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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA

Facultad de Humanidades
Lengua y literatura de Hispanoamérica

Literatura Norteamericana Grupo: 601 16 marzo 2008


Guadarrama Díaz Brígido Iván

Poe

Tratándose de un caso en el que mis sentidos se niegan


a aceptar su propio testimonio, yo habría de estar
realmente loco si así lo creyera.

Edgar Alan Poe

“Padre del terror”, “maestro del relato detectivesco”, “creador del cuento corto moderno”, entre
otros, han sido los títulos o pseudónimos que se le han atribuido a Edgar Alan Poe. Pero más allá
de todo gentilicio, Poe representa una figura que contribuyó al ámbito del entretenimiento, no
sólo a través de la literatura, dejando legado en el estilo de las siguientes generaciones de
escritores; sino como influencia en general hacia diversas industrias del entretenimiento actual,
desde películas, series, caricaturas, hasta la música y la estética.
Ala Poe nació en Boston (1809) y murió en Baltimore (1849). Durante su corta vida se
desempeñó como escritor, poeta, crítico y periodista. Sin embargo, esos cuarenta años fueron
suficientes para dejar su imborrable huella. Lo que hace aún más grande su proeza, es, que
durante el siglo XIX Estados Unidos no contaba con una tradición literaria como Alemania,
Italia, España y principalmente Francia, con su meca del arte: París.
Poe cambió el paradigma de la literatura tradicional, sobre todo en el cuento corto de la
lengua anglosajona, pues agregó elementos y técnicas a su escritura, que no eran convencionales
para el mundo, como el surrealismo, pero no el surrealismo europeo, sino uno menos ambiguo y
más dotado de realismo, un realismo crudo y sin censura como el que se puede apreciar en los
cuentos: “El pozo y el péndulo”, “El gato negro” y “El cuervo”. Según Kevin Hayes, editor de la
guía de Cambridge para Edgar Alan Poe (2007); la diversidad artística de aquellos que cayeron
bajo el hechizo de Poe indica el alcance de su influencia. Los mejores artistas utilizaron las
imaginativas obras de Poe como base para sus teorías estéticas. En pocas palabras, los escritos de

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Poe han promovido la generación artística y estética de una gran variedad de disciplinas
creativas.
Además, su trabajo ha sido asimilado por la cultura popular a través de la literatura
(Stephen King, Franz Kafka, H. P. Lovecraft, y en español; Jorge Luis Borges, Julio Cortázar,
etc.), la música tanto moderna (The Beatles) como clásica (Debussy, Guy Reibel), el cine (por
ejemplo, las muchas adaptaciones de sus relatos realizadas por el director estadounidense Roger
Corman, o el estilo gótico de Tim Burton que fue inspirado por Poe), el cómic, la pintura (varias
obras de Gustave Doré) y la televisión en cientos de adaptaciones (Los Simpson), como las
españolas para la serie: Historias para no dormir).
Su obra representa una fuente de inspiración, eso es cierto, pero qué hay respecto las
influencias que ejercieron sobre él. Muchos autores señalan distintos elementos que pudieron ser
motivos o factores que propiciaron toda su obra, desde el hecho de vivir su infancia en Escocia;
entre parajes sombríos y casas antiguas, hasta la cercanía con la esclavitud que aún se practicaba,
o la prematura muerte de su esposa, quien también era su prima.
Esos aspectos, bien pudieran denotar cierto ingenio para desarrollar el lóbrego ambiente
de sus cuentos, sin embargo, la técnica es un punto que no puede pasar desapercibido. En el
tiempo que Poe vivió y practicó su escritura, ya existía el cuento de terror, el surrealismo y el
relato policiaco o detectivesco, entre los más destacados están Chaucer, Walpole, Baudelaire y
Dostoyevski. Pero la obra que más aspectos pudiera denotar un estilo pseudo-Poe, es “Fausto”
del alemán Goethe. Esta obra, de 1808 -casi el mismo año en el que nació Poe- relata (más a
manera de diálogos) la historia de un hombre que vende su alma al diablo; una tragedia, donde la
destrucción del protagonista se presenta por fragmentos, tanto de carácter físico como metafísico
(el alma). Poe retoma la esencia de “Fausto” para proyectarla en cuentos cortos, combinando la
sencillez de la narrativa moderna con la complejidad de la poesía del siglo XIX y la profundidad
del teatro, agregándole un toque psicológico.
Pero más allá de las cuestiones narrativas, el logro de Alan Poe, es sin duda, la influencia
de su estilo en el arte y entretenimiento moderno.
[…] rememorar a Poe no es sino testimoniar la consciente presencia de su figura en su
legado artístico en la cultura actual. Transformado en verdadero ícono postmoderno
(basta con introducir su nombre en el buscador de internet para probarlo), su mero retrato

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ya es sinónimo de lo fantástico y de cualquier manifestación cultural que pueda asociarse
a tan amplio y ambiguo campo semántico. (Cuéllar, 2009, p. 207)
Lamentablemente, el mismo impacto que ha generado su obra, se ha convertido en
motivo de provecho para ciertos sectores de la industria, que utilizan los productos artísticos y
culturales como motor lucrativo. “El uso más o menos descarado, más o menos respetuoso, de
Poe como ‘marca de prestigio’ o recurso material que garantice el éxito de una obra” (Cuéllar,
2009, p. 209). Es decir; utilizar algún producto que haga referencia a Edgar Alan Poe y su obra,
es mucho más fácil de acomodar en el mercado dada su fama y reconocimiento a nivel global,
que un producto de Edgar Clement, por ejemplo.
Por otro lado, al igual que la mayoría de los mejores escritores que han existido; resulta
penoso que Alan Poe es, hoy en día, uno de los más célebres y cotizados escritores de culto,
cuando en vida tuvo bastantes problemas de tipo económico, social, moral y sicológicos. No fue
rico -apenas tenía para sobrevivir-, no fue el aclamado y reconocido escritor como ahora, pues se
le consideró un hombre errático y de carácter introvertido, siempre tuvo dificultad para ser
aceptado en la sociedad. A los dos años de luto, del fallecimiento de su esposa, Poe murió
delirante y alcoholizado.
“Creador del cuento corto” como su vida tan fugaz, “maestro del relato detectivesco”
como los misterios que encierra su muerte en una calle de Baltimore. Y por su vida llena de
trastornos de la mente y alma, bien podría decirse que es el “padre del terror”. Pero, nuevamente,
resulta de mayor relevancia, reconocer el legado tan brillante que su ingenio ha dejado, herencia
que se puede encontrar en la misma literatura, en el cine, la música, pintura y más.

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Referencias

Cuéllar, C. A. (2009) El artista como musa: la influencia de Edgar A. Poe en el arte. Ars Longa.
Número (18). Págs. 207-209

Hayes, K. J. (2007). The Cambridge Companion to Edgar Allan Poe. Cambridge: Cambridge
University Press.

Moreno, V., Ramírez, M. E. y Moreno, E. (1999). Edgar Alan Poe. Buscabiografias.com.


Recuperado de
https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/1639/Edgar%20Allan%20Poe

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