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¿QUÉ ES UN CASO CLÍNICO?

El caso clínico consiste en una descripción ordenada, tanto de los


síntomas y acontecimientos que le ocurren a un paciente en el curso
de una enfermedad como de los datos complementarios
proporcionados por los procedimientos diagnósticos, el curso del
razonamiento clínico, la conclusión diagnóstica, el tratamiento
empleado y la evolución del enfermo. Además, el caso clínico puede
contener un perfil demográfico del paciente y describir también su
situación sociocultural. Compartir los casos clínicos facilita el
aprendizaje continuo del profesional. Pese a tener un nivel bajo de
evidencia científica, puesto que lo que le suceda a un solo paciente
poca fuerza estadística puede tener, la publicación de un caso clínico
favorece la comprensión de las guías de práctica clínica, la toma de
decisiones y el manejo de la incertidumbre. Su lectura incrementa el
abanico del diagnóstico diferencial y estimula el espíritu crítico del
clínico. En el entorno médico y sanitario, un caso clínico (case report)
es la presentación comentada de la situación sanitaria de un paciente
(o grupo de pacientes), que es mostrada a modo de ejemplo individual
de un fenómeno más o menos general (de ahí el calificativo de “caso”).
El caso clínico consiste en una descripción ordenada, tanto de los
síntomas y acontecimientos que le ocurren a un paciente en el curso
de una enfermedad como de los datos complementarios
proporcionados por los procedimientos diagnósticos, el curso del
razonamiento clínico, la conclusión diagnóstica, el tratamiento
empleado y la evolución del enfermo. Además, el caso clínico puede
contener un perfil demográfico del paciente y describir también su
situación sociocultural. Compartir los casos clínicos facilita el
aprendizaje continuo del profesional. Pese a tener un nivel bajo de
evidencia científica, puesto que lo que le suceda a un solo paciente
poca fuerza estadística puede tener, la publicación de un caso clínico
favorece la comprensión de las guías de práctica clínica, la toma de
decisiones y el manejo de la incertidumbre.

¿CÓMO SÉ SI UN CASO CLÍNICO MERECE LA PENA SER


PUBLICADO?
En general, un caso clínico merece ser publicado cuando constituye
una novedad o una rareza. Por lo general, comenzamos a pensar en
ello cuando un paciente (o una serie de pacientes) presenta las
siguientes características. Una patología no descrita anteriormente o
cuya incidencia es extremadamente rara (a escala local, nacional o
mundial); Una forma atípica de una enfermedad; Una asociación
infrecuente de dos patologías; Un cuadro en el que se demuestra un
nuevo agente etiológico; Un hallazgo que aclara la patogénesis de un
trastorno; Una alteración de una prueba (de laboratorio o de imagen)
no descrita anteriormente en una enfermedad concreta; Una
complicación inusual de una patología; Un efecto secundario no
conocido o muy infrecuente de un medicamento o de otro tipo de
intervención terapéutica; Una interacción no descrita entre fármacos, y
Un cuadro en el que se haya empleado una prueba diagnóstica o una
intervención terapéutica innovadora. Para comprobar que el caso es
realmente novedoso, o si tenemos dudas sobre la conveniencia de
publicar o no un caso clínico, es aconsejable consultar con otros
especialistas y explorar la literatura médica (p.ej.: PubMed, EMBASE,
Scielo, Google Académico, UpToDate, etc.).

TIPOS DE CASOS CLÍNICOS LAS FORMAS MÁS COMUNES DE


PRESENTAR UN CASO CLÍNICO SON LAS SIGUIENTES:
Caso clínico clásico u hospitalario
Exposición ordenada del caso de un paciente concreto, que incluye la
información más relevante sobre la enfermedad actual, los
antecedentes pertinentes, la evolución, el diagnóstico y el tratamiento.
También puede incluir información sobre el seguimiento del paciente,
lo que permite juzgar el impacto de las decisiones terapéuticas.
Este caso clínico suele tener un interés diagnóstico y es
especialmente recomendable en aquellos casos en los que se requiere
un diagnóstico diferencial.
Por ello, a menudo en las sesiones clínicas los casos son comentados
por profesionales que no han atendido directamente a los pacientes en
cuestión.
Puede ser:
 Un caso clínico cerrado (en el que se ha llegado al diagnóstico
final) o
 Abierto (sin diagnóstico final). Complementando a esta, se
puede presentar también alguna “información blanda” (vivencias
subjetivas del paciente ante el proceso de enfermar, situación
socioeconómica, etc.), así como otros datos de tipo
antropológico y económico, datos relativos al seguimiento o a los
procesos de decisión, etc.
ENFERMERIA
RESUMEN

Los profesionales de enfermería cuentan como herramienta de trabajo


con el proceso enfermero y los lenguajes estandarizados, lo que ha
posibilitado en éstos un aumento considerable en la publicación de
casos clínicos en revistas científicas. A partir de esta situación, el
presente trabajo tiene el objetivo de proponer un conjunto de
sugerencias que contribuyan a la labor de redactar y fijar una
estructura determinada en un caso clínico en el que se gestionen
cuidados basados en el uso de las taxonomías enfermeras,
contemplando cada uno de los apartados que debería de contener:
desde el título, resumen, introducción, valoración, plan de cuidados
(fase de diagnóstico, planificación, ejecución, evaluación), gestión del
caso, discusión, hasta la bibliografía, quedando recogidas todas las
fases del proceso enfermero, con la ayuda de la taxonomías antes
mencionadas.

Introducción

Los cuidados enfermeros actualmente se desarrollan siguiendo el proceso


enfermero, procedimiento que parte de la aplicación del método científico,
permitiendo a los profesionales de enfermería prestar cuidados de una forma
racional, lógica y sistemática, tratándose de un elemento garante de la calidad de
los cuidados. La utilización del proceso enfermero ha permitido incorporar el uso
de nuevos lenguajes estandarizados que facilitan la recolección sistemática de la
información necesaria para la toma de decisiones y la comunicación de la
información entre profesionales sobre la efectividad del cuidado, asegurando la
calidad y continuidad de cuidados intra e interniveles. El uso de un lenguaje
estandarizado ha posibilitado la normalización de la práctica enfermera,
disminuyendo la variabilidad de la práctica clínica, pudiendo identificar los
problemas y necesidades de cuidados de los pacientes, qué resultados
esperamos y qué intervenciones son necesarias.

Los tres lenguajes estandarizados más usados son la North American Nursing
Diagnosis Association -NANDA-,1 la clasificación de resultados de enfermería
NOC2 y la clasificación de intervenciones de enfermería NIC. 3 En 1973 un grupo
de enfermeras de Saint Louis University School of Nursing, identificaron la
necesidad de trabajar de manera más formalizada en el desarrollo y clasificación
de los diagnósticos de enfermería, y organizaron la primera National Conference
on Classification of Nursing Diagnoses. De las consecutivas reuniones llevadas a
cabo en esta universidad surgiría, en 1982, la Asociación Norteamericana de
Diagnósticos de Enfermería (NANDA). En 1989 se publicó por primera vez la
taxonomía I NANDA, que evoluciona y se convierte en la taxonomía II en 2002,
coincidiendo con el cambio de la asociación NANDA, que deja de ser una
asociación Norteamericana para pasar a ser NANDA Internacional (NANDA-I). En
la Universidad de Iowa en 1987, con el propósito de ordenar las actuaciones
enfermeras en grupos y asignarles un nombre (intervención) se creó la NIC, que
ofrecía lenguaje consensuado y codificado de intervenciones de enfermería. Como
complemento a NANDA y NIC, en 1991 nace en la Universidad de Iowa la
taxonomía NOC, permitiendo identificar, denominar, validar y clasificar resultados
e indicadores del usuario susceptibles de ser alcanzados mediante intervención
enfermera. La NOC permite universalizar los resultados del cuidado enfermero, en
sus diferentes entornos, lo cual nos lleva a tener base científica para modificar
pautas de conducta respecto a los cuidados aplicados por las enfermeras y
facilitar la evaluación de los resultados para mejorar la calidad asistencial del
paciente.

El uso de las taxonomías como lenguajes estandarizados ha permitido a los


profesionales de enfermería una mejor descripción del proceso enfermero en
cuanto a la elaboración de un informe de casos clínicos. De hecho, encontramos
en la actualidad casos clínicos publicados en revistas científicas en los que se
expone la resolución de los mismos a través de las taxonomías antes descritas. 4-8

Los casos clínicos se pueden considerar como el primer peldaño en la


investigación clínica, ya que proponen la descripción o exploración de uno o varios
casos9 de excepcional relevancia. Desde el punto de vista enfermero, contribuyen
al conocimiento del proceso del paciente y muestran los resultados obtenidos tras
la aplicación de un plan personalizado de cuidados. Al tratarse de un caso clínico
de enfermería debemos tener en cuenta que se trabaja con respuestas humanas,
manifestaciones identificables en el sujeto, correspondientes a acciones,
sentimientos, creencias, y la posibilidad de control que posee respecto a sus
propias capacidades.

El objetivo del presente artículo es proponer una serie de pautas que contribuyan
a la labor de redactar y fijar una estructura coherente y unificada en la publicación
de un caso clínico basado en el uso de las taxonomías NANDA, NOC, NIC. Este
artículo plantea un recurso metodológico para autores y editores de revistas
científicas, los primeros para tener unas directrices claras a la hora de
confeccionar la publicación y los segundos para que dispongan de criterios
precisos de evaluación de este tipo de informes. Adicionalmente, la unificación en
la publicación de este tipo de artículo puede contribuir al desarrollo de
investigaciones secundarias, tipo metaestudios, que utilicen como fuente de datos
el caso clínico.

La metodología llevada a cabo para la confección de este trabajo se ha basado en


el consenso de expertos. Para ello, se ha contado con un equipo de seis personas
que corresponden con los autores de este manuscrito. Dicho equipo ha estado
integrado por docentes y profesionales asistenciales familiarizados tanto con el
manejo de las taxonomías NANDA, NOC, NIC como con la redacción de artículos
científicos. La secuencia en la elaboración de este artículo fue la siguiente: (a) En
una primera fase dos de los autores revisaron la estructura y el contenido de
casos clínicos en los que se empleaba taxonomía NANDA, NOC, NIC publicados
en revistas científicas. (b) Fruto de la revisión anterior, se elaboró un primer
borrador en el que se exponía la estructura de epígrafes del caso clínico y los
elementos que debía contener. Además, desde el plano de la redacción científica,
se intercalaron recomendaciones precisas a este respecto. Este primer borrador
fue entregado al resto de miembros del equipo para su revisión y hacer las
aportaciones que considerasen oportunas; en esta fase se procuró trasmitir al
revisor el hecho de que el manuscrito debía ser una guía sencilla y útil para la
redacción de casos clínicos, de modo que los potenciales usuarios del mismo
serían discentes de pregrado y de formación continuada, profesionales
interesados en la publicación de casos clínicos y editores de revistas científicas
que tuvieran interés en publicar este tipo de informes. (c) En una tercera fase, se
unificaron las propuestas de los revisores y se redactó el manuscrito final. En aras
de facilitar el manejo de este artículo, se ha elaborado una lista de comprobación
(cuadro 1) que sintetiza los elementos que debe integrar un informe de caso
clínico según la propuesta hecha en este artículo. 

ESTRUCTURA DEL CASO CLÍNICO

A la hora de elaborar el informe de un caso clínico para su publicación, se deben


seguir los principios generales de la escritura de artículos científicos, relacionados
con la estructura y el estilo. 10,11 Partiendo de la premisa anterior, la estructura que
se propone para la publicación del caso clínico es la siguiente:

- Una parte preliminar que incluya el título, los datos de autoría y un resumen con
las ideas más sobresalientes del caso que se presenta.

- El cuerpo del artículo, que se divide en tres grandes epígrafes: Introducción,


Presentación del caso (en el que se describe la secuencia del plan de cuidados
desarrollado: fase de valoración, fase diagnóstica, fase de planificación, fase de
evaluación de los resultados) y Discusión.
- Parte final en la que se incluya la bibliografía citada, y la posibilidad de incluir
otros elementos como los agradecimientos y los anexos.

En este artículo nos ocupamos principalmente de proponer la estructura y los


elementos que debe contener cada apartado (cuadro 1). Por último, si bien
alentamos al autor a seguir las normas de redacción de manuscritos científicos, 10-
12
 no quisiéramos dejar de resaltar, a modo de recordatorio, las siguientes:

- Se ha de tener precaución con las normas gramaticales, sintácticas y


ortográficas de la lengua en la que se publique el artículo.

- El estilo de redacción científica ha de caracterizarse por la claridad, concisión,


secuencia, naturalidad y sencillez en la exposición de argumentos. Se recomienda
el uso del estilo impersonal.

- Como norma general en cuanto al uso de los tiempos verbales, se recomienda


emplear el tiempo pasado cuando el autor expone los aspectos metodológicos de
su trabajo y los resultados obtenidos; y el tiempo presente cuando alude a otros
trabajos que utilice como referencias bibliográficas o bien se refiera a las
conclusiones o implicaciones que se derivan de la discusión de resultados.

- Otras consideraciones a tener en cuenta son: la primera vez que se usen siglas
en el texto hay que definirlas, ya que no todos los potenciales lectores pueden
estar familiarizados con esa terminología, y cuando se mencionen medicamentos
se debería usar el nombre genérico.

 A. Parte preliminar

Título. Se recomienda elaborar el título en una frase directa, aludiendo a la


temática central y la población de referencia del caso. Se recomienda redactar en
tono afirmativo y no debería de exceder de 15 palabras.

Autores. En la autoría de artículos que reflejan los resultados de estudios de


investigación habitualmente el número de autores suele corresponder con los
miembros del equipo investigador. Un caso clínico suele ser redactado por el
equipo de profesionales que ha sido referente y responsable del paciente en su
episodio de cuidados. En muchas ocasiones otros profesionales realizan
aportaciones y sugerencias o bien supervisan o apoyan metodológicamente al
autor, en estos casos debería hacerse constar el agradecimiento a los mismos
como se verá en un apartado posterior.

Resumen. El resumen es una entidad independiente y por tanto debe ser auto
explicativo y autónomo del resto del artículo, debiendo de ofrecer un sumario
breve de cada de una de las secciones principales del caso clínico. Se considera
como una versión en miniatura del trabajo, siendo su redacción un reto a la
capacidad de síntesis del autor. 12,13 Al redactar el resumen se deberían seguir las
siguientes recomendaciones:10-13

- Se empleará para su redacción el tiempo verbal pasado, pues relata un trabajo


ya concluido, con excepción de la conclusión, que se redacta en presente.

- No debe de incluir abreviaturas no explicadas ni referencias bibliográficas.

- La información que aparece en el resumen tiene que estar ampliada en el texto


del artículo, no puede aparecer información en el apartado del resumen que
después no haya sido ampliada en el texto.

- La extensión del resumen oscila entre 150 a 300 palabras según las revistas.

- El resumen no tiene por qué estar estructurado, pero ha de recoger los aspectos
más sobresalientes de cada parte del caso clínico: de la introducción se ha de
hacer énfasis en la temática en la que se circunscribe el caso; de la presentación
del caso han de destacarse los aspectos más sobresalientes del plan de cuidados,
por ejemplo, diagnósticos identificados y evolución del paciente; y finalmente, a
modo de conclusión, destacar las implicaciones prácticas. 

B. Cuerpo del artículo

Se trata de la parte central del artículo y, por tanto, la que define la extensión del
mismo. Dado el carácter breve de este tipo de artículos, se recomienda que la
extensión máxima del cuerpo del artículo no supere las 2000 palabras.

Introducción. Este apartado describe los elementos de la fase conceptual del caso
clínico:12

- En los primeros párrafos se debe presentar el problema general o la temática


principal en la que se circunscribe el caso.

- A continuación, y con el apoyo de referencias bibliográficas, se ha de abordar el


estado actual de la cuestión. Recordemos que la pertinencia de publicar un caso
clínico surge en la cotidianeidad del trabajo del profesional y se ha de valorar en el
curso del plan de cuidados, cuando se han obtenido hallazgos o implicaciones de
interés clínico. Por ello, al no haber un plan previo de investigación, no es
necesario recrearse en la descripción de los antecedentes.

- En tercer lugar, los autores han de concretar el problema que se va a tratar, es


decir se trata de ir de lo general a lo particular, aludiendo a la relevancia del
trabajo y su importancia para la práctica clínica. Se trata de la justificación del caso
clínico.
- Finalmente se debe concluir aludiendo al propósito del artículo. En ocasiones,
bien al final de la introducción o al inicio de la presentación del caso, se puede
incluir una breve descripción de los aspectos metodológicos utilizados para la
resolución del caso.

Presentación del caso. Este apartado expone al lector la secuencia del


proceso enfermero. Se ha de comenzar con una breve alusión a la situación
clínica del paciente, incluyendo la descripción cronológica de la misma; se trataría
de un párrafo de enlace entre la introducción y la valoración, no aportando datos
que pudieran ser relevantes para incluirlos en el apartado de valoración. Dentro de
la ética, para garantizar la confidencialidad, se recomienda utilizar bien un
seudónimo o la inicial del nombre del paciente, y hacerlo explícito en el texto para
que quede constancia del control ético. Al hilo de lo anterior, no es aconsejable
aludir explícitamente a emplazamientos que pudieran dar pistas sobre la identidad
del paciente. Opcionalmente, se podrá aludir a otros aspectos de control ético
como el consentimiento informado o a la aprobación del comité de ética o
investigación de la institución sanitaria de referencia. Complementariamente los
autores deben hacer declaración explícita de conflicto de intereses.

Valoración. El objetivo de la valoración clínica es recoger información objetiva y


subjetiva de la persona y poder llegar a juicios correctos y exactos (diagnósticos
de enfermería) que guíen la intervención de los profesionales. Por tanto, en este
apartado se expondrá la valoración integral que se ha hecho de la persona en
base a las herramientas utilizadas, que han de ser coherentes con el modelo de
cuidados elegido ya que su utilización favorecerá la recogida de información y la
interpretación de la misma dentro del modelo. Para la presentación de este
apartado nos ayudaríamos de los esquemas de valoración más frecuentes
utilizados en nuestro contexto, el cuestionario de valoración de necesidades de V.
Henderson o bien el cuestionario por patrones funcionales de M. Gordon, con el
objetivo de presentar al lector de una forma ordenada la información recogida. El
modo idóneo de confeccionar este apartado consistiría en organizar la información
en los correspondientes epígrafes del esquema utilizado, siendo de importancia
exponer los datos de la valoración que se salen de lo normal, ya que de su análisis
depende la elaboración del juicio diagnóstico. Si como ayuda a la valoración se
utiliza algún instrumento de medida de la salud (test, escalas o índices) se ha de
citar el instrumento correspondiente y el resultado de su aplicación, sin olvidar que
se debe describir el significado del dato numérico obtenido, en el caso de que el
instrumento siga una escala numérica. Por último, es importante tener presente
que en la valoración se deben de incluir solo los datos obtenidos por la entrevista,
el examen físico, la observación, la revisión de informes e historias y la
colaboración con otros profesionales, evitando incorporar juicios, intervenciones o
actividades que corresponderían a otros apartados del caso. En cuanto al estilo de
redacción, se recomienda realizar una exposición narrativa, huyendo de
presentaciones esquemáticas o telegráficas.
Plan de cuidados. Para la elaboración de este apartado se recomienda narrar lo
más destacado de las diferentes etapas del plan de cuidados:

a) Fase diagnóstica. Esta fase es considerada la más importante del proceso


enfermero, ya que se interpretan los datos obtenidos en la valoración mediante el
análisis y síntesis de los mismos, concluyéndose con la identificación y
formulación del problema de salud. Para la clasificación de los diferentes
problemas detectados se aplica un modelo enfermero. Uno de los que se utilizan
es el modelo de Virginia Henderson, donde se clasifican los problemas
en problemas de colaboración, problemas de autonomía y diagnósticos de
enfermería según la taxonomía NANDA, debiendo existir una coherencia entre las
manifestaciones y los factores relacionados con el diagnostico seleccionado. 14 En
todo caso, apartado ha de adaptarse en su lenguaje al modelo de cuidados
empleado por el profesional que llevó a cabo el plan de cuidados.

b) Fase de planificación. Se presentarán siguiendo la taxonomía NOC los


resultados seleccionados con sus correspondientes indicadores. Debemos
recordar que cada resultado puede medirse en distintos indicadores que se
gradúan en escalas tipo Likert de cinco valores. Dependiendo del indicador cada
valor puede tener un significado, por lo que deberemos indicar:

- El valor del indicador de resultado que describa con mayor precisión el estado
del paciente antes de la fase de ejecución del plan de cuidados.

- El valor del indicador de resultado que describa el estado del paciente que
deseamos en la evaluación parcial o final del proceso.

Una vez establecidos los objetivos, procederíamos en este apartado a la


descripción de las intervenciones y actividades más adecuadas para conseguir los
resultados esperados, justificando el porqué de la elección y basándonos en la
NIC. Con objeto de dotar de más rigor a la elección de las intervenciones, se
recomienda que éstas se contrasten con información basada en la evidencia, e
incluso se hagan explícitas las fuentes de evidencia consultadas.

c) Fase de ejecución. Se expondrá cómo se ha llevado a cabo el plan de cuidados


y las principales dificultades encontradas.

d) Fase de evaluación. En este apartado realizaríamos una evaluación del plan de


cuidados ejecutado, con el grado de resultados conseguidos para cada
diagnóstico. Para ello, se deben señalar los indicadores de resultado, con sus
puntuaciones y significados según la NOC durante todas las fases parciales o
intermedias de la evaluación de resultados y al final del proceso, una vez
ejecutadas las intervenciones.

Como recurso complementario a todo lo anterior, y con objeto de proveer al lector


de una imagen esquemática de la presentación del caso, se recomienda el empleo
de tablas o cuadros que reflejen los datos más relevantes de cada apartado. Este
recurso se confeccionaría de modo que recogiera de manera sistemática y
coherente la secuencia del plan de cuidados: diagnósticos, resultados (indicadores
de resultados inicial y final con los datos de la escala likert) intervenciones y
actividades. NANDA, NOC y NIC siguen un sistema de clasificación numérico en
forma de códigos. En este sentido, no se recomienda en el texto del artículo citar
el código, que puede citarse en las tablas complementarias que se generen para
exponer el plan de cuidados. Desde el punto de vista técnico, las tablas o cuadros
tienen que aparecer citados en el texto, tener un título, estar numerados según el
orden de cita en el texto e incluir una leyenda explicativa en caso necesario.
Opcionalmente, si el caso hubiera requerido de la participación de un equipo
multidisciplinar se informará en el artículo de la participación de cada profesional.

Discusión. La discusión es el apartado donde se interpretan los resultados


obtenidos tras el plan de cuidados. A veces puede resultar complejo. Lo que se
expone a continuación sería una adaptación del apartado de la discusión de un
trabajo original a un caso clínico. Se recomienda en los primeros párrafos destacar
los hallazgos más relevantes del caso, destacando el grado de resolución de los
diagnósticos propuestos y estableciendo comparaciones con algunos resultados
de la literatura científica en diagnósticos similares. A continuación deben
señalarse, en el supuesto de que aparezcan, las limitaciones o dificultades
encontradas a la hora de poner en práctica el plan de cuidados y la forma como se
han ido resolviendo, así como posibles líneas de investigación futuras. Finalmente,
al ser un estudio de caso, no se recomienda aludir a las posibilidades de
generalización de los hallazgos, pero sí es importante destacar las implicaciones
prácticas en forma de recomendaciones clínicas que se sugieren tras los
resultados obtenidos. Para su redacción se utilizaría el tiempo verbal presente
para las referencias a otros autores y el pasado para aludir al propio caso, su
extensión no debería de sobrepasar la mitad del artículo.

C. Parte final

Se puede incluir en la parte final un apartado de agradecimiento, para reconocer la


colaboración de personas o instituciones que han contribuido en el desarrollo del
caso o en la publicación del mismo.

De manera opcional, y siempre que la revista lo permita, se pueden incluir anexos


para ampliar la información expuesta en el cuerpo del artículo.

Por último, de la parte final del artículo destaca sobremanera el apartado de las
referencias bibliográficas. La cita bibliográfica es una indicación que se realiza en
un punto del texto en el que se desea aludir a un antecedente bibliográfico
relevante ya publicado. Sirve para identificar la publicación de la que fue tomada la
idea que aparece en el texto y para especificar su localización exacta en la
publicación fuente. Es un modo de reconocer las aportaciones científicas de otros
autores en el tema del que trata el trabajo. A este respecto, solo se recomienda
incluir las referencias bibliográficas que hayan sido citadas en él.
Desde el punto de vista técnico, se debe usar adecuadamente el sistema de citas
y de construcción de las referencias bibliográficas. A este respecto, hay variedad
de estilos, pero la mayoría de las revistas científicas en el ámbito de las Ciencias
de la Salud se guían por el sistema Vancouver: en este sistema las citas se
indican por números correlativos, generalmente en formato de superíndice, y las
referencias en el apartado de bibliografía se ordenan según su aparición en el
texto.

Por último, tal y como se ha comentado anteriormente, se aconseja incluir un


número limitado de referencias bibliográficas, ya que por lo general las revistas
científicas no permiten más de 8 ó 10 referencias para este tipo de artículos. Se
recomienda que las referencias sean actuales (publicadas en los últimos cinco
años) y que estén directamente relacionadas con la temática del caso, optando
preferentemente por trabajos en los que se presenten hallazgos de otras
investigaciones.

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