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UNIDAD EDUCATI VA COLEDIO ADULTOS SIGLO XXI - DEPARTAMENTO DE EVALUACION

TAREAS DEL SEXTO PERIODO ( II CORTE ) DEL PRIMER LAPSO 2022 / 2023 (SEMANA 09 )

AREA: LENGUAJE, CULTURA Y COMUNICACIÓN


 El Ensayo
1) El ensayo latinoamericano  ¿Podemos ser como ellos?

Ensayo, libertad y expresión de las ideas. La palabra ensayo entra en el mundo de la literatura en 1580 (siglo XVI),
en Francia, cuando Michel de Montaigne escribe su obra: Essai de Messir Seigneur Michel de Montaigne. Su prosa es
sencilla, natural y contiene un toque magistral de humor. Expresa su individualidad sin limitaciones. Expone sus dudas sobre
temas trascendentes, como el conocimiento científico, cuestiona las verdades absolutas y las actitudes rígidas sobre
problemas de la vida y el ser humano. De estas breves notas se desprende que, en el ensayo desde su nacimiento, se
conjugan el pensamiento reflexivo del autor y una visión de mundo que se conecta con su espiritualidad.
Investigadores de la literatura se han planteado que en el ensayo se entrecruzan elementos de diversas categorías
literarias. Surgen así diferentes posiciones; sin embargo, pareciera que hay más coincidencias al admitir la preferencia del
lenguaje poético como manifestación de la subjetividad del ensayista. No obstante, hay que tener claro que la verdadera
jerarquía de una obra se determina por el genio y talento del autor, por su originalidad creadora.

La evolución del periodismo y de otros medios de comunicación ha permitido que muchos escritores ajusten sus
producciones a las características de tales avances. En Venezuela, Arturo Uslar Pietri, Mario Briceño Iragorry y Luis Beltrán
Prieto Figueroa publicaron en la prensa artículos de opinión que son verdaderos ensayos. Así mismo, Arturo Uslar Pietri y
Vladimir Acosta han publicado como ensayos, los guiones de sus programas de radio y televisión. Por otra parte, la carta ha
sido una forma expresiva utilizada por ilustres intelectuales y escritores como ensayos. En nuestro país, en el siglo XIX,
Cecilio Acosta utilizó la carta para expresar su pensamiento luminoso y trascendente. Simón Bolívar expuso su ideario
político en la Carta de Jamaica y en el Discurso de Angostura, entre otros documentos, que seguramente has interpretado
en tus clases de Historia de Venezuela. Ahora bien, debes tener claro, clarísimo, que todos los artículos de opinión, los
discursos y las cartas no son ensayos. En el epistolario del Libertador hay algunas que no son ensayos, pero hay otras, que
por la profundidad de su pensamiento y la calidad de su estilo, se pueden considerar como ensayos.

El ensayo latinoamericano recoge las características del ensayo universal. La diferencia reside en que los temas
seleccionados versan sobre problemas vinculados con la americanidad. Entre los grandes ensayistas de América, se pueden
citar a: Montalvo, Rodó, Sarmiento, Vasconcelos, Alfonso Reyes, Mariátegui. En este libro conocerás tangencialmente, la
obra americanista de Eduardo Galeano y José Martí. Igualmente entrarás en contacto con algunas ideas de Simón Bolívar, a
través de una carta y un discurso en los cuales exalta valores universales como la Libertad, la Paz y la Justicia.
¿Podemos ser como ellos? Eduardo Galeano
LOS SUEÑOS Y LAS PESADILLAS están hechos de los mismos materiales, pero esta pesadilla dice ser nuestro único
sueño permitido: un modelo de desarrollo que desprecia la vida y adora las cosas.

¿Podemos ser como ellos?

Promesa de los políticos, razón de los tecnócratas, fantasía de los desamparados: el Tercer Mundo se convertirá
en Primer Mundo, y será rico y culto y feliz, si se porta bien y si hace lo que le mandan sin chistar ni poner peros.
Un destino de prosperidad recompensará la buena conducta de los muertos de hambre, en el capítulo final de la
telenovela de la Historia. Podemos ser como ellos, anuncia el gigantesco letrero luminoso encendido en el
camino del desarrollo de los subdesarrollados y la modernización de los atrasados. Pero lo que no puede ser, no
puede ser, y además es imposible, como bien decía Pedro el Gallo, torero: si los países pobres ascendieran al
nivel de producción y derroche de los países ricos, el planeta moriría. Ya está nuestro desdichado planeta en
estado de coma, gravemente intoxicado por la civilización industrial y exprimido hasta la penúltima gota por la
sociedad de consumo.

En los últimos veinte años, mientras se triplicaba la humanidad, la erosión asesinó el equivalente de toda la
superficie cultivable de los Estados Unidos. El mundo, convertido en mercado y mercancía, está perdiendo quince
millones de hectáreas de bosques cada año. De ellas, seis millones se convierten en desiertos. La naturaleza,
humillada, ha sido puesta al servicio de la acumulación de capital. Se envenena la tierra, el agua y el aire para que
el dinero genere más dinero sin que caiga la tasa de ganancia. Eficiente es quien más gana en menos tiempo.

La lluvia ácida de los gases industriales asesina los bosques y los lagos de Norte del mundo,
mientras los desechos tóxicos envenenan los ríos y los mares, y al Sur la agroindustria de
exportación avanza arrasando árboles y gente. Al Norte y al Sur, al Este y al Oeste, el hombre
serrucha, con delirante entusiasmo, la rama donde está sentado.

Del bosque al desierto: modernización, devastación. En la hoguera incesante de la Amazonia arde media Bélgica
por años, quemada por la civilización de la codicia, y en toda América Latina la tierra se está pelando y secando.
En América Latina mueren 22 hectáreas de bosques por minuto, en su mayoría sacrificada por las empresas que
producen carne o madera, en gran escala, para el consumo ajeno. Las vacas de Costa Rica se convierten, en los
Estados Unidos, en hamburguesas McDonald's. Hace medio siglo, los árboles cubrían las tres cuartas partes del
territorio de Costa Rica: ya son muy pocos los árboles que quedan, y al ritmo actual de deforestación, este
pequeño país será tierra calva al fin del siglo. Costa Rica exporta carne a los Estados Unidos, y de los Estados
Unidos importa plaguicidas que los Estados Unidos prohíben aplicar sobre su propio suelo.

Unos pocos países dilapidan los recursos de todos. Crimen y delirio de la sociedad del despilfarro: el 6 por ciento
más rico de la humanidad devora un tercio de toda la energía y un tercio de todos los recursos naturales que se
consumen en el mundo. Según revelan los promedios estadísticos, un solo norteamericano consume tanto como
50 haitianos. Claro que el promedio no define a un vecino del barrio de Harlem, ni a Baby Doc Duvalier, pero de
cualquier manera vale preguntarse: ¿Qué pasaría si los 50 haitianos consumieran súbitamente tanto como 50
norteamericanos? ¿Qué pasaría si toda la inmensa población del Sur pudiera devorar al mundo con la impune
voracidad del Norte? ¿Qué pasaría si se multiplicaran en esa loca medida los artículos suntuarios y los
automóviles y las neveras y los televisores y las usinas nucleares y las usinas eléctricas? ¿Qué pasaría con el clima,
que está ya cerca del colapso por el recalentamiento de la atmósfera? ¿Qué pasaría con la tierra, con la poca
tierra que la erosión nos está dejando? ¿Y con el agua, que ya la cuarta parte de la humanidad debe contaminada
por nitratos y pesticidas y residuos industriales de mercurio y plomo? ¿Qué pasaría? No pasaría. Tendríamos que
mudarnos de planeta. Éste que tenemos, ya tan gastadito, no podría bancarlo.

El precario equilibrio del mundo, que rueda al borde del abismo, depende de la perpetuación de la injusticia. Es
necesaria la miseria de muchos para que sea posible el derroche de pocos. Para que pocos sigan consumiendo de
más, muchos deben seguir consumiendo de menos. Y para evitar que nadie se pase de la raya, el sistema
multiplica las armas de guerra. Incapaz de combatir contra la pobreza, combate contra los pobres, mientras las
culturas dominan, cultura militarizada, bendice la violencia del poder.

El american way of life, fundado en el privilegio del despilfarro, sólo puede ser practicado por las minorías
dominantes en los países dominados. Su implantación masiva implicaría el suicidio colectivo de la humanidad.

Posible, no es. Pero, ¿sería deseable?

La palabra y su tiempo

Es difícil atrapar el pensamiento de Galeano, su filosofía de vida y su amor y devoción por América Latina en
breves líneas; sin embargo, es claro que la intención del autor es descubrir la verdadera historia de nuestra tierra.
Nuestra historia es una asombrosa fuente de dignidad y belleza, pero tiene otra cara de humillación y de horror
que es la que generalmente cuenta la historia oficial. Los vencedores justifican sus privilegios “imponen su
memoria como memoria única y obligatoria. La historia oficial miente por lo que dice y mucho más por lo que
calla.”(Galeano)

El ensayista confiesa que no es un historiador sino un escritor que siente el desafío de destruir un mundo de
enigmas y de mentiras. La memoria ha estallado en pedazos y el escritor tiene el deber de reconstruirla. La
realidad latinoamericana que nos presenta Galeano es producto de investigaciones profundas, de horas de
trabajo. Cuenta, por ejemplo, que duró ocho años escribiendo Memoria de fuego, pero también confiesa que es
un cazador de voces perdidas y verdaderas, voces que andan desaparecidas por ahí. Es el vocero entonces de la
comunidad latinoamericana. La realidad la reinventa, pues para él toda situación es símbolo de muchas otras
cosas, lo grande habla a través de lo chiquito. El universo se aprecia por el ojo de la cerradura. Las cosas
pequeñas que puedan ocurrir en Montevideo, en Caracas o en Haití son lecciones que trascienden el tiempo y el
espacio, y permiten interpretar lo que ocurre en cualquier parte del mundo. Por eso la conceptualiza en forma
muy hermosa y original: “La realidad es insuperable poeta de sí misma, habla con lenguaje en símbolo.”

Para reconstruirla, pone en funcionamiento su capacidad de escritor. Por ejemplo, Galeano juega con la palabra.
En El libro de los abrazos, las palabras tienen una casa, producto de un sueño.

Allí, ellas esperan a los poetas, y les ruegan que las miren, que las elijan, que las toquen, que las huelan, que las laman.
También, en el libro Ser como ellos, las palabras tienen una casa en donde entran los lectores. Esta casa, construida por
ellos, representa toda una simbología. Galeano utiliza su obra para convertir al lector en su interlocutor, para ayudarlo a
mirar otras realidades. Es una casa en la que, cada lector, a través de historias–ventanas, puede mirar el mundo de
diferentes maneras, que le permiten descubrir el tiempo que fue, como si el tiempo que fue, estuviera siendo un pasado
que se hace presente. Esta visión se traduce en una forma de interpretar la historia. El lector puede entrar y salir como si
fuera suya. Puede empezar la lectura por el final, por el principio, o por donde quiera: “La libertad prueba que la casa es de
veras suya: en el lector y por el lector, existe y crea.”
Se establece de esta manera una complicidad entre el lector y el escritor. El autor conversa con él,
le plantea sus dudas en forma de interrogantes, como tú has podido comprobarlo en el ensayo
que has interpretado. Así mismo, maneja la anécdota como un recurso permanente para
ejemplificar o para contrastar la realidad.
Dice en Memoria de fuego que esta obra no pertenece a ningún género literario, aunque le gustaría que perteneciera a
todos. Alegremente viola las fronteras que separan el ensayo y la narración, el documento y la poesía. Se hace dos
preguntas muy significativas: “¿Por qué la necesidad de saber es enemiga del placer de leer? Y ¿Por qué la voz humana ha
de ser clasificada como si fuera un insecto?” Es importante destacar que la mezcla de géneros es una constante en este
escritor, como se puede apreciar en muchas de sus obras. Él mismo dice que en Las venas abiertas de América Latina
resulta un sacrilegio que él hable de economía política en el estilo de una novela de amor o de piratas.
Añade, como justificación, que le cuesta leer las obras de ciertos sociólogos, políticos, economistas o historiadores que
escriben en código. Considera que el lenguaje hermético no siempre significa profundidad, puede esconder una incapacidad
de comunicación elevada a la categoría de virtud intelectual; por eso llama al pan, pan, y al vino, vino, como hace su
paisano Mario Benedetti o al pan, pan, y a la tierra, tierra, como dice Mario Briceño Iragorry.

Como se ha señalado anteriormente, la historia tiene sentido cuando el pasado se hace evidente en el presente. Para el
autor, los poderosos ven el pasado porque refieren a los muertos, se estudia historia como se visita un museo. Nos mienten
el pasado como nos mienten el presente.
Se obliga al oprimido a que haga suya una memoria fabricada por el opresor. En Las venas abiertas de América Latina el
pasado aparece siempre convocado por el presente como memoria viva del tiempo nuestro. Dos ejemplos sintetizan esta
realidad: en primer lugar, se refiere a las antiguas culturas indias que, viniendo del pasado, suenan como de ahora. Son
capaces de perpetuar la identidad del hombre con la naturaleza. Esas culturas, que la cultura dominante considera
inculturas, se niegan a violar la tierra, no la convierten en un objeto de uso y abuso. La tierra no es una mercancía, ni una
cosa, es un espacio sagrado. Así mismo, el modo comunitario de producción y de vida de nuestra cultura primigenia anuncia
otra América posible. La comunidad es la más antigua organización social de América. La vida compartida en esta
organización tiene como valor fundamental la solidaridad. La propiedad privada fue un producto importado que los
conquistadores impusieron en América a partir de 1492. En segundo lugar, otro ejemplo aleccionador para Galeano es
Simón Rodríguez, a quien reconoce como el pensador más audaz de su tiempo en nuestras tierras, pues increpaba a los
dueños del poder su capacidad para imitar y su incapacidad para crear, para transformar una realidad inhumana e injusta.
Considera, un siglo y medio después, que sus palabras y sus actos parecen de la semana pasada.

En su obra Ser como ellos, hay un artículo titulado “El derecho a la alegría”. El escritor cree que
para que el ser humano pueda soportar este mundo en caos, debe considerar a la alegría como
un artículo de primera necesidad, así como el agua o el aire; para ello hay que pelear contra los
administradores de la tristeza, que “le sacan el jugo y venden las lágrimas.” Los protagonistas
fundamentales de esa pelea deben ser los jóvenes. La alegría hace ver todo posible: “Las estrellas
están a la altura de los ojos y no hay que desnucarse para encontrarlas”. Nada es inaccesible. Al
estallar de alegría nos apoderamos de las cosas.

Hay cosas que podemos hacer que no dependen del dinero, ni lloverán del cielo, ni las proporcionará el gobierno.
Estas cosas nacerán de la gente, y sobre todo de la gente joven si a la gente se le despiertan las ganas de
hacerlas. Pueden ser cosas chiquitas que no acaben con la pobreza, ni nos saquen del subdesarrollo, ni socialicen
los medios de producción. Pero quizás desaten la alegría de hacer y la conviertan en actos. Actuar sobre la
realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única forma de probar que la realidad es transformable: “La
energía creadora se desarrolla haciendo, y haciendo juntos. La militancia juvenil no languidece por falta de ganas,
sino por falta de acción. “¿Hasta cuándo vamos a seguir ofreciendo tristeza a los tristes? ¿Hasta cuándo vamos a
seguir vendiendo arena en el desierto?”.
Descubriendo el texto: contesta las siguientes preguntas sobre el ensayo ¿Podemos ser como ellos ?

 El autor manifiesta que nuestro único sueño permitido es una pesadilla representada por un modelo de desarrollo
que desprecia la vida y adora las cosas. ¿Estas palabras iniciales se relacionan con los temas que se plantean en el
ensayo? Razona tu respuesta.
 ¿Qué significa que el Tercer Mundo se convierta en Primer Mundo si se porta bien y si hace lo que le manden sin
chistar ni poner peros? Reflexiona. ¿Hay ironía, mordacidad en el planteamiento del ensayista?
 ¿Por qué dice Galeano que nuestro planeta está en estado de coma? ¿Quiénes son los culpables de esta situación?
Discute con tu familia. Elabora conclusiones.
 ¿Qué opinión te merece la afirmación de que “el mundo convertido en mercado y mercancía está perdiendo quince
millones de hectáreas de bosques cada año? ¿De ellos, seis millones se convierten en desiertos”? ¿Qué
sentimientos generan en ti, como joven, los datos aportados?
 ¿Por qué el autor considera que la naturaleza ha sido humillada? Razona.
 El escritor dice: “Eficiente es quien gana más en menos tiempo”. Analiza el contexto y determina: ¿esta afirmación
representa el pensamiento de Galeano? ¿Es la negación de lo que él piensa? ¿Es una ironía, una manifestación de
humor? Razona tu respuesta.
 ¿Cómo interpretas la frase: “¿El hombre serrucha con, delirante entusiasmo, la rama donde está sentado?”?
 ¿Qué hace la civilización de la codicia con la Amazonia y con toda América Latina? Interpreta la gravedad de la
situación descrita.
 ¿Por qué Costa Rica será tierra calva a fin de siglo?
 ¿El trueque que se describe entre la exportación y la importación de Costa Rica con Estados Unidos es justo? ¿Es
ético? Argumenta tu respuesta.
 ¿Cuál es el crimen y el delirio de la sociedad del despilfarro?
 Según revelan los promedios estadísticos, un solo norteamericano consume tanto como cincuenta haitianos. ¿Por
qué dice el autor que el promedio no define a un vecino del barrio de Harlem, ni a Baby Doc Duvalier? Investiga al
respecto y argumenta tu punto de vista.
 ¿Por qué dice Galeano que el precario equilibrio del mundo que rueda al borde del abismo depende de la
perpetuación de la injusticia?
 Analiza el siguiente texto: “Para evitar que nadie se pase de la raya el sistema multiplica las armas de la guerra,
incapaz de combatir contra la pobreza, combate contra los pobres, mientras la cultura dominante, cultura
militarizada, bendice la violencia del poder.”
Notas:
 Reportar tu tarea en el lapso de una semana después de publicada
 Debes subirla a la página desde donde la descargaste
 En formato Word, evitando el copia y pega, de ser así no será evaluada
 Responder de manera ordenada solo lo que te soliciten
 Toda tarea debe estar identificada, con: cedula, nombre y apellidos, área y periodo que cursa
 Si no está identificada, podría no ser evaluada por la dificultad de ubicar al participante
 Solo un documento por tarea, la pagina solo acepta uno por asignación
 De no disponer internet debe consignarlo en físico, en ese caso llamar al 0414 8721208 para
Solicitar cita en la sede del plantel.

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