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EJ..gato negm_y otros cuentos


Portadilla

Pesadillas que duran cien años


El entierro P-rematuro
HoP.::frog_(o Los ocho orangutanes encadenados).
.El.gato negro
Edgar A/Jan Poe
Créditos

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entonces y ahora.
Edgar Allan Poe (Boston, Estados Unidos, 1809 - Baltimore,
Estados Unidos, 1849) ha aparecido en cientos y cientos de
antologías, libros de texto y páginas de internet, es cierto. Hasta
su "foto" (daguerrotipo, para ser precisos) es inconfundible. Es
más fácil reconocer su imagen que la de muchos autores vivos.
Aun así, el autor de "El cuervo" se renueva con cada lectura.
Sigue ganando lectores y fanáticos. Y no lo decimos nosotros. Él
mismo, en su famoso ensayo "Filosofía de la composición",
dejó claro su propósito: alcanzar "al mismo tiempo el gusto
popular y el gusto crítico", es decir, alcanzar tantos lectores
como fuera posible.
¿Y por qué Edgar Allan Poe? ¿Cuál es su valor actual si nació
hace más de doscientos años? ¿Qué lo hace importante si
escribía en una lengua tan distinta de la nuestra? La respuesta
OS CUENTOS DE EDGAR ALLAN POE aún nos causan
breve a la primera pregunta es que él inventó el cuento como hoy
pesadillas. Sus personajes son víctimas de trastornos
lo conocemos. La respuesta menos breve: Poe reseñó Cuentos
aterradores y al mismo tiempo frecuentes, incluso hoy. Sus
dos veces contados, de Nathaniel Hawthorne, el otro peso
tramas impredecibles, sus atmósferas perturbadoras y sus
completo de la literatura estadounidense de la época. Poe
convincentes narradores en primera persona le dicen al lector
afirmaba en aquella reseña que un cuento debía causar un efecto
que tiene razón al temerle a la oscuridad. Si el fuego de las velas
inmediato en el lector (el horror era su favorito, claro), ser
no nos salvaba en el siglo XIX, tampoco lo hará la luz de las
legible en una sesión, atrapar desde la primera línea, ser original
pantallas en el XXI. La oscuridad y el horror son los mismos

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y, sobre todo, aspirar a la verdad (no a ser verdadero, sino a Borges y Julio Cortázar, miran hacia arriba a Edgar Allan Poe.
parecerlo). "Pertenece a lo intemporal y a lo eterno, por algún verso y por
¿Y por qué creía Poe que el cuento como género debía muchas páginas incomparables", escribió el primero. El
cumplir esos "requisitos"? Los artistas pertenecientes al segundo comenzó a escribir cuentos gracias a Poe, y años
romanticismo, como el escritor bostoniano, tenían clara una después tradujo sus obras completas. Cuentan que el autor de
cosa: las emociones importaban más que la razón. El arte debía Rayuela estuvo muy ansioso durante el trayecto del manuscrito a
causar emociones, efectos, como los llamaba Poe. Sus su editor. Temía que alguna calamidad arruinara las hojas y
características técnicas podían ser impecables, pero no valían aquella traducción-homenaje se echara a perder.
nada si el conjunto de la obra no "elevaba el alma" y "reportaba Mención aparte merece el famoso escritor uruguayo Horacio
una excitación intensa" al sujeto que la contemplaba, para usar Quiroga. No hay Quiroga sin Poe. Los cuentos de este autor
las palabras de nuestro autor. Hoy estamos muy lejos de ser latinoamericano son a veces imitación; otras, homenaje, y unas
románticos, pero estas reglas tienen sentido todavía, ¿o no? más, parodia franca. 1 ncluso sus relatos más reconocidos y
Volvamos a la pregunta sobre el valor de un escritor de lengua logrados -"La gallina degollada" y "El almohadón de
extranjera. Si haber inventado un género -o haberlo plumas"- eran para su autor "cuentos de efecto''. en el sentido
reinventado, por lo menos- no es suficiente, pensemos en la que el bostoniano le dio a ese término.
huella que ha dejado Poe en grandes escritores de nuestro El autor que se quedó con la impresión más profunda de Poe
idioma. Rubén Darío, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, fue el francés Charles Baudelaire. Tan es así que a Julio Cortázar
Roberto Bolaño y un larguísimo etcétera integran la lista de proponía en broma comparar las fotos de ambos autores, quitar
escritores hispanohablantes que al menos una vez publicaron un el bigote en la de Poe y llegar a la conclusión inevitable de que
libro de cuentos y al menos una vez reconocieron la iníluencia eran uno mismo. El poeta parisino fue el primero en traducir la
del autor de "Los crímenes de la calle Morgue" en sus relatos. obra de nuestro escritor, a veces con más intuición que rigor (en
Los dos cuentistas más grandes del español, Jorge Luis aquel tiempo no había tantos diccionarios con frases idiomáticas

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y giros locales). Aun así, Cortázar reconoce que tuvo siempre a La traducción de este cuento corrió a cargo del escritor
la mano la traducción de Baudelaire para escribir la suya. argentino Carlos Olivera, uno de los pioneros de la narrativa de
Para este volumen elegimos dos traducciones poco conocidas misterio en nuestro idioma. Olivera es el primer traductor del
de un par de los cuentos menos conocidos de Poe, si es que los inglés de Poe, aunque en muchos casos se nota que, igual que
hay. El primero de ellos, "El entierro prematuro", traducido del Cortázar, tuvo siempre a la vista la traducción de Baudelaire.
francés por el editor español Vicente García Aranda, aborda los Hemos querido cerrar con "El gato negro", este sí muy
dos temas más importantes de la obra de Poe, la muerte y la conocido entre los cuentos de nuestro autor. De nuevo locura y
locura, esa otra forma de perder la vida. El título lo dice todo. muerte. En este caso el narrador nos cuenta los hechos casi para
Aunque la idea de ser enterrado vivo ya no es tema de convencer al lector de su cordura. ¿Y por qué lo cuenta? Porque
conversación como en el siglo XIX, ¿por qué seguimos hablando quisiera dejar su alma en paz antes de ir al cadalso. Lo espera el
de no muertos, de zombis y de otros entes que actúan más allá abismo de la muerte como castigo a una atrocidad a la que
de la sepultura?¿Nos atrae realmente sobrevivir después de ser prácticamente lo orilló un genio malvado o una divinidad
inhumados o es una forma de conjurar el miedo a que nos sardónica. En esta traducción quisimos devolverle algunos
entierren vivos? rasgos y ílorituras estilísticos al autor -presentes en las dos
El segundo cuento, "Hop-Frog (o los ocho orangutanes primeras traducciones-, a diferencia de varias de las
encadenados)" también muestra un trastorno de la mente. El traducciones del siglo XX, mucho más libres.
protagonista, un bufón tullido, juega una broma macabra que Con este botón de muestra queremos que la curiosidad
termina en una escena pavorosa. Podemos preguntarnos si explote por todos lados, que las. preguntas surjan y la charla
alguien caería hoy en esa chanza simplona, si alguien alberga empiece. ¿Qué tan buen cuentista es Poe para el lector del siglo
todavía esa capacidad de venganza y barbarie, si esos XXI?¿Su deseo de brevedad y efecto aún es necesario en los
orangutanes y ese bufón representan algo o a alguien importante cuentos de hoy?¿ Por qué?¿Qué papel juegan las traducciones
para el autor. para llegar a autores tan lejanos en el idioma y el tiempo?¿Y las

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traducciones de las traducciones? ¿Podremos detectar la huella
de Poe en otros cuentistas de horror? ¿A qué otros cuentos
suyos nos llevará la lectura de estos, si nos lleva? ¿O iremos a
leer sus poemas? ¿Iremos a otros autores, a otros textos, a
formas no escritas del relato?
Las últimas preguntas: ¿por qué Poe escribía así? ¿Por qué
tanta importancia a la locura y la muerte? ¿Por qué el autor
recurre con frecuencia a la primera persona? La respuesta fácil es
confundir la vida con la obra. La respuesta complicada no está
en estas páginas. Llega con cada lector, en la vigilia o en sueños.

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'
e$
............ Edgar Allan Poe ............

AY CIERTOS TEMAS de interés absorbente, pero demasiado

�ÉS horribles para ser objeto de una obra de mera ficción. Los

Vicente García Arnnda simples novelistas deben evitarlos si no quieren ofender o


desagradar. Solo se tratan con propiedad cuando lo grave y
� (I8\25,J9o�) �
majestuoso de la verdad los santifican y sostienen. Nos
estremecemos, por ejemplo, con el más intenso "dolor
agradable" ante los relatos del paso del Berezina, del terremoto
de Lisboa, de la peste de Londres y de la matanza de San
Bartolomé o de la muerte por asfixia de los ciento veintitrés
prisioneros en el Agujero Negro de Calcuta. Pero en estos relatos
lo excitante es el hecho, la realidad, la historia. Como ficciones,
nos parecerían sencillamente abominables. He mencionado
algunas de las más destacadas y augustas calamidades que
registra la historia, pero en ellas el alcance, no menos que el
carácter de la calamidad, es lo que impresiona tan vivamente la

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imaginación. No necesito recordar al lector que, del largo y de oro. Pero, entretanto, ¿dónde estaba el alma?
horrible catálogo de miserias humanas, podría haber escogido Aparte de la inevitable conclusión a priori de que tales causas
muchos ejemplos individuales más llenos de sufrimiento deben producir tales efectos, de que los bien conocidos casos
esencial que cualquiera de esos inmensos desastres generales. de vida en suspenso, una y otra vez, provocan inevitablemente
La verdadera desdicha, la aflicción última, en realidad es entierros prematuros, aparte de esta consideración, tenemos el
particular, no difusa. ¡Demos gracias a Dios misericordioso que testimonio directo de la experiencia médica y del vulgo que
los horrorosos extremos de agonía los sufra el hombre prueba que en realidad tienen lugar un gran número de estos
individualmente y nunca en masa! entierros. Yo podría referir ahora mismo, si fuera necesario, cien
Ser enterrado vivo es, sin ningún género de duda, el más ejemplos bien probados. Uno de características muy
terrorífico extremo que jamás haya caído en suerte a un simple asombrosas, y cuyas circunstancias igual quedan aún vivas en la
mortal. Que le ha caído en suerte con frecuencia, con mucha memoria de algunos de mis lectores, ocurrió no hace mucho en
frecuencia, nadie con capacidad de juicio lo negará. Los límites la vecina ciudad de Baltimore, donde causó una conmoción
que separan la vida de la muerte son, en el mejor de los casos, penosa, intensa y muy extendida. La esposa de uno de los más
borrosos e indefinidos... ¿Quién podría decir dónde termina uno respetables ciudadanos, abogado eminente y miembro del
y dónde empieza el otro? Sabemos que hay enfermedades en las Congreso, fue atacada por una repentina e inexplicable
que se produce un cese total de las funciones aparentes de la enfermedad, que burló el ingenio de los médicos. Después de
vida y, sin embargo, ese cese no es más que una suspensión, padecer mucho murió, o se supone que murió. Nadie sospechó,
para llamarle por su nombre. Hay solo pausas temporales en el y en realidad no había motivos para hacerlo, de que no estaba
incomprensible mecanismo. Transcurrido cierto periodo, algún verdaderamente muerta. Presentaba todas las apariencias
misterioso principio oculto pone de nuevo en movimiento los comunes de la muerte. El rostro tenía el habitual contorno
mágicos engranajes y las ruedas fantásticas. La cuerda de plata contraído y sumido. Los labios mostraban la habitual palidez
no quedó suelta para siempre, ni irreparablemente roto el vaso marmórea. Los ojos no tenían brillo. Faltaba el calor. Cesaron las

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pulsaciones. Durante tres días el cuerpo estuvo sin enterrar, y en caer, la mortaja se enredó en alguna pieza de hierro que
ese tiempo adquirió una rigidez pétrea. Resumiendo, se adelantó sobresalía hacia dentro. Allí quedó y así se pudrió, erguida.
el funeral por el rápido avance de lo que se supuso era En el año 1810 tuvo lugar en Francia un caso de inhumación
descomposición. prematura, en circunstancias que contribuyen mucho a justificar
La dama fue depositada en la cripta familiar, que permaneció la afirmación de que la verdad es más extraña que la ficción. La
cerrada durante los tres años siguientes. Al expirar ese plazo se heroína de la historia era mademoiselle Victorine Lafourcade, una
abrió para recibir un sarcófago, pero, ¡ay, qué terrible choque joven de ilustre familia, rica y muy guapa. Entre sus numerosos
esperaba al marido cuando abrió personalmente la puerta! Al pretendientes se contaba Julien Bossuet, un pobre littérateur,
empujar los portones, un objeto vestido de blanco cayó escritor o periodista de París. Su talento y su amabilidad habían
rechinando en sus brazos. Era el esqueleto de su mujer con la despertado la atención de la heredera, que, al parecer, se había
mortaja puesta. enamorado realmente de él, pero el orgullo de casta la llevó por
Una cuidadosa investigación mostró la evidencia de que había fin a rechazarlo y a casarse con un tal monsieur Rénelle, banquero
revivido a los dos días de ser sepultada, que sus luchas dentro y diplomático de cierto renombre. Después del matrimonio, sin
del ataúd habían provocado la caída de éste desde una repisa o embargo, este caballero descuidó a su mujer y quizá llegó a
nicho al suelo, y al romperse el féretro pudo salir de él. Apareció pegarle. Después de pasar unos años desdichados ella murió; al
vacía una lámpara que accidentalmente se había dejado llena de menos su estado se parecía tanto al de la muerte que engañó a
aceite, dentro de la tumba; puede, no obstante, haberse todos quienes la vieron. Fue enterrada, no en una cripta, sino en
consumido por evaporación. En los peldaños superiores de la una tumba común, en su aldea natal. Desesperado y aún
escalera que descendía a la espantosa cripta había un trozo del inflamado por el recuerdo de su cariño profundo, el enamorado
ataúd, con el cual, al parecer, la mujer había intentado llamar la viajó de la capital a la lejana provincia donde se encontraba la
atención golpeando la puerta de hierro. Mientras hacía esto, aldea, con el romántico propósito de desenterrar el cadáver y
probablemente se desmayó o quizás murió de puro terror, y al apoderarse de sus preciosos cabellos. Llegó a la tumba. A

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medianoche desenterró el ataúd, lo abrió y, cuando iba a cortar La Revista de Cirugía de Leipzig, publicación de gran autoridad
los cabellos, se detuvo ante los ojos de la amada, que se y mérito, que algún editor estadounidense haría bien en traducir
abrieron. La dama había sido enterrada viva. Las pulsaciones y publicar, relata en uno de los últimos números un
vitales no habían desaparecido del todo, y las caricias de su acontecimiento muy penoso que presenta las mismas
amado la despertaron de aquel letargo que equivocadamente características.
había sido confundido con la muerte. Desesperado, el joven la Un oficial de artillería, hombre de gigantesca estatura y salud
llevó a su alojamiento en la aldea. Empleó unos poderosos excelente, fue derribado por un caballo indomable y sufrió una
reconstituyentes aconsejados por sus no pocos conocimientos contusión muy grave en la cabeza, que le dejó inconsciente.
médicos. En resumen, ella revivió. Reconoció a su salvador. Tenía una ligera fractura de cráneo pero no se percibió un
Permaneció con él hasta que lenta y gradualmente recobró la peligro inmediato. La trepanación se hizo con éxito. Se le aplicó
salud. Su corazón no era tan duro, y esta última lección de amor una sangría y se adoptaron otros muchos remedios comunes.
bastó para ablandarlo. Lo entregó a Bossuet. No volvió junto a Pero cayó lentamente en un sopor cada vez más grave y por fin
su marido, sino que, ocultando su resurrección, huyó con su se le dio por muerto. Hacía calor y lo enterraron con prisa
amante a América. Veinte años después, los dos regresaron a indecorosa en uno de los cementerios públicos. Sus funerales
Francia, convencidos de que el paso del tiempo había cambiado tuvieron lugar un jueves. Al domingo siguiente, el parque del
tanto la apariencia de la dama, que sus amigos no podrían cementerio, como de costumbre, se llenó de visitantes, y
reconocerla. Pero se equivocaron, pues al primer encuentro alrededor del mediodía se produjo un gran revuelo, provocado
monsieur Rénelle reconoció a su mujer y la reclamó. Ella rechazó por las palabras de un campesino que, habiéndose sentado en la
la reclamación y el tribunal la apoyó, resolviendo que las tumba del oficial, había sentido removerse la tierra, como si
extrañas circunstancias y el largo periodo transcurrido habían alguien estuviera luchando abajo. Al principio nadie prestó
abolido, no solo desde un punto de vista equitativo, sino demasiada atención a las palabras de este hombre, pero su
legalmente la autoridad del marido. evidente terror y la terca insistencia con que repetía su historia

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produjeron, al fin, su natural efecto en la muchedumbre. charlatanería de los experimentos médicos. Se le aplicó la batería
Algunos con rapidez consiguieron unas palas, y la tumba, galvánica y expiró de pronto en uno de esos paroxismos
vergonzosamente superficial, estuvo en pocos minutos tan estáticos que en ocasiones produce.
abierta que dejó al descubierto la cabeza de su ocupante. Daba la La mención de la batería galvánica, sin embargo, me trae a la
impresión de que estaba muerto, pero aparecía casi sentado memoria un caso bien conocido y muy extraordinario, en que su
dentro del ataúd, cuya tapa, en furiosa lucha, había levantado acción resultó ser la manera de devolver la vida a un joven
parcialmente. Inmediatamente lo llevaron al hospital más abogado de Londres que estuvo enterrado dos días. Esto ocurrió
cercano, donde se le declaró vivo, aunque en estado de asfixia. en 1831, y entonces causó profunda impresión en todas partes,
Después de unas horas volvió en sí, reconoció a algunas donde era tema de conversación.
personas conocidas, y con frases inconexas relató sus agonías El paciente, el señor Edward Stapleton, había muerto,
en la tumba. aparentemente, de fiebre tifoidea acompañada de unos síntomas
Por lo que dijo, estaba claro que la víctima mantuvo la anómalos que despertaron la curiosidad de sus médicos.
conciencia de vida durante más de una hora después de la Después de su aparente fallecimiento, se pidió a sus amigos la
inhumación, antes de perder los sentidos. Habían rellenado la autorización para un examen post mórtem, pero estos se
tumba, sin percatarse, con una tierra muy porosa, sin aplastar, y negaron. Como sucede a menudo ante estas negativas, los
por eso le llegó un poco de aire. Oyó los pasos de la multitud médicos decidieron desenterrar el cuerpo y examinarlo a
sobre su cabeza y a su vez trató de hacerse oír. El tumulto en el conciencia, en privado. Fácilmente llegaron a un arreglo con uno
parque del cementerio, dijo, fue lo que seguramente lo despertó de los numerosos grupos de ladrones de cadáveres que abundan
de un profundo sueño, pero al despertarse se dio cuenta del en Londres, y la tercera noche después del entierro el supuesto
espantoso horror de su situación. Este paciente, según cuenta la cadáver fue desenterrado de una tumba de ocho pies de
historia, iba mejorando y parecía encaminado hacia un profundidad y depositado en el quirófano de un hospital privado.
restablecimiento definitivo, cuando cayó víctima de la Al practicársele una incisión de cierta longitud en el abdomen,

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el aspecto fresco e incorrupto del sujeto sugirió la idea de aplicar la resurrección hasta que ya no se temía una recaída. Es de
la batería. Hicieron sucesivos experimentos con los efectos imaginar la maravilla de aquellos y su extasiado asombro.
acostumbrados, sin nada de particular en ningún sentido, salvo, El dato más espeluznante de este incidente, sin embargo, se
en una o dos ocasiones, una apariencia de vida mayor de la encuentra en lo que afirmó el mismo señor Stapleton. Declaró
norma en cierta acción convulsiva. que en ningún momento perdió todo el sentido, que de un modo
Era ya tarde. Iba a amanecer y se creyó oportuno, al fin, borroso y confuso percibía todo lo que le estaba ocurriendo
proceder inmediatamente a la disección. Pero uno de los desde el instante en que fuera declarado muerto por los médicos
estudiosos tenía un deseo especial de experimentar una teoría hasta cuando cayó desmayado en el piso del hospital. "Estoy
propia e insistió en aplicar la batería a uno de los músculos vivo", fueron las incomprendidas palabras que, al reconocer la
pectorales. Tras realizar una tosca incisión, se estableció sala de disección, había intentado pronunciar en aquel grave
apresuradamente un contacto; entonces el paciente, con un instante de peligro.
movimiento rápido pero nada convulsivo, se levantó de la mesa, Sería fácil multiplicar historias como estas, pero me abstengo,
caminó hacia el centro de la habitación, miró intranquilo a su porque en realidad no nos hacen falta para establecer el hecho
alrededor unos instantes y entonces habló. Lo que dijo fue de que suceden entierros prematuros. Cuando reflexionamos, en
ininteligible, pero pronunció algunas palabras, y silabeaba las raras veces en que, por la naturaleza del caso, tenemos la
claramente. Después de hablar, se cayó pesadamente al suelo. posibilidad de descubrirlos, debemos admitir que tal vez ocurren
Durante unos momentos todos se quedaron paralizados de más frecuentemente de lo que pensamos. En realidad, casi
espanto, pero la urgencia del caso pronto les devolvió la nunca se han removido muchas tumbas de un cementerio, por
presencia de ánimo. Se vio que el señor Stapleton estaba vivo, alguna razón, sin que aparecieran esqueletos en posturas que
aunque sin sentido. Después de administrarle éter volvió en sí y sugieren la más espantosa de las sospechas. La sospecha es
rápidamente recobró la salud, retornando a la sociedad de sus espantosa, pero es más espantoso el destino. Puede afirmarse,
amigos, a quienes, sin embargo, se les ocultó toda noticia sobre sin vacilar, que ningún suceso se presta tanto a llevar al colmo

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de la angustia física y mental como el enterramiento antes de la que los médicos han decidido llamar catalepsia, a falta de un
muerte. La insoportable opresión de los pulmones, las nombre que mejor lo defina. Aunque tanto las causas inmediatas
emanaciones sofocantes de la tierra húmeda, la mortaja que se como las predisposiciones e incluso el diagnóstico de esta
adhiere, el rígido abrazo de la estrecha morada, la oscuridad de enfermedad siguen siendo misteriosos, su carácter evidente y
la noche absoluta, el silencio como un mar que abruma, la manifiesto es bien conocido. Las variaciones parecen serlo,
invisible pero palpable presencia del gusano vencedor; estas principalmente, de grado. A veces el paciente se queda un solo
cosas, junto con los deseos del aire y de la hierba que crecen día o incluso un periodo más breve en una especie de exagerado
arriba, con el recuerdo de los queridos amigos que volarían a letargo. Está inconsciente y externamente inmóvil, pero las
salvarnos si se enteraran de nuestro destino, y la conciencia de pulsaciones del corazón aún se perciben débilmente; quedan
que nunca podrán saberlo, de que nuestra suerte irremediable es unos indicios de calor, una leve coloración persiste en el centro
la de los muertos de verdad, estas consideraciones, digo, llevan de las mejillas y, al aplicar un espejo a los labios, podemos
el corazón aún palpitante a un grado de espantoso e detectar una torpe, desigual y vacilante actividad de los
insoportable horror ante el cual la imaginación más audaz pulmones. Otras veces el trance dura semanas e incluso meses,
retrocede. No conocemos nada tan angustioso en la Tierra, no mientras el examen más minucioso y las pruebas médicas más
podemos imaginar nada tan horrible en los dominios del más rigurosas no logran establecer ninguna diferencia material entre
profundo Infierno. Y por eso todos los relatos sobre este tema el estado de la víctima y lo que concebimos como muerte
despiertan un interés profundo, interés que, sin embargo, absoluta. Por regla general, lo salvan del entierro prematuro sus
gracias al temor reverencial hacia este tema, depende justa y amigos, que saben que sufría anteriormente de catalepsia, y la
específicamente de nuestra creencia en la verdad del asunto consiguiente sospecha, pero sobre todo le salva la ausencia de
narrado. Lo que voy a contar ahora es mi conocimiento real, mi corrupción. La enfermedad, por fortuna, avanza gradualmente.
experiencia efectiva y personal. Las primeras manifestaciones, aunque marcadas, son
Durante varios años sufrí ataques de ese extraño trastorno inequívocas. los ataques son cada vez más característicos y

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cada uno dura más que el anterior. En esto reside la mayor del alma. Pero, aparte de esta tendencia al síncope, mi salud
seguridad, de cara a evitar la inhumación. El desdichado cuyo general parecía buena, y no hubiera podido percibir que sufría
primer ataque tuviera la gravedad con que en posteriores esta enfermedad, a no ser que una peculiaridad de mi sueño
ocasiones se presenta, sería casi inevitablemente llevado vivo a pudiera considerarse provocada por ella. Al despertarme, nunca
la tumba. podía recobrar enseguida el uso completo de mis facultades, y
Mi propio caso no difería en ningún detalle importante de los permanecía siempre durante largo rato en un estado de
mencionados en los textos médicos. A veces, sin ninguna causa azoramiento y perplejidad, ya q1Ue las facultades mentales en
aparente, me hundía poco a poco en un estado de semisíncope, general y la memoria en particular se encontraban en absoluta
o casi desmayo, y ese estado, sin dolor, sin capacidad de suspensión.
moverme, o realmente de pensar, pero con una borrosa y En todos mis padecimientos no había sufrimiento físico, sino
letárgica conciencia de la vida y de la presencia de los que una infinita angustia moral. Mi imaginación se volvió macabra.
rodeaban mi cama, duraba hasta que la crisis de la enfermedad Hablaba de "gusanos, de tumbas, de epitafios". Me perdía en
me devolvía, de repente, el perfecto conocimiento. Otras veces el meditaciones sobre la muerte, y la idea del entierro prematuro se
ataque era rápido, fulminante. Me sentía enfermo, aterido, apoderaba de mi mente. El espeluznante peligro al cual estaba
helado, con escalofríos y mareos, y, de repente, me caía expuesto me obsesionaba día y noche. Durante el primero, la
postrado. Entonces, durante semanas, todo estaba vacío, negro, tortura de la meditación era excesiva; durante la segunda, era
silencioso y la nada se convertía en el universo. La total suprema. Cuando las tétricas tinieblas se extendían sobre la
aniquilación no podía ser mayor. Despertaba, sin embargo, de tierra, entonces, presa de los más horribles pensamientos,
estos últimos ataques lenta y gradualmente, al contrario de lo temblaba, temblaba como las trémulas plumas de un coche
repentino del acceso. Así como amanece el día para el mendigo fúnebre. Cuando mi naturaleza ya no aguantaba la vigilia, me
que vaga por las calles en la larga y desolada noche de invierno, sumía en una lucha que al fin me llevaba al sueño, pues me
sin amigos ni casa, así lenta, cansada, alegre volvía a mí la luz estremecía pensando que, al despertar, podía encontrarme

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metido en una tumba. Y cuando, por fin, me hundía en el sueño, noche, de la noche eterna. Este horror es insoportable. ¿Cómo
lo hacía solamente para caer de inmediato en un mundo de puedes dormir tú tranquilo? No me dejan descansar los gritos de
fantasmas, sobre el cual flotaba con inmensas y tenebrosas alas estas largas agonías. Estos espectáculos son más de lo que
negras la única, predominante y sepulcral idea. De las puedo soportar. ¡ Levántate! Ven conmigo a la noche exterior y
innumerables imágenes melancólicas que me oprimían en deja que te muestre las tumbas. ¿No es este un espectáculo de
sueños elijo para mi relato una visión solitaria. Soñé que había dolor?... ¡Mira!
caído en un trance cataléptico de más duración y profundidad Miré, y la figura invisible que aún seguía apretándome la
que lo normal. De súbito una mano helada se posó en mi frente muñeca consiguió abrir las tumbas de toda la humanidad, y de
y una voz impaciente que farfullaba, susurró en mi oído: cada una salían las irradiaciones fosfóricas de la
" ¡ Levántate!" descomposición, de forma que pude ver sus más escondidos
Me incorporé. La oscuridad era total. No podía ver la figura rincones y los cuerpos amortajados en su triste y solemne sueño
del que me había despertado. No podía recordar ni la hora en con el gusano. Pero, ¡ay!, los que realmente dormían, aunque
que había caído en trance ni el lugar en que me encontraba. fueran muchos millones, eran menos que los que no dormían en
Mientras seguía inmóvil, intentando ordenar mis pensamientos, absoluto, y había una débil lucha, y había un triste y general
la fría mano me agarró con fuerza por la muñeca, sacudiéndola desasosiego, y de las profundidades de los innumerables pozos
con petulancia, mientras la voz farfullaba de nuevo: salía el melancólico frotar de las vestiduras de los enterrados. Y,
-¡Levántate! ¿No te he dicho que te levantes? entre aquellos que parecían descansar tranquilos, vi que muchos
-¿Y tú quién eres? -pregunté. habían cambiado, en mayor o menor grado, la rígida e incómoda
-No tengo nombre en las regiones donde habito -replicó la postura en que fueron sepultados. Y la voz me habló de nuevo,
voz tristemente-. Fui un hombre y soy un espectro. Era mientras contemplaba:
despiadado, pero soy digno de lástima. Ya ves que tiemblo. Me -¿No es esto, ay, un espectáculo lastimoso?
rechinan los dientes cuando hablo, pero no es por el frío de la Pero, antes de que encontrara palabras para contestar, la

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figura había soltado mi muñeca, las luces fosfóricas se avanzada, que impidiese la conservación. Y aun así mis terrores
extinguieron y las tumbas se cerraron con repentina violencia, mortales no hacían caso de razón alguna, no aceptaban ningún
mientras de ellas salía un tumulto de gritos desesperados, consuelo. Empecé con una serie de complejas precauciones.
repitiendo: "¿No es esto, ¡Dios mío!, un espectáculo Entre otras, mandé remodelar la cripta familiar de forma que se
lastimoso?". pudiera abrir fácilmente desde dentro. A la más débil presión
Fantasías como esta se presentaban por la noche y extendían sobre una larga palanca que se extendía hasta muy dentro de la
su terrorífica influencia incluso en mis horas de vigilia. Mis cripta, se abrirían rápidamente los portones de hierro. También
nervios quedaron destrozados y fui presa de un horror continuo. estaba prevista la entrada libre de aire y de luz, y adecuados
Ya no me atrevía a montar a caballo, a pasear ni a practicar recipientes con alimentos y agua, al alcance del ataúd preparado
ningún ejercicio que me alejara de casa. En realidad, ya no me para recibirme. Este ataúd estaba acolchado con un material
atrevía a fiarme de mí lejos de la presencia de los que conocían suave y cálido y dotado de una tapa elaborada según el principio
mi propensión a la catalepsia, por miedo de que, en uno de esos de la puerta de la cripta, incluyendo resortes ideados de forma
ataques, me enterraran antes de conocer mi estado realmente. que el más débil movimiento del cuerpo sería suficiente para que
Dudaba del cuidado y de la lealtad de mis amigos más queridos. se soltara. Aparte de esto, del techo de la tumba colgaba una
Temía que, en un trance más largo de lo acostumbrado, se gran campana, cuya soga pasaría (estaba previsto) por un
convencieran de que ya no había remedio. Incluso llegaba a agujero en el ataúd y estaría atada a una mano del cadáver. Pero,
temer que, como les causaba muchas molestias, quizá se ¡ay!, ¿de qué sirve la precaución contra el destino del hombre?
alegraran de considerar que un ataque prolongado era la excusa ¡Ni siquiera estas bien urdidas seguridades bastaban para librar
suficiente para librarse definitivamente de mí. En vano trataban de las angustias más extremas de la inhumación en vida a un
de tranquilizarme con las más solemnes promesas. Les exigía, infeliz destinado a ellas!
con los juramentos más sagrados, que en ninguna circunstancia Llegó una época -como me había ocurrido antes a
me enterraran hasta que la descomposición estuviera tan menudo- en que me encontré emergiendo de un estado de

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total inconsciencia a la primera sensación débil e indefinida de la espíritu estremecido.
existencia. Lentamente, con paso de tortuga, se acercaba el Unos minutos después de que esta fantasía se apoderase de
pálido amanecer gris del día psíquico. Un desasosiego mí, me quedé inmóvil. ¿Y por qué? No podía reunir valor para
aletargado. Una sensación apática de dolor sordo. Ninguna moverme. No me atrevía a hacer el esfuerzo que desvelara mi
preocupación, ninguna esperanza, ningún esfuerzo. Entonces, destino, sin embargo algo en mi corazón me susurraba que era
después de un largo intervalo, un zumbido en los oídos. Luego, seguro. La desesperación, solo 'la desesperación -tal como
tras un lapso más largo, una sensación de hormigueo o ninguna otra clase de desdicha es capaz de hacerlo- me
comezón en las extremidades; después, un periodo empujó, después de una profunda duda, a abrir mis pesados
aparentemente eterno de placentera quietud, durante el cual las párpados. Los levanté. Estaba oscuro, todo oscuro. Sabía que el
sensaciones que se despiertan luchan por transformarse en ataque había terminado. Sabía que la situación crítica de mi
pensamientos; más tarde, otra corta zambullida en la nada; trastorno había pasado. Sabía que había recuperado el uso de
luego, un súbito restablecimiento. Al fin, el ligero estremecerse mis facultades visuales, y sin embargo, todo estaba oscuro,
de un párpado; e inmediatamente después, un choque eléctrico oscuro, con la intensa y absoluta falta de luz de la noche que
de terror, mortal e indefinido, que envía la sangre a torrentes dura para siempre.
desde las sienes al corazón. Y entonces, el primer esfuerzo por 1 ntenté gritar, y mis labios y mi lengua reseca se movieron
pensar. Y entonces, el primer intento de recordar. Y entonces, un convulsivamente, pero ninguna voz salió de los cavernosos
éxito parcial y evanescente. Y entonces, la memoria ha recobrado pulmones, que, oprimidos como por el peso de una montaña,
tanto su dominio, que, en cierta medida, tengo conciencia de mi jadeaban y palpitaban con el corazón en cada inspiración
estado. Siento que no me estoy despertado de un sueño laboriosa y difícil. El movimiento de las mandíbulas, en el
corriente. Recuerdo que he sufrido de catalepsia. Y entonces, por esfuerzo por gritar, me mostró que estaban atadas, como se
fin, como si fuera la embestida de un océano, el único peligro hace con los muertos. Sentí también que yacía sobre una materia
horrendo, la única idea espectral y siempre presente abruma mi dura, y algo parecido me apretaba los costados. Hasta entonces

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no me había atrevido a mover ningún miembro, pero al fin gritar. Y este segundo intento tuvo éxito. Un largo, salvaje y
levanté con violencia mis brazos, que estaban estirados, con las continuo grito o alarido de agonía resonó en los recintos de la
muñecas cruzadas. Chocaron con una materia sólida, que se noche subterránea.
extendía sobre mi cuerpo a no más de seis pulgadas de mi cara. -Oye, oye, ¿qué es eso? -dijo una áspera voz, como
Ya no dudaba de que reposaba al nn dentro de un ataúd. respuesta.
Y entonces, en medio de toda mi infinita desdicha, vino -¿Qué diablos pasa ahora?-dijo un segundo.
dulcemente la esperanza, como un querubín, pues pensé en mis -¡Fuera de ahí! -dijo un tercero.
precauciones. Me retorcí e hice espasmódicos esfuerzos para -¿Por qué aúlla de esa manera, como un gato montés?
abrir la tapa: no se movía. Me toqué las muñecas buscando la -dijo un cuarto.
soga: no la encontré. Y entonces mi consuelo huyó para Y entonces unos individuos de aspecto rudo me sujetaron y
siempre, y una desesperación aún más inflexible reinó triunfante me sacudieron sin ninguna consideración. No me despertaron
pues no pude evitar percatarme de la ausencia de las del sueño, pues estaba completamente despierto cuando grité,
almohadillas que había preparado con tanto cuidado, y entonces pero me devolvieron la plena posesión de mi memoria.
llegó de repente a mis narices el fuerte y peculiar olor de la tierra Esta aventura ocurrió cerca de Richmond, Virginia.
húmeda. La conclusión era irresistible. No estaba en la cripta. Acompañado de un amigo, había bajado, en una expedición de
Había caído en trance lejos de casa, entre desconocidos, no caza, unas millas por las orillas del río James. Se acercaba la
podía recordar cuándo y cómo, y ellos me habían enterrado noche cuando nos sorprendió una tormenta. La cabina de una
como a un perro, metido en algún ataúd común, cerrado con pequeña chalupa anclada en la corriente y cargada de tierra
clavos, y arrojado bajo tierra, bajo tierra y para siempre, en vegetal nos ofreció el único refugio asequible. Le sacamos el
alguna tumba común y anónima. mayor provecho posible y pasamos la noche a bordo. Me dormí
Cuando este horrible convencimiento se abrió paso con en una de las dos literas; no hace falta describir las literas de una
fuerza hasta lo más íntimo de mi alma, luché una vez más por chalupa de sesenta o setenta toneladas. La que yo ocupaba no

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tenía ropa de cama. Tenía una anchura de dieciocho pulgadas. Young, ni grandilocuencias sobre cementerios, ni cuentos de
La distancia entre el fondo y la cubierta era exactamente la miedo como este. En muy poco tiempo me convertí en un
misma. Me resultó muy difícil meterme en ella. Sin embargo, hombre nuevo y viví una vida de hombre. Desde aquella noche
dormí profundamente, y toda mi visión -pues no era ni un memorable descarté para siempre mis aprensiones sepulcrales y
sueño ni una pesadilla- surgió naturalmente de las con ellas se desvanecieron los achaques catalépticos, de los
circunstancias de mi postura, de la tendencia habitual de mis cuales quizá fueran menos consecuencia que causa. Hay
pensamientos y de la dificultad, que ya he mencionado, de momentos en que, incluso para el sereno ojo de la razón, el
concentrar mis sentidos y sobre todo de recobrar la memoria mundo de nuestra triste humanidad puede parecer el infierno,
durante largo rato después de des.pertarme. Los hombres que pero la imaginación del hombre no es Carathis para explorar con
me sacudieron eran los tripulantes de la chalupa y algunos impunidad todas sus cavernas. ¡Ay!, la torva legión de los
jornaleros contratados para desea rgarla. De la misma carga terrores sepulcrales no se puede considerar como
procedía el olor a tierra. La venda en torno a las mandíbulas era completamente imaginaria, pero los demonios, en cuya
un pañuelo de seda con el que me había atado la cabeza, a falta compañía Afrasiab hizo su viaje por el Oxus, tienen que dormir o
de gorro de dormir. nos devorarán... Hay que permitirles que duerman o
Las torturas que soporté, sin embargo, fueron pereceremos.
indudablemente iguales en aquel momento a las de la verdadera
sepultura. Eran de un horror inconcebible, increíblemente
espantosas; pero del mal procede el bien, pues su mismo exceso
provocó en mi espíritu una reacción inevitable. Mi alma adquirió
temple, vigor. Salí fuera. Hice ejercicios duros. Respiré aire puro.
Pensé en más cosas que en la muerte. Abandoné mis textos
médicos. Quemé el libro de Buchan. No leí más Las noches, de

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'

•••••••••••• Edgar Allan Poe ............

O HE CONOCIDO NUNCA persona que tuviese más buen

TRADUCCIÓN DEL INGLÉS humor ni que se sintiese más inclinada a las bromas que este

Carlos Olivera buen rey. No vivía sino para embromar. Contar una buena

� (l858-19Io) � historia del género bufo y contarla bien era el camino más
seguro para llegar a su favor. He aquí por qué sus siete ministros
eran todos personas bien conocidas por su carácter bromista.
Todos estaban cortados conforme al real patrón: vasta
corpulencia, adiposidad e inimitable aptitud para la bufonería.
Que las gentes engordan dando bromas, o que hay algo en la
grasa que predispone a la broma, es cuestión que nunca he

podido resolver, pero es cierto que un bromista Aaco es un rara


avis in terris.
En cuanto a los refinamientos, o sombras del ingenio, como
los llamaba él mismo, el rey se cuidaba poco de ellos. Sentía una
admiración especial por la amplitud
! en la broma o gracia, y hasta

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a veces toleraba que fuese un poco larga, pero las delicadezas le Pero, como ya he observado, todos estos bufones en la mayor
molestaban. Hubiera preferido el Gargantúa, de Rabelais, al parte de los casos son gordos, redondos y macizos, de modo
Zadig, de Voltaire, y en general le agradaban mucho más las que para nuestro rey era un amplio motivo de orgullo poseer en
bufonadas en acción que las bromas o las burlas de palabra. Hop-Frog -tal era el nombre del loco- un triple tesoro en una
En la época en que ocurre nuestra historia los bufones de sola persona. Yo creo que el nombre de Hop-Frog no era su
profesión no habían pasado de moda por completo en la corte. nombre de bautismo, sino que le había sido dado por el
Algunas de las grandes potencias continentales tenían aún sus asentimiento unánime de los siete ministros, en razón de su
bufones; eran estos seres desdichados y contrahechos, impotencia para andar como los demás hombres. El hecho es
adornados con el gorro de cascabeles o caperuza y que debían que Hop-Frog no podía moverse sino con una especie de
estar siempre dispuestos a lanzar frases agudas a cambio de las marcha interjectiva -algo así como entre salto y torcedura-,
migajas que caían de la mesa real. una especie de movimiento que era para el rey una recreación
Nuestro rey naturalmente tenía su bufón. El hecho es que perpetua y naturalmente un consuelo, porque, no obstante la
sentía la necesidad de algo que se pareciese a la locura, aunque prominencia de su panza y un abultamiento notable en la
solo fuese para contrabalancear lai pesada sabiduría de los siete cabeza, el rey pasaba a los ojos de toda la corte por un buen
sabios que le servían de ministros ... sin contar la suya. mozo.
Sin embargo, su loco, su bufón de profesión no era Pero por más que Hop-Frog, gracias a la torsión de sus
solamente un loco. Su valor se triplicaba a los ojos del rey por la piernas, no pudiera moverse sino con gran dificultad, la
circunstancia de ser enano y cojo. En este tiempo los enanos prodigiosa fuerza muscular de que la naturaleza había dotado su
eran en la corte tan comunes como los bufones, y muchos brazo, como para compensar la imperfección de sus miembros
monarcas habrían juzgado muy di'fícil el empleo de su tiempo inferiores, le hacía apto para realizar hazañas de admirable
-el tiempo es más largo en la corte que en ninguna otra parte­ destreza, cuando se trataba de árboles, cuerdas o algo por donde
sin un bufón que les hiciese reír y un enano para burlarse de él. se pudiese trepar. En estos ejercicios más parecía ardilla o mono

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que rana. tan especialmente inventivo en materia de decoraciones y
Difícil me sería decir de qué país era Hop-Frog. Sin duda nuevos disfraces para los bailes de máscara que parecía que no
procedía de alguna región bárbara, de la que nadie había oído podía hacerse nada sin su asistencia.
hablar, y situada a gran distancia de la corte de nuestro rey. La noche señalada para la fiesta había llegado. Bajo la
Hop-Frog y una joven algo menos enana que él, pero inspección inmediata de Tripetta se había preparado una sala
admirablemente formada y excelente bailarina, habían sido espléndida dispuesta con toda la ingeniosidad posible para
arrebatados de sus hogares respectivos, en provincias limítrofes aumentar el brillo de la fiesta. Toda la corte esperaba la hora con
y enviados al rey en presente o regalo por uno de sus generales febril agitación. En cuanto a los trajes, puede suponerse que el
favoritos de la victoria. que más y el que menos habían hecho su elección. Muchas
En semejantes circunstancias no había nada de extraño que se personas habían elegido su traje más de una semana y hasta un
hubiese establecido una estrecha intimidad entre los dos mes antes; en suma, no había indecisión ni incertidumbre en el
pequeños cautivos. En realidad llegaron a ser amigos jurados. ánimo de nadie, excepto en los del rey y sus siete ministros. ¿Por
Hop-Frog, que a pesar de todos sus esfuerzos por parecer qué vacilaban? No sabré yo decirlo, a no ser que esto fuese un
bufón, no era en manera alguna popular, no podía prestar a nuevo género de broma. Lo más verosímil es que como estaban
Tripetta grandes servicios, pero ella, a causa de su gracia y tan gordos, no podía ocurrírseles ninguna idea. Sea como fuere,
exquisita belleza -de enana- era universalmente querida y el tiempo corría, y como último recurso enviaron a buscar a
mimada; poseía, pues, mucha influencia y no dejaba de usarla en Tripetta y Hop-Frog.
cualquier ocasión en provecho de su querido Hop-Frog. Cuando los dos pequeños amigos se presentaron
En una gran ocasión solemne, no sé cuál, el rey resolvió dar obedeciendo la orden del rey, lo hallaron bebiendo regiamente
un baile de máscara; y cada vez que tenía lugar en la corte una vino con los siete miembros de su consejo privado; aunque el
mascarada o una fiesta análoga eran con seguridad puestos a monarca parecía de muy mal humor. Sabía que Hop-Frog temía
contribución los talentos de Hop-Frog y Tripetta. Hop-Frog era el vino, porque esta bebida excitaba al pobre cojo hasta el delirio;

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y el delirio no es un sentir muy agradable. Pero el rey sentía un tan poderoso como instantáneo. Colocó nerviosamente la copa
gran placer en obligar a Hop-Frog a beber y, según la real sobre la mesa y paseó sobre la concurrencia su mirada fría y casi
expresión, a estar alegre. extraviada. Todos los concurrentes parecían divertirse
-Ven acá, Hop-Frog -dijo cuando entraban en la regia prodigiosamente del éxito de la broma del rey.
cámara el bufón y su amiga-. Échate al cuerpo este vaso a la -Y ahora, ¡manos a la obra! -dijo el primer ministro,
salud de tus amigos ausentes. -Aquí Hop-Frog suspiró-. hombre excesivamente gordo.
Ayúdanos con tu inventiva. Tenemos necesidad de personajes, -Sí -dijo el rey-. ¡Ea, Hop-Frog, ayúdanos! ¡Danos tipos y
de personajes, amigo mío, de algo que sea nuevo y personajes, buen mozo! ¡Tenemos necesidad de personajes! ¡Ja,
• • 1
extraordinario. Estamos cansados de esta eterna monotonía. ¡Ea, ¡a, ¡a.
bebe! ¡El vino te inspirará! Y como esto tenía pretensiones de chiste, los siete ministros
Hop-Frog hizo un esfuerzo, como de costumbre, para hicieron coro a la risa del rey. Hop-Frog también rio, pero con
responder con un rasgo ingenioso a las palabras del rey, pero el risa distraída.
esfuerzo fue demasiado grande. Era justamente el cumpleaños -¡Vamos!, ¡vamos! -dijo impaciente el rey-. ¿Es que no
del pobre enano, y la orden de beber a la salud de sus amigos encuentras nada?
ausentes hizo brotar lágrimas de sus ojos. Algunas gotas -Procuro hallar algo nuevo -respondió el enano
amargas rodaron por sus mejillas hasta la copa que recibía completamente turbado por el vino.
humildemente de manos de su tirano. -¡Procuras! -gritó el tirano ferozmente-. ¿Qué entiendes
-¡Ja, ja, ja! -rugió este último mientras el enano apuraba la tú por esa palabra? ¡Ah! Ya comprendo: necesitas aún más vino.
copa con repugnancia-. ¡Mira lo que hace una copa de buen ¡Toma! ¡Traga eso! -Y llenó una nueva copa y se la alargó llena
vino! ¡Eh, ya brillan tus ojos! al cojo, que la miró y respiró falto de aliento-. ¡Bebe, te digo!
¡Pobre mozo! Sus grandes ojos centelleaban más bien, que no -gritó el monstruo-. ¡O por los demonios que... !
brillaban, porque el efecto del vino sobre su excitable cerebro era El enano vacilaba. El rey enrojeció de ira. Los cortesanos

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sonreían con crueldad. Tripetta, pálida como un cadáver, avanzó -El sonido me ha parecido venir de fuera -observó uno de

hasta el asiento del monarca y, arrodillándose delante de él, le los cortesanos-; imagino que es el loro que aguza su pico en
suplicó que dispensase a su amigo. los hierros de su jaula.

El tirano la miró durante algunos instantes, como estupefacto -Es verdad -replicó el monarca, como si esta idea le

de semejante audacia. Parecía no saber qué decir ni qué hacer; quitase un gran peso-, pero por mi honor de caballero habría

no sabía cómo expresar su indignación de un modo suficiente. jurado que era el rechinar de los dientes de ese miserable.

Al fin, sin pronunciar una palabra, la rechazó violentamente Al oír esto el enano se echó a reír (el rey era demasiado

lejos de sí y le echó al rostro el contenido de la copa llena hasta bromista para hallar nada reprensible en la risa de nadie) y

los bordes. mostró una ancha, poderosa y espantosa fila de dientes. Más
La pobre niña se levantó lo mejor que pudo, y no atreviéndose aún, declaró que estaba dispuesto a beber todo el vino que se le

ni aun a suspirar, volvió a ocupar su puesto junto a la mesa. diese. El monarca se calmó, y Hop-Frog después de haber

Durante medio minuto reinó un silencio de muerte, durante el bebido un nuevo vaso de vino sin el menor inconveniente, entró

cual se habría podido oír caer una hoja o una pluma. Este enseguida con calor a tratar del plan de la mascarada.

silencio fue interrumpido por una especie de rechinido -No puedo explicar -observó muy tranquilamente y como

prolongado que parecía salir de todos los rincones de la si en su vida hubiese probado el vino- cómo se ha realizado

habitación. esta asociación de ideas, pero justamente después que Vuestra

-¿Por qué?¿Por qué haces ese ruido?-preguntó el rey Majestad pegó a la pequeña y le echó el vino a la cara,

volviéndose con furor hacia el enano. justamente después que Vuestra Majestad hizo eso, y mientras

Este último parecía haber vuelto en sí poco a poco de su el loro producía ese extraño ruido detrás de la ventana, me ha

borrachera, y mirando cara a cara y fijamente, pero con venido a la imaginación una diversión maravillosa; es uno de los

tranquilidad, al tirano, exclamó simplemente: juegos de nuestro país, y con frecuencia lo introducimos en

-¿Yo?¿Yo?¿Cómo puedo ser yo? nuestras mascaradas, pero aquí será completamente nuevo.

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Desgraciadamente esto exige una sociedad de ocho personas, producido, en un baile de máscaras, por ocho orangutanes
y... encadenados, que la mayor parte de los concurrentes toman por
-¡Eh!¡Justamente somos ocho!-exclamó el rey, riendo de verdaderas bestias, que se precipitan con gritos salvajes a través
su sutil descubrimiento; yo y mis siete ministros. Veamos, ¿qué de una multitud de hombres y mujeres coquetas y
diversión es esa? suntuosamente vestidas. El contraste no tiene igual.
-La llamamos los ocho orangutanes encadenados, y es -¡Así será! -dijo el rey; y el consejo se levantó enseguida,
verdaderamente divertida cuando se ejecuta bien. porque se iba haciendo tarde, para poner en ejecución el plan de
-Nosotros la ejecutaremos -dijo el rey, irguiéndose y Hop-Frog.
bajando los párpados. Su modo de disfrazar a todos de orangutanes era muy
-La belleza del juego consiste -continuó Hop-Frog- en el sencillo y suficiente para su propósito. En la época en que pasa
espanto que causa entre las mujeres. esta historia, se veían rara vez animales de esta especie en las
-¡Excelente! -rugieron en coro el monarca y su ministerio. diferentes partes del mundo civilizado; y como las imitaciones
-Yo soy quien ha de vestiros de orangutanes -prosiguió el hechas por el enano eran suficientemente bestiales y más que
enano-; fíense de mí para esto. La semejanza será tan suficientemente horribles, se creyó que podría fiarse en la
asombrosa que todos en la mascarada los tomarán por semeJanza.
verdaderas fieras, y naturalmente experimentarán tanto terror El rey y sus ministros se vistieron primeramente con calzones
como espanto. y camisetas de punto pegadas al cuerpo. Después fueron
-¡Oh, admirable!-exclamó el rey-. ¡Hop-Frog, haremos de cubiertos con una capa de brea. En este punto de la operación
ti un hombre de provecho! uno de la comparsa sugirió la idea de las plumas; pero fue desde
-Las cadenas tienen por objeto aumentar el desorden con su luego rechazada por el enano, que convenció bien pronto a los
ruido. Se creerá que se han escapado Vds. en masa de sus ocho personajes, por medio de una demostración ocular, que el
carceleros. Vuestra Majestad no puede figurarse el efecto pelo de un animal tal como el orangután estaba más fielmente

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representado por el lino. En consecuencia, se colocó una espesa invitados, que a causa de la gran concurrencia, no hubieran
capa de éste sobre la capa de brea. Se buscó luego una larga podido todos evitar el centro, es decir, el lugar que ocupaba la
cadena. Primero se rodeó con ella el cuerpo del rey, sujetándolo araña. Se colocaron nuevos candelabros alrededor de la sala, y
a la misma; después se hizo la misma operación con los demás. en la mano de cada una de las cincuenta cariátides pegadas
Cuando todo estuvo acabado, separándose unos de otros lo contra la pared se colocó una antorcha que despedía perfume
posible, formaron un círculo, y para extremar la semejanza, hizo agradable.
pasar la cadena a través del círculo en dos diámetros, formando Los ocho orangutanes, siguiendo el consejo de Hop-Frog,
ángulos rectos, según el método adoptado por los cazadores de aguardaron pacientemente para hacer su entrada hasta que la
Borneo para la caza de grandes monos. sala estuviese llena de máscaras, es decir, hasta la medianoche.
La gran sala en la que debía tener lugar el baile era una pieza Pero apenas acababa de sonar el reloj cuando se precipitaron, o
circular muy elevada que recibía la luz del sol por una sola más bien, rodaron en masa, porque como la cadena les sujetaba,
ventana abierta en el techo. Por la noche era iluminada por algunos cayeron y todos tropezaron al entrar.
medio de una gran araña suspendida de una fuerte cadena La sensación entre las máscaras fue prodigiosa y llenó de
montada sobre una polea, a fin de poderla subir y bajar; pero alegría el corazón del rey. Como se esperaba, hubo gran número
para evitar todo lo que pudiese perjudicar a la elegancia, la parte de convidados que creyeron que estos seres de aspecto feroz
libre de la cadena caía fuera de la cúpula sobre el tejado. eran verdaderas bestias, si no precisamente orangutanes.
El decorado de la sala había sido dejado al cuidado de Muchas mujeres se desmayaron de miedo, y si el rey no hubiese
Tripetta, pero en algunos detalles había sido guiada tenido la precaución de prohibir toda clase de armas, él y su
probablemente por el tranquilo juicio de su amigo el enano. banda lo habrían pasado muy mal. En fin, se produjo un gran
Según su consejo se quitó la araña por esta vez, pues el goteo de pánico y todos se dirigieron hacia las puertas, pero el rey había
las bujías, que habría sido difícil evitar en medio de una dispuesto que se cerrasen inmediatamente después de su
atmósfera tan elevada, hubiera manchado los ricos trajes de los entrada, y conforme al consejo del enano las llaves fueron

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entregadas en sus manos. penetrante se hizo oír a través del tumulto-. Guardádmelos, yo
Mientras el tumulto estaba en su apogeo y cada máscara solo creo que los conozco. Si puedo verlos bien, diré quiénes son.
pensaba en su propia salvación -porque realmente a causa del Entonces, cabalgando con pies y manos sobre las cabezas de
pánico y el tumulto, había un peligro verdadero-, se habría la multitud, maniobró, de suerte que llegó a la pared, y después,

podido ver bajar la cadena que servía ordinariamente para arrancando una de las antorchas de las cariátides, volvió por el
sostener la lámpara, hasta que su extremo terminado en gancho mismo camino al centro de la sala, saltó con la agilidad del
llegó a unos tres pies del suelo. mono sobre la cabeza del rey y se encaramó algunos pies por la
Pocos momentos después, el rey y sus siete amigos, cadena, bajando la antorcha para examinar el grupo de los
habiendo rodado a través de la sala, se encontraron al fin en el orangutanes y gritando siempre: "¡Yo descubriré pronto quiénes
centro, en contacto inmediato con la cadena. Mientras se son!".
hallaban en esta posición, el enano, que había seguido siempre Hecho esto, mientras que toda la asamblea, incluidos los
sus pasos, incitándoles, agarró la cadena por el punto de monos, se retorcía de risa, el bufón lanzó de repente un silbido
intersección. Entonces con la rapidez del pensamiento sujetó el agudo; la cadena subió vivamente, arrastrando consigo a los
gancho, y un instante después, movida por un agente invisible, orangutanes aterrorizados, que se agitaban en el aire, y
subió bastante alto para poner el gancho fuera del alcance de las dejándolos así suspendidos. Hop-Frog, aferrado a la cadena,
manos, y consecuentemente levantó los orangutanes todos conservaba siempre la misma posición con respecto a los ocho
juntos, unos de cara a los otros. disfrazados, dirigiendo su antorcha hacia ellos como si
Las máscaras durante esta operación habían vuelto en sí de procurase reconocerlos y descubrir quiénes eran.
su alarma, y como empezaban a tomar todo esto como una Toda la concurrencia quedó tan estupefacta ante tal ascensión
broma diestramente concertada, lanzaron una inmensa carcajada que se siguió un silencio profundo durante un minuto. Pero fue
al ver la posición de los monos. interrumpido por un ruido sordo, como el que antes había
-¡Guardádmelos! -gritó entonces Hop-Frog; y su voz llamado la atención del rey y de sus consejeros, cuando el

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primero arrojó el vino al rostro de Tripetta. Pero en el caso a sus siete consejeros que le animan en su atrocidad. En cuanto
presente no había necesidad de indagar de dónde salía el ruido. a mí soy simplemente Hop-Frog, el bufón... ¡Y esta es mi última
Brotaba de los dientes del enano que hacía rechinar sus caninos, bufonada!
como si los triturase, y fijaba sus ojos centelleantes de satánica Gracias a la extremada combustibilidad del lino y la brea a que
alegría en el rey y sus siete compañeros, cuyos rostros estaban estaba adherido, aún no había terminado el enano su corta
vueltos hacia él. arenga, cuando ya estaba cumplida la obra de venganza. Los
-¡Ah!, ¡ah! -dijo al fin el enano furioso- ¡Ah!, ¡ah! ¡Ya ocho cadáveres se balanceaban en sus cadenas, formando una
comienzo a ver quiénes son estas gentes! masa confusa, fétida, fuliginosa y repugnante. El cojo arrojó su
Entonces, so pretexto de examinar al rey más de cerca, antorcha sobre ellos, se encaramó tranquilamente hacia el techo
aproximó la antorcha a la vestimenta de lino que le cubría y que y desapareció por la claraboya.
se convirtió instantáneamente en una capa de brillantes llamas. Se supone que Tripetta, colocada de centinela en la
En menos de medio minuto los ocho orangutanes ardían techumbre de la sala, había servido de cómplice a su amigo en
horriblemente en medio de los gritos de una multitud que los esta venganza incendiaria, y que huyeron juntos a su país,
contemplaba desde abajo, llena de terror e impotente para porque no se los ha vuelto a ver más.
prestarles socorro.
A la larga la violencia de las llamas obligó al bufón a subir
más alto por la cadena, fuera de su alcance. Mientras realizaba
esta maniobra la multitud quedó de nuevo silenciosa. El enano
aprovechó la ocasión y tomó de nuevo la palabra:
-Ahora -dijo- veo distintamente de qué especie son estas
máscaras. Veo a un gran rey y sus siete consejeros privados, a
un rey que no tiene escrúpulo en pegar a una joven sin defensa y

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'

............ Edgar Allan Poe .... , , ... , . ,

O ESPERO NI PIDO que nadie crea en la narración extravagante,


aunque sencilla, que estoy por escribir. Estaría loco si lo
esperara, sobre todo cuando mis propios sentidos se resisten a
la evidencia. Pero no estoy loco, y sé bien que no estoy soñando.
Mañana voy a morir, y hoy quisiera dar alivio a mi alma. Mi
propósito inmediato es plasmar ante el mundo, simple,
sucintamente y sin comentarios, una serie de meros hechos
domésticos. En sus consecuencias, estos hechos me han
aterrorizado, me han torturado, me han... destruido. Pero no
trataré de exponerlos. Para mí, representaron el horror, si bien a
otros les parecerán menos terribles que barrocos. Más adelante,
quizá, aparecerá un intelecto que reducirá mis fantasmas a
lugares comunes, un intelecto, más sereno, más lógico y mucho
menos excitable que el mío, que percibirá, en las circunstancias
que detallo con espanto, nada más que la ordinaria sucesión de

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meras causas y efectos naturales. su inteligencia, mi mujer, que en el fondo era bastante
Desde la infancia destaqué por la docilidad y la humanidad de supersticiosa, hacía frecuentes alusiones a la creencia popular
mi carácter. La ternura de mi corazón era tan conspicua que me que indica que todos los gatos negros son brujas disfrazadas.
convirtió en la burla de mis compañeros. Era especialmente No es que se lo tomara en serio, lo menciono solo por la sencilla
afecto a los animales, y mis padres me consintieron con una razón de que lo he recordado justo ahora.
gran variedad de ellos. Pasé la mayor parte de mi tiempo con mis Plutón, tal era el nombre del gato, era mi mascota favorita y
mascotas, y nunca fui tan feliz como cuando las alimentaba y las mi compañero de juegos. Solo yo lo alimentaba, y él me seguía
acariciaba. Esta particularidad de mi carácter creció conmigo, y por la casa adondequiera que fuera. Incluso era difícil prevenir
en mi madurez obtuve de ella una de mis principales fuentes de que me siguiera en la calle.
placer. A todos aquellos que han abrigado un cariño por un Nuestra amistad duró de este modo por muchos años,
perro fiel y sagaz apenas si les tengo que explicar hasta dónde durante los cuales mi ánimo y mi carácter, gracias al demonio de
llega la gratificación que se obtiene de él. Hay algo en el la Intemperancia -me ruborizo al decirlo-, sufrieron una
generoso amor y en el sacrificio de una bestia que va alteración radical que los hizo empeorar. Día con día me hacía
directamente al corazón de quien ha probado la amistad ínfima y más malhumorado e irritable, más inconsciente de los
la lealtad frágil de un hombre. sentimientos de los demás. Incluso usé lenguaje inmoderado
Me casé joven y felizmente encontré en mi esposa una contra mi mujer, el cual se convertiría después en violencia
disposición no distinta de la mía. Al observar mi afición por los física. Mis mascotas, por supuesto, sintieron el cambio en mi
animales domésticos, no perdió la oportunidad de buscar los de ánimo. No solo fui negligente, sino que llegué a violentarlas.
tipo más agradable. Teníamos pájaros, peces dorados, un perro Para Plutón, sin embargo, aún tenía la suficiente consideración
fino, conejos, un pequeño mono y un gato. como para maltratarlo, mientras no tenía reparo en maltratar a
Este último era un animal notablemente grande y hermoso, los conejos, al mono e incluso al perro, cuando por accidente, o
completamente negro y astuto en grado asombroso. Al hablar de por cariño hacia mí, se me acercaban. Pero la enfermedad creció

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en mí -¡por cuanto el Alcohol es como una enfermedad!- y, a Mientras tanto, el gato se recuperaba lentamente. La cuenca
la larga, hasta Plutón, que ya se hacía viejo, y en consecuencia, del ojo perdido presentaba, es verdad, un aspecto horripilante,
algo gruñón, empezó a sentir los efectos de mi temperamento pero el animal no parecía sufrir ningún dolor. Andaba por la casa
enfermo. como de costumbre, pero, como era de esperar, huía en extremo
Una noche al volver a casa, muy intoxicado, de uno de mis aterrorizado cuando me acercaba. Al principio quedaba mucho
refugios en la ciudad, creí que el gato evitaba mi presencia. Lo de mi viejo corazón intacto, suficiente para sentirme apenado
agarré. En su temor ante mi violencia, me infligió una leve herida por el evidente rechazo de la criatura que alguna vez me amara.
en la mano con sus dientes, y la furia de un demonio me poseyó Pero este sentimiento pronto dio lugar a la irritación. Y luego
al instante. Ya no fui yo. Mi propia alma pareció salir volando de vino, como si se tratara de mi derrumbe final e irrevocable, el
mi cuerpo de un tirón, y una malevolencia más que demoniaca, espíritu de la perversidad. La filosofía no toma en cuenta este
nutrida por la ginebra, encendió cada fibra de mi ser. Del bolsillo espíritu. La frenología no le encuentra lugar entre sus órganos.
de mi chaleco saqué una navaja, la abrí, tomé al pobre animal Pero no estoy tan seguro de que mi alma viva como lo estoy de
por la garganta ¡y deliberadamente le saqué un ojo de su cuenca! que la perversidad es uno de los impulsos primitivos del
Me sonrojo..., me quemo..., me estremezco al escribir esta corazón humano, una de las facultades o sentimientos
detestable atrocidad. primarios, indivisibles, que le dan dirección al carácter del
Cuando la razón volvió por la mañana -cuando hube hombre. ¿Quién no se ha visto, cientos de veces, cometiendo un
dormido los humos de la disipación-, tuve un sentimiento, acto vil o absurdo por la sola razón de que no debería hacerlo?
mitad de horror, mitad de remordimiento, por el crimen que ¿No tenemos una inclinación perpetua, aun en nuestro mejor
acababa de cometer; sin embargo, a lo sumo era un sentimiento criterio, a violar aquello que es ley solo porque sabemos que lo
ambiguo y débil, y mi alma permanecía intacta. Me dejé llevar de es? Este espíritu de perversidad, digo, llegó como mi
nuevo por el exceso, y pronto ahogué en licor todo recuerdo del derrumbamiento final. Este insondable deseo del alma de vejarse
hecho. a sí misma -de violentarse contra su naturaleza, de hacer mal

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por amor al mal solamente- me urgió a seguir y finalmente a excepción. Esta excepción no era muy gruesa, se levantaba en
consumar el daño que le había infligido a la inerme bestia. Una medio de la casa y contra ella se ubicaba la cabecera de mi cama.
mañana, a sangre fría, deslicé una cuerda alrededor de su cuello El enyesado había resistido, en gran medida, la acción del fuego,
y lo colgué de la rama de un árbol; lo colgué con lágrimas en los hecho que atribuí a que se había aplicado recientemente. Cerca
ojos y con el más amargo remordimiento en mi corazón; lo de este muro se había juntado una densa multitud, y mucha
colgué porque sabía que me había amado y porque sentí que no gente parecía examinar un punto del muro con minuciosidad y

me había dado motivo de ofensa; lo colgué porque sabía que al viva atención. Las palabras raro, singular y otras expresiones
hacerlo cometía un pecado, un pecado mortal que arriesgaba mi atrajeron mi curiosidad. Me acerqué y vi, como grabada en
alma a quedar más allá -si tal cosa es posible- de la infinita bajorrelieve sobre la superficie blanca, la figura de un gato
piedad del Dios más misericordioso y más terrible. gigante. La impresión se había hecho con una exactitud
La noche del día que cometí este cruel acto, el grito de verdaderamente maravillosa. Había una cuerda alrededor del
" ¡ fuego!" me despertó. Las cortinas de mi cama estaban en cuello del animal.
llamas. Toda la casa era una llama viva. Fue con gran dificultad Cuando contemplé esta aparición, en tanto no podría
que mi mujer, un sirviente y yo logramos escapar del gran considerarla menos que eso, mi asombro y mi terror fueron
incendio. La destrucción fue total. Todas mis riquezas materiales totales. Pero a la larga la reflexión llegó en mi ayuda. El gato,
fueron devoradas, y a partir de entonces me entregué a la recordé, había sido colgado en un jardín adyacente a la casa.
desesperanza. Ante la alarma de incendio, la multitud había llenado
Estoy por encima de la debilidad de buscar una secuencia de inmediatamente el jardín, y alguien había bajado al animal del
causas y efectos entre mi atrocidad y el desastre. Pero estoy árbol y lo había lanzado a mi recámara a través de una ventana
detallando una cadena de hechos, y no deseo dejar suelto abierta. Esto debió de ocurrir con vistas a despertarme. La caída
ningún vínculo posible. Al día siguiente del incendio visité las de los otros muros tuvo que comprimir a la víctima de mi
ruinas. Todos los muros se habían derrumbado, con una crueldad contra el enyesado recién puesto; la cala de esta

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mezcla, combinada con las llamas y el amoniaco del cuerpo salvo en uno: Plutón no tenía un pelo blanco en todo su cuerpo,
habrían completado el retrato como lo vi. pero este gato tenía una enorme mancha blanca, si bien
Aunque así quedó inmediatamente explicado para mi razón, si indefinida, que le cubría toda el área del pecho.
no del todo para mi conciencia, el sorprendente hecho que Al tocarlo se levantó de inmediato, ronroneó fuertemente, se
acabo de relatar no dejó de causar una profunda impresión en frotó contra mi mano y pareció contento con mi atención.
mí. Durante meses no pude deshacerme del fantasma del gato, y Conque era esta la criatura que estaba buscando. Enseguida
durante este lapso volvía a mi espíritu lo que parecía ofrecí comprársela al dueño del lugar, pero esta persona no lo
remordimiento, pero no lo era. El sentimiento fue tal que me reconoció, no sabía nada de él ni lo había visto antes.
hizo arrepentirme de la pérdida del animal y buscar, entre los Seguí acariciándolo, y cuando me preparé para ir a casa, el
vulgares refugios que ahora frecuento por costumbre, otra animal mostró una disposición evidente por acompañarme. Se
mascota de la misma especie, y de cierta apariencia similar, con lo permití, deteniéndome de vez en cuando y dándole palmaditas
la cual ocupar su lugar. antes de seguir. Cuando llegué a casa se domesticó enseguida, y
Una noche mientras estaba sentado, medio embrutecido, en rápidamente se convirtió en el gran favorito de mi mujer.
uno de aquellos antros más que infames, mi atención fue Por lo que a mí toca, pronto noté que crecía en mí una
súbitamente atraída hacia un objeto negro que reposaba en la aversión por el animal. Esto era justo lo opuesto de lo que había
cabeza de un inmenso tonel de ginebra o ron, los cuales anticipado, pero -no sé cómo ni por qué- su evidente afecto
conformaban la mayor parte del mobiliario del local. Había por mí me disgustaba y me fastidiaba. Poco a poco, estos
estado mirando fijamente el extremo superior del tonel por unos sentimientos de disgusto y fastidio crecieron hasta alcanzar la
minutos, y lo que más me sorprendió ahora fue el hecho de que amargura del odio. Evitaba a la criatura. Un sentido de vergüenza
no había visto antes al objeto que estaba allí. Me le acerqué y lo y el recuerdo de mi primer hecho de crueldad me previnieron de
toqué con la mano. Era un gato negro, uno muy grande, tan maltratarlo. Por semanas no lo golpeé ni lo traté de ningún otro
grande como Plutón, y con un gran parecido en cada aspecto, modo violento. Pero gradualmente, muy gradualmente, llegué a

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mirarlo con animadversión intolerable, y a huir silenciosamente aun en esta celda de criminal, casi me apena reconocerlo- que
de su odiosa presencia, como si se tratara del aliento de la peste. el terror y el horror que me inspiraba el animal habían
Lo que sin duda aumentó mi odio por la bestia fue descubrir, aumentado por una de las más simples quimeras que se pueden
a la mañana siguiente que la traje a casa, que, como Plutón, concebir. Mi esposa me había hecho notar, más de una vez, el
también había sido privado de un ojo. Esta circunstancia, sin tipo de marca de pelo blanco de la que hablé, y que constituía la
embargo, solo lo hizo aún más querido para mi mujer, que, única diferencia visible entre la extraña bestia y la que había
como he dicho, tenía en alto grado aquella humanidad de destruido. El lector recordará que esta marca, aunque grande, en
sentimientos que alguna vez distinguió mi carácter y fue el principio era muy indefinida; sin embargo, lentamente -tanto
origen de mis placeres más puros y sencillos. que apenas si se notaba, tanto que mi razón luchó largamente
A pesar de que mi odio por el gato parecía aumentar, también contra esta idea, por fantasiosa-, había cobrado una forma
lo hacía su predilección por mí. Seguía mis pasos con una precisa. Ahora era la representación de un objeto que me
pertinacia tal que sería difícil hacerla comprender al lector. estremece nombrar -y por eso, sobre todo, aborrecía y temía al
Donde me sentara, él se ponía bajo mi silla, o saltaba sobre mis monstruo, y yo mismo me habría encargado de él, si me hubiera
rodillas, cubriéndome con sus repugnantes caricias. Si me atrevido-. Ahora, les digo, era la imagen de una repulsiva... , de
levantaba a caminar, se ponía entre mis pies y casi me derribaba, algo aterrador... , de ¡una HORCA! ¡Oh, motor atroz y espantoso
r
o afi maba sus largas y filosas garras en mi ropa para poder del Horror y del Crimen, de la Agonía y de la Muerte!
trepar a mi regazo. En esas ocasiones, aunque deseaba Era yo desdichado realmente, más allá de la desdicha que
destruirlo de un solo golpe, me contenía, en parte por el puede soportar el ser humano. Y una bestia irracional-a cuyo
recuerdo de mi anterior crimen, pero principalmente -déjenme semejante había destruido con desprecio-, una bestia me había
confesarlo de una vez- por un absoluto pavor a la bestia. causado a mí-un hombre, formado a imagen del gran Dios­
Este pavor no era precisamente por daño físico, aunque no tanto sufrimiento. ¡Ay de mí! ¡Ni de día ni de noche volví jamás a
podría definirlo de otro modo. Casi me apena reconocer -sí, tener la bendición del descanso! Durante el día la bestia no me

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dejaba solo un momento, y en la noche despertaba a cada agarraba y le hundí el hacha en el cráneo. Cayó muerta ahí
instante de sueños de terror insuperable para sentir sobre mi mismo, sin un gemido.
rostro el ardiente aliento de la cosa y su gran peso (¡una pesadilla Cometido el repugnante asesinato, me di enseguida y con
hecha realidad que no tenía el poder de sacudirme!) oprimiendo entera resolución a la tarea de ocultar el cadáver. Sabía que no
eternamente mi corazón. podría sacarlo de la casa, ni de día ni de noche, sin correr el
Bajo la presión de semejante tormento sucumbieron los riesgo de ser visto por los vecinos. Varios proyectos acudieron a
débiles restos del bien que había dentro de mí. Los malos mi mente. En algún momento pensé en cortar el cuerpo en
pensamientos eran mi sola compañía, los más negros y menudos fragmentos y destruirlos por medio del fuego. En otro,
malvados pensamientos. La irritabilidad usual de mi carácter decidí cavar una tumba en el suelo del sótano. Luego deliberaba
aumentó hasta el aborrecimiento de todas las cosas y de toda la sobre si sería conveniente arrojarlo al pozo del patio o
humanidad. Mientras tanto mi mujer era, ¡ay de mí!, la víctima empacarlo en una caja como mercancía, con los arreglos
diaria y más paciente de las súbitas, frecuentes e incontenibles necesarios, y buscar un cargador que lo sacara de la casa.
explosiones de furia a que entonces me abandonaba ciegamente. Finalmente di con lo que me pareció expediente mejor que todos
Un día ella me acompañaba en alguna tarea doméstica por los los anteriores. Determiné emparedarlo en el sótano, como se
sótanos del viejo edificio que nuestra pobreza nos compelía a dice que hacían con sus víctimas los monjes de la Edad Media.
habitar. El gato me siguió por las escaleras y casi me hizo caer, El sótano estaba notablemente adaptado para tal propósito.
por lo que me exasperó hasta la locura. Tomé un hacha, y Sus muros estaban construidos con gran firmeza, y
olvidando en mi ira el terror infantil que hasta entonces había recientemente habían sido revocados con una mezcla que la
detenido mi mano, le lancé un golpe al animal, que le habría sido humedad de la atmósfera no había dejado endurecer. Además,
instantáneamente fatal de haber caído como yo deseaba. Pero la en uno de los muros había una protuberancia causada por cierta
mano de mi mujer desvió el golpe. Su interferencia me llevó a falsa chimenea u hogar, que se había rellenado para darle la
una cólera más que demoniaca, solté el brazo que ella me misma apariencia del resto del sótano. No tuve duda de que

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fácilmente podría remover los ladrillos en aquel sitio, insertar allí la ausencia de esta detestada criatura. Tampoco apareció en la
el cuerpo y dejar el muro como estaba antes, de manera que noche, y así, por una vez siquiera, desde su llegada a la casa,
ningún ojo viera nada sospechoso. dormí con sueño profundo y tranquilo. ¡Dormí, ay, con la carga
Y no me engañé en estos cálculos. Gracias a una barra de del asesinato que pesaba sobre mi alma!
hierro arranqué fácilmente los ladrillos, y luego de depositar El segundo y el tercer día pasaron, y mi torturador no se
cuidadosamente el cadáver contra la pared interior, lo mantuve presentó. Respiré una vez más como hombre libre. ¡El
en esta posición mientras rehíce el muro conforme se monstruo, en su terror, había abandonado la casa para siempre!
encontraba anteriormente. Procurándome argamasa, arena y ¡No lo vería más! ¡Mi felicidad era suprema! La culpa de mi
filamentos con las precauciones posibles, preparé un oscuro acto apenas si me molestaba. Se hicieron algunos
compuesto que no pudiera distinguirse del anterior y lo coloqué interrogatorios que fueron contestados fácilmente. Aun se
esmeradamente sobre el nuevo enladrillado. Cuando terminé, procedió a una búsqueda, pero, por supuesto, nada pudieron
me sentí satisfecho de mi obra. El muro no ofrecía la más ligera descubrir. Creía ya asegurada mi felicidad futura.
señal de haberse removido. Recogí los fragmentos del suelo con Hacia el cuarto día después del asesinato, un grupo de la
el cuidado más minucioso. Miré triunfante a mi alrededor y me policía llegó inesperadamente a la casa y procedió de nuevo a
dije: "¡Aquí, por lo menos, mi labor no ha sido en vano!". hacer una rigurosa investigación del edificio. Seguro como
Mi siguiente paso fue buscar al animal que había sido la estaba de que mi escondrijo era inescrutable, no sentí
causa de tanta desdicha, porque al fin había resuelto firmemente preocupación alguna. Los oficiales me ordenaron acompañarlos
acabar con él. De haberlo encontrado en ese momento, no en su búsqueda. No dejaron rincón ni esquina sin explorar. Al
habría habido duda de su destino, pero parecía que el taimado fin, por tercera o cuarta vez, bajaron al sótano. No moví un
gato, alarmado por la violencia de mi cólera, evitaba presentarse músculo. Mi corazón latía tranquilamente como el de quien
ante mi humor actual. Es imposible describir o imaginar la duerme en la inocencia. Paseé por el sótano de un extremo al
intensa, la dichosa sensación de alivio que produjo en mi pecho otro. Había cruzado los brazos sobre el pecho y andaba sin

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sobresaltos de acá para allá. La policía se mostró enteramente pronto se elevó convirtiéndose en grito largo, fuerte y sostenido,
satisfecha y se preparaba ya a partir. El júbilo era demasiado completamente anormal y nada humano... Un aullido, un alarido
grande en mi corazón para poder refrenarlo. Ardía en deseos de lamentoso, mitad de horror, mitad de triunfo, como puede oírse
decir algo, al menos una palabra de triunfo, para afirmar aún brotar solo del infierno, si se reúnen el grito de agonía de los
más la certidumbre de mi inocencia. condenados y la exultación de los demonios por su
"Caballeros -dije al fin, cuando el grupo comenzaba a subir condenación.
las escaleras-, quedo contento a'I ver que sus sospechas se han Sería locura hablar de mis sentimientos. Desfalleciendo,
desvanecido. Les deseo a todos salud, y un poquito más de retrocedí titubeante hasta el muro opuesto. Por un instante el
cortesía. A propósito, caballeros, esta casa... está muy bien grupo quedó inmóvil en las escaleras, debido a su horror y
construida -en mi rabioso deseo de decir algo con asombro absolutos. Enseguida una docena de brazos robustos
desenvoltura, apenas sabía de lo que hablaba-. Hasta diré trabajaban en el muro. Cayó completamente. El cadáver, ya

admirablemente bien construida. Estos muros. ¿Se van, descompuesto y cubierto de grumos de sangre coagulada,
caballeros? Decía que estos muros están edificados con gran permanecía erguido ante los ojos de los espectadores. Sobre su
so l'd
I ez...,, cabeza, con la roja boca distendida y echando fuego por su ojo
Y entonces, por puro frenesí de bravata, golpeé pesadamente solitario, estaba la asquerosa bestia cuya astucia me había
con un bastón que llevaba en la mano la misma parte de la inducido al asesinato, y cuya voz informe me entregaba al
construcción detrás de la cual se encontraba el cadáver de la verdugo. ¡Había emparedado al monstruo dentro de la tumba!
esposa de mi alma.
¡Pero que Dios me libre y me defienda de las fauces del
Maligno! En cuanto la reverberación de los golpes se ahogó en el
silencio, ¡una voz contestó dentro de la tumba! Un gemido, al
principio ahogado y roto, semejante al llanto de un niño, que

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' Inglaterra y luego lo envió a la recién nacida Universidad de
Virginia. Edgar abandonó la universidad (aparentemente
malgastaba el dinero que John Allan le enviaba para sus

•••••••••••. Edgar Allan Poe •••••.••• · ·• estudios) y se enroló en el ejército durante un tiempo. Poco
después ingresó a la Academia Militar de West Point.
Su carrera literaria inició precisamente en West Point, con un
breve poemario. El soldado Edgar Allan Poe era más apto para la
vida literaria que para la militar, así que planeó su expulsión
cuidadosamente. Causó baja por negligencia, desobediencia y
por frecuentes faltas a clases, formaciones y servicios religiosos.
Durante su breve paso por la academia publicó su segundo
LGUNAS PERSONAS SE CONDENAN a la inmortalidad, de volumen de poemas.
modo que no pueden tener una biografía. O al menos no pueden
Nunca será recordado como un militar modelo, pero se ganó
tener una sola. Siempre habrá muchas y serán una potente
la estima de varios compañeros: cadetes. Entre todos hicieron
mezcla de hechos e imaginerías. Y así es mejor, porque estos
una colecta para financiar su tercer poemario, dedicado
personajes quedan fijos en la imaginación de las gentes durante
precisamente a ellos. El libro apareció en una editorial de Nueva
siglos. Es el caso de Edgar Allan Poe.
York, donde Poe vivió unas cuantas semanas después de dejar
El autor nació en Boston, en 1809, y falleció cuarenta años
West Point, en 1831. Volvería a Baltimore con su abuela, su tía y
después, en la ciudad de Baltimore, no muy lejos de la capital
su hermano mayor.
estadounidense. Hijo de actores y el segundo de tres hermanos,
Edgar Allan Poe no solo reinventó el cuento, también fue de
quedó huérfano muy joven. Sin embargo, John Allan, próspero
los primeros escritores -acaso el primero- que lograron vivir
empresario de Virginia, lo acogió y lo crio. Nunca lo adoptó
solamente de la literatura. Si hoy no es fácil, lo era menos en una
formalmente, pero lo llevó con su familia a pasar unos años en

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época en la que los editores estadounidenses hacían más Romances of Edgar A. Poe, de 1843; Tales, de 1845, y The Raven
negocio pirateando obras de autores ingleses que publicando and Other Poems (El cuervo y otros poemas), de 1845.
trabajos originales de escritores de su país. Claro, Poe no llevaba Pero volvamos al inicio: la vida de Poe es un terreno
una vida holgada (¿qué escritor la lleva?), pero su modus vivendi pantanoso. Su muerte es un misterio. Es más, no existe un
dependía solamente de su pluma, pues se había distanciado documento que certifique que falleció. Se perdió en el proceso
para siempre de John Allan. de construcción del mito. Las versiones apuntan a enfermedades
Desde su regreso a Baltimore tenía un proyecto: fundar un del corazón, sífilis, cólera, congestión alcohólica y hasta

periódico de muy altos estándares literarios. Lo llamaría The homicidio.

stylus (algo así como El estilógrafo}, él sería su editor y el Contrario a lo que ocurre con la mayoría de la gente, la muerte
periódico se convertiría en una plataforma para la mejor de Poe no supuso el último hecho de su biografía. Dos
literatura estadounidense. De este modo ayudaría a mejorar el personajes son los responsables. En Europa, Charles Baudelaire,
yermo panorama editorial de la época, que llevaba a importantes que lo tradujo al francés, contribuyó a crear la impresión de que
autores (Herman Melville, por ejemplo) a abandonar las letras nuestro autor se proyectaba siempre en sus más delirantes
por falta de difusión. Por desgracia, este sueño nunca se hizo personajes. El poeta parisino era muy dado a la bohemia como
realidad. Y faltó poco. para resistirse a ver en Poe a un semejante.
Recordemos: la literatura de entonces se publicaba sobre todo En Estados Unidos, Refus Griswold, enemigo declarado de
en diarios y revistas. Los libros de poesía, cuentos y novelas Poe y al mismo tiempo su albacea literario (a saber por qué) se
solían ser compilaciones de obras que ya habían aparecido en la encargó de pintar a Poe como un inmoral y un adicto, no solo al
prensa anteriormente. Por esto Poe publicó pocos libros en vida: alcohol, sino a las drogas y el juego. Desde entonces casi todas
Tamerlane and Other Poems (Tamerlán y otros poemas), de 1827, las notas biográficas o estudios del autor de "El cuervo" se

firmado con pseudónimo; Poems, de 1831, Tales of Grotesque and detienen en los aspectos más sórdidos de su vida para examinar
Arabesque (Cuentos de lo grotesco y lo arabesco), de 1839; The Prose su obra. Seguramente Poe no fue un modelo para la moral de

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entonces, pero fue más que un ebrio que iba de bar en bar
recitando sus poemas por unas monedas, como a veces se lo
retrata.
Estos dos personajes, uno con mejores intenciones que el
otro, contribuyeron al interés en leer a Poe. La idea de que una
mente sana pudo escribir "El corazón delator", por ejemplo, no
es tan seductora como la de que un hombre atormentado por las
desgracias y el alcohol se mantenía apenas cuerdo escribiendo
versos y relatos. Saber que el creador era tan oscuro como sus
criaturas facilita comprenderlo. Sin embargo, Edgar Allan Poe
solo abandonó una disciplina para abrazar otra. Tenía proyectos
y un método. No estaba tocado por las musas ni acosado por
los demonios. Fue un escritor con poca suerte, pero gran
determinación. Y bajo esa luz podríamos leerlo.

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Edición digital the Eight Chained Orang-Outangs)", 1850; "The Black Cat", 1843,

Ana María Echevarría Gutiérrez 1. Cuentos de terror 2. Literatura estadounidense


Gerente ae L iteraturd 1nranrn y Juvenil Dewey 813 P6418
Primera edición digital, 2016
Cecilia Eugenia Espinosa Bonilla
LJerentt: m:: -'t"rvtc:ios educativos cJ1gitalec; D.R. © SM de Ediciones, S. A. de C. V., 2016
Magdalena 211, Col. Del Valle,
Oiga Correa lnostroza
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Valeria Moreno Medal www.ediciones-sm.com.mx

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Registro número 2830
El gato negro y otros cuentos/ © Edgar Allan Poe
Traducción de "El entierro prematuro": Vicente García Aranda
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni
(1825-1902)
su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o
Traducción de "Hop-Frog" (o los ocho orangutanes
por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por
encadenados)": Carlos Olivera (1858-1910)
fotocopia, por registro u otros métodos, sin permisos previo y
Traducción de "El gato negro": Federico Ponce de León
por escrito de los titulares del copyright.

T ítulos originales: "The Premature Burial", 1844; "Hop-Frog (or

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