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PRÓLOGO
-:
Al abordar el altísimo tema de este ,ensayo, lo hago
con la cabal conciencia de la re.sPQ.ns4bJtidadque asu-
mo, y de la escasez de medios .a mialcence para sos-
Fu..OSOF'A , Ienerla; pero hace rato que. siento 'imperativamente la
VLETFfAS necesidad de aclarar mis' puntos de viSta sobre la gran
pasión de mi vida;' la Pdesia.
Comprendo que mi bagaje filosófico es lamentable-
mente escaso y mi erudición rudimentaria, y pido por
ello humildemente disculpas, sin reticencias de nin-
guna clase, a los cultos lectores que lo advertirán de
inmediato. He tratado de suplir esas faltas con fervor
y meditando ahincadamente sobre cada uno de los
temas que me propuse.
Es posible que este método me conduzca más de
fina vez a descubrir la pólvora de nuevo. Sonría el
lector si quisiere, que yo me sentiré orgulloso si alcan-
zo a coincidir en mis titubeos de bisoño con los ha-
llazgos de cualquier maestro.
IMPRESO EN LA ARGENTINA No pretendo reclamar la paternidad de una sola de
Queda hecho el depósito que pre. las ideas expuestas en este libro: todo lo que de él me
viene la -ley. © 1959, Editorial
Sudamericana So'CiedadAnónima, pertenece es el confuso conjukto y el. ansia de su es-
calle Alsina 500, Buenos Aires. clarecimiento, .
F- 101397
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VARIACIONES SOBRE LA POEsíA
lo mismo había sucedido, con todos sus detaIIes idén- mente en su canto. " '
ticos, en un tiempo anterior. La percepción, que pre-
cede, a la conciencia de la misma percepción, nos la
presenta ya como un recuerdo. Si. Esto había sucedido
antes. Lo que no sospechamos es que ese antes corres-
ponde a una fracción pequeñísima de segundo.
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De igual manera lo que el poeta revela en el mo-
mento mismo de la creación, que para el lector co-
rresponde al de la lectura, estaba ya en el propio lec-
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tor mientras leía los versos antes de captar la integri-
dad de su sentido. De ahí la posibilidad del goce
al; estético: el lector "crea" en la misma medida que el
poeta. .Este posee el don mágico de comunicarIe un
creacionismo inducido, de prestarIe su varita de vir-
tudes para obrar prodigios. Si no fuera así, la crea-
ción del poeta, carecería de sentido, tanto como el
mundo de Dios si no lo hubiera dotado de criaturas
conscientes qu~ .se gozaran de él.
Se me podrá argun1entar que con esto de la crea-
ción poética sufrimos la misma alucinación del gallo '
que cree hacer salir el sol con su cauto. Nada de eso.
El sol saldría lo mismo aunque todos los gallos se
quedaran afónicos (si bien hay que reconocer que' los
amaneceres campesinos perderían esa dulce concavidad
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PEqUENAS VARIACIONES
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la libertad del Ensueño.
-La rasa de papel, entonces ... Estaba bien el lema de Leonardo para. su arte:
-¡No! la rosa de papel tiene también su subs- "Obstinado rigor." Pero se me ocurre insuficiente:
tancia y no por falsa deja de contaminar la forma. falta la alegría; esa poderosa alegría que el obsti-
Yo aspiro a producir la forma perfecta, sin nada nado rigor obtiene del fondo de la perfecta deses-
detrás que la sustente, algo como el hueco que pudo peración. ' '
dejar la rosa en el aire quieto. . .
Lo artificial. - ¡Qué hermosas violetas!
-¡Todo eso es vanIdad! -repuso el segundo
-Son artificiales -dijo con sonriente humildad
jardinero_o ¿Para qué sirven las formas? Mi ideal,
la plantita-; ¡yo misma las hice!
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SU UBICACIóN
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Para ubicar a la: poesía entre las otras actividades
humanas es conveniente empezar por ver el puesto
1:' característico que ocupa entre las artes y la esencial
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diferencia que hace de ella algo aparte del grupo.
Al hablar colectivamente de "las artes" se incurre
involuntariamente en una deformación que encuentra.
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,I su expresión en el hecho gramatical del cambio de
género: mientras cada arte es individualmente mascu-
lino, "el arte", todos juntos adquieren, nadie sabe por
qué, propiedades femeninas y se transforman en "las
artes". Esto, que puede ser casual, y puede no seda,
debe ponernos sobre aviso acerca de los peligros de
las generalizaciones. ¿Son las distintas artes a manera
de idiomas extraños entre sí que se proponen comu-
nicar una misma idea? ¿Expresan, por el contrario,
contenidos parciales que, según las teorías del arte
total de Wagner, sería necesario reunir en un haz?
¿O representan distintos mensajes, provenientes de
zonas espirituales no comunicables entre sí?
Si la respuesta que cupiera a la primera pregunta
22
VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
SU UBICACIÓN 23
fuese afirmativa, tendrían razón todos los que han
intentado la "traducción" musical de un cuadro o la El arquitecto sentimental o deelamatorio lo es por-
versión pictórica de un po~ma. El valor estéticamente que se pr~pone serlo, y' bien en contra de la esencia
mediocre de todas esas tentativas condena irremisible_ de su arte, el más libre tal vez de elementos ajenos a
mente el supuesto. 'Esta opinión que sostengo no es su propia naturaleza. Al arquitecto le basta con some-
nueva. Ya en 1766 Gotthold Ephraim Lessing en su terse a la necesidad creada por la adecuación armónica
"Laocoonte" nos deda algo al respecto. La "traduc_ de los volúmenes para cumplir con su misión.
cíón" de un arte a otro es algo tan sin sentido como La música, esa arquitectura en el tiempo, goza de
la "traducción" del perfume del jazmín al perfume de idénticos privilegios. En la música que se ha dado en
la violeta. El hecho de 'que los dos sean perfumes no llamar "pura", y que es en verdad la única música,
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supone que entre ambos exista, una equivalencia. Para
contestar a la segunda pregunta basta con comparar
el creador, llámese Bach, o César Franck, o Igor Stra-
winsky, no necesita para nada recurrir a elementos
extramusicales para cumplir sus funciones.
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el resultado obtenido mediante la laboriosa colabora_
En la pintura y su corpórea hermana la escultura,
'~ ,\.' ción entre una premeditada escenografía, una indi-
'i¡ gesta poesía mitológico-filosófica y una bellísima mú- ya nace una dificultad: la representación de "cosas"
(.
sica en las óperas de Ricardo Wagner, con un simple y, lo que es más grave, de m.erpos humanos, inclina
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adagio de Juan Sebastián Bach o un soneto de Lope al artista que no sepa vencer las tentaciones de la faci-
de Vega. Las diversas, artes, no sólo no se integran, lidad, hacia el socorrido escape de los psicologismos,
sino que se estorban mutuamente. Todo intento de de lo anecdótico, de 10 circunstancial, desviándolo de
"colaboración" da nacimiento a un híbrido en el me- los valores permanentes, que son los únicos que deben
jor de los casos. Y ninguna, entre todas las artes, interesarle. Pero así y todo los elementos en que se
sufre más con esos contactos qU,ela poesía. Las artes apoyan para su expresión, forma y color, están en sí
plásticas la reducen a comentarios de una ilustración, limpios de segundas intenciones y su hábil manejo
Y la música la transforma en Ópera" en la que morirá puede Iibrarles de esos peligros que he señalado.
el sentido de sus palabras, ahogadas entre las afixian_ La poesía, en cambio, tiene un solo medio de co-
tes ~spirales de la melodía. E$tablecido así el carácter municación: la palabra. ¿Habrá algo más equívoco,
individual, inintercambiab1e, de las diversas artes, vea- más mal intencionado, más resbaladizo e inasible que
mos una fatalidad que hace de la Poesía algo total- la palabra? Tiene su vida 'propia, irreductible, que es-
mente distinto de sus otras· hermanas. capa reiteradamente a todos los intentos de seducción,
y tiene los dobles y triples y cuádruples sentidos que
24 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
6~
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2.6 VARIACIONES 'SOBRE LA POESÍA
,SU UBICACIÓN 27
prende a la totalidad' del cosmos, del mismo modo
que en cada gota de agua de mar están compendiados sos de la filosofía terminan por chapotear en los fan-
todos los elementos que forman el océano. gosos charcos del "buen sentido", que es la más torpe,
No es una respuesta, sino una evidenciación. No pero no la menos filosófica de las filosofías.
contesta, se limita a decir: Es que el hombre no puede ignorar, aunque volun-
-Así. ' tariamente se lo proponga, sus propias necesidades,
Pero hay algo más profundo que diferencia a la porque ellas solas se encargan de hacerse presentes.
poesía de estas otras capitales manifestaciones del es- Pero la poesía, repito, no obedece a ninguna necesi-
píritu. y es que, mientras tanto la ciencia, como la dad esencial del hombre; tiene un carácter de actividad
filosofía y la religión, son el fruto de "necesidades" lujosa, y por lo tanto un valor más alto. El hombre
imprescindibles para el hombre, que no puede des- puede prescindir de ella, y lo tremendo de su destino
entenderse de sus interrogantes y que de alguna ma- consiste en que es ella la que no puede prescindir del
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nera debe responderlas porque la vida es inexorable hombre.
~ Conviene no olvidar lo que ha dicho Max Scheler:
con quienes no lo hacen, la poesía no es, en verdad,
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una "necesidad" del espíritu. "la corriente de las fuerzas y las causas, única quCl
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El anhelo de belleza tal vez lo sea, pero ese anhelo puede poner la existencia y los modos accidentales de
~:: I responde a una necesidad casi física de orden rítmico. ser, no corre, en este mundo que habitamos, de arriba
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La belleza, en resumidas cuentas, es sólo una cuestión abajo, sino de abajo arriba."
de higiene y de economía, y está muy lejos de Cons- A medida que ascendemos en la escala de los va-
tituir la esencia o el objeto de la poesía, de la que no lores espirituales, los vamos hallando más desvalidos,
es sino un circunstancial derivado. más necesitados del apoyo vital que pueda darles nues-
El hombre que pretende vivir liberado de toda pre- tro ser físico. La poesía, que resplandece para mí
Ocupación religiosa sólo consigue recaer en la supers- como la forma mas elevada e inalcanzable del espíritu,
tición, que es una forma más antigua y menos evo- es natural que aparezca, desde el punto de vista de la
, lucionada de religión. El que menosprecia a la ciencia, "necesidad", arraigada en nosotros, y no nosotros en
a la medicina, pondré por ejemplo, se atiene a las ella. El hombre puede prescindir de la poesía, como
prácticas caseras, resultado también de una ciencia la tierra puede prescindir de la vegetación, o la
empírica y poco sistematizada, pero ciencia al fin. los hierba de ser pacida, o el cordero de ser devorado por
,que se proponen soslayar los problemas más imperio- el hombre. A" medida que avanzamos de "abajo arri-
ba",hallamos más desvalido al ser, más lleno de corn-
,,1
28 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
SU U13ICACIÓN 29
plejas necesidades que deben ser llenadas en el mismo
sentido "de abajo arriba", tal como suben desde las porque la expresión escrita es una auténtica necesidad
raíces las corrientes· de savia vivificadora para que la humana de intercomunicación, Lo mismo sería ridícu-
fIor pueda abrirse. lo pretender negar la semántica o historia del lenguaje.
A lo que estoy negando historicidad es a la poesía,
Conviene que el poeta no olvide que su alma des.
que resulta idéntica a sí misma desde el primer poeta
empeña el papel glorioso pero humilde de soporte,
de suelo nutricio de la poesía. El que pretenda regirIa hasta nuestros días.
Por eso, en el Juicio Final, todos los poetas se re-
y no ser regido por eIIa caerá en la torpe condición
conocerán como contemporáneos, yeso servirá para
de "literato". Será corno el falso sacerdote que pre.
distinguidos de los otros; todos hablarán un solo idio-
tende dictar normas a su Dios, y .aun correrá el r~esgo
de convertirse en esa COsaabominable que es un teó. ma, el' de la poesía, castamente desnuda, desceñida al
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logo ateo. fin de la equívoca vestidura de las palabras.
y se comprenderá claramente por qué ella no pudo
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Esta relación entre la poesía y el hombre, en la que
éste sirve a una' necesidad -que no es _suya, encierra
tener historia, como no puede tenería la eternidad,
\ 1', que es su patria; ni la inmortalidad, que es su vida.
~ ~1Uaconsecuencia en cierto modo inesperada. Las ne-
r~ cesidades del hombre varían con el clima, la configu.
1::1 ración del suelo, los supuestos económicos, y aun con
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el simple correr del tiempo. La sistematización de esos
cambios de la necesidad es lo que llamamos historia.
Por eso podemos hablar de una historia de la religión,
y aun de una historia de la historia, comprendiendo
como tales la sucesión de formas con que el hombre
ha ido adecuando sus necesidades en esos diversos
planos, a las realidades del ambiente. No podemos,
en cambio, hablar de una historia de la poesía sin
falsear el sentido de ambas palabras, porque 10 que
no responde a una necesidad no puede tener historia.
Entiéndase bien 10 que quiero decir: se puede muy
legítimamente hablar de una historia de la literatura,
III
POESIA y EXPERIENCIA
hora muy rara, del centro de ellos se eleve la primera POESÍA Y EXPERIENCIA 35
palabra de un verso." Es necesario, pues, que empecemos por olvidar,
Este final es el que da la validez al comienzo, así para adquirir la totalidad del recuerdo como cosa pro-
como es en el reverso, y no en el anverso, donde se pia; para que la experiencia pierda su lado del no-yo,
suele indicar el valor de una moneda. es decir para que deje de ser experiencia.
Hay que saber olvidar los recuerdos, es decir las Cuando, transfigurada en recuerdo, surja de nuevo
experiencias, puesto que de ellas sólo nos quedan re- en nuestro espíritu, aparecerá como siendo ya parte
cuerdos, que son como sus fantasmas. Pero la poesía del mismo espíritu y habiendo adquirido la movilidad
no opera con sombras, sino con realidades. Es nece- necesaria para suscitar la síntesis creadora.
sario digerir la experiencia, evaporada en recuerdos, "Hasta que no se conviertan en nosotros, sangre,
desintegrarla, impregnada del propio ser, asimilada mirada, gesto." Es interesante recapacitar sobre el sen-
1:" a su propia substancia, como hace la futura madre Con tido de la palabra "mirada" en esta frase, porque ella
, rb,~~ los alimentos, antes de poder crear con ellos a su hijo. puede aclarar notablemente 10 que estoy queriendo
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/1 .• ¿Por qué es necesario -imprescindible, dirla yo- decir.
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~:~!¡l· olvidar previamente los recuerdos, antes de que su "Sangre, mirada, gesto. " .Ya la tenemos más enfo-
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/.)
contenido adquiera posibilidades poéticas? Según Ad- cada; es muy sugestiva la trinidad. la sangre, que ha
ler, nuestra memoria está condicionada por lo que él sido llamada "el medio interior", es como el íntimo
llama nuestro "estilo de vida". Recordamos solamente mar en cuyas ondas flota nuestro ser. El alma se nos
aquello que favorece su desarrollo, tendemos a olvi- va junto con ella. Entre sus sales lleva disueltos los
dar lo que lo contraría. La experiencia es indiferente secretos humores que disponen nuestro temperamento.
a nuestro estilo de vida. Tropezamos ciegamente con El . odio, el amor, el miedo, circulan en verdad por
ella. Es menester que sus datos se sumerjan en las nuestras venas. Y el gesto; lo que brota de nosotros
aguas lustrales del olvido para que de ellas sólo surjan hacia fuera, el intento de proyección de nuestra limi-
"nuestros" recuerdos, los que están a tono con nues- tación hacia 10 infinito, lo que el no-yo puede tener
tro ritmo. la experiencia, resultado del contacto prima- como experiencia de nuestro yo.
rio entre el yo y el no-yo, encierra siempre un elemento y en el medio de ambos: de nuestro interior y su
extraño a nuestro ser íntimo, y la poesía no puede con- manifestación, entre la sangre y el gesto: la mirada.'
tener nada ajeno a nuestra propia esencia individual. la mirada es la más espiritual de las puertas de en-
Justamente en eso reside el valor de su universalidad. trada de la experiencia que avanza por ella vestida
de luz; pero no es en ese sentido que ha pensado en
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36 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
POEsíA y EXPERIF,NCIA 37
ella Rilke. Veamos: "es necesario que los recuerdos
nismo debe eliminar si no quiere perjudicar su salud.
se hagan mirada". Es decir que miremos por ellos, a
la experiencia directa tiene el carácter de dureza y
través de ellos, que la experiencia no hiera cruelmen-
falta de maleabilidad de lo inorgánico, frente a la sor-
te a nuestro espíritu, sino que le llegue a través de
prendente capacidad proteíforrne de 10 poético. Para
los recuerdos, que ya son superación, y en cierto sen-
adquirir tan alta categoría, la experiencia debe tam-
tido, negación de experiencia. Que la mirada no sea
bién perder su propia naturaleza elemental y someter
solamente de afuera hacia adentro, sino también de
su azar al alto rigor de la poesía.
adentro hacia afuera, que proyectemos los recuerdos
, En la experiencia el azar se nos presenta al estado
sobre las cosas, que creemos en la misma medida en
que vemos. selvático, contradictorio y muchas veces absurdo; pero
el espíritu ha encontrado dos formas de someter el
1..,'1 y aun esto no basta. Hay que esperar "hasta que
azar a un equilibrio perfecto: la Geometría y la Poe-
l'
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l' .
r~:~ los recuerdos no tengan nombre y no se los distinga
de nosotros mismos", hasta que sean totalmente "yo",
sía. En verdad, en ninguna de las dos el azar está
eliminado, pero en las dos está humanizado en su
¡tI; ¡( perdido ya en el intrincado proceso de asimilación
propio equilibrio. la diferencia entre ambas consiste
1'
\
\ ~;
'(¡!i hasta el último asomo de experiencia. Vemos entonces
I en que en la Geometría está cristalizado en un equi-
~ justificarse lo que decía al principio: la poesía es algo
librio estático, mientras que en la Poesía es esencial- .
JI 11 t que está en nuestro espíritu y que no ha entrado por
r mente dinámico.
las puertas de los' sentidos porque sólo en él puede
originarse. Pero me estoy alejando de mi asunto. Decía que la
experiencia que no ha perdido su carácter de tal, y que
Ahora conviene dar otro paso y asegurar que la
aparece introducida en el cuerpo de la poesía, ocasio-
experiencia directa, cruda, es. esencialmente antipoé-
na en ella las mismas alteraciones que el cálculo en
tica. la vida se vale para sus menesteres de elementos
el cuerpo viviente. Sus agudas aristas, sus implaca-
inorgánicos; no podría ser de otro modo. Pero sólo
bles vértices, laceran con su incapacidad de cambio
los acepta condicionándolos a sus propi¡¡s necesidades,
los libres movimientos de sus miembros.
c¡¡mbiilndo su estructura, para darles esa plasticidad
Para el espíritu sensible al encanto poético, el ha-
inherente a 10 vital. Todo elemento inorgánico' que
llazgo de elementos de experiencias directas, no asi-
persista en su condición de inorgánico en el seno de
miladas por una serie de sucesivos .olvidos, en una
un organismo perjudica su economía. Forma en él un
poesía, produce un desagrado semejante al que oca-
algo extraño, un cálculo, una impureza que e~ orga-
sionaría un trocito de estiércol en la corola de una
\. o',
38 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
.
POEsíA y EXPERIENCIA , 39
flor. No es que la flor no esté integrada por los mis-
mos elementos, ya que es como su misma justificación; pero cierto, de inmoralidad, La experiencia que in-
pero resalta aun más la ignominia de los que no se tenta hacerse pasar por poesía es una especie de estafa,
han purificado en el fervor de recónditas fermenta_ de apropiación de lo ajeno, o más exactamente aun,
ciones, en la lenta asimilación a través de la ávida un intento de poner en circulación billetes falsos. La
ceguera de las raíces, en la imperiosa llamada de la risa aparece entonces con todo su carácter de sanción,
luz solar. y la comicidad impide que la emoción poética que
Además, fuera de esa impresión de desagrado, la pudiera haber en el resto del poema se manifieste.
experiencia introducida en el ámbito de 10 poético El tremendo peligro de la Poesía consiste precisa-
provoca siempre la risa. ¿Cuál es el carácter de comi- mente en que siendo su imprescindible vehículo las
cidad que se le puede atribuir? palabras, que son como huellas dejadas en el idio-
~
ma por las experiencias, al menor descuido del que
"
~1~
.1
Para Bergson, es condición fundamental de 10 có-
/l/-e-'
mico la aparición de lo mecánico en el seno de lo las maneja rompen la sutil arquitectura de ecos y re-
I~
" 1; ¡., vital. La comicidad no sería provocada tanto por esa sonancias y retornan a lo cerril de su origen.
I 1,
~11t;~~ degradación de lo vital a lo mecánico cuanto por la Además, la tensión poética, que es máxima para
'\·~I
necesidad de una "sanción" contra la misma, que en- los no acostumbrados a soportada, hace aparecer como
cuentra su expresión en la risa. un descanso el descenso al sentimentalismo y a la
Ahora bien; la misma relación que existe entre lo anécdota que supone la expresión literaria de la ex-
mecánico y 10 vital, la encontramos entre lo experi- periencia.
mental y 10 poético. El torpe acaecer de la experiencia Es que la poesía no es entretenimiento, sino milicia.
simple actúa como un mecanismo inmensamente como El más viril entre todos los ejercicios a que pueda
plicado, de fatalidad a veces imprevisible, pero siern, entregarse el hombre.
pre indudable. La Poesía, que es la forma más alta
hacia la que tiende la vida, su justificación y su in-
mortalidad, tiene que contrastar forzosamente con el
carácter mecánico, no creador, de la experiencia. .
Además, la experiencia es, por definición, "lo dado".
La Poesía, en cambio, lo que "tenemos que dar". Por
lo tanto, su confusión encierra, un principio, suhl
ri
PEQUEÑAS VARIACIONES
I.Ií Ritmo. - Malo es que el poeta se preocupe del rit- Aristarcos. - Reprocharle a la nube que no sea una
r&~~ mo. Cuando la respiración empieza a constituir un piedra. Increpar al jabalí porque no se comporta
I'él problema, algo anda mal dentro del pecho.
como un lirio de los valles: no es menester mucho
11"
,ri M más ingenio para adquirir .fama de terrible Aris-
I¡\ 1, De la crítica. - Aprenda el crítico de la trucha a
I ·~I~
I~;~{
nadar hacia la' fuente, sin dejarse seducir ni por la
tarco.
frescura, ni por la transparencia, ni por la fuerza Humo. - Sólo es un copito de humo que dispersa el
de las aguas. Sólo una vez que encuentre el manan- aire frío de la noche .. iY pensar que su intención
tial habrá ganado el derecho a la placidez de de- era mostrarle cómo es el fuego a las ardientes es-
jarse arrastrar por la musicalidad de las aguas des-
cendentes. trellas !
.1
, .
IV
,) SU OBJETO
," " ,
46 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA SU OBJETO 47
nados sentidos; el comerciante, una/posibilidad de lu- mas. En la labor de un ser humano, frente, a la im-
cro; el físico, una armoniosa combinación de energías. posibilidad absoluta de una 'salvación total,es menes-
electrónicas; el rústico, el material para una empaliza- ter señalar cuáles son las cosas que merecen ser preser-
da o una puerta; el metafísico, una suma de sensa- vadas y cuáles abandonadas a su destino de evanescen-
ciones, " Podría continuar así casi indefinidamente: te disolución. Y aquí el poeta realiza una labor tras-
es necesario que aparezca el poeta para despejar de ese cendente, aquí se justifica a sí mismo o se pierde sin
trozo de realidad todo lo superfluo, lo accesorio y lo remedio.
convencional y descubrir en él a la madera, con las ,Porque notemos que ese proceso de identificación
calmas oleadas de sus vetas, con el honrado olor de su de la cosa consigo misma no se logra sino de una
substancia; a la madera: madera, manera; y es arrebatando del torrente de 10 circuns-
No es empresa fácil lograda: debe luchar contra tancial, es decir, de 10 temporal a la cosa, la que
,~ la acumulación de lo circunstancial que los hombres en el momento mismo de la autoidentificación se in-
JI~\.~
u.~
1,
pusieron sobre cada substancia como si no pudieran mortaliza, alcanza el plano de lo eterno.
resistir el contacto directo de las esencias, De qué mé- Por eso he sostenido que la poesía no tiene his-
1,'/" : ¡,¡ todos se valga para logrado no es el objeto de mi in- toria, aunque puedan tenerla las formas poéticas. La
'II(;;~ dagación ahora, pero la Poesía se alcanzará solamente poesía no tiene historia, porque es el camino de acceso
~,II
a la eternidad, que está poblada, no por las abstrac-
,II
'" cuando cada lector desprevenido tenga la evidencia de
ciones de las ideas platónicas, asépticos modelos, som-
esa desnudez, la certidumbre de hallarse cara a cara
f L,
con la intimidad del mundo. bras de sombras de proyectos, sino por las operantes
En el caos de lo accesorio, de 10 adjetivo, de lo vivencias más cargadas de pasión, que alcanzan la eter-
prescindible; la labor de identificar cada substancia nidad, no a fuerza de abstractas renunciaciones, sino
consigo misma equivale a su creación o por lo menos por el acendrado calor humano que las alienta y las
a su rescate del limbo de lo inexistente. hace trascendentes.
Pero hay algo más importante, si no desde el pun- Este servir de cauce al tiempo -mejor de delta-
to de vista puramente teórico, desde el humano, y para que desemboque en la eternidad, ya es función
es la selección de las cosas que deben ser salvadas. poética. Que por aquí podría parecer identificada a
Porque sólo en una mente infinita, en el seno de la Mística.
Dios, cabe la posibilidad de una salvación simultánea Pero el místico es más impaciente, y aunque esto
de cada átomo y de cada instante idénticos a sí mis- parezca contradictorio, más asido a sí mismo que el
48 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
49
SU OBJETO
poeta. El místico sueña con la identificación, con "su"
un estado de conciencia en .el que la memoria res-
identificación con la divinidad. Tiende al rapto en el
plandece. La eternidad no es sino la memoria infinita.
que su ser se sume al Ser Divino: "Vivo sin vivir en
Por eso muerte y olvido son dos nombres de una
mí - y tan alta vida espero - que' muero porque
misma imposibilidad siempre en acecho de la certidum-
no muero." Por una escala de perfeccionamiento, eso
bre de la pasión.
sí, pero con desprendimiento de la realidad que le
rodea. El hombre es mortal, porque es olvidadizo, pero hay
algo en él que clama por la perennidad, hay algo que
El poeta busca demorarse, porque sabe que en cada
no se resigna a perecer, y es la pasión. Los instantes
momento de su demora está "ya" presente la eterni-
más cargados de potencial de pasión comienzan por
dad, y más que sumergirse él en el seno de Dios,
pervivir más lúcidamente en nuestra memoria, por ser
persigue la atomística justificación de cada cosa de
I!,! por sí, Sabe que la totalidad habita en cada una de las
más "presentes", más actuales o actuantes. Y la poesía
·•.0, ha nacido de ese anhelo, de ese fervor de perpetuidad.
I~'~,.': partes, o mejor dicho, presiente que esa división en-
I ~f.~ La pasión se reconoce porque en su ámbito también
'1' tre "todo" y' "partes" es artificiosa y causada por s1:1
1,: I\f i el tiempo se identifica consigo mismo, se descubre su
'\ ineludible unicidad. El místico en trance se desase de
I¡ Iff~ propia substancia y reconoce en ella la culpa de 10
¡~II: las cosas que lo rodean y simbólicamente pierde con-
~,; eterno. Fijar esa fugacidad, anular el olvido, acuñar
tacto con el suelo por levitación; el poeta, en cambio,
·1 LI: la pasión: ese es el auténtico, el verdadero objeto de
,1
.., ~,'¡"'------
66 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA LA ADJETIVACIÓN 67
pio era el verbo" (naturalmente, el verbo-substantivo, prender al lector incauto, como cuando compara a la:
puesto que "era"). Las demás partes de la oración, luna nueva con una hoz, con un recorte de uña o
excluyendo al pronombre, que es un substantivo que con la cornamenta de un vacuno.
viaja de incógnito, y a la interjección, que es una: Siempre se cae en la misma redundancia empo-
oración nonata, son simplemente apoéticas, indiferen- brecedora. Otras veces el adjetivador trata de contra-
tes, aunque, como veremos dentro de pocos renglones, bandear su indigencia mediante el empleo de adjeti-
su carácter neutro no excluye la posibilidad de su em- vos poco conocidos, de arcaico regusto cuando el poeta
pleo como muy importante resorte en el mecanismo aspira a ser tenido por tradicionalista; de inusitada so-
poético. noridad de neologismo cuando su autor pretende mar-
El carácter antipoético del adjetivo no significa que char a la vanguardia. La poesía, con juvenil burla,
su uso en un verso borre definitivamente a la poesía huye por igual de ambos ingehuos que pretenden
que pudo estar contenida en el mismo.. Pero sí que el seducida con sus vidrios de colores,
poeta debe tener en cuenta su calidad negativa, su Y, sin embargo, esta adjetivación redundante puede
condición de agujero que hay que tapar. El adjetivo alcanzar verdadera categoría poética cuando la am-
exige un "plus" poético que 10 colme, y bajo este bición la guía. Recordaré como ejemplo máximo a
aspecto su función puede ser importante. la "luna lunera", de una delicada ronda infantil. Lo
r.,
Aunque siento un sagrado terror hacia las clasifi- eficaz de este adjetivo radica en su audacia. No trata
ti
'~II caciones sistemáticas por 10 que ellas encierran de limi- de hacer resaltar los caracteres de la luna, ineludi-
tación que pretende abarcar 10 ilimitado, me voy a per- blernente unidos a ella, como si dijéramos "luna soli-
mitir esbozar un cuadro de las adjetivaciones más taria" o "melancólica luna", sino que la toma, en
corrientes en la poesía, que se podrían reducir a tres toda integridad, con todos sus atributos, y no encon-
tipos: la redundante, la complementaria y la meta- trando mejor punto de referencia para fijar en él su
fórica. Trataré de justificadas. emoción creadora, la revierte sobre la propia luna,
La adjetivación redundante consiste en añadir a un comparándola en genial atrevimiento consigo misma.
substantivo un adjetivo que ya estaba implícito en Y al duplicada paralelamente -luna lunera- lo-
él, como cuando se dice el frío invierno o el salado gra como en la doble imagen del estereoscopio un
mar. El carácter de pura síntesis a que la poesía tiende relieve de pasmo. .
se opone naturalmente a toda tautología. A veces este Claro que esto ya es algo más q~e una simple te-
tipo de adjetivación se disfraza de metáfora para sor- dundancia, del mismo modo que la creación, aunque
68 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA LA ADJETWACIÓN 69
brotada de la mente del Creador, no es un duplicado de un elemento único de expresión poética. Citaré
de El mismo. Pero el asombroso truco del anónimo. como ejemplo este diáfano verso de Antonio Machado:
poeta es de difícil si no de imposible repetición.
En la adjetivación complementaria se aclara una cua- ¡El muro blanco y el ciprés erguido!
lidad que no tenía por qué estar forzosamente implí- Blanco y erguido no están aquí completamentando
cita en el substantivo. Es una especie de apéndice a muro y a ciprés, ni menos aun están como agre-
aclaratorio, por ejemplo: rama verde, marea alta; gados: los están individualizando, haciendo que sean
cuando no es la fe de erratas que corrige y anula "ellos mismos". Ya no se trata de un muro indife-
lo que el substantivo decía: mirada ciega, valor nulo, renciado, ni de un muro blanco cualquiera; es "aquel"
etc. Aun cuando este tipo de adjetivación es muchas muro blanco a quien el ciprés, justamente erguido,
veces inevitable, el substantivo aparece con su ayuda distingue ya para toda la eternidad.
como el cojo con sus muletas: las necesita para andar, Fijémonos de paso en este otro fenómeno singular:
pero sería preferible eliminar la renguera. la partícula "y" es de esas partes de la oración a
Por obedecer a una necesidad, pero a una necesi- que antes me refería, aparentemente desprovistas de
dad molesta y no esencial, el empleo adecuado o no de todo sentido poético. Pero es la que en este caso, al
estos adjetivos puede servimos para conocer la cali- unir al muro blanco "y" al ciprés erguido, actúa en
dad de un escritor. El falso poeta insiste en utilizar- su catalítica pequeñez y fuerza a todas estas palabras
los, etimológicamente, como agregados, a manera de de simple inexpresividad en su aislamiento, a contener
rellenos que colmen los vacíos expresivos como em- para siempre la emoción poética que suscita un viejo
balaje del ritmo o paragolpes de la rima vecina. Sólo rincón de cementerio provinciano, donde descansa un
ve en ellos un ornamento, una especie de lucientes ser querido.
tapices con los que disimular la ausencia de las pa- La tercera clase de adjetivación es la que he lla-
redes. El poeta auténtico, lejos de conferirles ese falso mado metafórica y aparece en último lugar no arbi-
valor, les fuerza a compenetrarse COlI el substantivo trariamente, sino porque en: cada estadio de esta cla-
hasta formar con él un todo continuo e indivisible, sificaci6n el adjetivo se vuelve más operante frente al
de tal modo que en rigor ya no se pueda seguir substantivo. El primero implicaba redundancia porque
hablando de adjectus, no porque se haya substantiva- insistía en algo ya manifiesto en él, el segundo era
do, como diría un gramático, sino porque habiendo complementario, es decir añadía algo al substantivo,
sido atrapado por su órbita, ha pasado a formar parte pero sin penetrar aún en su propio núcleo. El adjetivo
L~ AD]J,lTI,VAOIÓN , 7l
, '
70 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
en el que la muerte incluí da en la imagen del polvo
metafórico está en absoluta independencia frente al se ve de pronto traspas.ada por la superviviente trans-
contenido tradicional del nombre, cuando no en abier- figuración del amor. Del amor, entiéndase bien, ernan-
ta oposición. cipado, incluso de lo vital, del amor que puede seguir
Si digo "la verde luna" estoy haciendo algo más alentando en lo inanimado del. polvo.
que completar la habitual resonancia que la, palabra ¿Alcanza el poeta a comprender la grandeza y aun
luna despierta en nosotros, pero, pese a lo insólito la gravedad ilimitada de sus hallazgos? Creo que no.
de la unión entre verde y luna, no estoy diciendo Las fuerzas que libera, como las que maneja ya lá
algo que no sea poéticamente verificable. Al emplear ciencia, son incomparablemente mayores que su propia
la palabra verde en su sentido de opuesto, a maduro, fuerza individual. Además, su misión no es tanto la
la verde luna, la luna en agraz, recién brotada, le de co'mprender él como la de hacer comprensibles las
confiero una calidad de frutal juventud, un sentido cosas a los otros. En este caso, el choque que se pro-
¡
de cosa orgánica, viviente y colmada de promesas duce al encontrarse dos palabras como "polvo" y "ena-
e que de ningún modo estaba comprendido en la palabra morado" determina repercusiones que quien 10 pro-
luna y que en su ecoáomía de medios expresivos supe-
vocó no pudo prever.
~:¡ ra el valor de reveÜción de una metáfora completa. y aquí es otra vez la simplicísima, la en apariencia
Porque en realidad cuando digo "verde luna" me inocente partícula "mas" la que actúa coma detonante
~(
,;
estoy refiriendo a una comparación entre la luna y para producir la unión explosiva entre los términos
una fruta y presupongo todo su proceso de madurez, de comparación, porque obsérvese que el verso co-
pero al permanecer tácitos todos estos elementos in- mienza marcando de un' modo definitivo' el carácter
termedios, su fuerza expresiva queda en potencia como mortal del "polvo serán", el fin inevitable de nues-
un resorte comprimido entre la aparente pobreza de tros huesos, y es afirmándose en esa certidumbre
los extremos que lo contienen. Esta clase de adjetivos, donde el "mas" produce el milagro: "polvo serán,
debidamente empleados, adquieren así un tremendo
'mas' polvo .enamorado".
potencial de comunicabilidad, de "penetración" seme- Aquí ya el adjetivo no integra al substantivo, lo
jante al poder de los explosivos. Un magnífico ejem- transforma, en cierta manera lo trastrueca, cumpliendo
plo de ello, lo tenemos en el pasmoso verso de Que- así su' función metafórica, que consiste en desquiciar
vedo: las palabras para hacerlas nacer de nuevo, como en
Polvo serán, mas polvo enamorado otra acasión intentaré demostrar.
VARIACIONES SOBRE LA pOEsfA.
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VARIACIONES SOBRE LA POEsíA
cípulos: "Dejad que los muertos entierren a sus muer- En todo poema, la menor de sus palabras debe te-
tos." La carga mortal debe depositarse antes de pisar ner esa tensión de virginidad. El poeta tiene que pro-
sus limpios umbrales. Cada palabra debe despojarse de ceder, sencillamente, a la invención -de cada palabra.
su historia y regresar a su etimológico ser (éthymos: Los falsos poetas de nuestra época, conscientes de esta
Ir. verdadero) . necesidad, pero horros de capacidad creadora, han
Podría deducirse de esto que afirmo que el ejercicio recurrido al neologismo, a la inclusión de términos de
poético estuviera reservado exclusivamente pan\. 101 extrañas tecnologías, cuando no a la galvanización
conocedores del sánscrito, del griego o el hebreo, y é/ de inesperados arcaísmos. Quien aspire a merecer el
evidente que eso no es así. La deducción sería apr~· honor de llegar a ser un simple aprendiz de poeta,
surada. nunca debe considerarse suficientemente asqueado de
Lo que sucede es que también aquí la muerte es lIt manejar esas inmundicias.
salvadora aliada de la vida. En las palabras quc 1111 Si el poeta escribiera exclusivamente para sí mismo,
están definitivamente fosilízadas, perdidas para la po!' acabaría por inventarse un repertorio de símbolos par-
sía, hay un continuo proceso de desintegración, rn Ilculares que formarían un idioma inabordable para
diría de putrefacción, .en cuyo mecanismo acaso tCl8ltl ION no iniciados. Según tengo entendido, algo así es
-, -/.
78 VARIACIONES SOBRE LA -POEsíA LA METÁFORA 79
lo que intentó James Joyce en su última obra. Es se- al vivificadas, para que la poesía brote y se manifieste
guro que una poesía particular de ese tipo no tendría por sí sola, tal como irrumpe el manantial cuando la
por qué hacer uso de la metáfora. Pero no es menos perforación -que no se efectuaba en su búsqueda-
seguro que una poesía de tan bizantina perfección ca- .atraviesa la vena de agua subterránea. •
recería por completo de todo sentido. ¿Cuál es el tipo de relación entre palabra y palabra
La poesía, individualísima en su origen, es esencial- capaz de originar el milagro de la creación poética?
mente social en sus fines. Una poesía incomunicable Es la metáfora, que consiste -otra vez la etimología
se mata a sí misma, puesto que la comunicabilidad nos ayuda- en trasladar, en llevar "más allá", en de-
forma parte inseparable de su ser. finitiva en hacer trascendentes a las palabras.
Ahora bien: el poeta debe crear cada palabra en el Su función mágica no está desprovista de toda ló-
momento mismo de usada, pero' al mismo tiempo gica: lo más duro sólo puede ser labrado por su pro-
debe dar a sus lectores la clave de su procedimiento pia dureza; un diamante se pule con polvo de dia-
de invención, y no de una manera accesoria porque la mante. La exterior esclerosis de las palabras que las
poesía no tolera explicaciones al margen. El sistema aísla entre sí Iy de nuestra alma, sólo puede quebrarse
de la invención "debe" ser poético de por sí, tan poé- mutuamente: sólo una palabra puede liberar a otra
tico como la invención misma. Más aun: su funciona- palabra.
miento tiene que ser tan evidente e inadvertido a la La metáfora es más antigua que el mismo lenguaje,
1/ (l-\ vez como la respiración..
puesto que éste sólo es en definitiva un repertorio de
~'rr Es este el problema cardinal del poeta, y su solución metaforizaciones ya superadas. La misma realidad no
sólo puede lograrse si se prescinde por completo de es sino la metáfora suprema establecida entre los dos
la pedante distinción entre "forma" y "fondo", que términos irreductibles de espacio y tiempo. No es,
aparecen como dos hipóstasis poéticas, puesto que el pues, ningún descubrimiento el que estoy haciendo al
fondo "es" la adecuación de la forma. anunciar el poder creacionista de la metáfora. El Sumo
El poeta podría originariamente no tener nada que Hacedor lo conocía unas cuantas eternidades antes
decir. Le bastaría relacionar palabras sueltas, pero, eso que yo.
sí, relacionadas de tal forma que de su mutua inter- Lo único que por ahora me propongo en esta pri-
dependencia (estuve tentado de escribir: interindepen- mera aproximación al tema, es una labor puramente
dencia, y aún estoy a tiempo), que de su mutua inter- negativa; para 'que después nos entendamos mejor so-
independencia surja un sentido inédito que las aclare bre las 'metáforas auténticas, comencemos por apartar.
~11'
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86 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA MAGIA Y METÁFORA 87
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92 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA METÁFORA Y DIALÉCTICA 93
janza. Una rápida ojeada a esas diferencias, acaso me cognoscitivo. Así en numerosos, sistemas filosóficos
permita señalar más estrictamente el papel fundamen- desvinculados de toda relación con la realidad exterior,
tal de la metáfora. se pueden conseguir verdaderas maravillas de arqui-
La dialéctica es, ante todo, un mecanismo de cono- tectura lógica, sin el menor valor de conocimiento, y
cimiento, y 10 que es más importante señalar, de co- aun 'desvinculadas por completo del Mundo, lo que
nocimiento progresivo. Considerada en abstracto su mal puede extrañamos, pues lo extraordinario sería
funcionamiento puede dejar perplejos a los legos acer- que las cosas sucedieran de otro modo, y que la Rea-
ca de las posibilidades que se le asignan. Ese ir y ve- lidad de la que se había desdeñosamente prescindido,
nir de la tesis a la antítesis para alcanzar la síntesis apareciera revelada por sus negadores.
final, parecería resolverse en un ciclo cerrado que se Pero cuando la dialéctica se apoya sobre lo obje-
compensara a sí mismo, anulando el valor -positivo tivo, y se atiene a ello, es decir, cuando el proceso
I;III~I!
L, " o negativo-- de la síntesis. dialéctico, que no es sino el trasunto subjetivo de una
, ,~~ Pensemos sin embargo en un punto cualquiera del dialéctica externa de los hechos, toma a estos hechos
•.•• 11
vástago de un émbolo: por efecto de la energía que como punto de apoyo y referencia, en cada ciclo com-
recibe, ese punto sufre también un desplazamiento pleto, encontramos que el movimiento del vaivén de
alternativo, y al cumplirse un ciclo completo del vai- tesis a antítesis no ha resultado en vano, y que la
vén debería estar nuevamente en el mismo punto de síntesis supone un verdadero avance, un auténtico
partida. Y así sucede en efecto, si la máquina de que "progreso" .
forma parte funciona sin contacto alguno con el me- ;Y cada síntesis es el punto de partida perfecta-
dio que la rodea. mente adecuado de un nuevo movimiento; de ahí el
Pero ese mismísimo vaivén, aplicado sobre una bie- encadenamiento inevitable de todo proceso dialéctico.
la y transmitido sobre las ruedas que se afirman en la El conocimiento, que es la coincidencia del concepto
resistencia de un sólido, impulsan a la totalidad de (subjetivo)' con la cosa (objeto), es muy natural que
la máquina, y cuando se cumple el nuevo ciclo, el se realice por vía sintética, es decir dialéctica, puesto
punto del émbolo que consideramos se habrá despla- :1 que, ella lo es ya de por sí. El concepto (tesis). se
zado a 10 largo del camino. opone a la cosa (antítesis) y de ambos deriva el co-
De idéntica manera, la dialéctica qu~ funcionara nocimiento (síntesis).
en el vacío, sin tener en qué 'apoyarse, desempeñaría De una manera más gráfica podría decirse que las
-desempeña- su función sin lograr el menor avance pinzas dialécticas toman entre ellas al conocimiento .
••
94 VARIACIONES SOBR:E LA POEsíA METÁFORA Y DIALÉCTICA 95
Pero en la metáfora, nada de esto sucede. Observe- objetivo. En ella, el 'poeta no debe preocuparse como
mos una primera contradicción cuya importancia difí- el hombre que busca el conocimiento de la coinciden-
cilmente podrá ser exagerada: Mientras en la síntesis cia entre' su concepto subjetivo y la cosa objetiva,
dialéctica las cosas suceden según el principio de la porque si la metáfora es válida,su creación es su prq-
atracción de los contrarios, que rige al mundo físico, pio objeto. ¿Cómo va a ser la Poesía un método de
en la metáfora --extraordinaria excepción-, la atrac- conocimiento, si en ella la realidad, la cosa poética,
ción se produce entre los semejantes, y por su seme- es el resultado de su propia creación?
janza. , No. La Poesía no es conocimiento, sino deslumbra-
En efecto, la metáfora se establece relacionando, no miento, o tal vez Revelación. De ahí su carácter dog-
tanto afinidades (la afinidad, como el amor, se rige mático, porque la revelación no puede discutirse, sólo
por el principio de la atracción de los contrarios) que no usa como vehículo de difusión, ni como apoyo
,
,,~ '.
'I~I!I
I
"~I,
"
t
sino por una apetencia de identificación, que se .pre-
supone ya existente. Cuando se dice que tal cosa "es",
tal otra, y aun cuando se balbucea que esto "es como"
de su esencia, a la fe que consiste en creer en 10 que
no podemos ver, sino por el contrario, a esa deslum-
brada certidumbre que nos permite ver aquello en lo
I(II~
; aquello, no se procede a una verdadera síntesis, sino que no podíamos creer. El dogmatismo de la metá-
a revelar una certidumbre. La síntesis dialéctica des- fora no 'reside en que no "deba" ser discutida, sino
cubre, pero la metáfora inventa, por eso su potencia- en que la discusión al respecto resulta imposible, por-
lidad creacionista es toda su razón de ser. que la discusión nace en cuanto se enfrentan dos con-
Si no temiera que esto se tomara por un simple ceptos que difieren sobre un mismo objeto, y cada
juego de palabras, diría que aquí no hay un movi- uno de ellos pretende ser el valedero:' toda discusión
miento de vaivén, sino de ven ven, porque son sus dos es un conflicto entre dos subjetividades en procura del
elementos los que confluyen a un centro común. , dominio de un objeto único. Pero como en el ámbito
Las palabras en la metáfora pierden su significado de la metáfora, objeto y sujeto coinciden felizmente,
tradicional y lo adquieren inédito, recién nacido, y o se descubre esa coincidencia y la metáfora cobra
ya esta renovación de la virginidad idiomática bastaría vida y eficacia, o no se descubre y equivale a la mis-
para justificar poéticamente a la metáfora; pero su- ma nada.
cede algo de mayor importancia aun y en esto reside Además, había dicho que el final de cada ciclo
su diferencia radical con la dialéctica. Es que en ,la dialéctico era el comienzo de otro nuevo. En cambio,
metáfora no existe diferencia entre- lo subjetivo y lo cada metáfora es un orbe cerrado por necesidad, un
¡ !!~:,
"('1,
,,~ Ir, :
dójica: En la dialéctica realizada mediante al ya men-
cionado proceso de atracción de los contrarios, la sín-
en ello reside su fuerza.
Si la metáfora no tuviera ese valor trahsmutador, se
"~I
.~.; tesis los salva a ambos y aun adquiere una plus valía reduciría a un mero juego de absurdos disfraces, a
II~:;.:¡
!I~: por el resultado de su simple adición. En la metáfora un insípido ejercicio de traducción mecánica en el que
no hay tal adición, ni siquiera una parecida salvación para mayor monotonía se reproducirían simultánea,
6' '~ r.:, mente lo traducido, y su traducción. Porque si cada
¡ : j,i¡;; ~ ~',¡ de los iguales que en ella se atraen, sino su destruc-
¡:).I¡ ; ción, como si al. atraerseIo metaforizado entrara en cosa comparada conservara .inalterable su primitiva
¡II ~Il1, conflicto lo más recóndito de sus esencias. Hablando identidad después de la metaforización, tanto valdría
en el bárbaro lenguaje de los físicos, se podría decir tomar el término de comparación como el nombre de
que en la metáfora se "bombardean" los núcleos mis- la misma cosa en otro idioma, y el resultado sería tan
mos de las palabras, y el resultado-es también la for- absurdo como decir: "El sol es le soleil."
mación de nuevos e insospechados elementos de ex- De ahí que Cuando la comparación se establece en-
presión de una capacidad penetradora multiplicada. tre términos de semejanza exterior evidente, su reali-
La función de la metáfora no es aditiva, sino trans- zación comience, y termine en esa misma sernejanza,
mutadora, y cualquiera que medianamente conozca los y la metáfora resulte' fallida, o se resuelva en un juego
problemas de la moderna física, verá por.aquí asomar de sinónimos o en la más torpe y aburrida de las
el terrible principio de indeterminación; salvador de la tautologías. '
Es que la dialéctica es más ingenua, y procede sin, , '
"
L . .1 _a.
I
segundas intenciones: -va derecho a donde va, mien- el instrumento mágico de máxima eficacia, mil veces
tras que en la metáfora" las segundas intenciones re- más maravilloso que la varita de virtudes que creaba
emplazan a las primeras: sus armónicas tienen m~s para la Cenicienta una carroza de un zapallo y caba-
importancia que su onda fundamental, es decir; qúe llos de los ratones, porque es capaz de crear hasta a
cada palabra en ella adquiere sentido, no ,por lo que la propia Cenicienta, y al hada que la maneja, y aun
manifiesta, sino por sus resonancias. Las palabras des- más: de crearse a sí misma. ,
truídas poi el choque metafórico, se resuelven en r,é~ ¿No habéis reparado que la palabra "metáfora" es
soríancias en libertad, que se agrupan de acuerdo con ya una metáfora? ¿Que al llevar "más allá" -¡oh,
nuevas e instantáneas leyes. Por eso resulta posible' lejano sueño ultraísta!- está realizando el continuo
establecer de una manera objetiva si un razonamiento , milagro de su propia superación?
, de carácter dialéctico es acertado o no, con prescin-
,,1 dencia del que juzga, con absoluta imparcialidad; en
,~!I!!
"'1
t 1.1"
lit ~
cambio, en la metáfora, la excelencia depende de U1;l'
..¡I'
'.,;, tll
modo fundamental de la pasión, de la parcialidad qU,e
I~;J'
en ello ponga el que juzga, porque es inseparable dé
.(:
t ít
i~;¡
,
~;
lo vital y participa de su caracte-rística inestabilidad.
En la metáfora, lo que importa no es tanto el cruce
)J,;:
que se.establece entre los dos o más términos de como
J'¡¡¡ paración, sino el campo de influencias que con. ello
~ .: se pr0voca y que debe abarcar no sólo a las palabras
ligadas por el común nexo, sino a todas las que la
rodean.
Por eso, el razonamiento lógico, tan poco accesible
a sorpresas, es y seguirá siendo el instrumento natural
.de la ciencia y de la filosofía, y todo injerto rnetafó-
rico que no sea a título de ilustración, de accesoria
1
.c..• ; {~~l"
...~:.,,¡;-., ';~ , I ,,:, {' 01•. 1, () t ~, ¡Id
PEQUEÑAS VARIAOONES
~" '"
104 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA
POESÍA Y BELLEZA 105
humano. Su belleza es intrínseca y se nos revela como
nada, una plácida invitación hacia el nirvana: belleza
anterior a la que se produce en el alma del que la con-
y placer son inseparables compañeros, y es en esa
templa. La Belleza tiene un carácter objetivo en sus
unión donde me parece distinguir justamente su me-
fundamentos; del que carecen el Bien y la Verdad,
noscabo.
especialmente el primero de estos dos, que es todo él
El hombre tiende hacia la belleza tan naturalmente
pura subjetividad por ser el más espiritual de todos.
como la gota de agua hacia ·la mayor pendiente: por .
No existen cosas buenas, sino en la medida en que
el principio del menor esfuerzo; es, en resumidas
el Bien se refleja sobre ellas. Las cosas son o no
cuentas, pura inercia. Y el espíritu es una tensión con-
verdaderas, cuando su objetividad y su subjetividad
tinuada en lucha interminable contra lo Inerte. No-
coinciden o dejan de coincidir; pero la Belleza es el
temos la natural repugnancia que sentimos, la profa-
resultado de una superobjetividad. Con una especie de
nación que nos parece la explicación, ya sea razonada
lit!!!~t satánico orgullo parecería poder prescindir de todo es-
, 1"': píritu que la contemple. o intuitiva, de la belleza. La Verdad y el Bien nece-
~:'
-1 ,
,
sitan justificaciones, la Belleza las rehuye. Una belleza
'1;" Cuando,de pronto nos encontramos frente a un pai-
explicada, pierde parte de su encanto, porque la ex-
I¿;I saje, o a una forma inesperada, hasta ese momento
plicación la tiñe de esfuerzo, que es contrario a su pro-
. ~ .~~
("
. :~;
.1
:'J'",JI
desconocida por nosotros, pero de proporciones grado-
. 7
sas o sobrecogedoras, experimentamos como un cho-
pia naturaleza .
Cierto es que a veces la consecución de la belleza
que: nuestro espíritu queda acorralado ante la majestad
demanda esfuerzos considerables y técnicas engorrosas,
de 10 objetivo que se . manifiesta allí ante nuestros
pero el primer cuidado que debe poner' el embellece-
ojos. Ese exceso de objetividad, que excluye por eso
dor es el de ocultar sigilosamente su trabajo. La belle-
mismo toda especulación, todo esfuerzo de nuestra
za necesita aparecer como algo que se da de balde;
parte, se traduce en un movimiento de regocijo por la
eso es imprescindible, porque constituye su propia
economía vital que supone: la. evidencia de labelleza,
esencia, y de ahí deriva su carácter deleitable.
su .gratuidad, -se convierte en euforia. Somos en cierto
Es opinión muy difundida que el objeto de todas
-modo vividos por ella, y eso nos lleva hacia la infan-
las artes es la persecución y logro de la belleza. El
tílidad, cuando alguien velaba por nuestra seguridad
maestro Macedonia Fernández ha calificado con preci-
y nos ahorraba los esfuerzos que la vida impone al
sión a esa tendencia, llamándola "culinaria", nombre
Ser. La Belleza es el resultado de ser, sin esforzarse
expresivo y exacto que conviene a quienes reducen las
por ser, y por ello importa un deslizamiento hacia la
funciones del arte a una simple economía vital cuando,
~
, r,
106 VARIACIONES SOBRE LA POESÍ.¡\
POES!A y BELLEZA 107
por el contrario, el fin auténtico del mismo es el de
ningún determinado einbaucador, ni ha sido introdu-
avivar y enriquecer el repertorio de vivencias, profun-
ducida con un deliberado propósito de corrupción o
dizar. en 10 expresivo y tender a la más ardua reali- .
zación del espíritu. desviamiento de sus fines, sino que responde a pro-
fundas razones y necesidades de sus recíprocas natu-
Es innegable, sin embargo, que existe un entrela-
ralezas.
zamiento entre el arte y la belleza; pues no es por
El objeto verdadero de la Poesía, ya queda expues-
simple capricho que se haya tomado a ésta como su
to en otra parte de estos ensayos: consiste en alcanzar
propia finalidad. En la Poesía, que es la que me in-
la identidad del Ser consigo mismo. Dije entonces
teresa ahora, existe en sus comienzos una marcada
que el Poeta era algo así como el órgano de reproduc-
tendencia a reducida a un "gay decir", a limitarla a
ción de la especie, por intermedio del cual la misma
frases ingeniosas, graciosas, de deslumbrante eficacia.
alcanzaba la perduración. Esto me prepara el camino
El empleo de palabras escogidas, no por su expresivi-
para ver ahora la relación que existe eritre Poesía y
dad, sino por su eufonía o por su carácter de desacos-
Amor, que son en su esencia una misma cosa. El Amor
tumbrado lujo, revela el mismo propósito. El poema
como la Poesía, tiende a la inmortalidad más alta
amoroso reemplaza a las flores o a las joyas, tiene
del Ser en' cuyo seno resplandeciente se desvanecen
su mismo carácter suntuario, y finca todo su pode-
los límites de la individualidad. El ser nos tiende
río en la elegancia verbal, en la fluidez de su rnu-
)Jt:. 11 para ello innumerables trampas destinadas todas a se-
sicalidad meliflua, cuando no en la rareza alambicada
I;g .ducir a la parte vegetativa de nuestra naturaleza
del concepto que es una trasposición de lo mismo al
regida por el principio de inercia. El Amor, des-
plano de lo intelectual. Tal tipo de actividad enca-
tinado a la prolongación de la especie, y a la posi-
minada hacia la adulación de los sentidos' me parece
bilización de su perfeccionamiento, sería absolutamen-
acertadísimamente calificada de "culinaria", y no creo
te imposible si procediera abiertamente, si jugara lim-
que los complicados ritmos, las lujosas metáforas o
pio con los individuos de quienes tiene por fuerza
las resonantes rimas de que se valían para ello, tuvie- '
que valerse. Ninguno se prestaría al doloroso esfuerzo
ran un. más alto valor espiritual que los ringorrangos
que eso supone, a las alternativas ingratas que se pre-
con que los reposteros adornan sus obras maestras con
sentan de maner,a ineludible. Pero el Amor sabe cazar
una inútil pero incitante arquitectura de merengue.
con reclamo, y al ser egoísta, y .cómodo que no se
¿Cuál es entonces esa relación entre poesía y belle-
rinde ante los halagos de lo espiritual, al que se rebe-
za? Es evidente que ella no obedece al capricho de
la contra los imperativos de las necesidades espiritua-
POESÍA Y BELLEZA 109
108 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
de igual placentero modo en lo individual para rap-
les, Io atrae con el señuelo del goce físico. Me parece
tado en su éxtasis, para valerse de la inhibición en
evidente que la especie humana se hubiera extinguido
que ese éxtasis le sume, y hacerle aceptar, bien a
hace rato sin el maravilloso goce que se le asegura
pesar suyo, las luego ineludibles cargas del espíritu.
a cada individuo en el momento mismo de la pro-
La ftÚición estética tiene aun un carácter más sola-
creación. El goce sexual, ese ardiente paroxismo en
pado, pues el goce sexual, por su mecanismo exige una
que lo más profundamente individual alcanza la le-
previa acumulación de intensidades, de ardientes. ten-
vedad de la llama y parece librarse momentáneamente
siones, las que al relajarse de pronto, al precipitarse
de las ataduras de la gravedad, en que lo corporal
por las vertiginosas laderas del placer, dan una falsa
estalla en súbita alegría que lo arrebata de las ata-
sensación de economía, algo así como la que experi-
duras terrestres, para alcanzar la plenitud total de la
menta el niño que se desliza por un tobogán, pero que
vida, es la trampa más hábilmente urdida por cazador
con anterioridad debió adquirir ese instante de feliz'
'~~!~!! alguno. NI? es lo individual ni lo corpóreo .10 que
liberación de su peso, con el esfuerzo de trepar por
,'1. It.~l'
" ·'1·
I,!\(,: se persigue detrás de su divina epilepsia, sino lo
la escalera.
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.
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, espiritual y lo eterno, con sus necesarios esfuerzos,
En la belleza, la economía es de carácter más abso-
con sus dolores, con sus agonías inevitables.
,1iI; luto aun. El lector se encuentra con la belleza del
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(1,.1.,
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La pareja que se derrumba desde Su cumbre lla-
meante, parece advertido de pronto, y la tristeza pos-
verso sin haber colaborado por su parte con el menor
) Jt:.'11 esfuerzo por merecerla, y tanto más bello le parecerá,
terior a ese acto, no es el reconocimiento del pecado
-u y tanto más gozará con él, cuanto más perfecta sea
que creían algunos Padres de la Iglesia, sino el resen-
esa sensación de regalo, cuanto mayor sea la pro-
timiento de la carne burlada por el espíritu, que reco-
piedad del objeto de transformarse de por sí en sujeto,
noce, no un supuesto pecado, sino por el contrario, su
y aliviar la tirantez dolorosa que la subjetividad sig-
propia .derrota a manos de una instancia más alta.
nifica.
Por eso en el verdadero amor no es valedero aquello
Es que resulta imprescindible ese máximo de apa-
de "la carne es triste", porque no hay tal tristeza
rente generosidad, porque lo que se solicita del lector
sino la más íntima y profunda alegría al haber ser-
es un máximo de generosidad verdadera. Al fin y al
vido humildemente los dictados del espíritu.
cabo, en la reproducción, el instinto provee a los
La belleza me parece que es ese mismo goce sexual
padres de satisfacciones de por sí valederas. La ternura
proyectado al plano de lo artístico. Tiene idéntico ca-
que los hijos proporcionan, el conmovedor espejismo
rácter de objetividad dominante y arrebatadora, incide
XI
LA FORMA Y EL FONDO
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'Ir' '~h
que media entre contenido y continente, que es, en la
poesía, falsa en su raíz y desastrosa en sus conse-
dos palabras diversas que pretenden expresar la misma
cosa, tienen cuando menos pequeñas pero substanciales
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\ ..... -.1 cuencias. ¿Qué es, poéticamente considerada, una for- diferencias de matiz. ¿Qué sucederá entonces con la
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Ir:/ ma independizada de su contenido? expresión de una' intuición poética que difícilmente
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Empecemos por iridagar si dentro de una misma podrá encerrarse en una sola palabra? Apenas inten-
,'~~~?¡,,, forma caben dos contenidos distintos. Por supuesto, temos reemplazar una sola de las usadas para su
conviene aclarar desde ahora que al hablar de forma comunicación, veremos cómo irremisiblemente la in-
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IIlj . poética, no me estoy refiriendo a tal o cual com- tuición misma (el.fondo) varía, para mejorar cuando
binación estrófica ni métrica, pues es evidente que se trataba de un simple tanteo, para desvanecerse
dentro de una cuarteta o de un endecasílabo pueden si del verso había sido eliminado todo azar por la
quedar encerrados los conceptos más sublimes y los maestría expresiva del poeta. Tomemos 'como ejemplo
más chabacanos, Pero un soneto, o un simple octosí- el famoso verso de Góngora:
labo, no son en sí formas poéticas,' sino la especia-
A batallas de amor campo de plumas
lísima adecuación del ambiente en elquela verdadera
forma se desenvolverá. Desde el punto de vista ex- y tratemos, ya que hemos reconocido absurdo ence-
presivo su valor es nulo. Son mudo espacio donde vivi- rrar otro concepto en la misma forma, de dar otra for-
rá la forma acomodándose a sus limitaciones prosó- ma al mismo concepto, sin que el mismo varíe no sólo
dicas de acentuación o de, rima. en su valor fundamental sino en las deliciosas resonan-
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VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
Esto no sólo nos dice que en la niebla comienza, donde la neblina queda equiparada a la máxima al-
sino que comienza hostilmente ("vanguardia") la titud de la Nada: el olvido, un olvido con posibili-
nada su labor disgregad ora, que al final resultará dades -mejor es decir imposibilidades- de recuer-
imposible resistir ("invencible"). Pero al mismo dos que ahondan su dramática soledad por la falta de
tiempo nos recuerda cuál es el material, "la nada", evocación. Y que sea yo, el presumido ordenador de
con el que estoy construyendo este poema. esa nada, el que se sienta "no evocado", manifiesta
"Por el primer terceto voy entrando't., como dijo a la niebla en su totalidad disgregadora. Ya no sólo
el maestro, y me parece que es en él donde es menes- es la "realidad que aquí yace enterrada". Es hasta el
ter acumular mayor riqueza de intuiciones, porque es mismo realizador.
en él donde se apoya la aérea arquitectura del soneto, Esto nos aleja de nuestro mundo, nos lleva a zonas
ya que en el último éste limita de nuevo con la nada inhabitables, a no ser por su propia muerte, pero
diferenciada. Te ayudaré un poco, lector, 'por la vía todo ello sin dramatismos, sino con una recelosa sua-
de los sentidos para que "veas" la niebla a través vidad que creo poder condensar en estas palabras:
de una. intuición indefinida apoyada
.
en .otra bien
precisa: provincia cautelosa de la luna.
Luz con sordina y aire esmerilado. Y por última vez es menester utilizar el reflujo
expresivo, para que nos traiga en su aparente soli-
El "aire esmerilado" se me ocurre que ya no tiene dez expresiva la salvación de la fluidez del tema.
ni carácter metafórico siquiera: basta enunciarlo para Tomemos una expresión tradicional y hagamos la
que el más lego en nieblas poéticas reconozca un paráfrasis del tema primitivo del sueño:
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VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
Sobre lo mismo. - ¿Traducir un poema? ¡Nada más Pero un día el último hombre aprovechará el
sencillo! Se trata de hacer un triángulo de la misma postrer rayo del sol para leerlo y se le cuajará en
forma que este círculo. los labios la sonrisa que él le hará subir desde
el fondo del alma.
Método. - Acostúmbrate a escribir de noche y con la Luego el planeta seguirá girando estérilmente en
luz apagada; y luego rompe 10 que hayas escrito el vacío, y tu poema, que conservará intactas todas
antes del amanecer, sin que ni tú mismo hayas po- sus 'posibilidades de emoción, planeará para siem-
dido releerte. Las sombras son un auditorio, y no pre sobre el silencio sin límites, como un ave te-
el menos comprensivo de todos. rrestre extraviada en un mar sin orillas. Porque
la Poesía es tan inmortal en su esencia, como efí-
Vanidad. ---;No intentes teñir de rosa las mejillas de meros los seres que la sustentan.
la aurora, porque en ellas perderá su color la pin-
tura. I paJabras al poeta que va a escribir su primer verso. -
j Un momento aún! ¿Será tu primer poema digno
Pesca. - La más valiosa inspiración desdeña los an- de la virginidad que desvanece?'
_.L-
lNDICE