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Resumen:
El siguiente trabajo pretende, a partir de la discusión sobre la ciudadanía y sus implicancias
éticas, problematizar cuál es el rol del ciudadano frente a la delincuencia juvenil. Asimismo,
intenta evidenciar la no existencia de una sola perspectiva que explique o justifique el
comportamiento del joven delincuente; por el contrario, desde la sociología, se han planteado
distintos abordajes teóricos sobre le génesis de este tipo de violencia. También busca
establecer un diálogo entre la participación ciudadana y las distintas problemáticas que
aquejan al país. Esta investigación está divida en tres partes. En la primera se realiza un
recorrido sucinto y sistemático por las nociones más significativas para la comprensión del
ensayo; aquí se definen, por ejemplo, delincuencia juvenil, ciudadanía y roles del ciudadano.
En la segunda parte se explican algunas propuestas y reflexiones sobre la participación del
ciudadano frente a la problemática delincuencial y se establecen algunas similitudes y
diferencias. Finalmente, en la tercera parte del ensayo, se precisan los argumentos que
justifican nuestra tesis. Cabe precisar que al inicio del ensayo y en la parte final se estableció
que, frente al problema planteado, creemos que el ciudadano debe organizar y constituir en sus
vecindarios clubes y talleres para los jóvenes, a fin de desarrollar en ellos habilidades
deportivas y oficios.
A modo de introducción
En general esta se manifiesta en actos que atentan contra las normas sociales y los
derechos de los demás. El comportamiento del delincuente causa reprobación y le sitúa
en conflicto con la sociedad, por lo que cada país en función de su organización
política y jurídica, destina ciertas medidas o estrategias legales para controlarla. (p.
33).
En este sentido, la delincuencia juvenil se refiere a cualquier tipo de acto que atenta contra las
normas y los derechos. Ahora bien, de acuerdo con aspectos constitucionales, cada nación ha
establecido un sinnúmero de pautas para combatirlas. Desde mi perspectiva, la definición de
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delincuencia juvenil es exacta y precisa lo cual nos permite abordar el fenómeno de lo
delincuencial de manera directa. Ahora bien, hay conceptos como normas sociales y derechos
que no se desarrollan y no se precisan sus sentidos. Finalmente, creo que un aspecto relevante
de la cita anterior es la mención de que la delincuencia juvenil abarca tanto los aspectos
legales como los éticos.
Ahora bien, existen diferentes perspectivas sobre sobre las causas que originan la
delincuencia juvenil; ahora bien, más allá de las diferencias, todas ellas coinciden en un
sinnúmero de factores que la provocan. Sobre las causas de esta, Jiménez (2009), señala que:
A lo largo de los años se han ido proponiendo y estudiando muchos factores que
podrían explicarla, como la genética, la biología, la psicología, la situación económica,
social, o familiar del menor delincuente y sus carencias educativas o afectivas; incluso
se han tomado en consideración variables como el sexo o la raza. Recogiendo todos
esos factores se han ofrecido diversas teorías explicativas de esta delincuencia. (p. 14).
Existen diferentes factores que contribuyen al origen de la delincuencia juvenil; entre estos se
encuentran la genética, la biología, la psicología, la situación socio económica y familiar;
además de la coyuntura educativa y afectiva. A partir de estos factores se han forjado
diferentes teorías que buscan explicar el origen de la delincuencia. Creo que lo comentado por
Jiménez es significativo, pues aborda de manera compleja y no reduccionista el problema de la
delincuencia juvenil. En este sentido, es importante que la problemática delincuencial sea
abordada desde las distintas disciplinas del conocimiento; hacerlo desde una sola mirada nos
aleja de la real comprensión del fenómeno.
Los deberes de la ciudadanía
La noción más básica de ciudadano señala que este forma parte de una comunidad y se
rige en función a los derechos y deberes a los cuales está sujeto. Ahora bien, sobre la
definición de ciudadano, Lizcano (2012) señala que:
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En la perspectiva de este autor, el ciudadano es un ente ideal que es consciente de sus deberes
y derechos; asimismo, su consideración como ciudadano pasa por el cumplimiento de ambos
aspectos. La sociedad conformada por este ciudadano ideal plantea la posibilidad de un
contexto de hermandad, pues el ciudadano es también un sujeto de responsabilidades con su
entorno. La perspectiva de Lizcano plantea la existencia de un ciudadano que no corresponde
con las circunstancias reales. Aun cuando la definición de un ciudadano ideal es urgente y
necesaria, pienso que no tiene un fin práctico para entender cuáles podrían ser los roles y
compromisos de la ciudadanía frente a las distintas problemáticas sociales.
Los deberes se definen fundamentalmente como las obligaciones del ciudadano para con
los otros; en este sentido, comprenderlos pasa por establecer cuáles son las los derechos que
cada uno como ciudadano poseemos. Al respecto, Marshall distingue tres tipos de derechos:
Los civiles, como «los derechos necesarios para la libertad individual» (libertad
personal, de pensamiento y expresión, propiedad, etc.), los políticos («derecho a
participar en el ejercicio del poder político como miembro de un cuerpo investido de
autoridad, o como elector de sus miembros») y los sociales, que abracarían «todo el
espectro, desde el derecho a la seguridad y a un mínimo bienestar económico al de
compartir plenamente la herencia social y vivir la vida de un ser civilizado conforme a
los estándares de la sociedad»). (Antxustegi, 2010, p. 154).
En este sentido, los derechos del ciudadano se complementan y buscan satisfacer las
necesidades del ciudadano en sus dimensiones civiles, políticas y sociales. Asimismo, estos
derechos involucran el cumplimiento de los deberes, en la medida en que los últimos son
condición para los primeros. La clasificación dada por Marshall es significativa en la medida
en que nos permite reconocer la complejidad de los ciudadanos en función a sus deberes y
derechos. Dada su complejidad, no existe una sola dimensión que permite la armonía entre los
ciudadanos, por eso, es necesario comprenderla desde las tres clasificaciones mencionadas.
Propuestas sobre el rol de la ciudadanía
Sobre el rol de la ciudadanía frente a la delincuencia juvenil, es necesario tomar en
cuenta distintas perspectivas que no solo han ideado una solución, sino también aquellas que
analicen las que no han sido del todo satisfactorias. Al respecto, Zúñiga (2007) señala que:
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sus recursos y personales con el fin de disminuir la presencia de criminalidad en sus
zonas de residencia o comercio. Pero, vale la pena destacar que la mayoría de las
políticas de prevención comunitaria paradójicamente otorgan un rol pasivo a la
comunidad, viendo a esta solo como un receptor de mecanismos de solución. (p. 154).
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(2007), el problema de la delincuencia plantea un sinnúmero de cuestionamientos no solo al
gobierno y sus políticas de estado, sino también a la participación de la misma ciudadanía.
Para este autor, los ciudadanos deben realizar acciones concretas frente a cualquier acto
delincuencial, porque todos nos vemos perjudicados y en cualquier momento pasaremos de
espectadores a víctimas. Estas tendrían que estar integradas en un plan articulado y validado
por los miembros de la misma comunidad, pues solo así el sujeto se sienten parte integral de
este. En este sentido, los ciudadanos tendrían que organizarse para realizar acciones conjuntas
comunitarias que permitan respaldar los planteamientos y las estrategias de las autoridades; en
esta lógica, el problema de la delincuencia juvenil pasa por entender que el daño causado al
otro puede ser a uno mismo o a los suyos. Un ejemplo de esto último son los diferentes
comités y juntas vecinales que, de manera conjunta, coordinan con los serenazgos de los
distritos cuando el peligro acecha su localidad.
Las acciones concretas y efectivas realizadas por la ciudadanía frente a la delincuencia
juvenil deben centrarse en una educación libertaria que permita a los sujetos tener las
condiciones para reinventar su vida. Sobre el rol de la ciudadanía frente a la delincuencia
juvenil, me parece significativo tomar en cuenta las reflexiones de Freire quien afirma que la
educación debe servir como un proceso libertario que le permita a los ciudadanos revertir sus
condiciones de vida y, sobre todo, cambiar la realidad de los otros. Freire (2015) es enfático al
mencionar que gracias a la educación de los pueblos se puede revertir las condiciones de los
más desvalidos que muchas veces encuentran en la delincuencia la única posibilidad de vida.
En este sentido, el problema de la lucha contra la delincuencia no pasa por combatir de manera
frontal a los delincuentes ni a los distintos protagonistas de la inseguridad ciudadana; de lo que
se trata en realidad es de educar a las futuras generaciones para no vean a la delincuencia
como única opción.
A modo de conclusión
A lo largo del ensayo hemos podido reconocer que la delincuencia juvenil configura una
problemática muy compleja que no puede ser vista desde una sola perspectiva. Lo cierto es
que, más allá de cualquier reflexión sociológica, este problema viene causando un sinnúmero
de daños a la sociedad. En este escenario, hemos venido sosteniendo que el ciudadano tiene un
rol muy importante; por eso, hemos buscado responder la siguiente pregunta: ¿cuál es el rol de
la ciudadanía frente a la delincuencia juvenil? Ante esta pregunta asumí que, frente a la
delincuencia juvenil, el ciudadano debe organizar y constituir en sus vecindarios clubes y
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talleres para los jóvenes, a fin de desarrollar en ellos habilidades deportivas y oficios que le
permitan forjar un futuro y no incurrir en acciones delictivas. Es importante entender que el
compromiso del ciudadano al cual apelamos no pasa por un enfrentamiento con el delincuente
a tal punto de vulnerar su vida. Las personas no son naturalmente malas o nacieron para ser
delincuentes; existe un sinnúmero de factores que los condicionan; por eso, como ciudadanos
debemos comprometernos y dejar de lado el rol de espectadores para ser protagonistas. Más
allá del rol innegable del estado por propiciar estos espacios; como ciudadanos debemos
asumir este gran reto.
En síntesis, a lo largo del ensayo, admitimos que la violencia de género configura una
problemática muy compleja que no puede ser vista desde un solo punto de vista. El caso es
que, más allá de cualquier reflexión sociológica, este problema viene causando situaciones
alarmantes en nuestra sociedad. En este sentido, hemos venido sosteniendo que el ciudadano
tiene un rol muy importante; por eso, hemos buscado responder la siguiente pregunta: ¿cuál es
el rol de la ciudadanía frente a la violencia de género?. Ante esta pregunta se asumió que el
ciudadano Frente a la violencia de género, los ciudadanos deben organizarse en su vecindad
para realizar programas de prevención como difusiones de talleres y campañas, trabajando
con toda la comunidad, para transformar y cambiar pensamientos, actitudes y conductas que
están muy arraigadas. Es importante saber que el apoyo de la comunidad a través de las
campañ as tome conciencia de esta problemá tica. Asimismo, debe reconocer y enmendar
con acciones sus faltas. Este, al reconocer lo que está haciendo mal, podrá saber qué es lo
que debe subsanar de forma má s específica (comentarios, burlas, golpes, etc.), ademá s de
mostrar oposició n frente a situaciones de abuso. Consideramos que lo afirmado por
Vallejo Bernabé sobre las campañ as son un aporte significativo y coherente; creemos que
pretende sensibilizar sobre el respeto hacia derechos humanos y concienciar que es un
problema que concierne a toda la sociedad, a fin de enfrentar y erradicar por completo la
violencia de género en todas sus fases y variantes.
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Referencias
Jiménez, J. (2009). La delincuencia juvenil: una reflexión sobre sus causas, prevención y medios de
solución judiciales y extrajudiciales. Escritos del Vedat, vol. XXXIX, 2009, págs. 221-258.
https://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/64209/La%20delincuencia%20juvenil.%20Causas
%2C%20prevenci%C3%B3n%20y%20medios%20de%20soluci%C3%B3n.pdf?sequence=1
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https://scielo.conicyt.cl/pdf/polis/v11n32/art14.pdf