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Texto 4. Sería irrazonable e injusto afirmar que ciertos seres humanos ordinarios se
comportan hoy día como delincuentes juveniles. Sin embargo, dentro de los países de
civilización occidental, particularmente en América, se debe conceptuar a muchos como
delincuentes porque obran de la misma forma que si la inmediata satisfacción de todos
sus caprichos e impulsos fuera el único índice de comportamiento, sin considerar las
consecuencias para el resto de la naturaleza y la posteridad. Los textos de historia
condenan a Luis XV por su irreflexiva observación: “Después de mí, el diluvio”. Ahora
bien, nosotros estamos utilizando también la Tierra como si fuéramos la última
generación que hubiera de habitarla. Socialmente nos comportamos como si quisiéramos
disculpar nuestros yerros con esta pregunta: ¿Qué ha hecho por mí la posteridad? Todas
las vidas individuales y civilizaciones venturosas se han mantenido firmes en un sistema
metódico de relaciones entre el hombre, la naturaleza y la sociedad. Tales relaciones,
absolutamente indispensables no solo para el bienestar del individuo, sino también para
la supervivencia de los grupos humanos, están sufriendo ahora perturbaciones profundas
y vertiginosas bajo los efectos de la vida moderna. Está en juego, pues, no solo la
violación de la naturaleza, sino el futuro mismo del género humano. [UATH: 222-223].
Texto 5. Desde luego, toda la evolución humana y una gran parte de la historia
humana han sido el resultado de accidentes o elecciones a ciegas. Muchas acciones
premeditadas han tenido consecuencias imprevistas e infortunadas. De hecho, casi todos
los problemas ambientales que aquejan ahora a la civilización occidental derivan de
decisiones y descubrimientos hechos para resolver otros problemas y alargar la vida
humana. El motor de combustión interna, los detergentes sintéticos, las drogas
medicinales y los insecticidas fueron concebidos para cumplir una finalidad útil, pero
algunos de sus efectos secundarios han sido calamitosos. […] No podremos prolongar
por mucho tiempo la actual tendencia a corregir inconvenientes menores e introducir
comodidades triviales en la vida sin riesgo de aumentar las probabilidades de desastres y
abaratar la calidad de las experiencias vitales. Si el objetivo de la civilización tecnológica
es hacer cada vez más de lo mismo, de mayor tamaño y con mayor rapidez, el mañana
será solo una horrenda ampliación del presente [UATH: 278-280].
Texto 7. En todo el mundo y en todas las épocas, los hombres han saqueado la
naturaleza y alterado el equilibrio ecológico; generalmente lo han hecho por ignorancia,
pero también porque siempre se han interesado más por las ventajas inmediatas que por
los objetivos a largo plazo. Además, no podían prever que estaban contribuyendo a lo que
acabaría por ser un auténtico desastre ecológico ni tenían tampoco alternativas de
elección. Que ahora seamos más destructivos que en el pasado se debe a que somos más
y a que contamos con un mayor poder de destrucción [UDI: 140].