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Mezclas forrajeras.
1- Al formular una mezcla forrajera, ¿qué criterios de elección de las especies considera
para reducir las interacciones competitivas y lograr una producción más estable durante el
año?
2- Hipotetice acerca de qué factores pueden haber determinado la condición actual del
recurso forrajero. Considere proporción de cada especie, su vigor, presencia de malezas,
etc.
INTRODUCCIÓN
Se considera que las mezclas de especies forrajeras presentan ventajas sobre los
cultivos puros, debido a razones ecológicas y agronómicas. Entre las primeras se entiende
que muchas especies:
1. exploran nichos diversos
2. utilizan más efectivamente los recursos
3. determinan que la energía e información fluya por pasos alternativos
4. aumentan la estabilidad del ecosistema
1
Colaboración en la edición: Magdalena Druille y Pablo García Parisi
Material Editado por la Cátedra de Forrajicultura- Facultad de Agronomía- UBA
Clase 6 - 3
Cuadro 1: Distribución de la producción de fitomasa de mezclas varietales (trigo, arroz lino,
cebada o centeno) o específicas (gramíneas o leguminosas) comparada con la producción
de los mismos componentes en monocultivos. Adaptada de Trenbath (1974).
Referencias: 1-Barnett y Posler (1989); 2- Sollemberg, Templeton y Hill (1984); 3- Legard (1989) y 4-
Annichiarico y Piano (1994).
(*): diferencia no significativa entre gramíneas.
Pastos C3
Pastos C4
Figura 3: Ciclo de producción anual de los pastos mesotérmicos (C3) y megatérmicos (C4)
en pastizales naturales de la región pampeana húmeda.
2500
prim
avera
2000
15 0 0 prim
avera
verano
10 0 0
otoño
500 invierno
0 0% de P M
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 25% de P M
50% de P M
C o rte
Esta reducción sugiere que las especies templadas, que disminuyen su tasa de
crecimiento en verano debido a las altas temperaturas y a periódicos déficits hídricos, dejan
nichos vacantes que son ocupados por el pasto miel, capaz de crecer en verano utilizando
los recursos de luz, agua y nutrientes disponibles.
Fijación de nitrógeno
Figura 5: Cantidad de N fijado en mezclas de trébol blanco y gramíneas, con distinta dosis
de fertilizante nitrogenado. Las líneas corresponden a diferentes metodologías de
utilización. Fuente: Trott et al., (2004).
Transferencia aérea
83
60 23
Sería deseable que las distintas especies elegidas para vegetar en un ambiente
marginal toleren las condiciones adversas en forma similar, para que su capacidad
competitiva sea pareja y haya menos riesgo de que algunos componentes se pierdan. Por
ejemplo, si se siembran raigrás perenne y festuca en un ambiente con importantes sequías
estivales es probable que debido a su menor tolerancia a la sequía, mueran plantas de
raigrás perenne y que en pocos años domine festuca, en una pastura de mediana densidad.
Si se hubiera sembrado festuca sola o dos especies con capacidad parecida de soportar la
sequía, como por ejemplo festuca y Lotus, la pastura podría superar el verano manteniendo
su densidad.
Las mezclas simples están compuestas por pocas especies con requerimientos
edáficos y climáticos similares y compatibles desde el punto de vista del pastoreo. El
manejo se ve facilitado por pocas especies de comportamiento parecido bajo pastoreo,
permitiendo adoptar con precisión las decisiones de manejo. Esta precisión permite
aprovechar el forraje dentro de rangos mayores de calidad, contemplar mejor la
morfofisiología de las especies y obtener mayores niveles de producción y persistencia.
Formulación de mezclas
Usualmente, el ambiente de un establecimiento (tipo de suelos y regímenes hídrico y
térmico) determina en gran medida el tipo de explotación (agrícola, ganadera, mixta) y la
producción animal a realizar (tambo, invernada, cría). Con la determinación del sistema de
producción y del ambiente de un establecimiento quedan definidas, en buena medida, la
longevidad y calidad esperadas de las pasturas a implantar. Intentaremos ilustrar el proceso
de elección de una mezcla forrajera con un par de ejemplos, uno para un suelo agrícola del
oeste de la provincia de Buenos Aires y otro para un suelo con más limitantes.
Este tipo de suelos es ocupado, y cada vez más, por cultivos de cosecha. En los
planteos agrícola-ganaderos, las pasturas que se siembran son destinadas a la
alimentación de novillos o vacas lecheras. En los últimos años la intensificación de los
sistemas de producción de carne y leche, produjo la incorporación de nuevos materiales
forrajeros a las pasturas, el uso de nuevos agroquímicos y, también, acotó su duración a
plazos de entre 3 y 5 años para que sean compatibles en rotación con la agricultura.
En este ambiente, la única restricción puede ser el déficit hídrico estival. Por lo tanto,
tenemos amplias posibilidades para elegir entre el elenco de especies disponibles. La
primera especie seleccionada será alfalfa debido a las siguientes razones: a) la excelente
adaptación al ambiente de la zona, ya que puede resistir los déficit hídricos estivales y no
hay riesgos de excesos en otras épocas del año, b) su producción estival, ya que
combinada con las gramíneas constituirán una mezcla que vegeta todo el año y c) su aporte
de proteína a la dieta y N a los suelos. Luego seleccionaremos las gramíneas, siendo lo
ideal una especie perenne y otra anual para garantizar forraje en otoño e invierno
respectivamente. Elegir una especie que no reduzca demasiado su crecimiento en invierno
tiene como objetivo minimizar el déficit de forraje de esta época. Entre las gramíneas, las
mejores son cebadilla criolla y pasto ovillo ya que a) son resistentes a eventuales déficits de
humedad y b) son de excelente calidad. Finalmente se puede completar la mezcla con
trébol blanco para disponer de una leguminosa en los meses más fríos cuando la alfalfa no
vegeta. De acuerdo a la severidad de la sequía estival, esta especie puede reducirse o
perderse en verano ya que no es muy resistente al déficit hídrico, pero puede reinstalarse al
siguiente otoño debido a su excelente capacidad de resiembra. Por lo tanto, la mezcla
elegida será alfalfa, cebadilla criolla, pasto ovillo y trébol blanco.
En este caso, si los suelos presentan drenaje deficiente (poca pendiente, texturas
finas, Bt a poca profundidad) y el valor de pH del horizonte sub-superficial es mayor a 7.5, el
elenco de especies se reduce ya que debemos utilizar aquéllas adaptadas a estas
condiciones. Entre las leguminosas, alfalfa y trébol rojo se descartan ya que no están
adaptadas al exceso de agua en el perfil, especialmente la primera. Por lo tanto, podemos
elegir alguna especie del género Lotus. De acuerdo a la magnitud de los problemas de hidro
y halomorfismo será más indicado Lotus corniculatus o Lotus tenuis en orden creciente de
limitación. Con respecto a las gramíneas, festuca es una especie que resiste condiciones
moderadas de hidro y halomorfismo; si estas condiciones son más extremas, la indicada
sería agropiro. Se podría agregar raigrás anual como gramínea invernal y trébol blanco
como leguminosa invernal en las condiciones menos extremas.
Por lo tanto, de acuerdo a la magnitud de las limitantes resultaría una u otra pastura:
La primera mezcla será más productiva, de mayor calidad y menos estacional que la
segunda, poniendo en evidencia cómo las restricciones del ambiente se reflejan en el
potencial de producción de las pasturas.
Conclusiones
Las mezclas de especies forrajeras son más adecuadas que los cultivos puros para
lograr una oferta de calidad, aumentar la perdurabilidad de las pasturas, distribuir en forma
más pareja la producción a lo largo del año y reducir las necesidades de fertilización
nitrogenada. En casi todos los casos su conformación exige usar leguminosas aunque sean
más difíciles de manejar.
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