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Traducción 01: García Lovera Iris Odette

1.4 La energía interna


El desarrollo del principio de conservación de la energía ha sido uno de los logros más
significativos en la evolución de la física. La forma actual de el principio no fue
descubierta en un magnífico golpe de intuición, pero fue lenta y laboriosamente
desarrollado en dos y medio siglos. EL primer reconocimiento de un principio de
conservación, por Leibniz en 1693, se refería solo a la suma de la energía cinética
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(𝑚𝑣 ⁄2) y la energía potencial (𝑚𝑔ℎ) de una masa puntual mecánica en el campo
gravitacional terrestre. Mientras tipos adicionales de sistemas fueron considerados la
forma establecida del principio de conservación fallaba repetidamente, pero encada
caso fue posible revivirla con la adición de un nuevo término matemático -un “nuevo
tipo de energía”. Así, la consideración de sistemas cargados requirió la adición de la
energía de interacción de Coulomb (𝑄1 𝑄2 /𝑟) y eventualmente de la energía de el
campo electromagnético. En 1905 Einstein extendió el principio a la región relativista,
adicionando términos como la energía masa-reposo relativista. Por 1930 Enrico Fermi
hizo aportaciones en el campo de la energía de conservación en reacciones nucleares.
El principio de conservación de energía es ahora visto como un reflejo de (el
presumiblemente) el hecho de que las leyes fundamentales son las mismas hoy como
como lo fueron eones antes, o como serán en el futuro remoto; las leyes de la física
son inalterables por un cambio en la escala del tiempo (𝑡 → 𝑡 + 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒). De esta
base para la conservación de la energía tendremos más que decir en el capítulo 21.
Ahora, simplemente notemos que el principio de conservación es uno de los más
fundamentales, generales y significativos principios de la teoría física.
Viendo un sistema macroscópico como un aglomerado de un enorme número de
electrones y núcleos, interactuando con complejas pero definidas fuerzas para las
cuales la energía de conservación aplica, concluimos que los sistemas macroscópicos
tienen energías precisas y definidas, sujetas a principios de conservación definidas.
Esto es, ahora aceptamos la existencia de una energía bien definida de un sistema
termodinámico como una manifestación macroscópica de una ley de conservación,
altamente desarrollada, probada con una precisión extrema y aparentemente de
completa generalidad a nivel atómico.
La justificación anterior de la existencia de una función termodinámica de energía es un
poco diferente del método termodinámico histórico. Puesto que la termodinámica fue
desarrollada mucho antes de que la hipótesis atómica fuese aceptada, la existencia de
una función de energía conservativa macroscópica tenía que demostrarse por medios
puramente macroscópicos. Un paso significativo en esa dirección fue tomado por Count
Rumford en 1798 cuando observó ciertos efectos térmicos asociados con la perforación
de cañones de latón. Sir Humphry Davy, Sadi Carnot, Robert Mayer y finalmente (entre
1840 y 1850) James Joule llevó los esfuerzos iniciales de Rumford a su fruición lógico.
La historia del concepto de calor como una forma de transferencia de energía es
insuperable como un caso de estudio en el tortuoso desarrollo de la teoría científica,
como una ilustración de la inercia casi insuperable que presenta la doctrina física
aceptada, y como un soberbio relato del ingenio humano aplicado a un problema sutil y
abstracto. El lector interesado puede referirse a The Early Development of the
Concepts of Temperature and Heat por D. Roller (Prensa de Harvard University, 1950)
o a cualquier trabaho sobre historia de la física estándar.
Aunque no recurriremos explícitamente a los experimentos de Rumford y Joule para
justificar nuestro postulado de la existencia de una función de energía, hacemos
referencia a ello en la sección 1.7 en nuestra discusión de la mensurabilidad de la
energía termodinámica.
Solo diferencias en energía, en vez de valores absolutos de la energía, tienen
significado físico, ya sea a nivel atómico o en sistemas macroscópicos. Es
convencional por lo tanto adoptar algún estado particular de un sistema como un
estado fiducial, la energía del cual es arbitrariamente tomada como cero. La energía de
un sistema en cualquier otro estado, relativa a la energía del sistema en el estado
fiducial, es entonces llamada la energía interna termodinámica del sistema en ese
estado y es denotada con el símbolo U. Como el volumen y el número de moles, la
energía interna es un parámetro extensivo.

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