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Taller Sociológico V

Tema: Vulnerabilidad de la comunidad de


la comunidad LGBTIQ ante la práctica de
la trata y el tráfico de personas. Un estudio
de casos

Autora: Jennifer Robaina Trujillo


Tutora: Dra. Iyamira Hernández Pita
Índice
Introducción. / 1
Capítulo I: Presupuestos teóricos para el estudio de la trata y el tráfico de personas. / 3
Epígrafe 1.1: Aproximaciones teóricas al concepto de trata y tráfico de personas. / 5
Epígrafe 1.1.2: Autores clásicos y contemporáneos. Sus aproximaciones sobre la
vulnerabilidad social. / 6
Epígrafe 2: Teoría de género. Algunos apuntes claves para la comprensión de la trata y el
tráfico de personas. Vulnerabilidades para la comunidad LGBTIQ. / 9
Epígrafe 2.1: Comunidad LGBTIG. Su análisis desde una perspectiva de género / 12
Epígrafe 3: Vulnerabilidades de la comunidad LGBTIQ ante la trata y el tráfico de personas. /
14
Epígrafe 3.1: Referencias de estudios realizados en el mundo sobre trata y tráfico de
personas. Vulnerabilidades. / 15
Epígrafe 3.1.2: Trata y tráfico de personas. Vulnerabilidades de la comunidad LGBTIQ.
Investigaciones en el contexto cubano. / 19
Epígrafe 4: Trata y tráfico de personas una mirada desde el ámbito jurídico penal. / 22
Conclusiones. / 26
Bibliografía.
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Introducción
La trata y tráfico de personas es quizá uno de los delitos más crueles en forma de violencia y
refleja de manera descarnada la decadencia civilizatoria de nuestros tiempos, ya que vulnera
derechos como la libertad, la dignidad y la integridad física, psicológica y mental y afecta
especialmente a nuestras niñas, niños y adolescentes.
Hace algunos años no podríamos imaginar que hubiera seres humanos capaces de ejercer este
tipo de acciones criminales especialmente contra mujeres y niños, sin ninguna consideración
ni conciencia, golpeando de manera brutal y despiadada a familiares y amigos y causando un
grado de estupor y miedo en la sociedad.

Las cifras de diferentes organismos ilustran muy bien la dimensión del problema, por
ejemplo: según el Informe de la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas,
Norteamérica, América Central y el Caribe son las zonas con un porcentaje más elevado 66%
de niños que son víctimas del tráfico de personas. En base a los datos de la Comisión de
Investigación de Malos Tratos a Mujeres, el 94% de las víctimas de trata de personas con el
fin de explotación sexual son mujeres y niñas. La Comisión también indica que 1 de cada 3
mujeres declara haber sufrido algún tipo de violencia física, al menos una vez en la vida y 2
de cada 3 víctimas de trata son mujeres. (Educo, 2019)
Estas cifras por demás estremecedoras, son apenas la punta del iceberg que devela un
problema cuyas dimensiones apenas alcanzamos a vislumbrar, ya que los altos niveles de
pobreza, la orientación sexual no heteronormativa, la disgregación familiar y la tendencia a la
desvinculación de la familia y el núcleo social, son situaciones que facilitan el reclutamiento
y el tráfico de seres humanos cuya desaparición no es denunciada y por lo tanto se convierten
en víctimas invisibles de los grupos criminales que parecen operar en varias ciudades del
país. Combatir la trata y el tráfico de personas no es sencillo, porque existen numerosas redes
ilegales. La clave fundamental es la prevención y la información.

En Cuba durante el año 2016 se mantuvo la política de “Tolerancia Cero” ante cualquier
modalidad de trata de personas. En ese año y en el primer cuatrimestre del 2017, tuvieron
lugar procesos y eventos con implicaciones importantes a nivel nacional, para reforzar la
prevención y enfrentamiento de la trata de personas y delitos conexos. En febrero del 2017
fue aprobado el Plan de Acción Nacional para la prevención y enfrentamiento de la trata de
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personas y la protección a las víctimas 2017-2020, herramienta fundamental en la actuación
coordinada entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil cubana para el abordaje a
este grave delito. (Cuba, 2017)
En el año 2016 se juzgaron 21 casos por delitos de “Corrupción de Menores”, y
“Proxenetismo y Trata de Personas”, con rasgos típicos de trata de personas2. Esta baja
incidencia se debe fundamentalmente al carácter eminentemente preventivo de las políticas
sociales y estatales cubanas, a la política de “Tolerancia Cero”, así como a la ausencia de
redes delictivas organizadas que estén basificadas en el territorio nacional. En el mismo
período Cuba mantuvo la colaboración internacional para la investigación y solución de casos
que trascienden el marco nacional. (Cuba, 2017)

Esta línea de investigación tiene vital importancia para la Sociología cubana actual, como
instrumento a través del cual se pretende brindar un conocimiento novedoso acerca de esta
temática. La forma en que las distintas sociedades perciben los delitos de trata y tráfico de
personas, especialmente la sociedad cubana, nos orientará en un análisis de alta relevancia,
permitiendo así ofrecer las posibles soluciones a un fenómeno poco visibilizado a través de
los años particularmente en el contexto cubano, que continua sin visibilizarse lo suficiente en
el imaginario popular. En aras de lograr este objetivo, nuestro estudio se centrará en las
vulnerabilidades de la comunidad LGBTIQ ante la trata y tráfico de personas.

Toda la bibliografía está referenciada en normas APA.


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Capítulo I
“Presupuestos teóricos para el estudio de la trata y el tráfico de personas.”
La trata y el tráfico de personas son dos términos que suelen ser empleados indistintamente y
que muchas veces están relacionados. Sin embargo, no son lo mismo. De hecho se trata de
dos delitos diferentes. La trata es un delito contra la dignidad de una persona y una violación
de los derechos humanos y en el tráfico es un delito contra un Estado y una violación de las
leyes migratorias de un determinado país. Las víctimas en el caso de la trata en su gran
mayoría, son mujeres y niñas y en el tráfico las víctimas suelen ser hombres porque se
desplazan a otro país para lograr tener una vida mejor para su familia. El consentimiento en el
caso de la trata no hay consentimiento sin embargo en el tráfico existe un consentimiento de
las víctimas. La duración en la trata de personas puede perdurar en el tiempo sin embargo en
el tráfico la situación termina una vez que se ha hecho el traslado. El traslado en el caso de la
trata no se tiene por qué dar, porque la explotación se puede producir en el mismo país,
mientras que en el tráfico se produce un traslado de un país a otro.
En ambos delitos se encuentran redes y organizaciones criminales que realizan operaciones
de comercio con seres humanos. (Educo, 2019)

Hay teóricos como Talcott Parsons, Max Weber, Edward Ross que hablaron sobre el sistema
social y el control social.
Talcott Parsons planteaba que un sistema total concreto de la acción social estaba compuesto
por tres aspectos: el sistema social, los sistemas de la personalidad de los actores individuales
y el sistema cultural que se establece en sus acciones. (Cardoso, 2011)
El sistema social es un sistema de acción que reúne las siguientes características: 1. Implica
un proceso de interacción entre dos o más actores, el proceso de interacción como tal es un
foco de atención para el observador; 2. La situación hacia la que se orientan los actores
incluye otros individuos (alters) que son objeto de catexia. Las acciones de los alters se toman
cognoscitivamente en cuenta como datos. Las diferentes orientaciones de los alters pueden
ser metas a perseguir o medios para conseguirla. Sus acciones, por lo tanto, pueden ser
objetos para el juicio evaluativo; 3. En el sistema social hay acción interdependiente, y, en
parte, concertada, en la que el acuerdo es una función de la orientación hacia las metas
colectivas, o valores compartidos, y de un consenso de expectativas cognoscitivas y
normativas.(Cardoso, 2011)
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El sistema de personalidad es un sistema de acción que tiene las siguientes características: 1.
Comprende las interrelaciones de las acciones de un individuo; 2. Dichas acciones del actor
se organizan por medio de una estructura de necesidades-disposiciones; 3. Así como las
acciones de una pluralidad de actores no pueden estar ajustadas por casualidad, sino que
deben tener una organización determinada de compatibilidad o integración, así también las
acciones de un actor en particular tienen una determinada organización de compatibilidad o
integración mutuas. Y así como las metas o normas que un actor perseguirá o aceptará en un
sistema social, se verán afectadas o limitadas por aquellas perseguidas o aceptadas por otros
actores, así también las metas o normas implicadas en una acción singular de un actor se
verán afectadas o limitadas por una u otras metas o normas del mismo actor.(Cardoso, 2011)
El sistema cultural es aquel que tiene las siguientes características: 1. Ni está constituido por
la organización de las interacciones ni por las acciones de un actor o individuo particular
como tal, sino más bien por la organización de los valores, normas y símbolos que guían las
elecciones de los actores, y que limitan los tipos de interacción que pueden tener lugar en
éstos; 2. Por lo tanto, un sistema cultural no es empírico en el mismo sentido en que lo son el
de la personalidad y el social, pues representa una clase especial de abstracción de los
elementos de esos sistemas. Estos elementos, sin embargo, pueden existir separadamente
como símbolos físicos y ser transmitidos de un sistema de acción empírico a otro; 3. En un
sistema cultural, los patrones de normas reguladoras (y de otros elementos culturales que
guían las elecciones de actores concretos) no pueden estar formados por elementos casuales o
desconectados. Es decir, si un sistema de cultura se manifiesta en la organización de un
sistema de acción empírico, debe tener cierto grado de consistencia; 4. Por lo tanto, un
sistema cultural es un patrón de cultura cuyas diferentes partes están interrelacionadas para
formar sistemas de valores, sistemas de creencias y sistemas de símbolos expresivos.
Para el autor cada uno de estos sistemas son indispensable para los otros, porque por ejemplo,
sin personalidad y sin cultura no existiría sistema social alguno. Al ser el marco de referencia
de la acción común a los tres sistemas, esto hace posible ciertas “transformaciones” entre
ellos, pero no constituyen un sistema único. (Cardoso, 2011)
También está el actor es un conjunto compuesto de estatus y roles, siendo este acto social
distinguible de la personalidad, ya que por sí misma es un sistema de acción. En los sistemas
sociales hay tres unidades diferentes en relación con el actor individual: la primera es el acto
social, realizado por un actor y orientado hacia uno o más actores, como objetos. La segunda
es el status-rol, como el subsistema organizado de actos del actor o actores que ocupan status
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recíprocos dados y actúan recíprocamente dentro de los términos de orientaciones recíprocas
dadas. La tercera es el actor mismo, como unidad social; el sistema organizado de todos sus
status y roles, como objeto social y como “autor” de un sistema de actividades de rol.
(Cardoso, 2011)

Max Weber planteaba que el control social es la garantía del cumplimiento de las normas que
rigen las acciones de los miembros de un grupo social, la existencia de normas en un grupo
humano implica regularidad en sus relaciones sociales. (Toro, 2019)
Para Edward Ross sin control social no hay orden social. El primero cumple la función de
conservar o constituir al segundo: conservar, porque ciertas formas de control basadas en la
costumbre se refieren al pasado; constituir, porque otras formas de control provenientes del
Estado pueden prever “peligros” no percibidos por la gente y, por tanto, controlarlos por
adelantado para producir el orden. El orden social descansa en la idea de que los miembros
de un grupo ordenado no “se desvían de su camino agrediéndose entre sí”, lo que implica la
aceptación de unas normas comunes. (Toro, 2019)

Epígrafe 1.1
“Aproximaciones teóricas al concepto de trata y tráfico de personas.”
El delito de trata de personas consiste en la captación, el transporte, el traslado, la acogida o
la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de fuerza u otras formas de
coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de situación de vulnerabilidad o a
la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona
que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como
mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los
trabajos o servicios forzados, la esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, la
servidumbre o la extracción de órganos. Se distinguen de dicha definición tres componentes
fundamentales que están estrechamente vinculados entre sí: la actividad (o el enganche), los
medios (o la forma en que se engancha) y el propósito o fin. (FCCAM, 2020)

Las víctimas de trata sufren daños psicológicos como:


El síndrome de indefensión adquirida: es un estado anímico en el que la víctima aprende a
creer que no tiene ningún control sobre la situación en que se encuentra y que cualquier cosa
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que haga es inútil. Al mantener durante mucho tiempo una relación de violencia (en
cualquiera de sus formas) la víctima termina sin saber cómo actuar, provocando desaliento,
pérdida de confianza en sí mismo, se vuelve muy sumisa, no expresando enojo para afrontar
los conflictos y otros efectos impredecibles.
El síndrome de Estocolmo: es un estado psicológico en el que la víctima desarrolla una
relación de complicidad con su agresor. Según la corriente psicoanalítica es un mecanismo de
defensa inconsciente de la víctima que no puede responder a la agresión de su agresor y se
defiende también de sufrir un shock emocional.
El estrés postraumático: se origina tras haber sufrido u observado un acontecimiento
altamente traumático (atentado, violación, asalto, secuestro, accidente, etc.). Las imágenes de
la situación traumática vuelven a re-experimentarse una y otra vez (flashback), en contra de
la propia voluntad, a pesar del paso del tiempo, imaginándolo con todo lujo de detalles,
acompañado de intensas reacciones de ansiedad (preocupación, miedo intenso, falta de
control, alta activación fisiológica, evitación de situaciones relacionadas, etc.). Todo esto
genera un fuerte estrés, agotamiento, emociones intensas y pensamientos irracionales que
aumentan la intensidad de ese estrés.
El delito de tráfico de personas es la facilitación de la entrada ilegal de una persona en un
Estado del cual dicha persona no sea nacional o residente permanente, con el fin de obtener
un beneficio financiero u otro beneficio de orden material, en la mayoría de los casos el
ingreso es con documentos ilegales o sin cumplir con los requisitos solicitados por ley. El
tráfico de personas sólo se cumple cuando se cruza una frontera. (Villena)

Epígrafe 1.1.2
“Autores clásicos y contemporáneos. Sus aproximaciones sobre la
vulnerabilidad social.”
El concepto de vulnerabilidad ha sido utilizado en ética de la investigación desde sus
comienzos. Aparece en los principales códigos de ética de la investigación y es usado para
identificar ciertas clases de poblaciones que parecen necesitar una protección especial. Ha
sido explorado desde campos de conocimiento muy diversos, como la antropología, la
sociología, la ecología política, las geociencias y la ingeniería. Por este motivo, lo que se
entiende por vulnerabilidad ha sido definido de formas muy distintas y a partir de elementos
diferentes, entre los que se cuentan riesgo, estrés, susceptibilidad, adaptación, elasticidad,
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sensibilidad o estrategias para enfrentar el estrés. Sin embargo, es posible encontrar algunos
elementos en común en la mayor parte de las definiciones de vulnerabilidad:
Vulnerabilidad se define siempre en relación con algún tipo de amenaza, sean eventos de
origen físico como sequías, terremotos, inundaciones o enfermedades, o amenazas
antropogénicas como contaminación, accidentes, hambrunas o pérdida del empleo. (Ruiz,
2012)
La unidad de análisis (individuo, hogar, grupo social) se define como vulnerable ante una
amenaza específica, o es vulnerable a estar en una situación de pérdida, que puede ser de la
salud, del ingreso, de las capacidades básicas, etc. (Ruiz, 2012)
El análisis de la construcción de vulnerabilidad se hace en dos momentos distintos del
proceso. Por un lado, en las condiciones que la unidad de análisis tiene antes de una situación
de estrés, que le hacen más o menos propensa a una pérdida específica (susceptibilidad). Por
otro lado, están las formas que desarrolla la unidad de análisis para enfrentar una situación de
estrés una vez que ésta ha ocurrido, y que se relacionan con la capacidad de ajuste. (Ruiz,
2012)
Diferentes grupos y sectores de la sociedad están sometidos a carencias y procesos dinámicos
de inhabilitación que los colocan en situaciones que atentan contra la capacidad de resolver
los problemas que plantea la subsistencia y el logro social de una calidad de vida
satisfactoria. En lo fundamental, éstas dependen de la existencia y de la posibilidad de
acceder a fuentes y derechos básicos de bienestar, trabajo remunerado y estable,
conocimientos y habilidades, tiempo libre, seguridad y provisión de servicios sociales,
patrimonio económico, ciudadanía política, integración e identidad ética y cultural. (Alvarez,
2010)

El concepto de vulnerabilidad recibió críticas por los autores Carole Levine, Ruth Faden,
Christine Grady, Dale Hammerschmidt, Lisa Eckenwiler y Jeremy Sugarman. Estos autores
expresan su preocupación respecto de los nuevos “casos” de poblaciones vulnerables a raíz
del alcance más amplio otorgado a este concepto, especialmente en cuanto tiene que ver con
las desigualdades de poder y recursos. Y parecen temer una creciente superpoblación de
nuevos grupos vulnerables para los cuales la “vulnerabilidad” se convierte en una etiqueta
fácilmente utilizada para rotular a cualquiera en un contexto de investigación. Hay, por lo
menos, cuatro argumentos en contra de este concepto en la literatura bioética:
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El argumento del sinsentido: siguiendo con la preocupación por la superpoblación de grupos
vulnerables, Carole Levine sostiene que actualmente se considera vulnerable a tantas
categorías de personas que virtualmente todo ser humano está incluido. Citan regulaciones,
las Pautas CIOMS y otros documentos, y explican: “Bajo uno u otro título, casi todos son
vulnerables, especialmente en tanto los beneficios de la investigación nunca pueden ser
garantizados de antemano… Si todos son vulnerables, entonces, el concepto resulta
demasiado nebuloso para tener sentido. Si este fuera el caso, este concepto no sería relevante.
Esta primera crítica niega la utilidad del concepto de vulnerabilidad porque es tan amplio que
de una u otra manera ‘cualquiera’ es vulnerable. (Florencia, 2004)
El argumento de la compasión: Una segunda crítica en contra de etiquetar y categorizar a
individuos o poblaciones como vulnerables argumenta que “se corre el riesgo de ver a los
individuos vulnerables como ‘otros’ que merecen compasión…”. (Florencia, 2004)
El argumento de los estereotipos y las etiquetas: Otra crítica, relacionada con la anterior,
argumenta en contra de la categorización de individuos o grupos como vulnerables porque los
‘estereotipa’ o rotula. “… el concepto de vulnerabilidad estereotipa categorías completas de
individuos, sin distinguir entre los individuos del grupo quiénes, en efecto, tienen
características que requieren ser tenidas en consideración y aquellos que no”. (Florencia,
2004)
El argumento de la protección insuficiente: Hay otra clase de críticas que presentan Levine et
al. Ellos señalan que esta interpretación de la vulnerabilidad puede no proteger
confiablemente a muchos individuos de posibles daños. Agregan: “Para muchos grupos
vulnerables, sin embargo, la única protección adicional es la exhortación a los investigadores
y a los Comités de Ética de Investigación a prestar ‘especial atención’ o a tener
‘consideraciones especiales’ en las investigaciones en que esos grupos pueden estar
incluidos”. Y señalan que mientras más grupos sean así etiquetados, cada protocolo de
investigación requerirá algún tipo de atención especial y los Comités de Ética de
Investigación no tendrán una guía general. Retornaré a esta crítica en las secciones
subsiguientes. (Florencia, 2004)
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Epígrafe 2
“Teoría de género. Algunos apuntes claves para la comprensión de la trata y el
tráfico de personas. Vulnerabilidades.”
El concepto de genero se utiliza para estudiar las interrogantes en relación al porqué la
diferencia sexual implica desigualdad social. Se cuestiona que lo biológico influya y
determine culturalmente el destino de una persona. Según Tena (2002) la categoría de género
ha permitido la búsqueda de nuevas explicaciones a la desigualdad social entre los sexos,
haciendo a un lado cualquier explicación biológica al respecto; además ha constituido en la
base teórica argumentativa a favor de la igualdad en las relaciones entre mujeres y varones.
(Fernandez, 2013)

En el último informe mundial de la UNODC sobre la trata de personas abarca 142 países. De
acuerdo con los datos recopilados el 72% de las víctimas son mujeres y niñas, y
respectivamente el 49% son mujeres y el 23% son niñas. La principal forma de trata que les
afecta es la explotación sexual, que se ha mantenido constante a lo largo del tiempo, aunque
existen algunas diferencias regionales. Desde que UNODC comenzó a recopilar datos sobre
la trata de personas en 2003, las mujeres siempre han representado a la mayoría de las
víctimas. Sin embargo, ha habido una disminución en el número de mujeres, junto con un
aumento en el número de niñas, así como un aumento en el número de víctimas masculinas.
La trata con fines de explotación sexual y trabajo forzoso son los tipos más comunes de trata
que se reportan e identifican. Hay una marcada diferenciación de género entre los dos,
cuando se miran los datos globales. Los datos globales sugieren que el 82% de los hombres
son víctimas de la trata con fines de trabajo forzado y el 10% para explotación sexual y en el
caso de las mujeres, el 83% de los casos es para explotación sexual. Sin embargo, las mujeres
y las niñas también son víctimas de otros tipos de trata: matrimonios simulados o forzados,
mendicidad, trabajo forzado, la extracción de órganos. Las mujeres y las niñas también suelen
sufrir violencia sexual como parte de la explotación. (UNODC, 2019)

La trata con fines de trabajo forzado abarca diferentes sectores laborales: trabajo doméstico,
agricultura, industria pesquera, servicios de alimentos y restaurantes, hoteles, construcción,
industria de la limpieza, etc. Existen diferencias de género entre los diferentes sectores
laborales, dada la división de género del trabajo. Algunos sectores laborales aún hoy
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comprenden más hombres (como la construcción) o mujeres (como el trabajo doméstico y de
cuidado). Por ejemplo, se sabe que la trata para trabajo doméstico afecta predominantemente
a mujeres y niñas. Otra forma de tráfico que afecta de manera desproporcionada (casi
exclusivamente) a mujeres y niñas es la trata para el matrimonio forzado. Sin embargo, no
existe consenso sobre si el matrimonio forzado se clasificaría como una forma de trata (no se
incluye como una forma de trata en toda legislación nacional). Por lo tanto, los datos sobre el
tema deben utilizarse con precaución. De acuerdo con los datos recopilados en el Informe
mundial sobre la trata ilegal de personas, se pueden incluir diferentes situaciones bajo esta
forma de trata: esquemas organizados de fraude relacionados con la migración irregular,
prácticas de matrimonio infantil o matrimonio sin el consentimiento de la mujer e incluso el
comercio de mujeres para matrimonio. Estas prácticas se han reportado en todo el mundo y
no se limitan a unos cuantos países. (UNODC, 2019)

En las diferentes formas de trata, en aquellas donde existe una mayor proporción de víctimas
mujeres, se refieren a sectores donde la explotación se produce en consonancia con los roles
sociales de género más arraigados: matrimonios forzados, administradora del hogar, madre…
Los roles determinan acciones y comprenden las expectativas y normas que una sociedad
establece sobre cómo debe actuar y sentir una persona en función de que sea mujer o hombre,
prefigurando, así, una posición en la estructura social y representando unas funciones que se
atribuyen y que son asumidas diferencialmente por mujeres y hombres. (Sánchez)
La trata es una forma de violencia contra la mujer que tiene lugar en múltiples escenarios y
por lo común involucra a numerosos actores diferentes, entre ellos, las familias, los
intermediarios locales, las redes internacionales delictivas y las autoridades de inmigración.
Constituye una de las formas más extremas de la violencia contra las mujeres. Para terminar
con esta situación es fundamental desneutralizar las relaciones de poder basadas en patrones
culturales patriarcales que producen desigualdades de género, eliminar los prejuicios sexista y
comenzar a deslegitimizar ciertas prácticas todavía aceptadas o toleradas y que favorecen la
dominación y el abuso de un sexo por el otro. Es la forma de esclavitud del siglo XXI porque
hay una pérdida de libertad, de la dignidad y la identidad de la persona, se ven
imposibilitados en el ejercicio de sus derechos y quedan sometidos a actividades de
servidumbre, trato forzado, viviendo bajo amenaza constante, son sometidos a condiciones
infrahumanas como la falta de alimento, deficientes condiciones de salud, condiciones
habitacionales denigrantes, etc. Configura una de las más graves violaciones a los derechos
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humanos y libertades fundamentales, y es a su vez producto de una privación, principalmente,
de los derechos económicos, sociales y culturales. La situación de vulnerabilidad que padecen
millones de personas en el mundo, que por razón de su edad, sexo, raza, circunstancias
sociales, económicas, culturales o políticas, encuentran grandes dificultades para ejercitar sus
derechos y desarrollarse plenamente en nuestras sociedades, hace que caigan en las redes de
abuso y explotación, muchas veces en búsqueda de una vida más digna. Las víctimas de trata
o tráfico, sean o no solicitantes de asilo, que se ven obligadas a ponerse a merced de las redes
criminales internacionales, se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad y expuestas
a todo tipo de vejámenes y maltratos. La única forma de poner fin a la actividad de los
contrabandistas de migrantes es la colaboración entre los actores dentro de los países de
origen, tránsito y destino. (Sánchez)

En el caso del tráfico de personas los datos son limitados. A nivel mundial, no hay un análisis
estadístico sobre el tráfico ilícito en la misma medida en que podemos acceder en la trata de
personas. El Estudio Mundial sobre el tráfico de personas se basa en la revisión de los datos
disponibles en todo el mundo y proporciona algunas estimaciones sobre el número de
migrantes que utilizan servicios de tráfico ilícito en diferentes regiones. Las rutas de
migración específicas se identifican como corredores de tráfico ilícito. Por ejemplo, las
estimaciones presentadas en el Estudio Mundial de UNODC sitúan en 375,000 el número de
migrantes objeto de tráfico ilícito en las tres rutas del Mediterráneo (ruta este, hacia Grecia;
ruta del oeste, hacia Italia; y la ruta central hacia España) y el número de personas que viaja a
lo largo de los países subsaharianos hasta el norte de África en 480,000. En el caso de
América del Norte, el número está en el rango de 735,000 y 820,000, y 550,000 de países
vecinos a Tailandia. Ninguna de éstas son cifras precisas. Además, hay escasos datos
divididos por sexo y edad. Los datos indican que la mayoría de los migrantes tienden a ser
hombres jóvenes. La composición de género de los flujos migratorios irregulares puede variar
según las tendencias de las movilidades en una región determinada o por una nacionalidad
determinada. En ciertas rutas, hay más mujeres, más menores no acompañados o más
unidades familiares. (UNODC, 2019)
Si bien el tráfico de migrantes no siempre está asociado con prácticas violentas, se reconoce
que los migrantes enfrentan muchos riesgos y son más vulnerables a la violencia y el robo. La
violencia puede ser perpetrada por los traficantes y otras bandas criminales a lo largo de las
rutas de tráfico ilícito. Se han reportado diferentes formas de violencia severa, como
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extorsión por rescate, confinamiento forzado, trabajo forzado para pagar la deuda, asesinatos
y muchas otras formas de abusos. La violencia sexual (incluida la agresión sexual y la
intimidación) también es común. (UNODC, 2019)

Epígrafe 2.1
“Comunidad LGBTIQ. Su análisis desde una perspectiva de género.”
Las siglas LGTBIQ además de explicitar algunas definiciones relacionadas con la diversidad
de orientación sexual y de expresión de género buscan ser descriptiva e incluyente. Existe
una dificultad inherente a las clasificaciones dicotómicas y las taxonomías en este tema y
sobre todo la discutible existencia de orientaciones e identidades sexuales y de género fijas,
se intenta con ella dar algunas definiciones para ilustrar a las personas que no estén muy
familiarizadas con el tema. Por tanto LGTBIQ se refiere a Lesbianas (mujeres homosexuales:
es decir, orientadas erótico-afectivamente hacia personas de su mismo sexo), Gays (hombres
homosexuales), Bisexuales (personas orientadas erótico-afectivamente hacia ambos sexos),
Transgénero (personas que trascienden o rompen las definiciones convencionales de hombre
y mujer, no sólo en su aspecto físico sino también en sus actitudes, maneras y gestos [género:
hace referencia a la forma en que una persona se percibe a sí misma en relación con las
concepciones socioculturales de masculinidad y feminidad]. Pueden o no iniciar cambios en
su cuerpo), Transexuales (personas que han decidido mediante un proceso quirúrgico cambiar
sus órganos sexuales externos), Transvestis (parte del grupo transgénero, que se sienten y se
visten de tiempo completo siguiendo los modelos establecidos para el género opuesto) y
Transformistas (transvestis ocasionales, para presentaciones o espectáculos). Intersexuales
(personas que biológicamente desarrollan las características físicas y genitales de ambos
sexos, sobre las cuales recae doblemente discriminación por razones de orientación sexual y
expresión de género y son mutiladas al nacer con base en arbitrarias decisiones
discriminatorias). Queer (del inglés: raro, extraño) que no se enmarcan en ningún tipo de
categoría identitaria sexual o de género y están enmarcados en un movimiento contracultural
que desafía la existencia de tales categorías para definir la diversidad sexual. (varios, 2005)

Poco se hace en realizar un análisis con perspectiva de género y diferenciado dentro del
LGBTIQ y más aún hacer una distinción puntual entre el LGB y la TIQ, pues el primer grupo
reta el orden heteronormativo en relación con la orientación sexual y el segundo, la
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construcción binaria hombre-mujer “natural” desde la identidad de género. En este sentido,
las experiencias de discriminación y violencia se vive diferente porque estos cuerpos, aunque
ponen en jaque el orden heteropatriarcal binario, lo hacen de forma distinta. Muchas personas
lesbianas, gays y bisexuales negocian su condición de orientación sexual con el silencio o la
perfomatividad heterosexual. Sin embargo, para las personas trans no puede ser, pues ellas
hacen una ruptura desde la corporalidad, y no solo desde la práctica como las personas LGB,
los trans rompen con lo “aceptable de la estética binaria”, establecen cuerpos femeninos con
pene, cuerpos masculinos con vulva, que menstrúan y con posibilidades de embarazarse.
(Sánchez, 2019)
Reconocer a las personas LGBTIQ en una sola identidad es delicado, por lo que es preciso
acotar que las identidades son constructos sociales y, por lo tanto, no guardan esencias, sino
relaciones, dentro de un contexto social, político y cultural. Las identidades están
conformadas por: atributos, estigmas y prejuicios que vuelven complejo el reconocimiento de
las diferencias. (Sánchez, 2019)
Entre los hombres gays y las mujeres lesbianas las violencias y discriminaciones son
diferentes; las mujeres lesbianas de entrada viven una doble discriminación por ser mujeres y
ser lesbianas y sin considerar su condición de etnia, clase social, nivel académico, etc. Lo
mismo ocurre con las personas trans; hombres y mujeres trans viven de manera diferente las
violencias y discriminaciones, pues el hecho de que los hombres trans puedan ser menos
percibidos como tales en el espacio público los resguarda de violencias; no así para las
mujeres trans, quienes son muy visibles. (Sánchez, 2019)
De acuerdo con el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, en su informe sobre
Los derechos de las personas LGBT en el mundo y la situación en México, en 2016, las
estadísticas precisas sobre las condenas penales en casos de asesinatos y otros actos de
violencia son limitadas o inexistentes en los Estados de América Latina. La información con
la que se cuenta refleja altos niveles de impunidad para aquellos que cometen actos de
violencia contra personas LGBTIQ. (Sánchez, 2019)
Hay grupos LGBTIQ activistas que es preciso que se les respete su libertad a expresarse y
manifestarse libremente. Pero hay otras tantas personas LGBTIQ, y quizás sean las más, que
no son activistas y que tienen el derecho a participar en cualquier manifestación de la
sociedad civil desde el reconocimiento de su orientación sexual o identidad de género y
trans. La garantía a su derecho a expresarse, reunirse y asociarse pacíficamente debe estar
garantizada dentro o fuera del activismo. (Sánchez, 2019)
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Por otra parte, cuando se hace mención a las obligaciones de los Estados con las personas
LGBTIQ, a la tortura o tratos crueles que pueden vivir las personas al ser privadas de su
libertad por cometer un acto ilícito que amerite su aprehensión, no hay una definición clara
del tipo de violaciones que puedan vivir estas personas. No se hace alusión a que las mujeres
trans son las más afectadas en este aspecto, pues se les lleva a las cárceles de hombres y ahí
son violadas sexualmente por los hombres detenidos y poco se sabe lo que ocurre con los
hombres trans y tampoco es un tema atendido. De la misma forma ocurre cuando se establece
que los Estados garanticen la no discriminación en el acceso a los servicios básicos como
salud, empleo y educación, no hay una distinción entre las vivencias de discriminación para
las personas trans y las cisgénero, y luego entre cada una de esas subdivisiones. (Sánchez,
2019)

Epígrafe 3
“Vulnerabilidades de la comunidad LGBTIQ ante la trata y el tráfico de
personas.”
Las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y transgénero (LGBTIQ) alrededor del
mundo a menudo sufren discriminación y un gran número de amenazas de violencia por su
orientación sexual o identidad de género. En 2013, la Asociación Internacional de Personas
Lesbianas, Homosexuales, Bisexuales, Transgénero e Intersexuales (ILGA) informó que
cerca de 80 países tenían leyes que penalizan a las personas a partir de su orientación sexual o
identidad de género. Las personas LGBTIQ enfrentan un gran número de amenazas de
violencia y discriminación en cuanto a oportunidades de empleo, atención de salud y
educación. Algunos familiares han alejado a los parientes LGBTIQ de su casa. Los efectos
acumulativos de la homofobia y la discriminación hacen de las personas LGBTIQ un grupo
particularmente vulnerable a los tratantes que aprovechan la desesperación de quienes desean
escaparse del aislamiento social y del maltrato. (varios, 2014)
Se sabe que las personas LGBTIQ y las minorías sexuales son más vulnerables a la violencia
y a los abusos de los derechos humanos, incluidas las amenazas de muerte y las violaciones
del derecho a la vida, y, con frecuencia, se cometen en un clima de impunidad. Las personas
LGBTIQ demandan derechos civiles, políticos y sociales que se les niegan o complican,
justamente, por esa falta de reconocimiento de la orientación sexual e identidad de género
diferente a la heteronormada en la vida pública. (Sánchez, 2019)
P á g i n a | 15
Los gobiernos y las ONG han progresado en la labor de identificar a las víctimas LGBTIQ de
trata y señalar la vulnerabilidad de las personas LGBTIQ a delitos como la trata. Por ejemplo,
en 2013, varias ONG que trabajan en asuntos referentes a LGBTIQ en Argentina
identificaron a tratantes que prometían ofrecer oportunidades de empleo a mujeres
transgénero en Europa, pero les confiscaban el pasaporte y las forzaban a ejercer la
prostitución. La policía de las Filipinas ha identificado a víctimas LGBTIQ de trata y tráfico
durante operaciones para combatir ese delito. La sociedad civil de Sudáfrica ha identificado
casos en que los tratantes obligan a los menores LGBTIQ a permanecer en la prostitución
bajo amenaza de revelar su orientación sexual o su identidad de género a sus familias. Como
parte del Plan de Acción Estratégica Federal sobre Servicios para Víctimas de la Trata de
Personas en los Estados Unidos, 2013-2017, varios organismos de los Estados Unidos se han
comprometido a recolectar información sobre las necesidades de las víctimas LGBTIQ de la
trata. Varias ONG de los Estados Unidos calculan que los jóvenes LGBTIQ sin hogar
comprenden de 20 a 40 por ciento de la población joven desamparada; estos jóvenes están
expuestos a un riesgo particularmente alto de ser forzados a ejercer la prostitución. (varios,
2014)
La parcialidad y la discriminación complican gravemente la debida identificación de las
víctimas LGBT de la trata y la prestación de cuidados a ese grupo. Los agentes de aplicación
de la ley y los proveedores de servicios deben asociarse con organizaciones de personas
LBGT para intensificar las actividades de identificación de las víctimas y adaptar los
servicios de asistencia con el fin de atender sus singulares necesidades. Las personas de este
grupo que son víctimas de la trata también deben incluirse en el diálogo sobre estos asuntos y
sobre la asistencia que se les debe prestar para que se conviertan en sobrevivientes. (varios,
2014)

Epígrafe 3.1
Referencias de estudios de casos realizados en el mundo sobre trata y tráfico de
personas. Vulnerabilidades”
A continuación se expondrán algunos de los casos que existen sobre trata y tráfico de
personas en diferentes países del mundo, evidenciando los diferentes tipos de trata y las
vulnerabilidades que presentan las víctimas:
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Este caso es la primera condena exitosa de trata para trabajos forzados en Canadá, que
involucró la explotación de trabajadores migrantes en el sector de la construcción por parte de
miembros de una misma familia (caso R. v. Domotor).
“Trata en el sector de la construcción en el que participan 19 hombres húngaros en Canadá”
Todos los acusados eran inmigrantes de Hungría y estaban relacionados entre sí por
nacimiento o matrimonio. Todas las presuntas víctimas eran ciudadanos húngaros (de origen
romaní) reclutados en Hungría. Ninguna de las víctimas hablaba inglés. Sus anfitriones
canadienses habían facilitado a todas las víctimas todos sus documentos de viaje y las
llevaron a varios bancos para abrir cuentas bancarias y obtener tarjetas de acceso y débito.
Estos elementos les fueron confiscados. Luego se les pidió que presentaran solicitudes de
estatus de refugiado con base en explicaciones fraudulentas de persecución en Hungría
debido a su origen étnico. A continuación, fueron llevados a agencias locales de servicios
sociales para solicitar asistencia monetaria. El dinero recibido de esta fuente fue retenido por
los acusados. Fueron empleados como obreros en empresas de construcción operadas por
algunos de los acusados, con una remuneración mínima o sin remuneración en absoluto por
su trabajo. Aunque las víctimas fueron alojadas y alimentadas, al parecer fueron objeto de
intimidación y su capacidad de movimiento dentro de la comunidad estaba controlada.
Fueron amenazados con violencia física y muerte, al igual que sus familiares en Hungría. A
varios de los reclutas se les pidió participar en el robo de correo de los buzones de Canadá
Post. El objetivo era obtener cheques del correo, negociarlos depositándolos en cuentas
bancarias y luego retirar el efectivo. Se estima que obtuvieron 1 000 000 CAD utilizando este
método. Los acusados se beneficiaron de esta empresa de trata de personas a través del
trabajo no remunerado de los reclutas, reteniendo los pagos de asistencia social destinados a
otros y, muy sustancialmente, mediante el robo de cheques del correo. (UNODC, 2019)

Este caso está tomado de Human Rights Watch y proporciona información sobre las
experiencias de los trabajadores en la industria pesquera Tailandia.
“Trata para trabajo forzado en la industria pesquera: La historia de Saw Win”
En 2011, Saw Win, de 57 años, emigró a Tailandia para encontrar un trabajo, con la
esperanza de ganar dinero para enviarlo a su familia en Birmania. Le dijo a Human Rights
Watch que viajó con un agente que había conocido en la ciudad de Kawthaung, en el extremo
sur de Birmania, quien dijo que lo haría cruzar la frontera y le conseguiría un trabajo de
procesamiento de alimentos que pagaría 150 baht ($4.50USD) por día. Sin embargo, una vez
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que llegó al lado tailandés de la frontera, Saw Win fue puesto en la plataforma de carga de un
camión, amontonado con otros inmigrantes indocumentados. Era difícil respirar,
especialmente cuando los traficantes los cubrían con una lona para esconderlos de los puestos
de control de la policía. Cuando Saw Win llegó a Kantang, una ciudad portuaria en la
provincia de Trang, en la costa suroeste de Tailandia, fue confinado en una habitación con
otros 40 hombres. Por la mañana, los hombres fueron separados y vendidos a diferentes
agentes que controlan las tripulaciones de migrantes que trabajan en los diversos muelles de
pesca de la ciudad. Saw Win dijo que trabajó en un barco pesquero sin paga durante tres
meses. Asumió que sería puesto en libertad cuando el bote regresara a puerto, pero los
hombres del agente estaban esperando en el muelle y lo encerraron nuevamente, esta vez por
tres días. Posteriormente, el agente de Saw Win lo vendió a un barco en Songkhla, en la costa
sureste de Tailandia. Un barco de transporte lo llevó al Mar de China Meridional, donde fue
forzado a embarcar en un cerquero que pescaba ilegalmente caballa en aguas indonesias. El
"pago" consistía en escasas cantidades de alimento, que les negaban si el patrón consideraba
que no habían trabajado suficientemente duro. Algunos hombres se desnutrieron y se
enfermaron gravemente, contrayendo enfermedades como la sarna. Saw Win finalmente fue
vendido en el mar a otro cerquero tailandés. Por entonces valorado como un miembro de la
tripulación más experimentado, fue menos maltratado físicamente que otros. Una noche, Saw
Win decidió saltar por la borda cerca de la costa de Malasia. Por suerte, otro cerquero
tailandés que pasaba lo sacó del agua y lo escondió en el bote. Poco después, puso pie en
Malasia, su primera vez en tierra en casi dos años. Saw Win finalmente regresó a su hogar en
Birmania, pero ya había perdido varios años de ganancias y los salarios locales eran
demasiado bajos para mantener a su familia. Regresó a Tailandia, esta vez trayendo a varios
familiares con él. Saw Win dijo que deseaba que los migrantes birmanos mejor establecidos
en Tailandia dejaran de actuar como agentes intermediarios y de beneficiarse del abuso de
otros birmanos; que la industria pesquera dejara de confiar en los agentes clandestinos que se
beneficiaban del maltrato a los migrantes; y que el gobierno tailandés comenzara a escuchar a
las organizaciones que actúan en nombre de los derechos de los trabajadores. (UNODC,
2019)

En los próximos dos casos se destaca los diferentes elementos de vulnerabilidad que pueden
tomarse en consideración: la joven edad de las víctimas, los vínculos familiares con el
P á g i n a | 18
perpetrador o la informalidad del primer arreglo, y el hecho de ser un migrante recién
llegado.
“C.N. y V. v. Francia- País: Francia- Corte: ECHR- Fecha de la sentencia: 11-10- 2012.
Propósito de la explotación: Trabajo forzado”
Las denunciantes, dos hermanas, son ciudadanas francesas, que nacieron en Burundi, en 1978
y 1984 respectivamente. Salieron de ese país después de la guerra civil de 1993, durante la
cual sus padres fueron asesinados. Llegaron a Francia en 1994 y 1995, respectivamente, por
intermedio de su tía y su tío (el sr. y la Sra. M.), ciudadanos de Burundi que vivían en
Francia. A estos últimos se les había confiado la tutela y custodia de las solicitantes y sus
hermanas menores en una reunión familiar en Burundi. El sr. y la Sra. M. vivían en una casa
unifamiliar en Ville d'Avray con sus siete hijos, uno de los cuales estaba discapacitado. Las
denunciantes se alojaron en el sótano de la casa y alegaron que fueron obligadas a realizar
todos los trabajos y las tareas domésticas, sin remuneración ni días libres. C.N. afirmó que
también se le había exigido que cuidara del hijo discapacitado del sr. y la Sra. M., incluso, de
vez en cuando, por las noches. Las denunciantes alegan que vivían en condiciones
antihigiénicas (sin baño, inodoros improvisados), no se les permitía compartir las comidas
familiares y fueron sometidas a hostigamiento físico y verbal a diario. Basándose en el
artículo 3 (prohibición de tratos inhumanos y degradantes), V. alegó que había sido sometida
a malos tratos. En virtud del artículo 4 (prohibición de la esclavitud y el trabajo forzado), las
demandantes afirmaron que habían sido mantenidas en servidumbre y obligadas a realizar
trabajo forzado u obligatorio. Por último, basándose en el artículo 13 (derecho a un recurso
efectivo), también afirmaron que no se había llevado a cabo una investigación efectiva en
respuesta a sus alegaciones. El Tribunal sostuvo que Francia debía pagar a C.N. 30,000 euros
(EUR) para cubrir todos los daños. (UNODC, 2019)

“Menores no acompañados que llegan a Europa a través del Mediterráneo”


En el contexto europeo y los flujos de tráfico ilícito a través del Mediterráneo, el número de
niños refugiados y migrantes, en particular no acompañados, ha alcanzado niveles sin
precedentes. Solo en 2016, el número de niños no acompañados y separados (UASC, por sus
siglas en inglés) que llegaron a Grecia, Italia, Bulgaria y España fue de 34,000. Italia ha
recibido el número más alto de UASC, a saber, 25,846 en 2016 y 15,779 en 2017, lo que
representa respectivamente el 14 y el 13 por ciento del número total de migrantes que llegan a
través del mar. Si bien Grecia ha recibido un número mucho mayor de niños migrantes y
P á g i n a | 19
refugiados, por un total de 63,920 en 2016, la mayoría (92 %) estuvo acompañada. En Italia
ocurre lo contrario, mientras que el 91 por ciento de los niños que llegaron por mar en 2016
no estaban acompañados. La mayoría de los UASC que llegan a Italia son niños, con edades
entre 15 y 18 años (entre 92 y 93 %). La ruta del Mediterráneo central a Italia (en su mayoría
desde Libia) se ha caracterizado por la violencia generalizada que se utiliza contra los
migrantes en Libia. Los niños y, aún más los niños no acompañados tienen un mayor riesgo
de explotación y abuso. Los resultados de una encuesta realizada con mujeres y niños
refugiados y otros migrantes en Libia (122 participantes) indican que tres cuartas partes de
los niños refugiados y migrantes habían sufrido violencia, hostigamiento o agresión a manos
de adultos, y casi la mitad reportó violencia sexual o abuso durante el viaje. Según la
Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en la ruta del Mediterráneo central,
en promedio, los niños reportan con más frecuencia indicadores de prácticas de explotación
(96% de los niños frente al 76% de los adultos), lo que sugiere que son mucho más
vulnerables a experimentar violencia a lo largo de su viaje. (UNODC, 2019)

Epígrafe 3.1.2
“Trata y tráfico de personas. Vulnerabilidades de la comunidad LGBTIQ.
Investigaciones en el contexto cubano.”

La violación de los derechos humanos de la población LGBTIQ en Cuba es estructural y ha


sido el resultado de un proceso histórico en el que tanto el Estado como la sociedad en su
conjunto han sido responsables. Las primeras expresiones públicas respecto de la población
LGBTIQ en el período posterior a la Revolución de 1959 sentaron las bases de una cultura
homofóbica y transfóbica que aún persiste en la sociedad y en prácticas institucionales.
Expresiones discriminatorias por parte de la máxima autoridad pública del Gobierno cubano
fueron frecuentes durante décadas1. Desde el triunfo de la Revolución cubana se han
presentado una serie de discursos institucionales y normas que han vulnerado los derechos de
las personas LGBTIQ en Cuba. (Manos, 2017)

El acceso público al registro de homicidios oficial en Cuba no es permitido y las cifras sobre
homicidios cometidos contra la población LGBTIQ son inexistentes. La ausencia de sistemas
eficaces de registro y denuncia de los actos violentos motivados por prejuicios contra
personas LGBTIQ contribuyen al aumento de la violencia, así como, la falta de investigación,
P á g i n a | 20
enjuiciamiento y castigo por los actos violentos denunciados también contribuye a las
evaluaciones incompletas de la escala de la violencia. (Manos, 2017)
La mayoría de casos de asesinatos de personas LGBTIQ en Cuba se encuentran en fuentes
no-oficiales, fuentes testimoniales, informes de instituciones intergubernamentales y notas de
prensa. La falta de divulgación en varios medios de comunicación y la ausencia de esta
información en medios oficiales, coincide con una política general que invisibilización de los
crímenes cometidos por prejuicio en contra de las personas con una orientación sexual
diversa en el país. (Manos, 2017)
Las circunstancias bajo las cuales ocurren los homicidios de personas LGBTIQ, tales como:
el contexto en el cual se desarrollan los hechos, el tipo de violencia y sevicia ejercida contra
las víctimas, las expresiones de discriminación de los transeúntes son características que
permiten identificar los delitos como crímenes basados en prejuicio. Dichos crímenes tienen
varios propósitos: en primer lugar, buscan enviar un mensaje de rechazo social que se
extienda a otras personas por su orientación sexual o identidad de género, más allá de las
personas directamente afectadas; y en segundo lugar, pretenden ejercer subordinación,
rechazo y exclusión de las víctimas y el grupo al que pertenecen. En ese mismo orden de
ideas, la directora del CENESEX ha calificado públicamente los delitos cometidos contra
personas LGBT en Cuba como crímenes de odio basados en prejuicio; asimismo, ha
reconocido la falta de mecanismos judiciales para investigarlos. (Manos, 2017)
Actualmente, el Código Penal no contempla agravantes de la pena por homicidio o distingue
los crímenes cometidos por prejuicio o motivados por odio basado en la orientación sexual o
identidad de género. Los delitos cometidos en contra de la población LGBTIQ no son
atendidos en forma diferenciada, por lo que para las autoridades estatales no es relevante la
orientación sexual de la víctima o el trasfondo social en el proceso de investigación criminal.
Esta situación agrava seriamente el panorama de violencia contra la comunidad LGBTIQ en
Cuba y perpetúa su invisibilización. Adicionalmente, la falta de especialidad por parte de las
autoridades que investigan el delito deriva en la falta de interés o minimización de la
problemática ante las autoridades. (Manos, 2017)

Unos de los mayores perpetradores de actos de violencia contra la comunidad LGBT es la


policía. El abuso policial se expresa en escenarios de uso excesivo de la fuerza fundado en un
prejuicio social negativo hacia la orientación sexual o la identidad de género diversa. El
abuso policial, además de ir en contravía de principios de derecho internacional, afecta
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sustancialmente la confianza civil y la eficacia del sistema de denuncia de delitos contra la
misma población LGBT ante las autoridades de policía, lo que a su vez trae como
consecuencia ineficiencia del sistema de justicia e impunidad. (Manos, 2017)
La violencia policial contra personas LGBT en Cuba se manifiesta en cuatro categorías:
violencia verbal, física, psicológica y económica. Cada una de ellas se compone de diversos
hechos que suelen ocurrir en los espacios públicos de reunión de las personas LGBT. (Manos,
2017)
Las personas LGBT encuentran resistencia para su desarrollo personal y profesional,
limitaciones para acceder a cargos de dirección o ser promovidos por tener una orientación
sexual o identidad de género diversa. Las actitudes homofóbicas en el ámbito laboral a modo
de “bromas o comentarios indirectos” e insultos, limitan las posibilidades por parte de las
personas LGBT de acceder a cargos de alta responsabilidad, ya que subyace estereotipo de
falta de credibilidad en las capacidades de las personas LGBT para asumir cargos medulares
en un determinado proyecto o estructura laboral.(Manos, 2017)
La discriminación que vive la población LGBT, constituida por constantes actos de violencia
moral, contribuye a altos niveles de deserción y abandono de estudios por parte de
estudiantes LGBT. Las condiciones de educación cubana limitan la formación de las personas
pues no existen políticas oficiales que aborden la diversidad sexual en la enseñanza. Un
ejemplo claro de la perspectiva limitada lo constituye el currículo que basa el estudio de la
sexualidad en categorías biologicistas, que no abordan las orientaciones sexuales e identidad
de género diversas. De esta manera, los centros educativos enfocan sus esfuerzos en tratar
asuntos relacionados con la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y el VIH,
omitiendo información sobre otros aspectos de la sexualidad y/o los derechos sexuales.
(Manos, 2017)

Aunque el Estado cubano ha sido considerado un ejemplo en educación, la educación sexual


demuestra fuertes falencias en cuanto a la transmisión de conocimientos sobre diversidad
sexual. Las políticas educativas en esta materia son muy limitadas, su apertura a la diversidad
y otras identidades de género no-hegemónicas aún es incipiente, y sus progresos provienen de
organizaciones civiles tienen poco efecto en la comunidad estudiantil. De otro lado, los
patrones heterosexistas en la sociedad han construido una barrera de segregación en contra de
las personas LGBT que lleva a la violencia. Esta se manifiesta en violencia verbal e insultos
por parte de profesores, estudiantes y directivos. Persisten patrones que condenan la
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discordancia a la heterosexualidad. La violencia comprende afectaciones graduales que
dependen de la expresión de género asociada a los roles femeninos y masculinos. Por
ejemplo, un hombre gay de expresiones muy femeninas o de tendencia “amanerada”, tiene
mayores probabilidades de recibir agresiones. Estudiantes y profesores miden las habilidades
de otros estudiantes según su orientación sexual y no por su capacidad intelectual. Por su
parte, en los órganos de representación estudiantil también se presentan normatividades
discriminatorias. El estatuto de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), que es la
organización representativa de estos centros educativos, no incluye la prohibición de
discriminación por orientación sexual e identidad de género. (Manos, 2017)

Epígrafe 4
“Trata y tráfico de personas. Una mirada desde el ámbito jurídico penal”
El delito de trata de personas afecta a prácticamente todos los países de todas las regiones del
mundo. Entre 2010 y 2012 se identificaron víctimas de 152 nacionalidades diferentes en 124
países de todo el mundo. Además, las corrientes de la trata de personas, en forma de líneas
imaginarias que conectan el mismo país de origen y de destino de al menos el 5% de las
víctimas detectadas, atraviesan el mundo. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga
y el Delito (UNODC) ha identificado al menos 510 corrientes. Se trata de cifras mínimas, ya
que se basan en los datos oficiales comunicados por las autoridades nacionales. (Sánchez)
Estas cifras oficiales solo constituyen la parte visible del fenómeno de la trata de personas, y
es probable que las cifras reales sean mucho más elevadas. La mayoría de las corrientes de
trata son intrarregionales, lo que significa que el origen y el destino de la víctima se
encuentran en la misma región; con frecuencia también en una única subregión. Por esta
razón, es difícil determinar los principales núcleos mundiales de la trata. (Sánchez)
Las estadísticas muestran una correlación entre la riqueza (PIB) del país de destino y la
proporción de las víctimas de la trata trasladadas allí desde otras regiones. Los países más
ricos atraen a víctimas de diferentes orígenes, incluso de otros continentes, mientras que en
países menos prósperos se observan principalmente corrientes de trata nacionales o
subregionales. (Sánchez)
La ausencia o insuficiencia de legislación nacional para reprimir el tráfico ilícito de migrantes
en muchas partes del mundo significa a menudo que los contrabandistas de migrantes pueden
continuar su acción delictiva sin gran temor de ser llevados ante la justicia. La acción de los
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Estados muchas veces se dirige contra los migrantes, sin afectar a los contrabandistas y, en
particular, a los grupos de delincuencia organizada que son más difíciles de capturar. Solo un
número limitado de Estados ha adoptado políticas y mecanismos concretos, y la carencia de
capacidad para investigar y enjuiciar a los responsables del tráfico ilícito de migrantes hace
que los sistemas de justicia penal muchas veces no puedan afrontar el reto de la lucha contra
este delito. Además, cuando no se puede obtener el concurso como testigos de los migrantes
que son objeto de tráfico ilícito, los juicios suelen ser difíciles y se pierden oportunidades
para condenar a los autores. (Sánchez)

A partir del 1ro. de enero de 1959, el Estado cubano implementó programas para garantizar y
proteger los derechos fundamentales de la población, incluyendo a las personas en situación
de vulnerabilidad, en especial mujeres, niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Para ello,
estructuró un ordenamiento jurídico y creó las instituciones capaces de garantizar el
cumplimiento de estas políticas.
Una de las primeras medidas adoptadas fue la prohibición de los burdeles o casas de
prostitución. Desde entonces, ha sido política invariable no permitir la existencia de lugares
en los que de cualquier forma se promueva, facilite o ejerza la explotación, incluida la
explotación sexual. (Estado, 2017)
La Constitución de la República refrenda el principio de no discriminación para todos los
ciudadanos, por el cual la totalidad de los cubanos gozan de igualdad de derechos y
oportunidades, sin distinción de raza, color de la piel, sexo, creencias religiosas, origen
nacional o cualquier otra diferencia, y determina que cualquier discriminación es proscrita y
sancionada por la ley (artículos 41, 42 y 43). (Estado, 2017)
Cuba es parte de numerosos instrumentos jurídicos internacionales relacionados directa o
indirectamente con la trata de personas, y coopera internacionalmente en su aplicación. Cabe
resaltar, entre estos instrumentos, los siguientes: (Estado, 2017)
Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente mujeres y
niños.
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
Convención sobre los Derechos del Niño.
Protocolo Facultativo de la Convención de los Derechos del Niño relativo a la Venta de
Niños, Prostitución Infantil y Utilización de Niños en Pornografía.
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Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la
Participación de los Niños en los Conflictos Armados.
Convenio de La Haya relativo a la Protección del Niño y la Cooperación en materia de
Adopción Internacional.
Protocolo contra el Tráfico Ilícito de Migrantes por tierra, mar y aire.
Convenio No. 105 relativo a la Abolición del Trabajo Forzoso.
Convenio No. 29 relativo al Trabajo Forzoso u Obligatorio.
Convenio No. 138 sobre la Edad Mínima de Admisión de Empleo.
Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución
Ajena.
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
Convenio No. 182 sobre la Prohibición de las Peores Formas de Trabajo Infantil y la acción
inmediata para su eliminación.
Convenio sobre la Esclavitud.
Asimismo, dispone de un conjunto de normas jurídicas nacionales que también permiten un
enfrentamiento adecuado a este delito, entre ellas:
Ley de la Fiscalía General de la República, Ley No. 83/1997.
Código Penal, Ley No. 62/1987.
Ley de Procedimiento Penal, Ley No. 5/1977.
Código Civil, Ley No. 59/1987.
Código de Familia, Ley No. 1289/1975.
Ley de Procedimiento Civil, Administrativo, Laboral y Económico, Ley No. 7/1977.
Código de la Niñez y la Juventud, Ley No. 16/1978.
Código de Trabajo y su Reglamento, Ley No. 116/2013, y el Decreto Ley No. 326/2014.
Ley de Seguridad Social, Ley No. 105/2008.
Ley de Registro del Estado Civil, Ley No. 51/1985.
Ley de Migración, Ley No. 1312, y su Reglamento el Decreto No. 26.
Ley de Extranjería, Ley No. 1313/1976.
Decreto Ley No. 162/1996 de Aduanas.
Resolución No. 857/2015 del MINSAP, Reglamento para la dación y trasplante de órganos y
tejidos de donantes vivos.
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El conjunto de tipos penales que sancionan las conductas asociadas a la trata de personas es
coherente con el espíritu de la Convención de Palermo, sus Protocolos y otros instrumentos
internacionales de los que Cuba es Parte. Entre esos tipos penales se encuentran:
proxenetismo y trata de personas, corrupción de menores, venta y tráfico de menores.
(Estado, 2017)
Además de las severas sanciones principales previstas para estos delitos (pueden conllevar
hasta 30 años de privación de libertad para los casos más graves), se han establecido otras
accesorias como la confiscación de bienes, la suspensión o privación temporal de los
derechos paterno-filiales y la prohibición del ejercicio de la profesión, cargo u oficio, siempre
que de algún modo el sancionado se haya valido de estos para la comisión del hecho. En ese
sentido, el artículo 53 del Código Penal establece varias circunstancias que agravan la
responsabilidad penal del culpable cuando se utilicen menores de edad (niñas, niños y
adolescentes) en la comisión de hechos delictivos, o sean cometidos contra estos en ocasión
del vínculo de parentesco o ascendencia que se tenga sobre los mismos, así como
aprovechándose de la dependencia o la subordinación de la víctima respecto al ofensor.
(Estado, 2017)
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Conclusiones
En el trascurso de este trabajo se analizaron los delitos de trata y tráfico de personas desde
varios puntos de vista, por ejemplo, desde el ámbito jurídico y desde la perspectiva de género,
evidenciando las vulnerabilidades que presentan las víctimas de estos delitos. Se observó que
las mujeres y niñas por su condición de género son las más afectadas y utilizadas en estos
actos delictivos. Además se expuso el significado de las siglas LGBTIQ, se analizaron a los
miembros de esta comunidad desde una perspectiva de género y se plantearon las
vulnerabilidades que presentan por su condición no heteronormativa.
Al estudiar toda la información obtenida a lo largo de la investigación se concluye que las
personas de la comunidad LGBTIQ ante la trata y el tráfico de personas padecen más
vulnerabilidades que una persona heterosexual, por ejemplo si eres mujer, víctima de trata o
tráfico de personas, pero además eres de la comunidad LGBTIQ por tu condición no
heteronormativa padeces más vulnerabilidades que un hombre, víctima de trata o tráfico de
personas, heterosexual.
Con este trabajo no solo se busca exponer la dura realidad que viven las victimas de trata y
tráfico de personas (tanto las victimas hetero como las LGBTIQ) sino analizar la realidad y
darle una solución para acabar con este maltrato, abuso y discriminación que sufren estas
personas.
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