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Estatuto del contribuyente en el siglo XXI / compilado por Ricardo
Antonio Parada ; José Daniel Errecaborde. - 1a ed . - Ciudad
Autónoma de Buenos Aires : Erreius, 2019.
384 p. ; 26 x 19 cm.
ISBN 978-987-793-080-1
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Buenos Aires, República Argentina en octubre de 2019
ESTATUTO DEL CONTRIBUYENTE
EN EL SIGLO XXI
II CONGRESO INTERNACIONAL
DE DERECHO TRIBUTARIO
✦
AUTORIDADES
Director Ejecutivo
Esp. Mariano A. Sapag
Coordinadora Académica
Mag. María Inés Lasala
Comité Académico
Alejandro C. Altamirano, César García Novoa, María Inés Lasala,
Gustavo Naveira de Casanova, Mariano A. Sapag, Heleno Taveira Torres,
Ángel Urquizu Cavallé y Pablo S. Varela
(*) Contadora pública nacional (Universidad Nacional de Lomas de Zamora). Especialista y magíster
en Derecho Tributario (Universidad Austral). Distinguida con medalla de honor y mejor tesis de
investigación 2007. Master of Business Administration y Programa de Desarrollo Directivo en EUDE
Business School (Madrid). Diplomatura en Smart City Buenos Aires-Viena. Universidad Austral.
Directora ejecutiva adjunta, coordinadora académica y profesora del Departamento de Derecho
Tributario de la Universidad Austral
ALEJANDRO C. ALTAMIRANO
Introducción……………………………………………………………………………………… || 9
➤➤ CAPÍTULO I
Estatuto del contribuyente en el siglo XXI y los derechos fundamentales
CARLA MARES
➤➤ CAPÍTULO II
Estatuto del contribuyente en el siglo XXI. Procedimiento tributario y la actividad
inspectora
MIGUEL A. GOLDFARB
GUILLERMO MICHEL
Impuesto a las ganancias: ventaja fiscal para el inversor del exterior al momento
de la distribución de dividendos……………………………………………………………… || 191
➤➤ CAPÍTULO IV
Estatuto del contribuyente en el siglo XXI frente a las operaciones internacionales
ARIADNA L. ARTOPOULOS
➤➤ CAPÍTULO V
Estatuto del contribuyente en el siglo XXI frente a los impuestos nacionales
y provinciales
OSCAR A. FERNÁNDEZ
PABLO S. VARELA
RICARDO M. CHICOLINO
HORACIO F. ALAIS
PABLO LABANDERA
➤➤ CAPÍTULO VII
Estatuto del contribuyente en el siglo XXI ante la economía digital
y las nuevas tecnologías
HILARIO I. IÑIGUEZ
Los derechos de los contribuyentes ante las transformaciones de la relación jurídica tributaria
en la era digital………………………………………………………………………………… || 349
INTRODUCCIÓN
(*) Abogado. Doctor en Derecho. Director del Departamento de Derecho Tributario de la Facultad
de Derecho (Universidad Austral)
(1) Villey, Michel: “Compendio de Filosofía del Derecho. Definiciones y fines del derecho” - Ediciones
Universidad de Navarra - Pamplona - 1979 - pág. 87
No se nos escapa que es imposible que el derecho dé todas las respuestas, la ilusión
de la subsunción mecánica del caso a la ley no siempre es posible, pero por abarcar todas
las situaciones posibles con normas amplias antielusivas podrían generarse situaciones
de arbitrariedad, de injusticia, que son, precisamente, las que el ordenamiento jurídico
debe repeler.
Recordamos, con TIPKE(2), que “la fiscalidad empresarial no persigue medidas de
compensación social o de redistribución de la riqueza entre las empresas. En principio,
un impuesto sobre la empresa debería ser neutral para la competencia, es decir, debería
basarse en un tipo proporcional y no progresivo. En cualquier caso la diferencia de trato entre
las empresas no debería basarse en la forma jurídica que hayan adoptado”. En el sistema
romanista es cada vez más importante la influencia del precedente -no al nivel del stare
decisis del comon law- y es indudable que los precedentes de los tribunales anglosajones
generan líneas de interpretación que proyectan sus efectos sobre nuestros tribunales.
Existe una corriente de opinión en EE.UU. en el siglo XX que bajo la expresión
“no me pises” aboga por el hecho de que a los ciudadanos honestos que cumplen con
sus obligaciones, el Estado debería considerarlos, desde la perspectiva tributaria, con
la mayor razonabilidad posible. Dos autores Charles Murray y David Boaz afirman: “si
un adulto, que gana la vida honestamente y no se mete con nadie, merece que lo dejen en
paz…” y agregan “…el verdadero problema de EE.UU. es el mismo que se reconoce en todo
el mundo: existe demasiado gobierno”.
Con estas consideraciones, Holmes y Sunstein comienzan una obra sugerente,
actual y muy precisa en lo que concierne a las corrientes de política tributaria en las que
los Estados se debaten en la actualidad. Existe una inexorable interrelación entre el pago
de los impuestos y el ejercicio de los derechos, que es de toda lógica y razonabilidad. La
protección de los derechos cuesta dinero, por tanto, los Estados deben recaudar tributos.
Sostienen los citados autores que “a la verdad evidente de que los derechos dependen
de los gobiernos es preciso agregar un corolario lógico, rico en implicaciones: los derechos
cuestan dinero. Es imposible protegerlos o exigirlos sin fondos y apoyo públicos … Tanto el
derecho al bienestar como a la propiedad privada tienen costos públicos … una constitución
que no organice un gobierno eficaz y apoyado por la opinión pública, capaz de cobrar
impuestos y de gastar, necesariamente fracasará a la hora de proteger los derechos en
la práctica … los derechos de propiedad dependen de manera excluyente de un Estado
dispuesto a cobrar impuestos y a gastar. Defender los derechos de propiedad es costoso.
Identificar con precisión la suma exacta de dinero dedicada a la protección de los derechos
de propiedad plantea complejos problemas contables. Pero algo está claro: un Estado
incapaz, en determinadas condiciones, de ‘apropiarse’ de bienes privados tampoco podría
protegerlos con eficacia”.(3)
Los derechos dependen de los gobiernos. Es preciso agregar un corolario lógico: los
derechos cuestan dinero. Es imposible protegerlos o exigirlos sin fondos y apoyo público. La
expresión “costo de los derechos” puede resultar ambigua, por tanto es importante mantener
estrictos límites en el análisis: “costos” significará aquí costos incluidos en el presupuesto,
mientras que “derechos” se definirá como intereses importantes que pueden ser protegidos
de manera confiable por individuos o grupos utilizando instrumentos del gobierno.
(2) Tipke, Klaus: “Moral tributaria del Estado y de los contribuyentes” - Trad. de P. M. Herrero Molina
- Ed. Marcial Pons - 2002 - pág. 47
(3) Holmes, Stephen y Sunstein, Cass: “El costo de los derechos. Por qué la libertad depende de los
impuestos” - Siglo XXI Editores - Bs. As. - 2011 - págs. 33, 79 y 83
10
Bien afirman Holmes y Sunstein que “…comprender que los derechos tienen costos
permite también entender que es inevitable que exista el gobierno como asimismo apreciar
que este hace muchas cosas buenas, muchas de las cuales se dan por sentadas al punto
de que, para el observador casual, parecen no tener nada que ver con el gobierno. Prestar
atención a los costos de los derechos individuales puede arrojar nueva luz sobre viejas
cuestiones, entre otras, las dimensiones apropiadas del Estado regulador de bienes y la
relación entre el gobierno moderno y los derechos liberales clásicos. No habría que tomar
decisiones de política pública sobre la base de una hostilidad imaginaria entre la libertad y
el cobrador de impuestos, porque si realmente fuesen enemigos, todas nuestras libertades
básicas serían candidatas a la abolición”.(4)
En este complejo tema nos encontramos los tributaristas y tratamos de analizar,
en diversas aristas prácticas, en el II Congreso Internacional. El operador jurídico no
puede perder de vista un dato esencial en el marco del Estado Constitucional de Derecho
como es el hecho de que la obligación tributaria -figura estelar de la materia- implica una
relación jurídica de naturaleza legal y no es una relación de poder.
La potestad tributaria se conecta con las facultades que derivan de la Constitución
más que con el ejercicio de la soberanía pues aquella facultad se funde en una serie de
condiciones que la Constitución establece. Es el Estado Constitucional de Derecho el
que legitima la facultad de imposición del Estado, no necesariamente su soberanía pues
ésta trasunta la idea de ausencia de límites y, precisamente en materia tributaria, el
Estado está condicionado por los límites que traza la Constitución. En otros términos
no es una facultad omnímoda. El Estado tiene el derecho y la obligación de recaudar
impuestos como así también de acuñar monedas, definir la política exterior, dictar los
códigos de fondo todo lo cual conlleva el ejercicio activo de las facultades que le acuerda
la Constitución.
Señalan Martin Queralt y otros que “el poder financiero se ha desvinculado
definitivamente de la idea de soberanía, concepto este que, adecuado a la problemática
jurídico-política de la Monarquía absoluta, carece de sentido en el moderno Estado
constitucional, en el que el Estado en cuanto persona, es decir, en cuanto sujeto de derechos
y obligaciones, de potestades y deberes, de situaciones jurídicas en general, no puede
considerarse soberano: como cualquier otra persona se halla sometido al Ordenamiento
del que brotan en última instancia dichas situaciones jurídicas. Ni siquiera, en el plano
internacional conserva su plenitud de sentido la idea de soberanía, habida cuenta de
la quiebra provocada en el dogma clásico de la indivisibilidad de la soberanía por las
organizaciones supranacionales de integración, de las que constituye una muestra señera
la Unión Europea. Pero desde el plano interno, la soberanía se transforma en el conjunto
de competencias previstas en la Constitución y en el resto del Ordenamiento jurídico y
distribuidas entre el Estado y los entes públicos territoriales que lo integran”.(5)
Ello no obstante, la identificación de la soberanía con el ejercicio del poder tribu-
tario la hallamos en opiniones fundadas, entre otras, la de Hensel quien afirmaba que
“la palabra poder tributario designa la soberanía estatal general aplicada a una concreta
materia de la actividad estatal: la imposición … Bajo el concepto derecho a la imposición,
se ha de entender el poder de una entidad de derecho público para hacer uso de las
competencias soberanas a ella asignadas (en virtud de su propio derecho o por delegación)
(4) Holmes, Stephen y Sunstein, Cass: “El costo de los derechos. Por qué la libertad depende de los
impuestos” - Siglo XXI Editores - Bs. As. - 2011 - pág. 51.
(5) Martin Queralt, Juan; Lozano Serrano, Carmelo; Tejerizo López, José M. y Casado Ollero, Gabriel:
“Curso de Derecho Tributario” - 15° edición - Ed. Tecnos - Madrid - 2005 - pág. 193
11
con la finalidad última de establecer tributos calificados como impuestos sobre las personas
sometidas a su soberanía”(6). Esta referencia alude, más precisamente, al alcance de la
potestad tributaria que llega hasta donde la influencia jurídica del Derecho de un Estado,
por mandato constitucional, puede llegar.
El constitucionalismo del Siglo XX trajo fuertes e importantes avances al derecho
tributario, pues facilitó la tarea de creación de tributos y la sanción de leyes de presupuestos
estatales, en manos de los representantes del pueblo -el Congreso de la Nación-. La
competencia tributaria la ejerce el Estado a través de leyes y estas son dictadas por el
Poder legislativo. Por esta razón, no puede la Administración -con fundamento en criterios
discrecionales y bajo el pretexto de reglamentar la ley- extender la obligación tributaria
a extremos que no resulten de la propia norma ya que ello vulneraría el principio de
legalidad que es una garantía infranqueable y opera como una garantía en favor del
contribuyente y condicionante del ejercicio de la competencia tributaria.
Conforme lo enseñó magníficamente Lord Acton en una idea marcada indiso-
lublemente al constitucionalismo moderno, que es un principio indiscutible que ningún
impuesto es legítimo si no ha sido aprobado por la clase que lo paga, es decir, por el
Congreso de la Nación pues “la tributación es inseparable de la representación” y ello
no es un privilegio de algunos países, sino un derecho de todos. “Ningún príncipe en el
mundo, decía Felipe de Commynes, puede establecer el impuesto ni de un solo penique sin
el consentimiento del pueblo”.(7)
El desarrollo del derecho tributario se encuentra contorneado por límites al ejercicio
de la competencia tributaria. Estos son los principios constitucionales. Esos límites nos
alejan de la atmósfera de autoritarismo, que es incompatible con el estado constitucional
de derecho. Todo intento de un ejercicio autoritario de la competencia tributaria provoca
la reacción de los anticuerpos contenidos en la Constitución. El hecho de que el Estado
cuente con ciertas prerrogativas, fundamentalmente al momento de escoger los hechos
y actos sujetos a imposición, al momento de desplegar el procedimiento tributario de
verificación y aplicación tributaria (por ejemplo, la utilización de presunciones, traslado
de la carga de la prueba, plazos procesales más laxos comparativamente con el de los
contribuyentes, entre otras circunstancias dignas de mención) no autoriza a interpretar
esta relación como derivada del poder, muy por el contrario está sujeta a la ley. Una
vez más cobra trascendencia el concepto según el cual la relación tributaria no es una
relación de poder sino de derecho.
Se pueden individualizar, como efectos indeseables y que destilan un hálito de
autoritarismo (ligado con la superada interpretación de la relación tributaria como relación
de poder), varias situaciones puntuales que tienen sus anclas en el derecho decimonónico: a)
cuando los principios constitucionales son considerados -por la Administración- como meras
pautas orientadoras de la imposición, programáticos y no operativos; b) cuando el ejercicio
del poder tributario tensa las posibilidades de cumplir con los impuestos ante una carga
tributaria global rigurosa y, por tanto, intolerable; y c) cuando el destinatario de la norma
tributaria se lo considera como un “administrado” y no como un “ciudadano contribuyente”.
Indica Martín Queralt que “lo que pone de manifiesto con las denominadas
concepciones autoritarias del elemento tributario, es la excepcional posición de privilegio
que en la sociedad de finales del siglo XIX y más concretamente, en la sociedad prusiana,
(6) Hensel, Albert: “Derecho tributario” - Ed. Marcial Pons - Madrid - 2004 - pág. 107
(7) Dalberg-Acton, John Emerich Edward -Lord Acton: “Ensayos sobre la libertad y el poder” - Unión
Editorial - Madrid - 1999 - pág. 94
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tenía el principio de respeto a la propiedad privada. Hasta tal punto es ello así que, puestos
a buscar justificaciones, mientras que en cualquier acción de los poderes públicos que
atente al derecho de libertad individual encuentra siempre el fundamento ético que le
procura el derecho natural, y el poder público aparece revestido de un generoso elenco
de poderes discrecionales que pueden incidir sobre ese derecho a la libertad individual,
por el contrario, todo ataque a la propiedad privada -y el tributo es el prototipo- no puede
basarse en instancias de orden superior a las del derecho constituido, sino que debe tener
un fundamento mucho más próximo y aferrable: la ley”.(8)
En consecuencia, es obligación del Estado constitucional de Derecho velar porque
el principio sea operativo evitando que las prerrogativas propias del Estado no lo violenten.
La relación tributaria no es una relación de poder sino una relación jurídica. Por
tanto, esta firme y cerrada definición aleja a nuestra disciplina de toda destilación de
gases autoritarios. El ejercicio del poder de Estado constituye un instrumento puesto
al servicio de la plena vigencia de los derechos del ciudadano, en nuestro caso, del
contribuyente, aun cuando el ordenamiento contenga facultades discrecionales regladas
y varias prerrogativas para la fiscalización de la obligación en manos del Estado. Ello, no
obstante, no coloca al Estado en un plano superior al contribuyente y este no se somete
a aquel, sino que se enlaza en el ámbito de una obligación jurídica tributaria. Nawiasky
enseñó que la relación jurídica tributaria se da entre iguales: Estado y contribuyente, es
decir, desde una perspectiva formal no existen desniveles en esa relación. La obligación
tributaria no es una relación de poder, es una relación crediticia y si partimos de este
dato fundamental, la discrecionalidad arbitraria debe ser interdicta. La igualdad jurídica
de tales partes expulsa (o cuanto menos limita al extremo) las facultades discrecionales
de la Administración. “…el derecho a exigir y la obligación de cumplir son exactamente los
mismos tanto en derecho privado como en derecho público, e igual sucede si consideramos
las consecuencias jurídicas de su incumplimiento, ya que, en ambos casos, se da la
ejecución estatal para lograr su realización. Por tanto, acreedor y deudor se encuentran
en la obligación tributaria, formalmente, uno frente al otro, del mismo modo que ocurre
en la obligación privada, ambos sujetos, en cuanto a sus derecho y sus obligaciones,
están determinados igualitariamente por las normas del ordenamiento jurídico. De ahí que
cuando se habla de igualdad de los sujetos de derecho privado se tiene que considerar, de
la misma forma, que también en la obligación tributaria existe dicha igualdad. Este dato
básico no se ve afectado en absoluto por el hecho de que el Estado no solo sea acreedor,
sujeto del crédito, sino además legislador, sujeto activo del ordenamiento jurídico ... Es
falso considerar que el Estado como titular del crédito tributario tiene una posición superior
al deudor. Su voluntad frente a este no es una voluntad decisoria de carácter autónomo:
por el contrario el Estado solo puede exigir lo que el ordenamiento jurídico le ha concedido.
Esto se comprende, todavía con mayor facilidad, si se piensa en los municipios los cuales,
como acreedores tributarios, no pueden exigir aquello que las normas jurídicas estatales no
les hayan autorizado”.(9)
En igual sentido, Valdés Costa señala que “…ambas partes de la relación jurídico-
tributaria están igualmente sometidas a la ley y la jurisdicción, postulado divulgado por los
aforismos de que no hay tributo sin ley que lo establezca y que nadie puede ser juez en su
(8) Martin Queralt, Juan: “La potestad tributaria”, en AAVV: “Tratado de Derecho Tributario” dirigida
por Andrea Amatucci - Ed. Temis - Bogotá - 2001 - T. 1 - pág. 146
(9) Nawiasky, Hans: “Cuestiones fundamentales de derecho tributario” - Instituto de Estudios
Fiscales - Madrid - 1982 - págs. 52 y 53
13
propia causa. Parece innecesario aclarar que al mencionar el enunciado a ‘ambas partes’ se
está refiriendo a los sujetos activo y pasivo de la obligación, es decir, acreedor y deudor, y
no al Estado como creador de la obligación, ni al destinatario del producto de la recaudación
... queda precisado que el principio está circunscrito a la igualdad entre la administración
o Fisco y el contribuyente ... la subordinación del contribuyente es con respecto al Estado
soberano que crea unilateralmente obligaciones pecuniarias a su favor, y no con respecto
al titular del crédito creado por la ley, que solo tiene los derechos que la ley le asigna”(10).
También Hensel enseña que “El facultado para la exigencia del crédito derivado de la
obligación tributaria es el Estado, y el obligado al cumplimiento de la prestación la persona
sujeta a la norma estatal. Este reparto de papeles podría inducir a pensar que la relación
tributaria fundamental no se regula sobre la base de la igual jerarquía de las partes. De
ese modo la relación tributaria fundamental no ha sido considerada, a menudo, como
relación obligatoria, sino como ‘relación de poder’ ... esta característica no corresponde al
derecho tributario material porque relega a un segundo plano su construcción conforme a
las exigencias de un Estado de Derecho (sin perjuicio de que la relación obligatoria y la
relación de poder no tengan por qué situarse en posiciones absolutamente enfrentadas).
Para el tratamiento del ‘derecho tributario material’ objeto de esta sección parto de la
relación jurídico-pública obligatoria como la fundamental entre el Estado y el contribuyente.
La relación de sujeción del obligado tributario consiste, únicamente, en que debe cumplir la
consecuencia jurídica de la norma, si y siempre que esta le sea aplicable”.(11)
Finalmente, advierte Ferreiro Lapatza que “el derecho a la igualdad de las partes en
un proceso, se ve igualmente atacada por las presunciones iuris tantum, tan profusamente
utilizadas por el ordenamiento tributario, siempre a favor de la Administración, pues al
invertir la carga de la prueba colocan al contribuyente en una situación de debilidad real
que en nada corresponde, tampoco, con la igualdad formal. A ello debe añadirse la profusa
utilización en la legislación tributaria de conceptos jurídicos indeterminados (intereses
económicos fundamentales, precios de mercado, motivos económicos válidos, etc.) y el
otorgamiento más que generoso de facultades discrecionales a la Administración que, si
bien se sitúan fundamentalmente en el ámbito del procedimiento, se encuentran también
en el derecho material”.(12)
El II Congreso Internacional de Derecho Tributario reunido en la ciudad más
austral del mundo, la ciudad de Ushuaia, propone debatir las exigencias actuales de la
obligación de contribuir en el Siglo XXI desde perspectivas bien concretas y prácticas para
el operador jurídico, como son los derechos fundamentales, el procedimiento tributario,
la inspección tributaria, las operaciones internacionales, los impuestos nacionales y
provinciales, los tributos aduaneros y la economía digital, y las nuevas tecnologías.
(10) Valdés Costa, Ramón: “Instituciones de derecho tributario” - Ed. Depalma - Bs. As. - 1982 - pág. 4
(11) Hensel, Albert: “Derecho tributario” - Ed. Marcial Pons - Madrid - 2004 - pág. 154
(12) Ferreiro Lapatza, José J.: “Curso de derecho financiero español. Instituciones” - 25° ed. - Ed.
Marcial Pons - Madrid - 2005 - pág. 293
14
I - INTRODUCCIÓN
Sin duda, el deber de contribuir constituye una de las expresiones más importantes de
la condición ciudadana en los modernos estados occidentales. Su sentido actual solo puede
entenderse en el marco de la fórmula del estado de derecho, logro del constitucionalismo
occidental a partir de la Revolución Francesa. Recordemos que el estado de derecho
es la fórmula institucional del constitucionalismo, y supone, como consecuencia del
sometimiento de toda la actividad pública al derecho, concebir la obligación de pagar
tributos como un deber en términos jurídicos. Deber que las constituciones modernas
recogen como parte del Estatuto del Ciudadano, elevándolo a la condición de un deber
constitucional. Y ello porque la Constitución, en cuanto Norma Fundamental, expresa la
normatividad del Estado que quiere ordenarse como estado constitucional. Dentro del
texto constitucional, puede y debe hablarse del concepto de constitución financiera, de
origen alemán, en sentido estricto, siguiendo las aportaciones de Ulsenheimer(1) o Stern
(finazverfassung in engeren sinne), como el reflejo de los principios constitucionales que
se refieren a los ingresos públicos”(2) y que marcan la pauta de la política fiscal en un
estado constitucional. La interpretación de la constitución financiera desde la perspectiva
15
(3) En concreto, destaca la sesgada importación de los conceptos de Ronald Dworkin exagerando
la importancia que daba este autor a la deliberación de los principios, lo que lleva a admitir, con
una generosidad difícilmente acorde con la construcción de un orden jurídico racional, la excepción
de los mismos (Dworkin, Ronald: “Los derechos en serio” - 7ª reimpr. - Ed. Ariel - Barcelona - 2009
- pág. 77)
(4) Taveira Torres, Heleno: “Direito Constitucional Financeiro, Teoría da Constituçao Financiera” -
Revista dos Tribunais - Thomson Reuters - Sao Paulo - 2014 - pág. 68. Lo que, por ejemplo, no
casa con la tendencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos de acudir a la finalidad de la ley
para constitucionalizar ciertos valores; Alonso García, Enrique: “Los welfare rights y la libertad
parlamentaria de ordenación del gasto público. La lucha de dos principios constitucionales de
política socioeconómica” - Revista Española de Derecho Constitucional - Nº 4 - enero-abril/1982
- pág. 167
(5) V., por todos, Micheli, G. A.: “Legge (Diritto Tributario)” - Enciclopedia del Diritto - Giuffré Editore
- Milano - 1973 - vol. XXIII, en especial, pág. 1087 y ss.
16
que el principio de seguridad jurídica impondría la adopción de una ley reguladora del
estatuto del contribuyente, y su no adopción transgrediría la seguridad jurídica, en tanto
supondría una inhibición por inactividad de leyes que se estiman necesarias.(6)
Aunque aceptemos el término de estatuto del contribuyente, más que nada por su
tradición en nuestra terminología jurídica, hay que ser cuidadosos con su uso. El concepto
encierra una connotación negativa desde el punto de vista estrictamente jurídico. Por
eso, la doctrina ha criticado la pretendida reconducción a un esquema estatutario de la
posición del ciudadano ante la Hacienda Pública(7), ya que con el término estatuto se hace
referencia a una situación estatutaria. Cuando un sujeto se encuentra sometido a lo que
jurídicamente se llama una relación estatutaria (como puede ser un empleado público, un
miembro de la milicia, o una persona condenada a una pena privativa de libertad), está
sometido a un conjunto de normas que restringen o limitan su actividad y también sus
derechos. Está sometido a lo que se conoce como relación de sujeción especial. Cuando
hablamos de relaciones de sujeción especial, nos referimos a aquellos supuestos en los
que la relación o sujeción del ciudadano respecto de la administración tiene una especial
intensidad, en virtud de la cual se permite modular las potestades administrativas que
se aplican al común de los ciudadanos. Es decir, se habla de una situación especial de
sometimiento. Y el obligado tributario no puede ser considerado un sujeto sometido a
potestades excepcionales sino que es el ciudadano en la posición de contribuyente o
responsable, por haber realizado el presupuesto legal previsto en la norma fiscal.
Por eso, en la actualidad, se intenta evitar el concepto estatuto, para hablar de
carta de derechos del contribuyente o incluso, simplemente, de leyes de derechos del
contribuyente. Así, el término carta es el que se ha adoptado en la Carta de Derechos
del Contribuyente para los países miembros del Instituto Latinoamericano de Derecho
Tributario (ILADT), aprobada en las XXX Jornadas Latinoamericanas del ILADT,
celebradas en Montevideo, en noviembre/2018.
En cualquier caso, y aunque no se hable propiamente de un estatuto, se suele
reconocer la intrínseca bondad que supone reunir en un solo texto legal todos los derechos
y garantías que, a favor de los sujetos pasivos tributarios, se reconocen en otras leyes
dispersas en el ordenamiento. Y es que, de esta manera, se permitirá a los obligados
tributarios “conocer de una forma más precisa y accesible el marco jurídico positivo en sus
relaciones con las administraciones públicas”, lo que redundará en su seguridad jurídica.(8)
(6) Según Elisa De la Nuez Sánchez-Cascado, el citado estatuto “supondría un notable avance para
la seguridad jurídica al encontrarse el Estatuto del Contribuyente en una sola norma, perfectamente
localizable y como excepción a lo que ocurre en buena parte de nuestro ordenamiento tributario”
(“Primeras reflexiones en torno al Proyecto de Ley de Derechos y Garantías de los Contribuyentes”
- Carta Tributaria - Nº 264 - 1997 - pág. 5)
(7) Sobre el tema, por todos, v. Falcón y Tella, Ramón: “El estatuto del contribuyente (I). Crítica de
la concepción del derecho tributario como un derecho estatutario” - Quincena Fiscal - Nº 6 - 1996
- pág. 5 y Ferreiro Lapatza, José J.: “El Estatuto del Contribuyente o Estatuto de la Administración
Tributaria” - Quincena Fiscal - Nº 10 - 1997 - pág. 8 y ss.
(8) En un sentido parecido se pronuncia la Exposición de Motivos, cuando señala que “la regulación
en un texto legal único dotará a los derechos y garantías en él recogidos de mayor fuerza y eficacia y
permitirá la generalización de su aplicación al conjunto de las Administraciones Tributarias”
17
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(13) Frente a las mismas se habilita la figura de la controlled foreign companies, que es una norma
antielusión aplicable cuando se obtienen rentas pasivas a través de base companies situadas en
territorios de baja tributación (Sanz Gadea, Eduardo: “El régimen especial de transparencia fiscal
internacional” - Working Papers - IEE - Banco Pastor-Fundación Barrié - A Coruña - 2000 - pág. 47).
A las normas de transparencia se refiere la Acción 3 de BEPS; recomendaciones sobre el diseño
de normas de transparencia fiscal internacional (septiembre/2015). Con ella se pretende evitar
los problemas que las normas de transparencia plantean no solo desde la óptica del Estado de
residencia sino también en relación con terceros Estados donde se obtienen por filiales situadas en
territorios de baja tributación. Nuevamente, se trata de una acción que plantea varias dificultades
(14) Según Austan Goolsbee, la implantación de internet crece de modo exponencial, aunque de
manera desigual; el 50 por 100 de los norteamericanos mayores de 18 años acceden de forma ordinaria
a la red, cifras estas que son superadas por Estados europeos como las Países Bajos. Del trabajo de
este autor se desprende, también, que el acceso a la red es claramente desigual entre los distintos
estratos sociales. La media de usuarios de internet tendría dos años más de instrucción escolar por
encima de los no usuarios y $ 22.000 de renta familiar por encima de los no usuarios (“In a world
without borders: The impact of taxes on internet commerce” - NBER Working Paper - 1998 - 6863)
(15) De Juan Ledesma, Álvaro: “Internet y nuevas tecnologías en telecomunicaciones: nuevos retos
de la fiscalidad internacional” - Impuestos - 1998-II - pág. 1192
(16) El Informe Josten, publicado en 1999, estima que en el año 1998, el volumen de transacciones
económicas en la red ascendió a 7’8 billones de dólares, estimándose que esa cifra en el año 2003
puede acercarse a los 108 billones; v. Josten, R. Bruce: “E-commerce taxation: Iusses in search of
answers” - Executive Summary - septiembre/1999
21
que tienen como objeto bienes intangibles(17), dentro de lo que algunos han llamado capita-
lismo de intangibles.(18)
Esta posibilidad de generalizar un modo de relación comercial a distancia supuso
una internacionalización de las relaciones económicas. La territorialización de la
actividad económica y las fronteras comerciales pierden importancia, con lo que ello va
a tener de trascendental tanto para las empresas como para los consumidores(19). La no
necesidad de una presencia material para operar en un determinado mercado supone
el no sometimiento a su regulación interna, tanto en el campo económico -licencias,
controles de calidad, horarios comerciales- como, sobre todo, en el aspecto fiscal. Y tiene
importantes consecuencias, como la pérdida de importancia de la filial o la sucursal
(branch office)(20) como instrumento necesario para operar en el mercado de otro país.
Lo anteriormente expuesto, junto con los demás factores que coadyuvan a la
internacionalización, favorece la deslocalización de actividades económicas, especialmente
en lo relativo a la prestación de servicios que no requieran la presencia material del
prestador; piénsese en servicios jurídicos o actividades bancarias off shore. Todo ello puede
abocar a que los operadores económicos abandonen sus emplazamientos tradicionales
para situarse en Estados de conveniencia con mejores condiciones fiscales. La economía
global dilata el espacio jurídico más allá de los propios confines nacionales y reclama un
derecho propio, más allá de la ley del Estado.(21)
La globalización es un fenómeno nuevo que, incluso, podría calificarse de rupturista.
El elemento diferencial es que la globalización ha propiciado un cambio de contexto
económico basado en la interdependencia e interrelación de las distintas economías
nacionales(22). Y ese cambio ha sido de tal entidad que ha conllevado, como mínimo,
“un reequilibro o cambio de jerarquía de los principios tributarios”(23). Sin excluir que se
pueda afirmar que se ha puesto en cuestión las técnicas clásicas de obligatoriedad de las
normas, el principio de legalidad y la eficacia territorial del poder jurídico del Estado, es
decir, el modelo de estado de derecho, “obligando a abordar como realidad inexorable el
lento y firme avance de una nueva metodología jurídica ajena a toda lógica conocida”.(24)
Antes de este acelerado y reciente proceso de internacionalización y globalización
económica no eran habituales los llamados hechos imponibles internacionales. El contexto
(17) El Derecho Interbo USA §1.482-4 (b) del Internal Revenue Code contempla seis grupos de activos
susceptibles de ser considerados intangibles con valor económico para la empresa. No debemos
olvidar la distinción clásica entre intangibles de producción (commercial intangibles) e intangibles
de comercialización (marketing intangibles)-sentencia Glaxo UK-
(18) Soler Roch, María T.: “Una reflexión sobre la deriva del derecho tributario” - https://rpdft.
org/2019/06/24/1232/
(19) Hortala I Vallve, Joan; Roccatagliata, Franco y Valente, Piergiorgio: “La fiscalidad del comercio
electrónico” - Ed. Ciss - Valencia - 2000 - pág. 199
(20) McLure, Charles: “Globalization, tax rules and national sovereignty” - BIFD - august/2001 - pág.
9 y ss.
(21) Cipollina, Silvia: “I confini giuridici del tempo presente” - Ed. Giuffré - Milano - 2003 - pág. 10
(22) Casás, José O.: “Globalización y justicia tributaria” - XXI Jornadas Tributarias Latinoamericanas
- Génova - 2002
(23) Gutiérrez Lousa, Manuel y Rodríguez Ondarza, José A.: “Las consecuencias fiscales de la
globalización” - Documentos de Trabajo - Nº 8 - Instituto de Estudios Fiscales - Madrid - 2007 - pág. 7
(24) Xiol Ríos, Juan A.: “Legitimidad y legalidad en la sociedad española del siglo XXI” en “Parlamento
y Poder Judicial. XIII Jornadas de la Asociación Española de Letrados de Parlamentos” - Ed. Tecnos
- Madrid - 2007 - pág. 7 y ss.
22
histórico en el que surgen los derechos de los contribuyentes frente al Fisco es un contexto
en el que los contribuyentes realizan el hecho imponible en el territorio de un Estado y se
relacionan exclusivamente con ese Estado, y falta, por lo tanto, un elemento internacional,
de manera que toda la construcción de los derechos y garantías del contribuyente se
produce en el ámbito puramente interno del derecho de los distintos Estados. En este
contexto, solamente la posible aplicación de la teoría de los derechos humanos al ámbito
tributario, teoría que tiene un fundamento internacional, pero con una recepción positiva
en las distintas Constituciones. Es lo único que podría poner de manifiesto una cierta
trascendencia internacional de los derechos y garantías del contribuyente. Por lo demás,
la propia construcción de esos derechos y garantías se hace en un ámbito interno.
Cuando existen hechos imponibles internacionales suelen aplicarse Convenios de
Doble Imposición (CD), en cuyo marco se generan situaciones en las que se requiere la
protección del contribuyente. Los CDI son una especie del género tratados internacionales.
Los CDI, en cuanto tratados, tienen una innegable proyección interna, mucho mayor que en
cualquier otro tipo de convención internacional. Su función es el reparto de competencias
fiscales. Es la función que Lenz denomina de “reconciliación de dos sistemas tributarios
nacionales”(25). Si la vocación de los CDI es reconciliar sistemas tributarios, su objetivo es
crear lo que se ha llamado un microsistema fiscal entre ambos Estados contratantes. Ese
microsistema, más que desplazar la normativa interna de los Estados firmantes, como
ocurre en otros tratados, interactúa con dicha normativa interna.(26)
Pues bien, en el ámbito de la aplicación de los CDI también pueden darse situaciones
singulares en relación con el estatus del contribuyente, en especial en los procedimientos
de aplicación de los mismos previstos en el Modelo de la OCDE, en el que se inspiran la
mayoría de los CDI.
(25) Lenz, Raoul: “Cahiers de Droit Fiscal International” - Kluwer - Deventer - 1960 - vol. 75.b) -
pág. 294
(26) Lang, Michael: “Introducción al derecho de los Convenios para Evitar la Doble Imposición”
- trad. Diego Quiñones - Ed. Temis-IBFD - Ámsterdam-Bogotá - 2014 - pág. 1; Vogel, Klaus: “On
double tax conventions” - Kluwer - London - 1997 - pág. 228
23
(27) V. al respecto, Arias Abellán, M. D.: “La indisponibilidad de la obligación tributaria: análisis del
artículo 36 de la LGT” - pág. 623. Al respecto, Rafael Calvo Ortega había hablado del principio
de “indisponibilidad administrativa de las situaciones jurídicas subjetivas” (“Consideraciones sobre
los presupuestos científicos del derecho financiero” - HPE - Nº 1 - 1970 - págs. 147/8). También
González-Cuellar Serrano, María L.: “El arbitraje en el derecho tributario” - Revista de Contabilidad
y Tributación - Nº 167 - 1997 - pág. 29. Albiñana García-Quintana, César: “Soluciones pactadas
y arbitrales en los conflictos tributarios” en “Manuel Fraga. Homenaje Académico I” - Fundación
Canovas del Castillo - 1997 - págs. 282/3
24
(28) Sobre el tema, v. Herrera Molina, Pedro M.: “Los efectos de la inconstitucionalidad de las leyes
tributarias en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional alemán (En especial, la ultraactividad
transitoria de los preceptos inconstitucionales)” - Quincena Fiscal - Nº 13 - 1996 - pág. 44
(29) Cubero Truyo, Antonio M.: “La simplificación del ordenamiento tributario (desde la perspectiva
constitucional)” - Ed. Marcial Pons - Madrid - 1997 - pág. 32
(30) El estándar de protección de datos de la Unión Europea es muy elevado, y superior al de Estados
Unidos. Así lo describe la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea “Schrems”, del
6/10/2015, en la que postula que no cabe cesión de datos personales a USA por tener un estándar
inferior de protección de datos. Eso explica que la OCDE haya dispuesto, para CRS (Common
Reporting Standard) unas exigencias de comunicación que, por ejemplo, no adoptó Estados Unidos
con ocasión de FATCA. Así, para CRS se requiere comunicación al cliente sobre la existencia de
controles en sus datos personales y, en caso de que posteriormente se decida intercambiar sus
datos con otras autoridades, se habrá de recabar su consentimiento escrito. El reglamento reconoce
el derecho de las personas a no verse sometidas a una decisión con efectos jurídicos sobre ellas o
que les afecten de significativamente de modo similar, cuando la decisión se base únicamente en el
tratamiento automatizado de sus datos personales
25
(31) Véase al respecto Caballero Perdomo, Rosa: “Proceso tributario y derecho del contribuyente en
Venezuela. Apuntes de un desencuentro” en “Los procedimientos tributarios vs. los derechos de los
contribuyentes” - Ed. Thomson Reuters - México DF - 2018 - pág. 10 y ss.
26
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(32) Aunque algún sector doctrinal defendió que la autoliquidación no comprobada podría tener
naturaleza de “acto liquidatorio presunto” (Seminario de Estudios de Derecho Financiero - Notas
de Derecho Financiero - Universidad de Madrid - Facultad de Derecho - Sección de Publicaciones
- 1975 - T. I - vol. 3 - pág. 133). También Gutiérrez del Álamo y Mahou, Joaquín: “Naturaleza jurídica
de la autoliquidación” - RDFHP - Nº 95 - pág. 571 y Eseverri Martínez, Ernesto: “Sobre la naturaleza
jurídica de las autoliquidaciones” - REDF - Nº 37 - Ed. Civitas - 1983 - pág. 100. Por su parte, José
R. Ruiz García califica esta opinión de “construcción artificial” (“La liquidación en el ordenamiento
tributario” - Ed. Civitas - Madrid - 1987 - pág. 295). Para María J. Fernández Paves, “a pesar de los
argumentos esgrimidos en favor de esta tesis en cualquiera de las dos modalidades posibles ... los
puntos que la rebaten son muchos más y de importancia decisiva”, de entre los que destaca que el
acto de declaración es, por definición, un acto de gravamen (“La autoliquidación tributaria” - Ed.
Marcial Pons-IEF - Madrid - 1995 - pág. 116)
(33) Cubero Truyo, Antonio M.: “La simplificación del ordenamiento tributario (desde la perspectiva
constitucional)” - Ed. Marcial Pons - Madrid - 1997 - págs. 94/6. En el mismo sentido, Ramallo
Massanet, Joan: “Modificaciones de la ley general tributaria por la ley anual de presupuestos
generales del Estado (S. del T. C. 76/1992, de 14 de mayo)” - Crónica Tributaria - Nº 64 - 1992 - pág. 136
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evolución se confunde con el propio paso del estado absoluto al estado de derecho y, de
este, al estado constitucional de derecho.
La seguridad jurídica no se podría pautar por la adecuación del ordenamiento a los
“fines” del Estado en la forma estipulada como valor absoluto u ontológico, lo que podría
llevar, en la práctica, a un modo de arbitrio. Incluso para autores contemporáneos con
fuerte influencia iusnaturalista, como Michel Villey, el fin del Estado sería la justicia;
como lo fue, para Batiffol y Radbruch, el bien común. En realidad, a la justicia y al bien
común puede protegerlos la garantía de seguridad jurídica, no propiamente como alguna
forma de “derecho absoluto”, que serían típicos “fines” del Estado, sino según los criterios
institucionalizados de protección de los derechos y libertades constitucionales.(9)
La seguridad jurídica (material) del principio del estado democrático de derecho
es un “derecho-garantía” que se presenta bajo la forma de principio constitucional(10).
El estado democrático de derecho, en la actualidad, es el estado de seguridad, en sus
múltiples facetas de protección y prestación. En este modelo, la seguridad jurídica no
es una simple derivación del principio del “estado de derecho”, sino una garantía de
derechos y libertades fundamentales y, al mismo tiempo, protección del Estado, en su
mayor amplitud, como garantía de todo el sistema normativo.
Esta seguridad jurídica sustantiva del sistema constitucional tributario, como no
podría dejar de ser, abarca la concreción de los criterios y valores de justicia(11), como
es el caso de aquellos que determinan la capacidad contributiva, la generalidad, la no
discriminación y la prohibición de privilegios. Como observa Michel Bouvier: “La légitimité
du pouvoir fiscal est aujourd’hui principalement liée à la sécurité fiscale qu’il peut assurer
aux contribuables”(12). En materia tributaria, realmente, no basta la legalidad y la igualdad,
es necesario añadir requisitos de valoración de la justicia individual y sistémica, sin que
importe cuan perfecto es el sistema tributario.
En el constitucionalismo del estado democrático de derecho, la seguridad jurídica
se incorpora al ordenamiento como garantía constitucional y no solo como resultado de
la estructura sistémica o la certeza del derecho (seguridad jurídica formal), sino como
medio de realización de los derechos y libertades fundamentales (seguridad jurídica
material), como protección de esos derechos. La seguridad jurídica, en esta totalidad
formal y material, se convierte en fin del ordenamiento, como eficacia del sistema jurídico
extraída del interior de la Constitución. Por ello, comúnmente, se dice que el estado
democrático de derecho es el “estado de seguridad”. Con mayor rigor, sería mejor decir
que la Constitución, en la actualidad, es la “Constitución de seguridad”.
En materia tributaria, la seguridad jurídica material asume un papel renovado
en la configuración de las relaciones jurídicas entre Estado y contribuyente, que exige
un nuevo modelo hermenéutico para todo el sistema normativo y de aplicación. En este
ámbito material, la seguridad jurídica del sistema de competencias del federalismo (a) y
de las limitaciones que aseguran derechos (b) interactúa con los demás principios, a la
luz de un relativismo axiológico, para “construir”, en cada acto de aplicación, el principio
de seguridad jurídica del sistema constitucional tributario y del sistema de derechos y
libertades, cuya concreción debe ser la mayor posible (optimización).
Los conceptos de “Estado” o “derecho” basados en fines trascendentales (bien
común, seguridad, justicia, etc.), definidos a priori y absolutos, fueron característicos de
la doctrina durante la Edad Media y el Absolutismo. También la noción de “seguridad”,
cuyos criterios decisorios se anticipaban para justificar las decisiones.(13)
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que solo vale para las situaciones consideradas “normales”. Por ello, nuestra conclusión
de que si el estado de seguridad jurídica es el estado de normalidad al que se refiere
Schmitt, tranquilamente se puede afirmar que, en materia tributaria, en Brasil, se vive
un típico “estado de excepción permanente”.
El jurista no puede ignorar la “normalidad”, como afirma Schmitt, en la medida en
que esta contribuye a la “validez inmanente” de la norma jurídica.(40)
La normalidad es el “estado de seguridad” o el “estado de confianza”. Cuando
uno u otro soporta alguna vulneración de certeza o de actuaciones en los límites de
la Constitución, justificadas solo por decisión de la autoridad administrativa y, según
el caso, incluso por el Estado-juez, pero sin que se configure estabilidad y seguridad
jurídica, se confirma que prevalecen el “estado de inseguridad”, el estado de la “quiebra
de confianza”, el “estado de excepción permanente”, por ende, instalados en el sistema
tributario.
Como alude Antonio-Enrique Pérez Luño: “La seguridad jurídica es un valor que el
derecho debe garantizar”(41). Por ello, un estado de inseguridad, como hecho, requiere un
acto de valoración de la seguridad jurídica en la interpretación de las normas, para crear
o aplicar el derecho positivo.
No hay duda de que la seguridad jurídica, como principio (derecho positivo),
transmite valores y ella misma también es un valor, cuya preservación y garantías
corresponden al Estado, aunque los ciudadanos puedan alegarla contra acciones del
propio Estado.
En este sentido, se afirma la paradoja de la seguridad jurídica, pues aunque es un
principio y valor protegido por el Estado, al mismo tiempo funciona como garantía de otros
principios y valores, formales o materiales, del ordenamiento con el fin de preservarlo de
los casos de inseguridad generados por el Estado.
En el derecho privado, es bien sabido que las medidas de protección de la seguridad
jurídica siempre han sido conocidas y forman un sistema muy rígido de reglas, fines y
principios con un elevado grado de efectividad. La fuerza obligatoria de los contratos,
la protección contra la imprevisibilidad, las cláusulas de estabilidad contractual, las
garantías, las reglas de protección de la buena fe, los tipos contractuales, de sociedades o
derechos reales, los regímenes matrimoniales o sucesorios, en definitiva, todo contribuye
favorablemente a la preservación de los derechos implicados. De forma inusitada, las
relaciones constitucionales o administrativas, aprehendidas por el lado de la buena
fe, la confianza y la seguridad jurídica, no han sido examinadas en profundidad, pese
al acentuado esfuerzo dogmático para afirmar sus valores, especialmente durante los
últimos tiempos.(42)
Como se ha señalado, durante mucho tiempo la seguridad jurídica se bastó con la
función certeza de control de la observancia de la ley, dada la previsibilidad y estabilidad
temporal de las reglas jurídicas(43). Enseguida, surgieron formulaciones más preocupadas
con la unidad del ordenamiento y, por consiguiente, con la seguridad jurídica como
medida no solo por la certeza jurídica, sino también de eficacia de acomodación de las
relaciones entre normas jurídicas.
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44
general del derecho”, etc. Se repite que seguridad jurídica es una expresión polisémica
que puede concebirse como “fin” del derecho o “función” del Estado. Puede considerarse
como un valor suprapositivo, previo al orden jurídico, o fundamento de legitimidad
(como prefieren los iusnaturalistas); puede coincidir con el contenido de la certeza del
derecho, entendida como expresión de la legalidad (positivismo); puede entenderse como
un concepto vacío, en un modo nihilista de concebir la seguridad jurídica; presentarse
como resultado de la confianza en un procedimiento lógico-racional de construcción de
sus contenidos o integrarse en el contenido del sistema jurídico. Se reconocen todas estas
formas de denominación.
En vista de esta polisemia, se ve cuán difícil es construir una definición de
seguridad jurídica en materia tributaria, razón por la que se debe priorizar, a la hora de
describirla, una aproximación plus fonctionnelle que conceptuelle, como señala Sylvia
Calmes(50), en la medida en que una formulación que se pretenda exhaustiva difícilmente
atenderá a los anhelos de todos los que se atrincheran en una u otra de estas posiciones.
Cualquier intento siempre podrá considerarse excesivamente genérico o insuficiente para
abarcar todas las posibilidades del principio de seguridad jurídica, como garantía de
buen funcionamiento del ordenamiento y de confianza en la previsibilidad y la conducta
de los órganos y autoridades.
En cuanto a sus aspectos funcionales, la seguridad jurídica contribuye al
perfeccionamiento permanente del estado democrático de derecho y, por consiguiente,
a la efectividad del sistema constitucional tributario, en la medida en que la finalidad
de la seguridad jurídica es reducir las incertidumbres del ordenamiento y preservar la
confianza generada sobre su buen funcionamiento, sin concesiones a subjetivismos y
tratamientos diferenciados, excepto en los casos que autoriza la Constitución.(51)
La seguridad jurídica tributaria, en el marco de una propuesta funcional, puede
entenderse como principio-garantía constitucional cuya finalidad es proteger derechos
derivados de las expectativas de confianza legítima en la creación o aplicación de las
normas tributarias, mediante la certeza jurídica, la estabilidad del ordenamiento o la
efectividad de derechos y libertades fundamentales.
Esta definición toma la confianza como corolario subjetivo de la seguridad jurídica,
cuyo contenido evidencia la certeza de la legalidad tributaria y el “sistema constitucional
tributario”, en cuanto diferenciación cuyo propósito es reducir la complejidad e
indeterminaciones del “entorno” y asegurar derechos y libertades fundamentales,
calibración de la estabilidad sistémica, mediante principios de corrección implícitos,
como los de prohibición de exceso, proporcionalidad y razonabilidad y, por último, el
principio de protección de la confianza legítima stricto sensu, en forma de confianza en
la experiencia del sistema tributario, a partir de las conductas adoptadas y prácticas
realizadas por órganos o autoridades. Como en el caso de la “certeza”, la “ilegalidad” o
la “inconstitucionalidad” absorben cualquier otro vicio, la protección de la expectativa
de confianza legítima será el móvil principal para la corrección sistémica en los demás
casos, tanto por deficiencias de aplicación del sistema jurídico (jerarquía de normas,
retroactividad de actos, exceso de exigencias, etc.) como por la concreción de derechos
y libertades fundamentales o la práctica acción de los órganos estatales (experiencia),
como en los supuestos de contradicciones de comportamiento, prácticas reiteradas, entre
otras.
Todo aquel que confía en el ordenamiento tiene a su favor una expectativa legítima
de que sus pretensiones siempre recibirán el mismo tratamiento jurídico, aunque la
45
solución pueda no ser idéntica en todos los casos. Este sentimiento de “protección” de la
“confianza” constituye la base subjetiva o forma de expresión de la seguridad jurídica, en
la creación o aplicación de las normas tributarias, mediante certeza jurídica, estabilidad
del ordenamiento o efectividad de derechos y libertades fundamentales.
Fuera de estos requisitos formales y subjetivos, se enfatiza que hay un “derecho
público fundamental” a la seguridad jurídica(52), como efecto de la garantía a la preservación
de otros principios constitucionales(53), inherentes al estado democrático de derecho,
como legalidad (en su expresión material de certeza), igualdad(54) y no discriminación,
pero principalmente por ser una protección frente a los poderes públicos, para que
estos concreten los derechos fundamentales y sus garantías en cada acto de aplicación
del derecho positivo, así como la estabilidad sistémica y respeto a las expectativas de
confianza legítima(55). Con ello, el referido derecho público fundamental se proyecta en
la esfera jurídica de los destinatarios como titularidad de la expectativa de confianza y
seguridad jurídica, cuando estas sean vulneradas, en cualquier circunstancia.
En cuanto a la eficacia de las garantías, fundadas en la distinción formulada por
Tercio Sampaio Ferraz Junior(56), se puede afirmar que la eficacia de los principios y
garantías tiene una función de bloqueo -pues se trata de normas que buscan impedir
comportamientos contrarios a lo que preceptúan- de conductas indeseables o incoherentes
con el ámbito normativo de protección de los derechos, libertades o garantías. Pero,
además, tiene una función de programa, en la medida en que principios y garantías
buscan la realización de un objetivo, como finalidad institucionalizada. Así, a partir de la
función de bloqueo y la función de programa, las garantías, como los derechos y libertades
fundamentales, ejercen una función de salvaguarda, que asegura una expectativa de
conductas, un comportamiento esperado en el ejercicio de los derechos y la libertad.
Es evidente que en cada modalidad de derecho, libertad o garantía varían los grados de
intensidad de cada una de esas funciones, bien con preeminencia de la función de bloqueo
(como sucede con más frecuencia en el caso de las garantías), bien con preponderancia de
la función de salvaguarda, como se verifica especialmente en el ámbito de los principios
de las libertades individuales.
En términos estrictamente normativos, la seguridad jurídica se configura como
principio y como garantía de derecho o libertades fundamentales. No obstante, prepondera
la naturaleza de “garantía”, orientada como está a la protección constitucional de
posiciones jurídicas, incluido el derecho a la seguridad jurídica, en sus modalidades de
garantías material, formal y estabilidad del ordenamiento.(57)
La “garantía”, a pesar de su variabilidad semántica(58), es una norma constitucional
cuya función es servir como mandato de protección de los principios y sus valores. Es decir,
es una norma constitucional cuya finalidad es asegurar la concreción de determinados
derechos, y confiere a los destinatarios poderes más expresivos para exigir su respeto,
con preponderancia en la función de bloqueo(59). Se habla de garantía siempre con este
sentido de instrumento o medio que busca dar previsibilidad a la concreción de derechos,
al servir para la tutela de dichos derechos o reforzar la tutela en grado máximo. No basta
con decir que los derechos son autoaplicables y que tienen eficacia inmediata(60); para la
efectividad de esos derechos, además, son necesarias garantías formales y materiales
orientadoras del ordenamiento(61). Se trata, por lo tanto, de un medio de defensa de los
derechos y libertades, de resistencia a ataques a derechos fundamentales y, en función
de ello, para la efectividad de los derechos que protege.(62)
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VI - CONCLUSIONES
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seguridad jurídica tributaria. Sin embargo, es difícil saber cómo delimitar el concepto
de “claridad”. Como observa Tercio Sampaio Ferraz Junior, en términos jurídicos, la
claridad depende de “condiciones institucionales”, como “forma de ampliar la base de
información disponible sobre el sentido de la ley”(73). Así se desvela la importancia de
lograr una composición funcional entre fiabilidad, certeza y estabilidad del ordenamiento,
para lograr la efectividad de la seguridad jurídica. Sin ella, es decir, sin “condiciones
institucionales”, se debilitan la “claridad” y la objetividad del derecho, al mitigarse las
garantías de determinabilidad del sentido de la ley.
La seguridad jurídica, como medida de estabilidad del derecho, puede ser subjetiva
u objetiva, según una clásica orientación doctrinal. La distinción entre situación jurídica
(actos y hechos jurídicos) y derecho subjetivo, probablemente estimulada por los estudios
de Paul Roubier(74), parece haber sido el móvil de esta construcción peculiar, entre
seguridad jurídica subjetiva y objetiva.
La seguridad jurídica subjetiva equivale a la “certeza” como previsibilidad o
expectativa de conductas individuales, en forma de, entre otros, obligación, deber,
derecho, crédito o prohibición. Esta es la garantía de seguridad jurídica por el derecho en
las relaciones jurídicas e intersubjetivas, que en general se alega en la conservación de los
actos y negocios jurídicos, en el derecho de responsabilidad o las relaciones patrimoniales.
La seguridad jurídica objetiva corresponde a la seguridad del ordenamiento
jurídico(75). No es la seguridad de la conformidad de las relaciones intersubjetivas, como
la protección de los intereses patrimoniales y extrapatrimoniales de los individuos, los
bienes jurídicamente protegidos, empleo o derechos regulados por normas de conducta
típicas. Tampoco se confunde con seguridad pública, como uso de la fuerza y garantía
de paz social como funciones estatales(76); o seguridad social(77), como protección de la
integridad física de cada individuo, o incluso de las prestaciones de seguridad social. En
general, todos los casos mencionados se amparan en el principio de certeza del derecho
en cuanto a la constitución de las situaciones jurídicas subjetivas, con atribuciones de
derechos subjetivos o utilización de eventuales sanciones.
Es natural que el ordenamiento garantice prima facie de forma positiva estas
repercusiones, sin depender de ninguna alegación adicional del principio de seguridad
jurídica con este propósito. Es lo que se desprende de la protección del derecho de crédito,
la recomposición de daños patrimoniales, etc. Solo en este sentido se podría hablar de
derechos subjetivos como fuentes de seguridad jurídica y exigencia de estabilidad del
derecho, en sentido amplio(78). Por ello, se considera que la seguridad jurídica guarda
conexión con las situaciones objetivas, de estabilidad y preservación del orden jurídico y
no con aquellas manifestaciones subjetivas de la seguridad jurídica, como en el pasado.(79)
La seguridad jurídica de los principios (material), típica del constitucionalismo de
derechos del estado democrático de derecho, que abarca todos los medios necesarios
para la realización de los principios y valores, así como el sopesamiento, además de las
garantías constitucionales de prohibición de exceso, proporcionalidad y razonabilidad,
se integra al contenido de la seguridad jurídica mediante estabilidad del ordenamiento.
El principio de seguridad jurídica, con este alcance, deja de ser un principio
meramente formal, que se ampara solo en los efectos de hechos jurídicos, en la
irretroactividad, la no contradicción o la preservación de la jerarquía de normas,
para asumir el carácter de una típica garantía de los derechos fundamentales ante el
sistema jurídico en su estructura, dinámica y función. De este modo, lo que antes era
protección de forma, como un simple resultado de separación de funciones del principio
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de separación de poderes, pasa a ser una seguridad jurídica de los principios, al asumir
contenido de derecho fundamental, en la modalidad de garantía material. Este cambio
conceptual y funcional de la seguridad jurídica, los límites de “certeza del derecho”
para una “seguridad jurídica de los principios” solo fue posible con el surgimiento del
garantismo constitucional.
Como se demuestra, la seguridad jurídica objetiva no tiene nada que ver con la
seguridad como tutela de intereses individuales o de bienes jurídicamente protegidos
(seguridad jurídica subjetiva). Bien es verdad que hasta el siglo XIX se confundía la
seguridad jurídica con la seguridad pública, el derecho penal, la responsabilidad civil,
las reglas de protección patrimonial o de intereses societarios, en el caso privado. En la
actualidad, la seguridad jurídica deja de ser una seguridad “de derechos subjetivos” para
transformarse en preservación del ordenamiento, por la accesibilidad, inteligibilidad,
estabilidad de relaciones jurídicas o fiabilidad sistémica. La seguridad patrimonial o
financiera, así como la societaria, sanitaria, de seguros, consumo, et caterva, corresponde
a la seguridad como disponibilidad o tutela de derechos subjetivos, alcanzable por la
seguridad jurídica en un sentido amplio, pero que no se comprende como contenido de la
seguridad jurídica en sentido estricto. Seguridad social, en el espacio de las discusiones
del estado social de derecho(80), había reclamado, para su efectividad, la intervención del
Estado mediante actividad administrativa o derecho material sobre el sector social, con
sus valores y criterios de certeza, para crear seguridad “de los” derechos en cada situación
personal. Tampoco esta coincide con el concepto de seguridad jurídica objetiva. Se podría
alegar además la seguridad jurídica procesal, como el derecho de acceso libre e igualitario
al poder judicial, la libertad de pruebas, el derecho a la doble instancia de jurisdicción,
entre otros. También estos casos son ajenos a la naturaleza típica de la seguridad jurídica
como aquí se concibe. Técnicamente, en ella hay un estado de fiabilidad, confianza,
expectativa legítima, seguridad por la certeza o estabilidad del ordenamiento que no
depende de coercibilidad de cualquier clase (sanciones, responsabilidades y otros).
NOTAS
(*) Profesor catedrático de Derecho Financiero de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Pablo. Brasil
(1) Nawiasky, Hans: “Cuestiones fundamentales de derecho tributario” - Instituto de Estudios Fiscales - Madrid - 1982
- pág. 7
(2) Para Adolf Wagner, al construir el “sistema tributario” se debería tener en mente que este debe “tendere verso
quelle imposte e verso quei modi di riscossione e di assestamento, che diano la maggiore sicurezza che vengano
veramente colpiti dall’imposta, e nella misura voluta, quelli che debbono esserne colpiti in omaggio ai principii
economici di giustizia” (Wagner, Adolfo: “La scienza delle finanze” - trad. Maggiorino Ferraris y Giovanni Bistolfi -
Unione Tipografica - Torino - 1891 - pág. 960; véase pág. 884 y ss.)
(3) Hensel, Albert: “Diritto tributario” - trad. Dino Jarach - Giuffrè - Milano - 1956 - pág. 5
(4) Tipke, Klaus: “Moral tributaria del Estado y de los contribuyentes” - trad. Pedro M. Herrera Molina - Ed. Marcial
Pons - Madrid - 2002 - pág. 27
(5) “In ogni collettività ordinata come Stato di diritto esso viene integrato col seguente principio giuridico
fondamentale: ogni prelevamento d’imposta può essere effettuato soltanto in base ad una legge” (Hensel, Albert:
“Diritto tributario” - trad. Dino Jarach - Giuffrè - Milano - 1956 - pág. 50). Para algunos autores, el simple cumplimiento
de los requisitos de legalidad sería suficiente para la tributación, como, por ejemplo, para Ruy Barbosa Nogueira,
que afirma que “es la ley tributaria la ley material que otorga derechos e impone obligaciones (bilateralidad) y que
se corresponde con imperativos de la existencia misma del Estado (necesidad e imprescindibilidad)” (Nogueira, Ruy
Barbosa: “Curso de direito tributário: de acordo com a Constituição Federal de 1988” - 10ª ed. - Forense - São Paulo
- 1990 - pág. 35)
50
(6) La Constitución material no excluye la formal, como recuerda Ricardo Lobo Torres: “La constitución financiera es, al
mismo tiempo formal y material. Los dos aspectos están indisolublemente unidos, formando el concepto ontológico,
puesto que se trata de la propia Constitución (constitutio) del estado social fiscal, es decir, del acto por el que
el Estado se constituye financieramente sub specie impositionis. El estado social de derecho es impensable sin la
constitución tributaria, subsistema de la constitución financiera” (Torres, Ricardo Lobo: “Curso de direito financeiro e
tributário” - 16ª ed. - Renovar - Río de Janeiro - 2009 - pág. 37)
(7) Machete, Pedro: “Estado de Direito Democrático e administração paritária” - Almedina - Coimbra - 2007 - pág.
367 y ss.
(8) Costa, Pietro; Zolo, Danilo: “O Estado de direito... cit., p. 5.
(9) Coincidimos con Thomas Piazzon, cuando afirma: “La sécurité juridique qui nous intéresse ici n’est qu’un impératif
technique et non, en tant que telle, une finalité du droit, elle constitue donc un moyen qui permet d’atteindre
certaines fins” (Piazzon, Thomas: “La sécurité juridique” - LGDJ-Defrénois - Paris - 2009 - pág. 179)
(10) “La sécurité juridique apparaît alors comme un droit (principalement formel) à la garantie des droits (matériels);
elle est une garantie de l’État de droit matériel, en ce sens qu’elle en autorise l’existence ou tout au moins le
fonctionnement efficace et effectif” (Valembois, Anne-Laure: “La constitutionnalisation de l’exigence de sécurité
juridique en droit français” - LGDJ - Paris - 2005 - pág. 151)
(11) Como bien observó Hegel, el sistema de los impuestos vive la paradoja de que debe ser absolutamente justo, al
tiempo que cada uno debe contribuir en proporción a lo que posee, lo que no siempre puede calcularse de forma
justa y precisa (Hegel, George W. F.: “O sistema da vida ética” - trad. Arthur Morão - Edições 70 - Lisboa - 1991 -
pág. 81)
(12) Bouvier, Michel: “La question de l’impôt ideal. Archives de philosophie du droit” - Dalloz - Paris - 2002 - pág. 20;
además: Berliri, Luigi V.: “El impuesto justo” - trad. Fernando Vicente-Arche Domingo - Instituto de Estudios Fiscales
- Madrid - 1986
(13) Conf. Radbruch, Gustav: “Le but du droit” en “L’Institut International de Philosophie du Droit et de Sociologie
Juridique. Le but du droit: bien commun, justice, sécurité” - Sirey - Paris - 1938 - T. 3 - pág. 54 y ss. Véase además:
Sesmat, Hubert: “La sécuritè moderne: cycle général de la sécurité juridique” - Saint-Paul - Paris - 1943 - pág. 67 y ss.
(14) Según Paulo de Barros Carvalho, en cuanto a la opción de método: “Cuando se afirma algo como verdadero,
por tanto, se hace necesario indicar el modelo dentro del que la proposición se aloja, visto que será diferente la
respuesta que se dé, en función de las premisas que desencadenen el raciocinio”. Razones de este jaez han hecho
del “constructivismo lógico-semántico” de Paulo de Barros Carvalho, en la línea del modelo jurídico de Lourival
Vilanova, uno de los métodos más precisos y coherentes del discurso jurídico del derecho tributario, pues se garantiza
la controlabilidad de las proposiciones construidas según criterios de rigor y precisión (Carvalho, Paulo de Barros:
“Direito tributário: fundamentos jurídicos da incidencia” - 7ª ed. - Saraiva - São Paulo - 2009 - pág. 3)
(15) Eduardo García Maynez fazia preponderar o valor justiça, conf.: García Maynez, Eduardo: “Justice and legal
security” - Philosophy and Phenomenological Research - vol. 9 - Nº 3 - págs. 496/503 - Wiley Higher - New York - 1949
(16) Radbruch, Gustav: “Le but du droit” en “L’Institut International de Philosophie du Droit et de Sociologie Juridique.
Le but du droit: bien commun, justice, sécurité” - Sirey - Paris - 1938 - T. 3 - pág. 48. Otros, como Coing, prefieren
ver en la “paz” el fin principal del derecho, lo que evoca necesariamente a la “seguridad”, porque esta es condición
necesaria de aquella. In verbis: “La paz y el derecho son coetáneos y simultáneos; el derecho aporta la paz, y la paz
es el presupuesto del desarrollo del derecho” (Coing, Helmut: “Fundamentos de filosofía del derecho” - trad. Juan
Manuel Mauri - Ed. Ariel - Barcelona - 1961 - pág. 34)
(17) Siguiendo el subjetivismo de Müller-Freienfels, conf.: Stern, Alfred: “Filosofía de los valores” - 2ª ed. - Ed. Fabril
- Bs. As. - 1960 - pág. 134
(18) Elst, Raymon: “Vander. Justice et sécurité juridique. Justice et argumentation. Essais à la mémoire de Chaïm
Perelman” - Bruylant - Bruxelles - 1986 - pág. 21
(19) Valembois, Anne-Laure: “La constitutionnalisation de l’exigence de sécurité juridique en droit français” - LGDJ
- Paris - 2005 - pág. 7. Conf. Raimbault, Philippe: “Recherche sur la sécurité juridique en droit administratif français”
- LGDJ - Paris - 2009 - págs. 41/123
(20) Como advierte Luigi Caiani: “La vita del diritto, insomma, è dominata dal bisogno di garantirsi nei confronti
di qualsiasi motivo di arbitrio e di incertezza non soltanto nel momento normativo astratto, come possibilità di
previsione da parte dei soggetti delle conseguenze giuridiche dei propri comportamenti (...), ma anche è sopratutto
nel momento della sua effettiva aderenza alle situazioni di fatto, quando cioè essa debba realizzarsi nella specifica
certezza del giudizio” (Caiani, Luigi: “I giudizi di valore nell’interpretazione giuridica” - Cedam - Padova - 1954 -
pág. 57). Del mismo modo, Theophilo Cavalcanti, en una impresionante obra que, durante mucho tiempo, fue el
51
único estudio dedicado a la doctrina de la seguridad jurídica en nuestro país, señala: “El orden jurídico rechaza la
arbitrariedad, porque, como se deduce fácilmente de las consideraciones que ya hemos realizado, trae consigo el
germen de la inseguridad y el desorden. Implica una negación frontal del propio orden jurídico establecido, lo que
es intolerable para el derecho. Admitir el acto arbitrario, realmente, implicaría admitir el antijurídico, pues lo arbitrario
corresponde a veleidades personales, a actitudes de exclusivo capricho, como pondera Stammler, en contraposición
al derecho, que presupone una ordenación permanente de la vida social” (Cavalcanti Filho, Theophilo: “O problema
da segurança no direito” - Ed. RT - São Paulo - 1964 - pág. 171). En materia tributaria, sobre la relación entre seguridad
jurídica y la interdicción del arbitrio, véase el texto clásico y siempre actual: Sainz de Bujanda, Fernando: “Hacienda
y derecho” - Instituto de Estudios Políticos - Madrid - 1975 - vol. 3 - págs. 289/381
(21) Como observa Luhmann: “Se debe, pues, entender primeramente los sistemas, de una manera extremadamente
formal, como identidades que se conservan en un ambiente complejo y mutante por medio de la estabilización de
una diferencia de los planos interior y exterior” (Luhmann, Niklas: “Fin y racionalidad en los sistemas. Sobre la función
de los fines en los sistemas sociales” - Editora Nacional - Madrid - 1983 - pág. 163; conf. pág. 294)
(22) Según Joseph Schumpeter: “The fiscal capacity of the state has its limits not only in the sense in which this is self-
evident and which would be valid also for a socialist community, but in a much narrower and, for the tax state, more
painful sense. If the will of the people demands higher and higher public expenditures, if more and more means are
used for purposes for which private individuals have not produced them, if more and more power stands behind this
will, and if finally all parts of the people are gripped by entirely new ideas about private property and the forms of life-
then the tax state will have run its course and society will have to depend on other motive forces for its economy than
self-interest. This limit, and with it the crisis which the tax state could not survive, can certainly be reached. Without
doubt, the tax state can collapse” (Schumpeter, Joseph A.: “The crisis of the tax state” - International Economic
Papers - Nº 4 - pág. 25 - MacMillan - New York - 1954; Musgrave, R. A.: “Schumpeter’s crisis of the tax state: an essay
in fiscal sociology” - Journal of Evolutionary Economics - Springer-Verlag - Berlin - 1992 - págs. 89/113; Neumark, Fritz:
“Principios de la imposición” - 2ª ed. - Instituto de Estudios Fiscales - Madrid - 1994; Giardina, Emilio: “The crisis of
the fiscal state. Scritti scelti” - Franco Angeli - Milano - 2008 - págs. 162/71)
(23) Gallo, Franco: “Alcune reflessioni sulla odierna crisi del sistema tributario” en Uckmar, Victor y Uckmar, Antonio
(Coord.): “L’evoluzione dell’ordinamento tributario italiano” - Cedam - Padova - 2000 - págs. 3/11; Marongiu, Gianni:
“La crisi del princípio di capacità contributiva nella giurisprudenza della corte constituzionale dell’ultimo decenio” -
Diritto e pratica tributaria - vol. 70 - Nº 6 - págs. 1757/75 - Cedam - Padova - 1999; Muraro, Gilberto: “La progressività
fiscale nella crisi dello stato sociale” - Il Fisco - Nº 8 - págs. 26/30 - Roma - 1999; Bosello, Furio: “La fiscalità fra crisi
del sistema e crisi del diritto” - Rivista di Diritto Tributario - vol. 8 - Nº 11 - págs. 1073/83 - Giuffrè - Milano - 1998;
Greco, Marco A.: “Crise do imposto sobre a renda na sua feição tradicional” en Rezende, Condorcet (Org.): “Estudos
tributários” - Renovar - Rio de Janeiro - 1999 - págs. 417/32
(24) Novais, Jorge Reis: “Contributo para uma teoria do estado de direito: do estado de direito liberal ao estado
social e democrático de direito” - Almedina - Coimbra - 2006; Morris, Christopher W.: “Um ensaio sobre o estado
moderno” - trad. Sylmara Beletti - Landy - São Paulo - 2005; Crisafulli, Vezio: “La continuità dello Stato. Stato popolo
governo: illusioni e delusioni costituzionali” - Giuffrè - Milano - 1985 - págs. 1/52
(25) Según James O’Connor: “Abbiamo definito ‘crise fiscale dello stato’ questa tendenza delle spese governative ad
aumentare più rapidamente delle entrate. Certo non esiste nessuna legge ferrea in virtù della quale le spese debbano
sempre aumentare più in fretta delle entrate, ma sta di fatto che i bisogni crescenti, giunti a un tale livello che soltanto
lo stato li può soddisfare, generano aspettative crescenti nel bilancio statale” (O’Connor, James: “La crisi fiscale dello
Stato” - Einaudi - Torino - 1977 - pág. 4)
(26) Conf. Cerri, Augusto: “L’eguaglianza” - Laterza - Itália - 2005; Bandeira de Mello, Celso A.: “Eficácia das normas
constitucionais e direitos sociais” - Malheiros - São Paulo - 2009 - pág. 62
(27) En palabras de José Bermejo Vera: “La seguridad jurídica es un valor esencial para el funcionamiento del estado
de derecho, vinculado incluso a la estabilidad económica y social. Formulado de una manera muy simple, consiste en
la expectativa del ciudadano, razonablemente fundada, sobre cuál ha de ser la actuación del poder en la elaboración
y en la aplicación del derecho por todos los operadores jurídicos” (Bermejo Vera, José: “El declive de la seguridad
jurídica en el ordenamiento plural” - Thomson - Madrid - 2005 - pág. 42)
(28) Para Rehbinder, las expectativas de los destinatarios son cruciales para afirmar la seguridad jurídica: “La seguridad
jurídica consiste -visto desde un punto de vista sociológico-, para los destinatarios de las normas de conducta, en la
seguridad de esta, que se produce por la acción conforme a la norma: acción de acuerdo a derecho significa para
el individuo seguridad social en el sentido de ausencia de riesgos. Para la parte interesada en una relación social
con el sujeto actuante, la seguridad jurídica consiste en la seguridad en sus expectativas respecto a lo que el sujeto
actuante se comportará de una determinada manera y, por tanto, de forma calculable: uno puede confiarse en el
52
comportamiento de acuerdo a derecho” (Rehbinder, Manfred: “Sociología del derecho” - trad. Gregorio Robles
Morchón - Pirámide - Madrid - 1981 - pág. 162)
(29) Véase, por ejemplo, el tiempo y el caos en los nueve ensayos de Ilya Prigogine para demostrar la quiebra de
certezas y sus dogmas y la inestabilidad de las afirmaciones científicas en el presente (Prigogine, Ilya: “O fim das
certezas. Tempo, caos e as leis da natureza” - Unesp - São Paulo - 1996
(30) Basta recordar, en Estados Unidos, los tributos relacionados al stamp act (1765), así como el sugar act (1764) y el
townshend act (1767) sobre el azúcar, el té y otros productos importados, que, por la sistemática recaudatoria bastante
agresiva, provocó serias revueltas, como la “Boston Tea Party” (1773). Aquí tuvieron su origen las reacciones de las
colonias, inspiradas por John Adams y James Otis, que, en 1776, culminaron en la declaración de independencia
americana. En Brasil, son numerosos los ejemplos. La Guerra de los Farrapos y la Conspiración Minera estuvieron
motivadas, principalmente, en la revuelta contra el peso de los tributos desmesurados. Entre las muchas críticas a
los excesos de los revolucionarios franceses, Anatole France, en su clásico “Os deuses têm sede”, recuerda con
pesar que hasta Lavoisier fue condenado a la guillotina acusado por Jean-Paul Marat de que sería recaudador de
impuestos de Luis XVI, tamaña era la revuelta contra el Fisco. Frente estos datos irrefutables, Ives Gandra, en su teoría
de los tributos, los califica como una “norma de rechazo social”, dado que, si no fuera por la sanción de la norma
secundaria, realmente pocos la cumplirían
(31) Schmolders, Günter y Duberge, Jean: “Problemas de psicología financiera” - Editorial de Derecho Financiero -
Madrid - 1965
(32) Con una importante discusión sobre las teorías modernas entre política y derecho, véase: Tushnet, Mark: “The new
constitutional order” - Princeton Press - Oxford - 2003. Para un estudio de las relaciones entre política y Constitución
en un escenario global y en los casos de ordenamientos comunitarios, véase el estudio crítico: Frankenberg, Günter:
“A gramática da Constituição e do direito” - trad. Elisete Antoniuk - Del Rey - Belo Horizonte - 2007
(33) En el mismo sentido, afirma Federico Arcos Ramírez: “Caos, heterogeneidad, provisionalidad, sobreabundancia,
superposición desorganizada de normas; distribución confusa e improvisada de competencias; conflictos en las
relaciones entre el ejecutivo y el legislativo; inaplicación de las normas por parte de las autoridades administrativas y
judiciales; presencia de ambigüedades semánticas y sintácticas, de redundancias; abuso de reenvíos y presuposiciones,
de referencias a normas derogadas o no pertinentes, del uso de fórmulas vacías y de disposiciones manifiesto, de
derogaciones tácitas, de normas intrusas, etc., serían algunas de las cualidades y situaciones presentes en el derecho
actual y que, como se observa, representan grietas importantes en la realización de la seguridad jurídica” (Arcos
Ramírez, Federico: “La seguridad jurídica. Una teoría formal” - Dykinson - Madrid - 2001 - pág. 327. Bentley, Duncan:
“Taxpayers rights: theory, origin and implementation” - Kluwer Law - Netherlands - 2007)
(34) En el derecho comunitario, la primera vez que se trató el principio de seguridad jurídica en el caso “Bosch”, del
6/4/1962, ante la Corte de Justicia. En Francia, el Consejo Constitucional reconoció el principio de seguridad jurídica
con valor constitucional de accesibilidad e inteligibilidad de las leyes en la sentencia 99-421 DC, del 16/12/1999
(35) Como refiere José Souto Maior Borges: “El sistema constitucional tributario valoriza la seguridad jurídica en
varios tópicos, vinculados a la competencia del Poder Judicial, sobre todo el STF y el STJ. Incluir la seguridad
significa excluir la inseguridad. La seguridad implica la negación de la inseguridad. De la contraposición entre este
valor (seguridad) y su respectivo contravalor (inseguridad) solo puede resultar la aplicación de uno de ellos y la no
aplicación del otro” (Borges, José Souto Maior: “O princípio da segurança... cit., pág. 251)
(36) Conf. Valembois, Anne-Laure: “La constitutionnalisation de l’exigence de sécurité juridique en droit français” -
LGDJ - Paris - 2005 - pág. 8
(37) Un tema bastante controvertido es la identificación de los derechos el hombre como medida de un “absoluto”.
El mejor ejemplo es el recurso al concepto de “limitaciones”, ya sean del “poder” (como en el caso de las llamadas
“limitaciones al poder tributario”) o de los “derechos individuales”, que parece suponer una “barrera” natural
estanco entre las normas, derechos y poderes. Este asunto se tratará en el momento oportuno. Para una crítica, en
esta misma línea, afirma Norberto Bobbio: “Cette illusion fut pendant des siècles commune aux théoriciens du droit
naturel, qui crurent avoir mis certains droits (mais ce n’étaient pas toujours les mêmes) à l’abri de toute réfutation
possible, en les dérivant directement de la nature de l’homme. Mais, comme fondement absolu de droits irrésistibles,
la nature de l’homme se montra très fragile. Ce n’est pas le cas de répéter encore une fois la faiblesse des arguments
employés pour en démontrer la valeur absolue: beaucoup de droits, même les plus différents entre eux, même les
moins fondamentaux - fondamentaux seulement d’apres l’opinion de celui qui les soutenait - ont été déduits de
la généreuse nature de l’homme. (...) Aujourd’hui, cette illusion n’est plus possible: toute recherche du fondement
absolu n’est pas, à son tour, fondée” [Bobbio, Norberto: “L’illusion du fondement absolu” en “Institut International
de Philosophie. Le fondement des droits de l’homme” - Actes des entretiens de l’Aquila (14-19 septembre 1964) - La
Nuova Italia - Firenze - 1966 - pág. 4]
53
(38) Radbruch, Gustav: “Le but du droit” en “L’Institut International de Philosophie du Droit et de Sociologie
Juridique. Le but du droit: bien commun, justice, sécurité” - Sirey - Paris - 1938 - T. 3 - pág. 54; con un denso análisis
del pensamiento de Radbruch, véase, entre otros: Cavalcanti Filho, Theophilo: “O problema da segurança no direito”
- Ed. RT - São Paulo - 1964 - pág. 75 y ss.; Vigo, Rodolfo L.: “La injusticia extrema no es derecho” - LL - Bs. As. - 2006;
García Maynez, Eduardo: “Justice and legal security” - Philosophy and phenomenological research - vol. 9 - Nº 3 -
págs. 496/503 - Wiley Higher - New York - 1949
(39) Véase: Schmitt, Carl: “Teología política” - trad. Elisete Antoniuk - Del Rey - Belo Horizonte - 2006. Para el uso de
esta noción: Bercovici, Gilberto: “Constituição e estado de exceção permanente: atualidade de Weimar” - Azougue
- Rio de Janeiro - 2004. Heller, Hermann: “Teoría del Estado” - Comares - Granada - 2004 - pág. 286
(40) Según Schmitt, soberano es quien tiene el “monopolio decisorio” y no quien ejerce poder de imperio. Por
ello, el estado de excepción revela quien puede ejercer la “soberanía” de forma efectiva. Afirma Carl Schmitt: “No
existe norma que sea aplicable al caos. El orden debe establecerse para que el orden jurídico tenga un sentido.
Debe crearse una situación normal, y soberano es quien decide, definitivamente, sobre si dicha situación normal
es realmente dominante. Todo derecho es ‘derecho situacional’. El soberano crea y garantiza la situación como un
todo en su completitud. Él tiene el monopolio de la última decisión” (Schmitt, Carl: “Teología política” - trad. Elisete
Antoniuk - Del Rey - Belo Horizonte - 2006 - pág. 13; conf. Bercovici, Gilberto: “Constituição e estado de exceção
permanente: atualidade de Weimar” - Azougue - Rio de Janeiro - 2004 - págs. 65/7)
(41) Pérez Luño, Antonio-Enrique: “La seguridad jurídica” - 2ª ed. - Ariel - Barcelona - 1994 - pág. 32
(42) Conf. Sarlet, Ingo W.: “A eficácia dos direitos fundamentais” - 10ª ed. - Livraria do Advogado - Porto Alegre - 2009
(43) A este respecto Andrea Fedele observa que la legalidad posee “una funzione esclusivamente garantistica
per i privati ed i tributi si caratterizzano come interventi autoritativi, limitativi della proprietà e della libertà dei
privati medesimi, secondo la classica formula che nella coattività del prelievo individua una manifestazione della
sovranità dello Stato, espressa però esclusivamente attraverso la legge impositrice, in cui il rapporto tributario trova
direttamente la sua ‘fonte’” (Fedele, Andrea: “La riserva di legge” en Amatucci, Andrea; González García, Eusebio y
Schick, Walter: “Trattato di diritto tributario” - Cedam - Padova - vol. 1 - T. I - págs. 159/60. Fedele, Andrea: “Art. 23
(principio di legalità)” en Branca, G.: “Commentario della Costituzione” - Zanichelli - Bologna - 1978 - págs. 21/163.
Rothmann, Gerd W.: “O princípio da legalidade tributária” en Nogueira, Ruy Barbosa: “Direito tributário” - Bushatsky
- São Paulo - 1973 - pág. 142)
(44) “La Constitución acomete la coordinación del poder estatal y con ello somete su ejercicio a criterios y límites
jurídicos. De este modo priva al poder estatal de arbitrariedad y discrecionalidad y le otorga previsibilidad
y estabilidad” (Schneider, Hans P.: “La Constitución: función y estructura” en Schneider, Hans P.: “Democracia y
constitución” - Centro de Estudios Constitucionales - Madrid - 1991 - pág. 45)
(45) Calmes, Sylvia: “Du principe de protection de la confiance légitime en droits allemand, communautaire et
français” - Dalloz - Paris - 2001 - pág. 481 y ss. Sobre aspectos teóricos fundamentales: Longo, Gianfranco: “Trattato
di semantica storica e di logica giuridica costituzionale” - Aracne - Roma - 2009 - pág. 597
(46) Como examina Joaquim Salgado, al aclarar la posición de Hegel: “La seguridad jurídica que ofrece la ley
define el otro aspecto formal y universal implícito en la concepción hegeliana de derecho justo” (Salgado, Joaquim
C.: “A ideia de justiça em Hegel” - Loyola - São Paulo - 1996 - pág. 349). O como analiza García de Enterría: “La
extraordinaria movilidad de las leyes, que parte de la creencia de que las leyes son capaces de resolver todos y cada
uno de los problemas que presenta sin cesar una cambiante sociedad, ha venido a hacer imposible, paradójicamente,
el positivismo como método” (García de Enterría, Eduardo: “Justicia y seguridad jurídica en un mundo de leyes
desbocadas” - Cuadernos Civitas - Navarra - 2006 - pág. 34)
(47) Conf. Buisson, Jacques: “La sécurité de l’administration vis-à-vis du contribuable” en Buisson, Jacques (Coord.):
“La sécurité fiscal” - L’Harmattan - Paris - 2011 - págs. 179/89
(48) Se trata de una cuestión polémica y desde hace mucho debatida. Véase, por ejemplo, el caso “McCulloch v.
Maryland”, en el que se examinó la confiabilidad entre unidades federativas a la luz de similar protección: “That
the power to tax involves the power to destroy; that the power to destroy may defeat and render useless the power
to create; that there is a plain repugnance in conferring on one government a power to control the constitutional
measures of another, which other, with respect to those very measures, is declared to be supreme over that which
exerts the control, are propositions not to be denied. But all inconsistencies are to be reconciled by the magic of
the word confidence. Taxation, it is said, does not necessarily and unavoidably destroy. To carry it to the excess of
destruction, would be an abuse, to presume which, would banish that confidence which is essential to all government.
But is this a case of confidence? Would the people of any one state trust those of another with a power to control the
most insignificant operations of their state government? We know they would not. Why, then, should we suppose,
that the people of any one state should be willing to trust those of another with a power to control the operations of
54
a government to which they have confided their most important and most valuable interests? In the legislature of the
Union alone, are all represented. The legislature of the Union alone, therefore, can be trusted by the people with the
power of controlling measures which concern all, in the confidence that it will not be abused. This, then, is not a case
of confidence, and we must consider it is as it really is. [17 U.S. 316, 432]” (“McCulloch v. Maryland” - 17 U.S. 316 -1819
(49) Como observa Gilmar Mendes: “No se puede olvidar que el Fisco siempre debe conducirse con lealtad y
buena fe, estándole prohibido adoptar conductas contradictorias o que atenten contra la confianza legítima de los
contribuyentes” (AC 2436 MC/PR - STF, ponente Gilmar Mendes, fecha de la sentencia 3/9/2009)
(50) Calmes, Sylvia: “Du principe de protection de la confiance légitime en droits allemand, communautaire et
français” - Dalloz - Paris - 2001 - pág. 156. Sanches, J. L. Saldanha: “Manual de direito fiscal” - Coimbra Ed.- Coimbra
- 2002 - págs. 75/97. O como afirma Juha Raitio: “What does legal certainty mean? This question might be as broad
and difficult as the question concerning the meaning of democracy, or the rule of law. The principle of legal certainty
cannot be expressed by definitions alone, because it is an underlying general principle of law” (Raitio, Juha: “Legal
certainty, non-retroactivity and periods of limitation in EC law” - Legisprudence - vol. 2 - N° 1 - pág. 1 - Hart Publishing
- Oxford - 2008; para un estudio de sus significaciones en la jurisprudencia del Tribunal Europeo, véase: Raitio, Juha:
“The principle of legal certainty in EC law” - Kluwer - Dordrecht - 2003 - pág. 125 y ss.)
(51) Para una perspectiva distinta, véase: “Sin merma alguna de los valiosos análisis doctrinales que se expusieron
más atrás, de las interpretaciones de la jurisprudencia constitucional, en mi opinión, prefiero utilizar el valor de la
seguridad jurídica como ‘parámetro condicionado’ o regula iuris de carácter abstracto, que debe utilizarse siempre
en distintos planos o niveles, en relación con las exigencias que para la configuración del ordenamiento, sus métodos
de vertebración y las fórmulas de aplicación correspondan. No me parece, desde luego que la seguridad jurídica
opere de la misma forma en referencia a los tres planos mencionados, por lo que habría que hablar de una seguridad
jurídica de grado máximo, medio y mínimo, en función de sus exigencias, respectivamente, sobre los sistemas de
producción de derecho (que requieren un estándar o grado máximo de efectividad), sobre los métodos de articulación
de los distintos ordenamientos (estándar o grado medio) y sobre las fórmulas de aplicación de las normas de aquellos
(seguridad de grado mínimo)” (Bermejo Vera, José: “El declive de la seguridad jurídica en el ordenamiento plural” -
Thomson - Madrid - 2005 - pág. 76)
(52) En este mismo sentido, véase: Peces-Barba, Gregorio: “Curso de derechos fundamentales” - Eudema - Madrid
- 1991 - vol. 1 - pág. 215
(53) Como afirma Karl Loewenstein: “La libertad de los destinatarios del poder solo quedará garantizada cuando se
controle debidamente el ejercicio del poder llevado a cabo por sus detentadores. La existencia o ausencia de dichos
controles, su eficacia y estabilidad, así como su ámbito e intensidad, caracterizan cada sistema político en particular
y permiten diferenciar un sistema político de otro” (Loewenstein, Karl: “Teoría de la Constitución” - trad. Alfredo
Gallego Anabitarte - Ariel - Barcelona - 1964 - pág. 29)(54) La confianza corresponde a un modo de observancia de la
igualdad misma: “La igualdad del contenido jurídico forma la medida normativa para buenas leyes, en la medida en
que estas son positivadas, no solo desde el punto de vista de la seguridad jurídica ‘como medios para la orientación
fiable y detallada de las acciones sociales’, sino también decididas desde el punto de vista de la configuración
racional de una forma de vida compartida intersubjetivamente” (Habermas, Jurgen: “Direito e democracia: entre
facticidade e validade” - trad. Flávio Beno Siebeneichler - Tempo Brasileiro - Rio de Janeiro - 1997 - vol. 1 - pág. 195)
(55) Para un examen del principio de certeza del derecho y la protección de la expectativa legítima: Tridimas, Takis:
“The general principles of EU law” - 2ª ed. - Oxford University Press - Oxford - 2006 - págs. 242/297; Triantafyllou,
Dimitris: “La confiance légitime en tant qu’instrument de cohésion en droit communautaire” - Revue Française de
Droit Administratif - vol. 16 - Nº 2 - págs. 246/53 - Paris - 2000; Pfersmann, Otto: “Regard externe sur la protection de
la confiance légitime en droit constitutionnel allemand” - Revue Française de Droit Administratif - vol. 16 - Nº 2 - págs.
236/45 - Paris - 2000
(56) Ferraz Junior, Tercio Sampaio: “Introdução ao estudo do direito: técnica, decisão, dominação” - 6ª ed. - Atlas -
São Paulo - 2008 - pág. 201
(57) Como observa Ingo Sarlet, de modo muy pertinente a lo que hemos querido decir con el principio-garantía de
seguridad jurídica: “Lo que es importante consignar es que estas garantías fundamentales realmente son auténticos
derechos subjetivos, ya que están umbilicalmente unidas a los derechos fundamentales, además de por asegurarle al
individuo la posibilidad de exigir de los poderes públicos su respeto y realización. En este sentido también se habla de
derechos-garantías, ya que estas disposiciones, además de contener garantías, normas de competencia o reglas para
una actuación estatal con vistas a la protección de otros derechos, pueden, al mismo tiempo, fundamentar posiciones
jurídicas subjetivas individuales y autónomas. No es, por lo tanto, muchas veces, fácil identificar si estamos ante un
derecho fundamental autónomo o ante una garantía, en la medida en que las diversas situaciones en las que ambos
elementos se encuentran en la misma norma definidora de derecho fundamental. Por esta razón, consideramos
55
que correctamente se señaló la posibilidad de que un derecho fundamental se exprese por la norma de garantía,
cuando en ella se halla sobreentendido” (Sarlet, Ingo W.: “A eficácia dos direitos fundamentais” - 10ª ed. - Livraria do
Advogado - Porto Alegre - 2009 - pág. 179)
(58) El concepto de “garantía” no se limita a los tipos de acciones posibles para hacer valer derechos y libertades, pero
tiene un sentido mucho más amplio en la teoría constitucional, a saber: “Garantías, desde este punto de vista, son
todos aquellos procedimientos funcionalmente dispuestos por el sistema jurídico para asegurar la máxima corrección
y la mínima desviación entre planos o determinaciones normativas del derecho y sus distintas realizaciones operativas,
es decir, entre las exigencias constitucionales o normativas y la actuación de los poderes públicos, entre los valores
inspiradores del sistema constitucional y su configuración normativa o institucional” (Freire, Antonio Manuel Peña:
“La garantía en el estado constitucional de derecho” - Trotta - Madrid - 1997 - pág. 28. Mendonça, Daniel y Guibourg,
Ricardo A.: “La odisea constitucional: Constitución, teoría y método” - Marcial Pons - Madrid - 2004 - pág. 34 y ss.)
(59) “La garantía tiene que estar fuera de la norma, porque es de alguna norma, no la propia norma garantizada. Se
representa como algo de accesorio, que se añade, que refuerza la norma, que le imprime un poder o un alcance
mayor. Tomada la norma, no depende de garantía que se le atribuya: por el contrario, esta vive para la norma,
ha de adecuarse a lo que sea. Consistiendo en un acto o conjunto de actos, una organización, una competencia
o una función, la garantía se traduce siempre en un mecanismo al servicio de la norma jurídica” (Miranda, Jorge:
Contributo... cit. - pág. 210)
(60) Cooley destacó esta naturaleza normativa: “A constitutional provision may be said to be self-executing if it
supplies a sufficient rule by means of which the right given may be enjoyed and protected, or the duty imposed may
be enforced; and it is not self-executing when it merely indicates principles, without laying down rules by means
of which those principles may be given the force of law” (Cooley, Thomas M. A.: “Treatise on the constitutional
limitations which rest upon the legislative power of the United States of the American Union” - 5ª ed. - The Lawbook
Exchange - New Jersey - 1998 - pág. 100)
(61) “El contenido y el sentido de una norma no se garantizan por sí mismos, sino por el contenido y sentido de otra
u otras normas, que, por ello, es o son normas de garantía. Hay normas jurídicas garantizadas y normas jurídicas de
garantía (a su vez, estas son además susceptibles de ser garantizadas) y, unas frente a las otras, en un sentido relativista,
llamamos a las primeras normas sustantivas y a las segundas, normas adjetivas” (Miranda, Jorge: Contributo... cit.,
pág. 210)
(62) Bonavides, Paulo: “As garantias constitucionais e as garantias institucionais na Constituição de 1988. Curso de
direito constitucional” - 23ª ed. - Malheiros - São Paulo - 2008 - págs. 525/59
(63) Afirma Maurice Hauriou: “En materia jurídica es preciso buscar siempre garantías y seguridades. No basta que
un derecho sea reconocido y declarado; es necesario garantizarlo, porque llegarán ocasiones en que será discutido
y violado. Esto es aplicable tanto a los derechos públicos como a los derechos privados. En derecho privado, se
aseguran los créditos por una serie de garantías (hipotecas, créditos privilegiados, fianzas); en derecho público,
se aseguran las libertades individuales por medios políticos o jurídicos, y así ha podido afirmarse con entera razón
que todo el derecho constitucional tiene por oficio garantizar las libertades. El ataque a los derechos individuales
parte de varios lados. Los derechos de un individuo pueden sufrir la amenaza de otros individuos, pero también
pueden sentirse amenazados por el Estado mismo y por sus diversos poderes: por el poder judicial, por el poder
administrativo, por el poder legislativo” (Hauriou, Maurice: “Principios de derecho público y constitucional” -
Comares - Granada - 2003 - pág. 130)
(64) En este sentido, también se expresa Roque Carrazza, cuando señala: “Podemos ver, con cristalina evidencia,
que la garantía formal hace viable la garantía material. En efecto, de nada serviría que nuestro ordenamiento jurídico
estipulara que solo puede compelerse al contribuyente a pagar tributos con fundamento en ley si el Poder Judicial
no pudiera investigar, siempre que sea suscitado, si la imposición se produce de acuerdo con la ley y, además, si es o
no constitucional” (Carrazza, Roque A.: “Curso de direito constitucional tributário” - 25ª ed. - Malheiros - São Paulo
- 2009 - pág. 259)
(65) Miranda, Jorge: Contributo... cit., pág. 240
(66) “L’instabilité du droit objectif ne constitue un grave danger pour la sécurité juridique que si des droits subjectifs
sont remis en cause ou des situations juridiques bouleversées sans préavis et au détriment des prévisions des sujets
de droit. De même, la stabilité des droits et situations individuels ne s’imposent pas toujours au nom de la sécurité
juridique” (Piazzon, Thomas: “La sécurité juridique” - LGDJ - Paris - 2009 - pág. 44)
(67) Advertía Adam Smith, en 1776, que el impuesto que cada individuo está obligado a pagar “debe ser cierto y
no arbitrario. El tiempo de pago, la forma de pago, la cantidad a pagar: todo esto debe ser claro y preciso para
el contribuyente y para cualquier otra persona”. La certeza de lo que cada uno debe pagar “es, en materia de
impuestos, de tan gran importancia, que puede decirse, según me parece se deriva de la experiencia de todas
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las naciones, que un grado muy considerable de desigualdad no es tan peligroso como un pequeñísimo grado de
incertidumbre” (Smith, Adam: “Indagación acerca de la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones” - 2ª
ed. - Aguilar - Madrid - 1961 - pág. 719)
(68) Como afirma Klaus Tipke: “En derecho tributario la seguridad jurídica se ve intensamente perjudicada en especial
cuando se derogan o modifican leyes agravando para el futuro: el sujeto pasivo planea con base en una determinada
situación jurídica. Se elimina o altera esta situación jurídica de forma tan esencial que el motivo y la finalidad de
la planificación se vuelven obsoletos (...) El déficit de protección constitucional de la confianza debe atribuirse al
hecho de que el BVerfG define la retroactividad con base en la realización del tipo legal y no del aislamiento de
la actuación planeada de la confianza” (Tipke, Klaus; Lang, Joachim: “Direito tributário” - trad. Luiz Dória Furquim
- Fabris - Porto Alegre - 2008 - págs. 254/5). En este sentido, también Casalta Nabais: “El principio de seguridad
jurídica no se ve afectado solo mediante normas retroactivas, sino también cuando no se respeta la exigencia de la
justicia, traducida en la constancy of the law through time (Gesetzeskonstanz), en especial siempre que se derogue o
altere para el futuro, una ley, en cuyo mantenimiento y estabilidad han confiado los destinatarios, especialmente en
materia de beneficios fiscales, sin que con dicha afirmación se pretenda reconocer, por regla general, la existencia
de una confianza digna de protección en todos estos casos” (Nabais, José Casalta: “O dever fundamental de pagar
impostos” - Almedina - Coimbra - 1998 - pág. 409)
(69) “Sustanciando la necesidad apremiante de la seguridad del individuo, el sistema empírico del derecho elige la
certeza como postulado indispensable para la convivencia social organizada” (Carvalho, Paulo de Barros: “Curso de
direito tributário” - 21ª ed. - Saraiva - São Paulo - 2009 - pág. 145)
(70) “Si se parte de la base de que el derecho ha de actuar siempre como guía para sus destinatarios, resulta
inconcebible una norma que se aplique a acciones anteriores a su nacimiento, dado que aquella nunca pudo ser
tomada en consideración a la hora de actuar” (Arcos Ramírez, Federico: “La seguridad jurídica. Una teoría formal” -
Dykinson - Madrid - 2001 - pág. 248)
(71) En este sentido también César García Novoa: “A la pretensión de definitividad de la norma hay que unir la
pretensión de estabilidad de la misma, expresión formal de la confianza del ciudadano en el derecho, lo que debe
servir para reprobar los cambios normativos excesivos e injustificados. Y finalmente, la plenitud de la norma. La
regulación normativa ha de expresarse de tal manera que la definición de los supuestos de hecho comprenda un
ámbito de la realidad normada lo más amplio posible, de forma que se aminoren las lagunas” (García Novoa, César:
“El principio de seguridad jurídica en materia tributaria” - Marcial Pons - Madrid - 2000 - pág. 77)
(72) Como bien destacó Alfredo Augusto Becker, “el riguroso cuidado en la terminología no es una exigencia que
dicta la gramática para la belleza de estilo, sino una exigencia fundamental -como aguda y exhaustivamente demostró
Norberto Bobbio- para poder construir cualquier ciencia” (Becker, Alfredo A.: “Teoria geral do direito tributário” - 3ª
ed. - Lejus - São Paulo - 1998 - pág. 40). García-Escudero Márquez, Piedad: “Técnica legislativa y seguridad jurídica.
¿Hacia el control constitucional de la calidad de las leyes? - Civitas - Madrid - 2010 - pág. 213
(73) Cf. Ferraz Junior, Tercio Sampaio: “Limites da interpretação jurídica” - Revista Brasileira de Filosofia - Nº 232 - a.
58 - págs. 57/77 - Ed. RT - São Paulo - 2009
(74) Conf. Roubier, Paul: “Théorie generale du droit: histoire des doctrines juridiques et philosophie des valeurs
sociales” - 2ª ed. - Recueil Sirey - Paris - 2005 - págs. 52, 47, 72, 60, 73 y 146
(75) “Cuando se menciona la seguridad, o la libertad, se menciona algo que el orden jurídico puede proporcionar o
promover. En general no se imagina una libertad (o una seguridad) que se encuentra en las normas, o incluso en el
derecho: estas pueden depender del derecho y estar previstas en las normas pero se entienden y realizan fuera de
él” (Saldanha, Nelson: “Filosofia do direito” - 2ª ed. - Renovar - Rio de Janeiro - 2005 - pág. 157)
(76) Razzano, Giovanna: “Il parametro delle norme non scritte nella giurisprudenza costituzionale” - Giuffrè - Milano
- 2002
(77) Conf. Lavilla Alsina, Landelino: “Seguridad jurídica y función del derecho” - Real Academia de Jurisprudencia y
Legislación - Madrid - 1999; Arcos Ramírez, Federico: “La seguridad jurídica. Una teoría formal” - Dykinson - Madrid
- 2001; Pizzon, Thomas: “La sécurité juridique” - Defrénois - Paris - 2009 - pág. 3
(78) En este mismo sentido, dice Thomas Piazzon: “Sous son angle subjectif, la sécurité juridique concerne la situation
individuelle et des individus. Peu importent ici certaines perturbations du droit objectivement nuisibles à la Sécurité.
En effet, on s’intéresse maintenant à la situation personnelle des sujets de droit: tandis que la Sécurité juridique
objective a un aspect abstrait, la sécurité juridique subjective est celle qui est concrètement vécue par les sujets de
droit” (Piazzon, Thomas: “La sécurité juridique” - LGDJ - Paris - 2009 - pág. 84)
(79) Visto que la estabilidad subjetiva está amparada por toda una serie de reglas sancionadoras y tratamientos de
protección específicos, la alegación del principio de seguridad jurídica se ve debilitada, tanto más que el propio
principio de certeza del derecho. La distinción entre seguridad jurídica objetiva y subjetiva se encuentra en la
57
elaboración de Antonio Enrique Pérez Luño: “A ello se orienta, por ejemplo, la reivindicación por parte de Josef
Isensee de un derecho fundamental a la seguridad (Das Grundrecht auf Sicherheit). Este nuevo derecho fundamental
no supondría solo un límite a la actividad del Estado, una defensa frente a injerencias arbitrarias del poder público,
fin prioritario atribuido por Wilhelm von Humboldt a la seguridad, sino que encauzaría la política estatal hacia la
obtención de determinados bienes jurídicos directamente vinculados con la libertad y la igualdad de los ciudadanos”
(Pérez Luño, Antonio-Enrique: “La seguridad jurídica” - 2ª ed. - Ariel - Barcelona - 1994 - pág. 120). César García
Novoa prefiere referirse a esta hipótesis como una seguridad “en el” Estado, mediante la positividad del derecho,
o “seguridad a través del derecho” (García Novoa, César: “El principio de seguridad jurídica en materia tributaria”
- Marcial Pons - Madrid - 2000 - pág. 23). Canotilho, José Joaquim Gomes: “Direito constitucional e teoria da
Constituição” - 7ª ed. - Almedina - Coimbra - 2003 - pág. 250
(80) Pizzon, Thomas: “La sécurité juridique” - Defrénois - Paris - 2009 - pág. 5
58
I - INTRODUCCIÓN
59
Me refiero a esto como una limitación, porque si bien es cierto que existe la
obligación de agotar previamente la vía administrativa, esta se resuelve con base en
criterios que emite la Superintendencia de Administración Tributaria, de la cual depende
el Tributa Administrativo y Aduanero: al final, se convierte en juez y parte del asunto
administrativo tributario. Lo que se ha discutido y analizado es que el agotamiento previo
de la vía administrativa no debiera ser un imperativo normativo sino una facultad del
contribuyente, para que este pueda decidir entre agotar la vía administrativa por los
procedimientos administrativos establecidos o dirigirse directamente a la vía judicial para
resolver su asunto.
De igual forma, en mi país, existe la necesidad de estructurar un nivel eficiente
de la resolución de los conflictos en materia tributaria por parte de la jurisdicción
contenciosa administrativa tributaria y de crear los tribunales de primera instancia, a
fin de establecer una segunda instancia que es obligada desde la propia perspectiva de
la Constitución, sobre todo porque hoy, en el ámbito global, los conflictos tributarios
pueden exceder el territorio de los distintos países, generando conflictos en la aplicación
de normas supranacionales y otras dentro del ámbito de interpretación del denominado
soft law. Pero dicho tribunal debe ser un incansable contralor de la juridicidad de los
actos de la administración tributaria, al igual que debe velar por la correcta interpretación
y aplicación de los derechos fundamentales del contribuyente, convirtiéndose en un
garante de los mismos.
II - DERECHOS FUNDAMENTALES
60
61
presupuesto de su idoneidad para ser titular de situaciones jurídicas y/o autor de actos
que son ejercicio de estas”.
Mientras que para Riccardo Guastini(5), los derechos fundamentales deben
determinarse desde una perspectiva dual de la siguiente forma: “Derechos fundamentales
parece encerrar dos matices de significado: por un lado, se dicen fundamentales aquellos
derechos que dan fundamento al sistema jurídico, por otro, se dicen fundamentales aquellos
derechos que no requieren fundamento del sistema jurídico”. El primer elemento delimitado
por este autor se refiere a los derechos que se encuentran debidamente establecidos
en una norma, mientras que el segundo concepto son aquellos derechos que no están
específicamente delimitados en una norma pero sí incluidos en los derechos individuales
de las personas, por la propia naturaleza de los mismos.
Guatemala, en la Constitución Política de la Republica vigente, estableció esta
figura en el artículo 44(6), ya que cuando se argumente violación a derechos y estos no
se encuentren dentro del catálogo de los enumerados en la Constitución, se entenderán
protegidos aquellos que se encuentren como inherentes a la persona humana, no obstante
no indicarse expresamente en dicho cuerpo legal.
Siguiendo con la línea de protección del derecho natural, Javier Pérez Royo(7) indica
que los derechos fundamentales tienen un doble carácter: “Los derechos fundamentales son
los derechos naturales constitucionalizados democráticamente. Son, por lo tanto, al mismo
tiempo expresión de la naturaleza humana, y de la técnica del hombre, esto es, naturales
y artificiales”. Por lo anterior, los derechos fundamentales debieran entenderse como
aquellos que están incorporados a la persona por su propia naturaleza, aunque no estén
taxativamente definidos; precisamente por ello es que se les llama fundamentales a los
derechos constitucionales de las personas individuales ante el Estado, y aquellos que el
hombre le incorpora por disposiciones normativas creadas en los distintos cuerpos legales.
Así se podría delimitar, en primer lugar, los incorporados a las normas o a la Constitución,
que se les llamará formales, y en segundo lugar, aquellos que no se encuentran expresamente
en la norma, pero que se entenderán como protegidos por el simple hecho de ser persona
humana, a los que se denominará materiales, conjugándose así las ideas iuspositivistas
y iusnaturalista. Es por eso que algunos tratadistas indican que los derechos naturales
son derechos constitucionales y, a su vez, derechos morales; además, son derechos
constitucionales los incorporados al cuerpo normativo de la Constitución.
En la actualidad, se sostiene que los derechos fundamentales dejaron de establecer
límites al Estado, que ejerce el poder para convertirse en normas que contienen valores
y principios. Así, Mauro Chacón Lemus(8) sostiene: “La nueva concepción de los derechos
fundamentales los distingue como derechos de ‘participación’ y no solo como ‘limites frente
al poder del Estado’. Son un elemento necesario del orden social y del estado democrático;
por lo tanto, se abandona la idea de ‘derechos fundamentales como simples limites frente
al poder del Estado’, pues se conciben como ‘derechos de participación’; ya que su fuerza
vinculante emana directamente de la propia Constitución, a partir del reconocimiento de la
dignidad humana, y esta es la piedra angular del edificio de los derechos fundamentales;
por lo que se advierte que su connotación ‘axiológica’ estriba en que la ‘Constitución
contiene normas de valores y principios’ ... De esa cuenta los derechos fundamentales
deben ser considerados como derechos ‘inviolables’; no ya en el sentido de que no puedan
ser violados, sino en el sentido, obviamente, de que no deben ser violados, por el hecho
de ser derechos morales o ‘naturales’, los cuales en ningún caso el Estado puede violar”.
Todo lo anterior nos hace llegar a la conclusión de que los derechos fundamentales se
consideran de alguna forma los derechos de la persona individual, por su naturaleza
62
63
64
Sin embargo, dicha figura incipiente, hoy en día, tiene connotaciones verdaderamente
singulares, ya que, como lo indica Jorge M. García Laguardia(10), “actualmente el concepto
de garantías tiene otra significación, propiamente procesal. Las garantías son medios
técnico-jurídicos, orientados a proteger las disposiciones constitucionales cuando estas son
infringidas, reintegrando el orden jurídico violado. Es precisamente por eso, que al conjunto
de instrumentos de garantía de las normas constitucionales se les ha designado bajo el
término de justicia constitucional”. De igual forma se manifiesta Nogueira Alcalá(11) al
indicar que las garantías “constituyen los remedios jurídicos de índole procesal, destinados
a reintegrar los preceptos constitucionales desconocidos, violados o inciertos, por lo que son
de índole restitutoria o reparadora”.
Las garantías son protecciones de naturaleza procesal, ya que nacen de la
figura de seguridad que el Estado debe proporcionar a los habitantes, sean estos
nacionales o extranjeros, convirtiéndose en mecanismos o instrumentos efectivos de
las normas fundamentales porque en caso de violación o conflicto que podría generar
incertidumbre, renueva o reintegra el orden constitucional; es por ello que los habitantes
pueden denunciar arbitrariedades o abuso de derechos de los entes encargados de la
administración pública, que pretenda violentar, restringir, tergiversar o disminuir los
derechos fundamentales protegidos por la Constitución. Así, en Guatemala, se estableció,
a partir de 1985, la ley de amparo, exhibición personal y de constitucionalidad, que
estableció en su parte considerativa lo siguiente: “Que para tales propósitos debe emitirse
una ley que desarrolle adecuadamente los principios en que se basa el amparo, como
garantía contra la arbitrariedad; la exhibición personal, como garantía de la libertad
individual; y la declaratoria de inconstitucionalidad de leyes y disposiciones generales,
como garantía de la supremacía constitucional”.
Dicha ley protege de alguna forma tres elementos principales: la arbitrariedad, la
libertad individual y la supremacía constitucional, como garantías de ámbito jerárquico
superior. Sin embargo, estas garantías son para proteger a los sujetos individuales
frente al Estado, pero existen de igual forma, dentro del contenido de la Constitución,
normas de carácter procedimental que garantizan al individuo el efectivo ejercicio de sus
derechos, ante los órganos jurisdiccionales ordinarios, ya que los principios del proceso
han adquirido el rango de derechos o garantías fundamentales, ya que por medio de ellos
se ejercen derechos suficientemente protectores para que las personas obtengan la tutela
efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus intereses legítimos.
Es por lo anterior que los distintos textos constitucionales han ido incorporando o
integrando principios informadores de los distintos procesos, así como también distintos
tratados y convenios internacionales, tal es el caso de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, del 10/12/1948, que hace una delimitación de los derechos o garantías del
proceso en forma muy general, como parte de los derechos humanos al debido proceso.
Por su parte, Eduardo J. Couture(12) sostiene: “Las constituciones del siglo XX
han considerado con muy escasas excepciones, que una proclamación programática de
principios de derecho procesal era necesaria, en el conjunto de los derechos de la persona
humana y de las garantías a que ella se hace acreedora”. Lo anterior nos lleva a pretender
concluir en que las garantías, sean estas de orden constitucional o contenidas en una
norma ordinaria, se refieren a aspectos puramente procedimentales, porque son normas
instrumentales, que nacen para hacer viable la protección de los derechos a través
de la libre discusión en un campo donde se promueve la igualdad y la libertad de los
contendientes -por llamar de alguna forma a los sujetos que discuten ante un órgano
jurisdiccional o administrativo sus derechos-. Por ello es que se puede hablar de tutela
65
judicial ordinaria y tutela constitucional, dependiendo del derecho que se pretenda tutelar.
Así, las garantías son verdaderas protecciones que tienen los individuos frente al Estado
y sus demás organismos, y que este debe garantizar una libre discusión, respetando
-desde todo punto de vista- el procedimiento o los procedimientos que son instrumentos
para viabilizar el ejercicio de los derechos inherentes a las personas.
En esta parte del presente trabajo, analizaré los derechos fundamentales, precisa-
mente como principio, porque la norma exige de alguna forma una medida de cumplimiento
que es más amplia en su interpretación que una prohibición o una delimitación de carácter
normativo. Pero desde la perspectiva del derecho tributario, y como bien lo indica Addy
Mazz(13), “constituyen la columna vertebral del derecho tributario material”.
Por su parte, Rafael Vergara Sandoval(14) sostiene: “Los principios constitucionales
del derecho tributario como los criterios generales, plasmados en la Constitución, deben
informar la actuación del Estado y de los demás entes públicos en el ámbito jurídico-
tributario”.
En términos generales, hoy en día, los derechos tributarios se analizan desde
la perspectiva de los principios constitucionales, a lo que se ha dado en llamar la
“constitucionalización” de los derechos tributarios. Así, llama la atención que el derecho
constitucional tiene una parte muy dedicada al tratamiento del derecho tributario.
Sobre esto se pronuncia Víctor Uckmar(15): “Una rama del derecho constitucional que, sin
lugar a dudas, merece un tratamiento autónomo, es el derecho tributario. En todos los
ordenamientos jurídicos existen normas constitucionales que disciplinan, en forma directa o
indirecta, la imposición de las prestaciones que los Estados y los entes territoriales menores
pretenden con el propósito de cumplir con sus fines institucionales”.
El poder de imposición es importante dentro del análisis de los principios
constitucionales, ya que todo Estado tiene por mandamiento legal el imponer las cargas
públicas, y los administrados deben, de igual forma, cubrir o satisfacer dichas cargas
públicas, de conformidad con los límites que la Constitución establezca. Así, el legislador
tendrá una obligación de establecer los tributos, cualesquiera que sean, sobre la base de
esa normativa, regulando de alguna forma la libertad en los individuos, como lo refiere
Uckmar(16): “‘La libertad es normalmente violada por la normativa tributaria’. En una
de las primeras sentencias sobre derecho constitucional tributario de la Corte Suprema
estadounidense, dictada en 1819, en el caso ‘McCulloch c/Maryland’, se hizo la siguiente
advertencia: ‘El poder de imponer implica el poder de destruir’. Dicha advertencia, aun hoy,
resulta válida, pero lamentablemente no es tenida en cuenta por el legislador al sancionar
las normas tributarias”. Por eso mismo, las distintas constituciones se han dado a la
tarea de limitar ese poder de imposición a través de las normas constitucionales, ya que
el legislador, con esa vinculación negativa al formular las iniciativas de ley, violenta en
forma reiterada la Constitución, sin advertir que en esa función debe respetar principios
inmersos en la misma.
El poder de imposición a que se hace referencia es a la obligación que tiene el
Estado de establecer los tributos, dentro de un marco que la Constitución Política refiere
como el único válido para su exigencia. Así Fernando Pérez Royo(17) se pronuncia: “En
66
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68
consumado el hecho previsto en la norma legal, lo que puede ocurrir mediante dos
modalidades a saber:
a) instantáneo, cuando se realiza en determinado momento y simultáneamente origina
una obligación tributaria autónoma, que no puede repetirse y
b) periódico, cuando se produce una serie de hechos globalmente considerados
cuya integración se completa durante determinado período (Gaceta N° 31, exptes.
acumulados 269/92, 326/92, 352/92 y 41/93, pág. 24, sent. 11/2/1994)”.
b) Las exenciones: “Una exención tributaria ‘es la dispensa total o parcial del cumplimiento
de la obligación tributaria, que la ley concede a los sujetos pasivos de esta, cuando
se verifican los supuestos establecidos en dicha ley’. Por la exención se excluye, por
razones determinadas, a quienes de acuerdo con los términos de la ley alcanza el
gravamen; es especial porque priva el principio de que el impuesto debe ser general
cubriendo a la totalidad de los contribuyentes, de manera que nadie puede ser excluido
sino por motivos especiales; por ello, una exención tiene una razonabilidad, ya sea en
favor del Estado para impulsar el desarrollo o en favor de ciertas actividades útiles. Las
exenciones son expresas, y es al legislador a quien compete ponderarlas. Quien tiene el
poder de crear el gravamen tiene el poder de crear la exención. De ahí que las exenciones
se encuentran establecidas en la ley con carácter de excepción a la obligación impositiva
tributaria cuya determinación compete fijar al Congreso de la República por mandato de
la propia Constitución, corresponde a sus propias facultades de valoración, establecer
quiénes están exentos del pago de la obligación tributaria y quiénes no (Gaceta N° 27,
expte. 284/92, pág. 20, sent. 23/2/1993)”.
c) El sujeto pasivo del tributo y la responsabilidad solidaria: “El Código Tributario ...
decreto 6/91 del Congreso de la República en su artículo 18 identifica al sujeto pasivo
como al obligado al cumplimiento de las prestaciones tributarias, sea en calidad de
contribuyente o de responsable, coincidiendo con la Constitución en cuanto a regular
conjuntamente el sujeto pasivo del tributo y la responsabilidad solidaria; el Código
Tributario en el artículo 20 señala que la responsabilidad solidaria del cumplimiento
de la obligación existe ‘con respecto a los obligados de los cuales se verifique un mismo
hecho generador’, lo que precisa, aún más, en los artículos 21 y 22 y la sección tercera
del mismo Código en relación con el responsable ... La responsabilidad solidaria en el
pago del tributo, por consiguiente, resulta distinta de la responsabilidad profesional que
el decreto 6/91 del Congreso de la República, regula en la sección sobre infracciones
cometidas por profesionales o técnicos, en el artículo 95, al atribuir responsabilidad
a estos, solamente ‘si por dolo se produce incumplimiento de sus obligaciones’. La
actividad profesional de los contadores públicos, auditores y peritos contadores como
profesionales, en consecuencia, queda sujeta a esta sola norma legal que los hace
responsables ‘por dolo’ y sin señalar responsabilidad solidaria; de ahí que, cualquier
regulación reglamentaria con respecto al sujeto pasivo del tributo y la responsabilidad
profesional, solamente puede consistir en regular lo relativo al cobro administrativo
del tributo y los procedimientos relativos al contenido material de la ley, sin darle otro
sentido, ni agregar elementos materiales que ni la Constitución ni la ley le dan (Gaceta
N° 31, expte. 231/93, pág. 12, sent. 8/2/1994)”.
d) La base imponible y el tipo impositivo: “...es conveniente distinguir dos momentos
diferentes en el ejercicio de la potestad tributaria. Cuando se decreta un impuesto debe
plasmarse en normas legales, que tal como se ha venido considerando, deben contener
las bases de recaudación conforme mandato constitucional. Una de ellas es la base
imponible que debe quedar así definida en la ley, teniendo presente que siendo esta
69
última una disposición que por naturaleza tiene carácter general, la base imponible ha
de describirse también en parámetros generales que permitan su aplicación cierta y
segura al caso individual. Distinto es cuando se trata ya de concretar en cada caso la
determinación cuantitativa de la base imponible individual, que no puede hacerse en la
misma ley, sino que es función que se desenvuelve en su aplicación, en relación Estado-
contribuyente (Gaceta N° 8, exptes. acumulados 10-88, 11-88 y 38-88, pág. 23, sent.
12/5/1988)”.
e) Las deducciones, los descuentos, reducciones y recargos.
f) Las infracciones y sanciones tributarias. Son nulas ipso jure las disposiciones,
jerárquicamente inferiores a la ley, que contradigan o tergiversen las normas legales
reguladoras de las bases de recaudación del tributo. Las disposiciones reglamentarias
no podrán modificar dichas bases y se concretarán a normar lo relativo al cobro
administrativo del tributo y establecer los procedimientos que faciliten su recaudación:
“La Constitución, en forma específica, da en materia tributaria, prevalencia al principio
de legalidad al establecer en la misma norma que son nulas ipso jure las disposiciones,
jerárquicamente inferiores a la ley, que contradigan o tergiversen las normas legales
reguladoras de las bases de recaudación del tributo, y las disposiciones reglamentarias
no podrán modificar dichas bases y se concretarán a normar lo relativo al cobro
administrativo del tributo y a establecer los procedimientos que faciliten su recaudación.
En congruencia con esta disposición, el Código Tributario enfatiza su vigencia con
la finalidad de evitar arbitrariedades y abusos de poder y desarrollar la regulación
constitucional restrictiva de la función legislativa en materia tributaria (Gaceta N° 31,
expte. 231/93, pág. 11, sent. 8/2/1994)”.
Al analizar dicho artículo, se puede concluir que el legislador, en Guatemala, tiene
que ceñirse al mismo al momento de emitir una ley que regule un tributo, porque el
apartarse, representaría una vulneración al límite que la Constitución establece para
su validez, como bien lo dice Archille Donato Giannini, citado por Mazz: “...la ley regula
la relación jurídica en todos sus elementos y en todo su desarrollo, determinando con la
máxima precisión los casos en los cuales el impuesto es debido, las personas obligadas al
pago, el monto de este, los modos y las formas en las cuales el tributo debe ser determinado
y recaudado”.
Dichos supuestos, en el caso de Guatemala, son debidamente determinados
por la Constitución, razón por la cual se concretiza que el principio de legalidad es
eminentemente constitucional; Vergara Sandoval(26) indica que los elementos del tributo
deben de ser cubiertos por el principio de legalidad de la siguiente forma: “...se deben
entender comprendidos, en todo caso los elementos determinantes de la identidad de la
prestación, así como los relativos a la entidad o cuantificación. La Ley debe regular en qué
supuestos se origina el deber de pagar un tributo (hecho imponible), quién está obligado a
pagarlo (sujetos pasivos), cuanto hay que pagar (base, tipo, cuota)”.
Por otro lado, aparece el principio de preferencia de ley, que es cuando las
atribuciones regulatorias están encomendadas a la ley ordinaria y, por lo tanto, se exige
su cumplimiento; en el último párrafo del artículo 239 citado se determina que son nulas
aquellas disposiciones que contradigan o tergiversen el contenido de la ley, por lo que las
normas reglamentarias no podrían ir en contra del sentido o tenor de una ley. Lo que pasa
algunas veces en mi país es que el legislador obvió incorporar alguna disposición dentro de
la ley, y por medio de los reglamentos que emite el ejecutivo, que es el que tiene atribuciones
reglamentarias de conformidad con el articulo 183, literal e)(27), de la Constitución, este
último incrusta, en una norma reglamentaria, una disposición normativa, distorsionado
70
con ello el sistema jurídico, contraviniendo la propia Constitución, lo que genera, por
consiguiente, incertidumbre.
De igual forma, el principio de legalidad es eminentemente garantista, es por ello
que se exige que en su desenvolvimiento deba ayudar, de alguna forma, a generar certeza
jurídica en el acomodamiento de las obligaciones de las personas, tanto individuales
como jurídicas, que cumplen con su obligación de contribuir con los gastos públicos. Así,
Fernando Pérez Royo(28) hace una delimitación dual del principio de legalidad indicando que
es protector de las garantías y, a su vez, es una institución al servicio del interés colectivo
de la siguiente forma: “Pero junto a este carácter garantista estrictamente individual, el
principio de legalidad debe ser visto también -e incluso de manera prevalente o principal-
como una institución al servicio de un interés colectivo: el de asegurar la democracia en el
procedimiento de imposición o establecimiento de vías de reparto de la carga tributaria”.
A manera de conclusión, podríamos intentar definir que el derecho de legalidad en
materia tributaria es aquel que se refiere a la delimitación del tributo, que debe ser basado
en ley, que jerárquicamente solo puede estar contenido en la Constitución. Asimismo, la
ley es la única que puede determinar todos aquellos contenidos que se refieran a los
procedimientos en la exigencia del cumplimiento de las cargas públicas, por parte del
órgano encargado de la fiscalización de los tributos.
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hacer justicia. Sin embargo, en materia tributaria, se matiza mucho más, por las ventajas
que pretende obtener el Estado, y que muchas veces atropella los derechos con el afán
de verse proveído de fondos necesarios para el cumplimiento de sus fines. La equidad
busca, de alguna forma, proscribir los excesos o las arbitrariedades del Estado en la
facultad de imponer los impuestos; en la Argentina, se establece la figura de los tributos
inequitativos, y Arístides H. M. Corti lo refiere de la siguiente forma: “Ello sucederá en dos
situaciones: a) cuando la imposición excede el marco de la racionalidad o razonabilidad
que garantiza la Constitución Nacional, en virtud del principio de razonabilidad (art. 28) y
la garantía innominada del debido proceso sustantivo (art. 33); y b) cuando el gravamen
despoja o exacciona el patrimonio o asfixia la capacidad productiva de los contribuyentes
infringiéndole el principio de no confiscatoriedad”.
La equidad busca, al igual que la justicia un fin principal, por medio de la cual se dé
a cada uno lo que le corresponde, respetando de modo absoluto la ley y la Constitución,
que otorga límites al Estado en su potestad tributaria.
Por su parte, el principio de capacidad contributiva, que también es llamado
“capacidad de pago o capacidad económica”, pero en el presente trabajo me referiré
al primero de los mencionados porque considero que es el acorde a las delimitaciones
normativas y doctrinales, sostenidas por varios de los tratadistas más reconocidos, no
obstante en la Constitución Política de Guatemala, se le denomina “capacidad de pago”.
La Corte de Constitucionalidad se ha pronunciado de la siguiente forma: “Este
principio tributario garantizado por la Constitución, debe cobrar efectividad mediante la
creación de impuestos que respondan de tal forma que, a mayor capacidad contributiva,
la incidencia debe ser mayor y, de esta forma, el sacrificio sea igual. Para lograr un
sistema justo y equitativo deben tomarse en cuenta las aptitudes personales y tomar
en consideración las diversidades individuales de acuerdo con la capacidad económica
personal de cada contribuyente; para esto el legislador, debe fijar los parámetros que
hagan efectivo este principio que limita el poder tributario del Estado, utilizando tarifas
progresivas que establezcan tipos impositivos mínimos y máximos, y a la vez, establecer
exenciones que excluyan de la tributación a determinados sujetos y a determinados montos
como mínimos vitales, y también debe contemplarse en la ley la depuración de la base
imponible, excluyendo del gravamen, los gastos necesarios para poder producir la renta.
El principio de capacidad de pago, también tiene como presupuesto la personalización del
mismo (Gaceta N° 37, expte. 167/95, pág. 45, sent. 28/9/1995)”.
Al principio de capacidad lo refiere Alberto Tarsitano(36) de la siguiente forma: “A
mi modo de ver, el concepto de capacidad contributiva es simple, directo, y así debería
de mantenerse, sin intoxicación con teorizaciones que le quiten la efectividad que nace,
precisamente, de su más pura lógica. Me gusta definirlo como una aptitud del contribuyente
para ser sujeto pasivo de obligaciones tributarias, aptitud que viene establecida por la
presencia de hechos reveladores de riqueza (capacidad económica) que, luego de ser
sometidos a la valorización del legislador y conciliados con los fines de naturaleza política,
social y económica, son elevados al rango de categoría imponible”. En dicha concepción
se privilegia la riqueza, que es sinónimo de capacidad para cumplir con sus obligaciones
tanto personales como para cumplir con la contribución de los gastos públicos; sin
embargo, considero que no toda la riqueza es calificada como sinónimo de riqueza porque
mucha depende de otros hechos o actos para que efectivamente ingrese en el ámbito
calificable; por ejemplo, las indemnizaciones que podrían tomarse como riqueza, sin
embargo, el sistema tributario, en Guatemala, las excluye de ser un hecho gravado por
los distintos tributos.
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lógica que obliga a buscar la riqueza allí donde la riqueza se encuentra. La tributación
según la riqueza constituye, por ello, un requisito antes exigido por las leyes de la lógica
que por los imperativos de la justicia, y de ahí que la capacidad económica como fuente de
imposición forme parte de las estructuras lógico-objetivas que constituyen la naturaleza
de la cosa y que han de tenerse presente en la legislación tributaria, de modo que su
evidente ignorancia, objetivamente comprobada, equivale precisamente a la arbitrariedad
de la legislación fiscal (STC, 27/1981, del 20 de julio, F.J. 4)”. Esta sentencia generaliza la
búsqueda de la riqueza en donde se encuentra, como síntoma de capacidad contributiva,
como una condición en la delimitación de los tributos.
En conclusión, podría decirse que la capacidad económica es muy importante
en la delimitación del tributo, ya que debe representar una aptitud exteriorizada que
manifieste riqueza, es por ello que se hace tan indispensable que el legislador comprenda
la naturaleza y características propias de este principio, porque se vuelve en la piedra
angular que diferencia a los tributos de los otros ingresos públicos.
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ley configurase de tal manera un tributo que llegase a producir tal efecto confiscatorio o
de anulación del derecho de propiedad, el precepto sería tachado de anticonstitucional
sin necesidad de recurrir al principio que estudiamos, por el simple juego de la regla de la
capacidad económica”.
Resalta que, en ambos contenidos anteriormente referidos, la propiedad es un
elemento indispensable, porque siempre el Estado deberá de proteger los derechos y
bienes de los ciudadanos, porque es una garantía inherente a las personas la protección
del derecho de propiedad, ya que el término “confiscatoriedad” es desapoderar por la
fuerza bienes particulares para pasar a formar parte de los bienes o recursos del Estado,
por lo que la conclusión inicial debiera ser que el único que puede confiscar bienes es
el Estado, por ello esta prohibición es un límite a la fuerza del Estado. Bien lo dice
Horacio García Belsunce (citado por Héctor B. Villegas): “La propiedad es un atributo
de la personalidad. Es un derecho natural, y como tal, preexistente a su reconocimiento
constitucional”. En virtud de lo cual, el artículo 39(45) de la Constitución Política de la
República protege el derecho a la propiedad privada.
La pregunta obligada sería cuándo se puede establecer que un impuesto es
confiscatorio. Marín Arias(46), con respecto al tema, en las XIV Jornadas del Instituto
Latinoamericano de Derecho Tributario, sostuvo: “Que un impuesto deber ser considerado
confiscatorio cuando, para pagarlo, un sujeto ha de liquidar y disponer de parte de su
patrimonio. Si así sucede, el patrimonio es la fuente de donde se sustraen los recursos y el
impuesto es confiscatorio, por cuanto, por medio de él, el Estado toma por vía coactiva para sí
una parte del patrimonio del administrado sin compensación alguna” (citado por Héctor B.
Villegas). Sobre la base de lo anterior, la confiscatoriedad de los impuestos podría decirse
que nace cuando el supuesto normativo se determina que el sujeto tenga que disponer
de su patrimonio para satisfacer la exigencia del Estado. Ya que el artículo constitucional
anteriormente referido (41) establece que en el caso de las multas, estas nunca podrán
exceder del monto del impuesto, o sea el cien por ciento (100%) del impuesto omitido.
Con respecto a la prohibición de doble o múltiple tributación, la Corte de
Constitucionalidad ha considerado que “se tipifica cuando un mismo contribuyente está
sometido al pago de más de un impuesto, de igual naturaleza, por el mismo hecho generador,
por idéntico período, aplicado por más de un ente político, que tenga el correspondiente
poder originario para crearlos (“La obligación tributaria”, Depalma, Buenos Aires, 1989,
pág. 166). Se advierte que dicho fenómeno impositivo está integrado por varios elementos,
que si bien deben estar vinculados entre sí para producir efectos jurídicos, por lo general,
no suelen concurrir en una sola norma, sino que, debido a su propia pluralidad y disímil
naturaleza, aparecen dispersos en varias disposiciones (Gaceta N° 56, expte. 829/98, pág.
18, sent. 10/5/2000)”.
De igual forma, en el artículo 243 de la Constitución Política de la República se
establece que en el caso de aquellos impuestos antes de la vigencia de la Constitución, el
Estado deberá ir desgravando progresivamente para no dañar al Fisco. Asimismo, dicho
artículo conceptualiza cómo debe entenderse la doble o múltiple tributación, y esta será
cuando un mismo hecho generador atribuible a un mismo sujeto pasivo es gravado dos
o más veces, por uno o más sujetos con poder tributario. Dicha norma tan clara no deja
lugar a dudas, sin embargo, en ese sentido, la Corte de Constitucionalidad lo único que
ha hecho es aplicar el supuesto normativo a los hechos denunciados, bajo el argumento
de que existe doble o múltiple tributación.
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Como quedó asentado anteriormente, las garantías pueden ser analizadas desde dos
puntos de vista, las garantías procesales y las garantías constitucionales. Es por eso que
empezaré la delimitación de las mismas pretendiendo desarrollar algunas de las garantías
procesales que se encuentran desarrolladas o que están inmersas en la Constitución de
Guatemala; sin embargo, la perspectiva por medio de la cual se analizarán será desde
el punto de vista tributario y que a su vez puede ser de aplicación general, ya que se
habla de las garantías del contribuyente como sujeto de derechos y obligaciones frente al
órgano jurisdiccional o frente al ente fiscalizador, que en todos los casos velarán porque
los derechos y garantías de este (contribuyente) sean protegidos y garantizados, para que
pueda discutir en igualdad de condiciones frente a los poderes, que inveteradamente se
han denominado supremos por parte del Estado. Sin embargo, la teoría actual propugna
o proclama porque las partes en el ámbito tributario y en el ámbito general se encuentren
en un plano de igualdad.
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de obtener una sentencia justa y motivada susceptible de los recursos previstos en las
leyes, junto con la exigencia de que el proceso se sustancie con rapidez, dentro de plazos
razonables”. Además de hacer un análisis comparativo entre el derecho al debido proceso
y el derecho a la tutela judicial efectiva, adiciona como elemento necesario que el proceso
se sustancie con rapidez, ya que dice un viejo refrán que justicia tardía no es justicia.
Por su parte, González Pérez(50) conceptualiza el derecho a la tutela judicial efectiva
de la siguiente forma: “El derecho a la tutela judicial efectiva que se despliega, básicamente,
en tres momentos diferentes del proceso (en el acceso a la jurisdicción, en el debido proceso
y en la eficiencia de la sentencia) es, en definitiva, el derecho de toda persona a que se
‘haga justicia’, que se traduce, en el plano jurídico administrativo, en que siempre que crea
que puede pretender algo con arreglo a derecho frente a un ente público, tenga la seguridad
de que su petición será atendida por unos órganos independientes y preparados”. Esta
concepción se refiere efectivamente al ámbito administrativo, porque la protección judicial
abarca el mismo y otros ámbitos del derecho, ya que por ser una garantía constitucional
incorpora en la misma una protección general que debiera originar certeza jurídica.
El derecho a la tutela judicial efectiva, en algunos países, se ha denominado
“derecho a la jurisdicción”. Como bien lo refiere Juan Carlos Cassagne(51): “Esta garantía
apuntaba, entonces, a brindar protección judicial a los derechos individuales y tendía a
tutelar, fundamentalmente, la libertad de los ciudadanos, configurando uno de los ejes en
los que se concretaba la filosofía constitucional. En su proyección posterior, la garantía de
defensa amplió el círculo de los derechos protegidos originariamente por el artículo 18 de
la Constitución Nacional. Tal es lo que ocurrió con el trasplante del debido proceso adjetivo,
proveniente del derecho norteamericano, y, más modernamente, con el llamado ‘derecho a
la jurisdicción’”.
En virtud de lo anterior es que el Estado debe garantizar el libre acceso a todas las
personas a los tribunales, con el objeto de obtener una actividad jurisdiccional, es por ello
que esta garantía se origina del debido proceso, del principio de audiencia y del principio
de tutela judicial efectiva. Así, la Convención Americana sobre Derecho Humanos (Pacto
de San José de Costa Rica), en el artículo 8, inciso 1), determina: “Toda persona tiene
derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o
tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal, formulada contra ella, o para la determinación
de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”.
Dicha disposición, en Guatemala, es ley interna por haber sido dicho tratado aprobado
por el órgano legislativo. De igual forma se encuentra contemplado en el artículo 29(52) de
la Constitución Política de la República de Guatemala. La Corte de Constitucionalidad se
ha pronunciado con respecto a la interpretación de dicho artículo de la siguiente forma:
“Libre acceso a tribunales, al que le es ínsito un derecho subjetivo público a la jurisdicción
e impone la correlativa obligación al Estado, por conducto del organismo judicial, de emitir
decisiones fundadas en ley, que garanticen el derecho de defensa, en observancia del
principio de prevalencia constitucional ... dando vigencia ... a la justicia, enmarcada en ley,
como fin esencial de la organización del Estado... (Gaceta N° 12, expte. 89/89, pág. 14,
sent. 14/6/1989)”.
Dentro de la teoría procesal se discute mucho el contenido de la tutela judicial
efectiva; sin embargo, muchos coincidimos en que es necesario delimitar que el poder
judicial es uno de los poderes del Estado y, como tal, debe dar suficientes elementos para
que las personas tengan libre acceso a la jurisdicción y puedan discutir sus distintas
controversias siempre y cuando se garantice de alguna forma el debido proceso con todas
81
sus aristas. Por ello, trataré de delimitar el acceso a la jurisdicción y el debido proceso en
el siguiente apartado.
A) Acceso a la jurisdicción. Como quedó apuntado anteriormente, el monopolio de
la administración de justicia la ejerce la Corte Suprema de Justicia y los demás
tribunales de conformidad con la ley, según la norma constitucional (artículo 203),
y siendo que en términos generales la jurisdicción consiste en la administración de
justicia por los órganos establecidos en la normativa aplicable, podríamos considerar
que es una exigencia necesaria el control jurisdiccional para cualquier persona que
tenga un fundamento y una justificación objetiva de un derecho que considera que
se le ha vulnerado, tomando en cuenta que en la actualidad no tenerlo en cuenta
se consideraría una contravención a la propia Constitución. Es por ello que dentro
de nuestra historia, la justicia administrativa que no obstante es una figura novel
en su apertura y discusión porque antes del año 1985 no se tenía un libre acceso
al control jurisdiccional por la limitante de la cláusula del solve et repete (pague y
después remita), que de alguna forma no permitía una libre discusión jurisdiccional
de asuntos en el ámbito administrativo tributario, porque según la propia ley se tenía
que pagar el ochenta por ciento (80%) de la deuda tributaria en la fase administrativa
para interponer el recurso administrativo correspondiente y para tener acceso a la
discusión jurisdiccional tenía que satisfacerse el veinte por ciento (20%) restante, por
lo que la deuda tributaria ya estaba cancelada con antelación, no importando si existía
un derecho o alguna violación a normas o garantías procesales, por lo que a guisa de
conclusión podría decirse que no permitiendo la discusión libre y sin limitaciones,
eran pocas las discusiones que se realizaban en materia tributaria.
Además, se puede criticar que todas las controversias se debatían en un Tribunal
de lo Contencioso Administrativo que tenía competencia para conocer en asuntos
administrativos generales (en donde pueden conocerse todos los asuntos del Estado)
y asuntos tributarios y aduaneros, por lo que la competencia era una sola con
magistrados que tenían que ser expertos en todas las controversias del Estado.
Otro elemento que en forma personal considero enriquecedor y que nuestras altas
Cortes no han establecido con claridad, y el Tribunal de lo Contencioso Administrativo
en sus distintas Sala sí ha tratado de consolidar, es la protección de derechos e intereses
legítimos y no simplemente el acto administrativo. Dicha concepción no es nueva, ya
que Guasp la sostenía de la siguiente forma: “El objeto del proceso administrativo no
era el acto ni la disposición frente a los que podría formularse la pretensión. El objeto
del proceso era la pretensión que se formulaba por el demandante”(53). Dicha critica se
hace porque a la luz de que, de conformidad con el Código Tributario y la ley en lo
contencioso administrativo, se utiliza como aplicación supletoria en todo aquello que
no se regule el Código Procesal Civil y Mercantil, que nace para resolver controversias
entre particulares, desnaturalizando todo el proceso contencioso administrativo en
donde las reglas y normas de aplicación son basadas en el derecho administrativo y no
en el derecho civil. Sin embargo, la propia ley en lo contencioso administrativo va mucho,
pero mucho más allá de las conceptualizaciones anteriores, porque en la exposición
de motivos de la referida ley se indica lo siguiente: “Al resolver debe examinarse la
totalidad del caso y la decisión debe pronunciarse de entero acuerdo con el derecho, sin
sujetarse a las peticiones de las partes”. Lo anterior, lo único de demuestra es que la
ley en lo contencioso administrativo se encuentra en concordancia con la Constitución
(art. 221) al determinar al Tribunal en lo Contencioso Administrativo como contralor
de la juridicidad de la Administración Pública, y eso consiste principalmente en
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A) Juez predeterminado
a) El juez es una figura importante y de trascendencia. Los jueces, en nuestro sistema,
son piezas importantes, ya que ellos son los que establecen los parámetros necesarios
para el cumplimiento de las normas y la aplicación efectiva del derecho, y en ese
campo, los jueces del Tribunal en lo Contencioso Administrativo tienen un elemento
importante en la solución de los asuntos sometidos a su conocimiento, como es la
aplicación de la juridicidad, entendiendo esta como la aplicación del principio de
legalidad en conjunción con los principios generales de derecho y en el ámbito específico
de la materia tributaria, la aplicación de los principios generales y constitucionales en
materia tributaria.
El juez, en nuestro país, es una persona que muchas veces ingresa por un examen al
organismo judicial, con nombramiento de juez de Paz. En casos excepcionales se ha
dado el supuesto que algunos han ingresado siendo jueces de primera instancia, y
otros que han ingresado por un sistema lateral, en el caso de magistrados que pueden
ingresar aun sin haber sido jueces nunca, pudiendo acceder desde la palestra de
litigantes, de docentes universitarios, de versados juristas o simples abogados que
reúnan las calidades que exige la Constitución Política de la República. Es por ello la
crítica que algunos hacen al indicar que no existe una verdadera carrera judicial, y se
señala muchas veces la falta de capacidad en algunos personajes que resuelven casos
muy complejos.
Por su parte, los jueces justifican su actuar indicando que las leyes son las que pueden
limitar sus actuaciones; sin embargo, algunos tratadistas, como Jesús González
Pérez, citando a Carnelutti, sostiene: “Es preferible para un pueblo tener malas reglas
legislativas con buenos jueces, que malos jueces con buenas reglas legislativas”. De
igual forma, citado por el mismo autor, Jorge R. Vanossi, en su intervención en la
Academia de Jurisprudencia, al ingresar como miembro honorario, refirió: “Dime qué
jueces tiene y te diré que estado de derecho hay”.
Queda claro que el juez es una pieza importante dentro del engranaje de la administración
de justicia; por ello, es que se hace indispensable tener buenos jueces independientes
y capacitados, tomando en cuenta que el propio Código Tributario, en su artículo
161, indica que los magistrados del Tribunal Contencioso Administrativo Tributario
83
“La autoridad impugnada no estimó que los cupones que regula el artículo 121
del Código de Comercio y que se encuentran en algunos casos adheridos a
los títulos de acciones, son utilizados para cobrar las utilidades o ganancias
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que el socio percibe cuando los negocios a que se dedica la entidad en la que
participa tiene ganancias, las cuales serán proporcionales al monto de su
participación. Dichos emolumentos están sujetos al pago del impuesto que
contempla la ley del impuesto de timbres fiscales y de papel sellado especial
para protocolos según lo preceptúa en el artículo 2, numeral 8), del cuerpo
normativo que contempla el tributo relacionado, siendo equívoco pretender
estimar que estas utilidades o ganancias denominadas mercantilmente
‘dividendos’ se encuentran exentos del pago de impuestos apoyándose en
lo regulado en el artículo 11, numeral 6), de la referida ley, ello porque dicho
cuerpo normativo contiene una exención directa pero, para las aportaciones
al capital de las sociedades y asociaciones accionadas, la cual comprende
la suscripción, la emisión, la circulación, la amortización, la transferencia, el
pago y la cancelación de acciones, pero en ningún momento por lógica jurídica
se incluye el pago de ganancias o utilidades que perciben los accionistas
denominadas dividendos los cuales se documentan en la mayoría de casos
a través de los cupones que se encuentran adheridos a las acciones. En
tal circunstancia, por lo anteriormente considerado se estima que la Corte
Suprema de Justicia transgredió los derechos fundamentales de la
amparista al emitir el fallo señalado como agraviante (expte. 65/2014)”.
En dicho fallo se está conociendo el fondo del asunto, al indicar la forma en cómo
deben interpretarse las normas denunciadas y qué originó que se otorgara el amparo.
Por otra parte, la duda sería si la Superintendencia de Administración Tributaria tiene
derechos fundamentales, ya que es la entidad que promovió la acción de amparo, tomando
en cuenta que la propia ley de amparo, cuando fue establecida, en sus considerandos
determinó que la acción de amparo es una garantía contra la arbitrariedad, tomando en
cuenta que en una discusión interpartes solo el Estado puede ser arbitrario. Además,
que los derechos fundamentales son parte vital de las personas individuales y no las
jurídicas. Sin embargo, existen votos razonados que de alguna forma dan claridad de la
impugnación de las resoluciones o sentencias en materia judicial, tal es el caso de Molina
Barreto, que sostuvo: “La conclusión a la que se arriba en la sentencia respecto de un
documento (informe emitido por un auditor tributario) prácticamente subroga la labor de juicio
del juez competente, y prácticamente le obliga a este a emitir una orden de certificación de
lo conducente. Esta conclusión, que incluso se permite determinar que la contribuyente hizo
caso omiso a la orden de entregar información requerida por la administración tributaria,
desnaturaliza el efecto preventivo o reparador de la garantía constitucional del amparo en
materia judicial, y soslaya que el tribunal de amparo no puede inmiscuirse en un asunto
cuya determinación compete al tribunal de jurisdicción ordinaria (expte. 4461/2014, sent.
16/11/2015)”.
No obstante lo anterior, la independencia de los jueces y magistrados es una garantía
constitucional que debiera privilegiarlos y mantenerlos fuera de todo condicionamiento,
de toda naturaleza (político, ideológico y otros), ya que únicamente la objetividad debe
ser el elemento condicionante, así como la libertad de conciencia; y es aquí donde los
principios, valores y la formación del juez o magistrado es tan importante, teniendo en
materia tributaria la obligación de conformidad con el artículo 4 del Código Tributario(55)
interpretar sobre la base de los principios constitucionales. Esto va en la misma línea
del derecho sajón y como lo sostiene Dworkin(56): “Al juez se le debe exigir la búsqueda
de criterios y la construcción de teorías que justifiquen la decisión. Los jueces en los casos
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difíciles deben acudir a los principios”. Dichos principios son los que se aplican en derecho,
al igual que la Constitución Política de Guatemala, que protege todos aquellos aun cuando
no estén específicamente determinados en la misma, pero que le sean inherentes a las
personas físicas, de conformidad con el artículo 44(57) del mismo cuerpo constitucional.
B) Derecho de defensa
a) La defensa de las partes. Esta es una de las garantías sobre las cuales más se ha tratado
y discutido, siendo una garantía de jerarquía constitucional en nuestro sistema, que
ha sido protegida desde su conceptualización indeterminada y en forma genérica.
Esto se refiere a que la definición corresponderá a la Corte de Constitucionalidad en
su función de interpretadora de la propia Constitución como norma superior. Sin
embargo, el ámbito tributario se encuentra protegido por la propia norma descripta,
y en términos generales, en el artículo 21 A del Código Tributario(58), se ha establecido
en el numeral 15) al derecho de defensa como un derecho del contribuyente.
Sobre la base de lo anterior, las partes tienen la garantía constitucional protegida en
forma genérica por el artículo 12(59) de la Constitución Política de la República, y la
Corte de Constitucionalidad se ha manifestado de la siguiente forma: “El derecho de
defensa, en términos generales, garantiza que quienes intervienen en la sustanciación
de un procedimiento, sea administrativo o jurisdiccional, tendrán la oportunidad de
exponer sus argumentos y controlar la prueba de la parte contraria y de promover
los medios de impugnación en forma prevista legalmente. De esa cuenta, cualquier
acto de autoridad que, en contravención a la normativa aplicable y sin atender a las
circunstancias concretas del procedimiento de que se trate, impida hacer uso de tales
mecanismos, reviste de violación a aquel derecho constitucional reconocido (Gaceta N°
94, expte. 3045/2009, sent. 15/10/2009)”. Dicha sentencia deja claro que no solo
en el ámbito jurisdiccional está protegida la garantía de defensa de las partes, sino
también en los procedimientos administrativos y aquí el derecho tributario, siendo en
la fase administrativa instrumentalizado por el derecho procesal administrativo.
b) Emplazamiento de las partes afectadas por una sentencia. Cuando se pretende definir
el emplazamiento de las partes, se aborda el tema del principio de audiencia como una
garantía procesal del debido proceso (art. 12 de la Constitución referido anteriormente),
y que significa que las partes estén enteradas de las acciones intentadas en su contra,
dándole debida noticia desde el principio a efecto de que la sentencia que se emita
pueda producir efectos jurídicos, de ahí que se constituya en una garantía esencial
el acto de la notificación a las partes que se encuentren debidamente legitimados,
proscribiendo la indefensión de los sujetos procesales. En ese sentido se ha pronunciado
efectivamente la Corte de Constitucionalidad con el siguiente fallo: “Por imperio de la
previsión constitucional contenida en el artículo 12 del texto supremo, para el respeto
al debido proceso y al derecho de defensa, se debe observar el principio procesal de
audiencia o contradicción que suele enunciarse tradicionalmente con el brocardo latino
audiatur et altera pars (óigase a la otra parte). Por ello, las normas de naturaleza
procesal regulan los mecanismos de defensa de que disponen las partes para hacerlos
valer en juicio, determinando así las formas y oportunidades para la realización de tales
actos procesales (Gaceta N° 95, expte. 1462/2009, sent. 23/2/2010)”.
De esa cuenta, la norma contenida en el artículo 35(60) de la ley en lo contencioso
administrativo establece el emplazamiento a las partes por el plazo de quince días,
imponiéndoles una carga procesal a los entes públicos que ninguna otra ley lo
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justificación efectiva, puede y debe examinar la totalidad del caso y la decisión debe
pronunciarse de entero acuerdo con el derecho, sin sujetarse a las peticiones de las
partes. El mismo tiene su justificación tomando en cuenta que debe analizarse el
expediente en su totalidad, y si el tribunal avizora un vicio en la determinación de la
obligación tributaria, puede anularlo, tal y como sucedió en el expediente de mérito, ya
que el obviarlo podría lesionar derechos y garantías constitucionales y para eso está el
Tribunal en lo Contencioso Administrativo como garante y contralor de la juridicidad de
la administración pública, incluyendo la administración tributaria.
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inocente condenado, la culpabilidad tiene que ser demostrada y demostrada, más allá de
toda duda razonable a través de una actividad probatoria de cargo”.
Dicha justificación no puede ser aplicable al campo penal con exclusividad ya que
de igual forma el derecho tributario, dentro de los principios que informan la misma,
tiene mucha similitud con el derecho penal o lo que actualmente se denomina “derecho
sancionador”. De esa cuenta, el aforismo del in dubio pro reo se puede interpretar como
el in dubio pro contribuyente, que consiste en que en caso de duda se debe interpretar
en beneficio del contribuyente. El Tribunal Constitucional de España se pronuncia así:
“El derecho a la presunción de inocencia no puede entenderse reducido al estricto campo
del enjuiciamiento de las conductas presuntamente delictivas, sino que debe entenderse
también que preside la adopción de cualquier resolución, tanto administrativa como
jurisdiccional, que se base en la condición o conducta de las personas y de cuya apreciación
se derive un resultado sancionador o limitativo de sus derechos”.
Queda claro, pues, que se trata de una presunción que la propia ley califica. En
Guatemala, se encuentra contemplada en el artículo 14(67) de la Constitución Política de la
República, y la Corte de Constitucionalidad se ha pronunciado en dos fallos interesantes:
1. “El artículo 14 constitucional reconoce, en su primer párrafo, el derecho fundamental
de toda persona a la que se impute la comisión de hechos, actos u omisiones ilícitos o
indebidos a que se presuma su inocencia durante la dilación del proceso o expediente
en el que se conozca la denuncia, y hasta en tanto no se le haya declarado responsable
judicialmente en sentencia debidamente ejecutoriada. Se trata, entonces, de una
presunción iuris tantum (Gaceta N° 47, expte. 1011/1997, pág. 109, sent. 31/3/1998)”.
2. “Una presunción iuris tantum, dirigida a garantizar al sindicado que no podrá sufrir
pena o sanción que no tenga fundamento en prueba pertinente, valorada por un
tribunal con eficacia suficiente para destruir la presunción y basar un fallo razonable
de responsabilidad, porque, en caso contrario, el principio constitucional enunciado
prevalecerá en su favor (Gaceta N° 60, expte. 288/2000, pág. 115, sent. 2/5/2001)”.
En ese mismo orden de ideas, la presunción de inocencia es una presunción
iuris tantum, ya que admite prueba en contrario, exigiendo en contra una prueba que lo
demuestre. Es por ello que algunos tratadistas sostienen que la inocencia se presume,
mientras que la culpabilidad se demuestra con medios idóneos llamados “mecanismos
probatorios”. La segunda parte del artículo 14 de la Constitución de Guatemala incorpora
el principio de publicidad que se refiere a que todos los actos procesales deben ser conocidos
por las partes y sus abogados. Dicha connotación, en algunos cuerpos normativos,
alcanza aun a quienes (público) no participan como partes, revistiendo de formalismos
necesarios para dicha publicidad, la cual a su vez puede tener una graduación. Así lo
sostiene Enrique Véscovi(68): “En la legislación positiva se detectan diversos grados de
publicidad: publicidad general: las actuaciones procesales son públicas para cualquier
persona del pueblo; publicidad limitada: alcanza a cualquier persona que demuestre
tener un interés legítimo en el proceso, aunque no sea parte; publicidad amplia para
las partes: alcanza a las partes, sus asesores o defensores y representantes o a los
asesores técnicos; publicidad restringida para las partes: alcanza solo a las partes,
sus asesores o defensores y representantes o a los asesores técnicos, pero exclusivamente
en cuanto tengan intervención directa o inmediata en la actividad procesal o en el acto de
procedimiento”.
Es necesario tomar en cuenta esta gradación de la publicidad, porque de acuerdo
con la naturaleza del proceso y con los sujetos, las normas ordinarias califican las
mismas, siempre y cuando no se violente la garantía constitucional, ya que ciertos
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actos se dan bajo reserva de confidencialidad que podría sea una excepción a la regla.
Tal es el caso del artículo 30(69) de la Constitución Política de la República en donde
se contempla la publicidad de los actos administrativos haciéndose la exclusión de los
asuntos militares, o diplomáticos de seguridad nacional, o de datos suministrados por
particulares bajo garantía de confidencialidad, lo cual sucede en el ámbito tributario
cuando el contribuyente entrega información contable y financiera a la autoridad
fiscalizadora. El artículo 30(70) del Código Tributario establece que esta información se
entrega bajo reserva de confidencialidad, como quedó apuntado anteriormente.
Dentro de este principio, se establecen algunas garantías que están muy vinculadas,
como lo es la prohibición de declarar contra sí mismo y sus parientes. En Guatemala,
se encuentra consolidada esta figura en el artículo 16(71) de la Constitución Política de la
República, siendo esta una garantía no solo del procesado o señalado como responsable,
sino una carga para el Estado de iniciar todo proceso haciéndole saber todos los motivos
por los cuales se le está procesando, que dichos procedimientos sean respetados desde
su concepción hasta su finalización y que todas sus peticiones sean resueltas como parte
del principio de congruencia. Así, el derecho de petición se encuentra consolidado en
el artículo 28(72) de la Constitución Política de la República de Guatemala, y la Corte de
Constitucionalidad se ha pronunciado de la siguiente forma: “Los habitantes de la República
tienen el derecho a dirigir, individual o colectivamente, peticiones a la autoridad, la que está
obligada a tramitarlas y resolverlas conforme a la ley. Este precepto, en concordancia con
el artículo 10, inciso f), de la ley de amparo, exhibición personal y de constitucionalidad,
establece que en materia administrativa el término máximo para resolver y notificar las
resoluciones es el que señala la ley específica aplicable al caso concreto o, en su defecto, el
de treinta días. En caso de que la autoridad omita el cumplimiento de la obligación referida
en dicho término el interesado puede acudir al amparo para que se fije un plazo razonable
a efecto de que cese la demora en resolver y notificar (Gaceta N° 54, expte. 661/99, pág.
296, sent. 27/10/1999)”.
El derecho de petición, según Pérez Royo(73), es “un derecho ciudadano, es decir
un derecho que solamente puede ser ejercido en un sistema político que descansa en la
igualdad ... Dicho en pocas palabras: el derecho de petición ha sido un instrumento poderoso
para imponer la igualdad constitucional”. La concepción del Tribunal Constitucional de
Guatemala, que incluye en el derecho de petición el poder dirigir pedimentos a los poderes
del Estado y que los mismos sean resueltos dentro de treinta días, se complementa con
lo referido por Pérez Royo, que le da una connotación efectiva al derecho de petición
indicando que el mismo descansa en el principio de igualdad, ya que es un instrumento
poderoso que debe ser cumplido al tenor constitucional. Sin embargo, eso no obliga a
la autoridad para que dicha petición sea resuelta en forma favorable (con excepción del
silencio positivo administrativo), ya que eso dependerá de otros elementos, como bien
lo ha manifestado el Tribunal Constitucional Español en la sentencia 161/1988, FJ 5,
al referirse que el derecho de petición permite a los ciudadanos “dirigir ... peticiones a
los poderes públicos, solicitando gracia o expresando súplicas o quejas, sin que en él se
incluya el derecho a obtener respuesta favorable a lo solicitado”.
A nadie escapa que muchas veces el Estado, ante las peticiones, presenta una
gran apatía por resolverlas, y es por eso que en el ámbito administrativo, en Guatemala,
se exige que las mismas sean resueltas en el plazo máximo de treinta días. La segunda
parte del artículo 28 de la Constitución Política de Guatemala se refiere a la prohibición
del solve et repete, aforismo que significa “pague y después repita”, proscribiendo, en
materia fiscal, que se pague previamente o que se constituya garantía para tener derecho
92
VI - CONCLUSIÓN
NOTAS
(*) Abogado y notario, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de San Carlos de Guatemala. Maestría
en Derecho Económico-Mercantil, Operaciones Bancarias y Bursátiles, Universidad Rafael Landívar, 2008. Graduado
en Maestría en Derecho Pluralista Público y Privado (2002); diploma de Estudios Avanzados (2003); doctorando en
Derecho Pluralista Público y Privado. Universidad Autónoma de Barcelona (España). Elegido magistrado desde
octubre/1999 a la fecha. Actualmente, magistrado presidente de la Sala Cuarta del Tribunal en lo Contencioso
Administrativo hasta octubre/2019. Docente por oposición en la Universidad de San Carlos de Guatemala desde
1989 a la fecha. Miembro del Consejo Académico de la Escuela de Posgrados desde junio de 2017 a enero de 2019.
Premio a la excelencia académica, otorgado por el Rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala, 2016
(1) Martín Delgado, José M.: “Derecho financiero y derechos fundamentales” - Lección inaugural - Curso 2009/2010
- Universidad de Málaga - pág. 41
(2) Chacón Lemus, Mauro S.: “Derechos fundamentales” en “Opus magna constitucional guatemalteco” - 2010 -
pág. 123
(3) Pérez Royo, Javier: “Curso de derecho constitucional” - Ed. Marcial Pons - 2007 - pág. 208. “El término es de origen
alemán (Grundrechte) y es utilizado por primera vez en la Constitución de 20/12/1848 aprobada por la Asamblea
Nacional Paulkirche de Frankfurt. Los derechos fundamentales del pueblo alemán constituyen uno de los elementos
característicos de la única constitución alemana radicalmente libre y con una cierta proyección democrática de todo
el siglo XIX”
(4) Ferrajoli, Luigi: “Garantismo. Una discusión sobre derecho y democracia” - Ed. Trotta - pág. 45
(5) Guastini, Riccardo: “Derechos. Una contribución analítica” - Universidad Carlos III - Madrid - 1994 - págs. 221/2
(6) Art. 44 - Derechos inherentes a la persona humana. Los derechos que otorga la Constitución no excluyen otros
que, aunque no figuren expresamente en ella, son inherentes a la persona humana. El interés social prevalece sobre
el interés particular. Serán nulas ipso jure las leyes y las disposiciones gubernativas o de cualquier otro orden que
disminuyan, restrinjan o tergiversen los derechos que la Constitución garantiza
(7) Pérez Royo, Javier: “Curso de derecho constitucional” - Ed. Marcial Pons - 2007 - págs. 219/20
(8) Chacón Lemus, Mauro S.: “Derechos fundamentales” en “Opus magna constitucional guatemalteco” - 2010 -
págs. 127/8
93
(9) Chacón Corado, Mauro: “La justicia constitucional y la función del Tribunal Constitucional en Guatemala” en libro
colectivo Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord.) - Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales de la Universidad
Nacional Autónoma de México - México - págs. 114/5
(10) García Laguardia, Jorge M.: “Defensa de la constitución” - Ed. Universitaria - Universidad de San Carlos de
Guatemala - 1983 - pág. 23
(11) Nogueira Alcalá, Humberto: “La jurisdicción constitucional y los tribunales constitucionales de Sudamérica en la
alborada del siglo XXI” - Ed. Porrúa - México - 2004 - pág. 3
(12) Couture, Eduardo J.: “Fundamentos de derecho procesal civil” - Ed. Nacional - México - 1981 - págs. 151/2
(13) Mazz, Addy: “Curso de derecho financiero y finanzas” - Fundación de Cultura Universitaria - Uruguay - 2007 -
T. I - vol. II - pág. 5
(14) Vergara Sandoval, Rafael: “Principios y garantías constitucionales tributarios bolivianos” - Revista de la Asociación
Iberoamericana de Tribunales Fiscales - 2010 - pág. 3
(15) Uckmar, Víctor: “Principios comunes del derecho constitucional tributario” - Ed. Temis - Bogotá - 2002 - pág. 1
(16) Uckmar, Víctor: “Principios comunes del derecho constitucional tributario” - Ed. Temis - Bogotá - 2002 - pág. 2
(17) Pérez Royo, Fernando: “Derecho financiero y tributario. Parte general” - Ed. Civitas-Thomson Reuters - Pamplona
- 2012 - pág. 88
(18) Delgadillo Gutiérrez, Luis H.: “Principios de derecho tributario” - Limusa Noriega Editores - México - 2000 -
pág. 40
(19) Art. 171 - Otras atribuciones del Congreso. Corresponde también al Congreso: a) Decretar, reformar y derogar
las leyes ... c) Decretar impuestos ordinarios y extraordinarios conforme a las necesidades del Estado y determinar
las bases de su recaudación
(20) Art. 239 - Principio de legalidad. Corresponde con exclusividad al Congreso de la República, decretar impuestos
ordinarios y extraordinarios, arbitrios y contribuciones especiales, conforme a las necesidades del Estado y de
acuerdo con la equidad y justicia tributaria
(21) Art. 135 - Deberes y derechos cívicos. Son derechos y deberes de los guatemaltecos, además de los consignados
en otras normas de la Constitución y leyes de la República, los siguientes: a) Servir y defender a la Patria; b) Cumplir y
velar, porque se cumpla la Constitución de la República; c) Trabajar por el desarrollo cívico, cultural, moral, económico
y social de los guatemaltecos; d) Contribuir a los gastos públicos, en la forma prescripta por la ley
(22) Art. 255 - Recursos económicos del municipio. Las corporaciones municipales deberán procurar el fortalecimiento
económico de sus respectivos municipios, a efecto de poder realizar las obras y prestar los servicios que les sean
necesarios. La captación de recursos deberá ajustarse al principio establecido en el artículo 239 de esta Constitución,
a la ley y a las necesidades de los municipios
(23) Art. 239 - Principio de legalidad. Corresponde con exclusividad al Congreso de la República, decretar impuestos
ordinarios y extraordinarios, arbitrios y contribuciones especiales, conforme a las necesidades del Estado y de acuerdo
con la equidad y justicia tributaria, así como determinar las bases de recaudación, especialmente las siguientes: a)
El hecho generador de la relación tributaria; b) Las exenciones; c) El sujeto pasivo del tributo y la responsabilidad
solidaria; d) La base imponible y el tipo impositivo; e) Las deducciones, los descuentos, reducciones y recargos; y f)
Las infracciones y sanciones tributarias. Son nulas ipso jure las disposiciones, jerárquicamente inferiores a la ley, que
contradigan o tergiversen las normas legales reguladoras de las bases de recaudación del tributo. Las disposiciones
reglamentarias no podrán modificar dichas bases y se concretarán a normar lo relativo al cobro administrativo del
tributo y establecer los procedimientos que faciliten su recaudación
(24) Casás, José O.: “Estudio preliminar sobre los aspectos introductorios al principio de reserva de ley en materia
tributaria” en García Belsunce, Horacio (coord.): “Estudios de derecho constitucional tributario” - Ed. Depalma - Bs.
As. - 1994 - pág. 112
(25) Mazz, Addy: “Curso de derecho financiero y finanzas” - Fundación de Cultura Universitaria - Uruguay - 2007 - T.
I - vol. II - págs. 8/9
(26) Vergara Sandoval, Rafael: “Principios y garantías constitucionales tributarios bolivianos” - Revista de la Asociación
Iberoamericana de Tribunales Fiscales - 2010 - pág. 15
(27) Art. 183 - Funciones del Presidente de la República. Son funciones del Presidente de la República ... e) Sancionar,
promulgar, ejecutar y hacer que se ejecuten las leyes, dictar los decretos para los que estuviere facultado por la
Constitución, así como los acuerdos, reglamentos y órdenes para el estricto cumplimiento de las leyes, sin alterar su
espíritu
(28) Pérez Royo, Fernando: “Derecho financiero y tributario. Parte general” - Ed. Civitas - Pamplona - 2012 - pág. 75
94
(29) Art. 2 - Deberes del Estado. Es deber del Estado garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad,
la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona
(30) García Novoa, César: “El principio de seguridad jurídica en materia tributaria” - Ed. Marcial Pons - España - 2000
- pág. 80
(31) García Novoa, César: “El principio de seguridad jurídica en materia tributaria” - Ed. Marcial Pons - España - 2000
- págs. 120 y 113
(32) Altamirano, Alejandro C.: “La discrecionalidad Administrativa y la Motivación del Acto Administrativo de
Determinación Tributaria” en “El procedimiento tributario” - Ed. Ábaco de Rodolfo Depalma - Bs. As. - 2003 -
pág. 174
(33) Altamirano, Alejandro C.: “La discrecionalidad Administrativa y la Motivación del Acto Administrativo de
Determinación Tributaria” en “El procedimiento tributario” - Ed. Ábaco de Rodolfo Depalma - Bs. As. - 2003 - págs.
169/70
(34) Mazz, Addy: “Curso de derecho financiero y finanzas” - Fundación de Cultura Universitaria - Uruguay - 2007 -
T. I - vol. II - pág. 91
(35) Art. 243.- Principio de capacidad de pago. El sistema tributario debe ser justo y equitativo. Para el efecto las leyes
tributarias serán estructuradas conforme al principio de capacidad de pago
(36) Tarsitano, Alberto: “El principio constitucional de capacidad contributiva” en García Belsunce, Horacio (coord.):
“Estudios de derecho constitucional tributario” - Ed. Depalma - Bs. As. - 1994
(37) González, Eusebio: “Derecho tributario I” - Plaza Universitaria Ediciones - Salamanca - 2004 - pág. 58
(38) Spisso, Rodolfo R.: “Derecho constitucional tributario” - Ed. Depalma - Bs. As. - 2000 - pág. 389
(39) Art. 15 - Irretroactividad de la ley. La ley no tiene efecto retroactivo, salvo en materia penal cuando favorezca al
reo
(40) Art. 66, Código Tributario - Irretroactividad. Las normas tributarias sancionatorias regirán para el futuro. No
obstante, tendrán efecto retroactivo las que supriman infracciones y establezcan sanciones más benignas, siempre
que favorezcan al infractor y que no afecten resoluciones o sentencias firmes
(41) Art. 243.- Principio de capacidad de pago ... Se prohíben los tributos confiscatorios y la doble o múltiple
tributación interna. Hay doble o múltiple tributación, cuando un mismo hecho generador atribuible al mismo sujeto
pasivo, es gravado dos o más veces, por uno o más sujetos con poder tributario y por el mismo evento o período de
imposición. Los casos de doble o múltiple tributación al ser promulgada la presente Constitución, deberán eliminarse
progresivamente, para no dañar al Fisco
(42) Art. 41 - Protección al derecho de propiedad. Por causa de actividad o delito político no puede limitarse el
derecho de propiedad en forma alguna. Se prohíbe la confiscación de bienes y la imposición de multas confiscatorias.
Las multas en ningún caso podrán exceder del valor del impuesto omitido
(43) Ferreiro Lapatza, José J.: “Instituciones de derecho financiero” - Ed. Marcial Pons - España - 2010 - pág. 198
(44) Pérez Royo, Fernando: “Derecho financiero y tributario. Parte general” - Ed. Civitas - Pamplona - 2012 - págs. 73/4
(45) Art. 39 - Propiedad privada. Se garantiza la propiedad privada como un derecho inherente a la persona humana.
Toda persona puede disponer libremente de sus bienes de acuerdo con la ley. El Estado garantiza el ejercicio de este
derecho y deberá crear las condiciones que faciliten al propietario el uso y disfrute de sus bienes, de manera que se
alcance el progreso individual y el desarrollo nacional en beneficio de todos los guatemaltecos
(46) Villegas, Héctor B. en “Estudios de derecho constitucional tributario” - Ed. Depalma - Bs. As. - 1994 - pág. 238
(47) Pérez Royo, Javier: “Curso de derecho constitucional” - Ed. Marcial Pons - 2007 - págs. 416/7
(48) Art. 203 - Independencia del organismo judicial y potestad de juzgar. La justicia se imparte de conformidad
con la Constitución y las leyes de la República. Corresponde a los tribunales de justicia la potestad de juzgar y
promover la ejecución de lo juzgado. Los otros organismos del Estado deberán prestar a los tribunales el auxilio que
requieran para el cumplimiento de sus resoluciones. Los magistrados y jueces son independientes en el ejercicio de
sus funciones y únicamente están sujetos a la Constitución de la República y a las leyes. A quienes atentaren contra
la independencia del organismo judicial, además de imponérseles las penas fijadas por el Código Penal, se les
inhabilitará para ejercer cualquier cargo público. La función jurisdiccional se ejerce, con exclusividad absoluta, por la
Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales que la ley establezca. Ninguna otra autoridad podrá intervenir
en la administración de justicia.
Art. 204 - Condiciones esenciales de la administración de justicia. Los tribunales de justicia en toda resolución o
sentencia observarán obligadamente el principio de que la Constitución de la República prevalece sobre cualquier
ley o tratado.
95
Art. 205 - Garantías del organismo judicial. Se instituyen como garantías del organismo judicial, las siguientes: a) La
independencia funcional; b) La independencia económica; c) La no remoción de los magistrados y jueces de primera
instancia, salvo los casos establecidos por la ley; y d) La selección del personal
(49) Bidart Campos, German J.: “Derecho constitucional” - Ed. Ediar - Bs. As. - 1969 - T. II - pág. 473
(50) González Pérez, Jesús: “Comentarios a la ley de la jurisdicción contencioso administrativa” - Ed. Civitas - Madrid
- 1998 - T. I - pág. 17
(51) Cassagne, Juan C.: “Proyecciones del principio de tutela judicial efectiva” en “Obra conmemorativa del 75
aniversario de la promulgación de la ley de justicia fiscal” - México - 2011 - T. V “Del Tribunal Federal de Justicia Fiscal
y Administrativa” - pág. 12
(52) Art. 29 - Libre acceso a tribunales y dependencias del Estado. Toda persona tiene libre acceso a los tribunales,
dependencias y oficinas del Estado, para ejercer sus acciones y hacer valer sus derechos de conformidad con la ley.
Los extranjeros únicamente podrán acudir a la vía diplomática en caso de denegación de justicia. No se califica como
tal, el solo hecho de que el fallo sea contrario a sus intereses y en todo caso, deben haberse agotado los recursos
legales que establecen las leyes guatemaltecas
(53) González Pérez, Jesús: “Comentarios a la ley de la jurisdicción contencioso administrativa” - Ed. Civitas - Madrid
- 1998 - T. I - pág. 23
(54) González Pérez, Jesús: “Comentarios a la ley de la jurisdicción contencioso administrativa” - Ed. Civitas - Madrid
- 1998 - T. I - pág. 34 y ss.
(55) Art. 4 - Principios aplicables a interpretación. La aplicación, interpretación e integración de las normas tributarias,
se hará conforme a los principios establecidos en la Constitución Política de la República de Guatemala, los contenidos
en este Código, en las leyes tributarias específicas y en la Ley del Organismo Judicial
(56) Dworkin, Ronald: “Los derechos en serio” - Harvard University Press - 1977 - pág. 14
(57) Art. 44 - Derechos inherentes a la persona humana. Los derechos y garantías que otorga la Constitución no
excluyen otros que aunque no figuren expresamente en ella, son inherentes a la persona humana. El interés social
prevalece sobre el interés particular. Serán nulas ipso jure las leyes y las demás disposiciones gubernativas o de
cualquier otro orden que disminuyan, restrinjan o tergiversen los derechos que la Constitución garantiza
(58) Art. 21 A - Derechos de los contribuyentes. Constituyen derechos de los contribuyentes, pudiendo actuar por sí
mismos, por medio de apoderado legal o tercero autorizado, entre otros que establezcan las leyes, los siguientes: ...
15. Al debido proceso, audiencia y de defensa
(59) Art. 12 .- Derecho de defensa. La defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser
condenado, ni privado de sus derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en proceso legal ante juez o tribunal
competente y preestablecido. Ninguna persona puede ser juzgada por tribunales especiales o secretos, ni por
procedimientos que no estén preestablecidos legalmente
(60) Art. 35 - Emplazamiento. En la resolución de trámite de la demanda se emplazará al órgano administrativo o
institución descentralizada demandado, a la Procuraduría General de la Nación, a las personas que aparezcan con
interés en el expediente y, cuando el proceso se refiera al control y fiscalización de la hacienda pública, también a
la Contraloría General de Cuentas, dándoles audiencia por un plazo común de quince días. Los sujetos procesales
públicos no pueden dejar de pronunciarse sobre el fondo del asunto
(61) Art. 4 - Libertad e igualdad. En Guatemala todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos.
El hombre y la mujer, cualquiera que sea su estado civil, tiene iguales oportunidades y responsabilidades. Ninguna
persona puede ser sometida a servidumbre ni a otra condición que menoscabe su dignidad. Los seres humanos
deben guardar conducta fraternal entre sí
(62) González Pérez, Jesús: “Manual de derecho procesal administrativo” - 3ª ed. - Ed. Civitas - Madrid - 2001 - pág.
168
(63) Art. 165 A - La sentencia que ponga fin, a este recurso, determinará si la resolución recurrida se apegó a la ley y a
los principios jurídicos aplicables a las actuaciones de la Administración Tributaria y hará un análisis sobre cada una de
las mismas en su parte considerativa. Seguidamente procederá a declarar la confirmación, modificación, revocación
o anulación de la resolución recurrida y a imponer el pago de costas a la parte vencida en el proceso, con excepción
de aquellos casos en que el tribunal encuentra razones suficientes para eximirlas parcial o totalmente
(64) Art. 203 - Independencia del organismo judicial y potestad de juzgar. La justicia se imparte de conformidad
con la Constitución y las leyes de la República. Corresponde a los tribunales de justicia la potestad de juzgar y
promover la ejecución de lo juzgado. Los otros organismos del Estado deberán prestar a los tribunales el auxilio que
requieran para el cumplimiento de sus resoluciones. Los magistrados y jueces son independientes en el ejercicio de
sus funciones y únicamente están sujetos a la Constitución de la República y a las leyes. A quienes atentaren contra
la independencia del organismo judicial, además de imponérseles las penas fijadas por el Código Penal, se les
96
inhabilitará para ejercer cualquier cargo público. La función jurisdiccional se ejerce, con exclusividad absoluta, por la
Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales que la ley establezca. Ninguna otra autoridad podrá intervenir
en la administración de justicia
(65) Art. 58 - Jurisdicción. La jurisdicción es única. Para su ejercicio se distribuye en los siguientes órganos: a) Corte
Suprema de Justicia y sus Cámaras; b) Corte de Apelaciones; c) Sala de la Niñez y Adolescencia; d) Tribunal de
lo Contencioso Administrativo; e) Tribunal de Segunda Instancia de Cuentas; f) Juzgados de primera instancia; g)
Juzgados de la Niñez y Adolescencia y de Adolecentes en Conflicto con la Ley Penal y Juzgados de Control de
Ejecución de Medidas; h) Juzgados de Paz, o Menores; i) Los demás que establezca la ley. En la denominación de
jueces o tribunales que se empleen en las leyes, quedan comprendidos todos los funcionarios del organismo judicial
que ejercen jurisdicción, cualquiera que sea su competencia o categoría
(66) Pérez Royo, Javier: “Curso de derecho constitucional” - Ed. Marcial Pons - 2007 - págs. 437/8
(67) Art. 14 - Presunción de inocencia y publicidad del proceso. Toda persona es inocente, mientras no se le haya
declarado responsable judicialmente, en sentencia debidamente ejecutoriada. El detenido, el ofendido, el Ministerio
Público y los abogados que hayan sido designados por los interesados, en forma verbal o escrita, tienen derecho
de conocer, personalmente, todas las actuaciones, documentos y diligencias penales, sin reserva alguna y en forma
inmediata
(68) Véscovi, Enrique: “Código General del Proceso, comentado, anotado y concordado” - Ed. Ábaco - Montevideo
- T. I - pág. 160
(69) Art. 30 - Publicidad de los actos administrativos. Todos los actos de la administración son públicos. Los interesados
tienen derecho a obtener, en cualquier tiempo, informes, copias, reproducciones y certificaciones que soliciten y
la exhibición de los expedientes que deseen consultar, salvo que se trate de asuntos militares o diplomáticos de
seguridad nacional, o de datos suministrados por particulares bajo garantía de confidencia
(70) Art. 30 - Obligación de proporcionar información. Toda persona individual o jurídica, incluyendo al Estado
y sus entidades descentralizadas o autónomas, las copropiedades, sociedades irregulares, sociedades de hecho
y demás entes, aun cuando no tengan personalidad jurídica, están obligados a proporcionar al funcionario de la
Administración Tributaria que goce de la delegación para el efecto, la información sobre actos, contratos, actividades
mercantiles, profesionales o de cualquier otra naturaleza, con terceros, que sea requerida a efecto de verificar la
determinación o generación de tributos, dejando a saldo los datos protegidos por la Constitución Política de la
República de Guatemala y leyes especiales. La Administración Tributaria y sus funcionarios recibirán la información
bajo reserva de confidencialidad. Cuando se trate de información protegida por virtud del secreto profesional, la
Administración Tributaria observará las disposiciones y procedimientos legalmente establecidos
(71) Art. 16 - Declaración contra sí y parientes. En proceso penal, ninguna persona puede ser obligada a declarar
contra sí misma, contra su cónyuge o persona unida de hecho legalmente, ni contra sus parientes dentro de los
grados de ley
(72) Art. 28 - Derecho de petición. Los habitantes de la República de Guatemala tienen derecho a dirigir, individual o
colectivamente, peticiones a la autoridad, la que está obligada a tramitarlas y deberá resolverlas conforme a la ley. En
materia administrativa el término para resolver las peticiones y notificar las resoluciones no podrá exceder de treinta
días. En materia fiscal, para impugnar resoluciones administrativas en los expedientes que se originen en reparos o
ajustes por cualquier tributo, no se exigirá al contribuyente el pago previo del impuesto o garantía alguna
(73) Pérez Royo, Javier: “Curso de derecho constitucional” - Ed. Marcial Pons - 2007 - pág. 460
97
I - O QUE É A VERDADE?
(*) Doutor em Direito do Estado pela PUC/SP. Professor do PPGD do Unicuritiba. Advogado
(1) “Vocabulário Jurídico” - 11ª ed. - Rio de Janeiro - Forense - 1989 - vol. IV
99
(2) CAMPOS, Dejalma de. Lições do processo civil voltado para o Direito Tributário. In O processo
na constituição. Coord . Ives Gandra da Silva Martins e Eduardo Jobim. São Paulo: Quartier Latin -
2008 - p. 691
(3) “O significado que atribuímos a este princípio é o da primazia dos fatos sobre as formas, as
formalidades ou as aparências, isto significa que em matéria de trabalho importa o que ocorre
na prática, mais do que aquilo que as partes hajam pactuado de forma mais ou menos solene, ou
expressa, ou aquilo que conste em documentos, formulários e instrumentos de controle” (Américo
Plá Rodriguez: “Princípios de Direito do Trabalho” - 1ª ed. - 3ª tir. - São Paulo - LTr - 1994 - p. 227
(4) Neste sentido: Sérgio Ferraz e Adilson Abreu Dallari: “Processo Administrativo” - São Paulo -
Malheiros - 2001 - p. 86
100
Se o processo penal lida com a liberdade do indivíduo, não se pode esquecer que o
processo civil labora também com interesses fundamentais da pessoa humana pelo que
totalmente despropositada a distinção da cognição entre as áreas.
No mesmo compasso, a adoção da Verdade formal vem sendo criticada pela
doutrina brasileira, especialmente no processo civil. Boa parte dos juristas desse
movimento, entende que desde o final do século XIX não é mais possível ver o juiz
como mero expectador da batalha judicial, em razão de sua colocação eminentemente
publicista no processo (processo civil inserido no direito público), conhecendo de ofício
circunstâncias que até então dependiam da alegação das partes, dialogando com elas e
reprimindo condutas irregulares.
A ideia de que a única Verdade que interessa é aquela ditada pelo juiz na sentença,
já que fora do processo não há Verdade que interesse ao Estado, à Administração ou às
partes é outro aspecto que dificulta ainda mais uma solução para a problemática aqui
abordada. Tal posicionamento assume que a Verdade no seu conteúdo mais amplo é
excluída dos objetivos do processo, em particular do processo civil.
José Manoel de Arruda Alvim Netto(6) aponta que o Juiz sempre deve buscar a
Verdade, mas o legislador não a pôs como um fim absoluto no Processo civil. O que
é suficiente para a validade da eficácia da sentença passa ser a verossimilhança dos
fatos. O jurista reconhece a Verdade formal no processo civil, mas salienta que quando
a demanda tratar de bens indisponíveis, “...procura-se, de forma mais acentuada, fazer
com que, o quanto possível, o resultado obtido no processo (Verdade formal) seja o mais
aproximado da Verdade material...”.
Apesar do rechaço pela diferenciação entre a Verdade material e a Verdade formal,
é dela que se pode aferir que, em determinadas áreas do processo, a Verdade material
é almejada com mais afinco do que em outras. Naquelas áreas em que se considera a
(5) “Cognição e Conceito de Prova - Comentários ao Código de Processo Civil” - São Paulo - Revista
dos Tribunais - 2000 - vol. 5 - p. 37
(6) Alvim, Arruda: “Manual de Processo Civil” - 14 ed. - São Paulo - Revista dos Tribunais - 2011 -
p. 932
101
102
(10) “Liberdades Públicas e Processo Penal” - 2ª ed. - São Paulo - Revista dos Tribunais - 1982
(11) “Direito Processual Tributário Brasileiro” - 4ª ed. - São Paulo - Dialética - 2005
(12) “Hipótese de Incidência Realizada”, para Alfredo Algusto Becker (Teoria Geral do Direito
Tributário, Lejus, 1972), “Fato Jurídico Tributário”, para Paulo de Barros de Carvalho (Curso de
Direito Tributário, São Paulo, Saraiva, 2003)
(13) Por exemplo, James Marins e Alberto Xavier (Princípios do Processo Administrativo e Judicial
Tributário, Rio de Janeiro, Forense, 2005) e Dejalma de Campos (Direito Processual Tributário, 8ª ed.,
São Paulo, Atlas, 2004) entre outros
103
(14) “Direito Processual Tributário Brasileiro” - 3ª ed. - São Paulo - Dialética - 2003 - p. 179
104
(15) Lei nº 8.137/90: “Art. 1º Constitui crime contra a ordem tributária suprimir ou reduzir tributo, ou
contribuição social e qualquer acessório, mediante as seguintes condutas: (...)”.
Art. 2º (...)
I - fazer declaração falsa ou omitir declaração sobre rendas, bens ou fatos, ou empregar outra fraude,
para eximir-se, total ou parcialmente, de pagamento de tributo; (...)”
(16) “Curso de Direito administrativo” - 26 ed. - rev. ampl. - São Paulo - Malheiros - 2009 - p. 497
(17) Bonilha, Paulo Celso Bergstrom: “Da prova no processo administrativo tributário” - 2 ed. - São
Paulo - Dialética -1997 - p. 76
(18) “Direito Administrativo Brasileiro” - 14 ed. - São Paulo - Revista dos Tribunais - 1989 - p. 584
105
(19) Lei Geral do Processo Administrativo Federal nº 9.784/1999. Disponível em: www.planalto.gov.
br/ccivil_03/leis/L9784.htm - Acesso em: 06 ago.2017
106
Extrai-se daí que o lançamento não termina na autuação, mas sim no trânsito em
julgado do processo administrativo fiscal e, portanto, até lá, é dever do julgador, pautado
pela Verdade Material, se manifestar de ofício quando necessário.
Ademais, a Lei Geral do Processo Administrativo Federal - LGPAF, reconhece
implicitamente o princípio em mais de uma passagem de seu texto. Confira-se:
Art. 63. O recurso não será conhecido quando interposto:
I - fora do prazo;
II - perante órgão incompetente;
III - por quem não seja legitimado;
IV - após exaurida a esfera administrativa.
§ 1o Na hipótese do inciso II, será indicada ao recorrente a autoridade competente,
sendo-lhe devolvido o prazo para recurso.
§ 2o O não conhecimento do recurso não impede a Administração de rever de ofício o
ato ilegal, desde que não ocorrida preclusão administrativa.
Destaco o parágrafo segundo acima. Veja-se que por “preclusão administrativa”
deve ser entendido como a chamada “coisa julgada administrativa”, i. e., exceção aplicável
apenas no caso do inciso IV, posto que, se não há mais processo, a autoridade julgadora
não tem mais competência para tratar o tema. Veja-se que o parágrafo primeiro dá outra
solução também ao inciso II, privilegiando outro princípio, conhecido por fungibilidade e
informalismo.
Se, por uma hipótese, o parágrafo não fosse aplicável nos casos de perda de prazo
processual, restaria apenas o “exame de oficio” para o caso de parte ilegítima (inciso III) o
que faria o parágrafo perder completamente seu sentido.
Há uma clara antinomia em relação ao disposto no artigo 17(20) do decreto-lei
70.235/72, posto que no artigo 63 acima não consta a falta de inclusão na impugnação
como causa de preclusão contra o contribuinte. Na minha opinião, a LGPAF deveria
ser aplicável, em razão da sua novidade, mas mesmo para aqueles que entendem que
prevalece o “Decreto” por ser norma especial, não há antinomia em relação ao parágrafo
segundo.
Com isso quero dizer que, mesmo admitindo que recurso interposto pelo admi-
nistrado/contribuinte pudesse ser não conhecido, o julgador administrativo não está,
de forma alguma, impedido de analisar livremente o tema, coincidente ou não com o
argumento trazido no recurso.
Outra passagem da LGPAF deixa evidente o alcance do principio da busca da
verdade material, seja para a instrução probatória, seja para elementos de interpretação
da lei vigente, verbis:
(20) Artigo 17. Considerar-se-á não impugnada uma matéria que não tenha sido expressamente
contestada pelo impugnante
107
Este dispositivo é aplicável a favor do administrado, pois não poderá tal revisão
resultar em agravamento da sanção, bem como deve respeitar os institutos constitucionais
de decadência, prescrição etc., mas evidencia sem dúvida a busca da verdade material.
Sob o ponto de vista da segurança jurídica tais constatações são reprováveis,
todavia, por mais ampla que possa parecer a afirmação, não há limites objetivos para o
exercício da verdade material, sob pena de -estabelecendo limites- reinstituir-se a ver-
dade formal.
Em conclusão, não há fundamento sustentável para a manutenção do instituto da
verdade formal no Direito Processual brasileiro. Ademais, não se pode cogitar atualmente
acelerar o trâmite do processo por meio da criação de mais ficções jurídicas capazes de
acentuar ainda mais a formalização da verdade. A paz social reclama a apuração da
verdade na sua substância, sob pena de inutilizar todo o aparato jurisdicional, tornando-o
mero finalizador de conflitos, sem solução justa.
No Direito Tributário maior é a razão pela qual o princípio da verdade material deve
prevalecer. Em primeiro lugar porque os litígios tributários são solucionados tanto na
esfera administrativa como na judicial, e sendo aquela regida pela verdade substancial,
não há razão para que esta esfera não o seja. Em segundo lugar porque o Direito
Tributário envolve valores fundamentais do cidadão, como o direito de propriedade, p.
ex., e em terceiro lugar porque o tributo é bem tutelado pelo direito penal, cujas normas
processuais, por sua vez, também são regidas pela verdade material.
O debate final estaciona nos limites desta busca, que mesmo incansável, não
pode ser infinita ou desmensurada. Este assunto (limites) é digno de outro trabalho
monográfico, mas é possível de antemão afirmar que a solução, mais uma vez, está na
Constituição Federal, que consagra limites claros à atuação do julgador, tais como a
prescrição, a decadência, a coisa julgada e até mesmo a duração razoável do processo.
108
I - INTRODUCCIÓN
El intercambio de información con relevancia fiscal es una práctica de larga data; sin
embargo, la actuación de los agentes económicos en un mundo globalizado ha supuesto
implementar serios ajustes para que esta herramienta utilizada por las administraciones
tributarias mantenga su eficacia y su eficiencia. El número de instrumentos normativos
sobre los que se teje este intercambio -sea un convenio para evitar la doble imposición,
sea un acuerdo de intercambio de información- pierde relevancia, lo nuclear es atender a
la calidad de los datos que se comparten y a la oportunidad de su envío.(1)
En este contexto, el intercambio de información tributaria tal y como lo hemos
conocido hasta hace unos años ha sufrido una importante y acelerada transformación.
El esquema de un intercambio a solicitud ha transitado hacia un nuevo modelo que
exige el intercambio automático(2). Ello no solo supone dejar atrás el clásico formato de
relacionamiento entre las administraciones tributarias de los distintos países, sino que,
además, trae consigo muchos retos y desafíos. Sin duda, uno de los más difíciles tiene
que ver con la implementación de los distintos instrumentos normativos que marcan la
vigencia del intercambio automático de información.
Como sabemos, en lo que respecta a las cuentas financieras, Estados Unidos
tuvo la iniciativa de la ley FATCA(3); la OCDE diseñó el Modelo de Acuerdo para la
Autoridad Competente y el Estándar Común de Comunicación de Información; y, en
el caso de la Unión Europea, tenemos la directiva 2011/16/UE con sus modificaciones
correspondientes. Cada uno de esos instrumentos exige diferentes obligaciones que deben
incorporarse, de alguna manera, en el derecho interno de los países. Y, en no pocos casos,
tales obligaciones pueden colisionar con garantías y derechos reconocidos en ellos.
109
II - ANTECEDENTES
2.1. FATCA
Después del atentado de las torres gemelas en 2001, la administración Bush se
aparta del camino de la cooperación en el intercambio de información -propuesto en
1998 en el informe de la OCDE sobre prácticas fiscales nocivas- e inicia un serio proceso
para obtener información con trascendencia tributaria de manera unilateral(10). Años más
tarde, en 2008, se hizo público el caso de USB. Este banco suizo fue acusado de haber
asesorado a clientes estadounidenses sobre cómo pagar menos impuestos al IRS (Internal
Revenue Service, en español Servicio de Impuestos Internos)(11). Mencionamos este suceso
porque la ley FACTA -dada en marzo/2010 por el gobierno de Estados Unidos- responde
a este y a otros casos que evidenciaban la urgencia de una lucha más frontal contra la
evasión tributaria de los ciudadanos de ese país.
Si bien el diseño de esta ley responde a una necesidad muy particular del IRS
de conocer las rentas que sus ciudadanos y residentes estadounidenses tienen en el
extranjero, constituye un hito de especial trascendencia en la toma de conciencia de que
110
la tributación es un fenómeno global(12). Ello queda corroborado, sin duda, en las acciones
que toman muchos otros países después de la ley FATCA y que veremos más adelante.(13)
Como sabemos, FATCA establece un sistema de intercambio de información
automático de las entidades financieras extranjeras -no constituidas en Estados Unidos y
que no sean filiales de estas(14)- al IRS. Esto se da dentro del marco de un acuerdo firmado
previamente, por el cual una entidad financiera se compromete a brindar determinados
datos de cada uno de sus clientes que tengan la calidad de specified U.S. Person(15). Si
alguna entidad financiera no cumpliera con esto, a modo de sanción, sería pasible de una
retención del 30% sobre varios pagos de fuente americana.
Esta iniciativa del gobierno estadounidense no busca desestabilizar el sector
financiero mundial, sino obtener información sobre la titularidad de las cuentas abiertas
por U.S. Persons en el extranjero, sin importar dónde radique su residencia efectiva. Para
cumplir este fin, cada año, todos los titulares directos o indirectos de cuentas financieras
deben informar al IRS el valor y las rentas que generan tales cuentas.(16)
Son muchas y reiteradas las críticas que se hacen al nuevo régimen instaurado
por FATCA. Se observa, por ejemplo, la falta de reciprocidad del acuerdo(17), el efecto
extraterritorial de esta ley y los altos costos económicos que supone su cumplimiento.
Veamos más detenidamente algunas de ellas.
111
cuentas financieras de cada specified U.S. Person. Y, si bien se plantea que la suscripción
de este acuerdo fuese voluntaria, se prevé una retención del 30% sobre una serie de
pagos de fuente estadounidense (withholdable payments) a la entidad financiera que no
firmarse este acuerdo y/o no cumpliese con el compromiso asumido en caso de que lo
firmase.(24)
Como sabemos, este esquema se redefine con los IGA, atendiendo así, en cierta
medida, a todas las críticas que suscitó FATCA en su primera versión(25). No obstante,
parece que la atribución de Estados Unidos de fijar una obligación para suministrar
información a entidades financieras de otros países excede los límites de su jurisdicción(26).
Y no solo eso. Podría colisionar, incluso, con los derechos consagrados en la normativa
interna de esos países (pensemos, por ejemplo, en el secreto bancario(27), la reserva
bursátil o en la protección de datos).(28)
Esto puede, además, complicarse si se piensa en aquellos países que no tienen
un CDI u otro acuerdo de intercambio de información que les permita suministrar la
información tributaria solicitada por el Fisco estadounidense. En este caso, la entidad
financiera solo podría enviar la información de los clientes que le autoricen expresamente
a hacerlo. Otra posibilidad sería que estos países firmasen el modelo 2 IGA para suplir
así la ausencia de un instrumento de derecho internacional que les dé la cobertura legal
para cumplir con FATCA.(29)
Finalmente, hay quienes señalan que FATCA iría en contravención a lo dispuesto en
el Acuerdo General sobre Comercio de Servicios (AGCS, o GATS por sus siglas en inglés)
de la OMC y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, o NAFTA por sus
siglas en inglés); en tanto que ambos tratados prohíben la imposición de medidas fiscales
a entidades extranjeras que prestan servicios que no imponen a entidades locales.(30)
Todo esto solo evidencia el difícil encaje que supone FATCA dentro del derecho
interno y del derecho internacional, así como los problemas jurídicos que genera su
implementación a los distintos países y a la comunidad internacional en general.(31)
112
2.2. CRS
Las nuevas obligaciones y exigencias en lo que se refiere al intercambio de información
con trascendencia fiscal luego de la ley FATCA ha supuesto dejar de lado el esquema
clásico de cooperación y asistencia mutua que venían utilizando las administraciones
tributarias para obtener información y reducir así los riesgos de evasión fiscal.
En esta línea, el G-5 -tras negociar con Estados Unidos el modelo de IGA que
utilizarían- manifiesta la necesidad de realizar un project pilot para diseñar un modelo
de acuerdo multilateral de intercambio de información financiera que pueda involucrar a
muchos países(36). La idea es que se tratase de un modelo que permitiera un intercambio
automático, global, periódico y estandarizado. La OCDE, con el impulso de los países
del G-20, asume la tarea de prepararlo, y en 2014 aprueba el Modelo de Acuerdo entre
Autoridades Competentes (MACC) sobre Intercambio Automático de Información de
Cuentas Financieras y el Estándar Común de Reporte o de Comunicación (ECR, o CRS
por sus siglas en inglés).(37)
La norma aprobada por la OCDE se compone de dos partes (el MACC y el CRS)
y, básicamente, sigue los lineamientos del modelo 1 del acuerdo intergubernamental
(38)
firmado entre Estados Unidos y algunos países para aplicar la ley FATCA. Este acuerdo
permite, así, que un país pueda obtener información de sus entidades financieras para
enviarla anualmente a otros países de modo automático.(39)
Mientras el MACC estructura el marco legal sobre el cual se realiza el intercambio
automático, recíproco y periódico de la información entre los países que suscriben el
acuerdo, el CRS, a modo de anexo que debe ser incorporado en la legislación interna de
cada país firmante, incluye los procedimientos de due diligence y de comunicación que
deben seguirse.
El esquema planteado pasa por definir el tipo de información que debe intercambiarse,
las cuentas y las personas sobre las que debe reportarse la comunicación, el ámbito de
aplicación subjetivo del acuerdo y los procedimientos de due diligence que debe tener
en consideración la entidad financiera(40). Ello consolida, sin duda, la existencia de un
instrumento estandarizado de intercambio que permite captar, procesar y comunicar
datos con relevancia fiscal de manera oportuna y efectiva.
Es importante resaltar que la OCDE compromete a cada país firmante a adoptar
todas las leyes y reglamentos necesarios para cumplir con este marco normativo. Les
obliga, además, a implementar una serie de medidas respecto de las entidades financieras
residentes en su territorio que deben suministrar la información requerida, así como a
supervisar su cumplimiento y, de ser el caso, tomar acciones cuando se constate un
incumplimiento.(41)
De otra parte, cabe señalar que si bien la ley FATCA generó una reacción mundial
que trajo consigo la normativa de la OCDE, hay diferencias importantes entre aquella y
el CRS. El primer punto a resaltar es el ámbito de aplicación más limitado de FATCA.
113
Ello guarda relación directa con el criterio de conexión que debe cumplirse para informar
sobre el titular de una cuenta financiera; en el caso de FATCA es la nacionalidad,
mientras que para el CRS es la residencia(42). Otra diferencia es que para cumplir con
FATCA, la entidad financiera foránea debe registrarse ante el IRS y tener un número
de identificación de intermediario global, algo que no es necesario en el estándar CRS.
Además, en lo que respecta a las entidades financieras obligadas a informar, los datos
que deben comunicarse y los criterios para determinar las cuentas sobre las que se
informará si bien FATCA y el CRS siguen criterios similares, hay ciertos aspectos en los
que difieren.(43)
Lo expuesto evidencia que FATCA y el CRS, si bien responden a un mismo estándar
de intercambio automático de información financiera, conviven de modo paralelo. Ello, sin
duda, puede generar algunos espacios de discusión que deberán definirse según cuál sea
la norma que haga posible un intercambio más eficaz(44). Pareciera que el CRS va más allá
de FATCA, y eso redunda en una lucha más clara contra quienes no quieren asumir su
verdadera capacidad contributiva, así como en el impulso para que muchos países inicien
la implementación de los procedimientos adecuados para gestionar adecuadamente un
alto volumen de información.(45)
114
115
III - LÍMITES
116
117
NOTAS
(*) Doctora en Derecho por la Universidad de Navarra (España) y la Universidad de Bolonia (Italia). Directora de la
Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima (Perú)
(1) Al respecto, resulta interesante una serie de artículos recogidos en Martín Dégano, Isidoro y Herrera Molina, Pedro
M.: “Intercambio de información y medidas fiscales de efecto equivalente” - Documentos de Trabajo del Instituto de
Estudios Fiscales - N° 8 - 2014
(2) Véase el análisis de Claudino Pita sobre el intercambio de información tributaria como instrumento de contención
de la competencia desleal a nivel internacional. Este artículo y otros aportes relacionados pueden encontrarse en
Tanzi, Vito, Arruda Villela, Luiz y Barreix, Alberto (Eds.): “Taxation and latin american integration” - Inter-American
Development Bank - Washington - 2008
(3) FATCA por sus siglas en inglés (foreign account tax compliance act; en español, ley de cumplimiento fiscal
de cuentas extranjeras). Esta ley fue aprobada en 2010, como parte de la ley de incentivos para la contratación y
restauración de empleos -ley HIRE, por sus siglas en inglés-, y entró en vigencia el 1/7/2014, luego de que fuesen
publicadas sus disposiciones reglamentarias a finales en enero/2013
(4) En esta línea, véase la obra de Oberson, Xavier: “International exchange of information in tax matters” - Towards
Global Transparency - Elgar - Reino Unido - 2015
(5) Nos referimos al Report 1998 “Harmful tax competition: An emerging global issue”, aprobado por el Consejo
de la OCDE con la abstención de Suiza y Luxemburgo (estos dos países recién en el año 2000 aprueban el informe
de acceso a información bancaria). Este informe fue elaborado por un encargo especial que recibe el Comité sobre
Asuntos Fiscales de la OCDE, en mayo/2006, para desarrollar medidas que contrarresten los efectos de las prácticas
fiscales perjudiciales sobre la inversión y las decisiones financieras, y que se plasman, dos años después, en el citado
informe. Es importante resaltar el impulso político del G-20 en todo este proceso
(6) Este informe detalla algunos otros parámetros para identificar las prácticas fiscales nocivas: 1) nula o baja tributación,
o mecanismos que permiten reducir la base imponible para aplicar una tasa impositiva menor; 2) regímenes tributarios
preferenciales; 3) no ocurrencia de actividades sustantivas, comercialmente hablando, en algunos territorios
118
(7) Un artículo interesante al respecto es el de Weiner, Joann M. y Ault, Hugh J.: “The OECD’s report on harmful tax
competition” - National Tax Journal - vol. 51 - N° 3 - septiembre/1998 - págs. 601/8
(8) No nos referimos solo a un contexto de crisis financiera, sino también a un hecho que marcó un hito en la normativa
para prevenir el lavado de activos: los atentados del 11/9/2001. Ello, entre otras razones, explica que Estados Unidos
fuese el abanderado en la implementación de una serie de políticas para combatir el fraude fiscal, que han tenido
eco en la comunidad internacional
(9) Pensemos, por ejemplo, en el escándalo UBS o en el de los papeles de Luxemburgo. Este último más conocido
como LuxLeaks, que devela acuerdos secretos entre empresas multinacionales -como Apple o Amazon- y Luxemburgo
para evadir impuestos. Y, más adelante, la filtración de documentos confidenciales de la firma panameña Mossack
Fonseca -conocida como los Panamá Papers-, que aún sigue investigándose en muchos de los países comprometidos
(10) Un interesante estudio sobre cómo ha evolucionado el proceso de intercambio de información tributaria entre
países, desde finalizada la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, se encuentra en Barreix, Alberto; Roca,
Jerónimo y Velayos, Fernando: “Breve historia de la transparencia fiscal” - Documento para Discusión - N° IDB-
DP-453 - junio/2016
(11) De hecho, para algunos quedaba claro que el banco tenía una estrategia organizada para ayudar a los
evasores y que, en ese sentido, “había actuado como una organización criminal” - www.eleconomista.es/mercados-
cotizaciones/noticias/2396240/08/10/Suiza-a-punto-de-cerrar-el-escandalo-de-UBS-y-clientes-evasores-en-EEUU.
html - Consultado el 17/8/2019
(12) Un análisis detallado sobre lo que significa FATCA se encuentra en Martínez Giner, Luis A.: “El fortalecimiento
de la obtención de información tributaria en el ámbito internacional: FATCA versus Rubik” - Quincena Fiscal -
N° 19 - 2012. Véase también Martos Belmonte, Plácido: “FATCA, un hito en la lucha contra la evasión fiscal a nivel
internacional y la base del nuevo intercambio de información fiscal” - Crónica Tributaria - N° 155 - 2015 - pág. 153 y ss.
(13) FATCA tiene un efecto catalizador en las iniciativas que luego se desarrollan, a nivel internacional, en lo que
se refiere al intercambio de información. Véase un interesante apunte que analiza todo este proceso en Tello,
C. P.: “FATCA: Catalyst for global cooperation on exchange of information” - Bulletin for International Taxation -
febrero/2014 - pág. 91 y ss. También véase Martínez Giner, Luis A.: “El intercambio automático de información en
materia tributaria: retos e incertidumbres jurídicas” - Revista Española de Derecho Tributario - N° 173 - 2017. Un
estudio sobre la evolución del derecho europeo, así como las posturas de la OCDE antes de la vigencia de la ley
FATCA, puede verse en Merino Espinosa, María del P. y Nocete Correa, Francisco J.: “El intercambio de información
tributaria: entre la diversidad normativa, la imprecisión conceptual y la pluralidad de intereses” - Crónica Tributaria -
N° 139 - 2011 - págs. 139/63
(14) Las entidades financieras a que se refiere alcanza a instituciones de depósito, instituciones de custodia y entidades
inversionistas, por lo que compromete no solo a los bancos sino también a entidades inversionistas, aseguradoras,
fiduciarias, entre otras
(15) Los datos que se suministran son: nombre, domicilio, número de identificación fiscal estadounidense, número
de cuenta, saldo y valor de la cuenta. También debe consignarse información relativa a los intereses, dividendos y
rendimientos brutos derivados de la venta de activos
(16) A través de FATCA se busca que las foreign financial institutions (FFI) ayuden al Tesoro de los Estados Unidos a
identificar a sus clientes U.S. Person y a obtener información sobre ellos
(17) Véase al respecto Gil Soriano, Alberto: “Toward an automatic but asimetric exchange of tax information: The US
foreign account tax compliance act (FATCA) as inflection point” - Intertax - vol. 40 - N° 10 - 2012 - pág. 540 y ss.
(18) Muchas voces se alzaron en la Unión Europea. Algunas se expresaron en la carta del 24/3/2011; otras en el
Informe del artículo 29 “Data protection working party”, de junio/2012, en el que el WP29 manifiesta su preocupación
a la Comisión Europea. Pero también fuera de ella. En Canadá, por ejemplo, Jim Flaherthy -ministro de Finanzas
de aquel entonces- expresó su disconformidad en los medios, alegando que una medida como FATCA no lograba
combatir la evasión fiscal - http://ec.europa.eu/justice/data-protection/article-29/documentation/other-document/
files/2012/20120621_letter_to _taxud_fatca_en.pdf; http://business.financialpost.com/2011/09/16/read-jim-flahertys-
letter-on-americans-in-canada - Consultado el 20/8/2019
(19) Siguiendo este modelo, las entidades financieras envían la información correspondiente a la administración
tributaria de su país y es esta quien la remite al IRS. Si el acuerdo fuese recíproco, el IRS recibiría información
equivalente de las instituciones financieras de Estados Unidos y la enviaría a la autoridad tributaria correspondiente
(20) En este caso, debe añadirse la petición de información de grupo cuando los titulares de cuentas no otorguen su
consentimiento para el intercambio de información
119
(21) Algunos, no obstante, han apuntado ciertas críticas al respecto. Véase, en este sentido, Christians, Allison: “You
first, no you first - Norway’s FATCA agreement with the U.S. Treasury” - LexisNexis - Legal NewsRoom - 22/4/2013
- www.lexisnexis.com/legalnewsroom/tax-law/b/fatcacentral/posts/quot-you-first-no-you-first-quot-norway-s-fatca-
agreement-with-u-s-treasury - Consultado el 15/8/2019
(22) Sobre este y otros principios que deben regir el intercambio de información, véase Gómez-Pomar, J.: “El
suministro de información como medio de realización de la justicia tributaria” - Crónica Tributaria - N° 71 - 1994 - pág.
66 y ss.
(23) En tanto que esta norma obliga, a partir del 1/1/2013, a declarar los intereses abonados a no residentes en
cuentas de determinadas entidades financieras estadounidenses
(24) Aun cuando los impulsores de FACTA entienden el withholdable payment como un mecanismo para incentivar la
firma del acuerdo, es claro que el instituto de la retención queda desvirtuado al tornarse una sanción
(25) En 2014, al poco tiempo de haber entrado en vigencia la ley FATCA, se tenían firmados 32 IGA y había 34 IGA a
punto de firmarse
(26) Al respecto, véase “Ley estadounidense de cumplimiento tributario de cuentas extranjeras (FATCA). Impact to
foreign trust and investment entities” - Aminews - 13/2/2014 - www.amicorp.com/AmiNews/Aminews%20FATCA/
pdfs/Impact%20to%20foreign%20Trust%20and%20Investment%20entities_Spanish.pdf - Consultado el 1/9/2019
(27) Véase al respecto la obra de Rust, Alexander y Fort, Eric: “Exchange of information and Bank Secrecy” - Wolters
Kluwer - Países Bajos - 2012
(28) Antes de FATCA ya se había discutido una serie de cuestiones relacionadas con los riesgos que puede generar
el intercambio de información con relevancia fiscal. Una interesante monografía al respecto es la de Martínez Giner,
Luis A.: “La protección del contribuyente en el intercambio de información entre Estados” - Iustel - Madrid - 2008
(29) Es importante señalar que en el caso de que se tuviese un CDI con Estados Unidos, FATCA impone una sanción
“disfrazada” de retención que parece no ser compatible con lo dispuesto en un CDI. Un apunte interesante al
respecto puede verse en Escalante, Xabier: “Breves notas sobre los efectos de FATCA en los convenios para evitar
la doble imposición” - Revista del Instituto Colombiano de Derecho Tributario - N° 74 - mayo/2016 - págs. 385/406
(30) Cfr. Gil Soriano, Alberto: “Diez desafíos del intercambio automático de información” en “Intercambio de
información y medidas fiscales de efecto equivalente” - Documentos del Instituto de Estudios Fiscales - N° 8 - 2014
- Madrid - pág. 56
(31) V., al respecto, Brodzka, Alicja: “The road to FATCA in the European Union” - European Taxation - octubre/2013
- pág. 520 y ss.; Parada, Leopoldo: “Intergovernmental agreements and the implementation of FATCA in Europe”
- World Tax Journal - junio/2015 - pág. 218 y ss.(32) Esto pasaba por enviar a sus clientes comprendidos en los U.S.
Indicia el formulario W-8BEN (certificate of foreign status of beneficial owner for United States tax withholding),
en el que se declara no ser ciudadano ni residente estadounidense; o, el formulario W-9, en el que se declara ser
ciudadano estadounidense y se solicita la emisión de un número de identificación fiscal
(33) Sobre los problemas que afrontan las entidades financieras véase Gil Soriano, Alberto: “Diez desafíos del
intercambio automático de información” en “Intercambio de información y medidas fiscales de efecto equivalente”
- Documentos del Instituto de Estudios Fiscales - N° 8 - 2014 - Madrid - pág. 59 y ss.
(34) Ante ello, la preocupación de muchos países se plasma en pronunciamientos, análisis y estudios sobre lo
que conlleva FATCA. En esta línea, para el caso peruano, puede verse Sheppard, Karen: “El régimen FATCA y sus
principales aristas de aplicación en el Perú” - Revista de la Facultad de Derecho PUCP - N° 72 - 2014 - págs. 103/24;
Santillán, Pilar: “Régimen FATCA. Reglas básicas que los especialistas deben conocer” (Parte II) - Informe Tributario
- N° 277 - junio/2014 - págs. 5/9
(35) El G-20, en su Cumbre de Moscú, realizada del 19-20/7/2013, aprobó varias propuestas de la OCDE encaminadas
a reforzar la transparencia y la cooperación fiscal internacional. Si bien se determinaron algunos aspectos referidos a
cómo debía realizarse el intercambio automático de información entre países, tenían claro que el camino era contar
con una plataforma legal multilateral. Es así como aparece el Model Competent Authority Agreement (MACC) y el
Common Reporting and Due Diligence Standard (CRS). Un breve apunte al respecto se encuentra en Pina Montaner,
Violeta: “La norma internacional sobre el intercambio automático de información de cuentas financieras” - Actualidad
Jurídica Uría Menéndez - N° 37 - 2014 - págs. 128/32
(36) Conf. Radcliffe, P.: “The OECD’s Common Reporting Standard: The next step in the global fight against tax
evasion” - Derivatives & Financial Instruments - julio-agosto/2014 - pág. 169 y ss.
(37) En abril/2013, los países del G-20 le piden a la OCDE elaborar una propuesta para contar con una norma multilateral.
Esta propuesta queda aprobada en septiembre/2013 y debía publicarse en febrero/2014. Adicionalmente, se encarga
al Foro de Transparencia Global e Intercambio de Información con Fines Fiscales que supervise la implementación y
120
cumplimiento de esta norma. Es así que en el marco de este foro, llevado a cabo en octubre/2014 en Berlín, muchos
países miembros y no miembros de la OCDE se comprometen a cumplir con este nuevo instrumento normativo e
iniciar los intercambios de información en 2017 y en 2018. Un estado de la cuestión, desde la perspectiva de distintas
jurisdicciones, se encuentra en Mazzucco, Flavia: “El fin del secreto bancario global: el intercambio de información
financiera en materia fiscal” - Estudios Internacionales - Universidad de Chile - N° 184 - 2016 - págs. 147/59
(38) www.oecd-ilibrary.org/docserver/9789264268074-8-es.pdf?expires=1566604045&id=id&accname=guest&checksum
=CE93CC5271162E6F1CFDB221AE27032C - Consultado el 23/8/2019
(39) Conf. Rahimi-Laridjani, Eschrat y Hauser, Erika: “The new global FATCA: An overview of the OECD’s Common
Reporting Standard in relation to FATCA” - International Tax Journal - vol. 42 - N° 1 - enero-febrero/2016 - pág. 35 y ss.
(40) Al respecto, puede verse Pecho, Miguel: “El intercambio automático de información: Hacia el nuevo estándar de
transparencia fiscal internacional” - Revista de la Facultad de Derecho PUCP - N° 72 - 2014 - págs. 31/44
(41) Estas medidas están encaminadas, por ejemplo, a evitar prácticas de elusión o a garantizar que las condiciones
que deben considerarse para excluir a una entidad financiera se cumplan realmente
(42) En esta línea, dentro de FATCA solo se informará de las cuentas de un U.S. Person y en el CRS se informará sobre
cuentas de un no residente
(43) A estas diferencias apuntadas se suma la siguiente. FATCA utiliza como un factor disuasivo que evita el
incumplimiento de la entidad financiera la “retención-sanción” del 30%, mecanismo que no incluye el estándar CRS.
Véase más al respecto en Rahimi-Laridjani, Eschrat y Hauser, Erika: “The new global FATCA: An overview of the
OECD’s Common Reporting Standard in relation to FATCA” - International Tax Journal - vol. 42 - N° 1 - enero-
febrero/2016
(44) Conf. Altenburger, Peter: “Coexistence between FATCA and MCAA - Potential conflicts” - Tax Notes International
- 26/1/2015 - pág. 338 y ss.
(45) V., al respecto, Martínez Giner, Luis A.: “El intercambio automático de información en materia tributaria: retos e
incertidumbres jurídicas” - Revista Española de Derecho Tributario - N° 173 - 2017
(46) En esta línea se expresa el Parlamento Europeo en su Informe A7-0376/2013, del 21/11/2013
(47) Directiva de fecha 9 de diciembre, publicada el 16/12/2014 en el DOUE
(48) Es un grupo de expertos que asiste a la Comisión Europea en los temas referidos al intercambio automático de
información de cuentas financieras (vgr. propone normas, plantea iniciativas para implementar lo requerido por la
legislación vigente, etc.). El 16/3/2015, el AEFI Group emite su primer informe -
http://blog.cubeiq.gr/files/EC_first_report_expert_group_automatic_exchange_financial_information_2015March.
pdf - Consultado el 25/8/2019
(49) Hay quienes han criticado el nivel de detalle que contiene esta directiva. Ello, si bien responde a una adecuación
a las políticas de operadores jurídicos externos, genera una dependencia de factores que no son propios de la Unión
Europea. Conf. Somare, Maryte y Wöhrer, Viktoria: “Automatic exchange of financial information under the Directive
on Administrative Cooperation in the light of the global movement towards transparency” - Interfax - 12 - 2015 -
pág. 814 y ss.
(50) Como mencionamos anteriormente, LuxLeaks -o Papeles de Luxemburgo- es el nombre que recibió el escándalo
descubierto en noviembre/2014 en el que se revelan acuerdos secretos pactados entre muchas compañías
multinacionales y la autoridad fiscal de Luxemburgo para ocultar el desvío de fondos y eludir el pago de impuestos
en ciertas jurisdicciones
(51) Cabe señalar que la directiva 2011/16/UE ya preveía un intercambio de información cuando la autoridad fiscal
de un Estado considerase que otro Estado podría verse perjudicado. Sin embargo, dado el carácter voluntario del
intercambio -que pasaba, además, por la valoración que hiciera el Estado que tuviese el acuerdo para definir qué
otros Estados podrían verse afectados por ello-, este mecanismo no había sido utilizado de manera efectiva. Al
respecto véase Maldonado, Ascensión: “Nuevas obligaciones de intercambio de información en materia de ‘tax
rullings’” - Carta Tributaria - N° 1 - 2015 - pág. 70 y ss.
(52) El riesgo de que se generase, a partir de estos acuerdos, este tipo de prácticas que dañan la competencia fiscal
entre Estados ha estado siempre presente. En el ámbito de la Unión Europea se gestó, desde el Grupo del Código de
Conducta, una propuesta sobre intercambio espontáneo de información sobre tax rullings otorgados por un Estado
y que afectase a otro Estado miembro; y, años antes, en el plan de acción contra el fraude y la elusión fiscal de 2012.
Para más detalles véanse los Informes del Grupo de Código de Conducta de 11/6/2012 (documento 10903/12, FISC
77) y de 6/6/2014 (documento 10608/14, FISC 95)
121
(53) De modo paralelo, el desarrollo de la acción 5 del plan BEPS (Base erosion and profit shifting) con miras a mejorar
la transparencia incluye el intercambio obligatorio y espontáneo de información respecto de acuerdos tributarios.
Concretamente, según el Informe Final de la Acción 5, esto comprende seis tipos de acuerdo: 1) los relativos a
regímenes preferenciales; 2) APA unilaterales o cualquier acuerdo unilateral transfronterizo relativo a precios de
transferencia; 3) acuerdos o resoluciones transfronterizas que prevén una baja de los beneficios imponibles; 4)
acuerdos sobre establecimientos permanentes; 5) acuerdos relacionados con conduit companies; 6) cualquier tipo
de acuerdo que a falta de un intercambio espontáneo pueda generar problemas propios de BEPS. Conf. OECD/G20
Base erosion and profit shifting project. Action 5: 2015 Final Report. Countering harmful tax practices more effectively.
Taking into account transparency and substance
(54) La definición amplia de estos acuerdos que recoge la directiva en sus artículos 3.14 y 3.15 (y que coincide con la
que da la OCDE en el informe final de la Acción 5 BEPS) puede verse en https://eur-lex.europa.eu/eli/dir/2015/2376/
oj/spa - Consultado el 28/8/2019
(55) Es importante tener en cuenta que para BEPS, el concepto de rulling es cualquier asesoramiento, información
o compromiso dado por una autoridad tributaria a un contribuyente o grupo de contribuyentes respecto de su
situación fiscal y en la que pueden confiar. Sobre este tema resulta de interés Calderón Carrero, José M.: “La
dimensión europea del proyecto BEPS, primeros acuerdos del ECOFIN, la aprobación del mecanismo de intercambio
automático de ‘tax rullings’ y el paquete antielusión fiscal 2013” - Quincena Fiscal - N° 6 - 2016 - pág. 126 y ss.
(56) Un mayor desarrollo sobre lo que trae consigo la modificación operada por la directiva 2015/2376/UE puede verse
en Martínez Giner, Luis A.: “El intercambio automático de información en materia tributaria: retos e incertidumbres
jurídicas” - Revista Española de Derecho Tributario - N° 173 - 2017
(57) El artículo 8 bis, inciso 6.b) prevé expresamente que el resumen del contenido del acuerdo “que incluya
una descripción de la actividad empresarial o las transacciones o series de transacciones pertinentes siempre en
términos abstractos”, no puede suponer “una divulgación de un secreto comercial, industrial o profesional ni de un
procedimiento comercial, ni de una información cuya divulgación sea contraria al interés público”
(58) En esta línea se manifiesta Calderón Carrero, José M.: “La dimensión europea del proyecto BEPS, primeros
acuerdos del ECOFIN, la aprobación del mecanismo de intercambio automático de ‘tax rullings’ y el paquete
antielusión fiscal 2013” - Quincena Fiscal - N° 6 - 2016 - págs. 131/2
(59) Cabe mencionar que, teniendo en cuenta la importancia de que las autoridades tributarias cuenten con
la información relativa a la lucha contra el blanqueo de capitales, la directiva 2016/2258/UE obligó a los Estados
miembros a darles acceso a los procedimientos de due diligence respecto del cliente identificado por las instituciones
financieras de acuerdo con la directiva 2015/849/UE
(60) www.boe.es/doue/2018/139/L00001-00013.pdf - Consultado el 30/8/2019. Un apunte de interés sobre esta
directiva se encuentra en “Opinion statement PAC 5/2018 on the legal professional privilege reporting waiver set out
in Article 8ab(5) on the Council Directive (EU) 2018/822 of 25 May 2018 (DAC6)” - CFE Tax Advisers Europe
(61) Véase al respecto García Prats, F. Alfredo (Dir.): “Intercambio de información, blanqueo de capitales y lucha contra
el fraude fiscal” - IEF - Madrid - 2014
(62) Cabe resaltar que, precisamente, para poder perseguir el delito fiscal, varios países han implementado, y en
algunos casos reforzado, los acuerdos de intercambio de información celebrados entre la autoridad fiscal y los
órganos jurisdiccionales locales. En España, por ejemplo, la Hacienda y la Fiscalía General del Estado han suscripto
un documento para mejorar el intercambio de información tributaria que supone la consulta y obtención de datos
a través del llamado “punto neutro judicial”. Desde setiembre de 2010, se tenía un convenio de colaboración entre
la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Ministerio
de Justicia para la cesión directa y automatizada de información tributaria a los juzgados y tribunales españoles;
sin embargo, la adenda de este convenio incluye al Ministerio Fiscal para la cesión telemática de datos. De este
modo, los órganos de la Fiscalía podrán solicitar información tributaria mediante el punto neutro judicial, que es
una red de servicios que ofrece a los órganos judiciales datos necesarios en la tramitación judicial mediante accesos
directos a aplicaciones y bases de datos del propio CGPJ, organismos de la Administración General del Estado y de
otras instituciones con la finalidad de facilitar y reducir los tiempos de tramitación, aumentar la seguridad y mejorar
la satisfacción de los usuarios. Conf. www.poderjudicial.es/cgpj/es/Temas/e-Justicia/Servicios-informaticos/Punto-
Neutro-Judicial/; https://informativojuridico.com/hacienda-y-la-fiscalia-general-del-estado-mejoran-el-intercambio-
de-informacion-tributaria-2/ - Consultados el 31/8/2019
(63) Conf. Diepvens, Niels y Debelva, Filip: “The evolution of the exchange of information in direct tax matters: The
taxpayer’s rights under pressure” - EC Tax Review - 2015/4 - pág. 214 y ss.
122
(64) Al respecto puede verse Cruz, Miguel: “Intercambio de información y derecho de los contribuyentes” - Impuestos
- N° 10 - 2014 - pág. 29 y ss.
(65) Sobre el caso español resulta interesante Martínez Giner, Luis A.: “La información automática de cuentas financieras:
Nuevos retos de la asistencia mutua en la ley general tributaria” - Documentos - Instituto de Estudios Fiscales - Doc.
13/2016 - págs. 145/54. En el caso de la Unión Europea fue necesaria la derogación de la directiva 2003/48/CE,
sobre fiscalidad del ahorro; véase al respecto www.consilium.europa.eu/es/press/press-releases/2015/11/10/savings-
taxation-directive-repealed/. Sobre lo que supone para nuestro país, puede verse Valdez, Patricia: “Los acuerdos
de intercambio de información tributaria y su implementación en el Perú” - Revista Derecho & Sociedad - N° 43 -
págs. 419/33
(66) Como sabemos, este derecho se consagra en el artículo 8 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la
Unión Europea (CDFUE) y en el artículo 16 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE). A partir
de ahí, muchas normas comunitarias desarrollan y detallan el contenido de este derecho. Al respecto, resulta de
interés Monereo, Cristina y Monereo José L. (Dirs.): “La Europa de los derechos. Estudio sistemático de la Carta de
los Derechos Fundamentales de la Unión Europea” - Ed. Comares - Granada - 2012; González, G.: “The emergence
of personal data protection as a fundamental right of the UE” - Springer International Publishing - 2014; Ordeñana,
Ixusko (Dir.): “La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y su reflejo en el ordenamiento jurídico
español” - Ed. Thomson-Aranzadi - Pamplona - 2014. En 2015, las instituciones comunitarias aprobaron la propuesta
de un nuevo Reglamento General de Protección de Datos Personales (RGDP), que entró en vigor el 25/5/2016. Sin
embargo, ha sido de aplicación a partir del 25/5/2018, pues se contempló un período de dos años para que todas
las instituciones, públicas y privadas, se preparasen para su cumplimiento. El nuevo RGPD supuso, también, que la
legislación interna de los países miembros, referida a la protección de datos personales, se adecuara a este nuevo
marco normativo comunitario
(67) Véase, por ejemplo, “Rijkeboer” - Asunto C-553/07; “Digital Rights Ireland y otros” - Asunto C-293/12 y C-594/12;
“Google vs. AEPD y Mario Costeja” - Asunto C-131/12; “Schrems” - Asunto C-362/14, entre otras. Es importante
mencionar que, en muchas de estas y otras sentencias, el TJUE reconoce el derecho a la protección de datos como
un derecho autónomo y distinto del derecho a la vida privada - http://curia.europa.eu/juris/liste.jsf - Consultado el
31/8/2019
(68) Al respecto, resulta de interés el libro de Schenk-Geers, Tonny: “International exchange of information and the
protection of taxpayers” - Kluwer Law International - 2009. Véase también Murillo de la Cueva, Pablo L. y Piñar Mañas,
José L.: “El derecho a la autodeterminación informativa” - Fundación Coloquio Jurídico Europeo - Madrid - 2009
(69) Esto es así, salvo cuando se trate de un suministro de datos necesario para que las administraciones públicas
puedan ejercer sus funciones en el ámbito de sus competencias
(70) En este sentido, véase la sentencia del TJUE “Smaranda Bara y otros” - Asunto C-201/14
(71) Al respecto, resulta de interés Serrat, Marina: “El caso Facebook: ¿Protege la UE los datos de sus contribuyentes?”
- ECJ Leading Cases - 10/10/2015
(72) En esta línea, la directiva 5/46/CE señala que los Estados pueden limitar el alcance de los derechos y obligaciones
que recoge siempre que se trate de resguardar el interés financiero de un Estado miembro
(73) Véase, al respecto, la obra de Kofler, Georg; Poiares Maduro, Miguel y Pistone, Pasquale: “Human rights and
taxation in Europe and the world” - IBFD - Amsterdam - 2011
(74) A propósito de las modificaciones de la directiva 2011/16/UE para reforzar el intercambio de información en el
contexto comunitario, se encuentra un completo análisis de este tema y su impacto en el derecho a la protección
de datos del contribuyente en Moreno González, Saturnina: “El intercambio automático de información tributaria
y la protección de datos personales en la Unión Europea. Reflexiones al hilo de los últimos progresos normativos y
jurisprudenciales” - Quincena Fiscal - N° 12 - 2016, parte editorial
(75) Un análisis que podría ser útil para profundizar en estas ideas se encuentra en Calderón Carrero, José M. y
Quintas Seara, Alberto: “The taxpayer’s right of defence in cross-border exchange of information procedures” -
Bulletin for International Taxation - septiembre/2014
(76) Entre otros, Arenas Ramiro, Mónica: “Reforzando el ejercicio del derecho a la protección de datos personales:
viejas y nuevas facultades” en Rallo Lombarte, Artemi y García Mahamut, Rosario: “Hacia un nuevo derecho europeo
de protección de datos” - Ed. Tirant lo Blanch - Valencia - pág. 324 y ss.; Schenk-Geers, Tonny: “International
exchange of information and the protection of taxpayers” - Kluwer Law International - 2009 - pág. 258; Moreno
González, Saturnina: “El intercambio automático de información tributaria y la protección de datos personales en
la Unión Europea. Reflexiones al hilo de los últimos progresos normativos y jurisprudenciales” - Quincena Fiscal -
N° 12 - 2016, parte editorial
123
I - PLANTEAMIENTO DE LA CUESTIÓN
Las innovaciones tecnológicas de las últimas décadas han cambiado para siempre
nuestras vidas. El modo en que nos comunicamos, en todos los sentidos que tiene esta
expresión, ha sido facilitado de una manera tan extraordinaria por las nuevas tecnologías
que nuestra forma de relacionarnos, y muchas expresiones de nuestra cultura, han
sufrido cambios tan vertiginosos que resulta difícil hacer una pausa para reflexionar
sobre sus alcances.
Estas líneas serán dedicadas a señalar algunas cuestiones que podrían servir para
repasar de qué manera se están sosteniendo, en estos tiempos de cambios, las garantías
que fueron forjadas en el texto constitucional, en una época en la que los hombres que
nos precedieron abandonaron el uso de las armas que usaban para sus luchas internas,
con el objetivo de construir la unión nacional generando una ley suprema común.
Forma parte de nuestra cultura jurídica que las garantías básicas contenidas en
la Constitución Nacional sancionada en 1853 tuvieron su génesis en una acumulación
de reacciones jurídico políticas contra el poder absoluto de las monarquías europeas,
tanto por parte de las colonias norteamericanas, que en 1766 habían declarado su
independencia de la corona inglesa, como en los vestigios hispánicos que tuvieron cierto
apogeo durante las Cortes de Cádiz.
(*) Abogado (UBA). Magíster en Derecho de la Empresa (Universidad Austral). Profesor en la maestría
en Derecho Tributario y la maestría en Derecho de la Empresa (Universidad Austral)
127
128
repelente a la idea de que sean los jueces del Poder Judicial los encargados del control
de los actos administrativos, prefiriendo -en su lugar- la idea de la décision préalable de
la Administración Pública, con sus vertientes de la necesidad de obtener en todos los
casos un pronunciamiento previo y el agotamiento de la vía administrativa, acompañada
de la instalación de tribunales administrativos para juzgar a la Administración Pública.
Los efectos de este embate todavía no se han terminado de madurar, pero sin lugar
a duda provocaron -y siguen provocando- un importante choque cultural en cuanto a
los fundamentos de la división de los poderes estatales, el alcance de la revisión de la
validez de los actos administrativos y, en particular, en lo relativo al control judicial de
constitucionalidad de las normas y actos provenientes de la Administración Pública.
En lo que aquí interesa, la organización de la administración tributaria a nivel
federal se modeló bajo el influjo de esas ideas. Así, por ejemplo, puede citarse la creación
de un tribunal administrativo (por fuera de la organización del Poder Judicial de
la Nación), al que se dotó de jurisdicción y competencia exclusiva para la revisión de
ciertos actos de contenido tributario (en rigor, de aquellos que al menos en una primera
aproximación aparecen como los de contenido más relevante, como lo es la determinación
de oficio de diferencias tributarias, los actos concernientes a demandas de repetición de
impuestos y los actos sancionadores que aplican multas por incumplimiento del pago
adecuado de los tributos federales). En el mismo sentido, cuando la acción de repetición
de tributos es instada como consecuencia de lo que se denomina “pago voluntario” (por
oposición al “pago a requerimiento”), resulta imprescindible conceder a la administración
tributaria la oportunidad de expedirse sobre dicho reclamo. También, por otra parte, está
contemplada la necesidad de plantear un recurso administrativo -con la carga obligatoria
de agotar la vía mediante un recurso administrativo antes de poder recurrir a la instancia
de revisión judicial- cuando el ordenamiento no contempla otro recurso disponible contra
el acto administrativo tributario en cuestión (de acuerdo con lo dispuesto por el art. 74
del reglamento de la ley 11683, mal llamada ley de “procedimientos tributarios”).
Esta problemática resulta todavía más angustiante cuando se trata de la revisión
de actos administrativos de contenido tributario emitidos por las administraciones
tributarias provinciales o municipales, o del reclamo de repetición de los tributos
provinciales o municipales pagados indebidamente. Los respectivos ordenamientos suelen
contemplar, con sus necesarias matizaciones y con gran influencia del modo en que se
encuentre organizada en cada caso la justicia contencioso administrativa, una serie de
mecanismos que suelen alejar la eficacia y efectividad de la actuación judicial, como
ocurre, singularmente, en lo que se refiere al previo pago de las sumas reclamadas en
concepto de tributos, sus accesorios, e inclusive las multas aplicadas a los particulares.
El planteamiento general del problema en el que concentro esta exposición viene
acompañado de algunas características propias de nuestro medio, generando ciertas
cuestiones fundamentales que cruzan de manera transversal toda nuestra disciplina. Me
refiero, de modo concreto, a la circunstancia de que el nuestro es un país que carece de
una moneda dotada del atributo de valor que debería identificarla como tal. Los estragos
provocados por el fenómeno de la inflación permanente, instalada hace décadas en
nuestra economía, producen, en materia tributaria, una serie de estropicios que no han
sabido enfrentar nuestros políticos, ni tampoco lo hemos hecho quienes nos dedicamos
al estudio de esta disciplina.
Como lo sabemos, la esencia del derecho tributario gira en torno de la idea de
la contribución al sostenimiento del gasto público mediante la creación, por parte del
legislador, de obligaciones de dar sumas de dinero cuando se verifica la ocurrencia de
129
130
Ello nos lleva a preguntarnos cómo sobrevive y cuáles son los pilares sobre los
que se asienta la revisión judicial de las normas legales y reglamentarias de contenido
tributario, así como el control judicial de la actividad que realiza la administración
tributaria, cuando esta ejercita las diversas potestades administrativas conferidas por
el legislador a su favor con la finalidad de asegurar el cumplimiento de las normas de
contenido tributario.
Puestos en esta tarea, corresponde recordar que, si bien el contenido u objeto de
las normas tributarias tiene como eje central el establecimiento de ciertas condiciones
o presupuestos de hecho, cuya realización va a provocar el nacimiento de la obligación
tributaria, la eficacia de las normas concernientes a los diversos aspectos de la obligación
requiere de su necesaria complementación con el establecimiento de otro conjunto de
normas que permiten la aplicación de las primeras, a través de su gestión por parte
de los propios contribuyentes y de la administración tributaria. De una manera más o
menos inmediata, el contenido de estas normas se encuentra relacionado con aquellas
que regulan la sustancia de las obligaciones tributarias.
El estudio sistemático del derecho tributario ha sido abordado dividiendo su
objeto en parcelas normativas concernientes a los diversos aspectos de la disciplina
(constitucional, sustancial, formal o administrativo, procesal y penal). Desde esta
perspectiva, se advierte que tanto la actividad desarrollada en sede administrativa
como la cumplida en sede judicial se encuentran regidas por normas que disciplinan la
actuación de órganos estatales y que, por lo tanto, pueden ser igualmente calificadas, en
términos amplios, como normas de procedimiento (aunque en rigor se aluda a ellos como
procedimiento administrativo y proceso judicial, respectivamente).
131
En lo que aquí nos interesa, cada uno de estos sectores normativos se encuentra
sometido a principios recibidos de otras ramas del derecho, como ocurre con el ordena-
miento administrativo y procesal, respectivamente. Del derecho administrativo se han
recibido las reglas básicas de la organización estatal, que se reconducen con técnicas
más o menos explícitas de organización de las respectivas potestades y la atribución de
competencias para poner en ejecución tales potestades. En el ordenamiento tributario
federal, una parte de esas normas se encuentra contenida en el decreto 618/1997, y otra
en la propia ley 11683, pero en cualquier caso, la actuación de la administración tributaria
se encuentra sometida al escrutinio de los principios propios del derecho administrativo.
La aplicación singular de las normas de contenido tributario se encuentra
sometida a reglas que establecen y regulan la actividad que desarrollan los particulares
y la administración tributaria, conformando el ámbito que luego nutrirá el contenido de
la tarea de control que deben desarrollar los jueces. Hay que notar, sin embargo, que la
actividad “declarativa” con la que la doctrina suele calificar a la actuación atribuida a los
obligados tributarios es ejercida con márgenes cada vez más reducidos de libertad. Así,
el contenido de las declaraciones presentadas por los particulares no solamente viene
determinado por los formatos preestablecidos de los formularios con los que se presentan
tales declaraciones, sino que además su propio contenido se encuentra cada vez más
condicionado por la información que obtiene la administración tributaria por aplicación
de los numerosos regímenes informativos.
Uno de los aspectos que deben ser subrayados para nuestra indagación proviene de
la sustancial modificación que ocurrió en los últimos tiempos con relación a la ubicación
central asignada a la “obligación tributaria”, tanto por parte de las normas tributarias
como por parte de los estudios de nuestra disciplina.
Como resulta sabido, la preeminencia atribuida al desarrollo de las normas que
regulan la obligación tributaria (como expresión genuina y cabal de la manifestación
de capacidad contributiva captada por el legislador) condujo a otorgar gran relieve a
la actividad de determinación de oficio de los tributos realizada por la administración
tributaria, y a la regulación detallada de los litigios nacidos de la impugnación del acto
administrativo que pone fin al procedimiento de determinación de obligaciones tributarias
total o parcialmente insatisfechas.
La confluencia de diversos factores ha consolidado una tendencia cada vez más
acentuada hacia un incremento de la importancia cualitativa y cuantitativa de otras
facultades otorgadas a favor de la administración por parte de las leyes tributarias, que
no necesariamente pueden ser revisadas a través de los recursos admitidos contra la
determinación de oficio. Una manifestación contundente de esta tendencia puede ser
encontrada en la multiplicación de deberes formales a cargo de los administrados, y en la
cada vez más apremiante necesidad de la administración de uniformizar la información
relevante a los fines tributarios como un medio idóneo para utilizar eficazmente los
siempre escasos recursos humanos en las tareas de verificación, lo que inclusive ha
llegado a trasladarse al ámbito del derecho tributario sustantivo, descuidando -en muchas
ocasiones- el rigor que exigen los principios constitucionales que rigen el ejercicio del
poder de establecer tributos.
Lo cierto es que estas características actuales del derecho tributario crean una
serie de problemas, que se reflejan en el angustioso crujir de los mecanismos procesales
provocado por la necesidad de tutela que en muchas ocasiones requieren los particulares.
132
133
(3) V., al respecto, Romano, Santi: “Fragmentos de un diccionario jurídico” - trad. Santiago Sentís
Melendo y Marino Ayerra Rendín - Ediciones Jurídicas Europa-América - Bs. As. - 1964 - pág. 297 y
ss., esp. pág. 322 y ss.
(4) Aunque el tema excede los límites y el propósito del presente trabajo, considero que la
cuestión de la convivencia entre intereses públicos y privados, y los respectivos límites contenidos
en su regulación positiva, sobre todo cuando conciernen a derechos fundamentales, debe ser
analizada abandonando la visión conflictivista tradicional y adoptando como finalidad del examen
la conciliación de los contenidos fundamentales de los derechos y posiciones jurídicas y la
razonabilidad de las normas que los regulan. V., al respecto, Cianciardo, Juan: “El conflictivismo en
los derechos fundamentales” - Eunsa - Pamplona - 2000, passim; Serna, Pedro y Toller, Fernando:
“La interpretación constitucional de los derechos fundamentales. Una alternativa a los conflictos de
derechos” - LL - Bs. As. - 2000 - passim
134
Una de las mayores dificultades que presenta el estado actual de las cosas, en
lo que se refiere a la aplicación de las normas que regulan el deber de contribuir al
sostenimiento del gasto público mediante el pago de contribuciones tributarias, proviene
de la pérdida de juridicidad de la actuación de esas normas, situación que normalmente
viene acompañada de la atribución de cada vez mayores prerrogativas a favor de la
administración tributaria.
En el caso del ordenamiento tributario argentino, la situación se encuentra
complicada por la presencia de numerosas paradojas, cuya existencia puede debilitar
la efectiva vigencia de las garantías constitucionales propias de nuestra disciplina,
provocando la necesidad de revisar cuál es el rol que deben cumplir los jueces y cuáles
son los desafíos que los juristas debemos encarar en forma urgente.
(5) V., al respecto, García Novoa, César: “El principio de seguridad jurídica en materia tributaria” -
Ed. Marcial Pons - Madrid - 2000 - passim, esp. pág. 104 y ss.
135
136
derecho de defensa de los ciudadanos, que es precisamente el valor que se quiso proteger
mediante su instalación.
Por último, existe, en mi opinión, una paradoja adicional en nuestro sistema
jurídico, cuya premisa ha sido reiterada con cierta insistencia por parte de la Corte
Suprema en los últimos años.
Según las palabras de la Corte, los jueces deben ser extremadamente estrictos en el
otorgamiento de medidas cautelares que dificulten la normal recaudación de los tributos,
siendo esta una expresión que traduce una toma de partido a favor de la preeminencia
del interés público a la recaudación por sobre el interés de los ciudadanos a obtener la
revisión judicial de los actos de la administración.
Más allá de las críticas que pueden formularse a la visión conflictivista que sostiene
el pensamiento de la Corte, resulta difícil conciliarlo con la posibilidad que confiere el
ordenamiento de recurrir ante el Tribunal Fiscal los actos administrativos que contienen
determinaciones de obligaciones tributarias, no solamente sin pagar el monto determinado
sino además sin necesidad de otorgar garantía alguna a favor de la administración.
Es que, a diferencia de lo que ocurre en otros sistemas jurídicos más avanzados,
en nuestro país, sigue estando presente, con una influencia que no se puede terminar
de explicar y mucho menos aun cuando se advierten los perniciosos efectos económicos
provocados por el fenómeno inflacionario, la perniciosa figura del solve et repete.
Personalmente, no termino de comprender por qué razón nadie toma en cuenta, en el caso
de los tributos federales, que resulta mucho más grave para la administración tributaria
que el ordenamiento permita el recurso ante el Tribunal Fiscal sin el otorgamiento de
garantías, que permitir una modificación del régimen contemplando la posibilidad de
equilibrar los intereses en juego estableciendo un régimen de garantías crecientes a
medida que se avanza en las sucesivas instancias de revisión judicial.
De esta manera, mientras resulta obvio que la apelación ante el Tribunal Fiscal de
las determinaciones de oficio provoca demoras en la recaudación de los tributos, con el
añadido de que no se exigen garantías para utilizar dicho recurso, la doctrina restrictiva
de la Corte termina siendo utilizable únicamente en los supuestos en que se pretende
obtener la revisión judicial de otros actos de la administración tributaria, diversos de
la determinación de oficio. Y siendo que la ley de procedimientos dedica una parte
numéricamente importante de sus preceptos a consagrar un sistema de efectiva tutela
contra los actos de determinación de obligaciones tributarias (que a la sazón son los actos
revestidos de mayor cantidad de formalidades por parte de la ley), y que además dichas
normas de procedimiento respetan en términos generales los principios constitucionales
arriba analizados, se termina por concluir que justamente en los demás casos, en los
que la actuación de la administración se encuentra menos juridificada, y que, por lo
tanto, debería ser sometida a un control más estricto por parte de los jueces, se termina
postulando precisamente la solución inversa.
La práctica cotidiana revela que una porción cada vez más relevante de recau-
dación de la renta pública y, por lo tanto, del sacrificio patrimonial exigido de parte
de los particulares se encuentra fijado por normas, procedimientos y actuaciones de la
administración que se encuentran al margen del control judicial.
Lo peor del caso es que nos hemos ido acostumbrando de a poco, resignándonos
de manera creciente a un estado de cosas en el que la efectiva vigencia de las garantías
constitucionales se ha ido diluyendo cada vez más, sobre la base de tolerar que la
137
138
139
LA CONVENCIONALIDAD EN EL
PROCEDIMIENTO SANCIONADOR TRIBUTARIO:
IMPACTOS Y REFLEXIONES EN TORNO
A LAS GARANTÍAS DEL DEBIDO PROCESO
(*) Abogado. Doctor en Derecho Público (Universidad Nacional del Nordeste). Máster en Derecho
Tributario (Universidad de Barcelona). Especialista en Derecho Administrativo (UNNE). Docente
investigador de la Facultad de Derecho de la UNNE. Autor de libros y publicaciones jurídicas
(1) Balbín, Carlos: “Manual de derecho administrativo” - 3ª ed. actualizada y ampliada - LL - Bs. As.
- 2015 - pág. 707
141
(2) Midón, Mario: “Control de convencionalidad” - Ed. Astrea - Bs. As. - 2016 - pág. 72
142
143
(6) “Rodríguez Pereyra, Jorge Luis c/Ejército Argentino s/daños y perjuicios” - CSJN - 27/11/2012 -
Cita digital IUSJU202657D
(7) In re “Videla, Jorge Rafael y Massera, Emilio Eduardo s/recurso de casación” - CSJN - 3/8/2010 -
Cita digital IUSJU180094D
(8) Art. 8, CADH. “Garantías judiciales. 1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal
144
formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral,
fiscal o de cualquier otro carácter. 2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se
presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso,
toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: a) derecho del
inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no comprende o no habla
el idioma del juzgado o tribunal; b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación
formulada; c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación
de su defensa; d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por
un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor; e) derecho
irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según
la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro
del plazo establecido por la ley; f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en
el tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan
arrojar luz sobre los hechos; g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse
culpable, y h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior. 3. La confesión del inculpado
solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza. 4. El inculpado absuelto por una
sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos. 5. El proceso penal
debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la justicia”
(9) Gelli, María A.: “Constitución Nacional Argentina. Comentada y anotada” - LL - Bs. As. - 2006 -
pág. 219
145
(10) García de Enterría, Eduardo y Fernández, Tomás R.: “Curso de derecho administrativo” - 1ª ed.
- LL-Thompson-Civitas - Bs. As. - 2006 - T. II
(11) www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/Seriec_72_esp.pdf
(12) www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_125_esp.pdf - Fallo del 17/6/2005
(13) www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_151_esp.pdf - Fallo del 19/9/2006
(14) En este caso, la Corte IDH fijó también un importante precedente al declarar que las
garantías del debido proceso son de aplicación al procedimiento administrativo. En aquel caso,
un procedimiento de reclamación sobre tierras aborígenes. Se declaró: “62. Los recursos efectivos
que los Estados deben ofrecer conforme al artículo 25 de la Convención Americana, deben ser
146
sustanciados de conformidad con las reglas del debido proceso legal (art. 8 de la Convención), todo
ello dentro de la obligación general a cargo de los mismos Estados de garantizar el libre y pleno
ejercicio de los derechos reconocidos por la Convención a toda persona que se encuentre bajo su
jurisdicción. En este sentido, la Corte ha considerado que el debido proceso legal debe respetarse
en el procedimiento administrativo y en cualquier otro procedimiento cuya decisión pueda afectar
los derechos de las personas. 63. En lo que respecta a pueblos indígenas, es indispensable que los
Estados otorguen una protección efectiva que tome en cuenta sus particularidades propias, sus
características económicas y sociales, así como su situación de especial vulnerabilidad, su derecho
consuetudinario, valores, usos y costumbres”
(15) Dijo el Máximo Tribunal, en el año 2004 (se había impugnado una resolución que inhibía la
posibilidad a los concursantes de impugnar, luego, las decisiones del COMFER, en sede judicial):
“6) Que el artículo 3, inciso a), de la resolución COMFER 16/1999 resulta violatorio del artículo 18 de
la Constitución Nacional y de las convenciones internacionales de derechos humanos, que cuentan
con jerarquía constitucional, en cuanto resguardan el derecho a la tutela administrativa y judicial
efectiva [arts. XVIII y XXIV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre;
8 y 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 8 y 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos; 2, inc. 3), aps. a) y b), y 14, inc. 1), del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos]. 7) Que ello es así pues la citada disposición, en los términos generales en que
ha sido redactada, restringe en forma ilegítima y arbitraria la posibilidad de que los particulares
que pretendan participar en concursos para la adjudicación de licencias de radiodifusión puedan
impugnar cualquier resolución administrativa del COMFER y la CNC vinculada al servicio en
cuestión, en contradicción de la garantía mencionada en el considerando anterior, que supone la
posibilidad de ocurrir ante los tribunales de justicia a lo que cabe agregar, ante las autoridades
administrativas competentes y obtener de ellos sentencia o decisión útil relativa a los derechos
de los particulares o litigantes (Fallos: 310:276 y 937; 311:208) y que requiere, por sobre todas las
cosas, que no se prive a nadie arbitrariamente de la adecuada y oportuna tutela de los derechos
que pudieren eventualmente asistirle sino por medio de un proceso conducido en legal forma y que
concluya con el dictado de una sentencia fundada (Fallos: 310:1819)” (“Astorga Bracht, Sergio y otro
c/COMFER - dto. 310/98 s/amparo ley 16.986”)
(16) Canda, Fabián: “Principios convencionales del procedimiento administrativo. El principio de
‘tutela administrativa efectiva’. Creación y evolución en la jurisprudencia de la Corte Interamericana.
Recepción en la jurisprudencia de la Corte Suprema Nacional” - Número especial en recuerdo de
Julio Rodolfo Comadira (1947-2005) - ED - Bs. As. - 7/10/2015
(17) Cabe aclarar que el caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por la negativa
de brindar información relacionada con un proyecto de industrialización forestal al señor Marcel
Claude Reyes, así como a la falta de un recurso adecuado y efectivo para cuestionar tal decisión
147
derechos y obligaciones” (art. 8.1, CADH) de una persona, ese procedimiento se encuadra
en los cánones del mentado artículo. Sin perjuicio de ello, el magistrado sostuvo que la
aplicabilidad del artículo 8 de la Convención a todo procedimiento administrativo “tiene
el alcance que en cada caso permiten las características del procedimiento correspondiente
conforme la doctrina vigente de la Corte IDH, las garantías judiciales del artículo 8.1 de
la CADH rigen en todo procedimiento administrativo que pueda derivar en un acto que
afecte derechos de las personas, y queda, empero, por definirse en cada caso el modo
en que dichas garantías habrán de ser aplicadas, atendiendo a las características del
procedimiento correspondiente”.
No caben dudas, entonces, de la pertinencia en la aplicación de la convención al
campo de los procedimientos. Ahora bien, cómo impacta ello en el esquema de garantías
adjetivas en el marco de un procedimiento de sanción fiscal. Cabe interrogarse entonces:
¿Qué implicancias tiene el debido proceso legal adjetivo motivado en infracciones fiscales?
Señala la doctrina argentina(18) que, a la luz de precedentes de la Corte IDH, existe
una serie de elementos que componen el debido procedimiento que no puede ser obviada;
ellos son: a) audiencia para la determinación de hechos y derechos; b) derecho a la
representación legal; c) notificación previa al inicio de un procedimiento; d) derecho a una
decisión fundada; e) publicidad de las actuaciones; f) cumplimiento del plazo razonable;
g) revisión judicial.
En materia de procedimiento tributario sancionador, el debido proceso y la garantía
de la defensa en juicio con todas sus vertientes contempla, centralmente, los siguientes
aspectos estrechamente relacionados con los citados en el párrafo anterior, a saber:
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(21) “Biturón, Horacio Andrés s/clausura preventiva” - CFed. San Martín - 9/9/2011
(22) Cassagne, Juan C.: “Derecho administrativo” - Ed. LexisNexis-Abeledo-Perrot - Bs. As. - 2006
- T. II - pág. 37
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sentencia que desestimó los recursos de apelación interpuestos contra la resolución del
BCRA -que impuso multas por aplicación de lo establecido por el inc. 3) del art. 41, L.
21526, por diversas infracciones al régimen financiero cometidas por quienes actuaron
como directores o síndicos de una sociedad anónima-, pues los prolongados lapsos de
inactividad procesal, puestos de manifiesto por la propia autoridad administrativa,
atribuibles inequívocamente a dicha entidad financiera, se presentan como el principal
motivo de la dilación del sumario que tuvo resolución solo después de haber transcurrido
dieciocho años desde el acaecimiento de los hechos supuestamente infraccionales y
tras quince años de haberse dispuesto su apertura, por lo que la irrazonable dilación
del procedimiento administrativo resulta incompatible con el derecho al debido proceso
amparado por el artículo 18 de la Constitución Nacional y por el artículo 8 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos”.
Al respecto, la CSJN sostuvo:
“6) Que en este orden de ideas, se impone señalar que el artículo 75, inciso
22), de la Constitución Nacional que reconoce con jerarquía constitucional
diversos tratados de derechos humanos, obliga a tener en cuenta que el
artículo 8, inciso 1), del Pacto de San José, referente a las garantías judiciales,
prescribe no solo el derecho a ser oído sino también el de ejercer tal derecho
con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable; y a su vez, el
artículo 25 al consagrar la protección judicial asegura la tutela judicial efectiva
contra cualquier acto que viole derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución Nacional, la ley o la Convención, aun cuando tal violación sea
cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
7) Que, por lo demás, el derecho a obtener un pronunciamiento judicial sin
dilaciones previas resulta ser un corolario del derecho de defensa en juicio
consagrado en el artículo 18 de la Constitución Nacional -derivado del
speedy trial de la enmienda VI de la Constitución de los Estados Unidos de
Norteamérica-. En este sentido se ha expedido esta Corte al afirmar que ‘la
garantía constitucional de la defensa en juicio incluye el derecho de todo
imputado a obtener un pronunciamiento que, definiendo su posición frente a la
ley y a la sociedad, ponga término del modo más rápido posible, a la situación
de incertidumbre de innegable restricción que comporta el enjuiciamiento
penal’ (Fallos: 272:188; 300:1102 y 332:1492). En el mismo orden de ideas
se sostuvo que las garantías que aseguran a todos los habitantes de la Nación
la presunción de su inocencia y la inviolabilidad de su defensa en juicio
debido proceso legal (arts. 5, 18 y 33, CN) se integran por una rápida y eficaz
decisión judicial (Fallos: 300:1102) y que ‘el Estado con todos sus recursos y
poder no tiene derecho a llevar a cabo esfuerzos repetidos para condenar a
un individuo por un supuesto delito, sometiéndolo así a las molestias, gastos
y sufrimientos, y obligándolo a vivir en un continuo estado de ansiedad e
inseguridad, y a aumentar también la posibilidad de que, aun siendo inocente,
sea hallado culpable’ (Fallos: 272:188).
8) Que, ello sentado, cabe descartar que el carácter administrativo del
procedimiento sumarial pueda erigirse en un óbice para la aplicación de los
principios reseñados, pues en el estado de derecho la vigencia de las garantías
enunciadas por el artículo 8 de la citada Convención no se encuentra limitada
al Poder Judicial -en el ejercicio eminente de tal función- sino que deben
153
ser respetadas por todo órgano o autoridad pública al que le hubieran sido
asignadas funciones materialmente jurisdiccionales. Ha sostenido al respecto
la Corte Interamericana de Derechos Humanos que cuando la convención
se refiere al derecho de toda persona a ser oída por un tribunal competente
para la determinación de sus derechos, esta expresión se refiere cualquier
autoridad pública, sea administrativa, legislativa o judicial que a través
de sus resoluciones determine derechos y obligaciones de personas. Por la
razón mencionada, esa Corte considera ‘que cualquier órgano del Estado que
ejerza funciones de carácter materialmente jurisdiccional, tiene obligación
de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del debido proceso legal
en los términos del artículo 8 de la Convención Americana’ (caso ‘Tribunal
Constitucional vs. Perú’, sentencia del 31/1/2001, párr. 71)”.
Finalmente, cabe solo mencionar la tutela judicial efectiva que se desprende de los
célebres precedentes “Fernández Arias c/Poggio”, de 1960, y “Ángel Estrada c/Secretaría
de Energía de la Nación”, del año 2005, que consagraron la noción de control judicial
suficiente posterior que excede ya al presente trabajo. Sí corresponde señalar que este
concepto fue expresamente receptado por la Corte IDH en el caso “Yean y Bosico c/
República Dominicana” (el caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado
por la negación de la emisión de las actas de nacimiento a favor de Dilcia Oliven Yean
y Violeta Bosico Cofi a través de las autoridades del Registro Civil, y las perjudiciales
consecuencias que dicha situación generó en ellas) y también en el caso “Loren Laroye
Riebe Start c/México”.
IV - COLOFÓN
Las garantías del debido proceso que emanan de los textos constitucionales y
convencionales irradian sobre todo el sistema jurídico. En especial, ya no caben dudas
de que si bien se refieren a cuestiones judiciales, también alcanzan los procedimientos
administrativos. En el nuevo paradigma, el control de constitucionalidad y convencionalidad
es directo y previo por parte del funcionario y de consulta obligada para el operador
jurídico (consultor, parte, funcionario, magistrado y litigante, etc.).
Las prescripciones de la CADH son de aplicación directa, inmediata operativa y
obligatoria, así como las interpretaciones de la Corte IDH, por lo que en los memoriales
de los letrados, dictámenes y resoluciones de los organismos públicos no pueden soslayar
su aplicación práctica y concreta al caso.
En el caso de los procedimientos de sanción tributaria, estos principios son de
perfecta aplicación. Si bien la ley 11683 contempla ciertos mecanismos procedimentales
acertados que se encuadran en las prescripciones convencionales y constitucionales,
la norma adolece de carencias regulatorias que podrían más explícitas en la materia,
equilibrando así el poder de la administración con expresa regulación de las garantías del
contribuyente que claramente tienen jerarquía supralegal.
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I - INTRODUCCIÓN
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(1) Véase, la página del Tribunal Popular Supremo (consulta de 4/7/2019): jszx.court.gov.cn/; con
datos de 9/6/2019, y la página de Credit China, con datos de 22/4/2019: creditchina.gov.cn/
lianhejiangcheng/lianhejiangchengjiaodianwenzhang/201904/t20190419_153113.html
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(2) Vega Herrero, Manuela y Muñoz del Castillo, José Luis: “Tributos y obligaciones tributarias”, en
Rafael Calvo Ortega (director): “La nueva Ley General Tributaria” - Ed. Thomson Civitas - Madrid -
2004 - pág. 131
En el ap. 2 del art. 34 de la LGT se establece que “integrado en el Ministerio de Hacienda, el
Consejo para la Defensa del Contribuyente velará por la efectividad de los derechos de los obligados
tributarios, atenderá las quejas que se produzcan por la aplicación del sistema tributario que realizan
los órganos del Estado y efectuará las sugerencias y propuestas pertinentes, en la forma y con los
efectos que reglamentariamente se determinen”
163
Las diligencias son los documentos públicos que se extienden para hacer constar hechos,
así como las manifestaciones del obligado tributario o persona con la que se entiendan
las actuaciones. Las diligencias no podrán contener propuestas de liquidaciones
tributarias.
Los órganos de la Administración tributaria emitirán, de oficio o a petición de terceros,
los informes que sean preceptivos conforme al ordenamiento jurídico, los que soliciten
otros órganos y servicios de las Administraciones públicas o los poderes legislativo y
judicial, en los términos previstos por las leyes, y los que resulten necesarios para la
aplicación de los tributos.
8. En los procedimientos tributarios se podrá prescindir del trámite de audiencia previo
a la propuesta de resolución cuando se suscriban actas con acuerdo o cuando en las
normas reguladoras del procedimiento esté previsto un trámite de alegaciones posterior
a dicha propuesta. En este último caso, el expediente se pondrá de manifiesto en el
trámite de alegaciones.
El trámite de alegaciones no podrá tener una duración inferior a 10 días ni superior a
15”.
El mencionado artículo 95 de la LGT, relativo al carácter reservado de los datos con
trascendencia tributaria, señala lo siguiente:
1. Los datos, informes o antecedentes obtenidos por la administración tributaria en el
desempeño de sus funciones tienen carácter reservado y solo pueden ser utilizados
para la efectiva aplicación de los tributos o recursos cuya gestión tenga encomendada
y para la imposición de las sanciones que procedan, sin que puedan ser cedidos o
comunicados a terceros, salvo que la cesión tenga por objeto:
a) La colaboración con los órganos jurisdiccionales y el Ministerio Fiscal en la
investigación o persecución de delitos que no sean perseguibles únicamente a
instancia de persona agraviada.
b) La colaboración con otras administraciones tributarias a efectos del cumplimiento
de obligaciones fiscales en el ámbito de sus competencias.
c) La colaboración con la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y con las entidades
gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social en la lucha contra el fraude
en la cotización y recaudación de las cuotas del sistema de Seguridad Social y
contra el fraude en la obtención y disfrute de las prestaciones a cargo del sistema;
así como para la determinación del nivel de aportación de cada usuario en las
prestaciones del Sistema Nacional de Salud.
d) La colaboración con las Administraciones públicas para la lucha contra el delito
fiscal y contra el fraude en la obtención o percepción de ayudas o subvenciones a
cargo de fondos públicos o de la Unión Europea.
e) La colaboración con las comisiones parlamentarias de investigación en el marco
legalmente establecido.
f) La protección de los derechos e intereses de los menores e incapacitados por los
órganos jurisdiccionales o el Ministerio Fiscal.
g) La colaboración con el Tribunal de Cuentas en el ejercicio de sus funciones de
fiscalización de la Agencia Estatal de Administración Tributaria.
164
(3) La solicitud judicial de información exige resolución expresa en la que, previa ponderación de
los intereses públicos y privados afectados en el asunto de que se trate y por haberse agotado los
demás medios o fuentes de conocimiento sobre la existencia de bienes y derechos del deudor, se
motive la necesidad de recabar datos de la administración tributaria
(4) Cuantas autoridades o funcionarios tengan conocimiento de estos datos, informes o antecedentes,
están obligados al más estricto y completo sigilo respecto de ellos, salvo en los casos citados. Con
independencia de las responsabilidades penales o civiles que pudieran derivarse, la infracción de
este particular deber de sigilo se considera siempre falta disciplinaria muy grave.
Cuando se aprecie la posible existencia de un delito no perseguible únicamente a instancia de
persona agraviada, la administración tributaria deducirá el tanto de culpa o remitirá al Ministerio
Fiscal relación circunstanciada de los hechos que se estimen constitutivos de delito. También puede
iniciarse directamente el oportuno procedimiento mediante querella a través del Servicio Jurídico
competente
165
166
En la búsqueda del equilibrio entre los derechos que se integran en la norma, el del
cuerpo social a exigir el cumplimiento de las obligaciones tributarias y el de los obligados
tributarios en cuanto a la preservación de su intimidad, se introducen reglas tasadas para
formar los listados que habrán de hacerse públicos.
Así se ha hecho en otros ámbitos, introduciendo este principio de publicidad en
distintos sectores de los que se predica una especial protección …
Esta regulación se completa con la contenida en la Ley Orgánica 10/2015, de 10 de
setiembre, por la que se regula el acceso y publicidad de determinada información contenida
en las sentencias dictadas en materia de fraude fiscal, pues resultaría incoherente que se
publicara la identidad de quienes han dejado de abonar sus obligaciones tributarias y sin
embargo quedara oculta precisamente la de los grandes defraudadores, condenados en
sentencia firme por delitos de esta naturaleza”.
El artículo 95 bis de la LGT establece:
“1. La administración tributaria acordará la publicación periódica de listados comprensivos
de deudores a la Hacienda Pública por deudas o sanciones tributarias cuando concurran
las siguientes circunstancias:
a) Que el importe total de las deudas y sanciones tributarias pendientes de ingreso
supere el importe de 1.000.000 de euros.
b) Que dichas deudas o sanciones tributarias no hubiesen sido pagadas transcurrido
el plazo de ingreso en periodo voluntario.
A efectos de lo dispuesto en este artículo no se incluirán aquellas deudas y sanciones
tributarias que se encuentren aplazadas o suspendidas.
2. En dichos listados se incluirá la siguiente información:
a) La identificación de los deudores conforme al siguiente detalle:
- Personas Físicas: nombre apellidos y NIF.
- Personas Jurídicas y entidades del artículo 35.4 de esta ley: razón o denominación
social completa y NIF.
b) El importe conjunto de las deudas y sanciones pendientes de pago tenidas en cuenta
a efectos de la publicación.
3. En el ámbito del Estado, la publicidad regulada en este artículo se referirá exclusivamente
a los tributos de titularidad estatal para los que la aplicación de los tributos, el ejercicio
de la potestad sancionadora y las facultades de revisión estén atribuidas en exclusiva a
los órganos de la Administración Tributaria del Estado no habiendo existido delegación
alguna de competencias en estos ámbitos a favor de las Comunidades Autónomas o
Entes Locales.
La publicidad regulada en este artículo resultará de aplicación respecto a los tributos
que integran la deuda aduanera.
4. La determinación de la concurrencia de los requisitos exigidos para la inclusión en
el listado tomará como fecha de referencia el 31 de diciembre del año anterior al del
acuerdo de publicación, cualquiera que sea la cantidad pendiente de ingreso a la fecha
de dicho acuerdo.
La propuesta de inclusión en el listado será comunicada al deudor afectado, que
podrá formular alegaciones en el plazo de 10 días contados a partir del siguiente al de
recepción de la comunicación. A estos efectos será suficiente para entender realizada
dicha comunicación la acreditación por parte de la Administración Tributaria de haber
167
(5) Véase, Olivares Olivares, Bernardo D.: “Las listas de los incumplidores tributarios en Europa
desde la perspectiva del derecho a la protección de datos personales” - Revista Quincena Fiscal -
num. 14/2017 - parte Estudios
168
los de intimidad y protección de datos, acaban solucionándose sobre la base del mandato
constitucional de contribución al sostenimiento de los gastos públicos.(6)
Asimismo, en España, en esta línea, también se ha regulado, a través de la Ley
Orgánica 10/2015, de 10 de setiembre, “el acceso y publicidad de determinada información
contenida en las sentencias dictadas en materia de fraude fiscal”.
En el preámbulo de dicha norma se indica que “el principio de publicidad de las
actuaciones judiciales y las sentencias dictadas por los Tribunales se encuentra consagrado
en el artículo 120 de la Constitución Española. Se trata de un principio que engarza con
el principio de transparencia judicial y de control público del proceso, concebidos como
garantías fundamentales del mismo. Así, la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder
Judicial, en su artículo 232, recoge el principio general de publicidad de las actuaciones
judiciales y el artículo 235 bis establece respecto de las sentencias el acceso al texto de las
mismas, fijando una serie de limitaciones. Asimismo, su artículo 260 realiza una referencia
expresa a la posibilidad de que, por ley, se establezca la preceptiva publicidad de las
sentencias judiciales.
Los límites al acceso han sido analizados por la doctrina del Tribunal Constitucional
y la del Tribunal Supremo, que han venido matizando el principio de publicidad en el caso de
las sentencias judiciales. Así, el Tribunal Constitucional ha considerado que la divulgación
de datos personales contenidos en las sentencias judiciales, especialmente en el ámbito
penal, puede constituir una intromisión ilegítima en el derecho a la intimidad. Del mismo
modo, el Tribunal Supremo ha limitado el principio general de publicidad del proceso en el
caso de la sentencia, por entender que existen otros derechos como el derecho al honor o a
la intimidad que pueden colisionar con este principio.
Todos estos derechos, aunque consagrados constitucionalmente, no son absolutos,
sino que son de configuración legal, y como tal el legislador puede introducir excepciones y
límites por razones de interés público y especialmente cuando colisionan con otros valores
también contemplados en la Constitución, límites que deben responder en todo caso a los
principios que informan el derecho a la protección de datos de carácter personal contenidos
en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter
personal y muy especialmente el principio de proporcionalidad, el de exactitud y el de
conservación de los datos, tal y como ha señalado la Agencia Española de Protección de
Datos.
En definitiva, a la hora de configurar legalmente el alcance que debe tener el acceso
a los datos contenidos en las sentencias judiciales es necesario ponderar adecuadamente
los distintos intereses que se pretenden salvaguardar …
En el caso concreto de los delitos relacionados con la defraudación fiscal, frente
al interés del condenado, se alza el interés público. Ha de tenerse en cuenta que el bien
jurídico protegido en estos casos ha sido elevado a rango constitucional en el artículo 31 de
la Constitución Española, lo que resulta relevante a la hora de realizar esa ponderación en
(6) La introducción de este artículo en la ley general tributaria ha sido ampliamente criticada
por parte de la doctrina tributaria. Así, por ejemplo, Martín Queralt, J.: “Listas de morosos o de
defraudadores... esa es la cuestión” - Tribuna Fiscal - n.º 265, 2013; Escribano López, F.: “Publicidad
de los incumplimientos tributarios y derechos y garantías de los contribuyentes” - Ed. Civitas -
Revista española de Derecho Financiero - Nº 165 - 2015; o García Novoa, César: “Régimen jurídico
de la lista de morosos tributarios. Publicación de situaciones de incumplimiento relevante” - Ed.
Tirant lo Blanch - 2018
169
este ámbito, pues no cabe olvidar que el deber constitucional de contribuir al sostenimiento
de los gastos públicos tiene como reverso el derecho del conjunto de la sociedad a exigir
el cumplimiento de las obligaciones tributarias, así como al control de la actividad de
todos los poderes públicos dirigida a la lucha contra el fraude fiscal, concreción en este
ámbito del principio general de transparencia que debe informar la actividad pública y muy
especialmente la actuación judicial.
La modificación que se hace en esta Ley Orgánica se cohonesta con la de la ley de
modificación parcial de la ley 58/2003, de 17 de diciembre, general tributaria, que regula
la posibilidad de publicar la identidad de quienes causan un mayor perjuicio económico a
la Hacienda Pública, y por ende a toda la sociedad, introduciendo importantes excepciones
al principio general de reserva tributaria establecido en el artículo 95 bis de la misma,
excepción que se hace precisamente a la luz de tales principios. Pues bien, en conexión con
tal modificación, y como complemento indisociable de la misma, se articula la que ahora
se introduce con este texto, ya que resultaría incoherente que se publicara la identidad de
quienes por unos u otros motivos han dejado de abonar sus obligaciones tributarias y sin
embargo quedara oculta precisamente la de los grandes defraudadores, condenados en
sentencia firme por delitos de esta naturaleza.
No obstante, las actuaciones tributarias y las actuaciones judiciales se rigen por
principios distintos. Las primeras por la confidencialidad, salvo las excepciones que se
determinen por ley, las segundas, las judiciales, por la publicidad, salvo las excepciones
previstas en la Ley Orgánica del Poder Judicial. De manera que, a diferencia de lo que
sucede en el ámbito tributario, la regulación del acceso a la información contenida en las
sentencias ha de hacerse por ley orgánica.
Por otro lado, debe destacarse igualmente que las condenas impuestas por la comisión
de delitos relacionados con la defraudación fiscal tienen una importante relevancia fuera
del proceso, pues distintas normas establecen consecuencias a tales condenas en materia
de contratación pública, subvenciones y ayudas públicas o de intervención y disciplina de
entidades financieras, cuya aplicación solo resulta efectiva si se efectúa una publicidad,
aunque sea parcial, de las mismas.
La publicidad de las sanciones tanto administrativas como penales se ha incorporado
a nuestro ordenamiento jurídico en distintos ámbitos de los que se predica una especial
protección. Así sucede en el sector financiero, en materia de prevención de riesgos laborales
y recientemente respecto de las sanciones cometidas por los altos cargos, donde se ha
observado la eficacia de este tipo de medidas en relación con la finalidad perseguida.
A la vista de todo lo anterior, la presente ley pondera adecuadamente los derechos
del condenado y del resto de participantes en el proceso a la intimidad y a la protección
de sus datos de acuerdo con la jurisprudencia de nuestros Tribunales y del Tribunal de
Justicia de la Unión Europea, pues el acceso se limita a los datos del condenado o del
responsable civil y no del resto de sujetos y solo respecto de las sentencias firmes”.(7)
Así, a través de la Ley Orgánica 10/2015, de 10 de setiembre, se ha añadido un
nuevo artículo 235 ter en la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, con la
siguiente redacción: “1. Es público el acceso a los datos personales contenidos en los fallos
(7) La Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de protección de datos personales y garantía de los
derechos digitales, ha derogado la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de
datos de carácter personal
170
de las sentencias firmes condenatorias, cuando se hubieren dictado en virtud de los delitos
previstos en los siguientes artículos:
a) Los artículos 305, 305 bis y 306 de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal.
b) Los artículos 257 y 258 de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal, cuando el acreedor defraudado hubiese sido la Hacienda Pública.
c) El artículo 2 de la Ley Orgánica 12/1995, de 12 de diciembre, de Represión del Contra-
bando, siempre que exista un perjuicio para la Hacienda Pública estatal o de la Unión
Europea”.
En definitiva, en el artículo 31.1 de la Constitución española, de 27/12/1978, se
recoge el principio constitucional de que “todos contribuirán al sostenimiento de los gastos
públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo
inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance
confiscatorio”, deber contributivo que se utiliza para configurar la medida respecto a otros
principios constitucionales como el contenido en el artículo 18 que garantiza “el derecho
al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”, y establece que “la ley
limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar
de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos”.
V - CONSIDERACIONES FINALES
El sistema de crédito social es una realidad en China, y puede ser una realidad en
otras jurisdicciones en un futuro inmediato.
En el gigante asiático, los entes que forman parte de una lista roja son los que
contribuyen y aportan un valor significativo, evaluable, a la sociedad; los que forman
parte de una lista negra, son los que no contribuyen y aportan un valor a la sociedad,
desatendiendo o no respondiendo a sus obligaciones sociales.
La recopilación de información de los diferentes entes territoriales y sectoriales
para poder evaluar el crédito de cada ente socializado es la base del sistema integral de
emisión de integridad.
Las infraestructuras legales de crédito se extienden a todos los ámbitos y niveles
de la sociedad.
En el ámbito tributario, se hace referencia directamente al “sistema de crédito fiscal”,
un mecanismo operativo para garantizar el cumplimiento de las obligaciones tributarias
de todos los contribuyentes, a través de un sistema estructurado de recompensa y castigo,
en el que se reconocen y publicitan tanto las conductas honestas y dignas de confianza
como las deshonestas e indignas de confianza.
El estado del crédito fiscal se determina en función del registro objetivo del
comportamiento tributario del contribuyente, y se divide en grados. La autoridad fiscal
implementa una gestión de clasificación jerarquizada y el Estado asume la responsabilidad
de guiar a los contribuyentes.
En este sistema se crea un nuevo principio aplicable al sistema tributario, el
principio de confiabilidad tributario, que se convierte en uno de los estándares básicos
de la integridad social.
171
A través del big data, el procesamiento masivo de datos, se determinan una serie
de patrones conductuales, que serán objeto de recompensa y castigo, para maximizar la
función socializadora global, en que se demuestre claramente el beneficio y necesidad de
estar en la normalidad.
No obstante, estos sistemas de crédito social normalizadores plantean serias dudas
en el ámbito jurídico-tributario, en torno a la protección de los derechos y garantías de los
ciudadanos, el respeto y colisión con determinados principios constitucionales nacionales
y principios fundamentales supranacionales y, en general, con la seguridad jurídica.
En cada jurisdicción, se ha de evaluar la conciliación de la obligación de contribuir
con el resto de principios orientadores de su ordenamiento jurídico.
Por tanto, hay que estudiar el modelo de crédito social y la adaptación de la
estructura normativa a los principios orientadores de su ordenamiento jurídico y su
sistema tributario.
En España, se contemplan una serie de derechos y garantías para los obligados
tributarios que parecen incompatibles con un modelo de sistema de crédito fiscal como
el existente en China.
No obstante, en la propia normativa española ya se producen desajustes para
garantizar la obligación de contribuir y luchar contra el fraude fiscal.
Si la estructura jurídica y social prioriza la obligación contributiva, por encima de
otros principios constitucionales o supranacionales, también puede acabar comportando
la utilización de modelos conductuales de clasificación jerarquizada de premio y castigo.
En definitiva, el respeto a los derechos y garantías de los ciudadanos, y a los
principios rectores constitucionales y supranacionales, ha de ser la pauta de fijación
de cualquier sistema orientado a la incentivación y desincentivación de determinados
comportamientos tributarios.
172
I - INTRODUCCIÓN
En la causa “Aloe Vera of Am., Inc. v. United States”(1), la justicia de Estados Unidos
de Norteamérica encontró a la Administración Fiscal de ese país (IRS) responsable(2) de
haber proporcionado “falsa” información a la Autoridad Fiscal de Japón en el marco de
un intercambio permitido bajo el Convenio para Evitar la Doble Tributación entre ambos
países.
Al igual que sucede en otras jurisdicciones, la normativa norteamericana prevé que
las declaraciones de impuestos e información fiscal de los contribuyentes deben permanecer
confidenciales, a menos que sean de aplicación alguna excepción expresamente prevista
en las leyes o convenios internacionales que se celebren.(3)
Bajo el Convenio para Evitar la Doble Imposición en ese entonces vigente entre
los Estados Unidos de Norteamérica y Japón(4), se encontraba previsto un sistema de
cooperación administrativa entre ambos países(5) y el intercambio de información en tanto
ella resultara pertinente a los fines de prevenir el fraude o la evasión fiscal.(6)
Este intercambio de información podía efectuarse a requerimiento o en forma
automática, siguiendo lineamientos fijados por estos países(7) y permitía el intercambio a
fin de llevar adelante auditorías conjuntas. Estas auditorías conjuntas se inician con lo
que se denomina “Propuesta de Examinación Simultánea” (SEP, por sus siglas en inglés).
En ese marco normativo, Estados Unidos remitió a la Autoridad Fiscal de Japón
una nota proponiendo el inicio de una examinación simultánea sobre al grupo económico
que conformaba la empresa Aloe Vera of America, inc. Esta empresa elaboraba y
comercializaba productos de aloe en distintas jurisdicciones y Forever Living Products
175
Japan inc., una empresa vinculada residente en Japón, adquiría dichos productos para
su comercialización en la región.
El IRS pretendía verificar si las rentas declaradas se encontraban correctamente
alojadas entre las partes vinculadas del grupo económico y a los fines del SEP había
“estimando” un ajuste de aproximadamente treinta y dos millones de dólares. Esta
estimación fue efectuada y transmitida a la Autoridad Fiscal de Japón, aun cuando la
fiscalización no se encontraba en una etapa en la que resultara posible determinar una
suma específica de ajuste.
Tras el inicio del procedimiento de auditoría conjunta, el IRS continuó intercam-
biando información y efectuó otras aseveraciones que, posteriormente y en un marco
judicial, se demostraron que eran incorrectas. Con base en esa información recibida, la
Administración Fiscal de Japón llevó adelante un ajuste fiscal contra la empresa residente
en esa jurisdicción por aproximadamente setenta y tres millones de dólares.
La información intercambiada bajo el procedimiento de auditoría conjunta habría
sido filtrada a la prensa de Japón por la misma Administración Fiscal de Japón. Esa
filtración, según las argumentaciones de la empresa, habría provocado importantes
pérdidas económicas producto de la disminución en las ventas y de la repercusión
negativa que tuvo esta noticia para la empresa.
Finalmente, el contribuyente logró revertir los ajustes que le habían sido efectuados,
obtuvo el reembolso de impuestos que le fueron cobrados y demandó a los Estados Unidos
por haber intercambiado información que conocía, o eventualmente debía conocer, que
era incorrecta. Sobre ese fundamento, reclamó una indemnización de cincuenta y tres
millones de dólares por daños y gastos judiciales.(8)
En lo que aquí resulta relevante, la Justicia de los Estados Unidos consideró
probada la falsedad de la información intercambiada referida a una estimación potencial
del ajuste y asimismo que la administración fiscal conocía que dicha información era falsa
al momento de brindarla. Sin embargo, no consideró probado que los daños reclamados
se produjeran por motivo de la falsa información proporcionada, por lo que solo se obtuvo
una indemnización mínima legal.(9)
El caso descripto, involucrando a una de las Administraciones Tributarias que
se considera más eficiente a nivel mundial como es la de los Estados Unidos, conlleva
a plantearnos dos cuestiones que procurarán analizarse más profundamente en este
trabajo.
La primera referida al resguardo de la confidencialidad de la información fiscal y la
participación del contribuyente de manera previa al intercambio de información. Respecto
de esto último, algunos autores consideran primordial la notificación y participación de
los contribuyentes en estos procedimientos.(10)
La segunda de las cuestiones radica en el análisis del nuevo paradigma de
intercambio automático que se ha evidenciado en los últimos años internacionalmente y
del cual la Argentina no ha sido ajena. La justa medida de información a intercambiar ha
sido discutida durante años y ha evolucionado desde el punto en el que un Estado solo
podía solicitar información necesaria para sus propósitos fiscales y en tanto ella resultara
“previsiblemente relevante”, pasando por un modelo de intercambio de información
automático pero circunscripto a determinadas rentas (i.e.: Savings Directive), hasta
finalizar con aquellos intercambios amplios y múltiples como el Common Reporting
Standard o el Country by Country Reporting.(11)
176
177
178
179
IV - EL REPORTE AUTOMÁTICO
180
Para lograr una asistencia mutua eficaz entre las autoridades competentes, es
necesario que cada una de ellas pueda asegurarse que la otra trata con la debida reserva
la información que obtiene en el transcurso de su cooperación. Por esta razón, todos
los acuerdos e instrumentos de intercambio de información contienen disposiciones que
abordan la confidencialidad y la obligación de que la información intercambiada sea
secreta o confidencial.
En todos los casos, los copartícipes del intercambio de información podrán
suspenderlo en caso de que no existan garantías adecuadas o en caso de que se haya
producido violación de la confidencialidad o no consideren que la situación se haya
resuelto debidamente.(30)
Si bien no resultan ser los únicos reportes automáticos vigentes, cabe analizar el
Estándar Común de Reporte y el Reporte País por País, y aquellas medidas previstas en
ellos en miras a resguardar la confidencialidad y otros derechos del contribuyente.
181
182
intercambio del CbCR, y (iii) un manual de usuario del esquema XML para la transmisión
de la información.(37)
En general, bajo este estándar se dispone que una entidad controlante final de un
grupo con ingresos anuales consolidados iguales o superiores a 750 millones de euros en
el año fiscal anterior deberá presentar un informe País por País en nombre del grupo ante
su Autoridad Fiscal local. Esta Autoridad Fiscal intercambiará el informe con sus pares de
otras jurisdicciones en que el grupo tenga operaciones, en virtud de tratados tributarios
bilaterales o multilaterales, o acuerdos de intercambio de información tributaria que
permitan el intercambio automático de información.
Este intercambio está sujeto a condiciones, incluyendo a las jurisdicciones que
tengan un marco legal que contemple el CbCR y que cumplan con las condiciones de
confidencialidad, consistencia y de uso apropiado de la información contenida en los
informes País por País. La implementación de la presentación del CbCR es una de las
cuatro normas mínimas dentro del Plan de Acción contra la erosión de la base imponible
y el traslado de beneficios (BEPS), y debe ser implementado por todas las jurisdicciones
que son miembros del Marco Inclusivo de la OCDE en materia de BEPS.(38)
Adicionalmente, se entendió conveniente aclarar respecto del uso de la información
que se recibe de acuerdo con el CbCR. Así, a los fines de proteger las garantías de los
contribuyentes, se dejó aclarado que la información que figura en el informe País por País
no sustituye a un análisis detallado de precios de transferencia de operaciones y precios
concretos, realizado sobre la base de un análisis completo funcional y de comparabilidad.
De esta manera, esa información no constituye, por sí sola, una prueba concluyente de
que los precios de transferencia sean o no adecuados, ni deberá ser utilizada por las
administraciones tributarias para proponer ajustes de precios de transferencia mediante
un reparto global del beneficio realizado aplicando una fórmula predeterminada.(39)
Sin embargo, no hay nada que impida que una autoridad fiscal utilice la información
contenida en los informes para planificar una auditoría fiscal o como base para realizar
nuevas indagaciones sobre los acuerdos de precios de transferencia de un grupo o sobre
otros asuntos fiscales, en el curso de una inspección fiscal.(40)
Lo anterior ha quedado plasmado también en el Modelo de Acuerdo Multilateral
entre Autoridades Competentes para el Intercambio de Reporte País por País en las
secciones 4 y sección 5.(41)
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184
VI - CONCLUSIONES
La causa “Aloe Vera” es un claro ejemplo que denota que las técnicas utilizadas
para lograr una más eficiente recaudación fiscal, como puede ser el intercambio de
información, no está exenta de errores y pueden conllevar lesiones a los derechos de los
contribuyentes si no se adoptan medidas para mitigarlos(56). La cantidad de información a
transmitir se incrementa notablemente bajo un procedimiento de intercambio automático;
consiguientemente el riesgo de afectar garantías de los contribuyentes se incrementa en
igual medida.
La Argentina intensificó desde el año 2009 la firma de Convenios para intercambiar
información y ha implementado los estándares de intercambio automático de información
en lo que respecta CRS y CbCR. Los Convenios remiten a la normativa local en cuanto al
resguardo de la confidencialidad y no existe una protección supranacional que puedan
resolver las diferencias que puedan presentarse entre los distintos países.(57)
La tarea de la OCDE y otros organismos, impulsando cambios y revisiones de
normativa, permitirá ir armonizando los estándares en los distintos países replicando en
una mejor garantía de los derechos de los contribuyentes.
185
NOTAS
(*) Contador Público (Universidad de Belgrano). Especialista en Derecho Tributario por la Universidad Austral y
Magíster en Derecho Tributario por Universidad Austral
(**) Abogado. Especialista en Derecho Tributario por la Universidad Austral y Magíster en Derecho Tributario
Internacional por Universidad de Florida, Estados Unidos
(1) Aloe Vera of Am., Inc. v. United States District Court for the District of Arizona - 11/2/2015 - CV-99-01794- PHX-JAT
(2) 26 U.S.C. § 7431
(3) 26 U.S.C. § 6103
(4) Convention Between the United States and Japan for the Avoidance of Double Taxation and The Prevention of
Fiscal Evasion With Respect to Taxes on Income - 8/3/1971
(5) Cfr. Technical Explanation of the United States - Japan Income Tax Convention - 1971 - comentarios al art. 26
(6) Cfr. art. 26 (1), Convention Between the United States and Japan for the Avoidance of Double Taxation and The
Prevention of Fiscal Evasion with Respect to Taxes on Income - 8/3/1971
(7) Cfr. art. 26 (3), Convention Between the United States and Japan for the Avoidance of Double Taxation and The
Prevention of Fiscal Evasion with Respect to Taxes on Income - 8/3/1971
(8) §7341(a)(1): “If any officer or employee of the United States knowingly, or by reason of negligence, inspects or
discloses any return or return information with respect to a taxpayer in violation of any provision of section 6103, such
taxpayer may bring a civil action for damages against the United States in a district court of the United States”
(9) §7341(c)(1)(A): “$ 1,000 for each act of unauthorized inspection or disclosure of a return or return information with
respect to which such defendant is found liable”
(10) Véase Wöhrer, Viktoria: “Data Protection and Taxpayer’ Rights: challenges created by Automatic Exchange of
Information, IBDF” - WU Institute for Austrian and International Tax Law, European and International Tax Law and
Policy Series - Volume 10 - 2018, pág. 179: The risk that incorrect information is exchanged decreases if the taxpayer
is informed before the exchange of information takes place and has the possibility to appeal against the planned
exchange of information. Information that is exchanged for tax purposes influences the tax assessment and may
also result in fines or criminal prosecution. Exchange of information may consequently have a significant impact on
the situation of the taxpayer because “inaccurate information is likely to lead to wrong assessments and potentially
unnecessary disputes”. For the taxpayer, it can be expected to be way easier to clarify a mistake that had been made
with the state that made the error and is expected to provide information to other tax jurisdictions than to explain
and prove the incorrectness of the data to the receiving states. Therefore, instead of solely relying on third-party
information, it may be a better approach to also notify taxpayers and give them the opportunity to explain their
situation
(11) Cfr. Wöhrer, Viktoria: “Data Protection and Taxpayer’ Rights: challenges created by Automatic Exchange of
Information” - IBDF - WU Institute for Austrian and International Tax Law, European and International Tax Law and
Policy Series - Volume 10 - 2018 - pág. 104
(12) Cfr. Rocha, Sergio A.: “Exchange of Tax Related Information and the Protection of Taxpayer Rights: General
Comments and the Brazilian Perspective, Bulletin for International Taxation” - setiembre 2016 - IBFD - pág. 502
(13) Cfr. Mastellone, Pietro: “The practical protection of taxpayers’ fundamental rights, cahiers de droit fiscal
international” - Branch reporter Italy - Volume 100B - IFA 2015 - pág. 469
(14) Cfr. Tarsitano, Alberto; “The practical protection of taxpayers’ fundamental rights, cahiers de droit fiscal
international” - Branch reporter Argentina - Volume 100B - IFA 2015 - pág. 103
(15) Cfr. Bentley, Duncan: “Revisiting rights theory and principles to prepare for growing globalisation and uncertainty”
- International Conference on Taxpayer Rights - Washington DC - November 18-19 - 2015 - pág. 10
(16) Cfr. Tax Guidance Series, Centre for Tax Policy and Administration, General Administrative Principles - GAP002
Taxpayers’ Rights and Obligations pág. 12
(17) Texto aprobado por el Consejo Directivo del LADT en su reunión del día 4 de noviembre y por unanimidad en
la Asamblea del Instituto de fecha 9/11/2018
(18) Cfr. Capellano, Luis M.: “El intercambio de información fiscal. El desafío de su funcionalidad hacia la transparencia
fiscal” - LL - 2013 - pág. 124
(19) Cfr. Verstraeten, Axel A.: “The Impact of the OECD and UN Model Conventions on Bilateral Tax Treaties” -
Edited by Michel Lang, Pascuale Pistone, Josef Schuch and Claus Staringer - Argentina Chapter - Cambridge Tax
Law Series - 2012 - pág. 64
186
(20) OECD (2017) Model Tax Convention on Income and on Capital: condensed version 2017, OECD publishing,
http://dx.doi.org/10.1787/mtc_cond-2017-en
(21) OECD (2017) Model Tax Convention on Income and on Capital: condensed version 2017, OECD publishing,
http://dx.doi.org/10.1787/mtc_cond-2017-en, Art. 26.1.: “The competent authorities of the Contracting States shall
exchange such information as is foreseeably relevant for carrying out the provisions of this Convention or to the
administration or enforcement of the domestic laws concerning taxes of every kind and description imposed on behalf
of the Contracting States, or of their political subdivisions or local authorities, insofar as the taxation thereunder is not
contrary to the Convention. The exchange of information is not restricted by Articles 1 and 2”
(22) Para un análisis del artículo completo véase: Capellano, Luis M.: “El intercambio de información fiscal. El desafío
de su funcionalidad hacia la transparencia fiscal” - LL - 2013 - pág. 63
(23) Cfr. Comentario al artículo 26, OECD (2017) Model Tax Convention on Income and on Capital: condensed
version 2017, OECD publishing, http://dx.doi.org/10.1787/mtc_cond-2017-en, párrafo 4.3 - pág. 488
(24) Cfr. Comentario al artículo 26, OECD (2017) Model Tax Convention on Income and on Capital: condensed
version 2017, OECD publishing, http://dx.doi.org/10.1787/mtc_cond-2017-en, párrafo 9 - pág. 494
(25) OECD (2017) Model Tax Convention on Income and on Capital: condensed version 2017, OECD publishing,
http://dx.doi.org/10.1787/mtc_cond-2017-en, Art. 26.2.: “Any information received under paragraph 1 by a
Contracting State shall be treated as secret in the same manner as information obtained under the domestic laws of
that State and shall be disclosed only to persons or authorities (including courts and administrative bodies) concerned
with the assessment or collection of, the enforcement or prosecution in respect of, the determination of appeals
in relation to the taxes referred to in paragraph 1, or the oversight of the above. Such persons or authorities shall
use the information only for such purposes. They may disclose the information in public court proceedings or in
judicial decisions. Notwithstanding the foregoing, information received by a Contracting State may be used for
other purposes when such information may be used for such other purposes under the laws of both States and the
competent authority of the supplying State authorises such use”
(26) Cfr. Comentario al artículo 26, OECD (2017) Model Tax Convention on Income and on Capital: condensed
version 2017, OECD publishing, http://dx.doi.org/10.1787/mtc_cond-2017-en, párrafo 11 - pág. 497
(27) Párrafo 94 - Comentarios al Modelo de Acuerdo de Intercambio de Información en Materia Tributaria: “Ensuring
that adequate protection is provided to information received from another Contracting Party is essential to any
exchange of information instrument relating to tax matters. Exchange of information for tax matters must always be
coupled with stringent safeguards to ensure that the information is used only for the purposes specified in Article
1 of the Agreement. Respect for the confidentiality of information is necessary to protect the legitimate interests of
taxpayers. Mutual assistance between competent authorities is only feasible if each is assured that the other will treat
with proper confidence the information, which it obtains in the course of their co-operation. The Contracting Parties
must have such safeguards in place. Some Contracting Parties may prefer to use the term ‘secret’, rather than the term
‘confidential’ in this Article. The terms are considered synonymous and interchangeable for purposes of this Article
and Contracting Parties are free to use either term”
(28) OECD and Council of Europe (2010), The Multilateral Convention on Mutual Administrative Assistance in Tax
Matters: Amended by the 2010 Protocol, OECD Publishing, http://dx.doi.org/10.1787/9789264115606-en
(29) Cfr. Pistone, Pascuale: “The Impact of the OECD and UN Model Conventions on Bilateral Tax Treaties” - Edited
by Michel Lang, Pascuale Pistone, Josef Schuch and Claus Staringer - General Report - Cambridge Tax Law Series -
2012 - pág. 35.
(30) Cfr. (OCDE) Garantizando la Confidencialidad, Guía de la OCDE sobre la Protección de la Información objeto
de Intercambio con fines fiscales, pág. 7
(31) OECD (2014), Standard for Automatic Exchange of Financial Account Information in Tax Matters, OECD
Publishing. http://dx.doi.org/10.1787/9789264216525-en
(32) Sección 4 del Acuerdo: “A Competent Authority will notify the other Competent Authority when the first-
mentioned Competent Authority has reason to believe that an error may have led to incorrect or incomplete information
reporting or there is non-compliance by a Reporting Financial Institution with the applicable reporting requirements
and due diligence procedures consistent with the Common Reporting Standard. The notified Competent Authority
will take all appropriate measures available under its domestic law to address the errors or non-compliance described
in the notice”
(33) Cfr. OECD (2014), Standard for Automatic Exchange of Financial Account Information in Tax Matters, OECD
Publishing. http://dx.doi.org/10.1787/9789264216525-en, Commentary on Section 4 concerning Collaboration on
Compliance and Enforcement - pág. 77
187
(34) Sección 5 del Acuerdo: “1. All information exchanged is subject to the confidentiality rules and other safeguards
provided for in the Convention, including the provisions limiting the use of the information exchanged and, to the
extent needed to ensure the necessary level of protection of personal data, in accordance with the safeguards which
may be specified by the supplying Competent Authority as required under its domestic law and listed in Annex
C. 2. A Competent Authority will notify the Co-ordinating Body Secretariat immediately regarding any breach of
confidentiality or failure of safeguards and any sanctions and remedial actions consequently imposed. The Co-
ordinating Body Secretariat will notify all Competent Authorities with respect to which this is an Agreement in effect
with the first mentioned Competent Authority”
(35) Respecto del Proyecto BEPS, véase Capellano, Luis M.: “El intercambio de información fiscal. El desafío de su
funcionalidad hacia la transparencia fiscal” - LL - 2013 - pág. 173.
(36) OECD (2015), Transfer Pricing Documentation and Country-by-Country Reporting, Action 13 - 2015
Final Report, OECD/G20 Base Erosion and Profit Shifting Project, OECD Publishing, Paris, http://dx.doi.
org/10.1787/9789264241480-en
(37) OECD (2019), Country-by-Country Reporting Status Message XML Schema: User Guide for Tax Administrations,
Version 2.0 - June 2019, OECD, Paris. www.oecd.org/tax/beps/country-by-country-reporting-status-mesage-xml-
schema-user-guide-for-tax-administrations-june- 2019.pdf
(38) La Argentina es parte del Inclusive Framework junto a más de 130 jurisdicciones
(39) OECD (2015), Transfer Pricing Documentation and Country-by-Country Reporting, Action 13 - 2015
Final Report, OECD/G20 Base Erosion and Profit Shifting Project, OECD Publishing, Paris, http://dx.doi.
org/10.1787/9789264241480-en, párrafo 25 - pág. 16
(40) OCDE (2017) BEPS Acción 13 - Informes país por país - Guía sobre el uso apropiado de la información contenida
en los informes país por país, Publicaciones de la OCDE, Paris. www.oecd.org/tax/beps/beps-accion-13-guia-sobre-
el-uso-apropiado-de-la-informacion- contenida-en-los-informes-pais-por-pais.pdf, pág. 6.
(41) OECD (2015), Transfer Pricing Documentation and Country-by-Country Reporting, Action 13 - 2015
Final Report, OECD/G20 Base Erosion and Profit Shifting Project, OECD Publishing, Paris, http://dx.doi.
org/10.1787/9789264241480-en, pág. 48.
(42) Cfr. Verstraeten, Axel A.: “The Impact of the OECD and UN Model Conventions on Bilateral Tax Treaties” -
Edited by Michel Lang, Pascuale Pistone, Josef Schuch and Claus Staringer - Argentina Chapter - Cambridge Tax
Law Series - 2012 - pág. 66
(43) Cfr. Capellano, Luis M.: “El intercambio de información fiscal. El desafío de su funcionalidad hacia la transparencia
fiscal” - LL - 2013 - pág. p3
(44) Así, en el año 2009 se firmaron convenios de intercambio de información con Andorra, Bahamas, Costa Rica,
Mónaco, San Marino; en el año 2010 se hizo lo mismo con China, la Guardia di Finanza - Italia; en el 2012 se concluyó
acuerdos con Azerbaiyán, Isla de Man y Uruguay; en el 2013 con Aruba, Macedonia y Sudáfrica; 2014 con Armenia,
Curacao, Irlanda, Macao
(45) Hacia agosto de 2019, 129 países participan de esta Convención
(46) RG (AFIP) 4056
(47) Ver “Activated Exchange Relationships for CRS Information”, en https://www.oecd.org/tax/automatic-exchange/
international-framework-for-the-crs/exchange-relationships/, última revisión el 15/9/2019
(48) Cfr. RG (AFIP) 4130-E
(49) Ver “Country-by-Country exchange relationships” en http://www.oecd.org/tax/beps/country-by-country-
exchange-relationships.htm, última revisión el 15/9/2019
(50) Art. 157, CP: “Será reprimido con prisión de un (1) mes a dos (2) años e inhabilitación especial de un (1) a cuatro (4)
años, el funcionario público que revelare hechos, actuaciones, documentos o datos, que por ley deben ser secretos”
(51) Cfr. Tarsitano, Alberto; “The practical protection of taxpayers’ fundamental rights, cahiers de droit fiscal
international” - Branch reporter Argentina - Volume 100B - IFA 2015 - pág. 103: “The taxpayer’s participation in
the exchange of information process is not considered. Therefore, the taxpayer will have to wait for the assessment
process in order to be able to exercise a certain degree of control over the information supplied or requested by
another state”
(52) Mosquera Valderrama, Irma; Mazz, Addy; Schoueri, Luis E.; Quiñones, Natalia; Roeleveld, Jennifer; Pistone,
Pasquale; Zimmer, Frederik: “The rule of law and the effective protection of taxpayers’ rights in developing countries”
- WU International Taxation Research Paper Series - No 2017-10 - pág. 43: “this article argues that the taxpayer
needs to have procedural rights before, during and after the exchange of information. The main argument is that
the ‘taxpayer should have procedural rights in order to guarantee that the taxpayer has an active role to prevent
188
situations that may result in a breach of confidentiality or misuse of personal and business data exchanged’. Another
argument for granting the taxpayer rights in the exchange of information process is that such exchange may result in
a new assessment, fines or criminal prosecution. Therefore, ‘and taking into account that the taxpayer’s interest will be
affected by the exchange, the taxpayer should have a right of standing (i.e. locus standi) to review the accuracy of the
information, including the right to inspect the files, to be heard and to appeal against such exchange of information.
This taxpayer right of standing is available, for example, in Switzerland (but, in that case, limited to tax procedures)’.
Other scholars have also argued that in countries where there is no notification during the exchange of information or
it has been repealed (e.g. the Netherlands), at minimum a right to inspect the files should be given to the taxpayer”
(53) Cfr. Benedetter, Martina y Wytrzens, Cordula: “The practical protection of taxpayers’ fundamental rights, cahiers
de droit fiscal international” - Branch reporter Liechtenstein - Volume 100B - IFA 2015 - pág. 527
(54) Cfr. Philip Baker & Pasquale Pistone, BEPS Action 16: “The Taxpayers’ Right to an Effective Legal Remedy Under
European Law in Cross-Border Situations” - EC Tax Review 2016/5-6 - pág. 343
(55) OECD (2013), Global Forum on Transparency and Exchange of Information for Tax Purposes, Peer Reviews:
Argentina 2013: Combined: Phase 1 + Phase 2, incorporating Phase 2 ratings, OECD Publishing, http://dv.doi.
org/10.1787/9789264205505-en, pág. 74
(56) Cfr. Avi-Yonah, Reuven S. – Mazzoni, Gianluca: “Taxation and Human Rights: A delicate balance” - Michigan Law
- Paper No. 520 - Setiembre 5 – 2016 - pág. 1
(57) Stewart, Miranda: “Global Tax information networks: legitimacy in a global administrative state” - capítulo en
Tax, Law and Developments - Editado por Brauner Yariv, Stewart Miranda, Edward Elgar - Publishing Limited – 2013
- pág. 341
189
La reforma tributaria aprobada a fines del año 2017 -L. 27430- introdujo cambios
en el tratamiento del impuesto a las ganancias (en adelante, IG) a la imposición de la
renta societaria y la distribución de dividendos.
(*) Contador Público (UBA). Abogado (UBA). Posgrado Derecho Tributario (Universidad Austral).
Maestría en Finanzas (UTDT). Ex Director General de la Dirección General de Aduanas. Delegado por
la República Argentina en la renegociación de Convenios Bilaterales para Evitar la Doble Imposición
en Materia Tributaria. Delegado por la República Argentina en la negociación de Acuerdos de
Intercambio de Información Tributaria. Delegado por la República Argentina ante el Comité de
Asuntos Fiscales de la OECD. Profesor invitado de grado y posgrado de la Universidad Austral.
Profesor en la carrera de Contador Público de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Profesor
invitado de la Maestría de Derecho y Empresas de la Facultad de Derecho de la Universidad de
Palermo. Autor de libros y publicaciones especializadas
191
II - EL CASO DE LA ARGENTINA
Desde el año 1932, fecha en que entró en vigor el originario “impuesto a las réditos”,
en nuestro país se aplicó la mayoría de los métodos para gravar la renta empresaria,
desde el método de separación de la renta al de integración, total o parcial.
En el año 1998 y mediante la ley “ómnibus” 25063 se incorporó el “impuesto de
igualación”, que tenía como objetivo que se tribute el IG sobre las utilidades distribuidas
por las empresas que no habían tributado el impuesto en cabeza de la sociedad.
Si bien hoy es difícil pensar en un ingreso para la sociedad que no esté sujeto al
IG, un caso muy común se daba con los exportadores que obtenían rentas exentas del
impuesto por las sumas percibidas por reintegros o reembolsos a exportadores.(1)
Luego, la ley 26893 del año 2013 -en el contexto de la discusión en el Congreso de
la Nación de la carga tributaria para los empleados en relación de dependencia, la renta
financiera y la contienda electoral de ese año- estableció un sistema cedular, por lo cual
se gravó con una alícuota del 10% a las utilidades distribuidas por las sociedades.
Posteriormente, en el año 2016 y mediante el llamado Programa Nacional de
Reparación Histórica para Jubilados y Pensionados, creado por la ley 27260 -que, además
y como principal objetivo, estableció una moratoria fiscal y un régimen de exteriorización
de activos-, se derogó este sistema cedular por el cual se tributaba el 10% sobre los
dividendos.
(1) Esta norma de fomento de las exportaciones rigió anteriormente, pero había quedado
suspendida en abril de 2003 mediante la L. 25731, que se fue prorrogando hasta su derogación con
la L. 26545 para los ejercicios fiscales que cerraban a partir del 1/1/2010. El art. 20 de la L. 27430
(BO: 29/12/2017) incorporó al inciso l) de la ley la exención del gravamen a las sumas percibidas
por reintegros o reembolsos a exportadores que encuadren en la categoría de micro, pequeñas y
medianas empresas (MIPyMEs) según los términos del art. 1 de la L. 25300
192
Ahora bien, y reiterando las virtudes de este esquema para fomentar la reinversión
de utilidades, lo cierto es que para los ejercicios fiscales que se inicien a partir del
1/1/2020 inclusive, para el caso de distribución de dividendos, los socios del exterior
-beneficiarios del exterior- que apliquen en virtud de su residencia fiscal determinados
convenios de doble imposición fiscal tendrán una ventaja fiscal por sobre otros inversores
del exterior o incluso sobre socios locales.
En efecto, y según se detallará más adelante, la mayoría de los convenios para evitar
la doble imposición fiscal suscriptos por nuestro país prevén un tope para la retención
a sujetos beneficiarios del exterior del 10% para el caso de que el beneficiario efectivo es
una sociedad que posea directamente no menos del 25% del capital de la sociedad que
paga dichos dividendos.
En este marco, y sabiendo que según el artículo 75, inciso 22), de nuestra
Constitución Nacional los convenios tienen rango superior a las leyes, el tope del 10% a
la distribución de dividendos(2) a estos sujetos del exterior implicará una ventaja fiscal
respecto de la situación de los socios locales o los beneficiarios del exterior que no tengan
convenio para aplicar.
(2) En su mayoría, los convenios de doble imposición establecen un concepto amplio de “dividendo”,
incluyendo las rentas de acciones, de acciones o bono de goce, de participaciones mineras, de las
acciones de fundador o de otros derechos, excepto los de créditos que permitan participar en
los beneficios, así como también las rentas de otras participaciones sociales que reciban el mismo
tratamiento fiscal que las rentas de acciones conforme a la legislación del Estado del cual sea
residente la sociedad que efectúe la distribución
193
Reforma L. 27430
2020 en adelante
Antes
reforma Saldo exterior
L. 27430 2018/2019 con convenio
Socio local
de doble
imposición***
Pasando en limpio, de los veinte (20) convenios para evitar la doble imposición que
Argentina tiene en vigencia, solo cuatro (4) no podrían aplicar este beneficio del tope del
10% para la imposición del dividendo, ya sea porque el instrumento internacional no prevé
tope alguno (Bolivia y Brasil) o porque el único tope previsto es del 15% (Italia y Francia),
alícuota superior al 13% que dispone la norma local del impuesto a las ganancias.
194
195
Hace algo más de cinco años, y a solicitud de los líderes del G20, se originó el plan
de acción BEPS del G20/OCDE que contempla 15 acciones que buscan poner fin a la
elusión fiscal internacional.
Dicho plan de acción gira en torno a tres pilares o líneas de actuación fundamentales:
dotar de coherencia a aquellas normas de derecho interno que abordan actividades
transfronterizas; reforzar las exigencias de actividad sustancial en los actuales estándares
internacionales para así establecer la conexión entre los tributos y el lugar de realización
de las actividades económicas y de creación de valor y mejorar la transparencia y seguridad
jurídica para empresas y administraciones.
En octubre de 2015 la OCDE presentó el paquete definitivo de medidas(1) para
llevar a cabo una reforma integral, coherente y coordinada de la normativa tributaria
internacional que fue discutido por los ministros de Finanzas del G20 en su reunión
del 8/10/2015 en Lima, Perú, y luego presentado a los líderes del G20 en ocasión de la
cumbre anual realizada los días 15 y 16 de noviembre en Antalya, Turquía.
(*) Abogada (UBA). Magíster en Derecho Tributario (Universidad Austral). Profesora de la Maestría
en Derecho Tributario y de la Diplomatura Regional en Asesoramiento Tributario de la Facultad de
Derecho de la Universidad Austral. Correlatora por Argentina del tema 1: “Reconstrucción de la red
de convenios” para el 74º Congreso de la International Fiscal Association a realizarse en 2020
(1) www.oecd.org
199
200
En el marco de la acción 15 del plan BEPS cerca de 90 países -entre ellos, Argentina-,
trabajaron conjuntamente en el desarrollo de un instrumento multilateral que incorpore
las medidas del paquete BEPS a la red de convenios bilaterales en vigor.
201
(4) El MLI fue celebrado por el Poder Ejecutivo, de conformidad con las atribuciones previstas en el
art. 99, inc. 11), de la CN
(5) Australia, Bélgica, Canadá, Chile, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, México, Países Bajos,
Noruega, Rusia, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos. Han quedado como
convenios no comprendidos los existentes con Bolivia, Alemania y Brasil. Se debe en el caso de los
convenios firmados con Alemania y Brasil a que a la fecha de firma del MLI se estaba negociando un
nuevo CDI y un Protocolo de Enmienda, respectivamente. Así lo indicó Argentina en su respuesta al
OECD Report on Prevention of Treaty Abuse - Peer Review Report on Treaty Shopping published on
February 2019 [OECD (2019), Prevention of Treaty Abuse - Peer Review Report on Treaty Shopping:
Inclusive Framework on BEPS: Action 6, OECD/G20 Base Erosion and Profit Shifting Project, OECD
Publishing, Paris, https://doi.org]. Hasta la fecha de este trabajo no se ha dado a conocer ni suscripto
el nuevo CDI con Alemania. Por su parte, el Protocolo de Enmienda al CDI con Brasil fue firmado el
21/7/2017 y aprobado por el Congreso de la Nación el 9/5/2018. La exclusión del CDI con Bolivia se
fundamenta en que fue redactado bajo los lineamientos del principio de la fuente o territorialidad
previstos en el Modelo del Pacto Andino
(6) www.oecd.org
(7) La aprobación por el Congreso Nacional es exigida por el art. 75, inc. 22), CN
(8) El proyecto de ley que aprueba en Argentina el MLI tramita a través del EX-2019-63757636-APN-
DGD#MRE, que al día de la fecha se encuentra en la Secretaría Legal y Técnica de Presidencia de
la Nación
202
(9) Richard Xenophon Resch: “The OECD BEPS Multilateral Instrument and the Issue of the
Language” - Intertax - Vol. 47 - N° 6 y 7 - junio-julio/2019 - Lucherland - Wolters Kluwer - pág. 563
203
204
Uno de los temas en los que esta situación podría tener más incidencia es respecto
de uno de los estándares mínimos, que es la modificación de los preámbulos de los
convenios indicando expresamente que la intención es eliminar la doble imposición con
relación a los impuestos sobre la renta y sobre el patrimonio sin crear oportunidades para
situaciones de nula o reducida tributación a través de evasión o elusión fiscal (incluyendo
aquellos acuerdos para el uso abusivo de tratados -treaty shopping-), dirigidos a que
residentes de terceros Estados obtengan indirectamente beneficios de este convenio.
Vinculado también a la acción 6 del paquete BEPS y la parte III del MLI, uno de
los lineamientos propuestos es la introducción de cláusulas que contengan el test del
propósito principal (PPT) o el método de limitación de beneficios (LOB), así como reglas
que impidan acuerdos destinados a obtener beneficios inapropiados derivados de CDI
(anti-conduit arrangements).
Destacamos, que más allá de las opciones elegidas en el marco del MLI, Argentina
informó a la OCDE que está implementando el texto propuesto del preámbulo y la
cláusula PPT combinada con el método LOB en los acuerdos bilaterales que está
negociando(12). Efectivamente los convenios celebrados luego de la firma del MLI como el
protocolo de enmienda al convenio en vigor con Brasil y los convenios con Qatar, China,
Luxemburgo, Turquía y Japón contienen preámbulos con el mínimo estándar y cláusulas
PPT combinadas con LOB simples.
Una de las cuestiones vinculadas a este tema es si el nuevo texto del preámbulo
puede ser utilizado de manera retroactiva a la hora de interpretar los convenios por
situaciones de facto existentes antes de la entrada en vigor del MLI. La aplicación
retroactiva resultaría objetable por resultar contraria al principio de reserva de ley en
materia tributaria consagrado en los artículos 4 y 17 de la CN.
Uno de los estándares mínimos que prevé el MLI está relacionado con tornar más
efectivos los mecanismos de resolución de controversias contenidos en los convenios
tributarios. También se ofrecieron mecanismos optativos como la incorporación del
arbitraje para la resolución de disputas.
Los derechos relacionados con el procedimiento amistoso y el arbitraje fueron
definidos en la Carta de Derechos del Contribuyente para los Países Miembros del
Instituto Latinoamericano de Derecho Tributario (ILADT).(13)
Fueron enumerados en dicha carta los siguientes derechos, entre otros: (i)
derecho a la iniciación del procedimiento amistoso para la resolución de controversias.
La negativa a tal iniciación por parte del Estado del reclamante debe estar motivada y
sujeta al control jurisdiccional; (ii) derecho a la tramitación del procedimiento amistoso
en un plazo razonable, fijado por la legislación interna; (iii) derecho a la ejecución de la
resolución del procedimiento amistoso y a la revocación de actos firmes y consentidos que
(12) OECD Report on Prevention of Treaty Abuse - Peer Review Report on Treaty Shopping publicado
en febrero/2019 [OECD (2019), Prevention of Treaty Abuse - Peer Review Report on Treaty Shopping:
Inclusive Framework on BEPS: Action 6, OECD/G20 Base Erosion and Profit Shifting Project, OECD
Publishing, Paris, https://doi.org]
(13) www.iladt.org
205
(14) El art. 75, inc. 24), CN autoriza al Congreso a aprobar tratados de integración en los que se
delegue jurisdicción a favor de organizaciones supraestatales
(15) L. 11683 (t.o. en 1998 y sus modifs.)
206
VI - CONCLUSIÓN
(16) www.oecd.org
(17) www.argentina.gob.ar
207
la Nación que no se limite a aprobar el contenido del MLI, sino que se pronuncie respecto
de las diversas notificaciones y reservas ya efectuadas por el Poder Ejecutivo. Además,
los respectivos países signatarios de convenios que se vean modificados por aplicación
del MLI deberían acordar el texto final que tendrá el convenio. El gobierno argentino
debería publicar oficialmente el citado texto así como anunciar desde cuándo resultarán
aplicables las modificaciones operadas.
En relación con el procedimiento de acuerdo mutuo, las modificaciones propuestas
por el MLI no son sustanciales para Argentina, teniendo en cuenta que el mecanismo
ya estaba previsto en los convenios existentes. Sin embargo, los lineamientos derivados
de las acciones 14 y 15 determinaron el establecimiento del procedimiento específico en
la legislación doméstica. El futuro dirá si se traduce en un mecanismo eficiente para la
resolución de controversias que brinde seguridad jurídica a los contribuyentes y a los
terceros respecto a la aplicación e interpretación de los convenios para evitar la doble
imposición internacional.
208
I - INTRODUCCIÓN
Este artículo ha sido preparado para servir como base conceptual de la exposición
sobre los “Derechos del contribuyente frente al concepto de planificación fiscal agresiva”
en el marco del II Congreso Internacional de Derecho Tributario organizado por la
Facultad de Derecho de la Universidad Austral, como parte de la temática “Estatuto del
contribuyente en el siglo XXI frente a las operaciones internacionales”.
Para abordar el tema propuesto, es necesario delimitar el alcance a fin de cubrir
solamente aspectos que encontramos sobresalientes en este ámbito, dado que la lucha
contra los esquemas de planificación fiscal (agresiva) internacional es un fenómeno incluso
más antiguo que la Liga de las Naciones(1) y que, por lo tanto, abarca un gran número
de esquemas difíciles de catalogar por la sofisticación que conllevan. Esa lucha de los
Estados es la que tradicionalmente ha venido ocasionando diversos niveles de afectación
a los derechos de los contribuyentes, limitando la generación de esquemas legales que
permitan recomponer estándares de capacidad contributiva que se hallan distorsionados
209
por la doble imposición o por la imposición excesiva; así también, el ejercicio del poder de
imperio en esta materia afecta el principio de certeza legal, ya que los contribuyentes se
encuentran crecientemente sometidos a mecanismos normativos domésticos poco claros
que buscan resecar lagunas creadas por el propio sistema tributario. Modernamente, a
todo esto se suma la presión cada vez mas intensa de transparentar información, la cual
si bien en sí misma es un estándar que todos deberíamos procurar, en exceso genera
situaciones de vulneración de derechos como el de la confidencialidad de la información
tributaria e intimidad.
Claramente, no es posible en la actualidad referirnos a un concepto unívoco
de planificación fiscal agresiva; incluso es difícil ponerse de acuerdo acerca de si este
concepto ha pasado por una evolución o si más bien ha sufrido una involución en los
últimos años, ocasionada por las acciones desarrolladas en el marco del Plan BEPS de
la OCDE. En efecto, mientras para las administraciones tributarias el concepto ahora
coincide con sus expectativas recaudatorias, en materia de derechos del contribuyente no
es posible afirmar que se trate de un aspecto positivo cuando se confunde la planificación
fiscal con las conductas de evasión fiscal de naturaleza ilícita, abandonando el legítimo
derecho a la economía de opción que se entendía como un paradigma aceptado en los
sistemas modernos.
Así, la configuración de la planificación fiscal agresiva bajo la visión de los
gobiernos y de las administraciones tributarias pone en manifiesto una crisis de derechos
del contribuyente que se originan en reformas domésticas que deben convivir con nuevos
cambios en los Convenios para Evitar la Doble Imposición Internacional, situación ante la
cual cabe cuestionar si es posible lograr una compatibilización armónica entre las normas
generales antielusión (GAAR) y las cláusulas de test de propósito principal (PPT) y de estas
con la cláusula de limitación de beneficios (LOB). A esto se suma la crisis de los límites
constitucionales de cada Estado para enfrentar niveles sin precedentes de revelación de
esquemas de planificación fiscal agresiva que erosionan las bases del secreto profesional
y el derecho a la intimidad.
Con la puesta en marcha del Plan BEPS, nos hemos acostumbrado a debatir sobre
acciones que se desarrollan en un escenario de esquizofrenia recaudatoria para satisfacer
las necesidades políticas de los gobiernos, mismas que fueron encaminadas por un brazo
técnico que no ha privilegiado la discusión de derechos de los contribuyentes.
En ese contexto, dada la amplitud del tema, este artículo se concentrará en estudiar
el concepto de planificación fiscal agresiva en el marco de las Acciones 6 (y 15) y 12 del
Plan BEPS y contrastarlo con la vigencia del derecho de los contribuyentes a tributar
en proporción a su capacidad contributiva, a la certeza legal y la confidencialidad de la
información tributaria.
(2) Ver, por ejemplo, el criterio del profesor Vicente O. Díaz en Revista del Centro de Estudios en lo
Penal Tributario N° 13 - 2007
210
(3) Ver Villegas Aldazosa, Alvaro: “Bolivia: Treaty Shopping and Pacta Sunt Servanda”, en Lang,
Michael et al.: “Tax Treaty Case Law around the Globe 2016” - IBFD - abril/2016 - Ámsterdam
(Holanda) - págs. 287/93
(4) “Empresa Petrolera Chaco SA c/Gerencia Sectorial de Hidrocarburos del Servicio de Impuestos
Nacionales” - Trib. Sup. Just. - Sala Social y Administrativa Primera - Auto Supremo N° 311 -
10/9/2014 - Expte. 130/2012-A
(5) La cita utilizada por el Tribunal corresponde a la International Tax Freedom Alliance (ITFA)
(6) Arnold, Brian J.: “International Tax Primer” - 3er. ed. - Wolters Kluwer - Reino Unido - 2016 - pág. 111
(7) Díaz, Vicente O.: “La Planificación Tributaria a Nivel Internacional. Formas y Medidas para
Contrarrestarla” - Revista del Centro de Estudios en lo Penal Tributario” - N° 13 - 2007
(8) Ver Field, Heather M.: “Aggressive Tax Planning & the Ethical Tax Lawyer” - 29/9/2016 - Virginia
Tax Review - Winter 2017 Forthcoming - www.ssrn.com
211
particular oportunidad de minimización tributaria cumple con la ley, pero algunas veces,
reducir la carga tributaria implica posiciones más agresivas. Para Altamirano (2012),
“la elusión fiscal internacional implica un procedimiento de interpretación del sistema
normativo, cuyo propósito radica en crear, dentro del marco de la ley, un modelo de acción
para el contribuyente, cuyo resultado es un menor impacto tributario (economía tributaria o
economía de opción), logrando así un éxito en términos pragmáticos a partir de negocios que
el derecho admite. Ello se conecta con el fenómeno de la planificación tributaria”.(9)
Los mecanismos de elusión fiscal en operaciones internacionales son tan grandes
en número como variados en complejidad, por lo que resulta de utilidad referirnos a los
siguientes ejemplos que Arnold (2016) ilustra como rango de posibilidades:
- Un contribuyente puede cambiar su residencia de un país a otro de tributación menor
o inexistente.
- Un contribuyente puede desviar rentas de fuente nacional a una entidad extranjera
controlada, como un trust o compañía, establecida en un paraíso fiscal.
- Un contribuyente puede establecer una subsidiaria en un paraíso fiscal para ganar
rentas de fuente extranjera o para recibir dividendos de subsidiarias establecidas en
otros países.
- Si existen ventajas tributarias, un contribuyente puede encaminar dividendos,
intereses, regalías y otros montos a través de subsidiarias establecidas en terceros
países para reducir el monto de impuestos retenidos por esos montos.(10)
Lo cierto a este punto es que tanto la evasión como la elusión tributaria son
conductas que no pueden ser abordadas de manera aislada, pues en realidad constituyen
partes de un mismo problema, en el cual se encuentran involucrados también la doble
imposición internacional, la tributación excesiva, así como aquellas situaciones de doble
no imposición internacional y las prácticas de planificación fiscal agresiva. En opinión
de Becerra (2013), este problema de múltiples dimensiones, “puede cesar de existir solo
cuando un país sea capaz de proveer muchas mejores plataformas tributarias que sean
sostenibles en el tiempo y reflejen el principio de ‘capacidad contributiva’, y por supuesto,
sea capaz de asegurar certeza mediante leyes y regulaciones duraderas, incluyendo
tratados que sean fácilmente leídos, interpretados y aplicados”.(11)
A nivel global, en recientes años y mucho más a partir del Plan de Acción BEPS, se
han puesto de manifiesto dos matices significativos que enervan, o al menos cuestionan,
el presupuesto de la planificación fiscal como una conducta legal. Primero, se puede
apreciar al presente que se ha logrado acuñar con éxito un renovado énfasis en el elemento
del “abuso”, mediante la inclusión del adjetivo de la “agresividad” con la que se realiza
(9) Altamirano, Alejandro: “Derecho Tributario Teoría General” - Ed. Marcial Pons - Bs. As. - 2012 -
pág. 789
(10) Arnold, Brian J.: “International Tax Primer” - 3a ed. - Wolters Kluwer - Reino Unido - 2016 - pág. 111
(11) Becerra, Juan Á.: “Interpretation and Application of Tax Treaties in North America” - 2a ed. -
IBFD - Holanda - 2013 - pág. 39
212
213
214
2. Implicancias de la Acción 12
Como es conocido, el Plan de Acción BEPS está basado en el acuerdo de los estados
miembros sobre elementos objetivos que se definen en función de estándares, guías y
buenas prácticas, llegando a utilizar la expresión Planificación Fiscal “Agresiva” solamente
en la Acción 12 (exigir a los contribuyentes que revelen sus mecanismos de planificación
fiscal agresiva), como un concepto vinculado al relacionamiento de las administraciones
tributarias con los contribuyentes en el proceso de transparencia sobre operaciones con
impactos tributarios materiales. En efecto, como se indicó anteriormente, “el término
215
‘abuso’ juega un papel importante en los informes BEPS, donde se usa mucho más que el
término ‘Aggressive Tax Planning’ (aparte del informe final de la Acción 12). En los informes
BEPS, el abuso fiscal se asimila a elusión tributaria”.(17)
El informe final 2015 de la Acción 12 identifica la falta de información exhaustiva
y pertinente sobre las estrategias de planificación fiscal agresiva, como uno de los
principales retos a los que se enfrentan las administraciones tributarias de todo el mundo.
Este informe asume que los regímenes de declaración obligatoria brindan a los países la
oportunidad de responder con prontitud a eventuales riesgos fiscales, por lo cual parte
por describir los regímenes normativos de declaración obligatoria vigentes en algunos
países y luego formula recomendaciones para países que deseen implementar o modificar
las normas de declaración obligatoria, con la finalidad de obtener información pertinente
y oportuna sobre eventuales estrategias de planificación fiscal agresiva o abusiva y de
los sujetos que las articulan, es decir, tanto de los planificadores (promotores o asesores)
como de los contribuyentes (los usuarios).
En ese sentido, la Acción 12 recomienda la obligación de declarar operaciones con
rasgos genéricos (por ejemplo, requisito de confidencialidad, pago de una comisión muy
elevada) y con rasgos específicos (por ejemplo, utilización de las pérdidas) y establecer
mecanismos de seguimiento que permitan vincular las declaraciones efectuadas por
promotores y clientes.
La coerción de estos mecanismos se ejercería a través de un régimen de sanciones
pecuniarias y no pecuniarias.
Sin embargo, el verdadero problema no se encuentra en obligar a los asesores y
contribuyentes a cumplir con un régimen de información obligatoria, dado que se trata de
un mecanismo vigente en otras legislaciones, tales como la estadounidense (1984 y 2004,
basada en las operaciones) o la británica (2004, 2006 y 2011, basada en el promotor), sino
en definir qué tipos de estructuras y mecanismos deben ser declarados. En ese sentido,
acertadamente, la Acción 12 aclara -al menos retóricamente- que una “estructura sujeta
a declaración” no significa que automáticamente conlleve una elusión fiscal, dado que el
informe describe rasgos distintivos de operaciones abusivas y de operaciones legítimas.
A pesar de esa aclaración, en los hechos es evidente que estamos frente a un
nuevo paradigma jurídico de los límites de la planificación fiscal legal, notoriamente
marcado por un componente político que se traduce en una intensa presión moral que
los gobiernos ejercen en contra de conductas de contribuyentes que, a pesar de legales,
son cuestionables en el ámbito de la moralidad. Sin embargo, dicho paradigma está
lejos de ser adecuado, porque la Acción 12 se concentra en estigmatizar determinadas
transacciones en lugar de brindar una definición del adjetivo “agresividad” que convierte
a una planificación fiscal legal en ilícita o, cuando menos, ilegítima.(18)
Sobre el derecho a la confidencialidad, son importantes las reflexiones elaboradas
por el Observatorio sobre la Protección de los Derechos de los Contribuyentes del IBFD,
cuya parte relevante indica que “es indiscutible que todos tienen derecho al respeto de su
(17) Ver Piantavigna, Paolo: “Tax Abuse and Aggressive Tax Planning in the BEPS Era: How EU Law
and the OECD Are Establishing a Unifying Conceptual Framework in International Tax Law, despite
Linguistic Discrepancies” - World Tax Journal - febrero/2017 - pág 56
(18) Ver Villegas Aldazosa, Álvaro: “Una aproximación retrospectiva de la planificación fiscal
internacional”, en Homenaje al Prof. Dr. Vicente Oscar Díaz - Asociación Argentina de Estudios
Fiscales - Bs. As. - 2017
216
Antes del inicio de la “era BEPS”, Estados Unidos atacó la planificación fiscal
agresiva a partir del principio sustancia sobre la forma, cuya base conceptual incluye
el enfoque de sustancia económica, de step y de dominio y control. A estas medidas
domésticas desarrolladas por la jurisprudencia, se suman reformas sobre el deber de
revelación de información (UTP disclosure y FATCA).
Uno de los ejemplos recientes que privilegia el pragmatismo de la lucha contra
el traslado artificial de rentas por encima del respeto básico de los principios que
tradicionalmente han inspirado y guiado el derecho tributario en la protección de los
derechos de los contribuyentes es el Diverted Profits Tax (DPT), mal llamado en su momento
“Google Tax”. En efecto, este “impuesto” aprobado por Reino Unido en 2015 y modificado
en 2019(21) tiene el objetivo de penalizar oportunidades de planificación fiscal de empresas
multinacionales, que resultan en la erosión de la base de ese país aplicando el concepto
de sustancia económica y la elusión del establecimiento permanente. Este impuesto
también se aplica en Australia, pero no existen a la fecha antecedentes judiciales que
permitan confirmar de manera definitiva los cuestionamientos que coexistieron con su
creación sobre la afectación a los derechos de los contribuyentes.
(19) “Observatory on the Protection of Taxpayers’ Rights” - IBFD - 2018; “General Report on the
Protection of Taxpayers’ Rights” - IBFD - 2019 - pág. 62
(20) “Carta de Derechos del Contribuyente para los países miembros del Instituto Latinoamericano
de Derecho Tributario” - ILADT - Montevideo - 2018 - pág. 20
(21) Ver Diverted Profits Tax amendments - www.gov.uk
217
(22) Piantavigna, Paolo: “The Role of the Subjective Element in Tax Abuse and Aggressive Tax
Planning” - World Tax Journal - mayo/2018 - pág. 211
218
(23) Ver Fuest, Clemens; Spengel Christoph; Finke, Katharina; Heckemeyer, Jost H. y Nusser, Hannah:
“Profit Shifting and ‘Aggressive’ Tax Planning by Multinational Firms: Issues and Options for Reform”
- World Tax Journal - octubre/2013
219
I - INTRODUCCIÓN
La proximidad de los casi cuarenta años de vigencia del convenio contra la doble
imposición entre Argentina y Brasil resucita una cuestión de trascendental relevancia para
el desarrollo económico de toda Latinoamérica, a saber, el resurgimiento del Mercosur.
Indudablemente, el anuncio de la eminente firma de los principios de libre
comercio entre el Mercosur y la Unión Europea -un acuerdo que se insertaría entre los
más importantes acuerdos comerciales de la historia- pone de relieve la cuestión de si
somos capaces o no de desarrollar económicamente nuestra región de forma conjunta, lo
que pasaría por un avance en el grado de armonización y coordinación tributaria.
En dicho contexto, tratamos de analizar la más relevante norma en materia
tributaria del Mercosur bajo una perspectiva del comercio transnacional en la zona, el
CDI Argentina-Brasil.
Efectivamente, en paralelo a la implementación del tratado UE-Mercosur que se
constituiría en eje formado por cerca de 800 millones de personas y equivaldría a algo
como 22% del comercio mundial, es importante pensar en fortalecer la relación entre los
miembros del bloque latinoamericano. Y esto también comienza con la relación bilateral
entre países.
(*) Miembro del Comité Científico Permanente de la Asociación Fiscal Internacional - IFA. Doctor
en Derecho por la Universidad San Pablo-CEU. Director de la Associação Brasileira de Direito
Financeiro - ABDF
(**) Coordinadora de tributación internacional en Vinhas & Redenschi Abogados. L.LM en Fiscalidad
Internacional del King’s College London, Reino Unido
221
Por esa razón, fue significativa la enmienda del CDI entre Brasil y Argentina por
medio del Protocolo firmado en julio de 2017. De hecho, el CDI anterior se concluyó en
1982, en un contexto internacional totalmente diferente del que tenemos ahora.
A su vez, es indiscutible que el acuerdo UE-Mercosur resucita algo tan bonito como
abandonado, como es el Mercosur, tanto desde su legitimidad interna como especialmente
por su dignidad en el ámbito de las relaciones internacionales. Implica una fase entre los
países del bloque, que deberán asumir nuevos esfuerzos en materia de armonización para
que el acuerdo con Europa pueda funcionar.
Es principio general de derecho internacional que para que pueda existir un buen
funcionamiento entre bloques es necesaria una coordinación más intensa entre los países
que forman cada bloque. Y lo mejor, el tratado UE-Mercosur es un mensaje explícito
para aquellos que creen, por mera conveniencia política, que el proteccionismo puede ser
bueno para las empresas y para los ciudadanos.
Así, se debe discutir el convenio contra la doble imposición entre Brasil y Argentina,
dentro de su nueva perspectiva, que es el surgimiento del Mercosur en razón del tratado
UE-Mercosur.
Además, hay que poner de relieve que el Derecho Tributario Internacional ha creado
nuevos principios e instrumentos que podrían ser incorporados al CDI por medio de una
revisión más amplia y con la mirada al crecimiento económico. También aquí, Brasil y
Argentina podrían dar una lección, como el ejemplo de la respuesta al proteccionismo
dada por el acuerdo UE-Mercosur.
Sin embargo, del influjo de una hermenéutica que viene del proyecto BEPS, incor-
porados o no a los comentarios de la OCDE, por la cual los CDI deben ser primordialmente
elementos de combate al fraude fiscal, la verdad es que partimos de una dogmática distinta.
Ipso facto, los CDI deben ser elementos de atracción de inversiones, bajo el paraguas de
la seguridad jurídica y, por qué no, de estímulos fiscales a generar el incremento de
las relaciones comerciales entre las partes contratantes en beneficio de sus empresas y
ciudadanos.
A nuestro modo de ver, hemos llegado al punto en que el CDI Brasil-Argentina debe
transcender los meros controles contra la doble no imposición o, lo que es lo mismo, el
simple reparto de competencias, Debe ser ahora, más que nunca, un instrumento del
desarrollo económico, insertado dentro de las perspectivas que se abren con el Tratado
de Libre Comercio entre la UE y el Mercosur.
222
A corto plazo, las asimetrías fiscales pueden compensarse con otros factores.
Por ejemplo, costos laborales más bajos, ventajas en materia de variación del cambio/
devaluación de la moneda y diferencias en productividad pueden compensar una mayor
carga fiscal. Sin embargo, a medio plazo, diferencias como esas tienden a reducirse a
medida que avanza el proceso de integración del bloque y se revela la verdadera magnitud
del problema por diferencias en las imposiciones fiscales entre los países.(1)
En Brasil, actualmente se discute una reforma fiscal que, a la finalización del
presente artículo, seguía en fase de discusiones y proyectos de ley poco efectivos. Aunque
uno debe mirar con cautela determinadas medidas que han sido propuestas, al menos
hay consenso en que el sistema fiscal brasileño necesita una simplificación.
Dicho esto, y considerando el reciente acuerdo comercial entre el Mercosur y la
UE, la expectativa para los miembros del bloque latinoamericano es el aumento de las
exportaciones para el continente europeo. Por lo tanto, es importante para el desarrollo
económico que las exportaciones -especialmente del agronegocio, más relevante para
Brasil y Argentina- no sean demasiado onerosas fiscalmente.
En Brasil, las exportaciones están exentas del IVA de los estados brasileños
(provincias) -el ICMS- y del IVA federal (PIS/ COFINS) en la última etapa de venta al exterior.
Respecto al ICMS, en el pasado, el beneficio de la exención se quedaba parcialmente
compensado por la dificultad de los exportadores para recuperar los créditos de este
impuesto relacionados con etapas anteriores de producción.
De hecho, el tratamiento diferencial aplicado al ICMS, el impuesto más importante
sobre la producción, en operaciones que involucran a más de un Estado de la federación
es un problema que afecta a los exportadores. En este caso, la adquisición de materia
prima en un Estado para su procesamiento en otro conduce a la acumulación de créditos
cuando el producto beneficiado se dirige a la exportación o cuando está sujeto a una tasa
impositiva favorecida al integrar la cesta básica de alimentos de los trabajadores.
Consciente de que estas distorsiones resultan en la acumulación de impuestos no
recuperables por parte del sector productivo brasileño y en el aumento del coste final de
los productos exportados, el Gobierno creó, por medio de la ley 13043/2014, el Régimen
Especial de Reintegración de Impuestos para Empresas Exportadoras conocido como
REINTEGRA.
Este régimen garantiza un crédito fiscal correspondiente a hasta el 3% de los
ingresos por exportaciones a las empresas productoras que exportan bienes y que
acumulativamente (i) hayan sido industrializados en el país; (ii) se clasifiquen en el código
de la Tabla de Incidencia del Impuesto de Importación “IPI” y (iii) tengan un costo total
de insumos importados que no exceda el límite porcentual del precio de exportación (los
insumos de los países del Mercosur son considerados nacionales).
Es decir, el REINTEGRA tiene como objetivo restablecer parcial o totalmente el
monto relacionado con el costo fiscal existente en la cadena de producción.
Existe también la previsión de que el porcentaje del 3% se pueda aumentar hasta
en un 2% si se verifica un residuo impositivo que justifique la devolución adicional,
comprobada por estudio o encuesta realizada de acuerdo con los criterios y parámetros
definidos en la regulación.
223
Aunque hay discusiones sobre los criterios y parámetros del reglamento, que
eventualmente resultan en un litigio administrativo y judicial, el Tribunal Supremo
Federal ya ha decidido a favor de los contribuyentes beneficiarios del REINTEGRA y exige
que al menos se respete la fiscalidad anterior en caso de disminución del porcentaje de
crédito.(2)
En Argentina, el impuesto al consumo más importante es el impuesto al valor
agregado (IVA), que, a diferencia de su vigencia similar en el sistema tributario brasileño,
tiene como hecho imponible las ventas de bienes y prestaciones de servicios realizados
en el territorio argentino, importaciones definitivas de bienes muebles y prestaciones
realizadas en el exterior para su utilización en el país. Este impuesto plurifásico recae en
todas las etapas de los ciclos de producción y distribución de bienes y se impone de forma
generalizada en las prestaciones de servicios.
Respecto a las exportaciones, relevantes para el tema que nos ocupa, los
exportadores pueden recuperar el impuesto que se les hubiera facturado por bienes
y servicios destinados efectivamente a las exportaciones o a cualquier etapa de la
consecución de estas.
La recuperación operará mediante compensación con el impuesto que en definitiva
adeudaren los exportadores por sus operaciones internas gravadas. Si la compensación
no resultara posible o se efectuará parcialmente, el saldo excedente será compensado
con otros impuestos a cargo de la Administración Federal de Ingresos Públicos o, en su
defecto, será devuelto o se permitirá su transferencia a favor de terceros.(3)
Si bien los derechos de exportación fueron completamente eliminados en la década
de los noventa, la situación de grave desequilibrio fiscal obligó a las autoridades argentinas
a reinstituirlos sobre las exportaciones de productos agrícolas desde el año 2002.
Asimismo, el incremento del déficit fiscal en Argentina ha impulsado al Gobierno a
tomar diferentes medidas, como la creación de derechos de exportación de servicios desde
el año 2018.
En enero de 2019, comenzó a regir un derecho de exportación variable de cuatro
pesos por cada dólar del valor FOB facturado a clientes externos, lo cual no podrá superar
un tope del 12,0% del valor total, tal y como ocurre con las mercancías.
Al igual que Brasil, Argentina también tiene un régimen de reintegro a las
exportaciones. El reintegro se determina aplicando una alícuota sobre el valor FOB
(deducidos los insumos importados y los gastos de comisiones y corretajes) de las
exportaciones finales a todos los destinos.
Sin embargo, el Gobierno argentino publicó en marzo de 2018 un decreto dentro
del paquete de medidas para reducir el déficit fiscal que redujo el tope máximo de
devolución de reintegros de acuerdo con el tipo de mercancías y productos destinados a
la exportación.
Por lo tanto, el acuerdo con la UE presenta ventajas para ambos países, pero en
intensidades diferentes. Para Argentina representa un aumento del mercado consumidor,
principalmente de sus productos agrícolas, a pesar del gravamen sobre las exportaciones.
224
(4) Vinhas Catão, Marcos A. y Filho, Antonio Rodrigues da Silva: “Harmonização tributária no
Mercosul. São Paulo” - Aduaneiras - 2001 - pág. 17
(5) Vinhas Catão, Marcos A. y Filho, Antonio Rodrigues da Silva: “Harmonização tributária no
Mercosul. São Paulo” - Aduaneiras - 2001 - pág. 18
(6) Cano, Hugo Gonzales: “A harmonização tributária em processos de integração econômica” -
Brasilia - 1986 - pág. 23
(7) Vinhas Catão, Marcos A. y Filho, Antonio Rodrigues da Silva: “Harmonização tributária no
Mercosul. São Paulo” - Aduaneiras - 2001 - pág. 25
(8) Art. 2 - “El Mercado Común estará fundado en la reciprocidad de derechos y obligaciones entre
los Estados parte”
225
Además del principio de reciprocidad, existen otros principios que también son
importantes para regular la relación entre los países miembros: el principio de no
discriminación de productos o servicios, el principio de Nación más favorecida, el principio
de eliminación de restricciones cuantitativas y la lista de excepciones o situaciones
especiales.
Respecto la armonización, el Mercosur ha tenido más éxito en términos de derechos
de aduana, especialmente con la implantación de la Tarifa Externa Común (TEC).
Según las directrices establecidas por el Tratado de Asunción(9), la TEC debe
fomentar la competitividad de los Estados miembro del bloque y sus niveles arancelarios
deben contribuir a evitar la formación de oligopolios o reservas de mercado. También se
acordó que la TEC debería cumplir con los siguientes criterios: a) tener un pequeño número
de alícuotas; b) presentar una dispersión baja; c) conseguir la mayor homogeneidad
posible de tasas de promoción efectivas (exportaciones) y de tasas de protección efectivas
(importaciones); d) que el nivel de agregación para el cual se establecerían alícuotas fuera
de seis dígitos.
La TEC es el arancel aplicado a las importaciones de países con los que no existe
un acuerdo de libre comercio con Brasil o con el Mercosur. Cuando hay un acuerdo
vigente, la tarifa aplicada es la prevista en el acuerdo en cuestión. Actualmente se aplican
aranceles que oscilan en torno al 14% de los bienes que se importan desde fuera del
bloque.
Más allá de la TEC, la armonización fiscal ha ido avanzando lentamente. No hay
grandes movimientos hacia el desarrollo de una carga impositiva similar como, por
ejemplo, el IVA, que podría generar créditos y deudas de un país a otro, la unificación
de impuestos selectivos, la eliminación de impuestos sobre los ingresos brutos, etc. De
igual manera, con respecto a los impuestos directos o sobre la inversión corporativa, el
Mercosur ha avanzado tímidamente más allá de los derechos aduaneros.
Sin embargo, como ya habíamos hablado anteriormente, el Mercosur últimamente
se quedaba adormecido. La firma de los recientes acuerdos con la UE y la AELC es una
excelente oportunidad para volver a reactivar la armonización fiscal del bloque.
La necesidad de integración es todavía crucial -tal vez incluso más importante que
en la oportunidad anterior-, a pesar de las diferencias en los sistemas constitucionales
de cada país miembro.
Por lo tanto, debe considerarse que la armonización fiscal es uno de los elementos
principales, si no el principal, para la fijación de la integración económica del bloque,
porque sin ella la libre circulación y el objetivo principal, que es el crecimiento económico
de los países miembro medido por el aumento del PIB, no se realizará plenamente.
Bajo la perspectiva de los inversores extranjeros, la ausencia de una armonización
fiscal entre los sistemas fiscales de los países miembro aumenta el costo con asesores y
compliance para las multinacionales que actúan en el bloque.
Por otro lado, como dijimos anteriormente, siempre hay un límite para la integración
que es la soberanía de los países. Así, uno no se debe olvidar de que hay diferencias
económicas relevantes entre los países miembro del bloque sudamericano.
(9) Art. 5 - “Durante el período de transición, los principales instrumentos para la constitución del
mercado común serán: …
c) Un arancel externo común, que incentive la competitividad externa de los Estados parte”
226
Por lo tanto, no sería deseable una unificación de las alícuotas impositivas. Ante el
mismo nivel de impuestos, los inversores prefieren naturalmente invertir en un entorno
en el que la infraestructura corresponde al nivel de impuestos pagados. Después de todo,
no tiene sentido invertir en una jurisdicción que ofrece una infraestructura más pobre,
ya que el inversor deberá pagar por los servicios que de otro modo ofrecería el Estado.
Lo mismo ocurre con los incentivos fiscales. La principal preocupación de la
armonización fiscal es la igualdad competitiva, la llamada neutralidad fiscal, que es un
principio ínsito en los acuerdos comerciales (v. gr. UE). No obstante su importancia, es a
su vez una de las tareas más difíciles de conciliar frente a la soberanía del Estado, lo que
permite que se utilice la carga impositiva como un instrumento para estimular ciertas
actividades económicas.(10)
Por todo, se debe reflexionar sobre la limitación a la concesión de incentivos
fiscales, sabiendo que incluso en la constitución de los bloques económicos los países
miembro son soberanos en la conducción de sus políticas fiscales. Dado que la limitación
es legítima, uno se preguntaría en qué condiciones se puede extender la concesión de
incentivos fiscales.
De hecho, la limitación más comentada, y utilizada aquí a título ejemplificativo, se
refiere a la práctica del dumping(11), que se califica como de naturaleza fiscal, generalmente
por su relación de causa y efecto con la naturaleza de la subvención. La existencia de
subsidios fiscales a la exportación, que no existen en el mercado interno, aumentará la
posibilidad de un dumping fiscal abusivo cuando el beneficiario del subsidio opere en el
mercado internacional.(12)
Por esta razón, uno de los momentos críticos al establecer un bloque económico es
la delimitación de los incentivos permitidos y hasta hoy este es un tema adormecido en el
Mercosur. Seguramente el tema de los incentivos fiscales debe ser colocado en los temas
de debate del bloque ante el contexto de armonización fiscal.
III - 1. Las principales modificaciones del nuevo protocolo de enmienda al CDI Brasil-
Argentina
Una vez abordada la perspectiva fiscal del Mercosur, a continuación, pasaremos a
la relación bilateral entre Brasil y Argentina.
(10) Vinhas Catão, Marcos A. y Filho, Antonio Rodrigues da Silva: “Harmonização tributária no
Mercosul. São Paulo” - Aduaneiras - 2001 - pág. 86
(11) Según Roberto Bloch, el dumping puede definirse como “la venta de un producto en el mercado
internacional a un precio inferior a su valor real y notablemente inferior a la práctica que el producto
tiene dentro del país exportador, que puede o no ser el país de origen”, en Bloch, Roberto: “Libre
competencia internacional. Gatt-OMC. Dumping y subsidios. Análisis internacional, nacional y
regional”, en “Negocios internacionales y el Mercosur” - Bs. As. - 1996 - pág. 43
(12) Vinhas Catão, Marcos A. y Filho, Antonio Rodrigues da Silva: “Harmonização tributária no
Mercosul. São Paulo” - Aduaneiras - 2001 - pág. 89
227
228
229
230
IV - CONCLUSIONES
231
Si por un lado está el axioma del combate a la elusión y evasión fiscal, la verdad es
que no se puede dejar de reconocer que un convenio contra la doble imposición es una
norma de estabilidad jurídica a inversiones recíprocas.
De esta forma, si en Brasil y Argentina mucho puede ser hecho en materia de
combate a la planificación fiscal, es cierto decir igualmente que mucho se está por
desarrollar en términos de claridad de las normas tributarias.
En el momento de la llegada de un acuerdo comercial tan importante como lo que
se aspira entre UE y Mercosur, nunca está demás reconocer que un CDI es antes que nada
un acuerdo también de naturaleza comercial. Efectivamente, sería no una paradoja, sino
una contradicción, que dos Estados pudieran firmar una norma de rango internacional
para establecer reglas de inversiones recíprocas y creer que allí se trata exclusivamente
de normas para cohibir prácticas de carácter fraudulento.
Por todo eso, es fundamental que las relaciones entre empresas y ciudadanos de
dos países sean desarrolladas bajo un paraguas de fácil aplicación y ejecutoriedad (self
executing), no siendo otra la función de un CDI.
El escenario actual del Mercosur vis-a-vis y las relaciones entre Argentina y Brasil
no dejan de ser de alguna forma un retrato de la diferencia de este grado de aproximación
fiscal.
De hecho, el Mercosur es una experiencia no exitosa justamente por su incapacidad
de generar estabilidad entre las relaciones entre sus miembros tanto de una perspectiva
instrumental cuanto material (v. gr. no ejecutoriedad de fallos/Protocolo de Ouro Preto).
Por otro ángulo, no se puede dejar de reconocer que un CDI de casi cuarenta años
fue uno de los grandes responsables de la estabilidad jurídica entre Argentina y Brasil,
ofreciendo como fruto un comercio bilateral que ha crecido más de cuatro veces en el
mismo período.
En un escenario en que los dos países sufren una vez más una crisis económica,
que el CDI Brasil-Argentina pueda servir de ejemplo de norma de seguridad jurídica, algo
de lo más esencial para nuestros países.
232
I - INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo analizaremos los principios que deben respetar los fiscos
provinciales a la hora de establecer regímenes de recaudación en el impuesto sobre los
ingresos brutos.
II - LA NORMATIVA LEGAL
El hecho imponible
En general, todos los Códigos Fiscales determinan que el hecho imponible, en el
impuesto sobre los ingresos brutos, está configurado por el ejercicio habitual de una
actividad dentro del ámbito de la Provincia.
El artículo 182 del Código Fiscal (PBA), t.o. 2011, establece:
235
Como se puede ver, el artículo 94 del Código Fiscal (t.o. 2011) establece la posibilidad
de que ARBA disponga regímenes de retención en la fuente, pero solo en la medida en que
exista el gravamen, no habiendo operación gravada y, por lo tanto, no habiendo tributo,
no puede bajo ningún punto de vista haber retención alguna.
El artículo 319 de la disposición normativa (ARBA) 1/2004 establece:
Como se puede apreciar, ARBA ha determinado que todos aquellos sujetos que
desarrollen actividades en la Provincia de Buenos Aires se encuentran alcanzados por un
régimen general de percepción y por un régimen general de retención.
El artículo 321 de la disposición normativa (ARBA) 1/2004 establece:
Como se puede ver, los compradores de bienes muebles, los locatarios de cosas, de
obras o de servicios y los prestatarios de servicios sufrirán una percepción de impuesto
sobre los ingresos brutos.
236
Art. 2 - “Establecer que a los sujetos alcanzados por los tributos respecto de
los cuales la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires resulta
Autoridad de Aplicación, les será aplicable el régimen de retención establecido
en la presente, sobre los importes en pesos o dólares estadounidenses que
sean acreditados en cuentas -cualquiera sea su naturaleza o especie- abiertas
en las entidades financieras enumeradas en el artículo precedente.
Sin perjuicio de lo dispuesto en la presente, también resultará aplicable,
con relación a los contribuyentes del impuesto sobre los ingresos brutos
comprendidos en las normas del Convenio Multilateral, el régimen especial
de retención sobre acreditaciones bancarias establecido en la disposición
normativa serie “B” 79/2004 (T.O. por la RN 8/2009 y modif.)”.
237
238
Art. 1 - “Los contribuyentes del impuesto sobre los ingresos brutos que
acrediten la generación de saldos a su favor podrán requerir ante esta Agencia
de Recaudación la evaluación de las alícuotas aplicables en el marco de los
regímenes de recaudación que los alcancen, a fines de asegurar la futura
morigeración de los mismos bajo las siguientes formas y condiciones:
a) Reducción total o parcial de las alícuotas de percepción y/o retención de
cualquiera de los regímenes generales o especiales de recaudación, aun
los de retención sobre acreditaciones bancarias, cuando la sumatoria de la
diferencia entre los importes retenidos y/o percibidos y el impuesto declarado
por el contribuyente, en los tres meses vencidos al mes anterior de la solicitud,
supere en dos veces al promedio mensual del impuesto declarado en dicho
período.
b) Atenuación de las alícuotas dispuestas para los regímenes generales de
percepción o retención, cuando se generen saldos a favor, pero la sumatoria
prevista en el párrafo anterior no supere en dos veces al promedio mensual
del impuesto declarado y exista preeminencia de deducciones generadas por
los citados regímenes generales.
Por su parte, aun sin la existencia de dichos saldos, los contribuyentes sujetos
a los regímenes generales de retención y/o percepción podrán manifestar
disconformidad con las alícuotas de recaudación y/o con la categoría de
riesgo que les hubiere sido asignada por la Autoridad de Aplicación, conforme
se establece en el Capítulo IV de la presente”.
239
240
Como se puede apreciar, ARBA tiene previsto un mecanismo web para solicitar
la devolución de los saldos a favor del impuesto sobre los ingresos brutos, provenientes
de percepciones y retenciones -incluso por acreditaciones bancarias- que no superen el
importe de $ 200.000.
2. Sustento territorial
Se ha sostenido, en nuestra opinión acertadamente, a la hora de referirse a los
regímenes especiales del Convenio Multilateral que “sin sustento territorial, sin ejercicio
efectivo de actividad en la jurisdicción, no se verifica el hecho imponible del impuesto sobre
los ingresos brutos y no entra en aplicación el Convenio Multilateral”.(1)
A la hora de referirse a la resolución 3/2010 de la Comisión Arbitral, la doctrina
ha destacado:
(1) Bulit Goñi, Enrique: “Convenio Multilateral” - Ed. Depalma - 1992 - pág. 99
(2) Christensen, Eduardo A.: “Una medida activista de la Comisión Arbitral” - LL - Práctica Profesional
- 2010-117 - 131
241
(3) Sferco, José M.: “Consideraciones jurídicas sobre novedosos regímenes de recaudación
provinciales” - Errepar - Doctrina Tributaria - Nº 274 - enero/2003
(4) Sferco, José M.: “Derecho tributario provincial y municipal” - Ed. Ad Hoc - Buenos Aires - 2007
242
(5) Villegas, Héctor B.: “Curso de finanzas, derecho financiero y tributario” - Ed. Astrea - 2005 - pág.
278 y ss.
(6) Martínez, Francisco: “Los anticipos. Su naturaleza jurídica y…” - LL - Revista Impuestos XL-A
(7) Chicolino, Ricardo; Fernández, Oscar y otros: “Cuestiones fundamentales de procedimiento
tributario nacional” - Ed. Osmar D. Buyatti - Bs. As. - abril/2007
(8) Gómez, Teresa y Folco, Carlos: “Procedimiento tributario”- 5ª ed. - LL - pág. 151
(9) García Etchegoyen, Marcos: “El principio de capacidad contributiva” - Ed. Ábaco - 2004 - pág.
244 (libro premiado por la AAEF)
243
(10) Simesen de Bielke, Sergio: “Los mecanismos de percepción de tributo en la fuente, aunque
fueren legítimos, deben ser usados con razonabilidad. Agentes de retención y de percepción en
el impuesto sobre los ingresos brutos. Clientes y proveedores de extraña jurisdicción” - PET - 2006
(enero 340), 1
(11) Fernández, Oscar: “Los regímenes de recaudación de impuesto sobre los ingresos brutos y el
principio de capacidad contributiva -la experiencia en la Provincia de Buenos Aires-” - IX Jornadas
Nacionales de Derecho Tributario - Facultad de Derecho de la Universidad Austral - noviembre/2011
244
La doctrina que emana del fallo de la Cámara es clara y contundente, todo impuesto
que se ingrese mediante un sistema de anticipos debe tener en cuenta una capacidad
contributiva futura; frente a la pérdida de esa capacidad contributiva futura, los anticipos
no resultan exigibles.
En relación con el impuesto sobre los combustibles, cuando no se permitía la
reducción de los anticipos del referido tributo, la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Contencioso Administrativo Federal, en autos “Cía. General de Combustibles SA”,
sentencia de fecha 22/11/1995, sostuvo:
Como se puede apreciar, la doctrina que emana del fallo de la Cámara es clara y
contundente, todo impuesto que se ingrese mediante un sistema de anticipos debe prever
la posibilidad de que el responsable reduzca los mismos, cuando se presuma que los
anticipos puedan llegar a superan la obligación final, de lo contrario se está lesionado el
principio de capacidad contributiva, principio básico de todo impuesto.
También en relación con los anticipos del impuesto sobre los combustibles, cuando
no se permitía la reducción de los anticipos del referido tributo, la Corte Suprema de
Justicia, en autos “Esso SAPA”, sentencia de fecha 11/7/2006, sostuvo:
(12) “Francisco Vicente Damiano” - CNFed. Cont. Adm. - Sala IV - 21/11/1980 - Cita digital
EOLJU149105A
(13) “Cía. General de Combustibles SA” - CNFed. Cont. Adm. - Sala V- 22/11/1995
245
Como se puede apreciar, la doctrina que emana del fallo de la Corte resulta más
que clara, el contribuyente tiene derecho a readecuar los anticipos de acuerdo con la
realidad económica existente al momento del vencimiento de los mismos, de lo contrario
los anticipos son ilegales.
A la hora de referirse al principio de capacidad contributiva, la Corte Suprema de
Justicia en la causa “Hermitage SA” con fecha 15/6/2010 ha sostenido:
246
defensa. Que con esto se consigue seguridad jurídica es indudable, pero tal
vez la aplicación del principio de capacidad contributiva se vea relegado e
irrespetado por tales ‘aseguramientos’ (Salvador del Castillo Álvarez-Cedrón:
‘Consideraciones sobre las presunciones jurídicas en materia impositiva’ -
Revista de Administración Pública - N° 62 - Instituto de Estudios Políticos -
Madrid - 1970 - en especial págs. 100, 104 y 136)”.
“Sin embargo, el legislador, sin tener en cuenta las modalidades propias que
pueden adquirir explotaciones tan diversas, ha supuesto -sobre la base de la
existencia y mantenimiento de sus activos- que dichas explotaciones, en todos
los casos, obtendrán una renta equivalente al 1% del valor de estos y no ha
dado fundadas razones para impedir la prueba de que, en un caso concreto,
no se ha obtenido la ganancia presumida por la ley”.
“15. Que la iniquidad de esta clase de previsión se pondría en evidencia ante
la comprobación fehaciente de que aquella renta presumida por la ley, lisa y
llanamente, no ha existido”.
“Según lo ha juzgado el a quo, esta última situación es la que se configura en
el sub examine y, como se verá, este aspecto de la decisión es irrevisable por
el Tribunal”.
“En efecto, la Cámara, sobre la base de la pericia contable de fs. 224/228 -no
objetada por las partes-, concluyó que los resultados de la sociedad arrojan
pérdidas que ‘...obstarían a descontar el impuesto del que aquí se trata e
incrementarían aún más el detrimento contable e impositivo, circunstancia
que desvirtúa la [existencia de una] ganancia presunta’ (fs. 269)”.
“16. Que, en las condiciones relatadas en este pronunciamiento, corresponde
concluir que el medio utilizado por el legislador para la realización del fin que
procura no respeta el principio de razonabilidad de la ley y, por lo tanto, las
normas impugnadas son constitucionalmente inválidas en su aplicación al
caso, lo que así se declara”.(15)
247
248
del actuar del Estado cuando obraba ‘con lesión al principio de ejemplaridad
que debe presidir sus actos’ (cfr. ‘Aerolíneas Argentinas Sociedad del Estado
c/Provincia de Buenos Aires’, Fallos: 308:2153, sentencia del 13/11/1986)
(el destacado me pertenece).
6. A su vez, por esta mecánica se instituye para determinados contribuyentes,
como acertadamente lo ejemplifica en su voto el doctor Luis F. Lozano,
una suerte de empréstito forzoso al convertirlos en prestamistas obligados
y crecientes al Fisco local de saldos a su favor en el impuesto sobre los
ingresos brutos que, de mantenerse la distribución territorial de los gastos
e ingresos de la recurrente en la presente causa -criterios de distribución
de la base imponible en el régimen general del Convenio Multilateral-, no se
podrán aplicar a obligaciones futuras por el impuesto de marras, ya que se
incrementan de período en período, y solo podrán recuperarse a través de un
tortuoso y reiterado procedimiento de reclamos -si correspondieren como lo
sugiere el Fisco- y ulteriores recursos judiciales de repetición.
Por lo demás, aunque se vieran en las retenciones practicadas ingresos
fiscales sujetos a posterior devolución -como lo conceptualiza la Cámara, más
allá de la inconsistencia de recaudar para restituir lo percibido en términos
de la garantía constitucional de la razonabilidad que se construye a partir
de los arts. 28 y 33 de la CN-, tal mecanismo, en los hechos, como se ha
visto, independientemente del nomen iuris utilizado, importaría instituir
un verdadero empréstito forzoso de naturaleza tributaria, sustancia que le
ha reconocido prácticamente sin excepciones la doctrina nacional a dichos
ingresos al caracterizar las obligaciones previstas como ahorro obligatorio por
las leyes 23256 y 23549, y la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación, in
re: ‘Pablo Horvath c/Nación Argentina (Dirección General Impositiva)’ -Fallos:
318:676, sentencia del 4/5/1995-, lo que hubiera obligado a sancionarlo a
través de ley formal, regulando pormenorizadamente todos sus presupuestos,
conforme se deriva de lo consagrado en el artículo 75, incisos 4) y 7), de la
Constitución Nacional, por ser solo la rama legislativa la que está habilitada,
tanto para contraer empréstitos sobre el crédito de la Nación cuanto para
arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación y artículo 53 de
la Carta Magna local, en cuanto allí se expresa: ‘Toda operación de crédito
público interno o externo es autorizada por ley con determinación concreta de
su objetivo. Es que no basta el nomen iuris de retención para caracterizar el
instituto financiero que convierte al contribuyente en acreedor permanente del
Fisco, ya que para definir la naturaleza jurídica de la prestación pública en
exceso debe investigarse la estructura del presupuesto de hecho y la base de
cálculo de la retención, lo que permitirá descubrir la inequivalencia entre la
detracción patrimonial amputada en demasía y la obligación final tributaria,
lo que denuncia la impropiedad técnica de la denominación utilizada’.
Así entonces, aun en el caso de que estuviéramos en presencia de un empréstito
forzoso, este sería inconstitucional, por violación al principio de reserva de ley
en el ejercicio de la potestad tributaria normativa al basarse en reglamentos
subalternos, como por contravenir la regla de la igualdad que, si bien permite
tratar en forma diversa a los desiguales, no tolera, como criterio dirimente del
distinto que la diversidad en la consideración se asiente en que los sujetos
realicen operaciones intrajurisdiccionales e interjurisdiccionales -penalizando
estas últimas-, pues ello importaría desconocer la razón de ser del dictado
del Convenio Multilateral para evitar la doble imposición en el impuesto sobre
249
(18) La estrofa del verso de la escritora señalada en el texto transita en su origen con otra letra que
deliberadamente he descartado hacer mía y donde puede leerse: “Me dijeron que en el Reino del
Revés / nadie baila con los pies / que un ladrón es vigilante y otro es juez / y que dos y dos son tres”
(19) “SA Importadora y Exportadora de la Patagonia” - TSJ Bs. As. cdad. - 12/11/2008 - Cita digital
IUSJU02983C
250
251
252
(20) “Iogha, José Héctor e Iogha, Omar Alberto” - CC Adm. Mar del Plata - 25/6/2013 - Cita
digitalIUSJU208804D
253
(21) “José Basso SA c/ARBA s/pretensión declarativa de certeza” - Juzg. Cont. Adm. Mar del Plata
- 1/2/2018 - Cita digital EOLJU183937a
254
(22) En el caso de la Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se pueden
consultar otras causas tales como “Mafia, Jorge Luis” - CC Adm. de San Nicolás - 12/12/2013; “Canal
Santiago SRL” - CC Adm. La Plata - 18/8/2013; “Bonesi SA” - CC Adm. San Nicolás - 29/11/2011;
“Hotel Torreblanca SRL” - CC Adm. San Nicolás - 13/6/2011; “Microglobal Argentina SA” - CC Adm.
La Plata - 29/12/2010; “Bilick y Gertel” - CCA La Plata - 3/6/2010; “Bargiela, Juan C.” - CACAT - Sala
II - abril/2014; “Michemberg SRL” - CACAT - Sala I - 31/3/2009
255
IV - CONCLUSIONES
“El impuesto que cada individuo está obligado a pagar debe ser cierto
y no arbitrario. El tiempo de su cobro, la forma de su pago, la cantidad
adeudada, todo debe ser claro y preciso, lo mismo para el contribuyente
que para cualquier persona. Donde ocurra lo contrario, resultará que cualquier
persona sujeta a la obligación de contribuir estará más o menos sujeta a la
férula del recaudador, quien puede muy bien agravar la situación contributiva
en caso de malquerencia, o bien lograr ciertas dádivas, mediante amenaza.
La incertidumbre de la contribución da pábulo al abuso y favorece la
corrupción de ciertas gentes que son impopulares por la naturaleza misma
de sus cargos, aun cuando no incurran en corrupción y abuso. La certeza
de lo que cada individuo tiene obligación de pagar es cuestión de
tanta importancia, a nuestro modo de ver, que aún una desigualdad
considerable en el modo de contribuir no acarrea un mal tan grande -según
la experiencia de muchas naciones- como la más leve incertidumbre
en lo que ha de pagar”(23) (el destacado me pertenece).
(23) Smith, Adam: “Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las Naciones” - FCE
- 1999 - pág. 727
256
257
I - PROPEDÉUTICA
(*) Abogado (UBA). Contador público nacional (UBA). Especialista en Tributación (UBA) y en Derecho
Penal (UBA). Profesor de grado y de la especialización en Derecho Tributario de la Facultad de
Derecho (UBA) y en la especialización en Derecho Tributario en la Facultad de Derecho (Universidad
Austral). Coautor de libros nacionales y extranjeros en materia fiscal
259
260
261
las sucesiones indivisas, al 15% en la medida que el bien inmueble vendido o el derecho
cedido se ubique en nuestro país.
En efecto, resulta propicio, a fin de agotar el tema en estas líneas, referir a que esa
alícuota del 15% se aplicará sobre la ganancia neta, que conforme la norma enunciada,
se calculará sobre el precio de venta menos el costo debidamente actualizado según el
artículo 89 de la LIG y en su caso de las amortizaciones (si hubieran estado afectado a
generar ganancias gravadas) hasta el trimestre inmediato anterior al de la venta. También
podrán deducirse de la base de cálculo del gravamen los gastos (comisiones, honorarios,
impuestos, tasas, etc.) directa o indirectamente relacionados con tales operaciones.
Asimismo, advertimos que si la operación de venta fuere a plazo, el artículo 18
de la LIG otorga un tratamiento especial a la imputación temporal de tales rentas. En
efecto, se diferencian dos momentos. Uno es general, por lo cual las ganancias a que se
refiere el artículo sin número agregado en quinto orden a continuación del artículo 90 (el
vinculado a inmuebles es el de quinto orden) se imputarán al año fiscal en que hubiesen
sido percibidas. Sin embargo, surge la imputación particular en los casos en que las
operaciones en cuestión sean pagaderas en cuotas con vencimiento en más de un año
fiscal. De ocurrir ello, las ganancias se imputarán en cada año en la proporción de las
cuotas percibidas en este. Tal criterio no debe equipararse a un devengado exigible, sino
a un criterio de percepción en los términos del propio artículo 18 de la LIG.
Como ya lo mencionáramos(1), debe notarse que el carácter cedular (alícuota
especial con modalidad individual del cálculo de su base) no supone, desde un punto
de vista técnico, el carácter instantáneo del pago ya que dicha renta se incorporará
en la declaración jurada anual, con el resto de rentas, tanto de carácter cedular como
las que aplican el régimen general. No obstante ello, como impuesto cedular, la nueva
manifestación de renta incorporada al inciso 5) del artículo 2 de la LIG implica gozar de
quebrantos específicos solo aplicables a operaciones futuras del mismo tipo.
Otra cualidad en el tratamiento de ganancias de inmuebles del estilo radica en la
exención plasmada en el nuevo inciso o) del artículo 20 de LIG cuando el resultado provenga
de la enajenación de la casa habitación del sujeto. Al respecto, el decreto 1170/2018
modificó el artículo 38 del DRLIG, entendiendo que por “casa-habitación” debe entenderse
aquel inmueble con destino a vivienda única, familiar y de ocupación permanente. Lo
novedoso de ello es el carácter de único y de familiar que el decreto agrega, generando
eventuales controversias a partir de la realidad fáctica de cualquier contribuyente. Nótese
que el decreto 976/2018 (BO: 1/10/2018) había dispuesto que dicha vivienda única,
familiar y de residencia permanente debía resultar del contribuyente. No obstante ello,
tal requisito fue excluido relevando eventuales críticas en el carácter y alcance de tal
exención (matrimonio separado donde quien vive en el inmueble es la cónyuge con sus
hijos, pero el contribuyente alquila en otro lugar).
En materia de vigencia general de las modificaciones dispuestas para el gravamen
bajo análisis, conforme el artículo 86 de la ley 27460, surtirán efecto surtirán efecto para
los ejercicios fiscales o años fiscales que se inicien a partir del 1/1/2018, inclusive. Sin
embargo, se enuncian diversas excepciones entre las cuales se halla este nuevo hecho
(1) Varela, Pablo S.: “Impuesto a las ganancias” en Marchevsky, Rubén A. (coord.): “Reforma Tributaria.
Ley 27430. Aspectos fundamentales para su análisis, interpretación y aplicación” - ERREPAR - Bs. As.
- 2018 - pág. 6
262
263
(2) Serrat Romani, Marina: “Los efectos de la era digital en los derechos de los contribuyentes” en
Braccia, Mariano (dir.): “La tributación de la economía digital” - Thomson Reuters-LL - Bs. As. - 2019
- pág. 458
(3) Koukoulioti, Vasiliki: “User Contribution to Value Creation: The benefit principle in the Spotlight”,
en Pistone, Pasquale y Weber, Dennis (cords.): “Taxing the Digital Economy - The EU Proposals and
Other Insights” - IBDF - Amsterdam - 2019 - pág. 68
(4) Varela, Pablo S.: “Retos fiscales de la digitalización en la legislación argentina”, en García Novoa,
Cesar (dir.): “4ª Revolución Industrial: La fiscalidad de la sociedad digital y tecnológica en España y
Latinoamérica” - Thomson Reuters-Aranzadi - Navarra - 2018 - pág. 180
(5) Véase Calvo Vérgez, Juan: “Fiscalidad del comercio electrónico: imposición directa e indirecta” -
Instituto de Estudios Fiscales - Madrid - 2009 - pág. 111
264
(6) El Proyecto de Reforma proponía incorporar como primer artículo agregado a continuación del
artículo 13, lo siguiente: “Se presume, sin admitir prueba en contrario, que constituye ganancia neta
de fuente argentina el cincuenta por ciento (50%) del precio pagado por servicios digitales prestados
a través de la red internet, o de cualquier adaptación o aplicación de los protocolos, plataformas o
de la tecnología utilizada por internet u otra red a través de la que se presten servicios equivalentes,
cuando el servicio se utilice económicamente en el país. La reglamentación establecerá el alcance
de las referidas prestaciones”
(7) Teijeiro, Guillermo: “Is income taxation of foreign digital goods and services in the market state
compatible with current international principles on the attribution of tax jurisdiction?” - Kluwer
International Tax Blog - 22/11/2017 en kluwertaxblog.com/2017/11/22. Última consulta el 8/10/2018
(8) Raimondi, Carlos y Atchabahian, Adolfo: “El impuesto a las ganancias” - 4ª ed. - LL - Bs. As. -
2007 - pág. 142
265
(9) El anterior art. 13, LIG: “... e) todo otro medio extranjero de proyección, reproducción, transmisión
o difusión de imágenes o sonidos”
(10) Reig, Enrique; Gebhardt, Jorge y Malvitano, Rubén: “Impuesto a las ganancias” - 11ª ed. - Ed.
Macchi - Bs. As. 2006 - pág. 121
(11) checkpoint.laleyonline.com.ar
(12) La noción de ciberespacio no permite brindar una ubicación geográfica como actividad realizada
en el país o en el exterior
266
el medio utilizado para su existencia como tal. En síntesis, dichas actividades deben
interpretarse como objeto principal sujeto a tributación, y no como el medio mismo en el
cual otro servicio pudiera prestarse.(13)
Por ende, la excepción al principio de fuente se verifica solo para los productores,
distribuidores e intermediarios (y no en otros) que explotan en el país los conceptos
allí mencionados. Así, en la descripción normativa destacada, no se advierte exigencia
alguna por parte del residente del país de llevar adelante la explotación de las imágenes
o sonidos en Argentina, ni tampoco el destino a brindar por el usuario del “producto”
adquirido. La explotación de la imagen o sonido en el país debe recaer como presupuesto
aplicable al sujeto no residente (conforme los tres roles descriptos en la norma), con
independencia del medio utilizado para poner a disposición los “productos” citados. La
LIG solo contempla que el negocio a desplegar consista en los actos descriptos,
sin confundir medios con prestaciones mismas (lo que hasta acá denominamos
productos). Ejemplo de ello, se refleja en el pago a un sujeto del exterior por el hecho de
acceder a su base informativa.
Recientemente, mediante el resolución (SDG TLI) 47/2017, la AFIP confirmó que
los servicios informáticos basados en la nube ... que se prestan desde el exterior a sujetos
locales no comprenden servicios de asesoramiento, ni transmisión de conocimiento de
ninguna índole, ni licencia de software o cesión de uso de software, por lo que los pagos
originados en dichos servicios, constituirían ganancia de fuente extranjera obtenida por
un residente en el exterior, no estando sujetos a retención en concepto de IG. Esta opinión
deviene de suma importancia en el análisis local de los servicios digitales.
Otrora, se discutía si el concepto de intermediarios podría corresponder a agentes
económicos que alquilen y, por ende, utilicen hoy las señales satelitales, por ejemplo. El
dictamen (DAT) 42/2004(14) y los antecedentes de la propia AFIP en él citados parecieran
expresar su efectivo alcance a este negocio tecnológico. Cabe destacar que, con
independencia de compartir o no las conclusiones a las que arriba dicho pronunciamiento,
resultaba diáfana, de la redacción normativa la necesidad de diferenciar claramente la
actividad de los productores, distribuidores e intermediarios del resto de los eventuales
sujetos que puedan intervenir hasta que lleguen las imágenes o sonido a nuestro país.
Claro está que si el intermediario o generador de imágenes es directamente con quien
se contrata, frente a la modificación introducida por la ley 27430, podríamos sostener
que tal servicio (digital seguramente), se hallaría alcanzado por nuestro gravamen. Ello
con independencia de la modalidad del ingreso del gravamen que a un consumidor final
pudiera asignársele.
267
(15) Rey, Daniela: “Películas cinematográficas, cintas magnéticas, transmisiones de radio y televisión
y otros medios”, en Fraga, Diego y Sericano, Roberto (dirs.): “Presunciones y ficciones en el Régimen
Tributario Nacional” - LL - T. II - Bs. As. - 2014 - pág. 129
(16) Rey, Daniela: “Películas cinematográficas, cintas magnéticas, transmisiones de radio y televisión
y otros medios”, en Fraga, Diego y Sericano, Roberto (dirs.): “Presunciones y ficciones en el Régimen
Tributario Nacional” - LL - T. II - Bs. As. - 2014 - pág. 124
(17) Fernández, Luis O.: “Impuesto a las ganancias” - LL - T. I - Bs. As. - 2015 - pág. 380. Allí se
referencia el Grupo de Enlace AFIP CPCECABA, reunión del 10/11/2010
268
local utilizara el satélite para pasar la publicidad en Argentina. El Fisco sostuvo que
procede la aplicación del IG en virtud a que “la recepción en un país de imágenes o sonidos
emitidos en otro implica que, el emisor obtiene parte de su beneficio mediante la utilización
de equipamiento localizado en el territorio del receptor”. A nuestro criterio, se optó por la
jurisdicción de la explotación y no por aquella donde el servicio es prestado.
Similar lineamiento adoptó la AFIP mediante el dictamen (DAT) 72/2011 del
22/9/2011.(18)
A nivel local, la jurisprudencia ha adoptado una postura que flexibiliza la rigidez
que el criterio de fuente argentina debiera contener, intentado extrapolar conceptos de la
ley de IVA, al IG. Así, se sostuvo en autos “Aerolíneas Argentina SA”(19) la procedencia del
reclamo fiscal por el IG, en concepto de retenciones a beneficiarios del exterior en tanto la
empresa aérea omitió actuar como agente de retención respecto de los pagos efectuados a
una empresa domiciliada en el extranjero, pues, si bien el contribuyente “afirma que tales
pagos se encuentran relacionados con el procesamiento de datos de reserva efectuada
en una base de datos sita fuera del país, lo cierto es que los importes facturados por la
firma del exterior a la actora constituyen la contraprestación por la utilización económica
del servicio prestado y que se exterioriza por las reservas efectuadas por ella, las que
resultan esenciales para emitir los boletos de viaje, posibilitando, de tal modo, que se lleven
a cabo todas aquellas transacciones que se encuentran sujetas al régimen de bloqueo de
disponibilidades”.
Similares conceptos se volcaron en Austral Líneas Aéreas(20), donde la Sala V
sostuvo que la utilización en el territorio argentino de un sistema informático con el
fin de poder efectuar reservas de pasajes, hotelería y alquiler de automóviles -“Sistema
Amadeus”- se hallaba alcanzado en el IG pues, “si bien el servicio es prestado desde el
exterior y la prestadora carece de un establecimiento permanente en el país, ello no le quita
al Estado Argentino la potestad tributaria, en tanto la contribuyente utilizó la asistencia
brindada para lograr obtener ganancias por la venta de sus productos a través de dicho
sistema”.
Por último, en materia de convenios para evitar la doble imposición firmados por
nuestro país, cabe destacar el relevamiento efectuado por la doctrina(21) con relación a la
aplicación del artículo 13 de la LIG, el que, a pesar de referirse a su anterior redacción,
da muestra incipiente del planteo en estas líneas plasmado a la luz de la evolución de
la tecnología. Ejemplo de ello se reflejaría en el Convenio firmado entre Argentina y
Australia.(22)
(18) Allí, se sostuvo que corresponde la aplicación del IG art. 13, inc. e), en el marco de un contrato de
servicios de comercialización y licenciamiento de imágenes respecto de un beneficiario del exterior,
específicamente en la operatoria de comercialización de las denominadas “imágenes royalty free” y
en la prestación del servicio de escaneo, como su complementario, recordando que tales imágenes
se transmiten en forma electrónica
(19) CNFed. Cont. Adm. - Sala I - 5/2/2008
(20) CNFed. Cont. Adm. - Sala V - 2/6/2009. En similar sentido: “Líneas Aéreas Privadas Argentinas
SA” - CNFed. Cont. Adm. - Sala III - 8/9/2011
(21) Rey, Daniela: “Películas cinematográficas, cintas magnéticas, transmisiones de radio y televisión
y otros medios”, en Fraga, Diego y Sericano, Roberto (dirs.): “Presunciones y ficciones en el Régimen
Tributario Nacional” - LL - T. II - Bs. As. - 2014 - pág. 137 y sigs.
(22) Art. 12, apartado 2.c) y apartados 3.f), g y h) de la L. 25238 (BO: 31/12/1999). Así, art. 12, apartado
2.c ), 15% del importe bruto de las regalías en todos los demás casos, incluyendo todos los derechos
de autor distintos de los incluidos en el subapartado 2 (a) (i). 3. El término “regalías” empleado
269
en el presente artículo significa los pagos o créditos, ya sea efectuados en forma periódica o no
periódica, cualquiera fuera su descripción o forma de cálculo, en la medida que se originen por: a)
... f) la recepción, o el derecho a recibir, imágenes visuales, sonidos, o ambos, transmitidos al público
por medio de: i) satélite; o ii) cable, fibra óptica u otra tecnología similar; o g) el uso en relación con
emisiones de radio o de televisión, o del derecho al uso en relación con emisiones de radio o de
televisión, de imágenes visuales, sonidos, o ambos, u otros medios de reproducción para el uso en
relación con emisiones de televisión o de radio transmitidos por: i) satélite; o ii) cable, fibra óptica o
tecnología similar; o h) el uso o la concesión de uso de: i) películas cinematográficas; o ii) películas
o cintas magnéticas para grabación de videos en relación con emisiones de televisión; o iii) cintas
magnéticas para grabación en relación con emisiones de radio; o i) el uso de, o la concesión de
uso de cualquier equipo comercial, y el suministro de experiencia comercial o información; o j) la
renuncia total o parcial relativa al uso o suministro de cualquier bien o derecho mencionado en el
presente apartado. Véase en biblioteca.afip.gob.ar/dcp/ley_c_025238_1999_12_29
(23) Para profundizar este tema véase Mihura Estrada, Ricardo: “Las ‘Monedas Digitales’ y el bitcoin
en el nuevo impuesto a las rentas financieras” - ERREPAR - DTE - T. XXXIX - Bs. As. - marzo 2018
(24) Marconi, Guillermo: “Los servicios digitales transfronterizos en las modificaciones introducidas
por la ley 27430” - ERREPAR - DTE - Bs. As. - abril 2018 - pág. 359
(25) Rey, Daniela: “El nuevo concepto de establecimiento permanente bajo la reforma tributaria” -
ERREPAR - DTE - Bs. As. - marzo 2018 - pág. 229 - Cita digital EOLDC097293A
(26) Braccia, Mariano: “Establecimiento permanente digital: l propuesta de la Unión Europea, ¿un
camino hacia una solución mundial?” - Impuestos Práctica Profesional - Thomson Reuters - Bs. As.
- setiembre 2018 - pág. 110
270
(27) Rajmilovich, Darío: “Tributación de las personas jurídicas en el Impuesto a las Ganancias” trabajo
presentado como panelista en las II Jornadas Nacionales organizadas por la Asociación Argentina
de Estudios Fiscales - Bs. As. - 26 y 27/9/2019
(28) PricewaterhouseCoopers: “Global Top 100 companies by market capitalization - March
2014 update”, citado en pág. 50 del “Documento de Discusión” - citado por Rajmilovich, Darío:
“Tributación de las personas jurídicas en el Impuesto a las Ganancias” trabajo presentado como
panelista en las II Jornadas Nacionales organizadas por la Asociación Argentina de Estudios Fiscales
- Bs. As. - 26 y 27/9/2019
(29) En el Discussion Paper, se cita los casos de Finlandia, Alemania, Grecia, Italia, Noruega, Portugal,
España y Estados Unidos. De ellos, salvo Finlandia (25%), todos los demás
(30) Numeral 159 del Discussion Paper
(31) Varela, Pablo S.: “Impuesto a las ganancias” en Marchevsky, Rubén A. (coord.): “Reforma
Tributaria. Ley 27430. Aspectos fundamentales para su análisis, interpretación y aplicación” -
ERREPAR - Bs. As. - 2018 - pág. 49
271
272
Por otro lado, como quinto elemento de cambio, se habilita a conservar durante
cinco años, el excedente de intereses no deducidos. De este modo, la norma prevé
que los intereses que no hubieran podido deducirse, podrán adicionarse a aquellos
correspondientes a los cinco (5) ejercicios fiscales inmediatos siguientes, quedando
sujetos al mecanismo de limitación allí previsto. Lamentablemente, no se ha previsto la
actualización de dicho monto, lo que conlleva a la pérdida de su poder adquisitivo en el
contexto inflacionario como el actual.
Por ende, se verifica un doble beneficio respecto de la mecánica anteriormente
utilizada. Desde la reforma, se podrán utilizar durante tres años el excedente entre la
deducción computada en concepto de intereses (con vinculados residentes y no) versus
los topes legales (enunciados en los puntos a y b). La segunda ventaja radica en que
los intereses que no pudieron deducirse por exceder el tope previsto, podrán tenerse en
cuenta durante cinco años. Ergo, nos hallamos ante el traslado de gastos (en el caso los
intereses financieros citados) por el excedente no deducido por el término de cinco año.
Hasta aquí, se ha descripto la forma y aplicación de los topes de deducciones de
tales conceptos financiero, desapareciendo la noción de la reclasificación de rentas antes
previstas para el excedente no deducido. Ahora dicho excedente puede quedar como tal
pero su pago no será tratado como dividendo. En efecto, los intereses quedarán sujetos,
en el momento del pago, a las normas reglamentarias de retención, con independencia de
que resulten o no deducibles.
Posteriormente, este párrafo ahonda en los sujetos a quienes no se les aplicará
esta limitación conceptual y cuantitativa, a pesar que el Poder Ejecutivo se reserva la
posibilidad de determinar la inaplicabilidad de esta limitación prevista cuando el tipo de
actividad que desarrolle el sujeto, a su criterio, lo justifique.(32)
Capítulo aparte merece la definición de sujeto local integrante de un grupo
económico, como causal de exclusión del mecanismo en ciernes. En este caso, conforme
la causal prevista en el punto 5, se tipificará como pertenencia a un grupo económico
cuando, al menos, el 80% de su patrimonio se halle en cabeza, en forma directa o
273
Pues bien, como cierre de estas líneas, al menos en forma enunciativa y breve,
resulta menester referir a los inconvenientes generados por el actual mecanismo de
distribución de dividendos en un ámbito inflacionario, agravado ello por la coexistencia
del impuesto de igualación.
(33) Conclusiones del Panel II de las II Jornadas Nacionales organizadas por la Asociación Argentina
de Estudios Fiscales - Bs. As. - entre el 26 y 27/9/2019
274
275
I - OBJETO
277
278
Conforme lo expresado previamente, como así también del análisis de las reso-
luciones de los “casos concretos” emitidos por los órganos de aplicación del CM, podríamos
concluir en que existen tres tipos de regalías:
a) Hidrocarburíferas.
b) Vinculadas a la transferencia de know how en el área de fabricación o en la de
comercialización de una empresa.
c) Vinculadas a la cesión de uso de un derecho (marca, patente, etc.) tanto sea para su
producción y venta, como también a los fines de su comercialización estrictamente.
En el caso de las regalías hidrocarburíferas, estas surgirán de un porcentaje
pactado que estará expresado en una norma legal de carácter provincial y formará parte
del costo de extracción del recurso no renovable de que se trate.
Tratándose de una regalía vinculada a la fabricación de un bien también el monto
devengado surgirá de un porcentaje que se aplicará a un monto ya sea de venta o a los
costos de fabricación del bien de que se trate.
Por último, y en cuanto a aquellas que representan un gasto devengado que se
determina en función de la aplicación de un porcentaje sobre un monto de venta que
se paga en concepto de licencia del uso de una marca, generalmente se exponen en el
cuadro de gastos en la parte pertinente que se vincula con los gastos de comercialización.
Respecto del CM aquellas “regalías” que se vinculan a los costos de fabricación
siempre -a nuestro criterio- revisten la condición de gastos computables, porque conforme
lo dispone el inciso a) del artículo 3(6) del referido CM solamente revestirán la condición
de gastos no computables aquellos que representen todo tipo de bien “… de cualquier
naturaleza que fuere que se incorpore físicamente o se agregue al producto terminado”.(7)
Con referencia a aquellas “regalías” que se vinculan a los gastos de comercialización,
su relación con los gastos computables es directa dado que tal como lo explicamos en el
acápite 2 se trata de gastos vinculados a la actividad, necesarios para el desarrollo de la
misma en una jurisdicción determinada que demuestran claramente el nexo territorial
en la misma.
Oportunamente la CA(8) resolvió que, para que se configure el sustento territorial
en una determinada jurisdicción, los gastos deben tener una íntima relación con las
operaciones desplegadas en ella, es decir que se originen por el ejercicio de la actividad,
sin tener en consideración la magnitud del gasto efectuado, extremo que no ha quedado
acreditado en las actuaciones.
A los fines de la imputación a una jurisdicción determinada, la CA(9) dispuso que
la atribución de los gastos computables se deben realizar en función del lugar donde
efectivamente fueron soportados, tal como lo prescribe el primer párrafo del artículo 2 del
CM, y lo dispone expresamente su artículo 4, destacando que todos aquellos gastos que
no tienen vinculación directa con la actividad de la empresa y que no pueden suministrar
una pauta válida que permita dimensionar la magnitud de la actividad efectuada en una
jurisdicción, resultan gastos no computables, pero no por el simple hecho de encontrarse
279
expresamente enunciados (o no) en el texto del CM, sino porque no se cumplen con los
requisitos establecidos en sus artículos 3 y 4.
Es por ello que la finalidad de la computabilidad de un gasto a los fines de la
distribución de la base imponible, lo es con relación a si este mide el grado de actividad
desplegado o desarrollado en cada jurisdicción.(10)
280
281
282
Conclusión:
Tal como lo venimos sosteniendo, manifestamos nuestra total disidencia con el
criterio que los órganos de aplicación del CM le atribuyen a este tipo de regalías. Conforme
surge de las pautas establecidas por el propio CM a los fines de considerar en qué casos
un gasto reúne la condición de “gasto computable” se debe considerar si se trata de un
gasto “efectivamente soportado en una jurisdicción” [inc. b) del art. 2], originados en el
ejercicio de la actividad (primer párr. del art. 3).
Por último, el artículo 4 aclara que un gasto es efectivamente soportado en una
jurisdicción, cuando tenga una relación directa con la actividad que en la misma se
desarrolle.
En este contexto, no existe ningún sustento legal para sostener que las regalías por
transferencia de know how y vinculadas a la fabricación de bienes revisten la condición de
no computable. En efecto, el gasto por este concepto no reúne ninguno de los requisitos
previstos en el CM para que sea considerado no computable, dado que es un gasto
vinculado directamente a la actividad que desarrolla el contribuyente, que representa
además el esfuerzo del contribuyente por desarrollar actividad en esa jurisdicción, a tal
punto que decidió radicar en ella la fabricación de sus productos.
283
realizada, a los fines del CM. Tal es así que si el contribuyente no paga esa regalía no está
licenciado para fabricar el producto que luego comercializará o no puede comercializar el
producto fabricado por el licenciante o importado al mismo.
En conclusión, tanto las regalías hidrocarburíferas como aquellas relacionadas
a la transferencia de know how para fabricar un bien o las que conceden la posibilidad
de comercializar un bien o prestar un servicio autorizado por el licenciante que se
devengan a favor de este representan un gasto computable a los fines del CM que puede
ser atribuido a una jurisdicción determinante mediante un procedimiento razonable tal
como lo dispone el artículo 4 del referido Convenio.
NOTAS
(*) Contador público (UBA). Especialista en Derecho Tributario egresado de la Facultad de Derecho (Universidad
Austral). Posgrado en Derecho Tributario, cursado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca España.
Representante de la Provincia de Tierra del Fuego ante la Comisión Arbitral y Plenaria del Convenio Multilateral.
Profesor regular de Teoría y Técnica Impositiva II, de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Profesor de la
carrera de posgrado de “Especialización en Tributación”, de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Profesor
de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas. Profesor del Instituto de Posgrado
e Investigación Técnica del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires. Autor de
publicaciones técnicas y libros
(1) “Compañía de Radiocomunicaciones Móviles SA” - CSJN - 1/9/2015 - Cita digital IUSJU003572E: “… 10) Que esta
Corte ha sostenido recientemente que el término ‘devengar’ es un concepto general del derecho empleado
usualmente para dar cuenta de la circunstancia misma del nacimiento u origen de un derecho de contenido
patrimonial. Alude, en tal sentido, al fenómeno mismo de la génesis de un derecho. En dicha inteligencia, cuando el
art. 18 de la ley de impuesto a las ganancias emplea el citado término lo hace para que se realice la imputación de las
ganancias y los gastos al ejercicio en que acaecieron los hechos jurídicos que son su causa, con independencia
de otras consideraciones que no surjan de lo dispuesto por la ley (confr. causas 1068/2008 (44-C)/CS1 ‘Compañía
Tucumana de Refrescos S.A. - TF 20.391-I c/ DGI’ - CSJN - 24/5/2011; y 821/2011 (47-A)/CS1 ‘Asociart SA ART - TF
21.213-I c/ DGI’ - CSJN - 6/5/2014)
11) Que las erogaciones a cargo de la empresa -cuyo tratamiento fiscal se discute en autos- tienen su origen en
los contratos que aquella suscribió con sus agentes oficiales, vendedores del servicio de radiocomunicación móvil
prestado por la accionante. Los aludidos contratos, en lo que al caso interesa, disponen lo siguiente (se transcriben
las cláusulas del modelo de convenio glosado a fs. 55/70 del Anexo Contratos de Agente de Ventas agregado a las
actuaciones administrativas y que resultan sustancialmente similares a las cláusulas de los acuerdos agregados a fs.
71/94, 95/109 y 110/125 del referido anexo):
‘6. Comisiones. El Agente tendrá derecho a cobrar una comisión por cada abono al SRMC [Servicio de Radioco-
municación Móvil Celular] que venda ... Toda comisión a ser pagada por CRM al Agente está sujeta a las siguientes
condiciones:
6.1. Cada venta debe estar hecha de acuerdo con las Condiciones Comerciales y Operativas tal como se detalla en
los Anexos B y C.
6.2. Cada venta debe ser aprobada por CRM y de ser necesario por la CNT [Comisión Nacional de Telecomunicaciones].
La conexión del abono al SRMC implica dicha aprobación.
6.3. El abono al SRMC no debe tener deuda vencida ...
7. Devolución de las Comisiones y Penalidades. No obstante, sin perjuicio de lo establecido en este contrato, el
Agente deberá devolver a CRM las comisiones de los abonados que dejen de pertenecer al SRMC dentro de, un
mínimo de ciento veinte (120) días corridos desde la iniciación del SRMC de acuerdo con la siguiente metodología:
...’ (la letra destacada es del Tribunal).
“12) Que pese a que la cámara admitió que en el caso la imputación de los gastos se rige por el criterio de lo
devengado, esa alzada hizo lugar al planteo de la AFIP y revocó la sentencia del organismo jurisdiccional por
considerar, en síntesis, que las aludidas comisiones a cargo de la empresa constituían para ésta obligaciones de
naturaleza suspensiva, que no se devengaban con la sola venta de los abonos.
284
A juicio de esta Corte, la aludida conclusión del a quo se funda en una incorrecta apreciación de las cláusulas reseñadas
en el considerando anterior. En efecto, el pronunciamiento apelado no ha valorado adecuadamente las cláusulas del
contrato, que es ley para las partes (art. 959 del Código civil y Comercial), cuyas expresiones, en el aspecto que se
examina, son claras y terminantes (confr. Fallos: 314: 363, considerando 10, y 314:1358, considerando 5°).
En este sentido, según la redacción de la cláusula sexta, el derecho al cobro de la comisión tiene lugar con motivo
de ‘cada abono al SRMC que [el agente] venda’. En los numerales 6.1, 6.2 y 6.3 se especifican los recaudos que debe
reunir la operación de venta -haber sido realizada de acuerdo con las condiciones comerciales y operativas de la
empresa, tener la aprobación de esta última y eventualmente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones y el
abono no registrar deuda impaga- pero no se indica que el nacimiento del aludido derecho quede sujeto, además,
a la verificación de algún otro hecho o acto jurídico distinto del de la venta del abono. Ello resulta corroborado por
la cláusula séptima que en ningún momento dispone que el devengamiento de aquel derecho se produzca o se
‘perfeccione’ solo una vez transcurridos los 120 días de permanencia del cliente en el sistema. Por el contrario, lo
que allí se señala es que si el cliente deja de pertenecer a aquel sistema con anterioridad al cumplimiento de dicho
plazo, nacerá en cabeza del agente, y en el momento en que ello ocurra, una obligación de reintegro de la suma
oportunamente recibida en concepto de comisión...”
(2) Arts. 959 y ss., CCyCo.
(3) “Pirelli Neumáticos SAIC (TF 24.943-1) y Otro c/DGI y Otro s/ Recurso Directo a Cámara” - CSJN - 9/5/2017: XVI. En
consecuencia, resulta correcta la conclusión del a quo en cuanto, sobre la base del Convenio suscripto entre Argentina
e Italia para evitar la doble imposición y de su Protocolo Anexo suscriptos en Roma, el 15/11/1979, aprobado por L.
22747, juzgó que el pago de las prestaciones a favor del proveedor domiciliado en el exterior pueden ser deducidas
como gastos a favor del proveedor domiciliado en el país sin necesidad de la aprobación o presentación de los actos
jurídicos a que se refiere la ley de transferencia de tecnología (arts. 1, 2, 3 y 9, L. 22426), toda vez que la regla del art.
25, no deja margen de duda al respecto. Resulta inobjetable lo aseverado en la Alzada en el sentido de que la Ley
22.426, no resulta de aplicación cuando el proveedor tiene domicilio en el país
(4) Chicolino, Ricardo M.; Olalla, Andrés y Alegre, Fernando G.: “El concepto de balance impositivo en el Convenio
Multilateral y su incidencia sobre los gastos no computables” - 11° Simposio Tributario del CPCECABA - 23-25/9/2009
(5) Los principios de contabilidad generalmente aceptados son un conjunto de reglas y normas que sirven de
guía contable para formular criterios referidos a la medición de patrimonio y a la información de los elementos
patrimoniales y económicos de una entidad. Los PCGA constituyen parámetros para que la confección de los estados
financieros sea sobre la base de métodos uniformes de técnica contable. Estos tienen como objetivo la uniformidad
en la presentación de las informaciones en los estados financieros, sin importar la nacionalidad de quien los estuvieres
leyendo e interpretando
(6) Art. 3 - Los gastos a que se refiere el artículo 2 son aquellos que se originan por el ejercicio de la actividad.
Así, se computarán como gastos los sueldos, jornales y toda otra remuneración, combustibles y fuerza motriz,
reparaciones y conservación, alquileres, primas de seguros y en general todo gasto de compra, administración,
producción, comercialización, etcétera. También se incluirán las amortizaciones ordinarias admitidas por la ley del
impuesto a las ganancias.
No se computarán como gastos:
a) El costo de la materia prima adquirida a terceros destinados a la elaboración en las actividades industriales,
como tampoco el costo de las mercaderías en las actividades comerciales. Se entenderá como materia prima, no
solamente la materia prima principal, sino todo bien de cualquier naturaleza que fuere que se incorpore físicamente
o se agregue al producto terminado
(7) R. (CA) 18/2008 - “Libertad SA”; R. (CA) 47/2007 - “Automotores Juan Manuel Fangio SA”; R. (CA) 5/2015 - “Las
Lomas SA”; R. (CA) 55/2012 - “SINOPEC SA”; R. (CA) 7/2012 - “Kowzef SA”
(8) R. (CA) 35/2012 - “SYRA SA”; R. (CA) 36/2012 - “Franco Fabril SA ambos c/Munic. de Río Tercero”
(9) R. (CA) 16/2012 - “Pautas y Medios SA”
(10) R. (CA) 55/2012 - “SINOPEC c/Pcia. de Chubut”
(11) Bidou, Eduardo: “Carácter jurídico de la contribución establecida por ley 12161 de petróleo” - www.hcdmza.gov.ar.
“La regalía, condición de la concesión, emana del dominio originario sobre las minas que la Nación y las Provincias
recibieron como sucesores de la Corona española, mientras que los impuestos, tasas y contribuciones, del poder
impositivo que tiene el Estado. Por ello me inclino a considerarla un elemento del amparo como el canon minero”
(amparo es, en el Código de Minería, el mantenimiento de la propiedad minera por su explotación continua). Beccar
Varela, Horacio - biblioteca.iapg.org.ar/ArchivosAdjuntos/Petrotecnia/2005-4/Tratamiento.pdf. Citado por los Dres.:
María Gabriela Peralta, Andrea Paula Abella y Juan Francisco Albarenque
285
(12) “Provincia de Neuquén c/CAPEX SA, cobro de regalías” - CSJN - 11/12/2007: “… 3) Que la legislación invocada L.
17319 y D. del Poder Ejecutivo Nacional 1671/1969, no surge expresamente aquella. Sin embargo, el texto completo
de la ley permite una interpretación que excluye la posibilidad de que se trate de un impuesto, y que en consecuencia
resulte aplicable el artículo 1 de la L. 11585. En efecto, el artículo 56 describe el régimen fiscal al que estará sujeta la
explotación y estipula los impuestos en sus apartados a.b.c., excluyéndose ‘todo otro tributo nacional, presente o
futuro de cualquier naturaleza o denominación’ en su punto d., seguidamente en los artículos 57, 59 y 62 se establecen
el canon y la regalía por hidrocarburos líquidos y por gas natural, respectivamente, de ese modo, el tratamiento que
recibe el concepto en examen se encuentra diferenciado respecto de la materia estrictamente impositiva.
Por lo demás, otras circunstancias impiden efectuar la asimilación de la regla con una carga impositiva, el artículo 12
se refiere, en relación al monto resultante del 12% antes mencionado, esto es la regalía, como a una ‘participación
en el producido de dicha actividad’, la que podrá ser pagada en efectivo o incluso en la especie extraída según
resolución de la Secretaría de Energía 232/02, lo que constituye una alternativa ausente respecto del tratamiento
general de los impuestos. Además, en el artículo 59 se otorga al Poder Ejecutivo Nacional la facultad de variar y así
fijar el porcentaje de que se trata ‘teniendo en cuenta la productividad, condiciones y ubicación de los pozos’ criterios
extrínsecos a cualquier estricta definición impositiva en lo que se refiere al modo de su cálculo.
Asimismo la circunstancia de que, por un lado, según el artículo 80 inciso b., es causal de rescisión de la concesión
el incumplimiento del pago de la regalía más allá de tres meses consecutivos, la llamada condición de amparo del
territorio, y, por otro, que de acuerdo al artículo 3 del decreto reglamentario 1671/1969, el concesionario puede
solicitar la reducción del porcentaje de la regalía con fundamento en que la producción no resulta económicamente
explotable en virtud de la cantidad y calidad del hidrocarburo, ambas ponen de manifiesto el particular carácter que
tuvo en el espíritu del legislador otorgándole rasgos más bien cercanos a lo concesional, aspecto sin duda ajeno a la
naturaleza impositiva strictu censu.
Desde otro punto de vista el artículo 4027 inc. 3) del Código Civil ofrece un marco suficiente, frente al silencio
guardado por la legislación específica, para encuadrar la prescripción en examen. Es así que el cobro que se pretende
se refiere a una obligación que se paga mensualmente, a lo que debe sumársele el carácter de prestación fluyente
en el transcurso de un tiempo durante el cual se producen los frutos de que se tratan, en el caso los provenientes de
la explotación realizada”
(13) Art. 3, inc. d), CM - Los gastos a que se refiere el artículo 2, son aquellos que se originan por el ejercicio de la
actividad… No se computarán como gastos: … d) Los tributos nacionales, provinciales y municipales (impuestos,
tasas, contribuciones, recargos cambiarios, derechos, etc.)
(14) “SINOPEC Argentina suc. Argentina c/Provincia de Chubut” - R. (CA) 55/2012 - 21/11/2012
“SINOPEC Argentina suc. argentina c/Provincia de Chubut” - R. (CPl.) 34/2013 - 11/12/2013
“TECPETROL SA c/Provincia de Chubut” - R. (CA) 38/2013 - 21/8/2013
“PAN AMERICAN ENERGY LLC SUC. ARG. c/Provincia de Chubut” - R. (CA) 51/2013 - 16/10/2013
“YPF SA c/Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur” - R. (CA) 5/2016 - 17/2/2016
(15) “YPF SA c/Provincia de Salta” - R. (CA) 28/2009 - 20/5/2009 y R. (CPl.) 24/2010 - 16/9/2010
(16) “Nobleza Piccardo SA c/Provincia de Buenos Aires” - R. (CA) 15/2012 - 18/4/2012 y R. (CPl.) 13/2013 - 18/6/2013
(17) “Cosméticos Avón SACI c/Provincia de Buenos Aires” - R. (CA) 26/2014 - 18/6/2014
(18) “Ford Motors SCA c/Provincia de Buenos Aires” - R. (CA) 1/2015 - 18/2/2015
(19) “Nike Argentina SRL c/Provincia de Buenos Aires” - R. (CA) 41/2015 - 20/5/2015
(20) “SIDUS SA c/Provincia de Buenos Aires” - R. (CA) 24/2015 - 18/3/2015
(21) “CEPAS ARGENTINAS SA c/Provincia de Buenos Aires” - R. (CA) 44/2017 - 12/7/2017
(22) “ADT SECURITY SERVICES SA c/Provincia de Buenos Aires” - R. (CA) 21/2017 - 5/4/2017
(23) “ADT SECURITY SERVICES SA c/Provincia de Buenos Aires” - CPl. - Expte. CM 1289/2014 - 9/11/2017
(24) “CEPAS ARGENTINA SA c/Provincia de Buenos Aires” - R. (CPl.) 26/2018
286
I - INTRODUCCIÓN
(*) Especialista en derecho aduanero. Profesor universitario y publicista. Abogado (UCA, 1981).
Doctor en Derecho (Universidad Austral). Magíster en Derecho (Universidad Austral, 2018). Profesor
de Derecho Aduanero en el máster de Derecho de la Empresa (Universidad Austral, desde 1993).
Profesor de Derecho Aduanero del máster de Derecho Empresario (Universidad Austral). Profesor
de Tributación del Comercio Exterior de la maestría en Derecho Tributario (Universidad Austral). Fue
Profesor titular de Régimen Legal Aduanero en la carrera de Comercio Exterior (Fundación en Altos
Estudios Empresariales) y de Derecho Penal Aduanero (Escuela Aduanera de la ex Administración
Nacional de Aduanas). Ponente y conferencista en distintos congresos y cursos de la especialidad.
Profesor de Regímenes Especiales Aduaneros del Programa de Especialización en Derecho
Aduanero (UBA). Autor de diversas publicaciones sobre el tema. Miembro del Instituto de Derecho
Público Económico del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal
(1) Cfr. Cotter, Juan P.: “Derecho aduanero” - Ed. AbeledoPerrot - 2014 - T. I - págs. 154/5
(2) Cfr. Basaldúa, Ricardo X.: “Derecho aduanero. Parte general. Sujetos” - Ed. AbeledoPerrot - 1992
- págs. 15/40
289
II - LA FUNCIÓN DE LA ADUANA
a) Evolución
La función de la aduana ha tenido desde la antigüedad un fuerte vínculo con la
recaudación de tributos, atento a que en el marco del intercambio de mercaderías, tal
como se presentaba, resultaba y sigue resultando muy sencillo obtener recursos tanto
al ingreso como a la salida de un determinado recinto preestablecido como lugar de
recaudación.
Es cierto que en dicha labor se esbozaba la labor del control de las mercaderías
por ser precisamente la base sobre la que se aplicaban los tributos, al principio en forma
simple, y con los siglos evolucionando a lo que hoy conocemos como la base imponible de
un tributo al comercio exterior.
Pero también fue el organismo encargado de fiscalizar y aplicar restricciones y
prohibiciones de todo tipo impuestas por el monarca o quien ejerciera la autoridad puntual
con competencia para imponerlas y exigirlas y que también evolucionaron conforme al
desarrollo del comercio y el intercambio.
A tal fin, es muy ilustrador el trabajo de Ricardo X. Basaldúa que efectuara en la
Reunión Mundial de Derecho Aduanero en Bruselas en el año 2013.(3)
(3) Basaldúa, Ricardo X.: “Los principios jurídicos del control aduanero modernizado en el tráfico
transfronterizo contemporáneo” en “Memorias de la Reunión Mundial de Derecho Aduanero
(Bruselas)” - Ed. Temis - Bogotá - 2015 - págs. 7/44
290
(4) Cfr. Alais, Horacio F.: “Los principios del comercio internacional y su aplicación en el comercio
exterior argentino” - Revista Diritto e Practica Tributaria Internazionale - N° 1 - 2012 - CEDAM
(5) Cfr. Basaldúa, Ricardo X.: “La Organización Mundial del Comercio y la Regulación del Comercio
Internacional” - Ed. LexisNexis - 2007 - pág. 2
(6) Cfr. Basaldúa, Ricardo X.: “La Organización Mundial del Comercio y la Regulación del Comercio
Internacional” - Ed. LexisNexis - 2007 - pág. 21
(7) Esto se observa en el Preámbulo del Acuerdo de Facilitación del Comercio cuando establece el
deseo de aclarar y mejorar aspectos pertinentes a los arts. V, VIII y X del GATT de 1994, con miras a
agilizar aún más el movimiento, el levante y el despacho de las mercancías incluidas, las que están
en tránsito, pero todo esto con el debido reconocimiento a las necesidades particulares de los
países en desarrollo
291
b) El control aduanero
Este concepto resulta esencial ya que implica entrar en la función real y específica
de la aduana.
Desde luego que ha sido un proceso que ha necesitado una evolución conceptual
sobre todo a la hora de establecer un justo límite al considerar en qué contexto, momento
y lugar se ha de ejercer dicha labor de control y sobre qué objetos.
Puede sostenerse que la expresión “ejercer el control sobre las importaciones
y exportaciones” revela la función específica de la aduana. No obstante, ese concepto
requirió a lo largo del tiempo, por parte de la doctrina y la jurisprudencia, precisiones
que trascendieron, ya que en las recurrentes situaciones de incertidumbre conceptual,
cualquier falta u omisión de diversos reglamentos fue vista como una burla al control
aduanero, lo que trajo consecuencias funestas para los actores del comercio exterior.(9)
Algunos han interpretado que la función de contralor de la aduana resulta un
instrumento al servicio del proteccionismo, al considerarla como una institución instalada
sólidamente en la frontera. Esa línea de pensamiento y de acción era lo que justificaba
que el derecho aduanero se viera fortalecido y provisto de elementos destinados a evitar
el fraude en todas sus clases, en aras del proteccionismo de la actividad mercantil del
país al que sirve.(10)
(8) Cfr. Marco Normativo SAFE - OMA - Prólogo - junio/2007. Según la publicación obrante en el
portal web de la AFIP: www.afip.gob.ar/Aduana/documentos/MARCO_NORMATIVO_SAFE.pdf
(9) Resulta de interés el trabajo de Alsina, Mario A. y Tow, Héctor J.: “Significado y alcance de la
expresión ‘control sobre las importaciones y exportaciones’ en el artículo 863 del Código Aduanero”
- LL - T. 1989-D - Sección Doctrina - págs. 1042 y ss., donde se dan precisiones acerca del significado
de la función de control que debe ejercer la aduana
(10) Cfr. Berr, Claude J. y Trémeau, Henri: “Le droit Douanier” - 5a ed. - Ed. Económica - París - 2001
- pág. 12. También según estos autores, tal caracterización en general llevó a que desde el punto de
vista administrativo la Aduana de Francia históricamente abusara de su reglamentación, perjudicando
la actividad mercantil en un exceso del proteccionismo. Esta situación ha de tener un cambio radical
con la creación del Mercado Común, primero, y luego con la Comunidad Europea, que lleva a
replantear la noción de la aduana y su función. Por su parte, Villegas, Héctor B.: “Curso de finanzas,
derecho financiero y tributario” - 4ª ed. actual. - Ed. Depalma - 1987 - pág. 164, destaca que, si bien
los impuestos aduaneros surgieron con la finalidad fiscal de obtener por ese medio ingresos para
el erario público, en el curso de la historia no pocas veces se los ha utilizado con fines extrafiscales.
Hasta aproximadamente la mitad del siglo XIX imperó un régimen marcadamente proteccionista
bajo la influencia de las ideas mercantilistas. A fines del siglo XIX, nació la concepción librecambista,
primero con los fisiócratas y luego con los clásicos ingleses, que basaron el librecambio en la división
del trabajo internacional y en las teorías de Ricardo, sobre los costos comparados. En esta misma
línea, Witker, Jorge: “Derecho tributario aduanero” - 2ª ed. - Instituto de Investigaciones Jurídicas
- Serie I - Estudios de Derecho Económico - N° 27 - Universidad Nacional Autónoma de México -
292
Pero, desde esa posición interpretativa, puede afirmarse que, con prescindencia de
las corrientes económicas que implemente cada país, la aduana en su labor de control
actúa, pura y exclusivamente, como un organismo encargado de aplicar el régimen de
prohibiciones -de carácter económico y no económico- conforme a la política de comercio
exterior que las autoridades competentes establecen. Esto significa que las autoridades
aduaneras han de actuar siempre como un organismo de ejecución y control de la política
de comercio exterior de cada país o comunidad.
Sin embargo, algunas veces esta actividad se ha visto dificultada por la variación de
esas políticas, tanto en su estructura, vigencia y aplicación, y esto ha generado dispares
criterios interpretativos(11). Para evitar estas dificultades, aparece como mecanismo de
eficiente administración, que las autoridades políticas, como las aduaneras, tengan un
contacto frecuente para no entorpecer la acción de gobierno, o para no dejar de aplicarlas.
Ahora bien, el control que realiza la aduana siempre va a estar vinculado al
concepto de frontera, no obstante comprende la totalidad del territorio sobre el cual ejerce
su jurisdicción(12). Está claro que la frontera, como límite, cumple el objetivo de fijar el
ámbito de las competencias territoriales del Estado. Este objetivo de la frontera tiene
una primera vertiente limitadora para el Estado, pero al mismo tiempo ha de poseer otra
garantía, que es la de su inviolabilidad, principio capital del derecho internacional, que se
basa a su vez en el respeto de la integridad territorial del Estado(13). La otra gran función
2002 - págs. 25/6, destaca que el pasado fiscalista de las aduanas viene como consecuencia de la
actividad proteccionista propia del mercantilismo, inspirado por Colbert, que de alguna manera
marca como característica de lo que se denomina la vieja aduana, en la que se entraba en una
suerte de terrorismo burocrático en que el contribuyente debía aceptar clasificaciones arbitrarias,
valoraciones merciológicas impuestas y liquidaciones realizadas por vistas de aduana autoritarias, a
las cuales se sumaban agentes aduanales con falta de capacitación y sumisos. A esto se agregaba
el mundo de las barreras no arancelarias, que convertían las operaciones de comercio exterior en
verdaderos cotos de privilegio, para funcionarios públicos y privados que gozaban de un imperium
privado, generador de una especie de comercio exterior informal, complejo y vedado a los usuarios
y operadores mercantiles
(11) Se pueden evidenciar, en este punto particular, las dificultades que se presentan cuando se
involucra a la aduana en el control de diversos productos, como los billetes de curso legal en el
territorio aduanero, divisas, metales preciosos amonedados, como así también en aquellos casos en
que se obliga a declarar los ingresos de estos elementos con motivo de la utilización del régimen
de equipaje, pacotilla y afines -como medidas de control de neto corte económico- o bien con
motivo de efectuar una contención de intentos de blanqueo de valores. En este aspecto, la AFIP
dictó las resoluciones generales 1173 y 1172, a través de las cuales se ordena a la aduana a efectuar
el control de la prohibición de exportación de billetes, divisas y metales preciosos amonedados,
como así también el debido control y registro de los ingresos de divisas y mercaderías que excedan
los USD 10.000, con motivo del régimen de equipaje, pacotilla e importación general de este
tipo de elementos, conforme a la resolución ex-ANA 631/1991. Como se advierte, son cuestiones
demostrativas de política económica, que la aduana tiene que hacer cumplir a los usuarios y que no
están exentas de dificultades
(12) El art. 1, CAd. dice: “Las disposiciones de este Código rigen en todo el ámbito terrestre,
acuático, aéreo sometido a la soberanía de la Nación argentina, así como también en los enclaves
constituidos a su favor”. A su vez, el artículo 121, CAd. establece los alcances precisos del control
en lo que se denomina Zona Primaria Aduanera, y el art. 123 hace lo propio respecto del control en
la Zona Secundaria Aduanera
(13) Debe tenerse en consideración que, conforme a la práctica internacional, se ha distinguido entre
soberanía territorial y la supremacía territorial. La noción del territorio del Estado está vinculada a
la soberanía territorial, siendo esta a su vez definida como la competencia o la facultad que posee
293
que cumplen las fronteras es la de servir de lugar de control, ya que la frontera es también
un sitio geográfico en el que los Estados ejercen determinadas competencias territoriales
y personales adaptadas a ese sitio o lugar. Se trata, principalmente, de competencia
respecto de la vigilancia y del control fronterizo, ejercidos por los cuerpos de policía y de
aduanas. Por ello es que el derecho internacional reconoce a todos los Estados, en virtud
de sus competencias soberanas, el poder de legislar discretamente sobre las personas y
las mercancías que cruzan su frontera, que se expresan normalmente respecto de las de
seguridad, salud pública, comerciales, aduaneras, fiscales y de inmigración.(14)
Pero el control, como actividad esencial de la aduana, se realizará no solo en el
momento de la introducción de la mercadería sino también luego de que esta acontezca,
pero en forma más atenuada, ya que la aduana ha de velar y vigilar la circulación de
mercancías importadas, so pretexto de que se haya burlado el control fronterizo.(15)
Por lo expuesto es que se puede concluir que la estructura de control a ser ejercida
por la aduana inequívocamente tiene que tener como presupuesto básico la existencia
de un territorio aduanero ya que es sobre la base de esta preexistencia que se puede
establecer que existe importación o exportación de una mercadería según corresponda.
un Estado respecto de cierto espacio para cederlo a un tercero. Por consiguiente, el territorio del
Estado es el ámbito de validez espacial de la norma que otorga competencia. Los límites entre
Estados a su vez son establecidos siempre por una norma jurídica (cfr. Barberis, Julio A.: “El territorio
del Estado y la soberanía territorial” - Ed. Ábaco - 2003 - págs. 43 y 157)
(14) Cfr. Del Valle Gálvez, Alejandro: “Las fronteras de la Unión. El modelo Europeo de Fronteras”
- Revista de Derecho Comunitario Europeo - 12 - año 6 - Madrid - mayo-agosto/2002 - págs. 306/7
(15) Resulta de interés el comentario realizado por Vidal Albarracín, Héctor G.: “Hasta cuándo
subsiste el control aduanero a los fines del contrabando” - Revista del Colegio Público de Abogados
de la Capital Federal - N° 20 - Suplemento La Ley - noviembre/2002, con motivo del fallo “Jefe SA y
otros s/contrabando” - CNPEcon. - Sala B - 6/4/2001, en el cual se destaca que el control aduanero
subsiste luego de haber ingresado a plaza la mercadería
294
295
b) Los intangibles
El término “mercadería” provino del derecho mercantil, e induce a advertir que se
refiere a lo que es objeto de las transacciones de los mercaderes en el mercado. Pero en
el derecho aduanero el concepto de mercadería tiene una acepción más amplia, porque
comprende no solo a los objetos que se importan o exportan como consecuencia de un
(16) Cfr. Basaldúa, Ricardo X.: “Los principios jurídicos del control aduanero modernizado en el
tráfico transfronterizo contemporáneo” en “Memorias de la Reunión Mundial de Derecho Aduanero
(Bruselas)” - Ed. Temis - Bogotá - 2015 - págs. 39/40. Señala que dos pilares asociativos se destacan
como sustantivos: “aduana-aduana” y “aduana-empresa”, partiendo de la adopción plena de
sistemas informáticos que se adopten a un sistema sin papeles
296
acto de comercio, sino también aquellos que se importan o exportan por cualquier otro
motivo.(17)
En tal sentido, se puede sostener que, a los fines del Código Aduanero argentino,
mercadería es cualquier objeto ya fuere material o inmaterial que pudiere ser importado
o exportado, sin que tenga relevancia el motivo por el que se produce su importación o
exportación, es decir, tanto si responde a un acto de comercio, como por ejemplo una
compraventa mercantil, o a un acto a título gratuito, como el caso de una herencia,
legado o donación.(18)
Sin embargo, el concepto de mercadería ha generado ciertas discusiones e
interpretaciones de diversa índole, sobre todo luego de la modificación que tuviera el
Código Aduanero argentino en virtud de la ley 25063, que le adicionó un párrafo que señala
lo siguiente: “Se consideran igualmente como si se tratare de mercadería las locaciones y
prestaciones de servicios realizadas en el exterior, cuya utilización o explotación efectiva
se lleve a cabo en el país, excluido todo servicio que no se suministre en condiciones
comerciales ni en competencia con uno o varios proveedores de servicios; y los derechos de
autor y derechos de propiedad intelectual”.
Se puede afirmar que esta versión es distorsiva de lo que se entiende en forma
aduanera a la mercadería, ya que antes de este agregado, y manteniéndose como primera
parte, esta era considerada, como todo objeto susceptible de ser importado o exportado.
Como señaló oportunamente el Instituto Argentino de Estudios Aduaneros, este tipo de
normas afectan los principios básicos del sistema legislativo aduanero y convierten a
la aduana en una oficina recaudadora de cánones, regalías e importes que se rigen por
contratos que nada tienen que ver con el traspaso físico de la mercadería.(19)
Con la reforma señalada se ha afectado la interpretación del instituto o al menos
perturbado, ya que los elementos agregados como segundo párrafo siempre han tenido
incidencia dentro del concepto de mercadería, en tanto y en cuanto afecten el valor de
esta, como es el caso típico de los denominados inmateriales -derechos intelectuales o
propiedad industrial-. Con lo cual se advierte como innecesaria la agregación realizada.(20)
(17) Cfr. Basaldúa, Ricardo X.: “En torno a los conceptos de importador y exportador” - Revista
Derecho Aduanero - T. II - Ediciones de Contabilidad moderna SAIC - 1970 - pág. 1061
(18) Cfr. Alsina, Mario A.; Barreira Enrique C.; Basaldúa, Ricardo X.; Cotter Moine, Juan P. y Vidal
Albarracín, Héctor G.: “Código Aduanero, comentarios, antecedentes, concordancias artículos 1 a
129” - Ed. AbeledoPerrot - 1984 - págs. 62/4
(19) Cfr. Cotter, Juan P.: “Derecho aduanero” - Ed. AbeledoPerrot - 2014 - T. I - pág. 157, concluyendo
que dicha reforma fue contraproducente ya que las aduanas no fueron concebidas para controlar los
ingresos de bienes intangibles o inmateriales por medios tecnológicos (págs. 219/20)
(20) Cfr. Zunino, Gustavo: “La propiedad intelectual y los servicios en el Código Aduanero” en
“Reforma Tributaria del 99. Análisis crítico de la ley 25063” - ERREPAR - 1999 - págs. 281 y ss. Aquí
el autor no encuentra motivo aún en el análisis realizado en el debate parlamentario que justificara
este agregado en el Código Aduanero más que la mención de lograr una modernización del Código
Aduanero que permita gravar con aranceles los servicios. Destaca en sentido crítico Zunino, que
ya con anterioridad a la reforma bajo análisis el Código Aduanero al disponer en el art. 10 que se
considera mercadería al consagrarse un concepto amplio no interesa que este objeto constituya un
bien o una cosa propiamente dicha según la terminología del Código Civil, y menos aún que se trate
de cosa mueble que se encuentre en el comercio, resultando igualmente indiferente que la operación
que subyace en la importación o exportación sea comercial o acto a título gratuito. Señala que en la
Unión Europea el concepto de mercadería no incluye los servicios como así también que en cuanto
a los acuerdos relativos al comercio exterior prevalece el aludido concepto amplio de mercadería,
297
pero sin su asimilación a los servicios. Destaca más adelante que la ley pretende tener un ámbito de
aplicación material amplísimo al cubrir a casi la totalidad de los servicios prestados en el exterior y a
la propiedad intelectual en forma general, pero la necesidad de imponer tributos a los servicios no
justifica introducir una asimilación entre el comercio de mercaderías y el comercio de servicios. No
era necesario alterar una concepción jurídica tradicional, aceptada internacionalmente en tratados
ratificados por la República Argentina, que distingue entre comercio de bienes y de servicios, para
asimilar estos a los primeros, sin advertir que tal pretendida asimilación entre dos categorías jurídicas
diferentes solo generaría confusión y no traería a juicio del autor ninguna consecuencia práctica que
no sea cierta inseguridad jurídica. Esta alteración de los conceptos parece gratuita pues pese a su
declarada finalidad, la reforma no estableció un tributo, ni un mecanismo de control del comercio
de servicios que pueda detectar las operaciones que se pretenden alcanzar, no guardando la ley
coherencia con sus propios objetivos
(21) Cfr. Vidal Albarracín, Héctor G.: “El alcance del concepto de mercadería a los fines del delito
de contrabando” - Suplemento de Jurisprudencia Penal - LL - 29/5/2000. No obstante, sobre el
tema de los denominados inmateriales, entre los que se encuentran los servicios de todo tipo,
marcas, propiedad intelectual, por citar a los más trascendentes, algunos autores lo ven como el
desafío intelectual de la aduana del siglo XXI, y que permite vislumbrar un cambio acerca de cómo
aprehender la actividad aduanera, tal es el caso de Witker, Jorge: “Derecho tributario aduanero”
- 2ª ed. - Instituto de Investigaciones Jurídicas - Serie I - Estudios de Derecho Económico - N°
27 - Universidad Nacional Autónoma de México - 2002 - págs. 21/5. En otras administraciones
aduaneras ya resulta una realidad, conforme fuera visto en el Cap. 1, como es el caso de las de
la Comunidad Europea y Estados Unidos de Norteamérica. Por el contrario, otros autores no
aceptan esta línea de expansión del derecho aduanero, argumentando que los servicios tienen
que indefectiblemente estar regulados y controlados por otros mecanismos que no sean la aduana,
teniendo su propia regulación tributaria más allá del arancel al comercio exterior. Esta línea es la que
sostiene unánimemente el Instituto Argentino de Estudios Aduaneros, cuando afirma la necesidad
de derogar lo agregado al art. 10 por la reforma de la L. 25063
(22) Cfr. fallo “Cablevisión” - CNPEcon. - Sala B - 3/9/1999
298
b) El marco SAFE
En esa misión, la OMA implementó en el año 2007 este documento destinado a
mejorar el rendimiento de las administraciones aduaneras con un sentido moderno, con el
(23) Como sintetiza Javier D. Muchnik en “Elementos básicos del derecho penal aduanero” - Derecho
Penal Aduanero - JA - 2002-IV - Ed. LexisNexis, el concepto de mercadería es de suma importancia,
ya que a los fines del delito de contrabando permite distinguir el objeto sobre el que puede recaer
la conducta delictiva, pese a que no es necesaria su presencia física a los fines del delito. Pero tiene
que tenerse en consideración que las mercaderías en las condiciones que se pretenda importarlas o
exportarlas tiene que estar indefectiblemente sujetas al control aduanero
299
300
3. Recursos de revisión
Debe estar garantizada la existencia de que toda decisión administrativa pueda ser
revisada ante una autoridad administrativa superior al funcionario u oficina que la dictó
o independiente, o bien disponer de una revisión judicial de esta. Debe asegurarse que se
resuelva en plazos legales y que no tengan demoras excesivas, y que las decisiones sean
fundadas.
301
302
(26) En el proyecto Marco Normativo SAFE 2012 ya citado, se especifica que resulta inadmisible
e innecesaria la revisión de todas las operaciones aduaneras y que la actividad tiene que estar
centrada en los criterios de riesgo inteligente y en el control de la cadena logística y en los
operadores económicos confiables. A esto se debe sumar la debida capacitación de los funcionarios
en la implementación de medidas de seguridad tecnológicamente adecuadas, como resultan los
precintos inteligentes por citar alguna
(27) Conflictos en frontera en el ámbito de los países miembros del Mercosur han sido recurrentes
no tanto por cuestiones aduaneras propiamente dichas, sino por cuestiones políticas de coyuntura
entre los socios
303
a) Servicio público
En todos los países del mundo, a la actividad aduanera se la concibe como un
servicio público. Es decir, un servicio público destinado a ser un medio de colaboración
en el intercambio internacional de mercancías.
Esta idea de brindar un servicio da también un perfil propio a la actividad. Por ello
internacionalmente se recomienda, a fin de no entorpecer el intercambio, implementar
controles inteligentes que permitan verificar eficazmente las mercancías objeto del tráfico.
Esta concepción y principio están en tensión en forma recurrente, ya que muchas
veces se olvida el funcionario de que existen usuarios.
Si bien debe considerarse, en principio, que toda la actividad del Estado en sí
misma constituye un servicio cuyo cumplimiento debe ser asegurado, reglado y controlado
por los gobernantes, conforme señalaba la doctrina francesa, no por ello debe dejar de
considerarse también la necesidad de satisfacer a los usuarios como un elemento propio
de la vida de comunidad o de carácter general, y además, porque se trata de un elemento
propio del Estado, quien es el único que lo puede brindar.
Es por ello que la actividad aduanera debe ser entendida como un servicio público,
atento a que se refiere a una actividad de la Administración Pública que tiende a satisfacer
304
(28) Cfr. Marienhoff, Miguel S.: “Tratado de derecho administrativo” - Vol. II - Ed. AbeledoPerrot -
1975 - pág. 55
(29) Cfr. Guglielmi, Gilles J. y Koubi, Geneviève: “Droit du Services Public” - Domat Droit Public -
París - 2001 - págs. 422/3
(30) Se puede citar aquí como ejemplo lo que ha sido la evolución constante de los regímenes de
importación temporaria de perfeccionamiento activo, institutos que debieron crearse como una
respuesta a una realidad en la economía que así lo exigía, como también actualmente el concepto
de las denominadas aduanas domiciliarias, como una mejora del servicio y del control que debe
realizar la aduana a favor del usuario
305
(31) Atento a su condición de servicio público, y de conformidad con las relaciones que estamos
señalando, está reglado el sistema denominado “Servicio extraordinario” que se aplica en casi
todas las aduanas del mundo, por el cual en los horarios y jornadas inhábiles se puede contratar el
servicio aduanero para que se permita destinar mercaderías. Esto es lógico que así esté previsto,
ya que el tráfico internacional de mercaderías, y por ende el intercambio, no tienen plazos. Es por
ello que la tasa que regula esta actividad la encontramos en el art. 773 y ss., CAd. La norma dice así:
“Las operaciones y demás actos sujetos a control aduanero, cuya realización se autorizare en horas
inhábiles, están gravados con una tasa cuyo importe debe guardar relación con la retribución de los
servicios extraordinarios que el servicio aduanero debiere abonar a los agentes que se afectaren al
control de dichos actos”.
El plus que se referencia es una rara combinación de buena predisposición, atención, delicadez que
se debe exigir en un trabajo de tanta responsabilidad en la que existe un interés tanto del Estado al
que se sirve, como del usuario que lo reclama
(32) Cfr. Alais, Horacio F.: “Aduana. Lo que debe mejorar” - Diario La Nación - Suplemento Comercio
Exterior - 28/2/1995; “La aduana moderna un objetivo pendiente” - Diario La Nación - Suplemento
Comercio Exterior - 2/3/1996; “La aduana intolerante” - Diario La Nación - Suplemento Comercio
Exterior - 24/3/1998; y “Sumarios aduaneros o cómo recaudar más” - Diario La Nación - Suplemento
Comercio Exterior - 17/8/1999
306
b) Neutralidad y transparencia
También en lo que concierne a los agentes públicos, estos necesariamente deberán
cumplir y realizar su función de conformidad con la característica del servicio para el
cual están afectados y obviamente capacitados. Esto constituye un elemento de lo que se
denomina de buena administración y demuestra el desarrollo que ha de tener el cuadro
de funcionarios.
Debe destacarse que corresponde asignar al servicio público el principio de
neutralidad, pero como un freno a la politización excesiva en la actividad propia del
servicio público. Este principio se ha visto conculcado en reiteradas ocasiones en la
República Argentina, como motivo de cambios políticos, o bien como consecuencia de la
lógica alternancia política en el poder.
El accionar del servicio aduanero tiene que ser neutro en la prestación del servicio,
y, por ende, ajeno a todo tipo de diferencia que pueda implicar discriminaciones o
parcialidades respecto del principio de igualdad de los participantes o usuarios. Pero,
así como se exige que el servicio resulte neutral, también se ha de reclamar una actitud
neutral al funcionario público encargado de la prestación del servicio. En tal sentido, se
le reclama evitar una excesiva politización de la función pública, salvo claro está más allá
de los cuadros políticos que existen en toda Administración como consecuencia de la vida
política de cada país. Esta característica significa la garantía del respeto del principio
de igualdad del administrado, o usuario, en la que recibirá un trato imparcial y de no-
discriminación. Esto ha de revelar toda la problemática de los deberes, obligaciones y
responsabilidades de los funcionarios públicos. Es por ello que se busca con este conjunto
de principios que la actividad del funcionario no se vea perturbada por cuestiones ajenas
o extrañas a la prestación del servicio. Este, debidamente formado y con conciencia cabal
de la labor que brinda, deberá dar todo su potencial y ser un colaborador real de un
adecuado y correcto servicio público.
307
308
c) Capacitación
En toda organización humana, nada resulta posible sin la constante capacitación
de sus recursos humanos.
Las aduanas además resultan una institución que cumple un rol técnico importante
y que se expresa a través de actos administrativos que generan los funcionarios
competentes para resolver diversas cuestiones vinculadas a la labor técnica aduanera.
De modo que la capacitación en valoración y clasificación arancelarias de las
mercaderías, los alcances de los diversos regímenes especiales y regímenes operativos,
de los que se derivan consecuencias tributarias, infraccionales y penales, llevan a tener
personal debidamente capacitado.
Esta labor se desarrolla a través de los diversos cursos que deben ser generados por
el servicio o al menos permitir que el personal pueda capacitarse en centros de reconocido
prestigio.
La experiencia cotidiana lleva a que se tengan que adquirir modernas técnicas
administrativas y operativas que implican conocimientos especiales de sistemas
informáticos, habilidades especiales, manejo de idiomas, etc.
Se debe promover un funcionario que, además de su apego a la ley y los reglamentos,
tenga iniciativa, sea proactivo, desarrolle sentido común y que se privilegie la carrera
administrativa por mérito y capacidad.
(37) Cfr. Sortheix, Juan J. A.: “La aduana argentina. El comercio exterior argentino en la década de
1990” - Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales - Ediciones Manantial - Fundación
Banco República - Fundación Lloyd Bank - 1991 - pág. 205
309
A esto se debe sumar el manejo de los perfiles que permitan reducir lo más que
se pueda las situaciones vinculadas a la corrupción y la desidia del control aduanero,
evento que se puede mejorar con rutinas transparentes, en las que la intermediación del
funcionario se reduzca a lo máximo posible.
d) Inversión y desarrollo
Las aduanas tienen que disponer de un presupuesto realista que les permita contar
con los elementos que ofrece la tecnología para desplegar su actividad en menor tiempo y
costo operativo y que le dé certeza a su labor.
Sin inversión y sin desarrollo de programas de optimización para disponer de
mejores herramientas poco eficaces, ha de resultar la labor encomendada a la aduana.
De manera que debe proponer objetivos de combate a la informalidad aduanera
para detectar los nichos de corrupción y contrabando, de disponer de la información que
sea el fruto del desarrollo de rutinas de investigación derivadas de los mecanismos de
inteligencia artificial y con los cuales resulta imprescindible contar en la actualidad.
La digitalización y transformación del comercio internacional conducen a que las
aduanas tengan que ser virtuales donde la presencia física de la mercadería deja de ser
esencial y, si tiene relevancia la documentación electrónica, la clave para las aduanas
constituirá cómo se recolecta, almacena, se cruza e interpreta dicha información, lo
que conduce a un nuevo paradigma de gestión y labor aduanera, en el que el operador
económico autorizado y la vigilancia técnica anticipada se presentan como nuevas metas
a desarrollar.(38)
e) Gestión de riesgo
Hoy, y como complemento del punto anterior, los servicios aduaneros deben
contar con una política de gestión de riesgo adecuado a su jurisdicción, que se nutra del
intercambio de información merced al sistema de cooperación aduanera, que permita
trazar un programa en el que cuente con un régimen de confianza de los operadores y de
esta manera no controlar al que sé de antemano que actúa correctamente.
La gestión de riesgo debe sustentarse en criterios realistas sobre la base del riesgo
que representan ciertos operadores, tipo de mercadería, región de control, pero en modo
alguno se debe implementar como un régimen de disciplinamiento interno para ciertos
operadores que no conformen un determinado grupo de poder o que no está conforme a
determinada política de comercio exterior.
La gestión de riesgo inteligente es aquella que permita ser eficaz en la función de
control y obtiene resultados y no se estructura en un control total de operaciones que
estadísticamente se sabe de antemano que no van a generar dificultad de control o que
van a dar resultados negativos.
(38) Cfr. Canon, Enrique: “El futuro de las aduanas” - Guía Práctica de Comercio Exterior y Anticipos
del Nomenclador Arancelario Aduanero - Nº 378 - 28/3/2019 - pág. 3
310
VI - CONCLUSIONES
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315
La ley declara “de interés nacional la promoción y desarrollo de las zonas francas,
con los objetivos de promover las inversiones, diversificar la matriz productiva, generar
empleo, incrementar las capacidades de la mano de obra nacional, aumentar el valor
agregado nacional, impulsar las actividades de alto contenido tecnológico e innovación,
promover la descentralización de las actividades económicas y el desarrollo regional, y en
términos generales, favorecer la inserción del país en la dinámica del comercio internacional
de bienes y servicios, y los flujos internacionales de inversiones”.(1)
Conforme lo dispone el artículo 1 bis, “las zonas francas son áreas del territorio
nacional de propiedad pública o privada, delimitadas y cercadas perimetralmente de modo
de garantizar su aislamiento del resto del territorio nacional(2), las que serán determinadas
por el Poder Ejecutivo”.
En tal sentido, las zonas francas tienen por objeto la realización en las mismas de
actividades industriales, comerciales o de servicios, con los beneficios y en los términos
previstos en la LZF.
Asimismo, y sin perjuicio de lo dispuesto en la ley y su reglamentación, la instalación
y realización de actividades en las zonas francas estarán sujetas al régimen general y
particular que las leyes nacionales y sus reglamentos establezcan para dichas actividades.
Ahora bien, los principales cambios que supuso la ley 19566 se pueden agrupar
en siete aspectos centrales:
1. La conceptualización de las zonas francas.
2. Exigencias para operar en zona franca.
3. Cambios en relación con las actividades que pueden realizar los usuarios en las zonas
francas.
4. Modificaciones tributarias.
5. Diversos aspectos modificados.
6. Los aspectos aduaneros vinculados a las facultades de control y fiscalización de la
Dirección Nacional de Aduanas.
7. El nuevo régimen de origen previsto a nivel del Mercosur para las zonas francas.
Seguidamente procederemos a analizar uno a uno los tópicos relevados. Veamos.
1. Conceptualización de las zonas francas. Los sujetos que operan en las zonas francas
Luego de que el artículo 1 de la ley 19566 (se hará mención a dicha ley en cuanto
sustituye, completa o modifica parcialmente la L. 15921, designándola como LZF) declara
“de interés nacional la promoción y desarrollo de las zonas francas”, el artículo 1 BIS de la
LZF establece que “las zonas francas son áreas del territorio nacional de propiedad pública
o privada, delimitadas y cercadas perimetralmente de modo de garantizar su aislamiento
del resto del territorio nacional, las que serán determinadas por el Poder Ejecutivo”, y
luego continúa diciendo que “las zonas francas tienen por objeto la realización en las
mismas de actividades industriales, comerciales o de servicios, con los beneficios y en los
términos previstos en la presente ley”, para afirmar luego: “Sin perjuicio de lo dispuesto en
la presente ley y sus reglamentos, la instalación y realización de actividades en las zonas
francas estarán sujetas al régimen general y particular que las leyes nacionales y sus
reglamentos establezcan para dichas actividades”.
316
Por su parte, la LZF en su artículo 2 recuerda que “las zonas francas son áreas
del territorio nacional de propiedad pública o privada, cercadas y asiladas eficientemente,
las que serán determinadas por el Poder Ejecutivo, previo asesoramiento de la Comisión
Honoraria Asesora de Zonas Francas, con el fin de que se desarrollen en ellas con las
exenciones tributarias y demás beneficios que se detallan en la presente ley, toda clase de
actividades industriales, comerciales o de servicios”.
Finalmente, el CAROU, en el Título X (“Áreas con Tratamientos Aduaneros
Especiales”) se refiere a las zonas francas en su artículo 160 y afirma que las mismas
son consideradas -desde el punto de vista aduanero- como “una parte del territorio de la
República Oriental del Uruguay en la cual las mercaderías introducidas serán consideradas
como si no estuvieran dentro del territorio aduanero, en lo que respecta a los tributos que
gravan la importación, sin perjuicio de las exenciones y beneficios establecidos en la
legislación respectivo”.
De igual modo, y luego de estatuir -en el art. 11, D. 97/2015 del 20/3/2015
(reglamentario del CAROU)- que “las zonas francas, áreas con tratamiento aduanero
especial, se consideran zona aduanera primaria, mientras que la zona exterior contigua
al perímetro de las mismas será considerada zona de vigilancia aduanera especial
en la extensión que determine el Poder Ejecutivo a propuesta fundada de la ‘Dirección
Nacional de Aduanas’, razón por la cual -como reza el artículo 1 del decreto invocado- la
Dirección Nacional de Aduanas tendrá a su cargo el control y fiscalización sobre la entrada,
permanencia y salida de mercaderías y personas en las zonas francas en el ámbito de sus
competencias, y sin perjuicio de las competencias propias del Área Zonas Francas de la
Dirección de Comercio en relación con la administración, supervisión, control y promoción
de las zonas francas”.
En síntesis, en cuanto al “control aduanero” -y sin perjuicio de lo que ulteriormente
se analizará con mayor detalle- cabe consignar que la Dirección Nacional de Aduanas posee
actualmente las más amplias facultades de control y fiscalización sobre el movimiento de
mercaderías por las zonas francas, en virtud de que las mismas son consideradas como
“zona primaria aduanera”; pero sin embargo, ello no alteró en lo más mínimo el estatus de
“extraterritorialidad tributaria” del que gozaban y gozan actualmente las zonas francas.
En lo que refiere a los sujetos que operan en las zonas francas, la nueva regulación
introduce una serie de cambios, entre ellos, algunos terminológicos.
Así, de ahora en más corresponde hablar de:
1. El explotador/desarrollador: es toda persona física o jurídica, pública o privada
(debidamente autorizada) que provea la infraestructura necesaria y suficiente para la
instalación y funcionamiento de una zona franca. No recibe los beneficios tributarios
y fiscales de la LZF. A partir de la modificación de la LZF, el término “explotadores” fue
cambiado por “desarrolladores”.
2. Usuario: es toda persona física o jurídica, que adquiera el derecho a desarrollar en
las zonas francas cualquiera de las actividades permitidas. Los usuarios pueden ser
directos e indirectos. El usuario directo: es aquel que adquiere su derecho a operar en
zona franca mediante contrato celebrado con el explotador. Usuario indirecto: es aquel
que adquiere su derecho a operar contratando con el usuario directo. Los usuarios
(directos e indirectos) son los sujetos que reciben todos los beneficios tributarios
y fiscales establecidos por la LZF.
317
2. Modificaciones a las exigencias para poder operar en la zona franca. Usuarios directos e
indirectos
318
319
d) Autorización de prórrogas
Como fue referido, en ningún caso se aceptarán cláusulas contractuales que
prevean prórrogas automáticas, por lo tanto, para obtener una prórroga se requiere
presentar una solicitud de prórroga ante el Área Zonas Francas de la Dirección General
de Comercio.(13)
Por otra parte, las solicitudes de autorización de prórrogas de contratos de
usuarios deberán ser acompañadas por el Plan de Negocios, y un informe de grado de
cumplimiento de la actividad de la empresa, que deberá contener información en relación
con el cumplimiento de los objetivos establecidos por la ley.
La misma debe ser presentada con una antelación no menor a los 120 días respecto
del vencimiento del plazo de la autorización del contrato original o su prórroga.
Sin perjuicio de lo anterior, la presentación referida se realizará una vez que haya
transcurrido al menos el 85% del plazo de la autorización del contrato original o su
prórroga, siempre que la duración de la autorización lo permita.
En caso de no existir pronunciamiento respecto de la solicitud de prórroga antes de
transcurridos los 120 días desde su presentación, y siempre que se hubiera presentado
en tiempo y forma toda la información que el Área Zonas Francas de la Dirección General
de Comercio considere necesaria para la evaluación, se entenderá que ha recaído una
autorización ficta de la prórroga.
320
g) Revocación de la autorización
El Área Zona Franca tiene la potestad de revocar los contratos que no cumplan
con los requisitos establecidos y los compromisos asumidos en el proyecto de inversión.
El inciso 4) del artículo 15 de la ley 15921, en la redacción dada por la ley 19566,
dispone que cuando no se cumpla con las condiciones a que refiere el artículo 16, el
Estado a través del Área Zonas Francas de la Dirección General de Comercio por sí, o a
solicitud del explotador de la zona franca correspondiente o de usuario directo en su caso,
podrá revocar la autorización del contrato, el que quedará rescindido de pleno derecho.
Asimismo, al adoptar resolución, el Estado tendrá en cuenta la información sobre el
usuario, el proyecto de inversión y el plan de negocios evaluado al otorgar la autorización
del contrato. La revocación de la autorización deberá adoptarse por resolución fundada,
previa vista al interesado.(16)
321
3. Cambios en la actividad que pueden realizar los usuarios en las zonas francas
El artículo 2 de la ley 15921 determina que “las zonas francas son áreas del
territorio nacional de propiedad pública o privada, cercadas y aisladas eficientemente,
las que serán determinadas por el Poder Ejecutivo previo asesoramiento de la Comisión
Honoraria Asesora de Zonas Francas, con el fin de que se desarrollen en ellas con las
exenciones tributarias y demás beneficios que se detallan en la presente ley, toda clase
de actividades industriales, comerciales o de servicios”.
Previo a la vigencia de la ley 19566, los usuarios de zona franca podían prestar
actividad dentro de la misma, como desde ella a terceros países. Excepcionalmente,
ciertos servicios podrían ser dados a “territorio nacional no franco”.(17)
322
323
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325
IRAE, exclusivamente, por el monto correspondiente a la relación que guarden los gastos
o costos directos incurridos para desarrollar dichos activos, incrementados en un 30%,
sobre los gastos o costos totales incurridos para desarrollarlos.(35)
Para acceder a la referida exoneración los usuarios deberán cumplir los siguientes
requisitos: a) comunicar la realización de estas actividades en el proyecto de inversión; b)
presentar a la DGI una declaración jurada; c) dejar constancia de la documentación que
respalde estas operaciones del porcentaje de exoneración y d) identificar y conservar los
registros de gastos y costos incurridos para el desarrollo de cada activo.
Por último, cabe consignar al respecto que la “responsabilidad solidaria del usuario
de zona franca”, se extiende al régimen de exoneraciones vigentes respecto del IRAE, que
beneficia a todas aquellas entidades que obtengan rentas provenientes de actividades
con mercaderías de origen extranjero manifestadas en tránsito o depositadas en dichos
exclaves, cuando tales mercaderías no tengan origen en territorio aduanero nacional, ni
estén destinadas al mismo.
La misma franquicia multicitada se aplica a las mercaderías que tengan por destino
el territorio aduanero nacional, siempre que no superen en el ejercicio el 5% del monto
total de las enajenaciones de mercaderías en tránsito o depositadas en exclaves, que se
realicen en dicho período. En el caso antedicho, rigen en toda su plenitud las normas de
“precios de transferencia”, de modo tal que, si de su aplicación surgiese la necesidad de
efectuar ajustes en la liquidación del IRAE del importador respectivo, el usuario proveedor
resultaría solidariamente responsable de la deuda tributaria así generada siempre que
exista y se verifique una “vinculación efectiva” con aquel.
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Sin perjuicio de lo dispuesto por el numeral VI) del artículo 2 de la ley 17835,
del 23/9/2004, en la redacción dada por el artículo 1 de la ley 18494, del 5/6/2009,
la concesión de autorización a particulares para el desarrollo de zonas francas, así
como la aprobación de contratos de usuarios directos o indirectos y sus eventuales
prórrogas estarán supeditadas a la plena observancia de la normativa vigente en materia
de prevención de lavado de activos y financiamiento del terrorismo, a cuyos efectos los
organismos competentes adoptarán las medidas que estimen pertinentes.(41)
6. Las nuevas facultades de control de la Dirección Nacional de Aduanas con respecto a las
zonas francas
Pues bien, las zonas francas -que a su vez, son consideradas por el CAROU como
“Áreas con Tratamientos Aduaneros Especiales”(43)- son contempladas luego, a través de la
reglamentación respectiva(44), como “zona primaria aduanera”(45), debiendo -la Dirección
Nacional de Aduanas- ejercer el debido control sobre dichas áreas.(46)
Teniendo claro que -a la luz de la nueva normativa vigente (CAROU), y de las
disposiciones de carácter internacional que recogen las “mejores prácticas aduaneras”(47)-
el “control aduanero” se identifica con “el conjunto de medidas aplicadas por la Dirección
Nacional de Aduanas, en el ejercicio de su potestad, para asegurar el cumplimiento de
la normativa aplicable”(48), y de manera complementaria, la “fiscalización aduanera”,
con “el procedimiento por el cual se inspeccionan los medios de transporte, locales,
establecimientos, mercaderías, documentos, sistemas de información y personas, sujetos
a control aduanero”(49), cabe hacer las siguientes distinciones conceptuales que a
continuación se expresan.
En tal sentido, como hemos sostenido al respecto anteriormente(50)(51), corresponde
diferenciar tres grandes “núcleos normativos” instituidos por la “legislación
aduanera” nacional(52) a los cuales referirse cuando se trata de efectivizar el “control
329
7. El régimen de origen respecto de la mercadería que circula por las zonas francas.
El mantenimiento de la preferencia arancelaria otorgada
En este sentido, cabe mencionar una nueva disposición de carácter comunitario a
nivel del Mercosur, que tiene incidencia sobre todo el Régimen de Zonas Francas, y por
supuesto -en lo que al presente trabajo importa- respecto de las zonas francas uruguayas.
En lo que al ingreso, egreso y tránsito de mercaderías a, desde y con destino a
las zonas francas del Mercosur, en general, refiere, y a las zonas francas uruguayas, en
especial, así como el eventual mantenimiento de la preferencia arancelaria otorgada por
el certificado de origen respectivo en caso de que el mismo existiere, la histórica Decisión
8/1994 del Consejo del Mercado Común del Mercosur ha sufrido una modificación
sustancial a partir del presente año.
Así, el Mercosur, mediante la Decisión 33/2015 del Consejo del Mercado
Común del Mercosur, decidió incorporar a la ya vigente Decisión 8/1994 (disposición
que establecía que el ingreso de cualquier mercadería a las zonas francas de los países
del Mercosur, salvo las de Manaos y Tierra del Fuego, provocaba para dichas mercancías
la pérdida automática de la preferencia arancelaria otorgada por el certificado de origen
correspondiente), un párrafo, por el cual se dispone que toda mercadería que tenga
origen de un Estado parte del Mercosur -o de un tercer país con las mismas reglas de
origen (verbigracia: el “Acuerdo UE-Mercosur”)- no perderá su carácter de originaria
cuando transite por un área aduanera especial, por una zona de procesamiento de
exportaciones o por una zona franca, siempre que dichas áreas se encuentren bajo
control aduanero.(57)
Asimismo, para poder gozar de los beneficios de las mercaderías “originarias”, y
por consiguiente mantener el beneficio o preferencia que atribuye la certificación del
origen del producto correspondiente, no deberá alterarse su clasificación arancelaria
ni el carácter originario verificado en el Certificado con el que estas ingresan a
dichas zonas.
Por último, cabe recordar, que para no perder el origen, solo podrán llevarse a cabo
respecto de las mercaderías que ingresen al amparo del certificado correspondiente -en
las zonas francas respectivas- operaciones destinadas a asegurar su comercialización,
conservación, fraccionamiento en lotes o volúmenes u otras con similar finalidad,
por lo cual, no se podrán realizar operaciones industriales o semiindustriales en estos
ámbitos de extraterritorialidad aduanera.
330
En síntesis, de acuerdo con la novel Decisión 33/2015 del Consejo del Mercado
Común del Mercosur, de reciente vigencia a nivel del bloque regional, siempre que se
cumplan con los requisitos establecidos en la normativa comunitaria, se podrá mantener
la preferencia arancelaria invocada como consecuencia del “origen” respectivo.
Estos requisitos son, a saber:
a) Que la mercadería pueda considerarse “originaria” de alguno de los dos bloques (por
ejemplo, UE o Mercosur, en el marco del referido “Acuerdo”), por haber cumplido los
requisitos oportunamente establecidos en el “Reglamento de Origen” que corresponderá
dictar a dichos efectos.
b) Que la cualidad de “originaria” se pruebe con el Certificado de Origen respectivo
(incluso, mediante la emisión de “Certificados de Origen Derivados”, práctica que está
habilitada).
c) Que el Certificado de Origen sea válido, esto es, que haya sido invocado dentro del
plazo específicamente previsto en el “Acuerdo” respectivo (así, el término es de 180
días en el Mercosur, de 24 meses en el “Acuerdo Uruguay-México”, o de 12 meses en
el marco del “Acuerdo UE-Mercosur) para su vigencia temporal.
d) Que las zonas francas destinatarias de la mercadería se encuentren sometidas a un
debido “control aduanero”.
e) Que con respecto a la mercadería que ingrese en dichas zonas francas, al amparo
de un Certificado de Origen, solo se realicen operaciones destinadas a asegurar su
comercialización, conservación, fraccionamiento en lotes o volúmenes, u otras con
similar finalidad.
NOTAS
(*) Doctor en Derecho y Relaciones Internacionales (Universidad del País Vasco). Máster en Derecho y Técnica Tributaria
(Universidad de Montevideo). Doctor en Derecho y Ciencias Sociales (Universidad de la República). Profesor titular
de Derecho del Comercio Internacional y de Tributación al Comercio Exterior (en la Universidad de Montevideo y
Universidad Católica del Uruguay). Abogado asociado a DELOITTE SC. Socio del estudio Delucchi-Labandera &
Asociados
(1) En la redacción original, el art. 1, L. 15921 decía: “Declárase de interés nacional la promoción y desarrollo de las
zonas francas, con los objetivos de promover inversiones, expandir las exportaciones, incrementar la utilización de
mano de obra nacional e incentivar la integración económica internacional”
(2) El inc. 2), art. 1 ter, dispone: “A los solos efectos de lo dispuesto en la presente ley, se entiende por resto del
territorio nacional, el territorio nacional excluidas todas aquellas áreas determinadas como zonas francas”
(3) Establece el inc. 1), art. 14, L. 15921 que: “Son usuarios de zonas francas todas las personas físicas o jurídicas
que adquieran derecho a realizar en ellas cualquiera de las actividades a que se refieren los Capítulos 1 y VIII de la
presente ley”
(4) El art. 15, inc. 1), de la ley determina: “Es usuario directo aquel que adquiere su derecho a operar en zona franca
mediante contrato celebrado con quien explota la misma, sea el Estado o particular debidamente autorizado. En
toda circunstancia a estos efectos el Estado podrá contratar directamente a través de la Dirección de Zonas Francas
y el usuario prestar garantía”
(5) El art. 15, inc. 2), de la ley afirma: “Es usuario indirecto aquel que adquiere su derechos a operar en zona franca
mediante contrato celebrado con el usuario directo utilizando o aprovechando sus instalaciones”
(6) Art. 14, inc. 2), L. 15921
(7) Art. 1 bis, inc. 4), L. 15921
(8) Ver al respecto el arts. 44 y 45, D. 309/018
(9) Art. 1 bis, inc. 5), L. 15921
331
332
(v) El Impuesto Específico Interno (IMESI) grava la primera enajenación realizada por los productores o importadores
de ciertos productos en el mercado local. Las exportaciones no están gravadas y la tasa varía según el artículo de
que se trate.
(vi) El Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es un impuesto personal y directo que grava las rentas
obtenidas por las personas físicas residentes. El impuesto se aplica bajo un sistema dual que distingue las rentas
derivadas del factor productivo capital, gravadas a tasas proporcionales que van del 3% al 12%, y las derivadas del
factor productivo trabajo, gravadas a tasas progresivas que van del 0% al 25%.
(vii) El Impuesto a la Renta de los No Residentes (IRNR) es un impuesto anual que grava a la tasa general del 12%
las rentas de fuente uruguaya obtenidas por personas físicas y jurídicas no residentes. Grava rentas derivadas
de actividades empresariales, rendimientos de trabajo, rendimientos del capital y rentas por incrementos
patrimoniales. En términos generales, el tributo se aplica por vía de retención a través de las empresas locales que
paguen o acrediten rentas gravadas al exterior. Ambos impuestos creados por la L. 18083 del 27/12/2006 gravan, a
la tasa del 7%, los dividendos y utilidades pagados o acreditados por los contribuyentes del IRAE, en tanto dichos
dividendos o utilidades se hayan originado en rentas gravadas por el citado tributo
(30) Díaz, S. y Meerovich, V.: “Régimen Tributario de las Zonas Francas en el Uruguay” - Instituto Uruguayo de Estudios
Tributarios - Montevideo - 2011 - Revista Tributaria - T. XXXVIII - Nº 224 - setiembre-octubre/2011 - págs. 783/805
(31) Labandera, Pablo: “Código Aduanero de la República Oriental del Uruguay. Anotado y concordado” - LL Uruguay
- Montevideo - 2017 - págs. 48/102
(32) Díaz, S. y Meerovich, V.: “Régimen Tributario de las Zonas Francas en el Uruguay” - Instituto Uruguayo de Estudios
Tributarios - Montevideo - 2011 - Revista Tributaria - T. XXXVIII - Nº 224 - setiembre-octubre/2011 - págs. 783/805
(33) Literal L), art. 15, Tít. 8, t.o. 1996
(34) Art. 43, L. 17243 - 29/6/2000
(35) Art. 20, inc. 2), L. 15921 en la redacción dada por la LZF, y art. 54, D. 309/018
(36) El art. 25, L. 19566 agrega el art. 46 quater al Tít. 4 del t.o. 1996, sobre precios de transferencia
(37) En estos casos, igualmente, el Poder Ejecutivo podrá requerir a los usuarios la implementación de planes de
capacitación de trabajadores con el objeto de alcanzar el porcentaje mínimo respectivo
(38) El art. 45, D. 309/018 contempla el procedimiento de solicitud de autorización
(39) Art. 50, L. 15921
(40) Art. 53, L. 15921
(41) Art. 26, L. 19566
(42) Art. 160 (definición) - “1. Zona franca es una parte del territorio de la República Oriental del Uruguay en la
cual las mercaderías introducidas serán consideradas como si no estuvieran dentro del territorio aduanero, en lo
que respecta a los tributos que gravan la importación, sin perjuicio de las exenciones y beneficios establecidos en la
legislación respectiva. 2. En la zona franca, la entrada y la salida de las mercaderías no estarán sujetas a la aplicación
de prohibiciones o restricciones de carácter económico. 3. En la zona franca serán aplicables las prohibiciones o
restricciones de carácter no económico, de conformidad con lo establecido por la legislación aduanera. 4. Las zonas
francas deberán ser determinadas por el Poder Ejecutivo y estar delimitadas y cercadas perimetralmente de modo de
garantizar su aislamiento del resto del territorio aduanero. 5. La entrada y la salida de mercaderías de la zona franca
serán regidas por la legislación que regula la importación y la exportación, respectivamente.
Art. 161 (plazo y actividades permitidas) - “1. La mercadería introducida en la zona franca puede permanecer en
ella por tiempo indeterminado en las condiciones establecidas en la legislación. 2. En la zona franca podrán realizarse
actividades de almacenamiento, comerciales, industriales, de prestación de servicios y otras determinadas en la
legislación”.
Art. 162 (control) - “1. La Dirección Nacional de Aduanas podrá efectuar controles selectivos sobre la entrada,
permanencia y salida de mercaderías y personas. 2. La Dirección Nacional de Aduanas podrá contar con instalaciones
dentro de la zona franca para el ejercicio de las funciones de control que le competen. 3. La zona exterior contigua al
perímetro de la zona franca hasta la extensión que sea establecida por las normas reglamentarias será considerada
zona de vigilancia aduanera especial”.
Art. 163 (exportación de mercadería del territorio aduanero a la zona franca) - “1. La salida de mercadería del
resto del territorio aduanero con destino a una zona franca será considerada exportación y estará sujeta a las normas
que regulan el régimen de exportación solicitado. 2. Cuando la exportación a que se refiere el numeral 1 gozare de
algún beneficio, este se hará efectivo una vez acreditada la salida de la mercadería con destino a otro país”.
333
Art. 164 (importación de mercadería al territorio aduanero procedente de la zona franca) - “La entrada de
mercadería al resto del territorio aduanero procedente de una zona franca será considerada importación y estará
sujeta a las normas que regulan el régimen de importación solicitado”
(43) Así, reza el art. 11, D. 98/2015 del 20/3/2015 lo siguiente: Art. 11 - “(Zonas aduaneras). Las zonas francas, áreas
con tratamiento aduanero especial, se consideran zona aduanera primaria, mientras que la zona exterior contigua
al perímetro de las mismas será considerada zona de vigilancia aduanera especial en la extensión que determine el
Poder Ejecutivo a propuesta fundada de la Dirección Nacional de Aduanas, el Poder Ejecutivo podrá delegar en el
Ministerio de Economía y Finanzas la atribución precedente”
(44) Art. 3 (zona primaria aduanera) - “1. Zona primaria aduanera es el área terrestre o acuática, continua o discontinua,
ocupada por los puertos, aeropuertos, puntos de fronteras, sus áreas adyacentes y otras áreas del territorio aduanero,
delimitadas por la ley o por el Poder Ejecutivo y habilitadas por la Dirección Nacional de Aduanas, donde se efectúa
el control de la entrada, salida, permanencia, almacenamiento y circulación de mercaderías, medios de transporte y
personas”
(45) Así, recuerda el art. 1, D. 97/2015 que: Art. 1 - “(Control aduanero). La Dirección Nacional de Aduanas tendrá
a su cargo el control y fiscalización sobre la entrada, permanencia y salida de mercaderías y personas en las zonas
francas en el ámbito de sus competencias, y sin perjuicio de las competencias propias del Área Zonas Francas de
la Dirección General de Comercio en relación con la administración, supervisión, control y promoción de las zonas
francas. A los efectos del referido control aduanero, la Dirección Nacional de Aduanas establecerá los procedimientos
correspondientes, utilizando mecanismos de selectividad basados en análisis de riesgo y empleando preferentemente
mensajes simplificados, sistemas informáticos y medios de trasmisión electrónica de datos”
(46) En tal sentido, cabe recordar que el Consejo de Cooperación Aduanera define como “control de aduana” el
“conjunto de medidas adoptadas para asegurar el cumplimiento de las leyes y reglamentos que la aduana debe
aplicar”
(47) Art. 2, CAROU
(48) Art. 2, CAROU
(49) Labandera, Pablo: “Código Aduanero de la República Oriental del Uruguay. Anotado y concordado” - LL Uruguay
- Montevideo - 2017 - págs. 131/86
(50) Labandera, Pablo: “Los puertos y aeropuertos libres a la luz del nuevo Código Aduanero Uruguayo (CAROU).
Algunos problemas jurídicos que se presentan” - LL Uruguay - Revista de Derecho Marítimo y Portuario - Nº 1 - 2017
- Montevideo - 2017 - págs. 13/62
(51) A tales efectos, cabe recordar que el premencionado art. 2 del CAROU contempla como “legislación aduanera”
a “las disposiciones legales, sus normas reglamentarias y complementarias, así como las resoluciones de carácter
general dictadas por la Dirección Nacional de Aduanas en ejercicio de sus competencias legales, relativas a la
importación y exportación de mercadería, los destinos y las operaciones aduaneras”
(52) En tal sentido, cabe recordar que el Consejo de Cooperación Aduanera define como “control de aduana” el
“conjunto de medidas adoptadas para asegurar el cumplimiento de las leyes y reglamentos que la aduana debe
aplicar”
(53) Art. 6 (competencias generales) - “1. La Dirección Nacional de Aduanas es el órgano administrativo nacional
competente para aplicar la legislación aduanera. 2. A la Dirección Nacional de Aduanas compete:
A) Organizar, dirigir y controlar los servicios aduaneros del país.
B) Ejercer el control y la fiscalización sobre la importación y la exportación de mercaderías, los destinos y las
operaciones aduaneros.
C) Dictar normas o resoluciones para la aplicación de la legislación aduanera y establecer los procedimientos que
correspondan, dentro de su competencia.
D) Aplicar las normas emanadas de los órganos competentes, en materia de prohibiciones o restricciones a la
importación y exportación de mercaderías.
E) Liquidar, percibir y fiscalizar los tributos aduaneros y otros gravámenes no regidos por la legislación aduanera
que se le encomendaren.
F) Efectuar la clasificación arancelaria de la mercadería, su valoración y verificación.
G) Emitir criterios obligatorios de clasificación para la aplicación de la nomenclatura arancelaria.
H) Autorizar, una vez cumplidos todos los requisitos exigidos por las normas vigentes, el libramiento de las
mercaderías.
I) Autorizar la devolución o restitución de tributos aduaneros, en los casos que correspondan.
334
J) Habilitar áreas para realizar operaciones aduaneras, fijando los días y horas de atención al público, teniendo en
cuenta especialmente las necesidades del comercio.
K) Determinar las rutas de entrada, salida y movilización de las mercaderías y medios de transporte, las obligaciones
a cumplir en el tránsito por ellas y las oficinas competentes para intervenir en las fiscalizaciones y despachos.
L) Autorizar, registrar y controlar el ejercicio de la actividad de las personas habilitadas para intervenir en destinos
y operaciones aduaneros, cuando corresponda.
M) Ejercer la vigilancia aduanera, prevención y represión de los ilícitos aduaneros.
N) Recabar de cualquier organismo público o persona privada las informaciones necesarias a los efectos del
cumplimiento de sus cometidos dentro del ámbito de su competencia.
Ñ) Participar en todas las instancias negociadoras internacionales referidas a la actividad aduanera.
O) Participar en la elaboración y modificación de las normas destinadas a regular el comercio exterior que tengan
relación con la fiscalización y el control aduaneros.
P) Proveer los datos para la elaboración de las estadísticas del comercio exterior y confeccionar, mantener y difundir
dichas estadísticas.
Q) Efectuar el reconocimiento analítico de las mercaderías y la determinación de su naturaleza.
3. Las competencias referidas en el numeral anterior se ejercerán sin perjuicio de otras establecidas en este Código
y en la legislación aplicable.
4. La Dirección Nacional de Aduanas promoverá la facilitación y seguridad en el comercio, desarrollando su gestión
dentro de los principios de integridad, legalidad, eficiencia, eficacia, profesionalismo y transparencia, y contribuyendo
por esta vía a la competitividad de la producción de bienes y servicios”.
Art. 7 (secreto de las actuaciones) - “1. La Dirección Nacional de Aduanas y los funcionarios que de ella dependen,
están obligados a guardar secreto de las informaciones que resulten de sus actuaciones administrativas o judiciales.
2. Las informaciones referidas en el numeral anterior solo podrán ser proporcionadas a la Administración Tributaria
y a los Tribunales de Justicia en materia penal, de menores o aduanera, cuando esos órganos entendieran que
fuera imprescindible para el cumplimiento de sus funciones y lo solicitaren por resolución fundada, así como a los
órganos del Poder Ejecutivo con competencias en relación con el comercio exterior de mercaderías y siempre que
fundaren que la información solicitada fuera necesaria para el ejercicio de dichas competencias. 3. Los numerales
precedentes no son de aplicación respecto de la información proporcionada a los efectos estadísticos siempre que
no se identifique o se pueda identificar a los sujetos involucrados en una operación aduanera determinada. 4. La
violación a lo previsto en el presente artículo apareja responsabilidad y será causa de destitución para el funcionario
infidente”.
Art. 8 (competencias en zona primaria aduanera) - “En la zona primaria aduanera, la Dirección Nacional de Aduanas
podrá, en el ejercicio de sus atribuciones, sin necesidad de autorización judicial o de cualquier otra naturaleza:
A) Fiscalizar mercaderías, medios de transporte, unidades de carga y personas y, en caso de flagrante delito
cometido por estas, proceder a su detención, poniéndolas inmediatamente a disposición de la autoridad judicial
competente.
B) Retener y aprehender mercaderías, medios de transporte, unidades de carga y documentos de carácter comercial
o de cualquier naturaleza, vinculados al tráfico internacional de mercaderías, cuando corresponda, dando cuenta
inmediatamente a la autoridad judicial competente.
C) Inspeccionar depósitos, oficinas, establecimientos comerciales e industriales y otros locales allí situados”.
Art. 9 (competencias en zona secundaria aduanera) - “En la zona secundaria aduanera, la Dirección Nacional
de Aduanas podrá ejercer las atribuciones previstas en la zona primaria aduanera, debiendo solicitar, cuando
corresponda, conforme a lo dispuesto en la legislación, la previa autorización judicial”.
Art. 10 (competencias en zona de vigilancia aduanera especial) - “En la zona de vigilancia aduanera especial, la
Dirección Nacional de Aduanas, además de las atribuciones otorgadas en la zona secundaria aduanera, y sin perjuicio
de las competencias de otros organismos, podrá:
A) Adoptar medidas específicas de vigilancia con relación a los locales y establecimientos allí situados cuando la
naturaleza, valor o cantidad de la mercadería lo hicieran aconsejable.
B) Controlar la circulación de mercaderías, medios de transporte, unidades de carga y personas, así como
determinar las rutas de ingreso y salida de la zona primaria aduanera y las horas hábiles para transitar por ellas.
C) Someter la circulación de determinadas mercaderías a regímenes especiales de control.
D) Establecer áreas dentro de las cuales la permanencia y circulación de mercaderías, medios de transporte y
unidades de carga, queden sujetas a autorización previa”.
335
336
EL IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA
EN LA ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA
DESAFÍOS ANTE EL CAMBIO TECNOLÓGICO Y LA NECESIDAD
DE UNA REDUCCIÓN DE LA PRESIÓN TRIBUTARIA
I - INTRODUCCIÓN
339
consenso fiscal celebrado en Argentina en 2017 entre el Poder Ejecutivo Nacional y los
gobernadores provinciales. Este consenso definió, entre otras cuestiones, una reducción
gradual tendiente a desgravar en el impuesto sobre los ingresos brutos (IIBB) en las
provincias a la industria, el transporte, los servicios como la electricidad, el gas y agua y
la agricultura, como así también la eliminación gradual del impuesto de sellos. El objetivo
fundamental es la eliminación del efecto cascada o acumulación que se observa en el IIBB
y eliminar también costos adicionales a la generación de actividad económica como la que
representa el impuesto de sellos.
Desde el punto de vista de recursos tributarios propios a nivel subnacional,
las provincias argentinas encuentran en el IIBB su mayor fuente de financiamiento,
representando en muchos casos más del 70% de los recursos propios, dejando en un
segundo plano muy rezagado a los impuestos patrimoniales como los prediales o a los
automotores.
En este contexto, la mayor fuente de financiamiento de las provincias queda asociada
a la actividad comercial, la actividad financiera, bancaria y de seguros, y finalmente a la
de servicios profesionales y de cuentapropistas. Exceptuando a los bancos y compañías
de seguros (que suelen contar con un amplio marco regulatorio y de control por parte de
diversos organismos de gobierno), el Fisco encuentra un serio inconveniente a la hora de
poder controlar al sector comercial que, salvo las grandes cadenas de retail, se caracteriza
por una gran atomización, creciente tendencia a la venta online y amplia incorporación de
medios de pago electrónicos, uso de criptomonedas o billeteras virtuales, de muy difícil
trazabilidad en lo relativo al origen de los fondos y de la autoría de la operación.
A su vez, es ya conocida la extendida y razonable crítica desde el sector privado
respecto de la presión fiscal que ha alcanzado niveles que hacen inviables en la actualidad
muchas iniciativas privadas. Esta carga impositiva se ha ubicado en el último tiempo en
casi un 40% en nuestro país, muy por encima del promedio de América Latina y el Caribe.
Es aquí donde convergen tres variables que ya no pueden convivir de forma
sostenible en la misma ecuación: (i) una excesiva presión fiscal; (ii) altos niveles de evasión
(tanto para el IVA argentino como para el IIBB no es excesivo pensar en un 35%); y (iii) el
aumento de capacidad de procesamiento y abaratamiento de costos de la infraestructura
tecnológica.
Así como el sector privado ha invertido e incorporado tecnología para aumentar el
potencial de sus negocios, el Fisco posee también las herramientas (tanto desde el punto
de vista normativo como tecnológico) para una lucha más inteligente y activa contra la
evasión que permitan consecuentemente una reducción de alícuotas y baja de la presión
fiscal.
Es aquí donde surge la necesidad impostergable del desarrollo y la implementación
de ecosistemas de Big Data & Analytics dentro de la gestión tributaria que permita no
solo luchar más eficientemente contra el aumento de la economía sumergida sino que
también sea utilizado y sirva a propósitos de generación e implementación de una más
justa y progresiva política tributaria, favoreciendo el desarrollo económico y la generación
de empleo.
Este es el desafío que ya no forma parte del futuro sino de un compromiso actual
impostergable.
340
Argentina debe iniciar sin mayor dilación una reforma fiscal integral en los tres
niveles de gobierno que dé solución a las múltiples distorsiones que genera la enorme
diversidad de impuestos y tasas vigentes que, en muchas oportunidades, se solapan
entre sí y gravan hechos imponibles iguales. Esta situación genera múltiples obstáculos
e inconvenientes en cuanto a la posibilidad de aumentar el cumplimiento voluntario de
los contribuyentes, además de una carga tributaria excesiva.
Un primer paso en línea con este objetivo ha sido el consenso fiscal suscripto
entre la Nación y las provincias en el año 2017. Este compromiso ha comenzado una
transformación que irá experimentando el IIBB para, finalmente, convertirse en un
impuesto a las ventas minoristas (IVM).
De este modo, más allá del perfil de cada jurisdicción (ya sea que su actividad
dominante esté más orientada a los servicios o a la actividad industrial), la paulatina
desgravación de los primeros eslabones de la cadena irá concentrando el gravamen en el
comercio (mayorista y minorista).
El comercio (sobre todo en su forma minorista) concentra una gran variedad y
cantidad de establecimientos distribuidos a lo largo de todo el territorio (más allá de
que la mayoría de las ciudades concentra la actividad en grandes superficies como los
supermercados e hipermercados de cadenas).
En este contexto, la Administración Tributaria (AT) enfrenta una situación que,
dada su morfología actual, representa una desventaja. En primer lugar, la mayoría de
las AT diseñan su Plan de Fiscalización sobre la base de, como primer parámetro de
la selección de casos, el monto de la diferencia detectada, por ejemplo al hacer una
comparación entre lo declarado en el IVA a nivel nacional e IIBB. En el caso del comercio
minorista (por ejemplo de alimentos y bebidas) las grandes cadenas de retail muestran alto
nivel de correspondencia entre sus declaraciones juradas de impuestos a nivel nacional
y subnacional, con lo cual resta analizar el resto de los comercios para detectar casos de
interés fiscal, con lo cual el universo a fiscalizar es ampliamente superior a la capacidad
de la Administración.
Las AT necesitan de un gran número de inspectores para poder llevar a cabo un
número relativamente bajo de fiscalizaciones en relación con el total de contribuyentes.
Ese guarismo mejora un poco si consideramos que los procesos de fiscalización suelen
llevarse a cabo sobre los casos de mayores diferencias y que los mismos alcanzan a los
grandes contribuyentes. Pero si, como decíamos antes, el IIBB irá mutando hacia un IVM,
el target fe Fiscalización abarcará un subuniverso mucho mayor de contribuyentes, con
lo cual, la eficacia de la fiscalización tradicional se verá sensiblemente mermada.
En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el comercio es una actividad de gran
importancia, con más de 150.000 establecimientos habilitados en diferentes rubros. Solo
para el caso de alimentos y bebidas, el segmento de self independiente desarrollado en
superficies entre los 100 y 600 metros cuadrados (no cadenas ni pequeños establecimientos
barriales) concentra casi el 50% del comercio de ese rubro, movilizando mensualmente
más de $ 7.000 millones de ventas en más de 3.000 establecimientos habilitados. Teniendo
en cuenta que un área clásica de fiscalización puede verificar por métodos tradicionales
entre el 1% y el 2% de sus contribuyentes al año, se torna inviable la verificación fáctica
de todo este universo de establecimientos, dejando así lugar a maniobras de evasión.
341
342
Junto con esto, deberá generarse una modificación sustancial en los procesos,
ya que será mayor el volumen de información y a la vez crecerá la necesidad de que
la misma fluya con rapidez. A la vez, será necesario el aumento de profesionales con
nuevos conocimientos (científicos de datos, matemáticos, químicos, etc.) en el núcleo
operativo, con lo cual veremos aparecer en escena al cuarto requerimiento que es la
reformulación de la estructura. Esta necesariamente deberá darles más libertad de
acción a los profesionales que la integren, requiriendo esto estructuras más aplanadas y
más de tipo matricial, en las cuales se trabaja por proyecto y con equipos conformados
ad hoc, incorporando características de una estructura del tipo hipertrébol, centrada en
la optimización del flujo de información.
Podemos pensar entonces en una AT que tenga tres núcleos básicos de actividad:
(i) tecnología; (ii) analítica; y (iii) áreas core.
343
IV - UN CASO DE ÉXITO
344
3. Las variables consideradas para la elaboración del modelo son: (i) facturación
declarada en el pasado; (ii) m2 cubiertos destinados a salón de ventas; (iii) cantidad de
personas afectadas a la actividad; (iv) consumo de energía eléctrica; (v) localización; (vi)
densidad de población; (vii) ingreso promedio ponderado por densidad de población de
la comuna; (viii) nivel de empleo; (ix) producto bruto geográfico; entre otras.
De este modo, se pasa del modelo tradicional autodeclarativo a un modelo mixto, en
el cual el impuesto continúa manteniendo su característica principal de autodeclarado,
pero el contribuyente recibe por parte del Fisco una propuesta, la cual puede o no
aceptar. La Administración da un paso en este sentido pasando de trabajar sobre Modelos
Descriptivos a Modelos Predictivos y Prescriptivos.
Se ha implementado así un nuevo régimen en el cual se simplifica la carga
administrativa para el contribuyente reduciendo la cantidad de horas al año que el
contribuyente dedicaba a la presentación de sus obligaciones fiscales y, por otro lado, el
Fisco mantiene un rol activo en el seguimiento de la evolución de la actividad comercial y
las variables socioeconómicas que inciden en ella.
Cabe destacar que este nuevo régimen ha tenido un elevado nivel de aceptación
por parte de los contribuyentes, quienes han podido corroborar que el mismo guarda
relación con su realidad económica y que además representa una simplificación en pos
del cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
Paralelamente a la implementación del régimen mencionado anteriormente, se
inició también el desarrollo de un área específica de minería de datos, con el objeto
de consolidar acciones orientadas a la detección de irregularidades o patrones de
comportamiento discordes y evasión fiscal.
En este sentido, se llevó adelante en primer término una investigación respecto del
estado de las artes a nivel internacional observando las mejores prácticas adoptadas por
las AT más avanzadas a nivel internacional, evaluando a la vez diferentes plataformas y
arquitecturas tecnológicas que permitieran lograr el objetivo planteado.
345
Tanto para el desarrollo y la implementación del nuevo régimen de declaración
simplificada de IIBB como para el esquema de explotación masiva de datos, pueden
señalarse algunos factores críticos de éxito:
1. Decisión estratégica de la relevancia y potencial impacto del proyecto.
2. Conformación de un equipo multidisciplinario con profundo conocimiento econométrico
y de negocio.
3. Contar con adecuada capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos.
4. Verificación de hipótesis del potencial de los modelos a través de procedimientos
tradicionales, como por ejemplo puntos fijos o inspecciones.
5. Selección de datos y fuentes de datos para la alimentación del modelo.
6. Implementación gradual.
7. Selección de un subuniverso homogéneo de contribuyentes.
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347
I - INTRODUCCIÓN
En las páginas que siguen, tenemos como propósito reflexionar sobre los retos y las
transformaciones del derecho tributario en la era de la robotización y de la economía digital
dentro del contexto de la cuarta Revolución industrial(2), focalizándonos principalmente
en las transformaciones ocurridas en la relación jurídica tributaria, que, en nuestros
tiempos, tiende a digitalizarse, y en los derechos de los contribuyentes, ante los cambios
estrepitosos que se van produciendo. Somos conscientes de que es difícil imaginar cómo
será la cuarta Revolución industrial desde lo tributario, ya que estamos propiamente
parados en sus preludios, pero pueden avizorarse algunos contornos de la misma.
Para cumplir con dicho propósito, trataremos de resolver las siguientes preguntas:
¿de qué manera la Administración Tributaria podrá hacer uso de las investigaciones y
de los adelantos en robótica, la analítica e inteligencia artificial para fiscalizar de manera
más eficiente a los contribuyentes en tiempo real, para que los Estados puedan cumplir
con las exigencias financieras del Estado de Bienestar dentro de la cuarta Revolución
industrial?
La relación jurídica tributaria, desde que fue conceptualizada, fue transformándose,
dependiendo del momento de la historia al que hagamos alusión y la matriz jurídica
por la cual fue impactada, se amplió en derechos, dotada de una mayor complejidad
y dinamismo, sistematizándose en posiciones jurídicas activas y pasivas, favorables y
desfavorables, con base en un conjunto unificado de conexiones que fueron variando
y aumentando en frecuencia. Dentro de dicha reflexión yacen los desafíos del presente
trabajo: advertir las transformaciones y cambios que se avecinan y mensurar los impactos
que tendrán en los derechos de los contribuyentes.
349
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351
Partimos de una idea concreta sobre lo que entendemos que es la relación jurídica
tributaria. Nos apartamos de la postura tradicional a la que hemos referido en las
páginas anteriores. Creemos que una de las primeras transformaciones producidas tiene
que ver con el impacto del principio de información: la relación jurídica tributaria está
conformada por un conjunto de conexiones jurídicas, activas y pasivas, que se ordenan
al pago del tributo (obligaciones de dar dinero público) o en su caso, al acceso a la
información tributaria (datos con relevancia tributaria), sea en poder del contribuyente
o de la Administración Tributaria. Las conexiones generan posiciones, las cuales se van
sistematizando, sean favorables o desfavorables, entre la Administración Tributaria y los
contribuyentes.(20)
Tradicionalmente se ha dicho que la relación jurídica tributaria principal tenía que
ver exclusivamente con el pago del tributo. Dentro de la tesis que suscribimos, entendemos
que en la relación jurídica tributaria los aspectos configuradores de la misma tienen que
ver más con la información tributaria (obtención de datos tributarios) que con el propio
pago del tributo.
Encontraremos dentro de la relación un conjunto de conexiones de naturaleza
dineraria (ingreso de dinero público) y conexiones de información, intercambiadas
entre las Administraciones Tributarias de diferentes jurisdicciones, sean internas o
internacionales, y el acceso de los contribuyentes en todo lo atinente a la información
tributaria propia.
Esta idea de relación jurídica tributaria, vista en puridad desde la relación jurídica
informativa, es la base de la transformación que se proyectará a la cuarta Revolución
industrial.
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brechas educativas, culturales y tecnológicas, con la siguiente paradoja: en una era que se
proyecta de bienestar y abundancia, es por demás posible tener problemas de desempleo
y brechas tecnológicas, que serán los principales problemas a resolver en esta era.(29)
355
Si bien se reconocía, inspirados por dicho contexto, que la relación jurídica tributaria
nacía de la ley, por imperio de las Constituciones Nacionales, se la estudiaba como un
fenómeno desde un punto de vista simple, estático, con relaciones direccionadas solo al
pago del tributo. Dejando de lado un conjunto de relaciones, las que se las sindicaban de
accesorias al pago del tributo.
Valdés Costa confronta las diferentes posiciones y encuentra claras diferencias
en la doctrina, según la matriz jurídica analizada precedentemente, sostenidas por
Giannini(35) y Berliri(36), representantes de la escuela Italiana, por un lado, y Jarach(37), por
el otro, enarbolando lo que podríamos denominar como la escuela Latinoamericana, por
la impronta que ha dejado arraigada a la misma. Giannini (1957) afirma que la relación
jurídica “constituye la parte esencial y fundamental de la relación”; refiriéndose a que
la misma contiene “la obligación del contribuyente de pagar la cantidad equivalente al
impuesto debido en cada caso”, a la que denomina “deuda tributaria”. Por su parte, Berliri
(1971)(38) distingue claramente entre obligaciones tributarias vera e propia, consistente en
el pago del tributo equiparable al concepto de obligación, y la relación jurídico tributaria
como conjunto de derechos y obligaciones recíprocos coordinados entre sí y reagrupados
en torno a un núcleo constituido generalmente, pero no siempre, por la obligación
tributaria. Por ultimo Jarach critica estas concepciones, sosteniendo que a su juicio
“falsea la visión del sistema del derecho tributario”(39). Este último autor considera que la
relación jurídica tributaria fundamental o principal estaba compuesta solo con el pago
del tributo y que la misma no era compleja.
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f) El derecho a que el Estado requerido otorgue al sujeto del que se pide la información
una protección semejante a la que dispensa el Estado requirente. g) El derecho del sujeto
del que se ha solicitado información a recurrir una liquidación dictada sobre la base de
hechos comunicados a través del procedimiento de intercambio de información.
Los derechos detallados se complementan con los derivados del derecho a la
intimidad personal y familiar, en el siguiente sentido: a) El derecho a la privacidad de los
datos tributarios (derecho a la confidencialidad en la Carta de derechos del IRS americano)
y a que la Administración motive la trascendencia tributaria cuando solicite esos datos.
b) El derecho a que no se practiquen requerimientos generalizados de información
fishing expedition y a que se acredite que el sujeto de quien se pide la información está
siendo objeto de un procedimiento singular de comprobación tributaria. c) El derecho
a que se le comunique la información transferida a terceros, a formular alegaciones
en caso de considerar que la misma es inexacta y a recurrir el acto de comunicación
de la información. d) El derecho a que la información solicitada tenga exclusivamente
trascendencia tributaria, quedando fuera, en el caso de los profesionales, los datos de
carácter personal que conozcan de sus clientes.
Dichos derechos son tratados desde las diferentes cartas de derechos existentes
en el mundo entero. De entre las más importantes, encontramos: España (L. 1/98,
incorporada luego a la ley General Tributaria, art. 34); Italia (legge 27 de Luglio, 212); y
los Estados Unidos de América.(49)
La Carta de Derechos del Contribuyente de EE. UU. establece justamente que
los contribuyentes tienen el derecho de conocer lo que ellos tienen que hacer para
cumplir con las leyes relacionadas con los impuestos. Ellos tienen el derecho de recibir
explicaciones claras sobre las leyes y los procedimientos en todos los formularios,
instrucciones, publicaciones, avisos y correspondencia tributaria. Ellos tienen el derecho
de estar informados sobre las decisiones que la Administración Tributaria lleva a cabo
sobre sus cuentas tributarias y de recibir explicaciones claras sobre los resultados de
dichas decisiones.
Ello demuestra que el derecho a la información tributaria es una de las principales
transformaciones de la era descripta.
Incluso, Romani (2017, 2018) indica que el principio de transparencia es la palabra
que define nuestra sociedad actual. El fenómeno no es exclusivo de lo fiscal, sino de
interés en muchos campos. La necesidad de conocer los datos ha dado lugar a todo un
movimiento filosófico que caracteriza esta era: Dataísmo.(50)
El Dataísmo tiene como objeto controlarlo todo. La realidad se define con datos.
Agrega que, en un mundo globalizado, el intercambio de información automático es
uno de los principales métodos para controlar a los ciudadanos y sus actuaciones.
Advierte que un Dataísmo mal implementado podría conducir a un Estado totalitario de
información, donde prime un control social por medio de las redes y donde el manejo de la
información sea una de las principales armas del Estado. Entiende que para compensar
esta desproporción debe existir un acceso recíproco a los datos entre las Administraciones
tributarias y los contribuyentes.
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de riqueza, o en la cabeza de los robots como posibles sujetos de derecho, la otra alternativa
sería hacer más eficiente el control de la Hacienda Pública sobre el cumplimiento
tributario, la lucha contra la evasión y el fraude fiscal, aprovechándose de las nuevas
tecnologías, lo que sin lugar a dudas transformará la relación jurídica tributaria en sus
aspectos estrictamente formales, en una relación jurídica tributaria digital.
Las TIC han impactado en el propio devenir de la historia, en el desarrollo humano, en
la sociedad. Abarcan todas aquellas herramientas informáticas que procesan, almacenan,
recuperan, presentan, trasmiten y crean información representada en múltiples formas.
Gracias a este tipo de tecnología, el entorno donde vivimos está cambiando de manera
acelerada, de manera dinámica y compleja. Lo cierto es que todo nuestro ámbito cada vez
está más integrado con la tecnología, incluso en la materia tributaria. Situación que fue
incentivada sin lugar a dudas por la globalización.(61)
El espectro advertido por Rodrik (2015) y desarrollado por Schwab (2017/2018) se
encuentra en los siguientes procesos que poco a poco irán ganando terreno: la irrupción
de los expedientes digitales, domicilios electrónicos(62), actos administrativos digitales
o electrónicos, firma digital, son prueba de ello(63). En muchos Estados ya son una
realidad, los cuales, entendemos, no pueden ser aplicados de manera arbitraria y sin el
conocimiento de los contribuyentes.
Dentro de un futuro prometedor, la información de los contribuyentes estará en
la nube donde la Administración Tributaria, sea cual fuere, desde cualquier lugar del
planeta, captará dicha información sin ni siquiera tener que acceder a ella por medio del
intercambio automático de información, sea por requerimiento o de manera automática,
advirtiéndose que aún en dicho contexto deberá contar con cobertura legal al efecto como
límite a dicho acceso.
Las fiscalizaciones tributarias serán automáticas, instantáneas, evaluando la
información, minuto a minuto, en tiempo real, y con el pago automático por parte de los
contribuyentes.
Por medio del análisis de los macrodatos, además, se podrá generar perfiles de
contribuyentes y clasificaciones sobre el potencial cumplimiento de los mismos y aplicar
sanciones anticipadas al mejor estilo “The Minority Report” de Philip K. Dick. Así también,
la simplificación de procedimientos por vía digital, donde la inteligencia artificial sea la
encargada de dictar el acto administrativo o inclusive una sentencia judicial.(64)
Todo ello, que parece estar traído desde una obra de ciencia ficción de Isaac Asimov,
es una realidad inminente y tenemos que estar preparados. Puede significar un gran
avance desde la recaudación tributaria, pero no puede ser regresivo de los derechos de
los contribuyentes. El límite siempre estará en los derechos y garantías constitucionales
y convencionales, que ostentan los contribuyentes.
Podemos también advertir que se digitalizarán los procesos de control, auditoría,
fiscalización. Entendemos que una de las temáticas más novedosas y en pleno debate
en el mundo entero está relacionada con los desafíos de la tributación en la era de la
robotización y de la economía digital, el intercambio automático de información y el
procesamiento de la información masiva almacenada y relacionada por medio del big
data(65) (macrodatos) en la nube(66), sumada a la inteligencia artificial(67), sin duda alguna,
transformará sustancialmente a las Administraciones Tributarias.
A nivel global, la transformación digital ya ocupa un lugar preponderante en el
programa del planeta. Los países miembros de la OCDE establecieron sus objetivos en
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con el poder de relación de los datos, y la creación de una realidad aparente que nace
a partir de los propios datos, a modo de presunción iuris tantum, que sirva para tomar
determinadas decisiones. Es por ello que un cambio de paradigmas, vinculado con el
uso de la analítica, o, de proceso de aplicación de las técnicas matemáticas, estadísticas
y machine learning para descubrir nueva información de valor agregado que emerge de
los propios datos, que permitan tomar las mejores decisiones a seguir de acuerdo con
determinados cursos de acción.(71)
El autor concluye diciéndonos que en la actualidad pueden observarse varios casos
en que las Administraciones Tributarias, tanto a nivel nacional como internacional, con
mayor avance o desarrollo, se encuentran en este momento explorando la posibilidad en
términos de una gestión proactiva, orientada a una explotación intensiva de datos que
confluyan en una estrategia analítica predictiva: por ejemplo el 8/9/2017 se publicaron
en el Boletín Oficial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los Pliegos de Bases y
Condiciones Particulares y de Especificaciones Técnicas, destinados a la provisión de una
“Solución de analítica para datos estructurados y big data para la AGIP”.
La utilización de la computación analítica descripta, en su amplio espectro, será la
base para la lucha contra el fraude fiscal internacional.(72)
Si bien existen algunas ideas al respecto, las investigaciones científicas no están
tan evolucionadas a la fecha, por lo menos en la República Argentina. Por ejemplo, con
fecha 16/8/2018, salió publicado en los medios de prensa el nuevo plan de la AFIP para
cruzar datos y crear un perfil de evasor fiscal.
La herramienta se denomina Sistema de Capacidad Económica Financiera. Es la
evolución del SIPER o Sistema de Perfil de Riesgo, que calificaba procesos de evaluación
mensuales sobre el cumplimiento de los deberes formales y materiales de los ciudadanos.
El SIPER identifica el comportamiento fiscal y le asigna una categoría, vinculada con la
recaudación, devoluciones y/o transferencias de impuestos y recursos de la seguridad
social, según el caso de que se trate. Sin embargo, el Sistema de Capacidad Económica
Financiera (Sistema CEF) está más cerca de la revolución tecnológica que vivimos y es a
donde marcharán las Administraciones Tributarias.(73)
No dudamos de que sea un muy buen comienzo y a donde irán las Administraciones
Tributarias. Sin embargo, creemos fundamental la transparencia en la parametrización
o el análisis de los datos con su resultado y en los algoritmos creados al efecto y la
posibilidad de revisión o reproceso, siguiendo las líneas del debido proceso y de la verdad
material objetiva, dentro de un procedimiento administrativo de revisión.(74)
También advertimos que el Sistema CEF podría vulnerar el principio de capacidad
contributiva, generando una calificación irreal y abstracta del contribuyente. Es por ello
que el sistema debe ser lo más transparente posible y el contribuyente poder acceder a
la totalidad de la información que ha obtenido la Administración para poder oponerse a
ella y a su relación.
Es por ello que Dobell (2017) sostiene que las nuevas tecnologías como el blockchain
o cadena de bloques y la inteligencia artificial pueden ofrecer una nueva era de visibilidad
en los datos tributarios en tiempo real y a un alcance nunca antes visto, dentro de las
fiscalizaciones en tiempo real y aminorar el fraude tributario y el error humano. Incluso la
rapidez con la que se celebran los procedimientos, lo que puede llegar a implicar, aparte
de la eficiencia y eficacia, un aumento en el cumplimiento tributario voluntario y en la
recaudación.
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IV - CONCLUSIÓN
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NOTAS
(*) Juez tributario en la Prov. de Tucumán (Centro Judicial de Concepción). Es doctor en derecho (Universidad
Complutense de Madrid) con tesis calificada con sobresaliente cum laude por unanimidad con mención de
publicación. Postdoctor (Universidad de Zaragoza), habiendo obtenido la certificación de especialista postdoctoral
en derecho Público. Máster en Asesoramiento Tributario y Fiscalidad Internacional (Universidad Pontificia de
Comillas - Madrid) y DEA (Universidad Complutense de Madrid). Profesor de postgrado (Universidad Austral y otras
universidades del país y en el extranjero). Profesor adjunto A/C (Universidad Nacional de Tucumán) de la asignatura
Información Pública, Transparencia y Control de la Corrupción (Plan de 2018). Profesor adjunto A/C de la asignatura
Auditoria Control y Métodos de Gestión del Estado (Plan 2000). Profesor adjunto A/C de la Com. 3 de la asignatura
derecho Tributario y derecho Financiero A (UNT). Autor de libros y artículos en revistas de la especialidad. Director
de proyectos de investigación en derecho financiero y tributario (L613-PIUNT 2018/2022) e investigador del proyecto
DER 2017-87238 R - Programa Estatal de I+D+i financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad
de España, orientado a los retos de la sociedad, cuyo investigador principal es el catedrático de la UCM, prof. Dr.
Fernando Serrano Antón. Miembro Activo de la AAEF
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(1) El presente documento se elabora con el objeto de dar difusión a la línea de investigación desarrollada dentro
del marco de la formación posdoctoral en las siguientes universidades y proyectos: Universidad de Zaragoza, dentro
de la especialización postdoctoral. Universidad Austral (Foro de Fiscalidad de la Innovación y las Nuevas Tecnológica
- FINT); Universidad Nacional de Tucumán. Proyecto de investigación L613-PIUNT 2018/2022 “La tributación en
la cuarta Revolución industrial: estudio sobre los retos del derecho tributario en la era de la robotización y de la
economía digital”; Universidad Complutense de Madrid (Dir. Fernando Serrano Antón, financiado por el Ministerio
de Economía, Industria y Competitividad de España): DER 2017-87238 R. - Programa Estatal de I+D+i orientado a los
retos de la sociedad, titulado: “Fiscalidad y robótica: los retos de las administraciones tributarias frente a los procesos
de robotización de la sociedad actual y la supervivencia del estado de bienestar”
(2) Puede verse el desarrollo y estudios relacionados con la línea de investigación “cuarta Revolución industrial”
(10/12/2018): www.weforum.org/. Puede incluso verse: “The Fourth Industrial Revolution: what it means and how to
respond, ‘World Economic Forum’” - 10/12/2014. García Novoa, C. (Dir.): “Cuarta Revolución industrial: la fiscalidad
de la sociedad digital y tecnológica en España y Latinoamérica” - Ed. Thomson Reuters - Navarra - 2019
(3) Gordillo, A.: “Tratado de derecho administrativo” - Fundación de derecho Administrativo - 5ª ed. - 2000 - T. I, -
págs. 5, 28/9 y ss.
(4) “Es lo cierto que las líneas fundamentales del derecho tributario actual solo se trazaron cuando, a partir de los
primeros años de este siglo, se hizo del estudio de la relación jurídica tributaria el eje de las construcción dogmática
de esta parcela del ordenamiento ... la parte general del derecho tributario gira todo ello en torno a la relación
jurídico-tributaria, cuyos aspectos, sustantivo y formal -por utilizar ahora la sistemática aceptada en el programa
de esta cátedra- integran el objeto de estudio de las lecciones 33-48, ambos inclusive” (cfr. Sainz de Bujanda, F.:
“Notas de derecho financiero” - Universidad de Madrid - Facultad de derecho - Madrid - 1967 - T. 1 - vol. 2 - págs.
197 y ss.). Se puede ver al mismo autor para un análisis más profundo sobre la evolución histórica de este instituto
del derecho aplicado a las finanzas en: “Sistema de derecho financiero” - Facultad de derecho de la Universidad
Complutense - Madrid - 1985 - T. I - vol. 2 - págs. 26 y 210. En esta obra Sainz de Bujanda resume, analiza y critica las
principales doctrinas que surgieron en torno a la relación jurídica en el área financiera, para darnos su tesis al final del
capítulo que ha ayudado a aclarar y sintetizar doctrinas que se consideraban opuestas. Nos dice que en la historia
del pensamiento jurídico tributario y de las elaboraciones sistemáticas de esta rama jurídica corresponde un puesto
de honor al profesor Blumensteín, de la Universidad de Berna. Así comienza su análisis desde “El tránsito de las
relaciones de poder a la relacione jurídica. Regulación normativa de la relación jurídica tributaria y de su ejecución”;
“Teoría de las relaciones jurídicas concéntricas”; “Clasificación y robustecimiento de la distinción entre derecho
tributario material y derecho tributario administrativo. Ideas sistemáticas del derecho tributario administrativo”;
“Teoría de la relación jurídica tributaria de naturaleza compleja”; “El giro doctrinal hacia las denominadas tesis
dinámicas o funcionales”; “Una visión actualizada e integradora del derecho tributario”
(5) Refiriéndose a los derechos reales nos dice: “Los derechos reales y los personales viven dentro de relaciones
jurídicas; constituyen posiciones favorables en la relación jurídica. Otro tanto cabe decir de las sujeciones reales y de
las deudas; constituyen posiciones desfavorables en la relación jurídica ... concebimos a las relación jurídica como
un todo en el que se contienen posiciones favorables (activas) y desfavorables (pasivas). El derecho subjetivo resulta
ser así, la relación jurídica misma, mirada activamente, desde el extremo del titular del derecho” [Von Turf (Comp.):
“Teoría general” - pág. 5 - II - 1]. Véase López de Zavalía, F.: “derechos reales” - Ed. Zavalía Editor - 1989 - T. I - pág. 15
(6) Moisset de Espanés: “Curso de obligaciones” - T. I - pág. 12
(7) Bocchiardo, J. C. y otros y García Belsunce (Dir.): “Tratado de tributación” - Ed. Astrea - 2003 - T. I - vol. 2 - pág. 124,
en el capítulo dedicado al “derecho tributario sustantivo o material”
(8) López de Zavalia, F.: “derechos reales” - Ed. Zavalía Editor - 1989 - T. I - pág. 15
(9) La doctrina española trae a colación el siguiente ejemplo: en el caso de un empresario persona física sujeto al
IRPF (impuesto que grava la renta de las personas físicas en España, similar a la combinación de las 4 categorías de
rentas en nuestra ley del impuesto a las ganancias cuando el contribuyente es una persona física), la obligación de
pagar impuesto, la obligación de declarar, la de llevar libros de contabilidad, las distintas potestades y facultades
comprobatorias de la Administración y las correspondientes situaciones de deber en el administrado conformarían
el contenido esencial de esta compleja relación. Véase Ferreiro Lapatza, J. J.: “Curso de derecho financiero español.
Instituciones” - 25 ed. - Ed. Marcial Pons - Madrid-Barcelona - 2006 - pág. 250
(10) Afirma muy convincentemente, Juan C. Luqui: “La obligación tributaria es el vínculo legal que constriñe la
voluntad particular, mandando entregar al Estado una suma de dinero desde el momento que se produce el acto
o el hecho previsto en ella y que le sea imputable. Con su producto, el Estado costea los gastos de las funciones
y servicios públicos”. Continúa diciéndonos: “La obligación tributaria contiene, como toda obligación, la idea de
ligamen o sujeción, como que ella liga o ata al deudor. La razón determinante de ese ligamen no es de la misma
naturaleza jurídica que en otras obligaciones, especialmente las de naturaleza civil o privada. Aquí es el Estado quien
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impone ese ligamen; por eso en toda obligación tributaria predomina el elemento político, que constituye capítulo
fundamental”. Con referencia a la relación jurídica tributaria el autor sostiene lo siguiente: “Mantengo el término
‘obligación’, al cual no parecen muy afectos algunos autores. No me pronuncio a favor de los términos ‘relación
jurídica tributaria’ o ‘vinculación jurídica tributaria’. Tales términos no tienen todavía una entidad jurídica; no han
entrado en el léxico jurídico. Además, el uno y el otro son más bien consecuencia de la obligación tributaria”. Véase
Luqui, J. C.: “derecho constitucional tributario. Sustancia institucional de la obligación tributaria” - Ed. Depalma -
1993 - pág. 328
(11) Rodríguez Bereijo, A.: “Introducción al estudio del derecho financiero” - Madrid - Instituto de Estudios Fiscales
- 1976 - pág. 278
(12) Ferreiro Lapatza, J. J.: “La nueva ley general tributaria (ley 58/2003, de 17 de diciembre)” - Ed. Marcial Pons - 2004
- pág. 61. Como veremos, la nueva ley general tributaria española avanza en este sentido, conceptuando a la relación
jurídica tributaria en su esencia compleja, superando en este sentido cualquier duda doctrinaria sobre esta materia en
España: el art. 17 establece que “se entiende por relación jurídico-tributaria el conjunto de obligaciones y deberes,
derechos y potestades originados por la aplicación de los tributos”. Cfr. “ley general tributaria, ley 58/2003, de 17 de
diciembre” - Ed. Tirant Lo Blanch - Textos Legales - 2006 - pág. 146
(13) Ferreiro Lapatza, J. J.: “Curso de derecho financiero español. Instituciones” - 25 ed. - Ed. Marcial Pons - Madrid-
Barcelona - 2006 - pág. 248
(14) Plazas Vega, M.: 2017 - 85
(15) Jarach, D.: “El hecho imponible” - Ed. AbeledoPerrot - Bs. As. - 1971 - pág. 13; “Finanzas públicas y derecho
tributario” - Ed. AbeledoPerrot - Bs. As. - pág. 366
(16) Villegas, H. B.: “Curso de finanzas, derecho financiero y tributario” - 10° ed. actual. y ampl. - Ed. Astrea - 2016 -
pág. 254
(17) Villegas, H. B.: “Curso de finanzas, derecho financiero y tributario” - 10° ed. actual. y ampl. - Ed. Astrea - 2016 -
pág. 253
(18) Altamirano no hace mucho tiempo viene sosteniendo que el derecho tributario se ocupa del estudio de la
obligación tributaria prevista en la ley que tipifica un hecho o acto, el cual, acaecido, obliga a quien lo produce a pagar
una cantidad de dinero al Estado. Indica, asimismo, que el derecho tributario no se desvincula del estudio de una
amplia gama de aspectos también sustanciales, como son las normas procesales necesarias para la aplicación de las
normas materiales, pues sin la articulación del procedimiento quedaría en el plano de la abstracción el cumplimiento
de la obligación tributaria (Altamirano, A.: “Derecho tributario. Teoría general” - Ed. Marcial Pons - 2012 - pág. 37)
(19) Luqui entendió que “la obligación tributaria es el vínculo legal que constriñe la voluntad particular, mandando
entregar al Estado una suma de dinero desde el momento que se produce el acto o el hecho previsto en ella y que le sea
imputable. Con su producto, el Estado costea los gastos de las funciones y servicios públicos”. Continúa diciéndonos:
“La obligación tributaria contiene, como toda obligación, la idea de ligamen o sujeción, como que ella liga o ata
al deudor. La razón determinante de ese ligamen no es de la misma naturaleza jurídica que en otras obligaciones,
especialmente las de naturaleza civil o privada. Aquí es el Estado quien impone ese ligamen; por eso en toda obligación
tributaria predomina el elemento político, que constituye capítulo fundamental” (Luqui J. C.: 1993, 328)
(20) Iriarte Yanicelli, Adolfo A.: “El derecho a la información tributaria: del Fisco y del contribuyente” - Ed. Bibliotex
- Tucumán - 2009
(21) Iriarte Yanicelli, Adolfo A.: “Ideas sobre un proyecto de investigación en derecho financiero y tributario” en
“Reforma tributaria” - XII Jornadas Nacionales de Derecho Tributario; ERREIUS - 2018 - Universidad Austral - Cap. II:
“La transformación fiscal en la era digital. Enfrentando los nuevos desafíos de la cuarta revolución industrial aplicada
a los tributos” - Cita digital IUSDC286217A
(22) Schwab, K.: “Globalization 4.0 - what it means and how it could benefit us all” - www.weforum.org/agenda/2018/11/
globalization-4-what-does-it-mean-how-it-will-benefit-everyone - 2018
(23) Es un concepto usado para explicar el surgimiento de la ciencia durante la Edad Moderna temprana, asociada
con los siglos XVI y XVII, donde se observaron nuevas ideas y conocimientos en física, astronomía, biología, anatomía
humana y química. Transformaron así visiones antiguas y medievales sobre la naturaleza y sentaron las bases de la
ciencia clásica. La finalización de la revolución científica se atribuye a la gran síntesis de 1687 de los principios de Isaac
Newton, que formuló las leyes de movimiento y de la gravitación universal y completó, así, la síntesis de la nueva
cosmología. A finales del siglo XVIII, la revolución científica había dado paso a la “Era de la reflexión”
(24) Harari, Y. N.: “Sapiens” - Ed. Debate - 2011; “Homo Deus” - Ed. Debate - 2015; “21 lecciones para el siglo 21” -
Ed. Debate - 2018(25) Toffler, A.: “La tercera ola” - Ed. División - México - 1987(26) Heckman, J. J.; Stixrud, J. y Urzúa,
S.: “The Effects of Cognitive and Noncognitive Abilities on Labor Market Outcomes and Social Behavior” - Journal of
Labor Economic - 2006 - pág. 411
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375
para ayudar a maximizar el potencial de la economía digital como conductor de innovación y crecimiento inclusivo
[OECD: (2018 a)]
(69) Fraga, D. N. y Peszkin, L.: “El uso de los medios electrónicos como herramienta de fiscalización e instrumento
para hacer valer los medios de defensa de los contribuyentes en la República Argentina” en “Fiscalización en tiempo
real” - Ed. Thomson Reuters - México - 2018 - pág. 96
(70) Dobell, J.: “The future of tax technology is now” - www.internationaltaxreview.com
(71) El autor reseñado explica que, a lo largo de los años, la explotación de los datos ha ido avanzando, en el
siguiente sentido: a) Indicadores y métricas: en los comienzos, se empezó a trabajar en la generación de indicadores
y métricas, cuyo objetivo principal era el de mostrar valores objetivamente medibles respecto de la performance de
un proceso. Los key performance indicators (KPI) eran la forma de medir el logro de objetivos y la evolución en la
mejora de procesos. b) Data Mining (Business Intelligence): por medio de la minería de datos -que surge en el campo
de la estadística aplicada mediante herramientas computacionales- busca la detección de patrones emergentes
del procesamiento de grandes datos. Es el comienzo de la búsqueda de procesos automáticos que encuentren
relaciones entre los datos captados y datos ocultos, desarrollándose conceptos como el aprendizaje automático
o la inteligencia artificial. Luego nos dice que nos encontramos con tres estadios que tienen que ver más con el
proceso evolutivo de cada organización que con el momento histórico en que estas se encuentran: c) La analítica
descriptiva: es la aplicación de un conjunto de herramientas estadísticas, matemáticas y algoritmos automatizados
que permiten tener un panorama completo respecto de lo que pasó. Se establece aquí una descripción de eventos
ocurridos en el pasado. d) La analítica predictiva: utiliza básicamente la misma tecnología y cuerpo de conocimiento,
pero para poder establecer comportamientos futuros o tendencias. Lo que se busca es el hallazgo de patrones, que
no es otra cosa que relaciones entre distintos tipos de datos. El valor agregado aquí es el patrón, la relación, y no
necesariamente debemos entender la naturaleza de esas relaciones, sino simplemente aprovechar el conocimiento
de aquellas. e) La analítica prescriptiva: por último, este tipo de analítica intenta ayudar a las Administraciones a
comprender el impacto de sus decisiones sobre los contribuyentes, de modo tal de poder seleccionar el mejor curso
de acción posible, vinculado con el control de los mismos
(72) Véase www.nytimes.com/es/2018/01/31/burbuja-bitcoin-inversion-criptomoneda/ - Recuperado el 11/12/2018:
www.elpais.com/economia/2018/01/23/actualidad/1516692604_933085.html. Hacienda pone el foco en las nuevas
tecnologías como el blockchain y las criptomonedas como el bitcoin. Así figura en el plan de control anual de la
Agencia Tributaria Española, que fija las prioridades de lucha contra el fraude fiscal. Hacienda también marca como
objetivos el uso de tarjetas de crédito y monederos electrónicos y las ventas por internet. La inspección exprimirá
herramientas de información como el Sistema Inmediato de Información (SII), un remedo del programa Padre para el
IVA o el intercambio automático de datos fiscales con otros países promovido por la OCDE
(73) Por resolución general 4294/2018 (BO: 14/8/2018), la AFIP aprueba el Sistema de Capacidad Económica Financiera
(Sistema CEF), el cual servirá como instrumento para la gestión de riesgos en materia de administración tributaria,
impositiva, aduanera y de los recursos de la seguridad social, con el objeto de detectar simulaciones de situaciones
fiscales o patrimoniales distintas de las reales. El sistema se basará en los datos brindados por el propio contribuyente
y/o por terceros con relación a su condición y actividad económica, patrimonial y financiera, y calculará mensualmente
una valoración de la capacidad económica financiera de cada contribuyente, como parámetro representativo de la
capacidad para realizar ciertos actos económicos
(74) Los arts. 8 y 9 de la resolución indican el procedimiento de reproceso: el contribuyente y/o responsable podrá
solicitar su reproceso, previa presentación de las declaraciones juradas originales y/o rectificativas que correspondan,
a fin de que las mismas sean consideradas en el nuevo cálculo. La solicitud de reproceso se efectuará mediante el
servicio web de este organismo “Sistema registral”, opción “Solicitud de reproceso”. Dentro de los 5 días corridos de
efectuada dicha solicitud se realizará un nuevo proceso con la información actualizada y el sistema emitirá la valoración
resultante que será comunicada al domicilio fiscal electrónico. Solo podrá realizarse una solicitud de reproceso por mes
calendario Si como resultado del proceso detallado surgiera una diferencia originada en información no consignada
en las declaraciones juradas presentadas, podrá, siempre que no haya una solicitud de reproceso pendiente,
manifestar su disconformidad mediante el servicio web de este organismo “Sistema registral”, opción “Solicitud de
disconformidad”. Una vez efectuada la solicitud deberá presentar en la dependencia donde se encuentra inscripto
una nota, acompañada de los elementos que avalen el reclamo efectuado sistémicamente y justifique el incremento
de su capacidad económica financiera, como, asimismo, acredite el origen de los elementos que configuran dicha
suba, en función del tipo de operaciones o bienes de que se trate. La documentación proveniente del exterior
deberá estar debidamente certificada, legalizada o, en su caso, apostillada por la representación consular argentina
con jurisdicción en el país de origen. En caso de estar redactada en idioma extranjero, deberá acompañarse su
376
traducción al idioma español certificada por traductor público. La AFIP podrá requerir el aporte de otros elementos
que considere necesarios para evaluar la situación
(75) Iriarte Yanicelli, A.: (2009, 98)
(76) Los Estados Unidos extendieron extraterritorialmente sus normativas de transparencia denominadas FATCA, se
modificaron los modelos de tratados para evitar la doble imposición vinculados con el intercambio automático de
información, se generalizaron normativas de blanqueo o amnistías tributarias, el G20 concretó con la OCDE el Plan
Base Erosion Profit Shifting destinado a poner un punto de inflexión sobre la doble no imposición, economía digital
y planificaciones fiscales agresivas. Situación que ha implicado para la doctrina, el surgimiento de un nuevo orden de
tributación internacional a partir de dichas iniciativas. Braccia, M. F.: (2016, 441)
(77) WEF - Recuperado el 13/12/2018 - www.weforum.org/agenda/2018/11/algorithms-court-criminals-jail-time-fair/;
puede verse: “Justicia predictiva: cuando los algoritmos invaden la ley” - París Innovation Review - Recuperado
el 13/12/2018): www.parisinnovationreview.com/articles-en/predictive-justice-when-algorithms-pervade-the-law;
“Un programa de computadoras fue utilizado para tomar decisiones del monto de la fianza y para el tiempo de la
sentencia, fue cuestionado como parcial en contra de las personas de color en los Estados Unidos” - The Washington
Post - Recuperado el 14/12/2018: www.washingtonpost.com; “Robocop software no better at predicting crime than
humans, study finds” - www.telegraph.co.uk - Recuperado el 14/12/2018: www.telegraph.co.uk
(78) Véase: www.nytimes.com/2017/05/01/us/politics/sent-to-prison-by-a-software-programs-secret-algorithms.html -
Recuperado el 14/12/2018
(79) Véase: www.harvardlawreview.org/2017/03/state-v-loomis/ - Recuperado el 14/12/2018; Caso: 881 N.W.2d 749
(Wis. 2016). La Corte Suprema de Wisconsin sostuvo que el uso de una evaluación de riesgo algorítmica en la
sentencia de primera instancia no violaba los derechos del debido proceso del demandado, aunque la metodología
utilizada para producir la evaluación no fue divulgada ni a la corte ni al demandado. Pude verse el desarrollo del caso
en: Harvard Law Review - 2017 - marzo - 130 - 1530 - www.harvardlawreview.org - Recuperado el 14/12/2018
(80) “Loomis vs. Wisconsin Cert Denied” - Supreme Court of the United States. La Corte Suprema de los Estados
Unidos negó el acceso en un caso que solicitó exponer el algoritmo de riesgo utilizado por el sistema COMPAS de
Northpointe. Siguiendo el algoritmo COMPAS, el juez de la causa lo consideró potencialmente peligroso. “Cuando
Eric L. Loomis fue condenado por eludir a la policía en La Crosse, Wisconsin, el juez le dijo que presentaba un alto
riesgo para la comunidad y le impuso una condena de seis años de prisión. El juez dijo que había llegado a su
decisión de sentencia en parte debido a la calificación del Sr. Loomis en la evaluación de COMPAS, un algoritmo
secreto utilizado en el sistema de justicia de Wisconsin para calcular la probabilidad de que alguien cometa otro
delito. El Sr. Loomis ha cuestionado la confianza del juez en la puntuación de COMPAS, y la Corte Suprema de
Wisconsin, que escuchó los argumentos de su apelación en abril, podría decidir en los próximos días o semanas. La
apelación del Sr. Loomis se centra en los criterios utilizados por el algoritmo de Compas, que es propietario y, como
resultado, está protegido, y en las diferencias en su aplicación para hombres y mujeres”. Puede verse: “In Wisconsin,
a Backlash Against Using Data to Foretell Defendants’ Futures” - The New York Times - www.nytimes.com
(81) Bostrom N.: “History of transhumanist thought” - 2015 - www.nickbostrom.com/papers/history.pdf; Journal of
Evolution and Technology - Vol. 14 - Issue 1 - abril/2005; Academic Writing Across the Disciplines - Eds. Michael
Rectenwald & Lisa Carl (New York: Pearson Longman - 2011)
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377
ISBN 978-987-793-080-1
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