985, Martín en 1987 y Andrés en 1990, para, finalmente recibir la tremenda y
maravillosa sorpresa de la Jacinta en el año 2001…
Cada uno de mis hijos con una historia, cada uno nos ha traído alegría, preocupaciones, inquietudes….nadie
enseña a ser padres más que la vida misma, y la vida es como una caja de bombones….nunca sabes qué te va a
tocar….(Forrest Gump)
Como he repetido hasta el cansancio, estos escritos pretendieron contar el origen de mi familia, mis ancestros, lo
que creo haber dejado meridianamente claro en las primeras 190 páginas, luego me engolosiné con parte de mi
historia más personal, pero llegaré hasta aquí…Mis hijos conocen, pues la han vivido conmigo, lo que han sido mis
primeros 30 años de matrimonio, no entraré en una descripción ni un relato, al menos aquí no.
Por lo tanto, esta historia termina aquí…., en las páginas siguientes sólo imágenes de mi familia….mi círculo
cerrado familiar y algunas otras fotos que pretenden sólo iluminarla.
210
Arriba: Sin comentarios, pura belleza (ella) y puro amor (ambos), el que hasta el día de hoy (año 2014), se
mantiene.
Abajo a la izquierda en el matrimonio de la Fefa de Frutos; abajo a la derecha: listos para el de la Patty José
Rabajille, donde la Cecilia “mató” con su sombrero y el velo.
211
De izquierda a derecha, de arriba abajo: Enamorados en Los Vilos, luciendo la tremenda “cuerada”(la Cecilia) en
Rapel; recibiendo a Zarevich (primer caballo que yo castré, y era la mitad mío) en el CHS; celebrando un
aniversario; en nuestro compromiso (pedida de mano) con Nelly y Nadim; en el mismo evento, con Thelma y
Jacobo.
212
23 de Marzo de 1985 recien casados

Luna de Miel en Buzios, marzo de 1985


213
Año 1986 en María Pinto, con Toñi
214
1987 en Bahía Inglesa

1988 en Antofagasta, se agrega Martín


215
1989 en Bahía Inglesa

1990 en Viña
216
1991 en Viña, llega Andy

1992 en Rupanco

217
1993 en Viña

1994 en Viña
218
1995 en Rupanco

1996 en EEUU
219
1997 en Bahía Inglesa

1998 en Chañaral
220
1999 en Bahía Inglesa

2000 en Bahía Inglesa


221
2001 en Bahía Inglesa

2002 en Bahía Inglesa finalmente con la Jaci


222
2003 en Bahía Inglesa

2004 en Bahía Inglesa


223
2005 en Brasil

2006 en Bahía Inglesa


224
2007 en Bahía Inglesa

2008 en Bahía Inglesa


225
2009 en Bahía Inglesa

2010 en Bahía Inglesa


226
2011 en Panamá

2012 en Pirque
227
2013 en Pirque

2014 en Puerto Velero


228
2015 en Pirque

2016 en Pirque

229
2017 en Puerto Velero

2018 en Pirque

230
2019 en Pirque con “hija” alemana y las nueras

2020 en Pirque

231
Año 2021 en pandemia, y ya somos casi 9….

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Anexos

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Anexo 1 Hotel de Inmigrantes
El antiguo Hotel de Inmigrantes fue construido en Buenos Aires a principios del siglo XX con el objetivo de recibir,
prestar servicios, alojar y distribuir a los miles de inmigrantes que, en ese momento, arribaban a la Argentina
procedentes de todo el mundo, principalmente de Europa.

Historia
En 1857 se fundó, de forma particular, la Asociación Filantrópica de Inmigración, que obtuvo una subvención
gubernamental y la concesión de los terrenos anexos al puerto de Buenos Aires (parcelas de la actual estación
Retiro) en los que se levantaría el primer Hotel de Inmigrantes. Este pequeño edificio se inauguró en agosto de
ese mismo año con la llegada de un contingente de suizos, estaba en la esquina de la actual Avenida Leandro N.
Alem y Corrientes, y funcionó hasta 1874. Un segundo edificio del Hotel de Inmigrantes estuvo entre 1881 y 1888
en el lote de calle Cerrito 1250, donde hoy en día está la sede del Centro Argentino de Ingenieros, pero la explosión
migratoria que comenzó a vivirse en Buenos Aires lo saturó rápidamente.1

En 1888 comenzó a funcionar el conocido Hotel de Inmigrantes llamado "rotondo" por su planta casi circular (en
realidad, era un polígono de dieciséis lados). El edificio fue obra del Ing. Hjalmar Fredrik Stavelius. 2 En julio de
1911 el edificio fue desactivado definitivamente, y luego demolido para construir la actual Estación Retiro del actual
Ferrocarril General Mitre.

Funcionamiento
El complejo estaba conformado por diversos pabellones destinados al desembarco, colocación, administración,
atención médica, servicios, alojamiento y traslado de los inmigrantes.
El alojamiento, gratuito, era por cinco días. No obstante, la reglamentación se extendía en los casos que hiciera
falta, el tiempo necesario para su colocación, hasta que el inmigrante conseguía trabajo. Mientras tanto, en sus
instalaciones se los asesoraba sobre el país y los distintos oficios que podía adoptar el migrante. El hotel también
los ayudaba a encontrar trabajo, trasladándolos a los lugares donde se precisaba mano de obra.

Tranvía que comunicaba el embarcadero El deteriorado edificio, en El primer edificio estuvo en


con el Hotel, 1912. 2013. Retiro, hasta fines del siglo XIX

El Puerto de Buenos Aires recibe a los inmigrantes


Diversas son las causas que podemos anotar como productoras de la inmigración: padecimientos físicos o
morales, intolerancia religiosa, luchas intestinas, servicios militares prolongados, exorbitancias de impuestos,
agregados a los fenómenos naturales y climatológicos. Los padecimientos producidos las más de las veces por
la miseria debido al encarecimiento de los productos, del escaso rendimiento de la tierra, la densidad de la
población, la constitución de una familia numerosa.
Prioritariamente se trataba de personas europeas habitantes de tierras viejas, muy cultivadas, a las que no se les
había dado descanso y que suplementaban con abonos minerales que las empobrecían aún más. También la
intolerancia religiosa fue una causa importante en el fenómeno inmigratorio. Los servicios militares obligatorios

238
que llegaban en algunas naciones a tres años, en zonas de alta irregularidad con respecto a la paz de las fronteras
o intestinas.
Italia fue un ejemplo característico de la densidad de la población en relación a la productividad de la tierra. España
tenía menos problemas que Italia pero con tierras más áridas, y en ambos casos la tecnología avanzaba lenta
pero sin descanso para los trabajadores, que veían reducido su horizonte en los empleos.
En Argentina, la naturaleza ha sido pródiga con el inmigrante, lo ha dotado de todos los elementos necesarios
para que arriben de todas las latitudes, ya que en su dilatado territorio existían comarcas en las que gozaban de
climas apropiados, y hallaron tierras fértiles y aptas para toda clase de cultivos.

Comisión de Inmigración
Corría el año 1855, los habitantes de la ciudad de Buenos Aires ya contemplaban un nuevo espectáculo desde la
rada de la ciudad. El lugar era uno de los más pintorescos paseos, o más bien el único, en donde desembarcaban
los inmigrantes. Pero ya en 1824, una generación atrás, en los años que gobernaba el primer Presidente,
Bernardino Rivadavia, se había creado a su iniciativa, una Comisión de Inmigración, integrada por personalidades
nacionales y extranjeras residentes, como así también propietarios de bienes raíces, con el objeto de promover
la inmigración a Argentina.
Por tal motivo, Barber de Beaumont publicó en la ciudad de Londres un interesante prospecto de propaganda el
cual contenía un detalle de las diversas bondades y ventajas que ofrecía el país del Plata. Esta Comisión de
Inmigración redactó un "Reglamento " el cual constaba de veintinueve artículos, comenzando:
"Con el fin de regularizar las operaciones de la Comisión de Inmigración nombrada por Decreto del 13 de abril de
1824, para definir las bases de los contratos y las condiciones con que deben tener los colonos que sean
conducidos con el objeto de establecerse en esta provincia, y determina todas las informaciones de la misma
comisión y el gobierno, acordando el siguiente Reglamento
Art.1º - La Comisión se compondrá de ciudadanos y extranjeros residentes en Argentina que posean como los
actuales, bienes raíces.
Art. 2° - Se destinará una Sala donde se reunirá la Comisión para el despacho de los negocios ordinarios y
extraordinarios que les correspondan en los previstos establecidos por el presente Reglamento.
Art. 29° - Este Reglamento será revisado cada año, o antes si la comisión de conformidad con el gobierno lo crea
conveniente sin que las alteraciones con que este motivo se hicieran perjudiquen los Contratos ya hechos y a los
se encuentren en petición, hacen en Europa dentro de un término que se firmará al efecto".
Reunión del 19 de enero de 1826
HERAS
Manuel J. García

Este Reglamento que Domingo Faustino Sarmiento llamó del General Las Heras, ya que éste lo había decretado
como gobernador, bien sabemos que tenía la inspiración de Rivadavia interiormente. El Reglamento le fijaba
normas de funcionamiento a la Comisión, relativo a su composición directiva, como así también facultándola para
nombrar agentes en Europa, para la ejecución de los contratos.
Esta disposición sirvió luego como modelo de promoción de inmigrantes en otros estados provinciales siendo los
medios idénticos que continuaron aplicándose después de 1853, eso sí, ampliados y perfeccionados. Es
necesario darle una significación muy especial a este Reglamento, para tenerlo en cuenta para los que gobernaron
y concurrieron con los poderes públicos, a crear nuevas colonias agrícolas.
El Reglamento preveía la realización de publicidad en periódicos "tanto del país como fuera de él", sobre las
ventajas que se ofrecían a los inmigrantes, estableciendo además que proporcionarán empleos o trabajo a los
extranjeros que vinieran al país sin destino; hacer viajar de Europa a labradores y artesanos de toda clase;
introducir agricultores por contrato de arrendamiento con los propietarios y artesanos del país, bajo un plan
general de contrato que sería acordado por la Comisión, libre y espontáneamente convenido entre los
trabajadores y los patrones que los deparen.
Con el transcurso del tiempo, estos lineamientos sirvieron de antecedentes, y así los encontramos cuando la
inmigración de agricultores adquirió el carácter de movimiento fundamental, aplicando normas similares y
multiplicando los recursos, tanto con la propaganda, como los de reclutamiento en diversos países europeos.
También preveía este extenso Reglamento, el alojamiento de los inmigrantes y su posterior orientación en el
239
trabajo que podían o estaban capacitados para realizar, e introducía el principio de la autorización de los contratos
laborales por parte de la Comisión y su participación en el ajuste de los salarios que percibiría el inmigrante como
una "tarifa fijadas por personas inteligentes e marciales".
Con los artículos del Reglamento, se buscaba proteger de posibles abusos a los inmigrantes que no conocían el
ambiente, puesto que también los gastos de la alimentación efectuados por los patrones, debían estar vigilados
por esta Comisión. Las facultades de ésta se extendían hasta la posible anulación del contrato por falta de salud,
mal tratamiento, excesivo trabajo, como así también al ejercicio del derecho de protección en las causas civiles
de los inmigrantes. Este Reglamento los eximía de todo servicio, ya sea militar o civil, al mismo tiempo garantizaba
la libertad de las distintas creencias religiosas.
Si bien estas disposiciones no se referían únicamente a los trabajos en la agricultura, otras que se implementaron
posteriormente, las aclaraban específicamente, estableciendo el derecho de preferencia que tendrían los
inmigrantes que cumplieran con los contratos, especialmente sobre el arriendo de las tierras pertenecientes al
Estado, "las cuales las recibirán en enfiteusis bajo el canon que se establezca por la Ley”.
Se utilizó la palabra arriendo, pero lo que se aplicó en realidad es la enfiteusis, lo que más tarde fue aclarado
debidamente. Se adjudicarían terrenos en relación con las aptitudes de cada uno de los agricultores, pero ninguno
podría ser menor de un tamaño de 16 cuadras cuadradas, y podía prestárseles la suma de trescientos pesos, "los
cuales se reintegrarán en plazos cómodos con bajo interés del seis por ciento anual", acordándoseles el derecho
de preferencia para la compra de esa tierra, en caso de que el Estado resolviera su enajenación.
En el penúltimo artículo vemos que se admite un sistema distinto de introducción y contratación de inmigrantes,
permitiendo que cualquier persona pudiera hacer ingresar al país como inmigrantes contratados en Europa, para
su servicio; pero recordándole a los inmigrantes el derecho de poder acogerse a la toma de la ciudadanía
argentina
.
Desembarcan los primeros inmigrantes
Como consecuencia de la acción conjunta del gobierno y de la Compañía Barber de Beaumond, se creó en
Londres una denominada "Asociación Agrícola Argentina". El resultado de esta acción promocional, fue que en
Marzo de 1825 se embarcaron en los Puertos ingleses de Glasgow y Plymouth, un grupo de colonos irlandeses
y escoceses.
Ese contingente fue el primero en que el Puerto de Buenos Aires vio desembarcar inmigrantes traídos con el
propósito de colonizar, viajando posteriormente al norte de Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Esta comisión
de Inmigración fue suprimida por Juan Manuel de Rosas en 1835.
En esos años, Carlos Marx y Federico Engels, publicaron su Manifiesto en 1847, señalando lo injusto que
resultaba la situación en el Río de la Plata, por la enorme desproporción entre su extensión, riqueza y escasa
población, tomado de lo publicado por los numerosos viajeros de que "sacrificaban animales para comer
solamente su lengua, desperdiciando el resto de la carne".
Pocos años más tarde, reiterando esta situación, el socialista francés Luciano Lesliniéres, escribió su opúsculo
"Como se realizará el socialismo ", destacando las grandes extensiones sin cultivar de la Argentina y el Brasil.
Negaba a pueblos civilizados como éstos, pero poco poblados que ocupaban vastos territorios; "el derecho de
disponer lo que ellos son incapaces de valorizar y de las que privan a otros pueblos", dicho todo muy
democráticamente.
No solo fue Juan Bautista Alberdi con su frase "gobernar es poblar" quien advirtió la urgencia de la acción a
desarrollar durante la representación que él realizaba en Europa por el Gobierno de la Confederación, sino, más
tarde, luego de la batalla de Pavón, Bartolomé Mitre, Domingo F. Sarmiento y Nicolás Avellaneda, la pusieron en
práctica en el orden nacional. En las provincias también tomaron medidas de gobierno en idéntico sentido, Pujol,
Crespo y otros funcionarios.

Reglamento para el desembarque de inmigrantes


El 12 de abril de 1872, con la firma de Presidente Domingo F. Sarmiento y los Ministros Dalmacio Vélez
Sarsfield y Pedro Senillosa, se aprobó en todas sus partes, el "Reglamento para Desembarco de inmigrantes",
que constaba de trece artículos:
Art. 1 - Son considerados inmigrantes todos los pasajeros de 3a. clase que lleguen en buques a vapor y los de 2a
y 3a que vengan por buques mixtos y de vela.
240
Art. 2 - Un empleado de la Comisión pasará al mismo tiempo que la visita de Sanidad a bordo del buque recién
llegado, para informarse de lo ocurrido durante el viaje; si ha habido enfermedades, fallecidos o nacimientos a
bordo; si hay quejas de los inmigrantes contra el capitán o tripulación; sobre el trato a bordo; si conduce inválidos,
inútiles por su edad avanzada á dementes, dicho empleado recibirá del Capitán del buque la lista de todos los
pasajeros, con las clasificaciones de 1a, 2a y 3a clase, las que deberán expresar con claridad el nombre, sexo,
nacionalidad y profesión de cada pasajero o inmigrante.
Art. 3- El empleado de la comisión en posesión de las listas entregadas por el capitán, tomará conocimiento de
los que fuesen pasajeros o inmigrantes, instruyendo a estos últimos de las franquicias que la Comisión les
acuerda, y entregará a los que lo soliciten un boleto impreso que llevará una numeración correlativa, y que será
sellado por la comisión. Este boleto servirá para que el inmigrante pueda desembarcar gratis en cualquiera de las
embarcaciones que la Comisión tenga contratadas al efecto.
Art. 4 - El dueño o patrón de cualquiera embarcación, que desembarque inmigrantes y les exija otra remuneración
que el boleto de desembarco de la Comisión, será multado por la Capitanía del Puerto con 500 moneda corriente
por cada vez, debiendo devolver a los inmigrantes el dinero que les hubiese cargado indebidamente.
Art. 5 - Queda prohibido a los dueños o patrones de embarcaciones del Puerto atracar ni ponerse al habla de
ninguno de los buques que con procedencia de ultramar trajesen a su bordo inmigrantes hasta que haya pasado
la visita de Sanidad, y de la Comisión Central de Inmigración, bajo la pena de 500 pesos moneda corriente de
multa por cada vez.
Art. 6o - Los inmigrantes que a bordo declaren al empleado de la comisión que desean dirigirse a Puertos
argentinos del Paraná o Uruguay serán trasbordados y dirigidos a cualquiera de esos Puertos, por cuenta de la
Comisión, siempre que sea posible, y de lo contrario serán desembarcados y recibidos en el Asilo.
Art. 7o - Todo inmigrante desembarcado por su propia cuenta, o por cuenta de la Comisión, tiene obligación de
presentarse dentro de las 48 horas de su llegada, a la Oficina de ésta para ser inscripto en los Registros con las
anotaciones necesarias, a fin de poder controlar mejor la distribución que se haga a bordo de los boletos de
desembarco, y a los efectos del favor que les acuerda el artículo 9o.
Art. 8 - El inmigrante que desee internarse en la provincia de Buenos Aires, recibirá de la Comisión un boleto para
cualquier estación de las líneas de los ferrocarriles del Oeste o Sud que solo valdrá por dos días desde el de su
fecha.
Art. 9 - Todo inmigrante que desembarcado en este Puerto con la idea de fijarse en Buenos Aires o su campaña,
no encontrara ocupación y deseara dirigirse a las provincias, podrá concurrir a la Comisión hasta quince días
después de su llegada, y se le acordará pasaje gratuito para cualquiera de los Puertos argentinos del Paraná o
Uruguay, siendo de cuenta de él su conducción y la de su equipaje hasta a bordo del buque o la estación del
ferrocarril.
Art. 10 - El inmigrante que no hubiese sido inscripto en el registro de la Comisión, no tendrá derecho a exigir
ninguna de las franquicias acordadas en los Art. 8o y 9 °.
Art. 11 - Este Reglamento se imprimirá en varios idiomas y se mandará a los Cónsules Argentinos, para que ellos
entreguen a los Capitanes de buque, al momento de despachar sus papeles, un cierto número de ejemplares,
debiendo constar en los despachos del buque que conduce inmigrantes, que el Capitán tiene conocimiento de
este Reglamento, y que tiene la obligación de fijarlo en varios puntos de su buque a la vista de todo pasajero.
Art. 12° - El Capitán contraventor será multado en la suma de doscientos pesos fuertes que será aplicada por la
Capitanía del Puerto y entregados en la Tesorería General de la Nación.
Art. 13° - Este Reglamento se pondrá en vigencia a los seis meses de la fecha de su aprobación.
Buenos Aires, Abril 12 de 1872

FELIPE SENILLOSA Presidente PEDRO BARETTA Secretario Interino


Departamento del Interior
Apruébase en todas sus partes el presente Reglamento; comuníquese y publíquese.
SARMIENTO Dalmacio Vélez Sarsfield

También la empresa contratada por las autoridades correspondientes, firman un contrato especificando sus
obligaciones:

241
Los abajo firmantes socios de la Empresa de Desembarque, tienen el honor de presentar a V. para su aceptación
y firma en forma de contrato, las bases convenidas para el desembarque de inmigrantes en la Rada de este
Puerto, y que son las siguientes:
1 ° - Los contratistas se obligan a hacer el desembarque de los inmigrantes por medio de embarcaciones a vapor
y sus equipajes por lanchas a vela a remolque del vapor, conduciendo unos y otros hasta el Muelle de Pasajeros
o el del bajo de Las Catalinas según convenga o haya o no necesidad de emplear otro medio de vehículos para
llegar a ellos.
2o - Obligase igualmente a los siguientes:
A evitar que los equipajes y efectos de los inmigrantes, queden abandonados a bordo de los paquetes
conductores, por descuido.
A colocar sobre cada bulto el rótulo que la Repartición entregue para marcarlos: a reclamar y entregar los que se
dejaren a bordo por u otra causa de este género. A preservarlos de la lluvia o marejadas por medio de encerados
adecuados. A mantener a bordo de sus embarcaciones los equipajes hasta el día siguiente. Si llegando a tierra á
hora avanzada hubiese impedimento, dificultada e inconveniente para el desembarque.
A no dar pasaje en sus embarcaciones o vapores a ningún changador, fondista o contratista de asuntos con
inmigrantes. A repartir a bordo todo impreso, papeleta, boletín u otros papeles que ordene la Repartición. A dar
aviso siempre que hayan de salir las embarcaciones, a fin de tomar las medidas del caso que esta creyere
conveniente. A conducir gratis a todo empleado de la repartición, siempre que salgan las embarcaciones con
objeto de servicio.
3o - Queda convenido que todo objeto, artículo o efecto que viniese entre los equipajes de los que son sujetos a
derechos de Aduana, pagará a la Empresa por separado el desembarque, cobrándolo esta de su respectivo
dueño.
4o - La Repartición se obliga a lo siguiente:
A recabar de los vapores o buques conductores de inmigrantes, que mientras quede a bordo uno de estos,
mantenga la bandera de inmigración al palo trinquete para aviso. A suministrar las banderas, cintas, distintivos u
otra señal, que sirva a designar las embarcaciones y tripulantes destinados al servicio de la Empresa de
Desembarque.
A recabar de las autoridades que presten el auxilio y protección necesarios a la Empresa en los casos requeridos
para el buen servicio, para mantener el orden y evitar los numerosos inconvenientes que aglomeran los buceteros
de playa en los momentos de desembarque. A pagar toda cuenta de desembarque al fin de cada mes, presentada
que sea esta con los boletos comprobantes y al tenor de la siguiente escala; por los niños de pecho hasta tres
años de edad gratis; por los de tres hasta doce años, boleto de medio pasaje 7 1/2 $, siete y medio pesos; por los
adultos y mayores un pasaje 15 $ m/c, quince pesos moneda corriente.
5o - El presente contrato durará el período de un año contando desde la fecha que dé principio el servicio de la
Empresa lo que se hará constar por una nota puesta al pie del mismo contrato y firmada por el Gerente del Asilo;
y será renovable en favor de la Empresa.
Firmado en Buenos Aires a diez y seis de julio de mil ochocientos ochenta y cuatro, en dos ejemplares de un tenor
a los efectos siguientes:
GUILLERMO WILCKREN Bartolomé Viale-Santos Lovrowich Es copia

El desembarco en el Puerto
Los inmigrantes y viajeros que llegaban a nuestras costas del Río de la Plata, seguramente se sorprendían de la
forma en que eran desembarcados de sus buques hasta la orilla. Una descripción muy real es la que escribió
Granmontagne en su libro "Teodoro Foronda ", en el cual podemos leer un pintoresco relato del arribo a nuestro
Puerto y que fue publicado en 1896.

242
Desembarco de Inmigrantes en el Antiguo Hotel Redondo
Inmigrantes, miles de hombres y mujeres arribaron cada año a la Argentina, a la ciudad de Buenos Aires más
precisamente. Desde sus barcos les era dificultoso observar la ciudad dada su falta de relieve, y llegar a tierra
firme aún más de acuerdo a las numerosas narraciones publicadas.
A su llegada se realizaba un breve trámite, para luego pisar libremente el suelo argentino y ubicarse en el Hotel
de Inmigrantes, un gran edificio construido con vigas de hierro y chapas en la barranca del Retiro, de forma
octogonal en el actual andén 8 del Ferrocarril Bartolomé Mitre, obra del Ing. Federico S. Tavelius en 1888. Algunos
inmigrantes llegaban con rumbos y datos precisos, la dirección de un pariente o amigo de su pueblo de origen,
que le habían prometido trabajo y casa donde habitar.
Nos figuramos el estado de ánimo del recién desembarcado que no poseía amigos o parientes que lo esperaban
en una ciudad, que no hablaba su idioma, que no comprendía sus costumbres, su comida, durante los tres días
pasados en ese pintoresco Hotel de Inmigrantes, separados los hombres de las mujeres con sus bártulos; su
poco equipaje era su capital y algún amigo que seguramente conociera durante la larga y penosa travesía.

En qué barcos viajaban los inmigrantes


"El movimiento inmigratorio habido en este último año y comparado con el de 1883, arroja los siguientes datos
tanto en entradas de vapores, como de pasajeros e inmigrantes”.
"1883- 422 vapores entrados de ultramar con 9.967pasajeros y 63.943 inmigrantes lo que arroja un total de
llegados 73.210".
"1884- 470 vapores con 24.178 pasajeros y 67.556 inmigrantes lo que arrojan un total de 91.734".
—" "Comparando estas cifras de los dos últimos años, resulta un excedente de pasajes a favor del año 1884, de
48 vapores, 14.211 pasajeros y 4.313 inmigrantes; sin entregar en estas cifras los inmigrantes de los siguientes
vapores en cuarentena".
"Escribía", "Umberto", "Anea", "Singapori", "Perseo", "Carmela", " Nápoli", los llegados hasta fin de diciembre
último". "Orione", "Adria ", "Europa", "Sud-América", "Regina Margherita", "Elbe", "Orenoque" y "Paraná", con un
conjunto entre todos estos paquetes de 13.985, que agregados a los 67.556 desembarcados, ascienden a 81.541
inmigrantes o sean 105.710 entre pasajeros e inmigrantes".
"La inmigración que a su llegada se asila en el Hotel, se encuentra en la siguiente proporción:
75 % Italianos 10 % Austríacos 5 % Franceses 5 % Suizos 2,1/2 % Españoles 2 % Alemanes 2 % Ingleses8
En los primeros años del siglo XX, el movimiento inmigratorio desde Italia y España se intensificó, en especial
desde el primer país, que favorecía a las compañías italianas que transportaban a los que se llamó "inmigrantes
golondrinas". Estos eran agricultores que atraídos por las épocas de las cosechas de grano en Argentina, se
embarcaban en Italia en 3a Clase, de noviembre a diciembre, y luego de levantadas nuestras cosechas de trigo
y maíz, regresaban a su país de origen a fines de abril-mayo, con el tiempo necesario para ubicarse en las mismas
tareas su región.

243
El costo de los viajes en 3a clase de Nápoles a Buenos Aires, ida y vuelta era de $ 500 a 600, unos 200 a 250
pesos oro, de acuerdo a las diversas categorías de los buques. Estos pasajeros comprendían: comida sana y
abundante, alojamiento e instalaciones sanitarias que eran controlados en forma rigurosa por los llamados
"Comisarios Gubernamentales", que los Estados embarcan en cada buque que conducía inmigrantes,
especialmente italianos y españoles, para la protección de sus connacionales. Estos viajes de ida y vuelta
duraban, según las escalas que tuvieran, entre treinta y cuarenta días.
La modalidad de estos periplos, alentó a empresas armadoras de vapores, como el Lloyd Italiano, que se inició
con una flota de seis vapores a doble hélice, con una velocidad de quince nudos, instalaciones modernas con
comedores para los inmigrantes, con una capacidad de 1.200 pasajeros.
Otra era la "Societá di Navigazione", financiada por la Hamburg Amerika Line de capitales alemanes que contaba
con cuatro barcos, los: "Ravena "; "Toscana"; "Bologna"y "Siena".
Líneas Italianas: Agencia Maumus y Dodem, con los buques: "San Giorgio", "San Giovanni"; "San Guglielmo",
que realizaban el viaje de Ñapóles a Buenos Aires en 16 días y Loyd Pacífico, de G. Zino, que adquirió los vapores
del Nordeutscher Lloyd de Bremen, Alemania.
Líneas Británicas: W. Thomas y Sons de Liverpool y H. W Dillon y Sons, de Londres, con los vapores: "King ";
"Crown "; "Imperial"; "Queen"; "Royal"; "Globe "; "Transpon" y "Trader". Estando la Dillon, con: "Moorgate ";
"Towergate"; "Kingsgate"y "Alágate ".
Líneas Españolas: La Geledense S. A. de Navegación y la Trasatlántica Española Folchy Cía. de Barcelona, con
los vapores: "J. J. Jover", "Serra" y "Miguel Serra", la segunda con los vapores: "M. Garrat" y "Juan Forgas ". Más
tarde apareció la Compañía de Navegación Pinillos Izquierdo y Cía. de Sevilla incorporando para el tráfico de
inmigrantes desde España y Portugal, a los buques: "Mario Sáenz"; "Conde Wilfredo" y "Pío IX" y en 1908, el
"Balvanera", "Cádiz" y "Barcelona", con una capacidad de 110 pasajeros clase cabina, 1000 de 3a.
Pero los primeros inmigrantes no contaban con las comodidades y la rapidez de las travesías del siglo XX. En
1855 desembarcaron en Buenos Aires del velero "Lahile", desde Burdeos, 150 familias bearnesas contratadas
por Augusto Brougnes. El "Lord Reglan" llegó el 20 de enero de 1856 con 200 familias, el 22 llegó el velero "Ryle
Bristol" conduciendo 147 inmigrantes, el "Mármora" y el "Linda" con 840 inmigrantes.
El escritor italiano Edmundo de Amicis llegó a Buenos Aires el 1º de abril de 1884, en el buque "Nort América"
que era un vapor de lujo, fin de siglo, con sus salones de espejos dorados, y la alegría que reinaba a bordo,
contrastaba con la melancolía de los emigrados que, aunque viajaban llenos de esperanzas a América,
abandonaban para siempre su patria con la incertidumbre de lo que les aguardaba. Por tal motivo eran más
dramáticos ciertos detalles, como la separación nocturna de las familias, la falta de comedor y la existencia de
una sola canilla de agua para todos los inmigrantes, en los 15 días, tiempo récord para la época, que duró el viaje
desde el Puerto de Génova, hasta el de Buenos Aires.

Protección e información a los inmigrantes


En el año 1878 se construyó el Hotel de Inmigrantes descripto anteriormente, el cual llegó a albergar de ellos
hasta 1911 en que se inauguró el que se encuentra en la Dársena Norte. En esos recintos, corno todos los
anteriores, se les brindaba alojamiento y comida durante tres días, ocupándose la Oficina de Inmigración de ubicar
a los que no habían llegado con un trabajo asegurado.

244
Era tan enorme el movimiento emigratorio a América, que las naciones de Europa trataron de impedirlo. Por otro
lado los agentes de los armadores encargados de los viajes, se valieron de recursos no muy ortodoxos
destinados a aumentar sus ganancias con los viajes de ultramar de inmigrantes.
Italia en 1888, dictó una ley de Emigración como protección de sus connacionales. Se discutió en el Senado
italiano la necesidad de informar a los emigrantes. Para ello se publicó un libro de Casimiro Marro, por sugestión
de Pablo Mantegazza, que con el título "Manual Práctico del emigrante a la Argentina, Uruguay y Brasil", fue
editado en Génova. Las corrientes emigratorias en Europa aumentaban alentadas en algunos casos por los
gobiernos, otro por organizaciones con o sin fines de lucro, por lo cual se editaron "Manuales " y "Guías " en gran
cantidad.
Con esa multitud de inmigrantes que llegaban al Puerto de Buenos Aires, aparecieron instituciones, una literatura
de emigración y manuales con recomendaciones para los italianos. Sociedades laicas de asistencia al emigrante,
como la Dante Alighieri, órdenes religiosas de tutela como la de los scalabrinianos, órganos estatales creados
especialmente para encausar el fenómeno, como el Commissariato Genérale dell'Emigrazione, y las propias
agencias de emigración y navegación.

Las publicaciones que decían brindar consejos al que emigraba, incluían guías de Puertos, ciudades, países,
como así también manuales de capacitación artesanal para mano de obra especializada, palabras claves en
varios idiomas, modo de actuar con las autoridades, etc.
Un ejemplo de ello, es el editado por el "Patronato Italiano " de la Avenida Leandro N. Alem 1260, Buenos Aires,
titulado: "II Picólo Vademécum dell 'Inmigrante", de 16 páginas en idioma italiano, con avisos comerciales como
"Uvalina Biol " (mermelada de uvas) para combatir el estreñimiento, del Instituto Biológico Argentino; Chiedete i
Prodotti "Ganda" dei fratelli García y Cía.; los bancos: Nuevo Banco Italiano y Banca Francese e Italiana y La
Cucina Elettrica de la Compagnia "ítalo Argentina de Electricidad" CIAE.
Sus artículos eran: "Chi sonó gli inmigranti" (que son los inmigrantes); "Il diritti dell'emigranti" (los derechos del
emigrante); "L'Hotel degli inmigranti" (El Hotel de los Inmigrantes); "Per cambiare el denaro " (Para cambiar el
dinero) "Per trovare lavoro " (Para encontrar trabajo); "L 'Opera del Patronato Italiano " (La labor del Patronato
Italiano); "II Dopolavoro " (Después del trabajo).
Existía un local en la Avda. Independencia 2540 denominado "Dopolavoro per gli emigranti" (Después del trabajo
para los emigrantes) y "Ilsecondo awertimento" (La segunda advertencia). Estos son algunos de los artículos que
se publicaban en este folleto, que finalizaba con el último consejo: "Parole da raccordarsi sempre" (Palabras para
recordar siempre). Otro artículo destacado en este corpúsculo "Emigrante! atiento al "cuento del tío ", tiritera del
Vigile Vigilante" (Emigrante! atento al cuento del tío letanía del vigilante que vigila).
También tomamos conocimiento de un "Manuale dell Emigrante Italiano all'Argentina", publicado en 1913 y escrito
por Arrigo De Zettiry, por encargo del Reale Commissariato dell Emigrazione, de Roma en una versión de siete
capítulos.
En estos capítulos podemos encontrar las informaciones prácticas como los consejos y los datos de interés
general, relatados en forma muy simple, seguramente pensando en quienes iba dirigido. Daremos un repaso a
los mismos, recordando que fueron publicados en 1913:

Cap. I - Para el que emigra - Requisitos legales: Pasaporte y Libreta de Trabajo; Pasaje del barco; Los preparativos
de la partida.
Cap. II - De Italia a la Argentina: -Del "paese" al Puerto de embarque; Prontos a zarpar; ¡Adiós a la Patria! La vida
en el barco; (zarpando-horario de a bordo -El despertar- A los dormilones- La limpieza de los dormitorios- Las
comidas- Las raciones- Inspección de las comidas- Distribución de la comida-Recreación- "Mal de mar"- No
juegue-Estudie el castellano- Biblioteca a bordo- Revisación médica- Enfermería-Infecciones- Alimentos sanos-
A las madres- Higiene- Aire viciado-Efectos del mar- El baño- Ropa sucia- Lavados-Silencio- Separación de
sexos- Los castigos- Reclamos- Comportamiento-Riesgos- Incendio-Infracciones peligrosas- ¡Calma! naufragio-
Salvataje-;Mucha calma'-En viaje- La travesía- En el Mediterráneo- Sobre el Océano- Escalas de carbón- No
descienda en las escalas- El Ecuador- Duración del viaje-Montevideo- El desembarco- Inspección sanitaria-
Cuarentena- Aduana de desembarco- ¡Atención! el desembarque- Inmigrante- Pasajero-Equipaje-Reclamos-
Hotel de Inmigrantes- Reglamento interno- Limitaciones y normas-Inmigrante en la Argentina- El Inmigrante- El
desembarco- La Ley Argentina-Ley de Residencia- Ley de Defensa- Trato al inmigrante- En el interior-Colocación

245
y protección- Búsqueda de trabajo- Oficina de trabajo- Origen del Patronato- Sus fines- Patronatos provincias- Su
obra.
III. La República Argentina- La Ciudad de Buenos Aires- Un consejo: no se quede en Buenos Aires- Truffa all
"americana" o el "cuento tío"-Sobre los hábitos del que vive en Buenos Aires- La Provincia Buenos Aires.
IV. La producción argentina y el trabajo- Estancias- La colonización-Reseña histórica- Colonización santafesina-
Los Indígenas- Un año histórico-Territorio entrerriano- El sueño del emigrado- Los territorios-La ley de tierras-
Parcelas agrícolas- Título de propiedad- Las formas de prestación de la mano de obra agrícola- Alquiler- Alquiler
proporcional-Mediería- Pactos-Braceros- Braceros volantes-permanentes- Braceros provisorios- Salarios-
Corrección- Omisión prudencial- Providencia y protección para el trabajador-Accidentes de trabajo- ¡Asegúrese!.
V. Informaciones varias- El ahorro en la Argentina- Los lotes de terrenos-Liquidación del terreno- No especule-
Las escuelas italianas- Las Sociedades Italianas de Socorros Mutuos.
VI. Intercambios y Comunicaciones - Comercio internacional-Importación y exportación- Esperanzas- Patriotismo
pacífico.
VII. La lengua española- Orígenes y características- La práctica- Palabra finales- Comportamiento- Los
naturalizados- Condición de residente- Dos Patrias- Como naturalizarse- El servicio militar en la Argentina.9
Como podemos apreciar, estas guías orientaban y preveían al inmigrante de los posibles problemas que podrían
surgir durante el viaje, en el desembarco en el Puerto, durante la estadía y la vida de convivencia en Argentina.
El viaje y el desembarco de los inmigrantes en el Puerto de Buenos Aires, se encontraba regido por Reglamentos
y Disposiciones redactados para proteger a los viajeros que llegaban a una tierra desconocida, lejos de sus
hogares, con distinto idioma, costumbres y leyes.
En 1889, el desembarco de inmigrantes y el acarreo de equipaje lo realizaron las empresas de tramways "Anglo-
Argentino" y "Ciudad de Buenos Aires". Los primeros desembarcaban en el Muelle de Las Catalinas, en El Retiro
y los otros en los de La Boca. Los equipajes eran conducidos por zorras desde los muelles.
Esos viajeros llegaban al Puerto pensando con el corazón que era "la tierra prometida", la tierra donde la libertad
de trabajo resultaría en beneficio de sí mismo, y también en poder desarrollarse y progresar. El hotel de primera
estadía a orillas del Río de la Plata, era el punto de partida a la esperanza de un futuro mejor para miles de
viajeros que arribaban al Puerto cumpliendo un sueño que había comenzado al embarcar en su lejano país de
origen.

En las páginas siguientes, adjunto una serie de fotos del Hotel, que complementan el texto anterior y sirven para
acrecentar nuestra memoria histórica de la gesta de nuestros abuelos (a falta de fotos propias…)

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Recepción de los inmigrantes

Cocina del Hotel

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Vista del comedor

Depósito del Hotel

248
Desembarcadero

Equipajes de los inmigrantes

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Dormitorio de mujeres

Dormitorio hombres

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Inmigrantes en el patio

Inmigrantes en la mesa

Interior del Hotel en 1912

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Una vista del Puerto

Oficina atención inmigrantes

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Playa del Hotel de Inmigrantes

Remolcados al Hotel
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Anexo 2 Episodio La Siamesa
Episodio Los Siameses… antecedentes previos y primeros perjuicios

A pesar que me propuse no poner este episodio en mi libro, siempre lo he tenido atragantado, por lo sórdido,
falto de cariño, tino del responsable, incluso casi rayando en la ilegalidad, si hubiera asuntos legales entre
hermano/hermana o tío/sobrino…Pero la historia, la olvidadiza historia, comienza antes, y es necesario (ver en
estos mismos escritos: Dos versiones para una misma historia y Esta versión es la que más me cuadra)
remontarse a un tiempo atrás. Consideremos que la versión respecto a la propiedad del criadero de caballos es la
que nosotros pensamos es la correcta: el criadero partió siendo de Abraham y Juan (Santa Teresa) luego siguió
siendo de Abraham y Juan (La Candelaria) y debía ser de Abraham y Juan el de Quilicura…Pero también
consideremos que no es así, el fundo y criadero de Quilicura sólo pertenece a Juan. Asumamos que es así (fue así).
Juan tiene una sola hermana viviendo en Chile, cuyos hijos (Rodi y yo) somos entusiastas hípicos, nos encantan
los caballos, pasamos yendo al fundo, incluso a quedarnos en vacaciones de invierno y verano, etc.; pasamos
yendo al corral de Aliro, donde están los efectivos de El Rosarino, nos quedamos todas las mañanas en nuestras
vacaciones; cuando nos autorizan vamos a la hípica, nos tomamos fotos con los caballos de El Rosarino, El tío Juan
nunca bajaba; pero respetamos un orden: primero Juan Carlos o el Abe, este casi nunca bajaba a la foto…, luego
los primos Diuana Rabajille Sarquis Zamar, nietos de Juan…yo soy el mayor del lote, pero no me molestaba este
orden de precedencia, nunca lo cuestioné…a lo mejor no lo entendía, pero queríamos tanto a Juan Pablo que
entendíamos sus “prerrogativas” de nieto mayor. O sea, éramos uno más del lote de familiares hípicos… Los otros
sobrinos directos (Carlos y la Patú no vivían, ni viven en Chile); los sobrinos indirectos (Hirane Sarquis, Sarquis
Sfeir, Rabajille Sarquis, otros Sarquises, todos sobrinos por el lado de su señora Amalia, nuestra tía Amalia, no se
interesan en la hípica; no al menos como nosotros…
Cuando quisimos ingresar al mundo de la hípica, vino el episodio Marnox, que cuento en mi libro y no transcribo
por no venir al caso…luego le compramos caballos al tío Juan, incluso nos metió la cuchufleta tuerta… (¿entre
parientes?, a lo mejor no sabía el tío…cuecc!!) Después le robamos los huevos al águila con La Siamesa…salió
mejor que muchos de los matungos que criaba en el haras (justicia divina habría dicho Julio Martínez…), podría
abundar pero la reflexión es otra: únicos sobrinos de su hermana Nelly, a quien él debe haber sabido,
fehacientemente que si no perjudicó en el “reparto”, al menos no favoreció (esto por ponerlo elegantemente), a
estos únicos sobrinos de su sangre e hípicos, “los voy a favorecer y les regalo un caballo para que se sientan parte
del criadero, también es de ustedes chiquillos. Y para equilibrar las cosas, mejor los pongo a nombre de los cinco,
mis tres nietos (Juan Pablo, Mario, Hernán) y mis dos sobrinos…”. Un caballo entre 20 que criaba El Rosarino… ¿se
habría notado?...
A contrario sensu, cuando llevamos a La Siamesa de vuelta de la campaña pistera a ponerle potro en el criadero
del tío (era lo lógico, sentíamos que era “nuestro”, aunque papeles, escrituras y la ley dijeran otra cosa, a nosotros
nos conocían como “los del Rosarino”. Ningún problema puso el tío, llévenla nomás…Nunca se habló de pensión,
nada…pero cada dos meses, aparecía alguien a cobrarle a mi papá una camionada de pasto…o 40 sacos de avena,
que compraba el tío y mandaba a la fábrica en Einstein a que la pagara el cuñado. Sin consulta previa, sabía que
mi papá no se iba a fijar en pagar; jamás se iba a humillar no pagando, a pesar de sus sentimientos encontrados:
no me gusta la hípica para mis hijos….y ¡puchas, si también el criadero era de la Nelly…; la primera reflexión la
tengo muy clara: era así…no quería que fuéramos hípicos (pero por algo titulé mi libro como “Pura sangre…puro
destino), la segunda es reflexión mía, jamás le escuché algo así, aunque lo debe haber pensado…

254
Arriba nuestra primera foto con La Imprudente, Eduardo Soto ‘up’, primero de enero de 1971, y abajo
recibiendo el premio por Principiante…nótese la precedencia de Juan Pablo…
255
Debo concluir que al tío no le gustaba que estuviera nuestra yegua criándose “al gratín” en su criadero, a su
peculio…No sentiría que le debiera nada a su hermana, no sentía un cariño especial por sus sobrinos (repito, los
únicos Diuana cercanos aparte de sus hijos…), incluso debo pensar que resentía nuestra suerte, pues Los Siameses
ganaban más carreras que “El Rosarino”, “Califer” (de Juan Carlos) o el stud del Abe (podría ser “Juan Sebastián”…).
Tampoco tuvo la inteligencia (emocional dirían años después) de con su pequeño gesto, de costo mínimo para los
valores involucrados, de bajarle presión a un tema incómodo…al parecer para el tío nunca fue tema, no tenía
remordimientos (¿o escrúpulos?) o la historia no es como yo creo que es. No, las señales son muy claras; la historia
es tal como me fue contada… No me cabe otra reflexión…..me duele llegar a ella, me gustaría estar equivocado,
pero el epílogo de este capítulo, me dará, penosamente, la razón.
Y este es el primer perjuicio…

Palpando a Mezquita…mmmm ¡¡preñada!!

Episodio La Siamesa…primera implicancia y segundo perjuicio


Como estudiante de veterinaria, hice prácticas en el Valparaíso Sporting Club en Viña del Mar, bajo los auspicios
de ese excelente ejemplar humano, el doctor Víctor Goldzveig Markmann. Le dediqué un capítulo de mi libro, y
no viene al caso abundar en él, pero lo no narrado es la siguiente situación que es una segunda rama que se
desprende de lo que he llamado Episodio La Siamesa, aunque este episodio lo considero la corona del árbol.
Bueno, yo era el “regalón” del doctor, su discípulo preferido, quizás porque yo era hípico como él, gozaba con sus
cosas, y además, debo decirlo carente de soberbia, siempre me mostré responsable, juicioso y además asertivo
(¿carente de modestia?). El caso es el siguiente: estoy recién recibido, trabajando en la clínica veterinaria del Club
Hípico como médico residente (nochero decían algunos…) y me llaman desde la clínica de Viña, era el doctor
256
Goldzveig que quiere conversar personalmente conmigo, si tengo la posibilidad de viajar a Viña, pues es
importante… Le digo que sí, que al otro día puedo viajar; nunca imaginé qué tendría que decirme, claro que uno
siempre abriga esperanzas (a esa edad), que tiene que ser algo positivo. A esta edad, una llamada así sólo
significaría malas noticias: se está muriendo; tiene un problema grave; yo tengo un problema grave que no
sabía…no escapa de ahí. Viajé al otro día, llego a la clínica, me pide que lo espere que está atendiendo un caballo;
a los pocos minutos pasamos a su oficina y cierra la puerta y se produce el siguiente diálogo:
-Antonito (así me decía en privado), debo contarte que dejo de trabajar en la clínica, ya me puedo jubilar y estoy
cansado, no quiero más guerra, etc., etc. (y vino la diatriba contra los poderes fácticos en la hípica, adornado con
sus “tacos” de costumbre, etc. etc.), yo lo dejé hablar y atiné sólo a un:
-puchas doctor, no sé si felicitarlo o apenarme porque cuelgue el estetoscopio, pero me imagino que si toma la
decisión, es porque es conveniente para Usted…
Se produjo un vacío de conversación, esos silencios incómodos... que a veces uno adorna con un ¿y?
-y el motivo por el cual te cité es porque tengo que decirte algo y preferí hacerlo en forma personal
-usted dirá… (esto no lo dije, sencillamente esperé lo que me tenía que decir nomás)
-siempre pensé que si tuviera que buscar alguien que me reemplazara te iba a ofrecer el puesto a ti (bla bla blá,
varias flores a mi desempeño, mi responsabilidad y bla bla blá), pero debo decirte, muy compungido, que he
elegido a Gonzalo Ouvrard para el puesto, y las razones que te quiero dar, aunque no me siento obligado, sucede
que esta familia ha sido golpeada recientemente con la muerte del papá de Gonzalo (del mismo nombre y había
sido algo como gerente del VSC) y Gonzalo es el sostén de esa familia….(olvidó mencionar el buen doctor, algo
que yo sabía, y que Gonzalo pololeaba con su hija Silvia… terminaron casándose, yo invitado al matrimonio, en el
propio Sporting, separándose, pero aún hoy, más de 30 años de ocurrido los hechos, sigue siendo jefe de la Clínica
Veterinaria del VSC…). Actúo así porque tu no vas a tener problema en salir adelante, tienes muy buena situación,
y además (aquí viene la primera implicancia) tienes a tu familia (no dijo tío) con el criadero, y naturalmente (¡dijo
naturalmente!) vas a terminar a cargo de ese criadero…
- crí crí crí crí (por mi lado….)
-demás está decirte que cualquier cosa que necesites de mi, bla blá bla blá…
El diálogo no tiene importancia en estas instancias.
Este es el segundo perjuicio….

Doctor Víctor Goldzveig en acción

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Episodio La Siamesa…segunda implicancia y tercer perjuicio
Egreso de veterinaria, estoy trabajando en la clínica del CHS como residente mientras hago mi memoria en la
Escuela. Doy mi defensa de tesis (7-7-7 de los doctores que examinaron mi tesis y un 7 de mi profesor guía), luego
sorteo tres profesores para mi Examen de Grado (7-7-7), felicitaciones, clap, clap, clap. Mi mamá me tenía una
fiesta a lo grande, con todos mis primos invitados, los profesores, compañeros de curso, amigos… (la fe que me
tenía, pues preparó toda la fiesta para el mismo día en que rendí el examen de grado; no sabía el resultado…)
Algunos llegaron con regalos, los tíos los primos; mis compañeros llegaron con polola, amigos, colados, etc. El
mejor regalo recibido: un fonendoscopio especial para caballos, creo que era de la marca Aesculap o Littman, lo
máximo en instrumentos, que aún poseo, pero no uso. Regalo de mi tío Juan. Una preciosura, el instrumento (se
veía bien aspectado el futuro…).

Caballos en la Clínica del Club Hípico de Santiago

Un día me encuentra en un almuerzo familiar, no recuerdo donde ni cuando, y me dice: ¿Cuándo puedes
acompañarme al fundo?, vamos el viernes si Ud. quiere, fue mi respuesta. Ese viernes lo acompañé en el Mercedes,
y me fue proponiendo que empezara a ir al fundo, un par de veces a la semana, a mí me encantó la idea y le dije
que sí. No se me ocurrió preguntarle cuanto me iba a pagar, yo lo daba por descontado; en el CHS me pagaban
poco pero todos los meses tenía un cheque para mis gastos…Estuve yendo un mes, religiosamente dos veces a la
258
semana; había una escasez de recursos (respecto a la clínica y lo que yo acostumbraba, la diferencia era brutal),
igualmente el personal (no recuerdo si ya se había ido Ramón y ya estaba el Quico), eran de pobre calidad
profesional (no así de calidad humana). En fin, pasa el mes y nunca me habló de un pago, sigue otra semana y me
di cuenta que lo que pretendía mi tío, era que yo hiciera “la práctica” (error, pues yo estaba recibido, y necesitaba
trabajar), y gratis…Más aún, al parecer él quería que yo pagara los gastos que significaba la mantención de nuestra
yegua (de propiedad familiar y no solamente mía), mediante mi trabajo…¡¡habrase visto semejante despropósito!!
Ni siquiera un “mire sobrino, le voy a dar tanto para que tenga para los gastos”.
El profesional recién egresado subvencionando al tío millonario….
Ofuscado, pues entendí como venía la mano, no quise hablar seriamente con él, pues iba a significar un quiebre
brutal (tal como mi mamá y la tía Yola nunca quisieron encararlo o enfrentarlo respecto a la herencia, para no
pelearse con él…), y definitivamente lo descarté como persona querible, lo borré de mi lista de afectos; lo mantuve
dentro de mis personajes a respetar aunque no apreciar, mal que mal debía seguir viéndolo por siempre…incluso
lo invité a comer a mi departamento de recién casado, cuando invité a mis otros tíos (costumbre que ya se perdió).
Jamás le falté el respeto, ni menos hablé mal de él; nosotros los Rabajille hijos de Nadim y Nelly somos muy
respetuosos, poco agresivos, muy formales…Incluso fui a la celebración de sus 80 años, pero…...nada, el cristal se
rompió….
Y este es el tercer perjuicio, pero no fue el mayor, para mi desgracia y vergüenza…

La Siamesa con Nelly D en Quilicura, antes de ser “exiliada”


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Ramón con La Siamesa y Ali-K-te, nacido en 1982

Episodio La Siamesa…tercera implicancia y cuarto perjuicio (final, demoledor y clarificador)

Febrero de 1984, me encuentro trabajando en el haras Maria Pinto, entre Curacaví y Melipilla, de propiedad de
Guillermo Hirmas, yo viajaba, en teoría, tres veces a la semana desde Santiago (digo en teoría, porque fiel a mi
estilo personal, el que aún mantengo, me entregaba 100 % a mi trabajo, lo que significaba al menos cinco viajes
al criadero, cuando no la semana corrida, por ejemplo en la época de remates o en la producción de alfalfa y/o
paja). Aún no me había casado y vivía con mis papás en Las Condes 9430, por lo tanto vivía arriba del auto, mi
Chevrolet Vega naranjo, que tanta sensación causó cuando era cero kilómetros en la Escuela (era el auto ‘top’ en
la Facultad... los pésimos caminos de María Pinto lo destruyeron. Mi trabajo en el haras era de administrador-
veterinario, pagaba sueldos, compraba todos los insumos, vendía lo que se produjera (sandías, papas, maíz,
caballos, montas de potros, abono, miel, leña, etc.), en las cien hectáreas planas y las trescientas de cerro, y
además era el veterinario a cargo de más de un centenar de caballos F.S de C. Yo hacía y deshacía por cuenta de
los dueños, la familia Hirmas, era el “ministro” (el que administra).

260
Maria Pinto, año 1985 con Punto Final (ah, y Toñi…)

La Cecilia en María Pinto con Toñi en brazos, y los curiosos caballos, también 1985.

261
Voy llegando al criadero, un lunes muy temprano (siempre me ha gustado temprano) y el stud master (el maldito
Luis Berríos, ladrón mal agradecido…episodio ajos) me dice: llegó bien su yegua… ¿Cuál yegua? le contesto,
perplejo, sorprendido. A ver déjeme ver lo que dice el papel que mandó su tío…Uhhh, fui entendiendo lo que
estaba pasando a medida que nos acercábamos a mi oficina-farmacia…Si, es su yegua La Siamesa, trae al pie la
potranca Nelly D, hija de Fasto y viene preñada por Puerto Banus., se las trajo Orlando Muñoz (el huaso Orlando)
y la manda su tío Juan Diuana…
Se me derrumbó el ánimo, el mundo… ¡qué vergüenza!, me estaba abriendo paso en la hípica, haciéndome un
nombre de profesional serio, responsable, correcto…Por mis manos pasaban muchas platas, nunca me pidieron
cuenta, nunca toqué un peso que no fuera mío, ¿Cuándo iban a creer que yo no había tomado la decisión de traer
mi yegua al criadero? Y menos sin preguntarle a los dueños; y menos sin avisarles…Si incluso cuando llevé
estudiantes a practicar lo hacía solicitando la autorización de los dueños. Tenía el tino de avisarles y preguntarles
cuando invitaba a alguien; a pesar de manejar el campo como si fuera dueño, siempre tuve la prudencia de
comentarles cualquier paso que significara pasarlos a llevar. ¿costumbre? ¿la prudencia, sello de familia? Y ahora
tener que poner la cara delante de los dueños….
¡¡Qué vergüenza!!
Hice mi trabajo, apesadumbrado, avergonzado…a la gente del criadero no le hice comentario alguno, excepto que
me comí algunas bromas por el mal estado en que venía mi noble yegüita, al parecer la habían castigado con poco
talaje (el grano se lo presentaron de lejos) y la rasqueta no la conocía (fue la mínima talla que me echaron los
aguditos del fundo…)
Inmediatamente terminada mi faena, me fui a la oficina de don Willy, a explicarle que no había sido yo quien
decidió llevar la yegua al campo, todo compungido, avergonzado, acholado, avergonzado, amilanado (gracias
Word), achunchado, asustado..… la verdad, iba destruido emocionalmente, odiando la bajeza recibida, no
pudiendo entender tanta maldad. Han pasado 30 años, aún me indigna siquiera pensar en el tema, y no sé si
pasarlo a papel me va a traer tranquilidad al respecto….
La resolución fue más simple que lo pensado, gracias al “prestigio” del autor intelectual y material del
“sobrinicidio”. Don Willy, debe creerme que no tenía idea que mi tío podría caer tan bajo ya hacerme pasar esta
vergüenza, le juro que no sabía…. Y no me dejó seguir, Doctor, no se haga ningún problema, yo conozco a su tío…,
fueron sus únicas palabras, en el entendido que no había necesidad de decir más. Apenas pueda encontrar donde
llevarlas, me las llevo, agregué. No doctor, démosle una lección a su tío, déjela en el campo y saquemos clasiqueros,
eso le va a dar mejor desquite…
Tanta maldad…..tanto odio…..tanta envidia….tanta avaricia….Se nos devolvió en triunfos, clásicos….los hijos de La
Siamesa, ninguno criado en El Rosarino, ganaron 38 carreras…los hijos de Nelly D (Nelly Diuana como mi mamá),
ganaron más de 50 carreras para nuestro stud “Los Siameses”, incluidos entre ambos 17 (¡diecisiete! clásicos, de
grupo I, II y III, incluso la Polla de Potrillos…), millones en premios, y mientras mejor nos iba a nosotros, nada de
bien le iba a mi tío y mis primos con El Rosarino; de lo cual jamás me alegré, mal que mal nosotros hasta el día de
hoy hemos sido conocidos como los del Rosarino…Además que los colores, el mejor triunfo de ese stud, y el stud
mismo era de mi abuelo.
Esta perversa acción me corroboró que los hechos discutibles anteriores mencionados, tienen la explicación que
siempre escuché…y no diré más.
Ese fue el episodio de la vergüenza.

262
Negro de Humo en la pelouse luego de ganar la Polla de Potrillos en 1996

Gualpón con los 4 hermanos, 20 de diciembre de 1999, Pascua anticipada.


263
Anexo 3 Historia de La Candelaria
Desde el sector del Rincón siga por el camino principal, 2 Km al sur, tomando por camino interior de tierra, hasta
la casa de la Candelaria, correspondiente al Hito N° 3 y que dio nombre al villorrio que la circunda. Es una casa del
siglo XVIII, aislada en un área rural, rematando en un camino con grandes árboles, que fue originalmente el camino
a la hacienda: La Estancia Los Quilllayes de los Barahona.
En 1678, Antonio de Barros la dio en dote a su hija Catalina al casarse con José Agüero. En 1750 María del Carmen
Agüero la amplió. Posteriormente, las hijas de Josefa Santelices Agüero construyeron la iglesia. En 1903, el fundo
pertenecía a Juan Francisco Fresno y su mujer Dolores Grez, y desde 1950, pasó a la familia de Francisco
Astaburuaga. En la iglesia hubo gran devoción por la imagen de la virgen de la Candelaria, que dio nombre a la
propiedad.
Codegua fue un asentamiento indígena y destacado en los poblados del Reino de Chile en 1565, formando parte
de los territorios del cacique Talagante.

Camino a Codegua

Un desvío de la Ruta 5 Sur permite conocer hermosos paisajes, un buen casino-hotel, un pucará y una
hacienda, que fue la más grande e importante de la zona central. Circuito de 195 km de ida y vuelta.
Paseo para un día, toda temporada. Se recomienda llevar picnic, también hay opción de almorzar en
establecimientos del lugar.

Se debe salir de Santiago por la Ruta 5 Sur. En el km 56, está el casino Monticello, además de las salas de juego,
cuenta con hotel, centros de convenciones y varios restaurantes, entre otros atractivos.
En el km 62, se debe tomar el desvío pavimentado al oriente, avanzar hasta llegar al cruce (km 68), que conduce
hacia la izquierda a la cuesta Chada. Este antiguo camino llamado Camino Real a la Frontera fue la principal vía
que conectaba los valles del río Maipo y del Cachapoal, cuando el sector de Angostura era un pantano; ciertos
antecedentes confirman que era usado por los incas en épocas prehispánicas.
Siguiendo hacia el norte, y luego de cruzar el puente Blanco, se llega al caserío de Romeral, km 71, más conocido
como O`Higgins de Pilay, porque según la tradición, Bernardo O`Higgins habría pasado por aquí huyendo de los
españoles tras su derrota en Rancagua. Es un tranquilo pueblo de casas de adobe y muros de pircas, dedicado a
la agricultura y crianza de animales. Está en las calles Fernando Lascano y avenida Libertad. Hay una casona que
tiene más de 200 años de antigüedad.
Allí funcionaba el centro cultural y, en la actualidad, la biblioteca pública. Para continuar el paseo, se debe regresar
al cruce (km 68) y seguir al sur hasta la localidad de La Punta (km 75), antiguo asentamiento de indios, desarrollado
a lo largo del camino. En 5 km más se llega a otro pueblo.

Visita a Codegua
Km 80. Codegua fue un antiguo pueblo de indios. Su nombre es una alteración de “co-dey-hue”, que significa lugar
de la piedra para moler. Consta de algunas coloridas edificaciones y su principal actividad es la agricultura.
Visite la plaza de Codegua. Desde Av. O`Higgins, hay que tomar la calle Andes hacia el poniente; 1 km más
adelante, en la bifurcación, seguir a la derecha por calle Estancilla. En los próximos dos cruces, se debe tomar
nuevamente el desvío a la derecha; luego, tomar la izquierda en dos oportunidades más, para llegar en el km 97,5
al Hotel La Leonera, ubicado en paraje cordillerano, al borde del estero Codegua, donde antaño hubo una hacienda
jesuita, que explotaba minas de cobre y plata en la cordillera. Cuenta con restaurante (consultas 72-625151).
264
Para retornar hay que volver 6 km en dirección sur; en el km 113 se llega a la localidad de La Compañía. Aquí
estaba la sede administrativa de la hacienda de La Compañía, donada a los jesuitas en 1595 por sus antiguos
dueños, los capitanes Andrés de Torquemada y Agustín Briceño. La pequeña finca, luego de sucesivas donaciones,
se transformó en una gran estancia de 12.000 ha planas, más 120.000 ha en terrenos elevados, abarcando hasta
Rancagua desde el límite con Argentina y los cerros de San Francisco de Mostazal. La hacienda fue el centro
agrícola, ganadero e industrial más importante de la zona central, destacándose en el rubro de producción de
ganado. Tenía molino para el trigo, curtiembres, viñas y producción de vinos. Todo ello, con el fin de reunir fondos
para ampliar la labor evangelizadora.
En 1767, los jesuitas fueron expulsados de Chile y la hacienda fue comprada por don Mateo de Toro Zambrano.
En 1810, pasó a su viuda, doña Nicolasa Condesa de Valder y Carrera de Toro Zambrano, quien se casó con don
Juan de Dios Correa de Saa, teniente del ejército patriota. En 1947, herederos de la familia Correa legaron la casa
y la iglesia que existía a la congregación pasionista.
A corta distancia, aparece el camino que conduce a Graneros, y a 1 km, en dirección norponiente, se halla el acceso
al pucará del cerro Grande de La Compañía con una incomparable vista del extenso valle del Cachapoal.
Investigaciones arqueológicas indican una ocupación anterior a los incas (entre 1310 y 1440 d.C.). Conserva
vestigios de muros, habitaciones y depósitos o “collcas” de arquitectura inca (1540 d.C). El pucará está ubicado
en una propiedad privada; puede ser visitado caminando dos km de ida y vuelta, previa autorización del cuidador
y pago de una contribución.
De La Compañía sale un camino pavimentado de 3 km que desemboca en la Ruta 5 Sur, desde donde se vuelve a
Santiago.

Anexo 4 Zamba de La candelaria


265
ZAMBA DE LA CANDELARIA

Letra: Jaime Dávalos


Música: Eduardo Falú

Nació esta zamba en la tarde,


cerrando ya la oración,
cuando la luna lloraba,
astillas de plata, la muerte del sol.

La acunaron esos ríos,


que murmuran al pasar
y el viento de los inviernos
le dio la tristeza que la hace llorar.

Cuando madure la noche,


zumo de mi soledad,
se ha de alegrar el camino,
zambita nochera: la candelaria.

Que se duerma la guitarra,


hueca de voces que van
sacando a flor de la tierra,
recuerdos queridos que no volverán.

Zamba de la Candelaria,
que cuando amanezca irás
rejuntando estrellas altas:
los ojos que me hacen a mí trasnochar.

En lo de Poncho Marrupe...
dele tomar y obligar,
se nos va alegrando el vino
cantando esta zamba, La Candelaria.

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Anexo 5 mi abuelo en El Mercurio
267
El Mercurio VIDA SOCIAL Domingo 19 de Junio de 2011
Valparaíso, 1925 Moda playera

Clorinda Zamar Massad, Abraham Diuana Yaquich y su hijo Malek, de 9 años se tomaron esta fotografía con su
habitual vestimenta para bajar a disfrutar un día en la playa Las Torpederas.

Abraham nació en Siria y al igual que muchos de sus paisanos, al ser cristianos del rito ortodoxo, la situación en el
Imperio Otomano se les hizo insostenible. Emigró en 1892 a Argentina y a los 19 retorna a Homs para buscar una
esposa y casarse.

Llegan a Chile en 1915 en donde se dedicó al comercio ambulante, en un principio en un carro tirado por un
caballo, para luego salir en un automóvil por los campos ofreciendo su mercadería. Entre 1924 y 1925 se inicia en
el negocio de las góndolas y la hípica ganando con su yegua Rosarina El Ensayo en 1937.

Esta fotografía la envió su nieto Antonio Rabajille Diuana.

268
269
Anexo 6 la Pila del Ganso
Artículo en La Tercera, 13 abril de 2011 por Benjamín Blanco

Por casi tres décadas, la estatua de la Pila del Ganso le dio nombre a la estación de Metro ubicada en Alameda
con General Velásquez. Sin embargo, hace seis años su rótulo fue cambiado a Padre Alberto Hurtado, por la
cercanía del lugar con el Hogar de Cristo. A pesar de esta modificación, el rollizo infante no ha caído en el olvido.
La imagen es similar a la escultura El Niño de la Oca, de Boeto de Calcedonia, que se exhibe en el Museo del
Louvre. Sin embargo, la versión chilena nunca ha tenido una procedencia clara, lo que ha generado varios mitos a
su alrededor. A esto se suma una azarosa vida, que incluye un intento de robo y dos años de exilio en una bodega.
“Habría sido traída a Chile en 1883, después de la guerra con Perú, como trofeo. En esos años no estaba
urbanizado el lugar, pero había varios fundos y en uno de ellos se colocó una pileta con la estatua”, cuenta Rodrigo
Delgado, alcalde de Estación Central. Según el edil, la importancia de la Pila del Ganso provocó que el barrio
adquiriese su nombre cuando este se construyó, en la década de los 40, y recalca que su intento de robo, en 1999,
causó conmoción. “Un jardinero la encontró en una plaza cercana y durante dos años estuvo guardada en una
bodega, hasta que se instaló en el frontis de la municipalidad”, dice.
Oscar Ríos, director de teoría e historia de la Escuela de Diseño de la UDP, comparte la idea de que fue traída
desde Perú, pero recalca que es un modelo europeo y que se adhiere a la línea de estatuas ornamentales que
abundan en el Viejo Continente. “Se habla de que es obra de un escultor griego. En el siglo XIX era común que
aparecieran estas figuras en ciudades como Bruselas, donde está el Manneken Pis, un niño orinando”, explica.
Uno de los mitos sobre la Pila del Ganso es que la imagen es un homenaje a un niño atropellado por un carro de
sangre a principios del siglo XX. “Eso es falso. Las estatuas son puntos de reunión dentro de una ciudad y, a
diferencia de los monumentos, no tienen relación con la patria. Por eso, la gente comienza a generar historias y
leyendas urbanas para justificar su presencia”, comenta Ríos.
Según la historiadora del arte Liisa Flora Voionmaa Tanner, autora del libro Escultura pública: Santiago 1742-2004,
son pocos los antecedentes que confirman que la figura proviene desde Perú. “La estatua llegó a su actual
ubicación cuando la zona era un espacio privado y no tiene características de ser un trofeo de guerra, como Los
Leones de Providencia”, dice. “Cuando se construyó la Estación Central, Santiago mejoró su ornamentación, y eso
pudo haber influenciado a que alguna familia trajera la imagen desde Europa”, finaliza.

Otro artículo publicado el lunes 20 de abril de 2009


LA PILA DEL GANSO: LO POCO QUE SABEMOS, LO MUCHO QUE DESCONOCEMOS
La cantidad de leyendas urbanas que rondan a la Pila del Ganso, por allá por la Alameda Bernardo O'Higgins en
plena Estación Central, superan ampliamente a lo poco que sabemos de esta enigmática figura ornamental de
nuestra ciudad, de la que se ignora inclusive quién habría sido su autor, rodeándola, así, de misterios sabrosos
sobre su origen. Es tan poca la información que está disponible al estudio sobre el origen de esta pieza de bronce
enclavada en el bandejón de la centrina avenida que, inevitablemente, el investigador debe echar manos a la
tradición oral para poder sacar algo en limpio con respecto a esta antigua estatua.
Partamos, entonces, por las certezas:
-La Pila del Ganso se encuentra en el cruce de la Alameda con la ex avenida General Velásquez, hoy rebautizada
San Alberto Hurtado, desde la canonización del sacerdote. Corresponde una estatua de relativo tamaño, con un
niño desnudo y regordete, que intenta retener o arrastrar un enorme ganso con el que juega. Pese a su belleza,
no es original: corresponde a otra de las innumerables copias que existen en el mundo de la escultura clásica
llamada "El Niño de la Oca", aparentemente del artista griego de Boeto de Calcedonia (siglo II antes de Cristo).
270
Esta pieza artística se encuentra en el Museo del Louvre, en Francia; en algunas fuentes dice que ella es la original
y otras que sólo es una copia italiana, pero Oreste Plath aclara que la nuestra de la Alameda estaría hecha de
acuerdo a la de Luxemburgo que, a su vez, está basada en la de Boeto.
-Durante el siglo XX, la estatua constituyó un distintivo de gran importancia para el sector, que fue denominado
por lo mismo barrio Pila del Ganso. Era un lugar de encuentro y cercano a la salida de tranvías por la Alameda, y
luego líneas microbuses. Por entonces, se encontraba la fuente al otro costado del cruce de la Alameda con
General Velásquez, si mal no recordamos, en el lado poniente del bandejón, hacia la altura de Toro Mazotte. Se
disponía al centro de una visible fontana de aguas. Su presencia era tal que la estación del Metro que allí se
encuentra, inaugurada en 1975, llevó su nombre por treinta años, hasta que le fue reemplazado por Estación San
Alberto Hurtado, en una decisión que no ha sido del todo feliz y que ha provocado problemas nominales y
topográficos en el barrio, para nuestro gusto.
-Entre fines de los ochentas y la década siguiente, la Pila del Ganso fue sumamente descuidada por las autoridades,
volviéndose de un color oscurecido, polvorienta y con sus fuentes de agua totalmente secas. Fue lamentable el
estado en que se le podía ver, casi abandonada, hasta que, en 1999, desapareció misteriosamente de su lugar y
reapareció en otro sitio cerca de allí. Nunca se aclaró totalmente cómo lograron desmontarla y robarla, acto vil
en el que la figura de bronce perdió el pico del ganso debiendo ser reparada, pero la Municipalidad de Estación
Central logró recuperarla y la tuvo guardada en sus dependencias hasta el año 2005, cuando se terminaron los
trabajos de la Autopista Central. Ante el clamor de la ciudadanía exigiendo su regreso, fue restaurada y repuesta
esta vez en el lado oriente del bandejón central, con algunas diferencias en su nuevo pedestal y su nueva fuente
de agua. Durante el período en que no se sabía de su destino, toda clase de rumores corrieron sobre las
motivaciones de sus secuestradores.
-Oreste Plath agrega el dato de que, antes de instalada la copia de "El Niño de la Oca", la misma fuente existía ya
en este cruce y era llamada desde entonces Pila del Ganso porque estaba diseñada con cuatro gansos arrojando
chorros de agua por sus picos hacia el centro. Al desaparecer estos dispositivos de la pileta -también por descuido
y vandalismo-, se instaló la nueva estatua de bronce, que se volvió muy popular por señalar un sector de la
locomoción del barrio. Esto significaría que de la actual Pila del Ganso no queda prácticamente nada que
perteneciera a la original, salvo su ubicación aproximada en el barrio del mismo nombre.
Hasta aquí lo que se sabe.

"El Niño de la Oca", de Boeto de Calcedonia, La pieza, cuando estuvo guardada en


en el Museo de Louvre. dependencias municipales

271
Veamos ahora lo que se cree, se supone o se especula sobre su origen y sobre por qué se encuentra allí. Todo lo
que continúa abajo lo hemos tomado de opiniones particulares y una que otra fuente que consideramos
autorizadas, pero no necesariamente vinculares a alguna creencia particular sobre la pieza:
Una de las teorías más populares dice que la Pila del Ganso habría sido traída desde el Perú durante la Guerra del
Pacífico (1879-1884), como "trofeo de guerra". Algunos publicistas peruanos e incluso un conocido diario
izquierdista chileno ya desaparecido, se habían apresurado a ponerle este rótulo a la estatua, dando por sentado
que se trataría de una pieza ornamental secuestrada por los chilenos en Lima o el Callao, donde hubo hasta hace
poco algunas piezas muy parecidas en edificios públicos. Sin embargo, al no existir antecedentes históricos que
acrediten tal versión, esto parecería ser sólo superchería pseudo-histórica, derivada del desconocimiento sobre
la universalidad de la imagen: resulta altamente improbable que la estatua realmente haya sido un "trofeo de
guerra" y todo parece indicar que sólo se trataría de una leyenda urbana, como sucede con otros mitos que
señalan a la ornamentación del Cerro Santa Lucía, los Leones de Providencia y los Cañones de La Moneda, como
piezas también traídas desde el Perú, todos casos demostradamente falsos y nacidos únicamente del folklore
urbano. De hecho, en la plaza central de la ciudad de Buin existe una fuente parecida a la Pila del Ganso, de la que
también se levantan rumores sobre un legendario origen peruano. Durante su desaparición desde la Alameda, se
especuló incluso de que estaría bajo la intención de las autoridades "devolverla" al Perú, cosa que no resultó ser
tal, por fortuna.

-Otra de las teorías más difundidas y creídas por la sociedad chilena, es que la estatua habría sido un homenaje a
un niño del antiguo barrio, que murió atropellado por un tranvía mientras perseguía a un ganso, que cruzaba la
Alameda de las Delicias. De hecho, hacia la edad de los tranvías ésta era la más popular de las creencias. No
sabemos con exactitud a qué época podría haber correspondido el incidente, de ser real. La inauguración del
tranvía (de sangre) de la Alameda tuvo lugar hacia 1858, pero entendemos que llegaba sólo hasta la Estación
Central, de modo que el accidente debió haber ocurrido por ahí por la primera mitad del siguiente siglo. Si fuera
cierta esta historia, entonces la Pila del Ganso vendría a ser una suerte de animita en los hechos, culto que en
Chile adquieren siempre un visible carácter de religiosidad popular. Como esto no se ha reflejado, sin embargo, ni
en su estética ni en su presentación a lo largo del tiempo, nos queda cierta duda sobre las posibilidades de
autenticidad de esta historia, también con fuertes características de mito popular.
Durante nuestro estudio sobre las piezas ornamentales perdidas del Cerro Santa Lucía, fuimos informados de la
existencia de una teoría que habría colocado allí su lugar de origen en Chile o, cuanto menos, la intención de
incorporarla al cerro cuando fue fundida. Es verdad que existen allí estatuas de fuentes relativamente parecidas
al niño de la Pila del Ganso, pero revisando exhaustivamente el material fotográfico dejado por don Benjamín
Vicuña Mackenna en su "Álbum del Santa Lucía" de 1874, no encontramos ninguna que pueda corresponder en
proporción y aspecto a la de Estación Central. La pieza tampoco parece ser un original Val d'Osné, casa francesa
272
que fabricó la mayor parte de la ornamentación artística del cerro. Sí existen versiones de "El Niño de la Oca" en
catálogos de venta de metalurgia artística francesa, pero las piezas ofrecidas en estos folletos son de hierro,
mientras que la nuestra es de bronce, lo que puede hacerla corresponder a una copia más que a alguna adquisición
directa a las casas europeas de fundición de arte, como sucede también con los famosos dos leones de Providencia
y las piezas ornamentales que se produjeron en la Escuela de Artes y Oficios de Santiago desde fines del siglo XIX.
-También ronda la hipótesis de que la pieza haya sido un ornamento de aguas para gratificar el paseo de las
familias y parejas por la Alameda de las Delicias, durante el siglo XIX, cuando varias pilas existían en el sector
refrescando la pasada de los peatones. Sin embargo, estas fuentes podrían haber estado sólo hasta la proximidad
de Cañada de Saravia, hoy sector de avenida Brasil, donde se acababa el paseo. En los albores del siglo XX, con el
avance de la urbanización sobre Estación Central y el entorno, la Alameda había perdido mucho ya de su carácter
de paseo urbano y de sus piletas.
Otra teoría, que nos parece más realista aunque menos romántica, por lo mismo, supone que la Pila del Ganso
pudo haber sido parte de la ornamentación de jardín de alguno de los varios fundos que existían desde tiempos
coloniales en el sector poniente de Santiago, y que fueron asimilados por la ciudad hacia la segunda mitad del
siglo XIX, especialmente con la construcción de la Estación Central de Ferrocarriles y el desarrollo de su entorno.
Tal caso fue, por ejemplo, el del Fundo Las Rejas y el de la Quinta del Palacio Concha-Cazzote. Según esta teoría,
durante la urbanización gradual, la obra artística no fue llevada lejos y acabó incorporada al paisaje, donada o
cedida por la familia a la que habría pertenecido. No existe ningún dato para confirmarlo, sin embargo.
-Una última de las suposiciones que también nos parecen de las más sensatas, dice que la estatua habría sido
donada a la ciudad por algún estanciero o empresario, cuyo nombre ya fue olvidado o bien permaneció en
anonimato. Existen casos análogos, tanto de las piezas que decoran el Cerro Santa Lucía y los mencionados Leones
de Providencia, que fueron donados a la Municipalidad por la aristocrática familia Lyon. Las estatuas fueron
instaladas en tan característico punto, y, coincidentemente, también dieron pie a la fábula de que serían otros
"trofeos de guerra" traídos desde Lima. No obstante, tampoco existen datos que permitan verificar tal cualidad
para el caso de la Pila del Ganso.
-En fin, como sea la realidad en torno a la controvertida fuente, sin duda que es un agrado para todos los
admiradores de esta hermosa pieza ornamental su regreso al lugar que por tantos años había engalanado.
Esperamos que el daño producido con el cambio de nombre de la estación no lesione también el valor histórico
que ha tenido la Pila del Ganso en la identidad de este clásico y popular lugar de Santiago.

Vista frontal. Vista hacia el Norte. Vista hacia el oriente.

273
Anexo 7 Nelly escapa de la muerte por 2ª vez

VIDA SOCIAL Domingo 28 de Septiembre de 2014 Caracoles, 1939 De vuelta a casa

Clorinda Zamar, y sus hijas Nelly y Yolanda -los primeros de derecha a izquierda- partían con amigos a
visitar a sus familiares a Argentina.
La pequeña Nelly -abrazada por su madre- se enfermó en abril de la entonces mortal difteria en Buenos
Aires. Llegó de urgencia a un hospital, que milagrosamente disponía del novedoso suero antidiftérico.
La anécdota principal es que el doctor que la atendió estaba doblemente feliz, a pesar de que no había
podido viajar a cooperar con las víctimas del terremoto de Chillán, ocurrido en enero de 1939. Entonces
declaró: "Estoy contento, no pude ir en ayuda de los chilenos allá, y he tenido la fortuna de salvar a una
chilena acá...".

Esta fotografía la envió su hijo Antonio Rabajille Diuana. (Publicada en El Mercurio el 28.09.14).

Caracoles, 1939 De vuelta a casa

274
275
Anexo 8 Jorge Cafrune (extractado de Wikipedia)

Jorge Antonio Cafrune (Perico, provincia de Jujuy, 8 de agosto de 1937 - † Tigre, provincia de Buenos Aires,
Argentina, 1 de febrero de 1978), apodado "el Turco", fue uno de los cantantes folclóricos argentinos más
populares de su tiempo, además de un incansable investigador, recopilador y difusor de la cultura nativa. Padre
de Yamila Cafrune.
Biografía
Jorge Antonio Cafrune Herrera nació en el seno de una familia argentina jujeña de típicas costumbres gauchescas
y antepasados de orígenes árabes, en la que sus abuelos paternos y maternos eran inmigrantes provenientes de
Siria y el Líbano. Recibió el apodo de "El Turco" tal y como llamaban a su padre, un popular gaucho de la región
que cantaba bagualas y supo protagonizar duros duelos criollos.

Nació en la finca "La Matilde" de El Sunchal, cerca de Perico del Carmen (provincia de Jujuy). Cursó sus estudios
secundarios en San Salvador de Jujuy mientras tomaba clases de guitarra con Nicolás Lamadrid. Luego se trasladó
con toda su familia a Salta, y allí conoció a Luis Alberto Valdez, Tomás Campos y Gilberto Vaca, con quienes formó
su primer grupo: Las Voces del Huayra. Con esta formación grabó en 1957 su primer disco de acetato, en la
compañía discográfica salteña "H. y R.". En esa época fueron "descubiertos" por Ariel Ramírez, quien los convocó
para acompañarlo en una gira por Mar del Plata y varias provincias. Luego Cafrune y Valdez fueron convocados al
Servicio militar y el grupo alternó su formación original con reemplazos de José Eduardo Sauad y Luis Adolfo
Rodríguez. Estos nuevos integrantes formarían parte de la formación que ese mismo año grabó un disco de 12
temas para el sello Columbia. Más tarde serían convocados para grabar un segundo disco para la misma compañía,
pero desacuerdos entre los integrantes llevaron finalmente a la disolución del grupo.

276
Ante una nueva convocatoria de Ramírez, Cafrune forma un nuevo grupo, "Los cantores del Alba", acompañado
por Tomás Campos, Gilberto Vaca y Javier Pantaleón. Luego de esa presentación, Cafrune decide continuar su
camino en solitario y abandona el nuevo grupo. En esta nueva etapa debutó en 1960 en el Centro Argentino de la
ciudad de Salta para emprender inmediatamente después una larga gira que lo llevaría por las provincias de Chaco,
Corrientes, Entre Ríos y Buenos Aires. Ante una tibia recepción en la Capital, donde no consiguió lugar ni en radio
ni televisión, decidió continuar la gira por Uruguay y Brasil. En el primero lograría su debut televisivo, en el Canal
4 del país oriental.

En 1962 regresa a Capital y contacta a Jaime Dávalos, que tenía un programa de televisión. Este le dice que debería
probar suerte en el Festival de Cosquín. Cafrune viaja a la ciudad cordobesa y consigue un lugar para actuar fuera
de cartel, consagrándose por elección del público como primera revelación. Luego vendría el primer disco en
solitario y la consagración definitiva con nuevas presentaciones en radio, televisión y teatros, además de largas
giras en las que siempre prefería los pueblos pequeños a las grandes ciudades. Fue en uno de esos pueblitos,
Huanguelén, en la provincia de Buenos Aires, donde conoció y promovió a un joven cantor llamado José Larralde.
En este período también siguió presentándose cada año en Cosquín y allí, en 1965, sin conocimiento de la
organización presentó a una cantante tucumana llamada Mercedes Sosa.
En 1967 presenta la gira "De a caballo por mi Patria", en homenaje al Chacho Peñaloza. En esta gira Cafrune
recorrió el país al estilo de los viejos gauchos, llevando su arte y su mensaje a todos los rincones. Sus objetivos
también incluían captar los paisajes a través de la fotografía y la filmación de cortometrajes televisivos, además
de la recopilación de datos sobre las formas de vida, costumbres, cultura y tradición de las diversas regiones. La
gira fue ruinosa para su economía, pero fue un gran éxito si se tienen en cuenta los verdaderos objetivos que se
habían propuesto.

Entre 1972 y 1974, Jorge Cafrune formó un dúo con el niño Marito (1960- ) con quien grabó discos e hizo varias
giras por el país, España y Francia.1

Al finalizar esta gira, Cafrune fue convocado para integrar unas comitivas artísticas argentinas que visitaron los
Estados Unidos y España. El éxito en la península Ibérica fue fabuloso, y Cafrune llegó a radicarse allí por varios
años, formando familia con Lourdes López Garzón. Su retorno al país fue en 1977, cuando falleció su padre. Eran
tiempos difíciles para la Argentina, ya que el gobierno democrático de Isabel Perón había sido derrocado y estaba
en manos de la dictadura militar encabezada por Jorge Rafael Videla. A diferencia de otros artistas
comprometidos, que se exiliaron cuando comenzaron las amenazas y las prohibiciones, Cafrune reconocido por
su afinidad al Peronismo, decidió quedarse y seguir haciendo lo que mejor sabía hacer: cantar y opinar cantando
y haciendo. Fue así que en el festival de Cosquín de enero de 1978 cuando su público le pidió una canción que
estaba prohibida, Zamba de mi esperanza, Cafrune accedió argumentando que "aunque no está en el repertorio
autorizado, si mi pueblo me la pide, la voy a cantar". Según un testimonio de Teresa Celia Meschiati2 eso fue
demasiado para los militares, y en el trístemente célebre centro de concentración clandestino cordobés de La
Perla, el entonces teniente primero Carlos Enrique Villanueva opinó que “había que matarlo para prevenir a los
otros”.

El 31 de enero de 1978, a modo de homenaje a José de San Martín, Cafrune emprendió una travesía a caballo para
llevar a Yapeyú, lugar de nacimiento del libertador, tierra de Boulogne-sur-Mer, lugar de su fallecimiento. Esa
noche, a poco de salir, fue embestido a la altura de Benavídez por un rastrojero (camioneta) conducida por un
joven de 19 o 20 años, Héctor Emilio Díaz.3 Cafrune falleció ese mismo día a la medianoche. Si bien se cree que se

277
habría tratado de un asesinato planificado por parte de la Dictadura Militar y ordenado por Coronel Carlos Enrique
Villanueva, el hecho nunca fue esclarecido completamente y quedó solo como un accidente.

Discografía oficial Las voces de Huayra, Tope puestero, Cafrune, Jorge Cafrune ,Cuando llegue el alba, Ando
cantándole al viento y no sólo por cantar, Emoción, Canto y Guitarra, Que seas vos, El Chacho, Vida y obra de un
caudillo, La Independencia, Yo digo lo que siento, Yo he visto cantar al viento Este destino cantor, Zamba por
vos, Jorge Cafrune interpreta a José Pedroni, Lindo haberlo vivido para poderlo contar, Labrador del canto, Yo le
canto al Paraguay, Virgen india (con Marito), Aquí me pongo a contar… Cosas del Martín Fierro, De mi madre (con
Marito), De lejanas tierras, Jorge Cafrune le canta a Eduardo Falú y Atahualpa Yupanqui, Siempre se vuelve, Jorge
Cafrune en las Naciones Unidas

Filmografía: Cosquín, amor y folklore, Ya tiene comisario el pueblo, El cantor enamorado, Argentinísima, El canto
cuenta su historia.

Su zamba más famosa, que siempre cantamos en la familia:

278
Foto autografiada “A mi querida abuelita ‘Clorinda’ con todo cariño

279
Anexo 9 Crac de los Caballeros
El Crac de los Caballeros, en francés: Krac des Chevaliers (Fortaleza de los Caballeros) en una mezcla de lengua
árabe y francesa, es un castillo situado en la actual Siria que fue la sede central de la Orden del Hospital de San
Juan de Jerusalén en territorio sirio durante la época de las cruzadas.

Según el arquitecto restaurador, D. Leopoldo Torres Balbás, con su doble recinto amurallado constituye el
prototipo de la arquitectura militar del siglo XII y XIII, siendo su único paralelo la Alcazaba de Málaga que pertenece
al periodo taifal español, siglo XI.1 Fue incluido por la Unesco en el Patrimonio de la Humanidad, en el año 2006
junto con el Castillo de Saladino. El 20 de junio de 2013, la Unesco incluyó a todos los sitios sirios en la lista del
Patrimonio de la Humanidad en peligro para alertar sobre los riesgos a los que están expuestos debido a la Guerra
Civil.

Vista de la fortaleza desde el otro lado del acantilado.

280
Espacio entre los muros interno y externo y vista del otro lado del acantilado.

Espacio entre los muros interno y externo y vista de la llanura al pie del castillo.
Historia
Construcción
El castillo fue construido por los cruzados sobre un espolón del desierto sirio con el fin de proteger la ruta que
unía la ciudad siria de Homs (bajo dominio musulmán) con Trípoli (Líbano), capital del condado del mismo nombre,
en la costa del Mediterráneo. La fortaleza original había sido construida por el emir de Alepo. Fue capturado por
Raimundo IV de Tolosa en 1099 durante la Primera Cruzada, pero fue abandonado cuando los cruzados siguieron
su ruta hacia Jerusalén. Fue recuperado por Tancredo, príncipe de Galilea en 1110. Raimundo II, conde de Trípoli,
se lo cedió a los caballeros hospitalarios en 1142. Durante el siglo y medio siguiente, los caballeros construyeron
una imponente fortaleza, la mayor de Tierra Santa, que resistió al menos doce asaltos por parte de los
musulmanes.
281
El castillo se construyó en dos etapas. En la primera se levantaron los muros exteriores y un núcleo interior de
pequeñas edificaciones cuadradas, de forma que para 1170 la fortaleza estaba terminada. En 1202 un terremoto
afectó a parte de las fortificaciones, por lo que poco después se acometió una profunda reestructuración. Así
surgió el núcleo actual de fortificaciones y las defensas exteriores: un muro externo de 3 m de anchura con siete
torres de 8-10 m de anchura, creando una fortaleza concéntrica. Las laderas escarpadas del espolón se
aprovecharon con fines tácticos.
Aunque el risco en el que estaba situada proporcionaba un emplazamiento ideal, una fortificación situada en este
punto poseía dos puntos débiles: la puerta principal y el flanco sur, abierto a la llanura. Para proteger este
expuesto lado, se levantó un muro de albañilería con tres grandes torres, precedido de un enorme parapeto de
mampostería que en algunas zonas medía 25 metros de espesor.
El problema de la entrada se resolvió haciendo que el acceso a ella se construyera en zigzag por el declive
escarpado, de manera que un posible invasor se expondría durante su asalto al fuego de los adversarios. Entre las
puertas exterior e interior, un angosto pasillo entre muros y defensas colosales.
La posibilidad de rendir la fortaleza mediante asedio también resultaba inútil. La fortaleza poseía un almacén de
120 metros de largo y almacenes adicionales excavados en el acantilado bajo la fortaleza, donde se almacenaba
agua y alimentos suficientes para mantener largo tiempo a una guarnición de 2.000 hombres. Se estima que podría
haber resistido un asedio de cinco años.
Además del control de la ruta hacia el Mediterráneo, los caballeros hospitalarios ejercieron cierta influencia sobre
el lago Homs al este, donde podrían haber controlado la industria pesquera y vigilado los ejércitos musulmanes
reunidos en Siria.
Asedios
En 1163, la fortaleza fue infructuosamente asediada por Nur al-Din. Después de esta victoria, los hospitalarios se
convirtieron en una fuerza virtualmente independiente en la frontera del condado de Trípoli. Fue asediado,
también infructuosamente por Saladino en 1188. Finalmente, fue el sultán de Egipto, Baibars, quien consiguió
tomar la fortaleza el 8 de abril de 1271.
En aquel entonces la guarnición de hombres era escasa. Un año antes, la Octava Cruzada había fracasado y el
envío de ayuda desde el oeste resultaba imposible. Durante varias semanas, las fuerzas de Baibars minaron la
torre sudoeste del muro exterior hasta que se derrumbó. Sin embargo, cuando los atacantes penetraron en el
recinto, se encontraron ante la segunda línea fortificaciones, también imponentes, que aún les cerraba el paso.
Baibars, no queriendo aceptar la derrota o la posibilidad de un largo cerco, recurrió a la astucia. Según los
historiadores árabes, se valió de una paloma para enviar una carta falsa al castillo. El mensaje decía venir del gran
maestre de la orden hospitalaria y ordenaba la rendición de la tropa, pues no era posible enviarles hasta allí
socorro alguno. La orden fue obedecida y Baibars pudo capturar la fortaleza. Además, concedió caballerosamente
a la guarnición un salvoconducto para que se trasladara hasta Trípoli.
Baibars refortificó la fortaleza y la usó como base en su campaña contra Trípoli. También convirtió la capilla en
mezquita. Los mamelucos la utilizaron posteriormente en su ataque a San Juan de Acre en 1291.

Guerra de Siria y bombardeos (2012-2013)


Columna de polvo saliendo del castillo durante los combates registrados en la fortaleza en 2013 en el marco de la
Guerra civil siria.
Hasta la segunda década del siglo XXI, el castillo subsistía notablemente bien conservado y era objeto de atracción
turística, pero durante la Guerra Civil Siria ha sido el centro de numerosos combates, sobre todo entre los años
2012 y 2013. A raíz de ello, sus murallas han sufrido daños de diferente consideración por ataques con morteros,
cohetes y armas automáticas de diferente calibre.3
282
A lo largo de 2013, los rebeldes han usado el castillo como base militar para atacar, lo que ha hecho que el gobierno
mantenga potentes bombardeos en el castillo. Estos ataques han devastado al lugar y lo han dejado en ruinas.

Columna de polvo saliendo del castillo durante los combates registrados en la fortaleza en 2013
en el marco de la Guerra civil siria.

283
Anexo 10 Facultad de Ciencias donde trabajaba Eliana Rabajille

Historia
El actual grupo de Bioquímica y Biología Molecular se establece en la Facultad de Ciencias en enero del año 1975.
Esto se produce como consecuencia del golpe militar de 1973, momento en que el Decano de la Facultad se
encontraba fuera de Chile y no regresa. En esas circunstancias, un grupo de profesores de la Facultad propusieron
al prorrector el nombre de Hermann Niemeyer como decano. Niemeyer aceptó el ofrecimiento, comunicó su
decisión a los integrantes de su grupo de investigación de la Facultad de Medicina y posteriormente les propuso
trasladarse a la Facultad de Ciencias. El traslado se demoró por diversas razones pero finalmente, en Enero de
1975, parte del grupo de Bioquímica de la Facultad de Medicina se traslada física y administrativamente a la
Facultad de Ciencias.
Las personas que se integraron como grupo de Bioquímica en la Facultad de Ciencias fueron: Hermann Niemeyer,
Tito Ureta, Lyllian Clark, Jorge Babul, Jasna Radojkovic y Eliana Rabajille. Casi simultáneamente se les unieron
Ximena Espinosa, Trinidad González y Ana Preller, 3 profesoras que provenían de la Facultad de Filosofía y
Humanidades, cuyos Departamento de Ciencias pasaron a ser parte de la Facultad de Ciencias después del año
1973. A la cabeza de este grupo estaba Hermann Niemeyer, Titulado de Médico cirujano de la Universidad de
Chile.
La creación en 1970 del Programa de Bioquímica, dentro del Doctorado en Ciencias, mención Biología e
inaugurado en Marzo de 1971, fue un hito importante en el desarrollo del grupo de Bioquímica. Muchos
estudiantes de posgrado llegaron al laboratorio para hacer unidades de investigación, seminarios bibliográficos,
cursos obligatorios y electivos, y también sus tesis de doctorado. Varios de ellos fueron después contratados por
el departamento de Biología y pasaron a formar parte del grupo: Marilú Cárdenas, Octavio Monasterio, Rosalba
Lagos, Victoria Guixé.
Al cabo de algunos años el grupo de Bioquímica pasa a llamarse de Bioquímica y Biología Molecular.

Hermann Niemeyer Fernández (Ovalle, Chile, 26 de Octubre de 1918 - Santiago, Chile, 7 de Junio de 1991) fue un
eminente científico chileno, impulsor de la Bioquímica en Chile. En 1983 recibe el Premio Nacional de Ciencias por
aportar notablemente al avance de la bioquímica en los campos de la Bioenergética, la regulación metabólica de
las enzimas y el estudio del metabolismo de la célula hepática.
Facultad de Ciencias. Universidad de Chile.
Teléfono: +56 2 29787231
Las Palmeras 3425, Ñuñoa, Santiago, Chile.

284
285
Anexo 11 mi Tía Eliana
PALABRAS A MI TIA ELIANA

PARA DEFINIR A MI TIA ELIANA, VOY A UTILIZAR UNA PALABRA QUE PUEDE LLAMAR LA
ATENCION Y SE PUEDE ASOCIAR A MI PROFESION, PERO REPRESENTA MUY BIEN LO QUE
FUE MI MADRINA: MI MADRINA ERA MANSA
SIEMPRE TRANQUILA, CON SU FIGURA FRAGIL, QUE NO REFLEJABA LA FUERZA
INTERIOR QUE TENIA, AGRAVADO CON SU POCA TENDENCIA A INVOLUCRARSE EN LAS
COSAS DE LA CASA LLEVARON A QUE INCLUSO LA TRATARAN COMO POCO COOPERADORA.
EN CAMBIO CON LOS NIÑOS TENIA MUY BUENA LLEGADA, ERA UNA ESPECIE DE ABUELA
CARIÑOSA CON SUS SOBRINOS AL PRINCIPIO, Y POSTERIORMENTE CON SUS SOBRINOS
NIETOS. ME RECUERDO POR EJEMPLO CUANDO LE SACABAMOS EL AUTO (EL SIMCA) CON
ESTEBAN SOLO PARA GUARDARSELO EN EL GARAGE, Y SIEMPRE FINGIO NO SABER QUE
DABAMOS UN LARGO PERIPLO POR ALAMEDA HASTA LAS REJAS, NUNCA NOS LLAMO LA
ATENCION. SIEMPRE SE PONIA DEL LADO NUESTRO CUANDO LAS OTRAS TIAS NOS RETABAN,
O SI NO NOS PORTABAMOS BIEN EN LA MISA, UN ALMUERZO O EN LA PLAYA.
SI PUDIERA ELEGIR 3 COSAS QUE MARCARON MI RELACION CON MI MADRINA SERIAN:
- ELLA FOMENTÓ MI AMOR POR LOS LIBROS Y LA LECTURA. CUANDO PARA PASCUAS
O CUMPLEAÑOS, ME REGALABA LIBROS (CORAZON, IVANHOE, COLMILLO BLANCO ENTRE
OTROS) Y QUE YO, NIÑO DISTINTO SABIA APRECIAR. SU REGALO NO TERMINABA AHÍ, PUES
ME INSTABA A QUE LE CONTARA COMO LO HABIA ENCONTRADO Y QUE LO COMENTARAMOS
- FOMENTÓ MI AMOR POR LAS CIENCIAS, HABLANDOME DE SU TRABAJO, LAS
COENZIMAS Y LOS RATONES DE LABORATORIO. INCLUSO INVITANDOME A VISITAR A SU
FAMOSO DR. NIEMEYER EN EL LABORATORIO DONDE LA TIA ERA CONSIDERADA PERSONAJE
VITAL EN SU FUNCIONAMIENTO
- Y FINALMENTE CON LOS TANTOS TESTIMONIOS QUE RECIBI DE ESTUDIANTES, QUE
AL RECONOCER NUESTRO INOLVIDABLE APELLIDO, BUSCABAN MI RELACION CON LA
“ELIANITA” QUE ALGUNA VEZ LES HIZO UN PASO PRACTICO EN LA UNIVERSIDAD, NO DEJANDO
INDIFERENTE A NADIE CON SU ESTILO REPOSADO, QUIZAS LENTO PERO SIEMPRE AGUDO EN
EL COMENTARIO OPORTUNO E INGENIOSO.
EN ESTOS MOMENTOS DE DOLOR APARENTE, DIGO APARENTE PUES TODOS LOS QUE
CREEMOS QUE HAY ALGO MAS ALLA DE LA MUERTE TERRENAL (LLAMEMOSLO VIDA ETERNA,
RESURRECCION, PARAISO), NO PUEDO SINO APRECIAR LA FORMA EN QUE MI TIA ELIANA SE
DESPIDIO DE LOS DOLORES DEL CUERPO Y DE ESTE MUNDO: FLANQUEADA POR EL AMOR
INCONDICIONAL DE SUS HERMANAS, QUE ENTREMEDIO DE CARICIAS LA GUIARON
SUAVEMENTE A LOS REINOS DE DIOS, Y EN ESTAS CEREMONIAS, EN QUE TANTOS NOS HAN
ACOMPAÑADO AYER Y HOY.
COMO PARA PODER INFERIR QUE NO SOLO MARCAN NUESTROS PASOS LOS QUE
ESTAN EN LAS CABECERAS DE LAS MESAS DIRIGIENDO LAS ORQUESTAS DE LA VIDA, SINO
QUE MUCHAS VECES LOS MANSOS NOS ENSEÑAN QUE BAJO UN ENVASE DE APARENTE
HUMILDAD, A VECES SE GUARDAN TESOROS MAYORES.
QUE DIOS TE GUARDE MADRINA

OCTUBRE 5 DE 2003

286
Anexo 12 mi primo Juan Pablo
287
Cuarenta y seis años habría cumplido ayer 30 de septiembre mi querido primo, nunca
olvidado primo Juan Pablo. Cierto que murió muy joven, casi cuando empezaba a vivir, a pesar
de que la vida comienza con la fecundación, Juan Pablo nos abandonó (momentáneamente)
cuando los caminos de la vida se le abrían de par en par. Buen mozo, debo confesar que en
todas esas salidas de a dos primos en son de conquista, y a pesar de llevarle dos años de
diferencia, Juan Pablo siempre se quedaba con la mejor. Más bien la mejor lo elegía a él, y no
recuerdo que haya sido motivo de conflicto (dicen por ahí que las más feítas son más
agradecidas...) pero que el primo era buen mozo, sí que lo era, tenía unos verdaderos luceros
verdes por ojos. Una vez nos paró una señora en el camino de la playa en San Sebastián y le
dijo al Pablo: “mijito, esos ojos valen un Perú” (el dicho sonaba tan arcaico en su momento como
ahora). Querido por todos, comenzando por la familia, nieto mayor del tío Juan, era el regalón
de sus tías y tíos, Querido en su colegio: Fantini, Cosoy, Mundi, eran los amigos que se nos
repetían en los cumpleaños, en los veraneos, etc. y ha pasado mucho tiempo y no falta algún
desconocido que al oír el apellido Rabajille lo asociaban con el Juan Pablo del Grange y siempre
nos hablan maravillas de él. Querido por sus primos, nosotros, con los que vivimos miles de
aventuras, no todas narrables, que lo echamos tanto de menos en nuestro Di-Wallah, como
arquero, todos dicen que nos habríamos ganado todo, a pesar que tenía un genio podrido
(escoba) y no siempre era fácil tratar con él. Querido en la hípica, querido en todas partes.

Parte de mi rutina de chico era irme a quedar con mi sette Clorinda a la casa de El Golf,
(Apoquindo 3039, dirección actualmente inexistente pero donde aún moran los fantasmas de
mis recuerdos: la Amalita, el Oscar, el Brooklyn, maldito perro senil y mordedor, el Jacarandá,
el subterráneo con el bar, la mesa de juego, la de ping-pong y los mandarinos del patio
delantero) y el Pablo se venía desde El Bosque o desde Callao después y entreteníamos a la
abuela jugándole cartas. Aunque todo partía el viernes acompañando al tío Juan al fundo, y a
la vuelta los imperdibles eran una pasada a la bodega de don Pancho Romo a tomarle la chicha
dulce de los mismos barriles (algo así como “al pie de la vaca”) y ya en Santiago era un “must”
la pasada a la Fuente Alemana a competir quien se comía más lomitos. Aquí el Pablo tenía el
record de 5 lomitos completos, nada de extrañar pues las cuentas eran sin exagerar 20 o más
lomos acompañados de sus respectivas bebidas. Seguía el sábado con la ida al Hipódromo,
con Juan Carlos o el Abe, y la consabida vuelta derrotados… (el 95% de las veces, más bien el
98%). El domingo temprano a misa en Nuestra Señora de Los Ángeles, para almorzar y partir
al Club en la tarde. Entremedio le jugábamos escoba o “básica” a mi abuela y cuando nos
proponía que fuera con plata, la echábamos “al medio” para esquilmarla, los contrastes, en la
mañana persignándonos y en la tarde trampeando a la pobre sette, la que no se conformaba y
nos decía: “esto no es saber jugar, es suerte no más...”, era medio picota mi abuela.

Los veraneos en Viña, antes del Atalaya estuvo el Montecarlo, en sus jardines, que se
mantienen dormidos en el tiempo para beneplácito de mis recuerdos, nos enamoramos y
molestamos a las mismas niñas: “la Zoológico” era una preferida nuestra, a la que le pusimos
así por un vestidito de animales que se puso una vez. Después vendrían las Kattan, las
Musalem, las Müller, a estas dos (la Solange y su prima Verónica Sumar) las invitamos una vez
288
al Sporting y fueron de peto, muy ombliguito al aire las dos rubias, estupendas, tostadas y
dejamos la embarrada en el hipódromo (era solo el año ’72 nomás, no había el destape actual).
Éramos triunfadores y exitosos, empezábamos a conquistar el mundo cuando a mi primo
lo derribó un hachazo brutal (parodiando a Serrat) que cruel y rápidamente nos lo arrebató,
cortando una amistad como las que solo existen en nuestra familia, en la cual los primos somos
los mejores amigos entre nosotros, dejando un vacío que hemos tratado de llenar, los otros
primos, pero es igual que cuando se pierde una pieza de un rompecabezas, puede verse
completo pero falta una pieza. Y Juan Pablo ha faltado, aunque solamente en cuerpo mas no
en alma, su recuerdo vuelve cuando pasamos por los lugares donde hicimos nuestra historia
juntos, y la única gracia de su desaparición temprana es que el Pablo quedó joven en nuestras
mentes y con la fe de los creyentes espero que cuando nos reencontremos volveremos a ser
junto al Micho los conquistadores del Verano Naranja en la Avenida Perú, integraremos el Fa-
Mi-La en Reñaca, el Rabajille contra el resto del mundo, nos arrancaremos a jugar pool a donde
“la madrina” en Los Muermos, a buscar revistas El Ensayo viejas a San Diego, o a comprar un
Viejo Verde al quiosco de Tobalaba con Apoquindo y lo acompañaremos al Grange a ganarse
una vez más el steeplechase.
Y en esos días cuando nuestros cuerpos no sean impedimento, el rompecabezas volverá
a estar completo….

Es el anhelo de tu primo Toño

Anexo 13 Nuestro primo Pancho


Nosotros somos una familia extensa, muchos tíos y tías por ambos lados paterno y materno,
ningún evento familiar puede ser menor a cien personas y gracias a esa característica, en

289
nuestra infancia y juventud vivimos rodeados de primos, lo que nos hizo en muchos casos
prescindir de amigos….
¿Quién necesita amigos si hay tantos primos?
Hago este preámbulo porque desde que me enteré de la muerte del Pancho (una llamada del
Rodi a las 12:20 de la madrugada…) me quedó dando vuelta la idea que de los primos Rabajille,
de los 25 primos originales, este es el segundo primo que nos deja prematuramente, desafiando
las leyes naturales…aunque este punto lo aclararé posteriormente.
El primero en partir fue Juan Pablo, mi amigo del alma, y alguna vez escribí que dentro de lo
lamentable de su partida, la “ventaja” del Pablo fue que quedó para siempre joven en nuestra
familia…no envejeció, en nuestra mente quedó para siempre su imagen veinteañera….
Ahora nos dejó el Pancho…nuestro segundo primo que parte a recorrer ignotos territorios. Y el
Pancho tuvo una característica que lo hizo único entre nuestros primos: el Pancho no creció, o
al menos no en la forma tradicional de crecer, envejecer….
Su trisomía 21 lo obligó a quedarse niño para siempre, y ese es el recuerdo que nos va a quedar
a sus primos eternamente.
Desde su nacimiento fue frágil de salud, con su inmadurez pulmonar se salvó más gracias a los
rezos y mandas de nuestras tías que al esfuerzo de los doctores de la época, y quizás esa
debilidad lo hizo tan regalón de sus papás y de toda la familia.
Aquí explico el punto que el citado “desafío a las leyes naturales no es tal pues el Pancho superó
lejos las expectativas de vida que le habían pronosticado, en base a puro amor de papás,
hermanos, primos, tíos…
Y lo convirtieron en un regalón… de esos regalones….
Me acuerdo cuando lo obligaban a ir a la Donnenbaum a aprender un oficio…lo único que
aprendió fue a argumentar por qué no quería ir…
Sobradamente conocido en nuestra familia, es el cuento de los panes de huevo en San
Sebastián, en que a cada primo nos asignaban una cuota, a no superar, salvo al Pancho…y
nosotros pedíamos a su cuenta, hasta que pillaron el truco…
Pese a ser una persona con capacidades diferentes, nosotros no hicimos diferencias para
integrarlo a nuestro especial sentido del humor, y era un gozo sacarle un disco sin que se diera
cuenta (hasta que hacía el conteo diario, ¿u horario? Y se daba cuenta…) O mejor aún, pedirle
un disco prestado…y ver como se ponía a tartamudear…nervioso, no sabiendo cómo decir que
no…Y si el disco era de los que le importaba mucho, te trataba de meter otro…Le pedíamos
discos sólo por pelusear un rato con el…
Aunque una vez le pedí un disco de Miguel Bosé…hizo que me llamaran al otro día para que
se lo devolviera, y me llamó hasta que tuve que devolvérselo…Estuvo como dos años
tratándome de “ladrón de discos”..
Inolvidables sus cumpleaños, donde era un “must” acudir, uno de esos eventos familiares en
que aprovechábamos de poner al día nuestras vidas, porque iban todos… recuerdo haber
faltado casi nunca…Pero lo más inolvidable, lejos, era verle la cara al entrar…Uno sabía que
tocando el timbre, se iba a abrir la puerta e iba a estar el Pancho esperando….Un feliz
cumpleaños Pancho Tala, a la rápida…y ya sus ojos te estaban mirando las manos, el
regalo…..era un placer…
El suplicio era buscarle el disco que no tenía….

290
Otro de los placeres era pedirle un préstamo de plata, o tratar de chorearle su billetera, siempre
llenita, esa que andaba trayendo colgada y que salvó tantas veces al Nano….
O si perdía la Unión, especialmente si era el Chaguito el que le había ganado….en esas escasas
y lejanas épocas en que el Chago era de Primera…
O molestarlo con la hombría (para no decirlo en prosaico) de su ídolo Rafael…
O asegurándole que su amigo Cercós lo superaba en algo, en cualquier cosa… (pasaba
peleando con Cercós), se indignaba!!!
Puchas que lo hacíamos sufrir….
Era nuestra forma de aproximarnos a este hombre-niño y hacerlo uno más de nosotros…
Fue nuestra forma de demostrarle cariño,
Bueno, el Pancho tuvo su desquite final, tal como dijo el Checho en su programa de
ayer…Obligó a quedarse a los que planeaban un fin de semana largo…
Como no fue mi caso, buena Pancho Tala….
Para no alargarme tanto.
Me gustaría terminar con una cita, muy linda de una novela de Morris West…en ella, Jesús
vuelve a este mundo. Unos creen en Él, otros no. Hay un momento en el que, rodeado de niños
con Síndrome de Down, toma en sus brazos a una niña y dice:
"Sé lo que estáis pensando. Necesitáis un signo. ¿Qué mejor signo puedo daros que hacer de
esta niña una persona nueva y sana? Podría hacerlo, pero no lo haré. Porque soy el Señor y
no un mago. A esta niña le he regalado algo que ninguno de vosotros posee: la eterna inocencia.
A vosotros os parece imperfecta, pero para mí está sana y entera, como el capullo que muere
sin haberse abierto, o el pajarillo que cae del nido y es devorado por los insectos. Ella nunca
me ofenderá, como lo hacéis vosotros. Nunca pervertirá o destruirá la obra de mi Padre. La
necesitáis, porque ella siempre evocará la bondad que os ayudará a ser cada día más
humanos... Más aún, ella servirá para recordaros diariamente que mis caminos no son los
vuestros y que ni la más insignificante partícula de polvo que gira en las tinieblas del espacio
cae fuera de mi mano... Yo soy el que os ha elegido. No sois vosotros los que me habéis elegido
a mí. Esta pequeña es un signo que os dejo. Guardadla como un tesoro"

Y eso hizo nuestra familia con nuestro primo Pancho….tratarlo como un tesoro.

Pirque, octubre 31 de 2013

Anexo 14 San Sebastián


San Sebastián, treinta años después y antes

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Llego por la Carretera del Sol, y a pesar de haber una bajada directa a San Sebastián no resisto
la tentación de entrar por Cartagena. Por la bajada que da de lleno a una casa que tiene el muro
súper reforzado por, ¿mito popular?, tantos vehículos que se estrellaron contra su estructura (al
menos eso nos decía mi papá cada vez que pasábamos por ahí) Luego de esta casa azotada
por esos tantos vehículos que la chocaron...., viene LA tremenda bajada, que la citroneta de mi
mamá subía solamente después de agarrar considerable vuelo, y ya estoy en la Playa Grande,
con su pasado glorioso y su presente miserable. La bajada sigue siendo impresionante, al
bajarla aún me estremezco de recordar los nervios que acumulábamos al subirla en la pobre
citrola. Sorteando hoyos en el pavimento llego a la curva final, donde otrora había y
curiosamente aún hay una fábrica de pasteles, que al parecer ha resistido el paso del tiempo,
aunque en este último día de Marzo, está herméticamente cerrada.

No puedo dejar de recordar esas venidas a la playa de Cartagena, una o dos veces en cada
veraneo, y de lo amistoso de su mar. Nos podíamos meter casi cincuenta metros hacia adentro
y no había peligro (para que mi protectora mamá nos dejara, sí que tenía que ser una taza de
leche) en comparación a la playa “mata curaos” que era nuestro Sanse. En el triste presente,
las hordas bárbaras arrasaron Cartagua o Cartago, como le dicen ahora, cuáles langostas sobre
una cosecha en alguna sabana africana. Ya es historia. Tanto como Huidobro o la alguna vez
llamada Costa Azul del Pacífico. Hoy se enseñorean el vino en cajas y en sachets, la cultura de
la basura, la onda Los Prisioneros, el reality show, la modernidad toda. En esta playa mi mamá
hizo famoso al “niño de Cartagena”, un mozalbete que le alegaba todo a su mamá: claro,
siempre me traen acá aunque yo no quiera venir; claro nunca me comprai’ lo que te pido; si po’,
a mí es el único que no dejai’ meterse adentro y alegatos por el estilo, ¿típico de niño?, Si, pero
no toda una agotadora tarde en que no comprendo cómo su mamá no lo estranguló en beneficio
de la humanidad. Alcanzó la fama en mi familia ya que el contestatario niñito de Cartagena pasó
a ser el niño-símbolo de los hijos desobedientes y rebeldes. “Ya estás otra vez igual que el niñito
de Cartagena”, era la muletilla muy usada por mi mamá ante cualquier asomo de pesadez
constante mía o de alguno de mis hermanos.

Miro hacia mi izquierda, casi hacia atrás, al paseo que une la Playa Grande con la Playa Chica,
y retrocediendo en el tiempo me encuentro recorriendo con mis hermanos y primos, esa especie
de feria que se instalaba todas las noches. Después del estoico San Sebastián era como ir a
Orlando. En ese paseo había taca-tacas, flippers, venta de churros, algodón de dulce, stands
de juegos, venta de sorpresas, etc., para sentirse como Pinocho con el Zorro y el Gato. Todo lo
que pudiera desear un niño venido de una playa con solo pan de huevo fresquito pan de huevo,
empanaditas de alcayota pan de huevo fresquito, como lo voceaba nuestro casero Tito, Y mi
mamá preocupada de que no nos fuéramos a perder, que no fuéramos a caer al roquerío,
muchos que no fuéramos a…
Cartagena está pelienta, tuja, cuma, sucia, rota (en el sentido que uno quiera verla) En esos
días no se veía tanta pobreza o al menos no había tanta diferencia. ¿O nosotros éramos más
iguales?
Solo se salva el omnipresente mar. La intervención del hombre no ha alcanzado a cambiar su
constante ir y venir, sigue siendo una playa mansa, preciosa, si uno tiene estómago y un velo
para no ver la contaminada y poluta arena. Si hoy al cuadro del mar se le agrega usando una
292
especie de Photo Shop mental (cut and paste), el entorno cortado de alguna fotografía de los
años treinta, a excepción de los sombreros tongos y miriñaques de la época, nada habría
cambiado.

Salgo de Cartagena, dejando atrás recuerdos que me conmueven, pero no son los que me
estremecen, cruzo el estero, los vendedores de lechugas costinas, la fábrica de vidrio o lo que
realmente sea, para mí va siempre a serlo (y estaba muy relacionada con la mina de cuarzo,
que visitábamos una o dos veces por veraneo), el camino a Caleta Abarca, punto de partida de
paseos veraniegos multitudinarios, en que participaba casi todo el balneario (San Sebastián,
San Sebastián, playa soñada, luna de amor, yo no te olvido San Sebastián porque en tus playas
dejé mi amor, plagio según descubriría posteriormente de una canción dedicada a la playa
Constitución) Paso la casona con cancha de tenis que alguna vez arrendó uno de nuestros
parientes (Adolfo Hirmas), puchas que nos “quebramos” como dicen ahora o cachetoneamos
como decíamos en esos días, todo ese veraneo con uno de los nuestros con cancha de tenis,
claro que la cancha la ocupó una sola vez el Adolfo, y salió jadeando pidiendo la Unidad
Coronaria Móvil, que se inventaría treinta años después. La cancha sigue estando ahí, e incluso
abierta al público en arriendo, a mi izquierda la casa de los nosecuánto, casa de la que siempre
que pasábamos por su frontis, recibíamos la “parábola del ojo”: el caso del pobre hijo de los
nosecuánto que por acercarse mucho a una gallina, esta le picó el ojo dejándolo tuerto. Y
después dicen que sólo las empleadas aterrorizan a los niños con cuentos. Claro que lo más
seguro es que la historia haya sido cierta (¿y las de las empleadas qué?).

Me acerco a mi casa, mi ex casa, …que va, pase lo que pase, siempre va a ser mi casa de los
veraneos con mis primos, tías, hermanos y familia toda, y ya voy pasando la quebrada, luego
el local de la esquina ¿el Til?, ya no es el Til pero igual venden cecinas, como que el sitio estaba
predestinado para las cecinas, luego el local de Armijo (no existe, hay una reparadora de
máquinas herramientas), y en el patio trasero, deben quedar aún los restos de todas las
cáscaras de sandía, raspadas hasta el verde por el ejército de primos, los que luego
competíamos tirándoselas al vecino, al son de un: Armijo, agárrame esta cascarita. Decía que
paso el local del pobre Armijo y su colección de cáscaras y enfrente me encuentro con El
Rancho. Sorpresa, está en etapa de demolición y construcción de una especie de edificio tipo
hotel. Aquí detengo mi relato. Parar frente a El Rancho se había transformado en una especie
de rito a lo largo de estos treinta años, más bien en estos últimos veintidós años en que he
tenido por costumbre visitar San Sebastián un par de veces por año, nunca en verano (mi temple
no tiene tanto aguante), con la intención de no perder mi cordón con el pasado, a veces fuente
indispensable para conocer el presente y enfrentar el futuro. Pararme frente a El Rancho, mirar
hacia dentro su patio de baldosas rojas ya medias quebradas, era transportarme en el tiempo y
como Peggy Sue a encontrarme con mi pasado. Y ya estoy bailando un twist con la sobrina del
J.L., y más allá mi hermano Rodrigo robándole en los columpios un publicitado beso a la
Soledad Alonso quien con el tiempo se transformaría en famosa actriz de TV, o recorriendo sus
corredores de madera, a darle un recado a la Silvia Giadach, amiga de mis tías que una vez se
alojó ahí.
¡¡¡Yo bailando a esos cortos mis 10 o 12 años!!! Y después me debo haber puesto tímido. La
verdad es que no recuerdo qué me pasó, si es que me pasó algo, pero las hijas de los amigos
293
de mis papas, la Meli, la Carola, la Malena, la Ania, nuestras amigas de juegos, crecieron un
poco más que yo y no las pude alcanzar, se me arrancaron en el tiempo. Y yo seguí pegado al
Sugar Sugar Honey Honey, y ellas saltaron al Led Zeppelin II, sin pasar por los Tremeloes ni
los Beatles entremedio.

Y con mis primos nos dedicábamos al voleibol, a cantar Che Madame todos juntos en la
escalera (La Scala de Sanse, heredera legítima de la Scala de Milán, paradero 1 de la Gran
Avenida), para deleite o ¿tortura? de los invitados, a sacarnos fotos disfrazados de árabe, a
vender trigo tostado caliente en los días nublados, hacíamos collares ensartando semillas de
eucaliptos para vendérselos a nuestras tías, nuestras mejores clientas, o íbamos al cerro a
buscar poleo y boldo, para las agüitas de los “grandes” (el poleo es uno de mis olores de infancia
preferido) o lijábamos nuestras tablas de arena (sandboards se llamarían posteriormente) ya
que todos los días nuestro ejército de nanas nos llevaban a escalar las dunas las que bajábamos
a plena velocidad en nuestras anti-aerodinámicas tablas fabricadas de resto de cajones fruteros
y aceleradas por muchas pasadas de lija y la esperma de velas que le frotábamos en el anverso.
La ida al cerro de arena era una aventura. La aventura de no volver con los ojos, cara nariz y
orejas llenas de arena, por habernos dado vuelta a plena velocidad bajando el arenal y también
porque las nanas ya estaban hasta la tusa de nosotros y tenían ganas de deshacerse de
nuestras molestas presencias y nos asustaban al venir de vuelta de las dunas con cosas como:
por aquí se aparece el diablo y otras barbaridades semejantes. Aprovechándose que en una de
las paredes de una casa por la cual era obligatorio pasar había pintado un dibujo de una persona
como corriendo, de ahí se agarraron para meternos en la cabeza el susto a esa casa, la que
cruzábamos con más miedo que testigos falsos, ya que todos hubiéramos podido jurar que era
el mismísimo coludo el que nos miraba desde la fatídica muralla. Me imagino que una vez que
llegábamos a la casa y hacían entrega de su importante carga, es decir nosotros, tendrían chipe
libre para salir a lo que ahora denominaríamos carretear. Nosotros sí que nos dábamos chipe
libre para espiarlas a través de las rendijas de la pieza del fondo del patio, donde dormían todas
ellas, especialmente cuando se estaban cambiando de ropa. Cosas de cabros nomás. Ah, hace
unos cinco años atrás, me metí a la mala a la “casa del diablo”, y le tomé una foto al mentado
coludo. No era diablo, y tanto susto que pasamos con mis primos por su culpa.

Pero estaba en El Rancho, me sobrecogía pararme frente a su portón, y mirar hacia adentro y
ver como se detuvo el tiempo y quedó suspendido en el fondo de mi cerebro un paisaje de
treinta años atrás. Era como echar para atrás una cinta de video, y dejarla parada en una escena
del principio. Me tiritaba la pera de emoción. Tal como en el libro “Como Agua para Chocolate”,
la protagonista decía que uno debía llevar a todas partes los olores de la casa materna....
Pararse frente a El Rancho y husmear por su reja de madera con su pintura roja descascarada
asomándome a ese embaldosado craquelado, era como mirar hacia mi pasado, y con más que
solo olores, con sus formas, colores y hasta los ruidos de aquellos que pisaron esas baldosas
en las animadas noches de bailoteos, todos estos vuelven en calidad de espíritus a seguir
bailando con música que solo escuchan los que queremos escuchar. Ya nunca más. El Rancho
descansa en paz y desde ahora mis recuerdos también.

294
Villa La Madonina. Heme aquí. Hoy la casa no nos pertenece, aunque aún está en la familia,
pero ya no evoca ni contiene automáticamente mis recuerdos. Funciona (ba) un restaurant,
venden pollos y papas fritas (Machinery & Company), y me cuesta un poco ambientarme treinta
años atrás. A pesar de todo lo vivido entre sus paredes de piedra y madera. ¡Qué veraneos
inolvidables! Júntense cuatro o cinco familias completas, cada una con cuatro, cinco, seis o
siete hijos. Agréguese cuatro tías, unas seis o siete empleadas, algunos amigos, parientes
cercanos o lejanos, llegados de Argentina, Perú, Estados Unidos y hasta del mismísimo Medio
Oriente, descuénteseles de Lunes a Viernes los padres de esas familias, pero en esos fines de
semana reinclúyanseles y súmenseles vecinos, veraneantes del sector en cantidades desde
moderadas a extremas, siempre algún paracaidista conocido por todos o por algunos, y
resultará una muchedumbre en el que no fallando la logística, el veraneo para unos niños de
cualquier edad no puede sino ser EXTRAORDINARIO.

La logística, para un veraneo como el que nosotros pasábamos, mirado hoy con la óptica que
tengo hoy, más que impresionar, cae en la categoría milagro, con unos toques de martirio,
chorritos de locura, bordeando un poco la irresponsabilidad-responsable ya que sacrificio, o
buena voluntad, o heroísmo, quedan absolutamente cortos. Al hablar de la logística, no estoy
solo pensando en darle de comer a casi cuarenta personas todos los días, sino organizar una
casa con esa cantidad de habitantes y que funcione. Mis recuerdos dan para algunos detalles
solamente, recordando que en esa época yo era consumidor y no proveedor, pero me acuerdo
nítidamente de algunos como: la llegada del pan amasado que venía a dejar un caballero cuyo
rostro se me hace borroso en el tiempo, y creo sin temor a equivocarme que la cifra era sesenta
o setenta panes, que entregaba caliente para el desayuno de la tropa, más bien el tropel en que
nos convertíamos. Recuerdo haber acompañado a nuestra tía Lidia (generala de cinco estrellas)
a la feria de San Antonio, donde los choclos los compraba de a cientos. No recuerdo si eran
cien o doscientos, pero aunque hubieran sido cincuenta, son cinco veces más choclos que los
que he comprado de una vez en toda mi vida de comprador de choclos. Los tomates y los
duraznos de a cajones, estos últimos me constan en forma personal porque los “choreábamos”
desde el mueble de mimbre en que los guardaban con candado, sabia medida que permitía el
poder racionarlos equitativamente y con algún cuidado y orden ante la plaga voraz que estoy
seguro éramos. El día que el Tito venía a cobrarnos los panes de huevo, anotados en su libreta
durante toda la semana me acuerdo haber visto caras de ¡Sorpresa!, y leves discusiones del
tipo: vamos a tener que ordenar la pedida de panes, o asignarles una cuota....., salvo nuestro
primo Pancho que tenía chipe libre para pedir, y varias veces le anotábamos panes a su cuota.
A propósito de libretas de anote, el almacén del lado de la casa también nos daba crédito con
el mismo sistema. No tuve ocasión de saber cuánto se acumulaba en una semana, pero me
imagino que las cifras no eran menores.

Por las razones antes mencionadas no tengo conciencia valorizada de otros ítems, pero de
acuerdo a mi propia experiencia al veranear en mini concentraciones de doce, máximo quince
personas (que para los tiempos que corren igual son un buen lote), las cifras escapan de mi
entendimiento. Cuando pienso en la carne para hacer un guiso cualquiera, o cuántos paquetes
de tallarines que alcancen para la noche o si algún hambriento se quería repetir, o cuántas
sandías para el postre, o el papel confort, el detergente para lavar la ropa o se piense en
295
cualquier cálculo, este escapa de mi modesto entendimiento. Salvo que los responsables
hubieran tenido altos estudios de economía doméstica o alguna de mis tías haya sido ex gerente
de algún restaurant, o salvo que hayan aplicado con nosotros el sistema de prueba y error, con
las implicancias que esto pudo haber traído, no entiendo como sacaban adelante el buque, y
bien además. Y no estoy pensando en la plata para tremenda empresa, mal que mal la plata
debería haber estado para decidirse a veranear de esa aglomerada forma. Estoy pensando en
la oportunidad de la compra, en el timing, en el bodegaje, en el cálculo, en la distribución y otros
términos semejantes, puesto que en mis veraneos, he debido hacer estos mismos preparativos,
en menor escala eso sí.

Salto de la Economía y entro a la Madonina, casi nada ha cambiado, excepto que ya no hay
docas en el jardín, y que el macizo de la esquina, donde nos sacamos tantas fotos con mis
primos en el asiento de cemento, ya no existe. La escalera con sus palos redondos, las piezas
de mis tías, la cocina con piso rojo, el muro de piedra, la foto de la Madonna, el Villa La Madonina
de fierro negro, la cabaña nuestra, el cerco de pinos donde se nos perdían tantas cosas, la noria
que después clausuraron, el patio donde poníamos la malla de volley ball, la terraza donde
almorzábamos con su maldito arbusto botando pelotitas rojas, el balcón de la pieza de mis tías,
desde donde una noche le robaron un traje de baño a una de ellas, y pillaron al ladrón, Cada
detalle por sí solo no me evocan nada especial, es el total de esa casa que contiene mis
vivencias, mis recuerdos, mis fantasmas, mis fantasías, mis alegrías y temores. Las
sensaciones que cualquier niño de ocho, diez o doce años puede tener. Y yo no era un niño
común, la verdad es que nadie es común, todos somos universos distintos, pero yo puedo hablar
por el mío, ya que a treinta o cuarenta años solares de distancia he logrado comprender muchas
cosas que me ocurrían por ese entonces, no con un afán de decirme Oh, lo que me pasó, ni
qué pude haber hecho para que hubiese sido distinto, no. Muchas veces el interés es casi
histórico, otras veces me sirve para poder comprender mejor a mis hijos, que muchas veces
parecen más bien clones míos que solamente hijos. Y yo era un niño que gozaba con los libros
y revistas (aún), me fascinaba tener unas pocas monedas para ir a cambiar al quiosco de al
lado mis Red Rider, Jinete Fantasma, Pequeña Lulú, Jungla, Vidas Ejemplares, los Superman
y Batman, los Disneylandia. Gozaba los paseos al “bosque”, plantaciones nuevas de eucaliptos,
para mí era un auténtico bosque, gozaba jugando a ser un guerrero de arco y flechas con carcaj
de género, o un simple palo se transformaba en un fenomenal báculo que me acompañaba a
recorrer y conquistar un mundo para mí solo. Parece que me sentía conquistador del mundo,
porque tenía la manía de andar siempre con un palo: “el tonto del palo” me decían, y mi
imaginación abarcaba más de lo que podía sujetar entre las manos, y así me inventaba
carruajes fabulosos con un carrete de hilo vacío, unos pocos botones y veinte centímetros de
alambre de cobre, o en la “mina” del cerro, me esperaba un castillo que solo yo veía, claramente
entre el tierral que me imagino veían los demás. Y cuando recorría el interminable camino a la
playa, después de habernos asegurado desde la pieza del segundo piso, que había bandera
verde en la playa, yo iba caminando por tierras lejanas, extranjeras, peligrosas y por nadie jamás
recorridas El mundo infantil en esa época no era muy sofisticado, no nos entregaban todo
envasado, digerido y editado como ahora, era impensable un veraneo con televisión, aún para
mí no existe la palabra TV en nuestros veraneos, eran veraneos de paseos, caminatas, fogatas,
guitarreos, mucho deporte, mucha playa, veraneos más sanos si se quiere y a pesar de todo,
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tampoco la vida era simple. El mundo, y su ciclo vital han sido siempre redondos, los problemas
son los mismos aunque la forma de vivir vaya cambiando minuto a minuto. Siempre hubo drogas
(me acuerdo de nuestro amigo Archi, vivía en un mundo de marihuana, inofensivo para los
demás, ignoro su destino final), relaciones sexuales pre-matrimoniales, madres solteras,
violencia intrafamiliar, y otras obscenidades que se suponen actuales, son más antiguas que la
injusticia, y a pesar de todo, el mundo y su gente se las han agenciado para ser felices. Y yo
era muy feliz en mis veraneos, sufría con mi timidez, por no saber abordar a las niñas, no me
atrevía a sacarlas a bailar, a otras no me atreví nunca a declararme, y me fui encerrando en mi
mundo de libros y letras cual Quijote en la caballería, yo llegué a disponer de mi propia
Baticueva, donde cerrando la puerta me transformaba en la piedra o la isla de la que Simon and
Garfunkel cantaban: I’m a rock, I’m an island…..and the rocks feel no pain, and an island never
cry…. . (Soy una roca, soy una isla.....y las rocas no sufren dolor, y las islas nunca lloran) Pero
más adelante vendría mí tiempo, a todos nos llega, tarde o temprano. Pero si hubiera tenido
esa gota de desplante para decirle a esa rubia que la encontraba buena moza cuando me tocó
pasar un veraneo en clases recuperativas de matemáticas, y en la casa que me llevaba mi
mamá había dos hermanas espectaculares que me hacía confundir los números con todos los
pensamientos que provocaban. Y jamás me atreví a hablarles, y me pasaba películas de que
ellas me abordarían porque yo me encontraba SÚPER, y no entendía que el mundo entero, y
en especial esa maldita rica rubia no se dieran cuenta de cómo era yo, y de lo que iba a llegar
a ser y aquí me aplicaba una dosis de Seals and Crofts: When I was seventeen, I dream of
being a king, having everything I wanted…..(Cuando yo tenía diecisiete, soñaba que iba a ser
un rey, tener todo lo que quisiera) Yo era un rey, o iba a ser un rey, pero mi timidez me coartaba
el derecho a hacerme cargo de mi reino y el reino pasó de largo buscando otros soberanos.

A pesar de todo igual me animaba a salir, y muchas noches las pasé en las discotecas (hay que
lavarse la boca para decirles discotecas), el Iskra y el Cabaña Marta. A pesar de ser modestas,
tenían sus buenos juegos de luces y generalmente tocaba una banda en vivo, covers de los
Beatles o de los Rolling Stones. Oh, oh darling, please believe me, I never do you no harm, o
imitadores de Mick Jagger: I can get no... satisfaction. El o la Cabaña quedaba a la vuelta de
nuestra casa, frente a la quebrada, y nos volvíamos tarde a la casa después de haber intentado,
muchas de las veces, casi todas de las veces, sin éxito agarrar algo. Pero también tengo muy
clarito en la mente algunos lentos muy acaramelado, bailados con quién sabe quién, no me
acuerdo. ¿Porque entonces tengo la idea que yo no salía o que le tenía miedo al mundo? Que
curioso.

Salto al presente…
Tomo desde la Avenida El Peral (la calle principal, única pavimentada y que va desde San
Antonio y quizás cuanto más al Sur hasta Algarrobo y quizás cuanto más al Norte) el antiguo
camino hacia la playa. El cambio es total, a pesar de ir en auto me imagino que hago este mismo
camino tres décadas atrás, cuando nos bajábamos de la huella ripiada para correr entre los
arenales llenos de conchitas. A lo lejos se divisaban algunas casas de algunos “locos” que se
instalaron lejos del centro de San Sebastián, casas bonitas, del estilo típico del sector: madera,
balcones y jardines con plantas adaptadas a la zona. Si en esa época de infante despreocupado
del mundo, excepto no fuera jugar, jugar y jugar, yo hubiese tenido la experiencia y conocimiento
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actuales, hecho imposible y muy deseado por cualquiera, me habría dedicado a buscar y
recolectar indicios de los primitivos habitantes del sector, los equivalentes a los changos
nortinos de la zona central, y habría llenado la casa de puntas de flecha, morteros, collares de
cuentas y cerámicas. Estaba lleno de acumulo de conchas, claro indicio de poblaciones pre-
hispánicas, hoy hay acumulo de poblaciones, claro indicio de pobreza y basura. No hay un sitio
vacío entre El Peral y la playa, y la “avenida” llena de comercio, papas fritas, verdulerías,
amasanderías y otras pelienterías por el estilo.

Con dolor en el alma por tanta belleza mancillada, llego a la playa. La playa es un basural, qué
duda podría caber, aunque para ser precisos, lo sucio es más bien la arena, puesto que gracias
a los misterios de la vida, el mar esta sorprendentemente igual. Todo es más pequeño, ante mis
ojos. La lógica indica que los tamaños se han mantenido, yo crecí y por lo tanto, en forma
relativa los espacios se han reducido. De todas maneras, no sé cómo cabe entre la calle y la
orilla del mar el tremendo potrero que era para mí la playa. ¿Dónde meter la malla de volleyball?,
¿Dónde nuestra carpa? ¿Y dónde la de todos nuestros vecinos?, ¿Dónde caben nuestros
amigos? ¿Dónde nuestros sueños? Yo había tenido anteriores “reducciones” de tamaño: el
hoyo del jardín del Casino en Viña, en el que demorábamos una hora en llegar corriendo a su
centro. Una pequeñez ridícula. En mi colegio, a los hermanos Rippes, les llamábamos “los
inspectores de atmósfera” por lo grandes que eran. Ninguno es más alto que yo, y yo no soy lo
que se podría decir un tremendo tamaño. El patio de mi primera casa en Las Condes, una
estampilla donde no sé cómo cuatro hermanos, primos y amigos vivimos tantas aventuras en
ese tremendo escenario. Repito, una estampilla.

La casa de los Trucco, ¿o Truco? en que veraneaba el familión completo, convertida en un


albergue para niños pobres, que han mantenido la preciosa y típica casa de la misma manera:
pobre. ¿Dónde cabía la cámara gigante de neumático (de camión minero, seguro) envidia de
todos nosotros, que al pasar a la playa los veíamos dele que dele saltando, como en una actual
cama elástica? Hoy saltan las ánimas entre las maderas semi-podridas de los ventanales de la
alicaída casa. Tres casas más allá debía estar la Villa nosecuánto, que yo me acuerde, la única
casa de todo San Sebastián con piscina, la que arrendó nuestro amigo Julito Ahumada, y en
que se desarrolló un divertido episodio. Esteban, uno de mis primos, quizás el más volado, fue
autorizado a bañarse en la piscina, claro que nadie le advirtió (jamás pensó Julito que debió
hacerlo) que no tenía que usar champú ni jabón. Tarde descubrió el dueño de casa que en su
piscina estaba chapoteando entre la espuma su pequeño invitado. Chascarro que habríamos
de contar en todos los veraneos subsiguientes. Hoy no hay Villa, no hay piscina no hay nada,
no hay torero, no hay toro, no hay arena, no hay na’.

Mirando hacia el Sur, hasta San Antonio parece al lado, aunque ahora no se ve el humo de
ningún tren llegando a su estación como en aquel entonces, ni tengo la suerte de ver algún
barco entrando a su aún ahora concurrido puerto. Anyway, no puedo dejar de tararear la canción
que mi papá nos cantaba cuando estando en la playa veíamos uno: Mira ese barco que va en
la bahía, ahí se va, se va la novia mía. La verdad es que me queda la duda que pudiera ser
entrando en la bahía, pero es igual. No hay barco a la vista. Pero, aquí el pero es más bien un:
¡Exijo una explicación! Al más puro estilo Condorito. Miro hacia el norte, a Costa Azul o Las
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Cruces y se ve una puntilla verde semejante a San Antonio, en pequeño y súper cerca, y súper
linda. Nunca, pero jamás nunca en mi corta y larga vida había visto esa puntilla. Y de acuerdo
a mis conocimientos de geografía, física y algunotras leyes de la naturaleza es imposible que
se haya desarrollado una estructura semejante en tan poco tiempo, por lo tanto la única
conclusión dable de sacar es que siempre estuvo ahí, y es primera vez que la veo. Mi
perspectiva de niño no me permitía verla, por un asunto de alturas, y siempre que uno miraba
hacia el norte, pensábamos: Costa Azul, sonaba como misterioso, prohibido, peligroso. No
estábamos autorizados para salir del sector San Sebastián, y ahora que lo pienso, es raro que
nunca hayamos caminado en grupos hacia ambos extremos de la playa. ¿Tan bien lo
pasábamos en nuestra playa paraíso que no se le ocurrió a nadie pasear para esos lados? Era
un paraíso, hasta que llegaron las micros con los veraneantes por el día, y con sus bolsas de
picnic y sus gritos y sus peleas y sus ahogados en nuestra playa, (los típicos curados que se
metían envalentonados a bañarse y volvían a Santiago en un cómodo envase plástico) y
empezó el declive de nuestros veraneos en Sanse. Ese toque de playa íntima murió, esa
sensación de que año tras año nos íbamos a encontrar las mismas familias, las mismas caras,
las mismas tallas, las mismas carpas. E íbamos a jugar los mismos partidos de volleyball o a
ver jugar los mismos partidos de volleyball: Hoy se enfrentan los jóvenes contra Las Cucharas
Rusas, los integrantes de la vieja guardia: Marañón, Mariano Donoso, J.L., el Tata Ayuso, Jaime
Echeverría, Martínez, Julito Ahumada (con su infaltable jockey), mi papá, y otros. Contra el
equipo de los jóvenes de los que me acuerdo bien del Canberra y Cabero (aunque alguna vez
jugaron el Choclo, los Meneses, el Shozo, el tío Yeti entre otros). Pero Cabero era nuestro ídolo
juvenil de volleyball (había sido seleccionado chileno), a pesar que nosotros hinchábamos para
que ganaran los Cucharas Rusas, y por decreto estaba determinado que no fuera la calidad la
que se impusiera sino que las mañas, mariguanzas y trampas que los más viejos le imponían a
los mejores y más jóvenes. Para un lado de la malla estaba todo permitido, para el otro la más
mínima falta se castigaba. ¿Pero qué tan viejos eran? Exactamente debían haber sido de la
misma edad que tengo hoy. Por ejemplo, año mil novecientos sesenta y seis, yo tenía nueve o
diez años y mi papá tenía cuarenta y cuatro, o sea menor que yo, y los veía tan lejanamente
viejos. Ya los superé y me siento aún un joven y me imagino que mis hijos me miran igual como
yo miraba a mi papá y sus amigos. La vida es un círculo.

El volleyball nos hacía viajar a otras playas, El Tabo, Las Cruces, Guayápolis, Guaylandia,
Cartagena, Algarrobo, e incluso a Reñaca nos tocó ir alguna vez, acompañando a la selección
de San Sebastián en el Campeonato de Volleyball de las Playas. Y ese día era de paseo
general, nos íbamos con nuestro picnic y me recuerdo que íbamos todos a apoyar el equipo.
Zúmbale que zúmbale que sum sum sum, Zúmbale que zúmbale que san, san, san. Sum, sum,
sum, san, san, san, equipo de San Sebastián. Era nuestro grito de guerra, y no recuerdo mucho
si más ganábamos o perdíamos, pero las Cucharas Rusas se pasearon por todo el litoral y
nosotros con ellos. Más que acordarme de algún resultado de algún partido en especial, me
acuerdo en uno de los periplos de este campeonato, de haber ido a Viña, paramos en el
Montecarlo a comprar empanadas, y haber presenciado una competencia de “gula” entre
nuestro crédito, nuestro primo Juan Pablo y el crédito de los Ahumada, un flacuchento al que le
decían “el sobrino”, desconozco el nombre. Perdimos por 23 empanadas y media a 23
empanadas que se comió nuestro Juan Pablo, incapaz de esa media para haberle empatado al
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menos. Curiosamente ninguno de los dos competidores llegaría a la edad adulta, ambos
murieron jóvenes, al menos el nuestro en forma dramática y penosa. De las competencias
volvíamos cantando en grupo canciones que hoy pasarían por ingenuas, nerds o pernas, como
La mar astaba sarana, sarana astaba la mar, la mar astaba sarana, sarana astaba a mar. Con
E: Le mer estebe serene..... etcétera, etcétera. O esa otra: Buenas noches los pastores, Bom,
bom, bom....o también la interminable (que parecía un mantra): Salí de La Habana un día,
camino de Santa Fe, y en el camino encontré un letrero que decía. Salí de La Habana un día,
camino de Santa Fe...etcétera, etcétera. Cambiaba la entonación pero la letra era la misma.

San Sebastián era volleyball, fogatas, caminatas, guitarreos, La Semana de San Sebastián, con
actividades que culminaban en el Teatro. Tengo el vago recuerdo de algún final de estas
semanas, y en la cual mi primo Esteban tuvo que reemplazar a alguno en la guitarra. El teatro
da pena, lo venido a menos que está. Está igual a como mis recuerdos llegan, pero despintado,
oxidado, abandonado, a pesar que funcionó por algún tiempo alguna rama canuta de los
apóstoles de no sé qué, o pentecostales de no sé dónde, no lo tengo claro. Pero en cada uno
de mis periplos al pasado subo en auto (qué fácil se llega) recordando el largo camino que había
desde la Madonina pasando frente a la casa de los Marañón, y era todo en subida, y voy
reconociendo-desconociendo las lindas villas de otrora, puras casas de veraneo, pintaditas,
ordenadas, un agrado a la vista, y me encuentro con que a pesar de que ahora hay muchas de
ellas ocupadas en forma permanente, están ajadas, pobres, como un insulto a la memoria de
los que treinta años atrás les dieron tan buen uso y destino. Hay una con un camión desarmado
en el patio, varias con los jardines secos, las calles erosionadas con las bajadas de las lluvias.
Una pena, pero estoy frente a las puertas del Teatro San Sebastián. La ventanilla para sacar
los boletos está igual, el tubo de fierro que ordenaba las colas que se hacían los días de
exhibición es el mismo, la reja metálica plegable que contenía nuestros ímpetus juveniles es la
misma. Cierro los ojos y se ve lleno de jóvenes, que vinimos a ver Chicas Chicas con Elvis
Presley, o Busco mi Destino, con Peter Fonda y en el que salimos llorando cuando éste (nuestro
ídolo hippie) estrella su moto contra el camión, no puedo acordarme de otras películas que
hayamos visto ahí, sé que son muchas más pero me basta incluso con esta última para
acordarme de la deliciosa sensación de entrar temprano a ver una película y salir casi de noche,
con la frescura de las tarde-noches de la costa, y dentro del cine esa algarabía de la juventud
gritando, revolviéndola, molestándonos unos a otros, si casi todos nos conocíamos. Suena
cliché decirlo pero éramos como una familia que iba al teatro junta. Comparar ese teatro hoy
con los Hoyts o con las súper cadenas de cines es como comparar una bicicleta con el
Challenger, se ve tan pobre nuestro teatro que no caben más disquisiciones al respecto,
cualquier cosa que agregue, puede sonar como un insulto a nuestro querido teatro.

Bajo por la calle del teatro directo a la avenida El Peral, y me detengo frente al Riviera, al Hotel
Riviera. Se ve funcionando, aunque no me atrevo a entrar, está igualito a treinta años y quizás
cuánto años más atrás. Realmente me da miedo a que un torbellino me succione y me traslade
a mil novecientos sesenta y cuatro y estén todas mis tías, mi mamá y el lote de amigas (las
Schacktebeck, la Iris, la Nena, y otras más) sacándose una foto para la posteridad, de recuerdo,
sentadas en una larga mesa de celebración del cumpleaños de alguna de ellas (la tía Nadima
imagino), foto tomada por Morales (Foto Morales, casilla 4 Cartagena) No me acuerdo para
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nada de Morales, pero todas las escasas fotos que conservo en mi baúl de recuerdos
(Photographs & Memories le tengo puesto a la caja) de nuestros veraneos en San Sebastián
las tomó Morales. Morales ha adquirido con el tiempo importancia única de haber plasmado con
su Leica, me imagino, todos esos momentos irrepetibles de nuestras vidas. Fotos de mi familia
frente al mar, los primos en el asiento, las tías en el Riviera. Juro que no me atrevo a entrar,
tengo miedo de encontrarme quizás con qué. Puede entender esta sensación el que vio la
película “Pídele al Pasado que Vuelva”, donde el protagonista va a un hotel que se ha mantenido
por cincuenta años igual a como era en sus recuerdos, entra a una pieza, se pone ropa ad-hoc,
y empieza a desear retroceder en el tiempo, tanto y tanto que se duerme y al despertar y bajar
al salón, está en los años cuarenta, donde conoce a la que iba a ser su enamorada....Me
imagino que si entro al Riviera, pido una habitación, me pongo un short y una polera y me
duermo, despierto entremedio de las onces del cumpleaños de la tía Nadima y se infartan dos
o tres tías, entre ellas mi mamá. Mejor no entro al Riviera y doblo a la derecha, llego a la iglesia
y estaciono, me bajo y me enfrento al santo asaetado rodeado de placas de agradecimiento,
me siento en una banca enfrente y cerrando los ojos le dirijo una oración, dándole las gracias
por lo que le pedí (vine a pagar una manda) y también por haberme permitido llegar a estas
alturas del partido tan feliz, tan pleno tan lleno, tan clarito. Tengo mi preciosa familia, un buen
pasar, mis papas vivos, y mi corazón siempre abierto a las cosas, a las personas, doy las gracias
al pobre santo herido, mal que mal nos conocemos de hace mucho y en este lugar encuentro
paz y pertenencia. Soy de aquí como lo soy de Pirque, de algunos lugares en Las Condes y
otros de Viña, y como lo soy de Bahía Inglesa. Son MIS lugares, donde he hecho mi vida, donde
he desarrollado mis sueños, donde he llorado mis pesares y donde están mis fantasmas
encerrados, conviviendo con mis alegrías y los recuerdos de estos cuarenta y seis casi siete
años.

La iglesia, parece de juguete y de otro país, con sus muros de piedra y sus maderas barnizadas,
está abierta y me animo a entrar. No es domingo, creo que nunca había entrado en un día que
no fuera domingo, y no hay nadie, pero igual está llena de gente. Es que nos vinimos caminando
todos para llegar a la misa de doce, y el “padre chocolito” ya está ubicado en el altar. Subimos
con mis primos al segundo piso, la escalera es inmensa y apenas alcanzamos a ver por encima
de la baranda los movimientos que ocurren abajo. Los tres cuartos de hora que dura la misa
parecen interminables y no hallamos la hora de que termine para comprar barquillos a la salida,
más bien para que nos compren barquillos a la salida. De ahí mi papá nos va a dar unas
monedas para pasar a jugar al Flipper que está en la otra cuadra, en un negocio que queda
como enterrado, bajo el nivel de la calle. Ojalá que la señora no se acuerde de nosotros. El año
pasado, José Miguel, uno de los Carrera que veranea en la casa detrás de la nuestra, quebró
el vidrio del Flipper, sin querer por supuesto, y la vieja hizo tremendo escándalo, tanto que tuvo
que traer a su papá a arreglar el problema. De ahí nos vamos a almorzar a la casa, hoy es
domingo y están todos los tíos, así que el almuerzo va a durar un poco más, pero como sabemos
que hay bandera verde, nos vamos a ir tempranito a la playa. Abro los ojos y estoy sentado en
el patio frente al santo sacrificado por su fe, y me he trasladado en el tiempo, se está poniendo
peligroso San Sebastián, en cualquier momento me encuentro con que las chiquillas están
tocando con sus guitarras: Estoy tan enamorado de la negra Tomasa, que cuando sale de casa,
ay que triste me pongo, ay, ay, ay, (cuatro golpes a la guitarra por favor), esta negra linda, que
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me vuelve loco........ Pero ahora es Marañón el que pide el instrumento y se pone a cantar un
bolero: Y desde entonces, son las estrellas mis confidentes.......A ver chiquillos, nos vamos a ir
a comer donde La Reina, ¿quiénes van? Vamos todos dijeron, pero antes Jaimito Echeverría
nos va a contar un chiste... Ya, todos los niños a acostarse, que esto es para grandes, se fueron
a acostar los panudos…Puchas, déjennos quedarnos alguna vez. No, a acostarse se ha dicho,
e igual nos fondeamos entre por ahí y nos quedamos nomás.

El San Sebastián de hace treinta años murió, pero el mismo San Sebastián que conocimos vive
aún en nuestros recuerdos. Pueden morir los lugares, las personas, los estilos de vida..... los
recuerdos son inmortales.

San Sebastián y Pirque, Marzo-Abril de 2003

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Anexo 15 Una costumbre singular
Pedida de mano de María Millas para Rodrigo Rabajille
Patricio:
Primero que nada, pido disculpas por cumplir esta ceremonia leyendo, no es muy estético ni habla muy bien del
oficiante, pero por motivos prácticos prefiero dejar en papel lo estrictamente útil, porque si no mi mente
normalmente divaga peligrosamente hacia otros territorios….como en este momento….

Agradecemos el ser recibido en su casa, y permitirnos cumplir con una ceremonia que podría sonar vetusta,
prehistórica, pero que tiene mucha importancia para nuestra familia, en la idea de mantener las tradiciones.
Nuestras madres fueron pedidas así, nuestras señoras también, y esperamos que nuestras hijas así lo sean.
Me gustaría referir, muy brevemente el significado de esta “pedida de mano”, desde nuestra óptica… Tiempo
atrás, los matrimonios en nuestras familias eran planeados por los padres, con la intervención de una
casamentera, la que sin siquiera la opinión de los futuros esposos pactaban la unión, incluyendo los términos
económicos, las dotes, los regalos, etc., en una visita de los padres del hombre a la casa de la mujer.

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Por suerte los tiempos han cambiado, y ahora nuestros hijos tienen la libertad de escoger por su cuenta con quien
quieren enfrentar la vida en pareja, y el papel de nosotros los padres es acompañar en las decisiones a nuestros
hijos, rogar por que haya sido una elección correcta, y apoyarlos en ese recorrer…

Pero nos queda como resabio o remanente de la tradición, esta visita que hacemos con mucha seriedad y alegría,
transformándola en una oportunidad de conocerse las familias como de refrendar en un compromiso la decisión
de nuestro hijo.
Conocemos a tu hija María, desde muchos años atrás, desde los días del colegio.., y a nuestro entender, aparte de
buenamoza, es una niña seria, educada, cariñosa y trabajadora; para nosotros no es distinta de alguna de nuestras
hijas, la vemos como una hija más….

Por otro lado, nuestro hijo, mi sobrino y ahijado, es un excelente hombre, pude poner joven, pero el Yoyi es ya
todo un hombre; inteligente, respetuoso, sensible y responsable….A veces aparece como un poco rebelde, con su
pelo, sus cadenas, sus excentricidades, pero es sólo el look intelectual que se debe dar un siquiatra; nosotros
respondemos por él…

Creemos que ambos se merecen…

Hecha las presentaciones y habiendo manifestado las motivaciones y una pequeña mirada a la historia; en mi
condición de mayor de la familia, y en nombre de mi hermano, te pido Patricio, formalmente, tu autorización y
beneplácito para que tu hija María contraiga el sagrado vínculo del matrimonio con mi sobrino Rodrigo.

Espero una respuesta positiva, considerando que no tengo nada planeado como alternativa

Santiago, noviembre 7 de 2014

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Anexo 16 A la muerte de Nadim Rabajille
Palabras a la muerte de mi papá Antonio Rabajille Diuana, leído por Andrés Rabajille Siraqyan 16.09.08

A pesar de, hace mucho tiempo, prometí no escribir nada respecto de mis sentimientos a la muerte de mi papá,
heme aquí desnudando mi corazón en momentos de mucho dolor pero a la vez de mucha tranquilidad., aun así,
lo más seguro es que no sea capaz de leer estas palabras y me vicarie uno de mis hijos.
Mi papá….
Mi papá fue un muy buen papá, quizás no del estilo dos punto cero como somos nosotros, pero el mejor papá
para los estándares de su época. Quizás no iba a nuestras reuniones en el colegio, pero nos enseñó a encumbrar
volantines y a ponerle los tirantes, con esa manaza que marcaba cuartas gigantescas. Quizás no nos acompañó a
los partidos, ni nos iba a buscar a la casa de los amigos, como hacemos nosotros con nuestros hijos, pero siempre
sabía en qué y con quien andábamos.
Nos crió en la austeridad con que lo criaron a él, pero nunca, lo que es nunca nos negó nada de lo que
necesitáramos o le pidiéramos. Plata, permisos, apoyo para viajar, emprender proyectos locos, o dejarnos buscar
nuestro lugar en la vida, siempre a nuestro lado, con pocas palabras, jamás un contacto físico (de hecho, las dos

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veces que le pude acariciar sus manos fue cuando estaba dormido en una de sus quimioterapias, y ayer cuando
inconsciente agonizaba…) De otra forma uno se arriesgaba a un: ¡¡¡No me toque!!!
Él fue criado así, mi abuelo Antonio (personaje arrancado del túnel del tiempo), no le permitía usar espejo para
peinarse (es de niñitas), y una vez que le sintió olor a perfume le cortó la solapa de la chaqueta…
Mi papá se crió en el rigor de una familia de emigrantes, en el bravo barrio del paradero 1 de la Gran Avenida, con
el Zanjón de la Aguada de telón de fondo. Desde chico acompañó a su papá en su oficio de semanero por el
Matadero, luego se hizo micrero, siempre en su micro, luego empresario de buses y finalmente industrial. Siempre
devoto del trabajo, tan solo sus graves enfermedades le impidieron llegar a su querida fábrica de Einstein, a la que
dedicó largos 50 años de su vida. El ejemplo que nos dio fue de trabajo, mucho trabajo, y emprender, no
importando los riesgos. Era campeón para sociedades en que era el que ponía la plata y siempre salía pa’tras.
Fabricante de muebles clínicos, constructor de edificios, fábrica de helados fueron el ejemplo para nosotros que
hemos tenido fábrica de zapatos de mujer, de seguridad, de panties, de piyamas, etc. De tal padre tales hijos.

Muy buen hijo, me acuerdo que a la muerte de mi abuela Georgina, curiosamente también un 15 de Septiembre,
pasaban los días y mi papá lloraba y lloraba, sin pudor delante nuestro por su mamá. A mí me rompía el alma ver
a ese roble quebrarse, y a mi edad no logré asociar la fortaleza que él tenía, con una tremenda sensibilidad,
escondida eso sí.

En la ausencia de su papá, fue el sostén de su familia, de sus hermanos, lo que les permitió salir adelante, y quizás
su historia habría sido muy distinta de haber tenido las oportunidades que el sí pudo darnos a nosotros. Mi papá
era muy inteligente, y no solo hábil para comprar barato y vender caro. Era culto, ávido de saber, gran lector,
lamentablemente siempre lo superé en el puzzle del mercurio dominical, y de picado me decía que era fácil con
el computador, lo cual tiene algo de cierto, solo algo.

Cero tecnología, debíamos cambiarle hasta la hora en el reloj de su auto, no sabía hacer nada en la cocina, ni
limpiar su propia máquina de afeitar, al parecer Piero le compuso especialmente la canción Mi Viejo, pues mi papá
era de tranvía y vino tinto. Mucho más vino que tranvías.

Mi papá no fue perfecto, tenía igual que yo o Ustedes, muchos defectos, sería irrespetuoso dejarlos impresos hoy,
en este momento. Hay varios aforismos que respaldan este derecho., tan solo nombraré que le encantaba vivir al
filo…por el borde más peligroso.

Muy buen amigo, nunca negó un favor, gran anfitrión en su casa, muy querendón de sus amigos y de nuestros
primos y amigos. Su casa siempre estuvo de puertas abiertas para todos. Más bien siempre una botella abierta
para atender a quien llegara al 9430 de Las Condes, hoy exorcizada de tantas farras con un colegio funcionando.
Memorables sus tardes de Tango Bar con el tío Nano, Abraham Infeld, Carlos Haddad, el tío Juan, Pedro López, el
tío Carmelo, único sobreviviente del equipo. O los regados almuerzos con el cura Lizama….

Mi papá da para más que dos carillas, sin censura daría para un libro, pero despido mis recuerdos con dos puntos
y un agradecimiento.

Primer punto: que buen matrimonio llevó con mi mamá. Cincuenta y tres años juntos, a pesar del estilo de mi
papá, que encontró férrea resistencia en el aguante de mi mamá. Algo que solo puede entenderse con la palabra
AMOR, así en mayúsculas. Como lo cuidó mi mamá al final da para escribir una revista de “Vidas Ejemplares” que
existía antes, Pero a favor de mi papá puedo decir que no hubo marido más obsecuente y cariñoso, le dio el gusto
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y la dejó hacer en todo y que se bancó por años los cientos de llaves perdidas de mi mamá, o las cinco mil agujas,
o el: no tomes mas Nadim por Dios. Se merecieron ambos y Dios los colmó con nosotros, sus cuatro hijos
felizmente casados, bien con nuestros respectivos hijos, sus once nietos. Qué más se puede pedir a la vida…

Segundo punto: para quien no conoció in profundis a mi papá, solo un ejemplo de cómo a pesar de parecer que
no nos conocía, él lo sabía todo de nosotros contaré que a punto de cumplir los quince, yo vivía en un mundo de
caballos y libros, encerrado en mi “baticueva” como le decían a mi pieza. Y para ese cumpleaños mi papá llegó
con el libro “Cincuenta historias de caballos importantes” de José Salinas Castillo, un ejemplar numerado,
comprado en alguna librería del centro.
Yo hice PLOP, ¿qué sabía mi papá de lo que yo sentía? ¿Cómo lo sabía? Y no contento con eso, leíamos en su cama
los domingos, en familia, las historias de Old Boy, Ribot, o Freire
Así era mi papá, autoridad lejana pero muy cercana, cálido a su manera en su aparente frialdad, un corazón bueno
en el cuerpo de un luchador, un guerrero con alma de peluche.
Todo un hombre…

Finalmente un agradecimiento a todos quienes nos han acompañado en estos momentos, tristes pero tranquilos,
familiares y amigos, a todos muchas gracias.

Mi papá se libró de su cuerpo deteriorado, y está vibrando en otras esferas lejos de nuestro entendimiento, por
fin descansa en paz……

Anexo 17 A la muerte de Nadim Rabajille


El Tata por Yoyi Escrito por Rodrigo Rabajille Pichara, tiempo después de la muerte de su abuelo

Sábado a mediodía. El Rodi me despierta acelerado y ansioso como siempre. Se acerca el gran evento del fin de
semana, el almuerzo en la casa del Tata.
Llegamos atrasados, mi mamá seguramente salió tarde de la ducha o justo ese día decidió lavarse el pelo. Se abre
el gigantesco portón de la casa de Las Condes que a tantos refugió y reunió en torno a la mesa de Nadim, todo
sazonado, y como no, con la infaltable e incondicional camaradería de una (o varias) botellas de licor de turno.
Por fin entramos y bajamos del auto. Mi papá aún apurado se nos adelanta y abre la puerta principal anunciando
nuestra llegada. Lo seguimos y huelo el almuerzo de la abuela Nelly quien, como es usual, se pasó toda la mañana
cocinando para no defraudar con el tan anunciado banquete. Miro hacia la cocina y ahí está ella, acompañada
como siempre por la tía Chechi, entre el vapor de las ollas y pañuelo sobre su cabeza, ordenando cual director de
orquesta la sinfonía de aparatos que preparan la comida. Nos saluda cariñosamente mientras sutilmente sugiere
que “el niño” (es decir Yo), sea retirado de la cocina, por ser esta “tan peligrosa”. En un instante me veo exiliado,
sin nada que hacer para calmar mi curiosidad infantil. Paso el rato jugando con algún desafortunado animal que
luego de notar mi impulsivo y peligroso aburrimiento, arranca buscando refugio. Nuevamente sin nadie a quien

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molestar (ya que sólo existen el Chino y el Toñi quienes refugiados en sus coches, escapan de mis malévolos
planes) vuelvo a entrar a la casa casi dándome por vencido.
Me siento en el pasillo de la entrada, mirando el techo, cuando a lo lejos escucho una melodía escondida entre
risas. Curioso la sigo mientras se hace cada vez más evidente, un tango que empeñoso escapa a través de la puerta
del escritorio. Sigo escuchando risas de voces familiares y al parecer encontré la solución a mi aburrimiento.
Intrigado abro la puerta lentamente, tratando que nadie note mi presencia, y el tango invade mis oídos a la vez
que distingo varios personajes sentados alrededor de una afranelada mesa de juegos. Justo frente a mí y dándome
la espalda mi tío Julio quien se da vuelta y me amenaza con esa pícara mirada que lo caracteriza, a mi derecha el
Rodi, riendo quizás de que cosa. A mi izquierda con puro en mano mi padrino Toño, y finalmente, en la cabecera
de la mesa liderando la conversación e inspirando ese enigmático y sutil respeto que tanto lo caracteriza el Tata
Nadim.
Notan mi presencia y llueven las burlas, el Rodi, mi padrino y el tío Julio gozan por un momento de su avergonzada
víctima mientras que el Tata reparte las cartas, y, como si fuera obvio, juegan Tele. Termina de repartir y al notar
que la burla no ha cesado llama al orden, y los tan intrépidos cómicos se ven sometidos ante la soberanía del jefe,
cuales ovejas que siguen a su pastor.
Me quedo parado entre el Tata y mi papá. Sobre la mesa veo el típico picoteo previo tan habitual en los almuerzos
del sábado. Maní, pickles, salame, jamón, queso y aceitunas… infaltables.
“Sírvete, Yoyi, sírvete” dice el jefe mientras vierte un poco de whisky en su vaso ya vacío. Yo tomo un cubo de
queso.
Siguen jugando y yo arraso con el picadillo. Disimuladamente miro las cartas del Tata sin entender un carajo. El
jefe toma un sorbo de licor con su mano izquierda, lo deja, y con la misma me da dos suaves toques en la cabeza,
sin mirarme, y vuelve a tomar el vaso.
Mi mente de niño jamás comprendió ese gesto hasta el día de hoy que escribo estas líneas en la sala de esperas
de la clínica donde acabas de partir. Nunca pude imaginar cuantas barreras tuvo que esquivar ese sentimiento
tuyo antes de convertirse en esas dos palmadas sobre mi cabeza que para muchos pueden parecer un signo de
frialdad, pero que eran tu forma de expresar cariño, tu tan única y cohibida forma.
“Papá te toca”, dice el tío Toño, y el tata, trazando una sonrisa con sus labios descubre su juego.
“Ja, ja, ja, ja, me bajé” se burla entre abucheos de su rebaño, a lo que agrega su tan típica frase lúdica que muchos
hemos tratado de emular con paupérrimos resultados: “Varios premios”.
Las ovejas se lamentan, el juego ha terminado y otra vez gana el jefe. Todos comienzan a levantarse, como si la
abuela haya calculado perfectamente el fin del juego para tener la comida lista, y salen de la sala siguiendo a
Nadim quien ya se adelantó y con sus dos manos tomadas detrás de la espalda camina hacia el comedor. Yo sigo
este espectáculo desde el último lugar, como bien corresponde al puesto que ocupaba en la escala jerárquica
familiar en ese entonces.
“Rodrigo, sabemos que es difícil para ti, pero necesitamos saber si estás de acuerdo con que sigamos reanimando
a tu abuelo” dice el doctor mientras yo tomo la mano del jefe y escucho:
“Nelly, el ají!” a la vez que el Tata se dispone a aliñar el kubbe crudo que la abuela cocinó para el almuerzo, esta
vez en el departamento de Viña. Yo estoy en el living mientras veo al Jefe sentado nuevamente en la cabecera,
pero ahora acompañado de sus amigos. Reconozco a Carlos Haddad, Abraham Infeld y el Tío Carmelo, todos
riendo, comiendo, y acompañados nada más y nada menos que por una botella de licor la cual mi abuela retira,
por decirlo de una forma, “gentilmente” de la mesa entre las críticas y abucheos de los contertulios. De fondo
suena Carlos Gardel.
“No doctor, no siga” contesto con voz quebradiza, mientras el jefe da sus últimas señales de fortaleza. Tomo con
fuerza su mano derecha y me fijo en sus ojos perdidos. El equipo médico me deja sólo y yo disfruto en silencio de
tan solemne momento, de los pocos que tuve con mi abuelo.
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“Toma, Yoyi, acá tienes 10 mil pesos para que vayas a jugar” dice Nadim mientras me pasa dos fichas de cinco mil.
Es la primera vez que entro con el Tata al casino. La abuela Nelly hace rato que nos dejó a los dos solos para ir a
sumergirse en los tragamonedas. Yo no lo puedo creer, por primera vez estoy siendo parte del gran pasatiempo
de mi tata, el punto y banca, juego que me enseñó casi antes que a leer. Sin embargo él no está nada de contento
ya que lleva varios miles de pesos perdidos, y su gesto de generosidad probablemente buscaba librarse de mí para
recuperar su pérdida. Voy y vuelvo en un parpadeo derrotado, me siento junto al tata quien tampoco ha
conseguido su objetivo. Nos paramos y nos sentamos ahora en el blackjack, perdemos, pero estamos juntos, por
primera vez tengo la sensación de estar compartiendo con mi abuelo algo que lo apasiona, aunque ambos estemos
quebrados. Luego de un largo rato nos devolvemos al departamento, el tata con una cara de tres metros. Yo sin
caber en mi felicidad…
Miro hacia atrás y llega mi tío Toño, el hijo mayor a acompañar al jefe en su partida. Sé que el tata siente nuestra
presencia y goza. Ambos tenemos sus manos entre las nuestras, y yo tratando de mantener la compostura dejo
escapar un par de silenciosas lágrimas. Entra luego el tío Julio, yo suelto la mano de Nadim y la cedo a su hijo
menor quien la toma firmemente. Estoy preocupado, mi papá todavía no llega, y en ese momento recuerdo algo
que estudié alguna vez en la universidad: “El oído es el último de los sentidos que se pierde antes de morir”. Me
acerco hacia el oído de mi abuelo y le digo: “Tata tú eres un hombre fuerte” mientras miro en el monitor el cada
vez más apagado electrocardiograma “Aguanta hasta que llegue el Rodi”…
“Yoyi supe que estás pololeando” dice mi abuelo sentado en el living del departamento de Tabancura.
“Ah sí?”, respondo “¿Y con quien si se puede saber?”
“Con la hija del Tula!” contesta inmediatamente entre las risas de todos los asistentes.
Rodi, debo decirlo, siempre trataste de imitarlo, pero nunca lograste la perfección del maestro…
Poco a poco el tremendo corazón de mi abuelo va perdiendo fuerzas, pero aguanta. Es un instante de profundo
silencio, quebrado solamente por el ruido del respirador artificial. Yo vuelvo a tomar su mano y me acerco a su
oído a decirle lo que nunca tuve el valor de decirle en vida: “Tata, te quiero”
Al rato el corazón de mi abuelo comenzó a apagarse cada vez más hasta que finalmente se agotó, todo esto
mientras el Rodi lo tomaba de su mano izquierda. Tía Chechi, el tata tenía absolutamente claro que tu intención
era estar ahí.
Cierro los ojos y escucho a Carlos Gardel, mientras veo al tata riendo en el comedor de viña acompañado por
todos los que alguna vez significaron algo en su vida, incluyendo al Tula, al Bisbiruta y el Doctor Merengue, pero
principalmente por su señora y sus cuatro hijos. Pide permiso, como La Cumparsita, y se para de su silla. Se despide
entre risas entonando alguna canción y abre la puerta principal que da hacia el pasillo, pero esta vez lo que se ve
a través de ella no es el José Luis sino una intensa luz que mi Tata Nadim, el Jefe, el proveedor de la familia por
tantos años y hombre de corazón fuerte pero generoso atraviesa valientemente caminando, como siempre, con
sus dos manos tomadas detrás de la espalda.

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Anexo 18 Extracto de la Guía Social…

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Bibliografia u obras citadas:
Agar, Lorenzo y Saffie, Nicole Chilenos de origen árabe: la fuerza de las raíces 2005
Ahuil Hanna, José La aldea blanca 1977
Allel J, M. Las industrias de las colectividades de habla árabe en Chile 1937
Asfoura,Olga Liliana Árabes en Tucumán: relatos de abuelas 2004
Arancibia Clavel, Patricia y otros Tras la huella de los arabes en Chile 2010
Chahín Curi, Edith Nahima, la larga historia de mi madre 2001
Chuaqui Ketlún, Benedicto Memorias de un emigrante 1942
Chuaqui Ketlún, Benedicto Siria, festividades, ritos y costumbres 1963
Dawabe Atik, Elias Palabras castellanas de origen árabe 1973
De Luca, Julian La inmigración sirio-libanesa en la Argentina (internet)
De Pablo, J.C. Una historia argentina de Rabah 2005 (internet)
313
Garib Chomalí, Walter El viajero de la alfombra mágica 1991
Hassan Mattar, Ahmad Guia Social de la Colonia Arabe en Chile 1941
Hales Dib, Jaime Peregrino de los ojos brillantes
Hidd Vivallos, Fahd Alejandro José Hidd Yasin: Emigrante árabe en Santa Clara Ñuble 2013
Littin Cucumides, Miguel El viajero de las cuatro estaciones
Millar, María Angélica Estado de conservación de la antroponimia de origen árabe en
el español de Chile 2003
Olguin, Myriam y Peña, Patricia La inmigración arabe en Chile 1990
Rabajille Diuana, Antonio Pura sangre, puro destino… 2012
Rabajille Diuana, Antonio Expedición Trasandina, de Los Andes a Mendoza por las vías del
Ferrocarril Trasandino 2020
Rafide Batarce, Matías Escritores chilenos de origen árabe 1989
Rebolledo Hernández, Antonia La turcofobia 1994
Rebolledo Hernández, Antonia La integración de los árabes a la vida nacional 1991
Samame Barrera, María Olga Aproximación a una novela de emigración árabe: “El viajero de la
alfombra mágica” 2002
Sapag Chahín, Reinaldo Mis raíces provienen de Siria 2006
Sapag, Chahín, Reinaldo El encuentro con mis raíces sirias 2008
Sarah Comandari, Roberto Los turcos 1961
Tarud Siwady, Raúl Historia de una vida 2002
Ustán, Mustafá La Inmigración árabe en América. Los árabes otomanos
en Chile 2013

Otras fuentes (principales) consultadas:


Conversaciones con mis padres Nadim Rabajille y Nelly Diuana, con mi abuela Clorinda Zamar, con mi tía Yolanda
Diuana.

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ANEXO 00
ARBOL GENEALÓGICO FAMILIA RABAJILLE
DIUANA (INCOMPLETO PERO EL ÚNICO)

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