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Bryman, A.

[2012], “Estrategias de investigación social”


-TRADUCCIÓN DE CÁTEDRA-

El objetivo principal de este capítulo es mostrar que hay una variedad de


consideraciones que deben ser tenidas en cuenta al momento de hacer investigación social. La
distinción que comúnmente se suele hacer en la investigación social entre la investigación
cuantitativa y la investigación cualitativa se examinará en relación con tales consideraciones.
Este capítulo explora:
(1) La naturaleza de la relación entre la teoría y la investigación, en particular,
si la teoría orienta a la investigación (enfoque deductivo) o si la teoría es un resultado de la
investigación (enfoque inductivo);
(2) Cuestiones epistemológicas – es decir, las que tienen que ver con lo que se
considera un conocimiento apropiado sobre el mundo social; uno de los aspectos más
cruciales es la cuestión de si los modelos de investigación propios de la ciencia natural son o
no adecuados para el estudio del mundo social;
(3) Cuestiones ontológicas – es decir, las que tienen que ver con si el mundo
social es considerado como algo externo a los actores sociales o como algo que las personas
están en proceso de modelar;
(4) Las formas en que estos temas se relacionan con la distinción ampliamente
utilizada en las ciencias sociales entre dos tipos de estrategias de investigación: la
investigación cuantitativa y cualitativa; también hay una discusión preliminar […] que sugiere
que, si bien la investigación cuantitativa y cualitativa representa diferentes enfoques de la
investigación social, debemos evitar las tensiones entre estos dos enfoques.
(5) Las formas en que los valores y las cuestiones prácticas también inciden en
el proceso de investigación social.

Introducción
Este libro es sobre la investigación social. Intenta equipar a las personas que
tienen algún conocimiento de las ciencias sociales con una aproximación respecto a cómo
debe llevarse a cabo la investigación social y qué es lo que esto implica. Este último proyecto
consiste en situar a la investigación social en el contexto de la sociología, lo que a su vez
significa considerar su papel en el proyecto general de la disciplina. Sería mucho más fácil ir
al grano y explorar la naturaleza de los métodos de la investigación social, para después
proporcionar algunas recomendaciones sobre la mejor manera de (a) elegir entre estos
distintos métodos y (b) ponerlos en práctica. Después de todo, muchas personas podrían
esperar que un libro con un título como éste se preocupe principalmente por las formas en que
pueden emplearse los diferentes métodos del arsenal del investigador social.
Pero la práctica de la investigación social no existe en una burbuja, apartada de
las ciencias sociales y de las diversas lealtades intelectuales que poseen sus practicantes. Dos
puntos son de especial relevancia aquí.
En primer lugar, los métodos de la investigación social están estrechamente
ligados a las diferentes visiones de cómo debería estudiarse la realidad social. Los métodos no
son simples herramientas neutrales: están relacionados con la manera en que los científicos
sociales conciben la conexión entre los distintos puntos de vista sobre la naturaleza de la
realidad social y cómo ésta debe ser examinada. Sin embargo, es posible exagerar este punto.
Aunque los métodos no son neutrales, tampoco están completamente contaminados por las
inclinaciones intelectuales.
En segundo lugar, está la cuestión de cómo los métodos y la práctica de la
investigación se conectan con el proyecto más amplio de las ciencias sociales. Los datos de
una investigación se recogen invariablemente en relación con algo. Ese "algo" puede ser un
problema social apremiante o, más usualmente, una teoría.
Esto no quiere decir que la investigación esté totalmente gobernada por
preocupaciones teóricas. A veces se encuentran publicados simples ejercicios de
“investigación”. Fenton et al. (1998) condujeron un análisis de contenido cuantitativo de la
investigación social publicada en los medios de comunicación británicos. Examinaron
periódicos nacionales y regionales, televisión y radio, y también revistas. Admiten que una de
las razones principales para llevar a cabo la investigación fue establecer la cantidad y los tipos
de investigación que allí están representados. A veces, tales ejercicios están motivados por
una preocupación por un problema social acuciante. McKeganey y Barnard (1996) llevaron a
cabo una investigación cualitativa con observación y entrevistas con prostitutas y sus clientes
en Glasgow. Un factor que parece haber impulsado esta investigación fue la preocupación por
el papel de las prostitutas en la propagación de la infección por el VIH (McKeganey y
Barnard 1996: 3). Otro escenario se produce cuando la investigación se hace sobre un tema
cuando surge una oportunidad específica. El interés de Westergaard et al. (1989) por analizar
los efectos de los despidos parece haber estado profundamente motivado por la oportunidad
que surgió cuando una compañía de acero de Sheffield, que estaba cerca de su lugar de trabajo
(la Universidad de Sheffield), hizo un gran número despidos. Los directivos de la empresa se
acercaron a los autores un año después de llevados a cabo estos despidos para realizar una
investigación sobre lo que había sucedido con estas personas que habían sido despedidas. Los
autores llevaron a cabo la investigación a través entrevistas estructuradas. Los entrevistados
fueron la mayoría de quienes habían sido despedidos. Si bien los autores se encontraban
influenciados por teorías e investigaciones previas sobre el desempleo, el impulso específico
para la investigación sobre los efectos del despido no fue planeado. Otro estímulo para la
investigación puede surgir de las experiencias personales.

[...]

En general, sin embargo, los datos de una investigación adquieren significatividad en


sociología cuando se consideran en relación con preocupaciones teóricas. Esto plantea la
cuestión de la naturaleza de la relación entre la teoría y la investigación.

Teoría e investigación
Caracterizar la naturaleza del vínculo entre teoría e investigación no es, en absoluto,
una cuestión sencilla. Hay varias cuestiones en juego aquí, pero dos se destacan en particular.
Primero, está la cuestión de sobre qué forma de teoría se está hablando. En segundo lugar,
está la cuestión de si los datos se recogen para construir teorías o para ponerlas a prueba.
La teoría es importante para el investigador social porque proporciona un telón de
fondo y una base para la investigación que se está llevando a cabo. También proporciona un
marco dentro del cual los fenómenos sociales pueden ser entendidos y dentro del cual los
hallazgos de la investigación pueden ser interpretados.

¿Qué clase de teoría?

El término “teoría” se utiliza de diversas maneras, pero su significado más común es


“la explicación de las regularidades observadas” – por ejemplo, por qué es más probable que
los enfermos de esquizofrenia provengan de la clase obrera que de la clase media o por qué la
alienación en el trabajo varía según la tecnología. Pero los cursos sobre teoría sociológica no
suelen ser acerca de teorías como esas. Típicamente se centran mucho más en teorías con un
nivel más alto de abstracción. Ejemplos de tales teorías son el funcionalismo estructuralista, el
interaccionismo simbólico, la teoría crítica, el posestructuralismo, la teoría de la
estructuración, etc. Lo que vemos aquí es una distinción entre teorías del tipo anterior, que a
menudo se llaman teorías de rango medio (Merton, 1967), y grandes teorías, que operan a un
nivel más abstracto y general. Según Merton, las grandes teorías ofrecen pocas indicaciones a
los investigadores sobre cómo éstas podrían guiar o influir en la recopilación de evidencia
empírica. Por lo tanto, si alguien quisiera poner a prueba una teoría o extraer de tal teoría una
inferencia que pudiera ser puesta a prueba, es probable que el nivel de abstracción sea tan
grande que el investigador encontraría difícil hacer los vínculos necesarios con el mundo real.
[…] Merton argumenta que las grandes teorías son de uso limitado para la investigación
social, aunque […] un concepto abstracto como capital social (Bourdieu, 1984) puede tener
algún beneficio en términos de investigación. En cambio, las teorías de rango medio son una
opción “intermedia frente a teorías generales de sistemas sociales que están demasiado
alejadas de las clases particulares de comportamiento social, de su organización y de sus
cambios, para dar cuenta de aquello que es observado y de aquellas descripciones detalladas
de particulares que no están en absoluto generalizados” (Merton 1967: 39).
Por lo tanto, no suelen ser las grandes teorías las que típicamente guían la
investigación social. En realidad, son las teorías de rango medio las que con más probabilidad
resultan ser el foco de la investigación empírica. De hecho, Merton formuló la idea como un
medio para tender un puente en lo que él veía como un abismo creciente entre la teoría (en el
sentido de las grandes teorías) y los hallazgos empíricos. Esto no quiere decir que no hubiera
teorías de rango medio antes de que Merton escribiera: definitivamente las había, pero lo que
Merton hizo fue buscar aclarar qué se entiende por “teoría” cuando los científicos sociales
escriben sobre la relación entre teoría e investigación. Las teorías de rango medio, a diferencia
de las grandes teorías, operan en un ámbito limitado, ya sea la delincuencia juvenil, los
prejuicios raciales, la escolarización o el mundo laboral. […] Varían poco en su campo de
aplicación […], las teorías de rango medio caen en algún lugar intermedio entre las grandes
teorías y los hallazgos empíricos. Representan intentos de entender y explicar un aspecto
limitado de la vida social.
Pero incluso la distinción entre las grandes teorías y las teorías de rango medio no
aclara por completo todo aquello involucrado en la pregunta engañosamente simple “¿qué es
la teoría?” Esto se debe a que el término “teoría” se usa frecuentemente de una manera que no
significa mucho más que literatura de trasfondo en un área de la investigación social. En
cierta medida, este punto se puede considerar aplicable a los ejercicios de descubrimiento de
hechos como los mencionados anteriormente. En muchos casos, la literatura de trasfondo
relativa a un tema determinado alimenta el enfoque de un artículo o libro y, por lo tanto, actúa
como el equivalente de una teoría, como sucede con la investigación a la que se hace
referencia en CASO 1. La literatura de un determinado campo actúa como estímulo para una
investigación.
La literatura actúa como un estímulo de varias maneras: el investigador puede tratar de
resolver una inconsistencia entre diferentes hallazgos o entre diferentes interpretaciones de
hallazgos; o puede haber detectado un aspecto ignorado de algún tema; algunas ideas pueden
no haberse testeado previamente lo suficiente; el investigador puede sentir que los enfoques
existentes que se utilizan para investigar sobre un tema son deficientes y entonces proporciona
un enfoque alternativo; entre otras maneras.
Los científicos sociales son a veces propensos a desestimar la investigación que no
tiene conexiones obvias con la teoría, ya sea con las grandes teorías o con las teorías de rango
medio. Tales investigaciones son a menudo descartadas y catalogadas como empirismo
ingenuo […]. Sería muy duro, por no decir inexacto, catalogar como empirismo ingenuo a los
numerosos estudios en los que se emplean estrategias que utilizan literaturas de trasfondo
simplemente porque sus autores no han estado preocupados por la teoría. Estas últimas
investigaciones están condicionadas por y dirigidas a las preguntas de investigación que
surgen de un examen de la literatura. La recopilación y el análisis de datos se orientan luego
al esclarecimiento o la resolución del problema o los problemas de investigación que han sido
identificados desde el principio. La literatura actúa como un proxy o un sustituto para la
teoría. En muchos casos, la teoría está latente o implícita en la literatura.
De hecho, las investigaciones que parecen tener aquellas características propias del
ejercicio de descubrimiento de hechos tampoco deberían ser descartadas prematuramente
como empirismo ingenuo. La investigación de McKeganey y Barnard (1996) sobre prostitutas
y sus clientes es un buen ejemplo. A primera vista y aun dejando de lado la preocupación por
la infección de VIH, la investigación podría ser interpretada como un empirismo ingenuo y
quizás de un tipo más bien lascivo. Sin embargo, esto de nuevo sería un juicio severo y
probablemente inexacto. Por ejemplo, los autores relacionan sus hallazgos de investigación
con la literatura que informa sobre otras investigaciones de prostitutas en varios países.
También enriquecen sus hallazgos basándose en ideas que forman parte del kit de
herramientas conceptuales con las que cuenta el sociólogo. Un ejemplo es la noción de
Goffman (1963) de “estigma” y la forma en que el individuo estigmatizado trata de manejar
una identidad lastimada; otro es el concepto de “trabajo emocional” de Hochschild (1983), un
término que acuñó para denotar la forma en que las azafatas, y demás tripulantes de cabina de
las aerolíneas, necesitan expresar emociones positivas como parte de los requisitos para sus
empleos. Al hacer esto, adoptan conductas amistosas al tratar con los pasajeros, algunos de los
cuales pueden ser extremadamente difíciles (al respecto, véase también CASO 1).
No es posible deducir del informe de McKeganey y Barnard (1996) si los conceptos de
estigma y trabajo emocional influyeron en su recolección de datos. Sin embargo, plantear esta
cuestión invita a considerar otra: si una investigación está ligada a una teoría, ¿cuál fue el
papel de esa teoría? Hasta este punto, hemos hablado de que la teoría es algo que guía e
influencia a la recopilación y el análisis de datos. En otras palabras, la investigación se realiza
para responder a las preguntas planteadas por consideraciones teóricas. Pero una posición
alternativa es concebir a la teoría como algo que ocurre después de la recopilación y el
análisis de algunos o todos los datos asociados con un proyecto. Comenzamos a ver aquí la
relevancia de un segundo factor al considerar la relación entre teoría e investigación: si nos
referimos a teoría deductiva o inductiva.

CASO 1

La literatura de trasfondo como teoría: trabajo emocional y estilistas

Un componente de la investigación a través de métodos mixtos de R. S. Cohen (2010)


sobre las relaciones de los estilistas con sus clientes fue un cuestionario enviado por correo
postal a todos los salones y barberías de una ciudad del norte de Inglaterra. De las 328
empresas contactadas, el 40% respondió al cuestionario. El objetivo de la investigación fue
examinar hasta qué punto la entrega de favores emocionales (trabajo emocional) se vio
afectada por la naturaleza de la relación con el cliente en el sentido de si el trabajador era un
propietario o un empleado rentado. Los datos de la encuesta muestran que es más probable
que sean los propietarios quienes se queden trabajando hasta más tarde por los clientes y
quienes traten de encontrar un espacio para ellos en sus agendas. El libro de Hochschild
(1983), en el que acuñó el término “trabajo emocional”, y los muchos estudios que han
tomado este concepto, forman el punto de partida de la investigación de Cohen. La relevancia
de este trabajo es evidente en las dos primeras oraciones de la publicación de Cohen:

Desde que Hochschild (1983) sugirió por primera vez que los
trabajadores vinculados a la atención al cliente realizan trabajo emocional
en el curso de su trabajo, esta propuesta ha sido ampliamente aceptada. Sin
embargo, la relación del trabajo emocional, y en general de las interacciones
sociales entre los clientes y los trabajadores, con las relaciones estructurales
de empleo ha recibido sorprendentemente poca atención… (R. S. Cohen,
2010: 197).
Así, la literatura sobre el trabajo emocional constituye el trasfondo del estudio de
Cohen y la principal herramienta para la interpretación de los hallazgos, algunos de los cuales
se recogen a partir de datos cualitativos surgidos de entrevistas semiestructuradas con algunos
propietarios y empleados. Para el caso de los empleados, las interacciones con los clientes son
mucho más propensas a tomar la forma de lo que Hochschild (1983) llamó “actuación
superficial”, una forma superficial de trabajo emocional y compromiso emocional con el
cliente.

Teoría deductiva e inductiva

La teoría deductiva representa la visión más común de la naturaleza de la relación


entre teoría e investigación social. El investigador, a partir de lo que se conoce en un dominio
particular y de consideraciones teóricas en relación con ese dominio, deduce una hipótesis (o
varias hipótesis) que debe ser sometida a un escrutinio empírico. Contenidos dentro de la
hipótesis estarán los conceptos que tendrán que ser traducidos a entidades que puedan ser
investigadas. El científico social debe poder hábilmente deducir una hipótesis y luego
traducirla en términos operacionales. Esto significa que el científico social necesita
especificar cómo los datos pueden ser recolectados en relación con los conceptos que
conforman la hipótesis.
Esta visión del rol de la teoría en relación con la investigación es, en gran medida, el
tipo de rol que Merton tenía en mente en relación con la teoría de rango medio que, según él,
“se utiliza principalmente en sociología para guiar la investigación empírica” (Merton 1967 :
39). La teoría y la hipótesis deducida de ella vienen primero y conducen el proceso de
recolección de datos (véase CASO 2 para un ejemplo de un enfoque deductivo de la relación
entre teoría y datos). La secuencia se puede representar como una en la que se llevan a cabo
los pasos descritos en la Figura 2.1.

Figura 2.1

El proceso de deducción

1. Teoría
2. Hipótesis
3. Recolección de datos
4. Hallazgos
5. Hipótesis confirmada o rechazada
6. Revisión de la teoría

El último paso involucra un movimiento que está en la dirección opuesta a la


deducción – implica inducción, ya que el investigador infiere las implicaciones de sus
hallazgos para la teoría que motivó todo el ejercicio. Los hallazgos repercuten en la teoría y
en otros hallazgos ya asociados con un cierto campo de investigación. Esto se puede observar
en el caso de las reflexiones finales de Butler y Robson (2001 […]) en su estudio sobre la
gentrificación en tres áreas de Londres cuando escriben:

Cada uno de los tres grupos ha aprovechado sus fortalezas, donde las
tienen. La gentrificación, con esto presente, no puede en ningún sentido ser
considerada como un fenómeno unitario, sino que debe ser examinada en
cada caso de acuerdo con su propia lógica y resultados. El concepto de
capital social, cuando se utiliza como parte de un marco conceptual más
amplio para la aprehensión de todas las formas de relaciones de la clase
media, puede, por tanto, desempeñar un papel importante en la
discriminación entre diferentes tipos de fenómenos sociales (Butler y
Robson 2001: 2160).

En estas reflexiones finales muestran cómo sus hallazgos y las interpretaciones


de esos hallazgos pueden repercutir tanto en el acervo de conocimiento ya existente sobre la
gentrificación en las ciudades como, de acuerdo a la tercera y última de las oraciones, en el
concepto de capital social y sus usos.
Sin embargo, si bien este elemento inductivo existe indudablemente en el
enfoque esbozado, se suele considerar que es predominantemente deductivo en su orientación.
Además, es importante tener en cuenta que cuando este enfoque deductivo, que suele
asociarse a la investigación cuantitativa, se pone en funcionamiento, a menudo no sigue la
secuencia descrita en su forma pura. Como se ha señalado anteriormente, la “teoría” puede ser
un poco más que la literatura sobre un determinado tema en forma del conocimiento
acumulado que se obtiene de los libros y los artículos. Incluso cuando se emplean teorías, no
siempre se deducen hipótesis explícitas de ellas de la manera que Kelley y De Graaf (1997)
hacen en CASO 2. Otro punto a tener en cuenta es que el proceso deductivo es descrito de
manera muy lineal: un paso sigue al otro en una secuencia clara y lógica. Sin embargo, hay
muchos casos en los que no es así: la opinión de un investigador sobre la teoría o la literatura
puede haber cambiado como resultado del análisis de los datos recopilados; nuevas teorías o
hallazgos pueden ser publicados por otros antes de que el investigador haya logrado sus
propios hallazgos; o la relevancia de un conjunto de datos para una teoría puede llegar a ser
evidente sólo después de que los datos se han recogido.
Todo esto puede parecer bastante sorprendente y confuso. Hay cierta lógica en la idea
de desarrollar teorías y luego probarlas. En la vida cotidiana, comúnmente pensamos en las
teorías como cosas que son bastante iluminadoras, pero que necesitan ser probadas antes de
que puedan ser consideradas válidas o útiles. Sin embargo, si bien el proceso de deducción
esbozado en la Figura 2.1 sin duda ocurre, es mejor considerarlo como una orientación
general respecto al vínculo entre teoría e investigación. Como orientación general puede
discernirse frecuentemente en la investigación social, aunque es necesario advertir que
también es frecuente encontrar distanciamientos respecto de él. De hecho, en algunas
investigaciones no se intenta seguir la secuencia descrita en la Figura 2.1. Algunos
investigadores prefieren un acercamiento a la relación entre teoría e investigación que es
principalmente inductivo. Con un enfoque inductivo, la teoría es el resultado de la
investigación. En otras palabras, el proceso de inducción implica inferir generalizaciones a
partir de las observaciones particulares. La Figura 2.2 intenta capturar la esencia de la
diferencia entre inductivismo y deductivismo.
Sin embargo, así como la deducción conlleva un elemento de inducción, es probable
que el proceso inductivo suponga un mínimo de deducción. Una vez que se ha llevado a cabo
la fase de reflexión teórica sobre un conjunto de datos, el investigador puede querer recopilar
datos adicionales para establecer las condiciones en las que una teoría se mantendrá o no. Esta
estrategia general suele llamarse iterativa: implica un ir y volver entre datos y teoría.
[...]

Figura 2.2

Enfoques deductivos e inductivos en lo que


respecta a la relación entre teoría e investigación.

Enfoque inductivo

Observaciones/hallazgos → Teoría
Enfoque deductivo

Teoría → Observaciones/hallazgos

Al igual que sucede con el término “teoría” cuando nos referimos al enfoque
deductivo de la relación entre teoría e investigación, tenemos que ser cautelosos en el uso de
este término también en el contexto de la estrategia inductiva. Si bien algunos investigadores
sin dudas desarrollan teorías, es igualmente necesario ser conscientes de que muy a menudo lo
que se termina desarrollando es –en realidad– una generalización empírica, del tipo descrito
por Merton (1967).
[…]
La investigación de Charmaz (1997) es un interesante ejemplo de enfoque inductivo.
Dos aspectos son particularmente interesantes. Primero […] en la investigación se utiliza el
método del muestreo teórico para el análisis de datos y para la generación de la teoría. Este
enfoque, que fue descrito por primera vez por Glaser y Strauss (1967), es a menudo
considerado como especialmente fuerte en términos de generación de teorías a partir de los
datos. Esto contrasta con la naturaleza de muchos estudios supuestamente inductivos, que dan
lugar a hallazgos interesantes y reveladores, pero cuya significación teórica no está del todo
clara. Proporcionan interesantes generalizaciones empíricas, pero poca teoría. Segundo, de la
misma manera que la estrategia deductiva está asociada con un enfoque de investigación
cuantitativo, una estrategia inductiva de vinculación de datos y teoría está típicamente
asociada con un enfoque de investigación cualitativo. No es una coincidencia que la
investigación de Charmaz (1997) mencionada en CASO 3 se base en entrevistas en
profundidad y semiestructuradas, que produjeron datos cualitativos en forma de respuestas
detalladas de los entrevistados. Sin embargo, como se verá más adelante, esta caracterización
de la estrategia inductiva que la asocia con la investigación cualitativa no es del todo lineal:
no sólo una gran parte de la investigación cualitativa no genera teoría, sino que a menudo la
teoría es utilizada en las investigaciones cualitativas.
Es útil pensar en la relación entre teoría e investigación en términos de estrategias
deductivas e inductivas. Sin embargo, como se ha desprendido de lo dicho hasta aquí, los
temas no son tan claros como a veces se presentan. Lo cierto es que las estrategias deductivas
e inductivas pueden ser concebidas como tendencias que no se encuentran separadas por una
distinción clara y determinante. Pero estos no son los únicos problemas que afectan a la
investigación social.

CASO 2
Un estudio deductivo

Kelley y De Graaf (1997) muestran que un número de estudios han examinado los
factores que impactan sobre las creencias religiosas de los individuos, como los padres, la
escuela, los amigos, pero también argumentan que hay buenas bases para sostener que la
nación en la que uno nace será un factor importante en muchas culturas. Estas reflexiones
constituyen lo que ellos llaman la “teoría” que guió su investigación y de la que derivaron la
siguiente hipótesis: “Las personas nacidas en naciones religiosas adquirirán, en proporción a
la ortodoxia de sus conciudadanos, más creencias ortodoxas que las personas (en otros
aspectos similares a ellas) nacidas en naciones seculares” (Kelley y De Graaf 1997:641).
Hay dos conceptos centrales en esta hipótesis que deberían ser medidos: religiosidad
nacional (si una nación es religiosa o secular) y ortodoxia religiosa individual. Los autores
hipotetizan además que la orientación religiosa de la familia de un individuo (si son devotos o
seculares) afectará la naturaleza de la relación entre la religiosidad nacional y la ortodoxia
religiosa.
Para probar las hipótesis se hizo un análisis secundario de los datos derivados de
encuestas basadas en grandes muestras de quince naciones. […] La ortodoxia religiosa fue
medida en encuestas de cuatro preguntas sobre la creencia religiosa. Las preguntas
interrogaban sobre (1) si la persona creía en Dios (2) sus creencias pasadas sobre Dios (3) qué
tan cerca de Dios se sentía y (4) si sentía o no que Dios se preocupa por todas las personas.
Para medir la religiosidad nacional, las 15 naciones fueron clasificadas en cinco categorías
ascendentes de secular a religiosa. La clasificación fue decidida de acuerdo a “un promedio de
asistencia de los padres a la iglesia… y de la creencia religiosa de la nación como un todo”
(Kelley y De Graaf 1997: 647). La orientación religiosa de la familia fue medida en una escala
de cinco niveles de acuerdo al promedio de asistencia de los padres a la iglesia. Las hipótesis
fueron ampliamente confirmadas y los autores concluyeron que “el ambiente religioso de una
nación tiene un gran impacto en las creencias de sus ciudadanos” (Kelley and De Graaf 1997:
654). […]
Este estudio demuestra el proceso por el cual las hipótesis se deducen de teorías
existentes y luego guían el proceso de la recolección de datos para probar las teorías.

CASO 3
Un estudio inductivo
Charmaz (1991, 1997) se ha ocupado de examinar algunos aspectos de las
experiencias de personas con enfermedades crónicas. Una fase de esta investigación
involucraba examinar específicamente a hombres con enfermedades de este tipo. En uno de
sus reportes (Charmaz 1997) ella discute los resultados de su investigación sobre veinte
hombres. El grueso de los datos se derivaba de entrevistas semiestructuradas. Para resaltar lo
distintivo de las respuestas de los hombres, comparó sus hallazgos con un estudio paralelo
sobre mujeres. Argumenta que un componente clave de las respuestas de los hombres es la
estrategia de autopreservación.
Aunque la experiencia de una enfermedad crónica invariablemente precisa un cambio
de estilo de vida que en sí mismo ocasiona cambios identitarios, los hombres buscaban
preservar el sentido de sí mismos sosteniéndose en “cualidades esenciales, atributos e
identidades de su subjetividad pasada” (Charmaz 1997: 49). En contraste, las mujeres estaban
menos aferradas a sus identidades pasadas en sus estrategias de autopreservación. Charmaz
relaciona las reflexiones teóricas sobres sus datos a las nociones de los sujetos varones del
estudio sobre la identidad masculina. Su énfasis en la idea de la autopreservación le permite
evaluar los factores que se encuentran detrás de la posibilidad de un hombre con alguna
enferemedad crónica de “reconstruir una identidad positiva o hundirse en la depresión”
(Charmaz 1997:57). Si estuvieran imposibilitados de acceder a acciones que les permitieran
extender el sentido de sus identidades pasadas hacia el futuro (por ejemplo, trabajar),
probablemente se hundirían en la depresión.
En este estudio, la naturaleza inductiva de la relación entre teoría e investigación
puede verse en el modo en que las ideas teóricas de Charmaz (como la noción de
“autopreservación”) se derivan de sus datos en lugar de estar preformadas antes de que ella
recolecte los datos.

Consideraciones epistemológicas
Un problema epistemológico concierne a la cuestión de lo que es (o debería ser) visto
como conocimiento aceptable en una disciplina. Una cuestión particularmente central en este
contexto es la pregunta de si el mundo social puede y debe ser estudiado de acuerdo a los
mismos principios, procedimientos y ethos de las ciencias naturales. La posición que afirma la
importancia de imitar a las ciencias naturales se asocia invariablemente a una posición
epistemológica conocida como positivismo.

Una epistemología de la ciencia natural: el positivismo


La doctrina del positivismo es difícil de precisar, porque ha sido utilizada por autores
de formas muy diferentes. Para algunos autores es una categoría descriptiva –que describe una
posición filosófica que puede encontrarse por detrás de una investigación- aunque hay
desacuerdos sobre lo que esta categoría comprende; para otros, es un término peyorativo
utilizado para describir una recolección de datos cruda y superficial.
[En el primer sentido], el positivismo es una posición epistemológica que defiende la
aplicación de los métodos de las ciencias naturales al estudio de la realidad social. Pero el
término se extiende más allá de este principio, aunque sus elementos constitutivos varían
entre autores. Sin embargo, el positivismo se suele tomar también como implicando los
siguientes principios:
1. Solo los fenómenos y por ende los conocimientos confirmados por los sentidos son
conocimiento en sentido estricto (principio de fenomenalismo).
2. El propósito de la teoría es generar hipótesis que puedan ser testeadas y que así
permitirán evaluar las explicaciones de las leyes (principio de deductivismo).
3. Se llega al conocimiento a través de la recolección de hechos que proveen la base para
las leyes (principio de inductivismo).
4. La ciencia debe (y presumiblemente puede) ser conducida de un modo neutral
respecto de los valores (esto es, de manera objetiva).
5. Hay una distinción clara entre proposiciones científicas y proposiciones normativas y
una creencia de que las primeras constituyen el verdadero dominio del científico. Este
último principio está implicado por el primero porque la verdad de una proposición
normativa no puede ser confirmada por los sentidos.

Es posible ver en los cinco principios [...] una relación con alguno de los puntos que
ya se han desarrollado sobre la relación entre teoría e investigación. Por ejemplo, el
positivismo implica elementos de la aproximación deductiva (principio 2) y de la estrategia
inductiva (principio 3). También, establece una distinción muy estricta entre teoría e
investigación. El rol de la investigación es testear teorías y proveer material para el desarrollo
de leyes. Pero cualquiera de estas conexiones entre teoría e investigación conlleva la
afirmación de que es posible recolectar observaciones sin estar influidos por teorías
preexistentes. Por otra parte, los términos teóricos que no puedan reducirse a la observación
no son considerados genuinamente científicos; deben ser susceptibles de rigurosa
observación. Todo esto trae la implicación de otorgarle un status epistémico mayor a la
observación que a la teoría.
Es un error utilizar “positivismo” como sinónimo de ciencia o científico. Los filósofos
de las ciencias y de las ciencias sociales tienen muchas diferencias sobre cómo caracterizar a
la práctica científica y desde los años 60 el positivismo ha perdido mucha popularidad.
Cuando los autores se quejan de las limitaciones del positivismo no siempre es claro si se
refieren al enfoque filosófico o al pensamiento científico más en general.
El punto fuerte de las consideraciones epistemológicas de esta sección es el rechazo
por parte de algunos autores y tradiciones de la aplicación de los cánones de las ciencias
naturales al estudio de la realidad social. Una dificultad es que no es tan fácil desenmarañar al
modelo de la ciencia natural del positivismo cuando se trata del objetivo de estas críticas. En
otras palabras, no siempre es claro si la protesta es contra la aplicación de un enfoque de
ciencias naturales más en general o contra el positivismo en particular. Hay un largo debate
sobre la adecuación del modelo de las ciencias naturales al estudio de la sociedad pero, como
esas propuestas suelen tener subtextos positivistas, parece que el positivismo termina siendo
el foco de la cuestión más veces que otros relatos sobre la práctica científica.

Interpretativismo
El interpretativismo es un término dado a una epistemología contraria al positivismo.
El término subsume los puntos de vista de autores que han sido críticos de la aplicación del
modelo científico al estudio del mundo social y que han sido influidos por diversas
tradiciones listadas más abajo. Comparten la perspectiva de que el objeto de las ciencias
sociales -las personas y sus instituciones- es fundamentalmente diferente del de las ciencias
naturales. El estudio del mundo social entonces requiere una lógica diferente para la
investigación, que refleje lo distintivo de los humanos respecto del orden natural. Von Wright
(1971) describió este choque epistemológico en términos de positivismo contra hermenéutica
(término extraído de la teología y que, cuando se aplica a las ciencias sociales, refiere a la
teoría y el método para la interpretación de la acción humana). Este choque refleja una
división entre un énfasis en la explicación de la conducta humana, que es el principal
ingrediente del enfoque positivista para las ciencias sociales, y un énfasis en la comprensión
empática de la acción humana, más que de las fuerzas que actúan sobre ella, que es propio la
hermenéutica. Este contraste refleja debates históricos que preceden la emergencia de las
ciencias sociales modernas pero encuentran su expresión en autores como Max Weber (1864-
1920) cuando defendía el enfoque del Verstehen, que en alemán significa “comprensión”.
Weber describió a la sociología como “la ciencia que intenta la comprensión interpretativa de
la acción social para llegar a la explicación causal de su curso y sus efectos”. La definición de
Weber menciona a la explicación y a la comprensión, pero el punto crucial es que la
explicación causal aparece referida a la comprensión interpretativa de la acción social, más
que a las fuerzas externas que no tienen significado para aquellos involucrados en la acción
social.
Una de las tradiciones intelectuales más importantes en la tradición antipositivista es la
fenomenología, una filosofía que se ocupa del modo en que los individuos comprenden el
mundo que los rodea [...]. La primera aplicación de las ideas de la fenomenología a las
ciencias sociales se le atribuye a Alfred Schutz (1899-1959) […]. Su trabajo estaba
profundamente influido por el concepto weberiano de Verstehen, así como por
fenomenólogos como Husserl. La posición de Schutz queda clara en el siguiente célebre
pasaje […]:

El mundo natural tal como lo exploran las ciencias naturales no


“significa” nada para las moléculas, los átomos y los electrones. Pero el
campo observacional del científico social -la realidad social- tiene un
significado y una relevancia específicas para los seres que viven, actúan y
piensan en él. Por una serie de construcciones de sentido común ellos han
pre-seleccionado y pre-interpretado este mundo que experimentan como la
realidad de sus vidas cotidianas. Son estos objetos de pensamiento suyos los
que determinan sus conductas, motivándolas. Los objetos de pensamiento
construidos por el científico social, para poder aprehender esta realidad
social, deben fundarse en los objetos de pensamiento construidos por el
pensamiento de sentido común de los hombres (¡y las mujeres!) que viven
su vida cotidiana en el mundo social. (Schutz 1962:59).

Dos puntos en este fragmento deben notarse:

Primero, afirma que hay una diferencia fundamental entre el objeto de las ciencias
naturales y el de las ciencias sociales y que una epistemología debe reflejar y capitalizar estas
diferencias. La diferencia fundamental reside en el hecho de que la realidad social tiene un
sentido para los seres humanos y entonces la acción humana tiene un sentido (es decir, tiene
un sentido para ellos y ellos actúan sobre la base de los significados que atribuyen a sus actos
y a los de los demás). Esto lleva al segundo punto: que el trabajo del científico social es
acceder al pensamiento de sentido común de las personas y así interpretar sus acciones y su
mundo social desde su punto de vista. […] En palabras de una pareja de autores cuyo libro de
métodos se autodefine fenomenológico: “El fenomenólogo ve la conducta humana...como un
producto del modo en que las personas interpretan el mundo...Para entender el significado de
la conducta de una persona, el fenomenólogo intenta ver las cosas desde el punto de vista de
esa persona” (Bogdan y Taylor 1975:13-14).
[…]

La Verstehen [comprensión] y la tradición fenomenológico-hermenéutica no agotan


las influencias intelectuales sobre el interpretativismo. La tradición teórica en sociología
conocida como interaccionismo simbólico también ha sido considerada por muchos autores
como una gran influencia […] Hay otras corrientes intelectuales que mantienen afinidades
con la actitud interpretativa, como tradiciones derivadas del desarrollo de la obra del filósofo
Ludwig Wittgenstein (Winch 1958), pero las tradiciones fenomenológico-hermenéutica, la
Verstehen, y el interaccionismo simbólico pueden ser consideradas como las mayores
influencias.
La adopción de una actitud interpretativa puede significar que el investigador realice
hallazgos sorprendentes, o al menos que parecen sorprendentes desde una perspectiva
externa- esto es, una posición por fuera del contexto social particular estudiado. CASO 4
ofrece un ejemplo interesante de esto.
Por supuesto, como sugiere CASO 4, cuando el científico social adopta la actitud
interpretativa, no simplemente revela cómo los miembros de un grupo social interpretan su
mundo circundante. El científico social intentará ubicar esas interpretaciones que
permanecían implícitas en un marco científico social. Hay una doble interpretación en curso:
el investigador provee una interpretación de las interpretaciones de otros. De hecho, hay un
tercer nivel de interpretación en curso, porque las interpretaciones del investigador deben ser
a su vez interpretadas en términos de los conceptos, las teorías y la literatura de una
disciplina. Entonces, en CASO 4, la sugerencia de Foster (1995) de que Riverside no es
percibida como un área de alta incidencia de crimen por los residentes es su interpretación de
las interpretaciones de los sujetos [analizados]. Ella posteriormente tuvo el trabajo adicional
de ubicar sus interesantes descubrimientos en un marco científico social, lo cual logró al
relacionar sus descubrimientos con conceptos disponibles y discusiones en criminología sobre
temas como el control social informal, esquemas de vigilancia vecinal, y el rol del
alojamiento como una posible causa de actividad criminal.
El objetivo de esta sección ha sido mostrar someramente cómo las consideraciones
epistemológicas -especialmente aquellas relacionadas con la cuestión de si el enfoque de las
ciencias naturales, en particular el positivista, puede legítimamente ofrecer conocimiento del
mundo social- se relacionan con la práctica de la investigación. En conexión con la sección
anterior, un abordaje deductivo hacia la relación entre teoría e investigación es típicamente
asociada con la posición positivista. [He tratado de] sugerir que el inductivismo es también un
rasgo del positivismo (el tercer principio), pero en el trabajo de su implementación en la
práctica de la investigación social, es el elemento deductivo (el segundo principio) el que
tiende a ser enfatizado. De forma similar, el tercer nivel de interpretación que el investigador
comprometido en la investigación interpretativa debe poner en operación es en gran medida
parte del tipo de estrategia inductiva descrita en la sección anterior. Sin embargo, aunque
estas conexiones entre cuestiones epistemológicas y práctica de la investigación existen, es
importante no sobreestimarlas, ya que representan tendencias más que puntos definitivos de
correspondencia. Entonces, principios epistemologicos particulares y prácticas de
investigación no van necesariamente de la mano en una relación clara y sin ambigüedades.
[…].

CASO 4
Interpretativismo en práctica
Foster (1995) condujo una investigación etnográfica en un barrio residencial del este de
Londres al que se refiere como Riverside a través de observación participativa y entrevistas
semi-estructuradas. El barrio tenía, según las estadísticas oficiales, un alto nivel de crimen.
Sin embargo, ella encontró que los residentes no percibían el barrio como un área de alta
criminalidad. Esta percepción podía ser atribuida a un número de factores, pero una razón
particularmente importante era la existencia de un “control social informal”. La gente
esperaba un cierto nivel de crimen, pero se sentía bastante segura porque el control social
informal mantenía los niveles de criminalidad contenidos. El control social informal
comprendía un número de aspectos diferentes. Uno de los aspectos era que los vecinos a
menudo se cuidaban entre sí. En palabras de uno de los entrevistados: “Si escucho un disparo
o un grito, salgo afuera. Si se agrava, entro y llamo a la policía. No me quedo indiferente”.
Otro aspecto del control social informal era que la gente frecuentemente se sentía segura
porque se conocía entre sí. Otro de los entrevistados dijo: “No me siento nervioso... porque la
gente generalmente se conoce entre sí. Mantenemos un ojo en las propiedades de cada uno...
me siento bastante seguro porque uno conoce a sus vecinos y sabe dónde viven... ellos nos
cuidan” (Foster 1995: 575).

Consideraciones ontológicas
Las cuestiones de ontología social conciernen a la naturaleza de las entidades sociales. Aquí el
punto central orientativo es la cuestión de si las entidades sociales pueden y deben ser
consideradas entidades objetivas que tienen una realidad externa a los actores sociales, o si
pueden y deben ser consideradas construcciones sociales constituidas a partir de las
percepciones y acciones de los actores sociales. Estás posiciones son frecuentemente
denominadas respectivamente como objetivismo y constructivismo. Sus diferencias pueden
ser ilustradas en referencia a dos de los términos más comunes y centrales de la ciencia social
-organización y cultura.

Objetivismo

El objetivismo es una posición ontológica que implica que los fenómenos sociales nos
confrontan como hechos externos que están más allá de nuestro alcance o influencia (...).

Podemos tratar a las organizaciones en general, o a una organización en particular,


como objetos tangibles. Tienen reglas y regulaciones. Adoptan procedimientos estandarizados
para desarrollar sus actividades. Dentro de la división del trabajo, a la gente se le asigna
diferentes tareas. Hay jerarquías. Las organizaciones tienen una misión. Y así sucesivamente.
El grado en que estos rasgos existen de organización en organización es variable, pero al
pensar en estos términos tendemos a la visión de que una organización tiene una realidad
externa a los individuos que la habitan. Más aún, la organización representa un orden social
en el sentido de que ejerce presiones sobre los individuos para que cumplan con los requisitos
de la organización. Las personas aprenden y aplican las reglas y regulaciones. Siguen
procedimientos estandarizados. Realizan los trabajos que les fueron asignados. Se les dice qué
hacer y ellos les dicen a otros qué hacer. Aprenden y adoptan los valores de la misión de la
organización. Si no hacen estas cosas pueden sancionados o incluso despedidos. La
organización es entonces una fuerza que inhibe y actúa sobre sus miembros.
Lo mismo puede decirse de la cultura. Las culturas y subculturas pueden ser vistas
como repositorios de costumbres y valores ampliamente compartidos en los cuales la gente es
socializada de manera tal que actúa como buen ciudadano o como participante pleno. Las
culturas y subculturas nos constriñen porque internalizamos sus creencias y valores. En
ambos casos, organización y cultura, la entidad social en cuestión atraviesa a los actores como
algo externo, casi como una realidad tangible por sí misma. Tiene las características de un
objeto y por lo tanto de una realidad objetiva. Estas son en gran medida las maneras “clásicas”
de conceptualizar la organización y la cultura.

Constructivismo

Sin embargo podemos considerar una posición ontológica alternativa -el


constructivismo […]. Esta posición desafía la sugerencia de que las categorías como las de
organización y cultura son pre-dadas y que por tanto confrontan como realidades externas a
los actores sociales, quienes no tienen ningún rol en su constitución.
Tomemos primero las organizaciones. Strauss et al (1973) llevaron a cabo una
investigación en un hospital psiquiátrico y, de acuerdo con las líneas del interaccionismo
simbólico, propusieron que la mejor manera de entender la organización de la institución era
como un “orden negociado”. En vez de tomar la perspectiva según la cual el orden en las
organizaciones posee características preexistentes, ellos sostienen que es un producto. Las
reglas eran aplicadas menos extensamente e impuestas con menos rigurosidad de lo que se
habría supuesto desde la perspectiva clásica. En efecto los autores prefieren referirse a ellas
“mucho menos como mandatos, y mucho más como entendimientos generales”. Precisamente
en virtud de que solo una pequeña parte de las esferas de acción de los doctores, las
enfermeras y el personal del hospital estaba prescripta, el orden social del hospital era
producto de patrones de acción consensuados que eran a su vez producto de negociaciones
entre las diferentes partes involucradas. El orden social se encuentra en un constante estado de
cambio porque el hospital es “un lugar donde numerosos acuerdos son continuamente
finalizados u olvidados, pero también continuamente establecidos, renovados, revocados,
revisados... en un sentido pragmático, este es el hospital en este momento: este es el orden
social” (Strauss et al. 1973: 316-17).
[…]
El mismo punto puede sostenerse respecto de la idea de cultura. En vez de ver a la
cultura como una realidad externa que actúa sobre las personas y las constriñe, puede ser
considerada como una realidad emergente en estado continuo de construcción y
reconstrucción. Becker (1982:521), por ejemplo, ha sugerido que “la gente crea cultura
continuamente... Ningún conjunto de entendimientos culturales... provee una solución
perfectamente aplicable a cualquier problema que las personas tengan que resolver en el curso
de su día, y ellas por tanto deben rehacer aquellas soluciones, adaptar sus entendimientos a la
nueva situación a la luz de lo que es diferente acerca de ella." Cómo Strauss et al., Becker
reconoce que la posición constructivista no puede ser llevada al extremo: es necesario apreciar
que la cultura tiene una realidad que “persiste y antecede a la participación de las personas
particulares" y moldea sus perspectivas, pero esta no es una realidad objetiva inerte con un
único sentido constrictivo: actúa como un punto de referencia pero siempre está en proceso de
formación.
Ni el trabajo de Strauss et al. ni el de Becker presiona el argumento constructivista al
extremo. Cada uno admite la preexistencia de sus objetos de interés (organización y cultura
respectivamente). Sin embargo, vemos en cada caso una predilección intelectual por subrayar
el rol activo de los individuos en la construcción social de la realidad social. No todos los
autores que adoptan una posición constructivista están similarmente preparados para
reconocer la existencia o al menos la importancia de una realidad objetiva. Walsh (1972: 19),
por ejemplo, ha escrito que "no podemos dar por sentado, como hacen los científicos
naturales, la disponibilidad de un mundo pre-constituido de fenómenos a ser investigados" y
debemos en cambio " examinar el proceso por el cual el mundo social es construido". El
constructivismo esencialmente invita al investigador a considerar las maneras en que la
realidad social es una realización siempre en curso de los actores sociales, más que algo
externo a ellos que les constriñe totalmente.
El constructivismo además sugiere que las categorías que emplea la gente para
comprender el mundo natural y el mundo social son de hecho productos sociales. Estas
categorías no tienen esencias prefabricadas; en cambio, sus significados son construidos en y
a través de la interacción social. Entonces, una categoría como "masculinidad" debe ser
tratada como una construcción social. Esto implica que, en vez de ser tratada como una
entidad inerte separada, la masculinidad es construida como algo cuyo significado es
construido durante el proceso de interacción social. Ese significado es probablemente algo
efímero, en el sentido de que variará de acuerdo con el tiempo y el lugar. Este tipo de posición
frecuentemente muestra una preocupación por el lenguaje que es empleado al presentar
categorías de maneras particulares. Sugiere que el mundo social y sus categorías no son
externas a nosotros, sino construidas y constituidas en y a través de la interacción social […]
Como observa Potter (1996:98): "El mundo... es constituido de una manera u otra según cómo
la gente habla, escribe o discute acerca de él". En este sentido el constructivismo se opone
antitéticamente al realismo […]. El constructivismo frecuentemente redunda en un interés por
las representaciones sociales. CASO 5 provee una ilustración de esta idea en relación con la
representación de la epidemia de cáncer de mama en los Estados Unidos.
[...]

Relación con la investigación social

Las cuestiones de la ontología social no pueden divorciarse de aquellas relacionadas con


cómo conducir una investigación social. Los compromisos y supuestos ontológicos penetrarán
las maneras de formular preguntas y formas en que la investigación social se desarrolla. Si
una pregunta de investigación es formulada de manera tal que sugiere que las organizaciones
y las culturas son entidades sociales objetivas que actúan sobre los individuos, el investigador
probablemente se enfocará en las propiedades formales de las organizaciones o las creencias y
valores de los miembros de la cultura. Alternativamente, si un investigador formula su
pregunta de investigación de manera tal que enfatice la debilidad de considerar
“organización” y “cultura” como categorías objetivas, es probable que el énfasis de la
investigación sea puesto en el rol activo de la gente en la construcción de la realidad social.
En cualquiera de los casos, podemos suponer que diferentes abordajes serán requeridos para
el diseño de la investigación y la recolección de datos.
[...]

CASO 5
Constructivismo en acción.
Lantz y Booth (1998) han mostrado que el cáncer de mama puede ser tratado como una
construcción social. Ellos advierten que los datos en EEUU muestran un ascenso en la
incidencia de la enfermedad desde principios de los 80, el cual ha conducido a describir esta
tendencia como una epidemia. Los autores examinaron una variedad de revistas populares a
partir del análisis cualitativo de contenidos […]. Ellos advierten que muchos de los artículos
examinados llaman la atención sobre el estilo de vida de las mujeres modernas, tal como la
postergación de los primeros embarazos, la dieta y el consumo de alcohol, y el desarrollo de
carreras profesionales. Los autores sostienen que los artículos culpan a las conductas
individuales mediante la identificación de una amplia lista de factores de riesgo individuales
(muchos de los cuales corresponden con conductas que no son propias de las mujeres
“tradicionales”), seguida de una lista de prescripciones prudentes para la prevención. Las
mujeres son retratadas como víctimas de una enfermedad insidiosa, pero también como
víctimas de sus propias conductas, muchas de las cuales se hallan relacionadas al control de
su fertilidad... Dichos artículos sugieren que las mujeres no tradicionales experimentan
repercusiones patológicas en sus cuerpos y, a su vez, podrían ser responsables de la epidemia
contemporánea de cáncer de mama. (Lantz and Booth 1998: 915–16).
Este artículo sugiere que, como categoría social, la epidemia de cáncer de mama es
representada en las revistas populares de un modo particular -uno que culpa a las víctimas y
en particular al estilo de vida de las mujeres modernas-. Todo ello pesar del hecho de que
menos del 20 por ciento de los casos de cáncer de mama ocurren en mujeres menores a los 50
años de edad. El estudio de Lantz y Booth es bastante representativo de una ontología
constructivista al sugerir que la epidemia no es simplemente construida como un hecho social
sino que además se le adscribe un significado particular (que culpa a las víctimas de la
enfermedad). De esta forma, la representación de la enfermedad en las revistas populares
conforma un importante elemento en su construcción social.

Estrategia de investigación: investigación cuantitativa y cualitativa.


Muchos autores que se ocupan de problemas metodológicos encuentran útil distinguir entre
investigación cuantitativa e investigación cualitativa. El estatus de la distinción es ambiguo,
debido a que es casi simultáneamente considerada por algunos autores como una diferencia
fundamental y por otros como una distinción que no tiene más utilidad o es simplemente falsa
(Layder 1993:110). Sin embargo, hay poca evidencia que sugiera que el uso de la distinción
se esté reduciendo y por el contrario considerable evidencia apunta que el mismo es
continuado e incluso creciente.
[…]
Frente a esto, pareciera que la distinción se agota en señalar sólo que las
investigaciones cuantitativas emplean métodos de medición mientras que las investigaciones
cualitativas no lo hacen. Ciertamente hay en los investigadores una predisposición hacia una
de estas alternativas, pero muchos autores han sugerido que las diferencias son más profundas
que la cuestión superficial de la presencia o ausencia de cuantificación. Para muchos autores
la investigación cuantitativa y la cualitativa difieren respecto de sus fundamentos
epistemológicos y en otros aspectos también. En efecto, si tomamos las áreas que han sido
tratadas en las tres secciones previas -la conexión entre teoría e investigación, consideraciones
epistemológicas y consideraciones ontologicas- la investigación cuantitativa y la cualitativa
pueden ser tomadas como formando dos conjuntos distintos de estrategias de investigación.
Por estrategia de investigación, simplemente quiero referir a una orientación general en la
conducción de la investigación social. La tabla 2.1 resume las diferencias entre la
investigación cuantitativa y la investigación cualitativa en términos de las tres áreas
mencionadas.

Tabla 2.1
Cuantitativa Cualitativa
Orientación principal del rol de la Deductiva; testeo de teorías Inductiva; generación de teorías
teoría en relación con la investigación
Orientación epistemológica Modelo de las ciencias naturales, Interpretativismo
positivismo.
Orientación ontológica Objetivismo Constructivismo

Entonces, la investigación cuantitativa puede ser construida como una estrategia de


investigación que enfatiza la cuantificación en la recolección y análisis de datos y que
 implica un abordaje deductivo en cuanto a la relación entre teoría e investigación en
la cual el acento es puesto en el testeo de las teorías
 se incorporan las prácticas y normas del modelo de las ciencias naturales y del
positivismo en particular
 encarna una concepción de la realidad social como una realidad externa y objetiva.

En contraste, la investigación cualitativa puede ser construida como una estrategia de


investigación que usualmente enfatiza las palabras más que la cuantificación en la recolección
y análisis de datos y que
 enfatiza predominantemente un abordaje inductivo en la relación entre teoría e
investigación, en el cual el énfasis es puesto en la generación de teorías
 rechaza las prácticas y normas del modelo de las ciencias naturales y en particular del
positivismo, prefiriendo un énfasis en las maneras en que los individuos interpretan su
mundo social
 representa una visión de la realidad social como una propiedad emergente en constante
cambio y creada por los individuos.

Hay mucho más en la en la diferencia entre estrategias cuantitativa y cualitativa de


investigación que la distinción cuantitativo/cualitativo. […] En otras palabras, los tres
contrastes señalados en la Tabla 2.1 son básicos, aunque fundamentales.
Sin embargo, las interconexiones entre los diferentes rasgos de la investigación
cuantitativa y cualitativa no son tan directas como indican la Tabla 2.1 y el párrafo anterior.
Aunque resulta útil contrastar entre las dos estrategias de investigación, es necesario ser
cuidadosos y no postular una separación tajante entre ambas. Podría parecer perverso
introducir un conjunto básico de distinciones y luego sugerir que ellas son problemáticas. Un
tema recurrente de este libro es que la discusión acerca de la naturaleza de la investigación
social es tan compleja como la conducción de una investigación en el mundo real. Pueden
hallarse tendencias generales pero se trata precisamente de eso- de tendencias-. En realidad,
cuanto más se profundiza mucho más complicada se vuelve la imagen.
Por ejemplo, es común caracterizar a la investigación cualitativa enfatizando su
preocupación con la generación de teorías más que con la contrastación de las mismas. Sin
embargo, hay ejemplos de estudios en los que la investigación cualitativa ha sido utilizada
para testear más que para generar una teoría. Por ejemplo, Adler y Adler (1985) deseaban
explorar la relación entre la participación en deportes en educación superior en USA y los
niveles altos o bajos de desempeño académico, una cuestión sobre la que había
contradicciones en la literatura preexistente. Esto es una ilustración de cómo la literatura
existente sobre un tema puede utilizarse como una forma de teoría. El primer autor fue por
cuatro años observador participante de un programa de básquet en una universidad, y ambos
autores llevaron a cabo “entrevistas grabadas, intensivas” con jugadores. Los hallazgos los
llevaron a concluir que la participación en deportes tiene altas probabilidades de dar lugar a
desempeños académicos bajos. Esto ocurre porque los participantes del programa
gradualmente se alejan de sus metas idealistas acerca de sus carreras académicas, y una
variedad de factores los lleva a distanciarse cada vez más del trabajo académico. Por ejemplo,
se cita a un estudiante diciendo: “Si yo fuese un estudiante como la mayoría, podría irme bien,
pero cuando uno juega al nivel que nosotros jugamos, sencillamente no puede ser un
estudiante por encima del promedio. Lo que busco por ahora es ser un estudiante promedio…
Sencillamente no es posible encontrar el momento para ocuparse de todas las lecturas” (Adler
y Adler 1985: 249). El estudio muestra cómo, a pesar de que la investigación cualitativa se
asocia típicamente a la generación de teorías, también puede usarse para ponerlas a prueba.
Aún más, resulta llamativo que, aunque el estudio de Adler y Adler es
ampliamente interpretativista en su orientación epistemológica, con su énfasis en cómo los
atletas universitarios ven a su propia situación social, los hallazgos tienen tintes objetivistas
más que constructivistas. Por ejemplo, cuando los autores describen el desempeño académico
de los estudiantes como estando “determinado menos por características demográficas y
experiencias en la escuela secundaria y más por la estructura de sus experiencias
universitarias” (Adler y Adler 1985: 249), ellos están postulando un mundo social que está
“allí afuera” y que tiene cualidades formales, objetivas. Este es un ejemplo de investigación
cualitativa en el sentido de que no hay casi nada de cuantificación, pero no tiene todas las
otras características delineadas en la Tabla 2.1.
[…]
El punto que se enfatiza en esta sección es que la investigación cuantitativa y
cualitativa representan estrategias diferentes de investigación y que cada una lleva consigo
diferencias importantes en términos del rol de la teoría, cuestiones epistemológicas, y
preocupaciones ontológicas. Sin embargo, la distinción no es tan simple: estudios que tienen
las características generales de una estrategia de investigación pueden tener algunas
características de la otra.
[…]
En CASO 6, presento algunos ejemplos de estudios de métodos mixtos. Los
presento aquí en parte para ilustrar la posibilidad de realizar investigaciones de método mixto,
pero también para mostrar que no posible ni deseable trazar una distinción tajante entre
investigación cuantitativa y cualitativa. Al contrastar ambos enfoques, es fácil verlos como
incompatibles. Como se verá en los ejemplos siguientes, ellos pueden combinarse
exitosamente dentro de un mismo proyecto […].

CASO 6
Investigación mixta. Un ejemplo

Este […] ejemplo de investigación de método mixto es probablemente uno de los


estudios más grandes en el Reino Unido que hayan utilizado este enfoque –El proyecto
Capital Cultural y Exclusión Social (CCSE en inglés). Como en CASO 1, el proyecto CCSE
se vio profundamente influenciado por Bordieu y en particular por su influente investigación
sobre el capital cultural y su rol en la reproducción de las divisiones sociales (Bordieu 1984).
Mientras que el proyecto CCSE estaba inspirado en la investigación de Bordieu, al mismo
tiempo los investigadores tenían algunas reservas sobre el enfoque metodológico adoptado
por éste, su enfoque teórico y su relevancia más allá del período en el que la investigación fue
llevada adelante y su lugar (Francia). La investigación se diagramó alrededor de tres
preguntas de investigación:
 ”¿Cuál es la naturaleza del capital cultural en Gran Bretaña? ¿Qué tipos de exclusión
social son generados en virtud de la distribución del capital cultural a lo largo de las clases
sociales?”
 “¿Cuáles son las relaciones entre el capital económico, el capital social y el capital
cultural, en particular, cómo se relaciona el capital cultural con otras formas de capital?”
 “¿Qué rol tiene el capital cultural en relación con los patrones existentes de
exclusión social? ¿Cómo puede un conocimiento cabal de este punto asistir en el desarrollo de
políticas culturales diseñadas para contrarrestar los efectos de la exclusión social?”

www.open.ac.uk/socialsciences/cultural-capital-and-social-exclusion/research-
questions.php

Cada una de estas tres preguntas de investigación fue desagregada en varias


subpreguntas. Para responderlas, los autores utilizaron tres métodos de investigación:

1. Veinticinco “focus-group”, donde cada grupo estaba compuesto de un grupo


distintivo de personas. Por ejemplo, paquistaníes de clase media-supervisores-autoempleados.
2. Una entrevista estructurada tipo encuesta de una muestra ampliamente
representativa de 1781 participantes dentro del Reino Unido.
3. Entrevistas semi-estructuradas con 44 individuos de 30 grupos familiares. Los
entrevistados eran seleccionados de la encuesta sobre la base de características socio-
demográficas y de capital cultural. Los entrevistadores también tomaron nota de los grupos
familiares. Además, se realizaron 11 entrevistas a individuos de “elite”, porque existía la
sensación de que no estaban suficientemente presentes en la muestra.
Por lo tanto, el proyecto CCSE involucró dos métodos de investigación cualitativa
(“focus groups” y entrevistas semi-estructuradas) y un método cuantitativo (una entrevista-
encuesta estructurada). El aspecto mixto de esta investigación cumplió varios papeles para los
investigadores. Por ejemplo, aunque los “focus groups” dieron lugar a hallazgos que pudieron
vincularse con aquellos obtenidos a partir de las encuestas, también fueron usados para dar
forma al diseño de las preguntas de la encuesta.
[…]

Fuentes: Silva y Wright (2008); Bennett et al. (2009); Silva et al. (2009);
www.open.ac.uk/socialsciences/culturalcapital-and-social-exclusion/project-summary.php

Influencias en la conducción de una investigación social


Figura 2.3
Influencias en la investigación social

Teoría Consideraciones Prácticas

Investigación Social

Epistemología Valores Ontología

Valores

Los valores reflejan tanto las creencias personales del investigador como sus
sentimientos. Por esto, esperaríamos que los científicos sociales lleven adelante
investigaciones objetivas y libres de valores. Después de todo, uno podría querer argumentar
que una investigación que simplemente reflejase los sesgos personales de quienes la llevan
adelante no debería considerarse válida ni científica en la medida en que está restringida por
las subjetividades de las personas que la realizan. Esta posición es sostenida de manera cada
vez menos frecuente entre los científicos sociales. Émile Durkheim (1858-1917) escribió que
uno de los corolarios de su indicación de tratar a los hechos sociales como cosas era que todas
“las preconcepciones deben ser erradicadas” (Durkheim 1938: 31). En la medida en que los
valores son una forma de preconcepción, su exhorto tenía que ver, al menos implícitamente,
con suprimirlos al llevar adelante una investigación. Su posición parece poco creíble hoy día,
porque hay un creciente reconocimiento de que no es posible dejar afuera totalmente a los
valores del investigador. Éstos pueden “colarse” en cualquiera de los siguientes puntos en el
proceso de investigación social, o en todos ellos:

 Selección del área de investigación;


 Formulación de la pregunta de investigación;
 Selección del método;
 Formulación del diseño de la investigación y de las técnicas de recolección de datos;
 Implementación de la recolección de datos;
 Análisis de datos;
 Interpretación de datos;
 Conclusiones.
Hay, por lo tanto, numerosos puntos en los que pueden ocurrir las intrusiones de los
sesgos y los valores. Los valores pueden materializarse en cualquier punto durante el curso de
la investigación. El investigador puede desarrollar un afecto o simpatía, que no estaba
presente necesariamente al inicio de la investigación, por las personas que están siendo
estudiadas. Es bastante común, por ejemplo, que los investigadores que trabajan dentro de una
estrategia de investigación cualitativa, y en particular cuando realizan observación
participativa o entrevistas intensivas, desarrollen una afinidad cercana con las personas que
estudian, al punto de que encuentran muy difícil la tarea de distinguir su perspectiva en tanto
científicos sociales de su perspectiva subjetiva. La posibilidad puede verse exacerbada por la
tendencia que Becker (1967) identificó especialmente en científicos sociales de ser muy
empáticos con los grupos desamparados. Igualmente, los científicos sociales pueden verse
repelidos por las personas que estudian. El antropólogo social Colin Turnbull (1973) reporta
los resultados de sus investigaciones sobre una tribu africana conocida como la tribu Ik.
Turnbull estaba horrorizado por lo que atestiguó: una tribu carente de amor (y para él,
imposible de amar) que dejaba morir a los muy pequeños y a los muy ancianos. Mientras
Turnbull era capaz de señalar las condiciones que habían dado lugar a este estado de cosas,
también era muy honesto en su desagrado hacia aquello de lo que fue testigo, particularmente
durante el período de su estancia inicial con la tribu. Sin embargo, ese desagrado es un
producto de los valores Occidentales acerca de la familia, y es probable, tal como él
reconoció, que estos valores hayan influenciado su percepción de aquello que atestiguó.
Otra posición en relación con la cuestión general de los valores y los sesgos es
la de reconocer que la investigación no puede estar libre de valores, pero argumentar no
obstante que se debe garantizar que no haya una presencia irrestricta de valores en el proceso
de investigación, y que ésta sea auto-reflexiva y por tanto exhiba reflexividad […] respecto
del papel que dichos factores juegan. Tal como Turnbull (1973:13) afirma en el principio de
su libro sobre los Ik: “el lector tiene derecho a saber algo sobre los propósitos, expectativas,
deseos y actitudes que el escritor llevó consigo al campo, porque éstos seguramente habrán
influenciado los hallazgos subsecuentes.” Desde mediados de 1970 ha habido una creciente
colección de reportes internos acerca de cómo es realmente llevar adelante una investigación,
en contraste con las generalidades presentadas en los libros de texto sobre métodos de
investigación social (como éste!). Estas colecciones frecuentemente funcionan como
“confesiones”, un elemento de las cuales es la apertura del escritor respecto de sus sesgos
personales.
Otro enfoque más consiste en argumentar a favor de una investigación
conscientemente guiada por los valores. Esta es una posición adoptada por algunas escritoras
feministas que han argumentado que sólo investigaciones sobre mujeres que estén destinadas
a mujeres pueden ser consistentes con las necesidades políticas más amplias de éstas. Mies
(1993: 68) argumentó que en la investigación feminista el “postulado de una investigación
libre de valores, de neutralidad e indiferencia hacia los objetos de investigación, debe
reemplazarse por una parcialidad consciente, que se logra a través de una parcial
identificación con los objetos de investigación”.
La importancia del feminismo en relación con los valores va, sin embargo, más
allá de esto. En particular, varias investigadoras sociales feministas, alrededor de principios de
los 80s, propusieron que los principios y las prácticas asociadas con la investigación
cuantitativa eran incompatibles con la investigación feminista sobre mujeres. Para escritoras
como Oakley (1981), la investigación cuantitativa está atada a valores masculinos de control
que pueden apreciarse en la orientación general de la estrategia de investigación –control del
sujeto/encuestado y control del contexto y la situación de investigación. Aún más, el proceso
de investigación es visto como una calle de una sola mano, en donde los investigadores
extraen información de las personas que son estudiadas, y dan muy poco, o usualmente nada,
en retorno. Para muchas feministas, dicha estrategia es lindante con la explotación y es
incompatible con los valores feministas de hermandad y de relaciones no jerárquicas entre
mujeres. La antipatía hacia la investigación cuantitativa dio lugar a una preferencia entre las
feministas por las investigaciones cualitativas. No sólo fue vista la investigación cualitativa
como más consistente con los valores feministas; también fue vista como más adaptable a
esos valores. Por lo tanto, la investigación cualitativa feminista quedó asociada con un
enfoque en el que el investigador elude una actitud “libre de valores” y se vincula con las
personas que son estudiadas en tanto que personas y no meramente en tanto sujetos que
responden a los instrumentos de investigación. La posición del feminismo en relación con el
enfoque tanto cualitativo como cuantitativo demuestra los modos en los que los valores tienen
implicaciones para los procesos de investigación social. En años más recientes, las actitudes
del feminismo hacia la investigación cuantitativa se han morigerado. Varias autoras han
reconocido un rol aceptable y viable para la investigación cuantitativa, particularmente
cuando se utiliza en conjunción con investigación cualitativa (Jayaratne y Stewart 1991;
Oakley 1998) […].

Hay, por lo tanto, distintas posiciones a tener en cuenta en relación con los
valores y la neutralidad valorativa. En la actualidad se suscribe mucho menos que en el
pasado a la posición de que el principio de objetividad puede ponerse en práctica. Los
investigadores cuantitativos a veces parecen estar escribiendo de un modo que sugiere un aura
de objetividad (Mies 1993), pero en verdad no sabemos realmente cuánto suscriben a dicha
posición. Hay mucha más consciencia hoy en día de los límites para la objetividad, de modo
que muchos de los pronunciamientos altamente confiados, por no decir inocentes, sobre el
sujeto, como los de Durkheim, han caído en desgracia. Un modo adicional en que los valores
son relevantes para la conducción de una investigación social tiene que ver con la adhesión a
principios o estándares éticos.
[…]

Consideraciones prácticas

Tampoco debemos ignorar la importancia y significatividad de las cuestiones prácticas


para las decisiones sobre cómo debe llevarse adelante una investigación social. Esta cuestión
tiene múltiples dimensiones. En primer lugar, las elecciones de estrategia, diseño o método de
investigación deben ensamblarse con la pregunta específica a ser investigada. Si estamos
interesados en establecer la importancia relativa de un número de diferentes causas de un
fenómeno social, es muy probable que una estrategia cuantitativa satisfaga nuestras
necesidades, porque […] el establecimiento de causas es una de sus notas fundamentales.
Alternativamente, si estamos interesados en la cosmovisión de un cierto grupo social, una
estrategia cualitativa que sea sensible a cómo los participantes interpretan su mundo social
puede ser la elección correcta. Es probable que la estrategia cuantitativa sea difícil de
implementar por un investigador interesado en un tópico sobre el que virtualmente no se
hayan realizado investigaciones en el pasado, porque habrá muy poca literatura previa de la
que extraer direcciones. Será preferible adoptar una perspectiva más exploratoria y, en
conexión con esto, la investigación cualitativa podrá satisfacer mejor las necesidades del
investigador, en la medida en que ella está típicamente asociada a la generación más que a la
contrastación de teorías (ver Tabla 2.1) y a un enfoque hacia el proceso de investigación
relativamente desestructurado […]. Otra dimensión puede tener que ver con la naturaleza del
tópico y de las personas a investigar. Por ejemplo, si un investigador debe interactuar con
individuos o grupos involucrados en actividades ilícitas, como pandillas violentas (Patrick
1973), dealers (P.A. Adler 1985), o el turbio submundo del tráfico de órganos (Scheper-
Hughes 2004), es poco probable que una encuesta se gane la confianza de los sujetos
involucrados, o consiga generar la compenetración requerida. De hecho, la idea de llevar a
cabo una encuesta en tales contextos e individuos resulta bastante ridícula. No es
sorprendente, por lo tanto, que los investigadores de estas áreas hayan tendido a utilizar
estrategias cualitativas, en las que se da la oportunidad de ganar la confianza de los sujetos de
investigación, o incluso en algunos casos no hayan revelado su identidad como
investigadores, a pesar de los dilemas éticos que esto conlleva […]. En contraste, no parece
probable que hubiera sido posible testear la hipótesis de la investigación descrita en CASO 2
con un método cualitativo como la observación participativa.
Las consideraciones prácticas pueden parecer más bien mundanas y poco
interesantes en comparación con el elevado terreno habitado por aquellos debates filosóficos
que rodean las discusiones sobre epistemología y ontología, pero sin embargo son
importantes. Toda la investigación social consiste en el esfuerzo mancomunado de lo ideal y
lo factible. Por esto, habrá muchas circunstancias en las que la naturaleza del tópico o de los
sujetos de una investigación y las restricciones puestas a un investigador redunden
ampliamente en decisiones acerca de cómo es mejor proceder.

Puntos centrales
 Las investigaciones cuantitativa y cualitativa constituyen enfoques diferentes para la
investigación social y llevan consigo consideraciones epistemológicas y ontológicas
importantes.
 La teoría puede describirse como algo que precede a la investigación (como en la
investigación cuantitativa) o como algo que emerge de la misma (como en la investigación
cualitativa).
 Las consideraciones epistemológicas se aproximan mucho a las consideraciones
sobre las estrategias de investigación. Esto redunda ampliamente en la cuestión de la
deseabilidad de emplear un modelo de ciencias naturales (y en particular del positivismo)
versus el interpretativismo.
 Las consideraciones ontológicas, que tienen que ver con la cuestión del objetivismo
versus constructivismo, también constituyen dimensiones importantes del contraste
cuantitativo/cualitativo.
 Los valores pueden impactar en el proceso de investigación en múltiples momentos.
 Las consideraciones prácticas en las decisiones sobre los métodos de investigación
también constituyen factores importantes.
 Las investigadoras feministas han sido tendientes a preferir enfoques cualitativos, a
pesar de que hay cierta evidencia de un cambio de punto de vista respecto de esta cuestión.

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