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Modulo 1: Psicología Jurídica como disciplina y ámbito de trabajo

Unidad 1

18073, Barrio y LLarul- Psicología Jurídica en contexto

El presente trabajo intenta explicitar claramente que la psicología jurídica es una especialidad y para ejercerla no tan
solo es necesario ser psicólogo o psicoanalista sino formarse para trabajar desde una perspectiva interdisciplinaria
que integre en el quehacer las distintas miradas.

Empezaremos definiendo la psicología jurídica  como una disciplina y un ámbito de trabajo donde se
entrecruzan dos discursos: el jurídico y el psicológico. Este entrecruzamiento se da en la práctica con sujetos,
grupos e instituciones que están bajo potestad jurisdiccional comprendiendo el estudio, explicación,
promoción evaluación, intervención asesoramiento y tratamiento de las mismas.

La psicología jurídica utiliza métodos propios de la psicología científica y además al ser multidisciplinaria se nutre de
otras disciplinas como la sociología, antropología, psicología social, criminología, etc.

La noción de sujeto está claramente diferenciada para la psicología y el derecho. En la práctica debemos poner la
mirada no solo en el sujeto\persona individual,racional, consciente y voluntario del derecho, ni el sujeto\persona
intrapsíquico de algunos enfoques de la psicología, sino el sujeto\persona en contexto. Es decir reconocer un plus
necesario e imprescindible al momento de la intervención psicojurídica que va más allá de la historia personal e
intrapsíquica del sujeto e incluso de sus condicionamientos familiares inmediatos.  Entendemos al sujeto no sólo
constituido por instancias intrapsíquicas sino como multideterminado por factores biológicos, históricos y sociales,
culturales, económicos que se combinan en un momento de su vida dando un resultado particular.

Incluir el contexto implica considerar que vivimos en una época de cambios sociales constantes que afecta y
transforma la subjetividad. Los cambios son tan vertiginosos que los efectos en la subjetividad resultan extraños por
falta de tramitación. En esta sociedad el temor a la exclusión está siempre presente afectando y condicionando el
sujeto de la época.
Lo sano y lo patológico ha sido diferente en las distintas épocas y grupos sociales, variando también valores e
ideales. si consideramos al psiquismo como una estructura abierta al mundo nos encontraremos con subjetividades
diversas según el contexto en el que ellas se han construido. Ese mundo son fundamentalmente los otros que lo
rodean, marcados a su vez por una sociedad y una cultura.

La propuesta pensar al sujeto con sus particularidades atravesado por la historia transgeneracional y el contexto
social tanto de la época como de su grupo cultural en el que se encuentra inmerso. Pensar la subjetividad como
multideterminada, a la cual no somos ajenos los operadores judiciales nuestra doble condición de sujetos y
operadores. de aquí la necesidad de re ver y cuestionar nuestra función como agentes de cambio y sujetos de
cambio, debemos pensar qué es lo que hacemos , cómo lo hacemos y para qué lo hacemos.

debemos reconocer que la actual formación de Los profesionales en el país presenta desconocimiento acerca del
trabajo interdisciplinario, esto obtura posibilidades de abordaje creativas y “ necesarias” para satisfacer demandas
sociales. La idea es no sesgar la mirada y poder ver el impacto social y normativo sobre el sujeto, no otorgándole una
atribución exclusiva al mismo sino visualizando el contexto. Esta mirada nos permitiría nosotros como profesionales
comprender al sujeto en situación y al sujeto reconocerse en la misma como primera puerta La resignificación de sus
actos.

Pensar al sujeto en su contexto nos permite pensar que el transgresor muchas veces además de ser victimario suele
ser víctima de es entramado en el que se constituyó y desarrollo su subjetividad. Esto no le resta responsabilidad
jurídica por sus actos. (Perspectiva de la cátedra ante el victimario !!!!)
Si bien auxiliamos  al juez con el fin de determinar un hecho de carácter psicológico dentro un contexto jurídico,
nuestras observaciones, inferencias y conclusiones deben distinguirse de hechos y opiniones y conclusiones legales.
Hablamos de interdisciplina para tomar en cuenta los otros aportes reconociendo sus efectos subjetivos y poder
enunciarlos desde nuestra especificidad. (Por un lado No mimetizarnos y por otro tener en cuentanos efectos de las
otras disciplinas)

La prevención es un eje que atraviesa todo el ámbito de la psicología jurídica, las diversas problemáticas que se
abordan Dentro de este espacio, como la violencia y sus diferentes manifestaciones, encuentran en la prevención su
mejor forma de evitar su aparición y su agravamiento. La inclusión del contexto en el análisis también impactará en
la manera de pensar la prevención ya que comprendemos a este sujeto en relación.

Finalmente creemos que esta perspectiva nos permitirá además pensar al sujeto, transgresor o no de la ley,
merecedor de todos los Derechos Humanos, que como persona posee. Aquí Tenemos un compromiso como
operadores de la justicia en todas estas intervenciones tenemos que conocer y respetar los Derechos Humanos.

2471, Llarull - La psicología jurídica, disciplina y ámbito de trabajo

Disciplina

La psicología jurídica es una rama o especialidad de la psicología, que trata aplicar los conocimientos y técnicas
básicas y experimentales propias de la psicología y la psicología jurídica, al estudio de la conducta humana dentro del
ámbito legal. Como disciplina estudia el comportamiento de los sujetos, personas,  grupos e instituciones, que se
interrelacionan dentro un orden jurídico y están bajo potestad jurisdiccional.
La psicología jurídica es el entrecruzamiento de dos disciplinas: la psicología y el derecho.

la psicología jurídica es: el estudio, la explicación, la evaluación, el asesoramiento y tratamiento de aquellos


fenómenos psicológicos/conductuales/relacionales que inciden en el comportamiento legal de las personas,
mediante la utilización de métodos propios de la psicología científica y también los específicos creados por y
para la psicología jurídica, cubriendo así los distintos ámbitos y niveles de estudio e intervención, atravesando
todas las prácticas de prevención.

Ámbito de trabajo
Como ámbito de trabajo trabajará  (desde la teoría que se asuma), con aquellos sujetos/personas o grupos, que
están bajo potestad jurisdiccional; es decir aquellos que están interdictos ( incluidos en un litigio/juicio) un tercero,
el juez, decidirá sobre algun aspecto de  su vida. Ya sea un cambio de nombre, de familia, hacer tratamiento o
sanciones que van desde una multa hasta la pena privativa de libertad. Por lo tanto su ámbito específico será el del
poder judicial.
Dentro de la psicología jurídica vemos el espacio forense donde se desarrollará el trabajo de perito o asesor pero
nunca se hará tratamiento, este se realizará en instituciones públicas o privadas a demanda de un tercero, el juez, a
diferencia del ámbito clínico donde la demanda será el sujeto/persona. La docencia será también para los
operadores jurídicos con el fin de evitar la revictimización institucional. Otro espacio que comprende es la
victimología, como disciplina estudia el par víctima- victimario y como ámbito de trabajo se interviene en la
contención y/o tratamiento de las víctimas. La investigación es otra área de importancia. El asesoramiento Se
realizará mas allá del espacio forense ante la demanda de otros poderes como el legislativo, como ha ocurrido en
leyes como la adopción y la reforma al código civil.
La psicología jurídica se desenvuelve entonces entre el discurso jurídico y psicológico. Siempre desde una
prospectiva interdisciplinaria y respetuosa de los derechos humanos.

El entrecruzamiento de dos disciplinas  Presentan diferencias paradigmáticas


DERECHO PSICOLOGÍA

consciente y voluntario SUJETO determinado por el inconsciente o


AMBAS DISCIPLINAS LO PIENSAN histórico social
RESPONSABLE

cronológico TIEMPO como proceso

objetiva (la del VERDAD subjetiva (el sentido para el sujeto)


expediente)

el hecho real OBJETIVO el hecho psicológico

El derecho nos convoca como el dueño del ámbito para ser sus auxiliares, pero debemos tener en claro que nosotros
vamos en auxilio con un saber que es propio desde una perspectiva interdisciplinaria, conscientes que el criterio de
justicia es ejercido por el juez. Por lo tanto no debemos mimetizarnos con los juridico.
Para evitar informes de profesionales con deslizamiento del rol, alto grado de sobre implicación o tomando partido;
se deberá reconocer que la función no es la de mero testista, que su decir dará luz al juez sobre la subjetividad del
peritado, pero que también podrá abrir puertas para que el sujeto se pregunte algo y pueda resignificar su acto;
deberá respetar el secreto profesional de todo lo que no sea relevante para la causa y los derechos humanos, deberá
actualizarse constantemente.

18052, Barrio y Gomez - Ps jurídica y DDHH

Existen diversas definiciones de los Derechos Humanos, la postura lusnaturalista los definen como derechos
naturales, inherentes a la persona humana, comunes y universales, superiores a las legislaciones escritas y acuerdos
entre gobiernos. la mirada positivista Los define como los derechos reconocidos como tales por la legislación vigente
en un momento histórico determinado.
la cátedra adhiere a la postura que los considera como derechos que protegen la dignidad inherente a la condición
humana y los valores que de ella se derivan como la libertad y la igualdad, tienen vigencia universal. son el producto
de luchas políticas y dependen de los factores históricos y sociales. se los distingue de otros derechos ya que sus
obligaciones correlativas recaen en los estados y no en otros individuos, esto se denomina “efecto vertical” es una
postura ideológica en la cual se coloca al individuo por encima del estado y del grupo social. el estado es el único que
puede violarlos ya sea por acción, omisión o exclusión y tiene el deber de garantizarlos y promoverlos.

Los Derechos Humanos son:


*Universales les pertenecen a todo ser humano por el solo hecho de ser humano sin distinción de raza sexo edad
educación nacionalidad religión ideas etcétera. Todas las personas tienen la misma dignidad y nadie puede estar
excluidos o discriminados el disfrute de sus derechos.
*Innatos se asume que nacemos con ellos no dependen de un reconocimiento del estado.
*Inviolables Nadie puede atentar contra ellos, lesionarlos o destruirlos. tanto las personas como los gobiernos deben
regirse por el respeto a los mismos y las leyes dictadas no pueden contrariarlos, así como tampoco las políticas
económicas y sociales.
*Intransferibles e irrenunciables ningún ser humano puede renunciar a ellos ni delegarlos. Pertenecen de forma
indisoluble a la ciencia misma el ser humano, no pueden ni deben separarse de la persona.
*Imprescriptibles están vigentes desde el nacimiento hasta la muerte, no se pierden por el transcurso del tiempo.
como la humanidad es cambiante, a través del tiempo vamos conquistando nuevos derechos una vez reconocidos
formalmente su vigencia no caduca es decir no vencen nunca.
*Complementarios, indivisibles,  interdependientes y no jerarquizables esto significa que están relacionados entre sí,
no se los puede separar, ni pensar que algunos sean más importantes que otros. la negación de un derecho significa
poner en peligro el conjunto de la dignidad de la persona.
*Progresivos dado el carácter evolutivo de los Derechos en la historia de la humanidad es posible que en el futuro se
extiendan la categoría derecho humano a otros derechos.

Existen tres momentos históricos en la evolución de los Derechos Humanos, surgen en distintos momentos pero no
reemplazan a las anteriores.
1° los primeros en reconocerse fueron los derechos civiles y políticos dentro del marco de la Revolución Francesa.
También son conocidos como derechos de primera generación. se incluyen dentro los civiles: el derecho a la vida, a
la integridad,a la no esclavitud, a la libertad, autonomía, dignidad, libertad de religión, al honor,etc. Los derechos
políticos son:  el de votar Y ser votado, de igualdad ante la ley, de no poder ser arbitrariamente detenido, derecho a
ser oído y tratado con justicia por un tribunal Imparcial, al ser acusado de un delito que se presuma la inocencia
mientras no se pruebe la culpabilidad conforme a la ley.
2° más tarde se incluyen los de segunda generación, constituyen los derechos de tipo colectivo, surgen en el marco
de la revolución industrial. Son los derechos económicos, sociales y culturales. Incluso en el derecho al trabajo, libre
elección del mismo, en condiciones equitativas y satisfactorias, la protección contra el desempleo, a tener igual
salario si se desempeña una misma tarea tanto para hombres como mujeres, derecho al descanso y al tiempo libre,
derecho a la educación, a un nivel de vida adecuado (alimentación, vestido, vivienda, asistencia médica, servicios
sociales, seguridad social, salud física y mental). La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencias
esoecisles.
3° en la década de los 80 surgen los derechos de la tercera generación también llamados de los pueblos y de
solidaridad entre Estados. se reconocen tres tipos de bienes: la paz, el desarrollo, el medio ambiente y la existencia
pacífica (error en el texto nombra 3, enuncia 4). la normativa jurídica los nombra como: protección del medio
ambiente, reconocimiento de los derechos de los pueblos aborígenes, reconocimiento de los derechos del usuario y
el consumidor. Pertenecen a grupos imprecisos de personas que tienen un interés colectivo en común. Pueden ser
reclamados al propio estado o ante otro, es por eso que implican la colaboración de las naciones. Todavía no tienen
reconocimiento legal en la mayoría de los países, en el nuestro se incorporaron en la reforma 94.

Porque enseñar derechos humanos en la formación del psicólogo jurídico


Si bien corresponde al estado respetarlos, garantizarlos y promoverlos esto adquiere eficacia través de sus
instituciones. La educación pública es una de ellas, encarnada en la universidad. la universidad es un órgano de
producción de conocimiento científico y transmisión de contenidos culturales que debiera estar comprometida con
la sociedad de su tiempo e íntimamente vinculada con sus necesidades. la universidad Estatal pública gratuita en
tanto institución del estado queda inscripta en esta cadena de responsabilidades, es por eso que consideramos de
importancia enseñar y reflexionar sobre los derechos humanos ya que constituyen un marco legal que como
profesionales de la psicología no podemos desconocer. no sólo consideramos importante producir profesionales con
conciencia ética y crítica, sino que además consideramos que el incumplimiento y la violación sistemática de los
Derechos Humanos tienen como una de sus principales fuentes su desconocimiento por parte de profesionales.

El derecho es el medio formal de control social por excelencia, es decir, constituye el conjunto de normas escritas
que regulan una sociedad e instituyen los medios de coacción para los que las trasgreden, con el objetivo de que se
reproduzca y mantenga el orden establecido. Estos medios de control social se materializa en el sistema judicial de
cada nación y como psicólogos jurídicos nos desempeñamos Dentro de este sistema, es por eso que es importante
en la formación del psicólogo jurídico el aprendizaje los Derechos Humanos.
Los Derechos Humanos constituyen un límite al control social que Reproduce un sistema dado . en Estos espacios de
trabajo donde hay una evidente concentración de poder es donde debemos como psicólogos mantener una posición
crítica. Es necesario no tentarnos a ocupar estos lugares del poder judicial Nos invita a ejercer. El desafío es no
perder nuestra en nuestra identidad profesional en sintonía con la escucha de un sujeto que sufre.

Conclusiones
 consideramos imperativo, ético y legal el conocimiento de los Derechos Humanos a través de la
incorporación en los programas de formación.
 su desconocimiento puede provocar la violación sistemática de los mismos y en esto la universidad pública
tiene un compromiso mayor en su transmisión.
 Más aún en la psicología jurídica donde el ámbito de intervención es el de personas que están bajo potestad
jurisdiccional.

6615, Degano - El sujeto y la Ley, 1ra parte

Existe un espacio de reflexión necesaria de las funciones determinantes de la Legalidad como de la Subjetividad.
El mismo es referenciado permanentemente en toda recurrencia a la cuestión del campo del Sujeto y de la Ley.
Aquí se plantean simultáneamente y alternativamente dos concepciones de Sujeto como registros de lectura: por un
lado, sujeto en tanto sujeto de la tópica social, sujeto de la lectura del campo de las relaciones de intercambio social,
y por otro, Sujeto en tanto sujeto de deseo dimensionado en la función significante que posibilita – desde el
Psicoanálisis – la lectura de la subjetividad histórico singular.
Ambos registros son insinuados en el intento de comprensión de los efectos de la Legalidad en el Sujeto.
1. SUJETO – LEY
En sí mismos, ambos términos están referenciando al otro, sosteniendo su significación en relación a la significación
del otro. Esta circularidad indica el movimiento lógico que los atraviesa y delimita un espacio que, desde sí, siempre
circunscribe un territorio de legalidad – lo legal -, legalizante como función. Hablar de Sujeto implica hablar de
sujeción y esto lleva a reconocer las referencias de la misma, las modalidades, las articulaciones, los mecanismos
característicos, la legalidad que determina ese modo de sujeción.
Además, referirse a la Ley independientemente de implicar a los sujetos que esa legalidadlegaliza impide
comprender los efecto, la dinámica de su estructura y la necesidad de su existencia, así como todas las referencias
intervinientes.
Ambos términos por lo tanto se comprenden en su funcionalidad ya que los efectos de sostenimiento van a ser lo
determinante de su existencia, por la dinámica que en caso de no existir, haría caer las significaciones de esos
espacios.
Por un lado, no existe Legalidad independientemente de la referencia a los elementos –sujetos- que legaliza y por
otro, la necesidad de una dinámica referencial mutua, ya que la identidad relativa posible va a estar funcionalmente
determinada, resultando que ek Sujeto y la Ley van a ser referentes que articulan en un espacio: el espacio de la
legalidad.
2. EL ORDENAMIENTO JURÍDICO
En el orden social la Ley está representada por un conjunto de disposiciones con algún ordenamiento en su
interioridad.
Este conjunto de disposiciones (leyes, ordenanzas, normativa, etc.) conforma el ordenamiento jurídico,
constituyendo en general un espacio de legalidad escrita. Existe también un espacio de legalidad no escrita – los usos
cotidianos, los modos de intercambio subjetivo privados, etc.
– constituyendo en conjunto con la legalidad escrita el espacio de la legalidad, la Ley.

Lo legal opera como un referente permanente en la dinámica y la conducta social. Este significante (lo legal) va a
producir legalidad sujeta a determinantes que, en general, reconocen funciones referentes en el ordenamiento y
regulación social.
El efecto de la intervención de lo legal es la determinación de lugares y posiciones, y consecuentemente la
instauración de una tópica social entendida en términos de estamentación y organización por determinación de
relaciones.
Esta organización que implica un conjunto de disposiciones, está en general al servicio de la preservación de esos
supuestos básicos – en lo social: la vida, la familia, la propiedad, etc. -.
El sistema entendido como lo legal y constituido por elementos heterogéneos que comparten una lógica en
general, organiza el conjunto social y garantiza mediante su acción una funcionalidad ajustada a ese modo de
significaciones.
En el nivel de las representaciones sociales, opera una cierta fantasmática al respecto de la función del sistema
legal. Esta configuración, representa como dispersión social la falta de legalidad articulada al modo escrito y se
propone la afirmación de la axiología de la legalidad vigente entendida como el conjunto fundante de un modo
de producir significaciones.
Este conjunto por lo tanto aparece como un lugar de Verdad, un pleno de sentido, que justamente por ello,
propone una interrogación.
3. EL ORDENAMIENTO SOCIAL
La operación de lo legal produce al menos un primer y gran efecto: la legalización- estabilización del estado del
sistema organizativo, es decir, el mantenimiento de un cierto ordenamiento no sólo de los sujetos sino y
fundamentalmente del sistema de jerarquía existente.
El mantenimiento del sistema de jerarquías en que en definitiva consiste el ordenamiento social implica la
función esencial del control de todo el sistema a efectos de evitar su desvirtuación y de este modo asegurar el
perpetuamiento.
Efecto de control social que lo legal en tanto la Ley ejerce sobre lo legislado y sus jerarquías. El control aparece
como lo no dicho pero que evidentemente se presenta como un elemento que da sentido de una serie de
situaciones y fenómenos que desde la Ley se presentan dichos en términos del Beneficio general.
En los términos de Beneficio general o Bien común se circunscribe una serie de prácticas a veces punitivas o
lesionantes para la estructura subjetiva, que tiene por objeto determinar o trazar límites del espacio de
legalidad.
En esta línea se inscriben ficciones tales como el sentido reeducativo de los aislamientos forzados – sistemas
penales, psiquiátricos, educativos, etc. – que tienen sentido funcional desde la perspectiva de la función de
control social que desempeñan antes que del beneficio social que proveen.
Una de las funciones de lo que denominamos la Ley o lo legal es establecer qué es, justamente, lo legal y qué no
lo es mediante un sistema de producción de significaciones y establecer una escala de valoraciones donde como
consecuencia, está comprendida la determinación de lo que se puede caracterizar como lo normado y lo no
normado, es decir, lo ajustado a la norma o no y también en extensión lo normal y lo anormal, diferenciación de
múltiples efectos en el plano del Sujeto.
4. SUJETO DE LA NORMA – NORMATIVIDAD
La Ley representa la condición de Norma-normalidad. Los efectos de estas determinaciones primeras producen
en otros niveles como el de determinación de la condición o dimensión subjetiva.
Siendo los sujetos primeramente sujetos de una modalidad legal que los constituye y siendo esta legalidad
determinante de un modo de normatización, se produce en esa operación una producción de normalidad y, en
ese mismo movimiento, una construcción de anormalidad que se traduce en la producción de sujetos normales y
sujetos anormales como necesidad tópica estructural.
La anormalidad (delincuencia, locura, marginalidad) está vinculada así en su determinacióncon un sistema
normativo que regula en intención el intercambio intersubjetivo y por sus efectos en extensión produce
discriminación intersubjetiva. La Ley como efecto determina por un lado y las apreciaciones de cientificidad que
sostienen algunas disciplinas como es el caso de la Psiquiatría Clásica, por otro.
Desde una lectura también de los efectos este aislamiento de la posibilidad de intercambio social, que está al
servicio de la seguridad y recuperación de la normalidad, reviste sanción de legalidad. El sentido de estas
prácticas con las funciones de segregación por detección de desajustes conductuales individuales referidos a
modelos subjetivos de normalidad.
En coincidencia con la función de control social se evidencia claramente en tanto que las prácticas de
segregación tienden a marginalizar del intercambio social a aquellos que no se ajustan a los modos legales de
ajuste conductual.
La efectivización de prácticas coercitivas sostenidas y sosteniendo el sistema legal aseguran el control del sujeto
social de acuerdo a situaciones esperables y en preservación de la legalidad vigente. En ese sentido, las prácticas
psiquiátricas clásicas parecieran jugar un papel que coadyuvaran a la eficacia en el eje de certificación o
configuración de parámetros de normalidad.
5. LEGALIDAD – ILEGALIDAD
Es entendible que existiendo un circuito de legalidad también exista un circuito de elementos no ajustados a ese
modo y por tanto no legales, ya que en existencia de lo legal, lo permitido, es necesario en oposición y por su
producción la existencia de lo no permitido. Si existe un campo de legalidad entendido como un recorte dentro
del inmenso universo de elementos – o conductas - posible, es evidente que fuera de ese recorte o circuito
exista un resto, otro conjunto de elementos del universo que en términos de conductas se puede asignar a lo
ilegal.
Lo delictivo en términos del sistema punitivo. El perfil que va a indicar la operación de la Ley, adjudicándose así
un territorio o legalidad de pertenencia, va a excluir a ese resto sancionándolo. El efecto de la ley es determinar
un territorio de prohibiciones.
Desde el discurso legal, esta último es el territorio de lo ilegal, lo alegal, lo sin Ley, por lo tanto aquello que no
existe en tanto valor y pasible por ello de una marginación del circuito legal por inexistencia en su territorio. Para
el territorio legal, otorga la permisividad y el beneficio de la
Ley, para el segundo la sanción por la prohibición. Al mismo momento que opera la Sanción al modo de la
Punición, simultáneamente produce la Sanción como Promoción de lo prohibido.
En la medida que lo penaliza por el mismo efecto de la operación, lo constituye, le da una categoría. La sanción
sanciona punitivamente y sanciona constitutivamente.
Lo sancionado es un espacio prohibido y en última instancia un modo de intercambio no permitido, no es la
alegalidad (ilegalidad radical).
6. EL SUJETO DE LA ILEGALIDAD
El recorte de la ilegalidad constituye un espacio que, si bien fuera del circuito de la Ley, no por ello no es
poseedor de una legalidad. Si no se entienden las cosas en estos términos, el acto ilegal aparece como el
sinsentido. Tal vez lo sea para las consideraciones del discurso de la Ley, pero no por ello para el resto – lo ilegal
-, donde sí se evidencia un sentido. En este caso se trata de otra legalidad, sólo que diferente de la que
determina la Ley, en tanto escrita.
Si no fuera así, el delincuente transgresor de la Ley, estaría en territorio del sinsentido, de la alienación, de la
locura en todos los casos. Pero en algunos casos es necesario que el delincuente lo sea de la sujeción a otra
legalidad que lo sostiene: la legalidad de lo ilegal.
Así el acto de relegar al transgresor de la Ley constituye un acto de re-legar, una re- legalización, es decir,
legalizarlo en otra legalidad; producir un Sujeto de la Ilegalidad.
En definitiva la sanción punitiva lo es en la condición de ejercer la sanción constitutiva en el circuito de la
ilegalidad. La verdadera amenaza punitiva, la de la pena, lo es de sacar al sujeto que transgrede del circuito legal,
desconstituyéndolo como sujeto de la Ley y constituyéndolo como sujeto de la ilegalidad, del delito, operación
que ocurre en el caso de la sanción penal como determinante estructural.
7. LEGALIDAD Y CONSTITUCIÓN
La constitución como función. Esta función constituyente está escrita en la escritura de la
Constitución como soporte fundante de todo el sistema jurídico escrito. La constitución de la
Constitución – ley primera – por lo tanto es la operación constitutiva pura en tanto constituye
el espacio de constitución-constituyente del circuito de la legalidad.
El sistema compuesto por elementos (disposiciones, reglas, etc) tiene también una función de previsibilidad,
intentando garantizar prospectivamente un estado de equilibrio funcional determinado.
Es precisamente en esta previsión de la conducta donde se da básicamente un doble efecto: por un lado la
sanción en tanto constitución del sujeto como Sujeto de la internación=Sujeto de la anormalidad, y por otro la
confirmación del circuito psicopatológico en que queda inscripto- sancionado, ya que su conducta prevista va a
ser leída y registrada en más desde ese referente que toma el lugar de la dimensión subjetiva desde el discurso
psiquiátrico clásica y las instituciones que lo sostienen.
Lo que la ley regula por lo tanto es un modo de relación entre sujetos, y en definitiva, asegura un modo subjetivo
por la función constituyente que ejercita.
No solo la Ley constituye por su acción un modo de intercambio asegurándolo, sino que a su vez un modo
determinado de relación intersubjetiva determinado n esa letra, da sentido a la
Ley que en definitiva también constituye. La legalidad por tanto produce y reproduce un modo de funcionalidad
del sistema que legaliza y de los sujetos de la misma determinando por efecto un modo, un modelo de
subjetividad esperable.

8. LEGALIDAD Y PODER
E el ejercicio de la legalidad, decimos, se constituye algo y a su vez ese algo constituye la Ley.
Con modos de intercambio nos referimos a determinados modos o formas organizativas de la producción y
reproducción de estructuras subjetivas, que en lo social se traduce en los modos cotidianos de resolución de
necesidades como trabajo, educación, transmisión cultural, recuperación de la salud, en definitiva el Bienestar
mismo. Que en última instancia van a respetar un principio de distribución de beneficios determinado de ese
funcionamiento.
La organización interna de la Ley (elementos heterogéneos con un ordenamiento de estratificación interna
respecto de un vértice: la Constitución) provee de un modo intrínseco la jerarquización respecto de los
beneficios. El beneficio del que participarán los sujetos va a estar vinculado con la posición que tengan en esa
jerarquización consecuente.
El sentido como valor que se propone como el elemento requerido y ubscado por los sujetos por su beneficio de
pertenencia, es en definitiva la capacidad de producirlo, el Poder de producirlo. El sentido por lo tanto va a estar
dado por el Poder como elemento de referencia permanente.
Aparece una configuración donde el Poder y su distribución son los elementos que dan sentido último al sistema
legal, ya que mediante éste va a estar preservada su existencia y jerarquías.
Todos aquellos elementos que hagan peligrar el equilibrio del sistema de distribución del Poder van a caer
dentro del terreno de la ilegalidad.
9. SUJETO – ALINEACIÓN – LEY
El sistema legal constituye un modo subjetivo necesario y consecuente, y que la relación en que queda el sujeto
respecto del circuito de lo legal va a estar determinada por la posición del mismo respecto de su condición de
acceso a los lugares del poder. Ese lugar va a sancionar al sujeto constituyéndolo en sujeto del poder, no Sujeto-
Poder.
El sujeto para serlo requiere de la sanción de Otro quien en ese movimiento es signatario del poder de
sancionar. La misma es posible en tato el soporte de esa subjetividad –un elemento significante- permita, por
carencia (de sentido), y demande de la relación de sanción que en definitiva es mutua con el otro ya que la
dinámica es de significación retroactiva.
La relación de sanción por lo tanto es constitutiva, y de exigencia estructural en el campo del
Sujeto y su inexistencia denotante de un espacio de carencia de deseo.
El goce pleno del Poder y la prescindencia de la demanda de sanción por otro, condena al sujeto a no serlo.
Existe por lo tanto una necesidad estructural de la función de sujetamiento que, para serlo, en definitiva lo será
de una legalidad determinada.
La relación Sujeto-Ley sostiene así la existencia del Poder. Asimismo la legalidad mediatiza la relación del Sujeto
con el Poder, siendo ella la que otorga los modos y proporcionalidades de su participación. La Ley por lo tanto
provee el entramado en que el Sujeto se trama en su posición esencial de sujeto del deseo.
La Humanidad supone por ello el atravesamiento de la condición subjetiva por una legalidad de distribución de
Poder y el renunciamiento al goce (del Poder). El sujeto por lo tanto respecto de la Ley está de ese modo en una
relación mediatizada, de extrañamiento, ya que en definitiva para participar de lo legal y así beneficiarse con su
sanción debe sujetarse violentando su condición de libertad.
La condición subjetiva por lo tanto será corrida, descentrada en una relación de alienación y referenciada a la
Ley. La alienación lo será por lo tanto de la posibilidad de gozar del Poder – de ser la Ley -, es decir, de la
condición de unicidad indiferenciada de acoplamiento gozoso en una inclusión que borra la diferencia con el
Otro que queda así subsumido también en Uno.
La alienación-extrañamiento de ese lugar a-legal, es la condición del Sujeto. La Ley así resulta la Ley de
distribución del Poder, y el sujeto para serlo debe guardar una relación de alienación con ella a condición de su
libertad.
No obstante es justamente la perforación del sistema que el sujeto (en su condición de no agotado en ese único
lugar) ejerce, atravesando el circuito de lo legal y produciendo lo ilegal en un movimiento de sanción simultánea,
lo que inaugura la confirmación de la legalidad.
EL ACTO Y LA SANCIÓN PENAL
Se puede observar en las prácticas actuales de justicia que, más allá de la calidad de las medidas dentro de las
cuales el sujeto que ha delinquido queda inscripto como pasivo –la pena-, en definitiva el resultado es la no
desvinculación de la cadena de acciones, tanto delictivas como represivo rehabilitatorias, que lo tienen como
soporte.
Esto es, el sujeto que se hace pasivo de la acción de la justicia por su acto, es sometido a su vez a la acción de
otro acto – la imposición- que lo desplaza del lugar de sujeto activo.
Si a la acción del sujeto sometemos otra acción, la de la sanción, no estamos introduciendo otra cosa que
certezas, y justamente la certeza que el sujeto es lo que se cree de él, agotando por lo tanto su condición de ese
lugar. Es así evidente que, como efecto de este sistema de confirmaciones, lo que se cree será estructuralmente
también lo que el sujeto creerá de sí, y la consecuencia la confirmación de la posición delictiva que lo tiene
capturado.
En este espacio ocurrirá un efecto de victimización estructural del sujeto por su pasaje a condición pasiva de la
acción que lo sanciona y confirma en el lugar de Sujeto de la Acción delictiva por la calificación de otro; los
efectos subjetivos serán además la falta de reconocimiento, por extrañamiento, de la sanción impuesta.
La sanción jurídicamente determinada será siempre extraña e injusta al sujeto en tanto que estructuralmente no
lo implica, sólo a su acto por los efectos, los que también le son ajenos por la significación que revisten desde la
lectura jurídica: disvaliosos.
De ahí que, en términos generales, la consideración de la condición subjetiva del sujeto va a dar las condiciones
de reconocimiento de una forma de imposición o reproche adecuado. El reconocimiento que se haga del sujeto
orientará por lo tanto en su modo rehabilitatorio.
En ese sentido, si el mismo es sólo leído desde el registro técnico jurídico como sujeto en tanto Sujeto del
Derecho, la medida será planteada en términos estrictamente técnico administrativos. Y si el acto (reprochable)
se encadena a otro acto (la imposición judicial), no mediando más que las consideraciones técnico
administrativas, la rehabilitación se desvirtúa como aspiración, ya que el efecto será solo confirmativo.
Además, la presencia del Acto invalidará otra posible presencia, la de la Palabra, la que como fundante del Sujeto
(en tanto lo historiza y singulariza) estará ausente.
Decíamos que el Sujeto del Delito lo es en tanto sancionado, es decir en tanto es reconocido mediante la sanción
como tal. En ese momento, comienza a circular por circuitos de legalidad delictiva confirmantes de su posición y
proveyentes de sentido.
La sociedad humana entendida en términos de vinculaciones intersubjetivas está sostenida y vehiculizada en el
intercambio de la palabra, la que a su vez es campo fundante del sujeto legalizado por las leyes que la misma,
operando, establece.
Se puede afirmar que los actos delictivos en general ocurren en razón de la ausencia de una palabra operando en
el lugar donde el acto encuentra realización. Leído desde la ley jurídica, el acto es significado ilegal y dicho
delictuoso. En ausencia de otra la palabra de la Justicia es la operante produciendo la significación del sujeto por
la enunciación de su acto.
Queda firme y cerrado el circuito en tanto el sujeto y su acto sean leídos en términos de Sujeto del Derecho, en
términos excluyentes. Cuando el sujeto se enfrenta a otro y tiene que poner palabras en esa relación donde
había acto, ocurre un verdadero sufrimiento, el sufrimiento de tener que jugar un sentido de sí a la interrogación
del otro y, en ese sentido, exponerse – ante quien no había reconocido como sujeto en su acto-.
Este movimiento introduce una relación entre el sujeto y el otro de una calidad diferente. El sujeto del acto que
reconoce la legitimidad de la palabra puede salir del delito. Un sujeto queda entrampado en el delito cuando su
acción es confirmada por otra.
Si una interrogación logra introducirse creando un espacio de la palabra, el sujeto será enfrentado a otra
legalidad, aquella que lo devuelve y lo sitúa en su dimensión – allí enajenado teniendo la opción de re-
significarse, re-habilitarse, ahora en otro espacio. En esta posición el Sujeto tiene una alternativa. La acción de la
Justicia también. El campo de la rehabilitación es un campo alternativo, y como tal, debe ofrecerse como
rehabilitación del sujeto al campo de la palabra donde radica la única alternativa de encuentro con su destino.
Las imposiciones justas, desde esta lectura, serán aquellas que –en un sentido- se propongan, no que se
impongan, de lo que las imposiciones devendrán posiciones; esto requiere y abre la posibilidad de que las
mismas se construyan y articulen no sólo en relación al perfil del acto en tanto delito, sino fundamentalmente el
acto en tanto posición subjetiva.
Existe una necesidad de ambos espacios:
El sistema penal  opera como sistema de sanciones, cuyo interrogante fundamental es precisamente la penalidad
justa. En este, la rehabilitación insiste en encontrar un lugar difícil de decir en el sistema.
El campo de la palabra es el modo de sostenimiento subjetivo. En este, es necesaria la angustia para que el sujeto
pueda decir fuera del acto.
Efectivamente existen alternativas pero con algunas condiciones: una, que la misma será en tanto situada
singularmente, no sistemática; y otra que, toda rehabilitación será en tanto dicha por el sujeto.
ACERCA DE LOS LLAMADOS FUNDAMENTOS PSICOLÓGICOS DE LA IMPUTABILIDAD PENAL –Adolfo R. Manasseri
El Derecho Penal ubica, presenta y aborda desde más de una perspectiva y posición lo que gan dado en llamar
imputabilidad e inimputabilidad penal. Sin ser sinónimos hay coincidencia en reconocer que en ésta se trata de
la pregunta por la responsabilidad.
En el campo que referimos responsable quiere decir sancionable. Un sujeto responsable es aquel a quien puede
aplicársele una sanción, una pena o un castigo y “puede” indica aquí una condición que el sujeto “posee” para
que la sanción sea posible de aplicar. Se ha definido también la imputabilidad como una “cualidad personal, un
estado psicológico-espiritual que convierte al sujeto en autor apropiado para la imputación jurídico-penal”, así
un sujeto sobre el que es posible fundar un juicio de reproche. El prefijo “in” indicará negación, o supresión,
ausencia de esta “cualidad” o “condición”.
Para aquellos casos en los que luego de algunos procedimientos se alcance la conclusión de que puede
atribuírsele responsabilidad en el cometido de cierto delito, el código penal tendrá
“reservado” o estipulado el modo, tiempo y forma del castigo (la pena) en un mínimo y un máximo dentro del
cual “cada caso concreto” encontrará su lugar.
Si en cambio se concluye lo contrario, no es seguro que esto indique la libertad del sujeto: también hay
reservado un lugar: el psiquiatra y generalmente para internación en establecimientos adecuados – que puede o
no ser el manicomio – que durará hasta que desaparezca la “peligrosidad” del individuo.
En el Derecho Penal la pregunta por la imputabilidad se plantea de distinto modo según se trate de la llamada
“escuela clásica” o de la “escuela positivista”. Se ubican de modo diferente:
E. Clásica: “si no existe libertad no existe responsabilidad”.
E. Positivista: “El hombre es responsable siempre de todo acto que realice, sólo porque y en tanto vive en sociedad”.
Hay una afirmación que restringe o elimina la responsabilidad en los casos de “locura”,
“alienación”, etc. es decir la locura como factor de exculpación. Desde temprano también se presentó la
pregunta acerca de quién determinaba la inimputabilidad distribuyéndose esa alternativa entre los juristas
(como una sentencia) o los psiquiatras (como un diagnóstico).
Modernamente se ha venido a coincidir en reconocerla como ámbito de peritaje.
La evolución legislativa va ampliando progresivamente los “causales de inimputabilidad”. Una enumeración
“moderna, amplia y flexible” de estos se propone de este modo:
 Causales psiquiátricos
 Defectos en el desarrollo mental
 Perturbaciones profundas de la conciencia
 Alteraciones morbosas del psiquismo
 Alteraciones no morbosas del psiquismo
 Causales psicológicos
 No comprensión (de las acciones)
 No dirección (de las acciones)
La presencia de uno de estos causales “debería” bastar para decidir la no ponibilidad.
En el Código Penal Argentino  Se incluye la inimputabilidad de menores, y se refieren situación exculpantes a
probar o establecer en proceso. Se remite aquí desde la comisión de delitos en caso de posible legítima defensa
hasta casos en que el “estado mental” podrá producir la exculpación. No son punibles:
El que no haya podido en el momento del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades por alteración
morbosa de las mismas, o por estado de inconciencia, error o ignorancia de hecho no imputable, comprender la
criminalidad del acto o dirigir sus acciones.
El jurista tiene su propia teoría psicológica, la Psicología de la Conciencia. Para éste, el sujeto es responsable
cuando es un sujeto consciente, autónomo, regido por la razón o por la normalidad. No lo es cuando estos
atributos están ausentes o se formulan en “negativo”: in- consciente, a-normal, no autónomo, desposeído de la
razón. Esta forma de enunciarlo hace aparecer con claridad algunos otros supuestos de la concepción del jurista:
la posibilidad de medir las llamadas “alteraciones mentales”. La ley se apoya en la vieja concepción psicológica
en la que sólo lo consciente merece la denominación de psíquico y esto por supuesto ignora la llamada vida
psíquica inconsciente. El psicoanálisis comienza allí y esto produjo y produce en principio lo que provisoriamente
puede llamarse “ampliación de la compresión”, ampliación de las posibilidades de comprender un acto.
Se preguntan por la responsabilidad de esas tendencias inconscientes. Freud plantea que “es preciso asumir la
responsabilidad por esos contenidos oníricos correctamente comprendidos”.
El psicoanalista reserva para el jurista la posibilidad de que elija según su arbitrio un criterio social de
responsabilidad. El jurista a veces elije recurrir a la pericia para obtener de ésta el fundamento que espera para
la conclusión que ya tiene. Se ha reservado para sí el establecimiento de los criterios de imputabilidad y llama al
supuesto perito para que los aplique.
2456: Elmiger: El sujeto efecto de la ley

El Derecho parece hoy apoyarse más en la psicologías o en la psiquiatrías como elemento para dirimir o discernir
la responsabilidad de un sujeto que comete un delito, y el psicoanálisis se extendió hacia la clínica, abordando
las religiones, las instituciones, la familia, la cultura, y su malestar, en una aproximación al Derecho, pero
extrañamente, muy pocas veces enhebrandolo.
Pero en el entrecruzamiento de ambos muestra, paradigmáticamente un mismo lecho: el lenguaje. En los
sinuosos caminos se tocan sincrónica y diacrónicamente más allá de su campo específico de aplicación. Estos
pueden interrelacionarse o transitar por bordes que imbrican o excluyen los dos discursos.
La vida humana, es el objeto de estudio tanto del Psicoanálisis como del Derecho.
El mismo objeto abordado desde el discurso jurídico y desde el psicoanalítico. Mientras que la función de unos
es anudar la ley, el montaje jurídico del Código Penal, a la pena, a la sanción, de acuerdo al acto delictivo, los
otros, funcionarios de la noche, no podríamos hablar de sujeto, de inconsciente, de subjetivación y menos aún
de reconocer un crimen, o un acto cualquiera sea , sin pensar en el montaje institucional, jurídico, que es la
causa misma de la existencia humana.
La materia prima del Psicoanálisis, el inconsciente abre la brecha entre ambos discursos.
Mientras que el sujeto del Derecho, es el agente, el autor de un acto, y de lo que se trata es de delimitar “su
capacidad para comprender la criminalidad de su acto o dirigir sus acciones, no suprimida por la insuficiencia de
las facultades mentales o estado de inconsciencia” ARTÍCULO 34. INC 1º del Código Penal, el sujeto del
Psicoanálisis es justamente el sujeto de esa “inconsciencia” y no es agente, sino el resultado, el producto de las
palabras de Otros, y se muestra, justamente en los equívocos. El desconocimiento y la duda, el no saber, lo
extraño, la sorpresa, encierran una verdad.. objeto del Psicoanálisis. “Un saber con ignorancia del sujeto”.
1. La ley como procreadora de la subjetividad humana - O el sujeto instituido por la ley-
Las instituciones son un fenómeno de la vida humana. Instituir implica la intersección de la normatividad con la
biología. Del lenguaje con lo viviente. De la cultura con la naturaleza.
Instituir implica ordenar.
El sujeto humano está creado por sus instituciones. Estas lo producen, lo incorporan en su tejido legal, lo
inscriben, registran en l civil su nombre, su apellido. Podemos postular un doble nacimiento: el biológico y el
institucional. Es por estar instituido que el sujeto da cuenta de su filiación, de su genealogía, de su historia
familiar, de su linaje. El hijo es hijo de las instituciones. Tanto el nombre como la imagen del humano implican la
transformación de la carne en palabras, de la carne en símbolos transmisibles de generación en generación.
Sostén simbólico qué liga, afilia, concibe, y que necesariamente une al sujeto con las instituciones, ya que es
procreado por ellas, sostenido por ellas, efecto de ellas. Por ende, deudor de ellas.
He aquí la primera premisa que adquiere valor estructural: el sujeto, efecto-hijo de las instituciones, es por eso
mismo, deudor. Debe su nombre, su apellido de filiación.

El Psicoanálisis plantea la ley en lugar del padre y la culpa o deuda, como resultado de la filiación del sujeto a la
ley y por lo tanto, esta condición de estructura.
2. Equivalencia de la función paterna y la ley
Se postula la equivalencia del lugar del padre, en psicoanálisis, a las instituciones a la ley.
El Psicoanálisis postula al padre como creación, como artificio, como lugar encarnado por alguien o algo (ficción)
cuya función es ordenar, legislar.
Del mismo modo que las leyes y las instituciones surgieron de la necesidad de los ciudadanos, de los miembros
de la polis, el padre, como lugar, es una creación del hijo. Es desde el hijo que se construye el padre. la
imperfección de los sujetos humanos, crea, inventa, supone un lugar: el padre, la ley, dios. Lugar distinto,
tercero, no equivalente al del hijo. Lugar Otro, lugar idealizado, sostenido como referencia y como garantía de
protección.
Su función es ordenar y legislar. Por simbolizar y encarnar otro lugar, inscribe las diferencias.
Por estar en distinto lugar, el hijo espero creado a imagen y semejanza del padre, no. El hijo hereda del padre el
nombre, la imagen, los bienes y los males. Pero no es el padre, es su heredero. De allí, que el padre o la ley, son
una instancia tercera.
Algo le está prohibido al sujeto. No todo puede. La ley del padre, como las leyes del sistema judicial, prohíben y
ordenan, y en este acto, ponen límites a la omnipotencia, inscribiendo en el sujeto la falta, la no perfección, al
ser reconocidas por este.
Es esta prohibición, la que funda al inconsciente y sus efectos: el deseo, la exogamia, el amor, la diferencia
sexual, el lazo social.
En estos sinuosos caminos de cruce entre el Derecho y el Psicoanálisis, vemos que es la ley, o la función paterna,
quien legisla la vida institucionalizada del sujeto en el entramado social, y que al prohibir, cava un hueco donde
se instalan las diferencias, motor del deseo.
3. La culpa, efecto de la humanización, como anudamiento del sujeto a la ley.
La culpa no es sino el lazo mismo que une a todo sujeto humano con su procreador, en el lugar de la ley. La
culpa, surge como efecto de la humanización y como anudamiento de todo sujeto a la ley, o sea, al montaje
institucional.
La culpa para el Psicoanálisis, es el ombligo de la subjetividad. Mientras que el Derecho postula a la culpa, como
actitud, diferenciandola de la imputabilidad, postulada como aptitud, el Psicoanálisis, como dijimos, ubica a la
culpa como nodal en la estructura subjetiva.
El Derecho, diferencia culpabilidad de imputabilidad cuando dice que “la culpabilidad es temporalmente
momentánea, ya que refiere a un delito concreto, mientras la imputabilidad, como estado o calidad del sujeto,
es algo permanente o al menos, durable en el tiempo”
“Para ser imputable, tiene que haber capacidad de culpabilidad”
No se nos escapa que plantear la culpa como condición estructural de la subjetividad humana como la ligadura
que une al sujeto con la ley, como deuda de todo hijo con el padre, como pacto simbólico del sujeto con la ley,
es muy distinto a postularla como
“actitud” referida al momento y a la intencionalidad.

El Psicoanálisis ubicaría la RESPONSABILIDAD , la posibilidad de responder por su acto de un sujeto pleno de


derecho.
La deuda genealógica o culpa estructural implica el reconocimiento al nombre donado por el padre, a su ley, y a
la transmisión de la misma, con lo cual el sujeto tendrá la posibilidad de apropiarse de sus actos, de sus deseos
inconscientes, y por lo tanto, del derecho de sobrevivir en su decencia.
El funcionamiento del sistema legal ordena, diferencia, sanciona y de allí sancionar en sus dos acepciones, como
castigo y como nombre, implica que la ley, al sancionar un delito, lo nombra, lo hace visible, legible, reconocible
a la sociedad. Lo diferencia de lo que no es delito.
Si bien la herencia articulada a las palabras, lo sancionado, posibilita al sujeto la vida, un lugar en el mundo, un
nombre, una historia singular con derecho a ser transmitida, también la herencia, desarticulada a las palabras, o
sea lo no dicho, lo no simbolizado, lo no trasmitido por alguna oscura razón, lo silenciado, lo no reconocido, lo no
sancionado desde la ley, las culpas impunes, “pasan” como un pecado que el hijo asume como culpa, más no
como deuda reconocida.
4. El crimen como obra humana y su relación con la culpa
El crimen es así una obra humana y es, también, un nefasto- efecto de la inscripción de la ley, ubicable en los
fracasos de la misma. ¿Qué ocurre cuando desfallece la ley?
Los holocaustos, las persecuciones, desapariciones, homicidios, suicidios (en todas sus formas) implican la
ruptura del pacto con la ley del padre y la ofrenda del cuerpo humano como sacrificio a la voracidad de algún
oscuro dios.
En estos casos el sujeto, en Lugar de sostener la deuda de símbolos con la ley, lo rechaza.
El homicidio es la expresión más pura de la omnipotencia. La ley que prohíbe y dice: “no todo puedes”, pierde
eficacia y el sujeto queda a la merced de la locura del “todo puedes”: al homicidio planteado en términos de
destrucción o de autodestrucción y al incesto.
La culpa pierde su dimensión de reconocimiento y torna en culpa de sangre o culpa muda.
No son símbolos los que se deben, es la misma vida. La vida o la del otro dejan de estar sostenidas desde el
montaje institucional, desde el sistema legal, desde el Nombre del
Padre, pues este fue impugnado.
La inconmensurabilidad de la culpa (de sangre) es correlativa, a la ausencia de responsabilidad. El Otro lo pide.
Conclusión
La vida se halla institucionalizada, instituida desde la función paterna o sus equivalentes: ley, montaje normativo,
o función dogmática.
El anudamiento llamado deuda o culpa, que es el ombligo de la subjetividad humana es estructurante.
La doble faz de la culpa: Anudada al montaje simbólico de la ley, donde se sostiene un pacto o como rechazo en
el homicidio. Rechazo que deja al sujeto en una total orfanidad en la obediencia debida, donde no hay
responsabilidad subjetiva. Toda responsabilidad es del Otro. Aquí la relación entre acto y autor, es nula. El sujeto
no es responsable. Es el Otro el que se lo pide.
Si el homicidio implica el rechazo a la ley, a la función del padre, es en suma, un parricidio.
Es el asesinato a la ley simbólica en el lugar del padre, con el consecuente sometimiento a alguna tiranía, obediencia
donde el Otro es el responsable.
2407, Tapias- Ps jurídica: responsabilidad y control social
La práctica de la psicología siempre exige una actuación ética por parte del profesional que la ejerza por implicar la
derivación de una consecuencia individual o social. por eso se puede asumir que la psicología también es una forma
de control social. (Cómo se van a realizar acciones que tienen una consecuencia tanto sobre un individuo como la
sociedad, la disciplina es una forma de control social y es por eso que se tiene que ejercer éticamente)
Homans  Define control social como el proceso por el cual se logra la conformidad de los individuos al sistema
mediante la sumisión a la Norma.
→ Cómo  tiende favorecer la conformidad social y a las estructuras de poder se lo ha entendido como instrumento
en servicio a los grupos élite,  de represión o dominación. por este motivo el término habitualmente ha sido
percibido por las ciencias sociales con recelo y connotación peyorativa, es por eso que hay que recontextualizarlo
para la reflexión propuesta en este texto. (La cátedra no piensa de que el control social sea necesariamente malo)
Los abusos del control social que favorecen a los grupos de poder son reales, pero suceden como consecuencia del
abuso de una  función social necesaria. Estos excesos suceden en todas las instituciones, Como por ejemplo la
institución familiar,  en la misma una persona debe encontrar protección Sin embargo a veces es donde más se
vulneran sus derechos. sin embargo no hay que descalificar a la familia como institución con función social legítima.
(Cuando el control social sirve al poder hegemónico es porque se abusa del mismo)
El control social es necesario y debe ser ejercido por la propia sociedad. es por eso que a todos los profesionales nos
competen esta área.
El control social puede ser formal o informal. La organización Estatal y jurídica es un ejemplo de control social formal
y la familia y otros grupos sociales ejercen el control social informal. La psicología puede ser tanto un instrumento
formal o informal de control, a veces el control social que ejerce la disciplina puede pasar desapercibido, es por eso
que es necesario construir entes que permitan el control y la vigilancia al interior de nuestra profesión. En el caso del
psicólogo jurídico las consecuencias son visibles y formales, sus intervenciones ocurren en situaciones extremas de la
vida de las personas, actúa sobre conflictos que no se resolvieron por otra vía. Sus intervenciones desencadenan
actos justos o impunes, es por eso que su responsabilidad social Es evidente.

la psicología jurídica es el estudio la intervención y asesoramiento en el comportamiento humano que alcanza


implicaciones jurídicas.
(Creo que está definición apunta a resaltar el hecho de que las acciones que se toman en el ámbito jurídico TIENEN
consecuencias que impactan en la vida de las personas implicadas y la sociedad en general)

ha sido entendida como una derivación de la psicología social, aunque también es concebida como una extensión de
la psicología clínica. la disciplina oscila entre lo individual y lo grupal.
Dos ejemplos extremos, si se la Piensa como psicología social puede aliarse con el sistema carcelario de protección
social y olvidarse los derechos del individuo ignorar la ineficacia el sistema penitenciario. Cómo psicología clínica
puede justificar las acciones antisociales de un sujeto que fue victimizado y ahora está el papel de trasgresor
olvidando las nuevas víctimas que este sujeto que también merecen protección y ayuda. Estos ejemplos ilustran
como la psicología jurídica tiene una doble exigencia por un lado debe velar por el bienestar del individuo y al mismo
tiempo proteger al grupo social.
es importante enseñar a los psicólogos jurídicos en formación Quién es su verdadero “cliente/jefe”: el estado y las
instituciones judiciales, es por eso que tienen que servir a la verdad ya la justicia hacia donde ella se inclina basados
en la ciencia del comportamiento y los lineamientos éticos sin favorecer a víctimas u ofensores . (Deben ser
imparciales evitando tomar partido por alguna de las partes)
Este rol se puede ejercer con responsabilidad y coadyuvando (sí, el texto dice coadyuvando) el control social, sin la
connotación peyorativa con la que se lo estigmatiza, aceptándolo como una función necesaria. Un ejemplo de esta
actuación de control social como necesaria responsable sería el caso de asesoramiento en un centro penitenciario
cuando se estudia la posibilidad de que un agresor sexual obtenga un beneficio extramuros, valorando el riesgo de
reincidencia criminal basado en pruebas objetivas de comprobada validez, el profesional en psicología jurídica podrá
velar porque se respeten tanto los derechos del penado como al mismo tiempo se proteja la sociedad privandolo o
no del permiso de libertad de 72 horas.

Es posible que al ejercer para la verdad y la justicia, el psicólogo también tenga que  oponerse al sistema judicial. por
ejemplo en los casos de victimización secundaria que favorecen a infractores. de esta manera hay que pensar a la
psicología jurídica como Autónoma, la misma ha sido frecuentemente entendida como una disciplina “auxiliar” de la
justicia sumisa y servil.

Cómo a veces las legislaciones están basadas en normas arbitrarias que contrarían la evidencia científicas acerca del
comportamiento, podría pensarse que sería ideal que en un futuro la psicología jurídica aporte a la construcción de
las normas jurídicas. A su vez que se diseñen programas de prevención y asesoría que permitan ir más allá de la
represión de los comportamientos desviados intentando evitarlos.
La psicología tiene como misión mejorar la administración de la justicia, humanizar El ejercicio del derecho y sobre
todo el deber de aportar una visión crítica para confrontar las prácticas judiciales si las mismas no son acordes con lo
que es humanamente necesario. Es cuestión de no actuar como auxiliares ciegos de la justicia si no como científicos
del comportamiento responsable y críticos que velan por el mejoramiento del sistema judicial en su integridad.

Unidad 2

2470: Degano, el sujeto y la ley 2da parte: trabajo pericial

El vocablo Perito en tanto concepto indica un "experimentado, entendido, práctico, versado en un arte o técnica,
Persona autorizada legalmente para dar su opinión acerca de algo que es de su dominio". En este sentido el
Psicólogo es un práctico o experimentado en un campo de predicación que le es propio por su ejercicio, la Psicología.
PRACTICA PERICIAL
La práctica pericial articula con la función central del espacio de Potestad Jurisdiccional que inviste al Juez.
La función de juzgador que éste ejercita tiene dos tiempos, complementarios entre sí, y que dan sentido dinámico a
la función de juzgar: Oír y Fallar.
El primero, Oír, implica un espacio receptivo, una función de escucha activa de las partes en el decir de sus reclamos
(litigio).
En esta posición de dos partes que dicen, una terceridad que escucha y un sistema simbólico queda sentido al
conjunto (Códigos, Doctrina. Jurisprudencias, etc.), se juegan lugares de componentes funcionales de un proceso de
construcción de una instancia o dispositivo jurídico de Senado: La Verdad Jurídica, la que a su vez soporta la palabra
del Juez en el segundo momento de su función de juzgar, el Fallo.
La función principal del Proceso es la construcción de la Verdad Jurídica.
Las significaciones posibles que se desprendan del decir de las partes y la escucha del Juzgador, devienen de
instancias referenciales ajenas en parte a la ciencia jurídica (disciplinas, artes, ciencias, etc) y que están previstas y
representadas en la figura y función del Perito, que juega una función de decir, y dice de una instancia construida
desde su lugar, su saber.
En el segundo momento, en el decir del Juez: el Fallo, está de este modo presente lo oído-dicho por el Perito en otro
espacio (el de su disciplina- escucha) que, para el Sujeto del Juicio, articulará con el destino que determine la Verdad
que en más opera sobre él. Esta Verdad producirá efectos en su condición (la del Sujeto del Juicio) que determinará
un cambio de posición del mismo.
PERICIA PSICOLOGICA
El psicólogo convocado por el Juez (por su iniciativa o porque lo solicita alguna de las partes) que demanda una
función de escucha específica producirá un decir que indique algo de la Verdad del Sujeto (de la pericia).
Su acción le inducirá en la línea de permitir que el Sujeto de la Pericia diga más desde su lugar de Sujeto de su
singularidad histórica que desde su condición de sujeto de la Pericia. Este lugar, corrido de una sujeción sancionante
de los aparatos de Justicia, le permitirá a la vez desplegar su escucha en la dimensión que no cierre la posibilidad de
la instalación de un campo transferencial.
Luego, siguiendo los cánones procesales de la administración de Justicia, la instancia convocante de la pericia
inscribirá su moción demandante y así formulara los Puntos Periciales.
PUNTOS PERICIALES
Es lícito pensar que los Puntos de Pericia a los que el perito debe responder constituyen un recorte o perfil de un
espacio in-significado, no comprendido en el Proceso de elaboración de la Verdad Jurídica y que ha producido la
demanda de pericia lo que indicaría que es éste un espacio de pura interrogación al que el decir pericial otorgará
sentido.
Esta interrogación no sólo jugará una demanda de significación sino también un intento de retomo a la inscripción
de sentido original (el discurso jurídico) jugándose un doble movimiento en tanto que en un sentido se abre a la
introducción de otro decir y en otro produce una saturación o sutura del mismo hueco por una presunción (pre-
sanción) sobre lo interrogado.
Los puntos periciales así, representarán una solución de compromiso de estos dos movimientos.
DECIR PSICOLOGICO - DECIR JURIDICO
Se enfrenta el psicólogo en su función pericial, a una instancia fundante de dos discursos; el psicológico (decir del
Sujeto) y el jurídico; diferencia de concepción en cuanto a las nociones de Sujeto que cada una recorta.
Esta distancia o diferencia de miradas sobre el Sujeto polariza por un lado en la perspectiva del Derecho
conceptuando ese lugar de pura teoricidad, que implica necesariamente una construcción de Sujeto Autoconsciente
y Responsable de sus actos (jurídicos), lo que supone a su vez una Voluntad en cuanto a la fundación de sus acciones
y una Conciencia organizadora de las mismas.
El decir de la Psicología tomando como tal el conjunto de cuerpos teóricos o predicaciones sobre el Sujeto Psíquico
(Psicoanálisis y lecturas analíticas), contextúan en general el lugar del Sujeto en una dimensión de Subjetividad (con
variantes a veces antagónicas sobre su significación), pero diferentes del centramiento en la Voluntad- Conciencia de
lo anteriormente referido.
LOS PUNTOS DE PERICIA Y LA FUNCION PSICOLOGICO-FORENSE
Todo proceso es un debate de razones, es un proceso de elaboración de un razonamiento (juicio) que produzca un
elemento de sentido que opere como productor de una verdad, la Verdad Jurídica, soporte del fallo.
Las partes funcionan en oposición tramando una textura discursiva en tanto oponen sistemas de razones, esto es,
versiones articuladas y sistemáticas sobre los hechos en juicio.
La pericia como tal es un acto procesal en el amplio sentido, sujetándose por lo tanto a las modalidades requeridas.
Ante la solicitud de Pericia de una de las partes, la otra toma necesariamente sus posiciones, resultando que los
puntos de pericia son productos de los requerimientos que cada parte formule.
Así, la solicitud de pericia lo es de las CONFIRMACIONES (técnicas) de presuposiciones que las partes sostienen.
Los puntos de pericia limitan las acciones del perito y operan recortando y perfilando una verdad ya supuesta. En
este movimiento, si bien abren una interrogación que acotan, en el mismo, saturan ese espacio abierto, ya que
siempre suponen un lugar de formulación (las presunciones a confirmar).
La formulación de los puntos de pericia conlleva siempre una intencionalidad de realización de una de las posiciones
en pugna.
Esta cuestión de la naturaleza conflictiva de los actos procesales no debe escapar al conocimiento del perito forense,
quien deberá leer no sólo la formulación demandante (puntos de pericia) en dimensión de contenido manifiesto,
sino articularlo con la dimensión latente a efectos de comprender la naturaleza de su presencia en la causa, y la
significación que puede tener su dictamen en relación con la totalidad de la sustanciación de la misma.
La noción de Sujeto puede ser leída desde diferentes registros, provocando de este modo una asimetría en la
posición que el perito y su dictamen tomen respecto de lo demandado.
A la condición conflictiva esencial de todo proceso, se suma el hecho de la naturaleza misma de todas estas
prácticas: la dimensión subjetiva del sujeto del Derecho.
La tarea del psicólogo en función pericial será la de decir sobre ese sujeto y su verdad atento a todas las condiciones
apuntadas las que operarán, tanto como los puntos de pericia, para la formulación del estilo del dictamen.
Será tarea del Juzgador en este caso valorar lo pertinente o no de los elementos de valoración agregados (fuera de
los puntos de pericia estrictamente hablando) tal como lo faculta su potestad, pero la existencia de estas
valoraciones del perito no producirá por sí nulidad del dictamen. Así el psicólogo desembarazado de estos
condicionantes estructurales en tanto sepa de su existencia, podrá operar desde la disciplina de la subjetividad, oirá
lo que tiene que oír y dirá lo que tiene que decir. Nos asiste la posibilidad de leer las demandas judiciales y sus
formulaciones procesales desde una dimensión ampliada y enriquecedora, y así operar con mayor grado de eficacia
en la dimensión de la verdad subjetiva en juego. Lo demás es debate jurídico.

EL INFORME PERICIAL
El informe o Dictamen pericial puede ser entendido como la operación de cierre de un proceso de elaboración de un
saber sobre el espacio recortado por los puntos de pericia.
En la actividad pericial la producción de pruebas tiene inicialmente el sentido de producir en el juez un efecto de
convicción sobre lo afirmado por las partes.
Desde la perspectiva de los condicionantes jurídicos que sostienen esa actividad existen algunos requisitos que el
dictamen debe satisfacer necesariamente, a saber:

1- Que tenga existencia jurídica.


2- Que tenga validez.
3- Que tenga eficacia probatoria.
El primero, la existencia jurídica, se la da sólo el hecho de que el dictamen revista las características de un acto
procesal, producto de un encargo judicial, elaborado personalmente por el perito, siendo éste un tercero en el
proceso sobre los puntos en cuestión (periciales) conteniendo sus propios conceptos personales sobre los mismos.
El segundo punto indica que para evitar la nulidad del dictamen debe contemplarse que la ordenación de la prueba
haya sido en forma legal, poseer el perito capacidad jurídica para el cargo, haber hecho posesión del mismo y que la
presentación del dictamen sea en forma legal.
El tercero indica que debe ser conducente respecto del hecho por probar, que el perito sea competente y no existan
motivos para dudar de la imparcialidad del mismo, que el dictamen esté debidamente fundamentado y sus
conclusiones sean claras, firmes y consecuencia lógica de sus fundamentos.
Como primera consecuencia se puede reconocer que en general el espacio o estructura que desde el punto de vista
estrictamente procesal se le otorga a la actuación pericial y su producto, el dictamen es un conjunto de condiciones
formales que dan existencia a un contenido que será a su vez dado por el campo que recorten los puntos de la
pericia, siendo a su vez éstos los elementos singulares del espacio a peritar.
El decir del Derecho como sistema conceptual, determina cual es su territorio de pertinencia, delimitando su objeto
de estudio que en este caso está perfectamente preconcebido como supuesto en los puntos de pericia.
De ello deviene que es vano, en terreno estrictamente procesal, tratar de entender fuera de la letra jurídica otro
"contenido" subjetivo que no sea el especificado y puntualmente delimitado en la convocatoria a la pericia.
TECNICA PERICIAL
Se señalaban más arriba diferencias en las posibles lecturas del texto de doctrina jurídica que permitan discriminar a
su vez desde el campo psicológico cuestiones de tipo operativo o técnico específicamente.
La cuestión primera es la relativa a la existencia o no de un tipo de instrumentación técnica exclusiva en el proceso
de ejecución pericial por parte del perito psicólogo.
Es evidente que esto va a estar sujeto por un lado a la conceptualización de referencia que cada uno de los
operadores (peritos) recurra, pero también a lo que por medio de los puntos de pericia se esté solicitando.
En este sentido es necesario reconocer que la figura señalada (Capacidad intelectual, por ejemplo) puede ser
entendida además de la capacidad de abstracciones y correlaciones como tradicionalmente se lo entiende, como
una multiplicidad de cosas más si la leemos desde una mirada relativa al campo de la Subjetividad, llegando a poder
entenderse también como capacidad de vinculación intersubjetiva, capacidad de metaforizar, capacidad de
significación, etc.
Lo anterior indica claramente que de acuerdo a la concepción del campo conceptual de que se trate, serán los
modos de abordaje de las puntuaciones que los puntos de pericia señalen, no privilegiándose en carácter de
exclusividad ningún tipo de técnica o indicación instrumental específica.
En definitiva, la pericia Psicológica será conducente en tanto aborde el objeto que le es propio, es decir el objeto que
es objeto de conocimiento de la disciplina de la Subjetividad desde donde la pericia toma referente, tanto
conceptual como instrumental, lo que indica en último término que las pericias psicológicas serán conducentes en lo
relativo a los elementos de convicción que otorguen al juez sobre aquello en donde es necesario para la actividad
procesal esclarecer algún aspecto de la Subjetividad de los sujetos del proceso.
La validez de conducente de la pericia psicológica está en su objeto específico de conocimiento: el campo del Sujeto.
EL SUJETO DE LA PERICIA
Desde la lectura que desde el campo jurídico se hace del sujeto como soporte de la actividad procesal, el mismo
reviste características o connotaciones positivas, esto es, tomara el lugar de Objeto de la pericia reconociendo a su
vez que no siempre es el mismo objeto (sujeto) el del proceso que el de los puntos de la pericia y a su vez el que
sostenga cada una de las partes en el debate litigioso.
Este lugar Sujeto (objeto de derecho) como lugar tópico, preestablecido discursivamente y a ocupar por
individualidades (subjetividades) que lo encarnen, remite a una concepción prefigurada y soporte conceptual que en
el discurso y la letra jurídica es el concepto de Persona. El concepto de Persona, como designante del lugar Sujeto,
en principio no coincide puntualmente con éste entendido en términos de Subjetividad. Una diferencia básica está
en el sentido o movimiento que el concepto (Persona) insinúa.
El concepto de Persona en su raíz indica un movimiento inicialmente centrípeto: el sentido Per-se (Persona) o Para
sí, sentido que atraviesa las cadenas de significación del discurso jurídico y que por su efecto produce un lugar de
sujeto autorreferente o referente autónomo de si.
De ello que la persona es referente y responsable de sus actos, así como de los derechos y las obligaciones que lo
asisten y determinan, en una formulación montada cuyo resultado es un Sujeto para sí (el sujeto del Derecho).
La diferencia radica en que en el registro de la Subjetividad el sujeto lo es para Otro, el sentido o movimiento será
centrífugo y por lo tanto diametralmente diferente del sujeto para Sí que sostienen en su formulación los puntos de
pericia.
El Sujeto es esencialmente sujetado a Otro, determinado por mecanismos o funciones que le son ajenos y de los que
no es elector voluntario de sus acciones, sino que éstos, sus acciones, son el resultado de un complejo de
determinaciones inconscientes que indica precisamente el sentido de pertenencia del Sujeto para otro: ese lugar de
alteridad del que está alienado.
Es necesario destacar que lo anterior no invalida que un sujeto realice elecciones conscientes en su
desenvolvimiento vital, pero éstas no serán autorreferentes ni del orden del libre albedrío, sino el resultado de un
juego de tensión entre su deseo y los puntos de prohibición que indique un (su) modo de relación intersubjetiva.
En último análisis los puntos de pericia inquieren por un sujeto para Sí y la lectura desde la Subjetividad dice de un
sujeto para Otro.
POSICION DEL PERITO
La verdadera dificultad de la elaboración del dictamen esta centrada respecto de la observancia de lo procesalmente
indicado (los puntos de pericia) y la necesidad de informar sobre aquello para lo que fuera requerido el perito, todo
ello en el contexto de la verdad subjetiva del sujeto de la pericia.
El punto de exigencia está dado por la dialéctica que indica que el perito debe producir elementos de probanza o
confirmarlas, aunque su lugar no sea producir un dictamen jurídico.
FUNDAMENTOS DEL DICTAMEN
El dictamen debe estar "debidamente fundamentado" y se articula con la siguiente condición establecida, respecto
de que el mismo sea, en cuanto a sus conclusiones, "claro, firme y que las mismas sean a su vez consecuencia lógica
de sus fundamentos".
Una relación inmediata por la continuidad de razonamiento lógico es la de vincular lo anterior con la exigencia de
que para la existencia jurídica de la presentación es necesario que el dictamen contenga "conceptos personales del
perito".
En este sentido es exigencia la fundamentación del dictamen ya que es un componente esencial que no sólo tiene
importancia formal para la eficacia probatoria, sino también de contenido en cuanto a su vinculación con las
conclusiones en una lógica de coherencia manifiesta. La Fundamentación sostiene así el andamiaje de las
Conclusiones.
La doctrina jurídica indica que deben ser conceptos personales del perito los que éste dictamine.
Teniendo en cuenta esta condicionante, tal vez se pueda pensar la Fundamentación de la pericia desde una lógica
del Sujeto donde, entre otros, funden lugares su historia entendida como momentos de construcción de su espacio,
las relaciones de familia y sus ordenadores, la posición del mismo respecto del hecho o hechos en cuestión, la
existencia de situaciones similares en periodicidad vividas por el sujeto, sus intentos fallidos, la estructuración de los
soportes de su subjetividad, las significaciones o sentidos que otorga a su condición subjetiva y jurídica, así como las
funciones que pueda estar desempeñando en su condición todo el montaje institucional y sancionante que el hecho
desencadenara, para una lógica que tal vez desconozca pero que se le impone desde algún lugar de su posición de
sujeto.
Se puede sostener que es el dictamen el lugar de prueba de la dimensión subjetiva.
CONCLUSIONES DEL DICTAMEN
Las conclusiones en general deben ser opiniones concluyentes sobre los puntos ordenados por peritar, recayendo la
apreciación del juez sobre lo concluido a ese respecto y quedando a su consideración la existencia de cualquier otro
elemento de valoración agregado como pueden ser las consideraciones auxiliares que el dictamen incluya fuera de lo
acotado por los puntos de pericia.
En definitiva, la realización del dictamen como modo discursivo no concluye en la realización formal del mismo, sino
que en último término lo sanciona otro: el actor de la lectura que de su letra haga.
LECTURA Y SENTIDO DEL DICTAMEN
En el plano de los niveles formales o procedimentales, la lectura que el juzgador hace está sostenida en el principio
denominado "de la Sana Crítica", la que ejercita atendiendo a su libre criterio, a su condición subjetiva.
El juez juzgará lo informado por el dictamen según "sus conocimientos personales, las normas generales de la
experiencia, el análisis lógico y comparativo de los fundamentos y de las conclusiones" del mismo.
Si bien existen modalidades procedimentales de sujeción o determinación, la claridad y firmeza de lo provisto por el
dictamen va a estar determinada por el sentido que le otorgue el juez, quien en ese acto singulariza también su
condición, la dimensión subjetiva singular que en definitiva proveerá, como garante de sentido, el lugar desde donde
se produzca una, entre otras posibles, lectura y sentido del dictamen.

ALGUNAS REFLEXIONES ACERCA DE LA PERITACION (TEXTO de Fabio Tulio Rodriguez Falguera, que es colaborador de
este libro de Degano)
El proceso como método dialéctico de debate
La idea de conflicto o "conflicto intersubjetivo de intereses”, es entendido como el fenómeno de una resistencia
acerca de un mismo bien en el plano de la realidad social.
Durante siglos el hombre asumió la lucha violenta y desigualitaria como pauta socio-cultural que le permitía imponer
la voluntad propia a la ajena. Esta singular manera de "hacer justicia" era el camino más directo a los fines de hacer
valer sus pretensiones.
Cualquier método de discusión que se estructure a partir de la prevalencia del más fuerte, rápido, poderoso,
inteligente, llevará a la conclusión de la insatisfacción del más débil, lento, etc.
La violencia o "justicia por mano propia" es la respuesta del hombre frente al agravio y humillación que significa de la
desigualdad de los iguales, como consecuencia de una arbitraria e ilegítima limitación o negación de las más
elementales garantías de defensa enjuicio de sus derechos.
Hicieron falta siglos para que el hombre advirtiera la necesidad de contar con un ámbito garantizador, un método de
debate que privilegiara la igualdad de oportunidades, el legítimo derecho de ser escuchado (audiencia en juicio) de
los sujetos que protagonizaran el conflicto intersubjetivo de intereses.
Así, se ha sostenido antes, que el objeto de conocimiento del derecho como ciencia, es la interacción humana, es
decir, 1) el hombre pactando con otro hombre, 2) el hombre con la mujer, 3) el hombre con el gobernante, 4) el
hombre reconocido por el Estado, 5) el hombre frente a la autoridad, instando a los fines de materializar la garantía
del proceso como método pacífico y dialéctico de debate.
Únicamente un sistema de procesamiento garantizador del derecho de defensa (abarcativo de los derechos
esenciales que refieren a su dignidad como persona) de los hombres puede brindar respuesta satisfactoria a los más
disímiles requerimientos sociales y conflictos que, acontecidos en el plano de la realidad social entre los hombres y
en el marco de las posibles interacciones humanas antes señaladas, son llevados luego al marco jurídico del litigio.
Las tendencias modernas que más se adaptan a la necesidad de concebir una idea lógica de proceso, propician el
denominado sistema de procesamiento dispositivo o acusatorio, aquél que permite a las partes un pleno debate en
un plano horizontal de perfecta igualdad con amplias posibilidades de audiencia o defensa (debida audiencia) ante
un tercero que se ubica en la posición de autoridad imparcial, imparcial e independiente respecto de las partes.
Dicho tercero será el juez, que como autoridad jurisdiccional estatal posee el indiscutible peso y gravitación del
director del debate. Esta autoridad debe comportarse como un auténtico tercero imparcial, no comprometido
subjetivamente con la discusión que motiva el proceso.
Cabe afirmar que "la razón de ser del proceso es la concreta existencia de un conflicto intersubjetivo de intereses,
traducido en la realidad de los hechos en la concurrencia de una pretensión y una resistencia respecto de un mismo e
idéntico objeto"; y que: "la causa del proceso radica en la imperiosa necesidad de garantizar la paz social,
erradicando toda posibilidad de ejercicio de fuerza ilegitima o justicia por mano propia".
Sólo el sistema de discusión que trate igualitariamente a las partes, brindándoles a éstas amplias posibilidades de
defensa, limitando consecuentemente cualquier intromisión judicial en el plano horizontal de la actividad del
procesar, garantiza la idea constitucional de "debido proceso" que tiene como principal objetivo erradicar el
desconocimiento de los más elementales derechos del hombre y con ello la arbitrariedad e incongruencia judicial.
Para que se verifique la existencia de un verdadero proceso, deben garantizarse cuatro etapas en el debate:
a) una necesaria etapa de afirmación que dará inicio al proceso, como método de discusión garantizados. Ello a
partir de la afirmación ante la autoridad de la existencia de un conflicto intersubjetivo de intereses con obvia
relevancia jurídica;
b) una eventual etapa de negación, que consiste en la garantía de la posibilidad que tiene el demandado de
defenderse dentro de la gama de conductas que puede asumir en el proceso, por ejemplo, podrá de acuerdo con la
regla de la altenatividad jurídica y entre varias posibilidades, contestar la demanda o guardar silencio, oponer
excepciones o simplemente controvertir los hechos afirmados por el actor;
c) una etapa de confirmación, también denominada de prueba. Aquí, a través de los medios de prueba o
confirmación que la ley procesal garantiza a las partes, éstas intentarán corroborar o probar sus dichos, sus
afirmaciones.
De acuerdo con el éxito alcanzado luego de agotada la actividad confirmatoria podrá hablarse que tal o cual parte
logró probar. Quede claro que la prueba es el resultado eventual que sigue a la actividad confirmatoria;
d) etapa de alegato de bien probado o conclusiones a que habrán de arribar las partes de acuerdo con los medios de
confirmación ofrecidos y producidos por éstas. Los litigantes intentarán vincular sus afirmaciones con los medios
utilizados para lograr la corroboración o prueba de los hechos o dichos sostenidos.
La finalidad que persiguen las partes es lograr la convicción del juez para obtener una sentencia favorable que haga
lugar a la demanda (en el caso de actor) o decida su rechazo (supuesto del demandado).
EN QUE CONSISTE LA PERITACION COMO ACTIVIDAD
La peritación es una actividad procesal desarrollada en virtud de encargo judicial (a pedido de parte y,
excepcionalmente, de oficio por el juez), por personas distintas de las partes del juicio, especialmente calificadas por
sus conocimientos técnicos, artísticos o científicos, mediante los cuales se suministra al juez (autoridad) argumentos
y/o razones para posibilitar la formación de su convencimiento respecto de ciertos hechos cuya percepción o cuyo
entendimiento escapa a las aptitudes del común de las gentes.
CARACTERISTICAS GENERALES DE LA PERITACION
A) Es una actividad humana.
Dado que el perito interviene transitoriamente en el proceso, éste debe realizar ciertos actos a los fines de presentar
su dictamen. Cabe destacar que mediante la peritación, el experto verifica hechos, características, modalidades y
eventualmente su vinculación o relación con otros hechos, sus causas y efectos.
B) Es una actividad procesal.
Por antonomasia o naturaleza, la peritación debe ocurrir en el proceso o como diligencia o medida procedimental
previa a éste. Esta particularidad, permite distinguirla de actividades similares que se realizan en forma
extraprocesal, con cierta frecuencia en las relaciones económicas, comerciales, que tienen como objeto ilustrar a las
partes interesadas acerca de las características, los valores, las causas y los efectos de hechos o cosas que son
materia de negocios u operaciones privadas.
C) Es una actividad de personas especialmente calificadas.
Es decir que la llevan a cabo personas especialmente calificadas por su ciencia, técnica o arte en determinadas
disciplinas que obviamente no son jurídicas y son en principio desconocidas por el común de las personas.
D) Exige un encargo judicial previo.
Significa que el Juez, como director del debate debe haber dispuesto la producción de tal medida de prueba. A su
vez, pueden tomar la iniciativa para su producción, en principio y generalmente las partes y, en contadas ocasiones,
el juez siempre que ello no implique suplir negligencias o carencias probatorias de los litigantes (afectación del
derecho de defensa e igualdad procesal). Es requisito esencial a los fines de su existencia jurídica que el juez ordene
o decrete su producción.
No se concibe la peritación espontánea (situación que permite distinguir la pericia del testimonio y confesión. En el
supuesto de que un experto se presente espontáneamente en un litigio cualquiera y preste declaración con
contenido técnico, científico sobre determinados hechos que se investigan, existirá un testimonio técnico, nunca una
peritación.
E) Debe versar sobre hechos.
El objeto de cualquier pericia debe ceñirse inevitablemente a hechos, nunca puede versar sobre cuestiones jurídicas,
ni cuestiones abstractas que no incidan en la verificación, la valoración o la interpretación de los hechos del proceso.
F) Los hechos objeto de peritación deben ser especiales.
Ello en razón de las condiciones técnicas, científicas, es decir, hechos, cuya verificación, valoración e interpretación
no fue posible con los conocimientos ordinarios de personas del común, y de jueces que tienen una preparación
esencialmente jurídica.
G) Contenido valorativo de la peritación.
Esa declaración del perito contiene además una operación valorativa. Ello así, por cuanto es esencialmente un
concepto o dictamen técnico, científico y no una simple narración percepciones.
H) Es un medio de confirmación (Prueba).

FUNCION DE LA PERITACION
Esa función posee un doble aspecto:
a) verificar hechos que requieren conocimientos especiales (atento a la ciencia, técnica o arte que devienen
necesarios);
b) suministrar al proceso reglas técnicas o científicas de la experiencia especializada del perito, para posibilitar la
formación de la convicción del juez e ilustrarlo con el fin de que pueda apreciar los hecho que motivan la peritación
en forma correcta.
DIFERENCIAS ENTRE EL TESTIMONIO Y LA PERITACION (ENTRE EL TESTIGO Y EL PERITO)
La doctrina clásica advierte cuatro diferencias fundamentales:
A) El perito puede conceptuar sobre hechos pasados, presentes y futuros. El testigo debe limitarse a narrar sus
conocimientos acerca de los hechos por él percibidos en el pasado o el presente.
B) Cuando el testigo conoce los hechos, esto no tienen todavía carácter procesal, salvo casos de excepción cuando se
trata de hechos ocurridos en su presencia en el curso del proceso. El perito, por el contrario, conoce necesariamente
que los hechos tienen el carácter de procesales, cuando ejerce su actividad de perito sobre ellos, porque ha sido
investido procesalmente con esa calidad. De modo que, por lo general, los conoce como hechos procesales y sólo
por excepción puede ocurrir que los haya conocido antes de ser designado perito.
C) El perito emite siempre juicios de valor que pueden ser de cualquier naturaleza excepto los puramente jurídicos.
El testigo no, pues sólo por excepción puede formular conceptos técnicos o científicos, limitados siempre a la
aclaración de sus percepciones o cuando es un testigo técnico.
D) El perito estudia los hechos en virtud de un previo encargo judicial (nunca lo hace en forma espontánea). Ello no
ocurre con el testigo, que puede presentarse a prestar declaración testimonial espontáneamente.
NATURALEZA JURIDICA DEL PERITO
Deviene necesario distinguir la naturaleza jurídica del perito y su respectivo dictamen.
 Existió en la antigüedad cierta tendencia de asignarle al perito el carácter de testigo.
 También se ha pretendido aproximar el concepto de perito al juez, pero resulta claro que el perito no juzga
sino que se limita a suministrar elementos de hecho y conceptos de valor que le sirvan al juez para
pronunciar su decisión. A su turno, el dictamen pericial no es vinculante, no obliga al juez, pudiendo éste
apartarse de lo dictaminado por el experto, con debida fundamentación de ello, cuando las circunstancias
del caso así lo exijan o aconsejen.
 Otra variante fue la de elaborar el concepto de perito como mandatario de la parte que le propone o
designa. Esto es absurdo e inaceptable, ya que significa un manifiesto desconocimiento de su función y
naturaleza. La peritación, como ya lo dijimos, es un medio de confirmación ofrecido por alguna de las partes,
excepcionalmente propuesto por el juez y juega, atento al principio de adquisición probatoria, como un
medio probatorio incorporado al proceso como unidad.
 Los autores modernos lo consideran un auxiliar del juez y de la justicia, un colaborador del juez o un órgano
de prueba.
 El perito es indudablemente un auxiliar o colaborador técnico del juez y de la justicia y también un órgano de
prueba tomando este concepto en el sentido de personas que colaboran con el juez en la actividad
confirmatoria, dentro de los cuales se encuentran también los testigos, los intérpretes, los funcionarios
judiciales que rinden informes con destino al proceso, etc.

¿Cuál es entonces la naturaleza jurídica de la peritación?


Si la peritación no fuera un medio de prueba, el juez podría suplirla con su investigación personal y privada.
Solamente si se la considera un auténtico medio de confirmación, resulta necesaria la peritación, porque entra a
formar parte dé la etapa probatoria, siempre que se presente en el proceso una cuestión técnica, científica o
artística, aunque el juez tenga o pueda adquirir conocimientos en la materia.
No puede negarse entonces que el dictante del perito le proporciona al juez elementos de conocimiento y convicción
sobre la realidad de los hechos que interesan al proceso, lo mismo que el testimonio, la confesión y los documentos.
Puesto que el perito no persigue producir efectos jurídicos con su dictamen, sino ilustrar al juez, su dictamen no
constituye una declaración de voluntad. Tampoco es una declaración de verdad, porque el perito puede incurrir en
error y debe limitarse a comunicarle al juez cuál es su opinión y personal respecto de las cuestiones que se le han
planteado.
El dictamen pericial es pues una declaración de ciencia, técnica, artística o científica.
REQUISITOS DE EXISTENCIA JURIDICA DE LA PERITACION
 Debe ser un acto procesal. Es decir, debe formar parte de un proceso o de una diligencia procesal previa o
preliminar.
 Debe ser consecuencia de un encargo judicial. Resulta indispensable que el dictamen esté precedido de un
encargo judicial mediante una providencia, decreto u orden del juez dictada y notificada a las partes
interesadas en forma legal.
 Debe ser un dictamen personal. El perito designado por el juez, no puede delegar su encargo en otras
personas, sin perjuicio de que puede valerse de asesores, auxiliares y/o colaboradores.
 Debe versar sobre hechos y no sobre cuestiones de derecho o abstractas No es posible solicitar ni decretar un
dictamen sobre cuestiones jurídicas. Al juez le corresponde en forma exclusiva y excluyente el conocimiento,
interpretación y decisión de los hechos con relevancia jurídicas en virtud del principio Jura Novit Cuna (el
juez conoce el derecho).
 El dictamente debe ser producido por un tercero. Y ello en un sentido estrictamente procesal, es decir, como
persona que no es parte principal, coadyuvante ni interesado de cualquier manera en el proceso.
 Debe contener conceptos personales de perito. En este sentido: si el perito se limita a citar o exponer
conceptos o conclusiones de otros expertos, por más autorizados que sean, existirá un mero relato o
informe pero no una auténtica peritación.
REQUISITOS QUE HACEN A LA VALIDEZ DEL DICTAMEN PERICIAL
 Que la ordenación de la prueba pericial haya sido efectuada en forma legal. Si no media la ordenación por el
juez en forma regular, existirá dictamen pero será nulo. Se incluye especialmente en este requisito a la
competencia del juez que ordena la medida.
 Capacidad jurídica del perito para desempeñar el cargo. La incapacidad del mismo puede ser transitoria o
permanente, puede referirse al ejercicio del cargo por ciertas inhabilidades o a su persona en forma
genérica.
 Debe mediar debida posesión del cargo. Este requisito se refiere a la exigencia del juramento previo para la
correcta posesión del cargo. Cuando el perito desempeña un cargo o función pública cuyo objeto es la propia
actividad pericial, tal presupuesto no funciona en cada ocasión. Esto es así por cuanto existe un registro
donde el funcionario, al asumir el cargo, presta juramento por única vez, sirviendo a los fines de cada una de
sus intervenciones.
 Que sea un acto concierne, libre de coacción, violencia, dolo, cohecho o seducción.
 Que no exista prohibición legal de practicar este medio de prueba. Varía según la legislación procesal de cada
lugar.
 Que los peritos hayan realizado personalmente su tarea. La función es indelegable, en lo que a la actuación
científica o técnica se refiere. Sin perjuicio de ello, puede utilizar colaboradores y auxiliares pero siempre
bajo su dirección y responsabilidad

REQUISITOS DE EFICACIA PROBATORIA DEL DICTAMEN


 Que sea un medio de prueba conducente respecto al hecho objeto de prueba. La peritación es un medio
conducente para confirmar o probar hechos con cierta relevancia científica, artística o técnica. Pero, puede
suceder que la ley exija un medio de prueba diferente para probar determinado hecho y, entonces, el
dictamen pericial será ineficaz o inconducente para lograr la corroboración del hecho objeto de prueba.
 Que el perito sea competente, es decir, un auténtico experto para el desempeño del cargo. Si de la
documentación presentada o de lo expuesto en el dictamen presentado por el perito se infiere que éste no
posee los conocimientos técnicos, artísticos o científicos necesarios para el caso concreto, el juez no le
puede reconocer eficacia probatoria y si tiene dudas al respecto debe desconfiar también del dictamen y, de
consiguiente, ordenar otro. En la competencia del perito se incluyen la ausencia de perturbaciones
psicológicas o de otro orden que aún cuando no alcancen a producir incapacidad mental o física para el
desempeño de su cargo, sí pueden afectar la fidelidad de sus percepciones y la exactitud de sus juicios.
 Que no exista motivo serio para dudar de su imparcialidad y sinceridad. Los vínculos de amistad íntima o
enemistad, las relaciones familiares con las partes, el interés económico que pueda tener en el resultado de
la causa son motivos suficientemente graves para dudar de la sinceridad, objetividad e imparcialidad del
perito.
 Que no se haya probado una objeción por error grave de hecho. Si se declara probada una objeción por error
grave contra al dictamen éste queda sin ningún valor y debe reiterarse la prueba con otros peritos.
 Que el dictamen este debidamente fundado. En el dictamen debe aparecer el fundamento de sus
conclusiones. Si el perito se limita a emitir su concepto sin explicar las razones que lo condujeron a las
conclusiones, el dictamen carecerá de eficacia probatoria y lo mismo si sus explicaciones no son claras o
aparecer contradictorias o deficiente.
 Que las conclusiones del dictamen sean claras, firmes y consecuencia lógica de sus fundamentos. Antes de
negarle eficacia probatoria es conveniente que el juez ordene su ampliación o aclaración para ver si se
subsanan sus deficiencias. Salvo que se considere inútil por la evidente ineptitud de los peritos.
 Que se haya dado traslado del dictamen a las partes. El traslado es indispensable para que la prueba quede
controvertida y durante ese lapso se pueden solicitar las ampliaciones o aclaraciones a proponer objeciones.
Si no se da ese traslado el dictamen carece de mérito probatorio.
Cuando el dictamen se practicó en otro proceso es necesario distinguir dos hipótesis:
a) si la parte procesal a quien se intenta oponer en el nuevo proceso, los efectos de la pericia en cuestión, fue parte
en aquél, tiene mérito probatorio normal si allí tuvo traslado en forma legal;
b) en caso contrario contra esa parte, que es un tercero o extraño respecto a la realización de la prueba, carece de
todo efecto probatorio.
 Que no haya habido retracto. Que otras pruebas no lo desvirtúen aún cuando no se haya verificado
Objeción.
VALORACION DEL DICTAMEN PERICIAL POR EL JUEZ
Existen dos sistemas:
a) sistema de valoración de la prueba tasada, tarifada o legal;
b) sistema de valoración de la sana crítica.
La valoración del dictamen pericial debe quedar librado al criterio del juez. Este debe basarse en sus conocimientos
personales, en el análisis lógico y comparativo de los fundamentos y de las conclusiones del dictamen, tal como es
aceptado en los modernos Códigos de Procedimientos.
Es absurdo ordenarle al juez que acepte ciegamente las conclusiones de los peritos, sea que lo convenzan o que le
parezcan dudosas. Obrar en tal sentido desvirtuaría la función del juez y convertiría a los peritos en jueces de la
causa.
6621: Gravenhorst: ética en psicodiagnóstico de la práctica forense
En cualquier ámbito que crecemos el psicodiagnóstico deberemos hacerlo siguiendo una estrategia clínica, un
abordaje que incluye tres momentos consecutivos: ver, ósea observar y escuchar, pensar, es decir elaborar y actuar
psicológicamente. Todos forman una unidad que no debe romperse.
Modalidad de trabajo: la tarea psicodiagnóstica genera siempre ansiedades y fantasías, más aún en nuestro ámbito
puesto que las personas que no nos consultan, la demanda no proviene de ellos mismos sino que de un otro, que lo
decide y lo ordena (juez/ justicia nacional/médico jurídico). Osea que nos manejamos aquí con un encuadre
diferente al de la clínica porque los entrevistados no consultan y surgen en ellos expectativas, fantasías y ansiedades
no sólo acerca de que podemos obtener sino además que les puede suceder a partir de lo que nos dicen, ya que
están inmersos en un proceso judicial.Esto marca diferencias significativas con la clínica.
Además debe tenerse en cuenta también el tiempo limitado,  muchas veces Contamos con un escaso tiempo para
informar, a veces se llega a solicitar un exhaustivo estudio de personalidad en una sola entrevista. esto implica que
debemos hacernos cargo de la demanda y además defender nuestra modalidad de trabajo, así como la necesidad de
contar con más tiempo, no sólo para informar, sino fundamentalmente para administrar el psicodiagnóstico. Aunque
en el foro penal la rapidez pueda llegar a justificarse de acuerdo al caso, por ejemplo en el caso de la excarcelación
de alguien, el proceso de psicodiagnóstico es justamente un proceso que se lleva a cabo en un tiempo que debe
respetarse.
Cobra especial importancia elegir las técnicas con que estamos más familiarizados, con probada confiabilidad y
validez y que nos brinden la mayor información en el menor tiempo posible. Es fundamental el manejo la entrevista
y de nuestra contratransferencia. Además en ocasiones los jueces hacen pedidos para que se administre tal o cual
test, lo cual sacado de contexto general de un psicodiagnóstico carece de sentido.
el material obtenido debe canalizarse en 2 vías: la devolución al entrevistado o a sus padres o persona responsable y
el informe escrito para quién solicitó el estudio.
la devolución debe hacerse siempre para cerrar el proceso, no sólo por respeto al entrevistado y por el sentimiento
de vacío con qué queda si no le decimos nada, sino porque sí sabe desde el comienzo que algo se le va a decir, su
actitud será más positiva frente a la tarea. no hacer la devolución implica no cumplir el tercer momento de la
estrategia Clínica, es decir no actuar psicológicamente. El enfoque debe ser diferente a la clínica porque no podemos
tender a una movilización como cuando alguien consulta con miras a un tratamiento; además tampoco podemos
olvidar que el entrevistado no está aquí sólo, sino atravesando un proceso judicial. la devolución debe ser aquí
especialmente discriminada y dosificada. en cuanto a qué se devuelve, al final de la administración del material suelo
preguntar al entrevistado que quiere saber para orientarme acerca de lo que puede recibir. Esta forma de actuar nos
permite actuar con finalidad psicoprofilactica.
En cuanto al informe, este debe ser operativo, lo que implica responder al pedido concreto, es decir a los puntos de
pericia solicitados. debemos trabajar orientados por el expediente e incluir otros elementos que el psicólogo
considere necesarios para la comprensión de la conducta del entrevistado. La información aquí debe ser también
discriminada y puntual, tanto para no confundir como para que sea útil. debe estar en lenguaje claro y en términos
de descripción de conducta, teniendo en cuenta que el que la recibe no es especialista en psicología. hay que
informar en forma global y no test por test como en ocasiones se nos solicita. con respecto a las “pruebas”, es decir
el material psicológico recogido, creo que debería quedar en poder de quien lo administró; adjuntarlos en el
expediente, por un lado atenta contra la privacidad del entrevistado y por el otro puede generar confusiones al ser
leídas de manera aislada por una persona no experta.
Por último quiero hacer una reflexiones acerca de los objetivos del psicodiagnóstico, en la práctica clínica es claro,
cuando alguien consulta necesita ayuda. En la práctica forense se puede pensar que los fueros civil y laboral nos
acercamos más a este objetivo, sobre todos los casos de familia; pero en el fuero penal ¿Cual es el uso para el
psicodiagnóstico? no hay duda que no esta intervención será terapéutica si hacemos una buena devolución y
elaboramos un buen informe.
Cómo psicólogos somos agentes de cambio y estamos incluidos en una institución que tiene resistencia al cambio.
Recordemos que los códigos vigentes para impartir justicia son obsoletos y no responden plenamente a las
exigencias que plantea nuestra sociedad actual.  La institución nos impone, dirige y limita; tenemos que utilizar los
recursos con que contamos. Éstos forman parte de una praxis no sólo entre teoría y práctica sino fundamentalmente
entre lo psicológico y lo jurídico. Allí está justamente la articulación. Debemos defender nuestra función profesional
y científica dentro de contexto de la justicia lo que nos permitirá incluirnos de manera diferenciada y operativa para
que nuestra intervención tenga sentido y no se constituya en un eslabón más dentro del engranaje de la justicia.
18032, Larull: La pericia como medio o la pericia en los medios

En cualquier ámbito que crecemos el psicodiagnóstico deberemos hacerlo siguiendo una estrategia clínica, un
abordaje que incluye tres momentos consecutivos: ver, ósea observar y escuchar, pensar, es decir elaborar y actuar
psicológicamente. Todos forman una unidad que no debe romperse.
Modalidad de trabajo: la tarea psicodiagnóstica genera siempre ansiedades y fantasías, más aún en nuestro ámbito
puesto que las personas que no nos consultan, la demanda no proviene de ellos mismos sino que de un otro, que lo
decide y lo ordena (juez/ justicia nacional/médico jurídico). Osea que nos manejamos aquí con un encuadre
diferente al de la clínica porque los entrevistados no consultan y surgen en ellos expectativas, fantasías y ansiedades
no sólo acerca de que podemos obtener sino además que les puede suceder a partir de lo que nos dicen, ya que
están inmersos en un proceso judicial.Esto marca diferencias significativas con la clínica.
Además debe tenerse en cuenta también el tiempo limitado,  muchas veces Contamos con un escaso tiempo para
informar, a veces se llega a solicitar un exhaustivo estudio de personalidad en una sola entrevista. esto implica que
debemos hacernos cargo de la demanda y además defender nuestra modalidad de trabajo, así como la necesidad de
contar con más tiempo, no sólo para informar, sino fundamentalmente para administrar el psicodiagnóstico. Aunque
en el foro penal la rapidez pueda llegar a justificarse de acuerdo al caso, por ejemplo en el caso de la excarcelación
de alguien, el proceso de psicodiagnóstico es justamente un proceso que se lleva a cabo en un tiempo que debe
respetarse.
Cobra especial importancia elegir las técnicas con que estamos más familiarizados, con probada confiabilidad y
validez y que nos brinden la mayor información en el menor tiempo posible. Es fundamental el manejo la entrevista
y de nuestra contratransferencia. Además en ocasiones los jueces hacen pedidos para que se administre tal o cual
test, lo cual sacado de contexto general de un psicodiagnóstico carece de sentido.
El material obtenido debe canalizarse en 2 vías: la devolución al entrevistado o a sus padres o persona responsable y
el informe escrito para quién solicitó el estudio.
La devolución debe hacerse siempre para cerrar el proceso, no sólo por respeto al entrevistado y por el sentimiento
de vacío con qué queda si no le decimos nada, sino porque sí sabe desde el comienzo que algo se le va a decir, su
actitud será más positiva frente a la tarea. No hacer la devolución implica no cumplir el tercer momento de la
estrategia Clínica, es decir no actuar psicológicamente. El enfoque debe ser diferente a la clínica porque no podemos
tender a una movilización como cuando alguien consulta con miras a un tratamiento; además tampoco podemos
olvidar que el entrevistado no está aquí sólo, sino atravesando un proceso judicial. la devolución debe ser aquí
especialmente discriminada y dosificada. En cuanto a qué se devuelve, al final de la administración del material suelo
preguntar al entrevistado que quiere saber para orientarme acerca de lo que puede recibir. Esta forma de actuar nos
permite actuar con finalidad psicoprofilactica.
En cuanto al informe, este debe ser operativo, lo que implica responder al pedido concreto, es decir a los puntos de
pericia solicitados. Debemos trabajar orientados por el expediente e incluir otros elementos que el psicólogo
considere necesarios para la comprensión de la conducta del entrevistado. La información aquí debe ser también
discriminada y puntual, tanto para no confundir como para que sea útil. Debe estar en lenguaje claro y en términos
de descripción de conducta, teniendo en cuenta que el que la recibe no es especialista en psicología. hay que
informar en forma global y no test por test como en ocasiones se nos solicita. Con respecto a las “pruebas”, es decir
el material psicológico recogido, creo que debería quedar en poder de quien lo administró; adjuntarlos en el
expediente, por un lado atenta contra la privacidad del entrevistado y por el otro puede generar confusiones al ser
leídas de manera aislada por una persona no experta.
Por último quiero hacer una reflexiones acerca de los objetivos del psicodiagnóstico, en la práctica clínica es claro,
cuando alguien consulta necesita ayuda. En la práctica forense se puede pensar que los fueros civil y laboral nos
acercamos más a este objetivo, sobre todos los casos de familia; pero en el fuero penal ¿Cual es el uso para el
psicodiagnóstico? no hay duda que no esta intervención será terapéutica si hacemos una buena devolución y
elaboramos un buen informe.
Cómo psicólogos somos agentes de cambio y estamos incluidos en una institución que tiene resistencia al cambio.
Recordemos que los códigos vigentes para impartir justicia son obsoletos y no responden plenamente a las
exigencias que plantea nuestra sociedad actual.  La institución nos impone, dirige y limita; tenemos que utilizar los
recursos con que contamos. Éstos forman parte de una praxis no sólo entre teoría y práctica sino fundamentalmente
entre lo psicológico y lo jurídico. Allí está justamente la articulación. Debemos defender nuestra función profesional
y científica dentro de contexto de la justicia lo que nos permitirá incluirnos de manera diferenciada y operativa para
que nuestra intervención tenga sentido y no se constituya en un eslabón más dentro del engranaje de la justicia.

Modulo 2: Fuero civil

Unidad 3

2417, DSM 4: Trastorno de estrés postraumático

Características diagnósticas

La característica esencial del trastorno por estrés postraumático es la aparición de síntomas característicos que sigue
a la exposición a un acontecimiento estresante y extremadamente traumático, y donde el individuo se ve envuelto
En hechos que representan un peligro real para su vida o cualquier otra amenaza para su integridad física; el
individuo es testimonio de un acontecimiento, donde se producen muertes, heridos, o existe una amenaza para la
vida de otras personas; o bien el individuo conoce a través de un familiar o cualquier otra persona cercana
acontecimientos que implican muertes inesperadas o violentas. daño serio o peligro de muerte o heridas graves. La
respuesta del sujeto a este acontecimiento debe incluir remar, desesperanza y horrores intensos (o en los niños, un
comportamiento desestructurado o agitado). El cuadro sintomático característico secundario a la exposición al
intenso trauma debe incluir la presencia de reexperimentación persistente del acontecimiento traumático, de
evitación persistente de los estímulos asociados a él y embotamiento de la capacidad de respuesta del individuo, y
de síntomas persistentes de activación. El cuadro sintomático completo debe estar presente más de 1 mes y provoca
un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del
individuo.

Entre los acontecimientos traumáticos que pueden originar un trastorno por estrés postraumático se incluyen
(aunque no de forma exclusiva) los combates en el frente de guerra, ataques personales violentos (agresión sexual y
física, atracos, robo de propiedades) ser secuestrado, ser tomado como rehén, torturas, encarcelamientos como
prisionero de guerra o internamientos en campos de concentración, desastres naturales o provocados por el
hombre, accidentes automovilísticos graves, o diagnóstico de enfermedades potencialmente mortales. En los niños,
entre los acontecimientos traumáticos de carácter sexual pueden incluirse las experiencias sexuales inapropiadas
para la edad aun en ausencia de violencia o daño reales. Entre los acontecimientos traumáticos que pueden
provocar un trastorno por estrés postraumático se incluyen (aunque no de forma exclusiva) la observación de
accidentes graves o muerte no natural de otras personas a causa de la guerra, accidentes, ataques violentos,
desastres o ser testigo inesperado de muertes, amputaciones o fragmentación de cuerpo. Los acontecimientos
traumáticos experimentados por los demás y que al ser transmitidos al individuo pueden producir en él un trastorno
por estrés postraumático comprenden (aunque no de forma exclusiva) actos terroristas, accidentes graves o heridas
de envergadura vividos por un familiar o un amigo cercano, o la constancia de que el propio hijo padece una
enfermedad muy grave. El trastorno puede llegar a ser especialmente grave o duradero cuando el agente estresante
es obra de otros seres humanos (p. ej., torturas, violaciones). La probabilidad de presentar este trastorno puede
verse aumentada cuanto más intenso o más cerca físicamente se encuentre el agente estresante.

El acontecimiento traumático puede ser reexperimentado de varias maneras. Normalmente, el individuo tiene
recuerdos recurrentes e intrusos o pesadillas recurrentes en las que el acontecimiento vuelve a suceder. En algunos
casos, por otra parte muy poco frecuentes, el individuo experimenta estados disociativos que pueden durar de pocos
segundos a varias horas, o incluso días, durante los cuales se reviven aspectos del suceso y la persona se comporta
como si en ese momento se encontrara en él. Cuando el individuo se expone a estímulos desencadenantes que
recuerdan o simbolizan un aspecto del acontecimiento traumático suele experimentar un malestar psicológico
intenso o respuestas de tipo fisiológico.

Los estímulos asociados al acontecimiento traumático acaban siendo persistentemente evitados. El individuo suele
hacer esfuerzos deliberados para evitar caer en pensamientos, sentimientos o mantener conversaciones sobre el
suceso y para eludir actividades, situaciones o personas que puedan hacer aflorar recuerdos sobre él. En este
comportamiento de evitación puede incluirse la amnesia total de un aspecto puntual del acontecimiento.

La disminución de la reactividad al mundo exterior, denominada “embotamiento psíquico” o “anestesia emocional”,


suele aparecer poco después de que tenga lugar el acontecimiento traumático. El individuo puede manifestar una
acusada disminución del interés o participación en actividades que antes le resultaban gratificantes, una sensación
de alejamiento o enajenación de los demás o una acusada disminución de la capacidad para sentir emociones
(especialmente las que hacen referencia a la intimidad, ternura y sexualidad). El individuo puede describir una
sensación de futuro limitado.

El sujeto con este trastorno padece constantemente síntomas de ansiedad o aumento de la activación que no
existían antes del trauma. Entre estos síntomas cabe citar la dificultad para conciliar o mantener el sueño, que puede
deberse a pesadillas recurrentes donde se revive el acontecimiento traumático, hipervigilancia y respuestas
exageradas de sobresalto. Algunos individuos manifiestan irritabilidad o ataques de ira o dificultades para
concentrarse o ejecutar tareas.

Especificación

Las siguientes especificaciones pueden utilizarse para concretar el inicio y la duración de los síntomas del trastorno
por estrés postraumático:
 Agudo: Esta especificación debe emplearse cuando la duración de los síntomas es inferior a los tres meses.
 Crónico: Esta especificación debe emplearse cuando la duración de los síntomas es igual o superior a los tres
meses.
 De inicio demorado: Esta especificación indica que entre el acontecimiento traumático y el inicio de los
síntomas han pasado como mínimo seis meses.

Síntomas y trastornos asociados

Características descriptivas y trastornos mentales asociados. Los individuos con trastornos por estrés postraumático
pueden sentirse amargadamente culpables por el hecho de haber sobrevivido cuando otros perdieron la vida. En
otras ocasiones las actividades que simulan o simbolizan el trauma original interfieren acusadamente con sus
relaciones interpersonales, lo que puede dar lugar a conflictos conyugales, divorcio o pérdida del empleo. Cuando el
agente estresante es de carácter interpersonal (abusos sexuales, peleas familiares, secuestros), puede aparecer la
siguiente constelación de síntomas: afectación del equilibrio afectivo, comportamiento impulsivo y autodestructivo,
síntomas disociativos, molestias somáticas, sentimientos de inutilidad/ vergüenza/ desesperación/ desesperanza,
sensación de perjuicio permanente, pérdida de creencias anteriores, hostilidad, retraimiento social, sensación de
peligro constante, deterioro de las relaciones con los demás, y alteración de las características de personalidad
previa.

Hallazgos de laboratorio. El aumento de actividad puede ser cuantificado mediante estudios de actividad vegetativa
(frecuencia cardíaca, secreción de las glándulas sudoríparas).

Hallazgos de exploración física y enfermedades médicas asociadas. A consecuencia del acontecimiento traumático
pueden aparecer enfermedades médicas (traumatismos craneoencefálicos, quemaduras).

Síntomas dependientes de la cultura y la edad

Las personas que han emigrado recientemente de áreas con disturbios sociales y conflictos civiles importantes
pueden presentar una mayor incidencia de trastorno por estrés postraumático. Estos individuos pueden mostrarse
especialmente reacios a divulgar sus experiencias relativas a torturas y traumatismos debido a la vulnerabilidad de
su status político como inmigrantes. Para diagnosticar y tratar correctamente a estos individuos suele requerirse una
valoración específica de sus experiencias traumáticas.

En los niños mayores las pesadillas perturbadoras sobre el acontecimiento traumático pueden convertirse, al cabo
de varias semanas en pesadillas generalizadas. Los niños no suelen tener la sensación de revivir el pasado; de hecho,
la reexperimentación del trauma puede reflejarse en juegos de carácter repetitivo. En los niños la sensación de un
futuro desolador puede traducirse en la creencia de que su vida no durará tanto como para llegar a adulto. También
puede producirse la “elaboración de profecías”, es decir, la creencia en una especial capacidad para pronosticar
futuros acontecimientos desagradables. Los niños pueden presentar varios síntomas físicos cómo dolores de
estómago y de cabeza.

Prevalencia

Los estudios basados la comunidad revelan que la prevalencia global del trastorno por estrés postraumático oscila
entre el 1 y el 14 %, explicándose esta variabilidad por los criterios diagnósticos empleados y el tipo de población
objeto de estudio. En estudios sobre individuos de riesgo (veteranos de guerra, víctimas de erupciones volcánicas o
atentados terroristas) pueden encontrarse cifras de prevalencia que van del 3 al 58 %.

Curso

El trastorno por estrés postraumático puede iniciarse a cualquier edad, incluso durante la infancia. Los síntomas
suelen aparecer en los primeros tres meses posteriores al trauma, si bien puede haber un lapso temporal de meses,
o incluso años, antes de que el cuadro sintomático se ponga de manifiesto. Los síntomas del trastorno y la
predominancia relativa de la reexperimentación, comportamiento de evitación, y síntomas de activación pueden
variar ampliamente a lo largo del tiempo. La duración de los síntomas muestra considerables variaciones. La
intensidad, duración y proximidad de la exposición al acontecimiento traumático constituyen los factores más
importantes que determinan las probabilidades de presentar el trastorno. La calidad del apoyo social, los
antecedentes familiares, las experiencias durante la etapa infantil, los rasgos de personalidad y los trastornos
mentales preexistentes pueden influir en la aparición del trastorno por estrés postraumático.

Diagnóstico diferencial

En el trastorno por estrés postraumático el factor estresante debe revestir suma gravedad (un peligro para la vida).
No todos los síntomas psicopatológicos que aparecen en individuos expuestos a un factor estresante de carácter
extremo deben atribuirse necesariamente a un trastorno por estrés postraumático. Los síntomas de evitación,
embotamiento emocional y aumento de la activación previos al acontecimiento traumático no reúnen los criterios
para el diagnóstico de trastorno por estrés postraumático y deben ser diagnosticados como secundarios a otros
trastornos. Es más, si el cuadro sintomático, pese a aparecer como respuesta a un factor estresante de carácter
extremo, reúne los criterios de otro trastorno mental, en vez de un trastorno por estrés postraumático, o además de
él, debe diagnosticarse el otro trastorno mental.

18018, Gardiner: recorrer lo contruido, cap 6

CAPÍTULO VI – DAÑO PSÍQUICO. CASOS CLÍNICO-FORENSES- FUEROS CIVIL Y LABORAL

Se entiende por Daño Psíquico a la perturbación permanente del equilibrio psíquico preexistente, de carácter
patológico, producida por un hecho súbito, inesperado, ilícito que, limitando su quehacer vital, genera en quien la
padece la posibilidad de reclamar una indemnización por tal concepto a quien la haya ocasionado o deba responder
por ella; teniendo el objeto de la obligación siempre un contenido patrimonial, aunque el interés del actor o litigante
pueda ser extrapatrimonial. Debe reunir 3 condiciones de existencia básicas:

1. La conformación de un orden patológico en el evaluado


2. Un nexo entre el hecho generador y la patología hallada
3. La presencia de un tercero, responsable del hecho por el que se litiga.

En el daño psíquico concurren:

1.Definiciones psicológico forenses: la función pericial en los casos de Daño Psíquico estará avocada a la precisión
diagnóstica y la vinculación de la patología encontrada con el hecho por el que se litiga. De no darse esta premisa
básica, no se cumple con el requerimiento necesario para que “el tercero responsable”, resarza al actor o
querellante por aquello que generó o por aquello con lo que deberá cumplir en su condición de responsable por el
daño ocasionado.

2.Definiciones jurídicas: la presencia de este tercero responsable es una tarea que debe definirse jurídicamente y por
ende, no es de incumbencia de los peritos psicólogos.

Formas de indemnizar los daños:

Para los litigantes, que reclaman en su consideración que algo se ha perdido en el hecho objeto de litis, la legislación
vigente plantea dos formas de indemnización:

I.En forma de reparación natural o innatura, aportando el valor que se requiere para volver las cosas al estado en
que estaban antes de sucedido el evento dañoso. En el caso de la aparición de un cuadro psicopatológico a posteriori
y a causa del hecho de litis, el responsable de lo sucedido hará el aporte económico necesario para que el actor
realice el tratamiento psicológico que el perito indique. Basado esto en el supuesto de que el éxito del trabajo
analítico deje sin secuelas sintomáticas al aparato psíquico dañado.

II.En forma de reparación por equivalente: no pudiendo volverse al estado de equilibrio psíquico previo al evento
dañoso, se compensa pecuniariamente la pérdida, aunque no se reintegra el bien. Se resarce por medio de un
monto indemnizatorio que se fijará acorde al valor de lo perdido, ya no el monto necesario para recuperarlo. Lo
perdido a causa del evento, ya sea la salud psíquica, o la posibilidad de realizar una vida dentro de los parámetros de
lo previo al hecho, de buscar o mantener un trabajo, de relacionarse con su familia o su grupo de pertenencia, etc, se
compensará económicamente. La pérdida de la salud psíquica, evaluada por un perito psicológico, se repara
asignándole un valor económico. Para medir ese valor se solicita que se fije la incapacidad generada a raíz del hecho
de litis. Es requisito que esa pérdida sea permanente.
Calificación del daño psíquico:

El daño puede ser calificado según 4 categorías: tiempo, prevalencia, magnitud y vinculación.

a.Tiempo: este tiempo puede ser actual o futuro, en ambos casos se exige que el daño sea cierto.

o Actual (presente): es el daño emergente. Ésta es una diferencia importante a tener en cuenta, donde los
tiempos cronológicos se miden en otra magnitud. Medimos en otra cronología. El tiempo presente del daño
es el ideal que está configurado por el litigio en su integridad. El presente es el tiempo transcurrido desde la
demanda hasta la sentencia. Son indemnizables las consecuencias ya sucedidas y demostrables por medio
de la peritación psicológica. El daño actual o presente, es el que ya se ha producido, entendiéndose por
presente un espacio virtual comprendido entre el inicio y el fin de la litis, un ideal que va desde la demanda
hasta la sentencia.
o Futuro: requiere precisión de certeza. Se deberá evaluar con precisión de certeza que una situación,
cualquiera sea esta ocurrirá. Se prevén repercusiones dentro del curso natural y ordinario de las cosas; esto
significa que debe existir certidumbre de que ese daño se ha de producir, sin que medien elementos o
hechos que lo produzcan y que a su vez tenga nexo de causalidad con el hecho y aunque todavía no pueda
precisarse el monto del daño.

b.Prevalencia: esta calificación por prevalencia requiere también precisión de certeza, dado que debemos dictaminar
si la patología encontrada sea:

o Permanente: significa que debemos dar certeza que reviste carácter de irreversible e irrecuperable. Se
resarce por equivalencia, intentando indemnizar un monto que equivalga a la situación de salud perdida, lo
que la transforma en Daño Psíquico. Se podrá fijar incapacidad.
o Transitoria: significa que debemos dictaminar que la patología evaluada es pasible de tratamiento y
recuperación. No se indemniza, sino que se repara por naturaleza. La reparación esperable estará dada por
la estimación del costo del tratamiento que posibilitará volver al actor a su estado psíquico anterior al
evento de litis. No constituye Daño Psíquico ni se fijará incapacidad, dado que el concepto de incapacidad se
relaciona directamente con una pérdida no recuperable.

c.Magnitud: parcial o total. De acuerdo a ésta se deberá evaluar si el mismo incapacita al actor en forma:

o Total: se refiere a la incapacidad total. Corresponde al 100%. Es de considerar una diferencia entre las causas
tramitadas en los Fueros Civil y Laboral respecto a este porcentual del ciento por ciento. En las causas
tramitadas en el Fuero Laboral, al evaluarse la capacidad del sujeto para volver a realizar el trabajo que
desempeñaba al momento del hecho que diera lugar a la demanda, se está dictaminando sobre el valor de
su total obrera específica; es factible entonces que un sujeto que desempañaba como chofer de colectivos y
a posteriori de un siniestro desarrolla una fobia específica a la conducción de vehículos, tenga una pérdida
total de su capacidad para volver a desarrollar la tarea de chofer. Podría por ello dictaminarse que la
incapacidad del sujeto para conducir vehículos es total. Con respecto a la capacidad del mismo accionante
para desarrollar otras tareas, es factible que no las haya perdido o no totalmente. De tratarse de una causa
tramitada en el Fuero Civil, este porcentual de incapacidad del ciento por ciento, si bien es teóricamente
posible de ser comprendido, en el hecho fáctico de su dictamen, tiene al menos mucha menor probabilidad
de ser hallado. Se trata de alguien con cero capacidad civil.
o Parcial: se refiere a la incapacidad. Corresponde a toda incapacidad inferior al 100%.

d.Vinculación: puede ser:

o Directo: causado a la persona


o Indirecto: en sus derechos y facultades

El daño psíquico se diferencia del daño o agravio moral


DAÑO PSÍQUICO:

1. Es de carácter patológico, requiere la presencia de un cuadro psicopatológico diagnosticable por perito de la


especialidad
2. Es autónomo del menoscabo, no es necesario un grave evento para provocar un daño, dependiendo éste de
la particular forma de asimilar ese evento que ese aparato psíquico en particular tenga
3. Es pasible de pautas de evaluación
4. Es un término jurídico extraído del término general Daños que se relaciona con trastornos psicopatológicos
5. Para fijar la condición resarcitoria se tendrá en cuenta la importancia de las pérdidas o de los padecimientos
presentes o futuros del reclamante
6. Requiere prueba específica
7. Es procedente autónomamente del carácter de las lesiones siempre que aporte la prueba especifica
8. Se debe evaluar y demostrar incapacidad

DAÑO MORAL O AGRAVIO MORAL:

1. No es patológico
2. No es autónomo del menoscabo
3. No es pasible de pautas de evaluación
4. Es un término jurídico sin relación con la psicopatología
5. Para fijar la condición punitoria se evaluará la gravedad del accionar del responsable
6. No requiere prueba, se deben acreditar solamente los hechos generadores idóneos para producirlo
7. Es procedente al reclamante independientemente del tenor de las lesiones padecidas
8. No se evalúa incapacidad
9. No corresponde ser evaluado por perito de la especialidad
10. Implica una percepción consciente de perjuicio o sufrimiento.

18021, LLarull: Daño psiquico y daño moral

El interés jurídico es “un poder actuar o una legítima expectativa a obtener el objeto de satisfacción”.

El bien jurídico es el objeto de satisfacción. Estos pueden tratarse de cosas, derechos, bienes inmateriales y el
cuerpo, la salud, la integridad física, la intimidad, el honor, la vida.

El daño psíquico es una entidad nosológica de origen mixto: psicológico y jurídico. El daño solo puede ser reclamado
por aquel que lo padeció. Esto da lugar a la distinción entre el damnificado directo e indirecto. Pero además este
principio pone el acento en el interés que se ha afectado con el daño.

El daño moral se caracteriza por:

- Es un sufrimiento universal o genérico y transitorio por


- un acontecimiento inesperado/sorpresivo disvalioso
- no es necesario probarlo (no necesita del perito)
- en los informes se puede describir el sufrimiento
- es resarcible

En la práctica pericial los psicólogos somos convocados en todos los fueros, pero en la mayoría de los casos a
responder en litigios civiles/comerciales y laborales por puntos periciales que conforman respuestas respecto a la
determinación del daño psíquico.

Entendemos al daño psíquico como una figura psico-jurídica que permite el resarcimiento económico por un
perjuicio sobre la salud mental del sujeto que lo demanda legalmente. Y que presenta un menoscabo en las
potencialidades de algunas de sus funciones en las esferas, volitiva, afectiva, social y laboral consolidado o
permanente. Para encuadrar cualquier trastorno en la salud psíquica de una persona en una demanda legal del Daño
Psíquico se deben reunir 4 características:
a. un acontecimiento inesperado/sorpresivo disvalioso que provoque

El hecho o proceso deberá ser inesperado, no esperable ni buscado por el sujeto demandante y disvalioso
(accidentes, delitos, enfermedades laborales, etc).

b. trastorno consolidado o permanente

Se entiende por trastorno emocional resarcible a los que sean: consolidados jurídicamente, los que persistan en el
tiempo y los que sean permanentes e irreversibles. El mismo debe ser novedoso, que acontezca después del hecho o
proceso y que constituya un cuadro psicopatológico. Debemos aclarar la diferencia de Daño Moral que debe revestir
las mismas características salvo el a)que deberá ser un sufrimiento genérico (que va más allá de las particularidades
de cada persona, cualquiera en esa situación lo sufriría) y sea transitorio (que no perdure más allá de un año
aproximadamente y no deje secuelas). Por tanto, no es necesario demostrarlo y en consecuencia no es requerido el
perito psicológico, pero si es resarcible y lo determina el juez.

c. que exista nexo causal entre el hecho y el trastorno

Esto quiere expresar la necesidad y nos obliga como profesionales a justificar científicamente que el hecho ha sido
causal de determinada patología. También un hecho puede no ser generador de patología sino agravante de una
previa; en este caso, en vez de ser causa será determinada por el juez como con-causa. El resarcimiento será menor.

d. que haya un culpable

Que haya un responsable legal, es decir, con capacidad de reproche.

Para lograr el resarcimiento deben estar presentes los 4 elementos.

Restringir el daño psíquico a enfermedades mentales, novedosas, incapacitantes y permanentes o consolidadas nos
permite mayor rigor científico en el diagnóstico, para el reconocimiento de incapacidad y graduación de esa
incapacidad. Se utilizan los Baremos de Salud de la Provincia de Buenos Aires.

Todo aquello que no sea estrictamente incapacitante no tiene porqué quedar afuera de la indemnización. Será
indemnizado, pero no como daño psíquico, sino como daño moral. El determinar la presencia de un daño psíquico
exige al profesional una formación y experiencia adecuada para realizar las actividades necesarias que le permitan
arribar a conclusiones requeridas (ej: determinar el estado actual del peritado, valorar si el mismo es novedoso o
previo al hecho de la controversia, si presenta deterioro en alguna de sus funciones, etc). El trastorno detectado
debe ocasionar algún grado de incapacidad, minusvalía o disminución respecto de las aptitudes mentales previas, y
que le limiten o afecten la capacidad de goce y sus potencialidades, para sostener o acceder al trabajo, para
relacionarse social o afectivamente, para desempeñar sus tareas habituales, etc.

Es usual tomar como referencia el DSM IV como referencia específica de las características del Stress post-
traumático y no es poco común escuchar en las entrevistas el detalle de las 10 condiciones descriptivas en el manual
psiquiátrico. Será importante para el profesional psicólogo recurrir a los métodos propios de su disciplina para
responder con solvencia y seguridad sobre los aspectos y hallazgos que pueda sostener científicamente desde su
ciencia y profesión.

2460, Mesida de Gutierrez, Daños a la persona en responsabilidad profesional

Introducción: la exaltación del valor de la persona, tanto en su integridad psicofísica como en su dignidad, es
preocupación esencial del Derecho de nuestros días. La indemnizabilidad de los daños personales se encuentra en
plena elaboración doctrinaria por lo que algunos conceptos aparecen difusos. La presente es una propuesta de
sistematización, que postula el reconocimiento de su autonomía.

LA PERSONA:

El ser humano ha sido redescubierto por él mismo como centro de las preocupaciones filosóficas con mayor
intensidad y profundidad en el S. XX. La filosofía de la existencia resalta el valor de la libertad como bien que
identifica al ser creador y responsable.
La noción de persona y libertad fueron premisas básicas de un cristianismo que aportó una visión decisiva de la
persona. La unión indisoluble del alma y del cuerpo es el eje del pensamiento cristiano. El valor de la existencia es
para el cristianismo, extrínseco a ella. La Iglesia ha declarado que su única finalidad ha sido la atención y la
responsabilidad hacia el hombre, porque toda la riqueza doctrinal de la Iglesia tiene como horizonte al hombre en su
realidad concreta de pecador y de justo.

En otro polo, el culturalismo pone a las actividades culturales en el tope de los valores sustantivos y nuevamente la
relevancia de la persona queda fuera de sí misma y centra en la cultura la máxima estimación. El culturalismo es un
cristianismo sin dios.

El existencialismo, entiende superar la alternativa realismo-individualismo en que se había encerrado la filosofía


moderna; encontrar nuevamente la afirmación del ser y en general, haber rehabilitado a la ontología. El
existencialismo tiene el mérito de contrapesar eficazmente las tendencias perversas de más de una filosofía: el
objetivismo, que considera al hombre desde afuera como simple elemento del mundo y no ve en él más que una
cosa entre las cosas, y el “esencialismo”, que se limita a destacar el concepto de animal racional o de conciencia o de
espíritu o de libertad, y cree haber agotado así todo lo que se puede saber del hombre. Uno de sus grandes méritos
es haber redescubierto la originalidad radical, el carácter irreductible de la existencia.

Jaspers se pregunta qué es el hombre. El hombre es accesible para sí mismo de un doble modo: como objeto de
investigación y como existencia de una libertad inaccesible a toda investigación.

La propuesta de los pensadores de este siglo consiste en convertir por completo esa actitud, y en vez de buscar fuera
de la vida su sentido, mirarla a ella misma. El centro o estructura espiritual que llamamos “persona” se constituye
sobre el individuo psicofísico.

Otra vertiente la constituye el personalismo. El personalismo no es de ninguna manera una novedad, ya que el
universo de la persona es el universo del hombre.

El hombre constituye una entidad cuya característica esencial es su propia unicidad. Cada hombre es único y solo,
absolutamente original. Nadie puede reemplazarnos, vivir, pensar, decidir, obrar en nuestro lugar. El hombre es
temporal, su existencia es fluyente y dispersa, pero a partir del presente el hombre modela su porvenir mediante sus
proyectos, asume o rechaza su pasado, decida aun su eternidad.

La vida personal implica el proyecto o programa de vida y decisión. Ortega y Gasset ha insistido en el carácter
programático de la existencia humana. La libertad que somos permite a cada persona elaborar su propio proyecto
existencial, su programa de vida, de acuerdo a valores, bajo el dictado de su personal vocación. El hombre es libre y
capaz de hacerse él mismo, por sus elecciones.

La filosofía de la existencia representa un útil y necesario esfuerzo del pensamiento contemporáneo por
comprender al hombre como un ser libre y creador, en estructural comunicación con los demás seres, estimativo y
comunitario.

La realización del yo se alcanza no solamente por el pensamiento sino por la personalidad total del hombre, por la
expansión activa de sus potencialidades emocionales y culturales. La libertad positiva consiste en la actividad
espontanea de la personalidad total integrada.

a.Individuo y persona:

Los existencialistas (Sartre y Kierkegaard) reniegan de la comunicación como elemento original de la persona. El
individualismo es un sistema de costumbres, de sentimientos, de ideas y de instituciones que organiza el individuo
sobre esas actitudes de aislamiento y de defensa. La Rev. Francesa fue el producto de dicho movimiento filosófico y
constituyó a través de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano el triunfo indiscutido de la escuela
iusnaturalista clásica. La prédica iusnaturalista acerca de los derechos fundamentales del hombre tuvo la virtud de
consagrar los derechos del ciudadano que se veían negados por el absolutismo dominante, de modo que ningún
ámbito de la vida del individuo quedaba libre del poder del Estado monárquico y policial. Para el personalismo, en
cambio, la persona no consiste en la reserva circunspecta, la afirmación solitaria, no se desarrolla en la separación
sino en la comunicación. La persona se realiza en relaciones de alteridad.
b.Persona y sociedad:

Nuestro contemporáneo decide mirar “la persona” e interpretar su rol en el universo quizá como respuesta a ese
mundo técnicamente complejo y en permanente evolución. La ciencia y la tecnología hoy superan cualquier intento
de dominio del hombre común sobre el mundo que lo circunda, ese ámbito está reducido exclusivamente a los
científicos especializados, y la problemática del ser surge con una nueva dimensión: su revalorización frente a los
avances del mundo moderno.

El personalismo implica un avance positivo sobre el existencialismo: este último describió fenomenológicamente el
vivir cotidiano representando al hombre contemporáneo y su desesperada necesidad de salir de la esclavitud del
anónimo; para el existencialismo esa falta de autenticidad es una condición fatal de la vida en sociedad.

Por el contrario, una alternativa no dramática de la crisis contemporánea propone la expansión de la personalidad.

Cada generación consiste en una peculiar manera de aceptar el presente y prevenir el futuro. Pecamos en nuestra
misión cuando nos perdemos en el pasado o en el futuro.

En una posición extrema se encuentran quienes reniegan del progreso y ven en la sociedad tecnificada la
aniquilación de la persona, del individuo solitario que se refugia en el consumo y se allana al estilo de vida que le
proponen los medios de comunicación.

Es una actitud negatoria de la realidad de nuestro tiempo denostar el progreso o considerar a éste como el enemigo
de la vida pasada, que se añora.

Ante las nuevas condiciones del progreso y la técnica, el refinamiento de las ideas sobre la condición humana y social
del hombre, aflora la revalorización de las doctrinas jurídicas que pugnan por resguardar la dignidad, el imperio
personal y la vida interior y privada; esto es la protección de los derechos de la persona.

Ello es preocupación actual de los juristas que tratan de colocar al hombre en el centro de la atención jurídica para
que el Derecho juegue un papel protagónico de los cambios sociales.

La actividad profesional tiene gran implicancia en el tema de los derechos a la persona; se ha destacado la
importancia de la protección del “consumidor de servicios”. La persona es el consumidor y todo suministrador de
bienes y servicios es un profesional, y como tal, se agrega, su responsabilidad frente al consumidor está agravada. La
responsabilidad profesional aparece la mayoría de las veces como consecuencia de la violación a los derechos de la
personas. La importancia de caracterizar los daños a la persona se pone de especial relieve ante la responsabilidad
profesional, pues los perjuicios que la mala práctica produce, casi siempre se traducen en detrimentos personal más
que patrimoniales. La protección de los derechos inviolables del hombre se logra por la prevención y el
resarcimiento de los daños.

Los derechos de la persona:

Esos derechos se refieren siempre a las prerrogativas y poderes que garantizan a la persona el goce de sus facultades
y del espíritu, que aseguran al individuo el respeto y el desenvolvimiento de su personalidad física y moral. Tienen
por definición ser verdaderos derechos subjetivos, entendiéndose como tales, las prerrogativas concedidas a una
persona por el derecho objetivo, y garantizadas por las vías de derecho, de disponer como señor de un bien
reconocido como de su pertenencia, ya sea como suyo o siéndole debido.

Santos Cifuentes se enrola en una concepción voluntarista del “derecho subjetivo”, y refiriéndose a los derechos de
la persona, dice: es incontestable que el titular tiene señorío sobre su cuerpo y su espíritu, y que la norma, directa o
indirectamente, se encarga de otorgarlo y de conferir las defensas necesarias para su preservación.

Si estas facultades se ejercen contra otros individuos en su resguardo, estamos frente a los derechos de la persona, si
en cambio, nos referimos a los derechos del ser frente al Estado, se llaman derechos humanos.

a.Contenido de los derechos de la persona:

Se integran con todas las facultades tendientes a preservar la vida y la dignidad. El derecho a la existencia y la
dignidad son los máximos valores y de ellos surgen las demás prerrogativas. Dentro del primer concepto: vida, se
ubican: los derechos a la existencia misma desde su comienzo hasta el fin – la salud – la integridad psicofísica – la
disposición del propio cuerpo y del cadáver – la imagen – la voz – la estética – derecho a la identidad – etc. El respeto
a la dignidad comprende la falta de lesión a las manifestaciones de su individualidad, bajo ese rubro se inscriben los
derechos: al honor – la reputación – la privacidad – la intimidad – la vida familiar – el secreto – la libertad – la
igualdad.

El derecho de la persona a la libertad abarca todas las manifestaciones de este bien jurídicamente protegido:
trabajar, aprender, enseñar, estudiar, relacionarse, ejercer la vida cultural, deportiva, social, sexual, etc, consiste en
elaborar libremente el proyecto de vida individual y personal.

La aparición de nuevas formas de amenaza o ataque a los derechos de la persona es prueba elocuente de la
innecesaria elaboración de un catálogo o clasificación de derechos personalísimos. Esto se advierte en tiempos
recientes también con la utilización de la informática para la elaboración, transmisión, sistematización de datos,
formación de perfiles psicológicos de los individuos. La protección de la persona de los modos diversos de
manipulación a través de la informática es preocupación actual del Derecho.

b.los caracteres de los derechos de la persona hacen a su instrasmisibilidad, e inviolabilidad: son derechos vitalicios,
innatos, esenciales, extrapatrimoniales, indisponibles, absolutos, exclusivos, privados, autónomos, inherentes al ser
humano. La violación o conculación de los derechos personales, da lugar a la responsabilidad civil si se reunieran los
demás elementos de la reparabilidad.

DAÑO A LA PERSONA. EL DERECHO APLICABLE:

El código civil no desconoce la categoría de derechos personales, pero no les asigna la relevancia que hoy han
adquirido. Los códigos del S. XIX y de este siglo han centrado su atención en regular la libre circulación de los bienes.

Las lagunas que presenta nuestro código civil en la materia, derivan de dos posturas propias de la concepción y se
ponen de manifiesto en la recepción de los daños causados “a las personas” y no a la persona humana y en la visión
patrimonialista del C.C. en materia de daños.

A.Los daños “a las personas” del Código Civil: se ocupa de los delitos ocasionados a las personas, lo cual
ontológicamente es distinto del daño por el delito cometido contra “la persona”. La persona humana, tal como la
consideramos hoy, no fue sujeto de protección en este capítulo de la ley de fondo.

B.Visión patrimonialista del daño en el Código Civil: era privilegiada la reparación de los daños patrimoniales, en
tanto los no patrimoniales eran irreparables o de resarcimiento problemático. El daño implica un menoscabo que
debe verificarse mediante apreciación pecuniaria: si ese perjuicio se manifiesta en las cosas se está frente al daño
directo y, si la mengua patrimonial viene derivada del mal hecho a la persona, estamos ante el daño indirecto.
Directo porque se verifica en el patrimonio; indirecto si es en la persona pero tiene incidencia patrimonial. El ataque
a la persona, sus derechos y facultades constituye un daño patrimonial siempre y cuando cause un perjuicio
susceptible de apreciación pecuniaria, y es daño indirecto porque en forma mediata puede disminuir el patrimonio.
El patrimonio es la razón de ser y la medida de la afección.

DAÑO PERSONAL Y DAÑO MORAL: PROBLEMÁTICA DE SU DISTINCIÓN:

La distinción no depende de la índole de los derechos que son materia del acto ilícito, sino de la repercusión que este
acto tiene en el patrimonio.

La doctrina que analiza las acepciones de “daño” advierte dos aspectos diferentes:

1) el daño como lesión u ofensa considerado en la naturaleza misma del derecho conculcado, lo que supone tener en
cuenta la categoría de los bienes personales afectados por el hecho ilícito. En esta corriente se ubica Brebbia, para
quien los “daños morales”, los “derechos personalísimos” y los “bienes personales” protegidos por éstos, forman
una trilogía indisoluble que constituye el núcleo de la teoría jurídica de los agravios extrapatrimoniales. Desde esta
óptica, advierte dos aspectos del daño moral que califica de “subjetivo” y “objetivo” en los que caben los distintos
derechos de la persona. El daño personal y el daño moral estarían subsumidos en la categoría de agravio moral.
2) para otro sector de la doctrina que promueve Orgaz, la calificación del daño no deviene de la naturaleza misma de
la lesión, lo que constituye la “injuria”, sino de su resultado, que ocasiona específicamente el “daño jurídico”. La
distinción no depende de la índole de los derechos que son materia del acto ilícito, sino de la repercusión que este
acto tiene en el patrimonio; si lo que se quiere clasificar es el daño resarcible no hay que atender a la naturaleza de
los bienes lesionados, sino a los efectos o consecuencias de la lesión que constituyen verdaderamente “el daño”; si
ocasiona un menoscabo en el patrimonio estamos frente a un daño patrimonial, si ningún efecto provoca en éste
pero hace sufrir a la persona en sus intereses morales, hay daño moral o extrapatrimonial. Para Orgaz, no hay mas
qué un daño moral en sentido propio, o sea, el que los escritores del primer grupo llaman “Puro”; en cuanto al
supeusto daño moral con repercusión en el patrimonio, se trata de daño patrimonial indirecto.

En esta corriente se ubica Matilde Zavala de González para quien, con relación específica a los daños personales de
la existencia de un derecho y de su agresión surge una situación antijurídica, pero no necesariamente un daño
económico. La autora niega la posibilidad del resarcimiento autónomo de los daños personales, ya que la exigencia
estriba en que deriven en un resultado dañoso: patrimonial o moral.

La corriente tradicional entiende el daño moral como el precio al dolor, los sufrimientos y afecciones del espíritu: de
ese concepto es fácil distinguir el daño personal ya que se puede desligar de la perturbación de espíritu que
caracteriza al primero.

a.Nuestra posición: la autonomía de los “daños personales”:

La moderna tendencia del Derecho de Daños, sustentada por la doctrina nacional y extranjera, proclama que la
lesión a los derechos de la persona es verdadero daño autónomo con independencia del perjuicio patrimonial o
moral que derive de aquel menoscabo.

Toda lesión al “ser” implica un daño propio que se concreta por la sola violación a un derecho personal, lleve o no
como arrastre incidencia patrimonial o moral. Puede la persona no sufrir deterioro patrimonial, ni aun sufrimiento
que caracteriza el daño moral, y sin embargo, haberse violado su proyecto existencial.

El avance en esta materia estuvo dado por el “daño estético” al que un sector importante de la doctrina ubica como
un “tercer género”, con resarcimiento independiente.

El derecho comparado propicia la indemnización del “daño personal” al lado del perjuicio moral y del patrimonial.

Jaramillo llama “daño fisiológico” al perjuicio personal en la vida de relación que niega a la víctima el ejercicio de
actividades que hacen agradable la existencia.

Fernández Sessarego considera que el “daño a la persona” es el que tiene como consecuencia la frustración de su
proyecto de vida, tanto en cuanto sus proyecciones psicofísicas como en su vida social, cultural, de relación
intelectual, sexual. El daño subjetivo (como también se llama al daño personal) puede alcanzar su grado máximo
traducido en la frustración del proyecto existencial de una persona, impidiéndole realizarse de acuerdo con ese
proyecto por el que había optado libremente.

La lesión a los “derechos de la persona” no constituye siquiera un tercer género: por la importancia que revisten nos
permitimos ensayar y proponer una nueva clasificación de los daños en:

i. Daños personales: los que tienen por objeto un menoscabo en la persona misma, sus derechos y
facultades; dentro de esta primer categoría se encuentran ubicados los daños morales. Los daños
personales son resarcibles per se con abstracción de las repercusiones concretas que tuvieren en la
esfera patrimonial o de los sentimientos.
ii. Daños no personales: los que se concretan en las cosas de su dominio o posesión.

b.Evaluación del resarcimiento:

Ante el daño personal causado a la víctima, el resarcimiento debe extenderse conforme el sistema donde se inserte
la responsabilidad, es decir, si deviene de incumplimiento contractual con culpa se resarcirán las consecuencias
inmediatas y necesarias; si el incumplimiento ha sido malicioso se extenderá hasta las mediatas previsibles; en caso
de cuasidelito y delito la indemnización será integral o plena, abarcando las consecuencias que estén en adecuada
relación de causalidad con el hecho, con más la que tuvo en mira el autor del perjuicio para el sistema delictual.

Alguna opinión afirma que no se trata en el caso de los daños personales de un resarcimiento sino de una
“reparación” del daño por la imposibilidad de encontrar proporción entre el daño subjetivo sufrido y la suma de
dinero que se fije como indemnización. Esta corriente doctrinaria pone de relieve la dificultad en volver las cosas al
estado anterior por lo que la reparación no puede lograr su efecto compensatorio, sino simplemente satisfactorio.

La doctrina italiana con De Cupis ha elaborado un doble sistema para el cálculo de la lesión a la integridad psicofísica:
por un lado, se resarce el valor económico medio de la lesión a la salud, es decir, igual para cualquier afectado;
aparte de ese criterio unificador existiría un estándar particular para cada individuo que determinaría la valuación en
cada caso concreto atendiendo a la edad, el estado de salud anterior al accidente, las posibilidades de seguir
gozando del saludable estado físico de no haber mediado el accidente.

Busnelli plantea que es la oportunidad de adoptar para la evaluación de esta figura del daño, criterios equitativos
idóneos contemplando dos exigencias principales:

a- La uniformidad pecuniaria de base: el mismo tipo de lesión no puede ser evaluado de manera del todo
diversa de sujeto a sujeto
b- La elasticidad y flexibilidad para adecuar la liquidación del caos especial a la afectiva incidencia de la
minusvalía sobre las actividades de la vida cotidiana

Consideramos que se debe buscar un resarcimiento total de daño personal en base a los parámetros o pautas
cualitativas que el juzgador advierta en la causa. La víctima busca la prevención del daño, y si éste se verificó, la
indemnización plena del perjuicio.

EL DERECHO DESEABLE Y LAS HERRAMIENTAS DE HOY:

Hoy tenemos la vigencia plena de los derechos fundamentales de la persona, aun careciendo de protección
particular.

En tanto llega la legislación sistemática, no nos encontramos huérfanos para reclamar daños por lesión a la persona,
con base en los siguientes fundamentos:

a. La constitución Nacional garantiza el ejercicio de los derechos que tienden a su protección.


b. Los derechos a la persona son verdaderos derechos subjetivos y cuando son lesionados se cumple uno de los
requisitos del daño para poder reclamar su reparación.
c. Hay antijuridicidad cuando se menoscaban los derechos fundamentales del hombre.
d. El criterio para el resarcimiento debe ser el prescripto por los arts. 520, 521, 901 a 904, y 1083 del Código
Civil.

El avance tecnológico, la desprotección del ser, la imposibilidad de luchar contra los daños anónimos e inevitables
que trae el progreso, la inmisión en la vida privada del hombre, la desnaturalización de su identidad, la
vulnerabilidad del cliente o paciente frente al profesional son algunas de las variadas razones que exigen al
fortalecimiento de los derechos personales y el reconocimiento de la autonomía de los daños a la persona para su
prevención y resarcimiento.

FRUSTRACIÓN DE “CHANCES” EN LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL

Concepto de chance:

Chande es la oportunidad verosímil de lograr una ventaja o de impedir una pérdida. Cuando esa “chance” se frustra
por un hecho imputable a otro, debe resarcirse el perjuicio consiguiente. El daño indemnizable no consiste en la
privación del beneficio mismo, sino en la pérdida de la probabilidad que se tenía de lograrlo. Lo expuesto implica un
resarcimiento más reducido, porque nadie conoce si la ventaja podría haberse alcanzado: el hecho ha detenido, de
manera irreversible, el curso de los acontecimientos donde reposaban las expectativas del interesado.
En la “chance” concurre un elemento de certeza, referida a que la oportunidad era real, y también sobre su pérdida
definitiva. Y otro elemento de incertidumbre, en cuando a que no puede determinarse si, de no haber sido alterada
la situación por el hecho del responsable, la ganancia se habría logrado o la pérdida evitado. La “chance” se
encuentra a mitad de camino entre el daño ciento (resarcible plenamente) y el perjuicio puramente imaginado o
hipotético (no indemnizable).

Supuestos de frustración de “chances” en la responsabilidad profesional:

Pueden mencionarse algunos ejemplos de “chances” malogradas por un hecho atribuible a un profesional: el
apoderado que por su culpa no articula oportunamente la demanda y de tal modo deja prescribir la acción que se le
encomendó promover; el abogado que efectúa un asesoramiento jurídico defectuoso, frustrando la posibilidad de
un negocio; los abogados y procuradores que dejan perimir la instancia, lo cual implica la prescripción de la acción
pertinente; los médicos que por mala praxis causan la frustración de “chances” productivas o afectivas del paciente;
el contador que realiza un estudio deficiente sobre la rentabilidad de una actividad privando a la empresa de la
oportunidad de ganar una licitación; etc.

La distinción con daños ciertos:

La certeza del daño significa que éste debe existir; es decir, ser real o efectivo, y no meramente posible, conjetural o
hipotético. Daño cierto no equivale a daño “actual”; también los perjuicios futuros pueden ser ciertos, en el sentido
de que sea razonablemente previsible que ocurrirán.

La certeza del daño admite varios niveles: desde la seguridad de su existencia, hasta la mera probabilidad.

En efecto, y en especial respecto de daños futuros, sólo es exigible con frecuencia que sean seriamente verosímiles,
aunque no se arribe a un juicio de fatalidad. El derecho se conforma muchas veces con esta certeza sólo relativa.
Precisamente en ese sector de certeza relativa media una “zona gris”, compartida con la “chance”, pues ésta
también se apoya solo en una probabilidad. La diferencia radica en el objeto del juicio de certeza. En el daño cierto,
ese objeto radica en las ventajas malogradas; y en la “chance”, en la oportunidad de alcanzarlas. La distinción entre
daño y “chance” frustrada se ciñe al objeto al que apunta el juicio de certeza, es decir, a la materia del resarcimiento.
En cambio ninguna diferencia existe en el tema causal: tanto en uno como en otro caso, debe mediar relación causal
adecuada entre el hecho y el resultado. La variación reside en el contenido de éste, pero no en el nexo de
proveniencia causal con el suceso fuente de la responsabilidad.

La incertidumbre es la característica definitoria de la “chance”; pues si así no fuera, si el bien o mal futuro resultara
cierto, no habría probabilidad perdida, sino directamente daño a un bien que habría llegado de todos modos. Lo que
se indemniza en el caso de la “chance” es la privación de una esperanza para el sujeto y no en sí mismo el beneficio
esperado. Está en juego una “Oportunidad” que el causante del hecho impide, pero no la ventaja perdida o el mal
evitado, pues se manejan siempre en el concepto de “chance” probabilidades en contra y probabilidades a favor que
no es posible definir por causa del daño.

Cuando media duda o incertidumbre sobre si el paciente no ha alcanzado la curación con motivo del acto médico, lo
que se cuestiona es si existe o no la debida relación causal, y en tal caso el profesional demandado debe ser
absuelto, al no poder establecerse acabadamente si ha sido su obrar el que ha comprometido el estado del paciente.

No cabe resarcir meras posibilidades:

La “chance” no es ninguna fantasía, sino una oportunidad concreta, apoyada en datos objetivos. Debe existir algún
contexto favorable que permita suponer que, de inmediato o más adelante, se habría llegado a estar en la situación
apta para el logro de los beneficios esperados. No hay convicción y ni siquiera una certeza relativa de que esos
beneficios se alcanzarán y tal incógnita no puede ser despejada. Pero, sin embargo, se descarta la resarcibilidad de
las meras conjeturas, o de las débiles posibilidades que no son más que eso, y no revisten una intensidad suficiente
como para erigirse en probabilidad.

En tanto presupuesto para la viabilidad de la reclamación, incumbe al pretensor aportar a la causa los elementos de
juicio que induzcan a admitir la efectiva existencia de una oportunidad de beneficios. Si esa carga probatoria no se
satisface, la demanda debe desestimarse.
Valuación de la indemnización:

Es problemático determinar la existencia misma de la “chance” y la relación causal entre el hecho y su pérdida. Pero
más dificultoso es valuar el alcance de la indemnización por su frustración. En los demás perjuicios resarcibles, el
resarcimiento se mide acorde con la medida del daño causado, pero esto no es posible en la “chance” malograda,
porque el hecho no causó propiamente la pérdida de la ventaja esperada sino la pérdida de la oportunidad de
lograrla.

El perjuicio resarcible reside en ese valor de la oportunidad, y no en el valor del objeto al que la “chance” tendía. Y
ello supone un resarcimiento menor en comparación con el de un daño cierto.

Se trata de un ámbito donde interviene fundamentalmente el prudente arbitrio judicial. La fijación de la


indemnización no puede ser arbitraria, sino justa y apropiada. Un criterio de orientación puede consistir en atender
a lo que hubiere correspondido como indemnización de haberse causado un daño cierto, en lugar de la pérdida de
una “chance”, y luego aplicar un porcentaje sobre el monto.

En el caso del abogado o procurador que hace perder la oportunidad de triunfar en una causa judicial, se hace una
distinción: A) cuando el pleito es susceptible de ser reiniciado, en general el resarcimiento se circunscribirá a las
cosas en que ha debido incurrir el cliente a raíz del proceso frustrado. No nos hallamos dentro del ámbito propio de
una “chance”, sino de la indemnización de un daño patrimonial cierto; B) si esa posibilidad no cabe, la indemnización
tendrá como objeto, además de las costas, la pérdida de la “chance” de ganar el pleito.

Esa valuación deberá fundarse en las efectivas probabilidades que existían de triunfar en el litigio de que se trata.

Los factores a meritar son múltiples. Un elemento de juicio fundamental reside en si el actor había rendido o no
prueba suficiente para el acogimiento de su derecho; de lo contrario, en la causa que promueva con responsabilidad
civil contra su abogado, convendrá que ponga de relieve que contaba con tales medios probatorios, a fin de evaluar
la probable eficacia que habían tenido para ganar el pleito.

Modulo 4: Fuero penal

Unidad 11

18031, M.G Ambertin, visicitudes del acto criminal: acting out y pasaje al acto

VICISITUDES DEL ACTO CRIMINAL: ACTING OUT Y PASAJE AL ACTO

1. El acto criminal y la opacidad del sujeto

El acto criminal, sus motivos y circunstancias plantean un sinnúmero de preguntas a la sociedad toda: ¿qué mueve
a ese acto?¿es pensable un prototipo o perfil del criminal? Etc. preguntas que insisten. Para abordarlas es
importante otorgar un lugar preponderante a la “posición del sujeto del acto” renunciando (tanto psicoanalistas
como especialistas del campo jurídico) a sostener cualquier posición que los ubique, ya como “ingenieros de la
conducta”, ya como meros “administradores de justicia”. Ambos son intérpretes de la subjetividad porque no sólo
interrogan e interpretan a los sujetos del acto y a su entorno social sino que mantienen una responsabilidad (con la
sociedad y con ese sujeto) que no puede ser eludida.

¿Cuál es el lugar de psicólogos, abogados, psiquiatras si olvidamos que no se puede juzgar a un hombre sin
interrogar su vida interior ya que el acto, el acto delictivo o cualquiera está íntimamente vinculado a la discursividad
del ser humano, esa que sostiene el debate interno y externo con la alteridad del Otro social?

La posibilidad de pensar en un “prototipo criminal” o en el “perfil” del delincuente facilitaría el camino para
enfrentar lo intrincado del crimen. Pero el ser humano y la sociedad donde habita son excesivamente complejos
para suponer un encasillamiento tan simple.

La complejidad del crimen se debe, sobre todo, a la complejidad del sujeto del crimen, sujeto que no es ni claro ni
transparente. Razón por la cual se hace difícil trazar una divisora que sitúe de un lado a los criminales y de otro a los
sujetos puros, normales. Freud plantea que el sujeto del inconsciente (todo sujeto) no es fácilmente clasificable sino
difícilmente predecible, no es amo de sí mismo sino vasallo y producto de una estructura que lo sobredetermina: la
sociedad, el lenguaje y la palabra. Pero esto no implica determinismo absoluto o predestinación ineclutable. No es
amo de sí, pero sí responsable de interrogar su discursividad y sus actos. Cuenta con recursos para hacerlo, puede
deliberar consigo mismo y con los otros. De esa deliberación es responsable. el deseo inconsciente precisa de esa
deliberación, el lazo social también. Hay individuos que pueden tener dificultada la posibilidad de deliberación (ej.
autismo, esquizofrenia y demencias).

El sujeto freudiano revela una grieta debida al inconsciente lo cual perturba la ilusión de transparencia: no sabe los
pensamientos que los determinan, pero es responsable de indagarlos. Los “hechos de lenguaje” se lo permiten: el
sueño, lapsus, síntoma, chiste. Llaves para su desciframiento. La torpeza en los actos demuestra que no siempre se
hace lo que se quiere, nuestro psiquismo no se maneja a voluntad. Sin el reconocimiento del inconsciente la
operación judicial puede perder dimensión humana.

Es por esto que la sanción penal no habría de ser entendida como una mera aplicación administrativa, que funciona
casi con la exclusión del sujeto. Con la aplicación de la pena ha de pretenderse que el autor del acto dé alguna
significación al mismo, que subjetivice su falta y recupere (no pierda) el lugar en el tejido social al que su acto ha
lesionado, pero que pueda recuperar eso de su propia subjetividad que quedó dañado por el acto delictivo pues, con
el delito, no sólo queda dañado el tejido social, sino el sujeto que lo cometió.

En tanto la capacidad de culpabilidad (imputabilidad) es para el derecho penal “la capacidad humana para soportar
la imputación jurídico-penal” ello supone “que el sujeto de la acción haya poseído ciertos atributos que le hayan
permitido, al momento del hecho acceder al sentido de la norma jurídica por él infringida”. De ahí la preocupación
por la posición psíquica del sujeto del acto, preocupación que no ha sido ni es privativa de los psicoanalistas.

La concepción (que sostenemos) que se ocupa de la posible y necesaria implicación del sujeto en su acto delictivo se
opone tajantemente a aquella que busca el “perfil” del delincuente cuyos orígenes son las doctrinas del “delito
natural” o del “hombre delincuente”. Estas teorías creen comprobar que las condiciones que llevan al sujeto a la
delincuencia son principalmente factores psíquico-orgánicos-químicos, verdaderas anomalías que hacen del tipo
delincuente un tipo patológico. Concluyendo que un delito no puede sino ser cometido por un “enfermo”. El estudio
de la culpa, la responsabilidad y aún de la sanción penal no es sino una “medicalización” de la “anomalía”, una
tecnologización de lo “patológico”.

Enfocar el interés principal en el sujeto del acto no es investigar móviles patológicos, sino que los actos humanos
obedecen a una constelación heterogénea de motivaciones, algunas de las cuales son conscientes, otras
inconscientes y otras pertenecen al campo de las impulsiones del superyó. El descubrimiento del inconsciente nos ha
advertido que la culpabilidad no nos es accesible por la cientifización objetivista sino por una interrogación sobre el
saber a media luz (vía el discurso y la asociación libre) del que está poseído todo sujeto y que determina en cada uno
el modo mediante el cual asume su relación con la falta: el homicidio fantaseado (deseado) o el homicidio
consumado.

El sujeto de la culpa, de la falta, dispone de sus actos en virtud de su poder de deliberación consigo mismo y con el
otro, porque pudo y puede deliberar con el Otro de la ley desde la misma legalidad del lenguaje. Ninguna liturgia del
derecho penal puede dejar de lado esa apuesta a la significación subjetiva de la pena.

Esto genera cierta alerta entre los especialistas del campo jurídico y del campo “psi” porque si no es tan fácil trazar
una divisoria entre sanos y enfermos, normales y anormales, entonces todos somos potencialmente peligrosos.
Freud afirmaba que somos “pálidos delincuentes”: el sujeto alberga fantasías delictivas que no lleva a cabo en tanto
nuestra conciencia moral nos reprocha no sólo por los actos cometidos, sino también por las fantasías de
cometerlos. Nada puede asegurarnos quiénes sí y quiénes no cruzarán la frontera.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos expresa: “La valoración de la peligrosidad del agente implica la
apreciación del juzgador acerca de las probabilidades de que el imputado cometa hechos delictuosos en el futuro;
agrega a la imputación por los hechos realizados, la previsión de hechos futuros que probablemente ocurrirán. Con
esta base se despliega la función penal del Estado. En fin de cuentas, se sancionaría al individuo no con apoyo en lo
que ha hecho, sino en lo que es”. “La peligrosidad tomada en serio como pronóstico de conducta, siempre es injusta
o irracional en el caso concreto, precisamente por su naturaleza de probabilidad”. Sin embargo, la peligrosidad
habita las representaciones sociales de muchos abogados, juristas, psicólogos, etc.

El jurista Jakobs dice: “la culpabilidad está relacionada con la libertad pero no con la libertad de la voluntad, con el
libre albedrío, sino con la libertad de auto-administrarse, de administrar la cabeza y el ámbito de organización
propios”. Pero, ¿qué es la libertad de auto-administrarse en relación a alteraciones morbosas de las facultades? El
Código parece aclarar el punto refiriéndose a enajenación y enfermo.

El problema de las “clasificaciones” de “enfermos mentales” o “trastornos de conducta” es que suelen naufragar. La
premisa positivista de clasificar según las señales visibles ordinariamente deriva a la denuncia moral. Tras la afanosa
búsqueda de formas mórbidas de la conducta no suele hallarse más que las deformaciones de la vida moral. Estas
son dificultades con las que nos encontramos cuando de establecer las alteraciones morbosas de las facultades se
trata.

El psicoanálisis da cuenta de dos movimientos de la subjetividad que pueden desembocar, a veces, en el crimen.
Esos movimientos son el acting-out y el pasaje al acto: “movimientos límites de la subjetividad”. No encajan en
ninguna de las clasificaciones que conocemos, ni indican que alguien que los cometa sea necesariamente un enfermo
o enajenado mental.

2. Movimientos límites de la subjetividad: acting-out y pasaje al acto

Estos dos movimientos se producen dentro del dispositivo analítico pero también se producen afuera del mismo
cuando la presencia del Otro social o simbólico se desvanece o corre peligro de desvanecerse. Considera Lacan que
acting-out y pasaje al acto son dos movimientos colindantes a la angustia, ambos amenazados por ella. En principio
esos dos movimientos límites se producen cuando un sujeto es asediado por la angustia, punto extremo de la
subjetividad donde se pierden las coordenadas simbólicas y el recurso de la palabra que permiten sostener la escena
del mundo.

Esto puede acontecer a cualquiera. No es preciso estar loco para producir (y padecer) esos movimientos, aún cuando
Lacan llame al acting-out “un golpe de locura” y el pasaje al acto la “pérdida” del sujeto, momento de “disolución de
la subjetividad”, esto es: desubjetivación.

Todo sujeto está expuesto al encuentro con la angustia, a quedar “petrificado” por ella o a extraviarse allí donde
siente que el mundo pierde el rumbo. La angustia se produce allí donde no hay en qué sostener la escena del
mundo, supone un encuentro traumático con lo real (Ej. Una niña está jugando con su abuelito; de pronto éste
avanza exhibe sus genitales y le arranca su ropa interior. Ese hombre, hasta entonces uno de los más confiables del
mundo, se ha transformado para ella en un monstruo desconocido, la niña siente que el mundo se hunda bajo sus
pies. Las referencias simbólicas desaparecen, es invadida por la angustia).

En el acting-out y en el pasaje al acto la subjetividad sufre una estocada traumática, queda frágil (en el acting) o
deshecha (en el pasaje al acto) pero, a veces, es posible recuperarse si el sujeto recibe “contención”, el ofrecimiento
de los marcos simbólicos que perdió o estuvo a punto de perder en esos movimientos.

2 .a. El movimiento límite del sujeto llamado acting-out

Se trata de un llamado al Otro simbólico que se produce cuando amenaza la angustia y flaquea la palabra: allí el
sujeto monta una escena y actúa –en esa escena- lo que no puede decir. Es el caso de los niños abusados que
“juegan”, o dibujan, lo que no pueden decir. Por eso es un pedido de socorro al Otro simbólico. Se trata de una
puesta en escena al mismo tiempo que un llamado al Otro; una escena sobre la escena del mundo, allí donde esta
escena del mundo parece desvanecerse. Una escena que intenta enmarcar o velar la angustia para recuperar lo que
se perdió: la circulación por la palabra. Es una escena montada en un estado de motricidad potenciado, en un estado
de alteración motriz que impide al sujeto advertir lo que está montando. Él precisa de la intervención simbólica del
Otro para dimensionar ese montaje del que se espera que “diga” lo que él no puede decir.

El concepto “acting-out” fue forjado por Jacob Moreno en 1932 y reformulado por Lacan en 1952. Lacan afirma que,
literalmente se trataría de un “actuar fuera de sí mismo”. El acting-out es una mostración dirigida al Otro. Se pide
ayuda allí donde la escena del mundo puede desmoronarse, por eso se acompaña de cierta dosis de violencia y se
actúa en tanto la capacidad discursiva ha quedado limitada. (Ej. Una nena de 10 años que padece una violencia
sexual ejercida por un ser querido y confiable, puede por ej., hacer una enuresis diurna y nocturna). Es un
desesperado pedido de ayuda a alguien que puede ayudarle a significar lo padecido.

Hay quienes confunden estos movimientos con los del síntoma, pero, a diferencia del acting, el síntoma no arriesga
la pérdida de la posición del sujeto del discurso, por el contrario, sostiene esa posición. El síntoma en psicoanálisis es
un mensaje en forma de metáfora que expresa un deseo inconsciente. Cuenta con el recurso de la palabra, y por
tanto, hay el juego sustitutivo de la metáfora. Del síntoma y sobre el síntoma el sujeto puede hablar; el acting-out se
produce porque el sujeto no puede hablar de “eso” que le pasa y que lo angustia.

Se trata no de un teatro de caracteres o personajes, sino de un teatro de situaciones en el que se espera que el Otro
las revele ya que el sujeto no puede descifrarlas. Son producidas por lo más pulsional del inconsciente dado que aquí
las formaciones del inconsciente quedan eclipsadas. Se trata de un envío de señales para que ese Otro salga de su
sordera, ceguera o enmudecimiento. Como el sujeto no puede hablar muestra, exhibe algo de él, y lo exhibe hasta el
límite de la provocación.

El acting-out no apela (no puede) a la palabra (al orden del significante como sí lo hace el síntoma), sino al orden del
signo; el sujeto hace señales y así llama a alguien, pero no a cualquiera sino a aquel erigido como capaz de dar
respuesta a esas señales. (Ej, en el caso de la niña, la enuresis sólo se manifiesta en la casa y en la escuela, no con sus
compañeritos de juego. Espera la intervención de los padres o de la maestra).

Esto le provoca mucha irritación por descubrirse incomprendido. De allí el viraje de la pasividad del no poder ni
saber decir, hacia la actividad y violencia de la mostración extravagante. Que se actúe y que se muestre lo que no
puede expresarse con palabras nos hace pensar en los recursos lúdicos del niño que pone en escena la situación que
precisa dominar para huir de la angustia.

Las palabras y recursos simbólicos se agotan y el sujeto queda dando vueltas en vacío, apareciendo la motricidad
como fuga, como evasión coactiva. El acting-out y el pasaje al acto alimentan con la angustia la motricidad de esa
fuga desmesurada.

Por eso el acting-out por su alejamiento del campo de la palabra y su proximidad a la angustia, impone cierta
agitación motriz. Una motricidad que, por lo general repite compulsivamente la escena de eso de lo que no puede
hablarse. Cuando el acting-out no obtiene respuestas puede virar hacia el pasaje al acto.

2. b. El movimiento límite del sujeto en el pasaje al acto

Se produce cuando el sujeto se pierde, queda desenmarcado y en puro desborde. Confrontado al agujero en lo real
queda separado del registro simbólico y cae de la escena del mundo. (Ej. Sujetos que luego de ser despedidos de su
trabajo retornan con un arma y arremeten a balazos contra todo el que encuentran habiendo sido, hasta el día
anterior, personas “como todos”). La pérdida o destrucción de lo que era “su mundo”, la falta de horizontes o
posibilidades, la ausencia de espacios donde canalizar la angustia que eso les ocasione deviene un pasaje al acto de
homicidios o daños sin sentido alguno.

Es lo que pasa muchas veces en los crímenes, suicidios, violencias desmesuradas en las que alguien pierde su
condición subjetiva (humana) y se transforma en una cosa, en una bomba, en un arma, en una bala, en un despojo
terrible para sí y los otros.

En el pasaje al acto (a diferencia del acting-out) no se pide nada, no hay recursos siquiera para pedir. El sujeto sale
eyectado de la escena del mundo y cae como una cosa, defenestrado de la escena. Es lo que llamamos
desubjetivación. Por eso el acting-out puede ser menos amenazador para el sujeto, en tanto pide ayuda. El pasaje al
acto, al no pedir nada, precipita en la pérdida de la subjetividad, lo que es altamente riesgoso.

El pasaje al acto está vinculado con las impulsiones. La noción fue tomada de la psiquiatría para referir a la violencia
o rudeza de comportamientos que pueden dañar la propia vida o la de los demás. Lacan lo redefine en 1962 como el
“salto al vacío” que produce una desubjetivación. El sujeto queda transformado en una cosa y por eso desconoce lo
que hace. Circula no sólo ajeno al discurso y la palabra, sino también fuera de sí mismo y de toda ley.

Ya no hay Otro simbólico, y porque no hay escena no hay espectador ni testigo: por eso el pasaje al acto ni llama ni
da a ver nada. “El hombre se transformó en una piedra en caída libre”.
Ante el golpe de lo traumático se produce un efecto de revelación de la inexistencia del Otro simbólico. El sujeto se
siente tragado por un agujero sin fondo. Lo que el sujeto pierde de sí es todo, ya que, desubjetivizado, se desploma
al vacío de lo real. ¿Hay retorno desde él? Por lo general sí, en caso que logre salir vivo y se le pueda brindar un
universo y un ritual simbólicos donde sostenerse y rearmar su escena del mundo, su discurso y subjetividad.

El pasaje al acto implica agitación motriz potenciada. Al igual que el acting-out toma de la angustia no sólo la fuerza
de la acción motora, sino también la certeza. La angustia es el único afecto que no engaña y porque no engaña no
paraliza, todo lo contrario, dispara hacia la acción.

Es preciso hablarle a “eso” para que recupere su dimensión humana, hablarle y ofrecerle marcos rituales que le
reposicionen en su lugar de sujeto hablante en el mundo simbólico. La orden que le da el Sargento Mayor Jalbert a
Lortie luego que éste, convertido en un objeto identificado a su metralleta, dispara su balacera contra el Tribunal de
Québec. El Sargento ordena a Lortie ponerse el birrete y le hace un saludo militar. Le devuelve así, un ritual que es el
signo evidente de su pertenencia a “un mundo”, el militar, pues son los ritos los que imprimen un orden en el mundo
de la contingencia. Los hombres se (auto)reconocen en los rituales que practican.

3. El pasaje al acto criminal del cabo Lortie “no puede decir que no soy yo, soy yo”

El crimen

En mayo de 1984 Denis Lortie (cabo del ejército canadiense de 25 años) irrumpe en la Asamblea General de Québec.
Quiere matar al gobierno. Corre por los pasillos y dispara su arma automática contra cualquiera que se cruza en su
camino. La sala estaba vacía, ese día la Asamblea no sesionaba. Ocupa el sillón del Presidente de la Cámara y hace
ráfagas de disparos con su arma. Se contabilizan tres muertos y ocho heridos en su avanzada. Cuando Lortie se
sobrepuso de su pasaje al acto declaró: “El gobierno de Québec tenía el rostro de mi padre”. Sobre ese rostro
disparó.

Legendre otorga credibilidad a esta declaración y por eso sus Lecciones estudian este caso como un pasaje al acto
homicida y un parricidio. En enero de 1985 el abogado defensor, Larochelle, apela la primera sentencia en la que
Lortie había sido declarado culpable de homicidio en primer grado. Lo interesante, novedoso no es el fundamentar la
apelación con el Código Penal Canadiense que señala “nadie debe ser declarado culpale de una infracción relativa a
un acto o a una omisión de su parte, mientras estuviera enajenado”; sino hacerlo y agregar que su defendido se
declara “culpable” de su acto. Lorechelle combina lo que el Código separa tajantemente: locura de culpabilidad.
Lortie no es un loco sino que sufrió una “emoción violenta” al momento de los hechos. Se trata de que Lortie se
declara culpable de ese acto loco.

Aconseja a que se declare culpable de un acto loco para que en la liturgia del juicio Denis recupere la subjetividad
perdida en su pasaje al acto y para que pueda hablar y testimoniar sobre su acto. Era preciso pasar a un segundo
proceso donde el acusado pudiera dar cuenta de su “pasaje al acto criminal”, de su acto loco en condiciones
delirantes sin que eso implicara que se trataba de un enajenado o de un psicótico. Se pretendía obtener dos
beneficios: uno obvio (la reducción de la sentencia) y otro que ponía en cuestión al código penal mismo al intentar
conciliar “responsabilidad”, “imputabilidad” con locura. Tal vez porque el defensor sabía que una absolución por
locura sellaría para siempre el destino “loco” de Lortie e implicaría su muerte subjetiva.

El crimen se comente en las condiciones teatrales de un atentado contra el gobierno de un Estado, y en términos
romanos es un crimen de lesa majestad. Pero teniendo en cuenta las declaraciones de Lortie, su abogado defensor y
Legendre lo consideran un parricidio. Un “parricidio transpuesto”. Su abogado no deja de tener en cuenta esta
cuestión en lo que hace al trabajo psíquico de Denis para su recuperación subjetiva.

El acto loco (pasaje al acto) intenta resolver una carencia: ejerciendo violencia contra otros y contra sí Lortie “arregla
cuentas genealógicas: la reconstrucción del padre”. “yo no soy capaz de encontrar en el interior e mí las partes que
me faltan (…) yo me sentía capaz de destruir esta autoridad, mi fuerza no tenía límite”. El abogado defensor otorga
credibilidad a esta declaración y la defensa se construye para ayudarle a encontrar esas partes que le faltan.

Su acto no le muestra algo, le permite que “algo se muestre” a él y a los otros, pero sólo podrá capturarlo,
registrarlo, si cuenta con Otro que le posibilite recomponer las piezas que se desprendieron en ese acto.

La secuencia del crimen: del acting-out al pasaje al acto


Lortie pertenecía al ejército desde los 17 años. La aparición delirante de la cara del padre comienza en un incidente
con un Sargento a quien pide permiso para tomar 3 días de vacaciones y quien sólo le concede 1. Trató de romper
esa imposición recurriendo a las vías jerárquicas, pero fracasó. Entones fue invadido por un sentimiento de
inestabilidad y omnipotencia. Ese instante lo precipita hacia los acting-out que anteceden al pasaje al acto criminal.
Acting-out que toman por momentos dimensiones delirantes y alucinatorias. Lo que no implica que fuera un
psicótico.

Cuando le niega el permiso que solicita, ve en él al padre (1° visión) y concibe matarlo, pero rehúsa hacerlo
pensando en la esposa y los hijos del Sargento. Decide alejarse a fin de protegerlos. Dado que el ejército suple en él
la carencia del padre simbólico, el rechazo del Sargento le reedita el esquema de padre arbitrario y tirano.

4 de mayo Nace la idea de la matanza cuando escucha al Primer Ministro de Canadá dar un discurso en inglés. Y
allí decide que a ese y a lo que él representa, tiene que matar.

5 de mayo  Hace un inventario en el arsenal de la base del ejército y carga en su bolsa armas, máscaras antigás y
una caja de primeros auxilios. A pesar de su agitación motriz que acompaña a este acting-out cumple con el ritual
militar. Aun lleva las cuentas de lo que hace. Espera hacerse detener allí mismo, o en el puesto de control. Pero no lo
registran. Este acting-out es un pedido de auxilio que no prospera. El Otro simbólico no se hace presente donde
debería: en el arsenal o en el puesto de control. Nadie controla nada, el Otro desfallece. No otorga permiso ni regula.
Otro tan arbitrario como su padre.

Lunes 7 de mayo  Graba los tres casetes con mensajes dirigidos a su esposa, al capellán militar y para el animador
de un programa radiofónico. Acasos sus últimos recursos desesperados por apelar a la palabra y pedir auxilio. En el
mensaje al animador, dice que pretende hacer el mal para hacer el bien (matar al Padre perverso para restaurar al
Padre legislante). En el casete que dirige a la esposa comunica su anhelo de muerte: matar y hacerse matar van a la
par “antes de que me maten quiero haber matado un poco”. Su acto debe ser consumado: “no se porqué, pero es
preciso que lo haga”. La agitación motriz y su certeza en el acto se alimentan con la angustia, pero aun así hace en el
casete un llamado al Otro, un llamado desesperado (por eso le damos dimensión de acting-out).

Martes 8 de mayo  Se viste con sus mejores galas militares, se coloca su insignia y su birrete. Envía los casetes y se
dirige en auto a la Ciudadela. Carga varias armas y la máscara antigás reglamentaria. Hasta aquí cumple el ritual
militar y lleva las cuentas de sus actos, aún no se pierde. Escucha la radio esperando la señal y ante un silencio del
conductor se lanza desbocado al asalto, como en un operativo militar. La espera de la señal es doble: espera la señal
de la presencia del Otro, espera también una respuesta del Otro. Ante el silencio, se dispara el pasaje al acto. A partir
de ese momento ya no espera nada. Sólo un imperativo prima en él: matar y hacerse matar.

Corre hacia la Ciudadela, se dirige hacia la Asamblea Nacional. Al entrar dispara a una recepcionista, a cualquiera que
se cruza a su paso. Llega a la Cámara donde se reúnen los diputados pero la Asamblea está vacía. Se siente en el
lugar del Presidente y dispara al reloj y a unos sillones. Aparece un ex Sargento Mayor que le habla y empieza a
aplacarlo.

Simulando una negociación le dice que no ha matado a nadie, que sólo ha herido, Lortie le contesta que “ha herido
al mundo”, pero agrega algo importante, que quien ha dicho eso “no es su corazón, es su cabeza”. Luego Lortie
acepta rendirse ante las autoridades militares con los rituales del ejército. Jalbert lo convence que baje el arma y le
recuerda que debe colocarse su birrete: lortie obedece, vuelve a cumplir los rituales y se nota la pacificación que va
ganando su semblante. Colocarse el birrete y seguir a un superior forman parte del ritual del ejército. Comienza a
recuperar la subjetividad perdida en el pasaje al acto. El intercambio de palabras y señales simbólicas con el ex
Sargento Mayor lo han calmado.

Tal vez, ese ex militar que no huye, que no lo ataca, que le habla ¿Cómo no le habló su padre? Y que le permite
hablar, fuera para Lortie la faz amable y garante del padre que buscó siempre y que encontró en el momento en que
decide acabar con la faz perversa, con el abusador incestuoso. Pero ha cometido un crimen, y es detenido por la
policía.

Denis Lortie tiene 8 hermanos. Ocupa entre ellos el lugar del medio. Su padre era muy violento con su esposa e hijos,
abusó sexualmente de sus hijas, con una de ellas tuvo un hijo. Era un ser “brutal”. Su padre es procesado y
condenado a 3 años de prisión por violencia e incesto al engendrar un niño con una hija. Luego excarcelado,
abandona a su familia. Nunca más lo ven. Lortie tenía en ese entonces 10 años, y hasta los 17 fue criado por la
madre. Luego ingresa al ejército que suple en él la carencia del padre.

Al momento de ser arrestado el padre los hermanos mayores de Denis concebían un complot: escondieron armas en
la casa para matar al padre en caso que los volviera a golpear. En el juicio el abogado defensor argumenta que 15
años más tarde Denis Lortie iba a representar esta matanza del padre bajo un acto loco.

Luego tiene hijos, pero toda esta historia marca a Denis como dificultado de asumir su paternidad. Persistía en el
lugar de hijo. Su genitor no había cumplido la función de padre, no transmitió la ley de prohibición del incesto que
hace posible la cadena de sustituciones y permutaciones.

Un crimen contemporáneo: teatro tecnológico y proceso jurídico

Todo se registra en un teatro tecnológico. Durante el proceso judicial y a través del video, Denis Lortie logra
reencontrarse con su imagen y su palabra, porque no se trata de un psicótico. “El paso al acto homicida en
condiciones delirantes, no presupone la estructura psicótica del autor. La atmósfera delirante no constituye por sí
misma una psicosis”.

Lacan plantea que acting-out y pasaje al acto, en sí mismos, no abren posibilidades de un diagnóstico diferencial. Es
preciso trabajar, incluso con el campo jurídico, para que el sujeto recupere la subjetividad y la palabra perdidas para
aventurar un diagnóstico diferencial (neurosis, perversión o psicosis). Porque más importante que la etiqueta, que el
diagnóstico, que el rótulo, es saber qué sucedió en la vida interior de alguien para llegar hasta esos actos. Caso
contrario dejamos de ser psicoanalistas para ser ingenieros de la conducta, y se deja de ser jurista para ser mero
aplicador de fórmulas. El qué sucedió sirve si su mira es hacia adelante. Porque lo que verdaderamente está en juego
es el destino de un sujeto.

El video fue una herramienta importante para registrar las circunstancias del crimen: Lortie está en la pantalla
cometiendo su acto, pero también está en el público como espectador, contemplando ese acto. Cuando Denis se ve
por primera vez en el video y se reconoce, se desmorona. Nuevamente el peligro de la precipitación a otro pasaje al
acto, sólo que en esa oportunidad el Otro simbólico está presente, le ofrece un continente y eso permite el
sostenimiento del marco simbólico que evita otra caída subjetiva. Luego se calma. Se tranquiliza cuando puede
subjetivar y reapropiarse del acto y de sí mismo. y al apropiarse de sí puede separarse de su acto criminal, no quedar
pegado al mismo lo cual percipitaría a la repetición de otros crímenes o el suicidio. Y esto es posible porque el
Tribunal Jurídico funcionó como tercero separador. Así, puede ser testigo de su crimen y hacerse responsable de él.
Despegado del pasaje al acto y del acting-out se desprende del delirio y se reconoce: “yo no puedo decir que no soy
yo, soy yo”.

Cuando Denis subjetiva el acto, puede “apropiarse” de su acto, deja de estar loco. Habla, recupera su historia y
reconoce su acto desvariado y criminal. Cuando Lortie se recupera, cuando retorna a sí gracias a la intervención
simbólica del Otro, puede hacer el doble reconocimiento. La mirada del Otro y la visión de él confluyen sobre ese
“no soy yo”, pero “soy yo”. Es el uno y el otro, ahora conectados. Recupera su humanidad al precio de admitir su
crimen y aceptar su responsabilidad. Y que la justicia tuviera la oportunidad de ser algo más que una maquina de
administrar miedo.

2403, Mosteirin, personalidad psicopática e inimputabilidad penal

La personalidad psicopática

Dentro del término personalidad, que engloba la totalidad del ser humano y su individualidad, entendemos una
entidad biopsicosocial indivisible, en cuya esfera psicológica se conjugan procesos de carácter intelectivo, volitivo y
afectivo. Existen muchos clasificaciones pero se sostiene la existencia del peligro qué importa el fenómeno del
encasillamiento.

La OMS efectuado una clasificación de las distintas alteraciones de la Salud Mental con la cual se manejan casi todos
los países del mundo. En el punto número 5 de la escala se ubican los trastornos de la personalidad conocidos como
caracteropatías. El carácter es el estilo particular de relación objetal, el mundo habitual con el que una persona
realiza sus impulsos y se adapta la realidad. Cuando las funciones se cumplen de un modo inadecuado aparecen las
caracteropatías cuya cualidad nuclear está por la rigidez con la que el sujeto utiliza los rasgos de carácter, en forma
repetitiva, cine aprender y flexibilizarse con las experiencias vividas. En síntesis obra como un mecanismo de
defensa patológico, Qué es racionalizado y no provoca angustia.

La psicopatía es una forma de caracteropatía en la que predominan las acciones impulsivas del individuo (acting out)
ya que hay una alteración del pensamiento simbólico. Entre el impulso y la acción no hay representación simbólica,
lo que concluye en la estereotipia.. reiteración del acto impulsivo.

El trastorno más peculiar del psicópata es la anormalidad de su conducta que se aparta de las pautas fijadas por la
colectividad para el desempeño de los diferentes roles sociales, aunque debe quedar claro que no toda psicopatía
implica una personalidad antisocial.

la base de estas enfermedades hay que buscarla en factores neurológicos, hereditarios, socioculturales,
ambientales y también en la carencia o desposesión emocional sufrida en tempranas edades lo que nos lleva a otra
de las características: una perturbación en la esfera afectiva que distorsiona de amor y culpa.

Daniel Cercov distingue dos tipos básicos: meramente anormales que con tratamiento pueden recuperarse y
morbosos o claramente patológicos sin posibilidad de recuperación. Además se encuentran 9 clases de psicópatas
entre los que se destacan los amorales y los asociales. Desde la óptica de los afectos diferencia a los perversos a
quienes atribuye una capacidad afectivas de gozar provocando el mal, de los esquizoides que padecen una
limitación para recibir y dar afecto, Dan aparente de frialdad afectiva, de insensibilidad y que aunque son incapaces
de transmitir lo que en forma restringida sienten, suelen vivir hipersensiblemente la recepción de los afectos.

Hasta que se las denomino personalidades psicopáticas las comprendidas en este género recibieron varios rótulos,
uno de ellos muy frecuentemente usado fue el de demifous, semi locos, fronterizos o locoides.Según el grado de
estructuración de la fortaleza yoica, clásicamente se formuló un cuadro separativo de tres géneros de
enfermedades mentales: las neurosis, las caracteropatias y las psicosis, conforme con el mayor o menor
acercamiento de la normalidad psíquica y se ubicó a los borderline entre las dos últimas. en los borderline se
conjugan síntomas neuróticos y psicóticos Y si bien el criterio de realidad está conservado durante toda la existencia
en algún momento puede producirse una ruptura psicótica debido a episodios trascendentales Y desencadenantes
aunque son cortas y se recuperan fácilmente no provocando fisura psíquicas.

Algunas cuestiones que suscita el fallo

La sentencia formula un juicio concluyente y definitivo según el que conforme la actual idea enfermedad mental y
Con arreglo al criterio normativo de culpabilidad, El psicópata nunca puede ser considerado culpable. Los psicópatas
según el artículo 34 inc.1 del CP nunca pueden comprender la criminalidad de sus actos y nunca pueden dirigir sus
acciones.

Al derecho penal no le interesa la conceptualización psiquiátrica o entidad nosografica de las enfermedades, sin
consecuencia a New canción y gobierno. sólo será considerado inimputable aquel que sufriendo los efectos de
determinadas psicopatologías no haya podido en el momento del hecho comprender el carácter criminal de su acto
o dirigir el curso de sus acciones.

Sólo cuando la anormalidad sea tal que por ella se impide a comprender y dirigir podremos sostener que nos
encontramos en alguno de los supuestos del artículo 34 inc. 1 CP.

Sí propone como técnicos del derecho que solo recurramos a la psiquiatría para que nos explique si los casos
concretos que se someten, los sujetos se han visto impedidos de comprender la criminalidad del acto o dirigir sus
acciones y en su caso, porque causa.

El problema constitucional de las medidas de seguridad

El doctor Donna expresa qué aducir que toda personalidad psicopática es inimputable y Por ende peligrosa para Sí y
para terceros llevaría al profundo defasaje en el que se va se harían las cárceles y se llenarían los hospitales creados
al efecto, con las consecuencias de que el juez no podría tener el control del cumplimiento de la pena que quedaría
en manos de los médicos, violándose las garantías constitucionales que existen en la Constitución Nacional.
De ninguna manera inimputabilidad penal y enfermedad mental son conceptos equivalentes. La inimputabilidad no
depende exclusivamente de verificaciones psiquiátricas o psicológicas, sino que además por su propia esencia,
exige al juez un tránsito a criterios valorativos ni psiquiátricos y psicológicos en conexión con la capacidad de
comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones.

Principales aciertos del fallo

1. Constituye un acierto haber resuelto el problema de inimputabilidad del psicópata, a partir de un concepto
moderno y amplió de enfermedad mental hoy proporcionado por la más acreditada tenencia científica.
2. Otro acierto estriba en la distinción entre entender y comprender en relación con las expresiones de la
segunda parte de la fórmula del artículo 34. El conocimiento humano está ontológicamente condicionado
por la naturaleza del objeto a conocer. La naturaleza de las distintas familias de objetos condiciona en cada
caso modalidades peculiares de la conciencia cognoscente.
El artículo 34 exige comprender la criminalidad del acto. La criminalidad como objeto de conocimiento No
es un hecho, tampoco es un objeto ideal, ni un objeto real o material, todos ellos neutros al valor. La
criminalidad de un acto es una cualidad y irreal del acto y precisamente una cualidad o calidad disvaliosa.

3. Otro acierto del fallo es afirmar que en manera alguna compete a los peritos médicos la valoración jurídico-
penal en la que consiste en definitiva la imputabilidad, la constituye una función específica y privativa del
juez.
Imputabilidad es capacidad de culpabilidad es obvio que exige la presencia concreta en el proceso de un
sujeto susceptible de reproche. Es para esto que la ley fija de manera negativa las condiciones mínimas de
índole anímico espiritual susceptibles de abrir la ulterior posibilidad de formular un auténtico justo juicio de
culpabilidad.

Pero el sujeto no es aquí algo abstracto e impersonal sino una concreta irreal persona humana ya que
solamente la persona humana puede cumplir o incumplir el deber y someterse a la norma. La presencia de
una persona humana reprochable supone la de un receptor idóneo de normas que mandan o prohíben;
idóneo no solamente porque ha de tener el efectivo poder de comprender el deber sino de someterse a la
norma. El derecho penal no juzga al hombre como una cosa viviente como a una persona viviente, como a
un animal, o como a una simple individualidad psico-biologica, sino como a una persona en cuanto exige
capacidad para captar el valor y capacidad para actuar conforme a lo valioso, cosas ambas, que únicamente
atributo de la persona humana.

Verificar la imputabilidad inimputabilidad de un sujeto exige recorrer en forma sucesiva, los tres tramos que
la integran y condicionan progresivamente: el biológico- psiquiátrico, el psicológico- comprensivo y el
normativo- valor. Tal planteamiento señala cuáles son las funciones del perito y cuáles las del juez y las
esferas de su actuación recíproca y conjunta. La primera parte de la fórmula referida a las causas de
inimputabilidad, cuando tienen carácter patológico, remiten a la exclusiva competencia del psiquiatra. el
juez no puede invalidar el ámbito que pertenece al experto. Sin perjuicio de estimar la pericia debe
admitirla o rechazarla. En el segundo plano psicológico- con comprensivo, la captación de las actitudes
psicológicas del agente requiere indispensablemente la intervención conjunta del juez y perito, un
intercambio de puntos de vista y de información Más allá de la formalidad del informe pericial escrito. El
tercer plano (Que es aquel donde se resuelve en definitiva la imputabilidad) Pertenece privativamente al
juzgador porque tiene naturaleza normativo- valorativa.

18061, Nota periodística: polémica por el fallo de advenimiento

(12 de diciembre de 2011) – Nota periodística


Seis funcionarios judiciales que intervinieron en el caso de Carla Figueroa habían desaprobado el matrimonio.
Cuatro jueces y dos fiscales advirtieron con argumentos contundentes que Carla Figueroa, la adolescente, de 19
años, víctima de violación, no estaba en condiciones de dar un consentimiento “libre y pleno” para solicitar el
avenimiento y liberar así a su victimario. El agresor, Marcelo Tomaselli de 21 años, terminó asesinándola el sábado,
apenas 8 días después de obtener ese polémico beneficio y salir de la cárcel, con la venia de dos magistrados del
Tribunal de impugnación de La Pampa. Los tres magistrados de la Audiencia de Juicio de General Pico que negaron
por unanimidad el pedido, en primera instancia. Los fiscales Hernández y Gilardengui, que intervinieron en la
investigación penal; y Balaguer el único juez del Tribunal de Impugnación que votó en contra, entendieron que se
trataba de una estrategia de defensa, pergeñada por el abogado Agüero, el penalista más mediático de Gral. Pico, y
que la joven (con una historia familiar atravesada por la violencia machista) estaba siendo manipulada. Los dos
jueces del Tribunal de Impugnación que creyeron “libre de presiones” el planteo de la chica y le abrieron la puerta de
la prisión a Tomaselli son Flores y Jensen.

Una diputada consideró que ambos magistrados son pasibles de ser denunciados ante el Jurado de Enjuiciamiento
de La Pampa por “mal desempeño de sus funciones, teniendo en cuenta que con su fallo violaron tratados
internacionales con rango constitucional como la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres”. La diputada Rodríguez, desde 2008 ha presentado proyectos para derogar la figura del
avenimiento, reclamó que el Congreso se avoque a tratar el tema en memoria de la joven asesinada. Señaló que la
decisión del Tribunal de Impugnación como el resultado trágico que fue consecuencia del fallo implican la
responsabilidad del Estado argentino por el incumplimiento de la Convención de Belén do Pará, el cual obliga al
Estado a “prevenir, investigar y sancionar los casos de violencia contra las mujeres con la debida diligencia” y a
“adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar o poner
en peligro la vida de la mujer de cualquier forma que atente contra su integridad o perjudique su propiedad”.

Del fallo que otorgó el avenimiento se desprende que los jueces que votaron a favor de esto, no vieron lo que los
otros seis operadores de la Justicia percibieron con claridad: la adolescente no estaba dando su consentimiento en
forma libre. El único juez del Tribunal de Impugnación que votó en contra, señaló que la joven se encontraba en
“inferioridad de condiciones respecto del imputado, en especial, si tenemos en cuenta que, la propuesta (del
avenimiento) fue a instancias de Tomaselli, por intermedio de quien ejerce su defensa, teniendo como único y
excluyente objetivo adquirir la inmediata libertad y la extinción de la acción del hecho por el que fuera acusado”.

De acuerdo con la cronología del caso, la adolescente “sostuvo su interés en reiteradas oportunidades respeto de la
obtención de una condena de prisión para el acusado” de violarla. La joven lo denunció el 13 de mayo. La fiscal
Hernández llevó adelante la investigación. Le imputó el delito “abuso sexual agravado por uso de arma” que tiene
una pena de 8 a 20 años de prisión. Las pruebas contra Tomaselli eran contundentes. En una zanja cercana a donde
ocurrió el ataque sexual se encontró el cuchillo con el que la amenazó para someterla. La pareja, que tiene un hijo,
se había separado en marzo. Carla le tenía miedo. Tanto es así que cuando la defensa de Tomaselli mantuvo
conversaciones con la fiscalía tendientes a celebrar un acuerdo de juicio abreviado, “en todo momento” la joven
“manifestó un evidente temor respecto de la posibilidad de que Tomaselli recuperara su libertad”, según surge del
expediente judicial. Por esa razón la fiscal y su par que está investigando el femicidio de la adolescente, objetaron
que se concediera la figura del avenimiento. “Es evidente la presión ejercida sobre la víctima, quien no ha contado a
lo largo de este proceso con ningún tipo de contención salvo las entrevistas que mantuvo con la lic. en psicología
encontrándose prácticamente desamparada a nivel emocional sin ningún tipo de protección o resguardo por parte
de su círculo familiar o social. Es por ello que se advierte que el matrimonio celebrado recientemente es parte de la
‘estrategia’ defensiva de Tomaselli”.

Tras el rechazo de la Audiencia de Juicio de Pico, la defensa de Tomaselli habría logrado convencer a la joven de que
se casara con su violador. Una de las razones que habría esgrimido sería que con Tomaselli preso estaba privando a
su hijo de su papá. La boda tuvo lugar el 28 de octubre, menos de un mes después del fallo adverso y cuando ya la
pareja, a través de sus respectivos abogados, lo había apelado. La boda fue una forma de enviar un mensaje de que
victimario y víctima se querían genuinamente y pretendían reconstruir su relación. Pero había mas evidencias de que
no era efectivamente así. Uno de los jueces lo advirtió con su voto contrario al beneficio: “cuando plantearon el
avenimiento, el propio acusado solicitó que se fije una restricción de acercamiento para con la víctima, lo que
constituye una franca contradicción entre el matrimonio celebrado y esta medida, en la que se incluía el
cumplimiento por parte de él de un tratamiento psicológico y psiquiátrico para poder recuperarse de las acciones y
problemas conductuales”.

El juez Flores nunca analizó el caso con perspectiva de género. Entendió que la víctima de violación podía dar un
consentimiento “libre y sin presiones”, en condiciones de igualdad, para perdonar a su victimario y permitirle así
recuperar la liberad, con el supuesto objetivo de volver a formar una familia. Tomaselli fue detenido el sábado como
único imputado del femicidio de su flamante esposa. Cuando efectivos de la Comisaría llegaron a la vivienda en la
que vivían juntos, encontraron a Carla sin vida y a él con las manos y la ropa ensangrentada, y secuestraron un
cuchillo con el que la habría ultimado. Tomaselli no presentaba muestras de haberse defendido de alguna agresión.
La autopsia determinó que ella tenía 10 puñaladas en distintas partes de su cuerpo. La madre del imputado y el hijo
de la pareja fueron testigos del brutal ataque. La madre confirmó que el hijo fue el autor del homicidio. En el juicio
oral, la mujer puede negarse a declarar contra su hijo. Por esa razón, fueron enviadas a periciar las ropas del acusado
y la sangre que tenía en sus manos, para obtener pruebas contundentes en su contra. Hoy será indagado por el
fiscal. De resultar condenado, le espera una pena de prisión perpetua por tratarse de un homicidio agravado por el
vínculo: paradójicamente el casamiento al que recurrió para liberarse de la imputación de la violación lo dejará por
el resto de su vida en prisión.

Unidad 12

2428, Aynar de castro: entrevista de la red de periodistas judiciales

Los criminólogos críticos trabajamos sobre y desde los Derechos Humanos.La pobreza no causa delincuencia, sino
personas vulnerables a ser criminalizadas y encarceladas. Todo el problema de la justicia penal y el control social no
es más que un problema político.
¿Desde donde parte la criminología crítica? la criminología contemporánea se interesa por el tejido social, sus
injusticias, las definiciones del bien y del mal que se crean en una sociedad y sobre las que se construye la
selectividad de los sistemas de Justicia penal en base a la construcción de un enemigo y un estereotipo del
delincuente. Es una perspectiva totalmente politizada de cómo funciona todo el proceso de criminalización, desde la
creación del imaginario social, la policía, las leyes y los regímenes carcelarios.  Si hay algo que sabemos es que en el
mundo entero, y especialmente en nuestras sociedades, las personas que van presas no son las que cometen
delitos, sino la porción de ella que es más vulnerable a ser criminalizada: los pobres. Sólo el 5% de las personas que
cometen delitos terminan en procesos de criminalización y encarceladas.
¿Por qué se encierra sólo a una parte? porque el sistema penal es simbólico. No es un sistema que resuelve
problemas, sino que lo que hace es crear la sensación en la población de que se la está protegiendo. Osea, se retiene
simbólicamente a una porción de la población, construida como el enemigo, para que el resto viva tranquila.
¿Cuál es la importancia de las cifras reales sobre la inseguridad? Argentina tiene uno de los índices de homicidios
más bajos del continente: 5 por 100.000 habitantes; mientras que en Venezuela tenemos 60. Además, Argentina
tiene la menor tasa de criminalidad, pero la más alta de encarcelamiento. En Venezuela hay un 93% de impunidad:
de 100 delitos sólo 7 son penalizados. Las estadísticas van por un camino distinto al de la sensación de inseguridad.
¿Cómo se construye el miedo y el enemigo estereotipado en una sociedad? a través de todo lo que se llama “control
social informado”, que viene desde la iglesia,  los grupos de opinión, medios de comunicación.
¿Cuál es el camino alternativo a las leyes? una alternativa sería lo que se llama el derecho penal mínimo, la
descriminalización. Porque castigar es excluir, abandonar y destruir. Y las cárceles no funcionan para otra cosa que
no sea esto. Entonces, por lo menos,  que sea la menor cantidad posible de personas las que vayan presas y dejar el
derecho penal y el encierro sólo para el mínimo de hechos punibles que necesariamente deben contenerse. Estamos
viviendo a nivel internacional una crisis de humanitarismo en el sistema penal. La alternativa es la abolición
progresiva del sistema penal.

18090, Angarola, aproximación teorica al lugar de la contruccion de los pensamientos criminologicos

Estos pensamientos entendidos como un conglomerado de practicas, ideas, leyes, escritos científicos, políticos y
hasta diseños arquitectónicos que configuran no solo una manera de instituir y definir la “cuestión criminal” sino una
modalidad de operar en y por la misma enmarcados en procesos históricos y sociales.
La Criminologia veria la luz desde el momento en que se instituye en las sociedades el poder punitivo, adquiriendo
entonces una particular historicidad. Entonces “la cuestión criminal” con todo aquello que la implica, es decir,
nociones como ley, delito, delincuente, castigo, pena, sistema de control, etc; surge en cada momento histórico
atravesada por coordenadas políticas, sociales y hasta económicas que la definen.

Se podría pensar que la Psicologia aportaría reflexiones teóricas que sustentarían y operarían directamente sobre la
“cuestión criminal” y al mismo tiempo como efecto reciproco, comenzaría a gestarse toda una producción teorica e
investigativa que ampliaría la mirada de la Psicologia conformando un nuevo espacio donde intervenir.

En los tiempos de la Modernidad (siglo XIX) en Europa, la psiquiatría escribiría la carta de presentación de la
Criminologia en el concierto de las nuevas disciplinas. Desde Francia se leia a Morel y la teoría de la “degeneración”
planteándola como una enfermedad mental y un delito moral, como un mal que se transmite y se acentua cada vez
mas a medida que se hereda. En oposición al determinismo biológico, es decir a la teoría del criminal nato de
Lombroso en Italia, acentuaba asi los factores socioambientales en el entendimiento de la delincuencia.

El positivismo criminológico, pensamiento que sostenia a toda la criminología italiana, marcaria profundamente la
conformación de la cuestión criminal en nuestro país.

La criminología moderna nace, desde el punto de vista de estos primeros criminólogos argentinos, mde la
concepción positiva del delito, que propone aplicar a su estudio las reglas del método científico. Para Ingenieros, la
criminología abarca tres campos de estudio:

1. Etiología criminal: estudia las causas determinadas de los delitos. En lugar de presuponer el “libre albedrio”
del delincuente, busca el “determinismo” de su acto antisocial en su constitución organica y en las
condiciones del ambiente en que vive.
2. Clínica criminológica: se ocupa de las multiples formas en que se manifiestan los actos delictuosos, no trata
de establecer la “responsabilidad” del delincuente, sino de fijar su grado de “temibilidad”, según el peligro
que pueda resultar de su permanencia en la sociedad.
3. Terapeutica criminal: estudia las medidas, sociales e individualizadas de profilaxia y de represión del delito,
no trata de “castigar” al delincuente sino de asegurar la “defensa social” contra su actividad morbosa,
mediante la segregación en establecimientos e instituciones apropiadas a los diversos casos.

Se podría pensar entonces que la criminología en Argentina alcanzo categoría de saber académico de la mano de los
psiquiatras. La Medicina Forense ofrecería su discurso a la policía, combinando saber y poder; aquí la Psicologia
parece también conformándose de la mano de la Psiquiatria y como doncella acompañante de la criminología.

Tras la conformación de la prisión, se comenzaría a desplegar una psicología del delincuente y su abordaje
institucional que surge sostenido en los pilares positivistas. Es asi que en nuestro país, la Psicologia encontraría su
lugar en los sistemas de control en este caso en el ámbito penitenciario, institucionalizando un espacio propio de
evaluación y diagnostico del delincuente que se denominaría “clasificación”.

2418, Varela, cap 8 y 10: Psioclogia juridical, criminalistica y criminologia

No hay sociedad que no contenga una ley positiva, sea ésta tradicional o escrita, de costumbres o de derecho.
Siendo la sociedad misma fuente y destinataria de sus propiás normas. Tampoco existe una sociedad donde no exista
el crimen o la transgresión de la norma. Toda sociedad manifiesta la relación entre el crimen y la ley a través de
sanciones, cuya realización, sea cuales fueren sus modos, exige un asentimiento subjetivo.

La sociedad con sus creencias religiosas y morales, sus concepciones políticas, económicas y jurídicas, su ciencia su
técnica y su filosofía, en una palabra con su cultura, es la que determina en fin de cuentas, lo que ha de entenderse
por delito.

Aquí es donde la Psicología Jurídica, por las instancias que distingue en nuestro tiempo y el advenimiento correlativo
de una objetivación del crimen, puede colaborar con las ciencias jurídicas.

Al ir variando la cultura, las ideas relativas a lo que es crimen y delito, la explicación, la prevención y la forma de
reprimirlo, también sufren modificaciones. Es de este modo que si algunas conductas han salido del campo criminal,
otras han ingresado a él.
El fenómeno criminal se ha ido modificando de acuerdo al devenir de los tiempos, lo que otrora fue delito, hoy en
día puede no serlo; y por otro lado, actualmente hay conductas que se constituyen en prohibidas, las cuales
antiguamente no eran consideradas antijuridicas.

De igual manera, las disciplinas que se ocupan de dicho fenómeno, es decir, la Psicología Jurídica, la Criminalística y
la Criminología como campos del conocimiento, han mostrado los diferentes aspectos de su evolución en la
investigación, explicación y comprensión del crimen. Desde las concepciones antropológicas y fisonomistas, pasando
por las sociológicas y ecológicas, el delito ha sido considerado como un fenómeno inevitable, parte integrante de la
sociedad.

Antes de comenzar a desarrollar los conceptos fundamentes referidos a las temáticas mencionadas, consideramos
importante realizar algunas aclaraciones inherentes a la Psicología Jurídica y al Psicoanálisis, dado que no provienen
del campo jurídico, sino que se insertan en el mismo como auxiliares del derecho.

La Psicología Jurídica, es una rama de la especialidad psicológica, dado que la misma se erige en un espacio de
intersección atravesado por discursos esencialmente divergentes. Desde el campo de inserción, es una especialidad
de la práctica profesional del psicólogo, que define la aplicación de la psicología en el campo legal, surgiendo de la
articulación del conocimiento científico de la psicología y el campo legal.

Criminalística y Criminología

En general, resulta común escuchar que quienes no poseen los conocimientos adecuados, suelan confundir ambas
ciencias, llamando Criminología a la Criminalística y viceversa. Ámbas ciencias son colaboradoras del Derecho Penal y

del Derecho Procesal Penal, pero el contenido de cada una de ellas es diferente.

EL criminalista Lopez arrojo dice: hay que ir, por tanto deslindando el contenido y limites dela Criminología, la cual
tiene que dejar de ser la disciplina monstruosa y proteica que comprende partes del derecho penal; de la
Criminalística, del procedimiento penal y de otra serie de materias que no tienen que ser incluidas en ella, Así, la
Criminalística no forma parte de la Criminología, ya que mientras ésta se ocupa del por qué del delito, aquélla se
preocupa del cómo, cuándo, dónde y quién del mismo, aspectos estos formalísticos que si bien poseen una gran
importancia práctica nada tiene que ver con los factores del delito, considerados estos causalmen te, Por
Criminalística hemos de entender la disciplina auxiliar del derecho penal o del procesal penal que se ocupa del
descubrimiento y verificación científica del delito y del delincuente...

La Criminalística es la ciencia de la pesquisa, de la táctica criminal en la escena del delito, de la comisión de éste.
Mientras que la Criminología se ha ocupado de estudiar las causas por las cuales una persona delinque, las
circunstancias que los llevaron a la comisión del delito y su relación con la víctima.

Con ello, queda absolutamente aclarada la confusión que suele producirse al nombrar a ambas ciencias en forma
indistinta. Criminología y Criminalística son dos ciencias con competencia y conceptos diferenciales.

En la actividad delictiva, hay circunstancias de carácter individual, social y antropológico. Las causas sociales,
individuales, endógenas y exógenas por las cuales una persona llega a delinquir, son de diversa índole y, para
conocerlas, es preciso contar con la contribución de diversas ciencias.

a pesar de la autonomía científica, ambas ciencias colaboran para aportar verdad al proceso penal que evitará la
impunidad del hecho delictuoso cometido, cuando se haya determinado que realmente se ha infringido una norma
penal; brindando la prueba de la autoría del sospechado o la de su inocencia, lo cual permitirá captar la personalidad
del delincuente para una adecuada aplicación de la sanción penal y del posterior tratamiento penitenciario.

Así, vemos que ambas ayudan en la moderna investigación criminal para alcanzar y brindar las pruebas al proceso
penal en sus tres etapas decisivas: la verificación del hecho delictuoso, la determinación de su autoría y lo relativo a
la personalidad del delincuente para la adecuación de la sanción.

Criminalística

La denominación de esta materia ha sido de lo más diversa, tanto como el criterio sustentado por los diferentes
autores, al enunciar su contenido a través de conceptos distintos.
Actualmente, la criminalística encierra en ella el estudio de las técnicas del crimen. En este sentido, brinda una
extraordinaria colaboración al proceso penal, ya que su fundamento es encontrar las pruebas que lleven a la verdad
jurídica, para que el hecho delictuoso no quede impune.

Es una disciplina auxiliar del Derecho Penal, que se ocupa del descubrimiento y comprobación científica del delito y
del delincuente. A diferentia de la criminología, que se ocupa de la etiología del delito, la criminalística lo hace de la
comisión del mismo. Como su contenido, sin agotarlo, pueden señalarse la siguientes materias: química, psicología,
medicina legal, fotografía, planimetría, balística, dactiloscopia, ete.

La criminalística se ocupa de reconstruir la historia de un hecho pretérito, a través de los vestigios materiales que
deja en su accionar el delincuente. Su objetivo primordial es dedicarse a la búsqueda de la verdad a través de la
aplicación del método científico, a diferencia de la subjetividad del testimonio que está más abierto a la
especulación. Es la ciencia que se encarga de la investigación del delito, la transformación y análisis de las pruebas
para u posterior utilización en un juicio.

El análisis físico de los elementos empleados para delinquir, el examen y cotejo de los rastros papilares, huellas de
pisadas, etc., dejados por el delincuente; el análisis químico de los residuos y manchas encontrados en lá escena del
delito (sangre, materia fecal, esperma, pelos, sustancias tóxicas, ete.); la cooperación de la fotografía para registrar
los menores detalles del lugar del hecho, de los pasos del delincuente y de sus huellas; el levantamiento topográfico
para ofrecer una vista sintetizada de los lugares, contenidos y desplazamientos, con aplicación de escalas
reconstructivas, sumados a los métodos inductivos y deductivos, constituyen recursos, métodos y procedimientos
que permiten suministrar al mundo forense, el valioso aporte de la prueba indiciaria, develando así el camino para el
descubrimiento del delito y de su autor.

Lo expresado se condice con la definición que da Fortunato, al hablar de Técnica Policial (antigua denominación de la
materia que nos ocupa): "es la aplicación de recursos, métodos y procedimientos suministrados por la ciencia a las
investigaciones policiales tendientes a constatar la existencia de los delitos y la identificación de sus autores”.

Esta definición, que sintetiza el contenido de la materia, al igual que la de López-Rey ARROJO, comprende dos
extremos:

Constatar la existencia de los delitos: en el sentido de establecer si se trata de un hecho o de una omisión
considerados delictuosos por la legislación penal vigente. Si este análisis resulta positivo, entonces entra a jugar su
rol el segundo extremo enunciado.

Identificación de sus autores: para lo cual habrá que valerse de los estudios de huellas, manchas, rastros, etc.

Vemos así que una vez analizada la definición ofrecida a través de sus dos extremos, constatamos que la materia
abarca en su contenido los diversos aspectos exigidos por la investigación moderna del delito, y que tan
acertadamente concretaran los autores Sodermann y O'Connell: la inspección del lugar del hecho, el examen y
análisis de los rastros, huellas, etc., y la identificación de las personas.

En este sentido, la Psicología Jurídica hace su aporte a la criminalística, solo después de que se ha comprobado la
autoría de un hecho delictuoso. :

La Psicología Jurídica y la Criminalística

Para poder explicar los aportes que la Psicología Jurídica hace a la Criminalística, primero debemos realizar algunas
aclaraciones, dada la especificidad de ambas.

La criminalidad es un concepto jurídico, que describe un conjunto de hechos criminales ocurridos en un medio
determinado. Se trata de un concepto genérico, donde cabe a la justicia distinguir, y a la Psicología Jurídica colaborar
en esa distinción. A la justicia le corresponde la tipificación del hecho y considerar si la misma 'se encuadra como una
conducta típica y antijurídica, es decir, la parte objetiva del injusto penal, mientras que a la Psicología Jurídica le
corresponde asesorar en la parte subjetiva (culpable) de la teoría del delito.

Es así que la Psicología Jurídica en su colaboración con la Criminalística, intenta explicar las características de
personalidad de un sujeto que se encuentra imputado de un delito, y la correlación entre éstas, el tipo de delito
cometido y la capacidad psíquica del sujeto al momento de cometer el hecho.
La imputabilidad es la capacidad de reproche jurídico, es decir, que el sujeto pueda comprender la criminalidad de la
acción cometida.

La imputabilidad implica:

1. Capacidad para comprender la criminalidad del acto.


2. Capacidad para dirigir las acciones de acuerdo a dicho entendimiento.

Por lo que el psicólogo, en la evaluación pericial, deberá tener en cuenta los aspectos ligados a la capacidad para
comprender la criminalidad del acto, variables tales como:

1. Estado de las funciones que componen la conciencia.

2. Capacidad intelectual (nivel, rendimiento, etc.)

3. Modalidad en que establece vínculos.

4. Mecanismos defensivos.

5. Otras variables que surjan de dicha evaluación pericial.

En relación a la capacidad de dirigir las acciones, se evaluarán las siguientes variables:

1. Control racional de los impulsos.

2. Compulsiones.

3. Tolerancia a la tensión y la frustración.

4. Nivel de tensión interna.

5. Estado emocional (si se halla dentro de los parámetros normales).

En dicha evaluación se debe considerar la posibilidad de que el sujeto manifieste signos ante los cuales se infiera
simulación, disimulación o sobresimulación

Se define la simulación, como la producción voluntaria de síntomas psíquicos o físicos falsos o exagerados, con la
finalidad de evidenciar patología.

La disimulación se da cuando el sujeto intenta dar la impresión de normalidad, y observamos una exacerbación del
control ideacional, pseudoadaptación a la realidad.

La sobresimulación es aquélla que realiza el sujeto que padece trastornos mentales, cuando tiende a prolongar los
síntomas de una patología ya superada.

A los efectos de realizar la evaluación psicológico pericial, se tomará en cuenta si hay discrepancia entre los hallazgos
clínicosemiológicos que relata el sujeto y los aportados por las técnicas psicodiagnósticas, (es decir, con lo exhibido
por el sujeto y lo concluido).

En la evaluación se prestará especial atención a la congruencia o incongruencia entre el lenguaje gestual y el verbal,
la sintomatología general que se nos presenta y las técnicas proyectivas en su conjunto; métodos estos que arrojan
resultados muy relevantes y certeros en el diagnóstico de la simulación, disimulación y sobresimulación.

El perito psicólogo, deberá, fundamentalmente, evaluar los indicadores de agresividad y peligrosidad que aparezcan
en la aplicación de su técnica.

Se entiende a la agresividad como un conjunto de tendencias que se actualizan en conductas reales o fantasmáticas,
dirigidas a dañar a otro. La agresión puede adoptar modalidades distintas de la acción motriz violenta o destructiva.
El psicoanálisis ha concedido una importancia cada vez mayor a la agresividad, señalando que actúa precozmente en
el desarrollo del sujeto y en el complicado juego de unión y separación en la sexualidad.

Los estudios que se realicen, deben apuntar al análisis del comportamiento antisocial incluido en el contexto y la
dinámica social en que se produce.
La peligrosidad es la probabilidad de que un sujeto de acuerdo a sus condiciones psicofísicas, realice una conducta
auto o hetroagresiva. En general, se considera al estado peligroso como un estado jurídico biológico que surge de la
estructura psicofísica-social del individuo, y que le confiere probabilidad de infringir la ley.

Los índices de peligrosidad y agresividad que el perito deberá considerar en su examen son:

1. Excitabilidad.

2. Hipersensibilidad.

3. Impulsividad.

4. Baja tolerancia a la frustración y a la angustia.

5. Nivel de tensión intensa.

6. Compulsión a la repetición de conducta agresiva.

7. Nivel de vulnerabilidad ligada a la baja autoestima.

8. Consumo de alcohol o sustancias toxicomanígenas en exceso y habitualidad en dicho consumo.

El profesional psicólogo, cuenta con diversos recursos y técnicas de exploración psicológica que en sú aplicación, lo
ayudarán a obtener una mirada acabada del estado psíquico del sujeto en cuestión; colaborando a través de su
informe, con la determinación acerca de la posibilidad de culpabilidad o no, del sujeto imputado.

Así, la Psicología Jurídica realiza su contribución brindándole, a través del diagnóstico al que se arriba, herramientas
para determinar el quién y cómo del delito, en cuanto al potencial agresivo y características psicopatológicas de ese
sujeto.

Criminología

Criminología, etimológicamente significa ciencia del delito. Tal definición hace referencia a lo que Garofalo, quien ha
difundido a esta ciencia con dicho nombre, considera que ésta debe ocuparse de varios de sus aspectos: el natural
(factores o causas del delito, y también puntos de criminalística), el jurídico-penal, el procedimental, el penológico y
el político criminal.

Consideramos que esta definición excede el campo de trabajo de esta ciencia, adherimos a lo que plantea Hans
Goepingger al referir que la Criminología.

se ocupa de las circunstancias de la esfera humana y social relacionadas con el surgimiento, la comisión y la evitación
del crimen, así como del tratamiento de los violadores de la ley.

Mientras al Derecho Penal le interesa saber el grado de responsabilidad de quien delinque, la Criminología procura
conocer al hombre delincuente. Por qué causa delinque el hombre, es la pregunta esencial de esta ciencia.

Se trata de una ciencia empírica, experimental, que se sirve del método inductivo, que no se basta a sí misma para
conocer

Las causas de la criminalidad, recurriendo entonces a otras ciencias, como la biología, la psicología, la sociología y
otras, que nutrieron su riquísimo transcurrir histórico. Por ello, es una interciencia. Intenta traspasar la mira del
delito al delincuente, como forma de explicar el delito mismo.

Solís Espinosa plantea que la Criminología es ciencia porque tiene las características del conocimiento científico,
como son las de tener un objeto de estudio, poseer método, y ser sistemática, rasgos que diferencian al saber
científico de otras formas de conocimiento, tales como el cotidiano o vulgar.

Bonnet nos enseña que la criminología es una ciencia de síntesis que tiene por objeto el estudio de la etiología del
delito.

El delito estudiado por la criminología, no es un simple hecho natural para que se pueda pensar que sea suficiente
descubrir sus causa físicas, sino un comportamiento humano y un fenómeno social, estrechamente unido a la vida
del individuo y de la sociedad. Debe subrayarse la reciprocidad de perspectivas entre los aspectos individuales y
sociales de la realidad criminológica, porque tal reciprocidad condiciona toda la impostación metodológica de la
criminología.

Además, debemos partir del planteo de que, al ser un estudio sociopsicobiológico del crimen y el fenómeno
antisocial, en suma frente a estos aspectos de la realidad humana, existen factores causales y condicionantes. Estos
factores deben ser estudiados desde diversas disciplinas, ya que la explicación de por qué el hombre delinque,
requiere de un enfoque interdisciplinario.

Las investigaciones criminológicas, se encaminan —según Crararpo dentro de un plan que comprende:

1) el estudio de las causas generadoras del delito

2) las distintas modalidades que reviste el fenómeno según los diversos tipos de delincuentes;

3) los medios adecuados para el tratamiento preventivo de la delincuencia y la resocialización de los delincuentes.

La Criminología es una ciencia más del hombre que del delito, que se ocupa del estudio del hombre y de las causas
y/o procesos físicos, psicológicos y sociales, que lo han conducido a la violación de la ley. Es la ciencia que investiga el
fenómeno antisocial, en tanto que es una manifestación humana.

En cuanto a los factores individuales que dan origen a la conducta delictiva, la Psicología Jurídica da cuenta del
origen de la misma, en tanto ésta expresa una conflictiva interna al sujeto que la lleva a cabo. Sumando de este
modo a los estudios criminológicos de otras disciplinas, su visión sobre la etiología de la conducta antisocial en cada
caso.

La Psicología Jurídica y la Criminología

JAQUES LACAN plantea que la criminología realiza una búsqueda de la verdad, pero esta búsqueda posee una doble
cara: verdad del crimen en su aspecto policíaco, y verdad del criminal en su aspecto antropológico.

Siguiendo esta línea de pensamiento, pueden esclarecerse aun más la cuestiones relativas a la verdad, la
responsabilidad y la culpabilidad.

La verdad que busca el derecho —según este mismo autor— es una verdad objetivable, demostrable, diríamos, a
través de pruebas. Mientras que según las corrientes psicoanalíticas, la verdad del sujeto que delinque, entraña una
simbología que va más allá del acto realizado en sí,

Esa simbología intrínseca al acto antisocial, es lo que intenta develar el profesional psicólogo cuando esta frente a un
sujeto que ha delinquido, para de esta forma colaborar con las ciencias jurídicas, aportándoles la comprensión del
delito desde otra visión que abarca lo más profundo del psiquismo humano.

A través de ello, el objetivo primordial es que el sujeto que se ha apartado de la norma transgrediéndola, pueda
"responsabilizarse" de su accionar. Responsabilizarse en el sentido de alcanzar un cierto entendimiento sobre el acto
que ha llevado a cabo y las motivaciones inconcientes (desconocidas hasta ese momento por el sujeto) que lo han
conducido al delito y que esto le permita modificar su conducta transgresora.

Aquí es donde el psicoanálisis distingue las nociones de culpabilidad y responsabilidad, planteando que la
culpabilidad seria un criterio netamente jurídico, en tanto ese sujeto es pasible o no de reproche, mientras que la
responsabilidad subjetiva, es lo que le preocupa a la psicología profunda en tanto el sujeto realizó un acto.

No es posible conocer de modo completo al hombre delincuente sin el estudio de su vida psíquica, estudio que
proclama el mismo Ferri, tiene mucha mayor importancia y relación más directa con la delincuencia que el
puramente orgánico. La Psicología Jurídica, en su colaboración con la eriminología, tiene por objeto el estudio los
factores determinantes de los actos humanos y el estado mental general del que provienen dichos actos.

Según Frzun, el delincuente por razón de su instinto criminal reprimido e inconsciente, agobiado, sobrecargado, por
un sentimiento de culpabilidad anterior al hecho delictivo, procura liberarse de esta carga mediante la comisión del
delito. El delito pues, es una forma de liberación del inconsciente.

Asi, el delito no proviene del delincuente, no nace de causas endógenas, los delincuentes en su mayoría no
presentan una específica estructura somática que los diferencié de los demás hombres, son hombres que no pueden
enfrentar sus tendencias antisociales, mientras que el hombre normal es capaz de contenerlas en parte, incluso de
transformarlas en sentido social, por lo tanto el concepto es que el delito no es producido por un defecto de
nacimiento, sino por un defecto de educación. Ello es lo que dará paso a la posibilidad de rehabilitación del sujeto
que ha cometido un delito.

En el estudio de la delincuencia, el Psicoanálisis distingue diversas clases de delincuencia:

1. Delincuencia imaginativa, limitada al campo de las representaciones en la mente que no pasa nunca a la acción,
por lo cual nunca daña a nadie.

2. Delincuencia habitual, que unas veces proviene de alteraciones orgánicas congénitas o adquiridas, otras de
falta de adaptación del individuo al ambiente o entorno.

3. Delincuencia ocasional que comprende los hechos ocasionados por causas externas por imprudencia o culpa,

4. Delincuencia neurótica, en la que el delito es expresión de un conflicto entre la parte social y la parte social de
la personalidad del delincuente.

El diagnóstico psicológico-clínico-criminológico, se refiere al conocimiento de la conflictiva intrapsíquica del hombre


que lleva a cabo conductas antisociales. Es un pro ceso complejo y a la vez dinámico, en el que entran todos los
elementos para la comprensión del individuo, de su familia y de su medio social.

El diagnóstico de la personalidad del delincuente, es dinámico y evolutivo, porque se modifica según la


sintomatología y la situación que rodea al sujeto. Si bien, cada individuo presenta una estructura básica de
personalidad que no cambiará, lo que sí puede modificarse es la forma de expresión a través de las conductas, de la
problemática que subyace en ese sujeto.

Hablar de diagnóstico es hablar simultáneamente del tratamiento que permitirá la re habilitación del individuo. Por
lo que se ha dicho que, el diagnóstico inicial es pasible de ser modificado a lo largo del transcurso del mismo. Pará
ello, la psicología en sus distintas corrientes cuenta con innumerables técnicas de trabajo, que permiten el
tratamiento exitoso de los sujetos delincuentes.

aporta no sólo la comprensión acabada del sujeto en relación con el hecho delictivo, sino también las posibilidades
de tratamiento del mismo. Por todo lo expuesto, concluimos que Criminalística y Criminología son dos ciencia bien
diferenciadas entre sí. A pesar de que ambas hacen referencia al delito, el estudio que realiza cada una del mismo,
posee un enfoque totalmente distinto.

6650 La sexualidad en la carcel

Cuando un hombre entra en una cárcel, comienza a rendir cuentas a la Justicia; Pero, asimismo, empiezá a tomar
contacto con un infierno que cambiará: radicalmente su vida sexual. Como una condena supernumeraria, como un
castigo inhumano. El Servicio Penitenciario Federal argentino ño admite la visita de mujeres con las que un preso
pueda tener relaciones sexuales. Esto ubica a los hombres que han perdido su libertad en una situación límite, en
¿ la que no récibe ni la comprensión ni la | asistencia de la humanidad, OK Ese estado de indefensión del preso,
condenado antes de su juicio (y aún después) a una pena tácita de la que nadie parece ocuparse, fue razón suficiente
para encarar un Informe Marginal sobre la vida sexual en la cárcel. El Presidente Alfonsín propuso al Congreso la
reforma del Código de Procedimientos, para aliviar la situación carcelaria. El diputado Augusto Conte visitó la cárcel
del Chaco, famosa por la extrema crueldad para con sus internos. Hubo revuelta en el Pena! de Olmos, y huelga de
hambre en la cárcel de Caseros. Previo al informe, la forma de proceder consistió en un relevamiento de datos para
extraer resultados concretos. También se rastreó en la literatura sobre el tema, donde se destaca netamente la obra
de los penalistas Elías Neuman y Víctor Irurzun, en el problema sexual en las cárceles y La sociedad carcelaria. Se
obtuvieron datos en el Servicio Penilenciario y en el Patronato de Liberados. Sin embargo, a pesar de la idoneidad de
unos y la buena voluntad de otros, quedó en evidencia que de la vida sexual en la cárcel sólo puede hablar con
exactitud quien sintió el problema en carne propia: el preso. La sexualidad, con ser importante en la vida de cualquer
individuo, diríase que pasa ser el eje de la existencia en las cárceles. En esa caldera emotiva convive ¡ómosexual con
el sádico, el violador con quien se masturba, el represor con el que se ve forzado a la abstinencia. Allí. tambalean
todos los. y hábitos culturales, los gustos personales, la etica y moral sujeta a lo que ocurre
En una cárcel (por la razón que fuese y por corto que sea el lapso) el preso ve alterada su sexualidad. Bajo esa
condicion llegaron decenas de reclusos que dieron su testimonio

Todos los casos grabados para garantizar fidelidad a la palabra y al concepto aportados. Otras coincidencias rotundas
són la convicción de.que el sistema que impera en daa aciones; que ntes del personal de seguridad no serían ajenos
a prácticas habituales en el interior de las prisiones y, especialmente, en los institutos de detención para menores:
que, ay más de dos caminos. (La Homosexualidad y la masturbación), es impiadoso pretender otra conducta en los
internos.

Ese espectro social y delictivo asegura fiabilidad a la descripción, algo que se ha intentado reforzar con total respeto
al lenguaje utilizado pur cada uno para transmitir sus experiencias. Esto otorgará al presente Informe datos a nivel
del fenomeno social sobre como los reclusos deben sobrevivir y adaptar, mediante cambios radicales, su sexualidad
en la carcel durante el tiempo que dure su detencion en la misma.

El sistema carcelario argentino presenta algunas características: la Unidad 1, conocida como cárcel nueva de
Caseros; consta de una organizacion celular donde cada interno tiene asignada su celda individual. Algunas cárceles
provinciales, como la de Mendoza, permiten la visita de mujeres —esposas, novias, prostitutas— a presos que por
haber observado buena conducta, reciben el beneficio de una descarga sexual de una hora, cada quince dias

Esta certeza hizo cambiar la estructura pensada inicialmente respecto del Informe Marginal presente. Para hablar de
la soledad, del miedo, de la masturbacion, de la entereza, de las violaciones, nadie como un solitario, un cobarde, un
onanista, un hombre y un violador. Al narrar sus historias de vida carcelaria, cada uno de ellos describirá la
desesperación, el arrepentimiento, las necesidades materiales y la decisión con que purgó lo que ha dado en
llamarse su deuda con la sociedad. Presos: eso fue- ron. Aquí tienen la palabra, puesto que ya entregaron parte de su
existencia, siendo culpables o inocentes

(Parte de dos relatos)

"Al principio, con Robledo Puch tuvimos una amistad. Después, fue más, pero no se dio nada sentimental. Es muy
culto, con él sí se puede hablar de temas interesantes. Estaba aislado por medidas de seguridad. Pasó mucho tiempo
solo en la celda, pero poco fiempo antes de que lo tasladaran a Sierra Chica, le pusieron una persona en la celda,
por- que él pidió por favor. Pero esa pareja duró muy poco. Se escuchaban la discusiones, se ve que no congeniaron
y volvió a quedar solo.

"En la celda hay que estar controlando permanentemente que no te vean lo que hacés con lu pareja: Si le
encuentran en una relación sexual, vas castigado. Es terrible, porque sumás al placer de la relación el terror de que
te vean, y hay que agregar el miedo a lo que le va a pasar si le enganchan haciendo eso. Allí, el activo cumple su
función y el pasivo hace lo mismo que podría hacer una mujer. Lo único es que no puede quedar ni un solo rastro: ni
un rasguñón, ni una marca. En las celdas de castigo se puede tener relaciones sexuales con más comodidad. Mandan
dos o tres presos por celda, también. Allí no hay luces, es lodo tan oscuro, lan lúgubre, que no se ve nada. Y en
invierno, en toda la noche no aparece un empleado... salvo alguno que busque algo.

"La masturbación no es demasido necesaria en ese pabellón, porque normalmente están lodos en pareja.” Una
posibilidad es cuando uno va a la sala de abogados. Es un salón grande. en donde se sientan todos los que van a
hablar con su abogado. Ahí se puede transar, se puede hacel algo porque es un lugar grande, porque hay un solo
empledo y no vie- ne. Hay pilas de bancos y ahí, a un costado. uno puede tener una relación sexual con un interno de
otro piso, digamos. Una cosa rápida”

“En la ex penitenciaria de la calle Las Heras, pocos meses antes de su demolición, conocí un caso impresionante: L.S.,
condenado por homicidio a 22 años de prisión, de los que había cumplido 10, se hallaba castigado en el calabozo. Su
falta consistía en haber recibido de su mujer -y enviado, a su vez- en la correspondencia, vellos de la zona pelviana.
Tratábase de un hombre de 55 años, de excelente conducta, que gozaba de la confianza del director cel penal. Al
interrogarlo, me manilestó que acariciaba continuamente esos vellos (que guardaba en una tabaquera), que a veces
succionaba, excilándose sexualmente. Su esposa, por razones de distancia, venía a visitarlo una vez cada tres meses.
Padre de tres fijos, nunca había tenido contactos homosexuales dentro o fuera de la prisión, ni jamás antes se había
excitado en la forma descripta, y se prestó al interrogatorio en un estado de lotal depresión moral” (testimonio del
doctor Elías Neuman).

18062, Varela: Penas alternativas a la libertad psicológica jurídica

Control social, grupos e instituciones cerradas


Control social
Conceptualmente, puede entenderse al control social como "toda actividad que tienda a regular la interacción
humana". El control social puede asumir la forma de cooperación, de conflicto o de intentos para superar el
conflicto. Cada sociedad definirá de acuerdo a su cultura cuáles son las pautas de comportamiento que requiere para
sus integrantes, a los fines ele mantener el orden social necesario para que dicha organización social pueda
sostenerse.
Para pertenecer a la sociedad, los sujetos deben pasar por un complejo proceso de aprendizajes acerca de lo
culturalmente útil y necesario en su medio, para luego convertirse en miembro de su sociedad. Es decir, primero hay
que aprender los sentidos culturales en forma de conocimientos y destrezas de convivencia social: prácticos,
abstractos y artísticos, para luego integrarse a la sociedad a partir de esos conocimientos y destrezas.
La socialización es el proceso social por el cual aprendemos a ser miembros de una comunidad humana y a
interiorizar los valores y roles de la sociedad en que hemos nacido y habremos de vivir. Es decir, a través de la
socialización aprendemos a vivir dentro de un grupo, a ser miembros competentes de la sociedad en que hemos
nacido. Desde este punto de vista, la socialización es:
1) Proceso por el cual se logra que los individuos se ajusten al orden social; es decir, asuman el orden social en que
nacieron como propio.
2) En segundo lugar, la socialización es el proceso por el cual una sociedad se reproduce por sí misma en una nueva
generación (reproducción cultural); es decir, mediante la socialización los valores y la tradición del pasado se
continúan y perpetúan. Así, la socialización es lo que proporciona a la sociedad continuidad en el tiempo.
3) En tercer lugar, y como consecuencia de lo anterior, socializar algo pasa a ser el compartir ese algo con otros para
que, lo interioricen y lo hagan parte de su ser (cultural).
La existencia de la sociedad lleva como consecuencia ineludible la instauración de un orden social en el sentido de
unas pautas institucionalizadas de comportamiento, de una u otra forma aceptada por sus miembros. El orden social
es la fuerza externa que actúa como orientador de la conducta individual a través de la estandarización en categorías
pautadas culturalmente. Es ese orden social el que fija los limites de la satisfacción de las necesidades morales y
quien regula el tejido normativo de las relaciones interpersonales.
Entre los conceptos inherentes al devenir de la sociedad tenemos el carácter social. Se denomina así al núcleo de la
estructura de carácter compartida por la mayoría de los individuos de la misma cultura.
Toda sociedad presenta una estructura de poder, con grupos que dominan y grupos que son dominados, con
sectores más cercanos o más lejanos a los centros de decisión. A partir de esta estructura, se controla socialmente la
conducta de los hombres control que no solo, se ejerce sobre los grupos más alejados del poder, sino también sobre
los más cercanos al mismo, a los que se les impone controlar su conducta para no debilitarse. De este modo, toda
sociedad tiene una estructura: de poder (político y económico) con grupos más cercanos al poder y grupos mas
marginados de poder, en lo cual puede distinguirse grados de centralización y de marginación. Esta centralización-
marginación teje una maraña de múltiples formas de control social.
El control social puede ser por lo tanto ser difuso (medios masivos de comunicación, la familia, rumores, prejuicio,
modas, etcétera) o institucionalizados (escuela, iglesia, universidad, psiquiátricos, policía, hogares, etcétera). Desde
esta posición se expresa también, que si bien la influencia es de baja intensidad en cuanto al control social de
carácter general, los sistemas legales juegan un papel más preponderante en cuestiones específicas y restringidas
como por ejemplo las áreas impositivas o en relación a ciertas conductas muy específicamente criminalizadas.
Dentro del control social institucionalizado hay una forma punitiva que no reduce solamente al sistema penal sino
que abarca todas las instituciones totales, ya que penalizan la falta de productividad.
El sistema penal es la parte del control social que resulta institucionalizado en forma punitiva y con discurso punitivo.
Es la parte del control social que en la práctica abarca desde que se detecta o supone que se detecta una sospecha
de delito hasta que se impone y ejecuta una pena, presuponiendo una actividad motorizada que genera la ley que
institucionaliza el procedimiento, la actuación de los funcionarios y señala los casos y condiciones para actuar.
El control social considera como marginal a todo aquel individuo que de una u otra manera, por algún motivo, y en
un área mas o menos concreta se encuentra situado al margen de la normalidad.
El sistema social establece un sistema de mecanismos e instituciones cuyo objetivo es presionar a los individuos para
obtener de ellos la conformidad de su comportamiento a las pautas institucionalizadas y la lo que llamamos control
social. La principal institución de control social es la jurídica, es decir el ordenamiento jurídico es el resultado final del
proceso de institucionalización mediante el cual se tipifican como normales o legales unas determinadas conductas y
como anormales o ilegales a otras, a las cuales se persigue.
Un individuo siempre es marginal en relación a las características diferentes que evidencie de los grupos normativos,
o sea el grupo que establece las normas y las leyes por las que se rige una determinada sociedad, el que establece las
pautas comportamentales que van a ser consideradas normales. Y por otro lado, un grupo social se convierte en
normativo en función de una determinada estructura de poder.
No es la calidad de ese grupo sino su poder económico, político, etcétera, lo que lo convierte en predominante. A
ese grupo van a ser comparados todos los demás grupos e individuos cuya conceptualización como marginados o no,
va a depender de su mayor o menor distancia con respecto de las características grupo normativo.
En este sentido, el conflicto surge porque es sólo el poder político el que se pone en juego y el que hace que algunos
sean dominantes y otros dominados, unos sujetos del poder y otros sujetos al poder.
Los grupos que tienen el poder plantearán que el proceso de criminalización precede lógicamente al
comportamiento desviado. El proceso de criminalización planteado por Basaglia, sería el proceso de criminalización a
través del cual los grupos poderosos consiguen influir sobre la legislación y sobre las instituciones. Esto significa que
en una sociedad moderna la acción de estos grupos sé traduce en el poder de condicionar la acción del estado.
A partir de estos conceptos tenemos que, es criminal la acción que es definida como tal por los grupos que detentan
el poder y el sujeto que se transforma en criminal será aquél que ha sufrido el proceso de criminalización.
Según Pavarini este proceso estará compuesto por dos faces: La primera se podría llamar de la Criminalización
Primaria; más marcada por valoraciones políticas discriminatorias que hace así que en concreto sólo ciertos sujetos
sufran a distinto nivel los efectos de la criminalización. La segunda fase es señalada como el proceso de
Criminalización Secundaria; la cual estaría integrada por los órganos de control (jueces, policía, etc.) en la acción de
selección de qué legalismos deben ser penalmente perseguidos y qué sujetos pues, ser criminalizados.
Al servicio del control social se hallan las llamadas Instituciones Totales, las que reúnen las características de ser un
lugar de residencia y trabajo donde un gran número de individuos en igual situación, o sea, aislados de la sociedad
por un período de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria administrada formalmente.
Aunque dentro de tal concepto se incluye instituciones muy diferentes, sin embargo hay una serie de características
comunes a todas ellas:
 Todas las actividades están estrictamente programadas
 Todos los aspectos de la vida se desarrollan en el mismo edificio
 Poseen un sistema de normas formales impuestas por el personal de modo coercitivo
 Supervisión continua del comportamiento de los sujetos allí internados
 Códigos internos de normas y valores, que no cumplen con los fines declarados
Entre los efectos que producen en los sujetos en ellas internados podemos citar:
 Proceso de desculturización, que incapacita al sujeto para adaptarse a la sociedad
 Anulación del desempeño de los roles sociales
 Aislamiento físico, afectivo y social
Este tipo de institución tiene como función social marginar a los sujetos que se encuentran al margen de los sistemas
de producción y por lo tanto más alejados al poder.
Grupos
El grupo en su acepción sociológica, es un conjunto de personas que interactúan. La sociedad se conforma a partir de
la existencia de los mismos, ya que los grupos se sostienen por intereses muy dispares (religiosos, culturales,
deportivos, étnicos, etarios, políticos, etcétera).
Lo que sostiene la cohesión de los integrantes de un grupo es el interés compartido por todos sus miembros. Su
accionar se da a partir de ese interés común y la forma elegida para actuar variará según las circunstancias y
características propias de cada grupo. Los mismos se dividen en grupos de interés, presión, tensión y poder.
Los intereses particulares de los grupos podrán ser legítimos o no, pero se articularán dentro de la sociedad a partir
de la forma en que plantearán sus demandas a quienes están encargados de tomar decisiones vinculantes. La
articulación de intereses es particularmente importante porque señala los límites entre la sociedad y el sistema
político.
En el proceso de articulación, participan los grupos (que serán quienes inician la articulación) y los canales de acceso
(a través de los cuales se trasmiten las demandas al sistema público). Los medios empleados por estos grupos para
articular demandas pueden ser:
 Demostraciones de furia y violencia que implementa un grupo para el logro de sus objetivos.
 La conexiones personales como acceso e influencia sobre las élites políticas (lazos laborales, económicos,
sociales).
 La representación directa en el proceso de toma de decisiones (legisladores que representan los intereses de
un grupo).
 El lobby como medio de influencia y representación de intereses en los ámbitos de toma de decisiones
políticas.
-Grupos de intereses
El grupo de interés es un ente social, organizado en forma permanente, ocasional o intermitente, que cumple la
función mediadora de articulación de intereses dentro del orden legal. El grupo está formado por personas que
tienen un interés particular común a todos ellos, y ligados por lazos de necesidades compartidas.
-Grupos de presión
Estos grupos también articulan intereses, por lo que el elemento permanente que une al grupo es también el interés
común, pero el contingente es la presión; por lo tanto, todo grupo de presión es un grupo de interés pero no todo
grupo de interés se convierte en grupo de presión. Ni el grupo de interés ni el de presión buscan obtener el poder
público, sólo buscan influir en él. El grupo de presión se caracteriza por su intento dinámico de integrarse a la
realidad política como fuerza de acción.
La fuerza de los grupos de presión y su capacidad efectiva de influir en las decisiones políticas radica en una serie de
factores que pueden actuar aisladamente o combinados entre sí.
 Los recursos económicos de los que pueda disponer el grupo le permitirá pagar campañas publicitarias,
financiar campañas políticas, e inclusive ofrecer dádivas y recompensas a quienes deseen
 El número de miembros del grupo actúa como determinante de la presión, que ejerza.
 La imagen que el grupo proyecta sobre la sociedad en general puede determinar también su efectividad. Si
goza de prestigio y reconocimiento público puede volcar la opinión de amplios sectores a su favor.
 La capacidad organizativa de la agrupación para movilizar a sus miembros o para inducirlos a realizar
actividades especificas, potencia al grupo.
 Las relaciones personales de los dirigentes del grupo con los funcionarios gubernamentales, puede resultar
decisiva para obtener respuestas a sus demandas.
El modo en que los grupos de presión llevan adelante sus reclamos puede ser muy variado; por lo cual puede
manifestarse de diferentes maneras, entre ellas: la persuasión, el lobbying y el uso de los medios de comunicación.
-Grupos de tensión
Los grupos de presión que llegan a recurrir a la acción directa, al sabotaje y a medidas similares para provocar la
anormalidad y ubicarse al margen de la legalidad e intentando subvertir el orden vigente mediante la acción
clandestina se transforma en grupos de tensión.
-Grupos de poder
Un grupo social se convierte en normativo en función de una determinada estructura de poder, y a partir de esto se
transforma en un grupo de poder. Por lo tanto el grupo de poder es el que gobierna la realidad sociopolítica de una
sociedad.
Coerción penal
El control social formalmente establecido desde un discurso punitivo es la coerción penal, la cual es entendida como
la acción de contener o de reprimir que el derecho penal ejerce sobre los individuos que han cometido delitos. Y su
manifestación es la pena y las medidas de seguridad.
La pena es la restricción o privación de bienes jurídicos, impuesta conforme a la ley por los órganos jurisdiccionales,
competentes, al culpable de una infracción penal. La pena es un hecho universal. Una organización social sin penas
que la protejan no es concebible. La pena no tiene por único límite el que señala la resocialización sino que tiene
como objetivo garantizar la seguridad jurídica reconociendo una función preventiva especial mediante la
reeducación resocializadora.
Un sistema penitenciario acorde con este momento histórico, debe brindar:
 Una clasificación de los reclusos a los fines de brindarles un tratamiento adecuado
 Un régimen de asistencia moral, social y de educación integral
 Un régimen de trabajo tendiente a la formación profesional del penado, a los efectos de que al egreso pueda
cubrir sus necesidades básicas
 Un régimen sanitario, higiénico y alimentario adecuado y cultura física con el adecuado seguimiento médico
 Régimen disciplinario firme pero que contenga las consideraciones de los derechos humanos
En nuestro país domina el ambiente de las penas privativas de la libertad, muestran a estas como inspiradas en la
idea de ser el medio retributivo más valioso con que la sociedad reacciona al mal del delito. La pena no tiene sin
embargo esa finalidad ni la de lograr la tranquilidad social mediante el sentimiento de seguridad fundado en la
sensación de que el encierro asegura el aislamiento social de los condenados.
Individuación de la pena
Para realizarla se deberá tener en cuenta: La infracción cometida, el tipo de norma violada, y las circunstancias que
revelan el grado de culpabilidad y peligrosidad. Implica conocimiento y valoración de las condiciones biológicas,
psicológicas y sociales del sujeto. Si es un individuo sano o enfermo; primario o reincidente habitual.
Existe la individualización legislativa que no se refiere a casos concretos sino a normas que le dan margen al juez
para dictar sentencia. Consiste en la fijación de atenuantes y agravantes. Régimen de medidas de seguridad.
Clasificación según la peligrosidad. Atenuación de las penas. Regímenes especiales para mujeres, menores, enfermos
o ancianos. Otra es la individualización judicial, que implica o requiere que antes de dictar sentencia el juez disponga
de amplios informes sobre la personalidad del procesado así como su estado biológico y situación social. Todo lo
anterior lleva a la mas importante de las individualizaciones; la penitenciaria que se desarrolla en el tratamiento al
que es sometido el condenado. Esta progresividad del régimen se cumple en períodos de: observación, tratamiento y
prueba. Otra fase de la individualización es la post penitenciaria; tiene lugar en libertad y corresponden a la libertad
condicional y/o libertad asistida. En todas estas fases hay profesionales psicólogos trabajando.
Las penas especificadas en nuestro Código Penal son:
a. Prisión
b. Reclusión
c. Inhabilitación
d. Multa
Las dos primeras son penas que privan de la libertad personal, en tanto que la multa afecta al patrimonio del penado
y la inhabilitación a ciertos derechos del mismo.
Diferencias entre prisión y reclusión
-Prisión:
a. Puede reemplazarse por arresto domiciliario.
b. Debe cumplirse durante 8 meses para obtener la libertad condicional, en el condenado a tres años o menos.
c. Puede imponerse condicionalmente a los supuestos del Art. 26 C.P.
-Reclusión:
a. No puede reemplazarse por arresto domiciliario.
b. Debe cumplirse durante 1 año para obtener la libertad condicional por el condenado a tres años o menos.
c. No puede imponerse condicionalmente.
La prisión y la reclusión por más de tres años llevan como inherente la inhabilitación absoluta, por el tiempo de la
condena, la que podría durar hasta tres años más, si así lo resuelve el tribunal de acuerdo al delito cometido. Esta
inhabilitación consiste en: privación del empleo o cargo público. También en la privación del derecho electoral.
Incapacidad para obtener cargos, empleos y comisiones públicas. También lo priva del goce de toda jubilación o
pensión.
Otra inhibición es la especial; se implementa cuando el delito es causa de: Incompetencia o abuso en el ejercicio de
un empleo o cargo público. Abuso en el ejercicio de la patria potestad, adopción, tutela o curatela. La inhabilitación
será solamente en el ejercicio de la actividad que realizará. La multa consiste en una pérdida pecuniaria que, por
falta de pago es sustituida por la prisión.
Condena condicional
La idea de que las penas privativas de la libertad de corta duración carecen de poder correctivo y de capacidad
intimidatoria y que son perjudiciales para la dignidad y los intereses de los afectados por ella, a la par que
constituyen fuentes de delincuencia por contagio, abrió el camino a la condenación condicional que deje en
suspenso el cumplimiento de la pena por sentencia.
La admisión a la condena condicional está supeditada a que la personalidad moral del condenado, su actitud
posterior al delito, los motivos que lo impulsaron a delinquir, la naturaleza del hecho, y las demás circunstancias de
este, demuestren la inconveniencia de aplicar la privación de la libertad.
Condiciones para aplicarla:
 Primera condena de prisión
 Personalidad moral del condenado
 Actitud posterior al delito del condenado
 Los motivos que impulsaron al condenado a delinquir
 Inconveniencia de aplicar la privación de la libertad
Probation
La probation le confiere a los delincuentes la oportunidad de probarse a ellos mismos y a los demás que,
debidamente supervisados pueden reintegrarse a la comunidad sin restricciones. En la probation presentencia, es
importante las informaciones sociales, psicológicas y criminológicas que se le acerquen al juez y que a partir de estas
y de otras consideraciones que hará el juez, puede llegar a suspender el proceso, no habrá sentencia y lo que se
determina no será una pena sino una medida judicial. En el caso de la post sentencia surge una pena pero ésta
puede ser reemplazada por una medida.
Tanto en uno como en otro caso, el delincuente entra en un régimen de vigilancia, que no es otra cosa que una
supervisión ejercida por una autoridad competente y en las condiciones establecidas por la ley. Existen obligaciones
que el sujeto se compromete a cumplir en el régimen de probation.
Se deben dar algunas de las siguientes condiciones:
 Suspensión condicional de la persecución penal.
 Suspensión del pronunciamiento de la condena.
 Suspensión de la ejecución de la pena.
 Consentimiento del interesado.
Condiciones impuestas al sujeto:
 Buena conducta
 Evitar frecuentar lugares y personas de mala reputación.
 Informar al oficial de prueba sobre sus actividades en forma regular.
 Sostener un trabajo adecuado.
 Residir en una zona determinada.
 Reparar los daños a la víctima.
 No consumir drogas o alcohol.
Libertad condicional
Podrán obtener libertad condicional cuando hayan cumplido los dos tercios de su condena. La misma no se otorga a
reincidentes. Será revocada si comete un nuevo delito o violare la la obligación de residencia.
Condiciones para obtenerla:
 Haber cumplido las dos terceras partes de la condena.
 Abstenerse de consumir bebidas alcohólicas y /o drogas.
 Residir en lugar que determine el auto de soltura.
 Tener empleo fijo.
 No ser reincidente.
 No cometer nuevos delitos.
 Someterse al cuidado de un patronato.
Libertad asistida
Se otorga a los reincidentes 6 meses antes del cumplimiento de la condena; siempre que su evaluación durante el
cumplimiento de la pena privativa de la libertad fuera favorable.
Condiciones para el otorgamiento
 Fijar residencia estable.
 Tener un trabajo seguro al egreso.
 No consumir bebidas alcohólicas y/o drogas.
 No frecuentar personas y/o lugares de mala reputación.
 Recibir asistencia psicológica y/o médica.
 Mantener contacto con oficial de prueba.
Prevención preventiva
Es la privación de la libertad personal impuesta al imputado en el curso del proceso como seguridad de su
sometimiento al él. La prisión preventiva sufrida por el imputado se computa a los efectos del término o cantidad de
la pena impuesta cuando el sujeto es condenado. Las medidas cautelares, entre las que encontramos al
encarcelamiento preventivo, difieren de la pena en razón de sus fines, habida cuenta que las medidas mencionadas
no pueden tener un fin en sí mismas, sino que se deben limitar a ser un medio a través del cual se logre la aplicación
de la ley sustantiva.
En esta línea de ideas, los doctrinarios han manifestado, con pequeñas diferencias, que las únicas posibilidades en
razón de las cuales una persona resultaría privada de su libertad durante la sustanciación del proceso, son: el peligro
de entorpecimiento de la actividad probatoria, por un lado; y por el otro, el peligro en la fuga que resulta sustentado
discursivamente por dos ideas: una, la relacionada con la imposibilidad constitucional del juicio en ausencia, y la
otra, con la efectiva aplicación de la eventual pena a imponerse de recaer una sentencia en condena.
Dicha medida cautelar de tinte personal, reviste los siguientes caracteres: a) proporcionalidad con el peligro procesal
que se trate de evitar; b) condicionalidad a la existencia de un mínimo marco probatorio de culpabilidad; c)
provisionalidad respecto de la subsistencia del peligro que las mismas pretenden eliminar; d) excepcionalidad
porque afectan derechos de quien goza con un estado de inocencia, lo que conlleva una interpretación restrictiva y
e) subsidiariedad consecuente con el carácter descripto en el punto anterior, lo que importa su naturaleza de último
ratio; y por lo tanto, supeditada a la existencia de otras medidas que coarten derechos fundamentales en forma
menos gravosa. Por lo tanto, la prisión preventiva sólo puede ser impuesta con el objeto de asegurar los fines del
proceso: correcta averiguación de la verdad y actuación de la ley penal. En consecuencia, en todos los demás casos,
su aplicación será ilegítima.
Por otro lado, y en forma más restrictiva que el criterio precedentemente reseñado, Zaffaroni entiende que el
encarcelamiento preventivo puede sólo ser legítimo cuando se aplica como coacción directa, resultando inválido en
los demás casos. Esto significa que sólo admitido para neutralizar un peligro inminente o interrumpir una actividad
lesiva en curso, a través de la actividad de la autoridad administrativa, la que debe cesar, a fin de no convertirse en
punitiva, en el momento en el que desaparece el peligro mencionado.
Unidad 13

18072, Machiori, la victima del delito

Parte IV: VICTIMOLOGÍA

Dentro de criminología, fundamentalmente en el escenario penal, se ha venido incrementando cada vez más el
derecho a la relación recíproca entre víctima y delincuente. Para Beristain Antes del proceso penal, el puente de la
víctima con el infractor puede Conducir a nuevas formas e instituciones que contribuyan a la deseada
desjudicialización y despenalización:

A la víctima se la puede conceder también el derecho a tomar parte activa durante el proceso, pues en él se
resuelve, o al menos se intenta resolver un problema en el cual ella, sin quererlo, juega un rol no secundario. Y
este derecho abarcara probablemente también una mejora notable del sistema procesal.

El proceso penal puede dividirse en dos fases: la “conviction”, condición para delucidar si el acusado es culpable o
no del delito que se le imputa, y la “sentencing”, para que el tribunal de la primera fase, ayudado por otras
personas como la víctima, especialistas en criminología, psicólogos, etc, establezca y concretice, la sanción o las
sanciones que se consideren más justas y beneficiosas para las víctimas y para el delincuente, haciendo para ello uso
de su derecho-obligación de la individualización judicial. Después del proceso se plante el encuentro del condenado
con la víctima, que puede dar origen a situaciones más positivas de lo que algunos sospechan.

Ante un delito el tribunal se cuestiona básicamente con una nueva perspectiva, que responder a la víctima, y que
responder al delincuente, entendido este último también como víctima. Para esta tarea Berstain propone la
intervención en el tribunal de “personas de distintas formaciones profesionales: asistentes sociales, criminólogos,
psicólogos, médicos, que tienen mucho que decir para solucionar el complejo problema multi-interdisciplinario de
las respuestas científicas y eficaces a ese complejo problema delito-victimización.

Dicho autor plantea la necesidad, de contemplar el análisis de la incidencia de la macrovictimizacion al momento de


juzgar a un individuo por un acto delictivo cometido, pues se debe considerar su culpabilidad, sus circunstancias
como constitutivas centrales y no como circunstanciales.

El panorama planteado hasta el momento indica que, si bien es cierto, existen discrepancias en relación con el
objeto o campo del conocimiento de la Victimología, es bueno resaltar que el crimen como fenómeno social
requiere de otra mirada, una mirada que contempla el sufrimiento y la manera de repararlo desde una perspectiva
menos conflictiva que aquella que se ha presentado hasta nuestros días. El acto de Justicia no puede seguir siendo
tan impersonal y abstracto; el hecho criminal como tal es un hecho objetivo y concreto, y produce de igual manera,
un sufrimiento vivencial concreto.

La victimología como campo de conocimiento y de la praxis social, cobra importancia, pues permite develar las
relaciones de dominación, abandono, y falta de oportunidades que una sociedad determinada tiene y que favorece
la aparición de comportamientos delincuenciales, que son tratados por un sistema legal ajeno a la dimensión social
del problema.

La victimización

Es necesario analizar que el hecho delictivo o trágico como tal, genera en las víctimas consecuencias que sobrepasan
los efectos legales y dolorosos iniciales. Es obvio, por lo tanto , comprender que a través de la consecuencia natural
de una pérdida de cualquier naturaleza, es decir, económica, física, psicológica, social, etc, la víctima sufre la
sensación de vulnerabilidad e impotencia que el daño le ha producido y que la mayoría de las ocasiones conlleva una
consecuencia nefasta en todas las actividades que la persona venía desempeñando. En delitos atroces como el
secuestro, la desaparición forzada, la tortura y el terrorismo, las víctimas sufren consecuencias psicológicas
profundas que implican síndromes por estrés postraumático e incluso disfunciones e incapacidades de difícil
recuperación, es decir, su vida nunca vuelve a ser como antes.

La teoría victimológica se ha desarrollado a partir de tres tendencias claras con el propósito de proporcionar
conocimiento válido en relación con la víctima, hecho que el análisis y la perspectiva sobre la victimización, de qué
sobre cada enfoque se haga. Las tendencias o enfoques corresponden: a la victimología positiva, la radical y la
crítica.

● La victimología positiva se fundamenta en la identificación de los factores inherentes a los individuos y que
contribuyen a la victimización. Además de enfocarse en el crimen interpersonal para identificar los factores
precipitantes de las víctimas, lo sobre personas víctimas de delitos ocupan un lugar preferente en esta
postura. Enfatiza los aspectos socioculturales que están presentes para que se produzcan las víctimas; su
principal enfoque es determinar el por qué algunas personas son más propensas que otras a sufrir la
victimización, así como cuáles son las consecuencias del reconocimiento de la victimización, y cuales son las
consecuencias del hecho cometido, de la victimización y su impacto en las condiciones sociales generales y
de la ley. Fundamentalmente utiliza estrategias metodológicas cómo observación sistemática, acumulación
de evidencias y factores objetivos de carácter inductivo, antes que deductivo.
El positivismo victimológico se concentra en la superación de la actividad académico- científica de la
actividad humanística, insistiendo en la importancia y trascendencia de la evidencia empírica, y de la
validación y verificación del método científico.

● La victimología radical se fundamenta en la concepción de que la sociedad es de por sí un escenario de


conflicto. Considera que la ley ha sido diseñada para apoyar o, al perpetua estructura del sistema
capitalista. Plantea que los problemas de la sociedad como el crimen, la pobreza, y la victimización sólo
podrán ser solucionados mediante un cambio en el orden social imperante. El principal instrumento de
control social es la ley penal y el aparato de justicia del sistema. Este sistema utiliza la represión no solo al
ofensor, sino también a la víctima.
No contempla sola o exclusivamente a las víctimas del hecho criminal, le interesa además, la victimización,
los victimarios de las violaciones de los Derechos Humanos, del abuso de poder y los presupuestos que
conducen a la opresión, la estratificación y la discriminación racial por parte de los Estados. pretende ser
una alternativa para llamar la atención sobre el papel que juega la ley en la sociedad capitalista para
construir o dar origen tanto al criminal, como a la víctima. La atención se fija en la manera como el sistema
de justicia criminal ha ejercido su influencia en la definición de los actos del criminal y sus víctimas y en la
manera de cómo se configuran los delitos, los ofensores y las víctimas. Muy raras veces el crimen es llevado
a la corte, ya que hay privilegios y el poder que generan crimen y que van más allá de la ley criminal, cómo
los grupos políticos, religiosos o económicos.

Conciliación, mediación y reconciliación

Otro de los avances significativos de la victimología ha sido su insistencia en la implementación de mecanismos


alternativos a la solución de los problemas ocasionados por los delitos y que permiten una mirada diferente al
tradicional enfoque jurídico - penal. LEER EJEMPLOS.

Las investigaciones muestran que la mayoría de las víctimas no acuden a la terapia profesional básicamente porque
no hay suficientes profesionales capacitados para atender problemas que ocasionan desórdenes de estrés
postraumático. Los victimologos consideran que la atención clínica debe estar centrada en tres principios básicos:

1. El principio de la normalización, según el cual existe un patrón general de ajuste al daño producido, en el
que los pensamientos y sentimientos son normales a pesar del sufrimiento y la confusión. El tratamiento se
conduce a lograr la remoción de los factores que alteran o modifican la normalidad. La respuesta al trauma
es generalmente una contestación normal ante un hecho anormal. En ocasiones la víctima se siente
culpable, sin tener en cuenta que no tenía el poder para evitarlo.
2. El principio de colaboración y fortalecimiento, dirigido a fortalecer y recuperar la confianza y seguridad
debilitadas con el acto delictivo sufrido, y que genera impotencia y desesperanza.
3. El principio de individualidad, que tiene en cuenta la unicidad y lo irrepetible del ser humano y, por lo
tanto, qué tiene un único y propio camino de rehabilitación de síndrome post traumático. Se destaca la
apreciación de considerar la no utilización de técnicas de carácter general y de uso masivo, propendiendo
por la realización de intervenciones particulares e individualizadas a la persona afectada.
Esta individuación del tratamiento debe considerar 4 métodos fundamentales:

- Educacional: Parte de la enseñanza básica de los aspectos psicológicos necesarios para enfrentar el
estrés proveniente del trauma sufrido. Se plantea y analiza la ley civil y penal involucrada en la
materia, lo que hace necesario que los terapeutas tengan una formación psicojuridica que les
permite un adecuado abordaje de la problemática.
- Salud integral: Implementada al descubrir la eficaz influencia que tiene la actividad física,
psicológica, nutricional, buen humor, y lo espiritual en la recuperación del paciente.
- Soporte e integración social: se realiza mediante la terapia grupal y el apoyo familiar y social ,
Interviniendo en la reducción de miedos irracionales o artificiales que, como secuelas deja en el
trauma, impulsando a la víctima a reiniciar su vida normal y a la creación de nuevas relaciones.
- Terapia: Dirigida fundamentalmente al sufrimiento emocional dejado por el trauma, mediante la
utilización de técnicas dirigidas a conocer la historia del paciente y del trauma, así como el papel
desempeñado durante el hecho sufrido.
La asistencia y el tratamiento clínico de la víctima del delito consiste en la aplicación de todas las medidas tendientes
al conocimiento, comprensión y ayuda a la víctima para atenuar y superar las circunstancias producidas por la
conducta delictiva. La asistencia victimológica comprende esencialmente dos niveles o momentos que operan
integralmente:

1. Nivel asistencial - terapéutico: la rapidez en la atención debe ser básica en la urgencia que produce el
abordaje del hecho. Los principios fundamentales de esta acción están enmarcados dentro de la credibilidad
de la víctima, la creación de un ambiente de confianza, de comprensión y de seguridad, atendiendo a los
sentimientos y humillación y vergüenza que acompaña a las víctimas.
2. Nivel de orientación - información: Abarca los diversos momentos, desde la información básica sobre los
derechos de la víctima, la importancia del acompañamiento profesional, por los familiares o amigos, a las
instituciones de justicia, a los hospitales, o a las instituciones donde la víctima tenga que acudir. Estos
niveles asistenciales terapéuticos comprenden además: el tratamiento individual de la víctima; apoyo y
orientación a la familia; psicoterapia de emergencia; psicoterapia específica al tipo de trauma sufrido;
psicoterapia de familia y pareja; visitas y tratamiento domiciliario; asistencia y ayuda en los hospitales e
instituciones; información y orientación en el proceso penal.

La respuesta a la problemática de la víctima no puede ser unilateral, jurídica o terapéutica, sino más bien debe ser
integral y ha de buscar los métodos y procedimientos adecuados para responder de un modo comprometido con su
nueva situación existencial provocada por el delito.

18084: Graciela Llarull: “Práctica Forense”

El ámbito de la Psicología Jurídica es reconocido como un espacio que incluye la práctica forense; entendiendo por
ésta la referida específicamente a la actividad que se realiza dentro de la “litis”(litigio o juicio), es decir la función
Pericial.
Psicólogo Forense
La inclusión del Psicólogo en la práctica forense, se realiza especialmente por la demanda del Juez, que ante la falta
del conocimiento específico debe interrogar al profesional sobre su saber o Pericia en su especialidad, antes de
tomar una medida cautelar o realizar una sentencia.
Proceso Judicial
"Proceso es el conjunto de actos recíprocamente coordinados entre sí, de acuerdo a normas preestablecidas, que
conducen a la creación de una norma individual (sentencia) destinada a regir un determinado aspecto de la conducta
individual del sujeto o sujetos, también extraños al órgano, frente a quienes se ha requerido esa intervención".
Es necesario diferenciar proceso de procedimiento, ya que el primero se refiere al conjunto de actos necesarios y el
segundo a las fases o etapas que el proceso puede seguir.
Clases:
Dispositivo: El impulso de las acciones depende de las partes, quienes realizan el aporte de pruebas etc. Así como lo
inician, pueden desistir de continuar, siempre que no haya en la causa un interés social. Esta clase se realiza en el
Fuero Civil y Laboral.
Inquisitivo: El impulso lo lleva al Juez y prima lo social sobre lo individual (suele decirse que el Juez actuó de Oficio,
sin previa denuncia como en el fuero penal).
Oral: Fueros Penal y Laboral, se requiere que la sentencia se funde en alegaciones verbales de las partes, sin excluir
las escrituras (demandas, contestaciones, pruebas, etc.). En este caso puede haber rectificaciones en el momento del
juicio oral y son de mayor celeridad que los escritos.
Escrito: Es el opuesto al oral, donde si bien todas las presentaciones se realizan por escrito, también hay partes
orales , como por ejemplo las audiencias. Las declaraciones son fijas y permanentes. Respecto al tiempo de duración
es mucho mayor, ya que se van haciendo presentaciones escritas, que deben ser aceptadas o rechazadas en distintas
etapas, no como el oral que en un mismo acto se refuta o aceptan los planteos y se dicta sentencia.
Por lo expuesto en ambos tipos el sistema es mixto.
Proceso Civil
De acuerdo a la existencia o inexistencia de un conflicto entre partes se denominarán: contencioso o controvertido y
voluntario. Entre los voluntarios se hallan sucesiones, por ejemplo.
Según la forma que se estructuren , los juicios se dividen en: Ordinario o de Conocimiento: es el más extenso, no
tiene tramitación especial y consta de tres etapas: Demanda y contestación - Prueba - Sentencia.
Especiales: Sumarios: son juicios contenciosos que se hallan sometidos a trámites específicos más simples y rápidos,
por ejemplo:
Los sumarísimos donde se limitan la cantidad de pruebas y apelaciones. Los de ejecución hacen efectiva una
sentencia anterior (ejecución de honorarios).
Cautelares, tienden a la protección durante el proceso (embargos preventivos, declaraciones de gerontes en riesgo,
exclusión del hogar, etc.). Singulares, miran relaciones jurídicas específicas, así como los universales, miran la
totalidad de un patrimonio para liquidarlo o distribuirlo.
Dentro del FUERO CIVIL, podrán ser nombrados Peritos de Oficio y/o de Parte, en la Pcia. de Bs. As y Consultores
Técnicos en Nación.
FUERO LABORAL: Son Tribunales colegiados de instancia única Oral y Pública, en las controversias entre empleadores
y trabajadores, cualquiera sea el monto, fundada en convenciones colectivas o contrato laborales. Los Peritos serán
nombrados únicamente de Oficio.
FUERO De RESPONSABILIDAD PENAL JUVENIL:
Intervienen cuando un niño al que se atribuya haber infringido leyes penales o se acuse o declare culpable de haber
infringido esas leyes. Se entiende por niño a aquel que no haya cumplido los 18 años de edad pero intervendrán con
jóvenes entre los 16 y los 18 años .
Los Órganos Judiciales del FPJ
- Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal;
-Tribunales de Responsabilidad Penal Juvenil (delitos graves);
-Juzgados de Responsabilidad Penal Juvenil (dicta la sentencia,
medidas de reinserción social);
- Juzgados de Garantías del Joven (etapa previa, de prueba);
-Asesoría Pericial En Niñez Y Adolescencia
Fiscalías (quien acusa) - Defensorías Oficiales (quien defiende).
-Ministerio Público del Joven

FUERO DE FAMILIA: Son Juzgados unipersonales de instancia única oral. Las materias de su competencia serán las
que involucren la legislación sobre matrimonio, filiación, tutela, adopción, alimentos, tenencia (Responsabilidad
parental s/ nuevo CC), etc. salvo cuestiones sucesoriales (Fuero Civil) y delitos de jóvenes (Fuero de Responsabilidad
Penal Juvenil). Está integrado por un Juez, un Consejero Familiar y un Equipo interdisciplinario compuesto por: un
psiquiatra, un psicólogo, y tres asistentes sociales.
Las Pericias las realiza este equipo, de no poder dar respuesta se recurre a los Peritos Oficiales y en última instancia
los de Oficio.
ASESORIA PERICIAL:
Funciona en La Plata, y está regida por un Director y un Subdirector, e integrada por Peritos médicos, ingenieros,
químicos, calígrafos, balísticos, psicólogos, contadores, etc.
Divididos en secciones: Cuerpo médico forense, Anatomopatológica, Química Legal, Caligráfica, Contable, Ingeniería,
Psicológica, etc.
Los profesionales que integran esta asesoría, deberán tener al ingresar una antigüedad de 5 años en la profesión o
docencia, serán nombrados como auxiliares de justicia por la Suprema Corte de Justicia, y cubrirán sus funciones en
el Fuero Penal, y en el Fuero Penal Juvenil se denominan PERITOS OFICIALES. No cobran honorarios, salvo que por
razones de especialidad necesaria o extrema pobreza de una de las partes , sean convocados por Jueces de otros
Fueros y en ese caso se les regularan honorarios que serán depositados en la cuenta de la Suprema Corte, quien
dispondrá sus destinos.
Las Asesorías Departamentales, están a cargo de un Jefe de Departamento, nombrado por la Dirección de La Plata.
Cumplen las funciones descriptas anteriormente para la Asesoría General.
PERICIA
Cuando la apreciación de los hechos controvertidos requiere conocimientos especiales ajenos al saber
específicamente jurídicos del Juez, los Peritos están llamados a informar acerca de las consecuencias que,
objetivamente, de acuerdo con su saber y experiencia técnica, deben extraerse de los hechos sometidos a su
observación. Para asumir la tarea es necesario la aceptación de la designación previa, (E.J) la realización personal por
el perito del proceso de peritación y sus conclusiones lógicas (V) y la presentación del dictamen debidamente
fundamentado, en tiempo y forma que permita lograr Eficacia Probatoria (EP). Las tres características que se deben
presentar son: Existencia jurídica (E.J), Validez (V) y Eficacia probatoria (EP). La Pericia en Fuero Penal es la realizada
por un perito que comparece a juicio y presta declaración ante el tribunal en forma directa, a través del examen
directo y el contra examen de las partes.
Esto quiere decir que la declaración en juicio no puede ser sustituida por declaraciones previas registradas en actas o
por su informe pericial escrito y obliga a una nueva formación expositiva. El sistema se flexibiliza, cualquier persona
que pueda acreditar conocimientos relevantes en una determinada ciencia u arte puede ser llevado a juicio oral, y el
peso de su dictamen va a estar dado por el peso especifico del profesional y no por la pertenencia a un determinado
cuerpo oficial o lista.
PERITOS
Se clasifican en:
Peritos Oficiales (descriptos anteriormente), Perito de la Fiscalía y Peritos de la Defensa con presentación oral en
juicio .
Peritos de Oficio de Lista, son aquellos profesionales con 1 año de recibidos que han realizado el curso de Práctica
Procesal determinado por la Suprema Corte de Justicia y se inscriben en un listado de especialidades, para ser
designados por sorteo en una determinada causa.
Peritos propuestos por las partes: son aquellos profesionales designados a solicitud de una de las partes con el fin de
velar por el buen procedimiento de la labor pericial, "Frente a los intereses de la parte y los de la administración de
justicia, deben primar estos últimos y están obligados a expedirse con total independencia y objetividad".
En un juicio pueden intervenir además de los peritos oficiales o de lista, según el fuero, un perito por cada parte.
Salvo en el fuero laboral.
Consultores Técnicos: Esta figura es válida para Nación , no para la Pcia. De Bs. As. No son auxiliares de la Justicia en
el sentido de los Peritos. Es auxiliar de la parte; no debe aceptar el cargo en el juzgado, no puede ser recusado,
puede presenciar las acciones pero no puede participar en la etapa deliberativa ni en las conclusiones; puede o no
presentar su dictamen. Puede participar en el proceso siempre que haya prueba pericial, no puede contestar puntos
de pericia cuando la misma haya sido desistida "si no hay pericia, no hay consultor".
ACEPTACION DEL CARGO:
Para aceptar el caso es necesario la lectura previa del expediente, el cual puede ser solicitado en la mesa de entradas
del juzgado correspondiente, lo que permite conocer si la designación es adecuada , ya que ha pasado que se
designara una especialidad errónea por ejemplo o descartar no estar comprendido en las generales de la Ley.
Excusación o recusación: El perito podrá excusarse de asumir el cargo sin que implique sanción (exclusión del listado
de sorteo por un año ) por causa justa. Son causales las mismas que le competen a los jueces y están descriptas en
"las generales de la Ley";...amistad o enemistad manifiesta, interés particular en el resultado del juicio etc.

HONORARIOS: Todo profesional tiene derecho a cobrar honorarios por su trabajo, de acuerdo a la calidad y
complejidad de su tarea. Salvo los peritos oficiales que reciben una remuneración fija por su relación laboral estable.
Los honorarios serán regulados por el Juez, también se tendrá en cuenta el monto reclamado si lo hubiere.
Al momento de la presentación de la Pericia , se puede solicitar la Regulación de Honorarios, a diferencia del
anticipo, que si no se pide al inicio, no se puede reclamar.

OFRECIMIENTO DE LA PRUEBA O PERICIA (Fuero Civil y Comercial)


Presentada la demanda, el Juez dará traslado (informará) al demandado, el que deberá reconocer o negar los hechos
en forma categórica. Solo los hechos afirmados por los litigantes, pueden constituir Objeto de Prueba, tienen que ser
controvertidos y conducentes para la decisión de la causa. En este último caso, quedará trabada la Litis, y el Juez,
abrirá el periodo de prueba, con el fin de crear convicción judicial de los hechos.
Dentro del periodo de prueba, se designa el perito quién debe aceptar formalmente el cargo y debe presentar el
Dictamen Pericial que serán las conclusiones de las evaluaciones necesarias para dar respuesta a los puntos de
Pericia. La presentación debe hacerse con tantas copias como partes intervengan, y con el tiempo suficiente (10 días)
para que se de traslado a las partes y estas puedan leerlas con antelación. Si así lo requirieren, tanto las partes como
el Juez , los Peritos deberán dar por escrito , o en audiencia, las ampliaciones o aclaraciones que se le soliciten. El no
contestar o no presentarse, puede importar una reducción de sus honorarios, o la pérdida del total.

PLAZOS Y TÉRMINOS
Los plazos se cuentan en días hábiles, descontando fin de semanas, feriados y vacaciones judiciales.
Las presentaciones la puede realizar tanto el profesional como terceros, es de uso y costumbre que el seguimiento lo
realice un abogado del Perito, el cual solo debe ser autorizado por escrito para el retiro del expediente.

La Entrevista Psicológica Forense.


Inscripta dentro del marco general de la evaluación psicológica, es la técnica que guía el proceso de evaluación
forense. Se trata de una entrevista semiestructurada que se administra con el fin de obtener una primera evaluación
del sujeto ingresante al sistema judicial, lo más integral y sistemática posible, considerando los objetivos específicos
de la evaluación psico-jurídica, teniendo en cuenta las demandas que el sistema judicial le dirige al experto o al
perito. Apunta a los objetivos de describir la personalidad del entrevistado, obtener un diagnóstico psicopatológico,
y, eventualmente, obtener un testimonio.
En la evaluación psicológica se evalúan procesos y resultados. Por medio de la entrevista psicológica, tenemos un
primer acercamiento a la evaluación de los primeros (mientras que la evaluación de los resultados requiere de la
comparación de aquellos obtenidos por medio de pruebas de rendimiento, cuestionarios, escalas y técnicas
proyectivas, con los de la población normalizada). Podemos clasificar a los procesos en:

a) Cognitivos (atención, percepciones, memoria, inteligencia, estilos de pensamiento, formas de lenguaje, resolución
de problemas, etc.).
b) Afectivos (sentimientos y emociones, agresividad, violencia enojo, ira, formas del amor, sentido del humor, etc.).
c) Psicosociales (percepción de personas, actitudes, prejuicios, representaciones sociales, relaciones interpersonales
-afiliaciones, estilos de apego, obediencia y conformidad-juicio moral, opiniones).

CONTRA-INFORME
El contra-informe pericial psicológico, es un informe emitido por un perito psicólogo sobre un informe pericial
realizado por otro profesional de la psicología. Es un caso especial de informe pericial consistente en intentar
determinar qué aspectos del informe inicial se hallan científicamente sostenidos y cuáles no. Supone una valoración
directa de un acto técnico y metodológico. Normalmente es solicitado por el abogado o bien el interesado, al no
estar de acuerdo con las conclusiones a las que ha llegado el peritaje inicial.

El contra-informe debe pretender responder a las siguientes cuestiones específicas sobre el informe emitido:
1. Dicho informe pericial, ¿es metodológicamente correcto?
2. Los instrumentos de evaluación empleados, ¿son los adecuados para el objeto del informe?
3. ¿Es el informe riguroso en sus conclusiones o consideraciones?
4. ¿Aparece en dicho informe referencias a juicios diagnósticos o estados psicológicos, de personas no evaluada.

Modelo de presentación de informe:

Señor Juez:

Jorge Lippi, psicólogo, M.P. 45.344, CUIT N° 78690988-6 , designado Perito de Oficio, en autos caratulados
Martínez Jorge C/ Alegre Tomás y Otros S/Daños y Perjuicios", constituyendo domicilio legal en calle Rioja 2343 de
esta ciudad, respetuosamente a V.S. me presento y digo:

Que he realizado la siguiente pericia, solicitada en autos, al Sr. Jorge Martínez

Pruebas realizadas:

Entrevistas

Test de Bender

Test de Relaciones Objétales

Test de Roscharch

Síntesis de los datos recogidos: (opcional, ya que se puede responder directamente a los Puntos).

Respondiendo a los puntos de pericia digo:


1)

2)
3)
Es todo cuanto tengo que informar, provea V. S. de conformidad, Que Será Justicia.
Otro si : Cumple la función de la Posdata, para agregar algún dato de interés olvidado

1800, Machiori: Los procesos de victimizacion

Históricamente se ha estudiado al autor del delito, quien es, su accionar delictivo, su peligrosidad, la Criminología ha
elaborado teorías sobre las causas que llevan a delinquir, ha realizado interpretaciones sociales, psicológicas de la
violencia, pero en todos los estudios, la víctima del delito no ha sido considerada, la víctima ha sido objeto de
marginación y de ocultamiento.

Por ello, en el ámbito de los estudios criminológicos. La Victimología es una disciplina que surge en años recientes y
plan tea el otro aspecto del difícil problema de la violencia, el referido a las personas que sufren el delito.
¿Conocemos a las víctimas de los delitos?, evidentemente que no. Existe un desconocimiento de su problemática, de
su dolor que experimenta la víctima ante el delincuente y ante la reacción social institucional-social. La víctima que
con su denuncia es una parte esencial en la reacción social institucional, permite el conocimiento del delito, del
delincuente y fundamentalmente con su denuncia, evita nuevas víctimas. Esta reacción social es aún ignorada en su
valor intrínseco por las instituciones, especialmente la administración de justicia, que considera a la víctima sólo
como testigo y que frecuentemente la vuelve a victimizar.

Concepto de Victimología

La Victimología es una disciplina cuyo objeto lo constituye el estudio científico de las víctimas del delito. Para
Mendelsohn, considerado el iniciador de los estudios científicos sobre la víctima, el objetivo fundamental de la
Victimología es lograr que haya menos víctimas en todos los sectores de la sociedad. Esto representa que la
Victimología debe buscar métodos para reducir los elementos perjudiciales de la situación y disminuir la gravedad y
la magnitud de las consecuencias, así como prevenir la reincidencia o sea la posibilidad de que el individuo llegue a
ser víctima de nuevo.

La Victimología, desde la perspectiva de una Criminología Clínica atiende a la víctima, es decir a la persona que
padece un sufrimiento físico, psicológico y social a consecuencia de la violencia, de una conducta agresiva antisocial.
La víctima es la persona que padece la violencia a través del comportamiento del individuo -delincuente- que
transgrede las leyes de su sociedad y cultura. De este modo, la víctima está íntimamente vinculada al concepto
consecuencias del delito, que se refiere a los hechos o acontecimientos que resultan de la conducta antisocial,
principalmente el daño, su extensión y el peligro causado individual y socialmente. La víctima sufre física, psicológica
y socialmente a consecuencia de la agresión. El sufrimiento es causado por la conducta violenta a que fue sometida
por otra persona.

Victimización

Toda victimización produce una disminución del sentimiento de seguridad individual y colectivo porque el delito
afecta profundamente a la víctima, a su familia y a su comunidad social y cultural. La transgresión del sentimiento de
inviolabilidad, porque la mayoría de las personas tienden a vivenciarse inmunes a los ataques delitos, crea una
situación traumática que altera definitivamente a la víctima y a su familia. Se ha observado en la víctima del delito:

 La víctima sufre a causa de la acción delictiva.


 El delito implica daño en su persona o en sus pertenencias.
 El delincuente provoca con su violencia humillación social.
 La víctima experimenta temor por su vida y la de su familia.
 La víctima se siente vulnerable y esto provoca sentimientos de angustia, desconfianza, inseguridad individual
y social.

El delito crea una verdadera situación de stress porque significa un daño y un peligro - en muchísimos casos un
peligro de muerte- que representa para la víctima y para la familia vivir con temor, miedo, angustia y la posibilidad
de ser victimizada nuevamente.

La sensación de inseguridad se acentúa debido a que la víctima no recibe la atención, información y respuesta
adecuada a su grave situación individual, familiar y social. La inseguridad también está vinculada a dos aspectos:
desprotección institucional en la población (sentida por la víctima en forma generalizada) e impunidad del
delincuente (sentida por la víctima en el temor que el delincuente regrese).

La concepción de un sufrimiento social en la víctima del delito permite distinguir el sufrimiento social del sufrimiento
del enfermo, que son fundamentales en la comprensión victimológica y en la asistencia a la víctima. Mendelsohn
distingue en el sufrimiento social:
1) Lo que provoca el sufrimiento, la víctima sufre física psíquicamente a consecuencia de una agresión.

2) El carácter social del sufrimiento de la víctima: la víctima sufre pero está consciente del aspecto social de su
sufrimiento.

3) La víctima atribuye su situación a la culpabilidad de otra persona.

Consecuencias del delito

El impacto y stress que significa la agresión en la persona de la víctima son muy difíciles de establecer en su
verdadera dimensión. El stress delictivo puede conducir a conductas post-delictivas desencadenantes de nuevos
comportamientos: temor a salir cotidianamente de su hogar, imposibilidad de desempeñar sus labores, enfermedad
física, trastornos psíquicos, problemas sociales, desintegración familiar, alcoholismo, conductas autodestructivas,
encierro, intento de suicidio, suicidio.

Las consecuencias pueden aparecer inmediatamente al hecho delictivo, caso de las lesiones físicas, teniendo las
consecuencias psicológicas y sociales una resonancia muy posterior a la fecha del delito. Son las secuelas,
generalmente, extremadamente graves, que deja el delito y que para la víctima implican perturbaciones en su
desarrollo psicológico y social.

Las consecuencias del delito en la víctima generalmente son:

 Pérdida-daño, de objetas de su pertenencia.


 Lesiones físicas-psicológicas (de diversos grados).
 Muerte de la víctima.

Las consecuencias del debo están vinculadas a la índole de la violencia sufrida, a las características de personalidad
de la víctima, a la reacción de la familia y del medio social. Todas estas situaciones atenuará la problemática
victimológica o por el contrario la agravarán, por ejemplo la víctima de una violación que se suicida.

El sufrimiento y el daño causado por el delito afecta a la víctima y a todos los integrantes del grupo familiar, que se
verán dañados en su salud mental y en su interacción social.

Las consecuencias varían según la gravedad del delito y la personalidad de la víctima, pero se ha podido determinar:
a) Consecuencias inmediatas-traumáticas; b) Consecuencias emocionales-sociales; c) Consecuencias familiares-
sociales.

a) Consecuencias inmediatas-traumáticas delictivas. Comprenden stress, conmoción y desorganización de la


personalidad de la víctima. Incredulidad, paralización temporal y negación de lo sucedido, terror,
aturdimiento, desorientación, sentimientos de soledad, depresión, vulnerabilidad, angustia, depresión. Las
consecuencias inmediatas suelen estar vinculadas a la reacción de la víctima frente a la agresión, es como
una extensión vivencial que continúa sufriendo la víctima.
b) Consecuencias emocionales-sociales. Son las secuelas que siguen al stress y conmoción por el delito sufrido,
es decir, los nuevos síntomas que presenta la víctima, que pueden aparecer semanas o meses de sucedido el
delito. Implican graves cambias en el comportamiento y la personalidad de la víctima, se observan:
sentimientos de tristeza, culpabilidad, sentimientos de pérdida de identidad, desconfianza, sentimientos de
pérdida de dignidad, humillación, ira, rechazo familiar, rechazo hacia el medio social, pérdida de autonomía,
ideas obsesivas relacionadas al hecho traumático-delictivo, pesadillas permanentes, llanto incontrolado,
angustia, depresión, sentimientos de soledad y abandono, miedo a la repetición del hecho traumático,
miedo a la muerte.
c) Consecuencias familiares-sociales. Las consecuencias involucran de un modo determinante a todo el grupo
familiar al cual pertenece la víctima. El daño y las secuelas están relacionados a la gravedad del delito pero
también fundamentalmente al rol y función de la víctima en el grupo familiar. Por ejempo, la víctima es la
madre de tres niños de corta edad; la víctima es un niño de dos años; la víctima es el sostén afectivo,
económico de sus padres ancianos.

La familia, de la misma manera que la víctima, sentirá miedo, angustia, temor a la repetición de la violencia, se
identificará con la víctima -en un autoconfimamiento- o en otras reacciones, rechazará a la víctima, la culpará por lo
sucedido, negará el hecho o intentará un comportamiento de venganza, de aislamiento, de autoreproche.

La respuesta institucional, la reacción social frente al delito, de parte de la policía, de la administración de justicia,
serán importantes para tranquilizar a la familia y por consiguiente a la víctima. Una respuesta institucional
indiferente, de rechazo, provocarán una mayor angustia, desconfianza, y conducirá a una fractura familiar,
agravando el daño iniciado con el delito, constituirá una nueva victimización para la víctima y su familia.

Una familia consciente del sufrimiento causado por la violencia en la personalidad de la víctima, respaldada por una
actuación seria y responsable de la administración de justicia, serán fundamentales en la recuperación de la dignidad
de la persona que ha sufrido la humillación social por un delito. La familia también se verá atendida en sus derechos
de recibir infamación, asistencia, ayuda, justicia.

Con excesiva frecuencia, señala Naciones Unidas, en lugar de responder con rapidez y eficacia a las necesidades de
las víctimas e impedir una victimización mayor, la sociedad estigmatiza a las víctimas del delito.

Teorías criminológicas

La Criminología está desarrollada por tres teorías, tendencias o enfoques: a) Criminología Clínica; b) Criminología
Interaccionista o Sociológica; c) Criminología Organizacional o Política Criminal. La primera tiene por objetivo el
individuo, la segunda el grupo social y la tercera la organización institucional, como respuesta o reacción social ante
la criminalidad.

a) Criminología Clínica: Es la Criminología tradicional que parte del estudio del individuo, de su enfoque
antropológico, médico, psicológico y psicopatológico. Esta teoría se basa en el método clínico y en la
interdisciplina para conocer al individuo que cometió el delito y a la víctima. La Criminología Clínica intenta
conocer al individuo que cometió el delito, aclarar el significado de esa conducta desde la perspectiva de la
historia del individuo y del inseparable contexto social en que el hombre interactúa. Esta teoría elabora el
diagnóstico, el tratamiento y las distintas psicoterapias en la recuperación del individuo. En el desarrrollo de
estas ideas se encuentran los trabajos de Di Tullía, Greef, Hesnard, Hurwitz, Pinatel.
La Criminología clínica considera que el delito es una conducta patológica, anormal que daña y destruye, es
la conducta de un individuo enfermo social, que a través de la pena debe ser curado y rehabilitado
socialmente.
La Víctima para la Criminología Clínica implica un diagnóstico del daño y de las consecuencias sufridas por el
delito, así como la asistencia, comprensión y la aplicación de terapias individual y familiar a los fines de su
recuperación por la agresión y humillación sufrida.

b) Criminología Interaccionista o Sociológica: Está basada en la teoría del delito vinculado a la estructura social.
Es una corriente sociológica, que parte de las contribuciones de E. Durkheim y su teoría estructural
funcionalista, que señala que el delito es un fenómeno social normal en toda sociedad, el delincuente es
visto como agente regular de la vida social y la pena tiene como fin el mantener la cohesión social.
El interaccionismo se ubica en el campo de la reacción social, esto es la relación entre el hecho y la sociedad,
denunciando que los procesos de etiquetamiento provocan la criminalización y de ella surge la delincuencia
porque el establecimiento de normas y leyes depende de los grupos en el poder. El delincuente es el
individuo etiquetado y estigmatizado por los grupos sociales en el poder y las normas jurídicas sirven para
proteger esos valores. Señalan la importancia de la cifra oculta de la criminalidad, es decir, los delitos que no
llegan al conocimiento de las instituciones.
Esta teoría sociológica considera al delincuente como víctima social y como víctima del sistema penal para el
etiquetaje de identificación criminal. Son pocos los estudios realizados sobre las auténticas víctimas, las que
sufren la violencia.
c) Criminología Organizacional o Política Criminal: Es la concepción de la Criminología como ciencia de la
defensa social. La Criminología Organizacional tiene por fin conocer los procesos de criminalización, tipo de
delito, el costo social y económico de la delincuencia en la región, el con ~rol del crimen, y las reformas
jurídicas y sociales para una protección comunitaria. Implica la cooperación de países para la prevención del
crimen. Nace a fines del siglo XIX cuando se analizan cuestiones penales y penitenciarias a nivel
internacional. La labor realizada por esta Criminología ha permitido convenios, recomendaciones,
resoluciones, informes, denuncias sobre temas vinculados al delito, al delincuente, a la reacción social y a la
víctima. El objetivo esencial es la reducción de la criminalidad.

La Criminología Clínica, lnteraccionista y Organizacional son, a nuestro criterio, complementarias de un enfoque


individual, grupal e institucional sobre la criminalidad.

18075: Los procesos de victimización. Avances en la asistencia a víctimas

Desde una perspectiva criminológica y victimológica el delito quiebra, fractura la vida de una persona que padece la
violencia. Se produce un cambio existencial en la vida de la víctima relacionada a sus costumbres, a sus hábitos, a sil
mirada hacia las personas que afectan sus relaciones, su confianza, su seguridad familiar, social y cultural.

El delito es una situación de alto estrés que conmueve profundamente a la persona que sufre la conducta violenta,
cualquiera que sea el tipo y las circunstancias delictivas. Estas situaciones se agravan en los casos de vulnerabilidad
de la víctima, por el grado de conocimiento autor-víctima (familiar) y en las circunstancias de impunidad del
delincuente.

La humillación producida por el delito es de tal magnitud que el miedo y la angustia de la víctima sobreviviente
serán, en muchos casos, fracturantes en su confianza y comunicación con su medio e interacción social y cultural.

La víctima es la persona que padece un sufrimiento físico, emocional y social a consecuencia de la violencia, de una
conducta agresiva antisocial, a través del comportamiento del individuo-delincuente que transgrede las leyes de su
sociedad y cultura. De este modo, la víctima está íntimamente vinculada al concepto consecuencias del delito, que se
refiere a los hechos o acontecimientos que resultan de la conducta antisocial, principalmente el daño, su extensión y
el peligro causado individual y socialmente.

La conmoción que desencadena el delito llega a tener, generalmente, consecuencias de tal gravedad que modifican y
transforman la vida de la víctima y de su familia, en numerosos casos, de manera irreversible.

Las consecuencias pueden ser:

1. Físicas. Lesiones leves, graves, gravísimas. Pérdida de la vida de la víctima.

2. Emocionales. Difíciles de poder determinar, son las secuelas del profundo estrés y conmoción del delito. Por
ejemplo, la muerte dentro del grupo familiar representan las consecuencias para tres generaciones.

3. Socioculturales. Repercuten en las relaciones interpersonales de la víctima con el medio social.

4. Económicas. Los daños ocasionados por el delito.

En los últimos años se ha advertido una mayor preocupación e interés por la situación de las víctimas de delitos, esta
preocupación se ha manifestado en los aspectos asistenciales, conocimiento de tipos y características de las víctimas,
y en la atención de la víctima por el sistema de justicia.

Para la administración de justicia, la cooperación de la víctima es esencial porque indudablemente permite:

— Conocer el delito.

— Conocer al delincuente.

— Conocer la comunidad, región donde se cometió el delito.

— Aplicar las medidas penales, correccionales y preventivas.

— Evitar nuevos delitos

Los cambios y reformas criminológico-jurídicas tendientes a una mayor comprensión y consideración de la víctima
han puesto de manifiesto los siguientes aspectos:
1. Receptar debidamente la denuncia de la víctima

La policía suele ser la primera institución en tomar conocimiento de la si-tuación de la víctima y establecer contacto
con las personas que han sufrido un hecho delictivo. Por ello, la policía es la institución que se encuentra en posición
de evaluar las necesidades de la víctima, de carácter urgente, por ejemplo, emergencias médicas. La rapidez en la
actuación de la policía puede evitar graves sufrimientos a la víctima y, paralelamente, mayor confianza en las
instituciones de justicia.

La víctima puede tomar contacto con la policía en el mismo lugar del hecho delictivo, por llamadas de vecinos,
alertas comunitarias, etcétera. La víctima se siente auxiliada, y esto constituye un paso importante en el relato
victimológico.

Según Naciones Unidas, estudios realizados sobre procedimientos policiales están vinculados a la gravedad del delito
y al volumen del daño in-fingido, y constituye un factor importante en la preferencia hacia determinada víctima y
sobre el enjuiciamiento.

La policía puede cumplir una función vital no sólo para prevenir la victimización, sino para- reducir las consecuencias
del delito. La recepción de la denuncia es una parte importante en la relación víctima-institución policial.

2. Facilitar la información

La víctima carece, generalmente, de toda información sobre la administración de justicia, sobre el proceso penal y
los mecanismos jurídicos, interrogatorios, pericias, el tiempo que demanda el proceso y en relación al desarrollo
cronológico del proceso. Pero tiene el derecho de estar informada acerca del progreso de su denuncia sobre cómo y
de qué manera trabaja el sistema judicial en su región, es por eso la necesidad de que la víctima realice múltiples
declaraciones, que obedecen a las distintas etapas del proceso penal.

3. Pericias criminalísticos

Son fundamentales para el esclarecimiento del delito y la identificación del autor, lo cual debe ser informado a la
víctima. En los casos de exámenes médicos es necesario acompañar a la víctima (especialmente su familia o personal
profesional de salud), explicarle el valor de esos estudios criminalísticos, casos de víctimas de delitos de violación,
víctimas niños, personas discapacitadas, ancianos.

Los estudios deben realizarse en infraestructuras adecuadas a la difícil tarea de los peritajes criminalísticos.

4. Testimonios-interrogatorios

Constituyen nuevas victimizaciones, por ejemplo, acerca de las causas por las que no se resistieron o no se
defendieron en mayor grado las víctimas de violaciones, particularmente si no se presentan lesiones visibles; los
interrogatorios a niños víctimas de abuso sexual, a personas de bajos recursos y nivel cultural.

La información sobre los fines del interrogatorio permite a la víctima no percibir al sistema penal como persecutorio
e inquisitivo. Del mismo modo, los interrogatorios a niños deben ser cuidadosos, en presencia de personas que los
protejan y ayuden. También sería necesario crear y aplicar nuevas técnicas y métodos en los casos de delitos dentro
del grupo familiar.

5. Sala de espera diferente a la del imputado

Si bien es cierto que este aspecto tiene relación con la infraestructura arquitectónica en que se desenvuelve la
administración de justicia, también son notorias las amenazas permanentes que sufre la víctima por parte del
imputado del delito, de su familia y del abogado defensor mientras se encuentran en la misma sala de espera. Es
conveniente que tanto la víctima corno el imputado o sus testigos puedan estar en salas separadas.

6. Decisión del Tribunal


La víctima tiene derecho a ser informada acerca la decisión del Tribunal, sobre la sentencia.

Del mismo modo que el Tribunal envía una copia de sentencia al servicio penitenciario, podría enviar otra copia a la
víctima o a su familia sobre la decisión que ha tornado la justicia, en el caso concreto.

7. Salida del delincuente

La salida de la cárcel del autor del delito, su libertad y egreso de la institución penitenciaria no es conocida,
generalmente, por la víctima o sus familiares, y esto puede provocar —de hecho, numerosos delitos se producen a
consecuencia del egreso del delincuente— nuevas victimizaciones; casos de venganza, de delitos donde el autor y la
víctima pertenecen al mismo grupo familiar.

Es necesario la información a la víctima sobre la salida del autor del delito, sobre el cumplimiento de la sentencia y,
en determinados casos, la opinión de la víctima en relación con la prelibertad y libertad condicional.

8. Agradecimiento del juez a la víctima por su cooperación social

La víctima ha permitido el conocimiento de un hecho delictivo, el conocimiento del autor y la aplicación de la ley, así
como evitar nuevos delitos. Por ello, el agradecimiento del juez —Tribunal— a la víctima por su cooperación en el
esclarecimiento de un hecho criminal, que ha afectado, a toda la comunidad.

Sabemos que la intervención de la administración de justicia tiene en sí misma un valor preventivo y social.

II. ASISTENCIA VICTIMOLÓGICA

Tiene por objeto principal atenuar las graves consecuencias que deja el delito en la víctima y en su familia. En un
concepto amplio, se entiende por asistencia victimológica la aplicación de todas las medidas tendientes al
conocimiento, comprensión y ayuda para la recuperación de la víctima.

La asistencia victimológica requiere, en sus pautas básicas, la comprensión, la consideración prioritariamente de la


vivencia de temor-pánico que sufre la víctima, el miedo a la repetición del delito —hecho traumatizante—, la
sensación y vivencia de encontrarse aún inmerso en la situación agresiva, lo que provoca una desorganización,
despersonalización y desrealización; pánico, por la persistencia de estar reviviendo una situación de peligro, por el
desamparo individual y familiar, y una percepción de inseguridad y desprotección, de sentirse vulnerable y expuesta
ante el delincuente.

La asistencia implica respeto, credibilidad, ayuda, protección a la víctima, respeto a sus derechos, derecho a la salud,
a recibir un trato digno, a recibir justicia y reparación material y moral debido al daño causado por el delito.

Se ha avanzado en las alternativas de programas de asistencia a las víctimas, tanto para adultos como para niños,
entre estos podemos mencionar:

1. Programas de asistencia directa a las víctimas (que fueron los primeros en desarrollarse); los cuales trabajan
en diagnóstico victimológico, tratamiento individual y grupal a través de equipos interdisciplinarios.

2. Programas de apoyo a víctimas ya sus familias.

3. Programas de alta crisis; dirigidos a víctimas de violencia familiar, especialmente en maltrato infantil y
violencia conyugal.

4. Programas de detección y asistencia a víctimas de delitos violentos.

5. Asistencia a familiares de víctimas de homicidios.

6. Asistencia en regiones de alta criminalidad.

7. Programas de asistencia a víctimas de abuso del poder.

8. Programas a víctimas de terrorismo.

9. Asesoramiento jurídico a víctimas.

10. Programas de asistencia: terapias individuales, de grupo, familiares.


11. Programas de acompañamiento a víctimas, programa dirigido a voluntarios.

Asistencia victimológica referente a los a niños

En algunos países se aplican distintas estrategias cuando los niños han adquirido el lenguaje y son capaces de hablar.
El juez les explica el funcionamiento del proceso penal y el papel que tienen las personas 'que les harán las
preguntas.

Otras técnicas hacen referencia a entrevistas a niños entre dos años y seis años, donde el niño está en una sala de
juegos con un entrevistador especializado en pericias de hechos delictivos a niños pequeños. La sala tiene una
cámara Gessell (espejo doble), y detrás de ésta se encuentra, observando la entrevista, personal de salud y del área
jurídica, quien avala el video. Las sesiones sobre el relato son grabadas con conocimiento del niño y de los familiares;
las cuales evitan nuevos interrogatorios y también que el niño pase por diferentes audiencias.

En las entrevistas con niños pequeños se investiga acerca de los hechos y personas significativas en la vida del niño,
los cambios de conductas y cambios emocionales. Se realizan preguntas específicas acerca del abuso, preguntando
detalles sobre lo que ocurrió, quién lo hizo, dónde, cuándo y cómo ocurrió.

Hablar del abuso sexual puede crear en el niño pérdida de control que, en numerosos casos, lo conducen a una
acentuada disociación, evitación, hiperactividad, retracción. Es por esto la importancia de que el entrevistador sea
una persona especializada, y que cuide de no provocar nuevos daños emocionales en los niños

Otra de las técnicas que se aplican en casos de niños víctimas y niños testigos es la utilización de muñecos
anatómicos especialmente diseñados para que el niño pueda relatar lo que le sucedió. Los muñecos representan una
familia con cuatro adultos (dos mujeres, dos hombres, dos niños y dos niñas), con órganos sexuales, ropas interiores
y vestidos. A través de los muñecos el niño puede diferenciar al padre, al tío, padrastro, etcétera. La utilización de los
muñecos le permite al niño mostrar lo que le ocurrió, su victimización. Es importante que el entrevistador no
conozca al niño, y las preguntas sean abiertas y no dirigidas. Las entrevistas son grabadas y las preguntas del
entrevistador están basadas en un protocolo; esto es, representa una técnica especial de entrevista.

Otras técnicas se basan en la utilización del protocolo pero con muñecos y salas de juegos comunes; también en
estos casos las entrevistas son grabadas. Entrevistar a niños víctimas de abuso sexual puede provocar reacciones
muy fuertes en el entrevistador, por ello, éste debe estar consciente de esos sentimientos que despiertan los relatos
de los procesos de traumatización para no distorsionar y contaminar la entrevista.

No obstante, a pesar de esta difícil tarea de entrevistar a niños víctimas y niños testigos, se considera que una
adecuada y correcta entrevista implica el rompimiento del silencio y las posibilidades de reducir el trauma y las
consecuencias del delito.

Por último, se considera la importancia de los documentos referentes a los derechos de las víctimas; derecho a
información, tratamiento y reparación, y el valor de la capacitación para ayudar a las víctimas y evitar la
revictimización.

III. DOCUMENTOS REFERENTES A LOS DERECHÓS DE LAS VÍCTIMAS

Entre los documentos referentes a los derechos de las víctimas se en-cuentran los documentos de la ONU, que son:
los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas del Delito y del Abuso de Póder (1985); el Manual de
Justicia sobre Uso y Aplicación de la Declaración de Principios Básicos de Justicia para las Víctimas del Delito y del
Abuso del Poder; los cuales han permitido importantes modificaciones en los códigos de procesos penales y códigos
penales.

Es importante, también, destacar otros documentos de derechos huma-nos como la Declaración Universal de los
Derechos Humanos; la Declara¬ción Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; Convención de los Derechos
del Niño; la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, y la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas.
Naciones Unidas expresa, en los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas del Delito, la necesidad de el
reconocimiento y el respeto universal y efectivo de los derechos de las víctimas y del abuso del poder. Se facilitará la
adecuación de los procedimientos judiciales y administrativos a las necesidades de las víctimas a través de la
información a las víctimas de su papel y del alcance, el desarrollo cronológico y la evolución de las actuaciones, así
como la decisión de sus causas, especialmente cuando se trate de delitos graves; del permiso para que las opiniones
y preocupaciones de las víctimas sean presentadas y examinadas en etapas apropiadas de las actuaciones; la
presentación de asistencia apropiada a las víctimas durante todo el proceso judicial; la adopción de medidas para
minimizar las molestias causadas a las víctimas, proteger su intimidad, garantizar su seguridad, así como la de sus
familiares y la de los testigos en su favor, contra todo acto de intimidación y represalia; evitando demoras
innecesarias en la resolución de las causas.

IV. PROGRAMAS DE PREVENCIÓN Y POLÍTICA CRIMINAL

En los programas de prevención y política criminal se puede saber sobre la criminalidad conocida que ingresa al
sistema a través de la denuncia y especialmente la criminalidad desconocida o cifra negra. Para estos efectos, es
necesario que se realice la encuesta de victimización para detectar y conocer datos de la cifra negra, reacción social-
institucional, y credibilidad al sistema penal. También se necesita de la colaboración de la víctima, misma que se
logrará a través de la confianza y credibilidad en la policía y administración de justicia. Asimismo, se exige la
capacitación de los profesionales —en la atención y recepción de la denuncia— que atiendan a las víctimas y a sus
familias.

Finalmente, tenemos que tener presente y puntualizar que la impunidad de los delincuentes provoca un efecto
desvastador para las víctimas. Traba las posibilidades de recuperación y crea nuevos problemas emocionales y
sociales para la víctima y su familia.

La impunidad provoca un descreimiento hacia la policía y la administración de justicia, fractura la estructura


comunitaria y agrava el conflicto social y cultural. Se convierte en un nuevo factor traumático que hace imposible la
justicia y conduce a una pérdida de respeto por la ley y la dignidad de las personas.

18001, Marchiori: La víctima del delito

-Consideraciones en la asistencia victimológica

La asistencia y tratamiento clínico victimologico se refiere a los medios para ayudar a un individuo, en este caso, a la
victima del delito. En un concepto mas amplio podemos decir que se entiende por asistencia-tratamiento
victimologico la aplicación de todas las medidas tendientes al conocimiento, comprensión y ayuda a la victima para
atenuar y superar las consecuencias producidas por la conducta delictiva.

Desde la perspectiva de una clínica criminológica, la victimologia atiende a la victima, a la persona que padece un
sufrimiento físico, psicológico y social a consecuencia de la violencia, de una conducta agresiva antisocial. La victima
es la persona que padece la violencia y sufre individual, familiar y socialmente.

La asistencia victimologica tiene por objeto principal atenuar las graves consecuencias que deja el delito en la
victima, en su familia. Otros objetivos importantes constituyen el apoyo moral, esclarecimiento de la situación
victimal, es formación en relación a las instituciones policiales, de administración de justicia.

La asistencia victimologica comprende diversos niveles y momentos que operan integralmente. Esquemáticamente
corresponde:

1) Nivel asistencial-terapeutico

La asistencia en su primer momento o primer nivel significa la necesidad de una respuesta inmediata. El trabajo
victimologico basado en la inmediatez esta definido por una respuesta institucional-social para atender el
sufrimiento de la victima.

Al ser escuchada, creida, atendida y comprendida en su relato victimologico, la victima puede rehacer una visión
de si misma que le permita un mayor control de la situación traumatica.
La entrevista inicial con la victima tiene como fin realizar el diagnostico de la situación victimologica y comenzar
el tratamiento adecuado a su problemática especifica. La asistencia a la victima es completada por la orientación
a la familia de la misma.

2) Nivel de orientación e información

La información completa el nivel asistencial dirigido a la victima y su familia. Este segundo nivel abarca
diversos momentos, desde la información básica sobre los derechos de la victima, la importancia del
acompañamiento profesional, por familiares o amigos, a las instituciones a las que la victima debe concurrir
como hospitales, policía, administración de justicia.
La información, orientación y acompañamiento a la victima permite que el problema se encauce por los
procedimientos legales correspondientes.

-Acompañamiento victimologico

Las consecuencias victimologicas inmediatas en todos los delitos, convierten a la victima en una persona vulnerable,
sensible, temerosa y con un marcado sentimiento de soledad. Por ello una de las principales medidas asistenciales
victimologicas es el acompañamiento, el cual tiene por fin:

- Que la victima vivencie que no se encuentra sola frente a las consecuencias producidas por el delito
- Atenuar la angustia, miedo, temor y sensación de inseguridad y vulnerabilidad personal.
- Poder enfrentar nuevas situaciones derivadas del delito.
- Evitar nuevas victimizaciones.

Una parte fundamental de la asistencia a la victima es creer en ella. La tarea asistencial debe estar centrada en la
compresión de la situación en la que se encuentra la victima, su orientación, la información y acompañamiento en el
caso que se decida a realizar la denuncia.

La decision de realizar la denuncia le corresponde a la victima, se debe respetar su decision, especialmente en


adultos y adolescentes, porque es la victima la que deberá afrontar las revisaciones medicas, los interrogatorios y las
dudas del tribunal.

El acompañamiento victimologico significa existencialmente no abandonar a una persona en un momento de crisis y


sufrimiento pero también representa una implícita actitud clínica asistencial.

-Tratamiento familiar

La familia es fundamental para la recuperación de la victima de la situación traumatica ocasionada por el delito. La
familia con su apoyo, confianza, cuidados, protección “acompaña” a la victima, se identifica con ella y ayuda con su
actitud, afecto, en los momentos en que la victima mas necesita a su propia familia.

La influencia de la familia para la asistencia a la victima es determinante. La confianza en la victima expresada por la
familia, la desculpabilizacion y una actitud de comprensión constituyen factores esenciales en el tratamiento
victimologico familiar.

En los casos de homicidio la familia de la victima debe sobrevivir a esa experiencia de que un miembro a muerto a
consecuencia de la violencia de otra persona. La perdida de un familiar por una conducta de homicidio significa la
elaboración de una depresión familiar, un duelo, sin una razón lógica-natural de la vida, sino porque la victima ha
perdido su vida por el delito.

La muerte de un miembro de la familia provoca cambios en la historia, estructura y en las relaciones familiares, estos
cambios son irreversibles. La familia requiere de asistencia y ayuda, en muchos casos por largo tiempo. Pero
fundamentalmente, la familia debe saber que no se encuentra sola en su sufrimiento, debe ser asistida para
ayudarla a sobrevivir.

En otros delitos, con gran peligro para la vida de la victima como en un secuestro, la familia resulta primordial en la
recuperación de la victima. La misma necesita estar en una total tranquilidad, seguridad e intimidad, durante
semanas y meses, viéndose rodeada por sus familiares y amigos mas cercanos.
De igual modo que en el secuestro, en los delitos sexuales existe un peligro para la vida de la victima. Esta necesita,
requiere que su familia comprenda la situación de extrema peligrosidad y esencialmente que la victima no tiene la
culpa por el delito.

La victima de un delito de estafa suele ocultar el hecho delictivo a su familia, pero esto no es en todos los casos,
depende del tipo de estafa y de las circunstancias del delito y el frado de participación de las victimas. El delito de
chantaje muestra a una victima con sentimientos de culpabilidad (en los casos en que el chantaje esta basado en un
hecho que la victima desea ocultar) o una victima inocente (casos de personas que por la índole de su posición
económica reciben amenazas).

La victima de un delito de robo siente temor, miedo a una nueva victimización, la situación traumatica esta vinculada
a la índole de las circunstancias del delito y al uso de armas. El temor de la victima también es sentido por la familia,
porque el robo ha afectado el patrimonio familiar en algunos casos, con enorme trascendencia en las costumbres
familiares.

 El delito produce un cambio profundo, irreversible, imprevisto, que provoca un sufrimiento social que afecta
a todo el contexto familiar. Este cambio debido a un comportamiento (delito) requiere ser conocido en sus
características por el terapeuta individual y familiar para comprender a la victima y asistirla.

(18074) Rodriguez: Autopsia Psicológica: Una herramienta útil para el peritazgo psicológico

Una de las técnicas más importantes y utilizadas en la comprensión de los comportamientos criminales es la del
peritazgo psicológico. En el cual el psicólogo despliega todos sus conocimientos en el ámbito legal y psicológico.

Entre estos peritajes se encuentra la denominada Autopsia Psicológica. Este procedimiento es considerado como un
proceso de recolección de datos del occiso que permite reconstruir su perfil psicológico y el estado mental antes del
deceso. Para el desarrolló de dicho procedimiento, es necesario el trabajo interdisciplinario entre médicos,
abogados, psiquiatras y psicólogos forenses.

Según Ebert (1991 ), los principales objetivos de la Autopsia Psicológica se dividen en cuatro:

1. Primer Objetivo:

Determinar la manera de la muerte en casos de equívocos que necesitan ser distinguidos. Las maneras de muerte
son: a) natural, b) accidental, c) suicidio y d) homicidio; este tipo de sistema es conocido por la sigla NASH.
Generalmente, en algunos casos, la manera de muerte es bastante clara, lo que no ocurre con el modo como
sucedieron los hechos.

2. Segundo Objetivo:

Averiguar el momento y el tiempo en el cual se produjo la muerte; para esto, el investigador debe indagar acerca de
diferentes situaciones de la vida del occiso y tratar de relacionarlas con el hecho.

3. Tercer Objetivo:

Obtener la información suficiente para evaluar los datos obtenidos de diversos intentos de suicidio, con el fin de
prevenir dichos intentos y la letalidad de los mismos.

4. Cuarto Objetivo:

Según el mismo autor, es terapéutico para la familia y los amigos del occiso. La entrevista y la investigación en
general son mecanismos terapéuticos para estas personas, ya que permite comunicar pensamientos y sentimientos
sobre la persona fallecida, de igual forma, la percepción que cada uno tiene sobre la muerte de aquella persona
cercana, que por lo general es de culpa, dolor, vergüenza, resentimiento, entre otras.

De igual manera, la Autopsia Psicológica tiene ,como función ayudar a esclarecer los casos de muerte dudosa:
suicidio, homicidio y accidente, donde ni el médico legista, ni el investigador policial tienen suficientes elementos
para decidir, lo anterior se puede determinar:

1. Valorando los factores de riesgo suicida, de riesgo heteroagresivo o de riesgo de accidentalidad.


2. Valorando el estilo de vida del occiso.
3. Evaluando el estado mental en el momento de la muerte.
4. Estableciendo las áreas de conflicto y motivacionales.
5. Diseñando el perfil de personalidad del occiso.
6. Esclareciendo si existían señales de aviso presuicida.
7. Esclareciendo si existía un estado presuicida.

Ante un comportamiento o hecho que eventualmente no tienen una explicación clara, pero que podría llegar a
tenerla si se estudian minuciosamente lo hechos antecedentes y consecuentes a lo sucedido, se podría inferir
comportamientos o acciones llevadas a cabo bajo condiciones únicas y especiales que llevaron a la consecución de
los hechos, por lo cual la psicología y la psiquiatría tienen mucho que aportar.

Shneidman, padre de la técnica, 1973-1977 propone tres categorías para estudiar los casos de muerte dudosa: a) el
qué, b) el cómo y c) el porqué, en relación con la persona que cometió el suicidio; la causa actual de muerte con
especial énfasis en el tiempo y la determinación de la forma en que ocurrió.

Annon (1995) y Young (1992), plantean que uno de los serios problemas a los que se ve enfrentado el Protocolo de
Autopsia Psicológica (PAP) es la falta de estandarización, pues cada persona o equipo que lo aplica tiene un estilo
diferente y particular de realizarlo, lo cual afecta, según estos autores, notablemente los índices de validez del
procedimiento. Es decir, no existe un modelo estructurado y sistematizado que disminuya el margen de sesgo.

Young, propone 15 categorías que se deben incluir al llevar a cabo dicha investigación:

1. Identificar la información personal del occiso (nombre, apellidos, edad, sexo, ocupación, religión, estado
·Civil, etc.).
2. Detalles de la muerte.
3. Historia de la familia (hermanos, esposa, enfermedades médicas y tratamientos, intentos de suicidio, etc.).
4. Historia de muertes familiares.
5. Modelos familiares de reacción frente al estrés.
6. Tensiones recientes o problemas del pasado.
7. Historia de alcohol y drogas en la dinámica familiar.
8. Relaciones interpersonales.
9. Fantasías, sueños, presentimientos y pensamientos frente a la muerte, suicidio .o accidentes que
precedieron la muerte.
10. Cambios en los hábitos, aficiones, alimentación, patrones sexuales y otras rutinas ante de la muerte.
11. Información que relate los planes de vida.
12. Evaluación de intención.
13. Tasa de letalidad
14. Reacción de las personas que recibieron la noticia de la muerte.
15. Comentarios y anotaciones especiales.

Para realizar un procedimiento más elaborado y completo, es importante que el investigador visite y estudie el lugar
donde se encontró el cuerpo, ya que esto le puede permitir obtener más pistas que ayuden a avanzar en el proceso.
El psicólogo como investigador tiene la posibilidad de diseñar un perfil de la escena del crimen, además de hacer un
bosquejo de la personalidad del sujeto que habitaba en el lugar, a partir de detalles tales como: los objetos hallados,
la disposición de los muebles, etc.

Jack Annon (1995) propone otro de los modelos para llevar acabo un proceso de AP, en el cual se plantean como
pasos a seguir los siguientes:

 Examen cuidadoso de la escena donde sucedieron los hechos, examen de fotos y grabaciones en video de la
escena.
 Estudio de los documentos disponibles, concernientes a la situación donde sucedieron los hechos, en el cual
se incluye el reporte policial, declaración de testigos, reporte de la autopsia médica y de toxicología.
 Documentos que informen sobre la vida de la víctima antes de la muerte, como notas del colegio, notas de
visitas previas al médico, notas sobre la salud mental, información laboral, etc.
 Entrevista con personas relevantes como testigos de la escena de los hechos, miembros de la familia,
amigos, compañeros de trabajo, etc.

Autores como Ramirez y Annon afirman que el tiempo optimo para realizar la entrevista, es entre 1 y 6 meses
después de haber ocurrido el deceso, ya que durante estos meses aún se conserva la nitidez del recuerdo y la
información obtenida es confiable, de lo contrario las reacciones de duelo pueden, o bien, interferir en la objetividad
del recuerdo existiendo la tendencia a idealizar al fallecido o afectar la claridad del recuerdo.

De acuerdo a lo anterior Ramirez considera que los entrevistadores deben recibir un entrenamiento preliminar en el
manejo del instrumento y en el estilo de comunicación que se debe utilizar dependiendo del modo de muerte de la
víctima. El entrevistador debe permitir que la información fluya libremente, es decir, debe dejar hablar al informante
sin interrumpirlo y sólo al final, si es necesario, puntualizar en algún detalle o hacer algunas preguntas directas.

En relación con las fuentes de información se debe seleccionar, por lo menos, dos fuentes con el objetivo de cruzar
los datos ofrecidos en busca de confiabilidad. Se deben seleccionar parientes de primera línea, convivientes,
allegados o médicos de asistencia. Las condiciones para realizar la entrevista deben ser estrictas; cada fuente deber
ser entrevistada de forma individual y en privado, evitando que la opinión de una influya en la otra, lo cual afectaría
a la confiabilidad de la información. El tiempo promedio de la entrevista debe ser de dos horas, aunque en ocasiones
es necesario extenderse un poco más.

La misma autora también plantea que debe tenerse en cuenta la revisión de documentación adicional y disponible
tales como: historias clínicas, expedientes medico – legales, expedientes judiciales, así como, cartas, diarios, notas,
poemas, etc.

Uno de los países de habla hispana con mayor trayectoria en el tema de Autopsia Psicológica es Cuba. A partir de
múltiples revisiones de los modelos, escalas, guías y formularios encontrados en la literatura especializada han
creado su propio modelo al cual inicialmente denominaron MAP (Modelo de Autopsia Psicológica); a medida que
incorporaron otros ítems durante la validación, de dicho modelo, en víctimas de suicidio, homicidio y accidente, lo
han perfeccionado hasta llegar al que actualmente utilizan, el MAPI (Modelo de Autopsia Psicológica lntegrado).

Según García Pérez, el MAPI, a diferencia de todos los modelos revisados, está completamente estructurado y
sistematizado, de forma tal que se disminuye al mínimo el margen de sesgo, debido a que todos los peritos o
auxiliares de la justicia que aplican dicho protocolo deben realizarlo de la misma manera, guiándose por un
instructivo con posibilidad de respuesta cerrada, precisamente para evitar la inclusión de elementos subjetivos en la
valoración de cada caso y, además, para hacerlo verificable por terceras personas.

La metodología científica utilizada para validación del MAPI, fue desarrollada por el Ministerio de Salud Pública y el
Instituto de Medicina Legal de Cuba a través de tres investigaciones realizadas durante el período de 1990 a 1996 en
víctimas de suicidio, homicidio y accidente, las cuales demostraron que recurrir a terceras personas para obtener
información del fallecido resulta confiable, que el método es viable y el instrumento MAPI es aplicable y
generalizable.

Para proporcionar ésta prueba judicial, las ciencias forenses como la psiquiatría y la psicología enfrentan a menudo
tareas muy difíciles tales como determinar el estado mental de un acusado en el momento de los hechos, peor aun,
cuando ha transcurrido algún tiempo desde el momento de su ocurrencia. En ocasiones, la labor del psiquiatra o
psicólogo se vuelve más compleja cuando se trata de determinar el estado mental de una persona ya fallecida en el
momento de su muerte.

No obstante, la vida psíquica del ser humano deja huellas de una u otra forma: en documentos, obras de arte,
espacios habitados a lo largo de su existencia, en la forma como se relacionaban con las otras personas, etc.

El aspecto principal de la Autopsia Psicológica es el proceso en sí mismo y el modo como se llevan a cabo las cosas.
Dicho proceso parte desde el mismo lugar de los hechos, en el cual no sólo se pueden levantar huellas objetivizables
por los peritos en criminalística, también se pueden levantar las huellas psicológicas que quedan impresas en los
lugares en que estuvo la víctima y en las personas· que interactuaron con ella. La función del psicólogo o del
psiquiatra que realiza el peritazgo es decodificar e interpretar las señales que emite la escena del crimen.
Dentro del contexto de la investigación criminal el proceso de la Autopsia Psicológica comienza desde el examen de
la propia escena de la muerte y no debe ser realizado por un solo perito . Por el contrario, se requiere de un trabajo
en equipo con los criminalistas, médicos legistas e investigadores policiales, sólo a sí se lograra una caracterización
profunda y científicamente fundamentada de la víctima.

En el campo de la Psicología Forense, específicamente en el procedimiento de la Autopsia Psicológica (AP), el poder


contar con la ayuda del cuerpo legal (abogados, fiscales, jueces, policías, grafólogos, etc.) es de suma importancia
para la investigación. Estar al lado de los investigadores policiales permite acceder a elementos judiciales tales como
notas, diarios, cartas, que posiblemente para ellos no tiene mucho valor, pero para el psicólogo son fundamentales,
ya que caracterizan al occiso y tal vez entre líneas se pueda develar "la clave del enigma de su muerte". Todos esto
aspectos son fundamentales si se quiere lograr una intervención eficaz en el procedimiento de Autopsia Psicológica.

Un segundo paso es la entrevista a personas que conocieron de cerca al occiso, preferiblemente familiares, amigos,
vecinos, compañeros de estudio, trabajo o religión, relaciones de parejas formales u ocasionales. Es importante
aclarar que la selección de las fuentes de información debe excluir a presuntos sospechosos de estar involucrados en
la muerte de la víctima, pues obviamente el riesgo de sesgo es muy elevado.

García plantea que una vez recogidos todos los elementos necesarios para conformar una caracterización del occiso
se realiza una discusión colectiva en la cual participan los peritos y los investigadores policiales y se ofrece un
informe pericial en términos probabilísticos, pues se trata de una evaluación indirecta y de conclusiones
inferenciales que cobran valor solo al sumarse el resto de los elementos criminalísticos, policiólogos y médicolegales.

6691, Gustavo Vaquera: La Pena Privativa de La Libertad Como Reproche.

Se considera a la reincidencia como una recaída en la actividad delictiva La postura del Derecho se encuentra en una
encrucijada en torno a la reincidencia. Por un lado está la postura de que se requiere la agravación de la pena,
porque se le reprocha al individuo todo un determinado tenor de vida y por otro lado hay juristas que opinan que si
el antecedente sirve para agravar una pena, se puede señalar que hay una doble pena y, evidentemente, un doble
enjuiciamiento, por el anterior y por el actual (por lo que se viola el principio según el cual no se puede juzgar dos
veces por el mismo delito). Es reincidente quién vuelve a cometer actos por fuera de los marcos legales, después de
haber purgado una condena en la cárcel, sea o no detenido por los mismos.
Lo que se ha podido representar desde la escucha analítica es que la posición del sujeto frente al delito y la
experiencia carcelaria está determinada en gran medida por los múltiples variables que encierra el sistema jurídico-
penal y la postura personal frente a la condena. La idiosincrasia del sujeto y el perfil rehabilitador del tratamiento
juridico-penal conforman o no el clima para que se realice la subjetivación del delito entre otros factores que inciden
en que se de o no la reincidencia. La reincidencia en actos delictivos, sean o no detectados por la ley, es el resultado
de una serie de variables de sucesos psíquicos, familiares, sociales, espirituales, políticos, económicos,
institucionales. La condición de reincidir en el delito no depende exclusivamente de la operatividad de la cárcel o la
pena. La reincidencia no habla necesariamente del fracaso del sistema jurídico-penal, como así tampoco, a priori, de
la incorregibilidad del sujeto.
La reincidencia no es necesariamente una recaída en las actividades delictivas, puede ser tmb un no haber
salido nunca de sus esferas. El transgresor que es condenado a un período en la cárcel puede no haber subjetivado
en su personalidad el acto delictivo que se le imputa, entonces, al salir de la cárcel, está como antes de haber
entrado desde el punto de vista psíquico.
La experiencia carcelaria a muchas personas les da un espacio de pertenencia e identidad, y más aún de
bienestar. Para algunos de los internos los derechos del penal son un lujo en su vida extracarcelaria. Estos son
algunos de los factores que hacen que para muchos internos exista un impulso a la reincidencia.
Muchos sujetos intentan dejar al acto transgresor fuera del circuito de la subjetividad: si bien jamás pueden dejar
afuera de sus objetividad el hecho de haber cometido ese acto, sí logran dejar afuera el hecho de que ese acto
constituye una transgresión a la ley (ej, muletilla: “un error lo comete cualquiera”).
El psicoanálisis nos aporta que los ujetos tienen fantasías homicidas en torno al Complejo de Edipo, pero
precisamente no cualquiera puede cometer esta fantasía en un acto. No cualquiera puede ser homicida.
Es mucho más fácil negar la magnitud de la transgresión que asumirla como tal. Estos sujetos no atravesaron, no
superaron el hecho significante del acto transgresor, el crimen es un error más en la vida, uno como tantos. Así la
inscripción de la ley es un intento fallido en el sujeto. El ladrón para poder ingresar en la Jubilación de los ladrones,
necesita poder subjetivar el delito cometido y reconocer su posicionamiento subjetivo ante la ley. Existe una fuerte
creencia penológica que el gran motor del ladrón son sus carencias económicas, fallas en la integración familiar y
una serie de indentificaciónes a los valores del mundo delictivo. Por ello el tratamiento está orientado a que el
interno tengo un perfeccionamiento laboral que le permita obtener los recursos necesarios para una subsistencia, a
fortalecer los vinculos familiares,etc.. Pero esta concepción no contempla que el deseo de transgredir es inherente a
la esencia humana en tanto estamos inscriptos por la ley, en tanto nuestra sociedad se funda en la Ley y el Derecho.
La conducta del interno es un indicador de la adaptación a la convivencia carcelaria, no es un indicador de
resocialización o rehabilitación. Otro de los factores que facilitan la reincidencia es que consideran que no han
accedido a una sanción justa.
El reincidente expandido (el que transgredí la ley en diferentes puntos) es un sujeto que no tiene lugar
psíquico para acogerse a los márgenes de la ley. Estos sujetos tienen una altísima probabilidad de continuar
transgrediendo a la ley hasta que se acaben sus días. El tratamiento de rehabilitación, la subjetivización del delito
tanto en el espacio con un analista como con un juez, los esfuerzos de su grupo familiar, la ayuda espiritual, resultan
estériles en tanto su deseo y su estructuración psíquica no están del lado de la ley. Hay veces que la falla no reside
en la inscripción subjetiva de la ley, sino en que ésta es inexistente. Este hecho psíquico da lugar a lo que se conocía
como delincuente nato.
Mi concepción es que NO es prioridad brindarole al interno una serie de capacitaciones y escarmientos para que
reconsidere su forma de existir en la vida. El interno es un sujeto que establece un proceso de subjetivación en torno
a Otro de la Cultura, a un gran Otro Social que determina sus futuros actos. El interno es un sujeto sujetado a la
posición que ocupa en una red de significaciones que componen su vida. Y es por esa posición subjetiva que
trasgredí la ley en determinados puntos y no en otros. Considero que deberíamos poner mas énfasis en la posición
subjetiva que asume el interno como sujeto de esa red de significaciones.
La reincidencia, leída desde la posición subjetiva del transgresor, es una compleja situación humana que
abarca múltiples facetas desde el tipo de personalidad, pasando por su deseo personal, abarcando a la política
rehabilitadora penitenciaria, al grupo familiar al que pertenece, etc.
En torno a la reincidencia y rehabilitación en la transgresión están comprometidos algunos factores
psicológicos como: la responsabilidad, la culpa, la angustia, la aceptación del castigo, el arrepentimiento y el
malestar subjetivo. La presencia o ausencia de estos factores hace que la balanza de los actos del sujeto se incline
hacia la reincidencia o hacia la rehabilitación. Responsabilidad, aceptación del castigo y arrepentimiento son
conceptos que anidan en la conciencia del hombre, y son el fruto de un largo proceso de subjetivación del acto
transgresor. La responsabilidad es un posicionamiento ante los actos de su autoría, sin medir su impacto en el otro.
Implica despojarse de las exusas y prejuicios que construye en aras de evadir su responsabilidad penal. El
arrepentido es el sujeto que vuelve a recobrar el discernimiento sobre las categorías morales “bueno- malo”. La
aceptación de la condena penal es un proceso que le muestra que  ha estado equivocado y que debe pagar su error.
Estos tres conceptos conscientes no son suficientes para lograr un cambio de posicionamiento subjetivo ante la Ley.
La conciencia no tiene la suficiente fuerza para dominar la vida del hombre. La conciencia no rige la conducta.
El trípode compuesto por la culpa, la angustia y el malestar subjetivo son conceptos que tienen su núcleo
generador en el inconsciente del sujeto.
Es necesaria una combinación de los aspectos cc e icc. La resocialización dentro de los márgenes de la ley se
da cuando el sujeto puede reconocer su responsabilidad en el delito cometido, cuando puede aceptar la condena
que le ha correspondido como un castigo simbólico por la transgresión, y al mismo tiempo si puede sentirse
arrepentido de lo que ha hecho. Tiene que poder albergar a la angustia y la culpa por haber sido un transgresor,
sumándole a ello el malestar subjetivo por esa posición ante la vida.

18024, El Psicólogo en el Sistema Penitenciario, LLarull


La Psicología Jurídica es el estudio del comportamiento humano en lo que se refiere al efecto de la ley en el.
sujeto .Pensar la función del psicólogo penitenciario implica pensar en el fin de la pena sin perder de vista el propio
objeto de estudio disciplinar.

Independientemente de las diversas teorías sobre el fundamento y la finalidad de la pena, se puede decir que la
pena existe porque los gobiernos no han encontrado aún otra solución mas allá de la diversidad de las mismas hasta
incluida la pena de muerte, para luchar contra la delincuencia

La pena, y especialmente la que priva de un bien tan preciado con es la libertad, ha de tender a conseguir que el
delincuente voluntariamente deje de actuar en contra de las normas establecidas para la convivencia pacífica y
adquiera un modo de vida que le permita integrarse en la sociedad de forma no conflictiva. La pena siempre conlleva
fines de intimidación O prevención general matizados en las diferentes fases del ejercicio del poder punitivo del
Estado. En la fase legislativa o de conminación penal, donde se amenaza Con el castigo, la función preventiva general
se cumple avisando de la sanción a quienes se sientan tentados de delinquir; en la fase judicial o de imposición,
cuando se determina e impone la pena concreta al autor, se añade un criterio retributivo basado en la culpabilidad,
de tal manera que se satisface el deseo de la víctima de sentirse compensada por el daño moral sufrido y de la
propia sociedad cuya paz se ha interrumpido; y en la fase de ejecución se combina con la inocuización del
condenado, su intimidación particular y en, su Caso, la resocialización con la perspectiva de reinsertar al delincuente
en la sociedad con un comportamiento convivencial adecuado Algunos autores descartan el fin retributivo y
mantienen que el efecto preventive general, que se inicia en la etapa legislativa, no desaparece en las otras dos
etapas si bien el efecto preventivo especial, que se inicia en el momento de la determinación de la pena en la etapa
judicial, es la única finalidad a perseguir en la etapa de la ejecución.

La privación de libertad no es el único método para intentar aplicar técnicas dirigidas a la recuperación social del
infractor, es más, existe una larga experiencia que nos dice que la prisión es un caldo de cultivo excelente para el
aprendizaje de la delincuencia. La utilización de vocablos con la partícula "re” como reeducación, resocialización,
reinserción o rehabilitación presupone que antes de la comisión del delito los delincuentes estuvieron
correctamente "educados", "socializados", "insertados" o "habilitados" para la convivencia. Gran parte de la
población penitenciaria no recibió desde su niñez unas pautas de socialización adecuada, es decir, escolarización
continuada hasta el nivel obligatorio y ambiente de trabajo con remuneración suficiente para permitir una forma de
vivir digna, por lo que la resocialización se reduce con frecuencia a conseguir una simple educación y socialización a
través de la escuela.

Si bien se plantea el tratamiento individualizado de los presos, en los centros penitenciarios comunes para alcanzar
su reeducación durante la estancia en las prisiones y su posterior reinserción sociolaboral no se dan de esa manera.
Todos los intentos van dirigidos a premiar el buen comportamiento del reo, bien para que no pierda su libertad bien
para que la recupere cuanto antes basándose siempre en un pronóstico de comportamiento favorable

A los condenados por delitos graves, la legislación ofrece opciones para disminuir el tiempo efectivo de privación
continuada de libertad, aunque el condenado siga bajo vigilancia, con figuras como el cumplimiento en régimen
abierto (que exige la clasificación previa )la libertad condicional (que puede ser adelantada cuando se comprueba
una respuesta adecuada al tratamiento) o directamente el acortamiento de la condena (con indultos parciales),.
Todas estas fórmulas premian al sujeto que se esfuerza en contribuir a modificar su comportamiento para
reintegrarse cuanto antes a la convivencia respetuosa con el resto de la sociedad bajo las normas establecidas por la
mayoría dominante.

Sin embargo, debemos decir que la sola aplicación automática de estos beneficios no es suficiente para el éxito de la
reinserción social, sino que además los Equipos Técnicos deberían trabajar con los reclusos para conseguir el cambio
en profundidad que garantice un comportamiento social adecuado en libertad. La obtención de los beneficios
penitenciarios sólo es un acicate para que el condenado participe activamente en su programa de tratamiento
individualizado. Como esta colaboración no siempre se consigue el Reglamento Penitenciario prevé que se tengan en
cuenta los cambios comportamentales mediante la observación directa que ha de suplir a los estudios de
personalidad. Todos los estudiosos de la ciencia penitenciaria coinciden en que la pena privativa de libertad tiene un
alto componente de estigmatización social y que se debe evitar su imposición cuando sea posible.

Desde la Historia la aparición del trabajo productivo como motor social hace que el concepto de disvalor aparezca
puesto en los sujetos que no trabajaban, por eso Los primeros establecimientos cerrados se denominaron Casas de
Trabajo y Casas de Raspado.

De tal forma estas instituciones cumplían con la doble misión de castigar a los infractores con la pérdida de libertad
y, a su vez capacitarlos en las tareas laborales que pudieran convertirlos en elementos socialmente útiles.

Así pues las instituciones eran centros cerrados de características educativo correctivas, en las cuales la seguridad y
la capacitación laboral constituían los pilares fundamentales de su funcionamiento. Y de ésta forma el trabajo pasa a
ser el "medidor" de la llamada cura. comenzaron a aparecer con mucha fuerza las teorías antropológico-biológicas
de readaptación social. Partian de la base de considerar que el hombre nacía y/o se formaba con un déficit moral, el
cual debía ser reformado mediante correctivos sociolaborales y terapéuticas sociales, sobre todo en el cuerpo, para
"purificar" el Alma, que por definición conceptual, era buena. El auge del llamado positivismo antropológico-criminal
se produce en Inglaterra y mayoritariamente en Italia con la Escuela Positivista Italiana posteriormente continuada
por Garófalo y Ferri. El determinismo conductal a partir de las características psico-físicas de los sujetos hace su
irrupción en la Sociedad y permite a los miembros "sanos" poder detectar a los "diferentes" y aplicarles los
correctivos necesarios, para que se integren, plenamente adaptados, al colectivo societario mayoritario.

Y estos antecedentes históricos que fueron de radical importancia para sostener y fundamentar la "cárcel moderna",
llegamos a nuestros días en que nos encontramos con establecimientos carcelarios de moderna edificación y
adelantos tecnológicos acordes a los avances en ese sentido con que cuenta la sociedad, pero con Una ideología
técnico-científico que no dista mucho de la originaria que fue fundante del sistema. La situación de encierro provoca
en la persona un sentimiento de sobre-compensación por el cual la vida se organiza en base al motivo último que es
conseguir la libertad, y esta libertad no es pensada en el sentido social de lograr hacer la voluntad individual con
respeto del derecho y el límite del otro, sino simplemente como obtención del valor perdido.

La Función De La Pena

“En este lugar maldito, donde reina la tristeza, no se condena el delito, se condena la pobreza”.ref. Dr. Elias
Neuman:.. Expresión típica de en institutos carcelarios de México

Para la teoría de la Prevención Especial, el sentido de la pena es el de infligir al sujeto una pena que inhiba una
posterior producción de actos ilegales. El objeto de la administración de una pena es el de exhibir ante el conjunto
social, preventivamente, los efectos de los actos delictivos con el mismo fin. Este poder es cuestionado en su eficacia
por distintas corrientes Degano J. plantea que antes que una pregunta sobre la prevención por vía de la eficacia
punitiva, es necesaria una interrogación estructural sobre la posibilidad del reposicionamiento subjetivo,

El Rol Asignado al Psicólogo

Cuando hablamos de rol asignado nos referimos a lo solicitado en la descripción de funciones;

controlar a través de su saber los beneficios intrapenitenciarios para los presos. Este requerimiento que opera ya
desde el sentido común y la obviedad es el que interesa en tanto discurso y actuar construido"(Wiedmaier Retamal
2000).

Evaluar el comportamiento y otras características psicológicas de los encarcelados, ya fuera con finalidades
diagnósticas, de selección laboral, o de predicción de su futura conducta en libertad.

Tratamiento de aquéllos, mediante técnicas diversas, con el propósito de producir ciertas mejoras en su conducta,
habilidades o ajuste psicológico.

Análisis e intervención psicológica en la propia organización penitenciaria


Por lo tanto, así entendido, el rol del psicólogo es diagnosticar y evaluar el comportamiento del preso carcelario,
luego tratar de implementar desde su saber articulaciones que permitan que los internos logren estrategias para una
mejor readaptación social. También aparecería como parte del rol del psicólogo ser un eslabón de intervención en la
organización penitenciaria.

el actual rol del psicólogo forense en las cárceles debe presentar la plena certeza de que su función no se debería
agotar únicamente en corregir desviaciones durante la estancia en prisión de las delincuentes, sino que debería
desplegar una intensa actividad rehabilitadora, desde el mismo instante del ingreso para prepararlas para luego
afrontar las traumáticas instancias del retorno a la vida libre con los estigmas provocados por la exclusion

Rol aceptado...

El tratamiento que se realiza en España, se inicia con un estudio de la personalidad del preso. Si el interno se niega a
colaborar en este estudio, habrá que recurrir a la observación directa y los datos documentales existentes para
realizar la clasificación inicial y las posteriores revisiones. La falta de colaboración por parte del preso en el estudio
de su personalidad no ha de implicar sanciones disciplinarias ni regimentales o regresión en la clasificación, sin
embargo, la participación activa le permite acceder a los beneficios y recompensas penitenciarios que se expondrán
más adelante. De las actividades que se programen en los centros penitenciarios pueden beneficiarse tanto los
presos procesados a los que no se puede diseñar un programa individualizado de tratamiento por no estar probada
su personalidad delictiva, como en el caso de los condenados. Es función de la Junta de Tratamiento establecer los
programas de

Tratamiento y los modelos individualizados Para ello se requiere un trabajo previo que consiste en:

• el estudio científico de la constitución, el temperamento, el carácter, las aptitudes y las actitudes del sujeto, así
como de su sistema dinámico-motivacional y del aspecto evolutivo de su personalidad, y

• el diagnóstico de personalidad criminal, que constituye un juicio pronóstico inicial además del resumen de su
actividad delictiva y de todos los datos ambientales del sujeto.

El artículo 62 LOGP determina que el tratamiento, además de ser voluntario incluye:

• tratamiento individualizado para el que se utilizarán, en relación con la personalidad del interno, métodos
médico-biológicos, psiquiátricos, psicológicos, pedagógicos y sociales.

• tratamiento complejo integrando los métodos citados en una dirección de conjunto y en el marco de un
régimen adecuado.

El quehacer del psicólogo visto de esta manera se centra en ofrecer informes y saberes que determinan el
otorgamiento de beneficios intrapenitenciarios, beneficios que desde una lectura crítica pueden entenderse como
impidiendo una "fuga legal", por cuanto consistirían en una especie de liberación anticipada.

Esta actuación del rol del psicólogo en la cárcel sostiene un fundamento gnoseológico basado en la conciencia. Y que
las personas con quien trabaja son reos del sistema jurídico- penal, no precisamente SUJETOS.

Algunos psicólogos en las cárceles han sido formados bajo el fundamento del Psicoanálisis, y allí la concepción de
SUJETO es otra. Y desde la misma ética psicoanalítica no se puede operar para adaptar a los reos al sistema, al
menos sin un fuerte cuestionamiento personal extendido a lo institucional.

Pierre Legendre desarrollo sobre la función clínica del derecho de la mano de los técnicos o expertos psi, en un decir
hacia el juez pero también al inculpado, donde refiere la necesidad de que el efecto terapéutico se produzca desde la
lectura de la subjetividad realizada en una etapa previa a la culminación judicial.

Será en la etapa posterior donde se pueda retomar este trabajo por el psicólogo penitenciario? Pese a la aceptación
burocrática del psicólogo en las instituciones penitenciarias, legales y de servicios sociales, persiste una falta de
medios materiales y humanos con los que poder desarrollar un trabajo eficaz que resulte social y políticamente
reconocido.

Rol posible

En la Unidad Penal Nro. 15 de Batan existen tres equipos de psicólogos: En el Departamento Técnico Criminológico
(DTC), el Pabellón de Conductas Adictivas y el Departamento de Salud Mental.

El DTC pertenece al Servicio Penitenciario Bonaerense y tiene por función la evaluación psicológica y seguimiento de
los internos para mantener informado al Juez sobre la situación del detenido dentro de la Unidad y que este decida,
llegado el momento, la posibilidad de otorgarle al interno un Beneficio (libertad condicional, salidas laborales,
prisión domiciliaria, etc).

El Pabellón de conductas adictivas pertenece a la Dirección General de Salud Penitenciaria y tiene por función
brindar la asistencia y tratamiento de las adicciones. Su forma de trabajo es la de la Comunidad Terapéutica, motivo
por el cual el interno debe cumplir con una serie de requisitos, mas allá de ser droga dependientes, que los habiliten
para formar parte de esta comunidad.

El Departamento de Salud Mental es el más reciente dentro de la Unidad. Fue creado en Junio de 2006
perteneciendo a la Dirección General de Salud Penitenciaria. Esta dirigido por un Medico Psiquiatra y cuenta con un
equipo de seis psicólogos de diferentes orientaciones teóricas. Tiene por función dar asistencia y tratamiento tanto
psicológico como psiquiátrico a los internos que por propia voluntad lo demanden, o los que sean derivados por
oficio judicial o por otras dependencias propias de la Unidad Penal. El psicólogo a cargo del tratamiento no debe dar
cuenta del mismo al Juez, por lo que el espacio psicoterapéutico no influye en la causa judicial.

Pertenecer a la Dirección General de Salud Penitenciaria y no directamente al Servicio Penitenciario implica que los
profesionales y auxiliares no se encuentran regidos por los rangos y jerarquías propios de la fuerza de seguridad.

El Complejo Penitenciario de Batán se encuentra conformado por:

Unidad Penal N” 15, aloja un promedio de 1450 internos masculinos.

Unidad Penal N” 50, aloja un promedio de 70 mujeres.

Unidad Penal N” 44 (Alcaidía), aloja 142 internos masculinos temporarios que aún no están procesados.

En el 2005, la Dirección General de Salud Penitenciaria comienza a funcionar de manera autónoma respecto del
Servicio Penitenciario Bonaerense. Como consecuencia de esto, en el año 2006, el Servicio de Salud Mental de la
Unidad Penal XV, se reestructura incorporándose un grupo de psicólogos que se integra a la labor que venía
realizando el médico psiquiatra. De esta manera, se crea el actual Equipo de Salud Mental del Complejo
Penitenciario de Batán. Esto plantea la necesidad de reflexionar y analizar la competencia de los profesionales de
Salud Mental en un ámbito tan inexplorado como peculiar. Los primeros interrogantes que surgen en el equipo
conducen a la definición del lugar que ocupa la Salud Mental y sus profesionales en la institución carcelaria. Un lugar
que se recorta ya no solamente sobre la urgencia de calmar los ánimos de un interno en crisis, sino que ahora existe
un espacio en el que el interno puede decir acerca de su sufrimiento. Se trata de un espacio en el que en forma
interdisciplinaria y desde distintos abordajes clínicos se propone la asistencia y contención de sujetos privados de
libertad. Surge inevitablemente el interrogante ¿es posible el tratamiento de un sujeto dentro de un contexto
carcelario? ¿Cuál es nuestro posicionamiento a la hora de emprender nuestra labor cotidiana? En cuanto al lugar de
la Salud Mental en la institución carcelaria, podría_definirse atendiendo a las funciones que cumple el Equipo de
Salud_Mental. Estas son la orientación y la asistencia psicológica y psiquiátrica, en el marco de la interdisciplina.
Dichas funciones se encauzan a través de cuatro vías de demanda:

 Demanda espontánea del interno.

 Demanda del Personal del Servicio Penitenciario.


 Derivación por interconsulta de Departamentos afines al Servicio de Salud Mental:

 Departamento Técnico Criminológico, Grupo de Admisión y Sequimiento, médicos,

 Pabellón 1 (Adicciones)

 Solicitud por Oficio Judicial.

Somos llamados por los jueces a brindar tratamiento psicológico para tratar las falencias de un sujeto que el DTC ha
dictaminado en sus evaluaciones, somos llamados por personal del servicio penitenciario porque alguien dice que se
va matar o lastimar algo muy común en ese contexto, o porque le preocupan las conductas o actitudes de algún
sujeto.

Que hacemos nosotros? Escuchar los pedidos de consulta, escuchar al sujeto que llega a la consulta, abriendo paso
entre los múltiples discursos que atraviesan al sujeto, o mejor dicho que atraviesan la demanda.

Como llega el sujeto al servicio?

Nos llegan a consulta sujetos que no saben ni porque vienen ni quienes somos, pero si el juez lo dice ellos vienen.
Nos llegan sujetos que vienen con la creencia de que asistir a tratamiento será un punto ventajoso a la hora de
solicitar algún beneficio. También se acercan sujetos en forma espontánea o a través de la sugerencia de alguien,
con la sensación de que algo no anda bien. En los primeros casos, escuchamos, preguntamos, se trabaja en relación a
la demanda, pero en la mayoría de los casos, el pedido de consulta, cae por su propio peso. En el último caso, donde
se vislumbra algún tipo de demanda, donde algo del orden del sufrimiento hace cuestión, se inicia un tratamiento.

La idea es prestar un servicio a la población carcelaria, y ese es un trabajo que nos tomamos día a día para que se
entienda de esa manera. Es para el sujeto que consulta, a él es a quien se escucha y es él quien inicia un tratamiento
y no el sistema penal con todas sus aristas. Se trabaja sobre esto en cada movimiento que hacemos. Con los
guardias, con los internos, al responder un oficio, en dialogo con los demás profesionales, con el Servicio Penitenc.

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