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El chungo austral, también conocido como el felino alado, es un pequeño búho que observa al narrador con ojos escrutadores desde lo alto de los árboles. Tiene pupilas amarillas que parecen estrellas y anteojos blanquecinos que lo hacen parecer sabio. Aunque se ve pensativo, puede lanzarse velozmente para capturar una presa con sus garras, luego vuelve a su estado sereno y satisfecho. Finalmente, vuela de regreso a su mundo intocable en la espesura del bosque.
El chungo austral, también conocido como el felino alado, es un pequeño búho que observa al narrador con ojos escrutadores desde lo alto de los árboles. Tiene pupilas amarillas que parecen estrellas y anteojos blanquecinos que lo hacen parecer sabio. Aunque se ve pensativo, puede lanzarse velozmente para capturar una presa con sus garras, luego vuelve a su estado sereno y satisfecho. Finalmente, vuela de regreso a su mundo intocable en la espesura del bosque.
El chungo austral, también conocido como el felino alado, es un pequeño búho que observa al narrador con ojos escrutadores desde lo alto de los árboles. Tiene pupilas amarillas que parecen estrellas y anteojos blanquecinos que lo hacen parecer sabio. Aunque se ve pensativo, puede lanzarse velozmente para capturar una presa con sus garras, luego vuelve a su estado sereno y satisfecho. Finalmente, vuela de regreso a su mundo intocable en la espesura del bosque.
que en la penumbra de la tarde se escaparon del infinito.
Con anteojos de líneas blanquecinas
imagino un señor con aire de gran sabiduría,
y su ceño fruncido parece delatar una molestia
quizás por interrumpir su nocturna pasividad.
Siempre pensativo, contemplando a su alrededor
y en repentino vuelo silencioso y veloz se deja caer. Agresivo y feroz su presa sucumbe entre sus garras y retorna a su habitual estado, satisfecho y sereno.
Luego, como si despreciara mi tranquila visita
solo voltea la cabeza sin alterar su postura
y alza otra vez su vuelo hacia su mundo intocable
perdiéndose en la espesura del bosque y de la noche.