Está en la página 1de 3

Cadenas productivas del maíz

El maíz es el principal cultivo en México puesto que es la base de nuestra


alimentación, representa la mitad del volumen total de alimentos que se consumen
anualmente, aportando el 70% de la calorías consumidas en el medio rural y el 25%
en las zonas urbanas.
La agricultura sufre una transformación importante cuando, además de abastecer de
productos para el consumo directo, comienza a abastecer insumos para ser
procesados industrialmente; de esta manera se configuran sectores especializados
separados, pero a la vez unidos por el mercado.
El concepto de cadena productiva se empezó a usar en Europa desde los años
setenta del siglo pasado en trabajos relacionados con investigación en economía
agrícola. En América Latina este enfoque es relativamente nuevo, surge como un
instrumento que permite una visión sistémica de la producción de bienes, en donde
existen flujos de materiales, capital e información que conectan a diversos agentes
que buscan llegar a un consumidor final
Desde el punto de vista geográfico, las cadenas pueden estar ubicadas en un
territorio, abarcar varios territorios o ser globales, esto último entendido como la 12
forma de organización de mayor alcance espacial (o cadena global de valor), que en
el marco de la globalización ha establecido dos tipos de redes económicas globales:
las cadenas productivas dirigidas al productor, en donde los grandes fabricantes,
generalmente empresas trasnacionales, controlan la producción, distribución y
comercialización, tales como las empresas automotrices, y, por otro lado, las
cadenas productivas destinadas al comprador, en la que las industrias de los
fabricantes y comercializadores establecen redes de producción descentralizada, la
producción generalmente se lleva a cabo en el tercer mundo, siguiendo las
especificaciones de los grandes mayoristas o comerciantes que ordenan los
artículos, estos compradores son quienes tienen el papel decisivo en la estructura
organizativa de la cadena.
Es muy común encontrar en la literatura el uso de los términos “cadena productiva”
y “cadena de valor” como sinónimos. Sin embargo, no lo son.
El término cadena productiva se refiere más a una descripción de los participantes
de una actividad económica que se relacionan para llevar insumos a un producto
final, el cual se entrega a los consumidores; así, las cadenas productivas
tradicionales poseen una integración vertical, en donde se comparte escasa
información entre eslabones productivos y en muchas ocasiones una sola empresa
se encuentra presente en muchos eslabones de la cadena con la finalidad de
obtener la mayor parte de los beneficios, este es el esquema que predomina en la
mayoría de los productos agrícolas como granos y oleaginosas.
En tanto, cadena de valor se aplica para las organizaciones que tienen objetivos y
metas comunes, y que por lo tanto toman decisiones colectivas que les permite 14
compartir riesgos y beneficios, comparten información por medio de alianzas
verticales de colaboración con la finalidad de obtener beneficios conjuntos; para ello,
las organizaciones empresariales forman redes estratégicas dentro de una cadena
productiva.
La oferta de maíz blanco en Chiapas ha venido cambiando desde los años ochenta
del siglo pasado, en los cuales la producción comienza a crecer paulatinamente
hasta llegar al 2004 (de una producción de 27,676 toneladas en 1981 hasta
106,569.50 toneladas en 2003), año en el que comienza a observarse un
decrecimiento.
Los alimentos balanceados se destinan al consumo animal de aves y puercos cuya
producción en pie abastece el mercado estatal, principalmente la zona Centro, Altos
y Fronteriza. La importancia del maíz en general para este sector es grande; según
Léon y Yumbla (2010), representa el 61% de la materia prima para elaborar
alimentos balanceados para la cría industrial de animales.
El maíz blanco es el más demandado por las comercializadoras debido a que es el
más fácilmente comercializado, aunque los precios que se pagan por el maíz blanco
o amarillo, o entre los maíces tradicionales y maíces comerciales, son los mismos.
El gradiente de precios pagados a los productores de maíz durante el ciclo agrícola
2012 en el municipio osciló entre los $2,800 y $4,500 por tonelada, dependiendo de
la calidad (limpieza, humedad), temporada del año y costo de flete.
Los agricultores recurren a diferentes formas de comercialización del grano de maíz
que van desde la venta directa a las industrias hasta intermediarios formales e
informales, esto depende de varios factores, tales como la cercanía a las plantas
industriales, la disposición de espacios de almacenamiento del grano, el precio al
que se les paga a los productores y los acuerdos políticos y económicos con las
autoridades locales.
La participación de los campesinos se subordina a los intereses propios de la
industria, a partir de sus necesidades y conveniencia, su relación con los
productores locales se limita a aquellos que poseen tierras con potencial productivo
para el tamaño y calidad del maíz que requiere, y con los pequeños productores se
vincula solamente cuando el precio 36 internacional del maíz aumenta, siempre que
cumplan con la calidad.
La cadena productiva de la producción artesanal no está orientada hacia la oferta
sino a la demanda, y su estrategia competitiva en el mercado se orienta a ofrecer
productos tradicionales enfocados a cierto grupo de consumidores, aunque 45
compite en el mercado con los productos elaborados con harina de maíz
nixtamalizada, los cuales cuentan con amplios canales de distribución.

También podría gustarte