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A MANERA DE .

PRÓLOGO
-:
Al abordar el altísimo tema de este ,ensayo, lo hago
con la cabal conciencia de la re.sPQ.ns4bJtidadque asu-
mo, y de la escasez de medios .a mialcence para sos-
Fu..OSOF'A , Ienerla; pero hace rato que. siento 'imperativamente la
VLETFfAS necesidad de aclarar mis' puntos de viSta sobre la gran
pasión de mi vida;' la Pdesia.
Comprendo que mi bagaje filosófico es lamentable-
mente escaso y mi erudición rudimentaria, y pido por
ello humildemente disculpas, sin reticencias de nin-
guna clase, a los cultos lectores que lo advertirán de
inmediato. He tratado de suplir esas faltas con fervor
y meditando ahincadamente sobre cada uno de los
temas que me propuse.
Es posible que este método me conduzca más de
fina vez a descubrir la pólvora de nuevo. Sonría el
lector si quisiere, que yo me sentiré orgulloso si alcan-
zo a coincidir en mis titubeos de bisoño con los ha-
llazgos de cualquier maestro.
IMPRESO EN LA ARGENTINA No pretendo reclamar la paternidad de una sola de
Queda hecho el depósito que pre. las ideas expuestas en este libro: todo lo que de él me
viene la -ley. © 1959, Editorial
Sudamericana So'CiedadAnónima, pertenece es el confuso conjukto y el. ansia de su es-
calle Alsina 500, Buenos Aires. clarecimiento, .

F- 101397
••• ,'.'~" ••••.. ''1''
VARIACIONES SOBRE LA POEsíA

Es posible que en sus páginas pugne más de una


contradicción; que ella por lo menos no se achaque a
mi incapacidad expositioa, sino al hecho dramático de
que tal contradicción permanece en mí sin resolverse.
Con todo, creo que si un árbol pudiera decimos
desde su punto de vista cuáles son las características r
y posibilidades de sus frutos, almque su ignorancia
de la botánica muy bien pudiera compararse con .la LA CREACIóN POÉTICA
qtte aquí confieso, esa opinián no dejaría de tener su
interés. Conviene no considerar la materia poética como
Esa es mi única esperanza: que algún aficionado a una simple imagen especular de la materia física,
la Poesía quiera completar los admirables datos que regida por las mismas leyes, o en todo caso, por nor-
acerca de ella le dan los Profesores y Críticos, con la mas que encierran una oposición simétrica debida a
osada e ingenua confesión de alguien que se obstina los principios que gobiernan la reflexión de los espe-
~. en SIl busca, puede que 'vana, pero apasionadamente. jos. Por ejemplo: la arnbivalencia que impera en el
mundo físico "nada se crea, nada se destruye", que
comporta la identidad esencial del cosmos físico con-
sigo mismo, ;ompe por completo su mortal equilibrio
en el mundo poético. La ley que en él vale, dice:
"Todo se crea, nada se destruye." Las aparentes des-
trucciones no son sino simples pasajes al estado de
latencia, para escamotear a las insensibili.dades del mo-
mento la posibilidad de un ulterior reverdecimiento.
En poesía sólo existe el estado naciente, el estado
de creación pura e ininterrumpida. Todo 10 demás no
es sino excipiehte, tapujo o "camouflage" para disi-
mular su ardiente presencia intolerable para la ma-
yoría.
El relámpago de animación que es la vida en medio
10 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA
LA CREACIÓN POÉTICA 11
de la vastedad del mundo inanimado, más breve aun,
pero más deslumbrante, es 10 que representa la poesía tas formas, y entre ellas precisamente la del propio
en el ámbito de 10 vital. Con esta diferencia: la vida Moisés. Miguel Ángel no' fué su creador, sino su des-
cubridor, su "revelador" en el sentido fotográfico de
se nutre de 10 inerte, lo despilfarra, aprovechando tan
la palabra, ya que al sacar del bloque los trozos que
sólo las partículas de su energía, Pilra dejarlo caer en
·"sobraban", hizo que la imagen latente coincidiera con
su inercia, tal como el surtidor deja descender las
sus propios límites.
aguas que 10 elevan en el tazón de la pila.j La poesía,
La misma voluntad creadora del autor, integrada
en cambio, es una especie eucarística que alimenta en
por una serie de elementos psicológicos, no podía,en
lugar de ser alimentada, y que no abandona a las co-
un momento dado, sino combinados de tal manera
sas vivas soliviantadas por su soplo, sino que las deja
que dieran por resultado la concepción de tal proyecto.
levitadas para siempre porque su impulso las lanza
más allá del campo gravitacional de la muerteJ Sería inútil añadir algunos comentarios a estos argu-
mentos. Por ejemplo: en el bloque original, además
Aplicando un criterio puramente cornbinatorio, po-
de la imagen latente del Moisés tal como nos la re-
dríamos suponer que hablar de creación poética o ar-
veló Miguel Angel, fuera de los posibles unicornios,
tística en general es ya hacer una metáfora, puesto
'hojas de acanto, vírgenes o monstruos, existían tam-
que, dado el número finito de las combinaciones fo-
bién otras imágenes del mismísimo Moisés, sólo que
néticas y el menor aun de los signos ortográficos capa-
con un pliegue de más 00 dos de menos en la túnica,
ces de representadas, sus combinaciones encierran ya
o Con el entrecejo ligeramente más fruncido, o con la
en potencia todos los poemas imaginables.
cabeza unos segundos de grado más desviada hacia
Jorge Luis Borges es quien más se ha aproximado
la derecha o hacia la izquierda. No es necesario qUt'l
al agotamiento de las posibilidades de comentarios
advierta que en la imagen formada en la mente del
-también casi infinitos, pero limitados- acerca de
autor eran igualmente posibles todas estas modifica-
esta prernuerte matemática de toda literatura, incluso
ciones. Estéticamente, repito, todo esto tiene escaso o
la de los idiomas aún por nacer. Estéticamente este
ningún valor. Aun suponiendo que ambas series de
argumento se me ocurre de escaso o ningún valor en
posibilidades estuvieran 'rigurosan:lentepredetermina_
cuanto a negar la posibilidad de creación. Argumen-'
das, la simple coincidencia de ellas confluyendo en las
tando de igual manera, podríamos decir 'qt\e Miguel
Ángel no fué el creador del Moisés. En el bloque de manos del realizador, pliegue a pliegue, escorzo a es-
corzo, gesto con gesto, es algo de tan alucinante mag-
mármol que él trabajó ya estaban prefiguradas infini-
nitud que si la palabra "creación" no fuera la que
12 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
LA CREACIÓN POÉTICA 13
correspondiera para designar ese acto, sería la palabra pauta, ese esqueleto postizo que puede servir de so-
y no el acto la que quedaría menoscabada en su im- porte a las más variadas comunicaciones, sino sobre
portancia.
otro papeL Los que conceden valor a esas menuden-
La creación poética podrá no ser posible en un sen- cias son capaces de deleitarse con el sabor exagonal
tido metafísico riguroso: peor para la metafísica. La de la miel adquirido en la geométrica prisión de los
consecuente aplicación del principio de causalidad nos panales. La poesía es algo más que una forma, así
llevaría a negada en redondo. Pero la consecuente sea una forma de conocimiento, como se ha dicho.
aplicación del mismo principio nos lleva al pantano Porque en el acto de conocer existe una subordinación
del determinismo, donde se pudre 10 vital.
del conocedor al objeto conocido, que le es anterior y
Así como el corazón tiene razones que la razón' le rige, porque lógicamente toda cosa "es" antes de
ignora, según el conocido dicho de Pascal, la poesía ser conocida, salvo que todo conocimiento suponga
tiene una metafísica que la metafísica no aIcanza.
,. Porque una forma poética, tomada en abstracto y
fatalmente una creación, como se deduce del solipsis-
mo, ese pozo de aire que corresponde al polo opuesto
II¡I1
1I
aisladamente como objeto, de contemplación, carece del tembladera! determinista de que antes hablaba.
de todo .significado. 'Nada más vano que esa geome- La relación que existe .entre la poesía y su objeto es
tría poética que se llama la retórica. La forma poética de un orden muy superior. El objeto no sólo es creado
empieza a ser algo en cuanto encierra, no tanto una en el momento poético, sino 'que entre él y su imagen
vivencia, cuanto una voluntad de supervivencia, cuan- se establece un doble flujo de influencias. No sólo el
do se propone marcar con un hito a la eternidad, poema actúa como diapasón que vibra bajo el estímulo
cuando aspira a ser una voluntad de expresión, es que le llega del objeto, sino que el objeto, a su vez,
decir, de anhelo de inmortalidad.
se torna sensible con la vibración que del poema le
La estructura de un soneto nos dice sobre la poesía llega y provoca a su vez otra vibración nueva. Este
tanto como esas pautas rayadas que se colocan debajo doble estímulo podría ser infinito, como las imágenes
del papel de cartas para escribir los renglones dere- que se forman entre do? espejos enfrentados, si nues-
chos podrían decirnos de las tiernas intimidades de tra capacidad de percepción poética no fuera limita-
esas mismas cartas, No tiene en verdad la retórica otra dísima. El objeto pas.a a ser lo que era, "más" un algo
función que esa: hacer fácilmente legibles, comunica- que no estaba antes en él, Queda estéticamente íncre-
bles las revelaciones poéticas. Pero, obsérvese además mentado. Su substancia sugestiva ha aumentado. En
esta semejanza: las palabras no se escriben sobre la cierta manera su ser ha sido no recreado, es decir"
14 VARIACIONES SOBRE LA POEsfA
LA CREACIÓN POÉTICA. 15
vuelto a crear, sino creado por primera vez e íntegra- parte. Evidentemente, el primero que comparó a una
mente.
mujer con una flor' fué 'un poeta, y un grandísimo
La paradoja wildeana de que la naturaleza copia al poeta, como casi todos los creadores de los que hoy
arte expresa parcialmente esta verdad. Porque para un
se han convertido en lugares comunes, precisamente
espíritu sensible a lo estético, no es ya que la natu-
por su gran contenido emocional primitivo. Pero a los
raleza "copie" al arte, sino que es lo que el arte ha
que lo repitieron después: ¿por, qué llamarIes tontos?
ido haciendo de ella. Los claros de luna dejaron de
Si lo hicieron creyéndose poetas por el mero hecho de
ser un inexpresivo acontecimiento astronómico desde
repetir, habría que calificarles simplemente de pla-
la escena del balcón de Romeo y Julieta. Los crepús-
giarios. Pero si fué sólo en su calidad de 'hombres
culos españoles humanizaron su frialdad meteoroló- enamorados, no veo la razón del epíteto. Al emplear
gica con Góngora y la pampa nació de la emoción de
la metáfora del p0eta inicial, no hicieron otra cosa
Echeverría o de Hernández, sus conquistadores poé-
ticos. que aplicar a la mujer algo que ya estaba implícita-
11'
I
II
111'
No es un simple descubrimiento, porque el matiz
mente en ella, puesto que el primer poeta la habría
revestido y para siempre de una floral condición: La
'I¡ violeta que los impresionistas han dejado sobre las
relación entre mujer y flor ya era para él realidad
I montañas lejanas no estaba antes en ellas. Pintores
exterior, ya estaba en la mujer, y el hombre ingenuo
~: más grandes que todos los impresionistas supieron . empleaba esa comparación, como pudiera amorosa-
miradas sin descubrido, y ahora ya no podemos pres-
mente llamada "mi negrita". ,
cindir de él al contempladas.
Cuando el hallazgo poético es tan evidente como
El poeta crea realidad, como el gusano de seda crea
en este caso, el poeta que ha servido de herramienta
la seda. Y esta realidad pasa a ser para sus compren-
a Dios para ampliar su mundo contemplándolo desde
sivos lectores mundo exterior, con tal certidumbre fí-
el corazón de los hombres, debe, resignarse a su total
sica, casi diría palpable, como cualquiera de los aspec-
anulación personal y a algo más doloroso aun: a la
tos "reales" anteriores al poema.
pérdida de la condición poética de su imagen, porque
Creo que fué Voltaire el que dijo que el primer
la poesía se desvanece en el momento mismo en que
hombre que comparó a una mujer con una flor fué
ésta se hace realidad exterior. Por eso dije al principio
un poeta, y todos los demás que después 10 hicieron,
unos tontos. que la poesía sólo existe al estado naciente. Su inmor-
talidad sólo es posible mediante una ininterrumpida
Es un juicio tan crudo como injusto en su segunda
creación.
,
, I
16 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
LA CREACIÓN POÉTICA 17
Solemos experimentar al leer un poema la ingenua
sensación de que el poeta acaba de expresar algo que que es su más fino encanto). Pero la sugestión poé-
ya estaba en 'nosotros y que no sabíamos cómo decir. tica que amplía el horizonte emocional de los hom-
Es una se.nsación muy semejante a la del deslumbra_ bres dejaría de ser una magnitud creciente si todos
i los poetas se callaran. La realidad amanece constante-
111 ento cuando en determinado instante nos parece que

lo mismo había sucedido, con todos sus detaIIes idén- mente en su canto. " '
ticos, en un tiempo anterior. La percepción, que pre-
cede, a la conciencia de la misma percepción, nos la
presenta ya como un recuerdo. Si. Esto había sucedido
antes. Lo que no sospechamos es que ese antes corres-
ponde a una fracción pequeñísima de segundo.

~,;
~I .
De igual manera lo que el poeta revela en el mo-
mento mismo de la creación, que para el lector co-
rresponde al de la lectura, estaba ya en el propio lec-
!L
¡
tor mientras leía los versos antes de captar la integri-
dad de su sentido. De ahí la posibilidad del goce
al; estético: el lector "crea" en la misma medida que el
poeta. .Este posee el don mágico de comunicarIe un
creacionismo inducido, de prestarIe su varita de vir-
tudes para obrar prodigios. Si no fuera así, la crea-
ción del poeta, carecería de sentido, tanto como el
mundo de Dios si no lo hubiera dotado de criaturas
conscientes qu~ .se gozaran de él.
Se me podrá argun1entar que con esto de la crea-
ción poética sufrimos la misma alucinación del gallo '
que cree hacer salir el sol con su cauto. Nada de eso.
El sol saldría lo mismo aunque todos los gallos se
quedaran afónicos (si bien hay que reconocer que' los
amaneceres campesinos perderían esa dulce concavidad

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'/~~~i..a'~~_~._""w~~::u.o:..~L.-~~r"~~)_'_'·
- ··1
PEqUENAS VARIACIONES

por el contrario, es producir la Rosa Pura en su


esencia -desprovista de todos sus accidentes, la
Rosa Nouménica, sin forma ni color, ni aroma, ni
pétalos, ni cáliz. La Rosa en. sí, intangible, impe-
PEQUElSlAS VARIACIONES netrable, abstracta.
(Naturalmente ambos jardineros se odiaron con
Libertad._ No se concibe la libertad sin un previo el reconcentrado furor de los que llaman a la mis-
azar. y menos aun si el azar subsiste después de ma vanidad con distintos nombres; lo que no les
su acción: la libertad ordena el caos y lo transfor- impidió producir magníficos ejemplares de rosas.
ma en cosmos. La poesía es el rigor que resulta de Pero no como resultado de sus teorías, sino porque

~,
I{ ,;
~
la libertad del Ensueño.

Danzar encadenado. - Maravilloso propósito, pero a


ninguno consiguió enseñarle retórica a los rosales.)

Deberes y derechos. - El poeta tiene el derecho de


'~ i: condición de no acabar enamorándose de las cade- equivocarse; pero. el deber de no hacerlo.
'r ( nas y concediéndoles más importancia que a la mis-
ma danza. Rigor. - Dos más dos igual a cuatro, no es rigor; es
,."
11' • apenas un principio de muerte, como muy bien dijo
Los dos Jardineros. - A mí -dijo el primer jardi- Dostoiewsky. El rigor comienza en cuanto existe
nero- sólo me interesa la forma pura de la rosa. la posibilidad de que dos más dos no sean exacta y
Mi ideal consiste en desprenderla de la materiali- . fatalmente cuatro, y tú te responsabílizas de la exac-
dad de la flor. titud del resultado. I

-La rasa de papel, entonces ... Estaba bien el lema de Leonardo para. su arte:
-¡No! la rosa de papel tiene también su subs- "Obstinado rigor." Pero se me ocurre insuficiente:
tancia y no por falsa deja de contaminar la forma. falta la alegría; esa poderosa alegría que el obsti-
Yo aspiro a producir la forma perfecta, sin nada nado rigor obtiene del fondo de la perfecta deses-
detrás que la sustente, algo como el hueco que pudo peración. ' '
dejar la rosa en el aire quieto. . .
Lo artificial. - ¡Qué hermosas violetas!
-¡Todo eso es vanIdad! -repuso el segundo
-Son artificiales -dijo con sonriente humildad
jardinero_o ¿Para qué sirven las formas? Mi ideal,
la plantita-; ¡yo misma las hice!

I
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II

SU UBICACIóN
I

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,:4
Para ubicar a la: poesía entre las otras actividades
humanas es conveniente empezar por ver el puesto
1:' característico que ocupa entre las artes y la esencial
~ r:
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1\ .. (

i
"i
diferencia que hace de ella algo aparte del grupo.
Al hablar colectivamente de "las artes" se incurre
involuntariamente en una deformación que encuentra.
a: :
,I su expresión en el hecho gramatical del cambio de
género: mientras cada arte es individualmente mascu-
lino, "el arte", todos juntos adquieren, nadie sabe por
qué, propiedades femeninas y se transforman en "las
artes". Esto, que puede ser casual, y puede no seda,
debe ponernos sobre aviso acerca de los peligros de
las generalizaciones. ¿Son las distintas artes a manera
de idiomas extraños entre sí que se proponen comu-
nicar una misma idea? ¿Expresan, por el contrario,
contenidos parciales que, según las teorías del arte
total de Wagner, sería necesario reunir en un haz?
¿O representan distintos mensajes, provenientes de
zonas espirituales no comunicables entre sí?
Si la respuesta que cupiera a la primera pregunta
22
VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
SU UBICACIÓN 23
fuese afirmativa, tendrían razón todos los que han
intentado la "traducción" musical de un cuadro o la El arquitecto sentimental o deelamatorio lo es por-
versión pictórica de un po~ma. El valor estéticamente que se pr~pone serlo, y' bien en contra de la esencia
mediocre de todas esas tentativas condena irremisible_ de su arte, el más libre tal vez de elementos ajenos a
mente el supuesto. 'Esta opinión que sostengo no es su propia naturaleza. Al arquitecto le basta con some-
nueva. Ya en 1766 Gotthold Ephraim Lessing en su terse a la necesidad creada por la adecuación armónica
"Laocoonte" nos deda algo al respecto. La "traduc_ de los volúmenes para cumplir con su misión.
cíón" de un arte a otro es algo tan sin sentido como La música, esa arquitectura en el tiempo, goza de
la "traducción" del perfume del jazmín al perfume de idénticos privilegios. En la música que se ha dado en
la violeta. El hecho de 'que los dos sean perfumes no llamar "pura", y que es en verdad la única música,

, ~

supone que entre ambos exista, una equivalencia. Para
contestar a la segunda pregunta basta con comparar
el creador, llámese Bach, o César Franck, o Igor Stra-
winsky, no necesita para nada recurrir a elementos
extramusicales para cumplir sus funciones.
f1:"r"
l'
el resultado obtenido mediante la laboriosa colabora_
En la pintura y su corpórea hermana la escultura,
'~ ,\.' ción entre una premeditada escenografía, una indi-
'i¡ gesta poesía mitológico-filosófica y una bellísima mú- ya nace una dificultad: la representación de "cosas"
(.
sica en las óperas de Ricardo Wagner, con un simple y, lo que es más grave, de m.erpos humanos, inclina
~::
adagio de Juan Sebastián Bach o un soneto de Lope al artista que no sepa vencer las tentaciones de la faci-
de Vega. Las diversas, artes, no sólo no se integran, lidad, hacia el socorrido escape de los psicologismos,
sino que se estorban mutuamente. Todo intento de de lo anecdótico, de 10 circunstancial, desviándolo de
"colaboración" da nacimiento a un híbrido en el me- los valores permanentes, que son los únicos que deben
jor de los casos. Y ninguna, entre todas las artes, interesarle. Pero así y todo los elementos en que se
sufre más con esos contactos qU,ela poesía. Las artes apoyan para su expresión, forma y color, están en sí
plásticas la reducen a comentarios de una ilustración, limpios de segundas intenciones y su hábil manejo
Y la música la transforma en Ópera" en la que morirá puede Iibrarles de esos peligros que he señalado.
el sentido de sus palabras, ahogadas entre las afixian_ La poesía, en cambio, tiene un solo medio de co-
tes ~spirales de la melodía. E$tablecido así el carácter municación: la palabra. ¿Habrá algo más equívoco,
individual, inintercambiab1e, de las diversas artes, vea- más mal intencionado, más resbaladizo e inasible que
mos una fatalidad que hace de la Poesía algo total- la palabra? Tiene su vida 'propia, irreductible, que es-
mente distinto de sus otras· hermanas. capa reiteradamente a todos los intentos de seducción,
y tiene los dobles y triples y cuádruples sentidos que
24 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA

la suspicacia del autor y la del lector y la del oyente Sp UBICACIÓN 25


quieran prestarle. La palabra es una trampa de tram- se apoya, para evitar ser sometida por ellos. La poesía,
pas de cuyo funcionamiento ni el más tramposo puede domadora de palabras, en perpetua contienda con ellas,
conocer el secreto. Tan pronto adquiere la corporeidad que pueden devorada al menor descuido, saca de las
de un objeto tangible como se evapora hasta ser la necesidades de esa pelea unas posibilidades expresivas
sombra de un sueño. Nuestro pensamiento se refleja exclusivamente suyas. En otra ocasión veremos de qué
en ella como nuestro cuerpo en los espejos de los par- medios se vale para vencer. . . cuando vence.
ques de diversiones, con el agravante de que sus cur- Por el momento sólo quería señalar esa caracterís-
vas deformadoras fluctúan y cambian sin una ley fija. tica que hace de la poesía un ~lgo aparte, un mundo
La palabra no sólo se ha hecho para ocultar nuestro en sí, independiente de las otras artes, que la resti-
pensamiento, s~gún el decir optimista de Talleyrand; tuye a su masculina soledad de un arte impar.
~: se ha hecho para traicionado a expensas nuestras y Trataré de ubicada ahora entre las otras labores
t' ¡ti
(' ;.
cuando más fieles quisiéramos ser a sus mandatos. del espíritu.
y es con ese elemento burlón, huidizo y desleal, ¡La ciencia, la filosofía y la religión) son sendas res-
~:
'~ .
~';.
,\ con el que intentamos crear una estructura perenne, puestas a otras tantas interrogantes humanas.
f ~: asentar sobre sus movedizas arenas algo que penetre l. La primera intenta. contestar al ¿Cómo? de las co-
1::(1 en la eternidad, que nos libere de la muerte, que nos sas, la segunda al ¿Por qué? de las mismas y la última
salve. ,
al ¿Para qué? de todoJObsérvese que a pesar de la
Esta fatalidad da a la poesía un lugar absolutamente inmensa magnitud de las preguntas y de la casi infi-
propio frente a las demás artes. El peligro que acecha nita valentía de las respuestas, todas ellas inquieren
a la arquitectura, a la música y a las artes plásticas se acerca de aspectos parciales del ser, y para lograr una
llama Geometría: el caer en un equilibrio puramente visión cósmica, total, de su esencia, 'el hombre necesi-
estático del azar. El riesgo de la poesía es el de per- taría integrada con los datos aportados separadamente
derse a sí misma en los laberintos de la declamación, por cada una de ellas.
de la pedagogía o del simple caos. LLa poesía, en cambio, no responde a ninguna pre-
La poesía tiende también a un equilibrio del azar, guntaJ No es una respuesta a algo que nos acongoje,
pero a un equilibrio cuyo carácter esencialmente diná- y lo que es más importante, pretende ser un valor
mico está impuesto por la necesidad de una lucha total independiente de cómos, porqués y para qués.
ininterrumpida para dominar a los elementos en que t..Sus datos no admiten ijntegraciónl alguna, porque ya
son íntegros de por sí) Cada, revelación poética com-

6~
~
2.6 VARIACIONES 'SOBRE LA POESÍA
,SU UBICACIÓN 27
prende a la totalidad' del cosmos, del mismo modo
que en cada gota de agua de mar están compendiados sos de la filosofía terminan por chapotear en los fan-
todos los elementos que forman el océano. gosos charcos del "buen sentido", que es la más torpe,
No es una respuesta, sino una evidenciación. No pero no la menos filosófica de las filosofías.
contesta, se limita a decir: Es que el hombre no puede ignorar, aunque volun-
-Así. ' tariamente se lo proponga, sus propias necesidades,
Pero hay algo más profundo que diferencia a la porque ellas solas se encargan de hacerse presentes.
poesía de estas otras capitales manifestaciones del es- Pero la poesía, repito, no obedece a ninguna necesi-
píritu. y es que, mientras tanto la ciencia, como la dad esencial del hombre; tiene un carácter de actividad
filosofía y la religión, son el fruto de "necesidades" lujosa, y por lo tanto un valor más alto. El hombre
imprescindibles para el hombre, que no puede des- puede prescindir de ella, y lo tremendo de su destino
entenderse de sus interrogantes y que de alguna ma- consiste en que es ella la que no puede prescindir del

1t''1 ¡)%
nera debe responderlas porque la vida es inexorable hombre.
~ Conviene no olvidar lo que ha dicho Max Scheler:
con quienes no lo hacen, la poesía no es, en verdad,
ij\ r:
una "necesidad" del espíritu. "la corriente de las fuerzas y las causas, única quCl
¡ ~~
I \
El anhelo de belleza tal vez lo sea, pero ese anhelo puede poner la existencia y los modos accidentales de
~:: I responde a una necesidad casi física de orden rítmico. ser, no corre, en este mundo que habitamos, de arriba
I J
La belleza, en resumidas cuentas, es sólo una cuestión abajo, sino de abajo arriba."
de higiene y de economía, y está muy lejos de Cons- A medida que ascendemos en la escala de los va-
tituir la esencia o el objeto de la poesía, de la que no lores espirituales, los vamos hallando más desvalidos,
es sino un circunstancial derivado. más necesitados del apoyo vital que pueda darles nues-
El hombre que pretende vivir liberado de toda pre- tro ser físico. La poesía, que resplandece para mí
Ocupación religiosa sólo consigue recaer en la supers- como la forma mas elevada e inalcanzable del espíritu,
tición, que es una forma más antigua y menos evo- es natural que aparezca, desde el punto de vista de la
, lucionada de religión. El que menosprecia a la ciencia, "necesidad", arraigada en nosotros, y no nosotros en
a la medicina, pondré por ejemplo, se atiene a las ella. El hombre puede prescindir de la poesía, como
prácticas caseras, resultado también de una ciencia la tierra puede prescindir de la vegetación, o la
empírica y poco sistematizada, pero ciencia al fin. los hierba de ser pacida, o el cordero de ser devorado por
,que se proponen soslayar los problemas más imperio- el hombre. A" medida que avanzamos de "abajo arri-
ba",hallamos más desvalido al ser, más lleno de corn-
,,1
28 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
SU U13ICACIÓN 29
plejas necesidades que deben ser llenadas en el mismo
sentido "de abajo arriba", tal como suben desde las porque la expresión escrita es una auténtica necesidad
raíces las corrientes· de savia vivificadora para que la humana de intercomunicación, Lo mismo sería ridícu-
fIor pueda abrirse. lo pretender negar la semántica o historia del lenguaje.
A lo que estoy negando historicidad es a la poesía,
Conviene que el poeta no olvide que su alma des.
que resulta idéntica a sí misma desde el primer poeta
empeña el papel glorioso pero humilde de soporte,
de suelo nutricio de la poesía. El que pretenda regirIa hasta nuestros días.
Por eso, en el Juicio Final, todos los poetas se re-
y no ser regido por eIIa caerá en la torpe condición
conocerán como contemporáneos, yeso servirá para
de "literato". Será corno el falso sacerdote que pre.
distinguidos de los otros; todos hablarán un solo idio-
tende dictar normas a su Dios, y .aun correrá el r~esgo
de convertirse en esa COsaabominable que es un teó. ma, el' de la poesía, castamente desnuda, desceñida al

t',f.t
logo ateo. fin de la equívoca vestidura de las palabras.
y se comprenderá claramente por qué ella no pudo
¡I~
(/
Esta relación entre la poesía y el hombre, en la que
éste sirve a una' necesidad -que no es _suya, encierra
tener historia, como no puede tenería la eternidad,
\ 1', que es su patria; ni la inmortalidad, que es su vida.
~ ~1Uaconsecuencia en cierto modo inesperada. Las ne-
r~ cesidades del hombre varían con el clima, la configu.
1::1 ración del suelo, los supuestos económicos, y aun con
¡
el simple correr del tiempo. La sistematización de esos
cambios de la necesidad es lo que llamamos historia.
Por eso podemos hablar de una historia de la religión,
y aun de una historia de la historia, comprendiendo
como tales la sucesión de formas con que el hombre
ha ido adecuando sus necesidades en esos diversos
planos, a las realidades del ambiente. No podemos,
en cambio, hablar de una historia de la poesía sin
falsear el sentido de ambas palabras, porque 10 que
no responde a una necesidad no puede tener historia.
Entiéndase bien 10 que quiero decir: se puede muy
legítimamente hablar de una historia de la literatura,
III

POESIA y EXPERIENCIA

l.; Según un viejo aforismo, nada hay en nuestro espí-


ritu que no haya entrado en él por las puertas de los
t, !U·ro'
fl •
i sentidos. Salvo los conceptos "a priori", podría argu-
ri mentar Kant. Si no fuera por el temor de abusar de
1\ (!' las metáforas apícolas, citaría a las abejas. Dentro
~ ~J.
I 'l.
de la colmena, es evidente que sólo se encuentra 10
,::1 que entró por la pequeña abertura de acceso, Pero
¡
esto sólo es verdad cuantitativamente, si nos referimos
a pesos o volúmenes, y aun cua:litativamente, si nos'
limitamos a considerar los elementos como tales ele-
mentos. Cada átomo de carbono o de hidrógeno, o de
oxígeno, entró sin duda alguna por la portezuela. La
miel, como tal miel, acendrada y madura, aparece en
cambio por primera vez en los panales, y no porque
estuviera en ellos "a. priori", sino porque su calidad
melífica la adquirió exclusivamente en ellos.
Así, dentro del espíritu, sólo existen cuantitativa-
mente datos de experiencias aportados por nuestros
sentidos, pero la Poesía no ha penetrado con ellos,
ni estaba apriorísticamente allí; es el mismo espíritu
32 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA POESÍA Y EXPERIENCIA 33
quien los crea, con los decantados productos aporta- tiza muy pocas firmas. Los demás giran en descubierto
dos, sí, por la experiencia, pero que, fermentados, di- y pierden para siempre su posible tesoro. Esto explica
geridos o asimilados por él, ya no son experiencia también por qué el poeta en el "caso Rirnbaud" deja
propiamente dicha. de escribir' en la madurez, a no ser que 'prefiera re-
En aparente contradicción con esto que acabo de petirse: la adivinación ya no es posible para el que
sostener, Rainer María Ri1ke ha dicho: "Pues los ver- sabe.
sos no son, como creen algunos, sentimientos; son' Muchas veces la adivinación proviene de la inteli-
experiencias." Para aumentar la apariencia de contra- gente selección de lo leído o de lo oído en conversa-
dicción, voy a defender esta afirmación de Rilke con- ciones. En esos casos, el poeta se apoya en experiencias,
tra el principal argumento que podría oponérsele, y aunque ajenas, y entonces es su intuición lo que le ga-
que sería lo que llamaré el "caso Rimbaud", no por- rantiza su validez; pero aun así, esas experiencias pre-
,t!; I/}.o,
que sea exclusivo de él, sino porque es su represen-
tante más característico.
téritas' para los otros son aún futuras para el creador,
pero experiencias siempre.
I 1-
f r; I De pronto, un muchacho de escasísimos años, y por No hay, pues, tal oposición entre el caso Rímbaud
\ 1,.
I~ k;¡ lo tanto de menguada experiencia, aparece expresán- y la afirmación de Rilke; es, por el contrario, una
I 'iir dose poéticamente en versos inmortales, y lo que es demostración de ella, así como la ascensión de un
más curioso, cuando se convierte en un hombre ex- globo no es una excepción, sino un ejemplo confir-
perimentado, cesa de escribir. ¿Qué lugar ocupa la matorio de la ley de la gravitación. Con todo, la afir-
experiencia en su obra poética? Se me ocurre una mación de Rilke sería incompleta, y con ello falsa, si
contestación sencillísima, tan sencilla que llegará a tras enumerar bellísimamente una serie de experiencias
parecer humorítica: la experiencia, en estos casos, está necesarias para escribir un solo verso, no añadiera al
detrás, y no delante de los versos. El poeta del tipo final de' la serie:
Rimbaud procede por adivinación, y la adivinación es "Y tampoco basta tener recuerdos. Es necesario sa-
precisamente eso: una experiencia previa, anticipada ber olvidarlos cuando' son muchos, y hay que tener
a su objeto. Porque la adivinación, o coincide Con la la paciencia de espe,rar que vuelvan. Pues los recuer-
experiencia posterior, o no es tal adivinación, de ma- dos mismos no son aun esto. Hasta que no se con-
nera que el poeta que se vale de, ella no prescinde, por vierten en nosotros, sangre" mirada, gesto, cuando ya
eso de la experiencia, sino que 'en cierta manera tra- no tienen nombre y no se les distingue de nosotros
baja sobre ella a crédito. Sólo que la Realidad garan- mismos, hasta entonces no puede suceder que en una

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34 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA 1',
¡

hora muy rara, del centro de ellos se eleve la primera POESÍA Y EXPERIENCIA 35
palabra de un verso." Es necesario, pues, que empecemos por olvidar,
Este final es el que da la validez al comienzo, así para adquirir la totalidad del recuerdo como cosa pro-
como es en el reverso, y no en el anverso, donde se pia; para que la experiencia pierda su lado del no-yo,
suele indicar el valor de una moneda. es decir para que deje de ser experiencia.
Hay que saber olvidar los recuerdos, es decir las Cuando, transfigurada en recuerdo, surja de nuevo
experiencias, puesto que de ellas sólo nos quedan re- en nuestro espíritu, aparecerá como siendo ya parte
cuerdos, que son como sus fantasmas. Pero la poesía del mismo espíritu y habiendo adquirido la movilidad
no opera con sombras, sino con realidades. Es nece- necesaria para suscitar la síntesis creadora.
sario digerir la experiencia, evaporada en recuerdos, "Hasta que no se conviertan en nosotros, sangre,
desintegrarla, impregnada del propio ser, asimilada mirada, gesto." Es interesante recapacitar sobre el sen-
1:" a su propia substancia, como hace la futura madre Con tido de la palabra "mirada" en esta frase, porque ella
, rb,~~ los alimentos, antes de poder crear con ellos a su hijo. puede aclarar notablemente 10 que estoy queriendo
iII"~
/1 .• ¿Por qué es necesario -imprescindible, dirla yo- decir.
f
~:~!¡l· olvidar previamente los recuerdos, antes de que su "Sangre, mirada, gesto. " .Ya la tenemos más enfo-
',~'"~O
'4
/.)
contenido adquiera posibilidades poéticas? Según Ad- cada; es muy sugestiva la trinidad. la sangre, que ha
ler, nuestra memoria está condicionada por lo que él sido llamada "el medio interior", es como el íntimo
llama nuestro "estilo de vida". Recordamos solamente mar en cuyas ondas flota nuestro ser. El alma se nos
aquello que favorece su desarrollo, tendemos a olvi- va junto con ella. Entre sus sales lleva disueltos los
dar lo que lo contraría. La experiencia es indiferente secretos humores que disponen nuestro temperamento.
a nuestro estilo de vida. Tropezamos ciegamente con El . odio, el amor, el miedo, circulan en verdad por
ella. Es menester que sus datos se sumerjan en las nuestras venas. Y el gesto; lo que brota de nosotros
aguas lustrales del olvido para que de ellas sólo surjan hacia fuera, el intento de proyección de nuestra limi-
"nuestros" recuerdos, los que están a tono con nues- tación hacia 10 infinito, lo que el no-yo puede tener
tro ritmo. la experiencia, resultado del contacto prima- como experiencia de nuestro yo.
rio entre el yo y el no-yo, encierra siempre un elemento y en el medio de ambos: de nuestro interior y su
extraño a nuestro ser íntimo, y la poesía no puede con- manifestación, entre la sangre y el gesto: la mirada.'
tener nada ajeno a nuestra propia esencia individual. la mirada es la más espiritual de las puertas de en-
Justamente en eso reside el valor de su universalidad. trada de la experiencia que avanza por ella vestida
de luz; pero no es en ese sentido que ha pensado en

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36 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
POEsíA y EXPERIF,NCIA 37
ella Rilke. Veamos: "es necesario que los recuerdos
nismo debe eliminar si no quiere perjudicar su salud.
se hagan mirada". Es decir que miremos por ellos, a
la experiencia directa tiene el carácter de dureza y
través de ellos, que la experiencia no hiera cruelmen-
falta de maleabilidad de lo inorgánico, frente a la sor-
te a nuestro espíritu, sino que le llegue a través de
prendente capacidad proteíforrne de 10 poético. Para
los recuerdos, que ya son superación, y en cierto sen-
adquirir tan alta categoría, la experiencia debe tam-
tido, negación de experiencia. Que la mirada no sea
bién perder su propia naturaleza elemental y someter
solamente de afuera hacia adentro, sino también de
su azar al alto rigor de la poesía.
adentro hacia afuera, que proyectemos los recuerdos
, En la experiencia el azar se nos presenta al estado
sobre las cosas, que creemos en la misma medida en
que vemos. selvático, contradictorio y muchas veces absurdo; pero
el espíritu ha encontrado dos formas de someter el
1..,'1 y aun esto no basta. Hay que esperar "hasta que
azar a un equilibrio perfecto: la Geometría y la Poe-
l'
, /Ii"/>
l' .
r~:~ los recuerdos no tengan nombre y no se los distinga
de nosotros mismos", hasta que sean totalmente "yo",
sía. En verdad, en ninguna de las dos el azar está
eliminado, pero en las dos está humanizado en su
¡tI; ¡( perdido ya en el intrincado proceso de asimilación
propio equilibrio. la diferencia entre ambas consiste
1'
\
\ ~;
'(¡!i hasta el último asomo de experiencia. Vemos entonces
I en que en la Geometría está cristalizado en un equi-
~ justificarse lo que decía al principio: la poesía es algo
librio estático, mientras que en la Poesía es esencial- .
JI 11 t que está en nuestro espíritu y que no ha entrado por
r mente dinámico.
las puertas de los' sentidos porque sólo en él puede
originarse. Pero me estoy alejando de mi asunto. Decía que la
experiencia que no ha perdido su carácter de tal, y que
Ahora conviene dar otro paso y asegurar que la
aparece introducida en el cuerpo de la poesía, ocasio-
experiencia directa, cruda, es. esencialmente antipoé-
na en ella las mismas alteraciones que el cálculo en
tica. la vida se vale para sus menesteres de elementos
el cuerpo viviente. Sus agudas aristas, sus implaca-
inorgánicos; no podría ser de otro modo. Pero sólo
bles vértices, laceran con su incapacidad de cambio
los acepta condicionándolos a sus propi¡¡s necesidades,
los libres movimientos de sus miembros.
c¡¡mbiilndo su estructura, para darles esa plasticidad
Para el espíritu sensible al encanto poético, el ha-
inherente a 10 vital. Todo elemento inorgánico' que
llazgo de elementos de experiencias directas, no asi-
persista en su condición de inorgánico en el seno de
miladas por una serie de sucesivos .olvidos, en una
un organismo perjudica su economía. Forma en él un
poesía, produce un desagrado semejante al que oca-
algo extraño, un cálculo, una impureza que e~ orga-
sionaría un trocito de estiércol en la corola de una

\. o',
38 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
.
POEsíA y EXPERIENCIA , 39
flor. No es que la flor no esté integrada por los mis-
mos elementos, ya que es como su misma justificación; pero cierto, de inmoralidad, La experiencia que in-
pero resalta aun más la ignominia de los que no se tenta hacerse pasar por poesía es una especie de estafa,
han purificado en el fervor de recónditas fermenta_ de apropiación de lo ajeno, o más exactamente aun,
ciones, en la lenta asimilación a través de la ávida un intento de poner en circulación billetes falsos. La
ceguera de las raíces, en la imperiosa llamada de la risa aparece entonces con todo su carácter de sanción,
luz solar. y la comicidad impide que la emoción poética que
Además, fuera de esa impresión de desagrado, la pudiera haber en el resto del poema se manifieste.
experiencia introducida en el ámbito de 10 poético El tremendo peligro de la Poesía consiste precisa-
provoca siempre la risa. ¿Cuál es el carácter de comi- mente en que siendo su imprescindible vehículo las
cidad que se le puede atribuir? palabras, que son como huellas dejadas en el idio-
~
ma por las experiencias, al menor descuido del que
"
~1~
.1
Para Bergson, es condición fundamental de 10 có-
/l/-e-'
mico la aparición de lo mecánico en el seno de lo las maneja rompen la sutil arquitectura de ecos y re-
I~
" 1; ¡., vital. La comicidad no sería provocada tanto por esa sonancias y retornan a lo cerril de su origen.
I 1,
~11t;~~ degradación de lo vital a lo mecánico cuanto por la Además, la tensión poética, que es máxima para
'\·~I
necesidad de una "sanción" contra la misma, que en- los no acostumbrados a soportada, hace aparecer como
cuentra su expresión en la risa. un descanso el descenso al sentimentalismo y a la
Ahora bien; la misma relación que existe entre lo anécdota que supone la expresión literaria de la ex-
mecánico y 10 vital, la encontramos entre lo experi- periencia.
mental y 10 poético. El torpe acaecer de la experiencia Es que la poesía no es entretenimiento, sino milicia.
simple actúa como un mecanismo inmensamente como El más viril entre todos los ejercicios a que pueda
plicado, de fatalidad a veces imprevisible, pero siern, entregarse el hombre.
pre indudable. La Poesía, que es la forma más alta
hacia la que tiende la vida, su justificación y su in-
mortalidad, tiene que contrastar forzosamente con el
carácter mecánico, no creador, de la experiencia. .
Además, la experiencia es, por definición, "lo dado".
La Poesía, en cambio, lo que "tenemos que dar". Por
lo tanto, su confusión encierra, un principio, suhl

ri
PEQUEÑAS VARIACIONES

Palos y Bombos. -En tu' oficio de crítico, no usarás


más palos que la vara de medir, ni más bombo que
el necesario .para marcar el compás del ritmo que
PEQUEÑAS VARIACIONES 1
puedas oír.
Directores. - Rige la dirección de tu poema Con la
De la impal'cialidad en la crítica. - Nadie más im-
misma inflexibi,lidad y cautela con que la veleta
parcial para un jurado de pinturas, que un ciego de
señala al viento el rumbo que debe seguir.
nacimiento.

I.Ií Ritmo. - Malo es que el poeta se preocupe del rit- Aristarcos. - Reprocharle a la nube que no sea una
r&~~ mo. Cuando la respiración empieza a constituir un piedra. Increpar al jabalí porque no se comporta
I'él problema, algo anda mal dentro del pecho.
como un lirio de los valles: no es menester mucho
11"
,ri M más ingenio para adquirir .fama de terrible Aris-
I¡\ 1, De la crítica. - Aprenda el crítico de la trucha a
I ·~I~
I~;~{
nadar hacia la' fuente, sin dejarse seducir ni por la
tarco.

frescura, ni por la transparencia, ni por la fuerza Humo. - Sólo es un copito de humo que dispersa el
de las aguas. Sólo una vez que encuentre el manan- aire frío de la noche .. iY pensar que su intención
tial habrá ganado el derecho a la placidez de de- era mostrarle cómo es el fuego a las ardientes es-
jarse arrastrar por la musicalidad de las aguas des-
cendentes. trellas !

Fugacidad. - ¿Se te escapó el pájaro que cantaba en


Tú y yo. - Alguien -que puede ser Valéry_ ha tu árbol? Conténtate con eternizar el temblor que
dicho que casi toda la crítica se reduce a decir': aún perdura en la rama de donde voló.
"Tú no eres yo." La verdadera crítica debe ceñirse
a esta indagación: hasta qué punto tú, eres tú mís-' Tanto da. - Vena subterránea de agua ciega, o res-
mo; porque en la medida de esa identidad está la plandeciente arco iris, es lo mismo, con tal que tu
de la coincidencia con cualquier ser humano igual- poema salga de una soledad y llegue a otra.
mente auténtico.

.1
, .
IV

,) SU OBJETO

Acaso la primera pregunta que sobre este tema


pudiera hacerse fuera para ponerle fundamentalmente
~
~1~
,1 1). t en duda: ¿Tiene realmente un objeto la poesía? ¿No
41'~
1" radicará en ella su única razón de ser? ¿No será un
~. 1; M. algo cerrado sin porqués, apoyado en su propia esen-
'1, (,~~.
\~, cia? ¿Un cántico porque sí que en su perfección se
", satisface? ¿No empequeñece a la poesía el tener un
¡: III
f l. "objeto" ?
No más que al durazno encerrar entre su pulpa
jugosa la dureza donde duermen las posibilidades fu-
turas de la semilla. No hay oposición entre la pulpa
y el germen dormido: ni es menos sabrosa aquélla
porque en definitiva su existencia esté supeditada a
las necesidades de éste.
Pero con esta imagen no estoy contestando a la
pregunta fundamental sino simplemente aclarando que
el hecho de que la poesía tuviera un objeto, en nada
debe desmerecérnosla.
Se me ocurre que éntendefÍamos un poco mejor el
problema si empezáramos haciendo una distinción
44 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
SU ,OBJETO 45
entre "poesía" y "canto", y dijéramos que el canto provisto del don del canto. Claro que el poeta perfecto
es la poesía sin objeto o, si 10 preferís, la poesía, el es el que siente a la poesía en su interior y la comu-
canto con una finalidad.
nica cantando.
Hay un don del canto, muy distin,to de, la gracia El canto, como la sonrisa, como la lágrima, puede
poética y que los profanos suelen tomar por ella. El tener su objeto; pero no implícito, no fatalmente li-
don del canto puede posarse en un espíritu superficial gado a su esencia; será algo accidental y de múltiples
y florecer 10 mismo -si no mejor- que esa deli- posibilidades; considerado en sí mismo, diré que el
ciosa parásita que se llama "flor del aire" y que pa- canto, como tal canto, es la felicidad de la armonía
rece independizada de toda fuente nutricia. Son en que se satisface a sí propia, y por ello carece de todo
apariencia sus pétalos una alegría de los aires: aire
objeto que la trascienda. ~
mismo florido. En ella no se podría hablar de 10 Pero la poesía, por el contrario, tiene un obj eto bien
telúrico, sino de lo aéreo.
~~t!
Iro.~. preciso, independiente de su forma, o mejor dicho, al
IV·!' El don del canto es conferido al azar, 10 mismo al que su forma debe supeditarse, puesto que la poesía
I~ , rústico que al culto, y hace que las palabras se ordenen es, a fin de cuentas, la consecución de su propio ob-
~' , I\j
en la boca del~que lo posee, con una disposición rítmi-
'1I'~~r
0: ca sin esfuerzo: los acentos se distribuyen en una feli-
jeto.
~" ¿ Cuál es, pues, éste? Temo que no se me crea si lo
cidad de eufonía, las sílabas se armonizan por calla- digo así de pronto en una primera aproximación, tan
'it
l' l. das afinidades, un secreto equilibrio de imponderables elevado y sencillo es: conseguir que cada cosa sea
matices hace que el canto vuele al aire y se sostenga ella misma: que coincida con 'su propio ser.
con esa mágica fuerza que se traduce en gracia, como Se me puede mirar como a un bromista, porque
el vuelo del colibrí o tente-en-el-aire.
parecería que cada cosa es ya de por sí ella misma,
El don del canto es una feliz fatalidad que se posee sin necesidad de colaboraciones extrañas ni de Pero-
o no, como la rosa su perfume .o el caracol sus volutas,
grullas que lo descubran.
y acaso tengan su objeto recóndito en el ciego sentido Pero el calumniado Perogrullo necesita a veces es-
hacia la armonía que rige a toda la vida orgánica. Pero fuerzos casi divinos para lograr sus evidencias. Pense-,
el don del canto no es la poesía, aunque naturalmente mos en un trozo de madera. Pongámoslo frente a nu-
no se opone a ella, y aun ayuda a manifestarla. merosas personas. El geómetra verá en él una forma; el
La poesía puede ser áspera, ,arrítmica, dura cuando carpintero, las posibilidades de otras formas; el inge-
el poeta ha nacido con el estigma de tal pero des- niero, un sistema de resistencias dirigidas en deterrni-

," " ,
46 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA SU OBJETO 47
nados sentidos; el comerciante, una/posibilidad de lu- mas. En la labor de un ser humano, frente, a la im-
cro; el físico, una armoniosa combinación de energías. posibilidad absoluta de una 'salvación total,es menes-
electrónicas; el rústico, el material para una empaliza- ter señalar cuáles son las cosas que merecen ser preser-
da o una puerta; el metafísico, una suma de sensa- vadas y cuáles abandonadas a su destino de evanescen-
ciones, " Podría continuar así casi indefinidamente: te disolución. Y aquí el poeta realiza una labor tras-
es necesario que aparezca el poeta para despejar de ese cendente, aquí se justifica a sí mismo o se pierde sin
trozo de realidad todo lo superfluo, lo accesorio y lo remedio.
convencional y descubrir en él a la madera, con las ,Porque notemos que ese proceso de identificación
calmas oleadas de sus vetas, con el honrado olor de su de la cosa consigo misma no se logra sino de una
substancia; a la madera: madera, manera; y es arrebatando del torrente de 10 circuns-
No es empresa fácil lograda: debe luchar contra tancial, es decir, de 10 temporal a la cosa, la que
,~ la acumulación de lo circunstancial que los hombres en el momento mismo de la autoidentificación se in-
JI~\.~
u.~
1,
pusieron sobre cada substancia como si no pudieran mortaliza, alcanza el plano de lo eterno.
resistir el contacto directo de las esencias, De qué mé- Por eso he sostenido que la poesía no tiene his-
1,'/" : ¡,¡ todos se valga para logrado no es el objeto de mi in- toria, aunque puedan tenerla las formas poéticas. La
'II(;;~ dagación ahora, pero la Poesía se alcanzará solamente poesía no tiene historia, porque es el camino de acceso
~,II
a la eternidad, que está poblada, no por las abstrac-
,II
'" cuando cada lector desprevenido tenga la evidencia de
ciones de las ideas platónicas, asépticos modelos, som-
esa desnudez, la certidumbre de hallarse cara a cara
f L,
con la intimidad del mundo. bras de sombras de proyectos, sino por las operantes
En el caos de lo accesorio, de 10 adjetivo, de lo vivencias más cargadas de pasión, que alcanzan la eter-
prescindible; la labor de identificar cada substancia nidad, no a fuerza de abstractas renunciaciones, sino
consigo misma equivale a su creación o por lo menos por el acendrado calor humano que las alienta y las
a su rescate del limbo de lo inexistente. hace trascendentes.
Pero hay algo más importante, si no desde el pun- Este servir de cauce al tiempo -mejor de delta-
to de vista puramente teórico, desde el humano, y para que desemboque en la eternidad, ya es función
es la selección de las cosas que deben ser salvadas. poética. Que por aquí podría parecer identificada a
Porque sólo en una mente infinita, en el seno de la Mística.
Dios, cabe la posibilidad de una salvación simultánea Pero el místico es más impaciente, y aunque esto
de cada átomo y de cada instante idénticos a sí mis- parezca contradictorio, más asido a sí mismo que el
48 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
49
SU OBJETO
poeta. El místico sueña con la identificación, con "su"
un estado de conciencia en .el que la memoria res-
identificación con la divinidad. Tiende al rapto en el
plandece. La eternidad no es sino la memoria infinita.
que su ser se sume al Ser Divino: "Vivo sin vivir en
Por eso muerte y olvido son dos nombres de una
mí - y tan alta vida espero - que' muero porque
misma imposibilidad siempre en acecho de la certidum-
no muero." Por una escala de perfeccionamiento, eso
bre de la pasión.
sí, pero con desprendimiento de la realidad que le
rodea. El hombre es mortal, porque es olvidadizo, pero hay
algo en él que clama por la perennidad, hay algo que
El poeta busca demorarse, porque sabe que en cada
no se resigna a perecer, y es la pasión. Los instantes
momento de su demora está "ya" presente la eterni-
más cargados de potencial de pasión comienzan por
dad, y más que sumergirse él en el seno de Dios,
pervivir más lúcidamente en nuestra memoria, por ser
persigue la atomística justificación de cada cosa de
I!,! por sí, Sabe que la totalidad habita en cada una de las
más "presentes", más actuales o actuantes. Y la poesía
·•.0, ha nacido de ese anhelo, de ese fervor de perpetuidad.
I~'~,.': partes, o mejor dicho, presiente que esa división en-
I ~f.~ La pasión se reconoce porque en su ámbito también
'1' tre "todo" y' "partes" es artificiosa y causada por s1:1
1,: I\f i el tiempo se identifica consigo mismo, se descubre su
'\ ineludible unicidad. El místico en trance se desase de
I¡ Iff~ propia substancia y reconoce en ella la culpa de 10
¡~II: las cosas que lo rodean y simbólicamente pierde con-
~,; eterno. Fijar esa fugacidad, anular el olvido, acuñar
tacto con el suelo por levitación; el poeta, en cambio,
·1 LI: la pasión: ese es el auténtico, el verdadero objeto de
,1

~' L. se busca a sí mismo, a su razón de ser, desperdigada


y entera en cada grano de arena, o en cada brizna de la poesía.
pasto. El poeta resulta así como el órgano de reproducción
de la especie, el tentáculo con que ésta se amarra a lo
y no se vale para ello del aparato cognoscitivo y
perenne .. Su función consiste en salvar los más altos
lógico del filósofo, porque no persigue conocimiento,
momentos de cada vida, aquellos en que lo indi-
sino evidencia, y ésta no se alcanza por mecanismos
vidual tocaba los lindes de lo universal y se justificaba
sutiles, sino por súbitos. y desgarradores deslumbra-
mientos. en ellos.
Poco a poco, cada poeta auténtico va sumando sus
El hombre vive su vida holgazanamente, no le es
lucideces parciales a esa especie de conciencia estática,
dada a su naturaleza otra posibilidad: el olvido ame-
pero viva, que es la obra poética de la humanidad
naza y disuelve su desgano, disgrega su soledad y hace
total, va perfeccionando sus matices, añadiéndole posi-
que el pasado sea pasado. Porque. el presente sólo es
bilidades, rumores, ensueños.
SU OBJETO 51
50 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
sino que ansiaba su justificación en la contemplación
En contra de 10 que sucede con la ciencia, que es de la perfección divina que suponía la eternidad. Pero
un continuo rectificar de datos contradictorios; de así como el ser tendía hacia la conciencia, la concien-
verdades provisionales que son dejadas de lado cuando cia aspira hacia la poesía que es el lúcido deslumbra-
otras demuestran mayor practicidad, y al revés de los miento del ser primario: de que la madera sea madera
sistemas filosóficos definitivos pero exc1uyentes entre y la pasión, pasión.
sí, cerrados con' la antipatía de malas vecindades, la De pronto adquiero la noción de las alturas a que
poesía tiene un carácter fraternal, una posibilidad adi- me he remontado, y cierro los ojos para resistir al
tiva ininterrumpida y sin término: sus tesoros crecen vértigo. Pienso en los que consideran a la poesía como
sin límites y más cuanto más generosamente se dan a agradable adorno de la vida, como objeto de "con-
todos los hombres. fort", y me sonrojo por ~llo~:.;,En los que quieren
El poeta puede suponer que trabaja por su propia utilizada para satisfacer su vanidad o lucir su inteli-
~"
::'0;
,~..;
{
inmortalidad -y no se equivoca-, pero es porque su gencia, y me sonrojo por ellos. En los que la con-
II~r' inmortalidad personal está condicionada, inextricable- funden con los plumajes del ave del paraíso o los
/11', hll,; mente unida a la inmortalidad de la especie. Porque cantos del r,uiseñor y aspiran a convertida en simple
l' i •
para que su nombre perdure, es menester que hable
r ~,' reclamo de lo erótico, yme sonrojo por ellos. En los
'\!~I¡;. a los hombres en el lenguaje de los hombres, por-' que lacons~deran adecuada para encubrir discursos
-"'; : que de no hacerlo así, junto con la inmortalidad de la o consejos morales, y me sonrojo por ellos. Pienso en
Ilt: .
l' L. I especie se derrumbaría su propia inmortalidad, ya que los premios literarios, en las ediciones de lujo, en las
sería olvidado. dec1amadoras. Y me sonrojo por ellos.
Sólo a pura generosidad puede salvarse el egoísmo, Y pienso en mí, me imagino aveiíguando cuál es el
y no hay en esto la menor 'apariencia de contrasen- objeto infinito de la poesía, y persistiendo, increíble-
tido, puesto que en la poesía es donde se realizan las mente, en su persecución. Y me sonrojo también por
armonías de los contrarios. Ya dije que su papel fun- mí mismo, más que por ningún otro.
damental es hallar la eternidad de 10 temporal, y 10
universal de lo particular, o viceversa.
El primer tanteo del ser hacia el espíritu fué por
la vía del instinto, y el instinto tiende con todas sus
fuerzas hacia la perduración. Después llegó la concien-
cia, que ya no se complacía con la pura durabilidad,
v
LOS ENEMIGOS DEL ALMA

Los enemigos del alma de la Poesía, también son


tres, y -¡oh, poder de la coincidencia!- también
se llaman el Mundo, la Carne y el Demonio.
Con teológica estrategia toman sus posiciones, no
desde ángulos ofensivos, sino en apretados círculos
11I1: concéntricos, el más amplio de los cuales -el Mnn-
~~ do-- encierra y domina a la Carne, prisión a su vez
!,III' del alma -la Poesía en nuestro caso-- Y ya dentro de
1'1' :~
ella el más cauto y temible de los enemigos opera
desde un círculo interno, atacando directamente a su
propio ser: es el Demonio.
No es que estos enemigos corrompan a la Poesía,
porque ella es por esencia incorruptible y a veces hasta
puede resplandecer en medio de sus más odiosas ase-
chanzas, como el cielo azul continúa siendo azul por
encima de los nubarrones que nos lo ocultan a los
hombres.
Pero hay un peligro aun mayor que la simple ocul-
tación: las tentaciones de los tres enemigos pueden
no corromper, pero sí matar a la poesía, con el mismo
LOS ENEMIGOS DEL ALMA 55
54 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA e
toma ese espectro de forma que se llama Apariencia.
tremendo e irreparable género de muerte con que mue- El Mundo es, pues, el mundo .de las apariencias y es el
re el alma mediante el pecado mortal. primer enemigo con que tropieza la Poesía, que sólo
Tanto o más difícil que encontrar a un justo que puede vivir de profundísimas realidades.
no haya pecado nunca, es hallar un poema en el que la La apariencia acecha al poema de mil maneras Y
Poesía se encuentre totalmente limpia de complacen- suele resultar vencedora de él. La anécdota es una de
cias con sus enemigos. Pero conviene que por lo ellas. La anécdota es la apariencia de la acción, del dra- .
menos se intente señalar a la falta como falta, para matismo, y sólo la apariencia, porque el verdadero
que el poeta sepa a qué atenerse, para que el lector drama se oculta siempre bajo la superficialidad del
no preste su inocente complicidad en la torpe tarea movimiento. La Poesía, que es siempre reconditez,
del escamoteo poético. Veamos, pues, y por su orden aunque por sus resplandores pueda ser vista por trans-
creciente de gravedad, las tentaciones con las que cada parencia, queda siempre oculta4a por la anécdota, que
uno de estos enemigos acechan a la Poesía para des- es puro sucedido, temporalidad, mortalidad en suma.
viada de la luminosidad de su gloria. Pero la anécdota tiene un explicable poder de suscitar
El Mundo. - El ~:{undo no es ,el más peligroso, el interés inmediato' en el ánimo distraído por lo
11I1::
\ pero sí el más imprescindible de los tres tentadores. circunstancial -que es también totalmente anecdó-
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.II'~
11I, \,r , Porque el Mundo, en la Poesía, es lo exterior, pero tico- y el poeta se suele sentir tentado por ello a
'Ii ••
un exterior sin el que toda interioridad carece de valerse de ese poder de captación más fácil reempla-
LI:; I
, L.l; razón de ser, puesto que hacia él se dirige. O mejor zándolo por el duro ejercicio que demanda el soste-
dicho, el Mundo es el tránsito que media entre dos nimiento de la gracia poética. La anécdota habla direc-
interioridades: la del poeta y su lector, tan necesarias tamente a la parte infantil indiferenciada de nuestro
la una como la otra. Pero entre ambas recónditas sole- espíritu y lo seduce justamente por la falta de es-
dades, se alza una serie de obstáculos a veces insal- fuerzo que demanda. Como simple sucedido, el tema
vables, a veces recelosamente suspicaces, y es evidente anecdótico encierra un interés propio distinto del in-
que el lector poco o nada puede hacer para vencerlos, terés poético y tiende a suplantarlo. La ao,écdota es
Bs 'la Poesía -por intermedio del poeta- quien debe un verdadero "Brsatz" de la lírica, un plástico y delez-
intentarlo. El Mundo, o exterioridad que separa a las nable material que intenta reemplazar a su oro purí-
almas, es, en última esencia, la pura Nada; pero una
simo.
nada iracunda y solapada,· y actuante, y que se resiste Otras dos apariencias paralelas con que el mundo
a 'ser vencida por el Espíritu. Y cuando la Nada actúa,
57
LOS ENEMIGOS DEL ALMA
56 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
parco de la tirada, como si de antemano su autor se
nos tienta, son la simplicidad y la obscuridad delibe-
resignara a la ignara incomprensión del vulgo.
radas. Ambas encierran idéntica añagaza, aunque una; No es que en ellas el espíritu se supedite a la letra,
apunte a la pereza y la otra a la vanidad del lector: sino que la misma letra deriva todo su prestigio de la
una le dice que la Poesía está un poco más aquí y la simple tipografía, de las marcas de sus tintas o del
otra un poco más allá de donde él se imagina, pero papel con ejecutoria sobre el que están impresas.
las dos le desvían igualmente de su centro viviente. Me refiero, claro está, a los poemas concebidos ya
El poeta simplista procede como si continuamente para ser publicados en "Plaquette", como si la mi-
se tuviera que comunicar con niños o con retardados noría excelsa ala que la poesía va dirigida tuviese algo
mentales. Sus balbuceos son tan absurdos como los que que ver con otro tipo de minorías. Pero hasta la
tartajean los adultos cuando se dirigen a los niños de poesía auténtica me parece que se siente incómoda en
pecho, y adolecen de idéntica torpeza, aunque, como la insolencia de esas páginas envaradas de su propia
ellos, muchas veces estén recargados de ternura. prestancia material; las más aéreas estrofas quedan
El que se vale de la obscuridad deliberada, también entre ellas como congeladas, como cosas muertas, como
cree dirigirse a niños, sólo que trata de asustarles simples intrusas a las que se tolera de lástima y sólo
amontonando sombras alrededor de su nada, para que porque sirven de pretexto a la exuberante importancia
el temor reemplace a la claridad de la comprensión.
) . que las rodea. También aquí la salvación está en la
t'lf Terriblemente difícil es de por sí la expresión adecua- medianía honrada, en la pulcritud de la edición dis-
,. ;~"
da de lo que el poeta tiene que comunicar, para
1:) creta y sin insolencias de colofón.
1.. f: que acumule encima penumbras inútiles, de donde La Carne. _ La carne no es sólo la prisión del
puede fácilmente inferirse que quien a esa nada re- alma que supusieron los místicos, "el hermano asno"
curre, es para ocultar otra más pavorosa e irremediable de San Francisco. Si su relación fuera simplemente
Nada. esa, fácil le sería la defensa al alma. Pero la carne es .
Otra apariencia hay aun más superficial y vana, y no también el espíritu, es como sus arrabales, el contorno
quisiera mencionada porque espíritus bien intenciona- por donde el espíritu se rodea de realidad. Pero donde
dos de honestos artesanos le prestan sus servicios, y la realidad intenta imponer sus normas al espíritu.
porque a veces los ponen a disposición de las más Por eso la Carne es el campo donde realidad y' es-
dignas poesías. Me refiero a las ediciones raras, a las
píritu batallan cada uno por ser el otro.
"plaquettes" misteriosas, a las publicaciones fantasmas La tentación de la Carne a la Poesía, consiste, pues,
de un lujo ofensivo, de una ostentosa humildad en lo
58 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA LOS ENEMIGOS DEL ALMA 59
en escindirla, en separada en eso que los pedantes Y, no es porque sí esta comparación: porque la
han llamado el fondo y la forma e imponer la pri- rima' simple, casi inadvertida en su humilde papel
macía de la forma. mnemotécnico, puede servir de asidero a la poesía,
En cuanto consideremos a la carne como prisión pero su desmedida importancia hace que la estrofa
del espíritu, sus deseos serán siempre pecaminosos, cuyos versos remata, tenga la apariencia de una mano
porque las satisfacciones carnales tenderán por fuerza a ociosa. Su eficacia consistía en no sobresalir, su creci-
convertir en más rigurosa la prisión. Pero apenas miento las convierte en un lujo indecente Y puede
veamos a la carne como espíritu ella misma, como llegar a inutilizar, no sólo su propia función, sino la
alma "encarnada" por medio de la que actúa, como ta- de todo el poema que las soporta.
bernáculo, que participa de la santidad de lo que Otro tanto se puede decir de la delectación en l~
encierra, la noción de pecado carnal desaparece. morbosidad rítmica, en la tersura prosódica del verso,
De idéntica manera los peligros de esta clase que y aun en la plasticidad de las imágenes tomadas como
acechan a la Poesía, sólo aparecen en cuanto la "for- fines en sí mismas. Hay un estilo lujoso, muy pon-
ma" se diferencia substancialmente del fondo y 10 derado por los entendidos, que sienten con fruición
aprisiona y oprime en lugar de ser su modo de actuar, las delicias puramente formales de cada frase y su
su manifestación sensible. La forma "es" la adecua- encadenamiento cadencioso dentro del conjunto con
ción del fondo. Me complazco en repetir la fórmula. independencia absoluta de 10 que puedan expresar. y
Apenas separamos uno de otra, las necesidades propias hay algo más, que llega a la perversión y que es-
de la forma se' transforman también en pura concu- tuvo muy de moda a fin de siglo, y es el gusto por
piscencia cuando no en torpe lujuria. la expresión sabiamente' corrupta, 10 que podríamos
.Entonces la forma prolifera con independencia can- llamar el estilo "faisandé".
cerosa, forcejea por adquirir valor independiente y A todas estas obscenidades se llega cuando se separa
todo tecnicismo aspira a suplantar a la Poesía total. a la carne del espíritu, al fondo de la forma, a la
El Diccionario .de la Rima adquiere de pronto impor- ' Poesía de la Retórica .. ,
rancia capital, y él manejo de rimas dificultosas y El espíritu, para su inmortalidad, necesita de la re-
raras confiere gran prestigio, no menor ni menos surreción de la carne, pprque sólo en su unidad es el
absurdo que aquel de que se vanagloriaban los viejos Hombre. total. Así la poesía verdadera debe aspirar a
mandarines al exhibir sus uñas inconmensurables en- expresarse en una forma inmortal, que participe de las
cerradas en estuches, como joyas. gloriosas propiedades de su esencia, Y por eso es hon-
60 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA LOS ENEMIGOS DEL ALMA 61
rada la artesanía del poeta que procura e! máximo Como las brujas del páramo le gritaban al predes-
decoro a su expresión; pero jamás debe olvidar el tinado Macbeth: -¡Tú serás rey!, y él perdió la
poeta que la carne, desvincu1ada de! espíritu, se de- salud de su alma por cumplir el presagio, así el gran
rrumba en podredumbre. Tentador le sopla a la Poesía, y desde adentro de
El Demonio. - El Demonio es siempre el Anti-Ser, su ser: -¡Tú serás Conocimiento!, o: -¡Tú serás
el que se opone a la realización plena de las cosas. Moral!, y la Poesía perece en el intento de logrado.
Es e! espíritu que niega al Espíritu, y por eso con- La complacencia con la mera forma puede ser per-
duce a la perdición, porque la salvación de algo donada, pero la traición a la propia esencia carece
reside en la coincidencia con su propio destino. A ello de perdón posible: la condenación no proviene de una
se opone el Demonio con todas sus fuerzas. voluntad ajena: va implícita en el hecho mismo. En
El Infierno, su morada, es el lugar donde nada es el pecado no lleva la penitencia, como suele decirse,
10 que debe ser, donde la equivocación es la norma sino la condenación.
y 10 torcido la única rectitud. Cada afirmación suya La poesía que aspira a ser algo más que poesía, es
es un "quid pro quo", cada evidencia un equívoco. como el ángel que quiere ser más que ángel y se pre-
El espíritu puro, en cambio, "es lo que es". El cipita por ello en el báratro. Muchas son las formas
ángeI persiste en su condición angélica, o como el que- de caída, y una sola la de salvación. Puede llamarse
rube que arde en su propia llama asciende por grados Pedagogía y despeñar a la pobre poesía por los aspe-
sucesivos acercándose cada vez más a su propia iden- rísimos riscos de la didáctica, puede conocerse como
tidad. Pero el Demonio empezó por ser ángel y ya Moral y transformar su resplandeciente doncellez en
no 10 es: es lo contrario de lo que debió ser. una solteronería arrugada y sermoneadora, puede reci-
La Tentación se resume en eso: en inducir a aban- bir el nombre de Política y emporcar las majestuosa
donar el camino que conduce a sí mismo. y ya sabe- perennidad en un fango de minucias indecorosas ...
mos que e! Demonio para tentar ofrece e! dominio La salvación, ea cambio, también para la Poesía
de! universo. La Poesía, cuyos ámbitos son inmensos, tiene un solo nombre: Pureza.
pero limitados por su propia inmensidad, es especial-
mente débil frente a este tipo de seducción. y si no He tratado de esbozar apenas algunos de los infi-
sabe resistida, está perdida, porque los pecados del nitos riesgos que circundan a la Poesía. Debo insistir
mundo de la carne son veniales, pero los del Demo- en que posiblemente ningún poeta, aun entre los más
nio, mortales por necesidad. grandes, se vió por completo libre de pecado. Nuestro
.VARIACIONES SOBRE LA POESM

José Hernández, tan limpio de pecados de la Carne,


fué tentado por el Mundo y se sirvió para su expre-
sión de la anécdota. Góngora, tan incontaminado de
los pecados del Demonio, se dejó tentar por la Cirne.
y Dante, nada menos que Dante, no supo resistir al
Tentador en su pasaje por el Infierno: ..
VI
Pero el hecho de que el más limpio de los justos
peql.le siete veces al día, no justifica al pecado. LA ADJETIVACIÓN

La ingenuidad es peligrosamente metafísica. Para


-~ ella, la realidad que nos rodea y de la que formamos
parte está compuesta por objetos o esencias -substan-
tivos en todo caso-- en los que sólo mediante un
examen posterior podemos ir descubriendo diversas
características -adjetivos- que de ningún modo son
fundamentales.
Ya su etimología lo denuncia: adjectlls: agregado.
Pero la ingenuidad es sólo un punto de partida;
acaso alcance a serlo también de llegada; en el inter-
valo que media entre ambas posiciones, su destino
es la equivocación. Hasta hace relativamente muy
poco, también la ingenuidad consideraba a la subs-
tancia de que estaban hechos esos mismos objetos
-la materia- como el soporte último de la realidad.
El implacable análisis científico ha ido pulverizando
sistemáticamente a la evidentísima materia en casi
hipotéticos átomos; luego destruyó estos últimos reduc-
tos de lo material en sus elementos puramente ener-
géticos, pero que aún conservaban un carácter de cor-
64 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
. , LA ADJETIVACIÓN 65
púsculos, y actualmente los disgrega en inconcebibles la ingenuidad que no siempre es ingenua en sus ma-
paquetes de ondas. nejos, trata de superar tal situación emancipando a los
(Aunque no sea este el momento más oportuno, objetos de su carácter adjetival, descubriendo ---o su-
dedicaré de pasada un elegíaco recuerdo a la clásica poniendo-- el mundo nouménico. Pero, ¿acaso el pro-
felicidad del orden euclidiano, a la simple. elegancia, pio nóumeno es algo más que la cualidad, es decir
a la armoniosa comodidad de un mundo ya pretérito, el adjetivo metafísico de la cosa?
pero al que nuestro irreductible "buen sentido" re- No es mi intención hundirme en estas considera-
cordará siempre como su edad de oro.) ciones metafísicas. Me basta, para mi intento, seña-
Mucho antes de que los físicos se entregaran con lar que nuestra experiencia directa, toda ella, tiene
ese furor propio de la fatalidad al derrumbe de nues- un carácter rigurosamente adjetival, y que los subs-
tras seguridades ingenuas, ya los filósofos habían vis- tantivos sólo aparecen en nuestro lenguaje como un
to que a poco que se profundizara en las relaciones compendio, como una condensación de adjetivos, que
mutuas entre adjetivos y substantivos, los segundos son, si se quiere, sus "paquetes de ondas".
iban perdiendo su maciza reciedumbre, mientras que Veamos ahora las consecuencias poéticas de todo
los primeros abandonaban su aire de advenedizos y esto. Ya dije que la experiencia directa tiene un carác-
amenazaban convertirse en lo único seguro. ter marcadamente antipoético cuando no está supe-
En efecto, todas nuestras sensaciones -los famosos rada después de una decantación en el olvido y una
datos inmediatos de la conciencia- aparecen en el len- asimilación en nuestro ser mediante el recuerdo. De
guaje en forma de adjetivos, no de substantivos. esto se deduce rigurosamente algo que siempre había
Lo que mi experiencia me revela es cierta redon- sospechado: que el adjetivo, como tal adjetivo, en
dez, pesantez, rugosidad, cierta- sensación de acidez, contra de 10 que muchos poetas ingenuos suponían,
de aroma, de frescura, de color. Instintivamente, pero es la más antipoética de todas las funciones de la
siempre a posteriori de las sensaciones, las integro en oración. Todo lo que del adjetivo se diga tendrá
un solo concepto y digo: naranja. El objeto naranja valor también para su primo hermano el adverbio, ese
no es, pues, una realidad inmediata, sino que resulta adjetivo del verbo. Su propio carácter elemental está'
de un proceso de nuestro intelecto que lo utiliza a ma- en abierta oposición con la lograda síntesis a que la
nera de cuadro sinóptico, de resumen, en cierto modo poesía aspira. Sus soportes gramaticales son el subs- .
arbitrario, pero indispensable para su. propia econo- tantivo y el verbo, que aspiran a una identificación
mía. Más adelante, el propio intelecto, exigido por final como resultado de sus comienzos: "En el princi-

.., ~,'¡"'------
66 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA LA ADJETIVACIÓN 67
pio era el verbo" (naturalmente, el verbo-substantivo, prender al lector incauto, como cuando compara a la:
puesto que "era"). Las demás partes de la oración, luna nueva con una hoz, con un recorte de uña o
excluyendo al pronombre, que es un substantivo que con la cornamenta de un vacuno.
viaja de incógnito, y a la interjección, que es una: Siempre se cae en la misma redundancia empo-
oración nonata, son simplemente apoéticas, indiferen- brecedora. Otras veces el adjetivador trata de contra-
tes, aunque, como veremos dentro de pocos renglones, bandear su indigencia mediante el empleo de adjeti-
su carácter neutro no excluye la posibilidad de su em- vos poco conocidos, de arcaico regusto cuando el poeta
pleo como muy importante resorte en el mecanismo aspira a ser tenido por tradicionalista; de inusitada so-
poético. noridad de neologismo cuando su autor pretende mar-
El carácter antipoético del adjetivo no significa que char a la vanguardia. La poesía, con juvenil burla,
su uso en un verso borre definitivamente a la poesía huye por igual de ambos ingehuos que pretenden
que pudo estar contenida en el mismo.. Pero sí que el seducida con sus vidrios de colores,
poeta debe tener en cuenta su calidad negativa, su Y, sin embargo, esta adjetivación redundante puede
condición de agujero que hay que tapar. El adjetivo alcanzar verdadera categoría poética cuando la am-
exige un "plus" poético que 10 colme, y bajo este bición la guía. Recordaré como ejemplo máximo a
aspecto su función puede ser importante. la "luna lunera", de una delicada ronda infantil. Lo
r.,
Aunque siento un sagrado terror hacia las clasifi- eficaz de este adjetivo radica en su audacia. No trata
ti
'~II caciones sistemáticas por 10 que ellas encierran de limi- de hacer resaltar los caracteres de la luna, ineludi-
tación que pretende abarcar 10 ilimitado, me voy a per- blernente unidos a ella, como si dijéramos "luna soli-
mitir esbozar un cuadro de las adjetivaciones más taria" o "melancólica luna", sino que la toma, en
corrientes en la poesía, que se podrían reducir a tres toda integridad, con todos sus atributos, y no encon-
tipos: la redundante, la complementaria y la meta- trando mejor punto de referencia para fijar en él su
fórica. Trataré de justificadas. emoción creadora, la revierte sobre la propia luna,
La adjetivación redundante consiste en añadir a un comparándola en genial atrevimiento consigo misma.
substantivo un adjetivo que ya estaba implícito en Y al duplicada paralelamente -luna lunera- lo-
él, como cuando se dice el frío invierno o el salado gra como en la doble imagen del estereoscopio un
mar. El carácter de pura síntesis a que la poesía tiende relieve de pasmo. .
se opone naturalmente a toda tautología. A veces este Claro que esto ya es algo más q~e una simple te-
tipo de adjetivación se disfraza de metáfora para sor- dundancia, del mismo modo que la creación, aunque
68 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA LA ADJETWACIÓN 69
brotada de la mente del Creador, no es un duplicado de un elemento único de expresión poética. Citaré
de El mismo. Pero el asombroso truco del anónimo. como ejemplo este diáfano verso de Antonio Machado:
poeta es de difícil si no de imposible repetición.
En la adjetivación complementaria se aclara una cua- ¡El muro blanco y el ciprés erguido!
lidad que no tenía por qué estar forzosamente implí- Blanco y erguido no están aquí completamentando
cita en el substantivo. Es una especie de apéndice a muro y a ciprés, ni menos aun están como agre-
aclaratorio, por ejemplo: rama verde, marea alta; gados: los están individualizando, haciendo que sean
cuando no es la fe de erratas que corrige y anula "ellos mismos". Ya no se trata de un muro indife-
lo que el substantivo decía: mirada ciega, valor nulo, renciado, ni de un muro blanco cualquiera; es "aquel"
etc. Aun cuando este tipo de adjetivación es muchas muro blanco a quien el ciprés, justamente erguido,
veces inevitable, el substantivo aparece con su ayuda distingue ya para toda la eternidad.
como el cojo con sus muletas: las necesita para andar, Fijémonos de paso en este otro fenómeno singular:
pero sería preferible eliminar la renguera. la partícula "y" es de esas partes de la oración a
Por obedecer a una necesidad, pero a una necesi- que antes me refería, aparentemente desprovistas de
dad molesta y no esencial, el empleo adecuado o no de todo sentido poético. Pero es la que en este caso, al
estos adjetivos puede servimos para conocer la cali- unir al muro blanco "y" al ciprés erguido, actúa en
dad de un escritor. El falso poeta insiste en utilizar- su catalítica pequeñez y fuerza a todas estas palabras
los, etimológicamente, como agregados, a manera de de simple inexpresividad en su aislamiento, a contener
rellenos que colmen los vacíos expresivos como em- para siempre la emoción poética que suscita un viejo
balaje del ritmo o paragolpes de la rima vecina. Sólo rincón de cementerio provinciano, donde descansa un
ve en ellos un ornamento, una especie de lucientes ser querido.
tapices con los que disimular la ausencia de las pa- La tercera clase de adjetivación es la que he lla-
redes. El poeta auténtico, lejos de conferirles ese falso mado metafórica y aparece en último lugar no arbi-
valor, les fuerza a compenetrarse COlI el substantivo trariamente, sino porque en: cada estadio de esta cla-
hasta formar con él un todo continuo e indivisible, sificaci6n el adjetivo se vuelve más operante frente al
de tal modo que en rigor ya no se pueda seguir substantivo. El primero implicaba redundancia porque
hablando de adjectus, no porque se haya substantiva- insistía en algo ya manifiesto en él, el segundo era
do, como diría un gramático, sino porque habiendo complementario, es decir añadía algo al substantivo,
sido atrapado por su órbita, ha pasado a formar parte pero sin penetrar aún en su propio núcleo. El adjetivo
L~ AD]J,lTI,VAOIÓN , 7l
, '
70 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
en el que la muerte incluí da en la imagen del polvo
metafórico está en absoluta independencia frente al se ve de pronto traspas.ada por la superviviente trans-
contenido tradicional del nombre, cuando no en abier- figuración del amor. Del amor, entiéndase bien, ernan-
ta oposición. cipado, incluso de lo vital, del amor que puede seguir
Si digo "la verde luna" estoy haciendo algo más alentando en lo inanimado del. polvo.
que completar la habitual resonancia que la, palabra ¿Alcanza el poeta a comprender la grandeza y aun
luna despierta en nosotros, pero, pese a lo insólito la gravedad ilimitada de sus hallazgos? Creo que no.
de la unión entre verde y luna, no estoy diciendo Las fuerzas que libera, como las que maneja ya lá
algo que no sea poéticamente verificable. Al emplear ciencia, son incomparablemente mayores que su propia
la palabra verde en su sentido de opuesto, a maduro, fuerza individual. Además, su misión no es tanto la
la verde luna, la luna en agraz, recién brotada, le de co'mprender él como la de hacer comprensibles las
confiero una calidad de frutal juventud, un sentido cosas a los otros. En este caso, el choque que se pro-
¡
de cosa orgánica, viviente y colmada de promesas duce al encontrarse dos palabras como "polvo" y "ena-
e que de ningún modo estaba comprendido en la palabra morado" determina repercusiones que quien 10 pro-
luna y que en su ecoáomía de medios expresivos supe-
vocó no pudo prever.
~:¡ ra el valor de reveÜción de una metáfora completa. y aquí es otra vez la simplicísima, la en apariencia
Porque en realidad cuando digo "verde luna" me inocente partícula "mas" la que actúa coma detonante
~(
,;
estoy refiriendo a una comparación entre la luna y para producir la unión explosiva entre los términos
una fruta y presupongo todo su proceso de madurez, de comparación, porque obsérvese que el verso co-
pero al permanecer tácitos todos estos elementos in- mienza marcando de un' modo definitivo' el carácter
termedios, su fuerza expresiva queda en potencia como mortal del "polvo serán", el fin inevitable de nues-
un resorte comprimido entre la aparente pobreza de tros huesos, y es afirmándose en esa certidumbre
los extremos que lo contienen. Esta clase de adjetivos, donde el "mas" produce el milagro: "polvo serán,
debidamente empleados, adquieren así un tremendo
'mas' polvo .enamorado".
potencial de comunicabilidad, de "penetración" seme- Aquí ya el adjetivo no integra al substantivo, lo
jante al poder de los explosivos. Un magnífico ejem- transforma, en cierta manera lo trastrueca, cumpliendo
plo de ello, lo tenemos en el pasmoso verso de Que- así su' función metafórica, que consiste en desquiciar
vedo: las palabras para hacerlas nacer de nuevo, como en
Polvo serán, mas polvo enamorado otra acasión intentaré demostrar.
VARIACIONES SOBRE LA pOEsfA.

En la poesía moderna podría hallar ejemplos hasta


el cansancio para esta clase de adjetivos. Podría, tam-
bién, para seguir con el símil explosivo, sacar de esa
misma poesía millares de ejemplos en los que tales
adjetivos fallan como. cohetes mojados, porque no
basta juntar palabras que no se hayan visto nunca de PEQUEÑAS VARIACIONES
cerca para que ambas reaccionen entre sí. Es necesario
que el poeta descubra su escondida afinidad, y a ve- El amo. - Sentirás a veces la necesidad de cantar y
ces que la provoque con tan simples procedimientos el canto se obstinará en su silencio. En otras oca-
como la "y" de Machado o el "mas" de Quevedo. siones romperá de pronto en altísimos trinos cuando
Cuando esta adjetiváción resulta fallida, nos pro., tú quisieras permanecer callado. ¿Yeso te asombra?
duce un desasosiego, una desazón de tipo muy parti- ¿Cuándo aprenderás de una vez que el cántico no
cular, porque cuando fracasa un adjetivo, digamos. tra- es tuyo, sino tú del cántico?
dicional, sólo provoca en nosotros, por la humildad .
de su intento, una tolerante somnolencia, mientras que Economía, - Podrás amontonar y guardar el oro, el
el que se lanza tras de la poesía por este arriesgado trigo o el estiércol, pero no el rocío de los prados
','
't,( sendero, tiene algo de prometeico en. su intento, y de o el rubor de las tardes. En Poesía sólo una admi-
I¡~.,;;
satánico en su derrota, que es el invertido reflejo del nistración es prudente: la del despilfarro.
I~O
fl¡ hálito' de divinidad que corona a su. triunfo.
Animo. - ¿Tienes facilidad de expresión? No impor-
ta, igual puedes llegar a ser un poeta de veras. Todo
consiste en que adquieras conciencia de la dificultad
que eso significa.

Lo intransferible. - ¿Para qué le sirve a la alondra


la lección de canto del ruiseñor?

Técnicas. - Peor que el aprendiz que cuenta torpe-


mente las sílabas .con los dedos, es el maestro que
mide con sabiduría su avaricia.

'1iII{.··i!'-i·iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!~'_iiiiiiliiiliiiiiiiilii_iiiii""'''="=''''' __ ~== __
''"-_:.i.i.~-.!.¡~,dc...o:_ ,e, -a+' __ ~~-".'!. __ ~~,rm.i1:.L:~L_··_·_~·;_~ ._,.!.:'-,I,--' -,--,- .:--'- __ ••••
VARIACIONES SOBRE LA POEsíA

Madurez. - ¡El Olvido! ¡Qué frescor de bodega don-


de fermentan los recuerdos que algún día espuma-
rán .en cántico!

La verdadera técnica. - Pule cada verso con amor y


sin malicia, no r=s= vaya a guardar algo tuyo, VII
sino por 10 que pueda llegar a cobijar del Espíritu.
Aprende de José el carpintero, con qué ternura hu- LA METAFORA
milde labraba ·la cuna para el Hijo de una Virgen.
La poesía -juventud perenne- no puede manifes-
Señal. -- Cuando no sepas distinguir si el canto que tarse valiéndose de valores caducos o recargados de
oyes suena fuera o dentro de ti, ten la certidumbre mortalidad. Su flexible energía hace imprescindible
de que te hallas en el corazón mismo de un poema. algo más que una perfecta salud idiomática. Requiere
una frescura virginal, una incontaminación absoluta de
Equilibrio. ~ Que el equilibrio interno de tu poema cada palabra. La poesía tiene una sola hora posible:
no se altere aunque se pose sobre él una montaña, la del alba. .
pero que se estremezca si le roza la sombra del Nuestro lenguaje habitual, el que estoy escribiendo
vuelo de un pájaro. en estos mismos momentos, está en perpetua fermen-
tación, infectado por detritos de pensamientos preté-
Responsabilidad. - Si lo fugaz dejara de ser parte de ritos, de palabras cuyo sentido oblicuo, cuyo obscuro
l~ Eternidad, la Eternidad misma resultaría fugaz., doble fondo traiciona a su propia estructura. Lujurio-
Ese es tu trabajo, poeta: restituir a la Fugacidad samente lo invaden los lugares comunes, los acopla-
lo Eterno. mientos de palabras que no derivan de un ahincado
propósito de expresión, sino que se mueven por sí
solas, con una autonomía puramente mecánica y por
10 tanto inexpresiva. Cada palabra carga con sus muer-
tos. Tiene .una fallecida parentela que la llama hacia
abajo, tentándola con el estatismo definitivo del dic-
cionario. Y como el lenguaje es el fenómeno vital por
76 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA LA METÁFORA 77
excelencia, lo que tiene de viviente cada palabraj'se el secreto. Aunque a' veces puede resultar conveniente,
reconcentra en su interior con inalcanzable dulzura no siempre es necesario volver al sentido "primitivo"
de almendra, mientras su inexpresividad la recubre con de la palabra. Pensemos en la etimología de la propia
una coraza casi impenetrable en su dureza, que puede etimología; éthymos quiere decir verdadero. Yeso sí
llegar a ser definitiva, apresando para siempre a su que es imprescindible en la poesía: la autenticidad
partícula vital -insecto incluído en el ámbar- y ad- verbal. El verdadero sentido de una palabra puede re-
quiriendo ese tranquilizador aspecto de objeto mineral, velarse sólo después de múltiples maceraciones de ínti-.
cuya docilidad al fácil manipuleo entusiasma a los mos desgarramientos. y nos encontramos con esta sin-
ajedrecistas del idioma, para quienes el caballo de su gularidad: que el ser "verdadero': de una palabra,
tablero tiene sobre el vigoroso potro la inmensa ven- necesariamente tiene que resultar su ser "primitivo";
taja de carecer de sus bríos y poder sin previa doma pero no con un primitivismo histórico, sino actual. La
predecir sus movimientos. poesía exige a sus palabras que estén al estado na-
La poesía empieza por decir a las palabras que quie- ciente, en el momento en que es máximo su poder
ren vivificarse con su contacto las de Jesús a sus dis- como iluminadoras de realidades. (.
cípulos: "Dejad que los muertos entierren a sus muer- En todo poema, la menor de sus palabras debe te-
tos:' La carga mortal debe depositarse antes de pisar ner esa tensión de virginidad. El poeta tiene que pro-
sus limpios umbrales. Cada palabra debe despojarse de ceder, sencillamente, a la invención de cada palabra.
su historia y regresar a su etimológico ser (éthymos: Los falsos poetas de nuestra época, conscientes de esta
verdadero) . necesidad, pero horros de capacidad creadora, han
Podría deducirse de esto que afirmo que el ejercicio recurrido al neologismo, a la inclusión de términos de
poético estuviera reservado exclusivamente para los extrañas, tecnologías, cuando no a la galvanización
conocedores del sánscrito, del griego o el hebreo, y es de inesperados arcaísmos. Quien aspire a merecer el
evidente que eso no es así. La deducción sería apre- honor de llegar a ser un simple aprendiz de poeta,
surada. nunca debe considerarse suficientemente asqueado de
Lo que sucede es que también aquí la muerte es la manejar esas inmundicias.
salvadora aliada de la vida. En las palabras que no Si el poeta escribiera exclusivamente para sí mismo,
están definitivamente fosilizadas, perdidas para la poe- acabaría por inventarse un repertorio de símbolos par-
sía, hay un continuo proceso de desintegración, casi ticulares que formarían un idioma inabordable para
diría de putrefacción, .en cuyo mecanismo acaso resida los no iniciados. Según tengo entendido, algo así es
76 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA LA METÁFORA 77
excelencia, lo que tiene de viviente cada palabri;'se el secreto, Aunque a veces puede resultar conveniente,
reconcentra en su interior con inalcanzable dulzura no siempre es necesario volver al sentido "primitivo"
de almendra, mientras su inexpresividad la re cubre con de la palabra. Pensemos en la etimología de la propia
una coraza casi impenetrable en su dureza, que puede etimología; éthymos quiere decir verdadero. Yeso sí
llegar a ser definitiva, apresando' para siempre a su que es imprescindible en la poesía: la autenticidad
partícula vital -insecto incluído en el ámbar- y ad- verbal. El verdadero sentido de una palabra puede re-
quiriendo ese tranquilizador aspecto de objeto mineral, velarse sólo después de múltiples maceraciones de ínti-.
cuya docilidad al fácil manipule o entusiasma a los mas desgarramientos. y nos encontramos con esta sin-
ajedrecistas del idioma, para quienes el caballo de su gularidad: que el ser "verdadero': de una palabra,
tablero tiene sobre el vigoroso potro la inmensa ven- necesariamente tiene que resultar su ser "primitivo";
taja de carecer de sus bríos y poder sin previa doma pero no con un primitivismo histórico, sino actual. La
predecir sus movimientos. poesía exige a sus palabras que estén al estado na-
La poesía empieza por decir a las palabras que quie- ciente, en el momento en que es máximo su poder
ren vivificarse con su contacto las de Jesús a sus dis- como iluminadoras de realidades. I

cípulos: "Dejad que los muertos entierren a sus muer- En todo poema, la menor de sus palabras debe te-
tos." La carga mortal debe depositarse antes de pisar ner esa tensión de virginidad. El poeta tiene que pro-
sus limpios umbrales. Cada palabra debe despojarse de ceder, sencillamente, a la invención -de cada palabra.
su historia y regresar a su etimológico ser (éthymos: Los falsos poetas de nuestra época, conscientes de esta
Ir. verdadero) . necesidad, pero horros de capacidad creadora, han
Podría deducirse de esto que afirmo que el ejercicio recurrido al neologismo, a la inclusión de términos de
poético estuviera reservado exclusivamente pan\. 101 extrañas tecnologías, cuando no a la galvanización
conocedores del sánscrito, del griego o el hebreo, y é/ de inesperados arcaísmos. Quien aspire a merecer el
evidente que eso no es así. La deducción sería apr~· honor de llegar a ser un simple aprendiz de poeta,
surada. nunca debe considerarse suficientemente asqueado de
Lo que sucede es que también aquí la muerte es lIt manejar esas inmundicias.
salvadora aliada de la vida. En las palabras quc 1111 Si el poeta escribiera exclusivamente para sí mismo,
están definitivamente fosilízadas, perdidas para la po!' acabaría por inventarse un repertorio de símbolos par-
sía, hay un continuo proceso de desintegración, rn Ilculares que formarían un idioma inabordable para
diría de putrefacción, .en cuyo mecanismo acaso tCl8ltl ION no iniciados. Según tengo entendido, algo así es

-, -/.
78 VARIACIONES SOBRE LA -POEsíA LA METÁFORA 79
lo que intentó James Joyce en su última obra. Es se- al vivificadas, para que la poesía brote y se manifieste
guro que una poesía particular de ese tipo no tendría por sí sola, tal como irrumpe el manantial cuando la
por qué hacer uso de la metáfora. Pero no es menos perforación -que no se efectuaba en su búsqueda-
seguro que una poesía de tan bizantina perfección ca- .atraviesa la vena de agua subterránea. •
recería por completo de todo sentido. ¿Cuál es el tipo de relación entre palabra y palabra
La poesía, individualísima en su origen, es esencial- capaz de originar el milagro de la creación poética?
mente social en sus fines. Una poesía incomunicable Es la metáfora, que consiste -otra vez la etimología
se mata a sí misma, puesto que la comunicabilidad nos ayuda- en trasladar, en llevar "más allá", en de-
forma parte inseparable de su ser. finitiva en hacer trascendentes a las palabras.
Ahora bien: el poeta debe crear cada palabra en el Su función mágica no está desprovista de toda ló-
momento mismo de usada, pero' al mismo tiempo gica: lo más duro sólo puede ser labrado por su pro-
debe dar a sus lectores la clave de su procedimiento pia dureza; un diamante se pule con polvo de dia-
de invención, y no de una manera accesoria porque la mante. La exterior esclerosis de las palabras que las
poesía no tolera explicaciones al margen. El sistema aísla entre sí Iy de nuestra alma, sólo puede quebrarse
de la invención "debe" ser poético de por sí, tan poé- mutuamente: sólo una palabra puede liberar a otra
tico como la invención misma. Más aun: su funciona- palabra.
miento tiene que ser tan evidente e inadvertido a la La metáfora es más antigua que el mismo lenguaje,
1/ (l-\ vez como la respiración..
puesto que éste sólo es en definitiva un repertorio de
~'rr Es este el problema cardinal del poeta, y su solución metaforizaciones ya superadas. La misma realidad no
sólo puede lograrse si se prescinde por completo de es sino la metáfora suprema establecida entre los dos
la pedante distinción entre "forma" y "fondo", que términos irreductibles de espacio y tiempo. No es,
aparecen como dos hipóstasis poéticas, puesto que el pues, ningún descubrimiento el que estoy haciendo al
fondo "es" la adecuación de la forma. anunciar el poder creacionista de la metáfora. El Sumo
El poeta podría originariamente no tener nada que Hacedor lo conocía unas cuantas eternidades antes
decir. Le bastaría relacionar palabras sueltas, pero, eso que yo.
sí, relacionadas de tal forma que de su mutua inter- Lo único que por ahora me propongo en esta pri-
dependencia (estuve tentado de escribir: interindepen- mera aproximación al tema, es una labor puramente
dencia, y aún estoy a tiempo), que de su mutua inter- negativa; para 'que después nos entendamos mejor so-
independencia surja un sentido inédito que las aclare bre las 'metáforas auténticas, comencemos por apartar.

~- ~.- - .- ~ - -'- ---.' - ••..•.•...•.... .,..--_.""-...:0 "'~ _.. .......:..


80
VARIACIONES SOBRE LA POESÍA' LA METÁFORA 81
las más comúnmente falsificadas. Empecemos por de- dente por sí misma: la blancura. No han sido "lleva-
clarar abominable al tipo de metáfora que se atiene a das más allá", no ha habido en suma una verdadera
la semejanza puramente trivial y pintoresca entre las metáfora. Estos fantasmas de metáforas vagan por las
Cosas para relacionarlas entre sí, sin atender a más antologías de todos los tiempos ...
íntimas exigencias. Es empresa tan absurda como si Otra falsificación frecuente consiste en lo que po-
intentáramos establecer relaciones de amistad, y aun dríamos llamar "metáforas, asociadas" o "trenza de
amorosas, no con aquellas personas con cuyo ser esen- metáforas", que se apoyan en sus recíprocas naderías.
cial simpatizamos, sino con las que calzan el mismo En este procedimiento puede suceder incluso que la
número de zapatos, o figuran en la misma página de primer metáfora de la serie, la metáfora capital, por
la guía telefónica. Para quienes se contenten con tan así decir, sea auténtica, pero la segunda ya no tiene
primario y vano ejercicio sería facilísimo componer valor de por sí, sino en cuanto está apoyada en la pri-
un "Diccionario de la Metáfora" semejante en todo mera, de la que es simple consecuencia mecánica, la
al "Diccionario de la Rima", sólo que en lugar de tercera tiene idéntica' relación con la segunda y así
catalogar ruiditos semejantes, coleccionara adjetivos. sucesivamente hasta donde alcance la supuesta pacien-
Podría procederse así: Tomemos una cualidad cual- cia del lector. Como sería odioso citar aquí ejemplos
quiera. Blanco, por ejemplo. Escr!bamos a continua- concretos, me veo obligado a inventado de nuevo, lo
ción un repertorio de Cosas blancas: luna, nieve, algo- que no es demasiado difícil, ya que cualquiera puede
dón, cáscara de huevo, paloma (naturalmente blanca). hallado repetido en miles de poemas:
¿Para qué seguir? Con estos simples elementos un
metaforizador tan poco audaz como escrupuloso po- Zozobraba tu voz en el silencio
dría asustar a los tímidos profesores armando, no una, y en sus aguas nocturnas se espejaba
sino toda una serie de metáforas. la salvadora boya del lucero.

La luna algodonada de paloma Tenemos aquí una primera metáfora: la de la voz


cubría la nidada de la nieve. como una barca que se hunde en el silencio, que
puede haber respondido a una auténtica intuición. De
Toda esta palabrería puede reducirse a un solo ad- ahí, ya de un modo deductivo -mecánico- se ob-
jetivo: blanco. Ninguna palabra ha salido de sí mis- tuvo que el silencio tenía que ser líquido y al ale-
ma, ha trascendido de sus propios límites, porque en jarnos un paso más de la primitiva intuición incluímos
todas ellas se ha atendido a una sola circunstancia, evi- en las aguas otro elemento marino: la boya del lucero.
VARIACIONES SOBRE LA POESÍA

Sacando la primera, todas las demás se derrumban


como un castillo de naipes. Este género de metáforas
conjugadas, en manos inteligentes, constituye el más
peligroso método de falsificación poética y representa
para la poesía los mismos peligros del falso silogismo
en la búsqueda de la verdad. VIII
Porque la metáfora sólo puede tener un valor pu-
ramente instantáneo (instantaneidad y eternidad no se MAGIA Y METAFORA
excluyen), su potencia debe descargarse como el rayo,
sin que sea posible administrarlo con método, ni apro- En sus más recónditas intimidades se entrelazan las
vechar los impulsos adquiridos, ni obtener utilizables profundas raíces de la poesía y la magia. Ambas aspi-
consecuencias. Su riqueza debe despilfarrarse en el rno- ran a manejar un mundo dúctil, a intervenir en su
mento mismo de adquirida, so pena de perdeda par~ ininterrumpida creación, a ordenar sus esencias.
siempre. " Lo que distingue a la magia de la ciencia, es fun-
No hay prudencia posible en la metáfora porque damentalmente que la ciencia presupone una realidad
el riesgo es la esencia misma de la poesía. rígida cuyo mecanismo desea averiguar, mientras la
magia aspira a intervenir ella como condicionadora de
una realidad fluctuante. A poco que reflexionemos
nos daremos cuenta de que idéntica relación y dife-
rencia existe entre -póesía y metafísica. Para el poeta,
como para el mago, no hay una realidad "dada", sino
una fluencia que se está "dando" y en cuya manera
de darse el taumaturgo puede influir de modo deci-
sivo. El mago no pretende trastrocar leyes físicas, ni
el poeta entes de sentimiento, sino que ambos se com-
portan como si esas leyes yesos entes tuvieran una
existencia condicionada a su propia voluntad creadora.
Los contornos del universo mágico o poético, tienen
la indecisión de los sueños, en los que el principio
84 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
MAGIA Y METÁFORA 85
de identidad tiene un simple valor de posibilidad que
puede desvanecerse a cada instante. magia se conoce como participación. Y esta participa-
ción -su posibilidad- es imprescindible en la poesía.
El desconocimiento de estos principios da lugar a
El símbolo "es" lo simbolizado. Esto nos explica los
numerosos mal entendidos. Por ejemplo, acerca del
valor de los símbolos. Para el incrédulo, o para el en apariencia absurdos castigos en efigie. Para quien
creyente a medias -que es una forma agravada y los inflige, el monigote torturado es el inasible ene-
contumaz del descreimiento-c-, el símbolo no pasa de migo puesto así al alcance de la mano. La magia ne-
ser un soporte accidental de lo por él representado. gra tiene una refinada crueldad a este respecto, cuando
El símbolo, así considerado, es como una fría cifra que hunde alfileres en los ojos o en el pecho de las figu-
alude, pero no nombra, un recurso mnemotécnico, un rillas de cera representativas del ser a quien se quiere
signo algebraico cuya significación no está en él por dañar. Esto explica también el horror que en los cre-
fatalidad, sino por simple convencionalismo del sim- yentes despertaba el demoníaco furor de los icono-
bolizador. clastas. Querer destruir la imagen de Dios, era querer
í Para la magia, en cambio, el símbolo "es" lo repre- destruir a Dios.
sentado, y no en cierta medida, sino en la totalidad La imagen. Aquí ya nos acercamos a nuestro tema.
de su esencia. El símbolo pasa a convertirse en una El Génesis nos dice que Dios creó al hombre a su
hipótesis de lo que simboliza, que no está en él de imagen: el hombre sería así una diminutiva metáfora
una manera circunstancial o circunscrita a condiciones de Dios. (Pensemos de paso en el sugestivo empleo de
previamente establecidas, sino de un modo absoluto. los espejos, esos multiplicadores de imágenes, esos me-
El catolicismo ha entendido perfectamente este valor taforizadores de lo exterior, en las ceremonias mági-
del símbolo, y establece como uno de sus dogmas cas.) Para el poeta, la metáfora, es decir, la imagen, es
fundamentales, que las especies de la consagración también la cosa. Magia y poesía responden a esa incon-,
-el pan y el vino-- son la verdadera sangre y el ver. tcnible apetencia hacia la unicidad que tiene lo diverso,
dadero cuerpo de Jesús. No su representación, no un n esa irrefrenable sed de diversidad que arde en lo
"a la manera de", y menos aun un "als ob", sino du (mico. La participación mágica es la técnica de que se
una manera absoluta el auténtico cuerpo y la autén vale la primera, y la metáfora el recurso de la segunda.
tica sangre, los mismos del Calvario aparecidos allí En la metáfora el poeta procede como si cada pala-
mediante la taumatúrgica ceremonia de la consagración, bra estuviera incompleta, y por ello necesitada de un
Lo que la Iglesia llama comunión, es lo que ,en In mplemento, tal como el hombre en el mito plató-
nlco del amor. Y cada palabra sólo puede alcanzar

~11'
\\
\
86 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA MAGIA Y METÁFORA 87
\

su plenitud, mediante la participación mágica de su Hay todo un camino de perfeccionamiento antes de


significado, con otra palabra. En cada una de' ellas se alcanzar una metáfora su plenitud de expresión má-
esconde con timidez una porción de infinito que. no gica.
puede mostrarse de por sí, pero que se revela de inme- En su primer avatar el poeta esboza un tímido tan-
diato cuando se enfrenta con la porción contenida en teo, y sólo arriesga un poco comprometedor globo de
el otro término' de la metáfora, así como se revelan ensayo. Más que metaforizar, se conforma con indicar
la totalidad del infinito en mutuo deslumbramiento la posibilidad de hacerla diciendo que tal cosa se pa-
dos espejos paralelos. rece a tal otra, o semeja a la de más allá:
Esto lo he dicho ya otras veces. No me cansaré de Una ciega doncella el alba parecía.
repetido nunca. No hay para mí arcano mayor que esa
inconmensurabilidad encerrada en la luminosa ceguera A veces, incluso, el modo de establecer la compa-
recíproca de dos espejos enfrentados. Y'Ja metáfora ración puede anular por anticipado la posibilidad de
aprisiona a ese otro infinito que es la poesía ea cuanto la metáfora:
, se logra establecer un paralelismo emocional entre dos , Mentían las luciérnagas instantáneos luceros.
palabras que se reflejan.
No perdamos de vista esto de los dos espejos, por- Donde el verbo mentir destruye de entrada la rela-
que tiene fundamental importancia. En el primer bal- ción que pudo querer intentar. Un poco más cerca,
buceo metafórico hubo un solo espejo y una cosa refle- pero aun con timorata cautela, el poeta no afirma la
jada en él, o dicho en otros términos, una cosa refleja. identidad entre los dos términos de la metáfora, sino
da y un reflejo; El reflejo no podía ser otra cosa que que los relaciona con el nexo del "como". Véase el ,
la fría cifra que es un símbolo para los no iniciados. hermoso ejemplo de un soneto de Banchs:
No había participación, sino en el mejor de los casos, está el espejo
al estado latente. La metáfora total, operante como como un claro de luna en la penumbra.
instrumento mágico, empieza cuando el reflejo se pro
yecta a su vez sobre la cosa reflejada e influye sohr Hay en esta manera una decisión mágica ya más
ella, cuando la cosa reflejada es a su vez reflejo, y marcada, pero se interpone en el recíproco juego de
sólo mediante ese intercambio de mutuas generosidn multiplicados reflejos la opacidad del "como" que
des, consiente el infinito en acurrucarse, en anldn Llene la dureza mineral del cálculo dentro del orga-'
confiado entre ellas. nismo vivo.
MAG~ Y METÁFORA 87
86 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA
Hay todo un camino de perfeccionamiento antes de
su plenitud, mediante la participación mágica de su
alcanzar una metáfora su plenitud de expresión má-
significado, con otra palabra. En cada una de ellas se
esconde con timidez una porción de infinito que. no gICa.
En su primer avatar e! poeta esboza un tímido tan-
puede mostrarse de por sí, pero que se revela de inme-
teo, y sólo arriesga un poco comprometedor globo de
diato cuando se enfrenta con la porción contenida en
ensayo. Más que metaforizar, se conforma con indicar
e! otro término de la metáfora, así como se revelan
la posibilidad de hacerlo diciendo que tal cosa se pa-
la totalidad del infinito en mutuo deslumbramiento
dos espejos paralelos. rece a tal otra, o semeja a la de más allá:
Esto lo he dicho ya otras veces. No me cansaré de Una ciega doncella el alba parecía.
repetido nunca. No hay para mí arcano mayor que esa
A veces, incluso, e! modo de establecer la compa-
inconmensurabilidad encerrada en la luminosa ceguera
ración puede anular por anticipado la posibilidad de
recíproca de dos espejos enfrentados. Y'Ia metáfora
aprisiona a ese otro infinito que es la poesía ea cuanto la metáfora:
. se logra establecer un paralelismo emocional entre dos . Mentían las luciérnagas instantáneos luceros .
palabras que se reflejan.
Donde el verbo mentir destruye de entrada la rela-
. No perdamos de vista esto de los dos espejos, por-
ción que pudo querer intentar. Un poco más cerca,
que tiene fundamental importancia. En e! primer bal-
pero aun con timorata cautela, el poeta no afirma la
buceo metafórico hubo un solo espejo y una cosa refle-
identidad entre. los dos términos de la metáfora, sino
jada en él, o dicho en otros términos, una cosa refleja-
que los relaciona con el nexo del "como". Véase el -,
da y un reflejo., El reflejo no podía ser otra cosa que
hermoso ejemplo de un soneto de Banchs:
la fría cifra que es un símbolo para los no iniciados.
No había participación, sino en e! mejor de los casos, está el espejo
al estado latente. La metáfora total, operante como como un claro de luna en la penumbra.
instrumento mágico, empieza cuando el reflejo se pro-
Hay en esta manera una decisión mágica ya más
yecta a su vez sobre la cosa reflejada e influye sobre
marcada, pero se interpone en el recíproco juego de
ella, cuando la cosa reflejada es a su vez reflejo, y
multiplicados reflejos la opacidad del "como" que
sólo mediante ese intercambio de mutuas generosida-
tiene la dureza mineral del cálculo dentro de! orga-:
des, consiente e! infinito en acurrucarse, en anidar
confiado entre ellas. nismo vivo.
88 VARIACIONES SOBR:~ LA .POEsÍA
Ir
MAGIA Y METÁFORA 89
Un grado aun más allá, el poeta prescinde del lidad, de las palabras como de entidades autónomas
"como" y simplemente afirma que A "es" B.
frente a este ejemplo? Creo que no. Dentro de una
La vida es un único verso interminable metáfora de este tipo ---.de una verdadera metáfora-
las palabras trascendidas pierden su individualidad,
como dijera Gerardo Diego. Aún no se logra, sin em-
pasan a constituir un valor de "tensiones" dentro del
bargo, la total identificación, porque la partícula "es",
campo emocional de la metáfora, cuya totalidad asu-
aunque de mayor transparencia que el "como", no
me la única certidumbre. La participación mágica en
llega a la completa invisibilidad. El "como" suponía
una entidad superior al individuo se consigue así con
un juicio estimativa; el "es" resulta de una reflexión
la instantánea satisfacción de aquella doble y encon-
ontológica y presupone todo un anterior conocimiento.
trada apetencia entre lo único y 10 diverso. Las pala-
y la Poesía no es conocimiento, sino deslumbramiento.
bras adquieren su máximo de expresividad en la me-
Sobra, por 10 tanto, el "es". La metáfora adquiere
táfora, que es donde, pierden su valor individual.
todo su valor mágico cuando nada se interpone al
Pero hay aun otro aspecto completamente distinto
- cruce de simpatías que cuajan en una evidencia, como
de este que acabo de intentar señalar, por el cual tam-
en este verso de Mastronardi:
bién puede establecerse el valor mágico de los tropas.
Cariñosas distancias, favores del silencio. Es la tendencia a la interpretación personalista del
mundo. Para la magia, la relación entre el Cosmos y
Claro que en este ejemplo las dificultades de aná- el microcosmo es también de carácter metafórico; el
'lisis se multiplican, porque en realidad el 'poeta ha
hombre es la imagen de la totalidad, y, por 10 tanto,
realizado el prodigio de metaforizar con dos metáfo-
en el Todo deben encontrarse prefigurados los carac-
ras, ya que "cariñosas distancias" es de por sí una teres del 'hombre,
bellísima metáfora, de tan sutil encanto casi como
y en la metáfora existe justamente una marcadísi-
"favores del silencio". y nótese que no se compara ma tendencia a la antropomorfización del mundo ex-
aquí a la distancia con el silencio, ni al cariño con el terior. Bellísimas metáforas deben 10· más delicado de
favor, sino al complejo metafórico "cariñosas distan- su encanto a esa oculta tendencia:
cias", en el que ya "cariño" y "distancia" tienen un
valor trascendente, con "favores del silencio", donde Los ojos de la tarde campesina
también "favor" y"silencio" se han desbordado, se
escribió Francisco Piñero, y aquí ya es esa cosa inasi-
han influí do recíprocamente. ¿Podemos hablar, en rea-
ble de la temporalidad la que tiene ojos de muchacha.
, .

VARIACION¡:lS SOBRE LA pOEsfA

Puede también invertirse el procedimiento, como cuan-


do Marechal dice:

Bellos como las armas relucen mis amigos.


(Por suerte aquí el "como" se corrió a un costado
y no afectó a la parte vital de la metáfora, pues que- IX
dó incluído entre bellos "como" las armas, cuando 10
importante era la relación entre las armas y los ami- METAFORA y DIALÉCTICA
gos.) En ambos casos, ya que la metáfora es válida,
Una consideración superficial de este tema podría
poco importa que la primitiva intención del poeta
haya tratado de dirigir el sentido en un caso de per- llevarnos a establecer una semejanza entre el funciona-
I!I!>I sonificación de la realidad y en el otro de "realiza- miento de la dialéctica y el de la metáfora, y a sentar
, '~'
ción" de las personas, si se me permite expresarme el principio de que esta última no era sino el resul-
, '~
así. tado de un proceso dialéctico-poético, en cuyo funcio-
El influjo recíproco incontenible en toda metáfora namiento la intuición reemplaza a la lógica.
,'11'
auténtica corrige esa voluntad y hace que se establezca Si la, metáfora tuviera este carácter silogístico, re-
, , ~I
una doble corriente, en uno de cuyos sentidos la ten- gido por una necesidad dé carácter mecánico y exterior
;'1111;;,
'a su propia esencia, toda la poética quedaría redu-
dencia a la antropornorfización es evidente. ¿No es
> ' cida a una especie de ajedrez de inmensas complica-
II,JI' esto magia pura?
Mediante la metáfora se logra, pues, una partici- ciones, pero posibilidades irremediablemente limitadas.
pación, una interdependencia entre las cosas que las No falta quien sostenga esa teoría, que de ser cierta
torna más accesibles a quien maneja el procedimiento, facilitaría en gran manera el funcionamiento de la
y simultáneamente permite al poeta su propia identi- maravillosa "máquina de trovar" que Meneses descri-
ficación con la realidad, es decir que en toda metáfora, biera con magistral' ingenio a don Juan de Mairena.
además de la manifestada extraversión de sus térmi- Creo, sin embargo, que en el funcionamiento, en
nos, hay latente, pero con igual certidumbre, el ansia el objeto de ese mismo funcionamiento, Y sobre todo
de comunión de 'su creador con el mundo. Y nunca en las características propias de la metáfora y de la
mago alguno lo consiguió con tanta plenitud como el dialéctica, existen diferencias de tal orden y profun-
poeta . didad que nos permiten rechazar la superficial serne-

.~_'II-:-- ~n_
.. R' ;,p d:'" 'Y' V' ". ~u.L..... ·;......:n ,,_:"_;'_,/.k..-.. ' J; '.ent C_'s·, ",) .; 5 ~'~drl- e-----s'*'--"- -J:..,._,,:~, -,~) -*r:ttZ'- .:_;..te: -r dlL
92 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA METÁFORA Y DIALÉCTICA 93
janza. Una rápida ojeada a esas diferencias, acaso me cognoscitivo. Así en numerosos, sistemas filosóficos
permita señalar más estrictamente el papel fundamen- desvinculados de toda relación con la realidad exterior,
tal de la metáfora. se pueden conseguir verdaderas maravillas de arqui-
La dialéctica es, ante todo, un mecanismo de cono- tectura lógica, sin el menor valor de conocimiento, y
cimiento, y 10 que es más importante señalar, de co- aun 'desvinculadas por completo del Mundo, lo que
nocimiento progresivo. Considerada en abstracto su mal puede extrañamos, pues lo extraordinario sería
funcionamiento puede dejar perplejos a los legos acer- que las cosas sucedieran de otro modo, y que la Rea-
ca de las posibilidades que se le asignan. Ese ir y ve- lidad de la que se había desdeñosamente prescindido,
nir de la tesis a la antítesis para alcanzar la síntesis apareciera revelada por sus negadores.
final, parecería resolverse en un ciclo cerrado que se Pero cuando la dialéctica se apoya sobre lo obje-
compensara a sí mismo, anulando el valor -positivo tivo, y se atiene a ello, es decir, cuando el proceso
I;III~I!
L, " o negativo-- de la síntesis. dialéctico, que no es sino el trasunto subjetivo de una
, ,~~ Pensemos sin embargo en un punto cualquiera del dialéctica externa de los hechos, toma a estos hechos
•.•• 11

vástago de un émbolo: por efecto de la energía que como punto de apoyo y referencia, en cada ciclo com-
recibe, ese punto sufre también un desplazamiento pleto, encontramos que el movimiento del vaivén de
alternativo, y al cumplirse un ciclo completo del vai- tesis a antítesis no ha resultado en vano, y que la
vén debería estar nuevamente en el mismo punto de síntesis supone un verdadero avance, un auténtico
partida. Y así sucede en efecto, si la máquina de que "progreso" .
forma parte funciona sin contacto alguno con el me- ;Y cada síntesis es el punto de partida perfecta-
dio que la rodea. mente adecuado de un nuevo movimiento; de ahí el
Pero ese mismísimo vaivén, aplicado sobre una bie- encadenamiento inevitable de todo proceso dialéctico.
la y transmitido sobre las ruedas que se afirman en la El conocimiento, que es la coincidencia del concepto
resistencia de un sólido, impulsan a la totalidad de (subjetivo)' con la cosa (objeto), es muy natural que
la máquina, y cuando se cumple el nuevo ciclo, el se realice por vía sintética, es decir dialéctica, puesto
punto del émbolo que consideramos se habrá despla- :1 que, ella lo es ya de por sí. El concepto (tesis). se
zado a 10 largo del camino. opone a la cosa (antítesis) y de ambos deriva el co-
De idéntica manera, la dialéctica qu~ funcionara nocimiento (síntesis).
en el vacío, sin tener en qué 'apoyarse, desempeñaría De una manera más gráfica podría decirse que las
-desempeña- su función sin lograr el menor avance pinzas dialécticas toman entre ellas al conocimiento .

••
94 VARIACIONES SOBR:E LA POEsíA METÁFORA Y DIALÉCTICA 95
Pero en la metáfora, nada de esto sucede. Observe- objetivo. En ella, el 'poeta no debe preocuparse como
mos una primera contradicción cuya importancia difí- el hombre que busca el conocimiento de la coinciden-
cilmente podrá ser exagerada: Mientras en la síntesis cia entre' su concepto subjetivo y la cosa objetiva,
dialéctica las cosas suceden según el principio de la porque si la metáfora es válida,su creación es su prq-
atracción de los contrarios, que rige al mundo físico, pio objeto. ¿Cómo va a ser la Poesía un método de
en la metáfora --extraordinaria excepción-, la atrac- conocimiento, si en ella la realidad, la cosa poética,
ción se produce entre los semejantes, y por su seme- es el resultado de su propia creación?
janza. , No. La Poesía no es conocimiento, sino deslumbra-
En efecto, la metáfora se establece relacionando, no miento, o tal vez Revelación. De ahí su carácter dog-
tanto afinidades (la afinidad, como el amor, se rige mático, porque la revelación no puede discutirse, sólo
por el principio de la atracción de los contrarios) que no usa como vehículo de difusión, ni como apoyo

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sino por una apetencia de identificación, que se .pre-
supone ya existente. Cuando se dice que tal cosa "es",
tal otra, y aun cuando se balbucea que esto "es como"
de su esencia, a la fe que consiste en creer en 10 que
no podemos ver, sino por el contrario, a esa deslum-
brada certidumbre que nos permite ver aquello en lo
I(II~
; aquello, no se procede a una verdadera síntesis, sino que no podíamos creer. El dogmatismo de la metá-
a revelar una certidumbre. La síntesis dialéctica des- fora no 'reside en que no "deba" ser discutida, sino
cubre, pero la metáfora inventa, por eso su potencia- en que la discusión al respecto resulta imposible, por-
lidad creacionista es toda su razón de ser. que la discusión nace en cuanto se enfrentan dos con-
Si no temiera que esto se tomara por un simple ceptos que difieren sobre un mismo objeto, y cada
juego de palabras, diría que aquí no hay un movi- uno de ellos pretende ser el valedero:' toda discusión
miento de vaivén, sino de ven ven, porque son sus dos es un conflicto entre dos subjetividades en procura del
elementos los que confluyen a un centro común. , dominio de un objeto único. Pero como en el ámbito
Las palabras en la metáfora pierden su significado de la metáfora, objeto y sujeto coinciden felizmente,
tradicional y lo adquieren inédito, recién nacido, y o se descubre esa coincidencia y la metáfora cobra
ya esta renovación de la virginidad idiomática bastaría vida y eficacia, o no se descubre y equivale a la mis-
para justificar poéticamente a la metáfora; pero su- ma nada.
cede algo de mayor importancia aun y en esto reside Además, había dicho que el final de cada ciclo
su diferencia radical con la dialéctica. Es que en ,la dialéctico era el comienzo de otro nuevo. En cambio,
metáfora no existe diferencia entre- lo subjetivo y lo cada metáfora es un orbe cerrado por necesidad, un

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96 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA METÁFORA Y DIALÉCTICA ,97'
algo concluso y que no puede servir de punto de par- Sólo que el Azar no queda librado a la simple
tida .. De ahí la imposibilidad de engarce -la impo- coincidencia estadística, sino que aparece brindando a
sibilidad estética, se entiende-' de una metáfora con la intuición del poeta, el milagro de la irracionalidad
otra. No existe un proceso metafórico continuo: el creadora.
valor de la metáfora es instantáneo y eterno, pero no La dialéctica es por su propia naturaleza fiel obser-
temporal. La dialéctica es progresiva, tiende ininte- vante del principio de' causalidad; cualquier falla en
rrumpidamente hacia un perfeccionamiento, mientras ese sentido, la invalidaría. De ahí la graciosa paradoja
que la metáfora debe ser su propia perfección y nd de Macedonio Fernández: "la dialéctica no sirve ni,
puede progresar, porque el progreso se realiza en el para negar a la dialéctica", no puede haber desfalle-
tiempo, entidad desconocida para ella. cimientos en su ley de continuidad, mientras que la
Observamos ahora otro hecho de apariencia para- metáfora es discontinua, contradictoria, arbitraria, y

¡ !!~:,
"('1,
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dójica: En la dialéctica realizada mediante al ya men-
cionado proceso de atracción de los contrarios, la sín-
en ello reside su fuerza.
Si la metáfora no tuviera ese valor trahsmutador, se
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.~.; tesis los salva a ambos y aun adquiere una plus valía reduciría a un mero juego de absurdos disfraces, a
II~:;.:¡
!I~: por el resultado de su simple adición. En la metáfora un insípido ejercicio de traducción mecánica en el que
no hay tal adición, ni siquiera una parecida salvación para mayor monotonía se reproducirían simultánea,
6' '~ r.:, mente lo traducido, y su traducción. Porque si cada
¡ : j,i¡;; ~ ~',¡ de los iguales que en ella se atraen, sino su destruc-
¡:).I¡ ; ción, como si al. atraerseIo metaforizado entrara en cosa comparada conservara .inalterable su primitiva
¡II ~Il1, conflicto lo más recóndito de sus esencias. Hablando identidad después de la metaforización, tanto valdría
en el bárbaro lenguaje de los físicos, se podría decir tomar el término de comparación como el nombre de
que en la metáfora se "bombardean" los núcleos mis- la misma cosa en otro idioma, y el resultado sería tan
mos de las palabras, y el resultado-es también la for- absurdo como decir: "El sol es le soleil."
mación de nuevos e insospechados elementos de ex- De ahí que Cuando la comparación se establece en-
presión de una capacidad penetradora multiplicada. tre términos de semejanza exterior evidente, su reali-
La función de la metáfora no es aditiva, sino trans- zación comience, y termine en esa misma sernejanza,
mutadora, y cualquiera que medianamente conozca los y la metáfora resulte' fallida, o se resuelva en un juego
problemas de la moderna física, verá por.aquí asomar de sinónimos o en la más torpe y aburrida de las
el terrible principio de indeterminación; salvador de la tautologías. '
Es que la dialéctica es más ingenua, y procede sin, , '

auténtica Libertad creadora.

"

L . .1 _a.
I

98 VARIACIONES S<;>Il.llE LA POESÍA • METÁFORA Y DIALÉCTICA 99

segundas intenciones: -va derecho a donde va, mien- el instrumento mágico de máxima eficacia, mil veces
tras que en la metáfora" las segundas intenciones re- más maravilloso que la varita de virtudes que creaba
emplazan a las primeras: sus armónicas tienen m~s para la Cenicienta una carroza de un zapallo y caba-
importancia que su onda fundamental, es decir; qúe llos de los ratones, porque es capaz de crear hasta a
cada palabra en ella adquiere sentido, no ,por lo que la propia Cenicienta, y al hada que la maneja, y aun
manifiesta, sino por sus resonancias. Las palabras des- más: de crearse a sí misma. ,
truídas poi el choque metafórico, se resuelven en r,é~ ¿No habéis reparado que la palabra "metáfora" es
soríancias en libertad, que se agrupan de acuerdo con ya una metáfora? ¿Que al llevar "más allá" -¡oh,
nuevas e instantáneas leyes. Por eso resulta posible' lejano sueño ultraísta!- está realizando el continuo
establecer de una manera objetiva si un razonamiento , milagro de su propia superación?
, de carácter dialéctico es acertado o no, con prescin-
,,1 dencia del que juzga, con absoluta imparcialidad; en
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"'1
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lit ~
cambio, en la metáfora, la excelencia depende de U1;l'
..¡I'
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modo fundamental de la pasión, de la parcialidad qU,e
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en ello ponga el que juzga, porque es inseparable dé

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t ít
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lo vital y participa de su caracte-rística inestabilidad.
En la metáfora, lo que importa no es tanto el cruce
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que se.establece entre los dos o más términos de como
J'¡¡¡ paración, sino el campo de influencias que con. ello
~ .: se pr0voca y que debe abarcar no sólo a las palabras
ligadas por el común nexo, sino a todas las que la
rodean.
Por eso, el razonamiento lógico, tan poco accesible
a sorpresas, es y seguirá siendo el instrumento natural
.de la ciencia y de la filosofía, y todo injerto rnetafó-
rico que no sea a título de ilustración, de accesoria
1

iluminación, consideradó como sospechoso.


En cambio, el metafórico es el lenguaje poético por
excelencia, al no establecer juicios, sino asombros, 'es

.c..• ; {~~l"
...~:.,,¡;-., ';~ , I ,,:, {' 01•. 1, () t ~, ¡Id
PEQUEÑAS VARIAOONES

La originalidad consiste en no desentonar en ese


coro.

T aumaturgia. - Imagina un mago que tomara la som-


PEQUEl\rAS VARIACIONES bra de un pino e hiciera con ella un pino verda-
dero. Eso es justamente lo que se te pide, poeta:
El Dios desconoádo. - Como Baudelaire frente al toma un verdadero pino y haz con él .su poema.
grosero idolillo, no te rías del poema que no com-
prendes: a lo mejor está allí la verdadera poesía. Clasificaciones. - Los preceptistas hablan de la Poesía
:hpica, o Lírica, o Dramática, como si cada una de
l!P !l'
Humano, demasiado humano. - A menudo oigo decir ellas fuera algo substancialmente distinto de las
, r '
~ , •• , I que tal poeta tiene "un gran sentido humano". otras, como un león lo es de una hormiga. Déjalos
q' .• '
.\ , Nueve de cada diez casos, el "sentido humano" es en su engaño y en sus clasificaciones. Pero aprende
11,,; huera declamación. Otras veces se trata de poetas que sólo hay una Poesía Verdadera, como sólo hay
bien dignos de este nombre, p~ro no precisamente una auténtica luna a la que los hombres llamamos
jll: :;'
,11,¡;,j; por eso que llaman el "sentido humano", que suele sucesivamente: creciente, llena, menguante y nueva,
) .I~';"! ser o sentimentalismo, o política o, en el mejor de no porque ella sea otra cada vez, sino porque cam-
~)~.:i los casos, un muy respetable sentimiento de frater- bia la porción de su rostro que nos es dado ver.
nidad; loabilisimo desde el punto de vista social
pero que poco onada tiene que hacer con la poesía. Para meditar sobre el poder mágico. de las pala-
¿Qué diríamos· de un matemático que pusiera bras. - Que el infinito quepa sin desbordarse den-
"sentido humano" en sus ecuaciones? tro de la palabra infinito. Que podamos seguir
Lo autéiJ.ticamente humano resplandece en la usando la palabra cero sin que su absoluto vado
exactitud del cálculo, o en la eficacia expresiva del absorba un mínimo de la realidad que lo circunda.
poema. Todo lo demás es humano; pero demasiado
humano. Medida. - Hay palabras de tan feliz eficacia que pa-
recen limpias, recién nacidas. Palabras que concuer-
Originalidad. - En la Eternidad todo está diciéndose. dan tan acertadamente con el objeto que designan,
como Pez, que se nos escapa en la fluida termina-

~" '"
104 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA
POESÍA Y BELLEZA 105
humano. Su belleza es intrínseca y se nos revela como
nada, una plácida invitación hacia el nirvana: belleza
anterior a la que se produce en el alma del que la con-
y placer son inseparables compañeros, y es en esa
templa. La Belleza tiene un carácter objetivo en sus
unión donde me parece distinguir justamente su me-
fundamentos; del que carecen el Bien y la Verdad,
noscabo.
especialmente el primero de estos dos, que es todo él
El hombre tiende hacia la belleza tan naturalmente
pura subjetividad por ser el más espiritual de todos.
como la gota de agua hacia ·la mayor pendiente: por .
No existen cosas buenas, sino en la medida en que
el principio del menor esfuerzo; es, en resumidas
el Bien se refleja sobre ellas. Las cosas son o no
cuentas, pura inercia. Y el espíritu es una tensión con-
verdaderas, cuando su objetividad y su subjetividad
tinuada en lucha interminable contra lo Inerte. No-
coinciden o dejan de coincidir; pero la Belleza es el
temos la natural repugnancia que sentimos, la profa-
resultado de una superobjetividad. Con una especie de
nación que nos parece la explicación, ya sea razonada
lit!!!~t satánico orgullo parecería poder prescindir de todo es-
, 1"': píritu que la contemple. o intuitiva, de la belleza. La Verdad y el Bien nece-
~:'
-1 ,
,
sitan justificaciones, la Belleza las rehuye. Una belleza
'1;" Cuando,de pronto nos encontramos frente a un pai-
explicada, pierde parte de su encanto, porque la ex-
I¿;I saje, o a una forma inesperada, hasta ese momento
plicación la tiñe de esfuerzo, que es contrario a su pro-
. ~ .~~
("
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:'J'",JI
desconocida por nosotros, pero de proporciones grado-
. 7
sas o sobrecogedoras, experimentamos como un cho-
pia naturaleza .
Cierto es que a veces la consecución de la belleza
que: nuestro espíritu queda acorralado ante la majestad
demanda esfuerzos considerables y técnicas engorrosas,
de 10 objetivo que se . manifiesta allí ante nuestros
pero el primer cuidado que debe poner' el embellece-
ojos. Ese exceso de objetividad, que excluye por eso
dor es el de ocultar sigilosamente su trabajo. La belle-
mismo toda especulación, todo esfuerzo de nuestra
za necesita aparecer como algo que se da de balde;
parte, se traduce en un movimiento de regocijo por la
eso es imprescindible, porque constituye su propia
economía vital que supone: la. evidencia de labelleza,
esencia, y de ahí deriva su carácter deleitable.
su .gratuidad, -se convierte en euforia. Somos en cierto
Es opinión muy difundida que el objeto de todas
-modo vividos por ella, y eso nos lleva hacia la infan-
las artes es la persecución y logro de la belleza. El
tílidad, cuando alguien velaba por nuestra seguridad
maestro Macedonia Fernández ha calificado con preci-
y nos ahorraba los esfuerzos que la vida impone al
sión a esa tendencia, llamándola "culinaria", nombre
Ser. La Belleza es el resultado de ser, sin esforzarse
expresivo y exacto que conviene a quienes reducen las
por ser, y por ello importa un deslizamiento hacia la
funciones del arte a una simple economía vital cuando,
~

, r,
106 VARIACIONES SOBRE LA POESÍ.¡\
POES!A y BELLEZA 107
por el contrario, el fin auténtico del mismo es el de
ningún determinado einbaucador, ni ha sido introdu-
avivar y enriquecer el repertorio de vivencias, profun-
ducida con un deliberado propósito de corrupción o
dizar. en 10 expresivo y tender a la más ardua reali- .
zación del espíritu. desviamiento de sus fines, sino que responde a pro-
fundas razones y necesidades de sus recíprocas natu-
Es innegable, sin embargo, que existe un entrela-
ralezas.
zamiento entre el arte y la belleza; pues no es por
El objeto verdadero de la Poesía, ya queda expues-
simple capricho que se haya tomado a ésta como su
to en otra parte de estos ensayos: consiste en alcanzar
propia finalidad. En la Poesía, que es la que me in-
la identidad del Ser consigo mismo. Dije entonces
teresa ahora, existe en sus comienzos una marcada
que el Poeta era algo así como el órgano de reproduc-
tendencia a reducida a un "gay decir", a limitarla a
ción de la especie, por intermedio del cual la misma
frases ingeniosas, graciosas, de deslumbrante eficacia.
alcanzaba la perduración. Esto me prepara el camino
El empleo de palabras escogidas, no por su expresivi-
para ver ahora la relación que existe eritre Poesía y
dad, sino por su eufonía o por su carácter de desacos-
Amor, que son en su esencia una misma cosa. El Amor
tumbrado lujo, revela el mismo propósito. El poema
como la Poesía, tiende a la inmortalidad más alta
amoroso reemplaza a las flores o a las joyas, tiene
del Ser en' cuyo seno resplandeciente se desvanecen
su mismo carácter suntuario, y finca todo su pode-
los límites de la individualidad. El ser nos tiende
río en la elegancia verbal, en la fluidez de su rnu-
)Jt:. 11 para ello innumerables trampas destinadas todas a se-
sicalidad meliflua, cuando no en la rareza alambicada
I;g .ducir a la parte vegetativa de nuestra naturaleza
del concepto que es una trasposición de lo mismo al
regida por el principio de inercia. El Amor, des-
plano de lo intelectual. Tal tipo de actividad enca-
tinado a la prolongación de la especie, y a la posi-
minada hacia la adulación de los sentidos' me parece
bilización de su perfeccionamiento, sería absolutamen-
acertadísimamente calificada de "culinaria", y no creo
te imposible si procediera abiertamente, si jugara lim-
que los complicados ritmos, las lujosas metáforas o
pio con los individuos de quienes tiene por fuerza
las resonantes rimas de que se valían para ello, tuvie- '
que valerse. Ninguno se prestaría al doloroso esfuerzo
ran un. más alto valor espiritual que los ringorrangos
que eso supone, a las alternativas ingratas que se pre-
con que los reposteros adornan sus obras maestras con
sentan de maner,a ineludible. Pero el Amor sabe cazar
una inútil pero incitante arquitectura de merengue.
con reclamo, y al ser egoísta, y .cómodo que no se
¿Cuál es entonces esa relación entre poesía y belle-
rinde ante los halagos de lo espiritual, al que se rebe-
za? Es evidente que ella no obedece al capricho de
la contra los imperativos de las necesidades espiritua-
POESÍA Y BELLEZA 109
108 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
de igual placentero modo en lo individual para rap-
les, Io atrae con el señuelo del goce físico. Me parece
tado en su éxtasis, para valerse de la inhibición en
evidente que la especie humana se hubiera extinguido
que ese éxtasis le sume, y hacerle aceptar, bien a
hace rato sin el maravilloso goce que se le asegura
pesar suyo, las luego ineludibles cargas del espíritu.
a cada individuo en el momento mismo de la pro-
La ftÚición estética tiene aun un carácter más sola-
creación. El goce sexual, ese ardiente paroxismo en
pado, pues el goce sexual, por su mecanismo exige una
que lo más profundamente individual alcanza la le-
previa acumulación de intensidades, de ardientes. ten-
vedad de la llama y parece librarse momentáneamente
siones, las que al relajarse de pronto, al precipitarse
de las ataduras de la gravedad, en que lo corporal
por las vertiginosas laderas del placer, dan una falsa
estalla en súbita alegría que lo arrebata de las ata-
sensación de economía, algo así como la que experi-
duras terrestres, para alcanzar la plenitud total de la
menta el niño que se desliza por un tobogán, pero que
vida, es la trampa más hábilmente urdida por cazador
con anterioridad debió adquirir ese instante de feliz'
'~~!~!! alguno. NI? es lo individual ni lo corpóreo .10 que
liberación de su peso, con el esfuerzo de trepar por
,'1. It.~l'
" ·'1·
I,!\(,: se persigue detrás de su divina epilepsia, sino lo
la escalera.
1 ••
.
,1·,:
, espiritual y lo eterno, con sus necesarios esfuerzos,
En la belleza, la economía es de carácter más abso-
con sus dolores, con sus agonías inevitables.
,1iI; luto aun. El lector se encuentra con la belleza del
,,::~,:'
(1,.1.,

~'liH
La pareja que se derrumba desde Su cumbre lla-
meante, parece advertido de pronto, y la tristeza pos-
verso sin haber colaborado por su parte con el menor
) Jt:.'11 esfuerzo por merecerla, y tanto más bello le parecerá,
terior a ese acto, no es el reconocimiento del pecado
-u y tanto más gozará con él, cuanto más perfecta sea
que creían algunos Padres de la Iglesia, sino el resen-
esa sensación de regalo, cuanto mayor sea la pro-
timiento de la carne burlada por el espíritu, que reco-
piedad del objeto de transformarse de por sí en sujeto,
noce, no un supuesto pecado, sino por el contrario, su
y aliviar la tirantez dolorosa que la subjetividad sig-
propia .derrota a manos de una instancia más alta.
nifica.
Por eso en el verdadero amor no es valedero aquello
Es que resulta imprescindible ese máximo de apa-
de "la carne es triste", porque no hay tal tristeza
rente generosidad, porque lo que se solicita del lector
sino la más íntima y profunda alegría al haber ser-
es un máximo de generosidad verdadera. Al fin y al
vido humildemente los dictados del espíritu.
cabo, en la reproducción, el instinto provee a los
La belleza me parece que es ese mismo goce sexual
padres de satisfacciones de por sí valederas. La ternura
proyectado al plano de lo artístico. Tiene idéntico ca-
que los hijos proporcionan, el conmovedor espejismo
rácter de objetividad dominante y arrebatadora, incide
XI

LA FORMA Y EL FONDO

Para poder captar algún aspecto especialmente difi-


cultoso, o irreductiblemente irracional de la realidad
-y que el viejo Hegel ~e perdone-, el hombre
'!~h~
"O procede a la elaboración de esquemas mentales que
'::1,,'
."".,
I '11 con cierta aproximación configuran o simbolizan lo
1/:
I·:¡t que de otra manera permanecería inasequible.
,~!;:' Acerca del 'valor cognoscitivo y práctico de tales
:~í~j,.
recursos, nada tengo que objetar, pero suele suceder
'11 I
con peligrosa frecuencia que nos olvidemos del carác-
i ter provisorio que por naturaleza tienen los mismos,
y lo que es peor, que lleguemos a tomar los tales
esquemas por la auténtica realidad. Nos induce a
ello el principio del menor esfuerzo; pues es lógico
que siendo el esquema un producto de nuestra mente,
lo encontremos mucho más satisfactorio para Iarnisma
que la farragosa realidad que imperfectamente repre-
senta.
Todo intento de clasificación sistemática está ame-
nazado por ese peligro. Así, por ejemplo, los biólogos
más ilustres se han esforzado en vano por señalar
114 VARIACIONES' SOBRE LA POESÍA LA FORMA Y EL FONDO 115
los límites que separan al reino animal del vegetal, La forma a que me refiero es la que toma un'
ante la burlona resistencia elástica de la naturaleza, concepto o intuición para manifestarse ~erbalmente
para quien los conceptos "animal" o "vegetal" no son en la plenitud de su poderío sugestivo.
sino abstracciones que pueblan la mente del hombre. y vuelvo a repetir la pregunta: ¿Caben en una
Algo parecido es 10 que sucede con la diferencia- misma forma dos contenidos distintos? A poco que
ción, en el arte en general y en la poesía en par- reflexionemos sobre ella, veremos que no encierra
ticular, entre el "fondo" y la "forma", con las que se mayor sensatez .que si preguntara si dentro de los
han constituído dos entidades específicamente diver- límites escultóricos de la Venus de Milo caben dos
sas, como si en el poema la forma fuera el alvéolo Venus distintas, pues es evidente que la idea o "fon-
exagonal y el fondo la miel en él depositada. do" de cada estatua coincide con su "forma",
Se ha establecido entre forma y fondo la relación Creo, con Mauthner, que no existen sinónimos, que

~H'~
'Ir' '~h
que media entre contenido y continente, que es, en la
poesía, falsa en su raíz y desastrosa en sus conse-
dos palabras diversas que pretenden expresar la misma
cosa, tienen cuando menos pequeñas pero substanciales
Iw':lt>!
\ ..... -.1 cuencias. ¿Qué es, poéticamente considerada, una for- diferencias de matiz. ¿Qué sucederá entonces con la
I 'jl:
Ir:/ ma independizada de su contenido? expresión de una' intuición poética que difícilmente
1•• 1 ':'0
. ,!~t;:/ f
Empecemos por iridagar si dentro de una misma podrá encerrarse en una sola palabra? Apenas inten-
,'~~~?¡,,, forma caben dos contenidos distintos. Por supuesto, temos reemplazar una sola de las usadas para su
conviene aclarar desde ahora que al hablar de forma comunicación, veremos cómo irremisiblemente la in-
¡/:f JI '{i
IIlj . poética, no me estoy refiriendo a tal o cual com- tuición misma (el.fondo) varía, para mejorar cuando
binación estrófica ni métrica, pues es evidente que se trataba de un simple tanteo, para desvanecerse
dentro de una cuarteta o de un endecasílabo pueden si del verso había sido eliminado todo azar por la
quedar encerrados los conceptos más sublimes y los maestría expresiva del poeta. Tomemos 'como ejemplo
más chabacanos, Pero un soneto, o un simple octosí- el famoso verso de Góngora:
labo, no son en sí formas poéticas,' sino la especia-
A batallas de amor campo de plumas
lísima adecuación del ambiente en elquela verdadera
forma se desenvolverá. Desde el punto de vista ex- y tratemos, ya que hemos reconocido absurdo ence-
presivo su valor es nulo. Son mudo espacio donde vivi- rrar otro concepto en la misma forma, de dar otra for-
rá la forma acomodándose a sus limitaciones prosó- ma al mismo concepto, sin que el mismo varíe no sólo
dicas de acentuación o de, rima. en su valor fundamental sino en las deliciosas resonan-

.' •.,. - i ,!¡.('~ _ ~_.t''':' '~


116 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
LA FORMA Y EL FONDO 117 .,
cias que lo circundan, sin que se pierda ni una sola
de ellas. Creo que la imposibilidad de esta segunda tar de variar la forma o el fondo de un verso man-
operación es tan flagrante como la de la primera, teniendo el otro constante.
de donde debemos dt:ducir la unicidad irreemplazable Una última consideración geométrica: existe entre
entre fondo y forma. Unicidad que no, significa for- los cuerpos regulares, uno cuya superficie es máxima
'zosamente identidad. Quiero decir, que el esquema en relación al volumen: el puntiagudo e incómodo
mental de que hablaba al principio al diferenciar tetraedro de caras triangulares, y otro en el que la
entre "forma" y "fondo" poético tiene un valor pro- superficie es mínima siempre con respecto al volu-
visorio y de aproximación en cuanto advierte una men: la equilibrada y satisfactoria esfera. No voy a
div~rsidad entre ambos, pero falsea la realidad al su- sacar de este hecho ninguna consecuencia acerca del
poner la posibilidad de una dicotomía absoluta que valor estético negativo de la mayor relación de la
los independice al uno de la otra. superficie; pero me servirá en cambio para llamar
La forma es la manifestación sensible del fondo, la atención sobre un fenómeno análogo en el campo
su modo de relación con lo que lo circunda. Entonces, de lo poético; también allí encontraremos poemas con
se me podrá argüir, existe una supremacía del fondo un mínimo de forma para expresar un fondo dado
sobre la forma. No mayor ni de otra naturaleza que (San Juan de la Cruz), y otros, como el ya citado
la fatal relación entre el volumen y la superficie de un Góngora, en los que la forma es máxima para mani-
cuerpo: lo mismo podríamos decir que la superficie festar su fondo.
es una simple propiedad del volumen, que sostener No podemos con ningún artificio humano ni divi-
que el volumen está aprisionado y contenido por la no pensar en una forma de menor superficie especí-
superficie. Toda supeditación del valor de uno al de fica que la esfera, que es un valor límite; en cambio,
la otra .será siempre caprichosa y vana. Sabemos, sí, podemos fuera de los cuerpos regulares aumentada
que la superficie es el límite del volumen, o sea, la ma- de una manera prácticamente indefinida, llegando a
nera como el volumen se manifiesta hacia el exterior un punto ideal en el que todo volumen se haya des-
y se hace sensible. y notemos un hecho de capital vanecido en una infinita pero inhallable superficie.
importancia; para cada forma dada, la relación entre Hay una forma mínima para un fondo dado, pero
volumen y superficie es invariable: no podemos al- no una forma máxima. La forma puede proliferar y
terar caprichosamente una de ellas sin que la relación crecer viciosamente no ya para expresar su contenido,
se altere, de idéntica manera a lo que sucedía al tra- sino para ocultado paradójicamente a fuerza de atraer-
le hacia afuera, de volved e "superficial".
118 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA LA FORMA Y EL ,FONDO 119
la mejor forma poética es la que con mayor efi- origen diametralmente opuesto, desde que nace, no
cacia encierra una reconditez, una intimidad inviola- de la aceptación y tránsito de la luz, sino de su recha-
ble, aunque, como es forzoso, de ello se deriva su zo violento y total. Aunque parezca paradójico, lo
mayor dificultad de comunicación: su centro expre- que brilla no es la superficie pulida, sino la luz' por
sivo queda a una distancia máxima. Entonces es me- ella repelida.
nester facilitar su acceso hasta él con un nuevo arti- Así, el verso luminoso, y colorido que alucina con
ficio, que es la transparencia. sus desteílos a los que no van más allá de la super-
la transparencia permite que el centro expresivo ficie .poética, es casi siempre escaso de fondo, o al
permanezca' simultáneamente lejano y accesible; no menos éste es reducido frente a la voluptuosa exu-
10 podemos tocar, pero 10 podemos contemplar. la berancia de la forma. Aquí pido perdón por señalar
luz que atraviesa al diamante multiplica la forma un nombre insustituible y querido: el de Federico
interna de contacto con nuestra visión, sin' alterar García lorca. Es la suya una poesía, no de acuosas
la externa. la diafanidad es justamente la vía de transparencias, sino de encendidos reflejos de mur;
acceso empleada por San Juan de la Cruz para reci- tiplicados espejuelos, maravillosamente dispuestos para
bimos en lo recoleto de su poesía, es su forma inte- el enloquecido requiebro de la luz refractada en la
rior, inseparable de su esencia. casi infinita superficialidad de sus romances. El que
la transparencia no puede lograrse por, fórmulas vea en esto la sombra de un reproche, que medite
,1'1 teóricas; porque es el resultado de un prodigioso equi- de nuevo en lo que dejo dicho acerca de la unicidad
librio interior que dispone con tal gracia los medios entre forma y fondo.
de expresión en las líneas de mínima resistencia de Vamos viendo que la de la forma' es una cuestión
la luz, que ésta puede recorrerlos como de puntilfas y de límites,' peligrosa como todas ellas porque es en el
sin el menor tropiezo. Para alcanzar un estilo tras- límite donde pujan, y donde son contenidas, las fuer-
lúcido hay que comenzar por tener intuiciones Iurrií- zas vecinas. El fondo' poético tiende a la expansión
nosas que expresar, pues las opacas la' iriutilizarían donde se diluye lo inefable, pero circundado por la
'con su propia opacidad. la transparencia 'es pura necesidad, que se vuelve imperiosa en la expresión,
forma interior y por 'ello más inseparable aun del se recoge sobre sí mismo,' se adapta a las circunstan-
fondo que la origina. ' cias -del ambiente y de ahí deriva un límite, una
Para los deslumbrados ojos del vulgo puede con- forma concreta.
{undirse 'la transparencia con el reflejo que tiene un Claro que me estoy refiriendo a la poesía autén-
120 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
LA FORMA Y EL FONDO 121
tíca. Nada impide a los que de ella sólo alcanzan
La musicalidad de cada verso aislado -lo digo yo
,a distinguir lo exterior, que intenten su concienzuda
porque se le olvidó a mi maestro Pero Grullo-- nada
falsificación reproduciendo pacientemente sus aparien-
tiene que ver con la rima, y esa es la rnusicalidad que
cias que no responden a otra necesidad que la deri-
vale. Díganlo si no estos tres versos en su magní-,
vada de su espíritu imitativo, pero la reproducción
fica fluencia:
mecánica de las formas poéticas puede sólo engañar
a, los incautos, no a los entendidos, a quienes les será Corrientes aguas, puras, cristalinas,
tan difícil diferenciarlas de los verdaderos poemas, ál'boles que os estáis mirando en ellas,
como a un naturalista distinguir entre un caracol au- verde prado de fresca sombra lleno,
téntico y otro de porcelana. (Que como artículo de
bazar puede hasta ser más valioso.j donde hasta este momento no ha asomado su eco
una sola rima, sin que por ello su forma -y su trans-
El verdadero límite de un ser, no es algo acci-
parencia- no sean perfectas.
dental ni caprichoso, sino el resultado .de una larga
serie de tanteos en procura del que corresponda a La rima desempeña en el verso un modestísimo
su esencia. En la creación poética, el escritor, ya de papel, facilitando su retención por la memoria, y su
'una manera consciente, por la sucesiva aquilatación admisión, porque la espera el encuentro de un soni-
do ya previsto, facilita nuestra pereza auditiva. La
de los medios disponibles, o lo que es más frecuente,
rima es perfectamente admisible si se utiliza su faci-
por un vertiginoso proceso de selección subconsciente,
"1 I lidad para recargar las dificultades en el sentido de
elige las palabras precisas, la estructura sintáctica que.
las una, la metáfora que las transforme, y aun el una estrictez mayor en cuanto a la relación de la ver- -
dadera forma con su fondo; pero se convierte en un
ritmo que las contenga, y de pronto la inspiración,
mortal inconveniente en cuanto intenta salir de su
esa puerta falsa que une el mundo' de la poesía con
papel de secundaria servidora y aspira a dominar
el trasmundo de 10 subconsciente donde se elabora,
en el verso: el ripio y el desatino poético son en-
da paso al verso ya formado, es decir viviente, ac-
tuante, puesto que el fondo sólo por intermedio de la tonces sus consecuencias inevitables, además de que,
forma actúa. al. convertirse ellas en verdaderas dificultades, cuya
solución pretende justificar al poema, se descuidan,
¿Y la rima? ¿Y la forma clásica y el verso libre?
por atender a sus necesidades mecánicas y fonéticas,
¿No tiene todo eso nada que ver con esto del fondo
los auténticos imperativos del mismo. Confundir el
y de la forma? Muchísimo menos de lo que parece.
problema de la rima con el de la, forma poética, equi-

\
VARIACIONES SOBRE LA POESÍA

vale a pulir mal el diamante para encerrado en un


costoso e incómodo estuche.
Idénticas con~ideraciones pueden hacerse con res-
pecto al verso libre o al de corte clásico. Proponerse
el calco de determinado maestro lleva al plagio o a la
presuntuosa prolongación de sus "obras incompletas",
PEQUEÑAS VARIACIONES
pero valerse de la forma tradicional del verso permi-
te, por una facilitación semejante a la de la rima,
La voz y el eco. - Venía de lejos, con el vagaroso
sumar todas las fuerzas expresivas en el punto re-
cansancio de 10 soñado, y decía: -Soy el Eco ...
querido. Sólo con ese fin será lícito su empleo. El
Pero descubrí su falsedad por eso mismo. El ver-
verso libre, en cambio, debe abrirse su propio cami-.
dadero Eco hubiera mentido en otra forma: -Soy
no, pero tropieza para ello con la dificultad que le
ofrece la pereza auditiva del público, con la dureza la Voz ...
de expresión no alivianada por ningún ritmo externo.
Definición. - "Lo .definido no debe entrar en la de-
Creí por mucho tiempo que era el único digno de la
finición", impone un acreditado principio de Ló-
verdadera poesía. Sólo ella podía justificado. Esa
gica, para evitar que se descubra con demasiada
desnudez, es verdad, o continúa pareciéndomelo. Pero
facilidad que toda definición es una repetición de
J~I creo hoy más digno y humilde aceptar las facilidades
del verso tradícíonaj y de la rima, y refluir los me- la misma cosa con otras palabras.
Ese principio sólo se cumple estrictamente en la
dios así economizados para solucionar con ellos el
metáfora; pero resulta que como en ella está ausen-
siempre ardiente problema del fondo y su forma, cuya
vital unificación es la Poesía misma. te la Lógica, la definición y 10 por ella definido
se van alegremente de parranda saltando los cercos
de todos los principios.

Para los indecisos. - Cuando dudes entre .dos adje-


tivos por no saber cuál de ellos elegir,' desecha
'de inmediato la duda y a los dos adjetivos con
ella. En un poema sólo son dignos de entrar los
adjetivos indudables.
124 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA
PEQUEÑAS VARIACIONES 125
ir libremente, con la alegría que debe damos el cum-
Desnudez. - El correcto adjetivo, como los vestidos plimiento exacto de un destino. Pero si se demora
. de baile de las mujeres, debe servir, no para cu- en ella, será que quiere cambiar su libertad por la
brir, sino para hacer resaltar la desnudez de la tuya. Entonces, a tu oficio, j aprendiz!
palabra que le lleva.

Precaución. - No olvides que fué un enamorado del


canto de los pájaros. el que inventó la primera
jaula.

Exactitud. -la palabra justa no es la que da en el


centro, sino la que convierte en centro al punto
donde toca. .

Muerte de lo inefable. - Desconfía de los que dicen:


-¡Tengo tantas cosas en el alma! Pero no sé
expresarIas ...
O tratan de engañarte o, lo que es peor, se
engañan a sí mismos. las Cosas del alma son su
propia expresión.

Modestia. - Si cada vez que tiendes la mano se te


posa en ella un poema, no te envanezcas. Piensa
que él puede venir de muy lejos e ir más lejos
aun, .y que sólo busca descansar un momento entre
tus dedos. Piensa además que pudo haber equivo-
cado el camino al confundir a tu alma con la que
andaba buscando.
Abre de nuevo la mano, y si se te vuela, déjale
XII

CóMO SE HACE UN POEMA

Me parece oír al lector ingenuo, que es el que más


me interesa, un poco mareado por las vueltas y re-
vueltas de estas variaciones en torno a la poesía, cómo
de pronto se impacienta y dice:
;:\,
).:), I -Todo eso será muy interesante, pero ¿cuándo
UJi.~i nos hace un poema?
{I ¿Qué he, de contestarle para no lastimar su suscep-
tibilidad ni alarmar su ingenuidad? ¿Que los poemas
no se hacen, sino que vienen ellos solos .a posarse en
'" nuestras manos con generoso vuelo de pájaro? No
me creería, porque él sabe, o sospecha, que un poe-
ma debe costar trabajo, en ocasiones muchísimo tra-
bajo.
¿Le diré, insistiendo en que los poemas no se ha-
cen, que los hallamos en bruto, como a los diamantes,
y que nuestro oficio consiste' en quitarles las gangas,
lo que sobra, pulir y lapidar su dureza para que las
luces los transiten con mágica alegría? Esto ya estaría
un poco más cerca de lo cierto, pues la labor del
poeta no consiste, como suponen algunos, en decorar
128 VARIACIONES SO~RJ:i LA POESÍA
CÓMO SE HACE UN POEMA 129
con luminosas mentiras la opacidad de lo real, y yo la apariencia es Nada activa, no la mera. nada pa-
no creo en la opacidad de lo real ni en la Iuminosí' siva utilizada para crear la luz, sino con una resis-
dad de las mentiras, sino que la función específica tencia empecinada y solapada para mantenerse fuera
de la poesía es hacer resplandecer las hondas verda- de la realidad. El poeta debe tener eso bien presente:
des que nuestra indiferencia mantiene aprisionadas en las apariencias son un material inerte y de ellas debe
cada realidad, Pero antes hay que hacer esa misma
hacer brotar la luz, que en este caso se llama la
realidad. Antes de pulimentar el diamante, debemos
Intuición poética. Su voluntad creadora debe tener
crear el diamante.
firmeza más que habilidad, porque sólo a esa firmeza
los poemas se hacen, amigo lector, por medio de
se subordina la Nada y obedece al conjuro de que
una técnica simplísima de explicar y dificilísima de
"sea la luz" haciendo que la luz sea. la simple habi-
ejecutar. Está brillantemente expuesta en el capítulo I
lidad sólo consigue fuegos fatuos de los que resulta
del Génesis, versículos 3 y 4:
imposible separar a la luz de. la sombra.
' "Y dijo Dios: Sea la luz, y fué la luz. Aclarado esto, pondré manos a la obra: tomaré un
;,1~1
:,~I I
,
rry vió Dios que la lus: era buena:' y apartó Dios
la luz de las tinieblas."
trozo de nada y modelaré con ella mi poema. .. si
es que me sale.
~I
Pero antes debo ser sincero contigo, lector, y con-
Se trata solamente de eso: de crear la luz, y si se
fesarte que con el fin de hacerte menos farragoso este
ve que es buena, de separada de las tinieblas. Eso ensayo de construcción aumentando su encanto como
es todo, y no hay otra ciencia poética que la que truco de prestidigitación revelado, voy a prescindir
'está compendiada en estas venerables palabras.
en él de todos los tanteos de las aproximaciones insu-
Sabemos que Dios empleó una materia prima, que ficientes, de los versos fallidos o poco felices en el
era la única de que disponía, aunque, eso sí, en sentido de aprisionar la intuición que perseguiré. Es-
abundancia: la Nada. Toda verdadera creación debe pero que esto lo anotarás en mi descargo.
partir del mismo material, o no es tal creación.
Como contrapeso deliberado a la indecisión del ma-
la Nada que nos rodea, aunque con mayor disi- terial, conviene adjudicarle una forma precisa, orgá-
mulo y acicalamiento, no es menor que la del primer
nica, como la del soneto, en la que la "luz esté se-
?ía, sólo que en su defensa, ha tomado por mirnetis- parada de las tinieblas", l que esa es la verdadera
, me y para pasar inadvertida, el disfraz de las apa-
función de toda arquitectura. ¿Qué porción de la Nada
nencias.
elegiré? ¿Qué te parece el Sueño? Pero no el sueño
"
130 VARIACIONES SOBRE LA POEsfA
CÓMO SE HACE UN POEMA 131
del que sueña, sino el del que duerme sin soñar.
¿O el recuerdo olvidado? ¿O el lejano día de la infan- de las manos dejándolas, no vacías, sino con algo
cia perdido y sin identidad en la multitud de los otros informe entre ellas. Hay que hilar esta espuma con la
días? No, no. Buscaré una nada más presente, más despierta conciencia de su fragilidad, hay que regir
visible. ¿la lejanía por donde el espacio se derrum- estas apariencias sin que su susceptibilidad se alarme
ba? ¿El eco, en el que la voz es sólo fantasma de para que nos permita el milagroso tránsito al mundo
las voces? Me parece que ya le tengo: la Niebla. de los algas. Es casi la misma operación de rescatar
¿Qué te parece? al habitante del mundo de los sueños y hacerle con-
. La niebla es algo que vemos y no vemos simultá- vivir en las vigilias ajenas. Pura magia. Comenzaré
neamente. Tiene calidad de sueño, de 'recuerdo olvi- por un conjuro deliberadamente indefinido:
dado, de lejanía casi al alcance de la mano; es un
Amblto de la voz arrodillada.
límite elástico y suave, cuya blandura nos separa de
la realidad que adivinamos a un paso. En ella el tiem- Si un verso es bueno, hay en su origen un má-
po parece ir dejando sus vellones prendidos en el ximo de azar, y un mínimo en su realización. Estas
espacio. Desde su amparo la nada nos acecha con tres palabras fundamentales: ámbito, voz y arrodillada,
invencible poderío. la luz que la habita es más suave no tenían, me parece, muchas posibilidades de en-
y callada; el aire pierde allí su diafanidad de cristal contrarse juntas en el mismo endecasílabo, y sin
purísimo. Se diría que estamos no en la tierra ha- embargo la necesidad de su unión está ahora mani-
bitual sino en la adormecida luna de las distancias. fiesta (o así me lo parece).
Sentimos que habitamos un sueño; que soñar es más En el "ámbito" ya va implícita la noción de pe-
importante que vivir. la niebla nos parece capaz de rímetro, pero de un perímetro indeterminado, como
disolver en sus brumas a ese pequeño copo de nuestra lo es el de la niebla que se desplaza junto, con el
alma ... observador. la "voz" al transferido a lo acústico,
Esto aún no lo es, pero me parece que de aquí, le quita precisión visual, y al ser "arrodillada", do-
del adecuado acondicionamiento de todas estas apa- blada sobre sí misma, aumenta la sugestión de lo redu-
riencias, se puede derivar una realidad más alta,' la cido del espacio, y lo enriquece con resonancias pia-
del poema que me pides. dosas.
Pero, ¡cuidado!, el manipuleo de la Nada es deli- Puede que este comienzo no sea del todo inade-:
cadísimo. A la menor imposición violenta se nos iría cuado, pero convendría difumarle un poco más aun,
hacer resaltar su condición de sueño. ¿Qué te parece:
"

132 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA


CÓMO SE HACE UN POEMA 133
blando limite en sueño convivido? Conviene que estas mareas provocadas por el flujo
de decisión a indecisión y viceversa, tengan su ritmo .
El carácter onírico de la niebla queda señalado por
alternan te y no encontrado. Por eso al comenzar la
ese '~blando límite" que añade precisión a la impre-
segunda cuarteta, mantendré la apariencia de solidez
cisión de la "voz arrodillada"; pero 10 más impor-
afincada en el medio de expresión para que no se
tante de este verso está en la mágica realización que'
me desmorone el nebuloso edificio del poema, pero
110S da la niebla al ser un "sueño en el que se con-
insistiendo en su carácter fantasmagórico:
vive", en el que se está con alguien que permanecerá
cuando ella, con la fugacidad de todos los sueños, Parten la sal y el pan de su morada
haya pasado. Es casi posibilizar ese tránsito del sueño el 'sonámbulo ayer y el hoy dormido.
a la vigilia de que antes hablaba, y es por 10 pronto
La sal y el pan me prestan. sus primordiales evi-
la convivencia, la coincidencia de dos destinos en una
dencias y la "morada" insiste en el carácter limita-
sola irrealidad. Pero si sigo por este camino de conti-
tivo de la niebla; pero quienes parten ese pan y esa
nua difusión corro el riesgo de hallarme de pronto
sal S011 "el sonámbulo ayer", es decir, el pasado que
perdido yo mismo en la niebla que estoy tratando de
puebla actuante pero vagaroso (ambas condiciones
rescatar. Se impone una difícil operación: afirmar el
están expresadas en "sonámbulo") el "ámbito" de la
carácter de levedad, de irrealidad, pero expresarlo con
cierto aire definitivo. Vaya ensayado: niebla y el "hoy dormido", la actualidad como em-
botada en una semiausencia. Es decir, que el sueño
bajo este césped de plttmón mullido convivido no lo es sólo por dos personas, sino que
aqttÍ la fealidad. yace enterrada. parten el pan y la sal dos momentos diversos -si-
multáneos y diversos-, lo que me parece que con-
La forma y el tono de epitafio de estos versos, les
viene recalcar más aun con esta otra intuición que ya
confieren un acento de perduración, pero como 10 que.
al comienzo había apuntado:
yace enterrado es la mismísima realidad, afirma en
ese acento la vaguedad del "plumón mullido" que Bruma, vellón' de tiempo detenido.
tiene la niebla. y por la similitud de suavidad y
Porque es como si al remansarse "el tiempo de-
mul1imiento se pasa del plumón que sugiere al aire
tenido" se tornara visible, casi sedosamente palpable
donde la niebla vacila, al césped, bajo el que yace
enterrada la realidad. en el vellón de la bruma, en el que en plena atmós-
fera de sueño, el "ayer sonámbulo" y el "hoy dormí-
"

134 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA CÓMO SE HACE UN POEMA 135


do" nos revelan .una tierna porción de eternidad, que carácter físico intuído desde siempre. Y ese aire es-
es donde conviven los momentos distintos. merilado facilita la comprensión de la. "luz con sor-
y ahora hay que revelar el peligro que esa eter- dina", atenuada aterciopeladamente con blanduras de
nidad entraña para nosotros como seres temporales, tonalidades intimas.
CÓmo ese sueño puede anular la realidad cotidiana Ahora ya puedo arriesgar otra intuición que me
que alli "yace enterrada". Conviene que de nuevo la parece no menos auténtica, pero de evidencia menos
expresión neta ampare al contenido evanescente: inmediata:

Invencible vanguardia de la nada. En ti soy un recuerdo no evocado

Esto no sólo nos dice que en la niebla comienza, donde la neblina queda equiparada a la máxima al-
sino que comienza hostilmente ("vanguardia") la titud de la Nada: el olvido, un olvido con posibili-
nada su labor disgregad ora, que al final resultará dades -mejor es decir imposibilidades- de recuer-
imposible resistir ("invencible"). Pero al mismo dos que ahondan su dramática soledad por la falta de
tiempo nos recuerda cuál es el material, "la nada", evocación. Y que sea yo, el presumido ordenador de
con el que estoy construyendo este poema. esa nada, el que se sienta "no evocado", manifiesta
"Por el primer terceto voy entrando't., como dijo a la niebla en su totalidad disgregadora. Ya no sólo
el maestro, y me parece que es en él donde es menes- es la "realidad que aquí yace enterrada". Es hasta el
ter acumular mayor riqueza de intuiciones, porque es mismo realizador.
en él donde se apoya la aérea arquitectura del soneto, Esto nos aleja de nuestro mundo, nos lleva a zonas
ya que en el último éste limita de nuevo con la nada inhabitables, a no ser por su propia muerte, pero
diferenciada. Te ayudaré un poco, lector, 'por la vía todo ello sin dramatismos, sino con una recelosa sua-
de los sentidos para que "veas" la niebla a través vidad que creo poder condensar en estas palabras:
de una. intuición indefinida apoyada
.
en .otra bien
precisa: provincia cautelosa de la luna.

Luz con sordina y aire esmerilado. Y por última vez es menester utilizar el reflujo
expresivo, para que nos traiga en su aparente soli-
El "aire esmerilado" se me ocurre que ya no tiene dez expresiva la salvación de la fluidez del tema.
ni carácter metafórico siquiera: basta enunciarlo para Tomemos una expresión tradicional y hagamos la
que el más lego en nieblas poéticas reconozca un paráfrasis del tema primitivo del sueño:
.'

136 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA CÓMO SE HACE UN POEMA 13 7


otra vez con Lope, Ahora falta saber si fuera y por
Soñar, y no vivir es necesario,
encima de las necesidades propias del soneto que he
'(Navegar también es en cierto modo soñar) la tratado de hacerte ver mientras lo escribía, hay en él la
acuñada forma del adagio, sostiene.Io secundario de multiplicidad de resonancias y de' encontrados ecos
la existencia frente a la primordial necesidad del entre sus voces y tu alma. En ese caso, el soneto'
sueño, la primacía de la niebla. será "además" un poema. De lo contrario, no pasará
Ahora enfrentaré al que resta con el terceto an- de un trabajo manual más o menos primoroso. Este
terior, para que vaya desvaneciéndose lentamente el es el momento de la prueba: léemelo en voz baja,
soneto, de modo que sólo sea un amortiguado eco. como debe leerse la poesía:
Ya el "soñar y no vivir es necesario", correspondía
a la exactitud del "luz con sordina y aire esmerilado". NIEBLA
Acentuaré el efecto, tratando de desaparecer Y o dél
interior del soneto, para que' la niebla quede sin un Ámbito de la voz arrodillada,
observador desde dentro, confinada en su propia blando límite en sueño, convivido;
soledad. Así el "recuerdo no evocado" que era el bajo este césped de plumón mullido
autor se desvanece en esta pregunta: aquí la realidad yace enterrada.
¿Y el alm«? Ya no está.. Ya no hay ninguna.
Parten la sal y el pal1 de su morada
Y debe irse por la esencia disgregadora de la mis- el sonámbulo ayer y' el hoy dormido.
ma niebla: Bruma, vellón de tiempo detenido, .
invencible vanguardia de la nada.
disuelto pez en tu indeciso acuario.

No se me ocurre mayor identidad en la inexisten- Luz' con sordil'm y aire esmerilado,


cia ,que esa solubilidad del pez en su medio, que el en ti, soy un recuerdo no evocado,
desvanecimiento del ser. en la propia niebla que lo provincia cautelosa de la luna.
rodea. Desvanecimiento del ser del autor, no del ser
de la niebla, que alcanza así su plenitud existencial, Soñar, y no VIvir es necesario.
objeto mismo de la poesía. ~ ¿Y el alma? Ya no está. Ya no hay ninguna,
"Contad si son catorce y ya está hecho", repetiré' disuelto pez en tu indeciso acuario.

'j
VARIACIONES SOBRE LA POESÍA

Discúlpame mi vanidad inconmensurable si te digo:


ya ves, así es cómo se hace un poema.
610 que todas estas artimañas se descubren una
vez que el poema está terminado. A veces mucho
tiempo después. Por ejemplo, éste, cuya arquitectura XIII
me has ayudado con tu presencia a descubrir ahora;
estaba ya escrito y publicado hace unos cuatro años ... CASI DIALOGO DEL PRESUNTO POETA·
A mí también me gustaba saber cómo se hacía un CON EL NO MENOS PRESUNTO LECTOR
poema, y ha sido tu ingenua curiosidad la que ha I
tratado de enseñármelo a medida que trataba de sa- Hoy -un hoy que' es la etérnidad misma- qui-
tisfacerla, porque hasta ese momento, te juro, amigo siera hablar aquí -un aquí qae puede ser cualquier
mío, que yo también 10 ignoraba. . punto del planeta- contigo, lector, no por indife-
y como tú, sigo ignorándolo. renciado menos cierto, no por invisible ahora para
mí con menor certidumbre propia, ni, con un destino
personal menos sagrado e irreparable que el mío.
Pero la conversación es trágicamente difícil para
nuestras limitaciones humanas sometidas a las trabas
temporales: ahora, yo estoy aquí, pero tú aún. no has
llegado, y hasta serás otro distinto según el punto y
momento en que llegues a este contacto conmigo,
y ahora (este ahora es el tuyo) yo ya me he ido de
aquí y hasta es posible que de cualquier otra parte
también.
Y, sin embargo, siento el deseo imperioso, la irn-
postergable necesidad de conversar contigo, y la mis-
ma imposibilidad de hacerla aumenta mis ansias por
lograrlo. No. No te vayas, lector, no tengas miedo
de que proceda como es habitual en estos diálogos en
142 VARIACIONES SOBRE LA POESÍA CASI DIÁLOGO 143
equilibrios aparentes. Acaso ya se trate entonces sólo es apenas la posibilidad de un poema, con todas sus
de que hablamos diferentes' idiomas, pero es el hecho virtualidades latentes pero inoperantes aún. Es la dor-
que no podremos entendemos: busca a los místicos, mida simiente de un poema que necesita de tu alma
y deja a los que como a mí sólo nos fué concedida para germinar, para desarrollar todas sus posibilida-
una partícula de la gracia poética, y vedada toda otra des, par ser.
evidencia de Gracia ... ¡Al fin te encuentro a ti, mi colaborador, mi ami-
, Pero te veo ahí, persistiendo en tu sonrisa: conti- go, el continuador, el realizador de mi obra, el ampa-
núas en tu muda conversación conmigo, yeso me rador de mis hijos, el salvador de mi destino 1
indica que ninguna de esas es tu respuesta. Tampoco ¿Pero qué es eso? ¿Aún persistes en tu sonrisa,
puede ser la simple indiferencia por todas estas cosas, y hasta me parece percibir en ella cierto matiz bur-
porque en ese caso hace rato que te hubieras ido. lón ante el desborde de mi entusiasmo ... ? ¿No serás
¿Qué buscas, pues, en la poesía? ¿Acaso -¡oh mi- tú el que yo me imaginaba? ¿Es que no entendiste
lagro 1- lo mismo que yo estuve toda mi vida force- el sentido final de mis versos? ¿No te diste cuenta
jeando por darte, la, eternidad de un .sueño, 'la res- que buscaba tu ayuda imprescindible para lograr mi
catada pasión imperecedera, la evidencia misma del propia inmortalidad? ¿No has comprendido acaso que
ser, sin cómos ni porqués, la simple y deslumbradora en el momento en que lees sus palabras y te sientes
evidencia de la Evidencia? transportado, enajenado en el auténtico gozo poético,
Ya me parece ver en tu simple sonrisa el' pausa- es porque soy yo mismo el que vivo por ti, el que
do reflejo de mi angustia, algo así como el retorci- soy tú mismo" el que me valgo a lo largo de los
miento de las llamas de un incendio reflejándose en tiempos sucesivos de tu espíritu (casi se me escapa
la tersa lisura de un lago cuya frialdad las transfigura decirte de "vuestros espíritus") para persistir, para
en sueño. salvarme prolongando "mi" evidencia de alma en
Ahora sí que comienza nuestra conversació~ de alma, utilizándolas como soporte de mi yo inmortal?
veras: ahora sí que te miro frente a frente, no tanto
para que nos entendamos, como para que entre los (Aquí el lector ya no puede más con tanto des-
dos descifremos el último porqué de nuestra mutua borde de petulancia, y acorazado entre unos parén-
empresa. tesis para ponerse fuera del alcance del supuesto poeta,
Porque el poema que yq escribo, bien lo sabes, en penetra en el diálogo, que en este momento pierde su
el momento en que lo termino, está sólo comenzado; "casi", para contestarle: .
144 VARIAOONES SOBRE LA POEsíA
CASI DIÁLOGO 145
-Perdona, mi iluso amigo; pero no eres tú sólo
los gramáticas protesten, me encuentro "siente" en
el que has pensado en el porqué del gozo poético:
toda plenitud, ¡y sin ningún esfuerzo!
el egoísmo está equitativamente repartido entre auto-
¿Cómo no ha de traducirse en gozo esa tremenda,
res y, lectores. Tú buscas tu inmortalidad a nuestras
economía de fuerzas que tu magnanimidad ingenua
expensas, y no seré tan ingenuo como tú has demos-
puso a mi disposición? Verme de pronto ascendido
trado serlo, reprochándotelo: pero es esa tu ingenui-
a las mayores excelsitudes, y planear en ellas con la
dad la que me permite apoderarme de tu tesoro. Yo
serenidad que ni tú mismo puedes sospechar por el es-
soy, bien lo sabes, un ser perezoso. No es que el Ser
fuerzo que te costó lograrIas. La gracia poética que a
implique fatalmente dolor, como sostenía el viejo
ti te fué dada y a mí negada, adquirida sin respon-
Schopenhauer; pero sí supone ineludible esfuerzo:
sabilidades ni temores, multiplicada por ello en su
mi cuerpo debe luchar denodadamente cada minuto
gracia: es en mí en quien la plenitud de la poesía
para seguir existiendo, aunque al final su derrota sea
se realiza; pero óyelo bien; el secreto no reside en la
segura: imagínate tú mi espíritu cuyo desastre él no
supuesta inmortalidad que tú consigas, sino en la to-
supone tan inevitable; lo que se esforzará para ser.
talidad gratuita del propio ser qué yo logro: ¡soy
La lucha por la vida es una pálida expresión para
yo quien se apoya en lo más eminente de tu alma
su continuada agonía; porque él no lucha "por" la
para atisbar desde ella el cielo, y no tú quien utiliza
vida sino "con" la vida para retenerla, para que no
a la mía como soportelj
se le pudra en una mortal detención. El Ser batalla
constantemente, porque eso y no otra cosa es su exis-
tencia. . -:-No creas que esté tan ensimismado como para
no advertir tus palabras. Aquí, hasta los paréntesis
y de pronto vienes tú, que has concentrado todas
oyen. Y por cierto que no me han dolido; por el con-
tus fuerzas, ennoblecidas por el ejercicio, privilegia-
trario, me han revelado la nobleza de tu egoísmo, no
das por su propia naturaleza, en la lucha por el Ser,
menos cierto ni menos fuerte que el mío, y lejos
y me brindas una Evidencia conseguida a expensas
de desanimarme, me complace advertir la nobleza de
de tu propio esfuerzo, una Evidencia en cuya posibili-
materiales de mi futura morada. A nadie le agrada
dad de comunicación has puesto todo tu empeño, y
vivir, así sea de paso, en un edificio de menor digni-.
yo, mediante el simple esfuerzo de la lectura, me en-
dad arquitectónica que el que habitualmente le cobija.
cuentro mecido en las más altas crestas de las oleadas
Pero no era esto lo que te quería decir. Mientras
del Ser. Me encuentro "sido" o mejor dicho, aunque
me hablabas, estaba yo en esa actitud que es habi-
146 VARIACIONES SOBRE LA POEsíA , CASI DIÁLOGO 147
tual a los poetas, que permanecen como ajenos a lo taciones de nuestros respectivos egoísmos, justificados
que contemplan como para mejor comprender de sos- en los gozos recíprocos.
layo su intención, y así, mientras tus palabras me Pero tú y yo somos regocijados instrumentos de
llegaban veladas por los paréntesis pero con la preci- una inmortalidad más alta. Es el propio Espíritu el
sión de una música lejana y querida, no sé por qué que se vale de nuestros limitados sueños para ser
se me vino a las mientes el recuerdo de una vieja él, para lograrse, más allá de las represas insuficien-
fábula. tes de 10 individual, por encima de todas las limita-
ciones de 10 perecedero, porque él es inmortal en su
Discutían el pedernal y el eslabón sobre quién era esencia: inmortal, pero creable, y en eso reside la
el dueño y creador de la chispa, y decía este último: grandeza de nuestra labor, de la mía y de la tuya
-Tu papel es meramente pasivo: sin mi férrea de- que la' complementa.
cisión al golpear, la chispa jamás alegraría a los aires. Dime: ¿no piensas ahora conmigo, que el verda-
y el pedernal respondía: dero gozo -que no goce- poético, puede provenir,
-¿De qué servirían todas las energías de tus gol- no tanto de esa en el fondo mezquina economía de
p~s si no estuviera en mí latente la chispa a la que esfuerzo, como de la inefable sensación que experi-
sólo logras despertar porque ya estaba viviente aun- mentas al servir de reflejo a la gloria del Espíritu na-
que dormida en mis duras entrañas? ciente, que se espeja en tu ser con el cabrilleo triunfal
Pero había un tercer personaje que no hablaba del sol cuando la aurora multiplica sus luces sobre la
en la fábula, y que escuchaba estremecido en su te- haz' de las aguas?' Es increíble que tú y yo, con nuestras
rrible júbilo la inútil discusión. Y era el Fuego, único ambiciones ya confesadamente limitadas, seamos' los
padre indiscutible de la chispa. multiplicadores del Espíritu, pero no menos increíble
es que hayamos llegado a tener conciencia de ello.
Claro que eres lo suficientemente lúcido como para Aquí acaba, ,¡oh, lector!, lo que por el momento
esperar que te aclare el manifiesto sentido de la fá- quería averiguar contigo. Calla mi voz ahora y per-
bula. Tú buscas, según tu naturaleza te ordena, una manece atenta a tu silencio. Por si necesitas romperio
economía de esfuerzo y la logras en mi supuesta. ge- otra vez dejo abierto detrás del punto final un Fa-
nerosidad. Yo especulo con tu holgazanería y me valgo réntesis, para cuya cerradura definitiva acaso sirva el
de ella Goma de flexible trampolín hacia la eternidad, finísimo perfil' de la más nueva de las lunas aún
y ambos nos consideramos muy satisfechos en las limi- por nacer. (
PEQUEÑAS VARIACIONES

zuelos que la prudencia moja en las orillas. Hay


que tenderle la red en alta mar, desafiando la posi-
bilidad del naufragio.

Destino. - Es posible que el que vas a escribir ahora,


PEQUE~AS VARIACIONES llegue a ser el poema más maravilloso que haya
salido de hombre. Yv los padres se 10 repetirán a
Pocas necesidades. - En un poema, fuera de la poe- sus hijos hasta la última generación. Su poder será
sía, ni siquiera lo imprescindible es imprescindible. tan extraordinario que seguirá resplandeciendo has-
ta en las traducciones a los idiomas aún por nacer.
Traducción. - ¡Si al menos fuera posible que la som- A su conjuro se estremecerán los corazones cuyos
bra de una flor retuviera la sombra de su per- átomos vibran ahora dispersos por las distancias
. fume.! innumerables.

Sobre lo mismo. - ¿Traducir un poema? ¡Nada más Pero un día el último hombre aprovechará el
sencillo! Se trata de hacer un triángulo de la misma postrer rayo del sol para leerlo y se le cuajará en
forma que este círculo. los labios la sonrisa que él le hará subir desde
el fondo del alma.
Método. - Acostúmbrate a escribir de noche y con la Luego el planeta seguirá girando estérilmente en
luz apagada; y luego rompe 10 que hayas escrito el vacío, y tu poema, que conservará intactas todas
antes del amanecer, sin que ni tú mismo hayas po- sus 'posibilidades de emoción, planeará para siem-
dido releerte. Las sombras son un auditorio, y no pre sobre el silencio sin límites, como un ave te-
el menos comprensivo de todos. rrestre extraviada en un mar sin orillas. Porque
la Poesía es tan inmortal en su esencia, como efí-
Vanidad. ---;No intentes teñir de rosa las mejillas de meros los seres que la sustentan.
la aurora, porque en ellas perderá su color la pin-
tura. I paJabras al poeta que va a escribir su primer verso. -
j Un momento aún! ¿Será tu primer poema digno

Pesca. - La más valiosa inspiración desdeña los an- de la virginidad que desvanece?'

_.L-
lNDICE

SE TERMINÓ DE IMPRIMIR EL DíA


A manera de prólogo . 7 DIEZ DE MARZO DEL AÑO MIL NO·
VECIENTOS CINCUENTA y NUEVE EN
1. - La Creación Poética .
9 LOS TALLERES GRÁFICOS DE LA OOM·
. II. - Su Ubicación .' . PAÑiA IMPRESORA ARGENTINA, S. A.,
21
CALLE ALSINA 2049 . BUENOS AIRES.
III. - Poesía y Experiencia . 31
IV. - Su Objeto . 43
V. - Los Enemigos del Alma . "
S?
..
VI. - ia Adjetivación : .. 63
VII. - La Metáfora : . .' .. 75
VIII. - Magia y Metáfora '" . 83
IX. - Metáfora y Dialéctica . 91
x. - Poesía y Belleza ' ', . 103

XI. - La Forma y el Fondo ,. II3


XII. - Cómo se hace un Poema . 127
XIII. - Casi diálogo del presunto poeta con el
no menos presunto lector . 139

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