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Introducción
Este libro es sobre la investigación social. Intenta equipar a las personas que
tienen algún conocimiento de las ciencias sociales con una aproximación respecto a cómo
debe llevarse a cabo la investigación social y qué es lo que esto implica. Este último proyecto
consiste en situar a la investigación social en el contexto de la sociología, lo que a su vez
significa considerar su papel en el proyecto general de la disciplina. Sería mucho más fácil ir
al grano y explorar la naturaleza de los métodos de la investigación social, para después
proporcionar algunas recomendaciones sobre la mejor manera de (a) elegir entre estos
distintos métodos y (b) ponerlos en práctica. Después de todo, muchas personas podrían
esperar que un libro con un título como éste se preocupe principalmente por las formas en que
pueden emplearse los diferentes métodos del arsenal del investigador social.
Pero la práctica de la investigación social no existe en una burbuja, apartada de
las ciencias sociales y de las diversas lealtades intelectuales que poseen sus practicantes. Dos
puntos son de especial relevancia aquí.
En primer lugar, los métodos de la investigación social están estrechamente
ligados a las diferentes visiones de cómo debería estudiarse la realidad social. Los métodos no
son simples herramientas neutrales: están relacionados con la manera en que los científicos
sociales conciben la conexión entre los distintos puntos de vista sobre la naturaleza de la
realidad social y cómo ésta debe ser examinada. Sin embargo, es posible exagerar este punto.
Aunque los métodos no son neutrales, tampoco están completamente contaminados por las
inclinaciones intelectuales.
En segundo lugar, está la cuestión de cómo los métodos y la práctica de la
investigación se conectan con el proyecto más amplio de las ciencias sociales. Los datos de
una investigación se recogen invariablemente en relación con algo. Ese "algo" puede ser un
problema social apremiante o, más usualmente, una teoría.
Esto no quiere decir que la investigación esté totalmente gobernada por
preocupaciones teóricas. A veces se encuentran publicados simples ejercicios de
“investigación”. Fenton et al. (1998) condujeron un análisis de contenido cuantitativo de la
investigación social publicada en los medios de comunicación británicos. Examinaron
periódicos nacionales y regionales, televisión y radio, y también revistas. Admiten que una de
las razones principales para llevar a cabo la investigación fue establecer la cantidad y los tipos
de investigación que allí están representados. A veces, tales ejercicios están motivados por
una preocupación por un problema social acuciante. McKeganey y Barnard (1996) llevaron a
cabo una investigación cualitativa con observación y entrevistas con prostitutas y sus clientes
en Glasgow. Un factor que parece haber impulsado esta investigación fue la preocupación por
el papel de las prostitutas en la propagación de la infección por el VIH (McKeganey y
Barnard 1996: 3). Otro escenario se produce cuando la investigación se hace sobre un tema
cuando surge una oportunidad específica. El interés de Westergaard et al. (1989) por analizar
los efectos de los despidos parece haber estado profundamente motivado por la oportunidad
que surgió cuando una compañía de acero de Sheffield, que estaba cerca de su lugar de trabajo
(la Universidad de Sheffield), hizo un gran número despidos. Los directivos de la empresa se
acercaron a los autores un año después de llevados a cabo estos despidos para realizar una
investigación sobre lo que había sucedido con estas personas que habían sido despedidas. Los
autores llevaron a cabo la investigación a través entrevistas estructuradas. Los entrevistados
fueron la mayoría de quienes habían sido despedidos. Si bien los autores se encontraban
influenciados por teorías e investigaciones previas sobre el desempleo, el impulso específico
para la investigación sobre los efectos del despido no fue planeado. Otro estímulo para la
investigación puede surgir de las experiencias personales.
[...]
Teoría e investigación
Caracterizar la naturaleza del vínculo entre teoría e investigación no es, en absoluto,
una cuestión sencilla. Hay varias cuestiones en juego aquí, pero dos se destacan en particular.
Primero, está la cuestión de sobre qué forma de teoría se está hablando. En segundo lugar,
está la cuestión de si los datos se recogen para construir teorías o para ponerlas a prueba.
La teoría es importante para el investigador social porque proporciona un telón de
fondo y una base para la investigación que se está llevando a cabo. También proporciona un
marco dentro del cual los fenómenos sociales pueden ser entendidos y dentro del cual los
hallazgos de la investigación pueden ser interpretados.
CASO 1
Desde que Hochschild (1983) sugirió por primera vez que los
trabajadores vinculados a la atención al cliente realizan trabajo emocional
en el curso de su trabajo, esta propuesta ha sido ampliamente aceptada. Sin
embargo, la relación del trabajo emocional, y en general de las interacciones
sociales entre los clientes y los trabajadores, con las relaciones estructurales
de empleo ha recibido sorprendentemente poca atención… (R. S. Cohen,
2010: 197).
Así, la literatura sobre el trabajo emocional constituye el trasfondo del estudio de
Cohen y la principal herramienta para la interpretación de los hallazgos, algunos de los cuales
se recogen a partir de datos cualitativos surgidos de entrevistas semiestructuradas con algunos
propietarios y empleados. Para el caso de los empleados, las interacciones con los clientes son
mucho más propensas a tomar la forma de lo que Hochschild (1983) llamó “actuación
superficial”, una forma superficial de trabajo emocional y compromiso emocional con el
cliente.
Figura 2.1
El proceso de deducción
1. Teoría
2. Hipótesis
3. Recolección de datos
4. Hallazgos
5. Hipótesis confirmada o rechazada
6. Revisión de la teoría
Cada uno de los tres grupos ha aprovechado sus fortalezas, donde las
tienen. La gentrificación, con esto presente, no puede en ningún sentido ser
considerada como un fenómeno unitario, sino que debe ser examinada en
cada caso de acuerdo con su propia lógica y resultados. El concepto de
capital social, cuando se utiliza como parte de un marco conceptual más
amplio para la aprehensión de todas las formas de relaciones de la clase
media, puede, por tanto, desempeñar un papel importante en la
discriminación entre diferentes tipos de fenómenos sociales (Butler y
Robson 2001: 2160).
Figura 2.2
Enfoque inductivo
Observaciones/hallazgos → Teoría
Enfoque deductivo
Teoría → Observaciones/hallazgos
Al igual que sucede con el término “teoría” cuando nos referimos al enfoque
deductivo de la relación entre teoría e investigación, tenemos que ser cautelosos en el uso de
este término también en el contexto de la estrategia inductiva. Si bien algunos investigadores
sin dudas desarrollan teorías, es igualmente necesario ser conscientes de que muy a menudo lo
que se termina desarrollando es –en realidad– una generalización empírica, del tipo descrito
por Merton (1967).
[…]
La investigación de Charmaz (1997) es un interesante ejemplo de enfoque inductivo.
Dos aspectos son particularmente interesantes. Primero […] en la investigación se utiliza el
método del muestreo teórico para el análisis de datos y para la generación de la teoría. Este
enfoque, que fue descrito por primera vez por Glaser y Strauss (1967), es a menudo
considerado como especialmente fuerte en términos de generación de teorías a partir de los
datos. Esto contrasta con la naturaleza de muchos estudios supuestamente inductivos, que dan
lugar a hallazgos interesantes y reveladores, pero cuya significación teórica no está del todo
clara. Proporcionan interesantes generalizaciones empíricas, pero poca teoría. Segundo, de la
misma manera que la estrategia deductiva está asociada con un enfoque de investigación
cuantitativo, una estrategia inductiva de vinculación de datos y teoría está típicamente
asociada con un enfoque de investigación cualitativo. No es una coincidencia que la
investigación de Charmaz (1997) mencionada en CASO 3 se base en entrevistas en
profundidad y semiestructuradas, que produjeron datos cualitativos en forma de respuestas
detalladas de los entrevistados. Sin embargo, como se verá más adelante, esta caracterización
de la estrategia inductiva que la asocia con la investigación cualitativa no es del todo lineal:
no sólo una gran parte de la investigación cualitativa no genera teoría, sino que a menudo la
teoría es utilizada en las investigaciones cualitativas.
Es útil pensar en la relación entre teoría e investigación en términos de estrategias
deductivas e inductivas. Sin embargo, como se ha desprendido de lo dicho hasta aquí, los
temas no son tan claros como a veces se presentan. Lo cierto es que las estrategias deductivas
e inductivas pueden ser concebidas como tendencias que no se encuentran separadas por una
distinción clara y determinante. Pero estos no son los únicos problemas que afectan a la
investigación social.
CASO 2
Un estudio deductivo
Kelley y De Graaf (1997) muestran que un número de estudios han examinado los
factores que impactan sobre las creencias religiosas de los individuos, como los padres, la
escuela, los amigos, pero también argumentan que hay buenas bases para sostener que la
nación en la que uno nace será un factor importante en muchas culturas. Estas reflexiones
constituyen lo que ellos llaman la “teoría” que guió su investigación y de la que derivaron la
siguiente hipótesis: “Las personas nacidas en naciones religiosas adquirirán, en proporción a
la ortodoxia de sus conciudadanos, más creencias ortodoxas que las personas (en otros
aspectos similares a ellas) nacidas en naciones seculares” (Kelley y De Graaf 1997:641).
Hay dos conceptos centrales en esta hipótesis que deberían ser medidos: religiosidad
nacional (si una nación es religiosa o secular) y ortodoxia religiosa individual. Los autores
hipotetizan además que la orientación religiosa de la familia de un individuo (si son devotos o
seculares) afectará la naturaleza de la relación entre la religiosidad nacional y la ortodoxia
religiosa.
Para probar las hipótesis se hizo un análisis secundario de los datos derivados de
encuestas basadas en grandes muestras de quince naciones. […] La ortodoxia religiosa fue
medida en encuestas de cuatro preguntas sobre la creencia religiosa. Las preguntas
interrogaban sobre (1) si la persona creía en Dios (2) sus creencias pasadas sobre Dios (3) qué
tan cerca de Dios se sentía y (4) si sentía o no que Dios se preocupa por todas las personas.
Para medir la religiosidad nacional, las 15 naciones fueron clasificadas en cinco categorías
ascendentes de secular a religiosa. La clasificación fue decidida de acuerdo a “un promedio de
asistencia de los padres a la iglesia… y de la creencia religiosa de la nación como un todo”
(Kelley y De Graaf 1997: 647). La orientación religiosa de la familia fue medida en una escala
de cinco niveles de acuerdo al promedio de asistencia de los padres a la iglesia. Las hipótesis
fueron ampliamente confirmadas y los autores concluyeron que “el ambiente religioso de una
nación tiene un gran impacto en las creencias de sus ciudadanos” (Kelley and De Graaf 1997:
654). […]
Este estudio demuestra el proceso por el cual las hipótesis se deducen de teorías
existentes y luego guían el proceso de la recolección de datos para probar las teorías.
CASO 3
Un estudio inductivo
Charmaz (1991, 1997) se ha ocupado de examinar algunos aspectos de las
experiencias de personas con enfermedades crónicas. Una fase de esta investigación
involucraba examinar específicamente a hombres con enfermedades de este tipo. En uno de
sus reportes (Charmaz 1997) ella discute los resultados de su investigación sobre veinte
hombres. El grueso de los datos se derivaba de entrevistas semiestructuradas. Para resaltar lo
distintivo de las respuestas de los hombres, comparó sus hallazgos con un estudio paralelo
sobre mujeres. Argumenta que un componente clave de las respuestas de los hombres es la
estrategia de autopreservación.
Aunque la experiencia de una enfermedad crónica invariablemente precisa un cambio
de estilo de vida que en sí mismo ocasiona cambios identitarios, los hombres buscaban
preservar el sentido de sí mismos sosteniéndose en “cualidades esenciales, atributos e
identidades de su subjetividad pasada” (Charmaz 1997: 49). En contraste, las mujeres estaban
menos aferradas a sus identidades pasadas en sus estrategias de autopreservación. Charmaz
relaciona las reflexiones teóricas sobres sus datos a las nociones de los sujetos varones del
estudio sobre la identidad masculina. Su énfasis en la idea de la autopreservación le permite
evaluar los factores que se encuentran detrás de la posibilidad de un hombre con alguna
enferemedad crónica de “reconstruir una identidad positiva o hundirse en la depresión”
(Charmaz 1997:57). Si estuvieran imposibilitados de acceder a acciones que les permitieran
extender el sentido de sus identidades pasadas hacia el futuro (por ejemplo, trabajar),
probablemente se hundirían en la depresión.
En este estudio, la naturaleza inductiva de la relación entre teoría e investigación
puede verse en el modo en que las ideas teóricas de Charmaz (como la noción de
“autopreservación”) se derivan de sus datos en lugar de estar preformadas antes de que ella
recolecte los datos.
Consideraciones epistemológicas
Un problema epistemológico concierne a la cuestión de lo que es (o debería ser) visto
como conocimiento aceptable en una disciplina. Una cuestión particularmente central en este
contexto es la pregunta de si el mundo social puede y debe ser estudiado de acuerdo a los
mismos principios, procedimientos y ethos de las ciencias naturales. La posición que afirma la
importancia de imitar a las ciencias naturales se asocia invariablemente a una posición
epistemológica conocida como positivismo.
Es posible ver en los cinco principios [...] una relación con alguno de los puntos que
ya se han desarrollado sobre la relación entre teoría e investigación. Por ejemplo, el
positivismo implica elementos de la aproximación deductiva (principio 2) y de la estrategia
inductiva (principio 3). También, establece una distinción muy estricta entre teoría e
investigación. El rol de la investigación es testear teorías y proveer material para el desarrollo
de leyes. Pero cualquiera de estas conexiones entre teoría e investigación conlleva la
afirmación de que es posible recolectar observaciones sin estar influidos por teorías
preexistentes. Por otra parte, los términos teóricos que no puedan reducirse a la observación
no son considerados genuinamente científicos; deben ser susceptibles de rigurosa
observación. Todo esto trae la implicación de otorgarle un status epistémico mayor a la
observación que a la teoría.
Es un error utilizar “positivismo” como sinónimo de ciencia o científico. Los filósofos
de las ciencias y de las ciencias sociales tienen muchas diferencias sobre cómo caracterizar a
la práctica científica y desde los años 60 el positivismo ha perdido mucha popularidad.
Cuando los autores se quejan de las limitaciones del positivismo no siempre es claro si se
refieren al enfoque filosófico o al pensamiento científico más en general.
El punto fuerte de las consideraciones epistemológicas de esta sección es el rechazo
por parte de algunos autores y tradiciones de la aplicación de los cánones de las ciencias
naturales al estudio de la realidad social. Una dificultad es que no es tan fácil desenmarañar al
modelo de la ciencia natural del positivismo cuando se trata del objetivo de estas críticas. En
otras palabras, no siempre es claro si la protesta es contra la aplicación de un enfoque de
ciencias naturales más en general o contra el positivismo en particular. Hay un largo debate
sobre la adecuación del modelo de las ciencias naturales al estudio de la sociedad pero, como
esas propuestas suelen tener subtextos positivistas, parece que el positivismo termina siendo
el foco de la cuestión más veces que otros relatos sobre la práctica científica.
Interpretativismo
El interpretativismo es un término dado a una epistemología contraria al positivismo.
El término subsume los puntos de vista de autores que han sido críticos de la aplicación del
modelo científico al estudio del mundo social y que han sido influidos por diversas
tradiciones listadas más abajo. Comparten la perspectiva de que el objeto de las ciencias
sociales -las personas y sus instituciones- es fundamentalmente diferente del de las ciencias
naturales. El estudio del mundo social entonces requiere una lógica diferente para la
investigación, que refleje lo distintivo de los humanos respecto del orden natural. Von Wright
(1971) describió este choque epistemológico en términos de positivismo contra hermenéutica
(término extraído de la teología y que, cuando se aplica a las ciencias sociales, refiere a la
teoría y el método para la interpretación de la acción humana). Este choque refleja una
división entre un énfasis en la explicación de la conducta humana, que es el principal
ingrediente del enfoque positivista para las ciencias sociales, y un énfasis en la comprensión
empática de la acción humana, más que de las fuerzas que actúan sobre ella, que es propio la
hermenéutica. Este contraste refleja debates históricos que preceden la emergencia de las
ciencias sociales modernas pero encuentran su expresión en autores como Max Weber (1864-
1920) cuando defendía el enfoque del Verstehen, que en alemán significa “comprensión”.
Weber describió a la sociología como “la ciencia que intenta la comprensión interpretativa de
la acción social para llegar a la explicación causal de su curso y sus efectos”. La definición de
Weber menciona a la explicación y a la comprensión, pero el punto crucial es que la
explicación causal aparece referida a la comprensión interpretativa de la acción social, más
que a las fuerzas externas que no tienen significado para aquellos involucrados en la acción
social.
Una de las tradiciones intelectuales más importantes en la tradición antipositivista es la
fenomenología, una filosofía que se ocupa del modo en que los individuos comprenden el
mundo que los rodea [...]. La primera aplicación de las ideas de la fenomenología a las
ciencias sociales se le atribuye a Alfred Schutz (1899-1959) […]. Su trabajo estaba
profundamente influido por el concepto weberiano de Verstehen, así como por
fenomenólogos como Husserl. La posición de Schutz queda clara en el siguiente célebre
pasaje […]:
Primero, afirma que hay una diferencia fundamental entre el objeto de las ciencias
naturales y el de las ciencias sociales y que una epistemología debe reflejar y capitalizar estas
diferencias. La diferencia fundamental reside en el hecho de que la realidad social tiene un
sentido para los seres humanos y entonces la acción humana tiene un sentido (es decir, tiene
un sentido para ellos y ellos actúan sobre la base de los significados que atribuyen a sus actos
y a los de los demás). Esto lleva al segundo punto: que el trabajo del científico social es
acceder al pensamiento de sentido común de las personas y así interpretar sus acciones y su
mundo social desde su punto de vista. […] En palabras de una pareja de autores cuyo libro de
métodos se autodefine fenomenológico: “El fenomenólogo ve la conducta humana...como un
producto del modo en que las personas interpretan el mundo...Para entender el significado de
la conducta de una persona, el fenomenólogo intenta ver las cosas desde el punto de vista de
esa persona” (Bogdan y Taylor 1975:13-14).
[…]
CASO 4
Interpretativismo en práctica
Foster (1995) condujo una investigación etnográfica en un barrio residencial del este de
Londres al que se refiere como Riverside a través de observación participativa y entrevistas
semi-estructuradas. El barrio tenía, según las estadísticas oficiales, un alto nivel de crimen.
Sin embargo, ella encontró que los residentes no percibían el barrio como un área de alta
criminalidad. Esta percepción podía ser atribuida a un número de factores, pero una razón
particularmente importante era la existencia de un “control social informal”. La gente
esperaba un cierto nivel de crimen, pero se sentía bastante segura porque el control social
informal mantenía los niveles de criminalidad contenidos. El control social informal
comprendía un número de aspectos diferentes. Uno de los aspectos era que los vecinos a
menudo se cuidaban entre sí. En palabras de uno de los entrevistados: “Si escucho un disparo
o un grito, salgo afuera. Si se agrava, entro y llamo a la policía. No me quedo indiferente”.
Otro aspecto del control social informal era que la gente frecuentemente se sentía segura
porque se conocía entre sí. Otro de los entrevistados dijo: “No me siento nervioso... porque la
gente generalmente se conoce entre sí. Mantenemos un ojo en las propiedades de cada uno...
me siento bastante seguro porque uno conoce a sus vecinos y sabe dónde viven... ellos nos
cuidan” (Foster 1995: 575).
Consideraciones ontológicas
Las cuestiones de ontología social conciernen a la naturaleza de las entidades sociales. Aquí el
punto central orientativo es la cuestión de si las entidades sociales pueden y deben ser
consideradas entidades objetivas que tienen una realidad externa a los actores sociales, o si
pueden y deben ser consideradas construcciones sociales constituidas a partir de las
percepciones y acciones de los actores sociales. Estás posiciones son frecuentemente
denominadas respectivamente como objetivismo y constructivismo. Sus diferencias pueden
ser ilustradas en referencia a dos de los términos más comunes y centrales de la ciencia social
-organización y cultura.
Objetivismo
El objetivismo es una posición ontológica que implica que los fenómenos sociales nos
confrontan como hechos externos que están más allá de nuestro alcance o influencia (...).
Constructivismo
CASO 5
Constructivismo en acción.
Lantz y Booth (1998) han mostrado que el cáncer de mama puede ser tratado como una
construcción social. Ellos advierten que los datos en EEUU muestran un ascenso en la
incidencia de la enfermedad desde principios de los 80, el cual ha conducido a describir esta
tendencia como una epidemia. Los autores examinaron una variedad de revistas populares a
partir del análisis cualitativo de contenidos […]. Ellos advierten que muchos de los artículos
examinados llaman la atención sobre el estilo de vida de las mujeres modernas, tal como la
postergación de los primeros embarazos, la dieta y el consumo de alcohol, y el desarrollo de
carreras profesionales. Los autores sostienen que los artículos culpan a las conductas
individuales mediante la identificación de una amplia lista de factores de riesgo individuales
(muchos de los cuales corresponden con conductas que no son propias de las mujeres
“tradicionales”), seguida de una lista de prescripciones prudentes para la prevención. Las
mujeres son retratadas como víctimas de una enfermedad insidiosa, pero también como
víctimas de sus propias conductas, muchas de las cuales se hallan relacionadas al control de
su fertilidad... Dichos artículos sugieren que las mujeres no tradicionales experimentan
repercusiones patológicas en sus cuerpos y, a su vez, podrían ser responsables de la epidemia
contemporánea de cáncer de mama. (Lantz and Booth 1998: 915–16).
Este artículo sugiere que, como categoría social, la epidemia de cáncer de mama es
representada en las revistas populares de un modo particular -uno que culpa a las víctimas y
en particular al estilo de vida de las mujeres modernas-. Todo ello pesar del hecho de que
menos del 20 por ciento de los casos de cáncer de mama ocurren en mujeres menores a los 50
años de edad. El estudio de Lantz y Booth es bastante representativo de una ontología
constructivista al sugerir que la epidemia no es simplemente construida como un hecho social
sino que además se le adscribe un significado particular (que culpa a las víctimas de la
enfermedad). De esta forma, la representación de la enfermedad en las revistas populares
conforma un importante elemento en su construcción social.
Tabla 2.1
Cuantitativa Cualitativa
Orientación principal del rol de la Deductiva; testeo de teorías Inductiva; generación de teorías
teoría en relación con la investigación
Orientación epistemológica Modelo de las ciencias naturales, Interpretativismo
positivismo.
Orientación ontológica Objetivismo Constructivismo
CASO 6
Investigación mixta. Un ejemplo
www.open.ac.uk/socialsciences/cultural-capital-and-social-exclusion/research-
questions.php
Fuentes: Silva y Wright (2008); Bennett et al. (2009); Silva et al. (2009);
www.open.ac.uk/socialsciences/culturalcapital-and-social-exclusion/project-summary.php
Investigación Social
Valores
Los valores reflejan tanto las creencias personales del investigador como sus
sentimientos. Por esto, esperaríamos que los científicos sociales lleven adelante
investigaciones objetivas y libres de valores. Después de todo, uno podría querer argumentar
que una investigación que simplemente reflejase los sesgos personales de quienes la llevan
adelante no debería considerarse válida ni científica en la medida en que está restringida por
las subjetividades de las personas que la realizan. Esta posición es sostenida de manera cada
vez menos frecuente entre los científicos sociales. Émile Durkheim (1858-1917) escribió que
uno de los corolarios de su indicación de tratar a los hechos sociales como cosas era que todas
“las preconcepciones deben ser erradicadas” (Durkheim 1938: 31). En la medida en que los
valores son una forma de preconcepción, su exhorto tenía que ver, al menos implícitamente,
con suprimirlos al llevar adelante una investigación. Su posición parece poco creíble hoy día,
porque hay un creciente reconocimiento de que no es posible dejar afuera totalmente a los
valores del investigador. Éstos pueden “colarse” en cualquiera de los siguientes puntos en el
proceso de investigación social, o en todos ellos:
Hay, por lo tanto, distintas posiciones a tener en cuenta en relación con los
valores y la neutralidad valorativa. En la actualidad se suscribe mucho menos que en el
pasado a la posición de que el principio de objetividad puede ponerse en práctica. Los
investigadores cuantitativos a veces parecen estar escribiendo de un modo que sugiere un aura
de objetividad (Mies 1993), pero en verdad no sabemos realmente cuánto suscriben a dicha
posición. Hay mucha más consciencia hoy en día de los límites para la objetividad, de modo
que muchos de los pronunciamientos altamente confiados, por no decir inocentes, sobre el
sujeto, como los de Durkheim, han caído en desgracia. Un modo adicional en que los valores
son relevantes para la conducción de una investigación social tiene que ver con la adhesión a
principios o estándares éticos.
[…]
Consideraciones prácticas
Puntos centrales
Las investigaciones cuantitativa y cualitativa constituyen enfoques diferentes para la
investigación social y llevan consigo consideraciones epistemológicas y ontológicas
importantes.
La teoría puede describirse como algo que precede a la investigación (como en la
investigación cuantitativa) o como algo que emerge de la misma (como en la investigación
cualitativa).
Las consideraciones epistemológicas se aproximan mucho a las consideraciones
sobre las estrategias de investigación. Esto redunda ampliamente en la cuestión de la
deseabilidad de emplear un modelo de ciencias naturales (y en particular del positivismo)
versus el interpretativismo.
Las consideraciones ontológicas, que tienen que ver con la cuestión del objetivismo
versus constructivismo, también constituyen dimensiones importantes del contraste
cuantitativo/cualitativo.
Los valores pueden impactar en el proceso de investigación en múltiples momentos.
Las consideraciones prácticas en las decisiones sobre los métodos de investigación
también constituyen factores importantes.
Las investigadoras feministas han sido tendientes a preferir enfoques cualitativos, a
pesar de que hay cierta evidencia de un cambio de punto de vista respecto de esta cuestión.