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CARRERA DERECHO
Derecho Romano
Los delitos públicos eran actos ilícitos que se consideraban lesivos del
interés de la comunidad, y las penas corporales (muerte, exilio, mutilación,
trabajos forzados, etc.) o pecuniarios, no se imponían por principio a favor
de sus víctimas. Son delitos que podían dar lugar a una acusación pública y
se perseguían mediante un procedimiento especial, el procedimiento
criminal, que se sustancia ante tribunales especiales, esto es, los tribunales
represivos (de publicis iudicii, D. 48, 1, 48, 2).
Los delitos privados eran aquéllos que hacen surgir una obligación, en el
estricto sentido del término, entre el autor de acto ilícito y la víctima, en
virtud de la cual, esta última puede pretender el pago de una suma de
dinero como pena, y el autor está constreñido a pagarla. Así, en los delitos
privados sólo se tiene en cuenta el interés privado lesionado, y la pena se
establecía exclusivamente en provecho de la víctima, la cual persigue el
pago de ésta mediante una acción privada en un juicio civil, como cualquier
otro crédito.
Los cuatro más importantes citados por las Instituciones de Gayo (3, 182) y
Justiniano (4, 1 pr.): furtum (hurto), rapina (rapiña), iniuria (daño causado a
las personas) y damnum iniuria datum (daño ocasionado a las cosas).
a) Concepto de delito
Es todo acto ilícito sancionado con una pena. El derecho romano distinguió
dos clases de delitos: delicta o maleficia (delitos públicos) y los crimina
(delitos privados). Con el tiempo esta diferencia sufrió una despenalización
de los delitos privados para convertirse en delitos públicos.
b) Clasificación
i. Delicta
ii. Crimina
c) Tipos de delitos
El ladrón no solo sustrae cosas ajenas (furtum rei), sino también usando la
cosa con algo distinto a lo convenido, como el caso del depositario (furtun
usus) y quien sustrae al acreedor pignoraticio la posesión o al usufructuario
la cosa (furtum possessionis).
Clases
Medidas procesales
Actio furti nec manifesti: Puede ejercerla además del dueño, cualquier
persona con interés en la conservación de la cosa (comodatario, acreedor
pignoraticio, sastre, tintorero y el usufructuario). La acción concede el doble
del valor de lo sustraído y es infamante
Actio furti manifesti: Puede ejercerla además del dueño, cualquier persona
con interés en la conservación de la cosa (comodatario, acreedor
pignoraticio, sastre, tintorero y el usufructuario). La acción concede el
cuádruple del valor de lo sustraída y es infamante
La Ley de las XII Tablas acepta la compensación del daño como un medio
para evitar la ley del Talión, sobre todo en los casos de rotura, amputación o
inutilización de órganos (membrum rumpere). En el siglo I a.C. el pretor
concedió una actio in factum llamada actio iniurarum.
v. Intimidación (metus)
Para que se configure este delito es necesario que la amenaza sea real,
grave, presente o inminente. Con el ejercicio de la acción de intimidación se
obtiene el cuádruplo del enriquecimiento obtenido.
En el año 66 a.C. el pretor Aquilio Galo creo la acción de dolo (actio doli),
considerándose como el hecho doloso en cualquier relación jurídica. Esta
acción era subsidiaria, por lo que solo se utilizaba a falta de una acción
específica. Esta acción solo la podía interponer la víctima del dolo contra
quien ha actuado con dolo malo (dolus malus). La acción de dolo es
infamante y se obtiene únicamente el valor del perjuicio causado por el que
cometió el dolo.
Bibliografía.