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Entre los objetivos del jurista esta la capacidad de manejar, conciliar y resolver los
conflictos que surjan entre las personas, es un facilitador para llevar a cabo la
resolución de dichos conflictos, y en su ejercicio como abogado debe actuar de
manera ética y profesional, desarrollar el papel mediador y facilitador que cumple
el abogado en la resolución de conflictos, gestionando procesos y funciones para
que pueda lograr sus objetivos en un ambiente agradable y haciendo buen uso de
los recursos y el tiempo. La facilitación es la capacidad de lograr acuerdos y la
capacidad para movilizar personas y recursos hacia una acción transformadora,
en este proceso se centra la investigación, la reflexión y la acción.
Otra de las competencias vitales a desarrollar por parte del jurista es la capacidad
de autocontrol o de autociencia, permite al individuo comprender las emociones,
sus puntos fuertes, debilidades y los impulsos de si mismo, gestionar dichas
emociones de forma adecuada, es algo fundamental para el profesional, ya que es
interventor dentro de un escenario en el que las emociones y los sentimientos se
manifiestan visiblemente. Es importante actuar como moderación así veamos que
todo está en nuestra contra.