Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
en su semblante pesar. se perdió... y luego violento,
como baladro espantoso
Sólo a ratos, altanero de turba inmensa, en el viento
relinchaba un bruto fiero se dilató sonoroso,
aquí o allá, en la campaña; dando a los brutos pavor.
bramaba un toro de saña,
rugía un tigre feroz; Bajo la planta sonante
o las nubes contemplando, del ágil potro arrogante
como extático y gozoso, el duro suelo temblaba,
el yajá, de cuando en cuando, y envuelto en polvo cruzaba
turbaba el mudo reposo como animado tropel,
con su fatídica voz. velozmente cabalgando;
ve íanse lanzas agudas,
Se puso el sol; parecía cabezas, crines ondeando,
que el vasto horizonte ardía: y como formas desnudas
la silenciosa llanura de aspecto extraño y crüel.
fue quedando más obscura,
más pardo el cielo, y en él, ¿Quién es? ¿Qué insensata turba
con luz trémula brillaba con su alarido perturba
una que otra estrella, y luego las calladas soledades
a los ojos se ocultaba, de Dios, do las tempestades
como vacilante fuego sólo se oyen resonar?
en soberbio chapitel. ¿Qué humana planta orgullosa
se atreve a hollar el desierto
El crepúsculo, entretanto, cuando todo en él reposa?
con su claroscuro manto, ¿Quién viene seguro puerto
veló la tierra; una faja, en sus yermos a buscar?
negra como una mortaja,
el occidente cubrió; ¡Oíd! Ya se acerca el bando
mientras la noche bajando de salvajes, atronando
lenta venía, la calma, todo el campo convecino;
que contempla suspirando ¡mirad! como torbellino
inquieta a veces el alma, hiende el espacio veloz.
con el silencio reinó. El fiero ímpetu no enfrena
del bruto que arroja espuma;
Entonces, como el rüido vaga al viento su melena,
que suele hacer el tronido y con ligereza suma
cuando retumba lejano, pasa en ademán atroz.
se oyó en el tranquilo llano
sordo y confuso clamor; ¿Dónde va? ¿De dónde viene?
2
¿De qué su gozo proviene? su silencio pavoroso,
¿Por qué grita, corre, vuela, su sombría majestad.
clavando al bruto la espuela,
sin mirar alrededor?
¡Ved que las puntas ufanas
de sus lanzas, por despojos,
llevan cabezas humanas,
cuyos inflamados ojos
respiran aún furor!