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Si exploramos el origen etimológico de la palabra "abogado", derivada del latín "advocatus", que

significa "llamado en auxilio" con la connotación de respaldar la justicia, auxiliando a su cliente,


aportándole los conocimientos jurídicos, las técnicas y estrategias para la defensa de sus intereses y
otorgar a cada individuo lo que le corresponde, encontramos que la función social del abogado se
convierte en un componente esencial. Esta función social adquiere una gran relevancia, ya que
contribuye al progreso, la convivencia, el desarrollo y la armonía de la sociedad, destacándose aún más
debido a su ejercicio en el ámbito jurídico. Varios autores han establecido que la profesión de abogado
es una de las más influyentes en la vida humana, desde el nacimiento con el registro civil hasta la muerte
con el acta de defunción, permeando todos los aspectos de la existencia. La función del abogado es tan
fundamental que protege la libertad, la seguridad jurídica, la economía y la justicia, ejerciendo un
impacto significativo en el funcionamiento de las sociedades democráticas que valoran las libertades
públicas. En ausencia de abogados comprometidos y bien preparados que respeten la dignidad humana,
no es posible vivir en un mundo justo.
Yúnior Andrés Castillo sostiene que la misión social del abogado es tan noble en su enfoque
doctrinario, ya que lo convierte en un apoyo, consejero, asistentes o asesores de personas que, debido a
la falta de conocimiento de sus derechos o limitaciones económicas, requieren la orientación de un
experto en leyes. Esto explica por qué la ley permite designar Defensores de Oficio para aquellos que no
pueden costear un abogado en casos que puedan afectar sus derechos o intereses, asegurando así que
tengan acceso a asesoramiento legal y no se vean en desventaja ante su oponente en litigios. Según
Osorio (1981), la defensa legal se considera una forma de ayuda pública, significando que el Estado no
puede abandonar a quienes necesitan justicia pero carecen de los recursos económicos para cubrir los
costos legales.
La labor de defender a los demás no implica negar irracionalmente los hechos, incluso cuando parecen
evidentes, sino promover el derecho de defensa de todos los implicados, asegurando el respeto por sus
derechos, dignidad y proceso debido. Por lo tanto, parte fundamental de la función social del abogado
involucra la utilización de su conocimiento, integridad y sabiduría para desempeñar un papel imparcial
de mediador. En lugar de favorecer a una de las partes, emite opiniones con el propósito de contribuir a
encontrar soluciones justas y adecuadas para los conflictos y problemas que enfrentan. Su objetivo
principal es evitar el uso de retórica engañosa y perjudicial que pueda confundir a las personas y a la
sociedad en general, evitando así sembrar la confusión y la inquietud. En última instancia, el abogado
busca asegurar que el Derecho sirva a intereses positivos y beneficiosos en lugar de servir a intereses
negativos y perniciosos.
Nuestra responsabilidad social también implica colaborar con las autoridades en la preservación y
mejora del orden jurídico del Estado y en la administración de justicia. Los profesionales del derecho
tenemos la responsabilidad de promover el fortalecimiento del Estado de Derecho, lo que implica no
solo conocer las leyes, sino también fomentar su aplicación y cumplimiento. Como parte de su función
social, los abogados están llamados a ser promotores de los derechos de todos los ciudadanos,
difundiendo el conocimiento de la-Constitución y las leyes en diversos ámbitos para que los ciudadanos
comprendan plenamente sus derechos, deberes y restricciones, además de ejercer un papel crítico, es
decir, a cuestionar de manera profunda las normas que nos rigen.
Los compromisos sociales constituyen otra faceta esencial de la responsabilidad social del profesional del
derecho, ya que lo instan a desempeñar un papel destacado en la sociedad promoviendo acciones
benevolentes, la justicia y la igualdad. El abogado, en su calidad de experto en leyes, debe comprender
que tiene la obligación de cumplir y velar por el cumplimiento de la ley, incluso cuando esto pueda ir en
contra de los intereses de sus representados. El abogado se esfuerza por discernir lo justo de lo injusto, un
objetivo que requiere un esfuerzo significativo y se logra mediante el conocimiento adquirido a lo largo
de su experiencia profesional, así como el conocimiento acumulado de otros abogados, juristas y
jurisprudencia. El abogado es un profesional que debe ser un profundo conocedor de la sociedad,
comprender los hechos específicos relevantes para cada caso y estar al tanto de la evolución de la ley y la
jurisprudencia. Por lo tanto, es prioridad continuar siempre estudiando, ya que en esta carrera nunca se
deja de aprender.
La importancia de la función del abogado implica esfuerzo y dedicación, ya que no basta con tener
conocimientos legales. El profesional del derecho debe también ser un comunicador efectivo y, sobre
todo, un oyente receptivo, capaz de escuchar y comprender la información y el conocimiento que emana
del entorno. El abogado se sumerge en la vida de las personas, analiza sus acciones específicas y las
situaciones particulares que enfrentan. Posteriormente, proporciona soluciones adecuadas para casos
particulares y únicos, que afectan a individuos en circunstancias específicas.

La dimensión pública de la Abogacía implica que los abogados deben desempeñar un papel fundamental
como defensores de la justicia. Además de buscar la justicia, esto incluye participar en actividades como
---------------En resumen, su compromiso se extiende a la defensa de la diversidad, la igualdad, el
fortalecimiento del Estado de derecho y la protección de los derechos humanos.
La dimensión interna que enmarca el ejercicio de la abogacía tiene un sentido más corporativo e
individualizado, y abarcaría las relaciones entre Abogado-cliente, entre sus compañeros de profesión,
con el Colegio, y con los Tribunales. Todas estas relaciones usualmente se encuentran respaldadas o
fundamentadas en un cuerpo normativo y dado que por la parte de los colegios, el desarrollo de la
profesión ha sido más destacado, tenemos dos grupos de normas que son las normas corporativas, y las
normas deontológicas.

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